Siglos XVI-XX

Mapas, planos, croquis y dibujos son documentos de una información esencial que define, en términos espaciales, realidades próximas y lejanas, tanto de nuestro tiempo como de épocas más remotas. Sus formatos e iconografía característicos determinan que sean catalogados de forma similar y archivados como conjuntos, más o menos homogéneos, en las colecciones de mapas y planos de Archivos, Bibliotecas y centros de documentación.
Varios centenares de dibujos, mapas y planos de diversa temática y técnica compositiva ‒la mayoría de ellos desconocidos o inéditos‒, se custodian en los depósitos documentales del Archivo español de la Casa Ducal de Medinaceli, uno de los de carácter nobiliario más importantes de Europa. Todo ese material conforma una extraordinaria colección iconográfica. Traemos aquí una muestra representativa de estos documentos, que ha sido objeto de estudio y catalogación por nuestra parte.
El Archivo Ducal de Medinaceli, en realidad, es un auténtico “Archivo de archivos” pues se trata de la suma de los fondos documentales de las muchas familias nobles, de dispar origen y procedencia, que entroncaron a lo largo de los siglos. Dentro de ese impresionante acervo documental se encuentra esta rica colección de carácter “especial”, en consideración de algunos, formada por un interesante número de mapas y planos, tanto territoriales como monumentales, de distinta procedencia y cronología. Se trata, ciertamente, de un material de una singularidad extraordinaria por la amplia extensión territorial que abarca, su variada tipología, la belleza de muchos ejemplares y la historia que encierran. Aquí nos ocupamos de su origen, sus agentes principales, procedencias, ámbito territorial, cuantificación, cronología, estado de conservación general, temáticas y peculiaridades.
Pero antes de trazar las principales pinceladas de este conjunto de mapas y planos que aquí abordamos, para conocer mejor esta documentación iconográfica del Archivo Ducal, se hace necesario adentrarnos en los linajes que conformaron el auténtico “bosque” genealógico familiar de los Medinaceli, dando a conocer primero sus orígenes y las principales casas nobiliarias que se le fueron agregando a lo largo de los siglos. De resultas de ello, veremos los tipos de Archivos que conformaron ese impresionante arsenal documental, nutrido de más de un millar de señoríos que se encuadraban en numerosos estados, vinculados a sus respectivas casas nobiliarias. Una compleja red de archivos que se fueron concentrando a partir del siglo XVIII para conformar lo que hoy es el gran Archivo Ducal, en las dos sedes que actualmente tiene.

Esta obra presenta una colección de Mapas y Planos que aquí les presentamos es la mejor muestra de la representación iconográfica del territorio y monumental, tanto urbano como rural, del inmenso patrimonio señorial que tuvo la Casa Ducal de Medinaceli a lo largo de sus muchos siglos de existencia.
El libro tiene dos partes diferenciadas: una inicial de estudios parciales, seguida del catálogo pormenorizado de los mapas, planos y croquis de mayor interés. Por un lado, la serie de estudios parciales se inicia con una presentación de la colección Medinaceli, a cargo del profesor Antonio Sánchez, de la Universidad de Huelva, como gran conocedor del Archivo ducal por los años que lo dirigió. A continuación, el profesor de la Universidad de Granada Mario Ruiz Morales aporta un trabajo sobre el plano como instrumento de poder y gobierno, con variados ejemplos de materiales de nuestra propia colección iconográfica. Tres historiadores de Arte, profesores de la Universidad de Sevilla, analizan a continuación la planimetría referida a arquitectura civil de las distintas casas-palacio de los Medinaceli en sus cuantiosos estados señoriales, en estudio de Teodoro Falcón Márquez; de la arquitectura para la defensa, tratando los numerosos castillos, fortalezas y baluartes de dentro y fuera de la península ibérica representados en la colección, a cargo de Fernando Cruz Isidoro; y de la arquitectura religiosa, sobre monasterios, iglesias, sepulcros y colegios vinculados a instituciones eclesiásticas protegidas por los duques de Medinaceli en sus incontables estados y señoríos. Por su parte, cierra el apartado de estudios un capítulo dedicado al parcelario urbano y rural de los muchos estados y señoríos de la Casa Ducal de Medinaceli y sus agregadas, a cargo de Juan Antonio Márquez Domínguez, también profesor de la Universidad de Huelva.
En segundo lugar, la parte más voluminosa ‒como protagonista que es de la obra‒ la compone el Catálogo de aquellos ejemplares más representativos de la colección Medinaceli. Hemos utilizado para su presentación el orden alfabético, por considerarlo mejor para el lector, en lugar de estructurarlo por los antiguos estados señoriales, como también podríamos haber hecho. Se subsana cualquier problema de identificación, o de adscripción de un lugar a su antiguo dominio, por cuanto cada ficha del Catálogo se inicia acompañando al topónimo con su pertenencia al estado señorial o casa nobiliaria correspondiente. Cuando el número de planos de un determinado lugar es abundante, los parcelamos en función de la temática; en caso contrario, van seguidos procurando que lleven cierto orden.
Estas fichas han sido elaboradas por los miembros del equipo de investigación propiamente dicho del proyecto de excelencia financiado por el Estado, a saber: Joaquín Cortés José, técnico del IECA, y los ya aludidos profesores Teodoro Falcón Márquez, Fernando Cruz Isidoro, Andrés Luque Teruel, Mario Ruiz Morales y yo mismo, que me he ocupado además de la coordinación general. La metodología empleada en nuestra investigación supuso que no nos conformáramos con aportar la mera ficha catalográfica de cada pieza documental de la colección, sino que realizáramos el estudio completo de cada uno de los mapas y planos en un estudio integral como manifestación de la sociedad que creó este importante material iconográfico, en general, y de los principales agentes que los llevaron a cabo, en particular.

El trabajo aborda el estudio del proceso fundacional de las cofradías de Jesús Nazareno en la diócesis de Córdoba y la incorporación de elementos barrocos en la estación de penitencia en la mañana del Viernes Santo. Entre ellos destacan las escenificaciones del denominado sermón del Paso que suele iniciarse con pasajes del Antiguo Testamento (Expulsión del paraíso terrenal y sacrificio de Isaac) y continúa con secuencias de la Pasión comprendidas entre el Prendimiento y la subida del Nazareno al Calvario.
Un predicador narra con viveza y dramatismo la Pasión y hace participar las imágenes de Jesús Nazareno, Dolorosa, San Juan, Magdalena y Verónica, simbolizando los característicos «encuentros». Parte esencial del sermón del Paso es el recitado en forma de pregón de la sentencia de Pilato, la del Padre Eterno y la confortación del Ángel.
Las representaciones en el sermón del Paso se utilizan como eficaz recurso catequético para adoctrinar a los fieles en el verdadero sentido de la Redención: liberar al género humano del pecado original.