Jefatura Del Estado

Análisis jurídico-político de la Jefatura del Estado desde una perspectiva centrada no tanto en su naturaleza monárquica sino en la dimensión institucional y funcional del órgano constitucional que desempeña la suprema magistratura del Estado, esto es, en los elementos comunes a las  formas monárquica y republicana de la Jefatura del Estado, frente al enfoque habitual entre la doctrina que tiende a estudiar directamente el Rey y la Corona. Así, desde el concepto doctrinal de símbolo político y las aportaciones dogmáticas sobre la representación simbólica y las teorías de la integración política, se estudian los antecedentes históricos inmediatos, los trabajos parlamentarios de los debates constituyentes, las distintas significaciones simbólicas de la actual configuración constitucional de la Jefatura del Estado en el actual texto constitucional con especial atención a la representación de las distintas dimensiones (orgánica o funcional, territorial, exterior, etc.) de la unidad del Estado y, finalmente, se realiza una propuesta reinterpretativa de todas las potestades y competencias de la Jefatura del Estado desde la naturaleza esencialmente simbólica de la institución.
El resultado de la investigación que se publica es que las funciones del Jefe del Estado pueden reconducirse a una única función superior de integración política que se hace operativa mediante tres grandes grupos de subfunciones o funciones de rango inferior, la función simbólica, la función declarativa o de representación jurídica  y la función arbitral y moderadora. Salvo en el caso de los actos simbólicos puros, las tres categorías se superpondrían entre sí de manera que la mayoría de los actos regios tendrían una triple naturaleza funcional y las dimensiones simbólicas, representativas, arbitrales y moderadoras de la actuación regia estarían presentes transversalmente y en diferente medida en las intervenciones del Jefe del Estado; no obstante, la dimensión simbólica del Jefe del Estado sería conceptualmente previa a las otras dos funciones dado que el Rey representa al Estado y arbitra y modera el funcionamiento regular de sus instituciones porque es el símbolo de su unidad y permanencia. En conclusión, la integración política deviene, pues, la función superior de la Jefatura del Estado que no está presente como tal en el texto constitucional pero que permite una lectura sistemática coherente del conjunto de las funciones del Jefe del Estado y constituye a su vez la justificación funcional de la existencia de la institución.

El 31 de julio el Pleno del Tribunal Constitucional ha publicado la sentencia desestimatoria del recurso de amparo interpuesto por dos ciudadanos que en 2007 quemaron una foto de los Reyes tras una manifestación independentista y por ello fueron condenados por la Audiencia Nacional a una multa de 2700 euros por un delito de injurias a la Corona. El Tribunal Constitucional ha considerado que dicha condena no vulnera ni la libertad de expresión ni la libertad ideológica de los recurrentes. Tanto la resolución como los votos particulares discrepantes de 4 magistrados plantean varias cuestiones jurídico-constitucionales de calado y del máximo interés.

Desde el análisis de las relaciones entre el Rey y las Cortes y la exclusión del Rey del poder constituyente al proclamarse la soberanía nacional, el trabajo estudia la separación de poderes en la Constitución de 1812 que presenta, sin embargo, perfiles propios que relativizan su rigidez, como las restricciones a los poderes del Rey  que exigen la intervención de las Cortes, la subordinación del monarca a las Cortes en el ejercicio de la función de gobierno o dirección política, la reserva de materias a los Decretos de Cortes con exclusión de la participación del Rey y la atribución de la representación de la Nación exclusivamente a las Cortes. La nueva monarquía de Cádiz no fue una monarquía limitada ni una incipiente monarquía parlamentaria pero tampoco sería exacto hablar de una monarquía con separación de poderes sin afirmar la preponderancia de las Cortes en el ejercicio compartido de la función ejecutiva y de gobierno.

From the analysis of the relationship between the King and the Parliament and the exclusion of the King of the constituent power by proclaiming national sovereignty, the paper looks at the separation of powers in the Constitution of 1812 that shows, however, its own features making relative its rigidity, such as restrictions on the King powers requiring the intervention of the Parliament, the subordination of the monarch to the Parliament in the exercise of the function of government  or political leadership, the reserve of matters to the Parliament decrees with exclusion from participation of the King and the attribution of the representation of the nation exclusively to  Parliament. The new monarchy of Cádiz was not a limited monarchy or an incipient parliamentary monarchy but neither it would be not accurate to speak of a monarchy with separation of powers without asseverating the preponderance of the Parliament in joint exercise of the executive and government function.

Desde el análisis de las relaciones entre el Rey y las Cortes y la exclusión del Rey del poder constituyente al proclamarse la soberanía nacional, el trabajo estudia la separación de poderes en la Constitución de 1812 que presenta, sin embargo, perfiles propios que relativizan su rigidez, como las restricciones a los poderes del Rey que exigen la intervención de las Cortes, la subordinación del monarca a las Cortes en el ejercicio de la función de gobierno o dirección política, la reserva de materias a los Decretos de Cortes con exclusión de la participación del Rey y la atribución de la representación de la Nación exclusivamente a las Cortes. La nueva monarquía de Cádiz no fue una monarquía limitada ni una incipiente monarquía parlamentaria pero tampoco sería exacto hablar de una monarquía con separación de poderes sin afirmar la preponderancia de las Cortes en el ejercicio compartido de la función ejecutiva y de gobierno. From the analysis of the relationship between the King and the Parliament and the exclusion of the King of the constituent power by proclaiming national sovereignty, the paper looks at the separation of powers in the Constitution of 1812 that shows, however, its own features making relative its rigidity, such as restrictions on the King powers requiring the intervention of the Parliament, the subordination of the monarch to the Parliament in the exercise of the function of government or political leadership, the reserve of matters to the Parliament decrees with exclusion from participation of the King and the attribution of the representation of the nation exclusively to Parliament. The new monarchy of Cádiz was not a limited monarchy or an incipient parliamentary monarchy but neither it would be not accurate to speak of a monarchy with separation of powers without asseverating the preponderance of the Parliament in joint exercise of the executive and government function.