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Romance andalusi, andaluz y castellano

2020, Actas de la X Junta de escritores en "andalú"

Desde la visión diacrónica, la lingüística siempre ha aseverado con rotundidad que el andaluz, o los idiolectos andaluces, vienen directamente del castellano transplantado a Andalucía después de la conquista. Ni un resquicio a la hipótesis de que el andaluz actual tenga algo que vez con el romance andalusí. Imposible; afirman sin titubeos la mayoría de los dialectólogos andaluces. Para ello se aducen dos contundentes razones: una, que los mozárabes ya habían desaparecido de al-Ándalus antes de la conquista y, por tanto, la lengua mozárabe había desaparecido con ellos; y otra, que la conquista del valle del Guadalquivir supuso la expulsión, prácticamente total, de los andalusíes y la repoblación por castellano-leoneses. Dos premisas históricas que los lingüistas aceptan y que mediatizan sus estudios. Vemos cómo esas premisas son falsas y que el romance andalusí tuvo bastante que ver en la evolución posterior de andaluz.

Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _______________________________________________________________________________________________________________________________ 2 Xª HUNTA D'EHKRITOREH EN ANDALÚ JUNTA D'EHCRITORÊ EN ANDALÚ Xª REUNIÓN DE ESCRITORES/AS EN ANDALUZ 10th MEETING OF ANDALUSIAN WRITERS AC TAS Sociedad para el Estudio del ‘Andalú’ (Z.E.A.) Ayamonte, del 28 al 29 de febrero de 2020 Colaboran: Ayuntamiento de Ayamonte Centro Andaluz del Pueblo José Félix Rivera (Huelva) Poetas del Guadiana / Os Poetas do Guadiana COMITÉ ORGANIZADOR - Huan Porrah Blanko - Cristóbal González Palma ('Krihtoba Gonzaleh') - Francisco García Duarte ('Paco Arbadulí') - Miguel Cano Cruz - Sociedad para el Estudio del Andalú (Z.E.A.) MAQUETACIÓN - Huan Porrah Blanko COLABORAN: - Ayuntamiento de Ayamonte - Centro Andaluz del Pueblo José Félix Rivera (Huelva) - Poetas del Guadiana / Os Poetas do Guadiana - Antonio Ramírez Almanza AGRADECIMIENTOS: - Al pueblo de Ayamonte y a tod@ aquel o aquella que haya ayudado al buen fin de este evento. © Sociedad para el Estudio del Andalú (Z.E.A.) (organizador/editor) © Cada autor/a de su capítulo Z.E.A. Plaza Fco. Jiménez Alarcón nº 5 29650 MIHA / Mijas (Argarbía malageña, Andaluzía) zea.andalu@gmail.com hunta.ehkritoreh@gmail.com Sitios Web: Hunta d’ehkritoreh en andalú / Reunión / Meeting: http://www.zea-andalu.com/hunta-d-ehkritoreh-en-andal%C3%BA/ Sociedad para el Estudio del Andalú (Z.E.A.): http://www.zea-andalu.com Depózito Legá: MA 134-2020 2 ROMANCE ANDALUSÍ, ANDALUZ Y CASTELLANO Francisco de Borja García Duarte Desde la visión diacrónica, la lingüística siempre ha aseverado con rotundidad que el andaluz, o los idiolectos andaluces, vienen directamente del castellano transplantado a Andalucía después de la conquista. Ni un resquicio a la hipótesis de que el andaluz actual tenga algo que vez con el romance andalusí. Imposible; afirman sin titubeos la mayoría de los dialectólogos andaluces1. Para ello se aducen dos contundentes razones: una, que los mozárabes ya habían desaparecido de al-Ándalus antes de la conquista y, por tanto, la lengua mozárabe había desaparecido con ellos; y otra, que la conquista del valle del Guadalquivir supuso la expulsión, prácticamente total, de los andalusíes y la repoblación por castellano-leoneses. Por consiguiente, la lógica aplastante que da como resultado la asunción de estas premisas es que las características de la modalidad lingüística andaluza se deben a las transformaciones fonéticas que sufren con el tiempo esos repobladores castellano-leoneses. Pues bien, esas dos premisas históricas que se repiten como un mandra en la dialectología andaluza son erróneas. Y si las premisas son erróneas, el resultado, por lógica, nos debe dar erróneo. Vamos a profundizar un poco en cada una de las premisas que nosotros consideramos erróneas: la supuesta desaparición del romance andalusí y la 1 Excepciones hay que confirman la regla. Ese es el caso del malogrado Julio Fernández- Sevilla, que en la introducción de su libro: Formas y estructuras en el léxico agrícola andaluz. CSIC. Madrid 1975, nos dice: “Aunque el andaluz va siendo cada vez mejor conocido en su fisonomía actual, se deja sentir la falta de monografías sobre el nacimiento y desarrollo histórico del dialecto. Suele repetirse que se trata de una evolución in situ del castellano llevado por los colonizadores y conquistadores entre los siglos XIII y XVI. Ciertamente no es mucho decir. La simplificación puede resultar peligrosa y hasta falsa en buena parte”. Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _____________________________________________________________________________________________________________________________ supuesta repoblación general castellano-leonesa de Andalucía. A ello añadiremos el análisis de las razones por las que el romance que llevan los conquistadores difiere poco al que existía en al-Andalus. Solo así se puede entender lo que termina reconociendo, precisamente, uno de los historiadores defensores de ese vaciado andalusí, el catedrático M. González Jiménez, al asegurar que la “ruptura” con la realidad andalusí anterior no fue “tan completa como a primera vista pudiera pensarse. Subsistieron, a pesar de la conquista, muchos elementos de la antigua cultura material, perceptibles aún en la arquitectura e infraestructura urbanas, en las explotaciones rurales, en determinadas técnicas artesanales y hasta en el mismo léxico popular2. 1. La pervivencia del romance andalusí. Con respecto a la desaparición de la mal llamada lengua “mozárabe” hay que aclarar que la lengua romance no la hablaban solamente los cristianos de al-Ándalus (conocidos como mozárabes) sino que la hablaba la mayoría de la población, indistintamente de su religión, como lengua familiar. Por lo tanto, una mayoría de la población andalusí, especialmente la rural, que permaneció en el territorio conquistado, hablaría todavía ese romance que era muy parecido, especialmente en el léxico, al que traían los conquistadores; no sólo por su mismo origen latino, sino también por una circunstancia nada valorada hasta ahora por los especialistas y es la influencia de los mozárabes andalusíes emigrados al norte, desde el siglo VIII al XII, en la formación de los romances norteños, especialmente en el astur-leonés y en el castellano 3. Esa circunstancia, que la historiografía y la dialectología no tienen en cuenta, es una de las causas por la que no existían apenas diferencias diatópicas entre los romances del norte y el romance andalusí y que, por lo tanto, conquistadores y conquistados se entienderan perfectamente. Existen suficientes pruebas y testimonios de que la población en general conocía y hablaba el romance andalusí; por otra parte, bastante lógico en una tierra tan profundamente romanizada como fue la Bética. En un libro de un 2 Manuel González Jiménez: La investigación en Historia medieval de Andalucía. Boletín de la Sociedad Española de Estudios Medievales, nº 1, 1991, págs. 107-124. 3 Ver Francisco de Borja García Duarte (2017) “Mozárabes en el origen de los reinos cristianos. La emigración mozárabe al reino astur-leonés y la influencia de los cristianos de al-Ändalus en la génesis de Castilla y del Castellano”. Editorial Almuzara. 18 Ensayos en torno al andalú _____________________________________________________________________________________________________________________________ supuesto filósofo andalusí cordobés llamado Virgilio nos dice que en Andalucía había dos maneras de hablar latín, una "latinun circa romançum" o latín romanceado, que entendía todo el mundo, y un "latinum obscurum" que sólo entendían los doctos y clérigos. A ese latín romanceado, las crónicas de la época la denominan aljamía o latiní. Esta lengua "popular", derivada del latín y con incrustraciones del árabe andalusí, era la que conocía y empleaba todo el mundo en sus conversaciones familiares e informales, no sólo los cristianos, sino también los musulmanes y judíos. Esta lengua no transcendió especialmente a la escritura en al-Andalus, por no estar codificada y no poder competir, por eso, con las lenguas “de cultura” del momento: el árabe, el latín clásico y el hebreo, en sus ámbitos respectivos, pero con una clara preeminencia del árabe, incluso entre cristianos y judíos. Pero su gran difusión en el habla popular hace que, a veces, aparezca en caracteres árabes en determinados documentos como la jarchas, en los botánicos, en los de medicina, y otros textos como los zéjeles de Ibn Quzmán. Esos textos suelen estar escritos en árabe clásico o en árabe dialectal andalusí, pero intercalan romancismos en una clara demostración de que eran conocidos por la población lectora de esos textos. Incluso hay léxico de origen romance lexicalizado en el árabe dialectal andalusí que utilizaba con total normalidad la población y que perdura hasta la conquista de Granada, como se puede ver en el vocabulario de árabe andalusí que recoge Pedro de Alcalá, recién conquistada Granada. En la misma época en que en al-Ándalus aparecen los romancismos en textos árabes, también comienzan a aparecer romancismos y formas sintácticas romances en los documentos latinos que los mozárabes andalusíes, repobladores del norte, redactan en los monasterios mozárabes del reino asturleonés y condados castellanos. En la mayoría de los documentos que hay en los cartularios de los monasterios castellano-leoneses, escritos en letra góticomozárabe, en los que aparecen esos romancismos, también aparecen muchas palabras arabizadas, anotaciones en árabe, firmas en árabe y patronímicos árabes4; todo ello como clara demostración del origen andalusí de la mayoría 4 Un ejemplo podría ser Nodicia de Kesos, el considerado el primer documento romance de León, fechado en el 959, y que se escribió en un monasterio mozárabe, el de San Justo y San Pastor, en Ardón, entre cuyos documentos del siglo X aparece una gran proporción de firmantes con nombres arabizados o claramente mozárabes. 19 Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _____________________________________________________________________________________________________________________________ de esos textos. Esos exiliados o emigrantes andalusíes que se trasladan al norte, lo único que hacen es reflejar en esos documentos la realidad de un habla popular que ya traían de su tierra de origen. Esa misma habla es la que, ya influenciada por el sustrato poblacional del norte, vuelve al sur con los conquistadores del siglo XIII. La formación del romance en al-Ándalus ya venía de lejos. La evolución del latín vulgar hablado hacia formas romances ya se puede ver en los textos latinos del siglo IX que redactan los mozárabes andalusíes. Aunque éstos tienden en sus escritos a la corrección del latín culto, alejándose del corrompido latín del habla popular, no es infrecuente ver ya formas evolucionadas hacia el romance en algunos textos como las actas del concilio cordobés del 839, del obispo malagueño Hostegesis o los textos de un mozárabe cordobés de nombre Leovigildo. También podemos intuir la vigencia en esos momentos de un latín romanceado por las quejas contínuas de estos autores latinos del siglo IX, como Álvaro, Samsón o Eulogio, por la poca destreza en el uso del correcto latín por sus correligionarios cristianos, incluídos clérigos y obispos. La vigencia de este romance en al-Ándalus, todavía en el siglo XII, bajo el dominio almohade, lo puede atestiguar su utilización por el zejelista Ibn Quzmán (1078-1160), aunque también hemos de decir que lo utiliza en poemas de contenido báquico, picaresco, folklórico, sexual osceno, y temas que se podrían calificar de “vulgares” 5. El empleo de romancismos en este contexto nos recuerda a la utilización actual de palabras en “andalú” insertadas en textos escritos en castellano en contextos “informales”, “graciosos”, y “vulgares”; síntomas, en uno y otro caso, de la existencia de ese habla, aunque no tenga “estima cultural” suficiente para su codificación y su empleo en contextos “serios”. En un trabajo más “serio” utiliza el romance andalusí el médico cordobés Maimónides, en su obra “La explicación del nombre de las drogas”, donde cada medicamento lo pone en varios idiomas, entre ellos el romance. Éste debería seguir usándose en el siglo XIII si Ibn al-Baytar sigue poniendo los nombres de medicamentos, también en la versión romance, en la copia que hizo del libro de Maimónides. 5 Ver Daniela Capra: Romancismos y Oralidad en los zéjeles de Ibn Quzman. Artifara, n. 1, (luglio - dicembre 2002), sezione Addenda. 20 Ensayos en torno al andalú _____________________________________________________________________________________________________________________________ También en los siglos XIV y XV se debe seguir conociendo el romance si se continúa utilizando léxico romance en tratados agrícolas como el del almeriense Ibn Luyun. A finales del siglo XV, en las postrimerías del reino nazarí, parece que el romance como tal ya no se hablaba, salvo en algún sitio aislado. Pero el léxico de origen romance está tan vivo en el habla granadina que se incrusta en el árabe dialectal como se ve en el “Vocabulario” de Pedro de Alcalá, o en anécdotas de los deslindadores moriscos del reino de Granada que consideran ya como palabras árabes algunos términos romances 6. Igualmente, prueba de la vigencia del romance andalusí es la cantidad de topónimos romances, mayores y menores, que perviven en Andalucía hasta el momento de la conquista. 2. La influencia del sustrato andalusí en la evolución del habla andaluza después de la conquista. A medida que se va profundizando en los estudios sobre lingüística andalusí se empieza a ver que algunas características fonéticas andaluzas tienen mucho que ver con el sustrato andalusí; "Es evidente que la pervivencia de poblaciones cuya lengua de origen no era el castellano pero que fueron aculturadas tras la conquista, dejó un sustrato en el castellano hablado en distintas zonas de Andalucía que aún no ha sido convenientemente evaluado” 7. El sustrato andalusí tiene mucho que ver en algunas características del habla andaluza como el ceceo, el seseo, la transformación de la africada <ch> [tʃ] en la fricativa <sh> [ʃ], la debilitación y caída de las consonantes finales de sílaba, y el consiguiente desarrollo de un sistema vocálico para distinguir el singular del plural, o el paso del árabe al romance andalusí de la fricativa glotal sorda (la /h/ aspirada), con la consiguiente influencia en varias realizaciones fonéticas del andaluz como es la transformación de la f- inicial latina en una 6 Recogidas en Martínez Ruiz, Juan: Los Libros de Habices y el léxico tradicional mozárabe a hispanoárabe en la Granada morisca. Actas del II Congreso Internacional de Historia de la Lengua española / coord. por Manuel Ariza Viguera, Vol. 1, 1992, ISBN 84604-4307-8, págs. 1203-1216. 7 Ramírez del Río, J. Posible influencia del árabe andalusí en el seseo y el ceceo, Gran Enciclopedia Andaluza del siglo XXI, 2000.Tomo II, págs. 312-314. 21 Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _____________________________________________________________________________________________________________________________ fricativa glotal sorda y la aspiración de consonantes en posición implosiva interior8. Otra característica del sustrato andalusí es la pérdida de las consonantes finales de sílaba, tanto en posición interior como en posición final. “Dado que éste es también uno de los rasgos más destacados del andaluz oriental actual, debemos considerar seriamente la posibilidad de que el sustrato arábigogranadino actuara en su desarrollo, máxime si se tiene en cuenta que en el árabe granadino esta característica ya se encontraba totalmente generalizada en el año 1500, cuando los dialectos castellanos apenas habían iniciado el mismo camino”9. Otra característica del habla popular andaluza, la inestabilidad vocálica, es posible que también tenga que ver con la fuerte influencia de la imela en el árabe andalusí, influencia que pasaría al romance por el bilingüismo de la población. Y también hay característica morfológicas y sintácticas que pueden deberse al sustrato andalusí como puede ser la preposición y pronombre personal tónico, en vez de átono; la redundancia del posesivo en expresiones andaluzas como “su pae d’uhté”; la utilización del sufijo en –í; también en la acentuación esdrújula en léxico de origen andalusí y la utilización de ciertas partículas, interjecciones y expresiones verbales; recogidas, algunas de ellas, por Josefa Mª Mendoza Abreu10. Pero para ver, con más profundidad, la influencia del sustrato andalusí en el habla andaluza posterior a la conquista es necesario que su estudio se haga sin los condicionantes que las tesis erróneas de la historiografía y la dialectología han desarrollado con respecto al supuesto vaciado de la población andalusí y la desaparición del habla romance andalusí, y contemplar las otras variables que nosotros apuntamos aquí. 8 Posiblemente a estas características y al léxico específico proveniente del árabe se refiriese, en 1490, el aragonés Gonzalo García de Santa María cuando calificaba de “muy andaluz”o de “muy morisco” a lo que se hablaba en la Andalucía cristiana de su tiempo. 9 Ver Pocklington, Robert. (1986) “El sustrato arábigo-granadino en la formación de los dialectos orientales del andaluz”. Revista de Filología Española. Vol. LXVI. nº ½. 1986. 75100. 10 Mendoza Abreu, Josefa: Influencia del árabe en las hablas andaluzas. Gran Enciclopedia Andaluza del Siglo XXI. 2000. Tomo II, pp 305-312. 22 Ensayos en torno al andalú _____________________________________________________________________________________________________________________________ Pero también hay que tener en cuenta que algunas de estas realizaciones fonéticas de los andalusíes venían ya del sustrato bético-romano, y ya tenían también su incidencia en la pronunciación del árabe dialectal andalusí; pronunciaciones “incorrectas” que los gramáticos andalusíes, como el sevillano del siglo XII Ibn Hisam al-Lajmí, trataban de corregir al pueblo. Ese era el caso del zezeo, del que se conoce una anécdota zezeoza del gramático granadino Abu Ali al-Salawbini11, y del que existen otros ejemplos, especialmente en la toponimia andaluza. Es lógico pensar que el zezeo andalusí, proveniente del fonema zay, pasara a la pronunciación andaluza del nuevo romance como único representante de /z/ y de /s/ 12, siendo habitual en la época de Nebrixa la reducción a uno de los dos fonemas que había generalizado el pueblo llano y había llegado a calar entre la élite culta 13. Aunque en proporción muy inferior al zezeo, también hay casos del siglo XII andalusí con la realización seseante. Ésta aflora muy pronto en la Andalucía conquistada como se puede ver en un documento de 1298, de Vejer, en el que aparecen apellidos como Peres, Pelaes, Ferrandes o Gonçales, que denotan el carácter seseante del escribano14. En el caso de la pérdida de la /s/ en posición final hemos de apuntar, como hacía el profesor Manuel Alvar, la posibilidad de que esta característica ya se diera en el latin popular de la bética, antes de la islamización 15. 11 Anécdota que recoge Ramírez del Río. 12 “La comparación con el árabe, donde el zay era una dorso-dental fricativa, me parece ilustrar bien el distingo de Nebrixa. Esta /z/ dorso-dental fricativa sonora, que se oponía en el habla de Nebrixa a la /s/ ápico-palatal fricativa sonora, coincide perfectamente con la articulación que, según nuestros supuestos, habían generalizado los zezeosos sevillanos” (Catalán, Diego: carácter fricativo de la /Ç/ y la /z/ del sevillano medieval. El español. Orígenes de su diversidad. Edición digital 2011). 13 “...el testimonio de Nebrixa nos evidencia que, ya entonces, hasta el habla más esmerada y consciente de esas minorías desconocía toda otra articulación de /ç/ y /z/ que no fuese la misma pronunciación fricativa practicada por el vulgo çezeoso”. (Catalán, Diego:Carácter fricativo....). 14 Documento recogido por M. González Jiménez: En torno a los orígenes de Andalucía. 15 Alvar, Manuel: “Las hablas meridionales de España y su interés para la lingüística comparada”. Biblioteca virtual de Miguel de Cervantes. 2006. 23 Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _____________________________________________________________________________________________________________________________ Otras realizaciones, como la neutralización y relajación de /r/ y /l/ implosivas “se ha considerado como un fenómeno relativamente reciente. No obstante existen ciertos precedentes mozárabes de los siglos XII y XIII, y se encuentran casos reiterados en textos de los siglos XV y XVI” 16. También hay ejemplos en las jarchas de que la /l/ implosiva se pierde o se vocaliza, así como la pérdida de /d/ intervocálica y el gusto por la utilización del diminutivo17. Se tiende a considerar que esas características fonéticas de origen andalusí pasan al habla andaluza a través de la interrelación del árabe dialectal andalusí con el castellano llevado por los conquistadores, sin tener en cuenta que esa interrelación ya se podría haber producido en el habla popular entre el romance andalusí y el árabe andalusí, antes de la conquista; y que después de ésta habría pervivido en el habla, aunque apenas se recoge en la escritura que, lógicamente, tendía a reflejar la norma castellana del conquistador. Ese sería el caso, también, de la cantidad de léxico de origen árabe que tradicionalmente se considera que pasa al castellano directamente del árabe, cuando lo más probable es que pasara desde el romance andalusí, el que llevan los mozárabes al norte, y el que todavía hablaban los andalusíes antes de la conquista del valle del Guadalquivir. Por lo tanto, ese léxico habría que considerarlo como mozarabismos, más que como arabismos. 3. El andaluz y los romances del norte. La lingüística diacrónica, basada en la historiografía oficial que defiende la repoblación casi general de las tierras andaluzas por cristianos norteños, no contempla ninguna relación entre el castellano traído por los conquistadores y el romance aljamiado andalusí. Ya decía Américo Castro en 1925 que las peculiaridades del andaluz “deben venir de los dialectos del Norte, lo que seguramente se pondrá de manifiesto el día que un mapa nos dé el área geográfica de cada palabra del español”18. Es así como los historiadores del dialecto andaluz han ido buscando en el norte, porque de ahí “debe venir”, el 16 Carbonero, Pedro (1982) El habla de Sevilla. Biblioteca de temas sevillanos. Servicio de publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla. 17 Ver: Cenname, Anne (2016): "Rasgos lingüísticos andaluces en las jarchas romances". Actas de la VIII Hunta d’ehkritoreh en andalú. Fuengirola. 18 El habla andaluza en la Lengua, enseñanza y Literatura, Madrid, 1925, pág- 72. 24 Ensayos en torno al andalú _____________________________________________________________________________________________________________________________ origen de lo que se habla en el sur, ya que lo “lógico” es que cualquier palabra que utiliza o ha utilizado el hablante andaluz provenga de los reinos conquistadores y repobladores. Todas, menos las que no se ha podido demostrar esa relación por existir solo en Andalucía, claro. Por eso, cuando el léxico que en Andalucía -especialmente en el antiguo reino granadino- es igual o parecido al que se usa en Aragón o Cataluña, se considera esa coincidencia por el origen de muchos repobladores de esas zonas; y el léxico igual o parecido al de los dialectos astur-leonés o gallegoportugués –especialmente en el occidente andaluz–, se considera que es llevado por los repobladores de esas zonas. Pero esa es una hipótesis que no siempre se ha podido corroborar, aunque tenga su lógica argumentaria: un pueblo conquistador impone su lengua a un territorio conquistado que se ha vaciado casi por completo de su población original. No existen pruebas contundentes, al margen de relatos históricos intencionados, sobre ese supuesto vaciado poblacional de Andalucía; ni en el siglo XIII, en el valle del Guadalquivir, ni en el XVI y XVII, en el antiguo Reino de Granada. Es más, existen fundamentos suficientes que nos llevan a pensar que no se vació tanto el territorio andaluz de una población autóctona que, además, hablaba una lengua muy parecida a la de los conquistadores. Y existen pruebas de que en la Andalucía del siglo XIII, recién conquistada, lo que se produce es una koiné lingüística entre la población autóctona y la población repobladora. Una de estas pruebas, que pasa desapercibida a la mayoría de los investigadores, es el uso etimológico de los pronombres personales en Andalucía, que ya se remonta hasta el mismo momento de la conquista, a diferencia del uso leísta que ya se daba en esa misma época en Castilla19. 3.1. Los “occidentalismos” en el andaluz. La presencia de “occidentalismos” en el habla andaluza, especialmente la del occidente andaluz, se atribuye siempre a los repobladores; en este caso a los repobladores provenientes del occidente peninsular (Asturias, Galicia, Léon, Extemadura, Portugal). 19 Ver Edouard Vinstock: Teoría y polémica sobre las primeras noticias del habla andaluza. http://www.academia.edu/5121943/Teor%C3%ADas_y_pol %C3%A9mica_sobre_las_primeras_noticias_del_habla_andaluza . 25 Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _____________________________________________________________________________________________________________________________ En el momento de la conquista castellana, gran parte de la población de esa época estaba compuesta por los antiguos pobladores béticos islamizados, cristianos, judíos y muladíes -o nuevos musulmanes-, que se adaptan a la nueva situación. Hay que tener en cuenta, en la conquista del Valle del Guadalquivir, una circunstancia que muchas veces se olvida, y es que ésta se hace contra los almohades y no contra los andalusíes, interviniendo el rey Fernando en las disputas dinásticas del imperio bereber y contando con la ayuda decisiva de parte de algunos andalusíes. Ese es el caso de ambiciosos colaboradores de los almohades como al-bayassi, el “rey” de Baeza, que abrió, con sus pactos con Fernando III, las puertas a la conquista de Andalucía; o la inestimable colaboración de los nazaríes, vasallos del reino castellano, en el sitio y conquista de la ciudad de Sevilla. También habría que tener en cuenta la connivencia de una parte de la población andalusí que no vería con agrado la dominación de los almohades. En el caso de la repoblación del valle del Guadalquivir no se puede dar por cierta la teoría de la expulsión mayoritaria de los habitantes oriundos, a tenor de la escasa documentación de la época que alude al tema, y la escasa fiabilidad de las crónicas posteriores20 y de las copias tardías de algunos de los documentos que hacen referencia al vaciado de algunas ciudades y la posterior repoblación por habitantes de los reinos cristianos, como es el caso del “Libro del Repartimiento de Sevilla”, que se conserva sólo en copias del siglo XVI y posteriores. Sería poco verosimil, por un lado, que los reinos cristianos tuvieran en esos tiempos una densidad de población tal que permitiera un trasvase a los nuevos territorios conquistados, en un periodo tan corto de tiempo, de una gran masa de población. Y por otro lado, sería poco verosimil que los nuevos grandes propietarios por derecho de conquista, renunciaran a la riqueza que les supondría el pago de rentas de la población andalusí sometida. Tampoco existe 20 En efecto, la parte de la Estoria de España, que aporta el único relato sobre la conquista de Sevilla, elaborado por los conquistadores, es considerada por ciertos especialistas parte de la denominada Crónica particular de San Fernando, escrita a comienzos del siglo XIV, a finales del reinado de Fernando IV (1295-1312), varias décadas más tarde, por lo tanto, de los hechos narrados. ( Ver: García Sanjuán, Alejandro (2017): La conquista de Sevilla por Fernando III (646h/1248). Nuevas aportaciones a través de la relectura de las fuentes árabes. Hispania, 77/255), 26 Ensayos en torno al andalú _____________________________________________________________________________________________________________________________ apenas documentación para asegurar que después de la revuelta mudéjar de 1264-1266 desapareciera la población andalusí del valle del Guadalquivir. Si se creyeran todas las exageraciones de las crónicas entonces habría que deducir de ellas que en los territorios de la Andalucía cristiana apenas quedara alguien en la segunda mitad del siglo XIII. Esa es la visión que nos dan las crónicas cristianas, como la Crónica General, con respecto al exterminio o expulsión de los andalusíes, y las musulmanas, como la de al-Qirtâs, sobre los efectos en la población repobladora de las razzias benimerines en Andalucía. Se suelen hacer aseveraciones tan drásticas basándose en esos relatos “históricos” intencionados. Así vemos como un especialista en esa época, Manuel González Jiménez, considerado como uno de los grandes conocedores del tema de la conquista y repoblación del valle del Guadalquivir, de afirmar en el prólogo de su libro En torno a los orígenes de Andalucía. La repoblación del siglo XIII21, en un claro manifiesto de sus posiciones ideológico-históricas, que los andalusíes de antes de la conquista fueron expulsados en su casi totalidad, y que gracias a la repoblación nace "una Andalucía nueva, distinta de la hasta entonces existente y radicalmente transformada en sus estructuras básicas- demográficas, económicas, culturales...". Seguidamente, y a medida que va entrando en el tema, reconoce la escasa fiabilidad de las fuentes: "en algunos casos, del repartimiento sólo han llegado a nosotros simples nóminas o listas de pobladores, casi todas ellas de escasa fiabilidad"(pág. 24); "Nunca llegaremos a conocer, ni siquiera de forma aproximada, el número de las personas que acudieron a establecerse en Andalucía a raíz de su conquista en el siglo XIII" (pág. 45). Incluso se reconoce el fracaso de la repoblación oficial a la que aluden las crónicas de la época: "Es evidente que puede hablarse de un cierto fracaso, todo lo relativo que se quiera, pero fracaso al fin, de la repoblación "oficial" realizada en tiempos de Fernando III y de Alfonso X" (pág. 156). Entonces ¿en qué se basan los historiadores para aseverar que hubo un vaciado de población y una repoblación con mayoría de castellano-leoneses? Pues se basan en una serie de documentos del siglo XIII que nos han llegado y que se refieren especialmente al reparto del botín de guerra entre los vencedores. Entre ellos están los libros de repartimiento (apenas una media 21 González Jiménez, Manuel (1980): En torno a los orígenes de Andalucía: La repoblación del siglo XIII. Universidad de Sevilla. 27 Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _____________________________________________________________________________________________________________________________ docena), unas pocas nóminas de pobladores de escasa fiabilidad, relaciones de donadíos y heredamientos, y otros documentos de propiedad (privilegios rodados y cartas plomadas). Pero los documentos de repoblación que nos han llegado se refieren a pocos lugares, y en algunos de ellos, que son copias tardías, aparecen indicios de interpolación para justificar genealogías. Se suele deducir de los pocos documentos de repoblación que la mayoría de los nuevos habitantes acudían de Castilla y León. Para ello se pone como ejemplo el libro de Repartimiento de Jerez donde se estudia el origen de los repobladores por el uso del apellido toponímico en muchos de ellos, y el resultado se extrapola a toda Andalucía 22. Para dar validez a esa conclusión, primero habría que dar por válido que todos los pobladores que usan el apellido toponímico es cierto que provienen de ese topónimo, y no se esconden detrás de él personas que en realidad no serían del sitio de donde dicen, sino que lo utilizan para justificar el derecho a recibir los bienes otorgados por ser repobladores. Ese “engaño” podría ser plausible en algunos casos, pues también se dará entre los repobladores del reino de Granada, después de la guerra de las Alpujarras. En segundo lugar, habría que dar por cierta la hipótesis de que el resto de los repobladores que no llevan ningún apellido toponímico, y que, en el caso de Jerez, representan la mitad, hayan llegado también, haciendo una extrapolación, de esos mismos sitios de fuera de Andalucía. Y en tercer lugar, habría que dar por cierto también, que en las demás poblaciones de las que no tenemos listas de repobladores, que son la gran mayoría, se darían esas mismas proporciones. Llegar, por tanto, a la conclusión de que la gran mayoría de los repobladores de Andalucía, en el siglo XIII, venían del reino castellano-leonés, basándose en que la mayoría de esa mitad de los repobladores de Jerez, que tienen como apellido patronímico una localidad de ese reino (poco más del 40% del total repobladores de Jerez), es querer forzar mucho esa conclusión. Tampoco se puede deducir, de los pocos documentos de repartimiento de la propiedad que se conocen, que hubo un reparto general entre los conquistadores, pues ni siquiera de los que nos han llegado se puede derivar nada parecido, ya que el reparto no afectó a toda la tierra disponible sino a una 22 Ver Manuel González Jiménez: "La repoblación de Andalucía en el siglo XIII". Historia de Andalucía, tomo II, Editorial Planeta 1982. 28 Ensayos en torno al andalú _____________________________________________________________________________________________________________________________ parte de ella que, como en el caso de las localidades de Carmona, Écija, Jerez y Vejer, representarían sólo el 25%23. Así que consideramos que una parte importante de la población andalusí debió quedar en la baja Andalucía de diferentes maneras: - Una parte sería la población musulmana que quedó por los pactos con los conquistadores en sus localidades, o los que, aún siendo desalojados de las ciudades conquistadas por la fuerza, salieron de ellas y se aposentaron en otros lugares de la zona. Incluso no es extraño ver a mudéjares aparecer como repobladores, como es el caso de Jerez donde aparecen 27 familias mudéjares en su libro de repartimiento. - Otra parte serían los cristianos que, con los almohades, se habían “convertido” al Islam por la fuerza y, bajo apariencia musulmana, habían seguido con las prácticas religiosas cristianas. Esa apariencia no les habría sido difícil de conseguir, especialmente a la población campesina dispersa que seguiría conservando el romance como lengua habitual; y la urbana, inmersa en la arabización cultural y lingüística dominando el árabe andalusí, que además conservaba el romance como lengua familiar. También, aunque la propaganda de los norteafricanos almohades fuera la de erradicar el cristianismo en sus dominios, pensamos, como el medievalista J. Enrique López de Coca Castañer que “no parece que los poderes imperiales africanos dispusieran de los medios y la voluntad para erradicar por completo a la población indígena que había conservado su religión y ley cristianas. Por el contrario, testimonios posteriores apuntan a favor de la supervivencia de grupos dispersos de mozárabes en las zonas agrestes de Andalucía, hasta el siglo XIV por los menos”24. - Otro tema sería el retorno, como repobladores, de muchos andalusíes de los que en el siglo XII habían ido a parar a los reinos cristianos. Los exiliados con Alfonso I de Aragón en 1126 y los que habían vuelto del exilio norteafricano y habían poblado Toledo a mediados del siglo XII. 23 Según el muestreo realizado por Manuel González Jiménez: En torno a los orígenes de Andalucía, pp. 110-111. 24 J. Enrique López de Coca Castañer: Historia de Andalucía, tomo II, pág. 80. Editorial Planeta 1982. 29 Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _____________________________________________________________________________________________________________________________ - Otra variable que hay que tener en cuenta es que muchos de los pobladores que venían del norte eran, a su vez, descendientes de andalusíes mozárabes que en los siglos anteriores habían ido repoblando gran parte de los territorios de esos reinos, ahora conquistadores. Así que sobre el supuesto vaciado de la población andalusí y la posterior repoblación general castellano-leonesa, vemos su poca consistencia documental. Podemos traer aquí a colación un ejemplo de cómo se puede interpretar la historia con meras conjeturas y suposiciones. Es el ejemplo de la Encomienda de Segura de León, en el sur de Badajoz, adscrita a la provincia leonesa de la Orden de Santiago. A esta encomienda pertenecían muchas aldeas del sur de Badajoz, norte de Huelva y noroeste de Sevilla. Algunas de estas aldeas se potenciaron como villas y recibieron fueros de la Encomienda pasando a denominarse después con el apelativo “de León”, pero no porque sus habitantes procedieran del antiguo Reino de León –que algunos los habría entre los repobladores–, sino porque pertenecían a esa Encomienda del Reino de León, que ya en el siglo XIV trasladó su sede a la localidad de Segura. En la actualidad, estos pueblos con el apelativo “de León”, celebran su supuesta procedencia del Reino de Léon como si sus habitantes fuesen descendientes de los “repobladores leoneses”. Con relación a los denominados “occidentalismos” en el habla andaluza, se ha determinado, como pasa también con los denominados “orientalismos”, que todas las similitudes léxicas entre el norte y Andalucía se deben a la transposición al sur de esas palabras a través de los repobladores. Ese es el caso de los estudios de Manuel Alvar a raíz del ALEA y que han seguido otros, incluso en los estudios sobre el léxico de la toponimia, a pesar de que la palabra o el topónimo aparezca bastante diseminado, sin dar pie a ninguna otra explicación25. Para muchos de estos occidentalismo, al igual que para muchos orientalismos, se podría contemplar la explicación bastante plausible que venimos señalando, y es la pervivencia en territorio andaluz de una población andalusí que conserva ese léxico, catalogado de arcaismos, semejante a determinadas zonas del norte, además de por su origen común latino 26, por la 25 Como es el caso del estudio de Mª Dolores Gordón Peral-Stefan Ruhstaller (1993): Voces de tipificación occidental en el léxico de las hablas de la Sierra Morena Andaluza. 30 Ensayos en torno al andalú _____________________________________________________________________________________________________________________________ traslación al norte, de ese léxico, por los repobladores mozárabes a lo largo de los siglos VIII al XII27. Esa sería la explicación para la existencia de bastantes “occidentalismos” arcaizantes como aparecen en el vocabulario de una zona oriental como la Alta Alpujarra donde Mª Jesús García de Cabañas recoge una serie de léxico (abentehtate, cándalo, clisao, delgazar, echangao, ehblanquinao, faruya, gayete, gurín, jambrío, jorra, cabushear, mayo, mejía, melecina, pértigu, porreta, redruejo, rolde) que también aparecen, igual o con variantes, solamente en dialectos del norte astur-cantábrico o de la zona leonesa28. 3.2. Los orientalismos en el andaluz. Los estudios sobre aragonesismos en la parte oriental de Andalucía, coinciden en resaltar la importancia del léxico de origen aragonés, y en menor medida, catalán, en las hablas de la zona oriental de Andalucía, especialmente en el norte granadino y en Almería. La coincidencia de una parte de léxico entre esas zonas se atribuye a los repobladores que, supuestamente, vienen de la franja oriental de la península29. Si se da por supuesto que la mayoría de la población andalusí de esas zonas es expulsada y que ese territorio es repoblado, en gran parte, por personas provenientes de esas zonas, es lógico pensar que las similitudes léxicas entre unos territorios y otros son consecuencia de esa repoblación. 26 Ese es el caso de muchos de los romancismos que quedaron en los dialectos andalusíes como los que recoge Martínez Ruiz, Juan: "Los Libros de Habices y el léxico tradicional mozárabe a hispanoárabe en la Granada morisca". Actas del II Congreso Internacional de Historia de la Lengua española. / coord. por Manuel Ariza Viguera, Vol. 1, 1992, ISBN 84604-4307-8, págs. 1203-1216. 27 Ver García Duarte, F. de Borja: Mozárabes en el origen de los reinos cristianos. 28 Ver en Vocabulario de la alta Alpujarra de María Jesús García de Cabañas. Anejos del Boletín de la RAE, anejo XIV, Madrid 1967. 29 Esa es la hipótesis que se defiende en todos los estudios sobre Aragonesismos en el andaluz oriental, como vemos en los trabajos de Salvador, Gregorio: Aragonesismos en el andaluz oriental. AFA V. (1953) pp. 143-165; y de Gordón Peral, Mª Dolores: Aragonesismos y voces de filiación oriental en el léxico andaluz. AFA XLI (1988), pp. 193207. 31 Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _____________________________________________________________________________________________________________________________ Pero la dialectología andaluza sigue sin tener en cuenta unos hechos históricos que cada vez más se están resaltando en la historiografía. Por un lado, hay que tener en cuenta la pervivencia en el antiguo Reino de Granada de una importante masa de población de origen morisco, que queda de diferentes formas después de la revuelta y expulsión de los moriscos 30, incluida la de aparecer como repobladores provenientes de fuera del territorio granadino 31. Por otro lado, no se suele tener en cuenta la realidad documental que nos revela que la mayoría de los repobladores del antiguo reino de Granada llegan de la zona occidental de Andalucía. Esa es la situación que constatan los estudios de los especialistas. Bernard Vincent, tras analizar el origen de 10.000 repobladores, comprueba que la mayoría acude desde las otras provincias andaluzas, seguidos de lejos de pobladores castellano-manchegos y murcianos, y algunos casos aislados, de otros lugares. Tan solo en el caso del Valle del Almanzora, en Almería, la mayoría de los repobladores (el 45,5%) son de origen murciano32. Incluso en el pueblo de Gregorio Salvador, Cúllar, de donde saca la mayoría del léxico de “origen aragonés”, no hay repobladores aragoneses, y los de origen murciano suman el 26,6%, frente al 37,4% de origen de otras provincias andaluzas, especialmente de Jaén, el 13,8% de zonas de Castilla y el 8,1% oriundos de la propia comarca. Pero esos son los porcentajes que se deducen de la documentación que se generó en la repoblación oficial de la década de los setenta, del siglo XVI, después de la guerra de las Alpujarras. Pero sabemos del relativo fracaso y el abandono de parte de los repobladores de los lugares asignados por la misma documentación oficial que se emitía en las diferentes visitas de inspección realizadas, hasta 1593, a los lugares repoblados. Estas visitas de inspección detectan un gran 30 En ese sentido se puede ver nuestro estudio, junto a Grabiel Cano García: "La difícil pervivencia demográfica", en Gran Enciclopedia Andaluza del siglo XXI Tomo II (2000), pp. 283-300. 31 Esa es una de las formas en que quedan muchos moriscos al pasar como repobladores en otras localidades, una práctica que no pasa desaparcibida a Juan Rodriguez Villafuerte, redactor del informa al rey Felipe II sobre la situación de la repoblación en las tierras granadinas en 1574: “Estos lugares dados en perpetuo se entiende que ay Algunos vezinos de esterreino que devaxo de decir que vienen de otras partes se admitieron...” Reproducido cono anexo documental por Bernard Vincent en “La repoblación del reino de Granada, espacios y tiempos”. Crónica Nova, 25,1998, 111-137. 32 Ver: Cano García, Gabriel: La comarca de Baza. Valencia, 1974. 32 Ensayos en torno al andalú _____________________________________________________________________________________________________________________________ trasiego de repobladores que llegan y abandonan; y una bajada de población hasta un 28% menos de la que tenía al inicio de la repoblación oficial, por lo que la lista de repobladores que reciben las suertes después de la guerra, cambió considerablemente. Por eso es dificil conocer con precisión el origen geográfico de los repobladores que realmente habitan el Reino de Granada después de la última visita de inspección de 1593. También se conoce que durante el siglo XVII se produjo un espectacular crecimiento de la población del antiguo Reino de Granada (entre un 400% y un 500%) que no se puede explicar por el aumento natural de la población sino que habría que buscar otras causas. Una de ellas podría ser la repoblación continua de esos territorios durante el siglo XVII 33, repoblación que ya no aparece en la documentación oficial por no darse como consecuencia de un plan de la Administración. Otra causa, si no es la misma, podría ser el afloramiento de esa parte de población morisca que había quedado en el territorio de diversas formas, al margen de los planes oficiales de repoblación, a la que habría que añadir la que iría volviendo a lo largo de los años, desde sus zonas de destierro en tierras lejanas. En resumen, repobladores aragoneses y catalanes documentados, pocos, muy pocos. Así que la única forma en que pudiera llegar léxico aragonés y catalán a esa zona es indirectamente a través de los repobladores murcianos; parte de los cuales pudieran tener su origen, mas de dos siglos antes, en la repoblación de Murcia por súbditos de la corona de Aragón. Pero también en el caso de la repoblación de Murcia por habitantes de la corona de Aragón, en el siglo XIII, habría que tomar con prudencia las cifras oficiales –unos 10.000 dice la crónica de Jaime I–, siempre tendentes a la exageración, y evaluar qué proporción de murcianos del siglo XVI son descendientes de esos repobladores aragoneses –incluidos los descendientes de aquellos granadinos y almerienses que se fueron con el rey “batallador”, en el siglo XII, a repoblar zonas de Aragón–; y cuantos de esos murcianos que llegan a repoblar la zona oriental del Reino de Granada en el XVI son descendientes de la antigua población andalusí de Murcia que quedó tras la conquista castellana y aragonesa. 33 Ver García Latorre, Juan: "El reino de Granada en el siglo XVII. Repoblación e inmigración". Chronica nova: Revista de historia moderna de la Universidad de Granada, Nº 19, 1991, págs. 145-166. 33 Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _____________________________________________________________________________________________________________________________ Es posible que algunos vocablos que existen en esa zona andaluza sean de origen aragonés o catalán, que llegan con los repobladores murcianos, pero habría que tener en cuenta otras variables para esa coincidencia que no se contemplan. Es el caso de la pervivencia del romance andalusí en parte de la población que quedó y la que volvió; romance más arcaizante por su cercanía al latín y que compartiría léxico y realizaciones fonéticas, desde antiguo, con el área oriental de la península, especialmente con la zona murciana. Esa coincidencia también se vería reforzada por los casi tres mil moriscos, que procedentes de las tierras de Granada y Almería, y a pesar de las prohibiciones oficiales, resultaron aposentándose en Murcia entre 1571 y 1585, además de otros miles que llegaron a tierras de Albacete34. Otra variable, que no se ha estudiado, es la influencia en el habla aragonesa que pudiera haber tenido la repoblación que hizo en sus territorios Alfonso I “el batallador”, con habitantes de las zonas de Granada y Almería que se había llevado tras sus algaradas por esas tierras. Aunque la cifra de diez mil, que da Orderico Vital en su Ecclesiasticae Historiae, fuera exagerada, en cualquier caso sería una cantidad importante, teniendo en cuenta la baja densidad de población que había (y hay) en muchos de los territorios aragoneses a donde irían a repoblar esos andalusíes. Si se hubieran tenido en cuenta estas otras variables, posiblemente Gregorio Salvador hubiera entendido por qué gran parte del léxico que él recoge como “aragonesismos” no solo existe en las zonas del norte granadino y el norte almeriense, donde tuvo bastante influencia la repoblación murciana, que supuestamente llevaría a esa zona el léxico de origen aragonés o catalán, sino que también aparece en otras zonas que él mismo recoge de sus alumnos, originarios de poblaciones donde la repoblación con elementos murcianos, aragoneses o catalanes, no está documentada o es muy poco significativa; por lo que deducir que una palabra, porque que se usa en Aragón y en Andalucía a la vez, es un aragonesismo, es una simplificación acientífica. 34 Pocklington, Robert: "Lugares de procedencia de los moriscos granadinos establecidos en Murcia después de 1570". Mvrgetana. ISSN: 0213-0939. Número 131, Año LXV, 2014. Pág. 257-272 34 Ensayos en torno al andalú _____________________________________________________________________________________________________________________________ Esa simplificación la hace A. Llorente Maldonado35, incluso metiendo el nordeste de Jaén como zona influenciada de los aragonesismos por el simple hecho de que haya coincidencias, cuando sabemos que esa zona estaba incluida en la Encomienda castellana de la Orden de Santiago, con sede en Segura de la Sierra, y no fue repoblada por araganoses ni murcianos. También en el supuesto de que la palabra sea de dudosa procedencia aragonesa, porque existe también en documentos de otras zonas del norte, al aparecer en Andaludía oriental, se fuerza su “aragonesismo”36. Ese sería el caso también de algunas de las voces que recoge María D. Gordón 37, cuya extensión por otros puntos distantes de la parte oriental andaluza influenciada por Murcia, haría difícil la explicación de su introducción a través de repobladores murcianos. Lo mismo se podría decir de algunos de los aragonesismos procedentes del árabe que recoge Teresa Garulo38. Asegurar que falca (como cuña), jábega (como herpil), talegazo (como porrazo de espaldas), tarquín (como limo), zafa (como palangana), abercoque (como albaricoque), cequia (como acequia) son aragonesismos procedentes del árabe introducidos por repobladores, cuando la extensión de su uso va mucho más allá de las zonas donde se puede documentar la repoblación por aragoneses o murcianos descendientes de aragoneses, es forzar mucho esa conclusión. Como ejemplo de que las simples comparaciones pueden llevar a conclusiones erróneas está la creencia de que la extensión del sufico –ico, característica del habla popular aragonesa actual, es un ejemplo de la extensión de los “aragonesismos” por territorio murciano y zonas de Almería y Granada, donde también tienen bastante arraigo. Pues bien, se sabe que ese sufijo ya aparece en documentos notariales de La Rioja, Burgos y León, fechados entre los siglos X y XIII, permaneciendo en zonas diferentes al oriente peninsular -como es el caso del condado de Triviño, antes de que ese sufijo se extendiera por parte de Aragón (Zaragoza y Teruel) a partir del siglo XV. Además, 35 Llorente Maldonado de Guevara, Antonio: "Coincidencias léxicas entre Andalucía y el Valle del Ebro", AFA - XXXVI-XXXVII. 36 Ver Millán Chivite, Fernando: "Aragonesismos léxicos en el ALEA: mapas 7-92". AFA XXXVI-XXXVII 37 Ver Gordón, Mª Dolores: "Aragonesismos y voces de filiación oriental en el léxico andaluz". 38 Ver Garulo, Teresa: "Aragonesismos de origen árabe en Andalucía". AFA - XXX-XXXI 35 Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _____________________________________________________________________________________________________________________________ también existe en otras zonas de Andalucía, como Jaén, y aparece en toponimia de Málaga. 4. Conclusión. Sería necesaria una revisión de los documentos de esa época, desde un punto de vista lingüístico, teniendo en cuenta las variables históricas que aquí apuntamos. Estamos seguros que escudriñando los documentos sin la mediatización que la historiografía ha establecido hasta ahora, asumiendo postulados ideológicos de las crónicas medievales, sin la suficiente corroboración, aflorarían pruebas suficientes, además de las que ya tenemos, para establecer una relación de continuidad, con todas las matizaciones e influencias que se quieran, entre el romance andalusí y las hablas populares andaluzas. Que la norma del romance castellano, aún no codificado en el momento de la conquista del Valle del Guadalquir, fuera la que se impone en Andalucía, no es óbice para negar la influencia del sustrato del romance andalusí, por otra parte, muy parecido al romance castellano que aportan los conquistadores, en las características del habla popular de Andalucía. Características, por otro lado, que no pudieron desarrollar su propio sistema lingüístidco codificado, denostadas a lo largo del tiempo por la élite cultural castellanizante de Andalucía, como tampoco pudo hacerlo antes, por la renuncia a ello de la élite cultural arabizante de al-Ándalus. 36 Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _____________________________________________________________________________________________________________________________ 230 ÍNDICE Presentación ............................................................................... Programa de intervenciones y actividades ....................................... 3 7 • Conferencia inaugural ANTONIO RAMÍREZ ALMANZA: El habla andaluza en la obra de Juan Ramon Jimenez ..... 11 • Ensayos en torno al andalú FRANCISCO DE BORJA GARCÍA DUARTE: Romance andalusí, andaluz y castellano …....................... FRANCISCO JAVIER NARANJO MARTÍNEZ: Sobre el ceceo y el seseo durante la Guerra de la Independencia …............................................................ HOÇÉ FÉLÎ ONTAÑÓN CARMONA: Aplicaçionê informáticâ pal aprendiçahe, la difuçión y la conçerbaçión de la êccritura n’andalûh ........................ ÍGOR RODRÍGUEZ-IGLESIAS: Un giro decolonial para una Sociolingüística de la Igualdad y de la Justicia Social ....................................... 17 37 53 73 • Aportaciones gramaticales CRISTÓBAL GONZÁLEZ: Sobre la Recomendación ortográfica Z.E.A. 2019 ............. 85 TOMÁS GUTIER: Beinte añō dihpué, una propuehta ortográfica pa l'andalú .. 89 HUAN PORRAH BLANKO: Muehtra komparatiba de trahkrizión en andalú de diberzoh dialehtoh zuyoh konform'a lah N.O.T.A.-Porrah 2009 ........ 105 YAHÍA AL MALAH ‫ ﻟﻤﻟﺔ ﺟﻬﻴﺎ‬: Eh ke loh andaluzeh ze koméi lah palabrah ..................... 127 Xª Hunta / Reunión / Meeting de escritores-as en andalú. ACTAS _____________________________________________________________________________________________________________________________ NAXO ARRIATE, KSAR FEUI Y ER COLÊTTIBO “MEMÊ ANDALUÇÊ”: La propuêtta EPA, aplicaçionê y êppançión. Memê andaluçê como caço práttico .......................................... 133 • Textos literarios en andalú MANUÉ OCHANDO ORTIZ (MUHÂMMAD): Maliqe …........................................................................ La Jaén Carcolítica. La primijenia Jaén ............................ JOSÉ PERAL JIMÉNEZ 'SCOTTA': Qanteh …...................................................................... JOSÉ Mª DE BENITO SAUCEDO & VIRGINIA JIMÉNEZ LEÓN: Traduzioneh: Fábulah de l'Ezopo ….................................. La terraza …................................................................... 167 189 191 199 203 • Homenaje a Pedro Barragán Montemayor FRANCISCO GARCÍA DUARTE: Homenaje al escritor oriundo de Ayamonte que ha empleado la grafia para representar el habla andaluza, Pedro Barragán Montemayor (1887-1946) …..................... 211 • Presentación de publicaciones en andalú ELADIO ORTA: Los ojos de los fornecos ….............................................. J. León Acosta: El andaluz escrito en Los ojos de los fornecos de Eladio Orta …................................................................ MANUEL RODRÍGUEZ ILLANA: Por lo mal que habláis. Andalofobia y españolismo lingüístico en los medios de comunicación ...................... 232 217 219 227 AYAMONTE (Andaluzía) 2020 zea-andalu.com