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Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano - Series Especiales Vol. 6 N° 2, Año 2018 pp. 55-70 ISSN 2362-1958 PRIMERAS APROXIMACIONES AL CONJUNTO ZOOARQUEOLÓGICO DEL RECINTO 1 DE CASAS QUEMADAS (CUSI CUSI, RINCONADA, JUJUY) José María Vaquer1, Luciana Eguia2 y Jesica Carreras3 RESUMEN En este artículo presentamos las primeras aproximaciones al conjunto zooarqueológico del Recinto 1 de Casas Quemadas (Cusi Cusi, Rinconada, Jujuy). El sitio se encuentra compuesto por recintos habitacionales y estructuras agrícolas y de manejo del agua conformando un sistema productivo complejo. Se excavó un recinto habitacional localizado entre las estructuras productivas para interpretar su temporalidad y las actividades realizadas. En relación con la representación taxonómica, el conjunto arqueofaunístico se caracteriza por la presencia en mayor medida de camélidos. Sin embargo destacamos la aparición de especímenes de Bos Taurus, que conjuntamente con otras materialidades posicionan la ocupación del recinto hacia momentos Coloniales tempranos de fines del Siglo XVII. Esto permitió una discusión sobre las relaciones entre los habitantes del Recinto 1 con el sistema capitalista. PALABRAS CLAVE: Zooarqueología, Camélidos, Puna, Bos Taurus, Periodo Colonial Temprano. ABSTRACT In this paper we present a first approach to the zooarchaeological assemblage of the Recinto 1 from Casas Quemadas (Cusi Cusi, Rinconada, Jujuy). The archaeological site is made up of dwellings, water management structures and agricultural structures forming a complex productive system. We excavated one of the dwellings, located among the agricultural structures in order to determine its temporality and the activities performed. Regarding the taxonomic representation, the archaeofaunistic assemblage is made up mostly by camelids. However, we emphasize the presence of Bos Taurus, which, along other materialities, locate the occupations in Early Colonial in late XVII century. We discuss the relationships between the dwellers of Recinto 1 and the capitalist system. KEYWORDS: Zooarchaeology, Camelids, Puna, Bos Taurus, Early Colonial Period. INTRODUCCIÓN Presentación del problema En este trabajo realizamos una primera aproximación al material arqueofaunístico proveniente del Recinto 1 de Casas Quemadas, parte de un complejo de producción agrícola localizado en la quebrada de Pajchela, Cusi Cusi, Departamento Rinconada, Jujuy. Si bien la zona ha sido visitada por varios investigadores (De Feo et al. 2001, 2004, 2007; Nielsen et al. 2008), hasta que iniciamos nuestros trabajos en el año 2010, no había sido objeto de investigaciones sistemáticas y sostenidas. De Feo y colaboradores (De Feo et al. 2001, 2004, 2007) estuvieron en la región, focalizando sus investigaciones en tres sitios (Pajchela y Huayatayoc, próximos a Cusi Cusi; CONICET, Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. jmvaquer@yahoo.com Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. lucianaeguia@gmail.com 3 Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. jesicacarreras@gmail.com 1 2 55 Vaquer et al., CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 6 (2): 55-70, 2018. y Abra de Lagunas cercano a Liviara). A partir de relevamientos y recolecciones superficiales, sugieren que los dos primeros corresponden a momentos inkaicos. Nuestros primeros trabajos en la zona fueron una serie de prospecciones en un radio de 10 km alrededor del pueblo de Cusi Cusi, donde detectamos varios sitios con diferentes temporalidades (Vaquer et al. 2014a). Entre ellos, relevamos el complejo agrícola de la Quebrada de Pajchela, que dividimos con fines analíticos en tres sectores: Casas Quemadas, Pajchela Terrazas y Pajchela Núcleo (Figura 1). A partir de las descripciones y las asociaciones, concluimos que el sitio que visitaron De Feo y su equipo fue Pajchela Núcleo, donde también Nielsen y su equipo realizaron sondeos (Nielsen et al. 2008). Pajchela Núcleo y Casas Quemadas son los únicos sectores donde relevamos recintos habitacionales. Casas Quemadas se encuentra compuesto por 170 estructuras productivas y 3 recintos habitacionales, de los cuales excavamos totalmente uno que denominamos Recinto 1 (Vaquer et al. 2014b). El recinto fue dividido en cuatro cuadrículas, que fueron excavadas sucesivamente entre los años 2012 y 2015. En esta oportunidad, presentamos los primeros resultados provenientes de la Cuadrícula 2, ya que el resto del material se encuentra en proceso de análisis. Si bien los resultados no son concluyentes, muestran una serie de tendencias para profundizar. Dentro de ellas, la presencia de restos de Bos Taurus y desechos de talla de vidrio en un contexto aparentemente inkaico estaría posicionando la ocupación del recinto hacia momentos coloniales tempranos de fines del Siglo XVII. Esto resulta interesante ya que los contextos coloniales tempranos son difíciles de identificar mediante C14 (Cohen 2014; Haber y Lema 2006; Lema 2004; Moreno y Lema 2012; Moreno y Revuelta 2010; Ortiz y Urquiza 2012; Quiroga 2014; Urquiza et al. 2013). Por otro lado, nos lleva a preguntarnos acerca de la inserción de la región en el sistema capitalista y en la división regional del trabajo. Constituye, a su vez, un antecedente en una temática sobre la cual el material publicado es muy escaso. La zona de estudio Casas Quemadas se localiza en la Puna de Jujuy, entendida como la porción nororiental de la provincia que abarca las cuencas de drenaje atlánticas del Río Grande de San Juan, Yavi y Sansana y las cuencas endorreicas de Pozuelos y Miraflores-Guayatayoc (Albeck y Ruiz 2003). Nos centramos en la Cuenca Superior del Río Grande de San Juan (desde ahora CSRGSJ), área limitada por la Cordillera de Lípez al Oeste; el Volcán Granada hacia el Sur; la divisoria de aguas emplazada en las alturas mayores a 4000 msnm hacia el Este y finalmente hacia el Norte, el angosto del Río San Juan localizado a 2 km de la localidad de San Juan de Oro. Esta zona corresponde a las nacientes del río, y se caracteriza por la presencia de quebradas profundas con orientación oeste - este que bajan de la Cordillera de Lípez y desembocan en la quebrada principal del Río Grande de San Juan. El poblado actual de mayor tamaño es Cusi Cusi. El clima del área presenta las características generales del ambiente de Puna Seca, un clima frío y seco con una alta evapotranspiración, estacionalidad bien marcada y gran amplitud térmica diaria (Saravia 1960). Respecto de las precipitaciones, en la puna seca éstas son escasas oscilando entre 200-400 mm anuales (Buitrago 1999). La zona de estudio se localiza en los departamentos de Rinconada y Santa Catalina en la Puna Jujeña (Figura 1). Este ambiente se caracteriza por presentar un paisaje desértico y fragmentado, con una escaza cobertura vegetal dominada por especies arbustivas. El bioma predominante es el Desierto de Altura (Cabrera 1976), con dos especies de camélidos silvestres (Lama guanicoe cacsilensis) y Vicugna vicugna vicugna) y un cérvido (Hypocamelus antisensis) como especies de alto ranking en términos alimenticios. Los guanacos y vicuñas fueron las especies más explotadas en el pasado, mientras que las tarucas (Hippocamelus antisensis) suelen presentarse en el registro zooarqueológico siempre en bajas frecuencias (Yacobaccio 1994, Mengoni Goñalons y Yacobaccio 2006). La diversidad de mamíferos herbívoros de la Puna se completa con dos especies de roedores grandes, la vizcacha (Lagidium viscacia) y la chinchilla 56 Vaquer et al., CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 6 (2): 55-70, 2018. Figura 1. Mapa con la ubicación de la zona de estudio y de Casas Quemadas. (Chinchilla laniger) y varios roedores pequeños (ej. Ctenomys spp., Phyllotis spp., Abrocoma spp.). Entre las aves grandes presentes en el área de estudio se pueden contar un representante del superorden Ratitae (Pterocnemia pennata, Suri), tres especies de flamencos (Phoenicopterus jamesi, P. chilensis y P. andinus), guayatas, gallaretas y patos (i.e. Chloephaga melanoptera, Fulica spp. y Anas spp., respectivamente) y varias especies de aves pequeñas y rapaces de escaso valor alimenticio. Las cadenas tróficas puneñas se completan con felinos como el puma (Puma concolor), el gato andino (Oreailurus jacobita), el gato del pajonal (Oncifelis colocolo) y dos especies de zorros (Pseudalopex griseus y Lycalopex culpaeus, zorro gris y colorado respectivamente). La diversidad faunística de la Puna incluye además numerosos reptiles y batracios que en contadas ocasiones han sido hallados en contextos arqueológicos. Antecedentes de investigación La CSRGSJ no fue objeto de investigaciones sistemáticas sostenidas hasta que nuestro equipo comenzó a trabajar en la zona a partir del año 2010. Existen menciones de sitios en la región (Pelissero 1973), pero el grueso de las investigaciones se focalizaron en la Cuenca Media (Debenedetti 1930; Krapovickas et al. 1978; Raffino 1990). Una ex- cepción son los trabajos de De Feo y colaboradores, quienes se centraron en el análisis superficial de tres sitios: Pajchela, Huayatayoc y Abra de Lagunas. Los autores proponen que los dos primeros son el producto de la incorporación de la región al Tawantinsuyu (De Feo et al. 2004), mientras que el tercero representaría un sitio de frontera de la tradición Doncellas – Casabindo durante el Periodo de Desarrollos Regionales (De Feo et al. 2001). A su vez, proponen que la CSRGSJ presentó una cierta “homogeneidad cultural” durante el Periodo de Desarrollos Regionales, caracterizada por la presencia de cerámica Yavi – Chicha. Sin embargo, lo que denominan el “sector occidental” que identifican con la Cuenca del Río Granadas (que luego conforma el Río Grande de San Juan) se distinguiría del resto de la cuenca por una arquitectura particular, representada por los sitios de Pajchela y Huayatayoc (De Feo et al. 2007). Nuestro equipo comenzó las tareas en la región realizando una serie de prospecciones pedestres alrededor del pueblo actual de Cusi Cusi (Vaquer et al. 2013; Vaquer et al. 2014a). Registramos un total de 91 sitios divididos en varias categorías y con adscripciones cronológicas relativas también variadas. Dentro de ellos, se destacan un complejo de sitios de producción agrícola y habitación localizados en la Quebrada de Pajchela, una quebrada de agua permanente ubicada al norte de Cusi Cusi con 2,4 km de extensión (Vaquer et al. 2014b, Pey 2015). En esta quebrada, localizamos dos sectores de habitación, Casas Quemadas al sur y Pajchela Núcleo al norte. Este último se corresponde con el sitio Pajchela presentado por De Feo y colaboradores (De Feo et al. 2004). Casas Quemadas se encuentra compuesto por recintos habitacionales y estructuras agrícolas y de manejo del agua conformando un sistema productivo complejo. A su vez, se localiza a la vera de un tramo del Qhapaqñan que une Cusi Cusi con el sur de Bolivia a través del Cerro Vicuñahuasi (Hito II6) y el Cerro Crucesnioj (Hito II-7); y se conecta a su vez con el corredor Laguna Verde – Laguna Vilama descripto por Nielsen (2011) y Nielsen et al. (2006) hacia el Suroeste vía Lagunillas. Casas Quemadas es uno de los primeros lugares con pasturas permanentes y con posibilidades agrícolas 57 Vaquer et al., CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 6 (2): 55-70, 2018. que se encuentran los viajeros al bajar de la Puna. La localización en una zona ecotonal permite el acceso a recursos provenientes de los pisos de altura superiores a los 4000 msnm, hecho que discutiremos a partir de la muestra arqueofaunística analizada. El Recinto 1 posee una planta rectangular de 3 m por 5,5 m y muros simples con presencia de dos hornacinas. En superficie se observa un deflector sobre el muro oeste (Figura 2). Dividimos el recinto en cuatro cuadrículas que fueron excavadas en campañas consecutivas entre los años 2012 y 2015. En este trabajo presentamos los resultados del análisis del material zooarqueológico de la Cuadrícula 2, localizada en el extremo noreste del recinto (Figura 3). La cuadrícula se excavó por niveles naturales, asignándole a cada unidad estratigráfica un núme- Figura 2. Plano de Casas Quemadas mostrando la ubicación del Recinto 1. 58 Vaquer et al., CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 6 (2): 55-70, 2018. Figura 3. Detalle del Recinto 1 de CQ con las divisiones en cuadrículas. ro de Unidad de Proveniencia (UP) que funcionó como la unidad mínima de interpretación contextual. A su vez, de acuerdo con su posición relativa en la matriz se agruparon a las diferentes UP en niveles. Reconocimos la presencia de 12 niveles, dentro de los cuales en los niveles 6, 7 y 8 se ubica la mayor densidad de material cerámico, lítico y óseo animal. Consideramos que estos niveles representan el piso de ocupación del recinto, ya que debajo de los mismos no se recuperó material, además de apoyar los muros en el nivel 7. A medida que nos acercamos a la superficie la cantidad de material disminuye, pudiendo identificarse 3 momentos de ocupación además del piso mencionado. El segundo de ellos corresponde a los niveles 4 y 5, el tercero al nivel 3 y el cuarto al nivel 1 y el uso actual del sitio como área de pastoreo con ocupaciones esporádicas. El piso de ocupación presentó dos fogones en cubeta, uno localizado en el centro de la cuadrícula y otro sobre el ángulo noreste del recinto. Si bien se recolectó carbón para realizar dataciones, el mismo aún no ha sido procesado. Contamos, hasta el momento, con dos dataciones radiocarbónicas provenientes de un fogón en cubeta en el piso la cuadrícula 1, adyacente a la 2. La primera de ellas es de 380 ± 40 (LP-3058; carbón vegetal, δ13C = -24± 2 ‰; cal AD 1543 a cal AD 1624) y la segunda es de 280 ± 40 (LP-3050; carbón vegetal, δ13C = -24± 2 ‰; cal AD 1627 a cal AD 1673). Estos fechados sitúan la ocupación inicial del recinto a fines del Siglo XVI. Objetivos y metodología El análisis e interpretación de la muestra arqueofaunística tuvo como objetivos: i. Reconocer la integridad del material faunístico (identificar factores tafonómicos que pudieron haber afectado la formación de los conjuntos); ii. Analizar la presencia de marcas antrópicas; iii. Caracterizar la composición taxonómica del conjunto arqueofaunístico proveniente del Recinto 1 del sitio Casas Quemadas; iv. Examinar y comparar la representación de partes esqueletarias de los conjuntos asignados a Camelidae y a Bos Taurus entre los distintos niveles excavados y discutir los medios de incorporación al conjunto; v. Identificar tendencias que sirvan como hipótesis para ampliar el análisis. La metodología aplicada para el análisis de la muestra recolectada consistió en primer lugar en la identificación anatómica y taxonómica utilizando muestras comparativas del IDA (Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, UBA). La unidad mínima de análisis para la identificación anatómica fue el espécimen. Utilizamos también la unidad elemento, que es una categoría más inclusiva que el espécimen, a fin de caracterizar el subconjunto Camelidae y Bos. Los restos óseos, que debido a su fragmentación no pudieron ser identificados, fueron contabilizados como no identificados (NID). Las marcas antrópicas fueron evaluadas macroscópicamente considerando marcas de corte, raspado, machacado y negativos de impacto. Se tuvo en cuenta la distribución de las marcas de corte en el esqueleto axial y apendicular 59 Vaquer et al., CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 6 (2): 55-70, 2018. con el objetivo de identificar diferentes etapas de procesamiento (Binford 1981; Mengoni Goñalons 1988; Mengoni Goñalons 1999, Lyman 1994). En relación con el grado de integridad de la muestra consideramos los estadios de meteorización de acuerdo con Behrensmeyer (1978) y la presencia de marcas naturales producidas por roedores y raíces. También registramos la termoalteración de los especímenes siguiendo los tres estadios quemado, carbonizado y calcinado (ver Mengoni Goñalons 1999). Para la identificación interespecífica de camélidos, se utilizaron dos criterios, uno cuantitativo y uno cualitativo. El primero de ellos fue la medición osteométrica de falanges proximales (Izeta 2009), utilizando como estándar comparativo medidas de camélidos actuales (llama de Rinconada, Jujuy; vicuña de Abra Pampa, Jujuy; y guanaco de las Cumbres Calchaquíes, Salta); el segundo reconocimiento específico a través de la forma de los incisivos. Intentamos también aplicar medidas osteométricas sobre los metapodios, pero el estado de conservación de la muestra nos lo impidió. Con respecto a la cuantificación, consideramos, en primer lugar, el número de especímenes óseos identificados por taxón (NISP), lo cual nos permitió contemplar la composición taxonómica general del conjunto. También se calculó el número mínimo de individuos representados por taxón, considerando lateralidad y estado de fusión de los huesos. Todas las cuantificaciones se realizaron por los estratos naturales registrados durante la excavación. Para contemplar la abundancia de partes esqueletarias, tanto del subconjunto camélido como bóvido, se utilizaron los valores del NISP debido a que la muestra no es suficiente para realizar otras medidas. El número de especímenes óseos identificados por taxón nos permite igualmente realizar una comparación de los conjuntos. DESARROLLO Presentación de la muestra La muestra está compuesta por un total de N=2301 especímenes, entre restos óseos y dentarios de los cuales pudieron ser identificados un total de n=544 (24%). El resto de los fragmentos fue contabilizado como NID (n=1757; 76%). Se detectó la presencia de diversos taxones, siendo el más abundante Camelidae, con un n=470, representando el 86%. Por otro lado, se encuentran representados otros 6 taxa en porcentajes menores (Gráfico 1). La composición taxonómica de la muestra fue trabajada por nivel, como se ve en el gráfico 2, donde podemos observar que a lo largo de la estratigrafía, el subconjunto Camelidae es siempre el más abundante. El subconjunto Bos Taurus, es el segundo taxa más representado, con un n=31 (6%) encontrándose, en mayor proporción, en los niveles superiores 2, 5, 6, 7 y 8. Un 3% de la muestra (n=19) fue asignado a Artiodactyla; un 2% (n=9) a la clase Mammalia; un 2% (n=11) a Chinchillidae en los niveles 9, 11 y 12; un 1% (n=3) a Rodenthia, y se identificó sólo un ejemplar de Avis en el nivel 9. Es importante resaltar que debido al grado de fragmentación de la muestra los valores de NID superan al NISP, tema que retomaremos más adelante. Gráfico 1. Composición taxonómica general de la Cuadrícula 2 del recinto 1. Para los dos subconjuntos más representados se calculó el MNI por nivel. Para el subconjunto camélido se registró un máximo de 3 individuos en el nivel 9 y 2 individuos en el nivel 5 y 11, ambos calculados a partir del fémur. En el resto de los niveles se asignó un valor mínimo de 1 individuo. En el caso Bos Taurus, el MNI en todos los niveles es de 1 individuo. Pudimos realizar una identificación a nivel especie del subconjunto Camelidae a partir de 8 falanges primeras provenientes tres del nivel 9, una del nivel 11 y cinco del nivel 2. Se registraron 2 medidas de cada una de las 8 falanges proximales: ancho máximo y espesor máximo de la superficie 60 Vaquer et al., CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 6 (2): 55-70, 2018. Gráfico 2. Valores de NISP (número de especimenes identificados por taxón) por nivel estratigráfico. Gráfico 3. Osteometría de falanges proximales (ancho cara articular y espesor cara articular). Las medidas de referencia corresponden a un guanaco de las Cumbres Calchaquíes, Salta (Mengoni Goñalons y Elkin com. pers), una vicuña de Abra Pampa, Jujuy (Mengoni Goñalons, com. pers), vicuña de Abra Pampa, Jujuy (Mercolli ms) y llama de Rinconada, Jujuy (Mercolli ms). articular. Como se puede observar en la grafico 3, los valores métricos de los especímenes de Casas Quemadas presentan una distribución polarizada entre los dos extremos del continuum. Dos de ellos se ubican cercanos a los valores correspondientes a vicuñas actuales, mientras que las 6 restantes se encuentran próximas a los valores de llama. Para los conjuntos más representados hemos considerado la abundancia anatómica. Para el subconjunto Camelidae calculamos la representación de partes esqueletarias. Debido al bajo nivel de identificación, hemos utilizado los valores de NISP. En primer lugar podemos decir que en la mayoría de los niveles se encuentra más representado 61 Vaquer et al., CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 6 (2): 55-70, 2018. el esqueleto apendicular. En los niveles 5, 6 y 7 la diferencia no es significativa. Hacia los niveles más profundos (9, 11 y 12) la diferencia aumenta a favor del esqueleto apendicular. En los niveles 11 y 12 es donde las diferencias se hacen más significativas, presentando en el primero de los casos un 72% y en el segundo un 60%. En el gráfico 4 presentamos el NISP por estrato y por partes esqueletarias. En el caso del esqueleto axial el elemento más abundante representado en la mayoría de los niveles son fragmentos de costillas. En el caso particular del nivel 9 también se encuentran en mayor proporción los molares indeterminados y fragmentos de cráneo. El resto de los elementos del sector axial se encuentran representados en menor medida en los niveles 9 y 12. En los niveles 5, 8 y 11 varios de los elementos que componen esta porción no se encuentran presentes. Respecto del esqueleto apendicular, las patas delanteras se encuentran representadas en todos los niveles, con excepción del 8. El húmero y el radio-ulna están en mayor proporción en el nivel 11. Los elementos de las patas traseras son más abundantes, ya que se encuentran en todos los niveles. La tibia es la más representada en los niveles 11 y 12. Por otra parte, el elemento más abundante son los metapodios, exceptuando el nivel 5. Asimismo, todos los niveles presentan un número considerable de fragmentos de huesos largos indeterminados. Nos interesa destacar que en los niveles más antiguos, es decir los niveles 9, 11 y 12 hay gran cantidad de falanges proximales. En estos niveles también se encuentran representados los huesos tarsianos y carpianos. En el nivel 12 se identificaron 10 sesamoideos. El subconjunto Bos Taurus se encuentra principalmente en los niveles superiores (5, 6, 7 y 8). Para este subconjunto hemos calculado también la representación de partes esqueletarias. La variedad presente es menor y corresponde en su mayoría a elementos del esqueleto apendicular. Nos interesa resaltar especialmente el caso del nivel 5, ya que aquí se recuperaron la mayor cantidad de elementos de esta especie. Hemos podido reconocer metacarpo, metatarso, tibia y fragmentos de huesos largos indeterminados. El resto de la muestra está compuesta por pequeños porcentajes de otros taxones de los cuales se han podido identificar algunos elementos. En el caso específico del taxa Chinchillidae, se ha podido identificar en el nivel 9 y 12 húmero, mandíbula, fémur y radio-ulna. En relación con la integridad del subconjunto Camelidae, en el grafico 5 se muestran los estadios de meteorización por nivel. Podemos observar que en los niveles 5, 8, 9 y 12 los especímenes se encuentran en mayor porcentaje en los estadios 1 y 2 de meteorización, lo que implicaría una buena conservación de la muestra. En el nivel 11, la mayoría de los especímenes se encuentran en estadio 3. Los estadios 4 y 5 se encuentran en bajo porcentaje en todos los niveles. Con respecto a la termoalteración en el subconjunto Camelidae observamos un total de 48 especímenes (8,82% del NISP total), encontrándose su mayoría en el nivel 11. En el caso de Bos Taurus se Gráfico 4. Representación de NISP en los niveles 5, 8, 9, 11 y 12. 62 Vaquer et al., CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 6 (2): 55-70, 2018. registraron un total de 10 especímenes, (representando un 1,83% sobre el total de la muestra), en su mayoría en el nivel 5. Sin embargo, los datos más representativos con respecto a esta variable provienen del NID, con un total de 606 fragmentos óseos no identificados con termoalteración (34,4% del total del NID). La mayor parte están calcinados (421: 24%). En el gráfico 6 presentamos la distribución por nivel por estadio. Nos interesa destacar que en el nivel 7, donde se encuentra el mayor número de especímenes termoalterados detectamos la presencia de un fogón en cubeta, al igual que en los niveles 9 y 12. En consecuencia, existe una correlación esperable entre las estructuras de combustión y la presencia de especímenes termoaltera- dos. Consideramos que la baja identificabilidad de la muestra podría relacionarse con la presencia de estas estructuras de combustión y al manejo de los residuos de los habitantes del recinto. Reconocimos 26 especímenes con marca de corte, 22 corresponden a Camelidae, 3 a Bos Taurus y 1 a Chinchillidae. Del subconjunto Camelidae, 6 de los especímenes con marca de corte son falanges proximales junto con un hueso navicular. Los restos óseos con marcas de corte se localizan entre los niveles 8 y 12. En algunos casos, se detectó la presencia de más de una marca. También en el esqueleto axial detectamos marcas en costillas. Con respecto a Bos Taurus, las marcas presentes son en dos metapodios y una costilla. Finalmente, Gráfico 5. Estadios de meteorización del subconjunto camélido por nivel (5, 8, 9, 11 y 12). Gráfico 6. Valores de NID termoalterados por nivel. 63 Vaquer et al., CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 6 (2): 55-70, 2018. para Chinchillidae reconocimos una marca sobre un fémur. DISCUSIÓN El conjunto recuperado, junto con su asociación con los demás materiales y rasgos presentes nos permitieron determinar una serie de eventos de ocupación para el Recinto 1 con características particulares, y relacionarlas en una primera interpretación con procesos globales como la incorporación de la zona al régimen Colonial. Las mismas se inician en el Periodo Tardío – Inka (1200-1535 DC) y se continúan hasta la actualidad, donde el sitio es utilizado dentro de las rondas pastoriles. Si bien cada una de ellas presenta características particulares que discutiremos a continuación, hay ciertos elementos que marcan una continuidad en la utilización del paisaje, como por ejemplo el énfasis durante toda la secuencia en la explotación de camélidos. Primeras ocupaciones: Periodo Tardío /Inka – Colonial temprano Las primeras ocupaciones del recinto se ubican estratigráficamente entre los niveles 7 a 12. Corresponden con el apoyo de los muros y con la mayor cantidad de materiales recuperados. Se encuentran asociadas, además, a tres fogones en cubeta localizados respectivamente en los niveles 7, 9 y 12. Esto se corresponde con las mayores frecuencias de especímenes óseos termoalterados en Estadio 3 (niveles 7, 8 y 12) y en Estadio 2 (nivel 8). A su vez, en estos niveles se concentra la mayor cantidad de fragmentos cerámicos y líticos. Con respecto a la cerámica, a partir de los fragmentos diagnósticos recuperados pudimos determinar la presencia de un número mínimo de 40 piezas, distribuidas entre 21 restringidas (contenedores) y 19 accesibles (piezas para servir/consumir). Este conjunto cerámico nos permite interpretar que las actividades desarrolladas en el Recinto 1 para estas ocupaciones tenían que ver con el almacenaje y el consumo de alimentos. La gran proporción de especímenes óseos NID con termoalteración pueden deberse a la práctica de arrojar los desechos de las comidas directamente a los fogones (De Nigris 2001). Los estilos cerámicos representados son en su mayoría Alisado y diferentes variedades del estilo Yavi-Chicha (Ávila 2009). El lítico recuperado en estos niveles estuvo conformado en su mayoría por desechos de reactivación de palas líticas utilizadas en las labores agrícolas del sitio. También se recuperaron preformas y puntas de proyectil, aunque en menor medida. Cabe mencionar la presencia de desechos de talla de vidrio. Esto se encuentra relacionado, a su vez, con elementos óseos de Bos Taurus en los niveles 7 y 8. Entre los niveles 7 y 12 calculamos el MNI más alto de la secuencia con un valor de 3 para camélido en el nivel 9; 2 individuos para Bos Taurus correspondiendo a los niveles 7 y 8; y también 2 individuos de Chinchillidae entre los niveles 9 y 10. Las partes esqueletarias más representadas para el conjunto Camelidae corresponden en estos niveles al esqueleto apendicular. A partir de la evidencia mencionada, consideramos que estos niveles corresponden a la ocupación fundacional del recinto asociada al complejo agrícola. Esta debió realizarse hacia fines del momento de ocupación Inka de la región, ya que a partir del nivel 8 comienzan a ingresar de manera paulatina bienes europeos. Esta presencia de bienes alóctonos, que comienza en muy baja proporción, permite suponer que la región no fue un foco de expansión colonial (ver más adelante), sino que los habitantes del sitio comenzaron a relacionarse con el régimen colonial de manera indirecta. La abundancia de cerámica Yavi marca esta continuidad también, al igual que la explotación de camélidos como fuente principal de alimento animal. Abandono del Recinto 1: ¿Consolidación del régimen colonial? La segunda ocupación se manifiesta entre los niveles 5 y 6, y corresponde al abandono paulatino del recinto en tanto estructura habitacional permanente. Se evidencia una disminución dramática en la cantidad total de material recuperado. El número mínimo de piezas cerámicas representadas por los fragmentos diagnósticos decrece a 7, de las cuales 4 corresponden a contenedores y 3 a piezas abiertas. Sigue prevaleciendo el almacenaje sobre el consumo, pero en una escala menor 64 Vaquer et al., CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 6 (2): 55-70, 2018. que en los niveles anteriores. Los estilos cerámicos representados siguen siendo mayoritariamente Alisado y Yavi. El material lítico también desciende abruptamente en cantidad, sin embargo siguen prevaleciendo los restos de reactivación de palas líticas. Con respecto al material zooarqueológico, en estos niveles el MNI para todas las especies representadas es 1. Solamente recuperamos elementos óseos de Camelidae como especie mayoritaria y de Bos Taurus. En estos niveles se detectó un cambio en las partes esqueletarias del conjunto Camelidae, ya que a diferencia de los niveles anteriores no hay una clara predominancia del esqueleto apendicular. Si bien en el estado actual de las investigaciones no podemos determinar la causa o naturaleza exacta del cambio en los patrones de consumo y descarte, es importante mencionarlo. Otro punto destacable es que es estos niveles no se detectaron fogones. Atribuimos esto a dos causas probables, o a la acción de ambas ya que no son excluyentes: una mayor segmentación de las actividades domésticas, donde la cocción y parte del consumo se realizaban en recintos especializados para este fin y/o a una ocupación de menor densidad del recinto. En este sentido, a pocos metros del Recinto 1 se encuentra una estructura circular con gran cantidad de restos óseos termoalterados en superficie, a modo de “fueguero” utilizado por las poblaciones pastoriles actuales de Cusi Cusi (Carreras 2016). Interpretamos esta ocupación como el abandono paulatino del Recinto 1 como estructura de habitación, hecho seguramente vinculado con el cese de la explotación de las estructuras agrícolas del complejo Pajchela en gran escala. Los cambios detectados en el registro pueden deberse a que parte de la población del sitio abandona la zona, quedando solamente algunas familias explotando las estructuras agrícolas remanentes y volviendo al pastoreo como actividad principal. La segmentación del espacio doméstico mencionada en el párrafo anterior puede responder a esta vuelta a un patrón de asentamiento pastoril. Hacia fines del Siglo XVI se produce la invasión y pacificación de la Puna (Palomeque 2013). El poblamiento español de la Puna Jujeña se encon- tró marcado por el ritmo de la minería (Becerra 2014a). De acuerdo con el descubrimiento de nuevos yacimientos, se iban fundando nuevos pueblos. En la microrregión de Cusi Cusi no hay yacimientos mineros de importancia. Los mismos se localizan hacia el Este en la cuenca Sur de Pozuelos, siendo el poblado principal Rinconada, donde las actividades mineras pueden remontarse hasta el año 1646, Santa Catalina al Norte y Antiguyoc al Sur (Angiorama 2011; Angiorama y Becerra 2010; Becerra 2014b). En consecuencia, hasta el momento no detectamos la presencia de asentamientos coloniales tempranos de importancia en la zona. Sin embargo, a medida que las presiones españolas sobre las economías locales aumentaban, las poblaciones tuvieron que insertarse al mercado laboral para cubrir con los tributos en metálico. La desocupación de Casas Quemadas puede responder a estas presiones, donde las poblaciones locales fueron forzadas o migraron para trabajar en los emprendimientos mineros. El nivel 5 corresponde ya con la desocupación definitiva del Recinto 1, y su utilización como refugio ocasional por grupos de arrieros de ganado vacuno. En este nivel se encuentra un pequeño deflector de piedra. También es el nivel donde detectamos la mayor cantidad de especímenes óseos de Bos Taurus, siendo las partes representadas las patas. La ganadería vacuna se constituyó como una de las actividades complementarias de la minería, ya que se elaboraba charqui de vaca para alimentar a los mineros. No solamente se criaba ganado en la zona, sino que también pasaban las rutas que conducían el ganado desde Tucumán (Conti 2010; Palomeque 1995, 2000). Uso del sitio en rondas de pastoreo El resto de las ocupaciones hasta la superficie se corresponden con la utilización del Recinto 1 en rondas pastoriles. Continúa la disminución de los materiales recuperados, y se suman elementos utilizados por los pastores como latas de sardinas. Con respecto a la cerámica, es importante destacar que los estilos predominantes siguen siendo el Yavi y el Alisado, como en toda la secuencia. A partir de los fragmentos diagnósticos reconocimos la presencia de un total de 5 piezas cerá- 65 Vaquer et al., CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 6 (2): 55-70, 2018. micas en los niveles superiores, 3 restringidas y 2 accesibles. No hay evidencia de estructuras de combustión ni otros rasgos. El lítico sigue estando representado en su mayoría por lascas de reactivación de palas. CONCLUSIONES En este trabajo presentamos el análisis de la muestra procedente del Recinto 1 y lo relacionamos con la presencia española en la región. Sin embargo, la información procede solamente de la excavación de un recinto, por lo que los resultados son preliminares y sirven como marco para ampliar las investigaciones. A través de la secuencia ocupacional del Recinto 1 se evidencia un cambio en la funcionalidad del recinto, pasando de ser un espacio doméstico asociado con estructuras de producción agrícola a un paradero de arrieros trasladando ganado vacuno por la zona para abastecer la demanda de los centros mineros circundantes. Este cambio de funcionalidad es producido por la invasión española, que desestructuró profundamente el modo de vida tradicional y generó, a partir de la implementación del tributo, la necesidad de contar con dinero. Podemos interpretar muchos de esto cambios como maneras en que las poblaciones locales intentaron abastecerse de metálico. Sin embargo, al tratarse nuestra zona de estudio de un área “marginal” a los intereses mineros españoles, la inserción al sistema mundial capitalista se dio de manera indirecta (Vaquer 2016). A diferencia de otros contextos coloniales tempranos como Tebenquiche Chico (Moreno y Lema 2012, Moreno y Revuelta 2010), Casas Quemadas no fue un lugar de habitación para este segmento temporal. Si bien es sugerente la propuesta de Moreno y Lema (2012) sobre el rol de la vicuña en la Colonia temprana como fuente de dinero para el tributo, en nuestro caso es difícil evaluar el papel de este animal en la economía colonial. En primer lugar, contamos con una muestra limitada (solamente 8 falanges primeras que pudieron ser medidas, y de ellas una corresponde al nivel 8 y otra al nivel 9); y al cambio de funcionalidad del recinto, lo que conlleva registros zooarqueológicos que no pueden compararse entre sí. La conclusión que podemos sacar del registro aquí analizado es que las especies silvestres fueron explotadas en los niveles inferiores (los ejemplares de chinchilla se distribuyen entre los niveles 9 y 12). En consecuencia, de acuerdo a la muestra analizada, la vicuña fue explotada en los momentos prehispánicos de la ocupación, sin detectarse aún su consumo para momentos coloniales. Lo que sí es posible determinar es que el ingreso de animales europeos como Bos Taurus se dio de manera indirecta con partes esqueletales altamente transportables como las patas y las costillas. Al no haber evidencia arqueológica y etnohistórica que indique que la CSRGSJ fue un lugar de crianza de ganado vacuno (como el área vecina de la Laguna de Pozuelos), consideramos que esta especie ingresó al recinto al ser consumida por un grupo de arrieros que lo utilizaron como lugar de parada en sus viajes. Sin embargo, en toda la secuencia ocupacional la especie que dominó el conjunto fue Camelidae, mostrando en este sentido una continuidad entre los tiempos pre y post hispánicos. Este trabajo desprende una serie de interrogantes para abordar en el futuro. El primero de ellos se relaciona con la ocupación de otros sectores de Casas Quemadas. ¿El proceso que interpretamos para el Recinto 1 es extensible al asentamiento en su conjunto? ¿Cómo funcionaron las estructuras agrícolas durante la Colonia Temprana? A partir de la información con la que contamos, Casas Quemadas como sistema agrícola sería el producto de la imposición de una lógica agrícola sobre un trasfondo de pastores, asociada a la expansión del Tawantinsuyu (Pey 2015). Una vez que caen los Inkas: ¿qué ocurrió con los pastores de Cusi Cusi? De acuerdo con la evidencia proveniente del Recinto 1, retornaron a sus prácticas pastoriles tradicionales, pero con la presión de la presencia española en el área. Un segundo interrogante tiene que ver con las relaciones entre Casas Quemadas y el sistema global. Como mencionamos más arriba, los centros mineros de ocupación española se encontraban a una cierta distancia de nuestra zona de estudio, por lo que los pobladores debían trasladarse para participar en las tareas productivas. Si esto era así: ¿cuál fue el patrón de las migraciones? ¿Qué ocurrió con 66 Vaquer et al., CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 6 (2): 55-70, 2018. las ocupaciones del sitio? Estos son algunos de los interrogantes que surgen del presente trabajo. Más allá de su carácter preliminar, los resultados son útiles para pensar que el proceso de colonización española no fue uniforme en el ámbito de la Puna, y fue vivido y experimentado por los agentes de maneras diversas, dando lugar a la continuidad de ciertas prácticas y a la modificación de otras. De acuerdo con la evidencia presentada, en el caso del Recinto 1 interpretamos en un trasfondo de cambio de funcionalidad, las continuidades en la utilización de recursos animales y en el consumo de estilos cerámicos emblemáticos. Queda pendiente ampliar las investigaciones para caracterizar las estrategias que implementaron los habitantes de Cusi Cusi ante la desestructuración producida por la invasión. AGRADECIMIENTOS Queremos agradecer a la Comunidad Aborigen Orqo Runa y a la Municipalidad de Cusi Cusi por el apoyo brindado a los trabajos que venimos realizando. A todos los que participaron en los trabajos de campo y laboratorio: Ignacio Gerola y Joel Bonelli analizaron el lítico y Yámila Cámera y Laura Pey la cerámica. BIBLIOGRAFÍA ALBECK, M. E. y M. S. RUÍZ 2003. “El Tardío en la Puna De Jujuy. Poblados, etnías y territorios.” Cuadernos 20: 199-219. ANGIORAMA, C. 2011. La ocupación del espacio del Sur de Pozuelos (Jujuy, Argentina) durante tiempos prehispánicos y coloniales. Estudios Sociales del NOA 11: 125142. ANGIORAMA, C. y M. F. BECERRA 2010. Evidencias antiguas de minería y metalurgia en Pozuelos, Santo Domingo y Coyahuaima (Puna de Jujuy, Argentina). 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