Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                
51 MAGALLANIA (Chile), 2015. Vol. 43(3):51-63 APEGO DE LUGAR, IDENTIDAD DE LUGAR, SENTIDO DE COMUNIDAD Y PARTICIPACIÓN CÍVICA EN PERSONAS DESPLAZADAS DE LA CIUDAD DE CHAITÉN1 HÉCTOR BERROETAa, ALVARO RAMONEDAa, VIVIANA RODRIGUEZa, ANDRES DI MASSOb & TOMEU VIDALb RESUMEN Este artículo describe los efectos del desplazamiento en los vínculos socioespaciales asociados al cambio de ambiente residencial en personas desplazadas de la ciudad de Chaitén, a consecuencia de la erupción del volcán del mismo nombre. Se aplicaron 144 cuestionarios a hombres y mujeres que actualmente habitan en distintas localidades en las provincias de Palena y Llanquihue. Se midieron los niveles de Apego de lugar e Identidad de lugar en relación a su barrio pasado y actual; y el Sentido de Comunidad, la Participación Cívica y la Satisfacción Residencial, en las escalas de barrio y ciudad actuales. Los resultados muestran diferencias en los niveles de Apego de lugar e Identidad de lugar en relación a su barrio de origen y actual; niveles medios de sentido de comunidad, bajos de participación y medios en Satisfacción Residencial en relación a su barrio actual. Se discuten las implicancias psicoambientales de los aspectos físicos y sociales de la experiencia residencial en los procesos de desplazamiento. PALABRAS CLAVE: Eventos socio naturales, Desplazamiento, Identidad de lugar, Apego de lugar, Sentido de comunidad, Chaitén. PLACE ATTACHMENT, PLACE IDENTITY, SENSE OF COMMUNITY AND CIVIC PARTICIPATION IN DISPLACED PERSONS FROM THE CITY OF CHAITÉN ABSTRACT This article describes the effects of displacement on sociospatial bonds, associated with the change of residential environment in displaced persons from the city of Chaitén, as a result of the eruption of the volcano of the same name. 144 questionnaires were applied to men and women who currently live in different towns in the provinces of Llanquihue and Palena. Levels of place attachment and place identity were measured relative to its past and present neighborhood; sense of community, civic participation and Residential Satisfaction, on scales of current city and neighborhood. The results show differences in levels 1 a b Trabajo realizado en el marco del proyecto FONDECYT 11121596 “Vínculos socio-espaciales en contextos de transformación urbana producida por catástrofes naturales”, financiado por el Fondo nacional de desarrollo Científico y tecnológico de Chile. Universidad de Valparaíso, Escuela de Psicología. Av. Brasil 2140, Valparaíso, Chile. hector.berroeta@uv.cl Universidad de Barcelona, Departamento de psicología social, España 52 H. BERROETA et al. of place attachment and place identity in relation to their neighborhood of origin and current; medium levels of sense of community, low of participation and medium of Residential Satisfaction, in relation to its current neighborhood. Psycho-environmental implications about the physical and social aspects of residential experience in displacement processes are discussed. KEY WORDS: Natural social events, Displacement, Place Identity, Place Attachment, Sense of Community, Chaitén. INTRODUCCIÓN Chile es un país sometido a diversos y continuos desastres socio-naturales (ONU, 2012), tras los cuales se llevan a cabo profundas transformaciones urbanas que implican, muchas veces, procesos de desplazamiento residencial. Las transformaciones producidas a partir de los desastres socio naturales y los subsecuentes procesos de desplazamiento, alteran los entornos físicos de las personas, modificando la construcción colectiva del simbolismo y la significación espacial, afectando por ende, las dinámicas de convivencia y asociación de las comunidades. La reubicación de las personas en nuevos barrios, genera una reelaboración de dinámicas sociales y espaciales, razón por la cual, los procesos de reconstrucción pos-desastre han de considerar no sólo la reposición de las estructuras físicas sino, tal como plantean Rosales y Salazar (2010), afrontar aspectos sociales y psicológicos, tales como el arraigo, las redes comunitarias, el acceso al trabajo y el derecho a la propiedad, es decir, la reconstrucción del tejido social. Por tanto, para mejorar los procesos de reconstrucción urbana post-desastre, es fundamental profundizar en el conocimiento de los vínculos socio-espaciales de las personas que han sido desplazadas a consecuencia de iniciativas de reubicación. Es necesario conocer cómo cambian los significados espaciales que conforman el Apego y la Identidad de lugar, entre las residencias pasadas y las actuales, e identificar cómo se manifiestan los vínculos comunitarios de Sentido de Comunidad y Participación Social en los actuales asentamientos. En esta investigación examinamos los vínculos socioespaciales reportados por habitantes de la ciudad de Chaitén, desplazados a consecuencia de las acciones gubernamentales seguidas tras la erupción del volcán Chaitén. Específicamente nos propusimos; a) describir los niveles presentes y pasados de Apego e Identidad de lugar, b) describir los niveles actuales de Satisfacción Residencial, Sentido de Comunidad y Participación Cívica y c) identificar diferencias en cada una de las variables medidas según la tenencia de la vivienda, los años viviendo en el barrio actual y la intención previa de cambio de residencia. EL ESTUDIO DE LOS VÍNCULOS SOCIOESPACIALES El vínculo persona-entorno ha sido explicado desde diversos conceptos, Satisfacción Residencial (Amerigo, 1995), Sentido de Comunidad (McMillan & Chavis, 1986). Identidad de Lugar (Proshansky, Fabian & Kaminoff, 1983) y Apego al Lugar (Altman & Low, 1992). Desde una perspectiva psicoambiental, la Satisfacción Residencial es una evaluación de aproximación cualitativa normativa y noeconómica que se usa para estimar la calidad de los servicios y unidades de la vivienda (Mohit, 2011). Se sustenta en la idea de que los niveles de satisfacción reflejan el espacio entre la realidad del sujeto y sus expectativas (Campbell et al. 1976). Weideman y Anderson (1985) señalan que se trataría de un sentimiento negativo o positivo que los ocupantes tienen respecto del lugar donde residen. Es la satisfacción del individuo respecto de la casa, como producto físico distinto, y del entorno, comprendiendo tanto la satisfacción de vivienda como del vecindario (Hashim, 2003). Tabernero et al. (2010) plantean que la satisfacción con los vecinos, la calidad de la vivienda y la intención de cambio de residencia, actúan como predictores de la Satisfacción Residencial, que se establecería en los primeros años de interacción con el entorno. Por su parte Barcus (2004), señala que la Satisfacción Residencial es tanto un catalizador como un resultado de la movilidad. Desde una perspectiva psicosocial, el vínculo de las personas con sus entornos es explicado VINCULOS SOCIOESPACIALES EN DESPLAZADOS DE CHAITEN por el Sentido de Comunidad. McMillan y Chavis (1986) plantean, que es el mecanismo por el cual el proceso de desarrollo comunitario estimula las oportunidades de pertenencia. Es un sentimiento que los miembros tienen de pertenencia, de que son importantes para los demás y para el grupo y una fe compartida en que las necesidades serán atendidas por el compromiso de estar juntos. Según Sarason (1974), se trata de una experiencia subjetiva de pertenencia a una colectividad mayor. Esta valoración colectiva de los procesos y el apego que existe entre la gente y su ambiente social, puede ser experimentado hacia entidades sociales o geográficas (Nasar, 1995), generando efectos tanto negativos como positivos (Brodsky, 1996). Según Long y Perkins (2007), se puede medir conociendo el número de personas que los sujetos conocen en la comunidad, la influencia sobre ellos y los sentimientos hacia estos. Desde una perspectiva psicoambiental, los conceptos más recurridos para explicar el vínculo persona entorno son la Identidad de lugar y el Apego de lugar. El planteamiento central de los principales estudios sobre Identidad de lugar (Bonaiuto & Bonnes, 2000; Proshansky et al. 1983; TwiggerRoss et al. 2003), es que la identidad personal del individuo se construye en relación con su entorno físico, al igual que su identidad social se construye en relación con su pertenencia a otras categorías sociales como el sexo, la raza o la clase social. Se considera entonces que la Identidad de lugar es una dimensión del self, que define la identidad en relación con el entorno físico (Proshansky et al. 1983). Por su parte la noción de Apego al Lugar, está centrada en los sentimientos afectivos que las personas desarrollan hacia los lugares en donde nacen y viven, de tal forma que los lugares cumplen una función fundamental en la vida de las personas (Hernández et al. 2007). Sin embargo, los límites entre ellos son difusos (Brown & Werner, 1985; Stedman, 2002; Hernandez et al. 2007), a tal punto, que la literatura reciente (Scannell & Gifford, 2010a, 2010b; Lewicka, 2011) ha optado por utilizar el concepto de Apego de Lugar para referir al conjunto de los vínculos que las personas establecen con los lugares. 53 Desde esta posición, Scannell y Gifford (2010a), plantean tres dimensiones para el Apego de Lugar: las personas, los procesos y los lugares. La dimensión personal refiere al Apego de lugar que ocurre tanto a nivel individual como grupal. En el nivel individual, la experiencia y la memoria personal son los dos factores que más incidencia tienen en la construcción del significado espacial. En el nivel grupal, el Apego está compuesto por los significados simbólicos de un lugar que son compartidos con otros (Low, 1992). Es un proceso comunitario donde los grupos se apegan a lugares donde realizan sus actividades y preservan su cultura. En la dimensión de proceso, tres aspectos psicológicos están presentes: el afecto, la cognición y el comportamiento. El vínculo emocional es central en la teoría del apego y puede ser un vínculo positivo (Hidalgo & Hernandez, 2001) o de displacer (Fried, 1963), tanto así que una experiencia traumática puede generar sentimientos negativos e incluso aversión hacia el lugar. En términos cognitivos, implica la vinculación y construcción de significados con el lugar a través de los procesos de memoria, esquemas y distintividad. El componente conductual se ha operacionalizado como el deseo de permanecer cerca del lugar. Puede ser expresado en acciones de mantener proximidad con el lugar, a pesar del esfuerzo asociado o también por la intensión de mantener aspectos físicos del lugar en contextos de reconstrucción o desplazamiento. La tercera dimensión de Scannell y Gifford (2010a), son los lugares, que corresponde a las características físicas que contienen los posibles significados de un lugar. El foco de los estudios realizados sobre este aspecto se centra en dos niveles: lo social y lo físico. Acerca de lo social, se concluye que las personas se apegan a los lugares por las relaciones sociales que estos facilitan. En cuanto a lo físico, que el apego se produce por las comodidades y recursos que los espacios proveen (Stokols & Shumaker, 1981). Desde la tradición empírica, el Apego de lugar es abordado como un vínculo emocional entre un individuo y un lugar específico. Se define como “un vínculo afectivo que las personas establecen con un lugar determinado, donde tienden a 54 H. BERROETA et al. permanecer, sentirse cómodos y seguros” (Hidalgo & Hernández, 2001, p. 274). Este vínculo afectivo se puede desarrollar hacia lugares de diferentes escalas como la casa, el barrio o la ciudad (Vidal et al. 2010), aunque las investigaciones han estado fundamentalmente centradas en el nivel de barrio (Hidalgo & Hernández, 2001). La forma más recurrente que adoptan las investigaciones para medir el Apego de lugar es la elaboración de escalas, cuyos reactivos, en general, hacen referencia a sentirse emocionalmente apegado al lugar, sentirse perteneciente al lugar, sentirse feliz de volver al lugar, estar orgulloso de vivir en el lugar y la intención de mantenerse viviendo en lugar (Hidalgo & Hernández, 2001). VÍNCULOS SOCIOESPACIALES EN CONTEXTOS DE TRANSFORMACIÓN Y DESPLAZAMIENTO. La literatura sobre los vínculos socioespaciales en contextos de transformación urbana, plantea que las relaciones sociales y los factores sociodemográficos son elementos que permiten explicar algunos aspectos de esta vinculación. Las relaciones sociales en el barrio o comunidad son un factor fundamental en el nivel del Apego al lugar (Ahlbrandt, 1984). En cuanto a las variables sociodemográficas, se destaca el tiempo que la persona lleva residiendo en el lugar actual, comprobándose que las personas que llevan más tiempo residiendo, sienten más apego (Riger & Lavrakas, 1981; Taylor et al. 1984). Otro factor importante es el régimen de vivienda; propiedad o arriendo, donde se ha encontrado un mayor Apego de lugar entre aquellos que poseen la vivienda en propiedad (Riger & Lavrakas, 1981; Taylor et al. 1984, 1985). Otras variables relacionadas ocasionalmente con el apego a lugares en transformación son las expectativas de permanecer en el lugar actual (Riger & Lavrakas, 1981), la participación local (Cuba & Hummon, 1993; Vidal et al. 2013), número de viviendas anteriores (Cuba & Hummon, 1993), uso de los recursos locales (Ahlbrandt, 1984) y privacidad (Harris et al. 1996). Desde una aproximación cualitativa, la exploración de estos vínculos ha estado marcada por un fuerte énfasis en la participación de las personas y comunidades en los procesos de transformación espacial (Berroeta & Rodriguez, 2010; Vidal et al. 2012) En estudios realizados por Perkins (Perkins & Long, 2002; Manzo & Perkins, 2006), se concluye que el Apego de lugar y el Sentido de Comunidad desempeñan un papel importante en la revitalización de los vecindarios. Más concretamente, se afirma que en los casos en donde no hay conexión emocional de las personas a los lugares, estas no suelen estar lo suficientemente comprometidas para trabajar con los vecinos e instituciones locales en el mejoramiento de su entorno. Específicamente la literatura sobre los vínculos psicosociales en contextos de transformación por catástrofes, ha estado centrada en el estudio de las consecuencias psicológicas para los habitantes de las localidades afectadas (Bonanno et al. 2006). Al respecto, se ha establecido que la severidad de la reacción psicológica dependerá de la magnitud de la destrucción y de las características demográficas y sociales de los habitantes (Norris et al. 2002). Estudios realizados tras eventos de terremotos y tsunamis, concluyen que la pérdida del hogar es un factor de estrés primario mucho mayor que los procesos de desplazamiento. Al respecto Joh (1997), reporta que aquellas personas que han perdido completamente sus casas, sufren más estrés que aquellos que sólo necesitan repararlas, a la vez que muestran mayores deseos de volver a vivir en los lugares devastados (Sanders et al. 2003). Estudios recientes muestran que la calidad de las viviendas temporales entregadas en los procesos de reconstrucción, mejoran significativamente la Satisfacción Residencial y el Apego de lugar, aumentando el control percibido sobre la situación (Caia et al. 2010). Si bien los estudios sobre desplazamiento involuntario no han profundizado en los contextos post-catástrofes, aportan información relevante a este ámbito. Se ha establecido que el ajuste post-desplazamiento dependerá de la diferencias de calidad entre los viejos y los nuevos entornos residenciales, de las oportunidades para relacionarse, del poder satisfacer necesidades de autoestima, sistemas de control y cambio VINCULOS SOCIOESPACIALES EN DESPLAZADOS DE CHAITEN comunitario (Heller, 1982). En una revisión reciente, Manzo (2014) establece que en estos contextos, la tradicional manera de entender el Apego de lugar como un vínculo afectivo positivo, se despliega de un modo complejo y multifacético, que requiere una reflexión más profunda sobre las condiciones socio-políticas en que viven las personas afectadas por una desplazamiento. DESPLAZAMIENTO POR LA ERUPCIÓN DEL VOLCÁN CHAITEN El 2 de mayo de 2008, la ciudad de Chaitén, ubicada en el extremo sur del país, tuvo que ser evacuada debido a la explosión de uno de los volcanes cercanos a la ciudad: el volcán Chaitén, ubicado a unos 10,5 km al noreste de la ciudad. La explosión originó una caída de cenizas que afectó a Chaitén, Palena, Futaleufú, el norte de Aysén y los sectores de Chubut y Esquel, en Argentina (Marchant, 2010). Las autoridades decidieron evacuar la ciudad; se trasladaron 1.500 familias en 24 horas. En total se trasladaron 4.700 personas desde Chaitén, que en 24 horas fueron ubicados en ciudades como Puerto Montt, Chiloé y Futaleufú, entre otros (ONEMI, 2008). Las personas fueron ubicadas en albergues temporales, que en algunos casos duraron hasta 2 meses, además se les entregó un bono por la emergencia y apoyo en alimentación y vestuario. Hasta el día de hoy, en los organismos públicos, no existen datos sobre el destino de los chaiteninos desplazados ni sobre el proceso por el cual se localizaron en las viviendas en donde actualmente viven. Según los relatos que se han podido obtener a lo largo de esta investigación (Inostroza & Millaquen, com. pers. 2013), el proceso que siguió a los albergues se dio de manera individual, es decir, no existió un procedimiento complementario a la entrega de bonos para la compra de viviendas. Esto generó que cada una de las familias gestionase la compra de su nueva vivienda, desligándose así del grupo. Según los relatos, no hubo un procedimiento grupal para la reubicación de las familias después de la estadía en los albergues. Así, cada una de las familias buscó vivienda en el mercado inmobiliario regular, negociando directamente con las empresas 55 inmobiliarias y/o las corredoras de propiedades. METODO Participantes Se utilizó una muestra no probabilística, por conveniencia, compuesta por 144 habitantes desplazados de la ciudad de Chaitén (N=144), correspondientes a casi la totalidad del universo de las seis localidades estudiadas: Futaleufú en la provincia de Palena; Bosque Mar, Portal, Alerce Norte, Altos de Alerce y Campos de Alerce en la comuna de Puerto Montt. La muestra final quedó compuesta por 144 participantes (95 mujeres y 49 hombres), con un promedio de edad de 44,7 años (DS=17,57). El 44,44% de los participantes está casado, el 39, 58% es soltero y el 8,33% es viudo. En cuanto a su nivel de estudios el 47, 91% no terminó su educación escolar y el 42,36% sí lo hicieron. El 0,004% no terminó sus estudios técnicos, mientras que el 9,02% sí lo hicieron. El 2,08% tiene estudios universitarios completos y 9,02% incompletos. La media de años viviendo en el barrio actual es de 3,48 años. Un 86,11% tiene vivienda propia, mientras que un 2,77% arrienda la vivienda y el 10,4% vive de allegado. Procedimiento La información obtenida mediante entrevista a autoridades regionales y comunales indicaba que la mayor población de desplazados de Chaitén se encontraba en Chiloé y Puerto Montt. Tras visitar distintas localidades en Chiloé, se constató que las personas en su mayoría habían regresado a Chaitén, por lo que se decidió realizar el levantamiento de datos en Puerto Montt y Futaleufú. Para acceder a las personas, se recurrió a informantes claves, ex dirigentes sociales, quienes contactaron a cada una de las personas para solicitar su participación. Posteriormente, el equipo de investigación en conversación telefónica, informó de los objetivos y alcances de la investigación. El levantamiento de datos se realizó durante un fin de semana, con 8 entrevistadores que, luego de una fase de entrenamiento, realizaron la 56 H. BERROETA et al. aplicación del cuestionario. Éste, se efectuó casa a casa, con un tiempo estimado de 40 minutos. Se solicitó la participación voluntaria, se dieron a conocer los objetivos y alcances de la participación y se obtuvo el consentimiento informado, explicitando las condiciones de confidencialidad respecto de los antecedentes personales de los participantes. Instrumentos Apego de Lugar. Para medir la vinculación afectiva se utilizó la escala global de Apego de Lugar de Hidalgo y Hernández (2001). La escala se compone de cinco ítems con formato de respuesta tipo Likert (1 = Nada a 6 = Muchísimo), que debían ser respondidos en relación al Barrio de origen, al Barrio actual y a la ciudad actual. Por ejemplo: “Me gustaba vivir en ese barrio”. Se realizó un análisis factorial exploratorio corroborando la estructura factorial de la escala original y la confiabilidad de la escala fue medida mediante el coeficiente Alpha de Cronbach, cuyo resultado para Apego de Barrio pasado (PABp) fue de 0,912, para Apego de Barrio actual (PABa) de 0,929, y para Apego de Ciudad (PAC) de 0,951. El puntaje individual en la escala se obtuvo calculando el promedio de los cinco ítems. Para medir el Apego Social y Espacial, se adaptó las escalas de Scannell y Gifford (2010). Las escalas se componen de cuatro y cinco ítems respectivamente, con formato de respuesta tipo Likert (1 = Nada a 6 = Muchísimo), los que debían ser respondidos en relación al Barrio de origen y al actual. Por ejemplo: “Esa comunidad reflejaba quien yo soy” y “Los espacios públicos del barrio eran importantes para mí”. Se realizó análisis factorial exploratorio corroborando la estructura factorial de las escalas originales y la confiabilidad de la escala, medida mediante el coeficiente Alpha de Cronbach fue, para el Apego Social pasado (PASBp) de 0,914, para el Apego Espacial pasado (PAEBp) de 0,884, para el Apego Social actual (PASBa) de 0,898 y para el Apego Espacial actual (PAEBa) de 0,885. El puntaje individual en la escala se obtuvo calculando el promedio de los ítems. Identidad de Lugar. Para medir el grado de identificación con el lugar se utilizó la escala global de Identidad de Lugar de Vidal et al. (2010). Las escala se compone de cinco ítems con formato de respuesta tipo Likert (1 = Nada a 6 = Muchísimo), que debían ser respondidos en relación al Barrio de origen y al actual y a la ciudad. Por ejemplo: “Este barrio forma parte de mi Identidad”. Se realizó análisis factorial exploratorio, corroborando la estructura factorial de la escala original y la confiabilidad de la escala, medida mediante el coeficiente Alpha de Cronbach fue, para Identidad de Lugar pasado (PIBp) de 0,920, para Identidad de Lugar actual (PIBa) de 0,892, y para Identidad de Ciudad (PIC) de 0,930. El puntaje individual en la escala se obtuvo calculando el promedio de los cinco ítems. Sentido de Comunidad. Para la medida de Sentido de Comunidad, se adaptó la escala breve de Long y Perkins (2007). Las escala se compone de ocho ítems con formato de respuesta tipo Likert (1 = Nada a 6 = Muchísimo), que debían ser respondidos en relación al Barrio actual. Por ejemplo: “Mucho de mis vecinos me conocen”. Se realizó un análisis factorial exploratorio, corroborando la estructura original de la escala y la confiabilidad de la escala, medida mediante el coeficiente Alpha de Cronbach fue de 0,838. El puntaje individual en la escala se obtuvo calculando el promedio de los ocho ítems. Participación Cívica. Para la medida de Participación Cívica se adaptó la escala de Perkins, Florin et al. (1990). La escala se compone de diez ítems con formato de respuesta tipo Likert (1 = Nada a 6 = Muchísimo), que debían ser respondidos en relación al Barrio actual. Por ejemplo: “Participa de alguna forma en su junta de vecinos”. Se realizó un análisis factorial exploratorio que corrobora la dimensionalidad de la escala original y la confiabilidad de la escala, medida mediante el coeficiente Alpha de Cronbach fue de 0,909. El puntaje individual en la escala se obtuvo calculando el promedio de los diez ítems. Satisfacción Residencial. La medida de Satisfacción Residencial se realizó a partir de la adaptación de la escala propuesta por Amérigo (1990). Las escala se compone de cuatro ítems con formato de respuesta tipo Likert (1 = Nada a 6 = Muchisimo), que debían ser respondidos en relación al Barrio, a la vivienda, a los vecinos y global actual. Por ejemplo: “cuán satisfecho se siente con su casa”. Se realizó un análisis factorial 57 VINCULOS SOCIOESPACIALES EN DESPLAZADOS DE CHAITEN exploratorio que corrobora estructura de la escala original y, la confiabilidad de la escala, evaluada mediante el índice de Alpha de Cronbach fue de 0,858. Tabla 1. Media obtenida para los diferentes factores estudiados µ Error típ. PABp 5,09 .097 PABa 3,22 .123 Para estudiar la validez y confiabilidad de las escalas, se efectuó Análisis Factorial Exploratorio (AFE) y se empleó el índice de Alfa de Cronbach, respectivamente. Se realizaron estadísticas descriptivas de los datos, Análisis de la Varianza (ANOVA) y se estimaron correlaciones bivariadas (Pearson). PIBp 4,92 .099 PIBa 2,92 .110 PASBp 4,85 .112 PASBa 2,94 .119 PAEBp 4,59 .105 RESULTADOS PAEBa 2,59 .105 PSCB 3,61 .101 PPC 1,57 .047 PAC 2,97 .118 PIC 2,90 .099 PSRB (Satisfacción Residencial barrio). 3,87 .119 PSRC (Satisfacción Residencial casa) 4,76 .108 PSRV (Satisfacción Residencial vecinos) 3,97 .121 PSRG 4,15 .114 Estrategia de Análisis de datos Respecto de las medias reportadas en la Tabla 1, la más elevada corresponde a PABp (5,09), mientras que la más baja es PPC (1,57). Se aprecia que cada una de las variables medidas con respecto al barrio pasado (PABp, PIBp, PASBp y PAEBp) tiene una media mayor que su contraparte en las variables medidas con respecto al barrio actual (PABa, PIBa, PASBa y PAEBa). En la Figura 1, se presentan las medias marginales de Apego Barrio Pasado (PABp) Sub-escala Fig. 1. Medias marginales estimadas para Apego de Barrio (Pasado y Actual) 58 H. BERROETA et al. Tabla 2. Años Viviendo en el Barrio para variables en estudio. Variable PABp PIBp PASBp PAEBp PSCB PAC PSRB PSRV Rango Media DS 1 4,17 1,41 2 5,42 0,88 3 5,37 0,99 Variable PABa Rango Media DS 1 4,23 1,36 2 2,77 1,28 3 3,45 1,60 1 3,75 1,40 2 2,60 1,20 3 2,99 1,37 1 3,59 1,40 2 2,52 1,29 1 3,99 1,39 2 5,34 0,76 3 5,25 1,00 1 4,05 1,26 2 5,19 1,25 3 5,34 1,00 3 3,28 1,54 1 3,59 1,16 1 3,57 1,21 2 4,90 0,95 2 2,10 1,05 3 5,05 1,05 3 2,54 1,19 1 3,57 1,11 1 1,57 0,53 2 3,53 1,26 2 1,51 0,47 3 3,90 1,16 3 1,69 0,71 1 3,95 1,40 1 3,64 1,24 2 2,60 1,25 2 2,44 0,95 3 3,12 1,55 3 3,12 1,27 1 4,31 1,19 1 4,93 1,13 2 3,72 1,47 2 4,72 1,14 3 3,95 1,57 3 4,95 1,46 1 4,66 1,39 2 3,94 1,36 3 4,29 1,31 1 4,14 1,09 2 3,74 1,53 3 4,32 1,47 (5,09) y Apego Barrio Actual (PABa) (3,22). La diferencia entre ambas medias es estadísticamente significativa, F (1, 143)= 109,93; p= 0,000. Referente a la variable Intención de cambio de casa, del total de la muestra sólo un 25,69% manifestó que antes de la erupción del volcán sí tenía intenciones de cambiarse de casa. Entre este último grupo y el grupo de quienes manifestaron que no tenían intención de cambiarse de casa, se observan diferencias estadísticamente significativas en todas las variables medidas relativas al sitio de residencia anterior (PABp (F (2, 141)= 21,95, p= 0,000), PIBp (F(2, 141)= 15,49, p= 0,000), PASBp (F(2, 141)= 17,09, p= 0,000),, (F(2, 141)= 4,79, p= 0,010). No se encontraron diferencias PIBa PASBa PAEBa PPC PIC PSRC PSRG significativas en cuanto a las mediciones referidas a la vivienda actual, en donde PABa (p = ,161), PIBa (p = ,425), PASBa (p = ,357), PAEBa (p = ,953), PSRB (p = ,469), PSRV (p = ,109) y PSRG (p =,974). En cuanto a las diferencias detectadas con respecto al Tipo de tenencia de la vivienda, es decir: ser y/o haber sido propietario (Pr; ser y/o haber sido arrendatario (Ar), o haber tenido otro tipo de tenencia (Otr) se encontraron diferencias significativas inter-grupos en PIBp (F (3, 140)= 4,39, p= 0,005) y PASBp (F(3, 140)= 5,67, p= 0,001). Otro de los intereses de la investigación fue describir las variables en estudio para cada rango VINCULOS SOCIOESPACIALES EN DESPLAZADOS DE CHAITEN de Años viviendo en el barrio (Tabla 2). Para esto, se recodificó la medida de años viviendo en el barrio en tres rangos: 1, 2 y 3. El rango 1 = 1 a 2,9 años; el rango 2 = 3 a 4,9 años; y el rango 3 = 5 a 6 años. Del total de la población encuestada, un 24,78% está en el rango 1, un 42,73% en el rango 2 y un 32,47% en el rango 3. En la Figura 3 se pueden apreciar las diferentes medias obtenidas para cada rango en cada una de las variables. En cuanto a las variables descritas en la Tabla 2, se obtuvo diferencias estadísticamente significativas de acuerdo a los años viviendo en el Barrio para: PABp(F (2, 114)= 14,53, p= 0,000), PABa(F (2, 114)= 9,84, p= 0,000), PIBp(F (2, 114)= 17,90, p= 0,001), PIBa(F (2, 114)= 7,02, p= 0,001), PASBp(F (2, 114)= 11,42, p= 0,000), PASBa (F (2, 114)= 6,24, p= 0,000), PAEBp (F (2, 114)= 19,14, p= 0,000), PAEBa (F (2, 114)= 15,30, p= 0,000), PAC (F (2, 114)= 8,67, p= 0,000) y PIC (F (2, 114)= 10,82, p= 0,000),. Mientras que no presentaron diferencias significativas: PSCB (p = ,316), PPC (p = ,000), PSRV (p = ,154), PSRC (p = ,644), PSRB (p = ,221)y PSRG (p = ,078). DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Las discusiones se desarrollarán a partir de los objetivos propuestos en este estudio, para posteriormente referirnos al proceso de desplazamiento que se siguió tras la erupción del volcán Chaitén. Un primer objetivo fue describir los niveles actuales de Satisfacción Residencial, Sentido de Comunidad y Participación Cívica. En los resultados podemos observar que si bien la Satisfacción Residencial global se encuentra por sobre el punto medio de la escala, es la satisfacción con la vivienda la que alcanza un mayor valor, ubicándose en el rango conceptual “bastante” en la escala, a diferencia de la satisfacción con el barrio y los vecinos que se ubica en el rango “poco”. Por su parte el Sentido de Comunidad supera levemente el punto medio de la escala, ubicándose también en el rango conceptual “poco”. El valor más extremo es el de Participación Cívica, cuya media es muy cercana al valor 1, que expresa la no participación (“nada”). Estos resultados son consistentes entre sí 59 y con la literatura; el desplazamiento a un nuevo barrio ubicado en una ciudad distante, provoca una desvinculación con la comunidad de origen y un sentimiento de desarraigo (Fried, 1963) que dificulta la valoración e inserción en nuevas redes comunitarias. En este caso, la entrega de un bono individual a cada familia propició una búsqueda individual de viviendas, que consolidó aún más la desvinculación con la comunidad de origen. Un segundo objetivo, fue describir los niveles presentes y pasados de Apego e Identidad de lugar. Al respecto, existen diferencias significativas entre estos valores. Mientras el Apego de lugar y la Identidad de lugar, en relación al lugar de origen (Chaitén) alcanzan una media de 5 puntos (“mucho”), en relación al lugar actual de residencia bordea los 3 puntos (“algo”). La relación de Apego con el barrio en Chaitén es significativamente mayor que la que se tiene con el barrio actual, evidenciando lo fundamentales que son los lugares en la vida de las personas (Hernández et al. 2007). Al desagregar el Apego de lugar en sus componentes social y espacial, los resultados son similares; la gente desplazada tiene todavía hoy, mayor Apego a Chaitén que al barrio en el que actualmente viven. En relación a su situación actual, si comparamos las medias de Apego de Lugar e Identidad de lugar, entre el barrio y la ciudad, no observamos diferencias importantes. Es decir las personas desplazadas de Chaitén tampoco han establecido un arraigo significativo con la ciudad de acogida. En suma, las diferencias que se reportan entre el lugar pasado y el presente evidencian una clara disrupción del vínculo con el lugar (Manzo, 2014; Mihaylov & Perkins, 2014) tras el desplazamiento. Las personas no se sienten vinculadas afectivamente con su nuevo entorno, ni identificadas con él, tanto a nivel de sus barrios como de la ciudad. La disrupción del vínculo con el lugar es tanto social como espacial. Sí compartimos con Stedman (2002) que el significado de lugar es previo a la conformación del vínculo espacial y con Gustafson (2001) que los significados del lugar se configuran a partir de las experiencias directas con el espacio, sus características físicas 60 H. BERROETA et al. y el grado en que este es asociado con otras personas; podemos teorizar que la distancia y las dificultades de acceso entre el lugar de origen y el actual, inciden en la ausencia de experiencias previas sostenidas con el entorno actual; que el cambio de un paisaje semi urbano en Chaitén a un paisaje completamente urbano en Puerto Montt afectan la imaginabilidad (Lynch, 1966) del entorno, dificultando la lectura y la orientación espacial (Aragonés & Arredondo, 1985) y que la ausencia de redes sociales en el lugar dificultan la interacción necesaria para la asociación de lugares a personas y colectivos. Por último, cabe señalar que desde un punto de vista teórico, la similitud de valores reportados entre Apego e Identidad de lugar, confirman la relación estrecha entre estos dos tipos de vínculos con el lugar, sugeridos por Hernández et al. (2007, 2010), e incluso, aportan respaldo a las propuestas reciente (Lewicka, 2011) que sitúan al Apego de Lugar como un concepto integrador. Finalmente, el tercer objetivo fue identificar diferencias en cada una de las variables medidas, según la tenencia de la vivienda, la intención previa al desplazamiento de cambiar de residencia y los años de residencia en el barrio actual. Si bien la descripción de las variables según la forma de tenencia de la vivienda, estableció que las únicas diferencias significativas inter-grupos se dan entre la Identidad de Lugar pasado y Apego Social de Lugar pasado, llama la atención que sistemáticamente sin importar si las personas fuesen propietarios, arrendatarios o tuviesen alguna otra relación con la vivienda, siempre los valores registrados con respecto al pasado fueron mayores a los registrados con respecto al presente. En cuanto a la intención de cambiar de residencia (ICR) antes de la erupción del volcán, todas las medias con el lugar pasado, es decir Chaitén, fueron significativamente mayores para quienes no tenían intención de cambiar de residencia. Es decir, quienes querían seguir en su residencia en Chaitén manifestaron medias significativamente mayores en cuanto al Apego de Lugar pasado, Identidad de Lugar pasado, Apego Social pasado, Apego Espacial pasado. Sólo en dos variables de la vinculación con la residencia actual, la diferencia de medias fue significativa: Sentido de Comunidad y Satisfacción Residencial con la vivienda. Que ninguna otra variable en relación con la residencia actual presente diferencias significativa y que, sus medias hayan sido sistemáticamente más altas para quienes sí manifestaron ICR, puede indicar que la ICR es una variable significativa en cuanto a la construcción de vínculos sociales y espaciales referidas a la vivienda anterior, es decir, de la cual alguien se ha visto desplazado, pero no lo es para la construcción con la residencia actual, como señalan Kearns y Mason (2013), el deseo de base existente en las personas de querer moverse del lugar de origen media en la experiencia de desplazamiento. Los resultados obtenidos en cuanto a ICR, no avalarían entonces lo propuesto por Tabernero, Briones y Cuadrado (2010). Ellos plantean que la satisfacción con los vecinos, la calidad de la vivienda y la intención de cambio de residencia actúan como predictores de la Satisfacción Residencial. Sin embargo, en esta investigación, la satisfacción con los vecinos (PSRV) presentó medias de diferencia no significativa entre quienes manifestaron ICR y quienes no, siendo levemente mayor para estos últimos. En satisfacción con la vivienda (PSRC), la diferencia de medias sí fue significativa, siendo mayor para quienes sí manifestaron ICR. A pesar de que estas diferencias de medias, según Tabernero et al. (2010), deberían predecir una diferencia significativa en cuanto a Satisfacción Residencial general (PSRG), esto no se dio. Finalmente, en cuanto a los años de residencia en el barrio, lo más interesante es que, en todas las medidas que tuvieron diferencias significativas con respecto al barrio actual, la media más alta se dio siempre en el primer rango de años (1 a 2 años). Por otra parte, todas las medidas que tuvieron diferencias significativas con respecto al barrio pasado, la media más alta se dio siempre en el segundo o tercer rango de años. Lo que podría referir a que cuando se ha vivido un desplazamiento, el Apego, la Identidad, el Apego espacial y el Apego social, sólo son mayores en los primeros 2,9 años de vivir en el nuevo barrio, pero luego decae y aumenta el Apego por el barrio pasado, todas las medias máximas en la medición de las variables que hacen referencia al pasado, fueron mayores que las medias de las variables que hacen referencia al barrio actual. Los resultados de esta investigación, al igual VINCULOS SOCIOESPACIALES EN DESPLAZADOS DE CHAITEN que el estudio pionero de Fried (1963) sobre el desplazamiento forzado en familias pobres, constata que la pérdida de un lugar importante representa un cambio que afecta la experiencia de continuidad temporal, social y espacial en las personas. La experiencia de desplazamiento no es sólo física, es un desplazamiento social y psicológico (Kearns & Mason, 2013). En el caso de los desplazados de Chaitén, esto se agudiza, en tanto no se siguió ninguna acción específica para proteger los vínculos espaciales y sociales de las personas. La estrategia que se siguió, como en muchos otros casos, estuvo centrada exclusivamente en la vivienda, y como hemos demostrado, la satisfacción con la vivienda no se asocia a valores altos de Sentido de Comunidad, Participación, Apego de Lugar o Identidad de Lugar. Políticas centradas en la sola satisfacción de las personas con su vivienda, no aseguran una mayor calidad de vida. Es fundamental seguir investigando los procesos socioespaciales asociados al desplazamiento a consecuencia de desastres socio naturales en Chile, se requieren estudios comparados que contrasten diferentes experiencias y estrategias de desplazamiento, que aporten información empírica para el diseño de políticas más integrales y respetuosas con las comunidades involucradas. BIBLIOGRAFÍA Amerigo, M. (1995). Satisfacción Residencial. Madrid: Alianza Universidad. Ahlbrandt, R. (1984). Neighborhoods, people, and community. New York: Plenum Press. Aragonés, J., & Arredondo, J. (1985).Structure of Urban Cognitive Maps. Journal of Environmental Psychology, 5, 197-212. Barcus, H. (2004). Urban-rural migration in the USA: An analysis of residential satisfaction. Regional Studies, 38(6), 643-657. Berroeta, H., & Rodríguez, M. (2010). Participación Comunitaria y Regeneración de Espacio Público: Análisis de una Experiencia. Revista Electrónica de Psicología Política, 8(22), 1-26. Bonaiuto, M., & Bonnes, M (2000). Social-psychological approaches in environment-behaviour studies. Identity Theory and the Discursive Approach. In S. Wapner, J. 61 Demick, T. Yamamoto & H. Minami (Eds.), Theoretical perspectives in environment-behaviour research. New York: Kluwer Academic / Plenum Publishers. Bonanno, A., Galea, S., Bucciarelli, A., & Vlahow, D. (2006). Psychological resilience after disaster. Psychology cience, 17(3), 181-186 Brodsky, A. (1996). Resilient single mothers in risky neighborhoods: Negative psychological sense of community. Journal of Community Psychology, 24(4), 347-363. Brown, B., & Werner, C. (1985). Social cohesiveness, territoriality, and holiday decorations: The influence of cul-de-sacs. Environment and Behavior, 17(5), 539565. Caia, G., Ventimiglia, F., & Maass, A. (2010). Container vs. Dacha: the psychological effects of temporary housing characteristics on earthquake survivors. Journal of Environmental Psychology, 30, 60-66. Campbell, A., Converse, P., & Rodgers, W., (1976). The quality of American life. Russell. New York Sage Foundation. Cuba, L., & Hummon, D. (1993). A place to call home: identification with dwelling, community, region. The Sociological Quarterly, 34, 111-131. Fried, M. (1963). Grieving for a lost home. In L. Duhl (Ed.), The urban condition (pp. 151-171). New York: Basic Books. Harris, P., Brown, B., & Werner, C. (1996). Privacy regulation and place attachment: Predicting attachments to a student family housing facility. Journal of Environmental Psychology, 16, 287-301. Hashim, A. (2003). Residential satisfaction and social integration in public low cost housing in Malaysia. Pertanika Journal of Social Sciences & Humanities, 11(1), 1-10. Hernández, B., Hidalgo, M., Salazar-Laplace, M., & Hess, S. (2007). Place attachment and place identity in natives and non-natives. Journal of Environmental Psychology, 27(4), 310-319. Hidalgo, M., & Hernández, B. (2001). Place attachment: Conceptual and empirical questions. Journal of Environmental Psychology, 21(3), 273-281. I. MUNICIPALIDAD DE CHAITÉN (2013) Ubicación y geografía. Extraído el 15 de junio de 2014 desde http://www.munichaiten.cl/ubicacion-y-geografia. Joh, H. (1997). Disaster stress of the 1995 Kobe earthquake. Psychologia: And International Journal of Psychology in the Orient, 40, 192-200. Kearns, A., & Mason, P. (2013). Defining and Measuring Displacement: Is Relocation from Restructured 62 H. BERROETA et al. Neighbourhoods Always Unwelcome and Disruptive? Housing Studie, 28(2), 177–204. Lewicka, M. (2011). Place attachment: How far have we come in the last 40 years? Journal of Environmental Psychology, 31(3), 207-230. Long, D., & Perkins, D. (2007). Community social and place predictors of sense of community: A multilevel and longitudinal analysis. Journal of Community Psychology, 35(5), 563-581. Low, S. (1992). Simbolic ties that bind: Place attachment in the plaza. In I. Altman & S. Low (Eds.). Place attachment human behavior and environment (pp. 165-184). New York: plenumpress. Lynch K. (1966). La imagen de la ciudad, Buenos Aires: Infinito. Manzo, L. & Perkins, D. (2006). Finding common ground: The importance of place attachment to community participation and planning. Journal of Planning Literature, 20(4), 335-350. McMillan, D., & Chavis, D. (1986). Sense of community: A definition and theory. Journal of Community Psychology, 14(1), 6-23. Mohit, M., & Nazyddah, N. (2011). Social housing programme of Selangor Zakat Board of Malaysia and housing satisfaction. Journal of Housing and the Built Environment, 26(2), 143-164. Nasar, J. (1995) The Psychological Sense of Community in the Neighborhood. Journal of the American Planning Association Spring, 61(2) 178 -184. Norris, F., Friedman, M., & Watson, P. (2002). 60.000 disaster victims speak: part II. Summary and implications of the disaster mental health research. Psychiatry: Interpersonal and biological processes, 65, 240-260. ONU (2012). Análisis de riesgos de desastres en Chile. Extraído el 15 de Junio de 2014 desde http://goo.gl/GNPGOA. ONEMI (2008). Informe No 245 - 3.900 personas evacuadas erupción volcán Chaitén. REDHUM. Extraído el 20 de junio de 2014 desde http://redhum.org/documento_ detail/2184. Perkins, D., & Long, D. (2002). Neighborhood sense of community and social capital: A multi-level analysis. In A. T. Fisher, C. C. Sonn & B. J. Bishop (Eds.), Psychological sense of community: Research, applications, and implications. (pp. 291-318). New York, NY, US: Kluwer Academic/Plenum Publishers. Proshansky, H., Fabian, A., & Kaminoff, R. (1983). Placeidentity: Physical world socialization of the self. Journal of Environmental Psychology, 3(1), 57-83. Riger, S., & Lavrakas, P. (1981). Community ties: Patterns of attachment and social interaction in urban neighborhoods. American Journal of Community Psychology, 9(1), 55-66. Rosales, V., & Salazar, F. (2010). Los procesos de reconstrucción: reto para la sociedad y para los gobiernos. Comisión Nacional de Emergencias. Costa Rica. Extraído el 30 de junio de 2014 desde http://www.cne.go.cr/ Documentos/mitigacion/el_caso_cinchona.pdf Sanders, S., Browie, S., & Bowie, Y. (2003). Lessons learned on forced relocation of older adults: the impact of hurricane Andrea on health, mental health, and social support of public housing residents. Journal of Gerontological Social Work, 40, 23-35. Sarason, S. (1974). The psychological sense of community: Prospects for a Community Psychology. San Francisco: Jossey-Bass. Scannell, L., & Gifford, R. (2010a). Defining place attachment: A tripartite organizing framework. Journal of Environmental Psychology, 30(1), 1-10. Scannell, L., & Gifford, R. (2010b). The relations between natural and civic place attachment and proenvironmental behavior. Journal of Environmental Psychology, 30(3), 289-297. Stedman, R. (2002). Toward a social psychology of place: Predicting behavior from place-based cognitions, attitude, and identity. Environment and Behavior, 34(5), 561-581. Stokols, D., & Shumaker, S. (1981). People in places: A transactional view of settings. In J. H. Harvey (Ed.), Cognition, social behavior and the environment, (pp. 441-488). Hillsdale, New Jersey: Lawrence Erlbaum Associates. Tabernero, A., Briones, E., & Cuadrado, E. (2010). Changes in residential satisfaction and place attachment over time. Psyecology, 1(3), 403-412. Taylor, R., Gottfredson, S., & Brower, S. (1984). Neighborhood naming as an index of attachment to place. Population and Environment: Behavioral and Social Issues, 7,103-125. Twigger-Ross, C., Bonaiuto, M., & Breakwell, G. (2003). Identity theories and environmental psychology. In M. Bonnes, T. Lee & M. Bonaiuto (Eds.), Psychological theories for environmental issues (pp. 203-233). England: Ashgate Publishing Limited. Vidal, T.; Salas, X., Viegas, I., Esparza, D., & Padilla, S. (2012). El mural de la memoria y la Rambla Ciutatd’ Asunción del barrio de Baró de Viver (Barcelona): repensado la participación ciudadana en el diseño urbano. Athenea Digital, 12(1), 29-53. Extraído el 25 de junio de 2014 VINCULOS SOCIOESPACIALES EN DESPLAZADOS DE CHAITEN desde http://psicologiasocial.uab.es/athenea/index.php/ atheneaDigital/article/view/Vidal Vidal, T., Berroeta, H., Di Masso, A., Valera, S., & Peró, M. (2013). Apego al lugar, identidad de lugar, sentido de comunidad y participación en un contexto de renovación urbana. Estudios de Psicología. Estudios de Psicología, 34(3), 275-286. Recibido: 30/06/2014 63 Vidal, T., Valera, S., & Peró, M. (2010). Place attachment, place identity and residential mobility in undergraduate estudents. Psyecology, 1,(3), 353-369. Weidman, S., & Anderson, J. (1985). A conceptual framework for residential satisfaction. In I. Altman & C. M. Werner (Eds.). Home Environments (Human Behavior and Environment), Chapter: 7 (pp. 153-182). New York: Publisher: Springer. Aceptado: 05/08/2015 Versión final: 21/12/2015 64 H. BERROETA et al.