Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                
154 Reconstrucción Infográfica de la Necrópolis Septentrional de la ciudad de Onoba12 Infographical Reconstruction of the Northern Necropolis of the City of Onoba Javier Bermejo Meléndez, Lucía Fernández Sutilo, Salvador Delgado Aguilar y Juan Manuel Campos Carrasco. Grupo de Investigación Vrbanitas-Hum 132. Universidad de Huelva. España. Resumen Concebida como antesala de la ciudad, la necrópolis septentrional fue objeto de un importante programa de monumentalización hacia el cambio de Era destinado a mostrar ante propios y ajenos la posición alcanzada por la ciudad de Onoba en el contexto político-económico del Imperio. Pese a ello, el conocimiento de esta área funeraria se ha visto fuertemente condicionado por el el sistema de cabezos y vaguada en el que se enmarcó, así como por la inexistencia de una visión de conjunto derivada de los múltiples equipos de investigación que han trabajado sobre ella. Palabras Clave: NECRÓPOLIS, MONUMENTALIZACIÓN, TOPOGRAFÍA, RECINTOS FUNERARIOS Y SEPULTURAS. Abstract The north necropolis of city was an object of an important program of building towards the change of Age destined to show before the position reached by Onoba's city in the political - economic context of the Empire. In spite of it, the knowledge of this funeral area has seen strongly determined for the system of hills and water-course in which it placed, as well as for the nonexistence of an overall view derived from the multiple research's teams that they have worked on it. Key words: NECRÓPOLIS, TOPOGRAPHIC, FUNERALS ENCLOSURES AND GRAVES. 12 Este artículo se inscribe dentro del Proyecto de Investigación “Funus Onobense: el mundo funerario romano en el occidente de la Baetica” (Ministerio de Ciencia e Innovación. Referencia HAR 2011-23247), perteneciente al Plan Nacional de I+D+i, en el marco del Plan Nacional I+D+i 2008-2011, bajo la dirección del Prof. Dr. Juan M. Campos Carrasco. Igualmente se enmarca dentro del Subproyecto de Investigación I2TEP “MORSUDES”, liderado por la Universidad de Huelva, recibe apoyo de la Unión Europea y cofinanciación del Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza España-Portugal a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, bajo la dirección del Prof. Dr. Juan Manuel Campos Carrasco. VAR. Volumen 4 Número 9. ISSN: 1989-9947 Noviembre 2013 155 1 INTRODUCCIÓN Los primeros hallazgos correspondientes a la necrópolis Norte de la ciudad de Onoba se corresponden con los documentados durante la excavación de rescate realizada allá por 1972 por D. Mariano del Amo en la entonces llamada calle Onésimo Redondo, hoy Dr. Plácido Bañuelos. En ella fueron exhumadas un total de ocho tumbas de inhumación con tipologías diferentes, pero todas ellas con cronologías bajoimperiales en torno a los siglos IV-V d.C., así como los restos de un posible recinto de sillares de época altoimperial (AMO y DE LA HERA, 1976). Habría que esperar hasta los inicios del siglo XXI para que comenzaran a documentarse todo un conglomerado de evidencias arqueológicas identificadas con el uso de este espacio como necrópolis de la ciudad antigua en el solar de la Plaza Ivonne Cazenave, sito que ocupaba hasta su demolición a finales del siglo XX el antiguo colegio Molière. El conjunto de las campañas realizadas dejaron al descubierto los restos del cementerio romano de momentos republicanos y altoimperiales, así como un fragmento o ramal del acueducto onobensis (GÓMEZ et alii., 2003; DE HARO, et al., 2006 y 2010). De manera paralela se constataría la extensión de esta área cementerial en las inmediaciones de la Plaza San Pedro, o lo que es lo mismo a los pies de la muralla de la ciudad romana, donde fueron exhumadas nuevas incineraciones asociadas a una sepultura monumental de planta circular, así como varios recintos funerarios de planta rectangular (GONZÁLEZ et al., 2006). No obstante para poder comprender el paisaje que articuló la necrópolis se requería del análisis de la topografía o el medio natural sobre el que se asentó, caracterizado por un horizonte de elevaciones (o cabezos) constituidos de arenas y arcillas con cobertura de gravas bastante deleznables (MAYORAL ALFARO, 1990); lo que se traduciría en una intensa dinámica erosiva, o lo que es lo mismo en un continuo cambio topográfico que implicaría una intensa modificación del paisaje circundante a corto y largo plazo, propiciado a su vez por la fuerte antropización ejercida con el devenir del tiempo; en especial en el siglo XIX; que haría desaparecer elevaciones completas como el Molido de Viento, o parcialmente como el Cementerio Viejo junto al cabezo de San Pedro (CAMPOS CARRASCO, 2011)13. En cualquier caso, pese a las limitaciones que suponen esta realidad podemos decir que la necrópolis septentrional se localizó a lo largo de la vaguada natural conformada por los cabezos de Mondaca, El Pino, San Pedro y Cementerio Viejo, definida por un valle articulado en torno a una serie de recintos funerarios, monumentos sepulcrales y enterramientos aislados abiertos hacia una vía transitada de manera asidua tanto por los habitantes, como por los visitantes que acudían a la ciudad de Onoba (Fig. 1). Figura 1. Vaguada natural en la que se ubican los restos arquitectónicos de la necrópolis septentrional. A los pies de la muralla de la ciudad (Plaza San Pedro), el paisaje funerario estuvo definido por un importante complejo conformado por una serie de recintos de tendencia rectangular enfrentados a un monumento de planta circular (GONZÁLEZ y GUERRERO, 2008: Inédito) (Fig. 2). 13 Ante esta situación, nos hemos visto obligados a realizar esta restitución tridimensional utilizando la topografía histórica de 1870, por ser quizás la que más se aproxima a la situación natural existente en el periodo analizado en este trabajo. VAR. Volumen 4 Número 9. ISSN: 1989-9947 Noviembre 2013 156 piés in fronte (de 3 a 6m), por 8/20 piés in agro (de 2,40 a 6m), para acercarse en su lugar a las dimensiones constatadas en ciudades como Bolonia (10/30 piés in fronte e in agro) o Sarsina (18/20 piés in fronte), debido probablemente a la existencia de una presión urbanística menor a la de otras ciudades donde la escasez de suelo funerario repercutiría en los altos costes del terreno sepulcral (RODRÍGUEZ NEILA, 1991: 74). Figura 2. Restitución del monumento circular y los recintos funerarios ubicados a los pies de la muralla protohistórica de la ciudad. Concretamente este último debió configurarse como un claro referente dentro de este paisaje funerario dado que a su ubicación justo a la salida de la ciudad, debemos unirle una fisonomía monumental acorde a la de los numerosos edificios de cuerpo cilíndrico; de menos de 7m de diámetro; que florecieron por toda la Península Itálica durante el siglo I d. C. (SACCHI, 2003: 157), precisamente tras la decisión de Augusto de convertir este tipo de monumento en su sepultura (ZANKER, 1992: 100; VAQUERIZO GIL, 2002: 181), aunque alejados de los grandes modelos documentados en la propia Italia o incluso los existentes en la ciudad de Corduba. De hecho sería esta elección la que convertiría esta tipología en la más demandada tanto por la población itálica emigrada, como por las élites locales, quienes mediante la selección de esta tumba quisieron dejar constancia de su poder económico, así como de su adhesión a la causa romana (BENDALA GALÁN, 2002: 153). Enfrentado a esta sepultura; como ya hemos comentado; se erigió un importante conjunto de recintos de tendencia rectangular destinados a acoger en su interior enterramientos de cremación en fosa entre mediados del siglo I a. C.-finales del siglo I d. C. Como norma general, estos edificios presentaban unas dimensiones superiores a la media constatada en Hispania, donde estos edificios rondaron entre los 10/20 VAR. Volumen 4 Número 9. ISSN: 1989-9947 Noviembre 2013 Esta misma tipología se volvería a constatar en el extremo septentrional de la necrópolis (GÓMEZ et alii, 2003; DE HARO et al., 2006); concretamente en el paso existente entre el cabezo de Mondaca y el Pino; configurada por dos recintos, uno de planta rectangular y otro probablemente triangular debido a la topografía del terreno, reservados en este caso a la práctica en su interior de enterramientos de cremación en urnas depositadas directamente sobre el suelo entre mediados del siglo I a. C.-principios del siglo II d. C. A estos se le uniría un pequeño monumento de no más de 15m² (GÓMEZ et alii, 2003; DE HARO et al, 2006), localizado justo en el acceso existente entre el cabezo de Mondaca y el de San Pedro, probablemente de titularidad privada (Fig. 3). Figura 3. Recintos funerarios septentrionales. Estas edificaciones, localizadas en un lugar estratégico de cara al acceso a la ciudad, compartieron protagonismo junto con el acotado imperial, cuyas excepcionales dimensiones con un frente superior a los 41m 157 (GÓMEZ et alii, 2003; DE HARO et al., 2006) significaría según N. Purcell su correspondencia con un cementerio público dentro del cual se distinguirían secciones más pequeñas de enterramiento (PURCELL, 1987: 38) (Fig. 4). Figura 4. Panorámica de la extensión completa del acotado imperial. Frente a éste se conformarían dos nuevas áreas de enterramiento hacia el siglo II d. C. destinadas ambas al rito de la cremación (GÓMEZ et alii, 2003; DE HARO et al., 2006), diferenciadas entre ellas por cuestiones económicas dado que frente a la pobreza tipológica y ritual del primer grupo localizado en la zona central, se conformaría un segundo espacio en el extremo Noreste reservado a las tumbas de mayor suntuosidad (Fig. 5). Completando el panorama existente entre los dos sectores que marcaron el inicio y el final de esta necrópolis, las escasas intervenciones practicadas en la zona intermedia permitieron entrever la continuidad de este campo santo a partir de la presencia de un posible recinto de sillares (AMO y DE LA HERA), así como un nuevo monumento escalonado (FERNÁNDEZ y GARCÍA, 2001: Inédito) (Fig. 6). De hecho al interior del mismo era posible distinguir la existencia de al menos tres áreas funcionales en relación con el rito practicado, con un primer sector articulado en torno al monumento escalonado de sillares definido por la deposición de sepulturas de inhumación entre mediados del siglo I d. C.-mediados del siglo II d. C., señaladas de cara al exterior mediante una estructura de tégulas dispuestas a doble vertiente o en horizontal (GÓMEZ et alii, 2003; DE HARO et al., 2006). Fig. 6. Reconstrucción infográfica del posible recinto de sillares. Figura 5. Vista de las sepulturas y el monumento de sillares al interior del acotado imperial. En cualquier caso, pese a los esfuerzos por crear un paisaje perfectamente articulado, éste se vería modificado notablemente hacia finales del siglo I d. C. como consecuencia de las necesidades urbanísticas de la ciudad, traducidas en la amortización de la zona ubicada a los pies de la muralla por un nuevo área industrial (GONZÁLEZ y GUERRERO, 2008: Inédito), así como por la construcción de uno de los ramales del acueducto (Fig. 7) (GÓMEZ et alii, 2003; DE HARO et al., 2006). VAR. Volumen 4 Número 9. ISSN: 1989-9947 Noviembre 2013 158 Figura. 7. Detalle de la ruptura causada por el acueducto al contacto con el acotado imperial. Este despegue edilicio iniciado hacia mediados del siglo I a. C. encontraría paralelos en otras ciudades del sureste hispánico, concretamente en Corduba y varias poblaciones localizadas en el alto Guadalquivir, caso de Castulo, Iliturgi, Salaria, Ossigi, Tucci y Urgavo, donde el proceso de colonización/municipalización emprendido por Roma ante el interés de controlar y administrar las riquezas mineras favoreció la planificación de grandes empresas constructivas destinadas a la monumentalización de las principales vías funerarias, las cuales serían sufragadas por una oligarquía local que importaría los modelos sepulcrales itálicos de época tardorepublicana (BELTRÁN FORTES, 2000: 114; y 2002: 233, 236-ss, RUIZ OSUNA, 2005: 80). De hecho será en esta tendencia en la que se inserte el programa arquitectónico desarrollado en la ciudad de Onoba, pues a pesar de la clara diferencia existente entre ambas zonas territoriales, la importancia de las minas de Sierra Morena y por ende del puerto de la ciudad de Onoba como enclave de comercialización de los productos mineros, agrícolas y pesqueros supondría la puesta en marcha de un importante proceso de control por parte del Estado que culminaría con la consecución del estatuto de colonia latina (CAMPOS et al., 2010: 67). BIBLIOGRAFÍA AMO y DE LA HERA, M. (1976): “Restos materiales de la población romana de Onuba”. Huelva Arqueológica 2. Huelva. BELTRÁN FORTES, J. (2000): “Mausoleos romanos de Torreparedones (Castro del Río/Baena, Córdoba): sobre la tumba de los Pompeyos y otro posible sepulcro monumental” en Habis, nº 31. Filología Clásica, Historia Antigua y Arqueología Clásica, pp. 113-136. BELTRÁN FORTES, J. (2002): “La arquitectura funeraria en la Hispania meridional durante los siglos II a. C.-I d. C.” en Vaquerizo Gil, D. (ed.): Espacios y usos funerarios en el Occidente Romano, vol. II. Córdoba, pp. 233-258. BENDALA GALÁN, M. (2002): “Perduraciones y romanización en Hispania a la luz de la arqueología funeraria: notas para una discusión” en AEspA, nº 75, pp. 137-158. CAMPOS CARRASCO, J.M. (2011): Onoba Aestuaria. Una ciudad portuaria en los confines de la Baetica. Huelva. CAMPOS, J.M.; VIDAL, N. & RUIZ, J.M. (2010): “Acerca de la condición jurídica de Onoba Aestuaria” Pyrenae, nº 41-1, pp. 50-75. VAR. Volumen 4 Número 9. ISSN: 1989-9947 Noviembre 2013 159 DE HARO, J.; CASTILLA, E. & LÓPEZ, M.A. (2006): “Intervención arqueológica en Plaza Ivonne Cazenave nº 1 (Huelva). 4ª y 5ª fase de actuación”. Anuario Arqueológico de Andalucía/2003.Vol. III.1. Sevilla, pp. 577-587. DE HARO, J.; LÓPEZ, M.A. & CASTILLA, E. (2010): “Intervención arqueológica en Plaza Ivonne Cazenave nº 1 (Huelva). 6ª, 7ª y 8ª fase de actuación”. Anuario Arqueológico de Andalucía/2006. Sevilla, pp. 2148-2169. FERNÁNDEZ, Á; RODRÍGUEZ, A. & GARCÍA, M. (2001): Intervención arqueológica de urgencia. Excavación del solar C/San Andrés nº 5 y Dr. Plácido Bañuelos nº 4-5. Delegación Provincial de Cultura. Junta de Andalucía. Inédito. GÓMEZ, F.; LÓPEZ, M.A.; BELTRÁN, J.M.; GÓMEZ, A. & CAMPOS, J.M. (2003): “Intervención arqueológica en el solar Plaza Ivonne Cazenave, 1 (Huelva)”. Anuario Arqueológico de Andalucía/2000.Vol.III.1. Sevilla, pp. 654-665. GONZÁLEZ, B. & GUERRERO, O. (2008): Memoria científica de la intervención arqueológica de urgencia en el solar de Plaza San Pedro 4-5 de Huelva. Delegación Provincial de Cultura. Junta de Andalucía. Inédito. GONZÁLEZ, B.; GUERRERO, O. & ECHEVARRÍA, A. (2006): “Intervención arqueológica de urgencia en Plaza de San Pedro nº 4-5 de Huelva”. Anuario Arqueológico de Andalucía, 2003. Vol. III, pp. 543-549. MAYORAL ALFARO, E.J. (1990): “Geología de la depresión inferior del Guadalquivir”. El Cuaternario en Andalucía Occidental. Aequa Monografías, 1. Sevilla, pp. 7-20. PURCELL, N. (1987): “Tomb and Suburb” en Von Hesberg, H. y Zanker, P. (eds.): Römische Gräberstrassen. Selbstdarstellung-Status-Standard, München, pp. 25-41. RODRÍGUEZ NEILA, J.F. (1991): “Espacios de uso funerario con indicación de medidas en las necrópolis romanas” en Conimbriga XXX, pp. 59-94. RUIZ OSUNA, A.B. (2005): “La via sepulchralis occidental: un ejemplo de monumentalización funeraria en Colonia Patricia” en Anales de Arqueología Cordobesa, nº 16, pp. 79-104. SACCHI, F. (2003): Ianua leti: l´architettura funeraria di Milano romana. Milano. VAQUERIZO GIL, D. (2002): “Espacios y usos funerarios en Corduba” en Vaquerizo Gil, D. (ed.): Espacios y usos funerarios en el Occidente Romano, vol. II. Córdoba, pp. 141-200. ZANKER, P. (1992): Augusto y el poder de las imágenes. Madrid. VAR. Volumen 4 Número 9. ISSN: 1989-9947 Noviembre 2013