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Ánforas

2003, Ánforas Astorga IV. Lucernas y ánforas (Colección de Arqueología Leonesa I. Serie Astorga IV), Mª T. Amaré Tafalla, dir. (León): 653-673

ÁNFORAS C. Carreras y P. Berni ÁNFORAS C. CARRERAS y P. BERNI El presente estudio del material anfórico de Astorga es la primera iniciativa para un análisis sistemático y cuantificado de una variedad de cerámica romana escasamente conocida en el Noroeste de la Península Ibérica. Con la única excepción del trabajo de Naveiro (1991) y Morais (1998), no existe ninguna otra referencia adecuada para las ánforas del cuadrante NO de la Península. Este vacío bibliográfico no significa, en absoluto, que las ánforas sean inexistentes en la zona; ya que por el contrario, éstas se hallan en cantidades relativamente importantes. Sin embargo, este vacío puede entenderse por la poca atención o el escaso interés que los investigadores de esta zona han mostrado hasta ahora por este tipo material cerámico romano. La trascendencia del comercio de ánforas en Astorga, además de manifestarse en las cantidades y variedades de productos documentados, estriba en el origen de las mismas; puesto que proceden de puntos muy distantes del Imperio Romano. Este hecho revela que las ánforas alcanzaban Asturica Augusta tras un largo trayecto con la posible intervención de numerosos intermediarios a través de amplias y complejas redes de intercambio, que seguramente favorecieron el transporte de otros objetos de menor valía presentes en el asentamiento. Las ánforas estudiadas en 1995 y 1996 proceden de 29 excavaciones realizadas en Astorga en los últimos años, que han puesto al descubierto una extensión aproximada de 6.704 m21 . Aunque esta extensión es comparativamente reducida en relación con el área total ocupada por el yacimiento intramuros (16 ha.), permite una primera aproximación a la importación de ánforas en la ciudad. Los resultados obtenidos en Astorga se han comparado con los datos de otros yacimientos romanos del Noroeste 1 Sólo dos intervenciones cuyo material ha sido clasificado, las excavaciones de Santiago Crespo y Blanco Cela, no se incluyen en este estudio, si bien se harán comentarios sobre algunos de sus ejemplares. 636 C. CARRERAS y P. BERNI peninsular 2 , principalmente Campa Torres, Legio (León), Petavoniwn (Rosinos de Vidriales) y Uxama Argaela (Osma) y de la costa tarraconense (p.e. Iesso, AlISa, fluro, Barcino). A su vez todos estos datos se han contrastado con los recogidos en la provincia de Britannia, de la cual se cuenta con 104 yacimientos britano-romanos con estudios detallados de sus ánforas (Carreras y Funari, 1998; Carreras, 2000a). A primera vista, todo el material anfórico recogido en el Noroeste muestra similitudes evidentes en las variedades tipológicas, en las cantidades recogidas y cronología de las mismas; por ello resulta conveniente tratar todas las ánforas de estos yacimientos en conjunto, con una mención destacada a León y Astorga por ser los yacimientos con una mayor representación de este tipo de material. Por descontado, Asturica es el punto de referencia obligado por su extraordinaria variedad y volumen de ánforas: 12 pastas cerámicas diferentes, 25 formas reconocibles (ver fig. 6) y una densidad aproximada de 4.700 cg/m 2 . Para documentar el conjunto de ánforas presentes se ha partido del estudio de las pastas cerámicas, con el ánimo de reconocer inicialmente los orígenes de los ejemplares antes de clasificarlos. Posteriormente se han clasificado de acuerdo con la forma, si ésta se podía determinar. Al reconocer la forma, se asignaba generalmente al ánfora una cronología y un contenido, que son los datos mínimos que se requieren para interpretar su hallazgo. A nivel tipológico y cronológico, el conjunto de ánforas de Asturica no muestra grandes novedades, si bien existen algunas excepciones que se comentan en detalle más adelante. Pero sin duda, la información más útil que proporciona este conjunto de ánforas es el volumen y distribución de determinadas tipologías en un punto tan distante de los grandes circuitos comerciales. Con el objetivo de evaluar el volumen de ánforas y de relacionar su distribución con respecto a otros yacimientos romanos, era necesario emplear una serie de métodos para la cuantificación del material (n° de fragmentos, peso en gramos, EVE o porcentaje del labio, asas, pivotes)3 (Carreras, 2000a, 45-70). Como las ánforas son envases destinados al transporte de productos agropecuarios, principalmente líquidos como aceite, vino o salsas de pescado, no es suficiente comparar las densidades obtenidas de los pesos sino que resulta más adecuado comparar sus volúmenes. Al conocer el peso de una ánfora completa y su capacidad para cada tipología (ver Peacock y Williams, 1986,52; Carreras, 2000a, 5 1, fig. 2) se pueden realizar cálculos de volúmenes, y así comparar las importaciones de un mismo producto por parte de distintos proveedores (p.e. vino campano, de la tarraconense, bético). 2 Desde la primavera de 1993 se viene realizando un proyecto de investigación de la circulación de las ánforas en el Noroeste Peninsular, que se engloba en la línea de investigación del Centro de Estudios sobre la Interdependencia Provincial en la Antigüedad Clásica (CEIPAC- http://ceipac.gh.ub.es) dirigido por el DI'. J. Remesal Rodríguez (Universidad de Barcelona). 3 Existe una amplia bibliografía sobre la utilización de medidas de cuantificación para cerámica arqucológica (Orton, 1982; 1989). En el caso de las ánforas se utilizan preferentemente los pesos debido a que los labios, que son las partes que generalmente identifican la tipología, representan una proporción muy pequeña del lolil! del envase. Esta medida es idónea para calcular densidades, en función del área excavada, y de esta forma se pueden comparar los resultados obtenidos en distintas excavaciones o asentamientos. LAS ÁNFORAS DE ASTORGA 637 Aunque la metodología empleada pretendía ser rigurosa, las densidades calculadas para Asturica son provisionales, puesto que el material procede de un limitado número de excavaciones que sólo corresponden a 4,19 % de la superficie ocupada por el asentamiento intramuros. A medida que se vaya estudiando más material, las densidades correspondientes identificarán con un menor margen de error la circulación anfórica de esta comunidad. El resultado del estudio de las ánforas de Asturica se resume en la tabla l, en la que aparecen 12 grandes grupos de pastas cerámicas y dentro de cada uno de ellos, se encuentran las tipologías correspondientes, de las cuales se detallan las cantidades de fragmentos, su peso y EVE. Los comentarios detallados para cada uno de los grupos y tipologías aparecen a continuación: 638 C. CARRERAS y P. BERNI ÁNFORAS DE ASTURICA Tipología Frag. Peso (gr) l.AFRICA 1.1 Tripolitana 1 2. GUADALQUIVIR 2.1 Haltern 70 2.2 Obcraden 83/ Dressel 20 arcaica 2.3 Dressel20 2.4 Dressel 20 parva 2.5 Dressel23 2.6 Dressel2-4 2.7 Dressel7-11 2.8 Astorga 44 (AA/MG3-5/10002/l00) 3. COSTA BÉTICA 3.1 Dresse17-11 3.2 Beltrán II-A 3.3 Beltrán II-B 4.CAMPANIA 4.1 Dresse12-4 4.2 Anfora "a bastone" 5. GALA 6. RODIA 7. RICHBOROUGH 527 8.P&W66 9. MEDITERRÁNEO ORIENTAL 9.1 Agora G-199 9.2 Dresse12-4 9.3 Pseudokoan 10. LATE ROMAN 10.1 Late Roman 1 11. TARRACONENSE 11.1 Pascual 1 11.2 Dresse12-4 12. VALLE DEL DUERO 27 2 6 378 2 266 4 1 26 1 l 975 25 1 4 15 225 12 30 253 18 1 73 9 240 2 4 1 11 83 46 9 2080 220 990 37330 400 22550 860 150 6790 750 310 115360 3640 440 900 2080 28730 2260 2460 21330 1588 30 4950 600 20870 370 470 250 4170 12430 6470 1960 Indeterminada 220 15855 124 2971 319643 2093 Total EVE(%) 32 35 343 23 12 100 33 100 25 178 293 7 8 220 108 45 220 25 176 38 20 639 LAS ÁNFORAS DE ASTORGA Tipologias anfóricas documentadas en Astorga El reconocimiento de las pastas se ha realizado en base a un análisis macróscopico C()1l la ayuda de lentes de 20 aumentos y a la referencia básica sobre petrología anfórica recogida en Peac()ck y Williams (1986). A continuación se hace una breve introducción de todos los tipos anfóricos pl'CSCIl tes en Astorga, que se han sido clasificados siguiendo las tablas tipológicas propuestas por Drcssel (1899), Beltrán (1970), Pascual (1960) y Peacock y Williams (1986). 1. ÁFRICA Existe un número limitado de fragmentos ele una pasta cerámica elc color rojo intenso, fractura irregular, con desgrasasante frecuente de cuarzo y una engalba blanquecina que identifican un origen africano. No se trata de una pasta común en Asturica, ni en general en el Noroeste Peninsular (Naveiro, 1991, 70-71), aunque su presencia nunca resulta extraña. Esta pasta representa a numerosos envases producidos en las costas del Norte de África desde época republicana hasta el Bajo Imperio que estaban destinados al transporte de aceite o salazones (Keay, 1984; Panella, 1992). Su cronología depende, por supuesto, de la tipología anfórica. Las primeras exportaciones importantes se silúan con los repertorios de las formas conocidas como Africanas y Tripolitanas ya en el siglo I d.e., mientras que algunos ejemplares tardíos alcanzan el siglo VII d.C. (fig. 5.43). Del conjunto de fragmentos hallados en Asturica sólo dos permiten reconocer una forma: la Tripolitana l. 1.1 TRIPOLITANA 1 (OSTIA LXIV; P&W 42) Se trata de una ánfora de labio grueso, con moldura cóncava, cuello corto y asas cortas de sección plana. El cuerpo es cilíndrico de grandes dimensiones, acabada en un pivote corto. De acuerdo con las cronologías de Ostia y Pompeya, esta forma alcanza los mercados occidentales a mediados del siglo I eLe. y perdura hasta el siglo IV d.C., de acuerdo con los contextos de Berenice (Williams y Carreras, 1995,245). Sus centros de producción se localizan en la Tripolitania, donde se han reconocido numerosas figlinae (Arthur, 1982a; Mattingly, 1988) junto a presas olearias, indicando de esta manera que el contenido del envase sería posiblemente aceite. Esta forma tiene una amplia distribución por todo el Mediterráneo, preferentemente Túnez, Italia y la costa tarraconense. En la zona atlántica, la Tripolitana 1 se encuentra al menos en el área gallega (Naveiro, 1991,70) Yen Lincoln (Britannia) (Williams y Carreras, 1995,245). 2. GUADALQUIVIR La pasta ánforica de las riberas del río Guadalquivir (Baetica) se caracteriza por un color siena rosado con numerosos desgrasantes sedimentarios, principalmente cuarzo, feldespato y mica. Existen diferencias petrológicas en áreas del Guadalquivir y Genil, pero las arcillas presentan una serie de rasgos comunes por lo que resultan fáci I ele agrupar. En Asturica se han hallado numerosos fragmentos cerámicos que pertenecen a este tipo de pasta, tratándose de una de las principales regiones doras de ánforas de la ciudad. En la mayoría de casos, se pudieron relacionar los fragmentos gías anfórieas bien conocidas, que se detallan a continuación. ーイッカ・ャセ COI1 lipolo 640 C. CARRERAS y P. BERNI 2.1 HAL:rERN 70 Se trata de una ánfora de cuerpo ovoide con labio exvasado en forma de collarín, el cual sufrió una serie cambios morfológicos, por lo que se ha relacionado con otras producciones galas, Haltern 70 similis y London 555 (Dangreaux y Desbat, 1988; Sealey y Tyers, 1989), así como un posible predecesor bético conocido como Lomba do Canho 67 (Molina, 1995) o Sala 1 (Boubé, 1987). Este tipo, Haltern 70, presenta asas alargadas con una acanaladura central, y además, el cuerpo está rcmatado por un pivote macizo. Contenía principalmente olivas preservadas en vino cocido, defrutum o sapa, tal como indican las inscripciones pintadas conocidas (Loeschke, 1942) y los restos de huesos de oliva hallados en el pecio Sud-Lavezzi II (Liou, 1982,444). También se ha sugerido que el vino cocido sería por sí solo otro de los contenidos comercializables, como bebida (van del' Werff, 1984) o incluso como un ingrediente de cocina (Sealey, 1985,62-63) (fig. 1.1-10). Recientes análisis de fitolitos (Juan, 1998), demuestran que contenía restos de olivas en defructum. Este envase se produjo en el valle del Guadalquivir, como demuestra tanto la pasta como el hallazgo de un posible horno cerca de Arva (Remesal, pers.com.), desde mediados del siglo 1 a.c. (circa 60-50 a.c., Mandrague de Giens) (Tchernia et alii, 1978) hasta posiblemente la década de los 70 080 d.C. (Nimega, Augst, Estrasburgo, Chester y York) (van del' Werff, 1984; Martin-Kilcher, 1994, 388; Baudoux, 1996; Carreras, 2000). Otros centros productores se han localizado en la zona del Bajo Guadalquivir (Las Marismas), entre ellos un horno en Orippo (Can-eras, 2000a, 90-96; 2000b), Y en la propia Hispalis (García Vargas, 2000)4. En el conjunto de envases de Asturica, la Haltern 70 es la tipología más común, posiblemente, debido a que la cronología de la mayoría de excavaciones se sitúa en época julio-claudia. N o obstante, este envase es mayoritario en otros asentamientos del Noroeste (Naveiro, 1991) y sobre todo en Campa Torres. 2.2. OBERADEN 83/DREsSEL 20 ARCAICA Las ánforas que dan comienzo a las exportaciones de aceite bético durante el principado de Augusto son conocidas genéricamente por los tipos augusteos hallados en los campamentos militares de Haltern y Oberaden, en Germania (Martin-Ki1cher, 1987). Son las formas Haltern 71 y Oberaden 83 que se corresponden con un envase de cuerpo ovalado, de paredes casi cilíndricas, con una boca bastante simple, con un labio un tanto vertical. El pivote saliente y el perfil de las asas, generalmente cilíndricas, pero también oval, puede ser similar a los aplicados en las ánforas béticas Haltern 70. Esta forma se 4Parece ser que la Haltern 70 también se produjo en centros de la costa hética como Venta del Carmen, Pucntc Mclchor y otros gaditanos (García Vargas, 2000; Langóstena, 2001), si bien esta forma en pasta cerámica de la costa bética no se ha hallado en Astorga. LAS ÁNFORAS DE ASTORGA ha datado desde antes del cambio de Era hasta el final del reinado de Tiberio. A lo largo de cste ¡Jl'IÍO¡jO se pueden distinguir dos grupos tipológicos: el más antiguo (Oberaden 83) con un aspccto afín :\ las ánforas olearias brindisinas; el de la fase augustea-tiberiana (Haltern 71) con un cuerpo más evoltl cionado que está a medio camino entre la forma anterior y las primeras Dressel 20 julio-claudia;.; (fig.2.14). 2.3 DRESSEI. 20 Ánfora globular bética fabricada en el valle del Guadalquivir y del Genil para envasar accitc de oliva. A lo largo de todo el Alto Imperio preservó la uniformidad formal que la caracteriza: cuerpo esférico con un pequeño pivote cónico, asas de gran tamaño y de sección circular, cuello corto y robusto, borde de perfil triangular. Se puede hacer distinción de los acabados (borde, curvatura del asa, altura del cuello, etc.) de estas ánforas que pueden ordenarse cronológicamente en cuatro etapas evolutivas: julio-claudia, flavio-trajanea, antoniniana, y desde los Severos hasta mediados del s. III d.C. Recientemente se han realizado estudios de sus variantes tipológicas, evolución a lo largo del tiempo y continuidad de tipos tardíos en Berni (1997). Un ánfora Dressel 20 solía pesar vacía cerca de 30 kg. Y su capacidad contenedora era habitualmente para 70 kg. de aceite. La importancia de la Dressel 20 para la historia económica del Imperio Romano viene dada por dos factores: su amplia distribución por toda Europa Occidental, con dos mercados preferentes, Roma y el Limes germánico y británico (Callender, 1965; Remesal, 1986; MartinKilcher, 1987); y por la epigrafía que llevaba asociada (sellos, tituli pieti y grafitos) (Rodríguez Almeida, 1989)(fig. 2.12; 2.15-16). 2.4 DRESSEL 20 PARVA Variante poco conocida de la Dressel 20, con la misma forma y acabados pero de tamaño mucho más pequeño. Estos ejemplares aparecen a lo largo de las diferentes etapas evolutivas de la Dresse120. Se han documentado en algunos cargamentos béticos, como en el pecio de Port-Vendres II o en el de Cabrera JII, pero en cantidades muy reducidas respecto a los otros envases globulares de tamaño normal (Colls et ali;, 1977: 85 y fig. 9.3; Bost et alii, 1992). Entre los testimonios más antiguos cabe mencionar los de la fosa de Castro Pretorio (Roma) que están datados en época de Claudia. Ahí, se confirma por los tituli picti descubiertos la función olearia de estos pequeños envases. Estas inscripciones tienen el mismo esquema epigráfico de a la Dresse120, pero con la salvedad de mostrar una tara y lln peso neto muy bajo. La pieza documentada en Astorga (exc. Alonso Garrote, AA/AGA/157/16) puede datarse por el perfil del borde a mediados del s. I d.e., y tiene la particularidad de conservar la partc final de un sello fragmentado (fig. 2.13) 2.5 DRESSEL 23 Con la Dressel 23 se identifican las producciones olearias béticas del Bajo Imperio. No ex is te una opinión común entre los investigadores para situar el comienzo de esta producción en la Bét ic,1. Bajo nuestro punto de vista, con los datos actuales, este momento podría situarse entre finales de la cera centuria e inicios de la cuarta (siglos JII / IV d.C.). Las primeras Dressel 23 tienen UIlOS Il'l acahados que nos recuerdan a las últimas Dressel 20 de la segunda mitad del s. III d.e. Sin embargo, la I'urllla del cuerpo del recipiente se ha transformado del perfil globular de la Dressel 20 a UIl perfil al iIII OIJ:l do qlll' 642 C. CARRERAS y P. BERNI la caracteriza. Su capacidad contenedora es mucho más reducida, lo que nos hace pensar que tal vez estemos ante un eslabón más de la línea evolutiva de la Dressel 20 parva. La diferencias morfológicas en los acabados en la Dressel 23 se acentúan con el paso del tiempo. Entre los perfiles del siglo IV y los del el s. V d.C. existen notables diferencias. En un estudio reciente hemos establecido cuatro grupos tipológicos (Dressel 23ad) en función de los aspectos generales de los acabados de estas ánforas (Berni 1997). 2.6 DRESSSEL 2-4 Esta ánfora vinaria se caracteriza por su cuerpo cilíndrico, asas bífidas alargadas, labio simple redondeado y un pivote largo sólido. La forma, que inicialmente se produjo en el Mediterráneo Oriental, fue imitada posteriormente en las provincias occidentales, incluida la propia bética. Se conocen al menos tres alfares próximos a la costa que produjeron este envase: Loma de Ceres (Granada), El Rinconcillo y Guadananque (Cádiz). Sin embargo, las pastas cerámicas de estos centros no corresponden a la del valle del Guadalquivir, por lo que los ejemplares de Asturica proceden de otros puntos del interior. No es el único caso en que se han documentado Dressel 2-4 béticas con esta pasta, ya que se conoce otro ejemplar hallado en Colchester (Sealey, 1985,42), cuyas características petrológicas reconocidas a partir del análisis de lámina fina coinciden con las pastas del Guadalquivir. Sin embargo, por el momento no se ha excavado ningunafiglinae de Dressel2-4 en el interior de la Béticas. La cronología de la producción de esta variante se sitúa, a grandes rasgos, en el siglo 1 y II d.C., si bien la mayoría de los ejemplares de Asturica aparecen en contextos julio-claudias. Por último, cabe recordar que las Dressel 2-4 estaban destinadas al transporte de vino, y en el caso concreto de los envases béticos que tal vez contenían alguno de los codiciados caldos de esta región mencionados por Silius Italicus (Punica 3.393-5) y Columella (De Re Rustica 3.3.3) (fig. 4.41). 2.7 DRESSEL 7-11 De entre las ánforas de Asturica cabe destacar como un caso excepcional la presencia de una Dressel 7-11 con pasta del valle del Guadalquivir, AAJMG 3-5/2028-4, (fig.3 .25). La forma Dressel 711 es originaria de las numerosasfiglinae de las costas béticas (Cádiz, Málaga, Granada, Almería), sin embargo la pasta cerámica de nuestro ejemplar corresponde a arcillas del interior de la provincia (Caneras, 2000b). La producción de un envase destinado a la comercialización de salsas de pescado en las riberas del Guadalquivir abre las puertas a nuevas posibilidades, como la existencia de piscifactorias fluviales 6 especializadas en otro tipo de salsas de pescado equiparables al garum o Inuria de la costa (Martínez Maganto y Carreras, 1995). El hallazgo de ejemplares con estas características no es un hecho exclusivo de Asturica, si no que por el contrario, han aparecido otras Dressel 7-11 con la misma s Remesal (pers. com.) ha reconocido la primerafiglina de Dressel 2-4 del Guadalquivir en Posadas, dondc halló una asa bífida con un sello, que es bien conocido en ánforas olearias Dresse120. (, Sc conoce la existencia de una piscifactoría fluvial en el río Támesis (Bateman y Locker, 1982), y talllhién sc ha sugcrido la presencia de otras en el curso del Rin, próximas a Treveris (Curtis, 1991) LAS ÁNFORAS DE ASTORGA pasta en algunas villas romanas catalanas (Can Ventura de l'Oller, Aguacuit, Can Jofresa) en cOlllc'xlos fechados desde Augusto hasta la dinastía flavia. La explotación piscícola del río Guadalquivir en época romana era corriente y sin duda pm porcionaba buenos ingresos a las comunidades ribereñas. Tanto es así que al menos tres municipios romanos incorporaron la imagen de un alosa, una especie de pescado común en el río, en las moncda., acuñadas por sus respectivas comunidades como es el caso de lllipa (Alcolea del Río), Caura (Coria del Río) y Cunbaria (Lebrija). Precisamente estos dos últimos centros se hallan próximos a la zona de las Marismas, donde Ponsich (1991) localizaba numerosos yacimientos con presencia de fragmentos de Dressel 7-11 (p.e. Cerro del Overo, Rancho Centeno). Aunque el propio autor no sugicrc que estos envases fueran producidos localmente, si que menciona el hallazgo de al menos dos alfares: Torre de Herbero (Cortijo de Tiga, próximo a Caria) y Las Playas (cerca de Lebrija). El horno de Torre de Herbero fue excavado por Fernández Gómez et alii (1986), aunque estos autores no pudieran precisar la naturaleza de sus producciones. En cambio, en el caso del alfar de Las Playas, los numerosos restos de Dressel 7-11, así como la existencia de rechazos de horno (Ponsich, 1991, 179), permiten aventurar la producción de estos envases allí mismo. A falta de una confirmación con los análisis petralógicos detallados sobre la pasta de estos centros de producción, todo parece indicar que la geomorfología de Las Marismas corresponde a la pasta cerámica del Guadalquivir documentada en Asturica y en las villas romanas catalanas. Por lo tanto, todo apunta a que los habitantes de esta región seguramente preparaban y comercializaban salsas de pescado obtenidas a partir de las especies fluviales locales, a imagen y semejanza de las famosas salazones de sus paisanos de la costa. 2.8 ASTORGA 44 (AA/MG 3-5/1 0002/100) Otra novedad tipológica de origen bético es un ejemplar sin paralelos, que hemos denominado provisionalmente como Astorga 44. Se trata de un envase de cuello corto, con un labio exvasado de sección rectangular y asas de sección plana, del cual no se conserva ni el cuerpo ni el pie de la ánfora (fig. 5.44). La forma recuerda a alguna variante de las Dressel28 béticas, aunque en este caso carece del labio moldurado característico de esta última tipología (Colls et alii, 1977). El presente ejemplar procede de las excavaciones de M.GullÓn, de un contexto datado sin excesiva precisión en el siglo 1d.C. 3. COSTA BÉTICA I"a tercera pasta cerámica reconocida se caracteriza por su dureza, una fractura inegular, presencia de desgrasantes de cuarzo, mica y óxidos férricos (Peacock y Williams, 1986, 199). Su origen se localiza en la costa bética, en un franja litoral que comprende desde el sur de Portugal hasta la provincia de Almería, muy especialmente en la bahía de Cádiz (1 "agóstena, 1996; 2001; García Vargas, 1998). Por supuesto, existen variaciones en la geomorfología de toda esta zona, pero por el momento no se hall lle vado a cabo estudios petrológicos sistemáticos en los distintos alfares de la región. Las ánforas dc costa bética se destinaron preferentemente a la comercialización de salazones como son el 1;1 g(lJ'I/lII, muria o liquamen (Ponsich, 1988; Curtis, 1990), y en menor medida a vino. En la región se conscrva innumerables restos de alfares y también vestigios de piscifactorías destinadas a la elaboracióll de esl [セ。 salsas de pescado, lo cual demuestra la importancia de esta industria en la economía bélica. 644 C. CARRERAS y P. BERNI En el conjunto de material analizado en Asturica, los fragmentos de ánforas de la costa bética constituyen el grupo mayoritario, alcanzando la proporción de un tercio en número y peso respecto al total. Del conjunto destacan tres tipologías, cuyas características se detallan a continuación. 3.1 DRESSEL 7-11 Este tipo comprende una amplia variedad de ánforas caracterizadas por un cuerpo ovoidal, labio corto exvasado, frecuentemente definido por dos molduras, asas planas acanaladas, boca acampanada y pivote hueco (fig. 3.20-27;3.29-34). Se han localizado numerosos alfares que elaboraban esta forma, como es el caso de El Rinconcillo, Puerto Real, Rancho Perea, El Olivar, San Fernando y Rota (Cádiz); Cerro del Mar y Huerta del Rincón (Málaga) o Loma de Ceres (Granada) (Lagóstena, 1996; 2001; García Vargas, 1998). La forma aparece por primera vez en época de Augusto (Ostia, Oberaden, La Longarina, Cerro del Mar) para desaparecer paulatinamente en el periodo antonino, a principios del siglo n d.C. (Nimega, Vindonissa, Caerleon, Ceno del Mar). Por supuesto, el envase estuvo destinado a la comercialización de salazones y así lo confirman los tituti picti hallados, que especifican un contenido de ganan (CIL XV471 O) o muria (CIL XV4722; 4737-4739) (Zevi, 1966; Beltrán, 1970, 405ss]. 3.2 BELTRÁN nA El ánfora conocida como Beltrán n A está definida por un cuerpo piriforme, boca exvasada amplia que finaliza en un labio colgante de sección triangular, asas planas alargadas y pivote hueco (Beltrán, 1970, 426]. Este envase se manufacturó en algunos alfares occidentales béticos como Puerto Real, Cerro de los Mártires y El Olivar, e incluso orientales como Cerro del Mar, Huerta del Rincón y Loma de Ceres (Lagóstena, 1996; 2001; García Vargas, 1998). Respecto a su cronología, la fecha de inicio de su producción todavía resulta discutida, y así, en algunos asentamientos como Augst, Mainz, Vindonissa y Nyon aparece en época tardoaugustea o ya en época julio-claudia como en Hofheim o en época flavia según los contextos de Ostia (Panella, 1973). El envase desaparece a finales del siglo Ir d.C. Sobre su contenido tampoco existe ninguna duda, ya que los tituli picti confirman que se transportaba ganan, muria y liquamen se transportaban en este recipiente (Zevi, 1966; Beltrán, 1970; Lagóstena, 2001) (fig. 3.28). 3.3 BELTRÁN Ir B Esta tipología es similar, a grandes rasgos, a la forma anteriormente descrita, si bien se diferencia por mostrar un labio exvasado más tendente a la horizontalidad que en la variante A, pivote hueco alargado y un cuerpo piriforme (Beltrán, 1970,436). Como centros productores se documentan los alfares de Puerto Real, Punta Umbría, Manganeto, Cerro del Mar y Loma de Ceres en la Bética (Lagóstena, 1996; 2001; García Vargas, 1998).; y Vila Real ya en la provincia Lusitania (Arruda et alii, J 987, 129). La cronología inicial de esta variante se sitúa con mayor precisión en el segundo cuarto del siglo 1 d.C., según la datación de algunos contextos de Ostia y de la necrópolis del Collado Ursiniano (Cádiz) (Beltrán, 1970,436; Panella, 1973), mientras que desaparece de forma gradual a mediados del siglo JI el.c. LAS ÁNFORAS DE ASTORGA 645 En relación con su contenido, el envase también transportada distintas variedades de sala/o nes como demuestran algunos tituli picti, si bien ocasionalmente comercializaba otros productos ColllO olivas 7 . 4.CAMPANIA Otra de las pastas cerámicas documentadas en Astorga es de procedencia campana, caractcri zada por su dureza, un color rojo intenso, presencia de un desgrasante oscuro conocido como "tierra negra", que en realidad se trata de augita. Además presenta una engalba de color amarillento oscuro y otros desgrasantes como biotita, roca volcánica, cuarzo, feldespato y homblenda (Peacock y Williams, 1986, 87-88]. Estas características geológicas se observan principalmente en la región del Vesubio, próxima a las ciudades de Pompeya y Herculaneum, zona conocida por sus famosos vinos de Falernum, Surrentium o Vesuvinum (Tchernia, 1986). En el conjunto de ánforas de Asturica, se han identificado dos formas procedentes de la Campania: la Dressel 2-4 de asa bífida y unas asas aplanadas que seguramente responden a la llamada ánfora "a bastone". 4.1 DRESSEL 2-4 Se trata de una ánfora de cuerpo cilíndrico, cuello alargado acabado en un labio simple redondeado, asas bífidas alargadas y pivote sólido. El prototipo originario fue desarrollado en el Meditenáneo Oriental (isla de Cas) ya en el siglo III a.e., no obstante la versión campana no aparece hasta una fecha avanzada, a mediados del siglo 1 a.e. El momento de su desaparición resulta más controvertido, ya que en principio se situaba a mediados del siglo 1 d.C., si bien recientes hallazgos en contextos tardíos (Roma, Saint Romain-en-Gal, South Shields) han permitido fijar este momento a finales del II d.C. y siglo III d.e. (Panella, 1989; Desbat y Savay-Guerraz, 1990; Arthur y Williams, 1992). La excavación de Blanco Cela viene a confirmar esta datación tardía, ya que se halló un ejemplar en un estrato del siglo III d.e. El contenido de las Dressel 2-4 campanas era el famoso vino de la región vesubiana (Tchernia, 1986), como así se deduce de la lectura de numerosas inscripciones pintadas (Sealey, 1985, 42-47) (fig. 4.38-40). ---- 7 1986) ------- Un ejemplar recuperado en La Bourse de Marsella contenía restos de aceituna, hinojo y lallr,,1 (11. )'1'1. 646 C. CARRERAS y P. BERNI 4.2 ANFORA "A BASTONE" Con este nombre se conoce una de las variantes de la DresseJ 2-4 que aparece en el siglo II d.e. y cuya producción persiste hasta principios del siglo IV d.e. (Panella, 1989; Arthur y Williams, 1992,251-253). Se diferencian únicamente de las Dressel2-4 por su asas de sección redonda u ovalada, ya que su contenido también parece que fue vinos. Hasta el momento se han localizado al menos tres centros de producción de esta variante que se localizan en el ager Falernus: Santuario della Celsa (finales sJ d.e.- principios del II d.e.), Masseria Starza (TI-III d.C.) y Masseria Dragone (finales sJ d.e.- III d.e) (Arthur,1982b). Su área de distribución, que en principio era bastante desconocida, cada día resulta más amplia, puesto que además de los hallazgos en Campania (Cales, Herculaneum, Gricignano), Italia (Roma, Ostia), Neuss o Britanl1ia (York, Clayden Pike, South Shields) también ahora se documenta en Asturica. S.GALA Con el término de Gau10ise se conoce una amplia gama de envases anfóricos de base plana producidos originalmente en la provincia de la Gallia. La pasta se caracteriza por un color crema-rosado, una fractura regular, muy depurada, con apenas desgrasantes de cuarzo y caliza, y en ocasiones de mica, normalmente en las pastas de la zona de Marsella. De la muestra de Asturica, no se han reconocido más que fragmentos informes por lo que resulta imposible atribuirles a una de las doce variedades de ánforas Gauloise distinguidas hasta el momento (Laubenheimer, 1985; 1989). Su principal contenido era vino, aunque también pudieron ocasionalmente transportar otros productos. La cronología de las ánforas galas se sitúa, a grandes rasgos, entre los siglos 1 y III d.e. 6. RüDIA Las ánforas radias aparecen con dos tipos de pastas cerámicas: una de color rojo-rosado, muy fina, con una pátina amarillenta y con desgrasante caliza, partículas de color rojo-marran, olivina y piroxena; la otra de color crema con abundantes restos calizos en superficie y agujeros, sin apenas piroxenas. El envase fue originalmente producido en la isla de Rodas y otros puntos del Egeo como así se desprende de los estudios petrológicos y fisico-químicos (Peacock, 1977; Empereur y Pican, 1989). 8 Se ha documentado un ánfora hallada en San Clemente (Roma) con un titulus pietus que se refiere a I'akrnlllll Jiallstianum, una variante del conocido vino falerno y otro de Punta Epitaffio (Baia) con la inscripción SEX/MEI., lal vez vino con miel (Arthur y Williams, 1992,251). LAS ÁNFORAS DE ASTORGA 647 Las ánforas rodias se reconocen por un labio simple, redondeado, como final de un cucllll alargado, asas de sección circular apuntadas, cuerpo cilíndrico y pivote sólido (fig. 2.17 -19). Su pmdllc ción se inicia en el periodo helenístico, pero no alcanzan los mercados occidentales hasta época (Ic Augusto (p.e. Lyon, Ostia) (Desbat y Pican, 1986; Panella, 1973), para desaparecer de forma paulal in:1 en la 2" mitad del siglo 11 d.e. (Martin-KiJcher, 1994,349). El principal contenido de esta ánfora fue el vino, como así indica un titulus pictus pompeyano, Passum Rhodiul11/ P Coelli Galli (CIL IY.937), aUIl que también se documentan otros productos como higos (p.e. pecio Dramont D) (Joncheray, 1973, 31 33). El vino radio no gozaba de especial consideración entre los romanos (Ateneo, Deiph. 1.32.5) qlle preferían otros vinos griegos, pero sus ánforas se hallan muy bien representadas en Occidente, sobre todo en los campamentos militares del Limes (Oberaden, Haltern, Ródgen, Kingsholm). Esta inusual distribución de los envases radios llevó a Peacock (1977) a proponer una nueva hipótesis para explicar su difusión en las áreas militares. Creía que ésta se debía vincular a la revuelta de la isla de Rodas del año 44 d.e., que fue sofocada por Claudia, el cual exigió a sus habitantes como castigo un impuesto especial, posiblemente en especies, tal vez vino radio, que el emperador emplearía para premiar a sus legionarios. 7. RICHBOROUGH 527 Se trata de una ánfora reconocible por un borde grueso redondeado de gran tamaño, cuello corto, asas semicirculares con carena central, cuerpo cilíndrico acanalado y pivote sólido corto (fig. 5.48; 5.50-51). Su pasta es fácilmente identificable por ser de color gris verdoso, fractura irregular, textura rugosa y desgrasante de gran tamaño de cristal volcánico transparente o lava de tonalidades oscuras. Debido a la presencia de rocas volcánicas y marinas sedimentarias, se propusieron distintos posibles orígenes para este envase, como el Macizo Central 9 (Borgard y Gateau, 1991) o el sur de Italia (Puteoli, campos Phlegreos) (Williams y Arthur, 1991,396). No obstante, en la actualidad se supone que procedía de la isla de Lipari, lugar cuya geología coincide yen el que se han hallado restos de posibles alfares (Borgard y Gateau, en prensa). En relación con su cronología, los primeros vestigios del ánfora aparecen en Cavaillon en contextos de finales del siglo I a.e. (Borgard y Gateau, 1991), persistiendo su producción en el siglo III d.e. (New Fresh Wharf - Londres -, Puetoli) y tal vez en el siglo IV d.e. (Nápoles) (Williams y Arthllr, 1991). Su distribución es problemática, sobre todo debido al desconocimiento general de esta tipología que actualmente sólo está representada en asentamientos galos (p.e. Angers, ArIes, Nimes, Rennes), britanos (p.e. Londres, Richborough, Cirencester, York, Leicester) e italicos. En Hispania, se documcn· ta en Ampurias, Tarraco y Guissona, además de Asturica. Uno de los ejemplares, procedente de la exea· 9 En principio, la mayoría de hallazgos se situaban en la región central dc la Gallia y ell /lrilllllllio. lo que su origen francés era hasta cierto punto lógico. M M M M M セ NM ⦅ L B 11I1I . C. CARRERAS y P. BERNI 648 vación de Blanco Cela, se encuentra en un estrato fechado en época tardoaugustea o de Tiberio (DE 149, 150) (fig. 5.45-46). Su contenido también resulta controvertido, ya que se ha descartado, en principio, el aceite o los salazones (Williams y Arthur, 1991), Yla última propuesta, alum, todavía requiere de una comprobación (Borgard y Cavalier, 1991). El alum o alumbre es una substancia empleada para fijar tintes y era fundamental antiguamente para las industrias textiles y de curtido de piel. Es uno de los productos explotados en la isla de Lipari desde periodos históricos, y posiblemente en época romana (Borgard y Gateau, 1999). Existen testimonios posteriores de que los musulmanes exportaron alum a los países cristianos del Norte de Europa en los siglos XI-XIV d.e. (Brujas, Sandwich, Southampton), ya que eran deficitarios en el mismo, por lo que lo importaban de Castilla, Mallorca, Asia Menor o Tolfa (Italia) (Constable, 1994, 231). 8.P&W66 Se trata de una ánfora con una pasta de color marrón oscuro, dura, de textura arenosa, con numerosos desgrasantes de cuarzo y caliza de pequeño tamaño (Peacock y Williams, 1986, 217). Su arcilla es muy similar a la de las ánforas canot, Augst 46 y 47 (Martin-Kilcher, 1994,436), por lo que se sugiere un origen común, todavía no localizado, en un ambiente semi desértico posiblemente del Próximo Oriente (Siria, Palestina). La P&W 66 se caracteriza por su forma cilíndrica, sin cuello y con un labio redondeado simple, cuerpo estriado, asas anulares y base redondeada. A primera vista este envase, que también se conoce como Kingsholm 117, recuerda a las ánforas tardías de Gaza (Late Roman 4, Zemer 53). El contenido y origen de este envase es aun una incógnita, si bien se ha propuesto aceite (Sealey, 1985,88]. Respecto a su cronología, se data en el periodo julio-claudio en Kingsholm, Colches ter, el pecio Dramont D y Augst, fecha que coincide con el contexto tiberiano de Blanco Cela (Astorga). En Ostia, se halla en estratos de mediados del siglo 11 d.e. y en Roma, en un contexto más tardío (Curia Forum Iulium) (Panella, 1992). 9. MEDITERRÁNEO ORIENTAL Existe una amplia variedad de pastas cerámicas procedentes del Mediterráneo Oriental que identifican distintas áreas de producción. Macroscópicamente se caracterizan por un color rojo-amarillento, arcilla muy depurada, textura arenosa, desgrasante de cuarzo y caliza y, en ocasiones, importante presencia de mica dorada. Se han reconocido numerosos lugares de producción en el Egeo que fabrican las distintas variantes de envases orientales (Empereur y Pican, 1986; 1989,227). Del conjunto de ánforas de Asturica, se han reconocido tres tipologías anfóricas que se detallan a continuación. 9.1 AGORA G - 199 Se trata de un envase cilíndrico acanalado, de cuello corto, labio exvasado de sección circular, asas aplanadas con acanaladura central y pivote sólido corto (Robinson, 1959). Su cronología cs muy vaga, abarca desde el siglo I al IV d.e., si bien se hallan en Occidente en los siglo 1-11 d.C. (p.c. 120-140 d.C. en las Termas del Nuotatore, Ostia) (Panella, 1989, 175). Seguramente se producía cn distintos centros, pero por el momento sólo se ha localizado un horno en Paphos. El posible contenido dcl envasc es incierto, aunque parece lógico que se tratara de vino. LAS ÁNFORAS DE ASTORGA Su difusión es muy limitada, esencialmente oriental (Atenas, Knossos, Berenice), si hiell también se encuentra en las provincias occidentales (Ostia, Pompeya) (Panella, 1986). 9.2 DRESSEL 2-4 Este envase ya descrito anteriormente en su versión campana fue producido inicialmente ell la zona del Egeo, en la isla de Cos ya en el siglo III a.C. Se han reconocido numerosos alfares en Cos, Myndos, Theangela, Cnidos, Rodas, Aiegeas y Alejandría (Empereur y Picon, 1986; 1989,227). Alcanza por primera vez los mercados occidentales en época de Augusto (Lyon, Oberaden, Neuss), para desaparecer a finales del siglo 1 d.e. o principios del II d.e. (Avenches, Hofheim) (Panella, 1986; Baudoux, 1995,46-48). La Dressel 2-4 se empleó para transportar los distintos vinos griegos, que gozaban de una excelente fama entre los romanos (Tchernia, 1986). En Hispania estas ánforas orientales se han documentado no tan sólo en Asturica y Legio sino también en puntos de la costa mediterránea como Mataró, El Bosquet, Can Feu, Guissona y L' Aguacuit. 9.3 PSEUDOKOAN Se trata de una variante de las Dressel 2-4 caracterizada por mostrar sus asas bífidas apuntadas, que recuerda a las ánforas rodias y cretenses. En general la Pseudokoan coincide en todas las características de cronología, contenido y distribución de las DresseI2-4. 10. LATE ROMAN Macroscópicamente existen una serie de pastas cerámicas orientales que son duras, de textura arenosa, con desgrasante calizo y colores que van del crema almalTón oscuro, que definen una serie de ánforas conocidas como Late Roman. Estudios de láminas finas y minerales pesados han permitido discriminar una serie de composiciones geológicas distintas (Peacock y Williams, 1986, 182-190), que distinguen orígenes diversos. Del conjunto anfórico de Asturica sólo se ha reconocido una forma, la Late Roman l. 10.1 LATE ROMAN 1 Se trata de una ánfora ovoide estriada, de paredes finas y base redondeada, con asas de sección circular y acanaladura central. Además tiene un cuello largo, labio corto y grueso, presentando en numerosas ocasiones inscripciones pintadas en griego (Keay, 1984, 271; Remola, 2000). Su princi pal contenido es desconocido, aunque si se confirmara su origen en Antioquía (Tomber y Will iams, 1986), cabe la posibilidad de que fuera aceite, ya que esta región del Norte de Siria era famosa por sus olivos. Sin embargo, se han localizado otros alfares en Paros (Empereur y Pican, 1986,506) que cueslionan esta interpretación. Su cronología se sitúa entre los siglo V YVII d.e., y es posiblemente el ánfora tardía oriental más difundida en Occidente (Italia, Britannia, Gallia, Hispania, Africa). 11. TARRACONENSE Como pasta tarraconense se define una arcilla dura, de fractura irregular, con lona I ゥ、。・セ[ rojo ladrilllo o crema, con inclusiones de cuarzo de gran tamaño, caliza y, en algunos casos, Illil';\, Esl;¡ pasta es propia de la región costera catalana, en donde se han hallado numerosos alfarcs lllH: clahor;J1l1l11 650 C. CARRERAS y P. BERNI distintas tipologías anfóricas (Miró, 1988; Revilla, 1993; 1995). Los envases más conocidos destinados a contener los vinos de esta región, los vinos layetanos, eran la Pascual 1 y Drcsscl 2-4, que están presentes en ASlurica. 11.1 PASCUAL 1 En una ánfora de cuerpo ovoide, cuello largo troncocónico con un labio vertical en forma de collarín. Las asas son ele sección circular con acanaladura central y pivote sólido (Miró, 1988, 123-144; Revilla, 1993; 1995). Este envase aparece a medidos del siglo 1 a.C. y desaparece ele forma gradual en época de Tiberio, momento que coincidiría con su llegada a Asturica (figA.35-37). Este envase tendrá una amplia difusión en la mayoría de provincias occidentales como la Gallia, Britannia y Gennania. 11.2 DRESSEL 2-4 El mismo envase definido para su variante campana fue imitado en la Tarraconense a partir del cambio de Era, sustituyendo a la Pascual 1 como envase preferente en la comercialización del vino layetano. La Dressel 2-4 tarraconense continuó teniendo una amplia distribución, aunque en menor volumen, y desapareció paulatinamente en época flavia o principios del periodo trajaneo (Miró, 1988; Revilla, 1993; 1995). 12. VALLE DEL DUERO En el conjunto de Asturica también se hallaron una serie de envases y fragmentos informes de colores rojo-anaranjado, rojo oscuro y gris anaranjado, que por sus características externas pueden sugerir un origen local. Algunos de estos ejemplares parecen pasados de cocción o, por el contrario, no totalmente cocidos, o sea pastas tipo "sandwich", y en general de fácil exfoliación. A escala macroscópica, estas pastas presentan desgrasantes de cuarzo, caliza y mica, cuyas dimensiones varian según el ejemplar. Se trata de un grupo que petrograficamente es bastante heterogéneo, cuyos ejemplos no se limitaban a Asturica, pues existen también paralelos en Léon (Legio) y Rosinos de Vidriales (Petavonium). En principio, la hipótesis de trabajo partía de que estas pastas cerámicas identificaban la geología local y por lo tanto que eran envases con una circulación limitada y que estaban destinados más al almacenamiento que al transporte ele líquidos. Para confirmar un posible origen local, se llevaron a cabo ocho láminas finas: tres procedentes de Asturica, cuatro de León y una de Rosinos de Vidriales. La analítica se realizó en el Laboratorio de Petrología de la Facultad de Geología ele la Universitat Autónoma de Barcelona, y el Dr. Amelio Alvarez fue el responsable del estudio en el microscopio electrónico. A nivel general las muestras estudiadas no son determinantes de un origen concreto, puesto que se carece de muestras de referencia para discriminar otras posibles orígenes de la Meseta o regiones adyacentes. Los resultados de los análisis petrológicos se comentan a continuación: S04001 (Asturica, AA/BC 21/UE148): presencia de biotita clorita no alterada, Oltosa que indica un substrato granítico. No exhibe restos de rocas metamórficas. S04002 (Astllrica, AAlGM 3-5): desgrasante calcáreo y cuarso muy fino. S04003 (Astllrica, AAlPü 13/89/BIEC/III-E): cuarzo, biotita, plagioelasa, carbonato, cienila, lunnalina. Indica un substrato granítico, y la cienita apunta una procedencia del valle del Duero. LAS ÁNFORAS DE ASTORGA 504004 (León, Centro Cultural Pallarés, UE 122): cuarzo, biotita, plagioclasa, orlosa, ü51 ('l1t'll, carbonato residual. Procede posiblemente de una arenisca (arcosa). 504005 (León, San Pedro, UE 1]): cuarzo, cuarcita, ortosa, biotita. 504006 (León, San Pedro UE ] 1): cuarzo, biotita, plagioclasa, ortosa, chert, carbonato resi dual. Procecle posiblemente de una arenisca (arcosa). 504007 (León, Centro Cultural Pallarés, UE ] ]4): cuarzo, biotita, plagioclasa, ortosa, cherl, carbonato. Procede posiblemente de una arenisca (arcosa). 504009 (Rosinos de Vidriales, RV90IlS/303/22): cuarzo, biotita, plagioclasa, ortosa, cherl, carbonato. Procede posiblemente de una arenisca (arcosa). Como resumen se debe indicar que sólo la muestra 504003, es atribuible a un origen en el valle de] Duero por la presencia de cienita. Esto no excluye que e] resto de las muestras sean de origen local, pero no tienen ningún mineral diagnóstico que permita asignarles un origen local. Aun son necesarias más muestras, análisis petrológicos o fisico-químicos para caracterizar las distintas pastas cerámicas del Noroeste y de la Meseta, por lo que resulta difícil determinar, por el momento, su lugar de producción. No obstante, las características externas del material (cocción, tamaño de los desgrasantes, exfoliación) sugieren que eran cerámicas poco comercializables y de escasa resistencia al transporte, lo cual se aviene con un producto local. Estas pastas se asocian a una serie de formas que recuerclan al repertorio de envases galos definidos por Laubenheimer (1985; 1989). Aunque los ejemplares conservados no permiten hacerse una idea de cómo serían estas ánforas al completo, la curvatura de las asas permite adivinar que se trataba de unos envases ovoides, tal vez acabados en una base plana anular como las Gauloise 4. Las asas son planas con una acanaladura central (Puerta Obispo, AA/PO 13/89/B/EC/IlI-3) (fig. 5.48), Yunen los hombros del cuerpo con su cuello que es corto, cuando se inicia ya el labio. Son precisamente los labios, los que muestran una mayor variabilidad entre los ejemplares (ver figuras 6). Así, el ejemplar de Asturica (Puerta Obispo, AAIPO 13/89/B/EC/IlI-3) es exvasado con una moldura doble y una acanaladura interna (fig. 5.49). Muy parecido al labio de Rosinos de Vidriales (RV90IlS/39021J03) que también presenta un labio moldurado, más marcado en el interior y exterior (fig. 5.50). Por conta, el ánfora de León (San Pedro, UE 5) presenta un labio corto exvasado que en realidad es una prolongación del cuello (fig. 5.51), pero no se aprecian otras características remarcables en su forma. La cronología de todos estos contenedores es todavía imprecisa, debido al limitado número de ejemplares, si bien algunos se encuentran en estratos julio-claudias (Puerta Obispo, San Pedro). En cuanto a su contenido, no existe ninguna evidencia e incluso podría tratarse de envases para almacenar agua, aunque son de un tamaño demasiado reducido. Ateniéndose a la limitada cirellla ción de estas ánforas y a las características climáticas de León, se podría proponer que servían P¡¡r<I COll tener bien cerveza o vino, cuya producción en época romana todavía no se ha podido documentar. 652 C. CARRERAS y P. BERNI Epigrafia Sellos Dressel 20 parva, hallada en Alonso Garrote (DE 157). Bajo el arranque inferior del asa (in radice ansae) se conserva la parte final de una estampilla fragmentada. Parece leerse ... ]P (fig. 2.13). Se conocen muy pocos sellos en Dressel 20 parva. Un paralelo seguro se encontró en el centro productor de ánforas de La Catria (Remesal, 1977-78, n° 64 y fig. 7). Se trata de un ánfora entcra dc época Baviotrajanca, sellada en él asa con el nombre de L. SRRVILl LVP( J. Existen otras marcas en pequeñas asas sueltas, y que pueden datarse por los sellos del Testaccio en la primera mitad del s.III d.C., que han sido identificadas como Dressel 23. Sin embargo, por la cronología estos sellos cabe pensar que hubiesen pertenecido a las dos formas más pequeí1as de ese período, la Dresscl 20 parva y la Tejarillo 1. Tituli picti Fragmento de pared de ánfora de la excavación de M. Macias (20027). La pasta cerámica es similar a la de la Dressel2ü. Conserva los restos de dos líneas de texto de un titulus pictus en tinta negra (fig.2.15). Fragmento de borde y parte del cuello de un ánfora de la excavación de la Plaza Romana de 1988 (fig. 3.27). Justo bajo el labio externo conserva algunas letras de un titulus pictus escrito con tinta negra. No hemos conseguido leer la inscripción, aunque por lo conservado podría leerse ... ]üPIVM[.... Pequeño fragmento de pared de ánfora con restos de una inscripción de color rojo (fig. 5.47). La pieza procede de la excavación de Puerta Romana (AAlPR86/UR/53) y por su pasta cerámica podría tratarse de un ánfora de salazones de la costa bética. Fragmento de cuello y campana de un objeto de cerámica indeterminado hallado en la Plaza Calvo Sotelo (DE SO 19) (fig. 1.11). Por el delgado grosor de la parte conservada podría tratarse de una cerámica común. Justo bajo el arranque del cuello aparece escrita una compleja inscripción. Se observan hasta tres líneas de escritura en tinta negra. Se lee: ... ]IX P XIIII[... / PVR?[.... / LV[.... Grafitos Pivote de ánfora de salazón reconstmido con diversos fragmentos que fueron hallados en la excavación de Manuel Gullón (3018.2970) (fig. 3.21). Leemos una L. Tal vez, si la leemos como una cifra romana (50) en lugar de un signo o una inicial de nombre, podría hacer referencia a una anotación contable que pudo rcalizar el alfarero en un momento del proceso de fabricación de las ánforas del alfar. El grafito fue escrito estando el ánfora boca abajo y antes de su cochura. LAS ÁNFORAS DE ASTORGA Comentario general Las ánforas halladas en Asturica constituyen el primer testimonio relevante de lo que podría haber sido la circulación comercial en el territorio astur y en la propia ciudad de productos elaborados en otras provincias del Imperio Romano. La muestra, sin embargo, no representa de igual modo todos las fases de ocupación del asentamiento, sino que predomina el material del siglo 1 d.C., principalnlente de la época julio-claudia, y resulta escaso el material de períodos posteriores (siglos II-V d.C.). En este sentido, las nuevas excavaciones pueden aportar cambios significativos al conocimiento de estas etapas posteriores, y permitir de esta forma, una mejor comprensión de la evolución de la ciudad a 10 largo de los siglos la. De las excavaciones estudiadas destacan las altas densidades obtenidas en Blanco Cela, Manuel Macias (AAJMM 7/93) YLa Cruz (AA/LC 20-24/92), mientras que las restantes registran densidades relativamente bajas. Sumándolas todas se alcanza una densidad media de apenas 4.700 cg/m2 , este valor junto al de Legio (14.227 cg/m2 ), suponen las densidades de ánforas más elevadas, al menos conocidas, del cuadrante Noroeste, equiparables a las recogidas en yacimientos britanos de tamaño medio como St.Albans, Canterbury, Chesterfield o Chelmsford. Sin embargo, estos valores están muy por debajo de los presentes en las zonas costeras de la Tarraconense oriental, en centros como fluTo, Iesso o Barcino. Las bajas densidades de ánforas de Asturica demuestran, por un lado, que ésta se hallaba muy alejada de los principales circuitos comerciales mediterráneos, y por otro lado, la dificultad que entrañaba el transporte terrestre de mercancías. No obstante, tanto Legio como Asturica documentan una amplia gama de ánforas que, a pesar de todos los obstáculos, alcanzaron estos lejanos mercados, en un proporción más que respetable. El principal proveedor de ánforas de Asturica fue la provincia de la Bética, hecho que no resulta ninguna novedad para las provincias bañadas por las aguas del Atlántico como Aquitania, Lusitania, Belgica, Britannia o Germania, en que las importaciones del Sur de la Península están bien representadas. Del mismo modo, los asentamientos romanos del Noroeste parecen consumir principalmente aceites, vinos, salazones y olivas de la Bética tanto en las costas de Gallaecia (Naveiro, 1991, 6667) como en las de Asturia (Campa Torres), convento Braccarense (Morais, 1998) e incluso en su inte- rior (Legio, Petavonium). Del conjunto de ánforas de Astorga, un 60% en peso y 11 de 25 tipologías documentadas son de Oligen bético, lo cual confilma la importancia de estas importaciones. Este predomi·· nio bético es inexistente en yacimientos de la Meseta próximos al valle del Ebro como Tiermes o Uxa/l/I/ la Se supone que la mayoría de vertederos tardíos se situaban fuera del recinto amurallado, ('()1I11l demuestran las excavaciones de la calle Bastión y "Las Lolas", dos vertederos situados en las [セGャ、。ゥ ャクッイー "h' In muralla fuera ya de la ciudad (García Marcos y Vidal, 1996). 654 C. CARRERAS y P. BERNI Argaela, en los que prevalecen los productos de la costa tarraconense. De alguna manera, todo parece indicar que existían dos circuitos comerciales independientes con distintos proveedores: uno vinculado a la valle del Ebro y el otro a las costas atlánticas. Se debe tener en cuenta que los costes del transporte en la antigüedad determinaban de forma decisiva los contactos prioritarios entre distintas regiones o provincias, y que los elevados costes del transporte terrestre en comparación con los fluviales y marítimos priorizaban el uso de estas rutas (CaITeras, 1994). El efecto de todos estos condicionantes repercutió en los contactos comerciales de la Meseta, que estaban muy limitados debido a la dependencia excesiva en el transporte terrestre, patente hasta época moderna (Ringrose, 1970; Carreras, 1996). De acuerdo con los costes del transporte, la mejor ruta de acceso a Asturica desde cualquier punto de la Península era siguiendo el itinerario atlántico, hasta finalizar en los puertos de Brigantiwn o Partus Cale (Naveiro, 1991) o Partus (Morais, 1998, 13-21), Ycontinuar el trayecto combinando el transporte fluvial y terrestre hasta alcanzar la ciudad 11 (Carreras, 1996). Tanto la variedad como la densidad de ánforas presentes en Astorga coincide con la mayoría de centros y provincias atlánticas, y es precisamente en la explotación de esta ruta en la que la localización de la provincia de la Bética presentaba mayores ventajas en su competencia directa con otras provincias mediterráneas. La vinculación entre Gallaecia y Asturia es evidente no sólo en sus ánforas sino en diferentes aspectos de cultura material como los tipos de asentamiento, tradiciones cerámicas, circulación de metales y de monedas. Por ello no es extraño que estas coincidencias tuvieron su reflejo en el ámbito administrativo, al exitir en Asturica Augusta una serie de funcionarios públicos con responsabilidades en ambos territorios como un legatus augusti per Asturiam et Gallaeciam (CIL II.2634), un praeses provinciae Gallaecia (CIL n.2635) y un procuratar Asturicae et Gallaeciae (CIL n.2643) (Mañanes, 1982). De entre los envases béticos, los mejor representados son las ánforas de salazones (liquamen, muria, ganl1n) de la franja costera. Los salazones eran un producto de cierto lujo obtenido a partir de elaborados procesos de secado, salado y maceración de especies como el atún (Curtis, 1991; Martínez Maganto, 1992). Se han documentado las tres tipologías más cOITientes (Dressel 7-11, Beltrán Ir A Yn B) producidas en el Alto Imperio; junto a estos envases bien conocidos, se añade un ejemplar especial de Dressel 7-11 originario del valle del Guadalquivir, posiblemente un salazón elaborado a partir de especies de pescado fluviales. La presencia de salazones es generalizada en el Noroeste, alcanzando altas densidades en centros como Asturica y Legia, lo cual es un testimonio directo del poder adquisitivo de estas dos comunidades. Aunque se conoce la elaboración de salazones en puntos del Atlántico y Cantábrico (Lusitania, Gallaecia, Asturia, Aquitania) (Galliou, 1975; Fernández Ochoa y Martínez Maganto, 1994) no existe ninguna evidencia del consumo de sus productos en Asturica. 11 El trayecto ideal ha sido simulado con un sistema de información geográfico (ARC/INFO) utilizando los cocficicntes de costes del Edicto Diocleciano (301 d. C), todas las características del modelo se detallan en ('arrcras (1 ()l)4). LAS ÁNFORAS DE ASTORGA En el ámbito de las tipologías, el ánfora Haltern 70 procedente del valle del Guadalquivir ,·c. la forma mejor representada, no sólo en Asturica y Legio, sino también en Campa Torres y el1 la lIlay( I ría de enclaves de la costa galaica (Naveiro, 1991, 66) Yen Bracara Augusta (Morais, 1998, 4'14.'í, lO) Se trata de la única región en el Imperio Romano en que predominan estos envases de un forma 1:111 clara, hecho que debe relacionarse con su cronología (circa 50 a.c.- 70 d.C.) ya su momento de maYIlI difusión en época de Augusto. En ese momento, Asturia es el escenario de las guerras cántabras qtlC provocan la movilización de numerosas unidades militares y la presencia del propio Emperador el1 el cuadrante Noroeste. El estacionamiento temporal de legiones justificaría de alguna forma la import:I" ción mayoritaria de un envase destinado preferentemente al transporte de olivas y vino dulce (Sealcy, 1985; Carreras, 2000)12. Por otro lado, también resulta excepcional la baja densidad de otras ánforas béticas, las olearias Dressel 20, tanto en Asturica como en general en todo el Noroeste. La mayoría de zonas militares occidentales como las provincias de Britannia y Germanio documentan grandes volúmenes de ánforas olearias béticas, alcanzando proporciones del 70 % dentro de los conjuntos anfóricos del Limes. Para hacerse una idea de las diferencias respecto a estas provincias sirve como ejemplo el número de sellos hallados en Dressel 20 que en Britamúa alcanza la cifra de 1800, en Germania 1200 yen Astorga sólo 1. Esta concentración de ánforas Dressel 20 en las zonas militares sirvió para que Remesal (1986) plan- tease la posible existencia de un sistema redistributivo especial destinado al abastecimiento del ejército que se definía como (//1110na militaris. Si bien la hipótesis funciona en el caso de las provincias britana y germana, la escasez de hallazgos en los campamentos hispanos (Legio, Petavonium, la temprana Asturica l3 ) supondría una excepción. Una explicación alternativa es que el aceite consumido en el Noroeste fuera obtenido de áreas de producción más próximas como sería el Alto Ebro (Navarra, Logroño) y que sus envases no hayan perdurado al tratarse de materiales perecederos como cueros o ban'iles (Carreras, 1997). Aunque resulte extraña esta falta de ánforas olearias l4 , hay que recordar que el consumo del aceite era inexistente en la región hasta la llegada de los romanos, ya que las comunidades locales tenían sus propias grasas (vegetales y animales) y dietas alimenticias. Tal como ilustra Estrabón (Geographica IIl.3.7): "... En las tres cuartas partes del aiio los montaiieses se nutren sino de bellotas, que, secas y trituradas, se muelen para hacer pan, el cual puede guardarse durante mucho tiempo. Beben zythos, y el 12 Debido a la presencia mayoritaria de este envase en el Noroeste y a su origen bético en cl valle del Guadalquivir, que éste fuera utilizado ocasionalmente para el comercio de aceite, sobre todo en época de AI/gllslo en que se estaba experimentando con distintos envases olearios hasta que finalmente al ánfora Dressel 20 sc CDllVl'I' tirá en el contenedor oleario por excelencia. 13 Las excavaciones de Blanco Cela realizadas por M.' Luz González (1996) suponcn la I)ril/I('r:l ('vi dencia de la existencia de un foso que delimitara un primer establecimiento campamental en époea dI' AlIgllslo Tiberio en la ciudad de Asturica. 14 El consumo de aceite en el Noroeste está atestiguado por su buena representación de IIlccrll:ls. ill¡"11 nas de origen local. 656 C. CARRERAS y P. BERNI vino, que escasea, cuando lo obtienen, se consume enseguida en los grandes festines familiares. En lugar de aceite usan manteca". Si el aceite bético era escaso más aún lo era el africano que apenas alcanzó la ciudad. Tampoco gozó de excesivo éxito en el Noroeste, incluiela Gallaecia, ni en la Gallia atlántica, ni en Britannia. Por el contrario el vino está muy bien representado por numerosos tipos de ánforas que muestran distintos orígenes y calielaeles, y que constituyen el conjunto más variado de todo el Noroeste Peninsular. Destaca el gran volumen de vinos de calidad transportados en ánforas de origen griego e itálico (Dressel 2-4, Pseudokoan, Radia), algunas de las cuales contenían los famosos vinos de Falernul11, Surrentinum, Vesllvinum, de Cos o Chios (Tchernia, 1986); que se consumían en las mejores mesas romanas. Además estos vinos están mejor documentados incluso que los llamados vinos de mesa o de menor calidad como los procedentes ele la Gallia, Baetica y Tarraconense. En este sentido resulta singular que los vinos de la propia Tarraconense (Pascual 1, Dressel 2-4) estén menos representados que vinos radios, del meditenáneo oriental y campanos (ver tabla). En cambio estos envases tarraconenses son predominantes respecto a los segundos en los asentamientos de la Meseta próximos al valle del Ebro. Los vinos griegos están excepcionalmente representados en el Alto Imperio por las ánforas rodias, Agora 0-199, Dresse12-4 y Pseudokoan, demostrando que en Asturica se consumían unos vinos de gran calidad y además los habitantes los conocían y los valoraban. En el Dajo Imperio se continuaban importando aunque en menor cantidad, como se desprende de las densielades de ánforas Late Roman. Además también están muy bien representados los vinos campanos que gozaban de una fama equiparable a la de los mejores vinos griegos. Si el valor de estos vinos era en general ya elevado en Grecia o Roma, debieron alcanzar precios exorbitantes en lugares como Asturica, y aún así aparecen en buena cantidad. Ello demuestra el gran poder adquisitivo de parte de la población de la ciudad, que se permitía el lujo de adquirir prestigiosas salsas (salazones) y vinos. Estos productos de lujo estaban destinados seguramente al personal militar y administrativo emplazado la región, y más concretamente a Asturica, ya que ellos conocían su valor y podían pagar su precio. Este lujo es patente en otros elementos del registro arqueológico como la arquitectura doméstica, la decoración del interior de sus casas, orfebrcría, epigrafía, cerámica... Asturica, capital de cnnventus iuridicus, era la sede de los legati iuridici, pero también de los procllratores augusli y metallorum, magistraturas vinculadas a la explotación minera de la región. Era precisa- mente la explotación de oro, que ya se inicia en los primeros años del siglo (15-20 d.C.), la que es parcialmente responsable de la afluencia de personal administrativo, militar y de hombres de negocio (conductores) a la región y de su capacidad económica. En el grupo de los vinos de menor calidad como los de la Tarraconense, también se incluyen los productos de la Gallia y de la Bética (Dressel 2-4), que nunca llegaron a tener una buena cuota de mercado en el Noroeste. Parcce probable que el alcohol de uso cotidiano fuera la cerveza o zythos, tal como describe Estrabón, ya que sería aseyuible tanto por las poblaciones indígenas como por los civiles y militares romanos. La adopción de la cerveza como bebida común en los campamentos romanos está constatada en algunos lugares de Germanio (Colonia) y Britannia (Vindolanda), y posiblemente éste file también el caso del Noroeste. De hecho, el almacenamiento de la cerveza puede tal vez explicar esta LAS ÁNFORAS DE ASTORGA serie de envases locales, con posible pasta del valle del Duero, a los que hasta el momento no se 11;1 IHU II do atribuir ningún contenido. Un producto con una presencia un tanto circunstancial en Asturica es el alum o alumhre, 1'1 posible contenido de las ánforas Richborough 527. Este envase está representado por numerosos ¡'mI', mentos, incluidas asas y labios (fig. 5.48; 5.50; 5.51), siendo unos de los pocos ejemplos registrados I'n Hispania. La excavación de Blanco Cela proporciona una datación precisa en los reinaclos de Augusto y Tiberio (UE 149 y 150), que viene a confirmar las cronologías tempranas de finales de siglo 1 a.e. lit' Cavaillon (Borgard y Gateau, 1991). La importación de un fijador de tintes de origen tan lejano no resulta extraño si se considera que el Noroeste era deficitario en estos productos, y que en otras épocas históricas debió importarlo del Sur de la Península y del Mediterráneo. Un aspecto sumamente interesante del estuclio de las ánforas de Astorga es la presencia de una serie de nuevas variantes o tipologías, entre ellas tres formas producidas en el valle del Guadalquivir (Astorga 44, Dressel 7-11, Dressel 20 parva). En el caso de ]a Dressel 20 parva, su existencia era anteriormente conocida pero no se había identificado como una variante de las Dressel 20, con sus propia cronología. Por otro lado, la Dressel 7-11 del Guadalquivir es una novedad que puede aportar nuevos datos sobre las explotaciones piscícolas del río y su comercialización. Sin duda, otras Dressel 7-11 del mismo origen se han atribuido a producciones de la costa bética basándose en las características morfológicas del envase, por lo tanto para evitar los errores de identificación de origen es necesario el estudio añadido de las pastas cerámicas. Además de la información que las excavaciones de Astorga proporcionan sobre tipologías anfóricas sobradamente conocidas, éstas también han supuesto el descubrimiento de formas nuevas de origen local. Por el momento, se ha reconocido un tipología a la que se le ha dado el nombre provisional de Astorga 44 (fig. 5.44), caracterizada por un cuello corto y un labio exvasado de sección cuadrada. Otras formas anfóricas nuevas están incluidas dentro del grupo genérico de ánforas del valle del Duero, ya que existe tal variabilidad entre ellas que es preferible ampliar su documentación antes de definir tipologías. En principio, el análisis petrológico de las pastas cerámicas no ha sido concluyente para atribuirles un origen únicamente local, aunque éste es más que probable. Sólo en un caso, la lámina fina presentaba un mineral, la cienita, que identifica claramente a la geología del valle del Duero, pero los restantes pueden también ser de otras regiones próximas. Si se demostrara que son envases locales, sería interesante identificar su posible contenido, bien un tipo de cerveza producto de la fermentación de la cebada a la que las fuentes dan el nombre de zythos o bien un vino de cuya producción no existen todavía testimonios en la región. Por supuesto que pueden existir otros candidatos como probable contenido, pero estos son los que reúnen mayores condiciones. Como conclusión al estudio del conjunto de ánforas de Asturica, se debe señalar que la pri mera impresión que uno obtiene de su variedad y exotismo es que los consumidores de estos productos eran, en general, inmigrantes con unos gustos y preferencias dietéticas alejadas de las normales en la población autóctona. Además, el valor de algunos de estos productos indica que algunos de SlIS con Sil midores debían pertenece a los estamentos superiores de la sociedad romana, miembros e1el onkn sena torial o ecuestre que temporalmente estuvieron destinados a esta región. De alguna manera, 1,1 in¡;II'!'11 que se obtiene de Asturica Augusta, a partir de las ánforas, es la de un oasis de romani{(/.\·, en Ill!'dj(l dI' un ambiente con manifestaciones culturales y materiales completamente distintas. La misma illlIJl'i".c;i(1I1 658 C. CARRERAS y P. BERNI que anteriormente le había transmitido a Tranoy (1981, 166) el estudio comparado de su epigrafía en relación con las otras capitales ele conventus, Braceara y Lucus; ya que según él, Asturica Augusta era la ciudael más "romana" elel Noroeste. LAS ÁNFORAS DE ASTORGA BIBLIOGRAFÍA ARRUDA, A.M. et alii (1987) "Duas anforas romanas de Cacela (Vila Real de Santo i\nl(ínio)" Conimbriga 26, pp.125-131. ARTHUR, P. (1982a) "Amphora production in the Tripolitanian Gebel". Lybian Studies 13, pp.61'72. ARTHUR, P. (1982b) "Roman amphorae and theAger Falernus undel' the Empire" PSBR 50, pp.22:n. ARTHUR, P. (1989) "On the origins ofthe Richborough form 527". CEFRA 114, pp.249-256. ARTHUR, P. 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Dressel20 (M.Macias/ 1006-23) 17. Rodia (Santiago Crespo) 18. Rodia (Escombrera Cepedana/ 3565) 19. Rodia (M. Macias/ 1036-23) 20. Dressel 7-11 (La Cruz/ DE 4049) 21. Dressel7-11 (M.Gullón/ 3018.2970) 22. Dresse18 (M.Gullón/ 3018.2952) 23. DresseI7-11 (M.Gullón/ 398.2953) 24. Dressel9 (M.Gullón/ 3018.2881) 25. Dressel8 (M.Gullón/ 2028-4) 26. Dresse19 (M.Gullón/ 3018.13) 27. Dressel 7 -ll (Plaza Romana 1988) 28. Beltrán HA (Santiago Crespo) 29. Dressel8 (Santiago Crespo) 30. Dresse1 7 (P. Obispo/ nivel iii) 31. DresseI7-11 (EscombreraCepedana/3574) 666 32. Dressel 7 (P. Obispo/ DE 136) 33. Dressel 10 (Escombrera Cepedana/ 3932) 34. Dressel 8 (L.Peláez/ sn) 35. Pascual 1 (La Cruz/ UE 4047) 36. Pascual 1 (M.Gullón/4044.192) 37. Pascual 1 (P.Obispo/ SectorB, nivel 1) 38. Dressel2-4 itálica (La Cruz/ UE 4058) 39. Dressel2-4 itálica (La Cruz/ Sector 1.DE 1016) 40. Dressel 2-4 itálica (G.Mola/ UE 3065) 41. Dressel 2-4 bética (Escombrera Cepedana/ 3573) 42. Pseudokoan o Dressel5 (M.Gullón/ 702619) 43. Africana (La Cruz/ Sector 2.UE 2056) 44. Aslorga 44 (M.Gullón/ 10002.100) 45. Richborough 527 (M.Gullón/ 3018.2935) 46. Richborough 527 (Escombrera Cepedana/ 3396) 47. Costa bética (Puerta Romana, AA/PR86/ER5 3) 48. Valle del Duero (Puerta Obispo, AA/P013/89/B/EC/III-3) 49. Valle del Duero (Puerta Obispo, AA/PO 13/89/B/EC/III-3) 50. Valle del Duero (Rosinos de Vidriales: RV90/15/3902/103) 51. Valle del Duero (León: San Pedro UE 5) C. CARRERAS y P. BERNI FIGURAS LAS ÁNFORAS DE ASTORGA , , , 7 f 7 f 7 セ 7 Mセ 1 セL 2 3 ( ------- 7 ( 4 セ . 6 s , 9 7 ( 8 11 10 FIGURA 1 l 670 C. CARRERAS y • / 12 13 14 16 m . . 17 18 11-¡ 19 FIGURAII P. BERNI LAS ÁNFORAS DE ASTORGA --=-¡ Qセ イMG MセB ""', - 20 ' ., 23 , , f=7 ' 24 '-1:-=:-1 21 ? ,'i------77 '-:r / 25 セ I . LセM 30 r' i MヲセI| 28 IiセG -(\ iMG セ 32 ,- fセャ 22 ,--p , , í" , , 31 セ ir 33 FIGURA III L 672 P. BERNI C. CARRERAS y , ,/' MセI 36 f セSX (" 39 37 r セi 41 r· r セL (' 42 FIGURA IV 40 --'.- LAS ÁNFORAS DE ASTORGA ^ᄏ セᄏセ セ セM M M M M M , I • 1 .-T· ·»·»· ·(_·) --_ .. .,' 1 :' .. > 1:J ' '... -'-1 43 イ QMGセ B ー " 44 - ._.- -_ - - -- . , , , - . 46 45 " ,I ,, ., _ -, ... .... 48 _, .. ⦅セ セM QG MB セ セ セ 47 49 50 FIGURA V セi