INDICE
3/
Sensorium Mutante
Prólogo
Editorial
Por Gerardo Cardozo
5/
La desmaterialización del gesto
Prólogo de la 7ma edición
Por Luz Hojsgaard
Por Gonzalo Monzón
10/
Performance en línea. The art is #cute
Por Silvia Maldini
25/
¿La virtualidad cambiará nuestra
corporalidad - identidad?
Por Carolina Ruy
35/
Centers live, la economía de la mirada.
Acto, registro y redes en contextos de
aislamiento
54/
65/
HCI y nuevas interfases aplicadas a
performances interactivas en
conectividad
Por Alejandra Ceriani
94/
C.V. Participantes 7° edición
97/
Staff
Por Mateo de Urquiza
44/
2
PROLOGO
Editorial
En la presente publicación de Cuerpo,
Maquina, Acción. Estudios sobre el
Cuerpo y la Tecnología Emergente; hemos
invitado a publicar tanto a investigadores
de la Universidad Nacional de La Plata,
Universidad Nacional del Centro, así como
a estudiantes de la Maestría en Teatro y
Artes Performáticas, Universidad Nacional
de las Artes. Nuestro tema vital siempre
será la performance corporal estudiada
desde el gesto y los dispositivos
tecnológicos
interactivos.
Por
consiguiente, los presentes artículos
transitan por la interconexión entre el
cuerpo, las tecnologías y las redes
sociales; el gesto y su desmaterialización.
Por su parte, Carolina Ruy indaga sobre
las prácticas cotidianas que se vieron
alteradas debido al aislamiento social,
preventivo y obligatorio por la pandemia
de COVID-19. Analiza una performance de
autoría compartida a partir de la siguiente
pregunta: ¿Los gestos sobreviven a la
virtualidad? Aborda, asimismo, diferentes
temáticas vinculadas a la disposición de la
corporalidad frente a las pantallas, la
gestualidad,
la
territorialidad,
la
exposición de la intimidad y el vínculo que
se desterritorializa en la virtualidad;
inquietudes e interrogantes que le
permitirán reflexionar sobre el cuerpo
social interconectado.
De acuerdo con lo enunciado, el punto de
partida de Silvia Maldini es entender
cómo Internet y las redes afectan
nuestras vidas y al cuerpo que en la red ya
no es un cuerpo carnal sino un cuerpo en
permanente mutación y circulación. En
consecuencia, expone y analiza una
performance autobiográfica que se
desdobla ficcionalizando y ligando lo
procesual y lo efímero.
En otro orden de ideas, pero sin perder de
vista al cuerpo y sus acciones situadas;
Mateo de Urquiza -tomando en cuenta la
situación de la pandemia COVID-19 y el
aislamiento
social
preventivo
y
obligatorio- analiza las ceremonias
propias de la vida social que fueron
encaminadas por las herramientas
virtuales. Propone, igualmente, una
lectura de la experiencia realizada sobre
una
performance de su autoría,
dilucidando a través de ella la política de
3
la mirada que constituye los entramados
virtuales.
Del mismo modo, Gerardo Cardozo
cuestiona de qué manera podemos
generar resistencias desde nuestras
prácticas en este entorno de aislamiento.
Para ello, analiza una video-performance
con la proposición de revisitar e intervenir
un archivo desde lo sonoro, lo visual y lo
performático,
induciendo
a
la
multiplicación de sentidos que la
diversidad
de
prácticas
viabiliza.
Comparte,
de
igual
modo,
la
preocupación sobre cómo ingresan
nuevas corporalidades en la performance
actual y cuáles son los elementos de
anclaje que la vinculan con el arte
contemporáneo.
Para Gonzalo Monzón, dentro de este
nuevo contexto de pandemia, las
videollamadas se volvieron esenciales
para la comunicación de lo cotidiano que
pasó
a
ser
un
binomio,
conectado/desconectado.
En
estas
videollamadas los gestos se espesan, se
ralentizan, se rasgan, se pixelan y
entorpecen la interacción fluida y
constante. El cuerpo se desmaterializa,
deformando
su
propia
fisonomía
volviéndose
irreconocible.
Por
consiguiente, cabe reflexionar sobre la
creación artística y su reconfiguración en
una actualidad que se presenta inestable
y formulando desafíos inéditos con
nuevas maneras de abordar la realidad.
Por último, Alejandra Ceriani –siendo
parte del proyecto de investigación y
desarrollo (PID/UNLP) HCI y Nuevas
Interfaces Aplicadas desde el Diseño
Multimedial acreditado por la UNLPestudia la aplicación de nuevas
herramientas físico-virtuales a otros
ámbitos, desde el campo de las HCI
(Human Computer Interaction). Aborda,
en este sentido, el estudio de caso de un
trabajo colaborativo de investigación y
producción en arte y tecnología aplicada
entre artistas de la performance, la
multimedia e ingenieros electrónicos
desarrollado en el contexto de la
pandemia y su consecuente aislamiento.
Con respecto a lo antes mencionado;
damos cuenta que -desde los artículos
escritos en la presente publicación- los
condicionamientos
actuales
nos
recuerdan que, “la desaparición del cuerpo
en la virtualidad es comparable con la
pérdida del aura en la época de la
reproducción técnica. Cuando surgió el
cine, Walter Benjamin consideró que al
desaparecer la presencialidad se perdería la
sublimidad de la experiencia. El arte se
marchitaría con el cine, pues no podría
captar el carisma presencial. Sin embargo,
el cine creó su propio hechizo y se impuso
como un nuevo arte completo y diferente.
¿Algo similar ocurrirá con la virtualidad
como nueva forma de vida?”
Quedan invitados/as/xs
leyéndonos.
a
continuar
Nota
Díaz, Esther (2007). Entre la tecnociencia y el
deseo. La construcción de una epistemología
ampliada. Buenos Aires: Biblos
4
5
Prólogo de la 7ma edición
En esta edición, así como también podría
decirse gratamente sobre las anteriores,
se pueden observar rasgos que destacan
este espacio de publicaciones. Por un
lado, nos encontramos con diversas
reflexiones sobre prácticas artísticas
desde su metodología, desde el cómo se
desarrollan las mismas junto con la valiosa
reflexión teórica. Esto implica detenerse,
acompañar esos procesos creativos desde
la unidad teórico-práctica fortaleciendo
ambos aspectos del campo artístico. De
este modo, se van construyendo bases
epistemológicas
de
análisis
sin
determinaciones
dicotómicas
y
estructuradas sobre lo qué es o no es que
empujarían a definiciones estancas; sino
una apertura a la reflexión de cómo están
siendo lo que ya son con su propio
dinamismo.
Se dirá prácticas artísticas adhiriendo a la
postura de La Société Anonyme (2001)1
en su redefinición de las mismas cuando
plantean que no existen “obras de arte”
sino que existe un trabajo, existen unas
prácticas y éstas son artísticas, que no
tienen que ver con la producción de un
objeto sino de efectos circulatorios:
efectos de significado, efectos simbólicos,
efectos intensivos, afectivos.
Otro de los rasgos que se destaca en
estas publicaciones es el de la vinculación
entre las prácticas artísticas y la
tecnología; vinculación que tiene lugar
desde un proceso de creación y
experimentación, desde una perspectiva
de dominio de la técnica al servicio del
artista, donde la esencia de la técnica no
es lo técnico dirá Heidegger (1983)2 sino
que sostendrá que;
A lo que la técnica es pertenece el elaborar
y utilizar instrumentos, aparatos y
máquinas, pertenece este elaborar y
utilizar mismo, pertenecen las necesidades
y fines a los que sirven. El todo de estas
organizaciones es la técnica. Ella misma es
una organización, dicho en latín: un
instrumentum.
(...)
Por
eso,
la
representación instrumental de la técnica
determina todos los esfuerzos para llevar al
hombre a la justa relación con la técnica.
Todo estriba en manejar la técnica, en
cuanto medio, de la manera adecuada.
(p.55-56)
Las nuevas tecnologías aparecen como
nuevos medios de expresión artística,
todo radica en dominar esos medios para
lograr las expresiones que el artista
pretende y no la técnica acabar
dominando al artista. Como tales avanzan
a gran velocidad por lo que es
fundamental la permanente reflexión
sobre las prácticas artísticas emergentes y
sus nuevos medios. Dentro del título
mismo de ¡Cuerpo, máquina, acción! se
define como estudios sobre las
tecnologías emergentes junto a cuerpo y
performance y de esta manera ya ofrece
ese espacio de actualización permanente;
abre el campo hacia lo que está
emergiendo generando espacios de
reflexión dinámicos.
Si hay que detenerse y reflexionar
entonces sobre qué sería lo emergente en
el desarrollo y experimentación de la
vinculación entre prácticas artísticas y
nuevas tecnologías, se podría considerar
que más que particular ha sido el 2020 en
6
Argentina y en el mundo bajo el contexto
de pandemia mundial por el virus Covid19. Nos vimos inmersos en tiempos de
aislamiento
social,
preventivo
y
obligatorio y cabe preguntarse ¿Qué
impacto tuvo esto en el desarrollo de las
prácticas artísticas? ¿Qué espacios se
vieron
desarrollados
en
grandes
magnitudes lo que antes aparecía como
algo levemente incipiente?
Podemos
reflexionar
sobre
estas
experimentaciones en términos de
poéticas políticas tecnológicas, podría
decirse que hay prácticas artísticas que en
la apropiación del discurso científico
generan poética tecnológica en términos
de Machado (2000)3. Por su parte Kozac
(2012)4 introduce al término de Machado
el encuadre de “política” redefiniéndolo
como poética política tecnológica, la
técnica/tecnología
no
sólo
es
instrumento. Machado sostendrá que
“Cuando las pr|cticas artísticas y sus
“programas” asumen explícitamente el
entorno tecnológico, nos encontramos
frente a una “poética tecnológica” o
“tecnopoética” (…) toda pr|ctica
artística que experimenta y problematiza
el fenómeno técnico/tecnológico.”
Pero cuando de poética tecnológica se
habla, Kozac (2012)5 sostendrá que como
cada fenómeno técnico/tecnológico está
atado a una sociedad determinada, esto
implica cierta historia y construcción
social hegemónica del sentido de lo
tecnológico. Se trata así de un fenómeno
político que no puede ser abordado desde
una supuesta neutralidad. En tanto las
poéticas
tecnológicas
asumen
el
fenómeno
técnico
que
les
es
contemporáneo también son políticas.
También podría reflexionarse sobre las
prácticas artísticas contemporáneas en
términos de economías de red y
distribución según José Luis Brea (2007)6
, también desde nuevas tecnologías de la
representación en términos de Jorge Iván
Suárez
(2010)7,
o
más
que
representación nuevas presencias, de las
redes sociales y plataformas de streaming
como nuevos espacios de representación,
o nuevos tiempos ya que el espacio es un
encuentro más temporal que físico, de
nuevas técnicas de entrenamiento
corporal, vocal, de montaje. De nuevos
equipos
de
trabajo
artístico
multidisciplinares, de nuevos campos de
conocimiento asociados se piensa en arte
y tecnología pero detrás de ello se puede
pensar en arte e ingeniería, en arte y
biología, las disciplinas que se reúnen a
desarrollar procesos creativos van más
allá que las artísticas en sí mismas.
Por otra parte, se destaca a Brea (2003)8
cuando sostiene que,
Las artes de nuestro tiempo, y más aún las
de los tiempos venideros, no pueden
pensarse ajenas a las extraordinarias
nuevas posibilidades que el escenario de las
tecnologías electrónicas les proporciona y
proporcionará con creces en un futuro ya
muy cercano. Sin que ello suponga en
modo alguno afirmar que otras formas de
hacer u otros soportes de la práctica
artística vayan a desaparecer, creemos que
la fertilidad de ese territorio es indiscutible.
(pp.60)
Sin duda son espacios que problematizan
las prácticas artísticas, que están
7
plagados de incertidumbre pero será peor
negarse a la época que les toca transitar y
aún mejor será superar los conflictos que
pueda generar en primera instancia ya
que como sostiene Machado (2000)
cuando evoca a Lewis Mumford (1958)8
quien resume bien que hay una
concepción romántica según la cual el
arte responde a la vida interior, a la
subjetividad del hombre, mientras que la
técnica es mecánica y objetiva y como la
máquina deshumaniza al hombre, el arte
se le opone proclamando la autonomía
del espíritu.
Machado entonces dirá que todo arte
producido en el corazón de la tecnología
vive, por lo tanto una paradoja y no debe
en sí resolver esta contradicción, sino
ponerla a trabajar como un elemento
formativo.
A modo de cierre se podría decir entonces
que estas reflexiones sobre los procesos
creativos y experimentales que se relatan
en estas publicaciones, trabajan como
elemento
formativo
desde
la
potencialidad que tiene la vinculación
entre el arte y la tecnología así como la
capacidad de sus artistas-investigadores
de detenerse, reflexionar desde el cómo
se desarrollan y así poder abordar y
dominar al nuevo medio al servicio de
nuevas expresiones contemporáneas
emergentes.
Brea, J.L., (2007) Cultura RAM. Ed. Gedisa,
Barcelona.
Bibliografía
Mumford, Lewis, (1958) “El arte y el
símbolo”, en Arte y Técnica. Buenos Aires,
Ed. Nueva Visión. pp. 9-30, pp. 50-69.
Suarez, J. (2010)
Escenografìa
aumentada. Teatro y realidad virtual. Ed
Fundamentos. Madrid. 2010
Brea, J.L (2003) El Tercer Umbral.
Estatuto de las prácticas artísticas en la
era del capitalismo cultural. Ed. Cendeac.
España.
La Société Anonyme (2001). Redefinición
de las prácticas artísticas. Ed. Carmen.
Cantón Gallery. p.42
Heidegger, Martin (1983) “La pregunta
sobre la técnica”, en Ciencia y técnica. Ed.
Universitaria. Santiago de Chile.
Notas
1
Machado Arlindo. (2000) Poéticas
tecnológicas. Máquina e imaginario. en El
paisaje mediático. Sobre el desafío de las
políticas tecnológicas. Editorial Libros del
Rojas (UBA)
Kozac, Claudia, (2012)“Tecnopoéticas
argentinas. Archivo blando de arte y
tecnología”. Ed. Caja Negra. Bs.As. p.182
La Société Anonyme (2001). Redefinición de
las prácticas artísticas. Ed. Carmen. Cantón
Gallery. p.42
2
Heidegger, Martin (1983) “La pregunta sobre
la técnica”, en Ciencia y técnica. Ed.
Universitaria. Santiago de Chile.
3
Machado Arlindo. (2000) Poéticas
tecnológicas. Máquina e imaginario. en El
paisaje mediático. Sobre el desafío de las
8
políticas tecnológicas. Editorial Libros del
Rojas (UBA)
4
KOZAC, Claudia, (2012) “Tecnopoéticas
argentinas. Archivo blando de arte y
tecnología”. Ed. Caja Negra. Bs. As. p.182
5
Brea, J.L., (2007) Cultura RAM. Ed. Gedisa,
Barcelona.
6
Suarez, J. (2010) Escenografía aumentada.
Teatro y realidad virtual. Ed Fundamentos.
Madrid. 2010
7
Brea, J.L (2003) El Tercer Umbral. Estatuto de las
prácticas artísticas en la era del capitalismo
cultural. Ed. Cendeac. España.
8
Mumford, Lewis, (1958) “El arte y el
símbolo”, en Arte y Técnica. Buenos Aires, Ed.
Nueva Visión. pp. 9-30, pp. 50-69.
9
10
Resumen
Abstract
Resumo
El ensayo presenta una performance en la
red social Instagram titulada The art is
#cute y ciertas reflexiones en relación a la
migración del cuerpo real performático
hacia un contexto digital, mediatizado,
también
performático.
En esta performance se construyó una
identidad de ficción -correspondiente a
Silvia Dulom, una artista performer
contemporánea- como punto de partida
para pensar la relación cuerpo-cámara. En
paralelo
se
atraviesan
temas
concernientes al mundo del arte, que
incluyen temas individuales como la
construcción y manipulación de la
identidad de la artista y temas sociales en
relación
al
mercado
del
arte.
The essay presents a performance on the
social network Instagram entitled The art
is #cute and certain reflections in relation
to the migration of the real performative
body towards a digital, mediated, also
performative context.
O ensaio apresenta uma performance na
rede social Instagram intitulada The art is
#cute e certas reflexões em relação à
migração do corpo performativo real para
um contexto digital, mediado, também
performativo.
In this performance, a fictional identity corresponding to Silvia Dulom, a
contemporary performer artist- was
constructed as a starting point to think
about the body-camera relationship. In
parallel, themes concerning the art world
are traversed, including individual themes
such
as
the
construction
and
manipulation of the artist's identity and
social issues in relation to the art market.
Nessa performance, uma identidade
ficcional -correspondente a Silvia Dulom,
uma performer contemporânea- foi
construída como ponto de partida para
pensar
a
relação
corpo-câmera.
Paralelamente, são percorridos temas
relativos ao mundo da arte, incluindo
temas individuais como a construção e
manipulação da identidade do artista e
questões sociais em relação ao mercado
da arte.
Palabras claves: Performance, Cuerpo,
cámara, redes sociales, artista
Keywords: Performance, Body, camera,
social networks, artist
Palavras chaves: Performance, corpo,
câmera, redes sociais, artista
11
Introducción
En este ensayo presentaré una
performance de mi autoría, titulada The
art is #cute y ciertas reflexiones que
surgen al poner el foco en la migración
del cuerpo real performático hacia un
contexto digital, mediatizado, también
performático.
Dicha performance estuvo en línea, desde
el 30 de mayo de 2019 hasta el 30 julio de
2019, exponiendo una performer virtual,
un cuerpo ficcionado interactuando en la
red social Instagram.
En esta performance en línea, se
construyó una identidad de ficción, Silvia
Dulom, correspondiente a una artista
performer contemporánea como punto
de partida para pensar la relación cuerpocámara. En paralelo se atraviesan temas
concernientes al mundo del arte, que
incluyen temas individuales como la
construcción y manipulación de la
identidad de la artista y temas sociales en
relación al mercado del arte.
A través de las características particulares
de la interfaz de Instagram1 se observará
cómo se afecta un cuerpo cuando
interactúa con la cámara, exponiéndose a
la comunidad virtual principalmente por
medio de imágenes, sonidos, y el
agregado de textos.
El ensayo puede ser leído dentro de un
marco amplio como es el tema cuerpo
material y cuerpo inmaterial, atendiendo
el vínculo entre la corporalidad, la
performance y la tecnología, teniendo en
cuenta las reflexiones de Don Ihde y de
Alejandra Ceriani, esto es en sus
respectivos textos: Los cuerpos en la
tecnología. Nuevas tecnologías: nuevas
ideas acerca de nuestro cuerpo y Cuerpos
en redes de la cultura digital.
Como marco general también es de
importancia entender cómo Internet y las
redes afectan nuestras vidas, para eso se
trabajará con ¿Capitalismo afectivo? de
Juan Martin Prada (2011).
Con la lectura de Performance de Diana
Taylor se puede analizar como
performance, ya que The art is #cute aún
siendo
mediatizada
mantiene
características
de
acontecimiento
performativo y puede ser leído como la
performance de un cuerpo en interacción
con dispositivos móviles inteligentes y la
red.
Se tomará como antecedente y referencia
a otra performance en Instagram,
analizada en La Tesis de grado de Catalina
Poggio (2018) Puta, pero limpita. Ficciones
somáticas femeninas en Instagram a través
de la obra Excelencias y Perfecciones de
Amalia Ulman.
Desarrollo. Los hechos en Berlín: Antes y
después de Internet
La búsqueda de los cuadros robados a
otra artista en un tiempo pasado,
funciona como punto de partida en la
dramaturgia de la performance y deriva
en desplegar otras acciones que ponen de
manifiesto todas las herramientas y
modalidades de uso en las redes sociales.
12
Era mayo de 1993 cuando viajé como
artista plástica a exponer mis obras en
una galería de arte en Berlín, no existía el
uso de Internet tal cual lo conocemos hoy
día. Si bien los orígenes de Internet se
remontan a 1969, cuando se estableció la
primera conexión de computadoras entre
tres universidades en California (Estados
Unidos), el exitoso servicio de la Web
(World Wide Web) fue un desarrollo
posterior, en 1990. Recién a mediados de
la década del noventa comenzó a ser
usada masivamente. Yo tuve mi primera
conexión en 1996, y era una de las pocas
personas conectadas a la red en mi círculo
social.
La exposición se realizó en la Galería Dr.
Christine Muller, auspiciada por el
Consulado argentino en Berlín y la
Embajada de Alemania en Argentina. Era
una galería de arte dirigida por mujeres y
que realizaba muestras de artistas
mujeres. Finalizado el mes de la
exposición, autoricé a las galeristas a
realizar otras muestras con mis cuadros.
Fueron llevados por varios centros
culturales y también en galerías de
empresas como Mercedes Benz, por
ejemplo. Pasado un año, ya en 1994,
solicité que me envíen los cuadros a
Francia, ya que iba a realizar una muestra
en la ciudad de Toulouse. Fue en esa
ocasión que me informaron que seis de
los cuadros habían sido sustraídos en un
robo que sufrió la galería. Con mediación
del consulado argentino en Berlín, solicite
la devolución de las obras o un
resarcimiento económico. A partir de ese
momento se dieron una serie de
contradicciones, negaciones y trabas
burocráticas e idiomáticas que nunca
concluyeron en nada resolutorio, sino
más bien, todo quedó flotando en una
nebulosa de excusas y también la huída
de las galeristas. No pude afrontar en ese
momento un juicio con abogados
internacionales
como
requería
el
problema y preferí dejar el tema, luego de
que la galería cerrara y mis amigos en
Berlín agotarán las posibilidades de
encontrar a las fugadas directoras.
Pienso que si hubiera existido la web en
ese momento, la búsqueda hubiera sido
muy simple. Es muy difícil, casi imposible
no dejar huellas en la red. No se puede
desaparecer de la vida social, en este caso
también de la vida laboral, del campo del
arte, de los datos gubernamentales, etc.
Imposible.
Hoy, 25 años después, retomo la
búsqueda. Lo hago artísticamente, con
una performance y usando la red social
del momento, Instagram. He creado para
esto, a una artista internacional, una
performer llamada Silvia Dulom, que será
quien inicia la búsqueda de los cuadros
robados a la otra artista, Silvia Maldini.
Instagram, como red de vinculación social
entre individuos es ideal para hablar de
cómo afectó Internet el sentido de
CUERPO. El cuerpo antes de Internet,
esto es el cuerpo UNO de Don Ihde
(2002), es fenomenológicamente nuestro
“ser en el mundo”. Un modo de ser
emotivo, perceptivo y móvil.
El cuerpo en una Red social como
Instagram es experimentado también en
un sentido social y cultural. A este espacio
de significación Don Idhe lo llama Cuerpo
DOS. La conexión entre los Cuerpos Uno y
Dos da por resultado una tercera
13
dimensión:
la
tecnológico.
dimensión
de
lo
Se puede interpretar esta performance
como una expresión de estos 3 cuerpos si
tomamos en cuenta que hay un cuerpo
Uno representado en Silvia Maldini de
1993 y también en Silvia Dulom del 2019,
un cuerpo Dos que son las mismas dos
personas pero experimentadas en la red
social y un cuerpo Tres: en la intersección
entre la tecnología y el cuerpo (corporal y
social) que es donde surgen las
tecnofantasías como las que se ven
reflejadas en Instagram.
Como explica Don Idhe hoy podemos
entrar en el “ciberespacio” a través
nuestros
teléfonos
móviles
o
computadoras y eso nos lleva a la
percepción de que es posible trascender
nuestro cuerpo, llevándolo a cualquier
sitio del planeta, de manera ubicua,
inmaterial, multiplicada en diversas
identidades. Tomo como ejemplo de
estos planteos a mi experiencia de la
performance en Instagram, ya que me
permitió jugar con los tiempos,
mezclando los hechos ocurridos en Berlin
en 1993 con los actuales en 2019. También
gracias a los filtros de imagen se puede
jugar con la edad cronológica de la artista
(Probablemente, Silvia Dulom tiene la
misma edad que tenía Silvia M. en 1993) o
inventar localizaciones por medio de
etiquetas de posición geográfica. Las
fotos que se publican dan cuenta de una
performer que puede estar al mismo
tiempo en varias ciudades, con
apariencias físicas cambiadas, con
nombres de ficción.
Don Idhe (2002,p 33) en el año 2002, casi
veinte años atrás de este presente de
INSTAGRAM, relata como con el uso de
técnicas gráficas, colores brillantes y
efectos de sombra, se da forma a las
cosas en el mundo virtual como parte de
cierta teatralidad que nubla a la realidad y
destaca que “La cuestión hoy pasa m|s
por saber si la hiperrealidad ha alcanzado
tal desarrollo que “ya la realidad no es
suficiente”.
¿Por qué Instagram?
La invención de la red Internet permitió la
instalación de varios servicios, entre ellos
la exitosa Word Wide Web. En la
actualidad, luego de algo más de treinta
años de historia, con un desarrollo
vertiginoso, encontramos que las redes
sociales son los servicios más utilizados y
que han cambiado las formas de
comunicarse y relacionarse entre las
personas. En este siglo a la par del
desarrollo
de
estas
aplicaciones
informáticas, ha cambiado de un modo
notable toda la tecnología de hardware
que permite la comunicación de estos
protocolos, se ha difundido masivamente
el uso de computadoras, tablets,
teléfonos móviles
inteligentes, ha
aumentado la velocidad de conexión de
las tecnologías de telecomunicación.
Todo en su conjunto ha producido un
cambio paradigmático que se ve reflejado
en los cuerpos y las relaciones humanas.
Juan Martín Prada afirma al respecto:
“Las nuevas empresas de Internet tratan
de producir sobre todo relaciones
humanas, vida social, en una muy rentable
estrategia basada en la indistinción entre
economía y comunicación, y de la que
14
emerge un nuevo capitalismo que bien
podríamos denominar como “social” o
“afectivo”. Ahora la mayor parte de los
esfuerzos de las nuevas corporaciones de
Internet se basarán en la generación de
situaciones de cooperación y de puesta en
marcha de comunidades comunicativas,
intensificando cada vez más el carácter
afectivo de la comunicación.” (Prada, Juan
Martín, 2011, p. 14)
En este contexto surge Instagram. La
función original de Instagram es subir
fotos y vídeos. Los usuarios pueden
aplicar efectos fotográficos como filtros,
marcos, colores retro y posteriormente
compartir las fotografías en la misma red
social o en otras como Facebook. Las
fotos tienen un formato cuadrado en
honor a la Kodak Instamatic y las cámaras
Polaroid. De ahí viene su nombre,
“INSTAGRAM”, de las “instant|neas” que
se obtenían con esas cámaras en los años
‘60.También presenta un medio de
comunicación privado, historias de 24
horas y TV en directo.
En 2010 se lanza como aplicación Apple y
se comienza a popularizar a partir de 2012,
fecha de la primera versión abierta para
Android y es cuando lo adquiere
Facebook. Según Wikipedia , en esa fecha
se anuncia la cifra de 27 millones de
usuarios registrados y más de 100
millones de usuarios registrados en
Facebook. A cada segundo se subían 58
fotografías y se unía un usuario nuevo. El
número total de fotografías había
superado los mil millones. En noviembre
de 2019, se confirma que Instagram
llegará a superar los 1.000 millones de
usuarios activos. Su utilización se ha
extendido a empresas, a través de
herramientas de pago, que sirven como
shopping on line.
80% de usuarios de Instagram siguen,
por lo menos, a una empresa.
Está comprobado que las marcas en
Instagram tienen 58 veces más
participación que en otras redes
sociales.
El 65% de las publicaciones con
productos
tienen
un
mejor
rendimiento en Instagram.
El 60% de los usuarios dice conocer un
producto o servicio gracias a
Instagram.
El 59% ha usado Instagram para
descubrir una marca o comprar un
producto.
Estas cifras pueden graficar lo que explica
Juan Martín Prada (2011) cuando se
refiere a Capitalismo afectivo: “Lo que
habría sucedido en nuestros días es que
las interrelaciones afectivas y vitales en
general se han vuelto directamente
productivas”. Esto se debe a que las
interrelaciones en la red son parasitadas
por las grandes corporaciones de las
telecomunicaciones. La producción de
vida social y la producción económica se
fusionan en una misma red de manera
intercambiable e indistinguible.
Se puede afirmar que en medio de este
uso comercial fusionado con la vida
misma, Instagram vende personas, en
este caso “vendo” a una artista
contemporánea, Silvia Dulom con todas
sus
problemáticas
y
vivencias
existenciales. Tengo fundadas certezas
que de continuar la performance durante
15
más tiempo e incrementando la cantidad
de seguidores, el perfil de Silvia Dulom se
podría convertir en una influencer y
obtener sponsors y rédito económico.
Prada al referirse al capitalismo afectivo,
trae claridad respecto a este fenómeno
de las redes sociales:
El éxito de las redes sociales en Internet
está basado en la creación de territorios
afectivos, de entornos cargados de
expectativas de socialización. Las redes
conforman un inigualable escenario
donde se evidencia cómo la nueva
economía biopolítica es capaz de extraer
un enorme beneficio obtenible de la vida
afectiva y en una estructuración territorial
global. En el contexto de este modelo de
producción
económico-afectivo,
el
individuo será considerado siempre como
riqueza en sí mismo, incluso cuando
permanezca laboralmente inactivo; su
valor productivo no estará situado sólo ya
en su potencial como fuerza de trabajo,
sino sobre todo en su condición de
poseedor de una vida que desea
socialización, empatía, amistad, disfrute
compartido. Es, de hecho, en la época de
las redes sociales cuando parece más
cierta la consigna de que es la vida misma
la que trabaja. (Prada, Juan Martín, 2011,
p.4)
La relación cuerpo-cámara en las redes
sociales
En la performance The art is #cute se
puede apreciar la variedad de recursos
que se utilizan para vender a la artista, en
tanto exhibe su vida en el escenario de
Instagram. Pero, ¿qué distingue a esta
performance de una película de ficción,
un documental, una pieza de videoarte?
¿Qué rol se le asigna a la cámara? ¿Qué
pasa con el cuerpo respecto a la cámara?
Por otra parte aparecen cuestiones en
torno a cómo fluye la identidad de las
personas, y cómo influencia en las
diferentes subjetividades.
La performance de acuerdo a Diana Taylor
(2012) tiene público o participantes
(puede ser también sólo a través de una
cámara). Tanto los performers o actores
sociales como los espectadores siguen
ciertas reglas que están implícitas en el
acontecimiento. “La participación es una
práctica, un hacer que se ensaya, ser
repite y es reiterada, convencional o
normativa.” Por ejemplo, en las redes
todos sabemos cómo comportarnos. Lo
mismo pasaría en una obra de teatro, un
funeral, una marcha, sabemos que hay
ciertas normas, aunque puede darse
también una performance que reta al
espectador
más
directamente,
sorprendiéndolo. Las performance opera
esencialmente como actos vitales de
transferencia, “transmitiendo el saber
social, la memoria y el sentido de
identidad a partir de acciones reiteradas.”
Este concepto se corresponde con lo que
se pretende transmitir en la performance
The art is #cute. Acerca de una práctica
corporal mediatizada por la tecnología
digital y las redes, insertada dentro de un
sistema de códigos y convenciones
reiteradas, conocidas por quienes
participan, y a la vez un acto de memoria
que ilumine un poco un hecho del pasado,
y que juegue con el sentido de identidad
dentro del mundo del arte.
16
“Se trata, por supuesto, del modo en que
literalmente incorporamos cada vez más
tecnología. Los cuerpos de la realidad
virtual son delgados. Jamás llegan a tener
el espesor de la carne. La fantasía que se
nos revela diciéndonos que podemos tener
simultáneamente los poderes y las
capacidades de un medio tecnológico tan
incorporadas a nuestros organismos que se
sientan partes vivientes del mismo y sin
limitaciones, es la fantasía del deseo.”(
Idhe, Don, 2012, p.36 )
Ese cuerpo ya no tiene el espesor del
cuerpo real, esa idea de lo ilimitado esta
ahora incorporada en todas las acciones
que pueda realizar la performer ante la
cámara. El cuerpo en la red no es ya un
cuerpo carnal, y en función de ese nuevo
estatus es que se piensa, siente, percibe
el cuerpo propio y el cuerpo de los otros.
Como dice Alejandra Ceriani (2017) en su
propuesta de pensarnos en este presente
y en un futuro bien cercano, en el que
somos/estamos
“compartidos
en
permanente
estado
procesual,
adaptativo,
transitorio,
pero
no
perdiendo de vista cierta perspectiva
apocalíptica de una humanidad acoplada
y reducida a la uniformidad.” En este
compartir la performance en redes, hecha
con un sentido paródico y crítico, se busca
movilizar al espectador y así lograr cierta
empatía en las redes sociales.
El cuerpo de la performer se sabe ante
una cámara que la registra, conoce el
software que retoca su imagen por medio
de filtros y es consciente de que hay una
red que la multiplica y la vuelve ubicua.
El cuerpo en las redes sociales es un
cuerpo en permanente mutación, en
circulación, por lo tanto se trata de una
performance que est| ligada “a lo
procesual y a lo efímero”, siguiendo a
Ceriani (2017) cuando afirma que la
performance, con la multiplicación de
Para analizar la relación cuerpo-cámara,
parto de Don Idhe (2002) teniendo en
cuenta que estamos ante una mediación
tecnológica, de donde surge la reflexión
respecto a que la vida real y la realidad
virtual se cruzan en un límite muy
delgado:
posibilidades de las nuevas tecnologías,
hacia un concepto ampliado de artes
escénicas. Entendiendo que hay una
comunicación artística directa entre la
performer y el espectador-usuario de
Instagram más allá de que la relación está
mediatizada, como en este caso a través
de una aplicación digital, se puede decir
que es un hecho escénico en un concepto
ampliado respecto al teatro o la
performance presencial. Para pensar la
relación entre el cuerpo y la cámara
comentaré algunos de los feeds y stories 2
tomados por ejemplo de la performance
en línea.
Ejemplo 1- Feed y story: Foto con mascota
Fig. 1. Foto cotidiana (tipo selfie) con gata.
Localización: Buenos Aires. Idioma: Francés.
17
Damos cuenta de la cámara, la cámara se
transforma en el otro que nos mira desde
su perfil de Instagram. La mirada está
puesta entonces en el otro que mira. Hay
un público potencial que presencia cada
una de nuestra acciones desarrolladas en
los feeds y en las Stories 3 .El cuerpo se
muestra en una imagen de pretendida
naturalidad
cotidiana,
pero
hay
cuestiones técnico expresivas que hablan
de un diseño, una dirección de arte, de
decisiones ideológicas y artísticas que dan
una vida propia a la protagonista. Se
percibe una distancia de la performer a la
cámara y un encuadre estudiado, que es
explicado por Alexander Veras Costa
(2010, pp. 107-109) al describir lo que
ocurre cuando la cámara entra en escena
y realiza básicamente tres operaciones en
el espacio de representación: en primer
lugar, se ingresa a la bidimensionalidad,
en segundo lugar la vivencia
del
movimiento realizado por el cuerpo muda
en el trabajo de encuadre-distancia de la
cámara: y en tercer lugar, se da una
transformación
de
la
mirada
estereoscópica
hacia
una
cámara
monoscópica.
Mark L. Knapp (1982, p. 17) define los
comportamientos cinésicos cuando hace
referencia a los diferentes tipos de
conducta no verbal. Obviamente hay
algunas señales no verbales que son muy
específicas y otras más generales.
Algunas comunican y otras son
expresivas,
dando cuenta de las
emociones y de la personalidad. Hay
actitudes y posturas que responden a la
imagen “esperable” de una artista
contemporánea. Su mascota, su espacio,
sus objetos. “El movimiento del cuerpo o
comportamiento cinésico comprende de
modo característico los gestos, los
movimientos corporales, los de las
extremidades, las manos, la cabeza, los
pies y las piernas, las expresiones faciales
(sonrisas), la conducta de los ojos
(parpadeos, dirección y duración de la
mirada y dilatación de la pupila), y
también la postura.” Todos estos
movimientos del cuerpo son estudiados y
reproducidos en las imágenes de la
performance en línea.
Ejemplo 2: Inauguración de Silvia M. en
Berlín Artistas solidarias con el robo
acaecido en el pasado:
Fig. 2. Inauguración de Silvia M. en Berlín
Fig. 3. Inauguración de Silvia M. en Berlín
18
Fig. 4 y 5. Artistas solidarias con el robo
acaecido en el pasado
Fig. 6 y 7. Artistas solidarias con el robo
acaecido en el pasado
Fig. 7 y 8. Artistas solidarias con el robo
acaecido en el pasado
19
Por momentos parece ser un documental,
cuando se muestra la exposición realizada
por Silvia Maldini en Berlin en 1993. Todo
el material que se exhibe tiende a
documentar el evento realizado en ese
año y en esa precisa ciudad. Son registros
documentales verdaderos; las fotos y
también los catálogos, notas de prensa,
etc. En cambio, el registro de los artistas
solidarios son acciones documentales del
tipo “fake”, producidos como una especie
de fotoperformance, en la cual es muy
importante verificar como los cuerpos
están en relación al espacio, los objetos,
la actitud, la gestualidad, como afirma
Gabriel Sasiambarrena (2016) “lo que
trasciende en una fotoperformance es la
operación del cuerpo en relación con el
espacio real, virtualizado.” La acción se
ubica entre el cuerpo de la artista que
tiene en sus manos un objeto (foto de un
cuadro robado), en un espacio
determinado que parece ser un taller o
similar pero apropiado para una artista, su
pose y su gestualidad. Está articulando
una imagen que acciona, que se
transforma en performance y que como
fotoperformance es compartida en la red
Instagram para que llegue a otras
personas.
Ejemplo 3: Videoperformance de Silvia
Dulom
Fig. 10. Video de la performer Silvia S. en
referencia a los cuadros robados
Dentro de la performance en línea es
interesante percibir como se suceden a la
vez otras performances. Como en el caso
del ejemplo del Feed 3, que es una foto
performance dentro de la performance
general. También se han publicado unas
videoperformances que suman contenido
a lo que se está contando, están insertas
dentro de Instagram, pero a la vez son
piezas independientes que podrían
funcionar por sí solas.
Un ejemplo es esta videoperformance
que da cuenta de otra manera de
comunicar el robo de los cuadros. La
acción consiste en establecer un diálogo
del cuerpo con la cámara, como una
cámara de aislamiento. Silvia Dulom entra
al espacio con ropa de calle y se ubica
detrás del cuadro- biombo. Sugiere que se
está desvistiendo. En realidad, al salir del
cuadro-biombo se puede ver que no es
así, que sólo se ha puesto la ropa de
pintar. Cierra las puertas vidriadas y desde
el interior, realiza con marcador blanco
sobre el vidrio unos dibujos similares al
cuadro del fondo.
Abre las puertas, sale al exterior, ya más
cerca de la cámara. Cierra las puertas y
pega unas tiras de papel sobre los vidrios.
Se lee: Buscados/Wanted. Hace referencia
a los cuadros que han sido robados en el
pasado en la ciudad de Berlín.
20
En la videoperformance coinciden el
tiempo real y el tiempo de la imagen. Las
acciones
fueron
meticulosamente
planificadas. Todos lo que acontece es en
torno a la acción de Silvia D.
Cámara fija, sobre un trípode, en el centro
de la imagen. El plano es general, se ve un
cuadro-biombo en el centro del plano. Las
puertas vidriadas acentúan la simetría de
la composición.
Video performance fue concebida Tal
como lo que plantea Zuzulich respecto a
que las performances, a partir de
mediados de los años sesenta y durante
los setenta, con la comercialización de
equipos portátiles de video, se incorporan
como herramienta de producción por los
artistas conceptuales de la época y que el
acontecimiento performático va a ser
concebido siempre para ser registrado
por la cámara de video, no se realiza para
un público en vivo que es registrado en el
lugar, “sino por el contrario el artista en la
soledad de su estudio o del espacio
elegido realiza la acción frente a la
cámara, dando cuenta de la presencia de
ésta.
Algunas
de
las
herramientas
y
comportamientos que se utilizan para
operar en INSTAGRAM, extraídas del sitio
oficial:
•
Se utiliza un título, que es una
especie de eslogan que identifique: The
art is #cute. Siendo #cute, de acuerdo a
las estadísticas oficiales de Instagram,
uno de los hashtags más populares.
Publicación de Feeds
Publicación de Historias
Estetización de las imágenes a través
de filtros
Imágenes del presente e imágenes del
pasado, unidas en un tiempo
irreal.
Imágenes de la cotidianeidad de la
performer
Imágenes de viajes
Imágenes con otres artistas de ficción
que se solidarizan por el robo.
Hashtags
AppTags for likes (Son más
importante los likes que los
seguidores)
Consulta para elegir los hashtags:
https://top-hashtags.com/instagram/
Emojis
Etiquetado de los otros usuarios
Música
Posición geográfica falsa, que denota
viajes por distintas ciudades.
Conclusiones
He realizado una investigación respecto a
los hashtags correspondientes al tema
#arte, #performance y #artistas (en inglés,
francés,
italiano
y
español
indistintamente).También he preparado
un conjunto de fotografías realizando una
postproducción acorde al perfil, poniendo
atención en la composición, temas y clave
de colores. La mirada, los gestos, el
cuerpo espacio-cámara puestos en
relación para accionar en la red social.
Estas fotos se fueron subiendo como feed
y como historias, diariamente, durante
dos meses. Es probable que vuelva a
ponerla en línea por un nuevo período de
tiempo, en esta nueva normalidad, para
seguir experimentando y también con la
intención subyacente de recuperar los
21
cuadros robados. La esperanza persiste,
ahora que son tiempos de redes.
En ese breve espacio temporal de dos
meses en línea, se pudo acceder a ciertos
patrones y tendencias que dan cuenta de
estereotipos visibles en esta red social
Instagram. Coincido con Catalina Poggio
(2019), al referirse a La performance que
lleva adelante Amalia Ulman, cuando dice
que: “Encuentro necesario exhibir al
menos algunos de los mecanismos que
parecen estar operando con las imágenes
para generar verdaderos y eficientes
dispositivos de gestión y control.”
En este sentido la performance The art is
#cute puede ser leída como un
experimento acerca de la manipulación
de la imagen y de la construcción de
identidades en internet y también como
una forma de realizar una performance
con un cuerpo ficcionado de forma
virtual.
La performance The art is #cute está
realizada por Silvia Maldini de 2019 bajo el
pseudónimo de Silvia Dulom, pero los
tiempos pasado y presente parecen
mezclarse porque durante todo el tiempo
que
dura
la
performance,
las
publicaciones juegan con las cronología al
mostrar fotos de 1993 y de 2019
alternadamente. Esta supuesta linealidad
cronológica se rompe permanentemente.
Se genera una confusión que roza los
límites de lo que es real y de lo que es
ficción. Ya que por tratarse de la misma
persona en distintas épocas de su vida, el
público no llega a distinguir cual es actual.
Las fotos de 2019 han sido manipuladas
digitalmente, jugando con los cánones de
belleza hegemónica, son cuerpos sin
edad. Se generó un grado de confusión al
punto tal que mi hermana y otros amigos
creyeron que yo estaba efectivamente en
Berlin y no les había avisado:
increíblemente no distinguían las fotos de
Berlin en 1993 de las fotos actuales. Se
pone en evidencia lo que mencionaba
más arriba, respecto al cuerpo Tres de
Don Idhe, la intersección entre la
tecnología y el cuerpo (corporal y social)
donde surgen las tecnofantasías.
El concepto ampliado de artes escénicas
que conlleva una performance expandida
a las redes, resultó muy oportuno para
desplegar la personalidad y otras acciones
de la performer. Esto fue sucediendo
siempre teniendo en cuenta la coparticipación de los demás actores de la
red INSTAGRAM, a través de los
comentarios y de los mensajes. El ejercicio
tiene un punto de inicio planificado
meticulosamente, pero sus derivaciones
fueron surgiendo performativamente,
sensibles a las solicitaciones del medio. En
la red se desarrollan contactos
personales,
identificaciones
y
demostraciones afectivas que son
utilizadas finalmente por la empresa que
maneja Instagram para un uso comercial.
Cito una vez más a Prada cuando explica:
“Precisamente, y siguiendo muchas de esas
pautas, los proyectos artísticos que
exploran hoy el mundo de las redes sociales
o los lugares de encuentro y diálogo en
Internet, son, en el fondo, aproximaciones
a los problemas surgidos en torno a la
naturaleza afectiva de la producción propia
del Sistema-red. Propuestas que se
caracterizan por un sin fin de referencias a
los deseos de contacto personal y afecto a
través de las redes y, sobre todo, a los
procesos en los que tiene lugar su
22
colonización empresarial y económica.”
(Prada, 2011, p. 3)
Vuelvo a Don Idhe (2002) en relación a los
cuerpos virtuales como tecno fantasías.
“Los cuerpos de la realidad virtual son
delgados.” La fantasía del deseo lleva a
pensar que somos esos cuerpos
desmaterializados viajando por el mapa
del mundo y también en viaje por el
tiempo. Don Idhe se refiere a la dirección
que han dado las tecnologías del cuerpo y
sus consecuencias positivas y negativas.
En la performance vemos a la performer,
desdoblarse en dos artistas. Su avatar,
Silvia
Dulom,
una
materialización
electrónica, traducción al universo digital,
se encuentra encerrada en una pantalla y
en
estado
de
desfragmentación,
pixelación y deformaciones digitales
variadas. Identidades, subjetividades
multiplicadas por los diferentes puntos
geográficos a través de la red social
Instagram. Como se menciona en el texto
de Idhe, esta instrumentación ha sido una
gradual extensión de nuestra percepción
de nuevas realidades, y el deseo de
escapar a un cuerpo que apenas se ha
extendido a raíz de un nuevo avance
tecnológico.
En
la
relación
cuerpo/tecnología se pone en juego la
manera personal con la que deseamos
vivirla, esto es: “La distinción entre la vida
real y la realidad virtual se desvanece o,
aparentemente, ambas se cruzan.”
por acuerdo con University of Minnesota
Press.
U.S.A.
Recuperado
de:
http://www.uoc.edu/dt/esp/ihde0704/ihde
0704.pdf
Knapp, Mark L. (1982). La comunicación
no verbal: el cuerpo y el entorno. Madrid:
Editorial Paidós.
Bibliografía
Prada, Juan Martín. (2011) ¿Capitalismo
afectivo? Revista EXIT Book, núm.15.
Enlace a la performance completa
recuperada en el perfil de Silvia Maldini:
Prada, Juan Martín. (2012). Prácticas
artísticas e Internet en la época de las
redes sociales. Madrid: Editorial AKAL,
Colección Arte contemporáneo.
https://www.instagram.com/silviamaldini
_art
Ceriani, Alejandra (2017). Cuerpos en
redes de la cultura digital. p. 43 a 54. En La
tecnología de/en la escena de Buenos
Aires.
Experiencias
Escénicas
y
Entrevistas, Silvia Maldini [et.al.] Buenos
Aires: Ed. escénicas.sociales.
Ihde, Don (2002). Los cuerpos en la
tecnología Nuevas tecnologías: nuevas
ideas acerca de nuestro cuerpo, Publicado
Poggio, Catalina (2018) Tesis de grado:
Puta, pero limpita. Ficciones somáticas
femeninas en Instagram a través de la
obra Excelencias y Perfecciones de Amalia
Ulman.
(UNLP-FBA)
URL:<
http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/743
47>
Sasiambarrena, Gabriel. (2016) La imagen
del cuerpo en tanto el cuerpo de la
23
imagen.
Bernal,
Bs
As.
www.gsasiambarrena.com.ar>
URL:<
Taylor, Diana. Performance. Asunto
Impreso Ediciones. Buenos Aires, 2012.
Cap.6
Veras Costa, Alexander. (2010). Kinocoreografías en AAVV, Terpsícore En
Ceros y Unos. Ensayos De Video Danza.
Buenos Aires: Ed. Guadalquivir,
Zuzulich, Jorge. Una tensión productiva:
performance
y
tecnología.
URL:<http://www.untref.edu.ar/cibertroni
c/tecnologias/nota5/JorgeZuzulich_una_t
ension_productiva__performance_y_tecn
ologia.pdf>
Notas
1. https://es.wikipedia.org/wiki/Instagram
2. Feed: Así se denomina en Instagram la
publicación de una foto, con sus etiquetas y
descripción correspondiente
3. Instagram Stories" (o "Historias", como se
le llama en español) permite a los usuarios
compartir momentos y luego personalizarlos
con texto, dibujos y emojis. a diferencia de las
publicaciones normales, son volátiles, es decir,
tienen una duración determinada y, tras ese
período, desaparecen.
24
25
Resumen
Abstract
Resumo
El presente ensayo se propone indagar
sobre las prácticas cotidianas que se
vieron afectadas debido al Aislamiento
Social Preventivo y Obligatorio (ASPO)
por
la
Pandemia
de
COVID-19.
Analizaremos la performance “¿Los
gestos sobreviven a la virtualidad?”,
realizada durante la cursada de la materia
“Performance y corporalidad” en la
Maestría en Teatro y Artes Performáticas
de la UNA. Abordaremos diferentes
temáticas: la disposición de los cuerpos
frente a las pantallas, la gestualidad, la
territorialidad, la exposición de la
intimidad y el vínculo de los cuerpos
desterritorializados en la virtualidad;
inquietudes e interrogantes que nos
permitirán reflexionar sobre el cuerpo
social interconectado.
This essay aims to inquire about the daily
practices that were affected by the Social,
Preventive and Mandatory Isolation
(ASPO) due to COVID-19.
Este ensaio tem como objetivo indagar
sobre as práticas cotidianas que foram
afetadas
pelo
Isolamento
Social
Preventivo e Obrigatório (ASPO) pela
Pandemia de COVID-19. Analisaremos a
performance “Os gestos sobrevivem {
virtualidade?”, Realizada durante o curso
da
disciplina
“Performance
e
corporalidade” no Mestrado em Teatro e
Artes Cênicas da UNA. Abordaremos
diferentes temas: a disposição dos corpos
diante das telas, os gestos, a
territorialidade, a exposição da intimidade
e
o
vínculo
dos
corpos
desterritorializados
na
virtualidade;
inquietações e indagações que nos
permitam refletir sobre o corpo social
interligado.
Palabras claves: performance, gesto,
cuerpo
fragmentado,
virtualidad,
desterritorialización.
We will analyze the performance "Do
gestures survive virtuality?", carried out
during the "Performance and corporality"
course in the Master in Theater and
Performing Arts at UNA. We will address
different topics: the arrangement of
bodies in front of the screens, gestures,
territoriality, the exposure of intimacy
and the bond of deterritorialized bodies
in virtuality; concerns and questions that
will allow us to reflect on the
interconnected social body.
Keywords:
performance,
fragmented
body,
deterritorialization.
gesture,
virtuality,
Palavras-chave: performance, gesto,
corpo
fragmentado,
virtualidade,
desterritorialização.
26
Estas posibilidades que abre el desarrollo
tecnológico parecen instaurar
relaciones inéditas en el campo de la
vinculación entre los sujetos.
¿Cómo se construye la subjetividad en el
ciberespacio?
¿Quién enuncia cuando un sujeto interactúa
con este medio?
¿Cómo se redefine la noción de experiencia
cuando ésta surge mediatizada por el
ciberespacio? Jorge Zuzulich
Introducción
La propuesta del presente trabajo surge a
partir de la reflexión de las prácticas
cotidianas que se vieron afectadas de
manera contundente a partir del Decreto
del Poder Ejecutivo del 20 de marzo del
corriente año que determinó el
Aislamiento
Social
Preventivo
y
Obligatorio (ASPO) por la Pandemia de
COVID-19.
La mayoría de la población mundial, vio
afectadas sus tareas habituales vinculadas
a lo laboral, académico, artístico, social y
familiar, mudando dichas prácticas casi
exclusivamente a la virtualidad.
que nos permitirá indagar con mayor
profundidad.
A partir de esta nueva cotidianeidad, y
habituados a la planimetría y la
fragmentación de pantallas, decidimos
indagar sobre la forma de comunicación
corporal virtual que mantenemos en la
actualidad. Analizaremos el formato de
vinculación corporal, no verbal, que se
realiza a través de las pantallas, los
dispositivos, y más específicamente de las
aplicaciones para reuniones virtuales
como Zoom, Meet, Jitsi. Las cuales nos
muestran pequeñas pantallas anidadas
una al lado de la otra, recuadros con los
cuerpos
fragmentados
de
cada
participante. Este formato nos propone
que normalicemos la subutilización del
cuerpo, es decir, dar por sentado que
para la comunicación solo necesitamos
una parte de nuestro cuerpo.
Tomaremos la performance de autoría
compartida1, titulada “¿Los gestos
sobreviven a la virtualidad?”, realizada
durante la cursada de la materia
“Performance y corporalidad” dictada por
la Dra. Alejandra Ceriani en la Maestría en
Teatro y Artes Performáticas de la UNA,
agosto de 2020. A través de la misma
abordaremos diferentes temáticas: la
disposición de los cuerpos frente a las
pantallas, la comunicación no verbal o
gestualidad,
la
territorialidad,
la
exposición de la intimidad y el vínculo a
través de la virtualidad.
Haremos foco en la plataforma zoom, con
la que hemos trabajado en reiteradas
ocasiones, contando así con un
conocimiento
específico,
una
acumulación de situaciones y vivencias
Además, ampliaremos nuestra reflexión
incluyendo temáticas más específicas
como: la migración del cuerpo
performático al contexto mediatizado
digital, el vínculo que entablan los
cuerpos desterritorializados de las
performers, la coreografía de una
gestualidad cultural estetizada, la
transformación del vínculo que los
cuerpos de les performers mantienen con
27
la interfaz y la incorporación de la
modalidad de registro en la propia obra.
Nos interesa, como enuncia Prada (2015),
tomar esta performance “como met|fora
o designación abstracta del singular
cuerpo “social” de la propia multitud
interconectada” (p.168). Es decir, que la
performance nos sirva como disparador
para abrir el pensamiento y la reflexión
sobre el cuerpo social interconectado.
Por último, si aceptamos que la
performance “¿Los gestos sobreviven a la
virtualidad?”, nos habla de la existencia
de una gran cantidad de gestos que
utilizamos en nuestra comunicación
cotidiana dentro de la plataforma zoom,
en la actualidad cabe formularnos la
siguiente pregunta: ¿los gestos serán más
importante en la comunicación virtual?
Desarrollo.
performance
Descripción
de
la
Comenzaremos
con
una
breve
descripción de la Performance elegida.
“¿Los gestos sobreviven a la virtualidad?”
es realizada por tres performers2
vinculándose con la plataforma zoom.
Fig. 1 Link al video de la performance:
https://www.youtube.com/watch?v=Fcwim0n
OdYI
Presentamos una secuencia de gestos
conocidos culturalmente, realizada por
distintas partes del cuerpo en cada
performer. La performer 1: focaliza en los
ojos, la performer 2: en la boca y la
performer 3: en la mano.
A propósito del lenguaje no verbal que
utilizamos en la performance que aquí
describimos y la decisión vinculada a la
enorme cantidad de gestos cotidianos y
reconocibles
en
muchas
culturas
convocamos las palabras de Mark Knapp
(s.f.) en “El cuerpo y el entorno”:
“Nuestra conciencia del uso de emblemas
es aproximadamente Ia misma que
nuestra conciencia de la elección de una
palabra” (p.19).
Comenzamos alternando los primerísimos
primeros planos de cada secuencia/
fragmento del cuerpo. Luego realizamos
un zoom out de los rostros, allí tomamos
contacto visual con el resto de las
pantallas (performers), luego realizamos
la misma secuencia de gestos pero esta
vez en plano pecho. Seguimos con un
tríptico de acciones (3 monitos: el que no
habla, no ve, no escucha) alternando en
cada pantalla mostramos una acción por
vez, logrando que siempre se vea armado
entre las tres pantallas-performers el
mismo trío de gestos. Por último
desarmamos los gestos deformándonos
las caras y mano, cada una focalizando en
la deformación del fragmento de cuerpo
28
elegido, como imagen final volvemos a la
neutralidad del fragmento.
Descripción individual de los gestos:
Mano: Café, perfecto, robar, vení (con
dedo índice), suerte (cruzando dedo
índice y mayor), Victoria (dedos en V),
cuernitos, stop, chau, andate. (Ver
Imagen Ruy_Fig._02.jpg)
Boca: “Que hambre!” (Gesto de
menosprecio), 7 de espada y 7 de oro
(juego de cartas Truco), besito, “que
rico!”, sonrisa, resoplido de hastío,
exasperación, asombro, sacar la lengua.
Ojos: Parpadeo intenso, mirada hacia
costado duda, guiñar ojo, bizco, cerrar
ojos desaprobación, abrir ojos (gesto
sorpresa), ojos cerrados (hartazgo), mirar
hacia arriba (ironía-molestia), ojos en
redondo.
Fig. 2. Gestos de la mano
memoria para descargar la aplicación.
Además de ofrecer la comunicación a
través de las pantallas, es decir hablar,
escuchar y mirarse, presenta varias
herramientas que complementan su
funcionamiento. Solo enunciaremos las
que utilizamos para nuestra performance:
la posibilidad de grabar imagen y sonido a
la vez y así obtener el registro de la
acción, dialogar con la cámara y sus
encuadres, apagar la cámara y que ello
permita ver en primer plano al que está
llevando adelante la acción, la utilización
de la pantalla partida para que las
performers se vinculen entre sí.
Breve descripción del funcionamiento del
zoom
Desarrollo conceptual
El zoom es una plataforma que permite
realizar video llamadas en la que
participen varias personas a la vez. Para
que funcione se puede usar cualquier
dispositivo
(computadoras,
tablet,
celular) que posean cámara de video y
micrófono, y la capacidad suficiente de
En nuestra performance trabajamos
varios
conceptos
propuesto
por
diferentes
autores
que
iremos
presentando ordenadamente. Podemos
hablar de la migración del cuerpo
performático al contexto mediatizado
digital teniendo como principal eje la idea
del cuerpo presente-ausente, el vínculo
29
que las performers entablan entre sí y con
la plataforma zoom. La presencia de estos
cuerpos que para vincularse utilizaron la
mediatización tecnológica del dispositivo
computadora, de la cámara, el micrófono,
la plataforma y la red internet. Según los
conceptos de performance expandida
presentados por Jorge Zuzulich (s.f.) en
“Una tensión productiva: performance y
tecnología”:
construye sobre el registro. La cámara
conectada a la plataforma es un elemento
indispensable dentro de la performance,
ya que es su condición de posibilidad.
Están los cuerpos vinculándose entre sí a
través de la cámara y dentro de la
plataforma y a su vez se vinculan con la
plataforma zoom. Decimos en vínculo
“con”, ya que tomamos las herramientas
que propone el zoom como elementos
procesuales
que
formaron
parte
fundamental en el montaje.
Podemos encontrar otra modalidad en la
cual quien registra la acción está inmerso
dentro de la obra, forma parte de la obra.
La cámara adquiere el estatus de la mirada
de alguien que está dentro de la acción, de
ese acontecimiento y por lo tanto ésta
parece dotada de una mayor intensidad
que la mirada distanciada de quien se ha
desprendido del suceso y lo observa desde
afuera. En tal sentido, la obra incorpora su
propia modalidad de registro. (p. 4)
“Ya no es la c|mara desde afuera sino que
dentro del propio acontecer de la obra es
en donde se va a producir la captura de su
devenir” (Zuzulich, s.f., p.4). En nuestro
caso deberíamos ampliar la cita del autor
sumando además de la captura de la
cámara, el funcionamiento de la
plataforma. Es decir que dentro del
propio acontecer de la obra se va a
producir la captura y procesamiento de su
devenir.
En nuestro caso ocurre lo que propone el
autor, la obra incorpora su propia
modalidad de registro, la obra es y se
Luego de pensar en el registro, pasamos a
la composición de la imagen. Vemos la
pantalla dividida en tres pequeños
recuadros, donde cada performer
muestra a su vez un fragmento de su
cuerpo: rostro (boca, ojo) y mano. Para la
elección de los mismos nos inspiramos en
las palabras de Le Bretón (2010):
Los únicos lugares desnudos del cuerpo son
las manos y el rostro. A partir de nuestro
rostro somos juzgados, reconocidos,
amados, detestados. Por nuestro rostro se
nos asigna un sexo, una edad, se nos juzga
como bellos o feos. El rostro es un lugar de
alta vulnerabilidad en el vínculo social,
porque nos deja desnudos frente a la
mirada de los otros. (párr. 5)
Retomamos
el
concepto
de
la
subutilización del cuerpo propuesto por el
autor. Hay dos sentidos que se
encuentran privilegiados en el mundo
contemporáneo. Uno es la vista; estamos
en una sociedad del look, de la imagen,
del espectáculo; una sociedad donde todo
tiene que estar a la vista, donde todo es
visual. Otro sentido muy presente es el
del oído: en particular por la importancia
que ha cobrado la utilización permanente
30
del teléfono celular. (Le Breton, 2010,
párr. 9) Dentro de la plataforma zoom se
subutiliza el cuerpo, se muestra de a
partes, solo se usan algunas funciones: el
habla, la vista, el oído. No queríamos dejar
de nombrar que de esta idea surgió la
propuesta de incluir en la performance la
secuencia de acciones de los tres monitos
(cuando nos tapamos la boca, los ojos y
los oídos).
Otro
concepto
que
trabajamos
puntualmente es la gestualidad cultural
estetizada. Los gestos qué utilizamos
culturalmente fueron presentados con
una estética especifica. Armamos una
secuencia de acciones, fragmentando el
cuerpo, como dijimos anteriormente,
haciendo foco en distintas partes: boca,
ojos y mano. Estas coreografías gestuales
las fuimos haciendo dialogar con las
posibilidades que nos proponía el zoom.
Así es que logramos generar primerísimos
primeros planos donde pudimos mostrar
en detalle los fragmentos del cuerpo.
Haciendo foco en la piel, la carne, los
pliegues, los huecos, el micro-movimiento
que solo se pueden percibir gracias a este
acercamiento. Luego pasamos al plano
pecho, a la pantalla dividida en tres
pequeñas pantallitas donde accionaba
cada performer y a su vez interactuaban
entre sí. Aquí se vinculan estrechamente
dos conceptos: la territorialidad y la
desterritorialización. Para desarrollar la
noción de territorialidad tomamos, por un
lado, el concepto de Mark Knapp, a partir
del
cual
observa
que
en
el
comportamiento humano, al igual que en
el animal, se da el fenómeno de la
territorialidad, fenómeno que ayuda a
regular la interacción social. Por otro lado,
tomamos las 4 subcategorías que plantea
el antropólogo Jal para la calificación del
espacio informal: la íntima, la casual
personal, la social consultiva y la pública,
con sus respectivas medidas de
distanciamiento: 45 cm para la primera
categoría, entre 0,40 y 1,20mts para la
segunda, de 1.20 a 3,64mts para la socialconsultiva y 3,65mts en adelante para la
pública.
La pandemia y sus normas de
distanciamiento social nos están llevando
a cambiar el vínculo con nuestra
territorialidad. En este sentido, a través
de nuestra perfomance dialogamos con
dicha transformación observando los
siguientes cambios: para el vínculo social
(en el exterior de nuestras casas), se ha
establecido un distanciamiento de 2
metros y para la comunicación cotidiana
virtual (interior de nuestras casas), se ha
establecido
una
distancia
que
correspondería a la categoría íntima, una
distancia cercana a la pantalla de menos
de 45cm. Completando dicha descripción,
podemos afirmar que los encuentros por
video
llamadas
invaden
nuestra
territorialidad. En otros términos, a través
de las pantallas vemos el interior de las
casas, sectores de la intimidad de
personas con las que mantenemos
vínculos formales, laborales o de estudio
que,
en
otro
contexto,
jamás
conoceríamos.
En nuestra performance hicimos evidente
este trastoque de la territorialidad en la
utilización de los primeros planos.
Planteamos
que
los
primerísimos
primeros planos generan una invasión de
la intimidad en un doble sentido. Por un
lado, al mostrar los detalles de su cuerpo
se ve invadida la intimidad de la
performer. Y por otro lado, el espectador
31
siente una invasión visual, ya que una
boca de gran tamaño se le acerca tanto
que
ocupa
toda
la
pantalla.
Probablemente entonces realice la acción
de inclinarse hacia atrás, alejándose de la
pantalla, recuperando así su espacio
personal. La desterritorialización es un
término muy apropiado para analizar las
producciones artísticas actuales. Según
Zuzulich (s.f.) “La desterritorialización es
una característica propia del ciberespacio
que ha permitido el trabajo de artistas
que, residentes en distintos lugares,
sintetizan su accionar en la virtualidad”
(p.8). Es muy interesante pensar cómo, a
pesar de estar en distintos espacios
físicos, incluso sin saber en qué barrio nos
encontrábamos cada una de las
performers,
pudimos
relacionarnos,
logrando producir un vínculo claro. La
necesidad de los cuerpos por vincularse
fue tal, que nos miramos, nos
comunicamos y generamos un clima
dentro de la obra, a pesar de estar
desterritorializadas, mediatizadas por el
ciberespacio.
El hecho de que, en el momento de
mostrar la performance (que también fue
a través de la plataforma zoom) el público
estuviera en distintos lugares, incluso en
países con diferentes usos horarios,
contribuyo
a
profundizar
la
desterritorialización.
Conclusiones
Hasta aquí hemos analizado nuestra
performance utilizando los conceptos
específicos formulados al inicio. Pero no
quisiéramos dejar de mencionar que ellos
se relacionan dialécticamente con
nuestras investigaciones y reflexiones en
torno a los nuevos vínculos que se
generan en las plataformas de videollamadas. En una video-llamada se utiliza
la cámara y el micrófono del dispositivo
con el cual elijamos conectarnos.
Podemos
optar
por
distintas
combinaciones de ambos elementos: se
puede usar el audio sin la imagen; la
imagen sin audio; sin imagen y sin audio.
Pero la más usada para el mejor
funcionamiento de la comunicación, es la
imagen sin audio y que permite habilitar el
sonido, solo, cuando surge la necesidad
de hablar.
Observamos que existen una gran
cantidad de gestos cotidianos que juegan
un papel fundamental en nuestra
comunicación dentro de las plataformas.
Cuando tenemos que decir que “no se
escucha”, señalamos la oreja con el dedo
índice y acto seguido realizamos el gesto
de un no. Es claro el ejemplo cuándo solo
hay que decir “si”, o “est| todo bien”,
que levantamos el pulgar. ¿Para qué des
mutearse y volver a mutearse, si podemos
simplificar y con mayor rapidez ser igual
de eficaces en la comunicación?
Frente a esta nueva realidad nos
preguntamos ¿los gestos serán más
importantes en la comunicación actual?
Parecería que podemos contestar
afirmativamente. Si reconocemos que
anteriormente estábamos acostumbrados
a que los gestos eran un complemento de
la acción del habla, y ahora; cuando nos
encontramos dentro de la dinámica de
una video-llamada, mientras todos
esperamos nuestro turno para hablar,
vemos y hacemos miles de gestos.
32
Además, durante la lógica de esta
comunicación virtual, ocurre otro
fenómeno
interesante:
mientras
hablamos vemos reflejada nuestra
imagen. Nos vemos a nosotros mismos en
una pantallita como si tuviésemos un
espejo
delante.
Esto
repercute
inevitablemente en nuestro accionar. Al
mirarnos, si algo no nos gusta lo
modificamos, cambiamos nuestros gestos
cotidianos.
Hoy la percepción del mundo y de nosotros
mismos corresponde cada vez más a los
propios dispositivos tecnológicos. Se
anticipa una nueva forma de identificación
generada por su propia capacidad de
observarnos y de transformarnos por su
mirada (es indudable que nunca somos los
mismos delante de una cámara). (Prada,
2015, p 164).
Entonces en esta era de la virtualidad al
encontrarnos en constante exposición
frente a la cámara web ¿cambiaremos
nuestra
gestualidad
individual?
Si
pensamos que los gestos son parte
constitutiva de nuestra forma de ser, de
nuestra
corporalidad,
de
nuestra
identidad. ¿La virtualidad cambiará
nuestra corporalidad y/o identidad?
plataforma zoom”?. Seguramente estas
sean reflexiones que requieran ser
continuadas en futuros ensayos.
Por último, no queríamos dejar de
agregar una reflexión que surgió en la
etapa del (ASPO) donde claramente las
disposiciones corporales y anímicas no
eran las mismas que en esta actualidad en
la que escribimos (DISPO).
Anexo - Imágenes de referencia
Cabe preguntarnos si, en este contexto
tan particular, el cuerpo está mediatizado
por la tecnología, o si su relación con la
plataforma se ha modificado y podemos
hablar de que los cuerpos “habitan”
dentro de ella. Usando el verbo “habitar”
en un sentido amplio que incluye el “vivir”
dentro de la plataforma, es decir que
dentro de ella se dan vínculos sociales y
afectivos. Se producen todo tipo de
actividades
cotidianas,
eventos,
cumpleaños, meriendas, campamentos,
piyamadas, juegos, clases, espectáculos,
producciones
artísticas,
trabajos.
¿Podríamos concluir entonces que “Los
cuerpos reproducen su vida dentro de la
Ejemplos de la estetización de los gestos
cotidianos.
Escenas de “Seasons March” de Pina
Bausch tomadas de la película “Pina” de
Wim Wenders, realizada en el 2011.
URL:<https://www.youtube.com/watch?v=vJp
gjsOr6hk>
Fig. 3. Secuencia film Wen Winders
33
Buenos
Paidós.
Aires,
Barcelona.
Ediciones
Le Bretón, David (2002). “Una estésica de
la vida cotidiana” en antropología del
cuerpo y la modernidad. Buenos aires.
Ediciones nueva visión.
Fig. 3. Secuencia film Wen Winders
Bibliografía
Flusser, Vilem (1994). “los gestos.
Fenomenología
y
comunicación”.
Barcelona. Editorial herder.
Knapp, Mark L. (s.f.) “La comunicación no
verbal. El cuerpo y el entorno”. México,
Le Bretón, David (2010). "Internet es el
universo de la máscara". Entrevista por
Mercedes Funes en el Diario La Nación.
Buenos aires. 18 de julio 2010.
https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/dav
id-le-breton-internet-es-el-universo-de-lamascara-nid1285826/
Zuzulich, J. (s.f.) “Una tensión productiva:
performance y tecnología”. Cibertronic.
Tecnologías expandidas. Buenos Aires.
Universidad Nacional de Tres de febrero.
Notas
1.
Los autores de la performances son:
Cardozo Gerardo, Novelli Larisa, Triñanes
Theo, Ruy Carolina
2.
Les performer: Novelli Larisa, Triñanes
Theo y Ruy Carolina
Prada, J. M. (2015). “La cuestión de la
identidad”, en pr|cticas artísticas e
internet en la época de las redes sociales.
Akal Ediciones.
Sibilia, Paula (2008). “La intimidad como
espect|culo”. Buenos Aires. Fondo de
Cultura Económica.
34
35
Resumen
Abstract
Resumo
Durante el Aislamiento Social Preventivo y
Obligatorio, las sociedades que debieron
enfrentar la pandemia COVID-19 se vieron
privadas del espacio público, aquella
inmanencia donde fluye lo político con
mayor intensidad. Las ceremonias propias
de la vida social fueron vehiculizadas por
herramientas virtuales y la histórica forma
de vida debió recluirse en la impolítica de
la nuda vida. Pero esta impolítica, que
algunos autores atribuyen a las
circunstancias, es quizá una conclusión
apresurada. En este trabajo se intentará
hacer una lectura del performance
Centers live y, mediante ella, dilucidar la
política de la mirada que suponen los
contextos virtuales.
During the Social, Preventive and
Mandatory Isolation, the societies that
had to face the COVID-19 pandemic were
deprived of public space, that immanence
where the political flows with greater
intensity. The ceremonies of social life
were transferred to virtual media and the
historical form-of-life had to be confined
to the impolitics of the bare life. However,
this impolitics, which some authors
attribute to the circumstances, is perhaps
a hasty conclusion. This work will attempt
to analyze the performance Centers live
and, thus, elucidate the politics of gaze
that virtual contexts imply.
Durante o Isolamento Social Preventivo e
Obrigatório, as sociedades que tiveram
que enfrentar a pandemia COVID-19
foram privadas do espaço público, aquela
imanência onde a política flui com maior
intensidade. As cerimônias típicas da vida
social foram transmitidas por ferramentas
virtuais e o modo de vida histórico teve
de ser isolado na falta de política da vida
nua. Mas essa falta de política, que alguns
autores atribuem às circunstâncias, talvez
seja uma conclusão precipitada. Neste
trabalho, procurar-se-á ler os Centros de
performance ao vivo e, por meio deles,
elucidar a política do olhar que os
contextos virtuais implicam.
Keywords: body, performance, public
space, virtual contexts
Palavras-chave: corpo, performance,
espaço público, ambientes virtuais
Palabras clave: cuerpo, performance,
espacio público, entornos virtuales
36
Introducción
Mucho antes de ser vapuleado por la
prensa y por sus colegas, Giorgio
Agamben trazaba una nueva dimensión
en el concepto de biopolítica (invitando al
lector a pensar en algo más allá de ella, en
algo así como una tanatopolítica o una
necropolítica) con el siguiente silogismo:
Foucault (…) define la diferencia entre el
biopoder moderno y el poder soberano del
viejo Estado territorial a través del cruce de
dos fórmulas simétricas. Hacer morir y
dejar vivir sintetiza el lema del viejo poder
soberano que se ejerce sobre todo como
derecho de matar; hacer vivir y dejar morir,
la insignia del biopoder cuyo principal
objetivo es la estatización de lo biológico y
el cuidado de la vida.
A la luz de estas consideraciones, entre
las dos fórmulas se insinúa una tercera
(…): ya no hacer morir ni hacer vivir, sino
hacer sobrevivir. En nuestro tiempo la
prestación decisiva del biopoder ya no es
ni la vida ni la muerte, sino la producción
de una supervivencia modulable y
virtualmente infinita (Agamben, Lo que
resta de Auschwitz, 1998/2017, págs. 196,
197).
Durante el Aislamiento Social, Preventivo
y Obligativo (dictaminado por las
autoridades de casi todas las naciones del
Globo para enfrentar la crisis que implicó
la Pandemia del COVID-19), este concepto
–que para muchas mentes no era más que
una categoría académica– ha alcanzado
un nivel de realidad abrumador: la
humanidad se vio confinada en su vida
biológica.
ver, como ingenuamente podría creerse,
con un individualismo llevado al exceso:
sería, justamente por el contrario, como la
que vemos hoy a nuestro alrededor, una
masa dispersa y basada en una prohibición,
pero, precisamente por este motivo,
particularmente compacta y pasiva”
(Agamben, 2020, pág. 43).
En este contexto, tan exquisitamente
descrito por el pensador italiano, se llevó
adelante durante los meses de junio y
julio de 2020 la acción Centers live, un
reenactment del performance Centers
(1971), de Vito Acconci.
Las formas de vida posibles se redujeron a
una existencia estrictamente funcional, a
una nuda vida. En nombre de ella, las
singularidades son borradas y la
experiencia del individuo se confunde con
la de la masa. Sostiene Agamben:
“Una
comunidad
basada
en
el
distanciamiento social no tendría nada que
Fig. 1 Centers (1971) de Vito Acconci
37
habían ido a parar esas ciudades
invisibles. La respuesta inmediata,
naturalmente, supondría que las ciudades
están puertas adentro; pero hay una
cartografía singular que queda fuera de
esta respuesta: ¿dónde se dan los
acontecimientos sociales, la vida pública,
el
tráfico
de
información,
la
intersubjetividad?
Este trabajo consistió en cuatro
intervenciones
en
Instagram,
programadas a las 8 de la noche de cuatro
lunes consecutivos. El performer no hacía
otra cosa que señalar, durante una hora
entera, la lente de la cámara que lo
conectaba a la red social. La audiencia
era, entonces, un público ocasional, aquel
que, durante la cuarentena, adoptó el
hábito de visitar los vivos que Instagram
ofrece cuando cae la noche.
Centers live consiste en un acto que
intenta
constelar
el
pensamiento
agambeniano con los postulados de
pensadores como Paula Sibilia o Juan
Martín Prada: ¿qué consecuencias trae la
exhibición de la vida en las redes? ¿Cómo
operan las prácticas performáticas en
este contexto? ¿Qué nos invitan a pensar?
Y sobre todo, a propósito del singular
escenario en el que nos encontramos,
¿puede pensarse en una nueva
configuración del espacio público, en su
devenir virtual?, ¿se puede intervenir y
problematizar la mirada en estos
entornos, tal como lo hacían ciertas
experiencias en los espacios sociales?
Fig.2 Centers live (2020) de Mateo de Urquiza
La mirada pública
En los últimos meses, hemos sido testigos
de la híper-virtualización de la vida,
corolario inmediato del confinamiento al
que la humanidad se vio obligada durante
la pandemia. Como en una imagen que
recuerda a ciertas crónicas calvinianas, las
ciudades se vieron súbitamente vaciadas.
Cabía preguntarse, entonces, adónde
Agamben (2020) insiste en que el
confinamiento implicó la reducción de las
ciudades a “no-lugares espectrales”, el
vaciamiento de su potencial político. En
Réquiem por los estudiantes (pág. 91),
afirma, categórico: “[f]orma parte de la
barbarie tecnológica que estamos
viviendo borrar de la vida toda
experiencia de los sentidos y la pérdida de
la mirada, apresada por un tiempo
prolongado en una pantalla espectral” y
denuncia que este borramiento se trata
“nada menos que de la lisa y llana
abolición de todo espacio público” (p|g.
25).
Pero, visto con detenimiento, el espacio
virtual hace gala de ciertos patrones que
pueden cartografiarse, constituyéndose,
38
en efecto, como un espacio, con su
topografía, con sus regímenes, con su
propio tránsito. Virilio (2004/2006)
sugiere que:
(…) en este comienzo del tercer milenio, el
sinecismo más reciente ya no es tan
geofísico como "metageofísico", dado que
al reagrupamiento de una población
agraria
sucede
la
concentración
OMNIPOLITANA de esas ciudades visibles
en vías de metropolarización avanzada
para formar, el día de mañana, la última de
las ciudades: la OMNÍPOLIS; ciudadfantasma, METACIUDAD sin límites y sin
leyes, capital de las capitales de un mundo
espectral pero que sin embargo se
pretende AXISMUNDI, en otros términos, el
omnicentro de ninguna parte (pág. 82).
Esta metaciudad, desprovista de leyes
(según el pensador francés) supone una
serie de comportamientos, de conductas,
en suma, un ethos determinado. Se trata
de una conducta signada por la
espectacularización de la vida, tal como
presagiaban Debord o Warhol. Es Paula
Sibilia quien detallará cómo se constituye
esta nueva subjetividad: “(…) el
espectáculo se trasformó en nuestro
modo de vida y nuestra visión del mundo,
en la forma en que nos relacionamos unos
con otros e incluso la manera como se
organiza el universo” (Sibilia, 2008, p|g.
54). Así se organiza lo que la autora
denomina la “extimidad”, una exhibición
de lo íntimo, una síntesis en la dialéctica
entre vida y obra, es decir: la exhibición
de la vida como obra.
Si "en el comienzo del siglo XXI, el arte
entra en una nueva era, no solo de
consumo estético masivo, sino de
producción estética masiva” (Groys,
2014),
durante
la
contingencia
excepcional de la actualidad, esta
producción estética masiva se define
como una forma de vida insoslayable.
Aquella lógica según la cual la vida
transcurría
en
su
propia
espectacularización o “museificación”
pareciera sufrir una hipertrofia: no sólo la
existencia es exhibida, sino que también
es modelada según lo que esa misma
exhibición dicta. En este sentido, el “vivo”
de Instagram devino la forma idónea para
mostrar la vida confinada y aún más:
devino la forma de vida para mostrar la
vida.
Lo que Centers live se propuso fue
intervenir esta hipertrofia. Irrumpir en el
mundo de los vivos con algo que
contradiga su propósito. La imagen del
director y dramaturgo italiano Romeo
Castellucci
(2019)
es
categórica:
“interrumpir la vida”. La acción toma
como punto de partida la obra Centers,
de Vito Acconci. Se trata de ofrecer un
vivo de Instagram en “horario central” (la
hora en la que pululan los vivos en esta
red social) en el que el performer se limita
a mantener el dedo señalando a la cámara
durante el tiempo que dura un vivo (es
decir, durante una hora). El encuadre es
horizontal por dos razones: como una
suerte de vindicación inocua de este tipo
de cuadros en una época en la que el
video está mutando hacia la morfología
del teléfono celular y como una estrategia
menor para la interrupción de la
percepción del usuario de Instagram, que
deberá girar su teléfono para detenerse a
ver la acción antes de continuar con el
39
zapping al que estamos habituados con
las stories en esta red.
La acción es arrojada a un mar de lives
tanto
m|s
“interesantes”
o
espectaculares que ella misma. El usuario
es realmente un internauta, de modo que
lo natural es que abandone la transmisión
para
continuar
navegando.
Eventualmente regresará para cerciorarse
de que el performer sigue ahí, apuntando
al centro del encuadre, apuntando al
usuario mismo. Se trata, pues, de un
mensaje en una botella que irrumpe en la
navegación del follower. Dice a este
respecto
Prada:
“[l]os
aspectos
pragmáticos de las prácticas artísticas en
las redes tienen mucho (…) que ver con
esa idea, tan presente de Derrida, de
«destinerrancia» (…), en su versión
puramente técnica o tecnológica,
entendida (…) como introducción de un
cierto
desorden
dentro
de
la
comunicación con el ensayo (…) de la
integración de lo dado y de lo que se
espera en el medio, o incluso del medio
mismo, con aquello que se impone a él o
lo deshabilita” (Prada, 2015)1. Así, la
acción interviene en un mundo que ha
forjado sus propias normas para
desarreglarlas; opera como un gesto de
extrañamiento
o
de
“desacostumbramiento” (Alonso, 2020).
En este desacostumbramiento reside su
potencial político: la mirada es capturada
por un gesto advenedizo, que resiste a la
lógica del vivo, según la cual un video
debe ser “espectacular”. Se trata de un
cuerpo silencioso, sometido a una
actividad física tan estática e inútil como
exigente (puesto que sostener un brazo
en
noventa
grados
implica
un
compromiso físico que no parece
demasiado grande pero que, extendido
durante
sesenta
minutos,
resulta
agotador), que, en rigor, no dice nada
pero que supone sentidos que huyen del
protocolo “adecuado” para llevar
adelante un “vivo”. En este sentido,
puede presumirse que la lógica que se
buscaba construir esta acción es
remotamente asimilable a aquella que
regía el anti-afiche de Jacoby: si en este
último caso se trataba de un cartel que
reniega de su propia condición, aquella
experiencia podría tratarse de un “antivivo”.
Conclusión
Si el mundo ya era extraño, en la
actualidad lo es mucho más. En cuestión
de
pocos
días,
fue
menester
reconfigurarlo para comprender cuál era
su nueva geografía: una nueva urbanidad
en la que la hipercinesia de las ciudades se
tradujo en la intimidad del vivo de
Instagram; una nación virtual en la que la
ciudadanía está dada y garantizada por la
mirada, por el flujo de followers en
Instagram. Una nación con sus propias
normas, según las cuales se sentó que a
partir de determinada hora, por ejemplo,
es sabido que inicia la hora de los vivos.
Estas reglas, por lo demás, implicaron una
traducción de las lógicas de la vida “real”
al mundo virtual. Así, aquellos problemas
territoriales
(o
terrenos)
que
caracterizaron
a
las
sociedades
“analógicas” siguen siendo h|bilmente
evadidos por la mirada de las sociedades
virtuales.
En un conversatorio celebrado en agosto
de este año, Regina José Galindo
40
respondió de manera enfática a una
pregunta que me atreví a hacerle a
propósito del devenir virtual del espacio
público: “[e]l espacio público es público y
el espacio virtual, este mundo al que
nosotros tenemos acceso, es el mundo de
los privilegiados” (Galindo, 2020). Resulta
interesante contrastar esta postura con la
de Ierardo: “[p]ara la mitad de la
humanidad con alimento y conexión wifi,
el infortunio de la otra seguirá siendo solo
una lejana estadística.
núcleo geométrico y semántico de un
plano, de una imagen, en cuanto punto
jerarquizado por la mirada; centro, en
tanto ubicación geográfica donde circula
gran cantidad de gente y de información;
centro, como traspolación de estos dos
conceptos a la lógica del live.
Los individuos estarán cada vez más
encerrados dentro de sus pantallas”
(Ierardo, 2018). El autor nos invita a
pensar en una economía de la mirada; a
revisar su historia y a preguntarnos si, en
efecto, el espacio público no es también,
y al fin de cuentas, un espacio de
privilegio. Centers live intenta poner de
manifiesto este problema y tensionar las
nociones de “mirar” y “ser mirado” que
constituyen la lógica del vivo.
Otra concepción de la idea de “centro”
bien puede estar asociada al territorio de
lo político, como aquel lugar que
jerarquiza la mirada mientras deja de lado
un sinnúmero de intensidades menores.
En este sentido, el trabajo intentaba
poner el acento en cómo, a diferencia de
lo que hubiera supuesto Agamben, la
lógica del live devino un fenómeno social
y, por lo tanto, político. Por esto, no es
extraño que uno de los comentarios que
aparecieron durante el vivo fuera: “¿Qué
experimento social es este?”. En general
las reacciones de la gente que “asistió” a
la performance están resumidas en esta
pregunta.
Este acto consistió, finalmente, en una
indagación en torno a la idea de “centro”,
en una explotación de, al menos, tres de
sus posibles acepciones: centro, en tanto
Toda intervención urbana (este caso no
es la excepción, si se entiende el vivo
como un nuevo soporte para el espacio
público) implica un experimento social. El
acto consistía en un extrañamiento de la
lógica del vivo (y, como se ha dicho, en
ese extrañamiento reside su condición
política) y la magra audiencia que tuvo
reaccionó acorde a esta propuesta. Así, el
comentario “estoy demasiado fumado
para esta brujería adiós” (sic) o “Es muy
bueno que siempre tenés espectadores, si
nos vamos se acaba? Que intrigaaaa” (sic)
no son otra cosa que un síntoma de cómo
reacciona el usuario que está habituado a
que en el vivo se ofrezcan diálogos,
reflexiones o materiales en general
“interesantes”.
Naturalmente,
al
espectador puede resultarle cautivante
(incluso entretenido) el trabajo, pero sabe
que hay sentidos del acto que fugan de sí
mismos, que se repliegan, que se
derraman o que se encriptan ante la
mirada.
El usuario que comprende el trabajo es,
en este sentido, mucho más reservado y
adopta la postura del espectador. Es el
que luego puede hacer una lectura global
del trabajo y que, eventualmente, puede
discutir las imbricaciones conceptuales de
las que éste está teñido. Pero aquel que
no termina de comprender en qué
41
“experimento social” ha caído resulta ser
el espectador ideal de Centers live,
precisamente porque su propia mirada se
ha extrañado, porque la economía del
mirar/ser mirado a la que está habituado
se ha visto alterada. Esta experiencia
intenta enfatizar esta idea, y es en el
cruce con el espectador “no ideal” donde
encuentra su mejor puerto. El cuerpo del
performer, esta “subjetividad pl|stica y
mutante” (Sibilia, 2008, p|g. 63), se
ofrece como una destinerrancia que no
intenta llegar sino a ese espectador que
no comprende en qué lógica está inmerso
cuando lo contempla. El flujo de la vista se
ve interrumpida, alterada, y debe
preguntarse por sus propias leyes, para
encontrarse, en el mejor de sus casos, con
su condición intrínseca: que toda mirada
es política.
Bibliografía
Agamben, G. (1998/2017). Lo que resta de
Auschwitz. Buenos Aires: Adriana Hidalgo
editora.
Agamben, G. (2020). ¿En qué punto
estamos? Buenos Aires: Adriana Hidalgo
editora.
Alonso, R. (5 de septiembre de 2020).
Conversatorio
sobre
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Virilio, P. (2004/2006). Ciudad pánico. El
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Libros del Zorzal.
Notas
1.
“[D]enomino (…) «destinerrancia»”, dice
Derrida, “la posibilidad que tiene un gesto
de no llegar nunca a su destino” (Derrida,
1998).
42
43
Resumen
Abstract
Resumo
El ensayo analiza la video performance
“Kold Zhong” de la serie Barroco Furioso
del colectivo Ópera Periférica.
The
essay
analyzes
the
video
performance “Kold Zhong” from Barroco
Furioso by Ópera Periférica.
O ensaio analisa a vídeo performance
“Kold Zhong” da série Barroco Furioso do
coletivo Ópera Periférica.
La mirada del ensayo estará puesta en
cómo ingresan nuevas corporalidades en
la performance actual y en cuáles son los
elementos que la vinculan al arte
contemporáneo.
Our work focuses on how new
corporalities enter in the field of the
performance and on what are the
elements that link it to contemporary art.
O olhar do ensaio será sobre como as
novas corporalidades entrar desempenho
atual e quais são os elementos que
apontam para a arte contemporânea.
For our analytical approach we will work
with Antropología del cuerpo y
Modernidad, chapter 6, by David Le
Breton, with “Las politicas de la
imaginación
especulativa
en
la
coreografía contempor|nea” by André
Lepecki included in El tiempo es lo único
que tenemos. And, finally, we will discuss
the idea of hauntology by Mark Fisher.
Para
a
abordagem
analítica,
trabalharemos com o capítulo 6 de
Antropologia do corpo e Modernidade de
David Le Breton; com o olhar do esquema
que André Lepecki propõe em "A política
da
imaginação
especulativa
na
coreografia contemporânea" no Tempo é
a única coisa que temos. E também
adicionaremos a ideia de futuros
cancelados por Mark Fisher.
Para el abordaje analítico trabajaremos
con el capítulo 6 de Antropología del
cuerpo y Modernidad de David Le Breton;
con la mirada del esquema que propone
André Lepecki en “Las políticas de la
imaginación
especulativa
en
la
coreografía contempor|nea” en El tiempo
es lo único que tenemos. Y sumaremos
tambien la idea de futuros cancelados de
Mark Fisher.
Palabras claves: Cyborg, Cuerpo
mutante, Pandemia, Barroco Furioso
Keywords: Cyborg, Mutant
Pandemic, Furious Baroque
Body,
Palavras-chave: Cyborg, Corpo Mutante,
Pandemia, Barroco Furioso
44
Rastrear es enriquecer los hábitos. Es del
orden del devenir, de la metamorfosis de sí:
“activar los poderes de otro cuerpo”
Eduardo Viveiros de Castro
Introducción
En este ensayo nos proponemos analizar
la video performance Kold Zhong
realizada por un grupo de artistas bajo la
propuesta Barroco Furioso del proyecto
Ópera Periférica.
La pieza realizada por un performer, un
artista visual y un músico electrónico
integra una serie de cinco
videoperformances con la premisa de tomar un
archivo barroco para revisitarlo e
intervenirlo desde lo sonoro, lo visual y
performático en la proliferación de
sentidos que la multiplicidad de prácticas
posibilita.
El trabajo fue realizado íntegramente en
contexto de aislamiento social y
preventivo por la pandemia de covid19
durante el año 2020, y su exhibición se
realizó vía streaming por el canal de
Twitch.
La mirada del ensayo estará puesta en
cómo ingresan nuevas corporalidades en
la performance actual y cuáles son los
elementos de anclaje que la vinculan con
el arte contemporáneo.
Para el abordaje analítico trabajaremos
con el capítulo 6 de Antropología del
cuerpo y Modernidad de David Le Breton;
con la mirada del esquema de análisis que
propone André Lepecki en “Las políticas
de la imaginación especulativa en la
coreografía contemporánea” en El tiempo
es lo único que tenemos. Y, finalmente,
sumaremos la idea de futuros cancelados
y de hauntología que ofrece Mark Fisher
en Los fantasmas de mi vida 1 .
Este aporte de miradas tripartito nos
permite estudiar el objeto de arte de una
manera abarcativa: Lo filosófico del
cuerpo y sus implicancias antropológicas
con sus confluencias sociales y
ambientales desde Le Breton; el anclaje
desde su aporte al orden simbólico
contemporáneo
desplazando
el
movimiento del cuerpo devenido en
narrativa; y la perspectiva “retro” de los
futuros cancelados aportada por Mark
Fisher como modo de abarcar la estética
cyber punk en tanto constructo de un
futuro incierto.
En este contexto particular de aislamiento
sanitario
mundial
no
solamente
colapsaron los sistemas de vida y los
mercados, sino que también se vieron
interpeladas las prácticas artísticas y con
ello la utilización del cuerpo en situación
de (re) presentación.
Este ecosistema particular conlleva varias
situaciones ya que por un lado restringe
su capacidad tridimensional (lo que nos
permite repensar el concepto de
presencia escénica); y por el otro, genera
una proliferación de posibilidades de
interacciones entre el cuerpo, las nuevas
tecnologías y la performance.
Hemos escuchado reiteradas veces que el
cuerpo del performer es su herramienta,
su
instrumento.
Entonces
cabe
preguntarnos ¿Qué pasa con él en este
45
ecosistema liminal ? ( intermedio entre el
modo en el que vivíamos y la nueva
normalidad ).
Frente a este cuadro de situación: ¿Cuáles
son las posibilidades de manifestación del
cuerpo como metáfora? ¿El ingreso a esas
posibilidades poéticas está solamente
relegado a un acceso a los recursos
exclusivos (nuevamente) de las clases
dominantes? ¿De qué manera podemos
generar resistencias desde nuestras
prácticas en este entorno de aislamiento?
¿Será, como dice Žižek, que “La armonía
social y el solipsismo extrañamente
coinciden”?, es decir:
¿No va nuestra inmersión en el ciberespacio
de la mano de nuestra reducción a una
mónada leibniziana que , si bien ́ no tiene
ventanas ́ que puedan abrirse a la realidad
exterior, refleja en sí misma la totalidad del
universo? ¿No somos cada vez más
nómadas, que interactúan en soledad con
la pantalla de la PC, que se encuentran solo
con simulacros virtuales, y sin embargo
estamos inmersos más que nunca en la red
global, comunicándonos sincrónicamente
con la totalidad del planeta? 1
Desarrollo
Dentro del Manifiesto realizado por la
curadora del proyecto Irene Gelfman
están las bases conceptuales que
impulsan la producción de prácticas y
enmarcan la intención de habitar el
cuerpo desde una ambigüedad que se
desenmarca de la heteronormatividad:
La intención principal del proyecto es la de
resignificar un archivo y realizar múltiples
lecturas e interpretaciones a partir de la
generación de cruces con las diferentes
prácticas estéticas y artísticas de la
contemporaneidad. De este modo, a través
del trabajo entre lxs artistas con el archivo
barroco surge una estética de lo ambiguo y
de lo transitorio. Estas distintas formas de
habitar el cuerpo, el deseo y los géneros,
ese ir y venir entre lo barroco y lo
contemporáneo; dan como resultado una
retórica que arguye la necesidad humana
de performance como una manera de
potenciar agencias que modifiquen la
condición marcadora y castrante de los
dispositivos hegemónicos de género.2
Aquí tenemos una clave respecto del uso
del cuerpo en la performance, y para
entenderla, debemos circunscribirla a la
capacidad de generar modos de habitar el
cuerpo
ambiguo
y
transitorio.
Necesitamos una categoría que escape al
sistema
binario
de
nomenclatura
heteropatriarcal de normativa capitalista.
Para ello, contamos con un concepto
basado en el género como rendimiento y
como performatividad: el genderfuck
(transgresor de género). Es decir, que el
genderfuck se refiere a alguien que
transgrede roles de género esperados (La
transgresión de género es a veces una
forma de activismo social emprendido
para destruir roles de género rígidos y
desafiar estereotipos de roles sexuales).
46
En Kold Zhong el cuerpo escapa a la
categoría hombre-mujer, es un cuerpo
liminal, huidizo de su categorización.
Existe
en
él
la
intención
de
desidentificarse de la normatividad para
fundar nuevas formas y categorías que
parecieran no ser las imperantes en este
mundo contemporáneo.
Le Breton nos dice en el sexto capítulo:
Borramiento ritualizado o integración del
cuerpo,
La simbólica que impregna el cuerpo le da
al sujeto los medios de una ocultación
óptima de esta realidad ambigua con la que
está vinculado. El cuerpo es el presenteausente, al mismo tiempo, pivote de la
inserción del hombre en el tejido del
mundo y soporte sine qua non de todas las
prácticas sociales; sólo existe, para la
conciencia del sujeto, en los momentos en
que deja de cumplir con sus funciones
habituales, cuando desaparece la rutina de
la vida cotidiana o cuando se rompe “el
silencio de los órganos”3.
Este campo de batalla que el cuerpo
representa en la vida en sociedad nos
permite comprender el aspecto crítico en
el uso del cuerpo que se hace en la video
performance que analizamos..Y de este
modo asistimos al nacimiento de un
nuevo cuerpo, uno prostético, oscuro,
cyborg, fugado de los cuerpos
contemporáneos de occidente. El ojo
amputado con un lente aumentado, el
brazo devenido
peine gigante y
destructor anuncia un cuerpo combativo.
Ese combate se emprende contra un
enemigo diabólico, y con un cuerpo
espectral (hauntológico diría Mark
Fisher). Y ese cuerpo fantasmal funciona
como metáfora de un sistema de control
y
adoctrinamiento
hegemónico
heteropatriarcal. Es decir, no solamente
embiste contra el sistema de control y su
representación
en
favor
de
la
luminosidad, sino también contra un
mecanismo de construcción de poéticas
que intenta regular qué se ilumina y qué
no dentro del campo del arte, cuáles son
los cuerpos que ingresan e importan para
ese sistema, y cuáles serán apartados y
eyectados.
Ese silencio de los órganos estalla en la
video performance como un grito
desgarrado, desviado, desidentificado, y
desenmarcado del sensorium común. Sólo
a partir de ese grito metafórico, en esa
nueva manera de utilización del cuerpo,
puede aventurarse a ser un reflejo otro.
Uno distinto al hegemónico imperante.
Sus movimientos están dados por los
elementos digitales con los que se
vincula. El performer camina “no”
caminando, y sus objetos circundantes
son los que le otorgan la noción de
movimiento. En esa aparente quietud
está su rebeldía mayor: la de instaurar un
devenir de su empleo cinético hacia el
pronunciamiento de la narrativa.
En relación al uso del cuerpo y su lugar en
el desarraigo antropológico en la
modernidad Le Breton continua,
Como el cuerpo no es más el centro desde
el que se irradia el ser, se convierte en un
obstáculo, en un soporte molesto. Las
prácticas y los discursos que se ocupan de
él son invasoras, en sentido inverso a la
47
atrofia del mismo durante la existencia del
sujeto. Estas tiene los límites y la fuerza de
un “suplemento del alma”, de un peso
suplementario de sentido por donde se
construye, momentáneamente, un placer
mayor de existir.El cuerpo del que se habla,
el que se muestra y el que se libera, aquel
cuyas huellas buscamos en el gimnasio, ese
cuerpo triunfante, sano, joven y
bronceado, el de la novela moderna, no es
el de la vida cotidiana, diluida en la
trivialidad de todos los días.4
El cuerpo de nuestro performer
protagonista es un cuerpo sublevado a
este uso, no es ni triunfante, ni joven, ni
bronceados. Con la bandera de la
disidencia se reúsa a la categoría, porta
una
indistinción
genérica,
pretendidamente ambigua. Sin embargo,
hay una agudización de este aspecto
hegemónico en lo visual: un ojo con
capacidad aumentada. Y eso permite
vislumbrar este rasgo hibridizado de un
cuerpo futuro que rechaza el sistema a la
vez que es víctima de su avance.
En este sentido, el cuerpo performatico
de la tigresa que aparece en los
televisores de Kold Zhong parece ser la
resultante de todo este aparato
modelador del cuerpo, en contraposición
a aquel. El cuerpo del héroe protagonista
nos ofrece otro espejo en el cual
mirarnos, en un guiño que parece
decirnos: En el futuro cancelado que les
espera hay una alternativa de desvío,
siempre un camino alternativo.
Y resulta interesante que ese cuerpo
devenido máquina aparece como
resultante de un avance tecnológico,
como el augurio de una futurabilidad que,
paradójicamente, bebe de las aguas del
pasado, para hallarle un sentido al futuro
de la humanidad.
En el ensayo mencionado de André
Lepecki, se propone un análisis de las
obras coreográficas, que utilizaremos
para
examinar
nuestro
video
performance, para que operen como
aparato crítico del poder contemporáneo.
La primera crítica coincide con la
utilización del cuerpo del performer y
cómo opera dentro del sistema poético
de la obra:
La primera crítica es que, al reemplazar el
movimiento [ movement ] corporal por los
movimientos [ motion ] de la
narración.(…) parece confirmarse que la
imaginación re-legisla las condiciones bajo
las cuales la danza ( y la performance)5
puede aparecer en el mundo.6
En cuanto al tratamiento de la luz y la
oscuridad André Lepecki nos dice:
La oscuridad tiene la capacidad de
desarmar la personalidad y , al hacerlo ,
ofrece a la subjetividad y a la vida humana
una forma expandida de devenir: “ la
oscuridad no es mera ausencia de luz; hay
algo positivo en ella. Mientras que el
espacio iluminado es eliminado por la
materialidad de los objetos, la oscuridad
penetra e incluso lo atraviesa”6
48
La performance adhiere a este postulado,
de hecho la videoperformance inicia con
la oscuridad y desde ella comienza a
construir su narrativa, a partir de ahí
ilumina la escena y los cuerpos. En el
fondo de oscuridad se contiene y resaltan
los
cuerpos
luminosos
para
desenmarcarlos y contrastarlos. Más aún,
el cuerpo cyborg del protagonista opera
como metáfora de esa oscuridad, una
oscuridad de la negritud, una oscuridad
con capacidad de reflejar luz. Y en esa
contraposición entre el cuerpo oscuro y la
ciudad
futurista
iluminada
enceguecedoramente
radica
el
dispositivo crítico de denuncia a las
“sociedades disciplinarias” (según la
noción de Foucault) y sus lógicas de
poder firmemente establecidas en las
democracias occidentales.
una condición de visibilidad instrumentada
e interminable” (…) La luz es hegemónica.
7
El cuerpo del performer que contrasta
con la vida en ese afuera de una
ciudad,que podríamos imaginar en un
futuro no tan lejano, se atreve a salir de
su refugio, quizás cautivo por la seducción
de la luz de esa atractiva sociedad de
consumo, con una preponderancia por la
estimulación
visual
(televisores,
publicidades y propagandas de corte
comic y anime oriental. El cuerpo sale,
combate, muta su brazo en arma de
combate para, finalmente, regresar a su
oscura guarida.
Conclusión
Persiste Lepecki,
La implementación neoliberal de un campo
generalizado de permanente iluminación,
vinculado tanto al control como a la
agitación
informacional
(y
anti
experiencial) capitalista, expresa e impone
“una intolerancia que oscurece e impide
La
performatividad
de
nuevas
corporalidades que ingresa en la escena
de la performance habilita e instaura
otros modos de relaciones entre los
individuos de una sociedad o como dice
Marlene Wayar:
Nosotras no estamos acá para entrar a
este mundo de la manera que es.
Queremos otro mundo. Y la invitación es
buscar más complicidades. Desde la
comunicación es vital en estos tiempos,
sobre todo, urgentemente en estos
tiempos, empezar a producir otros
discursos en ese sentido, empezar a
desandar dentro de los discursos
hegemónicos.8
El tratamiento del cuerpo prostético y su
uso descategorizado fundan un nuevo
Sensorium. Lo que para Le Breton es el
Sensorium común, aquí deviene en
Sensorium Mutado o Mutante, y como
organismo vivo no solamente permite ser
el espejo de nuevos modos de habitar el
cuerpo, sino que también posibilita la
evolución de ese reflejo para que nuevas
generaciones encuentren en él una
capacidad de reflejar todas esas fugas y
corporalidades abyectas.
Es justamente ese uso particular del
cuerpo lo que otorga la posibilidad de
fugarse de lo impuesto por las sociedades
49
de control. A propósito de ello Lepecki
nos dice:
A pesar de lo que Giorgio Agamben pueda
decirnos sobre la función de los
dispositivos (“ hoy no hay un solo instante
en la vida de los individuos que no esté
modelado, contaminado o controlado por
algún dispositivo”), siempre hay una línea
de escape.9
Encuentra una línea de vuelo en el ámbito
de la acción imaginativa y las
temporalidades especulativas.”(…) la
danza (y la performance) 10 debe danzar (y
performear)11 lejos de la conformidad12.
Esa es la condición vital sobre la cual se
apoya la video performance, en esa
propia fuga. Y a su vez, es lo que
ontológicamente posibilita su incidencia
en el orden simbólico contemporáneo. En
ello radica su potencialidad des
automatizadora que desarticula los
mecanismos de control y adiestramiento
de la domesticación contemporánea.
La performances se desmarca del
territorio de control y en este sentido la
resistencia del cuerpo perfomático contra
el adiestramiento perceptual y el control
imaginativo (diría Lepecki):
Fig.1. Kold Zhong de @akanube para el
proyecto Barroco Furioso (2020)
Fig.2 y 3. Kold Zhong de @akanube para el
proyecto Barroco Furioso (2020)
50
Bibliografía
Le Breton, David (2002).Antropología del
cuerpo y modernidad (1° ed.). Buenos
Aires: Nueva Visión.
Fisher, Mark. (2018). Los Fantasmas de mi
vida (1° ed.). CABA: Caja Negra.
Fig.4. Kold Zhong de @akanube para el
proyecto Barroco Furioso (2020)
Fig. 5 y 6. Kold Zhong de @akanube para el
proyecto Barroco Furioso (2020)
Lepecki, André. (2019). Las políticas de la
imaginación
especulativa
en
la
coreografía contemporánea. En Bárbara
Hang y Agustina Muñoz (comp.) El tiempo
es lo único que tenemos (p. 211) CABA:
Caja Negra.
Wayar, Marlene (2019) Travesti, una
teoría lo suficientemente buena.(1° ed.)
CABA: Muchas Nueces.
Manifiesto Barroco Furioso. Disponible
en:
<https://www.operaperiferica.com.ar/202
0>
Fig. 7. Kold Zhong de @akanube para el
proyecto Barroco Furioso (2020)
Cyber Punk. Barroco Furioso* Nube +
Matías de la Guerra + Zypce. Disponible
en: < https://youtu.be/DfCdB_cXllg>
51
Notas
1.
2.
Mark, Fisher.2018, 227
Irene Gelfman, Manifiesto de Barroco
Furioso,
URL:<
https://www.operaperiferica.com.ar/
2020>
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
Le Breton, 2002,124.
Le Breton, 2002,125
Agregado propio
Agregado propio
Lepecki, 2019, 222
Lepecki, 2019, 253
Marlene Wayar, 2019, 74
Agregado propio
Agregado propio
Lepecki, 2019, 233
52
53
Resumen
Abstract
Resumo
El mundo sufrió una transformación sin
precedentes debido a la pandemia
forzando el aumento de las videollamadas
para seguir conectados desde el
distanciamiento. Este espacio virtual
genera un cuerpo alterado en la
interacción con la máquina, una
composición audiovisual que exhibe sus
fallas de rendimiento y modifica las
nociones preestablecidas en el contacto
interpersonal. El objetivo de este trabajo
es reflexionar sobre la desmaterialización
del gesto en la virtualidad, y cómo estas
disfunciones
aparecen
como
una
posibilidad creativa en el ámbito artístico
por medio del datamoshing.
The world has suffered an unprecedented
transformation due to the pandemic,
forcing the increase of video calls in order
to stay connected through social
distancing. This virtual space generates an
altered body in interaction with the
machine, an audiovisual composition that
shows its performance flaws while it
modifies pre-established notions of
interpersonal contact. The aim of this
piece of writing is to reflect on the
gesture dematerialization in virtuality and
how these dysfunctions appear as a
creative possibility in the artistic field
through datamoshing.
O mundo passou por uma transformação
sem precedentes devido à pandemia que
forçou um aumento nas chamadas de
vídeo para se manter conectado à
distância. Esse espaço virtual gera um
corpo alterado na interação com a
máquina, uma composição audiovisual
que exibe suas falhas de desempenho e
modifica as noções pré-estabelecidas no
contato interpessoal. O objetivo deste
trabalho
é
refletir
sobre
a
desmaterialização
do
gesto
na
virtualidade, e como essas disfunções
aparecem como possibilidade criativa no
campo
artístico
por
meio
do
datamoshing.
Palabras
claves:
Desmaterializacióngesto-video llamadas
Keywords:
video calls
Dematerialization-gesture-
Palavras-chave: Desmaterialização-gestovideochamada
54
Introducción
La pandemia por coronavirus colapsó al
mundo y obligó a mantener los cuerpos
en aislamiento preventivo. Un gran sector
de la población, con el privilegio de
acceder a internet y a un dispositivo que
le permita interactuar, se volcó de lleno a
la
comunicación
virtual.
Nuestras
conductas
se
transformaron,
amoldándose a un nuevo esquema de
signos que limita la expresión y la reduce
a una síntesis codificada audiovisual, a
una
representación
plana.
Las
telecomunicaciones proliferan tanto o
más rápido que el virus, anteponiendo lo
digital como medio de comunicación
primario y proclamando a la tecnología
como un arca de salvación.
Dentro de este nuevo contexto, las
videollamadas se volvieron esenciales
para comunicarnos y lo cotidiano pasó a
ser un binomio, conectado/desconectado.
David Le Breton (2002) dice, “Una amplia
red de expectativas corporales recíprocas
condiciona los intercambios entre los
sujetos sociales” (P.121). En la actualidad
es muy difícil satisfacer estas demandas;
no solo por la supresión de la
tridimensionalidad
necesaria
para
decodificar aspectos de la comunicación
no verbal sino también por el mal
funcionamiento de los dispositivos y la
débil señal de conexión en muchos de los
casos. En las videollamadas los gestos se
congelan, se ralentizan, se rompen y
dificultan la interacción fluida y constante.
Es el caso de la sobrecompresión de video
(ver imagen de portada) generada por un
error en el intercambio de datos; el
cuerpo virtual se pixela deformando su
propia
fisonomía
volviéndose
irreconocible. El cuerpo se desmaterializa.
Los sujetos en el espacio virtual pierden
su corporalidad original y se genera otro
nuevo cuerpo entre lo individual y lo
cultural, un tercer cuerpo (Ihde, 2002).
¿Cómo es este cuerpo en la virtualidad?
Un conjunto de datos, una copia
mediatizada de un cuerpo material que
lucha por hacerse entender bajo la
conciencia de su propia limitación. Una
simbiosis entre cuerpo y máquina, gesto y
cálculo (Couchot y Hélène, 2015)
El objetivo de este trabajo es analizar la
desmaterialización
del
gesto,
problematizando la relación entre cuerpo
y tecnología en pandemia, y sus
posibilidades creativas en la virtualidad.
Como punto de partida para el análisis se
utilizar| el video “Glitches” (Hai Huynh,
2020) realizado con la técnica de
datamoshing.
El cuerpo y las videollamadas
Indicio 35.
Fig.1 Hai Huynh, 2020
La etimología de “poseer” se encontraría
en la significación de “estar sentado
55
encima”. Estoy sentado sobre mi cuerpo,
niño o enano subido a los hombros de un
ciego. Mi cuerpo está sentado sobre mí,
aplastándome bajo su peso. 1
Nuestra vida cotidiana en pandemia
desmiembra la trama de hábitos y
costumbres que veníamos sosteniendo. El
espacio de protección que brinda el día a
día es un refugio frente a lo inesperado,
un mapa donde se trazan los recorridos y
conductas a seguir intentando no alterar
su cartografía. Esta guía de pasos para
construir la actualidad se diversificó. Por
un lado, adquirimos una inmensa cantidad
de tiempo disponible que presumimos
valioso y en muchos de los casos,
someten a los cuerpos y las mentes al
estrés. Así mismo las telecomunicaciones
vinieron a jugar un papel esencial en la
propagación de las noticias y la
información sobre el estado global de la
situación.
La
comunicación
entre
personas, aquello denominado presencia
física, se ve coartado por la posibilidad de
contagio y, por lo tanto, la distancia se
convierte en la regla. Con un objetivo
sanitario, las personas migraron de la
charla frente a frente, de las clases en
aulas interiores y los trabajos en
comunidad a la comunicación por medios
digitales. Los dispositivos consolidaron
ese lugar de primacía que hace varios
años vienen teniendo, en gran medida por
el uso intensivo de las redes sociales.
Mensajes privados, foros abiertos,
comentarios en publicaciones y demás
acciones configuran un nuevo escenario
donde el cuerpo está cada vez más
invisible. Es así que uno de los principales
medios que adquirió preponderancia
fueron las videollamadas, ya sea por
Whatsapp, Zoom, Jitsy, Meet, entre otras
aplicaciones, lo audiovisual se convirtió en
un espacio de intercambio con una
velocidad de asimilación inimaginable. En
este
pasaje
de
las
relaciones
interpersonales a la simulación en tiempo
real salen a la luz cuestiones propias de la
comunicación
que
habitualmente
naturalizamos o damos por obvio. Lejos
de regirse solo por las reglas del lenguaje,
el humano se vincula a partir de la
afectividad de los gestos, del humor y lo
paradójico de la comunicación. Las
sustracciones
del
lenguaje,
los
sobreentendidos, los actos fallidos o las
innumerables formas que adapta el
encuentro entre personas construyen un
componente físico, no verbal que nutre y
establece signos y presunciones en la
interacción.
Como señala David Le Breton (2002) el
rostro es el primer factor en la
comunicación, las personas corroboran el
componente afectivo a partir de estos
gestos que complementan los mensajes
verbales. El rostro es un emisor constante
de información de las intenciones
expresas o implícitas en la interlocución.
Las modulaciones y el constante cambio
de los gestos expresados cobran otra
dimensión en la mirada. En la híperconectividad que atravesamos la parte
superior del cuerpo pareciera convertirse
en la zona por defecto para establecer un
código común y facilitar la comprensión.
La mirada testimonia cómo los sujetos
toman parte, emocionalmente, en el
intercambio, únicamente por medio de
reparar en ciertos signos, más o menos
explícitos, que el interlocutor ofrece: la
56
simpatía o la antipatía, la desconfianza o
la confianza se pueden leer en el
intercambio (P. 101)
transformando lo real hacia lo hiperreal,
en muchos casos superador de nuestra
idea de realidad.
Cuando
nos
conectamos
por
videollamada, generalmente, la cámara se
sitúa de manera frontal generando un
plano medio del cuerpo debido al diseño
industrial de los dispositivos y la escala del
teléfono celular, Tablet o Notebook; esta
preforma, performa una conducta.
Siguiendo a Jaime Del Val (2009) el
cuerpo y los dispositivos encarnan una
relación de dominación, de acoplamiento
de la tecnología en la cultura digital que
enmascara una idea de democratización
de la comunicación para reproducir un
meta-dispositivo de control. La saturación
en la imagen y la excesiva generación de
contenido promueven un estado de
producción ubicua que limita a las
personas y los deja encerrados en su
propia existencia liminal entre lo virtual y
lo digital. En esta línea plantea que el
cuerpo-cámara deviene cuerpo-pantalla y
la simulación en la que nos vemos
inmersos es posible por el carácter
encarnado de la mirada, por el
agenciamiento imagen-cámara -pantalla
Podemos observar como con las
videollamadas no podemos mirar a los
ojos sin desviar la vista hacia la cámara, es
decir que para poder vernos a los ojos
deberíamos tener la cámara en el centro
de la pantalla. Esta particularidad técnica
exhibe una nueva subjetividad en el
vínculo con la comunicación pre verbal
que cuestiona los supuestos de
interacción. La mirada situada en la
cámara web nos impide conectar
directamente con la imagen simulada del
otro al no tener un retorno, un monitoreo
de los gestos del interlocutor. Le Breton
sugiere que nos vemos reflejados en el
otro, somos su espejo y buscamos
identificación, aprobación o reprobación
de nuestras expresiones y de este modo
el cuerpo se comporta siguiendo un ritmo
intersubjetivo. Así mismo cuando esta
relación no es posible, cuando se agota la
posibilidad de evitar lo que obstaculiza o
subvierte el código establecido, la
comunicación se vuelve imposible.
Los ritos de borramiento son aquellas
prácticas de las personas donde el cuerpo
se desenvuelve en una lógica de
presencia/ausencia. Si bien conserva
constantemente su materialidad, se
vuelve inconsciente de su existencia y lo
anula o lo toma como algo naturalizado.
Sucede un pasaje constante, on/off de un
cuerpo que está infinitamente ausente. Al
respecto el autor señala que “En la
familiaridad
del
sujeto
con
la
simbolización
de
los
propios
compromisos corporales durante la vida
cotidiana, el cuerpo se borra, desaparece
del campo de la conciencia, diluido en el
cuasi automatismo de los rituales diarios”
(Le Breton. 2002. P. 121). Ahora bien, en
cuarentena pasamos la mayor parte del
día conectados para poder seguir
realizando nuestras ocupaciones, nos
desaparecemos para aparecer del otro
lado. Este acto de conectarse, de sentarse
frente a una pantalla se vuelve un rito
más de la vida cotidiana, podríamos decir
que hay una hiper-automatización del
cuerpo. Una maquina relacional afectada
por el medio en proceso de
descomposición y fragmentación. El
57
cuerpo se somete al aislamiento, al
alejamiento perceptivo y a la relación
cotidiana con la imagen sintética de otro.
Después de varias horas de interacción
por Zoom o cualquier otra interfaz
podemos ver la presencia del cuerpo
atrofiado, la aparición de la falta de
concentración, el ardor en los ojos, el
cansancio en la escucha, escindiendo la
autopercepción del cuerpo y la mente.
Este cuerpo que se borra en la
habitualidad de la conexión reaparece por
medio de la molestia o el dolor.
La relación humano y tecnología está en
el centro del asunto y para abordarlo nos
resulta interesante el concepto de tercer
cuerpo propuesto por Don Ihde (2002).
Existe un primer cuerpo que es el
concreto, aquel que denominamos
nuestro y por el cual se puede sentir,
desear. A su vez, habitamos un cuerpo
dos vinculado a lo social, a la construcción
de un nosotros en la interacción con los
otros. Es así que el tercer cuerpo se ubica
entre primer y segundo exponiendo un
vínculo con la tecnología que los une.
Reflexionando sobre este presente
extraño,
Don
Ihde
analiza
las
tecnofantasías, expresiones que unen el
deseo del ser humano por elevar su
rendimiento y la realidad concreta. Se
genera un vaivén entre tecnología y
deseo, donde daría la sensación, que el
cuerpo tal como lo conocemos se
muestra desactualizado a los posibles
upgrades que se podrían someter. El
miedo a que las máquinas reemplacen
finalmente a los seres humanos tiene
larga data y el vínculo con la tecnología
permanece como una amenaza a la vez
que se consolida como el entorno
generador de subjetividad por excelencia
de nuestra época. Siguiendo esta lógica
podemos pensar cómo el tercer cuerpo
en la actualidad de confinamiento
expresa una nueva simbiosis. Aquello que
en su momento era una fantasía se vuelve
realidad en la medida que nos vemos
sometidos a conectarnos para desarrollar
nuestras actividades laborales, culturales,
artísticas. Nuestro cuerpo se abstrae, se
disocia de la mente e ingresa a un
simulacro perceptivo desencarnado,
donde somos cuerpo-imagen y la
metáfora de la tecnología sometiéndonos
pierde su carácter retórico. Un cuerpo
virtual nace, crece y se desarrolla a gran
velocidad
poniendo
un
nuevo
interrogante sobre la materialidad y la
comunicación. Es este cuerpo liminal,
intermedio, se extiende a través de la
tecnología y se apropia de un medio que
reconfigura, en la práctica, a sus usuarios.
Podemos pensar la relación cuerpo
físico/material, cuerpo virtual/inmaterial
como
un
estado
constante
de
intercambio, un dialogo hibrido, mutante.
Gesto y tecnología
Indicio 17.
Cuerpo a cuerpo, codo a codo o frente a
frente, alineados o enfrentados, la mayoría
de las veces solamente mezclados,
tangentes, teniendo poco que ver entre sí.
Aun así, Los cuerpos que no se no
intercambian propiamente nada se envían
una gran cantidad de señales de
advertencias, de guiños o gestos
descriptivos. (…)2.
58
Couchot y Marie analizan la relación entre
cuerpo y máquina, específicamente, gesto
y cálculo. Este traspaso vertiginoso entre
dos universos que en principio son
distantes, en la actualidad se manifiestan
como una simbiosis. El gesto expresivo,
propio de la complejidad humana se
encuentra
en
una
instancia
transformadora debido al advenimiento
de la tecno-ciencia y de las posibilidades
en todos los campos de estudio que esta
relación infiere. Podemos ver como un
sinnúmero de obras de arte se valen de
esta relación y el espectro de estéticas y
técnicas se fusionan poniendo al
espectador como usuario coparticipe de
la experiencia espacio temporal del arte
tecnológico. Podemos ver cómo la
tecnología extiende al cuerpo, en
principio por el uso del teclado, y más
tarde del mouse (como extensión de la
mano) generando una expansión de los
dispositivos. En este proceso el gesto
sufre alteraciones que si bien son
incapaces de ser captados por la
codificación mantienen su potencial
humano y expresivo, cargan de sentido la
automatización y devuelven un nuevo
territorio que categoriza una realidad
indómita. Por ejemplo, la realidad virtual y
la simulación por medio de la captación
de los gestos en datos y su traducción
digital es una fórmula capaz de
interfacear el cuerpo. La construcción de
un entorno entre lo humano y lo digital,
un espacio intermedio que involucra
nuestra percepción, nuestra sensación
poniendo a los sentidos en una nueva
configuración. Como señala Del Val
(2009) “Las interfaces producen formas
de pensamiento del cuerpo” (P.133). En
particular se refiere a la relación del
pensamiento corporizado, una relación
inefable entre idea y materia que se
redefine con la codificación. Quizás una
salida podría ser, retroalimentar las
posibilidades del cálculo, su infinita
capacidad de procesamiento con la
singularidad del pensamiento humano
potenciando lógicas en hibridez y, a su
vez, resistiendo a la estandarización,
homogenización y reducción sistemática
del humano. Hacer un análisis por
separado impediría ver que, tecnología y
expresión son parte de lo mismo. Las
actualizaciones en el área tecnológica
modifican las experiencias de los usuarios
y, a la vez, las personas se transforman
según los parámetros que promueve la
tecnología.
En
este
punto
nos
seguimos
preguntando; “¿Qué es un gesto?
Podríamos definirlo como el resultado
visible de aquello que se está pensando y
que se manifiesta fuera de la mente como
un
diseño
corporal,
expresivo,
comunicativo, tanto cultural como
subjetivo” (Ceriani. 2019). En esta
definición podemos notar como el gesto
anuda cuerpo y mente, un estímulo
intangible se hace presente por medio de
la acción física. Esta gestualidad contiene
múltiples objetivos que exceden lo
comunicacional y se instaura entre la
singularidad cognitiva y la comunidad en
la que se desarrolla. En esta línea Roger
Godoy (2019) analiza la relación entre el
movimiento gestual y su causa por medio
del pensamiento de Flusser (1994) este
autor propone un análisis que se aleja de
una visión biológica basado en el estímulo
respuesta. El autor de Gesto y percepción
entiende que todo movimiento es un
exceso irreductible solo a lo físico y
59
supone una relación intrínseca con la
cultura y su sistema de acoplamientos
que permiten descifrar y entender la
significación por la cual este movimiento
existe. Es así que el gesto en su relación
con la tecnología se establece como una
adaptación del cuerpo en función de los
aparatos y de aquellos movimientos que
no persiguen una eficiencia tecnológica,
sino que cumplen con un rol afectivo. A
esta díada se suma la noción de
percepción
como
componente
fundamental para fundar la idea de
comunidad. Godoy afirma que “no se
trata de encontrar un gesto, un afecto o
un percepto sin determinación, sin causa;
se trata de encontrar los mecanismos
mediante los cuales es posible extraerles
a los aparatos (a las reglas de los rituales)
nuevas configuraciones”. (P.5)
Atravesados por la ola tecnológica en
pandemia, se complejiza la relación
cuerpo/mente,
adaptando
nuestro
pensamiento a una realidad tecnológica
donde las conductas prestablecidas,
producto de la historia gestual de los
cuerpos, la costumbre de usar uno u otro
gesto para decir o desdecir, se transforma
en re-entendimiento de las relaciones y la
corporalidad. Ceriani señala que:
Enfatizar la interacción del cuerpo
disciplinar con las máquinas, los robots y
los maniquíes nos conllevan a nuevos
interrogantes: ¿El cuerpo diseña sus
movimientos en función de estos niveles
de sintonía? ¿Cómo modula sus gestos?
¿Qué niveles de expresividad podemos
encontrar en el ejercicio mutuo? ¿Cómo es
la práctica sensible de estos gestos
comunicativos? (Ceriani.2019)
La interacción humano/maquina nos lleva
a replantearnos cómo se construye el
movimiento en la actualidad, qué
pensamiento lógico programático nos
habita, y qué formas afectivas de
relacionarnos con esta simbiosis existen.
Desmaterialización
Indicio 5. Un cuerpo es inmaterial. Es un
dibujo, es un contorno, es una idea3.
El cuerpo, los gestos y la presencia física
se transforman y dan lugar a un nosotros
que excede los límites de la realidad y
profundiza
sobre
la
idea
de
desmaterialización. En este caso nos
referimos al proceso de descomposición
del cuerpo virtual que sucede a causa del
error en el código digital develando la
posibilidad de capitalizar aquello que se
muestra como desecho, subordinado, o
invalorable. En el video “Glitches” de Hai
Huynh @haisthename en Tik Tok
podemos ver una secuencia de acciones
cotidianas que se desvanecen, se
fragmentan en un barrido de pixeles y
desaparecen para dar paso a otros
objetos y espacios. La percepción del
presente se ve alterada, nos mantiene en
una espera por este desvanecimiento de
la imagen, este juego espacio temporal.
Lo real y lo virtual se entremezclan en una
imagen
seductora
que
consigue
replantear supuestos en una realidad que
se muestra imaginaria e intangible. No es
casual que el audio sea la voz en off de
Allan Watts, filósofo británico y
divulgador de las ideas orientales en
occidente, como el Tao, la filosofía Zen y
60
el budismo. En sus frases se trasluce el
rito de borramiento de la mente misma.
“Una persona que piensa todo el tiempo
no tiene nada en qué pensar excepto en
pensamientos. Entonces, pierde el
contacto con la realidad y vive en un
mundo de ilusiones. Por pensamientos
me refiero, específicamente, a parloteo
en el cr|neo” (cultura inquieta. 2017). La
voz propia que cada quien posee y ordena
la rutina se convierte en el medio para
desaparecer,
para
perder
la
autoconciencia. En esta línea Roy Ascott
(1995) señala que;
La autoconciencia tiene que ver con la
búsqueda de coherencia en el campo
mente-cuerpo y en su más amplia relación
con el mundo. (…) la paradoja de la
coherencia en esta conjunción es que el yo
y
su
presencia
pueden
estar
descentralizados y distribuidos de algún
modo bifurcados para crear identidades
múltiples en un contexto de inestabilidad e
incertidumbre creativa (P. 30)
En “Glitches” tenemos la sensación de
vivenciar los actos erráticos, la
imposibilidad de agarrar los objetos, de
asir el mundo en primera persona. Esta
sensación se debe, en parte, por el punto
de vista de la cámara subjetiva que, si
rastreamos en la cultura popular
contemporánea se ve en los videojuegos
o en el uso de cámara tipo Gopro para
generar contenidos en redes, por
mencionar algunos mecanismos que
vienen habituando nuestra mirada y
subjetividad desde la llegada de los
medios masivos de comunicación. “Lo
“audio-visual” se ha sedimentado de
manera tan sólida en nuestra forma de
ver/escuchar que se han tornado obvios e
inconscientes en nuestra experiencia.”
(Don Ihde, pág. 30) Nuestra percepción y
las maquinas conforman, en términos de
Roy Ascott, la cibercepción, ésta:
Puede significar el despertar de nuestras
potencialidades psíquicas, de nuestra
capacidad de estar fuera del cuerpo o en
una simbiosis mente/mente con otros. Esta
facultad pos biológica nos redefine como
individuos, dentro de la experiencia de
interactuar y percibir simultáneamente
entre lo real y lo virtual. (P. 31)
El autor señala la intersección entre la
percepción biológica, mediante los
órganos, y el ciberespacio pos-biológico
creando una nueva percepción híbrida. La
conciencia y el mundo material adquieren
una nueva forma de vincularse basada en
la conexión mental, la desaparición del
cuerpo como materia en la comunicación,
así como también cambian los usos y
costumbres
sociales,
culturales
y
artísticas. Esta manera de entender la
realidad lleva consigo un conjunto de
producciones artísticas que potencian el
surgimiento de prácticas que cuestionan
el medio digital desde sus propias reglas.
Es el caso del Glitch art o el datamoshing,
entendido como una forma de realizar
imágenes mediante la corrupción de
archivos constituyendo una de las
estéticas que se afirman en la
capitalización del error y su incorporación
como elemento creativo.
61
Fig. 2 Murata
Este error se genera porque la
sobrecompresión de archivos colapsa y
no podemos distinguir las formas con
claridad, el sonido se entrecorta, y la
pantalla se congela, momentáneamente,
en una postal del presente. En el video
vemos como esta ineficacia técnica se
convierte en un acierto artístico
aportando a una mirada amplia sobre arte
y vida en la virtualidad. El factor autoreferencial de la técnica expresa una
realidad que se aleja de la representación
y se abstrae fugazmente. Al respecto
Juan M. Prada (2012) reflexiona
Lo más interesante de las indagaciones en
torno al arte glitch o fallo informático
radica en el hecho de que este conjunto de
efectos visuales generados a consecuencia
de errores del programa no sean
representacionales, es decir, satisfactorias
expresiones de esos mundos diseñados
como simulación. Por el contrario, el error
es el fallo del sistema de representación, lo
que evidencia la propia estructura
informática de esos entornos sintéticos o el
indicio de su realidad como construcción
basada en código. (Prada. 2012)
Si bien la técnica de datamoshing o glitch
art se funda en su lejanía con la
representación y la narrativa, podemos
encontrar una met|fora en “Glitches”, la
cual versa sobre lo inaprensible del
tiempo en el espacio virtual. Por un lado,
muestra la desaparición de los objetos,
del cuerpo, de los gestos y la
imposibilidad de hacer pie en una realidad
inmaterial, sin arriba ni abajo. Y a su vez,
es metáfora de la producción estética
extrema en la que estamos insertos, de la
excesiva necesidad de utilizar todo lo que
nos rodea para producir imagen, para
encontrar en los errores y residuos de
realidad una voluntad creativa como un
gesto de astucia.
Fig. 3 Datamoshing o Glitch art
Conclusión
Finalmente, nos interesa tomar el
pensamiento de Hito Steyerl (2014) sobre
el concepto de imagen pobre:
62
Las imágenes pobres son los Condenados
de la Pantalla contemporáneos, el detrito
de la producción audiovisual, la basura
arrojada a las playas de las economías
digitales.
Testimonian
la
violenta
dislocación, transferencia y desplazamiento
de imágenes: su aceleración y circulación en
el interior de los círculos viciosos del
capitalismo audiovisual (…) Las imágenes
pobres muestran lo extraordinario, lo
obvio y lo increíble, siempre y cuando
seamos todavía capaces de descifrarlo
(Steyerl.2014. P. 34)
Este tipo de reflexión nos pone a pensar
sobre qué postura tomar frente al arte
tecnológico que se apropia de los errores
de los softwares y los convierte en la
estética que aborda la inaccesibilidad del
medio. Surge la pregunta ¿Todo debe ser
un producto estético en el espacio virtual?
Al respecto Boris Groys señala
El acceso relativamente fácil a las cámaras
digitales de fotografía y video combinado
con Internet –una plataforma de
distribución global– ha alterado la relación
numérica tradicional entre los productores
de imágenes y los consumidores. Hoy en
día, hay más gente interesada en producir
imágenes que en mirarlas”. (Groys. 2014.
p.14)
Pensando en la desmaterialización del
gesto en la virtualidad nos queda revisar
nuestros comportamientos habituales,
nuestros ritos de borramiento en la
conformación del tercer cuerpo. Cómo
transitar la simbiosis cuerpo máquina y
alimentar
creativamente
nuestra
cibercepción de manera tal que las
transfiguraciones en el medio digital y real
dejen de ser binomios y pasen a otras
instancias superadoras de pensamiento.
Por último, cabe reflexionar sobre la
creación artística y su reconfiguración en
una actualidad inestable que nos propone
desafíos inéditos y nuevas maneras de
abordar la realidad.
Bibliografía
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Publicación de la Cátedra Arquitectura IV
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Couchot, Edmond y Hélène, Marie, (2015)
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Argentina
Ihde, Don (2002) “Los cuerpos en la
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63
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Luc Nancy, J. (2007) “58 indicios sobre el
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Val, Jaime Del (2009) “Cuerpo común y
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Datamoshing (2006) “Como hacer videos
con Datamosh” recuperado de url:
http://datamoshing.com
Observar es mejor que pensar: Alan Watts
sobre lo nocivo del pensamiento
compulsivo (17-10-2017) recuperado de:
https://culturainquieta.com/es/inspiring/it
em/12811-observar-es-mejor-que-pensaralan-watts-sobre-lo-nocivo-delpensamiento-compulsivo.html
Hai, Huynh. @haisthename .28 de Julio de
2020 “Glitches” #glitch #glitchesinreallife
#trippy #datamosh When you haven't
slept for days... Do you want more of
this?.
Tik
Tok.
url:
https://www.tiktok.com/@haisthename/v
ideo/6854578646485617925?is_copy_url=
1&is_from_webapp=v1
Notas
1.
2.
3.
Jean Luc Nancy.2007. P. 23
Jean Luc Nancy. 2007. P. 3
Jean Luc Nancy. 2007. P. 1
Video
64
65
Este artículo ha sido publicado previamente
en Invasión Generativa, ISSN: 2362-3381, La
Plata, Buenos Aires, Argentina, Año 4 - No 4.
URL:<http://www.invasiongenerativa.ar/>
This article has been previously published in
Invasión Generativa, ISSN: 2362-3381, La Plata,
Buenos Aires, Argentina, Year 4 - No 4. URL:
<http://www.invasiongenerativa.ar/>
Este artigo foi publicado anteriormente em
Invasión Generativa, ISSN: 2362-3381, La Plata,
Buenos Aires, Argentina, Ano 4 - No 4. URL:
<http://www.invasiongenerativa.ar/>
Abstract
Resumo
This writing is part of the Research and
Development Project (PID / UNLP) HCI
and New Applied Interfaces from
Multimedia Design, accredited by the
National University of La Plata, period
01/01/2020 to 12/31/2021. Code: 11 / B377.
Director: Ing. Emiliano Causa. Co-director:
Dra. Alejandra Ceriani.
Esta redação faz parte do Projeto de
Pesquisa e Desenvolvimento (PID / UNLP)
HCI e Novas Interfaces Aplicadas de
Design Multimídia, credenciado pela
Universidade Nacional de La Plata,
período 01/01/2020 a 31/12/2021. Código: 11
/ B377. Diretor: Ing. Emiliano Causa. Codiretora: Dra. Alejandra Ceriani.
Se estudia la aplicación de nuevas
herramientas a otros ámbitos desde el
campo de las HCI (Human Computer
Interaction) que, en los últimos años, ha
manifestado un avance considerable en
los dispositivos para el desarrollo de
interfases físico-virtuales.
The application of new tools to other
areas is studied from the field of HCI
(Human Computer Interaction) which, in
recent years, has shown considerable
progress in devices for the development
of physical-virtual interfaces.
A aplicação de novas ferramentas a
outras áreas é estudada a partir da área
de IHC (Human Computer Interaction)
que, nos últimos anos, tem apresentado
avanços consideráveis em dispositivos
para o desenvolvimento de interfaces
físico-virtuais.
Palabras claves: Interfases físico-virtuales;
Sensado
Biolectrico,
Performance
Biointeractiva.
Keywords: Physical-virtual interfaces;
Biolectric
Sensing,
Biointeractive
Performance.
Palavras-chave: Interfaces físico-virtuais;
Sensor
Biolétrico,
Desempenho
Biointerativo.
Resumen
Este escrito es parte del Proyecto de
Investigación y Desarrollo (PID/UNLP) HCI
y Nuevas Interfaces Aplicadas desde el
Diseño Multimedial, acreditado por la
Universidad Nacional de la Plata, período
01/01/2020 al 31/12/2021. Código: 11/B377.
Director: Ing. Emiliano Causa. Codirectora:
Dra. Alejandra Ceriani.
66
Introducción
Pero, particularmente, ¿por qué el arte es
entendido como modelo de la experiencia
vital? Porque en el arte se pone en
suspenso la obviedad del mundo. Yanina Di
Giusto
El proyecto HCI y nuevas interfases
aplicadas a performances interactivas en
conectividad estudia la aplicación de
nuevas herramientas a otros ámbitos
desde el campo de las HCI (Human
Computer Interaction) que, en los últimos
años, ha manifestado un avance
considerable en los dispositivos para las
máquinas electrónicas y los programas
informáticos, particularmente, en el
desarrollo de interfases físico-virtuales.
Tal como es conocido, en la realidad
virtual, se generan creaciones aparentes
y, en la realidad aumentada, se combinan
esas creaciones con otros elementos que
están ahí, objetualmente. En la realidad
mixta, se realiza una mezcla de ambas
donde las interfases físicas –integradas
por dispositivos de captación o sensado–
producen eventos virtualizados del
mundo físico. Dentro del conjunto de
dispositivos que conectan el cuerpo con la
computadora, están los convencionales,
como el teclado, mouse y monitor; a los
que hoy incorporamos las pantallas
sensibles al tacto y los sistemas de
captación de movimiento ópticos (que
emplean un conjunto de cámaras que
captan el movimiento del sujeto y un
software que lo interpreta) y no ópticos
(usan un traje o exoesqueleto y se dividen
en dos grupos principales: los mecánicos
y los electromagnéticos), por nombrar
solo algunos dentro de los estilos de
interacción del sistema.
Terry Winograd define el campo de la HCI
(Human
Computer
Interaction
Interacción Humano Computadora) o
interacción persona-ordenador (IPO, en
español) como el de una “disciplina que
no es ni el estudio de los seres humanos,
ni el estudio de la tecnología, sino más
bien, el puente entre ambos” (Winograd
en AA. VV., 2011: 3). Es decir, aquel campo
epistémico donde se estudia cómo se
plantean, elaboran y aplican los sistemas
informáticos interactivos a las personas y
a su modo de mediar en línea en
cualquiera de sus dimensiones: estéticas,
técnicas,
lingüísticas,
políticas,
económicas y culturales.
De acuerdo con lo que desplegaremos
para este artículo –que abordará el
estudio de caso de un trabajo
colaborativo
de
investigación
y
producción en arte y tecnología aplicada,
un
emprendimiento
colaborativo
posdisciplinar
de
artistas
de
la
performance, la multimedia e ingenieros
electrónicos que sortea las dificultades de
la programación, el hardware y la
accesibilidad a Internet–, se analizan dos
momentos determinados por la pandemia
y su consecuente aislamiento.
En este punto, creemos pertinente aclarar
que la producción académica desde la
interdisciplinariedad puede únicamente
encarnar el desarrollo profesional en dos
o más disciplinas. Esto no es lo
equivalente a la posdisciplinariedad que
prevé la construcción de nuevos objetos
de estudio. Se trata de incluir los
conocimientos en un nivel de análisis que
67
pretende profundizar en el papel de la
comunicación desde su pertinencia social,
investigaciones y prácticas, sin renunciar a
los aportes de las distintas disciplinas.
En este contexto, damos lugar a la
presentación de un primer momento en el
que distinguimos el proceso colaborativo
iniciado en el año 2018 con el Grupo de
Instrumentación Biomédica, Industrial y
Científica
(GIBIC)1,
unidad
de
investigación
del
Instituto
de
Investigaciones en Electrónica, Control y
Procesamiento de Señales (LEICI),
dependiente de la Facultad de Ingeniería
de la Universidad Nacional de La Plata
(UNLP) y del CONICET.
Nos interesa entonces, en este primer
momento,
señalar
los
objetivos
procesuales que apuntaron a las formas
de reapropiación concreta –que estas
nuevas interfases permiten– sobre
diferentes desarrollos, tales como el de la
ingeniería electrónica vinculada a la
rehabilitación médica, que estudia el
procesamiento
de
las
señales
bioeléctricas emitidas por el cerebro y los
músculos. “Las interfases hombre-
máquina (IHM), un término más general
que ICC, también se basan en señales de
EEG o de EMG e interpretan la voluntad
del usuario o el efecto de la misma sobre
sus músculos” (Guerrero, 2017: 8). Así,
tras una serie de propuestas en pos de
cruzar
estos
dos
campos
del
conocimiento y de la praxis –performance
corporal y tecnología biomédica– y
dentro de su especificidad, nos
apropiamos de una contextualización
geomorfológica
y
subrayamos
lo
complejo y paradojal que subyace en los
conceptos de corporalidad, espacialidad y
conectividad actualmente.
Por su parte, hoy, la mayoría de los
grupos de investigación científica y
tecnológica centran sus esfuerzos en el
procesado de la señal y en la clasificación
de patrones. Sin embargo, todos
coinciden en la importancia de investigar,
a través de una mayor interrelación entre
diseñadores y usuarios, por un lado, cómo
poder sensar discretamente a un/a
performer en movimiento; y, por otro, el
desarrollo de técnicas de entrenamiento
corporal basadas en técnicas de bioretroalimentación (biofeedback), que
posibiliten a un performer generar nuevos
gestos de forma fiable, un patrón de señal
en función de su creatividad expresiva.
Habitualmente, las características se
extraen del tiempo o gráfico de los
índices espectrales, pero el cerebro es un
sistema caótico y algunas de ellas no
efectúan ciertos supuestos, como la
estacionariedad o la linealidad.
En ese mismo orden de ideas,
recapitulamos
como
un
segundo
momento –directamente ligado a la
emergencia sanitaria en el país que, entre
otras
cuestiones,
determinó
un
aislamiento
social
preventivo
y
obligatorio, popularmente conocido
como “cuarentena” – aquel que surgió de
la necesidad de reprogramar el modo de
trabajo, dado que el dispositivo
WIMUMO4 quedó en el laboratorio que
está dentro de la Facultad de Ingeniería, y
por lo tanto no se podía acceder a él.
En consecuencia, se comenzó a planificar
la performance interactiva OSCuarentena
5, un proyecto de plataforma para
performances en línea, en la que cada
integrante actúa desde su residencia en
68
tiempo real. Se propuso desplegar una
práctica corporal en las redes de Internet
que vincule el micromovimiento gestual
con un sistema de sensado bioeléctrico.
Traducir y modelizar esta información
dinámica a visuales y sonidos –utilizando
dispositivos de comunicación inalámbrica
a través de ondas electromagnéticas–
permite al cuerpo cuasi inmóvil
comunicarse sensitivamente con su
entorno.
El plan original contemplaba la
interacción, en un lugar físico, del equipo
de medida de biopotenciales y de quienes
interveníamos para generar el diseño
corporal, la música y los sonidos, las
visuales
y
demás
herramientas
multimedia; pero, frente al aislamiento
obligatorio, se nos planteó cómo
continuar en la virtualidad. Así es que, a
través de la interacción de una tecnología
llamada Open Sound Control (OSC) 6, se
viabilizó el envío de información
multimedia por Internet y en tiempo real;
se logró, de este modo, replicar no solo lo
que acontecía en el espacio escénico, sino
también realizar varias presentaciones
exitosas en jornadas y festivales
nacionales e internacionales
performance OSCuarentena.
con
la
Si pensamos que esta investigación
conjunta fue llevada adelante bajo
condiciones técnicas mínimas, podemos
afirmar que logramos instalar otra forma
de organización territorial dentro de
entornos de conectividad transitoria y
emergente. En tal sentido, el título
elegido para esta performance interactiva
a través de Internet, OSCuarentena,
deviene de conjugar este protocolo de
comunicación en los medios disponibles
con la situación de cuarentena o
aislamiento preventivo y obligatorio en el
cual se rediseñó.
En este contexto, las plataformas
virtuales de comunicación están dando un
giro a las manifestaciones artísticas
digitalizadas que ponderan la relación
entre información, datos sensibles y
territorios
en
conectividad.
Las
transformaciones que han acontecido –y
aquellas que siguen aconteciendo– en el
plano productivo, tecnológico, del trabajo
cultural y las relaciones de producción
colocan a Internet como el espacio que ha
abierto una posibilidad de presencialidad,
que permite a las propuestas de arte y de
educación mantener el contacto de modo
virtual. Paralelamente, potencian el
cuerpo para poder interactuar en la
distancia, en otro tipo de presencia virtual
o de ausencia física. Siendo este contexto
único, posiblemente sea una oportunidad
para pensar estos otros formatos
escénicos; y aquí la pantalla de las
plataformas en línea es nuevamente la
protagonista de una experiencia estética
del linde y la dispersión.
Propuesta artística en esta nueva forma
de vida
La desaparición del cuerpo en la virtualidad
es comparable con la pérdida del aura en la
época de la reproducción técnica. Cuando
surgió el cine, Walter Benjamin consideró
que al desaparecer la presencialidad se
perdería la sublimidad de la experiencia. El
arte se marchitaría con el cine, pues no
podría captar el carisma presencial. Sin
embargo, el cine creó su propio hechizo y
se impuso como un nuevo arte completo y
69
diferente. ¿Algo similar ocurrirá con la
virtualidad como nueva forma de vida?
Esther Díaz
oralmente. Este proceso nace en el
cerebro, se comunica a través del sistema
nervioso y termina en órganos efectores
(Guerrero, 2017: 7)
El artista se hace visible al dislocar el
espacio donde cohabita con el espectador
y debe, necesariamente, salirse de sí para
interactuar con su entorno. No sabemos
de dónde surgen sus pensamientos y su
avidez, pero sí que las primeras evidencias
observables de estos desempeños son las
señales o potenciales de acción. Los
organismos biológicos, como las células,
producen potenciales eléctricos y
dependen de ellos para transferir
información. “Estos potenciales de acción
son la herramienta básica de las células
para procesar información en el cerebro y
transmitirla en el sistema nervioso y los
músculos” (Guerrero, 2017: 9); y, forman
parte
intrínseca
de
todos
los
movimientos, gestos y posturas.
Los potenciales de acción son los
elementos esenciales que, superpuestos,
estipulan señales complejas como
aquellas que controlan los movimientos
puntuales, por ejemplo, de las manos o de
la voz. Todas nuestras funciones son la
derivación adyacente de una secuencia
codificada de potenciales de acción. Del
mismo modo, las señales eléctricas que
acontecen bajo la piel –llamadas
biopotenciales– se forman en el cerebro y
se irradian por los nervios para alcanzar a
los músculos y generar acciones motoras:
el performer danza, gesticula, inhala y
exhala, etcétera.
La voluntad de una persona encuentra su
manifestación y consecuencia última en
acciones, en el movimiento de su cuerpo
ya sea para accionar mecánicamente
sobre objetos o para comunicarse
Encerrado dentro de nuestra piel, hay un
mundo de señales eléctricas, producidas
por las células nerviosas para comunicar
mensajes o por los tejidos de órganos como
los músculos para coordinar acciones. Estas
señales transportan información no solo
sobre el estado de salud del cuerpo, sino
sobre la voluntad, las ideas y los deseos de
la persona en quienes se originan
(Guerrero, 2017: 1).
Entonces la propuesta es rescatar y poner
en valor esa maleabilidad sensorial que se
disipa constantemente en el consumo
tecnológico cada vez más alienante. Este
proyecto
performático
plantea
desentenderse del movimiento diseñado
coreográficamente; y busca llegar a la
intencionalidad del performer en un
estado previo, simple, antes de que sus
deseos sean preformados por sus
capacidades y su contexto situacional.
Enunciado de este modo, podríamos
expresarnos y exponernos en un
escenario de absoluta paridad con otros
cuerpos en este mismo estado primordial.
Poner
en
ejercicio
reciprocidades
creativas entre quienes son especialistas
en tecnología y artistas sitúa a la
performance interactiva como una
práctica artística que posibilita la
reciprocidad entre arte-ciencia, lenguaje
70
del movimiento-ingeniería electrónica y
gesto expresivo-sensado bioeléctrico.
Esta
performance
interactiva
OSCuarentena está diseñada de forma tal
que para el espectador-usuario sea
importante empatizar y entender cómo
funciona el sistema del que está siendo
copartícipe y, más importante aún,
percibir cómo el performer se realimenta
dentro de este a través de sus
micromovimientos. Las acciones del
performer abren nuevas posibilidades
sonoras y visuales que pueden no haber
sido consideradas anticipadamente.
El hecho de que pueda “escucharse y
verse el micromovimiento” es factible
gracias al sensado de partes del cuerpo;
en consecuencia, cambia la forma en que
el espectador experimenta el sonido y las
visuales. Este sistema visual y sonoro está
impulsado por eventos y datos generados
por los componentes que sensan las
coordenadas
espacio-gestuales
en
relación ergonométrica con el teléfono
celular
(acelerómetro,
brújula,
proximidad) y los efectos eléctricos de los
músculos sensados por los electrodos.
Simultáneamente,
el
performer
interactúa con este pasaje de datos junto
al compositor sonoro y al diseñador
visual, para crear una experiencia cinésica
e inmersiva en la red de Internet.
Mediante un celular sostenido en las
manos y electrodos colocados sobre
algunos puntos de inserción de los
músculos, se captan, por un lado, los
movimientos periféricos de la articulación
de los brazos, como aceleración y
distancia; y, por otro lado, las señales
electromiográficas (EMG) producidas por
el impulso nervioso del músculo. Estos
datos de ubicación y de biopotenciales
serán resignificados generando sonidos e
imágenes por computadora, convirtiendo
así al performer en un instrumento audiovisual que in-corpora –es decir, da cuerpo
a– el sonido y la imagen con gestos
mínimamente perceptibles.
Al involucrar la implementación de un
sistema multimedia interactivo de
sensado bioeléctrico para la exploración
relacional, situacional y metafórica del
movimiento o micromovimiento, este
proyecto da impulso a la realización de
acontecimientos
múltiples.
Estos
proceden de la materialidad de la acción
corporal –al interactuar con los formatos
electrónicos, multimediales o bien
algorítmicos– a otras inmaterialidades
que instalan la certeza de una
transformación
profunda
de
las
condiciones de espacio y de tiempo, en
consecuencia, de la percepción y del
conocimiento de lo sensible.
En este sentido, las circunstancias que
nos inquietan son las que pueden
promover intercambios entre disciplinas
puestas a articularse con objetivos
teórico-prácticos. ¿Por qué? Porque se
trata de conjugar la danza performance y
la electrónica, donde se requiere una
especificidad
técnico-cognitiva
“de
personas
bien
entrenadas
para
instrumentar los medios establecidos por
los investigadores, es decir, personal
capacitado para la técnica” (Díaz, 2007:
133).
Estamos transcurriendo un espaciotiempo de dispersión y, a la par, la
reconstrucción posdisciplinar que logra la
integración para crear objetos de estudio
71
relevante, pertinente. Por consiguiente,
se evidencia que los conceptos de cuerpo
y de performance, que aborda la práctica
artística vinculada a las tecnologías, nos
plantean reparar en otras formas de
producción para el desarrollo de la
subjetividad que implica cada vez más la
mediación
tecnológica
(digital,
electrónica y de la conectividad).
En la realización de una performance en
interacción y colaboración con las
tecnologías emergentes y en red,
alternamos
con
una
corporalidad
simulada que desplaza a la persona
antropocéntrica e incorpora los soportes,
materiales y otros efectos sinestésicos
excitados por la hibridación del
componente corporal y su digitalización.
Escindimos un único cuerpo para crear
una doble permanencia en la que una y
otra configuración pueden multiplicarse y
complejizar las diferentes performances
en las que interactúan. Podríamos
especular sobre que “el objetivo final del
cuerpo virtual es convertirse en el
simulacro perfecto de la acción
multisensorial del físico” (Ihde, 2002: 29).
Por lo tanto, consideramos que la
performance –como práctica artística que
desde su tendencia a la diversidad
matérica, a las mediaciones, a los
discursos abiertos y a clandestinidades–
debería convertirse en una de las
propuestas híbridas más significativas
entre lo material y lo inmaterial del
cuerpo en el arte de las sociedades que
contengan, inevitablemente, los nuevos
modos de cooperar en la producción de
información y comunicarse. Lo cual no
quiere decir que no haya que cuestionarse
los cambios en las prácticas y en los
hábitos corpóreos producidos por la
relatividad entre lo cercano y lo lejano, lo
presente y lo ausente, lo real y lo ficcional,
que se producen como consecuencia de la
incorporación, cada vez mayor, de la
virtualidad en nuestras vidas con el
contacto inmediato y constante con
dispositivos digitales que amplían,
fragmentan y trasladan nuestra identidad
corporal a otras dimensiones.
Criterios escénicos en conectividad
Numerosos espacios y salas en todo el
mundo están inactivos, sin artistas y sin
público. La suspensión mundial de todas
las actividades en lugares públicos ha
sacudido
fuertemente
a
actores,
bailarines, otros artistas escénicos y
espectadores
en
aislamiento.
Propiciamente, Internet ha abierto una
posibilidad de presencialidad, al permitir a
las propuestas de artes escénicas
mantener
las
luces
encendidas,
virtualmente, al menos.
Este contexto es excepcional para pensar
en otras formas, otros formatos. La
capacidad de las propuestas artísticas
para reinventarse a través de la
tecnología no debe percibirse como una
imposición del presente sino, más bien,
como una herramienta técnico-expresiva
extraordinaria. Por lo tanto, en el ámbito
de
las
prácticas
escénicas
contemporáneas se está conformando
una dramaturgia de código abierto o, en
nuestro caso en particular, una
performática entre redes digitales,
plataformas de conexión y espacio físico.
72
La emergencia de las plataformas
conectivas está dando un giro a las
manifestaciones artísticas digitalizadas, a
la popularización de nuevas aplicaciones
tecnológicas que ponderan la relación
entre información, datos sensibles y
territorios posdisciplinares. En este
sentido, las artes performáticas proponen
desarrollar exploraciones de y desde los
cuerpos en relación con acciones visuales,
escénicas, sonoras, tecnológicas y
conectivas a partir de teorías y prácticas
actuales. Se trata de experimentar de
forma inter- y transdisciplinaria para
generar producciones e intervenciones
artísticas híbridas para espacios múltiples,
transitables
y
deslocalizados.
En
consecuencia, el cuerpo se instala desde
la emisión constante de señales y se
espera de él, fundamentalmente,
producción
material,
emisión
de
información y predisposición a las
prácticas multimediales.
La información, por una parte, proviene
de las ondas cerebrales, haciendo uso de
una electroencefalografía (EEG), y, por
otra, de la actividad muscular inducida por
electromiografía (EMG). Estas señales son
amplificadas, filtradas y digitalizadas con
el objetivo de analizar los resultados en
una
computadora
y
en
un
microprocesador vía bluetooth. Estos
dispositivos y sus interfases implementan
un algoritmo que indica los niveles de
actividad. A través de estos niveles y con
las propias señales, se realiza el
tratamiento de la información para darle
la funcionalidad correspondiente al
software que traduce y modeliza un
paisaje visual y sonoro generado por el
cuerpo en graduales expansiones y
contracciones. Esto permite hacer un
mapeo sistémico general que contempla
el acopio del micromovimiento interno,
que tiene importantes implicaciones en el
objetivo final de esta investigación:
aportar al diseño de un entorno visual y
sonoro para que personas con movilidad
reducida interactúen expresivamente.
En este sentido, y a partir de la
investigación llevada adelante por los
miembros del GIBIC7, se crea WIMUMO,
un dispositivo inalámbrico capaz de medir
la señal electro-fisiológica o biopotencial
del
cuerpo
orientado
hacia
la
performance artística.
Para introducir las señales EMG y otras
señales bioeléctricas a la práctica artística,
de manera confiable y robusta, se llevó a
cabo el desarrollo de un nuevo dispositivo
electrónico, que es una especie de
neuroprótesis no invasiva. Este dispositivo
pretende ser un puente entre el mundo
interno del performer (que se observa a
través de sensores de biopotenciales y
otras señales auxiliares) y el mundo de los
artistas multimedia: hardware y software
utilizados para crear música y contenido
audiovisual,
como
Processing
(<https://processing.org/>) y Pure Data
(<http://puredata.info/>). Este dispositivo
también debe ser portátil (pequeño, liviano
e inalámbrico) para permitir la libertad de
movimiento del artista en el escenario.
Otra característica deseada es que sea fácil
de usar y configurar, reduciendo la
necesidad de asistencia técnica. El
dispositivo desarrollado fue llamado
WIMUMO3
(Wireless
MUltiMOdalacquisition platform), y es un
sistema portátil y vestible compuesto por
el circuito front-end integrado de cuatro
canales biopotenciales (ADS1299-4) con
73
conversores analógico-digitales (ADC) de
muy alta resolución, un conjunto de cuatro
(4) sensores EMG, un banco de energía
externo de 5 V y una computadora de placa
única (Raspberri PI Zero W) con Linux como
sistema
operativo
y
capacidades
inalámbricas (Bluetooth y WiFi). La
tecnología WiFi fue elegida para el
WIMUMO debido a su mayor alcance
respecto al Bluetooth. La computadora lee
las muestras crudas de EMG de los ADC y las
procesa para calcular la envolvente de cada
canal. Estas señales envolventes y,
opcionalmente, el EMG sin procesar, se
transmiten a otros dispositivos en la red
local para la generación de contenido
audiovisual, utilizando el protocolo OSC
(Open SoundControl), que es un protocolo
estándar ampliamente compatible con el
hardware y el software utilizados por
artistas multimedia (AA. VV., 2020: 13).
OSCuarentena es un proyecto de
plataforma para performances en línea en
la que cada integrante actúa desde su
casa en tiempo real:
Fig.1 WIMUMO (WIreless MUlti-MOdal
acquisition platform)
Alejandra Ceriani danza en su casa con su
celular, generando señales OSC que son
enviadas por Internet a la computadora de
Alejandro Veiga, quien genera sonidos con
Pure Data, y a la Tobias Albirosa, que
produce imágenes utilizando Processing.
Rocío Madou y Federico Guerrero, también
operando desde sus hogares, se encargan
del servidor OSC y de las comunicaciones
sobre una red virtual que vincula a todos
los actores. El desarrollo y la puesta en
funcionamiento del proyecto se realizaron
en forma virtual a través de distintas
plataformas que fueron exploradas y
evaluadas (AA. VV., 2020)7.
Fig.2 WIMUMO colocado en el cuerpo en
actuaciones físicas
74
Fig. 4 Localizaciones para la performance
OSCuarentena
Tal como se describe en el párrafo citado,
se establece una proximidad poética no
solo entre cada performer conectado a
través de las pantallas, sino que se
propuso sumar al público participante de
la siguiente manera:
Los movimientos y señales del cuerpo
generados en un lugar se transmiten y
producen sensaciones, música e imagen en
otra parte, y todo se presencia en forma
virtual […]. En esta edición de
OSCuarentena,
puede
participarse
accediendo a la transmisión en vivo por
YouTube desde la computadora, celular o
tablet:
OSCuarentena
+
DRAH
(<https://youtu.be/qe8MwTL17J0>). Pero,
si se dispone de un celular libre,
recomendamos que, además de ver la
transmisión
de
YouTube
en
la
computadora, desde el celular ingrese al
sitio wimumo.ddns.net (puede escanear el
código QR del video). Ingresando al sitio
desde el segundo dispositivo, puede verse
al mismo tiempo la transmisión principal, y
recibir señales y vibraciones del cuerpo en
tiempo real a través del sitio (AA. VV.,
2020).
Esa conexión sensorial en su estado
ubicuo puede ser considerada como una
nueva tendencia de las tecnologías de la
información y la comunicación que
integra los dispositivos como la
computadora o el teléfono celular en el
mundo
físico,
entremezclándolos
discretamente no solo con la vida diaria,
sino también con las necesidades
afectivas de nuestra existencia cada vez
más alienada. Recibir el latido del corazón
de un extraño mediante el teléfono
celular sostenido en la mano o apoyado
en alguna otra parte del cuerpo invita a
una experiencia en un entorno como
Internet cada vez más sensible.
Como se adelantó en la cita, el desarrollo
y la puesta en funcionamiento del
proyecto se llevaron a cabo en forma
completamente virtual, a través de
distintas
plataformas
que
fueron
exploradas y evaluadas. Los espacios de
este proyecto se definen como:
Fig. 4 Pantallas en la plataforma Discord
Remotos: porque se realiza a
distancia.
Distribuidos: porque se produce en
distintos lugares físicos.
75
Convocantes: porque todo sucederá
en un misma interactiva de
experimentación virtual.
La escena –tanto física como virtual–
emula los comportamientos y los hábitos
que en general tienen los públicos que
asisten a ver obras, performances o
espectáculos teatrales. La fisicalidad es
aquel lugar donde se halla cada performer
y cada participante, ya sea conectándose
desde su PC o desde su celular a una
plataforma social que recrea las áreas
escénicas desde donde tanto performers
como
público
se
congregaran
virtualmente.
¿Cómo? Discord es una plataforma social
que combina las funciones de otras
aplicaciones (apps) y permite transmitir
video y audio a través del pasaje de datos
en realimentación sensorial. Esos datos se
procesan por medio de la app Oschook
(OSC: Open Sound Control), un protocolo
de comunicaciones para teléfono celular
que habilita compartir información
musical en tiempo real, en una red de
Internet. Discord hace posible, también, la
creación de una “sala virtual” y una “sala
de espera”. Dentro de la sala virtual, cada
performer, músico, visualista, etcétera,
tendrá su pantalla. Desde la sala de
espera, el público accederá a la sala
virtual en el momento de “dar sala” de un
canal al otro. Una vez que ha ingresado a
la sala virtual, podrá ir interactuando y
escogiendo variadas veces a cuál pantalla
dirigir su atención.
Al mismo tiempo, si bien las aplicaciones y
las plataformas sociales se han
popularizado y han alcanzado a grupos
etarios que tradicionalmente no estaban
incluidos, se programa la conexión a
través de Youtube Live; se genera así otro
espacio, otra sala virtual que, si bien
disminuye
las
posibilidades
de
interacción, aumenta la accesibilidad
digital para presenciar en tiempo real el
acontecimiento artístico.
Estas plataformas digitales dan cabida a
las artes escénicas y provocan la
metamorfosis de estas últimas. Este
fenómeno de cambio y adaptación
desplaza a otras prácticas y a otros
espacios de relación que poco tienen que
ver, a veces, con la idea clásica de
espectador o de representación. Sin
embargo, es común que desde la
perspectiva intermedial “desaparezca” el
cuerpo presente o el espacio físico;
asimismo, nuestra conciencia tecnológica
ha transformado el concepto tradicional
del espectador en el ámbito escénico
contemporáneo.
Desde las propuestas intermediales a las
transmediales, se da lugar a una amplia
tipología
–observador
activo,
participante, cocreador, jugador o
usuario–
en
la
diversidad
de
manifestaciones de recepción de las
nuevas conectividades. La interacción
entre estas dos espacialidades –el lugar
de confinamiento y el lugar ubicuo de
conexión con otros confinamientos–
produce una diversidad de diálogos y
afecta directamente a los participantespúblicos de la escena actualizada en lo
virtual. En este espacio lindante de las
pantallas de las plataformas de
conectividad, “la distancia entre nosotros
y ellos, el yo y el otro, el arte y la vida, se
hace borrosa e inespecífica” (GómezPeña, 2011: 499).
76
Por ello, el término “pantalla” –tan
difundido para especificar gran parte de la
producción,
sentido
estético
y
problemáticas multimediales en la escena
tecnológica– se utiliza tanto para designar
el aparato técnico y teórico como el
objeto. El vaciamiento de la geometría de
la pantalla conduce a evidenciar, como
señala Alberto Caballero, “la materialidad
de la imagen, e introducir su
inmaterialidad, o también podemos decir
su materialidad lumínica” (2011: 13). Por su
parte, Eduardo Russo agrega, con
relación a su funcionamiento, “no se trata
tanto de dar a ver, sino de convocar a
mirar” (1998: 192).
Aquí es interesante no perder de vista
esta idea de la individualización del sujeto
expectante. Según Arlindo Machado,
“Todo el material perceptivo termina por
depositarse en el espectador, como si
este fuese una segunda pantalla” (2009:
87). Por ende, los medios instituidos
sobre la base de la computadora están
promoviendo nuevos desplazamientos en
los regímenes de la percepción. La escena
en conectividad formula la posibilidad
para la metamorfosis de las dimensiones
habituales debido, principalmente, a la
potencia de desbaratar la concepción de
unidad espacial, y coloca al performer y al
público en copresencia virtualizada.
La pantalla se manifiesta como clave de la
mirada y como objeto que recibe luz, pero
que, también, es luz y es espejo y, de igual
forma, convoca a un adentro y un afuera.
Un espacio y otro, indicará Gastón
Bachellard, son “íntimos, est|n prontos a
invertirse, a trocar su hostilidad. Si hay
una superficie límite entre tal adentro y
tal afuera, dicha superficie es dolorosa en
ambos lados. […] En este drama de la
geometría íntima, ¿dónde hay que
habitar?” (1997: 256).
Esta metamorfosis –ligada al cuerpo– ha
experimentado con más afinidad el
devenir de los valores ontológicos de las
artes presenciales. Es decir, la tecnología
construye, integra y conceptualiza un
espacio virtual, metafórico y múltiple; un
tiempo real, virtual y sincrónico, junto a
una corporalidad inmaterializada, no
presente; confluye todo a través de “una
interfaz que soporta la imagen
videográfica y/o la telemática a la
copresencia entre actores y espectadores
[...] convirtiendo el tradicional binomio en
aquí, allí y ahora” (Zorita Aguirre, 2018:
507).
Metodología para un sistema remoto y
distribuido
Este
proyecto
performático
de
investigación interdisciplinar se propone
realizar un proceso de experimentación
basado en la participación entre
diferentes áreas de prácticas de
conocimiento (artes sonoras, escena
contemporánea,
performance
experimental,
diseño
multimedia,
ingeniería electrónica e informática). Su
objetivo principal es desarrollar un
sistema remoto y distribuido de
dramaturgia escénica emergente, basado
en herramientas de acceso gratuito
global.
La investigación antecede a la situación
de aislamiento social y obligatorio, viene
desarrollándose desde el año 2018, con la
performance llamada Bioperformance
77
inclusiva. Implementación de sensado
bioeléctrico para la exploración poética
del micromovimiento . Para ello, se creó
un equipamiento de sensado denominado
WIMUMO
y se realizaron varias
presentaciones.
Fig. 5 Participación en la Muestra Virtual “Arte
Accesible en la UNLP”
Como ya se adelantó, la imposibilidad de
operar con el sensor bioeléctrico, puesto
que permaneció dentro del laboratorio en
la Facultad de Ingeniería, fue un factor
determinante para generar el primer
recurso que habilitara la continuidad del
proceso investigativo. A partir de esta
situación, se configuró otro dispositivo
que nunca se separa de nosotros: el
teléfono celular. Se lo programó con el
protocolo de comunicación Open Sound
Control (OSC), para establecer cierto
intercambio de datos entre las
aplicaciones y los dispositivos para
sincronizar procesos. Dentro del terreno
de
las
instalaciones
interactivas,
localizamos el uso de distintos protocolos
de comunicación ventajosos para poder
sincronizar entre sí aplicaciones de
software y de hardware.
El hecho de poder operar en red entre
dispositivos nos permite distribuir los
recursos y además facilitar la instalación
física de los aparatos según sea preciso.
Por tanto, la instalación de esta aplicación
en el teléfono celular nos dio la
posibilidad de emular algo de la
manipulación del WIMUMO como
interfaz. Así, el primer escollo fue
superado. Un segundo problema para
resolver fue la adaptación escénica de
todo un grupo de personas que actúa a la
par en un mismo espacio.
La aplicación Discord –plataforma para
videojuegos– tiene un diseño que incluye
características como pantalla compartida
con muy buena calidad de imagen, baja
latencia y una infraestructura de servidor
en la que pueden asociarse varias
direcciones IP. Esto facilitó que los datos
OSC pudieran ser compartidos –en el
mismo
instante–
tanto
por
la
programación de sonido en Pure Data
como por la programación de visuales en
Processing. Asimismo, dio lugar a crear un
ambiente similar a un teatro: sala de
espera para el público asistente y una
escena, para habilitar el ingreso de un
espacio al otro y poder presenciar la
performance y dialogar o chatear
después.
En suma, un renovado escenario digitalanalógico puesto a funcionar a través de
la ubicuidad de las pantallas, los
algoritmos del software y de las
plataformas en Internet. El procedimiento
necesario para realizar la performance en
streaming, y que corresponde a cada uno
de los procesos técnicos según sea
sonido, imagen y movimiento, y
participación del público, es el siguiente:
78
1 - Datos web:
a) Conectar a Hamachi LogMeIn. Conectar
a la red compartida WIMUMO.
b) Abrir la aplicación OscRouter
desarrollada en Processing por el
proyecto de extensión que recibe datos
OSC desde la red WIMUMO (enviados
desde lugares remotos vía internet,
generados por un celular que ejecuta
OSCHook).
dentro de la sala y cuenta con privilegios
especiales
a
diferencia
de
los
espectadores, como un canal de chat con
el staff de trabajo de la performance para
comunicación interna.
b) Abrir OBS y dirigir la captura
audiovisual de Discord al canal de
YoutubeLive que está en conteo
automático hasta la hora de la
performance, así el staff permanece “bajo
el telón” hasta la hora de “dar sala”.
2 - Visuales:
4 – Participación en la plataforma:
a) Abrir la aplicación OscReceive
desarrollada en Processing por el
proyecto de extensión que genera un
espacio de trabajo con objetos en 3D,
luces e imágenes. Esta aplicación recibe
los datos procesados por OscRouter y
reacciona
a
estos
generando
movimientos propios de las visuales
diseñadas.
a) El público asistente que ya está en la
plataforma Discord puede, una vez
terminada la presentación, dialogar en
tiempo real con los performers y otras
personas presentes. Aquellos que asistan
por YoutubeLive podrán hacerlo por chat
escrito.
3 - Envío a salas virtuales:
a) Abrir Discord e ingresar a la sala de
WIMUMO, aquí el usuario que reproduce
las visuales es asignado como artista
b) Toda la presentación es grabada desde
las mismas plataformas, y posteriormente
se puede reproducir en diversos medios y
canales.
En todo este diseño, podemos observar
que, en cuanto a lo metodológico, el
objeto de estudio lo constituyen los
procesos
sensibles
corporales
en
interrelación con las decisiones técnicas
descriptas siendo que, en sus aspectos no
representacionales,
nos
lleva
a
preguntarnos: ¿cómo son percibidos
ciertos hechos o procesos?, ¿por quiénes?
y ¿cuál es el potencial que determinadas
tecnologías mediáticas movilizan? Son
sentidos
como
aquellos
impulsos
viscerales que pueden ser instintivos, y no
siempre se pueden traducir a una
definición
cognitiva
o
discursiva.
Evidentemente, tienen correspondencia
con percibirse de modo corpóreo, no
podemos
interpretarlos
únicamente
como significados, representaciones,
símbolos o signos, sino lo que un conjunto
de medios y procesos electrónicos
originan.
Los espectadores-usuarios interpretan
procedimientos
corporales,
para
identificar indicios no verbales, estados
emocionales de formas colectivas de la
sensibilidad, y por sobre todo, las trazas
de lo tecnológico en cuanto a saber cómo
79
son, cómo comunican y de qué modos
son aplicados. En este sentido,
¿seguiríamos
pensando
que
el
instrumento o dispositivo que articulamos
en escena y en nuestras vidas cotidianas
existe exclusivamente para ser reactivo y
utilizarlo como una extensión más del
cuerpo?
Hacia una estética del linde y la diáspora
… el fragmento no representa nada más
que un punto que sobresale en una
cartografía móvil. Está inmerso en una
cadena y su significación depende en parte
de la posición que ocupa en ella.
Nicolas Bourriaud
Durante la temporada en aislamiento, han
sido las aplicaciones de videoconferencias
y reuniones virtuales las que han
aportado los emblemas visuales y
gestuales más identificables y manifiestos
de esta pandemia. Una imagen que
sincretiza las circunstancias que aún
estamos atravesando en cuanto a la
comunicación y a la producción simbólicas
es la colmena de pantallas que cada
participante ocupa dentro de los espacios
de diversas aplicaciones o programas en
Internet.
La resultante de estas tertulias –
comúnmente pobladas– entrevén los
diferentes lugares desde donde se sitúa
cada usuario y cada cámara con su
encuadre, que recortan el espacio y
componen unas figuras mayormente
rectangulares distribuidas sobre el fondo
de otro gran rectángulo. Se avienen
nuevas arquitecturas para la mirada que
comprometen mutuamente a otras
intimidades, o como se denomina hoy,
otras “extimidades” . Una colmena
infinita y virtual. Una gran pantalla
subdividida que recuerda la fachada
compartimentada de una de las
secuencias del filme Playtime , de Jacques
Tati.
Una red de escenografías celulares –
recortadas de lo cotidiano, de lo laboral e
incluso de los escenarios de producción
cultural– conformó no solo una estrategia
del adentramiento y la irrupción, sino un
patrón de procedimientos compositivos
conectados con las variables enmarcadas
en estos habitáculos lindantes. En
conjunción con esta descripción del
espacio, abordamos, asimismo, el gesto
corporal como potencial informador. Por
su parte, Jaime del Val manifiesta sobre la
estandarización de lo gestual que “Las
interfases
producen
formas
de
pensamiento del cuerpo” (2009: 133), y
afirma, a continuación, que lo que da
entidad a la gestualidad es normalizar
formas de relación en el “pensamiento
mismo, entendido como el pensamiento
encarnado de una conciencia corporal”.
Una de las derivaciones de esta
presunción es que las modificaciones que
pueden observarse en nuestros gestos
hacen
“legibles”
unos
cambios
existenciales que vivimos en el tiempo
presente.
Otra consecuencia es que afloran, de
continuo, gestos antes no observados,
que proporcionan una clave para el
desciframiento de una forma nueva de
existencia. Según Juan Martín Prada, “a lo
80
largo de la última década, han sido tres las
vías de mayor interés que, en relación con
la cuestión del cuerpo, han seguido las
pr|cticas artísticas vinculadas a Internet”
(2015: 165). La primera y la segunda vía se
refieren a las propuestas artísticas
realizadas
que
han
continuado
profundizando en la idea del cuerpo como
interfaz y como avatar. En tanto, la
tercera vía tiene que ver con:
… el giro hacia lo “real” que ha ido
produciéndose con la consolidación de la
web social. A nivel general, el interés por la
virtualidad del cuerpo, por el potencial de
su ser como “cuerpo de datos”, como
apertura a una infinidad de posibilidades
de ser en un contexto digital en red va
perdiendo terreno frente a la imagen de un
cuerpo real que se emplea ya no como
avatar o sustituto, sino como fiel o
concreta representación de una persona
que quiere interactuar con otras personas,
y que deben estar suficientemente “bien”
identificadas corporalmente. Como ya
hemos comentado, la red se ha ido
liberando
progresivamente
de
su
vinculación
con
el
concepto
de
“virtualidad” cargándose de realidad, de
imágenes de cuerpos que existen
físicamente, signos de identidades
concretas (Prada, 2015: 168).
Estos cuerpos “bien identificados
corporalmente” han podido conectarse
extendiéndose en todas las sociedades
del mundo a través de la globalización de
la información y los conocimientos
compartidos por la mediación de Internet.
Asimismo, el cuerpo es el elemento motor
y esencia de la creación en cuanto a
performance se refiere. La corporeidad
ligada a un discurso, a un conjunto de
relaciones que la hacen posible, describe
las vinculaciones de exterioridad por las
cuales la creación artística se concierta, se
revela y se plasma frente al público y con
él.
De momento, vamos a concentrarnos
más en la ontología y en el carácter de
experiencia vital, dejando de lado los
aspectos técnicos y materiales del caso de
estudio que nos convoca. En este sentido,
nos cuestionamos si se ha logrado
distinguir una nueva estética de la
performance con estas interfases de la
conectividad. Frente a esta circunstancia y
valorizando positivamente el recorrido,
volvemos a preguntarnos: ¿Qué puede
acopiarse de estas experiencias estéticas?
En un entorno de dispersión, cada imagen
y cada forma se suscitan de manera
transitoria y son sustituidas prontamente
por otras en el encadenamiento
permanente y acelerado del consumo;
por consiguiente, las representaciones
corporales
son
transformadas
continuamente en los movimientos
individuales y colectivos.
Entonces, ¿qué prácticas sensibles se
corresponden con el nuevo mundo
simbólico de la diáspora mediática?
Evidentemente, la metáfora en ciernes
tiene un carácter emancipador porque
pone de manifiesto el conflicto con la
realidad, que requiere de la proposición
de otra epistemología para pensar una
estética de las prácticas corporales
afectivas y de un nuevo repertorio para
81
abordar
la
morfología
hipertextualidad del presente.
de
la
Al registrarse la modalidad de acción de la
experiencia estética en términos de
accesibilidad, el arte es tomado como
modelo para identificar la realidad en sus
nuevas condiciones ontológicas. Surge así
la
necesidad
de
restablecer
la
comprensión
de
las
dificultades
espaciales
que
enfrentan
los
procedimientos tradicionales de lo
escénico y de evitar que los hábitos sobre
los cuales fueron organizados y
sustentados dichos modos obstaculicen
un nuevo tipo de existencia en el mundo
de los medios masivos. Estas operaciones
se constituyen a partir de ciertos
dispositivos prácticos ligados a un percibir
situado.
La estética del linde –que denotamos por
el formato de las plataformas de
comunicación de Internet– más una
materialidad y una dinámica producidas a
través de la dispersión virtual podrían ser
definidas a partir de los procesos de
autoorganización. En condiciones de
dispersión, las prácticas estéticas, en
tanto producción de regímenes de
sensibilidad, no pueden presuponer la
existencia de puntos de anclaje o de
innovación. Disueltas las estabilidades,
ambas disposiciones tienden a ser
reabsorbidas por la dinámica de la
superfluidad dispersiva, en la cual todo
signo es reemplazado por otro, en una
sucesión
tan
incesante
como
inconsecuente.
Los
procesos
de
autoorganización
pueden
funcionar
entonces como condición de posibilidad
para la actividad estética, y viceversa. En
esa hibridación de prácticas, la
producción de mundos sensibles y la
producción de mundos materiales se
entrecruzan, de formas experimentales,
en los procesos de creación de los modos
de vida contemporáneos. Tanto los
anclajes
configurativos
como
las
innovaciones
prefigurativas
podrán
formar parte entonces del repertorio de
operaciones disponibles para el desarrollo
de estéticas de la dispersión (Ingrassia,
2013: 11).
Por su parte, lo posdisciplinar –tomado
como una forma de coexistencia que
evoluciona los modelos universalizantes,
homogeneizantes,
asimilacionistas,
adaptativos,
paternalistas,
reproductivistas y esencialistas, entre
otras tantas condiciones de los
fenómenos históricos– brega por una
estructura
transversal.
Esta
transversalidad no pierde de vista las
especialidades de un espacio que no está
aferrado a ninguna disciplina, pudiendo
de ese modo tomar lo más relevante y
significativo de cada recurso epistémico,
con el propósito de elaborar otros
saberes y otras experiencias. Por tanto, y
concluyendo
momentáneamente,
quedamos atentos frente a una realidad
que intenta disociarnos de nuestro
espacio profesional constituido; sabemos
que no estamos donde siempre
estuvimos, sobre todo ahora en
pandemia. La imposibilidad de una
actuación física presencial ha irrumpido
en todos los niveles de nuestra
cotidianeidad y ha generado otras
condiciones, otras formas de encarar los
proyectos escénicos, corporales e
interactivos que focalizan hoy, más que
nunca,
en
distintos
significados
relacionados con la otredad.
82
Bibliografía
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Notas
1.
2.
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artísticas e internet en la época de las
redes sociales. España: Akal.
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Ediciones Complutense. Disponible en:
<https://revistas.ucm.es/index.php/ARIS/a
rticle/view/65437/4564456553109>.
3.
El objetivo general del GIBIC es
desarrollar e implementar técnicas de
medida que permitan registrar variables
físicas con mínima invasividad, es decir,
sin alterar las condiciones previas a la
inserción del sistema de medida. Nuestras
investigaciones
se
enfocan
hacia
aplicaciones
en
instrumentación
biomédica, instrumentación industrial y
en dar soluciones a problemas específicos
de instrumentación en experimentos
científicos.
El objetivo general del GIBIC es
desarrollar e implementar técnicas de
medida que permitan registrar variables
físicas con mínima invasividad, es decir,
sin alterar las condiciones previas a la
inserción del sistema de medida. Nuestras
investigaciones
se
enfocan
hacia
aplicaciones
en
instrumentación
biomédica, instrumentación industrial y
en dar soluciones a problemas específicos
de instrumentación en experimentos
científicos.
IHM Interfaz hombre-máquina; ICC
Interfaz
cerebro-computadora;
EEG
Electroencefalograma;
EMG
Electromiograma.
4.
WIMUMO es un dispositivo inalámbrico
capaz de medir las señales eléctricas del
cuerpo. La señal electro-fisiológica o
biopotencial más conocida se ve en el
electrocardiograma (ECG) que casi todas
las personas se han hecho alguna vez,
pero pueden medirse otras como las
provenientes de los músculos (llamado
electromiograma o EMG), cerebro (EEG),
ojos (EOG).
5.
Seleccionada y subsidiada en el Concurso
Nacional de Actividades Performáticas en
Entorno Virtuales, Instituto Nacional del
Teatro (INT). Enmarcada en el contexto
de la emergencia sanitaria decretada por
el Poder Ejecutivo Nacional, debido a la
pandemia producida por COVID-19 y en lo
normado por la Ley Nacional del Teatro
N.° 24800. Ganadores por orden regional,
N.°
62.
Disponible
en:
<http://www.inteatro.gob.ar/Files/actas/a
nexo_4b689843-cfda-457c-8605185dcf021f6e.pdf>.
6. Open Sound Control es un protocolo
abierto que define un formato de
mensajes que facilita la comunicación
entre dispositivos capacitados para recibir
o enviar datos por medio de la red, como
computadoras, sintetizadores de sonido y
otros controladores multimedia
7.
Investigadores doctorados: Enrique M.
Spinelli, Alejandro L. Veiga, Pablo A.
García, Marcelo A. Haberman y Federico
84
N. Guerrero. Estudiantes de doctorado:
Valentín A. Catacora, Rocío Madou y
Matías Oliva. Estudiantes: Pedro Parodi
Ramírez y Rodolfo Agustín Disalvo.
14. Playtime - Jacques Tati. Véase la escena de
los
apartamentos.
Disponible
en:
<https://youtu.be/JIzedZT_xXI>.
8. Véase:
<https://labs.ing.unlp.edu.ar/gibic/?page_i
d=857>.
9. Véase:
<https://labs.ing.unlp.edu.ar/gibic/?p=826
>.
10. Véase:
<https://balletindance.com/2020/02/27/co
n-sensores-bioelectricos-bioperformanceinclusiva-en-la-plata/>.
11. Véase:
<https://labs.ing.unlp.edu.ar/gibic/es/publi
caciones/proyectos-publicacionesinternas/proyecto-wimumo/>.
12. Véase: <
https://muestradearteaccesible.unlp.edu.
ar/categories/performance.html>.
13. Algunos sociólogos y antropólogos
consideran la extimidad una mutación de
la intimidad. Básicamente se trata de
mostrar de forma voluntaria y a
conciencia ciertos espacios de nuestra
vida personal en las redes sociales
85
CV
Participantes 7° edición
Mág. Hojsgaard Luz
luzgestion@gmail.com
UNICEN
Lic. Silvia Maldini
silviarte@gmail.com
UNA
Profesora y Licenciada en Teatro
(UNICEN) Magíster en Teatro (UNICEN),
Doctorado en Artes – UNLP cursada
finalizada con tesis en proceso de
investigación sobre los modos de
vinculación entre el arte y las nuevas
tecnologías. Docente en la Licenciatura en
Teatro (UNICEN). Integrante del núcleo
de investigación Centro de Estudios de
Teatro, Educación y Consumos Culturales
(TECC-UNICEN)
86
Prof. Carolina Ruy
trabajokaroruy@gmail.com
UNA
Docente, Titiritera y Escenógrafa. Artista
con diversas experiencias, premios,
festivales, curaduría, conferencias y
publicaciones. Trabaja como docente en
las carreras de grado y posgrado en Artes
Dramáticas de la UNA. Ha sido tutora y
jurado de tesis. Investigadora de
Proyectos de Investigación (ACyT- UNA).
Estudia la Maestría en Teatro y Artes
Performáticas en la UNA.
Mateo de Urquiza
mateodrqz2@gmail.com
UNA
Actor, director y dramaturgo. Su trabajo
se centra en la multidisciplina como
premisa y está atravesado por el
problema
de
lo
político
del
acontecimiento
estético.
Dirigió
Purgatorio y Céline no está solo (2018) y
participó como performer en 65 sueños
sobre Kafka (2020) y Los nombres de los
caídos en el conflicto sirio entre el 15 de
marzo de 2011 y el 31 de diciembre de 2016
(2017). Hoy cursa la Maestría en Teatro y
Artes Performáticas (UNA) y prepara el
montaje de su última obra, Ganas de vivir.
Gerardo Cardozo
gerarcardozo@gmail.com
www.operaperiferica.com.ar
UNA
Gerardo Cardozo egresó como actor de la
Escuela Metropolitana de Arte Dramático.
Continuó su formación con Guillermo
Angelelli. Desarrolló su actividad en cine y
teatro. Desde el 2002 da seminarios y
talleres de actuación para actores en
Argentina, España e Italia. Fue adjunto de
cátedra de Ciro Zorzoli en la EMAD. A
partir de 2019 participa en el ciclo
Microteatro con Cecilia Meijide e integra
el proyecto Ópera Periférica con el que
realiza los proyectos Neobarrosas,
Barroco Furioso, entre otros. En 2020
ingresa a la Maestría en Teatro y Artes
Performáticas (UNA).
87
Lic. Gonzalo Monzón
gonzmonzon@gmail.com
UNA/UNLP
Profesor de Escenografía en la Facultad
de Artes (UNLP) en las cátedras Taller
Básico Escenografía 1 y 2, Taller
Complementario de Escenografía, y
Procedimientos de las Artes Plásticas.
Estudios con Emilio García Wehbi,
Norberto Laino y Gabriela Caregnato.
Director escénico llevó a cabo la obra
Lengua Cortada (2017), Esfera de Vapor
(2018) en codirección con Laura Musso, y
Furgón (2019) por el cual obtuvo la beca
de creación del FNLA. En 2021 fue
seleccionado por El Festival DanzAfuera
con la obra Antroposceno.
Dra. Alejandra Ceriani
aceriani@gmail.com
www.alejandraceriani.com.ar
UNLP/UNA
Artista performer, investigadora y
docente universitaria. Doctora en Arte y
Magíster en Estética y Teoría de las Artes,
Facultad
de
Artes.
Investigadora,
Profesora y Licenciada en Artes Plásticas,
orientación Pintura y Cerámica. Trabaja en
instalaciones interactivas con captura
óptica
de
movimiento:
Proyecto
Speakinteractive
y
con
sensores
bioeléctricos Proyecto Wimumo; así como
en otras colaboraciones escénicas y en
Internet.
Prof. Paula Dreyer
dreyerpaula@gmail.com
UNLP
Profesora y Diseñadora en Comunicación
UNLP. Actriz ETLP y bailarina EDCLP.
Actualmente vive en Posadas Misiones
donde trabaja como diseñadora e
ilustradora en el Centro Cultural Vicente
Cidade, es profesora en la Tecnicatura
Superior en Actuación TESEA y dirige y
gestiona Movimiento en Foco, un
proyecto cultural independiente pensado
para la difusión de la danza
contemporánea y su relación con la
tecnología y las diferentes disciplinas
artísticas. Dirige el Festival Internacional
de Videodanza MEF. Es secretaria de la
Cátedra Libre Educación y Mediación
Digital en UNLP.
88
STAFF
Responsables de la publicación
Diseño de cubierta, interiores y logo
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La Plata, Buenos Aires, Argentina, 2020
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Año 5_ Nº 7
89
¡CUERPO
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