Diseñando La Libertad: Stafford Beer
Diseñando La Libertad: Stafford Beer
Diseñando La Libertad: Stafford Beer
Stafford Beer
BREVIARIOS Fondo de Cultura Econmica.
MXICO - MADRID - BUENOS AIRES.
Primera edicin en ingls, 1974 Primera edicin en espaol, 1977. Se termin de imprimir este libro, Diseando la libertad, el da 20 de diciembre de 1977, en Grficas Roma, Emilio Ferrari, 30, Madrid-17. Edicin preparada por el Departamento Editorial del Fondo de Cultura Econmica Mxico.
DESIGHING FREEDOM
Este sugestivo ttulo: Diseando la Libertad, es el resultado de seis conferencias radiofnicas, emitidas en Canad, y muy pronto convertidas en un xito de librera, en las que el profesor Stafford Beer, analizaba las posibilidades que brinda la ciberntica para la solucin racional de mltiples cuestiones de la vida social contempornea. Enfrentndose a la burocracia, como causan-te, en gran parte, de los desfases del desarrollo de una nueva organizacin laboral, el profesor pone sus esperanzas en un movimiento de conciencia colectivo torno a los programas ecolgicos, sanitarios, de trnsito, etc., que pueda imponer conceptos nuevos de produccin, distribucin y gobierno, capaces de erradicar el burocratismo e impulsar la satisfaccin de los inte-reses comunitarios en un marco de creciente libertad y participacin ciudadanas. La era del maquinismo, y sus secuelas de alienacin y produccin en serie, ha de dejar paso a una poca en que la actual revolucin cientfico-tcnica
dignifique el trabajo del hombre y fundamente su libertad. Stafford Beer, es profesor invitado de ciberntica en la Escuela de Estudios Superiores para la Direccin, en la Universidad de Manchester, y profesor de estadstica en la Universidad de Pennsylvania. Condecorado con la medalla de plata de la Real Academia Sueca de Ciencias de la Ingeniera y con el premio McCulloch Memorial Award de la Sociedad Americana de Ciberntica. Ha sido tambin asesor de la ONU, UNESCO, OCDE y de los gobiernos de Gran Bretaa, Canad, Francia, Suecia y Chile. En este ltimo pas fue consejero personal del Presidente Allende. Algunas de sus experiencias en Chile son expuestas en este libro. Es tambin autor de Cybernetics and Management, traducido a diez idiomas; Management Science, Brain of the Firm, Platform for Change y Decision and Control, que aparecer prximamente en espaol editado, asimismo, por el Fondo de Cultura Econmica.
INDICE
PARTE 1: La Amenaza Real. ................................................................................................................ 7 "A LO QUE ESTIMAMOS, MAS VALIOSO" ........................................................................................ 7 OBSERVACIONES A LA PRIMERA CONFERENCIA. .......................................................................... 26 Ciberntica: ............................................................................................................................... 26 Variable: .................................................................................................................................... 27 Proliferacin de la variable........................................................................................................ 31
PARTE 2: Instrumentos Subestimados por El Hombre Moderno.................................................... 33 OBSERVACIONES A LA SEGUNDA CONFERENCIA. ......................................................................... 54 La Ley de la variedad requerida (Ley de Ashby). ....................................................................... 54
PARTE 4: La Ciencia, al Servicio del Hombre.................................................................................... 89 OBSERVACIONES A LA CUARTA CONFERENCIA. .......................................................................... 110 Una afirmacin clave. .................................................................................................................. 110 El cerebro y la variable requerida. .......................................................................................... 111 El cerebro es finito: ................................................................................................................. 112
PARTE 5: Un Futuro Que Podemos Exigir Ahora. .......................................................................... 115 OBSERVACIONES A LA QUINTA CONFERENCIA. .......................................................................... 137
a casita a la que he venido a vivir completamente solo durante algunas semanas, se halla situada en la ladera de una colina sobre una tranquila aldea de la costa oeste de Chile. Las olas gigantescas se deslizan majestuosa-mente hasta la baha rompiendo con estrpito contra las rocas, salpicando blanca espuma sobre el verde mar, bajo el sol invernal. Para mi es una poca de paz, poca propicia para clarificar ideas y enriquecer conceptos. Tales ocasiones acontecen rara vez al hombre de la civilizacin moderna. Pasamos el tiempo encajonados en nuestras casas o entrando y saliendo de colmenas de oficinas como regueros de hormigas, apiados en los trenes, enlatados en los aviones y bloqueados hermticamente en las aglomeraciones de coches de las carreteras. Nuestra preocupacin -ajena a las enseanzas bblicas---- por la comida, la bebida y el vestido se amplia y vuelve obsesiva por la presin del consumo, sobrepasando con exceso las necesidades naturales. Estas exigencias estn en consonancia con la manera en que hemos planificado nuestra economa. Y las
instituciones que hemos creado para dirigir tal economa, para salvaguardarnos, para proteger nuestros hogares, para que asistan y eduquen a la familia, se han convertido en grandes y poderosos mecanismos del aparato social, el cual de pronto parece ms bien amenazarnos que protegernos. La humanidad ha estado siempre en lucha con el medio ambiente, pero hasta tiempos muy prximos en la historia sus luchas fueron a una escala razonable, a una medida humana. El hombre, si se decida a desafiar la intemperie, poda restaurar su casa, pero sin necesidad de contender con la seccin de urbanismo del ayuntamiento ni con sus acreedores hipotecarios y sus saldos deudores. Poda vestir a sus hijos como le pareca, ensearles lo que saba y cmo aprenderlo, sin sentirse mediatizado en su tarea por las autoridades docentes, asistidas por un consejo de expertos. Cuando ese hombre se enfrentaba a un peligro tena que medir sus fuerzas y destreza con un animal de un tamao semejante al suyo. No asuma el riesgo de verse lanzado repentinamente por los aires viajando dentro de dos toneladas de acero a seiscientas millas por hora. Cuando se enfrentaba a la muerte supona tambin un riesgo personal: ganar o perder; sin embargo, no viva sometido a la tensin de una amenaza de genocidio o exterminio nuclear. Tal es nuestra situacin actual, aunque no pensemos demasiado en ello. Cuando las cosas van mal echamos la culpa a la
situacin creada, como si sta fuera fatal, y no a nosotros mismos, lo cual significa una forma de exculparnos. Queremos en realidad reflexionar sobre ello?, creo que la humanidad est, cada da ms, empezando a poner en tela de juicio los postulados de nuestra sociedad -y no debido a ninguno de los motivos que yo haya expuesto hasta ahora. La mayora de los que viven hoy en nuestra sociedad urbana se dispuso desde hace tiempo a representar el papel de pigmeos entre sus propias instituciones gigantes, motivado por lo que aparece como el progreso : un nivel de vida ms alto de acuerdo con la renta nacional per capita. Pero en las dos ltimas dcadas algo est intranquilizando la conciencia pblica: la duda de si el aparato de nuestra civilizacin en su totalidad funciona en la actualidad. Comienza a fallar? Hay abundantes pruebas que fundamentan esta sospecha. Cito como ejemplo la decadencia de ciudades, antes ricas y salubres en toda su extensin, desde el centro a la periferia, y en las que se han ido formando ghettos y todo el horror que esto implica: enormes desigualdades, penuria, degradacin social, aumento de la criminalidad y de la violencia. Por otra parte, la contaminacin a escala mundial: el envenenamiento de la atmsfera, mares, lagos y ros. Existe un abismo cada vez ms pro-fundo entre el lujo y la indigencia, debido a que nosotros nos las hemos arreglado en alguna medida para acumular ms riqueza alrededor
de los que son ya ricos y ms pobreza en los que son pobres. No seguir con esta penosa enumeracin, puesto que las personas conscientes estn al corriente de todos estos problemas. La pregunta que me importa des-tacar en estas conferencias es solamente: por qu?, ya que si profundizamos en ella tal vez podamos tambin llevar a cabo una fructfera indagacin para hallar respuestas. Fijar el primer punto es lo ms difcil, precisamente porque parece el ms fcil. Hay que decir que todas esas instituciones que hemos enumerado -los hogares, las oficinas, las es-cuelas, las empresas, las ciudades, los esta-dos, los pases- no son nicamente cosas o entidades que reconocemos y etiquetamos, son, por el contrario, sistemas dinmicos y supervivientes. Dije que pareca muy simple. Evidentemente estas entidades son sistemas, por-que constan de partes relacionadas entre s y de las relaciones y conexiones entre dichas partes. Por consiguiente, tambin estas entidades son dinmicas. Nadie piense que estas instituciones permanecen estticas, todas "estn en marcha". Por ltimo, si no fuesen supervivientes no habran llegado donde estn. Y llegando al fondo de la cuestin en los sis-temas de los que estamos tratando, podra ocurrir que la dejsemos a un lado -que la pasramos por alto, a su alrededor, o a travs de ella- sin abordar el autntico significado de la misma. Aunque reconozcamos la estructura sistemtica
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del mundo y estemos de acuerdo, si se nos pregunta, en que lo que normalmente hemos considerado una entidad es realmente un sistema, nuestra cultura no nos lo propone como un objeto de estudio digno de consideracin. Permtanme que les invite a un pequeo ejercicio mental, tomando la baha que ahora estoy contemplando como un ejemplo idneo. No es difcil reconocer en el movimiento del agua de esta baha la conducta visible de un sistema dinmico, despus de todo las olas se mueven continuamente y se desvanecen a lo largo de la costa. Pero, por favor, consideren una ola. Pensemos en ella como si fuese una entidad: una ola, decimos, qu est haciendo all?, por qu tiene esa forma? y cul es la razn de su alegre cresta? El ejercicio consiste en preguntarse a s mismo con rigor, no para dar una respuesta cientfica, que se conoce, porque sera entonces una simple explicacin tcnica, sino si esas interrogantes son el tipo de preguntas que le han sugerido a uno. La cuestin radica en que las preguntas -y no precisamente las respuestas- se pueden en-tender, pero solamente cuando dejamos de pensar en la ola como una entidad. En tanto que la consideramos una entidad, tendemos a definir cmo son las olas: el hecho de que la ola est ah movindose en la baha, adopte una determinada forma y est coronada por una alegre cresta, son los signos que me indican "es una ola", de la misma manera que el hecho de que un. libro sea rojo y no de otro color es un signo que me indica: "se es el libro que yo quiero".
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La verdad, sin embargo, es que el libro es rojo porque alguien lo encuadern con cubiertas rojas, cuando igualmente poda haberlo encuadernado en verde. Sin embargo, la ola no puede adoptar otra estructura mas que la que tiene porque es un sistema dinmico. Consta de grandes masas de agua que constituyen sus partes componentes, y de las relaciones entre esas masas de agua, regidas por las leyes naturales de los sistemas de agua, estudiadas por la ciencia de la hidrodinmica. La configuracin de la ola, su forma y su alegre cresta blanca son los ineludibles resultados del sis-tema. Los resultados son como son porque el sistema est organizado de la manera que est y su propia organizacin produce un ineluctable tipo de conducta. El corte transversal de una ola es parablico, con dos formas bsicas : una, que domina el estado de la ola en mar abierto, y, otra, que predomina ms tarde; como la segunda forma se desenvuelve a partir de la primera, hay un momento en que la ola adquiere ambas formas; en este momento se configura con un ngulo de 1200 y en este instante la segunda forma comienza a actuar y la ola empieza a romperse -de ah la alegre cresta blanca. Ahora bien, en trminos de un sistema dinmico lo que denominamos la alegre cresta blanca de una ola no representa el vistoso signo con el que manifiesta su existencia lo que
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hemos identificado como la entidad "ola". Para la ola esta cresta es su propia catstrofe. Por-que lo que ocurre es que la ola tiene un sis-tema conflictivo implicado en ella, determina-do por su forma de organizacin que le con-duce a una fase de "inestabilidad". La alegre cresta blanca sobre la ola supone el signo fatal de su destruccin, puesto que la inestabilidad se incrementa por s misma y el colapso catastrfico de la ola sobreviene como resultado ineluctable del sistema. Y yo les pregunto, lo saban? No si cono-can las leyes de la hidrodinmica, sino ms bien si saban que una ola es un sistema dinmico abocado a la catstrofe como resultado de la inestabilidad de su organizacin interna. La razn de este ejercicio es preparamos para plantear la misma pregunta acerca de las instituciones sociales, sobre las que estamos discutiendo. Si consideramos a esos monolitos gigantes que rodean a los pigmeos como entidades no nos sorprender encontrar en ellos los signos de la burocracia, como son la vaguedad e imprecisin de sus respuestas y las dems caractersticas que anteriormente mencion. Las entidades son as, afirmamos y lo admitimos resignados. Pero de hecho estas instituciones son sistemas dinmicos que tienen una organizacin genuina, la cual produce resulta-dos peculiares. Quiero argumentar que dichos sistemas se mueven dentro de fases inestables, cuya inevitable consecuencia es su propia destruccin. Y pienso que el sentimiento de
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creciente inquietud que mencion se deriva de la intuicin colectiva, de que es ah donde radica el problema. Para darse cuenta de cmo surge, cules son sus peligros y, sobre todo, de qu medidas deben adoptarse para evitarlo, no es necesario dominar la ciberntica sociopoltica. Esta ciencia estudia la conducta de las instituciones, as como la ciencia hidrodinmica estudia, la conducta de las olas. Habremos de acostumbrarnos a considerar de manera distinta algo que siempre existi y establecer que no se trata de una entidad monoltica, sino de un sistema dinmico, y ste no posee una alegre cresta, sino que sta es una advertencia de su inestabilidad catastrfica. Hasta ahora hemos hablado un poco de la naturaleza de los sistemas dinmicos, pero el otro calificativo que utilic al principio fue la palabra "superviviente". La ola. no es un sis-tema dinmico superviviente, porque su destruccin est implicada en su organizacin. Sin embargo, siempre hemos considerado que nuestras instituciones son dignas de sobrevivir. Despus de todo, han sobrevivido hasta nuestros das porque son capaces de realizar un truco al que llamamos adaptacin, del que las olas no son capaces. Entonces, por qu damos tanta importancia a la inestabilidad y a una inevitable catstrofe? Nuestras instituciones han demostrado su capacidad de supervivencia, como se puede comprobar, y podemos esperar de ellas que continen
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adaptndose a los cambios. Por consiguiente, conjeturamos que proseguirn de este modo conservando adems todo lo que estimamos ms valioso. Empezando por la familia, basada en el amor y el apoyo mutuo, extendindose a la escuela -y tal vez a esa alma maten, la universidad; unida en unos mismos intereses con los vecinos, el municipio y las iglesias; ramificndose a los negocios y la creciente prosperidad para todos; considerada como ejemplo, protegida y planificada por el Estado. Tal es la estructura de nuestra sociedad, entidad que sobrevive, no obstante, por su capacidad de adaptacin a los cambios. Y si esta sociedad integrada por sus instituciones se ve amenazada por un cambio demasiado rpido, la respuesta que gran parte de la gente sensata da consiste en reforzar las normas de actuacin social, reforzar las instituciones, endurecer las leyes penales, morales y sociales y de esta manera hacer frente a las circunstancias adversas. Esta es la actitud conservadora. No es la ma. Y no creo que siga dando resultados por mucho tiempo. Tenemos que admitir que esa teora ya no sirve. La gente trata de convencerse de que sigue siendo eficaz porque consideran a la sociedad como una entidad cuya peculiaridad radica en que se estima como algo intrnseca-mente valioso. Entonces se reafirman y proclaman que los errores que se cometen pueden rectificarse. Las barreras que derriba una moral permisiva pueden repararse. A los hijos
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que abandonan la casa paterna se les puede hacer volver a comer la suculenta ternera. La mayora de los que no asisten a la iglesia siguen siendo, sin embargo, bsicamente cristianos. Las dos terceras partes de la poblacin mundial que pasan hambre lograrn finalmente alimentarse (si bien no aquellas dos ter-ceras partes que ahora mismo estn murindose, sino sus descendientes). Y de algn modo haremos que un planeta limitado y con recursos agotables sea ilimitado para dar cabida a una poblacin cada vez ms numerosa. Pero no, no nos engaemos, tal cosa sera posible quiz si se tratase de una entidad esttica, una sociedad o modo de vida que se mantuviera para custodiar valores eternos, en suma: un ideal dorado. Si ste se manchase podra abrillantarse de nuevo frotando vigorosamente. Eso es lo que parecen pensar algunos y, en especial, ciertos polticos. Sin embargo, si la sociedad es un sistema dinmico, todos estos fenmenos no son simplemente manchas -son sus resultados-. Las inquietantes amenazas a lo que conservamos como ms valioso son los efectos de un sistema organizado para producirlos -para producirlos y no a sus contrarios-. No son accidentales y no pueden considerarse errores. Son la continua secuela de conflictos implcitos en el sistema, debidos a la forma especfica de su organizacin. Y estos modos de organizacin' han alcanzado en la actualidad, debido al des-envolvimiento inexorable de su propio arquetipo
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de conducta, una etapa semejante a la ola cuando forma un ngulo de 120 grados, que comienza a convertirse en inestable y se encuentra al borde de un colapso catastrfico. Tal es, al menos, mi opinin. Espero que acepten mi invitacin para que juntos profundicemos esta hiptesis. Y permtanme sentirme desde ahora ms animado. Las predicciones pesimistas que he hecho se cumplirn, pues, como ya dije, son inexorables slo si continuamos manteniendo los tipos de organizacin en los cuales estn implicadas estas consecuencias. No debemos hacerlo. Tenemos la posibilidad de cambiarlos por completo. Para lograrlo, en primer lugar debemos estudiar la estructura de los sistemas dinmicos capaces de sobrevivir y las condiciones que deben reunir para que continen siendo estables e incluso adaptables. Para desechar el concepto de la institucin como entidad esttica empezaremos por desechar la imagen clsica de su organizacin. Ya conocen cmo estn estructura-das. La actividad de la institucin est dividida en departamentos, que tambin estn considerados como entidades; stos se dividen a su vez en negociados inferiores y as sucesivamente. En cada departamento hay un jefe a cuyo cargo estn otros jefes inferiores que a su vez dirigen los negociados. Este organigrama es muy parecido a un rbol genealgico y slo posee una utilidad: si hay algn error puede utilizarse para seguir la pista y descubrir al que tuvo la culpa. De hecho, el organigrama
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de una institucin es como la grfica que se utiliza para detectar averas en un coche y que muestra la estructura interna del automvil. Algunos funcionarios y los canales que los conectan aparecen en rojo (como si se tratase del sistema de combustible), otros en azul (como si se tratase del sistema elctrico) y as sucesivamente. Pero en ninguna parte del organigrama consta una cosa llamada velocidad, que es precisamente para lo que el automvil ha sido diseado. Lo que el organigrama clsico no ha tenido en cuenta al representar la institucin es que no se trata de pistones, bombas y cadenas de distribuidores, sino de personas, y las conexiones entre las partes componentes no son cigeales, tubos y cables elctricos, sino relaciones humanas. Lo que es importante en una institucin no es el reparto de cometidos, sino su desenvolvimiento. Las fuerzas de la organizacin por las cuales la maquinaria de la institucin se mantiene en-granada incluyen los conflictos psicolgicos, la lealtad y la perfidia, la rectitud de intencin, el trabajo eficaz y el negligente. Tambin incluye toda clase de engranajes que vinculan entre si a los primos del rbol genealgico, como son las juntas directivas y los comits, los funcionarios menos importantes y los consejos consultivos y la red de funcionarios y subordinados de menor importancia e incluso es posible que existan conexiones secretas cuya existencia se niegue.
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Cmo podemos representarnos este sistema dinmico? y cmo examinar sus resultados y su estabilidad? Por lo pronto, voy a pedirles que imaginen un dispositivo provisto de una pelota de tenis -dos postes sujetos por cuerdas a unas estacas clavadas en la tierra que van a conectarse entre s por un cordn elstico en cuya mitad cuelga a su vez, suspendida por otro cordn elstico, una pelota de tenis-. Supongamos que una institucin consta nicamente de dos personas que se hallan sentadas en la parte superior de los postes -los cuales se mantienen fijos en su lugar por las cuerdas, lo que representa su puesto de trabajo en la institucin-. Entre ambos deben efectuar las tareas de la institucin, lo que requiere una relacin representada por el cordn elstico. La funcin de la pelota de tenis suspendida del cordn no est claramente definida y resulta de vital importancia comprenderla. La pelota re-presenta la productividad final del sistema. Por complicado que sea un sistema siempre desemboca en un estado de productividad final que lo configura. Dicho estado es el rendimiento del sistema -no en trminos de objetivos especficos o consecuencias concretas que emanan de la actividad de una institucin, Sino de trminos de actuacin conjunta y total di' su balance definitivo. Esto sera como afirmar que un ser humano configurado por el conjunto de todas sus manifestaciones vitalesse define nicamente en funcin de sus estados concretos de sueo, de violento esfuerzo,
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de ensimismamiento o de lucha. De nueve podramos comparar la pelota de tenis con e] estado en que se encuentra una partida de ajedrez, pongamos por caso, en la jugada 26, Ha habido toda clase de tensiones implcita) en las relaciones de las piezas; si la partida sc nos mostrara en cmara rpida de cine podramos ver con claridad un sistema dinmico funcionando con todos sus conflictos de organizacin. Por el contrario, si sacamos una foto-grafa del tablero de ajedrez en la jugada 26 el estado en que aparece es un estado singular, que se puede expresar como "pierden las blancas" o "jaque mate". Si los hombres sentados en los postes efectan sus respectivas tareas adecuadamente tirarn con tino del elstico y la pelota, que indica el estado de productividad del sistema, se agitar ligeramente, para enseguida quedas inmvil. Lo que significa que el sistema dinmico est funcionando bien, ya que tiende a lograr su estabilidad. Si los hombres son ineficaces y no saben cmo tirar del elstico (sobre todo si empiezan a "escurrir el bulto" en su trabajo) la pelota se agitar durante un largusimo perodo de tiempo y tal vez nunca logre quedar en reposo. Este sistema es inestable. No obstante, dando por supuesto que hay buena voluntad y una eficiencia norma: por parte de los dos hombres, stos se comportarn como conexiones elsticas idneas y la pelota entonces dejar de agitarse. Al tiempo
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que tarda en detenerse se le llama tiempo de reaccin del sistema. El cuadro que he presentado es demasiado simple para nuestras necesidades. Por lo cual vamos a levantar muchos ms postes (intenten imaginar unos cuarenta), dispuestos en forma circular, en donde la conexin elstica original marca el dimetro. Ahora unamos al sistema a todos los nuevos hombres subidos en los postes, dndoles a cada uno un extremo de un cordn elstico y atando el otro al nudo central. Los nuevos miembros de la institucin no son igualmente competentes, leales y laboriosos, lo que representaremos dndoles a unos unas tiras de elstico finas y a otros unas tiras ms gruesas. La pelota se ha agitado durante la distribucin de los cordones elsticos y es de suponer que el tiempo de reaccin ser ahora muy largo. De hecho, y esto es curioso, cuanto ms se afanen esos hombres en manipular con cuidado el sistema para lograr su estabilidad probablemente se tornar tanto ms inestable. Imaginmonos el caos : "Oye, Jorge, deja de tirar un momento"; "Harry, tira un poco ms", etc. Desde luego, si cada uno de los cuarenta hombres trata de dar instrucciones a los otros tendremos 1.560 canales de comunicacin intentando hablar al mismo tiempo. Hay razones para pensar que el sistema no funcionar. El motivo radica en que el sistema en su totalidad tiene demasiados estados posibles; no me refiero ahora al estado de productividad
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aislado, sino al inmenso nmero de configura clones que la organizacin puede asumir por s misma. Cada uno de 'os hombres de los postes puede comportarse en un gran numero d+ formas alternativas y stas se totalizan en tu conjunto que demuestra la enorme cantidad de conductas posibles en la organizacin. Si consideramos el nmero total de configuradores de conducta posibles tendremos la medida de la complejidad del sistema. Transformemos esta suposicin en una definicin formal. E nmero de estados posibles de un sistema s llama variable. Como sta va a ser una pala bra sumamente til para entendernos, permtanme repetir: variable significa el nmero d estados posibles. Supongamos que cada hombre puede hace de entre dos cosas solamente una, lo cual e una absurda simplificacin. Pues bien, entre todos ellos pueden originar ms de un min de millones de posibles situaciones en el sistema. Son demasiadas y la pelota de ten] nunca podr quedar en reposo. As ser al mi nos en teora. Pero en la prctica los agentes externos tampoco dejarn en paz al sistema por mucho tiempo. Imaginemos por un momento a esos pobres hombres percibiendo que casi han agotado sus posibilidades despus c una semana de trabajo cuando, de repente, gato entra en el jardn y da con la zarpa un impulso juguetn a la pelota y, vuelta a empezar!. Todas las principales instituciones de nuestra
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sociedad son sistemas con un alto nivel de variables. Necesitan tener un tiempo de reaccin limitado y, por otra parte, todas ellas estn expuestas a constantes perturbaciones -sta es la palabra que usamos al referirnos a la inesperada interferencia de la zarpa del gato. Cmo se resuelve? Slo existe un modo de resolverlo y lo utilizan todas las instituciones, aunque lo hagan de formas distintas: reducir las variables del sistema. He aqu algunos de los procedimientos. Se pueden clavar cuatro postes ms altos y conectar diez de los bajos con cada uno de ellos. El hombre que est sobre el palo alto da instrucciones a sus diez subordinados, lo que reduce la variable total del sistema, si bien coarta la libertad de los hombres de los pos-tes bajos para realizar su trabajo como crean ms conveniente. De esta manera la libertad empieza a estar subordinada a la eficacia, ya que la alternativa a la que nos enfrentamos es la total anarqua. Como segunda medida podran introducirse gran cantidad de conexiones rgidas, llamadas normas imperativas, entre los cordones elsticos, con lo que el sistema parecer una tela de araa. Tambin esto reduce las variables. Pero ese maldito gato contina dando vueltas alrededor y haciendo intiles todos los esfuerzos. Supongamos tambin que el nio de la casa entra en el jardn y pega un fuerte golpe a pelota con su raqueta de tenis. El sistema puede
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no disponer de la suficiente elasticidad y posiblemente se derrumbar por completo. Un tercer mtodo para reducir la variable que utilizan ciertas instituciones, tales como bancos y compaas de seguros, es matar al gato de un tiro. En todo caso, no sera conveniente disparar contra el hijo de la casa. No tenemos tiempo para seguir examinando nuestro modelo (ste es el nombre de nuestra tela de araa elstica), pero cada cual puede hacerlo particularmente; recuerden el trabajo que hemos realizado juntos hasta aqu. Un sistema dinmico est en movimiento constante y cuanto ms alta sea su variable mayor ser su movimiento. Su estabilidad depender de la complejidad del proceso necesario para recobrar el equilibrio despus de cada perturbacin. El tiempo que dura dicho proceso ser el tiempo de reaccin. El tipo de organizacin que se adopte para el sistema ser el controlador de su variable. Teniendo las ideas claras sobre es-tos esquemas podr resumir el contenido de esta primera conferencia con rigor y espero que con sencillez. Nuestras instituciones, que nacieron hace largo tiempo, han venido controlando un cierto grado de variables por medio de un organizado conjunto de reductores de variables. Tenan que hacer frente a una serie de perturbaciones que ocurran con una determinada frecuencia. El sistema contaba con un tiempo de reaccin caracterstico que la sociedad consideraba aceptable. Con el transcurso del tiempo la va-riable
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aument debido al crecimiento demogrfico, lo que supuso que se produjera un mayor nmero de situaciones tanto en la poblacin como en el sistema de la institucin en su conjunto. Esto dio lugar a que en el seno del sistema se constituyeran paulatinamente ms reductores de variables, que hasta hoy son la base de la organizacin de nuestras instituciones. Mientras tanto el grado y frecuencia de las perturbaciones tambin ha aumentado. Pero, como acabamos de decir, la variable en el sistema ha sido contenida. Esto produce un desajuste, ya que el tiempo de reaccin del sistema no est acoplado al nmero de perturbaciones que se dan en esta poca. Significa, por lo tanto, que la pelota recibe un nuevo golpe antes de que haya tenido tiempo de pararse. De ah que nuestras instituciones estn en. una situacin lbil. La pelota sigue agitndose y no hay manera de encontrar el punto de equilibrio. Si no sabemos hallar el punto de estabilidad, quiere decirse que no podremos encontrar la manera de lograrla porque no hay punto de referencia. Y si no sabemos conseguir la estabilidad no podremos proyectar estrategias de adaptacin, puesto que nos faltan los mtodos de aprendizaje. Si no somos capaces de adaptarnos no podremos evolucionar. Entonces la inestabilidad amenaza ser como la de las olas catastrfica. Afirm anteriormente que existen soluciones, pero tambin he mostrado que stas conciernen
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a los distintos tipos de organizacin. Conciernen a la mecnica de la variable de los sistemas dinmicos. Por ello prescindiremos de las nicas soluciones si continuamos tratando nuestras instituciones sociales como entidades, creyendo que sus organizaciones son estticas como rboles y estimando sus fallos como aberraciones. Particularmente, si nos empecinamos en seguir utilizando mtodos de reduccin de las variables que dieron resultado en pocas pretritas recaemos precisamente en mtodos errneos y firmamos nuestra propia condena. ESTA es la autntica amenaza a lo que estimamos ms valioso.
Ciberntica:
En un principio definida por Norbert Wiener como: La ciencia del control y de la comunicacin en el animal y en la mquina. Hace exactamente treinta aos que naci la ciberntica. Se le dio el nombre en 1947. Esta primitiva definicin seala la relacin que hay entre el control y la comunicacin y la existencia de leyes generales que afectan por igual a los sistemas animados e inanimados.
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El principio que deba admitirse por su importancia era el de la realimentacin que existe todos los sistemas, sea cual fuere la materia sus partes componentes. Despus de treinta aos preferimos dar esta nueva definicin: La ciberntica es la ciencia de la organizacin eficiente.
Variable:
Es la medida de la complejidad de un sistema, definida como el nmero de sus posibles estados.
Estados equivale aqu a situaciones o contingencias. Muestra cmo la ola se vuelve inestable y
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Los postes, sostenidos por cuerdas, represen-tan el cargo que desempean los empleados en una institucin. La pelota define el punto representativo de la productividad total de un sistema. El tiempo de reaccin de un sistema es el tiempo que tarda el punto representativo en conseguir la estabilidad despus de que haya sufrido una perturbacin (por ejemplo, en el caso del gato que produce una interferencia arbitraria).
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Cuanto mayor sea la organizacin, ms largo ser el tiempo de reaccin... Si cada uno tiene completa libertad para hacer lo que considere ms conveniente realizar su tarea, se producir (por desgracia) inestabilidad en la institucin, la cual puede realimentarse, llegando a ser catastrfica. Si cada cual trata de comunicarse con los dems se abrirn n, por (n, menos 1) canales comu-nicacin. Si n es igual a 40; entonces n, por; (n menos1), igual a 40, por 39 menos 1560.
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Tres de los principales mtodos, por los cuales las instituciones reducen sus variables: 1. Un jefe constrie la libertad de sus subordinados. 2. Unas conexiones rgidas llamadas normas imperativas restringen la interaccin de los cordones elsticos. 3. Uno mata al gato: la institucin no acepta interferencias arbitrarias y obliga a aquellos con quienes se relaciona a convertirse en estereotipos.
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Proliferacin de la variable.
Si hay n personas en un sistema y cada una tiene una variable x; (es decir: cada cual adopta un nmero x de estados posibles), la variable del sistema en su totalidad ser x prima. As, si hay solamente cuarenta personas: (n = 40). Cada una de las cuales tiene sola-mente dos estados posibles: (x = 2), aun as habr 2 40 estados posibles en el sistema. 2 40 = 1,099,511,627,776. En el mundo real encontramos que el incremento de libertad (incluyendo las nuevas oportunidades) proliferar la variable hasta un extremo al que nuestras respetables instituciones no pueden hacer frente por ms tiempo. Hiptesis. El tiempo de reaccin de un sistema institucional es ahora ms largo que el promedio de los intervalos entre las perturbaciones, dando el resultado de que los sistemas institucionales sean permanentemente inestables. Como la inestabilidad se realimenta continuamente (dado que no existe una situacin estable reconocible en la que basar nuestro conocimiento y adaptacin), esta inestabilidad, semejante a las olas, puede llegar .a ser catastrfica.
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i usted se encontrara sentado debajo de un manzano y de repente le cayera una manzana en la cabeza, a qu fuerza lo atribuira?, a un mono que subido al rbol tira manzanas? Por supuesto que no. La fuerza que acta es la gravedad. Como sabemos que esta fuerza acta en nuestro planeta no tendramos que realizar ninguna experiencia previa si se nos preguntase qu sucedera si soltramos un vaso de agua que sostuviramos en la mano o que le ocurrira a un aeroplano al que repentinamente se le parasen los motores. De ante-mano sabemos lo que sucedera. Sin embargo, el concepto de la fuerza de gravedad que afecta sobre todos los cuerpos del planeta, sean cuales fueren, y les afecta en la misma medida (en consecuencia, un kilo de plumas procede de igual manera que un kilo de plomo, siempre que para estos dos cuerpos la resistencia del aire sea la misma) es ciertamente un concepto difcil. Cmo puede existir una fuerza que afecte a todas las cosas, que no se puede experimentar directamente, que slo se puede expresar en trmi-nos
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matemticos y que (al contrario de lo que intuimos) acta de igual modo en las plumas que en el plomo? Ustedes dirn : usted est hablando como un salvaje ignorante. Incluso un nio sabe contestar a esas preguntas; y adems cualquiera puede experimentar la fuerza de la gravedad porque es la fuerza que mide nuestro cuerpo cuando nos pesamos. A lo que yo respondo: Cree que usted hubiera contestado as, aunque hubiese sido amigo de Newton, en el ao 1687? Nuestra cultura ha necesitado cerca de tres-cientos aos para asimilar las leyes de la fsica newtoniana. Ha necesitado ms de medio siglo para comprender la teora de la relatividad y la segunda ley de la termodinmica y empieza ahora a darse cuenta de que es posible hacer enunciados generales de las leyes fsicas del universo. Me atrevo a suponer, sin embargo, que no todos estamos preocupados en plantearnos y encontrar soluciones a los problemas bsicos suscitados por estas dos teoras, aunque cabra suponer que actualmente nuestra cultura ya los ha asimilado. Es un hecho constatado que la cultura tarda muchsimo tiempo en aprender. Tambin es un hecho comprobado que el ser humano resulta suma-mente refractario a cambiar la imagen del mundo que su cultura le proyecta. Voy a intentar profundizar precisamente en esta cuestin al hablar de las instituciones. Nuestra cultura no acepta que se puedan
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hacer afirmaciones cientficas acerca de las instituciones. Por consiguiente, a los individuos les resulta muy difcil -por bien dispuestos que se hallen para ello- admitir que existen leyes (llammoslas as) que rigen la conducta de las instituciones, sea cual fuere la institucin. Sabemos que existe una ciencia de la fsica; hoy no quemarn a nadie hoguera por decir que la Tierra se mueve alrededor del Sol. Ni siquiera expulsaran de colegio profesional al fsico que formula una teora matemtica en la cual la hiptesis fuera presentar a la Tierra como centro del universo. Y eso se debe a que tanto la gente en general como los fsicos en particular pueden revisar fcilmente tales formulaciones. Pero lo que no es de todos conocido es la existencia de la ciencia de la organizacin eficiente y lo probable es que los dirigentes de las instituciones le fulminen a uno si se le ocurre proponer tal teora. Ellos afirman que su institucin es nica, por lo que una empresa dedicada al cultivo de manzanas no tiene nada en comn con una fbrica de vasos o con una compaa area. Las consecuencias son disparatadas. El fallo de nuestras instituciones est en no seguir las leyes de la organizacin eficiente, de las que sus administradores no saben nada y para las cuales, no cabe duda, sus mentes estn cerradas, ya que sostienen que no existe ni puede existir una ciencia capaz de descubrir dichas leyes. De esta manera permanecen satisfechos
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haciendo uso de unos cuantos principios para la organizacin de sus instituciones -que se-ran equivalentes al principio de la fsica que dijera que un metal base puede transformarse en oro por arte de encantamiento- y de cuyos principios se derivan efectos muy parecidos al del ejemplo. Por esta razn observan los instrumentos que podran utilizar para un funcionamiento adecuado de las instituciones a una luz completamente errnea. Los principales medios a los que me refiero son las computadoras electrnicas, las telecomunicaciones y las tcnicas de la ciberntica... Si pensamos con seriedad en la transmutacin de elementos en fsica sabemos que con-tamos con los atomizadores y los aplicaremos. No los utilizaremos en partir nueces ni continuaremos con el arte de magia. Pero al dirigir las instituciones infravaloramos los instrumentos a nuestro alcance porque no reconocemos su verdadera utilidad. As que empleamos las computadoras para procesar datos como si fuera imprescindible el procesarlos y como si tales datos procesados fueran necesariamente digestibles y nutritivos para la institucin, aferrndonos as al arte de encantamiento, como tantos alquimistas de tiempos pasados. Considero necesario invitarles a afrontar esta realidad si estamos dispuestos a comprender la funcin que pueden desempear en la actualidad los instrumentos a nuestro alcance. No estoy proponiendo nada que requiera una inteligencia excepcional ni una complicada
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ampliacin de las tcnicas del lavado de cerebro, inasequible al entendimiento popular, ni se trata tampoco de "un hermano mayor" de la monstruosa maquinaria electrnica, que nos aliene an ms, la cual, al parecer, rige nuestras vidas en la poca actual. Simplemente propongo que la sociedad utilice los instrumentos de que dispone para planificar de nuevo sus instituciones y para que stas funcionen de forma diferente. Ya pueden imaginar todos los problemas que esto comporta. Pero el primero y ms grave de todos reside en nuestras mentes, condicionadas por todas las represiones de la cultura en que nos movemos. No se necesitan conocimientos especiales para comprender lo que estoy diciendo sino libertad intelectual. Es un don gratuito para todos los que tengan el valor de aceptarlo. Recuerden: nuestra cultura no nos ensea a ejercitar la audacia intelectual, sino la conformidad mental. Vamos a lo nuestro y recordemos dnde nos habamos quedado. Una institucin social no es una entidad, sino un sistema dinmico. La medida que necesitamos para abarcarlo es la medida de la variable. Variable es el nmero de posibles estados del sistema y ese nmero crece de da en da en cada institucin debido a una serie de posibilidades siempre en aumento, proporcionadas por la educacin, la tecnologa, los medios de comunicacin, la prosperidad y por el modo en que estas posibilidades se interrelacionan generando an ms variables.
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Para regular un sistema hay que absorber su variable. Si no se logra el sistema se torna inestable. Entonces, en el mejor de los casos, no lo podremos controlar como ocurri con la pelota de tenis que se agitaba en nuestro complicado tinglado y, en el peor de los casos, se producir un colapso catastrfico como sucedi con la ola. Qu es lo que controla la variable? La respuesta es muy sencilla: la variable absorbe a la variable, sin que ninguna otra cosa pueda absorberla. Examinen en primer lugar la verdad de esta afirmacin. Consideren, por ejemplo, todos los clientes que hay en unos grandes almacenes. Desde el punto de vista de la direccin del establecimiento eso supone una enorme variable que debe ser controlada. Pronto advertirn el uso que doy a la palabra "control". No es que a esas seoras y seores haya que decirles lo que tienen que hacer ni obligarles a hacerlo. Se trata de que cuando uno de ellos quiere comprar algo la variable del sistema "cliente-almacn" se incrementa, porque un estado potencial se convierta en real. Una seora ha elegido un par de zapatos, como hubiera podido elegir un bizcocho de frutas. El establecimiento debe absorber esta variable, teniendo a mano un empleado para que rpidamente envuelva los zapatos y los cobre. Ms an, tendra que haber otro dependiente disponible para hacer lo mismo ante la eventualidad de que compre el bizcocho.
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Cuando todos los grandes almacenes se estructuran por secciones tiene su razn de ser. Hay un vendedor de zapatos y un vendedor de bizcochos. La organizacin de su estructura responde precisamente a este objetivo: distribuir la variable total del sistema en subsiste-mas con una variable de menor volumen. El cliente que no sabe exactamente qu artculo, si lo hay, satisfacer su necesidad- representa una variable que no puede ser aprehendida por este sistema de almacn estructurado en secciones, quedando, en consecuencia, esta variable desatendida, sin absorber, y nos damos cuenta de que la situacin est fuera de control. Sin embargo, si los almacenes estn adecuadamente organizados contarn con un servicio de informacin al pblico, instalado precisamente para absorber este exceso de variable. Volvamos a la compradora de zapatos. Observamos que se va impacientando, debido a que no la hacen caso. El dependiente de la seccin de calzado est atendiendo a otro cliente y hay cuatro ms esperando. Los otros vendedores de esta seccin tambin estn ocupados. Momentneamente, en cualquier caso, la situacin est fuera de control porque el establecimiento ha calculado mal el nmero de vendedores de zapatos que se necesitan para absorber la variable que la clientela genera. Pues bien, recordarn el concepto que dimos para describir esta situacin y su nombre. Se la denomina tiempo de reaccin.
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La variable va incrementndose con ms rapidez de la que el sistema puede absorber, lo cual es perjudicial para el cliente. Si esto ocurre permanentemente ser tambin perjudicial para los grandes almacenes, ya que el cliente dejar de comprar en ellos y buscar otro establecimiento donde el tiempo de reaccin sea ms breve. De esta manera la inestabilidad temporal en el servicio de esos grandes alma-cenes se volver permanente y desde ese mismo momento incipientemente catastrfica. El problema que tiene el ciudadano con respecto a las instituciones sociales estriba en que no tiene otro remedio que seguirlas utilizando. nicamente la variable puede absorber variable. Aunque parezca absurdo, el modo perfecto e infalible de dirigir esos grandes almacenes es adjudicar un dependiente a cada cliente a su llegada, as podremos despreocuparnos de que haya secciones como la de zapatera, donde los vendedores estn agobiados de trabajo, mientras que en la de lencera las dependientas se hacen la manicura y absorben la variable tranquilamente, como podemos observar. No necesitamos solamente una cierta variable para absorber la que se genera, sino que se requiere la misma cantidad de variable para que funcione bien. Hablbamos hace poco de la ley de la gravedad en fsica, que posiblemente es la ley ms importante de la fsica universal. A la conclusin que hemos llegado en el ejemplo de los grandes almacenes es que la ley ms fundamental en los sis-temas
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sociales es la Ley de la Variedad Requerida, llamada tambin Ley de Ashby por su descubridor. El ejemplo que presentamos es absurdo, ya que no podemos suministrar la exacta variable que se requiere, por razones obvias. No podemos proporcionar a cada cliente de los grandes almacenes un dependiente slo para l, ya que tal gasto no se podra sufragar. No obstante, ustedes habrn observado que en los establecimientos de venta de ciertos artculos de lujo (y, por tanto, muy caros), como son los que venden automviles o trajes hechos a medida, esto es exactamente lo que sucede. De hecho resulta difcil quitarse de encima al vendedor. Como tampoco podra uno burlar al detective asignado en el caso de que media poblacin fuera contratada para espiar a la otra media. Y como esta medida es impracticable existe el crimen. No podemos cumplir taxativamente la Ley de Ashby, pero debemos, en la medida de nuestras posibilidades, seguir-la lo ms de cerca posible o estaremos abocados a un colapso catastrfico. Qu podemos hacer entonces? Cuando las variables estn desajustadas, como suele ocurrir, tendremos que estructurar nuestras organizaciones para hacer frente a esto. Existen dos formas, y nicamente dos formas de conseguirlo. Recordemos: no podemos ir en contra de las leyes de la naturaleza y la
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Ley de Ashby , es tan ineluctable como ellas. Hablamos en la primera conferencia del primer mtodo para reducir las variables. Dicho mtodo consiste en reducir la variable gene-rada espontneamente por el sistema, de manera que se ajuste al regulador de variable que se ha establecido previamente en ese sis-tema. Recordemos a los hombres que estaban sentados en los postes ms altos; sa era precisamente su tarea, reducir la variable. Y pronostiqu una quiebra a las instituciones financieras por hacer lo mismo. Dije que "mataban al gato" que generaba variable al agitar la pelota de tenis. Dicho de otro modo, no hay manera por la cual una compaa de seguros pueda suministrar una pliza con la variable necesaria para asegurar los concretsimos riesgos de usted -considerado individualmente-. La variable de usted tiene que atenuarla, es decir, reducirla para que en su caso se incluya en una pliza de tipo ms generalizado. En teora usted puede aspirar a una exclusiva y personal atencin, semejante a disfrutar de los servicios de un vendedor o un polica particulares, pero intntelo!, yo lo intent, y vea lo que le costar asegurarse. Es natural por-que el afirmar que pueden acoplarse a la variable de cada ciudadano es tan absurdo como el ejemplo que he puesto del polica y el vendedor. El problema de nuestras instituciones es que no admiten que la nica y completa solucin que hay sea absurda y por eso no se practica.
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Las instituciones deberan, al menos en su fuero interno, reconocer que estn cumpliendo la Ley de Ashby al atenuar la variable. Y la razn por la que no lo admiten es porque suena raro al odo de nuestra cultura. La cultura insiste en la individualidad del hombre, pero nuestra sociedad no puede vivir conforme a ello. Esto no es una crtica, es un hecho cientfico. Nuestra cultura tambin insiste en la libertad absoluta del individuo, pero nuestra sociedad tampoco vive de acuerdo con esto. Lo que es tambin un hecho cien-tfico. Observen en el lo que nos metemos con nuestras pretensiones. En vez de comprender la situacin y emplear la ciencia para realizar del mejor modo la tarea de atenuar la variable bajo las orientaciones del consumidor y del electorado gastamos grandes sumas de los fondos de la nacin -que son los nuestros--en afirmaciones falsas. Con respecto al consumidor, le sometemos a la presin de la publicidad para hacerle creer que tomamos muy en cuenta la variable del cliente -lo cual es imposible-. En cuanto al elector, pierde la libertad que tiene cuando se le atena la variable porque no se le pregunta cmo debiera realizarse la atenuacin. Ningn poltico se preocupara de formular a su electorado tal pregunta, ya que l se encuentra demasiado ocupado defendiendo unos derechos inalienables que, por supuesto, no disfrutamos en ningn caso. Ni tampoco podremos conseguirlos: hay que admitir estos hechos de modo realista.
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El segundo mtodo para cumplir la Ley de Ashby es el que utilizan los grandes almacenes. Sera insensato atenuar la variable del cliente poniendo a la venta nicamente una clase y una medida de zapatos, por ejemplo, o encerrar al cliente con llave hasta que se le pueda atender. La solucin ser ampliar la variable reguladora de la totalidad del sistema. No debe contratarse a un solo dependiente, sino a muchos y en todas las secciones. Debe calcularse estadsticamente la proporcin entre clientes y dependientes, de forma que el tiempo de reaccin se mantenga uniforme. Existen mtodos cientficos de realizarlo, pero no se aplican. La variable regula-dora debe empezar a aplicarse cuando un dependiente tiene que atender con eficacia a muchos compradores. Dentro de los sistemas de una sociedad, dicha ampliacin de la variable es la forma idnea de actuacin porque ayuda a mantener la libertad individual. No se pone en prctica por varias razones, aun-que slo una de entre ellas es la verdadera. Las dems estn subordinadas a sta. Pero primeramente pensemos en la razn ms notable y falaz que se invoca: el coste. A este respecto quiero sealar dos cosas. Primero: el coste de un sistema es el motivo primordial que se toma en cuenta en nuestra sociedad, mientras que el primer motivo que debe tomarse en consideracin es la variable. El coste no es lo que se afirma que es, a saber, el dinero que se necesita para conseguir unos
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objetivos. En realidad se trata del presupuesto a disposicin del sistema que se utiliza para restringir las actividades que se proyecten realizar -dentro del marco que ha sido fija-do-. Si este marco es una broma que nos ha gastado la historia, entonces su estructura est desfasada, ya que admite un tiempo de reaccin demasiado prolongado y, con toda seguridad, el sistema no funcionar. Ser inestable. Habremos empleado el dinero en precipitar su derrumbamiento. No tiene sentido gastar dinero en apuntalar la estructura, proporcionando una variable cara, para impedir que el tiempo de reaccin sea todava ms amplio y hacer que la inestabilidad actual empeore (recuerden el tinglado de los postes y la pelota de tenis). Segundo: la reduccin de los costes concierne a los objetivos de la sociedad. Tales objetivos son, por supuesto, una serie de atenuadores de la variable porque no podemos realizar lo que concebimos como socialmente deseable y nuestros objetivos -nuestros programas-tienden a suprimir la proliferacin de la variable que se produce por las diferentes opciones surgidas en una sociedad. De este modo, por ejemplo, el atenuador distribuye el presupuesto nacional que el contribuyente tiene que sufragar. Una vez ms nuestra cultura prefiere que no consideremos el problema en toda su amplitud. En cambio, se admite como plausible una poltica de gastos que atene la variable, dndonos a elegir entre la construccin de un
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avin de despegue en vertical, incluso a costa de entablar una pequea guerra econmica con los Estados Unidos para obtener la propiedad de la patente industrial canadiense del avin, o doblar el sueldo a la burocracia por realizar todos sus escritos en dos idiomas... En el silencio que sigue a tal solecismo me parece escuchar una dbil voz (debe ser la de una mujer chiflada) gritar: "quiero servicio de niera durante las veinticuatro horas del da". Pero eso cuesta dinero y no lo hay. No sea absurda, seora!, es lo que se me ocurre decirla. El fondo de la cuestin estriba en que nuestros atenuadores de la variable estn instalados dentro del sistema, pero por estos me-dios se va suprimiendo la libertad de eleccin. Entonces, por qu no se usa lo antittico, es decir, los amplificadores de variable? La razn aparente para no hacerlo es el coste, sin embargo, la razn autntica radica en que tendran que volver a proyectar el sistema por completo, habiendo desmantelado previamente los atenuadores instalados en su seno y en su lugar colocar los amplificadores que funciona-ran eficazmente para lograr la variable requerida, un tiempo de reaccin viable y, por consiguiente, una cierta estabilidad social. He indicado ya cuales son los tres instrumentos bsicos de que dispone el hombre moderno para ampliar la variable : la computadora, el teleproceso y las tcnicas de la ciencia de la organizacin eficiente, a la que denomino ciberntica. Insisto, no obstante, en que, en
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realidad, no se usan, aunque todo el mundo asegura : "Claro que los usamos." Lo malo es que se utilizan inadecuadamente en lo concerniente a la variable porque los utilizamos sin atender a la proliferacin de la variable que genera el sistema, con lo cual sta aumenta y no como debiera ser para ampliar la variable reguladora. Si de una de esas instituciones con mal funcionamiento de las que acabamos de hablar compra una computadora, qu ocurre? La utiliza con un enorme "coste" para ejecutar en forma ms elaborada, exactamente lo mismo que se vena haciendo. Pero como ya hemos analizado aquello no funcionaba. Un famoso fabricante de computadoras dirigi una campaa de ventas de una nueva serie de mquinas que lanzaba, basada en un slogan asegurando que no se necesitaba ms que simple-mente transferir el sistema tal como estaba, envasado y envuelto, a la nueva mquina milagrosa. Tal afirmacin pareca razonable al ejecutivo de compras, que tena conocimiento del enorme coste que implicaba la instalacin de mquinas que reemplazaran el trabajo humano que se vena desempeando, desconociendo, sin embargo, que la mquina de hacer milagros no se ha inventado an. Los efectos de dicho cambio de medios en la institucin eran inevitables: hacer que la inestabilidad existente se volviera ms lbil, cmo se puede pronosticar, si el concepto de la variable y de la
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ley de la variable requerida estn claros. La computadora puede generar una imprevisible variable y dicha variable se introduce dentro de un sistema que en un principio se proyect para la produccin de cien plumas de escribir. Los procesos de produccin se sobrecargan por encima de su capacidad, tal como la ola se increment, y viene el catastrfico colapso. Y qu se oye decir sobre esto? En absoluto oiremos decir: "Lo siento, no entendimos la funcin que debe desempear la computadora. Hemos invertido un dineral para convertir la inestabilidad en catstrofe." Lo que omos es : "No tenemos la culpa, la computadora se equivoc." Disculpen mi audacia, pero yo he trabajado en el diseo de computadoras desde que empezaron y puedo asegurarles que las computadoras no se equivocan. El hombre es el que se equivoca. Los que programan las computado-ras se equivocan, es decir, los analistas de sistemas que organizan los programas se equivocan; pero como son profesionales se descargan pronto de sus errores. Tenemos que buscar a los que se ocultan detrs de esta confusa situacin : es decir, a los responsables de que el sistema est organizado como lo est, a los que en realidad no saben para qu sirven las computadoras y a los que han convertido a las mismas en el negocio del siglo, sin importarles las consecuencias que se derivan de ello para la sociedad. Estos y no otros son los que cometen errores y hasta es posible que ellos mismos
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no se hayan enterado. En lo que respecta al ciudadano corriente, diremos que est desorientado y es precisamente lo que me indigna. Es triste que se confunda a la gente de modo que lleguen a echar la culpa a las mquinas, las cuales no pueden defenderse, mientras que los verdaderos culpables quedan impunes. Donde la maldad se halla -y mal-dad no es una palabra demasiado fuerte- es en el hecho de hacer creer a la gente sencilla que la computadora es un fracaso caro y peligroso, una amenaza a su libertad e individualidad, cuando, por el contrario, es en realidad su nica esperanza. No tenemos tiempo en esta conferencia de analizar el falso papel que desempean los otros dos amplificadores de variable que mencion anteriormente, pero lo haremos en las conferencias posteriores. Por el momento basta sealar que, as como se usan las computado-ras en forma inadecuada en lo que respecta a la variable -al conducir su empleo a que la inestabilidad se vuelva ms inestable y tal vez catastrfica--, las telecomunicaciones se utilizan para hacer surgir nuevas esperanzas y no para satisfacerlas. Igualmente se emplean las tcnicas de la ciberntica para lograr que planes mezquinos sean todava ms eficazmente mezquinos. Por lo dems, creo que ustedes estarn ms interesados en saber cmo utilizar estos medios que en escuchar ms noticias espeluznantes. As, en las tres prximas conferencias, les
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hablar de normas constructivas para controlar la variable. Empezaremos por el propio Estado. Tal vez resulte audaz, pero mi impresin es que todos nosotros somos cautivos de gigantescos sistemas que escapan a nuestro control individual y es necesario que lo reconozcamos. Porque en tanto exista un resquicio de democracia no tienen por qu estar fuera del control de la colectividad. El prximo paso ser incidir en el tema ms importante: el hombre. El y ella -por no nombrar tambin a sus hijos y nietos- estn envueltos en este mecanismo y es preciso que salgan de l. Si la ciencia no es capaz de unirse a la poltica y la administracin para lograrlo es muy probable que en el ao ominoso de 1984 yo continuar pronunciando conferencias sobre el mismo tema, como en este ao 1973. El autor debe referirse, sin duda, a la obra 1984, de George Orwell, en la que se plantea la eventualidad de un alucinante estado totalitario. Libro de enorme divulgacin, sobre todo en los pases de habla inglesa. De aqu a entonces hay once aos y, francamente, creo que habremos llegado a una situacin lmite. En la tercera de las tres prximas sesiones volver sobre el tema de las instituciones. Y ahora, antes de llegar al desarrollo de la ltima cuestin, les voy a pedir ----si piensan continuar escuchando estas charlas- que mediten sobre un punto de crucial importancia: el de la variable requerida -antes de nuestra prxima reunin. Piensen detenidamente en
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cualquier sistema dinmico complejo. Cmo debe regularse? Sabemos que en l prolifera la variable. Y no es cierto que nicamente la variable puede absorber a la variable? Entonces cmo hacerlo? No hemos visto ya que en la organizacin de un sistema con buen funcionamiento la variable es atenuada al tiempo que la reguladora de la misma es ampliada? Normalmente suele hacerse una combinacin de ambas. Puedo asegurarles que este asunto es fcil una vez que uno rompe con las interpretaciones y explicaciones que nos brinda la cultura tradicional. Para la teora que yo les propongo no es necesario reflexionar a niveles remotos de abstraccin ni a los altos niveles que requieren los asuntos de Estado. Las leyes de la ciberntica son universales. Por ejemplo, ustedes pueden reflexionar sobre la manera en que estos conceptos de la variable, tiempo de reaccin, estabilidad y catstrofe actan a favor o en contra durante el camino a su lugar de trabajo. Ese mismo ejercicio puede realizarlo a la hora de meter en la cama a sus hijos, los que, con seguridad, desplegarn una enorme variable. Despus reflexionen sobre la manera en que esos conceptos funcionan en las grandes instituciones que gobiernan nuestras vidas dentro de nuestra sociedad. Indaguen en qu medida las telecomunicaciones -tales como el telfono, la televisin- afectan a esos problemas. Mediten sobre los que ustedes, sin duda, conocen de la funcin que desempean las computadoras y
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vean si funcionan de forma adecuada con respecto a la variable. Finalmente, y si no les ha resultado difcil, intenten descubrir las races del problema y cmo nos las hemos arreglado para haber enredado todo de un modo tan perfecto. Lo que les llevar a comprender por qu sostengo que deben realizarse grandes cambios y con rapidez, antes de que sea demasiado tarde. Ahora llegamos al ltimo punto, que espero sirva para clarificar los anteriores argumentos. Si la ley de la variable requerida se aplica inteligentemente, y no dejando a la naturaleza que por si sola encuentre el equilibrio de la misma (lo cual podra resultar nefasto para todos), las fuerzas reguladoras no slo deben de disponer de la variable requerida -la cual supone un nmero de diferentes situaciones-, sino que tambin debern ajustarse a un patrn de sistema, al desplegar la variedad; durante nuestro trayecto al lugar de trabajo debemos considerar distintos modelos. Podemos, por ejemplo, examinar el patrn al que se ajustan las autopistas, a dnde conducen, cmo son sus puntos de control, qu es lo que hacen habitualmente otros conductores, etc. En el proceso de llevar a los nios a la cama necesitaremos poner en juego varios amplificadores de variable (tal como lo hacemos, pero de forma ms explcita), pero tambin tendremos que tener en cuenta el modelo de conducta de los nios. Sin conocer bien estos patrones de conducta la proliferacin de la variable nos parecer
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ms amenazadora de lo que es en realidad, que ya es bastante. A lo que he venido denominando patrn es lo que los cientficos llaman modelo. Un modelo no es un cmulo de operaciones matemticas, como creen algunos, ni tampoco un ideal irrealizable, como piensan otros. Es simplemente el resultado de un clculo expresado de la manera que se quiera- que se efecta de la actual organizacin de un sistema real. Sin un modelo del sistema que se ha de regular no se puede utilizar un regulador. Ah est el punto clave. Y ustedes pueden tambin comprobarlo.
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El examen de los sistemas institucionales con frecuencia revela que los atenuadores y amplificadores se han instalado en el lado equivocado del crculo, en el miembro contrario de la ecuacin.
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Existe un riesgo evidente cuando se introduce en la computadora un modelo del pblico, dado que un gobierno desptico o una direccin sin escrpulos pudieran hacer un mal uso de la informacin suministrada. Tenemos que tener presente, sin embargo, el principio ciberntica de que ningn regulador puede, en realidad, funcionar, a menos que se haya establecido un modelo de lo que haya de regular. Muchos de los fallos de nuestras instituciones son debidos a los inadecuados modelos que adoptan. Pensamos alarmados en la posibilidad de que intereses privados puedan crean sistemas del tipo que antes mencion sin que nadie tenga conocimiento de su existencia. nicamente los gobiernos elegidos democrticamente debieran establecerlos, a la vista de todos y con el adecuado control jurdico de su legalidad.
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l mbito dentro del cual acta la mayora de las instituciones es todava el de la Nacin Estado, aunque esta situacin est en trance de cambio. En algunos casos la soberana nacional es cedida a los bloques supranacionales. En otros las naciones pequeas encuentran que sus asuntos estn considerablemente constreidos por la actuacin de las grandes potencias con respecto a ellos. Tambin suele ocurrir que las gigantescas compaas multinacionales al tomar decisiones a escala mundial desprecien la soberana de las naciones donde operan. No tengo idea de lo que pueda hacerse para aportar un anlisis cientfico que conduzca a una organizacin eficaz de este estado de cosas mundial, a no ser que las Naciones Unidas lo emprendieran. Tengo, sin embargo, la impresin de que todas las naciones, gracias a las comunicaciones modernas, podran aunar sus esfuerzos en esa tarea en beneficio propio. Sobre esto precisamente he venido hablando y escribiendo ya hace aos. Especialmente he expresado la opinin de que las funciones de
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un gobierno -esa institucin "Garganta"- son como las de una mquina proyectada para regir al pas en inters de la libertad individual. Pero por las razones que hemos examinado en las dos primeras conferencias su funcionamiento no es bueno, por lo cual la libertad est en entredicho en mayor o menor medida en todos los pases del mundo. Por tanto, propongo que volvamos a proyectar de nuevo esta "mquina de la libertad" para que sea no una entidad caracterizada por unas mayores o menores restricciones, sino un sistema dinmico viable cuyo resultado sea la libertad. Estas dos formas de concebirlo, como ya saben desde las dos primeras conferencias, son totalmente diferentes. Entonces, dnde radica el problema? No debemos impresionarnos ante la prepotencia y pompa del Estado una vez que hayamos encontrado el modo cientfico de profundizar en los problemas de la organizacin eficiente y de haber comprendido con claridad las leyes fundamentales de la variable. Pero constituye un delito de lesa majestad afirmar que un Estado se gobierna con el mismo modelo que unos grandes almacenes? Tal vez debiramos decirlo al revs para que no suene mal. Hablando en trminos cientficos no tiene importancia por-que el patrn que controla la variable y al que he llamado modelo es el mismo. Si digo que es preciso expresar este concepto sealando que las dos organizaciones se acoplan (map onto) al mismo modelo no nos parecera raro,
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ya que, por fortuna, el vocablo correlacin (map onto), tiene en matemticas un significado similar. Un mapa es modelo o patrn de un sistema, se representa con mucha atenuacin de la variable, aunque conservando sus elementos ms significativos. El gobierno realiza la gigantesca tarea de reducir la variable por medio de departamentos, al igual que los grandes almacenes, y, lo mismo que stos, necesita estar informado sobre la marcha de los asuntos. Necesita, con toda seguridad, mucha ms informacin que los grandes almacenes, aunque esto puede considerarse irrelevante en tanto que ambas instituciones desplieguen la variable requerida -y es ah precisamente donde la correlacin entre ellas se mantiene y el modelo es idntico-. El modelo nos indica asimismo que el tiempo de reaccin del sistema debe ser ms corto que el intervalo medio entre las perturbaciones; de lo contrario, la inestabilidad se hara permanente. Ya vimos como los grandes almacenes controlan este problema y tambin advertimos como, si dicho control fallara, se producira un colapso catastrfico, caracterizado por la ausencia de la clientela. Si es el gobierno el que cae en tal situacin es ms difcil detectarla, puesto que la totalidad de sus "clientes" no se ausentarn. En efecto, la poblacin de una nacin no har el equipaje y emigrar en masa. Sera una decisin muy grave. An ms, y aunque resulte algo cnico, lo ms probable es que no encontrasen otro
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pas que ofreciese muchas ms garantas de estabilidad que el suyo propio. Este problema es muy general, de hecho es universal. Por esta razn es tan importante. Cmo emprendemos el anlisis? En un gobierno la variable se controla principalmente atenundola mediante cuatro procedimientos. Primero, cada departamento del gobierno confecciona los diferentes modelos del pas. Para empezar tendremos que rectificar esos patrones que el gobierno mantiene como modelos, ya que no responden a la realidad del momento actual. Por una razn : esos departamentos fueron creados hace mucho tiempo y mientras tanto los generadores de variable de la nacin -a los cuales se supone que se adapta el modelo- han sufrido cambios en su naturaleza, su importancia y su proporcin. Por consiguiente, debern crearse nuevos departamentos para controlar el exceso de variable, tal y como vimos que se haca en los grandes almacenes de nuestro ejemplo. Sin embargo, en el caso de un gobierno esto no se consigue fcilmente. Los grandes almacenes cambiara sus secciones a la vez que los modos de vida cambian y absorben el pequeo exceso de variable por medio de la oficina de informacin. El gobierno, no obstante, es refractario a los cambios y es, en realidad, poco adaptable, debido, en mi opinin, a que ha perdido la nocin de cual es su situacin estable. De ah que el exceso de variable llegue a ser un grave problema para un gobierno. Un buen ejemplo
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de lo que sucede en la actualidad es el problema del medio ambiente, que supone una enorme acumulacin de variable, sin que todava haya sido configurada en un modelo vlido. La idea de crear nuevos departamentos puede no llegar a ponerse en prctica, dada la tendencia existente de querer resolver problemas nuevos con viejos mtodos, cosa que, por otra parte, ocurre en todos los pases. Por ello constatamos el fenmeno de un cambio que no comporta en realidad alteracin alguna perceptible. El segundo atenuador de la variable consiste en el modelo que cada departamento haya fijado sobre las tareas que le competen. Consideremos la economa. Se ha establecido un modelo para regular la industria del pas en su conjunto, uno por cada industria, y modelos de cada una de los industrias por su producto, su inversin, su fuerza de trabajo, etc. Esto parece apropiado hasta que nos damos cuenta de que los modelos tratan a estos factores de la economa: producto, inversin, fuerza de trabajo, etc., como si se tratara de unidades autnomas. Pero, por supuesto, no es exacto porque todo ello constituye en con-junto -tanto las plantas industriales como las correspondientes sociedades mercantiles-- sistemas dinmicos viables y los factores de produccin que hemos enumerado representan variables continuas que inciden sobre las inversiones y los rendimientos. De hecho, lo que fundamentalmente nos interesa se halla implcito
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en la productividad de los sistemas, dado que el rendimiento que se obtenga determinar en gran medida la inversin. Inversiones tales como las materias primas se incorporan al sistema en funcin de la importancia de la produccin. Sea como fuere, en los conceptos del sistema que estamos analizando queda bien patente que la solucin inteligente no es atenuar la variable congelando las variables continuas en perodos de tiempo arbitrarios (tales como aos, cuatrienios (planes quinquenales), siendo as que la esencia de los negocios consiste en conocer de qu manera se genera continuamente su productividad a lo largo del tiempo. Se necesita observar continuamente las tendencias de la poca, es decir, hallar la medida del cambio, los gradientes, las funciones, etc. Todo ello es necesario porque nos-otros, como gobierno, tenemos que ponderar las interacciones de los sistemas dinmicos. Los modelos que en principio se haban creado para informar a los accionistas presentndolas como los adecuados para la custodia de su dinero no es de extraar que no se acoplen uno al otro. Cuando los datos que han sido generados por estos modelos de baja variable (cubriendo en los departamentos largos y estticos perodos) no se ajustan a la realidad por ms tiempo, se acumulan. Esto constituye el tercer atenuador de la variable. Existen dos razones principales para esta acumulacin. En primer lugar, un ministro, por ejemplo, no puede
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controlar toda la informacin que ha sido generada, aun cuando su variable haya sido atenuada por dos veces. Su mente no dispone de la variable requerida para abarcar todos los datos hasta que stos no hayan sido convenientemente sistematizados. La otra razn es que la seguridad comercial exige sistematizacin porque, de otro modo, sera fcil des-cubrir lo que un competidor puede producir si esto es lo suficientemente importante para destacar en las estadsticas oficiales. Aun as, estas dos razones para que en alguna medida haya acumulacin no justifican la clase de acumulacin con la que habitualmente nos encontramos -la del total o la del prome-dio porque, como ya dije, destruye la diver-sidad mnima de la informacin que la varia-ble requerida exige de un sistema dinmico. Imagnense por un momento a un mdico que visite a su paciente en el hospital y la enfer-mera le dijese: "Durante el ltimo mes el promedio de su temperatura ha sido de 37,4", o bien, "ayer sus treinta enfermos tuvieron una temperatura acumulada media de 37,4." Estas afirmaciones son sin duda verdaderas, ya que la acumulacin en alguna medida es necesaria, a menos que el mdico permaneciese durante un mes observando continuamente el termmetro. No obstante, el decidir qu datos acumulados son los que deben usarse es un estudio que concierne a la ciberntica, no a la economa ni mucho menos a la administracin. cuarto atenuador de la variable en la
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informacin que recibe el gobierno es con mucho el ms peligroso. Es la demora que imponen los mtodos de recogida de datos y la atenuacin de la variable que esto comporta. Cmo puede ser que la demora se convierta en un atenuador de la variable? Pues bien, la situacin real del pas en la actualidad debe reflejarse en la informacin exacta y completa de todos los pormenores que hicieron posible dicha situacin y la parte ms reciente de toda esa serie de datos es sin duda la ms importante. As, la informacin que se demora suprime la mitad ms reciente de la variable que est implicada en la situacin actual. Lo que significa que el gobierno no posee la variable requerida. Es muy corriente or a los que elaboran las estadsticas econmicas hablar de la "actualidad" que debe tener la informacin oficial. Quiero insistir en algo diferente del mero pedazo de papel llamado, por ejemplo, "estadstica del mes de junio ltimo", caracterizado por un mayor o menor grado de desfase. Voy a insistir sobre el hecho de que cuando el gobierno acta lo hace, invariable-mente, respondiendo a una situacin econmica en la que a menudo la demora en las estadsticas suele dar lugar a que el ciclo econmico se encuentre a la mitad del incremento o descenso de la prosperidad, por lo que el gobierno lleva a cabo exactamente lo contrario de lo que debiera la mayora de las veces. (He dicho "suele dar lugar", aunque creo que tales actuaciones estn tan ligadas a la dinmica
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del sistema que la maquinaria de tomar decisiones adopta la suya siempre en el momento contrario del ciclo econmico.) Estos son algunos de los problemas de los cuatro atenuadores de la variable. Supongo que mis amigos del gobierno se enfadarn. No les estoy diciendo nada nuevo, simplemente estoy dando un enfoque nuevo a un problema conocido, intentando abrir un cauce que nos lleve a resolverlo. Las comunicaciones hoy en da son rpidas, pero no las movilizamos. Tenemos computadoras, pero hasta ahora no las hemos utilizado ms que para realizar exactamente lo mismo que se vena haciendo por el sistema antiguo -y an tardan ms en efectuar esa tarea de lo que antes se tardaba-. Repasemos otra vez el diagnstico, remontndonos a los orgenes de las instituciones. Cuando la institucin del Estado se hubo consolidado surgieron enormes problemas en la atenuacin de la variable que hubieron de ser resueltos por medios muy rudimentarios, debido a que los instrumentos con que contbamos constituan unos medios propios slo para atender a una escasa variable. Entonces no contbamos con computadoras provistas de terminales remotos. Ahora disponemos de es-tos instrumentos, pero no los valoramos en la medida que debiramos. Dichos instrumentos, que son esencialmente reguladores aplicables a una alta variable, se utilizan de manera errnea, es decir, no para contender con la inmensa variable que genera el sistema dinmico,
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sino para aceptar la variable atenuada procedente de modelos deficientes, con un des-fase de tiempo, y para que aqullos despus generen su propia variable dentro del gobierno. Pongamos por caso : un ministro en cualquier momento puede pedir un elaborado con-junto de datos para lo cual se han realizado complicadas operaciones matemticas, sin embargo, ha sido la computadora la que ha generado la variable y no el mundo real. He aqu un dislate fundamental. Estamos utilizando nuestros poderosos instrumentos para auto-matizar y elaborar los limitados procesos que hubiramos podido realizar sin otra ayuda que la mente y un grupo de escribientes a pluma, cuando precisamente para superar ese tipo de tareas se han inventado los nuevos instrumentos. Despus de efectuado el diagnstico, la receta que debemos aplicar no es difcil de entender. En primer lugar, se necesitan unos mejores modelos de las estructuras econmicas, que deben ser modelos dinmicos. Esto significa simplemente que es necesario considerar en qu forma las diferentes estructuras estn interrelacionadas sobre una base de movimiento continuo. Entonces, en vez de los formularios de los abogados y accionistas, la hoja de balance y la cuenta de prdidas y ganancias que utilizan los consejeros; en vez de la hoja de inversiones y rendimiento, tan querida por los economistas, consideramos un modelo elaborado en trminos de variedad dinmica. Esto
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ser un simple diagrama de flujo o circulacin de datos, en el que la variedad estar simbolizada por el grosor relativo de las lneas de flujo y el tamao relativo de los recuadros que indican los procesos que actan en la circulacin. Los retardos de tiempo en el sistema tienen que aparecer y resultar an ms claro poniendo el diagrama en movimiento, de modo que las lneas de flujo de datos se muevan a diferentes velocidades. Es muy fcil realizarlo en una empresa y seria interesante preguntar quin debera efectuarlo. Nuestra cultura tecnocrtica respondera inmediatamente: un equipo de ingenieros, de economistas o de investigadores. Yo no soy de esa opinin. No se necesita que sean precisamente ellos y, adems, es posible que nadie pusiera gran inters en el modelo que crearan. Los que conocen realmente estos procesos son los que trabajan en ellos, los propios trabajadores, a los que s se les puede interesar en la labor de formar el modelo total del funcionamiento de la empresa, lo que supondra una real participacin de los trabajadores en sta en vez de hablar tanto sobre su presunta participacin. Distingamos nuevamente la diferencia entre entidades y procesos dinmicos. De qu modo trata la empresa de dar a su personal la sensacin de participacin en los asuntos de la misma? Ya conocemos esa entidad est-tica llamada comit de trabajo, caracterizado por limitarse a debatir la clsica serie de cuestiones
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que surgen en cada sesin. Tambin conocemos esa otra entidad esttica que es el peridico de la empresa. Hemos visto en cada departamento de produccin esa vitrina est-tica, en la que, reunidos los productos, contribuyen lastimosamente a acumular polvo. Todo esto est en alguna medida fuera de la realidad porque paraliza la dinmica de la vida y del curso del trabajo. Ahora examinamos una empresa dirigida por medio de un centro de control, en el cual el diagrama dinmico de circulacin de datos refleja continuamente el mundo exterior, al teleprocesar en el diagrama los datos, mantiene constante el patrn ( modelo y utiliza en todo momento la computadora para controlar toda variable que surge. Este concepto ser ms inteligible si lo entendemos como la manera en que se dirige una batalla, un barco de guerra o un sistema de distribucin para controlar el suministro elctrico. Pero por razones culturales ese enfoque aplicado a la direccin de la economa nos resulta extrao. A pesar de estas disgresiones sobre las empresas no olvido que debemos centrarnos en el examen de la direccin de la economa. Constatamos que el cuadro de la planificacin total de la actividad industrial, proyectado por el, gobierno, est compuesto por fragmentos se-parados que luego se han unido como si fueran las piezas de un rompecabezas. Dichas piezas representan los distintos sectores de la economa o de las industrias y si su representacin
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no es clara, cuando se complete el cuadro total de la economa, resultar totalmente confuso. Pero hay un rompecabezas dentro de otro que son las empresas que componen los diferentes sectores de cada rama industrial. Por ello deberemos empezar desde abajo. El cuadro de una empresa debe ser lo suficientemente claro para contribuir a una imagen exacta de la industria. El cuadro de la industria deber a su vez ser claro para que el cuadro de la economa industrial resulte riguroso y ntido. Y, por supuesto, el problema surge al plantearse si cada empresa o sociedad autnoma estar dispuesta a colaborar en tal esquema. La respuesta es que un gobierno puede ofrecer ciertos incentivos para conseguir la informacin que precisa y la manera de persuadir podra consistir en que si su colaboracin no resultaba satisfactoria la empresa no obtendra un tratamiento benvolo por parte del gobierno. Analicemos en qu consiste nuestro potencial modelo total de la economa. Estara formado por un sistema dinmico constituido a su vez por otros modelos ms simples de sistemas dinmicos acoplados unos dentro de otros, como ocurre en un juego de cajas chinas. A cada caja se le denominar nivel de recursin porque lo que haremos ser reduplicar un sistema ciberntica de regulacin recursiva, es decir, utilizando una y otra vez los mismos procesos con los necesarios ajustes de la variable. Debe cumplirse la ley de
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la variable requerida en cada nivel de recursin para que se consiga la estabilidad. La informacin circula continuamente de un lado a otro por medio de este sistema recursivo, apareciendo de forma conveniente en el correspondiente centro de control. Observemos ahora el tratamiento que hay que dar a los problemas de retardo de tiempo y acumulacin de datos. En vez de aceptar tales problemas utilizando errneamente las computadoras en un intento baldo de ajustarlas mediante el mtodo de reinyectar la variable de manera inadecuada, nosotros mgicamente nos desharemos de los problemas por completo. Y les invito a que siempre tengan presente esta idea: es mejor disolver problemas que solucionarlos. Si los retardos de tiempo suponen un inconveniente se eliminan y para esto usaremos el teleproceso. Si la acumulacin es un estorbo la evitaremos usando las computadoras para atenuar la variable de una manera ms eficaz. Intento crear para ustedes la visin de una economa que funcione como nuestro propio cuerpo. Tiene que disponer de nervios que se extiendan desde el cerebro del gobierno por todo el pas, recogiendo informacin continua-mente. Esto es lo que se denomina un sistema real de control. Por qu, por ejemplo, los gobiernos se empean en tratar los problemas del verano pasado, pongo por caso, los cuales, de un modo u otro, ya se han resuelto para estas fechas? Significa entonces que el
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gobierno pueda encontrarse inundado por grandes cantidades de datos a los que le resulta imposible atender? Por supuesto que no. Mi cerebro y los de ustedes estn recibiendo en este momento toda clase de sensaciones, todo lo que nos rodea se est registrando en ellos, lo que supone una ventaja puesto que de repente podramos necesitar prestar atencin a alguna de estas sensaciones. Sin embargo, hasta que surja esa necesidad nuestros cerebros recogen automtica-mente estas sensaciones irrelevantes y las filtran, desechando la mayora de ellas. Esto es lo que considero utilizar las computadoras de forma adecuada en lo concerniente al control de la variable. Las computadoras deben recibir toda clase de insumos y atenuar su variable automticamente. Slo dejarn pasar a la cmara de control lo que es verdaderamente importante. En este momento nos-otros estamos decidiendo en nuestros cerebros lo que consideramos importante y desechando los datos de entrada que se desvan de lo que nos interesa. Los dems datos admitidos se acoplan al patrn que hemos establecido como modelo. Los insumos fluctan, pero siempre dentro de unos lmites que pueden determinarse en cualquier momento por el clculo de probabilidades -si se tiene una computa-dora. Para reconocer lo que es importante la computadora tendra que realizar clculos muy complicados sobre cada dato que entra. En la mayora de los casos dicho insumo ser
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de escasa importancia, por lo cual ser simplemente descartado. No se almacenar en, esos gigantescos bancos de datos de los que tanto se oye hablar, ya que no se le considera til. Sabremos por nuestro modelo bsico cul es la variacin ordinaria y si dicho insumo cae dentro de ella. Por lo que si uno no es propietario de un equipo de almacenamiento electrnico o est interesado en estudiar alguna especialidad con miras particulares no encontrar motivo alguno para conservarlo. Y si uno est particularmente interesado por la libertad encontrar suficientes razones para desecharlo. Ahora comprendern con claridad cul era el motivo que me impuls a hacer aquellas observaciones sobre los costes. Tan pronto como se piense en dirigir la economa por me-dio de computadoras nuestra cultura les proyectar a imagen de muchas toneladas de costoso equipo. Para dirigirla, sin embargo, no es necesario. Se requiere nicamente disponer de una computadora corriente con caras interpuestas de teleproceso, que estn situadas entre la computadora y los insumos del pas, y entre la misma y la cmara de control; as como tambin se requerir un programa extra-ordinariamente inteligente. El precio se paga en trminos de software, no en trminos de muchas y grandes mquinas, con gran des-pliegue de equipos tcnicos y de mantenimiento. Por tanto, si el modelo es el mismo en cada nivel de recursin de la economa y,
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dado que los modelos cibernticos se corresponden entre s, no se necesitar ms que un reducido equipo humano para la programacin. Podemos imaginarnos ya el centro de control y a los que toman las decisiones dentro de l, actuando juntos en relacin simbitica, como un solo cerebro en la direccin de la economa. Los nervios que transmiten continua-mente la informacin a ese cerebro atraviesan sus lbulos computadores, donde los filtros de la variable realizan su funcin. El modelo bsico apropiado para este nivel de recursin -modelo que se encuentra aqu en movimiento como un diagrama de circulacin de datos- es el centro de toda la atencin. Est constantemente actualizndose por medio de las diferentes seales de alerta que las computadoras producen. Estas seales harn que los que dirigen las operaciones pidan ms informacin al almacn electrnico, proyectando dicha informacin en las pantallas. Si tienen que tomar decisiones importantes activarn los modelos de sistemas dinmicos con los nuevos datos y probarn diferentes medidas de actuacin simuladas, observando su funcionamiento con gran rapidez. Probablemente sabrn ustedes que por me-dio de la simulacin electrnica es posible realizar un proyecto con diez aos de adelanto de modo instantneo y a continuacin probar otros mtodos de actuacin y comparar la diferencia. De este modo se experimentan los
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distintos mtodos de actuacin en el labora-torio del centro de control en vez de realizar los sobre la nacin indefensa, para tal vez darse cuenta diez aos ms tarde de que eran equivocados. As tambin se pueden probar y desechar mtodos equivocados durante la hora del almuerzo sin daar a nadie. Al volver del almuerzo es posible que ya se haya dado con el mtodo adecuado que pueda servirnos. Es cierto que las simulaciones tcnicas han levantado grandes polmicas, principalmente por lo inadecuado de los datos que se utilizan y el desfase en tiempo de los mismos. Qu podemos esperar de esos modelos de baja variable, de sus acumulaciones y de sus retrasos de tiempo que se vienen utilizando hasta ahora? Todos estos problemas se disolvern volviendo a proyectar la institucin de nuevo y por completo (es la nica manera) y as los datos que empleen las simulaciones sern actuales, verdaderos y significativos. No he trazado ms que un breve bosquejo del planteamiento que defiendo, el cual podra estudiarse de modo ms completo y detallado en otro momento. Las crticas principales que ha suscitado son cuatro. Una de ellas sostiene que, lejos de ser este planteamiento una mquina para la libertad, supondra la muerte de la libertad individual. De esto hablar ms adelante por ser un tema muy importante y les pido que esperen a formar un juicio sobre esto hasta que les haya expuesto mis argumentos.
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La segunda crtica est en la misma lnea de la anterior, pero diferente. Segn sta, el dirigir un pas poniendo en prctica el proyecto de que habl presupondra el que ese pas tuviese un rgimen en el cual el Estado fuera dueo de la industria o interviniese masivamente en ella. Como ven, se basa en un falso concepto. Confunde la mecnica para gobernar con la clase de rgimen que adopte un gobierno. No estoy hablando de ningn rgimen ni presuponiendo que uno en particular sea mejor que otro. Estoy hablando de la organizacin que debe adoptar cualquier Estado moderno en la ineludible tarea de gobernar y sostengo que su funcionamiento debe ser satisfactorio. Todo gobierno regula, todo gobierno controla en una mayor o menor medida, es decir, gobierna. Mis teoras con-ciernen a la "manera" de gobernar, no hasta donde debe llegar su intervencin. La tercera crtica encuentra que mi teora es demasiado simple. La vida real resulta mucho ms complicada. La nica respuesta seria lanzar una sonora carcajada. Por supuesto, lo que propongo aqu es, como espero que les haya parecido, lo bastante simple para que puedan entenderlo despus de haber conocido algunas de las leyes de la ciberntica. Y si no fuera lo suficientemente simple para que se pueda entender de qu servira? An ms, est infinitamente ms cerca de la vida real que el sistema que venimos utilizando porque es dinmico en lugar de ser esttico, forma un
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conjunto sistematizado en vez de ser una simple coleccin de entidades autnomas, lo que le capacita para controlar la variable de acuerdo con los principios de la ciencia, cosa que no puede realizar el sistema que actualmente est en vigor. Una ventaja que apreciaremos al comenzar a utilizar este tipo de sistemas es que requiere menos datos de los que se necesitaban anteriormente porque dichos datos estn sintetizados en el modelo del sistema. Me refiero con esto a las crticas anteriores porque de ningn modo creo que las empresas privadas vayan a suministrar al gobierno una mayor informacin de la que ahora proporcionan; lo ms probable es que sea menor. Por qu el mdico no tiene que abrir nuestro cuerpo y contar todo lo que hay en l cuando llegamos dicindole: "estoy hecho migas"? Porque l tiene formado un modelo claro del cuerpo humano. Una vez que ha tomado la temperatura, el pulso y la tensin arterial a su paciente, le ha mirado la lengua y observado las ojeras que tiene con eso ya conoce el proceso de una enfermedad comn. De la misma manera, utilizando modelos recursivos en la economa podremos conseguir el mismo resultado. Paradjicamente, mientras esta tercera crtica afirma que todo ello es demasiado simple, la cuarta crtica sostiene que todo es dema-siado complicado, que no se puede realizar o que se tardara en lograrlo veinte aos. Pues bien, hasta hace dos aos yo era ms moderado
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porque estaba menos seguro menos seguro de mis afirmaciones; incluso me excusaba al dar a conocer mis opiniones sobre esta cuestin. Hoy, sin embargo, no dudo porque todo el trabaje bsico de este proyecto ya se ha puesto en prctica. Recordarn que al principio expliqu que haba preparado estas conferencias en Chile. Yo no estuve all de vacaciones, como alguien hubiera podido suponer, sino todo lo contrario. Hace dos aos el presidente Allende me inst a que montara un sistema de este tipo para el pueblo chileno. Chile no es un pas rico y no pudo sufragar el coste que implicaban todos los instrumentos que se habran necesitado. Por ejemplo, tuvimos que utilizar el telex ordinario en lugar del teleprocesador. Aun as sirvi para lo que queramos. En dieciocho meses habamos preparado todo lo que se necesitaba y qued dispuesto para su inmediato uso en la tarea de dirigir la economa. En los pocos meses que nos quedaban estuvimos enseando a los trabajadores para quienes este fruto de la ciencia haba sido creado- el manejo de los instrumentos ms modernos que existen para la direccin de la economa de una nacin. Los trabajadores pudieron sentarse con sus ministros en el centro de operaciones de la economa de Santiago, observando con atencin las proyecciones animadas en las pantallas y discutiendo las seales de alerta que emita aquel ingenioso pro-grama de la computadora. En los brazos de
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butacas haba unos botones que al pulsarlos hacan aparecer en otras pantallas otros de consulta, con una capacidad de 1.200 presentaciones en diferentes colores, enfocados por diecisis proyectores de repeticin. Tambin tomaron parte en los experimentos preliminares a los planes simulados con un enorme modelo animado de sistema dinmico. Estos hombres, unidos codo con codo alrededor de su ciencia, estaban destinados a ser el aparato que adoptara las decisiones en la direccin de la economa. Todos sabemos lo que sucedi. El 11 de septiembre de 1973, Salvador Allende: muri vctima de una sangrienta conjura cuyas consecuencias para la humanidad son an incal-culables. Porque puedo afirmar solemnemente que en Chile toda la humanidad ha sufrido una derrota. De las enseanzas derivadas de mi propio trabajo quiero mencionar cuatro. En primer lugar dir que es absolutamente posible proyectar de nuevo las instituciones de un gobierno de acuerdo con los principios y prcticas de la ciberntica. No son sueos irrealizables. En segundo lugar dir que el camino que hay que recorrer para desmontar la burocracia es largo y ms adelante discutiremos los problemas que comporta un cambio efectivo. En tercer lugar las posibilidades de realizar dicho cambio, esto requiere que les dedique mi prxima charla, en la que examinaremos el impacto de los avances cientficos, sobre el status y la libertad del individuo.
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Y llego al cuarto y ltimo punto por hoy. La libertad individual se ha perdido en Chile al menos de momento. Yo s cmo fue; el pueblo en esta ocasin no fue vctima de la tecnocracia. Queda claro que todo lo que les he, descrito como posible se llev a la prctica (y se acab) en dos aos y no se hizo con la ra: eles que habra hecho falta. Cuando prepar; el borrador de estas conferencias esboc hiptesis que les he expuesto -que nuestras instituciones quizs no lleguen a reaccionar con la celeridad necesaria para evitar un colapso catastrfico- y recuerdo que estuve pensando que tendra que defenderme del cargo de haber hecho sonar una prematura y espeluznante alarma. Pensarn todava en interpelarme?
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Un estudio ms completo de este plan parra directores de proyectos cibernticos se halla en Brain of the Firm , tambin del autor de este libro (Allen Lanne, The Penguin Press, 1972). Una relacin dando cuenta de su aplicacin en Chile figura al. final. del libro Platform of Change (John Wiley, pendiente de publicacin).
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a escena se desarrolla en un pequeo aeropuerto de un lugar de turismo donde durante el fin de semana se ha dado una conferencia sobre automatizacin en un congreso de hombres de negocios. Todo el mundo regresa a sus respectivas ciudades. El hombre que va delante de m en la cola se entera con gran perplejidad al llegar ante el mostrador de la compaa area que el vuelo para el que tiene su billete se halla completo. "Lo siento -dice el empleado de la compaa con tono melifluo--, tenemos dificultades con todos los vuelos de las Lneas Areas Flyaway, funciona mal su computadora." En el relativo silencio de la pequea sala de espera del aeropuerto todo el mundo ha odo estas palabras. Un hombre corpulento, saliendo del final de la cola, se adelanta y afirma en alta voz : "Perdone usted, yo soy el director de Lineas Areas Flyaway y no tenemos ninguna computadora." Algunos se rieron, pero la reaccin general fue de perplejidad; sin embargo, no creo que fuese debida a que el empleado haba sido cogido en una mentira. Como ya arg en mi
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segunda conferencia, la computadora ha llegado a ser considerada como una influencia maligna, algo que asusta a la gente. Por eso hay pocas probabilidades de que la gente re-quiera su ayuda o se decida a emplearlo para disear de nueva planta la sociedad. Pero el desconcierto que surgi de este incidente tambin me sugiri el gran respeto que inspira y negarlo es un acto peligroso. El titulo de esta conferencia es "La ciencia al servicio del hombre" y, desde luego, me sor-prendera mucho que su anuncio sugiriese un gesto de escepticismo. En efecto, se ha llevado a cabo una labor concienzuda para que se admita sin reserva el lema de que la ciencia est al servicio de la humanidad; sin embargo, ha llegado el momento de analizar este axioma con rigor. Esto no significa efectuar una comparacin entre los beneficios de la energa nuclear y los riesgos de una guerra atmica o entre el progreso de la medicina con el control de los grmenes nocivos y el deterioro de la ecologa con los pesticidas. Este tipo de deba-tes conducen aparentemente a dilemas insolubles para nuestra sociedad porque recogen el contradictorio resultado de sistemas dinmicos con alto grado de variables, cuya mecnica institucional bsica contina sin revisin. La ciencia ha sido presentada como servidora del hombre de manera errnea y por razones inconfesables. Empecemos por el origen de la riqueza: la produccin. Aqu se ha exaltado la ciencia como la promotora de la eficiencia.
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No resulta necesario, sin embargo, recordarles la historia de la revolucin industrial, tan conocida de todo el mundo; de las lineas de montaje de produccin en masa y de su con-secuencia, la reduccin del coste por unidad; ni tampoco es necesario enfatizar triunfal-mente la mejor distribucin y comercializacin de los productos. Pero debemos tomar con-ciencia de la alienacin a que ha conducido este proceso al obrero industrial. Por eso ahora los socilogos intentan con gran empeo restaurar un cierto humanismo en las relaciones de trabajo, en las que tantos trabajadores se hallan; una situacin a la cual innumerables millones de hombres del Tercer Mundo se vern condenados en el futuro mientras sus pases luchan por conseguir la parte que les corresponde de la riqueza mundial. Luego hay algo que no funciona. En segundo lugar, la ciencia ha sido presentada como servidora del consumidor. Nos han vendido aparatos de todo tipo para ahorrar trabajo y esfuerzo, como fruto precioso de la ciencia y la tecnologa. El automvil nos lleva al campo -donde, por ciento, nos encontramos con todos los dems en sus automviles-. La pltora de electrodomsticos libera al ama de casa de las penosas faenas del hogar a la vez que resulta vctima de la eficiencia de los mismos debido a la creciente dificultad -y el creciente coste- de las reparaciones de estos ostentosos electrodomsticos. Y en su misma casa, a pesar de su aparente confort, a
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menudo se siente atrapada con sus nios en compaa del televisor, fcil presa de perturbaciones psquicas de ansiedad o depresin. Insisto de nuevo en que hay algo que no funciona. A pesar del contrasentido de esta situacin en el trabajo y en el hogar, la ciencia y la tecnologa son utilizadas inexorablemente para fomentar la sociedad de consumo, puesto que constituye el nico desarrollo que nuestro sis-tema econmico puede crear. Quiero decir que el crecimiento est a la orden del da. Ms bienes de consumo se ponen al alcance de ms personas, lo cual se consigue con una mayor automatizacin, ms estandarizacin y ms bajo coste por unidad, ligado, por desgracia, con una creciente disminucin de su valor intrnseco. No obstante, debe persuadirse a todo el mundo que esto es precisamente lo que quieren, que esto constituye la vida dichosa y deseable y que a esto responde la ciencia al servicio del hombre. Considero, no obstante, que la sociedad de consumo est demostrando ser la fuerza ms alienante que el mundo haya conocido, el fantstico consumo de drogas (tanto las que recetan legalmente como las que se consiguen ilegalmente) representa un claro exponente del grado de alienacin a que estamos llegando. Por ahora hay algo que va mal. Qu se propone demostrar este breve anlisis? Argir que el sentido en el cual el mundo acepta que la ciencia sirve al hombre es falso,
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puesto que la ciencia usada de esta manera slo ha servido para destruir en el hombre su dimensin humana y su alegra de vivir. Ms an, ha imbuido en el hombre medio la falaz ilusin de que -en un planeta cuyos reclinas hoy sabemos limitados- resulta posible la prosperidad para todos. La verdad es que adquirimos una prosperidad creciente para unos pocos de nosotros, a expensas de que muchos jams puedan conseguirla. Mientras tanto la alienacin aumenta, suscitndose una creciente resistencia ante nuevos adelantos cientficos, con la consecuencia de que nuevas propuestas para tratar viejos problemas utilizando computadoras y telecomunicaciones se reciben a menudo con un rechazo rayano en la histeria colectiva. Me refiero a los archivos electrnicos sobre los datos de los ciudadanos y a los sistemas de control por parte de los gobiernos, aspectos de los que he hablado anteriormente. El caso es que este pnico est justificado en tanto la sociedad prosiga por el cauce trazado hasta ahora por la tecnologa. Ahora bien, si queremos que las instituciones sociales escapen al riesgo de una inestabilidad catastrfica necesitaremos con toda seguridad sistemas nuevos. Por consiguiente, la ciencia debe ser concebida de manera distinta. Yo considero que nicamente existe una solucin, consistente en quitar el control de la ciencia y la tecnologa a. quienes hoy pueden financiar su des-envolvimiento y devolver su control al pueblo.
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Los cientficos y los tcnicos deben ser autnticos servidores del pueblo a pesar de la tendencia actual de convertirles en una lite, instrumento de quienes ostentan el poder econmico sobre los propios sistemas cientficos. De esta manera nace la tecnocracia, a la que nos estamos aproximando peligrosamente. En qu medida puede ser real esta solucin? Por lo pronto, las personas que detentan el poder nunca lo entregan a otros, adems siempre hay implicadas grandes sumas de dinero. Respondo que la solucin resulta factible en una sociedad democrtica en. la medida en que se sienta la necesidad de volver a disear de nueva planta las instituciones sociales. El proceso puede empezar por desvelar el misterio que rodea la investigacin cientfica. Un postulado bsico para el ciudadano corriente consistira en decirse a s mismo y a los dems : Por vez primera en la historia de la humanidad la ciencia puede dominar toda rama del conocimiento cuyo objetivo pueda especificarse con exactitud. Tambin por vez primera no necesitamos ser hombres de ciencia para comprender lo que debemos hacer. De ah que no estemos por ms tiempo a merced de la tecnocracia, que hasta ahora nos ha indicado lo que debemos hacer. Nuestra tarea consiste en empezar a especificar. Son necesarios nuevos cauces y ciertamente stos se pueden hallar. Para qu sirve la tele-visin? Es quiz un cementerio de pelculas muertas o un papel de pared animado destinado
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a impedir el proceso del pensamiento? Para qu sirve la computadora? Es acasos, una mquina de elaborar bobos errores a un enorme coste? Qu haremos con la ciberntica, la ciencia de la organizacin eficaz? Permaneceremos lamentndonos y esperando que, algn malintencionado se apodere de ella y nos esclavice? Tal vez una mafia electrnica1 nos acecha. Sin embargo, todos estos apara e son instrumentos que esperan ser emplead en la creacin de una nueva sociedad libre. Ha llegado el momento de utilizarlos. En cuanto al coste, quin pagar los gas-tos? Ya los estamos pagando entre todos, pues son los impuestos y la inflacin los que financian los planes de los gobiernos y un recargo sobre los precios que pagamos lo que financia las empresas privadas y estatales. Pero, por lo que puedo ver, los ciudadanos han perdido por completo el control tanto como contribuyentes y consumidores en la eleccin de los proyectos que se emprendern para su beneficio. En el mejor de los casos, juegan un papel defensivo en su intento de invalidar los proyectos que no les gustan : esto constituye una funcin difcil porque no conlleva modificar la variable requerida para su propsito. Cual-quiera que haya intervenido en encuestas pblicas sabe muy bien que la burocracia tiene poder para ampliar su variable indefinida-mente tanto en trminos de tiempo como de dinero y asesoramiento tcnico; por eso puede enfrentarse libremente contra un grupo reducidos
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que no tiene acceso a estos amplificadores de variable. Obviamente, intento incidir bajo de la cor-teza ms superficial de la ciencia y la tecnologa tal como la sociedad la comprende para descubrir nuevos estratos de potencialidad cientfica. La utilizacin que la sociedad est haciendo de la ciencia resulta amenazadora, se est tornando opresiva y alienante. Sin em-bargo, el uso que la sociedad podra hacer de ciencia es una liberacin. Afrrense a esta idea: requiere valor y resolucin. El riesgo radica en que las propias personas que se dan cuenta del peligro volvern la espalda ante las dificultades que entraa. Pero qu seguridad hubieran sentido nuestros mayores si de pronto se hubieran visto zambullidos en el am-biente de una casa o una calle moderna? Hemos necesitado tres o cuatro generacio-nes para adaptamos a la mortfera electricidad y a las calles infestadas de peligrosos camiones. Tardamos veinte aos para adaptarnos a los inventos y descubrimientos objeto de estas conferencias. No obstante, la adapta-cin an no es completa. No tiene nada de extrao que la gente se sienta tranquila con su automvil, que domina por completo, y muy incmoda con la computadora, a la que toda- va no domina. Lo curioso del caso radica en que la mayora de los que conducen un auto-mvil no conocen exactamente cmo funcio-nan estos vehculos y, sin embargo, invocando una ignorancia parecida sobre el mecanismo
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de las computadoras, justifican su desconfianza en ellas. Sea como fuere, el problema de la rpida adaptacin del individuo, que ya hemos anali-zado, puede constituir un patrn en trmi-nos cibernticos aplicable al problema de la rpida adaptacin de la institucin. Tratemos de analizar los problemas del individuo en el lenguaje que hemos estado aprendiendo por- que es una cuestin concerniente a una orga-nizacin eficaz. El primer aspecto con el que tenemos que enfrentarnos es un hecho bastante difcil. de aceptar para las personas inmersas en nuestra cultura. Lo que el hombre puede hacer est mediatizado por nuestro cerebro y ste es limi-tado. Tenemos dentro del crneo una compu-tadora electrnica ligeramente alcalina, de kilo y medio de peso, funcionando sobre glucosa 25 watios. Esta computadora contiene unos diez mil millones (o diez elevado a diez) de elementos lgicos denominados neuronas y que actan a un ritmo de diez ciclos por segundo. Constituye un sistema dinmico de un alto grado de variable, pero es ciertamente finito. De acuerdo con la Ley de Ashby , podemos reco-nocer modelos hasta un cierto lmite, pero no ms all de l. Por esto, si acontece algo que supone una mayor variable de la que el cerebro puede dominar no reconocemos lo que es. Tropezamos otra vez con el viejo lmite, constituido por el requisito de la variable requerida.
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De esto se derivan consecuencias prcticas. Por ejemplo, estoy seguro que la razn por la que nos preocupan tanto las cuestiones sobre la ecologa mundial radica en que no podemos comprenderlas. No quiero decir con ello slo que son enormemente complicadas y que el comprenderlas comportara una investigacin profunda, quiero decir que no podemos comprenderlas en absoluto. Algo parecido ocurre con muchos asuntos de gobierno, sobre todo con los del Gobierno mundial, Incluso podra ser as al nivel de recursin donde se dirige una empresa. Recuerdo que el nivel de recursin es simplemente el foco de atencin a travs del que contemplamos cualquier sistema viable y que cada nivel est implicado en el siguiente. He aqu un pensamiento desagradable: Tal vez no podamos comprender nuestras propias vidas, nuestro propio medio ambiente. Contemos o no con un conocimiento completo, con o sin la variable requerida para detectar patrones vitales, tenemos de alguna manera que abarcar estos niveles. Por supues-to, nos valemos de modelos mentales. Simpli-ficamos de modo que el sistema que estamos considerando se adapte a nuestro cerebro. Esto slo podemos realizarlo atenuando la variable y no se puede garantizar que la informacin que desechamos sea precisamente la que no nos interesa. Evidentemente, nos acostumbra-remos a desechar informacin y a eliminar
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insumos que no se ajustan bien a loa modelos que previamente hemos configurado. Pienso que esto puede significar que aquello a lo que todos nos referimos como "realidad" es una versin muy limitada del universo. Podramos decir, hablando claramente, que nuestra humanidad vive participando de una delusin respecto a cmo son las cosas en realidad. A este respecto, me gustara empezar a hablar sobre misticismo, sobre psicosis o sobre drogas psicodlicas y primordialmente me gustara comentar la relacin que hay entre todas ellas. Porque estas tres cosas tienen mucho en comn; afirman tratar con los aspectos de la realidad que nuestra participacin en la delusin. deja filtrar. Pero el meollo de la cuestin que me preocupa es ste. El explosivo promedio de cambios en curso produce perturbaciones a intervalos mucho ms cortos que el tiempo de reaccin de nuestro sistema institucional. Esta fue la hiptesis que present en un principio. He explicado su realizacin en Chile. Ahora amplio dicha hiptesis hasta abarcarnos a ustedes y a m como individuos. Quizs puede ser que todos suframos una sobrecarga de variable imposible de adaptar a nuestros modelos, del mismo modo que tambin soportamos unas oscilaciones difciles de controlar para nuestro equilibrio mental? En, definitiva, no estar nuestra especie abocada a la misma inestabilidad catastrfica a alud respecto de nuestras instituciones?
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Podra ser de esta manera. Uno de los gran-des bilogos de nuestro tiempo, Albert Szent-Gyrgyi (que descubri la vitamina C), lo cree as, pero no en funcin del razonamiento que yo he expuesto hasta aqu. El llama al hombre "mono loco" y considera que avanzamos por un cauce evolutivo ciego. Incluso yo, que soy por naturaleza optimista, creo verdaderamente que debemos hacer frente a la realidad de los hechos. Si ustedes, por el contrario, estiman que la defensa que hago en estas charlas de la necesidad de un cambio casi revolucionario es extremada, si consideran que he exagerado los fallos de nuestras instituciones, si estiman que los remedios que propongo suponen mayor peligro para la libertad humana que la propia enfermedad, entonces deben considerar estos nuevos y graves motivos de reflexin. Conciernen a los mecanismos de la variable a los cuales nuestra cultura subordina nuestra adaptacin personal, porque, para m, la libertad consiste en esta adaptacin. Estoy cansado de que me digan que la computadora amenaza de muerte nuestra libertad, que la ciberntica constituye un instrumento del demonio, que los reguladores gubernamentales del "tiempo real" son muy peligrosos de emplear. La razn radica en que considero que la libertad existente es en gran medida ilusoria; nos estamos engaando a nosotros mismos. Existe ahora, sin embargo, una nueva oportunidad de conseguir nuestra libertad e
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incluso de conseguir la libertad de quienes nos seguirn por nuestros tristes senderos. Enfoquemos nuestra visin de esta manera. Todos sabemos que la mayora de la gente de este planeta est esclavizada, digo esto en su ms estricto sentido fsico. La mayor parte de la poblacin carece de lo suficiente para alimentarse y vive bajo regmenes que le ordenan lo que tiene qu hacer. Ante estos niveles, nosotros, los que podemos participar y escuchar estas emisiones de radio con mis conferencias, vivimos incomparablemente mejor y somos ms libres. Sin embargo, el hecho es que nuestra propia relacin con el medio que nos circunda est regida por un conjunto tras otro de atenuadores de la variable que reducen en la medida oportuna un mundo de variable creciente a la variable requerida propia de nuestro cerebro. Pero perdemos por completo el control del proceso por el cual esto viene ocurriendo. He aqu dos ejemplos evidentes: El primero concierne a la educacin. Cada alumno es un organismo de alta variable y el proceso de su enseanza limita esencialmente la misma. En otras palabras, el alumno es capaz de generar mltiples respuestas a la pregunta de cunto es seis multiplicado por siete. El maestro intentar atenuar esta potencial variable de respuestas en una sola : cuarenta y dos. Pero si analizamos otro tipo de ejemplo podemos encontramos diciendo algo significativamente distinto. En efecto, el alumno resulta capaz de generar mltiples respuestas a
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la pregunta : cmo se debe organizar el seguro nacional de enfermedad? En este caso, no obstante, esperamos que el profesor no atenuar toda la potencial variable de contestaciones a una nica respuesta como en el ejemplo anterior. No, educacin procede de la palabra latina e-ducere, "conducir", no significa "imponer", y, sin embargo, lo cierto es que el proceso educativo constrie la variedad. Quien se pare a reflexionar unos momentos sobre esta paradoja puede darse cuenta que en el segundo ejemplo se espera que podamos ensear al alumno mtodos de atenuar su propia variable. Quisiramos ofrecerle los medios de encontrar sus respuestas, no de imponer las nuestras. Todo este comentario resulta perfectamente obvio, dirn ustedes. Pero actuamos tomando en cuenta este discernimiento?, por supuesto, no. Una vez ms seguimos incorporando amplificadores y atenuadores en el miembro indebido de la ecuacin. Observen la cuestin que he planteado. Cmo debe organizarse un seguro nacional de enfermedad? Qu ocurre entonces? Se envan, funcionarios de pases subdesarrollados a estudiar este asunto en pases sper desarrollados -donde, en realidad, podrn descubrir cmo un seguro de enfermedad no debera estar organizado- y se les priva mediante esta experiencia de la posibilidad de idear mejores respuestas para su me-dio nacional propio. Consideren esta cuestin. Cmo prepararemos a unos trabajadores que
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prestan su trabajo en. los talleres de la fbrica para que sus concretos problemas del taller puedan ser planteados en la sala de juntas y participar en las decisiones de la direccin? Pueden creer que la respuesta que se da para resolverlo es seleccionar a unos cuantos trabajadores para que sean enviados a escuelas de economa? La variable de la ecuacin est una vez ms trastocada. He aqu la receta para garantizar que en la sala de juntas, cuando le llegue el turno de participacin al obrero, sea indistinguible de los otros directivos. Qu es la teora de la relatividad? Porque debido a los mitos culturales, que afirman que toda la tcnica es deshumanizadora y que todas las grandes mentalidades resultan incomprensibles, preferimos sentar a cien alumnos incmodamente delante de un profesor que cree entender la teora de la relatividad, el cual perge unas notas la noche anterior, mejor que dar acceso individualmente a cada alumno por medio de grabaciones de video-tape, en las que pueda hallar la respuesta al contenido sustancial de la teora de Albert Einstein -que poda resultar tan claro como la luz del da. S muy bien que Einstein ya est muerto y que ni siquiera grab esas cintas. Lo que quisiera yo saber es porqu dejamos que mueran muchos Einsteins y permitimos que muchas teoras de la relatividad sean explicadas de manera inadecuada antes que reconocer con sentido comn dnde debemos utilizar
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nuestros amplificadores y atenuadores de variables. En el sector la educacin es donde se presenta ms idneo que en ningn otro la utilizacin de la computadora. En este sector dicha mquina puede utilizarse como un verdadero libertador, constituye un instrumento de colosal variedad al que puede acceder rpidamente cualquier estudiante. Gracias a un proceso de datos paralelo se puede preguntar, explorar a la computadora, utilizarla continuamente y de modo distinto por unos cien-tos de alumnos simultneamente, puesto que cuenta para ello con la variable requerida. Sin embargo, como funciona actualmente la variable sale atenuada de la computadora hacindola operar sobre la base de pequeos y sencillos programas que realmente condicionan al alumno a proporcionar las contestaciones adecuadas en una serie de cuestiones triviales. Lo anterior me conduce al segundo ejemplo, concerniente a los medios de difusin. Si la educacin comienza el proceso de construir nuestra variable cerebral, la publicidad (sea en papel impreso o por radio) lo contina para siempre. La decisin de los editores constituye el mayor atenuador de variable conocido en nuestra cultura. La respuesta de la ciberntica consistir en transferir al individuo la funcin de decidir, reservada hasta ahora a los editores, lo que puede conseguirse mediante una combinacin de procedimientos de inves-tigacin
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controlados en una computadora con informacin grabada a la que se accede por telecomunicaciones. La televisin por cable cuenta potencialmente con todas las contestaciones porque puede emitir a travs de ochenta canales; stos ofrecen capacidad suficiente para que pueda circular la variable requerida para un sistema de educacin completamente individualizado, en el cual el propio alumno fijara el desarrollo de su programa de estudios. Pues bien, tambin nos asusta este proyecto. Alguien puede interferir la Labor, pensamos, con ochenta alternativas de canales estndar con objeto de "restaurar la libre eleccin del pueblo". He aqu mi tercera y ltima demostracin matemtica: ochenta veces nada arroja el resultado de nada. Mientras tanto permitimos a los tcnicos de publicidad archivar electrnicamente masas de informacin concerniente a nosotros mismos -quines somos, cules son nuestros intereses, etc.- y utilizarlos para enviar tarjetas con orden de compra por correo, ofrecernos sistemas de crdito y organizar campaas de publicidad como si no fusemos ms que una hilera de patos, blancos de tiro, para los intereses de los promotores de la sociedad de consumo. Reconozco que no s cul de las perspectivas me asusta ms. Mientras voy tejiendo los hilos de esta conferencia, la ms difusa de todas, quisiera recordarles que estoy hablando en tomo a la
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ciencia en su proyeccin social e individual -t y yo- y no pretendiendo hallar soluciones sociales. Espero que algunas soluciones comenzarn a surgir en mi conferencia final, sin duda el lugar ms adecuado para ellas. No obstante, no podemos pensar con rigor en encontrar soluciones sin conocer previamente a fondo los problemas y por esto resulta prematuro plantear aqu estos problemas incorrectamente. Constituye un lugar comn afirmar que las tcnicas cientficas amenazan la individualidad del hombre en la sociedad y no quiero gastar mi tiempo en comentar aspectos tan obvios que a todos los gobiernos les preocupan, aspectos del derecho a la vida privada, el derecho al honor, aspectos de planificacin urbana, etctera. Hay diversas opciones vlidas en estos asuntos, confiemos en que se adopten las mejores. El tema de esta charla es muy distinto, concierne a la ciberntica de nuestro propio cerebro y ahora lo vamos a examinar juntos. Siento que esto parezca un asalto a lo que todos estimamos una intangible prerrogativa humana, pero es preferible enfrentarse con la verdad. El cerebro es un instrumento finito que regula todas nuestras experiencias. Posee un alto grado de variable, pero no necesariamente la variable requerida para abarcar el medio circundante, de enorme complejidad. Tiene un tiempo de reaccin suficientemente rpido para contender con un mundo en el que las
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perturbaciones surgieran en una ponderada proporcin, pero no resulta bastante rpido para ofrecer la garanta de una respuesta adecuada al mundo actual. El cerebro cuenta con ciertas capacidades esencialmente computativas que le hacen el sistema regulador ms sofisticado que el mundo conoce. Pero mi interpretacin ciberntica, basada en los hallazgos de la biologa, la psiquiatra, la farmacologa y la criminologa, es que el cerebro (y reitero, quiero decir t y yo) est, por el momento, amenazado por una posible inestabilidad catastrfica. Simplemente porque nuestro cerebro no cuenta con unas aptitudes de una inconmensurable elasticidad o una infinita capacidad de superacin, debido a que el lastre de tres mil aos de cultura pre cientfica le han dejado en una situacin falsa. Les ruego comprendan bien cuando aado que las anteriores consideraciones no tratan en modo alguno de comentar si estas materias pueden o no permanecer dentro del dominio de las ciencias naturales. Si la humanidad hubiera recibido realmente el soplo divino este tema permanecera igual a como yo, cautelosamente, lo acabo de exponer, que el cerebro es un instrumento finito que condiciona todas nuestras experiencias y, por consiguiente, nos limita en alguna medida. Por lo dems, les dir que me interesa mucho ms la constatacin de que no puedo reconocer a un ngel si me lo encuentro, puesto que mi cerebro no cuenta con la variable requerida para ello, que
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el argumento pseudocientfico de que los ngeles no existen porque yo todava no he conocido a ninguno. Volviendo al tema concerniente a la limitacin del cerebro, arg ya que nosotros, individualmente considerados, constituimos las vctimas inconscientes de un proceso cultural que nos limita drsticamente la variable. En primer lugar, nuestro entorno econmico apunta la idea de que la creciente utilizacin de la ciencia y la tecnologa est presuntamente al servicio del hombre. Sin embargo, como pretendo demostrar, encauza dicho servicio en un sentido falso. El resultado es que tanta nosotros como, en mucha mayor medida, los inocentes destinatarios de la poltica de las naciones en desarrollo, somos explotados por cualquiera que utilice el poder de la ciencia con fines tecnocrticos. En segundo lugar, los, instrumentos para reducir las variables resultan ser la educacin y los medios de comunicacin, los cuales nuestra cultura, por el contrario, presupone que constituyen amplificadores de la variable. Esta creencia es tan falsa como la de creer que conocemos la realidad en su total complejidad. Se pueden adoptar medidas correctoras no para obtener limitaciones biolgicas, sino para conseguir restricciones sociales. Hacer esto requiere que el pueblo por s mismo tome a su cargo el control del uso de la ciencia por medio de procesos democrticos; suministrando a aqul o a los gobiernos nuevos canales de
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comunicacin, nuevos sistemas de educacin y nuevos sistemas de medios de difusin. Por qu son necesarias tales recomendaciones? La respuesta consiste en que la necesaria atenuacin de variable nos presenta un modelo nico del mundo. Y cuando con mayor vigor pretendemos controlar el mundo inmersos -bien como ciudadanos considerados en conjunto, bien como individuos aislados- en nuestro medio ambiente personal, nuestros poderes de regulacin estn cibernticamente restringidos por el modelo que hemos configurado previamente de lo que necesita ser regulado. Nuestra civilizacin nos ha conducido a un modelo manifiestamente disfuncional. Por ello debemos prepararnos para su revisin. El poder para efectuarlo lo poseemos con toda seguridad.
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Algunas declaraciones cibernticas contrarias a lo intuitivamente establecido. La educacin constrie la variable porque (aunque puede abrir nuevas perspectivas) nos conduce a reducir el nmero de alternativas que podemos abarcar. Los medios de difusin constrien la variable porque (aunque tambin puedan abrir nuevas perspectivas) en la prctica deciden qu alternativas, de cuantas podamos abarcar, nos sern ms accesibles.
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La tecnologa no es por si misma deshumanizadora, aunque a veces lo sea la utilizacin que hacen los tecncratas de ella. Las mentes privilegiadas no son ininteligibles, ya que los cerebros que estn detrs de ellas tienen la variable habitual en el hombre, pero muchas instituciones tienen un inters encubierto en demostrar lo contrario.
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El cerebro es finito:
El cerebro es un computador electroqumico ligeramente alcalino, de tres libras de peso, que funciona sobre glucosa a 25 wattios. Con-tiene 10Y0 (diez mil millones) de clulas nerviosas o neuronas que constituyen sus elementos computadores, actuando a un ritmo escandido de diez ciclos por segundo. Por qu 25 wattios? Alrededor de una cuarta parte de la sangre (ms o menos una sptima parte de la circulacin) riega el cerebro cada minuto y se calienta alrededor de un grado Farenheit, lo que implica 25 wattios. Por qu diez ciclos por segundo? El estado de reposo del cerebro, llamado el estado alfa, est caracterizado por el ritmo alfa, el cual tiende a ser estable alrededor de diez cielos.
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na famosa conferencia en la cumbre, por no decir una confrontacin, sobre la libertad tuvo lugar a veinte millas de mi ciudad natal, en Inglaterra. Dur desde el 15 al 23 de junio del ao 1215. Durante aquellas negociaciones entre el rey Juan y sus barones se firm la Carta Magna, documento que consagraba de una vez para siempre la descentralizacin del poder y los derechos del hombre y todava se sigue invocando setecientos cincuenta aos despus. Recuerdo de mi adolescencia un monlogo humorstico explicando dichos sucesos que acaba ms o menos de esta manera: As, gracias a la Carta Magna, que firmaron los antiguos barones, en Inglaterra hoy da podemos hacer lo que queremos -en la medida que hagamos lo que se nos manda. La contradictoria paradoja que manifiesta esta stira expresa el dilema sin solucin que ha existido siempre: cmo puede mantenerse la libertad individual y la cohesin de la sociedad a un mismo tiempo? Es lgico que este problema tenga que discutirse continuamente
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y de hecho as sucede. Pero la discusin parece siempre conducir a la misma trampa. Una falsa dicotoma entre los principios de centralizacin y descentralizacin. La vehemencia con que se debate este tema resulta extraordinaria; sin embargo, la ms ligera consideracin de lo que constituye un sistema viable revela cun falsa es esta dicotoma. Por ejemplo, si usted personalmente fuera un sistema totalmente centralizado necesita-ra acordarse de ordenar a su corazn que latiera; en consecuencia, si prestase demasiada atencin a lo que yo le digo y olvidase su corazn caera desplomado. Sera dramtico, pero a pesar de ello no cumplira la finalidad que trato de conseguir con usted. Si, por el contra, usted fuese un sistema totalmente descentralizado dejara de escuchar el contenido de estas investigaciones radiadas para dispersarse en la investigacin de los sonidos que las componen. Ninguna de las soluciones constituira un sistema viable para usted durante mucho tiempo. Analicemos ahora la combinacin de mando central y mando perifrico y veremos qu sucede. Hemos advertido anteriormente que los sistemas viables sufren un bombardeo permanente de estmulos, generndose un alto grado de variables. Variables que a su vez deben ser atenuadas si queremos que el sistema no resulte sobrecargado. La atenuacin debe acoplarse a un patrn o modelo si no quiere desecharse la variable excedente de un modo
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arbitrario. Si se pretende que el patrn pueda perdurar (lo cual es una necesidad para un sistema viable) entonces debe ser un modelo regulador de lo que se desee regular. Por con-siguiente, aqul debe desempear una funcin central para el sistema porque nicamente el sistema en su total integridad puede tener un modelo que abarque tanto sus propias relaciones internas como el propio medio circundante. No obstante, cuando la funcin central de atenuacin de la variable est actuando sta resulta, por definicin, inadecuada para incorporar la variable que va desechando. Sin embargo, por la Ley de Ashby sabemos que debe ser absorbida de alguna manera, luego si la variable no puede ser incorporada por la funcin central necesita ser absorbida por la funcin descentralizadora. Esta variable recogida o absorbida es, por definicin, autnoma, es decir, esto se realiza en alguna parte de un sistema viable. Pero, por supuesto, la parte autnoma del sistema sigue formando parte del mismo en su totalidad. Y para realizar su funcin concreta debe depender del modelo regulador central. En este aspecto hace lo que le ordenan. Si al interpretar estos sencillos descubrimientos cibernticas sobre nuestra sociedad nos sumimos en una gran confusin, y creo que as es, se debe a que no hay un acuerdo que defina claramente a qu parte del sistema corresponden. Querer definirlo resulta virtualmente
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imposible, a menos que los modelos en cuestin se elaboren especficamente para cada nivel de recursin. Quiero recordar que un nivel de recursin es un nivel en el que un sistema viable est operando como parte autnoma de un sistema viable de nivel ms alto, que integra en l partes que son por s mis-mas sistemas viables autnomos. Ya coment anteriormente esta estructura, que se parece a un juego de cajas chinas. El proceso de delimitar la autonoma se lleva a cabo continuamente dentro de cualquier familia viable, por ejemplo, a medida que los hijos van siendo mayores. Pero esto tiene que ajustarse, lgicamente, con el modelo regulador de la familia a un mayor nivel de recursin. Se gastar mucho tiempo discutiendo la nocin de autonoma de los jvenes miembros de la familia y, por supuesto, el tiempo que exigir ser mucho porque tiene que conseguir la adecuada variable correspondiente, En definitiva, las familias frecuente-mente logran preservar su modelo de familia, que es centralizador, y la libertad de los jvenes, que es descentralizadora; por supuesto, olvidndose de considerar el derecho de libertad de los padres, quienes llegan a ser identificados con la autoridad centralizadora. Como se ve, no todo constituye ventajas para los padres (que perdieron bastante libertad en este proceso), con independencia de lo que pueda parecerles a los hijos. Este ejemplo familiar se repite con mayor
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rigor en otros niveles ms altos de recursin de la sociedad. Una compaa mercantil o un servicio nacional bien intencionados tratan de continuar con la poltica de su sistema. Puesto que esta poltica forma parte de su ser, es la que entraa sus afanes, es la que estructura su modelo regulador. Pero esta poltica es centralizadora. La compaa mercantil y el ser-vicio nacional, siempre con recta intencin, entablan negociaciones de alta variable con las partes del sistema con objeto de delimitar su autonoma, que verdaderamente pretende que sea la mxima para cada una de ellas. Sin embargo, los instrumentos que utilizan no son instrumentos cibernticos que comportan mecanismos de variables, sino instrumentos administrativos que no los poseen. Como hemos observado en diversas ocasiones, las burocracias instalan amplificadores en un crculo del homeostato cuando, en realidad, deban de instalar atenuadores en el otro, y viceversa. El resultado es realmente extrao, pero, no obstante, muy corriente. Las partes integrantes del sistema --compaas subordinadas, empresas nacionales descentralizadas-, a las que de buena fe se le ha dado la mxima autonoma, creen, en cambio, que se les ha centralizado totalmente. Esto se debe a que su variable resulta atenuada por amplificadores centrales instalados de manera errnea; por otra parte, la direccin central al conceder de buena fe la autonoma cree que en cierta medida fue
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despojada totalmente de alguna de sus fun-ciones, ocurre ass porque su variable est ate-nuada con exceso por los atenuadores perif-ricos, instalados tambin errneamente. En la familia despus de salvar estos errores con gran trabajo, todos sus miembros se pueden sentir ms o menos contentos, pero en las mondes instituciones, sin embargo, donde debemos recordarlo- los cerebros de todos los hombres y mujeres siguen siendo de la misma capacidad que en las familias, la frus-tracin cunde. Con frecuencia he puesto de relieve que nuestras organizaciones estn constituidas en formas tpicamente piramidales con objeto de que puedan funcionar nicamente si a las per-sonas que forman parte de ellas les aumentara la cabeza de tamao a medida que fueran adquiriendo antigedad, en cuyo caso, por supuesto, habra al menos la oportunidad de que pudieran adecuarse a la variable requerida; sin embargo, como ya sabemos, las cabe-zas humanas tienen, con ligeras diferencias, el mismo tamao, salvo quiz cuando aludimos a ellas en sentido metafrico. Tambin quiero poner de manifiesto los proyectos por los cuales se defiende a menudo la "descentralizacin" como solucin de los problemas de una institucin, mientras simultneamente se recomienda la "centralizacin" para otra ins-titucin, fundndose en que la vinculacin entre sus rganos est demasiado relajada. Y he visto tambin estas diferentes polticas
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defendidas alternativamente y, an ms, a calas de manera alternativa en una institucin por grupos sucesivos de asesores tcnicos en una especie de locura administrativa. Todo esto slo conduce a oscilaciones exacerbadas en la bsqueda de la estabilidad del sistema. Donde nicamente puede residir la solucin es en el adecuado funcionamiento de la variable y aqu est el punto clave. No debemos con-fundir el patrn del modelo regulador con su contenido especfico, basta con lograr la variable requerida configurando adecuadamente el patrn; especificar el contenido resulta excesivo. Sin embargo, esto ocurre una y otra vez -en esas instituciones bien intencionadas, plenas de buena conciencia- por una razn fundamental que se denomina "equidad", aun-que, a mi entender, este tipo de honradez supone una excusa para evitar responsabilidades. Tomemos como ejemplo una importante institucin que mantiene una determinada poltica de salarios, de obtencin de automviles para sus empleados (de almacenamiento de existencias. Pretendemos una forma de programar una poltica indicando sus objetivos -que representa, digamos, el modelo o patrn configurado para regular la atenuacin de la variable- realmente, sin detallar su contenido especifico, pero fallamos. Deberamos indicar : tal cantidad se emplea en salarios, tal en automviles o en existencias y dejar que los jefes de niveles de recursin de menor
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categora distribuyan el dinero, en vez de esto establecemos el funcionamiento de la variable en el lugar inadecuado. "Esta es la escala de salarios." "Usted tiene derecho por el trabajo que desempea a esta clase de auto-mviles." "Todas las existencias inventariadas deben de ser reducidas en un diez por ciento." As se acta, como digo, en nombre de la equidad, pero es falso. Es absurdo pensar que dos hombres de la misma edad con idnticas cualificaciones profesionales, con los mismos cometidos, merecen necesariamente una misma retribucin. Por supuesto, que no. Uno de ellos puede ser un intil y el otro un profesional modelo. Resulta absurdo tambin mantener la postura de que mi puesto de trabajo debe de algn modo condicionar mis necesidades en lo que a automviles concierne. Dnde y cmo vivo, cuntos hijos puedo acomodar en el automvil, etc., todo esto es asunto mo. No tiene sentido condenar a un buen ejecutivo, quien trabaja en un inventario de existencias calculadas cientficamente, al mnimo, sencillamente, porque sus compaeros, los otros ejecutivos de la empresa, estn con su negligencia disminuyendo el capital de la misma. Una medida de este tipo alentara a los ejecutivos ms incompetentes. Por qu transigimos con tanta insensatez? Los atenuadores de variable que deben utilizarse aqu no consisten en documentos con directrices dadas por el centro, sino en los pro-pios
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ejecutivos. Respecto del criterio para pros ceder con equidad radica en que el ejecutiva -o cualquier otro empleado, sea cual fuere su categora- debe de estar preparado para' asumir la responsabilidad de sus propias decisiones. Nuestra sociedad milita contra esa tica con todas sus fuerzas en nombre de una ciencia que resulta cibernticamente mala en su conjunto, en nombre de una equidad que resulta manifiestamente injusta. Pero recuerden el precepto, cada uno de nosotros debe asumir la responsabilidad de sus propios actos, aunque en la prctica ocurra precisamente lo contrario. Como de costumbre, entonces colocamos los amplificadores y atenuadores en el miembro inadecuado de la ecuacin. Pero todo ello est inscrito en nuestra cultura, todo ello est largamente avalado por nuestras frmulas burocrticas. Por ello vengo sosteniendo repetida-mente que es esencial un cambio fundamental en nuestras formas de organizacin. Manipular las formas existentes lo nico que consigue.' es incrementar el movimiento del pndulo oscilante, que no hallar su punto de estabilidad. Como dije anteriormente, eso significa que se priva al sistema de un crucial punto de referencia objetivo, sin el cual no se puede aprender, ni adaptarse ni evolucionar. En qu nos basarnos para propiciar un cambio tan drstico a fin de promover nuestras; tcnicas de trabajo a la altura de los principios
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cientficos del juego? Para contestar esta pregunta se necesita comprender la naturaleza de la resistencia al cambio. He aqu la frase que est en los labios de todos: "existe una resistencia al cambio", pero la frase no est analizada con arreglo a los principios de una organizacin eficiente. La gente parece imaginar que se halla enfrentada con un obstculo psicolgico de tal magnitud que se presupone que los hombres y mujeres no desean cambio alguno. Hagamos una pausa, examinamos qu hay de cierto en ello? La gente, individualmente considerada, tengo la impresin de que se muestra muy favorable a los cambios. No nos aburrimos cuando nada cambia? Lo s por m mismo. Luego, por qu decimos por ah que hay resistencia al cambio? La respuesta es simple, no es precisamente el hombre, individual-mente considerado, el que tiene incrustada la resistencia al cambio, el problema es que son las instituciones a las cuales los humanos nos hallamos vinculados las que se resisten al cambio. Por ello tenemos la sensacin, como seres individuales, de que nunca podremos lograrlo. Y este argumento llega a ser muy convincente. Si uno ha pasado la vida trepando por una escala literalmente, no puede soportar el ser privado de premio cuando llegue el momento de recogerlo. Una de mis primeras experiencias en la industria fue escuchar a los directores tcnicos explicar a los operarios ms antiguos que se veran privados de las ambiciones
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que haban abrigado toda su vida porque la tecnologa del proceso iba a cambiar. Ocurri en la industria del acero, en la cual la destreza de un fundidor de primera -tarea cuyo aprendizaje requera el trabajo de toda la vida del hombre- sera reemplazado en un ao por maquinaria automtica adecuada. Al cabo de diez aos los propios directores tcnicos fue-ron enfrentados con la computadora, quien les haba suplantado con creces en muchas de sus tareas. Sin embargo, los jefes tienen el poder y la computadora no. Por esto les result mejor hacer mal uso de la computadora que aceptar el cambio institucional, cuyas consecuencias les habra afectado muy personal-mente. Ahora llego a lo que considero la explicacin fundamental de la errnea utilizacin de la ciencia y la tecnologa en nuestra sociedad; se debe a que el poder permanece en donde siempre ha estado. Por ello se han subestimado los instrumentos del hombre moderno a este nivel de recursin y no habr nadie que se atreva a levantar su voz para decir NO a esto hasta que la comunidad en su conjunto diga No, de ah que yo afirme que el futuro que estamos conjeturando lo podemos exigir ahora. Cada vez que oigamos que una solucin sencillamente no es factible podemos estar seguros que, en trminos cientficos, s puede serio. Cuando omos afirmar que una solucin no es econmica deberamos preguntar para quin?,
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puesto que ese pueblo, nicamente el pueblo, quien debe de pagar. Cada vez que oigamos que una innovacin destruir, la sociedad deberamos tener el valor de afirmar: "Al fin, gracias a Dios! ". Y cuando oigamos que va a destruir nuestra libertad debemos volvernos cautos porque es el mayor tesoro que poseemos y debemos saber cmo salvaguardarla. Invocar este tipo de razones constituye el sencillo mtodo del que se valen los poderosos para mantenerse en el poder. Convencer al pueblo que cualquier concesin del poder traer el caos. No quiero seguir filosofando sobre estos aspectos a costa de introducirles otro trmino tcnico. No hemos usado ninguno nuevo durante dos charlas y mi deseo es que con los pocos que he introducido compongan un vocabulario til. A esta altura de las charlas nos hemos acostumbrado a admitir la nocin de que las instituciones no constituyen precisa-mente entidades con unas ciertas caractersticas, sino, por el contrario, sistemas dinmicos viables, caracterizados de hecho por los resultados de su conducta organizadora. La variable que surge en ellos la absorbe la variable reguladora mediante una combinacin de amplificadores y atenuadores. Al sistema que mediante la adecuada actuacin de la variable requerida logra una estabilidad contra todas las perturbaciones se le denomina homeosttico. Un sistema homeosttico puede contener las perturbaciones no slo contra una irrupcin
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prevista, sino tambin contra la irrupcin de variable inesperada, por cuya razn no es sola. mente estable, sino ultra estable. Suceda lo que fuere -con tal de que su tiempo de reaccin sea lo suficientemente breve- no oscilar y todava menos se disgregar en la inestabilidad catastrfica. El sntoma de la homeostasis, tan deficiente en nuestras ms importantes instituciones (y tal vez, como dije anterior-mente, incluso en nosotros mismos), radica en que se mantengan constantes los resultados especficos del sistema. Por qu recurrir a este exceso de trminos en esta etapa tarda? Los necesito para responder a cuestiones concernientes a la resistencia al cambio con cierto rigor. Todos los sistemas homeostticos mantienen un resultado especfico (critical utput) a un nivel constante, pero algunos poseen una caracterstica nica adicional, que el resultado del sistema que mantienen de manera constante radica en su propia organizacin. De ah que todas las respuestas que dan, todas las adaptaciones que incorporan a s mismas y cualquier proceso de evolucin que lleven a cabo estn dirigidos a su supervivencia. Todas estas falaces adaptaciones al medio definen clara-mente su propia naturaleza y explica suficientemente por qu no podemos cambiar fcil-mente nuestras instituciones. Su sistema de organizacin, en principio, no se dirige al bien comn, sino, reiteramos, a su propia supervivencia.
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Respecto a este punto necesitamos distin-guir ciertos aspectos Se presume que las instituciones deban ser homeostticas; sin embargo, se han desviado de esta conducta al verse desfasados sus tiempos de reaccin con cambios imprevistos, ste era al menos el argumento justificativo. No obstante, dentro de las instituciones, de manera oculta, permanece un ncleo que retiene la homeostasis, pero ignorando no slo los cambios externos circundantes, sino las funciones primordiales que debe llevar a cabo exteriormente la institucin. A este ncleo que retiene un tipo especial de homestasis producido por la institucin para salvaguardarse a si misma le denomino yo burocracia. Con este vocablo no me refiero simplemente al proceso de tramitacin de expedientes, sino a una institucin creada dentro de la misma institucin por su propia salva-guardia en provecho de la burocracia. Los burcratas asimilan el reto de los cambios drsticos de un modo esencialmente falso. Yo siempre he afirmado irnicamente que ellos aceptan cualquier cambio con tal de que todo siga igual. Ya utilic esta frase, aunque sin irona, en mi tercera conferencia; de cualquier Manera, la irona salta a la vista. Las burcratas aceptan el cambio, toman en cuenta tendencias nuevas, no son tan torpes como para pasar por alto que han surgido nuevas circunstancias; sin embargo, los cambios que realizan son superficiales y los efectan de manera que la organizacin de la institucin
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--organizacin que determina que el sistema sea tal cual es y no de otra manera quede completamente INTACTO. De esta manera no hay ninguna transformacin aunque en apariencia haya cambiado considerablemente. Cuando todos estn concienciados de este hecho no se podr engaar al pueblo con cambios irreales, enmascarados como si fueran transformaciones reales. Hasta entonces nuestras instituciones continuarn produciendo los beneficios sociales de sus funciones nicamente como productos subsidiarios de la ms importante funcin de la burocracia, que consiste en perpetuarse y producirse a si misma. De acuerdo con el anlisis de la centralizacin, por el que comenzamos esta charla, resulta patente que debera haber una mayor delegacin del poder. Opino que la comunidad deba tener opcin a organizar sus servicios sociales (educacin, sanidad, beneficencia) exactamente como quisieran y aceptar o rechazar las iniciativas de los innovadores de la administracin local. Esto podra aplicarse secciones locales de actividades nacionales tanto pblicas como privadas. Considero que los trabajadores deberan gozar de libertad para organizar su propio trabajo y que los estudiantes deberan tener libertad para organizar sus propios estudios. La primera barrera para llevar a cabo estos programas es la escasez de dinero. Siempre ha sido asumido que debido a que todas las cosas han estado centralizadas y slo el centro dispone
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de Instalaciones adecuadas la comunidad que desee realizar sus "propios cometidos" optar por realizarlos fuera del plan oficial. Puede ser incluso que, de mala gana, se les permita efectuarlos, pero tendr que financiar-los por s misma, aunque los ingresos se han acumulado en el centro tambin para el disfrute de las organizaciones locales, lo que, en definitiva, supone un monstruoso ataque a la libertad. La cuestin no radica tanto en preguntar qu se puede hacer para seguir con el proyecto adelante? -incluso adoptando la hiptesis de que todo el mundo sea bien intencionado--, la verdadera cuestin radicara en cmo ha degenerado el sistema a formas tan inviables? Ya hemos efectuado suficientes reflexiones cibernticas sobre sistemas dinmicos viables para trazar las distinciones requeridas a la contestacin de esta pregunta. Para mantener su viabilidad el sistema en su totalidad debe contar con un modelo regulador central. El modelo debe crearse por medio de una consulta democrtica, aunque no ignoramos que ste constreir la variable de las partes. Establecido el modelo neutralmente todo funcionar bien porque es indispensable que la variable sea atenuada en cualquier caso. Es esencial que los servicios que slo llegan a ser econmicos nicamente a un nivel recursivo del sistema total sean asequibles a este nivel recursivo. La distincin vital reside aqu; la medida precisa de atenuacin de la variable constituye
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una materia de competencia reservada a las decisiones locales. El error que cometemos es adoptar decisiones atenuantes de variable en. un nivel de recursin inadecuado; sta es la manera de perder la libertad y de conducir a una inestabilidad que amenaza con volverse catastrfica. Se debe a que el modelo de la totalidad del sistema carece de la variable requerida que equilibra la homeostasis local. A las organizaciones locales les priva a su vez de la variable que necesitan para hallar sus propios puntos de estabilidad. Tomando en cuenta las razones anteriores, hay posibilidad de volver a disear cualquiera de nuestros sistemas institucionales. Mi propia experiencia al intentarlo ha puesto de relieve que siempre aparecen dos grandes barreras para conseguirlo. La primera es la burocracia. Las burocracias surgen en torno a cualquier sistema centralizado con objeto de administrar su centralismo; en la descentralizacin la necesidad de la burocracia desaparece, pero de momento, nos hallarnos ya en la trampa. Las burocracias existen y son poderosas, esto resulta obvio. Menos patente es, sin embargo, la explicacin que he dado hace poco. Las burocracias en s mismas han llegado a ser sistemas viables para generarse a s mismas. Ahora bien, la vida de una colonia de parsitos de-pende de que su anfitrin contine existiendo, pero no cabe duda que los parsitos se alimentan y prosperan a costa de su anfitrin
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Hay dos maneras de valorar los hechos y se pueden probar las dos sobre cualquier institucin que se desee. El primero contar cabezas, cuntas personas empleadas forman parte de la burocracia? Las estadsticas oficiales, tanto estatales como privadas, no los recogen de forma que se puedan contestar esta interrogante. Uno debe de hacer el recuento por s mismo y a menudo resulta indispensable dividir el tiempo que un individuo emplea entre su trabajo para el anfitrin y el trabajo para la colonia de parsitos, hay un amplio mar-gen para la decepcin. La respuesta aproximada es que asciende a ms de una tercera parte del trabajo total, por consiguiente, no nos sorprender que la burocracia haya emprendido una vida propia. El segundo anlisis consiste en examinar los mtodos por los cuales la burocracia produce para si misma. Por ejemplo, hasta qu punto el inters que manifiesta la burocracia en sectores como la salud, la educacin y la beneficencia va dirigida a los enfermos, estudiantes y necesitados y hasta qu punto su inters se dirige a la maquinaria ciberntica, mediante la cual la medicina, la enseanza y las actividades sociales producen para la propia burocracia? La comunidad tiene derecho a plantearse estas cuestiones, al hacerlo se dar cuenta que la necesidad de mantener determinados estndar de vida satisface una necesidad importante, pero tambin una vergonzante excusa. La comunidad tiene derecho a preguntar si
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no hay otros medios de mantener los estndars de vida sin necesidad de utilizar la burocracia, las hay, sin duda. El obstculo consiste en que habra que contar con el sentido de la responsabilidad de cada uno -la responsabilidad de sus propios actos y la responsabilidad por los de sus propios colegas. Ya hemos visto que este tipo de tica se considera impropia adems de presumir que deja a la comunidad desprotegida, de donde se deduce que es mejor tener una burocracia inmoral que confiar en la moral de los ciudadanos. Cmo reaccionan ustedes ante esta postura? A mi juicio, es indefendible. El anlisis nos conduce a la siguiente conclusin: si las instituciones deben sufrir un cambio verdadero, entonces los fundamentos de su organizacin deben ser realmente transformados y el factor primordial para esa modificacin ser desmantelar la burocracia. Los cambios que no desmontan la burocracia no son autnticos y por ello no conducen a la transformacin, sino ms bien a la adaptacin de la institucin en su propio beneficio. Como habrn advertido, siempre digo que un sistema de esta clase se produce as mismo y no que se reproduce a s mismo, lo que sonara mucho ms natural. La reproduccin es una consecuencia, desde luego, mala, pero no es la clave de la cuestin. Sin embargo, tener como objetivo producirse a si mismo es el sntoma de un sistema imposible de desmantelar sin su muerte. Por ello cuando el asesinato nos
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asusta podremos creer, no obstante, que el cambio es posible, pero el sistema en este caso continuar viviendo inalterado. Cosa que viene ocurriendo con nuestras instituciones sociales. Hace un momento habl de que existen dos grandes barreras que impiden el progreso, la primera la burocracia. La segunda concierne a la disponibilidad del dinero. Ya he tratado esta cuestin anteriormente, slo necesito resumir mis respuestas ahora; en definitiva, los costes relacionados con los principales proyectos son irreales. Punto primero: Generalmente representan no los costes, sino la disponibilidad de los fondos. Punto segundo: La disponibilidad de los fondos se divide en periodos arbitrarios que se ajustan a las exigencias de las partidas concedidas y no a las necesidades de la comunidad. Punto tercero: La comunidad sufraga los proyectos de un modo u otro, pero este hecho se le oculta. Punto cuarto: Hasta el momento no existe la manera por la que los contribuyentes puedan decidir en qu proyectos se va a gastar su dinero.
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Punto quinto: No hay razn por la que gastar el dinero de acuerdo con los deseos de la comunidad deba costar ms que gastarlo de acuerdo con los deseos de la burocracia con tal que el modelo regulador central haya sido configurado democrticamente y sea interpretado correctamente. Punto sexto: Y ste es nuevo: el coste de muchos nuevos proyectos sociales se podra sufragar con las cantidades obtenidas por el desmantelamiento de la burocracia. De esta manera espero que nos acerquemos a la ltima conferencia de esta serie con las nociones siguientes: El ser humano est limitado por un cerebro finito, inadecuado para asimilar toda la informacin posible e incluso para reconocer todos los posibles modelos del mundo. Est limitada su propia capacidad para hacer lo que desea y asimismo estn limitados los recursos del planeta para poder exigir un infinito crecimiento de prosperidad material para todos los hombres. De ah que la consecucin de nuestra propia prosperidad material, aunque posible, no es algo que las regiones opulentas del mundo puedan seguir
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considerndolo un objetivo vlido, a menos que estn dispuestas a declarar que se mantendr a expensas de las regiones subdesarrolladas. El concepto de libertad no tiene gran significado para nadie, salvo dentro del cauce de las restricciones de variable calculadas; de ah que el grado de libertad que hemos perdido se debe a la prdida del control sobre los atenuadores de variable -tales como la educacin, los medios de difusin- y la centralizacin del poder en niveles de recursin in-adecuados. Se puede exigir la libertad utilizando los nuevos instrumentos cientficos a nuestra disposicin, pero nicamente sobre la base de establecer un nuevo aparato institucional democrtico para reemplazar a las burocracias existentes. Mientras continen estas burocracias cibernticamente organizadas para seguir producindose ellas mismas, nuestras instituciones sociales permanecern encauzadas por derroteros que conducen a una inestabilidad catastrfica.
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En un sistema viable la clsica dicotoma entre centralizacin y descentralizacin traza una distincin intil. Los sistemas viables en los que estn incluidas las instituciones requieren una complicada mezcla de informacin reguladora central y perifrica. Existe slo una clase de informacin, pero la forma en que se recoge, y confronta, los canales que utiliza; los filtros a travs de los que discurre; hasta qu cantidad se recuerda; los niveles en los que estimula la accin;
Los estudios de neurociberntica son tiles para los hombres de ciencia dedicados a planificar los sistemas de las instituciones.
El homeostato mantiene sus variables crticas dentro de los lmites que le permite su propia fisiologa tanto si la forma de cambio que afecta su actuacin ha sido prevista o no. La homeostasis es una propiedad natural de los sistemas vivientes que ha sido copiada por los cibernticos para hacer que los sistemas institucionales sean ultra estables.
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Este dibujo parece un organismo viviendo en. su medio ambiente e interrelacionndose con l. Podemos esperar que sea un sistema homeosttico. El crculo marcado por la B, parece el ncleo de esa clula encargada de dirigir las funciones homeostticas. Pero no lo es. La B, representa a la Burocracia, cuyos objetivos se centran en ella misma. La burocracia no se preocupa como debiera y como el ncleo de la clula hara de dirigir las operaciones homeostticas, sino de producirse a s misma. Como la institucin es un sistema viable, es en este nivel de recursin en el que el organismo debera estar producindose a s mismo. Cmo podr hacerlo si su ncleo es disfuncional?
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La palabra nueva para un sistema homeosttico, cuya principal funcin es producirse a s mismo (es decir, mantener constante su propia organizacin), fue dada por el hombre que investig por primera vez en este fenmeno. Se trata de Humberto Maturana y l denomina a esta clase de sistema autopoitico ', que es el vocablo griego para "hacerse a si mismo". Su libro definitivo no est publicado an.
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l continuo proceso de liberar nuestras mentes de los programas implantados en nuestros cerebros es un requisito previo a nuestra evolucin personal. Podemos emprender dicho pro-ceso de liberacin por medio de un consciente y constante anlisis de las formas por las cuales nuestra variedad personal ha sido y sigue siendo restringida, y precisamente por todo aquello que consideramos ms valioso. Pero la libertad no es pura anarqua. No somos libres por que nos suelten en medio del desierto de Sahara, a pesar de la ausencia de muros y de barrotes en ventanas inexistentes. Somos libres cuando las puertas de nuestra mente estn abiertas de par en par y salimos a respirar aire puro y fresco. Por tanto, lo que necesitamos previamente es trazar alguna clase de esquema o proyecto para nuestra libertad. El mensaje de esperanza que les traigo es que la consecucin de la libertad es posible no slo para cada persona individualmente considerada -muchas de las cuales mientras me escuchan ya lo habrn descubierto por s mismas,
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sino para la misma sociedad. Aunque en este aspecto muchos tal vez no sean tan optimistas como yo porque la tarea pueda parecerles demasiado difcil para ellos. Y es por lo que dije al principio de estas charlas que muchas personas se sienten atrapadas. Quisiera que prestasen la mxima atencin a las siguientes palabras de Sir Geoffrey Vickers, las cuales resumen las conclusiones a las que ha llegado en su propio anlisis ciberntico del estado en que se encuentra nuestra sociedad: "El cepo est en funcin de la naturaleza del atrapado." A esto aado que la sociedad decadente que les describ no es en realidad una sociedad malvada, no un astuto cepo, ya que, como Vickers, opino que lo que nos "atrae" al cepo est en nuestra propia naturaleza. Podra trazarse un paralelismo entre nuestra sociedad y una sociedad de dinosaurios. Con esta comparacin intento demostrar que el problema de nuestras instituciones reside en su incapacidad para responder a tiempo, para aprender a tiempo, para adaptarse y para evolucionar. Como los dinosaurios, han dejado de ser sistemas viables. He intentado poner de manifiesto las causas que, a mi juicio, conducen a este desastre para que as pueda ser bien comprendido. Aquello que comprendemos podemos controlarlo. "Control", ya vuelve a salir esta palabra. Espero que a estas alturas ya conozcan el significado que la doy. Cuando digo que un sis-tema
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"bajo control" quiero decir que ese ultra-estable, o sea capaz de adaptarse sin conmociones a cambios imprevistos y que cuenta en su estructura con el adecuado des-pliegue de la variable requerida. Hice referencia hace unos momentos a necesidad que tenemos de planificacin. Los proyectos que necesitamos delinear para nuestra sociedad son los esquemas cibernticos de los que he venido hablando. Y sta es la razn por la que he denominado esta serie de conferencias diseando la libertad. Aunque el titulo cierra una aparente contradiccin semntica, la libertad que anhelamos, sin embargo, debe estar "bajo control". Significa que la comunidad debe implantar un modelo regulador en el corazn del sistema viable en el cual participa y en todos sus niveles de recursin. Hasta ahora esto poda realizarse votando una nueva constitucin o haciendo una declaracin de principios democrticos. Pero hoy las cosas han cambiado. Las constituciones, votadas o no, carecen de la variable requerida, dentro de un mundo que se ha vuelto loco por su propia proliferacin de variables. Por consiguiente, si el proceso democrtico no empua y utiliza ahora los instrumentos subestimados de los que dispone el hombre moderno para hacer frente a esta situacin, tal proceso no ser viable por mucho tiempo. Todo ello exige una llamada a la eficiencia cientfica, a la cual la palabra "disear" pertenece como proveedora de un modelo regulador
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que proporcione la variable requerida a la alegra y alborozo que encierra la palabra "libertad". La aparente contradiccin de estos conceptos puede producirnos desconcierto. La idea es, sin duda, discordante, algo as como un sofisma. Comencemos, pues, a examinar el cepo, que, como dije, est en funcin de la naturaleza del atrapado. En nuestra sociedad existen dos errores en lo que respecta a la funcin de la ciencia. El primero es su utilizacin como instrumento del poder all donde las fuerzas econmicas lo concentran. El segundo es su imagen elitista. Ninguno deseamos que el poder nos manipule y si la ciencia es su instrumento tenemos que ponernos en guardia contra ella. No desearamos confiar nuestra libertad a un hombre de ciencia con bata blanca de laboratorio, provisto de una computadora y con una hilera de bolgrafos en el bolsillo, si no es solidario con nuestros intereses humanos. La tesis que sostengo es sta (y, dicho sea de paso, he hecho un alarde de fuerza de voluntad para guardarla hasta esta ltima conferencia). La civilizacin se hunde por su propia ineficiencia. No encontramos el medio de alimentar a los que se mueren de hambre; somos incapaces de impedir las guerras; existen graves problemas en la educacin, en el transporte, en el cuidado de los enfermos y ancianos; las instituciones fallan y a menudo nos sentimos inseguros en nuestras propias
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ciudades. Todo esto significa ineficacia. As pues, no es vlido decir que la nica manera de preservar la libertad es el ser tan sumamente ineficientes que la libertad no se sienta ni siquiera amenazada. Tenemos que aspirar a la eficiencia para poder resolver los problemas que nos aquejan. Y debemos asumir la amenaza a la libertad que ello comporta y superarla. Todo lo que el hombre realiza comporta riesgos. Es algo que est previsto en la ley de la variable requerida. Tendremos, pues, que actuar conscientemente para lograr desatraparnos. Hemos de encontrar los medios para conseguir que la ciencia se ponga al servicio del pueblo. Si esto se logra el problema del elitismo desaparecer. Estoy seguro de que no ser difcil convencerles de que el hombre de la bata blanca es, despus de todo, humano y preferir utilizar su computadora para servir a la comunidad antes que para hacer volar el planeta en pedazos. Entonces, por el amor de Dios!, empecemos a crear un sistema para la sociedad en el cual esta clase de servicio al pueblo sea posible tambin para el hombre de ciencia antes de que sea demasiado tarde. Por el momento, el propio hombre de ciencia se encuentra atrapado por la manera en que la sociedad lo utiliza. Cuntos de nuestros hombres de ciencia estn ocupados en actividades relacionadas con la muerte en vez de estarlo en otras relacionadas con la vida, y en la explotacin de otros seres en vez de en su libe-racin?
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Yo puedo decrselo: la mayor parte de ellos. Sin embargo, no lo eligen libremente. Es el resultado de un sistema dinmico con una determinada organizacin. Recuerden el ejemplo de las olas. Llego as a mi primera conclusin de estas conferencias: la eficiencia no tiene por qu comportar tirana si el sistema se proyecta como es debido. Su consecucin exige priori-dad. Y una autntica versin de lo que es eficiencia se requerir para salvar nuestra sociedad dinosurica. La cuestin que a continuacin paso a examinar encierra tambin otra aparente contra-diccin. Se podra llamar "profeca impronosr ticable". No me sorprendera el que pudiera parecerles un profeta o (usando un horrendo neologismo) un futurlogo. Lejos de mi tal pretensin, porque no creo que el futuro pueda irse. Creo, no obstante, que podemos delinear el presente con claridad si para ello utilizamos los instrumentos convenientes, as como tambin creo que este mismo presente puede restringir la variable futura. Y como esto no es lo mismo dedicar unos momentos a explicarlo. Si se me ocurriese ofrecerle a usted un cigarrillo qu sucedera? Tal vez usted lo cogiera o tal vez lo rechazara. Puede que usted hiciera un elogio de las excelencias del tabaco o puede que me diera una conferencia sobre el cncer de pulmn. Si usted fuera director de una fbrica de cigarrillos quiz insistiera en darme
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su paquete. Si, por el contrario, fuera presidente de una fundacin para la lucha contra el tabaco tal vez me pegara un puetazo. Ponindonos en cualquier supuesto raro, lo mismo podra usted bailar una danza guerrera que nosotros ofrecer un premio a la mejor explicacin de que por qu danzaba usted. Dicho con otras palabras, el futuro es impredecible debido a que hay demasiada variable en el aire. Y a sta se la llama libertad. Por otra parte, yo puedo tener un modelo de usted, puedo haberme formado una opinin muy exacta de cmo es usted y tener una idea bastante aproximada de lo que har. Este hecho no le restringe su libertad; restringe la variable de mi modelo de cmo utilizar usted su libertad. Si esta distincin se hubiera comprendido en pocas pasadas de la historia habra habido menos confusin en las frecuentes discusiones en torno al libre albedro. Extendamos el anlisis tambin a la planificacin. Si una maana salgo de mi casa para coger el tren de las 8,32 lo ms probable ser que usted me encuentre en l. Sera, por con-siguiente, absurdo decir que si yo fuera libre podra igualmente estar en mi casa en la cama o sobrevolando el Atlntico. La planificacin es un atenuador de la variable. Lo que se proyecta suele realizarse -aunque a menudo no con los resultados esperados; as, algunas ve-ces hay prdidas cuando lo que nos proponamos era obtener ganancias. Si esto ocurre es que la variable ha vuelto a introducirse subrepticiamente
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cuando creamos habernos deshecho de ella. En cualquier caso, el hecho de planificar no nos priva de nuestro libre albedro. Entonces, por qu la planificacin tiene tan mala fama? Se habla de los "planificadores" en tono peyorativo. La razn es, sin duda, que nuestros planes no concuerdan con la realidad de cada momento. Las instituciones encarga-das de llevarlos a la prctica, debido a los me-dios que utilizan, los ponen en funcionamiento mucho despus .de que los destinatarios del mismo se hayan dado cuenta de que tales planes son ya en ese momento inapropiados. Una vez ms constatamos la inviabilidad de las instituciones, las cuales se estancan debido a su lenta estructura, mientras en los peridicos se refleja la ira pblica... La planificacin debe de ser continua y adaptable. Los planes para la sociedad deben continuamente abortar y volver a ser proyectados antes que dar a la luz un monstruo. Si de ver-dad se adopta esta prctica no habr necesidad de basarlos en predicciones, que nadie puede hacer en ningn caso, sino exclusivamente en el anlisis de una situacin conocida, en la que cualquier decisin restringir la variable futura. De este modo, la idea que tenemos de la planificacin cambia por completo y merecer ser aceptada. Porque nos har ver el futuro como algo en lo que interviene nuestra voluntad para determinarlo y no como un enemigo que nos acecha y que caer fatal-mente
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sobre nosotros. En vez de hacer profecas debemos proyectar el futuro. En cuanto a la variable, que se introduce inadvertidamente, debemos tambin conformarla a nuestros planes. En esto tampoco haremos predicciones, simplemente un anlisis de los patrones de variable ms corrientes para realizar un clculo de las probabilidades que tiene un sistema de evolucionar hacia un. determinado estado (tomando un punto de referencia) ms que hacia otro. Este proceso tampoco incide en el problema de la libertad, se trata simplemente de un anlisis cuantitativo de la frecuencia de variable en una situacin dada. La ciencia puede ocuparse de esto por medio de la investigacin. Debo aadir, sin embargo, que desconfo de ciertos mtodos utilizados hasta ahora. As, por ejemplo, me suelo sonrer cuando oigo hablar a algn poltico o a un hombre de negocios de "un riesgo calculado", ya que invariablemente suele significar que est corriendo un riesgo que l no puede calcular. Entro a examinar los siguientes puntos claves, donde tampoco nos basaremos en predicciones, sino en anlisis que indiquen, en primer trmino, dnde estn los errores y, en segundo lugar, cmo se pueden subsanar. La civilizacin acta a travs de una serie de instituciones que tienen una determinada organizacin. Dicha organizacin, con el tiempo, se ha vuelto anacrnica. Funcionaba relativamente bien en pocas pasadas, cuyo ritmo
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de vida era ms lento, pero actualmente sus tiempos de reaccin ya no estn en consonancia con la frecuencia de perturbaciones existente. Por consiguiente, se siguen diseando estos sistemas, sabiendo que sus resultados van a ser inestables, lo cual confirma la hiptesis. El error del proyecto es el no tener regulacin ciberntica para impedir que la inestabilidad contine realimentndose hasta que sobrevenga la catstrofe. Veamos qu podemos hacer para evitarlo. No podemos deshacernos de las variables discordantes de una vez y que no vuelvan a aparecer. Si somos drsticos y empleamos importantes sumas de dinero en intentar reforzar por completo el sistema (que es lo que normal-mente tendemos a hacer) nos expondremos con ello a perder nuestra libertad. An ms, y aunque parezca absurdo, una decisin as har ms eficientemente catastrfica la catstrofe a la que el sistema estaba abocado. Lo que haremos, por lo tanto, ser volver a disear el sistema de nuevo, de modo que sus resultados no sigan siendo inestables. Para realizar tal proyecto necesitaremos unas ms rpidas comunicaciones en el sistema, cosa que es fcil conseguir hoy da. Significa tambin que las telecomunicaciones se utilicen de forma adecuada, es decir, con una alta variable, tiempos reales y con circuitos de banda ancha en todas ellas. Para que estn a disposicin de todos deben ser gratuitas, como el aire que respiramos o el panorama que con-
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templamos, ya que de ello tambin depende nuestra supervivencia. Considero este importante dispendio muy en proporcin con la amenaza a la que tenemos que enfrentarnos e infinitamente menos absurdo que los gastos en los que, innecesaria y alegremente, nos embarcamos, cuya enumeracin podra abochornarnos. Asimismo, y dentro de la organizacin del sistema, ser preciso un recto empleo de la computadora, abstenindose de utilizarla para realizar sumas triviales de un modo caro y como espa de la libertad de expresin de las personas. Estas restricciones eliminarn el noventa y cinco por ciento de las aplicaciones que hoy se le da, dejando libre la computadora para que el pueblo pueda emplearla en su evolucin personal, es decir, para dirigir sus propios planes de estudio, programar lo que les interese y poder editar sus propias publicaciones. El acceso al uso de las computadoras deber tambin estar libre de gastos. Hemos de resaltar que cada vez resulta mayor el coste de los servicios que comportan una alta variable. Cada consumidor los utiliza en diferente medida y con un patrn distinto y todo ello tendr que tenerse en cuenta a la hora de totalizar gastos. Por ejemplo, si se abre al trnsito una carretera de peaje, cuyo coste se amortiza con dicho peaje, se necesitar una organizacin que disponga de la variable requerida para controlar el uso de dicha carretera y
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podra resultar que tal organizacin representase un gasto superior a las ganancias obtenidas por peaje. Si esto viene ocurriendo en sistemas con una variable relativamente baja, la situacin ser mucho ms importante en los sistemas de alta variable que intentamos proyectar. Debemos, pues, tener en cuenta los precedentes habidos en este mbito. Existe un mecanismo en nuestras instituciones que decide en qu deben invertirse los fondos pblicos. Tambin ste est desfasado. Pongo otro ejemplo: si yo formara parte del vecindario de un pueblo aislado en medio del campo y consta-tara que en la capital nadie se ocupaba con eficacia de los problemas que nuestro aislamiento implicaba y tuviramos que sufragar, sin ayuda alguna, los gastos de nuestros me-dios de comunicacin, como telfono, telgrafo, etc., propondra en la junta del municipio que cuando los habitantes de la capital vinieran de vacaciones pagaran por contemplar nuestros paisajes campestres. Una vez que hemos hablado de las tcnicas a utilizar, necesitamos instituciones nuevas donde aplicarlas, no sin antes concretar unas ideas sobre la libertad, de la que he venido hablando, porque hay muchos que piensan que el avanzar por estos caminos podra ponerla en peligro. Nuestra libertad personal no es la libertad absoluta, a la que creemos tener derecho. Nos encontramos sumamente restringidos por las
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limitaciones de nuestro propio cerebro y de ah la inexorable atenuacin en la variable que recibimos. As somos y no debemos empezar nuestro planteamiento desde pretensiones ms ambiciosas. En segundo lugar, yo no predigo que esa libertad, como derecho natural que tenemos, estar en peligro en un futuro, lo que s me atrevo a asegurar es que ahora ya lo est, aunque tal vez nos encontramos demasiado cmodos para hacer frente a este hecho. Vivimos en un mundo con un aceptable bienestar que no es el mundo real, hostil e incmodo, donde miles de personas se encuentran esclavizadas y moribundas; es un modelo de mundo real con atenuacin de su variable, en el cual esas angustiosas situaciones adquieren un aire de irrealidad que nuestras pantallas de televisin se encargan de proporcionarnos. Por consiguiente, es necesario emprender el proyecto de remodelar nuestras instituciones, usando la ciencia con intrepidez en tal empeo. La sociedad, por medio de sus instituciones, tanto pblicas como privadas, est haciendo un uso temerario de ella en la actualidad -y no precisamente para disear un nuevo sistema, sino para afianzarse a si misma y reforzar sus aspectos ms opresivos. El consumo en masa es una de las formas de opresin, ya que comporta el que esquilmemos al Tercer Mundo. La ciencia se encuentra detrs de todo esto, principalmente en el uso que se hace de los medios de difusin. La televisin,
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por ejemplo, no slo sirve para presentar un falso progreso, sino que ha llegado a imponernos una especie de imperialismo ptico. Consideremos estas comedias televisivas en las que unos "bandidos" tratan de derrocar al legitimo rey y son derrotados por unos hroes de aspecto impecable, enviados por el mundo occidental para ayudarle, desde el punto de vista de los hombres y mujeres que luchan denonadamente para liberarse de un rgimen tirnico. Me gustara volver a escribir una de esas comedias en la que actuasen los mismos actores, pero desde la perspectiva de los supuestos bandidos. No hay que olvidar tampoco los sistemas para espiar la vida de los ciudadanos, dirigidos por computadora, y que archivan un dossier de cada uno de stos para cuando sea oportuno privarles de su buena reputacin y crdito. A eso se llama opresin. Si a las compaas multinacionales se les permite utilizar la ciencia para que a escala mundial exploten los recursos limitados del planeta en beneficio de los pocos que detentan el poder, tambin a esto se llama opresin. Y si el poder de la ciencia militar se utiliza, o se amenaza con utilizarlo contra lo que democrticamente ha elegido una nacin cualquiera, no cabe duda que eso es opresin. Dado que se viene abusando de la ciencia con fines opresores, al menos empecemos a utilizarla ya en servicio de la libertad. La utilizacin de la ciencia para los fines
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opresores que he mencionado est en pleno auge hoy en da. Por tanto, la ciencia no es neutral, como muchos hombres de ciencia intentan convencerse a si mismos. En cuanto al pblico en general, tengo la impresin de que slo esperan resignados que el poder de la ciencia que emplean nuestras instituciones no arremeta contra ellos, para lo cual permanecern callados como ratones. Pero la ratonera est repleta de queso llamado prosperidad creciente, consumo masivo, y la fuerza destructora comprimida en el muelle de la ratonera es el poder econmico, a cuyos intereses sirve la tecnocracia. Y de repente... !zas!, nuestra libertad se pierde... La intuicin de que esto puede suceder est bastante extendida a pesar de la alienacin de la que habl. Pero la alienacin conduce a la ira impotente, tal vez a la violencia; se trata de un exceso de variable humana que est retenida y puede explotar. La alienacin por si misma no conduce a nada constructivo. Tampoco se puede construir nada nuevo por el simple hecho de desmantelar las burocracias, aunque yo haya abogado por ello. Adems, cmo se debe realizar? La variedad requerida para regir los destinos del mundo no existe en ningn cerebro humano, con diez millones de neuronas mal programadas. La variable que se necesita para dirigir los acontecimientos de forma conveniente se encuentra en los que generan la variable en el mundo en primer trmino, lo cual
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significa que est en todos nosotros. Aquel que decline la funcin reguladora que le corresponde est privando al sistema en su totalidad de la posibilidad de ser estable. No soy, sin embargo, quien deba decidir cul debe ser el contenido del modelo regulador completo, me limito a indicar su necesidad. No soy capaz de predecir qu variedad se necesita para un modelo mundial, como ustedes tampoco lo son. La variable requerida para hacer predicciones mesinicas sobre esta cuestin pertenece nicamente al verdadero Mesas. Debemos tener en cuenta que la mayora de nosotros hemos venido haciendo lo que precisamente acabo de decir que no se debera hacer: hemos estado privando a la sociedad de la variable reguladora a causa de nuestra pasividad. El ocasional ejercicio democrtico de emitir nuestro voto no es un amplificador de variable lo suficientemente importante, a lo cual hay que aadir la gran cantidad de personas que se abstienen de votar. Por ms que el elegir entre alternativas a las que uno es indiferente no incrementa en absoluto la variable reguladora. Sin embargo, sos tambin deben abandonar su escepticismo y empezar a actuar con diligencia. La lnea a seguir que a menudo ellos se haban trazado consista en entrar a formar parte de la administracin de las instituciones de nuestra sociedad para as, desde dentro, intentar cambiarlas; tarea a la que muchos han renunciado por haber llegado, a pesar de su empeo, a la conclusin de que
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era una batalla perdida. Y si el anlisis que hice de la burocracia es vlido es muy probable que tengan razn, en especial si la hiptesis sobre el tiempo de reaccin tambin es correcta. As, llegamos a una sola conclusin y sta es que debemos empezar todo de nuevo. Y si no queremos que al efectuarlo reine la anarqua estas mismas instituciones (incluyendo, por supuesto, al Gobierno) deben prestar su colaboracin. Esto podra parecer algo as como el beso de la muerte a cualquier buen revolucionario, a m no porque sigo insistiendo en mi anterior hiptesis de que las instituciones, incluyendo el Gobierno, actan de buena fe y su intencin es recta. Por lo tanto, si ustedes y yo hemos comprendido estos problemas, por qu ellos no? Supongamos ahora que ciertos grupos de personas se renen para estudiar las cuestiones que la sociedad tiene planteadas y para decidir qu clase de sociedad quieren. No puedo decirles cul ser el contenido de sus deliberaciones, pero el modelo regulador tendr que encargarse del control de los atenuadores de variables y de proveer de amplificadores de variables a los diferentes niveles de recursin. Tendr tambin que intervenir en la forma en que la ciencia deba ser dirigida para lograr estos fines. No creo que los problemas de la adquisicin de instrumentos cientficos sean tan importantes como parecen, si excluirnos su coste. El mayor es el de la alie-nacin
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de la misma ciencia, que es necesario enderezar. Me dara por satisfecho si los grupos de los que habl comparten mi punto de vista sobre la necesidad que tiene la ciencia de equivocarse, para que se decidieran a establecer una cultura artesana, si considerasen que es viable y si fuese una decisin adoptada libremente. El conocimiento es una posesin humana y sta incluye la ciencia, la cual no es ms que el conocimiento ordenado. La ciencia a menudo hace un uso audaz de la experimentacin, quiero decir de experimentos cruciales -aquellos que si fallan pueden falsificar toda una teora-. Para lograr realizar avances sociales se ha de trabajar con precaucin, es decir, comprobando continuamente su curso. Creo, sin embargo, que un proceso as puede resultar demasiado lento. No disponemos de tanto tiempo. En estos momentos soy partidario del experimento arriesgado, pero con la condicin de que solamente se le considere como tal. Y en esto reside el punto clase: merece la pena que paguemos nosotros mismos el precio de nuestras equivocaciones. La equivocacin suprime la variable. Los cientficos en su experimentos admiten que es casi tan til equivocarse como acertar. Ambos resultados atenan la variable hasta que (le la investigacin surge la respuesta que est damos buscando. Yo dira que es una buena idea el crear instituciones experimentales deliberadamente antitticas de las que ahora existen y contando
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con la ayuda de stas. Inmediatamente surge una clara objecin: quines y los hijos de quines debern ser los conejos de Indias?; en mi opinin, la respuesta sera: un gran nmero de voluntarios protegidos por ciertas medidas de seguridad que ellos mismos adoptaran al llevar a cabo la nueva experiencia. Un precedente que me anima a sentirme seguro sobre esto es que hoy da se vienen haciendo tales experimentos sin permiso de nadie, sin medidas de precaucin y sin cargo a fondos creados con la contribucin de todos; tal proyecto para el futuro significara liberacin. El resto del plan que trazamos es sencillo. Si la ciencia puede dominar toda rama del conocimiento cuyo objetivo pueda especificarse con exactitud y si el pueblo realmente empieza a especificar sus objetivos, tendr en consecuencia que recurrir a la ciencia. Slo habr necesidad de un equipo muy reducido de personas, sin burocracia de ninguna clase, para coordinar las tareas. Los niveles de recursin deben establecerse convenientemente, cosa fcil de realizar. Habr un equipo por cada provincia para actuar aunando esfuerzos y comunicar los resultados que se vayan obteniendo por medio de videotape. Creo que va siendo hora de acabar mi exposicin. No es mi deseo imponerles mi concepcin propia sobre los problemas mundiales, aunque pueda ser legtimo intentar liberar a la comprimida y quizs frustrada variable.
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No obstante, estas cosas no se pueden forzar, pero tal vez puedan quedar liberadas. Usted quiz pregunte por qu liberadas?, por qu no surgen por su propio impulso si son buenas?, creo que la respuesta est en las iniciativas populares. Debido a lo costoso de la ciencia, un grupo pequeo -por ferviente que sea encuentra difcil dominarla. Cuando, el movimiento es general, sin embargo, el coste se reparte y resulta asequible. Esta es la razn por la que propongo pequeos equipos. Y quin los sufragar? Venid, instituciones bien intencionadas y de buena fe, y si alguno de vuestra plantilla ocupa un lugar en tales equipos (la eleccin de ellos por parte de la. comunidad ser un verdadero honor) por qu no dejarles integrarse en el equipo? En segundo lugar la persona, usted, tiene mucho que ganar. Y es usted, hombre importante de la_ institucin, despus de todo, quien ha vinculado esta persona (quiz esta persona sea usted mismo) con un alto sueldo y el aliciente de retribuciones extra que usted le paga -y le ha privado de su movilidad-. No podra usted hacer este gesto para la libertad y ciertamente sobrevivir? Cuando hablo de las iniciativas populares no puedo por menos de sealar ejemplo ms poderoso que el de un pas que, actuando por medio de su Gobierno elegido democrticamente, se convirti a s mismo en una sociedad experimental. Por supuesto, estoy citando a Chile una vez ms. En la tercera conferencia habl de un sistema proyectado
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para dirigir la economa, aunque all .apenas di una idea de las caractersticas del experimento chileno. Empez ste por la reforma agraria e industrial, que hizo posible a las clases ms necesitadas el acceso a la comida y al vestido, y continu en medio del mayor entusiasmo, por lo que incluso la oposicin denominaba con serenidad el proceso chileno. Fue la clase media la que ms se resinti en sus intereses, tuvo conciencia de ello y pronto torci el gesto. No obstante, la mayo-ra era gente bien intencionada, de buena fe, y se comport con decoro. Conoc a muchos de ellos que haban votado a Allende. A veces hacan chistes sobre la escasez y las colas, sin que la crtica fuera ms all. Durante los dos aos que dur mi trabajo en Chile presenci varios intentos para derrocar al Gobierno. Uno muy grave ocurri en octubre de 1972. A este acontecimiento, que produjo grandes tensiones y muchas dificultades, el pueblo de Chile respondi en el mes de marzo siguiente yendo a una votacin que increment los votos a Allende en un sorprendente siete por ciento. Sin embargo, su partido era minoritario en el Gobierno, circunstancia que le ataba de pies y manos, aunque en aquel momento pareca que iba a poder superarlo. Entre tanto lleg la hora de parar el gran experimento econmico. En mi opinin, el mundo opulento no poda permitir que un pas pobre utilizara su libertad para planificar su liberacin. Ese mundo
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opulento le cort los suministros vitales -excepto el armamento, que ms adelante reducira el palacio de La Moneda a un montn de escombros humeantes-. El mundo opulento le priv de crditos que le eran imprescindibles, por lo cual disminuyeron considerablemente las divisas -excepto la circulacin ilegal de las mismas-, contribuyendo a la paralizacin del sistema de distribucin, que ms tarde justificara el golpe de estado. No digamos, como se oye algunas veces, que Allende llev a su pas al caos y que destruy la economa. Un .conjunto de fuerzas mundiales actuando contra Chile redujo su economa al caos y tambin le destruy a l. Allende se haba dado cuenta de que su pas iba perdiendo la libertad, atenazado por la garra opresora de esas fuerzas externas, y as lo expuso ante las Naciones Unidas. El mundo libre, como le gusta denominarse a s mismo, oy lo que deca y esper impasible hasta que las palabras profticas de Allende se hubieron cumplido: "De La Moneda no me sacarn como no sea en mi pijama de madera." Cuando lleg ese momento el mundo libre opt por el mutismo y pronto se dispuso a reconocer a la junta militar. As fue cmo se perdi la libertad, no de forma casual, sino como resultado de un sistema creado para reprimirla. Mi mensaje es que debemos remodelar nuestro sistema para que su resultado sea la libertad. Si no emprendemos esta tarea con ahnco por creer que la
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eficiencia cientfica puede amenazar nuestra libertad, la maquinaria de la institucin que acta en nuestro nombre no ser capaz de impedir que se extienda la tirana, la guerra, la tortura y la opresin. Se habla mucho del incremento de la prosperidad; sin embargo, la expansin de esas cuatro plagas que acabo de nombrar por todo el mundo es hoy da mucho ms real que en otros tiempos. Pongamos en prctica el amor, la piedad y tambin la alegra. Utilicemos el saber. Estas cualidades que se encuentran en nosotros, aun-que soterradas, dejmoslas circular por los miembros anquilosados de nuestra sociedad dinosurica. Para ello debemos emplear ese ordenado conocimiento que es la ciencia. Tambin sta forma parte de nuestra herencia y, si ha sido arrebatada por el poder, recupermosla de nuevo. Esperemos el cumplimiento de estos programas de los estadistas y polticos que nos representan para beneficio de todos o, de lo contrario, exijamos una nueva clase poltica. Esperemos de los educadores la renovacin de las instituciones educativas, con objeto de que no sigamos adiestrando monos locos, o, por el contrario, comentemos a crear nuevas escuelas y universidades. Por encima de todo, esperamos que cada uno de nosotros encontremos el modo de utilizar el poder de la ciencia en. causas ms justas. No es vlido continuar por ms tiempo asegurando que esto constituye una meta ideal, pero no es factible porque el pueblo no comprende
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la ciencia; como tampoco nos atreveramos a asegurar que no podemos navegar en una barca porque no entendemos de vientos, del mar o de las mareas. El hombre siempre ha surcado esas aguas impenetrables. Nosotros podemos hacerlo ahora. El libro de referencia con el que se pueden seguir las citas de esta conferencia es Freedom in a Rocking Boat, por Geoffrey Vickers. Alan Lane, The Penguin Press, London, 1970.
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