Ego
Ego
Ego
equivocado que ha concebido el niño en sus primeros años de evolución, al pensar que sus
padres son dioses y por consecuencia están obligados a satisfacerle todos sus
requerimientos; con esta concepción equivocada se comienza a correr el riesgo de que el
Ego de este infante crezca en forma inmoderada, separándole, cada ves mas, de los
demás: por lo que cuando se percata de las limitaciones que tienen sus padres físicos, va
recibiendo frustraciones que lo llevan sin desearlo al enjuiciamiento de sus progenitores, y
por este simple hecho se va quedando cada ves mas en una soledad que solo puede ser
llenada por LA FE y el descubrimiento de la existencia de ese Poder Superior del cual no se
le ha enseñado.
Una vez concebido lo anterior, el ser humano no tiene pretexto para lograr en su vida la
felicidad, ya que no tendrá las excusas del Ego, que son parte de la personalidad insegura;
es que no se, no puedo, y si lo pierdo, etc. Ya que haber encontrado un lugar en este
mundo le da derecho a disfrutar lo que en él hay.
*DEFINICIÓN DE EGO*
Ego
Para el psicoanálisis freudiano el ello (id) está compuesto por los deseos y los impulsos. El
superyó (superego), en cambio, está formado por la moral y las reglas que un sujeto respeta
en la sociedad. El yo (ego), por último, es el equilibrio que permite que el hombre pueda
satisfacer sus necesidades dentro de los parámetros sociales.
Todos conocemos a una persona que piensa que tiene siempre la razón, que no escucha y
que defiende siempre su opinión en cualquier circunstancia. Esa actitud es una de las
características de las personas con ego desmedido.
Ego SABELOTODO: Es aquel ego que siempre cree tener la razón, le gusta dar consejos
sobre todo, siempre contesta aunque no sepa, cree tener respuesta para todo, no se puede
quedar callado.
Ego ENVIDIOSO: Es el que no soporta los triunfos y éxitos de otros. Degrada a los que cree
que son mejores que él.
Ego JINETE: Se monta de lo que dicen otros. Se aprovecha de los datos de los demás para
su propio beneficio. Saca partido de lo que otros dicen para estructurar sus propias
intervenciones. Es copión y usurpador.
Ego SORDO: Nunca escucha, le gusta hablarsólo a él, habitualmente finge escuchar.
Ego MANIPULADOR: Es aquel ego astuto que siempre se las arregla, ya sea tergiversando,
acomodando, engañando, mintiendo o justificando para que las cosas resulten siempre a su
favor.
Ego PREMENTAL (silencioso): Es aquel ego que calladamente tiene un discurso paralelo,
es criticón, hipócrita y enjuiciador.
El Ego
A continuación unos escritos del Dr. Harry M. Tiebout acerca del tan traído, llevado e
incomprendido:
EGO
Favor de tener paciencia y leer con calma.
De acuerdo con la experiencia escrita del Dr. Tiebout, el ser humano tiene, durante los
primeros seis años, que ser educado dándole forma a esa fuerza, que al igual que el
espíritu, nace con el nombre de Ego, misma que cumplirá la función de ser un censor a
través de los sentidos para detectar los posibles peligros a que pueda el individuo
exponerse, es decir, que el Ego es una fuerza que se manifiesta en temores preventivos.
Al ignorar que función cumple el Ego en el desarrollo del hombre, así como el papel tan
importante que juega en la vida de éste, inconscientemente se deja que esta fuerza se
apodere del individuo, destruyendo en él todo intento que el espíritu pueda hacer para
ocupar su lugar de conductor del vehículo en el que viajan ambas fuerzas; de ésta forma, es
espíritu es desplazado por la fuerza del Ego, ya que este se alimenta con los deseos de los
instintos y esto no le causa ningún esfuerzo ni sacrificio alguno; de tal manera que cuando
el Ego se apodera del individuo, el Espíritu, que es el auténtico SER , desaparece casi por
completo, y el Ego es el que trata de ocupar este espacio que le corresponde al SER
GENUINO , iniciando el Ego una carrera loca en busca de suplantar al “DIOS” que llevamos
dentro, que es el autentico ser: pretendiendo llevar este espacio abandonando por el
hombre con nombramientos, títulos para revalidar su carencia de ser interior, y se ostentará
como el licenciado, el contador, el arquitecto, etc., a veces tratará de ser reflejo de lo que es
otra persona, soy hermano del doctor, del presidente, del coordinador, etc., en su familia
hará valer lo que piensa que es, soy tu padre, soy tu esposo, soy tu hijo, etc.,. Estas
manifestaciones del Ego son tan equivocadas como las que proceden de los complejos de
inferioridad; soy el peor, el más feo, el más pobre de la familia, el patito feo, el último, etc.;
ambas apreciaciones son producto del Ego y por consecuencia inciertas. Todo esto se da,
después de los seis años, por no haberse educado desde el punto de vista espiritual, es
decir, hacerle conocer al niño, que existe una superioridad que rige el universo y que este
es el encargado de proveer tanto la vida como los elementos que se requieren para la
misma.
El creer que se tienen todas las respuestas, o lo contrario, que no se necesita conocer
ninguna respuesta, sino únicamente seguir el programa de A.A., son dos indicadores de
problemas. En ambos casos está notablemente ausente la mente abierta. Tal vez la
manifestación más común del retorno del ego se manifiesta en el individuo que cae de su
nube rosada, ese estado mental tan familiar para todos ustedes. El estado de nube rosada
es una cosecha lógica de la rendición. El ego, que está lleno de problemas, se da por
vencido, y el individuo siente paz y tranquilidad interior. El resultado es una enorme
sensación de bienestar y descanso, y la persona rápidamente se siente en una nube rosa y
cree que ha encontrado el cielo en la tierra. Todos saben que está propenso a una recaída.
Pero tal vez no sea igualmente claro que es el ego, que vuelve lentamente a su posición
inicial, quien fuerza la caída de esa nube a la arena de la vida donde, con la ayuda de A.A.,
puede ahora aprender a convertirse en una persona sobria y no en un ángel. Yo podría
continuar con muchos más ejemplos conocidos por todos ustedes, para mostrar el peligro
de creer siempre que el ego está muerto y enterrado. Su capacidad de renacimiento es
pavorosamente sorprendente y nunca debe olvidarse.
Y finalmente:
Enseguida algo del "AA llega a su Mayoría de Edad" respecto al Ego y su resurgencia:
Como ya he descrito, el hecho de tocar fondo para producir una rendición que reduzca el
ego a su tamaño real se hizo evidente en forma muy rápida. Con el tiempo se manifestaron
dos hechos adicionales. El primero, que un ego reducido tiene maravillosos poderes de
recuperación. El segundo, que la rendición es una función disciplinaria y una experiencia
esencial.
El primer hecho sólo repite algo que es conocido por todos ustedes. Es un lugar común que
el retorno del crecimiento del ego puede suceder en cualquier momento. Los años de
sobriedad no son un seguro contra su resurgencia. Ningún A.A., sin importar su veteranía,
puede bajar su guardia contra los golpes sostenidos de un ego que revive. Recientemente
un A.A., escribiéndole a otro, le informaba que estaba sufriendo de, "halo-tosis", en
referencia a la autocomplacencia y envanecimiento que pueden tan fácilmente hallar cabida
en el individuo que tiene muchos años de sobriedad en su favor.
En una relación siempre existen conductas que deseamos que nuestra pareja, hijo o
miembro de equipo cambie – por alguna u otra razón.
Estas conductas pueden ser cosas como “dejar la ropa en su lugar”, “pasar el domingo en
familia”, “que te avise si va a llegar tarde”, etc.
La mayoría de personas se sienten frustradas porque no logran el cambio que desean en la
otra persona pese a habérselo dicho en más de una ocasión.
Lo que muy pocos sabemos es que, contrario a lo que piensan, aún no se lo han dicho
realmente.
Si se lo has dicho:
Le tomará a tu pareja, hijo o jefe, en promedio, de uno a tres meses cambiar la conducta
que deseas.
Por ello, durante ese tiempo deberás decírselo – de forma calmada y verbalmente – cinco
veces más, aproximadamente.
¿Por qué? Porque a las personas nos toma tiempo (y no solo voluntad) formar un nuevo
hábito. Sino, reflexiona sobre cuántas veces te has dicho a ti mismo(a) – sin éxito – que:
Un abrazo,
Nelson Portugal
Ciertamente, no. Solo es preciso sostener en brazos a un bebé y mirarle a los ojos para
darse cuenta de que es pura esencia.
Los padres le ponen un nombre y el bebé comprende que esa palabra sirve para
identificarlo.
A los pocos meses, cuando ya sabe hablar (o simplemente con gesticular o balbucear),
empezará a utilizar el pronombre posesivo mío y su ego irá desarrollándose.
Las personas de su entorno le enseñarán las reglas y costumbres para vivir adaptado en
“su mundo” (su país, su ciudad, su comunidad, su religión, su familia) y comportarse de
acuerdo al patrón establecido.
El niño empezará a oír palabras como sí y no o bien y mal e irá comprendiendo lo que
puede o no puede hacer y, con esta información, construirá una personalidad.
Además, siendo pequeño recibirá sus primeras etiquetas: qué niño más bueno o que niño
más travieso y con ellas irá modelando su ego, su identidad, su forma de relacionarse en el
mundo.
EL EGO
Pero… todavía no he contestado a la pregunta inicial: ¿por qué existe el ego? Aunque es
mucho más útil preguntarse ¿para qué existe el ego?
Para sobrevivir. Salimos del vientre de nuestra madre y nos sentimos desprotegidos,
necesitamos amor y atención, y… ¿cómo lo conseguimos? Adaptándonos al entorno y
aprendiendo las reglas del juego lo más rápidamente posible. Algunos se dan cuenta que
consiguen llamar la atención llorando, otros riendo, otros siendo buenos, otros siendo
malos…
El ego, nuestra identidad, está construida como base para obtener amor y atención de los
demás, y es un patrón que adoptamos desde niños y seguimos como pauta toda nuestra
vida.
Cuando nos damos cuenta (algunos a edad avanzada y algunos nunca) que tenemos una
cantidad inagotable de amor en nuestro interior y conectamos con él, dejamos de ser
esclavos de nuestro ego y vivimos conectados, la mayor parte del tiempo, a nuestra
esencia. ¡Es como volver a nacer!
Al ego se le conoce como el falso yo.
Esta es una forma equivocada de alimentar el ego, puesto que los demás tendrán una
imagen irreal de nosotros.
Alimentar el ego de forma sana pasa por reconocer nuestros defectos, nuestro miedos ante
nosotros mismos y ante otras personas, aunque nos sintamos vulnerables. Debemos
recordar que mostrarnos como somos requiere valentía. Y eso, equivale a tener un buen
crecimiento personal.