La crucifixión de los ciegos
5/5
()
Información de este libro electrónico
Relato corto de terror y suspense.
Ideal para leer durante trayectos cortos en el transporte público o entre lecturas de textos más largos.
SINOPSIS:
Grussent, Hannover. 1803
Los mendigos se amontonaban en las calles, y el alcalde de la ciudad recibía innumerables quejas de los vecinos. Hasta que una noche, algo extraño sucedió. Un silbido maligno planeó sobre la ciudad y enloqueció a sus habitantes hasta tal punto, que cometieron una atrocidad involuntaria. Un acto que marcaría la pequeña localidad para siempre.
Lee más de Alexander Copperwhite
Los santos de Lucifer: Santa Tristeza Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesReloj de arena Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa torre de las lamentaciones Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMírame Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesΣφέρα (Esfera) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa isla de Jan Mayen Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con La crucifixión de los ciegos
Libros electrónicos relacionados
La tristeza del zelota Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa morada de los cuervos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Prestamista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGuerra de Dioses Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Colecta: El mal quiere a tus hijos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHuellas imborrables Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa sanguijuela roja Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Maniobra de evasión - Episodio 1: Serie thriller de suspenses y misterios de Katerina Carter, detective privada, en 6 episodios, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesColor de noche Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBrebaje Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAmores Mágicos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl falso profeta Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Todos somos escapistas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEstafados por la voluntad de Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSecuestro. Cuando la muerte acecha: El rescate de Wilson Ramos El secuestro de Simplicio Hernández (Picho) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La guarida del diablo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCómo saber si estoy durmiendo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl dios dormido Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las hermanas de Montmorts Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn mitad del invierno Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Jodidos, pero felices: y otros obscuros casos de chaquetas mentales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUniverso gótico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mala jugada: La mala jugada Calificación: 1 de 5 estrellas1/5El hijo de las sombras Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos gatos pardos de la noche Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Hija de Jacob Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl círculo tatuado Calificación: 5 de 5 estrellas5/5A wevo, padrino Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl retrato de Dorian Gray Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLágrimas de nieve: De humanos y monstruos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Ficción de terror para usted
El hombre del traje negro Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuentos de terror Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Drácula: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La metamorfosis Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Necronomicón Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Idiota Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ánima Sola Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (ilustrado) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las cosas que perdimos en el fuego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5EL GATO NEGRO Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos de Amor de Locura y de Muerte Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Nocturna Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La caja de Stephen King Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Almuerzo en el café Gotham Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los mil y un fantasmas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un lugar soleado para gente sombría Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La reveladora Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Edén - Primera parte Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El color que cayó del espacio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los peligros de fumar en la cama Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La última bruja Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos de horror Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Antología de relatos de terror de H.P.Lovecraft Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Leyendas de la Inquisición Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Creepypastas: historias de terror 2.0 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La cazadora Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa muerte de Lázaro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn las montañas de la locura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los pequeños macabros Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para La crucifixión de los ciegos
1 clasificación0 comentarios
Vista previa del libro
La crucifixión de los ciegos - Alexander Copperwhite
Cuando la oscuridad forma parte de tu vida, y la gente que te rodea te evita con el fin de no adentrarse en ella, llega el momento de apartarte del mundo conocido y crear uno nuevo. Un mundo que únicamente esté hecho para ti... y los tuyos.
*
Las baldosas de la ensuciada plaza, gélidas por el frío intenso, resultaban ser un lugar horrible en el que pasar la noche. Las pocas palomas que se acercaban para comer los restos de migajas olvidadas, junto a los pellejos de piel de los cortes suturados, se convertían en el objetivo perfecto para los parroquianos hambrientos de ese lugar olvidado por los hombres y por Dios. El camuflado hedor de los cuerpos congelados se liberaba con los primeros rayos de sol, que revelaba las heridas de los pobres que sirvieron de banquete para los perros salvajes y que, por un motivo u otro, perecieron durante la noche. Las campanas de una iglesia lejana anunciaban el comienzo de un nuevo día y los afortunados que sobrevivieron a la gélida y dura oscuridad se levantaban escasos de fuerzas y de moral, dedicándose únicamente a deambular como fantasmas famélicos entre la multitud de un mercado cercano.
Borrachos, mendigos, mutilados… desgraciados. Las escaleras del templo romano abandonado servían de asiento para muchos de ellos y el interior en ruinas lo usaban para cobijarse. Hacía ya siglos que nadie frecuentaba esa plaza aparte ellos. Los edificios de piedra y de cemento barato que se levantaron a su alrededor, la convirtieron en un patíbulo de una cárcel improvisada que sólo disponía de un estrecho pasillo hacia el exterior. Los dueños de las casas nunca abrían las ventanas que daban a ese lugar. Cerraban los ojos ante lo evidente y se olvidaban de la caridad cristiana que les habían inculcado con esfuerzo y paciencia sus progenitores, pero que no aprendieron nada de ellos. Muchos llamaban a ese lugar basurero, otros ni siquiera sabían que existía y unos pocos, los más desvergonzados, incluso lo denominaban estercolero humano.
Los veranos y los inviernos pasaban de largo y los años mellaban la carne y la vida de los rezagados que apenas se aventuraban a salir al exterior. Los pocos que se atrevían, recolectaban restos de verdura estropeada, tripas de pescado y limosnas de ciudadanos que buscaban una limpieza rápida, insulsa y despiadada de conciencia. El estado de deterioro que presentaba esa gente era deplorable. Poco a poco la indignación mostró su rostro y el alcalde del pueblo, cabreado y fuera de sí, tomó la decisión de acabar con el asunto de una vez por todas.
«Prometí limpiar la ciudad y eso haré», dictó.
Una tarde encapotada de 1803, en la pequeña ciudad de Grussent, Hannover, ni los cuervos que descansaban sobre los inclinados tejados ni los copos de nieve que luchaban contra el viento para conseguir alcanzar la superficie, se esperaban lo que estaba por llegar. La histeria colectiva, acompañada