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24 de agosto del 2010 Lic. Jorge I. Caballero Mora Algunas semejanzas y diferencias entre el primero y el segundo Wittgenstein Ludwig Wittgenstein, mientras luchaba con el ejército austriaco durante la primera guerra mundial, redactó el Tractatus Logico-Philosophicus, al verse prisionero por los italianos Wittgenstein decide enviar una copia del Tractatus a Russell. Éste hizo una crítica que en un principio no le gustó a Wittgenstein pero que se terminó publicando como introducción al Tractatus en 1922. Después de la publicación del Tractatus Logico-Philosophicus Ludwig Wittgenstein decide retirarse de la filosofía para dedicarse a la docencia en escuelas primarias de Austria. En 1926 abandona el magisterio decepcionado y decide trabajar de jardinero en un monasterio cercano a Viena. En ese mismo año Wittgenstein trabajó también como arquitecto en la construcción de una casa para su hermana. Después de la publicación del Tractatus Wittgenstein se retiró durante diez años de la vida pública intelectual, mientras tanto, su obra tomaba gran importancia al grado que fue considerada como uno de los pilares principales del llamado Círculo de Viena.1 Después de estos diez años Wittgenstein retorna a la filosofía pero con una actitud crítica del propio Tractatus y en general del atomismo lógico.2 A la etapa en que Wittgenstein critica el Tractatus se le conoce como el segundo Wittgenstein. Para el Wittgenstein del Tractatus la lógica proporciona la estructura del lenguaje y de la realidad, en cambio, para el Wittgenstein de las Investigaciones Filosóficas la lógica no nos permite entender al lenguaje ordinario, ni saber en qué consiste la realidad. Para el segundo Wittgenstein el lenguaje ordinario está por encima de la lógica: Una de las tesis centrales que Wittgenstein había tomado de Russell, a saber: que la lógica suministra la estructura del lenguaje y de la realidad, fue sustituida por otra sumamente opuesta: que el lenguaje ordinario es mucho más rico que la lógica y que ésta no puede, por ello, darnos ninguna pista para entender aquél y menos aún para averiguar en qué consiste la realidad3 1 Filósofos, entre ellos Russell y Carnal, que se reunieron en la Universidad de Viena a principios de los años veinte para hacer un análisis lógico del lenguaje. 2 Propuesta filosófica de Russell, aceptada por los miembros del Círculo de Viena, que propone a la lógica como el fundamento del lenguaje y de la concepción del mundo. 3 José Hierro S. Pescador, Principios de filosofía del lenguaje, Alianza, Madrid, 1986, p.269. 1 Probablemente Wittgenstein decide defender el lenguaje ordinario porque las afirmaciones filosóficas del Círculo de Viena, inclusive las del propio Wittgenstein en el Tractatus, atacaban al lenguaje ordinario; si no de manera directa al menos implícita. A Wittgenstein le pudo parecer que se estaba repudiando el lenguaje ordinario con las afirmaciones filosóficas que se oponían al sentido común. No se sabe qué motivó a Wittgenstein para escribir sobre el lenguaje ordinario, tal vez pensó que podía ubicar al lenguaje desde una perspectiva diferente. El nuevo pensamiento de Wittgenstein se empieza a gestar en las obras Los cuadernos azul y marrón, pero es en las Investigaciones Filosóficas donde la defensa del lenguaje ordinario se encuentra condensada. Wittgenstein reconoce, en el prólogo de las Investigaciones Filosóficas, que la mejor manera de entender las ideas que expone en su obra es comparándolas con el Tractatus Logico-Philosophicus: Hace cuatro años tuve ocasión de volver a leer mi primer libro (el Tractatus Logico-Philosophicus) y de explicar sus pensamientos. Entonces me pareció de repente que debía publicar junto a esos viejos pensamientos y los nuevos: que esto sólo podían recibir su correcta iluminación con el contraste y en el trasfondo de mi viejo modo de pensar. Pues, desde que hace dieciséis años comencé a ocuparme de nuevo de filosofía, hube de reconocer graves errores en lo que había suscrito en ese primer libro.4 En las Investigaciones filosóficas Wittgenstein menciona que: -En vez de indicar algo que sea común a todo lo que llamamos lenguaje, [lógica] digo que no hay nada en absoluto común a estos fenómenos [lenguaje] por lo cual empleamos la misma palabra para todos- sino que están emparentados entre sí de muchas maneras diferentes. Y a causa de este parentesco, o de estos parentescos, los llamamos a todos “lenguaje”.5 En la cita anterior Wittgenstein muestra que su nueva idea sobre el lenguaje es muy distinta a la que tenía en el Tractatus. En el Tractatus Wittgenstein proponía que los fenómenos lingüísticos tenían algo en común que permitía llamarlos lenguaje, a saber, la lógica. Ahora Wittgenstein manifiesta todo lo contrario como se muestra en la cita. Sostiene que no hay nada común en todos los fenómenos lingüísticos que permita englobarlos con el término lenguaje. Para el segundo Wittgenstein es claro que los fenómenos lingüísticos no tienen nada en común aunque se relacionen entre ellos de formas distintas; las relaciones entre los fenómenos lingüísticos nos permiten reconocerlos como miembros de un mismo conjunto que llamamos lenguaje. 4 5 Ludwig Wittgenstein, Investigaciones Filosóficas, Crítica, Barcelona, 2004, p. 13. Ibidem, p. 87. 2 Los fenómenos lingüísticos pertenecen a un mismo conjunto llamado lenguaje porque se relacionan entre sí, y no porque tengan algo en común (la lógica). El lenguaje sería entonces el conjunto de las distintas relaciones que presentan los fenómenos lingüísticos. Los fenómenos lingüísticos se relacionaban unos con otros pero no necesariamente todos con todos. Wittgenstein explica esto a partir del término familia y del término juego; el término juego será muy importante en su nueva concepción del lenguaje: Considera, por ejemplo, los procesos que llamamos “juegos”. Me refiero a juegos de tableros, juegos de cartas, juegos de pelota, juegos de lucha, etc. ¿Qué hay común a todos ellos?-No digas: “Tiene que haber algo común a ellos o no los llamaríamos juegos”- sino mira si hay algo común a todos ellos.- Pues si los miras no verás por cierto algo que sea común a todos, sino que verás semejanzas, parentescos y por cierto toda una serie de ellos. Como se ha dicho: ¡no pienses, sino mira! Mira, por ejemplo, los juegos de tablero con sus variados parentescos. Pasa ahora a los juegos de cartas: aquí encuentras muchas correspondencias con la primera clase, pero desaparecen muchos rasgos comunes y se presentan otros. Si ahora pasamos a los juegos de pelota, continúan manteniéndose varias cosas comunes pero muchas se pierden.-¿Son todos ellos entretenidos? Compara el ajedrez con el tres en raya. ¿O hay siempre un ganar y perder, o una competición entre los jugadores? Piensa en los solitarios. En los juegos de pelota hay ganar y perder; pero cuando un niño lanza la pelota a la pared y la recoge de nuevo, ese rasgo a desaparecido. Mira qué papel juegan la habilidad y la suerte. Y cuán distinta es la habilidad en el ajedrez y la habilidad en el tenis. Piensa ahora en los juegos de corro: Aquí hay el elemento del entretenimiento, ¡pero cuántos de los otros rasgos característicos han desaparecido! Y poder recorrer así los muchos otros grupos de juegos. Podemos ver cómo los parecidos surgen y desaparecen. Y el resultado de este examen reza así: Vemos una complicada red de parecidos que se superponen y entrecruzan. Parecidos a gran escala y de detalle. No puedo caracterizar mejor esos parecidos que con la expresión “parecidos de familia”; pues es así como se superponen y entrecruzan los diversos parecidos que se dan entre los miembros de una familia: estatura, facciones, color de los ojos, andares, temperamento, etc., etc.- Y diré los juegos componen una familia. […] Pero si alguien quisiera decir: “Así pues, hay algo común a todas estas construcciones- a saber, la disyunción de todas estas propiedades comunes”-yo le respondería: aquí sólo juegas con las palabras. Del mismo modo se podría decir: hay algo que recorre la madeja entera –a saber, la superposición continua de estas fibras.6 6 Ibidem, p.87. 3 Para explicar cómo se relacionan los fenómenos lingüísticos unos con otros pero no necesariamente todos con todos, Wittgenstein se basa en que los miembros de una familia se identifican por las relaciones entre ellos y no porque tengan algo en común. Al comparar juegos como el ajedrez, las cartas, el dominó, podríamos decir que tienen algo en común, pero lo que realmente presentan son relaciones y parecidos como los miembros de una familia. Algunos juegos pueden tener parecidos pero si los comparamos con otros, por ejemplo, el grupo de ajedrez, cartas, dominó con el grupo de fútbol, tenis, golf, podemos encontrar que algunas características coinciden y otras difieren. Un grupo de juegos puede tener características semejantes con un grupo de juegos y diferencias con otro, es decir, los juegos se pueden relacionar unos con otros pero no necesariamente todos con todos, de igual manera, los fenómenos lingüísticos se relacionan unos con otros pero no necesariamente todos con todos. Los miembros de una familia no se identifican por poseer una característica en común, sino porque pertenecen a una red de relaciones. Este es el caso de los juegos. Según piensa Wittgenstein, los juegos se relacionan entre ellos pero no por una característica en común, esto hace que el concepto de la palabra “juego” carezca de límites. Esto no limita usar el concepto de juego pues podemos explicar a alguien a qué llamamos juego con ejemplos. La definición no es el único medio para explicar un concepto, un concepto como “juego” que no se puede definir no deja de ser un concepto por falta de definición; en este mismo caso, afirma Wittgenstein, se encuentra el concepto de número y fenómeno lingüístico: El concepto de número se explica para ti como la suma lógica de estos conceptos individuales emparentados entre sí: número cardinal, número racional, número real, etc, y del mismo modo el concepto de juego sería la suma lógica de los correspondientes conceptos parciales. –No tiene por qué ser así. Pues puedo darle límites rígidos al concepto de “número” así, esto es, usando la palabra “número” como designación de un concepto rígidamente delimitado, pero también puedo usarla de modo que la extensión del concepto no esté cerrada por un límite. Y así es como empleamos de hecho la palabra juego. ¿Pues de qué modo está cerrado el concepto de juego?¿Qué es aún un juego y que no lo es ya? ¿Puedes indicar el límite? No. Puedes trazar uno: pues no hay aún ninguno trazado. (Pero eso nunca te ha incomodado cuando has aplicado la palabra juego) 7 La comparación del lenguaje con los juegos o la idea de los parecidos de familia, son piezas centrales de la teoría del segundo Wittgenstein. En el Tractatus Wittgenstein había afirmado que “la figura lógica de los hechos es el pensamiento”,8 “en el la proposición se expresa sensoperceptivamente el pensamiento”9 7 Ibidem, p.89. Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus, Alianza, Madrid, 1997. p.29. 9 Ibidem, p.31. 8 4 y “el pensamiento es la proposición con sentido”,10 esto sería la función lingüística del lenguaje para el primer Wittgenstein. El segundo Wittgenstein considera que así como no hay una característica que nos defina el juego, tampoco existe una función lingüística determinada que pueda definirnos al lenguaje. El lenguaje es, desde el punto de vista de su función, un conjunto de usos, (usos diversos que impiden una definición determinada), que constituyen una familia; como en el caso de los juegos. Al proponer Wittgenstein que la función lingüística no puede ser definida, porque las diferentes relaciones entre los fenómenos lingüísticos lo impiden, se ve obligado a sustituir la pregunta ¿Qué es el significado?, que antes se había hecho en el Tractatus, por la pregunta ¿Cómo se explica el significado? El significado de una palabra es lo que la explicación del significado explica. Es decir: si quieres entender el uso de la palabra significado, averigua lo que se llama explicación del significado11 El preguntar en primer lugar “¿Qué es una explicación de significado?” tiene dos ventajas. En un cierto sentido, se hace caer por tierra la pregunta “¿Qué es significado?”. Pues, sin duda, para comprender el significado de “significado” es necesario comprender también el significado de “explicación de significado”12 Lo que Wittgenstein afirma en las citas anteriores es que no se puede preguntar ¿Qué es el significado? si no sabemos antes cómo funciona el significado, en otras palabras, no entenderíamos el significado de la palabra “significado” si antes no nos explicaron como funciona el significado. La respuesta a ¿Cómo se explica el significado?, es usando las expresiones; ahora cabe la pregunta ¿Qué es el significado? La respuesta que dará Wittgenstein es: “el significado de una palabra es su uso en el lenguaje”13 Bibliografía.  ACERO Juan José, Introducción a la filosofía del lenguaje, Cátedra, Madrid, 2001.  HIERRO S. PESCADOR José, Principios de filosofía del lenguaje, Alianza, Madrid, 1986.  WITTGENSTEIN Ludwig, Diario filosófico, Planeta, México, 1986.  WITTGENSTEIN Ludwig, Investigaciones Filosóficas, Crítica, Barcelona, 2004. 10 Ibidem, p.49. Ludwig Wittgenstein, Investigaciones Filosóficas, Crítica, Barcelona, 2004, p.357. 12 Ludwig Wittgenstein, Los cuadernos azul y marrón, Tecnos, Madrid, 2003, p.27. 13 Ludwig Wittgenstein, Investigaciones Filosóficas, Crítica, Barcelona, 2004, p.61. 11 5  WITTGENSTEIN Ludwig, Los cuadernos azul y marrón, Tecnos, Madrid, 2003.  WITTGENSTEIN Ludwig, Tractatus Logico-Philosophicus, Alianza, Madrid, 1997. 6