Espacio, Tiempo y Forma, Serie IV, Hf Moderna, t. 14, 2001, págs. 173-196
Símbolos de poder y su expresión
en el nnundo urbano del siglo xvi:
la villa de Talavera y su señor
el arzobispo de Toledo
CÉSAR PACHECO JIMÉNEZ *
RESUMEN
En la España de la primera mitad del
siglo XVI subsisten instituciones y
relaciones de poder heredadas de la
Edad Media. En el ámbito local éstas
pueden rastrearse de manera más
clara y concisa, sobre todo cuando
se trata de lugares sometidos a un
régimen señorial nobiliario o
eclesiástico. El caso de Talavera de
la Reina (Toledo), responde al
segundo modelo; propiedad de los
arzobispos toledanos desde 1369,
cuando Enrique II le concede la villa
y su tierra a Gómez Manrique, que
entonces ostentaba la mitra en la
archidiócesis, Talavera pretenderá a
lo largo de tiempo conservar y
defender sus privilegios y
costumbres forjadas en la etapa en
que fuera villa de realengo.
Las especiales condiciones en la
ABSTRACT
During the first half of the Sixteenth
Century there existed institutions
and power relations in Spain that
had been originated in the Middie
Age. These institutions can be well
documented at a local level,
especially in places under manorial
dominión. The case of Talavera de
la Reina, In Toledo, constltutes a
good example to study the
expressions and the symbols of
power implemented by the town
council to maintain its oíd privileges
and customs of its royal
jurisdictional past, glven that it fell
under ecclesiastical dominión in
1369. This Study shows
expressions and formulas of a
feudal nature —such as homage—
exhiblted by those in power in the
Early Modern period.
UNED.
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CESAR PACHECO JIMÉNEZ
relación del concejo con su señor se
mantienen en la centuria
decimoquinta, de tal manera que
ante una nueva ocupación de la
sede toledana, la villa y sus
representantes ponían en marcha
las expresiones político-simbólicas
del homenaje y demás fórmulas
feudovasalláticas. Este aparato de
demostración alcanzaba también la
transformación temporal de ciertos
elementos del espacio urbano.
En nuestro trabajo intentamos
analizar este hecho para aportar
nuevos datos en el conocimiento del
funcionamiento de las ciudades y
villas en el campo institucional y sus
condicionantes históricos.
INTRODUCCIÓN
El 21 de septiembre de 1558 moría en el Monasterio Jerónimo de
Yuste, enclavado en un paraje de gran belleza paisajística, el hombre
que había conducido a una gran parte del territorio occidental bajo un
mismo mando imperial. El rey Carlos I en España y el V de Alemania,
emperador, yacía tras unas horas de agonía, consumido por la gota.
Entre los que acompañaron al monarca en sus últimos momentos junto
al lecho, se encontraba el polémico fraile dominico y recientemente nombrado arzobispo de Toledo, fray Bartolomé de Carranza y Miranda \
Había llegado a Yuste el día anterior y tras presentarse delante del moribundo, éste le había preguntado por los asuntos de los herejes de Valladolid, a lo que respondió, se supone que tratando de esquivar el tema:
«No se trata ahora de otra cosa, sino de la salud de vuestra majestad» ^.
' Sobre Carranza pueden consultarse las siguientes obras: P. SALAZAR DE MENDOZA: Vida
y sucesos prósperos y adversos de don Fr. Bartolomé de Carranza y Miranda. Madrid, Imp.
Josepti Doblado, 1788. Y J. Ignacio Teüechea Idígoras: El Arzobispo Carranza y su tiempo.
Madrid, Guadarrama, 1968. 2 vol. Marcel Bataillon, Erasmo y España. Estudios sobre la historia espiritual del siglo xvi. Madrid, 1991; pp. 705-714.
2 JosEPH PÉREZ, Carlos V. Madrid, Temas de Hoy, 1999, p. 244.
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Símbolos de poder y su expresión en el mundo urbano del siglo xvi: la villa...
El recelo y desconfianza que surgieron en el ennperador en sus últinnos tiempos contra Carranza eran fruto de las advertencias que la
propia princesa doña Juana le había hecho, auspiciadas por el inquisidor general Valdés. La publicación de su obra Comentarios del Cathecismo Cristiano (Amberes, 1558) le había granjeado a Carranza profundas sospechas, además se le acusaba de mantener estrechas
relaciones con acusados de herejía. El ambiente se enrareció aun más,
cuando el arzobispo tuvo que coincidir en Yuste con fray Juan Regla,
confesor del ex emperador, y enemigo de Carranza desde 1551 y el
Concilio de Trento; no en vano, a la larga esa enemistad acarrearía
unas consecuencias negativas para el prelado toledano, cuando Regla
se presenta el 9 de diciembre de 1558 a declarar contra él en Valladolid, manifestando sus planteamientos luteranos ante la muerte, e invalidando el sacramento de la confesión en las últimas horas del rey en
Yuste 3. Todos los testigos declararon posteriormente que la actitud
de Carranza en el trance de la muerte les había parecido sumamente
sospechosa e incluso escandalosa. De esta manera, como dice Joseph Pérez, la muerte del emperador iba a desatar una de las crisis
más serias de la España de la segunda mitad del siglo xvi.
Considerar el proceso de la Inquisición contra el religioso dominico
no es motivo de esta comunicación, pero sí lo esbozamos por suponer
un acontecimiento de gran relevancia como coyuntura en la que se
mueve nuestro personaje, el arzobispo Carranza. Como prelado toledano y señor de la villa de Talavera de la Reina, su vinculación con el
augusto César ofrece si cabe un mayor atractivo; una figura que cumpliendo con sus obligaciones como religioso, como responsable de la
más poderosa archidiócesis de la España del siglo xvi, y como persona próxima, en sus primeros momentos al rey sucesor, Felipe 11, tuvo
sin embargo que padecer y sufrir uno de los procesos más emblemáticos de la institución inquisitorial; en él se constatan otras implicaciones
de tensión entre la iglesia y el Estado ".
^ Todos los acontecimientos que ocurrieron en la cámara del monarca en Yuste fueron
después utilizados en el proceso inquisitorial de Carranza. Detalles y pormenores de este
asunto los tenemos en la clásica obra de Marcelino Menéndez y Pelayo, Historia de los Hetorodoxos Españoles II: Protestantismo y sectas místicas. Regalismo y Enciclopedia. Heterodoxia en el siglo xix. Madrid, B.A.G., 1982.
•* J. IGNACIO TELLECHEA IDÍGORAS: «El proceso del arzobispo Carranza, «test» de las tensiones Iglesia-Estado» en La Inquisición Española. Nueva visión, nuevos tiorizontes. Madrid,
Siglo XXI, 1980, pp. 69-82.
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CÉSAR PACHECO JIMÉNEZ
El arzobispo de hallaba hasta julio de 1557 en Inglaterra por una comisión real del rey Felipe en asuntos religiosos. En esas fechas se
traslada a Flandes donde llevará a cabo una labor de predicación, pesquisas de herejes y destrucción de libros, y toda una serie de indagaciones para delatar a españoles sospechosos de herejía, lo que le valió
la confianza del monarca. A principios del 1558 se encontraba ya en
Bruselas ^. Unos meses antes había muerto don Juan Martínez Silíceo
dejando vacante la sede toledana ^. Felipe II nombró inmediatamente a
Carranza como sucesor del prelado, siendo preconizado en consistorio
el 16 de diciembre de 1557. La propuesta fue aceptada sin ningún tipo
de duda por el pontífice Pablo IV dada la reputación de celo y servicio
del candidato.
El 27 de febrero de 1558 fue consagrado en Bruselas por el cardenal
Granvela, mientras que la posesión de la mitra toledana la hacían en su
nombre el canónigo de Falencia Pedro de Mérida y el consejero de
Castilla D. Diego Briviesca de Muñatones, el 8 de marzo ^. Quedaba
como gobernador del arzobispado hasta la ida de Carranza, el canónigo Mérida ^. Esto significaba, como en otras ocasiones, que la dirección
de la archidiócesis quedaba en manos de delegados que asumían funciones a todos los niveles, incluso las propias del régimen señorial que
los prelados toledanos tenían sobre algunos territorios de la diócesis.
Esta vertiente es la que queremos analizar aquí, exponiendo en el caso
de Carranza y su delegado directo Briviesca de Muñatones, un ejemplo
de relaciones feudovasalláticas entre el arzobispo, como señor de la
villa y su tierra, y el concejo de Talavera, en pleno siglo xvi.
TALAVERA, VILLA DE SEÑORÍO
JURISDICCIONAL
La formación y consolidación de la villa y tierra de Talavera durante
la Edad Media vinieron acompañadas de la pérdida progresiva de parte
^ El 15 de enero de 1558 firmaba en Bruselas un poder para el licenciado Briviesca de
Muñatones para la posesión de la villa de Talavera.
<* VV.AA.; ¡.os Primados de Toledo. Toledo, 1993, pp. 106-107.
'
MENÉNDEZ y PELAYO, op. cit., II, p. 10-11.
* MENÉNDEZ PELAYO considera que el canónigo Mérida quedaba como gobernador general del arzobispado, sin embargo, por la documentación que hemos consultado, es Briviesca
de Muñatones el que aparece con este cargo en estos primeros momentos de la prelatura de
Carranza.
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Símbolos de poder y su expresión en el mundo urbano del siglo xvi: la villa...
de su amplio territorio fruto de las desmembraciones que la corona iba
haciendo a favor de personajes de la corte que ganaron la confianza
de los monarcas, creándose así un mosaico de condados, marcas y
señoríos en el entorno del alfoz taiaverano ^. De tal manera que en el
siglo XIV la tierra talaverana se extendía desde los montes al norte de
la villa y del Tajo, hasta los confines meridionales en la tierra de Castilblanco ^°, Valdecaballeros y lindes con la Puebla de Santa María de
Guadalupe, otro dominio señorial creado en 1348 " . En la etapa del
reinado del emperador Carlos, la villa vivía pues rodeada de varios
ámbitos señoriales en los que los intereses de la nobleza laica pugnaban en ocasiones con los del señorío eclesiástico de Talavera, fenómeno que será especialmente virulento con el de Mejorada, regido primero por el linaje de los López de Toledo y luego por la Casa y
Condado de Oropesa ^^.
Todo este vasto territorio respondía a una realidad geográfica e histórica que necesitó de un modelo repoblador sometida a una precariedad y lentitud predominante, al menos hasta finales del siglo xv que se
pone en marcha una tardía campaña de creación de nuevos asentamientos en el sector sur del Tajo, conocido por la comarca de la Jara.
Talavera, villa de realengo había pertenecido en determinados períodos a las reinas, entre ellas a doña María de Portugal, esposa de Alfonso XI, que le valió el apellido que actualmente ostenta. Pero las
concesiones y mercedes en tiempo de Enrique II acabaron con esta titularidad real; el rey, en pago a los servicios y apoyos recibidos por el
arzobispo Gómez Manrique en la contienda civil con su hermanastro
'^ Sobre la evolución de Talavera y su tierra en la Edad Media vid. Enrique RODRIGUEZ-PICAVEA MAULLA, La Villa y la Tierra de Talavera en la Plena Edad Media. Orígenes, consolidación y crecimientos de un concejo de realengo (siglos xi-xiii). Talavera, 1996. M.*" Jesús SuÁREZ ALVAREZ; La Villa de Talavera y su Tierra en la Edad Media (1369-1504). Oviedo, 1982.
José GÓMEZ MENOR: La antigua tierra de Talavera. Bosquejo histórico y aportación documental. Toledo, 1965.
^° Precisamente Castilblanco, Alia y Valdecaballeros intentarán bajo el reinado de Carlos
y luego Felipe II la desvinculación de la tierra de Talavera, consiguiendo un privilegio de Carlos I en 1556 declarando villa a Castilblanco (Juan RODRÍGUEZ PASTOR, «Castilblanco en la antigua tierra de Talavera» en Cuaderna, n.° 6 (Talavera, 1998), pp. 62-78.
" J. Carlos VizuETE MENDOZA, La formación de un gran dominio en la tierra de Talavera:
Santa María de Guadalupe (Estudio y regesta 1340-1389). Talavera, 1993.
'^ César PACHECO (coordinador): Mejorada. Historia de una villa de señorío. Talavera,
2000. Sobre el resto de ámbitos señoriales de la zona talaverana, véase la obra de Salvador
de Moxó, Los antiguos señoríos de Toledo. Toledo, 1973.
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CÉSAR PACHECO JIMÉNEZ
Pedro I, le concede el señorío jurisdiccional y posesión plena de las villas de Talayera e lllescas, a cambio de la villa de Alcaraz que era propiedad arzobispal ^^.
Lógicamente, las condiciones de la concesión real establecían el
pleno derecho de un señorío jurisdiccional sobre todo el alfoz y la tierra
de Talavera, con las atribuciones señoriales y feudales propias de la
época: «damos vos en donagión pura, para agora e para siempre
jamas, para vos e para la vuestra eglesia e para la mesa argobispal et
para los otros argobispos que después de uos fueren de la dicha eglesia, la nuestra villa de Talauera, con todas sus aldeas e con todos sus
términos poblados e por poblar, e con todos los castiellos e fortalezzas
d'ella e de sus términos, e con todas las rrentas e pectios e derectios
de la dictia villa...e con la ¡ustigia geuil e criminal e algadas e mero
mixto imperio e con la juridigión alta e baxa e con el sennorio de la
dicha villa e de sus términos...».
Así pues, desde 1369, el destino de Talavera irá unido a la política
de los arzobispos de Toledo si bien el concejo supo siempre mantener
una serie de prerrogativas y privilegios «de uso y de costumbre» que
casi ningún prelado osó contravenir ^'^. Aunque éstos tenían el derecho
de intervenir directamente en todos los asuntos locales, Talavera se
apresuró a salvaguardar sus costumbres, privilegios, franquezas y libertades mediante unas capitulaciones asentadas entre la villa y el arzobispo Gómez Manrique en octubre de ese mismo año de 1369 ^^.
A la larga esta medida supuso una especie de victoria del concejo
sobre el poder señorial, pues de esa forma, quedaban limitadas las
competencias del prelado en la villa. Las capitulaciones podrían inter-
" El privilegio enriqueño está firmado en Toledo el 25 de junio de 1369, y existe confirmación en las Cortes de Toro de 1371. Vid. Gómez Menor, op. cit., p. 61 y ss.; J. A. GARCÍA
LUJAN: «Expansión del régimen señorial en la región toledana bajo Enrique II: Talavera de la
Reina e lllescas» en Anales Toledanos, XIV (Toledo, 1982), pp. 84-89.
'" De todas formas la política intervencionista de prelados como Jiménez de Cisneros en
su etapa al cargo del arzobispado de Toledo (1495-1517) supusieron un franco retroceso en
este pulso político entre concejo y señor. (César PACHECO. El Sínodo de Talavera de 1498 y
la relación de Cisneros con la Villa. Conferencia leída el 28-X-98 en la UNED de Talavera.
Inédito.)
'^ SuÁREZ ÁLVAREZ, op. cit., 176. D. Juan de Cerezuela o Juan de Luna, arzobispo de Toledo entre 1434 y 1442 confirmó los privilegios y capitulaciones por los prelados anteriores
Gómez Ivlanrique, Pedro Tenorio, Pedro de Luna, Sanctio de Rojas y Juan Martínez de Contreras (Archivo Diocesano de Toledo, Libro 1.465m fols. 52-53).
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Símbolos de poder y su expresión en el mundo urbano del siglo xvi: la villa...
pretarse como una especie de resistencia concejil, eso sí, pacífica frente a otros fenómenos de movimientos antiseñoriales que se suceden
en Castilla a raíz de la entronización de Enrique II ^^. Entre los puntos
que se acordaban y que el prelado consintió se encuentra la designación de alcaldes, alguaciles y escribanos de entre los vecinos de la
villa, como era de costumbre. La facultad del señor para designar cargos concejiles trasciende así la mera conveniencia del titular del señorío que podría elegir personas forasteras ajenas a la villa. En el caso
de las regidurías, solían presentarse al señor una lista de candidatos
propuestos por la villa sobre la que el señor decidía; en otras ocasiones era el propio prelado quien «imponía» a su propio regidor, afín a
sus intereses ^^.
Pero ¿cómo era la Talavera de la primera mitad del siglo xvi, cuando el reinado de Carlos I estaba en su pleno apogeo? Debemos decir,
en principio que esta villa de señorío con un gran territorio bajo su control despunta entonces como un emporio económico y demográfico.
Entre los rasgos definitorios de esta época hay que destacar la permanencia de elementos propios de la sociedad medieval que se perpetúan más allá del cambio de siglo trascendiendo múltiples manifestaciones de la vida social y política del momento. Pero también
parecen vislumbrarse algunos cambios físicos, sobre todo en lo que
respecta a la arquitectura y el urbanismo ^^, que indican un considerable grado de asunción de referentes introducidos en el primer renacimiento español, o al menos con un esfuerzo por poner en práctica medidas y soluciones diferentes de las que hasta entonces se venían
proponiendo.
Talavera va a experimentar en estas primeras décadas del quinientos una evolución asombrosa en el crecimiento y desarrollo del concejo; a pesar de un duro golpe demográfico con la epidemia de peste
que se da en torno a 1507 ^^, en los años posteriores ve aumentar su
"^ Julio VALDEÓN, LOS conflictos sociales en el reino de Castilla en los siglos xiv y xv. Madrid, 1986.
"
César PACHECO JIMÉNEZ, «El regimiento en Talavera de la Reina en el siglo xv» en
Cuaderna (Revista de estudios humanísticos de Talavera y su antigua tierra) n.° 6 (Talavera,
1998), pp. 44-53.
'" César PACHECO e Inés VALVERDE, «La transformación del espacio urbano de Talavera de
la Reina en el siglo xvi»en Espacio, Tiempo y Forma, serie Vil, n.° 7 (Madrid, 1994), pp. 73-96.
" M.= Carmen GONZÁLEZ MUÑOZ, «Epidemias y enfermedades en Talavera de la Reina
(siglos XVI y xvii) en Híspanla, XXXIV (Madrid, 1974), pp. 149-168.
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CESAR PACHECO JIMÉNEZ
población considerablemente llegando a un índice pobiacional de los
más altos de las villas de segundo orden de Castilla ^°. Sin duda, asistimos al despegue económico de una comunidad de villa y tierra, una
villa con un extenso alfoz, un territorio desigual en cuanto a sus características físicas y a su distribución demográfica en el espacio. La carencia de vías de comunicación en amplias áreas de este territorio durante la Baja Edad Media empezaba a solucionarse modestamente en
esta época, al amparo del surgimiento de nuevas aldeas y lugares, y la
consolidación de otros núcleos de población que intentará establecer
relaciones entre sí, tejiendo una red de caminos vecinales y comarcales que mejorarán la infraestructura viaria ^\ en cuya vigilancia y la de
los despoblados tendrá un gran papel la San Hermandad de Talavera,
que ya durante la el bajo medievo se había constituido como una institución policial de gran prestigio al servicio de una economía agropecuaria como la de la villa ^^.
La actividad comercial y artesanal, junto con el trabajo de la tierra
y las huertas de cinturón periurbano de la villa, produciendo un volumen importante de productos agropecuarios para el consumo local de
una población en franco crecimiento, marcaron coordenadas importantes en la vertiente económica. Una ciudad que sin duda marchaba
por ios mismos derroteros que las del resto de la Corona, trasluciendo
en su interior una serie de contrastes típicos de la época: el desequilibrio entre el pueblo llano que sigue padeciendo los problemas seculares del sistema, y el cada vez más rígido control que las élites del
poder van fraguando a partir del prestigio sociopolítico y la tenencia
de un patrimonio importante. Un desajuste importante que además
nos permite ver una doble vertiente: mientras que podemos calificar la
época como la «Edad de Oro de Talavera», con manifestaciones humanísticas y personajes tan relevantes como Gabriel Alonso de He-
^° M.'' C. GONZÁLEZ MUÑOZ, La población de Talavera de la Reina (siglos xvi-xx). Estudio
sociodemográfico. Toledo, 1974.
^' C. PACHECO, «Infraestructura viaria y hospedaje en Talavera de la Reina. Siglos xvi y
XVII'- en Actas del II Cogreso Internacional de Camineria Hispánica. Madrid, 1996, t. II, pp.
385-411.
^^ Acerca de la Santa Hermandad de Talavera, pueden verser, entre otros, los trabajos
de Araceli GUILLAUME ALONSO; Una Institución del Antiguo Régimen: La Santa Herrmandad
Vieja de Talavera de la Reina (siglos xvi y xvii). Talavera, Excmo. Ayuntamiento, 1995. Y
Teresa ENGENIOS MARTÍN, La Santa Hermandad de Talavera. Una institución de vigilancia y
justicia en despoblados. Toledo, Caja de Ahorro de Toledo, 1992.
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Símbolos de poder y su expresión en el mundo urbano del siglo xvi: la villa...
ñera y sus hermanos, o el propio autor de La Celestina, Fernando de
Rojas, que permanecería en nuestra villa como alcalde mayor desde
1508 hasta su muerte en 1541 ^^, también puede observarse que la
población del estamento bajo se mantiene en una generalizada situación crítica 2''.
La actitud del concejo ante los acontecimientos del reino no fue
aséptica; es conocido el papel de apoyo que la villa tomó a favor del
emperador y la corona en la revuelta de la comunidades, apoyo que
el propio Carlos V quiso agradecer con una carta enviada ai ayuntamiento talaverano ^^. En ella se reconocía la lealtad al gobernador
del arzobispado don Francisco de Mendoza, que además era consejero del monarca, en los difíciles momentos que sucedieron a la
muerte del joven cardenal Guillermo de Croy en 11 de enero de
1521, cuando el arzobispado quedó vacante, y los comuneros forzaron a que el cabildo eligiese a un prelado adepto a su causa ^^, situación que se agravó con la llegada del obispo comunero Acuña
^^ Inés VALVERDE AZULA, «Documentos referentes a Fernando de Rojas en el Archivo
Municipal de Talavera de la Reina» en Celestinesca, vol. 16, n.° ii (noviembre, 1992) y de la
misma, «Fernando de Rojas, alcalde y hombre de letras» en Talavera en el Tiempo. Talavera, Excmo. Ayuntamiento, 1994.
^' Para conocer todos estos aspectos de forma pormenorizada y más bibliografía vid la
obra colectiva de C. PACHECO y otros, Un autor, una ciudad, un tiempo. Fernando de Rojas y
la Talavera del siglo xvi. Talavera, Colectivo Arrabal, 1999.
2^ La carta está fechada en Worms, a 18 de mayo de 1521: «Congejo, Justigia, Regidores, cavalleros, escuderos, ofigiales y omnes buenos de la villa de Talavera, asi por cartas de
nuestros visorreyes y governadores desos reynos de don Frangisco de Mendoga del mi consejo y governador dése argobispado, como por otros que de alia me an escripto, he sabido en
la paz y sosiego en que aveis estado después del fallesgimiento del Reverendísimo Cardenal
de Croy, argobispo que fue desa Santa Yglesia de toledo, y la voluntad que aveis mostrado
para me servir en los que por los dichos nuestros visorreyes y don Frangisco aveis seydo rrequeridos, y el ofregimiento que hezisteis al dicho don Frangisco para que se viniera a esta
villa. Yo os lo agradezco y tengo mucho en servigio que bien aveis mostrado vuestra antigua
lealtad. Asi vos mando y encargo lo continuéis estando durante mi breve absengia desos
reynos como hasta aquí avéis estado en toda paz y sosiego y justigia, y guardéis y cumpláis
lo que por los dichos nuestros visorreyes o por el dicho don Frangisco de Mendoga de mi
parte vos fuere mandado, que en ello seré muy servido. Y creed que de todo ello tengo y
terne espegial memoria para mandar mirar lo que a esta villa en general y a los veginos della
en particular, tocare, y hazerlos toda la merged que oviere lugar, como vuestros servigios y lealtad meregen». (Original en Archivo tVIunicipal de Talavera; publicada una reproducción en la
obra de CLEMENTE PALENCIA, El Archivo Municipal de Talavera de la Reina. Talavera, Excmo.
Ayuntamiento, 1959):
^'^ Fernando MARTÍNEZ GIL, Toledo en las Comunidades de Castilla. Toledo, IPIET,
1981, p. 34.
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CÉSAR PACHECO JIMÉNEZ
para controlara las rentas del arzobispado. El concejo talaverano ya
había demostrado su recelo para participar en la causa comunera.
En febrero de 1521 Toledo había solicitado de Talavera el envío de
gente de a pie y de a caballo contra algunos nobles realistas de la
comarca del priorazgo de San Juan '". La respuesta de Talavera fue
claramente de evasivas, argumentando que necesitaban sus efectivos de soldados para la defensa de la villa; y llegaron a hacerse fuerte en la misma mediante el cierre de las puertas y el refuerzo de sus
defensas y torres.
En aquella coyuntura asistimos a una de las manifestaciones de
la tensión entre la villa de Talavera y su presunto señor a quien no
reconocían, el obispo Acuña. El 4 de marzo se reunieron las parroquias y justicia y decidieron que no recibirían al prelado sin una bula
papal autorizándole a tomar posesión del arzobispado; a finales del
mes, sabiendo que Acuña había irrumpido en la catedral toledana,
los talaveranos volvieron a cerrar las puertas y a establecer un férreo control y vigilancia, todo ello declarando su fidelidad al emperador; la tensión iba creciendo y el cabildo toledano llegó a advertir a
Talavera de las intenciones del obispo, pero ésta se negó a reconocerle como gobernador y de paso, reforzó sus defensas y la colaboración de resistencia con la villa de Puente del Arzobispo, también
leal al rey ^s.
Evidentemente, la actitud del concejo frente a las Comunidades se
podría interpretar como un deseo de secundar la legitimación de la corona en estos acontecimientos tan complejos, pero también subyace
un cierto empeño de autodeterminación de Talavera y sus oligarquías,
sobre todo, ante el propósito comunero de Toledo. Y por lo que atañe
al conflicto con el obispo, es notoria su intransigencia ante las injerencias de un «señor» de la villa que no hubiera concertado y reconocido
los privilegios y costumbres que tan celosamente pretendían asegurar
en la villa.
"
En sesión del ayuntamiento toledano de 6 de febrero de 1521 se encargaba a Juan
Carrillo para que escribiese a Talavera solicitándolo.
2" Fernando MARTÍNEZ GIL, La ciudad inquieta. Toledo comunera, 1520-1522. Toledo, Diputación Provincial, 1993, p. 224. Las noticias sobre los acuerdos del ayuntamiento talaverano sobre el asunto están recogidos en la obra de Alfonso DANVILA; «Historia crítica y documentada de las Comunidades de Castilla" en Memorial Histórico Español. Madrid, Real
Academia de la Historia, 1897-1900, vols. XXXVI y XXXVIII.
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Símbolos de poder y su expresión en el mundo urbano del siglo xvi: la villa.
LA POSESIÓN DE LA VILLA COMO EXPRESIÓN
DE LAS RELACIONES FEUDALES
La toma o posesión real y legal de la villa y su tierra por parte del
prelado era un acto de gran trascendencia política, revestido de una
significación simbólica relevante. Los signos feudales del «pleito y homenaje» así como el reconocimiento del señor por los poderes locales,
justicia y regimiento, se articulaban en un desglose de representación
ante el pueblo. Tomemos como ejemplo el acta de posesión que hizo
el delegado del arzobispo Juan de Luna, el capellán del rey y abad de
Alcalá la Real don Juan Alfonso de Cuenca, en 1439 ^^i
«In del nomine amen. Sepan quantos este público ynstrumentto vieren
como en la villa de Talauera, jueues ginco días del mes de mayo del
nasgimiento de Nuestro Saluador leshu Xpristo de mili e quatrogientos e
ttreinta e ginco años. Este dicho dia estando en el congejo desta dicha
villa que es gerca e junto con la torre de la eglesia collegial de Santa
María desta dicha villa e estando en el presente en el dicho concejo el
onrrado e discretto señor lohan Alfonso de Cuenca, capellán de nuestro
señor el Rey, abad de Alcalá la Real, procurador e nungio mensajero de
Nuestro Señor lohan de Luna por la gracia de Dios argobispo de Toledo,
primado de las Españas, chagiller mayor de Castilla e del concejo de
nuestro señor el Rey. Et otrosí estando y presentes Ferrand Alfonso de
Vargas alcallde mayor de la dicha villa e Diego López de Ayala e Juan de
Velada e Juan Duque e Ruy Gargía e Juan de Vargas e Ñuño Gomes
bachiller e Alfonso Mondes de Toro que son de los dose cavalleros e
escuderos regidores ofigiales e omes buenos ....del concejo desta dicha
villa e otrosí muchos de gente cristianos e moros e judíos vesinos e moradores de la dicha villa...
"...luego el dicho Diego de Bargas procurador del dicho congejo
leuantóse en pie e tomo las dichas bula e carta del dicho señor Rey e
poder del dicho señor argobispo en la mano en púsolas engima de su cabega e dixo que el en nombre del dicho congejo, alcalldes, alguasiles e
caualleros e escuderos e regidores e ofigiales e omes buenos de la dicha
villa coo su procurador que obedegía e obedegió las dichas bulla e carta
del dicho señor Rey e poder...con la mauor reuerengia que podía...e en
cunpliendo...rresgibían e rresgibieron por señor al dicho señor don Juan
de Luna argobispo de Toledo e al dicho abad en su nombre e le entragavan e entregaron la posesión e casy posesión de la dicha villa e su tie-
^' En Talavera, a 5 de mayo de 1435: Posesión de la villa de Talavera por el arzobispo
don Juan de Luna o de Cerezuela. (Archivo Municipal de Talavera, Jurisdicción. Sig. 1012).
183
CÉSAR PACHECO JIMÉNEZ
na e alcagar e fortalesas e torres della el luego los dichos alcalldes e alguasil e caualleros e escuderos regidores ofigiales (etc)..estando todos
ayuntados en el dicho congejo dixeron que dauan e otorgaruan e dieron
e otorgaron todo su poder cunplidc.a Juan Duque e a Ruy Gargia rregidores vesinos moradores en esta dicha villa que ende estauan presentes...amos a dos juntamente en nombre del dicho congejo puedan faser e
fagan público omenaje al dicho señor argobispo e al dicho abad en su
nombre como su procurador por la dicha villa como deuen faser pleito e
omenaje vasallos a su señor ...Et luego Juan Duque e Ruy Gargia leuantaronse e fueron a donde el dicho señor abad estaua e juntaron amos a
dos juntamente sus manos e metiéronlas entre las manos del dicho
señor abad. Et luego el dicho señor... en nombre del dicho señor argobispo e por el poder a el dado dixo a los dichos Juan Duque e Ruy
Gargia: Uos Juan Duque e Ruy Gargia por el poder a vosotros dado e
otorgado por el dicho congejo de la dicha villa de Talauera como omnes
fijosdalgo e en nombre del dicho congejo fasedes pleito e omenaje a mi
señor el argobispo de Toledo don Juan de Luna e a mi en su nombre
como su procurador una e dos e tres veses una e dos e tres veses e una
e dos e tres veses que el congejo e alcalldes e alguasiles e caualleros e
escuderos regidores e ofigiales e ornes buenos de la dicha villa de Talauera e vosotros en su nombre tenuedes e guarderedes esta villa para
el dicho señor argobispo e donde vieredes e supieredes que se trata su
.. e onrra de supersona e de la dicha eglesia de Toledo que seredes en
ello e lo ayudaredes e conplir e donde vieredes e supieredes que se
trata mal e dapno e despregio del dicho señor argobispo o de sus rrentas
e derechos que lo arrendiaredes a todo vuestro leal poder en quanto pudieredes en donde arrendar no lo puderedes que gelo facedes saber lo
mas ayna que vosotros pudieredes por vosotros e por vuestros giertos
mensajeros e por cartas; e que lo acogeredes al dicho señor argobispo
en lo alto e en lo baxo con muchos o con pocos, de noche o de día...e
pagado e que fueredes ...por su mandado guardando la realesa e subgegión...e devedes al dicho señor Rey e a su altesa e señoría e a nuestro señor el príngipe don Enrique su fijo e aquellas cosas e casos que en
los derechos e fueros e ordenamientos de Castilla son espresados e que
non rrevelaran los secretos del dicho señor argobispo que los fuere dichos por su merged e por sus cartas e mandado.
El qual dicho pleito e omenaje los dichos Juan Duque e Ruy García por
sy e en nombre del dicho concejo dixieron que fasian e fisieron en la manera que dicha es en manos del dicho abad en nombre del dicho señor
argobispo una e dos e tres veses ...según la costumbre de España, como
omes fijosdalgo lo qual el dicho abad en el dicho nombre pedió por testimonio. E luego el dicho abad en el dicho nombre usando de la posesyón
de la dicha villa (puso a los oficios de alcaldes mayores y alguaciles mayores) e tomóles luego las varas que tenían en sus manos los dichos alcaldes e alguasiles e luego en continente el dicho abad dixo e preguntó a
los dichos Ferrand Alfonso, etcc. que si les plasía de tener los dichos
ofigios e usar dellos por el dicho señor argobispo como señor de la dicha
184
Símbolos de poder y su expresión en el mundo urbano del siglo xvi: la villa...
villa e por el en su nombre...E luego el dicho abad rresgibió juramento en
forma de () derecho sobre la señal de la crus e las palabras de los santos
Evangellios que corporalmente taniern con sus manos que guardarán seruigio del dicho señor argobispo e que donde vieren su pro e onrra que de
su persona e de la su eglesia de Toledo e de sus rentas(...)>>.
La plasmación del ceremonial, de una gran significación simbólica a
la vez que política, conviene cotejarlo con el que se llevó a cabo en
1558, con motivo de la toma de posesión de la villa por parte del delegado del prelado Carranza, don Diego Briviesca de Muñatones ^°:
A la sesión de 21 de marzo de 1558 asistieron: Juan Prado de
Bivar, corregidor. Gaspar Duque de Guzmán, Alvaro de Loaysa, Hernando Alvarez de Meneses, Gerónimo Cornejo y Pedro de Toro, regidores. Jusepe de Villarael, procurador general. Luis de Cepeda, Diego
López de Ribadeneira, Juan Ramírez de Arellano y Alvaro Gutiérrez,
jurados. Alonso de Burgos y Juan de Sigüenza, escribanos.
Los señores justicia y regimiento de la villa de Talavera se juntaron
en el ayuntamiento con el licenciado Briviesca de Muñatones, gobernador general del Arzobispado de Toledo, que anuncia que
«el limo. Sr. Fray Bartolomé de Carranza y Miranda, arzobispo de la
Santísima Yglesia de Toledo, le retiene su «Real Magostad» porque
«tiene negesidad de su persona para gierto efecto que del tiene «no pudo
venir para tomar la posesión y enbia un poder a el y al Ilustre señor licenciado Mérida ^' para tomar la dicha posesión desta villa y para que
conste dello hizo demostragión del poder ^^. Et ansy leydo el dicho poder
el dicho señor licenciado Briviesca de Muñatones salió del dicho ayuntamiento y salido los dichos señores ¡ustigia y regimiento platicaron sobre
lo susodicho y mandaron bolbiese a entrar en el dicho ayuntamiento y
estando dentro del dicho ayuntamiento se sentó en el lugar más pertinente del dicho ayuntamiento y pidió ()nesgesario requirió a los dichos
señores ¡ustigia y rregimiento le manden dar la posesión desta dicha villa
™ Archivo Municipal de Talavera, Libro de Acuerdos 1558, sesión 21 marzo (fols. 114117). Acta de toma de posesión de la villa de Talavera por parte del delegado del arzobispo
Bartolomé de Carranza, el licenciado Briviesca de Muñatones.
^' Se refiere al ya citado canónigo de Falencia, don Pedro de Mérida.
'^ El poder está firmado en Bruselas, a 15 de enero de 1558. En él se constataba el
deseo del recién electo arzobispo de que Mérida y Briviesca tomaran en su nombre la posesión del dicho arzobispado así como poder decidir sobre cuestiones del gobierno del mismo
hasta su llegada a la silla arzobispal. (Archivo Municipal de Talavera, Libro de Acuerdos de
1558, sesión de 21 marzo, fol. 114 v.)
185
CESAR PACHECO JIMÉNEZ
en nombre del Ylustrisimo señor don fray Bartolomé de Carranza y Miranda, argobispo de la Santa Yglesla de Toledo y señor desta dicha villa
y su tierra para el mesmo como el señor dallo.
Y luego el dicho señor Corregidor resgibió juramento del dicho señor
licenciado Briviesca de Manatones y el puso la mano derecha en la cruz
y le hizo por el nombre de Dios nuestro señor y por Santa María, su
madre nuestra señora, y por las palabras de los santos quatro evangelios
de quieran questán escriptos (sic), en nombre de su señoría Ylustrísíma
por virtud del dicho poder, que su señoría Ylustrísima y el dicho señor licenciado Briviesca de Manatones, governador del dicho argobispado,
guardarán y cunplirán todos los previllegios y ordenangas, buenos usos y
costumbres questa villa tiene según y como an sydo usadas y guardadas
hasta aquí por los otros argobispos pasados de buena memoria e por
ello dixo que obligara e obligó los bienes propios y rentas de su ylustrísima por virtud de su poder.
(Que haga público omenaje): Y luego los dichos señores ¡ustigia y rregimiento pidieron al dicho señor Briviesca de Muñatones que de más de
juramento questá fecho haga público omenaje como cavallero hijodalgo
según fuero de España en nombre de su señor de guardar y que su señoría ylustrísima guardará y cunplirá los dichos prívillegios, hordenangas,
buenos usos y costumbres questá dicha villa tiene.
Y luego el dicho señor lizenciado Briviesca de Muñatones dixo que
eslava presto de lo cunplir. Y luego el señor Gaspar Duque de Guzmán,
rregidor más antiguo del dicho ayuntamiento se levantó y ansy mismo el
dicho licenciado Briviesca de Muñatones y levantado el dicho señor Gaspar Duque tomó entre sus manos las manos del dicho lizenciado Bríviesca de Muñatones y por tres vezes le preguntó sy hazía público omenaje como cavallero hijodalgo en nombre de su señoría según fuero de
España de guardar y cumplir los previllegios, hordenangas, buenos usos
y costumbres que esta dicha villa tiene, el dicho señor lizenciado Bríviesca de Muñatones rrespondió las dichas tres vezes que ansy lo juraba
e juró e prometía y prometió en nombre de su señoría de lo tener y guardar y cunplir como () se sigue y les está pedido por los dichos señores
justigia y rregimiento como cavallero hijodalgo.
Y fechas las dichas solenidades el dicho señor lizenciado Bríviesca
de Muñatones se tornó a sentar en su asyento y lugar y los dichos señores justigia y rregimiento dixeron que le daban y dieron la posesyon
desta dicha villa en nombre de su señoría Ylustrísima y le? Dixeron que
rreconosgen y rreconosgieron a su señoría Ylustrísima por tal argobispo
de Toledo en la Santa Yglesla de Toledo, y señor desta villa y que así
como a tal señor le obedesgerán y guardarán y cunplirán sus mandamientos y provisiones según se an guardado y cumplido a los argobispos
de buena mamona y con esto el dicho señor licenciado Briviesca de Muñatones dixo que se daba e dio por contento de la dicha posesyon en
186
Símbolos de poder y su expresión en el mundo urbano del siglo xvi: la villa...
nombre de su señoría y le pidió por testimonio la qual dicha posesyón
tomó y los dichos señores justigia y rregimiento le dieron quieta y pazificamente syn contradizión alguna. Pasó ante nos los dichos escrivanos.
Juan de Siguenga, escrivano».
En estas actas se trasluce el antes aludido empeño de la villa y sus
instituciones por conservar los privilegios, usos y costumbres frente las
posibles injerencias del señor. Se acentúa por ello, en el reconocimiento del legítimo dueño y señor jurisdiccional de la villa, la voluntad
de que el delegado arzobispal haga a la vez su pleito y homenaje de
guardar esos privilegios y ordenanzas. Un aspecto que nos ilustra gráficamente ese pulso político entre la villa y el señor. Pero podríamos
preguntarnos si en estos actos se da una verdadera feudalización interna del señorío arzobispal sobre la villa de Talavera.
La cuestión del feudalismo medieval en España ha sido objeto de
profundas polémicas en las cuáles no entraremos aquí; definir nuestro
marco de referencia teórico nos lleva a utilizar el término feudalismo
más allá del sentido institucional de esas relaciones feudovasalláticas.
En palabras de Julio Valdeón, «si nuestro punto de vista se sitúa en el
campo de los que definen el feudalismo como sistema social cabe
decir que al concluir la Edad Media la feudalización de los reinos hispánicos era plena. El robustecimiento del poder monárquico en tiempo
de los RR c e . no sólo no puso en peligro las estructuras económicas
y sociales existentes, sino que las consolidó. La posterior evolución
hacia la monarquía absoluta fue perfectamente compatible con la estructura feudo-señorial» ^^.
Lo que se plantea a la hora de enfocar un fenómeno feudal tardío
en la España del siglo xvi es la vigencia o no de la institución y de las
relaciones sociales entre el señor y los vasallos. Lo que se encuentra
no obstante, al margen de postulados teóricos de si hubo o no una
verdadera feudalización de territorios y gentes en nuestro país, son realidades con un sistema de relación con muchos elementos feudales,
de herencia medieval tanto de corte española como francesa. La pervivencia pues de esas fórmulas, que aparecen en la abundante documentación del siglo xvi, obliga a considerar al menos una coexistencia
en esos términos de monarquía/señorío/relaciones feudales.
Julio VALDEÓN, El Feudalismo. Madrid, 1992, pp. 148-149.
187
CESAR PACHECO JIMÉNEZ
Habría que analizar cada caso pormenorizadamente para ver hasta
qué punto es indicativo del mantenimiento de la fórmula feudovasallática la aparición de esos elementos como «vasallaje», «pleito-homenaje», clausula de «guerra y paz», etc. en las fuentes 3"; en los ámbitos
urbanos, a fines del siglo xv también se utilizaron las viejas fórmulas a
la hora de rendir el vasallaje a los señores de la alta nobleza, fenómeno que puede trasladarse en el caso de otros señoríos como los de
abadengo o eclesiásticos ^^.
LA CEREMONIA DE LA POSESIÓN Y SUS SÍMBOLOS
Lo que encontramos en el caso de Talavera, comparando las fórmulas
empleadas en las tomas de posesión de la villa del siglo xv con las de
1558 es que se da una pervivencia del ceremonial en gran parte. Empleando símbolos propios del feudalismo de tradición medieval: así por ejemplo, la costumbre del homenaje es la expresión más clara del vínculo vasallático mediante el convenio (placitum, pleyto), y el juramento de
fidelidad al señor, lo que en España se llamó durante toda la Edad Media
y posteriormente, como estamos viendo, «pleyto y homenaje» ^^.
Esto se concreta materialmente según la documentación analizada
en el acto de la mezcla de manos, la immixtio manuum, símbolo empleado tanto en Castilla, como en León y Aragón; en ellas los representantes del concejo introducen sus manos entre las del señor o delegado, en los casos talaveranos, mientras realizan los juramentos de
fidelidad al señor y a sus intereses. Esta modalidad de homenaje asegura Valdeavellano que es de influencia franca, mientras que en España era más habitual el conocido «besamanos», por el cual el vasallo
besaba la mano del señor.
En las ceremonias de Talavera, esta última fórmula también se emplea; en una sesión de ayuntamiento preparatoria para la recepción
^'' Alfonso M." GUILARTE: El Régimen Señorial en el siglo xvi. Valladolid, Secretariado de
Publicaciones de la Universidad, 1987, p. 31.
^^ María ASENJO GONZÁLEZ, «Las ciudades» en José Manuel Nieto Soria (director^; Orígenes de la Monarquía Hispánica: Propaganda y legitimación (ca. 1400-1520). Madrid, Dykinson, 1999, p. 127.
^'' Luis G. DE VALDEAVELLANO, «Las instituciones feudales en España», apéndice en la
obra do F. L. GANSHOF: El Feudalismo. Barcelona, Ariel, 1963, p. 249.
188
Símbolos de poder y su expresión en el mundo urbano del siglo xvi: la villa...
del arzobispo Carranza, se mandaba que «por su antigüedad vayan
en orden todos los caballeros desta casa con la justigia y besen las
manos de su señoría y que el procurador general y jurados y letrados
escrivanos e mayordomos vayan al resgibimiento como ofigiales desta
casa» ^''. Un orden que exigía la total representatividad de los órganos
de gobierno locales, tanto los de índole política, ejecutiva y judicial.
Sin embargo otros componentes de este despliegue de los efectivos
del concejo ante la recepción del señor son dignos de mención, por
configurar un interesante cuadro de ese universo simbólico de las relaciones feudales entre el titular del señorío y la villa y su tierra. Analizaremos algunos de ellos que requiere una singular atención.
El arzobispo de Carranza, como hemos visto, no se presentó directamente en la villa cuando le correspondía llevar a cabo la toma de
posesión, pocos días después de que el 8 de marzo de 1558 los dos
delegados, Mérida y Briviesca, ocuparan en su nombre la mitra toledana. Para ello firmo un poder en Bruselas a nombre de ambos representantes que le representarían en estos actos oficiales. Pero, a partir
de agosto de ese mismo año tenemos constancia de que Carranza ya
se encontraba en España.
Los últimos días de septiembre los debió de pasar en Jarandilla,
pues allí recibe a algún emisario del consistorio talaverano. Después
de la muerte del emperador y de celebrar sus honras, a principios de
octubre emprende viaje a Toledo, sede de su prelatura. En el camino
es cuando pasa por Talavera y tendrá lugar el recibimiento y posesión
personal de su villa de Talavera ^^. Si bien el licenciado Briviesca ya
había hecho en su nombre el ceremonial institucional de la misma, podemos decir que es entonces cuando, por medio de su entrada por la
ciudad, y después de las condiciones presentadas por el regimiento y
justicia de la villa, hace efectiva esa posesión. Con esto, el ritual del
acontecimiento se reviste de un alto valor de consenso mutuo entre
ambas partes.
3' Archivo Muncipal de Talavera, Libro de Acuerdos de 1558, sesión 17 de septiembre,
fol. 206 r.
^^ Desgraciadamente se tía perdido el Libro de Acuerdos que empezaba el 29 de septiembre de 1558 y terminaba el 28 de septiembre de 1559, lo que nos impide conocer con
exactitud la fecha de entrada en la villa y otros pormenores del acontecimiento. No obstante,
hemos pretendido suplir esa falta de información con las noticias previas que el libro de 1558
nos ofrece, así como las referencias de otras crónicas locales.
189
CESAR PACHECO JIMÉNEZ
Los elementos que se ponen en juego entonces para el desarrollo
de las funciones tienen mucho que ver con la transformación de la ciudad y con una participación colectiva de la comunidad, tanto de los
vecinos como de las autoridades. Los preparativos previos a la recepción son interesantes y vienen reflejados en los libros de acuerdos del
ayuntamiento talaverano.
a) La ciudad y su adecuación al recibimiento: como si de una fiesta grande se tratase el consistorio velará porque el aspecto cotidiano
del paisaje urbano cambie ante la llegada del señor de la villa, tal y
como se solía hacer en cualquier evento festivo, adecuando al protocolo el espacio público, transformándolo al menos externamente, en
un despliegue escenográfico ^^. Las medidas que toma el ayuntamiento talaverano en esta ocasión van encaminadas a decorar las calles, la
limpieza de las mismas, y la presencia de luminarias durante las noches de permanencia del prelado en la villa ''°.
Igualmente se ejecutan obras en algunos elementos del urbanismo;
la Puerta de Cuartos, el acceso más importante a la ciudad por el
oeste, es decir, desde el camino procedente de Extremadura, tenía
una significación especial pues tradicionalmente era donde se efectuaba el juramento de los prelados antes de entrar en la villa. Esta
puerta había sido abierta en torno a la primera mitad del siglo xii en un
tercer recinto amurallado de Talavera, que acogía uno de los arrabales
conocido como Arrabal Viejo durante la Baja Edad Media ''^
El regimiento acuerda entonces, como preparativo de la entrada del
prelado Carranza, llevar a cabo una serie de reformas en la puerta:
^^ C. PACHECO: «Fiesta y ciudad en Talavera de la Reina el Antiguo Régimen: Aspectos
de la instrumentalización del espacio urbano en las fiestas» en Espacio, Tiempo y Forma, serlre IV, n.° 10 (Madrid, 1997), pp. 295-318.
"^ Archivo Municipal de Talavera, Libro de Acuerdos de 1558, sesión de 17 de septiembre, fol. 206 r.:
"Que se pongan gien hachones para se pongan luminarias por las calles donde
se suelen poner y para los fazer los encargaron a Juan Martínez jurado y lo que
costare se mande librar y que los haga poner y lo mismo encargaron a Alvaro Gutierres jurado y que hagan limpiar las calles.
-Mandóse que se pregone que todas las personas tengan luminarias la noche
que su señoría ylustrísima entrare a esta villa sus puertas e ventanas so pena
de dozientos maravedís e que las calles estén linpias e sin tinajas so la dicha
pena..."
"
Sobre este barrio véase nuestra obra El Barrio de la Puerta de Cuartos: Historia social
y cultural. Talavera, 1993. Sobre la puerta de la muralla nos ocupamos en nuestro reciente
190
Símbolos de poder y su expresión en el mundo urbano del siglo xvi: la villa...
«tratóse que se aderege la puerta de Quartos para que entre por ella
su Ylustrísima Señoría y que se ponga un escudo con las armas de su
Señoría Ylustrísima y otros dos a los lados desta villa... y manden fazer
puertas nuevas...» '*^. £1 7 de septiembre se aprobó destinar 600 reales
a dicha obra. También se acordó construir un arco en dicha puerta:
"Encargóse al dicho Señor Alvaro Qervantes que provea de un arco
para questé a la Puerta de Quartos al tiempo que su señoría entrare... y lo que costare el arco se mande librar» ''^.
La puerta adquiere así un sentido simbólico de gran trascendencia
convirtiéndose en Arco Triunfal, el primero y más importante, de otros
que podrían colocarse en el itinerario urbano, práctica común en las
entradas triunfales de la época '*". La Puerta de Cuartos como escenario del juramento y de la posesión efectiva de la villa reúne en sí un
protagonismo inusitado, expresión arquitectónica y política del orgullo
local y manifestación de su fortaleza.
b) Elementos festivos complementarios: entre éstos figuran la contratación de ministriles o músicos que se situaron encima de la referida
puerta en el momento de la ceremonia y entrada del prelado, según se
expone en el acuerdo del 17 de septiembre.
c) Elementos oficiales del ceremonial. En 22 de agosto, sabiendo el
ayuntamiento que fray Bartolomé de Carranza se hallaba en Valladolid
trabajo Las antiguas puertas de Talavera. Estudio liistórico y arqueológico. Talavera, Excmo.
Ayuntamiento, 2001.
"^ Libro de Acuerdos 1558, sesión 31 de agosto, fol. 193 r. Según las noticias históricas
que tenemos en esta obra de ampliación y remodelación de la puerta se colocaron tres escudos encima del arco que actualmente se conservan en la pared del testero de la ermita de
Nuestra Señora del Prado de Talavera; uno representando una torre albarrana, otro con dos
toros, ambos símbolos heráldicos del escudo de la ciudad, que en esta época se solían colocar por separado, y en el centro se ubicó un escudo arzobispal que según la tradición era
de Carranza; sin embargo los elementos que aparecen en este escudo cuartelado no son plenamente identificables con el que usaba el prelado. Pensamos más bien que puede tratarse
de una variante de la representación heráldica de sus armas, caracterizadas por torres y
lobos (Ventura LEBLIC GARCÍA: «La heráldica arzobispal toledana» en Toietum, n.° 23 (Toledo,
1989), pp. 9 y ss,), junto a los atributos heráldicos del delegado arzobispal que tomó posesión
de la villa en su nombre, el licenciado Briviesca de Muñatones, en el cual se dan 5 panelas
dispuestas en sotuer (Fdo. GONZÁLEZ-DORIA; Diccionario tieráldico y nobiliario de los Reinos
de España. Madrid, 1987, p. 660). Así tenemos en el 1.° cuartel una torre de sable y en el 2.°,
aparecen dos posibles lobos junto a un árbol; en el 3.° es difícil su identificación, teniendo el
4." las referidas 5 panelas del apellido Muñatones.
"^ Libro de Acuerdos 1558, sesión 17 de septiembre, fol. 205 v.
'"' Feo, Javier PIZARRO GÓMEZ, «La entrada triunfal y la ciudad en los siglos xvi y xvii» en
Espacio, Tiempo y Forma, serie Vil, n." 4 (Madrid, 1991), pp. 121-134.
191
CESAR PACHECO JIMÉNEZ
desde el día 10, se optó por consultarle a través de uno de los regidores que se hallaba en aquella ciudad por asuntos de pleitos en la
Chancillería, y saber si ante su futura venida a Talavera era su «voluntad sy rregibirá merged en que se faga en esta villa fiesta o si terna
voluntad no se fazer». El 25 se leía en el consistorio una carta del prelado agradeciendo la actitud del ayuntamiento y notificaba que en
breve pensaba ir por la tierra talaverana. En la referida sesión del 17
aparecen siguientes menciones «para tratar como su Ylustrísima Señoría (que estaba en Jarandilla) entrará para ver lo que se a de faser
en su resgibimiento». Todas las autoridades debían someterse al protocolo de tal manera que cometen al señor Corregidor e al señor Diego
de Montenegro rregidor, para que conbiden a todos los cavalleros e
hijosdalgo para que salgan a rresgibir a su señoría y se apergiban de
cavalgaduras para ello». Y además que por su antigüedad vayan en
orden todos los cavalleros desta casa con la ¡ustigia y besen las manos
de su señoría y que el procurador general y jurados y letrados escrivanos e mayordomos vayan al resgibimiento como ofigiales desta casa.
En definitiva, los representantes del poder ejecutivo y político como
garantes de los intereses del concejo debían articular su presencia de
forma ordenada y de acuerdo a un plan protocolario, en el cual tenía la
máxima responsabilidad el regidor más antiguo del ayuntamiento, que
en esta ocasión era don Gaspar Duque de Guzmán. Se acuerda que
éste en nombre de la villa pida el juramento a su señoría a la Puerta
de Quartos que es por donde a de entrar conforme a la costumbre
desta casa.
Al prelado al llegar a Talavera se le hacía una demostración del
celo con que en la villa se guardan sus instituciones, privilegios, ordenanzas, usos y costumbres, una demostración sin duda cargada de
gran significación política, para lo cual se le mostraba el libro de acuerdos y la forma en que los señores de la villa anteriores solían jurar '^^.
Igualmente, en señal de acatamiento, reconocimiento de la autoridad señorial ei concejo, una vez que el prelado hacía su juramento de
guardar las referidas condiciones en esta relación feudovasallática, se
"^ Archivo Municipal de Talavera, Libro de Acuerdos 1558, sesión 25 de septiembre, fol.
211 r.: "Acordóse que se lleve el libro de ayuntamiento para que su señoría vea la solenidad
de juramento que los prelados liazen la primera entrada en esta villa para que su señoría
ylustrísima le constte delio...»
192
Símbolos de poder y su expresión en el mundo urbano del siglo xvi: la villa...
le agasajaba con un «presente», regalo que pasaría a disfrutar algún
regidor o justicia si el homenajeado no lo recibía. En los acuerdos tan
sólo se menciona la adquisición del mismo sin indicar exactamente de
qué naturaleza era. En la sesión del 27 de septiembre se menciona
un libramiento de cierta cantidad de maravedís para ayuda a adquirir
un presente para su señoría: «-Proveyóse para que el próximo día de
ayuntamiento se trate quien a de dar el presente a su señoría y quien
lo a de beneficiar sy su señoría no lo rresgibiere..» ''^.
LA COYUNTURA DE LA POSESIÓN: LA MUERTE DEL EMPERADOR
Y SUS HONRAS EN LA VILLA
Todo el proceso de la toma y posesión de la villa de Talavera por el
arzobispo Carranza y sus delegados estuvo marcado por unos acontecimientos coincidentes que van a revelar, sin embargo, aspectos de
esa misma relación entre señor y vasallos. La muerte del ex emperador en Yuste como no podía ser de otra manera fue tratada en el regimiento talaverano en la sesión del 25 de septiembre y en la del 27 se
siguieron tomando algunos acuerdos al respecto de las honras y los
lutos que debían hacerse en la villa:
<<£ luego el señor Rodrigo de Carranga rregidor hizo rrelagión a este
ayuntamiento de lo que avía tratado con el argobispo de Toledo nuestro
señor sobre la muerte de su magestad.
E luego los dichos señores aviendo platicado sobre los suso dicho
acordaron que en bien que se hagan honrras en esta villa por su magestad a los quales se llamen todos los hórdenes de frayles y cofradías
y se hagan las honrras en la yglesia mayor las quales se comiengan el
domingo en la tarde y el lunes de mañana o antes o después quando su
señoría mandare.
Que se haga para las dichas honrras un bulto donde se ponga las hachas e gera que se acordare poner al paresger del cavallero desta casa
que se cometiere.
Sobre los lutos se acordó se diese parte a su señoría yllma. Y que
fuere a comunicarlo con el el señor Rodrigo de Carranga rregidor y le
diere parte de cómo otras vezes se a fecho en esta villa por las personas
rreales y de la nesgesidad questa villa tiene
«
Ibídem, fol. 216 r.
193
CESAR PACHECO JIMÉNEZ
Acordóse que se faga tañer por la muerte de su magestad las campanas desta villa los guales se tengan esta novhe después de la oragión
y encargóse a Jusepe de Villarroel para que faga tañer.
Encargóse a Jusepe de Villarroel procurador general escriba (a) las
hórdenes de frayles para que se hallen personas quando se hizieren las
honrras.
Encargóse a Alonso e Juan Martínez jurados (que avisen a )...las cofradías para este dicho día. Encargóse al dicho Jusepe fable con los
frayles de las dichas hórdenes para que el día que se fizieren las onrras
digan missa en la yglesia mayor cada gagerdote y dichas traygan memoria de las que an dicho para questa casa se las mandará pagar.. ''^.
E Luego el señor Rodrigo de Carranza rregidor dio una carta de su señoría Ylllma. que embyo a este Ayuntamiento se mandó leer y leyda dio
quenta de lo que avie comunicado con su señoría yllma. E luego los dichos señores mandaron que la carta que escrivió su S." Yllma. se escriva en este libro:
"Magníficas señorías, Rodrigo de Carranga nos comunicó la duda que
allí se avía ofregido sobre los lutos y a nos expresado que la nesgesidad
de los propios de essa nuestra villa no de lugar a que se pueda sacar dellos todo el gasto de las onrras del emperador pero pues estamos obligados a fazer semejantes demostraziones por ser Rey propio conviene?
Tomar los medios de menos...y no me párese mal el que aliase ..que a
tomar los lutos bajos por que suelen ser testimonio de mayor tristeza, y si
con todo esto fase mucha costa para la comunidad y al presente no pudiere provello todo paregenos que convenía que se partiere la costa de
por medio entre los rregidores y los propios por lo que en semejantes
casos están obligados los gibdadanos a socorrer la nesgedad de su republica y por que asu esta como en lo que toca al rrexgibimiento nuestro
e nos comunicado con Rodrigo de Carranga lo que non conviene que se
faga en todo momento de rremitirnos...?
E Luego los dichos señores acordaron que den lutos por las onrras de
su magestad y que no se saque de veynteno arriba ni de diez e ocheno
abajo lo qual se acordó atentos a la carta de sus señoría yllma. y la
quenta que el señor Rodrigo de Carranga dio de lo que avie comunicado
con su señoría yllma. y que los dichos lutos saquen a costa de los propios desta villa porque syempre que se an dado lutos an sydo a costa de
los propios todos ellos y se hallan algunos yncovenientes de pagar la
mitad las personas... dar los dichos lutos enteros de paños bajo a la
mitad siendo paños finos.
Cometióse para que se saquen los dichos lutos a los señores Gaspar
Duque de Guzmán e Alvaro de Qervates de Loaysa rregidores para que
justamente con el señor corregidor lo saquen a los presgio e pagos que
los paresgiere y lo que costare desde agora se les da poder...para que
Ibídem, sesión 25 de septiembre, fols. 210 y 211.
194
Símbolos de poder y su expresión en el mundo urbano del siglo xvi: la villa...
los puedan pagar librar en el mejor presgio de los propios que tiene esta
villa.
Acordóse que los dichos lutos se den a justigia e rregimiento (y demás
autoridades...) e a dos hombres que an de tener cargo de la gera se les
de a cada uno su capirote e caperugejo y los dichos lutos se den a la
persona que se hallare presente a las dichas onrras e sy alguna persona
lo oviere llevado y no se aliare presente a las onrras que lo pierda e lo
vuelva.
Que el señor Francisco de la Rúa regidor se junte con el señor corregidor para faser el aposento '*^.
Como en otras ciudades, caso de Toledo que hizo sus más lucidas
honras fúnebres por el emperador en el mes de noviembre, cuando el
arzobispo Carranza se encontraba ya en su sede ejerciendo sus labores como titular de la mitra ''^, en Talavera vemos como la cuestión de
los lutos suponía un desembolso importante para las arcas del concejo. Pronto los regidores y justicias se apresuraron a proponer la fórmula tradicional para sufragar este tipo de gastos, a costa de los propios; sin embargo, la propuesta cuando llegó al entendimiento del
arzobispo, como señor que era de la villa, estimaba más correcto, y de
acuerdo con que los lutos bajos, de paños y vestimentas, eran una
buena demostración del duelo para con el difunto monarca, que si todo
ello suponía un gasto superior que los regidores aportaran una parte y
la otra se sacara de los propios de la villa.
La medida «sugerida» por el arzobispo no debió de agradar al regimiento, que en su empeño de mantener sus privilegios de clase y en
contra de una mengua de sus patrimonios, acordaron sin más el cargar
en las rentas del Puente del Alberche, sobre cuyo portazgo tenía la
villa su jurisdicción, el importe de los lutos: los trajes, caperuzas y capirotes, etc. Si una cuestión como ésta podía poner en evidencia las diferencias entre los cuadros políticos de la villa y el señor de la villa,
como no surgirían otro tipo de fricciones en asuntos de más gravedad.
"* Ibídem, sesión 27 de septiembre, tol. 214 r. y v. En nota adjunta a esta sesión se escribía que a 2 de noviembre de 1558 se pagaron 78.448 maravedís de costa de los lutos cargados en el arrendatario de la Puente del Alberche, de los propios de la villa.
'"' Sobre las funciones de luto de Toledo véase la interesante relación que se hace en la Memoria de las honras que se hicieron en esta cibdad de Toledo, por la muerte de el Emperador
Don Carlos Nuestro Señor, que en el Gloria. Año 1558. En Relaciones Históricas de los siglos xvi
y XVII. Madrid, Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1896, pp. 42 y ss. Sobre el luto en la época vid.
Fernando MARTÍNEZ GIL, Muerte y sociedad en la España de los Austrias. Madrid, 1993.
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CESAR PACHECO JIMÉNEZ
De todo este cúmulo de factores se desprende, por tanto, que aunque se mantienen fórmulas institucionales de tipo feudal en las relaciones entre vasallos y señor en un ámbito de señorío eclesiástico, la
especial coyuntura que se da en 1558 con la muerte del emperador,
condiciona en parte el ritual de la posesión. La evolución de Talavera
como villa y cabeza de un extenso y rico alfoz no se verá mediatizada
por la intromisión de los prelados, antes bien, se asiste en algunos
casos, como el sucesor de Carranza, el cardenal Quiroga, a una efectiva colaboración; pero siempre dejando patente la defensa de los intereses concejiles frente a las premisas señoriales de tipo feudal que
los prelados pudieran imponer.
El de Carranza y la simbología del ceremonial analizada no son
sino meros ejemplos de esa materialización del discurso oficial del
poder señorial en pleno siglo xvi, que se ve contrarrestado en cierta
manera con el persistente discurso del concejo aludiendo a sus antiguos y reconocidos privilegios.
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