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Africani en las colonias romanas de la Hispania Citerior (siglos I-II d.C.). Cartagine. Studi e Ricerche, 4, 2019, pp. 1-22.

El objetivo principal de este trabajo es estudiar las inscripciones relacionadas con la presencia de Africani en las colonias romanas de la provincia Hispania Citerior en los siglos I y II d.C. El análisis de las causas que motivaron su movilidad y también de otros aspectos como su onomástica, sus ocupaciones profesionales y el desarrollo de sus carreras públicas son los ejes fundamentales de esta contribución.

Cartagine. Studi e Ricerche, 4 (2019) Rivista della Scuola Archeologica Italiana di Cartagine http://ojs.unica.it/index.php/caster/index issn 2532-1110; doi: 10.13125/caster/3840 Sezione: Saggi e studi Articolo presentato il 09/09/2019 Accettato in data 07/12/2019 Pubblicato in data 23/12/2019 CaSteR, 4 (2019) Africani en las colonias romanas de la Hispania Citerior (siglos I-II d.C.)* José Ortiz Córdoba Universidad de Granada mail: joseortiz@ugr.es 1. Introducción Los contactos entre la Península Ibérica y el norte de África fueron muy intensos durante la Antigüedad. Estas relaciones facilitaron el establecimiento de vínculos de carácter económico y comercial y favorecieron también la existencia de una importante movilidad humana entre ambas orillas del Mediterráneo. La presencia de estos inmigrantes de origen africano fue particularmente intensa en las ciudades del litoral hispano, donde su llegada puede remontarse a época púnica con la instalación de colonos cartagineses en diversos puntos de la costa sur peninsular1. Con posterioridad, ya durante el periodo romano, la relación entre ambas riberas del Mediterráneo se intensificó de forma notable. Para la etapa republicana A. García y Bellido subrayó la presencia de militares africanos operando en suelo hispano en diferentes conflictos militares2, mientras que durante el Principado estos contactos se ampliaron también a las esferas económica y administrativa3. Asimismo, la estabilidad política derivada del final de las guerras civiles favoreció el desarrollo de la emigración, ya que fueron muchos los Africani que se trasladaron a la Península Ibérica y también numerosos los hispanos que decidieron instalarse en el norte de África4. En algunos casos esta movilidad fue consecuencia directa de *Ayuda puente doctores Plan Propio. Departamento de Historia Antigua, Universidad de Granada. E-mail: joseortiz@ugr.es / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-3737-1115. Este trabajo se enmarca dentro de las líneas de estudio del grupo de investigación HUM-215 dirigido por el Prof. Dr. C. González Román y deriva de la tesis doctoral Las colonias romanas de Hispania y los movimientos de población (siglos I-II d.C.), defendida en la Universidad de Granada en marzo de 2019. Asimismo, forma parte del proyecto de investigación Veterani et milites en las colonias romanas de Hispania, otorgado a quien suscribe estas líneas por el Plan Propio de Investigación de la Universidad de Granada en el marco del Programa de Proyectos de Investigación para Jóvenes Investigadores. Comunicación presentada en el XXI Congreso Internacional “L’Africa Romana”, dedicado al tema «L’epigrafia del Nord Africa: novità, riletture, nuove sintesi», que fue celebrado en Túnez los días 6-9 de diciembre de 2018. Sesión de pósters. 1 Sobre esta cuestión vid. López Pardo y Suárez Padilla (2002), 113-152. 2 Cf. García y Bellido (1959), 144; García y Bellido (1964), 9-16. 3 Cf. Castillo (1991), 79-99; Morel (2006), 1327-1336. 4 Cf. García-Gelabert (2006), 791-801; Gozalbes Cravioto (2006), 1337-1349; Rhorfi (2006), 383-401. 1 José Ortiz Córdoba la intervención imperial, como podemos observar en la deductio de Iulia Traducta, colonia fundada por Augusto en la Bahía de Algeciras con colonos militares y gentes traídas de Zilis y Tingis, según se desprende del texto de Estrabón (III, 1, 8)5. En otros, la emigración respondió a causas económicas o sociales. En cualquier caso, la continua ampliación de la documentación epigráfica certifica la notable presencia de africanos en suelo hispano. Sus testimonios se encuentran concentrados principalmente en los grandes puertos costeros y en las ciudades litorales, aunque también los conocemos en algunas ciudades del interior peninsular6. Esta movilidad se incardina dentro de un marco más amplio como fue la notable llegada de inmigrantes de origen extrapeninsular a Hispania tras su conquista por parte de Roma. La ocupación progresiva del solar peninsular y la creación de numerosos centros urbanos favorecieron, en las primeras etapas de la conquista, el establecimiento en Hispania de numerosos inmigrantes de origen itálico. Con posterioridad, ya durante el Principado, la documentación epigráfica permite constatar una importante diversificación en los flujos migratorios. De esta manera, junto a los individuos de origen itálico constatamos ahora la llegada de numerosos personajes de procedencia gala y africana, zonas geográficamente muy próximas a la Península Ibérica, pero también de otros inmigrantes procedentes de regiones más lejanas como el mundo griego y las fronteras del Rhin y el Danubio7. El trabajo que ahora presentamos pretende estudiar uno de esos grupos humanos, compuesto en este caso por la población de origen africano, entendiendo como tal a las gentes procedentes de las provincias de Mauretania Tingitana, Mauretania Caesariensis, Africa Proconsularis y Cyrenaica8. Abordaremos el estudio de las causas y la naturaleza de su movilidad, así como el papel que desempeñaron estos inmigrantes en las ciudades en las que se asentaron, sus formas de integración en las mismas y las relaciones sociales establecidas en ellas. Desde un punto de vista geográfico ceñiremos nuestra contribución a las colonias romanas de la Hispania Citerior. Hemos elegido esta zona de la Península Ibérica por ser la provincia que concentra un mayor número de inscripciones relativas a inmigrantes de procedencia africana, consecuencia directa de los estrechos contactos marítimos existentes entre ambas orillas del Mediterráneo. Dentro de esta provincia nos referiremos únicamente a las colonias romanas al considerarlas, ya desde su momento fundacional, como importantes centros receptores de población. Cronológicamente, nuestra contribución estará centrada en los siglos I y II d.C., periodo que conforma la etapa histórica que conocemos tradicionalmente como Alto Imperio o Principado. Hemos creído conveniente proceder a esta delimitación cronológica como consecuencia de la propia evolución histórica del mundo romano, donde los cambios protagonizados por la dinastía Severa inauguraron una etapa marcada por nuevos parámetros Un reciente estado de la cuestión sobre esto podemos encontrarlo en Ortiz Córdoba (2019), 223-224. Cf. Lassère (1977), 627-633; Gozalbes Cravioto (1993), 269-276; Haley (1986), 162-174; Haley (1991), 44-52; Lefebvre (2006), 101-203; Ortiz Córdoba (2019), 823-839. 7 Cf. Albertini (1912), 297-318; Balil (1954), 251-273; García y Bellido (1959), 119-154; Haley (1986), 137-175; Haley (1991), 27-52; García Martínez (1997), 321-340; Gallego Franco (1997), 341-362; Gozalbes Cravioto (2006), 1337-1349; Beltrán Fortes (2013), 185-204; Ortiz Córdoba (2016), 326-328; Ortiz Córdoba (2019), 805-890. 8 Estas regiones presentan una cierta similitud cultural y lingüística, caracterizada, entre otras cuestiones, por el predominio de la lengua latina, lo que nos permite considerar estas cuatro provincias como un conjunto más o menos homogéneo, al igual que ya hicieran E. W. Haley (1986), 171, fig. 11 y S. Lefebvre (2006), 101, nota 7. No sucede lo mismo con Egipto, al que por sus propias peculiaridades históricas hemos decidido excluir de esta contribución, pues consideramos que se asemeja más bien al mundo oriental. No obstante, existen varios trabajos, como los realizados por A. Balil (1954), 269 y A. García y Bellido (1959), 145-146, que sí incorporan Egipto a la hora de analizar la inmigración de origen norteafricano. 5 6 2 Africani en las colonias romanas de la Hispania Citerior (siglos I-II d.C.) sociales derivados de la unificación jurídica que trajo consigo la Constitutio Antoniniana. Entre ellos se encuentra la simplificación del sistema onomástico, donde la mención de la origo fue decayendo progresivamente, hecho que dificulta y limita nuestro conocimiento sobre las dinámicas de movilidad existentes en la Antigüedad tardía. La base fundamental de nuestro trabajo está compuesta por la documentación epigráfica, para cuya recopilación hemos empleado cuatro grandes criterios que detallamos a continuación: • • • • La mención explícita de una origo de carácter foráneo. Este indicador es, sin duda, el más fiable de todos, ya que aquellos individuos que mencionan su origo suelen hacerlo para destacar que han fallecido lejos de su tierra natal. Dentro de la documentación epigráfica que hemos reunido esta origo puede ser tanto cívica como provincial. Suele aparecer indicada mediante el nombre concreto de la ciudad de procedencia, a través de su gentilicio, o bien empleando otros términos como domus, natio, oriundus, etc.9. Indicación de una tribu distinta a la que se supone propia de la población de las colonias receptoras. Diferentes trabajos han permitido elaborar un catálogo bastante completo sobre las tribus en que fueron inscritos los habitantes de las ciudades hispanas10. En consecuencia, la presencia en ellas de individuos inscritos en tribus ajenas permite plantear su origen foráneo. En el caso de la muestra reunida será particularmente interesante la constatación en las colonias hispanas de la tribu Arnensis, muy escasa en la Península Ibérica y documentada con frecuencia en el norte de África. Criterios onomásticos. La onomástica conforma también un importante instrumento a la hora de plantear el posible origen foráneo de algunos de los individuos domiciliados en la Península Ibérica. En el caso de este trabajo contamos con determinados nomina que podemos vincular con el norte de África. Del mismo modo, hemos detectado también diversos cognomina de claro contenido geográfico como Maurus, Africanus y Afer que remiten a la región y otros como Saturninus que, por su gran abundancia en el ámbito africano, son útiles para determinar el origen de quienes los portan11. No obstante, se trata de un criterio que debemos emplear con suma prudencia. En última instancia podemos guiarnos también por otros criterios como la presencia de determinados cultos que resultan poco frecuentes en la Península Ibérica. Entre ellos destaca el dedicado a Dea Caelestis, una divinidad honrada con frecuencia en las ciudades costeras, que son las que mantuvieron un contacto directo vía marítima con el norte de África12. A partir de estos criterios hemos reunido un conjunto de 29 inscripciones que hacen referencia a 33 personajes. Conviene señalar, no obstante, que sólo una parte de éstos pueden ser identificados como Africani con total seguridad gracias a la origo; por el contrario, existe un amplio grupo de individuos cuyo posible origen africano ha sido planteado a partir de Sobre la origo vid: Lassère (2005), 128-126; Grüll, 2018, 139-150. Cf. Kubistschek, 1889 (reed. 1972); Wiegels (1985); Castillo (1988), 233-243; González Fernández (1989), 133-154; Stylow (1995), 105-123; Fasolini (2009), 179-238; Fasolini (2012). Asimismo, sobre las tribus en el mundo romano véanse la obra clásica de Forni (1996-2007) y trabajos de reciente publicación como el editado por Silvestrini (2010). 11 Cf. Kajanto (1982), 205-208. 12 Cf. Lefebvre (2006), 129-132. 9 10 3 José Ortiz Córdoba criterios menos exactos como la onomástica o la adscripción tribal, lo que hace nos hace ser prudentes en nuestras consideraciones. 2. Africani en las colonias romanas de la Hispania Citerior: estudio de la documentación Sobre la enorme provincia Hispania Citerior la colonización romana tuvo un impacto relativo si lo comparamos con una región de menor tamaño como fue la Bética. Ésta afectó principalmente a su zona costera, donde encontramos algunos de los principales centros urbanos de la Península Ibérica. El número de colonias romanas establecidas en la Citerior se eleva a diez, tal y como podemos observar en el mapa inferior (Fig. 1). Todas ellas fueron creadas en un periodo temporal más o menos concreto y en el marco de unas circunstancias Figura 1. Colonias romanas de la Hispania Citerior (elaboración propia). históricas determinadas. Las mismas estuvieron marcadas por la resolución del proceso de crisis secular que conocemos con el nombre de Revolución Romana, cuyo desarrollo supuso la quiebra definitiva de las instituciones republicanas. Por tanto, una buena parte de estas colonias tuvo un origen militar, consecuencia directa de las deductiones de veteranos que fueron empleadas como uno de los instrumentos más eficaces para poner fin a este periodo revolucionario. La única excepción a esta dinámica histórica está conformada por Clunia, cuya promoción colonial, vinculada tradicionalmente con Galba13, ha suscitado diversas consideraciones en la historiografía14, habiéndose propuesto incluso que la misma hubiera tenido lugar en época de Claudio o Nerón15. 13 14 15 Cf. Tovar (1989), 353. Cf. Castillo (1988), 234; Faria (1999), 32. Cf. Perea Yébenes (2001), 219. 4 Africani en las colonias romanas de la Hispania Citerior (siglos I-II d.C.) Dentro de este marco urbano la inmigración de origen africano aparece concentrada en las colonias litorales de la provincia. Se trata de ciudades pujantes dotadas de importantes puertos que favorecieron la llegada de un notable número de inmigrantes extrapeninsulares. En estas colonias, Tarraco, Barcino, Ilici y Carthago Nova, hemos documentado un total de 33 individuos cuya distribución por ciudades se encuentra recogida en el siguiente gráfico: Gráfico 1. Distribución por colonias de los Africani documentados en la Hispania Citerior. A través de él observamos que el centro urbano preferido por los inmigrantes africanos fue la capital provincial, dado que en Tarraco se concentran 24 de los 33 individuos estudiados. A mucha distancia le siguen Barcino, Carthago Nova e Ilici. En la primera contamos con siete inmigrantes, mientras que las otras dos aportan únicamente un testimonio cada una. Finalmente, conviene señalar el caso peculiar de Ilici, una ciudad que, según Plinio (NH., III, 4, 19-20), tenía como contributi a los Icositani16, población de ubicación debatida17. Algunos autores han identificado esta ciudad con la Icosium situada en el norte de África18, mientras que otros consideran más apropiado buscar su localización en las cercanías de Ilici19. Se trata de una cuestión que hasta el momento carece de solución y para la que remitimos al estudio de la colonia ilicitana realizado en nuestra tesis doctoral20. En lo que respecta a este trabajo hemos optado por no incluir a estos Icositani dentro del catálogo documental debido a la problemática referida. Por ello hemos señalado esta ciudad en el gráfico anterior con un asterisco de advertencia destinado a informar al lector. La inmigración africana detectada en las colonias de la Hispania Citerior puede dividirse en dos grandes grupos si atendemos a las principales causas, militares y económicas, que determinaron la movilidad. A ellos podemos sumar un tercer grupo donde hemos incluido Regio Contestania […] flumen Tader, colonia inmunis Ilici, unde Illicitanus sinus. In eam contribuuntur Icositani. 17 Un reciente estado de la cuestión sobre esta temática podemos encontrar en Seguí Marco (2017), 261272. 18 Cf. Laffi (1966), 119-122; Tovar (1989), 198; Alföldy (2003), 41-42 y 44; Abascal Palazón (2004), 79 y 86. 19 Cf. Mayer i Olivé y Olesti Vila (2001), 113. Por esta opción se inclinan también J. Y. Guillaumin (2002, 116, nota 9); B. Díaz Ariño (2008, 88) y L. Amela Valverde (2013, 133-134 y 2017, 164). 20 Cf. Ortiz Córdoba, 2019, 425-455 (Inédita). 16 5 José Ortiz Córdoba varios personajes cuyas causas de emigración no pueden ser determinadas con certeza debido a la escasa información recogida en la documentación epigráfica. 2.1 Movilidad de carácter militar La muestra reunida nos permite conocer la existencia de siete individuos cuya movilidad se relaciona con el servicio en el ejército. La mayoría de estas inscripciones, seis sobre siete, se concentran en Tarraco, mientras que el ejemplo restante procede de Barcino. Todas ellas presentan una cronología bastante homogénea que podemos situar a partir de mediados del siglo II d.C. Únicamente rompe con este patrón el epígrafe de C. Iulius Speratianus, que ha sido fechado entre finales del siglo I y comienzos del siglo II d.C. En el caso de Tarraco destaca la presencia en la ciudad de un importante grupo de milites pertenecientes a la legio VII Gemina. Esta unidad mantuvo desde su creación una estrecha relación con Hispania21. Desde su acantonamiento en el noroeste peninsular destinó diferentes destacamentos en las capitales provinciales de Lusitania y la Hispania Citerior y también en las de algunos conventus del norte como Asturica Augusta, Lucus Augusti y Bracara Augusta, donde sus miembros desempeñaron labores administrativas, de construcción de infraestructuras o formaron parte de la escolta de los magistrados romanos22. Por ello, es muy posible que la mayor parte de los legionarios de la VII Gemina documentados en la capital provincial hubiesen tomado parte en alguna de las tareas administrativas desarrolladas en el officium del gobernador provincial, una institución que, según planteó P. Le Roux, habría nacido con el ejército permanente y cuyo funcionamiento se nutría en muchas ocasiones del personal de las legiones23. Esta consideración se vería reforzada si tenemos en cuenta que la mayoría de estos soldados formaron parte de los principales de la VII Gemina. Con este término suele designarse a un grupo de milites pertenecientes a la oficialidad de la legión cuyo cometido principal era el desempeño de tareas burocráticas, una función por la que percibían un mayor salario24. Dentro de la muestra reunida para este trabajo contamos con cuatro beneficiarii y con un speculator25. Esta última responsabilidad fue ejercida por Gargilius Rufus26, cuya onomástica nos permite sugerir un origen norteafricano27. Las responsabilidades inherentes a este puesto resultan difíciles de definir, ya que en muchos casos estuvieron relacionadas con aspectos administrativos, sobre todo en el ámbito provincial, aunque también sabemos que los speculatores sirvieron como correos, verdugos y en muchas ocasiones incluso como escolta28. Gargilius Rufus aparece documentado en otra inscripción de Tarraco, donde se le cita como commentariensis ab actis civilibus (CIL II2/14, 1041), y también en un epígrafe encontrado en Roma, donde contamos con un altar en el que este personaje aparece cumpliendo un voto consagrado al Genius Castrorum Peregrinorum (AE 1991, 268)29. Sobre la misma vid. Palao Vicente (2006). Cf. Rodríguez González (2001), 247. 23 Cf. Le Roux (1982), 270. 24 Cf. Le Roux (1982), 266. Sobre los principales de la VII Gemina vid. Palao Vicente (2006), 138-171. 25 Sobre los beneficiarii en el ejército romano vid. los trabajos de Schallmayer (1990), Ott (1995) y Nelis-Clément (2000). 26 CIL II2/14, 1047: D(is) M(anibus) / L(ucio) Aufidio / Felici b(ene)f(iciario) / co(n)s(ularis) / municipi / Gargilius / Rufus / speculator / leg(ionis) VII G(eminae) F(elicis) / bene meri/to. 27 Cf. EDCS s.v. Gargilius / Gargilia; Kajanto (1982), 18, 81 y 312. 28 Cf. Palao Vicente (2006), 159-162. 29 Cf. Palao Vicente (2007), 142-143 y 411. 21 22 6 Africani en las colonias romanas de la Hispania Citerior (siglos I-II d.C.) Por su parte, de los cuatro beneficiarii anteriormente referidos tan sólo uno indica su procedencia mediante la correspondiente origo. Se trata de C. Caecilius Quartus, que era originario de Sicca Veneria, situada en las cercanías de la actual ciudad de Kef (Túnez)30. La inscripción fue dedicada por su esposa, Sempronia Fabiana, con la que habría contraído matrimonio tras finalizar su carrera militar, como así permite suponer su consideración como veteranus. Para los tres beneficiarii restantes su origen africano debe ser inferido a partir de otros criterios. En el caso de L. Valerius Barbarus31 y de Antonius Saturninus32 podemos guiarnos por sus cognomina, que resultan bastante frecuentes en las provincias del norte de África33. Finalmente, la procedencia norteafricana de L. Aufidius Felix34 puede ser inferida a partir del término municeps que aparece en la quinta línea de su inscripción. Ésta fue levantada por su compañero de armas en la VII Gemina, el speculator Gargilius Rufus, cuya onomástica, como ya hemos referido con anterioridad, se relaciona con el norte de África. Teniendo en cuenta estas circunstancias podemos plantear la posibilidad de que ambos individuos compartiesen un origen común que remite de forma genérica al área norteafricana35. No obstante, L. Hernández Guerra ha precisado aún más al considerar que la ciudad natal de L. Aufidius Felix pudo haber sido Cirta. Se apoya para ello en la inscripción CIL II2/14, 1296 procedente también de Tarraco. En ella se documenta una mujer llamada Aufidia Prima que porta el mismo nomen que nuestro beneficiarius y que señala su nacimiento en Cirta36. Las dos inscripciones restantes reunidas en este apartado aluden a dos militares que presentan trayectorias diferentes a las de los principales de la legio VII Gemina. El epígrafe más antiguo es el de C. Iulius Speratianus, que procede de Tarraco37. Este caballero sirvió como praefectus cohortis en la I Celtiberorum entre finales del siglo I y comienzos del siglo II d.C. Su origen foráneo puede rastrearse a partir de su pertenencia a la tribu Arnensis, frecuente en las ciudades de Italia y África38. Por ello se ha propuesto para él tanto una procedencia itálica39 como un origen africano40. La carrera ecuestre emprendida por este personaje no tuvo continuidad, ya que falleció durante el ejercicio de la prima militia, tal y como parece desprenderse del escueto texto de su inscripción41. Sus herederos, cuyos nombres no conocemos, fueron los encargados de levantar el epitafio y de honrarle en Tarraco con las correspondientes exequias. CIL II2/14, 1050: C(aio) Caecil(io) Quarto / vet(erano) leg(ionis) VII Gem(inae) F(elicis) / b(ene)f(iciario) co(n)s(ularis) oriundo / Siccae Veneriae / Sempr(onia) Fabiana / uxor marito / indulgentissim(o) / et praestantiss(imo) / b(ene) d(e) s(e) m(erito). 31 CIL II2/14, 1058: L(ucio) Valerio / Barbaro / militi leg(ionis) VII g(eminae) f(elicis) / ann(orum) XXXVII b(ene)f(iciario) co(n)s(ularis) / Hiberia Materna / coniugi karissimo. 32 CIL II2/14, 1046: Antonio / Saturnino / ex b(ene)f(iciario) co(n)s(ularis) / Abiliana(?) uxor / marito / indulgen/tissimo. 33 Al respecto vid. Kajanto (1982), 18, 81 y 312 para el cognomen Barbarus y 20, 54, 55, 58, 76, 113 y 213 para el cognomen Saturninus. 34 CIL II2/14, 1047: D(is) M(anibus) / L(ucio) Aufidio / Felici b(ene)f(iciario) / co(n)s(ularis) / municipi / Gargilius / Rufus / speculator / leg(ionis) VII G(eminae) F(elicis) / bene meri/to. 35 Cf. Le Roux (1982), 211, nº 139. 36 Cf. Hernández Guerra (2007), 53. 37 CIL II2/14, 1018: C(aio) Iulio C(ai) / fil(io) Arnens(i) / Speratiano / praef(ecto) coh(ortis) I / Celtiberor(um) / heredes. 38 Cf. Kubistschek (1889, reed. 1972), 200. 39 Cf. Jiménez de Furundarena (2002), 112. 40 Cf. Le Roux (1982), 311, nº 5; Haley (1986), 169, nº 27. En esta línea Fasolini (2009, 228), que se apoya en lo expuesto por Le Roux. 41 Cf. Jiménez de Furundarena (2002), 112. 30 7 José Ortiz Córdoba Más exitosa fue la carrera de P. Aufidius Exoratus, cuya inscripción procede en este caso de Barcino, donde fue homenajeado también por sus herederos42. Este personaje presenta una importante trayectoria militar en la que destaca el ejercicio del centurionado en las legiones III Augusta, destinada en el norte de África, XXX Ulpia, acantonada en Pannonia, y VII Gemina, asentada en Hispania, donde habría culminado su carrera y recibido la honesta missio. Precisamente la mención de la legio XXX Ulpia, que fue reclutada en tiempos de Trajano, nos aporta una fecha post quem que permite datar esta inscripción entre los reinados de Adriano y Antonino Pio, según planteó P. Le Roux. De ser cierta esta cronología el reclutamiento de este centurión habría tenido lugar entre los años 100 y 130 d.C.43. Por su parte, la consideración del origen africano de P. Aufidius Exoratus44 viene determinada por su servicio en la legio III Augusta, estrechamente ligada al norte de África, y también por su onomástica, puesto que el gentilicio Aufidius resulta muy numeroso en este sector del Imperio45. Dado que nos encontramos ante una inscripción de carácter funerario, hemos de pensar que tras su retirada P. Aufidius Exoratus habría optado por asentarse en la ciudad de Barcino, donde habría fallecido años después. Onomástica Cron. Origo Domicilio Antonius Saturninus Transición s. II al III d.C. Posiblemente Italicus vel Africanus Tarraco Tribu Status Función Social Referencia civis Romanus Beneficiarius consularis CIL II2/14, 1046 IRC IV, 44 CIL II2/14, 1047 Publius Aufidius Exoratus Siglo II d.C. Posiblemente Africanus Barcino civis Romanus Centurio legg. III Augustae, XXX Ulpiae Victricis et VII Geminae; ¿Veteranus? Lucius Aufidius Felix Segunda mitad del siglo II d.C. Tarraco civis Romanus Beneficiarius consularis Caius Caecilius Quartus Mediados del siglo II d.C. Sicca Veneria Tarraco civis Romanus Beneficiarius consularis; CIL II2/14, veteranus 1050 legionis VII Geminae Felicis Gargilius Rufus Segunda mitad del s. II d.C. Africanus Tarraco civis Romanus Speculator CIL II2/14, legionis VII 1047 Geminae Felicis Caius Iulius Speratianus Transición siglo I al II d.C. Italicus vel Africanus Tarraco eques Romanus Praefectus cohortis I Celtiberorum CIL II2/14, 1018 civis Romanus Beneficiarius consularis; miles legionis VII Geminae Felicis CIL II2/14, 1058 Africanus Lucius Valerius Siglo II d.C. ¿Africanus? Barbarus Arnensis Tarraco Tabla 1. Inscripciones relativas a la movilidad de carácter militar. IRC IV, 44: P(ublio) Aufidio Exora/to |(centurioni) leg(ionis) III Aug(ustae) et / leg(ionis) XXX U(lpiae) V(ictricis) et leg(ionis) / VII G(eminae) F(elicis) heredes / b(ene) merenti. 43 Cf. Le Roux (1982), 327. 44 Cf. Le Roux (1982), 327; Le Bohec (1989), 160; Palao Vicente (2006), 196 y 198. 45 Cf. CIL VIII, Índices; EDCS s.v. Aufidius / Aufidia. 42 8 Africani en las colonias romanas de la Hispania Citerior (siglos I-II d.C.) 2.2 Movilidad vinculada con el ejercicio de actividades económicas El segundo grupo de inmigrantes que hemos detectado está compuesto por aquellos individuos cuya movilidad estuvo relacionada con la actividad económica. Cuenta con tres inscripciones, dos de ellas procedentes de Tarraco y la tercera de Barcino. Dentro de este apartado el ejemplo más claro es el del negotiator Q. Ovilius Venustianus, cuya inscripción procede de Tarraco y ha sido fechada a finales del siglo II d.C.46. En ella este personaje aparece documentado junto a su padre, Q. Ovilius Successus. El origen africano de esta familia puede plantearse a partir del nomen Ovilius, que tan sólo se encuentra documentado en el norte de África47 y en el puerto de Ostia48, siendo la inscripción que comentamos el único caso de este gentilicio que conocemos para la Península Ibérica. A partir de estos hechos G. Alföldy consideró que ambos personajes, padre e hijo, podrían tener un origen tanto africano como itálico (CIL II2/14, 1289), siendo E. W. Haley quien más decididamente ha apostado por una procedencia norteafricana49. La expresa indicación del término negotiator permite suponer que Q. Ovilius Venustianus habría formado parte de una red comercial a notable escala50. Desconocemos el producto o los productos que intercambiaban, aunque se ha planteado la hipótesis de que su actividad hubiese estado ligada a la compraventa del vino de la región51. De igual modo, es posible que la actividad comercial hubiese sido también la causa que determinó la movilidad protagonizada por L. Caecilius Porcianus, cuya inscripción procede igualmente de Tarraco y ha sido fechada entre finales del siglo II y comienzos del siglo III d.C.52. A partir de ella sabemos que este personaje era originario del norte de África (ex provincia Africa) y que se habría establecido en la capital de la Hispania Citerior, donde fue incorporado al ordo local mediante el procedimiento de la adlectio53. Esto le permitió desarrollar su carrera pública en Tarraco, donde fue elegido para servir como edil y probablemente también como duumvir54. La inscripción que lo conmemora fue erigida en un lugar cedido expresamente por el ordo decurionum de la colonia, hecho que reflejaría la importancia social adquirida por este personaje en la ciudad55. Finalmente, el tercer y último caso que hemos incluido en este apartado está compuesto por el testimonio de Q. Cornelius Secundus, natural de Cartago Magna56. Su inscripción procede de Barcino y ha sido datada en el siglo I d.C. A través de ella conocemos a varias generaciones de la familia encabezada por este personaje. Entre los miembros que se mencionan se encuentran su madre, Cornelia Cuarta; su esposa, Geminia Cuarta; su hermana, Cornelia Tertulla; su sobrino, Lucius Maevius Rogatus; y, finalmente, también sus hijos. De CIL II2/14, 1289: D(is) M(anibus) / Q(uinto) Ovilio / Venustia/no negoti/anti Q(uintus) Ovi/lius Succes/sus pater filio / pientissimo fec(it). 47 Cf. EDCS s.v. Ovilius / Ovilia. 48 Cf. Conway (1967), 578. 49 Cf. Haley (1986), 522, nota 129. 50 Cf. Sobre los negotiatores vid. García Brosa (1999), 183-186. 51 Cf. Keay (1988), 98. Referencia extraída de Haley (1991), 100, nota 316. 52 CIL II2/14, 1204: L(ucius) Caec(ilius) Porc[ia]/nus ex prov[inc(ia)] / Africa decuri[o ad]/lec[t(us)] in col(onia) Ta[rrac(onensi)] / itemq(ue) aed(ilis) [IIvir?] / loc(us) d(atus) ex [d(ecreto) d(ecurionum)]. 53 Al respecto vid. el trabajo de Melchor Gil y Rodríguez Neila (2012), 109-172. 54 Cf. Curchin (1990), 225, nº 898; Haley (1991), 45; Curchin (2015), 80, nº 898. 55 Cf. Haley (1986), 445-446. 56 IRC IV, 59: Q(uintus) Co]rnelius Sp(uri) f(ilius) Sec[undus] / d[o]mo colonia Ca[rtha]/gine Magna sibi et Corne[liae] / Quartae matri Gem(i)niae Q[uar]/tae uxori Corneliae Tertull[ae] / f(iliae) Q(uinto) Corn(elio) Seran(o) f(ilio) aed(ili) IIvi[ro] / Corn(eliae) Quartull(ae) f(iliae) Cor(neliae) Dubit[atae] / f(iliae) Cor(neliae) Sp(uri) f(iliae) Tertull(ae) sorori / L(ucio) Mae[vio] / Rogato sobrino. 46 9 José Ortiz Córdoba hecho, la parte más interesante de esta inscripción es precisamente la que alude a los hijos de Q. Cornelius Secundus, puesto que uno de ellos, llamado Q. Cornelius Seranus, llegó a ser edil y duumvir en Barcino57, una circunstancia que subrayaría la plena integración de su familia en la colonia barcinonense, así como su incorporación a la élite de la misma. Es posible que su carrera política se hubiese visto favorecida por los beneficios económicos obtenidos por su padre durante su actividad comercial. Por otro lado, resulta igualmente interesante señalar los posibles lazos existentes entre esta familia y el Caesaraugustanus L. Valerius Rufinus (IRC IV, 221), también domiciliado en Barcino, en cuya inscripción funeraria se mencionan varios Cornelii con una filiación – Sp(uri) f(ilius) – que coincide con la manifestada por Q. Cornelius Secundus. Onomástica Cron. Origo Domicilio Status Función Social Referencia Decurio adlectus in colonia Tarraconense; aedilis; ¿duumvir? CIL II2/14, 1204 Lucius Caecilius Porcianus Transición siglo II al III d.C. Ex Provincia Africa Tarraco civis Romanus Quintus Cornelius Secundus Siglo I d.C. Carthaginensis Barcino civis Romanus Quintus Ovilius Venustianus Transición s. II al III d.C. Africanus vel Italicus Tarraco civis Romanus IRC IV, 59 Negotiator CIL II2/14, 1289 Tabla 2. Inscripciones relativas a la movilidad de tipo económico. 2.3. Otros inmigrantes de origen africano Para los restantes inmigrantes que hemos reunido en este apartado no podemos determinar con seguridad las causas que motivaron sus desplazamientos. Conforman el grupo más numeroso, ya que comprende un total de 23 casos. De ellos son únicamente cuatro los individuos que indican expresamente su origo. Se trata de P. Antonius Pudens58, natural de Lixus y asentado en Barcino junto a su familia; de Aufidia Prima59, nacida en Cirta y domiciliada en Tarraco, donde fue homenajeada por un personaje llamado Florentinus, que pudo ser su esposo o quizás su hermano60; del liberto Pu[b?]licius Ziogas61, seguramente un antiguo siervo público de la ciudad de Leptis Magna (verna Leptitanus)62 que tras su manumisión se habría Cf. Curchin (1990), 184, nº 435; Curchin (2015), 56, nº 435. IRC IV, 137: P(ublius) Antonius P(ubli) f(ilius) Pudens Lixita/nus sibi et / Baebiae T(iti) l(ibertae) Novellae uxori Baebiae Placidae f(iliae) / et Corneliae Phaenusae uxori / h(oc) m(onumentum) h(eredem) n(on) s(equetur) n(ec) l(ocum) s(epulturae). 59 CIL II2/14, 1296: D(is) M(anibus) / Aufidia Prima / domo Cirta hic / sita sum ann(orum) XXXIV / posuit Florentin/us eius. 60 Cf. Haley (1986), 164. 61 CIL II2/14, 1305: D(is) M(anibus) s(acrum) / Pu[b?]licio Zio/gas v(ernae) Lepti/tan(o) v(ixit) a(nnos) XCII / p(osuit) filia Pu[b?]lici/a Florina pa/tri pientissimo. 62 La importancia adquirida en el norte de África por Leptis Magna lleva a plantear, casi de forma automática, que Pu[b?]licius Ziogas fuese originario de esta populosa ciudad, una posibilidad que encajaría bastante bien con la cronología de su inscripción, que ha sido fechada entre finales del siglo II y comienzos del siglo III d.C., un periodo en el que Leptis Magna alcanzó un gran desarrollo tras el ascenso al trono del emperador Septimio Severo. No obstante, la existencia a no mucha distancia de otra ciudad con un nombre similar, Leptis Minor, 57 58 10 Africani en las colonias romanas de la Hispania Citerior (siglos I-II d.C.) trasladado a Tarraco junto a su hija; y de [- - -]mmius Saturninus63, establecido igualmente en la capital de la Citerior y que indica su procedencia mediante la fórmula ex Mauretania Caesariensis. Para el resto de personajes reunidos en este apartado su procedencia africana ha sido determinada a través de otras evidencias como la tribu, la onomástica o el culto a determinadas divinidades. En el primer grupo encontramos a P. Satrius Felix Secundus64, al que conocemos en Tarraco dedicando una inscripción en memoria de su hija Satria Liciniana, a la que califica como filia pientissima, lo que permite suponer que habría fallecido de forma prematura. Su pertenencia a la tribu Arnensis y el gentilicio Satrius hicieron pensar a G. Alföldy (RIT, 404) y a E. W. Haley65 en un posible origen africano para este personaje, aunque M. Navarro Caballero considera que tampoco debería descartarse una ascendencia itálica66. Por otro lado, en base a la onomástica hemos considerado el posible origen africano de [- - -]onia Mau[r]a67 y de la nutrix Fabia Tertulla68, cuyas inscripciones proceden de Barcino; de las hermanas Tertullina y Tertiola69, documentadas en esta misma ciudad realizando una dedicación a un posible pariente; y también de Marcus Bombius70, al que conocemos en Carthago Nova a través de un voto consagrado en honor de los dioses Serapis, Isis y Mercurio. Tanto los cognomina Maura71 y Tertullus/a72 como el nomem Bombius73 han sido tomados como indicativos de una posible ascendencia norteafricana. Algo similar ocurre en el caso de Tarraco, donde la onomástica nos permite proponer un origen africano para Bennia Venustina74 y para L. Bennius Hermes75, cuyo gentilicio se documenta con cierta frecuencia en el norte de África76, la actual Lamta, permite considerar también la posibilidad de que Ziogas procediese de esta ciudad. Ésta opción fue planteada inicialmente por A. García y Bellido (1959), 145 y G. Alföldy (RIT, 402), aunque este último autor parece descartarla en la revisión de esta inscripción que realizó para el volumen del CIL correspondiente al Conventus Tarraconensis (CIL II2/14, 1305). Por otro lado, resulta igualmente curiosa la forma Leptitan(us) con la que se indica la origo de Ziogas, dado que esta expresión resulta minoritaria frente al más habitual Lepcitanus. Este cambio pudo haber sido consecuencia de su establecimiento en Tarraco, donde se habría producido una asimilación de la consonante dental a la gutural. 63 CIL II2/14, 1306: D(is) M(anibus) / [Vale]riae Meleti[nae / - - -]mmius Saturnin[us / Ma]uret(ania) Caesariens(i) uxor(i) piissim[ae] / h(oc) m(onumentum) h(eredem) n(on) [s(equetur)]. 64 CIL II2/14, 1316: Satriae / P(ubli) f(iliae) / Licinianae / P(ublius) Satrius P(ubli) f(ilius) Arn(ensi) / Felix Secundus / fil(iae) pientiss(imae). 65 Cf. Haley (1986), 170, nº 30; Haley (1991), 47. 66 Cf. Navarro Caballero (2017), 633. 67 IRC IV, 60: C(aio) Domitio L(uci) f(ilio) Maeterno Acucensi / huic ordo Barcinonensium / honorem decurionatus dedit / [D]omitio Flavo [- - -]onia Mau[r]a / [- - -] Corn[. 68 IRC IV, 165: D(is) M(anibus) / Fabiae / Tertullae / nutrici. 69 IRC IV, 261: D(is) M(anibus) / <T>{·}ertull<i>/na et <T>{·}ert<i>ola / Fâust<i>ano b(ene) m(erenti) f(ecerunt). 70 HEp 2012, 399: Sera(pidi?) Is[idi et] / Merc[urio] / M(arcus) Bom[bius]. 71 Cf. Kajanto (1982), 50 y 206. 72 Sobre el origen africano de Fabia Tertulla vid. Haley (1986), 167, nº 11 y 308, nota 129; Haley (1991), 48. También en esta línea los editores de la pieza en IRC IV, 165. En relación a la procedencia de Tertullina y Tertiola vid. Haley (1986), 118 y 168, nº 15; Haley (1991), 48. En la misma línea los editores de la pieza en IRC IV, 261. 73 Cf. Abascal Palazón, Noguera Celdrán y Madrid Balanza (2012), 288; EDCS s.v. Bombius. 74 CIL II2/14, 1098: [D(is)] M(anibus?) Lucio / pub(lico) XX lib(ertatis) / pr(aeposito) ark(ae) p(rovinciae) H(ispaniae) c(iterioris) / Bennia / Venustina / coniugi / merentissimo. 75 CIL II2/14, 1012: L(ucio) Caecinae / C(ai) f(ilio) Gal(eria) Severo / IIvir(o) q(uaestori) / praef(ecto) fabr(um) / praef(ecto) cohort(is) I / et orae maritim(ae) / L(ucius) Bennius Hermes / ob plurima eius / in se merita. 76 Cf. García y Bellido (1959), 150; Haley (1986), 167, nº 4; Haley (1991), 47. 11 José Ortiz Córdoba y también para C. Felicissimus Afer, encargado de realizar el sarcófago que albergaba los restos de Claudius Saturninus77, quizás su patrón y de origen posiblemente también africano78. En la capital de la Citerior contamos igualmente con un nutrido grupo de personajes que portan en su onomástica el cognomen Saturninus/a, cuya presencia resulta bastante frecuente en el norte de África79. Entre ellos hay varios libertos, como Saturninus, que fue designado heredero de M. Valerius Secundus, un centurión que sirvió en varias legiones, entre ellas la III Augusta, destinada en el norte de África80, o Claudia Saturnina, que es mencionada junto a otros libertos en una inscripción que remite a finales del siglo II o comienzos del siglo III d.C.81. También incluimos en este sector social a L. Aemilius Saturninus, que fue sevir augustal en Barcino (IRC IV, 10) y al que hemos documentado también en Tarraco realizando una dedicación en honor de L. Gavius Romanus, tribuno militar en la III Augusta82. Finalmente, es posible que también hubiese sido una liberta Fabia Saturnina, esposa del sevir augustalis C. Baebius Myrismus83. Otros personajes que portan el cognomen Saturninus/a en Tarraco fueron Claudia Saturnina84 y Fannius Saturninus85. Este último aparece en su inscripción junto a otro personaje llamado Valerius Rogatus, de quien se dice que era pariente, lo que nos lleva a suponer también un origen africano para él. En último término conviene señalar como posibles inmigrantes de origen africano a dos personajes recogidos en sendas inscripciones consagradas a Dea Caelestis procedentes de Tarraco e Ilici. En la primera de estas ciudades contamos con el testimonio de Gavidius Primulus86, que fue sacerdote de esta divinidad entre finales del siglo II y comienzos del siglo III d.C. Tanto este peculiar culto como su onomástica fueron los argumentos empleados por G. Alföldy (RIT, 438) y E. W. Haley para considerar su origen africano87. Por su parte, en Ilici contamos con una inscripción que remite a la transición entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C. donde también se recoge una dedicación a Dea Caelestis. Por desgracia, la perdida de la parte inicial de la misma nos impide conocer el nombre de su protagonista88. CIL II2/14, 1297: D(is) M(anibus) / Cl(audio) Saturni/no Cl(audius) Feli/cissimus Afer / saxo fat(ali?) / m(unere?) b(ene) m(erenti) f(ecit). 78 Cf. García y Bellido (1959), 145. 79 Cf. Kajanto (1982), 20, 54, 55, 58, 76, 113 y 213. 80 CIL II2/14, 1037: M(arco) Val(erio) M(arci) f(ilio) Gal(eria) Secundo / |(centurioni) leg(ionis) VII G(eminae) Fel(icis) / item leg(ionis) III Aug(ustae) / item leg(ionis) II Traian(ae) / item leg(ionis) XIIII Gem(inae) / Valeri Euvanthes / Callistus Privatus / Saturninus et / Glaucilla / lib(erti) et heredes / patrono / b(ene) m(erenti). 81 CIL II2/14, 1515: C(aio) Clodio C(ai) lib(erto) / Amaranto / Cinciae L(uci) lib(ertae) / Saturninae / C(aius) Clodius C(ai) lib(ertus) / Privatus / patronis / et sibi. 82 CIL II2/14, 1141: L(ucio) Gavio / Romano / Vibio Trom(entina) / Secundo / trib(uno) leg(ionis) III Aug(ustae) / flamini prov(inciae) / Hisp(aniae) citer(ioris) / L(ucius) Aemilius / Saturninus. 83 CIL II2/14, 1250: Fabiae / Saturninae / uxori optimae / C(aius) Baebius / Myrismus / sevir August(alis). 84 CIL II2/14, 1510: D(is) M(anibus) / Cl(audiae) Saturni/nae / coniugi sanc/tissimae Cl(audius) / Philodespo/ tus. 85 CIL II2/14, 1701: D(is) M(anibus) / Val(eri) Rogati / qui vix(it) ann(os) XLVIII / Fann(ius) Saturninus / adfines(!) tumulo / exornando curavit. 86 CIL II2/14, 1286: D(is) M(anibus) / Gavidio Primulo / sacerdoti Caelestis / incomparabili / religionis eius / Gavidius Vitalis / patri b(ene) m(erenti). 87 Cf. Haley (1986), 168, nº 14; Haley (1991), 47. 88 AE 1993, 1067: - - - - - - / iussu / dom(inae) Caeles(tis) / aram l(ibens) p(osuit). 77 12 Africani en las colonias romanas de la Hispania Citerior (siglos I-II d.C.) Tribu Status Función Social Referencia Libertus Sevir augustalis CIL II2/14, 1141 Onomástica Cron Origo Domicilio Lucius Aemilius Saturninus Siglo II d.C. Probablemente Africanus Barcino [- - -]onia Mau[r]a Siglo II d.C. Probablemente Africana Barcino Publius Antonius Pudens Mediados del siglo I d.C. Lixitanus Barcino civis Romanus CIL II, 6157 Aufidia Prima Siglo II d.C. Cirta Tarraco civis Romana CIL II2/14, 1296 Bennia Venustina Transición s. II al III d.C. Posiblemente Africana Tarraco civis Romana CIL II2/14, 1098 Lucius Bennius Hermes Probablemente de época Flavia Probablemente Africanus Tarraco civis Romanus CIL II2/14, 1012 Marcus Bombius Últimas décadas del siglo I a.C. Probablemente Africanus Carthago Nova Cincia Saturnina Siglo I d.C. Probablemente Africana Tarraco Liberta CIL II2/14, 1515 Claudia Saturnina Transición siglo II al III d.C. Probablemente Africana Tarraco civis Romana CIL II2/14, 1510 Claudius Saturninus Transición siglo II al III d.C. Probablemente Africanus Tarraco civis Romanus CIL II2/14, 1297 Fabia Saturnina Siglo II d.C. Probablemente Africana Tarraco civis Romana/ Liberta CIL II2/14, 1250 Fabia Tertulla Segunda mitad del s. II d.C. Probablemente Africana Barcino civis Romana Fannius Saturninus Siglo II d.C. Probablemente Africanus Tarraco civis Romanus CIL II2/14, 1701 Claudius Transición siglo Felicissimus Afer II al III d.C. Probablemente Africanus Tarraco ¿Libertus? CIL II2/14, 1297 Gavidius Primulus Transición siglo II al III d.C. Probablemente Africanus Tarraco civis Romanus Publicius Ziogas Transición s. II al III d.C. Leptitanus Tarraco Servus / Libertus CIL II2/14, 1305 Publius Satrius Felix Secundus Segunda mitad del s. II d.C. Itálico o Africanus Tarraco civis Romanus CIL II2/14, 1316 Saturninus Mediados del siglo II d.C. Probablemente Africanus Tarraco Libertus CIL II2/14, 1037 Tertiola Segunda mitad del s. II d.C. Probablemente Africana Barcino IRC IV, 261 Tertullina Segunda mitad del s. II d.C. Probablemente Africana Barcino IRC IV, 261 Valerius Rogatus Siglo II d.C. Probablemente Africanus Tarraco civis Romanus CIL II2/14, 1701 [- - -]mmius Saturninus Siglo II d.C. Ex Mauretania Caesariensis Tarraco ¿civis Romanus? CIL II2/14, 1306 Ignotus Fines del siglo I a.C. o principios del siglo I d.C. ¿Africanus? Ilici IRC IV, 60 HEp 2012, 399 Arnensis Nutrix Sacerdos Caelestis ¿Sacerdos? Domina Caelestis Tabla 3. Inscripciones relativas a la movilidad de naturaleza indeterminada. 13 IRC IV, 165 CIL II2/14, 1286 AE 1993, 1067 José Ortiz Córdoba 3. Conclusiones Los inmigrantes de origen norteafricano conforman, después de los itálicos, el grupo de población no hispano más numeroso registrado en las colonias romanas de la Península Ibérica89. Su presencia fue particularmente intensa en la Hispania Citerior, donde han sido documentadas la mayoría de sus inscripciones. Dentro de esta provincia la movilidad protagonizada por los Africani se concentró principalmente en las colonias litorales, centros urbanos de gran dinamismo y que contaron con importantes puertos, lo que favoreció, sin duda, los contactos marítimos con el norte de África. Entre estas ciudades destaca la enorme capacidad de atracción ejercida por Tarraco, la capital provincial, que reúne la mayoría de las inscripciones estudiadas. Concretamente, allí habrían establecido su residencia 24 de los 33 personajes documentados en este trabajo, lo que supone un 72,72% de la muestra epigráfica reunida. Frente a este abrumador predominio la documentación aportada por las restantes colonias de la provincia, esto es, Barcino, Carthago Nova e Ilici, es sensiblemente menor y se reduce a siete inscripciones en el caso de la primera, a una en Carthago Nova y a otra en Ilici, como ya reflejamos en el gráfico nº 1. A la hora de determinar la procedencia de los Africani domiciliados en la Citerior nos hemos guiado por una serie de criterios que presentan distintos grados de exactitud y certeza (vid. introducción). Éstos van desde la origo hasta la onomástica, pasando por otras evidencias como la tribu o el ejercicio de determinados cultos religiosos. Entre estos criterios el más fiable está compuesto por la mención de la origo que, como ya comentamos al comienzo de este trabajo, puede tener un carácter cívico o provincial. Por desgracia, de los 33 individuos estudiados tan sólo siete mencionan expresamente su origo. Frente a ellos contamos con otros 26 personajes cuyo origen africano puede plantearse a través de otras evidencias como la tribu o la onomástica, lo que nos impide en muchas ocasiones concretar su ciudad o región de procedencia. Si nos centramos únicamente en aquellos Africani que indican su origo podemos elaborar la siguiente tabla de resultados: Lugar de origen Cronología Publius Antonius Pudens Mediados del siglo I d.C. Lixitanus Barcino CIL II, 6157 Aufidia Prima Siglo II d.C. Tarraco CIL II2/14, 1296 Caius Caecilius Mediados del siglo II Quartus d.C. Lucius Caecilius Porcianus 89 Transición siglo II al III d.C. Domicilio Función social Onomástica Cirta Sicca Veneria Ex Provincia Africa Tarraco Beneficiarius consularis; veteranus Leg. VII Geminae CIL II2/14, 1050 Tarraco Decurio adlectus in colonia Tarraconensis; aedilis; ¿duumvir? CIL II2/14, 1204 Cf. Ortiz Córdoba (2019), 888, gráfico, nº 15 (Inédito). 14 Referencia Africani en las colonias romanas de la Hispania Citerior (siglos I-II d.C.) Función social Onomástica Cronología Lugar de origen Domicilio Quintus Cornelius Secundus Siglo I d.C. Carthaginensis Barcino IRC IV, 59 Publicius Ziogas Transición siglo II al III d.C. Leptitanus Tarraco CIL II2/14, 1305 [- - -]mmius Saturninus Siglo II d.C. Ex Mauretania Tarraco Caesariensis CIL II2/14, 1306 Referencia Tabla 4. Africani con indicación de origo. A través de ella observamos que quienes indican su origo de forma expresa conforman una amplia minoría dentro de la muestra reunida. De la información recogida en esta tabla se desprende igualmente que la mayor parte de los Africani que señalan su origo proceden de la provincia Africa Proconsularis, mientras que el resto proviene de otros territorios, tal y como hemos desglosado en el gráfico 2. Gráfico 2. Distribución por provincias de origen de los Africani con indicación de origo. Desde un punto de vista cronológico las inscripciones incluidas en este trabajo se concentran mayoritariamente a partir del siglo II d.C., siendo muy escasas aquellas piezas que pueden situarse durante la primera parte del Principado (gráfico 3). Esta importante concentración de información durante el siglo II d.C., particularmente a partir de su segunda mitad, debe relacionarse con la propia evolución histórica del Imperio. Las provincias africanas vivieron a lo largo de la segunda centuria del Principado un periodo de gran prosperidad cuyo mejor reflejo fue la monumentalización progresiva de sus ciudades y el continuo incremento de la presencia de senadores de origen africano desde época de Marco Aurelio. Este proceso cristalizaría con el ascenso al trono tras la guerra civil del año 193 d.C. de Septimio Severo, natural de la populosa ciudad norteafricana de Leptis Magna. El propio emperador, durante su viaje africano en el 202-203, concedió el derecho itálico a su ciudad natal y propició la conversión en colonias de numerosos municipios del África Proconsular. En consecuencia, el notable aumento de la inmigración de origen africano a partir del siglo II y durante la primera 15 José Ortiz Córdoba mitad del III debe ser entendido como una consecuencia de estos profundos cambios. Este hecho se observa claramente dentro de la movilidad vinculada con causas económicas (tabla 2), ya que dos de las tres inscripciones incluidas en ese apartado remiten al periodo comprendido entre finales del siglo II y comienzos del siglo III d.C. Gráfico 3. Distribución cronológica de la información epigráfica estudiada. En relación a las causas que motivaron el traslado a la Península Ibérica de estos inmigrantes de origen africano podemos distinguir dos grandes grupos. El primero de ellos está conformado por aquellos que llegaron a Hispania como consecuencia de su participación en el ejército romano, particularmente en la legio VII Gemina (tabla 1). La presencia de militares africanos en esta unidad hispana debe ser puesta en relación con el envío al norte de África de una parte de la misma durante el siglo II d.C.90. Este hecho pudo haber favorecido el reclutamiento de un importante número de africanos que se trasladaron a la Península Ibérica tras el retorno de la VII Gemina a Hispania91. Las inscripciones relativas a estos soldados proceden sobre todo de Tarraco. Es posible que su instalación en esta ciudad hubiese estado relacionada con el empleo de muchos de ellos como personal administrativo en el officium del gobernador provincial. De hecho, la mayor parte de estos militares de origen africano indican expresamente su condición de beneficiarii, lo que presupone una posición destacada dentro de la VII Gemina. El segundo grupo lo componen aquellos inmigrantes cuya movilidad tuvo una motivación principalmente económica (tabla 2). Dentro de la muestra estudiada conforman un grupo reducido que cuenta únicamente con tres inscripciones. Éstas presentan, además, una importante limitación que ya advirtió E. W. Haley. Este autor subrayó que la epigrafía hispana no suele indicar expresamente las causas económicas de la movilidad, por lo que en muchos casos éstas deben inferirse a partir de la localización geográfica de los centros receptores92. Dentro de este grupo la inscripción más clara es la de Q. Ovilius Venustianus, que 90 91 92 Cf. Palao Vicente (2006), 143. Sobre esta cuestión vid. Palao Vicente (1998a), 149-172; Palao Vicente (1998b), 145-166. Cf. Haley (1986), 380; Haley (1991), 89. 16 Africani en las colonias romanas de la Hispania Citerior (siglos I-II d.C.) aparece referido como negotiator, un término que indica claramente su actividad en el mundo comercial. Por el contrario, L. Caecilius Porcianus y Q. Cornelius Secundus no explicitan el ejercicio concreto de una actividad económica. Sin embargo, la información que estas inscripciones aportan sobre sus trayectorias en sus nuevas ciudades permite suponer la obtención de un cierto nivel de riqueza que únicamente pudo venir de alguna actividad económica. Ésta sería la base sobre la que sustentaron su integración en la élite local de Tarraco y Barcino, respectivamente. En último término hemos creado un tercer grupo de inmigrantes donde hemos reunido toda la documentación epigráfica que no ha podido ser integrada en los apartados anteriores (tabla 3). Estas inscripciones nos aportan escasos datos sobre sus protagonistas, ya que en la mayoría de los casos no nos informan sobre su lugar de origen ni tampoco sobre las causas que motivaron su movilidad. Finalmente, cabe reseñar que la integración de muchos de estos inmigrantes norteafricanos en sus nuevas ciudades fue total, lo que refleja, sin duda, el éxito de su movilidad. La mejor muestra de ello fue la incorporación de algunos de estos individuos a la élite local mediante el procedimiento de la adlectio. El caso más paradigmático es el de L. Caecilius Porcianus, que fue incorporado entre los decuriones de Tarraco y posteriormente desarrolló su carrera pública en esta ciudad, donde fue elegido edil y duumvir entre finales del siglo II y comienzos del siglo III d.C. En otras ocasiones la integración en la élite local se produjo durante la segunda generación familiar. Así lo constata la inscripción de Q. Cornelius Secundus, natural de Cartago Magna. En ella se indica que uno sus hijos llegó a ser edil y duumvir en Barcino. Estas vías de integración también estaban abiertas, dentro de las limitaciones jurídicas propias de su status, a los libertos, como constatamos en el caso de L. Aemilius Saturninus, personaje de posible origen africano que fue elegido en Barcino para desempeñar el sevirato durante el siglo II d.C. Más allá de la élite y de la actividad política existieron otras formas de integración en la vida de las ciudades. Una de las más importantes fue el establecimiento de un vínculo matrimonial. Se trata en este caso de una integración que no tiene proyección en el ámbito público, aunque su constatación resulta muy interesante en el sector de los veteranos, que vieron en el matrimonio el medio ideal para reintegrarse en la vida civil. Dentro de este grupo contamos con el ejemplo de C. Caecilius Quartus, veteranus de la VII Gemina procedente de Sicca Veneria que tras su retirada optó por asentarse en Tarraco, donde creó una familia casándose con Sempronia Fabiana, a la que podemos suponer originaria de la propia Tarraco. En relación al status social podemos afirmar que la inmigración estudiada estuvo protagonizada mayoritariamente por ciudadanos romanos, tal y como parece desprenderse de sus estructuras onomásticas con tria nomina, de la indicación de su tribu de adscripción o del servicio de algunos de estos Africani en el ejército romano. No obstante, también hemos constatado la presencia de cinco libertos, todos ellos documentados en Tarraco. Se trata de L. Aemilius Saturninus, de Cincia Saturnina, de C. Felicissimus Aper, de Publicius Ziogas y de Saturninus. Asimismo, contamos con un caso, el protagonizado por Fabia Saturnina, donde albergamos dudas en relación a la posición jurídica de esta mujer. Finalmente, existen también cinco personajes para los que no hemos podido determinar su status social debido al mal estado de sus inscripciones o a la escasa información que éstas aportan, como podemos observar en la tabla nº 3. La información relativa al status jurídico de los Africani estudiados en este trabajo se encuentra sintetizada en el siguiente gráfico: 17 José Ortiz Córdoba Gráfico 4. Distribución por status social de los individuos estudiados. Finalmente, en lo que se refiere a la distribución por sexos la muestra estudiada presenta un claro predominio masculino, ya que 23 de los 33 personajes documentados son hombres (69,69% de la muestra), mientras que tan sólo nueve son mujeres (27,27 %). Existe igualmente una inscripción, procedente en este caso de Ilici (AE 1993, 1067), donde la pérdida de la parte inicial del texto nos impide conocer si su protagonista fue un hombre o una mujer. Bibliografía Abascal Palazón J. M. (2004), Colonia Iulia Ilici Augusta, in Iberia, Hispania, Spania una mirada desde Ilici, Abad Casal L., Hernández Pérez M. [eds], Elche: Caja de Ahorros del Mediterráneo, 79-94. Albertini E. 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Palabras claves: emigración; movilidad; Africani; colonias; Hispania Citerior; epigrafía. Keywords: emigration; mobility; Africani; colonies; Hispania Citerior; epigraphy. Come citare questo articolo / How to cite this paper José Ortiz Córdoba, Africani en las colonias romanas de la Hispania Citerior (siglos I-II d.C.), CaSteR 4 (2019), doi: 10.13125/caster/3840, http://ojs.unica.it/index.php/caster/ 22