El ángel Gabriel visita a María en Nazaret y le anuncia que concebirá y dará a luz a Jesús, el Hijo de Dios. María se muestra sorprendida pero acepta la voluntad de Dios. Años más tarde, María acompaña a Jesús al inicio de su ministerio público en las bodas de Caná, donde Jesús realiza su primer milagro al convertir agua en vino a petición de su madre. María sufre al ver a Jesús crucificado pero mantiene su fe en la resurrección, enseñándonos a mantener nuest
El ángel Gabriel visita a María en Nazaret y le anuncia que concebirá y dará a luz a Jesús, el Hijo de Dios. María se muestra sorprendida pero acepta la voluntad de Dios. Años más tarde, María acompaña a Jesús al inicio de su ministerio público en las bodas de Caná, donde Jesús realiza su primer milagro al convertir agua en vino a petición de su madre. María sufre al ver a Jesús crucificado pero mantiene su fe en la resurrección, enseñándonos a mantener nuest
El ángel Gabriel visita a María en Nazaret y le anuncia que concebirá y dará a luz a Jesús, el Hijo de Dios. María se muestra sorprendida pero acepta la voluntad de Dios. Años más tarde, María acompaña a Jesús al inicio de su ministerio público en las bodas de Caná, donde Jesús realiza su primer milagro al convertir agua en vino a petición de su madre. María sufre al ver a Jesús crucificado pero mantiene su fe en la resurrección, enseñándonos a mantener nuest
El ángel Gabriel visita a María en Nazaret y le anuncia que concebirá y dará a luz a Jesús, el Hijo de Dios. María se muestra sorprendida pero acepta la voluntad de Dios. Años más tarde, María acompaña a Jesús al inicio de su ministerio público en las bodas de Caná, donde Jesús realiza su primer milagro al convertir agua en vino a petición de su madre. María sufre al ver a Jesús crucificado pero mantiene su fe en la resurrección, enseñándonos a mantener nuest
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La Anunciacin a Mara
Todo empez muy humildemente en Nazaret, un pueblito de Galilea
Narrador: Seis meses despus [del embarazo de Isabel], Dios mand al ngel Gabriel a un pueblo que se llamaba Nazaret; a [la casa de] una virgen que estaba comprometida con un hombre descendiente del rey David, que se llamaba Jos. Y ella se llamaba Mara. La Virgen primero se sorprende y piensa: Qu saludo tan exagerado! Narrador: ngel: Narrador:
Al entrar a la casa, el ngel la salud as:
Muchas felicitaciones, favorecida de Dios! Porque el Seor est contigo. Al escuchar eso, ella se asust porque no entenda qu quera decir ese saludo.
La Virgen, en segundo lugar, pregunta: Cmo puede ser, si yo no estoy
casada todava?! Narrador: Entonces el ngel le dijo: ngel: Mara, no tengas miedo, porque t eres la preferida de Dios. Vas a quedar embarazada, y vas a tener un hijo, y lo vas a llamar Jess; l va a ser muy importante, ser llamado Hijo del Altsimo. Narrador: Pero Mara le dijo al ngel: Mara: Y eso cmo puede ser, si yo no [estoy casada todava, y no] vivo con ningn hombre? Cuando est clarito cul es la voluntad de Dios, la Virgen obedece sin hacer ms preguntas. Narrador: Y el ngel le contest: ngel El Espritu Santo va a bajar sobre ti y Dios te va a cubrir con el poder de su sombra. Por eso el que va a nacer ser Santo y ser llamado Hijo de Dios. Y tu parienta Isabel, vieja y todo, est embarazada tambin ella; y la estril como le decan resulta que ya est de seis meses: porque para Dios no hay nada imposible. Narrador: Entonces Mara dijo: Mara: Yo soy quiero la servidora del Seor, y acepto todo lo que me dijiste
Las bodas de Cana
Este es el inicio de una vida de la mano de Dios. Mara no dijo s solo una vez, sino que mantuvo su S, acompaando la vida de su hijo. Aos despus, Mara ve de cerca el inicio de la misin de Jess. En aquel tiempo, haba una boda en Can de Galilea, y la Madre de Jess estaba all. Jess y sus discpulos estaban tambin invitados a la boda. Falt el vino, y la Madre de Jess le dijo a Jess: "No les queda vino". Luego de hablar con l, les dijo a los sirvientes: Hagan lo que l les diga". La madre de Jess se da cuenta de los problemas de la gente. Eso se llama empata. Jess con la Cruz a cuestas y la resurreccin Ya te haba sido anunciado Mara, las dagas que ibas a sentir en tu corazn. Que dolorosos los momentos en que tuviste que soportar los sufrimientos de tu hijo. Verlo humillado, verlo slo y abandonado por todos los que le seguan. Slo podas acompaarlo en su pasin, estar cerca de l, en cada una de sus cadas con la cruz a cuestas. Lloraste lo que una madre no quisiera llorar jams. Tu S se hizo ms fuerte que nunca. Pero la muerte no fue la vencedora, porque tu hijo est vivo. Resucit y est con nosotros, ensendonos a vivir la verdad y el amor. Y t nos enseas a vivir el s cada da. Aun cuando no sea fcil aun cuando los das sean tristes, tu fortaleza de esclava del seor nos acompaa y nos ensea