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VASCO DE QUIROGA, FIGURA PARA NUESTRO TIEMPO Discurso del Dr. Pablo Arce Gargollo Ceremonia de la imposición de la “Presea Vasco de Quiroga” en su Vigésima Novena edición. Pátzcuaro 28 septiembre 2011 - Mtro. Leonel Godoy Rangel, Gobernador Constitucional del Estado de Michoacán - Sr. Ing. Don Antonio García Velázquez, Presidente Municipal de Pátzcuaro - Integrantes del H. Cabildo de la Ciudad - Dip. Iván Madero Naranjo, Presidente de la Mesa Directiva del H. Congreso del Estado - Dr. Alejandro González Gómez, Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado - Dr. Salvador Jara Guerrero, Rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo - Sr. Arzobispo de Morelia, Don Alberto Suárez Inda - Habitantes todos de Pátzcuaro - Señoras y Señores Quiere la tradición y el respetarla es para mi un grato honor, que en fecha tan señalada en que se entrega la “Presea Vasco de Quiroga”, pronuncie unas palabras que no quieren, de ninguna manera, tener el tono de discurso oficial, sino el de una breve reflexión que apunta a decir de manera clara y contundente: Vasco de Quiroga es una figura para nuestro tiempo, que ofrece soluciones profundas, frescas y duraderas a los problemas que aquejan a nuestra sociedad. Lo digo de nuevo, de manera enfática, con el deseo de que el eco de estas palabras retumben en los rincones de todos los poblados de este país: Vasco de Quiroga es una figura para nuestro tiempo, que ofrece soluciones profundas, frescas y duraderas a los problemas que aquejan a nuestra sociedad. Hace 477 años, (28-IX-1534), se expidió la Cedula Real - que acabamos de escuchar -, en donde se otorgó a Pátzcuaro el título de 1 ciudad. Hoy, en el aniversario de esta ciudad, me uno a la alegría de todos los que la habitan y la engrandecen, día a día, con su trabajo y buen trato. Los considerandos para erigir a Pátzcuaro como ciudad, son explicitados en la Real Cédula cuando dice: “Por cuanto somos informados, que (…) es tierra muy fértil y abundosa de mantenimientos, e otras cosas, e que no tienen otra falta sino de 1 policía …” La frase es clara y precisa: “no tienen otra falta sino de policía”. Ciertamente no se está hablando de un Cuerpo encargado de velar por el mantenimiento del orden público y la seguridad de los ciudadanos, a las órdenes de las autoridades políticas. “Policía” es una palabra con una historia de más de veinte siglos. Desde su raíz grecolatina se ha explicado su etimología con relación a: polis = ciudad, estado; politeia = régimen político, asuntos cívicos, ciudadanía; y politiké = arte de gobernar. De este modo, la antigua politeia griega se latinizó como politia y de ella nació́ el término policía. Es decir, desde su origen, el termino policía ha tenido una profunda relación con los asuntos públicos pero sobre todo con el bien común de una sociedad Cuando el licenciado Vasco de Quiroga, como Oidor de la Segunda Audiencia, arriba a la Ciudad de México-Tenochtitlan el 9 de enero de 1531 encuentra un panorama desolador. Puede contemplar una ciudad magnífica, extraña para los usos europeos, llena de una intensa actividad de destrucción y construcción, con muchos conflictos humanos que tienen su raíz, muchas veces, en problemas de jurisdicción y en los diversos conceptos sobre conquista, organización social y derechos de los naturales. Tres meses después de su arribo a la Nueva España, con fecha 30 de marzo de 1531, los oidores escriben una carta a la Emperatriz dando 1 Cedula Real del Emperador Carlos I de España (28-IX-1554) en donde se otorgó a Pátzcuaro el título de ciudad 2 cuenta detallada de su trabajo que es abundante e intenso: «Con las visitas y ejecución de las provisiones ha habido y hay tanto que hacer, que sobre las horas de la mañana empleamos la tarde y 2 gran parte de la noche...» No pueden ocultar las dificultades y escriben casi telegráficamente: «La gobernación de esta tierra es muy difícil: la gente, amiga de diferencias; puede haber 3 alzamientos.» Los paisajes humanos del Nuevo Mundo son inquietantes. Vasco y los otros oidores miran con perplejidad la suerte de los naturales. Constatan que vagan por las calles entregándose a los vicios. Son consientes de la urgencia de lograr que puedan vivir civilizadamente. Por eso afirman en la citada carta: «Uno de los principales intentos que tenemos para la perpetuidad de todo, es enseñarles a vivir 4 políticamente.» Conocemos bastante de las inquietudes iniciales de Vasco de Quiroga gracias a una Carta que envía, con fecha 14 de agosto de 1531, casi ocho meses después de llegar, escrita a título personal y no 5 como miembro de la Audiencia. La dirige al Consejo de Indias en donde refiere la complejidad de los problemas que enfrenta, así como la imperiosa necesidad de dar una pronta solución. En esa carta muestra su preocupación por la falta de un mínimo de organización social, diciendo que no se pueden imaginar en Castilla el caos imperante y las dificultades que enfrenta para poner orden: «y no se podría allá creer la multitud destos yndios naturales, y asy su manera de bivir es un caos y confusyón, que no ay quien 2 Carta de los oidores Salmerón, Maldonado, Ceynos y Quiroga a la Emperatriz, 30 de marzo de 1531, en J. G. Icazbalceta, Don Fray Juan de Zumárraga, Ob.cit., Doc. 16, pp. 283-299. No podemos dejar de notar que el nombre de Vasco aparece siempre al final, quizá sea el redactor principal del texto y por humildad se ubica en ese orden. 3 4 Ibídem. Ibídem. 5 Carta al Consejo del licenciado Quiroga oidor de aquella Audiencia sobre la venida del obispo de Santo Domingo a presidente de la misma Audiencia y sobre otras cosas que habla en su carta a aquel tribunal de 14 de agosto, en Aguayo Spencer, o.c. pp. 73 y ss. La carta va dirigida al Señor Conde d’Osorno Presidente de los Consejos Reales de Indias y Órdenes. En esa carta dice que ha escrito antes dos o tres cartas que no se conocen. 3 entienda sus cosas ni maneras, ni pueden ser puestos en orden ni 6 policía (…).» Vasco usará repetidamente el concepto de “vivir en policía” referido a la vida social con un orden, pero prefiere hacer uso del concepto de “mixta policía”, para referir la organización integral de la polis, de la sociedad, tanto en lo espiritual como en lo temporal. Es fácil imaginar que ante las dificultades para poner orden y concierto, Vasco de Quiroga, dedique mucho tiempo a la reflexión. Con su bagaje humanista y su pasión por el derecho analiza los problemas y delinea soluciones profundas, frescas y duraderas. Hoy, 480 años después del panorama desolador que encontró Vasco de Quiroga al llegar a este territorio, percibimos todos que, en nuestro México, hay una problemática de gran calado que nos inquieta a todos. Permítanme un paréntesis incidental que ilustra la situación del mundo de hoy. En días pasados, en Alemania, Benedicto XVI afirmaba con clarividencia: “Por lo que se ve, el mundo en que vivimos, no obstante los progresos técnicos nunca llega en definitiva a ser mejor. Sigue habiendo guerras, terror, hambre y enfermedades, pobreza extrema y represión sin piedad. E incluso aquellos que en la historia se han creído "portadores de luz", pero sin haber sido iluminados por Cristo, única luz verdadera, no han creado ciertamente paraíso terrenal alguno, sino que, por el contrario, han instaurado dictaduras y sistemas totalitarios, en los que se ha sofocado hasta la más pequeña chispa de humanidad. Llegados a este punto, no debemos silenciar el hecho de que el mal existe. Lo vemos en tantos lugares del mundo; pero lo vemos 7 también, y esto nos asusta, en nuestra vida.” 6 Ibídem. 7 Discurso pronunciado por el Papa Benedicto XVI, el 24 de septiembre de 2011 con ocasión de la Vigilia de oración con los jóvenes en la plaza exterior de la Feria de Friburgo. 4 En foros públicos y privados, al clima de tensión que se respira en el país, se unen expresiones que se preguntan de un modo u otro qué hacer. Puede parecer extraño en el lenguaje académico que diga lo siguiente: parafraseando al personaje -ya un clásico-, de Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, -quien me honra con su amistad-, podemos decir todos y cada uno: “¡Oh! Y ahora, ¿Quién podrá ayudarme?” Estoy convencido de que Vasco de Quiroga ofreció y aún ofrece, porque es una figura para nuestro tiempo, sugerencias prácticas que vale la pena no solo pensar sino implementar en nuestra sociedad. El contacto con la realidad del pueblo recién conquistado, las muchas horas de entrevistas y actuaciones judiciales van dejando una profunda huella en Vasco. Bien puede decirse que le agobia la problemática encontrada, pero sobre todo, busca la raíz de los graves conflictos. No sólo es una preocupación de tipo sociológico sino que aflora el humanismo en el que está imbuido, por lo que desea, con todas sus fuerzas, encontrar una solución viable que pueda ser 8 estable. Sin pretender ser exhaustivo, apunto algunos conceptos que movieron la actuación de Vasco de Quiroga que bien pueden ser de utilidad a la hora de buscar soluciones a la problemática que enfrentamos hoy en día en México. Me referiré, brevemente a los siguientes conceptos fundamentales que aparecen en su pensamiento y actuación: su conceptos de hombre, familia y trabajo. 8 Mauricio Beuchot califica los postulados filosóficos de Vasco como “filosofía de la liberación” cuando dice que “la expresión de su pensamiento se inicia con una lucha liberadora de la esclavitud de los indios”. (BEAUCHOT, Mauricio, Historia de la filosofía en el México Colonial, Herder, 1996, p. 81). Nos parece que estamos ante un hombre que, tanto en su actuación como en su línea de argumentación, buscó algo más que una mera “liberación de la esclavitud del indio”. Es verdad que el pensamiento de Vasco lo conocemos fundamentalmente por un texto de “reacción” escrito en 1535, conocido como la Información en Derecho, que busca revertir la Provisión de 1534 que autoriza de nuevo la esclavitud en tierras de América. Pero la postura de Vasco es mucho más que una “filosofía de la liberación”; hay una filosofía del derecho inspirada sobre todo en Juan de Gerson y Antonino de Florencia. Además, Vasco, a diferencia de los académicos, pone en acción esa concepción del derecho buscando poner remedio a los graves problemas que se le presentan cada día en el ejercicio de su trabajo profesional. 5 En primer lugar, vale la pena resaltar la concepción antropológica que mantenía Vasco de Quiroga, quien como hombre justo sabe detectar un buen número de aspectos positivos de los indígenas: «los indios que desde muchachos se crían y doctrinan con gran diligencia (…) porque naturalmente tienen y nata la humyldad, obediencia y pobreza y menosprecio del mundo, (…) y en fin sean 9 como tabla rasa y cera muy blanda.» Es una constante en Vasco el descubrir los aspectos positivos de las personas. Así se expresa: «muchos dellos demás de saber lo que a muchos cristianos conviene, saben leer y escribir en su lengua y en la nuestra y en latín y cantan canto llano y de órgano, saben apuntar libros de 10 ello, harto bien.» Apunta así una idea que irá madurando y que será clave en las soluciones prácticas que implementa, consistente en confiar plenamente en la capacidad de cada hombre de desarrollar sus cualidades. Muchos de sus contemporáneos prefirieron ver supuestas deficiencias en esas personas e incluso cuestionaron su racionalidad. El licenciado Quiroga, como humanista, conoce al hombre, distingue lo esencial de lo accidental, y entiende desde el principio que si a los indios les respetan sus derechos innatos, se les da confianza y constatan que son queridos y apreciados, entonces, sólo entonces, cada uno de ellos será capaz de hacer cosas grandes. La actuación fructíferamente grandiosa de este hombre visionario es la suma de la actuación de muchos en los que confió y a los que les exigió una responsabilidad personal. Salta a la vista la defensa que hace Vasco de Quiroga del derecho que tienen los naturales a constituir una familia, el derecho a la salud, a la educación, al trabajo, e incluso a ser enterrados de manera digna. Derechos que no concede ninguna autoridad civil, sino que son innatos a la persona. Hoy en día esto nos puede parecer moneda corriente, pero entonces no era así. El licenciado Quiroga es un precursor del derecho subjetivo del individuo. El indio no es algo, 9 Carta al Consejo del licenciado Quiroga oidor de aquella Audiencia sobre la venida del obispo de Santo Domingo a presidente de la misma Audiencia y sobre otras cosas que habla en su carta a aquel tribunal de 14 de agosto, en Aguayo Spencer, o.c. pp. 73 y ss. 10 Ibídem. 6 sino alguien, que tiene libertad. Llama la atención que cuando a Vasco le hacen el Juicio de Residencia diga que los indios 11 descubrieron de su libre e agradable voluntad, sus derechos. Esto es lo que procuró hacer siempre Vasco, quien como buen pedagogo, llevó a los indios, como de la mano, a que descubrieran primero sus derechos para exigirlos y luego sus cualidades para desarrollarlas. Lo hizo no con teorías, sino con soluciones prácticas, de ahí su queja por la actuación de muchos españoles, incluidos los frailes, que 12 ponen malo y tardío el remedio. Bien haríamos todos si procuramos no caer en poner malo y tardío el remedio y, en cambio, siguiendo el ejemplo de Vasco de Quiroga, sabemos apreciar los múltiples aspectos positivos que tienen todos los hombres y nos disponemos, como él, a defender sus derechos inalienables. Fue precisamente el respeto a la persona y a su dignidad lo que le ganó su título de Tata, pues muchos comprobaron que eran 13 queridos con “amor visceral” en frase del obispo Zumárraga. Un segundo aspecto que vale la pena resaltar es su profundo convencimiento de que el hombre debe estar sostenido sobre tres pilares fundamentales: Dios, la familia y el trabajo. El mismo Vasco rememora, en su Testamento, aquellos sus primeros años en la Nueva España, ofreciendo algunos rasgos de su vida, que reflejan que su profesión no era un ejercicio meramente burocrático sino que lo llevaba a cabo con una sincera preocupación por el otro: «Siendo oidor por su Majestad (…) en la Chancillería Real que reside en la Ciudad de México, y muchos años antes de tener orden eclesiástica alguna ni renta de Iglesia, movido de devoción y compasión de la miseria e incomodidades grandes y pocas veces vistas ni oídas que padescen los indios, pobres, huérfanos e 11 Juicio de Residencia en ICAZBALCETA, Joaquín, Colección de documentos para la historia de México, ob.cit., t. 4, doc. 30, pp. 89 ss. y pp. 190-197. 12 Citado por MARTÍN HERNÁNDEZ, Francisco, Don Vasco de Quiroga, Protector de Indios, op. cit., p. 117. 13 Carta al Consejo de Indias, México, 8 de febrero de 1537, en ICAZBALCETA, Joaquín, Don Fray Juan de Zumárraga, ob.cit. t. 4, doc. 12, p. 143. 7 miserables personas, naturales de estas partes, donde por ello muchos de ellos de edad adulta se vendían a sí mesmos e permitían ser vendidos, e los menores y huérfanos eran y son hurtados de los mayores y vendidos, y otros andan desnudos por los tianguises, aguardando a comer lo que los puercos dexan, y esto demás de su derramamiento grande y falta de doctrina cristiana e moral exterior y buena policía, fundé y doté a mi costa e mis propios salarios, con el favor de Dios Nuestro Señor y de Su majestad el emperador y Rey Don Carlos, nuestro señor, dos hospitales de 14 indios que intitulé de Santa Fe.» Todos conocemos bien los detalles de la constitución y desarrollo de 15 estos pueblos-hospital gracias a su segundo biógrafo y las precisas 16 Reglas y Ordenanzas que dejó establecidas. La concepción de Vasco al fundar esas peculiares poblaciones es conseguir que los naturales aprendan a vivir en concierto y buena policía. Este concepto de policía, que es piedra angular en el remedio que propone Quiroga para tantos males que ha ocasionado la conquista, puede ser útil para el México de hoy. En 1535 escribía: «la cura y remedio bastante, y bien común y general de todo y para todo, a mi ver podría ser, y será muy fácil, juntándolos a ellos a su 17 parte en orden de una muy buena policía mixta.» Concibe una población con policía mixta, es decir, una organización de la polis, que sea regida tanto en lo temporal como en lo espiritual y en donde se respeten los usos y costumbres de los naturales. Vasco es un convencido de que es posible la convivencia entre los naturales, sin distingos de raza o regiones. Cuestión importante en 14 Reproducido por AGUAYO SPENCER, Rafael, Don Vasco de Quiroga. Pensamiento jurídico. Antología. Edición, liminar y notas de José Luis Soberanes F. Publicado por Miguel A. Porrúa, LibreroEditor, México, 1986, 264 pp. 15 MORENO, Juan Joseph, Fragmentos de la Vida y Virtudes del V. Illmo. Y Rmo. Sr. Dr. Don Vasco de Quiroga Primer Obispo de la Santa Iglesia Catedral de Michoacán y Fundador del Real y Primitivo Colegio de S. Nicolás Obispo de Valladolid, Impreso en México en la Imprenta del Real y más antiguo Colegio de San Ildefonso, año de 1766. 16 Reglas y Ordenanzas para el gobierno de los hospitales de Santa Fe en México y Michoacán. Dispuestas por su fundador el Rmo. y Venerable señor Don Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán, México, Talleres Gráfico de la Nación. 1940, XVIII, n. 2. 17 Información en derecho, n. 186. 8 un territorio que ha vivido siempre en guerra de unos con otros. Luego intentará, precisamente aquí, en Pátzcuaro, la convivencia entre indios y españoles. Lograr la convivencia en concierto y buena policía entre los indios es un planteamiento optimista que manifiesta la confianza de Vasco en el hombre y que rompe los esquemas iniciales de muchos españoles y aún de la Corona. Es posible este tipo de sociedad, asegura Vasco, porque en cada indio hay aspectos muy valiosos, entre los que destacan sus buenas 18 disposiciones y el deseo de mejorar. Vasco deja dicho en las Ordenanzas, dirigiéndose a los naturales, que lo que desea con este pueblo-hospital es quitarles lo malo dejándoles lo bueno de vuestras costumbres, manera y condición, no vayan a dar en despeñaderos de almas y cuerpos, como en 19 algunas partes van y se suele hacer. El fin de este Hospital y Colegio de Santa Fe y de su Fundador, dicen las Ordenanzas, es que sea un lugar donde, viviendo en concierto y buena policía, no tengáis necesidad, viváis con seguridad y fuera del peligro e infamia de que estáis tan infamados; sin ociosidad; sin codicia desordenada, y sin malas 20 ignorancias, por lo que hay que ponerse fuera del peligro de las tres fieras bestias que todo en este mundo lo destruyen y corrompen que son soberbia, codicia y ambición, de las que os 21 habéis y deseamos mucho guardar y apartar. El término “hospital” está vinculado a la acepción latina hostes, que significaba huésped que explica ampliamente el sentido que quiere Vasco para ese pueblo. Debe ser un lugar que ofrezca hospedaje o alojamiento, para todos los indios que andan vagando o escondidos en las montañas a causa del mal trato que les dan los encomenderos. El hospedaje incluye también la categoría de hospital pero es, sobre todo, un lugar privilegiado para enseñar a vivir en familia. Los edificios que construye con ayuda de los indios reciben el 18 Ibídem. Dice: “la cera y la materia está tan blanda y tan dispuesta, que ninguna resistencia de su parte tiene.” 19 20 21 AGUAYO SPENCER, Rafael, Reglas y Ordenanzas, op. cit., p. 226. Idem. Idem. 9 significativo nombre de familias. Es un pueblo peculiar, porque ahí se enseña a vivir en una verdadera familia en donde aprenden a convivir de manera pacífica, con una preocupación práctica y efectiva de unos por otros, de modo especial, el cuidado debido a los 22 enfermos que es, dice, “el principal entre los trabajos del pueblo”. Establece, además, un Brephotrophio, como lo llama su segundo biógrafo, para referirse a la casa de cuna, lugar donde se recoge a los 23 niños, se les cría por amas que busca Don Vasco. La solución es oportuna teniendo en cuenta que amanecían ahogados muchos niños indios en las acequias, quizá por la desesperación de las madres que no querían tenerlos o educarlos. El mismo Vasco hace que entre los indios se correa la voz y digan: «la madre que no quisiera criar sus hijos, los llevase a aquel hospital donde se criaban con gran cuidado y regalo, dándoles leche, de comer y de 24 vestir todo el tiempo que era necesario.» En esos pueblos, al decir de Juan José Moreno, su segundo biógrafo, «Hacían a la verdad un género de vida que imitaban las costumbres de los primeros cristianos: vivían de bienes comunes, que eran aquellas tierras (…) y que cultivaban ellos mismos con aquel orden que suele haber en una familia bien regulada.»25 No hay tiempo para revisar a detalle la vida diaria y ejemplar que fomenta en esos pueblos. Sin embargo, resalto algunos aspectos que todos deberíamos copiar de algún modo si queremos, como queremos, tener una mejor sociedad. En los pueblos de Vasco -y cada población de este país podría alcanzar el “estilo Vasco de Quiroga”-, se respira el aire de una gran familia que está dispuesta al servicio de los demás y al cuidado de los más necesitados. Ahí se fomenta el respeto en el trato mutuo y se cuida que no se desprecie a nadie y en especial a los que tienen capacidades diferentes. Ahí tienen mucha importancia las reuniones de familia, en especial en los días de fiesta. En el pueblo-hospital 22 23 Ibídem. MORENO, Juan Joseph, Fragmentos, ob. cit. cap. IV, p. 17. 24 GRIJALVA, Juan de, Crónica de la orden de N.P.S. Agustín en las Provincias de la Nueva España, México, Porrúa, 1985, 1ª Parte, cap. 9, p. 44. La primera edición fue editada en México en 1624. 25 MORENO, Juan Joseph, Fragmentos, o.c. p. 22. 10 aprenden todo. A trabajar, a convivir, a ejercitar las virtudes, a vivir la generosidad. Se les enseña a comer y a vestir. El cuidado de las cosas materiales es una preocupación que deben tener todos. El trabajo es entendido por Vasco como el medio para el desarrollo personal. No permite la ociosidad y todos deben trabajar. Ahí se enseña a trabajar, incluso a los niños. Cada uno de los moradores debe aprender algunos oficios y debe ejercitar los trabajos agrícolas. Muchas de las indicaciones van en la línea de hacer con perfección el trabajo y de que no pierdan de vista que todo es en beneficio de los habitantes del pueblo, pues ahí nadie puede padecer una necesidad. Vasco es realista y sabe que en la convivencia diaria pueden darse dificultades en el trato mutuo, por lo que determina la manera en que deben resolverse los posibles conflictos. Si hoy recordamos la figura insigne de Vasco de Quiroga, es por el ejemplo de su vida y los frutos duraderos de su actuación. Al evocar aquí, en esta noble ciudad, a Vasco de Quiroga, sueño con que Pátzcuaro se constituya como un arquetipo, es decir, como modelo original y primario de lo que debe ser una población con mixta policía. Sueño que en esta hora difícil para la convivencia social en nuestro país, Pátzcuaro sea como ciudad insignia, el modelo o paradigma que deberían adoptar todas las poblaciones del país. Sueño con que Pátzcuaro sea ejemplo de respeto de la dignidad de cada persona. Sueño con que Pátzcuaro sea ejemplo de familias bien constituidas y muy unidas. Sueño con que Pátzcuaro sea ejemplo de personas que hacen su trabajo con perfección humana. Por eso, no está de más decir, una vez más, que tenemos a nuestro alcance una figura para nuestro tiempo, que ofrece soluciones profundas, frescas y duraderas a los problemas que aquejan a nuestra sociedad, que se llama, por siempre, Vasco de Quiroga, para quien pido, como señal de compromiso de seguir su ejemplo, pero sobre todo, por gratitud, un fuerte aplauso. Muchas gracias. 11