Studaa E. Cuadrado, AnMurcia, 16- 17, 200 1-2002, págs. 2 17-228
LOS OBJETOS DE ORO
DE LA NECRÓPOLISDEL POBLADO.
DE COIMBRA DEL BARRANCO ANCHO
(JUMILLA,MURCIA)
José Miguel García Cano
Universidad de Murcia *
Virginia Page del Pozo
Museo de Arte Ibérico 'El Cigawalejo"
Mula**
RESUMEN
Estudio y clasificación de los objetos de oro de la necrópolis ibérica del "Poblado"
en Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla). Se pone de manifiesto que corresponden
en su totalidad a piezas de uso personal -pendientes y colgantes- empleados indistintamente por hombres y mujeres, con una cronología del siglo IV antes de Cristo.
Por lo general pertenecen a individuos de cierto status social
Palabras clave: Oro, pendientes, ibérico, necrópolis, Coimbra y tumba.
ABSTRACT
In this pages we study and classiG the gold thing from the iberian necropolis from
"Poblado" in Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla). This object are as a whole article for personal use -earring and festoon- so many men and women, from the fourth
century B.C. For the most part we find these with people of great social status.
Key words: Gold, earring, iberian, necropolis, Coimbra and grave.
* Museo de la Universidad de Murcia, calle Cartagena, s/n, 3002 Murcia; e-mail: jmgc@um.es
"* Palacio de la Reinahermosa, calle del Marqués, 30170 Mula (Murcia).
218
AnMurcia, 16-17,2001-2002
TOSÉMIGUEL GARC~ACANO Y VIRGINIA PAGE DEL POZO
No podemos iniciar este artículo sin un emocionado y sentido recuerdo para quien fue uno de nuestros
maestros, no sólo en el campo de la arqueología ibérica, sino y principalmente un ejemplo de comportamiento humano a seguir, D. Emeterio Cuadrado Díaz,
que nos dejó hace unos meses.
Las joyas fueron consideradas por los iberos, sin
lugar a dudas, artículos de lujo necesarios para su adorno personal, además de ser un sinónimo de riqueza,
poder y seguramente, de prestigio del portador de las
mismas. Prueba de lo apreciado que fue este escaso
bien, es la insignificante presencia de objetos de oro en
las tumbas de Coimbra del Barranco Ancho, o en cualquiera de las otras necrópolis ibéricas ubicadas en nuestra Región y tan bien conocidas como "El Cigarralejo"
(Mula) (Cuadrado, 1987), Cabecico del Tesoro
(Verdolay, la Alberca), Los Nietos (Cartagena) (Cruz
Pérez, 1990; García Cano, C., 1990 y 1993) o el
Castillejo de los Baños (Fortuna), por lo que no suelen
amortizarse en las tumbas (Chapa y Pereira, 1991, p.
23) como ocurre con otros muchos objetos de uso personal, ya que a diferencia de aquéllos, el oro puede ser
reutilizado y atesorable.
En el presente trabajo pretendemos dar a conocer
los objetos de oro procedentes de la necrópolis del
Poblado de Coimbra del Barranco Ancho por tres motivos fundamentales:
Primeramente por ser la mejor conocida y más
ampliamente excavada de las tres que tuvo este interesante complejo ibérico (Iniesta, Page y García Cano,
1987, p. 5).
El incremento de hallazgos en los últimos anos1
que sumados a los ya existentes (García Cano 1997a,
p. 227-230) constituyen de por sí un lote homogéneo
de gran importancia ya que nos permite, si no el
poder estudiar un tema complejo como la evolución
de la joyería ibérica, debido a la escasez de materiales
y a la repetición de los motivos durante amplios espa-
1 Proyecto de investigación en la necrópolis del Poblado aprobado
por la Dirección General de Cultura de la Comunidad Autónoma de
la Región de Murcia para el período 1998-2004, dirigido por José
Miguel García Cano, Virginia Page del Pozo y Emiliano Hernández
Carrión. En las cinco campañas realizadas hasta octubre de 2002 se
han exhumado setenta y nueve enterramientos ibéricos recuperándose doce nuevos objetos de oro.
cios temporales, en el periodo en que estuvo en uso la
necrópolis -inicios del siglo IV a.c. hasta el siglo 11
a.c.-, sí por lo menos establecer una primera tipología. También podemos extraer interesantes conclusiones sobre el significado simbólico o ritual de las piezas
(Nicolini, 1987) y el papel de prestigio social que
debió jugar el oro en la sociedad ibérica (Chapa y
Pereira, 1991, p. 23-35), la técnica y la temática de las
joyas, lo que nos aporta datos referentes al nivel social,
cultural, ritual y económico de la sociedad que los
creó y usó.
Igualmente, al pertenecer la mayoría de ellos a
conjuntos cerrados, perfectamente datables, al menos
con una cronología relativa, constituyen de por sí un
dato cronológico de primera mano, en contraposición
a los hallazgos de "tesorillos" productos de ocultaciones en escondrijos en momentos de inseguridad, formados en ocasiones por objetos pertenecientes a distintas épocas y materia prima de diferente composición y calidad.
Somos conscientes de que ante la imposibilidad de
incluir los análisis metalúrgicos de las piezas, el presente estudio queda incompleto, al desconocer -de
momento- la composición del oro de Coimbra, la certeza de si se ha aleado con otros metales como la plata
o el cobre y en qué proporción, si se trata de oro aluvial o procedente de la explotación minera, datos fundamentales para el conocimiento de la orfebrería ibérica, de la calidad de sus manufacturas y de su desarrollo tecnológico, como han demostrado tajantemente Ignacio Montero y Salvador Rovira (199 1, p. 7-2 1).
Aunque, al igual que ocurre con la mayoría de los
objetos prerromanos, quizás el oro de Coimbra se
recogió en estado nativo procedente del oro aluvial
(Sánchez Palencia y Pérez, 1989, p. 16-23). Así
mismo, a raíz de los análisis efectuados por los Dres.
Montero y Rovira, concluyen diciendo que "en las
provincias de Alicante y Murcia, más del 60% de las
joyas analizadas ofrecen una tasa de cobre mayor o igual
que la plata, pero nunca superando la cifra del 10%
Cu ... respondiendo quizá a un rasgo tecnológico local
o a una tradición artesanal más fielmente seguidora de
ciertos cánones de afino del oro" (Montero y Rovira,
1991, p. 19-2 1). Ante la falta de pruebas que corroboren estos datos, no podemos aventurar que el oro de
Coimbra del Barranco Ancho se encuentre en la
misma situación que el aparecido en otros yacimientos
ibéricos de esta zona.
LA NECR~POLISDEL POBLADO DE COIMBRA DEL BARRANCO ANCHO
11. OBJETOS DE ORO
Es de sobra conocido que el oro a lo largo de la hstoria ha sido utilizado tanto para la elaboración de adornos
personales como para objetos rituales y de prestigio
(Perea, 1991), nosotros nos dedicaremos casi con exclusividad a los de "ornato personal" puesto que excepto en la
Tumba 70 en que apareció una plaquita perforada decorada con pan de oro de uso incierto (Iniesta, Page y García
Cano, 1987, p. 71) no disponemos de ningún otro objeto suntuario o elitista fabricado total o parcialmente en
este metal. En todos los items registrados se trata de
pequeñas piezas livianas que tipológicamente corresponden a: pendientes y colgantes, faltando totalmente los anillos, si bien tenemos constatada la presencia de un anillo
en la necrópolis de la Senda (García Cano, 1997a, p.
228), pulseras, torques, grandes arracadas o cualquiera de
las joyas ampliamente representadas en la estatuaria ibérica (Ruano, 1987) o procedente de pequeños tesorillos.
El lote completo está compuesto por 18 objetos, de los
que 16 son pendientes, contenidos en 11 tumbas y tan
sólo 3 se encontraron superficialmente, lo que supone que
un 7% de las deposiciones contienen objetos de oro. Es
decir, un 88.8% de las piezas de oro son pendientes. Por lo
que respecta a las incineraciones que han proporcionado
los items, algunas de ellas son sepulturas con ajuar relevante, concretamente las tumbas 22, 55 y 70 corresponden a las tres deposiciones más ricas de la necrópolis del
Poblado, aunque una parte de los hallazgos pertenecen a
ajuares menos relevantes hasta llegar a casos de tumbas
muy sencillas, que de no ser por estas joyas apenas si pasa-
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polis de la Región como Los Nietos donde la tumba 6/88
únicamente proporcionó de ajuar un pendiente de oro2.
11.1. Pendientes
11. l. l . Anular cerrado
Aro simple de sección oval, circular o romboidal.
Hechos mediante martilleado hasta conseguir un grueso hilo macizo. El cierre consiste en la superposición de
los dos extremos del aro. Podemos asimilarlo al 8 B de
Alicia Perea (199 1, p. 22 1).
-
Lámina 1. Pendienrc de la rumba 86. Tipo 1 1.
Cuadro 1. Relación de objecos de oro de la necrópolis del Poblado.
11.1.1.1. Aro simple sin ningún tipo de adorno.
Forman este modelo los dos pendientes de la tumba 22,
no 2037 y 4049, fig. 1-1 y 1-2. El carácter del ajuar es
masculino, datado entre el 375-350 a.c. y el de la
tumba 86, no 6842, fig. 1-3, Iám. 1. Ajuar funerario de
tipo masculino.
Pendientes paralelizables hemos documentado en la
necrópolis del Cigarralejo (Cuadrado, 1987, p. 389, no
50-51, 1891-1892, figura 164-50 y 51. Tumba 209.
Ajuar masculino), Baza (Presedo, 1982, p. 79, figura
47-4 y 5. Tumba 43. Ajuar femenino) y Castellones de
Ceal en Jaén, donde procedentes de la rumba 1 11145
hay dos items, (Chapa y otros, 1998, p. 106, figura 48,
no 10-1 1). La cronologia de todos estos enterramientos
es de la primera mitad del siglo IV anterior a Cristo,
pudiéndose incluso datar el ajuar de la necrópolis de
rían desapercibidos o como simples incineraciones pobres
o de niños como los ajuares de las tumbas 86 o 108, situación que queda corroborada en otras importantes necró-
2 Agradecemos la información a Carlos García Cano, director de
las excavaciones encre 1988-1989.
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[OSE MIGUEL GARC~ACANO Y VIRGINIA PAGE DEL POZO
Lámina 2. Pendiente dc la tumba 76. Tipo 1-2.
Castellones entre finales del siglo V y primeros años del
siglo IV a . c . (Chapa y otros, 199 1). Por último citar un
pendiente, no 575 procedente de la tumba 35 de la cercana necrópolis de la Senda perteneciente al mismo
conjunto de Coimbra del Barranco Ancho (García
Cano, 1997a, p. 227, fig. 26s-1; 1999, p. 21).
11.1.1.2. Con un hilo enrollado alrededor de distintos puntos del aro, como adorno.
Tenemos un ejemplar de la tumba 76, no 6185, fig.
1-4, Iám. 2. Ajuar indeterminado. Este modelo de pendiente está muy documentado en los yacimientos ibéricos del sureste eni insular con paralelos evidentes en
Cigarralejo (Cuadrado, 1987, p. 152, no 42-83, figura
51-42. Tumba 45. Ajuar masculino. Datado entre
c. 350-325 a. d . c . ; 175, no 18-401, figura 62-18.
Tumba 57. Ajuar masculino. Datado en los primeros
años del siglo IV antes de Nuestra Era), necrópolis de la
Serreta de Alcoy (Alicante) (Cortell y otros, 1992, p.
109, lámina IV-2, no 3. Tumba 14). Desconocemos la
naturaleza del ajuar pero por exclusión al no presentar
armas (Reig Seguí, 2000) puede ser femenino y datarse
en el contexto general de la necrópolis entre finales del
siglo V y los primeros años del siglo 111 antes de
Jesucristo (Cortell y otros, 1992) o el poblado de los
Villares en Caudete (Valencia) donde se localizaron dos
items. en el departamento 3, formando parte de un
tesorillo datado entre finales del siglo 111 y primeros
años del siglo segundo anterior a Cristo por las dracmas
ampuritanas allí presentes (Pla Ballester, 1980, p. 34,
lám. XXTX-6; Mata, 1991, p. 173-175). En la necrópolis del Puig des Molins en Ibiza también se han localizado con cronología del tránsito de los siglos V-IV
antes de Cristo (Fernández, 1992, (II):187, fig. 137, no
710 (111).
Lárriiria 3. I>endirnre de la rumba 83. Tipo 2- 1.
11.1.2.Anular abierto
Aro simple de sección circular, oval o romboidal,
con los extremos en hilo para cerrar en lazada o gancho.
Pueden integrarse en el Grupo 8B de Alicia Perea
(1991, p. 221).
11.1.2.1. Aro simple. De este modelo tenemos un
ejemplar de la tumba 83, no 6218, fig. 1-5, Iám. 3.
Cuyo enterramiento estaba semiarrasado y el ajuar no
cuenta con elementos de cronología precisa.
Un pendiente identico se halló en el estrato superficial de la necrópolis Norte del Tolmo de Minateda
(A1bacete)j (Blánquez Pérez y Roldán, 1995, p. 92-93,
no 8 l d . Lám. página 92 primero arriba izquierda).
Otras piezas similares hemos documentado en varias
tumbas de la necrópolis del Cigarralejo (Cuadrado,
1987, p. 294, no 5-1325, fig. 295-5. Tumba 141. Ajuar
femenino; 298, no 7-1397, fig. 120-7. Tumba 144.
Ajuar masculino; 350, no 6-1752. fig. 143-6. Tumba
193. Ajuar femenino). Datadas todas c. 400-375 a.c.,
excepto el ajuar de la tumba 95 cuya cronología se centra entre 325-300 (Cuadrado, 1987, p. 226, 294, 298
y 350), necrópolis del Tesorico (Agramón-Hellín)
(Broncano y Otros, 1985, p. 72, fig. 19-1. Tumba 4.
Ajuar femenino). Esta incineración no tiene elementos
cronológicos pero el conjunto de los materiales exhumados tanto en ajuares funerarios como en la estratigrafía general de la necrópolis se centra en la primera
mitad del siglo 1V antes de Jesucristo (Broncano y
otros, 1985, p. 174) y ~ o b l a d ode la Bastida de Les
Acuses en Mogente (Valencia) donde en el deparca-
3 Aprovechamos estas líneas para agradecer la amabilidad, celeridad e interés en la identificación del pendienre a Llanos Jiména
Ortuño, del Museo de Albacete.
LA NECROPOLIS DEL POBLADO DE COIMBRA DEL BARRANCO ANCHO
AnMurcia, 16-17,2001-2002
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bronce -no 6692 bis-. Fechable en función de su estratigrafía vertical a lo largo del siglo IV antes de Cristo.
Encontramos un item muy similar aunque con el
cierre diferente en el departamento 37 de la Bastida de
Les Alcuses en Mogente (Fletcher, Pla y Ballester, 1965,
p. 189- 190, no 62). Departamento que se fecha por las
cerámicas de importación ática a mediados del siglo IV
anterior a Cristo, como hemos señalado más arriba. Un
segundo paralelo procede del ajuar de la tumba 27 de la
necrópolis de Baza (Presedo, 1982, p. 55, fig. 27-20.
Ajuar femenino). Este enterramiento no cuenta con
elementos muebles de datación absoluta, pero dispone
de una imitación de cratera de columnas en miniatura
(Presedo, 1982, p. 54, fig. 26-l), que puede datarse por
similitud con las siete documentadas en la tumba 43 de
esta misma estación ea. 375-350 a.c. (Presedo, 1982,
p. 66-86).
Lámina 4. Pendienre estrato Superficial. Tipo 2-2.
11.1.4. En espiral
'
Láinina 5. Pendiente de la r~imba108. Tipo 3.
mento 37 se hallaron dos pendientes como los objeto
de análisis (Fletcher, Pla y Alcacer, 1965, p. 189-190,
no 63-64). El departamento contenía tres items. áticos
de barniz negro B-1 41, B-163 y B-164 (Fletcher, Pla y
Alcacer, 1965, p. 184, no 9 a 11). Datables hacia
mediados del siglo IV antes de Nuestra Era. Este modelo de pendiente es el más numeroso en la necrópolis del
Puig des Molins con cronología global del tránsito de
los siglos V-IV hasta primeros decenios del siglo IV a.c.
(Fernández, 1992[IT], p. 183- 184).
11.1.2.2. Con una pequeña bolita colgante en el
extremo. Hay una pieza encontrada en el nivel superficial, no 685 1, fig. 1-6, Iám. 4.
Aro simple formado por dos hilos finos retorcidos
que tienden a engrosarse en el centro. Los extremos en
un único hilo para cerrar en lazada o gancho.
11.1.4.1. Espiral simple. Dos ejemplares procedentes
de la tumba 55, no 5561, fig. 1-9 y 1-10, Iám. 6. El ajuar
es de tipo masculino, datable entre el 225 y 200 a.c.
Lámina 6. Pendientes de la tumba j5. Tipo 4.1.
11.1.3. Amorcillado apuntado
Aro simple que va engrosándose hacia el centro.
Sección arriñonada. De oro bajo. El cierre se ha fundido
y no podemos precisar como fue en origen, pero parece
de otro metal. Hay dos pendientes procedentes de la
tumba 108, números 6692.1 y 6692.2, fig. 1-7 y 1-8,
lám. 5. Ajuar indeterminado, quizás el de un niño ya que
además de los pendiente se encontró una bolita de piedra
n o 6691- y el puente de una fíbula anular hispánica de
Lámina 7. Pendiente de la tumba 116. Tipo 4.2.
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ArtMurcid. 16-17,2001-2002
10SÉ MIGUEL GARC~A
CAN( Y VIRGINLA PAGE DEL POZO
Existe un paralelo formal procedente del ajuar de la
tumba 1 de la necrópolis de la Serreta en Alcoy (Cortell
y otros, 1992, p. 109, Iám. IV-2, no 2). Dicho ajuar
debe ser masculino por la presencia de una abundante
panoplia y habría que situarlo hacia mediados del siglo
IV antes de Cristo (Reig Seguí, 2000). Un segundo
item. aunque en plata se halló superJtcialmente en la
necrópolis de Orleyl (Castellón) (Lázaro y otros, 1981,
p. 27, no 61, fig. 12-3, lám. VI-3), y un tercer item.
también en plata procede de fuera de contexto de la
necrópolis de los Nietos cerca de Cartagena (Cruz
Pérez, 1990, p. 19 1, no 4, fig. 170-4).
11.1.4.2. Variante con un colgante tipo estuche. Este
es de forma cónica, con tapadera de la que sale una
pequeña arandela para pasar por ella el pendiente.
Decorada en la parte superior con lágrimas, de las que
únicamente se han conservado tres. Tenemos un ejernplar aparecido en la tumba 116, no 681 3.1, fig. 1-1 1,
Iám. 7. Ajuar tipo masculino, fechada entre el 375-325
a.c., aunque pudiera concretarse en los años centrales
del siglo IV ya que los elementos cronológicos que definen su datación son dos platos de barniz rojo ibérico sin
pie FlA de Cuadrado de gran formato -diámetros 260
y 250 mm no 6798.1 6799.2 respectivamente- que en
Coimbra del Barranco Ancho se fechan mayoritariamente entre 375-350 aunque perduran hasta c. 325
(García Cano, 1997a, p. 120-122).
11.1.5. En creciente
Formado por una o dos finas láminas de oro, pero
cuyos extremos acaban en delgados hilos para cerrar en
lazada o gancho. Decoración con lágrimas y circulitos.
11.1.5.1. Una única lámina que presenta una bolita colgante en el extremo. Dos piezas de la tumba 153,
Lámina 8. Pcndienres de la tumba 153. Tipo 5.1.
Lámina 9. Deralle d e un pendiente del tipo 5.1. Procedente del
Cabecico del Tesoro.
s/n0, figs. 1- 13 y 1- 14, Iám. g4. Ajuar masculino, con
una datación que oscila del 350 al 325 a.c., por la
presencia de varias piezas áticas de barniz negro entre
las que destaca un kantharos F40EI con decoración
sobrepintada en blanco de hojas de mirto en el cuello
fechable a comienzos de la segunda mitad del siglo IV
similar al no 5749 de la tumba 70 de esta misma
necrópolis (Iniesta, Page y García Cano, 1987, p. 26279) y al no P20460 del Agora de Atenas con idéntica cronología (Sparkes y Talcott, 1970, p. 122, no
702, Iám. 29).
Pendientes de este modelo pero sin los circulitos que
circundan a la lágrima central existen en las necrópolis
de El Cigarralejo (Cuadrado, 1987, p. 341, no 121700, fig. 140-12. Tumba 185. Ajuar indeterminado,
datado entre 350-325 a.c.); 524, no 9-3417, fig. 2279. T.309. Ajuar femenino, datado c.400-350 a.c.),
Tesorico (Agramón, Hellín) aunque hallado fuera de
contexco no TS-16 (Broncano y Otros, 1985, p. 159,
fig. 62-1; Blánquez Pérez y Roldán, 1995, p. 93, no 8 1f,
fig. 92), pero al que hay que adscribirle la cronología
general de dicha necrópolis entre finales del siglo V y
primera mitad del siglo IV a.c. (Broncano y otros,
1985, p. 174), Cabecico del Tesoro (Verdolay, Muxie)
sin datación precisa pero donde la lámina presenta la
peculiaridad de llevar una chapita también en oro como
refuerzo (Iám. 9) y la Albufereta de Alicante (Rubio
Gomís, 1986, p. 106, no NA-5252, fig. 33. Tumba F81. Ajuar femenino, datable entre 375-350 a.c.; 181,
no NA-5253, fig. 76. Tumba L-16. Ajuar indetermina-
4 Acrualrnente se encuentran en fase de caralogación e inventario ya que proceden de la campaña de excavaciones de 2002.
LA N E C R ~ P O L I DEL
S PORlADO DE COIMBRA DEL BARRANCO ANCHO
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223
nes sistemáticas llevadas a cabo en el yacimiento, no
tiene número.
11.2. Colgantes
Lámina 10. Pendiente esrrato superficial. Tipo 5.2.
do aunque pudiera ser femenino. Sin cronología precisa quizás siglo IV; 150, no NA-5254 y NA-5255, fig.
61. Tumba F-142. Ajuar indeterminado quizás femenino. Para este enterramiento propone el Dr. Rubio una
cronología entre 380-370 antes de Nuestra Era básicamente por el paralelo de los pendientes de oro y la hebilla cuadrangular de bronce (Rubio Gomis, 1986, p.
150). Sin embargo hay que tener presentes ciertas variables que concurren en este caso. En primer lugar las
hebillas de bronce tienen una cronología amplia que si
bien se sitúa a lo largo de todo el siglo IV perduran al
menos hasta el tránsito de los siglos 111-11 a.c. (García
Cano, 1997, p. 241) y en segundo lugar la fosa de la
tumba F-142 estaba colocada encima de la F-143 que
posee entre su ajuar varios items de cerámica ática de
barniz negro, platos de borde saliente, pateras F21/25B,
y un bolsal cuya cronología se centra a lo largo de la
primera mitad del siglo IV (Para los materiales Rubio
Gomis, 1986, p. 151-156, figs. 62 y 63). Por tanto pensamos que el ajuar de la tumba F-142 más reciente
e~trati~ráficamente
que el F-143 debe fecharse a mediados o segunda mitad del siglo IV).
11.1.5.2. Zoomorfo. Formado por dos laminillas:
Una en creciente, terminado en una bolita, que quizás
sea el cierre fundido y la otra que sustenta la decoración
en lágrimas -posiblemente para incrustarle pasta vítrea
o cualquier otro material-, circulitos y media luna. La
pieza en su conjunto asemeja a una cabeza de toro.
Existen dos ejemplares del estrato superficial, no 5342
bis. fig. 1-16, lám. 10, se halló en la campaña de 1985
(García Cano, 1999, p. 126). El segundo itern procede
de un hallazgo casual sin vinculación con las excavacio-
11.2.1. Placa de madera recubierta con pan de oro. Se
halló en la sepultura 70, no 5800, fig. 1-15. Tiene forma
de prisma rectangular de 27 x 19 x 9 mm. En sus caras
menores presenta dos perforaciones circulares que la atraviesan, abiertas al exterior. Sus lados están bruñidos. El
contorno de la cara superior se decoró con una línea incisa en zig-zag enmarcada por dos suaves resaltes. Ésta es la
parte recubierta con una fina lámina de oro. El rectángulo central quedó rehundido (Iniesta, Page y García Cano,
1987, p. 39).
Ignoramos la finalidad de este curioso objeto, pero a
modo de hipótesis podemos aventurar que las perforaciones laterales podrían servir para introducir por ellas un cordón, utilizándose así como un colgante. Conocemos un
paralelo, en una placa de hueso incompleta de la tumba
358 de El Cigarralejo (Cuadrado, 1987, p. 571, no 63717, fig. 248-6). Esta sepultura se data en la primera
mitad del siglo IV a.c. , y la placa jumillana se fecha unos
veinticinco aiíos más tarde. Ambas son de ajuar femenino.
11.2.2. Pequeño medallón con resalte para incrustarle pasta vítrea con una pequeña pestaña en el centro de
ésta que la recorre verticalmente como refuerzo para
evitar que la incrustación se caiga.
Se trata de un colgante aparecido en la tumba 150,
cuyo ajuar de gran riqueza y variedad de objetos cantaba con cuatro piezas de cerámica ática de barniz negro
copas (F40DI y bolsal) y platos (F21L y F28L) que
pueden datarse c. 350 o hacia los primeros años de la
década siguiente. El carácter del ajuar es femenino.
111. CONCLUSIONES
El análisis de los objetos de oro documentados en la
necrópolis del Poblado de Coimbra del Barranco
Ancho, nos lleva a varias reflexiones. En primer lugar
habría que concretar la cronología de los hallazgos. El
conjunto general de las 155 incineraciones investigadas
hasta 2002 se distribuye temporalmente a lo largo de
casi doscientos años de uso ininterrumpido de la necrópolis, con un porcentaje aproximado del 32% de los
enterramientos adscribibles al siglo IV (García Cano,
1997a, p. 78). Sin embargo de los once ajuares con
items con oro, ocho aportan datación precisa y de ellos
224
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TOSE MIGUEL GARCfA CANO Y VIRGINIA PAGE DEL POZO
siete se centran a lo largo del siglo IV a.c., es decir, algo
más del 63% se fechan con seguridad entre c. 375-325
y sólo un 9% -tumba 55- se ubica cronológicamente a
caballo entre los siglos 111-11 antes de Nuestra Era. En
el caso de esta tumba hay que tener presente que aunque efectivamente su deceso se produjo hacia el 200
a.c., el ajuar recuperado tiene un claro elemento de
perduración de más de una centuria -un plato ático de
barniz negro (outturned rim bowl del Agora de Atenas
F22LJF2681M.)-, pero pudo haber otros casos de perduración como por ejemplo el armamento, elementos
del jinete, etcétera (García Cano, 1999b). Probablemente en esta dinámica de ajuar "exclusivo" que se ha
transmitido a travCs de al menos tres generaciones
pueda incluirse la pareja de pendientes de oro. Lo que
fijaría la fabricación de los items en el siglo IV
La datación de los objetos de oro en el siglo IV se
corrobora en otros ajuares de significativas necrópolis del
área como por ejemplo el Cigarralejo donde las dieciocho
tumbas que contienen piezas de oro5se sitúan en su totalidad en el siglo l
V (Cuadrado, 1987, 1995). Fecha que
también coincide con los datos que proporcionan estaciones como Baza (Presedo, 1982), la Albufereta (Rubio
Gomis, 1986) o la necrópolis de la Senda en el mismo
complejo de Coimbra (García Cano, 1997a, p. 227-228).
Quizás porque la mayoría de las piezas son de una
cronologia parecida, morfológicamente el cierre es tan
simple: adelgazamiento de los extremos del oro y unido
por una simple lazada o montando sobre sí los dos
extremos, pero da la impresión de que por su coetaneidad los modelos de cierre no evolucionan hacia tipos
más sofisticados.
Por lo que respecta al perfil de las incineraciones con
oro hay que señalar que en Coimbra la riqueza de los
ajuares se reparte entre las tumbas más ricas y de construcción más prestigiosa, caso de los enterramientos no
22, 55, 70 ó 150, o en la Senda las tumbas 24 y 35
(García Cano, 1997a, p. 93-94), pero también otras no
tan opulentas como las no 1 16 ó 153. Mientras que en
casos sefialados tumbas 86, 108 o 113, el ajuar y la
superestructura que albergaba la sepultura resultan
francamente modestas.
5 El dato esrá fundamenrado únicamente en las 4 15 tumbas ~ublicadas por D. Emererio Cuadrado (1984, 1987,1991a, 1991b, 1995).
Los ajuares con objetos de oro son: 45,57, 95, 141, 144, 154, 182,
185, 193, 195,209,213,239,277,309,325,481 y 515.
Este diferencial, marcado básicamente por la riqueza material entre tumbas riquísimas con itern de oro,
normalmente las más importantes de cada necrópolis,
en Coimbra ya hemos analizado los casos pero se produce iguaimente en Cigarralejo donde dos de las tres
tumbas más ricas tienen oro, tumbas 209 y 277
(Cuadrado, 1987, p. 308 y 485). Pero también aparece
oro en tumbas pobres o muy pobres desde todos los
puntos de vista en que sean analizados. Este hecho además de Coimbra queda patente en uno de los ajuares
que contienen piezas de oro de la necrópolis de Los
Nietos, tumba 6/88, o la tumba 325 de El Cigarralejo,
I996,l997b.
1998
Los Nicros
3
Casrillqo dc
Los Baíios
,
2
194
'
Criir Péra.
1986.1990
Garcia &no,
C.. 1973 "
1
43
'.'
Garcia Cano.
~ a g e ,en prensa
* Las restantes tumbas son fruto de las investigaciones actualmente en cursa,
iniciadas en 1998. En estudio, catalogación e inventario.
la información a Carlos García Cano, director de las excavaciones entre 1988- 1990.
" Agradecemos
Cuadro 2. Objetos de oro en las principales necrópolis ibéricas del
sureste. Tabla de comparación
cuyo ajuar queda en un nivel mediolbajo del conjunto
de la necrópolis y sin embargo contenía dos joyas de
oro en forma de dos cabezas de mujer de gran arte y
mayor valor (Cuadrado, 1987, p. 535).
Es decir, existen algunos ajuares que han atesorado
oro aunque su índice de riqueza es reducido en el contexto ibérico. Este hecho puede deberse a familias que
atesoran el bien y en un momento dado se otorga a un
personaje determinado de la familia por razón de su
propio prestigio o por la dignidad del clan en relación
a un hecho de especial relevancia.
Figura 1. Objetos de oro de la necrópolis del "poblado" de Coimbra del Barranco Ancho.
226
AnMurcia, 16-17,2001-2002
JOSÉ MIGUEL CARCÍA CANO Y VIRGINIA PAGE DEL POZO
Por lo que respecta al porcentaje de tumbas con objetos de oro se sitúa en torno al 7%. Es éste el nivel más elevado de las necrópolis, cuyos materiales hemos podido
examinar directamente. Siendo la cercana necrópolis de la
Senda con un 4,4% y de del Cigarraiejo con 4,3%6las dos
de porcentaje más próximo, mientras que otras estaciones
como Castillejo de los Bafios (Fortuna) apenas sobrepasa el
2,396. Finalmente constatar que otras conocidas e importantes necrópolis presentan un porcentaje pobre muy por
debajo de nuestros parámetros como Cabecico del Tesoro
(1,4%), la Albufereta (1,3%) o Baza (1,1%). En estos casos
pudiera deberse a los sistemas de excavaciones antiguos
empleados en estos yacimientos o simplemente a una escasa acumulación de oro para los difuntos como ocurre en la
necrópolis de Los Nietos con un porcentaje muy pequefio
entorno al 1%, (Cuadro no 2).
Todos los elementos recuperados son de aderezo personal: pendientes o colgantes en el caso de la necrópolis
objeto de estudio, a los que hay que aiíadir joyas, anillos o
fibulas de oro en el resto de las necrópolis ibéricas del área.
El oro se atesora y usa por parte de ambos sexos, sin
embargo hay que precisar que cuando en una tumba se ha
localizado una pareja de en dientes el carácter del ajuar es
siempre masculino en Coimbra del Barranco Ancho, casos
de las tumbas 22, 55 y 153, solamente el ajuar de la sepultura 108 permanece indeterminado, a falta del análisis
osteológico, ya que además de los pendientes constaba
únicamente de una bolita de piedra y el puente de una
fíbula anular hispánica de bronce aunque a título de hipótesis podríamos adscribirla a un niñola o un joven. Entre
las tumbas publicadas de Cigarralejo en dos casos se hallaron sendas parejas de pendientes sepulturas 209 y 48 1, y en
ambas situaciones el ajuar era de componente masculino
(Cuadrado, 1987, p. 388 y 1984, p. 176), tal y como sucede con la pareja de pendientes localizados en la tumba
11/ 145 de la necrópolis de Castellones de Ceal Uaén) también vinculados a un ajuar masculino (Chapa y otros,
1998, p. 172). El hecho de presentar zarcillos personajes
masculinos es habitual en la plástica ibérica, por ejemplo el
mismo cipo decorado de la tumba 70 de la necrópolis del
6 Si introducimos en este parámetro el resto de ajuares sin publicar que forman parte de la colección del Museo Monográfico de El
Cigarralejo hasta 547 ajuares, el número de tumbas con piezas de oro
asciende a 24 (T. 368lPendiente; T. 4OOlPendiente; T. 4021Alhaja;T.
471lBolita; T. 5O5lPendiente; Entre T. 4721473lAnillo y FT
(1987)lAnillo. Sin embargo el porcentaje de piezas de oro queda igual
4,3%.
Poblado (García Cano, 1994. Para los ejemplos de escultura humana en general véase Ruano Ruiz, 1987).
El que se recuperen tan pocos objetos de este metal
noble en las incineraciones ibéricas y que correspondan en
su práctica totalidad a piezas de adorno personal puede
interpretarse, como apuntaban Chapa y Pereira, como que
el oro es un valor añadido sobre la riqueza general del
difunto, es decir, sin estos objetos los ajuares funerarios a
que pertenecen seguirían siendo ricos. Los pendientes y
colgantes que nos ocupan se justificarían porque formarían parte del atavío del fallecido, y no se retirarían, aún
cuando el cadáver iba a ser quemado (Chapa y Pereira,
1991, p. 30). Hecho que hemos podido comprobar en
Coimbra ya que los pendientes aparecen cerrados, a veces
deformados o incluso medio fundidos por efecto de la
acción del fuego, como el caso del ejemplar 6853 de la
tumba 113, fig. 1-12 o los cierres de los no 6292.1 y
6292.2 de la tumba 108, fig. 1-7 y 8, lám. 7 y 8 .
Nicolini señala la aparente contradicción entre tumbas
ricas y escaso ajuar de oro y plata, ofreciendo tres explicaciones plausibles: 1. el gusto personal del difunto, que
rechazaría enterrarse con oro; 2. la falta de metal a la hora
de producirse la deposición; 3. la reserva de las joyas para
los herederos del fallecido (Nicolini, 1990, p. 62 1).
Creemos que las dos primeras opciones no tienen
mucho fundamento, pero el hecho de transmitir a los
herederos el preciado bien explicaría la costumbre de
depositar pocas, o incluso ninguna pieza de oro en las
tumbas ibéricas con capacidad para ello a nivel teórico,
tanto por la calidad como por la riqueza del resto del
ajuar funerario. Estas piezas valiosas per se no llegarían
a introducirse en los enterramientos, salvo algunos
adornos de tipo personal, razón por la que no encontramos en las necrópolis los ricos collares, arracadas o
diademas que exhiben las grandes damas de la plástica
ibérica y los exvotos en bronce. El oro tiene un valor
real muy por encima del simbólico, lo que lo hace
indispensable para mantener el nivel de riqueza de los
descendientes (Chapa y Perea, 1991, p. 33) situación
que llega a su máximo exponente en las denominadas
tumbas principescas de El Cigarralejo, donde la tumba
200 no contiene ningún objeto de oro y la 277 apenas
documentó una piececita (Cuadrado, 1987, p. 355-374
-T. 200- y 478, no 45-2662 -T .277-) o la tumba 70
de la necrópolis objeto de estudio la más rica con diferencia que también proporcionó un único item de oro
(Iniesta, Page y García Cano, 1987 y García Cano,
1997a, p. 227).
LA N E C R ~ P O L I DEL
S
POBLADO DE COIMBRA DEL BARRANCO ANCHO
Con respecto a los centros de fabricación de joyas, es
difícil precisar con los escasos datos actuales de los que disponemos, dónde estuvieron ubicados los talleres, o si se
trataban más bien de artesanos itinerantes que se irían desplazando por los distintos poblados para fabricar y vender
su mercancía. De ahí los modelos tan repetitivos que
encontramos en toda el área ibérica, como el típico pendiente amorcillado (Tipos 1, 2 y 3 de nuestra clasificación). Lo que queda corroborado por la aparición de un
modelo preciso como el pendiente en lámina con decoración de lágrimas y bolitas (tipo 5) en asentamientos relativamente cercanos, como el eje: Coimbra del Barranco
Ancho (4 piezas), El Cigarralejo (con 2), conjunto del
Verdolay (2 ejemplares). Completando el catálogo de este
tipo con los ejemplares de La Albufereta (4 piezas) y una
en la necrópolis del Tesorico. Todo ello nos hace pensar
que los artesanos autores de los mismos, debieron vivir y
moverse por esta área, tal y como sucede con algunos talleres cerámicos con distribución muy similar a la propuesta
anteriormente, esto es, Cabecico del Tesoro, Coimbra del
Barranco Ancho y Cigarralejo, como por ejemplo los platos ibéricos con decoraciones impresas, realizadas con un
cuño importado (García Cano y Page, 1984 ).
Finalmente incidir en el hecho de que la aparición
de oro en tumbas en las que se ha empleado poco
tiempo en su construcción, es decir, hay un gasto
muy limitado de energía y además se ha depositado
un ajuar escaso, debe hacernos reflexionar sobre el
fenómeno del concepto de riqueza en la sociedad ibérica, ya que estos casos ponen de manifiesto una aparente contradicción con las teorías esgrimidas hasta la
fecha (Chapa y otros, 1998, p. 172).
NOTA: Al proceder a la limpieza y restauración de la
falcata de la tumba 145, se halló adherido a la misma
un pendiente de oro fragmentado de espiral simple,
tipo 4.1 de nuestro estudio. El caracter de ajuar es masculino y cronológicamente se puede fechar en el siglo
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