Cuando Franco miró para Cuenca

Cuando Francisco Franco visitó Cuenca, en noviembre de 1947, con motivo de la inauguración del ferrocarril Cuenca-Utiel, recordó a los conquenses que quería seguir siendo su diputado. Se trata de una burda manipulación histórica que se ha mantenido en la memoria colectiva hasta la actualidad. En realidad, pudo haberlo sido en mayo de 1936, junto con José Antonio Primo de Rivera, pero el líder falangista, encarcelado en la Modelo de Madrid, vetó la candidatura del entonces comandante militar de Canarias. En este artículo, su autor –que cuenta, entre otros títulos, con dos monografías sobre la “República en paz” (Cuenca durante la II República: elecciones partidos y vida política, 1931-1936. Diputación de Cuenca, 1997; y La Segunda República, 1931-1936: las claves de la primera democracia española del siglo XX. Sílex, 2017) y otra sobre el conflicto político-religioso en la España republicana (El gorro frigio y la mitra frente a frente. Rubeo, 2007— reflexiona sobre las motivaciones de estas candidaturas que, de haber prosperado, podrían haber variado el rumbo de la historia reciente de España. A la luz de recientes investigaciones sobre la preparación de las conspiraciones militares del 36, se apuntan dos alternativas que no concuerdan con la supuesta ambigüedad de Franco en esos momentos. Por un lado, se habla de una maniobra “legalista”; por otro, de una tapadera para ganar protagonismo en la trama conspiratoria. Dar respuesta a estos interrogantes y conocer las circunstancias especiales que rodearon la elección parcial de 3 de mayo de 1936 son los objetivos de este texto.