Todo por una chica
Por Nick Hornby
3.5/5
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Información de este libro electrónico
Sam está a punto de cumplir los dieciséis años y su pasión es el skate. Vive en el norte de Londres con su madre, una joven divorciada. A pesar de los temores de la adolescencia, a Sam las cosas no le van del todo mal. Ha superado el duro período de la separación de sus padres y los problemas con las odiadas matemáticas. Y ha conocido a Alicia, se han enamorado, y están en los eufóricos días del primer amor y de la primera vez. Pero, a pesar de tanta excitación, el chico no se siente muy optimista. Sucede que en su familia siempre tropezaron con el primer peldaño, y a veces ni siquiera encontraron la escalera. O sea que entre los suyos parece haber un gen que les impide cumplir los sueños de ascender en la escala social. Y Sam se enterará de lo que todo el mundo sabe, que lo que más secretamente tememos siempre sucede. O sea que tendrá que vérselas con una iniciación a la vida muy movida. Y unos cuantos peldaños con los que tropezar... «Nick Hornby es capaz de levantar una de sus fábulas urbanas contemporáneas y de adornarla con la principal virtud de su literatura: el encanto» (Pablo Martínez Zarracina, El Norte de Castilla).
Nick Hornby
Nick Hornby (Maidenhead, 1957), licenciado por la Universidad de Cambridge, ha ejercido de profesor, periodista y guionista. En Anagrama se recuperaron sus tres extraordinarios primeros libros, Fiebre en las gradas: «Memorable» (José Martí Gómez, La Vanguardia); Alta fidelidad: «Con una importancia equiparable a lo que representaron para la juventud de su tiempo El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger, o En el camino, de Jack Kerouac» (Enrique Blanc, Reforma); y Un gran chico: «Una lectura sumamente recomendable; un tipo que escribe de maravilla» (Jorge Casanova, La Voz de Galicia). Luego se ha ido publicando su obra posterior: Cómo ser buenos: «Un clásico de la literatura cómica. El humor y la mordacidad con los que Hornby se enfrenta a la historia no están reñidos con la penetración psicológica y la profundidad» (Ignacio Martínez de Pisón); 31 canciones: «Muy inteligente y ligero en el mejor sentido. Encantador también, ya lo creo» (Francisco Casavella); En picado: «Brillante novela coral de un autor de libros tan brillantes como modernos» (Mercedes Monmany, ABC); Todo por una chica: «Nick Hornby es capaz de levantar una de sus fábulas urbanas contemporáneas y de adornarla con la principal virtud de su literatura: el encanto» (Pablo Martínez Zarracina, El Norte de Castilla); Juliet, desnuda: «Dulce y amarga a la vez, muestra al mejor Hornby» (Amelia Castilla, El País); Funny Girl: «Fina, mordaz e inteligente... Una auténtica delicia» (Fran G. Matute, El Mundo), y Alguien como tú: «Encuentra su fuerza narrativa en la capacidad comunicativa de Hornby, en la calidez y la verdad con que retrata situaciones que todos hemos vivido o podríamos vivir» (Sergi Sánchez, El Periódico).
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Comentarios para Todo por una chica
893 clasificaciones67 comentarios
- Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Loved this book. About a 16-year-old couple who get pregnant and have a baby. Funny and dramatic. First book I've read of Nick Hornby's. Read 3/25/16.
- Calificación: 2 de 5 estrellas2/5A wholly unremarkable (but also inoffensive) book about a teenage boy who ends up a premature father. Gratuitous time travel lowered my enjoyment enormously--it was poorly done and annoying and took up far too much of the book. The mothers were the most interesting characters--their interactions with the kids were the best, most touching moments of the book. Perhaps Hornby should've written an adult book about them rather than a YA book about their kids.
- Calificación: 4 de 5 estrellas4/5I enjoyed this book but I thought it could have been more in depth. For instance the subject of abortion wasn't really discussed which made it stupid when Alicia said 'do you think just your life has been ruined' after she said without much thought 'I'm keeping my baby'. I thought it was a bad idea Sam's mum being so young, even more so when she was discussing him having sex at 15. She ds not try and say it was bad, she just had a blasé attitude and didn't try to explain anything about contraception. Hornby himself must think the pull out method is viable because Sam said something like 'it isn't like we were one of the stupid people that didn't use protection, we did!'. I hated Alicia. I also thought it was unrealistic two 16 year olds living together in the same roon
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5I'm a big fan of Nick Hornby. His recent book, Juliet, Naked was fabulous. Slam, is Hornby's first young adult book and although it was funny and enjoyable, it wasn't as brilliant as some of his other titles. The main plot of this story is about Sam, a 16 year old boy who accidentally gets his girlfriend pregnant. Very realistic portrayal of the panic a teenager goes through when his life 'slams' into a wall
- Calificación: 4 de 5 estrellas4/5I like Nick Hornby, and I think he is actually a great author to write YA fiction, with his colloquial, informal style. This is a story about teen pregnancy, but it was very well done, and not over dramatic (usually the case with YA) or over written in any way. He created a funny, likable, and most important, believable male narrative who I think kids would have no trouble relating to at all.
good read. - Calificación: 3 de 5 estrellas3/5I quite enjoyed this book, but there were parts of it that made it hard for me to push through and read it at my typical pace. The characters were probably all fairly accurate but I found that at times this made them pretty hard to like or feel interested in. An interesting plot, I just didn't really enjoy the way it was executed.
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5This is second Nick Hornby book I have read. It is what they tout as 'young adult' fiction. It is a decent book but not as good as High Fidelity. But yes, I have to say due to his conversational language, I consider Nick Hornby a fast read.
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5I thought this book was OK, but slightly off. I could deal with the fact that he talked to Tony Hawk, because I can kind of see that happening to a teenager. And the plot isn't difficult to follow or anything. But the part where he jumps into the future and jumps back? That threw me off. Especially when things turned out the same way. I would have preferred if he jumped into the future once, but it wasn't actually like that. Like the jump was just a dream or something.
I don't know. I love Nick Hornby's writing style so I didn't mind this book. The majority of it was good, but that last bit just really bothered me. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Nick Hornby just has a way of letting his characters hit bottom without bottoming out. He's like the feel-good writer for my generation. A character is down-and-out, then breaks down his problem into bite-sized nuggets ands gets back up again.
How many metaphors did I mix in there? Get out the kitchenaid!
Anyhow, I thought it was a darling little book. A fifteen year old boy gets his girlfriend pregnant, and Hornby makes the story funny and poignant, but never preachy. - Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Our narrator is the 16 year old son of a divorced mother who had him at a young age herself. Narrator gets first girlfriend pregnant and family drama ensues. Oh, he's keen on skating and skating legend Tony Hawk provides inspiration and guidance. A good read.
- Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Hornby's first YA novel has, like his adult novels, an extremely appealing voice. The narrator himself, 16-year-old Sam, isn't so likable - like many teenagers, he seems to communicate to the other characters mostly in grunts and mumbles. Luckily, his narration is a bit more articulate, as he relates how for once in his life, everything is going just fine - and then SLAM, his girlfriend gets pregnant and decides to keep the baby. Sam's reactions are all-too-realistic (denial, panic, obliviousness, etc etc) - but again, it's that compelling voice that keeps us reading. The only jarring note - the use of Tony Hawk as a plot device. Not only does Sam confide in a poster of TH (that I can almost buy), but TH seems to engage in mystical time manipulation, dropping Sam twice into his own future. Or was that three times? Anyway - slightly amusing but NOT necessary.
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Good YA effort from Nick Hornby. It takes you convincingly inside the mind of a fifteen-year-old boy (well, I assume convincingly ... I've never actually been inside the mind of a fifteen-year-old boy) who seems destined to repeat his parents' poor choices. Add to the mix a touch of time travel courtesy of Tony Hawk (I'm not totally convinced the time travel works for the novel, though). Will appeal to fans of Nick Hornby of all ages, even though it's aimed at teens.
- Calificación: 2 de 5 estrellas2/5I keep wanting to like another Hornby book, but it’s just not happening. As with A Long Way Down, this is not a bad book, but one in which I just can’t believe in the character. In this one sixteen year-old Sam, skateboarding son of a divorced Mom who had Sam when she was only sixteen, impregnates his girlfriend on practically his first go at “it.” Hornby tries to bring some hip-ness to how Sam deals with this and to how he views life, but it felt false, pedantic and moralistic to me. I’d like to hear how others react to this book.
- Calificación: 4 de 5 estrellas4/5If I was 16, I think this would be my favourite book, like, ever. Even if I wasn't all that into skating and stuff. It's real, you know, about sex and growing up and still wanting to be a kid sometimes, and wanting to be an adult other times, except not if it means making tough choices and that.
But I'm 50, and a Hornby fan, and this book really isn't aimed at me, but I still enjoyed it. I tore through it in no time at all, meeting once again that Hornby man - a slightly younger version, to be sure - at once sure of himself and baffled by the world, confident and insecure. Hornby knows us and he delivers Sam in a thoroughly believable way which teenagers and parents of teenagers will recognise immediately.
There's a whole McGuffin about being 'whizzed' (Sam's words, not mine) into the future, which I'm not sure works for me, and there is a little too much reliance on the life and world of Tony Hawk. But, like I say, it's not aimed at me.
I thoroughly enjoyed it and will be pressing it with some urgency on the teenage boys who live in my house, because even if it's not intended as a cautionary tale, it would certainly have put me off any risk of teenage pregnancy. - Calificación: 1 de 5 estrellas1/5So bad that I'm mildly embarrassed to have read it. I used to love Nick Hornby, so I'm taking this awful book as a personal betrayal.
If you need me, I'll be up in my bedroom, talking to a sentient poster of Tony Hawk that magically zips me into the future from time to time. - Calificación: 3 de 5 estrellas3/5This is Nick Hornby's first YA novel, and the result is something a little less edgy than his earlier books (About A Boy, High Fidelity, etc).
Slam's protagonist is a 16 year-old skateboarder who gets a teenage girl pregnant, and as he struggles to deal with the fallout, he's mysteriously transported forward in his life and forced to live out the day in unfamiliar circumstances.
It's an interesting SF/fantasy twist to an otherwise straightforward YA novel. While it's a pleasurable read -- Hornby's a brilliant writer after all -- but the characters in Slam feel a little flat and uninteresting. My sense is that Hornby writes the protagonist a little too realistically (he says "I dunno" a lot), and as a result, he's not all that interesting or endearing.
It's as if Hornby attempted to write to a less sophisticated YA crowd, and in the process sheared away many of the bits that made his prior novels so wildly interesting.
I enjoyed Slam, but likely won't re-read it (I read High Fidelity and About A Boy several times). If you're new to Hornby's writing, consider High Fidelity or About A Boy instead. - Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Set in Britain, Sam idolizes Tony Hawk, and is on his board most of the time he's not in school. His mom introduces him to Alicia, the daughter of someone from her workplace. While the two don't hit it off initially, eventually they become boyfriend and girlfriend, and despite Sam's desire not to be like his mother and become a teen parent, Alicia gets pregnant. Author Nick Hornby captures the fear and isolation of Sam as he copes with the thought of being a teenage father with very few options. Sam's closest confidant is Tony Hawk-- which are Tony's words from his autobiography spoken through the Tony Hawk poster hanging in Sam's bedroom. The book is funny, sad, scary, and poignant, and on the short list for the 2009/2010 Gateway awards in Missouri.
- Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Hornby's narrative voice is smooth as ever in his first young adult effort. The characters are charismatic believable, the story compelling and clever. I highly recommend this novel for both Hornby fans, and for anyone wanting something light and heartwarming to read.
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5This is Nick Hornby's first novel for teenagers. It is written in the "voice" of 18 year old Sam. The novel opens when Sam, who was born when his Mum was 16, in his turn fathers a child at 16. Up till then the most important thing in Sam's life is skateboarding (though Sam would say skating). Hornby manages the boy's style convincingly and amusingly. I felt that, on the whole, everybody in the novel behaves well and I wasn't going to get any nasty surprises. I can't work out what real teenagers will think about the book, and I'm looking forward to finding out.
- Calificación: 2 de 5 estrellas2/5I usually adore Nick Hornby. I did not; however, enjoy this book. In fact, I couldn't bring myself to finish it.
- Calificación: 1 de 5 estrellas1/5He tried something different here with the time travel. It didn't work for me. I love his other books, but this wasn't his best effort.
- Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Really unusual. It has a very British voice, which made it more endearing, somehow. It would have been just a story about a seventeen-year-old boy who gets a girl pregnant, which is so common, but when skateboard idol Tony Hawk zaps him into the future, it became much more interesting. Good blend of humor as well.
- Calificación: 4 de 5 estrellas4/5"What's incredible to me is that you can keep out of trouble pretty much every minute of your life apart from maybe five seconds, and that five seconds can get you into the worst trouble of all, just about." That is the very tough lesson that Sam learns as a young teenager who, along with his girlfriend, is faced with an unwelcome pregnancy. Sam is an easy-going, likeable kid who loves to skate (a.k.a. skateboard)and often has meaningful, life-affirming conversations with his Tony Hawk poster. Author, Nick Hornby, has successfully turned to a YA audience by writing a touching and witty story which both high school boys and girls will truly enjoy.
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Sam gets his girlfriend pregnant (he's 15). His mother gave birth to Sam when she was 16, so he realizes what a life-changing event he is destined for. He wants to do the "right thing". Ultimately both realize that they are responsible for the welfare of the child, but will not have a relationship. Prior to the pregnancy, Sam only thought about skateboarding and his hero, Tony Hawk. A cautionary tale for all teens.
- Calificación: 5 de 5 estrellas5/5I really liked this book told from the point of view of a teenage boy who gets his girlfriend pregnant. It was fascinating to me as a female to hear what seemed to be a fairly realistic account of the male's point of view in this unfortunate situation. The book had enough humor and quirkiness to make it really interesting, yet at the same time seemed to be a realistic treatment of the subject.
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Thoughtful novel about a skater boy who becomes a father. Lots about responsibility and fate, he is a likeable and funny character as he learns to face up to his responsibilities. Realistically drawn but not very exciting!
- Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Although this book was mainly about a teenager and was obviously targeted as a young adult title, I still enjoyed the book and did not feel it was too juvenile for me. I have read all of Hornby's fiction, and this effort was not as captivating as other titles such as How To Be Good and High Fidelity, but it did not disappoint overall. One thing I would have changed would be to have created a skateboarding hero instead of plugging Tony Hawk in -- the hook of real life into fiction was a little too much and cheapened the relationship.
- Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Nicely written, loved the perspective of the teen father, humorous
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5What happens when you have a baby in your teens...
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5I thouught this book was okay, but I didn't like it very much because of the way it was written. I thought it was confusing when it flashed back and forth between the past and the present, and also how he "talked" to Tony Hawk throughout the entire book. However, it did give a realistic teenager's persepective on teenage pregnancy.
Vista previa del libro
Todo por una chica - Jesús Zulaika Goicoechea
Índice
Portada
Agradecimientos
Todo por una chica
Créditos
Para Lowell y Jesse
Gracias a Tony Hawk, Pat Hawk, Francesca Dow,
Tony Lacey, Joanna Prior, Caroline Dawnay
y Amanda Posey
1
Así que las cosas me iban bastante bien. De hecho, yo diría que todo iba saliendo estupendamente desde hacía unos seis meses.
– Por ejemplo: mamá se libró de Steve, la porquería de novio que tenía.
– Por ejemplo: la señora Gillett, mi profesora de arte y diseño, me llevó aparte después de una clase y me preguntó si había pensado hacer arte en la universidad.
– Por ejemplo: había aprendido dos nuevos trucos de skate, después de semanas de hacer el ridículo en público. (Supongo que no todos vosotros hacéis skate, así que debería explicar algo ahora mismo para que no haya malentendidos horribles. Skate = skateboard. Nosotros, normalmente, nunca decimos skateboard, así que ésta será la única vez que utilice esta palabra en toda la historia.¹ Y si aun así seguís pensando que lo que hago es patinar sobre hielo o algo parecido, la estupidez será vuestra, no mía.)
Y además había conocido a Alicia.
Iba a decir que quizás deberíais saber algo sobre mí antes de que me ponga a contar cosas sobre mi madre y sobre Alicia y sobre todo lo demás. Pero cuando veo lo que he escrito hasta ahora pienso que ya sabéis bastante, o por lo menos habréis podido adivinar un montón de cosas. Habréis podido adivinar, de entrada, que mi madre y mi padre no viven juntos; a menos que os figuréis que mi padre es de ese tipo de personas a las que no les importa que su mujer tenga novios. Bueno, pues no lo es. Habréis podido adivinar que patino, y habréis podido adivinar que la asignatura que mejor se me da es arte y diseño, a menos que penséis que puedo ser de ese tipo de chicos a los que todos los profesores siempre están llevando aparte para decirles que vayan a la universidad a estudiar su asignatura. Ya sabéis, y todos peleándose por mi causa: «¡No, Sam! ¡Olvídate de arte! ¡Haz físicas!», «¡Olvídate de físicas! Sería una tragedia para la raza humana que dejaras de estudiar francés!», para acto seguido liarse a puñetazos unos con otros.
Bueno, pues ese tipo de cosas no me pasan a mí, no. Lo juro: nunca he causado una pelea entre mis profesores.
Y no necesitáis ser Sherlock Holmes o quien sea para adivinar que Alicia era la chica que me gustaba. Me alegro de que haya cosas que no sabéis y que no podéis ni siquiera adivinar, cosas raras, cosas que sólo me han pasado a mí en toda la historia del mundo, que yo sepa. Si fuerais capaces de adivinarlo todo sólo con haber leído ese pequeño párrafo primero, empezaría a preocuparme por no ser una persona increíblemente complicada e interesante, ja, ja...
La vez que digo que las cosas me iban bastante bien fue hace un par de años. Tenía quince años, casi dieciséis, y no quiero sonar patético, y no quiero que me tengáis lástima, pero esa sensación de que la vida me iba bien era completamente nueva para mí. Nunca había tenido esa sensación, y en realidad no la he vuelto a tener desde entonces. No quiero decir que hubiera sido infeliz. Era más bien que antes siempre había habido algo que no iba bien, algo..., algo que me tenía preocupado. (Y, como veréis, ha habido bastante de lo que preocuparse desde entonces, pero ya llegaremos a ello.) Por ejemplo, mis padres estaban divorciándose, y se peleaban. O acababan de divorciarse, pero seguían peleándose, porque siguieron peleándose durante mucho tiempo después de divorciarse. O no iba lo que se dice bien en matemáticas –odio las matemáticas–, o quería salir con alguien que no quería salir conmigo... Todo esto se había como arreglado de pronto, sin que yo me diera cuenta de nada, la verdad, como a veces pasa con el tiempo, que se despeja de pronto sin que te enteres. Y aquel verano parecía haber más dinero en casa. Mi madre trabajaba, y mi padre no estaba tan furioso con ella, lo que quería decir que nos estaba dando lo que tendría que haber estado dándonos siempre. Así que, bueno, ya sabéis. Eso ayudaba.
Si voy a contar la historia como es debido, sin intentar ocultar nada, entonces hay algo que tendré que reconocer, porque es importante. Y es lo siguiente. Sé que suena estúpido, y normalmente no suelo ser de ese tipo de personas, lo digo en serio. O sea, que no creo en..., ya sabéis, en fantasmas o en la reencarnación o en ninguna de esas cosas raras, pero esto... fue algo que empezó a suceder y..., en fin. Bueno, yo sólo lo digo, y vosotros podéis pensar lo que queráis.
Hablo con Tony Hawk, y Tony Hawk habla conmigo.
Algunos de vosotros, seguramente los mismos que pensabais que me pasaba el tiempo girando y girando por pistas de hielo, no habréis oído hablar de Tony Hawk. Bueno, os lo contaré, pero tengo que decir que ya deberíais conocerle. No conocer a Tony Hawk es como no conocer a Robbie Williams, o como no conocer a Tony Blair. Es peor que eso, si te pones a pensarlo. Porque hay montones de políticos, y montones de cantantes, y cientos de programas de televisión. George Bush seguramente es más famoso que Tony Blair, y Britney Spears o Kylie son igual de famosas que Robbie Williams. Pero sólo hay un skater, en realidad, y su nombre es Tony Hawk. Bueno, no es que no haya más que uno. Pero él es sin la menor duda el Grande. Es la J. K. Rowling de los skaters, el Big Mac, el iPod, la X-box. La única excusa para no conocer a Tony Hawk que aceptaría sería la de que no os interesa nada patinar.
Cuando empecé a patinar mi madre me compró un póster de Tony Hawk que salía en Internet. Es el regalo más guay que me han hecho en mi vida, y ni siquiera era el más caro. Y lo colgué inmediatamente en la pared de mi cuarto, y empecé a tomar la costumbre de decirle cosas. Al principio sólo le hablaba a Tony de skate, le contaba los problemas con que me topaba, o los trucos que había conseguido poner en práctica. Muchas veces corría a mi cuarto para contarle el primer rock and roll que me había salido, porque sabía que era mucho más importante decírselo a la foto de Tony Hawk que a mi madre de carne y hueso. No es que desprecie a mi madre o algo parecido, pero ella no tiene ni la menor idea de esto, la verdad. Así que cuando le hablaba de estas cosas ella trataba de parecer toda entusiasmada, pero en sus ojos no había ningún entusiasmo de verdad. Decía cosas como: ¡Oh, qué genial! Pero si le hubiera preguntado qué era un rock and roll, por ejemplo, no habría sabido decírmelo. ¿Para qué iba a seguir haciéndolo, entonces? Pero Tony sabía. Quizás por eso mi madre me compró su póster, para que tuviera alguien con quien hablar.
Lo de que me contestara empezó poco después de que leyera su libro Hawk – Occupation: Skateboarder. Yo más o menos sabía en qué tipo de onda andaba, y algunas de las cosas que decía. Para ser sincero, era como si supiera todas las cosas que decía cuando hablaba conmigo, porque eran como sacadas de su libro. Yo lo había leído ya unas cuarenta o cincuenta veces, y desde entonces lo he vuelto a leer unas cuantas veces más. En mi opinión es el mejor libro que se ha escrito nunca, y no sólo para los skaters. Todo el mundo debería leerlo, porque aunque no te guste patinar hay cosas en ese libro que te pueden enseñar algo. Tony Hawk ha tenido muchos altos y bajos, y ha pasado por cosas, lo mismo que cualquier político o músico o actor de telenovela. De todas formas, como me leí el libro cuarenta o cincuenta veces me acuerdo de todo casi de memoria. Por ejemplo, cuando le dije lo del rock and roll, él dijo:
–No son tan difíciles. Pero son la base para aprender el equilibrio y el control de la tabla en una rampa. ¡Bien hecho, muchacho!
Lo de «¡Bien hecho, muchacho!» fue hablando, ya sabéis a lo que me refiero. Era nuevo. Me lo inventé yo. Pero el resto eran palabras que él había empleado, más o menos. Está bien, no más o menos, sino exactamente. En cierto modo me habría gustado no conocer tan bien el libro, porque así habría podido saltarme eso de «No son tan difíciles». No necesitaba oír eso, cuando me había pasado como seis meses intentando hacer bien esos trucos. Me habría gustado que hubiera dicho, ya sabéis: «¡Eh! ¡Son la base para aprender el equilibrio y el control de la tabla!» Pero no haber puesto «No son tan difíciles» no habría sido honrado. Cuando piensas en Tony Hawk hablando de los rock and roll le estás oyendo decir: «No son tan difíciles.» Yo lo oigo, al menos. Así son las cosas. No puedes reescribir la historia o dejarte trozos fuera sólo porque te conviene.
Al cabo de un tiempo, empecé a hablarle a Tony Hawk de otras cosas...: del colegio, de mamá, de Alicia, de cualquier cosa, y descubrí que también tenía algo que decir sobre esas cosas. Sus palabras venían del libro, porque el libro trata de su vida, no sólo de skate, así que no todo lo que dice tiene que ver obligatoriamente con sacktaps y shove-its.
Por ejemplo, si le contaba que había perdido los estribos con mi madre sin ningún motivo, me decía: «Yo era un chico ridículo. No entiendo cómo mis padres no me envolvían con cinta adhesiva, me metían un calcetín en la boca y me dejaban tirado en un rincón.» Y cuando le contaba que había habido una pelea de mil demonios en el colegio, decía: «Yo no me metía en ningún lío, porque era feliz con Cindy.» Cindy era su novia en aquel tiempo. No todo lo que decía Tony Hawk era tan útil, si queréis que os diga la verdad. Pero él no tenía la culpa. Cuando en el libro no encontraba exactamente lo que buscaba, entonces tenía que arreglármelas para que algunas frases cuadraran. Y lo asombroso es que, cuanto las hacías cuadrar, siempre acababan teniendo sentido si pensabas en lo que decían con mucha intensidad.
Por cierto, a partir de ahora Tony Hawk es TH, que es como yo le llamo. La mayoría de la gente le llama Birdman, Hombre-pájaro, por lo de que es un Hawk y demás,¹ pero eso a mí me suena un poco a norteamericano. Y lo que pasa también es que la gente a mi alrededor son como borregos y piensan que Thierry Henry es el único deportista cuyas iniciales son TH. Bien, pues no lo es, y me encanta cabrearles. Las letras TH son como mi código personal y secreto.
¿Por qué estoy mencionando aquí mis conversaciones con TH? Porque me acuerdo de haber estado contándole que las cosas me estaban yendo bastante bien aquella temporada. Hacía sol, y me pasaba la mayor parte del día en Grind City, que, quizás lo sepa o quizás no, es un parque para patinar, que está a unas cuantas paradas de autobús de mi casa. Me refiero a que lo más probable es que no sepáis que está a poca distancia en autobús desde mi casa, porque vosotros no sabéis dónde vivo, pero a lo mejor sí habéis oído hablar del parque de los skaters, si es que estáis en la onda, o si conocéis a alguien que está en la onda. De cualquier forma, Alicia y yo fuimos al cine aquella tarde, y puede que fuera la tercera o cuarta vez que salíamos, y yo estaba muy, muy por ella. Y cuando llegué a casa, mi madre estaba viendo un DVD con su amiga Paula, y me pareció feliz, aunque puede que no fuera más que mi imaginación. Puede que el feliz fuera yo, porque estaba viendo un DVD con Paula y no con Steve, su novio basura.
–¿Qué tal la película? –me preguntó mi madre.
–Buena –dije.
–¿Has visto algo de ella? –dijo Paula. Y yo me fui directamente a mi cuarto, porque no quería tener ese tipo de charla con ella.
Me senté en la cama, y miré a TH, y le dije:
–Las cosas no me van tan mal.
Y él dijo:
–La vida es estupenda. Nos mudamos a una casa más grande, junto a una laguna, cerca de una playa y, lo que es más importante, con una verja.
Como ya he dicho, no todo lo que dice TH viene exactamente a cuento. No es culpa suya. Es que el libro no es lo bastante largo. Me gustaría que tuviera un millón de páginas, por las razones siguientes: a) porque seguro que entonces aún no lo habría terminado, y b) porque siempre tendría algo que decirme sobre cualquier cosa.
Y le conté que habíamos pasado el día en Grind City, y las destrezas que había estado practicando, y luego le conté algo que por lo general no suelo tocar en mis charlas con TH. Le conté un poco lo de Alicia, y cómo le iban las cosas a mi madre, y cómo Paula estaba sentada donde normalmente se sienta Steve. Él no tenía mucho que decir sobre el asunto, pero de alguna manera tuve la impresión de que lo que le contaba le interesaba.
¿Todo esto os suena a locura? Puede que sí, pero no me importa, la verdad. ¿Quién no habla con alguien en su cabeza? ¿Quién no habla con Dios, o con su mascota, o con alguien a quien ama y que ha muerto, o tan sólo consigo mismo? TH... Él no era yo. Pero era quien yo quería ser, por lo que se convertía en la mejor versión de mí mismo, y eso no puede ser malo, tener a la mejor versión de ti mismo en la pared del dormitorio, mirándote. Hace que te sientas como si no tuvieras que fallarte a ti mismo nunca.
De todas formas, todo lo que estoy diciendo es que hubo un tiempo –puede que fuera un día, puede que unos cuantos, ahora no me acuerdo bien– en que todo parecía cuadrar bien. Y, claro, ya iba siendo hora, pues, de joderlo todo.
2
Un par de cosas más, antes de seguir con esto. La primera, mi madre tenía treinta y dos años en la época de la que estoy hablando. Es dos años mayor que David Beckham, un año mayor que Robbie Williams, cuatro años menor que Jennifer Aniston. Se sabe todas las fechas. Si quieres te hace una lista mucho más larga. Pero en su lista no habría gente joven de verdad. Nunca dice: «Soy catorce años mayor que Joss Stone», o algo por el estilo. Sólo conoce gente que tiene más o menos su edad y con muy buen aspecto.
Durante un tiempo ni siquiera se notaba que no tenía edad suficiente para ser madre de un chico de quince años, pero este año pasado, en particular, la cosa ha empezado a parecer un poco extraña. En primer lugar, he crecido unos diez centímetros, así que la gente cree que es mi tía, o incluso mi hermana. Y además... No hay forma buena de decir esto. Os diré lo que voy a hacer. Repetiré la conversación que tuve con Conejo, que es ese tío que conozco de patinar. Es como dos años mayor que yo, y va también a Grind City, y nos vemos de vez en cuando en la parada del autobús, con nuestra tabla, o en la Hondonada, que es el otro sitio donde practicamos cuando no podemos ir a Grind City. No es exactamente una hondonada. Es como un estanque de cemento que se suponía que iba a alegrar los apartamentos de los alrededores, pero que ya no tiene ni una gota de agua dentro, porque empezaron a preocuparse de que los niños pudieran caer en él y ahogarse. Tendría que haberles preocupado que los niños pudieran bebérselo, si queréis saber mi opinión, porque la gente meaba en él cuando salían del pub y demás, camino de casa. Ahora está vacío, así que si buscas dónde patinar un rato –cuando tienes media hora libre, por ejemplo– es el sitio perfecto. Hay tres de nuestra afición que lo usamos continuamente: yo, Conejo y Basuras, que en realidad no sabe patinar, y por eso le llaman Basuras, pero que sí sabe hablar con dos dedos de frente. Si quieres aprender algo de skate, observa a Conejo. Si quieres una conversación que no sea completamente mema, habla con Basuras. En un mundo perfecto, existiría alguien con la pericia de Conejo y el cerebro de Basuras, pero, como seguro que sabéis, no vivimos en un mundo perfecto.
Así que esa tarde estaba yo pasando el rato en la Hondonada, y me encontré con Conejo, y..., bueno, como ya he dicho, Conejo no es que sea una lumbrera, pero, bueno, así y todo... Esto es lo que dijo:
–¿Qué hay, Sam? –dijo.
¿Os había dicho que me llamaba Sam? Bien, pues ahora ya lo sabéis.
–¿Todo bien?
–¿Cómo va todo, tío?
–Muy bien.
–Genial. Eh, Sam, ya sé lo que iba a preguntarte. ¿Conoces a tu madre?
¿Veis a lo que me refiero cuando digo que Conejo es espeso? Se lo dije: conozco a mi madre.
–¿Está saliendo ahora con alguien?
–¿Mi madre?
–Sí.
–¿Por qué quieres saber si mi madre está saliendo con alguien? –le pregunté.
–Ocúpate de tus asuntos –dijo él. Y se puso rojo como un tomate.
No podía creer lo que estaba oyendo. ¡Conejo quería salir con mi madre! De repente tuve una visión de mí mismo llegando al apartamento y viéndolos a los dos hechos un ovillo en el sofá, viendo un DVD, y no pude evitar sonreír. Mi madre no es que fuera la mejor jueza en asuntos de novios, pero no era tan estúpida.
–¿Qué te parece tan gracioso? –dijo Conejo.
–No, no, nada. Pero... ¿cuántos años crees que tiene mi madre?
–¿Cuántos años? No lo sé.
–¿Cuántos años le echas?
Se quedó mirando al aire, como si tratara de verla flotando.
–¿Veintitrés? ¿Veinticuatro?
No me reí. Conejo era tan tonto que estaba mucho más allá de toda posible risa.
–Bueno, voy a echarte una mano. ¿Qué edad tengo yo?
–¿Tú?
No veía la relación.
–Sí, yo.
–No sé...
–Vale, tengo quince años.
–Ya. ¿Y qué?
–Pues eso. Pon que tuviera veinte cuando me tuvo. –No iba a decirle la verdad de los años que tenía cuando me tuvo. Podían no parecerle suficientes para desanimarlo.
–Ya. –De pronto lo captó–. Oh, tío. Es tu madre. No había caído. O sea, sabía que era tu madre, pero no había hecho..., eso, las cuentas... Mierda. Escucha, no le digas que te lo he preguntado, ¿vale?
–¿Por qué no? Se va a sentir muy halagada.
–Sí, pero..., ya sabes. Treinta y cinco. Estará ya un poco desesperada. Y yo no quiero una novia de treinta y cinco años.
Me encogí de hombros.
–Si estás seguro...
Y eso fue todo. Pero entendéis lo que estoy diciendo, ¿verdad? Conejo no es el único. Mis otros amigos nunca dirían nada, pero lo veo por la manera en que le hablan: les parece estupenda. Yo no entiendo lo que ven, pero es normal que no lo veas si se trata de alguien tan cercano, ¿no? Pero no importa lo que yo piense. El caso es que tengo una madre de treinta y dos años que gusta a la gente, a la gente de mi edad.
Y aquí va la otra cosa que quería decir. La historia de mi familia, hasta donde yo sé, siempre es la misma historia, una y otra y otra vez. Alguien –mi madre, mi padre, mi abuelo...– empieza la cosa pensando que les va a ir bien en el colegio, y luego puede que en la universidad, y luego haciendo montones de dinero. Pero, en lugar de eso, hacen algo estúpido, y se pasan el resto de su vida tratando de enmendar su error. A veces parece que los hijos siempre mejoran lo que han conseguido en la vida sus padres. Ya sabéis, el padre de alguien era minero del carbón, o lo que sea, y su hijo llega a jugar en un equipo de primera división, o gana el Pop Idol, o inventa Internet. Esas historias le hacen a uno sentir que el mundo entero está en una senda ascendente. Pero en nuestra familia la gente siempre resbala en el primer escalón. De hecho, las más de las veces ni siquiera encuentran las escaleras.
No hay premios por adivinar el error que cometió mi madre de treinta y dos años, y lo mismo vale para mi padre de treinta y tres años. El padre de mi madre cometió el error de pensar que iba a ser futbolista. Así era como iba a ganar montones de dinero. Le ofrecieron jugar en el equipo juvenil de los Queen’s Park Rangers, en la época en que los Rangers eran buenos. Así que mandó a paseo el colegio y firmó el contrato, y duró en el equipo dos años. Actualmente, a los chicos les hacen examinarse y demás –dice–, y así tienen algo a lo que volver si fracasan. A él no le hicieron ni exámenes ni nada, y a los dieciocho años se vio fuera del campo, sin oficio ni beneficio. Mi madre piensa que, si las cosas hubieran sido de otro modo, habría ido a la universidad, pero en lugar de ello se casó justo antes de cumplir diecisiete años.
Todo el mundo pensaba que yo iba a hacer alguna estupidez con mi afición a patinar, y yo no hacía más que decirles que no había ningún riesgo de hacer ninguna estupidez en ese campo. Tony Hawk se hizo profesional a los catorce años, pero ni siquiera en California pudo hacer ningún dinero con ello durante un tiempo. ¿Cómo iba yo a hacerme profesional en Islington? ¿Quién iba a pagarme? ¿Y por qué? Así que dejaron de preocuparse por el skate y empezaron a preocuparse por el colegio. Sabía lo importante que era para ellos. Y también para mí era muy importante. Quería ser la primera persona en la historia de la familia que conseguía un título en algo mientras aún estaba en el colegio. (Mi madre consiguió un título después, pero fue porque tuvo que dejar el colegio para tenerme a mí.) Iba a ser yo quien rompiera esa tradición. La señora Gillett me había preguntado si pensaba hacer arte y diseño en la universidad... Era algo fantástico. Fui directamente a casa y se lo conté a mi madre. Y ojalá me lo hubiera guardado para mí solo.
Alicia no iba a mi colegio. Y eso me gustaba. He salido con chicas del colegio, y a veces todo parece muy infantil. Te escriben notas y demás, y aunque no estén en tu clase te topas con ellas unas cincuenta veces al día. Te hartas de ellas antes de haber estado con ellas en algún sitio, poco más o menos. Alicia iba al St. Mary and St. Michael, y me gustaba oírle contar cosas de profesores que no conocía y de chicos y chicas que nunca había visto. Así teníamos mucho más de que hablar. Te aburre estar con alguien que sabe hasta cada grano que tiene en la cara Darren Holmes.
La madre de Alicia conocía a mi madre del ayuntamiento. Mi madre trabaja para el ayuntamiento, y la madre de Alicia es concejal, que es como ser primer ministro, sólo que no manda en todo el país sino sólo en un pedacito de Islington. O de Hackney, o de donde sea. Es un poco perder el tiempo, para mi gusto. No es como lanzar bombas sobre Osama Bin Laden o algo parecido. Lo que hacen es hablar sobre cómo conseguir que haya más quinceañeros que utilicen las bibliotecas y demás, y así es como se conocieron la madre de Alicia y mi madre.
En fin, era el cumpleaños de la madre de Alicia, y daba una fiesta, e invitó a mi madre. Y le pidió que me llevara. Según mi madre, Alicia había dicho que tenía ganas de conocerme. Yo no podía creérmelo. ¿Quién dice cosas de ese tipo? Yo no. Y ahora que conozco a Alicia, ella tampoco. A mí me gustaría conocer a