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Cosa Juzgada

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COSA JUZGADA

l' or cl Lic. Ociooio CII'L1ENTE.T RIVERA,


l'rofesor de la Farultod de Dercclto.
J.1lrs-inrirn r ~ i : u i i i ~ s : 1) I-'l;iiiirniiiir~iio de la ciiestin; 2) Rrcre resefin
i i : ; 3) I>actri~ia dc ln iicci<jii, g su critiia; 4) Troria dc la
liresiirici<,ri de i.cr<l:id, y sir criiic:i; 5) Doctrina c<intractiinl, y sii criticn;
6) Ductriiia cnii filiidriiiirntr~ eii 1:i cerlcza iricoiitroi.ertible. y su rritir:,;
7)Teoria de Hellivis. y sil critic:i. 11. PirNs.%nr~Exro junf~rco hrone~~o:
1 ) Chiovcnda; 2) Iiiigo Kocra; 3) Carrirlutti; 4) Uodrilid dc 1,icbnan.
11. C~nsrcs D ' c o s JUZG.\D.<: 1) Pla~~te:tn~icnto del problema; 2 ) Cosa
jurzadn foriiiai; 3) Cos;i jiizi.ada riinterial; 4) Utilidad de la clasitica-
ciOn; 5) Critica ile Ci>viello; 6) Juicio dc revisii>n, tambiii Ilarna<lo
recurso exrr:iordiriario de revisi(iii; 7) Naiuralcza de la nccihn de revi-
sin; 8) Casa jiizgnd:, siil~stniirinl nrovisioiial. 11'. LA COSA jrizc,hnn
]:N FUNCIX 111. ~ x ~ ~ i ~ i 6 . i : 1) Planleamietit~; 2) La cosa jiiraada
dciilro de la teorin publicisla; 3) Tcaria antigua que nace dr ronsidcl-ar
la naturalcz;i <le la cosn juzrada como rcsulia<lo de iiii contrato o riiasi-
contrato; 4) Relntividnd dc la cosa juzgada.
1. HISTORIA Y TEORIAS
1) Plu~zicamienio dc la czicsfill. iQit6 es la cosa juzgada? A re-
solver estrt pregunta en la forma ms sencilla posible tiende la mayor
parte del presente trabajo.
1.a cosa juzgada se procluce eii la sentencia. La srritencia a su vez
cs la culrninaci~~ del proceso. El proceso desarrolla la accin liasta con-
sutiiarla y consut~~irla. "El ejercicio dc la accin es la condicin inde-
clinable para la aperttira del proceso y para que el rgano jurisdicciotial
cntrr en actividad, y como el acto culrniiiante y defiiiitivo de 1;i jurisdic-
cin es la sentencia, hablar de accin y sentencia es invocar ia raz y el
in, el alfa y el omega del acontecer procesal; es abrir el panorama en-
www.derecho.unam.mx
36 OCTAVIO CIFUENTES RI VERA
tero en que se mueven los personajes que por derecho propio o represen-
tado o llevados por una obligacin legal, concurren a la dramatizacin
de una controversia jurdica de intereses." ' El hombre jurdico se rnani-
fiesta en toda su plenitud de capacidad en el proceso; ste es todo en la
:,eritericia y la sentencia firme es el niejor resultado de la organizacin
del Estado.
La sentencia es, pues, obra de la jurisdiccin y slo se produce
como culminacin del proceso. La sentencia a la vez produce algo, que
t-s efectivamciite lo que el Estado procura a sus asociados y lo que stos
afanosamente buscan para SUS litigios dentro del proceso: la cosa jiizga-
da, que hallndose en todas las sentencias no se fija con autoridad de
tal sino en la decisin incontrovertible, cuando se agota ntegramente la
jurisdiccin por revisin, apelacin o en algunos casos por juicio de
amparo.
2) Breve reseEa histrica.-Desde muy remotas edases, leyes y
hombres han buscado y credo encontrar el fundamento que riinenta la
autoridad de la cosa juzgada. Arturo Rocco menciona, entre lo ms anti-
guo, las leyes del Man. En Roma se encuentran Quintiliano y Cicerii
aludiendo a los principios de res iudicata pro veri t ~t e habetur; res inter
alias izcdicaja, nequc jiocere neque prodesse potcst; noit bis i n t dcm;
excepfio rci iudicatac, principios todos que vinieron a desenibocar en los
digestos y en la Iiistituta de Justiiiiano.
Sea que con estas llamadas presunciones de verdad cjuisieran cxpre-
sar su veneracibn a la santidad del Estado, personificado en sus jueces
(Almendigen), o la eficacia erga onziies en cuestiones de estado (Tuozzi),
el hecho es qiie lleg para el comin de las gentes la sentencia a conver-
tirse en taumaturgo capaz de cambiar la naturaleza de las cosas y por
ello se deca que hacia de lo blanco negro.
3) Doct~.i>ta dc la ficcin, y su critica.-Con ir11 cierto parentesco
de la presuncin de verdad, Savigny estructura la teora de la ficcin
jurdica que, segn De r n e l i ~s , ~ se da "cuando una relacin de hecho
juridicanierite regimentada, de manera que de la priniera resulta una
1 Rafael bl al t o~ Escobedo, Prlogo al libro 'La correlacin entre la accin
y lo sentencia", de J . Ramn Palacios.
2 Arturo Roico, Trnttato della coso giudicafa come causa di estinzione dell'
asiorre pciwle (hlodena, 19W), pp. 3, 4 y 20.
3 Demelius, citado por Hugo Rocco.
COSA JUZGADA 37
relacin jurdica equiparada a la relacin jurdica que concierne a la se-
xunda, y corisiderada igual n ella en su naturaleza y eficacia".
Mientras en la ficcin de x~erdad, se trata de reproducir artificiosa-
niente, otra verdacl diferente; la de presuncin de verdad no reproduce
vcrdad distinta sino que la ilediice coino existente, es decir, que no hay
in5.s realidad qiie 1;i prexu~iida. I'ero ainbas ieorias se apartan de la rea-
lidad. J'arz la teora de la ficcii>n se eiiticiide que la autorida11 de la
cosa juzgniia es "corno 1;i fuerz:~ legal de la senteiicia, que no consiste
sino en la [i cci , ~ dc in vcri i ad, por virtud de 12 cual. In sintencia pasada
i coca jrizjiada est i ~ar-ntiz:id:i contra toda tentativa fiitura de iin-
pugnacin o de itivali(iaciii jiiridica'.
La teora dc la ficcitl ha desatado uiia considerable serie de ob-
iecioiizs, siindo la principal la <le que no es posible sintetizar coiicep-
tos opueqtiis, >.a quc ficciii es iieg:iciii de verd:id: se dice que el espanta-
pi j aros siiniila ser uii huinlire precisaineiite porque no lo es. E1 dere-
cho es tino; no es co;icel,ible liabiar de derecho inatei-ial en contral>osi-
iiri a foriii;il ni de justo e iiijus:o, situaciii a que llega csta teora
"
por eso, si:gri sentir de I-Iugo Iiocco, cii fuerza de tal ficcin, la senten-
cia injiisla adquiere valor constitiiti;-o del derecho; esto cs. puede su-
ceder, que 1111 clerccho, inexistente atiti~riorinenre, sea gcnerado ei - rzouo,
<i que iiii derecho existctite, sea destrudo, dismiiiuiclo o modificado cti su
iiit~L<iiilo", 9 i se atictie uno a la cita tanscrita y sin ms, podra de-
cirse que la teora de la ficcin iio por eso es falsa, ?ues cine la constan-
:e vida del dercclio, sea cual fuere In tcoria que se acoja co~idiicr cn no
pocos casos a ese result;ido prctico, slo que si se sabe que la sentencia
i-caliiicnte tiene efectos declai-atil-os, desaparece la base del equiiocu. Para
!<occo no cs posible captar la verdad objetiva en toda su plenitud por
!a iiatural deficiencia en los meclios del conocimiento huinano !., enton-
ces, debe ca11u:irse esta ansia de verdad, acudiendo a su equivalente, la
verdad subjetiva o certrzn, que cs lo que a1 Estado se le debe exigir
ii:anclo entra a llenar su cometido jurisdiccional. Por ello, dada la certe-
7a o verdad subjetiva el Estado acta la norma, haciendo cierto lo iii-
ctcrto, acordando la tutela pura el caso que se le ha propuesto, en todo
! 3 cual no solameiite no Iiay uiia ficcin, sino una gran realidad. Todo el
jiroceso es uiia especie de cernidor o dc filtro que con sus distintos me-
4 IIugo Rorro, L' a:tloritii deli<i sosa giudicaia e i suoi liiiiifi soggetlWi (Ro-
m::, 1917), D. 30.
38 OCTAVIO CIFUENTES RIVERA
catiismos de igualdad de partes, medios de impugnacin, recursos de
toda ndole, medios probatorios, etc., tiende a producir en el juez una
certeza lo ms acendrada y depurada posible. Como la teoria de la fic-
cin trata de fundarse en el error para justificarse con la ficcin de la
verdad, se ve que tanto la certeza o verdad subjetiva como el andamiaje
del proceso con sus filtros al error, quitan toda fuerza a la dicha teoria.
Rodolfo Pablo Migliore sostiene respecto de la objecin a la ver-
dad objetiva formulada por Rocco y en que se acude a la subjetiva o
certeza, que "conviene advertir, por cuanto con ello se esclarece la apre-
ciacin del pensamiento juridico de Savigny, que esas objecioiies involu-
cran un error ms grave del que pretenden combatir, porque ante el hecho
evidente, toda vez que se presupone como contenido de la cuestin, que
la verdad de la seiitencia puede no ser la verdad objetiva, la inquietud
del jurista surge precisamente al considerar que el derecho positivo re-
gimentan esa verdad objetiva, y no la verdad subjetiva del juez, post
j act o; de manera que, admitiendo no poder lograr otra verdad que esa
subjetiva, el problcoia tio se soluciona por ello, sino se ahonda, ponikti-
dose en evidencia una anttesis entre el derecho que "es" conforme a
la sentencia, y el derecho que "debi ser" conforme a la verdad de la
realidad; con lo cual se advierte la ineficacia de la objeciii, toda vez
que no va dirigida a la construccin lgica que soluciona el problema,
sino a la admisin del problema en s, cuando precisamente la captaciii
del problema enaltece el pensamiento jurdico de Sa vi ~ny as fuera err-
nea la tesis que admite para solucionarlo. Es ya distinto decir que, d: ~
todas maneras, el fin jurisdiccional se ha logrado con el pronunciamietito
contenido en la sentencia; pero esto no implica que con el pronuncia-
miento se hallan salvado los obstculos que se oponan a la actuacin
de la norma juridica, porque en el supuesto de apreciacin errnea de la
relacin juridica a que se refiere el pronunciamiento jurisdiccional, no
slo no se hubiere salvado obstciilo alguno, sino se hibra opuesto un
obstculo mximo, pues si antes se oponia a la actuacin de la norma
jurdica la incertidumbre a la oposicin le las partes, ahora se opoiie
la apreciacin errnea, pero incontrovertible, de la cosa juzgada". No
me parece muy leal el contenido de la subobjecin, pues la ar, nunien-
tacin de Hugo Rocco tiene un oficio de medio para llegar a la par-
te medular de que de esa certeza o verdad subjetiva arranca el juez para
P
6 RodolIo Pablo Migliore, Autoridad de la cosa juzguda (Buenas Aires,
1945), p. 38.
COSA JLTZGADA 39
producir la senteiicia, rcrdadera realidad de la que emanan efectos juri-
dicos, sin que para mi uno de ellos sea la autoridad de la cosa ju7gada.
como adelante se ver.
4) Tcoria de la prcsrinci~c dc vcrdad, y s u critica.-Tanto la priirera
como esta teora se derivan (le In interpretaci6n de los textos del Dcre-
cho romatio. Segn 1Iugo Rocco fue a<lopt;ida por Loiiioriaco, Rirci y
Ginnturcco, pero la realidad es ~ L I L encuentra su primer cxiiositor cirnti-
fico en I'othier, que cn el voliinreii iv, seccin 38, pnrte cuarta de sus Obli-
gaciones, la d e ~ ~ r r o l l a pri~~ci~>:ilineiite. Este autor sienta que "la autori<l:~d
de ln cosa juzgada, hacc presumir verdadero y equitativo todo lo que cst i
contenido en la sentencia, y esta presuncin, siendo jliris el dc jzare, exclujie
toda pruelm en contrario; r,.s j?<n'icaia pro z,eritatc accil>itzarn. Al decir (le
Chiovenda, ambas teora5 tienen la arnhici6n de ctiglohar en su csplica-
cin no slo la voluntad (Icl Estado, enccrratia en la decisin del proceso,
sino los aritccedentes de hrcho y de derecho como el raciocinio que coii-
duce a la decisin. Hujio I<occo a su vez dice que "la tror:i de 13 pre-
sunciiz de vcrdnd, se fiin<la, corrio la teora dc S:ivigny, c i ~ una iiil>lczis;
pero ril tanto que la teoi-ia de la ficrilz <!e vcrdcd parte de la hiptesis de
que la sentencia ptrcrla ser crr:ril:~ y trata dc jiistificar est:r l>osii>ilidad
niediante una ficciin, la :i.oTia dc lii ~ T C S I I ~ ~ C ~ I ~ dc z'crdad. por r1 con-
trario, parte de la hiptesis opuista. esto es, de ln probabilidad de que
la senic~lria $10 ronlci!/jn er r or y tr:iiislornin esta siinple /tipl:csis, soln%~rritc
probnhle:, en presiincii>ri absoluta.
Se objeta esta tcoria diciendo que cs metajurdica, emprica, puesto
qiic funda~ntntn la iiistihicii~ c i t fiiera de los fines proc<s;!lcs y
fuera del <lercclio, todo niedinirte ficciones, para 1:i pririiera, y presuncio-
nes para la segunda, ambas en el foiilo coincidentcs, tornan110 conio ?un-
to de relaci6n la observaciSn e!n!ir-ira <le que 1i:i;; casos en <lui. :;e ciiela
cl erroi cn la sctitencin, y eiitouces liay que finbir la \zcrdad para todos,
o de qiie hay casos en que la vcrdad rcal sc acoge en la sentencia, y enton-
ces es necesario presumir esa prcbabilidad conio absoluta. Si bien es cier-
to que el verdadero anihierite del derecho es el de las probabilidades, como
expresin cultural, producto de relaciones liurnanas, tambin es cierto
7 Pothier, Obligaciones (Buenos Aires, 191i), p. 513.
8 Chiovenda, Principii di diritio processr~nle ciziie (Napoli, 1923), p. 907.
9 Huso Rocco, citado por J. RarnSn Palacios en su abra La cosa juz,oodri
(Puebla, Ed. Cajica), p. 21.
$0 OCTAVIO CIFUENTES RIVERA
que para explicar ciertas instituciones procesales, como la de la cosa juzga-
da, no se puede tomar como base el clculo de probabilidades, porque all
he busca y es posible hallarlo, un concepto puro y de valor cotistante.
La presunciii j urk ct de j i ~rc, realniente, explicar el fundamento
de la seiitencia o por el contrario como principio de derecho positivo que
CS, para cl caso concreto, no tendr validez con base en la seiiteiicia mis-
iiia a la que se aplica, es decir, en lugar de fiiiidaite no se& fundado?
Si la presuiici;i arranca de que por cuanto eti la mayora de los casos
la verdad cotitenida en Ia sentencia coincide coi1 la verdad objetiva, es
obvio quc cstc principio en vez de explicar el fundamento de la cosa
juzgada, reclama para s una explicacin. El principio dc esa presuncin
lo establece la ley positiva y por tiiotivos extrajurdicos, como podran
ser los polticos consistentes en acordar seguridad a las relacioties hu-
matias. Pero etitnccs la autoridad dc la cosa jiizgada no se funda en
el principio de la presuncin, siiio abstractamente en la ley y coiicreta-
riiente en la senteticin, quedando sieiiipre sin esplicacin en qu se funda
o basa la autoridad dc la cosa juzgada.
Enrico Tullio Liebman, recordando 3 Chiovei~d:~, dice que en el De-
recho romaiio clisico el resitlt~do del proceso se resuma todo l en la
res iudicata que era la res de qua a,nlfz~r, una vez qiie fue juzgada dehida
o tio debida, tal cotiio sala transformada de la relacin procesal. Y ms
adelante agrega con brse en los rstudios dc Biondi: "En esto se refleja,
por lo dems, la concepciii quet en an los romanos clsicos acerca de
las relaciones entre derecho y proceso: ya quc, segn ellos, slo deba
tenerse en cuenta la actio, considerndose el derecho iiic:ii~ieiite segn
l ai diversas fases del agere; para el!os, ins que para nadie, hul~iera
sido falso hablar, a propsito dc la cosa juzgada, de utia ficcin o pre-
suncin de verdad, ya que la misma era lo mi s concreto y real que se
pueda dar, en cuanto la senteiicia no declaraba la existencia o inexisten-
cia del derecho, sino que ms bien creaba un derecho nuevo". '0
La teoria se hizo ley en el Cdigo de Napolen, cuyo artculo 1350
(inciso 39) establece "la autoridad que la ley atribuye a la cosa juzgada".
Como es sabido, la orientacin de ese cdigo fue seguida por la mayor
parte de las legislaciones latinoamericanas a travs de la traduccin y
adaptacin del mismo, hecha por don Andrs Bello. No es raro, pues,
eticotitrar la consagraciii de la teora de la legislacin expresa. Actual-
10 Enrico Tullio Liebman, Eficacia y autovidad de la sentencia (Buenos Ai-
res). PP. 20 y 21.
COSA JUZGADA 41
iiieiite se tiene, por ejeniplo, r n Llxico el artculo 35.1- del C6:ligu Federal
de Procediinietitos Civiles, que dice: "La cosa juzgada es la verdad legal, y
contra ella no se adiiiite recurso ni prueba de iiingiitia clas~,, salvo los casos
r.spresnii~eiite deteriniiiriiios por la ley", y en la exl>osicii>ii dc iuotivos d e
;lic;io cdigo se lee: "cuando hati precluido todas las in~pugiinciones, la sen-
tencia de ri!Crito *:o es posible ya dr nio<lificacin o susii~uci;>ii; se liciie en-
tonces uiia verdad foriiial que, por 1:i eseiici;ll unci6n pnciiicadora del fallo,
(orrespoiida o no a la rea1iii;i-d jiiriclica c!uc deba protegerse, esto es,
\-a se co~isi~iere ji.s!o i> iiijusto, de!)< uaier coriio srrd:id riiaterinl, fuera
,lcl proccso de !as i-el:icioiics 1ium:iiias". Cita que lince J. I:an~n Palacios
en sil lihro L o Cosa J i ~ c ~ a d n , pgiiia 23, donde la acota dicien(1o que en
ella han sido variados los conceptos y hasta las palabras <le I'othier.
5) 1)octiiita co;iti,ac:~iul, y sic critico-Ilabitildo sido cii el 1)ereclio
io:ii:iiii>, 1;i ;ictividnd <le las partcs l>repo~idcraiite, r l proccco se c:iracte-
riz6 coi110 prirailo y voli~iitririo cii el pcodo de las l.-gis actio:z.-s y en
i.! foi-;;!iilnl-ii~, niii?;liic cii1iiii:in t i i iiiiici;~ dcl l<stai!o el1 cl pvroclo de
I:is co<,,~ilio?t~,.s, al decir <le Rocco. I i Kii tales perio:los predoiiiiiia el con-
cepto de 1:i liiclia de las paytes eii pi-csencia y bajo el co*,itrril ili.l Estado,
<;ue se explicaha y fiindaiiieiiinba cori 11:isc eii uii arliiicio; la :!puesta
ciitre las partes. Asi se pens en qric el pi-oceso vena n ser el resultado
<!e uii roritrato o <le un cuasi contrato, cuyo titulli filial se concrctaba en
la sr:it~iicia y cuy? autori<la<l tena tnmhiC~i su undriii:eiito eii la nuto-
iioiiii:i iit ia i.iiititail.
El 1)creclio espaEol ( Po ~l i d a I I I , ttulo x. ley 3 9 , sierit:~ rfiie el fun-
<Iniiieiito y ~>riiicipio <le1 juicio es la demanda y coiitest:ici611.
!:ii el ! I ~~T. : CI I ! O rn <::!e se cierra 12 litis por 13 ~Iciiiaricla y la resimes-
!:!, cl jiicz <lucii:i riiiiiilado y Iimit,-.:lo a nrluello cjue Iris partes coiIvinie-
ron iliociitir eii sil pre~eiici;i y bajo su direcciii, sientlo, pues, sil posicin
, -
i;:;is d;, c::,;xct:ilr con caricter de lo .?cardado, aceptado, coiiicsado y
:;rnbni!<~, rjce ,!e libre iriterveiitor deiiiro del proccso. Sin eiiibargo, a su
\-ex. las l>i?i-ii.2i iiiedirii~t~ la fijacin d e la litis ltabada quedal>an en la
contlici~!i de coiiti::t:lii!es expectaiites. son;eti\!os n. lo ilue resultara en la
sentencia y bsta veiiia a ser novacin del derecho puesto s ub jfidice, que
cri coiiseciirncia creaba una iiueva obligaci6n o derecho saiisfactoi- del
1 ; .
.tigantc. subsumicnclo o periclitnnilo el que cii priiicipio f ue acordado
coi:ii~ h:ise de disciisiii. Consuniado ese contrato, la seiitencia, coizsecuen-
~,
11 II>i!ro Rocca, Ob. cii., p. 57.
42 OCTAVIO CIFUENTES RIVERA
cia y parte del misnio, tenia un fundamento fi nne de validez en la irolun-
taria preaceptacin, que imposibilitaba en lo futuro revivir la disputa
propuesta en la demanda y convenida al cerrarse la litis. As la sen!encia
viene a ser cerco que encierra todas las fases de la discusin surgida
entre los litigantes. El derecho que el juez declara en la sentencia lo es-
trae y compone de lo que las partes le han presentado, aceptado y proba-
do; l no agrega de su parte sino sil presencia y autoridad que conforma
en la sentencia.
As puede entenderse la teora en una forma simple. Pero liay
otros que piensan en quc por no concurrir casi nunca volunlarianieiite
el demandado, se tratara de un cuasi contrato, cn el cual puede consi-
derarse corno primer estadio aquel en que culmina con la contestacinl ln
fijacin de la litis; y en cada iiiio de los acuerdos subsiguientes ocurri-
dos dentro del proceso, podran darse otros contratos u otros cuasi con-
tratos segn la concepcit~ inicial adoptada. Caravantes explicando cmo
no es posible cambiar las acciones ni las excepciones, a voluntad, dice
que ello es "porque la contestacin produce un cuasi contrato tnutuo
entre los litigantes". '"
Esta teora no es aceptada actualmente por razones poclerosas y ob-
vias, ya que ni la sentencia ni el proceso pueden quedar en el plano del
Derecho privado. Guariieri dice que "por el contrario, el juez decide con
base en un poder propio, autnonio, originario, que surge inmediataiiie~i-
te de la ley sin mediacitjn de nadie, de modo que las partes ofrecen
solamente los elementos de hecho requeridos en la norma, conio coiidi-
ciones para la actuacin de la actividad jurisdiccional". l3 Para Couture,
no es posible ver en el proceso el fruto de un acuerdo de voliintades sino
siibvirtiendo la naturaleza de las cosas.
Si pudo tener algn valor esta teoria, ello fue cuando se considerG
el aspecto de aquellos negocios en que la libre disposicin de las partes
la hacia viable. Pero todo su valor se esfuma al considerar la institucin
procesal en el imbito amplio de la ciencia del Derecho que hoy ocupa.
Ni por imaginacin podra acoplarse esta teora contractual a la exigencia
de carcter tcnico-jurdico del proceso y sentencia penales y laborales,
por ejemplo.
-
12 Carnvaiites, vol. 11, p. 119.
13 Cita <le Kairiii Prilacios, 0 b . cit., p. 26.
COSA JUZGADA 43
6 ) Doctrina con fit%idnr.ienfo cn Ia certcza incontrovertible, y su cri-
tica.-Pagenslechcr ve n,iiio aiitcs de la sentencia Iiny u11 <Ivrech s~l hj e-
tivo iniciado que se objetixiza en la sentincia con carcter de certiduinbre,
pero que a tiada conducira si no iuvii:ra la sentencia la cualiclad <le in-
controvertible. En otros triiiinos, la iiicertidunibre del derecho subjetivo
al deducirse la accin, adqniere en ln sentencia la catrgora <le derecho
cierto e incontroi~rutiblc. iCiii1 c.; CI futidaiiieiito de esta teora? Una
neccsi<lad liriciicn.
Dicrii los glosailores dc la tecira, qiie l;r triisiiia fiiia1id:iil buscada rnc-
diante In teora de la certeza iiicoiitrovertihle, habra podido conseguirx
con conferir al juez el pnpel de creador de la tiornia particular qiie go-
bernara el caso que se le halia propuesto. tropezani!o con la ;icrpt;li!a sc-
pai-aciij~i de poderes o de di'erenciaciiin (le ramas de iiri rnisiiio j:o:lcr
piiblico. Pageiisteclier hacieiido csguiiice a la objeciiiii, adtiiite I:r posibili<la<l
de paraiip-onxv In <:eclaracin dc la sentencia con la norina <:ue gi~beri!:ir:i
rl c;iso, pro!)oiiieiii!o conio fuiicir!i~eiiio <le la autorilacl de la cos:i ju:<g;icdn
c! nuevo eleineiito qiie lince con la sentencia. sin iritcrrsar 10s ratribios Je
los derechos prc~cxisteiites al fallo. pi ~cs los (Icrechos de las partes dini:-o
dcl negocio se definen y ~obi crnari por !i. iioriiin cnteni<!a en la si,iitcii-
cia que es In que crea la certeza ii!isii:a. Cninparaii cl cst:i(lo que pri>iliii.:.
:ina sentencia :il que se 1leg:i niedian!~ i i ~ i contrato iic tratisarrin, prJr i l
cual si11 (lestriiir !a posiiiAn jiiiridii;i aiiterior de caki partc, se ilcclara iiii:!
llueva siiunci;>ii jiiriclii.;~. S o 11arecc iniiy feliz el sniil, piies eii 1lig:tr <lc
iin. .i i 1 ei .l. .ri,~ciii -. : ' Iiay iin ncurr<lo coristituti\w de del-echo?, pu<licndo iercc-
10s pei-ji:ilic;iil<>s aciidir en juicio contra esa trarisacciiin.
Coinn rl nutrir cii refcrciicia vincula, t i i illin~a instancia, el valor <!c
1:i autoric!a<I dc 1:i co;a jiizgai!~ ni efecto coiistituti\-o de I:I seiiti~iiii:~. <les-
apareceria su teor;i dcl todo con slo aceptar por otro lado l;i pu:jiciii
de que toila sciliciicia slo iicnc efectos declarativos. La princip;il ol~jcciii
rirbe ser la dc ordcii lgico: si el efecto constittitivo <le la scnteiiii:~ cs
impuesto por la seguridad jurdica, quierc decir rjue es iund;ido y IJG
iuiidaiite respecto <le In sitilciicia rriisiiin.
l.iel>;ii~iii refirindose :i 1;i doctrina que ve ronio iguales la :ictii.iiln<l
<le1 juez en la sentencia coiistitutiva que a la realizada en una <Icclaraciiti
de ccrtr.z:i, y qiie los efrctos coiistitiitiaos siziie!i, por vitucl dc la Ir:r, n
la declaraciii ii~isnt:~, piintos ile \,isla en que est11 corifornies Chiovencla
y Cartielutti, sienta : "Jlste iiiii,.lo dc Ter no me parece, sin enibargo, acep-
table, porque ccinsidero <!tic, cn 1:i ;~iiiaiiaciii de una st~iitcnci:i constitii~
41 OCTAVIO CIFUENTES RIVERA
iiva, la actividad del juez est precisamente dirigida a la produccin del
cambio jurdico. La idea misma de una declaracin de certeza con efectos
constitutivos me parece contradictoria, ya que la operacin con que una
norma viene aplicada al caso concreto en tanto pueda ser considerada acti-
-,dad de declaracin de certeza en cuanto sus efectos scan mcramenie de-
clarativos, esto es, consistan en fijar las relaciones jurdicas como eran
anteriorinetite, y no en modificarlas. La actividad del juez que ponuncia
tina sentencia debe ser valorada, no desde un -unto de visV;l ~)sicol~ico
o intelectivo, sino desde el punto de vista juridico: y entonces ser acti-
vidad de declaracin de certeza o de cambio de las relaciones jurdicas
precisamente y slo en relacin a sus efectos corno estn dispuestos por
la ley, esto es, segn que sean declarativos o ta~nbiii constitutivo^."^^
7) Tcoria de Ilelhuig, y su critica.--Este antor produce su teora
con base en la divisin entre actos jurisdiccioiiales declarativos y consti-
tutivos de derecho, en que aquellos son el pronunciainiento de la esisten-
cia o no existencia de los derechos discutidos en el proceso y definiilos en
13 sentencia, revestidcs por ella de la autoridad plena del Estado. Son
actos constiiutivos los que modifican las relaciones jurdicas substanciales
y procesales e:;istentes (sentencias declarativas y sentencias coistituti-
vas). Las de condena consisten en la unin de las carncteristicris de am-
bos actos con una orden de prestacin como contenido, que caracteriza
nri derecho pblico hacia los rganos jurisdjccionales para la realizacin
del dicho contenido, por lo que la sentencia de condena se considera acto
de formacin de dereclio en cuanto crea el derecho a la ejrciicin forzo-
sa. '' Esta teoria, como se ve, trata de los efectos de la cosa juzgada como
cfectos exclusivaniene procesales y en consecuencia vincula a los derns
jueces a la inviolabilidad de la sentencia pasada en la autoridad de cosa
juzgada, sin qlie, por ejemplo, en la sentencia purainente declarativa se
lenga efecto alguno con respecto al derecho substancial. y en la de conde-
ria se tiene adems de un contenido de declaracin, 13 ordeti inmediata
de prestacin: faculta procesalmente la pretensin hacia la ejecucin
del mismo, sin que se discuta ni tome para nada en cuenta la existen-
cia de la correlativa obligaciti, pues siendo efectos Eneramente proce-
sales no entran en el terreno de las relaciones jurdicas s n h ~ t ~ ~ ~ i ~ l ~ ~ .
En esta teoria, la autoridad de la cosa juzgada le habla al poder jorisdic-
-
14 Licbinan, 0b. cif., 13. 45.
15 I-iugo Rocci>, Ob. cit., p. 63.
COS.4 JUZGADA 45
cional obligindolo a movcrse en ejecucin del contenido de la de condena
y en todas e11 respeto de la declaracin coiitcnida en la sentencia.
Etirico Tuliio Liehiiian dice qiie la direccin (1- Hejl~vig, se:iiida por
toda la doctrina, salvo ligeras di~crgeiicias en las aplicncioiies pliticula-
res recliijo la autori(1ad del fallo a la sola dec!aracii!ii de certera y 3 nqrie-
Ila canticlad de declnracibn cliie est Iirescntc cn todas 12s seiitciicias. en lo
que co~isidei-alia resi<lia el electo priiicipal y caracterstico de In senlencia.
identificando as la cosa juzgada coi1 la (leclaracin de ccrteza oljligatoria
c indiscutil~le que e1 fallo prodiicc. '" Concliiye el autor citado, en sintesis
dc su critica que "ideiitificar la declaracin de certeza producida con la
cosa juzgada, significa confundir el efecto con uno <!e SUS (posibles)
caractcres". '7 Eiectivarneiitc la teora ideiitifica ia deciaraciii jurisdic-
cioiinl dc certeza con la autori(lad de la cosa juzg;i<!a, suniando asi cosxs
Iictero::iicas, pues la priinera es un efecto de la sentencia y la scgunda
es cosa diierciitc, como a su dehido tiempo se estal~Iecer. Rocco ol~serva,
tainbin criticaiido la doctriila, que no se puede concebir la existencia de
un dereclio privaiio s ~i b j e t i ~o si11 reconoci~nierito y tutela dc los r pnos
jurisdiccionales, como ocurrira en la adopcin estricta de esta teora, que
\-e eii In cosa juzgada y en la sen:eticia ~nisiia, efecto y cosa m-i-amen-
te procesalcs. hligliore dice que aunque acertada, la observacin no es
rxhauslira, "porque si bien pone en evideiicia el error de la doctrina
con respecto a los efectos de la cosa juzgada referenteniente a! dcreclio
q i ~e se coilsidera no 7.plicado por las sentencias injustas o equivocadas,
nnila dice con respecto a 121 natiiralzza del derecho aplicado, porqiie, a no
dudar, si el derecho aplicado no es el que debi serlo, surge la interrogante
:obre su naturaleza; interrogante que no puede satisfacer el simple presii-
puesto de incontrovertibilidad de la decisin".
Para ini, la observacin que hace EIugo Rocco no tiene valor. 1x1 de-
recho desecliado por la seiitencia pasada en la autoridad de cosa juzgida,
puede co~isiderarse fortnando parte de cualciuier otro campo cultural, mas
no del mundo del derecho. Esto dara margeii a una larga discusibn nor-
mativa que ine distracria de la mcta fundamental de este modesto traba-
jo. Migliore con un pi-urito de critica y de integracin, zurce uiia objc-
cin que slo tiene valor en cuanto a que sostiene que el siiliplc presu-
-
16 Liebinan, Ob. cit., pp. 34 y 35.
17 Idein, p. 37.
18 bligliare, 00. cit., p. 49.
-15 OCTAVIO CIFUENTES RI VERA
puesto de incontrovertibilidad de la decisin no es suficiente para explicar
la naturaleza de la cosa juzgada, sin que haya adelantado mayor cosa en
ia objecin.
11. PENsAnr1~Nro JURIDICO MODERNO
1) Chiovenda.-Actualmente se ha avanzado mucho en la investiga-
cin de la naturaleza y fines de la cosa juzgada. Muchos son los nombres
que pueden enumerarse como interesados en la solucin de ese mayiisculo
problenla. Pero, entre todos, sobresale Chiovenda, de cuya obra dice
l i el ~ni an que "ya la contemplemos como sntesis de lo mejor que nos ha
dado la doctrin:~ moderna, ya cotiio aportacin personal, represcrita, t;iin-
hin en esta materia, un paso de fundamental importancia en la evolucin
del derecho procesal, y no admite parangn -sobre todo para los paises
latinos- con la de cualquier otro escritor conteinporneo". l0
Chiovenda deca hace ya bastantes aos, segn cita que hace Liebman :
"Estamos asistiendo a una lenta y progresiva transformacin en el modo
de entender la eficacia inhercnte a la sentencia del juez, que se designa
con el nombre de autoridad de la cosa juzgada." Dos aspectos fundamen-
tiles tiene la teora de Chiovenda: el relativo al fundamento poltico dc
la institucin que se resuelve en la necesaria certeza jurdica; concibe
la sentencia como la actuacin de la lcy en el caso coiicreto por la volun-
tad particular del Estado.
En esta ltima proposicin enunciada, sostienen los ii~ipuguadores que
no solamente no explica el fcninerio de la autoridad de la cosa juzgada,
sino que por el contrario la justifica en el caso de sentencia injusta, y po-
nen de manifiesto que la expresin de voluntad del Estado se concreta en
la parte declarativa haciendo caso omiso del camino de razonamiento por-
que se lleg a la conclusin, y por tanto desecliando con el razonamien-
to el acierto o desacierto como indiferente, contenido en el raciocinio. Se
le objeta igualmente que por definir la cosa juzgada como la voluntad
concreta de la ley expresada en la sentencia con el carcter de incontro-
vertible, al actuarla, esa voluntad es subordinada, nada agrega a la ley,
ni explica la nota caracterstica de incontrovertibilidad futura de la deci-
sin, pues permaneciendo en el Estado la omnipotencia, bien podra ma-
nifestarse en otra decisin contraria, ya que la autoridad de la cosa juz-
19 Liehmnii, 0 b . cit., prlogo, p. 9.
COSA JUZGADA 47
a d a no arraiica de la naturaleza del pronunciamiento jurisdiccional, sino
con cl solo fin de obtener certeza juridica.
Liebnian, refirindose a Chiovenda, dice que "que toda la iinporian-
cia de la rosa jczgada v;iya puesta 'rn la expresin de la concreta voluntad
del dercclio' es una verdad que ha de entenderse en todo su significado;
os decir, que a esta cspresin de la coricreta voluiitad del dercclio pueda
y deba corresponder 1:i autoridad de la cosa juzgada aun cuando su con-
tenido y sus ciectos no scan de mera declaracin de certeza, sino tambin
de creacin o (le modificaciii de la realidad juridica". 20
Iiidiidableriiciit~ que en la produccin de la sentencia se tiende a
actuar la voluiitail de la ley, mediante el rgano juris(1iccional y que en
esa actiiari611 el juez dentro de la pirriiide juridica es rgano de expre-
siti, crcador de la norma individual, en la que la ley y todos los razona-
niientos sobre i1 caFo concreto producidos en el proceso, son elementos
esciiciales. Pero no cs Csta la priticij)al objecin que puede Iiaccrse a la
:enra de Cliioven~la. I'ara mi la objcciri seria radica en la calificacin
que esa teora hace de la naturaleza de la cosa juzzada, considcrindola
conio efecto de la sentencia firme, cuando en realidad no se trata de u11
efecto de la seiiteiicia.
2) IIzcglo Rocco.-Para explicar csquemticameiite la doctrina de este
ilustre expositor, es necesario hablar del derecho de accin, de intcrs, de
Lien, de iioi-nia po~itiva y prohibitiva, de jurisdiccin, de i~iters y obli-
gacin dcl Estado, como elementos previos.
El derecho de accin parte dc la necesidad de satisfacer niediante un
bien, que implica utilidad, un inters objeto de voluntad. La utiliclad es
subjetiva u objetiva. Los bienes de primer grado son satisfactores direc-
tos de necesidades y los de segundo grado' el medio para obtener los pri-
nieros. Ambos constituyen el derecho subjetivo Cue protege el objetivo.
El inters es elemento esencial dcl derecho de accibn. Este, cn funcin de
p.raiitin, resuelve las relaciones iiitersociales de las personas, mediante
el rgaiio <le expresin jurisdiccionnl, rama del poder pblico. La norma
juridica en cuanto iinl~crativo positivo o negativo, dota al rgano jurisdic-
rional para la coordiiiaciii y limitacin de las diferencias individuales, en
cuanto a derechos controvertidos con base en la accin y mediante el pro-
ceso. La fuerza de la norma se patentiza de diverso iiiodo: ya por coac.
cin psquica, obligando al individuo a obrar conforme a derecho o a abc-
-
20 Idcrn, p. 49.
48 OCTAVIO CIFUENTES RIVERA
trnerse de contravenirla, o ya por manifestacin imperativa en la aplica-
cin que de ella hace el rgano jurisdiccional, buscando su localizacin.
La traiisgresin a la norma implica el que se pida su actualizacin eii
inters del derecho protegido. Superada la etapa de la venganza privada,
los particulares se coaccionan jurdicamente mediante el rgano jurisdic-
cional a quien corresponda declarar y actuar el derecho en funciri pri-
vativa. Es inters del Estado la actuacin del Derecho. Se est en presencia
del derecho subjetivo pblico del Estado. Este derecho juris<liccio;ial se
gobierna por el Derecho procesal, es decir, que tiene sus lmites en &te.
Pritncro se tuvo el poder poltico soberano que devino en la rama jiirisclic-
ciozal gobcriiada y, por ende, limitada por las normas del Dereclio procesal.
E1 Esiado es, pues, sujeto activo de la jurisdiccin civil, y los particula-
res son sujetos pasivos de esa misma jurisdiccin. Entre ambos siijetos
existe u11 vnculo de Derecho pblico, pues que el Estado al producir su
jurisdiccin obra como entidad soberana. En el Procesal Civil se difc-
renciari la facultas ageizdi y la pretensin. Es el Estado qiiien hace.
es el particular quien pretetide. Sobresale en la jurisdiccin el hecho de
que el Estado sustituye su actividad a la de los particulares en coi~flicto,
p r a declarar el derecho al actualizarlo en la norma individual que se lla-
ina sentencia (sentencia declarativa), o para imponer el cuniplimiento de
la norma (seiiteiicia de coiidetia). En el primer caso, la actividad del Es-
tado sustituye la actividad de las partes en conflicto, y en el segundo, la
clel acreedor.
Uiio es el inters que nace del derecho objetivo frente al particular,
5- otro es el interGs frente a la actuacin del Estado en provecho del pri-
mero. E1 uno coino substante, es primario y el otro es secundario. Este
inters secundario es adezis autnomo, abstracto y general, nico c in-
mutable, y no patrimonial: su contenido es distinto respecto del primario;
procede, exista o no en la realidad, ste; no varia aunque stos carnbicn.
El elemento formal del derecho de accin es la facultad de exigir la
actuacibn del Estado: f ~ z d t a s exigclzdi. El fin del Estado es general y
colectivo, pero atribuyendo a los intereses particulares logra la armotia
del todo.
Quien invoca el derecho de accin, que es pblico, lo hace en protec-
cin de otro derecho que es privado, y arrastra a la persona que se dc-
manda como sujeto pasivo dentro del proceso y estas partes, actor y
demandado, ejercitan los derechos dentro del proceso: el de accin y el
COSA JUZGADA 49
i l i contrarlicciri; que se actualice uii derecho, por uii;i parte, y que se
iIicl:ire la libertad, por la otra parte.
1.0s hechos jurdicos, eii sentido gentricn (natural o producto de
~ol unt acl ) . gciicran, iiiodificai~ o extiiigueii las rclaciuiiis juridicas. .igri-
:a<los sus objetos, dii-ecto e itidirecto, cl deudor deja de serlo, y por lo
tanto 110 poclra volver a cobrarle por el iiiismo ttulo, la misma acreencia
del acreedor.
i l i i i l o~ai nr i i t c ocurre i.n la relacin de los particulares y lo; ri.aiis
jurisdiccionales d~, l I:.sta<lo. 1.0s p;irticul;ires tienctr <le,-i,cho n <leiiiaii<lar (Ir1
rgano jurisdiccioiial i ~ut . ilecl;irr r i coiicletie i.11 i;i<I;i i-eI:iciiiii ii~nri-ct;i:
el rjiaiio e; siijeto p a i i ~ o ci1 esta rchci6ii juri<lico-lirocvsal roiicret;~. (i i i -
lili<l;i la ol ~l i ~aci bn, ?s ilccir. cii;iiiilo el I<s:arlo ha provisto a I:i cxii.etici:i 11111-
medio iie In seriteticin irreforiii;lhle. ilesaparcce taiiihi61i 1:i posil~ili<lail <lc \iiic
se le ~i i ~. l \ r; i ;i <s i gi r i di i i i i r n cos:i. ;(ju. iioririn ~~os i t i va. leter~iiin:~ este he-
clii,? l' or ilistiiitos c:i!iiiiioi se pueilb (lecii- ijuc no c.; iiccwil-ia iiin,rriiii:i
ii<>riii:i: SIII-gL, (le la ii:itiir;lli,za iiiisiiin <le las cosas. Puecli. 1i;icerse si~hi-e
cste puiito iiii <leclilie~iie liternii<i ilc priiicipi<~s (lue coiifliiyeii ;i lo niistiio:
liastai-i;i coi1 iitai- cl (le <(tic prori~s.rzi.i o11 i ri fri i fi fi i i rcpttgnat. purs ;I ;:!i
con(iucirin el absurdo contrario. El Icstado cuiiiple su ohliyaciti jurisdic-
ciunnl cii cada caso concreto dcclarnndo el <lerechri o satisfacieiiilo coi1 i.1
patrimoiiio dei ,lenianclado cl credito dcl acreedor. En estn forma el I<st;i-
ilo iluccla lihcrndo (le su ohligaciri. Esta libertad iinplica el que en lo
sucesivij iio I~iieda ser ileniniidn,lo ~ i o r ia iiiislna prcsiacion <le jurisdicci<jii.
Tixteriorrrictitc la ;iiituri(lail i!c la r o a jiiz~;i~!;i s r iiiaiiificit;~. inilc.
coiiio iiria 11:-oliibicin I>ar;i iliie el ljnrticulai- iiisist:~ eii hacer inciclir l;i
1iirisclicci61i sobrc identiea cosa y el corrclntivo clerrcho subjctiio l ~l ~l i r r ~
<!VI Estiido n i i i j prestar su actividad. Este es uri dcreclio u nl~ligaciii :i
1:1 vez del l<sta<lo, yn iluc iio e; potrsLativo del Estado el volver a prestar
cl :ci-\.icio sino que contra l tilisnio se impone el hcclio consumiido <Ir
ilar por estahlrciilo el coiiletii<lo ile la seiitciicin. 1.as rclacioiie.; as irtic-
. i das foriii:iri par t i ilel 1)creclio I'blico.
1-3 rosa juzgaila (Iciiiiicstrn su eficacia iiic(li:iiite I;i esci~pciii ~ c i
iiidicatae que segii Rocco c i facultail cnnreriiicnte a 1;is p;ii-tes ?- a 10.;
rganos jurisdiccioiiales <le ;iIcgnr y probar I:I cosa jiizi.a,la !- r i i i ~ cs (1,.
<lerecho ]iri>ces;il r ~ t r i i , (1:. i-:ii-5etci- ;ihsoliit<). 1 1 ,>:!e~ie h; i c~i -~, .
v;ilei- <1c iiiici<i J cii iii:il<!iiier i.sl:icl<i si la, Ii:iric-. iio I:i 11;:11 <i!>ii,,sto, esr:ip:i
:I las cijii\cnri<~iies clc 1 ; s \):irtes. por wi- la CCI.S:L iuz:;ii,!a n~: i ~c, ~- i ; ~ il? oi-~leii
i?l>lici,. I'.I 17t ~h0 O i 1:) i oqa jiizc;i<l;i. coiiio hrcliri. iiici<le al iiiisnio tieiiil>o
50 OCTAVI O CI FUENTES RI VERA
en el derecho pblico y en el privado. Como se ve, con base en esta teoria
la segunda sentencia que se produjera sobre un asunto definido previa-
mente en otro proceso mediante sentencia con autoridad de cosa juzgada,
sera sencillamente inexistente, porque el rgano jurisdiccional haba ac-
tuado sin derecho, por una parte, y con prohibicin de hacerlo, por otra,
definiendo as uno de los puntos de ms difcil solucin que se pueden
presentar en el Derecho Procesal: la coexistencia de dos fallos contradic-
torios con idntica manera.
Esta teoria da margen para decir que el derecho valedero es el
que aparece definido en la sentencia, sin que pueda argirse que en el
caso de declaracin de un derecho contrario a la realidad, la sentencia
lo haya creado, sino que provistos de todos los medios posibles parte y
Estado, ste ha declarado el derecho que pudo ser, no siendo su nimo
por otro lado, declarar un derecho contrario al realmente existente en el
fondo de la discusin. Sobre este punto yo considero modestamente que
la discusin hay que plantearla sobre otro plano, como tratar de hacerlo
en otra parte de este trabajo. 21
3) Carne1z~tti.-Como Hugo Rocco, Carnelutti parte del concepto
de inters, con la modalidad de considerarlo como la situacin en que un
hombre se halla para la satisfaccin de la necesidad. Como los bienes son
limitados y, por cl contrario, las necesidades ilimitadas, bien e inters son
correlativos a satisfactores y necesidades que da como resultado el con-
ilicto de intereses.
El fin del derecho es dirimir esos conflictos, dando como resultado
la organizacin y orden de los hombres. El derecho para llenar su come-
tido se vale de la norma que tiene como meta la justicia.
La nornia contiene un matidato, concreto, para un caso determinado;
y abstracto para los casos generales que inciden en el supuesto de la norma.
S1 mandato abstracto es suceptible de particularizarse injustamente, per-
diendo en la adecuacin. Para aminorar esta posible injusticia aparecen
la institucin del derecho subjetivo y la jurisdicciii. E1 mandato impone el
l~recepto juridico como manera de ser: imperativo si limita la libertad,
y permisivo si la concede.
El conflicto de intereses, cuando entra eii la rbita jurilica, da iiaci-
miento a la relacin jurdica en que hay: un elen~ento material, el conflicto
mismo, y el mandato juridico que lo desata, como elemento formal. Tiene
--
21 Hugo Kocco, Ob. cit., parte 2'.
COSA JliZGADA 51
su efecto en la subordinacin de intereses. La sariciti suborlina el interes
de la parte pasiva, mediante un vinculo impuesto a su voluntad; para la
prevalencia del inters de la activa, inviste de derecho siibjetivo a la
persona.
En toda litis hay pretensiones que son antijuridicas cuando son pro-
ducto de la simple voluntad y juridicas cuando esa voluntad exige la
obediencia del mandato jurdico para subordinar el iiiter6s contrario al
del pretetisor. En toda litis hay dos elementos: material y formal que son
los conflictos de intereses y de voluntades. Se diferericiaii la litis y la rr-
lacin jurdica por el elemetito formal, que en sta es coordinacin de
voluntades.
La lilis es el contenido del proceso, que es serie de actos coordiiia-
dos y sucesivos tendientes a un fin.
E1 mandato jurdico se forma del eleme~ito causal: dirimir la lilis:
y de un requisito formal porque debe formularse de determinada 1n:incr:i.
Si la norma es mandato expreso para dirimir la Iitis, se la llama "mate-
rial", y si establece los requisitos para formularlo, se la llama "instru-
mental"; las primeras definen y dan solucin a los conflictos declarando
obligaciones y atribuyendo derechos, y las segundas atribuyendo iin po-
der y una sujecin; las primeras facultaii para utilizar c1 mandato ini-
puesto a terceros, mientras que las instrumentalcs inip1ic;iri la posibilidarl
y forma de utilizar ese mandato; las primeras comportan obligacin del
subordinado de un interts; al paso que las segundas determina11 sujc-
cin que se traduce en imposibilidad de querer rficaziiietite, siendo pues
obligacin una limitacin a la volutnad y sujecin ineficacia de la misma.
Del conflicto interhumano nace el proceso. Este se gobierna por e1
Derecho procesal, integrado por normas iiistrunientales o de Derecho p-
blico. En el proceso civil se distingue la formulacin del mandato, de su
ejecucin y de su seguridad. Una es la funcin jurisdiccional que tiene
por objeto la formulacin del mandato y otra es la procesal. Cuando la
funcin jurisdiccional acta una norma material que coiitietie la solucin
del caso, hace una declaracin que puede ser simple, de coristitucin o
de condena. En el declarativo simple se determina con certeza un estado
juridico preexistente; en el declarativo-constitutivo, se modifica la rela-
cin jurdica anterior, en que el proceso es presupuesto iriatcrial para el
nuevo estado; y en el declarativo de condena se determinan: con certrzn
el deredio, adems de la relacin juridica y la responsabilidad (devolu-
cin de lo retenido, indemnizacin de perjuicios o imposicin de pci:::'>.
52 OCTA'IO CIFUENTES RIVERA
El fin del proceso no es la actuacin de la ley, sino la solucin de la
litis. La actuacin de 1s ley es SII contenido pero no su fin. Uno es el
inters de la parte y otro el inters social del proceso: la parte pretende
con o sin razn; el proceso diriiiic dando la ratn a (pie11 la tiene. IIl
inters del proceso es, pues, dar la razn a quien justamente la tiene.
A la vez el proceso en si es apenas un medio para obtener un fin.
Este fin tiene vida propia y en l deben verse su naturaleza, eficacia y
estabilidad. Se advierte, segn el sistema analizado, que la sentencia pa-
sada eii la autoridad de cosa juzgada conlleva: a) el juicio pronunciado
sobre la litis, y b) la litis en si despus de haber sido valorada. De donde
se desprende que cosa juzgada hace relacin a la decisin y a Io decidido.
1.a decisin eil si es causa dc la eficacia. Al concepto eficacia da la teora
cl valor de autoridad ~ l c cosa juzgada. Segn esto, la autoridad (le la rosa
iuzgada procede de la eficacia y tsta de la decisin; la decisin, del poceso
1. &te, de la litis y el iiinndato.
La seiiteticin resuelve I;is cu~stioiics <Ic 1;i litis pei-o no todas. sino
~rluellas qiic fueron j>~.oj>iiis~s, nias sc extiende la resolnciiiii iiiiplicita ;r
aquellas cuestiones atitecedeiites de carcter necesario: si se declara la
:-esolucin.de un contrato es porque implcitamente sc acepta su existencia.
Se dice <pie la parte dispositiva de la sentencia es la substancia de la
resolucin, pero debe toinarse la sentencia como un todo, ya que su objeto
no es solamente la parte dispositiva. Adems de juicio, la decisin coiilleva
iin mandato, evidente en la dispositiva en que sin norma material se iin-
pone la instrumental; cn la constitutiva, el mandato es autnoino y en la
(leclarativa es complementario, puesto que concreta en la norma individua-
lizada, que es la sentencia, el iiia~idato abstracto de la nornia.
Juicio y mandato valen por sentencia. Caracteristica de la eficacia es
i u coercibilidad. La eficacia puede observarse desde el punto de vista in-
terno y desde el externo. 1-a eficaci:~ interna se resuelve en los efcctos
etiianados de la decisin y la externa que se deriva de la ley. Aqu nace
Iues la presuncicjn legal scn.ii la cual la ley se entiende que <lispone las
cosas coino las resuelve el juez. lo que confi~ui-a la cosa j uz~ada material.
As, cosa jnzgada material es el predicado de la nota de coercibilidnd que
se considera efecto de la sentencia. Al par qnc cosa jirzg:idn foriii:<l iincc
de iiiniutabilidad o estabilidad.
Al ~>r<~diicirse la srritciicia nclil~iiere exactainciite fuerza clc ley, pues
sta se actualiz en aqulla: por ello tiene la sentencia, eii s ~ i aspecto
COSA I i ZGADA 53
,:L. cosa jnzg:r<l:i iiinterial, cfect<is iobrc la litis; o sc:i quc e wl e ilatura-
li.z:i substancial.
Son liiiiites <Ic 1ri cosa juzgada el ol ~j e t i ~o, del que se deriva el subje-
ti\ci. Idntica litis se cxtieride a <luie~ics fueron tainbin sus sujetos Por
b i Iztis . . se establece la identidad de partes en seiitido riiaterial, l~retcnsiii
alegada y fundamentos de las diferencias.
Reflejos de la sentencia so11 todas las rel!crciisioiies ya de lieclio ya [le
derecho, reflejos qiie necesariaiiicnte se produceri por la intinia interdepen-
ciencia de las relaciones humanas.
IS1 efecto ixtcrno ni provieni ni c.s propio del protiunciamierito en
!;i -cnterici:i. sino [le 1;i ley, pues en la scntcncia sienipre se produce una
iiiiei-n situ:iciiiii cniis:icl;i i.ii la ley, aun eii el casn de Iris llarnadas ointrn-
<!as rleciarntivas, piie.< en tstas hay un;i eficacia coiistitutiva por rl iiian-
(lato coiiiplriiietiiario cn que se declara con certeza la norma niaterial.
Utio es r! efccto iiiiper;iiivo clc 1;1 sinteiicia (cosa juzg:id;i ninterial)
~ l ~ ~ n b s i ~ mi n c l o s e en la lry In concreta y la hace norma individualizada
y otro el <le inmutabilida<l (cosa juzga<la foriii;il) qiic: impide a cualquier
<itro juez repetir el ciclo decisorio ( ~ ~ o n bis in i dc m) . Por una razn
~r i c t i c a segii i r i l ~ t t i : pero segii c.niieii<lo yo, nis sera por la
:i:itiir;ileza iiiisrn;~ de I:is cosas qui.: soi~ieti<Lis toc!as :i1 supuesto del tiempo
\- ilrl cspncio. liace que la vida de los hoiiibres y de iris relacioncs tengan
:ii!cciiada coriclusiriti c i ~ el ticnipo y establr soluriOii eri sus resultados.
I'resiipuesto <Ir 1;i cs:i juzgada foroial, es la irrcciirribilidad. Para que
;ilgo sea inmutahle cs prirnero iiidispeiisable (lile se haya cerrado el ciclo
de toda impugnabilidad. L-ii:~ sentencia que en un proceso ya no tiene medio
,le inipugiiacin es iiecesariariieiitc justa, piics no hay inancra <le demos-
trar por 1:is vas del proceso 511 injusticia. hI:is tiene Iinites vsta iriim-
],ugnabilida~l que Ilcva a la in~iiiital,ili<l;i(l. T-lloi sn. entre otros. cuaiido
incide eri pcrsoIias iliic i i i , iurinii ~Icbiil;iiit~iite 1l;iiii:i~l;is :il jiiirin (i que
~oluntari;itiiciite iio si. Iiicic.i.oii lireseiitcs: cii;iiirlci h;i Ii;ihirlo s~iiiul;iciiiri de
11roceso uitre p:irtes con injuria de otros. o cuari<lo c1 dolo (le iin:i se ha
impuesto <lejan<lo <lesarriiado al a<lversario coiitr:~ qiiien lia vrtiido la de-
~.isin o finalmente cuando ciertos supuestos de hrclio necesarios para la
continuidad de la vigeiici;i de la decisibii han \,ariado (lejndola sin soporte
suficcnte, conio cii los ciisos (le aliriieiitos. Todo !o cual y dentro de los
Iinites o triiiirioi <Irstruye esa cosa juzgada fornial y hace posible la
i-i\risiri. Cuaii<lo no Iiay dentro <le la iiiisma iiirigiiiio de los vicios apun-
ia(los, entoiiccs pr<iv;ilece mediante 1;i excepciri d i CIJS;I juzgaki, que im-
54 OCTAVIO CIIWENTES RIITRA
pide al nuevo juez conocer del proceso por haber sido ya resuelto con
decisin firme.
Carnelutti llega a la naturaleza de la cosa juzgada mediante un estu-
dio de la norma juridica, es decir, de la naturaleza misma del Derecho.
Por cuanto supone un mandato complementario, pone de manifiesto que
el juez, al actuar la norma en su decisin, no sc limita a hacer un papel
inecnico, sino que obra como rgano integrador, pues en realidad cada
sentencia es una nueva forma en que se ha subsumido la ley, pero que no
es la simple ley concretada, sino toda una norma nueva. Para Carnelutti,
el fin del proceso est en dirimir los conflictos, en resolver la litis. Tiene
~ ~ s t a tesis como opositores a los que sostienen que el fin no slo del
proceso sino de todo el derecho consiste en llegar a la justicia. Mas es
indudablemente superior el soporte teleolgico del gran Carnelutti, pues
al paso que el concepto de justicia es demasiado vago y lleno de conteni-
(los relativos ya que ha sido vano el tal contenido en el decurso de los
tiempos, el dirimir la litis por el contrario es un prctico contenido pro-
cesal que conlleva en el balance final de toda humana institucin, la segu-
iidad en sus relaciones y arroja necesariamente un saldo final de armona
y convivencia, fin primrodial de la noma abstracta y verdadera justicia
para la comunidad ambiente.
Se dice igualmente que la coercibilidad no es propiamente efecto ca-
racteristico de la cosa juzgada, ya que la intensidad de la eficacia de la
sentencia es el trasunto de la eficacia de la ley. Efectivamente, en el mundo
del Derecho toda coercibilidad nace de la ley, pero la sentencia pasada
c.11 autoridad de cosa juzgada la concreta en grado eminente.
Para m no es criterio suficiente de justicia la imposibilidad de con-
trovertir la decisin; es una justicia formal que no deja satisfecho el
Lnimo definitivamente.
4) Doctrina de Liabman.-Enrique Tullio Liebman plantea el pro-
i.lcma poniendo de presente que las distitnas palabras con que se traduce
la frmula legislativa tradicional, tales como inmutabilidad, definitividad,
intangibilidad, indiscutibilidad, se refieren apenas a una cualidad, puesto
que en si mismas no tienen sentido y que por ello hoy no se habla de
cosa juzgada, sino de autoridad de la cosa juzgada, que no es ni el efecto,
ni un efecto de la sentencia, sino un modo de manifestarse los efectos de
la misma sean cuales fueren.
22 Carrielutti. .Sirieriz<~ di diriito proc~ssriolc ciuile, rol. r , p. 7
COSA JUZGADA 55
Considerada como nica eficacia de la declaracin judicial la mera-
inente declarativa, ve Liebman en anlisis atento que tambin es consti-
tutiva. Identificar la certeza de la decisin con la autoridad de la cosa
juzgada es un error de perspectiva, pues vale tanto como confundii- el
efecto con uno de sus posibles caracteres. Esta confusin se manifiesta
c:n la extensin subjetiva de la sentencia que al paso que hacr de la
declaracin de certeza una limitacin inter partes, admite que el eveiitual
efecto constitutivo lo sea ErgU onznes, como si fuera posible que slo
valiera entre las partes la sentencia que pronuncia la nulidad de un con-
trato y para todos si lo pronunciado es la anulacin.
Que la cosa juzgada no se encuentra limitada al contenido declarativo
:Ie la sentencia, se demuestra en la particular hiptesis de sentencias dis-
positivas en que como en el caso de aliinetitos, si la rigidez de la sentencia
se conserva, es diferente la naturaleza de la relacin juridica que vive
rti el tiempo con un contenido variable susceptil~le de modificacin por
iiechos sobrcvenientes. En toda sentencia constitutiva sc distinguen los
dos niomentos de declaraciri de certeza y la actividad dirigida a proclu-
cir un cambio de la situacin jurdica allucida en juicio, lo qiic an se
hace ms patente en el caso de declaracin de iiicuniplimiento de contrato
no seguida de la resolucin dcl tnismo sino de una ampliacin de trmino
en favor del incumplido. De donde han sacado algunos que el pronuncia-
miento constitutivo no es jurisdiccional sino un acto adininistrativo, razo-
namiento que se amplia para las dispositivas, eii que el juez crea normas.
liaci&ndolo entonces cii fiincin de legislador. Por ellii se da 1.n dudai-
del ~ a l o r de cosa juzgada en esas sentencias constitutiv;is y dispositivas,
por el carcter negativo de jurisdiccionalidad cii la fuiicin. 1.iehman no
entra a fondo eii este punto, sino que si~iiplemenie se limita a decir que
tales sentencias si estn comprendidas en la funcin jurisdiccional, ob-
servando que (1i;i a da la rbita funcional del jurz se eiisanrha en busca
de una dccisihn que satisfaga la aspiracin de justicia. Soil, pues. efec-
tos dc la sentciicia no slo la certeza, sino tambin los constitutivos o
ejecutivos y iio es efecto para con stos, 121 cnracteristica rie autoridarl <le
cosa juzgada.
cosa es la eficacia de la sentencia y otra la cosa juzgada. Se
ve que la ley le confiere efectos aun nnles dr que pase cn ~iutoridsii de
cosa juzgada como cjeciicin provisional dc sentencia clc priiiier grado
i:i cfirnci:i cjeciitila cle la sentencia no sujeta a grai.:iine~ics cxtraorclina-
riou. pues I;i iridiscutibilidad del efecto es un carcter 110 necesario y que,
eristeiitc o no, cn nada cambia la natiiraleza del cfecto. Ha sido r>osihle
56 0CTAl ' l O CI FUENTES RIVERA
considerar en la historia procesal que existan procesos cuyas senteiicias
nunca lleguen a adquirir el valor de cosa juzgada, pero a las cuales
nadie les ha negado su eficacia, como aun ocurre en cl Derecho catinico
eti materia de estado, segn el catioti 1903.
Hoy se tiene, por ejemplo, en la legislaciri coloiiibiaria que las setiten-
cias de excepciones en los juicios ejecutivos producen efizcaiiiente sus
efectos, sin que ellas, a la vez, tengan el carcter de coca juzgada, pues-
to que por va extraordinaria pueden ser revisadas.
Es conveniente seguir paso a paso a Liehman en su concepcin para
la fundamentacin de la naturaleza de la cosa juzgada. As, por ejem-
plo, la doctrina en forma uniiime sostiene que la autoridad de la cosa
juzgada es un efecto de la sentencia, cuando no es sino una cualidad.
Las definiciones corrientes inciden eii el mismo error, dando a la cua-
lidad que cobija por igual a todos los efectos, que hace el papel de un
fijador, de un pegante, de un cemento, el valor de uri efecto autnomo
de la sentencia, al par de los otros (declaracin de certeza, cotistitutivos
o ejecutivos). Hellwig confunde el efecto normal (le la seiiteiicia con la
iiicontestabilidad de este efecto, idea an ms errnea cuando se piensa
en que la cosa juzgada oriente esa eficacia en determinada direccin res-
pecto de los jueces que en todo otro proceso con identidad de materia,
causa y partes, tendrn que fallar de conformidad a la sentencia pasada
en autoridad de cosa juzgada. La formulacin de una concreta voluntad
de ley, impugnable o no, con uno u otro sujeto por destinatario, es una
:la, expresada por el rgano investido de soberana normativa para
hacerlo. Esa voluntad sujeta a todos, inclusive a los jueces, con indepen-
dencia de la cosa juzgada, slo que stos, por la irivestidura jurisdiccio-
nal, podran pronuticiar en nuevo juicio, sentencia contradictoria, para
evitar lo cual sirve la cosa juzgada, que hace el efecto de la sentencia,
irrevocablemente adquirido por ella. Aqu se ve claramente que no se
trata de un nuevo efecto, sino, como dije antes, de mi pegante o cemento
rlel efecto mismo. Por ello, pues, la sentencia tiene valor no slo en
un futuro proceso sino en las mltiples relaciones a que el hecho estable-
cido pueda dar lugar. El error que esta idea implica lia hecho posible
el creer que los efectos de la declaracin de certeza no se producen di-
rectamente, sino que son vlidos por reflejo de la consecitencia :i que
conduce el coiicrpto de cosa juzgada eri cuanto imposibilita a los jueces
para juzgar de modo diferente.
1' ; i i ; i I i 1 i c ltiina~iifiitc ineiicioii;i<l;i s i coriocen.
ciitre otras, las siguieiites tres posicioiies: la inat?rialiitic:i. l:i iiiiririativa
y la seguida por la doctrina italiana.
1,a teora ~iiatcrialstica r e "eii la cosa juzgada 1;i crraci~ii de un
iiiic':~~ fun(i;iiiiciito sustaiicial a la declarada exisiciicia o iiiesistericia <Ic
i;i rclacin j;irilica iieducida en juicio, iiiia caiis;i por s iriisiii:i de colls-
tltuciri o <!e cutiiiriii (le la iriisma". 23 Tal -<:oricepcin hariri posible
vxlilic:ir In srriteiiiin i;ijiist:i colno crcaciii :iri,crral. pero eil:i reida coi1
:;i iiiiiciiii del ~>i-oci.so. i r i i n l i.5 ciiteiidida Iioy eri <la en liir. ri.nlmrirtr slo
<!<,clnr;i !. actn la certez:i ilc ias rclacioi!es jiir~lic;is de las partes, coi1
cl o10 c;is(i exccl~cioii;il (le 1;is posiblrs seritenci;is coiistitutiras, Ilexri-
<lose :i 1:i concliisiii <le iluv aiiii r n case de crrur, ln \-olunta(l de la ley
<.S lo clur rl juez :ifiriiia ser. yi riiii. tieiie cuiiio ii;isi. cl ~,osttil;iili> <Ic (jiie
"prwxiste al proceso 13 \~uluiit;id iIc la ley de se,- iriterpretad;~ y ;il~lcada
por el juez". 24 Liebiiiaii clict. qiie esta teora ha planteado iiial el proble-
i i i ; i y coiicluyr que la ci~s;i jiizgada, Iior s sola, iiu es iii pl-occsal iii
~,l:ltrl-i;ll.
'Tr;ie luego i ; ~ tL,oi-:i iioriiiati\n iiria nuera iiiodali<lad al separar la
cris;i juzgada <Ic los efectos de la se~itiiicia. con hase e11 qiii. 6st;i ts una
!?y especial, (lindole al concepto dc riorilia coiicrct;~ uii n l o r dc ininuta-
, . .
L,ili<la<l cii esencia y coticluye~ido que la cosa juzgada implica la duracin
:ic v;ili<lez de la iiorrna concreta contenida etr el fallo. Segii Mcrkl, uIia
iiorni;i jurdica es esencialmente irimutahle cii el ticinpo y slo otra dis-
pusiciii cxpresa puede clvrogarlri; asi que traiiscurridos los t h n i n o s de
i~ii1>~1gn;iciii, la ley iio preve posibiiidaii de cariil~iri dc la seiiteiicia, e11
lo crial coiisiste precisaniente la cosa jiizgacla, giner;ilizando el concepto
:le cosa juzgada, concluye que iio es una iiistituciii excliisiva del ]>roceso,
>irio "1:~ cualidad <Ir todas las normas jurdicas que tienen valor inmutable,
silva <le la ~~osibiliclad dc airiibios dispiiest;~ por t,1 dcr c~ho positivo". 2"
T.:i argmnentaciii de Merki se cae por su base por cuanto la cosa juzga-
11;i coiisiste eii la cuali<la~l (le definiliridad en el tieiiipo (le la declaracin de
In clccisiii, al paso rliic la iiorma no es de duracin definitiva sino de dura-
ciii indefinida, pudiriido rii todo nioriiento ser contrariada por el mismo
<rgaiio quv la <lictO. T.;i improce(lencia <le vst;i teora es obvia.
. ~-
23 LicI>rn:~n, Ot,. cit., p. 60,
24 C l ~ i ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ l : ~ , ci[:!~Iu l,<r Licl~nxin, Ob. cit., 1,. 61,
2.; >,lc~lLl, c i l : ~ l < ~ i ~ u r I i c l > r ~ t : ~ ~ # , 01, . ~ h t . , 1). 63.
58 OCTAVIO CIFUEiVTES RI VERA
Ms sugestiva es la posicin de Bachmann al considerar la cosa
juzgada "como norma jurdica concreta que sustituira a la abstracta en
la regulacin de la relacin singular: con respecto al caso particular de-
cidido no seria, pues, posible invocar ya la norma abstracta aplicada, la
cual habra cesado de tener vigor para el caso singular".
Tampoco es aceptable esta posicin porque la norma abstracta segui-
r siempre viviendo como fuente inmediata de la regulacin de la con-
ducta humana a travs del fallo.
En la doctrina italiana, segn Liebman, se nota an el defecto de
seguir considerando la cosa juzgada como un efecto dc la sentencia y
propiamente como certeza que la misma produce. Arrancando de Chio-
venda, que la hace consistir en "la indiscutibilidad de la existencia de la vo-
luntad concreta de ley afirmada en la sentencia", acertada definicin, se
llega al error al considerar que por vencimiento de los trminos de im-
pugnacin "la declaracin de la voluntad de ley que la misma contiene
llega indiscutible y obligatoria para el juez en cualquier futuro juicio':
limitando as la cosa juzgada a la declaracin de certeza e identificn-
dola con la indiscutibilidad y obligatoriedad que, como se sabe, son efec-
tos distintos de la sentencia y diferentes ontolgicamente de la cualidad
en que consiste la cosa juzgada.27 Chiovenda, en las Istituzioni, trae la
siguiente definicin de cosa juzgada: "La afirmacin indiscutible y obliga-
toria para los jueces de todos los futuros juicios, de una voluntad con-
creta de ley que reconoce o desconoce un bien de la vida a una de las
partes". Definicin que deja: o) contenido de sentencia: b) efecto, y c)
cualidad (afirmacin de voluntad de ley, obligatoriedad e indiscutibili-
dad). Para Alfredo Rocco, es "eficacia obligatoria de la sentencia con
respecto a otro proceso; para Redenti, vinculo de los rganos jurisdiccio-
nales a considerar verdadera la regulacin del fallo, y para Betti, vinculo
para el futuro juez sobre la misma relacin. En estas concepcioneso se
sigue involucrando la eficacia con la autoridad de la cosa juzgada. No
acepta Liebman las concepciones de Hugo Rocco sobre la extincin del
derecho de accin civil de cognicin, puesto que la realidad es que no se
puede proponer en nuevo juicio nada que incida sobre la misma relaci011,
aun cuando se trate de deducir en va prejudicial. Refirindose a la con-
cepcin de Carnelutti, dice que para ste la imperatividad se resuelve
en cosa juzgada material y no impugnabilidad en la cosa juzgada formal;
-
26 Bachnianii, citado por T,ichrnaii, Ob. cit., p. M.
27 Ci os de Chioveiida, recogidas por Liebman. Ob. cit., p. 65.
COSA JUZGADA 59
que aqu se identifica a la cosa juzgada con la eficacia, identificando a z
el efecto con la cualidad, y co~icluye: "Los ~scri t ores (se refiere a los cita-
dos), definan la autoridad de la cosa juzgada como la eficacia de la
sentencia; Carnelutti define, en cambio, la eficacia de la sentencia como
i;~ autoridad de la cosa juzgada; no obstante el cambio lgico y la in-
versin de los trminos, el error es siempre el mismo".
Aunque en forma incompleta, estas bases anteriores sirva11 al nieuos
[le piso a las conclusiones que Liebinan hace as :
"1.-La declaraci~n de certeza derivada de una seulencia, lo mismo
que sus otros posibles efectos, puede ser concebida y se produce inde-
pendientemente de la cosa juzgada; en la aptitud de la sentencia para
producir sus efectos y en la efectiva produccin dr stos (cualesquiera
i1ur sean, de acuerdo con su contenido) consiste si1 eficacia; y la niis-
ma est i subordinada a la validez de la sentencia, esto es, a su conforin-
dad con la ley.
"JT.--La cficncin dc la sentencia, dentro de los lmites de su ob-
irto, no sufre ni n~una limitacin subjetiva; esto es, vale frente a todos.
"JI1.-La autoridad de la cosa iii~gadn no es un ulterior y diverso
efecto de la sentencia, sitio una cualidad de sus efectos y referihle a
iodos sus efectos; precisametite su inuiutabilidad. La misma est i limitada
bubjetivamente a las solas partes en el proceso.
"IV-Como consecuencia, los terceros estn todos sujetos a la efica-
cia de la sentencia, no a la autoridad de la cosa juzgada; la sentencia
es siempre oponible a ellos, dentro de los lmites de su objeto; pero les
est permitido rechazar sus efectos demostrando su injusticia, siempre
que tengan un i~iters jurdico en esta demostracin". 28
IJI. CLASES DE COSA JUZGADA
1) Planteamiento del problema.-Cuando se ha proferido una sen-
tencia dentro de un proceso regular y se han agotado los recursos ordi-
narios de impugnacin o se han dejado transcurrir los trminos sin in-
:erponerlos, se dice que la sentciicia est en firme, qur ha pasado eii
xutoridad de cosa juzgada. Se tiene entonces coiiio un efecto 11c esa
ceiitencia, su irrevocabilidad, pues es inmutable.
-
28 1.irbiiiaii. Ob. <;f., I ~ I . 197 y 198.
60 O< T.4VIO CIFUEh' TE.7 R I V E R A
Si las cosas pernianecierari siempre en ese estado, seria por lo me-
:los intil la clasificaci~i de la cosa juzgada. Pero ocurre que hay al-
::una diferencia y por cierto fundamental, entre aquellas sentencias que,
cstando en firme, son sin embargo, susceptibles de recursos extraordina-
rios, o de juicios ordinarios (le revisin, de aquellas otras que, bien por
su naturaleza o por cl transcurso del tiempo, no quedan sometidas a tal
roiltingencia.
?Qu ocurre en cada una de estas sentencias? il'uede ser que se
trate de diferentes grados de la cosa juzgada? O ser rns bien que son
dos diferentes faces de la cosa juzgada? O por el contrario, sern dos
cosas juzgadas? Pues bien, la doctrina que pudirra llamarse clsica con-
?idera dos clases de cosa juzgada: la formal y la material o substancial.
2) Cosa juzgada Jormna1.-La cosa juzgada formal es eminentemen-
!.e procesal. Nace y se hace patente en el desdoblamiento del vocablo in-
impugnabilidad, traducido como iiiatacabilidad e irrevocabilidad.
Al respecto, Hugo Pereira Anabaln trae couio un ejeuiplo que es
"familiar: si concurriendo los requisitos legales el Juez, a peticin de
parte, conociendo de un juicio ejecutivo por obligacin de dar, hacer o
no hacer, reserva para el juicio ordinario posterior las acciones hechas
valer por el ejecutante o las excepciones opuestas por el ejecutado, la
sentencia firme que se dicte en el juicio ejecutivo, a pesar de haberse
liecho inimpugnable, no obsta a que el asunto objeto de la discusin y
del fallo en el procedimiento ejecutivo, sea nuevamente discutido y sen-
1-nciado en el procedimiento ordinario".
Yo, a I I I ~ vvz, pondra el ejemplo ms comn de la legislacin co-
lombiana, o sea la sentencia de excepcioncs dentro del juicio ejecutivo.
7.
Esta sentencia produce la cosa juzgada formal, pero es revisable por la
va ordinaria.
La cosa juzgada formal es, pues, aquella que slo produce efectos
en el $roceso cmz que se dict y naa ms. Para Pereira, la cosa juzgada
formal "es el efecto de inimpugi~abilidad de una sentencia judicial fir-
me o ejecutoriada, o tambin, si se quiere, que es la preclusin de los
medios de impugnacin de una sentencia judicial, que no se hace por
eso irrevocable".
-
29 Hugo Pereira Anabaln, La cosa juzgada for>nnl en el procedinzienfo civil
citileno (Ed. Jurdica de Chile, 1954), p. 76.
30 Idetii, p. 67.
c OSA 11 'ZGAD.4 O 1
Son partidarios de la clistiricin de cosa juzgada formal y materi;il
ia iiiayor parte de los procesalistas coirio Chiovenda, Calamandrei, Gold-
schmidt, Schonke, Guasp, D'Onofrio, Niceto Alcal-Zamora y Castillo.
Coiiture. i\lsiria y Percira, entre otros muchos.
3) La cosa juzgada mafcria1.-1.a cosa jiizgada ii~aterial implica, cii
primer Iiigai-, 1;i cosa juzgacla formal y luego se iii;~~iifiesta i n proceso,
fiitiii-cts inrpirliei~cici iiucvo ~>ronu~icir!inicrito sobre el iiiisnio negocio. 1'0-
<Ira decirse quc la cosa juzgaki siihstancial es la foriii;il frerite a l<loi
!o:; ~ n i x ~ s o ~ ~ ' o s i t ~ l e s sobre lo inisma cosa. Se dice qur la formal hace
rel;ici>ii ;il s<>lo proceso cir <pie se dicta y ns viiicuia a I;L jiirisdiccin. :il
paso qiic la su1,st;iiicial viiicii1;i ;l to<lo juez en proceso futuro. la iiii:r <,.r
ilztra y la otra c.>-tra, ;i~ieiiiis.
'iiitc la iliicti-iiin cli:;ic;i se le\.antari Cariirlutti y I.iebrna11, como ~i
!:e riu al sintetizar sus respeciiros sistt.iiins. Carneiutti. por ejemplo. coii-
irnl~<nic los coiicq~tos (Ic itiniutabiliilad r iiriperatividad de la senteiici;!
rcsci-\-:iiiclo 1::ir:i cl 1"-i~iier ri i ct o la i<leriti<l;rd con la cosa jiizgada foriiial.
I I ~I - : L el s e~undo, la cosa juzgada substancial. 1.a primera vale como
"l~r<~hil>iciii al Juc,? rle volver a decidir cl litigi ya <I<:cidido". Asi.
pues, no podr revivirse ninguna controversia fallada. La segunda, se
co~ifiiiide con la coercitividad de la sentencia. La importancia de esta con-
cepcin radica eii que lo que la doctrina clisica Ilatria cosa juzgada formal
es precisameiite la denominada por Carnclutti cosa juzgada suhstaricial
o material, ya quc, coino se vio en cl ejeiriplo que yo porigo, un fallo
~ ~ u e d c ser ejecutal>le y, sin embargo, 110 es iiiiniital,le. Para T.iehirian, in-
iuiitabilidad vale por cosa juzgada formal, mas obs&rrese que se trata
de la seiitincia coino acto procesal, y drriomiiia cosa jiizgnda substa~iciril.
o sea la misma intiiutabilidad, pero refrrida iio al proceso solamente sino
21 conteiiiilo mistilo y muy especial~iierite n siis efectos. ::? L.a iniiiutabili-
dad es la raz derio.iiiii;idora (le la cosa jiirg;icla, qiie ser:, forinal en cua~i t o
:ict ])rocesal y substancial cn cuanto al in;iiidato corite~ii<lo cii el fallo.
Soii dos caras d i iiii;i inisma moneiki por i,llu sitnultirieas: <Ic nhi cl dc-
jrrlo (ir rsfn co?irri>ci!r, firtcs lo q71<, cfcrtiz~a$i~r!zie ocilrrr is qlrc p ~t ~i i ;
lars si^ ln for+ltal sin la r~zalcrial. c~iando sc da sin, nqitlln c.? .su ?rr.r!r-
l>uc.rto rirresnrio o, roitlo otros dicen, rondirin prrvia, ya que la ivrcz,r,-
cahiliilud r s i l i r cfecto o c oi ~s r r ~~r nr i a dr habcr qzrrdodo prrz~i an~oi t r ,.j(,-
62 OCTAVI O CIFUENTES RIVERA
cutoriada la sentencia de que se trate. Por ello para Couture, "la cosa juz-
gada formal es un presupuesto de la cosa juzgada substancial, ya que
constituye un antecedente necesario sin el cual no es posible lle, -ar a es-
ta". 83
4 ) Utilidad de la clasificacin.-No es una clasificacin inane esta
de la cosa juzgada en formal y material, como parece a primera vista. Su
utilidad se manifiest8, adems ' e la importancia que toda ciencia o dis-
ciplina tiene de precisar y aquilatar conceptos, en cuanto ayuda a hacer
ms prominente la autonoma del Derecho procesal ante el Derecho sus-
tantivo, lo mismo que en su aplicacin prctica inmediata.
En presencia de una sentencia que no obstante estar ejecutoriada,
puede sufrir modificacin mediante otro procedimiento, no cabe acudir
a l expediente de negar la existencia de la cosa juzgada, ni a denominarla
como algo sui generis, sino que es indispensable acudir a la concepcin
de cosa juzgada formal, como previa a la substancial.
Presta, por otra parte, un extraordinario servicio al verdadero ofi-
cio de la justicia, pues agotada la va ejecutiva o la va sumaria, se cum-
ple con el principio de la rapidez en el tiempo, fundamental para las
relaciones humanas, pero se deja el camino abierto para que mediante
juicio ordinario posterior puedan modificarse los efectos de esa cosa
juzgada. En Colombia as ocurre. Entiendo que tambin en los Cdigos
de Bolivia, Costa Rica, Cuba, Paraguay, Per, Uruguay y Mxico. El
italiano (art. 324) contiene la denominacin de cosa juzgada formal y
dice que "se entiende pasada en autoridad de cosa juzgada, la sentencia
que no se halla ya sujeta a regulacin de competencia, ni a revocacin
por los motivos enumerados en los nmeros 4 y 5 del artculo 395". Los
precedentes de tal norma son el articulo 648 del proyecto de Redenti y
el 61 bis que aprob la Comisin Legislativa, por el que se define que "las
expresiones de sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada usada en
el presente cdigo o en otros cdigos, se refieren a Sentencias no sus-
ceptibles de impugnacin, respecto a las cuales han sido agotados los
juicios de impugnacin regulados en el presente cdigo, sin tener en
cuenta la eventualidad de una oposicin de tercero, o una impugnacin por
revocacin en los casos previstos por el articulo 412, nmeros 1, 2, 3". 84
33 Eduardo J. Couture, Proyecto de cdigo de procedimiento civil (Monkvi-
deo, 1945), p. 311.
34 Virgilio Andrioli. Colnmento al codice di procedura ciuile, tonio 11 (Napoli,
1945), p. 274.
COSA JUZGADA 63
En Espaa, se hace la diferencia entre cosa juzgada formal y siibs-
tancial, como puede verse en el siguiente apartado de una sentencia profe-
rida por el Tril~iinal Supretiio: "La distincin entre resoliiciones judi-
ciales coi1 efecto taii sblo de cosa jiizgada en sentido formal, y co:i
cfectos, adctns, de cosa juzgada substancial o material, ha tomado carta
de naturaleza en iiuestro derecho, ya que el concepto exclusivamente for-
mal lo ainpara el artculo 408 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, refi-
rindose a las resoluciones firmes o iio susceptibles de impugnacin por
iio haber sido recurridas en tiempo, caso asimilable, por prescripcin del
:!rtculo 369, prrafo 59, al de resolucin que por su naturaleza no sea
;ecurrible, y a siipurstos de desistimiento y caducidad del recurso a que
ziudeti los artculos 840 y 1716; eventos todos en que la resolucin judi-
cial lleva aiiejn la liosii~ilidad de circuciii eii cuanto al caso resuelto, pero
no sieiiipre tiimc fut.rza oblig::toria en u11 proceso futuro, bien porque la
ley si. 1;i tiirpi. coino eii los coiitemplados en los artculos 33, 1479, 1558,
1617, 1818 y crici,rd;itiies de la mistiia ley procesal, bien porque entre
el pleito aiiterior ?- e1 ulterior no concurra la triple identidad -aadenz
res, eadem causa, cadcm~ persona- que el artculo 1252 del cdigo ci-
vil. con tcnica ya rebasada, de presiincin de verdad, exige para que
puc11;i ser apreciada la cosa juzgada en sentido material, caracterizada por
,.oiistituir un barrein (juc itnl~ide al Juez del nuevo pleito, cn trancr de
sentencia, toda acii\-ida11 jurisdiccional ya decidida en el pleito ante-
rior,', 36
Pero lo riiis iiiiportante de la distincin entre cosa juzgada forma!
!: cosa juzgada niaterial es c61iio puede aunar una serie de factores fa-
vorables para la rpida administracin de justicia. Cuando se producc
la sentencia definitiva en un juicio sumario o ejecutivo, la persona quc
se siente agraviada puede acudir por la va ordinaria a remediar el en-
tuerto, mediante la amplitud procesal y probatoria que esta va le pro-
porciona; al paso que la que ha obtenido el xito puede ejecutar y hacer
cumplir la sentencia que le fue favorable. Solamente tendra ya un re-
paro de carcter prctico. Cuando los intereses en juego son muy valio-
sos, se corre el peligro de que quien traduce el xito en la eficacia prc-
tica de la satisfaccin de la prestacin, pueda luego insolventarse en per-
juicio de su eventual acreedor. Para este caso, como para el contrario del
demandante temerario, podra proponerse el remedio de la prestacili
de caucin suficiente para el caso de oposicin o a la ejecucin de la
-
35
Seriteticia de 13 de junio de 1942, citada por De la Plaza, p. 311.
64 OCTAVIO CIFUENTES RIJ'EIIA
sentencia o a la prosecucin del juicio ordinario de revisin. No conozco
-1 proyeto de Cdigo Judicial de Colombia, pero se me asegura que en
inateria de juicio ejecutivo, acaba con todo remedio contra la sentencia
<lile desata las excepcioiies, constituyendo as a esta sentencia en insti-
tucin de cosa juzgada inatcrial, y dejando sin ningn recurso, por lo taii-
to, a la parte que pierda. Para el sistema colombiano es tan grave csta
determinacin, que la eficacia de la justicia caera en las rnaiios de los
simples jueces o del Tribunal Superior, convirtindose as fstos, de hecho,
c11 revisores y actiializadores oiiinipotentes aun de los fallos que hubiera
dictado la Suprema Corte (le Justicia.
5 ) Critica dc Cozi~llo-La cosa juzgada formal ha sido vivamente
criticada, eiitrr otros, por Covicllo que dice: "suele hablarse, al tocar este
punto, dc cosa juzgada en sentido formal, y de cosa juzgada en sentido
iriaterial, entendindose por la primera la no impugnabilidad de la sen-
tencia, y por la segunda su obligatoriedad respecto a los litigantes. Pero
evidentemente la distincin es poco til, ya que una sentencia no puede
ser obligatoria sino cuando no puede impugnarse." Como se ve el
.,citar citado coiifuiide la inipugnacin con la iniitabilidad. y saca a lucir
el concepto ile obligatoriedad, que no es diferenciador de las dos for-
mas de cosa juzgada, siendo, por el contrario, diferenciador el concepto
de inmutabilidad.
6) Juicio de revisin, tavcbifn l l ~ m d o recurso extraordimrio de re-
:isin.-Cundo puede decirse que Iiay verdadera cosa juzgada subs-
tancial? Cuando la sentencia definitiva ha sufrido todos los recursos or-
ilinarios y extraordinarios y ha sido sometida a los juicios de revisin o
,le amparo respectivos o finalmente cuan<lo se ha11 dejado transcurrir
todos los plazos sin oponerlos. En este momento puede decirse que la
cosa juzgada substancial es plena o definitiva. Es bueno hacer esta ob-
servacin, porque cuando el proceso culmina con sentencia pasada en au-
toridad de cosa juzgada foriiial, para devenir en iniiiutal~ilidad plena se
requiere que transcurra el trmino de la prescripcin como en los de los
juicios ejecutivos, pero se da el caso que en las de naturaleza provisional
3610 se consolida esa caliclad por las prestaciones pretritas y hasta el
presente inecliante el principio rebus sic stantibzrs, pero iio pam el fu-
turo y cuaiido la scntrncia ha sido positiva en cuanto al vnculo o fuente
<!VI derecho, sicn<l \-:iri;lljle apenas la medida circuiistaiicial, con la exceii-
COSA JUZGADA 65
cin de acorileciiniriitos sohrr\-etiieiites i p r <lestriiyati 1:i ohligaciii. conlo
rn el caso 11c la iiij~iria grave al alinicntistn, puesto que la ley obliga a
iilantener al pariente, pero tio :i1 eiiciiii:go grave y :icli\-o.
Eri nlg~ilias le~islacioiies. como la cliilcnaj se Ilairia recurso iie re-
visin al juicio or<iiiiario por meciio del cual sc revisan las sentencias
pasadtis cii ;iutori<lad de cosa juzgada substancial. Para que tal acciii
al l i sea pruce<leiite se requiere que se ejercite dcntro clcl aCo a contar de
la kltitiia riolificacii>ii <le la sr~irteiici;~ ohjeto <le la i-cvisiii: niite ln Cor-
te Supreiria [le Justicia; contra toda sentencia firme que no emane de
la Corte Supi-erna profei-ida eii cas:icin o revisiri. So11 fundnmeritales
par:i incoar tal accin \le 1:i wnteiici:i ciry:i revisin sr invoca se haya
fundado en <locuinentos falsos (declarn<los :\s por sentencia posterior a la
~evi sada) ; o rle falso tcstiinoriio (por cl cual hayari sido co~idenados los
declarantes) si stc fue el nico fundametito probatorio; o si la scnten-
cia fue producto dcl colircho, violencia u otra inaquiiiaciri frauduleiita;
o si la tal sentencia se pronunci contra otra pasada en autoridad de cosa
juzgada y que tia se aleg.
En Colombia puede revisarse una sentencia ejecutoriada proferida
por la Corte Suprema de Justicia o por un Tribunal Superior, eii los si-
guientes casos: l o, si despus de pronunciada se recobran piezas deci-
iivas retenidas por fuerza mayor o por obra de la parte favorecida; 2" si
recay en virtud de documentos que al tieinpo de dictarse no eran cono-
cidos coino falsos por una de las partes, o cuya falsedad se ha recoiio-
iido o declarado despus; 30, si habindse basado en prueba testimonial
los testigos ha11 sido coiidenados por falso testimonio en las declaraciones
que sirvieron de fundamento a la sentencia, y 40, si la sentencia se dict
injustamente por cohecho, violencia o fraude (art. 542). El recurso no
puede interponerse sino dentro de los dos aos siguientes a la publicacin
de la sentencia (art. 543). Pero los acreedores de las partes gozan de un
plazo de cuatro aos para pedir, en juicio ordiriario, que dicho fallo se
re\-isc, si aleg:iii que liubo colusin eii el plcito.
La sentencia se publica en audiencia pblica el misrno da en que sea
iirinada, o en el da hbil siguiente. El acto se cumple leybndose por e1
secretario e11 presencia del jnrz o magistrado ponente, la parte resolu-
tiva del fallo (art. 479).
A la demanda debe acoinpaiiar el rcciirrente 1;i suma de doscientos
pesos y presentar las pruebas en que iuncle sil solicitud. Esta cantidad
i c de\.iiclvc al recurrente si se decreta la revisin. En el caso contrario,
se toma de ella lo necesario para atciider al pago de las costas, y cl $0-
66 OCTAYIO CIPUENTES RI VERA
brante se aplica a la beneficencia pblica (art. 544). Interpuesto el re-
curso, la Corte pide el prorcso a la oficina en que se halle, y, una vez
recibido en la Secretaria, ordena que de la demanda de revisin se d
traslado a quienes fueron parte en el juicio, en la forma y trminos pre-
srnidos para el traslado (le la demanda en via ordinaria (art. 545). Como
se ve, el cdigo deiiotnitia iiripropiarnente recurso, a lo que es una accin
que se ejercita cii via ordinaria. Contestados o no los traslados, el juicio
se abre a pruetia por c1iiince das, concluidos los cuales se da a las partis
un ttrmiiio comii de seis das para que aleguen, y vencido &te, se re-
suelve. Si la Corte estima fundado el recurso, invalida el fallo y dicta cii
su lugar la senteticia que juzgue arreglada a derecho. Si lo declara in-
fundado, condena en las costas al recurrente. En todo caso, el proceso se
devuelve nl Tribunal o Juzgado de su origen (arts. 545 a 548 inclusive).
El articulado del cdigo, pleno dc errores, empieza por sealar como
iiiicamciitc rc\,isribles aquellas sentencias que procedan dc la Corte Su-
prema (le Justicia, o de uii Tribunal Superior y concluye ordenando la
dei~olucin dcl proceso al Tribunal o Juzgado, olvidando en el ltimo
jrticulo lo que dijo en el primero del ttulo correspondiente. Tiene ade-
rnis el incorive~iie~ite de no lirnitar la materia de reirisiii a aquellas sen-
tencias iio proferidas por la Corte en casacin o revisin, aunque todo
ello puede scr riiuy ixplicable. El plazo es de dos aos para las partes y
(le cuatro para solicitar iiulidad de la sentencia o revisin de la misma
para los acreedores de las partes, que vienen a ser unos terceros sui generis.
7) Nafz~ralcra de la accin de reuisi+z.-De la naturaleza de este mal
llamado recurso es el presupuesto de la existencia de una sente~icia pn-
sada en autoridad de cosa juzgada material. De esto se dediice como coro-
lario que no podri deducirse dicha accin sino cuando el proceso aiiterior
liaya terminado plerianieiite, es decir, cuando la sriltenria que le pone fin
est en firine.
Victor FairCn Guill.11 sienta: "La demanda de revisin espaiola
presupone la existencia de una sentencia firine que est surtiendo los
cfectos (le cosa juzgada; por ello no se la puede encuadrar en el inarco
del "derecho n recurrir", considerando como una posibilidad inherente a
la primitiva accibn y preterisiri, ]-a que sta se extingui al producirse
,~quellos cfectos citados. As, pues, la demanda de revisin espaola puede
tambin concebirse como una accin con pretensin impugnativa de la
eiitencia firme; el inters que mueve a dicha accin y pretensin est
COSA JUZGADA 67
zipoyado en una base fctica nueva y diferente de la que fue tratada en
el proceso anterior; ello queda bien patente en la demanda de revisin
peiial, en la rlue su base de hecho puede ser precisamente la opuesta a
la rlne provoc la sentencia firme que se trata de anular.
"Si la nueva base fctica cs tan importante y correlativa a la verdad
iibjctira qiie ante clla queda pt cnt e In deiectuosa justicia obtenida en el
proceso ya terminado, precisa, cuando ya no queda niiigti remedio or-
ilitiario por ser la sentencia firme, arbitrar un expedierite mcdia~ite el
ciial se 1iag;i desaparecer aquel proceso en el que los iiueros Iieclios su-
iniiiistriii una nueva Case de uria resoluci611 justa. Se trata de dcstruir
la Ilaniada presuticiiin de verdad de la cosa j i i z ~a d; ~; se dirige el proceso
contra otro proceso." 27
8) Cosa jlizgada suhstaizcial provisioiia1.--E<luardo J. Couture dice
que "si las sentencias judiciales tienen por fin hacer justicia y esta se
logra <lan(lo a las obligaciones y a su c~~i i ?pl i ~~~i er i l o, el niisrno carcter
rlstico qiic tienen en la vida (le los negocios, ninguna razn de derecho ni
-le erpi<la<l existe para prohibirlo". 38 ATo sc ve, pites, la razri para que
tio ~ ~ t ~ e d a hablarse de sentencias provisionales, condicioriales o alteroati-
vas, con base en tan ponderarla aprcciaci~i. A m tne agr:icl;i la <lriioinina-
ci6ii (le seriteiicia provisional, con efecto de cosa juzgada, Imra ln que
regula ciertas situacioccs <le coiiteriido III~L-ihle, y cti las que, en ocasio-
nes, puede darse la cosa juzgada substaricial, y otras veces la cosa juz-
gada substancial provisio~ial. As, por ejeinl~lo, sc tiene el caso de los ali-
nietltos, cuya fuente puede ser la ley, la cotivenciii o el testamento, eti
algunas legislaciones, por una parte y la cuanta a que sr traduce la obli-
;.aciciti VII forina circiiiistaricial y variable por la otra. En el clccreto o
iie~iiciii (le In fueiite, pucde traducirse la cosa juzaada ~.ubstaiicial, rlui-
ta~iilo cl caricter pro\-isiorial a la setile~icia, tnietitras que en relacin :i su
regulaciri rigc la l~rovisionalidad de la seiitencia. Ciiando se ha profe-
rido uti fallo qtic niega la obligacin alimenlicia, se est en preseiicia de
la cosa juzgada formal por una parte, pues el fallo se hace inirnpugnable
dcntro del proceso, y, por la otra, la cosa juzgada iiiaterial por su perpe-
iuida<l. 1.a Corte Siiprerna de Justicia de Chile ha sentarlo al respecto la
-
37
Victor FairCn Giiiilt~i, Doctrina generol de los ~iwdios de iiiipugnacin y
)(irte gencrol dcl Dei-ccl~o prorrsal (eii "Revis!a de Derecho Procesal", hladrid,
1949, 11. 28).
38 E<luirdo J. Coutlirc, Soitcncins )>ro~,isorins, prooirionoks y nlteniniiwas,
en "Estu<lios de Derccl:o l'roceral Civil", !oino 111 (niieiios Aires, 1051). p. 323.
68 OCTAVIO CIFUENTES RIVERA
siguiente jurisprudencia: "la sentencia que declara que el demandado 1x0
est obligado a dar alimentos al demandante por haber ste cometido in-
juria atroz en contra de la vida y de la honra de la madre del demandado,
produce cosa juzgada respecto de la nueva demanda en que el actor del
juicio anterior solicita que el demandado en ese mismo juicio lo asista con
tina pensin alimenticia".
"No sera bice para ello el hecho de que en la primera deirianda se
hubieran pedido slo alimentos necesarios, y congrnos en la segunda, pues,
dada la especial naturaleza de las acciones judiciales sobre alimentos y
tambin el peculiar carcter de la excepcin de cosa juzgada, siempre la
cosa pedida seria la misma". 38
Esta jurisprudencia se inicia muy hien y termina muy inconsistente,
parecindose en ello a la misma demanda, que solicitando alimentos nece-
sarios en la primera ocasin y negndoselos, concluye solicitando los con-
gruos. Es decir, que si no se le dan ciento que se le den doscientos. Y la
jurisprudencia empieza estudiando el fenmeno de la procedencia o
fuente de los alimentos, y negando esta procedencia o fuente ha debido
sentar la cosa juzgada formal y substancial, declarndola como excepcin
y no entrar a estudiar el aspecto de la cosa pedida en si, que es mdulo
de regulacin, y para la cual realmente no se opera la cosa juzgada mate-
rial.
Efectivamente, la naturaleza jurdica de los fallos que regulan la
cuanta de obligaciones alimenticias, es de contenido variable, segn las
circunstancias ya del alimentario ya del alimentista en cuanto hace rela-
cin a su cuanta. Rige para esta clase de sentencias, que por eso se lla-
man provisionales, el principio rebus sic stantibus. Como la accin de
,ilimentos, hay otras muchas acciones que confluyen a la cosa juzgada
substancial provisional.
IV. LA COSA JUZGADA EN FUNCION DE EXCEPCION
1) P1anteiwniento.-Producida la cosa juzgada, las personas a quie-
nes ella hace relacin, pueden hacerla valer desde dos puntos de vista:
ejecutndola, es decir como accin, o defendindose, es decir, oponindo-
la como excepcin. La primera es manifestacin de la potestad de la au-
39 Sentencia de lV de octubre de 1946 de la Corte Suprema de Justicia de
Chile.
COSA JUZGADA 69
toridad para el cunipliiuiento de sus decisiones y la segunda es consccuen-
cia de la irrevocabilidad, efecto fundamental de la sentencia. Licbniaii
dice: "Debe, en cambio, negarse de una inanera absoluta la existencia dc
la llarnada actio izrdicati; la accin ejecutila es un efecto de la condena,
esto es, una manifestacin del efecto sancionatorio producido por la coii-
nena, y a ella debe referirse la conocida cuestin del trmino de pres-
cripciii." lo
2) La cosa juzgada dentro de la teora pub1icista.-Flay un proble-
i:ia muy iriteresantc que tiene dos pocas bien definidas cn el niundo de
la literatura jurdica: el de si es necesario alegar la excepcin (le cosa
juzgada por la parte interesada o si puede considerarse de oficio.
Hoy es de ncrptacin universal que, dada la naturaleza piiblicistn
(le la autoridad de la cosa juzgada, el juez debe considerarln de oficio.
cuando no ha sido propuesta coino excepcion por las partes, al dccir de
Liebmnii y Chioienda, quienes agregan: " l ~ ~ r eso la excepcin de cosa
.iuzgada no es una excrpcin en sentido propio. lo cual se adniite hoy co-
tnnmeritr." 41
3) Teoria antigua que szacc de co~zsiilerar la nafz~ralrra dc la cosa
juzgada collzo rrsultado de usi. contrato o cuasi contrato-No obstante
la afirmacin anterior tan rotunda y razonable, otra concepcin total-
mente contraria imper hasta no liace mucho tiempo. Por parecerme in-
teresante quiero transcribir la argutnenlacili del licenciado Jacinto Pa-
llares, hombre muy ilustre de Mxico, quien deca as: "La cosa juzgada
es una cxcepci~i que no puede suplirse de olicio.
"No shlo es un principio de jurisyrudcncia, sino una prescripci6ii ter-
minante de la ley, que los jueces no deben tener en cuenta excepciones i ~ o
alegadas eii tiempo y forma. Y este principio es tan importante en cl or-
<!en de los proce<limietitos, que su violacin importa nada menos que juz-
gar a uno de los litigantes sin orlo, sin a<lmitii-le pl.iiebas, pi-ivindolo dcl
rlereclio (le defetisa.
"Toda excepcin se fiinda en un hrcho, y la (le la cosa juzgada pue-
,le, por lai alegacioiies de uno (le los litigantes, pcr las prurbas que rinda,
por las obserr:aciones jurdicas que haga valer en los tirininos legales,
iiucdar coiiipletanlente desvirtuada en rl terreno de los hechos y en el
terreno del derecho. Cuando, pues, uno de los litigantes no viene a alegar
44 Liehmati, Ob. ci t., p. 71.
11 I d c w, p. 74.
70 OCTAVIO CIFVENTES RIVERA
esa excepcin, sino despuk de terminado el plazo de prueba; cuando el
adversario no puede impugnar esa excepcin, ni jurdicamente ni por
medio de pruebas, jno es evidente que si el juez toma en cuenta esa ex-
cepcin, procede alevosamente en orden moral y violando garantas ter-
niinantes en el orden legal, privando a uno de los litigantes de toda au-
diencia, de toda defensa, de toda prueba, de toda alegacin para desvir-
tuar esa excepcin?
"Pero dejemos estas consideraciones, aunque filosficas y notoria-
mente justas, y fijmonos en lo que previere la ley y prescribe la juris-
prudencia universal.
"Dice el articulo 567 del cdigo de procedimientos: 'Despuhs de
contestada la demanda, no puede oponer el demandado excepciones ni re-
convencin, quedando a salvo sil derecho para deducir sta en el juicio
correspondiente.'
"En presencia de este precepto terminant?, no es posible concebir
cmo hay jueces que admiten una excepcin que no se opone eti iienipo
y forma, y slo se hace valer al alegar de buena prueba cuando los autos
estn ya concludos, cuando todo trmino probatorio ha fenecido, cuando
definitivariiente se han fijado en la demanda y contestacin los nicos
puntos indiscutibles, los sobre que debe versar el fallo. los que los liti-
gant e~ han sometido por medio del cuasi contrato llamado juicio, a la de-
cisin judicial, los que, en una palabra, deben servir de base a todo litigio,
porque nadie, ni los litigantes ni el juez, tienen derecho para innovar las
acciones contenidas en la demanda, ni las excepciones contenidas en la
contestacin a la dcrnanda.
"Cmo, pues, hay jucces que despreciando abiertamente el preccp-
to del artculo 567 del Cdigo, admiten excepcioiies no alegadas al cnti-
testar la demanda? ~Cr no ya que se resuelven a fallar sin oir en un pun-
lo no discutido oportunanie~itc, violando la justicia natural y c.1 derecho
de <lefnisa, no se dctiriieii siquiera ante ese precepto explicito <le ln ley?
"Antcs de pasar adelante, debemos de hacer una observaciri que
tiene por objeto prevenir el que los jueces que ocii:an en coiitrario ],re-
tendan apoyarse en ;ilgu!ias doctrinas qne no coliocenios, para soitciier
que la excepcin de cosa juzgada puede oponerse en cualquier esta<lo del
.inicio. Es cierto que en la jurisprudencia antigua haba alguiios casos e11
Oue podiari oponerse excepciones despus de contestada la demanda; pero
las nuevas leyes de enjuiciamiento casi unnimemriite han cambiado, y
con razn, esa jurisprudencia que era una violacin del derecho de nu-
COSA IUZGADA 71
diencia y defensa, y han sancionado el precepto de que la demanda y su
contestacin fijan definitivamente el cuasi-contrato del juicio, y los nicos
I~untos que debcn discutirse en la sentencia, las nicas excepciones que
debrn tenerse en cuenta, y que si es nula y debe casarse iart. 1613 rd.
proced.) toda seiitencia que comprende accioties rio de<luci<las, lo niisnio
~ucede coi1 la que comprende excepciones no opuehtas el1 el t&riilino lrgai,
porque los derechos dcl actor y del clemandado sor1 igu:iles y porrlur si al
;ictor no se le periiiite modificar su accin (arts. S0 y 52) taiiil>iJco el
reo puede cambiar sus excepciones (art. 567 c6d. l>eiial), y si la seiitcii-
ria que se extralimita fallando sobre acciones no deducidas en e! tr-
mino legal, es nula, nula debe ser tambin la que coiitpreiide excrpcionrs
no opuestas en trmino oportuno.
"Todo esto es de Icy expresa, iodo esto est funclado eti cii11sider:i-
riones de justicia natural, toclo esto excluye cualesquiera <loctriiia qui:
tienda a revivir las disputas de la jurisprudencia antigua sobre qiie haba
excepciones que podan oponerse despus de contestada la deniailclal \-io-
:ando el cuasi-contrato perfeccionado por esa contestacin.
"En esta materia el raciocinio es sriicillsirrio y de ley rxpresa. La
rosa juzgada es una excepcin (art. 74 dcl cd. proc.) es as que las ex-
cepciones no pueden oponerse sino a1 contestar la demarida y no despus
(art. S67 ni. cd.), ni la setiierici:i debeti tericr eii cuerita i:s:is excepcio-
nes que soti accioiics para el reo ( r ez ~s i i ~ excifiieifdu actor cst, art. 1613
cd. cit.) ; luego hoy, segii la ley vigc~ite y rxplcita, no pueile opotirrse
la excepcin de cosa juzgada sino al contestar la demanda, y la sciiten-
cia 110 dcbc tener en cueiita esa e:<cepcin si se opuso cstetn~~orine;iii~<.ri-
te. lSsto iio necesita mayor cxl>licaciii iii adriiite doctrinas tn contrario,
porque las tloctri~ias so11 para aclarar las leyes y Ileiiar siis \-acios, y IIO
para iiifritigirlas."
En a p - o de su tesis hizo iiii :icoliio de citas, c~i t re otros de Iiriiesto
Eretoii, I ~cor nbe, l'al~re. hlerliii, C;nstSti El-iolet, Touller Ilcnevei-S, Ilal-
loz, Zaiiiar, Uartolo, J;icoiio (;oiiscrio, <;rcgosio IdO1~cz, Giririin, y COIICIU-
yc as lespiis dc Iiaccr todas estas citas: "Se ye que es uti priiicipio
iin:iiiiriii, uiiivcrsal en tudas 1;is jiiriil->rur!eiicins y adiiiitido por to<ios los
autores y fundrido cn ki razn y ki justicia, que la cosa juzga<ln cs un:i
exceljciii; qitc es tina cxccspcin de dcreclio civil que no piretlr iu!,lii-se
<!e oficio por los jueccs, que si 1;rs partes cntraii al foiido de una cuestibii
decidida por otra cjecutoriada, sc rtitieridc que reiiuncian la exccpciii de
rosa juzgada, porque dc lo contrario sera etigaar a su colitigante, obli-
72 OCTAVIO CIFUENTES RIVERA
gndolo a rendir pruebas, a invertir los gastos y molestias en un juicio,
bajo el concepto de que se iba a discutir el fondo del negocio, cuando la
parte alevosamente se reservaba volver sobre una excepcin que opuesta
en tiempo hubiera evitado el litigio, hubiera podido ser discutida en au-
diencia de ambos litigantes. En una palabra, y resumiendo: la cosa juz-
rada es una excepcin segn nuestro cdigo; las excepciones no pueden
oponerse despus de contestada la demanda: luego nadie puede oponerla
basta los alegatos de buena prueba; luego se entiende renunciada; luego
no puede ser tomada en consideracin; luego el Juez que la tome en con-
sideracin viola los artculos 567 y 1613 del cdigo de procedimientos." 42
Pereira Anabalon se responde a la pregunta de si puede ser declara-
da de oficio la cosa juzgada, en relacin se entiende, con la legislacin
chilena y razona as: "En nuestro sistema legal como es sabido los tri-
bunales iio pueden ejercer su ministerio sino a peticin de parte salvo
los casos en que la ley los faculte para proceder de oficio (art. 10, inc. 19,
del cdigo orgnico de tribunales) y ningn precepto les da atribucin
de declarar de oficio la cosa juzgada ; a ms que, por el contrario, las dis-
posiciones analizadas que a ella se refieren, demuestran que el derecho de
quien pueda alegarla es renunciable, carcter ostensiblemente incompatible
con esa posibilidad.
"Con todo, en este instituto no slo est comprometido el inters
privado de los litigantes, sino tambin el inters pblico que exige la sal-
vaguardia del prestigio de la autoridad judicial, porque si sta se pro-
nunci sobre cierto asunto litigioso en sentencia con fuerza de cosa juz-
gada una nueva senteiicia contraria con igual mrito sin duda alguna lo
vulnera.
"
La conveniencia pblica exige, pues, dotar a los magistrados de la
potestad de declarar la cosa juzgada, con o sin peticin de parte.
' t
En todo caso, quien alegue la excepcin debe hacerlo eii forma
precisa sealando con exactitud la sentencia firme de donde emana, pues
los tribunales han declarado que "debe desecharse por indeterminada la
excepcin de cosa juzgada que se alega fundndola en sentencias que se
Iian dictado en procesos anteriores, sin determinarlas en forma alguna." 43
En cuanto a que propuesta la excepcin de cosa juzgada 6sta debe
determinarse en forma clara, es decir, identificarse bien la pi en procesal
-
42 Jacinto Pallares, Estudio sobre la cosa jugada, articrilo piiblicado en la
revista "Foro de hlxico".
13 Pereira Anabaln, Ob. ci t , pp. 69-70.
COSA JUZGADA 73
que coi110 sentencia definitiva quiere hacersr v;iler, cs proccderite el si-
,yuiente apartado del mismo licenciado Jacinto Pallares: "Antes de entrar
31 exanien de la proposicin cotitenida en el rubro de este articulo, nos
parccc conveniente maiiifestar que la excepcin de cosa juzgada debe ale-
garse cotiio todas las exccpcioncs, es decir, cn ti-niitios claros. Ida vague-
dad, la anfibologa, la sutileza, la chicana, est bien en los litigatites pa-
trocinados por abogados que defendienclo causas i~ijustas, iiecesitan ape-
lar a ese linaje de recursos indecorosos para lograr el triunfo; pero el
juez que debe ver el fondo de la verdad, no pueile, no tiene derecho para
tomar eii consideraciti excepcio~ies que intenciorialmeiite se ocultaron en
io nebuloso de frases ambiguas. Si la causa es justa ;para que ocurrir a
triiiinos anfibolgicos y no decir con claridad las cosas por sus riombres?
Seria efectivamente absurdo que un juez no rechace como obscura una
c!eiiianda que dijese: aunque por otros ttulos me debe Fulano mil pesos,
lo demando fundado en esos ttulos.
"Evide~itemente que la parte contraria tendra derecho a que se ex-
presaran esos ttulos, es decir, si 110 se le demandaba por prcstamo, pre-
cio de venta, responsabilidad civil, etc., y si el actor no declaraba su de-
nianda o probaba un ttulo no explcitamente comprendido en ella, es
evidente que no deba ser tenido eti cuenta en la sentencia.
"I'iies lo niistiio sucede con las excepcio~ies: ;c~iio podr sostenerse
que la excepcin de cosa juzgada queda utilizada cn la contestacin con
solo decir: aunque la demanda no fuera atacable por otros ttulos? ;Pues
que, el nico ttulo porque se puede atacar una demanda, es la cosa juz-
gada? Si esto no es cierto si a la mano tiene el dernandaiite palabras con
que expresar las cosas, es claro que si no lo hizo fue porque obr de mala
fe, y esa mala f e no puede autorizaria ningri juez que conozca los artcu-
los 561 y 521 del cdigo de procedimientos. Estos dicen que la coiitcs-
taci~i a la demanda coiitctidr:~ suciiitos y e~iuiriera~los los hechos, fijan-
<lo coii precisin lo que se oponga a la demanda >, determinando la clase
<!e excepcin que se ejercite."
4) Xclati?idad dc la cosa juzgada.-;A iluikncs compete alegar la
excepcin de cosa juzgada? Este interrogante sita el problema en la rela-
tividacl de dicha institucin. 1.a senteiicia es, ante todo, una iiorma indi-
vidualizada. Si se estudia la extensin de la cosa juzgada en relacin coi1
las personas intervinientes en el proceso y en la. litis, se tienen los lmites
subjet\-os.
74 OCTAVIO CI FUENTES RIVERA
Asi, pues, se dice que hay cosa juzgada slo en el mbito jurdico de
quienes fueron parte en el litigio o de sus sucesores. Pero partes son, se-
gn una muy acertada definicin de la ley colombiana, el litigante o gru-
po de litigantes que sostienen en el juicio una misma pretensin (art. 202
del Cdigo Judicial). Mas a este concepto de parte que bien puede lla-
marse directa, debe agregrsele el de las partes indirectas que ricnen a
ser los terceros coadyuvantes o excluyentes, o sea toda persona a quien
la ley de derecho de intervencin por tener inters actual en el resultado.
El Cdigo Judicial de Colonibia dispone que "todo aquel a quien con-
forme a la ley pueda aprovechar o perjudicar una sentencia, tiene dere-
cho a intervenir en el juicio, coadyuvando o defendiendo la causa que l e
interesa" (art. 233, inciso l o) .
La relacin procesal se constituye en un principio entre demandante
v demandado. Es demandante el que reclama ante el poder judicial la
eficacia de un derecho, y demandado la persona o personas contra quie-
nes se dirige la accin (art. 227 del Cdigo Judicial Colombiatio). Las
partes indirectas advienen, acceden a la relacin procesal ya establecida.
La identidad que se exige para establecer los limites subjetivos es
la identidad legal que yo llamara de inters y no la fisica, pudindose dar
el caso de que uIia niisma persona tenga en diferentes relaciones procesa-
!es, intereses protegibles diversos.
La identidad objetiva hace relacin a la cosa pedida y a la causa pe-
tendi. El artculo 474 del Cdigo Judicial colombiano sienta que para
que la cosa juzgada surta efecto en otro juicio, se requiere que la nueva
demanda tenga el mismo objeto y se funde en las mismas causas que la
primera y que haya identidad jurdica entre las personas de los litigantes,
y agrega que hay identidad juridica de persona siempre que las partes
cn el segundo pleito sean causahabientes a ttiilo universal de las que fi-
guran en el primero, o a titulo singular por legado o por enajcnacin
efectuada con posterioridad al registro de la demanda, si se trzta de in-
muebles, o a la notificacin de sta, si de muebles. I-Iay tanibiii identidad
de persona en los casos de obligaciones solidarias o indi\~isihles.
Resumiendo, y segn el artculo transcrito, se requieren los siguientes
reqiiisitos: a ) que la nueva demanda verse sobre la misma cosa; b) que
sea una misma accin con identidad de causa, y c ) que las partes tengan
idntica calidad judicial y sean jurdicamente idnticas.
44 Gaceta Judicial, iinis. 2001-2005, PP. 146, 214 y s . y 306, y nms 2042-
2044, PP. 683-685.

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