Gervasio Noailles
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Vctimas responsables
A partir del texto Elogio de la culpa, de Juan Gelman, el autor retoma el debate sobre la operacin simblica que impone la condicin de inocencia a las vctimas del terrorismo de Estado, propone el concepto de vctima responsable y sostiene que la vctima responsable puede dejar de ser vctima; la vctima enteramente inocente queda expuesta a la revictimizacin.
Por Gervasio Noailles * A partir del texto de Juan Gelman Elogio de la culpa y del trabajo de Gisela Cardozo y Alejandro Michalewicz Ser o no ser vctimas, ambos publicados en Pgina/12, resulta ineludible la pregunta acerca de la lgica de construccin de la operacin simblica que impone la condicin de inocencia a las vctimas del terrorismo de Estado. Como sealan tanto Gelman como Cardozo y Michalewicz, la idea de que las vctimas de la dictadura deban ser inocentes estuvo (y sigue estando) instalada en gran parte de nuestra sociedad. Quien no era inocente, quien andaba en algo, poda ser secuestrado, torturado, desaparecido. Por algo ser, se deca en voz baja. De esta manera, la teora de los dos demonios sostiene que las nicas vctimas de la dictadura fueron las vctimas colaterales del enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas y las organizaciones revolucionarias. Las dems... por algo habr sido. Es sobre esta lgica que el secuestro y sustraccin de identidad de hijos e hijas de desaparecidos no fueron incluidos dentro de la enorme lista de delitos que dejaron de ser juzgables y castigables gracias a las leyes de obediencia debida y punto final: estas nias y nios fueron vctimas inocentes. Ahora bien, la inocencia atribuida a las vctimas no es una condicin impuesta exclusivamente a las vctimas de la dictadura. Por el contrario, se trata de una operacin simblica impuesta a todas las vctimas. Vale un breve racconto de situaciones en las que se impone la condicin de inocencia a las vctimas. Las vctimas del rgimen nazi. Hannah Arendt, en su Estudio sobre la banalidad del mal, seala que algunos representantes de los consejos judos en los territorios ocupados por el ejrcito alemn cooperaron activamente con las fuerzas de ocupacin, antes de ser ellos mismos vctimas del genocidio nazi. Asimismo, los campos de concentracin y exterminio tuvieron como mano ejecutora de gran parte de las atrocidades perpetradas a los Sonderkommandos: eran unidades de trabajo formadas por prisioneros judos que se ocupaban de controlar y vigilar a otros prisioneros, incluso llevarlos a las cmaras de gas. Fueron los lderes de los consejos judos o los miembros de los Sonderkommandos vctimas inocentes del nazismo? No, porque fueron una parte necesaria de la maquinaria genocida. Fueron vctimas? Indudablemente s. En primer lugar, porque tanto unos como otros se vieron obligados a cooperar con el nazismo; en segundo lugar, porque luego de cooperar fueron asesinados. Sin embargo, este anlisis de Arendt fue muy resistido, ya que pensar la banalidad del mal implicaba tambin pensar la banalidad del bien. Para Arendt, ni Eichmann fue un ser monstruoso ms bien lo presenta como un burcrata que simplemente hizo su trabajo ni las vctimas del nazismo fueron enteramente inocentes. Ahora bien,
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no por ello dejaron de ser vctimas. Las vctimas de la violencia institucional. La historia reciente argentina cuenta con numerosas masacres en instituciones carcelarias. En todas las ocasiones, la construccin de la noticia habla de un motn o intento de fuga. La lgica es sencilla: son delincuentes que intentaron fugarse, no son vctimas inocentes del hecho que los victimiza, por lo tanto no son considerados vctimas. El excelente libro de Claudia Cesaroni Masacre en el pabelln sptimo es una joya difcil de encontrar en la que se muestran los hilos de la construccin institucional de la noticia para cubrir abusos del personal penitenciario. Cesaroni realiz un estudio histrico para demostrar que el supuesto motn de la crcel de Devoto, en 1978, en el que murieron ms de 65 internos (nunca se supo la cifra exacta), fue en realidad una masacre llevada a cabo por los miembros del Servicio Penitenciario. Esa masacre, como muchas perpetradas sobre poblacin carcelaria, pas inadvertida, ya que se trata de vctimas no inocentes y por lo tanto no son consideradas vctimas. Las vctimas de la tragedia de Croman. Cuando todava no se haba terminado de contar la cantidad de muertos, se inici un movimiento canalla para intentar demostrar que no todas las vctimas de Croman eran enteramente inocentes. Circul informacin que hablaba de un jardn de infantes es el bao de mujeres. Qu clase de madres pueden llevar a sus hijos a un recital y dejarlos en el bao? Si el jardn de infantes hubiese existido, esas malas madres hubieran sido consideradas vctimas de segunda categora por cierto sentido comn. Si hoy no es necesario aclarar qu sucedi en Croman fue porque se trat de vctimas que fueron a ver un recital de rock, es decir vctimas inocentes. Sin embargo un hecho muy similar pas prcticamente inadvertido. Pocos meses ms tarde, en la ciudad de Magdalena ocurri un hecho similar al de Croman. Tambin un incendio, tambin a puertas cerradas, tambin muchos jvenes murieron intoxicados o por quemaduras, tambin era una institucin que deba ser controlada por el Estado. Igual que en Croman haba una cantidad mucho mayor de personas de las que deba haber. En la crcel de Magdalena murieron 32 jvenes. Por qu los muertos de Magdalena pasaron prcticamente inadvertidos para la mayor parte de la poblacin? Porque al tratarse de poblacin carcelaria fueron considerados no inocentes y por lo tanto no-vctimas. La situacin es ms compleja aun cuando se analizan los legajos de los muertos en Magdalena, ya que muchos de ellos no tenan condena efectiva y estaban esperando a ser juzgados en prisin. Es decir, tcnicamente eran inocentes. Las vctimas de la violencia de gnero. En el ao 2005, un programa de TV de pseudo investigacin present un informe bajo el ttulo de Divorciadas hot. Las escenas haban sido filmadas con cmaras ocultas en un club de desnudistas masculinos. En la puesta al aire aparece una mujer besando a uno de los desnudistas en la boca. Al reconocerse en la pantalla y sentir que se vulner su intimidad, la mujer inici una demanda contra el canal y la productora del programa. El 30 de mayo de 2011, los jueces de la Sala H de la Cmara Civil resolvieron que la mujer deba ser indemnizada pero slo por tres mil pesos. El fallo seala que la mujer aparece dando un beso amoroso en los labios a uno de los desnudistas del show frente a todo el pblico de ese descontrolado auditorio. Los jueces entendieron que lo hizo gustosa y en la libertad de realizar tal trance. La sentencia reconoci que se vio afectada la intimidad de la mujer y seal que deba ser indemnizada, pero el resarcimiento econmico fue nimio ya que de la escena filmada se desprende que lo hizo gustosa. La sentencia parece confundir dos terrenos claramente delimitados. Por un lado el placer que pudo sentir esta mujer en el beso dado al desnudista, por otro lado el derecho a la intimidad y la ausencia de un consentimiento informado por medio del cual se autorice la utilizacin de la imagen de la mujer. Nuevamente estamos frente a un caso de una persona que no es reconocida como vctima (en este caso del acoso periodstico y de la vulneracin de su intimidad) porque no es inocente, ya que ha hecho uso gustoso y sin culpas de su sexualidad.
Angelizacin
Por qu slo se considera vctimas a aquellas personas que se ven recubiertas de un halo de inocencia? Por qu para el sentido comn toda vctima, por definicin, es inocente? Qu operacin simblica impone la inocencia a las vctimas? Elsa Drucaroff define como angelizacin de la vctima el proceso que lleva a la articulacin del significante vctima con el significado inocente. Ahora bien, cules son los determinantes culturales y psicolgicos sobre los que se construye dicha articulacin?
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La ecuacin vctima-inocente hunde sus races en la tradicin judeocristiana. Jess es el paradigma de vctima inocente, ya que muere en la cruz por pecados que l no ha cometido. Lo mismo puede plantearse para la Virgen Mara, paradigma de inocencia al concebir (vctima de los dolores de parto) sin pecar. Ni qu decir de la amenaza del fuego eterno para aquellos que por haber pecado dejan de ser inocentes. Sigmund Freud, en El porvenir de una ilusin (1927), seala que las representaciones religiosas no son el resultado de la experiencia ni del pensar; son cumplimientos deformados de deseos. Por eso define la religin como una neurosis obsesiva humana universal, y a las neurosis como religiones individuales. A partir de la concepcin freudiana de las ilusiones religiosas, es posible abordar la ilusin que impone la inocencia a las vctimas utilizando la misma estructura de anlisis de los sntomas obsesivos. Por lo tanto, ser preciso preguntarse cul es la ganancia que se obtiene en esa suerte de formacin sintomtica que es la angelizacin de las vctimas. Jean Piaget aporta elementos interesantes para pensar esta problemtica. En El criterio moral en el nio (1932), seala la creencia en los nios de sanciones automticas que emanan de las cosas, que hacen que exista una justicia inmanente. Un equipo dirigido por Jos Antonio Castorina realiz una investigacin en la que, utilizando el mtodo clnico piagetiano, indagaron la creencia en la justicia inmanente. Para ello utilizaron como disparador una historia hipottica: Un nene se port mal e hizo enojar mucho a su mam. Al otro da estaba paseando y cruz un arroyito por un puente, pero el puente se rompi y el nene se cay al agua. Despus de contarle esta historia al nene, le preguntaban: Por qu penss que se cay el nene? Si se hubiera portado bien y hubiera pasado por el mismo puente, igual se hubiera cado?. Luego preguntaban a los nios su opinin ante la siguiente frase. En la vida la gente recibe lo que merece. El anlisis estadstico de las respuestas obtenidas muestra que, entre los seis y los nueve aos, se encuentran respuestas que dan cuenta de la creencia en la justicia inmanente, pero dichas respuestas tienden a desaparecer a partir de los diez aos. Los investigadores explican dicha tendencia por la salida progresiva del egocentrismo infantil as como por la prdida del pensamiento animista. Volviendo al tema que nos interesa, se puede plantear que la imposicin de inocencia a las vctimas es solidaria de la creencia en la justicia inmanente, ya que quien andaba en algo y por lo tanto dej de ser inocente es castigado, garantizando as la absolucin de la vctima inocente. El problema surge cuando nos encontramos con algo que resulta obvio: quienes justificaron la masacre de la dictadura en la no inocencia de sus vctimas eran personas mayores de diez aos. El equipo de Castorina articula la investigacin piagetiana acerca de la justicia inmanente con una serie de estudios realizados por Melvin Lerner en relacin a la creencia en un mundo justo, es decir la creencia de que las personas obtienen lo que se merecen. En este pas no trabaja el que no quiere sera una versin verncula de la creencia en el mundo justo, ya que las desigualdades econmicas no seran efecto de desi-gualdad de oportunidades, sino un reflejo de la justicia del mundo al castigar con la pobreza al que no quiere trabajar. Para indagar la creencia en el mundo justo, Lerner le pidi a un grupo de estudiantes universitarios que presenciaran una supuesta investigacin acerca de las emociones en las que se realizaban descargas elctricas de alto voltaje sobre los sujetos de experimentacin. En un primer momento los estudiantes demostraron solidaridad con las personas sobre las que se realizaban las descargas elctricas, pero luego, al no poder intervenir, modificaron su opinin y terminaron justificando las descargas y culpabilizando a las vctimas. Lerner explica este cambio de posicin (de la solidaridad con la vctima a la justificacin del proceso de victimizacin) porque la situacin presenciada resulta amenazante; y suponer que eso puede ocurrir sobre quien no se lo merece implica el riesgo que ocurra sobre el individuo que presencia las descargas. Lerner, a diferencia de Piaget, sostiene que al crecer no se abandona el conjunto de creencias que constituyen la justicia inmanente, sino que estas integran procesos preconscientes que forman parte de las creencias sobre el mundo. La creencia en el mundo justo es un mecanismo defensivo contra situaciones de la vida cotidiana que resultan amenazantes. Lo mismo se puede plantear acerca del sistema de representaciones que conforman las ideas religiosas que construyen un ideal de vctima enteramente inocente. A partir de lo anterior, se puede plantear que la teora de los dos demonios y el proceso de angelizacin de la vctima son mecanismos defensivos para evitar la angustia que el terrorismo de Estado desat en toda la poblacin: yo soy un buen ciudadano, a m no me interesa la poltica, a m no me va a pasar nada. La contracara de este
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argumento es la justificacin de todos los males sobre aquellos que no son inocentes. Sostener que slo fueron vctimas de la dictadura quienes eran inocentes es un modo de sostener la ilusin infantil de que vivimos en un mundo justo.
Responsables
Quien fue vctima de la dictadura, lamentablemente, no tiene opcin de dejar de serlo. Hay huellas que no se borran. Cmo pedirle a un sobreviviente de un campo de exterminio que olvide su pasado, o a quien ha perdido a un ser querido sin tener la posibilidad de enterrarlo que se de-sentienda de las implicancias subjetivas que ello acarrea? Tampoco se trata de proponer una fijacin mortfera al lugar de vctima. La pregunta es qu posicin se asume ante un hecho del que un sujeto ha sido vctima; qu hace una vctima de la dictadura para que su condicin de vctima no hegemonice su vida, para ser una persona con capacidad de trabajar, amar, militar, crear artsticamente, disfrutar de la vida. En trminos sartreanos, qu hace el sujeto con eso que le han hecho. Hay que recordar que el victimario triunfa cuando produce una vctima. Triunfa cuando secuestra, cuando tortura, cuando desaparece, cuando la impunidad eterniza el efecto traumatizante e imposibilita el duelo, cuando la vctima vuelve a sufrir por un hecho que ha sucedido hace mucho tiempo. Triunfa cada vez que el ser vctima hegemoniza una vida. Se trata entonces de no cederle ese triunfo al victimario. Cmo hacerlo? Juan Gelman, vctima de la dictadura porque perdi a su hijo, deca en Elogio de la culpa: Estoy orgulloso de la militancia de mi hijo. A veces pienso que algo tuve que ver yo con ella y eso redobla mi orgullo y mi dolor. Mi hijo no era un inocente. En coincidencia con Gelman, Rodolfo Walsh, al enterarse de la muerte de su hija, escribi: S muy bien por qu cosas has vivido, combatido. Estoy orgulloso de esas cosas... Habl con tu mam. Est orgullosa en su dolor, segura de haber entendido tu corta, dura, maravillosa vida. Gelman y Walsh, y sus hijos, fueron vctimas de la dictadura, vctimas no inocentes, pero no por ello fueron vctimas culpables. Fueron, en la lectura que hacen sus padres, vctimas responsables. Se trata de superar la dicotoma vctimas inocentes-vctimas culpables. Se trata, ms bien, de introducir una tercera posicin, la de las vctimas responsables. Hay una diferencia sustancial entre asumir responsablemente las decisiones polticas, aunque ellas hayan llevado a una derrota, y haber sido una vctima inocente que fue arrasada por una maquinaria terrorfica. De la primera opcin se puede salir haciendo una lectura crtica de la historia. De la segunda no, ya que no hay modo de anticipar o elaborar el terror cuando no se comprenden sus razones. La vctima responsable puede dejar de ser vctima. La vctima enteramente inocente queda una y mil veces expuesta al proceso de revictimizacin, ya que, si no hizo nada para merecer un castigo, tampoco hay nada que pueda hacer para evitarlo. De ah se desprende la importancia de que en los juicios por violaciones a derechos humanos durante la dictadura se d lugar, a diferencia de lo sucedido en los juicios llevados a cabo en 1985, a que los sobrevivientes de los campos de concentracin puedan contar su historia de militancia, es decir, puedan asumir pblicamente una posicin de vctimas responsables. As se desprendern del valor peyorativo que va asociado a la idea de la vctima inocente. As habr condiciones para asumir las responsabilidades polticas que permitirn continuar con la vida ms all del recuerdo inevitable de lo traumtico. * Licenciado en Psicologa. Docente e investigador de la UBA.
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