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Mara Montessori
Maite Vallet
Revista de Pedagoga, Madrid, Espaa.
Mdica y psicloga italiana (Chiaravalle, 1870 - Noord Wijk,
Holanda, 1952). En 1907 funda la primera Casa del Bambini
donde comienza a aplicar su mtodo de la pedagoga cientfca.
El estudio del carcter del nio, as como el rol de maestro en el
proceso educativo, se traduce en una propuesta rigurosa de edu-
cacin integral que pone el nfasis en la actividad sensorial.
Un parvulario Montessori
El colegio Mara Montessori de Madrid sigue los principios
de la pedagoga italiana, con sus particulares caractersticas. Se
sealan aqu los objetivos educativos y didcticos, y tambin lo
que sucede un da cualquiera de clases.
Ninguna metodologa educativa es perfecta ni perdurable tal
y como se presenta en sus inicios. Puesto que el hombre evo-
luciona, la metodologa con la cual debe ser educado ha de
ser fexible, cambiante, adaptable a las caractersticas es-
pecfcas del individuo y del marco en el que est inserto.
Desde esta perpectiva, consideramos que la tarea educativa debe
ser entendida como una labor en renovacin constante, que per-
mita adaptar las mas recientes aportaciones cientfcas al marco
escolar. Con este principio fundamental, se cre hace diez aos
nuestro colegio, cuyos cimientos metodolgicos se basan en la
flosofa Montessori. Sigue vivo en nuestra escuela el ideal con
el que cre sus Casa dei Bambini la doctora Montessori: lograr
para los nios el derecho a vivir libremente, siguiendo los im-
pulsos de la naturaleza, sin frenar su tendencia natural a desa-
rrollarse y respetando siempre su propio ritmo de realizacin de
la enorme labor de crearse a s mismos.

La pieza clave de todo el engranaje educativo es el educador.
El protagonista es el nio, pero es el educador quien potencia
el crecimiento, la autodisciplina y las sanas relaciones sociales
dentro de un clima de libertad y respecto hacia la naturaleza del
nio, hacia su forma de ser, sentir y pensar. El nio est lleno
de posibilidades, pero el encargado de mostrar el camino que
permita su desarrollo es el educador.
Creer en la capacidad de cada uno de los nios es el primer paso
para potenciar su crecimiento. Las diferencias individuales que
se observan en el grupo no slo no impiden un buen funciona-
miento, sino que al fomentar el educador un clima de colabo-
racin, enriquecen a todos sus componentes. As pues, se res-
petan los distintos ritmos de desarrollo, lo cual permite integrar
en un mismo grupo a nios defcientes y normales, y a stos con
los que tienen un nivel por encima del normal.
La autonoma
Uno de los objetivos generales que se tienen en cuenta ya desde
niveles como el de preescolar, es el de preparar a los nios para
ser libres. Libres para sentir, pensar, elegir, decidir y actuar;
porque slo de esta forma sabr el nio obedecer a la gua inte-
rior que le har avanzar por el camino de la mejora personal. Se
concede especial importancia a la educacin para la autonoma
como nica va de llegar a conseguir esta libertad.
El crecimiento natural del nio comporta la adquisicin de una
serie de niveles progresivos de independencia. El nio debe con-
seguir independencia fsica bastndose a s mismo, independen-
cia afectiva a travs de la seguridad en s mismo y una elevada
autoestima, independencia de volutad eligiendo libremente, e
independencia de pensamiento a travs del desarrollo del sen-
tido crtico.
De ah la enorme importancia que tienen en nuestras clases las
actividades que Mara Motessori llam de la vida prctica , es
decir, todas aquellas que permiten al nio cuidar de s mismo y
de su ambiente desde las edades ms tempranas.
La programacin de los objetivos y actividades se encaminan
hacia el desarrollo de la independencia y, por lo tanto, la li-
bertad del nio. Se dedica un tiempo diario a desarrollar estas
actividades adems de aprovechar todas las ocasiones que se
presentan durante el da. Por ejemplo, durante la comida son
ellos los que ponen la mesa y la recogen, y si ocurre un pequeo
accidente, se cae un recipiente con agua o un bote de pintura,
algn nio acude al rincn donde se halla el material de limpieza
y soluciona el percance.
Algunas de las tareas a las que se otorga especial importancia
para hacer a los nios independientes, desde los dos aos de
edad, son practicadas a diario: quitarse y ponerse el abrigo, col-
garlo; ponerse la bata, abrochrsela; coger agua cuuando necesi-
tan beber; lavarse las manos; comer solos, etc.
Al tiempo que el nio gana independencia personal, aprende a
dominar su entorno desenvolvindose con seguridad y soltura.
Se le ensea a manejar el material, sabiendo cmo y dnde bus-
carlo, y colocndolo luego en su sitio; a trasladar el mobiliario
por si necesita cambiarlo de lugar para realizar determinadas ac-
tividades; a limpiar su clase; buscar informacin en los libros,
cuidar las plantas y animales que teienen en el aula, organizarse
conjuntamente para el reparto de los cargos, solucionar sus
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problemas, etc.
En defnitiva: se transmite de esta forma el sentimiento de
ser capaces de actuar sin depender constantemente del adul-
to. La ayuda del educador consiste en ensearles hacer so-
los todo aquello que normalmente les da hecho el adulto.
La ayuda innecesaria les hace dependientes, provoca que los ni-
os pierdan inters y curiosidad, impide que sean creativos e
inhibe su capacidad de elegir y de pensar por s mismos.
La autodisciplina.
Ensear a ser independientes hace necesario formar a los
nios en el reconocimiento y el respeto alas caractersticas
individuales; la colaboracn y las estrategias de solucin de
problemas interpersonales a travs del dilogo y la bsqueda
del beneficio comn.
La armona del trabajo en grupo se consigue a travs de la
autodisciplina. Es ste un proceso largo que abarca a todo
individuo, en su capacidad para selccionar la actividad ms
conveniente, eligiendo el material y distribuyendo sus tiem-
pos de trabajo; y tambin al grupo, en su capacidad para
acordar las normas necesarias par el funcionamiento de la
clase.
La motivacin y la autodisciplina conseguidas en este clima de
libertad facilitan en gran medida la concentracin del nio en su
tarea, a pesar del bullicio general de la clase o de la presencia de
peronas ajenas que acuden muy a menudo a conocer el colegio.
Preparacin del ambiente
Para que el nio domine el ambiente, todo debe estar en
orden. Sin orden resulta imposible orientarse y moverse
autnoma y libremente. Necesita orden tanto en el tiempo
como en el espacio. Por eso se respeta el lugar de las cosas y
el orden de las actividades del da, marcando un horario que
sirve de orientacin.
El mobiliario y el material didctico estn preparados para
despertar en el nio el inters por manipular e investigar,
favoreciendo de esta forma su desarrollo fsico, psquico y
social.
Las mesas y sillas se distribuyen ocupando nicamente una
parte de la clase. La zona que queda libre se utiliza para juegos
que implican movimientos, para las refexiones y actividades de
grupo, o para trabajar en el suelo cuando ste resulta ms apro-
piado que la mesa.
El material didctico est clasifcado segn su utilidad y ordena-
do por rincones: psicomotricidad, vida prctica, sensorial, msi-
ca, dramatizacin, plstica, lenguaje, ingls, lgica matemtica,
naturaleza y experimentacin. En el rincn denominado de la
vida prctica existe un fregadero a baja altura que los nios
utilizan para lavar o para coger agua.

Se concede especial importancia al rincn de lectura, que ocupa
un espacio pequeo pero muy acogedor, algo aislado dentro de
la clase y muy iluminado. All los nios pueden encontrar libros
que empiezan a manejar mucho antes de saber leer.
Junto a la clase hay una terraza, de dimensiones muy reducidas,
a la que se saca un gran partido para las actividades relacionadas
con el cuidado y observacin de las plantas. Para los animales,
se cuenta con un acuario y un terrario.
Un da de clase
Los nios empiezan el da escolar saludndose al llegar, tras qui-
tarse y colgar las prendas de abrigo. Luego estn activos con el
material sensorial, que les prepara para la lectoescritura o les
ayuda a desarrollar la lgica matemtica.
En este tiempo se realizan algunas actividades con todo el grupo,
aunque en general predomina el trabajo individual y de peque-
os grupos. Cada nio realiza actividades adecuadas a su ritmo
e invierte todo el tiempo que necesita par llevar a cabo el trabajo
elegido; siempre que ello no entorpezca el buen funcionamiento
de la clase.
Al fnalizar preescolar, por ejmplo, habr nios que sabrn leer
y otros que apenas conocern algunas letras o ningunas, y sin
embargo todos estarn activos, cada uno segn su nivel, durante
el tiempo destinado al aprendizaje de la lectoescritura.
Se fomenta que los nios se corrijan a s mismos y se ayuden
entre s, utilizando el material autocorrectivo y acudiendo al
educador slo cuando no puedan resolver sus dudas y pro-
blemas ellos mismos. De esta forma, los propios nios aprenden
a reconocer y controlar sus errores. Es frecuente observar que si
alguna actividad les sale mal, la repiten por su propia iniciativa
hasta dominarla.

Terminada la actividad del da que les ha exigido ms concen-
tracin, salen a jugar al jardn. Tras el descanso comienza el
tiempo dedicado a juegos psicomotrices y de lenguaje oral, con-
cluyendo la maana con actividades de plstica.
Durante el primer tiempo de la tarde se alternan actividades de
msica, dramatizacin y deporte, seguidos por una hora dedi-
cada al aprendizaje y disfrute de la lengua inglesa. La segunda
mitad de la tarde se dedica a que los nios aprendan a conocerse
a s mismos y a su entorno, adquiriendo hbitos de comporta-
miento personales y con respecto a las personas y cosas que les
rodean.
Descubriendo su entorno a travs de la observacin y la experi-
mentacin, el nio se prepara adems para el mundo de la inves-
tigacin y de la ciencia. Los nios tienen gran inters en saber
el porqu de las cosas. El ambiente infuir mucho en el nmero
y calidad de las preguntas que hagan. Se estimula su curiosidad
organizando actividades, experimentos y visitas que les invitan
a explorar y aprender.
Etapas posteriores
Las bases que Mara Montessori estableci para la educacin
preescolar se extendieron en su aplicacin a etapas posteriores.
Su xito qued camufado, sin embargo, por el impresionante
impacto que caus en los niveles inferiores. No obstante, en los
ciclos de EGB de las escuelas en que se lleva a la prctica ha
supuesto un gran avance en la concepcin de un nuevo enfoque
educativo, que respeta el derecho del nio a crecer libremente
siguiendo los sanos impulsos de su naturaleza.
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Para saber ms
La dottoresa escribi en su vida casi dos docenas de libros,
muchas veces recopilaciones de sus innumerables conferencias.
Durante varios aos, despus de la desaparicin de la Editorial
Araluce, ha sido imposible encontrar libros escritos por Mara
Montessori en el mercado librero espaol, pero en fecha reciente
la Editorial Diana, en Mxico, ha vuelto a reeditar algunas de sus
obras ms conocidas: La formacin del hombre, La mente
absorbente del nio y El nio y stas se importan a Espaa,
pudindolas encontrar en libreras especializadas en temas pe-
daggicos. Aqu reseamos dos de los ttulos que consideramos
ms representativos de la autora.
MONTESSORI M. (1937): El Nio (El secreto de la infancia)
Ed. Diana, Mxico, o Ed. Araluce, Barcelona.
sta es una de las obras ms conocidas de Mara Montessori, es-
crita en 1936, y tuvo en aquellas poca un xito enorme en todos
aquellos pases donde el mtodo Montessori hizo races.
Est dividido en tres partes (El embrin espiritual, La nueva edu-
cacin, El nio y la sociedad), cada una con varios captulos.
La primera parte describe la situacin del nio en nuestro siglo.
Resalta, por una parte, los logros del psicoanlisis freudiano y
la nueva luz que ha arrojado sobre la psique del nio. Por otra,
la incomprensin generalizada del adulto en su relacin con l.
Habla de las necesidades y cuidados que precisa el recin nacido
y acusa al adulto ignorante de obstaculizar muchas veces el de-
sarrollo del pequeo.
La segunda parte trata de lo que ya se perfila como mtodo
Montessori: cmo y dnde origin sus descubrimientos, rea-
lizados, in situ, a travs de la observacin y experimentacin
en la Casa dei Bambini. Ah se revelaron las verdaderas nece-
sidades y cualidades de los pequeos; su amor hacia el adulto y
al ambiente que les rodea; su necesidad de aprender haciendo,
repitiendo; la necesidad del orden, del silencio; su poder de con-
centracin y su sentido de dignidad. Tambin el grado de auto-
disciplina y paciencia de que es capaz el nio pequeo, asombran
a Mara Montessori. Describe el proceso de normalizacin del
nio, una vez que descubre el ambiente y los estmulos que le
convienen. Tiene interesantsimas observaciones.
En la tercera parte El nio y la sociedad trata entre otras cosas
del conficto nio-adulto, contrasta el trabajo del primero con el
del segundo, etc. La ltima parte del libro resume la visin que
del nio tiene Mara Montessori, que lo considera superior en
esencia al adulto, lo cual dio lugar a la expresin mesianismo
del nio, que segn sus contemporneos predicaba la doctora
Montessori.
MONTESSORI, M. (s/f): El mtodo de la Pedagoga Cientfca
aplicada a la educacin de la infancia en las Case dei Bambini,
Ed. Araluce, Barcelona.
Este libro se encuentra nicamente en las bibliotecas especial-
izadas. Existe en una versin catalana reciente con el ttulo La
descoberta de linfant, Ed. Eumo, Vic, 1984.
Para muchos estudiosos se trata de la obra bsica en que Mara
Montessori expone de forma ms metdica, completa y apasio-
nada su mtodo de enseanza.
Una de sus tesis centrales es que toda la educacin de la primera
infancia debe basarse en este principio: favorecer el desarrollo
natural de los nios. Los nios trabajan solos, conquistando la
disciplina activa, la independencia de la vida prctica y el desa-
rrollo progresivo de la inteligencia.
El libro relata la experimentacin de la autora en las Case dei
Bambini, donde la educacin sensorial adquiere especial re-
levancia durante el parvulario. La actividad motora, los ejer-
cicios con los diversos sentidos, la lectura, la escritura, el dibujo
y la msica, la disciplina, y la educacin religiosa constituyen
los principales ncleos temticos. Cabe destacar, asmismo, la
centralidad que la doctora concede a la manipulacin de mate-
riales especialmente diseados por ella, y cuyas caractersticas
y funciones son explicadas detalladamente en este manual de
pedagoga cientfca.
STANDING, E.M. (1973): La Revolucin Montessori en la
Educacin, Ed. Siglo XXI, Madrid.
Standing describe el mtodo Montessori, sus fundamentos y la
forma de realizarlo en el aula, comparndolo con el sitema de
enseanza tradicional. Una buena introduccin (el libro es una
edicin de bolsillo) para aquellas personas que no conocen este
sitema, aunque la admiracin sin lmite que el autor tiene para
Mara Montessori (fue, durante aos, su ayudante y traductor)
restan la posibilidad de una visin ms crtica.
LILLARD, P.: Enfoque Moderno al Mtodo Montessori, Ed.
Diana, Mxico.
La autora argumenta que el mtodo Montessori es tan vlido
en la actualidad como en la poca de su fundacin. Escribe to-
mando como realidad el sistema educativo norteamericano y sus
fracasos. La aparicin del libro coincidi con lo que se puede
llamar renacimiento del sistema Montessori en Estados Uni-
dos y, para respaldar sus argumentos, la autora cita con frecuen-
cia a Piaget.
HAINSTOCK, E.: Enseanza Montessori en el Hogar, Tomo I.
Los aos Preescolares. Tomo II: Los aos Escolares, Ed. Diana,
Mxico.
Los libros eminentemente prcticos, que pueden ser utilizados
tanto por los padres en el hogar como por los maestros en la
escuela.

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