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Eneatipos

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Eneatipo 1: Ira - El perfeccionista

Pasin dominante: Ira


El llamado "perfeccionista" pertenece, junto a los eneatipos Ocho y Nueve, a la trada visceral, donde se
sita la energa de la ira y de la pulsin. El Uno reprime dicha energa. La contiene de tal manera que, por
tendencia, no suele permitirse abiertamente la agresividad.
En los casos en los que se dan los estallidos violentos, generan mucho miedo en los dems y en la propia
persona, quien sufrir posteriormente un alto sentimiento deculpabilidad e incluso, en algunas ocasiones,
lagunas de pensamiento en la que no se recuerda lo ocurrido.
A pesar de su constante autocensura, en la expresin postural, facial y verbal se percibe la alta agresividad
contenida.
Hay un gran contraste entre su mundo interior y lo que los dems ven pues, debido a la autoimposicin de no
perder el control y dejarse llevar por la ira soterrada, el perfeccionista cree que puede llegar a hablar desde la
serenidad y la calma, cuando desde fuera se percibe claramente la agresividad.
De tal manera suele producirse situaciones en las que se le comente: Por qu te pones as?; y el tipo Uno
responder an ms iracundo: As cmo? Si estoy diciendo las cosas bien!
Lo que para muchos podra resultar hiriente, el Uno piensa que lo que est diciendo no tiene nada que ver con
lo que realmente podra llegar a decir y de la forma en la que podra hacerlo si realmente se dejara llevar. Te
lo puedo decir ms alto, pero no ms claro sera una buena muletilla.
Debido a este alto grado de contencin, la fantasa de ahorcar con su manos al otro o visualizarse agrediendo a
los dems sera otra manera ms de dar salida a su alto y reprimido impulso nervioso.
Es una persona muy rigurosa, con un fuerte sentido de la justicia. En su mundo no hay cabida para las
medias tintas: las cosas son o no son. Blanco o negro. Bueno o malo.
Debido a que no se permite conectar con la ira, tiende a darle salida a travs de unaactitud reformadora,
donde continuamente corrigen a cualquier persona que se haya expresado mal, reordenan el espacio que est
mal ordenado o cuestionan a aquellos cuyos actos no van encaminados en una buena direccin.
Suelen tener un alto grado de exigencia con los dems debido a que se exigen mucho a s mismos.
El eneatipo Uno siente estar en posesin de la verdad, lo cual le da derecho a reconducir a los dems (y a s
mismo) a travs de la crtica. Suele ir por el mundo como una persona adulta y madura que siente como si
estuviera continuamente rodeado de nios faltos de valores.

Fijacin
Si bien la pasin dominante es la ira, desde un punto de vista mental, la fijacin bajo la cual se sustenta el Ego
es la necesidad de hacer justicia. Muchos de sus razonamientos apoyan su actitud ante el mundo y no le
permiten tomar conciencia del dao que se puede llegar a hacer a s mismo y a los dems con su exigencia.
Algunos razonamientos de este eneatipo que les impulsa a la accin podran ser:

Si quieres que las cosas salgan bien, hazlas t mismo.

Si todos pensaran e hicieran como yo, el mundo ira mucho mejor.

La obligacin es antes que la devocin

No entiendo cmo las personas pueden llegar a tener tan pocos valores

El sentido de la justicia y de hacer el bien puede llegar a ser tan destructivo que se puede disfrazar la conducta
bajo el lema de el fin justifica los medios, cuando la destruccin que ejerce la persona realmente viene
impulsada por la necesidad de soltar la ira que tanto est conteniendo a lo largo de su vida.
La Santa Inquisin es un movimiento asociado a esta energa: personas que, por tal de hacer el bien, van
cortando cabezas a su paso. La figura de los cruzados o los paladines tambin encajaran dentro de este
movimiento que se gua por un elevado cdigo moral que les impulsa a entrar en accin.
Son personas esclavas de su valores, donde sus creencias estn por encima de sus verdaderas necesidades. Si
dichas creencias o valores no permiten satisfacer su propia necesidad, la frustracin y el dao que se
autogeneran son las consecuencias de actuar desde el Ego, que invade la mente nuevamente con sentencias
firmes sobre lo que es correcto o lo que no.
Se rigen por una voz interior que continuamente indica lo que es vlido y lo que no, lo que viene siendo en
trminos freudianos el superego, de donde proviene toda tica o moral. La parte del instinto, el ello de
Freud, es de donde nace el peligro a no ser suficientemente bueno, por lo que se tiende a reprimir.
Es por esto que el Uno se refugia en la mente, en el indicador de lo que es bueno y justo, lo cual le puede
llevar a ser una persona con un gran desarrollo de sus capacidades intelectuales.
Algo muy normal en esta estructura de carcter es la razn que aparentemente siempre encierran sus
argumentos. La seguridad sobre lo que dice, ya que es poseedor de la verdad, y la capacidad mental que tiene
para justificar su actitud provocan muchas veces que la otra persona baje la cabeza y recule con miedo.
A diferencia del eneatipo Seis, que suele tambin responder a una forma de comportarse "buena" o "mala"
segn como lo contempla la sociedad en la que vive, el Uno no suele interiorizar las normas externas para
funcionar, sino que crea las suyas propias. No necesita ampararse en la mayora para sentirse seguro de que lo
que hace est bien.
Son promotores de grandes causas, llamados a llevar una vida con un fin fijado y capaces de sacrificar mucho
por tal de cumplir su misin.

Miedo bsico
Este eneatipo se siente imperfecto debido a ese listn que se pone sobre cmo deberan ser las cosas, la
supuesta perfeccin. El miedo marc al Uno en el momento que interioriz el concepto de: si no lo hago lo
suficientemente bien, no conseguir el amor.
Esta voz interna y superior es el mecanismo de supervivencia que ha desarrollado siendo un nio para poder
adaptarse a sus circunstancias. Esto hace que a veces resulte muy difcil la toma de conciencia para
comprender que su necesidad imperiosa de hacer lo correcto no es ms que su propia trampa mental, donde no
se permite experimentar la totalidad de su ser y abrazarse por ser quien es: un ser humano con sus bellas y
naturales imperfecciones y un nio herido que necesita mucho consuelo y amor porque tiene mucho miedo a
que no le quieran.
El Uno niega la naturaleza de las cosas, pues todo es medido bajo el rasero de su idea de perfeccin: nunca
se es suficientemente bueno ni todo funciona suficientemente bien, por lo que la felicidad nunca llegar
realmente si siguen enganchados a su disconformidad con el presente y con los dems, en lugar de aceptarlos
tal cual son.

Mecanismo de defensa
El mecanismo de defensa por excelencia en este eneatipo es la formacin reactiva: la expresin contraria al
deseo interior, debido a que ste se censura.
Un ejemplo claro lo encontramos en el personaje del coronel y vecino del protagonista en la
pelcula American beauty, un tipo uno que mostraba su repulsa a los homosexuales bajo su coraza homofbica
cuando, en su interior, el deseo que estaba presente era precisamente dicha orientacin sexual.

Infancia
En su infancia los Uno suelen haber sido nios buenos y responsables que no se han permitido (o no se les
ha permitido) ser nios.
Puede haber un progenitor muy represor (posiblemente del mismo eneatipo) que ha frenado cualquier
expresin visceral. Esto explica que, bajo esta imagen de responsable y de persona con slidos principios, se
esconda un profundo miedo a ser malo, a que haya algo errneo en s mismo, a perderse y a pervertirse.
Toda energa que proviene del instinto puede daar la supervivencia del nio, as que se refugia en un escudo
de autocontrol.

Por el contrario, tambin cabe la posibilidad de que los padres hayan podido ser demasiados flexibles y muy
poco normativos en la educacin del hijo, de tal manera que ha sido el propio nio quien ha necesitado marcar
sus propios lmites y autoimponerse un cdigo tico de conducta.

Sexualidad
En el campo de la sexualidad, suele haber un cierto puritanismo que se rige por el control de sus impulsos.
En algunas ocasiones, esta tendencia comedida puede mezclarse con conductas sexuales donde la persona se
permite descontrolar, para luego reautoafirmarse en que lo que ha sucedido es algo malo y volver as de nuevo
a ponerse bajo las riendas de la represin.
En algunos Uno, esta tendencia a reventar en momentos muy concretos, sobre todo en lo referente a la
sexualidad, puede hacerles llevar una doble vida, en la que puedan por ejemplo recorrer con el coche
quinientos kilmetros para llevar una conducta sexual evasiva y promiscua, lejos de la mirada de todos, y
luego regresar a su vida pblica correcta.
Tienen problemas con el disfrute en general. Anulan el placer como consecuencia del autocontrol, a no
relajarse, pues no es bueno dispersarse mucho. Incluso en las vacaciones pueden estar en tensin e incmodos,
como si tuvieran prisa o no estuvieran en verdad aprovechando el tiempo todo lo que se puede.
En algunas ocasiones, este rechazo al placer o al tiempo libre pueden estar encubiertos en excusas muy bien
elaboradas, tales como no debo gastar el dinero en balde o mi tiempo ha de ser empleado en algo de mayor
provecho.

Morfologa
Corporalmente suele haber una tendencia a la rigidez, con expresiones serias y severas, mirada enjuiciadora
y rasgos faciales puntiagudos.
Suele tener un porte distinguido, con la cabeza alta, los hombros en tensin y el cuerpo contenido. Tiende a
mostrar una apariencia de cierta elegancia, propia de la sociedad aristocrtica. La imagen del tpico ingls de
clase alta encajara muy bien con un eneatipo Uno: ropa inmaculada donde no se da lugar a la imperfeccin de
una arruga.
La contencin de la ira se puede observar directamente en la fruncin de la mandbula. Los dientes
apretados son un claro ejemplo de la energa que gastan en contener el impulso que le puede llevar a perder el
control. De hecho, muchos Uno argumentan tener molestias por la maana tras una noche de rechinar los
dientes mientras dorman.
Otro gesto asociado sera el de cerrar los puos con fuerza, lo que viene siendo otro intento de reprimir la
energa que nace del interior para que no asome al exterior.
El gesto del dedo desafiante o alguno de sus derivados es otra imagen asociada bajo la cual se permite
imponer la correccin a quien debe ser aleccionado. De tal manera, la imagen de la seorita Rottenmeier (de
la serie animada de Heidi) es un claro ejemplo de eneatipo Uno:
Clara: Seorita Rottenmeier, seorita Rottenmeier, puedo salir a jugar con Heidi?.
Rottenmeier (levantando el dedo ndice ante la mirada suplicante de su pupila): No, Clara. Lo primero que
tienes que hacer es estudiar.
Los ojos desprenden enjuiciamiento. Cuando el perfeccionista posa su mirada ante otro, ste ltimo puede
llegar a sentir que hay algo malo en l, como si estuviera manchado o hubiera hecho algo completamente
inapropiado.
El tono de voz suele ser claro, escueto y preciso. No necesita andarse con rodeos, dice lo que tiene que decir
de forma directa y seca.

Carcter dinmico
En situaciones de estrs, el Uno tiende al eneatipo Cuatro. De esta manera, puede llegar a sentirse
incomprendido y a abandonarse en fantasas y ensoaciones que, en raros casos, se atrevera a llevar a cabo.
Llega a hundirse a veces en el dramatismo, el aislamiento y el estallido emocional, pues no se siente
suficientemente valorado. Son los momentos en los que su supery se relaja lo suficiente como para
abandonarse y descuidarse (tendencias depresivas, conductas viciosas e incluso autolesiones).

Por otro lado, el camino al bienestar contempla el movimiento hacia el Siete, a desdramatizar/se y

permitirse entrar en la espontaneidad del nio interior, dejndose llevar ms por la flexibilidad y la tolerancia
hacia s mismo y lo que le rodea.

Conclusiones
En resumen, un eneatipo Uno se define por ser alguien eminentemente perfeccionista, til, serio, responsable,
con elevados valores, riguroso, controlado, adoctrinador, bienintencionado, arrogante, trabajador, estricto,
distante emocionalmente, crtico y prctico.
Algunos ejemplos de Uno en la literatura o en el cine:

Bernarda, madre protagonista de La casa de Bernarda Alba (Federico Garca Lorca)

El coronel Frank Fitts, interpretado por Chris Cooper en American beauty (Sam Mendes)

Erika Kohut, interpretado por Isabel Hupper en La pianista (Michael Haneke)

La seorita Rottenmeyer, de la serie de animacin Heidi.

Mary Poppins, protagonista de la pelcula de Walt Disney.

Eneatipo 2: Soberbia - El ayudador


Pasin dominante: Soberbia
Si hay algo que caracteriza a este eneatipo es la sensacin interna de que es una persona especial y
maravillosa. Esta sensacin puede ser transmitida hacia fuera o bien convive algo ms discretamente en el
interior del Dos, bajo una actitud de falsa humildad.
El autoconcepto del Dos, conocido tambin como el "Ayudador", suele contemplar muchas virtudes, de tal
manera que se describe como buena persona, simptica, generosa y de buenas intenciones.
Al estar en la trada emocional del eneagrama, su Ego se alimenta de la imagen que dan al mundo. Necesita
del aplauso externo, lo que le condiciona a vivir para los dems. Han aprendido a captar las necesidades de
los otros, renunciando implcitamente a considerar las suyas propias.
Conviven con la idea de que, detrs de esta vida de entrega, reside un gran corazn dispuesto a ayudar y hacer
feliz al otro. Sin embargo, ms que un acto libre de amor bondadoso, el eneatipo Dos vive esclavo de
satisfacer la necesidad del otro para poder sentirse amado.
Es preso de sus valores, lo que hace que le resulte muy difcil tomar conciencia de la verdadera naturaleza de
sus actos pues, cmo se puede rebatir la energa del amor o de la generosidad para con el otro?.
La renuncia a no expresar sus necesidades les lleva a una manipulacin emocional de los dems, quienes
deberan saber lo que el Dos en el fondo necesita. Podra entenderse tambin como una manera de poner a
prueba al otro, quien usualmente puede terminar sintindose culpable por no demostrar adecuadamente su
afecto.
De aqu deriva la energa de la soberbia o el orgullo: una incapacidad para poder ver sobre s mismo la verdad
que encierra su forma de ir por el mundo, la carencia afectiva que tapan continuamente con el aplauso y el
beneplcito de los dems.
Necesita ser imprescindible para el otro; es la nica manera para que no se le derrumbe su mscara, pues si
no, conectara con la profunda soledad afectiva ante la cual se ha tenido que crear su imagen autoensalzada
para protegerse.
Dicho autoensalzamiento a travs de la propia imagen, le lleva a situarse por encima de los dems. Al
sentirse con la capacidad y la obligacin de ayudar al otro, relegan al resto de personas a un plano de
invalidez. Es un coleccionista de personas necesitadas.
Esta actitud lo acerca al eneatipo Uno, carcter vecino en el eneagrama. Comparte con ste una fuerte firmeza
en torno a lo que est bien o mal, de tal forma que, al poseer la verdad, se siente con el derecho y la obligacin
de poder actuar sobre el otro.

La principal diferencia reside quizs en que el "Perfeccionista" se rige por una necesidad de correccin que
nace de la ira reprimida. En el "Ayudador", su invasin se nutre de la necesidad de cuidar al otro y de
demostrarle su afecto.

Adems, el Dos llega a expresar mucho ms abiertamente su rabia, sobre todo cuando se pone en entre dicho
su imagen .
El enfado comporta una actitud de desprecio a quienes le han herido. Pasa de ser una persona entregada a
retirar el afecto y mirar por encima del hombro a aquellos que no le llenan su carencia de amor reprimida, se
atreven a desdearle o a poner en peligro su inflada imagen.
Todo esto se debe a que, en el fondo, el Dos da para recibir, idea que le resulta muy difcil asumirla
abiertamente.
Podramos tener un ejemplo en la imagen de la llamada femme fatale.
No acepta los lmites. Su posicin altiva le da derecho en muchas ocasiones a exigir aquello que se merece o
a invadir el territorio del otro a travs de la manipulacin

Fijacin
La idea que subyace a un nivel muy profundo es no soy digno de amor si no satisfago al otro. Por esto, el
Dos ha necesitado llevar una vida de entrega y sacrificio, donde la atencin recae en las necesidades ajenas.
Se mueven a travs de la energa de la adulacin.
La fijacin concreta de esta estructura de carcter hace referencia al falso amor, es decir, a la creencia firme
de que el impulso que les lleva por la vida es legtimo y no cuestionable, ya que nace del corazn.
Sin embargo, muchas veces no consigue proporcionar la felicidad en los dems, pues no ofrece su ayuda como
el otro necesita, sino a su propia forma, para engrandecer su propia imagen. Bajo su aparente generosidad
altruista, esperan el agradecimiento y la valoracin del otro. Es por esto que se habla de una generosidad
egocntrica.
De tal manera, es normal que los dems puedan llegar a sentirse invadidos o asfixiados bajo su aura de
sobreproteccin.
Algunos ejemplos podran ser el de la madre o el padre que sigue cortando los filetes de sus hijos de 16 aos o
quienes seleccionan para el otro la ropa de abrigo para que no coja fro pues, al fin y al cabo, yo s lo que te
conviene y lo hago por tu bien.
Creencias concretas que poseen a este eneatipo o frases prototpicas podran ser:

Los dems son afortunados por tenerme cerca

No aceptar un no por respuesta

S muy bien qu tengo que hacer para caer bien a los dems

Nadie te amar como lo hago yo

Despus de todo lo que yo he hecho por ti!

Miedo bsico
De alguna manera, el Dos se ha escondido tanto en el valor de la generosidad y el sacrificio por el otro que
hay un profundo miedo a que el mundo los tilde de egostas, incluida su propia conciencia moral, su
superego o supery en trminos freudianos.
En el egosmo no hay cabida a recibir el amor de los otros, luego el egosmo, o satisfacer las propias
necesidades, es motivo de que la supervivencia del Dos se vea duramente en peligro. Por lo tanto, podramos
decir que el miedo profundo que se esconde detrs de su imagen es el de no ser amado ni deseado.

Mecanismo de defensa
La represin es la mejor arma del Ego para obligar al Dos a seguir siendo su esclavo. Si enfocamos nuestra
atencin en la necesidad de supervivencia, qu mejor forma de salir adelante en la vida que tapar la carencia
afectiva con una fachada externa de fjate si me sobra que voy dando all donde paso.

Este mecanismo de defensa permite mantener en el inconsciente cualquier aspecto o necesidad individual que
ponga en peligro la imagen que el eneatipo Dos se ha fabricado frente al mundo; de tal manera que ojos que
no ven, corazn que no siente.
Es por esto que, cuando perciben a su alrededor a alguien conectado con el sufrimiento, acuden a su rescate
inmediatamente pues, en el fondo, le hace de espejo. El impulso es intentar calmar y apaciguar la carencia

ajena, no vaya a ser que l mismo conecte con la suya propia. Son como bomberos en llamas apagando el
fuego de el de al lado.
Hay una amplificacin emocional, un sentir muy a flor de piel. Al contrario de lo que suele ocurrir, aqu el
espectro emocional es el que inhibe la conexin con su mundo intelectual profundo, pues el Dos no se da la
opcin de poder racionalizar sus verdaderas necesidades.
Lo que est bien o mal no depende de un cdigo tico estructurado y racionalizado, simplemente se deja sentir
y as es como se gua interiormente hacia lo correcto. Es por esta energa emocional que va por el mundo de
forma espontnea e invadiendo los lmites de los dems.

Infancia
Un mensaje transmitido consciente o inconscientemente por el entorno al nio, y que ste ha interiorizado, es
que sus necesidades no son tan importantes como la de los otros.
El Dos ha necesitado reinventarse desde pequeo a s mismo a travs de una imagen complaciente y de
entrega. En muchas ocasiones, ha tomado responsabilidades dentro de su familia a edades muy tempranas,
teniendo que ayudar a los padres en la casa, cuidando de sus hermanos o resolviendo los problemas de los
adultos.
Hay que aclarar que, aparentemente, el nio Dos no ha vivido estas circunstancias familiares desde la
resignacin o la apata, sino desde una energa desenvuelta y desenfadada.
Aqu comienza la energa de la soberbia, tal y como se ha presentado antes. Para poder desenvolverse en un
entorno donde se premia la entrega del nio a los dems, el Dos se ha visto obligado a dejar de lado sus
necesidades e inseguridades, pues estas le distraeran de las necesidades e inseguridades de los dems.
Suelen ser el orgullo de pap y/o de mam; los principitos y las princesitas de la casa. Nios buenos,
simpticos, espontneos y con vitalidad. A veces tambin inquietos y con un fuerte pronto.

Sexualidad
La necesidad de la aprobacin del otro en el Dos le lleva a desenvolverse bajo un halo deseduccin, con la
finalidad de encandilar y meterse en el bolsillo a quienes selecciona. Esto no ocurre con todas las personas,
slo con aquellas que son merecedoras de ser conquistadas por el Dos.
La seduccin no pretende la sexualidad en s misma. Hay una base de erotismosubyacente que no est tanto al
servicio del disfrute fsico como al de confirmar el deseo que se despierta en el otro.
Suele ocurrir tambin que, en su imagen de dador ms que de receptor, este eneatipo se preocupa ms por
conseguir la satisfaccin sexual ajena que la suya propia, pudindose llegar a convertir en un gran amante.
Es una persona muy romntica que busca la unin con el otro. La promiscuidad, o lo que se entiende como la
sexualidad por vicio, no es algo que le llame mucho la atencin, aunque s puede tener muchas relaciones
sexuales con el fin que antes se mencionaba, apuntar conquistas amorosas.
Se podra decir que hay una confusin entre la necesidad sexual y la necesidad afectiva, una cierta tendencia
al hedonismo como estrategia compensatoria a la represin de su carencia emocional.
Un ejemplo lo tenemos en la figura de Casanova, quien iba contabilizando sus continuas conquistas como
forma de inflar su Ego al sentirse tan deseado por las mujeres. El erotismo es un elemento clave, pues sus
relaciones no se basaban en el sexo por el sexo.

Morfologa
Si bien es cierto que el cuerpo del Dos tiende a la rigidez, suele adems caracterizarse por una morfologa
redondeada y proporcionada.
El cuello permanece erguido, de tal manera que mantiene la barbilla en alto, como si estuviera mirando por
encima del hombro. Ya aqu se entiende la correspondencia que se da entre la pasin dominante del orgullo y
la postura altiva que el propio cuerpo presenta.
En las mujeres, los pechos suelen ser generosos, como si pudieran dar de amantar a medio mundo. Por su
parte, en el hombre, suele darse una cierta amplitud de torso y pecho, sobresaliendo hacia fuera, como los
gallos.
Suele presentar una sonrisa abierta a la conquista, de una gran seduccin.
Su mirada se mantiene firme y directa, una forma ms que seala la intolerancia a los lmites con respecto a
los dems.
El cuerpo y la forma de vestir en general son instrumentos al servicio de la conquista del otro. Tanto los
hombres como las mujeres Dos emanan un podero notable, como si de alguna manera el mensaje a transmitir
fuera: aqu estoy yo.

Carcter dinmico
Ante la tensin y el estrs, el Dos se va al eneatipo Ocho, dando rienda suelta a su agresividad a travs de la
desvalorizacin y humillacin del otro.
Deja de lado su imagen agradable y encantadora, volvindose duro, exigente y dominante, reprochando la

falta de inters, valoracin o afecto ajeno.


Sin embargo, cuando el Dos est ms en su centro, tiende al Cuatro, contactando ms con su interior a
travs de una actitud introspectiva. As, consigue conectar con sus verdaderas emociones y con sus
necesidades reprimidas, aceptando aquello que bajo su imagen queda escondido y cuidndose verdaderamente
a travs de un sano egosmo.

Conclusiones
En resumen, un eneatipo Dos se define por ser alguien de aspecto encantador, generoso, agradable (aunque
hostil si se le contradice), servicial, cabezota, invasivo, seductor, espontneo, alegre, narcisista, adulador,
aventurero, histrinico, manipulador y orientado claramente por la emocin.

Algunos ejemplos de eneatipo Dos en el cine:

Annie Wilkes, interpretado por Kathy Bates en Misery (Rob Reiner)

Lolita, interpretado por Sue Lyon en "Lolita" (Stanley Kubrick)

Casanova, interpretado por Heath Ledger en Casanova (Lasse Hallstrm)

Alex Forrest, interpretado por Glenn Close en Atraccin fatal (Adrian Lyne)

Dolores, interpretado por Elisabeth Margoni en "Sexo por compasin" (Laura Ma)

Eneatipo 3: Vanidad - El triunfador


Pasin dominante: Vanidad
Suele llamarse Triunfador a este eneatipo debido a que su vida suele medirse en funcin de los xitos
cosechados. El xito o la valoracin propia depende de aquello que el otro valore, de tal manera que se
produce un mirarse a travs de los ojos de los dems.
El culto a la vanidad proviene de un continuo esfuerzo por adaptarse y destacar en lo que se refuerza
exteriormente, lo que lleva al Tres a perder su propia identidad.
Hay elementos en comn con el eneatipo Dos, quien tambin se esconde tras su imagen a travs de la
aprobacin ajena. Sin embargo, mientras que el Ayudador exige la valoracin del otro por considerarse a s
mismo una persona especial, el Triunfador se lo trabaja y pone por medio las pruebas necesarias y objetivas
que justifican dicho reconocimiento.
Otra diferencia es que, si bien el Triunfador pertenece a la trada emocional, hay un fuertecontrol interno
sobre las emociones que no son permitidas o son incorrectas. No se deja llevar fluidamente por las emociones
como lo hace el Dos, ni aparentemente viven intensamente sus sentimientos.
Lucha por ser alguien notable, frente a la idea de poder ser visto como un don nadie. El xito se cosecha a
travs de una excelsa eficacia y precisin en lo que se hace.
Empleando la terminologa de Erich Fromm, segn sugiere Claudio Naranjo, el Tres adopta una orientacin
mercantilista, de tal forma que continuamente est ofreciendo al mercado su propia imagen,
camaleonizndose en funcin de la demanda o la moda del momento.
Consecuentemente, suele haber una gran preocupacin por lo que opinen los dems de l. Si el Ego se

alimenta de la valoracin obtenida por los dems a travs de sus logros, un mal rumor o una crtica a su
imagen puede herirlo profundamente. La idea de que puedan hablar mal de l a sus espaldas puede llegar a
obsesionarlo.
No hay una conexin con la propia experiencia, sino que el Tres vive en funcin de la idea de experiencia del
otro. Por ejemplo, a la hora de comprar ropa, puede pensar ms en si gustar a ciertas personas en lugar de
conectar con su propio gusto para vestir.
Esto hace que se muestren como si vivieran en un escaparate, de forma superficial, dejndose llevar por una
orientacin externa en lugar de por sus propios deseos y preferencias. Hay una gran desconexin con su
verdadero ser, su yo profundo.
En este anhelo por ser visto encontramos una tendencia al exhibicionismo, a realzar la propia imagen para
atraer la atencin de alrededor. Todo esto adems se cubre de una falsa modestia: el Triunfador no suele
alardear abiertamente de sus xitos de forma descarada, sino que sus propios actos ya son dignos de
admiracin.
En algn caso, cuando se encuentra amenazado, s que puede exteriorizar la fanfarronera. Alardear de un
cuerpo de buen parecer, un cargo laboral importante, el dinero ganado o aquello que se compra de forma muy
selecta seran algunos ejemplos.
Tiende a ser el nmero uno en lo suyo, da igual la tribu urbana o colectivo al que pertenezca: ser el mejor
hippie o el mejor ejecutivo, el mejor actor o el mejor mdico, el mejor religioso o el mejor ateo.
Suele mostrarse cordial, carismtico y agradable. Llama la atencin y es el centro muchas veces del grupo. Se
gana un cierto estatus a travs de su brillantez social.
Por el contrario, si para conseguir su objetivo necesita mantenerse fro emocionalmente ante el otro, es un mal
menor que asume con entereza para alcanzar el xito. Suele ocurrir a veces que, tras una conversacin con un
tipo Tres, la otra persona regresa a casa como si le hubieran cortado el cuello sin darse cuenta.
Si las cosas se ponen muy en contra para conseguir el triunfo, es capaz de pisotear ydesvalorizar a los
dems para eliminar as la competencia, de tal forma que se asegura ms el xito si le quita mritos al otro.
El motor que le hace moverse por el mundo de esta manera son los celos, que nacen cuando el Tres se siente
amenazado por la posibilidad de que alguien externo sea ms competente (atractivo, inteligente, poderoso,
eficiente...) que l mismo.

Fijacin
Se podra decir que la fijacin propia de esta estructura de carcter es el engao, mecanismo ante el cual se ha
desplazado al autntico ser interior, sustituyndolo por una apariencia o imagen al servicio del xito y de la
valoracin externa.
Este engao permite al Tres conseguir la atencin del otro, adaptando su imagen de forma camalenica en
funcin de la situacin y de las modas.
Analizando su dimensin cognitiva, es una persona orientada a la practicidad y a la eficacia: las cosas se
demuestran con hechos tangibles. El pensamiento emprico prevalece sobre el pensamiento mgico.
Esta forma de ver el mundo le lleva a que la valoracin externa no se da por sentada (como puede hacer el
eneatipo Dos), sino que se la gana a pulso, con hechos concretos y un estilo de vida meritorio.
El elemento tierra le representa bastante bien: predomina el raciocinio, la organizacin, el control, la
practicidad, el clculo y el dominio del tiempo. Se da el caso de algunos Tres que viven con angustia no llevar
un reloj, un smbolo claro de la precisin, el control y la eficacia.
A modo orientativo, algunos pensamientos propios de un eneatipo Tres podran ser:

Si me esfuerzo, s que puedo hacerlo mejor que nadie.

Tengo la sensacin de que los dems tienen envidia de mi.

Suerte? Para nada! Todo lo que tengo me lo he ganado a pulso.

No soporto a la gente falsa.

Si quieres hacer las cosas bien, los sentimientos deben pasar a un segundo plano.

Miedo bsico
El mensaje bsico del Ego es solo eres merecedor del amor si trabajas duro y consigues destacar por tus
propios mritos.
Surge en el interior el miedo a la soledad, debido a que, en su parte ms consciente, el Tres teme que no sera
realmente amado de no ser por sus logros y su mscara ante los dems.
Hay una cierta percepcin interna de que los dems se enamoran de un bonito jarrn vaco. Por mucho que
intente mostrar todo su esplendor a travs de la imagen con la que se vende, est desconectado de su
verdadera autenticidad, como si de alguna manera hubiera una cierta conciencia de no creerse para s mismo
el engao que muestra al mundo.

Mecanismo de defensa
El principal mtodo a travs del cual el Ego domina al eneatipo Tres es mediante laidentificacin con su
imagen. Es la manera de mantener la falsedad y engaarse a s mismo para no recobrar su luz propia, la
verdadera identidad con el ser profundo.
Tambin se suele dar el mecanismo de la negacin. Una caracterstica bsica de este eneatipo es la
anticipacin al juicio externo sobre sus conductas, es decir, justificar lo que hace indicando que no es lo que
parece, cuando realmente lo es. Piensa y siente una cosa mientras que hace o dice otra.
Por ejemplo, puede ocurrir que se haya encontrado en la actualidad con un enemigo de la infancia y hable
de lo mal que le ve. Posteriormente dir que no le desea ninguna desgracia y que se apiada de l, cuando la
realidad es que probablemente se vanaglorie de haber salido ganando en esa comparacin / competicin con el
otro.
Un posible pensamiento propio de este eneatipo y que ms vergenza le dara admitir podra ser: fjate en lo
que yo me he convertido y mrate a ti, que no me llegas ni a la suela de los zapatos.

Infancia
De pequeo, el Tres ha podido sentirse desatendido o no visto por el otro. A veces, incluso, desvalorizados
por lo que eran. De esta manera, surge la necesidad de brillar ante los dems como reaccin al miedo a la
soledad.
Se han documentado muchos casos en los que el nio ha convivido en un hogar donde no poda recibir la
suficiente atencin de los padres, por las circunstancias que fueran. De aqu nace su fuerte esfuerzo en
sobresalir, como una forma de desviar la herida que ha dejado el no sentirse suficientemente querido.
En estas circunstancias de supervivencia bsica, el Tres ha aprendido desde pequeo que el amor se sustituye
por la condecoracin, el xito y las medallas.
En el fondo se ha credo no sentirse digno de amor por ser quien es y, necesitado de huir de ese vaco
provocado por el dolor de no ser aceptado, renunci a su verdadera identidad escondindose en una bonita
carcasa llena de brillantez y xito.
Interioriz las expectativas de los dems (normalmente de los padres), identificndose con los valores y
deseos ajenos a travs de un proceso de modelado, de imitacin.
De tal manera, es habitual que haya sido un nio con alguna herida o trauma emocional de infancia que ha
luchado para seguir adelante.
Ha necesitado volverse autnomo y depositar la confianza en s mismo a travs del control y de una actitud
orientada al logro. Sustituye el vaco emocional por la valoracin que le otorga el xito cosechado.
Esta actitud de control y dominio de la situacin implica tambin una desconfianza en que las cosas puedan
salir bien si no pone l mismo la energa en ellas.

Sexualidad
Suele haber un distanciamiento entre la conducta sexual y la implicacin emocional. Hay una gran
preocupacin por ser efectivo, til y resultar exitoso, lo que hace que no se pueda entregar fcilmente al amor.
Esto puede llevarle a situaciones realmente peculiares en las que se sienta atrado sexualmente por alguien a
quien no ama o viceversa.
La desconexin con la realidad interna, con el ser interior, le lleva normalmente a no vivir la sexualidad
desde la unin profunda o espiritual. En muchas mujeres, se puede traducir en cierta frigidez. En el caso de
los hombres, suele haber una tendencia a dar mucho placer, a costa de no disfrutar ellos mismos. La atencin
se centra en dar la talla ms que en vivir el momento.
Ms que la satisfaccin del encuentro o la experiencia del sexo, el Tres vive la conquista sexual como objeto
de vanagloria, algo de lo que sentirse orgulloso. Esta implicacin interna coincide en gran parte con la
tendencia del carcter vecino, el eneatipo Dos.
Parte de la imagen que vende al mundo se basa en el atractivo sexual, de tal manera que necesita despertar en
el otro la tensin sexual para sentirse valorado. Ser el objeto de deseo ajeno le lleva a una situacin de poder,
de estatus.
Se podra traducir como un fenmeno fan, en el que muchas voces corean su nombre pero se da la dificultad
de intimar con el otro individualmente.
Algo muy frecuente en el Tres es la tendencia a poner su atencin en personas consideradas inaccesibles que,
en el momento en el que dejan de serlas, hace que pierda totalmente su inters.
De alguna manera, el proceso de seduccin o de atraer a los dems no llega a consumirse con el acto sexual en
muchas ocasiones, pues lo que le interesa no es en s el sexo, sino superar el reto de ser valorado sexualmente
por el otro.

Morfologa
El Tres presenta un cuerpo rgido y bien contorneado, con una elevada tensin generalizada y una posible
ansiedad derivada del estrs continuo al que se somete para lograr sus metas. Tambin se podra entender
dicha ansiedad como un miedo inconsciente a ser descubierto en su falsedad.
Las mujeres son como muecas de porcelana, de semblante bello pero fras, con tendencia a mostrar una
sonrisa congelada. Los hombres apelan por el atractivo masculino, propensos tambin a la belleza hueca y a
una cuidada imagen del fsico.
Se da una dependencia al culto al cuerpo a travs del deporte, gimnasios, cosmticos, vestimenta, lociones...
Algo notable en este eneatipo es que no hay concordancia entre la expresin y la situacin, de tal manera que
puede darse el caso en que den el psame con una sonrisa en la cara o terminen rindose de forma nerviosa
ante las malas noticias.
Es capaz de estar en una conversacin en la que, ms que escuchar lo que el otro dice, est poniendo su
atencin en controlar qu cara pone al que tiene enfrente.

Carcter dinmico
El Tres tiende al Nuevecuando se encuentra sometido a altos niveles de tensin y estrs, distancindose con
el sentido de la tarea y frenando su orientacin prctica. En este sentido, se pierde an ms en la desconexin
con su ser interior, caracterstica inherente al eneatipo Nueve.
Es capaz adems de sumergirse en tareas secundarias que le hagan olvidar la insatisfaccin provocada por la
fuente de su frustracin, la tarea central.
Por otra parte, en su camino hacia la integracin, el Tres se va al Seis, dejando de lado su necesidad imperiosa
de demostrar a los dems lo que vale. Se permite aceptar su normalidad ante el mundo y se adentra en la
experiencia de intimar con el otro como un igual.

Deja de estar tanto en el culto y en el trabajo de su propia imagen (la vanidad), para vivirse como una persona
ms autntica, conectada con su mundo interior y compartindose con el mundo desde ah.

Conclusiones
En resumen, un eneatipo Tres se define por ser alguien eficaz, controlado, atractivo, exitoso, superficial,
prctico, intolerante al fracaso, agradable, vanidoso, camalenico, brillante, exigente, fro emocionalmente,
ambicioso y competitivo.
Algunos ejemplos de Tres en la literatura o en el cine:

Carolyn Burnham, interpretada por Annette Bening en American Beauty (Sam Mendes).

Dan Millman, interpretado por Scott Mechlowicz en "El guerrero pacfico" (Victor Salva).

Meg March, la hermana mayor de la novela "Mujercitas" (Louisa May Alcott).

Andrew Clark, por Emilio Estvez en "El club de los cinco" (John Hughes).

Indiana Jones, interpretado por Harrison Ford en la triloga de Steven Spielberg.

Eneatipo 4: Envidia - El individualista


Pasin dominante: Envidia
Mientras que el eneatipo Dos rechaza su carencia y la sustituye por una falsa abundancia, y el eneatipo Tres la
reprime, el Individualista se identifica plenamente con dicha carencia interior, de tal manera que tiene la
tendencia de aorar algo que le falta.
De alguna manera, el Cuatro se siente incompleto, como si le hubieran arrancado algo del interior. Muchas
personas describen esta sensacin como si hubieran conocido el paraso en algn momento y se lo hubieran
arrebatado, como aristcrata en el exilio.
Esta sensacin se puede traducir emocionalmente en melancola, una nostalgia permanente que lleva a la
persona a anhelar aquello que le devuelva la felicidad.
Suele haber una continua bsqueda de la intensidad y de lo especial, llegando a aburrirse y a rechazar todo
lo que pueda ser considerado como ordinario y superficial. De hecho, la falta de intensidad emocional puede
llegar a confundirse con la prdida de la identidad propia.
Esta intensificacin de la emocin le lleva a estar muy en contacto con su mundo interior, predominando a
veces ante los dems una postura egocntrica, donde la palabra yo inunda sus conversaciones. Suele ser
protagonista de grandes dramas y duras experiencias.
El ego del Cuatro se alimenta del sufrimiento, una tendencia a andar en crculos emocionales donde el pasado
traumtico suele inundar los recuerdos. Dicho sufrimiento le hace ver el mundo bajo una perspectiva
pesimista, como un lugar cruel e injusto.
La energa de la envidia se manifiesta a travs de la continua identificacin en el exterior de aquello que le
falta en el interior. Las otras personas son portadoras de virtudes, relaciones o caractersticas deseables que l
mismo considera que no tiene.
Este eneatipo tiende a convivir tambin con un gran sentimiento de culpa. Vive un conflicto interno entre
aquello que necesita ansiosamente del exterior y un prejuicio en contra de esta actitud, como una profunda
vergenza por tener envidia, lo cual le lleva a su vez a un empobrecimiento del autoconcepto.

Al pertenecer a la trada emocional del eneagrama, el Cuatro tambin se identifica con su imagen, inundada en
su caso por una clara autoestima baja y un autoconcepto pobre. Se suele sentir muy pequeo ante el
mundo.
Destaca su profunda necesidad de amor y el sufrimiento derivado de no llenar esa herida. Desarrolla una
tendencia a complicarse la vida con situaciones dolorosas. Esto afianza la imagen que tiene de s mismo
como alguien especial y distinguido, muy diferente a la normalidad que lo rodea.
La bsqueda del desahogo y la necesidad de expresar su individualidad le puede llevar acomulgar
ntimamente con cualquier forma de arte, a travs del cual consigue plasmar la originalidad de su complejo
mundo interior.
Su gran sensibilidad le permite conectar con la belleza que les rodea. Es normal encontrar a grandes cantantes,
pintores y diferentes artistas cuya pasin se identifica en la envidia. Poseen una gran creatividad.
Suele utilizar la queja y el sentimiento de pena para enternecer los corazones y as obtener la atencin o la
ayuda que necesita.
A travs del propio abandono y del autocastigo suele conseguir la proteccin del otro. En su parte ms insana,
puede llegar incluso a amenazar con hacerse dao si no se le atiende como necesita.
Debido al apego con el sufrimiento, empatiza muy fcilmente con la afliccin de los dems. Tiende a
mostrarse comprensivo, tierno y dedicado al otro.

Fijacin
El principal razonamiento o postura cognitiva que subyace a la pasin de la envidia es la necesidad
de compensacin.
Dicha fijacin se produce debido a la comparacin continua con los dems, a travs de la cual el Cuatro se
evala, se desvaloriza y se siente en desventaja. Esta forma de verse a s mismo y al mundo deriva en una
demanda al exterior, quejndose unas veces y otras reclamando aquello que les falta.
Al contemplar la carencia promovida por dicha comparacin con las otras personas, se ver con la necesidad y
el derecho de ser compensados. La necesidad de amor se torna en autocompasin.

Es normal en el Cuatro retirarse a su mundo de fantasa y romanticismo, donde se intensifica la emocin y


se permite desconectar de la realidad. De hecho, se puede decir que hay una huida de la racionalidad, ya que
eso le desconecta de la vivencia emocional que le hace sentir nico y especial.

En su forma de ver a los seres amados hay una idealizacin del otro. En las relaciones, sobre todo en las de
pareja, se proyecta la figura del salvador, aquel que viene a rescatarlo de su mundo de sufrimiento.
Consecuentemente, cuando la relacin contina y el Cuatro conecta con la realidad, se produce una decepcin
al no encontrarse con esa figura idealizada, volviendo otra vez a la sensacin de insatisfaccin y de no ser
suficientemente amado ni valorado.

Algunas creencias que pueden darse comnmente en este eneatipo adoptaran la siguiente forma:

Nadie me comprende!

Tarde o temprano, todos me defraudan.

El amor es una experiencia muy intensa y muy dolorosa.

Por qu a m?

Miedo bsico
Podramos decir que un miedo profundo que reside en el Individualista es el de no ser uno mismo, perder su
propia identidad.

Esto hace que muchas veces se complique la vida por tal de vivirse como un ser nico que sufre intensamente
sus emociones y deseos.
Otro miedo caracterstico es al abandono. El Cuatro suele ver en el otro la posibilidad de sentirse completo,
pues se da una identificacin en la otra persona de los atributos o caractersticas buenas y deseables que no
cree tener para s mismo.
Esta idea de ser incompleto les lleva a dicho miedo profundo al abandono, pues una vida en soledad le
conduce nuevamente a un hondo sufrimiento y una fuerte sensacin de carencia emocional.

Mecanismo de defensa
En este eneatipo destaca la introyeccin como principal mecanismo de defensa, la cual se podra definir como
una tendencia a incorporar lo que hay fuera en el interior.
Al contrario que en la proyeccin, propia del eneatipo Seis, en la introyeccin no se expulsa de s mismo
caractersticas propias y se ponen en el otro, sino que hay una apropiacin de lo externo.

La relacin con el otro pasa a ser parte del concepto del yo de tal manera que, si hay algo malo en la propia
persona, hay algo malo en la relacin. Esto es debido al autoconcepto pobre del Cuatro, que se extiende a lo
que considera suyo, como una expansin de la identidad, del Ego.

La introyeccin conlleva un hambre voraz por ingerir y apropiarse de aquello que compensar la carencia
interior. Sin embargo, como cualquier otro mecanismo de defensa, sigue siendo una trampa del Ego, pues por
ms que se apropie de lo que otros tienen, tarde o temprano, al interiorizarlo y al formar parte del yo, pasa
por un filtro en el que lo bueno se torna inadecuado e insuficiente.
Lo que antes era deseado pasa a ser insatisfactorio debido a la propia consideracin interna de que lo que l
tiene no es vlido.
En este sentido, da igual por tanto lo que se interiorice, pues pasar a ser considerado como algo propio y se
teir de la carencia o insuficiencia con la cual se identifica el Cuatro.

Infancia
El nio Cuatro ha crecido bajo la sensacin de que no le ha llegado el amor que necesitaba. Ha podido
sentirse abandonado o no valorado por ser quien realmente es.
Curiosamente, el Individualista no suele verse reflejado o identificado en sus padres, como si hubiera sido
adoptado o l no pudiera formar parte de su familia.
En su infancia ha introyectado o se ha tragado metafricamente a un padre o madre no amoroso, razn por la
cual se explica un autoconcepto tan negativo. Esto conduce adems a la bsqueda de la individualidad y de
su propia identidad a costa del propio sufrimiento.
Tambin se puede dar la necesidad continua de llamar la atencin y hacerse pequeito para poder ser
amparados. Esto es promovido por el amor aorado y perdido en la infancia, que no se deja atrs llegada la
etapa adulta. Hay una cierta imposibilidad de aparcar el pasado.
La conexin con el pasado doloroso le lleva a refugiarse en un mundo de fantasa. El nio Cuatro muchas

veces ha necesitado huir de su realidad, por lo que a veces es comn verlo aislado en su habitacin,
ensimismado y jugando con la imaginacin.
Ha vivido su infancia bajo el prisma de que los otros que le rodeaban han sido ms completos y valorados, lo
que les ha llevado ha potenciar un sentimiento de vergenza por verse a s mismo en condiciones de
inferioridad.

Paralelamente, desprende una cierta actitud como si el mundo estuviera en deuda con l por haberle tratado
de forma tan injusta. Esto hace que se vea con derecho a demandar y a exigir a los dems el cuidado y la
atencin que necesita

Sexualidad
En la sexualidad suele desplegarse un deseo de unin. El Cuatro puede llegar a vivir muy ntimamente la
experiencia del sexo y la conexin con el otro.

Debido a que la fantasa romntica est muy presente en este eneatipo, al pasar por la experiencia real puede
quedar una sensacin de insatisfaccin, fruto de comparar dicha fantasa con el encuentro sexual acontecido.

En muchos Cuatro suele producirse una prdida del inters sexual a medida que pasa el tiempo y la relacin
avanza.
No llega a valorar el sexo en la pareja hasta que se pierde. Es entonces cuando volver a recobrar el inters
pues, a fin de cuentas, se anhela aquello que no se tiene.

En su vida de pareja tiende a darse una dualidad de amor-odio, alternando la vulnerabilidad con la
agresividad, aspectos que tambin se pueden trasladar a sus relaciones sexuales.

Morfologa
El Individualista suele mostrar un cuerpo lacio y de extremidades cadas. Normalmente presenta un cuello
de cisne, alargado, con una tendencia a la palidez de piel en general.

Se vislumbra la tristeza interior en la mirada de sus ojos, el peso de una vida difcil y llena de dolor. En el
semblante se puede distinguir la imagen prototpica de una virgen dolorosa.

Sin embargo, si bien es cierto que el llanto y la queja tienden a estar muy presentes, el Cuatro puede a veces
expresarse con una sonrisa para contrarrestar la vergenza que le genera su autoconcepto.

Algo tambin muy caracterstico en este eneatipo reside en un estilo propio, que se refleja en su forma de
vestir, a veces refinada, otras veces extravagante; pero ante todo muy personalizado y distinto a lo comn.
Esto, adems, se extiende a sus pertenencias y a sus habitaciones, donde se lucen colores, formas y estilos
extraordinarios, estticos, originales y con un sello muy ntimo.
En general, el cuerpo transmite una cierta sensacin de fragilidad, que acompaa a la actitud de demanda
caracterstica de esta estructura de carcter.

Carcter dinmico
En el llamado camino hacia el estrs, el Cuatro se mueve hacia el Dos. Este movimiento hace que intente
remediar de forma neurtica en sus relaciones las consecuencias derivadas de retirarse a su mundo propio y
descuidar la relacin.
De tal forma, el acercamiento al Dos supone tomar una actitud forzada de cordialidad, entrega y amabilidad
para volver a acortar las distancias. Es una forma de aferrarse y solidificar la relacin y evitar el posible
abandono por parte del otro.
Tambin puede en momentos concretos potenciar la dependencia de la otra persona, recordndole los favores
prestados o lo importante que es l (el Cuatro) para la vida del otro.

Por otra parte, el Cuatro en proceso de integracin se desplaza al Uno. De esta manera, se deja llevar ms
por el instinto en lugar de refugiarse en lo emocional. Diferencia mejor la realidad de la subjetividad
impregnada en sus estados o reacciones emocionales.
A travs de esta aceptacin de la realidad, se implica directamente en la vida y toma su responsabilidad para
con el mundo, encontrando en si mismo su autntica vala y fortaleza.

Conclusiones
En resumen, un eneatipo Cuatro se define por ser alguien idealista, dramtico, romntico, sufridor, creativo,
intensamente emocional, victimista, sensible, tormentoso, fantasioso, esteta, melanclico, ensimismado,
temperamental, diferente y especial.

Algunos ejemplos de Cuatro en la literatura o en el cine:

Bella Swan, interpretada por Kristen Stewart en Crepsculo (Catherine Hardwicke).

El Fantasma de la pera, protagonista de la novela de Gastn Leroux.

Claire Fisher, interpretada por Lauren Ambrose en la serie A dos metros bajo tierra
(Allan Ball).

Louis de Pointe du Lac, protagonizado por Brad Pitt en Entrevista con el vampiro (Neil
Jordan).

El patito feo, personaje del cuento infantil clsico de Hans Christian Andersen.

Eneatipo 5: Avaricia - El investigador


Pasin dominante: Avaricia
La pasin de la avaricia podra definirse como una tendencia a la contencin, una tendencia a retirarse a su
mundo interior donde puede preservar y proteger su energa del exterior.
Puede ser visto como una forma de preservar la propia vitalidad a costa de economizar y proteger su
tiempo, su energa y recursos personales. Sin embargo, este eneatipo no siempre es codicioso en lo material.

La avaricia en el Cinco viene determinada por la percepcin de sentirse indefenso ante un mundo
demandante.
Es muy comn en esta estructura de carcter una tendencia a coleccionar o almacenar que podra asemejarse
al sndrome de Digenes.
La necesidad de acumular, ya sean objetos o conocimientos, tiene relacin con el impulso de salvaguardar sus
posibles necesidades sin tener que depender de nadie externo.
Retirarse a la mente es su manera de desconectar con la realidad vivencial y, por lo tanto, sentirse ms
seguro.
Dicha retirada a un mundo intelectual le lleva a desconectar de sus emociones. Hay una disociacin entre
cuerpo y mente, lo que se traduce en una fuerte sensacin de vaco existencial. Es por ello que podemos ver
usualmente al Cinco como una persona apagada a la vez que inexpresiva.
Entrar en una relacin de dependencia con el otro supone un conflicto debido a su creencia de que tiene poco
y est desprotegido. Podramos imaginrnoslo como una batera con poca energa, temiendo a que alguien
llegara y consumiera lo poco que tiene.
Esto le lleva a una bsqueda e identificacin de las posibles necesidades de los dems, como forma de
controlar la amenaza externa. La expectativas de los otros son ataduras que se viven desde la exigencia, algo
de lo que continuamente huye.
La necesidad de investigar y desarrollarse en sus propios intereses no es compatible con el hecho de
compartirse. Esto es lo que hace que pueda ser visto como una persona solitaria que prefiere vivir la vida
como un observador.
Para preservarse de participar de este mundo amenazante, el Cinco paga el tributo de negar sus propias
necesidades, de tal manera que, cuanto menos necesita, mejor.
Dicha negacin es lo que deriva a su vez en una compensacin por coleccionar conocimientos u objetos y
conservar su energa y su tiempo para fortalecer aquellos intereses propios que le hacen sentir ms seguro.
Otro aspecto que define al Investigador, como tambin es apodado el eneatipo Cinco, es su frialdad o
determinacin a no implicarse emocionalmente con el otro. De tal forma, suele mostrarse ms bien
introvertido, muy analtico y a veces poco sociable.
Esta mezquindad, entendida como la tendencia a no darse, se puede comprender si consideramos que el Cinco
se identifica en la carencia, en lo poco que tiene y en el miedo consecuente a quedarse sin nada
Puede ser visto como un gran experto, especialista y curtido en una o varias materias, debido a su afn por
profundizar en el conocimiento. A veces, son contemplados como representantes destacados en diferentes
disciplinas.
No es extrao encontrar a un carcter Cinco rodeado por los dems. Normalmente sin buscarlo, hace las veces
de maestro en materias intelectuales (escritores o cientficos eruditos) o en disciplinas introspectivas
(profesores de yoga o sabios monjes).
Algo que tambin caracteriza a este eneatipo es el desplazamiento de la accin. Debido a su inseguridad, en
muchas ocasiones no se siente suficientemente preparado para salir al mundo.
l mismo nunca se ve lo suficientemente experto como para mostrarse seguro y abiertamente, a pesar de que
alrededor la gente le haga ver lo contrario.
Adems, sentirse experto en la materia que domina tambin est condicionado en funcin de si hay otras
personas alrededor que se manejen bien con dicha materia.
Es por ello que a veces puede dedicar su atencin y profundizar en temas realmente extraos o inusuales,
donde poder crearse un espacio mental de seguridad y retirado, al que nadie puede llegar.

Fijacin
La fijacin que permite al Cinco darse derecho a sucumbir a la pasin de la Avaricia es la importancia
depositada en la propia autonoma.

Como hemos podido ver, este eneatipo tiende a protegerse del entorno a travs de la retencin de su energa,
buscando el aislamiento.
La necesidad de sentirse independiente y capaz de manejar su vida por s mismo es la salvaguarda o el tributo
que pagar por llevar una vida solitaria. Cualquier vnculo de dependencia le devuelve a su temor a ser ingerido
o abusado por el otro.
Es por esto que no lleva muy bien ser ayudado por los dems. Para que alguien pueda dar, obliga al otro a
tener que recibir, algo que el Cinco evita siempre que puede para no contraer una deuda que hiciera peligrar lo
poco que tiene.
Tiene desarrollado un fuerte superego, un Pepito Grillo que le recuerda una y otra vez lo pequeo que es
ante el mundo. Esto le hace esconderse tras una personalidad abrumada y temerosa.
Debido a que pertenece a la trada del pensamiento, su mente tiende a dirigir su vida. Le encanta elaborar
detalladas teoras e indagar en posibles ideas alternativas.
Su pensamiento es de tipo analtico, muy abstracto y catico para los dems, de tal manera que puede
presentar dificultades a la hora de expresarse y que la otra persona le entienda.
Tambin es capaz de defender con gran mpetu sus creencias ms profundas, sus tesoros ms preciados,
llegando incluso a provocar y alejar a los otros con comentarios extremos o excntricos, hacindole sentir a
veces superior intelectualmente a los dems.
Sin embargo, es ms frecuente que se relacione con las personas que despiertan su inters intelectual, aunque
lo haga desde los conocimientos que posee (normalmente a travs de tecnicismos), evitando as hablar de l
mismo y de sus sentimientos.
Entre los pensamientos que marcan tendencia en este eneatipo podramos considerar los siguientes:

Ms vale solo que mal acompaado.

Para qu quedarse en la superficie si se puede profundizar ms?

Uno es dueo de lo que calla y esclavo de lo que dice.

No necesito nada de nadie. Yo slo me basto.

Solo quiero que me dejen en paz.

Miedo bsico
El Cinco vive acogido a sus miedos, acosado por sus temores, expresndose ante el mundo
mediante conductas evitatorias.
Como decamos anteriormente, este eneatipo vive con una continua sensacin de alerta ante la
posible invasin de su intimidad. Esto hace que tema y huya en muchas ocasiones de la relaciones
personales, donde podran abusar de l y desgastarse.
En su interior tiene un profundo miedo a no ser capaz, a no darse a valer y a sentirse vaco. El compromiso o
la exigencia impuesta provocan que tome distancia y se cierre an ms, como la ostra que protege su perla del
exterior.
Puede llegar a presentar pensamientos distorsionados de la realidad, tales como ideas persecutorias o raras,
especulaciones o fantasas sobre realidades alternativas.

Mecanismo de defensa
El principal mecanismo de defensa que sustenta el ego de este eneatipo es elaislamiento. De esta forma,
consigue sentirse protegido de su hipersensibilidad y del miedo a que su intimidad y su mundo interior sean
invadidos.
El Cinco tiende a retirarse a la mente, donde puede escrutar la realidad desde una perspectiva ms objetiva y
segura. Sin embargo, la retirada implica una desconexin de la propia vivencia, de sus emociones y de sus
sentidos.

Sacrifica vivir la experiencia en pos de mejorar su red de conocimientos y la estructura que los sostiene.
Si echramos un vistazo al interior de su mente, quizs podramos encontrar toda una base de datos clasificada
por categoras y conectadas una con otras a travs de asociaciones lgicas y empricas.
La tendencia a perfeccionar y ampliar dicho ordenador (su mente) y la relacin entre los datos contenidos
(sus conocimientos) es una de las tapaderas que permiten al Investigador sentirse ms seguro y compensar su
sensacin de vaco interior.
Otra manera de referirnos al mecanismo de defensa del Cinco es entendiendo el concepto de desapego.
Este desapego no hace referencia nicamente a la no implicacin con los dems, sino tambin a un
distanciamiento con el propio cuerpo y con sus sentimientos.
La evitacin de la emocin, las propias y las ajenas, puede llevarle a mostrar un aspecto de mezquindad y de
sangre fra, fruto de la gran distancia que l mismo establece entre su mente y su corazn

Infancia
Teniendo en cuenta que cuando hablo de la infancia de cada eneatipo hago alusiones a tendencias, en el caso
del Cinco suele haber detrs una sensacin de rechazo o de asfixia por parte de alguno de los progenitores (o
ambos).
Este eneatipo ha llegado a interiorizar una inseguridad que se acentu cuando el padre o la madre permaneca
cerca de l.
Bsicamente ha podido sentirse amenazado o asfixiado por una actitud invasiva paternal. De hecho, es muy
comn encontrar en el Cinco un progenitor Ocho o Dos. Desde este punto de vista, la desconexin emocional
con los padres se hace necesaria para su supervivencia.
Su manera de protegerse ante la amenaza externa y cercana fue desconectarse emocionalmente de los padres,
de sus propias emociones y de su cuerpo, refugindose as en su mundo intelectual, lejos de la realidad y del
peligro que amenaza su supervivencia.
De esta forma, el Investigador suele haber sido un nio independiente, desimplicado y con la nica necesidad
de que lo dejaran en paz.
Es comn por tanto encontrar estructuras de carcter Cinco que de pequeos permanecan encerrados en su
habitacin, jugando solos y dedicndose a actividades individuales (lectura, ordenador, estudios...).

Sexualidad
El Cinco no suele ser una persona que se lanza a la conquista, sino que permanece ms bien a la espera,
dominado por sus miedos e inseguridades.
De hecho, para conquistarle, muchas veces se necesita superar varias pruebas, pues no se abre a cualquiera en
este proceso de seduccin.
No parece mostrar abiertamente su necesidad sexual. Por el contrario, hay una tendencia a inhibir la
relaciones amorosas. Sin embargo, una vez confa en alguien, puede mostrar una conducta sexual muy
posesiva, como manera de conseguir esa posesin deseada.
Digamos que, bajo una apariencia poco llamativa y a veces apagada, se puede ocultar una persona
sexualmente muy desinhibida. De hecho, podra ser considerado un gran amante, aunque le suele costar
comunicarse y entregarse como pareja sentimental.
En su apariencia, el Cinco no pretende despertar la atencin de los dems, sino que prefiere pasar ms bien
desapercibido.
Esto hace que muchas veces consiga el efecto contrario: ser visto como una persona misteriosa a la que se la
desea conocer ms profundamente, ya sea despertando en l su lado salvaje, su sexualidad o bien intimando en
otras esferas.

Morfologa
El cuerpo del Cinco suele desprender una cierta descoordinacin y una gran fragilidad: tronco alargado,
rasgos angulosos y extremidades muy finas. Suele ser fibrado y con poca grasa.
Presenta una respiracin de ritmo entrecortado, como si tan slo tomara el aire justo para sobrevivir.
Suele tener una pisada peculiar, pues raramente apoya toda la planta, sino que ms bien presenta un puente
curvado, con un predominio del apoyo en la parte exterior del pie, como si no quisiera dejar su huella por la
vida.
En su forma de vestir se refleja una cierta inhabilidad o torpeza para adaptarse a lo que suele ser comn,
de tal manera que puede combinar colores estrambticos o vestir en general con desarmona.
Aqu no hay una intencin de diferenciarse del resto, como puede ocurrir con el tipoCuatro, sino que su
extraa apariencia ciertamente se debe a una cierta torpeza a la hora de integrarse hbilmente con el mundo.

Carcter dinmico
En su movimiento hacia el estrs, el Cinco tiende al Siete. Cuando percibe que el aislamiento no le
proporciona la seguridad habitual, puede lanzarse a la accin compulsiva.
Se vuelve inquieto y acelerado, saltando de una actividad a otra como forma de distraerse de sus temores y de
su sensacin de vaco.
Puede volcarse en actividades aparentemente golosas (televisin, comida, drogas, sexo compulsivo...) que
realmente no le llenan, sino que nicamente le hace desconectar ms de s mismo.
Cuando se mueve hacia la integracin, el Cinco se va al Ocho, de tal forma que sale al mundo, pisando
seguro de s mismo y dndose permiso para ir tras la consecucin real de sus metas.
Todo esto es posible debido a que conecta ms con su centro instintivo, de donde nace la accin. Sale de su
mente para implicase en el mundo, volvindose ms funcional.

Conclusin
En resumen, un eneatipo Cinco se define por ser alguien intelectual, analtico, solitario, autnomo, mezquino,
perfeccionista, inexpresivo, profundo, inseguro, hipersensible, extrao, inadaptado, desapegado,
independiente, reservado, especulativo y desimplicado.
Algunos ejemplos de Cinco en la literatura o en el cine:

Jean-Baptiste Grenouille, interpretado por Ben Whishaw en El perfume (Tom Tykwer).

Eduardo Manostijeras, interpretado por Johny Depp en la pelcula de Tim Burton.

John Nash, protagonista del libro Una mente maravillosa (Sylvia Nasar).

Brenda Chenowith, interpretada por Rachel Griffiths en la serie A dos metros bajo tierra
(Alan Ball).

Mark Zuckerberg, interpretado por Jesse Eisenberg en La red social (David Fincher).

Eneatipo 6: Miedo - El leal


Pasin dominante: Miedo
El Seis se ha identificado en exceso con el miedo, de tal manera que gran parte de su forma automtica de ir
por el mundo se deja arrastrar por ste.
Una de las consecuencias directas de esta pasin es la respuesta ansiosa que este eneatipo experimenta
interiormente. La angustia podra parecerse a la sensacin de que, en cualquier momento, el techo se le va a
desplomar encima.
Aqu, la ansiedad podra definirse como una respuesta al miedo no identificado, la cual hace que se disparen
las defensas de autoproteccin y las alarmas para la supervivencia, sin saber muy bien de dnde viene la
amenaza.
El conocido como el Leal, tambin a veces como el Cobarde, tiende a volcarse en el futuro y cualquier
preocupacin suele derivar en sintomatologa ansiosa, como la incapacidad para conciliar el sueo, la tensin
y el agotamiento que puede generar una mente llena de pensamientos obsesivos.
Hay diferentes formas de reaccionar ante el miedo, lo cual nos hace plantear la existencia de dos variantes
ms dentro de esta estructura de carcter, muy diferente una de otra:

El Seis fbico: tiene por tendencia contraerse y encogerse ante el miedo, buscando las
zonas de seguridad donde la amenaza pueda ser disipada. Prefiere evitar los callejones
oscuros, asegurarse de cerrar la puerta con llave o, en general, no correr riesgos
innecesarios. Acta con especial cautela, se vuelve clido, modesto y tiende a ser ms
dcil y disciplinado con respecto a las normas y a la autoridad, con la finalidad de evitar
el castigo.

El Seis contrafbico: ante la amenaza, aparentemente se crece y, como reaccin, se


anticipa a plantarle cara al miedo. Si percibe la posibilidad de que surja alguna
hostilidad, saca las garras. Prefieren dar el primer golpe a que el otro le pille
desprevenido. Suele ser ms rebelde que el de la variante fbica y adopta una postura
agresiva y desafiante. Suelen ampararse en una imagen atractiva de fuerza y dureza.

A pesar de que suele haber una cierta estabilidad en la manera de reaccionar ante el miedo, la fobia y la
contrafobia pueden ser vistas como una nica dimensin por la que el Seis discurre, de tal manera que se
pueden ir alternando con el tiempo ambas actitudes.
Suele darse una interiorizacin de las normas establecidas, sobre todo en la variante fbica, de tal forma
que se siente incapaz de quebrantar las leyes. Todo tiene un orden establecido y un procedimiento por el cual
llevar las cosas a cabo.
La autoridad es un smbolo del poder castigador. Tiende a ser muy cumplidor con los jefes, cuerpos de
seguridad o quienes ostentan los ms altos puestos en la jerarqua, a la vez que se crecen ante quienes se sitan
por debajo en el orden piramidal.
En la variante contrafbica se combina la lealtad con una actitud ms desafiante, cuestionadora y rebelde ante
quienes poseen dicha autoridad legal o moral.
Se le apoda El Leal debido a la constante fidelidad que muestra a sus amigos, personas queridas y a sus
propias creencias.
Esta lealtad en gran parte tambin est condicionada por el miedo. Ante la necesidad de aferrarse a algo
seguro, defiende a capa y espada las relaciones en las que encuentra un soporte externo y tambin aquellas
ideas o principios que le permiten dormir tranquilo, pudiendo llegar incluso al fanatismo.
La necesidad de crear relaciones de dependencia donde sentirse seguro convive a la vez con su tendencia a la
desconfianza.
El Seis busca recibir apoyo, aunque sin ser avasallado. Espera que los dems lo tengan en cuenta, mas no
desea generalmente sobresalir ni ser el centro de atencin. Necesitan saber que pueden contar con los dems,
pero tambin es imprescindible mantener cierta distancia.
Cuando se disparan sus alertas ante la proximidad no deseada de una relacin, cuando se siente en el punto de
mira, nace la desconfianza. Esto generar una lucha interna entre el deber (la lealtad al otro y su firmeza en
no fallarle) y el miedo generado (la desconfianza que subyace en cuanto a las intenciones de los dems).
Sin embargo, dejarse llevar abiertamente por sus impulsos belicosos podra hacer peligrar el amparo que
obtiene de los dems. Por ello mismo, crea relaciones clidas en forma de proteccin al otro o donde l mismo
se sienta protegido.

Al estar muy volcado en el futuro, invierte nicamente en aquello que le da garantas y proporciona seguridad.
A veces lo busca en el matrimonio, en un grupo de amigos u otras veces en libros de autoayuda o grupos
polticos, sociales o religiosos que le sirven de referencia.
Es propenso a meterse en planes de pensiones, inversiones seguras o embargarse en estudiar oposiciones con
el fin de obtener un trabajo seguro y para toda la vida. Tambin pueden llegar a proveerse de ciertos
suministros en demasa debido a una prudencia exagerada, por miedo a si se agotaran sus reservas en caso
de necesidad.
Tiene un radar interno que le sirve como localizador de problemas. Posa su mirada en el mundo bajo una
actitud de catastrofismo. La anticipacin al peligro es necesaria para prepararse a la adversidad y sentirse ms
capacitado ante los problemas emergentes.

Fijacin
Este eneatipo suele convivir de forma continua con la duda. Esta ambivalencia le lleva a perderse en la
indecisin, a dar vueltas una y otra vez a las diversas opciones disponibles y a cuestionarse cul es la ms
correcta.
Quizs podra quedarse un buen rato decidiendo que camisa comprarse o bien qu plan llevar a cabo. El caso
es que la incertidumbre, generada por la ansiedad y por el miedo, tambin inunda sus propias creencias
cuando no encuentra un apoyo externo, llegando a verdaderas batallas mentales.
El Seis es un experto en buscar segundas intenciones en los dems. Puede llegar a leer entre lneas a travs
de una suspicacia muy desarrollada que, en muchas ocasiones, propicia el pensamiento paranoico.
En base a las preguntas que surgen en la mente a razn de la desconfianza, surgen interpretaciones mentales
de lo observado, llegando a elaborar hiptesis a veces muy retorcidas acerca de la mala intencin de los
dems.
Suele pensar antes de actuar. La excesiva prudencia, debido a la inseguridad en uno mismo, le lleva
a postergar la accin continuamente.
Sin embargo, esta tendencia a la mesura se suele combinar puntualmente con actitudes rebeldes y temerarias
que le sirven como vas de escape a su propia impulsividad reprimida. Por ejemplo, podra dejarse llevar en
situaciones que despertaran su adrenalina, como la conduccin brusca e imprudente.
Teoriza mucho y tiende a indagar en fuentes de informacin fiables para llenarse de datos y conocimientos, lo
cual le permite sentirse ms seguro y con mayor certeza a la hora de hablar o de actuar.
Al estar en la trada del pensamiento, reprime sus impulsos, los cuales son acallados tras una
continua racionalizacin. Vive con un excesivo culto a la mente, ya no slo en cuanto a acumular
conocimientos, sino como instrumento para procesar la realidad.
Se alza a la mente por encima de cualquier otra opcin. Tiende a ser un devoto del pensamiento emprico, con
resistencias a la hora de aceptar otras posibles realidades fuera de lgica y sentido comn.
Podra llegar a aceptar principios emocionales, sociales o espirituales que escapan a la razn si con ello se
siente integrado en un grupo de referencia. Sin embargo, al ser un cuestionador nato, entra en un conflicto
interno entre el amparo del grupo y la desconfianza en los principios que promulgan los dems.
Algunos de los pensamientos ms comunes e interiorizados en este eneatipo podran ser:

Es mejor estar seguro antes de actuar.

Piensa mal y acertars.

Para las buenas o para las malas, los dems pueden contar conmigo.

Ms vale prevenir que curar.

Las normas se han establecido por el bien comn y hay que cumplirlas.

Miedo bsico
El Seis teme bsicamente encontrarse perdido, abandonado y desorientado, sin una gua o referencia
estable hacia la que poder encaminar sus pasos.
La necesidad de diferenciar entre lo que es correcto y lo que no, le lleva en muchas ocasiones a trasladar la
autoridad hacia fuera. Por ello mismo, necesita y se siente seguro con unas pautas externas sobre cmo
actuar de forma correcta.
En diversas ocasiones suele integrarse en grupos religiosos, polticos o instituciones reglamentadas que fijen
las reglas.
Otras veces simplemente se apoya en las normas sociales (leyes, protocolos, tradiciones...) para apaciguar la
falta de orientacin interna y la inseguridad.
En muchos sentidos pierde su propia orientacin, la voz interna que le llevara a permanecer en su centro.
Por esto mismo, cuando no encuentra un punto de referencia externo, entra de lleno en la duda, la cual dispara
la ansiedad y la angustia.

Mecanismo de defensa
Este eneatipo presenta como principal mecanismo de defensa la proyeccin, a travs del cual las emociones,
los pensamientos y las intenciones no reconocidas en l mismo son atribuidos a los dems.
La propia inseguridad se traslada hacia el exterior, hacia las otras personas, quienes pueden en cualquier
momento fallarle o bien causarle algn dao.
El Seis ha aprendido a reprimir sus impulsos, por ser interiorizados como algo negativo o inadecuado en uno
mismo. La proyeccin hace que dicha amenaza interna no aceptada se vuelque hacia los dems.
A travs de este mecanismo, consigue aliviar la propia carga, el conflicto interno entre una rgida estructura
mental y los propios impulsos, los cuales son percibidos como una amenaza.
Al no aceptar en muchas ocasiones dicho conflicto interno, consigue creerse que el causante de su malestar y
de su inseguridad, por fuerza, ha de ser alguien o algo externo. Eludir la propia culpa hace que se muestre a la
defensiva y adopte una postura victimista.
Secundariamente, es capaz de abandonar su posicin de fragilidad, propia de la victimizacin, e incorpora en
si mismo el peligro externo.
A travs de este mecanismo de defensa, denominado identificacin con el agresor, si se siente amenazado,
el Seis acabar convirtindose l mismo finalmente en una amenaza para el otro.
Ante esta idea de la mejor defensa es un buen ataque, se podra considerar como ejemplo el empezar una
pelea cuando se atribuye a la otra persona intenciones hostiles.

Infancia
El nio Seis ha recurrido a reprimir con culpabilidad sus propios impulsos para sentirse as aceptado por su
entorno.
La sensacin de que hay algo malo, negativo o no vlido dentro de si mismo le lleva a una profunda
inseguridad interior.
Adems, tal y como hemos comentado anteriormente, dicha negatividad interna se proyecta hacia fuera, por lo
que es habitual que desde pequeo el Seis haya convivido con una fuerte sensacin de miedo, ya sean
racionales o irracionales.
Normalmente, la infancia de este eneatipo se ha visto envuelta por un ambiente de impredecibilidad,
marcado mayoritariamente por la principal figura de autoridad (generalmente el padre).
Suele ser comn la convivencia desde pequeo con un progenitor con problemas de alcohol u otras drogas,
propenso a una gran inestabilidad emocional y conductual en general.

Ante esta situacin, la autoculpacin o la interiorizacin de que hay algo malo en l mismo es la nica salida
para evitar o prevenir el castigo por parte de la autoridad.
Con todo esto se deduce que, ms all de la apariencia externa, el Seis encierra en si mismo a un nio que se
ha sentido muy culpable y con mucho miedo a lo que pueda ocurrirle.

Sexualidad
En la unin sexual suele darse tambin una necesidad de fusin con el otro. Para ello, proyecta por lo general
un ideal de pareja con el que, si no llega a estar a la altura de sus expectativas, es posible que termine tomando
distancia por sentirse defraudado.
La desconfianza inherente a este eneatipo suele contagiar la parcela sexual. De tal manera que puede llegar a
rituales de espionaje (registrar el telfono mvil, hacer interrogatorios...) respecto a su pareja, de quien teme
que pueda estar engandolo con otro.
Puede ocurrir que, ante el temor a no dar la talla o a no funcionar correctamente en lo sexual, a la hora de
relacionarse ponga ms atencin en la propia ansiedad catastrofista que en el disfrute, generando as
problemas de impotencia o vaginismo.

Morfologa
De entre los eneatipos contemplados en el eneagrama, el Seis es sin duda el ms heterogneo en lo referente a
su constitucin morfolgica.
Entre los elementos o rasgos comunes destacara la mirada escrutiadora, vigilante del entorno. En muchas
ocasiones, es capaz de posar su vista fijamente sobre otra persona sin tomar conciencia realmente de ello.
Prefiere observar antes que hablar.
Su cuerpo encierra una alta carga de rabia, mostrando muchas veces una actitud agresiva ante el mundo.
A pesar de que en algn subtipo (sobre todo el Seis conservacin) presenta una imagen clida y agradable,
procura mantener una justa distancia fsica con el resto del mundo.
De alguna manera, es como si su propio cuerpo fuera una prolongacin fsica de la desconfianza albergada en
su interior.

Carcter dinmico
El Seis se va al Tres en los momentos de estrs, decantndose por aferrarse a toda costa a una imagen de s
mismo que pudiera generarle mayor seguridad. Podra surgir la necesidad de desvalorizar a otros para crecerse
y compensar as su baja autoestima.
Puede tambin invertir ms tiempo y energa en el trabajo o bien, por otro lado, entrar en competitividad con
otros grupos a travs de los grupos polticos, sociales o religiosos que lo representan.
En su camino hacia la integracin, el Seis tiende al Nueve y consigue manejar su vida de manera ms relajada
y tranquila, traspasando la ansiedad habitual para conectar mayormente con su voz interna, capaz de orientarle
a satisfacer sus propias necesidades.
Por otra parte, desarrolla una mayor autonoma e independencia en sus relaciones personales, fruto de la
solidez interior alcanzada. Pasa de establecer lazos de dependencia con los dems a disfrutar de su compaa,
consiguiendo confiar ms en la vida que le rodea.

Conclusin
En resumen, un eneatipo Seis se define por ser alguien racional, comedido, leal, desconfiado, catastrofista,
suspicaz, tradicional, ansioso, estructurado, dubitativo, paranoico, hipervigilante, terico, cuestionador,
inseguro, normativo, comprometido, vctima y responsable.

Algunos ejemplos de Seis en la literatura o en el cine:

John Rambo, interpretado por Sylvester Stallone en Acorralado (Ted Kotcheff).

Shaggy, personaje de la serie de dibujos animados Scooby Doo, dnde ests?

Don Quijote, protagonista de la novela de Miguel de Cervantes.

La ta Josephine, interpretada por Meryl Streep en Una serie de catastrficas desdichas


(Brad Silberling).

Juan Cuesta, interpretado por Jos Luis Gil en la serie Aqu no hay quien viva

Eneatipo 7: Gula - El entusiasta


Pasin dominante: Gula
El motor del Siete es la gula, entendida sta como una propensin al hedonismo, una tendencia incontrolada
a estar en bsqueda continua del disfrute.
Dicha esclavitud proviene de una necesidad imperiosa, en muchas ocasiones inconsciente, de evitar la
angustia. Aferrarse al placer supone una distraccin del dolor interior. De hecho, el aplazamiento del placer se
vive con mucha frustracin y angustia.
Por ende, el resultado de todo este impulso hedonista es una honda insatisfaccin, no mostrada abiertamente
por lo general y caracterizada por la tendencia al inconformismo o a la insaciabilidad: nunca es suficiente y
siempre quiere ms.
El llamado el Entusiasta por muchos es propenso a las adicciones de cualquier tipo. La bsqueda de la
intensidad en el placer le lleva a sentirse atrado por drogas, comida, viajes, sexo, fiestas, pasatiempos...
Una imagen adecuada para simbolizar esta estructura de carcter sera la de un saco sin fondo, en la que, por
mucho que se introduzca, nunca est lleno.
La soterrada sensacin de insatisfaccin queda ensordecida por un exuberante entusiasmo, al servicio de lo
que se considera prometedor. De esta manera, el Siete llega a creerse que disfruta de la experiencia, cuando en
realidad no para de mirar hacia un futuro ilusorio.
A la hora de la verdad, tiene una gran dificultad para disfrutar del presente. Por ejemplo, se puede encontrar
en mitad de un paisaje idlico y, en lugar de centrarse plenamente en la experiencia, prefiere entusiasmarse
ante la idea futura de contarle a los dems dnde ha estado.
La tendencia a ansiar ms y ms no le lleva tanto a explotar y agotar las vas comunes del placer, sino ms
bien a un continuo buscar nuevos cauces fuera de lo que es considerado comn para llenar su gula.
Encontrar un paisaje remoto, una receta peculiar o una idea innovadora representan diversas tentaciones donde
el Siete puede poner su foco de atencin.
Quiere, por lo general, variedad y novedad. Esto mismo le lleva a emprender grandes proyectos, siempre en
busca de la mina de oro. Tiende a mostrarse anticonvencional y utpico, precisamente porque evita
relacionarse con lo comn o con lo conocido.
Debido a su anhelo de no querer perderse nada, suele ser muy propenso a la dispersin. Es capaz, por
ejemplo, de quedar a la misma hora con dos personas diferentes o bien de ajustar el tiempo al mximo con
otras actividades y llegar por tanto tarde a una cita planeada con anterioridad.

El Entusiasta es poco consciente de sus propias limitaciones y tiende a moverse por impulsos. Pretende
abarcar demasiado y suele emprenderse en muchas tareas a la vez, por lo que raramente termina lo que ha
empezado.
Se muestra al mundo como una persona jovial, graciosa y elocuente. All donde va consigue arrancar sonrisas
gracias a su espontaneidad y su discurso dicharachero.
De hecho, una de sus grandes armas es la verborrea, capaz de provocar intriga a quienes le rodean,
seducindolos con la palabra.
A diferencia del eneatipo Dos, quien tambin es un experto seductor a travs de su cuerpo y su temple, el Siete
aprovecha ms su habilidad persuasiva y su oratoria para meterse a quien quiere en el bolsillo.
Esta persuasin se muestra tambin en su capacidad para influir en los dems mediante su charlatanera, como
un titiritero que hace creer a sus marionetas que actan por s mismas.
El embuste, la exageracin, la aparente generosidad o la manipulacin son herramientas poderosas para
alcanzar su objetivo o bien para escapar de situaciones complicadas; todo esto camuflado bajo una imagen de
bonachn, entusiasta y pizpireta.
Hay un desdoblamiento entre lo que se muestra y las motivaciones profundas. Bajo la seduccin se puede
ocultar la imposicin o en la complacencia hacia el otro se puede enmascarar la agresividad evitada.
Todo esto se debe a la dificultad o al miedo de encarar la parte ms oscura de s mismo, continuamente tapada
por la bsqueda del placer.
Ms all de su capacidad de seduccin se esconde un marcado narcisismo. Conceptualmente, el Siete se
siente cmodo en las relaciones entre iguales, pero su actitud de sabelotodo y su propensin a querer dejar
huella en los dems le sita inconscientemente en un plano superior al resto.
La bsqueda del placer se asocia tambin a una actitud rebelde que le permite saltarse los lmites. Sin
embargo, esta rebelda suele mostrarse de forma enmascarada, llegando a asomar a travs de la broma, el
cinismo o la crtica a los principios convencionales.

Fijacin
El estilo cognitivo del carcter Entusiasta se impregna de un fuerte poder persuasivohacia el mundo. Sus
habilidades en el campo de la inteligencia le lleva a justificar continuamente ante los dems sus actos o
postura ante la vida.
De hecho, la autoindulgencia es el mecanismo a travs del cual el Siete consigue obtener lo que se propone, a
costa de darse el capricho a travs de razonamientos irreales.
Por ejemplo, ante la obligacin de ponerse a lavar los platos, el Entusiasta se autoconvencer de ver la tele un
rato a travs de pretextos diversos que le llevan a ser permisivo y poco disciplinado.
Esto se combina con una imagen de ser consentido, donde el derecho a la gratificacin prospera por encima de
las obligaciones personales o hacia los dems.
Tiene una tendencia marcada hacia la planificacin. La mente se proyecta continuamente hacia el futuro,
hacia mltiples opciones apetitosas relacionadas con la culminacin de ciertas metas o proyectos agradables.
Sin embargo, dicha tendencia hacia el futuro implica una desconexin profunda con la vivencia presente, de
tal forma que, ante la experiencia de comer un primer plato exquisito, el Siete fantasear con el segundo plato
que se va a servir a continuacin.
Su potencial imaginativo le lleva a una confusin entre la realidad y la fantasa. No es la actividad planeada
lo que verdaderamente le llena, sino el propio concepto mental o la idea visualizada con anterioridad..
Hay una tendencia al pensamiento utpico. Por eso nunca alcanza en la realidad lo que en su mente visualiz,
ya que siempre fueron espejismos mentales alimentados intensamente por la fantasa.
Con esto se puede entender que el Siete, a pesar de su tendencia hedonista, no llega a experimentar la
verdadera satisfaccin. As pues, la propensin al placer en realidad no nace de la bsqueda de dicha
satisfaccin plena, sino de la evitacin del sufrimiento.

Es por esto que, ante situaciones dolorosas o angustiosas, el Siete escapa con la risa o con la propia pasin de
la gula, que le lleva a distraerse del dolor mediante estmulos apetitosos.
Algunos razonamientos de este eneatipo derivados del impulso de la gula podran ser:

Carpe diem / Hakuna matata.

Cuando quiero algo no hay quien me detenga... ni si quiera yo mismo.

No hay mal que por bien no venga.

Quiero ms!

Tengo el don de promover el entusiasmo y el buen rollo a mi alrededor.

Miedo bsico
Se podra decir que el principal miedo subyacente en este eneatipo es conectar de pleno con el dolor.
El Entusiasta ha interiorizado que no hay escapatoria posible al sufrimiento, el cual amenaza a la vida. Por
esto mismo, la pasin de la gula predispone a rechazar cualquier conexin con dicho dolor, desviando la
atencin al placer.
El desarrollo de una mente estimulante es la excusa perfecta para evitar la conciencia de sufrimiento. Sin
embargo, a pesar de llenarse de estmulos, el Siete finalmente no escapa de la sensacin de insatisfaccin,
resultante de querer llenar un saco sin fondo.
De todos modos, el tiempo que suele estar en contacto con su propio dolor suele ser escaso, pues
automticamente tiende de nuevo a buscar la distraccin en forma de sobreestimulacin mental o sensorial.
En definitiva, el Siete vive esclavizado a ver el mundo desde una falsa ptica positivista de la realidad, por
miedo a quedar atrapado en el vaco interior que podra experimentar.

Mecanismo de defensa
Una de las principales defensas que sustentan el Ego del Siete es la racionalizacin. A travs de este
mecanismo, consigue convencerse a s mismo y a los dems de unos motivos propios no reales para acceder a
la vida desde el impulso goloso.
La idealizacin de s mismo y de sus propios pasos juegan aqu un factor importante de cara a evitar la
realidad dolorosa.
Tras la racionalizacin y la idealizacin se esconde el miedo a conectar con sus carencias. Pone su
intelectualidad al servicio de hacer creer que se siente lleno a travs de lo que hace, como un efecto rebote a
reconocer su profundo vaco interno.
Hay una dificultad de asumir sinceramente sus errores, pues esto le conducira al dolor interior que intenta
evitar. Por esto mismo, bloquea intelectualmente sus motivaciones profundas e inconfesables y se vende tras
un discurso embellecido, lgico e idealizado.
Ante la experiencia del error, acude a la reformulacin positiva, mecanismo por el cual consigue darle la
vuelta a la tortilla y transformar lo negativo en positivo.
Por ejemplo, si se ha perdido la oportunidad de conseguir un importante puesto de trabajo, el Siete podra
acabar creyndose que en realidad no estaba bien pagado, que el horario no era el adecuado o que, en
definitiva, no era lo que l necesitaba.

Infancia
Cuando hablamos de los primeros aos de vida en un eneatipo Siete suele ser frecuente encontrar
una primera infancia dichosa. De alguna manera, se suele decir que el Entusiasta se ha quedado enganchado
de por vida a la teta materna.

Por lo general, vivi la fase del destete con dificultad y tuvo que buscar elementos
compensatorios (chupetes, peluches...) que pudieran reemplazar la estimulacin placentera del pecho de la
madre.
La frustracin resultante de la interrupcin placentera de la lactancia se transforma en una tendencia al
impulso vital de la gula: no est satisfecho y siempre quiere ms.
Ante la costumbre de haber consumado las necesidades placenteras, es como si el Siete hubiera decidido
hacerse autosuficiente a travs de una imagen hedonista, permitindose coger del mundo aquello que necesita
para vivirse lleno y feliz.
Suele ser visto como un nio caradura, gracioso y consentido, que siempre obtiene lo que quiere gracias a
su ingenio, su encanto o su actitud sibilina.
La presencia de una figura firme de autoridad le llev a adoptar una aparente sumisin que, en el fondo, no es
ms que una estrategia de supervivencia para acabar salindose con la suya.
As pues, podramos concluir que la actitud infantil inherente a una estructura de carcter Siete proviene de
haberse quedado anclado en su infancia, como un Peter Pan que, ante las ventajas de haber sido un nio,
decidi no crecer.

Sexualidad
Como cabra esperar, el sexo para el Siete es un llamamiento a la gula. Tiende a querer explotar el placer
sexual en sus diversas formas, aunque no siempre lleva a cabo todas las opciones, sino que muchas las vive a
travs de una intensa fantasa.
Esta fantasa placentera le incita a no cerrarse ninguna puerta, por lo que puede incurrir en continuas
infidelidades o en la falta de compromiso para formalizar una pareja.
Puede tener problemas para experimentar la sexualidad y el amor conjuntamente pues, para el Entusiasta,
los dems son percibidos como medios para satisfacer su propio placer. Es por esto que pueda experimentar
una adiccin a la pornografa o a diferentes prcticas sexuales.
El contraste entre la planificacin o la imaginacin de la aventura sexual con la realidad vivida suele ser a
menudo muy frustrante, pues nunca se alcanza la satisfaccin plena que se proyecta en la mente.

Morfologa
El cuerpo que puede acompaar a esta estructura de carcter se puede parecer a veces al del eneatipo Cuatro:
de extremidades alargadas y con cierta fragilidad aparente.
Suele presentar hombros pequeos y un torso plano. En las mujeres no hay un tamao de pecho excesivo,
exceptuando los casos de obesidad, donde la grasa puede aumentar el volumen general.
De hecho, secundariamente puede darse esta tendencia a desarrollar un cuerpo blandito y de formas
redondeadas, con propensin a ganar peso.
En el rostro del Entusiasta se suele dibujar una sonrisa que asoma a travs de unos labios grandes y carnosos,
dispuestos a seguir buscando la teta de la madre, fuente original de placer.
Puede vestir de forma desenfadada, buscando ante todo la comodidad y desprende una energa infantil y
suave.

Carcter dinmico
Cuando se siente estresado, el Siete se mueve hacia el Uno. Comienza a tomarse ms en serio sus propsitos
desde una perspectiva rgida, perfeccionista e intransigente, que termina por provocarle frustracin al no
alcanzar las metas propuestas.

Se impacienta y es capaz de criticar duramente a quienes no siguen su ritmo, haciendo a veces apologa de sus
propias ideas y arremetiendo contra quienes no opinan igual, tornndose ms insensible y fro.
Cuando tiende a la integracin, el Siete se va al Cinco y, de esta forma, consigue vivir cada experiencia de
forma ms profunda y pausada. Interrumpe su continuo saltar de rama en rama para permanecer centrado y
con mayor sobriedad.
Llega a darse esta integracin debido a que el Entusiasta comienza a desidentificarse de su mente,
trascendiendo sus propios procesos mentales idealistas y permitindose disfrutar y profundizar en el presente,
en lugar de indagar en los diversas posibilidades del futuro.

Conclusin
En resumen, un eneatipo Siete se define por ser alguien entusiasta, divertido, hedonista, anticonvencional,
impaciente, aventurero, caprichoso, narcisista, insaciable, locuaz, rebelde, encantador, dicharachero, disperso,
permisivo, fantasioso, indisciplinado, manipulador, alegre, complaciente y sibilino.
Posibles Siete en la literatura o en el cine:

Peter Pan, personaje ficticio creado para el teatro por el escritor James Matthew Barrie.

Maria Von Trapp, interpretada por Julie Andrews en Sonrisas y lgrimas (Robert Wise).

Daniel Hillard, interpretado por Robin Williams en Seora Doubtfire, pap de por vida
(Chris Columbus).

Pipi Calzaslargas, protagonista de la serie de novelas de Astrid Lindgren.

Homer Simpson, padre protagonista de la serie Los Simpsons (Matt Groening).

Eneatipo 8: Lujuria - El desafiador


Pasin dominante: Lujuria
El Ocho pertenece a la trada visceral del eneagrama, donde hay una identificacin con laenerga del
estmago, del impulso.
La rabia juega un papel fundamental, pues sta no slo es asumida, sino que le permite desenvolverse a sus
anchas por el mundo.
Esta rabia le permite luchar por el poder, posicionarse ante los dems y marcar su espacio en todo aquello
que le rodea, incluidas las personas.
De hecho, desde el eneagrama se entiende la lujuria como un movimiento expansivo del ego, una tendencia a
marcar un territorio propio ms all de las fronteras de uno mismo.
A travs de esta rabia en forma de agresividad, el Desafiador arrasa all por donde va, arremetiendo contra
todo lo que se interponga en su camino.
Debido a que ha interiorizado a lo largo de su vida que nadie le va a dar nada, l tiene que ir al encuentro de
todo, desde una actitud arrolladora y vengativa donde no hay lugar a concesiones.
El mundo es representado como un campo de batalla donde no hay cabida para los dbiles. Impera la ley del
ms fuerte. Esto conlleva desterrar la ternura, el cario o cualquier emocin que le haga sentirse vulnerable.

Los otros son considerados como enemigos potenciales. Por ello mismo, el Desafiador es poco receptivo a
dejarse querer, pues siempre desconfa de las buenas intenciones de los dems.
Proyecta en los dems su propia actitud ofensiva, de tal forma que suele ver a su alrededor lobos vestidos con
piel de cordero.
Sin embargo, cuando consigue establecer un vnculo ntimo con la pareja o con otras personas, hay un cambio
de actitud y el individuo en cuestin pasa ser considerado de su propiedad.
En estas situaciones, el Ocho es muy leal y tiende a proteger al dbil de los dems. Hace de su entorno una
pia donde l lidera al grupo, gracias a su fuerte determinacin, su actitud decidida y la capacidad de
manipulacin.
Posee fuerza de voluntad y un carisma especial que hace que los dems le sigan. Es unlder natural, un gran
empresario y visionario. Quiere dejar su huella all donde pisa.
Quien se gana su respeto y entra por el aro de sus condiciones, se siente seguro y protegido. Sin embargo,
infunde a la vez una potente aura de miedo. No suele necesitar expresar lo que piensa; una simple mirada a los
ojos puede provocar temor en el otro.
Tiende a imponer su voluntad all por donde pasa y no consiente que los dems dicten las reglas. Vive la
rebelda como una forma de proclamarse por encima de cualquier persona o institucin.
En este eneatipo, la conducta impulsiva es interiorizada o vivida como una necesidad. Por ello mismo hay
una bsqueda de la intensidad, que le lleva a sobrepasar los lmites de la prudencia y asumir una vida llena
de riesgos y desafos.
Para que esto sea posible, hay una desconexin con el miedo y una falta de control sobre los impulsos. Esta
manera de actuar sin pensar le hace llevar un estilo de vida temerario, donde no hay miedo a las
consecuencias.
Al igual que el eneatipo Siete, el Desafiador busca la intensidad de los estmulos, aunque dicha bsqueda parte
de la necesidad visceral de vivir el reto, de asomarse al precipicio y sentirse vivo, aunque para ello pueda
llegar a jugarse incluso la vida.
Es ms, el Ocho necesita vivir el placer transgrediendo los lmites, utilizando incluso a los dems para su
propia satisfaccin. Se podra dilucidar que, bajo este hedonismo, se esconde una tendencia viciosa hacia la
lucha y el dolor placentero.
Precisamente por esto, no es raro observarle practicar deportes extremos (cada libre, carreras de coches,
boxeo...) o actividades insaludables (juergas llevadas al lmite, excesos con las drogas o prcticas sexuales
compulsivas y poco ortodoxas).
En todas estas prcticas, el elemento comn es la expresin de la agresividad a travs del sometimiento de los
dems o de la descarga de adrenalina a altos niveles, pero siempre desde la premisa de sentir su propio vigor.

Fijacin
Como en cualquier eneatipo, la pasin correspondiente se sostiene en el ser humano gracias en parte a los
mecanismos de fijacin mental. En el caso del Ocho, la lujuria se mantiene debido a la necesidad de dominio
sobre los dems.
El Desafiador defiende una actitud fuerte y enrgica ante la vida, despreciando cualquier signo de
debilidad o vulnerabilidad en el ser humano.
De hecho, puede hacer uso de la humillacin ajena para hacer destacar su propia fuerza y dominio sobre el
entorno.
Mientras que procura someter a los dems para demostrar su superioridad y su fuerza, a las personas ms
cercana las tiene atadas en corto, llenando la relacin de expectativas y reglas que el otro debe satisfacer.
Es el prototipo de macho (o hembra) alfa de la manada. Se sita en la cspide de la jerarqua y, por debajo
de l, se articula el resto de la pirmide; todos subordinados bajo su poder.
Los grandes lderes mafiosos o la imagen del patriarca gitano representan claros ejemplos de posiciones que
suele ostentar este eneatipo, roles de gran envergadura en los que, con una pequea decisin, puede cambiar la
vida de muchas personas.

Para mostrar su fortaleza e invulnerabilidad, se suele desentender de cualquier gua u orientacin externa que
pudiera ayudarle a encarrilar su vida. De hecho, es difcil por ejemplo encontrar a un Ocho en terapia o
confesndose ante un sacerdote.
A menudo vive al margen de ley, ya que acatar las normas implica un acto de sumisin, una debilidad.
Si la vida se entendiera como un tablero de ajedrez, sus aliados pasan a ser las fichas que l maneja segn sus
intereses. Las relaciones personales estn marcadas por sus propias reglas que los dems deben satisfacer.
Establece con sus seres cercanos relaciones de posesividad e intensidad. Por ello mismo, sus parejas tienden
a ser sumisas y manipulables.
Posible creencias propias de este eneatipo seran:

Quin la hace, la paga!

La vida es para vivirla al lmite.

En el mundo como en la selva: slo sobrevive el ms fuerte.

A mi lado no tienes que temer.

Atrvete conmigo!

Miedo bsico
El temor a ser invadido, sometido o a ser dependiente de los dems es lo que da forma a la estructura de
carcter de este eneatipo.
El Ocho no soporta sentir que alguien pudiera tener ms poder que l. Esto se refleja en los diferentes mbitos
de su vida y, al igual que el eneatipo Tres, consigue resaltar sobre el resto.
Sin embargo, mientras que el Tres busca la valoracin externa a travs de su esfuerzo, el Ocho simplemente
necesita sentir que tiene el dominio sobre los dems en los diferentes mbitos: social, econmico, fsico,
sexual...
Esta sensacin de poder mitiga su miedo bsico. El temor a ser doblegado por el otro, por el rival, le hace
llevar una vida de sometimiento, en la que prefiere atacar antes de preguntar.
De alguna forma, el Desafiador no va a consentir exponerse a que le hieran o le humillen bajo ningn
concepto. En definitiva, su principal miedo reside en sentirse dbil.

Mecanismo de defensa
La negacin es el mecanismo bsico de defensa del Ocho, entendida como un rechazo de las propias
necesidades afectivas y del dolor, as como de la capacidad de conectar con las emociones ajenas.
Debido a lo doloroso que podra resultar tomar conciencia de las consecuencias de sus propios actos, el
Desafiador niega sus capacidades empticas. De esta forma, la desinhibicin es permitida.
No hay un juicio moral que lo domine: si necesita algo, va a por ello. De nada sirve dar explicaciones o
justificarse pues, de alguna manera, todo es vlido cuando se trata de vivir ese hedonismo extremo que le hace
sentir vivo.
Asimismo, para poder sostener este estilo de vida, el Ocho destierra toda sensacin de culpa o
remordimiento, anestesiando su corazn de las capacidades empticas y compasivas.
Este mecanismo de negacin es lo que le permite adoptar una postura de insensibilidad y temeridad
exacerbada. De esta forma, si no demuestra su vulnerabilidad, mantiene a raya a todos los dems y, por lo
tanto, la posibilidad de que le hagan dao.
La negacin del dolor slo puede ser mantenida a travs de una conducta visceral e irresponsable, con
tendencia al riesgo, de tal manera que el que nada teme, nada le afecta.

Infancia
El origen de la lujuria, como pasin que gobierna a este eneatipo, se puede remontar a una frustracin
intensa producida en la infancia, donde el nio recibi una fuerte decepcin o lo que pudiera ser vivido como
una traicin.
El dolor derivado de esta experiencia temprana en la vida le llev a desarrollar una intensa sensacin de
injusticia, que finalmente se traduce en agresividad.
Es aqu donde se marca la identificacin con el centro visceral. El paso del Ocho por el mundo es de carcter
reactivo, lo cual quiere decir que su comportamiento es fuertemente condicionado por los impulsos.
La frustracin y el dao recibido provoca en el nio la reaccin de ponerse una armadura de sadismo y
venganza. La nica manera de no volver a pasar por tal dolor vivido en su infancia es eliminar cualquier
sospecha de amenaza externa.
Por lo general, el Desafiador lleg a sentir que no poda confiar en el padre. Esto provoc un fuerte desarraigo
y menosprecio hacia la autoridad, as como la necesidad de abrirse camino por s mismo en la vida, a su
forma.
Ya en el nio Ocho se pueden observar conductas claramente agresivas o incluso de vejacin hacia los dems.
La necesidad de fortalecerse desde una edad temprana le ayuda a ocultar su profunda herida, nacida de su
tierna y temprana vulnerabilidad.
Desde pequeo, la carencia amorosa y el dolor emocional son sustituidos por una conducta arrolladora,
decidida y compulsiva hacia el placer extremo e inmediato.

Sexualidad
Lo que alimenta la viveza del acto sexual es incentivar su sensacin de poder sobre su amante. El Ocho no
espera a que el otro d el paso, sino que l mismo se lanza para satisfacer sus impulsos.
Su actitud es claramente posesiva. Ms all de vivir emocionalmente la unin carnal, vive la experiencia
desde la intensidad fsica y desde su capacidad de dominio.
El sexo, para este eneatipo, es una de los medios de expresin que tiene a su alcance para sentirse vivo. Suele
buscar nuevas experiencias o formas de traspasar los lmites convencionales.
A menudo caen en la promiscuidad y en las llamadas parafilias: comportamientos morbosos de carcter sexual
no centrados en el coito, como podra ser el fetichismo, el sexo con animales, el sadismo u otras prcticas
anticonvencionales.
La posible tendencia a estas prcticas se debe, como se mencionaba anteriormente, a la necesidad
de traspasar los lmites normales para buscar la intensidad e imponer su voluntad.
Se suele dar un efecto de tolerancia mediante el cual, a mayor busca la intensidad, ms promueve la sensacin
de estar apagado o muerto por dentro, por lo que las prcticas sexuales podran ir derivando a
comportamientos cada vez ms excntricos o peligrosos.

Morfologa
La energa arrolladora y dominante del Desafiador se refleja en un torso ancho y expandido. Su fortaleza
fsica es notoria.
El cuerpo trasmite la sensacin de ser un tanque: acorazado, resistente y preparado para el ataque.
Tiene la piel curtida, como corteza de rbol, con gran resistencia al dolor fsico. De hecho, a menudo su
cuerpo y su mente estn entrenados para transformar el dolor en una experiencia placentera.
Los rasgos faciales son duros y exagerados. Su mirada es intimidatoria y desafiante, como si pudiera
penetrar en el otro, infundiendo temor a su alrededor. A la vez, el tono de voz es alto, claro y asertivo.
El poder adquisitivo inherente a este eneatipo se puede reflejar muchas veces en una vestimenta ostentosa o en
grandes joyas y ornamentas, como enormes cadenas de oro o relojes de pulseras caros y bien visibles.

Carcter dinmico
En los momentos de mayor estrs, el Ocho se mueve hacia el Cinco. Suele ocurrir que, cuando en realidad
las situaciones se le hacen grandes, el Desafiador necesite retirarse para recuperar fuerzas y cavilar,
desconectndose del mundo.
La bsqueda de la intensidad y la insatisfaccin constantes provocan en este eneatipo que contacte de vez en
cuando con el vaco interno y la carencia de amor, sentimientos que trata de enmascarar.
A su vez, el Ocho tiende al Dos en su camino hacia la integracin. Es entonces cuando baja la guardia y se
permite abrir su corazn, llenando sus relaciones de cario y ternura.
La mejor forma de superarse conlleva atravesar su desconfianza ante los dems y el miedo a la propia
vulnerabilidad. A travs de este salto de fe, el Ocho es capaz de vencer sus resistencias a la ternura y dejar de
mostrarse como una roca.

Conclusin
En resumen, un eneatipo Ocho podra considerarse por ser alguien desafiante, decidido, impetuoso, visceral,
sdico, emprendedor, fuerte, temerario, protector, impulsivo, dominante, activo, pasional, agresivo, hedonista,
embaucador, asertivo, intimidador, rebelde, insensible e independiente.
Algunos casos de personajes Ocho en la literatura o en el cine:

Vito Corleone, interpretado por Marlon Brando en El padrino (Francis Ford Coppola).

Xena, interpretada por Lucy Lawless en la serie Xena, la princesa guerrera (Robert
Tapert).

Tyler Durden, interpretado por Brad Pitt en El club de la lucha (David Fincher).

Robin Hood, famoso hroe de la Inglaterra medieval.

Malamadre, interpretado por Luis Tosar en Celda 211 (Daniel Monzn).

Eneatipo 9: Pereza - El pacificador


Pasin dominante: Pereza
Se le suele denominar a este eneatipo el Pacificador debido a su tendencia a evitar el conflicto. Se muestra
como una persona bonachona, inocente y aparentemente dcil, que prefiere dejarse llevar por la gua del otro.
La actitud de seguir la voluntad ajena conlleva una renuncia a las propias necesidades, deseos e impulsos.
De hecho, posee una especie de anestesia o bloqueo que le impide contactar directamente con sus estados.
Es habitual asociar con la pereza una conducta pasiva, de inactividad fsica. Sin embargo, en lo referente a
esta pasin del eneatipo Nueve, la pereza se muestra ms bien como una dificultad interna para profundizar en
s mismo.
Paradjicamente, suele mostrarse muy activo en cuanto a su rutina o ritmo diario de funcionamiento, llenando
los tiempos muertos con actividades o planes que le ayuden a centrar la atencin fuera de s.
El Nueve sustituye el ser por el hacer. Se mueve en el mundo con un piloto automtico, el cual le hace
llevar un ritmo de no parar y as no tener tiempo para pensar, para conectar con su voz interior.

Esta continua actividad cotidiana y rudimentaria le permite no conectar con la ansiedad generada por no
ocuparse verdaderamente de l mismo.
De hecho, es comn que el Nueve conviva con un cierto estado de opresin en el pecho, una leve ansiedad
que, de no encontrar el narctico correspondiente, se dispara y le lleva de nuevo a la accin rutinaria.
Este eneatipo pertenece a una de las estructuras de carcter positivo del eneagrama, junto con el Dos y
el Siete. Estos tres eneatipos tienden a edulcorar la vida o a pasar por encima del dolor, cada cual con sus
estrategias o mecanismos de defensa.
En el caso del Nueve, hay un marcado optimismo que se vive con naturalidad, restando importancia a los
aspectos dolorosos. Su movimiento vital es mantener la paz, tanto interna como externa.
Por eso mismo, es habitual encontrarlo mediando en una discusin o procurando evitar que los conflictos
broten en su entorno.
Una de las maneras que tiene para protegerse del dolor es insensibilizarse. Si bien es un perfecto oyente para
el otro, en el momento que quieres tocar su corazn te encuentras muchas veces con un muro de hielo.
Cuando quieres dar cuenta, el Nueve se ha ido a su refugio interno donde nada ni nadie puede perturbar su
aparente tranquilidad. Si bien permanece presente fsicamente, es capaz de abstraerse mental y/o
emocionalmente con mucha facilidad.
Otra forma de escapar del dolor es trascenderlo. Obviamente esto es ms una construccin mental que no una
realidad, pues para atravesar el dolor es necesario tambin saber sostenerlo, algo de lo que huye precisamente
el Pacificador.
Con todo esto, no es raro encontrar en el Nueve una cierta espiritualidad vivida como una forma de escapar de
su realidad interna, como un querer llegar al cielo sin haber pisado la tierra.
En realidad no es una espiritualidad que busca un compromiso profundo consigo mismo, un estar presente,
sino ms bien se asemeja a un velo que le evade y adormece cualquier estmulo que amenace su paz interior.
Algo caracterstico de este eneatipo es su visible falta de pasin, lo que podramos denominar como el
elemento fuego. No hay mucha intensidad en sus vivencias internas, pues todo permanece baado bajo el
efecto de la anestesia.
Puede agarrarse a proverbios, refranes o simplemente manejar una filosofa de vida concreta para entrar ms
an en su falta de implicacin con el mundo y consigo mismo.
Su tendencia a evitar el conflicto le lleva a la resignacin, a decir s cuando en realidad no est de acuerdo.
Tambin se mueve mucho en la ambigedad, mareando la perdiz y hablando mucho para decir realmente
poco.
Esta propensin a no ser asertivo genera resentimiento que, si bien no lo suele expresar de forma directa y
clara, lo manifiesta ms a travs de un comportamiento pasivo-agresivo.
A raz de esto, por ejemplo, el Pacificador alberga una rebelda interna caracterstica a travs de la cual, a ms
se siente exigido y presionado, menos facilita que el otro se salga con la suya.
En general, el perjuicio que produce no se debe tanto a una accin daina como a un dao por omisin: llegar
tarde, olvidarse de algo que el otro puede considerar importante o simplemente cambiar de opinin ante un
plan acordado.

Fijacin
El Nueve sostiene su pasin de la pereza gracias a la fijacin que le caracteriza: laindolencia, entendida como
la falta de voluntad para llevar a trmino algo.
La indolencia convive en este eneatipo con la abnegacin, la tendencia a desterrar o desconectarse de los
propios impulsos.
Esta renuncia implica ceder en sus deseos a favor de los dems. Esto se debe a que la pasin de la pereza
prevalece sobre el hecho de responsabilizarse de sus necesidades.
De alguna manera, el Pacificador ha recurrido a pasar por la vida sin hacer mucho ruido, como si una parte
de l estuviera ya muerta y no reclamara al mundo lo que le corresponde.

Tiene por costumbre quitar importancia a sus necesidades, desmereciendo sus deseos y optando por quitarse
de en medio para no perturbar la armona. No es una persona que brille y sobresalga, sino ms bien uno ms,
alguien sin grandes pretensiones.
A pesar de la imagen que ofrece al mundo de persona acomodaticia, interiormente vive con fuerza una
resistencia a todo lo que implique que su tranquilidad se vea alterada o en peligro.
Cuando decide algo, se envuelve en una tozudez que, desde la rabia contenida, hace difcil que pueda cambiar
de opinin.
El Nueve siempre encuentra motivos suficientes para postergar la culminacin de sus necesidades o bien para
dar solucin a sus problemas vitales.
En forma alguna, siempre se puede dejar para maana lo que se puede hacer hoy, sobre todo cuando tiene que
ver con situaciones que perturban su tranquilidad o pereza existencial.
Por ejemplo, puede llevarle mucho tiempo tener una conversacin con un vecino ruidoso para que tenga ms
cuidado por la noche con la msica. El Pacificador siempre espera a que la situacin cambie por s sola, sin
tener que intervenir.
Ejemplos de posibles creencias interiorizadas por este eneatipo:

No te preocupes por m, estoy bien.

Prefiero tener tranquilidad a llevar la razn.

Comprendo los diferentes puntos de vista y observo lo positivo de cada uno.

No voy a permitir que esto me afecte.

Slo quiero que me dejen en paz.

Miedo bsico
Se podra decir que el principal miedo que subyace bajo esta estructura de carcter tiene que ver con el temor
a la separacin.
La tendencia en el Nueve a fusionarse con el entorno responde a este miedo. El Pacificador huye de una visin
de si mismo en lucha contra el mundo. Le aterra la idea de hacerse valer en contraposicin a quienes les rodea.
Es como si hubiera interiorizado a fuego el concepto de que, si no puede con su enemigo, mejor unirse a l.
Por lo tanto, la individualidad queda sacrificada en pos de sentirse unido al otro.
De hecho tiende a simbiotizarse, adoptando la estrategia de hacer suyas las necesidades ajenas y absorbiendo
incluso la individualidad del otro o del grupo. Esto provoca que muchas veces el Nueve pueda confundirse e
identificarse con otros eneatipos.
As, el conflicto es el principal catalizador de la separacin. Evitar el conflicto le brinda la tranquilidad
de vivir en aparente armona, palabra cuyo origen etimolgico hace referencia precisamente a
concordancia, ajustarse.
Otro miedo que impera es el de romperse, resquebrajarse. De hecho, la experiencia dolorosa es sustituida por
una indolencia que le permite mantenerse a flote. Cuando el Nueve entra en el dolor, entra de lleno y es ah
donde se dispara su miedo a explotar.

Mecanismo de defensa
El Nueve presenta una energa clara de sobreadaptacin u olvido de s mismo. Si un enfrentamiento entre dos
personas se produce por un choque de necesidades, renunciar a las suyas propias es el precio que el Nueve ha
de pagar para mantener su tranquilidad.
Sin embargo, el continuo olvido de uno mismo conlleva mucha frustracin en el ser humano debido a la
insatisfaccin de las necesidades propias, por mucho que no sea consciente de ellas.
Es por esto que, para que la sobreadaptacin sea factible de mantener, el Pacificador acude a su principal
mecanismo de defensa: la narcotizacin, la cual le permite permanecer adormilado.

Si bien no se responsabiliza de sus propios impulsos, al menos los sustituye por otras conductas que
compensan la frustracin, tales como la comida, el tabaco, la cafena, las horas muertas viendo la televisin,
una actividad rutinaria, etc.
De forma paralela, el Pacificador se muestra bajo un falso altruismo, por el cual busca satisfacer las
necesidades propias a travs de la realizacin de los dems.
Al no permitirse abrazar sus propios deseos, pone toda su atencin en complacer los ajenos, buscando su
satisfaccin a travs de colmar las necesidades del otro, como si fuera una esponja que llenara su interior
mimetizndose con el entorno.
De esta forma es capaz de asumir como propios los deseos de otros e incluso de defender ideas o posturas
ajenas como si realmente nacieran de l mismo

Infancia
Suele ser comn en el nio Nueve la dificultad de haber ocupado su sitio. Dicho de otra forma, no haba
espacio suficiente en casa para su individualidad.
Sus impulsos y deseos no fueron aprobados por el ambiente que le rodeaba, luego la forma de sobrevivir a su
entorno pas por mirar hacia otros miembros de la familia yolvidarse de s mismo.
El Pacificador ha podido ser un hermano al cargo de los ms pequeos o de los ms necesitados. Su funcin se
basaba en prestar apoyo en casa o simplemente funcionar en pos de lo que los dems necesitaban.
Aprendi a quitarse de en medio para no llamar la atencin. Creci sin hacer ruido, sin dar muchos
problemas. Bsicamente, se mantuvo en un segundo plano para que no le salpicaran los conflictos y as
sostener una cierta tranquilidad interna.
Muchas veces, la infancia del Nueve contempla la vivencia o sensacin interna de no haber tenido una
verdadera infancia. Tambin puede darse la creencia de haber tenido una infancia feliz.
Sin embargo, esto ltimo se debe en diversas ocasiones a la capacidad del nio paradisociar las experiencias
dolorosas y poder as seguir sobreviviendo. Ante las vivencias duras, el nio Nueve aprendi a retirarse en su
propio mundo, llegando a crear a veces una realidad alternativa.
Una de las posibles formas de superar el dolor es la de idealizar a los padres, quienes posiblemente no
estuvieron volcados en l. De fondo, se puede esconder una carencia afectiva importante respecto a los
progenitores.

Sexualidad
Normalmente, el Nueve tiende a vivir su sexualidad de forma abierta. Esto se debe a que busca su disfrute a
travs tambin del gozo de la otra persona.
No suele vivir la relacin sexual como un eneatipo Tres por ejemplo, que a pesar de poder ser muy efectivo o
ser el mejor amante, no se entrega. El Pacificador s que se da al otro.
De hecho, le atrae la oportunidad de vivir la sexualidad como un aspecto ms en el que fusionarse.
Sin embargo, ms all de su concepcin idealista o incluso espiritual del sexo y del amor, suele darse un cierto
escepticismo que le lleva a no profundizar ms all en la experiencia. Esto se debe tambin a la dificultad que
tiene para recibir amor.

Morfologa
Encontramos en este eneatipo una estructura morfolgica corpulenta, con tendencia a la obesidad. El cuello
queda muchas veces escondido y la apariencia externa se puede asemejar a la de un tonel.
En el rostro predomina la sonrisa en convivencia a veces con una cierta mirada triste. Los ojos incluso
pueden mostrarse cados hacia fuera, dibujando una v invertida.

Puede darse el caso de pies planos, como si fuera necesaria la mayor superficie de los pies para arraigarse a la
tierra. De hecho, es comn que el Nueve vaya arrastrndolos mientras camina.
En cierta forma, su cuerpo parece preparado para resistir la embestida, como si fuera una montaa
inamovible. Sin embargo, tambin prevalece una cierta sensibilidad al dolor fsico.
Por otro lado, se da una tendencia menor en este eneatipo en la cual los cuerpos son ciertamente ms menudos
y armnicos, con menor propensin a la acumulacin de grasa.

Carcter dinmico
En los momentos de mayor estrs, cuando el marcado optimismo y los recursos habituales del Pacificador son
insuficientes, el Nueve se mueve hacia el Seis. Cuando esto ocurre, surgen inseguridades y dudas bajo una
visin ms depresiva y pesimista.
Se resiste an ms a travs de su agresividad pasiva ante las exigencias de los dems. En situaciones ms
extremas, puede mostrar una rabia desbordada en forma de acusacin hacia el otro, disparando incluso el
pensamiento paranoide.
Por otra parte, el Nueve tiende al Tres en su movimiento hacia la integracin, lo cual le lleva a adoptar una
actitud mucho ms diligente y prctica en torno a hacerse valer. Saca energa para procurarse un mayor bien
hacia s mismo.
Comienza a valorar su tiempo, sus necesidades y su persona en general. De esta forma, se permite ocupar el
puesto que le corresponde en el mundo, abandonando su tendencia automtica hacia la entrega altruista y
prevaleciendo su necesidad sobre la de los dems.

Conclusin
En resumen, un eneatipo Nueve podra conceptualizarse como alguien pacificador, altruista, llano, indolente,
mediador, terco, abnegado, conformista, agradable, utpico, simpln, rutinario, paciente, abierto,
acomodaticio, bondadoso, impasible, optimista, nadie en especial.
Algunos ejemplos de Nueve en la literatura o en el cine:

Sancho Panza, personaje de la obra literaria Don Quijote de la Mancha, de Cervantes.

Clarice Precious, interpretada por Gabourey Sidibe en Precious (Lee Daniels)

Smee, contramaestre del Capitn Garfio, interpretado por Richard Briers en "Peter Pan:
La gran aventura" (P. J. Hogan)

Bridget Jones, interpretada por Rene Zellweger en "El diario de Bridget Jones" (Sharon
Maguire)

Bill Johnson, interpretado por Jeff Daniels en "Pleasantville" (Gary Ross)

La palabra Eneagrama deriva del griego ennea gramma, que significa figura de nueve
lados. De ah que, tal y como la ilustra la figura, el eneagrama est representado por
una estrella de nueve puntas inscrita en un crculo.
(Figura 1)
El crculo representa el mundo y, las puntas, las diferentes maneras de percibirlo. Para
identificar mejor cada variante, se le asign una cifra y un nombre a cada una,
constituyendo as los nueve tipos distintos de personalidad:
1. El perfeccionista 2. El altruista 3. El ejecutor 4. El romntico 5. El observador 6. El
leal 7. El epicreo 8. El jefe 9. El mediador
LOS NUEVE TIPOS DE PERSONALIDAD:
La pertenencia a un eneatipo determinado es innata, es decir, la eleccin no es
voluntaria. Esto se debe a que, cada eneatipo, en funcin del ambiente familiar que
haya tenido, adopta inconscientemente un mecanismo de defensa que desarrolla en su
edad adulta. Dicho mecanismo cumple la funcin de encubrir los motivos ocultos por
los que se comporta de un modo en concreto.
Pese a que nos podamos ver influenciados por otros eneatipos o incluso apropiarnos de
algunas de sus caractersticas, mayoritariamente nos comportamos segn el esquema
de nuestro tipo.
Los nueve tipos de eneatipos
ENEATIPO 1: EL PERFECCIONISTA
El eneatipo 1, integrado en el grupo visceral, suele calificar de muy dura su infancia.
Esta afirmacin es cierta en cuanto a que, durante su niez, fue severamente criticado
o castigado. Para escapar de los problemas, se obsesion intentando ser bueno y
correcto en todo momento. No es de extraar, entonces, que el uno sea perfeccionista,
meticuloso, auto disciplinado, cumplidor e hipercrtico con los dems, con el enorme
sacrificio y el gran control interno que ello conlleva.
Al perfeccionista le aterra tanto cometer errores, que con frecuencia antepone el deber
al placer. Para l, slo hay una forma correcta de hacer las cosas: la imperfeccin le
irrita. Adems, tiende a la correccin en las formas, al control de sus reacciones, a la
rigidez y a la falta de espontaneidad. Cree estar dotado de un alto sentido tico y moral
y es respetuoso hacia las reglas y normas sociales. Su elevado nivel de exigencia le
lleva a una fuerte ira interna, que reprime y slo manifiesta de forma racionalizada,
corrigindose y corrigiendo a los dems, defendiendo con ahnco lo que cree justo.
En contraposicin a esta rigidez tan caracterstica de su eneatipo, el uno se distingue
positivamente del resto, por su capacidad de concentracin en el trabajo bien hecho.
ENEATIPO 2: EL ALTRUISTA
Este eneatipo, incluido en el grupo de los cordiales, tambin es conocido como el
ayudador del eneagrama.
De muy nio aprendi que, para ser querido y aceptado, deba ser siempre agradable y
afectuoso. Asimismo, se acostumbr a actuar satisfaciendo las necesidades ajenas. En
consecuencia, ya de adulto, sigui basando su comportamiento en la bsqueda de
aprobacin. De hecho, el ncleo ms importante de su vida son las relaciones. Tiene la
imperante necesidad de sentirse amado, protegido e importante en la vida de los
dems, para satisfacer su necesidad encubierta de amor.
Al dos le gusta ayudar a los dems y sentirse imprescindible, pues necesita sentirse
necesitado, tendiendo incluso a descuidar sus propias necesidades, para complacer a
los otros, con la secreta esperanza de que, de esta manera, ser correspondido sin
tener que pedir.
Su mensaje oculto es: te doy para que me quieras. No obstante, cuando el balance
entre lo que da y lo que recibe no est equilibrado, el altruista se siente explotado y
decepcionado. Es en estos momentos cuando exterioriza su mayor defecto, el orgullo.
Sin embargo, tambin se sirve de la manipulacin para obtener los resultados
deseados.
Otro rasgo destacado de su personalidad es su imagen amable y seductora.

ENEATIPO 3: EL EJECUTOREl eneatipo tres, perteneciente al grupo cordial, vivi una


infancia basada en las recompensas que reciba por cada uno de sus logros. Tanto su
imagen como su actuacin primaban sobre los aspectos emocionales. A raz de esto,
aprendi a reprimir sus propias emociones y a centrar su atencin en adquirir estatus
que le garantizara el amor.
En la edad adulta elude el fracaso porque est convencido de que slo los ganadores
son dignos de amor. De hecho, suele aparcar sus sentimientos, especialmente los que
podran hacerle parecer dbil o descubrir su vulnerabilidad, para centrarse en
conseguir objetivos profesionales, triunfar y adquirir estatus social.
El ejecutor es bsicamente luchador, competitivo, dinmico, pragmtico y socialmente
brillante. La imagen que da es muy importante para l y sabe ajustarla a las
expectativas del otro. Camalenico y buen vendedor de s mismo, a menudo confunde
la imagen que da, con su propio ser. Se podra decir que, por su forma de ser en
conjunto, representa aquello que ms valora la cultura norteamericana.
En general, le conviene trabajar la sinceridad, la honestidad y la propia transparencia,
prestando ms atencin a sus sentimientos y necesidades. Tambin debera dedicar
ms tiempo al ocio y al descanso. 3
Los 9 tipos de personalidad del eneagrama
ENEATIPO 4: EL ROMANTICO
Este eneatipo, englobado dentro del grupo de los cordiales, experiment el abandono,
en forma de divorcio o separacin de los padres, en su ms tierna infancia. De modo
inconsciente, sufre por la carencia que conllev esa vivencia y, asimismo, envidia lo
que tienen los dems, percibindolo como algo que a l le ha sido negado. Por eso, en
la edad adulta, busca la intensidad emocional y el dramatismo, para sentirse vivo.
El romntico est secretamente convencido de que la gente le abandona porque posee
una tara personal que provoca rechazo. Tanto es as, que reproduce constantemente su
traumtica experiencia abandonando a sus parejas o siendo abandonado por ellas. Por
otra parte, al verse muy diferente a los dems, potencia este rasgo de distincin
sintindose especial. As pues, no es de extraar que se le califique de bohemio, raro,
original, distinto, e incluso excntrico.
El cuatro necesita calor afectivo, compartir su estado de nimo, sentirse escuchado y
querido, vivir momentos nicos, intensos y excepcionales. Fundamentalmente es
romntico, sensible, creativo, preocupado por la belleza y la esttica, con tendencias
artsticas. Rechaza la rutina y la vulgaridad.
Su mximo defecto es la envidia, pero tambin le definen rasgos negativos, tales como
su propensin a los altibajos emocionales y a la depresin, su visin fatalista de la vida
y su tendencia a vivir en el pasado o en el futuro, pero difcilmente en el presente.
ENEATIPO 5: EL OBSERVADOR
Este eneatipo, integrante del grupo cerebral, se sinti muy invadido en su infancia:
careci de intimidad y su privacidad fue violada. Este es, a menudo, el caso de los hijos
de familia muy numerosa. A consecuencia de esto, el cinco elabor una estrategia
consistente en retirarse y aislarse para proteger su espacio privado. Para l, el mundo
exterior es amenazante y peligroso.
As pues, el cinco es muy celoso de su intimidad y le gusta observar ms que participar.
Como le cuesta expresar sus emociones, suele mantener una actitud fra y distante,
protegindose excesivamente del contacto con los dems. Estar demasiado tiempo con
los dems le fatiga porque sus demandas afectivas le hacen sentir inseguro. Y,
ciertamente, le resulta ms fcil sentir y ordenar sus emociones cuando est solo.
Lo que ms le apasiona es analizar, comprender y acumular conocimientos. Tiende a
ser independiente y autosuficiente.

En general, le convendra aprender a tolerar sus sentimientos, sin desconectarse, y a


no esconderse cuando los dems buscan una respuesta de ellos. Tambin les
beneficiara compartir sus conocimientos y sus emociones, para salir de su aislamiento.
ENEATIPO 6: EL LEAL
El eneatipo seis, tambin integrante del grupo cordial, creci en un ambiente familiar
hostil, generalmente marcado por unos padres dominantes y autoritarios que, adems
de castigarlo y humillarlo, no le inspiraban ninguna confianza. Estos castigos
respondan a la inestabilidad paternal, ms que a un mal comportamiento del seis. En
consecuencia, ste perdi la fe en la autoridad y empez a sospechar de las
intenciones de los dems.
No obstante, pese a que, de adulto, le cuesta confiar en los dems, cuando lo hace,
denota un elevado sentido de la lealtad.
En su edad adulta, el leal opta, o bien por encontrar una figura protectora slida, o bien
por desafiar a la autoridad.
Este eneatipo exagera los peligros y evita los riesgos, mostrndose excesivamente
prudente y temeroso. Sin embargo, aunque est siempre alerta, detesta sentirse
observado.
Antes de actuar, da muchas vueltas a la situacin y tiene muchas dudas. Aparte, posee
un estricto sentido del deber y suele aferrarse a las normas y a las cosas previsibles,
para obtener seguridad. Le agrada defender a los dbiles, aunque vea la batalla
perdida de antemano.
En general, le conviene aprender a correr riesgos, a actuar y a seguir adelante ,an
sintiendo miedo, y a tomar decisiones para ganar confianza en s mismo. No debera
eludir responsabilidades escudndose en la autoridad.
ENEATIPO 7: EL EPICUREO
El eneatipo siete es el tercer y ltimo miembro del grupo cerebral.
Recuerda su infancia con cario, ya que todos los recuerdos que tiene de ella son
agradables. De todos los eneatipos, el siete, se caracteriza por haber tenido la infancia
ms idlica.
Teniendo en cuenta esto, no es de extraar que el siete sea optimista por naturaleza,
pues para l la vida es una fiesta continua.
El epicreo, como su nombre indica, busca constantemente el placer, la aventura y el
hedonismo. Por otra parte, posee una mente gil, as como una imaginacin
privilegiada, y es un conversador brillante y persuasivo.
Como contrapartida, le cuesta afrontar las realidades dolorosas de la vida. Intenta
evadirse del aburrimiento y del dolor manteniendo altos niveles de excitacin,
realizando muchas actividades y dejando mltiples opciones abiertas. Adora la
novedad, tener muchos proyectos y estar continuamente en movimiento, pero le
cuesta terminar lo que ha empezado. Indisciplinado y auto indulgente, no soporta los
lmites, ni sentirse atado por compromisos.
Le conviene aprender a llevar adelante los compromisos adquiridos, en lugar de buscar
continuamente la novedad y el cambio; a saber establecer prioridades sin dejarse
llevar por los impulsos del momento; a afrontar el dolor cuando es necesario,
resistiendo su tendencia a evadirse en la bsqueda compulsiva de placer o a exagerar
el lado positivo de las cosas, y a profundizar ms dando preferencia a la calidad ,antes
que a la cantidad.
ENEATIPO 8: EL JEFE

El eneatipo ocho, integrante del grupo visceral, se cri en un ambiente combativo


,donde los fuertes eran respetados y los dbiles no. Su temor a encontrarse en
desventaja hizo que se protegiera, llegando a desarrollar una exquisita sensibilidad
para detectar las intenciones negativas de los dems.
Ya de adulto, el ocho se crece con el conflicto, no le asusta. Se identifica a s mismo
como un justiciero deseoso de defender a los dbiles y de luchar contra causas
injustas.
El jefe es una persona visceral, impulsiva, directa, dominante. Por lo general, ha
desarrollado excesivamente su agresividad y su lado duro, en detrimento de su lado
ms tierno y sensible. Le gusta tener control de las situaciones e imponer sus propias
reglas. Es combativo, pasional y capaz de tomar decisiones rpidas. Se abre camino por
la fuerza y tiende a saltarse las prohibiciones y los lmites. Siente una gran energa que
se manifiesta, sobre todo, a travs de la ira. A menudo, busca la confrontacin para
conocer las motivaciones del otro y saber dnde situarle, como amigo o como enemigo.
El asunto central para l es: quin tiene el poder? Es muy fiel a sus amigos. Pese a
tener un gran corazn, demuestra su afecto protegiendo.
ENEATIPO 9: EL MEDIADOR
Este eneatipo, tambin considerado el pacificador del eneagrama, pertenece al grupo
visceral.
Dado que el eneatipo 9 se sinti ignorado durante su infancia; bien porque sus
opiniones no eran tenidas en cuenta, o porque sus hermanos le eclipsaban, aprendi a
anestesiar sus necesidades e incluso a olvidarse de s mismo. De ah que a menudo se
fusione con los deseos de los dems y los sienta como propios.
El mediador teme hasta tal punto la separacin y anhela tanto la armona en sus
relaciones, que opta por reprimir su ira para evitar confrontaciones y conflictos. Por
esta razn, le gustan la tranquilidad, la comodidad y una cierta rutina.
El nueve es conocido por su carcter bondadoso y conciliador. De todos los eneatipos,
l es el que mejor sabe escuchar y comprender a los dems, ponindose en su lugar.
No obstante, detesta sentirse presionado y es incapaz de tomar decisiones con rapidez.
Su mayor defecto es la pereza, ya que le cuesta diferenciar lo importante de lo
secundario y tiene tendencia a una cierta indolencia y a postergar. En ocasiones puede
mitigar su ansiedad comiendo o bebiendo en exceso.

DIAGNOSTICO LUSCHER
NOMBRE:
_______________________________________________________________
________________________
PROFESION:
____________________________________________________________
________________________
GRIS

+
1,2,4

8 COLORES (1)
8
COLORES +
(2)
FORMAS
COLOR
1

0,1,3

+
+
0,6,7
+
+

III

1,2,3,4
-

II

EDAD:
FECHA:

=
=

4 CF
AZUL
(pertenencia)
VERDE
(imagen del yo)
ROJO
(actividad)
AMARILLO
(apertura)
++
Introversi
n

TIEMPO
1
AZ
V
3
R
AM

TIEMPO
10
9

2
Const.
=

ESPACIO
2
V
R

1
Variab.
=

--

Extroversi
n

3
Auto.
=

RELACIN
1
3
AZ
R

AZ
AM

ESPACIO

2
Hete.
=

Integ.
=

V
AM

RELACIN

Difer.
=

8
7
6
5
4
3
2
1
AZ
V
Constancia

R
AM
Variabilidad

V
R
Autonoma

AZ
AM
Heteronoma

AZ
R
Integracin

V
AM
Diferenciacin

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