James Stirling

Los trabajos incluidos en este dossier tienen como objetivo cartografiar los procesos de internacionalización de la cultura arquitectónica a través de los medios de comunicación, asumiendo como marco temporal tentativo el periodo sucesivo al segundo conflicto bélico mundial y extendiéndose hasta 1980, con un especial interés en las relaciones e intercambios doblemente constitutivos que se produjeron entre los principales ámbitos de debate disciplinar internacional con aquellos locales o regionales en América Latina. 
Este dossier se propone dilucidar cómo a través de determinadas publicaciones en la prensa periódica y especializada, en exposiciones y congresos, incluyendo también a los medios audiovisuales, se difundieron determinadas ideas sobre la arquitectura y la ciudad. Cabe preguntarse de qué manera una serie de proyectos y obras, tanto arquitectónicas como urbanas, así como prácticas y teorías vinculadas a un marco específico se presentaron en el contexto internacional a través de canales mediáticos estatales, profesionales y educativos -institucionalizados o no- en un período de radical reconstrucción cultural y de redefinición disciplinar. Al mismo tiempo interrogarse ¿cómo este conjunto de ideas y proyectos fueron leídos desde estamentos “foráneos”? Es decir, ¿cómo interactuaron entre sí las visiones producidas “desde adentro” con aquellas que se produjeron “desde afuera”?
Abordar este tema supone precisar la doble complejidad a la que nos enfrentamos. En primer lugar, el estudio de los medios de comunicación y su papel en la configuración y circulación de las principales ideas, figuras y obras de la arquitectura moderna a escala internacional supone una reconsideración de su valor en tanto fuentes histórico-documentales. Considerarlas como objetos de estudio implica no solo pensarlas como medios de difusión, sino abordarlas en el marco de las estratégicas redes que construyeron y, mediante una poderosa articulación entre la palabra y la imagen, lograron situar temas, obras y autores en el debate internacional reconfigurando el campo disciplinar. Revistas especializadas, sellos editoriales y eventos expositivos, como también recursos audiovisuales, resultan objetos de análisis esenciales para interpelar los relatos construidos sobre la experiencia de la arquitectura moderna a lo largo del siglo XX y para restituir la globalidad inherente al fenómeno de la modernidad.
En  segundo  lugar,  una  construcción  de  sentido  que  enfatice  la  circulación  de  ideas  entre  diferentes  ámbitos de construcción del conocimiento supone cuestionar las clásicas interpretaciones de influencia, dependencia e imposición de los países o culturas consideradas centrales hacia aquellas concebidas como periféricas. Se trata de perspectivas aún vigentes en la actualidad, que asumen a priori la existencia de un flujo unidireccional que se origina en centros culturalmente dominantes y se desplaza hacia las periferias, reducidas a su condición de receptores pasivos. Son interpretaciones que insisten en relatos evolutivos acerca de un origen centroeuropeo y un desarrollo norteamericano de la arquitectura moderna del siglo XX, y su transferencia hacia otras regiones, que copian o imitan -en muchos casos de manera degradada- una supuesta arquitectura moderna original.

En los últimos años, la nueva arquitectura se utiliza como representación del cambio. Los medios de comunicación se ocupan de su difusión más allá de las revistas especializadas de arquitectura; algunos arquitectos se convierten en personajes públicos y las ciudades son su principal cliente.

A la vuelta del milenio, cuya celebración Londres ha reivindicado como propia, la imagen histórica y portuaria sobre el río Támesis se ha visto ampliada con nuevos lugares de estancia ciudadana, en los que la nueva arquitectura ha encontrado su lugar sin establecer la ya caduca antinomia entre la arquitectura histórica o la arquitectura moderna. Se está procediendo a la vez a regenerar los lugares de la marginalidad utilizando esa popularidad adquirida por la arquitectura. La cúpula de Greenwich, el nuevo Ayuntamiento o la nueva sede de la Tate son ejemplos de lo primero, mientras la biblioteca de Peckham es una arquitectura de regeneración de un barrio londinense.