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TAOISMO

Breves enseñanzas de esta opción religiosa espiritual

FACULTAD ADVENTISTA DE TEOLOGÍA CAMPUS ADVENTISTA DE SAGUNTO TAOISMO TRABAJO DE INVESTIGACIÓN Alumno: Diego Calvo Asignatura: Religiones Comparadas II Profesor: Dr. Nelson Salgado Junio 2014 pág. 1 INDICE INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………..3 HISTORIA DEL TAOÍSMO…………………………………………………………..5 ENSEÑANZAS DEL TAOÍSMO……………………………………………………..7 SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN ORIENTAL………………………………….11 CONCLUSIÓN……………………………………………………………………….15 pág. 2 INTRODUCCIÓN: Sistema filosófico y religión que tuvo su origen en China en las ideas del filósofo Laozi (siglo vi a. C.); se caracteriza por creer que existe una solidaridad absoluta entre el hombre y la naturaleza, puesto que ambos concuerdan perfectamente y tienen un sustrato común: las actitudes metafísicas y personales hacia la naturaleza del taoísmo contrastan con las actitudes puramente éticas y sociales del confucianismo. 1 En 1961, la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó la existencia de ciertas religiones ateas, y citó entre ellas al budismo hinayana, el taoísmo y el humanismo secular2 ¿Qué es y qué enseña el taoísmo? El taoísmo es una de las tres grandes religiones de China, junto con el Budismo y el Confucianismo. El fundador fue LAO-TSÉ (604–531 a. C). Aunque se clasifica como religión, en el principio el taoísmo sólo era una filosofía y no se organizó como religión hasta el 440 d.C., cuando fue adoptado como un CULTO estatal.3 La condición para llegar a conocer algo de Dios (o el Tao) es darse cuenta de que la verdad se encuentra en las contradicciones (esto se llama el «Tao» o el camino, en el taoísmo). De modo que uno debe meditar para vaciar la mente de toda razón, y contemplar luego cuestiones como: « ¿Qué sonido produce aplaudir con una sola mano?» Estas preguntas, que carecen de respuesta en sí, son concebidas para que la mente acepte que el ätman (el mundo, la multiplicidad, el mal, la ilusión) es Brahman (Dios, la unidad, el bien, la realidad). De ahí que Dios sea todo y todo sea Dios. El hombre existe para percatarse de que también es Dios. Aunque la razón no lo reconozca, la esencia de Dios es que es mente. De ahí que no pueda haber existencia material ya que la mente es todo. (¿Qué es la mente? No materia. ¿Qué es materia? No importa.) Como lo expresa D.T. Suzuki: «Esta naturaleza 1 , CAYUELA, N. L. (ed.). Diccionario general de la lengua española Vox. 2 GEISLER, NORMAN ; BROOKS, RON: Apologética: Herramientas valiosas para la defensa de la fe. Miami, FL : Editorial Unilit, 1997 3 MATHER, GEORGE A. ; NICHOLS, LARRY A.: Diccionario de creencias, religiones, sectas y ocultismo. pág. 3 [es decir, la naturaleza espiritual del hombre] es la mente y la mente es el buda y el buda es el camino y el camino es el zen».5 De igual manera el filósofo Plotino, del siglo III de la era cristiana, dijo que la primera emanación del absoluto era el Nous (mente, en latín), de donde Dios piensa acerca de sí mismo y toda la multiplicidad fluye de ahí.4 El taoísmo de Lao-tze procuraba establecer una armonía con la potencia vital: la naturaleza. Confucio se esforzaba por introducir la armonía por medio de relaciones correctas en la senda de los deberes sociales5 El taoísmo se hizo muy popular en China y después de Lao Tse y Zhuangzi se continuó desarrollando, sobretodo, en su vertiente más esotérica que se funda en los principios cosmológicos chinos tradicionales. El objetivo de los seguidores del taoísmo en su versión más popular se enfoca en alcanzar la prolongación de la vida e la inmortalidad del alma. Es importante destacar que hay muchas diferencias entre éste taoísmo popular y el taoísmo filosófico. El taoísmo filosófico constituye la oposición al confucianismo, que propone el compromiso social y al servicio público, mientras que el taoísmo rechaza todo lo que es una interferencia humana en la ley natural, muchos taoístas evitaban la vida pública. La armonía que en el confucianismo se encuentra en el equilibrio, para los taoístas se encuentra en un universo donde todas las cosas siguen la ley natural según su condición, sin interferencias antinaturales y en armonía global. El taoísmo religioso se ha desarrollado en diversas escuelas y a partir de la introducción del budismo en China, también notó grandes cambios; se dejó influenciar por la nueva doctrina y desarrollo un nuevo corpus teórico para poder competir con el budismo. El taoísmo tiene una raíz muy fuerte en la cultura tradicional china y es por esa razón que a pesar de que fue prohibido durante el periodo maoísta, aun hoy en día forma parte de la base cultural China en muchos sentidos. A nivel devocional mucha 5 D.T. Suzuki, Zen Buddhism, ed. William Barret, Doubleday Anchor Books, Garden City, NJ, 1956, p. 88. 4 OP.CIT. PÁG. 51 5 CEVALLOS, JUAN CARLOS: Comentario Bíblico Mundo Hispano tomo 7: Juan Carlos Cevallos y Rubén O Zorzoli.; editores generales, Juan Carlos Cevallos y Rubén O Zorzoli. El Paso, TX : Editorial Mundo Hispano, 2005 pág. 4 gente aunque no lo practiquen como religión siguen yendo a los templos taoístas para poner ofrendas a las divinidades cuando necesitan determinados favores. HISTORIA DEL TAOISMO Una de las tres religiones importantes de la China. Toma su nombre del principio filosófico de Lao-tsé, el Tao, es decir lo absoluto, la fuerza o causa primordial de la existencia del universo y la razón de ser de todas las cosas. El taoísmo tiene una jerarquía sacerdotal y una noción de metempsicosis (transmigración de las almas de un cuerpo a otro), con una especie de purgatorio y de infierno. Une el culto de los héroes nacionales y de la naturaleza con prácticas mágicas y supersticiosas. 6 La palabra TAO no tiene equivalente en nuestro idioma, pero a grosso modo se corresponde con palabras como forma, verdad o senda. Su filosofía contiene muchos de los elementos comunes de los movimientos cúlticos modernos y ha pasado por muchos cambios desde la época de Lao-Tsé. Son tres las religiones dominantes: el confucionismo, el taoísmo y el budismo. Estas tres religiones han coexistido desde tiempos remotos sin que se haya notado el odio que separa en otros países a los que profesan ideas diferentes. Los chinos son muy indiferentes en materia religiosa, y a esto hay que atribuir el que no haya habido fuertes antagonismos entre las tres religiones más populares. El confucionismo más bien que una religión es un sistema de moral y filosofía, enseñado por Confucio, quien nació el año 551 antes de Cristo. Célebre por su sabiduría y rectitud, llegó a ocupar altos cargos en el poder. El confucionismo no tiene templos ni sacerdotes. Es la religión que profesa, generalmente, la gente culta. 6 MIRÓN, JAIME: ¿Estoy preparado para la guerra espiritual? Miami, Florida : Editorial Unilit, 2001 pág. 5 El taoísmo es la religión enseñada por La Toye, contemporáneo de confucio, quien adoptó algunas de las ideas de Buda, formando un corto canon donde da una lista de virtudes que se deben seguir y otra de vicios que se deben evitar.7 Se desconoce gran parte de la vida de Lao-Tsé. Lo que se sabe es que era un archivador del estado pero abandanó el servicio público y se retiró a una pequeña choza en la ladera de una montaña para vivir como un ermitaño. Chuang-tzu (siglo iii a.C.), autor de la obra que lleva su nombre, el Chuang-tzu, es el primero en mencionar a Lao-Tsé, describiéndolo como uno de sus grandes maestros. El Chuang-tzu contiene buena parte de las enseñanzas de Lao-Tsé y también describe un encuentro entre él y CONFUCIO. Al principio Lao-Tsé fue considerado como un gran maestro y filósofo. Siglos después de su muerte, sin embargo, fue deificado por aquellos que transformaron su filosofía en una religión ritual. Se atribuye también a Lao-Tsé el texto clásico taoísta TAO-TE-CHING (El Camino del Poder), en el que describe los principios básicos por los que debe guiarse un gobernante. Durante el período de Chang-tzu, una época conocida en la historia china como el período de los «Reinos Guerreros» (475–221 a. C.), el taoísmo empezó a incluir elementos no originales de sus enseñanzas, especialmente del pensamiento budista. Se dice que Chang Tao-ling fundó en el siglo i de nuestra era una forma moderna de taoísmo. En ella, se presenta el sincretismo con el OCULTISMO, la superstición y la exaltación de LOS TRES PUROS (siendo Lao-Tsé uno de ellos) a una posición divina. Se adoptó una pléyade de deidades para todo lo imaginable, con sus respectivos sacerdotes, sacrificios y templos. Muchas de tales prácticas permanecen intactas hasta el día de hoy. A lo largo de la historia, el taoísmo ha ejercido una enorme influencia sobre el pensamiento y la cultura chinos.8 7 VARETTO, JUAN C.: Héroes y mártires de la obra misionera Desde los apóstoles hasta nuestros Días. Buenos Aires, Argentina : Junta de Publicaciones de la Convencion Evangelica Bautista, 1984 8 MATHER, GEORGE A. ; NICHOLS, LARRY A.: Diccionario de creencias, religiones, sectas y ocultismo. pág. 6 ENSEÑANZAS Las creencias primitivas de los habitantes de la China evolucionaron a partir del CHAMANISMO y una serie de cultos mágicos, aunque la tradición le atribuye a Lao Tse (siglo VI a.C) la redacción del Tao Te-ching (Tao Te King). A este personaje se le atribuye ser el fundador del taoísmo o religiosidad tradicional, basada en el tao o camino eterno, absoluto, sin origen o nombre, imposible de palpar, de definir ni de medir. Se trata de las fuerzas que están en la naturaleza y tras ella con la capacidad de transformar el caos en cosmos. Entre sus deidades pueden enumerarse los «Tres Seres Puros»: la divinización de Lao Tse, el «Primer Ser Celeste», y el Emperador de Jade. Como en otras creencias chinas, el culto a los antepasados tiene un lugar especial. Una finalidad del taoísmo es la obtención de la inmortalidad. Mientras que en el CONFUCIANISMO prevalece lo ético, en el taoísmo predomina lo metafísico, ya que el tao se considera como un principio universal que lo origina todo. Se fundamenta en la doctrina del yin y el yang, dos principios o «almas» que originaron a los humanos y al universo. El yin o principio femenino, representa la tierra y los números, relacionado con la muerte y el dolor; el yang o principio masculino, simboliza la luz y el calor, el cielo, la capacidad de producir, la vida nueva, los números impares. El yin lo componen partículas malas llamadas «kwei» (espectros) mientras que el yang es la combinación de los buenos espíritus llamados shen. Para el taoísta, el gobierno debe limitarse al mínimo y la educación puede ocasionar dolor y agitación. Su ética está influenciada por Confucio. Sus preceptos son: no matar, no consumir bebidas alcohólicas, no mentir, no cometer adulterio y no robar. Exalta la lealtad a los gobernantes y maestros, la bondad hacia todos, la paciencia, la enseñanza, el estudio de las escrituras, etc. Además del Tao Te King, cuentan con otras escrituras. Tienen numerosos sacerdotes que están divididos entre los taoshins, dedicados a la vida monástica y a la observancia del celibato, y los taoshins de aldea, que pueden casarse y trabajan secularmente. Sus tareas incluyen realizar exorcismos, el curanderismo y cultivar la magia y la adivinación; afirman practicar «ciencias ocultas». Sus vínculos con el pág. 7 ocultismo resaltan en varios estudios. Sus sacerdotes deben ser maestros del yin y el yang. Entre los propulsores del taoísmo sobresalen Chang Tao-Ling y Ko Hung, ambos del siglo III y dedicados a la filosofía. Al primero se le atribuye haber convertido el taoísmo en religión principal y encabeza una lista de «Preceptores Celestes». El taoísmo disfrutó por mucho tiempo de una condición oficial superior a la concedida a los seguidores de Confucio y Buda, aunque el confucianismo recuperó en su momento la posición privilegiada.9 El taoísmo nació en China en una época de gran actividad intelectual. CONFUCIO (551–479 a. C.) vivió también en esa época y desarrolló su gran sistema de pensamiento. Como ya hemos mencionado, Tao era la forma, verdad o senda. Lao-Tsé consideraba el Tao como la causa primera de toda realidad. La búsqueda de la raza humana consiste simplemente en llegar a ser uno con el Tao. El Tao trasciende toda la materia del universo. Está más allá de él, aunque incorpora los fenómenos perceptibles. Esta idea tiene cierto parecido con la noción platónica del mundo de las formas que son los arquetipos de las realidades más bajas del universo. La realidad, tal como se representa en el universo macrocósmico, tiene una correspondencia en las formas de vida concretas, especialmente en el hombre. Por ejemplo, los seres humanos se comportan y funcionan, actúan y reaccionan, de forma muy parecida a como lo hace la naturaleza. Entender la humanidad es entender la estructura del universo (microcosmos-macrocosmos). La sangre, que es la fuente de la vida, circula a través del cuerpo como las aguas de un río fluyen de su manantial. Lao-Tsé tenía una visión cíclica de la historia. Consideraba que todo lo que fluye vuelve a su punto de origen. La vida proviene de la no vida y regresa a ella. Así pues, la verdadera sabiduría llega a ser una cuestión de sintonizar uno mismo con el ritmo del universo, que se corresponde estrictamente con el ritmo de la vida. Cinco orificios principales y órganos del cuerpo reflejan las «cinco direcciones» o, como también se llaman, las «cinco partes del cielo» o las «cinco montañas santas». Son agua, fuego, madera, metal y tierra. 9 RAMOS, MARCOS ANTONIO: Nuevo diccionario de religiones, denominaciones y sectas. pág. 8 Estas correspondencias y movimientos rítmicos llegan a caracterizarse por los conceptos de YIN Y YANG (cara oscura y cara luminosa). Yang es el aliento que trasciende el mundo y formó los cielos mientras Yin es el aliento que formó la tierra. Toda la realidad opera conforme al principio de yin y yang. Las dos fuerzas bipolares, es decir, bien/mal, luz/tinieblas, macho/hembra, etcétera (todos los pares de opuestos del universo) reaccionan constantemente unos contra otros. La intervención humana en estas fuerzas perturba el ritmo universal y provoca un desequilibrio entre ellas. La civilización se ve, por tanto, no como un factor positivo sino como algo que rompe el equilibrio de yin y yang. Así pues, se considera que la sociedad agrícola es la más armónica con la naturaleza y el universo. Lao-Tsé enfatizó al carácter del individuo y a su desarrollo y conducta ética. El cultivo de la virtud es el fin primordial de la humanidad. Las «tres Joyas» se consideraban que son la compasión, la moderación y la humildad. Aún así, buscar de forma activa la virtud es mostrar una falta de ella: «el hombre de virtud superior nunca actúa (WU-WEI), sin embargo, no hay nada que deje sin hacer» (mayúsculas añadidas). La intervención humana es siempre perjudicial para el cauce natural de la historia. Según el taoísta, el árbol no interfiere en su proceso normal de crecimiento o esparcimiento de semillas o muda de hojas. No hay huellas de su propia actividad. «El hombre de virtud superior no es virtuoso y por eso mismo, tiene virtud». El concepto de QI (aire, aliento) está relacionado con el yin/yang. Ki es la energía cósmica o aliento que se da proporcionalmente a toda persona. La tarea en esta vida es nutrir y fortalecer esa energía. Las ARTES MARCIALES están muy influidas por el concepto taoísta de qi. El experto en artes marciales es capaz de manejar la energía cósmica de qi y privar o vaciar a su oponente de la misma. La dura crítica levantada contra el taoísmo por sus oponentes ha sido principalmente que se trata de una religión que rechaza la actividad humana en cualquier nivel, sea político, social, familiar, etcétera. Al mismo tiempo venera la debilidad, la pasividad, la receptividad, la inutilidad, el vacío, etcétera. El taoísmo rechaza todas las formas de gobierno, y eleva como preocupación hegemónica una vida de felicidad y comodidad. A partir de lo observado, tales críticas no son injustificadas. Para los seres humanos, intervenir de cualquier manera en las leyes del universo es romper el complicado equilibrio entre yin y yang. Por tanto, no es extraño que el pág. 9 gobierno chino de este siglo haya intentado desterrar el taoísmo a causa de su énfasis en la pasividad, indolencia y apatía, problemas afrontados por un régimen comunista sin tener que luchar contra una religión para reafirmar tales vicios. En muchos sentidos, la inactividad y pasividad del pensamiento taoísta es comparable con los ideales de la búsqueda budista del NIRVANA, a través del cultivo de la SENDA INTERMEDIA, y de hecho «el budismo no ha encontrado dificultad para adaptarlo a su propia forma de vida y pensamiento». 1 Ambas religiones se han etiquetado como ateas por ser en sus formas originales filosofías que no promulgaban deidades particulares. El taoísmo, sin embargo, se convirtió en religión bastante rápidamente durante la dinastía Han, cuando el propio Lao-Tsé se convirtió en una deidad venerada La visión del mundo propia del taoísmo contrasta con la del CRISTIANISMO. Éste mantiene la aseveración de que Dios es «Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra» (Credo de los Apóstoles, Apéndice I). De aquí que el cristianismo mantenga que, lejos de ser una fuerza impersonal, Dios es personal en Jesucristo. Segundo, Jesús no meramente filosofó sobre la vida virtuosa. Él afirmó ser el «unigénito Hijo de Dios» (Credo Niceno, Apéndice I). Puesto que toda la raza humana ha caído en el pecado y en una rebelión activa contra el Dios viviente, el cristianismo enfatiza como punto central la persona y obra de Cristo en expiación por el pecado al morir en la cruz, derramar su sangre y ser después levantado por Dios, asegurando así el perdón de pecados y la vida eterna para todos los que se arrepienten. Aunque es verdad que tanto el cristianismo como el taoísmo rechazan vicios tales como el hedonismo, el materialismo, etcétera., Lao-Tsé pretende vencerlos mediante la inactividad (wu-wei), mientras la Biblia insiste en la necesidad de la actividad. Es la actividad propia de Dios perdonar por medio de Cristo. Es la actividad exigida al pecador (hedonismo, materialismo y todos los demás vicios producto del pecado) arrepentirse del pecado y recibir el perdón ofrecido a través de Cristo. Entonces la actividad propia del cristiano es cumplir con la función a que ha sido llamado en el cuerpo de Cristo, que es la iglesia.10 1 Edwin Oliver James, History of Religions, Nueva York, Harper and Brothers, 1975, pp. 104–5. 10 MATHER, GEORGE A. ; NICHOLS, LARRY A.: Diccionario de creencias, religiones, sectas y ocultismo. pág. 10 SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN ORIENTAL La primera verdad sociológica en relación al tema de la religión es que ésta se da en todas las sociedades humanas conocidas (Giddens, 1998). La arqueología y la paleoantropología demuestran que las culturas más antiguas que se conocen presentan ya vestigios de religiosidad. Esto no significa ni mucho menos que todas las religiones acepten la existencia de un único Dios creador que gobierne el mundo. Hay religiones sin ningún tipo de dioses; otras que carecen de prescripciones morales acerca del comportamiento de los creyentes; algunas no explican cómo llegó a existir el mundo y en otras, como el confucianismo, ni siquiera se apela a lo sobrenatural sino sólo a aquello que produce la armonía natural en el universo. Las formas religiosas más importantes varían desde el totemismo y el animismo al judaísmo, el cristianismo y el islam, pasando por las religiones del Extremo Oriente: hinduismo, budismo, confucianismo y taoísmo. Los tres sociólogos más influyentes en el estudio de las religiones han sido: Marx, Durkheim y Weber. Ninguno de ellos era creyente y además los tres estaban convencidos de que la “ilusión religiosa”, como ellos la llamaban, desaparecería poco a poco de la sociedad moderna. Uno de los principales argumentos que usaron en contra de la religión fue precisamente el de la existencia de tantas religiones repartidas por toda la tierra. El hecho de ser cristiano, judío, musulmán o budista dependía de dónde se había nacido. Esto, en su opinión, hacía inviable la validez de cualquiera de tales creencias. Marx no estudió nunca la religión en profundidad y se dejó influir por las ideas ateas de Feuerbach, pero estaba convencido de que todas las creencias religiosas no eran más que el producto de la autoalienación del ser humano. Durkheim investigó mucho más que Marx el tema religioso y aunque estuvo de acuerdo en que la religión tradicional desaparecería, llegó a la conclusión de que sería sustituida por alguna otra forma de religiosidad humanista que no supo concretar. Posiblemente la política o cualquier tipo de religión civil que exaltase la libertad, la igualdad y la cooperación social, vendría a llenar el hueco dejado por las religiones clásicas. pág. 11 Max Weber fue sin duda quien realizó el estudio más exhaustivo de las religiones alrededor del mundo, llegando a la conclusión de que tales creencias eran capaces de provocar grandes cambios sociales. El puritanismo protestante había sido, en su opinión, la fuente del capitalismo occidental ya que la lucha constante de los creyentes contra el mal y el pecado, estimulaba la rebeldía ante el orden social establecido y abría las puertas al progreso. El éxito material era entendido como signo de aprobación divina. En cambio, otras religiones como las orientales no se habrían abierto al progreso porque fomentaban la pasividad del individuo o la huida de las tareas del mundo material. Comparando los países protestantes con los católicos concluyó que éstos no habían prosperado tanto porque interpretaban el trabajo manual como un castigo y no como un don de Dios. El argumento fundamental de estos tres grandes sociólogos acerca de que la existencia de tantas religiones echaría por tierra su veracidad demostrando que todas serían falsas, no deja de ser una afirmación subjetiva imposible de demostrar en la realidad. Existe otra respuesta que se desprende de las mismas páginas de la revelación bíblica, aquella en la que el apóstol Pablo escribiendo a los romanos les dice: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. […] ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén” (Ro. 1:21–25). Pablo se refiere aquí a todos los paganos de la historia que, aunque muchos de ellos en su intuición natural abrigaban la idea de un Dios creador del universo, se negaron a adorarle y prefirieron volverse a la idolatría más burda. Se construyeron ídolos con apariencia humana y de diversos animales para rendirles culto. Fabricaron sus propias religiones politeístas e infundieron a sus dioses las mismas deplorables pasiones que anidan en el alma humana. Se esforzaron por allegarse a la divinidad porque en lo más hondo de su ser seguían teniendo necesidad de trascendencia. El vacío de Dios les motivó, por consiguiente, a la invención de tanta religiosidad hueca incapaz de saciar la sed espiritual del hombre. Por eso existen tantas religiones en el mundo. pág. 12 Sin embargo, es imposible incluir de forma coherente el verdadero cristianismo, el de Cristo, en ese mismo saco porque no se trata de una “religión” en el sentido que habitualmente se le da a este término, sino de una “relación” personal con Jesucristo. Las religiones son esfuerzos humanos por aferrarse al ropaje divino o por conectar con el sentido oculto del cosmos. No obstante, el Evangelio enseña que la condición humana por sí misma es incapaz de alcanzar a Dios y que requiere, por tanto, que sea Él quien le tienda la mano. El individuo por más religioso que sea no puede salvarse a sí mismo sino que necesita que el Creador se haga hombre, entre en la historia, y venga a salvarlo personalmente a través de Jesús. Como escribió hace más de treinta años nuestro entrañable hermano José Grau: “La existencia de tantas religiones se debe a los múltiples esfuerzos por alcanzar a Dios por medios meramente humanos. Y la existencia del cristianismo demuestra que Dios nos alcanza en su gracia misericordiosa” (Grau, 1968: 35). Muchas religiones empezaron siendo meros sistemas filosóficos o de conducta moral, como la mayoría de las creencias tradicionales de Oriente, y acabaron convirtiéndose en religiones, aunque ni Buda, Confucio o Zoroastro se propusieron nunca que lo fueran. Otra característica de tales religiosidades es lo que podría llamarse su “endemismo”, es decir, su adaptación exclusiva a la región o nación donde existen. Aunque durante la segunda mitad del siglo XX algunas de estas religiones han sido trasladadas al mundo occidental, casi como una moda exótica, lo cierto es que tales exportaciones tarde o temprano suelen fracasar, a no ser que arriben con las inmigraciones de los creyentes oriundos que las profesan. Esto significa que no se trata de religiones universales o transportables como la fe cristiana. Son creencias que han nacido en una sociedad con una idiosincrasia determinada y desempeñan ahí una función concreta, pero al ser trasladadas a otras culturas pierden gran parte de su significado original. Sin embargo, el Evangelio de Cristo no está limitado por las fronteras geográficas o políticas sino que es capaz de arraigar en el corazón de toda persona, sea de la etnia que sea, pertenezca a cualquier civilización o habite en el continente que habite. Tal es la universalidad y originalidad del cristianismo. Los sociólogos ateos o agnósticos tienen razón cuando acusan a la religión, y concretamente al cristianismo, de muchas agresiones y guerras provocadas a lo largo de la historia por el fanatismo de los hombres. Es verdad que los esfuerzos colonialistas pág. 13 europeos por someter a otras culturas se llevaron a cabo en nombre de las religiones cristianas. Aunque la mayoría de los misioneros que intentaron convertir a los pueblos paganos eran sinceros con sus propias creencias, lo cierto es que destruyeron culturas tradicionales para imponer la suya europea. También es verdad que casi todas las confesiones cristianas toleraron la esclavitud en América y en otras partes del mundo hasta el siglo XIX. Pero, al mismo tiempo, es menester reconocer que los ideales religiosos han desempeñado papeles muy positivos para la sociedad; han servido para revolucionar y cambiar ciertas ideas sociales injustas que eran aceptadas por todo el mundo. Muchos líderes cristianos, por ejemplo, se opusieron a la esclavitud y a la discriminación racial, desempeñando una función clave para abolirla. Participaron en la lucha por los derechos civiles durante los años sesenta en los Estados Unidos. La lista de comportamientos beneficiosos para la sociedad llevados a cabo por hombres y mujeres de fe es larga y conduce a la conclusión de que el sentimiento religioso ha desempeñado un papel ambivalente, con un lado positivo y otro negativo. Esto es cierto y así se debe reconocer. Pero aunque sea posible acusar a los cristianos de ciertos hechos, a Cristo no se le puede acusar de nada. Los hombres se equivocan a menudo, fracasan en su fidelidad, traicionan su fe, sin embargo Jesús permaneció fiel hasta la muerte en la cruz. Nadie puede culparlo absolutamente de nada. Esta es la grandiosa singularidad del Maestro. Mientras todas la religiones humanas intentar señalar la verdad y el camino para hallarla durante esta vida, Jesucristo afirmó claramente que él era “el camino, la verdad y la vida”. Ningún otro líder humano ha sido capaz de decir esto. De ahí que la fe cristiana no pueda equipararse con las demás religiones. 11 12 11 CRUZ, ANTONIO: Sociología una desmitificación. Barcelona, España : Editorial CLIE, 2001 12 Figura-símbolo del bien y el mal. En todo lo malo está el bien, en todo lo bueno está el mal. pág. 14 CONCLUSIÓN En el 440 d.C., el taoísmo se convirtió en culto oficial del estado. Es interesante notar que el cristianismo fue reconocido un siglo antes como religión «oficial» del Imperio Romano. Los textos principales del pensamiento taoísta siguen siendo el Tao-te-Ching y el Chuang-tzu. Los temas básicos de la filosofía taoísta se encuentran en muchos cultos orientales que han viajado hacia Occidente. Sin embargo, el propio taoísmo se practica principalmente en Taiwan, donde reside la mayor concentración de devotos. En la actualidad hay aproximadamente veinte millones de taoístas, 30.000 de los cuales viven en los Estados Unidos. Acudiendo a la Biblia, encontramos un único camino, una única verdad, y una única vida de acceso a Dios, Jesucristo. Todo esfuerzo humano por encontrar a Dios es ineficaz, amamos a Dios, porque Él nos amó primero. En el ser humano, no hay justicia, El hombre que aspira a encontrase con la salvación, debe rendirse, debe arrepentirse, debe saber que, Jesús es el camino, no la meditación interior, por muy alto valor ético que tenga. pág. 15 pág. 16