SIN LÍMITES
Coincidencias
Menos mal que no hacía mucho calor y que la mañana estaba agradable. María dio una vuelta por la alberca revisando que todo estuviera en orden, había muchos turistas canadienses que alquilaban departamentos para pasar en Vallarta las fiestas de fin de año y luego se quedaban a disfrutar del cálido clima del puerto hasta el mes de marzo. Saludó a los condóminos que ya conocía por estar trabajando cuatro años en Icon Vallarta y regresó a su puesto, cerca de las escaleras que daban acceso a la playa.
—Hay muchas toallas en las tumbonas y no veo a nadie en ellas. No se puede apartar lugar, va contra las reglas —se quejó un turista dominicano que había llegado el día anterior.
—Ya me di cuenta, señor, tengo que esperar 15 minutos para que esas personas estén aquí, si no me encargaré de sacar las toallas —respondió María con una sonrisa.
—Muchas gracias, estaré atento, señorita —agregó el turista antes de alejarse con una gran toalla bajo el brazo.
María siguió atenta a lo que pasaba en el área de recreo, observando de cerca los movimientos de cuatro niños que empezaban a correr por el borde de la piscina.
—Forbidden to run near the pool—dijo acercándose a ellos.
—Sorry —respondió uno de los niños y de inmediato se aventaron al agua.
Uno de los principales requisitos para trabajar en ese lugar paradisíaco era que supiera hablar inglés, y ella dominaba perfectamente el idioma debido a que había vivido toda su adolescencia en Estados Unidos.
—Se acabó tu turno —dijo Aztlán, un compañero de trabajo que se había acercado con familiaridad a ella.
—No pensé que fuera tan tarde —respondió mirando su reloj.
—Ya son
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