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Tesis - 6

It is the project (if it's not the final version), pretendod defend next year at the University of Zaragoza. Beg your comments to it, will be welcome, thanking their collaboration Thank you Fran

UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA FACULTAD DE ECONOMIA Y EMPRESA Departamento de Psicología y Sociología LAS PERSONAS MAYORES, SU POSICION SOCIAL, LA REALIDAD EN LA SOCIEDAD Y EL FUTURO DE LA JUBILACION- LAS RESIDENCIAS DEL I.A.S.S., DE CARITAS, MUNICIPALES DE ZARAGOZA Y RURAL DE ATECA (ZARAGOZA) MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Francisco Gómez Hernando Bajo la directora/tutora Doctora: Doña María Victoria Sanagustín Fons Zaragoza, 2013/2014 En Zaragoza, a 14 de Abril de 2014 Firmado: Francisco Gómez Hernando VºBº La Directora/tutora: Dra. Dña. María Victoria Sanagustín Fons A todas las personas que NO han hecho posible llevar a buen término este trabajo, especialmente a las Hermanitas de los ancianos desamparados, tanto de Jaca (Huesca) como de Zaragoza, que NO creyeron en el término de este trabajo. A todas las personas e Instituciones que SI creyeron que este trabajo valía la pena, en especial a la memoria del catedrático, y amigo, Doctor D. Ángel Gregorio Chueca Marco, fallecido el 25 de Julio de 2013 catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad de Zaragoza, él SI creyó en el proyecto y fue la tabla a que asirme en los momentos de desesperanza. Así como el apoyo recibido de la dirección de la Casa Residencia Casa de Amparo de Zaragoza, a Don Francisco Yagüe (Secretario Gral. De Caritas Aragón), al Párroco de la Iglesia de San Roque (recogió más del 50% de los cuestionarios recibidos y de la directora del Centro de Día Ibercaja, (calle Unceta) ambos de Zaragoza. Estés, donde estés, gracias Gregorio (R.I.P.) Tu alumno y amigo, Paco Espero poder terminar este trabajo. Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que lo que viví hasta ahora. Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas... Las primeras las comió con agrado, pero cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente. Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a llegar a nada. Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas, que a pesar de su edad cronológica no han crecido. Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades. No quiero estar en reuniones donde se desinflan egos inflados. No tolero a maniobreros ni ventajeros. Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros. Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo. Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos. Mi tiempo es escaso para discutir títulos. Quiero la esencia, mi alma tiene prisa... Sin muchas golosinas en el paquete... Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana. Que sepa reír de sus errores. Que no se envanezca con sus triunfos. Que no se considere electa antes de hora. Que no huya de sus responsabilidades. Que defienda la dignidad humana. Y que desee tan sólo andar del lado de verdad y la honradez. La esencia, es lo que hace que la vida valga la pena. Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas. Gente a quién los golpes de la vida le enseñó a crecer con toques suaves en el alma. Si....tengo prisa....por vivir con la intensidad que la madurez puede dar. Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me dan.... Estoy seguro que serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido. Mi meta es llegar al final, satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia. Mensaje de Mario de Andrade Abreviaturas empleadas A.A.V.D. Actividades Avanzadas de la Vida Diaria. A.B.V.D. Actividades Básicas de la Visa Diaria. A.I.V.D. Actividades Instrumentales de la Visa Diaria. A.V.D. Actividades de la Visa Diaria. B.O.A. Boletín Oficial de Aragón. B.O.E. Boletín Oficial del Estado. C.D. Discos Compactos de información. C.I.F. Clasificación Internacional del Funcionamiento. C.S.I.C. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. C.L.U. Costes Laborales Unitarios. D.G.A. Diputación General de Aragón. ENDESA Empresa Nacional De Electricidad, S.A. E.P.L. Encuesta de la Población Legalizada. E.P.A. Encuesta de población Activa. FENOSA Fuerzas Eléctricas de Noroeste, S.A. I.A.S.S. Instituto Aragonés de Servicios Sociales. INEM Instituto Nacional de Empleo. I.N.E. Instituto Nacional de Estadística. I.V.A. Impuesto sobre el Valor Añadido. M.E.C. Ministerio de Educación y Ciencia. IMSERSO Instituto Nacional de Servicios Sociales. M.C.S. Medios de Comunicación Social. N.U. Naciones Unidas. O.C.D.E. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. O.N.G. Organización No Gubernamental. O.M.S. Organización Mundial de la Salud. O.N.U. Organización de Naciones Unidas. O.P.S. Organización Panamericana de la Salud. P.I.B. Producto Interior Bruto. P.P. Partido Popular. P.S.O.E. Partido Socialista Obrero Español. T.I.C. Tecnologías de la Información y la Comunicación. U.E.M. Unión Económica y Monetaria. U.E. Unión Europea. Í N D I C E I - PROLOGO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 II - PRESENTACION. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Introducción y justificación del tema de estudio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 2 –Hipótesis de trabajo, y objetivos generales. . . 17 3 –Hipótesis de partida. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 III - METODOLOGIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Resultados esperados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .25 El envejecimiento de la población. . . . . . . . . . . . . 29 IV - PARTE EMPIRICA-ANALITICA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 1 – Conceptos de vejez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 2 – Indicadores de Personas Mayores. . . . . . . . . . . .35 V - CONCEPTO DE LA EDAD DE LAS PERSONAS. . . . . . . . . . 37 La Edad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 1 - Concepto de edad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 1.1 – Edad cronológica. . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . 38 1.2 – Edad biológica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . 38 1.3 – Edad social y la edad legal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 1.4 – La mediana edad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . 39 1.5 – Generación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 1.6 – Vejez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 2 - Envejecimiento activo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 2.1 La jubilación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 2.2 Vejez e Identidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 2.3 La desvinculación del grupo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 3.- La cultura de la ancianidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 4.- Mitos y Prejuicios sobre la vejez. . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 5.- Intimidad a distancia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 6.- Matrifocalidad. La mujer en la vejez. . . . . . . . . . . . . 60 7.- Personas viudas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 8.- Adaptación a la vejez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 9.- Un recurso escasamente preferido: las segundas parejas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 VI - EL BIENESTAR SOCIAL. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 HACIA DONDE VAMOS. . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . 69 Hacia la madurez de las masas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 La sociedad competitiva. El “peso” de las personas mayores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73 Las “personas mayores” ¿Una nueva categoría social?.76 La crisis sociocultural. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 Calidad de Vida. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 1-Indicadores demográficos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 2.- Condiciones socio-económicas de los mayores. . . . 92 3.- Formas de convivencia y relaciones personales. . . 94 UN LUGAR LLAMADO HOGAR. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 NECESIDADES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 SOCIOLOGIA DEL OCIO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 LOS MAYORES, SEGMENTO DE CONSUMO. . . . . . . . . . . 114 DEPENDENCIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116 LA DISCAPACIDAD DE LAS PERSONAS MAYORES. . . . 116 EL PAPEL DE LA FAMILIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120 VII - EL BIENESTAR SPICOLÓGICO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 1.- El yo: autoconcepto y procesos evolutivos. . . . . . . . . 123 El ENFOQUE COMO “CICLO VITAL. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 1.1.- El yo como contenido: autoconcepto y bienestar. .127 2.- La pérdida de amistades. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 3.- La viudez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130 4.- El recurso a las residencias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132 5.- Soledad o dependencia del cónyuge. . . . . . . . . . . . . . . 133 6.- El miedo a la soledad - La pérdida de la pareja. . . . . 134 7.- Problemas reales de salud. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135 EL PROGRAMA “CERCA DE TI”. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 JUBILARSE O NO JUBILARSE ESA ES LA CUESTION. . . 140 VALORACIÓN MENTAL O COGNITIVA. . . . . . . . . . . . . . . . 144 VALORACIÓN FÍSICA Y FUNCIONAL. . . . . . . . . . . . . . . . . . 147 VALORACION SOCIAL. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149 EL AUTOCUIDADO EN NUESTROS MAYORES. . . . . . . . . 155 ¿QUÉ HACEMOS CUANDO NOS SURGEN PROBLEMAS QUE NOS ALTERAN PARALIZANDO NUESTRA VIDA RUTINARIA. .156 LOS PROBLEMAS ESTRUCTURALES FUTUROS DE ESPAÑA: EL MECANISMO DE TRANSMISIONY UNA POSIBLE SOLUCION. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .157 EL TRATO DE LAS PERSONAS MAYORES. . . . . . . . . . . . . 159 VIII- PROTECCIÓN PATRIMONIAL DE LAS PERSONAS MAYORES: El PATRIMONIO ESPECIALMENTE PROTEGIDO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD COMO MEDIDA DE PROTECCIÓN DE LOS MAYORES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 1.- Concepto y Caracteres. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167 A) Patrimonio “aislado” afecto a las necesidades vitales del discapacitado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168 B) Titularidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 C) Carente de personalidad jurídica. . . . . . . . . . . . . . . . . 169 2.- Bienes y derechos que integran el patrimonio especialmente protegido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 3.-Constitución del patrimonio especialmente protegido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 4.-Administración del patrimonio especialmente protegido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171 5.- Supervisión del patrimonio especialmente protegido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171 6.-Extimción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171 SITUACIÓN DE ARAGÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172 IX - RECOMENDACIONES DE LA U.E. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175 X - El I.A.S.S. (Instituto Aragonés de Servicios Sociales). . . . 199 LIMITACIONES DE LOS DATOS DISPONIBLES. . . . . . . 202 CUATRO CASOS ESTUDIADOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202 XI - INSTITUTO ARAGONÉS DE SERVICIOS SOCIALES (Resumen de la Memoria de 2012). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207 XII - RESIDENCIA MUNPAL. CASA AMPARO DE ZARAGOZA. . . 212 XIII - OTROS ORGANISMOS QUE PARTICIPAN DE LAS POLÍTICAS PÚBLIVCAS Y SOCIALES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232 CRUZ ROJA ESPAÑOLA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233 CARITAS ARAGÓN.- Residencia Asistida Santa Teresa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236 RESIDENCIA GERIÁTRICA REYES DE ARAGON DE ZARAGOZA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240 IBERCAJA – OBRA SOCIAL – HOGAR DEL JUBILADO CALLE UNCETA - ZARAGOZA. . . . . . 244 OTRAS VISITAS REALIZADAS. . . . . . . . . . . . . . . . 244 XIV - RESIDENCIA DE ANCIANOS DE ATECA (ZARAGOZA). . . 246 XV - EL COLECTIVO DE ASISTENTES SOCIALES. . . . . . . 251 XVI - TRABAJO DE CAMPO (Independientemente de las visitas a las Residencias). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252 XVII - CONCLUSIONES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255 XVIII - ANEXOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 266 IXX - BIBLIOGRAFIA CONSULTADA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 286 XX - CENTROS VISITADOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 288 XXI – NOTAS APUNTADAS EN EL TEXTO. . . . . . . . . . . . . . 289 I - PROLOGO Cada ser humano envejece de distinta forma. Hay quien ha sido viejo desde joven y hay personas en proceso de envejecimiento que se aferran a la juventud y a quienes aterra la idea, que antes o después se convierte en realidad, de ir perdiendo condiciones físicas y facultades mentales. ¿Por qué hay que reivindicar hoy los procesos de envejecimiento? Porque en una sociedad como la actual, la vejez ha perdido en buena parte la dignidad de que estaba investida en épocas anteriores. Al ser humano cuando envejecía se le reconocía experiencia, templanza ante las adversidades. Se le pedía consejo y sus decisiones y sentencias eran tenidas en cuenta. Como otras tantas cosas, hoy esa realidad ha cambiado. La sociedad está perdiendo, si no lo ha hecho ya, ese “fondo de armario” encarnado en la vejez, y está siendo sustituido por currículos académicos que no son suficientes si no se completan con uno o dos masters, a poder ser en universidades extranjeras. Por tanto, el peso de la población mayor en la sociedad se ha incrementado tanto en términos cuantitativos como cualitativos por lo que reconocer su contribución social es una cuestión fundamental para aquellas sociedades que pretenden favorecer un modelo de envejecimiento activo. En este sentido, cada vez, son más las Administraciones Públicas que ponen en marcha acciones encaminadas a favorecer la participación social de ese segmento de la población, como eje clave de ese modelo de envejecimiento. El pasado año, 2012, fue declarado por la Unión Europea el año del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional. Hay personas que ven estas conmemoraciones con cierto escepticismo, porque entienden que sirven para llamar la atención del público durante los doce meses de celebración pero que, demasiado a menudo, los ciudadanos se olvidan de esta realidad el primero de enero del año siguiente. Sin embargo es necesario aprovechar esta circunstancia para poner de relieve la necesidad de reinvertir esta situación y colocar la vejez en el plano que le corresponde ¿Cómo? Desde luego, situando a los hombres y mujeres que envejecen en el centro de nuestro foco de atención, como los verdaderos protagonistas, pero no los únicos. De hecho es toda la sociedad la que debería verse involucrada en este proceso, en primer lugar para cambiar sus actitudes y puntos de vista sobre esta realidad y también generando actuaciones y posibilidades para que una persona mayor pueda, verdaderamente, sentir que forma parte del cuerpo social, no como una molestia a la que hay que atender sino como algo que aporta valor a la sociedad misma. De hecho, son muchas las personas mayores que están involucradas en tareas de servicio a la comunidad, y muchas otras que estarían dispuestas a hacer lo mismo pero no encuentran el cauce para dar salida a sus deseos de activismo social. No solo se trata de cuidar a los nietos cuando hace falta, con ser esto importante, en muchas situaciones, se hace casi imprescindible. Las personas mayores, además de abuelos, son personas con otras inquietudes y deseos que tienen que encontrar su cauce de realización. Así las cosas, una buena parte de “los mayores” se enfrentan a un doble reto: el de su propio proceso de envejecimiento y la indiferencia, cuando no los obstáculos, de una sociedad que, aunque tímidamente, está empezando a reconquistar los valores que la vejez encarna. Pero las personas mayores con discapacidad tienen ante sí un tercer obstáculo: la propia discapacidad que, por lo general, les sitúa en desigualdad de oportunidades para tener las mismas posibilidades que el común de los ciudadanos. Bien es cierto que la mayoría de estas personas están curtidas, ante esta situación, porque su vida está llena de situaciones adversas y de lucha para vencerlas. Seguramente, esa fortaleza ante la adversidad es su mejor arma para enfrentarse a su proceso de envejecimiento. Pero esto solo, con ser importante, no basta. Hacen falta políticas y medidas concretas. Hay organizaciones, y personas, que desconocen cómo se sienten socialmente, sino científicamente estas personas. No se sabe cómo se envejece o más bien que efecto tiene el llegar a la vejez en algunas situaciones ligadas a determinada discapacidad. Pero esta razón, es necesario profundizar en este campo para que se puedan abordar las medidas necesarias a tiempo. Por todo ello no es infrecuente, que la persona mayor con discapacidad, en más de alguna ocasión haya tenido la tentación del suicidio, llegando en algunos casos a llevarlo a efecto, cuando la depresión alcanza unos niveles que no los puede soportar, o cuando la persona con la que convive está físicamente en una situación terminal. Es duro escribir estas cosas, pero son la realidad de cada día, y si no ocurren con más frecuencia, en las personas mayores, es gracias a los fármacos que les son administrados, y que en algunas ocasiones es la forma de no despertar a la realidad que les rodea. Las personas mayores necesitan unos objetivos bien definidos, a corto medio o largo plazo, que puedan ser asumidos poniendo todo su empeño en ello, pues en caso contrario existe un vacío a su alrededor el cual, si no son capaces de llenarlo con otros objetivos, se encuentran ante una llanura mental sin fin, al cual la forma más fácil es ponerle fin ellos mismos. II - PRESENTACIÓN 1 - INTRODUCCION Y JUSTIFICACION DEL TEMA DE ESTUDIO. Aunque cada sociedad tiene un modelo de vejez acorde con sus valores (en la cultura occidental), este concepto ha oscilado entre dos posturas contrapuestas: la que asocia la vejez a la experiencia y el conocimiento adquirido en el transcurso de los años, y otra que la interpreta como una época de deterioro y antesala de la muerte. Sin embargo ninguna de estas posturas corresponde a la del anciano real. Teniendo como precedentes estas concepciones, el interés científico por la vejez se inicia a finales del siglo XIX con el surgimiento de la Geriatría médica centrada en los aspectos del declive biológico, posteriormente la Gerontología, nueva disciplina dentro de las ciencias del comportamiento, va a sumarle causas sociales, psicológicas y psiquiátricas a los aspectos puramente médicos del estudio de la vejez. Tras la II Guerra Mundial, se intensifican las investigaciones, dado el gran número de personas que llegan a edades avanzadas. Estos trabajos derivaran, en los años sesenta, en el nacimiento de Psicogerontología. Esta nueva disciplina desarrollará estudios interdisciplinares siguiendo un modelo bio-psico-social acorde con la definición de la salud humana que, en 1946, la OMS (Organización Mundial de la Salud) definió como "un estado de bienestar físico, mental y social y no simplemente como la ausencia de enfermedad". La ciencia ha encontrado dos importantes dificultades a la hora de abordar su estudio sobre la vejez: una los numerosos cambios que se producen en esta edad, y otra, la diversidad de vejeces que sobrepasan las expectativas de los investigaciones realizadas, las verdades científicas que se ofrecen de la vejez son todavía incompletas y se puede afirmar que en la mayoría de las disciplinas están aprendiendo, pues cada persona es un mundo en sí mismo. Antes de la sociedad industrial la vejez, al igual que la niñez no estaban presentes en el imaginario social. Hasta ese momento el conocimiento de la vejez se circunscribía al sentido común y la intuición El acercamiento a este tema por parte de la ciencia es reciente y sus pretensiones de ofrecer un modelo homogéneo contrastan con la diversidad de convenciones sobre el mundo de la vejez De ahí la importancia de indagar las representaciones sociales que familiarmente orientan los pensamientos acerca de este colectivo, Por ello es relevante realizar un acercamiento a la vejez como un fenómeno del pensamiento social. Desde esta perspectiva, entender la vejez supone comprender a una sociedad que ha concebido el aumento de las expectativas de la vida como una amenaza a la salud o a la economía. Entender la vejez es adentrarse en un pensamiento racional que define la identidad en función de la productividad y los valores asociados a la juventud, entender la vejez supone revelar los conocimientos irracionales e irreales que aun la defienden, discriminándola. Estos argumentos no sólo son los motivos de este trabajo de investigación, sino también la importancia y actualidad del tema de objeto de estudio. Comprender la vejez desde la visión de sus protagonistas, conjugando vejez e instituciones geriátricas como uno de los actores que condicionan su significación sociocultural. Esa realidad nos acercará a una sociedad que percibe la vejez como un problema y donde las residencias geriátricas se plantean como una solución “in extremis”, no solo para los mayores, sino también para sus familias. 2 - HIPÓTESIS DE TRABAJO, Y OBJETIVOS GENERALES. El ámbito de este trabajo se centra en el interés (por parte de la sociedad) de la vida de las personas mayores dentro y fuera de las instituciones geriátricas, concretamente en las situadas en la ciudad de Zaragoza (capital), y rural de Ateca (Zaragoza), con el objeto de comprender en qué medida estos modelos pueden llegar a condicionar el imaginario acerca de la vejez, Más específicamente la idea central, que orienta la investigación y delimita claramente el tema de trabajo, se sintetiza en la pregunta ¿Cómo íncide la institucionalización de los ancianos y las ancianas en la concepción de la vejez? Este objetivo general se desglosa en cinco objetivos específicos que van a demarcar los aspectos hacia los que dirigir la atención y formular las estrategias de trabajo: 1.-Examinar la interpretación que ancianos institucionalizados, y aquellos que viven independientes, hacen de su posición social y su vida, como esta incide en la propia percepción de la vejez de sus iguales. 2.-Indagar como tratan los ancianos su identidad dentro y fuera de las instituciones geriátricas y valorar en qué medida esta diferenciación incide en su autoestima. 3.- Identificar los conocimientos que tienen los profesionales que trabajan en el cuidado y atención de personas mayores, relacionarlos con los comportamientos y actitudes de los mismos. 4.- Relacionar los datos sociodemográficos con el concepto de vejez, para conocer el grado de consenso social acerca del mismo. 5.- Registrar mitos y prejuicios en los discursos que los protagonistas de esta investigación ofrecen acerca de la vejez institucionalizada, y no institucionalizada, e identificar el impacto que ellos tienen en la imagen y autopercepción de las personas mayores. El envejecimiento de la población es un importante logro humano, asociado a los avances médicos que han elevado la esperanza de vida. Esta conquista ha transformado a la vejez en un colectivo que puede llegar a superar la cuarta parte de la población mundial. Concretamente en España el crecimiento demográfico se ajusta al denominado “crecimiento en forma de pirámide invertida”, debido al aumento de personas mayores que viven en nuestra sociedad, al mismo tiempo que la tasa de natalidad decrece. Según las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), España será el país más viejo de Europa en el año 2050. Conceptos de vejez.- Para el propósito de este trabajo es preciso conocer las interpretaciones que las investigaciones recientes proponen sobre la imagen y autoconcepto, El acercamiento a este concepto ha de ser multidisciplinar, acorde con los cambios que se producen, que son de naturaleza biológica, psicológica y social. Biológicamente la vejez se define como un proceso de envejecimiento caracterizado por los cambios derivados del desgaste del organismo debido al paso del tiempo. La preocupación de las ciencias médicas es conocer las causas de ese envejecimiento, para aunar de manera efectiva “vivir más” y “vivir mejor”. Esta visión involutiva de los sistemas biofísicos contrasta con el nuevo enfoque de la Psicología evolutiva, que considera a la senectud como un periodo más del ciclo vital que no afecta por igual a todas las personas y que presenta cambios tanto a nivel biológico, psicológico como social. Estos cambios suponen perdidas y también ganancias, pues hay funciones que a medida que aumenta la edad experimentan una mejora (el conocimiento acumulado, la riqueza verbal, y la comprensión del lenguaje), otras sufren decrecimiento (las capacidades que exigen vertibilidad para enfrentarse a las situaciones nuevas), y otras funciones se estabilizan (la personalidad). Desde esta perspectiva, el proceso de envejecimiento es individual y depende de una multiplicidad de aspectos relacionados con el momento en que las personas llegan a la vejez, cómo llegan, y cómo la recorren. Socialmente, el concepto de vejez ha cambiado a lo largo del tiempo y no encontramos concepciones únicas, sino variables y diferenciadas. Entre la veneración y la marginación, la visión histórica y antropológica de la vejez se nos muestra como una construcción cultural ambivalente, heterogénea y contradictoria. En la identidad social, de la vejez, se distinguen tres elementos fundamentales “el cognitivo” (el conocimiento que posee el individuo respecto a su pertenencia a determinado grupo o autocalificación), “el evolutivo” (valor positivo o negativo vinculado a su pertenencia grupal o autoestima grupal), y “el emocional” (sentido de implicación emocional con el grupo o compromiso efectivo). Uno de los aspectos destacados de la búsqueda de la identidad es alcanzar una imagen o concepto satisfactorio de sí mismo. Esta pretensión oscila entre el deseo de ser valorados y aceptados por los demás, junto al deseo de ser reconocidos como individuos únicos e independientes. Este hecho nos suele llevar a confirmar o a cambiar nuestra condición de miembros de un grupo, dependiendo de si este contribuye o no a alcanzar esa autodefinición positiva. En este sentido, las personas mayores admitirán su pertenencia al grupo en el caso de aceptación social derivada del respeto por parte de otras generaciones, de sus posibilidades de ser independientes o de su integración, en otras. Sin embargo, experimentarían rechazo por la vejez, en tanto ésta sea considerara como dependencia, escasos recursos, marginalidad, soledad, enfermedad y muerte. Vejez e instituciones geriátricas, se realiza un repaso a las teorías psicosociales relativas a la naturaleza y la condición de los mayores y la incidencia en la institucionalización. Siendo de interés aquellas que nos introducen en el conocimiento entre el sistema social y el anciano, y por otro lado, en la aceptación del anciano en su proceso de envejecimiento. Se clasificaran estas posturas, de ellas derivadas, en función de su inclinación hacia las pérdidas o hacia las ganancias que producen en la vejez institucionalizada. Las líneas de investigación sobre las pérdidas y ganancias generan en el imaginario colectivo los mitos sobre la vejez, que son clásicos en las corrientes del pensamiento. Por un lado, en consonancia con la “Republica” de Platón, se vincula a la vejez con la virtud. Y por otro, en la línea de la “Retórica y Política” de Aristóteles, describe la vejez negativamente asociando el declinar físico con el espiritual. De estas dos grandes visiones, la que cuenta con mayor aceptación en nuestra cultura es la que conceptualiza la vejez negativamente, y no es de extrañar, cuando comentemos el ciclo vital de las personas, la juventud, belleza, salud, estado psíquico, son valores que están en la base de nuestra cultura, incluso la imagen más positiva de la vejez constituye una forma de exaltar la permanencia de la juventud. Pero la visión negativa genera estereotipos; es decir, creencias culturales acerca de las características negativas de las personas de un grupo determinado, que son generalizadas a casi todos los miembros de ese grupo. En el modelo de análisis es fundamental establecer conceptos claves y significativos que permiten alcanzar los objetivos y guíen la investigación. En este sentido el marco teórico se ha sustentado la elección de esas categorías y nociones que tienen su punto de partida en las concepciones implícitas sobre la vejez y las instituciones para mayores. Se sumaran la imagen social de la vejez que circula en el contexto de análisis y la construcción de la identidad en la vejez en sus versiones de construcción social de la identidad y autopercepción del propio anciano, y se esperan tener suficientes argumentos para responder a la pregunta inicial, así como conocer su posición social en la sociedad actual. Los conceptos son muy generales, y para su análisis es preciso especificar sus indicaciones e indicadores a observar. Como punto de partida, y para ubicar el tema en el contexto, se va a proceder a apreciar las concepciones implícitas acerca del umbral de la vejez. En este sentido interesa relacionar datos sociodemográficos (edad cronológica y sexo) con la idea del umbral de la vejez al objeto de conocer si existe un consenso sobre el mismo y, especialmente, si el concepto de vejez está asociado temporalmente al nuestro tiempo, o fuera del mismo. La concepción implícita de la vejez en su dimensión de cuál es el umbral madurativo, se observara cuando una persona se considera mayor, cuando la sociedad la considera mayor y cuál es la entrada en la vejez. Respecto a la imagen social de la vejez se tendrán en cuenta las dimensiones psicosocial y biológica. Dentro de la dimensión psicosocial cuales son las ganancias y cuáles son las perdidas en la vejez, y en la dimensión biológica, se tendrá en cuenta el envejecimiento como proceso normal de la evolución personal y el envejecimiento como proceso patológico. En cuanto a la identidad en la vejez, también se tendrá que hacer dos grandes divisiones; una las dimensiones de autopercepción (creencias sobre sí mismo, autoestima y calidad de vida), y la identidad social (cognitiva, evolutiva y emocional). Respecto a las instituciones para mayores se tendrá en cuenta su función social, así como sus valores positivos o negativos y los motivos para su ingreso en las mismas. 3 - HIPOTESIS DE PARTIDA Partiremos de los siguientes conceptos: Desde la sociología de las organizaciones, hemos de tener en cuenta que, en instituciones como los geriátricos, los modelos de organización y de gestión afectan a las prácticas concretas de quienes las aplican y a las personas que se encuentran bajo su influencia. Lo mismo sucede con los Centros de Día, en los cuales las personas se ven influenciadas por el entorno y por la organización de los mismos. La imagen social de la vejez fundamentalmente en personas no instruidas, se construye sobre teorías alejadas del rigor científico, estas teorías sobre la vejez se centran en estereotipos negativos que la interpretan como una perdida (se encuentran desplazados de la sociedad que les rodea, no asumiendo los cambios técnicos que se producen a su alrededor). Esta visión se ve acentuada en los ancianos institucionalizados. Personas mayores con discapacidad, como protege la legislación su persona así como su patrimonio, del el punto legal. Identidad de la vejez. Hay una dependencia entre los comportamientos de las personas mayores, y lo que se espera socialmente de cada uno de ellos. Los mayores que se perciben a sí mismos de forma favorable, se definen más por sus diferencias individuales, que por sus semejanzas y afinidades con la vejez. Por el contrario las personas mayores que se perciben de forma desfavorable para la sociedad, con una falta de competencias (se ven como una carga para la familia, y su entorno), se vuelven desconfiados y recelosos de la sociedad. Instituciones para mayores. Muchas veces se conciben como espacios de segregación, no estancias donde la persona mayor acude a retirarse por una temporada, o incluso para siempre del mundo que le rodea. No por ello esa persona se tiene que desconectar del mundo, sino integrarse dentro de otro círculo de personas que le pueden ser mas afines. Es por ello, que el ingreso en las mismas se identifica con el abandono familiar y el deterioro físico. La vejez institucionalizada es interpretada como una fase final de decadencia y como carga o problema social. El anciano/a tiende a asumir la visión discriminatoria que de él/ella ofrece la sociedad, consumándose en alto grado la profecía del autocumplimiento. III - METODOLOGÍA La metodología propuesta, se planifica orientada a alcanzar los objetivos de esta investigación sobre las personas mayores. Se parte de un análisis documental a través del cuál se evidencia que los estudios enmarcados en centros de personas mayores están dirigidos básicamente a la mejora de la calidad de sus servicios lo que constituye una parte del marco teórico de esta tesis doctoral. Asimismo, se accede a los datos del Gobierno de Aragón, Instituo Aragones de Servicios Sociales, Centro de Día de Ibercaja situado en la calle Unceta, Instituto de Estadistica de Aragón, Datos de Cruz Roja, Asistentes Sociales de Zaragoza, y de cualquier organización o persona que nos pueda acercar a la realidad de las personas mayores. Para completar dicho análisis y alcanzar los objetivos propuestos es preciso contemplar la realidad tal y como es vivida por las personas, incluyendo las motivaciones, las ideas, los sentimientos que subyacen a los comportamientos y manifestaciones. La metodología que mejor se adapta a este propósito es la cualitativa porque enfatiza la importancia del contexto junto a la función y el significado de los actos humanos. Analizaremos la realidad social descomponiéndola en variables sociodemográficas, tales como: Sexo, edad, estado, forma de convivencia, si tiene hijos o no, cuantos y a que sexo pertenecen. Asumiremos que la realidad social es relativamente constante y adaptable a través del tiempo y las circunstancias que rodean a las personas mayores. Se intentará conocer sus preferencias, a que dedica su tiempo de ocio., Así como su satisfacción respecto a la vida, estado de salud y de ánimo. Emplearemos conceptos preconcebidos y teorías para determinar si los datos que recolectemos, se aproximan a la realidad. Observaremos las conductas y otros fenómenos de las personas objeto de estudio. Tomaremos como muestra las poblaciones de Zaragoza (parte de la misma) concretamente los residentes en las Residencias Geriatricas de la Casa Municipal de Amparo de Zaragoza, Residencia para personas asistidas Santa Teresa de Caritas Zaragoza, Residencia Geriátrica (validos y asistidos) Reyes de Aragón de Zaragoza (particular), Residencia Geriátrica del I.A.S, situada en la calle Violante de Hungria de Zaragoza y Residencia de Ancianos gestionada por la Fundación Hospital de Jesus de Ateca (Zaragoza). Por último, se realizarán entrevistas semiestructuradas en los centros visitados a personas residentes en los mismos y técnicos responsables. Asimismo se llevarán a cabo entrevistas entre la población de edad avanzada de la Parroquia de San Valero (Barrio de Las Delicias de Zaragoza). Generalizalizaremos hechos con los datos recogidos, al objeto de tener una fotografía lo mas real posible de este colectivo. Para terminar, con objeto de darnos una idea de cómo se va a desarrollar el futuro de las pensiones de jubilación, haremos una pequeña incursión en el Fondo de Garantía de Pensiones, que es donde en teoría debían estar depositadas las aportaciones de los trabajadores y empresas, el efectivo de las cotizaciones de las personas mayores, y que han cotizado durante su vida laboral, para su futura pensión, bien sea en títulos de renta fija o variable, pero siempre con una seguridad que corresponda a su revalorización. Se ha intentado acceder a las Residencias de las Hamanas de los Ancianos Desamparados, tanto en su sede de Zaragoza, como en la Jaca (Huesca), en ambos casos se a recibido una negativa de comentar o hablar de las personas que residían en estos centros, en la Residencia de Jaca tenían que pedir autorización a las superioras de Zaragoza, y en Zaragoza, negaron todo comentario amparándose en la Ley de Protección de Datos. En los demás centros de Zaragoza quien ha respondido a las preguntas a sido la persona responsable que en aquel momento era responsable del centro (CasaMunicipal de Amparo de Zaragoza, Residencia del I.A.S.S. de Violante de Hungria, de la Residencia de Santa Teresa asi como tres conversaciones, además de tener una reunión con las personas mayores del Centro de Día de Ibercaja), en las tres primeras nos dieron los datos solicitados, y nos pidieron que no molestaramos a los residentes, pues casi en su totalidad eran personas asistidas de grado III y II, y desvinculas mentalmente del centro donde estaban. No fue el caso del Centro de Día, en el cual se recogieron varias encuestas, y los comentarios de la directora fueron, que todos los asistentes gozaban de buena salud, teniendo a su disposición bar, sala de juegos, sala con varios ordenadores con acceso a internet, y que efectuaban excursiones y otos actos de entretenimiento. Respecto a la Residencia Geriátrica Reyes de Aragón, enseñaron la residencia, haciendo incapié en que las personas podían estar por días, semanas o meses, y los residentes podían salir y entrar de la residencia dentro del horario establecido. Todas las residencias de Zaragoza tienen convenio con el I.A.S.S., teniendo un número de plazas establecido a disposición del Instituto, a cambio de una contrapartida dineraria. Este no es el caso de la Residencia de Ancianos de Ateca, no tiene convenio alguno con el I.A.S.S., por lo cual no percibe ninguna ayuda, bien es verdad que los residentes, el 99% de ellos son de la localidad por lo que son conocidos entre si, y tienen casa en el pueblo (es una condición para entrar en la residencia), ello unido a la menguda paga que reciben, la mayoría son personas viudas, hace que la situación económica no sea la más favorable, dependiendo de un patronato. 1 - RESULTADOS ESPERADOS Conocer la situación social, psíquica y de salud de acuerdo con las recomendaciones de Organización Mundial de la Salud, saber si la atención que reciben nuestros mayores es la adecuada a su estado. Conocer los motivos de la institucionalización de las personas mayores. Saber si los estereotipos de las personas mayores corresponden a ganancias o pérdidas del imaginario colectivo son reales, y efectuar una comparación entre las personas mayores residentes en una gran capital y las residentes en una zona rural. Si hay alguna diferencia entre ambos cuantificar o verificar en que, y por qué se da la misma. Así de qué forma afecta la situación económica a estas personas. Comprender la Sociedad de las personas mayores - Las ciencias socioeconómicas y las humanidades, por su naturaleza, nos permiten comprender a las sociedades: cómo están organizadas, por qué reglas se rigen y cómo evolucionan y van cambiando. Estudiar todos los aspectos de la sociedad y proporcionar conocimientos sobre cuestiones como demografía, el empleo, el crecimiento económico, la movilidad social, la educación, la gobernanza, la ciudadanía, la exclusión, los conflictos y los derechos humanos. Investigan, entre otras causas, las relaciones existentes entre diversas tendencias sociales y económicas y los cambios que se producen en la sociedad, así como sus implicaciones para la economía y el bienestar social. ¿Qué relación guardan las tasas de natalidad, el envejecimiento de la población y la necesidad de hacer compatibles la vida privada y la vida profesional? ¿Qué repercusiones tiene el envejecimiento de la sociedad? ¿Acaso la presión para aumentar la flexibilidad del empleo ha acentuado las desigualdades sociales? ¿Puede Europa hallar un punto de equilibrio entre el crecimiento económico, la cohesión social y la diversidad cultural? ¿Hasta qué punto han logrado los gobiernos reducir la exclusión social? ¿Se observan indicios de racismo institucional? ¿De qué manera pueden contribuir los ciudadanos a debates políticos clave como el de la reforma de las pensiones? El estudio y contestación de todas estas preguntas puede ayudar a mejorar las políticas y favorecer el desarrollo social, económico, político y cultural. Las ciencias socioeconómicas y las humanidades son importantes también para la comunidad investigadora de otras disciplinas. Les proporcionan un instrumento con el que evaluar las repercusiones sociales, económicas, ambientales y éticas de su labor y reflejan la posible inquietud pública con respecto a las consecuencias de los adelantos científicos y tecnológicos. Las ciencias socioeconómicas y las humanidades pueden ayudarles a tomar medidas apropiadas, crear instrumentos adecuados y elegir las opciones tecnológicas idóneas. Las políticas públicas en su conjunto son un cristal a través del cual pueden visualizarse transformaciones entre el estado y la sociedad. Dicha afirmación subraya, en primer lugar, son los dos elementos indispensables a tener en cuenta para el análisis de las mismas, la situación social de que se parte en cada caso. Y en segundo lugar, remarca el carácter dinámico de los dos elementos, donde cada uno de los términos (el estado y la sociedad) son categorías no estáticas, y, por consiguiente, históricas por estar relacionadas entre ambas y sujetas a cambios. Debemos hacernos la pregunta ¿Los avances científicos y tecnológicos, así como los cambios demográficos que trae aparejado el Siglo XXI han contribuido favorablemente en la calidad de vida de las personas mayores? El estudio bibliográfico de la temática ha permitido identificar algunos interrogantes que delinearon la construcción del marco teórico, como son: ¿Qué se entiende por persona mayor, o vejez?, ¿Cómo han ido evolucionando, social e históricamente, las concepciones y prácticas dominantes en relación con las personas mayores?,¿Cómo inciden los avances científicos y tecnológicos frente a la prolongación de la vida humana?, ¿Cuándo se designa a una persona como viejo?, ¿Cuáles son los efectos de la discriminación en las personas de mayor edad?, ¿Qué posibilidades y alternativas ofrece, la sociedad actual, a las personas mayores?, ¿Qué connotaciones trae la sexualidad en las personas de avanzada edad?, ¿Qué diferencias existen entre Residencia de Personas Mayores localizadas en la ciudad y las localizadas en un pueblo o Villa? Así pues este trabajo intenta abordar el estudio desde una idea neo-institucional clásica, al igual que el institucionalismo le concede una importancia central a las instituciones y estructuras, junto a ello a las reglas, procedimientos, organizaciones y los diferentes componentes que forman un sistema político, los cuales tienen influencia en las relaciones, conductas, comportamiento, estabilidad e inestabilidad de los gobiernos y de la existencia y reproducción del sistema social (March & Olsen, 2005) XXI – NOTAS EN EL TEXTO DEL TRABAJO James G. March y Johan P. Olsen, El redescubrimiento de las instituciones: la base organizativa de la política. Nueva York: Free Press / Macmillan, 1989 Traducido al italiano y español. ISBN 0-02-920115-2 - páginas 159-173.. Ello en los que se refiere a las ayudas institucionales, que reciben las personas de edad avanzada, de forma directa o indirecta del estado. La conceptualización de instituciones por parte de Hodgson (2003) Geoffrey M. Hodgson, "Los persuasores ocultos: las instituciones y los individuos en la teoría económica ", Cambridge Journal of Economics, Oxford University Press, vol. 27 (2), páginas 159-175. permite tener presente la dimensión amplia que estas tienen en la actualidad. Por una parte, determinan o inciden en la articulación de las actividades de las personas y de la sociedad en su conjunto. Por otra parte, a nivel individual tienen una fuerte incidencia al definir lo “apropiado” dentro de un grupo social a través de los signos y significados creados en un marco de referencia social: Se considera a las instituciones en cuanto, en parte, imponen forma y coherencia social a la actividad humana mediante la continua producción y reproducción de hábitos de pensamiento y acción. Esto implica la creación y la propagación de modelos conceptuales, signos y significados aprendidos. Se entiende a las instituciones como parte crucial de los procesos cognitivos, por medio de las cuales los agentes perciben los datos sensibles y los hacen significativos. (Hodgson, 2003). Del concepto de institución de Hodgson (2003) Ibíd.(ii) se destaca además que las instituciones asumen una función dinámica en cuanto se constituyen en entidades en donde los procesos de aprendizaje de una serie de normas, usos, costumbres y significados de un contexto social e histórico son integrados por los actores, lo cual incide en su visión sobre diversos aspectos de la sociedad. Para el neo-institucionalismo la producción de las políticas públicas está determinada por las instituciones, las cuales moldean la interpretación de los problemas y las alternativas de solución disponibles, y por ende constriñen el proceso de decisión y de aplicación de las políticas. El estudio de Sociología de las Políticas Públicas y Sociales de apoyo a las personas mayores, han cobrado un gran auge durante las últimas décadas. Esto ha tenido un valor en diversos sentidos: como variable psicosocial vinculada al bienestar y a la salud de los individuos, como estrategia de intervención en programas dirigidos a poblaciones de riesgo e inclusión, como factor de estudio sobre las causas de las enfermedades y trastornos de los grupos en los que pueden incluirse “las personas mayores”. La elección de este grupo de población para la realización del presente trabajo de investigación no ha sido de forma arbitraria, sino que obedece a una serie de razones: Las personas denominadas “mayores” o también denominadas como “tercera edad”, no se sabe muy bien a que años se empieza, hoy en día, pero sí es seguro que se termina con el fallecimiento de la persona. En este lapso de tiempo, cuyo recorrido es incierto, lo que es seguro son dos principios: - Uno, que las personas mayores, con el paso del tiempo van perdiendo sus facultades, con mayor o menor rapidez, tanto físicas, sociológicas, psicológicas, y de todo tipo (en muchos casos, incluidas las familiares). - Dos, con el trascurso del tiempo, se hacen más dependientes de la sociedad, y del entorno donde se desarrolla su vida. Sufren unas pérdidas de personas significativas, que han sido su referente, con mayor o menor intensidad, a la vez que son sometidas, casi siempre a un realojo, de forma no voluntaria, lo cual supone un cambio de entorno, así como una perdida y/o sustitución de vínculos sociales importantes, que no solo afecta a la persona mayor, también a afecta a terceros. - En esta situación es cuando el estado, a través de las políticas públicas y sociales, se vuelve en un actor importante para este colectivo, en muchos casos sin el cual les sería mucho más difícil su desenvolvimiento en la sociedad, y en el entorno que les rodea. Así pues, ha sido una reflexión prolongada la que me ha llevado a elegir el proyecto, el haber vivido de cerca ciertos acontecimientos cotidianos, y dejar pasar un largo periodo de tiempo, para alejarme de los mismos, y ahora introducirme me lleno en el tema de una forma directa, intentando efectuar una investigación desde los más diversos puntos de vista, tanto desde el punto de vista de la conceptualización, como de la evaluación, pasando por la familia, economía, y socialización. También ha influenciado en esta decisión, que el año 2012, ha sido el año europeo del envejecimiento activo y de la solidaridad intergeneracional en la Unión Europea. A pesar de gran parte de las teorías sociológicas o psicosociales que tradicionalmente han abordado la vejez y el envejecimiento se han centrado en el proceso de desvinculación, vinculando esta etapa vital, con la retirada de la persona mayor de la vida activa, la realidad actual ha puesto de manifiesto que puede haber tantas formas de envejecer como personas en el mundo, aunque es comprensible que alguna de estas formas de envejecer son preferibles a otras. En la introducción se aborda el concepto de calidad de vida y su diferenciación respecto a otros términos como salud o bienestar, para introducirnos en el constructo de “bienestar subjetivo”, con sus distintas dimensiones y medición. En el apartado de material y método, se exponen las características de las muestras seleccionadas, prestando especial atención a las variables sobre las que se intentan establecer diferencias: situación del entorno (ciudad o rural), sexo, rangos de edad, formación de las personas mayores. Se hace una descripción de los instrumentos utilizados para la recogida de datos y el procedimiento seguido para ello. En Europa, el envejecimiento poblacional empieza a tener unas proporciones alarmantes, con la prolongación de las expectativas de vida de las personas mayores, acompañado de una menor tasa de natalidad, lo cual lleva a una pirámide de la población invertida, hay menos nacimientos que defunciones. Este hecho hace que sean menos las personas en edad laboral (entendiendo por edad laboral, la comprendida entre los 16 años, y en un futuro 67 años en España, dentro de 10 o 20 años que las personas mayores fuera de los circuitos laborales, esta brecha poblacional que se tendrá que cubrir de alguna forma, constituyendo una visión no muy optimista, así como su posible solución será abordada en el correspondiente apartado: ¿Por qué se reforman las pensiones? La explicación es básicamente demográfica. El envejecimiento de la población -el aumento de la esperanza de vida- es una tendencia a largo plazo sin vuelta atrás. Las proyecciones estiman que, de no entrar en vigor la reforma, en 30 años habrá en España el doble de pensionistas que ahora -17 millones frente a los ocho y medio actual-. De las casi 4 personas en edad de trabajar, cotizando para el mantenimiento de una pensión, persona mayor de 65 años, pasaríamos en 2050 a 1,7 personas cotizando para la misma pensión. -¿Qué efectos tendrá la reforma en la sostenibilidad del sistema? Entre 2030 y 2040 el gasto en pensiones se quedará en el 13% del PIB, subiendo desde el 8% actual. La cifra entra dentro de las recomendaciones de la Unión Europea. Sin la reforma, las estimaciones llevan hasta el 17% del PIB el gasto para esa década. Pero además la intención de esta reforma es que ayude a que ese PIB crezca, actuando de forma proactiva. - ¿Es una reforma definitiva? La reforma tiene el afán de garantizar el sistema de pensiones español a largo plazo, para el próximo medio siglo. Se introduce el concepto de factor de sostenibilidad, por el que cada cinco años se analizarán las diferencias entre la evolución de la esperanza de vida a los 67 años de la población en el año en que se efectúe la revisión, en el 2027, y la esperanza de vida de los españoles mayores de 67 años. Los resultados obtenidos se presentan tanto para el conjunto de las muestras, como para los grupos en función de las variables anteriormente mencionadas. Este apartado se ha dividido en cuatro grandes bloques: los relativos a la salud percibida y al bienestar de las personas mayores, a los apoyos sociales recibidos y que son percibidos por el conjunto de personas, los relacionados al apoyo social y aquellos relacionados con la inmigración. 2 - EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACION El envejecimiento de la población es un importante logro humano asociado a los avances médicos que han elevado la esperanza de vida, Esta conquista ha transformado la vejez en un colectivo que puede superar la cuarta parte de la población mundial. Concretamente en España el crecimiento demográfico se ajusta al denominado “crecimiento en forma de pirámide invertida”. Así las cosas, una buena parte de “los mayores” se enfrentan a un doble reto: el de su propio proceso de envejecimiento y la indiferencia, cuando no los obstáculos, de una sociedad que, aunque tímidamente, está empezando a reconquistar los valores que la vejez encarna. Este envejecimiento de la población constituye un fenómeno social novedoso, que se ha visto directamente afectado por otros cambios producidos en las sociedades modernas, relacionados con las funciones del cuidado de la vejez que eran propias de las mujeres en la familia tradicional. Sin duda, la incorporación femenina al mundo laboral, sumada al cambio en los modos de vida y estructura familiar, ha incidido en la desprotección y aumento de la marginalidad de la tercera edad. Conscientes de esa realidad y de su progresión, en las sociedades avanzadas se comenzaron a aplicar medidas compensatorias para dar respuesta a las demandas y necesidades de los ancianos y ancianas que se veían privados de autonomía física, económica, psicológica o cognitiva. Con este objetivo surgieron las residencias y los hogares de la tercera edad. Estas instituciones tienen su precedente en la beneficencia religiosa que, desde la Edad Media, en los asilos daban cobijo a personas en situación de marginalidad. Tras la Revolución Francesa aparece la Asistencia Social como un derecho de los marginados. Hasta 1934 España no se incorporará a esta forma pública de acción social Iniciativa Social y Estado de Bienestar. De la caridad al estado de bienestar. http:\\www.iniciativasocial.net/historia.htm. Pero son las políticas de bienestar social desarrolladas en los años 70, las que gestan instituciones para pensionistas que, por diversas razones, carecían del tradicional cuidado y custodia familiar. Por tanto, en su origen la política social hacia la tercera edad tuvo un carácter asistencialista y estuvo asociada a sectores marginales de la sociedad, lo que le confirió una imagen excluyente Osorio, Paulina: “La longevidad más allá de la biología. Aspectos socioculturales” Papeles del CEIC nº 002 septiembre 2006, pág. 9, Universidad del País Vasco. España.. Actualmente prevalece la consideración de la vida familiar como el modo de convivencia más favorable para las personas. Por ello se están realizando esfuerzos para mantener a la población mayor en sus hogares y retrasar el ingreso en las residencias. Una alternativa es el hospital de día (estancias no continuadas en residencias) que pretende sustituir al internamiento con un cuidado compartido con las familias. De igual manera la asistencia geriátrica domiciliaria permite trasladar hasta el hogar servicios médicos o de enfermería y de asistencia social. Y, aunque fue aprobada en 2006 la “Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia y a las familias” (Ley de Dependencia), la actual crisis económica ha impedido su adecuada aplicación, no existiendo unas medidas realmente eficaces de apoyo a las familias con un anciano en situación de dependencia. Ello en los que se refiere a las ayudas institucionales, que reciben las personas de edad avanzada, de forma directa o indirecta del estado. La conceptualización de instituciones por parte de Hodgson (2003) Ibíd.(ii) permite tener presente la dimensión amplia que estas tienen en la actualidad. Por una parte, determinan o inciden en la articulación de las actividades de las personas y de la sociedad en su conjunto. Por otra parte, a nivel individual tienen una fuerte incidencia al definir lo “apropiado” dentro de un grupo social a través de los signos y significados creados en un marco de referencia social: Las personas denominadas “mayores” o también denominadas como “tercera edad”, no se sabe muy bien a que años se empieza, hoy en día, pero sí es seguro que se termina con el fallecimiento de la persona. En este lapso de tiempo, cuyo recorrido es incierto, lo que es seguro son dos principios: Uno, que las personas mayores, con el paso del tiempo van perdiendo sus facultades, con mayor o menor rapidez, tanto físicas, sociológicas, psicológicas, y de todo tipo (en muchos casos, incluidas las familiares). Dos, con el trascurso del tiempo, se hacen más dependientes de la sociedad, y del entorno donde se desarrolla su vida. Sufren unas pérdidas de personas significativas, que han sido su referente, con mayor o menor intensidad, a la vez que son sometidas, casi siempre a un realojo, de forma no voluntaria, lo cual supone un cambio de entorno, así como una perdida y/o sustitución de vínculos sociales importantes. En esta situación es cuando el estado, a través de las políticas públicas y sociales, se vuelve en un actor importante para este colectivo, en muchos casos sin el cual les sería mucho más difícil su desenvolvimiento en la sociedad, y en el entorno que les rodea. IV -PARTE EMPIRICA-ANALITICA 1 - Conceptos de vejez El envejecimiento concebido como un proceso que experimentan los individuos, no es una enfermedad, y no es un problema, puede ser visto desde dos enfoques, uno biológico y otro social. Para el profesor Thomae H. (1982) Tomae H. (1982) Personalidad y envejecimiento. Revista Latinoamericana de Psicología nº 14 págs. 325 y siguientes. , la vejez es un destino social, puesto que son las características de la sociedad las que condicionan tanto la cantidad, como la calidad de vida. El pensar y reflexionar sobre las personas mayores no es patrimonio del pensamiento moderno. Desde tiempos primordiales el hombre ha percibido como su cuerpo se modificaba con los años, como sus fuerzas decaían en el quehacer diario y, al mismo tiempo, advertía su sustitución por la generación más joven. A medida que transcurren el tiempo los pensamientos se aquietan, la actitud madura y los impulsos se apaciguan. Para Séneca Séneca. “Cartas morales a Lucinio”. Libro III, Carta XXVI., la vejez es como un círculo que encierra otros círculos y cada uno de estos corresponde a una edad. Hay un círculo que abraza a todos los demás y es el que corresponde a la vida, desde el nacimiento a la muerte. La vejez estaría incluida dentro de la vida. El viejo romano nos dice que la ancianidad le manda entrar en la reflexión y se pregunta qué parte de esta tranquilidad y suavidad de costumbres le debe a la sabiduría y qué parte a la edad. La vejez es un deslizarse lenta y suavemente de la vida al final de la cual se tendrá que enjuiciar “….sin ninguna trampa ni oropel”. Quien no quisiera conocer a sus nietos e incluso bisnietos de mayores. Y teniendo capacidad para interactuar con ellos con normalidad, es decir, manteniendo plenas facultades físicas y mentales. Mientras que la ciencia lucha por que esto sea posible, y logra grandes avances cada década, esa misma sociedad que, por un lado, clama de forma individual por tener una vejez larga y de calidad, por otro, teme ese envejecimiento colectivo, a sus repercusiones económicas y a los cambios sociales que lleva emparejado. Los problemas de la baja natalidad en el mundo occidental; la necesidad de una inmigración que los compense y de las políticas más efectivas de igualdad laboral de las mujeres y hombres que evite los efectos negativos sobre las carreras profesionales de las trabajadoras cuando son madres; las dificultades de someter el sistema de pensiones en ese futuro de población muy longeva o las necesidades de esta nueva clase de población, de la de los mayores, mucho más numerosa , lo que la hará también mucho más visible, para el mercado y para los intereses políticos, tiene que ver con este cambio de factores tan diversos que resulta bastante difícil de imaginar cómo será en realidad ese futuro lleno de mayores. Resulta por tanto, paradójico que la eterna lucha del ser humano contra lo que hasta ahora parecían inevitables efectos del paso del tiempo en su cuerpo, unida a los esfuerzos que la sociedad actual está haciendo para conseguir resultados contra el envejecimiento del hombre, se enfrenten a la falta de preparación del mundo occidental para afrontar seriamente y desde todas las perspectivas ese envejecimiento creciente de la población. Dos asuntos en los que se avanza de forma paralela; uno, un reto para la ciencia y para el ser humano que lucha por no envejecer, el otro, para las políticas sociales. El envejecimiento de la población es una de las cuestiones más trascendentales a las que se tendrá que enfrentar la sociedad en los próximos años. En cada contexto histórico-social se construye una imagen y un rol de las personas mayores, valoradas de manera distinta. En muchas comunidades, por ejemplo en especial en Oriente, los ancianos son respetados por ser los portadores de la sabiduría de sus culturas, y por la experiencia que han acumulado a lo largo de los años. Cuando se otorga un signo negativo a las transformaciones biológicas, psicológicas y sociales que traen consigo el paso del tiempo en las personas, relega a estas a una relación de subordinación y pasividad, descalificándolas como sujetos de acción, y negando su capacidad de autonomía y participación social. En nuestra sociedad, donde se valora a los seres humanos por su vinculación con las capacidades productivas o de acumular riqueza, el paradigma vigente resulta de ser el de una juventud, sana, fuerte y preparada para la producción de bienes y servicios, teniendo en la actualidad en España el índice de personas jóvenes en paro mayor de Unión Europea. En sentido inverso, se ha cargado de signos negativos la ancianidad prematura, asociándola a obsolescencia de sus conocimientos, las enfermedades, la incapacidad y la improductividad. Sobre la base de este “no reconocimiento como persona” y sobre la valoración negativa estereotipada se han generado toda clase de actitudes y prácticas discriminatorias, que van desde el aislamiento en el seno de la familia, la falta de respeto en vía pública, la institucionalización y el maltrato, la falta de contacto, la disponibilidad y el trato impersonal de los agentes de la comunidad, hasta la falta de políticas públicas que atiendan sus necesidades, forman parte del uso y abuso emocional-social y de un claro atentado a la dignidad de las personas mayores. Siguiendo el desarrollo histórico de Piña Moran Blasco, María A – Díaz, Julio Pérez “Envejecimiento” Edit. Debates científicos – CIS – 2012 - pagina 9 -10. “La sociedad china, desde épocas antiguas ha concedido una condición privilegiada a los ancianos, siendo considerado un fin supremo el hecho de alcanzar a vivir muchos años”. “En el mundo de los romanos, y de los hebreos se le concedía una autoridad muy particular a los ancianos, quien era el jefe absoluto, ejercía derechos sobre los miembros de la familia, son una autoridad sin límites. Asimismo se les asignaban poderes políticos importantes”. “En el siglo VI se asocia la vejez con el cese de actividades, dando origen a la concepción moderna del aislamiento de las personas mayores a través del retiro”. “En la época del renacimiento persistía la idea de la inevitable decrepitud y el carácter melancólico de las personas mayores. La edad media se caracteriza por la vigencia de la ley del más fuerte y los débiles, entre ellos los ancianos (personas mayores), eran sometidos e integrados a la población de esclavos y servidumbre”. Entonces, en las sociedades primitivas, e incluso en la actualidad en algunas sociedades, tales como en Camerún, el anciano, o persona mayor, ocupaba un lugar destacado en la sociedad, donde la longevidad se vinculaba a la sabiduría y a la experiencia. La prolongación de la vida era vista como una bendición, y no como una carga, y el patriarcado/matriarcado, era el modelo. Este contexto, nos lleva al pensamiento, de que mientras en la sociedad moderna, con sus sofisticados aparatos de última generación electrónicos, las personas mayores son vistas como una carga para la sociedad, en las sociedades antiguas, y en las actuales no tan sofisticadas, a las personas mayores, son las merecedoras de mayor respeto. El pensamiento científico que caracteriza a los siglos XVI al XIX, introduce una nueva forma de razonamiento, a la que se podría descubrir las causas de la vejez mediante su estudio en los campos de la filosofía, la anatomía, la patología, y reflejan un cambio en las condiciones de las personas de edad avanzada. Aumenta su número y los adelantos científicos permitirán que se remplacen, los mitos existentes en torno a dicha población por el conocimiento científico, el que presta mayor atención a las enfermedades de la vejez. Sin embargo, pese a los cambios, la situación de las personas mayores no sufrió alteraciones, persisten aun en tiempos modernos, ideas que datan de épocas muy lejanas, e incluso las transformaciones que trajeron aparejadas la Revolución Industrial y el urbanismo fueron nefastas para la población mayor, ya que, cuando no estaban en condiciones de trabajar eran reducidos a condiciones paupérrimas. 2 - Indicadores de Personas Mayores. Portal Mayores (http://www.imsersomayores.csic.es) 2001 2020 2050 Total % Total % Total % 40.847.371 100,0% 48.664.658 100,0% 53.159.991 100 0-14 años 5.932.653 14,5 7.331.404 15,1 7.027.262 13,2 15-64 años27.956.202 68,4 31.987.299 65,7 29.744.855 56,0 65 y más 6.958.516 17,0 9.345.955 19,2 16.387.874 30,8 80 y más 1.580.322 3.9 3.007.423 6.2 5.923.000 11.1 El Instituto Nacional de Estadística trabaja sobre tres fenómenos demográficos fundamentalmente: - La hipótesis de mortalidad mejora sobre las anteriores proyecciones. Estima, en este trabajo una mejora en la esperanza de vida al nacer en varones y mujeres: 76,63 años y 83,36 años en 2002, y 80,89 y 86,92 años en 2030. - La hipótesis de fecundidad se modifica. Se espera una recuperación paulatina del número de hijos por mujer, que alcanzará 1,53 en 2030, manteniéndose constante a partir de entonces. Este dato muy por debajo del 2,1 hijos por mujer necesario para asegurar el remplazo generacional, hará que la población española empiece un retroceso a partir de 2050, Lo que conllevara un alto número de defunciones y un bajo número de nacimientos. - La hipótesis de la evolución futura de la inmigración exterior es más compleja, pero se estima una entrada entre extranjeros y españoles que retornen, superior a 600.000 personas, en medio y largo plazo. Ya que existen en España, reconocidos por el Estado, unos 6 millones de personas sin trabajo. A partir de este planteamiento basado en el censo de 2001 (publicado en 2004) contabiliza que en el año 2050 habrá en España 16.387.874 personas mayores que se corresponde al 30.8% de la población total. De esta manera nos encontramos, no solo con un número mayor de personas mayores, sino también con una mayor concentración de personas que superan los 80 años, los llamados en literatura anglosajona “viejos-viejos” (Neugarten, 1975) Neugarten, B. El futuro y la edad joven. El gerontólogo, Chicago University (1975) – pág. 15, 49., que por ser los más frágiles, son los que requieren los mayores cuidados y atención. V - CONCEPTO DE EDAD DE LAS PERSONAS La edad 1.- Concepto de edad La edad es un fenómeno de difícil comprensión. El acercamiento analítico a este concepto ha de ser multidisciplinar, acorde con los cambios que se producen, que son de naturaleza psicobiológica y social. Biológicamente la vejez se define como un proceso de envejecimiento caracterizado por los cambios derivados del desgaste del organismo debido al paso del tiempo. La preocupación de las ciencias biomédicas es conocer las causas de ese envejecimiento para aunar de manera efectiva “vivir más” y “vivir mejor”. Esta variable es el tiempo cronológico. El ser humano es un ser histórico y está atravesado por esta variable temporal que se torna inevitable. Estas múltiples implicaciones se entretejen en una red que conformará la urdimbre del tiempo vital y que será la que soportará el tiempo histórico. Entonces tenemos: un tiempo vital (apreciable en nuestro cuerpo biológico), un tiempo cronológico (medido este por el calendario) y un tiempo histórico. La interacción del tiempo histórico con el tiempo vital ocurre en el contexto de una tercera dimensión: el tiempo socialmente definido. Cada sociedad está graduada por edades y cada sociedad tiene un sistema de expectativas sociales con respecto a lo que es apropiado para cada edad. El hombre pasa a través de un ciclo socialmente regulado desde el nacimiento hasta la muerte, y que es tan inexorable como el paso a través del ciclo biológico: una sucesión de edades socialmente delimitadas, cada una de las cuales tiene reconocidos derechos, deberes y obligaciones Neugarten, B. Dinámica de la transición desde la mediana edad hasta la vejez. Adaptación y ciclo vital en el Journal of Generic. PSCHY. NY 1970.. 1.1 Edad cronológica La edad cronológica se entiende como agrupaciones por años, lustros, décadas y considera que todos los sujetos nacidos en el mismo año tienen la misma edad, así como son miembros de la misma cohorte los nacidos en un lapso de uno a cinco años. La edad cronológica constituye un dato importante pero bajo ningún concepto determina la condición de la persona pues éstas no son todas iguales. La edad medida cronológicamente es una de las formas de calificar el status de los individuos y es la forma más común de medir la edad. Esta aparece entonces como una variable originaria o adscrita al igual que la raza o el sexo, es decir, no modificable por el ser humano. Como variable adscrita produce automáticamente una posición y valoración social con determinados derechos y obligaciones. La edad cronológica constituye una variable objetiva y esencial pero no es determinante de la condición del sujeto. 1.2 Edad biológica. La edad biológica está determinada por el estado físico, la salud y la vulnerabilidad física frente al estrés y también por la disminución de la potencialidad de algunos órganos. Debemos mencionar que este concepto es muy complejo y de difícil medición aunque se intenta perfeccionar estos instrumentos. Presión sanguínea, capacidad visual y auditiva, memoria, tiempos de reacción ante diversos estímulos, etc. son algunas de las variables a medir para intentar precisar la edad biológica, pero nos parece que es un trabajo difícil de llevar a cabo. Cada organismo es único, como lo es su portador y es muy difícil realizar apreciaciones universales. Cada órgano es individual y estos están sometidos al proceso de envejecimiento, proceso que, insistimos, no es paralelo a otros órganos y a otros sujetos. “No existe un programa exclusivamente biológico universal predeterminado, lo biológico debe considerarse como interactivo. El sujeto es activo dentro de ciertos límites y dentro de un contexto, en términos de una ecología del desarrollo humano, donde se incluye la interacción humana y el mundo del significado” 1.3 Edad social y edad legal. La edad social constituye aquella edad definida socialmente como “adecuada” para desempeñar determinadas actividades, por ejemplo: a los trece años (el ingreso a la educación secundaria, aproximadamente), permiso de los padres para ir a bailar solo o salir con amigos. Una parte de la edad social comprende la edad legal en la cual el sujeto puede desempeñar determinados roles, por ejemplo, a los dieciocho años se los autoriza legalmente a conducir automóviles. La variedad de la edad social no se agota en la edad legal. En el ejemplo de la licencia para conducir, se superpone una edad cronológica, una edad social y una edad legal. Obviamente el concepto social “adecuado” no se ajusta cronológicamente y en forma exacta como la edad legal, antes bien, la definición de ella dependerá exclusivamente de normas sociales sancionadas ritual o culturalmente. La etnografía nos suministra innumerables ejemplos de cómo se ritualiza en diversas comunidades la edad social. La edad “adecuada” para asumir determinados roles específicos se define consensuadamente por la sociedad. Los ritos de paso, transición o iniciación legitiman socialmente esta edad. 1.4 La mediana edad. A la definición de esta edad por la que atraviesan los seres humanos, le cabe lo que enunciamos para la vejez. No es una fase que pueda definirse claramente sino que tiene diferentes significados según quien la utilice. La mediana edad es la época en que la mayoría de la gente ha encontrado un medio de subsistencia para sí y para su familia. Ha finalizado la crianza de los hijos y estos comienzan a abandonar la casa paterna. Cronológicamente corresponde a los treinta y cinco años y hasta la entrada en la vejez. Entre los treinta y los sesenta años se distribuye aproximadamente el 80% del total de los puestos políticos, militares, empresariales. Esta época también es conocida como “la flor de la vida” debido a que se alcanza determinado nivel de seguridad y se está en adecuadas condiciones de salud. Por otro lado, en esta etapa se constituye un “nicho ecológico”. Las personas se han adaptado a un entorno limitado y su vida se ha ritualizado, lo que les otorga seguridad y una menor dependencia. Dos características más se suman a las anteriores y estas son la modificación en la percepción del tiempo y la personalización de la muerte. Aparece la conciencia de que el tiempo es finito, que se acaba justamente con la muerte. Esta cobra un significado diferente como consecuencia del fallecimiento de amigos, congéneres, etc. En la mediana edad, la muerte se convierte en una posibilidad real y concreta perdiendo los aspectos mágicos y lejanos que se tenían en la juventud. La toma de conciencia de la finitud del tiempo, la muerte de algún compañero/coetáneo, suele disparar las reflexiones íntimas y personales sobre nuestra propia finitud. Es la época en donde los hombres piensan en su trascendencia ya sea a través del linaje (hijos-nietos) o a través de su profesión y/o conocimiento (creación de los “herederos sociales”). Durante la mediana edad, las personas aprenden las formas aprobadas del envejecer. Así entonces, podemos observar cómo, en la definición social del status, interviene un ordenamiento referido a la edad que provee de predictibilidad a la conducta humana. Estas formas del envejecimiento, (aprobada por la comunidad) determinan que es lo que uno debe y no debe hacer en cada edad. Como toda forma de control social, se ejerce a expensas de la autonomía del individuo. Las normas socialmente consensuadas sobre la vejez se entretejerán sutilmente con la vida de las personas obligándolas a aceptarlas o respetarlas, so pena de ser marginados y excluidos. Un ejemplo muy frecuente se relaciona con la forma ejecutiva que pueden tomar algunos prejuicios, especialmente los prejuicios sexuales. La sociedad supone, generalmente, que las personas mayores, no tienen sexualidad, en consecuencia se niega la conducta sexual de los senescentes. Pero, la realidad nos muestra que las personas mayores si tienen sexualidad y la ejercitan. 1.5 Generación. Por otro lado, tenemos el concepto denominado generación, que nos ilustra sobre otra de las formas para categorizar el tiempo de las personas. Este concepto, una vez más, se nos aparece como polémico, ya que abarca diversas dimensiones. Por un lado se entiende por generación a las agrupaciones cronológicas, de esta manera existiría sinonimia entre generación y edad lo que genera un poco más de confusión. Designa a un conjunto de personas relacionadas con esta idea ya sea cohorte, clase de edad, grupo de edad por un lado y por el otro, las que se refieren a un determinado intervalo de tiempo que se relaciona con la edad, fase de la vida y periodización. El concepto generación lleva implícito una carga simbólica histórica, donde las representaciones colectivas hacen referencia a un tiempo social y a la memoria colectiva. La denominada generación del ‘80 representaba un conjunto de personas cuya principal manifestación ideológica se expresaba por un modelo de país agroexportador, la generación del ‘60 pasará a la historia como la generación de la paz y el amor, la generación hippie. En esta acepción del término se considera el predominio de las ideas en las que se enrolan las personas de una época. En definitiva, el término generación designa a un individuo por su pertenencia a un espacio social y a un tiempo histórico. Hoy día notamos como es utilizado este término para explicar determinados conflictos denominados intergeneracionales aludiendo a las discrepancias que pueden existir entre personas mayores y jóvenes o entre abuelos y nietos. También nos sirve para entender algunas parentelas denominadas familias plurigeneracionales que aluden a estructuras sociales determinadas por lazos sanguíneos y en donde conviven personas de diversas generaciones: padres, hijos y abuelos. 1.6 Vejez En la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento realizada en Viena en el año 1982 se estableció la denominación de anciano para toda persona mayor de sesenta años de edad. Algunos autores dividen al grupo de personas de mayor edad en: Viejos-jóvenes: sesenta a setenta y cuatro años. Viejos-viejos: setenta y cinco años y más. Por otro lado, debemos diferenciar conceptos culturales como tercera edad, viejo, abuelo, de los términos biológicos/cronológicos tales como “nonagenario”, “octogenario”. El término tercera edad fue acuñado por los franceses para denominar a las personas de sesenta y cinco años. Los especialistas suelen utilizar la palabra “gerente” para definir a las personas mayores. Nuestra opinión es que todas estas denominaciones ilustran la ausencia de uniformidad terminológica como consecuencia del vacío de conocimiento sobre el proceso de envejecimiento. La sociedad recurre frecuentemente a eufemismos cuando no sabe precisar el objeto a estudiar. La extensión de la vida humana ha provocado el surgimiento de fases en las edades de los hombres. Si, como pensamos, la jubilación es el ingreso oficial a la vejez, la etapa próxima posterior que le sigue será, lo que conocemos como tercera edad coincidiendo con la definición viejos-jóvenes (60-75 años). Esta fase culmina cuando la declinación de la salud se convierte en lo central de la vida y es cuando aparece la dependencia. Si considerábamos el período posterior a la jubilación como la tercera edad, entonces esta fase siguiente de la vejez, caracterizada por la declinación de la salud y el surgimiento de la dependencia, se la denominará la cuarta edad coincidiendo con la definición de viejo-viejo (75 y más). Se observan dos posiciones con respecto a la vejez (o a las personas mayores) que son contradictorias y que se van a arrastrar a lo largo de la historia en la cultura occidental. Estas dos posiciones están ilustradas en las consideraciones de dos filósofos griegos. Ellos son: Platón y Aristóteles. En el primero, aparece una consideración positiva que, sin llegar a ser un elogio, nos brinda una visión no apocalíptica de la vejez y la persona mayor. Hace una defensa incondicional del anciano y reclama para ellos poder social. Por el contrario, Aristóteles, no oculta su crítica a la ancianidad que lo lleva a recusar la gerontocracia espartana. Este autor hace a la vejez responsable de cuantos males encarnan en los humanos. Estas dos posiciones del pensamiento griego se pueden ver reflejadas en la historias de las ciudades-estados, pues mientras en Esparta perdura el poder de la gerontocracia, alabada esta por Platón, en Atenas la posición social de los ancianos será objeto de críticas y verán disminuidos su poder En otro orden podemos entender la vejez social como el resultado de la modernidad. Esta, con sus adelantos técnicos, ha logrado alargar la vida de los individuos. En las sociedades pretéritas el grado de envejecimiento, entendido como la proporción de viejos en una sociedad, estaba en relación con su productividad. Los viejos que eran una carga se sacrificaban por todos dejándose morir, en una especie de suicidio altruista, o aceptando su sacrificio en manos de sus hijos o de algún miembro de la sociedad. Al ir evolucionando la sociedad, la situación de las personas mayores se fue modificando. Al producir excedentes, la improductividad de los viejos pasó a un plano secundario y entonces no es necesaria su eliminación. Así, existiría una fuerte relación entre vejez y producción de excedentes. Esto no quiere decir que en las sociedades “ricas” la consideración a las personas mayores sea alta, sino que la situación de los viejos está relacionada con el grado de producción de excedentes. A mayor producción de excedentes, mayor probabilidad que la situación social de las personas mayores. Las condiciones de vida de las personas mayores, en las sociedades, están íntimamente ligadas a las estructuras geográficas (ambientes), sociodemográficas y socioeconómicas no descartando las políticas sociales que se implementan y que se descargan hacia el colectivo ya sean estas positivas (políticas sociales propiamente dichas) o negativas (salarios decrecientes, marginación cronológica, ancianísimo, etc.) Entre las características de “envejecer” hoy en día se encuentran una serie de condicionantes, como la falta de productividad asociada a las personas mayores, en especial a los jubilados, y al bajo nivel educativo en general del colectivo, valores que se contraponen a los valores predominantes en nuestra sociedad derivados de la ocupación laboral competencial, la cual marca la posición del individuo, la influencia y la utilidad social. La marginación social que de hecho sufre el colectivo de la categoría jóvenes-prejubilados, entre los 50 y 65 años, es causa de gran vacío con el que se encuentran en su vivir cotidiano, puesto que ellos se consideran con plena capacidad de desempeñar sus labores dentro del mundo laboral, pero es este mismo mundo el que los aparta de su entorno. Estas personas tienen ante sí un grave problema, o son capaces de encontrar un nuevo aliciente a su vida, o pueden caer en una depresión psicosocial, incapaces de valorar su nueva situación, son jóvenes para no retomar sus labores como trabajadores, y a la vez son viejos (según el capitalismo, para trabajar) y apartados del mismo. La categoría de los jóvenes-viejos, de 65 a 74 años, los cuales ya han previsto su jubilación, y por ello han tenido el tiempo suficiente para programar su futuro inmediato, Y los llamados viejos-viejos, a partir de los 75 años, los cuales no presentan las mismas características que los anteriores, y son las personas que necesitan más cuidados afectivos, emocionales y sociales. 2. - Envejecimiento activo. De esta forma el envejecimiento activo, o prolongación de la vida laboral, ha suscitado en los últimos años un gran interés político en muchos Estados de la Unión Europea, incluido el nuestro. La prejubilación y no permanencia en el mercado de trabajo de los trabajadores mayores de 55 años (e incluso los mayores de 45 años en algunos trabajos y países) cada vez reviste una importancia más evidente para la sostenibilidad del sistema de seguridad social y se considera el antídoto principal contra la futura rigidez de los mercados laborales. No obstante pocos países han logrado invertir el efecto de unas jubilaciones cada vez más anticipadas. Para ello es preciso definir el término de “trabajador de edad avanzada”; en la mayor parte de la literatura internacional en la materia, los términos “trabajadores de edad avanzada”, “trabajadores de más edad”, “población activa madura” se utilizan como sinónimos y se refieren en general a los trabajadores comprendidos entre los 45 y los 64 años. No obstante los últimos estudios, los términos mencionados se refieren exclusivamente a los trabajares de más de 55 años. Estos trabajadores, cuya edad se encuentra entre los 50 y 60 años, los considera la sociedad productiva como un lastre para obtener sus objetivos, o por el contrario son uno de los mejores activos para la empresa. La respuesta a esta cuestión no es simple. La solución se encuentra en la filosofía de la empresa. Si esta requiere un personal dinámico, que prime el rendimiento sobre la calidad, y/o el puesto a desempeñar requiere unos conocimientos específicos de robótica y/o informática. El personal más joven está más familiarizado con las nuevas tecnologías, por lo que en ciertos trabajos son más eficientes (la educación recibida por nuestros jóvenes es la de lucha y superación al contrincante), por contraposición el trabajador de edad avanzada es más meticuloso, más paciente (generalmente es el educado en el oficio desde los estratos más bajos, y que ha ido aprendiendo a base de años). Son filosofías distintas, pero que nos lleva inexorablemente a que presión de la población inactiva ejercerá sobre la población activa, se pueda dividir en tres tipos: la presión “verde” (hasta los 19 años de edad), la población en edad de trabajar (entre los 20 y los 59 años) que no forma parte de la población activa (estudiantes, personas con discapacidad, prejubilados), y la presión “gris” (a partir de los 60 años). Hasta 1995, la presión “verde” ejercía casi la mitad de la presión total de la población no activa, algo que cambiará en el futuro, ya que el peso de dicha presión disminuirá debido a la baja tasa de natalidad, mientras que la presión de la generación “gris” aumentará. En particular, a partir de 2010, el envejecimiento de la generación “baby-boom” provocará un gran aumento en el número de personas que cesan su actividad laboral. Se calcula que en 2050 la presión delas personas mayores de 65 años, será el doble que la población menor de 19 años. En base a condiciones de supervivencia, encontramos distintas definiciones en función de los indicadores utilizados sean de tipo cuantitativo o cualitativo. Las personas mayores se configuran como una categoría independiente del resto de la sociedad. Nos encontramos con distintas concepciones de vejez. Hay una vejez cronológica que en realidad se basa en la edad del retiro del ámbito laboral, entonces decimos que a partir de los 65 años y un mes años (hoy, 5.8.2013) se es viejo. Existe una vejez funcional que utiliza viejo como sinónimo de incapaz o limitado. Esto es erróneo pues la vejez no significa incapacidad y hay que luchar con la idea de que el viejo esta funcionalmente limitado. La vejez como cualquier otra edad posee su propia funcionalidad, las barreras a la funcionalidad de los ancianos surgen con frecuencia de las deformaciones y mitos sobre la vejez más que de reflejos de deficiencias reales. - La jubilación. En este caso, el umbral demográfico de envejecimiento se hace coincidir con el cese generalizado de la actividad productiva, retiro o jubilación. Esta edad laboral no es más que un referente de la denominada edad social, que se define en función del conjunto de roles asumidos por la persona, y que se hallan impregnados de expectativas de comportamiento normativas para cada sociedad. El "veredicto social" de la jubilación ha contribuido al desarrollo de concepciones negativas respecto al mismo. De esta manera Guillemard Guillemard, AM.” Formación y crisis de la política social: el caso de la tercera edad política. Sociología del Trabajo” (1986) Tomo 2º: Pág. 156-72. habla del retiro como negación del derecho al trabajo, lo que hace que la jubilación se plantee más como una obligación que como una opción social. La retirada de los sistemas de producción se traduce en un cambio radical en el estilo de vida de estas personas, a una disminución considerable de su poder adquisitivo se le añade la pérdida de los ambientes sociales en los que habitualmente se desenvolvía la persona, la disminución de funciones y roles sociales, la obligada restructuración de su tiempo, etc. A lo largo del apartado anterior se ha dejado traslucir una correspondencia entre edad cronológica y envejecimiento. Si bien, la primera puede ser un indicador objetivo del segundo, la cuestión no está tan clara. Muestra de ello es, por ejemplo, la disparidad de criterios entre las Naciones Unidas, que considera los 60 años como fecha de inicio de la ancianidad, y otras organizaciones, como la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud) o su paralela O.P.S. (Organización Panamericana de la Salud) que la establece a partir de los 65 años. Este último límite, tan arbitrario como otros, es el que ha sido comúnmente aceptado en las sociedades occidentales. En este caso, el umbral demográfico de envejecimiento se hace coincidir con el cese generalizado de la actividad productiva, retiro o jubilación. Esta edad laboral no es más que un referente de la denominada edad social, que se define en función del conjunto de roles asumidos por la persona, y que se hallan impregnados de expectativas de comportamiento normativas para cada sociedad. El "veredicto social" de la jubilación ha contribuido al desarrollo de concepciones negativas respecto al mismo. Junto a esta edad social aparecen otras "edades" definidas en función de diversos criterios. Tal es el caso de la edad biológica, como estimación de la posición actual de la persona con relación a su potencial biológico. Simone de Beauvoir Beauvoir, Simone de - “La vejez” (1970) I.S.B.N: 9789875666368 - Publicación: 18/01/2011 Traducción al Español – página 39., en su conocido libro sobre la vejez afirma que: "La edad cronológica y la edad biológica están muy lejos de coincidir siempre" (pág.39). Presumiblemente la medición de la edad biológica se debería acompañar con medidas de las capacidades funcionales de los sistemas orgánicos vitales que pueden limitarla. Una valoración de este tipo llevaría a la predicción de si el sujeto es más joven o más viejo que otros individuos de su misma edad cronológica, y de aquí, si tiene una expectativa de vida mayor o menor que éstos. Ya en 1975, Ryder Norman B. Ryder en 1975. Según la encuesta Nacional de Encuesta de fecundidad, 1975. propuso definir el umbral de la vejez no con relación a la edad cronológica o años vividos sino haciendo referencia al número de años que, por término medio, restaban por vivir. Su propuesta concreta fue tomar como umbral de la vejez aquella edad en la que la esperanza de vida fuera de diez años. Muy relacionado con el criterio anterior se encuentra la propuesta de la O.M.S. en su Programa Salud para todos en el año 2000. Según esta organización, la vejez podría definirse a partir de la edad en la que la esperanza de vida libre de discapacidades alcance un determinado número de años. Este concepto de vejez corre paralelo a lo que se entiende por "edad funcional" determinada por la capacidad de adaptación del individuo a los requerimientos necesarios para desenvolverse de manera autónoma en la vida. Estos requerimientos van a verse notablemente influidos por la sociedad y cultura en la que se desenvuelva el sujeto. Todo esto muestra la arbitrariedad que conlleva definir la vejez como etapa con un comienzo cronológicamente delimitado. Este relativismo es patente cuando se hecha una hojeada a los libros de Historia. Así, se han ido sucediendo numerosos intentos de clasificar el período vital en varias etapas, asociándolas con edades concretas. Pitágoras fue uno de los primeros, en su teoría, cada período duraba aproximadamente veinte años y se correspondía con una de las estaciones: la infancia equivalía a la primavera (0 a 20 años), la adolescencia al verano (20 a 40 años), la juventud al otoño (40 a 60 años) y la vejez al invierno (60 a 80 años). Curiosamente, este límite de edad está muy cercano al que parece ser el potencial máximo de supervivencia de la especie humana, que se sitúa en torno a los ciento quince años. Shakespeare asemeja la vida con un drama en siete edades, en el que en la sexta ya se perfila la ancianidad y en la séptima ya está cercana "la escena final". Siguiendo la división aristotélica en tres etapas: juventud, plenitud vital o acmé y vejez, algunos autores han dividido el curso de la vida en fases de incremento, estabilidad y decremento. Este es el caso de Miguel de Sabuco, quien, en el siglo XVI, aporta la siguiente descripción de las etapas del ciclo vital: "Hay primero [en el vivir humano] extensión, aumento, espíritu emprendedor, incremento; luego, cierto período de estabilidad, y después de él, restricción, pérdida, retiro, decremento" (Granjel, 1996). Esta división en tres etapas continúa aún vigente. El galicismo "Tercera Edad", es en la actualidad uno de los más empleados para hacer referencia al colectivo de personas mayores de 65 años. Algunos hablan hasta de una "cuarta edad" a partir de los 85 años. Ortega y Gasset en su obra “En torno a Galileo”, se pronuncia acerca de la cuestión de la edad, a la que despoja de la importancia que se le confiere en la delimitación de las etapas del desarrollo ontogénico. Para él, será la edad biográfica, definida por el curso personal que el sujeto traza en su quehacer cotidiano la que defina la trayectoria vital de cada persona y, por tanto, la que paute su devenir dentro del curso de su vida. En este sentido, afirma: "El concepto de edad no es sustancia matemática, sino vital. La edad, originariamente, no es una fecha..., es dentro de la trayectoria vital humana un cierto modo de vivir...dentro de nuestra vida total una vida con su comienzo y su término...Las edades lo son de nuestra vida y no, primariamente, de nuestro organismo, son etapas diferentes en que se segmenta nuestro quehacer vital" (pág. 154). Esto se acerca más a una concepción dinámica del envejecimiento, en la que, en lugar de considerarse como una etapa temporalmente delimitada, se concibe como un proceso. Así, de acuerdo con esta perspectiva, es conveniente hablar de "envejecimiento" o "envejecer" en lugar de "vejez". Este último término no recoge el carácter esencialmente continuo y procesual de los primeros, que están más cercanos al significado del término "ageing" (envejecimiento), tan profusamente empleado en la literatura anglosajona. En este proceso se producen una serie de cambios biológicos, psicológicos y sociales que demandan su abordaje multidisciplinar desde una concepción amplia de la Gerontología que abarque tanto la geriatría, especialidad médica introducida por Nasher Ignatz Leo Nascher, "Geriatría “, editado en el New York Medical Journal (1909)nº 90Págs. 358/9). a comienzos de siglo, dedicada al cuidado y tratamiento médico de las personas mayores; como la psicogerontología, centrada en el estudio de sus comportamientos; y la gerontología social, en su análisis de los factores sociales y culturales que afectan al proceso de envejecimiento. Éste ha de contemplarse por tanto en su triple vertiente biológica, psicológica y social. Todos estos cambios biopsicosociales acontecen, se ven afectados y, por supuesto, influyen en las relaciones sociales que se establecen entre los miembros de una sociedad. Todo esto trasciende necesariamente la concepción del envejecimiento como fenómeno individual circunscrito a la esfera personal y a los cambios físicos y comportamentales que en ella se manifiestan. Uno de los aspectos que afecta más claramente a la forma en la que cada persona envejece y vive, esa cada vez más prolongada fase de su vida es, sin lugar a dudas, la imagen social que del envejecimiento se tiene en la sociedad en la que vive. En este sentido, el significado de envejecimiento como constructo social no es nunca definitivo ni para la sociedad ni para el individuo. El envejecimiento constituye una etapa vital como la niñez, la madurez o la adolescencia, con unas enfermedades características propias y también oportunidades, pero no tiene necesariamente que asociarse con enfermedad. Con el paso de los años, la estructura física de la persona experimenta decrementos de su capacidad funcional, disminuciones en la velocidad de reacción y en su capacidad de enfrentarse a estímulos externos, pero esta reducción general de los ritmos orgánicos no supone ineptitud para la mayoría de las funciones de la madurez, ya que aptitud y fuerza física son menos importantes en una sociedad cada vez más mecanizada. La forma de envejecer actual es radicalmente distinta a la de hace tan sólo unas décadas. Antes se producía un descenso progresivo en la capacidad global del organismo, hoy parece que la aptitud vital se prolonga durante más años, el proceso final de decadencia vital dura menos y la caída final es más súbita; con lo que se ha añadido el número de años en los que se manifiestan las limitaciones orgánicas. Lo que sí se empieza a probar es la aptitud orgánica se halla estrechamente ligada a factores psicosociales de motivación, estilo de vida, intereses, ocupaciones, compañía y capacidad de decisión, y que estos factores afectan directamente a variables biológicas como la producción de secreciones hormonales, neurotransmisores, responsables directos del bienestar fisiológicos del sujeto. Esto puede plantear desequilibrios entre las dimensiones anteriormente vistas. Así, una persona puede sentirse envejecer en función de las creencias personales que tenga acerca del envejecimiento y de la actitud que adopte frente a él. En nuestra sociedad existen más prejuicios hacia las personas mayores que hacia las jóvenes. Un ejemplo de ello es que un elemento determinante en la valoración positiva de una persona mayor va a depender de lo joven que aparente ser. Si se considera la edad como una parte importante del autoconcepto, puede ocurrir que nuestra autoestima esté determinada por lo "viejo" o “joven” que nos sintamos. Las personas en este sentido pueden evolucionar psicológicamente de una forma diferente (creciente) a la evolución (decreciente) de sus procesos biológicos y sociales. 2.2 - Vejez e Identidad. La Psicología Humanista Pretende la consideración de la persona y la acentuación en sus aspectos existencialistas (la libertad, el conocimiento, la responsabilidad, la historicidad), criticando a una psicología que, hasta entonces, se había inscrito exclusivamente como una ciencia natural, intentando reducir al se humano a variables cuantificables (conductivismo), o que, en el caso del psicoanálasis, se había centrado en aspectos negativos y patológicos de las personas (la enfermedad humana). defiende la búsqueda de la identidad a lo largo de toda la vida ¿Pero que entendemos por identidad? El psicólogo social Henry Taifel Henry Taijfel con su Teoría de la identidad social es el claro precursor del estudio de la identidad social. y sus colaboradores afirman que tenemos dos identidades: una “Identidad Personal”, constituida por nuestros caracteres únicos e idiosincrásicos, y una “Identidad Social”, que aglutina las características compartidas con nuestros semejantes en el seno de diferentes grupos y deriva de “el conocimiento que posee un individuo de que pertenece a determinados grupos sociales junto a la significación emocional y de valor que tiene para él/ella dicha pertenencia” Tajfel, H., (1984) Grupos Humanos y Categorías Sociales. Barcelona. Editorial Herder 1984. . Además, en la identidad social se distinguen tres elementos fundamentales “el cognitivo (el conocimiento que posee el individuo respecto a la pertenencia a determinado grupo o auto categorización), el evaluativo (valor positivo o negativo vinculado a la pertenencia grupal o autoestima grupal) y el emocional (sentido de implicación emocional con el grupo o compromiso afectivo) Scandroglio, Barbara; Lopez Martinez, Jorge S. y San Jose Sebastian, Mª Carmen: “La Teoría de la Identidad Social: una síntesis crítica de sus fundamentos, evidencias y controversias”. Psicothema 2008, vol. 20, nº1; pág. 85.. Uno de los aspectos destacados de la búsqueda de la identidad es alcanzar una imagen o concepto satisfactorio para sí mismo. Esta pretensión oscila entre el deseo de ser valorados y aceptados por los demás, junto al deseo de ser reconocidos como individuos únicos e independientes. Este hecho nos suele llevar a confirmar o a cambiar nuestra condición de miembro de un grupo, dependiendo de si éste contribuye o no a alcanzar esa autodefinición positiva. En este sentido, las personas mayores admitirían su pertenencia al grupo en el caso de aceptación social derivada del respeto por parte de otras generaciones, de sus posibilidades de ser independientes,….. Sin embargo, experimentarían rechazo por la vejez, en tanto ésta sea asociada a dependencia, escasos recursos, marginalidad, soledad, enfermedad y muerte. La auto y hetero definición de la identidad ha de entenderse como un proceso dinámico y cambiante enmarcado en las reglas y normas sociales Rosana Peris Pichastor, Sonia Agut Nieto: “Evolución de la identidad social. El retorno de los procesos emocionales”. Revista Electrónica de Motivación y Emoción. REME Volumen X Diciembre 2007 nº 26-27. Pág. 2 que cada sociedad particular determina a lo largo de la historia. Particularmente, en nuestra sociedad podemos distinguir dos tipologías que definen la identidad de la vejez: la de los viejos “exitosos” o activos y la de los viejos “dependientes” o inactivos. Sin embargo, el estudio de la identidad en la vejez ha de acentuar los aspectos diferenciales y singulares derivados de las numerosas experiencias vitales que las personas mayores han ido acumulando a lo largo de la su vida y que las hacen muy diferentes entre sí. Con ello se pretender cuestionar las visiones generalizadoras y estereotipadas de la vejez y se muestra la construcción de la identidad a lo largo de la vida como producto de contextos históricos y culturales particulares. En definitiva la identidad se construye desde la interacción entre las características personales y el contexto social. Por ello, no podríamos llegar a un conocimiento completo de nosotros mismos si no incluimos en el auto-concepto nuestra pertenencia grupal, lo que sentimos por estos grupos y la influencia que esto ejerce en nuestras creencias, percepciones y conducta, incluso, la autoestima “es el resultado de un proceso psicológico de auto categorización en el contexto de los valores e ideologías grupales” Scandroglio, Barbara; LopezMartinez, Jorge S. y San José Sebastian, Mª Carmen: “La Teorías de la Identidad Social: una síntesis crítica de sus fundamentos, evidencias y controversias”. Psicothema 2008. Vol. 20, nº 1, pág. 86. 2.3- La desvinculación del grupo. Es a partir de la década de los sesenta cuando tanto desde las teorías al uso en psicología social, tales como el interaccionismo simbólico o la teoría de la vejez como subcultura, entre otras, se pretende completar el estudio tradicional del proceso de envejecimiento con estos otros enfoques. En esta línea, se incorporarán aspectos como: la actividad social, la imagen y rol sociales de las personas mayores, así como su autoconcepto, autoestima o satisfacción vital en función de su participación en la sociedad. La primera de estas aportaciones psicosociales al estudio del envejecimiento es la Teoría de la Desvinculación. Desarrollada al inicio de los años sesenta en el seno de un grupo de investigadores sociales pertenecientes al Comité de Desarrollo Humano de la Universidad de Chicago. Entre el grupo de investigadores destacan: Elaine Cumming, William E. Henry, Robert J. Havighurst y Bernice L. Neugarten. La formulación de la teoría como tal (Teoría de la desconexión) correspondió a los dos primeros Cumming, E; Henry, WE.” Envejecer: El proceso de desconexión”. Nueva York: Basic Books, 1961.. Este grupo, al tener en cuenta que la mayor parte de los ancianos continuaban viviendo en la comunidad durante toda su vida, planteó la necesidad metodológica de estudiar a las personas mayores en su ambiente natural de forma continuada, dentro de su entorno cotidiano, y no en los hospitales, asilos o residencias. Observaron un progresivo abandono con el paso de los años de una gran proporción de las actividades que anteriormente formaban parte del patrón normal de actividad diaria desarrollado por las personas evaluadas. Lo que dio lugar a la formulación de esta teoría. Su argumento central es que la desvinculación o desconexión es un proceso inevitable que acompaña al envejecimiento, en el que gran parte de los lazos entre el individuo y la sociedad cambian cualitativamente, se alteran o llegan a romperse. En este sentido, éste sería el proceso normal que tiene lugar durante el envejecimiento. El proceso de retirada, desconexión o desvinculación tendrá un carácter bidireccional, es decir, tanto de la sociedad hacia el individuo como de éste hacia la primera. En esta línea, definirá posteriormente Cumming la "vinculación" como: "la interpenetración entre una persona y la sociedad a la que pertenece". Esta teoría es a la vez social y psicológica, pues se ocupa tanto de las relaciones entre el individuo y la sociedad, como de los cambios que acontecen en el interior de la persona a lo largo de este proceso de retirada. Según Cumming y Henry este distanciamiento tiene carácter universal, es decir, los mayores de cualquier cultura son proclives a ciertas formas de distanciamiento social, adoptando modelos de interacción que conllevan la reducción de contactos sociales. Estos autores afirman que esta mutua desconexión es beneficiosa tanto para la sociedad, que de esta manera facilita la incorporación de otras generaciones a la compleja maquinaria social, como para la persona, que se ve liberada de una serie de compromisos y obligaciones sociales implícitas adscritas a su anterior rol más activo. Desde un contexto más socioeconómico, la teoría de la modernización Cowgill, DO; Holmes, LD. “El envejecimiento y la modernización”. Nueva York: Appleton siglo Crofts, 1972., ha justificado esta desvinculación a partir del descenso del status del mayor, como consecuencia de su dependencia social y económica, favorecida por una cultura basada en el trabajo y en el culto a la juventud. Gráfico nº 1 Efectos perversos del progreso sobre los mayores. Fuente Abellán. El individuo "desvinculado", siempre y cuando asuma ese nuevo papel, tiene una sensación de bienestar psicológico. Es decir, conforme envejece, su acción en el plano social decrecerá voluntariamente en la misma medida, produciéndose un alejamiento mutuo de la sociedad y de la persona, que será percibido por el sujeto como "liberador" y que, por tanto, contribuirá a incrementar su satisfacción personal. Esta teoría afirma que las personas mayores desean precisamente esa reducción de los contactos y compromisos sociales, por lo que buscan la tranquilidad en un cierto aislamiento. Junto a esta edad social aparecen otras "edades" definidas en función de diversos criterios. Tal es el caso de la edad biológica, como estimación de la posición actual de la persona con relación a su potencial biológico. Presumiblemente la medición de la edad biológica se debería acompañar con medidas de las capacidades funcionales de los sistemas orgánicos vitales que pueden limitarla. Una valoración de este tipo llevaría a la predicción de si el sujeto es más joven o más viejo que otros individuos de su misma edad cronológica, y de aquí, si tiene una expectativa de vida mayor o menor que éstos. Pero si queremos encontrar una concepción de la vejez más equilibrada, podemos reconocerla como una etapa vital, basada en el reconocimiento que el transcurrir del tiempo produce efectos en la persona, la cual entra en una etapa distinta a las vividas anteriormente, semejante a otras etapas vitales como pueden ser la niñez, la adolescencia. La vejez constituye una etapa más de la experiencia humana y por lo tanto puede y debe ser positiva y de desarrollo individual y social. Generalmente tratamos a los viejos como niños, escuchamos sus preocupaciones como pueriles. Sin embargo una buena relación con ellos tendría que permitirles ser más de lo que expresan de sí mismos, porque esto les permitiría vivir la relación que tenemos con ellos como una relación de crecimiento. Otro de nuestros errores en el trato con los mayores es esa tendencia a identificar a los ancianos por lo que han sido o hecho: "empleado jubilado de...", "vivía en...", "tiene tres hijos", etc. De esta manera no reconocemos en ellos la existencia de una gran riqueza todavía por expresarse, es como si en sus realizaciones pasadas se agotara su riqueza existencial. Aún en tiempo de vejez, el crecimiento personal es posible, porque la personalidad puede aún encontrar cómo expresarse y es la relación interpersonal la que ofrece la posibilidad de comunicación y está en nosotros ofrecerles el terreno donde desarrollarse. Entre las de tipo cualitativo, la OMS en 1985 acuñó el término “esperanza libre de discapacidades” para referirse a la barrera de la ancianidad, señalando así la entrada en la vejez a una edad a partir de la cual se pueda suponer que una personas tiene disminuidas sus capacidades, bien sean estas físicas o psíquicas, no valiéndose por sí mismas, necesitando ayuda de otras personas para desenvolverse en la sociedad. Mientras que las de tipo cuantitativo serian aquellas teorías formuladas en virtud de los años de vida que le quedarían a la personas hasta su fallecimiento, calculando esta cifra en torno a los diez años. Nos planteamos la necesidad de lograr una definición de la ancianidad desde el punto de vista del principal interesado, del que está envejeciendo. Para mejorar la calidad de vida de los mayores es necesario comprender qué significa ser viejo, cómo se ven los viejos a sí mismos y cómo ven su vida. La principal teoría alternativa a la teoría de la desvinculación social es la Teoría de la actividad. El iniciador de esta concepción explicativa acerca del proceso de envejecimiento y los cambios sociales que en él acontecen es Tartler Tartler, R. “La edad en la sociedad moderna”. Stuttgart Editorial Enke, 1961., aunque las primeras referencias a esta teoría como tal corresponden a Neugarten, Havighurst y Tobin Neugarten, B ; Havighurst, R; Tobin. S. “La medición de la satisfacción con la vida”. Diario de Gerontología 1961; nº 16 Págs.134-43.. Desde sus formulaciones iniciales han sido muchos los trabajos que se han dedicado a investigar el papel que juegan las actividades en el mantenimiento del bienestar subjetivo entre los mayores. Esta teoría, a diferencia de la anterior, predice que la satisfacción de los mayores, independientemente de su edad, estará positivamente relacionada con el número de actividades en que participen. En este sentido, su formulación se planteó con la intención de explicar el envejecimiento exitoso, Lemon, Bengtson y Peterson Lemón, BW, Bengston, VL; Peterson, JA. “Una exploración de la teoría de la actividad de la edad: los tipos de actividad y satisfacción con la vida entre en los motores de una comunidad de retiro”. Diario de Gerontología 1972; núm.27 págs.511-23. enuncian cuatro postulados básicos: 1º Cuanto mayor es la pérdida de rol que se produce durante el envejecimiento, mayor es la probabilidad de que la persona reduzca su actividad. 2º A mayor frecuencia y grado de intimidad de la actividad, mayor apoyo de rol recibe la persona. 3º El apoyo de rol que se recibe se relaciona directamente con el autoconcepto experimentado por la persona. 4º El autoconcepto positivo, se relaciona directamente con la satisfacción vital. Según esta perspectiva, la desvinculación operaría sólo en el sentido de la sociedad hacia los mayores. Frente a esto, el desempeño de roles activos durante el proceso de envejecimiento resulta crucial para la percepción que tiene la persona de sí misma y para su adaptación social. Por ello, sus autores defienden la idea de que para alcanzar este objetivo, las personas, a medida que envejecen, deben reemplazar aquellos roles y actividades que formaban parte de su vida adulta, por otros nuevos, de forma que puedan mantener estilos de vida activos. Esta cuestión es, sin lugar a dudas, una de las que más debates ha generado a lo largo de la historia de la sociología de las personas mayores. La principal crítica que ha recibido esta aproximación teórica es la que existen personas mayores satisfechas con la desvinculación. Lo que sugiere que la persona representa un papel crucial para determinar la relación entre los niveles de actividad y su bienestar. Estas tan solo nos permiten describir y si acaso predecir los cambios con el tiempo y la edad se producen en el funcionamiento psicológico de las personas. Por su parte otros autores Fierro, A. (1994) “Proposiciones y propuestas sobre el buen envejecer”, en Buendía, J (comp.) “Envejecimiento y psicología de la salud” Siglo XXI, Madrid, PP. 3-33. prefieren situar el estudio psicológico del envejecimiento en el marco de una gerontología multidisciplinar ya que el proceso de envejecimiento se despliega en una compleja secuencia de cambios en distintos niveles: biológicos, psicológicos y sociales. En cuanto al proceso, hay dos modos de entenderlo. Un enfoque restrictivo de los procesos degenerativos y la reducción de ciertas funciones que conllevan el declinar biológico y psicológico; un enfoque que, sin olvidar estos procesos, se interesa por el despliegue de las funciones que se realizan ya que con el envejecimiento, no se da solo un deterioro, sino que se mantienen ciertas funciones vitales y psicológicas. Es precisamente, desde este último punto de vista, donde la psicología se interesa por ofrecer algunas aportaciones para entender el desarrollo de las personas de edad avanzada, y personas mayores. Es evidente que las teorías psicológicas, por diversos motivos, ofrecen una lectura menos fundamentada experimentalmente respecto a los procesos de envejecimiento. En primer lugar, porque la Psicología se ha preocupado tardíamente de la edad adulta, y sobre todo del grupo más específico de las personas mayores. En segundo lugar, sus trabajos, incluso los más empíricos, se han dirigido a procesos particulares (percepción, inteligencia, memoria y otros), que son muy útiles, pero con escaso interés para los procesos de desarrollo de las personas de edad avanzada, hasta que en 1975 Bernice L. Neugarten, y otros, continúan una serie de estudios que ella misma había iniciado ya en 1950, en su clásica monografía Middle Age and Aging (Media edad y envejecimiento). El motivo fundamental es que las ideas sobre el desarrollo han estado muy asociadas a las teorías procedentes de la biología. A la concepción del desarrollo, genéticamente programada, se añadieron otras características como el hecho de orientarse hacia una meta determinada, considerada como la cima y la existencia de estadios que determinan su evolución. El interés de los psicólogos centrados en los años de crecimiento (infancia y adolescencia), ha generado una asociación muy importante entre desarrollo y crecimiento. En consecuencia, cuando no hay crecimiento (caso de la vida adulta, y sobre todo en sus etapas más avanzadas) no hay desarrollo, y por lo tanto no hay cambios. De ahí que hasta hace muy pocos años los estudios evolutivos dedicasen muy poco espacio a la edad adulta, y menos a las personas de edad avanzada. Los adultos mayores se retiran del mercado de trabajo porque así lo establece la ley, por las pensiones sociales para que dejen sus cargos a los más jóvenes, por la discriminación en las contrataciones y porque necesitan utilizar el beneficio que les ha otorgado la sociedad. La jubilación genera graves consecuencias para los adultos mayores, en primer lugar sus ingresos se ven menguados al percibir la pensión correspondiente, que implican una estrechez económica y en segundo lugar en una sociedad que privilegia la esfera económica, el hecho de no desempeñar una actividad productiva connota “no hacer nada”, ser “nadie” y ser una carga para los demás. El término “jubilación”, que proviene de la palabra júbilo, implica el ser merecedor de un reconocimiento y una recompensa por los largos años de trabajo. Sin embargo, en nuestro país las jubilaciones son menores que los salarios y dificultan las condiciones de vida. Los conceptos como “clase pasiva” o “retiro” ubican a las personas fuera del mercado laboral, es decir, fuera de la producción. Estas nociones se hacen extensivas a todas las demás facetas de la vida (sexual, afectiva, familiar, social, laboral, profesional, etc.) y se despoja a las personas mayores de todo potencial activo y creativo. En nuestro país, durante los años ’90, la precarización laboral y el desempleo tuvieron como resultado, la expulsión de una enorme cantidad de personas mayores del mercado laboral, muchos de ellos sin tener la edad suficiente para acogerse a la jubilación, otros no incluidos en sistemas previsionales, al tiempo que los que accedieron al sistema jubilatorio encuentran con una reducción drástica en sus ingresos, que en muchas ocasiones no alcanzan a cubrir las necesidades básicas. La edad se ha convertido en el principal elemento de discriminación para el acceso laboral de las personas en nuestro país. En los anuncios de solicitud de personal habitualmente indican límites de edad, y de conocimientos que excluyen a personas mayores de 35 años, no tengan experiencia previa y/o no reúnan algún requisito (conocimiento de una lengua extranjera). Las diferencias, son cada vez más agudas, entre ricos y pobres, que se proyectan con más fuerza sobre las personas de la tercera (o cuarta) edad – carentes de recursos, excluidos de la sociedad y sin políticas públicas, en muchos casos, adecuadas por parte del gobierno nacional y los gobiernos autonómicos -, agudizando los niveles de marginación y discriminación hacia las personas mayores de los sectores más pobres. 3.- La cultura de la ancianidad La cultura de la ancianidad está basada principalmente en la experiencia de vida de los personas mayores. Estos, por definición y por sentido común, son los que más han vivido, es decir, los que más tiempo de vida llevan en este mundo. Este es un hecho indiscutible. La vida actual, la llamada sociedad posmoderna, posee una característica que resalta: la velocidad y la cantidad de transformaciones sociales. En otras palabras, la sociedad cambia mucho y lo hace velozmente. Esta característica contrasta con el ritmo al que estas personas de edad estaban acostumbradas en su juventud. Estos dos factores, largo tiempo de vida y rapidez de los tiempos conforman las determinaciones de la cultura de la ancianidad. Un ejemplo: un anciano actual, residente en la ciudad, pudo haber nacido en un medio rural y haber emigrado hacia ella en busca de trabajo, haber participado en la Segunda Guerra Mundial, haber presenciado los comienzos y el fin de la Guerra Fría, la conquista de la Luna y asiste casi pasivamente a la informatización de la sociedad, maneja un C.D., o una computadora, posee tarjeta magnética y una infinidad de mercancías que nunca hubiera soñado o imaginado en su “simple” mundo rural. Todos estos procesos ocurridos a lo largo de su experiencia de vida constituyen uno de los parámetros fundantes de la cultura de la ancianidad y la determinan. En este punto se hace importante destacar la presencia o ausencia de modelos. Cuando los ancianos eran jóvenes el modelo a seguir estaba basado en otros valores donde el respeto a los ancianos y la formación de una familia eran de importancia. Hoy asisten asustados y preocupados a la disolución de estos valores con lo que se refuerza su aislamiento e incomprensión del mundo en que viven. Es evidente lo complejo que se les hace la existencia a aquellos que no están en condiciones de adaptarse a los nuevos ritmos y estilos de vida. La sencilla tarea de hablar por un teléfono público con botonera en vez de disco y utilizar tarjetas en vez de fichas se complejiza por la falta de comprensión en el manejo del aparato. Lo mismo puede suceder con las máquinas expendedoras de billetes (cajeros automáticos), las puertas automáticas, los teléfonos inalámbricos y un montón de ejemplos que el lector conocerá. La irrupción de la tecnología del control remoto y los aparatos domésticos programados digitalmente pueden ser un jeroglífico difícil de desentrañar para aquellos socializados en las máquinas mecánicas con palancas y alambres donde la destreza manual podía sortear inconvenientes. Algunas de estas personas mencionan que podían reparar con pocas herramientas máquinas como la lavadora, la televisión y que era un hobby para ellos pero ahora ni se atreven a manejar la lavadora automática y programable que algún hijo les regaló. La ausencia de modelos y la incapacidad para construirlos se revela como otra característica de la cultura de la ancianidad. Ante esta ausencia la sociedad de consumo se hace presente y los genera de motu propio para su beneficio. Los nuevos modelos generados desde el exterior del colectivo están relacionados con el goce y la felicidad como derivados de las diversiones como finalidad vital. La vejez es un período de la vida cuyo fin es la diversión generadora de felicidad. Este modelo lúdico a la vez funciona como justificativo de los supuestos avances sociales; al fin y al cabo, la jubilación es un “premio” para los trabajadores y no una expulsión forzosa del mercado laboral. Coincidimos con Salvarezza Leopoldo Salvarezza, “Sociedad y Vejez. Una aproximación psicoanalítica” en la Revista PSYCHE III N° 19. (1987). cuando indica que “cada grupo cultural produce su propio tipo de envejecimiento, sus propios viejos y las cualidades que designan a este producto deberán ser leídas dentro del momento socio-histórico-político de su producción”. En otras palabras, cada sociedad produce un tipo especial de viejo que cobra sentido a partir de los determinantes socioculturales que ella misma impone. 4.- Mitos y Prejuicios sobre la vejez Al estudiar la vejez, como otros temas sociales, abunda la confusión entre hechos científicos y mitos de la opinión pública. Los mensajes se hallan deformados por intereses que rigen la selección de noticias y por el desconocimiento de los auténticos hechos. La vejez se configura como un terreno apto para el desarrollo de algunos mitos, muchos de los cuales asumen un aspecto negativo. Entendemos al mito como un comentario. El mito no se define por el objeto de su mensaje, sino por la forma en que se lo profiere. El mito es un sistema semiológico particular que se edifica a partir de una cadena semiológica que existe previamente, es, en términos de Barthes Roland Barthes, “El mito hoy”, (1999) Ed. Siglo XXI, pág. 199-257. “...un sistema semiológico segundo”, es una especie de metalenguaje en la cual se habla de la primera. El mito cumple una doble función social: designa y notifica, hace comprender e impone, se presenta como una notificación y como una comprobación. El mito, a diferencia del significante del primer sistema (la lengua) es un concepto proveniente de un proceso que ya tiene una historia e, igualmente, un sentido. El mito postula, en sí mismo, un saber, un pasado, una memoria, un orden comparativo de hechos, de ideas, etc. El mito es un habla que nos dice conceptos e interpretaciones ya elaborados socialmente y en este devenir se inscriben procesos de múltiples significaciones, en el caso de la vejez, estas significaciones construidas socialmente revisten, en términos generales, connotaciones negativas que no necesariamente se comprueban empíricamente. Los mitos, por otra parte, son plásticos, ambiguos, pueden moldearse, alterarse, deshacerse y hasta desaparecer por completo. Precisamente como son históricos la misma historia puede suprimirlos. Esta inestabilidad del habla fundamentará el surgimiento de los neologismos, un surgimiento que es inevitable. A partir de la emergencia del neologismo se establece una de las dos funciones del mito: la primera es la de ilustrar u orientar la respuestas que nos podemos formular acerca de cuestiones trascendentales para nuestra vida, es decir, respondemos con nuestros mitos a las preguntas formuladas sobre el origen de la vida, la muerte, Dios, etc.; y, a su vez, el mito deforma el saber aprendido. El mito no oculta nada sino que deforma lo que se pretende saber. Descubriendo la significación de los mitos sobre la vejez estaremos en condición de reducir los efectos de los mismos. Por ejemplo, si un viejo se olvida las llaves de su casa creeremos que el viejo está perdiendo la memoria (mito del viejo desmemoriado) y hasta quizás consultemos a un médico para que lo medique. Comienza a operar un mito que nos informa que la vejez invariablemente conduce a la pérdida de la memoria. Si un joven extravía sus llaves solo diremos que es olvidadizo o no diremos nada ya que es normal que la gente pierda cosas. El mito “es una palabra robada y devuelta. Solamente la palabra que se restituye deja de ser la que se había hurtado: al restituirla, no se la ha colocado exactamente en su lugar. Esta pequeña ratería, este momento furtivo de un truco, constituye el aspecto transido del habla mítica” Se entiende por prejuicio un juicio anticipado o un juzgar antes de tiempo sin tener un conocimiento completo del objeto al que nos referimos; éste aparece teñido con sentimientos favorables o desfavorables. En el juicio predomina el razonamiento; en el prejuicio, el sentimiento, lo subjetivo e irracional. El juicio admite modificaciones en función de nuevos conocimientos en tanto que el prejuicio es mucho más difícil de cambiar. Los prejuicios son adquiridos durante la infancia y luego se van racionalizando durante el resto de la vida. “Generalmente son el resultado de identificaciones primitivas con las conductas de personas significativas del entorno familiar y, por lo tanto, no forman parte de un pensamiento racional adecuado, sino que se limita a una respuesta emocional directa ante un estímulo determinado” En el prejuicio prima el temor y la ignorancia. El temor de que la vejez nos puede afectar por lo tanto debemos levantar una muralla entre ellos y nosotros. La ignorancia nos priva de entender y conocer este proceso que inevitablemente nos afectará. Los prejuicios contra los viejos brindan la base para la institucionalización de la teoría de la desvinculación. El estereotipo tiene similitud con el prejuicio. Es una imagen global que no se funda racionalmente sino en forma irracional y pasional y pretende definir y caracterizar a la generalidad de los individuos, en este caso, los viejos. Estereotipos negativos sobre la vejez En torno a la vejez existen estereotipos e ideas preconcebidas. Entre ellos encontramos: - Que la vejez es una enfermedad. - Que los viejos se vuelven como niños. - Que los viejos no son adultos, es decir, no productores. - Que la vejez significa pérdida. - Que de la vejez no se sale. Es crónica. -Que los viejos se llevan mal con los jóvenes. Mito del conflicto intergeneracional. - Que ser viejo es ser dependiente. - Que los viejos no poseen saberes útiles. No pueden aportar nada. - Que los viejos son una carga y molestos. - Que el viejo es feo, es decir, su cuerpo y su rostro no son bellos. - Que los viejos son avaros. Mito del viejo "Hucha". - Que los viejos son gruñones y malos. Mito del viejo brujo. - Que los viejos son degenerados sexuales. Mito del "viejo verde". - Que los viejos no deben sufrir ni enterarse de cosas negativas. Se los tiene al margen de la realidad, se les miente, se les oculta informaciones. - Que los viejos no pueden decidir por sí mismos. No saben ni siquiera administrar sus bienes...entonces se lo administramos nosotros. - Que son proclives a tener determinados accidentes, entonces le prohibimos hacer determinadas actividades. - Que no tienen interés ni preocupaciones. Sus opiniones no valen. - Que les gusta estar solos. - Que no tienen necesidades personales, entonces se arreglan con pocas cosas. - Que no tienen vida sexual ni sexualidad. - Que no se enamoran. Está mal visto que se casen o que formen una nueva pareja. Estos estereotipos refuerzan la imagen negativa que se tiene de la vejez y colaboran para que los viejos sean marginados y construyan un sentimiento importante de ausencia de poder. De esta manera, estas ideas contribuirán a que se recluya a las personas viejas en geriátricos o en "ghettos de incomprensión". 5.- Intimidad a distancia. La relación entre padres e hijos asume en la ciudad la forma de una intimidad a distancia. Se reconoce la naturaleza personalísima de la relación a través del término “intimidad”, pero se afirma también que entre adultos que respetan la independencia debe existir cierta autonomía o distancia. Como consecuencia de la multiplicación de la instalación de aparatos de teléfonos en la ciudad, muchos jubilados han conseguido tener su propio teléfono. Este adquiere una fundamental importancia como instrumento a través del cual se mantiene una relación emotiva y constituye una característica importante en las relaciones familiares. La llamada telefónica diaria de los hijos da una impresión de intimidad a la relación padres-hijos y sustituye las relaciones cara a cara. Es, a mi juicio, una de las formas atenuadas en que se constituye el abandono. El teléfono es una comodidad para el hijo que no va a visitar a sus padres y suple el tipo de relación íntima que necesita la persona envejecida. Muchos viejos esperan con ansiedad dicha llamada confiriéndole a este simple acto una trascendencia mayor. Asimismo, llaman varias veces por día a sus hijos por teléfono argumentando variadas razones. Conversar sin ver el rostro del interlocutor es perder algo de la fascinación que tiene la conversación humana, es resumir el acto del habla a una expresión meramente técnica. Todos sabemos que el rostro humano nos habla sin emitir palabras. Esta forma de comunicación entre familiares se torna cada vez más frecuente en las ciudades y no parece colaborar para la realización de una sociabilidad adecuada ya que sustituye las relaciones cara a cara, primer paso en el abandono de los viejos. El coeficiente de dependencia se modificará siguiendo las tendencias demográficas y las fluctuaciones de la población activa. Se calcula que a partir de 2010, el coeficiente de dependencia experimentará un aumento hasta alcanzar el 1,22 en 2025 y un máximo de 1,4 en 2040. En la actualidad, y según datos de la OCDE (2002), hay más de 1,3 personas no activas, por cada persona activa, y dicha proporción aumentará hasta alcanzar un 1,7 en 2030. También se ha registrado otra tendencia igualmente generalizada en relación con la jubilación anticipada de los trabajadores de edad avanzada, especialmente en la década de los ochenta, lo que ha tenido importantes repercusiones más preocupantes para las instituciones, Las tendencias indican que los trabajadores de edad avanzada experimentará un aumento, mientras que la población en edad de trabajar disminuirá, que con el incremento de la mujer a los mercados laborales, hará que sea uno de los cambios más importantes en los últimos cien años. Los programas de “formación para la jubilación” han sido introducidos e iniciados por una serie de organizaciones sin ánimo de lucro (Caritas), instituciones públicas (el Instituto Nacional de Servicios Sociales – IMSERSO y dos ayuntamientos y algunas empresas privadas (Endesa y Fenosa), y desarrollados en mayor medida por varias empresas públicas y privadas, como Canal Isabel II, empresa pública de abastecimiento de agua. Dichos programas pueden iniciarse hasta 5 años antes de la jubilación o se pueden limitar a un curso intensivo que se imparte un año antes de la misma. En 1999, el Ministerio de Empleo y Asuntos Sociales y el Instituto Nacional de Empleo (INEM) introdujeron por primera vez un programa que combinaba empleo y formación, lo “Talleres de Empleo”, cuyo objetivo principal era la mejora de las oportunidades de empleo de los desempleados mayores de 25 años que tienen especial dificultad para encontrar un puesto de trabajo, como los trabajadores mayores de 40 o 45 años, los desempleados de larga duración y las personas con discapacidad. 6.- Matrifocalidad. La mujer en la vejez. Las mujeres son más de la mitad de las personas mayores, las que llegan a edades más tardías y se configuran como un elemento indispensable para mantener el bienestar social. Está claro que mujeres y hombres mayores, por razones obvias de edad, arrastran la carga asignada a su género materializándose la participación social de forma muy dispar entre ellos y ellas. Este hecho implica que mujeres y hombres no envejecen de la misma forma, llegando a esta etapa en condiciones dispares. Una característica muy importante de la cultura de la ancianidad es el liderazgo de la mujer en el hogar. Con la menopausia, la mujer ingresa oficialmente a la vejez. Debido a la división sexual del trabajo, la mujer continúa realizando las tareas de la casa reproduciendo la domesticidad casi como si fuera joven. La mujer envejecida no se queda sin rol. La jubilación de su pareja, no entraña para la mayoría de las mujeres una reducción de las obligaciones hogareñas. De esta manera no se rompe la relación mujer-hogar tan importante para la personalidad femenina, mientras que al hombre le cuesta más encontrar su nuevo rol en la casa. Es frecuente que la mujer continúe con las tareas de limpieza, cocina, planchado de la ropa, como siempre, reservando para el hombre tareas menores como hacer los mandados, sacar la basura y pagar las cuentas. Por otra parte, la desaparición del cónyuge masculino, puede operar como una especie de liberación y es frecuente que viudas realicen actividades que hacía mucho tiempo habían olvidado. La subordinación de la mujer es ahora reemplazada por una especie de libertad que es aprovechada. Parece ser que la mujer soporta mejor la llamada depresión post-jubilación, quizás porque ha construido a lo largo de su vida en el barrio, redes sociales no laborales ligadas al mundo de lo doméstico. Las charlas en la esquina, la recorrida por los almacenes, carnicerías, panaderías, contribuyen a fortalecer la sociabilidad presente en el barrio. El auge de los supermercados, los shoppings y de las compras por teléfono opera en contra de esta sociabilidad. El hombre se va incorporando lentamente al mundo doméstico femenino. El centro de jubilados puede funcionar como válvula de escape ya que en ese lugar se diluye, se oculta el liderazgo femenino doméstico. En el club, los hombres vuelven a hacer cosas de hombres reforzando los procesos de identificación. Las abuelas se encargan muchas veces del cuidado de sus nietos, ya que su hija o su nuera deben salir a trabajar, incorporando una actividad más a su día. Lo llevan al colegio, le dan de comer, le lavan la ropa siendo de gran ayuda para su familia, tarea que rara vez es considerada. Para la teoría de la desvinculación, la supervivencia femenina se debe a que el período de envejecimiento socialmente definido para las mujeres es más largo que para los varones. Para aquéllas, comenzaría con el inicio de la menopausia/climaterio en tanto que para los hombres, es la jubilación lo que los define socialmente como viejos. Esta prolongación de lo que se llama pre-vejez, permite a las mujeres una mejor adaptación psicológica a esta situación de vejez. Cronológicamente la mujer se jubila antes que el hombre lo que aparece como una contradicción demográfica ya que su esperanza de vida resulta mayor que la del varón. Por otra parte quiero mencionar que, familiarmente, del trabajo doméstico la mujer nunca se jubila, es decir, que si bien el trabajo de ama de casa es una categoría previsional más, la mujer no se jubila de la casa hasta que su dependencia la obliga. 7.- Personas viudas. Al hablar de matrifocalidad y de la condición de la mujer en la vejez, no podemos dejar de mencionar la existencia de un problema social que afecta a la mayoría de las sociedades como es el de las viudas. Estas están expuestas a mayores riesgos aún en los países desarrollados. De la aplicación del índice de vulnerabilidad se desprende lo siguiente: Los resultados parecen contradecir la idea tradicional de que las mujeres son más resistentes que los hombres y que viven en promedio más años que estos. Una explicación probable es justamente que por que viven más años lo que las coloca en una situación de vulnerabilidad biológica. A su vez, al enviudar quedan solas y, como el que trabajaba era el hombre, son más las viudas pensionadas que las jubiladas. Debemos mencionar que el monto de la pensión es inferior al monto de la jubilación lo que agrega un factor más que influye en el índice de vulnerabilidad. “Los problemas de las viudas adquirirán una especial dimensión cuando por el aumento de la longevidad y la mayor mortalidad masculina, constituyan la mayoría de la población femenina anciana” Cambios en la familia a partir de la jubilación. Para la mayoría de las personas la jubilación es un hecho esperable y se la experimenta con relativa ecuanimidad. Debemos asimismo advertir sobre el mito de la etapa pos jubilatoria. Según indican algunos especialistas, es muy rara la visita al consultorio médico o psicológico a causa de la jubilación La mayoría de las personas que se jubilan realizan las mismas cosas que antes de la jubilación: comen, duermen, hacen el amor, charlan con amigos. La nueva estructura temporal les permite realizar actividades que no les era posible debido al trabajo. Esencialmente son las mismas personas ya que no se cambia de un día para el otro Cuando el marido se jubila, después de un tiempo de adaptación, el ritmo familiar sufre algunas alteraciones tanto en la vida cotidiana como en las relaciones sociales. Estas alteraciones no son necesariamente negativas. De pasar diez o doce horas fuera del hogar, se encuentra ahora todo el tiempo en casa tratando de ocupar el tiempo que mayormente lo aburre. Mira TV, escucha la radio, acompaña a su esposa de compras, va a pasear intentando combatir el tedio o de encontrarle algún sentido a esta nueva forma de vida. Las relaciones familiares suelen sufrir algún desajuste como consecuencia de esta nueva realidad para la que no estaba preparado. Las mujeres parecen vivir la permanencia del esposo también como una carga no pensada, y deben hacer esfuerzos para mantener la armonía en el hogar. Esta conflictividad no aparece en todas las familias. Este proceso de adaptación a la jubilación también es un proceso que afecta diferencialmente a las familias. Contrariamente a lo que se sostiene, la transición del trabajo a la vida jubilada no está acompañada por impactos negativos en la salud. Para algunos geriatras la jubilación puede entrañar un mejoramiento de la salud. Al igual que la vejez, la jubilación afecta diferencialmente a las personas, quizás porque, como hemos dicho, la jubilación es parte de la vejez. Para aquellos hombres y mujeres que ocuparon una posición de prestigio y poder, la jubilación puede significar pérdida y su autoestima puede disminuir. Para los que han sido socializados en una ética del trabajo, una sensación de inutilidad social puede llegar a aparecer. Para la gran mayoría de los por mi entrevistados, la jubilación aparece como un descanso merecido de ese yugo virtual que es el trabajo en relación de dependencia, aunque extrañen algunas cosas del mismo. Lo que si aparece cuando uno se jubila son los temores. El principal temor es el que se relaciona con los ingresos monetarios. Estos disminuyen drásticamente poniendo, en algunos casos, la vida del jubilado en un delicado equilibrio. 8.- Adaptación a la vejez. Podemos entender la adaptación como uno de los pasos de la socialización. Esta no es sólo un proceso de inicio y aprendizaje de los roles sociales fundamentales sino que todos adaptamos nuestra conducta a nuevos elementos en el trabajo, en las relaciones sociales, en el ocio, etcétera. La adaptación social del viejo supone la aceptación de su nuevo rol (como viejo) y la acomodación a esta nueva realidad. Se realiza a través de los procesos de sustitución y reducción de actividades. En la sustitución se reemplazan las actividades perdidas por otras nuevas, por ejemplo, la actividad como miembro de la comisión directiva en un centro de jubilados. La reducción de actividades sucede cuando el viejo disminuye el número y la intensidad de sus ocupaciones. Notamos la pertinencia de las teorías de la actividad y la de la desvinculación en este apartado. La adaptación social ideal y satisfactoria incluye finalmente la asimilación entendida como la interiorización por parte del individuo de los valores sociales, los cuales incorpora permanentemente a su conducta, y la integración, última etapa de la socialización, que supone la interiorización total de los valores del grupo integrado. Debemos entender que el fenómeno de la adaptación en la vejez no incluye ni se agota en la asimilación y la integración. Un viejo puede estar muy bien adaptado a su condición y estar integrado parcialmente debido a su propio interés. No necesariamente debe querer integrarse totalmente a la sociedad de consumo y/o asimilar completamente sus patrones de conducta. El Estado y la comunidad deben estar presentes en los programas de ayuda e la vejez. Las políticas de bienestar social y desarrollo deben tomar consideración de los ancianos y de sus necesidades. De la amplia variedad de servicios que el Estado podría proveer se pueden identificar los siguientes: Asistencia a personas con problemas. Servicio de bienestar correctivos. Los que prevén la aparición de problemas sociales y adoptan medidas para evitar que se produzcan. Servicios de bienestar preventivos. Los que ayudan a crear condiciones que propicien el desarrollo positivo. Servicios de bienestar social de desarrollo de aptitudes. Los encargados de la formulación y puesta en práctica de las políticas con orientación social deben reconocer el talento y la capacidad de los viejos a fin de brindarles oportunidades para que continúen con su participación en la comunidad. La gerontología comprueba la relación existente entre vida activa e integración con la buena salud. Cuando más participa una persona y más integrado está, más tiempo permanece sano y esto se traduce en una disminución en el costo de la salud pública. Menos ancianos enfermos, menos medicalizados y menos internados, significa mayores recursos para aquellos que realmente necesitan recurrir al sistema de salud y un mejoramiento en la eficiencia del mismo. Por otro lado, no debemos subestimar el papel que deben cumplir las ONG´S y las organizaciones religiosas en la formulación y prestación de servicios sociales. Es menester entonces, que los encargados de ejecutar y planificar las políticas sociales alienten a los viejos a participar en organizaciones a fin de utilizar sus conocimientos y aumentar así sus sentimientos de integración y utilidad. Es pertinente mencionar que existen muchos y variados programas de asistencia social para la población senescente y que se refieren básicamente a la vivienda, a la salud, al ocio, a los servicios personales. Me interesa destacar la necesidad de desarrollar estos programas haciendo hincapié especialmente en los programas preventivos a fin de impartir tanto a los viejos como a los jóvenes conocimientos adecuados y suficientes en materia de cuidados preventivos relativos a la vejez. Debemos comenzar por resaltar la necesidad y utilidad de realizar estudios longitudinales (historias de vida) en la investigación gerontológica. Este tipo de estudios nos permite seguir los acontecimientos durante un gran trayecto de la vida de las personas y comprender mejor los procesos vitales por las que ellas transcurren. En primera instancia hemos descubierto que algunas de las crisis que afectan a este colectivo son ajenas a él. Los viejos no pueden participar en la solución de sus problemas o bien porque son impedidos o bien porque ellos mismos no se interesan. Es así entonces que una de las crisis que más los afecta sea la económica. El desarrollo, como lo entiende la economía en su versión mercantilista, tiende a crear un tipo especial al separar al viejo como no-productivo del resto de la población. De esta manera, se crea un subgrupo particular sobre los que se descargan los procesos marginadores/excluyentes. Esta marginación es una de las señales de un desarrollo disfuncional que lleva en germen tensiones sociales que mañana serán difíciles de solucionar. El desarrollo, en el sentido de un crecimiento deliberado de la economía, no contiene en sí mismo ningún dispositivo interno de reajuste. Es deber del Estado, cualquiera sea la concepción que tengamos, evitar que se penalice a las personas más indefensas de la población, en particular a los viejos, quienes son víctimas de cambios contra los cuales les es muy difícil luchar. Los fines de la seguridad social así como el sistema previsional han colapsado y las expectativas demográficas junto con las de empleo, dos de las variables que definen todo el sistema, no aparecen halagüeñas. Los cálculos referidos al envejecimiento poblacional nos hablan de un sostenido crecimiento de la población mayor de sesenta y cinco años y el desempleo significa menor número de aportantes. Estas dos variables unidas al aumento de la esperanza de vida (debida a los adelantos técnico-médicos, entre otros) suponen una mayor carga para los trabajadores o una disminución en los haberes previsionales. Es en este punto donde se deben aplicar políticas eficaces, coherentes e imaginativas que ayuden a los viejos a superar esta situación de dependencia económica. Creo que la imaginación tanto de los profesionales especializados y de los políticos debe aguzarse en busca de soluciones. El desarrollo del sector terciario puede acomodarse a una población que envejece. Este desarrollo va en el sentido de una sociedad post-industrial. Además, tiene la ventaja de permitir una adaptación a la necesidad de las personas y, en la medida que estas permanezcan activas, mantienen la demanda a un nivel relativamente alto. Por otro lado, la cuestión de las personas mayores, no se resuelve simplemente con mayores recursos monetarios. El aumento del haber jubilatorio nos aparece como un acto de justicia y resolvería parte de los problemas, especialmente los relacionados con la subsistencia, pero no debemos creer que la problemática de la vejez en la ciudad se limite sólo a la dimensión económica. Se debe reconocer un rol social digno para las personas mayores, se debe fomentar una actividad social que modifique la consideración como clase pasiva, debemos crear juntos un nuevo rol para ellos y al hacerlo estaremos creando las bases para el desarrollo de nuestra propia vejez. No debemos olvidar que todos algún día seremos como ellos. La vejez nos acompañará un largo trecho de nuestras vidas. Despreocuparnos de ella puede implicar una especie de suicidio colectivo. Debemos considerar la preparación para la vejez como una etapa importante para nuestro desarrollo como seres humanos íntegros. La colaboración de varias disciplinas científicas y asistenciales puede aportar muchísimo en esta cuestión. No debemos dejar solos a los viejos cuando están envejeciendo. Debemos aprender a convivir con ellos y la principal manifestación de la convivencia pacífica es el reconocimiento del Otro como igual a Nosotros, que en términos morales equivale al respeto. El fin de la escuela primaria, el fin de la escolaridad secundaria, dejar la casa de los padres, casarse, tener hijos, trabajar, lograr un título, la educación de los propios hijos, la jubilación, la menopausia, tener nietos, entre otros ejemplos, son los puntos decisivos normales, son los faros o mojones que se establecen a lo largo del ciclo vital de los seres humanos. Estos cambios no son por sí mismo eventos traumáticos o críticos en la vida de las personas y su universalidad así nos lo demuestra. En algunas historias personales, estos eventos pueden generar una crisis, pero esta definición estará dada por la situación personal y especial de esa persona. Las personas mayores del mañana, ya han nacido. Es responsabilidad de nosotros, como estudiosos e intelectuales, demandar a la sociedad un lugar para las personas mayores a sabiendas que, al hacerlo, estaremos construyendo mejores condiciones para nuestra propia vejez. 9.- Un recurso escasamente preferido: las segundas parejas. En el terreno de las actitudes, y al margen del rechazo más o menos generalizado que provoca, entre las personas mayores favorables a la segunda pareja predomina de forma muy clara la postura del hombre frente a la de la mujer. La necesidad de obtener compañía se argumenta como principal motivo que justifica la nueva relación sentimental, al tiempo que se niegan otros, como por ejemplo, las prácticas sexuales. Es por ello que los viudos, a pesar de que constituyen una clara minoría respecto a la mujeres viudas, cuentas sin embargo con muchas más oportunidades que ellas para encontrar nueva pareja. En general, ocurre también que la predisposición del hombre respecto a la segunda pareja es mucho mayor que la mujer. Cabe destacar, en definitiva, el comportamiento diferencial que caracteriza a ambos sexos en este apartado. La mujer parece pretender demostrar con ello una mayor capacidad de aguante que el hombre para la soledad conyugal y residencial. Entre las mujeres viudas, otro de los factores que intervienen en el rechazo de la segunda pareja guarda estrecha relación con la educación que han recibido como cuidadoras domésticas del marido. La socialización de muchas mujeres les ha inculcado de un modo bastante profundo la obligación de cuidar del cónyuge tanto en la salud, como en las tareas domésticas en general. Es por ello que el hecho de aceptar una segunda pareja supone volver por obligación a tener que ocuparse de ella, idea que resulta por supuesto escasamente atractiva, máxime cuando ya cuenta con unas edades avanzadas y el riesgo de padecer problemas de salud es más elevado. Suele ser bastante frecuente, asimismo, que los mayores defiendan además la idea de una única pareja en la vida, por lo que su desaparición cierra de manera definitiva las puertas a una segunda relación amorosa. Vuelven a ser de esta forma de pensar más las mujeres que los hombres, las cuales en líneas generales prefieren aguantar en lo posible la soledad y rechazar una nueva compañía íntima antes que reorganizar su vida al lado de otro hombre. Otro de los factores que suman en contra suele ser la opinión desfavorable de los hijos. Muchas veces, la valoración negativa de la nueva relación por parte de los hijos es un elemento decisivo en la decisión de los mayores viudos de no compartir su vida con otra pareja. La opinión de los hijos, aunque ni siquiera convivan con la persona mayor, cuenta con bastante peso. El tema de la herencia, evitando posibles problemas de sucesión de los bienes patrimoniales de la familia que quizás se generasen con la nueva unión, es el que más influencia parece tener en el rechazo. Una solución al problema de la herencia y a la actitud contraria de los hijos consiste en compartir la vida, llegando incluso a cohabitar, pero evitando a toda costa la celebración de unas segundas nupcias. El descarte del matrimonio frente a la decisión por una unión de hecho permite, además, que ambos conserven sus pensiones. Estas consideraciones, la postura más favorable de los hijos si no promedia el matrimonio y la conservación de las pensiones, hacen que algunos mayores viudos decidan rehacer su vida junto a otra persona a través de la cohabitación. No obstante, la formación de segundas parejas puede obedecer a veces, según lo interpretan algunos mayores, a la comodidad que significa para los hijos la aparición de otra persona que se haga cargo del padre o de la madre a la vejez. Eludirían de este modo muchas responsabilidades respecto a la atención tanto instrumental como afectiva de sus ancianos padres. VI - EL BIENESTAR SOCIAL HACIA DONDE VAMOS. Estamos en un proceso abierto de cambio en el sistema reproductivo humano. Esta vez el cambio es global, que puede tener como resultado una población mundial integrada, aunque eso no dependerá solo de lo positivos que se estén volviendo los meros factores poblacionales. Gráfico nº 2 Años Población residente a 1 de enero Crecimiento poblacional Absoluto Relativo (%) 2000 40.049.708 427.015 1,07 2001 40.476.723 487.521 1,20 2002 40.964.244 699.458 1,71 2003 41.663.702 681.640 1,64 2004 42.345.342 692.693 1,64 2005 43.038.035 720.215 1,67 2006 43.758.250 716.381 1,64 2007 44.474.631 808.628 1,82 2008 45.283.259 544.913 1,20 2009 45.828.172 160.844 0,35 2010 45.989.016 158.424 0,34 2011 46.147.440 153.018 0,33 2012 46.300.458 146.335 0,32 2013 46.446.793 138.601 0,30 2014 46.585.394 130.115 0,28 2015 46.715.509 121.200 0,26 2016 46.836.709 112.172 0,24 2017 46.948.880 103.382 0,22 2018 47.052.263 95.098 0,20 2019 47.147.361 87.564 0,19 2020 47.234.925 - - Seminario sobre Estadísticas Demográficas. Montevideo (Uruguay), del 25 al 29 de abril de 2011. Uno de los problemas por los que la demografía se ha visto casi siempre apartada de las líneas de pensamiento centrales de la sociología es su descriptivismo y su escaso talante crítico, especialmente respecto al Estado. Durante mucho tiempo esta posición ha contrastado con la de los sociólogos, que se veían así mismos como el motor del cambio o, al menos, de cuestionamiento y critica, mientras los demógrafos vivían a la sombra de los organismos estadísticos nacionales y asesoraban a los gobernantes en medidas políticas que algunos pueden considerar “pragmáticas” y otros verán como simple convivencia. En cualquier caso, resulta cierto que la demografía se ha visto siempre aplicada a poblaciones definidas administrativamente y empleada como herramienta de gestión y gobierno. Por tanto, el criterio de elegir las poblaciones objeto de estudio y análisis no era el que pudiera identificar distintos sistemas reproductivos por sus propias características diferenciales. Es posible que en las ciencias políticas tenga pleno sentido utilizar como unidades de análisis países, regiones, provincias o municipios. Es posible, también, que en las tareas de Gobierno ya sea suficiente la demografía transversal y descriptiva. Pero las potencialidades del análisis demográfico para teorizar, explicar y proponer marcos nuevos de encaje para el conjunto de las ciencias sociales deberían ser aprovechadas igualmente. Y para predecir algo más que cantidades también. “Los sistemas demográficos” de los que hemos venido hablando hasta aquí son un concepto abstracto, muy alejado de las meras clasificaciones administrativas. Si hay que identificar tales sistemas en el mundo real, poblaciones con dinámicas propias y distinguibles, probablemente deberíamos retroceder hasta épocas muy lejanas, en las que existía un auténtico aislamiento entre culturas, continentes, regiones e incluso aldeas. Ese aislamiento viene desapareciendo progresivamente desde hace mucho tiempo. Desde el inicio de la revolución reproductiva se extiende una única fórmula y las demás son cada vez más arcaicas y marginales. Los demógrafos históricos saben que en el siglo XIX aún eran bien diferenciables las estrategias con las que Europa Oriental y Europa Occidental se enfrentan al problema de maximizar la reproducción enfrentándose a la limitación de los recursos disponibles y las maneras de gestionarlos. La clave en este caso estaba en un limitar el número de nacimientos mediante una estrategia colectiva que giraba especialmente alrededor de la nupcialidad, menor y más tardía en Europa Occidental, a cambio de una mayor supervivencia. También se ha mantenido una estrategia identificable, diferente, una parte de Asia, incluso hasta bien entrado el siglo XX. En este caso se recurría a la profusión de la natalidad, con un matrimonio tempranísimo para las mujeres, niñas en realidad, dejando la adaptación a los recursos en manos de la mortalidad precoz, incluido el infanticidio en épocas de especial penuria. ¿Hasta dónde se puede seguir? Cada vez tiene menos sentido plantearse los límites de supervivencia a escala local. Los nuevos interrogantes son ya globales ¿Existe un límite para la longevidad humana? Y, si lo hay, ¿conviene seguir aproximando la supervivencia a dicho límite? ¿Conviene culminar la revolución productiva y asegurar para cualquier persona una vida completa hasta edades avanzadas? El fantasma del creciente gasto público es el otro fantasma, el de la pandemia de problemas derivados de la mala salud en la vejez. Incluso la O.M.S. dio por concluido el aumento de la esperanza de vida como un indicador positivo para los países más avanzados, y lo sustituyó por otro que tuvo por lema “vida a los años”. Tras la convincente idea de que cualquier ganancia añadida se iba a traducir ya solo en años de mala salud, hay un supuesto implícito que la OMS estaba haciendo sin tener en cuenta ninguna confirmación empírica: que la relación entre edad y salud es fija, y que el proceso de modernización demográfica no altera el proceso del envejecimiento y la degradación de la salud individuales. Ya que no acertó en la posibilidad de posteriores aumentos de supervivencia, la propia OMS ha venido desarrollando en los últimos años, herramientas de medición con las que comprobar que parte del aumento de años de vida puede considerarse como “limpia” de mala salud. El indicador conocido como esperanza de vida en la salud (libre de discapacidad), ha permitido finalmente una mínima mirada evolutiva a lo que está ocurriendo en la salud colectiva en estos estadios avanzados de cambio demográfico Rev. Española de Geriatría y Gerontología 2002 nº37 – “Envejecimiento activo: un marco político”. Págs. 94 a 124.. Según las previsiones contempladas en el informe Proyección de la Población de España a Corto Plazo 2010-2020 que ha realizado el INE (Instituto Nacional de Estadística), se va a sufrir una crisis de natalidad española que malogrará el reemplazo generacional. Basta con realizar una comparativa en la cifra de nacimientos de la última década y las previsiones actuales para darse cuenta de ello. En el periodo comprendido entre el año 2000 y el año 2009, la población española se incrementó en 5’8 millones de personas pasando de 40 a 45’8 millones de habitantes, el estudio plantea que el incremento situado en el primer periodo en un 14’8%, se reducirá a un 2’7%, es decir, la población española crecerá en la próxima década sólo 1’3 millones de personas, por lo que se deduce el inicio de una crisis de natalidad española que tendrá sus consecuencias. Tras haber alcanzado una máxima de nacimientos en el 2008 de 518.503 bebés, cifra excepcional que no se daba desde el año 1981, se inicia un periodo de recesión y se establece que el crecimiento demográfico anual se reducirá a 124.591 nacimientos. Las nuevas políticas implantadas por el gobierno, la crisis económica y el recorte de las prestaciones sociales y ayudas, como por ejemplo el cheque bebé, han influido en este cambio de tendencia, el INE alude a otras razones como el menor número de mujeres fruto de la crisis de natalidad de la década de los 80, pero en nuestra opinión, esta crisis se compensó con la afluencia de la inmigración. Hacia la madurez de las masas. La utilización de este término por Pérez Díaz (2002) nos ayuda a comprender mejor el fenómeno. Ello significa que la mayor parte de los integrantes iniciales de una cohorte de nacimientos (una generación) sobrevive, al menos hasta la madurez. Se trata de una novedad aún no experimentada en algunos países, y a la que España ha llegado hace solo algunas décadas. Es la culminación de la era adulta y la antesala de la vejez. “Hay en los años que anteceden a la madurez, una especie de pulsión hacia adelante, hacia el futuro, que obliga a subirse a los trenes cuando se tiene la oportunidad, que impide sentarse en el andén a verlos pasar. Los niños están sujetos a infinidad de influencias que los preparan para ser adultos; los jóvenes sueñan con alcanzar y poseer todo aquello que les parece deseable en la vida de los que tienen algunos años más; los adultos luchan por prosperar, por consolidar su trabajo, por criar a sus hijos. Solo la madurez viene a romper esa tiránica atracción al futuro. Solo entonces resulta posible hacer balance, como un sujeto ya hecho, ya consolidado, elegir si se toman los nuevos trenes o no. La vida no se detiene para las personas maduras, pero el paso del tiempo adquiere para ellas un nuevo sentido. No les está prohibido emprender nuevas empresas, pero si lo hacen, su decisión no está condicionada por las abrumadoras exigencias que pesan sobre quienes inician el camino por primera vez. Esta vez hay un camino recorrido a las espaldas; esta vez hay también frutos por recoger” Pérez Díaz, 2002:5 En la actualidad, las personas maduras (son consideradas así a partir de los 50 años) se consolidan como una parte importante de la población, y su presencia ha obligado a reformular todas las relaciones verticales entre personas de diferente edad, tanto en la familia como en la sociedad. El tratamiento de la vejez debe reconocer esta antesala actual, este fenómeno de madurez de masas, porque ello supone descubrir cotas de libertad insospechadas: para seguir aprendiendo (pues el aprendizaje nos acompaña a lo largo de toda la vida), para relacionarnos con las generaciones más jóvenes, para emprender nuevos proyectos de vida, para desarrollar una nueva forma de envejecer. Cada día habrá más personas que enfocan su proceso de envejecimiento con una actitud distinta a las generaciones pasadas, entendiéndolo no como una perdida regresiva, sino como una culminación, como una “ascenso moral y cívico”, un “poder gris”. Pero este panorama se ha de enfrentar a múltiples problemas producidos por una representación sesgada y negativa de lo que supone para una sociedad determinada haber alcanzado la “madurez de masas”. El temor al envejecimiento de la población lleva a presentar este fenómeno no como lo que es, un bien público incalculable, sino como un irresoluble problema del que no cabe esperar sino efectos perversos. Y entre tal catarata de secuelas colaterales cabe citar, por orden de importancia, la quiebra financiera del sistema público de pensiones, el ascenso soportable del gasto sanitario, el derrumbe del mercado inmobiliario, el estrangulamiento del potencial de crecimiento económico, la pérdida de productividad del capital humano y, el estancamiento de la iniciativa creadora y del dinamismo emprendedor. (Gil Calvo, 2003; 79) Pero ¿es esto verdad? Muchos de los mitos que se han construido hacen referencia a las características de las personas mayores. La sociedad competitiva. El “peso” de las personas mayores”. Nuestra sociedad actual se define por un alto nivel de competitividad. La irrupción continua de nuevas tecnologías ha llevado a las empresas a reconversiones y a la búsqueda permanente de nuevas formas de actuación “renovarse o morir”. De ahí, las crecientes oleadas de prejubilaciones o jubilaciones anticipadas efectuadas en España y en Europa, desvalorizando en ocasiones los valores del saber en la organización y en la gestión del trabajo, así como el desarrollo de habilidades que la experiencia puede proporcionar. La lucha por la discriminación por edad en el mercado laboral apenas cuenta en España con un marco legal, aunque se hayan realizado declaraciones importantes. Una de ellas es la expresada con ocasión del año 1999, como Año Internacional de las Personas Mayores: “hacia una Europa para todas las edades”, urgiendo a los países miembro, entre otras cosas, a definir políticas de formación permanente a lo largo de la vida; políticas que dificulten o impidan el despido de personas mayores en contextos de reestructuración industrial y adapten los puestos de trabajo y su organización a las necesidades específicas de los trabajadores y las trabajadoras mayores, ayudándoles a mantener una vida sana que mantenga un envejecimiento activo y un alargamiento progresivo de la edad de jubilación. Que estas orientaciones, al igual que las recomendaciones de la 2ª Asamblea Mundial Sobre el Envejecimiento del año 2002, no han llegado a plasmarse en propuestas concretas lo evidencia el hecho de que se han mantenido las jubilaciones anticipadas. Una creciente cantidad de adultos, en buen estado de salud física y psicológica, se encuentran excluidos del mundo del trabajo, y, poco a poco, han ido perdiendo su rol social, lo que puede contribuir a un desconcierto y desorientación. Y no solo nos referimos a aquellas personas que han desarrollado “su saber hacer”, referido a ciertas técnicas específicas en el campo laboral, lo que justificaría su obsolescencia, sino también a los trabajadores y a las trabajadoras en general e incluso, en mayor medida, a aquellos que han alcanzado puestos de relieve en el ámbito laboral, o tienen unas condiciones específicas en sus contratos de trabajo. En España, la mayor parte de las personas de 65 años o más no ejercen una actividad laboral remunerada. La tasa de actividad laboral es del 1,6%, aunque varía notablemente en función del sexo y de la edad. Las tasas de actividad de los que han alcanzado niveles educativos más altos son muy superiores al resto, llegando a alcanzar en la franja de 65-69 años un 23%. Por otra parte, el 68% de los que continúan trabajando lo hacen en el sector servicios. Con la edad, al superar los 70 años, la condición de trabajador por cuenta propia se incrementa notablemente. En resumen, parece como si “el trabajo, más allá de la edad de jubilación, no es sino un privilegio que pueden mantener aquellos que lo desean y pueden hacerlo” (IMSERSO, 2002 Pág.212). Ahora bien está perdida del trabajo constituye uno de los parámetros más importantes a la hora de definir el área de exclusión en donde pueden situarse los colectivos que la padecen. El trabajo ha dejado de constituir el único objetivo de nuestras vidas y nuestra única forma de actividad. La salida del mercado de trabajo incrementa las desigualdades económicas entre los individuos y, en mayor medida aún, entre sus unidades familiares. Baste considerar la situación de pobreza que padecen muchos hogares formados exclusivamente por personas mayores, cuya única fuente de ingresos es la pensión de jubilación que disfruta uno sólo de los cónyuges —por lo general el varón—. Lo cierto es que en la medida en que la cuantía de las pensiones alcancen la misma o mayor disparidad si cabe que la que poseían los salarios, se estará manteniendo, cuando no incrementando, la jerarquía social dentro de la población jubilada. El camino que conduce desde la jubilación hasta la soledad es por tanto difícil de concretar, debido a que en él tienen oportunidad de incidir con sentido dispar numerosas circunstancias de diversa índole. Evaluar la incidencia de la primera sobre la segunda se antoja, así pues, una tarea compleja, toda vez que es inevitable que el retiro laboral esté condicionado —antes, durante y después de producirse— por el contexto vital de las personas. Entre los factores que podríamos calificar como moduladores de la relación entre jubilación y soledad, y en base a la interpretación que nos sugiere lo debatido en los grupos, cabe mencionar esquemáticamente los siguientes: a) Uno de importancia central respecto a la lectura que hacen los individuos de la jubilación, y que resulta además determinante en su adaptación a la nueva etapa de la vida que con ella se inicia, es el tipo de actividad que han desempeñado y, en general, la naturaleza del trabajo que abandonan —grado de cualificación, de esfuerzo físico, de gratificación personal, etc. —. La profesión anterior tiene un gran peso para concretar tanto la clase de actividades que realizan como su grado de participación social, aspectos que van a definir en gran medida su estilo de vida como jubilados. b) La posición económica resultante también tiene mucho que decir en este sentido, sobre todo en lo que respecta a las posibilidades de disfrute de la vida. La cuantía que alcanzan las pensiones suele guardar una estrecha relación con el estatus del trabajo realizado por las personas, así como con su nivel educativo. Es obvio pensar que si la salida del mercado laboral origina una reducción considerable de poder adquisitivo, la calidad de vida puede verse notablemente disminuida. Es por ello que tanto la valoración que se hace de la jubilación como la adaptación real a la misma se asienta en numerosos casos sobre el elemento económico. c) La edad a la que se hace efectivo el abandono de la actividad laboral es otro factor capaz de dotar de sentidos bastantes dispares a la jubilación. La legal está fijada en los 65 años, (actualmente en proceso de revisión, como se ha comentado anteriormente) aunque viene siendo relativamente frecuente su adelanto o —en menor medida— su retraso; el estado de salud y el tipo de trabajo realizado son variables fundamentales para concretar ese momento. La edad real de la jubilación tiene una trascendencia enorme cuando se la asocia, por ejemplo, al entorno familiar, habida cuenta de que la situación conyugal puede erigirse, según los casos, bien como salvaguarda de la soledad o bien como elemento precipitador de la misma. d) Por supuesto, la forma en que se toma la decisión: tanto el sentido de la jubilación como la adaptación material y emocional a la misma dependen en gran medida del tipo de decisión, voluntaria o impuesta, con que aquélla se produce. Si el abandono de la actividad profesional es deseado y previsto, las posibilidades de que concurran una valoración positiva de la jubilación y el éxito final en el proceso de adaptación ganan muchos enteros. Pero si, por el contrario, la salida del mercado de trabajo ha sido obligada, indeseada y precipitada, las secuelas negativas que provoca sobre las condiciones y el estilo de vida de los individuos puede ser verdaderamente graves. e) El estado de salud de la persona, en un doble sentido: de un lado, como factor capaz de precipitar o bien retrasar el momento de la jubilación; de otro, como elemento que puede favorecer o en cambio limitar la realización de determinadas actividades y la cantidad de contactos sociales. La salud es el aspecto que más preocupación despierta entre nuestros mayores. La relación entre salud y soledad también ha sido estudiada vía encuesta (Bazo, 1990). f) La situación conyugal y familiar cuando se produce la desvinculación del trabajo, por su parte, condiciona tanto el proceso inicial de adaptación a la jubilación como la orientación que adopta a partir de entonces el estilo de vida de los individuos. Ya hemos señalado la importancia del estado civil en la asimilación del rol de jubilado, así como en el disfrute de esta nueva etapa. Pero además de la existencia o no de pareja, serán fundamentales las relaciones que se mantengan con los hijos y los nietos —si se poseen—, la distancia en que éstos habitan, etc. g) No se puede pasar por alto, en última instancia, la forma de ser de los individuos. Los rasgos definitorios de su personalidad suelen marcar de salida la capacidad de adaptación a la jubilación. La iniciativa propia, junto al abanico de posibilidades familiares y sociales, acaban determinando las actividades de dedicación del tiempo, así como los nuevos marcos alrededor de los cuales se establecen las relaciones sociales. La asimilación del hecho en sí que supone el retiro laboral, asimismo, depende también de la manera de ser de cada cual. Por otra parte, la precariedad económica de las pensiones y el hecho de que están dependan del Estado, así como la atención sanitaria (que es utilizada de forma amplia por el colectivo de personas mayores) parece reforzar la tesis de dependencia tan subrayada en muchos artículos sobre el tema (volveremos sobre el tema de las pensiones y la sanidad). En una palabra, han sido la generación de la “empanadilla”. Han educado a los hijos y les han ayudado, como generación posterior a la suya, y también han cuidado y pagado las pensiones a su padres (la generación anterior a ellos). Por otra parte, suele olvidarse que los recursos económicos que los mayores reciben del sistema de protección social, una parte es la contraprestación por las cotizaciones e impuestos que pagaron durante su vida activa, alimentan la actividad económica y contribuyen a generar riqueza. Una razón más para destruir el mito de que los mayores son una carga para la sociedad. Las “personas mayores” ¿Una nueva categoría social? Con un objetivo parecido, Isabel Martínez (1997) realizó un estudio titulado “las personas mayores: una categoría social” donde se planteaba los elementos conceptuales que sirven para enmarcar el programa así como los resultados de la encuesta a 1.670 personas mayores que asistían a los centros de tiempo libre de Tarragona, Lleida, Girona y Barcelona.(El objetivo era conocer la demanda, interpretarla a la luz del análisis teórico y responder a ella no solo de forma inmediata, sino en función de los matices y las contradicciones). Como ella señala en el estudio, el fenómeno demográfico resulta insuficiente por sí mismo para precisar la categoría que denominamos “tercera edad”, y ello porque se trata no de una categoría natural sino social. Si analizamos la clasificación efectuada por Erikson y Kivnick (1986), de cuarenta a sesenta y cinco años, existiría una fase caracterizada por la “crisis de generatividad” frente al estancamiento. La evolución positiva d esta crisis supondrá un periodo de productividad. Esta etapa coincide con la madurez a la que alude Pérez Díaz (2002), y es el pórtico de lo que se ha denominado la segunda mitad de la vida, un periodo crítico de cara a la prevención y reorientación de hábitos. En esta etapa también se dan las jubilaciones anticipadas, por una parte de esta población. Fijémonos en este hecho, la importancia que tiene para unas personas en plena etapa de productividad que se ven abocadas a una jubilación forzosa. ¿Cómo reorientaran su potencial vital para que no sea autodestructivo o no se malgaste en un ocio consumista? A partir de los sesenta y cinco años sitúa Erikson la vejez, con una disyuntiva vital entre la integración y la desesperación y que, de superarse, desemboca en sabiduría. Quizá debamos convenir que el envejecimiento es un fenómeno multidisciplinar en el que las dimensiones físicas, psicológicas, sociales y espirituales entran con frecuencia en profunda asincrónica, y donde las diferencias en el modo de envejecer son cada vez más profundas no, solo porque nuestro reloj biológico es diferente, sino también porque nuestra forma de responder ante la vida también lo es. Si bien el tiempo lo medimos todas las personas por igual (un día = 24 horas, 1 hora = 60 minutos), no para todas las personas estos lapsos de tiempos son iguales socialmente, psíquicamente e intelectualmente. A qué persona no se le ha hecho un minuto eterno, o ha pasado por su imaginación toda la vida pasada en un segundo. Aquí entraríamos en otro tema que no es objeto de este trabajo, como es el constructo del tiempo real y el vivido en cada momento, y por cada individuo, nos llevaría a una nueva serie de tesis sobre la personalidad y el entendimiento a través de nuestros sentidos si el cerebro efectúa nueva construcción de esa existencia, o ni tan siquiera es una realidad. La variedad de circunstancias que concurren en la jubilación es tal que hay casos en los que el apartado económico se convierte en el elemento más beneficiado con el cese de la actividad profesional. La inestabilidad en el empleo, por ejemplo, suele motivar con frecuencia una jubilación deseada que, aunque sea con recortes, aporte al menos la tranquilidad económica necesaria. Otra cosa es, sin embargo, la planificación de la vida una vez que se ha dejado atrás el trabajo: acostumbrados siempre a organizar la jornada diaria al ritmo que dictaba la ocupación laboral, significa a veces un trauma para los recién jubilados el hecho de verse de repente frente a todo el tiempo del mundo y sin ninguna actividad claramente definida a la que dedicarlo. La desorientación que sucede a la desvinculación laboral constituye un problema de elevada magnitud en la vida de muchas personas mayores. Se hace necesario, así pues, profundizar en esta última cuestión. Hemos advertido en páginas anteriores que uno de los factores que más intensifica los efectos negativos del retiro es el carácter brusco y radical con que éste llega a veces a producirse. De un día para otro, hay personas que abandonan el rol laboral que habían ostentado durante gran parte sus vidas para verse ante la necesidad, deseada o no, de adoptar en su lugar el rol del jubilado. Se adentran en una nueva y desconocida etapa caracterizada, además de por la sustitución del salario por la pensión, por la liberación de las obligaciones profesionales y la necesidad por tanto de emprender una sustancial reorganización de la vida. Como decimos, la articulación de la actividad diaria, que hasta entonces giraba alrededor de la esfera profesional, puede suponer en este nuevo contexto una tarea bastante delicada y de difícil solución una vez que ha desaparecido el referente laboral. La jubilación modifica de hecho buena parte de las actividades e incluso de los hábitos cotidianos que los individuos mantenían mientras que trabajaban; estos cambios vienen motivados, sobre todo, por la repentina disposición de una enorme cantidad de tiempo libre que ha de rellenarse si no se quiere acabar cayendo en una situación continuada de retraimiento doméstico o de hastío permanente. El qué hacer en cada momento del día, es decir la desorientación personal, afecta al estado de ánimo de los jubilados hasta llegar incluso a acarrear una profunda crisis en su autoestima, en sus relaciones familiares y/o en su vinculación social. “La preparación a la jubilación debe tener un enfoque más integral e integrador de la nueva realidad que, durante largos años, va a vivir esa persona mayor, su cónyuge y su familia. La preparación a la jubilación debería ser una actividad fomentada y apoyada por las Administraciones Públicas y las empresas, y realizada prioritariamente por los sindicatos y el movimiento asociativo de las personas mayores. La preparación a la jubilación, aunque parezca paradójico, debe iniciarse en la etapa escolar contemplando diversas vertientes: los beneficios y aspectos positivos del envejecimiento; el respeto a las personas mayores y el reconocimiento de su aportación a la sociedad, en el pasado, presente y futuro; y la valoración positiva de las relaciones de solidaridad entre generaciones” (Indica el Sr. Maravall, que fuera Dtor. Gral. del IMSERSO, en “Una visión sociológica de la vejez”). La proliferación de sentimientos de soledad en la vida de los mayores, en cualquiera de estos contextos, suele ser el resultado en última instancia de la jubilación. Desde luego, el riesgo para su aparición es muy superior en estos casos que en aquellos otros en que las personas tienen bastante bien definidas sus inquietudes y disfrutan de una perfecta distribución del tiempo entre todas ellas, de tal forma que se sienten realmente activas y con un rol bien valorado. La añoranza de la etapa anterior se traduce a veces en una propuesta para compaginar actividad laboral y jubilación en tanto que se obedezca a la voluntad personal y, el estado de salud lo permita. Cuando los acontecimientos vitales implican un reto en la autodefinición de la identidad, hablamos de experiencias vitales críticas. Por ejemplo, una persona se considera como un individuo muy trabajador y competente; ante una prejubilación que podría poner a prueba esa capacidad suya puede reaccionar de la forma habitual “realmente puedo hacer mucho del trabajo anterior. Soy valido y estoy muy ocupado”, resistiéndose al cambio y hacer lo posible para seguir en el estado anterior, con un desgaste psíquico, el cual antes o después le pasará factura, el resultado final será el refuerzo de su propia identidad a un precio muy alto. O también puede reconocer que algo importante va a cambiar en su vida y acomodarse a la nueva situación (quizás después de todo no es el trabajo lo que define mi vida, puedo descubrir nuevos horizontes), lo que le puede llevar a un nuevo equilibrio en su identidad. En todos los trabajos de personas mayores se plantea la existencia de diferencias importantes en el modo de envejecer de hombre y mujeres. Los cambios drásticos que se experimentan a partir de la jubilación afectan de manera desigual a unos y a otras. Fericgla Fericgla, José María – “Envejecer. Una antropología de la ancianidad”, ed. Herder, 2002.Pág. 412-414., presenta un interesante proceso explicativo del porqué del liderazgo de muchas mujeres después de la jubilación. Así señala como durante le época laboralmente activa de los planteamientos de pareja tradicionales, donde la mujer se ha dedicado especialmente a “sus labores” o a ocupación no contratada femenina, el hombre suele ostentar la autoridad. Al jubilarse, el esposo pierde la herramienta que le otorgaba el poder. Ya no lleva el dinero a casa. Pierde también la mayor parte de referentes sociales. Deja de ser “el señor Gómez” para convertirse, cuando ayuda a su mujer a comprar el pan, en “el esposo de la señora…”. Esto produce con frecuencia depresiones en el marido, que ve perturbado su lugar en el mundo. Con mayor frecuencia y rapidez se inician las enfermedades “seniles”, la dependencia, y otras. Con ello la esposa –más saludable, con mayor esperanza de vida- es quien ha de llevar las riendas de la casa, hecho que se acentúa si además sigue trabajando. Llegados a este punto de la historia matrimonial, concluye el autor, queda restaurado el orden en que el esposo mantiene un dominio mítico pero con poco o ningún poder real, en tanto que la mujer se encarga de tomar las decisiones por medio de una estrategia matriarcal. Esto solo es válido para la generación de los ancianos actuales. Entonces ¿Qué es el apoyo social? Dar y recibir apoyo de otras personas forma parte de la vida diaria. Sin embargo no existe una definición consensuada del concepto “apoyo social”. En términos generales, ha sido enunciado como: 1) la función y la calidad de las relaciones sociales entre una persona y los individuos de su entorno; 2) la ayuda a la cual una persona tiene acceso (Cavanaugh, 1988); o 3) la existencia y disponibilidad de gente en quien poder confiar y con quien sentirse cuidado, valorado y querido. Muchos pensadores han resaltado la importancia del apoyo social al final de la vida ante las pérdidas asociadas a las personas mayores, así como su papel clave en el proceso de envejecimiento satisfactorio. En todo caso existe un consenso acerca de su consideración como recurso importante para la protección del estrés y favorecedor de la adaptación a los cambios normales y patológicos de las personas mayores. En términos generales, la disponibilidad de apoyo social mejora significativamente los niveles de bienestar y felicidad. Y amortigua el efecto negativo de las enfermedades o acontecimientos vitales negativos. Del mismo modo, la falta de apoyo social está relacionada con la presencia de trastornos psicológicos como los trastornos alimenticios y la soledad. Quizás por ello, en los últimos años los investigadores se han interesado por la relación entre el apoyo social y el bienestar de las personas mayores, coincidiendo todos ellos en que dicha relación es más compleja de lo que se esperaba, ya que el número de variables que intervienen es grande. Y al mismo tiempo, la relación entre ellas no está clara. Por ejemplo, Segrin (2003) considera imprescindible tener en cuenta de quien procede el apoyo y la edad de la persona que lo recibe, mientras que Fiori y Antonucci (2008) defienden la perspectiva evolutiva, según la cual, los sentimientos sobre el carácter obligatorio o voluntario de ayuda a los familiares o a los amigos pueden cambiar a lo largo de la vida, como también la valoración que se hace del apoyo recibido. Actualmente la definición del constructo de “apoyo social” se fundamenta en aspectos operacionales que priorizan las formas de medición del mismo. Más recientemente, se considera que se tiene apoyo social simplemente si existe la mera percepción de que la ayuda puede darse, o de que haya recibido. Todas estas definiciones son de tipo funcional, esto es, se refieren al apoyo como resultado de una relación entre personas, Con ello se hace patente que la ayuda no es una característica inherente a la red social, sino que está presente solo bajo determinadas circunstancias. Esta perspectiva supone que la ayuda queda reducida a las características del grupo en el que la persona se desenvuelve y asume que cualquier relación social es una fuente de apoyo. La realidad demuestra por el contrario, que las relaciones sociales también pueden ser fuentes de estrés. En todo caso, el apoyo social no es totalmente independiente de la red social, aunque tener una red social tampoco garantiza la disponibilidad, ni eficacia de la ayuda. Prueba de ello es que numerosos estudios han comprobado la falta de una relación directa positiva entre la estructura de la red y su adecuación a las necesidades del individuo. Existe evidencia suficiente como para afirmar que en el apoyo importa no solo la cantidad, sino principalmente la calidad. Así, una red social amplia no da necesariamente un apoyo adaptado a las necesidades del receptor y, por el contrario, una red pequeña puede proporcionar una ayuda muy adecuada y satisfactoria. – Fernández-Ballesteros, 2002. La crisis sociocultural. La crisis sociocultural es también una crisis de motivación. Las aspiraciones de libertad y de igualdad, son compartidas por la mayoría de los ciudadanos del mundo desarrollado. Pero en la medida en que esta moral es aceptada universalmente, las estructuras económicas, políticas, sociales... del sistema capitalista entran en contradicción con ella. Podemos expresar que la necesidad humana es una fuerza de acción continua y permanente que produce el comportamiento humano cuyo destino es romper el equilibrio del individuo y así iniciar el ciclo motivacional, teniendo como resultado final la satisfacción, compensación o frustración de la mencionada necesidad. Es de hacer notar que las necesidades varían entre los individuos e inclusive en el mismo individuo dependiendo de su sexo, estado de ánimo, estado de salud, etc., por lo tanto las necesidades poseen diversos grados y formas de satisfacerlas. Inclusive una persona puede reaccionar en forma diferente a un mismo estímulo producto que las condiciones del ambiente que lo rodea haya mudado, es de hacer notar que esta variabilidad de las necesidades mucho más pronunciada en las necesidades psicológicas que en las físicas. Existen necesidades dentro del trabajo y fuera del mismo, ya que cuando una persona tiene un trabajo y mediante éste logra satisfacer sus necesidades o a través de otras formas de compensación en el trabajo, que también satisface dichas necesidades, tales como: el pago, las vacaciones y las pensiones que producen satisfacciones que están ubicadas fuera del trabajo. Existen diversos tipos de necesidades, pero básicamente podríamos identificar a dos tipos: - Físicas que son aquellas de carácter de supervivencia humana tales como: alimentos, aire, sueño, sexo, etc. Las cuales son comunes a todas las personas cuya única variación se refiere a la intensidad. - Psicológicas son las necesidades de carácter inmaterial y/o espiritual y que particularmente por su condición se manifiestan en el individuo de manera totalmente debido a las influencias constantes y dinámicas del ambiente, entre las que podemos mencionar sentido de pertenencia, motivación, estima, estatus, etc. Varios autores han estudiado las necesidades entre los cuales se cuenta Galtung Galtung, Johan –“Las necesidades humanas como el foco de las Ciencias Sociales”. Cátedra de Investigación de Conflictos y la Paz de la Universidad de Oslo, Documento No. 51, (1977) Págs. 8-10. desarrolla los cinco elementos que constituyen lo que denomina como estructura total de las relaciones sociales que se reproduce a cualquier nivel de grupos humanos, y que desde la lógica del sistema dominante es la estructura normalizada y socialmente asumida: La explotación. División vertical del trabajo que se refiere a las diferencias en los niveles de satisfacción de las necesidades materiales o no materiales en la medida en que esas diferencias las causan las relaciones de interacción a través de dos tipos de explotación: Explotación en la relación de cambio, en el sentido de que en el cambio entre la partes algunas obtienen (mucho) más que otras ;explotación en la distribución, en el sentido de que los cambios internos, o sea el intercambio entre las partes, causado por la interacción, son mucho más favorables para unos que para otros. La dependencia, penetración. Para Galtung la dependencia adopta la forma de una penetración que equivale a una relación causal, en el sentido de que las causas de lo que sucede en un país o sector periférico se encuentran en el país o sector central. La fragmentación. Significa la separación de los sujetos, porque se considera a éstos como átomos sociales, o sea los elementos con los que se constituyen los grupos y las sociedades. La marginalización. Es una disposición estructural que apoya los niveles superiores de la organización social y debilita a los niveles más periféricos e inferiores, con lo que sostiene la división vertical del trabajo y las relaciones de dependencia. La segmentación. Si la fragmentación establecía una división entre los individuos, la segmentación penetra en el individuo y divide a cada uno en actividades separadas en el tiempo y en el espacio, en sectores. Es decir, se refiere a las formas horizontales de la división del trabajo. La consecuencia de este último elemento apuntado por Galtung es que «la gente tiene menos posibilidad de entender la totalidad de la sociedad en la que participan, y van elaborándose perfiles de autorrealización muy asimétricos». Esa estructura total concebida no como un medio, sino como un fin en sí mismo conlleva una especialización y unas técnicas que enajenan (distribuyen de manera muy desigual la creatividad), que penetran (contrarrestan la identidad y la autonomía generando dependencia), fragmentan (dificultan la cooperación separando a los sujetos), marginalizan (excluyen cualquier proceso participativo) y segmentan (hacen incompatibles la autorrealización y la búsqueda de un sentido a la vida). Pero también esas estructuras, el concepto de necesidad se aplica a un estado imprescindible, tanto para la existencia humana como para la continuidad de la sociedad, y puede ser clasificado en una de las siguientes cuatros categorías jerárquicas: seguridad, bienestar, libertad e identidad. Cada sociedad definirá su política de desarrollo y las condiciones más adecuadas para acceder a niveles cada vez mayores de satisfacción de necesidades. Sin embargo, la máxima satisfacción de necesidades puede ser frenada por las limitaciones de la naturaleza, esto es, por la obligación de respetar el equilibrio ecológico local, nacional o mundial, lo cual puede emplazar a la sociedad a cuestionarse acerca del umbral máximo de desarrollo. El bienestar social se le llama al conjunto de factores que participan en la calidad de la vida de la persona y que hacen que su existencia posea todos aquellos elementos que dé lugar a la tranquilidad y satisfacción humana. El bienestar social es una condición no observable directamente, sino que es a partir de formulaciones como se comprende y se puede comparar de un tiempo o espacio a otro. Aun así, el bienestar, como concepto abstracto que es, posee una importante carga de subjetividad propia al individuo, aunque también aparece correlacionado con algunos factores económicos objetivos. El bien social no implica un colectivismo, donde todos son, teóricamente, dueños de todo pero la propiedad, posesión y uso se transforman en una abstracción para el pueblo. No así para una minoría usurpadora que ocupa el vértice de la pirámide social, desde donde usa y abusa de la propiedad y desde allí administra la abundancia y escasez: el dominio del hombre. - La presencia de la acción social que es la forma institucionalizada del Estado, el cual mediante una serie de actividades trata de satisfacer necesidades de carácter prioritarias. Utilitarismo. Es un marco teórico para la moralidad, basado en una maximización cuantitativa de consecuencias buenas para una población. La moralidad de cualquier acción o ley viene definida por su utilidad para la humanidad. Utilidad es una palabra que significa las consecuencias positivas que deben estar maximizadas. Estas consecuencias usualmente incluyen felicidad o satisfacción de las preferencias. El utilitarismo es a veces resumido como "el máximo bienestar para el máximo número de personas". Dentro bienestar social general, se debe intentar individualizar este bien, es lo que denomina: - Calidad de Vida Así pues denominamos el concepto de Calidad de Vida, y ha sido definido como la calidad de las condiciones de vida de una persona, como la satisfacción experimentada por la persona con dichas condiciones vitales, como la combinación de componentes objetivos y subjetivos, es decir, Calidad de Vida definida como la calidad de las condiciones de vida de una persona junto a la satisfacción que ésta experimenta, y, por último, como la combinación de las condiciones de vida y la satisfacción personal ponderadas por la escala de valores, aspiraciones y expectativas personales, no obstante, se estarían omitiendo aspectos que intervienen directamente con la forma de interpretar o no las situaciones como positivas o no, es decir, aspectos que influyen la escala de valores y las expectativas de la personas: la cultura. Adicionando a las concepciones anteriores el aspecto cultural, se propone el siguiente modelo de calidad de vida: considerando a priori que ya existe cobertura de ciertas necesidades básicas para la sobrevivencia del ser humano, ya que si ellas no se encuentran cubiertas no puede ascenderse o construir. Pues bien, Se concibe al ser humano inmerso dentro de sociedad enmarcada en un lugar determinado (físico e histórico) y una cultura que ha adquirido mediante socialización; ambos elementos regulan e incluso limitan -si bien no de forma terminante- las concepciones de mundo del sujeto. Desde esta arista, el sujeto se ubica para evaluar más o menos consciente lo que le acontece y, sin duda, no es sencillo, puesto que aquel proceso se encuentra mediado por una cantidad de factores anexos a los globales antes mencionados, por nombrar algunos: el nivel evolutivo, la comparación con otros, su historia personal, el momento actual, las expectativas futuras, etc. Todo ello se conjuga y permiten que el sujeto a cada momento de la vida, la conciba de cierta forma, y la vivencie acorde a dicha evaluación. Por último, si bien se ha planteado calidad de vida desde una evaluación mediada por una multiplicidad de factores, no podemos obviar las características personales, el estado que se adiciona al resto de los factores antes mencionados complejizando más aun este proceso, desde aquí rescatamos la subjetividad, esta forma de concebir el mundo tan particular como humanos existen en la Tierra, que a la vez está mediada por el proceso de socialización y la cultura en la cual se desenvuelve y lo regula. Gráfico nº 3: Calidad de Vida desde la Subjetividad. La O.M.S. dice que la promoción de la salud, se ha convertido en elemento común para aquellos que admiten la necesidad de un cambio en nuestros modos de vida y en nuestros hábitos, incrementando el control sobre los determinantes de la salud, con la finalidad de mejorar nuestro estado de salud. Así mismo, la define como: “Proceso que permite a las personas incrementar el control sobre su salud para mejorarla.” Principios de la Promoción de la Salud. Implica a la población en su conjunto más que centrarse en las personas en riesgo de enfermedad específica. Requiere acceso pleno y continuado a la información sobre la salud. Se centra en la comunidad local. Resalta la dimensión positiva de la salud. Se orienta hacia medidas que modifiquen las causas o factores que determinan la salud. Requiere trabajar con los distintos sectores de personas mayores. Equilibra el interés por el individuo y por el medio. Combina métodos y enfoques distintos pero complementarios: información y comunicación; Educación para la salud; medidas políticas, económicas y reguladoras, técnico administrativas; acción comunitaria. Trabaja con la gente y no sobre la gente. Pretende esencialmente una participación pública eficaz y concreta. Es básicamente una actividad de los ámbitos sanitario y social y no un servicio médico. Sin embargo, los profesionales de la salud, particularmente los de Atención Primaria, tienen un importante papel en fomentar y hacer posible la Prevención de la Salud. Los requisitos básicos son el trabajo multidisciplinar, la colaboración intersectorial y la participación activa de la población. - Método de la Información / Comunicación. Son las actuaciones tendentes a proporcionar a la gente información accesible y adecuada y promover procesos de comunicación que posibiliten el diálogo e intercambio de ideas entre individuos y grupos. Existen diferentes clasificaciones de sus métodos, técnicas e instrumentos. - Método de medidas políticas, económicas, reguladores y técnico – administrativas. Constituyen un conjunto de actuaciones dirigidas a conseguir un medio ambiente que promueva la salud y a ampliar las opciones de salud de las personas, grupos y comunidades, tanto desde el sector sanitario como desde aquellos otros que afectan a la salud: agricultura, educación, transporte, obras públicas. - Método de Acción Comunitaria. Referido a los esfuerzos colectivos de las comunidades para incrementar su control sobre los determinantes de salud y en consecuencia para mejorar la salud. Los individuos y organizaciones aplican sus habilidades y recursos en esfuerzos colectivos destinados a abordar las prioridades sanitarias y a satisfacer sus necesidades sanitarias respectivas. La promoción de la salud en las personas mayores: Aspectos metodológicos diferenciales. Se ha demostrado que las personas mayores son especialmente receptivas a los consejos sanitarios de sus médicos, con el fin de reducir el riesgo y mantener niveles óptimos de independencia funcional. Por ello hay que desterrar el mito de la no capacidad da cambio y de aprendizaje de los mayores. No obstante a la hora de realizar actividades de promoción de la salud, hay que tener en cuenta una serie de principios metodológicos: Confiar en su capacidad para mejorar sus hábitos. Valorar su experiencia y su saber. Aprovechar su interés por el mantenimiento de su salud Aprovechar su mayor tiempo libre Utilizar un lenguaje claro y respetuoso Utilizar medios que favorezcan la comprensión y el recuerdo Adaptarse a su capacidad física , mental y sensorial Los programas de promoción de la salud para la población anciana tienen la capacidad potencial de mejorar la salud de este colectivo y disminuir los costes de los cuidados sanitarios. Por eso los programas de promoción de la salud en ancianos deberían tener un atractivo especial puesto que suponen mayores beneficios potenciales para el Sistema Nacional de Salud por su reducción en los cuidados y los costes sanitarios. No obstante y aunque las actividades preventivas antes descritas, son aquellas donde existen estudios de investigación randomizados, (Los estudios clínicos randomizados son un diseño experimental, en que una población se distribuye aleatoriamente en 2 o más grupos para ser sometidos a distintas intervenciones. Estos grupos se siguen por un tiempo, y luego se realiza la medición de la variable de interés, con el objetivo de determinar si la variable de interés se ve afectada o no por el efecto de las intervén: La esencia de los estudios clínicos randomizados, es que los grupos estudiados deben ser similares en todo, excepto tomar medidas para evitar el sesgo), series temporales o casos y controles, en general, no hay que olvidar otros estudios o intervenciones en el campo de la promoción de la salud, que si bien solo en algunos casos son estudios aleatorizados, y en general son estudios descriptivos o ensayos comunitarios, han demostrado una mejora de la autoestima y de la autonomía así como de la satisfacción con la vida en determinados grupos de ancianos. Esto nos sugeriría que la intervención psicosocial con los ancianos y cuidadores a través de actividades de Educación para la Salud grupales, la formación de Grupos de Ayuda Mutua o la realización de actividades de voluntariado puede tener grandes beneficios en la mejora de la calidad de vida de los mayores y en ese sentido habría que investigar más, y potenciar actividades grupales con estos colectivos por el beneficio que tiene el grupo en sí mismo, en unas personas que sufren fundamentalmente de aislamiento y soledad. Se deberían ensayar fórmulas sencillas y económicas de educación para la salud a través de los propios ancianos, voluntarios, etc.... 1. -Indicadores demográficos.- Tamaño y evolución de la Población Mayor en España.- Antes de comenzar el estudio del envejecimiento de la población queremos aclarar que consideramos población anciana a todas aquellas personas con 65 años y más, por ser esta la edad de jubilación y por ser el criterio demográfico seguido por el INE para medir la dimensión de las distintas categorías de edad. Queremos también adelantar que en este trabajo usaremos indistintamente el término persona mayor, sin añadir ninguna connotación sociológica o cultural, simplemente como criterio demográfico, y que distinguiremos entre la población anciana de sesenta y cinco a setenta y nueve años, a la que llamaremos tercera edad, y población de ochenta y más años, a la que llamaremos cuarta edad. Aunque somos conscientes del peligro que se corre al reducir la vejez a números, como advierte Cabré (Anna Cabré, 1993 Págs.17-20), no obstante creemos que es necesario comenzar analizando los parámetros demográficos, como un primer paso para llegar al conocimiento de esta categoría socio-demográfica llamada vejez o ancianidad. Gráfico nº 4 El envejecimiento de la población desde una perspectiva socio-demográfica puede estudiarse básicamente desde dos aspectos: uno numérico, cuantitativo, que aparece en las tendencias de la natalidad y mortalidad, en el incremento de la esperanza de vida y en las pirámides demográficas, y otro cultural o conceptual, que aparece en la sociología del envejecimiento. Los indicadores demográficos que vamos a estudiar en este apartado se refieren a la natalidad y mortalidad vistas desde la transición demográfica, a la esperanza de vida y a la estructura de la población por edad y sexo o pirámide demográfica. Estas tendencias combinadas dejan constancia del envejecimiento cuantitativo de la población como un fenómeno característico de las sociedades desarrolladas. Hechas estas aclaraciones, comenzamos diciendo que España durante el siglo XX, principalmente durante la segunda mitad de éste, registró un aumento constante de su población anciana. En el año 1900, la población con más de sesenta y cinco años en España era de 967.754, el equivalente al 5,2 % de la población total, mientras que en el 2001 había ya ascendido a 6.842.143, el 17 % del total. Durante todo el siglo XX la población anciana aumentó siete veces, frente a la población total que solamente aumentó dos veces. (Nota: los datos demográficos del presente trabajo han sido tomados básicamente del “Informe 2002: Los Mayores en España”, del CSIC, Madrid, 2004 y de las últimas publicaciones del INE). Otro dato importante es el referido a la población más anciana, de ochenta años y más o cuarta edad, que ya suma en la actualidad 1.545.994 personas, lo que supone el haberse multiplicado por trece la población de esta edad que tenía España a principios del siglo XX. En los últimos treinta años la población de la tercera edad ha crecido un 90 %, pero la cuarta edad lo ha hecho en un 195 %. Según las proyecciones demográficas del INE, España para el 2050 será uno de los países más viejos del mundo, con 12.800.000 personas que tendrán más de sesenta y cinco años, el equivalente al 31,2 % de su población total.En los últimos años España viene registrando un incremento neto superior a 150.000 personas mayores al año. Aumento de la Esperanza de Vida. El triunfo que el hombre ha conseguido en los dos últimos siglos sobre la enfermedad y la muerte es uno de los mayores logros de toda la historia de la humanidad. El control de la mortalidad, que sin duda ha sido uno de los grandes logros del hombre moderno, ha proporcionado una mayor esperanza de vida o vida media, lo que ocasiona el envejecimiento de las sociedades desarrolladas. En 1900 la esperanza de vida en Europa rondaba los 35 años, mientras que en el 2.001 se ha situado en torno a los 77 años. Según el INE, en España la esperanza de vida al nacer en 1900 era de 34,76 años, en 1991 había ascendido a 73,4 años para los hombres y a 80,5 años para las mujeres y en 2001 se encuentra en torno a los 80años de media, 82 para las mujeres y 78 para los hombres. La ancianidad es ahora más importante socio demográficamente hablando que lo fue en el pasado, pues a los sesenta y cinco años una persona todavía tiene de media un 22 % de su vida por vivir. Las sucesivas conquistas de una mayor esperanza de vida han ocasionado el aumento acelerado de la población anciana o con más de 65 años, que en España en 1900 llegaba sólo el 5 % de la población total, mientras que en el año 2.001 llega cerca del 20 %. Este hecho, muy positivo a nivel individual, se muestra perverso a nivel social, pues acarrea serios problemas económicos, socio-asistenciales, demográficos y culturales, tales como: agotamiento demográfico por incapacidad de reemplazo generacional, aumento de la población pasiva dependiente, aumento de gastos asistenciales, predominio de mentalidad conservadora, pérdida de calidad de vida. Esta nueva situación socio-demográfica exige que las políticas sociales rompan con la asignación clásica de actividades para los distintos grupos de edad: educación para la infancia y juventud, trabajo para la edad adulta y ocio para la ancianidad; o, al menos, habrá que redefinir el concepto de ocio y llenarlo de contenido para ocupar de forma positiva ese espacio que va desde los sesenta y cinco años hasta los 80 y más años que hoy tiene el español de vida media o esperanza de vida. Estructura de la población por edad y sexo. La estructura por edad y sexo, como dice Weeks Weeks, Jeffrey. “Entre actos. Vidas de Hombres Homosexuales 1885-1967” Routledge, 1990 – Pág.222. hace referencia "al número de personas de una determinada edad y sexo existente en la sociedad y se construye a partir del input que constituyen los nacimientos en la edad cero, las defunciones y los movimientos de migraciones a cada edad". En relación con la variable sexo, en general se puede decir que el desequilibrio entre hombres y mujeres es común en todos los países. El “sex ratio” al nacer es favorable a los varones: nacen más niños que niñas. En España la ratio media al nacer viene siendo de 106 niños por cada 100 niñas. Esta diferencia va descendiendo hasta alcanzar el equilibrio de sexos en torno a los 35-40 años. A partir de esa edad, la ratio comienza a ser favorable para las mujeres, llegando a alcanzar en 2001 la cifra de 3.969.138 mujeres con más de sesenta y cinco años frente a 2.873.000 hombres, lo que supone una ratio de 72,31 hombres por cada 100 mujeres. El desequilibrio aumenta con la edad, de tal manera que si medimos la ratio a partir de los ochenta años, dos de cada tres son mujeres, es decir, el 66,6 % de la cuarta edad son mujeres, frente al 33,3 % de hombres. La feminización de la tercera edad y sobre todo de la cuarta edad es un hecho que deben tener en cuenta los políticos y los programadores sociales, también los que programan los estudios universitarios para mayores. La estructura por edad suele agrupar la población en tres grandes categorías: • Población joven (0 a 14 años), que comprende como valor medio al 25 % del total de la población. • Población adulta (15 a 65 años), con una media del 65 % • Población anciana (65 y más años), con el 10 % Se dice que una población es joven cuando sus componentes con menos de 15 años suman más del 25 % de la población total y se considera población envejecida aquella cuyos componentes con más de 65 años son más del 10% del total. Comparando los porcentajes de los distintos grupos de la población de España en 1990 con los valores alcanzados en el 2001, se puede apreciar el fuerte descenso que se ha registrado en la población joven, que va del 33,5 % en 1900 al 14,5 % en 2001, y el aumento de la población anciana, que pasa del 5,2 % en 1900 al 17,0% en 2001. Un estudio más detallado de la estructura por edad y sexo es el que nos proporciona la "pirámide demográfica", que consiste en agrupar a hombres y mujeres por separado en cohortes de 5 en 5 años, partiendo de cero hasta llegar a las edades más avanzadas; estas cohortes, distribuidas en dos histogramas, dan como gráfico resultante la "pirámide demográfica". Cada pirámide demográfica viene a ser como una radiografía de la situación de una población y de la correspondiente sociedad. En ella quedan reflejadas las tasas de natalidad, las sucesivas tasas de mortalidad, las migraciones y otros posibles acontecimientos sociales con repercusión en la población. La forma piramidal de la población española de 2001 corresponde básicamente a una sociedad o población que se encuentra en la IV fase de la Transición Demográfica. La pirámide del 2001 ha tomado una forma de hongo, con una base muy reducida y una cúspide sobredimensionada. Si las tasas de fecundidad se mantienen a los niveles actuales (1 hijo por familia), la pirámide en las próximas décadas irá evolucionando hacía una forma de “pilar” o de “lapicero”, con una base reducida y regular, cuya dimensión se prolongará hasta cerca de alcanzar la cúspide (Ver Pirámides de España de los años 2005, 2015, 2030 y 2050). Gráficos nº 5 Proyección de la población de España. Año 2050 Fuente: INE. Proyecciones de población a largo plazo, Gráfico nº 6 Gráfico nº 7 Con estos cambios demográficos, el número de personas mayores en los próximos años va a seguir creciendo y el peso de la población pasiva se va a hacer notar en los distintos campos sociales: en la sanidad, en la asistencia social y también en el mundo del trabajo, pues el número de mayores dependientes por cada 100 personas en edad laboral en 2001 era de 27,3, en 2020 será de 32,8 y puede llegar hasta 60 personas mayores por cada 100 activos en el año 2050. La sobrecarga de población anciana sobre la población activa se agravará cuando la generación del “baby boom” llegue a la jubilación, lo que sucederá para los años 2040-50. Para entonces podría llegar a darse una situación insostenible para cualquier sistema económico. En resumen, el tamaño y evolución de la población anciana es una nueva realidad que exige grandes cambios culturales, sociales y asistenciales. Cada vez habrá un mayor número de personas con edades superiores a los sesenta y cinco años que, una vez jubiladas, querrán seguir integradas en la sociedad, manteniendo una calidad de vida, y para ello demandarán más servicios, también de tipo educativo, y nuevas formas de participación social. 2.- Condiciones socio-económicas de los mayores.- Situación económica y pobreza. Al hablar de las condiciones socio-económicas de los mayores nos referimos exclusivamente a tres áreas: a la situación económica y/o de pobreza, a la situación laboral y a la vivienda. Como primer indicador de la situación económica nos fijamos en el gasto medio por unidad de consumo, y según este indicador, la posición económica de los mayores en España es notablemente inferior a la media de la población total, con un gasto de 87 frente a 100. Esta situación se agrava si el mayor es mujer, si vive en el mundo rural o si pertenece a la cuarta edad. Se hace necesario, así pues, profundizar en esta cuestión. Hemos advertido en páginas anteriores que uno de los factores que más intensifica los efectos negativos del retiro es el carácter brusco y radical con que éste llega a veces a producirse. Otra forma de conocer la situación económica de la población anciana es midiendo la incidencia de la pobreza en este colectivo. Se considera umbral de la pobreza aquellas rentas que están por debajo del 50% de la media de los ingresos del total de la población. Esta medida señala como pobres al 13,4 % del total de la población española y al 21,1 % de los mayores de 65 años. En números absolutos habría en España un poco más de seis millones de pobres, de los que 1.250.000 son mayores de 65 años. También este parámetro se ve alterado hacia valores más negativos si se trata de personas de la cuarta edad, de mujeres y de la población rural. Por Comunidades Autónomas, las personas mayores en peor situación económica son las de Extremadura (44,8% de pobres) y Canarias y Andalucía (30 % de pobres) y las que disfrutan de una situación económica más alta son las de Madrid, País Vasco, Cataluña, y Comunidad Foral de Navarra, con menos del 8 % de pobres. La distribución geográfica de los ancianos considerados como pobres es la siguiente: un 25 % viven en Andalucía, un 32,6 % repartidos entre Castilla y León, Galicia y la Comunidad Valenciana, y el resto repartido por las demás La vivienda En nuestra cultura siempre se ha considerado como indicador de bienestar el poseer una vivienda en propiedad. De hecho, en España la forma de tenencia de la vivienda en propiedad es la más generalizada, alcanzando al 82,6 % de la población total y en el caso de las personas mayores al 82,1 %. La diferencia fundamental entre la población mayor y la joven, en relación con la vivienda, consiste exclusivamente en que las viviendas de los mayores son más antiguas y sus instalaciones y equipamientos son más deficientes. Para conocer la habitabilidad de la vivienda nos vamos a fijar en los servicios de agua, caliente, calefacción, teléfono y ascensor. a) Con respecto al agua caliente, el 4,5 % del total de la población mayor reside en una vivienda sin este servicio. La tasa es más alta si aumenta la edad (el 6,5 % entre los mayores de 79 años), si viven en hábitat rural (el 7,3 %) y si viven solos (el 9,5 %). b) La calefacción. Lógicamente este es un servicio muy condicionado por el clima de cada región. Las viviendas peor dotadas son las de aquellas regiones con climas más cálidos y las del ámbito rural. A nivel de toda España, el 62,9 % de los mayores no disponen de calefacción en sus viviendas. c) El teléfono, es un servicio con el que cuentan el 90 % de los hogares españoles, aunque disminuye al 85 % en la vivienda rural. Las Comunidades Autónomas con mayor carencia del servicio telefónico son: Murcia (21,5 hogares sin teléfono), Castilla-La Mancha (16,1 %) y Ceuta y Melilla. d) El ascensor es un servicio solamente necesario en edificios de varias alturas, por lo que su instalación en las poblaciones rurales es casi inexistente por innecesario. Sin embargo, de las personas con más de 65 años que viven en edificios de varios pisos, el 26,1 % no tienen ascensor y esta carencia puede ser un gran problema, pues puede llegar a suponer el aislamiento de los mayores e imposibilitar la salida a la calle. Estos cuatro servicios nos presentan una situación de la vivienda de los mayores entre regular y buena, al menos entre los que viven en la ciudad. 3.- Formas de convivencia y relaciones personales.- Las formas de convivencia. El mejor indicador de cómo transcurre la vida de los mayores es conocer sus formas de convivencia. El dato más significativo a este respecto sobre la población mayor española es que ocho de cada diez mayores residen de forma autónoma, es decir, en su propia casa en compañía de su cónyuge, con otros familiares o solos. La edad y el sexo son variables que modifican sensiblemente estos datos. Mientras que los de 65 a 79 años viven de esta forma el 92,6 %, a partir de los 80 años viven de forma autónoma el 50 % La presencia de los hijos en los hogares de los mayores es bastante frecuente: el 28,5 % de las personas de 65 a 70 años viven con alguno de sus hijos, y de las personas de 70 a 84 años lo hacen el 17,4 %. La tardía emancipación de los hijos que hoy rige en España hace que la situación de “nido vacío” entre los mayores no sea muy alta. No obstante, habría un 12,5 % de personas mayores que viven solas, lo que en números absolutos significa que de los casi siete millones de personas mayores que hay en España, unas 870.000 vivirían solas y de estas, más de las tres cuartas partes son mujeres. Por comunidades autónomas donde más personas mayores viven solas es en el País Vasco, Madrid, Aragón, La Rioja, Murcia y las Islas Baleares, mientras que en el otro extremo se encuentran Galicia, Asturias y Cataluña. La mayor parte de la población española (el 75 %) aspira a vivir en su casa siempre, como lo hace ahora, un 12 % espera poder vivir con sus hijos, un 8,7 % espera vivir en una ciudad residencial para mayores y sólo un 4,4 % dice que cuando sea mayor vivirá en una residencia de ancianos. Solidaridad intergeneracional. Cuando las personas mayores necesitan ayuda, éstas la reciben de sus hijas (25,8 %), de sus hijos (14,9 %), del cónyuge (12,4%) o de otros familiares: nietos, sobrinos, hijos políticos (13,2 %). Esta ayuda familiar se fundamenta en los valores que todavía hoy mantiene la familia. Los españoles, en términos generales, siguen pensando que el cuidado de los padres ancianos es obligación de los hijos, aunque deba colaborar el Estado y otras instituciones sociales. En definitiva, los españoles mayores se inclinan mayoritariamente a vivir en sus propias casas y a ser atendidos por sus familiares, aunque ya planee la duda de quién les atenderá cuando lo necesiten y donde tendrán que ir a vivir cuando ya no se valgan por sí mismos. Relaciones personales. Dos terceras partes de los mayores dicen mantener relaciones cotidianas con amigos, parientes y vecinos; aunque casi un 10 % dice que sólo los ve una vez al mes o menos. El grado de satisfacción de los mayores con su vida familiar es muy elevado; en una escala de 1 a 10, lo califican de 8,08. En términos generales, también se sienten bastante satisfechos con sus vidas; en una escala de 1 a 10 se otorgan un 7,47 %. Sin embargo, frente a las alternativas de “ir con cuidado” o fiarse de la gente, solamente el 20,3 % confía en los demás. UN LUGAR LLAMADO HOGAR Desde la perspectiva del anciano, hay una serie de factores que moderan el cambio de residencia. La familiaridad de la configuración física de una casa, el rechazo a abandonar antiguos vecinos y amigos, el miedo a reconocer la dependencia, cada vez mayor, y el apego emocional a un lugar que puede haber sido el hogar durante décadas y el centro de muchas experiencias importantes de la vida refuerzan la inercia. Al mismo tiempo, los decrementos psicológicos, el decaimiento de la salud, la menor capacidad para tratar con el entorno del vecindario, la muerte del cónyuge, el aumento del aislamiento social a medida que otros individuos de su generación fallecen o se trasladan y la menor capacidad para mantener físicamente la residencia se convierten en indicadores, crecientemente insistentes de la necesidad de trasladarse. El dilema persistente no es simplemente un problema para los individuos de edad avanzada. También es una preocupación importante para sus familias. Los estudios que abarcan varias décadas han registrado que los ancianos tienden a expresar altos niveles de satisfacción con su alojamiento, incluso cuando la calidad física de su residencia deja mucho que desear. Estos hallazgos se han atribuido a la defensa del ego, a la familiaridad generada por la duración considerable del domicilio y al desarrollo de un apego al domicilio como hogar. La necesidad de un hogar es un imperativo humano fundamental que ofrece un lugar de orden y de control en un mundo caótico. Como ha escrito Ruskin, la auténtica naturaleza del hogar “el lugar de paz, el refugio, no sólo de daños, sino de todo el terror, dudas y divisiones”. El hogar imparte un sentido de identidad, seguridad y posesión. Es un espacio diferenciado del mundo exterior, que a menudo, es contemplado como hostil. Cruzar el umbral para salir comporta una sensación de transición de lo sagrado a lo profano. ¿Qué significa, especialmente para el anciano, el hogar? Para muchos individuos de edad avanzada, es un marco que acrecienta la sensación de competencia personal. La íntima familiaridad con la configuración de las habitaciones, la colocación de los muebles y los sitios donde refugiarse cuando se produce un acceso de sueño ofrecen seguridad de la capacidad de mantener la independencia, a pesar del fallo de la capacidad fisiológica y sensorial. El domicilio puede estar impregnado de significado como símbolo de la continuidad familiar y conexión con el futuro. Asimismo, podría ser un depósito de recuerdos y proporcionar un enlace con el pasado, bien mediante significados acumulados del recuerdo de acontecimientos que tuvieron lugar dentro del marco físico (la muerte del cónyuge, una fiesta entrañable, el anuncio de un matrimonio futuro) o con los recuerdos y el sentido del individuo que son evocados a través de las posesiones y objetos personales que se mantienen dentro del hogar. Estas conexiones proporcionan un sentimiento de interiorismo autobiográfico. Tanto el domicilio como las posesiones que contiene pueden servir de museo de la historia de la vida, las manifestaciones físicas de un camino recorrido. El traslado. La adaptación a una residencia por parte del anciano es un proceso que comporta la reconciliación de necesidades y emociones conflictivas durante un período de tiempo considerable. Con la edad, a medida que aumenta la vulnerabilidad y declina la competencia personal, la familia, los médicos, podrían asumir el papel creciente en la determinación de la trayectoria residencial del individuo La persona mayor suele resistirse al traslado, a primera vista, muchas veces no manifiesta lo que parecerían ser respuestas racionales a las necesidades residenciales cambiantes. Quizá reconozcan que su vivienda es inferior, falta de facilidades e inadecuadas en cuanto a sus circunstancias psicológicas, económicas y sociales. Sin embargo, incluso si profesan expresamente el deseo de trasladarse, estas aspiraciones frecuentemente no se traducen en la conducta. A menudo, hay poca correspondencia entre la insatisfacción respecto a la vivienda (a raíz de su inadecuación funcional), preferencia por el traslado y la ejecución del mismo. La adaptación podría estar influida por el estatus del anciano previo al traslado, el punto hasta el que las decisiones de traslado son voluntarias en lugar de obligadas, y el grado hasta el que el individuo participa en el mismo proceso. Para la familia este es un proceso que comporta gran angustia y sentimiento de culpabilidad y fracaso. En la mayoría de casos, el anciano efectúa este último traslado con gran pesar, ya que representa un reconocimiento claro de la muerte venidera y una separación final del hogar y de las posesiones de toda una vida. Por otra parte, muchos ancianos frágiles son conscientes de la carga de responsabilidad que imponen sobre los miembros de su familia y están ansiosos por minimizar el impacto de su incapacidad sobre los seres queridos. Por consiguiente, algunos individuos de edad, pese a ser enormemente reacios, eligen la institucionalización de modo voluntario. A menudo existe un sentimiento de resignación combinado con agitación cuando la persona llega a aceptar la necesidad de renunciar a su hogar al menos como entidad física y en el sentido posesivo de un lugar propio. Esto suscita una pregunta fundamental ¿Es posible crear y mantener algún sentimiento de hogar después de este tipo de traslado? Mitigar la transición Existen diversas formas con las que se pueden minimizar las consecuencias potencialmente negativas del traslado: • Creación de un entorno de destino atractivo que facilite un estilo de vida confortable y engendre un sentimiento de hogar. • Oferta de apoyo a la persona mayor y a su familia durante el proceso de la decisión del traslado. • Fomentar un sentido de continuidad con los ambientes del pasado. La creación de un ambiente en el que una persona mayor pueda funcionar eficazmente no representa un hogar, proceso que conlleva algo más que un buen arquitecto. El hecho de crear un hogar podría ser facilitado por la transferencia de objetos y recuerdos que sean importantes para la preservación del sentido de identidad de la persona y que enlace con el pasado (historia de una vida) y con el futuro (objetos que pasarán a manos de generaciones futuras para la preservación de un sentido de continuidad). Es necesario facilitar la personalización del espacio. Proporcionar apoyo durante el proceso de cambio de domicilio constituye una segunda estrategia para la intervención constructiva en el proceso de cambio de domicilio del anciano. Se puede ofrecer un apoyo significativo con la mayor información posible con respecto a la nueva residencia. Hay que involucrar a la persona tanto como sea posible en el proceso continuo de toma de decisiones con respecto a la acomodación futura. El estrés del cambio de domicilio también puede ser mejorado mediante la preparación anticipada que incluya una selección cuidadosa de compañeros de habitación, en las situaciones en las que sea necesario compartir el alojamiento, y con visitas a la nueva residencia, antes del traslado real. Quizá la contribución más importante para limitar el estrés de la separación desde el hogar pueda ser efectuado por familiares y profesionales que reconocen la necesidad crítica, durante el proceso de decisión, de mantener un sentido de continuidad ambiental y temporal en el mundo vital del anciano. A través de visitas de regreso al primer hogar y al vecindario, visitas familiares frecuentes, miembros de la comunidad parroquial, correspondencia y llamadas telefónicas y el fortalecimiento del recuerdo y del regreso al hogar. El mantenimiento de la continuidad temporal del hogar como reposición del sentido y de la identidad personal también es incrementado con la presencia de objetos y posesiones que el anciano ha guardado consigo y que ofrecen manifestaciones tangibles del pasado de la persona y claves para la resurrección de éste mediante la reminiscencia. Tanto los papeles sociales como los estereotipos de la vejez influyen e incluso determinan el autoconcepto, la autoimagen que la persona tiene de sí misma, así como también las expectativas que la gente en general sobre todo los adultos más cercanos a edades superiores tienen sobre la vejez. La consecuencia lógica de una imagen negativa de la vejez es su rechazo, es decir, un rechazo no sólo de la persona mayor sino de la propia vejez lejana o cercana. La imagen que los mayores tienen de sí mismos está determinada por variables personales (su propio estado de salud, su apariencia) pero también por las normas sociales que existen en la sociedad. La persona mayor deja de ser un medio de producción efectivo, ha cumplido su misión en el orden económico y social y encarna la imagen de un futuro indeseable y rechazado. La vejez se puede presentar como un cúmulo de carencias e insuficiencias o considerar a la persona mayor como un ser valioso, gran conocedor, que conserva muchas de sus capacidades y que puede desarrollar otras tantas potencialidades. NECESIDADES Como decíamos anteriormente, circula como uno de los mitos más al uso que las personas mayores viven ancladas en el pasado, que el presente no les importa, no les interesa. Seguramente esto puede ocurrir, además de en procesos patológicos concretos, cuando el presente está vacío, cuando no existe “proyecto”, cuando la vida gira en torno a los impulsos e instintos más bajos de la persona, como son en la clasificación clásica las necesidades fisiológicas (comer, dormir, etc.). Decía Maslow que “el hombre sólo vive de pan cuando no hay más que pan”. Pero cuando sobra pan, esto es, cuando está satisfecho, entonces surgen otras necesidades superiores que son las que dominan”. Para este autor, las necesidades humanas se presentan de forma jerarquizada. Sólo cuando las más elementales están satisfechas puede ascenderse a la siguiente. Tales necesidades las representa Maslow en forma de pirámide: Necesidades fisiológicas y psíquicas elementales: alimento, sueño, vestido, calor El punto de partida en la atención a las personas mayores será, pues, el trabajo material dirigido a satisfacer las necesidades elementales: además de una correcta y bien presentada alimentación, higiene y confort de toda la residencia, perfecta higiene y cuidado aspecto de la persona mayor ¿cómo sin estar bien aseado y vestido puede alguien sentirse valorado? • Que el conjunto del ambiente sea apacible y ordenado refuerza el sentimiento de seguridad de las personas. • Será preciso que los centros estén perfectamente dotados de elementos de seguridad: suelos antideslizantes, inexistencia de barreras (escaleras, pasos estrechos...), iluminación adecuada, dotados de equipamientos contra incendios, etc.). • Que las habitaciones aseguren la intimidad y, al mismo tiempo, estén dotadas de sistemas de alarma, etc. Una vez cubiertas estas necesidades básicas, habrá de plantearse otras, como las relaciones de cada persona con los demás, así como su grado de autoestima. Todas estas fases nos están hablando de “evolución”, de “proceso”. Y, en efecto, el cuidado de una persona mayor dependiente tiene un carácter procesual, es decir, es un trabajo que se realiza y evoluciona a lo largo del tiempo. En tal proceso, la importancia de cada día es decisiva. Desde el momento del ingreso de la persona, hasta su salida del centro, o hasta su fallecimiento, es necesario plantearse el modo de cómo satisfacer todas las necesidades humanas, que aparecen en la pirámide jerarquizadas. Cuando una persona está gravemente enferma es muy importante que se sienta bien atendida, pero también comprendida y querida. Con ello se reforzará el sentimiento de estima personal. La última fase del trabajo consistirá muchas veces en acompañar a la persona hasta su muerte. También en este momento, y de manera muy especial, procederá dar satisfacción a todas las necesidades descritas. Tras conseguir el mayor bienestar psíquico y físico estaremos cooperando para conseguir que se produzca la aceptación de la muerte y un tránsito apacible y tranquilo, en un estado de autorrealización que todos deseamos para ese momento decisivo. En cualquier momento de la vida humana, con independencia de la edad, el presente de la persona es esencial. Si practicáramos la escucha activa con las personas mayores, quizá pudiéramos comprobar que, sobre todo para quienes mantienen impulsos más nobles que los de la pura supervivencia, el mito de la insignificancia del presente no se corresponde con la realidad. Llegar a la etapa final de la vida no tiene por qué significar que hay que carecer de esperanzas, de aspiraciones. Estas pueden ser mantenidas a diario en un presente ilusionado y que importe si las personas mayores, allá donde quiera que se encuentren, perciben que cuentan en su haber con algo más que pan y cama por horizonte. Para quienes se encuentren en una residencia importa sobremanera que cada nuevo día sea acogido esperanzadamente y con buen ánimo. Ello sólo sucederá si el ambiente general lo favorece. Necesidades de seguridad: paz y orden Tienen relación con la conservación, el mantenimiento del orden, la protección, la ausencia de peligro, la previsibilidad del futuro y la estabilidad. Además, pueden adoptar la forma de temores con miedo a lo desconocido, al caos, a la ambigüedad y a la confusión. Una persona que sufre la pérdida del control sobre sus circunstancias temerá ser vulnerado y débil y se verá incapaz de hacer frente a las exigencias de la vida; de ahí que muchas personas deseen la existencia de instituciones estructuradas donde se les dé todo hecho y se les ofrezca protección y estabilidad. Así como un hombre saciado no se siente hambriento, un hombre seguro no se siente en peligro. En el caso de las personas mayores el cambio de los determinantes ambientales provoca un estado de ansiedad que indudablemente aumentará el sentimiento de amenaza y por lo tanto de inseguridad de estas personas. Esta situación es bastante evidente en las personas mayores con demencia. Como decíamos, la primera forma de seguridad está representada por las estructura del centro pero también por cuantos trabajan en la residencia para el bien de los mayores. Estas mismas realidades representan, desde otro ángulo, amenazas para la seguridad, en cuanto que el ambiente nuevo para la persona, el lenguaje nuevo, la falta de cortesía, las normas institucionales... producen desajustes en las personas residentes. Entre las condiciones importantes para favorecer la seguridad se incluye una relación de confianza con el personal y un ambiente que promueva la dignidad humana. Cuando disminuye la seguridad, aumentan el miedo y una angustia difusa que agudiza las relaciones y los problemas. Se da también una inseguridad de fondo, que tiene sus raíces en la persona mayor y que bloquea su libertad o la paraliza ante el espectro de enfermedades graves o de la muerte. Por eso es fundamental promover un ambiente que genere seguridad en la persona mayor. Necesidad de estima Sabemos que la calidad de vida depende mucho del propio nivel de confianza o de falta de estima. Todos tenemos necesidad de sentirnos reconocidos, apreciados y afirmados en el ámbito familiar, social o profesional... Pueden ser de dos clases: • Las que se refieren a la autoestima, amor propio, respeto de sí mismo, a la consideración de sí y a la apreciación propia. Tienen como objetivo el deseo de fortaleza, de logro, de suficiencia, de competencia, de confianza y de libertad. Buscan el auto respeto a través de los logros, la autonomía y el crecimiento personal. Con este sentimiento la persona tiene conciencia de ser capaz para la ejecución, de ser considerado como alguien digno de respeto y prestigio, con capacidad de dirección, autonomía e independencia y como consecuencia, de la competencia, éxito y fuerza propios. La satisfacción de las necesidades de autoestima conduce a sentimientos de autoconfianza, valía, fuerza, capacidad y suficiencia, de ser útiles necesarios en el mundo. Del mismo modo que la no satisfacción produce sentimientos de inferioridad, debilidad e impotencia. • El otro tipo de necesidades de aprecio se refiere a la estima y respeto de los demás, incluye la deferencia, el deseo de reputación, el prestigio de la búsqueda del estatus, el dominio, el reconocimiento, la atención, la importancia, los recursos sociales, la fama, el halago y el poder. No satisfacer estas necesidades puede generar un sentimiento de inferioridad de ser uno distinto de los demás y de ser fracasado. En las personas mayores residencializadas tienen relación con: • Reconocimiento, importancia y consideración de las propias actividades por los propios compañeros y por los cuidados y responsables de la residencia, el trato con respeto y amabilidad, si sus demandas encuentran una respuesta adecuada, si se le implica directamente en el proceso de decisión, crece en su estima personal. • En cambio, cuando se le trata como a un niño al que hay que proteger, cuando a sus preguntas se responde con fáciles seguridades, y sus exigencias no son atendidas, entonces se disparan sus reacciones de desconfianza y aumentan sus dudas y su sentimiento de inferioridad y de incapacitación personal. Necesidades sociales de afecto e identificación La mayor parte de las personas nacen en el contexto de una familia en la que se sienten queridas y acogidas. Más tarde el círculo de los afectos y de las pertenencias se dilata para incluir a los compañeros de colegio, a los colegas de trabajo, a los amigos, a la comunidad parroquial, etc. La experiencia de ingreso intensifica en no pocos la necesidad de la solidaridad y de proximidad. La persona mayor no entra solo en la residencia, sino que lleva consigo el pensamiento y la compañía de las personas a las que están vinculadas y de las que depende. Se espera del personal gestos y palabras teñidos de afecto y humanidad. Las conversaciones con otras personas sirven para reducir el estrés y crear espacios de apoyo mutuo. En algunas residencias designan a una persona para apoyar el proceso de ingreso. Cuando la necesidad de pertenencia no se satisface, aumenta la sensación de marginación, abandono y soledad. Autonomía La persona con autonomía no se conforma con algo que ha sido sugerido o pensado por otros, trata ella misma de aportar sus propias conclusiones, es independiente se siente libre y no obligada con respecto a normas y regulaciones. Lucha contra todo tipo de restricciones y limitaciones, desafía las convenciones y se rige por sí misma, con el fin de permanecer libre de compromisos y obligaciones con respecto a otros. En las personas mayores residencializadas se entiende como la capacidad personal de los residentes de decidir el tipo de actividades para llevar a cabo en la residencia, la forma de realizarlas y el tiempo a dedicar a las mismas y, en definitiva, a participar en la toma de decisiones en todos los aspectos relacionados con su vida. Autorrealización Una persona sólo está sana cuando se auto realiza creativamente. El presupuesto básico es que la persona no tiende a la autodestrucción sino a una nueva expresividad creadora. Significa desplegar la persona su propia naturaleza en todos los aspectos siendo aquello que puede llegar a ser. A veces la persona puede desarrollar un nuevo descontento y desasosiego, a menos que la persona se entregue a una tarea que se adapte a su modo de ser. Un músico tiene que hacer música. Una persona tiene que ser lo que puede ser, la tendencia de llegar a hacer actuales todas sus posibilidades, deseo de llegar a ser cada vez más lo que uno es. Estas necesidades varían mucho de una persona a otra, a la hora de la satisfacción. Es importante no sólo la clase de actividad que la persona desea realizar, sino también la forma en que esa actividad se realiza. Según Maslow para que una persona se realice a sí misma, han de cumplirse las siguientes condiciones previas: • Deberá tener satisfechas sus necesidades básicas. • Deberá encontrarse bien en su tarea y saber que su talento es apreciado. • Deberá sentirse aceptada en los contactos sociales. • Deberá sentirse respetada por aquellas que cuentan con ella. • Deberá respetarse a sí misma aceptando sus capacidades y limitaciones. • Deberá desarrollar sus posibilidades y realizar aquello para lo cual está mejor capacitada. En la residencia: • Satisfacción personal de los residentes dentro de la misma residencia, el sentimiento de aprecio por parte de la residencia hacia las cosas que los residentes realizan y el convencimiento personal de los residentes de que la residencia aprovecha todas sus habilidades y aptitudes personales. Cada persona está llamada a hacer realidad sus propias potencialidades. Dando expresión a lo que somos y tenemos, ofrecemos aportaciones positivas a los contextos de pertenencia. Prestar atención a las necesidades Quienes por los motivos que sean, tienen contacto con personas mayores, están llamados a tener en cuenta la variedad de las necesidades que experimenta y a esforzarse por responder a ellas en el modo y tiempo considerados más oportunos. Como decíamos las necesidades psicológicas ocupan un lugar importante en la cotidianeidad, y el equilibrio de la persona requiere la posibilidad de satisfacerlas, al menos en parte, y en especial, las más importantes, es decir: • Recibir y dar afecto, tener libertad, experimentar cambios y variedad, progresar y sentirse realizado, tener algún espacio propio, poder relajarse y entretenerse... La dificultad para satisfacerlas puede estar relacionada con la falta de capacidad para reconocerlas, con el temor de parecer egoístas al intentarlo, con la desgana para tomar iniciativas para colmarlas. Señales frecuentes que alertan sobre la frustración de las necesidades son el desánimo, la confusión, la dificultad para concentrarse, la irritabilidad, dormir mal a deshoras, el resentimiento...Si el grado de frustración es alto, se advierten manifestaciones preocupantes, como la depresión, el consumo excesivo de alcohol o de comida, comportamientos impulsivos o histéricos, problemas psicosomáticos... Las necesidades, como los sentimientos, piden atención y respuestas adecuadas, tanto en el plano personal como en el relacional. Si se las descuida o no se las atiende, buscan el modo de dejarse sentir y se convierten en inquilinos incómodos y rebeldes. En consecuencia, la persona a la que atendemos en una residencia es una persona que puede necesitar nuestro apoyo. Nuestro objetivo, entre otros, debe ser ayudar a mantener la dignidad de la vida humana en esa etapa vital. La vida en una residencia presenta un cúmulo de situaciones problemáticas que no son fáciles de resolver y que, por tanto, no pueden ser resueltas con fórmulas preconcebidas ni con soluciones simples. Aceptar de entrada la complejidad que rige el conjunto de interrelaciones que se producen en el medio residencial sería, pues, la primera recomendación, con independencia de los objetivos que ya han sido enunciados, son las siguientes: • Considerar a la persona mayor un adulto, merecedora del mayor respeto: integrar, tanto como sea posible, la participación de las personas en la vida de la residencia. • Practicar la escucha activa: cuidando el lenguaje no verbal, asentir con monosílabos e interjecciones, hacer que la persona perciba que estamos allí escuchando activamente (te entiendo, claro, ya veo...). • Utilizar la mirada transmitiendo atención ternura y comprensión, exagerar los gestos faciales especialmente con aquellos mayores que tienen deterioro auditivo y/o cognitivo. • Respetar el silencio, a menudo los mayores necesitan tiempo para expresar lo que quieren decir. • Dejar que, cuando hable la persona mayor, exprese cómo se siente la expresión de sentimientos supone un alivio para quien los tiene larvados, sin posibilidad de que afloren a la superficie de su nivel consciente. • Cuidar la imagen de la persona mayor evitar referirse a los residentes mediante etiquetas diagnósticas “dementes”. Fomentar el autocuidado y el esmero en su apariencia personal. • Garantizar las libertades básicas y derechos de las personas: en cuanto al control sobre sus posesiones, la libre circulación, facilidad y libertad para comunicaciones telefónicas y postales, derecho a la intimidad y derecho al libre ejercicio de prácticas políticas o religiosas. • Flexibilidad en las normas de régimen interior: amplitud de horarios para levantarse y acostarse, para el servicio de comidas, respeto y garantía de intimidad en las relaciones íntimas, posibilidad de tener un animal o un instrumento de música, respetar las costumbres aunque sean nocivas (tabaco). • Atención personalizada, el cual aparece como obligado si hemos aceptado que cada persona es única y, por consiguiente, tiene necesidades específicas para mejorar su calidad de vida. En definitiva, integrar lo negativo e inevitable de nuestra existencia es una de las claves para ser feliz. Arrastrar frustraciones y lamentos por lo que no pudo ser conduce a la melancolía y a un estado anímico depresivo. Es algo que constatamos a diario en nuestra relación con los mayores. No es fácil, sino muy difícil, encajar derrotas y fracasos, pérdidas y limitaciones. Debemos trabajar la integración de la persona bajo la clave de la adaptación. Integrar significa incorporar a la propia experiencia vital todo cuanto le acontece a la persona, ya sea gratificante o frustrante. En este sentido, la integración personal es producto de la capacidad de adaptación de la persona a los avatares y cambios que sufre su vida. Y en la vejez no son pocos. Vemos que las personas de personalidad activa y participativa tienen menor dificultad para la integración; y las personas pasivas o inhibidas, mayor dificultad. Adaptarse a las circunstancias personales (cambios biológicos, psíquicos y afectivos), y a las circunstancias del entorno (cambios familiares, rol social) es tarea necesaria para la integración personal. En el caso de la persona mayor residencializada el cambio que se le pide es enorme, frecuentemente no querido, y que afecta de manera directa a todo el marco anterior en el que se desenvolvía la vida del anciano. En el fondo, lo que está en juego en la integración personal es la cuestión del sentido. La persona mayor que ha encontrado y encuentra un sentido a su vida concibe su existencia como un camino cuya última etapa está recorriendo. “La vida es un gerundio y no un participio” (Ortega y Gasset, 1942). Y mientras existe vida, lo que nos hace humanos, lo que nos da dignidad es mantener un proyecto”. Valores sociales de las personas mayores. Las personas mayores siguen manteniendo una serie de valores que les caracteriza como un colectivo con personalidad propia y diferente del resto de la sociedad. Preguntados por sus valores, señalan como principales y en este orden: la salud, la familia, el bienestar económico, los amigos y la religión y, en último puesto, la política. Referente a la familia destaca la defensa de la autoridad de los padres sobre los hijos. El 79,3 % dice que es obligación de los hijos el respetar siempre a sus padres. En correspondencia con este valor, el 80 % de los mayores defienden la máxima responsabilidad que tienen que tener los padres para con sus hijos. Son partidarios de que los padres tienen que dedicarse a sus hijos aún a costa de su propio bienestar, frente a la alternativa hoy defendida por muchos matrimonios jóvenes de que “los padres tienen su propia vida”. Otro valor familiar defendido por los mayores es el matrimonio como una institución necesaria. En relación con el tan traído y llevado tema de los matrimonios homosexuales, la mayoría de los mayores estarían en contra de la legalización, ya que dos de cada tres (66,6%) rechazan que un hijo o hija suya mantenga relaciones homosexuales. También rechazan los nacimientos fuera del matrimonio y para un 31,8 % sería un problema grave que una de sus hijas tuviese un hijo sin estar casada. En cuanto al rol de la mujer, uno de los cambios sociales más característicos de los últimos tiempos, las personas mayores mantienen una opinión dividida entre casi el 50 % a favor y el otro 50 % en contra de los cambios. El 30 % sigue manteniendo una posición tradicional y defiende que las tareas domésticas deben ser realizadas exclusivamente por las mujeres. Otro 15,2 % dice que las mujeres deben encargarse de la mayor parte de las tareas del hogar; contra un 49 % que afirma que las tareas deben ser compartidas entre hombres y mujeres. Siguiendo con la diferenciación de roles, el 36,2 % de los mayores piensan que el deber del hombre es traer el dinero a casa, mientras que la mujer debe cuidar de su casa y de su familia. Esta opinión sobre la diferenciación de hombres y mujeres en las ocupaciones de la casa está refrendada por la práctica diaria que asigna a las mujeres las tareas tradicionalmente encomendadas a estas. Así, el 90 % de los mayores dicen que en su casa la colada la hacen las mujeres y el 89 % reconoce que las que cuidan habitualmente de los hijos y de los enfermos son igualmente las mujeres. Creencias y prácticas religiosas. La sociedad española desde hace varias décadas se puede decir que está sometida a un proceso de secularización. Este proceso de secularización, que ha afectado ampliamente a la población joven, todavía hoy no parece haber llegado a la población mayor, que sigue manteniendo profundas creencias y frecuentes prácticas religiosas. El 70 % de las personas con más de sesenta y cinco años se autodefinen como muy o bastante religiosas, frente al 42 % de la población total o frente al 24,7 % de los jóvenes entre dieciocho y veinticuatro años. Pero son aún más altos los porcentajes cuando se les pregunta por la religión concreta a la que pertenecen, pues el 93,9 % se confiesa católico, frente a un 2,9 % que dice ser no creyente y menos de un 1 % que practica otra religión. Tratando de conocer aún más la importancia que la religión tiene para los mayores, aparecen dos nuevos indicadores: a) La importancia de Dios en sus vidas, que califican de 7,3 en una escala de 0 como valor mínimo y 10 como valor máximo. b) La creencia de que la religión para las personas mayores es una fuente de consuelo, de fortaleza y de seguridad, como lo afirma el 70%. En cuanto a la asistencia a la misa dominical, más del 40 % de la población mayor dice asistir al menos una vez a la semana, frente a un escaso 9 % de asistencia de los jóvenes entre 18 y 34 años. Otro dato interesante sobre la religiosidad de los mayores nos lo ofrece ese casi 50 % que reza todos los días en privado. Sin embargo, una práctica religiosa también privada, que es muy frecuente entre otras iglesias cristiana, como es la lectura de la Biblia, entre nuestros mayores está muy poco extendida El posicionamiento de los mayores sobre determinados sacramentos o prácticas religiosas, que hoy están en crisis entre la población joven, sigue siendo altamente positivo y consecuente con sus creencias y con la enseñanza de la Iglesia Así, el 60,4 % considera un deber bautizar a sus hijos recién nacidos y cerca del 80 % cree que el matrimonio religioso es la única alternativa válida. La postura altamente positiva de las personas mayores frente a las creencias y a las prácticas religiosas está acompañada de la defensa de la educación religiosa. Casi un 50 % opina que la enseñanza de la religión debiera ser obligatoria en las escuelas y otro 40 % dice que debería darse la posibilidad de elegir. Pero, en todo caso, para cerca del 80 % la religión es muy importante para la educación de los hijos, y otro 63 % defiende que las creencias religiosas son cada día más necesarias. Ante la religiosidad tan enraizada que poseen las personas mayores, en medio de una sociedad secularizada como es la nuestra, surgen una serie de preguntas: ¿Esta religiosidad es consecuencia de la formación recibida en la infancia y de la presión del medioambiente religioso de hace décadas? Si esto fuese así, si la religiosidad de las personas mayores dependiese de las circunstancias socioculturales de otros tiempos, habría que concluir diciendo que la religiosidad tenderá a reducirse e incluso a desaparecer entre muchas personas en un futuro próximo. ¿Puede ser que la religiosidad sea un efecto de la edad? es decir, que las personas al llegar a una determinada edad se planteen una serie de interrogantes para los que no encuentran respuesta a no ser en la religión. Si la religión dependiese de la edad; si los seres humanos con los años nos volviésemos más religiosos, entonces habría que concluir que las generaciones que hoy son jóvenes y poco o nada religiosas, con el paso de los años serán igualmente religiosas como hoy lo son los mayores. Parece que estas preguntas no alcanzan plena satisfacción en las respuestas hipotéticas dadas. Tal vez tendríamos que ir a una síntesis de las dos hipótesis avanzadas, pues es difícil de entender que sin una educación previa se llegue a una religiosidad sólida y fundamentada en la ancianidad. La participación socio-política. Por lo general, la valoración que los españoles hacen de la política es bastante negativa: el 64,8 % de los españoles considera que los políticos buscan, ante todo, la satisfacción de sus intereses personales; un 61,5 % creen que no tienen ningún interés por los problemas de sus votantes; y un 48,5 % dicen que la política es una actividad muy compleja, que es sólo para los políticos. En similares porcentajes se manifiestan los mayores e incluso son aún más críticos con los políticos (el 66 %); sin embargo, un 65,5 % de los mayores creen que los partidos políticos son necesarios para la democracia, aunque su funcionamiento es valorado como negativo por el 63 % y es frecuente el uso de la frase: “todos son iguales”. A pesar de la valoración negativa que los mayores hacen de la política, sin embargo su participación en las elecciones es muy alta. Concretamente en las elecciones generales celebradas el 12 de marzo del 2000 acudieron a votar cerca del 90 % de los mayores y casi dos de cada tres votaron al mismo partido que suelen votar siempre. Además un 85,4 % tenían decidido el voto antes del desarrollo de la campaña electoral. En la auto identificación política, los mayores se sitúan ligeramente más a la derecha que la población general. El 43,1 % dice haber votado al PP frente al 24,2 % que dice haber votado al PSOE. Pero el dato más significativo de este área es el alto porcentaje, un 31,1 %, de personas mayores que no quiere contestar a estas cuestiones. Prefieren no hablar de temas de política. La participación en otras actividades sociales es muy baja: el 15 % habría participado en alguna manifestación autorizada y un 10 % dice haber participado en huelgas. Con la revolución industrial se exalta el valor del trabajo, hasta pasar a ser el principal instrumento de medida de la categoría humana. Del “homo religiosus” medieval, se pasa al concepto de “Homo faber” (Definición dela R.A.E. “Hombre que todo lo fabrica”) de la modernidad. El hombre por medio del trabajo se redime a sí mismo (Calvino) y redime a la clase trabajadora y a la naturaleza (Marx). Finalmente, en los tiempos actuales, gracias a las reivindicaciones socio laborales, el tiempo de trabajo se ha ido reduciendo para los trabajadores en beneficio del tiempo libre, que ha ido adquiriendo cada vez más amplitud: fines de semana, un mes al año y el período más o menos largo después de la jubilación. Así, ha aparecido una nueva realidad temporal en la vida de los trabajadores y una nueva concepción del trabajo como medio y del ocio como fin en sí mismo, como valor conquistado para disfrutar, hasta transformar el “homo faber” de la revolución industrial en “homo ludens” de la actualidad o postmodernidad (Witzinga). SOCIOLOGÍA DEL OCIO. Para estudiar esta nueva realidad aparece la Sociología del Ocio, que, independientemente de distintos autores y teorías, suele diferenciar entre tiempo de trabajo, tiempo libre para dedicar al descanso y otras obligaciones socio-familiares y tiempo liberado o tiempo de ocio. Como señalan Puig Rovira y Trilla, el ocio es el tiempo libre, más la libertad personal. Esto significa que las actividades realizadas en el tiempo libre, si son libremente elegidas y se consigue disfrutar en su realización, se convierten en ocio. Estos mismos autores tipifican las actividades realizadas en el tiempo libre u ocio en las siguientes categorías: 1. Actividades que exigen ejercicio físico, como son los deportes, paseos y excursiones. 2. Actividades manuales y creativas, tales como jardinería, horticultura, bricolaje, trabajos manuales, etc. 3. Actividades culturales: televisión, radio, lecturas, cine, teatro, conferencias. 4. Actividades de relaciones sociales, tales como reuniones familiares, tertulias de café, fiestas de amigos, asociaciones de todo tipo. Volviendo sobre el tema que nos ocupa en este apartado, tenemos que decir que para las personas mayores, al jubilarse, todo su tiempo de trabajo se convierte en tiempo libre y se puede convertir en tiempo liberado u ocio si se llena de actividades libremente elegidas y si son gratificantes. Si no es así, este tiempo libre puede significar una amenaza, una losa pesada, más que una liberación. El paso de la situación de trabajador activo a jubilado supone añadir al menos ocho horas más al tiempo libre de que se disponía antes de la jubilación. La adaptación a esta nueva realidad tiene que producir necesariamente desajustes en el individuo, Las actividades que pueden hacer las personas mayores en el tiempo libre son prácticamente las mismas que las que realizan las personas más jóvenes, aunque las que exigen más ejercicio físico encuentren las limitaciones propias de la edad, es decir, una menor aptitud funcional. Como dice Moragas, las actividades de las personas mayores se caracterizan por una tendencia a pasar de obligatoria voluntarias, de externas al hogar a internas y de interacción social a individuales o, a lo sumo, en pareja . Si nos atenemos a los resultados del Informe 2002 sobre las personas mayores en España y siguiendo la tipificación usada por Moragas, las actividades preferidas por los mayores para ocupar su tiempo libre son: a). En primer lugar las actividades sociales o relacionales. Durante los años de trabajo, las relaciones sociales y de amistad se establecen mayoritariamente con los compañeros de trabajo o con aquellos que comparten la misma profesión, pero, al llegar la jubilación, se suelen perder este tipo de relaciones y se ven obligados a buscar otras nuevas amistades con los que se encuentran en la misma situación y, sobre todo, con la propia familia. De hecho, la opción más elegida por la población mayor española para pasar el tiempo libre es la familia (el 66,5%) y en segundo lugar, pero a mucha distancia son los amigos (el 10,9%). Un 8,4% prefiere la soledad. Esta opción es más frecuente entre los mayores de 80 años o cuarta edad. También el valor más destacado por los mayores es la salud y luego la familia. b). En segundo lugar estarían las actividades culturales que comprenden: la televisión, la radio la lectura y los espectáculos. Los mayores pasan muchas horas sentados delante del televisor, tal vez porque no saben hacer otra cosa o porque esto les resulta más cómodo que leer, escuchar música, ir al teatro o al cine. Según el Informe 2002, el 96,9 % de los mayores ha visto la televisión en la semana antes de ser entrevistado. Siguiendo otros estudios sociológicos sobre personas mayores, se puede decir que los hombres con más de sesenta y cinco años dedican unas 30 horas semanales a ver la televisión y las mujeres más de treinta y cinco. Los programas más vistos son en este orden: los informativos, los documentales, los concursos y las películas Arago, J. M.: “Aspectos psicosociales de la senectud”, en Carretero, M. y otros: Psicología evolutiva 3. Adolescencia, madurez y senectud. Alianza Editorial. Madrid, 1995, pp. 304-309. El segundo medio de comunicación más usado es la radio, que la escuchan el 76,2 % de hombres, frente al 67,7 % de mujeres; todos ellos menos de tres horas al día. La lectura es otra actividad elegida para ocupar el tiempo libre, pero a distancia de la televisión y la radio. El 58,5 % de hombres y el 45,4 % de mujeres dicen haber leído algo en la última semana. La principal lectura es la prensa diaria, y la causa de una mayor frecuencia de lectura entre los hombres parece que estaría en su mayor nivel cultural. Sin embargo, la asistencia a espectáculos y a conferencias entre los mayores es muy limitada; sólo el 6,9 % había ido durante la última semana a un espectáculo y el 3,6 % a una conferencia o concierto musical. Las diversas actividades en que los mayores ocupan o pueden ocupar su tiempo libre son la mejor terapia para mantener una calidad de vida y una vida saludable. El ocio entendido como ese tiempo libre de que disponen los mayores para llenarlo con actividades gratificantes les proporciona ocasiones para establecer nuevas relaciones sociales y nuevas amistades, les mantienen activos e informados, les ayudan a descubrir nuevas cualidades y hasta a desarrollar nuevas vocaciones, y si las actividades son de tipo educativo, les ayudan a comprender los cambios y a seguir integrados en la sociedad. Nivel de educación de los mayores. Debido a la influencia de la psicología evolutiva, la vejez ha sido considerada como una etapa de decrecimiento irreversible. En contraposición a la infancia y a la juventud, a las que se consideraba como el período de la fijación de los conocimientos básicos para el desarrollo humano y, por consiguiente, la etapa de educación casi de forma excluyente, y en contraposición también a la edad madura, a los adultos, a quienes se confiaba el trabajo, la formación de la familia y las responsabilidades sociales, a los mayores, a los ancianos, les correspondía el ocio, el retiro y el desempeño de actividades secundarias. Pero hoy es generalmente reconocido que la persona está aprendiendo y socializándose a cualquier edad y que los mayores necesitan más que nadie educarse para adaptarse al cambio. En una sociedad postindustrial, profundamente tecnificada y en continuo cambio, como es la nuestra, resulta cada vez más insuficiente e inadecuada la educación institucionalizada, que se imparte principalmente en la infancia y juventud. Las rápidas transformaciones de la técnica y de los sistemas de producción, así como los cambios y exigencias de la sociedad hacen necesaria la educación permanente a lo largo de la vida para todo el que quiera evolucionar al unísono con la sociedad, pero se convierte en una necesidad apremiante para las personas mayores, generalmente más expuestas a la marginación social y al aislamiento, si no quieren quedar ancladas en el pasado y al margen de la sociedad. En este marco de la educación permanente aparece como una nueva exigencia social la educación superior de los mayores. Dice el Informe Delors (1996,113) que la educación a lo largo de la vida "debe dar a cada individuo la capacidad de dirigir su destino en un mundo en el que la aceleración del cambio, acompañada del fenómeno de la mundialización, tiende a modificar la relación de hombres y mujeres con el espacio y el tiempo". Para Froufe (1995,40) " educar y aprender en la vejez es una de las grandes metas de la gerontología socio-educativa, porque en esta edad, como en otras del ciclo vital, el hombre necesita orientaciones, estrategias de aprendizaje, conocimientos y nuevas fórmulas comunitarias para disfrutar dentro de los parámetros de una sociedad en continuas transformaciones". En una sociedad cambiante, la educación, también para los mayores, se convierte en una necesidad para poder vivir de forma participativa en el contexto histórico que nos ha tocado vivir. "La educación sin límites temporales ni espaciales, se convierte entonces en una dimensión de la vida misma" (Delors, 1996,125). Por todo ello, podríamos decir que la educación superior de los mayores es una condición necesaria para el desarrollo pleno del individuo y para su integración en la sociedad, sobre todo si tenemos en cuenta que el nivel de educación de los mayores en España es muy deficitario comparado con el nivel medio alcanzado por la población general y más aún si lo comparamos con la población joven. Un 10 % de los mayores son analfabetos, frente a la tasa media de analfabetismo de las personas con 16 y más años, que es del 3,5%. Otro 35,7% de los mayores no ha completado los estudios primarios y sólo el 8,4 % terminó los estudios secundarios, frente al 11,8 % de la población total que no ha completado los estudios primarios y al 45,7% que ha finalizado los secundarios. Pero la situación es aún más discriminatoria si la referimos exclusivamente al nivel educativo de las mujeres mayores, pues el porcentaje de mujeres mayores analfabetas es del 13,4%. El profesor canadiense A. Lemieux, investigando sobre la educación de las personas mayores, elaboró el término gerontología (del griego geron-gerontos = anciano, y del verbo gogeo = conducir, guiar) como "ciencia aplicada que tiene por objeto el conjunto de métodos y de técnicas seleccionadas y reagrupadas en un corpus de conocimiento orientado en función del desarrollo del discente mayor" (Lemieux, 1986). Lo esencial de este término es la referencia al carácter educativo de los mayores como un aspecto más de la persona que en su modo de ser y actuar demanda unas necesidades que han de ser interpretadas desde un punto de vista personal y social en relación con sus intereses y capacidades. El aprendizaje así entendido no es patrimonio exclusivo de la infancia y juventud, sino que se extiende de la infancia a la vejez. La educación como compromiso de la sociedad para con las personas mayores. La sociedad española en las últimas décadas ha experimentado profundos cambios económicos, sociales y políticos que no han ido acompañados por un proceso educativo compartido por todas las personas. Muchos mayores durante su juventud tuvieron que dedicarse a trabajar para sobrevivir y no tuvieron tiempo para conseguir una formación superior y en muchos casos ni para completar los estudios primarios. Por eso es llagada la hora de que, al pasar a la categoría de mayores, al llegar a jubilados, la sociedad se ocupe de ellos y les proporcione programas de educación superior como un servicio público, permanente y hasta obligatorio dentro del sistema educativo, como es obligatoria la educación básica. Se trata de cumplir una obligación de justicia distributiva que tiene la sociedad para con estas personas. La institución educativa española así lo ha entendido y desde muchas universidades se ha empezado a ofertar un servicio de Programas Universitarios para Mayores. Las áreas que en este tipo de estudios se van perfilando en la oferta realizada por muchas universidades, según aparece en la Guía sobre Programas Universitarios de Personas Mayores, publicada por el IMSERSO en 1999, son: 1. Formación para el desarrollo personal. 2. Formación para el ejercicio de los derechos y deberes o para la participación social. 3. Formación para el disfrute del tiempo libre. Exigencias de la educación superior de los mayores. La educación superior de los mayores no está destinada a la capacitación profesional, sino a la emancipación social y cultural de las personas. Lo propio y específico de este tipo de educación no es el formar para hacer o tener, sino para saber, para disfrutar y, en definitiva, para ser. En la juventud y en la edad adulta la educación gira en torno a la profesión, a la competitividad, al trabajo y a la rentabilidad económica. Pero entre los mayores la realidad más importante es el tiempo libre y el objetivo de la educación en esta etapa de la vida es ayudar a llenar ese tiempo libre de actividades gratificantes. La educación de los mayores debe estar orientada a una mayor preparación para el desarrollo personal, la participación social y el disfrute del ocio. Las líneas básicas que debieran acompañar a la educación superior de los mayores podrían ser: 1. Estar integrada en un proyecto general de educación universitaria. 2. Tener como objetivos la realización personal, la participación social y el disfrute del ocio. 3. Es necesaria una regulación legislativa que aúne criterios, objetivos, contenidos y metodolgoía. 4. El ámbito de actuación de la educación de mayores ha de ser la Universidad, aunque cuente con estatutos propios y programas diferentes a los de los universitarios jóvenes. 5. Es necesario crear una Ley Marco sobre la Educación Superior de los Mayores que dote de personal especializado, de espacios en la Universidad, de programas oficiales y de recursos propios. La falta de un programa homologado y consensuado, así como la indeterminación de unos fines específicos, lleva a una falta de unidad en las estructuras, en los contenidos, en la metodología y en los destinatarios. De aquí que una vez más surja la necesidad de una investigación sistemática sobre las demandas de los mayores y un esfuerzo por parte de todos los responsables de los Programas Universitarios para Mayores y de la Administración para aunar criterios sobre los objetivos a conseguir, los contenidos a ofrecer, la metodología a usar, la disponibilidad de recursos y las variables a fijar de cara a los destinatarios. Sin exclusivismo alguno, creo que es necesaria una cierta homogeneidad no sólo en la edad, sino también en el nivel cultural de los alumnos para poder conseguir una mayor eficacia. Aunque todo programa de Educación de Mayores está orientado a la consecución de una mayor calidad de vida, y ésta es exigida para todos los mayores por igual, sin embargo se conseguirán mejores resultados si cada proyecto estuviese acomodado a las circunstancias concretas de los destinatarios. Para terminar diremos que la Educación Superior de los mayores ha de tener un carácter compensatorio y de justicia social distributiva, primando a los que en su juventud fueron marginados de la educación. LOS MAYORES, SEGMENTO DE CONSUMO A este respecto, podemos señalar sin duda que es un sector al que hay que prestar mayor atención como segmento de consumidores, que es creciente, con distintos subsegmentos, con gustos y necesidades. Aunque su perfil potencial es menos consumista, la espiral aumenta y crea nuevos productos y nichos de mercado. De facto son un grupo en el que hace ya años se ha fijado no solo la sociología, sino también el marketing, bien con ofertas y productos concretos, bien con una presentación acomodada a sus querencias y necesidades diferenciadas. Sectores como el hostelero han podido dejar de ser estacionales y mantener una oferta continuada gracias a la demanda programada y generada por los mayores que aún se valen por sí mismos. En el ámbito de la economía, los mayores viven un proceso de resocialización, pues tras la jubilación, se tienen que adaptar a una nueva situación económica y tienen que mirar mucho el euro. Uno de los temas importantes es la ocupación del tiempo: hacer la compra, el consumo cotidiano, hacerse la comida y otros, son actividades de la vida cotidiana que llenan bastante el tiempo... Pero no solo eso: Las personas mayores realizan actividades culturales, artesanales, deportivas, acceden de forma masiva al turismo social, incluso participan de forma creciente en la vida universitaria. Todo a favor de la ocupación del tiempo. En el estudio de la sociología de las personas mayores, todos los aspectos referidos al patrimonio de los mayores, a la herencia y cómo se gestan estas cosas, han sido poco estudiados, pese a que cada vez haya más mayores que tienen pocos hijos o ninguno y disponen de un patrimonio. “Todo esto tendrá sus efectos sobre el parque inmobiliario, amén de ser un sector que deberá prestar atención a las nuevas necesidades de los mayores: no se han hecho viviendas especializadas o minirresidencias, el mercado no se corresponde con la demanda existente. Por otro lado, están los productos específicos como la hipoteca inversa y los planes de previsión asegurados, que son productos emergentes con un futuro extraordinario”, respalda Sánchez Vera. Su volumen y quien lo gestione tendrá un papel de primera magnitud entre los futuros agentes económicos. Se suele hablar de la relevancia de lo económico en la vida del mayor, debido al papel de la pensión en las economías de los hogares donde viven mayores; del papel de la vivienda y de la herencia; de la planificación de la vejez; del grado de autonomía de los mayores en las decisiones económicas; del grado de dependencia y de vinculación del mayor con sus familias, etc. Pero lo significativo es que el sector financiero está buscando el mentado nicho de mercado, manteniendo una competencia grandísima por obtener el patrimonio y dinero de los mayores y buscar su fidelidad, ingeniándoselas para mantenerlos, porque es un mercado muy competitivo y lógicamente se van donde más reciben. Hay quien piensa que se ha olvidado al consumidor mayor, fundamentalmente consumidor de servicios y en menor escala de bienes de consumo. Pero la verdad, más bien, es que no existía y ha emergido de pronto. El incremento de años en la esperanza de vida está modificando la visión social de la vejez. Entre mediados del s. XX e inicios del XXI la esperanza de vida ha crecido más de 20 años. Desde esta perspectiva se considera que el envejecimiento de la población será una cuestión básica en las naciones en vías de desarrollo que, conforme a las proyecciones, envejecerán con celeridad hasta 2050. Para entonces se prevé que la relación de mayores crezca del 8% al 19%. Por el contrario, el de niños se acortará del 33% al 22%. Esta variación sociodemográfica suscita una traba relevante en cuanto a recursos: Pese a que las naciones desarrolladas han envejecido lentamente, chocan con dificultades provenientes de la conexión entre el desempleo y el mantenimiento del sistema de pensiones y el envejecimiento. En cambio, las que están en vías de desarrollo compatibilizan el desarrollo con su envejecimiento poblacional, ello es puro reflejo de las pirámides demográficas. DEPENDENCIA En el ámbito de la Dependencia, son varias las perspectivas: vemos al mayor como cuidador y el mayor cuidado; vemos el papel de la familia junto al anciano y del anciano en la familia. Y es que el mutuo apoyo es fundamental. En la pareja de mayores uno de los grandes debates es el de la soledad: combatirla también está relacionado con la preparación para la jubilación, sostener relaciones con el medio social y laboral previo a la jubilación, tomar parte en actividades sociales, crear nuevas amistades, comprometerse en las tareas domésticas, repartiéndose las mismas, reforzar los vínculos familiares y si es factible, potenciar el papel de abuelo, etc. hay fórmulas como la de los abuelos adoptivos que comparten vivienda y tareas con jóvenes sin vivienda. Teresa Bazo señala que “algo se teme de cara al futuro: que puede polarizarse la situación económica en la vejez. Por un lado habrá unos cuantos muy ricos y en el otro pueden encontrarse otros muy pobres. Teniendo en cuanto los índices de natalidad y de inmigración, las posibilidades de cambio económico, de los ciclos, se puede pensar que quizá llegará a que el sistema público no desaparezca, pero sí se mantenga en unos mínimos. Habrá personas que sólo cuenten con ese mínimo porque no han podido o no han querido ahorrar para la vejez. Entonces habrá grupos de personas que se encuentren viviendo muy justamente; otros muchos que han podido y han querido, irán con dignidad; y algunos otros serán muy ricos”. Esperemos que otro mundo sea posible, como decía Aldous Huxley, “un mundo feliz”. LA DISCAPACIDAD DE LAS PERSONAS MAYORES Durante la década de los años noventa se comenzó a plantear uno de los grandes retos pendientes de abordar con la intensidad que se requiere y que se ha convertido ya, en una nueva necesidad social (emergencia silenciosa, la denominó el Comité de Rehabilitación e Integración de las Personas con Discapacidad del Consejo de Europa.) frente a la que se carece de experiencias evaluadas y de conocimiento suficiente. Para distinguir y clarificar los ámbitos a los que nos referimos, se propone utilizar el binomio conceptual Discapacidad y Envejecimiento cuando se trata de personas que han vivido toda o gran parte de su vida con una discapacidad y llegan a alcanzar edades avanzadas (en personas con discapacidad intelectual se entiende que una persona ha entrado en la vejez a los 45/50 años). Y, viceversa, cuando queramos referirnos a las personas mayores que, debido a enfermedades o trastornos desarrollan discapacidades o dependencias, hablaríamos de Envejecimiento y Discapacidad. Según la información que arrojaron los resultados de la Encuesta de Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud de 1999 (INE, 2002), en España eran alrededor de 820.000 personas las que presentaban discapacidades y tenían entre 45 y 64 años, lo que significa una cuarta parte del total de personas con discapacidad. Esta información ha sido actualizada también por el INE con la aplicación de la Encuesta sobre Discapacidad, Autonomía Personal y situaciones de Dependencia (EDAD), aplicada en el año 2008, cuyos resultados arrojan que las personas con discapacidades que están en ese rango de edad (45—64 años) son 952.000, de las que el 57% son mujeres. Pero es en los ámbitos tanto de la investigación sobre necesidades sociales como de la intervención relacionada con los programas, recursos y servicios que puedan resultar más idóneos para dar respuesta a las necesidades que presentan las personas con discapacidad que envejecen, donde las carencias de estudios y experiencias evaluadas son más llamativas. Ir avanzando en esta línea ha sido reconocido como una clara necesidad por Naciones Unidas (2002) y así fue recogido en el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento. Del mismo modo, el informe elaborado por investigadores, educadores y proveedores de servicios durante el Foro de Valencia celebrado durante la II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento (abril, 2002), recoge en su Tema 6: Personas mayores y discapacidades la necesidad de “investigar acerca de las respuestas que los discapacitados tienen ante el envejecimiento” y también se refiere a la conveniencia de buscar la integración de los programas gerontológicos con “aquellos centrados específicamente en tratar con las distintas formas de discapacidad”. (Ver los documentos de la Asamblea en la compilación efectuada por M. ª Teresa Sacho, (2002). Pero si existe una preocupación recurrente cuando se revisan los estudios realizados y cuando se indagan las demandas de las personas con discapacidad mayores ésa es, como ya se ha mencionado, la incertidumbre sobre su propio futuro, derivada de la preocupación, no sólo del propio envejecimiento progresivo, sino del que acontece a los miembros de la familia (normalmente, los padres), con la consiguiente pérdida de energía y capacidad para continuar proporcionando los apoyos requeridos. Por eso, es muy relevante investigar y proponer intervenciones relacionadas con las familias. En España, en relación con el envejecimiento de los allegados de personas con discapacidad intelectual, mediante las que, tras estudiar las demandas de las propias familias, se sugieren intervenciones congruentes con sus necesidades. En el contexto de los organismos internacionales en general, y de la Unión Europea en particular, se recomienda con insistencia la necesaria diferenciación entre lo que hemos denominado “discapacidad y envejecimiento” del binomio “envejecimiento y discapacidad”, lo mismo que ocurre en el contexto del ámbito de los expertos, profesionales y de los organizaciones representativas de las personas con discapacidad, como se pone de relieve tanto en la Declaración de Graz (2006), como con la Declaración de Barcelona (2009). En la definición del modelo propuesto tratan de aplicarse también las recomendaciones y propuestas de aquellos Organismos Internacionales en cuyo seno se han logrado consensos sobre la correcta atención gerontológica, a la discapacidad y a las personas en situación de dependencia, como han sido: — La Organización Mundial de la Salud, sobre todo, mediante la considerable aportación conceptual que realizó a través de sus clasificaciones sobre la discapacidad. Mediante la primera propugnó y difundió por todo el mundo el conocido “modelo social de la discapacidad” en contraposición al “modelo médico” preexistente. En la segunda, los integró en una nueva clasificación (la CIF), con la que se intenta conseguir una síntesis que proporcione una visión coherente de las diferentes discapacidades atribuidas a la Comunidad por el mismo, el Consejo, por unanimidad, a propuesta dimensiones de la salud desde una perspectiva biológica, individual y social (OMS, 2001), y en la que se enfatiza sobremanera la importancia de influir sobre el contexto ambiental para facilitar la participación de las personas con discapacidad. Debe ser señalado también aquí por su relevancia que este mismo Organismo aportó una contribución esencial en el ámbito del envejecimiento, mediante la que se señalan actuaciones dirigidas a los individuos, a los poderes públicos y a la sociedad para lograr el paradigma del “envejecimiento activo” (OMS, 2002), basado en tres pilares: salud, seguridad y participación. — Por su parte, Naciones Unidas, mediante sus dos Planes Internacionales sobre el Envejecimiento (N.U., 1982, 2002) propició que en todo el mundo se perciba el fenómeno del incremento de la esperanza de vida como una oportunidad y también como un reto para los países respectivos. El objetivo central de las propuestas contenidas en estos planes es propiciar que las personas puedan envejecer con seguridad (prestaciones y cuidados) y participando activamente en sus comunidades. En el Plan Internacional de 2002, se llama la atención sobre el fenómeno emergente del envejecimiento de las personas con discapacidad, que debe ser suficientemente conocido y tenido en cuenta para promover el desarrollo de programas y recursos en esta área. También la OCDE ha venido trabajando intensamente todos los aspectos relacionados con la atención a las personas que, al llegar a una edad avanzada, presentan situaciones de dependencia. Entre las numerosas y atinadas propuestas que se realizaron por este organismo fue proverbial su insistencia, desde los primeros informes, en proclamar el lema de “envejecer en casa” en condiciones de dignidad. Recomendaba para hacerlo posible la disposición de recursos y programas de proximidad, en un continuum asistencial, desde los que se tuviera en cuenta las necesidades tanto de las personas mayores como de sus familias cuidadoras (OCDE, 1996, 2005). En cuanto a la necesaria diferenciación entre discapacidad y envejecimiento y envejecimiento y discapacidad, este organismo también recomienda en su informe de 2009 investigar y analizar detenida y separadamente estas situaciones. — No hay que olvidar, finalmente, que la protección de los derechos de las personas con discapacidad, como los de las personas mayores ha sido incluida en los textos básicos de la UE. El Artículo 13 de su Tratado constitutivo, en la versión acuñada en Ámsterdam, dice: “Sin perjuicio de las demás disposiciones del presente Tratado y dentro de los límites de las competencias de la Comisión y previa consulta al Parlamento Europeo, podrá adoptar acciones adecuadas para luchar contra la discriminación por motivos de sexo, de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual.” Este derecho a la no discriminación también ha sido recogido en la Carta de los Derechos Fundamentales de la U.E. (art. 21), texto que también recoge el reconocimiento al derecho de las personas con discapacidad a beneficiarse de medidas que garanticen su autonomía, su integración social y laboral y su participación en la vida de la comunidad (art. 26 de la Carta). Por lo que se refiere a la manera de organizar y planificar las intervenciones para atender las situaciones de dependencia, hay coincidencia entre los expertos y los Organismos Internacionales en la necesidad de ofrecer una atención integral, diversa, flexible y accesible, que garantice la continuidad de cuidados o apoyos y en la que se tenga presente que, en muchas ocasiones, la situación de la persona de edad avanzada. La Comisión Europea ISBN: 978-92-79-20970-3. Unión Europea 2011 – Justicia. en “Estrategia Europea sobre Discapacidad 2010-2020”, trata la igualdad de derechos y de oportunidades, primero como un valor añadido a la inclusión activa y a la plena participación en la sociedad y segundo siguiendo la postura de Naciones Unidas sobre discapacidad, donde se dice.” Las personas con discapacidad tienen el mismo derecho que cualquier otra persona a la dignidad, la independencia y la participación social plena. Hacer posible que disfruten de ese derecho es el núcleo tanto de la acción de la UE como de la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, de la que la UE es signataria. El propósito de la Convención que, junto con su Protocolo entró en vigor el 3 de mayo de 2008, es promover y proteger el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad. En cuanto al contenido, supone un paso adelante destacado puesto que establece la discapacidad no sólo como una cuestión de bienestar social sino también como un asunto jurídico y de derechos humanos. La Convención refleja los elementos clave de la Estrategia Europea sobre Discapacidad 2010-2020, que combina la no discriminación, la igualdad de oportunidades y la inclusión activa. Los derechos reconocidos por la Convención abarcan casi la totalidad de las esferas políticas y la citada Estrategia pretende asegurar su aplicación completa”. EL PAPEL DE LA FAMILIA En la familia, por mucho que haya experimentado una serie de cambios, todavía perviven mecanismos de solidaridad que pueden mostrarse de una u otra manera. “En el caso de España –señala Teresa Bazo-, el apoyo de la familia a los miembros que lo necesitan, se ve en el caso de los hijos que no encuentran trabajo adecuado que les permita independizarse o en las personas mayores necesitadas de apoyo que no lo tienen por la vía institucional de los servicios sociales y es la familia quien lo presta”. Hace más de una década se hablaba de la familia como sistema de protección social más efectivo: el célebre colchón. Pero a la vez no significa que en otros países se manifieste de igual manera, sino distinta: si hay servicios sociales, apoyos a los hijos, a los jóvenes para su vivienda o trabajo, la familia deberá aportar menos dinero o menos ayuda material en tiempo, en la limpieza, atención, alimentación de las personas discapacitadas de la familia, sean jóvenes o mayores. Serán los servicios sociales quienes presten esas ayudas de carácter más instrumental, pero “el apoyo emocional sigue siendo igual: la compañía, el seguimiento de la evolución de las personas…sigue siendo la familia quien lo realiza. La salvedad es que en España, como no existen suficientes apoyos materiales, es la familia quien tiene que realizar esas actividades de carácter instrumental”, argumenta la Profesora Bazo. Llegados a este punto, es relevante destacar el papel de los abuelos en la socialización de los nietos, como cuidadores y educadores en algunos casos, sobre todo cuando aquellos jóvenes era aún niños. Hace años, España aún era un país de emigración, y a algunos de ellos los habían cuidado sus abuelos mientras sus padres emigraban por Europa. En un estudio realizado por el equipo de Mª Teresa Bazo, se analizó el papel que habían desempeñado los abuelos como educadores a partir de relatos de universitarios: Lo que más apreciaban era al abuelo compañero de juegos, cómplice de travesuras. Tenían una imagen muy positiva de sus abuelos, en los que apreciaban una serie de cualidades y virtudes que consideraban que ya no existían, como la solidaridad, la generosidad, la entrega, el espíritu de sacrificio, la austeridad. Todo eso lo valoraban mucho. La muerte, en las sociedades actuales, es cosa de mayores. Ya, por las causas naturales, no se mueren los jóvenes como en toda la historia de la humanidad, cuando morían los bebés. Ahora la muerte sucede sobre todo en la vejez, en la gran vejez, porque cada vez se está prolongando más el límite de edad al que llegan las personas. En los últimos años, ha pasado de 100 años el límite al que se está viviendo. En nuestra sociedad la vejez se ha convertido también en un negocio. VII - EL BIENESTAR PSICOLÓGICO 1.- El yo: autoconcepto y procesos evolutivos. El concepto del yo es uno de los más ambiguos con los que cuenta la psicología. Quizá una definición, es entender el yo como aquellos conocimientos que tenemos nosotros mismos y que nos identifican. Sin embargo, ya en los primeros intentos de definir el yo (James, 1890; Mead, 1934), se diferenció entre dos aspectos importantes: 1.- El yo como objeto, o aquellos conocimientos que hacen referencia a cómo nos percibimos a nosotros mismos, a como creemos que somos: aquellas respuestas que proporcionamos cuando nos preguntamos “¿Quién soy yo?”. 2.- El yo como sujeto, que representa aquella parte de nosotros mismos que percibe, que interpreta, que conoce, que toma decisiones, que actúa (sería algo así como <<el yo en acción>>). Trasladando esta diferencia clásica en términos más actuales, se podrían diferenciar dos vertientes del yo; la primera entiende el yo como conocimiento declarativo (el yo como contenidos de conocimientos, como el conjunto de significados acerca de quiénes somos), la segunda entiende el yo como conocimientos procedimental (el yo como proceso ejecutivo que interpreta el mundo y dirige nuestros comportamientos y decisiones). Teniendo en cuenta esta diferencia, veremos su importancia en relación al envejecimiento. El “vejestorio”; vejez y antigüedad. Lo viejo es sinónimo de vetusto, de dañado, de inutilizado, campo semántico que representa por “viejales”, “vejestorio”, etc. Nuestra sociedad, basada en el mito de la novedad y el culto a la eterna juventud, valora extraordinariamente la novedad por la novedad, consagrando la innovación como ley suprema que parece condenar todo lo anticuado al limbo de la devaluación (lo viejo como objeto obsoleto, deficiente, ineficaz, caducado). Sin embargo, junto al cambio por el cambio, sigue siendo necesaria e imprescindible la continuidad social. Desde el punto de vista de la “moda”, lo que envejece se devalúa y lo más antiguo queda infravalorado; pero desde el punto de vista del arte, lo que envejece se revalúa y lo más antiguo resulta sobrevalorado. Ambos principios están jerarquizados: la Ley del Arte es superior a la Ley de la Moda, cuyo valor secundario debe someterse derivadamente a la primacía rectora marcada por aquella. Algo análogo sucede con las personas mayores, que, si bien no pueden vencer a la muerte ni lograr eternizarse, si puede trascender la edad alcanzando una especie de intemporalidad o inmunidad temporal. También las personas aspiran a perdurar y ganar valor con el paso del tiempo, en vez de perderlo como sucede con los objetos de moda, de esta forma, haciendo de la necesidad virtud, podríamos reconocer que la vejez se relaciona más con la antigüedad del arte, los mayores, como las obras de arte, son depositarios de la memoria colectiva. EL ENFOQUE COMO “CICLO VITAL”. El modelo contextual-dialectico, se ha hecho patente de forma principal para la Psicosociología en el enfoque Ciclo Vital. El desarrollo ontogenético es un proceso a lo largo de toda la vida, y no un proceso orientado hacia una meta universal. Ningún periodo de edad mantiene primacía en la regulación del desarrollo, no aceptándose la idea de que las experiencias infantiles configuren de forma necesaria y definitiva el desarrollo psicológico ulterior. A lo largo del desarrollo y en todas las etapas del ciclo vital se dan procesos continuos y discontinuos. Esta afirmación no invalida para el enfoque del Ciclo Vital, con su distinción entre influencias temporalmente próximas y distantes en la acusación del comportamiento, incluya las experiencias tempranas como determinantes del funcionamiento psicológico y comportamental en los años adultos. Pero, al decir de Runyan Runyan, W.M. (1982) “Historia vida y psicobiografías: Exploración en teoría y método” Pág. 211 -Nueva York: Prensa de la Universidad de Oxford. “el argumento no es que las experiencias de la infancia temprana no tengan efectos, sino más bien que los efectos de tales experiencias están mediados por otras experiencias y contingencias, intervinientes, de tal modo que la personalidad y el comportamiento están formándose continuamente a través de del ciclo de la vida”. El desarrollo psicológico necesita ser visto en un contexto interdisciplinar, en relación con otras disciplinas (p.e. la sociología, la antropología, la biología, la historia, etc.), De aquí la necesidad de integración y acompañamiento multidisciplinar de los diferentes enfoques teóricos y empíricos encargados de articular la diversidad de factores que influyen en el desarrollo de la persona. Los estudios experimentales y cuasi-experimentales no pueden utilizarse para obtener muchas respuestas que suelen ser buscadas por la psicosociología. Por ejemplo; ¿es bueno el ejercicio para la salud?; ¿Qué papel juega la educación y las variables de enculturación en los cambios cognitivos con la edad?; ¿Cuáles son las razones de los cambios de personalidad en las personas mayores?; ¿aceptan mejor la muerte los mayores con alta integración personal? Como quiera que no se puedan manipular los antecedentes biográficos, culturales, educativos, etc. de los sujetos, lo que se suele hacer para esclarecer certeramente estas interrogantes es evaluar las diferencias preexistentes en los aspectos a investigar, y relacionarlos con alguna consecuencia actual. Es lo que se denomina enfoque correlacional. En los métodos correlaciónales el investigador no manipula la variable independiente, como sucede en método experimental, sino que selecciona a los sujetos de acuerdo a ciertos criterios, propios de cada grupo, que constituyen la variable o variables de investigación. La correlación es la relación concomitante entre dos o más variables pareadas, es decir, entre dos o más series de datos. El grado de relación puede ser medido y representado por el coeficiente de correlación designado por la letra “R”. La relación puede ser positiva o negativa. Es positiva cuando las variables siguen un mismo sentido, o sea, si una sube la otra lo hace, o viceversa (p.e. la salud funcional y el estado de ánimo de las personas mayores). Cuando la relación esta invertida se habla de correlaciones negativas (p.e. relación de ejercicio físico y enfermedades cardiovasculares). De otro lado, la magnitud oscila entre 1 (relación perfecta entre variables), difícil de observar cuando de rasgos humanos se trata, y 0 (relación atribuible puramente al azar). Debido a la falta de control, en los estudios llevados a cabo con métodos correlaciónales no se pueden establecer relaciones de casualidad. Las razones de su empleo hay que buscarlas en la propia naturaleza de variables (como la edad) que pueden influir en la conducta pero no son manipulables, en la insuficiencia del experimento para la investigación de muchos aspectos del envejecimiento y, como parece claro, por razones de carácter ético en la manipulación de algunos fenómenos. La psicología del ciclo vital ha incorporado importantes valoraciones en el plano metodológico para el estudio del envejecimiento y del cambio en general, al señalar la multicasualidad del cambio, ha ampliado la comprensión de la vejez, evidenciando la importancia de variables ecológicas, las histórico-formativas y las no normativas. Por ello sabemos hoy con mayor precisión la importancia que cobra el llamado tiempo histórico. Los comportamientos de las personas mayores solo pueden ser explicados si hay información sobre las conductas y experiencias anteriores de la personas, por ello, de sus referentes circunstanciales de carácter histórico, cultural, social o económico. Igualmente, son importantes, las interacciones y las sucesiones de hechos a través del tiempo entre elementos presentes y futuros, que adquieren su importancia desde un modelo de persona como sujeto reflexivo con intenciones, metas y expectativas. Tenemos que tener en consideración la fecha de medición, en la que hay un resumen del impacto de los aspectos ambientales y culturales del momento presente sobre el individuo. En una perspectiva más psicosociológica, Erikson Erikson, E.H., “Identidad, juventud y crisis” (1980) Editorial Taurus. indicó desde un enfoque psicoanalítico, la importancia del encuadre social del individuo, y describió las diversas interacciones entre los aspectos sociales y las fuerzas libidinales individuales, de cara a la identificación de las distintas crisis psicosociales que jalonan el curso de la vida. Este concepto de “crisis” ha servido en psicología evolutiva como recurso al arte de interpretar en la comprensión y explicación de los cambios a lo largo del tiempo. Cuando la psicología evolutiva se propone estudiar la evolución del individuo en un contexto familiar, social e histórico necesita de un recurso metodológico capaz de afrontar regladamente la “vida propiamente humana”, el proceso mismo de las vivencias y comportamientos, que es lo que precisamente, al enlazarse, constituye una biografía. La idea de los análisis biográficos es trascender los medios novelados para abordar la vida humana (siempre rápida para reparar en los detalles personales) aunque por supuesto, a través de una o varias perspectivas siempre limitadas. Influencias normativas relacionadas con la edad: son aquello factores biológicos o sociambientales que afectan a todos los individuos de una determinada comunidad en ciertos momentos determinados de su vida, en ciertos intervalos de edad. Son los factores que todos los individuos de esa comunidad se parezcan entre sí. Factores de este tipo son, por ejemplo, el proceso de maduración biológica o, si nos alejamos de las primeras décadas de la vida, el proceso de envejecimiento físico o la jubilación obligatoria a una edad determinada. Influencias normativas relacionadas con la historia, son aquellos factores biológicos o socioambientales que suceden en cierto momento histórico y afectan solo a individuos de determinada generación o de manera diferencial a personas de diferentes generaciones. Son los responsables de que las personas de una misma generación se parezcan y compartan ciertas características. Las creencias de cómo educar a los hijos, el proceso de innovación tecnológica, las guerras, o la aparición de nuevas enfermedades, serian factores de este tipo. Influencias no normativas son factores biológicos o socioambientales que afectan solo a cierto individuo o grupo muy concreto de individuos dentro de determinada comunidad Estos serían los responsables de que, pese a todo, las personas de la misma edad y la misma generación sigan diferenciándose entre sí. Este tipo de factores son, obviamente, menos perceptibles y susceptibles de control, podríamos citar, las características genéticas idiosincrásicas o acontecimientos vitales tan variados como quedarse huérfano de manera temprana, tener un trabajo que permita viajar, contraer una enfermedad grave, o quedarse viudo/a. La capacidad adaptativa del ser humano. El desarrollo desde este punto de vista, no se entiende como despliegue de un programa biológico preestablecido, ni como expresión de un conjunto de fuerzas culturales, se entiende como un proceso activo en el que el individuo también participa, dentro de los límites impuestos por ciertas restricciones biológicas y culturales, en la trayectoria de su propia trayectoria vital. Este papel activo de la persona implica tanto la reacción y el afrontamiento de los cambios que experimenta, el individuo, como planificación de objetivos y la generación de condiciones para conseguir ciertos estados futuros deseados. De esta manera, desde la perspectiva del ciclo vital se entiende que los seres humanos están dotados de cierta plasticidad comportamental, entendida como el nivel de flexibilidad y potencial de cambio que poseemos para poder abordar las demandas y los desafíos que encontramos a lo largo de la vida. La selección se refiere a la elección, consciente o no, de determinados objetivos o dominios de comportamiento como espacio de desarrollo. Hemos de tener en cuenta que nos desarrollamos en un contexto individual y social en el que los recursos son limitados, por lo que no es posible conseguir todo lo que deseamos durante todo el tiempo. Por ello, seleccionar entre las posibles trayectorias evolutivas una o unas pocas como el foco de nuestro desarrollo resulta no solo inevitable, sino un proceso muy adaptativo, esto implica descartar otras opciones alternativas. 1.- El yo como contenido: autoconcepto y bienestar. El conjunto de conocimientos que tenemos sobre nosotros mismos es lo que denominamos autoconcepto. Sin embargo, no todos los atributos y significados que podemos atribuirnos nosotros mismos tienen la misma relevancia, Brandtstädter y Greve (1994) proponen que los significados que forman parte del autoconcepto han de cumplir al menos tres condiciones: Continuidad: aspectos que percibimos como relativamente permanentes en nosotros mismos. El autoconcepto garantizaría mantener cierto sentido de estabilidad y de continuidad temporal, un sentido de ser el mismo pese a los cambios que podemos experimentar. a) - Relevancia y discriminativa: atributos que permiten diferenciarnos de los demás y hacernos únicos en cierto sentido. b) - Significación bibliográfica: atributos que consideramos importantes, esenciales para definirnos a nosotros mismos y nuestra trayectoria evolutiva. Cuando la personalidad del jubilado se había caracterizado durante su etapa laboral por un elevado grado de autoestima y una enorme seguridad en su estilo de vida, la ruptura que provoca el abandono del trabajo es aún más profunda. El deterioro de su imagen y la confusión sobre su identidad personal como consecuencia de la pérdida de roles sociales y la caída de estatus que sufre y/o percibe tras su jubilación, puede ser entonces causa directa de la aparición de la soledad: si los jubilados sienten que tanto su lugar como su función en la sociedad dejan de ser apreciadas y carecen de utilidad reconocida, la soledad es en efecto un sentimiento que aflora con facilidad. De ahí que la trivialización social a la que están condenadas gran parte de las actividades de dedicación en la vejez sea una de las bases del problema que tratamos. Vivir bajo una continua negación y rechazo de la jubilación, asimismo, supone quizás el ingreso voluntario en un estado deseado de aislamiento respecto a las actividades sociales. La búsqueda permanente de refugio en la abstracción a la que invita el mundo interior es muchas veces el resultado de la jubilación. Como se viene apuntando, el hecho de negarse a asumir la pérdida del rol laboral y de asimilar en su lugar el rol del jubilado conduce a los individuos hacia un estado mental bastante propicio para la aparición del sentimiento de soledad. El retraimiento en el ámbito doméstico a raíz de la jubilación, a pesar de contar con grandes dosis de apoyo familiar, constituye uno de los peligros más evidentes para desencadenar situaciones de aislamiento social que favorezcan, en última instancia, la aparición de sentimientos de soledad. Pues bien, hay que destacar que muchas personas agotan el deseo de mantenerse ocupadas tras jubilarse en unas pocas aficiones dentro de sus hogares. Pero, si bien esta actividad mantiene entretenidas a las personas jubiladas, en la medida en que descuidan otras prácticas de ocio fuera del espacio doméstico lo que puede estar gestándose es un proceso de desvinculación social que empobrezca la vida de los jubilados. Por ello, permanecer recluido en la vivienda, a costa del disfrute de las actividades extra domésticas y dejando pasar las oportunidades de relación social, constituye otro de los motivos que más inciden la aparición de la soledad. El cese en las actividades extra domésticas y la negativa a participar en ellas a raíz de la jubilación, refugiándose alrededor de unas pocas aficiones hogareñas, entraña por lo tanto un riesgo muy importante para la pérdida de las amistades que mantenía el individuo en su etapa profesional. Estas mismas aficiones, sin embargo, bien podrían llevarse a la práctica si existieran lugares públicos adecuados, que contaran con instalaciones y materiales apropiados para favorecer su uso como centros no sólo de distracción sino, lo que aún es más importante, de relación social. Sería satisfecho así el deseo de los jubilados de realizar actividades de entretenimiento, al tiempo que se reforzaría su integración social. 2.- La pérdida de amistades Los esfuerzos por mantener el contacto con los antiguos compañeros de trabajo suele concentrarse en la celebración puntual de reuniones —por ejemplo, en torno a una comida o a un aniversario— y la participación en asociaciones de veteranos. Respecto a esta última posibilidad, las asociaciones significan para muchos mayores un importante lugar de encuentro con los antiguos compañeros de trabajo y un foro privilegiado donde mantener con ellos los lazos de amistad e intercambio de apoyo social de antaño. Se trata, no obstante, de una práctica reservada a las grandes empresas con un elevado número de empleados. Aun así, los propios asociados son testigos, al tiempo que de su utilidad, de sus limitaciones en la práctica como foro de encuentro y de conservación del entorno social-laboral tras la jubilación, ya que la relación con quienes no participan en ellas, que son también muchos, acaba perdiéndose definitivamente. Pero las pérdidas sociales que comporta la jubilación no tiene por qué valorarse siempre en términos cuantitativos, de manera que también llegan a padecerse con tanta o más notoriedad a nivel cualitativo. De hecho, respecto a sus consecuencias sobre la desvinculación social de las personas, el proceso de jubilación suele motivar, más que una sustancial pérdida en el número de amistades, un empobrecimiento de las relaciones sociales que se mantenían con los antiguos compañeros del trabajo. En las edades avanzadas, la erosión de las redes de amistad encuentra algunos momentos y circunstancias ciertamente delicados. Entre ellos cabe referirse, en primer lugar, a la jubilación, que puede significar para las personas un importante proceso de dispersión y pérdida de contacto con las amistades de la esfera laboral, a veces con un sentido definitivo. En segundo lugar hay que destacar el efecto propio del paso del tiempo, que motiva la pérdida de amigos y conocidos a causa por ejemplo de las defunciones o de los cambios de domicilio por razones de viudedad o de salud. Comenzando por el último de los factores, el paso del tiempo motiva la pérdida progresiva de amigos, que se mudan o mueren, lo cual tiende a generar el debilitamiento de las redes sociales de los jubilados. Este proceso se aprecia significativamente en el mundo rural, donde los individuos nacidos en fechas cercanas comparten un sentimiento de pertenencia a una misma generación que ha solido identificarles durante toda la vida; el transcurso del tiempo va limando el número de efectivos de esas generaciones, siendo testigos ellos de la pérdida una tras otra de compañeros con los que habían compartido numerosas de sus vivencias. Ahora se pierden algunas costumbres y eso por culpa, bien sea por las obligaciones contraídas, o por de fallecimientos de los demás. Dicho esto, nos interesa sin embargo abundar más en la posible desvinculación social de las personas como consecuencia de la jubilación; ésta puede acarrear una serie de efectos negativos que, además, casi siempre caminan en paralelo: por un lado, la reducción en términos cuantitativos del número de amigos y conocidos; además, la disminución y empobrecimiento de los contactos sociales; por último, la cada vez menor satisfacción que tales contactos procuran. Una de las cuestiones que más interés ha suscitado en los debates ha sido, de hecho, la presunta pérdida de amistades que se produce una vez se hace efectivo el cese de la vida profesional. Pues bien, en términos generales, no parece que el tránsito del trabajo a la jubilación afecte de modo sustancial al tamaño de las redes sociales de las personas, sino que lo más habitual resulta ser que, a pesar del abandono de la actividad laboral, éstas sigan conservando a grandes rasgos su círculo de amigos y sus contactos con ellos. Pero también existen quienes han visto sensiblemente reducido el número de amistades con el que cuentan, es decir, jubilados que sufren un deterioro más o menos severo de sus redes sociales extra familiares, cuyo caso pasamos a tratar. Tras la salida del mercado laboral las personas corren el riesgo de perder el contacto con muchos de sus antiguos compañeros, que desaparecen en sentido literal y a veces inmediato de su marco de relaciones. Se trata de individuos que orientan sus vidas por caminos diferentes, bastante lejanos, por lo que resulta inevitable que escapen del contexto próximo del jubilado. Incluso cabe la posibilidad de que a algunos de ellos no se les vuelva a ver nunca más. Este fenómeno de desconexión radical de algunas de las amistades del trabajo ocurre en mayor medida en las grandes ciudades que en las poblaciones pequeñas, en las que la frecuencia del encuentro casual y de los contactos inesperados suelen ser mucho más abundantes. En este sentido, la salida del mercado laboral quizás llegue a disminuir, cuando no a minimizar, la confianza y la intimidad de muchos de los contactos que constituían el núcleo principal de relación social que se tenía antes de la jubilación. De nuevo, en las grandes áreas metropolitanas el empobrecimiento de las relaciones interpersonales tras la jubilación es un fenómeno más acusado que en los pequeños municipios, donde los vínculos tienden a conservar más su intensidad favorecidos por el encuentro casual que llega a producirse casi a diario. Pero incluso en las áreas rurales, como referíamos arriba, los jubilados son testigos de este deterioro en la calidad de los contactos sociales una vez cesada la dedicación laboral. 3.- La viudez Si bien ya se ha comentado sobre la viudez, en el capítulo correspondiente a la edad, ahora lo hacemos desde el punto de vista psicológico. El mercado de trabajo y la familia son los dos núcleos principales sobre los que las personas vertebran su existencia. Hemos subrayado cómo el cese de la actividad laboral, la pérdida del marco social que hasta proporcionaba el trabajo y el tránsito hacia una situación novedosa determinada por la gran cantidad de tiempo libre que se tiene, constituyen factores de tal envergadura que hacen de la jubilación un momento de extrema importancia en la vida de los individuos. En la asimilación de la pérdida del rol laboral y, en general, a lo largo todo el proceso de adaptación a la jubilación, la familia acapara un protagonismo especial: su apoyo juega un papel decisivo en la calidad de vida que disfrutarán los jubilados. En este sentido, el estado civil en que se hallan los individuos cuando se jubilan resulta un factor decisivo en el desarrollo de sus vidas. Las consecuencias que origina la desvinculación laboral, tanto las positivas como las negativas, no serán idénticas para las personas que cuentan con su cónyuge que para las que bien lo han perdido o bien permanecen solteras. En los casos de viudedad, especialmente, el riesgo de derivar en situaciones de aislamiento social y de soledad se eleva con la llegada de la jubilación, ya que a la soledad conyugal que se padece se añade la pérdida del núcleo más importante de relación social con que muy probablemente contaban. El control social que pesa sobre la viudedad, más intenso en los núcleos rurales, es un hándicap añadido que condiciona el comportamiento después de jubilarse de los individuos que han perdido a su cónyuge. La propia modalidad de convivencia es otro factor de enorme relevancia en este sentido, ya que acaba determinando el estilo de vida de los mayores viudos. Sin embargo, es la falta de una relación sentimental íntima lo que más limita el disfrute de la vida tras la jubilación. La organización de la vida, el uso del tiempo o la participación en actividades sociales, entre otros elementos, se ven profundamente afectados por las limitaciones que impone la viudedad. Es así que la ausencia del cónyuge puede desencadenar situaciones de retraimiento en el ámbito doméstico y de aislamiento social que, en última instancia, favorecen el padecimiento de la soledad. Si el camino de adaptación a la jubilación viene establecido por la viudedad, las posibilidades de que en algún momento aparezcan sentimientos de soledad se elevan considerablemente. En cualquier caso, el tiempo transcurrido desde el fallecimiento del cónyuge se presenta como una variable a tener en consideración. El estilo de vida, la relación con el entorno familiar y la vinculación social no serán las mismas, con bastante probabilidad, en los casos de reciente viudez que en aquellos otros que cuentan ya con una larga experiencia de soledad conyugal. Puede también que ocurra al revés, es decir, que la viudez sorprenda a la persona en un contexto de reciente abandono de la actividad profesional. El recurso conyugal, que en los momentos delicados de la vida siempre había estado ahí, desaparece justo cuando más falta hace al recién jubilado. Pero aun si la salida del mercado de trabajo no ha resultado en absoluto traumática sino por el contrario ha sido bienvenida, la viudez corta de raíz los planes de la pareja. La felicidad dominante en la etapa del nido vacío se ve bruscamente truncada por la defunción del cónyuge. El sentido acumulativo con que se producen ambos sucesos, la pérdida del rol laboral y la del rol conyugal, activa en gran medida las posibilidades para la aparición de problemas como el aislamiento social y la soledad, sobre todo cuando se producen en un período de tiempo relativamente breve: en unos pocos años, la persona ve alterada muy bruscamente su trayectoria vital justo en las dos esferas más importantes sobre las que se apoyaba, la familia y el trabajo. En este contexto de cambios acumulados, debe adaptarse a una situación totalmente desconocida en la que factores como el apoyo de los hijos y en general de las redes sociales en que se encuentra inserto, junto a la propia forma de ser, determinarán a partir de entonces su vida. Pero la ausencia definitiva del cónyuge marcará de una u otra forma la vida del jubilado. La falta de su compañía motiva que el padecimiento de la soledad se conciba hasta cierto punto inevitable. 4.- El recurso a las residencias El ingreso en una institución es interpretado por un porcentaje importante de nuestros mayores como una señal evidente de abandono de los ancianos por parte de la familia. La obligación que supone la atención de los padres en la vejez debe estar por encima de todas las circunstancias que motiven finalmente ese hecho. De ahí que sea uno de los estereotipos más arraigados entre nuestros mayores la imagen del anciano abandonado un día por los hijos en una residencia y del que poco o nada se quiere saber ya hasta su muerte. En este sentido, según consideran muchas personas mayores, una de las excusas que los hijos suelen argumentar con relativa frecuencia para el abandono definitivo de los padres en las residencias es el deterioro de la salud. De esta manera, abundan los casos en los que un ingreso en un centro sanitario por una enfermedad sin excesiva gravedad, previsto en principio solamente para unos días, puede suponer la sentencia definitiva del abandono. Asimismo, los mayores perciben cómo el inicio de las vacaciones es uno de los momentos más propicios que los hijos encontrarían para olvidarse del anciano bien de una manera temporal o incluso definitiva. La percepción que buena parte de las personas mayores tiene acerca de las residencias, por otro lado, tampoco es precisamente positiva. Se cuestiona, además de las condiciones físicas de habitabilidad, el ambiente que se respira en las mismas. La sensación de desamparo que provoca imaginar los últimos días de la vida entre la lejanía y el olvido de una residencia, por otro lado, causa verdadera aversión entre buena parte de la población mayor española hacia las residencias. La visión negativa de las residencias es compartida por una amplia mayoría de personas mayores. Aunque nunca se haya pasado por tal experiencia, se intuye que la vida en las residencias no debe ser nada agradable ni mucho menos gratificante. Es por ello que lo más frecuente, según piensan muchos mayores, es que los ancianos ingresen y acaben sus días en estos centros en contra de su voluntad y sufriendo el desamparo de la familia. La amenaza que supone el ingreso en un centro residencial ante el desinterés de los hijos, de una u otra forma, suele estar presente en el pensamiento de muchos de nuestros mayores. En el horizonte futuro planea la institucionalización como la alternativa obligada por la negativa de los familiares, y especialmente de los hijos, a prestarles la ayuda necesaria cuando ésta venga motivada por razones de la salud. Sin embargo, se recalca que en tiempos pretéritos ningún anciano con familia terminaba ingresando en un asilo: en el pasado, consideran muchos jubilados, era la propia familia la que dentro del respeto y del cariño hacia los mayores, les ofrecía cuidados de manera desinteresada. Aun dentro de este marco de fuerte rechazo hacia la institucionalización, y según hemos indicado en el apartado precedente, aunque indeseada constituye desde luego una preferencia ante el desamparo e incluso la humillación que estarían presidiendo la vida, según se cree, de un número muy abundante de personas mayores que se ven obligadas a trasladarse con los hijos, por ejemplo a raíz de la viudez, y a soportar tratos y situaciones carentes de respeto. Luego antes que soportar una vida familiar deteriorada, en las residencias se recibiría unas mínimas atenciones y se evitaría de paso esa terrible sensación de estorbo que, sobre todo, yernos y nueras se encargan en el día a día de provocar. En este sentido, abundan los mayores que conciben la institucionalización como un recurso que, en última instancia, otorga una relativa dosis de tranquilidad con la que mitigar la incertidumbre que plantea el futuro. Es por ello que apelan con fuerza a una mejora general en las condiciones tanto materiales como ambientales de las residencias, máxime en vista de la proliferación que han tenido estos centros en los últimos años. 5.- Soledad o dependencia del cónyuge La desaparición de la figura del cónyuge origina en muchos casos una sensible disminución de la actividad y la integración social del jubilado. Crecen la incertidumbre y las dudas que plantea el pensamiento hacia un futuro imaginado en solitario, en el sentido de que la persona percibe cómo carecerá del beneficio de la función instrumentalmente cuidadora y, además, prestadora de apoyo afectivo que hasta su fallecimiento procuraba en todo momento la pareja. No obstante, la distinción entre la soledad conyugal y el sentimiento subjetivo de soledad llevó a identificar dicho sentimiento con la dependencia doméstica que define a muchos hombres. En el fondo, se interpreta la soledad como el resultado de la insuficiencia en que se halla el varón para llevar a cabo una vida autónoma una vez que ha fallecido su esposa. Sea como fuere, la permanente compañía que significaba el cónyuge se torna de repente en un estado de vacío emocional cuya salida, en bastantes ocasiones, no es otra que los sentimientos de soledad. El padecimiento de la soledad tras la viudez, en este sentido, se concibe como una consecuencia relativamente natural para los seres humanos que han perdido a aquella persona con la que han compartido la mayor parte de su vida. Este es el principal argumento que esgrimen los jubilados que han sufrido la viudez para justificar el sentimiento de soledad que, aunque en diverso grado, pueden estar padeciendo, frente a las acusaciones de dependencia conyugal que desde otro punto de vista se formulan. 6.- El miedo a la soledad - La pérdida de la pareja La unión con el cónyuge y la satisfacción con la vida matrimonial suelen ser tan intensas que la simple idea del enviudamiento provoca con carácter inmediato un profundo malestar psicológico en el jubilado. El sentimiento de aversión hacia la viudez es tal que muchos mayores confiesan sentir verdadero pánico cuando la pareja se ve afectada por algún tipo de dolencia o enfermedad, por leve que fuere. Varias décadas de vida compartidas junto al cónyuge bastan para justificar este temor hasta cierto punto natural que significa su desaparición. En otros casos, el miedo que acarrea el pensar en su pérdida obedece en mayor medida al sentimiento de incertidumbre que aparece cuando el jubilado se imagina un futuro conyugalmente solitario y en ausencia de la compañía y el apoyo que hasta el momento viene procurando la pareja. Hemos señalado ya que por muy correctas que estén siendo hasta ahora las relaciones con los hijos, ello no logra evitar una cierta desconfianza respecto a los tiempos venideros, máxime si se tiene que atravesar por el difícil trauma de la viudez. Un jubilado expresaba este tipo de dudas, ya que una vez acabada la etapa matrimonial, la posibilidad de recibir ayuda dependerá a partir de entonces de la voluntad y la iniciativa de los hijos. El miedo a la soledad en el futuro y la incertidumbre de cuál será la reacción de los hijos ante circunstancias difíciles de la vida como la propia viudez o el deterioro de la salud, son factores que de un modo u otro condicionan actitudes y comportamientos en la vejez. La independencia de los hijos, que han formado ya sus respectivos núcleos familiares, unido a circunstancias vitales como la jubilación, lleva a muchos mayores a replantearse su lugar y su función en la vida. De manera casi espontánea, se comienza a cuestionar a partir de entonces los nuevos roles que deben desempeñar tanto dentro de la familia como de la sociedad. Este contexto es propicio para la aparición de sentimientos de índole subjetiva como la inutilidad, la dependencia o la soledad. En suma, la amenaza de la vejez sin el disfrute de la intimidad que proporciona la relación conyugal hace que muchos jubilados no duden en afirmar sus preferencias respecto al fin de la vida matrimonial. Llegado el momento, son muchos quienes desean ante todo evitar el duro contratiempo que supone la viudez, aun a costa de ser ellos los que fallezcan en primer lugar. Por otra parte, considerando no obstante que la vida les hiciera sufrir dicho trance, los jubilados tampoco ocultan su intención de permanecer en el domicilio propio antes que mudarse al de los hijos. No obstante, según interpretamos, el rechazo que motiva imaginar la muerte del cónyuge se acompaña también de un profundo miedo a la soledad. La relación marital, que en un número abundante de casos se ve fortalecida con la jubilación, atraviesa tras la desvinculación laboral el momento más dulce de su existencia: la pareja está libre de obligaciones respecto a los ascendientes —el cuidado de los padres ancianos ha cesado— y los descendientes —todos los hijos, tarde o temprano, se han emancipado—, y cuenta además con un buen estado de salud y una posición económica para hacer frente a sus necesidades. La intimidad preside con más fuerza que nunca el vínculo matrimonial, de modo que su ruptura a causa de la defunción del cónyuge es un tema sobre el que muchos jubilados no quieren ni siquiera pensar. La amenaza de la soledad cuando se imaginan la viudez es lo suficientemente fuerte como para no planteársela todavía. Otras veces en cambio, cuando las desavenencias y la discordia presiden la relación conyugal, el miedo a la soledad derivado de la viudez se concibe mucho menos intenso. 7.- Problemas reales de salud. La pérdida de la salud es otro de los factores que en mayor medida limitan la calidad de vida en la vejez. El deterioro del estado físico, con el paso de los años, puede ir estableciendo importantes barreras en aspectos tales como la participación social de los mayores o el disfrute del ocio. En muchas ocasiones, la mala salud provoca un giro sustancial en la dedicación del tiempo de los jubilados ya que se ven obligados, por ejemplo, a abandonar aquellas aficiones que, aunque preferidas, requieren un elevado esfuerzo, para adoptar en cambio otras mucho menos exigentes en el terreno físico. Cuando el deterioro de la salud es muy considerable, hasta el punto que dificulta o imposibilita la movilidad, las actividades sociales de las personas mayores quedan reservadas en gran medida a las que se desarrollen en el espacio doméstico. Las salidas a la calle, los paseos, las visitas a familiares y amigos o la participación en actividades sociales, entre otras prácticas, se reducen en una magnitud elevada, cuando no llegan incluso a cesar. Con los achaques físicos, además, se reduce la asistencia a los lugares de encuentro social que antes eran habituales. El deterioro de las condiciones de salud puede llegar a presentarse de dos formas diferentes. De un lado, a través de enfermedades, si no graves, sí al menos de carácter crónico. La acumulación de pequeños achaques va mermando el estado físico de los jubilados que, sin padecer dolencias importantes, sufren con frecuencia situaciones de indisposición que les impiden disfrutar de determinadas aficiones y prácticas de ocio. Pero, por otro lado, la pérdida de la salud puede venir provocada por un grave accidente o una severa enfermedad, que truncan de repente gran parte de la vida social de los mayores. La necesidad que impone la salud de permanecer en el domicilio, los problemas de movilidad, la pérdida de autonomía física o la imposibilidad para valerse por sí mismo, tiende a provocar el recluimiento de la persona en el ámbito doméstico o, lo sumo, en el vecinal. El contacto social, asimismo, también acaba resintiéndose a causa de los problemas de la salud. De hecho, las redes de amistad de las personas disminuidas o los enfermos crónicos tienden a ser muy restrictivas Requena Santos, F. – “Elementos para una sociología de la amistad” CIS Madrid. (1994) - pág. 127-137.. En estos casos, las relaciones sociales quedan limitadas a las visitas que reciben por parte de los familiares y los amigos más cercanos. Con el tiempo, la imposibilidad de salir a la calle para entablar nuevas amistades o cultivar las que se poseían motiva que la exclusión social sea una amenaza que planea cada vez con más fuerza sobre la vida de los mayores. En este contexto de deterioro de la salud y desvinculación social, el riesgo para la aparición del sentimiento de soledad es ciertamente elevado. Más allá no obstante de la soledad, el padecimiento de una importante discapacidad parece llegar a incitar toda clase de sentimientos negativos y desinterés por la vida. El deterioro de la salud puede llegar a afectar no únicamente al estado físico sino también al psíquico y al sensorial. Enfermedades como, por ejemplo, el Alzheimer, con un número creciente de afectados (vivencia del que escribe), causan entre nuestros mayores una preocupación cada vez más profunda. En este sentido, lo mismo que los jubilados y viudas, relacionan la soledad con el empeoramiento de las condiciones físicas, también asocian este sentimiento con bastante frecuencia con el padecimiento de alguna discapacidad de tipo psíquico. Es uno de los sentimientos más crueles de soledad en la vejez. Lo mismo a hombres que a mujeres, cuando ya empieza a írseles la cabeza, eso ya es lo más horroroso. ¡Que no se la vaya a uno la cabeza!, porque es que se ven casos de personas que ya nos confunden, y ya no conocen prácticamente a nadie. Y ya, de verdad, personas más solas que esas no las hay. La dependencia, la soledad, la pobreza y la discriminación son factores de vulnerabilidad. La vulnerabilidad e integración social de los mayores, lo importante es saber bien con qué se cuenta –medios disponibles– y tratar de optimizar siempre: “Hay que optimizar salud, seguridad y participación”, los tres pilares sobre los que, debería bascular cualquier actuación tendente a minimizar y enfrentar los niveles de vulnerabilidad actuales. “La Ley de Dependencia debería mejor llamarse Ley de Promoción de la Autonomía”. Además “La vulnerabilidad afecta a las personas más mayores, pero especialmente a las mujeres de más de 65 años, que viven solas y son pobres” Drª Pinazo, Sacramento - “Perfil de vulnerable: mujer mayor, sola y pobre”, Conferencia dada en Santander 6.8.2012.. EL PROGRAMA “CERCA DE TI” El último censo de población, cifra en 1.358.937 las personas mayores de 65 años que viven solas, lo que supone el casi el 20% (19,9%) del total de los mayores de 65 años, cifras que sobrepasan a otros grupos de edad. Esta soledad es, además, una realidad muy feminizada en los grupos de más edad, pues casi el 77% (76,8%) de estas personas son mujeres. El IMSERSO, dentro de los aproximadamente 275.000 usuarios que se benefician del Servicio Público de Teleasistencia financiado por el IMSERSO y las entidades locales correspondientes, tiene constancia de la existencia, de al menos 100.571 personas de más de 80 años que viven solas, lo que supone un significativo porcentaje de los usuarios de este servicio de teleasistencia. Muchas de estas personas mayores que viven solas, se sienten solas y aisladas. Lo que contribuye a la aparición de enfermedades y situaciones de dependencia. Asimismo, la población española se muestra significativamente preocupada y claramente partidaria de que el Estado proteja a las personas mayores que viven solas. En el pasado Barómetro de mayo de 2009, realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas, más de la mitad de los ciudadanos encuestados indicaron que las personas mayores que viven solas son el colectivo que debería estar mejor protegido. El 41,3% de los encuestados también expresaron que, de las situaciones que afectan a las personas mayores, el apoyo a los que viven solos, es la que necesita de una atención más urgente CIS, Estudio 2.801 Barómetro de mayo de 2009.. Por ello, y en consonancia con la creciente demanda por parte de la población para promover actuaciones encaminadas a mitigar la soledad de las personas mayores y sus efectos negativos, el IMSERSO prioriza el problema de la soledad y promueve el Programa «Cerca de ti». Cerca de ti es un programa promovido por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), que tiene como objetivo facilitar las mejores respuestas posibles al problema de la soledad de las personas mayores mediante diversas actuaciones. Por ello, dentro del Programa, son muy importantes aquellas actuaciones que pretenden incrementar el conocimiento de las situaciones de soledad, que faciliten una mejor intervención ante esas situaciones. Las condiciones biográficas al llegar a mayores, comportan además, factores de riesgo añadido: la jubilación, la pérdida de seres queridos, la mayor incidencia de enfermedades crónicas, los cambios en el poder adquisitivo, la soledad, el estigma social y las limitaciones en la autonomía, entre otros. Es importante señalar de forma categórica que la mala salud mental no forma parte del proceso de envejecer, pero sí de las condiciones que rodean este proceso. Los trastornos mentales inciden de forma muy importante en el bienestar de la personas. El grado de sufrimiento que comporta un trastorno mental mediatiza las relaciones con el entorno, la capacidad de autocuidado, la percepción de la valía personal y la participación e integración en la sociedad. Uno de los factores más importantes a considerar es la salud mental y su incidencia en el bienestar de este grupo de edad. Sin el soporte adecuado, tanto las personas mayores como sus cuidadores se ven expuestos a los mencionados elementos de riesgo que comprometen su calidad de vida. Sin descuidar que la salud mental no tiene edad, la intervención coordinada, la promoción y prevención antes de llegar a la madurez, el cambio de actitudes hacia el envejecimiento, la promoción de una vida activa y saludable en estas edades. En la Conferencia de Alto Nivel de la UE «Juntos para la Salud Mental y el Bienestar» que aconteció el 13 de Junio de 2008 en Bruselas, se estableció el «Pacto Europeo para la Salud cuatro temas prioritarios: Prevención del Suicidio y de la Depresión, Salud Mental en los Jóvenes y Educación, Salud Mental en el Entorno Laboral y Salud Mental en las Personas Mayores. Combatir la estigmatización y la exclusión social es una prioridad transversal en todas las áreas. El Pacto se llevó a cabo a través de una serie de conferencias temáticas sobre cada una de las prioridades durante 2009-2010. Este documento de referencia se presentó en la conferencia celebrada en Madrid en junio de 2010 «La salud mental y el bienestar de las personas mayores: Hacerlo posible», organizada por el Ministerio de Sanidad y Política Social y la Comisión Europea, que fue desarrollada dentro de los actos de la Presidencia española de la Unión Europea. Los objetivos de la conferencia fueron: • Hacer visible la importancia de la promoción de la salud mental y de la prevención de los trastornos mentales en persona mayores y establecer medidas de apoyo para las personas que les cuidan. • Facilitar el intercambio en la UE de políticas, buenas prácticas y proyectos de investigación. • Apoyar el desarrollo de estos aspectos en el marco del Pacto Europeo por la Salud Mental y el Bienestar. • Aportar un resumen de puntos críticos y acciones claves para una posible reunión de alto nivel de la Comisión Europea en 2011. Se abordaron y debatieron distintos temas: promoción de la salud mental de las personas mayores: envejecimiento saludable y bienestar, personas mayores en situaciones de vulnerabilidad; prevención de los trastornos mentales; sistemas de cuidado y tratamiento, y cuidadores no profesionales. La aparición del sentimiento de soledad a raíz de la jubilación, como también se ha advertido, obedece muchas veces a un empleo insatisfactorio del tiempo. El no saber qué hacer en cada momento del día, producto de una deficiente planificación de actividades o lo que es peor de la escasez de alternativas a la permanencia en el entorno doméstico, eleva notablemente el riesgo de que el jubilado se sumerja en todo tipo de sentimientos negativos. Respuestas personales como la pasividad, la inutilidad o la dependencia son con frecuencia consecuencia directa, tanto en el terreno de las actitudes como en el de los comportamientos, de una jubilación mal planteada o mal aceptada. El retraimiento en el domicilio, el refugio interior o el aislamiento emocional respecto al mundo exterior, en este contexto, precipitan al jubilado a la soledad. Pues bien, el carácter de la persona es un elemento que tiene mucho que decir, al margen de sus circunstancias personales y sociales, en la prevención de la soledad tras la jubilación. Para empezar, la actitud con la cual se encara la salida del mercado de trabajo predispone al individuo en su adaptación exitosa o problemática al rol del jubilado. Una actitud marcadamente negativa y de permanente rechazo condiciona la iniciativa propia en aspectos tales como la distribución de la jornada diaria, el tipo de actividades de dedicación y, en suma, la satisfacción general con esta nueva etapa. Por el contrario, una actitud positiva favorece la creatividad personal y el aprovechamiento de las ventajas que supone la desvinculación de las obligaciones laborales. De salida, en la nueva configuración de la actividad diaria, la organización y el reparto del abundante tiempo libre que sucede a la desvinculación laboral son aspectos decisivos en el disfrute de la jubilación y, en general, en la felicidad de los individuos. La forma en que se utiliza este tiempo o la capacidad para redistribuir la jornada una vez que han cesado las obligaciones profesionales, constituyen, así pues, factores de enorme importancia para asimilar y adaptarse al retiro. Un jubilado, del programa Ares, consciente de las ventajas que llega a aportar la jubilación, valoraba en grado supremo las actividades de esparcimiento personal que viene pudiendo disfrutar desde el preciso instante en que quedó liberado de las responsabilidades laborales: Y lo del cambio de estar en activo a jubilado pues es eso, dejar una obligación y disponer de todo el tiempo para mí y para mi esparcimiento familiar o de entretenimiento con aficiones físicas, de actividades ya para uno mismo y distracción de uno, no de ser empleado en una empresa. Resulta fundamental concebir la jubilación como una valiosa oportunidad que otorga la vida para desarrollar actividades que anteriormente dificultaba o incluso impedía el empleo. Bajo esta mentalidad, muchas personas valoran de la jubilación, sobre todo, la disponibilidad de un tiempo libre precioso del que habían carecido a lo largo de su etapa profesional. Como decimos, el cese de los compromisos laborales permite desempeñar con absoluta libertad aquellas actividades ajenas al mercado de trabajo que apenas pudieron disfrutarse antes. Por eso hay muchas personas que esperan con ilusión el momento de llegada de la jubilación para poner en marcha proyectos y actividades que hasta entonces resultan inviables: la jubilación permite emprender nuevas inquietudes, actividades mucho más enriquecedoras quizás que el trabajo que se acaba de abandonar. En estos casos, el saldo de la jubilación es eminentemente favorable. Para la mujer, en concreto, la jubilación viene a significar un segundo motivo de satisfacción, tras el que proporcionó en su momento el cese de algunas responsabilidades domésticas. En un intervalo reducido de tiempo, muchas mujeres llegan a beneficiarse, por un lado, de la liberación de cargas familiares relacionadas sobre todo con la emancipación de los hijos y, por otro lado, de la desvinculación con carácter definitivo de las obligaciones laborales. En bastantes ocasiones, por otro lado, la satisfacción de saberse dedicado/a a actividades de realización personal compensa con creces la relativa pérdida de poder adquisitivo que acarreó la jubilación. Las limitaciones económicas derivadas de la sustitución del salario por la pensión, de este modo, quedan en un plano secundario cuando lo que más se valora es la mejora general que se ha producido en la calidad de vida. Asimismo, el mantenimiento de algunas ocupaciones, sobre todo de manera continuada en el tiempo, elimina o cuando menos mitiga la sensación de inutilidad que muchos jubilados padecen. Esta sensación va ligada al deterioro de la imagen personal y a la pérdida de autoestima y de motivación general por la vida que sufren estas personas tras la desvinculación del mundo laboral. Para evitar este tipo de males, nada mejor que sentirse útiles ante la familia y ante la sociedad. JUBILARSE O NO JUBILARSE ESA ES LA CUESTION. La gran incógnita que se les ha presentado a muchos trabajadores y trabajadoras, es la propuesta por parte de la empresa, de jubilarse antes de cumplir la edad reglamentaria. En muchísimas ocasiones a los 55 años de edad y en otros a partir de los 50 años. Cada persona es un mundo en sí mismo, las circunstancias personales, hijos en edad de estudiar, esposa, padres, es decir hay que tener en cuentas toda una serie de parámetros antes de tomar una decisión de este calado. Toda vez que la empresa no aplica ninguna subida monetaria desde el momento de darle de baja como trabajador, pasando este al Régimen Especial de la Seguridad Social, del cual se hace cargo la empresa hasta los sesenta años, edad en la cual el trabajador/ra puede jubilarse. Lógicamente el empleado/a, no se va a jubilar con el 100% de la base reguladora, sino que pierde un 8% por cada año que falta hasta la edad en que se tenía que haber jubilado (65años), es decir, independientemente de la perdida que le puede suponer el tener el salario congelado durante el periodo de tiempo desde que es dado de baja en la empresa hasta los sesenta años, después pierde el 40% de lo que debería ser su jubilación a los sesenta y cinco años. De ahí la importancia de tomar dicha decisión, pues todo dependerá de la casuística personal de cada persona. Lo que sí tiene claro el Gobierno es que no va a poder hacer frente a los pagos por jubilación en los próximos años, pues los ingresos por cotizaciones son muy inferiores a los pagos a los que debe afrontar, que por otro lugar son los propios trabajadores los que con sus cotizaciones, durante su periodo laboral, se lo han retirado de las nóminas, por ello tienen derecho a su restitución, en forma de pensión. Por ello el Gobierno prepara una modificación profunda del sistema de pensiones, ampliando el periodo de cotización, en estos momentos hasta los 67 años, pero eso no signifique, ya se escuchan opiniones, de que esta edad pueda ser ampliada hasta los 75 años, de hecho los profesores de universidad y otros colectivos, pueden jubilarse a los 70 años en la actualidad. Al mismo tiempo el Gobierno, pretende que solo sean computables para hallar la pensión que corresponde a cada persona, los últimos 15 años, sino que se tenga en cuenta las cotizaciones de toda la vida laboral. Si esto llegara efectuarse el Gobierno tendría que actualizar las cotizaciones efectuadas con el IPC de cada año. Gráfico nº 8 En azul personas que percibirán una pensión por parte del estado, en rojo personas que estarán formándose o serán la fuerza de trabajo. Proyecciones de población a largo plazo (INE Fedeablogs.net) Dos son los ámbitos en los que el Gobierno español ha decidido en las últimas semanas acercarse al estado actual del sistema de jubilaciones en España con la intención de reformarlo. Por un lado, limitando las jubilaciones anticipadas y el sobrecoste que esta fórmula de jubilación estaba imponiendo en la Seguridad Social. Y por el otro, creando una comisión de expertos, ocho para ser más exactos, para que planifiquen la entrada en vigor de la Ley que retrasará la edad de jubilación a los 67 años y la determinación del factor de sostenibilidad. Jubilaciones anticipadas o cualquier tiempo pasado fue mejor. El viernes 15 de marzo de 2013, por sorpresa -nada nuevo con este Gobierno de España donde la sorpresa sería que no hubiera sorpresa-, en la rueda de prensa habitual tras el Consejo de Ministros realizado ese día, se anunciaba la reforma de la jubilación parcial y anticipada, a través de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, acompañada al alimón por la ministra de Empleo y Seguridad Social Fátima Báñez. El Ejecutivo ha puesto sus ojos en el ahorro de unos aproximadamente 5.000 millones de euros, mediante el endurecimiento de las condiciones que permiten la jubilación anticipada La finalidad, evidente tras las palabras de las Ministras: que jubilarse antes de tiempo sea más difícil, y en el caso de que se haga, ello suponga recibir una pensión menor. Con la nueva reforma hará falta más edad y más cotización para acceder a este tipo de jubilaciones. Así, será necesario haber cotizado un mínimo de 35 años para poder jubilarse de forma voluntaria y 33 años en el caso de que dicha jubilación sea forzosa (1). Además de aumentar el número de años cotizados para acceder a esta fórmula de jubilación, aplica otro factor: que la jubilación anticipada solo podrá adelantarse un máximo de cuatro años antes de la edad legal de jubilación (establecida ahora en 65 años, pero con el objetivo de elevarse hasta los 67 años) si la jubilación anticipada es forzosa, mientras que este adelanto solo podrá ser de dos años si es voluntaria. Estos datos generales solo podrán mejorarse en aquellas personas con un número de años cotizados especialmente altos que excedan los 35 años que fija la Ley. Según datos aportados por la ministra de Empleo y Seguridad Social en su comparecencia pública, el coste para la Seguridad Social de este tipo de jubilaciones asciende en la actualidad a unos 10.000 millones de euros (7.000 millones de euros por las jubilaciones anticipadas y 2.400 millones de euros por la parcial). El motivo de arrancar con esta reforma en estos momentos no merece mucha aclaración. El Gobierno está centrando sus acciones en un eje prioritario que es la necesidad de reducir gasto en todas aquellas áreas donde sea posible y –visto desde la óptica del Gobierno- recomendable. Por ello el Ejecutivo ha puesto sus ojos en el ahorro de unos aproximadamente 5.000 millones de euros que espera conseguir mediante el endurecimiento de las condiciones que permiten la jubilación anticipada. La reforma del sistema de pensiones Si la reforma de las jubilaciones anticipadas es el aperitivo, la modificación que está preparando el Gobierno del sistema de pensiones, es el primer plato, y un primer plato contundente, de menú invernal de un típico mesón castellano, algo así como unos judiones de La Granja acompañados de morcilla de Burgos. Esta reforma del sistema de pensiones que prepara el Gobierno actual sería la segunda tras la promovida por el anterior Gobierno en agosto de 2011, por medio de la cual se activó el retraso en dos años de la edad de jubilación. Para la reforma actual, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha optado por formar una comisión de ocho expertos que estudien la posibilidad de adelantar el plazo en que aplicará definitivamente el retraso de la edad de jubilación hasta los 67 años. Con la actual ley habría que esperar hasta el año 2027. Pero el objetivo de esta comisión de expertos no es para cosa tan nimia, al contrario, les espera una misión bastante más elevada y compleja: establecer una reforma permanente (sí, han leído bien, dicho de otra manera, indefinida en el tiempo) del sistema de pensiones. La finalidad es determinar lo que se denomina técnicamente un factor de sostenibilidad. Es decir, en lenguaje más comprensible, consiste en establecer una fórmula matemática que permita ir modificando datos como la edad de jubilación, el periodo de cálculo a emplear para determinar la pensión a pagar o la revalorización anual de las pensiones en base a la sostenibilidad del sistema de pensiones en el futuro. Y para determinar esto, el input o, dicho de otra manera, los datos que necesitará la fórmula serán variables como la esperanza de vida, el número de cotizantes a la seguridad social o la evolución de las variables macroeconómicas (PIB, IPC y demás). Lo cierto es que la reforma del sistema de pensiones que implementó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ya recoge este aspecto, pero la intención es que el factor de sostenibilidad se creara en 2027 y su aplicación comenzara en 2032. Pero la paciencia en Europa no tiene tan largo recorrido, especialmente en Alemania, donde ya gestionan su sistema de pensiones de este modo desde 2005. No cabe duda de que cuando vea la luz, esta será la reforma más importante de la Seguridad Social en su historia y algo que ya no se puede aplazar más. La inversión de la pirámide demográfica española está llamando a la puerta y no podemos mirar a otro lado. Véase si no el gráfico que presentamos en estas líneas donde se recoge la evolución de la población española hasta el año 2049, según las previsiones del INE. La evolución del escalón de edad que se sitúa por encima de los 65 años lo explica todo sin usar una palabra. Es este un asunto de trascendental importancia para el futuro de nuestro país y al que habrá que prestar la atención que su influencia en la vida de todos los españoles merece. VALORACIÓN MENTAL O COGNITIVA Los cuidadores de ancianos son las personas que mayor cantidad de tiempo pasan con los adultos mayores. Si el cuidador es externo, puede estar más horas que la familia de la persona mayor y por supuesto que el médico asistente. Los cuidadores llegan a conocer perfectamente los pensamientos, sentimientos y actitudes de las personas que cuidan y se transforman en informadores de primer nivel para determinar la situación mental de los adultos mayores a su cargo. Valoración mental no estructurada: Esta valoración no se apoya en test y por lo tanto, si bien es muy importante, no es reproducible en forma exacta por otros cuidadores dado que se basa en una visión subjetiva del anciano. Comprende: Apariencia Postura. Edad aparente. Descuido en el vestido. Sentidos Deterioros de la visión o de la audición. Ánimo Tristeza. Alegría. Llanto. Sentimientos de culpa. Irritabilidad. Pensamiento Ideas delirantes, obsesiones, etc. Orientación Conocimiento del lugar, de la fecha y de la propia identidad. Comportamiento Movimientos anormales. Agresividad. Atención Capacidad de mantener el interés centrado en un estímulo importante, desestimando los demás. Percepción Las alucinaciones son percepciones sin estímulo real. Las ilusiones son interpretaciones erróneas de un estímulo sensorial normal. Memoria Tres tipos de memoria. a) Inmediata: Reconoce los hechos recién ocurridos y depende de la capacidad de atención. Se altera en cuadros depresivos y confusionales. b) Reciente: Reconoce los hechos sucedidos en el día o días previos. Suele fallar en algunos ancianos sin que implique enfermedad (olvidos seniles benignos). Se altera en las demencias y cuadros confusionales. c) Remota: Reconoce los hechos acontecidos hace años. Es muy frecuente que en el envejecimiento normal, como en las demencias, sea la última en afectarse. Capital de información Comprende a la cantidad de información general que tiene una persona. Se investiga preguntando sobre el nombre del presidente, de héroes históricos, fechas importantes, etc. Abstracción y juicio Se investiga pidiéndole al anciano que interprete una frase o refrán conocido. Cálculo Capacidad para hacer operaciones aritméticas. Síntomas corporales de algunas enfermedades mentales Insomnio. Incontinencia. Anorexia (falta de apetito) Etc. Valoración Mental Estructurada Se lleva adelante por medio de test y cuestionarios, que en algunos casos puede hacer un cuidador. La valoración estructurada, es más rápida y reproducible por diferentes entrevistadores. Cuando se solicita a un paciente que dibuje un reloj, podrá llevarlo a cabo si conserva determinadas capacidades. Por ejemplo, un paciente que deba escribir todos los números y simultáneamente ordenarlos correctamente en el espacio, necesitará realizar una planificación adecuada para coordinar esta tarea; también necesitará poseer organización visual y motora, así como capacidad de procesar simultáneamente la tarea que está ejecutando. Si dicha tarea incluye entre sus instrucciones el que el reloj marque una determinada pauta horaria, tendrá que almacenar en la memoria y posteriormente recuperar esa información, para ubicar correctamente las manecillas. Todos éstos procesos de lenguaje, memoria, coordinación Visio-espacial, implican la participación de zonas cerebrales corticales y subcorticales, anteriores y posteriores, así como del hemisferio cerebral derecho e izquierdo. Si un paciente, por ejemplo, es incapaz de dibujar una esfera de reloj lo suficientemente grande como para situar en ella todos los números, esta micrografía podría ser un marcador de alteración en los ganglios basales. Por otra parte, podrían analizarse aspectos como por ejemplo: evaluar la correcta ubicación de los números, situando primero números de referencia como 3, 6, 9 y 12; observar si los números están correctamente ordenados y si están todos presentes tanto en el campó izquierdo como en el derecho, sugiriendo, de lo contrario una alteración del campo viseó-atencional del hemisferio contralateral. Test del Informador Es un test validado en España que valora a través de un informador (fidedigno) el declinar cognitivo-funcional del paciente en los últimos 5 a 10 años. Es independiente de la inteligencia previa del paciente, el nivel de escolarización y la edad. El tiempo requerido para su administración oscila entre 10 y 5 minutos, aunque habitualmente lo cumplimentará el familiar/informador en el propio domicilio, sin la presencia de ningún entrevistador, pero con una pequeña explicación dada en la consulta. Es aconsejable revisar si existen preguntas sin contestar y la coherencia de las respuestas al recibir el test. Se valora la memoria, la funcionalidad y la capacidad ejecutiva y de juicio. En el área de lenguaje y construcción, se comprueba la posible presencia de trastornos afásicos, de apraxia ideatoria, de apraxia de construcción… Escalas de deterioro Detectan áreas alteradas de la cognición y el grado de deterioro de esas áreas. Escalas de valoración de la gravedad de las demencias Establecen el nivel de gravedad de la demencia (leve, moderada, grave). Escalas de valoración de la afectividad Detectan la depresión, ansiedad y alteraciones del comportamiento en general. VALORACIÓN FÍSICA Y FUNCIONAL La valoración estrictamente física se lleva adelante con la historia clínica del anciano y depende de los médicos del equipo de salud. La valoración funcional determina o mide la capacidad de una persona para adaptarse a los problemas cotidianos y se efectuará a través de la medición de las actividades de la vida diaria. Actividades básicas de la vida diaria: Son las actividades del autocuidado como por ejemplo bañarse, vestirse, caminar, etc. Actividades instrumentales de la vida diaria: Indican la capacidad que tiene la persona para llevar adelante una vida independiente en la comunidad (hablar por teléfono, efectuar las compras, manejar sin medicamentos, etc.) Actividades avanzadas de la vida diaria: Implican actividades complejas y relacionadas con la voluntad de integración comunitaria (actividades lúdicas, relaciones sociales, etc.) Relaciones entre Enfermedad y Función La incapacidad funcional representa el punto final común de la mayor parte de las enfermedades de la vejez y viceversa, puede ser la manifestación inicial de las enfermedades Considerar: Deficiencia: representa la alteración de la función de un órgano o tejido o miembro del cuerpo humano. Discapacidad: representa la consecuencia de una deficiencia en la realización de las actividades de la vida diaria. Implica una alteración funcional. Minusvalía: supone una discapacidad para cumplir con un rol habitual para la edad, sexo, etc. Ejemplo: la artritis implica una deficiencia física que genera una discapacidad y por ende una minusvalía para el desarrollo de actividades físicas deportivas. Cuando se evalúa funcionalmente a un anciano se lo puede hacer pidiéndole que ejecute determinados ejercicios de la actividad básica para la vida diaria o simplemente preguntándole a él o a su cuidador si es capaz de llevarlas a cabo y con qué dificultad. Dependiendo del grado de ayuda que necesita una persona para las las actividades básicas para vida diaria se puede clasificar al individuo en dependiente, semidependiente y autoválido para las tareas en cuestión. Concepto de autonomía: Es la capacidad y derecho de una persona de poder elegir ella misma las reglas de su conducta, la orientación de sus actos y los riesgos que está dispuesto a correr. El concepto de autonomía se refiere fundamentalmente a la posibilidad de tomar decisiones. Autovalidez: Es la capacidad de la persona de efectuar sin ayuda las actividades de la vida diaria. Una persona cuadripléjica, pero con cerebro lúcido es una persona autónoma pero no es autoválida, en cambio una persona que padece una depresión severa es autoválida pero no es autónoma. Instrumentos de Valoración Funcional Son muchas las escalas que pueden utilizarse (Katz, Barthel, Newton, etc.) Aquí mencionaremos la de la Cruz Roja Española, en consideración a su simpleza, con pequeñas modificaciones. La puntuación es de 0 a 5 puntos (de mejor a peor nivel de función) 0 - Individuo totalmente autoválido. 1 - Realiza bien las actividades de la vida diaria. Tiene dificultades para desplazamientos complicados. (Viajes). 2 - Algunas dificultades en las actividades de la vida diaria. Ayuda ocasional. Ayuda con bastón o similar. 3 - Graves dificultades en las actividades de la vida diaria. Ayuda permanente. Camina con dificultad. (Ayuda de un cuidador) 4 - No puede efectuar las actividades de la vida diaria. Requiere dos cuidadores para caminar 5- Inmovilizado en cama o sillón. Requiere cuidados continuos. Incontinencia habitual.- VALORACION SOCIAL La valoración social es la parte de la valoración geriátrica que se ocupa de la relación que existe entre el anciano y su entorno (medio social en que se desenvuelve), estableciendo la vía para que los recursos sociales se utilicen de forma adecuada. La dificultad para llevar a cabo esta valoración se basa en: Multiplicidad de aspectos que abarca. Algunos conceptos no están claramente definidos (Ej.: expectativas del papel social de los ancianos) y otros son abstractos (Ej.: aislamiento), y por lo tanto sujetos a interpretaciones subjetivas. Se refiere a lo que las personas piensan y sienten sobre su estado de satisfacción general acerca de sus vidas y de las conclusiones cognitivas (evaluación del sujeto sobre su vida) y afectivas-emocionales, (referido al estado de ánimo del sujeto), que ellos alcanzan cuando evalúan su existencia, a eso comúnmente se le llama felicidad. Estaría compuesto por dos factores básicos El primero centrado en aspectos Afectivos-emocionales, abarcaría los estados de ánimo de los sujetos, aquí entraría: • Sentido del humor • Extraversión • Neurotisismo • Optimismo • Autoeficacia • Autoestima • Capacidad de adaptación • Orientación del logro de las meta • Estrategias para afrontar el estrés El segundo centrado en los aspectos cognitivos, donde se vería como el individuo evalúa el desempeño a lo largo de la vida a la luz de las metas y logros personales y de valores sociales determinados “satisfacción vital”. A lo anterior habría que sumarle unas variables externas relacionadas con la satisfacción personal: • Satisfacción con el trabajo • La pareja • Los ingresos • El hogar donde se vive • Edad • Sexo • Nivel educativo • La salud • La productividad • La seguridad • Las relaciones con la comunidad • La intimidad A estos dos factores podíamos añadir un tercero que sería la internalidad, y lo definiríamos como la satisfacción que siente una persona cuando atribuye los resultados de sus logros a si mismo más que a causas externas. Se dice que una persona tiene un alto bienestar subjetivo cuando la visión que tiene de su vida es positiva, suele estar contenta y muy pocas veces esta triste. Al contrario, una persona que está mal humorada, se divierte poco, siempre expresando emociones de tipo negativo como: estar estresado, ansioso y poco satisfecho con los acontecimientos de la vida, podemos decir que su bienestar subjetivo es bajo. Gráfico nº 9 Distintas visiones y teorías sobre el Bienestar Subjetivo • Es evidente que cuanto más confiada se siente una persona de lograr sus metas y objetivos en la vida, mayor nivel de bienestar subjetivo reportará. /• Se descubrió que los ancianos que poseían un mayor grado de contactos sociales sobrevivieron más tiempo que aquellos que tenían menos recursos sociales, sobre todo a partir de los 60 años. • Las enfermedades en los mayores aumentan la depresión. • La edad no afecta directamente, por sí misma el bienestar subjetivo del adulto mayor. • Las personas casadas informan de un mayor grado de satisfacción con la vida que las personas solteras, viudas o divorciadas y dentro del matrimonio las mujeres presentan más satisfacción que sus compañeros. • Frecuentemente también el fallecimiento del cónyuge supone una situación de amenaza para la seguridad y el bienestar propios (por ejemplo, económico, afectivo, de realización de actividades, etc.). Este hecho es especialmente relevante en las personas mayores, donde las posibilidades de rehacer sus vidas se ven más limitadas. • Teorías actuales sostienen que el proceso orientado a la consecución de una meta puede ser más importante para el bienestar subjetivo que el propio objetivo o estado final alcanzado. Es decir, es más importante cuando se escala una montaña el camino recorrido con las gratificaciones y adversidades que van surgiendo, que el alcanzar la cima. • Las personas más satisfechas con sus vidas son aquellas que tienen unos proyectos o metas más fácilmente alcanzables a corto o medio plazo, y que les permiten obtener unas gratificaciones más inmediatas. • Existe la idea general de que unas aspiraciones altas conducirán a la infelicidad porque la persona puede desanimarse cuando percibe una gran distancia entre el lugar en el que se encuentra realmente y aquel en el que le gustaría estar. No obstante, unas metas demasiado bajas pueden reducir el bienestar subjetivo en la misma medida que unas aspiraciones excesivamente altas; pues así como las primeras es probable que conduzcan más fácilmente a sentimientos de aburrimiento, las otras desembocan en un incremento de la ansiedad. • Dicen que la felicidad es producto de la actividad, por lo que ser una persona activa es importante para el Bienestar Subjetivo, ya que realizar actividades es bueno y favorable para la salud física y mental. Las personas mayores que hacen actividades por los demás, cuidar enfermos, trabajar en ONG, se dice que están más satisfechas con sus vidas. • Los mayores aprenden a planearse metas más realistas y más fáciles de lograr, por el contario los jóvenes suelen ponerse metas muy altas, llegando a producir sentimientos de frustración. Cuando las personas se motivan intrínsecamente son capaces de cumplir sus potencialidades y desarrollar progresivamente desafíos cada vez más grandes. A nivel particular una de las teorías con la que estoy plenamente de acuerdo es con la Hedonista, pues me parece la más razonable y cargada de un alto sentido común: “Habitual en nuestra cultura occidental”. Dice que el bienestar subjetivo, no es simplemente la vida feliz, sino los procesos del “VIVIR” con sus mezclas de sabores dulces y amargos; una vida que, no evita el dolor, sino que todo lo contrario, lo enfrentan y le da un significado constructivo para trasformar lo doloroso y conflictivo de la vida en algo hermoso y digno de vivir. Existe una acentuada interacción o influencia, sobre los aspectos a valorar, de otras personas y/o instituciones, lo que impide que estén bajo el control del propio anciano. Para que el anciano viva en forma independiente en la sociedad debe tener la capacidad de poder realizar ciertas actividades. Cuando por algún motivo se ve imposibilitado de llevarlas a cabo, las personas y/o instituciones que lo rodean deberían ayudarlo, para que siga en la comunidad. El que esto no ocurra se puede deber a múltiples causas: 1. Enfermedad física o psíquica del anciano que requiere institucionalización permanente. 2. Imposibilidad del o los cuidadores para seguir realizando su tarea (descanso, enfermedad, etc.) 3. Cambios negativos en el entorno (deterioro de la vivienda, etc.) 4. Falta de un sistema integrado y coordinado de servicios asistenciales. Existen muchos espacios para la atención del paciente con enfermedad aguda, pero no ocurre lo mismo con los enfermos crónicos, los carenciados , etc., no contándose entonces con la contención apropiada para la rehabilitación integral del anciano (física, psicológica y social) y para conseguir su reinserción social, evitando siempre que sea posible la institucionalización permanente y la dependencia. Concepto de “Función Social”: es el grado en el cual las personas tienen una función adecuada como miembros de una comunidad. Va a ser el resultado de la interacción de factores físicos, cognitivos, emocionales y sociales. Consideramos que es adecuado, cuando el individuo se realiza como miembro de la comunidad. El correcto desarrollo funcional estará en relación directa con: Recalcando el concepto de que la “valoración social” tiene como finalidad mantener o aumentar (si fuera necesario) la calidad de vida de los ancianos, en el momento de realizarla debemos seleccionar las necesidades básicas que se considerarán. a) Necesidades Básicas Primarias: Son las imprescindibles para la conservación de la vida. Físicas: Alimento, vestuario, vivienda y salud. Sociales: Seguridad social, solidaridad e integración con igualdad en la distribución del prestigio y del producto. Culturales: Educación, entretenimiento, ocio creativo e innovador, imagen del mundo e información. Políticas: Posibilidad de votar y cambiar el proyecto nacional. b) Necesidades Básicas Secundarias: Condicionan los hábitos del individuo. Con fines didácticos dividiremos en tres los múltiples aspectos que engloba la función social. Relaciones y Actividades Sociales: Se incluyen las mediciones de la naturaleza, frecuencia e importancia subjetiva de las relaciones y actividades sociales y sus cambios en el tiempo. Se debe tener en cuenta que: Las relaciones sociales influyen en el estado de salud. No se debe confundir los conceptos de personas que viven solas con aislamiento social. Deben incluirse también los contactos telefónicos y cartas. Soporte Social: Es el conjunto de ayudas económicas, emocionales e instrumentales proporcionadas al anciano por parte de otras personas o entidades. Red social: Instrumento a través del cual se realiza, o no, el soporte. Tipo de soporte: Puede ser informal (familiar, amigos, vecinos, etc.) o formal (profesionales, trabajadores sociales, enfermeros, etc.) Carga de cuidadores: Es la tensión física, emocional, social y económica que sufren las personas que cuidan al anciano. En el domicilio, la familia sigue proporcionando la mayor parte del cuidado y es ella la que debe ser apoyada a través de “sistemas de alivio” (dentro y/o fuera del domicilio). Recursos Sociales: Abarca cinco áreas (Recursos sociales y estructura familiar, recursos económicos, salud mental, salud física y capacidad para actividades de la vida diaria.) Por último en el momento de realizar la medición de la función social se tendrá especial cuidado en la: Elección de un informador fiable: Habitualmente el cuidador principal del anciano. Se considerará con cuidado las limitaciones del auto informe del anciano, porque puede estar condicionado por problemas de memoria, miedo a represalias, exageración de los hechos, protección de su intimidad, etc. EL AUTOCUIDADO EN NUESTROS MAYORES El poder de aprendizaje del ser humano es ilimitado independientemente de su edad. A través del proceso educativo, las personas de la tercera edad pueden incorporar a su vida diaria, conductas para la salud física, social, mental y espiritual que favorecerán su calidad de vida, tendiendo a abandonar los estilos y conductas que le son perjudiciales. Autocuidado “Son todas aquellas acciones y decisiones que toma un individuo para prevenir, diagnosticar y tratar su situación personal de enfermedad; todas las acciones individuales dirigidas a mantener y mejorar su salud; y las decisiones referidas a usar tanto los sistemas de apoyo informal, como los servicios médicos formales. Esto incluye el hecho de poseer habilidades tales como: a) Realizar diagnósticos sencillos al hacer una valoración de su estado de salud. Ej.: tomar la temperatura, presión arterial y pulso, autoexamen de mamas, etc. b) Enfrentar condiciones agudas sencillas: Ej.: resfriado común, lesiones y quemaduras de la piel, etc. c) Tratar enfermedades crónicas con los medicamentos o acciones indicadas. d) Realizar acciones tendientes a prevenir enfermedades y a promocionar la salud. Ej.: ejercicios, dietas, eliminar el consumo de cigarrillos y alcohol, buena higiene dental, etc. e) Búsqueda de información relacionada con la salud. Ej.: conocimiento de los pasos a seguir antes de buscar ayuda profesional, como obtener información de salud, como tener acceso al cuidado formal, etc.” Algunos adultos mayores no sólo son capaces de realizar actividades para el autocuidado, sino que pueden también colaborar en el cuidado de otros ancianos. El autocuidado involucra, además de los profesionales de la salud, a la familia del anciano, vecinos, amigos, voluntarios, centros de jubilados y a toda la comunidad en general. Esta última debe ser parte activa en la promoción de auto validez para prevenir las dependencias tan temidas en la vejez, estando preparada para brindar el asesoramiento necesario. Para fomentar el autocuidado podemos hacerlo a través de la educación verbal o escrita (cartillas médico - preventivas, para la calidad de vida, etc.). El conocimiento adecuado de los servicios de salud también fomenta el autocuidado. “El adulto mayor, NO debe ser destinatario pasivo de los servicios de salud, sino que debe convertirse en el foco o centro de esos servicios. Es necesario tener en cuenta que todo aumento significativo en el bienestar físico, mental o social depende en gran medida de la determinación del individuo y de la comunidad de ocuparse de sí mismos” Con la intención de favorecer la adquisición de nuevos conocimientos para el autocuidado, el cuidador deberá ofrecer pequeñas cantidades de información y repetirla frecuentemente dando así la posibilidad de fijarla. En el caso de enseñanza de actividades motoras, estas deberán ejecutarse tantas veces como sea necesario, favoreciendo así el “modelado” de conductas positivas que pueden llegar a influir drásticamente en la futura “calidad de vida” del envejecerte (la posibilidad de que una persona mayor pueda pasar sin ayuda de la silla de ruedas a su cama y viceversa puede determinar su incorporación o no a un establecimiento geriátrico). ¿QUÉ HACEMOS CUANDO NOS SURGEN PROBLEMAS QUE NOS ALTERAN PARALIZANDO NUESTRA VIDA RUTINARIA? A las personas mayores se les presentan muchos días, una serie de acontecimientos que les descolocan y sobrepasan su rutina diaria. Esto comienza a preocuparles, pues empiezan a entrar en un terreno desconocido que le lleva a un fuerte desgaste a nivel emocional causándole un aumento de ansiedad provocándole estrés. Todo su afán es decidir si esconderse y dejar que pasen las cosas o preocuparse entrando en un círculo vicioso que es el que favorece el estrés. Sentir temor ante una situación desconocida, que puede incluso amenazar el bienestar, es una cosa normal. Ahora bien, si actuamos negativamente y retro-alimentamos con ideas y pensamientos de tendencia negativa, aunque no sean ciertos, ahí si empiezan los problemas. Cuando hay que solventar un error o dar un paso hacia atrás, aprendemos que las excusas o culpar a los demás no soluciona nada. Dar marcha atrás ante los desafíos suele bloquear el aprendizaje y las nuevas formas de mejorar. Siempre da un paso adelante ante lo que te depara la vida, enfréntate con valor, este es un ingrediente vital, tal como dijo Anaïs Nin El Diario de Anaïs Nin, volumen 1 (1931-1934). “La vida se encoge o se expande en proporción al valor de uno”. Una persona mayor tiene un valor incalculable, el cual le dan los años vividos, tiene muchas posibilidades y potencialidades que debe descubrir, y tiene que aprender que buscar las ayudas necesarias y que ira por aquello que le hace ilusión y quiere conseguir. Se tiene que dar cuenta que la vida está llena de opciones, que puede lograr lo que se proponga, que encontraras los medios, paso a paso, en virtud de su estado de salud y que la persona mayor, se lo merece. Variables que incrementan la posibilidad de aprendizaje en las personas mayores 1. Motivación: Si el nuevo conocimiento es realmente aplicable e importante para el adulto mayor, más rápido será el aprendizaje. 2. Tiempo de reacción - respuesta: Los mayores requieren más tiempo que los jóvenes para reaccionar ante una nueva información. Debe administrárselo con espacios amplios de tiempo y de a pequeñas cantidades. 3. Capacidad de concentración: Cuando se les da clases o se les explica una técnica, la atención comienza a agotarse a los 30 minutos. 4. Considerar además que el aprendizaje se da cuando se brindan estas condiciones: · Ambiente seguro y confortable. · Ausencia del “ridículo”. · Respeto y afecto. 5. El optimismo, la paciencia, el elogio, el buen humor y los refuerzos positivos incrementan la capacidad de aprendizaje. 6. Una vez que se ha logrado el aprendizaje, es decisivo que con frecuencia existan refuerzos de las conductas aprendidas para que éstas persistan. 7. Para poder lograr cambiar de conducta el cuidador no debe transmitir “dobles mensajes”(Ej.: muchas veces se estimula al anciano a que controle esfínteres para evitar la dependencia, sin embargo cuando el cuidador se siente sobrecargado de trabajo, le coloca pañales porque le resulta más cómodo en ese momento). Para poder lograrlo se deberán poner en práctica las sistemáticas. 8. Por último debemos recalcar que si bien hay técnicas que han dado excelentes resultados, existen diferencias personales en los ancianos a nuestro cuidado, que deben ser respetadas y tenidas en cuenta.- - Generalidades - Valoraciones y autocuidado - Gerontología Social - Alteraciones cognitivas y del sueño - - Las enfermedades frecuentes en las personas mayores - Nutrición de las personas mayores - - Terapéutica y rehabilitación - Accidentes y caídas - La asistencia institucional - LOS PROBLEMAS ESTRUCTURALES FUTUROS DE ESPAÑA: EL MECANISMO DE TRANSMISIONY UNA POSIBLE SOLUCION http://www.sintetia.com/los-problemas-estructurales-futuros-de-espana-el-mecanismo-de-transmision-y-una-posible-solucion/. El aspecto más difícil de valorar en la actual crisis de deuda soberana es el, para muchos agentes, “excesivo” castigo a las emisiones de deuda del Estado. Si el nivel de deuda pública de España es inferior al de la media de la Unión Europea (el 61% frente al 80% a finales de 2010), ¿por qué desconfían los inversores de nuestra solvencia fiscal? España podría permitirse tres o cuatro años más de fuertes déficit fiscales antes de alcanzar el nivel de deuda del resto de la UE, luego el motivo del sobrecoste que cada emisión ha de asumir no se encuentra exclusivamente en la incertidumbre sobre nuestra situación a corto plazo. En este artículo intentaré resumir (a) tres grandes problemas estructurales que la economía española presenta en el largo plazo, (b) un sencillo mecanismo de transmisión, basado en la teoría de juegos, que podría estar trayendo nuestros problemas fiscales futuros al presente, y (c) una solución sencilla, basada en la racionalidad y en las expectativas de los compradores de deuda, que no implique más ajustes fiscales negativos en el corto plazo. a. Tres problemas estructurales a largo plazo Los tres problemas que a continuación se describen tienen su origen en un mismo fenómeno irreversible, el envejecimiento de la población, y en la dificultad y lentitud con que en España suelen llevarse a cabo las reformas. 1. El gasto en pensiones será, sin reforma alguna, muy difícil de sostener a partir del año 2040. Las proyecciones más sensatas para la economía española, elaboradas por Doménico y Melguizo (2008) y actualizadas por Doménico y de la Fuente (2009), presentan la evolución del gasto público en pensiones para los próximos 50 años en ausencia de reformas. Los distintos escenarios que los autores planteaban dependían principalmente del comportamiento de la población, de la tasa de actividad y del crecimiento de la productividad. Las proyecciones iniciales preveían una entrada en déficit alrededor 2030 y una deuda del sistema en 2050 que rondaría en las previsiones más optimistas el 50% del PIB y que superaría incluso el 300% del PIB en el escenario pesimista. ¿Qué escenario parece más probable a día de hoy? En primer lugar, la reforma de 2010 del sistema de pensiones ha alargado dos años la edad de jubilación y ha aumentado el periodo de cómputo de la base, reduciendo la pensión efectiva de algunos colectivos. Pero, si bien la reforma ha mejorado las perspectivas en el largo plazo, la larga crisis económica ha sumido ya a la Seguridad Social en números rojos y está colocando a España en una senda del PIB potencial sensiblemente inferior. Además, los supuestos optimistas sobre tasa de actividad (80%) y de tasa de paro (4%) parecen muy improbables en un país como España, cuya estructura laboral suele estar más cerca del 60% de actividad y el 10% de paro, incluso en situaciones de bonanza. Si hace pocos años se vislumbraba un periodo tranquilo de adaptación al inevitable envejecimiento, este periodo apacible ya no existe. España habrá de adaptar su estructura productiva a marchas forzadas en medio de políticas fiscales restrictivas y de un des apalancamiento forzado del sector público, de los hogares y del sector financiero (incluyendo aquí un saneamiento con fondos públicos de entidades en quiebra). 2. El gasto sanitario se disparará por el envejecimiento. El copago sanitario no sería más que un diminuto parche dentro de los graves problemas que presenta el envejecimiento. La codificación de enfermedades, el exceso de hospitalización y el aumento de la morbilidad agravarán un problema bien conocido: el gasto sanitario es muy desigual y desproporcionadamente más alto en los mayores de edad y, especialmente, durante el último año de vida de las personas. Mientras el ciudadano mediano genera solo unos pocos cientos de euros de gasto sanitario anual, el 1% más desafortunado genera más de 100.000€. Las consecuencias demográficas de la Guerra Civil española y la postguerra están dando un respiro al gasto sanitario actual: de haber tenido unas tasas de natalidad más altas entre 1936 y 1950, ahora contaríamos con muchos más individuos en la franja de los 65 a los 76 años, generando un gasto sanitario adicional importante (y también en pensiones). Pero este “respiro demográfico” está llegando a su fin, y cada vez serán más numerosas las cohortes de población que comiencen a entrar en las edades de mayor gasto. La población entre 65 y 74 años consume más del doble que la población en edad de trabajar, la franja entre 75 y 84 años casi cuatro veces más y los mayores de 85 años consumen hasta seis veces más recursos. EL TRATO DE LAS PERSONAS MAYORES “Todos debemos reflexionar respecto al maltrato hacia las personas adultas mayores, desde su ángulo positivo: EL BUEN TRATO”. Podemos hacernos las preguntas siguientes: 1º - ¿Qué son los malos tratos? 2º - ¿Por qué y dónde ocurren? 3º - IDENTIFICAR los malos tratos. 4º - ¿Cómo prevenir? 5º - ¿Cómo promocionar el BUEN TRATO? Intentaremos contestar a estas presuntas, son muchos los términos utilizados para definir una identidad que aúna conceptos distintos: maltrato, malos tratos, abuso, negligencia, abandono, etc…. A la primera pregunta, las definiciones más destacables son dos: “Cualquier acto u omisión que produzca daño, intencionado o no, que concurra en el medio familiar, comunitario o institucional, que vulnere o ponga en peligro la integridad física, psíquica, así como el principio de autonomía o el resto de los derechos fundamentales del individuo, constatable objetivamente, o percibido subjetivamente con independencia de la intencionalidad o no y del medio que suceda” Declaración de Almería de 1995. “Acción única o repetida, o la falta de la respuesta apropiada, que ocurre dentro de cualquier relación donde exista una expectativa de confianza y la cual produzca daño o angustia a una persona anciana” Declaración de Toronto de 2002. A la segunda de ¿Por qué ocurren? Afectan a todas las clases sociales en todas las edades y ocurren en cualquier entorno o medio, sin distinguir entre niveles socioeconómicos, en el caso de las personas mayores, el maltrato se produce en una situación caracterizada por el desvalimiento y la fragilidad que puedan vivir los mismos, así como por la falta de recursos o redes de apoyo. El riesgo de parecer maltrato aumenta cuando las personas mayores se encuentran en situación de dependencia para su vida diaria por padecer cualquier problema de salud (física, mental, psíquica, sensorial o perceptivo cognitiva) que les impida desenvolverse de manera autónoma. Todavía es más peligroso cuando la persona no es capaz de percibir la situación de maltrato y no la puede expresar o manifestar. En el medio familiar (domestico), suceden en un contexto de confianza, bien sea familiar o de personas cercanas (amigos, vecinos, cuidadores, etc.) estas personas próximas suelen ser los principales proveedores de cuidados de las personas mayores. En estos casos, cuando ocurre el maltrato puede ser incluso la persona cuidadora no sea consciente de que sus actos dañan a la persona mayor. El riesgo de malas prácticas aumenta cuando el entorno familiar esta perturbado (situaciones límite de sus miembros, desempleo, frustraciones, estrés,…). En el entorno institucional, la violencia se refiere a la que ocurre en establecimientos prestadores de servicios y cuidados, a corto o largo plazo, públicos o privados (centros de salud, hospitales, residencias geriátricas, centros de día,…); por lo que la persona que puede infligir el maltrato no es una persona de confianza. Si no que tiene una relación contractual o una obligación legal de cuidados respecto a la persona mayor. Los factores que pueden contribuir a desencadenar el maltrato en este ámbito están en relación con: Las características del establecimiento (físicas, de adecuación o no de medios técnicos y personal, organizativas). Las características de la propia persona mayor y su situación de dependencia. El medio social, hace referencia a las “acciones u omisiones de acción” y actitudes discriminatorias que marginan a las personas mayores. Pueden provenir de distintas administraciones y otras estructuras sociales (empresas o particulares). Su manifestación más frecuente y evidente es el trato irrespetuoso. A la tercera pregunta, ¿Cómo identificar los malos tratos? Las personas mayores pueden ser objeto de diferentes tipos de malos tratos que es imprescindible conocerlos, para solicitar la ayuda oportuna. Maltrato (abuso físico). Son acciones realizadas con la intención de provocar daño o lesiones físicas (corporales). Se reconoce por las marcas que dejan; hematomas, heridas, fracturas de huesos,…. Y están causadas por sacudidas, empujones, golpes, patadas. Las restricciones de movilidad y confinamientos innecesarios, con medios no apropiados, como pueden ser, las medidas de sujeción recomendadas, o el inadecuado uso de fármacos sin control médico también atentan contra el buen trato de las personas mayores. Maltrato psicológico. Se puede reconocer cuando hay agresiones repetidas de tipo verbal (gritos o insultos) o gestual, intimidaciones o amenazas que provocan daños psicológicos, estrés, ansiedad o intranquilidad) El aislamiento, la privación o la infantilización son acciones denigrantes que también hieren la autoestima y la dignidad de las personas mayores. El término “malos tratos”, barca también conceptos como el abuso, la negligencia, abandono y vulneración de derechos. Abuso sexual. Cualquier contacto físico sin consentimiento que utiliza fuerza, amenazas y que además puede realizarse aprovechando la situación de discapacidad física, psíquica y del deterioro perceptivo-cognitivo de la persona mayor. La persona mayor es utilizada como medio para obtener estimulación o gratificación sexual. Incluye los tocamientos, los atentados contra el pudor, el acoso, la realización de pornografía y la violación. Abuso económico. Cuando se utilizan de manera ilegal o no autorizada los recursos económicos o las propiedades de la persona mayor. Puede ser usando indebidamente la tutela, negando el derecho al acceso y control de fondos personales, obligando a firmar ciertos documentos. Ocurre cuando no se entiende falsificando firmas, robos, hurtos, fraudes, tomando cosas o bienes sin permiso. Negligencia. Ocurre cuando no se entienden o se emiten las necesidades básicas de la persona mayor, aún a sabiendas de que precisan apoyo. Estas necesidades que resultan descuidadas se refieren a: vestido, alimentación, higiene personal, movilidad, salud, vivienda, etc. También ocurren cuando se ignoran deberes para los que precisa apoyo como pagos de alquiler u otras facturas. Abandono. Se considera así cuando existe una deserción completa de la persona responsable de cuidados hacia la persona mayor que depende de otros. Puede ser dejada en una institución, lugar público o en el propio domicilio, sin supervisión ni apoyo. Vulneración de derechos. Supone la pérdida del derecho a la intimidad o privacidad, al uso y disfrute de sus pertenencias, la negación del derecho a decidir sobre aspectos de la vida privada como recibir visitas o relacionarse con amigos, así como el desalojo del propio domicilio (acoso inmobiliario). Todas las formas de malos tratos llevan implícita una vulneración de los derechos de las personas mayores. A la cuarta pregunta, -¿Cómo detectar? Muchas personas mayores que son objeto de malos tratos no son conscientes de ello o, si son conscientes, no se reconocen victimas (excusan y justifican comportamientos abusivos). Otras no suelen denunciar porque no saben dónde ir, como hacerlo, ni la utilidad del proceso. También tienen miedo a las posibles represalias por parte de su agresor (sobre todo a ser abandonados, perder una plaza que ocupan, perder relaciones que para ellas son significativas), de ser un escándalo para su familia. Se debe comprender el silencio, los temores y miedos de las personas mayores, teniendo en cuenta la difícil relación que tienen con el entorno. Como señales de alerta pueden ser observadas por la familia, vecinos, profesionales, asociaciones u otros miembros de la sociedad. Indicadores físicos (esfera física). Destrucción o deshidratación, mala higiene corporal, del vestido o de la ropa de cama. Lesiones físicas frecuentes e inexplicables, hematomas en distintos estadios de evolución, caídas reiteradas. Indicadores psíquicos (esfera emocional). Los trastornos psicológicos se pueden relacionar con la aparición en la persona mayor de ansiedad, irritabilidad, trastornos de memoria, depresión angustia, baja autoestima y aislamiento social entre otros. L persona muestra una actitud de retraimiento y miedo. El caso más extremo seria tentativas autodestructivas, llegando al suicidio. Estos trastornos psicológicos pueden conllevar también disfunciones físicas (mareos, dolores de cabeza, trastornos digestivos y de la alimentación…) Indicadores económicos (esfera económica). Puede ser que la persona mayor desconozca o muestre una preocupación exagerada por su situación económica. Hay que observar si se está privando de cosas que realmente necesita, pierde objetos de valor, joyas o dinero. Pueden observarse también gastos inapropiados, bloqueos de su cuenta o conductas sospechosas como la firma de documentos por personas que habitualmente no pueden hacerlo. A la quinta pregunta de ¿Qué hacer cuando son evidentes? Hay que saber que saber que las víctimas de malos tratos o cualquier persona que tenga conocimiento de los hechos deben dirigirse a profesionales de centros de salud y los servicios sociales (médicos, enfermeras, profesionales sanitarios en general, psicólogos, sociólogos, educadores). Estos profesionales son el personal de referencia y están preparados para atender casos de maltrato a las personas mayores, orientándolos y derivándolos adecuadamente. En algunos casos si la persona mayor está en plenas facultades, con capacidad para tomar determinaciones, el profesional acompaña a la víctima en su toma de decisiones para afrontar la situación. En otros casos, cuando se aprecia una presunta incapacidad (del tipo que sea), es recomendable que el profesional haga un comunicado urgente al juzgado a fin de evitar daños irreversibles. Ante situaciones de maltrato, existe un régimen sancionador, a través del Código Penal, en el que se castiga el delito de malos tratos, el abandono, la inducción a abandonar el domicilio, los delitos de estafa, la apropiación indebida y el incumplimiento de los deberes de tutores, entre otros. Los casos de malos tratos donde se produzca un tipo de delito contemplado en el Código Penal pueden y deben ser denunciados y abordados desde la vía penal. A la sexta pregunta, ¿Cómo prevenir? Si usted es una persona mayor COMUNIQUESE, resulta fundamental que se relaciones y salga de su aislamiento. Busque interlocutores válidos a los que expresar sus inquietudes, sus temores y dudas. De esta forma puede frenar una situación que podría acabar en maltrato. Una persona bien INFORMADA difícilmente será maltratada, Considere que lo primero que debe hacer es informarse para identificar claramente que situaciones están atentando contra su dignidad, analizar la situación y ver qué factores la están proporcionando. Tome conciencia y pida ayuda, acudiendo al centro de servicios sociales más próximo a su domicilio o al centro de salud. Otro punto de apoyo importante lo constituyen las asociaciones que llevan a cabo actividades que tienen como objeto la defensa de las personas mayores en sus distintas facetas. Utilice los recursos legales de protección, como el TESTAMENTO VITAL (Documento de voluntades anticipadas). En él se dan instrucciones al equipo médico para que actuara en el ámbito sanitario, en el supuesto de que la persona que lo firme llegue un momento en que no pueda expresar su voluntad. En este documento se designa un representante, que actuará como interlocutor válido de la persona enferma con el equipo sanitario. Si usted es un familiar de una persona mayor con deterioro cognitivo, infórmese en los centros de servicios sociales sobre las medidas de protección legal dispuestas para estos casos concretos, como puede ser la incapacidad o la tutela. Si es un profesional o simplemente forma parte del entorno de una persona mayor, tenga en cuenta que la información, la formación, la adquisición de habilidades específicas, la motivación, la comprensión de la cultura y de los valores de la persona a la que atiende y, en definitiva, las buenas practicas ayudarán enormemente a prevenir el mal trato y a promocionar los buenos tratos. Y la séptima pregunta ¿cómo promocionar el BUEN TRATO? Es necesario y urgente que todos tomemos conciencia de cómo podemos mejorar la calidad de vida y el buen y trato de las personas mayores, tanto en la familia como en la sociedad en general. Los valores sociales de la comunidad en la que nos desenvolvemos están cambiando, sobre todo en las personas más jóvenes, es hora de que miren a las personas mayores como depositarias de una saber que les ha dado los años vividos, y que pueden ser un tesoro de sabiduría y experiencia, que no lo están aprovechando. Si usted es una persona mayor, quiérase y mantenga su salud, no descuide su alimentación. Una nutrición adecuada a su edad y circunstancias personales, le ayudará a prevenir enfermedades (como diabetes, hipertensión arterial,…) que pueden derivar en problemas o trastornos graves para su salud, generando discapacidad y situación de dependencia para sus actividades básicas de la vida diaria. Las relaciones satisfactorias con las personas mayores, requieren comprensión y conocimiento de las mismas, especialmente cuando estas, están pasando por una etapa de su vida desconocida, debemos aprender sobre ello y renovar ideas equivocadas o mitos. El respeto es básico, tenemos que evitar todo lenguaje (verbal o no verbal) y todos los actos que denoten discriminación o infravaloración. Expresando una buena disposición, con palabras y gestos, pero siendo asertivo y sin dejar de ser respetuoso. Escúchelo con atención y crea todo en lo que le dice. Dedíquele tiempo y busque momentos para compartir en familia o con otras personas de su entorno. Acéptelo como es, ser una persona mayor, no es una enfermedad. Hay que ver esta etapa de la vida como la mejor etapa de una persona, ya que a ella se llega con la sabiduría de lo vivido, cosa que ninguna universidad podrá ofrecer. Reconozca sus cualidades y apoye sus iniciativas para aumentar su autonomía y confianza. Ayude a la persona mayor, a resolver conflictos mediante el diálogo y le facilite llegar a acuerdos. Valore sus logros, el autocuidado en las actividades de la vida diaria y el mantenimiento o la facilitación del ocio y tiempo libre contribuyen a mantener la autonomía personal y sus habilidades de relación con él y el mundo que le rodea. VIII - PROTECCIÓN PATRIMONIAL DE LAS PERSONAS MAYORES: El PATRIMONIO ESPECIALMENTE PROTEGIDO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD COMO MEDIDA DE PROTECCIÓN DE LOS MAYORES. 1.- Concepto y Caracteres. La Ley 41/2003, de 18 de noviembre, de protección patrimonial de las personas con discapacidad y de modificación del Código Civil, de la Ley de Enjuiciamiento Civil y de la norma Tributaria con esta finalidad, ha sido el instrumento utilizado por el legislador para ordenar legislativamente una serie de medidas tendentes a procurar una mayor protección de las personas con discapacidad, centrándose, tal como se hace eco la propia Exposición de Motivos La Ley 41/2003, de 18 de noviembre, y de modificación del Código Civil, de la Ley de Enjuiciamiento Civil y de la norma Tributaria - Ley de la tutela de los incapaces que se encuentren en situación de desamparo, y modificándose el art. 1.732 del Código Civil.,(La Ley 41/2003, de 18 de noviembre, y de modificación del Código Civil, de la Ley de Enjuiciamiento Civil y de la norma Tributaria - Ley de la tutela de los incapaces que se encuentren en situación de desamparo, y modificándose el art. 1.732 del Código Civil.) en el aspecto patrimonial. No desconociéndose que uno de los aspectos que en mayor medida contribuyen al bienestar de este colectivo social es la promoción de los medios económicos necesarios para hacer frente a sus necesidades, la norma se ocupa particularmente de la regulación de instrumentos jurídicos adecuados que permitan subvenir a ellas. La lectura de la Exposición de Motivos y del resto del articulado de la norma permitiría concluir que el legislador tuvo especialmente presente en su ordenación la figura del progenitor que, preocupado por la suerte del hijo discapacitado caso de que éste le sobreviva, precisa disponer de mecanismos adecuados para dotarle de medios económicos aptos para satisfacer sus necesidades. En efecto, como veremos, puede constituir un instrumento adecuado para garantizar la cobertura económica de las necesidades de cualquier persona en previsión de su imposibilidad, lo que la hace especialmente atractiva para los mayores o para quienes adolezcan de cualquier tipo de enfermedad degenerativa, así como para sus familiares. 1.1.- Concepto y Caracteres. Como venimos diciendo, el patrimonio especialmente protegido es una masa patrimonial directamente vinculada a la satisfacción de las necesidades vitales de una persona con discapacidad. Sus notas más significativas se encontrarían, por tanto, en su titularidad, ya que sólo pueden ostentarla las personas con discapacidad, su naturaleza de patrimonio de destino, afectado a las necesidades vitales del discapacitado, su separabilidad, en cuanto que goza de una cierta autonomía dentro del patrimonio del beneficiario, y el hecho de que nos encontramos ante una masa patrimonial carente de personalidad jurídica, estableciéndose de esta forma su separación respecto a aquellas otras masas patrimoniales a las que la Ley dota de personalidad al adscribirse por su titular a un fin de interés público o general como son las fundaciones. A) Patrimonio “aislado” afecto a las necesidades vitales del discapacitado”. En su determinación jurídica, por patrimonio ha de entenderse el conjunto de bienes, derechos y obligaciones de contenido económico que pertenecen a una persona. De forma excepcional, el Ordenamiento Jurídico admite la posibilidad de independizar dentro del patrimonio de una persona una parte de estas relaciones jurídicas de contenido económico, dotándolas de una cierta autonomía y de un régimen jurídico específico. Esta excepcionalidad se justifica en atención a la preocupación del legislador por mantener en su plenitud la efectividad del principio de responsabilidad patrimonial universal, consagrada en el art. 1.911 del Código Civil, que podría verse vulnerado al permitir deslindar en el patrimonio del posible deudor una masa de bienes muebles, inmunebles, títulos valores, y otros bienes a la acción de los acreedores. La configuración del patrimonio especialmente protegido como un patrimonio separado con un destino específico es clara en la Ley que lo regula. La propia Exposición de motivos refiere expresamente que los bienes y derechos de forman parte de este patrimonio “se aíslan” del resto del patrimonio del titular, teniendo como destino la satisfacción de las necesidades vitales del beneficiario, afectación que se recoge con claridad en el art. 1 de la Ley. Esta independencia del patrimonio protegido dentro del patrimonio del beneficiario viene determinada en su régimen jurídico específico, y consecuencia inmediata de ello es la necesidad de que el momento en el que se constituye se practique un inventario de los bienes y derechos que inicialmente forman parte del mismo, a efectos de su correcta identificación, tal como establece su art. 3.3 a). También, puede apreciarse del hecho de que la Ley disponga que cuando el dominio de un bien inmueble o de un derecho real sobre el mismo se integre en un patrimonio protegido, se haga constar con claridad esta cualidad en la inscripción que se practique a favor de la persona con discapacidad en el Registro de la Propiedad correspondiente, mención que habrá de practicarse, igualmente, en los restantes bienes que tengan el carácter de registrables, tal como señala el art. 8.2. Este precepto también dispone que cuando se trate de participaciones en fondos de inversión o instituciones de inversión colectiva, acciones o participaciones en sociedades mercantiles, el notario autorizante o el juez deban de notificar a la gestora de los mismos o a la sociedad, su nueva cualidad. Finalmente, el art. 8.3 de la Ley señala que cuando un bien o derecho deje de formar parte de un patrimonio protegido, se podrá exigir por quien resulte su titular o tenga un interés legítimo, la cancelación de las menciones practicadas conforme a los párrafos anteriores del precepto. B)Titularidad. Tal como establece el art. 2.1 de la Ley 41/2003, el patrimonio protegido de las personas con discapacidad tendrá como beneficiario, exclusivamente, a la persona a cuyo interés se constituya, que será su titular. A estos efectos, conforme a lo dispuesto en el art. 2.2, únicamente tendrán la consideración de personas con discapacidad: a) Las afectadas por una minusvalía psíquica igual o superior al 33 por 100, y b) Las afectadas por una minusvalía física o sensorial igual o superior al 65 por 100. El grado de minusvalía habrá de acreditarse mediante certificado expedido conforme a lo establecido reglamentariamente, o por resolución judicial firme (art. 2.3). Al determinarse la titularidad del patrimonio protegido en atención al grado de minusvalía que pueda afectar al titular se amplía el posible número de beneficiarios, pudiendo servirse de este instrumento legal todas aquellas personas mayores que se encuentren en la situación prevista legalmente. Consecuencia inmediata de ello es que el patrimonio se extinga a la muerte o declaración de fallecimiento del beneficiario, o en el momento en el que éste deje de tener la condición de persona con discapacidad (art. 6.1). C) Carente de personalidad jurídica. Como vimos con anterioridad, la Exposición de Motivos de la Ley refiere expresamente que los bienes y derechos que forman este patrimonio no tienen personalidad jurídica propia, señalando su art. 2.1. Que su titularidad ha de atribuirse a la persona con discapacidad a cuyo favor se constituya. De esta forma se ha pretendido diferenciar entre este patrimonio constituido a los efectos de garantizar la satisfacción de las necesidades vitales del discapacitado, y aquellos otros supuestos en los que la adscripción de una masa patrimonial a un fin de interés general, como es el caso de las fundaciones, justifica la atribución de personalidad jurídica para garantizar el efectivo cumplimiento de la finalidad que preside su formación. 2.- Bienes y derechos que integran el patrimonio especialmente protegido. El art. 1 de la Ley señala expresamente que el objeto de la norma es favorecer la aportación a título gratuito de bienes y derechos al patrimonio de las personas con discapacidad; bienes y derechos que constituirán el mismo. 3.- Constitución del patrimonio especialmente protegido. a) Precisiones generales. A la constitución del patrimonio especialmente protegido consagra la Ley su artículo tercero. Los tres apartados en los que se divide esta norma se dedican respectivamente a determinar quién podrá constituirlo (art. 3.1 y 2), y la forma en la que se ha de producir la constitución (art. 3.3). La constitución del patrimonio especialmente protegido requiere, como hemos dicho, una aportación originaria de bienes y derechos que se han de integrar en el mismo. Bienes o derechos que podrán provenir del propio patrimonio del titular o del de terceros, si son aportados a esta finalidad. b) Personas que pueden constituir el patrimonio especialmente protegido. 1) El propio discapacitado. Dispone el art. 3.1, a) que podrá constituir el patrimonio especialmente protegido la propia persona beneficiaria del mismo, siempre que tenga capacidad de obrar suficiente. La legitimación del beneficiario encuentra su fundamento último, tal como dispone la Exposición de Motivos de la Ley, en el respeto al principio de general de autonomía personal y libre desarrollo de la personalidad que informa nuestro Ordenamiento Jurídico (art. 10 de la Constitución). La persona con discapacidad no constituye un motivo de imposibilidad absoluto para que ésta pueda constituir un patrimonio especialmente protegido. Es posible que, pese a que la sentencia de incapacitación no refiera de modo expreso esta imposibilidad, los obstáculos para su admisión tengan su origen en el grado de capacidad que de forma general se precise en esta resolución. Pero también, resulta posible admitir la intervención del incapacitado, aunque deba complementarse su capacidad mediante la intervención de las personas a las que se confiera su guarda. 2) Padres, tutores, curadores o guardadores de hecho de la persona con discapacidad. Conforme a lo dispuesto en el art. 3.1 b), cuando la persona con discapacidad no tenga capacidad de obrar suficiente, podrán constituir el patrimonio sus padres, tutores o curadores. La posibilidad de que el guardador de hecho de una persona con discapacidad psíquica pueda instituir un patrimonio especialmente protegido aparece contemplada en el art. 3.1 c) para el supuesto en el que éste se constituya mediante la aportación los bienes que sus padres o tutores les hubieren dejado por título hereditario, o hubiera de recibir en virtud de pensiones constituidas por aquéllos y en las que hubiere sido designado beneficiario, dejando a salvo la aplicación de los arts. 303, 304 y 306 del Código Civil. c) Constitución del patrimonio mediante la aportación de bienes o derechos adecuados, suficientes para este fin por persona con interés legítimo. Éste es el supuesto de hecho del que se ocupa el art. 3.2 de la ley 41/2003, de 18 de noviembre. En este caso, los bienes o derechos que constituirán la aportación originaria al patrimonio especialmente protegido no pertenecen al beneficiario, ni tampoco a sus padres tutores o curadores, sino a un sujeto diferente que ha de hallarse motivado por un interés legítimo en la constitución. La Ley otorga a los interesados la posibilidad de que éstos puedan instar del propio discapacitado, o bien de sus padres, tutores o curadores la constitución de éste, ofreciendo al mismo tiempo una aportación de bienes o derechos adecuados, suficientes para para este fin. Mediando la oposición del discapacitado nada podrá practicarse. 4.- Administración del patrimonio especialmente protegido. En cuanto a la administración del patrimonio especialmente protegido, la Exposición de Motivos de la Ley 41/2003, de 18 de noviembre, precisa que el término administración ha de entenderse en la norma en su sentido más amplio, comprendiendo también los actos de disposición de los bienes y derechos. En su ordenación legal, es el art. 5 de esta norma el que se ocupa de la administración, conformando un régimen jurídico diferente en atención a la persona que haya instituido el patrimonio. De esta forma, se diferencia entre aquellos casos en los que el constituyente sea el propio beneficiario, y aquellos otros en los que la constitución se haya realizado por terceros (englobando en este supuesto a padres, tutores, curadores y guardadores de hecho). Dada la naturaleza del patrimonio especialmente protegido, el art. 5.4 de la Ley reitera que todos los bienes y derechos que integren el patrimonio protegido, así como sus frutos, rendimientos o productos, deberán destinarse a la satisfacción de las necesidades vitales de su beneficiario o al mantenimiento de la productividad del patrimonio protegido. Por ello, cualquier previsión constitutiva que se oponga a lo establecido en este precepto habrá de considerarse nula. Contempla también la Ley la posibilidad de que no se pudiera designar administrador conforme a las reglas establecidas en el documento público o en la resolución judicial constitutiva. En este caso, el Juez competente proveerá lo que corresponda a solicitud del Ministerio Fiscal. 5.- Supervisión del patrimonio especialmente protegido. La Ley otorga la función de supervisión del patrimonio especialmente protegido al Ministerio Fiscal, pero ello no es obstáculo a que el constituyente determine en el título constitutivo las reglas relativas a la fiscalización de la administración que estime por convenientes, o que éstas vengan establecidas en la resolución judicial que lo origina. 6.- Extinción. El patrimonio especialmente protegido se extingue por la muerte o declaración de fallecimiento de su beneficiario o por dejar de tener éste la condición de discapacitado (art. 6.1 de la 41/2003). Éstos son los únicos supuestos de extinción del patrimonio referidos en el texto articulado de la norma; pero, junto a ellos, la Exposición de Motivos se refiere a una tercera causa de extinción, considerada como excepcional, en aquellos casos en los que el juez puede acordar la extinción del mismo, cuando así convenga a la persona con discapacidad. Mediante texto de Real Decreto 504/2007, de 2 de abril, se aprueba el baremo de valoración de la situación de dependencia establecido por la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia (B.O.E. nº 96, de 21 de abril de 2007), incorpora CORRECCION de errores publicada en B.O.E. nº 119 de 18 de mayo de 2007. SITUACIÓN DE ARAGÓN Personas con discapacidad y dependencia. Aragón (2008), existen más de sesenta mil dependientes Población total 1.285.002 Personas de 0 a 5 Personas de 6 a 64 Personas con 65 Años con años con y más años con Limitaciones discapacidad discapacidad 1.528 41.461 70.120 Recibe Recibe No recibe Sin-Datos Recibe No-recibe Sin Datos 1.528 16.827 23.916 718 42.383 25.446 2.291 Dependientes: 60.738 No dependientes + Sin datos: 52.371 El 8,8% de la población aragonesa (113.108 personas) declara alguna discapacidad o limitación para actividades de la vida diaria; de ellos, 60.738 son dependientes (53,7%), es decir, precisan la ayuda de una tercera persona pues no pueden valerse por sí mismos. Además hay 14.451 personas que viven en centros residenciales, hospitales psiquiátricos, gerontológicos y otros centros para personas con discapacidad. De ellos, 13.121 han declarado tener alguna discapacidad, y de estos 11.330 son dependientes. Todos los niños de 0-5 años se consideran dependientes. El origen de las discapacidades es diferente según la edad: suele ser mental en la población infantil, asteo muscular y sensorial en la población de más edad. En los niños, las deficiencias congénitas, de nacimiento o desarrollo son importantes; entre los mayores destacan los problemas degenerativos. Los problemas mentales son los más frecuentes en la población residente en establecimientos colectivos. El 36,9% de los dependientes mayores vive en zonas rurales; en este umbral de tamaño vive el 38,9% del total de la población aragonesa. Pero en cifras absolutas los dependientes son sobre todo urbanos, tal y como ocurre en el conjunto de España. Las personas mayores en situación de dependencia muestran un nivel de estudios más bajo que el total de la población mayor. El 21,4% de las personas mayores en situación de dependencia vive sola, y en su mayor parte se trata de mujeres. En la infancia y adolescencia encontramos el hogar multigeneracional, es decir los dependientes viven con sus padres. En la juventud y en la edad adulta predomina el hogar multigeneracional (hijos dependientes viviendo con sus padres o adultos dependientes con hijos en el hogar). La variedad de tipo de hogares se acentúa en las edades superiores: dependientes solitarios, en pareja, en hogares con algún hijo/a al cuidado, y otro tipo de hogares (dependientes viviendo con otros familiares o con servicio doméstico)... El perfil más frecuente de la persona cuidadora principal en Aragón es el de una mujer, con una edad media de 57 años, casada, con estudios primarios o inferiores, que suele ser la hija o la cónyuge de la persona necesitada de cuidados. Más de 10.000 mujeres-hijas atienden a alguno de sus padres o a ambos. Entre los cónyuges encontramos cifras similares de mujeres cuidando a sus esposos y de hombres cuidando a sus mujeres. La ayuda que se dispensa a las personas dependientes es intensa y de larga duración. Ocho de cada diez cuidadores principales declara cuidar todos o casi todos los días de la semana, buena parte de ellos en jornadas de ocho horas. Además, el 31% lleva ocho o más años cuidando. Buena parte de los cuidadores declara no tener ninguna dificultad a la hora de realizar las tareas de cuidado de los mayores, sin embargo, al tratarse de personas mayores a veces con sobrepeso, encontramos a algunos de los cuidadores que dicen tener dificultades físicas. Preguntados por las consecuencias negativas del cuidado en su vida, relatan que el principal efecto es el cansancio, efectos que se acentúa ligeramente en el caso de las mujeres. El servicio más utilizado por las personas en situación de dependencia en el año anterior a la entrevista fue la asistencia sanitaria prestada por personal hospitalario. Le siguen en importancia los de información, asesoramiento y valoración, así como el transporte adaptado. Los cuidados médicos o de enfermería fueron los más empleados en las dos semanas previas a la encuesta. Sólo el 9,5% de las personas mayores en situación de dependencia recibió algún tipo de prestación económica, entre las que destacan, las pensiones contributivas por discapacidad. Nueve de cada diez personas mayores que viven en alojamientos colectivos tienen alguna discapacidad y de ellos casi todos son dependientes. Cada vez se asocia más alojamiento colectivo a tener problemas funcionales y necesitar ayuda personal, aunque existen situaciones en que las personas han optado por una forma de residencia con completa autonomía personal. IX - RECOMENDACIONES DE LA U.E. RECOMENDACIONES DE LA U.E. 1.- Fiscalidad del trabajo y economía sumergida. 2.- Protección del empleo y segmentación el mercado laboral. 3.- Políticas activas de mercado laboral y servicios de empleo. 4.- Desempleo juvenil y cualificaciones. 5.- Participación mujeres mercado laboral. 6.- Política de pensiones y extensión de la vida laboral. 7.- Pobreza y grupos desaventajados Según la Comisión Europea ¿Quién está en riesgo de pobreza y exclusión? ISBN 978-92-79-20378-7 – Comisión Europea – U.E. Los niños, los ancianos, las mujeres solteras, las familias monoparentales, las personas poco cualificadas, desempleadas o inactivas en edad de trabajar, incluidos aquellos con discapacidades, las personas que viven en zonas rurales y los emigrantes se enfrentan al mayor riesgo de pobreza o exclusión. Las minorías étnicas, incluida la romaní, no se pueden identificar por medio de estadísticas oficiales de la UE, pero algunas fuentes nacionales indican que también se enfrentan a un alto riesgo de exclusión. 8.- Salarios y competitividad http://www.eldiario.es/zonacritica/Salarios-Competitividad-Competencia_6_99100109.html 9.3.2013 . En principio, parece razonable suponer que el salario que recibe un trabajador debe ser igual al valor añadido, en términos de producción, que este aporta a la empresa. Pagar por encima de lo que aporta implicaría tener pérdidas y pagarle por debajo seria como expropiarle parte de su trabajo. Temiendo claras estas premisas, no debería sorprendernos que los salarios no siguieran una evolución similar a la inflación. En algunos casos, si hay exceso de demanda del bien producido, el salario crecerá más que la inflación y en caso contrario crecerá menos. Sin embargo, en España teníamos un mecanismo de asignación de los salarios conectado estrechamente con la inflación: había una regla no escrita: que en ningún caso los salarios podían perder poder adquisitivo.Actualmente, y como efecto “rebote” de la crisis financiera los salarios SI pueden bajar por debajo de la inflación, y recuperar la competitividad perdida. Y es aquí donde, desde la entrada del euro, nos hemos dejado parte de nuestra competitividad. La pérdida de competitividad/precio se ve perfectamente con la evolución de los Costes Laborales Unitarios (CLU). Los CLU se definen como la cantidad de costes salariales necesarios para producir una unidad. Y como podemos ver en el siguiente grafico desde el año 2000 hasta el inicio de la crisis, los CLU han aumentado un 33% mientras que, por ejemplo, en Alemania no se han movido. ¿Cómo ha sido esto posible? Parte de la explicación reside en que nuestra negociación colectiva siempre ha trasladado las subidas de inflación a los salarios. Alguien pensará que esto es lo justo y que no deberíamos permitir que los salarios pierdan poder adquisitivo. Esta forma de pensar sería la correcta si estuviéramos en autarquía, donde solo se pueden consumir productos domésticos, pero las implicaciones de esta regla son muy distintas en un mundo globalizado como en el que vivimos. Gráfico nº 10 Un ejemplo para explicar por qué los salarios no necesariamente tienen que seguir a la evolución de los precios: imaginemos que únicamente España y Alemania producen el bien A y que para producir una unidad se necesita un trabajador. Supongamos que en e1año 1 en ambos países el salario del trabajador es 100 y que el precio de este bien es también 100. Pero, al año siguiente, los precios han subido un 5% en España y no han subido nada en Alemania. Alguien podría pensar que dado que los precios han subido un 5% en España, todos los salarios – para no perder poder adquisitivo- también han de subir un 5%. Pues bien: esto significaría que automáticamente la producción del bien A en España es un 5% más cara que en Alemania. Por eso cuando la empresa española quiera vender el bien A, o no lo consigue vender, o si lo hace tiene que hacerlo con pérdidas: vendiéndolo a 100, pero con un coste de 105. Las ineficiencias de la negociación salarial en España quedan muy bien reflejadas en el siguiente gráfico. Aquí vemos cómo durante los años 2008, 2009 y 2010, cuando se estaba destruyendo mucho empleo, los salarios pactados en los convenios de la negociación colectiva estaban creciendo en términos reales. Gráfico nº 11 Sea como fuere, no hay duda que el mercado de trabajo español al inicio de la crisis se ajustó principalmente vía cantidades o despidos, y no vía precios o salarios. La última reforma laboral, con mayor o menor éxito, ha buscado desesperadamente la bajada de salarios para tratar de recuperar la competitividad precio pérdida. Para conseguirlo, ha facilitado y bajado los costes de despido. En palabras de algunos, la reforma laboral persigue asustar (por no decir otra palabra más fuerte) a las personas que ocupan excelentes posiciones (insiders) para que se dejen bajar el salario. Pero al mismo tiempo, sabemos que la bajada del coste de despido, aunque sea para situarlo en la media europea, hace más atractivo despedir y, por tanto, aumentará el número de despidos. La propuesta del contrato único que defendió algunos grupos, se aplicaba sobre las nuevas contrataciones (al flujo) y no como esta reforma se aplica a todos (al stock). Esta diferencia, a la que parecen no darle importancia muchos críticos. Es clave. Acabamos de conocer los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) del cuarto trimestre, la destrucción de empleo no cesa, en el último año se han destruido 850.000 empleos y la tasa de paro está en niveles históricos del 26%. Pero la destrucción se sigue concentrando en los jóvenes. La probabilidad de ser despedido en el último trimestre de 2012 es del 19,4% para los trabajadores con edad inferior a 24 años y del 3,2% para los que tienen una edad comprendida entre los 45 y los 59 años. Por desgracia, en España no tenemos una buena estadística sobre la evolución de los salarios a nivel individual. No obstante, aún es pronto para valorar qué efecto está dominando: si abaratar el despido está incentivando la bajada de salarios o directamente el aumento de los despidos. Una empresa puede decidir bajar sus costes laborales bajando los salarios de todos los trabajadores o despidiendo a los actuales y contratando otros más baratos. El segundo mecanismo, que podríamos denominar “despedir al padre para contratar al hijo”, es mucho más dramático socialmente: El Estado de bienestar español no está preparado para ello. Pero incluso para el primer mecanismo tenga el efecto deseado de generar una devaluación interna que mejore la competitividad y el empleo, necesitamos también garantizar que las bajadas salariales no vayan a transformarse en aumentos de los márgenes empresariales. Es decir, que la bajada en el sueldo de los trabajadores sirve para mejorar la competitividad de la economía, y no el beneficio del empresario. Para conseguir la reducción de los márgenes, es imprescindible mejorar la regulación que evite abusos de posiciones dominantes, especialmente en sectores económicos sin competencia extranjera. Aquí hay una reforma pendiente que está a punto de entrar en trámite parlamentario y que nadie parece darle la atención: la reforma de los Organismos Reguladores. Necesitamos instituciones independientes, proactivas y con un capital humano cualificado, capaces de anticipar comportamientos monopolísticos y con poder para poner sanciones que eviten posiciones dominantes en los mercados. Se habla mucho de Pacto de Rentas, pero poco de que la mejor forma de conseguirlo es garantizando la libre competencia en todos los sectores. Más competencia implica servicios y bienes más baratos para los consumidores, España presenta unos precios más altos que la media europea en energía, internet, gasolina,…En concreto, antes de impuestos, tenemos la tercera tarifa doméstica eléctrica más cara – y eso a pesar de que los consumidores no pagan, en teoría, todo el coste y cada año se genera un enorme déficit tarifario que en 2012 ascendió a 5.000 millones de euros -. En gas, también pagamos bastante más que la media de la UE. En carburantes, el precio neto antes de impuestos suele estar entre los tres o cuatro más caros de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico). Y así suma y sigue, sin que ninguna persona de estas empresas sepa darnos una explicación de los costos reales. Si, gracias a la competencia, todos estos servicios bajan su precio, los trabajadores, aunque los salarios también bajen, ganaran capacidad de compra, que al final es lo que importa. En otras palabras: si queremos aprovechar al máximo los esfuerzos que están haciendo los trabajadores, necesitamos que mejore también la competencia en los distintos sectores. A este respecto la OCDE elabora para los distintos países desarrollados un indicador sintético sobre la rigidez del mercado laboral y sobre el grado de competencia en el mercado de bienes y servicios (PMR). Índices más elevados implican más rigidez y menos competencia respectivamente. En el siguiente gráfico vemos que existe una correlación entre ambas variables. Como podemos ver, España en el año 2003 presentaba uno de los mercados de trabajo más rígidos de los países desarrollados, pero también uno de los mercados de bienes y servicios con menor grado de competencia. Desde entonces, se han hecho reformas en el mercado de trabajo, pero ¿qué ocurre con las reformas en el mercado de bienes y servicios?, ¿por qué nadie las reclama? La competitividad es clave para nuestro país, pero también necesitamos más competencia. La reforma laboral aprobada en 2012 ha aumentado la flexibilidad del mercado de trabajo, pero ¿Qué pasa con la competencia entre las empresas? Gráfico nº 12 1. Modelos de envejecimiento en nuestra sociedad En las localidades, es necesario tener en cuenta conviven diversos modelos de personas mayores que corresponden a distintas concepciones, e ideologías. Destacamos dos modelos que coexisten en los municipios. 1.1 Modelo Tradicional Es el que predomina todavía en la ciudadanía fruto de la tradición y de las imágenes que perduran en la cultura de las familias. En este modelo se entiende el proceso de envejecimiento como algo negativo, con miedo, el final de algo, un deterioro continuo, un mayor número de enfermedades neurodegenerativas. En consecuencia se ve a las personas mayores: - Con sentimiento de pena. - Como una carga familiar, aunque no estén enfermas. - No se les tiene en cuenta porque no están al día. - Dan una imagen de aislamiento y soledad. - Coste social y económico elevado. 1.2 Modelo Emergente Recientemente está surgiendo otra visión en la que se percibe a las personas resultado de comprobar que estas personas están en múltiples actividades, con una agenda muy completa. Dentro de este modelo se encuentran: - Personas mayores que solo están interesadas en temas de ocio, fiestas, comidas, que corresponde a un grupo de mayores que no pudieron disfrutar cuando eran jóvenes de esas actividades. Este grupo se vive como demandante y es difícil que participe en otro tipo de actividades. - Hay otro colectivo de mayores que aprovecha todos los recursos, que se les ofertan y tienen una visión positiva de la vejez, porque disponen de más tiempo, gozan de mejor salud y cuentan con mejores recursos personales y económicos. Son personas con mucha capacidad de movimiento, actividad social y de ayuda a los demás. En conclusión, podemos asegurar que coexisten visiones contradictorias del envejecimiento porque para unos el envejecimiento no puede ser activo porque siempre es algo negativo y para otros es una etapa más de la vida que se puede vivir con vitalidad. Esta mezcla de visiones y contrastes es fruto de las formas de vida previas, que han proporcionado distintos perfiles de personas mayores. 1.3 Aspectos diferenciados a tener en cuenta Junto a este análisis de los diversos modelos de envejecimiento, hay que destacar dos aspectos significativos que completan la amplia gama de vivir la vejez. A) En relación con la persona mayor: • En los pueblos pequeños, a la población mayor se le sigue reconocimiento como activa independientemente de su edad. • Hay que tener en cuenta las diferencias entre los mayores hombres y mujeres, ya que generan distintas dificultades a la hora de participar en la vida social. • Las dificultades para relacionarse son más notorias en los grupos de personas de edades más avanzadas que han tenido un estilo de vida con menor participación social y han vivido más tiempo en un régimen más autoritario. • La visión negativa de la jubilación también es debida a que hay muchas personas mayores que han sido socializadas en que el ocio era algo negativo. • Las personas mayores más jóvenes, jubiladas de 55 a 70 años, presentan mayores matices según las historias de vida previas, pero en general no quieren que se les relacione con los otros mayores y sus espacios. • Dentro de estos jubilados más jóvenes, muchos gestionan directamente sus solicitudes de residencia y viajes pues toman decisiones personales con la convicción de no ser una carga para las familias. B) En relación con los profesionales del sector: La variedad de modelos de envejecimiento a veces se refuerza por los propios profesionales y agentes comunitarios. La actuación del profesional y su modo de actuar muchas veces promueven el reforzamiento de unos roles frente a otros. Por ejemplo, cuando el/la profesional actúa como “salvador/a” de la familia que desea alejar de su entorno a la persona mayor por la demanda de atención que genera, se refuerza la imagen de “vejez problemática”. Mientras que a su vez, cuando no atendemos a la familia cuidadora porque está entregada al cuidado de la persona mayor, se refuerza la imagen de que la familia es el único recurso ante las necesidades de las personas mayores dependientes. 2. Variables que influyen en el perfil de las personas mayores en nuestra sociedad 2.1 Variables Generales Todavía existen una serie de variables que establecen diferencias importantes entre las personas mayores a la hora de disfrutar del envejecimiento activo. Estas variables son las siguientes: Género. Medio geográfico (rural, semiurbano, urbano). Nivel de autonomía personal. Nivel sociocultural. Nivel socioeconómico. Estas variables intervienen de manera transversal y hay que tenerlas en cuenta a la hora de diseñar programas y acciones municipales para promover el envejecimiento activo, ya que sabemos que no viven de la misma manera su vejez los hombres y las mujeres; las personas mayores que habitan en entornos rurales o urbanos; las personas mayores que son autónomas que las que son más dependientes; o las que tienen un nivel educativo o socioeconómico alto frente a las que tienen un nivel más bajo. 2.2 Variables relacionadas con la autopercepción del envejecimiento A pesar de que las variables reseñadas en el punto anterior son determinantes y transversales, sin embargo a la hora de afrontar y disfrutar del envejecimiento, también encontramos en la sociedad y en el colectivo de las personas mayores, una serie de perfiles o modelos diferentes de entender como persona mayor su propio envejecimiento. Los modelos que conviven en los municipios los podemos agrupar en cinco categorías. Son los siguientes: A. Personas mayores con un estado de ánimo depresivo y que tienen un enfoque de la vejez muy negativo y asociado al deterioro personal. B. Personas mayores para las que envejecer es seguir estando sobre todo con la familia y ayudar a sus hijos/as, nietos/as. C. Personas mayores que piensan que envejecer es una oportunidad para participar en actividades sociales, recreativas, lúdicas, viajes y excursiones. D. Personas mayores que quieren disfrutar de su tiempo libre desarrollando aficiones, aprendiendo, intercambiando experiencias y apuntándose a actividades socioculturales y creativas que no han podido realizar en años anteriores. E. Personas mayores para las que envejecer activamente implica tener relaciones sociales, pertenecer a asociaciones, colaborar con entidades de voluntariado y realizar proyectos personales. Todos estos modelos de afrontar el envejecimiento hay que analizarlos teniendo en cuenta las variables expuestas anteriormente. Es decir, que en cada modelo, deberemos tener en cuenta cómo afectan las variables anteriores. 2.3 Relación entre los 5 modelos y el “envejecimiento activo” Las personas mayores no tienen una percepción clara del concepto de “envejecimiento activo” por lo que proponemos que habría que adaptarlo y utilizar otros términos más apropiados, “ocupaciones para mayores”, “aprovechamiento del tiempo en las personas mayores” Si tomamos como referencia los 5 modelos propuestos, el modelo para el que la administración municipal actualmente diseña más programas y actividades con el objetivo de promover un envejecimiento activo es fundamentalmente para el modelo C, porque es el perfil de persona mayor más participativa y activa. El resto de modelos no participan en la misma medida porque no están suficientemente visibilizados para las administraciones, por lo que se deberían analizar en profundidad sus demandas para poder ofertarles una programación amplia que promueva su participación y su envejecimiento activo. Es importante insistir en señalar que la oferta municipal de actividades va encaminada casi siempre hacia el modelo C, porque es el más gratificante, mientras que muchas veces se adolece de un análisis más pormenorizado de los otros colectivos de mayores lo que lleva a desconocer sus necesidades y demandas. Conseguir que los cinco modelos participen activamente en la oferta municipal es uno de los retos del Siglo XXI, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas mayores, promoviendo su envejecimiento activo y previniendo situaciones de dependencia. Para ello, es imprescindible contar con la colaboración de las propias personas mayores como promotoras de esos valores, sobre todo los modelos emergentes de ser mayor –modelos D y E- que pueden contribuir a crear imágenes más positivos de ser persona mayor activa, relacionada y más integrada en la comunidad y en el municipio. Los programas sociales, formativos, culturales y asociativos que se ofrecen en los municipios cuentan hoy con un aliado que hay que potenciar y visibilizar: son las mujeres mayores. Hay una corriente de opinión que explica que el envejecimiento activo es un modelo que está siendo impulsado por las mujeres y que va a generar a corto plazo un cambio radical y novedoso. Esta opinión se hace patente en algunos espacios en los que se ofrecen actividades por igual a hombres y mujeres y que, sin embargo, en su mayoría son las mujeres mayores quienes asisten, participan y protagonizan esos programas. Pero, hay que tener en cuenta que en los centros de mayores, la mayoría de las actividades de ocio que se ofrecen hoy han sido diseñadas pensando en las necesidades e intereses de los hombres (cafeterías, juegos, cartas, deportes…). Por lo que las mujeres son menos visibles en esos espacios. Sin embargo, poco a poco las mujeres han ido creando salas y buscando espacios para la realización de actividades como el baile, la conversación, las relaciones amistosas, la ayuda mutua y otras actividades de convivencia y recreación. Esta actitud se refuerza porque la mujer “no se jubila” de las actividades domésticas, ni rompe con las relaciones vecinales y de amistad que mantiene hasta edades avanzadas. Los hombres al jubilarse sienten muchas veces que no saben cómo realizar nuevas actividades mientras que las mujeres se juntan y tienen más recursos para establecer redes y ámbitos de convivencia y relación. En conclusión, se puede afirmar que aunque los roles y actitudes dependen de las personas, en general las mujeres tienen más capacidad de reunirse, comunicarse, mientras que los hombres tienen más hobbies individuales, mayor afición al deporte y menor afán de comunicación y relación. 3. Reflexiones en torno a diversas entidades que conforman la imagen social del mayor. 3.1 Los Servicios Sociales Municipales e Instituciones Locales Los profesionales de servicios sociales se encuentran hoy con un perfil de mayores más formado, más exigente y que demanda nuevas actividades. Desde los servicios sociales es prioritario trabajar con este colectivo con nuevas orientaciones y ofertando programas que ayuden a encontrar sentido en esta nueva y larga para etapa de su vida. Una actividad que hay que reorientar son los cursos que se realizan en algunos municipios, dirigidos a la preparación para la jubilación, con sindicatos y empresas. A la vez es prioritario incorporar una dinámica en los municipios de información sistemática a las personas mayores sobre las oportunidades de participación comunitaria y las repercusiones positivas para su vida que se derivan de las presencia activa en la sociedad. Hay algunos ejemplos de coordinación, como los proyectos que realizan algunos municipios con asociaciones, convocando a personas mayores que habitualmente son mujeres, solas, viudas con otro colectivo compuesto de madres y padres más jóvenes que han perdido a algún hijo, compartiendo tareas de acompañamiento y elaboración de las pérdidas. Experiencias similares se realizan con otras asociaciones más numerosas a través de las que se trabaja el envejecimiento en sus aspectos positivos, dinámicos y participativos. Para conseguir esta coordinación sería necesario elaborar protocolos con las asociaciones del entorno para que pudieran informar de la existencia de personas que tienen diferentes problemas relacionados con su edad. 3.2 La familia y la escuela La familia y la escuela son dos instituciones que refuerzan roles de las personas mayores, tanto positivos como negativos. En la familia, la preocupación por los mayores suele comenzar cuando tienen a su cargo a alguno de ellos. En este caso la labor de los profesionales tiene que ser doble: por una parte, centrarse en fomentar la prevención y la atención de la dependencia y, por otra, potenciar el ocio y el sentimiento de utilidad de la persona mayor en la familia y en la comunidad. La escuela es otro gran campo de acción. En la mayoría de los municipios se dan relaciones con el ámbito educativo, aunque como los programas curriculares escolares están muy estructurados, generalmente es la escuela quien hace la demanda de la participación de las personas mayores. Una sugerencia a tener en cuenta es colaborar en la asignatura de educación para la ciudadanía aportando visiones positivas del envejecimiento. Para ello habría que apoyarse en las APAS, o Asociaciones de los Encargados de los Alumnos, ya que tienen a veces más información las y los abuelos del alumnado que sus padres o madres. En el ámbito no escolar, las Universidades de Mayores, las Aulas de Cultura y las Universidades Populares son recursos importantes para el cambio de mentalidad porque se desarrollan a largo plazo, siendo una de las iniciativas con continuidad en la vida de la persona mayor. Las escuelas de idiomas también pueden ser un espacio de colaboración para la participación de personas mayores, corroborando el cambio de modelo de ser mayor. 3.3 Los Medios de Comunicación Social Estos medios no son todavía un claro y definido recurso que haga visible los nuevos modelos más positivos del envejecimiento y de las personas mayores. En muchos casos se presentan como si fueran jóvenes, siguiendo roles y modelos juveniles, consumiendo diversión y haciendo lo que no pudieron hacer cuando eran más jóvenes. Aunque las relaciones con los medios de comunicación social de los técnicos de la municipalidad son escasas, porque el personal de los servicios sociales está supeditado al nivel político, cuando éste es sensible al tema del envejecimiento activo suele difundir información positiva sobre las personas mayores y el envejecimiento que potencia la labor de los profesionales. Varios medios de comunicación disponen de secciones específicas sobre mayores en algunos periódicos de gran tirada pero en las que participan poco los servicios sociales. Sin embargo hay una iniciativa a destacar que la podemos repetir en nuestros municipios que se manifiesta en algunos servicios que realizan periódicos específicos entre técnicos y personas mayores que se distribuyen en los municipios. 3.4 Los Servicios Sanitarios Con los servicios sanitarios, tan importantes en la vida de las personas mayores, hay poca coordinación. La experiencia de algunos municipios en los que se realizan reuniones informativas entre personal técnico de ambos servicios es altamente positiva. Hay que tener en cuenta que aunque esta coordinación depende principalmente de la voluntariedad del nivel técnico, no siempre puede realizarse porque hay que contar con la voluntad política, que puede no ser partidaria de esta relación. En algunos municipios se organizan mesas de trabajo conjuntas sobre personas mayores, pero se echa en falta más iniciativa en el área de prevención, coordinación y trabajo conjunto en asuntos específicos que afecten a personas mayores de 65 años en situación de dependencia. Una actividad muy positiva y que está siendo demandada por diversas entidades es la siguiente: programas relacionados con protocolos de prevención de los malos tratos a personas mayores. 3.5 Las Relaciones entre Instituciones Locales Es importante consolidar actividades realizadas por diversas instituciones que se coordinan entre sí. Entre las que ya se están realizando se señalan las siguientes: • Las Aulas Familiares son espacios en los que se trabaja conjuntamente el envejecimiento, los problemas familiares, la adolescencia, las crisis familiares, la dependencia, aunque con una cierta limitación ya que a estos encuentros asisten habitualmente sólo las madres. • Las Escuelas de abuelos y abuelas ya que a veces se sienten desbordados por el cuidado de niños, ayuda a las tareas escolares, atención a preadolescentes y respuesta a sus exigencias. • Los talleres intergeneracionales, niños, jóvenes y mayores, para fundamentar la responsabilidad de todos en el respeto, la convivencia, el cuidado y la atención a las personas mayores en la familia y en la sociedad. En la cooperación interinstitucional es donde se tiene que potenciar una visión global de envejecimiento activo que sea transversal e integral. Para ello, hay que incorporar a las personas mayores en las actividades municipales y coordinándose con áreas como bienestar social, deportes, cultura, urbanismo, incluso juventud, para superar el estereotipo de que las personas mayores son sólo un asunto que afecta a los servicios sociales. Una iniciativa de algunos municipios es la creación de pisos en un área próxima a la residencia para ir adquiriendo servicios de la propia residencia en la medida que las personas que viven en esos pisos los vayan necesitando La relación con Cáritas, Cruz Roja y O.N.G.s, voluntariado y con las parroquias, es un buen apoyo en los programas de envejecimiento activo. Cuenta con personas mayores voluntarias que hacen visitas a domicilio, acompañan a personas discapacitadas o dependientes, colaboran con los programas municipales, siendo muchas veces beneficiarias de los mismos, a la vez que sus actividades repercuten en ellas por la experiencia de sentirse útiles y solidarias. 3.6 Las Asociaciones de Mayores Muchos municipios cuentan con entidades formadas por asociaciones de personas mayores que gestionan un presupuesto público mediante la firma de un Convenio, realizando actividades en el entorno. Las actividades se realizan de forma consensuada con el Ayuntamiento, dejando siempre espacio para que sean ellos quienes lleven la iniciativa y se sienten implicados con la ciudadanía. Estos programas son una oportunidad para potenciar el protagonismo social de las personas mayores y su mayor implicación en la vida municipal. Con el objetivo de ir cambiando la mentalidad pasiva y meramente receptiva de muchas asociaciones de mayores, sería conveniente que estuvieran presentes en los Consejos Municipales junto a los partidos políticos, sindicatos, asociaciones de vecinos y el propio Ayuntamiento. Un gran campo de actuación que puede aunar las necesidades de participación de la persona mayor es el voluntariado. Potenciar las entidades voluntarias, motivar a las personas mayores a incorporarse a esas entidades y colaborar desde el municipio para presentar plataformas de intervención es un recurso que ayuda a generar nuevos modelos de envejecer activo, solidario y comprometido socialmente. Otro campo de acción bien acogido en la sociedad son las actividades de relaciones intergeneracionales. Algunos programas han consolidado un tejido social que implica a la familia, los niños y los educadores. Cuenta cuentos de mayores a niños; jóvenes que leen el periódico al mayor en su domicilio, son ejemplos de esta actividad. O la reciprocidad de misivas que son concursos literarios con cartas del abuelo al nieto y del nieto al abuelo. Concurso de dibujos sobre los abuelos, con juegos donde participan ambos, tanto abuelos como nietos. En algunos municipios hay una iniciativa emergente que promueve las relaciones intergeneracionales: personas mayores emigrantes que quieren aprender nuestra lengua y participan en un programa de parejas: jóvenes que enseñan su lengua al inmigrante mayor. 4. Oportunidades relacionadas con la Administración Municipal que posibilitan el desarrollo de programas locales sobre Saber Envejecer y Prevenir la Dependencia 4.1 Con relación a la sociedad en general • Estamos en un momento de cambio en el cual empieza a haber una preocupación y un interés general por los Servicios Sociales y los programas de envejecimiento activo. • El envejecimiento de la población es, en sí mismo, una oportunidad. • Se ha llegado a un consenso técnico sobre la nomenclatura de los programas. • Los Servicios Sociales se ven ahora como un derecho ciudadano y no como un servicio de beneficencia. Ha habido una mejora presupuestaria significativa. • Se ha contrastado en la práctica el fracaso de determinadas “políticas asistencialistas y paternalistas” para las personas mayores que ha generado nuevos planteamientos en los representantes políticos locales. 4.2 Con relación a las personas mayores • Las personas mayores son más participativas y se dirigen a la administración para que ésta asuma de forma activa sus demandas. • El retorno de los inmigrantes a los municipios rurales contribuye potenciando la vida social y el protagonismo de las personas mayores de esos municipios. • La incorporación de las mujeres a las actividades de envejecimiento activo está llevando a una presencia y a una visibilidad mayor de este colectivo. • Las personas mayores son cada vez más agentes formadores en su medio sociocultural. • La mayor autonomía de las personas mayores frente a la administración repercute en una mayor calidad de los programas y servicios de los ayuntamientos. La persona mayor cobra carta de naturaleza como cliente. 4.3 Con relación a los recursos • Se está produciendo un incremento de los recursos, sobre todo económicos, destinados a promocionar un envejecimiento activo. • La Ley de Dependencia La Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia. Establece tres tipos de dependencia con dos niveles cada uno: Grado I. Dependencia moderada: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo intermitente o limitado para su autonomía personal. Grado II. Dependencia severa: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no quiere el apoyo permanente de un cuidador o tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal. Grado III. Gran dependencia: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal. Serán atendidos con carácter preferente al resto de grados. En 13 de julio de 2012 el gobierno reforma la Ley de Dependencia con medidas de gran calado: el retraso del calendario de aplicación, la revisión de las cuantías y condiciones de los cuidadores no profesionales, el incremento de las aportaciones de los usuarios (el copago) y la potenciación del sector privado. Algunas de las reformas tienen un mero componente técnico, pero otras, en cambio, suponen una fuerte afectación al sistema, que repercute en las personas con dependencia, refamiliariza las actividades de cuidado y resta responsabilidad al sector público en favor de los intereses del mercado. La reforma es una expresión de unos determinados intereses de clase y da por supuesto que las mujeres harán igualmente de cuidadoras sin tener que ser remuneradas. va a contribuir a la dinamización de la economía en el sector servicios. • Los equipos profesionales que trabajan con personas mayores son cada vez más interdisciplinarios y con una clara tendencia al trabajo en equipo. • Las TIC, y en particular Internet, son una gran oportunidad para el desarrollo de las personas mayores en muchos aspectos, incluido el de las relaciones intergeneracionales. • Hay más y mejores recursos, en general, para desarrollar programas de envejecimiento activo. 5. Dificultades y fortalezas relacionadas que pueden frenar o posibilitar el desarrollo de programas locales sobre Saber Envejecer y Prevenir la Dependencia 5.1 Dificultades y amenazas • Que la iniciativa privada llegue a suplantar a la administración pública o, por el contrario, que disminuya la iniciativa privada y colapse la administración, al no poder cubrir ésta los recursos que se prestan desde la iniciativa privada. • Que el diseño de la política social con mayores se realice sin tener en cuenta la realidad comunitaria y, también, el punto de vista de los y las profesionales. • El hastío de la persona mayor ante la ineficacia de los programas municipales, locales o autonómicas. • Que las políticas de envejecimiento se centren en la atención a la dependencia y marginen la promoción de la autonomía personal. • El modelo urbanístico y sus consecuencias de futuro, ya que la dotación de las viviendas de las personas mayores puede crear dificultades a medida que aumentan las situaciones de dependencia. • La pérdida de sentido de comunidad, asociada a elementos económicos (consumismo, individualismo, etc.). • La visualización de los Servicios Sociales como “algo para los pobres”. • Que las necesidades sociales no se correspondan con las políticas de bienestar de los Entes Locales. • La ausencia de evaluación en los programas y la carencia de formación y capacitación de los técnicos locales. • El clientelismo de las asociaciones con respecto a la Administración Municipal. 5.2 Fortalezas de las instituciones municipales • La proximidad de los servicios sociales y de los y las profesionales a la ciudadanía. • Las TIC y el intercambio de experiencias entre municipios favorecen las políticas de envejecimiento activo al generar más información y conocimiento mutuo. • La coordinación de los representantes políticos con los técnicos y de la institución en su conjunto con las personas mayores. • El ayuntamiento como la administración que más y mejores respuestas de carácter global pueden facilitar a la ciudadanía, con gran diversificación de los recursos • La visión más integral y respetuosa de los Servicios Sociales de los municipios, apostando por una mayor calidad en la prestación de los servicios. • Los Servicios Sociales son actualmente un Sistema Público concebido en términos de derecho de la ciudadanía. • El equipo humano / profesional, con una mayor formación y especialización en Servicios Sociales y con un gran nivel de información. • La evaluación de programas y servicios es una demanda de los propios servicios sociales para garantizar la eficacia de lo que se ofrece. 5.3 Fortalezas de las personas mayores • La participación activa de las personas mayores en la elaboración de los programas de envejecimiento activo. • La confianza y el respeto en la actuación de los Servicios Sociales. • Las nuevas generaciones de mayores con más salud, más recursos personales, más formación, mayor experiencia de vida asociativa y mayor demanda de protagonismo personal y social. 6. Propuestas de futuro para promover políticas de envejecimiento activo en el ámbito local. 6.1 En relación con las instituciones municipales • Creación de centros de mayores integrados con otros colectivos (discapacitados/as, centro de día, servicios sociales, etc.) • Campañas de información, divulgación y sensibilización sobre el envejecimiento activo y utilización de los espacios públicos comunes para la realización de las actividades. • Distanciarse de las políticas realizadas hasta ahora (sin olvidarlas), incidiendo en la independencia del movimiento ciudadano. • Comunicar a la sociedad que el envejecimiento activo es cosa de todos/as y que depende de todos/as nosotros/as que lo vivamos de forma positiva. • Identificar la población con la que se va a trabajar durante los 10 años próximos para conocer sus necesidades, intereses y realizar su diagnóstico social. • Difundir la idea de que los servicios que se ponen en marcha con las personas mayores tienen como objetivo garantizar una mejora en su calidad de vida. 6.2 En relación con los/las técnicos y profesionales • Implementar políticas más participativas durante todo el desarrollo (diagnóstico, planificación y evaluación) de las personas en aquellas acciones que les afectan. • Tender a diversificar la oferta de actividades desde los intereses de la propia población. • Potenciar la generalización de los recursos eliminando la compartimentación que a veces se produce con la especialización excesiva de los servicios. • Diversificar la oferta de actividades, mediante actuaciones dirigidas a las propias personas mayores, independientemente de su nivel de autonomía personal, promoviendo entornos facilitadores del envejecimiento activo, ya sean físicos o sociales. • Promover acciones dirigidas a ofrecer imágenes sociales de la vejez normalizadoras, integradas con el resto de generaciones y que refuercen su riqueza social (habilidades, destrezas, conocimientos, valores) y el sentimiento de utilidad personal, familiar y social. • Generar nuevos cauces de participación activa con personas mayores para la consecución de una sociedad para todas las edades, dentro de unos planes integrales basados en las necesidades y demandas de la población mayor. 6.3 En relación con los recursos necesarios • Continuación en los avances y mejoras conseguidos en la legislación actual • Mayor coordinación entre las diferentes administraciones públicas. • Reforzar el diagnóstico social y desarrollar criterios de evaluación del impacto real de las políticas de envejecimiento activo a nivel local. • Mejorar la planificación: con planes locales de envejecimiento activo, incorporando sistemas de calidad de un modo sistemático. • Potenciar el trabajo en equipo con un sentido interdisciplinar. • Mejorar la estabilidad laboral vinculada a la necesidad de equipos profesionales estables que puedan intervenir a largo plazo. • Propiciar la formación continua reforzada con criterios interdisciplinares y con una distribución más equitativa a nivel estatal. 7. Guía práctica para promover programas locales sobre Saber Envejecer y Prevenir la Dependencia 7.1 En relación con las instituciones municipales • Introducir el criterio de que las personas mayores no sólo son cuestión de los servicios sociales, sino también de otros servicios como urbanismo, cultura, deporte e incluso juventud. Así el envejecimiento y el trabajo con mayores sería algo transversal e integral, superando una sectorización de la atención. • Difundir la visión del envejecimiento que resalte aspectos positivos de esta etapa en la vida de las personas. Este concepto hay que ir trabajándolo desde que las personas son jóvenes. De esta manera se podría promover una visión más positiva de esta etapa del ciclo vital superando algunas visiones estrictamente negativas sobre el envejecimiento. • Promover que las personas mayores se integren en los recursos existentes, garantizando su accesibilidad física, el número de plazas y el coste económico, sin crear circuitos diferenciados, y potenciando así las relaciones intergeneracionales. Esto supone que el municipio promueva que las plazas se cubran independientemente de criterios como la edad, valorando que existen también aficiones y deseos de participar. • Difundir en el nivel político y de toma de decisiones la necesidad de una visión del envejecimiento activo para que se hagan planteamientos integrales en la entidad local. 7.2 En relación con los/las técnicos y profesionales • Promover nuevos modelos de personas mayores activas y presentes en la vida social. • Tratar el envejecimiento activo como un tema de educación para la salud, para una vida saludable, de forma transversal. Y no hablar de envejecimiento con connotaciones negativas. • Utilizar todos los espacios de intervención para ir dando mensajes sobre el envejecimiento activo, ya que cuando la persona mayor participa en lo que le rodea sin limitarse poniendo la excusa de la edad, son los mejores publicistas de un envejecimiento normal y positivo. • Superar algunos términos que se usan equivocadamente porque ni todas las personas mayores son jubiladas (no todas han trabajado fuera del hogar); ni todas son abuelos (algunas no tienen hijos e hijas), ni todas son ancianas (no tienen edad muy avanzada). Pero sí todas son personas mayores, que es el concepto que debemos emplear al nombrarles. • Trabajar con los medios de comunicación social para modificar la perspectiva negativa que transmiten al referirse a las personas mayores y al hablar del envejecimiento. 7.3 En relación con la sociedad y las entidades locales • Promover el cambio en la percepción del término envejecimiento para lograr connotaciones positivas. Para conseguirlo hay que contar con los medios de comunicación social, dando a conocer y publicitar la rica experiencia vital de las personas mayores, sus capacidades y posibilidades de participación social activa. • Programar distintas actividades para ofrecer una amplia gama de programas que responda a la diversidad de formas de vivir y expectativas en esta etapa de la vida. • Elaborar una estrategia dirigida a la promoción del envejecimiento activo para que sea desarrollada de forma coordinada y consensuada por todos los agentes sociales del municipio. • Desarrollar los mecanismos legales de participación y representación de los distintos sectores sociales en las diferentes administraciones públicas para abordar, coordinadamente, las problemáticas sociales, desde una perspectiva transversal e intergeneracional. • Facilitar el acceso de las personas mayores a todos los recursos y servicios existentes en los municipios sean o no específicamente dirigidos a ellos y viceversa. 8. Modelos de intervención con los distintos perfiles de personas mayores que aparecen reflejados en el apartado 2.2. 1 Acciones a desarrollar con las personas mayores que responden al perfil A • Proponer acciones individuales con las personas mayores en su domicilio, que fomenten su autoestima, con una valoración personalizada. • Incentivar la asistencia a Centros de Mayores y su participación en la Comunidad. • Promover la incorporación de estas personas mayores con grupos de iguales. • Captar a las personas mayores de este modelo en los Centros de Salud, coordinando los Servicios Sociales con los Servicios de Salud, para desarrollar con estas personas grupos terapéuticos. • Las actividades que se oferten desde el municipio deben apoyarse en ayudas técnicas que mejoren su vida diaria y les permitan vivir la vejez de manera más satisfactoria. • Realizar programas de coordinación con el sistema sanitario y a través de las prestaciones básicas de los Servicios Sociales y Comunitarios. • Las actuaciones enfocadas a atenciones sociosanitarias deben incidir primero en la persona y luego se tratará de integrarles en grupos y asociaciones. 8.2 Acciones a desarrollar con las personas mayores que responden al perfil B • Desarrollar acciones que permitan valorar ayudas familiares. • Estimular el factor personal: talleres, viajes, incorporación a Centros de Mayores, Cursos de Habilidades Sociales para manejarse mejor en la familia. • La captación de las personas mayores de este modelo sería a través de los Servicios Sociales y los Colegios de sus nietos y nietas. • Las actividades que se les pueden ofertar son todas aquellas que les saquen de la rutina, ofreciéndoles actividades diferentes a lo que habitualmente hacen con sus familias. • Aprovechar su experiencia positiva de relaciones familiares con sus nietos/as para que se incorporen a actividades intergeneracionales, como cuentacuentos en colegios, visitas guiadas en museos con niños/as, Actividades deportivas, Programas intergeneracionales. • Ofertar talleres formativos sobre “saber ser abuelo/a; saber ser padre/madre,” con dos finalidades: 1) fomentar buenas relaciones entre las generaciones; y 2) formar adecuadamente sobre los roles de abuelo/a que deben ser diferentes de los de padre/madre. • Programar campañas de sensibilización para los/as hijos/as con el objetivo de que no abusen de sus padres como cuidadores de los nietos/as. 8.3 Acciones a desarrollar con las personas mayores que responden al perfil C • De este modelo, especialmente se tendrían que recoger sus inquietudes y ofertar actividades en función de lo que planteen. • Las actividades que se oferten a este grupo de personas mayores desde el municipio deben tener el objetivo de informar sobre nuevas iniciativas para ofertar un abanico amplio de actividades a las que puedan apuntarse. • También desde el Municipio se puede orientar y fomentar la participación de estas personas mayores y colaborar más con ellas en el diseño de su participación, a través reuniones de grupo, con el objetivo de que sean ellas mismas las que promuevan la autogestión de nuevas actividades. • Para ello hay que preguntar y captar sus intereses, sin olvidar sugerir nuevas actividades de colaboración y voluntariado que con toda seguridad pueden realizar. 8.4 Acciones a desarrollar con las personas mayores que responden al perfil D • Recoger sus inquietudes, tanto para tener información de sus aficiones y necesidades y programar actividades nuevas y emergentes, como para “utilizarlas” desde la propia administración como recurso y referente para otros grupos de personas mayores que puedan participar en el desarrollo de estas nuevas actividades. • Utilizar este grupo como hilo conductor para poder llegar al resto de modelos de personas mayores. • Potenciar sus habilidades personales a través de: • Aulas de la Experiencia. • Exposiciones y concursos. • Actividades intergeneracionales • Ofertarles actividades que potencien un rol activo, socialmente valorado, que se puedan realizar en su propio contexto para generar una nueva cultura de envejecimiento satisfactorio. 8.5 Acciones a desarrollar con las personas mayores que responden al perfil E • Las personas mayores con este perfil pueden ser animadores modélicos para promover la formación en asociacionismo y autonomía. Podrían estimular al resto de las personas mayores a participar más activamente en su comunidad. • Desde el municipio se les puede ofrecer formación de voluntariado y asociacionismo. • Capacitarles en habilidades directivas a través de jornadas y encuentros de formación para que desempeñen papeles de programación, gestión y animación de centros, asociaciones y grupos de personas mayores. • Fomentar el voluntariado desde los centros de personas mayores, asociaciones y grupos, como ejemplo para que otras personas mayores se incorporen a este modelo participativo y de solidaridad. • Establecer relaciones de colaboración de este colectivo de personas mayores con otras instituciones, grupos y asociaciones de voluntariado del municipio. • Formarles y darles la oportunidad para que participen como representantes de las personas mayores del municipio en áreas de decisión municipal, con el objetivo de ir generando un “empoderamiento” del colectivo en la sociedad. Esta sería una gran oportunidad para in creando una nueva cultura de envejecer activo, relacionado, solidario y presente en la dinámica familiar y social. “Muchas acciones son imposibles mientras lo parecen” Estas palabras de Concepción Arenal nos animan a pensar que los programas para saber Envejecer y Prevenir la Dependencia, ya no van a ser imposibles de realizar en los Municipios, ya que se dispone de información, pero faltan recursos suficientes para ponerlos en práctica con éxito, a fecha de hoy, en la que muchos proyectos están parados por falta de liquidez. Hay signos de recuperación económica frágil, pero el crecimiento económico no es probable que sea sostenido, a además sea incluyente, y alto coeficiente de empleo, sobre todo mientras que el mercado de trabajo y las condiciones sociales siguen siendo un gran desafío y divergencia entre los países es cada vez mayor, de acuerdo con la edición especial de septiembre de la UE Empleo y Revisión de la Situación Social. La tasa de paro en España seguirá en España, durante el año 2014, por encima del 26%, muchas familias dependen de los ingresos que provienen de la jubilación de las personas mayores, ya no se les ve como una carga familiar, sino como una tabla de salvación de la familia. Esta situación, en algunos casos, si bien facilita la situación económica de los hogares, también facilita los roces intergeneracionales, puesto que las personas mayores ocupan un espacio en el hogar familiar durante todo el día, espacio que los más pequeños, de la misma no terminan de comprender. La U.E. está luchando con muchos retos: El alto desempleo ya ha dado lugar a altas tasas de desempleo de todos los tiempos a largo plazo. La destrucción de empleo extenso, ha agravado bajo nivel de empleo. Al mismo tiempo, el empleo precario ha aumentado y en los desajustes laborales ocurrió con el aumento del desempleo estructural. El grupo de jóvenes que no estudian, el empleo y la formación se expandió, pero debido al desempleo agudo. La pobreza y la exclusión social se han incrementado, a raíz de aumento en hogares sin empleo y aumento de la pobreza en el trabajo, y los ingresos familiares se han reducido. A medida que la situación se ha agravado más en algunos Estados miembros, las divergencias entre países han estado creciendo, especialmente en la zona del euro. El Sur y la periferia de la U.E. se han visto especialmente afectados. Pero también a los Estados miembros más resistentes se vea afectado por los efectos de desbordamiento mediante la reducción de la demanda agregada, la confianza erosionada, y el contagio a través de los mercados financieros. Estos podrían poner en peligro los objetivos básicos de la Unión Económica y Monetaria (UEM) en beneficio de todos sus miembros, promoviendo la convergencia económica y mejorar las vidas de los ciudadanos en los Estados miembros. El desigual impacto de la crisis en los países ha sido testigo de la creciente desigualdad en la consolidación fiscal está más sentida por los grupos de menores ingresos más afectados por la pérdida de empleos. El gasto social, lo que compensa la recesión en la primera fase, se redujo entonces convertirse en pro-cíclico, con posibles efectos adversos continuar en el futuro. El crecimiento sostenible será aún más difícil. Las respuestas políticas se necesitan para hacer frente a las dificultades laborales y sociales y asegurar una recuperación generadora de empleo en cuatro áreas: la inversión en puestos de trabajo y las personas, mejorar el funcionamiento del mercado de trabajo, el aumento de la eficacia y eficiencia de los sistemas fiscales y de prestaciones, y, la construcción de una verdadera sociales dimensión de la Unión Económica y Monetaria. X - El I.A.S.S. (Instituto Aragonés de Servicios Sociales) El I.A.S.S. (Instituto Aragonés de Servicios Sociales).- La Ley 5/2009, de 30 de junio, de Servicios Sociales de Aragón, contempla diferentes formas de provisión de las prestaciones del Sistema Público de Servicios Sociales, posibilitando en su artículo 21.1 que la provisión de servicios pueda realizarse mediante las diferentes fórmulas de gestión indirecta previstas en el ordenamiento jurídico, a través de entidades privadas de carácter social o mercantil. El artículo 26 de dicha Ley dispone que anualmente se fijaran los importes de los módulos económicos correspondientes a cada prestación susceptible de concertar o contratar con entidades privadas. En B.O.A. (Boletín Oficial de Aragón), de fecha 16 de Mayo de 2013 se fijan los precios que percibirán las entidades privadas, en su artículo único. Determinación del coste de las plazas contratadas por el Instituto Aragonés de Servicios Sociales. Con efectos de 1 de enero de 2013, los costes de los distintos tipos de plazas en Centros objeto de contratación o concertación por el Instituto Aragonés de Servicios Sociales, así como la ejecución de los programas de intervención individualizada del Programa de Atención Temprana que regula la Orden de 20 de enero de 2003 del Departamento de Salud, Consumo y Servicios Sociales (actualmente Sanidad, Bienestar Social y Familia), serán los siguientes, sin incluir el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) que, en su caso, resulte aplicable: A. Precio Plaza/Módulo concertado: 1. En Residencias. a) Para personas mayores: - Plazas para personas válidas: 26,07 euros/día - Plazas para personas asistidas/dependientes: 48,81 euros/día - Plazas para personas asistidas/dependientes con alteraciones graves de conducta: 75,84 euros/día b) Para personas con discapacidad intelectual: - Plazas para personas con grave discapacidad intelectual con Centro de Día: 81,62 euros/día - Plazas para personas con discapacidad intelectual y alteraciones graves de conducta con Centro de Día o Centro Ocupacional: 81,62 euros/día - Plazas para personas con discapacidad intelectual severa, media y ligera: 45,84 euros/día - Plazas para personas con discapacidad intelectual severa, media y ligera en Centro Ocupacional: 67,47 euros/día c) Para personas con discapacidad física: - Plazas para personas con discapacidad física gravemente afectadas: 81,62 euros/día d) Para personas con discapacidad mixta: - Plazas para personas con parálisis cerebral, afectadas de deficiencia múltiple y discapacidad mixta, gravemente afectadas: 119,72 euros/día e) Para personas en riesgo de exclusión: - Plazas para personas que se encuentren en riesgo de exclusión por sus circunstancias sociales: 81,62 euros/día Los costes indicados se refieren a plazas ocupadas. El coste/día de la plaza en reserva, en los casos en que proceda, se fija en el 50% del coste de la plaza ocupada en cada modalidad. 2. En Centros de Día. a) Para personas mayores: - Plazas para personas asistidas/dependientes: 26,07 euros/día b) Para personas con discapacidad: - Plazas para personas con grave discapacidad intelectual: 39,62 euros/día - Plazas para personas con grave discapacidad física: 39,09 euros/día Los costes indicados se refieren a plazas ocupadas. El coste/día de la plaza en reserva, en los casos en que proceda, se fija en el 50% del coste de la plaza ocupada en cada modalidad. 3. En Centros Ocupacionales para personas con discapacidad. - Plazas para personas con discapacidad media y ligera: 25,04 euros/día El coste indicado se refiere a plaza ocupada. El coste/día de la plaza en reserva, en los casos en que proceda, se fija en el 50% del coste de la plaza ocupada. 4. Programa de Atención Temprana. Módulo A. Atención intensiva: Mínimo de 4 horas/semana, 636,73 euros/mes o 730,66 euros/mes cuando sea precisa atención domiciliaria. Módulo B. Atención regular: Mínimo de 2 horas/semana, 339,46 euros/mes Módulo C. Atención de seguimiento: Mínimo de 2 horas/mes, 72,36 euros/mes B. Actualización precio plaza/módulo de los conciertos/contratos en vigor: El precio plaza/módulo de los conciertos o contratos en vigor o que fueran objeto de prórroga durante 2013 será el mismo que, en cada tipo de plaza/módulo, tuvieran reconocido para 2012. Si multiplicáramos el importe más alto de plaza concertada (personas con parálisis cerebral, afectadas de deficiencia múltiple y discapacidad mixta, gravemente afectadas) que le corresponden 119,72€/día por 365 días, nos da una cantidad de 43.697,80€uros anuales, cantidad superior a los 41.934,48€uros que cuesta una plaza en la Residencia Casa Amparo de Zaragoza, pero inferior si tomamos como computo de coste el precio medio de todas las discapacidades y/o dependencias, como se explicará a continuación. LIMITACIONES DE LOS DATOS DISPONIBLES. Una de las principales dificultades, del presente trabajo, ha sido el acercamiento a los datos estadísticos, no siempre existe la información específica sobre la materia objeto de este trabajo (en este caso las personas mayores) o que la información cuantitativa existente es demasiado concreta o demasiado generalista. Pero una de las grandes dificultades pasa por no poder contar con información desagregada por edad o por contar con diversos intervalos de edad que distorsionan los resultados. Por tanto se advierte un déficit de información para este colectivo por parte de algunas instituciones, o bien sea por falta de desagregaciones del colectivo analizado (sexo, intervalos de edad, etc.). Las personas mayores, no toleran de manera especial, el hablar de sí mismas, y en bastantes ocasiones me he encontrado con la negativa por parte de las mismas y la mayoría de las veces la imposibilidad de hacerlo, dado su estado de salud. CUATRO CASOS ESTUDIADOS Los cuatro casos estudiados son de personas mayores, jubiladas, de sus trabajos respectivos, tres corresponden al sexo femenino y uno a varón. El procedimiento de investigación para la sociología de la amistad es la reticular, ya que no rompe el lazo relacional característico de la amistad, y capta mejor su ámbito natural: apiñamientos, grupos de pares, pandillas. Otras técnicas, como sistema de encuestas, que presuponen la consideración de los objetos investigados como correspondientes aislados resultan menos apropiados, pero válidos, para el estudio de las personas de edad, El primer caso corresponde a una persona que se quedó viuda joven, a cargo de tres hijos y de una persona mayor, su objetivo era sacar adelante a los hijos, cuidar de la persona mayor, así como de procurar trasmitir el patrimonio familiar a quien correspondiera. Lugar de residencia un pueblo, como apoyo social muy amplio, así como apoyo familiar, apreciada por la comunidad a la que ella correspondía de igual forma. Disponía de la pensión de viudedad, y unas menguadas rentas que le producían las fincas de labor que tenía arrendadas. La edad le sobrevino con los hijos casados, pero debida cuidar de la persona mayor, haciendo todos los trabajos que necesitaba para cuidarla, hasta el momento de su defunción, lo cual sucedió en la casa familiar. Posteriormente, una vez “sola”, en la casa familiar, no deseaba moverse de ella los hijos y trabajadora social, la convencieron para ponerle un timbre de teleasistencia, por si tenía necesidad de ello, a veces la llamaban por teléfono saber de su estado de salud y de ánimo, mantenido conversaciones los la persona encargada de la teleasistencia en ese momento. Ya, bien entrada en años, pues los hijos no querían que pasase al menos los inviernos sola en aquella casa familiar grande, sin calefacción. De mala gana ella fue comprendiendo este estado de cosas, pues las personas con las que tenía afinidad por vecindad, estaban en la misma situación que ella. De esta manera consiguieron que bajase a la ciudad, en principio desde el 8 de diciembre hasta el 18 marzo, ya que ella donde mejor se encontraba era en su casa, no queriendo salir en la ciudad, de no ser para ir a la iglesia. Y retornando a la casa antes de la primavera. Estas fechas se fueron alargando conforme fue pasado el tiempo, ya que cada vez estaba más sola, no por la familia, sino que el entorno social se reducía con los años. Hasta que llegó un momento que estaba todo el año en la ciudad, como suele suceder en muchos casos unos hijos, bien por más afinidad, por conocer mejor la personalidad, o por otras razones, uno se hizo más cargo que los otros, pues la señora se encontraba más a gusto con esta familia. En ningún momento le falto el cariño y el respeto de las personas que la rodeaban, y ella correspondió de la misma manera, hasta el día que le diagnosticaron un cáncer, fue operada, se le reprodujo y volvió a ser operada, llevándolo con resignación, y deseando en todo momento llamar la atención lo menos posible. La tercera vez que se le reprodujo y dada su avanzada edad y estado de salud, no lo soporto llevando la enfermedad con entereza, quejándose lo menos posible, pero sabiendo que iba a dejar este mundo. El segundo caso, corresponde a un matrimonio, el hombre se jubiló a la edad de 63 años, debido a las presiones recibidas en el trabajo, por ello su pensión quedo menguada en función de los años que faltaban hasta cumplir los 65 años, tiene tres hijos todos casados, y con una posición económica holgada. Este matrimonio se las prometía muy felices, a pesar de tener a la madre de uno de ellos en una residencia, al cuidado de una congregación de monjas, y de poseer una casa en un pueblo en las montañas de Huesca. Dicho de otra forma estaban en unas condiciones cognitivas perfectas bien económicamente y con ganas de disfrutar mientras pudieran los dos. Hace tres años al marido le dio un ictus cerebral, por lo que perdió una gran parte del estado cognitivo, del cual fue recuperándose poco a poco, pero queriendo acudir a un centro de día en ningún momento, volviéndose dependiente para todo de la esposa. Posteriormente y con la mala fortuna, le volvió a dar un ictus intestinal, y esta vez, mediante operación quirúrgica tuvieron que extirparle parte del intestino grueso, teniendo que portar para siempre una bolsa colostomía. Si bien en la primera ocasión no se deba cuenta (estado cognitivo) de lo que sucedía a su alrededor y había perdido el sentido de orientación que fue recuperando poco a poco, la segunda ya con sentido de orientación recuperado en más de un 60%, sintió el no valerse por sí mismo de una forma intensa, se procedió a su valoración física y psíquica, otorgándole un grado de discapacidad, de grado I, por lo cual le otorgaran una compensación económica. Esta compensación económica sirve a la esposa, para que una persona joven le ayude en las tareas de levantarlo y acostarlo, ya que dado el peso del paciente ella sola no puede. El sentido cognitivo lo pierde en ocasiones, la proyección a futuro es incierta, y en el caso de llevársele la contraria, anqué razonándola, se vuelve intransigente, observándole un apetito voraz. El apoyo social proviene por las personas conocidas de la esposa, y algunos vecinos, encontrándose mejor en la montaña, que en la ciudad. De tal manera que la esposa, con la ayuda de los hijos, se sube con él a la montaña antes de finalizar la primavera, y bajando a la ciudad sobre el mes de septiembre. El tercer caso, corresponde a una persona varón, que había retrasado su jubilación hasta bien pasados los 65 años (cercano a los setenta), encontrándose de buenas facultades tanto físicas como psíquicas, y no dándose cuenta de que los años pasan en todos los sentidos, y más físicamente, por lo que tuvo una caída al subirse a una tapia, como resultado de ello se fracturo la cadera. Tenía el apoyo social de bastantes personas, además de la familia más directa, ya era reconocido por bastantes personas al tener durante muchos años establecimiento abierto al público, y que a pesar de tener un carácter fuerte, fue una persona de que la palabra dada valía más que cualquier papel firmado, cerrando los tratos con apretón de manos, era el talante de una persona que había tenido trato con la gente durante muchos años y le daba valor a las personas que le rodeaban. Una vez repuesto de la caída, acudía con regularidad a jugar a la petanca, pero para no agacharse a recoger las bolas de hierro, se montó un imán atado con un sedal, de forma que recogía las bolas del juego sin ningún esfuerzo, también acudía, por la tarde, con regularidad al Centro de Mayores “a echar la partida”, el deporte estaba reñido con él Pero el haber sido fumador desde temprana edad y no haberlo dejado, le paso factura, y le diagnosticaron cáncer de pulmón en estado avanzado, (metástasis pulmonar), dándole seis meses de vida desde la primera visita médica, a pesar de ello, y de no llevar tabaco encima, de vez en cuando solía pedir un cigarrillo a uno de sus hijos, el cual a sabiendas de que ya no le podía hacer más mal, se lo daba. No llego a cumplir el plazo pronosticado por la medicina, durante ese tiempo hizo vida normal hasta el momento que ya no pudo más, y se mantuvo en casa con su familia, no quejándose en ningún momento de su mal, a lo máximo que pedida era el oxígeno al principio, hasta el momento que ya no lo pudo dejar hasta el último momento, manteniendo el pleno conocimiento de lo que sucedía a su alrededor. La muerte le sobrevino acompañado de toda la familia, en paz con todos, y dejando un sabor agridulce por su perdida. Su personalidad sigue enriqueciendo a las personas que le conocían, y aún conservan un grato recuerdo de esta persona. El cuarto caso, desde el punto del observador, es el más problemático, corresponde a una persona que estuvo casada esposo, dos hijos regentaba un comercio, pero que en ningún momento había cotizado por el régimen de autónomos, puesto que la titularidad correspondía al esposo, cuando el esposo se jubiló, tenían la pensión correspondiente, pero con la creencia de que por haber pagado el máximo los dos últimos años, la pensión también iba a ser la máxima. La decepción fue colosal, al objeto de tener una mayor apoyo familiar, se trasladaron a vivir cerca de uno de los hijos, al cual iban unos y otros a verse con frecuencia, al fallecer el esposo, la señora no soltó ni una sola lagrima, estaba en la primera fase del mal de Alzheimer, junto a demencia senil, por aquel entonces la señora tenía 80 años, se extraviaba, no sabía dónde vivía, y a pesar de ponerle indicaciones en la ropa estas no servían de nada, cruzaba las calles y avenidas por donde mejor le parecía, con el consiguiente riesgo para ellas y los vehículos, tenía manía persecutoria y perdida de objetos, Un día el hijo que viva más cerca tuvo un accidente grave de circulación, fuera de Zaragoza, y hospitalizado, por cual cuando volvió a visitarla la encontró en una “residencia”, por llamarla de alguna forma, atada a un sillón para que no se cayera. Aquello era un todo menos una residencia de personas mayores, era lugar donde se hacinaban personas. Aquella mujer que había vivido la guerra civil española, la postguerra, que no le faltaron fuerzas para atender a su marido, a su casa, hijos y un comercio. Que nunca había, si sabía lo que era un día de fiesta, fue un mazazo verla en esa situación. El médico de cabecera, alertado, por el familiar la hospitalizó en la Residencia de San Jorge de Zaragoza, esperando su recuperación, pero esta nunca llegó a producirse. El la vio deteriorarse muy lentamente, hasta el punto de no reconocerlo, y se fue marchitando con una lentitud pasmosa, larga agonía la suya si se deba cuenta de que llegaba su final, en posición de decúbito supino, llagada, sondada para comer y beber, rodeada de personas en condiciones iguales, sin intimidad, aquello no era vida, sería algo y por alguna razón se mantenía con vida, hasta el día que nos dejó. XI - INSTITUTO ARAGONÉS DE SERVICIOS SOCIALES (Resumen de la Memoria de 2012) En Aragón viven, según el Padrón Municipal de Habitantes a 01 de enero de 2012 un total de 1.349.467 habitantes, lo que representa el 2,86% de la población española, de los que 671.898 son hombres y 677.569 son mujeres. La población mayor de 65 años en Aragón es 220.628 personas, de las que 117.038 son hombres y 153.490 son mujeres. Esto supone que el 20,05% de los aragoneses son mayores de 65 años Entre los aragoneses que actualmente perciben una prestación, la mayoría tienen una dependencia severa (grado II). En total son 13.427. Por detrás, formando un colectivo de 10.734 personas, se encuentran los de grado III (gran dependencia). Por último, hay 3.683 ciudadanos con una dependencia moderada (grado I) en la Comunidad Los programas de la Comunidad Autónoma de Aragón pone a disposición de las Personas Mayores se dirigen: Al conjunto de la población, con la finalidad de conseguir erradicar su posible discriminación y favorecer la inclusión. •A quienes resultan más vulnerables por las distintas limitaciones que no les permiten satisfacer, por sí mismos, sus necesidades. •A las familias y personas que les atienden. Para cumplir los objetivos fijados, han trabajado distintas líneas de acción: El mantenimiento de las personas en su entorno. El alojamiento alternativo cuando no es posible la atención en el domicilio. La colaboración social e institucional. La Ley para la Autonomía y la Atención a la Dependencia permite que las personas en situación de dependencia, según los grados de moderada, severa o gran dependencia reconocida, puedan acceder a servicios provistos por centros incluidos en la oferta pública de atención social –centros propios de la Comunidad Autónoma u otros centros sostenidos con fondos públicos de la Administración autonómica-, o, subsidiariamente, al reconocimiento de prestaciones económicas, como son la vinculada a la prestación del servicio o la de cuidados en el entorno familiar. En la Ley se contemplan como servicios esenciales de atención a la dependencia, en virtud del grado y necesidad reconocidos, los de Tele asistencia, Ayuda a Domicilio, Centro de Día, Centro de Noche y Centro Residencial Especializado. Por todo ello, se ha dotado presupuestariamente el sistema de la dependencia en el ejercicio 2013 con un crédito de 64.305.537euros. En la capitulo III, apartado c, de la memoria de 2012 del I.A.S.S., hace referencia a las Residencias para personas mayores. La atención residencial es un servicio para las personas mayores con dificultades para permanecer en su entorno habitual. En los centros residenciales se presta una atención integral a aquellas personas mayores que, en razón de su grado de dependencia y de su situación social, requieren una atención integral que favorezca su desarrollo personal. Las plazas en los Centros Residenciales están destinadas a las personas mayores que poseen una dependencia moderada o severa para la realización de las actividades de la vida diaria, precisando, por ello, la ayuda de terceras personas, sin ningún apoyo social o familiar o con apoyo insuficiente para cubrir las atenciones que necesitan. El acceso a las mismas está regulado por la ORDEN de 21 de mayo de 2010, del Departamento de Servicios Sociales y Familia, por la que se regula el régimen de acceso y adjudicación de plazas de servicio de ayuda a domicilio, centros de día. Centros ocupacionales y residencias ofertadas por el Gobierno de Aragón. Las plazas en centros de titularidad del Instituto suman un total de 1.873 (234 en Huesca, 555 en Teruel y 1084 en Zaragoza), El número de plazas ocupadas en los centro del Instituto, durante 21012, fue de 1.871, la demanda de plazas desborda la oferta del Instituto. Para ello se firmó el Acuerdo Marco en 2010, como modo de colaboración con la iniciativa tanto pública como privada. Así, estas plazas se encuentran ubicadas en centros de dependencia municipal o de entidades sin ánimo de lucro con los que se establecen relaciones contractuales para reserva y ocupación de plazas. El número total de plazas adjudicadas en 2012 fue de 4.567, un dato a tener en cuenta en la memoria de I.A.S.S. de 2012, es que no se especifican las plazas concertadas por provincias, sino la totalidad, pues no es comprensible que las plazas asignadas en contratos derivados (iniciales) sea de 1.043, dadas de baja 434 y de alta 109, que hace que las plaza ocupadas se reduzcan a 718, y quedando disponibles 3.849 plazas. La demanda de servicio de personas con grado de dependencia a 31 de diciembre de 2012, era de 2071, siendo el promedio de demora en días en la asignación de plazas en residencia de 331 días, y una vez asignada la residencia, la plaza es utilizada en 11 días según el anexo 3, apartado c, 1b, las plazas concertadas ocupadas a 31 de diciembre de 2012 eran: Huesca 253, Teruel 158 y Zaragoza 617, un total de 1.028 plazas, generando una deuda de 2.301.571,29 euros Si el Instituto posee 1.087 plaza y 4.567 plazas concertadas adjudicadas (solo están ocupadas 1.028), existen en Aragón 25.729 personas con una dependencia reconocida por I.A.S.S., no existiendo capacidad residencial en la Comunidad Autónoma de Aragón para cubrir dicha demanda. También dentro del capítulo III, en la memoria del I.A.S.S., en el punto 2, comenta los Centros de Día, ofrecen una alternativa al ingreso en residencia, facilitando la permanencia de las personas mayores dependientes en el seno familiar y proporcionando ayuda a las familias, por sobrecarga excesiva o por motivos de trabajo, no pueden cubrir la total atención de la persona en situación de dependencia. El servicio de Centro de Día contribuye a prevenir la claudicación de la persona de la cual depende la persona dependiente. En estos centros se presta atención a las necesidades personales básicas, terapéuticas, rehabilitadoras y socio-culturales de personas afectadas por diferentes grados de dependencia, promoviendo su autonomía y prevención de las pérdidas funcionales, favoreciendo con ello la permanencia en su entorno habitual. El I.A.S.S. posee en Aragón 317 plazas de Centro de Día, propios, 82 en Huesca y 235 en Zaragoza. La ocupación de los centros de día sigue la tendencia, a disminuir, de años anteriores. Las causas pueden ser múltiples, desde el alto grado de dependencia de los usuarios, que pueden requerir otro recurso, hasta la incidencia de la crisis económica en las familias que han primado la permanencia en el domicilio del usuario en situación de dependencia, con prestación económica para cuidados en el entorno, frente al servicio de centro de día. (En el cual la persona dependiente debe sujetarse a unas determinadas pautas y horarios). En este apartado, el I.A.S.S., también tiene plazas concertadas, concretamente 99, 3 en Huesca, 6 en Teruel y 90 en Zaragoza (son insuficientes y poco efectivas, por la rigidez de horarios para el estado de las personas a las que van dirigidas). El punto fuerte del I.A.S.S. para con las personas mayores lo forman los Hogares (Centros) para personas mayores, estos centros que forman parte de la red de recursos sociales del I.A.S.S., destinados al encuentro entre personas mayores, a la realización de actividades socio-culturales y de desarrollo personal, de comunicación, asociación y ocio, al fenómeno del voluntariado social, a la potenciación de la participación y de la integración social y comunitaria. El I.A.S.S. posee 34 centros en Aragón, con 143.119 plazas, 7 en Huesca, con 31.099 plazas, 8 en Teruel con una capacidad de 22.025 plazas y 19 centros en Zaragoza con 89.995 plazas. Estos centros ofrecen, a las personas mayores, servicios que facilitan en el entorno familiar el mayor tiempo posible. Otros servicios prestados por los centros son los de comedor, peluquería y podología. Las actividades en las que colaboran las Juntas de Gobierno de los centros contribuyen a la formación y desarrollo personal de los mayores, en especial dirigidas a conservas y mejorar su salud. Destaca el Programa de Envejecimiento Activo que incorpora actividades en tres grandes áreas, como son, el mantenimiento de las capacidades físicas y cognitivas de las personas mayores, la formación en nuevas tecnologías de la información y el desarrollo de talleres de autocuidado o aprovechamiento de nuevas tecnologías como oportunidad de ocio o de uso de nuevos servicios. Las actividades incluidas en este Programa vienen a completar aquellas impulsadas por las Juntas de Gobierno de los centros, y realizadas en colaboración con otras entidades públicas o privadas. Van dirigidas a personas válidas, y normalmente son un refugio donde conocer a otras personas de su misma o parecida edad, con las que tienen afinidad de aprendizaje en la infancia, y no se encuentran desplazados. Las aulas de informática son habituales en los centros, y aunque vistas con recelo, cada día son más los usuarios en ellas. Las residencias temporales, son aquellas en cuya permanencia en las mismas en régimen de alojamiento, manutención y atención integral, por un periodo de tiempo limitado. Están reguladas por la ORDEN de 21 de mayo de 2010. Este recurso está destinado al descanso del cuidador habitual y a la recuperación funcional de personas en situación de dependencia que han sufrido un accidente de salud y requieren temporalmente, más apoyos. El I.A.S.S. posee, o tiene concertadas 164 plazas en Aragón, siendo 179 los usuarios (insuficientes dado el número de personas con grado de dependencia), 32 en Hueca con 40 estancias, 43 en Teruel con 46 estancias y 89 en Zaragoza con 93 estancias. XII - RESIDENCIA MUNICIPAL CASA DE AMPARO DE ZARAGOZA Se han realizado dos visitas a la Casa de Amparo de Zaragoza, siendo recibido en ambas ocasiones por el responsable del centro, al cual le agradezco la amabilidad prestada en todo momento, así como sus apreciaciones para con los residentes. La Residencia Municipal (Depende del Ayuntamiento de Zaragoza) Casa de Amparo de Zaragoza, es un referente para las residencias de mayores de Aragón. (Esta es una apreciación personal). Haciendo alusión a la más que probable imposibilidad de tener una conversación con alguno de los residentes, dado su estado de salud, confirmando lo anterior mediante las contestaciones obtenidas, por parte de los mismos a una encuesta referente a las comidas del centro, recibiendo solamente cinco, de las cuales únicamente era legible una. A pesar de ello, me hizo entrega de las memorias referentes al año 2011 la primera ocasión, quedando para hacerme la entrega de la memoria dl centro de 2012, una vez estuviera confeccionada, cosa que ocurrió en mi segunda entrevista. Del contenido de ambas memorias, se ha efectuado un resumen, que a continuación se comenta. La labor desarrollada por el Ayuntamiento de Zaragoza en el ámbito de la atención a las personas en situación de dependencia desborda lo establecido para las Corporaciones Locales en el desarrollo de la Ley 39/2006 de 14 de diciembre de promoción de la autonomía personal y atención de las personas en situación de dependencia. La Casa de Amparo de Zaragoza, está situada en la calle Predicadores, número 96 de Zaragoza, depende directamente del Ayuntamiento de Zaragoza y es una residencia para personas mayores en situación de dependencia. Presta asistencia integral y continuada a quienes no pueden satisfacer estas necesidades por otros medios. Dispensa atención tanto sanitaria, como social. Fue creada por el Ayuntamiento de la Ciudad en 1850, se ubica sobre un antiguo convento del siglo XIV, reformado por el arquitecto Municipal D. Ricardo Magdalena. Posteriormente se han realizado consecutivas rehabilitaciones y en 1980 se modernizaron las instalaciones, con constantes intervenciones para adaptarlo a su finalidad actual: residencia para personas asistidas, con una capacidad de 185 camas, culminando las obras en 2012. Algunos de los cambios más importantes son: Incorporación de nuevos espacios tras la finalización de las obras de ampliación, adaptación y mejora, que ha permitido disponer de 17 nuevas plazas y un aumento de la ocupación media. Concierto de 90 plazas con el IASS (Instituto Aragonés de Servicios Sociales) en el marco del Sistema Aragonés de Atención a la Dependencia. Integración del Centro de Convivencia del Mayor del Casco Histórico y consolidación del Comedor del Mayor (65 plazas). Nuevo Reglamento de la residencia, incluyendo cambio en los requisitos de acceso. Consolidación de la apertura del centro a las actividades del entorno, exposiciones e incremento substancial de las actividades de los residentes del centro. Consolidación de la presencia de voluntarios del Cuerpo Municipal del Voluntariado en el centro, que ha supuesto una gran mejora en la atención a los residentes. Contratación del servicio de atención a los residentes con grave deterioro cognitivo (3ª planta) y del servicio de lavandería. Población atendida. Residentes - Después de las últimas reformas el número de plazas de la Casa de Amparo es de 185 de las que 131 se encuentran en habitaciones individuales y 27 en habitaciones dobles El número medio de residentes durante el año 2012 ha sido 170, cinco más que el año anterior y 13 más que en 2010, como consecuencia de la puesta en marcha de las nuevas plazas residenciales resultado de las obras de rehabilitación y del aprovechamiento de diversos espacios destinados anteriormente a otros usos. Residentes a 31 de diciembre de 2012 173 Promedio mensual 170 Ingresos y bajas 2012 ha sido el año que más ingresos ha habido, 55. De las bajas producidas, 50 han sido por fallecimiento y bajas voluntarias. Ingresos 55 Bajas 55 Distribución por sexo Por primera vez, casi se equipara el número de residentes masculinos con el de femeninos; siendo que el pasado año casi se doblaban las mujeres en número a los hombres. Mujeres 88 (50,9%) Hombres 85 (49,1%) Distribución por edad La media de edad de los residentes es de 82 años, uno menos que el año anterior (2011). El intervalo más representativo es el de 85 a 94 años, con casi la mitad de los residentes (44,46 %). Más del 80% de los/as residentes son mayores de 75 años. Edad Nº absoluto % 65 a 74 34 19,70 75 a 84 64 37,00 85 a 94 70 40,50 < 95 5 2,90 Total 173 La media de edad de los residentes desciende respecto al año pasado en un año y dos con respecto a 2010, como consecuencia de la menor edad de las personas que acceden a la residencia. Tiempo de estancia en la residencia Años Nº residentes % 1 año o menos 64 37,00 De 2 años a 5 años 48 27,80 De 6 a 10 años 36 20,80 Más de 10 años 25 14,50 La estancia media durante 2012 ha sido de cuatro años y medio, igual que en 2011 pero por debajo de años anteriores. Esto obedece fundamentalmente a los 107 ingresos que ha habido durante 2011 y 2012. Casi 2 de cada 3 residentes llevan menos de 5 años en la residencia Años de estancia al fallecimiento Años Nº residentes 1 año o menos 18 De 2 a 5 años 10 De 6 a 10 años 13 Más de 10 años 9 22 de los 50 residentes fallecidos llevaban más de 5 años viviendo en la residencia. -Nivel de dependencia 102 residentes tenían reconocida a final de 2012 la situación de dependencia, con un Grado II o III que les da derecho a recibir las prestaciones del Sistema Aragonés de Atención a la Dependencia, en este caso el servicio residencial. Ello representa más de 4 de cada 10 de residentes en ese momento (42,8%). 2008 2009 2010 2011 2012 Grado III Nivel 1 25 27 26 26 6 Grado III Nivel 2 20 18 15 23 25 Grado II Nivel 1 y 2 19 27 32 31 36 Grado 1 28 25 26 35 No solicitados 58 24 27 38 40 Sin Grado 17 19 18 17 Pendiente de revisión 1 3 2 8 Pendientes de resolución 2 7 2 Pendientes de valoración 2 2 4 Total 148 146 155 173 173 A pesar de los 67 residentes con grado suficiente para tener derecho a plaza concertada en 2012, el número de plazas concertadas ocupadas disminuye de 62 a 42, continuando el descenso registrado desde 2011. A su comienzo las plazas ocupadas eran 73. Atención sociosanitaria. -Enfermería La actividad de enfermería tiene como finalidad preparar y administrar los tratamientos prescritos por el médico, reconocer y hacer seguimiento de los síntomas que presentan los residentes, realizar los diagnósticos de enfermería, trasmitirlos al médico, elaborar planes de cuidados individuales, potenciar la salud de los residentes y ayudarles en la mejora de su salud, y cuando ello no fuera posible, llevar a cabo los procedimientos de cuidados paliativos, indicados por el médico, mantener informada a las familias, organizar traslados a centros médicos , si fueran necesarios. Colaboran con la Trabajadora Social en los trámites de casos de fallecimientos de residentes y en ausencia de ésta se encargan del proceso. En el turno de tarde, fines de semana y festivos, la enfermera tiene funciones de responsable en la Residencia siguiendo los procedimientos, protocolos e indicaciones de la Dirección del Centro, desarrollando un papel primordial en el funcionamiento de la Residencia, más allá de sus funciones específicas de enfermería. Datos de actividad de enfermería: 1ª y 2ª planta 3ª planta TOTAL Curas 2.001 1.639 3.640 BMT (Bacteriemia) 1.145 3.021 4.166 Tensión Arterial 492 1.400 1.892 Inyectables 837 366 1.203 Sonda Vesical 16 37 53 Analíticas 309 74 383 Tapones 38 5 43 Vacunas 102 73 175 Pesos 142 170 312 Electrocardiograma 38 30 68 Enemas 125 30 155 Hudson/oxigeno 2.214 1.166 3.380 En 2012 los datos son, en general, similares a los de los dos años anteriores. Lo más destacable es el aumento registrado de tratamientos para patologías respiratorias y el de Bits o glucemias por tener algún residente diabético insulinodependiente, con el consiguiente incremento de controles de T.A. -Auxiliares Casa de Amparo La finalidad del auxiliar es realizar todas aquellas tareas referidas a los cuidados de los residentes en sus Actividades Básicas e Instrumentales de la Vida Diaria (AVD): ayuda para levantar, aseo, alimentación, toma de medicación, movilización, acompañamiento, y acostar. Además, colaborar y participar en las actividades socioculturales y de ocio y tiempo libre de los residentes. Datos relacionados con la atención en las actividades básicas de la vida diaria: 1ª y 2ª Planta 3ª Planta Actividad 115 residentes % 70 residentes % % Total Ayuda para levantarse 55 47,8% 69 98,6% 65,4% • Grúa y dos auxiliares 4 3,5% 6 8,6% 3,8% • Grúa y un auxiliar 5 4,3% 48 68,6% 22,2% • Sin grúa 32 27,8% 14 20,0% 27,6% • Supervisión 14 12,2% 1 1,4% 21,6% Ayuda para comer 3 2,60% 28 40,00% 16,80% Ayuda cambio absorbente 41 35,70% 57 81,40% 53,00% Ayuda para ducha 89 77,40% 67 96,00% 83,80% Ayuda para vestirse 42 36,50% 60 85,70% 55,10% Ayuda para caminar 62 53,9% 57 81,4% 60,5% Sillas de ruedas 18 15,6% 42 60,0% 30,8% Andadores 17 14,2% 4 5,7% 10,8% Bastones/muletas 27 23,4% 8 11,4% 18,9% Encamados 0 0 3 4,3% 1,6% -Servicio médico La actividad médica tiene como finalidad atender a los residentes, realizar los diagnósticos de sus enfermedades, prescribir los tratamientos, hacer seguimiento evolutivo de los procesos patológicos con el objetivo de tratar y curar los procesos que puedan remitir y en los casos que no sea posible la curación, por estar ante un final de vida, procurar el mantenimiento de la mejor calidad de vida de los residentes poniendo en marcha los procedimientos de cuidados paliativos. Además se realiza: • Indicaciones y seguimiento de los residentes con continencia por riesgo de caída. • Aprobación de los menús de la residencia e indicaciones y control de las dietas especiales. Los médicos forman parte activa de la Comisión de Alimentación. • Seguimiento y control de los accidentes laborales que tienen lugar en los trabajadores de la residencia, colaborando con los servicios exteriores de prevención de riesgos laborales. Asimismo, se aplican las medidas correctoras necesarias. 1ª 2ª planta Ratio 3ª planta Ratio Total Ratio Actividad 106 residentes 67 residentes Ingresos hospitalarios 41 0,36 23 0,33 55 0,30 Nº días de ingreso 378 19,2días 304 13 días 681 12,4ds Caídas 65 0,61 21 0,3 86 0,46 Cuidados paliativos 5 0,09 8 0,04 13 0,11 Fallecidos 9 0,19 24 0,19 33 0,18 Atención social. - Valoración de las solicitudes de ingreso e información De los 55 ingresos, 7 (dos más que en 2011) han sido derivados desde el Albergue Municipal, 2 vivían en los apartamentos tutelados de la calle San Blas y, el resto, 46 desde los Centros Municipales de Servicios Sociales (16 de San Pablo, 5 de San José, 4 de Magdalena, 4 de Delicias, 3 de Torrero, Universidad, Casablanca y Las Fuentes, 2 de Barrios Rurales y Centro y 1 de Oliver y de Arrabal). Se han atendido así solicitudes de todos los CMSS excepto de La Jota, Actur y Almozara. De estos 55 residentes que ingresaron en 2012, 10 han fallecido durante ese mismo año; 3 se fueron de la residencia voluntariamente, todos sin dependencia pero con gran problemática social; de hecho, uno de ellos volvió a ingresar unos meses más tarde por orden judicial, y 2 regresaron a su apartamento tutelado una vez recuperados. De los 41 restantes, 17 se encuentran en diferentes fases del proceso de reconocimiento y valoración de su situación de dependencia y en 24 no se ha iniciado el proceso porque se han acogido en el centro por su grave situación sociosanitaria, y no presentan situación de dependencia De estos 55 nuevos residentes sólo 12 tienen hijos, teniendo estos problemas graves, convenientemente justificados y de carácter permanente, que les impiden atender a sus padres. En cuanto a la situación económica, 24 de los nuevos residentes cobran pensiones no contributivas de jubilación o Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez (SOVI), el resto, cobran pensiones contributivas mínimas. Ninguno tiene ahorros ni bienes inmuebles. Como se puede observar, los residentes que vienen derivados de los CMSS y del Albergue Municipal tienen niveles de dependencia más bajos, pero carecen de familiares o, si existen, tienen graves dificultades y no poseen bienes ni ahorros. (Es necesario reiterar que, a pesar de tener el nivel de dependencia más bajo, ninguno puede permanecer en el domicilio garantizando su seguridad). -Participación de los residentes en el funcionamiento del centro. La trabajadora social forma parte de la Junta de Participación de la residencia. Convoca por escrito a los demás miembros de la Junta a instancia de la dirección y elabora el acta de cada reunión. Durante el año 2012 la Junta se reunió tres veces. Además, los residentes presentan las sugerencias y opiniones pertinentes, sobre todo en relación a las actividades socioculturales. -Relación con los familiares y amigos de los residentes Un objetivo importante desde la Unidad de Trabajo Social es la atención a los familiares para conseguir su implicación en la vida de la residencia y la coordinación de los voluntarios, ya que éstos acompañan a los residentes que no tienen familia, bien en actividades puntuales como fiestas o salidas, o de forma cotidiana. La atención a los familiares, en persona o por teléfono es prioritaria y se lleva a cabo a lo largo de toda la estancia del anciano en la Residencia. - Colaboración con la oficina municipal del voluntariado En febrero de 2010 el Voluntariado Municipal comenzó a colaborar con la Residencia Municipal Casa Amparo. Esta colaboración se concreta en: • Acompañamientos individuales: Hay un grupo importante de personas mayores residentes en la Casa que han sufrido importantes pérdidas y necesitan referentes cercanos que les hagan compañía y que se preocupen de ellos semanalmente. • Acompañamientos médicos: El voluntariado acompaña al residente a las consultas de especialidades médicas y está a su lado durante todo momento hasta regresar a la residencia, momento en el que la persona voluntaria tiene la obligación de informar al equipo de profesionales correspondiente. • Actividades culturales y lúdicas en el exterior de la residencia: El voluntariado acompaña a grupos de mayores que salen a visitas organizadas por los profesionales de Casa Amparo. • Actividades culturales y lúdicas en el interior de la residencia: jardinería, teatro y cuplés: A 31 de diciembre de 2012, 45 voluntarios acompañan una o dos veces por semana a su residente asignado. También hay un equipo de cuatro personas que acompañan a los residentes a las consultas de especialidades médicas. Quince personas colaboran en los talleres de jardinería, teatro y cuplés, coral, petanca y cine con periodicidad semanal. Y un total de 20 personas más han colaborado en las seis excursiones y salidas de tipo cultural y lúdico que se han realizado en el exterior. Por tanto, ochenta personas voluntarias están en la actualidad en activo en Casa Amparo, el mismo número que en 2011 y diez más que en 2010. - Terapia ocupacional Durante este 2012 el servicio de Terapia Ocupacional se ha realizado exclusivamente en la 1ª y 2ª planta de la residencia, puesto que la 3ª planta se externalizó el año pasado. En cuanto a la dinámica del servicio se ha dado continuidad a los nuevos talleres y se ha seguido realizando intervenciones individuales con aquellos residentes que lo han precisado. Desde el servicio de Terapia Ocupacional se trabaja con el 100% de los residentes, la diferencia está en el tipo de intervención: sólo individual (no participan en los talleres) y grupal (participan en talleres y además reciben intervención individual). El 59% de los residentes han participado en sesiones grupales de terapia ocupacional, mientras que el 41 % restantes sólo lo han hecho a nivel individual (los porcentajes se realizan contabilizando a los residentes de 3ª planta). En 2012, de los 138 residentes, 104 recibieron atención individualizada (75,4%) y 82 atención grupal (59,4%). -Fisioterapia Las actividades realizadas desde el servicio de Fisioterapia de la Residencia Municipal Casa Amparo están encaminadas a preservar la autonomía personal, a prevenir situaciones de dependencia y a promocionar la salud. 95 residentes han sido atendidos en el Servicio de Fisioterapia en el año 2012, lo que supone un 90.5% del total, es decir, nueve de cada diez residentes. Hay que tener en cuenta que una misma persona ha podido hacer uso de varios de los programas que ofrece el servicio de fisioterapia. Éste ha sido el caso de 37 residentes (38,9% de los atendidos en el año 2012). Actividades Nº de personas Trabajo de equilibrio, bipedestación y prevención de caídas. 25 Tratamientos analgésicos 35 Tratamientos rehabilitadores 23 Gimnasia geriátrica, grupo 1 15 Gimnasia geriátrica, grupo 2 11 Gimnasia geriátrica, grupo 3 6 Conservación de la capacidad de deambulación. 12 Grupo de petanca (desde noviembre 2011) 11 Grupo gimnasia masculino 9 -Animación sociocultural La Animación Sociocultural en Casa Amparo sirve para que el colectivo de mayores actúe y participe para mejorar sus condiciones de vida. Se plasma en un conjunto de acciones que tiene como finalidad estimular la iniciativa y la participación de los residentes y otros colectivos en la dinámica global de la vida en la Residencia en la que están integrados. Son objetivos de la animación sociocultural (ASC): la promoción de valores, ser elemento transformador, establecerse como cauce de participación, ser catalizadora de las iniciativas de los residentes. La Metodología empleada es activa, participativa, no formal, el residente es sujeto agente de su propio hacer. Se utiliza la creatividad, la empatía, la solidaridad, la interdisciplinariedad y el pensamiento divergente como herramientas para el desarrollo del programa global. La Animación Sociocultural es una red que va dirigida a todos los residentes de la Residencia Municipal Casa Amparo, a los socios del Centro de Convivencia del Casco Histórico con sede en la misma, a los Pisos Tutelados. Desde el año 2008, debido fundamentalmente a fallecimientos y deterioro del colectivo de residentes, bajan las cifras de participación. En el 2011 debido al ingreso de voluntarios y socios del Centro de Convivencia no sólo se ha establecido sino que ha aumentado. A esta actividad es a la que asiste un mayor número de personas del Centro de Convivencia del Mayor. Talleres El progresivo deterioro físico y psíquico y el fallecimiento de residentes, disminuye el grupo de personas que asisten a los talleres, así como la reducción de los mismos. Para que algunos talleres se mantengan se requiere un nuevo formato que contemple seguir incorporando a voluntarios y a personas de otros colectivos. Por otra parte la transformación que ha sufrido el colectivo de residentes requiere un seguimiento cada vez más personalizado y una programación adecuada a sus nuevas necesidades y posibilidades. • Taller de Teatro. Grupo formado por dieciocho personas: seis residentes, una persona del Centro de Convivencia del Mayor, una Hermana de la Caridad, ocho voluntarios, una residente de pisos tutelados, • Coral Casa Amparo. Grupo está formado por diecinueve personas: cinco residentes, diez personas entre el Centro de Convivencia del Mayor y voluntarias, y cuatro hermanas de las Hijas Caridad. Cada año se organiza dos ediciones de “3 x 4 Momentos Corales”, en primavera y en otoño. En el año 2012 intervinieron 24 coros, 12 en cada una de las ediciones. El número de personas que participa en cada edición es de 250 / 300. • Cine de los sábados. El año 2012 se vuelve a instaurar el taller de cine, eso sí con la colaboración de un voluntario que es el que a su vez se encarga de la reproducción de la película. El día elegido para su realizar el taller es el sábado a las 10.30 h .Durante el año han visto películas un total de 700 espectadores en el taller, haciendo una media cada sábado de 25 personas. Grupos de representación y participación en las actividades • Comisión de Fiestas. El objetivo es implicar a los residentes en las actividades que se realizan en las diferentes fiestas. • Junta de Representantes Las reuniones de Animación Sociocultural con la Junta de Representantes de la Residencia está relacionada con la programación de actividades de la residencia. Intervenciones individuales La pérdida de memoria y desorientación de algunos residentes les hace a veces olvidar sus tareas diarias, en el despacho de animación sociocultural se atiende a los residentes de manera personalizada, es una “escucha activa indiscriminada” para resolver pequeños problemas y preocupaciones de la vida cotidiana, recordándoles sus actividades diarias. Por otro lado se atienden las quejas o demandas relacionadas con los talleres de formación o las actividades de la residencia Se atiende aproximadamente de 8 a 10 visitas diarias. Actividades lúdicas Fiestas institucionalizadas en Casa Amparo: • Fiestas de Navidad. Fiestas de Carnaval. Fiestas de Primavera. Fiestas del Pilar. • 3x4 Momentos Corales de otoño. • 8 de marzo. • Corales de Mayores. • 3x4 Momentos Corales de primavera. • Encuentros de Música clásica En las cuatro estaciones. • Día de las ánimas. • Representación de la obra de teatro el Tenorio. • Cotillón Fin de Año. Exposiciones • Exposición de fotos de la Residencia Casa Amparo. Concursos. Se planifican desde Casa Amparo y el objetivo es implicar a otros colectivos a la participación: • III Concurso de Cartas de Amor 31. • III Concurso de Cuplés. Participaron 4 personas en la modalidad individual y 4 grupos, con 45 componentes en total. • Concurso de disfraces y máscaras en carnaval. -Atención pastoral y religiosa Teniendo en cuenta que nuestros residentes no solo tienen que tener cubiertas las necesidades materiales, sino también las que afectan a la dimensión espiritual de la persona, las Hijas de la Caridad en esta Residencia Casa Amparo están realizando entre otras esta tarea que entra dentro de la programación de la casa. Servicios y mantenimiento. En el ejercicio 2012, el mantenimiento de las instalaciones del centro se ha atendiendo, íntegramente, a través de los medios dispuestos por los Servicios Municipales de Conservación de Arquitectura y de Redes y Sistemas, salvo cuestiones excepcionales. Las reparaciones y mantenimiento de la tercera planta los realiza la empresa gestora de los servicios integrales de atención a residentes dependientes de esta. -Recepción Al igual que en el año pasado, la principal circunstancia que afecta al Servicio de Recepción de la R.M. Casa Amparo ha sido la presencia del Centro de Convivencia Caco Histórico en el centro. Esta circunstancia sigue suponiendo un incremento significativo en los cometidos del personal que desempeña sus funciones de atención y recepción al público que acude a la Residencia. Servicios de Recepción realizados según destino y tipología. Año 2012 At. Telefónica At. Personal Administración 11.009 2.251 Admins. Personal 9.500 1.559 Atención residentes 1.971 8.300 Atención familiares 7.297 9.352 C.C. “Las Armas” 5.208 9.352 Actividades programadas 378 1.654 35.363 32.120 Comparación anual de servicios de recepción 2011 2012 Llamadas 35.115 35.363 Visitas 30.466 32.120 Puede apreciarse un incremento continuado tanto en las llamadas atendidas como en el número de visitas que ha sido necesario atender personalmente, imputable a la presencia del Centro de Convivencia y al incremento de actividad en el conjunto de la R.M. Casa Amparo. -Lavandería Los principales datos referidos a esta dependencia son, de acuerdo a la tipología de servicios: Volumen total en kgrs. 2011 2012 Ropa blanca/lencería de planta 13.167 55.140 Prendas personales (residentes y trabajo) 4.829 21.140 Total 17.996 76.419 Los datos correspondientes al año 2011 se refieren al último trimestre del año (sep. a dic.) que es cuando comienza a prestarse el servicio externalizado a través de la empresa Manipulados Montevedado. Además, del servicio de lavandería, existe un servicio de costura y reparación de prendas que también es llevado a cabo por la empresa Manipulados Montevedado y que a lo largo de 2012 han supuesto la atención de 1.756 incidencias sobre prendas de residentes y trabajadores. -Cocina y comedor Desde junio de 2011 la empresa adjudicataria del servicio de restauración, en la R.M. Casa Amparo es Aramark. Servicios de Catering. Durante el año 2012, se han proporcionado en los comedores de la residencia aproximadamente 70.000 menús de varios tipos. A los residentes se les proporciona servicio de alimentación completo, desayuno, comida y cena. Los domingos y festivos se incluye un aperitivo, un postre más especial y café. Se preparan también menús especiales en las fiestas más importantes, Navidad, primavera, etc., así como en diversas celebraciones nacionales, (San José, San Fermín, San Juan, día del Tenorio, San Lorenzo, San Vicente etc.) preparando unos aperitivos y bebidas para todo el público asistente, donde los residentes pueden romper con la monotonía habitual en un centro de estas características. Además de estos servicios básicos de alimentación, durante las fiestas de primavera, se sirven menús especiales por alguna celebración concreta, fi esta de los familiares, de los trabajadores, de los colaboradores, etc., así como diversos tipos de ágapes para las entidades que actúan desinteresadamente en esas fechas. Se organizan también un par de veces al año se preparan unas Barbacoas en los jardines del centro, donde acuden además de los residentes, todas las personas usuarias de la cafetería o del comedor del mayor. Los menús especiales son también habituales en las fechas navideñas, con comidas para las familias y para los usuarios del comedor del mayor. Respecto al comedor del mayor, su ocupación media es de más de 60 comensales diarios. En cuanto al servicio de cafetería, está abierto a diario para residentes, socios/as del centro de convivencia del mayor, trabajadores/as voluntarios/as, familiares y visitantes. -Mantenimiento El número total de incidencias y reparaciones atendidas, por los distintos medios existentes, ha resultado ser de 1.260 intervenciones. En conjunto, puede decirse que se ha producido un repunte en la tendencia para este ejercicio, con un aumento del 12,09% en el número de intervenciones realizadas en comparación con el año anterior. Estos datos, una vez consolidado el sistema de gestión del edificio, reflejarían la tendencia a mantener entre 105 y 110 intervenciones mensuales, el número de servicios de mantenimiento realizados, una cantidad razonable dada la amplitud y edad de una de las instalaciones más veteranas del Ayuntamiento de Zaragoza. Evolución en el número total de intervenciones 2011 2012 Servicios realizados 1.124 1.388 En este ejercicio 2012 se han mantenido el nivel alcanzado en los procedimientos de intervención, tanto los realizados por la Brigada Municipal como por las empresas enviadas por el Servicio de Conservación de Equipamientos de Arquitectura, y se han seguido renovando, en la medida de las posibilidades presupuestarias, aquellos equipamientos que presentaban una mayor incidencia de averías. En este capítulo merece destacar la renovación del sistema de aire acondicionado del comedor de primera planta, un problema antiguo y que se ha resuelto definitivamente al instalar una nueva máquina mucho más potente que la existente. En 2012 se han realizado aproximadamente unas 1.260 reparaciones; esto viene a suponer unas 4 o 5 reparaciones diarias. Por otro lado, las intervenciones derivadas, por requerir una atención técnica especializada o por ser necesario el uso de medios inexistentes en el propio centro han supuesto 128 intervenciones, lo que arroja una cifra media de casi 11 servicios mensuales. Estas derivaciones se atienden desde del Servicio de Conservación de Equipamientos de Arquitectura, ya sea desde las Brigadas Municipales o bien por la contrata municipal para el Mantenimiento de Instalaciones. Por lo tanto, el 90,77 % de las reparaciones efectuadas en el año 2012 se llevan a cabo por el propio servicio de mantenimiento existente en el Centro. El resto de acciones las ejecuta el Servicio de Conservación de Equipamientos. Por tanto, comparativamente hablando, vienen a mantenerse las mismas proporciones que en años anteriores Esto es, que 1 de cada 10 intervenciones realizadas en esta dependencia son de cierta envergadura y requieren intervención externa al propio centro. El desglose de las intervenciones llevadas a cabo es el siguiente según atención y tipología Personal propio Conservación Tipología Servicio mantenimiento equipamientos Total Albañilería 3 17 20 Carpintería 194 6 200 Climatización/Aire Acondicionado 14 8 22 Comunicaciones Datos 0 6 6 Comunicaciones Voz 0 25 25 Electricidad 483 12 495 Fontanería 349 26 375 Herrería 109 5 114 Medios audiovisuales 57 5 62 Pintura 30 6 36 Prevención Incendios 11 7 18 Seguridad 10 5 15 Total 1.260 128 1.138 Actuaciones significativas en el año 2012 En el año 2012, lo más significativo del trabajo desarrollado por el departamento ha sido la consolidación de los procedimientos de trabajo preventivos orientados a mantener un alto grado de calidad en el control de las instalaciones y reducir sus costes de mantenimiento. La aplicación y optimización de estos procedimientos en cada uno de los sistemas existentes (eléctrico, climatización, incendios, comunicaciones, seguridad y otros sistemas) nos está permitiendo, alcanzar un alto grado de eficiencia. Revisiones, mantenimiento preventivo, y otras actuaciones Con carácter periódico anual se realizan distintas revisiones para garantizar el adecuado funcionamiento de las instalaciones y equipamientos del Centro. Esta labor de mantenimiento preventivo lo realizan empresas especializadas en cada materia. Junto a esta labor de periódica revisión de instalaciones y equipamientos, el personal asignado a labores de mantenimiento, junto al personal de recepción y el oficial conductor participan, en el ámbito de sus funciones, en la adecuación de las instalaciones para poder llevar a cabo el programa de festividades que jalonan el ciclo anual (Fiestas de Primavera, Carnavales, Pilar, Navidades,…). Se ha continuado con las gestiones conducentes a la puesta en marcha del programa de formación en materia de autoprotección y cuyo órgano gestor, el Servicio Municipal de Prevención tiene diseñado para los trabajadores y trabajadoras del centro. Este programa ha sido diseñado por el propio Servicio Municipal de Prevención de Riesgos y Bomberos de Zaragoza. En materia de seguridad la principal innovación ha consistido en la instalación de un sistema de video vigilancia 24 horas, como medida preventiva para intentar erradicar los hurtos y robos que se venían padeciendo. Otra labor de mantenimiento periódico que se lleva a cabo sin novedades especiales tiene que ver con los trabajos de jardinería que requieren las zonas verdes existentes, especialmente en las tareas de poda y cuidado de jardineras y sistemas de riego por goteo. Este año, además, se ha vuelto a realizar poda en altura de las palmeras existentes en la fachada principal, a través de la empresa que gestiona la contrata municipal de servicios de poda. -Limpieza La prestación del servicio de limpieza en la R.M. Casa de Amparo depende de la contratación general municipal. En la Residencia hay destinadas 15 limpiadoras, incluida una responsable del servicio. De ellas, 12 realizan turno de mañana y 3 de tarde. En ambos casos, el servicio es prestado de lunes a domingo. Se han incrementado, si no el número de horas, sí las frecuencias con las que se llevan a cabo las tareas de limpieza, en especial, en la planta baja, debido a la presencia del Centro de Mayores de Casco Histórico, y a la afluencia de público a los eventos y actos organizados desde la Residencia. Es especialmente significativa la carga de trabajo derivada de las actividades concentradas en Sala de Estar, Salas de Actividad del Centro de Mayores y Cafetería. También habría que añadir, a esta carga de trabajo, las 7 nuevas habitaciones ocupadas de Primera Planta (resultantes de la ampliación realizada con la reforma del edificio en primera fase) y que como el resto de habitaciones se limpian diariamente. El coste por plaza y mes fue en 2011 de 3.023,60€/mes, mientras en el año 2012, fue de 3.494,54€/mes (185 plazas), el 15,57% más que el año precedente. APARTAMENTOS PARA MAYORES La Residencia dispone, además, de catorce apartamentos en la Calle San Blas 37, para personas mayores de 65 años con autonomía para su cuidado personal pero con problemas de vivienda por su situación de precariedad socioeconómica y no contar con red de apoyo familiar. Estas personas están en régimen de alquiler, participan en las actividades de la Residencia y se realiza seguimiento y acompañamiento A las que lo requieren. La Atención social a los inquilinos de apartamentos tutelados y otras actuaciones se desarrollan desde los medios disponibles en la Residencia Municipal Casa de Amparo En los apartamentos tutelados se interviene de forma individualizada, en problemas de convivencia u otros que puedan surgir y, además, se les invita a participar en las actividades socioculturales de la residencia. También es necesaria la coordinación con instituciones como la Sociedad Municipal de la Vivienda, el Centro de Salud y el Centro Municipal de Servicios Sociales. Durante el 2012, dos inquilinos se han trasladado con carácter definitivo a la residencia porque necesitan ayuda para la vida diaria y ya no pueden permanecer solos en el apartamento. El Reglamento Municipal establece los requisitos y el baremo para solicitar el ingreso en la Residencia. La Residencia está organizada estructuralmente de acuerdo con la salud que presentan los residentes: grado de dependencia y/o deterioro cognitivo, ya que los cuidados que requieren y las relaciones de convivencia son diferentes en cada caso. En la Residencia Municipal Casa Amparo viven religiosas de la Congregación de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, prestando atención a los residentes, apoyo al equipo de profesionales municipales y compañía y atención a las personas que viven en los apartamentos. El Ayuntamiento de Zaragoza, tiene una red de Centros de Convivencia Municipales para Personas Mayores, teniendo una gran variedad de actividades entre las cuales se puede elegir. Los centros de convivencia están situados en los todos los barrios de Zaragoza, existiendo 31 Centros de Mayores. En todos ellos existen los servicios de: Información y asesoramiento. Cafetería. Prensa y lectura. Juegos de mesa. Actividades de ocio y tiempo libre (charlas, visitas culturales, excursiones, … Grupos de actividad: senderismo, rondalla, teatro,…. Talleres para un Envejecimiento Activo de... Salud y calidad de vida. Desarrollo y expresión artística. Comunicación y cultura. En 12 de ellos existen Aulas de Informática: + Mayores ella red, en 5 de ellos existe servicio de comedor, y en uno Servicio de Asesoría Jurídica. Para pertenecer a la Red de Centros se necesita ser socio d un centro de mayores municipal: es gratuito. Y reunir los siguientes requisitos: Estar jubilado/a o ser pensionista. Haber cumplido los 60 años. Estar empadronado/a en Zaragoza. De acuerdo con la Ordenanza de los Centros Municipales de Convivencia para Personas Mayores, del Ayuntamiento de Zaragoza. XIII - OTROS ORGANISMOS QUE HAN PARTICIPADO EN EL TRABAJO DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS Y SOCIALES. CRUZ ROJA ESPAÑOLA Se ha trabajado en base a las memorias anuales de los años 2011 y 2012, en los apartados de personas mayores (2011), y personas mayores, dependiente y cuidadoras (2012). Estas memorias son de ámbito nacional, por ello a nivel regional no tienen las correspondientes partidas, a pesar de ello se puede deducir que en el año 2012, el programa de ayuda a las personas mayores, después del que dirige a las personas que se hallan en situación de extrema pobreza y exclusión, el que agrupa u mayor volumen de usuarios. Dentro de este programa, el proyecto que más ha crecido en 2012, es el de Ayuda a Domicilio Complementaria; han llegado a más personas y a más núcleos de población. Están prestando pequeñas ayudas en lugares en los que el nivel de acceso a los recursos es muy bajo. Además, se trata de ayudas que tienen un fuerte componente preventivo y están orientadas a evitar la institucionalización y permitir a los mayores continuar residiendo en su domicilio. En Teleasistencia, el nivel de crecimiento en el número de usuarios se ha ralentizado, estancándose hacia final del año 2012. Esto obedece a varios factores: la introducción del copago (son personas con rentas muy bajas), la finalización de algunas vías de financiación pública y la perdida de algunos recursos. Cruz Roja ha iniciado un proyecto de Teleasistencia móvil adaptada a personas mayores que amplía la tipología de la cobertura de la Teleasistencia tradicional, favoreciendo la autonomía y la seguridad fuera del domicilio. La Cruz Roja continua promoviendo el enfoque preventivo en la intervención que lleva a cabo con las personas mayores: los proyectos de envejecimiento saludable, las actividades de ocio dirigidas a personas que sufren más aislamiento y el impulso de las TIC, tanto en la vertiente de la prevención de la exclusión social (enseñar a los mayores a usar las tecnologías), como en las de utilizar su potencial para mejorar su calidad, de vida, disminuir su aislamiento, mejorar su seguridad, etc… Personas con discapacidad – Los proyectos que cuentan con mayor número de participantes son los relativos a productos de apoyo, transporte adaptado, ocio, tiempo libre, teleasistencia y atención en playas. Están desarrollando un proyecto dirigido a cuidadores familiares, al igual, se ha iniciado la Teleasistencia móvil. Los campos de actuación de la Cruz Roja española, son los siguientes por porcentajes: Gráfico nº 13 PERSONAS MAYORES, DEPENDIENTES Y CUIDADORAS Nº USUARIOS 2011 2012 Apoyo temporal a familias con personas mayores dependientes 4.307 6.574 Ayuda a domicilio Complementaria 72.354 84.929 Productos de apoyo 5.069 4.758 Centros de día 4.894 3.752 Dinamización de centros externos 5.331 5.866 Envejecimiento saludable 28.067 26.063 Fomento de relaciones intergeneracionales y participación social 10.950 10.841 Ola de calor 5.299 3.500 Ola de frío 1.597 1.077 Teleasistencia domiciliaria 192.274 192.993 Teleasistencia móvil 0 839 Transporte adaptado 9.709 8.566 Proyectos para mayores que necesitan atención continua 393 60 Información y capacitación a cuidadores informales 5.175 8.107 Participación de usuarios en proyectos piloto 438 105 Localización de personas con deterioro cognitivo 1.152 1.104 TOTAL DE LAS ACTUACIONES REALIZAS 347.009 315.422 CARITAS ARAGÓN.- Residencia Asistida Santa Teresa – Memorias correspondiente a los años 2011 y 2012. Dirigida a personas en situación de dependencia. Que necesitan un alojamiento permanente. Quienes son: - Las personas dependientes son las que no pueden valerse por sí mismas, con un grado elevado de discapacidad y disfuncionalidad que obliga a la intervención, a la ayuda, al auxilio, al soporte y al cuidado personal. Las personas dependientes atendidas por Cáritas añaden, a todo lo anterior, una situación de pobreza o de exclusión social. Entre otras obras socio benéficas de Cáritas, regenta la Residencia Asistida Santa Teresa, (Memoria y Evaluación Técnica y Económica del Centro del Acuerdo Marco , de la Residencia Asistida Santa Teresa, correspondiente al año 2012.) situada en la Avda. Juan Carlos I, nº 2. Zaragoza 50009, ostentando el Certificado de Calidad. Teniendo una capacidad para 68 personas ancianas. El objetivo principal de la Residencia Asistida Santa Teresa, es la prevención y atención de las situaciones de pobreza y marginación tanto en personas mayores, como en personas menores de 65 años con las mismas características: soledad, dependencia social y dependencia psíquica y física, en la comisión de admisiones. El proyecto de la Residencia Santa Teresa contempla la atención integral de las personas dependientes entendiendo que se requiere una atención social y sanitaria que permita el desarrollo psicológico, físico e integrador de la persona. Se ve la Residencia como un recurso social especializado con visión comunitaria con lo que debe ser coherente con el entorno, y no ser en ningún momento una estación terminal. Siendo los objetivos de la misma: Saber imprimir la Filosofía de Cáritas en el trabajo diario de la Residencia. Como objetivo primordial, el fomentar la calidad en la atención centrada en la persona, participando íntimamente con la comunidad y optando por los más desfavorecidos. Potenciar y coordinar la vertiente social y la vertiente sanitaria de la asistencia recibida por las personas mayores. Trabajar en el sentido de descentralizar las tareas con una programación por áreas.(Residencial, Salud, Social y Gestión) Utilizar unos criterios de evaluación que, aplicados anualmente retroalimenten los planes de gestión y de la calidad y los procedimientos. Mejorar los recursos humanos laborales de la Residencia. Potenciar el estudio de opinión del personal laboral de la Residencia. Trabajar en la consecución del mejor grado posible de satisfacción profesional del personal laboral. Creación de todos aquellos espacios técnicos que potencien la formación del profesional. Promover la acogida y formación del personal voluntario de la Residencia. Potenciar el estudio de opinión del personal voluntario de la Residencia. Mantenimiento cuantitativo y cualitativamente de la buena relación existente con la comunidad (Parroquia, Centro de Salud y Vecindad). Promover la animación Comunitaria. (con el barrio, Cáritas Diocesana, con otras residencias, Interregionales). Conseguir que la atención integral de nuestros mayores sea una realidad palpable, que sea capaz de conseguir un máximo desarrollo de la persona. Potenciar la implicación del residente en la toma de decisiones de la Residencia. Conseguir el mayor nivel posible de autonomía en las personas mayores. Potenciar la autoestima y la asertividad de las personas mayores. Definir, para un mejor cumplimiento, los criterios de admisión. Promover y facilitar un máximo de coordinación con las familias de los residentes, para que no implique una rotura con la vida familiar. Mejora de la dotación de medios tecnológicos y programas de prevención de riesgos laborales actualmente existente en la Residencia. Valoración empresarial de la actual infrautilización de espacios físicos. Mantenimiento del edificio que empieza a mostrar las huellas del tiempo. Mejora de la calidad de los servicios prestados en las diferentes áreas. Crear espacios lúdico-culturales que ayuden a mantener el grado de autoestima y autonomía de los residentes. Crear espacios terapéuticos que ayuden a mantener el grado de autonomía de los residentes. La misión conferida a la residencia Santa Teresa es, además, analizar la realidad existente y las necesidades que afectan a las personas mayores en situación de dependencia; analizar también los recursos existentes para descubrir nuevas pobrezas y dar respuesta a ellas desde la promoción y desarrollo personal. Además desarrolla la acción concertada con el Gobierno de Aragón, con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) a través de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en situación de Dependencia (2006), en 33 plazas de las que a fecha de Marzo de 201, estaban ocupadas 11. El índice medio de ocupación a lo largo del año 2012 ha sido del 97%, siendo el índice de ocupación media de las plazas de 67,86 sobre 68. Perfil del residente: Personas en situación de dependencia social, psíquica y física, acompañadas de limitaciones en la autonomía. Personas que no cuentan con las ayudas necesarias para atender su situación, tanto a nivel económico como personal o familiar. Personas que no tengan acceso a recursos públicos. Personas menores de 60 años que, atendiendo a los anteriores criterios, presenten una problemática a la que no da respuesta ningún otro recurso social. Se observa que se están produciendo algunos cambios en el perfil de los residentes, pues cada vez hay mayor número de personas inmigrantes y en situación de exclusión. Actividades: Animaciones socio-cultural, salidas, proyectos intergeneracionales con colegios, actividades religiosas, interculturales, de relación de ayuda con otros colectivos, formación, docencia, estética. Atención: Atención personalizada que incluye: alojamiento permanente, alimentación (dietas prescritas por facultativo), vigilancia y control del estado de salud. Atención social y cultural. - Atención de higiene, vestido, movilización, lavandería, cocina, limpieza y mantenimiento de instalaciones. Servicio de Terapia Ocupacional y Fisioterapia. Existencia de transporte adaptado. Personal cualificado laboral y personal voluntario de acompañamiento y dinamización. En 2012: Equipo: 62 voluntarios, 38 profesionales propios y 2 profesionales de servicios externos. Colaboradores: Proyectos Intergeneracionales (Centros Educativos); Comunidad de la Parroquia de la Presentación de la Virgen y voluntarios del Arciprestazgo de Santo Dominguito. Más de 280 personas solicitaron información. - 98,27 % de ocupación.58 de las personas atendidas tienen entre 80 y los 100 años. - 54 mujeres y 18 varones. Una actividad para destacar en el año 2012 ha sido la participación de la Residencia en la organización del X Congreso LARES "El arte de cuidar" que se celebró en Zaragoza durante los días 23, 24 y 25 de mayo. Condiciones económicas: Aportación económica. En la Comisión de Admisiones de la residencia, se valorará el expediente y la información necesaria para priorizar la situación de mayor precariedad y urgencia social, atendiendo a que la aportación del solicitante no pueda cubrir el coste plaza de otro recurso existente en la sociedad, acorde a las necesidades de la persona. Horario: - Estancia permanente. Horario de visitas de 8h a 20 h. Respetando los horarios de desayuno, comida y cena. Durante la merienda se promueve el acompañamiento. RESIDENCIA GERIÁTRICA REYES DE ARAGON DE ZARAGOZA En la segunda quincena del mes de Septiembre de 2013, procedí a efectuar una visita a la Residencia geriátrica Reyes de Aragón, situada en Zaragoza, en la calle de San Juan de la Cruz, 22 , en el lugar que anteriormente ocupaba el Colegio/Residencia de estudiantes “La Salle” Gran Vía. Disponiendo de 269 plazas residenciales. Lo que la sitúa en el corazón mismo de la ciudad de Zaragoza, me recibe la Trabajadora Social del centro, le explico el motivo de mi visita, pero con sorpresa, puede que por mi edad, me trato como un futuro residente, así me enseñó la residencia con todo detalle. Comenzando por darme la explicación del motivo de que todo el mobiliario fuera nuevo en la residencia. La residencia Reyes de Aragón es una residencia geriátrica privada que tiene como fin mejorar la calidad de vida y el bienestar de personas mayores necesitadas de cuidados así como el de sus familiares. La residencia abrió sus puertas en enero de 2009 y desde diciembre de 2010 es un centro concertado con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales del Gobierno de Aragón dentro del “Acuerdo marco de gestión del servicio de plazas en centros residenciales para personas mayores en situación de dependencia en Aragón”. Está inscrita en el Registro de Entidades, Servicios y Establecimientos de Acción Social con el nº 585 y en el Registro de Centros y Establecimientos Sanitarios con el nº 5023468. Dispone de 269 plazas residenciales en las que atiende a las personas en su globalidad y busca satisfacer todas sus necesidades: físicas, psicológicas, sociales y afectivas, con una asistencia integral, mediante un equipo profesional, prestando, según me comenta, una atención individualizada, respetuosa y afectuosa. Desean ser el hogar de las personas residentes. Las instalaciones son nueva factura ya que la renovación del edificio fue integral, con grandes espacios modernos, funcionales y elegantes. Durante mi visita en la planta baja esta la recepción con cámara de vigilancia, una gran sala de lectura con mesas y sillones así como un biblioteca, encimas de las mesas observo los diarios del día, y a través de unas enormes cristaleras se ve el patio interior con plantas y paseos, todo ellos inmaculado y libre de barreras arquitectónicas para las personas. Subimos a una planta superior donde está el gimnasio, acondicionado con todo tipo de máquinas para la rehabilitación integral y total de una persona, me enseña una habitación individual, desde la cual se ve a través de un amplio ventanal el patio interior, todo pulcritud, está configurada por una cama amplia articulada eléctricamente, mesilla, la habitación está dotada de timbre de alarma igual que en el baño, una amplia mesa con cajones, un sillón, televisión, teléfono y toma para internet, armario ropero y aseo completo, acondicionado para personas con movilidad reducida, destaca un plato de ducha de color oscuro y piso antideslizante, al igual que todo el suelo de la residencia. Comenta que disponen de habitaciones dobles de uso compartido y habitaciones individuales, la que me ha enseñado, que pueden decorarse al gusto del residente siempre y cuando cumpla el reglamento de régimen interno del centro. En ambos casos cuentan con habitaciones tipo estándar, con baño compartido, y habitaciones tipo superior, con baño privado, para que el residente elija la opción que más le interese en función de sus necesidades. Las instalaciones están sectorizadas dependiendo del grado de autonomía de los residentes. Consta con unidades especializadas en Alzheimer, otras demencias y cuidados paliativos. De la climatización en verano e invierno, así como del mantenimiento integral del sistema se encarga una empresa especializada en servicios energéticos. La residencia dispone de múltiples espacios comunes distribuidos en sus 11.500 metros cuadrados, a señalar: - Salas de estar y comedores en cada una de las plantas. - Consultorio médico y sala de curas. - Farmacia. - Gimnasio y sala de rehabilitación. - Sala de terapia. - Biblioteca y sala de lectura (con prensa diaria). - Salón de actos. - Salas de visitas. - Capilla. - Terrazas comunes distribuidas en las diferentes plantas. - Peluquería. - Podología. - Cocina. - Lavandería. - Aparcamiento para visitantes. El edificio cuenta con cámaras de seguridad en pasillos y zonas comunes. Cuenta con servicio médico y psicológico, así el equipo de personas que trabaja en la residencia está comprometido en asegurar a los residentes y sus familiares, alcancen la plena satisfacción de sus necesidades, cubriendo sobradamente sus expectativas. Y para ello: - Realiza valoración integral y continuada de la evolución de los residentes, emitiendo al menos un informe anual para determinar su nivel de asistencia. - Presta atención socio sanitaria personalizada y específica para cada residente según su grado de dependencia. - Garantiza el disfrute de los derechos del residente: intimidad, privacidad, dignidad, autonomía y libre elección. Me indica que los residentes pueden entrar y salir libremente, así como las estancias en la residencia pueden comprender un mes o permanentes, me facilita el precio de la habitación visitada, ronda los dos mil euros mensuales, estando en perfectas condiciones cognitivas y motoras, más gastos extraordinarios, así como que hay que prestar al entrar un deposito correspondiente a dos mensualidades. Los servicios de la residencia también se encargan de la tramitación, ante el Instituto Aragonés de Servicios Sociales, de efectuar la documentación para solicitar el grado de dependencia, en su caso. Me despido de mi anfitriona, que me entrega una memora de la residencia Reyes de Aragón del año 2012, así como una solicitud con los precios, deseando vernos pronto. Vista la memoria, me llaman la atención varios apartados el primero es el número de estancias temporales con un total de 191 personas, frente a las bajas de estancias permanentes un total de 79, de las cuales 45 son por defunción, voluntarias 24, por hospitalización 6 y el resto por traslado a otro centro. El perfil de los residentes, del total de ingresos en el año 2012 un 78% han sido mujeres (303) y un 22% hombres (93). Respecto a la edad media de las personas ingresadas es de 82,63 años, siendo en el caso de las mujeres de 82,717 años y de 82,35 años en el caso de los hombres. Si se analizan estos datos se comprende que el grueso de las personas que acuden a la residencia está entre los 80 y los 89 años, edades muy alejadas de la fecha de jubilación, 65 años, fechas en las fuerzas físicas y mentales empiezan a faltar, En este contexto no es de extrañar que tengan un servicio especial de enfermedad de Alzheimer, así como que en plantilla tengan 5 enfermeras fijas, las 24 horas del día. Los 365 días del año, al igual que el servicio de sericultores. La valoración dada por los residentes es mayoritariamente de muy buena, como era de esperar en una residencia privada. IBERCAJA – OBRA SOCIAL – HOGAR DEL JUBILADO Otro centro visitado fue, el Hogar del Jubilado, de la obra social que depende de la entidad Ibercaja de Zaragoza, situado en la calle Unceta de Zaragoza. Recibido de forma cordial, por la persona directora del mismo, se convino en dar una pequeña conferencia sobre las personas mayores, pasados los meses de vacaciones. Las instalaciones disponen de: sala de juegos, sala de lectura, salón de actos, sala de ordenadores, dependencias de dirección y recepción, así como tablón de actividades programadas. Esta tuvo lugar el día cuatro de Octubre a las cinco de la tarde, poniendo a disposición todos los sistemas audio-visuales del centro, y dando toda clase de facilidades, por ello y desde estas líneas, le doy las gracias a la directora del centro. Siendo la asistencia irregular, pero seguida con atención por las personas presentes, puede que el presentador de la misma (la expuse personalmente, mediante diapositivas) no estuviera a la altura de las expectativas de la organización. Al finalizar se distribuyó una encuesta no estructurara, cuyo resultado se expone en las conclusiones. OTRAS VISITAS REALIZADAS Se ha procedido a visitar la Residencia situada en la calle Violante Hungría 21, dependiente del Instituto Aragonés de Servicios Sociales, siendo recibo por la directora encargada del centro. De la conversación mantenida con ella, puso de manifiesto que las personas ingresadas en el centro la mayoría tenían reconocido el grado de Dependencia III, físico y/o psíquico, por lo cual me recomendó no efectuar ningún tipo de encuesta (por los mismos razonamientos dados en la Residencia Casa de Amparo de Zaragoza), no procediendo a efectuarlo. Con anterioridad, aprovechando mi estancia en Jaca, se procedió a visitar las residencias para personas mayores. La primera la Residencia Santa Orosia regentada por las Hermanitas Ancianos Desamparados de Jaca, e igualmente la Residencia en Zaragoza de la misma congregación, no dando ninguna facilidad en absoluto, acogiéndose a Ley de Protección de Datos. Posteriormente se visitó la Residencia para Personas Mayores, situada en la calle Dr. Marañón, 1 de Jaca, regentada por Vitalia Oroel,S.L., el día 2 de Octubre, atendido por la directora del mismo, me enseño plata primera, donde se llevan a cabo las actividades del centro, siendo este de nueva construcción, y atendiendo a personas dependientes y válidas. La capacidad asistencial está formada por 200 plazas, adecuadas para las personas mayores en situación de dependencia (150 de la residencia y 50 de centro de día). En cuanto a su personal, cabe destacar que Vitalia espera la creación de 80 puestos de trabajo. El precio para residentes válidos será de 1.000 euros mensuales y para dependientes, el que paga la DGA para plazas concertadas. En el centro de día, oscilará entre 400 y 500 euros. La directora me dio toda clase de explicaciones, visitando la planta baja, y donde existen cinco salas de estar y de centro de día, a lo que hay que añadir una sala de rehabilitación y de terapia ocupacional, los comedores, los consultorios médicos, de enfermería, de podología, farmacia y sala de curas, despachos, de dirección y los destinados al trabajo social y por último, el departamento de peluquería. Se le dejaron unos cuestionarios, para recogerlos en una posterior visita. XIV - RESIDENCIA DE ANCIANOS - HOSPITAL DE JESÚS – ATECA (Zaragoza) Ateca es una villa de la provincia de Zaragoza en la comunidad autónoma de Aragón (España). Con 2.099 habitantes (INE 2012), es el segundo núcleo de población de la comarca de Calatayud, tras la capital bilbilitana Cuenta con una residencia de ancianos, que está situada en la Plaza de Jesús, número 1, ocupa el edificio del antiguo hospital, dependiendo de una fundación benéfica, cuyo presidente es el alcalde de la Villa, tiene una capacidad de 39 plazas, siendo para válidos, semiasistidos y asistidos. La Residencia no tiene convenio de colaboración con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (I.A.S.S.), por lo cual no está obligada a efectuar una memoria anual de actividades, pero si presenta, todos los años a la fundación, es el estado de cuentas de la misma. Estando ocupada a plena capacidad, la mayor parte del año, ya que tan pronto como existe una plaza disponible esta se ocupa, existe una lista de personas en espera. La residencia no solo da servicio a algunos vecinos de la población de Ateca, sino que acoge además a personas de la comarca limítrofes a ella, de hecho el 80% de los residentes son de la misma población (31personas) y el 20% son personas de la comarca (8 residentes). Del total de las 39 personas asistidas en la Residencia, a fecha de 1 de Noviembre de 2013, 12 son personas asistidas permanentemente, 14 semiasistidas, y 13 validas. Los importes que abonan los residentes son: 604,13 €uros las personas válidas, 707,57€uros las personas semiválidas y 940,01 €uros las personas asistidas. Caso de que los residentes, teniendo derecho a una pensión, no pudieran alcanzar las cantidades anteriormente citadas hacen un aporte a la misma del 90% de su pensión. Si efectuamos los ingresos obtenidos por la residencia, y este importe lo dividimos entre los residente son da una cantidad media de 744.61 €uros por persona y mes, para hacer frente a los gastos correspondientes a mensualidad, más seguros sociales de las 12 personas a tiempo completo y 2 a tiempo parcial, hay que incluir gastos generales teléfono, electricidad, agua, y otros servicios como lavandería, se puede razonar que la residencia tenga problemas de atención (aunque se procuran paliar lo mejor posible, atendiendo a lo más urgente) para con las personas residentes, así como la infraestructura de la misma La Residencia no puede mantenerse financieramente mediante las aportaciones de los residentes, es por su naturaleza deficitaria, el Ayuntamiento de Ateca tiene un convenio con la Residencia, teniendo una partida en sus presupuestos anuales con destino a la Residencia. Si aún con las aportaciones de los residentes y la partida presupuestaria no alcanzase para el sostenimiento de la Residencia, daría cuenta a la Fundación para hacer frente a las diferencias monetarias producidas por la misma. La residencia de ancianos Hospital de Jesús cuenta con prestaciones como, ascensor, sala de televisión, las visitas se efectúan bien en la sala de la entrada a la misma o en la sala de estar, jardín, patio, sala de estar, enfermería, el servicio médico , a los residentes, esta prestado por el por el Centro de Salud de la localidad, baño geriátrico, dieta personalizada, arreglo de ropa, servicio de lavandería, podología, peluquería, diarios, revistas, servicios de instalaciones generales, programas y actividades, servicios personales, servicios sociosanitarios. Los trabajos ordinarios de reparaciones de la residencia, lo efectúan las brigadas del Ayuntamiento. El personal de la residencia está comprendido por 1 personas en cocina, a tiempo completo, y 1 persona cocinera y otra auxiliar de cocina a tiempo parcial, 1 directora del centro (efectúa las funciones no solo de dirección, sino también de administración del mismo) y 10 personas auxiliares de geriatría, rotando dichas personas entre mañana, tarde y noches. Las habitaciones están equipadas con aseo o cuarto de baño, calefacción, suelo antideslizante en baño, timbre de llamada Para poder ingresar en la residencia Hospital de Jesús es necesario cumplir estos criterios de admisión: estado de salud, tener unos ingresos escasos, situación socio familiar, y no tener dependencia de bienes raíces. Dispone de 4 habitaciones individuales, 1 para enfermos y las demás son compartidas. El horario de visitas es de mañana y tarde, de 10 a 12 horas por la mañana y de 17 a 19,30horas por la tarde. Asimismo las personas que están en la residencia y tienen una discapacidad leve, pueden perfectamente salir de la residencia, para dar una vuelta por su casa (en caso de tenerla), y salir a pasear por el villa. Las actividades que se llevan a cabo son: Los martes y jueves, taller de memoria. Miércoles, visita médica. Viernes misa (lo/as residentes que deseen asistir) a las 10horas. Tardes juegos. Independientemente de las actividades programadas para la tarde, ya que estas son voluntarias, pueden dedicarse a la lectura, ver televisión, etc. La población mayor de 61 años en la villa de Ateca es de 535 personas, lo que nos da un ratio de 14,8 personas por plaza, ratio que deja en evidencia el estado de las personas mayores en la localidad, dando lugar a su deslocalización en inviernos, para ir a convivir con sus hijos fuera de la Villa. La trabajadora Social de la comarca, efectúa las diligencias necesarias de los residentes ante los organismos oficiales (tales como DGA o el IASS), asesorando y solicitando las subvenciones que puedan corresponder a cada residente, o solicitando el reconocimiento de grado de dependencia que corresponda. Todas estas explicaciones, así como una visita que se realizó por la planta inferior de la Residencia, fue acompañado por la directora de la misma Doña Valvanera Gil, por la cual fui acogido con muchísima amabilidad, dándome toda clase de facilidades, y aclaraciones a las preguntas formuladas. Dejando unas hojas de cuestionarios para ser repartirlos entre las personas residentes, a aquellas que quisieran y/o pudieran contestarlo. Mi despedida fue cordial, pero me quedo un sabor agridulce de la visita, me explicaré, descubrí, en la persona que llevaba la dirección, comprometida con su trabajo, respetuosa y deseando que aquello funcionase todo lo mejor posible, pero a la vez encontré un edificio antiguo, que necesitaba a gritos una reforma en profundidad, que se veía que lo habían parcheado según las necesidades y/o los presupuestos disponibles. Que la estancia de las personas mayores no eran los más apropiados para las personas que residen en ella, y a mi modesto entender, los poderes públicos, no solo el Ayuntamiento de la Villa, y que ostenta la presidencia del Patronato (el cual está al corriente de las deficiencias de la misma), más bien tendría que ser el I.A.S.S. o en su defecto la Diputación Provincial de Zaragoza, los que deberían hacer frente a una profunda remodelación de la misma, bien sea por partes, al objeto de interferir en la vida de la misma, ya que terreno existe detrás de la residencia donde existe unos jardines infrautilizados. Quedando con Doña Valvanera Gil, para una posterior visita y recogida de los cuestionarios. Gráfico nº 14 XV - EL COLECTIVO DE ASISTENTES SOCIALES Desde este colectivo profesional, se ha dado la voz de alarma de las carencias que sufre Aragón en el sistema de asistencia social a las personas mayores, ofreciendo un estudio, donde ponen de manifiesto esta situación, la cual se ve en parte compensada por los Ayuntamientos de las localidades más afectas, las personas mayores, en la mayoría de los casos, y siempre que la salud se lo permite vuelven a los pueblos, donde se da el mayor índice de personas mayores en Aragón, y por las organizaciones sin ánimo de lucro, tales como Caritas, y los familiares de las personas dependientes que son las que soportan la mayor parte de la atención que estas personas necesitan. http://mareanaranjaragon.wordpress.com/tag/dependencia/ (visitada el 11.11.2013) Gráfico nº 15 XVI - TRABAJO DE CAMPO (Independientemente de las visitas a las Residencias) Se ha procedido a visitar varios centros en Zaragoza y el existente en la Villa de Ateca, con el objetivo de efectuar una prospección entre las personas ingresadas en ellos. En la Ciudad de Zaragoza ha sido totalmente imposible, dado el grado de dependencia de las personas ingresadas en ellos. Por ello se efectúa a personas con un grado de dependencia menor, pero que convivían con la familia, en el entorno del barrio de las Delicias de Zaragoza, más concretamente en la Parroquia de la Iglesia de San Valero, habiendo participado muy activamente el Señor Párroco de la misma. En la Villa de Ateca, también se obtuvo la plena participación, en la Residencia de Personas Mayores, la directora de la misma, la señora Valvanera Gil, la cual tuvo la gentileza de enviarme las encuestas, que previamente, le deje en las visita a la residencia. Los resultados del mismo son los siguientes. Encuestas entregadas en Zaragoza: 250, de ellas han respondido 54 personas, según detalle: 22 personas personales. (Conocidos, vecinos, amigos, etc.). 2 correspondientes al Centro para Mayores, de la Ibercaja, de la calle Unceta. 7 remitidas de la Residencia de Ateca. 23 encuestas recogidas en la Parroquia de San Valero. De las mismas se desprende: Las recogidas en Zaragoza: 17 son varones, y 30 mujeres, de los cuales 28 están casados, 12 viudos, 4 separados, y 3 no contestan. 9 personas se encuentran entre 55 a 65 años, 12 personas de 66 a 75 años, 19 personas de 76 a 85 años, y 7 más de 86 años. 44 personas residen en hogar propio, 1 persona en alquiler, 1 persona con la casa de la hija, 1 persona sin especificar. Siendo la media de natalidad de personas de 3 hijos/as, el máximo 6 personas y el mínimo 0. 45 personas viven en Zaragoza, 1 persona en un pueblo y 1 persona sin especificar. 15 personas viven con su esposo, 14 personas viven con su esposa, 1 persona convive con su hijo o su hija, 3 personas solas, y 14 no contestan. La satisfacción con su vida: es muy buena en 5 personas, buena en 33 personas, 8 personas la encuentran deficiente, y 1 no contesta. La calificación respecto a su estado de salud: 2 personas la califican de muy buena, 22 personas de buena, 19 personas de deficiente 1 persona de muy deficiente, y 1 persona no contesta. Referente a su estado de ánimo: 4 4 personas lo califican de muy bueno, 24 personas de bueno, 15 personas de deficiente y 4 no contestan. En caso de apoyo: 14 personas buscaría apoyo en su compañero/a, 11 personas en una hija, 7 personas en un hijo, 5 personas en un hijo/a, 5 personas a los amigos, 5 por los servicios sociales de la zona, y 3 no contestaron. En el tiempo de ocio, 30 personas prefieren ver la televisión, 29 personas la lectura y el pasear, 18 personas el viajar, 17 personas hacer ejercicio 15 personas hacer amistades, 2 personas la radio (1 de ellas la telegrafía), 1 ir a Misa, y 3 no contesta. A los vínculos más cercanos: 23 personas optaron por la familia, 10 personas por los amigos/as, 8 personas por la Parroquia, 4 personas por los vecinos, 3 por la cuidadora, 2 por los hijos y otros tantos por los hermanos, 1 por la sobrina.(Hubo personas que indicaron dos alternativas). El grado de necesidad asistencial, las contestaciones fueron: Comprensión, respeto y confianza 3 personas, para hacer las faenas de casa, total y poco 2 personas en cada uno de los apartados, para salir de casa, paz espiritual, y cariño 1 persona en cada apartado. El resto no han contestado. La opinión de las residencias les merece las siguientes opiniones: Demasiado caras para sus economías 11 personas, el mismo número de personas que opinan bien, 6 personas tiene una opinión mala de ellas, y 5 personas opinan que regular. En la pregunta de con qué recursos cuenta en caso necesario: con la familia 27 personas, con los servicios médicos 15 personas, con los amigos 8 personas, con los servicios sociales 4 personas, servicios fraternos (¿familia o parroquia?) 3 personas, con sus ahorros 3 personas, con médicos, familia, amigos, hogar de personas mayores residencias y servicios sociales 2 personas, y 2 personas opina que con ninguno. Las referentes a la Villa de Ateca: 2 son varones, y 5 mujeres, de los cuales 1 está casado, 4 viudos/as y 2 solteros/as. 3 tienen entre 76 a 85 años y 4 más de 86 años. Las 7 personas viven permanentemente en la Residencia. Una persona tiene 4 hijos (sin especificar sexo), 2 no tienen hijos (son solteros/as), y el resto tiene 9 hijos y 5 hijas. Todas las personas viven permanentemente en la residencia. Las siete personas están satisfechas con la vida. Referente al estado de salud: 6 la califican como buena y 1 como deficiente. El estado de ánimo: 5 personas la perciben como bueno, 2 como deficiente. En caso de apoyo, 4 personas acudirían a la familia (hijos/as), y 3 a la residencia. En el tiempo de ocio 6 personas se inclinan por ver la televisión, 1 por hacer amigos/as, 2 por pasear y una por viajar. Los vínculos más cercanos los tienen. 1 con la mujer, 2 con los hijos y 1 con la residencia. El grado de necesidad, 3 personas son válidas por sí mismas, y una necesita apoyo para desplazarse (andador). La opinión que dan a las personas de su entorno, 4 como BUENA, 1 como MUY BIEN, 1 como SANA, y 1 como CONTENTO. Referente a los apoyos con los que cuentan, las 7 personas opinan que en primer lugar en los servicios sanitarios (médicos y enfermería) con sede en la Villa, en segundo lugar con la familia 6 personas, en tercer lugar, 3 personas con los amigos, y 2 con la residencia. (No aparecen los servicios sociales, exceptuando los servicios médicos). XVII - CONCLUSIONES De este breve análisis de la situación social de las personas mayores que con las que se ha mantenido una conversación, y de los datos obtenidos, se puede deducir: 1º.- El número de personas mayores seguirá creciendo en España hasta los años 2050, pudiendo alcanzar al 31-32 % de la población total, lo que equivaldría a 12.800.000 personas mayores y supondría un grave problema para toda la sociedad. 2º.- La esperanza de vida va a seguir aumentando, aunque a un ritmo más ralentizado que en las décadas pasadas. Después de jubilados, los españoles van a tener una media de 20 a 25 años de vida por vivir. 3º.- Entre los mayores se da un aumento de la ratio de hombre-mujer: 72 hombres X 100 mujeres, que es notablemente superior a partir de los 80 años. 4º.- La situación económica actual de las personas mayores es notablemente inferior a la media de la población total, situándose el 21,1-25 % de estos por debajo del umbral de la pobreza. 5º.- La situación de la vivienda, a tenor de los servicios básicos analizados: agua caliente, calefacción, teléfono y ascensor, podría considerarse entre regular y buena. 6º.- La inmensa mayoría de los mayores viven en su propia casa, con sus cónyuges, hijos o familiares. Y esta es la forma a la que aspira vivir la inmensa mayoría de la población encuestada. Hay que hacer notar que el parque inmobiliario habitado por estas personas suele necesitar una renovación, ascensores, calefacción, enchufes en zonas inalcanzables, baños no adaptados a sus necesidades, y otros detalles, que por pequeños, no son menos importantes. 7º.- La familia española todavía mantiene el valor de la solidaridad y los mayores se sienten protegidos y asistidos por su propia familia, amigos. 8º.- Los principales valores de los mayores son: la salud, la familia, el bienestar económico, los amigos, la religión. 9º.- El concepto de la familia entre los mayores sigue siendo el tradicional, con una fuerte diferenciación entre los roles masculinos y femeninos. 10º.- La autodefinición religiosa es masivamente católica, y las prácticas religiosas bastante generalizadas. 11º.- La valoración que los mayores hacen de la política y de los políticos es muy negativa, pero su participación en las elecciones es muy elevada. Son fieles a su partido político de siempre y se dicen más de derechas que de izquierdas. 12º.- El nivel educativo es bajo, pero, ante los cambios sociales registrados, su interés por la formación está creciendo. 13º.- Es la generación que a conocido la mayor revolución tecnológica, desde su infancia, pasado por la madurez en unos tiempos de cambios rapidísimos, no comprendiendo la mayoría las nuevas tecnologías (TIC). Estos datos nos ofrecen una radiografía bastante fiable de lo que es la situación social de las personas mayores en España. En referencia a las residencias, la mayoría las considera caras (residencias privadas) aunque no las descartan en un futuro. Las diferencias de atención entre la Residencia Casa de Amparo de Zaragoza y la residencia de Ateca (Zaragoza) son abismales, en lo referente a atención continuada a los residentes. Es verdad que en la Residencia Casa de Amparo de Zaragoza el 99,99% tienen algún tipo de incapacidad o de invalidez, prueba de ello fueron fue la recomendación de la dirección de no intentar hacer alguna prueba (preguntas o cuestionario) a las personas residentes. No es el caso de la Residencia de Ateca, en la cual se han recogido 10 cuestionarios, efectuados por los residentes, pero la capacidad de maniobra está muy limitada por motivos que más adelante se explicarán. La reducción de la tasa de natalidad y el incremento de la esperanza de vida provocará, según las distintas proyecciones demográficas disponibles, un progresivo envejecimiento de la población española, que se manifestará en un descenso ininterrumpido de la población en edad (legal hoy) de trabajar y en un aumento continuado de la proporción de población de más de 65 años.( después de la última revisión de los trabajadores la jubilación se alcanzará a los 67 años, mientras que CEOE , desearía que la edad subiera hasta los 70 años, con 40 años de cotización, no sabiendo a fecha de hoy los años que se tomarían para el computo de la pensión). La realidad es que hoy hay cerca de 5,9 (ver anexo) millones de parados en España, que muchas de esas personas, las más jóvenes, al tener trabajos temporales, por horas, días sueltos, o pot obrs, será muy difícil que coticen a la Seguridad Social los años necesarios para tener derechos a una jubilación digna en cubra sus necesidades básicas, a la edad de jubilarse. De lo anterior se deduce que la fecha de jubilación la tiene que aumentar el Estado, no ya a los 67 años o a los 70 que indica la CEOE, sino que puede llegar a los 75 años, (ello disminuiría las expectativa de años de vida cobrando la pensión de jubilación, que conllevaría a una menor presión de pagos por parte de INSSS) al objeto que tener mayor número de años cotizados a la Seguridad Social, la cual es deficitaria en la actualidad. De acuerdo con la nota facilitada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el 3 de Diciembre de 2013, en Noviembre de este año se formalizaron1.241.479 nuevos contratos. Se han registrado 94.014 contratos indefinidos en el mes de noviembre, que representan un 7,57% del total de la contratación, y el resto en contratos de formación o practicas ((10.326 contratos de formación y 4.345 contratos en prácticas) y el resto a tiempo definido o parcial, a pesar de estos nuevos contratos, durante el mes de noviembre dejaron de cotizar a la Seguridad Social 66.000 personas más, ello significa que sigue el proceso de destrucción de empleo. Este 2013 el Gobierno sacará, en total del Fondo de Pensiones para la Seguridad Social la cantidad 11.648 millones de euros, y prevé que en el año 2014 tendrá que volver a detraer de dicho Fondo el 9,8 por ciento de monto de pensiones, para hacer frente a ellas, lo que dejara la disponibilidad del Fondo de Reserva de la Seguridad Social hasta los 53.689.14 millones de Euros. El Fondo Pensiones se nutre de los excedentes entre ingresos y gastos por jubilación, que efectúa el INSS, pero si los saldos son negativos constantemente, el Fondo terminará por agotarse. Porque si la econometría lleva razón, el Fondo de Reserva, ese colchón al que el Estado recurre cuando los ingresos de los empleados activos no cubren los costes de las pensiones, "desaparecerá en 2019 o 2020. Ahora bien, si la contratación crece, y la recaudación es deficitaria, eso demuestra que las aportaciones efectuadas por estos trabajadores tienen una incidencia ínfima en el conjunto del sistema, y que los contratos se verán rescindidos a los pocos días o a lo sumo coincidiendo con fechas puntuales de ventas. Este proceso que alcanzará mayor intensidad a partir del 2025, podría llevar a duplicar en el 2050 la tasa de dependencia con respecto a los niveles actuales. A pesar del elevado margen de error que rodea a las proyecciones demográficas, el incremento de la tasa de natalidad o la inmigración podrían atenuar la tendencia al envejecimiento, pera no modificar sustancialmente la evolución de la tasa de dependencia en el horizonte temporal de las proyecciones. En ausencia de medidas de política económica correctoras, la inflexión demográfica y el envejecimiento de la población determinarán aumentos del gasto público en pensiones; en sanidad y en ayuda social a los mayores que difícilmente se podrán ver compensados por el recorte de otras partidas, ya que si la población mantiene o ve incrementado sus ingresos, los impuestos serán superiores, y los gastos sociales –como la educación o sanidad no se verían reducidos-, o por cambios en el patrón recaudatorio, principio bastante improbable, pues los impuestos directos son, de por sí bastante altos, y el Estado tendría que subir los impuestos indirectos y las tasas. Estas proyecciones marcan, por tanto, un deterioro de las finanzas públicas en el largo plazo y reclaman el desarrollo de políticas que alteren esta situación. Un ejemplo de los impuestos que podrían aumentarse (a pesar del riesgo de las transferencias de capitales, a otros paraísos fiscales) es la cotización del 1% de los beneficios obtenidos por las Sicav (Sociedad de Inversión de Capital Variable). o el impuesto por transferencia de capitales fuera de la U.E. En este contexto, actualmente la Deuda Soberana de España ha subido en el mes de Enero de 2014 en 18.700 millones de €uros, lo que la situa en el 97,5% del PIB español, con tendencia a seguir aumentando, parece necesario acelerar el proceso de saneamiento de las finanzas públicas de forma que el sector público se encuentre en una situación financiera más holgada para enfrentarse a los problemas mencionados. Además, será preciso actuar sobre el mercado de trabajo, con el fin de incrementar la participación en el mercado de trabajo y reducir la tasa de desempleo, dando de alta a trabajadores que cotizasen a la Seguridad Social, pues en caso contrario el desfase será cada vez mayor, de este modo, se podrán atenuar las situaciones de dependencia que se pueden generar por el envejecimiento de la población. Todo este estado de situaciones, a pesar de alcanzar, en un futuro bastante lejano el pleno empleo, y necesitar mano de obra foránea, por falta de natalidad, la recaudación de la Seguridad Social, no alcanzaría para cubrir las pensiones ya consolidadas. Una formula seria el obtener todas las aportaciones efectuadas por una persona al Sistema de Pensiones de la Seguridad Social, a lo largo de su vida laboral, actualizarlas a la fecha de jubilación y en función de ella obtener la pensión a percibir, ya que el imponer una cantidad de años 40, cuando el Estado ha dejado prejubilar con 55 años a muchas personas, sería una quimera alcanzarlos. Hoy en la mayoría de gente (se han efectuado 98 entrevistas) a la que se ha efectuado la pregunta de ¿sabe usted la pensión a la que tendrá derecho a jubilarse? Todas han contestado negativamente, cosa comprensible, pues la pensión a cobrar se basa sobre las últimas cotizaciones efectuadas a la Seguridad Social. Las personas tendrían que saber cuánto tiempo deben cotizar para que les quede la cantidad que desean y en qué condiciones, pues muy la mayor parte de las amas de casa, trabajaron unos años en su juventud, hasta que se casaron o fueron madres, y no tienen derecho a ninguna prestación por los años cotizados. Hacer comprender a la población que el mantenerse en un estado saludable, en muchas ocasiones corresponde a las mismas personas, para mitigar los cambios que experimentan, con el cambio del tiempo, y retardar el mayor tiempo posible la aparición no deseable de la vejez-vejez, ahorrando en la partida sanitaria. Mención aparte merecen las residencias distribuidas por las zonas rurales, como la que se ha estudiado de Ateca, la cual no tiene un concierto con el IASS, que tienen una capacidad de atender a un pequeño número de personas, siendo su campo de prevención poblacional muy grande, y que las personas a las que van dirigidas proceden principalmente del campo, y no están acostumbradas a las grandes ciudades. Las personas que están al frente ponen lo mejor que tienen, su voluntad de mantenerlas a flote, tratar a las personas en la última fase de la vida con dignidad, pero en ocasiones no llegan, y se convierten en guarderías de personas, con baja autoestima y sin un objetivo en la vida. El I.A.S.S. tendría que atender en profundidad la población de personas marores en el entorno rural, o solo con la asistencia a distancia, si no más bien construyendo mini residencias para mayores dentro del entorno rural, ya que estas personas no son procliven a cambiar de localidad, ni tan siquiera a casa e sus hijos, creen que son una carga para ellos. Ha estas personas hay que ayudarlas a levantarles la moral, la autoestima en sí mismas, y procurar que ten un objetivo en esta fase de su vida, es difícil, ya que si una persona ce en un estado anímico de tal magnitud, el levantarlo cuesta muchísimo, pero hay que intentarlo mediante actos en los cuales ellos reencuentren a sí mismos. Mediante actos sencillos, pero que se sientan partícipes de los mismos. Formando pequeños grupos de trabajos manuales. Que sean ellos, los que a la juventud les expliquen la historia del pueblo, o villa. Que las escuelas efectúen visitas a los centros de mayores, que haya una relación intergeneracional. Tanto de los mayores con los jóvenes, como de los jóvenes para con los mayores, incitándolos a conocer las nuevas tecnologías, paso a paso. Abriéndoles nuevos horizontes, incluso (caso de ser posible) a estar en desacuerdo en algunos puntos, iniciando un cambio de ideas (no hablo de discutir), sino cambiar impresiones. Que salga el YO que llevan dentro y que les acompañará hasta el último suspiro, pero esto último ya lo saben, lo que hace falta es que las sociedad no los olvide. Ellos nos han dado lo que somos, incluso la inteligencia en muchos casos. Procuremos que los muchos o pocos años que vivan, lo hagan con ilusión, que se mantengan vivos intelectualmente, y procuren ampliar el círculo de asistencias y relaciones sociales. Muchas veces las personas mayores decimos que son urañas y cerradas ¿no será que lo que les contamos lo tienen sabido? ¿Que ya lo han vivido? Y por eso no les interesa, y las personas con las que conviven también lo saben, y por ello no hay alicientes nuevos. Pues habrá que dárselos. Que se sientan vivos que se den cuenta que tienen mucho que enseñar, que son los mejores maestros, ya que han vivido las múltiples peripecias de la vida, han hecho frente a la misma. Que enseñen costumbres que ya no se efectúan por su olvido (trabajos con materiales sencillos, arcilla, mimbres, lana o hilo, etc.), juegos olvidados como paloteados, canciones, y por qué pasos de baile. Estas actividades no requieren cantidades importante de recursos monetarios, pero una voluntad de la sociedad de acercarse a este sector de personas, y que sepan que puede que algún día serán ellas las que ocupen el lugar que dejen las que hoy los ocupan. Las entidades locales que tengan partidas suficientes para hacer un hogar, en lugar de una guardería para las personas mayores, y estas sepan que la gente se preocupa de ellas, y estén correctamente atendidas en las necesidades que necesiten. Que muchas veces no son muchas, pero hay que oírlas. En relación con los sistemas de pensiones, cabe recordar que los sistemas de reparto, como el vigente en España, muestran una mayor vulnerabilidad a los desarrollos demográficos y, en particular, a fenómenos de envejecimiento de la población. Este problema es especialmente agudo en las personas mayores viudas, que que la cuantia de la pensión que cobraba el matrimonio, se ve menguada sustancialmente, no llegando en algunos casos para la subsistencia. En este sentido pueden acometerse, en primer lugar, reformas paramétricas que contribuyan a atenuar los efectos de la presión demográfica sobre el sistema a través de sus normas de operación. En paralelo se pueden introducir elementos de capitalización que vinculen las aportaciones individuales con las renta de jubilación. Hay que intentar que las personas mayores, mientras sean válidas, se encuentren en un entorno que les sea familiar, manteniendo o ampliando su entorno de relaciones sociales, efectuando cambios positivos en las dietas, incrementando el ejercicio físico, teniendo una mayor actividad recreativa, social e intelectual, ampliando sus redes de apoyo, los servicios sociales tendrán que ayudar estas personas a mantenerlos en estos parámetros de viabilidad, ofreciéndoles asistencia domiciliaria, manteniéndolos en buenas condiciones de salud y cognitiva, y previniendo los aquel tipo de riesgo presente o futuro que se les pueda presentar, tanto en su entorno familiar, como en la sociedad. Hay que hacer comprender a la sociedad aragonesa, que esta política, no es el disipar los caudales públicos, sino prevenir posibles gastos mayores en residencias, gastos farmacéuticos y de hospitalización. Implicar a las personas jubiladas válidas, hasta donde ellas puedan, en atender a sus iguales que no pueden hacerlo, es decir el voluntariado sostenido de las personas mayores, para con las personas mayores, a pesar de que este tipo de políticas pueda tener un resultado perverso, como es que es la liberalización de obligaciones a las nuevas generaciones, las cuales también, y forma más formal, están obligadas para con sus personas mayores, aunque solo sea por haberles dado la vida. Esto se desprende de la comparación efectuada en la residencial de la Villa de Ateca, en la cual las personas ingresadas no rompen los lazos de vecindad entre los mismos, así como como pueden desplazarse a su vivienda, o por la villa, y acudiendo a la residencia a las horas fijadas para las comidas, y horario de descanso. Las personas con unas redes de apoyo amplias tienen un menor riesgo de mortalidad, al igual que las personas que sienten necesidades, o socialmente implicadas tienen una menor prevalencia de discapacidad y se observa una mejor salud. ¿Qué hacer de cara al futuro? Indudablemente, no podemos plantearnos que se cambie de manera radical el panorama de nuestro parque residencial, pero sí podría actuarse tanto desde el sector público como desde la iniciativa privada en varias direcciones paralela y complementariamente: En primer lugar, se considera preciso mejorar la posibilidad real de que las personas puedan mantenerse en su casa el mayor tiempo posible, toda la vida en muchas ocasiones. Para ello, hay que explorar al máximo todas las posibilidades de provisión de servicios y de apoyos a que se ha hecho referencia en los párrafos anteriores de esta colaboración y también avanzar en el concepto “viviendas para toda la vida” a la hora de planificar las viviendas del futuro. En segundo lugar, ir desarrollando modificaciones en las residencias existentes para proseguir avanzando en las líneas de mejora que ya se vienen efectuando en muchos lugares con el fin de acercarse, en unos casos, al modelo de atención descrito y, en otros casos, para estar en condiciones de ofrecer atención y cuidados socio sanitarios de corta y media estancia en las residencias cuyo equipamiento y dotación de personal lo permitan. Por último, pensar en nuevos diseños de alojamientos con cuidados para el futuro que reúnan el perfeccionamiento de la atención domiciliaria (socio sanitaria cuando sea preciso), el desarrollo de servicios de proximidad, los apoyos a la familia y allegados, actuaciones en la vivienda para mejorar la accesibilidad, la utilización de servicios de apoyo y de las tecnologías domóticas, la tele asistencia avanzada y actuaciones para evitar situaciones de aislamiento y mejorar la inclusión en el entorno son estrategias necesarias que debieran desarrollarse en mayor medida. A fecha de hoy existen multitud de personas mayores cuyo apoyo es la ofrecida por personas (normalmente personal de América del Sur) de habla española, en Zaragoza, cosa que no ocurre en la residencia de la Villa de Ateca, ya que las relaciones entre ellas con más íntimas, y las distancias a los servicios, mucho más concentradas. A estas personas mayores que aunque válidas, tienen alguna enfermedad, dificultad para desplazarse, la administración debe apoyarlos, a través de centros de día y esparcimiento (incluso económicamente), con el fin de retrasar el máximo tiempo posible, así se desprende las encuesta analizadas, en las cuales las personas mayores prefieren estar en sus casas, dentro de un entorno conocido, aunque apoyados bien por sus familiares u otros servicios, como la tele asistencia, o la ayuda domiciliaria. Una buena parte de estas decisiones llegado el caso, de tener que efectuar la residenciarían, es que las pensiones que cobran la mayoría de las personas mayores no es suficiente para hacer frente a los gastos de la misma, en Zaragoza una persona valida, la mensualidad en habitación doble esta entre 1.100,- y 2.500.- €uros, a esta cantidad hay que sumarle los gastos extraordinarios, esta cantidad es dependiendo de la situación de la residencia, si es céntrica o en pueblos periféricos. Esta cantidad asciende si el residente necesita de unos cuidados especiales, (persona no valida por sí misma, necesitando de un cuidador a tiempo parcial, o encuentra encamada). Cantidad que para la mayoría de las personas mayores es inalcanzable sin la ayuda familiar, empeorado la situación en el supuesto de ser un matrimonio. Esta situación económica hace que las residencias dependientes del Instituto Aragonés de Asuntos Sociales (en las cuales los residentes pagan el 80% de sus ingresos), están ocupadas por personas un grado de dependencia III, preferentemente, dada la atención que necesitan estas personas mayores, y en los hogares familiares no pueden ser atendidos en su totalidad, por los cuidados especiales que necesitan. Esta situación hace, hoy en día, (Enero de 2014) que se atienda a los centros especializados como último recurso ya que en muchos hogares españoles, los ingresos en los mismos, provienen de las pensiones de las personas mayores. 632,90 euros al mes, frente a los 631,3 euros de 2013. Importe de las pensiones mínimas.- La subida de las pensiones en un 0,25% para este año se traducirá en un pequeño aumento en la nómina mensual de sus perceptores, de apenas unos euros, dependiendo del importe de la pensión.Esperemos que el IPC durente el año 2014 siga el mismo camino que el de las pensiones (¿?) Así, las cuantías mínimas de los pensionistas de jubilación mayores de 65 años con cónyuge a cargo se situarán a partir este miércoles en 780,9 euros mensuales, dos euros más que en 2013, mientras que estos pensionistas sin cónyuge a cargo percibirán como mínimo 632,90 euros al mes, frente a los 631,3 euros de 2013. Por su lado, las pensiones mínimas de jubilación de los titulares menores de 65 años con cónyuge a cargo alcanzarán los 731,9 euros mensuales, en contraste con los 730 euros al mes de 2013, mientras que los que no tienen cónyuge a su cargo cobrarán 592 euros al mes, frente a los 590,5 euros establecidos en el ejercicio anterior. Las pensiones mínimas de gran invalidez con cónyuge a cargo subirán tres euros mensuales, desde los 1.168,4 euros de 2013 a 1.171,4 euros, mientras que las de incapacidad absoluta con cónyuge a cargo se incrementarán dos euros, hasta los 780,9 euros mensuales, y se situarán en 632,9 euros sin cónyuge a cargo, 1,6 euros más. Por su parte, la pensión mínima de viudedad para titulares con cargas familiares será de 731,9 euros mensuales, 1,9 euros más que en 2013, mientras que las de titulares con 65 años o con discapacidad igual o superior al 65% serán 1,6 euros superiores a las de 2013, hasta 632,9 mensuales. Las pensiones mínimas de orfandad y de favor de familiares por beneficiario para este año serán de 193,3 euros mensuales, frente a los 192,8 euros al mes establecidos para 2013, de acuerdo con el cuadro de cuantías mínimas aprobado por el Ejecutivo. De estas cantidades, solo cabe una resolución, no pueden pagar una residencia privada, y las residencias dependientes del I.A.S.S. están ocupadas al 100%, por ello la única solución para estas personas mayores es seguir en sus hogares, aunque estos no reunan las culidades necesarias. La pensión máxima será de 2.554,49 euros al mes. En lo que respecta a los complementos a mínimos, éstos serán incompatibles con la percepción por el pensionista de rendimientos del trabajo, del capital o de actividades económicas y ganancias patrimoniales o que, percibiéndolos, no excedan de 7.080,73 euros anuales, frente al límite de 7.063,07 euros al año fijado para 2013. Por otro lado, la pensión máxima queda fijada en 2.554,49 euros mensuales a partir del, 1 de enero, tras experimentar una subida del 0,25% (unos seis euros más que en 2013). Las bases máximas de cotización experimentarán este año un incremento mucho mayor al de la pensión máxima, del 5%, hasta los 3.597 euros, según contemplan los Presupuestos de 2014. La base máxima de cotización ya subió cinco puntos en 2013, hasta situarse en 3.425,70 euros mensuales. Además, las pensiones de las clases pasivas --funcionarios civiles del Estado, militares profesionales y algunas otras personas relacionadas con el Estado-- también subirán un 0,25% desde ese día. Dado que la subida del precio de los combustible, en especial la luz y el gas) será superior al 0,25%, es previsible que el índice de precios al consumo suba este año bastante más de lo previsto por el Gobierno, por el lado de los ingresos, al mantener el salario mínimo interprofesional, y un aumento previsible del paro, estos caerán, ya que también se resentirán la económicas personales. En definitiva, si el Gobierno quiere hacer frente a sus compromisos de pagos a las pensiones, sueldos de los funcionarios, tendrá que volver a echar manos de “hucha” del Fondo de Pensiones de la Seguridad Social. Y este tiene a sus días contados, si se le inyecta unos ingresos extraordinarios, cosa bastante improbable, cuando este año el Gobierno tiene que refinanciar Deuda Soberana por un montante de medio billón de euros. La deuda externa total que tiene España asciende a 3,8 billones,(antes de Enero de 2014) de los cuales 943.702 millones corresponden a la Deuda pública (90,3% del PIB), y el resto a empresas, familias y bancos especialmente bancos, ya que las familias se han desampalancado en buena parte de la deuda en 2013) Se trata de una deuda enorme que, a pesar de las mejoras macroeconómicas que se van conociendo en las últimas semanas, difícilmente disminuirá si la economía no recupera la senda del crecimiento y la generación de ocupación. Esta generación de empleo debe estar encaminada a evitar que se cumplan las proyecciones del gobierno que sitúa, la tasa de paro, por encima del 25% hasta 2017(lo que conlleva el pago de prestaciones por desempleo). Afrontar el problema del endeudamiento, sin esconderlo y plantándole cara es una cuestión ineludible. Salir de la crisis requiere recursos y asumir que es prioritario invertir en el futuro para generar riqueza. Es preciso refinanciar la deuda de tal manera que su devolución se plantee a larguísimo plazo, y con tipos de interés reducido, (al igual que se hizo después de la Segunda Guerra Mundial con el Plan Marshall). Sólo de esa manera, confiando y potenciando el tejido productivo, será posible. Todo ello se verá reflejado, por desgracia, en un recorte de prestaciones a las personas mayores en los próximos años, las cuales pagaran una buena parte de la crisis en la cual no tuvieron ninguna responsabilidad en su creación. Las privilegiadas pensiones de los políticos españoles. La recomendación de subir la edad de jubilación de 65 a 67 años, así como la ampliación de años necesarios para cobrar el 100% de la pensión, no afectará a los 350 diputados y a los 264 senadores españoles, que mantendrán intactos los privilegios de que gozan sus pensiones, mediante el cual diputado o senador con una cotización de 7 años de actividad en cualquiera de las Cámaras, como tal, ya tiene derecho a percibir un 80% de la pensión máxima, si suben a 10 años, el porcentaje es del 90% y si son 12 años al 100%, pudiendo jubilarse todos ellos a los 60 años, con 40 años de cotización. Todo ello a pesar de que la Constitución Española, dice en su Capítulo segundo. Derechos y libertades, Artículo 14: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. No existiendo ninguna excepción en el Capítulo quinto, referente la suspensión de los derechos y libertades Artículo 55 de la misma. Como reflexión final, todos somos polvo del Universo, sin distinción de raza, ideología o religión, por ello, todo que está en este mundo que llamamos Tierra debemos tratarlo con el mayor respeto, pues tarde o temprano todos volveremos al principio, a ser polvo de estrellas. Así, puesto si todo en la Tierra merece nuestro respeto, con mayor motivo debemos respetarnos los seres humanos, a pesar de nuestras diferencias y antes de obrar o decir algo, lo que deberíamos efectuar es, contar hasta 10 antes de hablar, o decidir, no olvidemos que las personas somos “dueños de nuestros silencios, y esclavos de nuestras palabras”. XVIII - ANEXOS Gráfico nº 16 Gráfico nº 17 (Fuente: Domenech y de la Fuente 2009) Gráfico nº 18 http://www.rtve.es/noticias/el-paro-espana/grafico-epa/ página visitada el 14.11.2013 Prestaciones en Aragón Para Personas Mayores, Personas con Discapacidad Y Personas en situación de Dependencia. Recursos Estatales y Autonómicos Decreto 143/2011, de 14 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Catálogo de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma de Aragón. SERVICIO DE TELEASISTENCIA Y OTRAS AYUDAS TÉCNICAS Concepto Servicio que ofrece a las personas usuarias la posibilidad de acceder con inmediatez, mediante los recursos tecnológicos adecuados, a los servicios oportunos en situaciones de emergencia o de inseguridad, soledad o aislamiento, y posibilita al centro de comunicación atender y conocer el estado de la persona usuaria. Ayudas técnicas son aquellos mecanismos, instrumentos técnicos y adaptaciones del hogar, que contribuyen al desenvolvimiento de las personas en sus actividades cotidianas. Requisitos Persona en situación de necesidad social: Soledad, aislamiento social, desarraigo geográfico y social. Riesgo por el estado de salud, discapacidad y/o avanzada edad Solicitud El acceso al Servicio se realiza a través del Centro de Servicios Sociales. Los Trabajadores Sociales de los mismos realizan el estudio y propuesta de cada situación de necesidad. La Resolución motivada, dictada por el Órgano competente, se notifica al interesado. Normativa aplicable Ley 5/2009, de 30 de junio, de Servicios Sociales de Aragón (B.O.E. nº 201, de 20.8.2009). Decreto Legislativo 1/2006, de 27 de diciembre, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Comarcalización de Aragón (B.O.A. nº 145, de 30.12.2006) SERVICIO DE AYUDA A DOMICILIO Concepto Proporciona un conjunto de atenciones orientadas a facilitar un entorno de convivencia adecuado y tiene como objetivo la prestación de una serie de atenciones a las personas y, en su caso, a las familias en su domicilio. En unos casos para facilitar el desarrollo de las actividades básicas de la vida diaria a aquellas personas con limitaciones de autonomía personal, con el objeto de evitar o, en su caso, retrasar el ingreso en centros de carácter residencial, ofreciendo también la realización de tareas de apoyo puntual o sustitución, en su caso, de las personas cuidadoras en su domicilio. En otros casos para intervenir en situaciones de conflicto psicofamiliar para alguno de los miembros de la unidad de convivencia. Requisitos Personas que carezcan o tengan mermada la autonomía personal, temporal o permanentemente, para mantenerse en su medio habitual de vida. Solicitud Dirigirse al Servicio Social de Base del Ayuntamiento de residencia del solicitante. Normativa aplicable Ley 5/2009, de 30 de junio, de Servicios Sociales de Aragón (B.O.E. nº 201, de 20.8.09). Decreto Legislativo 1/2006, de 27 de diciembre, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Comarcalización de Aragón (B.O.A. nº 145, de 30.12.2006). Ley 7/1999, de 9 de abril, de Administración Local de Aragón (B.O.A. nº 45, de 6.5.99). Decreto 143/2011, de 14 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Catálogo de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma de Aragón. Reglamentos/Ordenanzas municipales/comarcales SERVICIOS ESPECIALIZADOS DE CENTROS DE DÍA, HOGARES Y CENTROS OCUPACIONALES Concepto Centros de Día Dentro de este Servicio especializado, cabe distinguir tres tipos: Centros de Día para personas mayores de 65 años con un grado de dependencia moderado o severo. Estos Centros ofrecen atención para cubrir las necesidades personales básicas, terapéuticas y socioculturales. Promueven la autonomía y la permanencia de las personas en su entorno habitual y proporcionan apoyo a las familias. Centros de Día para personas con discapacidad intelectual. Estos Centros son servicios de acogimiento diurno que prestan atención integral a personas con discapacidad intelectual gravemente afectadas, fomentando el desarrollo de habilidades adaptativas, que proporcionen bienestar emocional y favorezcan la autodeterminación del individuo a través de apoyos, ayudas técnicas y programas habilitadores; asimismo sirven de apoyo a la familia y favorecen el mantenimiento de la persona en su domicilio. Centros de Día para personas con discapacidad física. Estos Centros prestan servicios especializados de acogimiento diurno para personas con discapacidad física, gravemente afectadas, que por la naturaleza de su afectación exigen tratamientos específicos. El objetivo es desarrollar, hasta donde sea posible, la autonomía en las actividades de su vida diaria y la integración social, así como proporcionar soporte a la familia y favorecer la estancia en el domicilio. Hogares Son centros sociales para la convivencia de las personas mayores mediante actividades para el tiempo libre, el ocio, la cultura y el uso de las tecnologías de la comunicación. La finalidad de los Hogares es fomentar la sociabilidad, prevenir el aislamiento de las personas mayores, potenciar su participación social y ayudarles a mantener la capacidad intelectual activa. CENTROS OCUPACIONALES Son centros para personas con discapacidad intelectual, donde se prestan servicios de terapia ocupacional para facilitar a las personas con dificultades de integración social y laboral, una atención integral diurna de tipo rehabilitador que permita la integración social. Requisitos Centros de Día Ser mayor de 65 años o contar con calificación legal de persona con discapacidad, física o intelectual, según el caso. No poder permanecer en el domicilio durante todo el día. No contar con apoyo familiar suficiente para permanecer en el hogar. Residir en la Comunidad Autónoma de Aragón. Hogares Ser mayor de 65 años, excepcionalmente pensionista mayor de 60 años o con determinadas circunstancias personales. Residir en la Comunidad Autónoma de Aragón. Centros Ocupacionales Contar con calificación legal de persona con discapacidad intelectual. Ser mayor de edad y menor de 65 años. Haber acabado el periodo de formación correspondiente. No poder integrarse en una empresa o centro especial de empleo. Solicitud Las plazas para Centros de Día y los Centros Ocupacionales, se solicitan a través del Plan Individualizado de Atención, en la fase de audiencia al interesado, el cual manifiesta qué recursos considera idóneos para su situación de dependencia. En los Hogares la solicitud se presenta directamente en éstos. Normativa aplicable: Orden de 19 de marzo de 1998, del Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Trabajo, por la que se regula la acción concertada del Instituto Aragonés de Servicios Sociales en materia de reserva y ocupación de plazas (B.O.A. nº 42, de 8/04/1998) modificada parcialmente por la Orden de 4 de junio de 2007, del Departamento de Servicios Sociales y Familia, (B.O.A. nº 71, de 15/06/2007). Orden de 21 de mayo de 2010 (B.O.A. nº 117, de 16 de Junio de 2010), del Departamento de Servicios Sociales y Familia, por la que se regula el régimen de acceso y adjudicación de plazas de servicio de ayuda a domicilio, centros de día, centros ocupacionales y residencias ofertadas por el Gobierno de Aragón. Orden de 1 de marzo de 2004 (B.O.A. nº 31, de 12/03/2004), del Departamento de Servicios Sociales y Familia, por la que se aprueba el Estatuto Básico de los Hogares de Personas Mayores del Instituto Aragonés de Servicios Sociales SERVICIOS ESPECIALIZADOS DE CENTROS DE RESIDENCIA PERMANENTES O TEMPORALES Concepto Dentro de este Servicio especializado, cabe distinguir dos tipos de Centros Residenciales: Centros de Atención a Personas Mayores. En estos Centros se prestan Servicios dirigidos a personas mayores de 65 años, que necesitan una atención continuada, por su grado de dependencia y/o por su situación social, recibiendo una asistencia integral según las necesidades de cada persona. La estancia puede ser permanente o temporal. Centros de Atención a Personas con Discapacidad. Estos Centros, donde, asimismo, la estancia puede ser permanente o temporal, se pueden, a su vez, clasificar en función del tipo de discapacidad que presente la persona en: Centros donde se prestan servicios dirigidos a personas con discapacidad física, gravemente afectadas, que careciendo de posibilidades razonables de recuperación profesional, encuentran dificultades para ser atendidos en régimen familiar o social. Centros donde se prestan servicios dirigidos a personas con discapacidad intelectual, que por la naturaleza de su afectación exigen tratamientos idóneos para lograr, hasta donde sea posible, su habilitación para las actividades de la vida diaria. Requisitos Centros de Atención a Personas Mayores Ser español o extranjero residente y estar empadronado en alguno de los municipios de la Comunidad Autónoma de Aragón, al menos durante los dos últimos años inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud. Cuando existan especiales circunstancias de emergencia social podrá eximirse este requisito. Tener 65 años cumplidos a la fecha de solicitud. Excepcionalmente, 60 años. Haber sido calificado como persona en situación de dependencia. Centros de Atención a Personas con Discapacidad Ser residente en la Comunidad Autónoma de Aragón y cumplir al menos uno de los siguientes requisitos: Tener certificado de grado de discapacidad igual o superior al 33%. Encontrarse en situación de dependencia en alguno de los grados establecidos legalmente, según determine la resolución del Programa Individual de Atención (PIA), entre los servicios previstos para su grado. Solicitud Se solicitarán los Centros Residenciales a través del Plan Individualizado de Atención, en la fase de audiencia al interesado, el cual manifiesta el recurso idóneo para su situación de dependencia. Normativa aplicable Orden de 21 de mayo de 2010 (B.O.A. nº 117, de 16 de Junio de 2010), del Departamento de Servicios Sociales y Familia, por la que se regula el régimen de acceso y adjudicación de plazas de servicio de ayuda a domicilio, centros de día, centros ocupacionales y residencias ofertadas por el Gobierno de Aragón. Orden de 7 de noviembre de 2007 (B.O.A. nº 235, de 9/11/2007), del Departamento de Servicios Sociales y Familia, por la que se regula el régimen de acceso a los servicios y prestaciones económicas del Sistema para la Autonomía y la Atención a la Dependencia en la Comunidad Autónoma de Aragón. Resolución de 26 de agosto de 1987 (BOE nº 235, de 1/10/1987), de la Dirección General del IMSERSO, por la que se regulan los ingresos, traslados, permutas y liquidación de estancias en los Centros Residenciales para personas con discapacidad. Orden de 19 de marzo de 1998, del Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Trabajo, por la que se regula la acción concertada del Instituto Aragonés de Servicios Sociales en materia de reserva y ocupación de plazas (B.O.A. nº 42, de 8/04/1998), modificada parcialmente por la Orden de 4 de junio de 2007, del Departamento de Servicios Sociales y Familia (B.O.A. nº 71, de 15/06/2007). BECAS DE ATENCIÓN EN CENTROS PARA PERSONAS MAYORES Concepto Prestaciones económicas de carácter personal dirigidas a sufragar los gastos de atención en Centros Residenciales y de Día. Requisitos Ser mayor de 65 años. Residir y estar empadronado en la Comunidad Autónoma de Aragón. Precisar este tipo de Centros y que los recursos económicos no superen el baremo establecido. Solicitud En las Direcciones Provinciales del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), en los Centros de Personas Mayores, en los Centros Municipales de Servicios Sociales del lugar de residencia de los solicitantes o en cualquiera de los Registros Oficiales. Normativa aplicable Ley 5/2009, de 30 de junio, de Servicios Sociales de Aragón (B.O.E. nº 201, de 20.8.09). Decreto 48/1993, de 19 de mayo, de la Diputación General de Aragón, por el que se regulan las modalidades económicas de acción social reguladas por la Decreto 111/1992, de 26 de mayo, de la Diputación General de Aragón, por el que se regula las condiciones mínimas que han de reunir los servicios y establecimientos sociales especializados (B.O.A. nº 66, de 10.6.92). Decreto 143/2011, de 14 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Catálogo de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma de Aragón. BECAS DE ATENCIÓN EN CENTROS PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD Concepto Prestaciones económicas de carácter personal dirigidas a sufragar los gastos de atención en Centros de Servicios Sociales especializados. Requisitos Acreditar una limitación de sus capacidades con un grado de discapacidad igual o superior al 33%. Residir y estar empadronado en la Comunidad Autónoma de Aragón. Precisar este tipo de Centros y que los recursos económicos no superen el baremo establecido. Solicitud En las Direcciones Provinciales del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), en los Centros Base, en los Centros Municipales de Servicios Sociales del lugar de residencia de los solicitantes o en cualquiera de los Registros Oficiales. Normativa aplicable Ley 5/2009, de 30 de junio, de Servicios Sociales de Aragón (B.O.E. nº 201, de 20.8.09). Decreto 48/1993, de 19 de mayo, de la Diputación General de Aragón, por el que se regulan las modalidades económicas de acción social reguladas por la Ley 4/1987, de 25 de marzo (B.O.A. nº 59, de 29.5.93). Decreto 111/1992, de 26 de mayo, de la Diputación General de Aragón, por el que se regulan las condiciones mínimas que han de reunir los servicios y establecimientos sociales especializados (B.O.A. nº 66, de 10.6.92). Decreto 143/2011, de 14 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Catálogo de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma de Aragón. AYUDAS DE CARÁCTER INDIVIDUAL PARA PERSONAS DISCAPACITADAS Y EN SITUACIÓN DE DEPENDENCIA Concepto Ayudas individuales para personas con discapacidad y personas en situación de dependencia, destinadas a favorecer su autonomía personal mediante la financiación de gastos dirigidos a garantizar la máxima integración social y a mejorar su bienestar, comunicación y participación en la vida de su entorno. Requisitos Acreditar al menos el 33% de grado de discapacidad. Tener reconocido un grado III o II, de acuerdo con lo previsto en la Ley 39/2006, de 14 de diciembre y sus disposiciones de desarrollo. Estar empadronados en Aragón con un año al menos de antelación a la presentación de la solicitud. Precisar las ayudas solicitadas, las cuales deberán estar relacionadas directamente con la discapacidad o dependencia que les afecte. Solicitud De conformidad con lo establecido en la Orden de Convocatoria anual, se presentan junto a la documentación preceptiva, en la Dirección Provincial del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) o a través de cualquiera de los Registros Generales de Entrada del Gobierno de Aragón. Normativa aplicable Decreto 94/2012, de 21 de marzo, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Reglamento que establece las bases reguladoras para la concesión de subvenciones en el ámbito del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (B.O.A. nº 65, de 03.04.12). Anualmente se publica en el Boletín Oficial de Aragón, la convocatoria de estas ayudas. Mediante Orden de 1 de junio de 2012, del Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia, se hace pública la convocatoria de ayudas individuales para personas con discapacidad y personas en situación de dependencia, de 2012 (B.O.A. nº 122, de 25.06.2012). PRESTACIONES POR DEPENDENCIA Concepto Las prestaciones de atención a la dependencia tendrán la naturaleza de servicios y de prestaciones económicas e irán destinadas, por una parte, a la promoción de la autonomía personal y, por otra, a atender las necesidades de las personas con dificultades para la realización de las actividades básicas de la vida diaria. Requisitos Encontrarse en situación de dependencia en alguno de los grados establecidos. Residir en territorio español y haberlo hecho durante cinco años de los cuales dos deberán ser inmediatamente anteriores a la fecha de presentación de la solicitud. Solicitud Las solicitudes se dirigirán al Director Provincial de Sanidad, Bienestar Social y Familia de la provincia de residencia del solicitante. Normativa aplicable Orden de 21 de mayo de 2010, del Departamento de Servicios Sociales y Familia, por la que se regula el régimen de acceso y adjudicación de plazas del servicio de Ayuda a Domicilio, Centros de Día, Centros Ocupacionales y Residencias ofertadas por el Gobierno de Aragón (B.O.A. nº 117, de 16.06.2010). Orden de 5 de abril de 2010, del Departamento de Servicios Sociales y Familia, sobre modificación parcial del procedimiento de reconocimiento de situación de dependencia (B.O.A. nº 78, de 22.04.2010). Orden de 11 de julio de 2008, del Departamento de Servicios Sociales y Familia, por la que se modifica el procedimiento para el reconocimiento de la situación de dependencia y el acceso a los servicios y prestaciones del sistema para la autonomía y la atención a la dependencia (B.O.A. nº 106, de 18.7.08). Orden de 7 de noviembre de 2007, del Departamento de Servicios Sociales y Familia, por la que se regula el régimen de acceso a los servicios y prestaciones económicas del Sistema para la Autonomía y la Atención a la Dependencia en la Comunidad Autónoma de Aragón (B.O.A. nº 132, de 9.11.07), modificada por Orden de 22 de marzo de 2011. Orden de 5 de octubre de 2007, del Departamento de Servicios Sociales y Familia, por la que se modifica el procedimiento de valoración y reconocimiento de la situación de dependencia y de acceso a los servicios y prestaciones del sistema para la autonomía y la atención a la dependencia (B.O.A. nº 124, de 22.10.07). Orden 15 de mayo de 2007, del Departamento de Servicios Sociales y Familia, por la que se regula el procedimiento para el reconocimiento de la situación de dependencia y el acceso a los servicios y prestaciones establecidos en la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia (B.O.A. nº 63, de 28.5.07). INGRESO ARAGONÉS DE INSERCIÓN (IAI) Concepto Prestaciones económicas destinadas a garantizar recursos mínimos de subsistencia, así como actuaciones dirigidas a lograr la plena integración social, y, en su caso, laboral, de los destinatarios. Requisitos Estar empadronados en la Comunidad Autónoma de Aragón. No disfrutar de beneficio similar en otra Comunidad Autónoma. Tener residencia efectiva al menos un año antes de la solicitud. Percibir unos ingresos inferiores para la obtención del Ingreso Aragonés de Inserción (IAI) que se solicita. Ser mayor de 18 y menor de 65 años. También podrán ser titulares los menores de edad que tengan a su cargo otros menores o personas con discapacidad. Solicitud Se presentaran por el interesado en su Ayuntamiento, éste las remitirá al Instituto Aragonés de Servicios Sociales. Normativa aplicable Ley 1/1993, de 19 de febrero, de Medidas Básicas de Inserción y Normalización Social (B.O.A nº 24, de 1/03/93) Decreto 57/1994, de 23 de marzo, de la Diputación General de Aragón, por el que se regula el Ingreso Aragonés de Inserción en desarrollo de la Ley 1/1993 (B.O.A. nº 53, de 8/04/94). Decreto 179/1994, de 8 de agosto, de la Diputación General de Aragón, por el que se modifican determinados artículos del Decreto 57/1994, de 23 de marzo. Decreto 117/1997, de 8 de julio, del Gobierno de Aragón, por el que se regula la Comisión de reclamaciones del Ingreso Aragonés de Inserción. Decreto 125/2009, de 7 de julio, del Gobierno de Aragón, por el que se modifica parcialmente el Decreto 57/1994, de 23 de marzo, por el que se regula el Ingreso Aragonés de Inserción en desarrollo de la Ley 1/1993, de Medidas Básicas de Inserción y Normalización Social. Decreto 143/2011, de 14 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Catálogo de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma de Aragón. Ley de presupuestos de la Comunidad Autónoma de Aragón establece cada año la cuantía y queda fijada, en cómputo mensual. La cuantía anual, para el año 2013, y desde el 1 de enero ha quedado fijada en cuatrocientos cuarenta y un euros. AYUDAS DE URGENCIA PARA SITUACIONES GENERALES Concepto Prestaciones económicas de pago único y carácter extraordinario, destinadas a resolver situaciones de emergencia que afecten a personas o familias a las que sobrevengan situaciones de necesidad, en las que se vean privadas de los medios de vida primarios e imprescindibles, siendo su finalidad dispensarles una atención básica y urgente en el momento en que aquéllas se produzcan. Requisitos Ser mayor de edad o menor emancipado. Tener constituido un hogar independiente. Estar empadronado y tener residencia efectiva en Aragón. Carecer de recursos suficientes. Solicitud Debe de dirigirse al Servicio Social de Base del Ayuntamiento de residencia del solicitante. Normativa aplicable Decreto 48/1993, de 19 de mayo, de la Diputación General de Aragón, por el que se regulan las modalidades de prestaciones económicas de acción social reguladas por la Ley 4/1987, de 25 de marzo (B.O.A. nº 59, de 28.5.93). Decreto 143/2011, de 14 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Catálogo de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma de Aragón. Reglamentos/Ordenanzas municipales/comarcales. AYUDAS SOCIALES DE CARÁCTER EXTRAORDINARIO A FAVOR DE PENSIONISTAS POR JUBILACIÓN E INVALIDEZ EN SUS MODALIDADES NO CONTRIBUTIVAS Y DE LOS BENEFICIARIOS DE PENSIONES ASISTENCIALES Y DE ENFERMEDAD Concepto Son ayudas económicas de carácter personal, intransferible y extraordinario, para el año en curso, sin que se consoliden para el futuro. Requisitos Ser pensionista no contributivo o beneficiarios de pensiones asistenciales y de enfermedad a 31 de diciembre del año anterior. Contar con residencia habitual en la Comunidad Autónoma de Aragón. Solicitud De oficio. Normativa aplicable Se publica en el Boletín Oficial de Aragón, el Decreto por el que se establecen estas ayudas, pero no tienen carácter periódico. Decreto 143/2011, de 14 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Catálogo de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma de Aragón. TARJETA DE ESTACIONAMIENTO PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD Concepto Documento acreditativo de la condición de persona con discapacidad y movilidad reducida, a los efectos de permitir el estacionamiento de vehículos a motor en lugares reservados o que no causen grave interrupción de la circulación. Requisitos Residencia en el término municipal en el que se solicita. Propiedad del vehículo de la persona con discapacidad o pariente en primer o segundo grado. Certificación expedida por el IASS de la condición de persona con discapacidad y su impedimento para la utilización de medios de transporte colectivo. Solicitud Se presentará en el Ayuntamiento donde resida la persona interesada, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 38.4 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. Normativa aplicable Ley 3/1997, de 7 de abril, de promoción de la accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas, urbanísticas, de transportes y de la comunicación en Aragón (B.O.A. nº 44, de 18.04.1997). Decreto 19/1999, de 9 de febrero, del Gobierno de Aragón, por el que se regula la promoción de la accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas, urbanísticas, de transportes y de la comunicación en Aragón (B.O.A. nº 31, de 15.03.1999). Ordenanza municipal competente. BALNEARIOS PARA PERSONAS MAYORES Concepto Servicio que proporciona a las personas mayores que por prescripción facultativa lo precisen, tratamientos en balnearios, a precios reducidos en balnearios aragoneses. Pueden ir acompañados por el cónyuge u otra persona que reúna los requisitos exigidos. Requisitos Ser mayor de 65 años. Estar empadronado en cualquiera de los Municipios de la Comunidad de Aragón. Precisar los tratamientos termales solicitados, careciendo de contraindicación médica. Poder valerse por sí mismo en las actividades de la vida diaria. No padecer trastornos mentales que alteren la convivencia, ni enfermedad infecto-contagiosa. Solicitud Se presentan en los centros de Personas Mayores del IASS, según el domicilio del solicitante, o en otros registros oficiales. SERVICIO DE ALOJAMIENTO TEMPORAL PARA SITUACIONES DE URGENCIA Concepto Proporciona, con carácter temporal, un alojamiento digno y unas condiciones favorables para la convivencia a quienes puedan encontrarse en situación de carencia de alojamiento, en situaciones excepcionales o emergencias de carácter social y de conflictos convivenciales que pongan en peligro la seguridad física o emocional de alguno de los miembros de la unidad de convivencia. Requisitos Estar en situación de desamparo y abandono. Estar en situación de desarraigo, pobreza y exclusión. Presentar crisis de convivencia. Encontrarse sin cobertura para las necesidades básicas de alojamiento y manutención como consecuencia de una problemática social específica. Solicitud Debe dirigirse al Servicio Social de Base del Ayuntamiento de residencia del solicitante. Normativa aplicable Ley 5/2009, de 30 de junio, de Servicios Sociales de Aragón (B.O.E. nº 201, de 20.8.09). Decreto Legislativo 1/2006, de 27 de diciembre, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Comarcalización de Aragón (B.O.A. nº 145, de 30.12.2006). Ley 7/1999, de 9 de abril, de Administración Local de Aragón (B.O.A. nº 45, de 6.5.99). Decreto 143/2011, de 14 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Catálogo de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma de Aragón. Reglamentos/Ordenanzas municipales/comarcales. SERVICIO DE APOYO A PERSONAS CUIDADORAS Concepto Ofrecer formación, apoyo y sustitución a aquellas personas que se dedican, con carácter habitual, al cuidado de personas con limitaciones en su autonomía personal, familiar y social. Requisitos Ser mayor de edad y cuidador de manera habitual. No percibir retribución alguna en concepto del cuidado. Solicitud Dirigirse al Servicio Social de Base del Ayuntamiento de residencia del solicitante. Normativa aplicable Ley 5/2009, de 30 de junio, de Servicios Sociales de Aragón (B.O.E. nº 201, de 20.8.09). Decreto Legislativo 1/2006, de 27 de diciembre, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Comarcalización de Aragón (B.O.A. nº 145, de 30.12.2006). Ley 7/1999, de 9 de abril, de Administración Local de Aragón (B.O.A. nº 45, de 6.5.99). Decreto 143/2011, de 14 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Catálogo de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma de Aragón. Reglamentos/Ordenanzas municipales/comarcales. SERVICIO DE INTERVENCIÓN FAMILIAR Concepto Conjunto de atenciones profesionales dirigidas a favorecer la convivencia y la integración social, fomentando la adquisición de habilidades básicas y hábitos de conducta, tanto en lo relativo a las capacidades personales como las relacionales, en situaciones de crisis, riesgo o vulnerabilidad de cualquier miembro de la unidad de convivencia. Aporta una intervención técnica dirigida a orientar, asesorar y dar apoyo a la familia o unidad de convivencia o a alguno de los miembros de la misma. Requisitos Personas, familias o unidades de convivencia en situación de desestructuración o crisis o con dificultades de relación o convivencia entre todos o alguno de sus miembros. Solicitud Dirigirse al Servicio Social de Base del Ayuntamiento de residencia del solicitante. Normativa aplicable Ley 5/2009, de 30 de junio, de Servicios Sociales de Aragón (B.O.E. nº 201, de 20.8.09). Decreto Legislativo 1/2006, de 27 de diciembre, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Comarcalización de Aragón (B.O.A. nº 145, de 30.12.2006). Ley 7/1999, de 9 de abril, de Administración Local de Aragón (B.O.A. nº 45, de 6.5.99). Decreto 143/2011, de 14 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Catálogo de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma de Aragón. Reglamentos/Ordenanzas municipales/comarcales. IXX - BIBLIOGRAFIA CONSULTADA Aladid Fuentes, M. (2004): “El apoyo profesional en la madurez”. En Salvador-Carulla, S., Cano, A. y Cabo-Soler, J. (coords.) Longevidad. Tratado integral sobre salud en la segunda mitad de la vida. Madrid, Editorial Medica Panamericana, S.A., 2004. Amoros, P., Bartolomé, M., Sabariego, M. y De Santos, J. (2006): Construyendo Futuro – Las Personas Mayores: Una Fuerza Social Emergente. Madrid, Alianza Editorial (2006). Anguera, M. T. (1985): Metodología de Observación en las Ciencias Humanas. Madrid, Ediciones Catedra. 1985. Aranguren, J.L. (1992): “La vejez como autorrealización personal y social”. En Buendía J. (Ed), Envejecimiento y psicología de la salud. Madrid. Editorial Siglo XXI, 1994. Bazo Royo, M.T. y García Sanz, B. (2005) Envejecimiento y Sociedad: Una Perspectiva Internacional. (2ª edición) Madrid. Editorial Médica Panamericana 2005. Constitución Española 1978 Comas d’Argemir (cood.) 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Memorias de Cáritas Aragón, y memorias de la Residencia Asistida Santa Teresa, memorias de los años 2011 y 2012, gracias a las diligencias del Sr. Secretario de Cáritas Sr. Yagüe. Obra Social de la Caja de Ahorros y M.P. de Zaragoza, Aragón y Rioja – IBERCAJA – Calle Unceta de Zaragoza.(dos visitas) Parroquia de San Valero en Zaragoza. Despacho parroquial en calle Unceta de Zaragoza.(dos visitas, se dejaron encuestas y se recogieron, se comentó el trabajo con Sr. Párroco) Residencia Geriátrica Reyes de Aragón de Zaragoza. Residencia de las Hermanas de los Ancianos Desamparados de Zaragoza y Jaca. (sin resultado) Residencia Municipal Casa Amparo, en la calle Predicadores de Zaragoza. (dos visitas, en una de ellas se recibió las memorias de los años 2011 y 2012) Residencia Municipal de Jaca (Huesca). Residencia de Tercera Edad, dependiente del IASA, situada en Violante de Hungría de Zaragoza. LAS PERSONAS MAYORES, SU POSICION SOCIAL, LA REALIDAD EN LA SOCIEDAD Y EL FUTURO DE LA JUBILACION- LAS DEL I.A RESIDENCIAS.S.S., DE CARITAS, MUNICIPALES DE ZARAGOZA Y RURAL DE ATECA (ZARAGOZA) 269