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Ponencia Psicología y Economía - R.Quintela

2013, Presentado en el IV Congreso Internacional de Psicología FIUC

La Economía y la Psicología presentan múltiples similitudes dado que pertenecen al campo de las ciencias sociales y se ocupan, desde distintas perspectivas, del estudio del comportamiento humano. Existen múltiples investigaciones de antigua data explicitadas en las teorías económicas clásica, neoclásica, keynesiana e institucionalista basadas en aspectos conductuales, como así también en estudios más recientes realizados en el campo de la denominada Psicología Económica, la Economía del Comportamiento, entre otros enfoques, que dan cuenta de ello. Las distintas teorías económicas, liberales, socialistas, intervencionistas, neoliberales o de otro tipo, vigentes durante el S.XX y comienzos del presente siglo parten de premisas psicológicas y existenciales, explicitadas o no, que implican una determinada visión de la vida y escala de valores aunque algunas de ellas pretendan presentarse como valorativamente neutras. La políticas económicas de corte neoliberal aplicadas en nuestro país y América Latina a partir de los años 70 generaron consecuencias sociales y económicas negativas tales como: regresión en la distribución del ingreso, disminución significativa de puestos de trabajo, incremento de la deuda externa de las naciones, pérdida de autonomía por parte de los estados, menor desarrollo económico, fragmentación social, aumento de la vulnerabilidad de amplios sectores de la población, etc. El fundamento de tales políticas, que aún hoy cuentan con fuerte vigencia en la Unión Europea y en los EE.UU., se halla en diversas premisas vinculadas con el hedonismo y una supuesta racionalidad de los mercados que cuentan con atributos cuasi metafísicos que orientan y determinan el comportamiento de los agentes que los conforman. Por otra parte, las políticas económicas intervencionistas, de distinto tenor y contenido ideológico, aplicadas en estas latitudes desde comienzos del presente siglo presentan rasgos claramente diferenciados pues se sustentan en concepciones diametralmente opuestas acerca del comportamiento humano y el rol de estado y los mercados en la economía. La aplicación de las mismas, si bien ha mejorado la situación preexistente, dista de ser satisfactoria para resolver la problemática de la pobreza, fragmentación y vulnerabilidad social de vastos sectores de la población. Podemos observar, más allá de las políticas utilizadas, la presencia de aspectos culturales y conductuales en las elites gobernantes, asociados con frecuencia a la corrupción sistémica, que repercuten no solo en la generación y asignación de los recursos económicos sino en el comportamiento político social de las comunidades involucradas. A los efectos de superar tales dificultades es necesario procurar, desde un abordaje interdisciplinario, la detección y análisis de las variables que dan origen y explican tales comportamientos y su impacto en la permanencia y reproducción de la pobreza en nuestra sociedad y numerosas naciones del mundo.

IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Autor: Dr. Roberto Luis Quintela Ciencias Económicas - UBA Marzo 2013/ mayo 2019 e-mail: rolconsul@yahoo.com.ar IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela I. Introducción La Economía y la Psicología presentan múltiples similitudes dado que pertenecen al campo de las ciencias sociales y se ocupan, desde distintas perspectivas, del estudio del comportamiento humano. Existen numerosas investigaciones de antigua data explicitadas en las teorías económicas clásica, neoclásica, keynesiana e institucionalista basadas en aspectos conductuales, como así también en estudios más recientes realizados en el campo de la denominada Psicología Económica, la Economía del Comportamiento, entre otros enfoques, que dan cuenta de ello. La naturaleza psicológica de las teorías económicas es inevitable pues hace a la esencia de las mismas. Brevemente y, sin pretender agotar el tema, analizaremos las que consideramos más relevantes. II. La Escuela Clásica Adam Smith en su obra cumbre,“Investigación acerca de la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones”, nos plantea la visión del homo economicus, entendido como tal aquél individuo que procura obtener los mayores beneficios con el menor esfuerzo posible, al expresar que el interés individual conduce al bienestar. Esta idea la explica a través de la “mano invisible”, mecanismo por el cual según Smith cuando un hombre orienta su propia industria “sólo tiene en vista su propio beneficio individual, pero en esto, como en muchos otros aspectos, lo guía una mano invisible que lo mueve a perseguir un objetivo que no se halla incluido en sus intenciones... Cuando promueve su propio interés, frecuentemente impulsa el de la sociedad con mayor eficacia que cuando se propone realmente hacer esto último”. Para que esto sea posible es necesario contar con tres supuestos o pilares básicos la libertad individual, la propiedad privada y la iniciativa empresarial privada. En estas premisas basadas en fundamentos de orden psicológico encontramos los principios del liberalismo económico que conforman la esencia de la economía de mercado. Smith no ignoraba que la tendencia de los productores a satisfacer sus propios intereses podía ser perjudicial al interés público. Al respecto expresó: “…el interés de los comerciantes de cualquier rama del comercio o de las manufacturas siempre es en algunos aspectos diferente e incluso opuesto al interés público…. siempre es expandir el mercado y reducir la competencia. La expansión del mercado suele coincidir bastante con el interés público; pero la reducción de la competencia siempre es contraria a este interés y no puede servir más que para los comerciantes, al obtener más beneficios de los que obtendrían de una manera natural, pueden imponer en beneficio propio un absurdo impuesto al resto de sus conciudadanos.” 1 Esta reflexión es de relevancia pues pone en evidencia una de las típicas fallas de la economía de mercado que está dada por la concentración de los mismos en una o pocas empresas lo cual suprime las ventajas de los mercados competitivos. 1 p. 266/267 edición de Campbell y Skinner, 1976. IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela Thomas Robert Malthus (1766 - 1834) quien perteneció a la generación siguiente a la de Adam Smith tuvo una gran influencia durante el siglo XIX y comienzos del siglo XX. Malthus se desarrolló en plena Revolución Industrial período en el cual junto con el crecimiento de la producción aumentaba el hambre y la miseria de los trabajadores que eran rápidamente desplazados por las maquinarias; esta situación se agravaba al no existir un sistema de ayuda social que operara como un paliativo al respecto. Como resultado de los estudios realizados afirmó que: “…la población, cuando no se le ponen obstáculos, se duplica cada 25 años, esto es, que aumenta en progresión geométrica”. “…teniendo en cuenta el estado actual de la tierra, los medios de subsistencia, aun bajo las circunstancias más favorables a la actividad humana, no podrían hacerse aumentar con mayor rapidez de la que supone una progresión aritmética”.2 Malthus procuró obtener una explicación racional acerca de la causa de tales calamidades para luego formular las siguientes propuestas para su solución: 1. “La población aumenta invariablemente donde los medios de subsistencia aumentan, a menos que se prevenga con obvias y muy poderosas restricciones.” 2. “Estas restricciones y las que reprimen la fuerza superior de la población, y mantienen sus efectos al nivel de los medios de subsistencia, son el freno moral, el vicio y la miseria”. El freno moral representa la idea del control de la natalidad y, al vicio y la miseria, podemos agregar la ignorancia que es un factor determinante de dichas desgracias junto con la mortalidad. En concordancia con tales ideas, Malthus se pronunciaba contra cualquier sistema de igualdad social, aduciendo que el mayor bienestar de los carenciados acarrearía un aumento en la tasa de nacimientos y eliminaría rápidamente las ventajas de la elevación del nivel de vida producido por tal ayuda. Ello significaba que los salarios reales no podían elevarse apreciablemente sobre el nivel de subsistencia, porque el incremento del bienestar aumentaría el número de trabajadores y cuando los salarios descendieran por debajo de dicho nivel, la muerte eliminaría el excedente. Esta concepción, conocida como la “ley de hierro de los salarios”, implica que los trabajadores están condenados a una vida brutal y breve. Lo que sucedió en la realidad fue exactamente lo contrario, los ingresos más altos inducen a las familias a tener menos hijos, reduciéndose la tasa de natalidad. En la vida real no puede hacerse responsable a un par de factores (tasa de crecimiento de alimentos vs tasa de natalidad) del progreso o de la decadencia de la humanidad. Las ideas de Malthus influyeron en la obra de grandes pensadores evolucionistas, tales como Charles Darwin, Alfred Russel Wallace y Herbert Spencer. La doctrina y el pensamiento de Malthus, de apariencia racional tienen una indudable postura psicológica dogmática al plantear la imposición divina de la virtud y la imposibilidad del progreso de la humanidad. 2 Ensayo sobre el principio de la población, (Essay on The Principle of Population), 1798- 1803), Cap. 1. IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela Favoreció a aquéllos que habían acumulado grandes riquezas a causa del desarrollo del capitalismo y que se veían acosados por ataques de distintos sectores, a causa de las condiciones miserables en que vivían gran parte de los asalariados. Recordemos que pertenecía a la clase terrateniente y su ideología tendía a perpetuar los privilegios de la misma. Asimismo, los autores más destacados de esta escuela, Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill, John Eliott Cairnes pertenecen a sectores acomodados de la sociedad, razón por la cual consideraban natural y beneficiosa la posesión privada de los medios de producción. III. El Socialismo Las ideas de los autores de la Fisiocracia (Quesnay, Turgot, entre otros) y de la Escuela Clásica, que ya hemos analizado, han servido para apuntalar el orden económico capitalista. En general centraron su atención en el interés egoísta del individuo como fuerza necesaria y beneficiosa para el conjunto de la sociedad. No obstante ello, el optimismo de los fisiócratas y de Smith sufrió un duro revés con las teorías pesimistas sustentadas por Malthus y Ricardo. De tal modo los trabajadores y capitalistas eran antagonistas y los terratenientes eran enemigos de los consumidores. Se aceptaba como un hecho natural y dogmático la disparidad de recursos y se eliminaba todo mecanismo de transformación social para alcanzar una situación más equitativa para los menos favorecidos por el sistema. Estas ideas se oponían a las concepciones filosóficas del Iluminismo y a las ideas igualitarias que habían sido planteadas en la antigua Grecia y posteriormente impulsadas por el cristianismo, a través de la fraternidad humana. El socialismo representa la concepción de un sistema político y social basado en la socialización de los medios de producción y en la intervención del estado, en forma parcial o total, sobre la actividad económica, con el objeto de alcanzar una sociedad más justa. El concepto de socialismo adquirió distinto significado a través del tiempo y en los distintos países en los cuales se desarrolló. Nos concentraremos en el marxismo debido a su relevancia científica y a la notable repercusión histórica y social del mismo. IV. Marxismo Karl Marx, el exponente más relevante del denominado Socialismo Científico, hace suya la teoría de Ricardo, aquélla que sostiene que el valor de las mercancías está determinado por la cantidad de trabajo necesaria para su producción. Agrega que dicho trabajo es el socialmente necesario, entendiéndose por tal al incurrido para producir una cierta mercancía en condiciones medias de productividad, de habilidad y de técnica. El objetivo que persigue cada capitalista es llevar al máximo la plusvalía, lo cual concuerda con su visión hedonista, incrementando las inversiones en bienes de capital, siendo tal régimen de producción el que asegura la reproducción continua de la relación asalariado - capitalista. Para ello es necesaria la existencia de individuos que, no siendo titulares de medios de producción, sean reconocidos como titulares de su fuerza de trabajo, a quienes denomina proletarios. Esta situación supone la existencia de una relación de explotación entre capitalistas y proletarios que deben vender su fuerza de trabajo para subsistir en condiciones miserables. Por tales fundamentos, Marx considera inmoral e inaceptable que algunos individuos IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela obtengan beneficios a expensas del trabajo de otros por el sólo hecho de ser propietarios de los medios de producción. La aplicación de tal modo de producción haría que los ricos fueran cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, lo cual incrementaría las tensiones sociales hasta que se produjera el inevitable estallido de la revolución social, en la cual el proletariado tomaría bajo su mando todos los medios de producció n eliminando a los capitalistas. Los expropiadores serían expropiados. Esta profecía de Marx no se verificó tal como era de prever en Inglaterra, la primer potencia capitalista de la época sino, paradójicamente, en un país atrasado tecnológica y culturalmente como lo era Rusia. V. Los sistemas económicos en las dictaduras V.1. La Revolución Socialista La primera revolución socialista (1917) pretendió emular los ideales de la Revolución Francesa y abolir el capitalismo de acuerdo con los principios de un socialismo de corte democrático cuyos fundamentos se hallaban en los desarrollos teóricos de Marx. La persistente corrupción en las clases gobernantes y desigualdades sociales habían minado su prestigio en forma análoga a lo ocurrido previamente en Francia y, posteriormente, en otros regímenes políticos como el imperante en la Cuba de Batista o más recientemente en Venezuela. Ello dio lugar a la aparición de líderes carismáticos mediante procesos que tienen en común diversos factores de origen. La revolución socialista, exaltada al principio como un acto de liberación, se transformó en lo opuesto rápidamente implantando el terror en reemplazo de las libertades individuales, la libertad de prensa y de expresión. Esto obedece a que Lenín minó el poder de la Asamblea Constituyente e instauró la dictadura del proletariado en el contexto de la lucha de clases planteado por Marx, cuyo método para el iminar a la oposición era el ejercicio de la violencia. Al respecto Trotski expresó “El único modo de quebrantar la voluntad de clase del enemigo es el uso sistemático de la violencia” (Bychowski, p. 251). Afirmaciones de tal tenor encontramos no solo en Lenin sino también en Plejánov3, Stalin y Engels, entre otros Con la ocupación del poder Stalin, individuo con marcadas convicciones y magnetismo personal, instaló una política de terror sistemático en la que fueron dejados de lado los principios fundamentales del derecho burgués, clase a la que aborrecía por su histórica opresión al pueblo ruso. La instauración de la dictadura del proletariado implicaba reemplazar la democracia de los ricos (una minoría) por la de los pobres (una amplia mayoría) a los efectos de liberar a los pueblos de las cadenas del capitalismo. “Es comprensible, escribió Freud en 1930, que el intento de crear una nueva cultura comunista en Rusia halle su respaldo psicológico en la persecución de la burguesía. Pero no debemos dejar de preguntarnos qué harán los soviets cuando hayan concluido la tarea de exterminar a su burguesía”4 Con el correr del tiempo la dictadura del proletariado se convirtió en una dictadura sobre el proletariado ejercida por unos pocos burócratas en el poder provenientes del Partido. El poder concentrado en un líder omnipotente presenta claras similitudes con el fascismo. “De manera análoga a Robespierre, Stalin creía 3 4 Considerado el fundador del marxismo ruso. Freud, Sigmund, Civilization and its Discontents, citado por Bychovski, G., Londres, L. & V. Woolf, 1930. IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela que cualquier oposición a su persona era desleal y criminal”. En este punto hallamos también grandes analogías con las expresiones de diversos gobernantes autocráticos de la actualidad. Bychowski expresa que”…tanto sus racionalizaciones como las de Robespierre expresan una tensión megalomaníaca5 en el sentido de que la más absoluta pureza de ideas partidarias se expresaba en sus respectivas personas” En la práctica Stalin eliminó (en sentido literal) a todos sus rivales u opositores, ya fueran reales o potenciales a los efectos de reforzar su poder. Curiosamente sus métodos brutales , oportunamente cuestionados por Lenín, eran una continuidad de los aplicados por una extensa lista de déspotas rusos en las cuales Iván Grozni, más conocido como ‘el Terrible’ ocupaba el primer lugar. Tanto Stalin, como Hitler y Robespierre habían soportado severos padecimientos en la infancia. La conquista de sus respectivos países mediante ideologías significativas y el poder militar operaba como una forma de reivindicación de las humillaciones previas. En tales contextos los líderes se hallaron rodeados de personajes oscuros y serviles que exaltaban sus figuras y acrecentaban su egocentrismo y omnipotencia. La acción de Stalin se vio facilitada por el apoyo popular, en un contexto de retraso económico y cultural, que hallaba en el mismo una figura paternal fuerte y poderosa que venía a desplazar a la histórica opresión de los zares. V.2. El Nacional Socialismo El movimiento nacional socialista surge en 1920 con la creación Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo bajo el impulso Adolf Hitler, violento emergente político de un país orgulloso y humillado por los aliados,6 quien se presentó como el campeón del capital productivo y del trabajo alemán contra los ‘vampiros capitalistas judíos’ 7. Se consideraba a sí mismo la garantía del honor de Alemania, la justicia social y de los derechos de la propiedad privada. Expresaba el deseo de una masculinidad brutal que se destacara por su violencia para someter voluntades. Utilizó al odio y el resentimiento como fuente de aglutinamiento de sus seguidores. Su agresividad, resultado de su frustración existencial, y su paranoia, gratificada por medio del asesinato de millones de indefensos “enemigos”, repercutió no solo en la política interior sino también en una exterior de corte pangermánico. Planteaba que “El nacionalismo es más que una religión, es la voluntad de crear un superhombre” y que la especie humana mutará en “dos clases: el Hombre Dios y las masas animales” Con respecto a las relaciones de Hitler con la juventud se los adoctrinaba para que le otorgaran “…las atribuciones de algo muy parecido a Dios.”8 Los casos analizados se pueden comprender a la luz de los estudios sobre psicología de las masas realizados por Le Bon, Mc Dougall y Freud que exceden los objetivos de este trabajo. Lo que nos interesa remarcar son las consecuencias de las políticas implementadas por tal tipo de megalómanos con una enorme sed de poder que, como expresaba Nietzsche, es una de las fuerzas básicas del hombre. Tal tipo de autócratas se caracterizan por interpretar el sentir de vastos sectores de la población en determinados contextos históricos de alta conflictividad y desigualdades sociales. En el campo de la economía tales políticas implican una 5 Diccionario RAE, del gr. μεγαλο- megalo-, de la raíz de μέγας mégas'grande', y – manía. F. Manía o delirio de grandezas. En su obra Las consecuencias económicas de la paz. Keynes plantea que las reparaciones de guerra implementadas por los Aliados luego de la Primera Guerra Mundial darían lugar a la aparición a movimientos de tal naturaleza. 7 Bychovski, op. cit. 8 Henderson, Neville, Failure of a Mission, (citado por Bychovski) , New York,, G. P. Putnam’s Sons, 1940 6 IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela fuerte concentración en la toma de decisiones. Ello deriva en procesos de transformación de los sistemas económicos llevándolos a una centralización de los mismos que se materializan por medio de la nacionalización y/o socialización de las economías conjuntamente con una correlativa pérdida de derechos y libertades individuales. Cabe destacar que no necesariamente todas las dictaduras proceden de forma análoga a las mencionadas. Es amplia la experiencia latinoamericana de gobiernos de tal tipo que accedieron al poder para satisfacer los intereses de determinadas minorías argumentado la defensa de las libertades y derechos individuales de la población los cuales fueron rápidamente conculcados por medio de la persecución de opositores, censura a la libertad de expresión, cierre y/o intervención de medios de comunicación independientes y, en casos extremos, en la implementación del terrorismo de estado, método de gobierno análogo al de los sistemas ya analizados. En estos casos la concentración del poder económico pasó a manos del sistema financiero internacional, con la insoslayable presencia del FMI, y de grandes corporaciones, siendo los gobernantes de facto involucrados funcionales a tales intereses 9. VI. Teorías marginalistas En las últimas tres décadas del siglo XIX la Economía se modificó en forma sustancial. De manera independiente y simultánea diversos economistas en Austria, Inglaterra y Suiza desarrollaron una nueva concepción teórica que pusieron el énfasis en el análisis marginal y en el comportamiento del consumidor. Las teorías marginalistas surgieron como una reacción frente a las ideas de Karl Marx quien cuestionaba profundamente al sistema de producción capitalista. Bajo el nuevo enfoque el valor de una mercancía viene dado por su capacidad de satisfacer las necesidades de los consumidores y no por la mayor o menor cantidad de trabajo incorporado a los mismos. Esta teoría denominada teoría subjetiva del valor, implica asumir una posición psicológica y de corte hedonista. El enfoque marginalista consiste en remarcar el efecto de los cambios en el margen: v. g., la ganancia o pérdida de utilidad se origina en “un poco más” o “un poco menos” de consumo de cierta mercancía; y es la utilidad de estas variaciones, la utilidad marginal, el hecho relevante para la determinación del valor. El marginalismo representa a su vez una ruptura con el enfoque clásico del valor que, de acuerdo con Smith y Ricardo, surgía del trabajo incorporado por medio del proceso de producción. Es decir, que el énfasis se hallaba puesto del lado de la oferta, siendo el trabajo incorporado y los costos de producción los determinantes del valor. Herman Heinrich Gossen uno de sus más relevantes exponentes, autor de la Evolución de las leyes del intercambio humano, afirma que “la causa del valor hay que buscarla en los hombres y no en las cosas”. La Escuela Neoclásica elabora la teoría de la demanda en la cual intervienen los elementos subjetivos considerados por Gossen. En su momento la obra de este autor tuvo nula difusión y fue rescatada del olvido posteriormente por W.S. Jevons. 9 Véase más adelante el apartado titulado “Los supuestos del Neoliberalismo”. IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela VII. Escuela Neoclásica Karl Menger, de la Escuela Austríaca, elaboró la teoría subjetiva del valor basada en la utilidad, es decir en la capacidad que tienen los bienes de satisfacer necesidades. Este enfoque implica tomar como centro del análisis económico a las personas y a sus conductas, cuyas valoraciones subjetivas con respecto a las valoraciones de los bienes constituyen la base del intercambio. Walras (1834-1910) enunció la teoría del equilibrio la cual fue profundizada por Pareto (1848-1923), la cual se caracteriza por un sistema completo de ecuaciones que pone en evidencia la dependencia mutua de los fenómenos económicos. Al decir de Pareto con dicha teoría ¨ La ciencia económica adquiere así el rigor de la mecánica racional, deduce sus resultados de la experiencia, sin hacer intervenir a ninguna entidad metafísica. ¨ El esfuerzo de objetividad se encuentra en la consideración del equilibrio del consumidor y el del productor. El equilibrio del primero se observa a través de las denominadas ¨ líneas de indiferencia ¨ o ¨ curvas de indiferencia ¨ las que representan distintas combinaciones entre los bienes que le brindan al consumidor el mismo grado de satisfacción. El equilibrio del segundo se analiza a través de las respectivas líneas de indiferencia que expresan las distintas combinaciones de factores en las cuales obtiene el mismo beneficio. William Stanley Jevons, Alfred Marshall y F. Y. Edgeworth fueron los principales representantes de la Escuela de Cambridge. Al analizar la teoría del valor elaborada por los clásicos, Jevons (1835-1882) sostuvo que la misma era incorrecta puesto que el valor de los mismos depende de su utilidad. De acuerdo con su enfoque el funcionamiento de la economía se halla fundamentado en cuestiones psicológicas vinculadas con el dolor y el placer. Siguiendo esta línea de pensamiento, planteaba que la demanda podía expresarse como una función del ¨ placer ¨ o de la ¨ utilidad ¨ y la oferta de trabajo podía ser expresada como una función del ¨ dolor ¨o de la ¨ molestia ¨ o desutilidad que implica el trabajo. Marshall (1842-1924), quien es considerado el exponente más destacado del neoclasicismo, criticó el concepto del hombre económico, al cual consideraba demasiado limitado, pues el hombre real tiene otras motivaciones al margen de las estrictamente económicas que lo guían en su accionar social. Consideró positiva a la competencia, pero advirtió sobre los aspectos negativos de la misma. En su obra principal, Principios de economía política, formula sus teorías sobre el valor y de la distribución en las que combina la utilidad con el costo real subjetivo. De acuerdo con su enfoque, las fuerzas que subyacen en la oferta y la demanda determinan el valor. Operan como dos hojas de una tijera por lo que es inútil preguntar cuál es la que corta. Detrás de la demanda se halla la utilidad marginal, reflejada en los distintos precios a los que se demandarán determinadas cantidades. Detrás de la oferta se encuentran el esfuerzo y el sacrificio marginal, expresados en los distintos precios a los que se producirán distintas cantidades. Esta opinión es diferente a la versión austríaca, por cuanto el costo de producción vuelve a aparecer como determinante del valor. Francis Y. Edgeworth (1845-1926) fue uno de los primeros economistas en aplicar métodos estadísticos al campo de la economía y acuñó el término curvas de indiferencia en su obra Mathematical Psychics (1881), que sirvió de soporte a los desarrollos de Pareto. IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela Con tales enfoques la economía procura transformarse en una ciencia valorativamente neutra al dejar de lado cuestiones político sociales y convalidar, por omisión, el sistema económico imperante en la época. Al igual que los pensadores clásicos estos autores pertenecen a sectores acomodados de la sociedad, razón por la cual consideraban natural y beneficiosa la posesión privada de los medios de producción y no pusieron mayor énfasis en el estudio de las consecuencias económico - sociales de la aplicación de políticas económicas de corte liberal. VIII. El keynesianismo El pensamiento económico de John Maynard Keynes representa una ruptura con las ideas sustentadas por los autores clásicos y neoclásicos, que eran las predominantes en un mundo que se caracterizaba por la expansión del sistema capitalista. En 1910 pone el énfasis en el papel de las expectativas, la ignorancia y la incertidumbre, hechos estos que se hallaban ausentes en los modelos de buena parte de la teoría convencional, sobre las decisiones de inversión. También concentró su interés en el análisis de la causalidad de la conducta económica; en particular en definir hasta qué punto se podían realizar inferencias básicas mediante el aporte de datos estadísticos, a los cuales les asignaba sólo valor descriptivo, rechazando las teorías estadísticas sobre probabilidad. Fundamentaba esto en que la multiplicidad de causas que generaban los acontecimientos y la incertidumbre impedían tal pretensión. En 1912 analizó las consecuencias de las fluctuaciones de los precios y sostuvo que un descenso en los precios era preferible a un aumento, tanto por cuestiones de índole social como comercial. La caída de los precios beneficia a los asalariados y a los prestamistas a expensas de empresarios y deudores. Esto torna más igualitaria y equitativa la distribución del ingreso. Es fácilmente comprensible debido a su formación humanista, su preocupación por los asalariados pero no resulta claro tal actitud con respecto a los prestamistas; esto se fundamenta en su percepción de que éstos eran relativamente más pobres que los prestatarios. Las verdades que buscaba Keynes se relacionaban con la conducta humana, que en su opinión no podía reducirse a un sistema de ecuaciones. Corresponde indicar que apoyó decididamente al comercio internacional, al cual consideraba beneficioso para la economía en general y para las clases trabajadoras en particular. Al concluir la guerra la tarea principal de Keynes fue preparar la posición del Tesoro con relación a las reparaciones de guerra que debía pagar Alemania y sostuvo que cualquier reparación que se pidiera a Alemania en razón del daño causado, debería tener en cuenta su posibilidad de pago, de manera de no destruir su capacidad productiva. Sus puntos de vista no fueron tenidos en cuenta por los Aliados y, como IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela consecuencia de ello, se generaron graves desequilibrios económico-financieros en Alemania que generarían un clima propicio para fuertes tensiones sociales en ese país. 10 VIII. 1. La Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero La obra cumbre de Keynes surge en un contexto de elevadas tasas de desempleo originadas en la crisis de 1929 con epicentro en Wall Street, cuyas fuertes repercusiones en el mundo capitalista se traducían en una significativa reducción en el nivel de actividad económica, el aumento de la miseria y de la pobreza. En este contexto la Teoría General constituyó una contribución crucial. Se presenta a la vez como una crítica al pensamiento clásico, que incluye al neoclásico y como una construcción teórica nueva que atacaba, en nombre del mismo liberalismo político, el dogmatismo de los economistas liberales, justificando las políticas económicas activas y proponiendo niveles de acción esenciales. Keynes sostuvo que los economistas clásicos no se preocuparon en demasía por el análisis de las variaciones en los niveles de ocupación, pues partían de un supuesto de un nivel fijo de ocupación de los factores de la producción y se limitaban a averiguar cómo se distribuían estos en sus distintas aplicaciones, la forma en que se determinaban sus respectivas remuneraciones y el valor de los productos obtenidos. Para Keynes la desocupación es un fenómeno involuntario originado en la insuficiencia de la demanda para absorber todos los productos resultantes del pleno empleo de las fuerzas productivas. La falacia del pensamiento clásico quedó en evidencia durante la Gran Depresión originada en la crisis de 1929. A los efectos de salir del estancamiento económico y la significativa desocupación imperante, el presidente de los EE.UU. F. D. Roosevelt aplicó medidas de corte keynesiano cuya eficacia confirmó la corrección de la teoría. Al desarrollar la teoría del interés expresa: “La tasa de interés no es el precio que equilibra la demanda de fondos de inversión, con la disposición de abstenerse del consumo presente. Es el precio que equilibra el deseo de tener riquezas en forma de dinero con la cantidad disponible de dinero.” Al analizar el impacto de la tasa de interés en la actividad económica señala que el ahorro global depende solamente del ingreso global y este del nivel de las inversiones dada la propensión a consumir. Si se aumenta la tasa de interés se inducirá al ahorro a algunos individuos pero no por ello aumentará la cantidad total que se ahorra, dado que dicho aumento en la tasa provocará un descenso en las inversiones, siempre que no vaya acompañada de un aumento en la tabla de demanda de capital. La decisión individual de ahorrar no comporta dar una orden anticipada de producción de artículos para el consumo futuro, sino la mera cancelación de una orden presente. Keynes desarrolla el concepto de eficiencia marginal del capital como la relación entre el rendimiento futuro conjetural de una unidad adicional de capital, por un lado, y su costo, por otro. A medida que aumentan las inversiones en un determinado tipo de capital, disminuye su eficiencia marginal. La cantidad de inversiones corrientes se extenderá hasta el punto en que no haya capital alguno cuya eficiencia marginal 10 Véase el apartado referido al Nacional -Socialismo IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela sobrepase al tipo de interés corriente. La eficiencia marginal del capital está, asimismo, influida por el estado de confianza que tanta importancia tiene en las decisiones de los hombres de negocios. Con respecto al fenómeno de las crisis económicas señala que las mismas están vinculadas con la fluctuación en las inversiones y con la propensión al consumo y se traducen en una fluctuación de la ocupación. Cuestiona, asimismo los principios maximizadores de los clásicos al expresar: “Si la naturaleza humana sólo se moviera por el incentivo del beneficio y no sintiera la tentación de tomar riesgos ni la satisfacción de hacer fábricas, granjas o ferrocarriles, no habría, en verdad, muchas inversiones como mero resultado del cálculo frío”. El carácter psicológico o convencional acerca del futuro de la tasa de interés explica por qué no sólo depende da la política presente de las autoridades monetarias y su influencia sobre la cantidad de dinero, sino también de las conjeturas del mercado con respecto a lo que será la política futura. No hay razones para pensar que esa tasa sea la que corresponde a un nivel de plena ocupación, por el contrario “puede fluctuar durante décadas alrededor de un nivel que es crónicamente alto para la plena ocupación.” Todo esto determinó la necesidad de que los estados asumieran ciertas iniciativas, dejando de lados los dogmas clásicos y neoclásicos, para resolver problemas que excedían las posibilidades de la economía de mercado. Estas medidas consistieron en:  Influir sobre la propensión al consumo por medio de la política monetaria (que influye en los tipos de interés), de la política fiscal y otras medidas.  Actuar sobre el nivel de inversiones, en las cuales las expectativas juegan un rol central, para incrementar el nivel de ocupación.  Actuar sobre la distribución de las rentas que es consecuencia de las medidas anteriores y de políticas específicas.  Implementar políticas activas de comercio exterior. El pensamiento de Keynes sintetizado en su Teoría General de origen a un nuevo modo de análisis denominado Macroeconomía. VIII.2. La aplicación de las ideas keynesianas Sus ideas que fueron aplicadas con intensidad en muchos países. En Gran Bretaña se utilizaron en la década del 40 y tuvieron vigencia hasta finales de 1970 operando sobre la demanda y la oferta global. Si se consideraba insuficiente el nivel de actividad económica se incrementaba del gasto público, se reducían los impuestos o el tipo de interés. En caso contrario se operaba en sentido opuesto. En EE.UU. el presidente J.F. Kennedy aplicó medidas análogas para superar la recesión de la década de los sesenta. En la Argentina durante largos períodos y, en forma discontinua, se desarrollaron políticas que se pueden cons iderar pseudo IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela keynesianas, drásticamente distintas de las de Keynes, con relación a los objetivos de empleo y los peligros de la inflación. Con el fracaso del modelo neoliberal, las políticas keynesianas comenzaron a ser reimplantadas en nuestro país a partir del año 2002, procurando cuidar el valor de la moneda y el equilibrio fiscal. Estos logros iniciales se fueron perdiendo en los últimos años al modificarse la política económica que ha ido adoptando rasgos cada vez más populistas e intervencionistas que tiende a la nacionalización de sectores estratégicos y al control de variables fundamentales tales como precios, tipo de cambio, tarifas públicas, comercio exterior, etc. IX. Los supuestos del Neoliberalismo El neoliberalismo surge como una reacción a la aplicación de las políticas keynesianas en las cuales el rol del estado era creciente. Las propuestas económicas imperantes en el mundo en l as últimas décadas, que actualmente tiene una repercusión ruinosa en Europa en particular en Portugal, Irlanda, Grecia, Italia y España (PIGS), son las planteadas por Milton Friedman quien, presenta fuertes coincidencias con Popper acerca de los supuestos del neoliberalismo. Algunos de sus supuestos sustanciales, que parten de premisas psicológicas empíricamente refutables, son los siguientes: (Gómez, Cap. VIII, 1997)        El ser humano es básicamente un ser egoísta, consumidor y propietario de sus bienes. El ser humano es un ser de tradiciones, la primera, la que resulta de su naturaleza básicamente egoísta, la segunda, la de la ciencia. Los seres humanos son naturalmente desiguales. La única igualdad válida es la igualdad política ante el mercado y la ley. La libertad es abstracta, individual y negativa. El mercado es el único ordenamiento racional y la planificación es irracional. La democracia es el sistema político recomendable en tanto no interfiera con el funcionamiento del libre mercado. La sociedad capitalista neoliberal es insuperable. La evidencia empírica contradice tales afirmaciones. Basta con analizar lo que ha ocurrido con los niveles de desempleo, marginación, desigualdad y pobreza creciente en los países en los cuales se ha aplicado a rajatabla dicha ideología (países latinoamericanos dentro de los cuales Argentina fue el ejemplo preferido en los 90’ y Chile lo sigue siendo con respecto a la aplicación del modelo, los EE.UU con sus cuarenta y siete millones de habitantes debajo de la línea de pobreza 11 con fuerte incidencia en los blancos hispanos y en los afroamericanos12, etc. Tales premisas dan lugar a tensiones inevitables que sólo se pueden resolver mediante una profunda reformulación ética de los valores que la sociedad humana desea defender. Al igual que los pensadores clásicos y neoclásicos estos autores pertenecen a sectores acomodados de la sociedad y la ideología que sustentan, a la cual pretenden asignarle valor científico, es funcional a sus intereses de clase. 11 Cifras correspondientes al mes de julio de 2010. Véase Encinas Ferrer, Carlos, Neoliberalismo y distribución del ingreso en los Estados Unidos de América , Problemas de Desarrollo, Revista Latinoamericana de Economía, vol. 40, núm. 158, julio/septiembre 2009. 12 IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela IX.1. Consecuencias del liberalismo económico No obstante las consecuencias negativas de la aplicación de las políticas neoliberales, hasta hace pocos años los economistas del establishment “defendían a capa y espada las funcionalidades de las desigualdades. Acostumbraban a señalar que contribuyen a acumular capitales en ciertos grupos, que luego los reinvertirán y acelerarán el crecimiento o que son una etapa obligada del progreso” (Kliksberg, B., 2010). El fundamento de tales políticas, que aún hoy cuentan con fuerte vigencia en la Unión Europea y en los EE.UU., se halla en diversas premisas vinculadas con el hedonismo y una supuesta racionalidad de los mercados que cuentan con atributos cuasi metafísicos que orientan y determinan el comportamiento de los agentes que los conforman. Consideramos que este tema puede comprendido con mayor precisión por medio del marco de la Teoría de la Corrupción en los cuales el poder y tráfico de influencias 13 son variables relevantes cuyo explicitación excede los objetivos del presente trabajo A modo de síntesis y en términos weberianos podemos decir que con el tráfico de influencias las desigualdades sociales se acrecientan en alguna de estas tres dimensiones interdependientes entre sí y, a la vez, parcialmente independientes: la riqueza, el prestigio y el poder. Este último determina, a su vez, la distribución de la mayor parte de los excedentes generados por la sociedad incrementando la concentración de poder en las clases dominantes. De esta forma se refuerza el sistema de dominación en sus distintas dimensiones: económica, política, ideológica, etc. operando sobre el sistema polí tico-burocrático sin necesidad de violar en forma evidente las reglas de juego impuestas por el orden legal imperante. 14 La aplicación de los postulados neoliberales dio lugar a la crisis financiera global del año 2008 que ha tenido su origen en la desregulación del sistema financiero estadounidense en la época de Clinton y profundizada durante las administraciones posteriores que permitió que el negocio de la intermediación hipotecaria quedara fuera de la supervisión de la FED y que con ello generara una exponencial especulación con las denominadas hipotecas ‘subprime’. Sus catastróficos efectos se expandieron con notable intensidad en los mercados financieros internacionales afectando en forma drástica a la economía internacional X. La Economía de la Conducta La denominada Economía de la Conducta (Behavioural Economics), una rama que presenta una perspectiva psicológica, ha contribuido a la revisión de los postulados racionalistas de la economía al buscar una explicación de las patologías observadas en el funcionamiento de la economía de mercado. Tal enfoque sostiene que “a las limitaciones cognoscitivas de los consumidores deben sumarse los errores de percepción propios de quienes toman decisiones de inversión significativas. Los inversores, incluso los más sofisticados, son mucho menos racionales de lo que comúnmente se cree. Sus decisiones suelen estar influenciadas por sesgos sistemáticos que les impiden maximizar los rendimientos de sus clientes. Por ejemplo, los inversores tienden a vender activos con buena performance y mantener los que mostraron pérdidas, bajo el supuesto erróneo de que recuperaran las pérdidas.”(Mira y Quiroga, 2009). 13 Véase Quintela, Roberto, Tráfico de Influencias, Documento de trabajo - Instituto de Investigaciones Administrativas (IINVESAD), FCE, UBA, marzo 2007. en Delitos Complejos, Conclusiones del Proyecto UBACyT E-010, Francisco M. Suárez (Director), Ediciones Cooperativas, julio 2008. 14 Para una mejor comprensión de los sistemas de dominación véase Errandonea (h), Alfredo, Sociología de la Dominación, p.92 y ss., Tupac - Nordan, Buenos Aires - Montevideo, 1988. IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela Los estudios realizados demuestran la extrapolación errónea del comportamiento de variables a partir de muestras de escasa representatividad. Asimismo, diversos trabajos han demostrado que los individuos tienden a sobreestimar sus éxitos y adjudicar sus fracasos al azar o al sabotaje 15. La historia de Charles Ponzi en la década del 20 en Boston, EE.UU. es demostrativa de estas deficiencias cognoscitivas y de la irracionalidad del comportamiento de los agentes económicos. Este caso, que duró unos pocos meses y que hizo terminar a Ponzi en la cárcel fue repetido hace pocos años por Bernard Madoff a una escala muy superior que ascendió a unos 50.000 millones de dólares e involucró a miles de personas. XI. Comentarios finales Como consecuencia de lo expuesto en los puntos precedentes podemos llegar a las siguientes conclusiones:           15 Como hemos mencionado al comienzo de este trabajo la interrelación entre la Economía y la Psicología es evidente y hace a la esencia de las ciencias sociales. El abordaje de los temas económicos por su complejidad requiere una visión holística que como tal es sistémica e interdisciplinaria. Las teorías basadas en fundamentos hedonistas, maximizadores y racionalistas han demostrado ser limitadas e insuficientes. Las soluciones planteadas por medio del socialismo científico y el nacional socialismo han tenido consecuencias negativas en las naciones donde fueron llevadas a cabo. Aquí surge con fuerza la importancia no solo de la comprensión de los fenómenos históricos, políticos, sociales y culturales que les dieron origen sino también de las personalidades de sus líderes caracterizadas por una evidente megalomanía. Acaso tal tipo de líderes sean emergentes naturales de tales condiciones previas. En Keynes encontramos aportes superadores para comprender las limitaciones de las teorías clásicas y neoclásicas imperantes en las primeras décadas del S.XX al incorporar el rol de las expectativas en el análisis económico y una visión de la economía orientada al bien común en la cual el rol del sector público es relevante. La aplicación posterior del modelo neoliberal representó un continuum del pensamiento neoclásico reafirmando y explicitando sus supuestos básicos egoístas y supuestamente racionales. Todos estos enfoques están vinculados con las historias individuales de sus autores, sus orígenes, circunstancias, sus visiones del mundo, sus intereses de clase y sus valoraciones subjetivas. La más reciente Economía de la Conducta presenta una perspectiva psicológica que ha contribuido a la revisión de los postulados racionalistas de la economía al destacar la incongruencia de los mismos. Las políticas económicas de distinto signo aplicadas en las últimas décadas, no solo en nuestro país sino en América Latina y buena parte del planeta, incluyendo a diversos países desarrollados, han sido no solo insuficientes sino regresivas para resolver la problemática de la pobreza, fragmentación y vulnerabilidad social de vastos sectores de la población. Se requieren nuevos abordajes interdisciplinarios que consideren en profundidad los aspectos culturales y conductuales de las elites gobernantes, asociados con frecuencia a la corrupción sistémica, que repercuten no solo en la generación y asignación de los recursos económicos sino en el comportamiento político social de las comunidades involucradas. Véanse los trabajos de investigación en el campo de las Finanzas del Comportamiento (Behavioral Finance) en Hirshleifer (2001), Shefrin (2001) y Barberis y Thaler (2003). 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Las distintas teorías económicas, liberales, socialistas, intervencionistas, neoliberales o de otro tipo, vigentes durante el S.XX y comienzos del presente siglo parten de premisas psicológicas y existenciales, explicitadas o no, que implican una determinada visión de la vida y escala de valores aunque algunas de ella s pretendan presentarse como valorativamente neutras. La políticas económicas de corte neoliberal aplicadas en nuestro país y América Latina a partir de los años 70 generaron consecuencias sociales y económicas negativas tales como: regresión en la distrib ución del ingreso, disminución significativa de puestos de trabajo, incremento de la deuda externa de las naciones, pérdida de autonomía por parte de los estados, menor desarrollo económico, fragmentación social, aumento de la vulnerabilidad de amplios sectores de la población, etc. El fundamento de tales políticas, que aún hoy cuentan con fuerte vigencia en la Unión Europea y en los EE.UU., se halla en diversas premisas vinculadas con el hedonismo y una supuesta racionalidad de los mercados que cuentan con atributos cuasi metafísicos que orientan y determinan el comportamiento de los agentes que los conforman. Por otra parte, las políticas económicas intervencionistas, de distinto tenor y contenido ideológico, aplicadas en estas latitudes desde comienzos del presente siglo presentan rasgos claramente diferenciados pues se sustentan en concepciones diametralmente opuestas acerca del comportamiento humano y el rol de estado y los mercados en la economía. La aplicación de las mismas, si bien ha mejorado la situación preexistente, dista de ser satisfactoria para resolver la problemática de la pobreza, fragmentación y vulnerabilidad social de vastos sectores de la población. Podemos observar, más allá de las políticas utilizadas, la presencia de aspectos cultur ales y conductuales en las elites gobernantes, asociados con frecuencia a la corrupción sistémica, que repercuten no solo en la generación y asignación de los recursos económicos sino en el comportamiento político social de las comunidades involucradas. A los efectos de superar tales dificultades es necesario procurar, desde un abordaje interdisciplinario, la detección y análisis de las variables que dan origen y explican tales comportamientos y su impacto en la permanencia y reproducción de la pobreza en nuestra sociedad y numerosas naciones del mundo. IV Congreso Internacional de Psicología - FIUC - UCA Premisas psicológicas de la teoría económica y su impacto en la realidad Roberto Luis Quintela Curriculum Vitae del autor                 Doctor en Ciencias Económicas (UBA). Especialista en la Enseñanza de la Educación Superior (UCC). Contador Público (UBA). Docente universitario Ex Investigador del Instituto de Investigaciones Administrativas - FCE - (UBA). Ex Asesor del Banco Central de la República Argentina. Ex gerente de grandes bancos privados nacionales. Ex gerente y director de empresas nacionales e internacionales. Panelista y expositor en foros nacionales e internacionales sobre temas vinculados con el sistema financiero nacional e internacional, lavado de dinero y corrupción sistémica. Ha integrado comisiones de estudio sobre entidades financieras en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CPCECABA) y en la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA). Autor del libro, Introducción a la Economía - Teoría, técnica y realidad -, Editorial Grafi-k, Buenos Aires, 2011. Coautor del libro Delitos Complejos - Conclusiones del Proyecto UBACyT E-010, (Director Dr. Francisco M. Suárez) Ediciones Cooperativas, Buenos Aires, 2008. Coautor y director del libro Fundamentos de Economía, Editorial Grafi - k. Buenos Aires, 2007 Autor del libro Crisis Bancarias y Corrupción, Editorial Dunken, Buenos Aires, 2005. Coautor y director del libro Fundamentos de Economía, Editorial Grafi - k. Buenos Aires, 2005. Autor de artículos y trabajos de investigación sobre temas relativos a Economía, Finanzas, Contabilidad y Administración de Personal publicados en medios especializados.