Presupuestos Procesales Monografia
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Presupuestos Procesales Monografia
FACULTAD DE DERECHO Y
CC.PP.
ESCUELA PROFESIONAL DE
DERECHO
Presupuestos Procesales
CICLO : III
TURNO : “B”
INTEGRANTES :
Dedicamos el presente
trabajo a Dios por
otorgarnos el don de la
vida y a nuestros
padres, generosos
consejeros a través del
2
tiempo y las
circunstancias.
PRESENTACIÓN
LOS AUTORES
3
Los Presupuestos Procesales
1.- Generalidades
El que por primera vez desarrolló esta faceta de la doctrina de una manera científica fue
Oscar Von Bülow, que en 1868 publica su libro “La teorías de las excepciones
procesales y los presupuestos procesales”1. Esta obra abre la puerta para que el Derecho
Procesal Científico haga su entrada, Von Bülow después de un análisis minucioso, lo
que significo algunas excepciones en el proceso romano, destaca acerca de la confusión
que allí se diera entre las nociones pertenecientes a las excepciones y las concernientes a
los presupuestos procesales. A estos últimos los denomina condiciones para la
constitución de la relación jurídica procesal, es decir, requisitos a los que se sujeta el
nacimiento a las condiciones de existencias del proceso. Von Bülow analizo
posteriormente todas las excepciones del proceso romano, en una enumeración y
descripción prolija de las mismas expresa que el Derecho Romano no distinguió entre
ambos conceptos, pero que la denominación que les corresponde no es la excepción que
propone una actividad dispositiva de la parte, si no la de presupuestos procesales y
evidencia que estos deben ser, “como en el proceso romano, materia de análisis y
decisión en la etapa previa al proceso, casi en un preproceso, o procedimiento que
denomina preparatorio”2 y agrega que ellos además, deben ser considerados de oficio,
aun sin alegación del demandado y que cuando las legislaciones posteriores y las de
época, los consagran como excepciones, para entonces denominarlas dilatorias en el
proceso canónico, o fines de non recevoir en el proceso francés, ellas consisten nada
más que un grito de exhortación al juez para que no omita observar el deber que ya le es
conocido y cuyo cumplimiento le está impuesto.
Calamandrei, nos habla que los presupuestos procesales “son condiciones que deben
existir a fin de que pueda darse un pronunciamiento cualquiera, favorable o
desfavorable sobre la pretensión, esto es, a fin de que se concrete el poder deber del juez
de proveer sobre el mérito”.3
En la actualidad no hay discrepancia sobre que los presupuestos procesales deben ser
requisitos exigidos por la ciencia procesal para que el juzgador, el juez, pueda cumplir
su cometido, el de resolver sobre el fondo de la pretensión o dictar una sentencia; por
que si no se satisface no se da la forma del proceso. El AUTOR nos dice que “Los
presupuestos procesales son exigencias atinentes a la constitución y desarrollo de ese
aspecto formal que es el que procesa la materia sometida como litigio, como relación
sustancial subyacente”.4
1
OSCAR VON BÜLOW. La teoría de las excepciones procesales y los presupuestos procesales, trad. De
Miguel Rosas. Buenos Aires, EJEA. 1964, pág. 14.
2
BEATRIZ QUINTERO, EUGENIO PRIETO. Teoría General del Proceso. 3ª Edición. Bogotá Edit.
Temis. 2000. Pág. 311
3
PIERO CALAMANDREI. Derecho procesal civil. Vol. I. Buenos Aires. EJEA, pág. 345.
4
BEATRIZ QUINTERO, EUGENIO PRIETO. Teoría General del Proceso. 3ª Edición. Bogotá Edit.
Temis. 2000 Pág. 312
4
Un sector del Derecho los denomina óbices de procedibilidad a fin de entender su
tremenda importancia en el proceso: obstan al cumplimiento de la tarea jurisdiccional, a
la decisión del litigio. Para que el juez pueda definir el Derecho, sentenciar, decidir el
litigio, es necesario que se cumplan estos requisitos, esenciales, de naturaleza formal o
procesal, abstractos y comunes a todo proceso. Deben reunirse en el momento mismo en
el cual comienzan las etapas primordiales del proceso. Si todo se ha cumplido. La
pretensión puede estimarse o desestimarse, triunfar o fracasar; pero si faltase uno el
proceso pierde su aptitud como instrumento para proferir sentencia de mérito.
El uruguayo Véscovi, quien sigue de cerca de Von Bülow, respecto a los presupuestos
procesales nos dice que “son los supuestos necesarios para que pueda constituirse un
proceso válido o una relación procesal válida”5
Para Rosenberg, citado por Eduardo B. Carlos6 en cualquier proceso civil o penal debe
distinguirse entre las cuestiones referidas a la admisibilidad del procedimiento y las que
se refieran a si son o no fundadas las pretensiones. Si la inadmisibilidad puede declarar
de oficio se estructura un presupuesto procesal.
De Schonke hereda Devis Echandía el equívoco en que incurre de considerar que sea
preciso alegar los presupuestos materiales de la sentencia de fondo para que puedan ser
declarados por el juez. Recuérdese que en Europa la excepción sustancial tiene que ser
alegada.
5
ENRIQUE VESCOVI. Teoría general del proceso. Bogotá. Edit. Temis. 1984. pág. 93.
6
EDUARDO B. CARLOS. Introducción al estudio del derecho procesal. Buenos Aires. EJEA. 1995.
pág. 292.
7
ADOLFO SCHONKI. Derecho procesal civil. Barcelona. Bosch. 1950. Pág. 15.
5
Se evidencia una gran discordancia doctrinaria sobre la materia. Desde Von Bülow,
cuyo primer propósito fue el de erradicar de la doctrina ese término que venía haciendo
carrera y que se mencionaba como las excepciones formales, las dilatorias del proceso
romano canónico, las que se ventilaban ante el pretor en el proceso romano:
excepciones procesales. Su idea entonces era precisamente la de puntualizar cómo
cualquier defecto que concierna a la relación procesal envolvente de la sustancial que
subyace, tiene que ser declarado de oficio por el juez y cómo tampoco era acertado
pensar que el defecto analizado solo permitía un proceso de facto, porque el proceso,
pese al vicio nace y necesita la declaración que el juez haga del defecto mismo.
Después de Von Bülow la doctrina empezó a descubrir otras categorías formales del
proceso, tales como las denominadas condiciones de admisibilidad para el estudio de
fondo de la pretensión, denominación con la cual ofrece su elenco de requisitos de esta
índole Luis Loreto O los presupuestos materiales de la sentencia de fondo que
constituyen una innovación del maestro Devis Echandía. Avanzando y sobre todo en el
proceso penal se ve a la doctrina aludir a unos requisitos del derecho de defensa como
necesarios para garantizar un efectivo contradictorio correspondiente a la bilateralidad
de la audiencia.
Claría Olmedo 8 sostiene que a partir de la superación del ciclo histórico dentro del cual
estuvo vigente la llamada “justicia por mano propia”, es decir, cuando semejante
“justicia” fue sustituida por la función jurisdiccional del estado, como manifestación
pública de su poder para la realización jurídica, la arte perseguida, el opositor,
demandado o acusado, no solo está en su derecho de proponer defensas de fondo, sino
que también puede reaccionar en defensa de sus intereses atacados, “mediante una
exigencia de garantía jurídica consistente en la tramitación de un proceso regular y
legal: consecuencia práctica de la aplicación del principio del juicio previo” Es por esto
por lo que el supuesto deudor, una vez convertido en opositor, demandado o acusado,
tiene el derecho de formular objeciones basadas en la inobservancia de los presupuestos
procesales. Pese al significado y contenido trascrito, Claría Olmedo clasifica tal defensa
como una excepción y es este autor el padre del concepto de las excepciones procesales
como enfrentadas o alineadas al lado de las excepciones mixtas.
Es que el esfuerzo de Von Bülow por borrar el concepto de la excepción formal para
que las legislaciones en lo sucesivo aludieran apenas al concepto de presupuestos, no le
fue fructífero. Las legislaciones continúan aludiendo a excepciones y nunca a
presupuestos. Tal vez solo el código de Panamá siga la orientación de Von Bülow y
enliste presupuestos antes que excepciones. De esta manera conocemos en doctrina tres
especies de excepciones: dos categorías, con incidencia procesal o formal y que
corresponden, como la otra cara de la moneda a presupuestos a saber: las excepciones
procesales que corresponden a los presupuestos procesales y las excepciones mixtas que
convienen a los presupuestos materiales de la sentencia de fondo. Y otra especie de
excepciones, esa sí la verdadera y exacta excepción porque su naturaleza y sus efectos
son sustanciales y es la denominada excepción sustancial o de fondo o mérito.
8
CLARÍA OLMEDO. Derecho Procesal. Buenos Aires. Edic. Desalma. 1982, pág. 306.
6
Sobre el asunto cabe anotar la distinción que hace Carnelutti en relación con las
nociones que califica como actos vinculantes y vinculados: vinculante es el acto del cual
depende la jurídica eficacia de otro que, por esta circunstancia, debe llamarse vinculado.
Los presupuestos procesales son actos vinculantes son los hechos constitutivos del
proceso como forma: “el presupuesto es un evento distinto del acto procesal y anterior
al mismo, del cual depende en todo o en parte su eficacia”9
Como se venía esbozando, dentro del género requisitos formales del proceso la doctrina
distingue hoy tres especies cuyas denominaciones pueden corresponder a las siguientes:
a) presupuestos procesales; b) presupuestos materiales de sentencia de fondo, y c)
presupuestos de la bilateralidad de la audiencia. Antes de intentar el estudio específico
de la categoría de los presupuestos procesales, se impone un deslinde, así sea somero,
de su naturaleza como enfrentado o confrontada con la de los otros dos enunciados
defectos formales y a ello se procede.
En una explicación sucinta puede aseverarse que los presupuestos procesales responden
a una estructura eminentemente procesal, formal, sospechan tan solo al proceso, con
perfecta autonomía, aun desde el punto de vista lógico, con respecto al derecho
sustancial debatido. Sin embargo, entre algunos que se enlistan como presupuestos
procesales y otros que se especifican como materiales de la sentencia de fondo, se da
más bien una confluencia, una tangencia, que no permite ese deslinde pleno, y a la
postre se halla el teorizante tentado de borrar los linderos de las especies para considerar
apenas el género: requisitos formales del proceso, con atisbo más bien a su posibilidad o
imposibilidad de saneamiento en el mismo proceso, para regimentar así las
consecuencias de la constatación del vicio. En una enunciación un tanto simple mas no
por simple menos exacta estos presupuesto pueden enlistarse de la siguiente manera:
jurisdicción, competencia, capacidad para ser parte, capacidad para comparecer al
proceso, demanda técnica, o debida identificación de la pretensión, trámite adecuado, no
caducidad del plazo para presentar pretensión.
9
FRANCESCO CARNELUTTI. Instituciones de derecho procesal civil, traducción de la 5º edición
italiana por Santiago Sentís Melendo. Buenos Aires, EJEA, 1960.
10
BEATRIZ QUINTERO, EUGENIO PRIETO. Teoría General del Proceso. 3ª Edición. Bogotá Edit.
Temis. 2000 Pág. 316
7
Llamamos presupuestos procesales de acción a los requisitos necesarios para que pueda
ejercitarse la acción válidamente y como tales, señala a los siguientes:
Hernado Devis Echandía quien define “que la demanda, denuncia o querella sea
formulada ante juez de la jurisdicción a que corresponde el asunto y que sea además
competente”. Es obvio que alude a los presupuestos procesales de la jurisdicción y de
la competencia, aun cuando se advierte una impresión técnica porque también se delinea
una alusión al fenómeno de la competencia por materia cuando esa materia es un
derecho sustancial autónomo o especializado y el engranaje estatal le ha proveído de un
organismo jurisdiccional también especializado como órgano diseñado horizontal y
verticalmente, y es a ese fenómeno al que elude Echandía como a la jurisdicción que
corresponde el asunto.
Quintero nos dice que en este grupo ubica por igual la capacidad para ser parte y la
capacidad para comparecer en proceso, tanto desde el punto de vista del demandado
como del demandante y engloba allí, además el aspecto que corresponde al pago de la
caución para obtener el decreto de las medidas cautelares previas haciendo alusión a
ciertos prerrequisitos de la demanda, por ejemplo a ciertos requerimientos. A estos
últimos los denomina condiciones de admisibilidad al estudio de fondo de la pretensión.
Este grupo de presupuestos son necesarios para que se inicie el proceso y por tal
motivo deben ser examinados por el juez antes de admitir la demanda.
También hace parte del grupo la debida demanda que exige el cumplimiento de los
requisitos de forma y la presentación de los documentos que la ley exija. Es, en parte, el
presupuesto procesal que Morales llama demanda el forma.
Devis enlista bajo este común denominador las que suelen agrupar los códigos de
procedimiento con las típicas causales de nulidad. Son, dice, los que deben cumplirse
por el juez, una vez admitida la demanda o denuncia e iniciada la etapa preliminar del
proceso con miras a construir la relación jurídica procesal y a que continúe su curso,
desenvolviendo y realizando las varias etapas que la ley a señalado como necesarias
para llegar a la meta final: La sentencia. Y enlista los siguientes: Práctica de ciertas
medidas preventivas; citación o emplazamiento de los demandados, o la debida
8
notificación, autentica causal de nulidad; la no perención de la instancia, el
cumplimiento de términos, el seguimiento de las clases de procedimiento que
corresponda o tramite adecuado. Todos ellos se consagran en los ordenamientos
positivos como causales de nulidad. Alude a un último presupuesto de esta estirpe y lo
escribe con la ausencia de “litis pendentia” o pleito pendiente, en relación con el cual
anota que no es en realidad un presupuesto del proceso pero lo que encasilla allí porque
la ley autoriza al demandado para proponerlo como excepción previa; así mismo llama
la atención sobre la cláusula compromisoria. Es pues una mezcla de causales de nulidad
y de excepciones de previo y especial pronunciamiento.
Considera que la falta de estos presupuestos genera la nulidad del proceso y distingue
entonces, entre vicios saneables o presupuestos relativos o saneables y presupuestos
absolutos o insubsanables. Es advertible como aparecen en la doctrina de los
presupuestos procesales, mezclados, por lo menos tres conceptos, que de alguna manera
pueden alcanzar autonomía conceptual, si bien genéricamente responden a un concepto
unitario, presupuestos procesales y causales de nulidad, porque se concluya que la
singularización de cada uno de ellos atañe simplemente al pronunciamiento formal en
las diversas etapas del proceso.
Los presupuestos procesales agrega este autor, tienen la característica de ser revisables y
exigibles de oficio por el juez de estar vinculados a la validez del proceso: “esto no
aplica a los casos de litis pendentiae, cosa juzgada, transacción, prescripción y
desistimiento del proceso anterior, porque estos no son verdaderos presupuestos
procesales, sino presupuesto materiales de la sentencia de fondo y que el juez no puede
declararlos ni examinarlos de oficio para la admisión de la demanda, aun cuando
aparezca en el expediente, sino como excepciones previas o en la sentencia” 11. No se
comparte este criterio de Devis, en cuanto por todo los defectos formales son de
oficioso pronunciamiento por el juez, con una aclaración no necesaria aunque sí
aconsejable: cuando Devis enlista en el párrafo trascrito la “prescripción” a de
entenderse que se contrae es precisamente “caducidad”.
Cuando Hernando Devis Echandía explica su concepto sobre el particular, expresa que
son requisitos para el juez pueda proveer a fondo o mérito en la sentencia y que su
omisión determina sentencia de carácter inhibitorio.
Como puede observarse, ellos guardan una referencia intrínseca con la pretensión. Los
enlista de la siguiente manera: La legitimación en la causa, el interés sustancial para
obrar la debida acumulación de pretensiones (Recuerde que otros autores, como
Hernando Morales considera este último como un aspecto de presupuesto procesal de la
debida demanda sin que le concedan autonomía como requisito singular). La
enunciación de Devis continúa incluyendo como presupuestos materiales la ausencia de
las denominadas excepciones de litis finitae: ausencia de cosa juzgada, de transacción,
de desistimiento, de conciliación, de perención del proceso. Indica como razón para que
esto se considere un presupuesto de sentencia de fondo la de que el juez no pueda
lógicamente resolver de nuevo algo que ya ha sido resuelto. Con igual apreciación se
refiere a la litis pendentiae y a la prejudicialidad.
11
HERNANDO DEVIS ECHANDIA. Compendio… t. I. Pág. 250.
9
Se comparte plenamente la concepción del doctrinante Devis, en cuanto a la
puntualización de lo que a de entenderse por presupuestos materiales de la sentencia de
fondo. Presupuesto es algo que es necesario para el logro indicado: estos requisitos son
necesarios para decidir de fono o mérito. Ante la claridad meridiana con el que el
maestro Devis expone su teoría resulta incomprensible el fenómeno que vive el país
cuando tergiversa totalmente el significado de la misma, y sostiene, con la Corte
Suprema de Justicia a la cabeza. Que si falta uno de los presupuestos se profiere una
sentencia desestimatoria de la pretensión.
La consulta de las diferentes doctrinas permite deducir que son presupuestos procesales
los siguientes: jurisdicción y competencia, capacidad para ser parte, capacidad para
comparecer en proceso y debida postulación para pedir, debida demanda, no caducidad
del plazo para presentar pretensión, tramite adecuado. Cabe puntualizar acerca de la
salvedad que se viene enunciando acerca de la tangencia específica que se da entre
algunos de los denominados presupuestos procesales y otros de los llamados
presupuestos materiales, porque a la postre no se encuentra una diferencia que permita
la clasificaciones diversas.
Procede la puntualización que hace Véscovi cuando nota que Uruguay se ha decidido
que el emplazamiento valido constituye un presupuesto procesal que si se hecha de
menos no hay proceso y lo actuado es nulo. Véase, como antes enunciara, que pese a
que el concepto de presupuesto procesal es un tema que se estudio desde los albores del
derecho procesal científico y que se tuvo el empeño de deslindarlo de las excepciones
procesales, siguen confusa unión tanto con ellas con las nulidades.
10
arbitrario. La excepción de falta de caución para responder por el pago de las costas, la
excepción de falta de pago de estas. A continuación el estudio entorno a la
admisibilidad del procedimiento elegido. Y, por ultimo. La necesidad de tutela jurídica,
particularmente el interés en la declaración que abre el paso para el examen de mérito
de la controversia.
11
termine , lo finiquite si es que no admite saneamiento . En argentina este se denomina
auto de reenvió. Algunos presupuestos procesales se erigen, también por la mayor parte
de los ordenamientos jurídicos positivos como causales de nulidad.
es preciso anotar , sin embargo , que los conceptos que vienen exponiéndose , de
acuerdo con los cuales en el desenvolvimiento del proceso y en etapa que puede
considerarse previa se deben debatir las cuestiones referentes a estos defectos formales,
no han logrado penetrar en el proceso penal, que sigue siendo reacio a conceptos que,
con poca fortuna, considera exclusivos del procesos civil. Sin embargo, aun cuando se
descienda de la teoría cabe elogiar el código de procedimiento penal colombiano que
con la idea de estructurar unas causas de nulidad abarca con ellas, como con arquetipos
cabalmente comprensión la totalidad de los defectos de for4ma del proceso. De la
misma manera es elogioso que no aluda a sentencias inhibitorias, sino a autos de
cesación del procedimiento cuando esos defectos serian imposible de saneamiento en el
proceso.
Iterando: Es valido acotar que en tanta la repugnancia que suscita el fallo inhibitorio
que, en otras latitudes, cualquier comprobación del defecto, aun después de culminadas
de las dos instancias, implica una nulidad del todo lo actuado pero no se profiere fallo
de ninguna índole ni se pone termino al proceso.
Es pertinente decir que en lo tocante el tema de los presupuestos materiales de la
sentencia de fondo, existen dos posturas doctrinarias: la una pregona que tales
presupuestos no lo son de la sentencia de fondo , sino de la sentencia favorable , por que
entienden que cuando se decide sobre legitimación en la causa y sobre intereses
sustancial , por ejemplo, se decide de merito y n o formalmente ; así los sostiene ,entre
otros Enrique Véscovi, Hernando Morales y Giuseppe Chiovenda..
una segunda corriente es formal y a ella pertenece Hernando Devis Echandía, quien
enseña que estos llamados presupuestos materiales de la sentencia de fondo están
íntimamente ligados al derecho material discutido, pese a que sus efectos son formales y
determinan un fallo formal que descansa en la falta del presupuesto, al paso que los
presupuestos procesales se muestran del todo desvinculados del derecho sustancial
debatido, a pesar de los múltiples y cambiantes aspectos del derecho sustancial
debatido, a pesar de los múltiples y cambiantes aspectos del derecho material
controvertido en el proceso: por ello, de estos se pregona que son formales y de aquellos
se afirma su condición de presupuestos materiales , aun que siempre inductores de un
fallo meramente formal. Bien puede entonces agrupárseles en un gran genero :el de los
requisitos de forma del proceso.
Las opiniones siguientes son tomadas de Oderigo12. Se pueden apuntar dos posiciones
doctrinarias: a) la maximalista, según la cual la relación procesal se constituye cuando
se dan las condiciones necesarias para el juez pueda resolver sobre el fondo del asunto
planteado por el actor. Así las cosas, son presupuestos procesales las condiciones
requeridas para que se puedan dictar una resolución sobre e fondo del asunto y b) la
minimalista que se constituye cuado se dan las condiciones necesarias para que el juez
pueda dictar resoluciones aun que estas no se refieren al asunto del fondo .serian
12
MARIO ODERIGO, Derecho procesal penal. 2º edición. Buenos Aires. Editoral Depalma 1973. pág.
46.
12
presupuestos procesales las condiciones requeridas para que se puedan dictar
resoluciones de alguna naturaleza.
el mismo Oderigo concibe establece una distinción importante entre presupuesto
procesal como presupuesto procesal como presupuesto de existencia de un proceso y
los presupuestos de los actos procesales en particular, que son los que Devis Echandía
y Véscovi han llamado presupuestos procesales del procedimiento: por que los defectos
de un acto procesal del procedimiento: por que los defectos de un acto procesal
particular invalidarían solo a este ya los demás que lo tuviesen como presupuestos.
Oderigo concibe el proceso como una empresa procesal y por eso establece que sus
presupuestos coinciden con los de toda empresa: interés-organización-ideas-personas-
cosas.
Giovanni Leone, por su parte, los denomina condiciones de procedibilidad y menciona
entre ellos la querella de parte interesada.
En Florián13 se encuentra acepta, también, la noción consecuente con la postura de la
unidad del proceso. Los doctrinantes de esta tendencia predican que este concepto ha de
ser aplicable igualmente a la relación formal que lleva en su seno la relación material
delito. Existen dos corrientes en esta tendencia: una tiene un criterio mas limitativo pues
considera que son inevitablemente taxativos (se enuncian como tales los de jurisdicción,
la capacidad y otros defectos formales como la prejuricialidad que indica la necesidad
de que antes de continuar el proceso se resuelva por otro tribunal determinada situación
jurídica que influye irremediablemente sobre la decisión de la cuestión principal). la
otra tendencia es mas estricta y estima que no existen diferencias que correspondan al
proceso penal, por que el proceso es un solo ,siempre el mismo.
es importante relevar como una conquista ,como ya antes se enunciara , cuando realizar
el código de procedimiento penal colombiano ,cuando enlista como causales de nulidad
del proceso la totalidad de los defectos formales ,en una consagración que abandona la
casuística y acude a la categoría jurídica, otorgando por primera vez tratamiento
uniforme a todos los requisitos formales pretendiendo a la ciencia procesal el
desempeño de su tarea como regla de derecho , para la educación de la norma al caso
concreto. El código consagra categorías comprensivas a cabalidad de los posibles
defectos formales del proceso y el intérprete, con el auxilio de la ciencia, engasta en
cada una de ellas, como en su arquetipo el defecto corresponde. El método requiere si
un intérprete sabio pero constituye un acierto innegable en la materia.
6.- Conclusión
13
7.- El presupuesto procesal de la capacidad para ser parte
a) Capacidad de goce
La capacidad para ser parte se concibe como la aptitud para poder ser sujeto de proceso,
como parte principal o accesoria, de manera permanente o incidental. Pese a la
conciencia de significados entre el concepto de capacidad procesal y de capacidad
sustancial o material, subsiste una diferencia lógica entre ambos: toda persona natural
14
tiene capacidad para ser parte en cualquier proceso; la noción se muestra como supuesto
lógico a preceptos sustantivos que vienen ya estructurados del derecho material pero
que son recibidos por el derecho procesal con significado y consecuencias enteramente
formales, sus efectos son también eminentemente formales. Es el precepto material el
que determina desde y hasta cuando se es persona, natural o colectiva, y esa
determinación ya es cabalmente elaborada es recibida por el derecho procesal para
atribuirle consecuencias formales. Quien fallece (en Colombia) no es persona, no tiene
capacidad para ser parte: la reflexión acerca de si es o no persona se ha cumplido con
atisbo a normas sustanciales, pero la consecuencia de que no sea persona implica la
consiguiente ineficacia o invalidez del respectivo proceso, consecuencia esencialmente
formal.
Como ejemplo vale citar que son los artículos 73,74 ,90 y 93 del código civil
colombiano los que tipifican la categoría de la personalidad del individuo de la especie
humana.
El derecho procesal tomara las referencias que la legislación civil, penal, laboral,
comercial, administrativa, en fin, haga para alveolar la categoría de la personalidad y
con apoyo en ellas determinaras si el sujeto del proceso tiene o no capacidad para ser
parte. Es claro que cada legislación es libre de variar los supuestos de esta categoría y es
así como siempre será un resultado del derecho material para ser utilizado luego por el
derecho procesal con efectos estrictamente formales. Es que la personalidad, en
derecho, es apenas una categoría que se aplica a quien puede ser sujeto de la norma
jurídica para la construcción del ordenamiento jurídico: RECASENS SICHES ha
desenvuelto este tema de este modo: “tener en derecho personalidad significa ser sujeto
de funcione objetivas en el orden jurídico, ser sujeto de papeles previstos en la
regulación jurídica. La personalidad jurídica del individuo esta constituida por la unidad
de imputación o de atribución de una seria de funciones actuales y posibles. La
personalidad jurídica de un grupo social o colectivo consiste e la unidad de atribución o
imputación de una serie de conductas de ciertos hombres.
Tan artificial es la personalidad atribuida a los seres humanos como la atribuida a los
entes colectivos. En la práctica, los ordenamientos jurídicos actuales otorgan
personalidad de plano a todos los seres humanos. El concepto de personalidad es uno,
esencialmente distinto del sustrato material al cual se aplica.
Una clasificación genérica de las personas colectivas en las que las distingue como
personas de derecho público y personas de derecho privado. El estado es la
personificación de la totalidad del orden jurídico: es él quien distribuye la personalidad,
15
o mejor, la atribuye a las entidades descentralizadas territorialmente: nación,
departamento, municipio. En Colombia estas entidades son personas porqué la ley así lo
establece. De igual manera se atribuye la categoría de la personalidad a entidades
mediante las cuales el Estado cumple con la administración por servicios:
establecimientos públicos, empresas industriales y comerciales del estado y sociedades
de economía mixta.
En Colombia se reconocen del mismo modo personas jurídicas del orden canónico en
razón del Concordato vigente con la Santa Sede, tales cuales las parroquias y las
comunidades religiosas.
Entre la personas jurídicas de derecho privado se distinguen las que persiguen fin de
lucro, que son las sociedades civiles, mercantiles y de minas, y las que no persiguen tal
fin, que son las asociaciones, corporaciones, y fundaciones. Toda persona natural tiene
capacidad para ser parte desde el momento mismo que no existe como tal, es decir
desde su nacimiento. HERNANDO DEVIS ECHANDIA sostiene que el principio
mediante el cual la capacidad para ser parte radica en la persona, sufre excepciones en el
fenómeno atinente a los llamados patrimonios autónomos como también al reclamo de
los derechos de la criatura que esta por nacer, puesto que en verdad no son personas.
Este estudio considera que tales situaciones son expresiones de legitimación por
categorías en los primeros supuestos, o de legitimación extraordinaria en todos ellos,
como posteriormente habría de analizarse en el capítulo correspondiente, pero en
realidad también pueden ser analizados como excepciones a este presupuesto.
Por cuanto concierne a las personas jurídicas es importante anotar que en Colombia la
ley 153 de 1887 confiere personalidad autonómica a ciertas entidades y así dice su
articulo 80 que “la nación, los departamentos, los municipios, los establecimientos, de
beneficencia y los de instrucción pública, las corporaciones creadas o reconocidas por la
ley, son personas jurídicas. Y el articulo 23 de la ley 153 de 1887apunta que son
personas jurídicas las iglesias y asociaciones religiosas de la religión católica”.
Puede aludirse entonces a una personalidad autonómica que se tenga por el solo
ministerio de la ley y que por lo mismo, dado que esta se presume conocida, no tenga
que demostrarse en el proceso. Tal acaece con la persona humana y con las entidades
que recaban directamente su personalidad de la ley. Las otras que tan solo se obtienen
personería por un acto jurídico que se las confiera bien sea el acto de su constitución
como los estatutos de un establecimiento público autorizado por la ley de manera
singular, o de las sociedades comerciales, civiles, de minas, industriales y comerciales
del estado, de economía mixta, las corporaciones, todas ellas, deben probar en el
16
proceso y desde la demanda, su existencia. La prueba es solemne: la que en cada caso
indique la ley sustancial correspondiente.
Para D´Oxsofrio, citado por JOSÉ BECERRA BAUTISTA,14 “parte en sentido material
es aquella cuyo interés o en contra del cual se provoca la intervención de poder
jurisdiccional, y parte en sentido formal, es aquella que actúa en juicio, pero sin que
recaigan en ella en lo personal, los efectos de la sentencia”
El mismo Autor enseña que la “capacidad que se necesita para ser parten el proceso, la
legitimatiun al processun, es diversa a la capacidad de derecho civil, pues pueden ser
partes procesalmente los incapaces civilmente considerados, aun cuando por ellos
comparezcan sus representantes legales y no puedan comparecer por ellos mismos, sino
a través de representantes, los entes colectivos, no obstante que están en pleno goce de
sus derechos civiles”
17
necesita de un complemento, que logra por medio del instituto de la representación
legal.
Bajo esta consideración, una persona obra en proceso a nombre de otra que es la parte,
completando su capacidad. El representante no es la parte en el proceso. Lo es, en
cambio, su representado. Pero también puede suceder que la persona sea capaz de
ejercicio y pese a ello quiera comparecer representado. Acude entonces a los eventos
sustantivos de la representación voluntaria y también en esta hipótesis, satisfacción de
los supuestos sustantivos se consignan como aspecto integrante de este presupuesto
procesal.
Es de advertir, sin embargo, que el defecto tan solo se sanea cuando se opera la debida
representación. Pese a catalogarse como presupuesto procesal, esta categoría se
incorpora notoriamente en el derecho de defensa, encuentra así sus raíces de la
bilateralidad de la audiencia y se impregna en entonces de la dispositividad que a las
categorías que lo componen le es connatural. De esta manera el presupuesto se entiende
regido por norma procesal dispositiva, confiada a la voluntad de la parte indebidamente
representada, cuando logra ya en el proceso la plenitud de su capacidad.
La clasificación del presupuesto que le presenta como regido por norma procesal
dispositiva, no significa, de manera alguna que carezca de importancia o si quiera que
su prestancia sea inferior a la de los demás. Por el contrario, esta la trascendencia que se
les concede que sus efectos se prolongan hasta mas allá del proceso y de la sentencia y
el vicio que implica su ausencia se estatuye como susceptible de ser alegado y
18
declarado, no sólo en el tramite subsiguiente a la sentencia el de su ejecución, sino que
además se le consagra como una causal del recurso extraordinario de revisión.
El menor de edad comparece al representado por sus padres, por cualquiera de ellos. A
falta de estos lleva la representación el tutor o curador, y si este faltare se le designa un
curador ad litem. Al demente y al sordomudo, mayores de edad, los representa el
curador; cuando no lo tienen puede solicitarse al juez en nombramiento de uno especial,
o ad litem, al demandarlos, o para demandar en su nombre.
La nación, ante la corte suprema de justicia, lo hace por conducto del procurador
general; ante los respectivos tribunales y juzgados del circuito, por medio de los
respectivos fiscales. El municipio era representado por el personero hasta la ley 28 de
1974, artículo 3, que estableció que: “El alcalde es el representante legal del municipio
para todos lo efectos a que viera lugar”. En los tribunales, la representación de los
municipios es llevada por los fiscales cuando no haya apoderado especial.
En materia penal, los incapaces están representados por el apoderado que les designe su
representante legal, o por su curador, y a falta de aquel, por el defensor que de oficio es
nombre el juez. En los procesos rituados ante jueces de menores los defensores de este
linaje ejercen las funciones de tales.
Parte pasiva en el proceso penal es la persona humana como acusado, dado que la pena
corresponde a la persona misma de imputado, no a su patrimonio, aún la medida de
seguridad concierne es la persona, no puede acusarse a una persona colectiva. El estado
19
es la parte acusadora; no interviene como persona jurídica sino por medio de
funcionarios en ejercicio de una función pública y como ministerio fiscal.
Según FENECH, por regla general, la imputabilidad penal coincide con la capacidad
procesal; pero esta coincide con la capacidad procesal; pero esta coincidencia no se
produce siempre, y aún en el caso de que así sucediera, no se deduciría por ello que son
una misma cosa, sino que la capacidad procesal tenía como base la imputabilidad penal,
que no es lo mismo. Es precisamente hablando de la capacidad procesal del imputado
que expresa desde el momento que se logra diferenciar el concepto de parte material del
departe procesal cae por su base toda construcción unitaria de la capacidad procesal y la
imputabilidad procesal. Un sencillo ejemplo sirve para aclarar la posición; pensemos en
los casos de imputabilidad del que realizó el hecho delictivo en una situación de
trastorno mental transitorio. Según la posición que criticamos debía carecer la capacidad
procesal para ser imputado, pero la apreciación del estado de locura transitoria, de un
imputado como proferimiento sólo puede ser el resultado de un proceso penal en el que
el supuesto inimputable penal aparezca como parte procesal. El concepto procesal es
más amplio que la imputabilidad penal; el menor de 16 años imputado en un proceso
penal tiene capacidad para ser parte pero no la tiene procesalmente y por ello
comparecería representado legalmente si se pidiera frente a el la actuación de una
pretensión punitiva.
En el Proceso Penal tiene capacidad para ser parte por pasiva, las personas físicas vivas.
Son incapaces por carencia de este Presupuesto los fallecidos y las personas jurídicas.
A) Honorarios
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Pactar honorarios por encima o por debajo de la tarifa suele considerarse como
una conducta antiética.
B) Agencias en derecho
D) El mandato judicial
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de apoderamiento, pero también puede conferirse oralmente en las audiencias y
procesos verbales. El contrato es bilateral. Resulta de la unión de voluntades de
quien confiere el poder, es decir el poderdante o mandante, y de quien lo recibe
y acepta, denominado apoderado o mandatario.
Como poder especial se conoce el que se otorga para un proceso o para una
actuación determinada y se expresa mediante escrito dirigido al funcionario que
conoce del proceso o de la actuación. El especial para varios procesos
determinados también se otorga habitualmente por escritura pública.
Otra etapa necesaria es la presentación del poder. Tiene por fin dar autentidad al
acto de apoderamiento; se cumple según el sitio en donde se otorgue y en donde
se vaya a ejercer, por antes el funcionario indicado por el ordenamiento jurídico
positivo: el funcionario en cuestión deja constancia, en el mismo poder, de que
la persona que lo confiere y lo presenta es quien lo suscribe.
F) Número de apoderados
En todo proceso cada persona solo puede tener un apoderado. Pero uno solo
puede representar a varias personas mientras no exista conflicto de intereses
entre ellas. Cuando en un mismo poder se designan varios apoderados, se
entiende que el primero tiene la calidad de principal y que los demás son
sustitutos.
G) Sustitución
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Ocurre cuando se designa otra persona para que ocupe el lugar del apoderado.
La sustitución puede darse de dos maneras: cuando el apoderado designa al
sustituto, o cuando en el acto mismo de apoderamiento se hace mención de los
abogados sustitutos y el principal se abstiene de actuar: puede también ser total o
parcial, según se haga para el resto del proceso o para una actuación
determinada, caso en el cual, cumplido el acto el apoderado principal recobra el
poder: se entiende que el principal reasume por el solo hecho de actuar: también,
en relación con la sustitución del poder, son necesarios los cuarto estadios:
otorgamiento, aceptación, presentación y reconocimiento.
El poder se confiere para todo el proceso, inclusive para los recursos ordinarios
y para el extraordinario de casación y se extiende igualmente a las diligencias
necesarias para el cumplimiento de la sentencia: liquidación y cobro de
perjuicios y de costas, diligencias de entrega de bienes, siempre y cuando estas
se cumplan como unidad formal, extendiéndose en el mismo expediente. Con
base en el poder y sin autorización expresa, se puede también reconvenir.
Algunos actos exigen autorización expresa: recibir, desistir, transigir, allanar,
confesar y partir.
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El proceso se incoa por medio de n acto de parte y comienza con un acto que por lo
general contiene la pretensión y que se denomina demanda o acusación. Así, puede
denominarse como el acto procesal que incoa un proceso con aspiración de sentencia;
ella es el instrumento por medio el cual se ejerce la pretensión. En el proceso civil,
laboral o contencioso administrativo, la demanda es un acto que por contener la
pretensión desencadena un proceso y suministra al juez los elementos para la sentencia,
los extremos litigiosos desde el punto de vista de la parte demandante. Es consecuencia
del imperio del principio dispositivo en el proceso la de que la actividad jurisdiccional
no pueda ponerse en movimiento sin que se prodúzcale acto de la parte que se llama
demanda. Es el impulso inicial del proceso en el ramo civil, en el laboral y en el de lo
contencioso administrativo, ese primer acto de la parte es necesario para que el proceso
nazca. (nemo index sine actore)
24
fracasar. No puedo pedir algo que una norma jurídica sustancial no conecte como
consecuencia a un supuesto normativo. Y, a la vez, este supuesto normativo debe
coincidir en abstracto con los hechos que en concreto debo narrar. De otra manera
faltaría concordancia entre la petición, los hechos y el derecho y sería imposible
identificar la pretensión.
Significa esto lo que ab initio viene repitiéndose: que aun en nuestros días, el proceso
civil, el laboral y el contencioso administrativo, así como el penal, son procesos que se
basan esencialmente en la pretensión. El proceso laboral atempera un poco el principio
al permitir un fallo ultra petita; el civil, el contencioso administrativo y e penal, son en
cambio, procesos en los cuales el órgano jurisdiccional no toma en consideración la
realidad social para conocerla o modificarla en sus aspectos jurídicos, sino dentro de los
límites de la propuesta que se le formula por el sujeto que incoa la pretensión: ni el juez,
puede decidir ni conceder algo más de lo pedido, ni puede sustanciar un proceso a falta
de instancia de parte; esta es la regla común y por eso la pretensión en su formulación
en la demanda cobra un papel tan importante en la teoría del proceso.
Cuando el proceso penal se integra, como ocurre entre nosotros, con esa fase del
sumario la adminisibilidad de la querella viene predeterminada en función de una serie
de presupuestos, de manera diferente a lo que ocurre en el proceso civil porque entonces
la determinación de los hechos no se produce solamente in limine litis sino que la fase
sumarial es esencialmente permeable: durante ella se recogen todos los hechos que
puedan ser de interés para formular la acusación o impedir sus efectos; se recogen o
precisan los hechos – tipo constitutivos de la que a la postre será presentada como la
pretensión punitiva en la acusación.
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La llamada calificación es el acto procesal por medio del cual se formula la pretensión
punitiva: se realiza en momentos distantes al de la iniciación del proceso. Fija los
límites del debate. Es el acto procesal de la parte acusadora en el cual se identifica la
pretensión encaminada a reclamar del titular del órgano jurisdiccional la imposición de
una pena a un imputado: suele distinguirse todavía el acto de formulación provisional
y el acto de formulación definitiva.
Una conclusión de impone: no hay proceso jurisdiccional, proceso propiamente tal, sin
una pretensión que se formule de manera precisa. Esa pretensión, lógicamente no puede
sufrir transformaciones en el proceso. Todo acto procesal y aun todo procedimiento que
se encamine a estructurar y definir una pretensión es apenas un preproceso, o una
etapa liminar del proceso con una clara naturaleza administrativos. Ese preproceso,
caso del sumario por ejemplo es apenas un procedimiento, como pruebas anticipadas tal
vez, tendientes a configurar la pretensión punitiva. Cualquier otra aplicación supone
esfuerzos y raciocinios vanos a la postre, para buscar conciliar principios
irreconciliables.
A) Identificación de la pretensión
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también denominada título y con CALAMANDREI puede distinguirse en la
pretensión, además de este momento que corresponde a la concreta
individualización de los hechos de los que surge el interés del actor al goce
concreto de un determinado bien, otro que concierne a la afirmación de su
coincidencia con aquel tipo de interés al cual una o varias normas jurídicas
conceden protección, en abstracto, afirmación de coincidencia de lo pedido y
narrado, con el derecho sustancial.
B) Individualización y sustanciación
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derecho violado son esenciales para la fundamentación o si, por el contrario,
basta una enunciación abstracta de la relación jurídica sustancial que se estima
violada.
Es por ello Rosemberg hizo el intento de conciliar ambas teorías, al sostener que
el objeto de la litis es la afirmación de un derecho, pero que puede hacerse de
modo relevante exclusivamente mediante la alegación de hechos. En unos casos
basta la mera sustentación fáctica, pero en otros, la importancia de la misma
queda desbordada por el petitum y el cambio de demanda, si el petitum no se
altera.
28
la agravación que implica para la defensa del demandado, sino también, y muy
especialmente, por la trascendencia que tiene respecto de la institución de la cosa
juzgada. Según la teoría de la sustentación, la alteración de hechos que
modifique la causa factual constituye una transformación, en tanto que esta no
ocurre si se acoge la teoría de la individualización, en un caso se lleva a la
diferenciación por los hechos y, en el otro, por el derecho. El problema, dice
FAIREN GUILLEN, para que recaiga sentencia de fondo es que la cuestión este
factualmente sustanciada y jurídicamente individualizada. En el fondo, la
doctrina moderna ambas teorías se estiman complementarias, con la finalidad
coincidente de llegar a la determinación del objeto del proceso con la más
lograda exactitud. Todo en atención a la salvaguarda del denominado derecho de
defensa.
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Si las partes en la demanda indican un procedimiento diverso del que
corresponde el juez, debe imprimir el adecuado. Rigen aquí si con todo su rigor
el principio del iura novit curiae (el juez conoce el derecho). Pero es que además,
por tratarse de un aspecto de forma del proceso, toda su vigilancia se confía al
juez como uno de sus deberes – poderes.
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sancionatoria o tutela jurídica , suelen estatuir plazos prefijos, términos dentro de los
cuales deben hacerse valer en el proceso de los derechos sustanciales que nacen de las
relaciones jurídicas sustanciales correspondientes , pena de caducidad . No es que el
derecho sustentacial fenezca en estricto sentido si no que puede ventilarse en proceso,
decae su tutela jurisdiccional. Se extingue ese derecho procesal, no el derecho
sustancial, literando: el derecho procesal de presentar pretensión se extingue sin que
para la mente nazca el mismo derecho en otro sujeto, simplemente decae, fenece, en el
originario. La caducidad con fenómeno procesal solo se interrumpe por el ejercicio del
derecho procesal de presentar pretensión de ninguna otra manera, y ese solo echo es
suficiente para interrumpirla nunca se suspende por razón de su naturaleza procesal es
de derecho publico y además de orden publico y por lo tanto de oficiosa comprobación
y declaración por el juez. Su operancia da lugar a una excepción formal, de
pronunciamiento previo, en la etapa de inmaculación del proceso y su constatación
desde la demanda, obliga al juez a rechazarla. Se interrumpe con la sola presentación
del acto procesal que inicia el proceso correspondiente. Cuando se viene enunciando de
la caducidad como excepción formal o procesal, como presupuesto procesal en su
exigencia de que no se haya operado, conviene también al instituto de la prescripción
penal.
Cuando el proceso avanza con el defecto, asta la sentencia, debe preferirse una de las
que la doctrina conoce como índole formal; un pronunciamiento que declare haberse
operado la acepción formal de caducidad del plazo para presentar la pretensión o por lo
mismo su inadmisibilidad a estudio de fondo. De esta manera no se entrara a analiza el
fundo del derecho sustancial propuesto en la pretensión como correspondiente al litigio
sometido.
La prescripción sustantiva en cualquiera de las dos modalidades, la adquisitiva o
usucapión o la extintiva o liberatoria, es fenómeno paralelo por que de naturaleza
sustancial o por lo mismo configura una excepción de esa índole.
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Conclusiones
2.- Los presupuestos procesales son requisitos de forma exigidos por la ciencia
procesal para que el jusgador pueda cumplir su cometido, resolver sobre el fondo
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de la pretensión o preferir una sentencia de mérito, porque mientras no se
satisfaga no se da regularmente la forma del proceso, se afecta esencialmente la
relación procesal.
4.- En los procesos penales ante jueces de menores actúan siempre los oficiales de
estos
5.- Los defensores designados por el juez que sustituyen a los representantes y
apoderados y deben ser abogados inscritos.
7.- Los abogados tienen derecho al pago de los honorarios profesionales porque su
trabajo debe ser remunerado.
8.- Las agencias en derecho, es cuando los gustos se integran el renglón procesal
que se denomina costas.
Índice
Carátula 1
Dedicatoria 2
33
Presentación 3
1.- Generalidades 4
2.- Clasificación de los Presupuestos Procesales 7
3.- Otras Clasificaciones 10
4- El Despacho Saneador 11
5.- Los Presupuestos Procesales En El Derecho Penal 12
6.- Conclusión 13
7.- El presupuesto procesal de la capacidad para ser parte 14
8.- El presupuesto procesal de la capacidad para
comparecer en proceso 17
9.- La Postulación para pedir 20
10.- El Presupuesto Procesal De La Demanda En Forma,
O Debida Individualización De A Pretensión 24
11.- Presupuesto procesal de la no caducidad del término
para proponer la pretensión 31
Conclusiones Generales 33
34