Dieta Proteinada
Dieta Proteinada
Dieta Proteinada
La dieta proteinada tiene como objetivo la reducción de lípidos y glúcidos en la ingesta, manteniendo el aporte
de proteínas que mantienen el balance nitrogenado en equilibrio, obligando así al organismo a consumir sus
propias reservas, primero de glúcidos y más tarde de lípidos, con el consiguiente adelgazamiento dirigido al
acúmulo de tejidos grasos.
La dieta proteinada requiere un plan de disciplina nutricional donde es imprescindible cumplir dos normas:
-La base exclusiva de la dieta debe estar formada por proteínas de alta calidad.
-Deben suprimirse los azúcares y las grasas.
-Debemos asegurar que estamos adelgazando masa grasa y no masa magra (músculo). Para evitar el
consumo de proteínas es necesario un aporte de
1,2-a 1,5 gr. / kgr. de peso, según se trate de mujer u hombre. Éste es el motivo por el que las proteínas
deben ser de alta calidad, con un PER (Proteín Efficancy Rating ) excelente y un índice químico superior a
100.
-El organismo necesita energía para realizar todas sus funciones. La fuente espontánea de obtener energía
es la glucolisis, que se realiza a través del ciclo de Krebs y que metaboliza la glucosa para obtener energía.
Pero nuestro organismo sólo es capaz de almacenar varios cientos de gramos de glucosa que puede
proporcionarnos energía para medio día de actividad. Si suprimimos la ingesta de hidratos de carbono y se
consume toda la glucosa del organismo, ya no hay azúcares que quemar para obtener energía. De esta
forma, el organismo activa otra forma de obtener energía, llamada Beta oxidación: el cuerpo obtiene la
energía a través de las grasas acumuladas en el organismo.
La Beta oxidación permite generar energía de las grasas acumuladas, pero deja un residuo: los cuerpos
cetónicos, que producen el estado de cetosis: las acetonas o cuepos cetónicos son las únicas sustancias del
organismo con efecto “corta-hambre”. A las 72 horas de haber iniciado la dieta, la concentración en sangre de
los cuerpos cetónicos ya es suficiente para cortar el hambre. Además los cuerpos cetónicos tienen un efecto
psicoestimulante que potencia la sensación de bienestar.
Una vez hemos conseguido arrancar la Beta oxidación estamos obteniendo energía de las grasas
acumuladas, siempre que, simultáneamente, no las estemos incluyendo en la dieta. Para asegurar el
consumo de las grasas acumuladas no debemos ingerir ni hidratos de carbono ni grasas. De lo contrario, el
proceso de adelgazamiento se interrumpiría.
La dieta proteinada se pauta en tres etapas que incluyen la asociación del ayuno proteinado con a una terapia
de modificación del comportamiento alimentario para asegurar una pérdida ponderal más importante y a más
largo plazo.
La Dieta Proteinada consiste la alimentación a base de preparados proteínicos purificados de alto valor
biológico con el aporte pautado en el tiempo de verduras, frutas y almidones de forma progresiva tras la fase
1, con el apoyo de micronutrientes (minerales, ácidos grasos esenciales, vitaminas y oligoelementos) para
evitar carencias asociadas a la dieta. Normalmente los preparados proteicos se presentan en distintos
formatos y sabores para satisfacer los gustos y las necesidades de cada paciente y cada momento del día.
Pueden ser bebidas frías o calientes con sabor a cacao, fresa o vainilla, barritas ricas en proteínas, cremas,
sopas y potajes, pan, flanes, mousse, yogures…
• Fase 1: Corresponde al catabolismo de los triglicéridos (grasas), iniciado por el ayuno.
Se marcan el objetivo del peso total a perder y se programa la pérdida del 80% en esta fase. El médico debe
prescribir el tipo de sobres de proteínas de alta calidad que debe ingerir el paciente y el aporte preciso de sal,
calcio, potasio, vitaminas y oligoelementos en función de un estudio clínico previo.
Dentro de la primera fase, las primeras semanas solo se complementa la dieta proteica de laboratorio con
verduras, en las siguientes semanas se sustituyen dos comidas al día de preparados proteicos por alimentos
compuestos casi exclusivamente por proteínas como carnes, aves o pescados, aprox. 200gr. por comida.
Para incrementar el metabolismo basal es imprescindible hacer un poco de ejercicio todos los días (por
ejemplo: caminar durante 30 minutos).
En esta fase se continúa perdiendo peso aprendiendo a comer mejor e introduciendo alimentos en la dieta
como fruta, pan y almidones. Normalmente se estructura en cinco niveles que suponen la introducción
progresiva de alimentos y la sustitución así de parte de los preparados proteicos.
Es importante seguir la pauta médica en la introducción de los alimentos e incrementar el ejercicio diario
progresivamente.
Es la fase de diversificación alimenticia. Van a consumir nuevos alimentos (frutas, pan, almidones...) mientras
continúan perdiendo peso, hasta que se alcanza el equilibrio ponderal.
• Fase 3: Estabilización, es la fase más importante para evitar recuperar el peso perdido.
El aporte de productos ricos en proteínas de alta calidad se pauta para medias mañanas y meriendas. El
facultativo debe seguir teniendo contacto con el paciente para reforzar sus pautas dietéticas importantes
como:
- consumir los almidones en sólo una de sus dos comidas principales, lo que limitará mucho los riesgos del
picoteo.
-beber líquido que hidrate el cuerpo y evitar refrescos de cola y zumos azucarados.
Es el momento de continuar con el remodelado corporal mediante el ejercicio, pues sus ventajas son
importantes tanto a corto como a largo plazo. El ejercicio facilita la pérdida de peso y permite mantenerlo,
porque:
A corto plazo:
-aumenta el gasto calórico realizado por el trabajo muscular,
-aumenta la sensación de bienestar,
-disminuye la tensión psíquica y facilita la mejora del sueño,
-activa el aparato circulatorio.
A largo plazo:
-el aumento de la masa muscular que, incluso al descansar, consume energía.
-facilita la prevención o la mejora de los desordenes metabólicos (colesterol, diabetes...),
-facilita la protección cardiovascular y el desarrollo de la capacidad respiratoria,
-provee de una silueta más armoniosa a nivel estético,
-facilita una "reconciliación" con la imagen corporal.
Con esta pauta, la dieta proteinada siempre funciona. Normalmente, las cifras de pérdida ponderal obtenidas
con la dieta proteinada en el hombre en un periodo de 28 días se sitúan en una media de 10 kgr para el varón
y 7 a 9 kg en la mujer.
-Bajada rápida de peso, 3 a 4.5 kg en la primera semana y 2 kg de media en las demás semanas de la
primera fase o fase Activa.
-A base de eliminar grasa y no músculo.
-Sin sensación de hambre.
-Sin sensación de tristeza, debilidad o falta de vitalidad.
-Con protección de la tonicidad de la piel al conservar la masa muscular.
-Con seguridad siempre pues este tratamiento se debe hacer bajo control médico.
El facultativo puede encontrar necesario controles analíticos, impedanciometrías para conocer el porcentaje
de agua, grasa y músculo del cuerpo a lo largo de las distintas fases o técnicas diagnósticas más precisas
como la tomografía y la resonancia magnética.
-Corrige la función del páncreas. En el aumento del peso siempre está presente la alteración de la secreción
de la insulina. Al comer hidratos de carbono (glúcidos), el páncreas produce insulina que se encarga de
introducir la glucosa dentro de las células para producir energía. Pero esto provoca que se consuma glucosa y
no grasas acumuladas y esto facilita el almacenamiento de las grasas, el engordar.
-Hipotensión por deshidratación que debe controlar el médico con una correcta aportación sódica.
-Cefaleas, vinculadas a la subida de los cuerpos cetónicos y que suelen desaparecer a las 48 – 72 horas del
inicio de la dieta.
La hipotensión ortostática puede controlarse con un adecuado balance del sodio que es fundamental para
aportar confort a los pacientes sometidos a Dieta Proteinada.
-Trastornos Menstruales se producen al alterarse la síntesis de estrógenos compartida por los ovarios y la
masa grasa. Cuando hay un adelgazamiento marcado en cualquier tipo de dieta se produce un tiempo de
ajuste hasta que los ovarios adaptan e incrementan su producción de estrógenos adaptándose a un
organismo con menor proporción de tejido graso.