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Espontaneidad - Repeticion Rodulfo

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LA ESPONTANEIDAD LA REPETICIN

Ricardo Rodulfo


Extractos del Seminario la espontaneidad la repeticin dictado en el Cuat. I de 1988.



Clase N 1 - 04/05/88

El ttulo del Seminario es: la espontaneidad la repeticin, todo junto y con
minsculas; porque la proliferacin de maysculas en el Psicoanlisis me ha indigestado.
En minsculas, sin mayusculizar la cuestin, todo junto y sin conjunciones aparentes;
esto hace al desarrollo de este Seminario; por eso abajo, puse una versin posible: `la
espontaneidad/la repeticin, establecindose una relacin de oposicin; la
espontaneidad opuesta a la repeticin, posibilidad que tach. Otra posibilidad sera decir
`la espontaneidad y la repeticin que aparentemente suena mejor: tambin la tach. El
por qu de esto lo iremos viendo; como una cierta indicacin, valdra la pena decir que si
uno lo presenta como una oposicin mediante la barra, o la conjuncin, corre el riesgo
de defender, sin saberlo, el principio de identidad "a = a; las barras, las conjunciones,
muchas veces trabajan en beneficio del principio de identidad, que es justamente aquello
que el psicoanlisis erosiona. Lo tach, entre otras cosas, porque si hay algo que
caracteriza el inconsciente es embrollar todas las oposiciones que nosotros
preestablecemos en una discursividad de tipo preconsciente. Para esto, basta remitirse
simplemente al descubrimiento de La Interpretacin de los Sueos.

Abordaremos la cuestin por un costado ms concreto, ms clnico; tal cuestin se
puede estructurar en torno a una cierta pregunta: Por qu los nios insisten siempre en
repetir lo mismo? Por qu en los chicos aparece esa insistencia en la repeticin?
Cualifico a qu me estoy refiriendo. Hay palabras que son muy universales, en el
vocabulario, temprano ya, y cuando an no se tienen las palabras se hacen con gestos:
es algo as como "ms, "otra vez; son palabras que incluso, llevan a muchos conflictos
con el adulto. Casi se podra decir que es un rasgo especfico en la clnica con nios -y
que a veces genera nuestras quejas- esta adherencia del chico a las repeticiones. Vern
que por ahora no especifico mucho tericamente, porque iremos acercndonos sin
apuro.

Por ejemplo, cualquier analista que trabaje con chicos sabe en carne propia que un
chico puede pasarse varios meses haciendo el mismo jueguito, desde que llega hasta
que se va, la misma secuencia en algn juego o en alguna otra cosa. El analista, con el
tiempo, se pone a imaginar interpretaciones, no tanto para el Inconsciente del chico sino
para ver si el chico cambia de juego, para ver si con una interpretacin el chico hace
otra cosa; generalmente, por esta va no tenemos mucho xito.

Tambin uno puede ver, apenas un beb empieza a organizarse un poco, cmo
empieza a pedir repeticiones, o a procurarse esas repeticiones activamente, en la escala
en que l puede hacerlo; pensemos en esa complacencia por los juegos de aparicin y
desaparicin, por ejemplo, o en tirar determinados objetos, o llevarse repentinamente
todo a la boca; empiezan a darse patrones de repeticin. El carcter conservador que
Freud le atribuye a la pulsin, como una nota radical de la pulsin, se asocia a veces, por
ejemplo, a la renuencia o rechazo del nio a la innovacin en determinadas reas de su
vida; por ejemplo, una comida nueva, o la misma presentada de manera diferente; hay
una gran insistencia en eso.

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A veces oscurecemos esta insistencia porque hay algo que funciona como una
especie de ideologema, como una especie de canto a la creatividad de los nios, etc.,
etc., creo que con cierto apresuramiento. Una cosa es hablar de potencial creativo; pero
otra cosa es dar la creatividad como una cosa hecha, como -en todo caso- un punto de
partida en la vida humana: no es una adquisicin poco penosa, poco trabajosa. Hay
cierta idealizacin all que hace ver la niez como la Edad de Oro de la creatividad que
luego se arruinara en la vida adulta; esto funciona ms como un mito. En todo caso,
quedara por ver si la creatividad del chico no se ejercita en fabricar repeticiones, en ser
muy creativo de repeticiones. Esto ya podra formularse en forma de una primera
paradoja: la paradoja es un tipo de asercin que se lleva muy bien con el Psicoanlisis:
consiste en convivir con formulaciones muy contradictorias. Lo que vimos podra decirse
as: el chico demanda, pide, produce, exige la repeticin espontneamente; ste sera un
primer lugar donde aparece este enlace entre repeticin y espontaneidad. Cuando digo
"espontneamente, lo digo en referencia a que no hay necesidad de que haya que hacer
algo especial, de que haya una coaccin del deseo del otro con respecto al chico.

Entonces, es un hecho: algo que Freud mismo observaba respecto de que la
relacin del chico con la novedad, con lo nuevo, a veces es diferente que la del adulto. El
adulto, en cierto nivel pareciera cansarse ms; despus veremos que esto conlleva
muchas vueltas. Pero en principio, pareciera que el adulto entra en cierto conflicto con
ese "ms, con ese "otra vez del chico; el adulto quisiera que se produjese algo
novedoso, si no nuevo; el chico puede "releer mucho ms.

Un paso ms en esta direccin antes de tomar otra y dejar planteada la cuestin
de qu hace el chico al repetir: en un plano, aparece como repitiendo determinadas
cosas, algo as como el contenido manifiesto; repite tal cosa, repite tal actividad, tal
juego, tal secuencia. En otro nivel, ms `profundamente, podramos decir, si hacemos
un anlisis ms fino, podemos decir que repite la repeticin; cierta cuestin laberntica
comienza a armarse all. Hay pues dos planos diferentes; uno es se de repetir
determinadas acciones, determinadas secuencias verbales o dramatizaciones; uno es se
nivel de repetir tal cosa, tal contenido, digamos; y otro es se en el cual lo que se repite,
lo que se insiste en repetir, es la repeticin misma. Ahora, por qu es esto? Es bueno
encarar este asunto con esa posibilidad de redescubrir algo por sorpresa; es un don de
algunos analistas, entre ellos Freud, se de sorprenderse con las cosas aparentemente
ms obvias: Por qu esta primaca de la repeticin?

Hay muchas nociones bastante enredadas al respecto y creo que es conveniente
comenzar haciendo un cierto despeje. Por un lado -no para dar respuesta inmediata a
este por qu, sino para ir encaminando la pregunta-, hay que hacer cierto deslinde: en
una direccin, hacia el chico, hacia cuestiones dirigidas al chico mismo, o sea, al estatuto
subjetivo del pequeo ser; en otro lugar, el problema conceptual que se anuda en torno
a la cuestin de la repeticin, como un primer esclarecimiento de algunas cosas.

Plantearemos algunos puntos en relacin con las direcciones; en relacin con el
chico, podemos hacer una cierta recapitulacin: cules son las condiciones iniciales de
este chico, cules son las condiciones en las que se inaugura su existencia? Despus de
varias dcadas de trabajos psicoanalticos hay muchas convergencias de las corrientes
tericas sobre estos puntos. Por ejemplo, ya se ha enfatizado, como cuestin de hecho,
ese desamparo en el que nace la cra humana, desamparo sobre todo, en relacin con lo
biolgico, en cuanto a ese estado de incompletud, de inmadurez en el que el nio viene
al mundo, y sin una dotacin instintiva rgida que haga las cosas por l. Esto ha sido ya
suficientemente marcado y no hago con esto ms que recordarlo; nosotros mismos lo
retomamos. Esta situacin de desamparo, de prematuracin, de no integracin, de que
no se pueda hablar all de un aparato psquico constituido, o de una posibilidad de
simbolizacin ya constituida donde est todo por hacer, da lugar a la intervencin de

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todo el peso de lo que llamamos ya abreviadamente el Otro, no el otro como par sino el
Otro como instancia primordial, maternal paternal, o el Otro en tanto la legalidad mtico
cultural, el archivo cultural en el que el chico viene a insertarse: la incompletud da pie al
peso que tiene toda esa masa, todo ese tejido de mitos y smbolos.

En Psicoanlisis hablamos de funciones; ustedes ya deben haber visto en otras
partes, yo lo estoy recordando; pensamos, no en cualquier tipo de intervencin, o
funcin materna, o paterna, sino en una calidad de intervenciones necesarias para la
constitucin subjetiva que aparece encarnada en los personajes materno, paterno, en
series o grupos de personajes. All hay ya una primera cautela que establecer: si uno
dice que partiendo de la situacin de desamparo hay ciertas funciones u operaciones
necesarias para el establecimiento de una subjetividad, esto no quiere decir que las
funciones hacen esa constitucin subjetiva y que, como no est constituido el sujeto, a
ste lo constituyen las funciones. All hay un deslizamiento que es fcil de hacer; sujeto
no constituido funcin materna o paterna que lo constituye.

La forma ms vulgar de formular esto es el ambientalismo; una forma de
ambientalismo, slo que mucho ms sofisticada, con muchos chiches tericos, y
disfraces estructurales. Pero es un ambientalismo que saltea un hecho importante: la
intervencin, la funcin paterna y materna, por s misma, no puede hacer nada; es una
condicin necesaria pero no condicin suficiente; apoyado en ellas, en todo caso, es el
chico el que debe constituirse. Hay algo as como una "autoconstitucin apoyada en la
funcin, no es que simplemente se constituya pasivamente con respecto a la funcin del
otro; la palabra "pasivo -y Bettelheim lo recuerda- debe desterrarse cuando se piensa,
por ejemplo, en un nio muy pequeo.

Freud dice algo muy importante que es una de las cosas que me gustara retomar
aqu: en Ms All del Principio de Placer, cuando Freud se refiere a los caminos que toma
la pulsin de vida tanto como la pulsin de muerte, l dice que el organismo, en
definitiva, aspira al retorno a la muerte, al retorno al estado anterior, pero no por
cualquier va, sino a su manera; ste es un punto que generalmente pasa desapercibido
en la lectura del texto que se hace. El punto no es tanto seguir el derrotero de la pulsin
de vida o de la pulsin de muerte; en realidad se trata de estas dos cosas
simultneamente, ms que de una u otra, pero a su manera. No dice cul es esta
manera, justamente porque no puede decirse a priori cul es; no se trata tampoco que
esta manera ya est hecha, est inscripta en algn dispositivo gentico o de algn otro
tipo; es una manera que se historiza, que se va haciendo, no es una esencia que se trae.
Por otro lado, al organismo Freud lo define as: Qu es un organismo? Es algo que
quiere morir y vivir pero a su manera; esto implica una cierta prudencia en no concebir
al chico como hecho por las funciones materna y paterna, como vctima, presa, como
puro objeto del deseo del Otro.

Dicho de otra forma: si hay -como se ha dicho- falta de ser como la caracterstica
de las condiciones en que se nace, esa falta de ser no implica falta de hacer: el chico
debe hacer una serie de cosas para constituirse; claro que no las podra hacer si no
hubiera funciones en las cuales pudiera apuntalarse de una manera u otra, no las podra
hacer en un proceso solista; pero lo tiene que hacer l.

Es la misma situacin que se encuentra en un Psicoanlisis: un psicoanalista ofrece
un lugar para que un chico pueda desplegar cosas que le ocurren; es importante que el
analista pueda abrir, ofrecer este lugar, que pasa por algo ms que el ofrecimiento
formal de un consultorio, de un espacio y de un tiempo, o de afinar una especie de
procedimiento tcnico; se trata de una posicin subjetiva del analista, que es otra cosa,
no tan fcil de planificar, por cierto. Pero la decisin de ocupar ese lugar y de usarlo, el

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analista no la puede hacer por el chico, por muy pequeo o enfermo que sea ese chico,
aunque slo queden restos o muones en l de un sujeto.

Entonces, el chico tiene cosas para hacer; en este libro nuestro, hay un captulo
que yo haba escrito referente a en qu trabajos anda un chico, en qu anda un chico,
pensando en trabajo simblico, trabajo para constituirse; por ejemplo, el Edipo, el
Narcisismo, la constitucin de las identificaciones, la separacin yo-no yo como trabajos.

Cul aparece, por lo menos en un sentido metapsicolgico, como primer trabajo?
Dadas esas condiciones iniciales, el chico se tiene que poner a hacer; qu es lo primero
que se pone a hacer? Vamos a apuntalarnos un poco en Ms All del Principio de Placer:
lo que aparece conceptualizado all es que lo primero que se tiene que poner a hacer
este protosujeto es ligar, poner banda, inscribir, anudar, enlazar; son todos trminos
que rodean, un poco en castellano, el concepto que utiliza all Freud, de los cuales el
trmino ms flojo y menos fuerte es `asociar. Qu es lo que el chico tiene que ponerse
a ligar? Ligar es algo as como ir estructurando una cierta energa, por ejemplo, una
energa pulsional que aparece inestructurada; pero lo interesante es que esa energa es
como una `X que no sabemos lo que es; no es algo que se sepa lo que es y despus se
diga, sino que la nica forma de darle una fisonoma es ligarla, actuarla en conjunto;
deca Freud que no se poda llegar a la pulsin en s sino solamente a sus representantes
y los puntos en los cuales estara anclada o enlazada.

Cmo es que un chico liga, y hace ste su primer trabajo? Liga por la repeticin;
la forma en que liga, en que se hace cuerpo es por medio de la repeticin. Pongamos un
ejemplo sencillo: uno piensa que el chico tiene boca; es muy fcil suponerlo, pero el
chico tiene que hacer su boca en un sentido libidinal, simblico, en el sentido que el
Psicoanlisis trabaja, ligando por medio de repeticiones, por una serie de -introduzco un
trmino y quedo en deuda con ustedes- pictogramas; desarrollar este trmino ms
tarde. Entonces, el nio liga su boca, liga algo como boca en l, como boca y como boca
de la pulsin oral, como boca de deseo, como boca deseante, y no slo como boca por la
cual se cumplimenten necesidades biolgicas. Liga por medio de una serie de
inscripciones donde va anudando una serie de experiencias de succin, de succin del
pecho, de esa multiplicidad de objetos que van a parar a su boca. Uno dudara de que en
principio fueran a parar a la boca, o si no fue justamente toda esa repeticin, esa forma
de ir ligando una y otra vez objetos all, lo que va formando finalmente una boca. Otro
tanto podra decirse de la mano o de cualquier otra parte del chico que uno vaya
especificando como zona ergena, como zona narcisizada, con investimiento libidinal.

Entonces, la nica forma de que dispone el chico, en primera instancia, para irse
haciendo antes que nada su propia corporeidad, que es el primer problema, es por
medio de ese trabajo que liga, de enlace; cuando eso queda desmantelado, como puede
ocurrir en un proceso autista, el circuito queda interrumpido, nada pasa por la boca, no
hay boca o hay apenas unos restos, unos escombros en ella. Esta forma de ligar, esta
forma de repeticin se trata de algo as como de armar, de fabricar un aparato psquico,
este aspecto va entrando en juego en cualquier produccin del chico: por ejemplo,
cuando el chico pide que le cuenten cuentos, y luego empieza l a tratar de reproducirlos
a su manera, o insiste en que le cuenten el mismo cuento o la misma cancin, por un
lado parece que eso liga, inscribe una serie de representaciones que tendrn que ver con
ese cuento. All queda algo ligado, enlazado, asociado. Pero lo ms importante se juega
en que el nio aprende a contar un cuento, liga la forma de contar un cuento, arma un
aparato para contar un cuento, un aparato de repetir. se es el aspecto ms importante
que en cada una de estas dimensiones de la repeticin est en juego; cuando chupa
repetitivamente el pecho, arma un aparato de chupar, que llamamos `boca, boca oral; o
arma su aparato de mirar, etc. Para armar todo esto, slo dispone de la repeticin, es el
nico recurso que tiene all a mano.

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En Psicoanlisis tenemos -y esto no por un error o un descuido, sino como algo
constitutivo del campo mismo y de los problemas con los que nos tenemos que medir-
que la repeticin se sita en un lugar ambiguo: uno podra hablar de las ambigedades o
de las duplicidades inherentes al concepto de repeticin ya incluso tomndolo en su
lugar de nacimiento conceptual, vindolo desde ese ngulo; por una parte, el lugar de la
repeticin como concepto en la teora analtica fue creciendo. Hay dos momentos que
pueden ilustrar bien esto: en 1900, Freud coloca en La Interpretacin de los Sueos,
como principio organizador y centro de la vida psquica el deseo inconsciente;
internamente a ese centro se organiza toda la Metapsicologa; la repeticin aparece all
muy al pasar, o bien como adjetivo de algo, antes de tener un lugar propio, aunque ya
est en juego, por ejemplo, en temticas como la de la identidad de percepcin. Pero en
todo caso, podramos decir que aparece ligado a cierto deseo de repeticin, deseo que
tiene la primaca.

No voy a hacer una trayectoria del concepto ahora, pero les cuento que la
repeticin va ganando espacio; por ejemplo, en un trabajo llamado Recuerdo, Repeticin
y Elaboracin, donde toma un lugar propio. Y en 1920, en Ms All del Principio de
Placer, se produce un corrimiento, un cambio de la centracin: el eje en torno al cual, en
este texto, Freud hace girar toda la cuestin del aparato psquico y de la constitucin
misma del psiquismo, ya no es el deseo sino la repeticin: no porque la repeticin
aparezca contra el deseo, no con una relacin de oposicin, sino ms bien con una
relacin de precedencia y de inclusin. La repeticin aparece como la actividad
primordial, como algo que incluso precede a la constitucin misma del Principio de
Placer. Vuelvo a decir, no `contra, sino autnoma; lo repetitivo aparece como lo mas
pulsivo de la pulsin.

A partir de all, se acenta la ambigedad del concepto de repeticin, lo cual lo
hace muy apartado de un autor como el que ustedes evocaban; por un lado la repeticin
aparece como principio de realizacin, como principio de trabajo psquico, de inscripcin
psquica, como principio de ligar, enlazado entonces a lo ertico mismo, a la construccin
subjetiva; aparece como un eje decisivo ligada al principio bsico que sera el Principio
de Placer. Por otro lado, simultneamente, la repeticin aparece como lo demonaco,
como lo ms destructivo, como aquello ms ligado a lo tantico, como desmantelamiento
de lo conseguido; justamente, ya no ligazn sino desligazn.

Evoco ahora muy brevemente el caso de una adolescente con una problemtica
muy complicada, que entre otras cosas inclua la drogadiccin y con mucho dao en sus
posibilidades de pensar. En cierta poca se establece una transferencia al anlisis, no
slo una transferencia al analista sino al lugar del anlisis, como algo que hace esbozar
en ella ciertas posibilidades de pensar en lugar de actuar y de que ciertas cosas puedan
empezar a aparecer llevadas a sesin en vez de ser vehiculizadas, por ejemplo, por la
marihuana, u otro tipo de actividades compulsivas. Empieza a haber cierto trabajo de
enlace. Ocurre all el hecho de las vacaciones, que interrumpen el tratamiento. Aqu el
efecto es devastador: esta interrupcin es aprovechada por lo repetitivo ms tantico en
ella, donde adems, la cuestin de una figura masculina que no respondiera en ese
momento era bastante decisiva. Cuando vuelve de las vacaciones, nada haba quedado
de esos enlaces que ella haba podido empezar a establecer, que haban dado la
esperanza de que pudiese vehiculizar cuestiones subjetivas por otro circuito; haba
habido un trabajo de desmantelamiento.

Esta es una `flotacin ambigua de la repeticin que plantea algunos problemas y
que es bueno no enmascarar cambiando la palabra; uno podra pensar por qu no
nombrar una cosa de una manera y otra cosa de la otra; pero justamente con esto
zafaramos de lo paradjico, lo eludiramos, disimulando la cuestin ambigua que all se

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arma. Hay muchas otras ambigedades que conciernen a este captulo de la repeticin;
incluso, digamos, y no por juego de palabras, que uno puede llegar a pensar si es el
sujeto el que arma la repeticin o es la repeticin la que arma el sujeto, si la repeticin
es una actividad del sujeto o si ste es un producto de la actividad de la repeticin.
Resolver esta cuestin por uno u otro lado es como la cuestin del huevo o la gallina.
Hay que tomar ambas cuestiones juntas; en todo caso, sabemos que donde haya
repeticin, hay por lo menos restos de sujeto, para referirnos por ejemplo, al tipo de
repeticin estereotipada de tipo autista; donde hay repeticin hay sujeto, o por lo
menos, restos de l.

Otra forma en la que aparece esta duplicidad, esta ambigedad es la siguiente: por
una parte la repeticin aparece en el aspecto que Freud sealaba como ms tantico,
demonaco y destructivo; aparece como aquello que no tiene sentido, que viene a
desmantelar todo sentido, como irrupcin del sinsentido. Freud se refiere a esas
repeticiones que irrumpen en la vida de un sujeto sin encadenamiento asociativo; o sea,
algo no enlazable a cierto efecto de sentido, algo que viene a ponerle un lmite a la
puesta de sentido, viene a abrir un abismo al sentido. Es un repetir `porque s que en
ciertos materiales aparece con una fuerza impresionante. A la vez, y en otro registro, la
repeticin aparece como una bsqueda de sentido, como una dadora de sentido; incluso,
por ejemplo, como se puede ver a travs de lo traumtico, la repeticin busca ligar eso a
un sentido; ese efecto de encadenamiento, de ligazn, que se va dando con la
repeticin, aparece como una forma de volver algo inteligible. Ciertas insistencias del
chico a travs de preguntas o a travs de una insistencia temtica hacen que se vaya
acercando a algo; por ejemplo, incluso a travs de una serie de dibujos que insisten en ir
circunscribiendo repetitivamente temticas a travs de elementos recurrentes; ms
tarde desarrollaremos estas cosas, no hoy., no hay trasnoche aqu. Entonces, la
repeticin aparece aqu como un esfuerzo ligado a la puesta de sentido; esto que da la
posibilidad de chupar este objeto que ligo a mi boca es lo que da sentido a mi boca; en
esta oscilacin perpetua vemos a la repeticin.

Hay otro problema que torna resbaladizo el estatuto de la repeticin y es que hay
un cierto recambio conceptual en el concepto; por un lado hay dos posibilidades: una
clsica y una ms contempornea. La clsica sera considerar la repeticin como
repeticin de algo original y ajeno a ella; la repeticin de algo que no tendra que ver
con esa repeticin, algo as como un tema que se repetira, algo ajeno al principio de la
repeticin, que es tomado por ella pero que originariamente no tena que ver con ella.
En esta forma de pensarlo, la repeticin tiene un estatuto segundo con respecto a algo
originario. Segn la segunda forma de pensarlo, la repeticin es lo originario, no hay
nada ms que repeticin, repeticin de repeticin que va produciendo diferencias. Esta
oscilacin conceptual tambin va introduciendo dificultades en el establecimiento del
concepto.

Otro tipo de ambigedad conciernen a que cuando hablamos de repeticin
involucramos: repeticiones que tienen que ver con la fantasmtica de un sujeto dado,
vamos a decir con lo intrapsquico; repeticiones que en cambio son transindividuales,
que involucran una cadena generacional, que se repite de generacin en generacin.
Incluso, desde Freud, uno podra hablar del registro en que se arraiga la repeticin. Todo
esto va dando una multiplicidad y una ambigedad de registros en los cuales pensarlo.

Para terminar por hoy, me quiero referir a algunos principios del funcionamiento de
la repeticin, principios a los que nos acercaremos de forma un poco `casera, para
volverlos ms trabajables clnicamente y que luego iremos formulando ms
precisamente:

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a) Uno es -y aqu encontramos de nuevo la cuestin de la espontaneidad-
que la repeticin se repite en cualquier parte: la repeticin aparece como
aquello que se va para cualquier parte, sabemos que la hay pero no
dnde, cundo y cmo aparece. Incluso ste es un criterio mnimo exigible
psicoanalticamente para poder hablar de repeticin: no podemos hablar
de ella si se trata de una planificacin deliberada de lo repetitivo; no es en
ese registro que nos interesan las cosas. La repeticin aparece ligada a lo
imprevisible, no sabemos por dnde salta; ste es uno de los puntos que
ms tiene que ver con lo benfico y lo malfico de ella, la repeticin como
esperanza y repeticin como aquello que viene a arruinar toda esperanza.
Hay quien tiene la esperanza de que, analizndose mucho, podr vigilar,
garantizar la repeticin. Pero la repeticin no viene garantizada. Dicho de
otro modo, le exigimos al concepto lo que tiene que ver con lo
inconsciente: que sea espontneo; la repeticin se produce
espontneamente. Y all encontramos una segunda paradoja; cuando ms
buscamos la esencia de la repeticin, incluso aquello que recibe el nombre
de "automatismo, "automatismo de repeticin, como aquello que parece
un desencadenamiento rgido, ms encontramos, en una vuelta
laberntica, la espontaneidad.

b) Por otro lado, la repeticin se repite al azar, por eso mismo, un
psicoanalista argentino, Carlos Bruck, hablaba de la dimensin del destino
y la del azar; l deca que la dimensin del destino es la ms trabajada
tericamente; sera la forma inconsciente en que el destino viene a ser
encarado en sus repeticiones. l tambin hablaba de la cuestin del azar y
de cmo, a travs de la repeticin, se transforma el azar en destino.
Veremos el papel de ciertos efectos de encuentro, un encuentro azaroso
en s, pero que desencadena la repeticin.

c) Por otra parte, la repeticin aparece como un rgimen de fabricacin de lo
nuevo; sta es otra forma de aproximacin paradjica a ella: En qu
forma se accede a lo nuevo? Mediante la repeticin; al repetirse algo se
desva, se desplaza en sentido psicoanaltico permanentemente. Esto es
posible de verse, por ejemplo, en una serie de dibujos que hace un chico:
se van produciendo una serie de desviaciones, de diferenciaciones, que de
pronto van haciendo emerger algo como nuevo. Pero lo nuevo aparece
tramado en un rgimen de repeticin; a veces perdemos esa paradoja y
tenemos la idea de pensar la repeticin como repeticin de lo viejo, lo
irremediablemente viejo, de ver el costado reiterativo del asunto. Es ms
endiablada la cuestin, porque la repeticin aparece como aquello ligado a
la fabricacin de algo nuevo, como forma de produccin de lo nuevo.

d) La repeticin se define, por otro lado, no teleolgicamente sino
retroactivamente: es peligroso darle un estatuto teleolgico. `Hace esto
para, `repite para; el abordaje de la repeticin es retroactivo. Ocurre a
veces, cuando un paciente produce un determinado hecho (un paciente
nio, adolescente o adulto), que no es en ese momento que podemos
calibrar si hay un efecto de repeticin, de repeticin con diferencia incluso,
sino que es retroactivamente, segn lo que luego suceda, que se va a
especificar algo como repeticin.

e) Y por ltimo, otro punto importante es que el automatismo de repeticin -
trmino fuerte, porque el `automatismo implica ese elemento
incontrolable-, tiene un resultado imprevisible. Es imprevisto: dicho de
otra forma, podra decirse que es espontneo. O sea, no es que los

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resultados de la repeticin los sabemos por la repeticin anterior
necesariamente; a veces se siguen patrones fijos, pero simultneamente
vemos perfilarse otra direccin donde el resultado de la repeticin es
desembocar en lo imprevisto.

He situado estas aproximaciones como para ir mojonando, como si fueran
banderines, un concepto muy difcil con el que intentaremos marchar: cmo puede
pensarse la fabricacin del aparato psquico a travs de este principio de repeticin y de
esta constante ambigedad de la misma: ambigedad entre algo que fabrica el aparato y
algo que lo arruina, lo mina y lo erosiona por dentro.


Clase N 2 - 11/05/88

Trataremos de retomar el tema y de avanzar un poco ms; la clase pasada
situamos la repeticin involucrndola en un conflicto originario; o sea que estuvimos
viendo dos facetas en las que se mova la repeticin.

Por un lado, la repeticin apareca, no en el contexto patolgico en que muchas
veces se la encajona, sino como una mquina de ir produciendo diferencias: en cada
repeticin, algo distinto puede ser trazado. Por otro lado, encontrbamos involucrada la
repeticin en algo que anulaba, que barra, que aplastaba la diferencia; era lo que
marcamos como la dimensin ms tantica de la repeticin, remitindonos a las
conceptualizaciones sobre pulsiones de vida y pulsiones de muerte. Vimos tambin que
la repeticin se sita como una funcin originaria en un doble sentido: originaria no slo
porque a partir de ella se vaya armando un aparato psquico, sino tambin porque
aparece como precediendo el primado del deseo y del Principio de Placer. Y lo
relacionamos, adems, con cierta funcin de liga que, como vimos, es esencial para la
constitucin subjetiva. En tanto nacemos en un estado en el que todo est deligado.

Entonces, podra decirse que antes de desear, o incluso antes de desear repetir,
el chico necesita ligar a travs de mltiples repeticiones. Es ms: localizamos al
respecto, en el chico, una cierta demanda de repeticin; algo as como "lo que sea, pero
que se repita. Se ha dicho, y puede uno acordar, que toda demanda es demanda de
amor; pero hay un matiz ms que aadir: en todo caso, de un amor que se repita, de
que esa donacin de amor se repita: algo muy esencial se trama all. Incluso, despus
de todo, si pensamos un poco, empezamos a reconocer que un chico muy pequeo, un
lactante, ya empez cierta actividad de juego -que ser esencial para nosotros- cuando
observamos que ya repite ciertos actos, ciertas acciones.

Yo pensaba que es una lstima que teniendo el modelo de Facultad que pensaba
Freud para el psicoanlisis, no se incluya en ella cierta formacin musical, porque la
msica ofrece un lugar privilegiado para estudiar la repeticin.

La repeticin se da como organizador, como productor de diferencias; no puedo
darles esto como bibliografa, porque no puedo suponer una formacin musical, pero si
alguien tiene cierta idea de lo que es la variacin como principio bsico en msica, all
encontrar muchas cosas en torno a repeticin y diferencia. Es ms: se podra dar como
ejercicio bibliogrfico una obra muy conocida, como es el Primer Movimiento de la Quinta
Sinfona de Beethoven; ste es un ejemplo privilegiado porque se trata de un
movimiento entero -varios minutos de msica- sobre la base de cuatro notas;
enteramente todo reposa en repeticin y diferencia de ese motivo y en una bsqueda
que emprende all la repeticin para dar resolucin a la tensin que se plantea
inicialmente en esa msica, resolucin que se encuentra cerca del final de la obra. Pero
sta es una bilbiografa, digamos, muy optativa.

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Tena cierta duda al respecto de la bibliografa del Seminario; ya les haba dicho
que les iba a servir el libro nuestro, de Clncia Psicoanaltica, as como tambin les
serviran otras cosas que ya son bibliografa de la materia, especialmente textos de Piera
Aulagnier, que ustedes trabajarn en prcticos. Pero adems, les sugiero como
bibliografa un pequeo seminario que dict aqu en 1985, Jugar y Constitucin
Subjetiva, en el mismo dictado de la materia; est impreso y se lo puede encontrar.
Avisar en Tekn, que es el lugar donde s que est, de qu clases se trata, para que
puedan conseguirlas all. Por otra parte, tambin puedo remitir, para la cuestin
relacionada con el deseo, al seminario que di el ao pasado sobre Fobias, que tambin
est en el Centro de Estudiantes y en Tekn. Lo que me propongo hacer es ir dndole
una vuelta metapsicolgica a cosas que estuvimos trabajando estos aos sobre: la
funcin del jugar, la funcin materna, los tiempos del narcisismo, la constitucin del
propio cuerpo; se trata de aadir a estos temas que acabo de decir, este Seminario,
junto con el trabajo que ustedes hagan con el resto de la materia.

Siguiendo adelante, hasta ahora no hicimos ms que dos o tres remisiones muy
breves en cuanto a la espontaneidad; la localizamos, tropezamos con ella, estudiando la
repeticin, cuando dijimos que lo ms espontneo que aparece es la repeticin. Tenemos
que precisar un poco cul es la genealoga de este concepto en Psicoanlisis, aunque sea
en una forma introductoria, sumaria, porque es un concepto que a veces queda
oscurecido porque no es asumido; especialmente en una versin mecanicista o
computarizada del psicoanlisis o del sujeto.

La palabra espontaneidad, en rigor, aparece muchas veces en Freud como
cualidad, como adjetivo, como cualificacin de un cierto emergente: por ejemplo, cuando
l se refiere a las ocurrencias espontneas, dicho de otra forma, en relacin con la
llamada "asociacin libre, o sea a lo que ocurre cuando algo no se toma en cuenta y
puede burlar la censura de la resistencia. Por otro lado, aparece en ese contexto ligada
con cierto efecto de imprevisibilidad: algo que retorna con un carcter sorpresivo; en
este contexto es como aparece el sentido de la palabra "espontaneidad en Freud: por
ejemplo, un acto sintomtico, un acto fallido tiene un carcter de sorpresa, de cosa no
preparada, no planeada.

Tambin aparece cuando Freud se refiere al curso del anlisis, por ejemplo: el
curso del anlisis es algo que no puede preverse, que no puede planificarse. Y vuelve a
aparecer con ms fuerza, pero en otra expresin, en eso que localizbamos la vez
pasada: el sujeto repite, s, pero se trata de repetir "a su manera, sin que eso quede
muy bien especificado. Fjense que el trmino "espontaneidad, entonces, empieza a
jugar en un doble registro, como algo que surge cuando desaparecen los reparos
preconscientes, por ejemplo, en la consigna de ocurrencias espontneas, en la
asociacin libre, y cuando, por otro lado, el sujeto no est gravemente condicionado por
el deseo del Otro, o sea, buscando antes que nada una adaptacin al deseo del Otro.

Tambin aparece de otra forma, implcitamente, el concepto de espontaneidad,
cuando Freud describe las series complementarias: ustedes recordarn que se habla de
tres vectores all, de tres series; pero considerndolo atentamente, ocurre all como con
los Tres Mosqueteros, que son cuatro; son tres pero son cuatro, porque esas tres cosas
solas no bastan, hay un cuarto elemento que es el sujeto, que finalmente es aquello que
se perfila, la forma particular de organizar el recorrido y el efecto de encuentro de estas
tres series; no son tres series como para poner en marcha una heladera o un aparato de
televisin, como afuera del sujeto.

Ms avanzada la teora psicoanaltica, el trmino "espontaneidad aparece ya en
una precisin mayor, sobre todo en dos autores: Bettelheim y Winnicott: aparece all ya

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ms como algo que es inherente al momento del deseo, algo inherente al despliegue de
la subjetividad, como ndice o como caracterstica propia de la emergencia subjetiva.
Incluso aparece de esta forma, pero con otro nombre, en Piera Aulagnier, cuando ella
diferencia lo que es "reaccin de lo que es "respuesta. Ella precisa que un sujeto, por
ms pequeo que sea, no se dirige a reaccionar; el Psicoanlisis no se puede explicar
con un esquema de accin-reaccin, con un modelo de estmulo-respuesta: "a tal accin,
tal reaccin. Sea cual fuere el estmulo, la accin del medio, hay siempre una gama
potencial de respuestas, y no sabemos cul de ellas el sujeto desarrollar. Hablar de
respuesta da all otro perfil a la actividad propia del sujeto, aunque se trate de un beb,
ste no se limita a reaccionar.

Por eso mismo, nunca se puede simplificar la causalidad den Psicoanlisis, nunca
se puede decir que si se hace tal y tal cosa, se produce tal y tal cosa, sa y slo sa;
sino que hay siempre un abanico de respuestas posibles. Por eso, de muchos factores de
las funciones paternas se dice que son condicin necesaria para la emergencia de una
psicosis; pero no son condicin suficiente: el sujeto puede desarrollar una respuesta que
no sea la respuesta psictica. Este es un enfoque, un costado para entrar en el tema de
la espontaneidad que es el costado terico, y que no debe confundirse con la cuestin de
la determinacin: una cosa es que haya una espontaneidad determinada, que la
espontaneidad est determinada, incluso determinada por la repeticin, porque la
espontaneidad se dedica, al parecer, a producir repeticiones.

Otra cosa muy distinta es que esa determinacin sea concebida de manera
mecnica; esa confusin suele ocurrir. En realidad, el mismo Freud hizo un trnsito al
respecto: Freud empieza su carrera "cientfica, digamos, as, con un esquema de
determinacin mecanicista; termina en el otro extremo, llegando -sobre todo a partir de
la introduccin de conceptos como el de ello, de pulsin de muerte, si bien hay ya
formulaciones ms tempranas- a una posicin ms ligada a lo que podramos llamar
"indeterminismo. Pero no se trata de indeterminismo en el sentido de ausencia de
determinismo, sino en el sentido que tiene la Fsica, es decir, un determinismo muy
complejo, con ombligo, un determinismo que hace que se diferencie, en definitiva, la
subjetividad de una robtica, sino, producir sujetos sera como producir algo en serie.

Un proceso similar al de Freud se puede seguir en un autor como Lacan; Lacan
empieza poniendo mucho el acento en la primaca de lo que l llama "lo simblico,
respecto de cierta combinatoria, por ejemplo, del lenguaje, o de los lenguajes, que como
tal podra programar algo como si fuese una computadora, si uno caricaturizara este tipo
de determinacin. En una inflexin posterior, que cubre la ltima parte de su obra, el
acento se desplaza sobre lo que llama "lo real, que justamente es aquello que resiste a
la estructuracin y que es el trmino que, en su utilizacin, se acerca o converge ms
con este concepto de espontaneidad: aquello que de pronto trae lo imprevisto, lo que
patea el tablero y lo que, por otra parte, no puede fcilmente formalizarse.

Adems, en este sentido, es importante tener en cuenta lo que Freud llama
"automatismo de repeticin, el punto es que ste no est, a su vez, automatizado, no
es la programacin de una computadora; si fuera una programacin, sera una
computadora programada por nadie, y programada adems de un modo de lo ms
conflictivo y heterclito. Este es un punto importante, porque el automatismo de
repeticin se desencadena de una forma incondicionada, o sea que no est a su vez
automatizado. ste sera el costado terico, ms intertextual del asunto; el otro costado
es el costado clnico. Yo mencion que los autores que ms haban avanzado respecto
del concepto eran Bettelheim y Winnicott. Eso no es una casualidad: son dos autores
ligados a lo que se ha llamado la "ampliacin del Psicoanlisis, o sea, la extensin del
Psicoanlisis ms all de las neurosis, hacia territorios ligados, bien a la psicosis, bien a
trastornos narcisistas de cierta gravedad.

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Entonces qu ocurre? Clnicamente con chicos es un observable claro, cuanto
mayor es la patologa con la que un chico est comprometido, mayor es la obstruccin,
el bloqueo o la deformacin de esa posibilidad de respuesta espontnea imprevisible. En
lo ms patolgico que pueda exhibir un chico, la cuestin es que de pronto el sujeto
quede reducido a un puado de estereotipos. O sea que los autores que, justamente,
tienen una experiencia clnica ligada a patologas ms graves, ms de frontera del
Psicoanlisis, son tambin los autores que ms tuvieron ocasin de apreciar, mucho
mejor que en el terreno neurtico, estas funciones, esta capacidad de respuesta
espontnea imprevisible que define, finalmente, a un sujeto y gracias a lo cual tambin
hay Psicoanlisis.

Por qu en psicoanlisis no podemos valernos de una tablita de smbolos fijos?
Por qu no podemos tener un cdigo, un manual de interpretacin? S, hay
determinacin, pero no es la determinacin de una mquina o de una computadora, sino
que es un tipo de determinacin ms complejo, una espontaneidad determinada o, dicho
de otra forma, una repeticin incondicionada.

Dejo esto abierto y doy un paso en otra direccin para ir entrando en el terreno
especficamente ms clnico. Tenemos que pensar, en lo que hace a la constitucin
subjetiva, en algo as como los trabajos de la repeticin; dijimos la vez pasada que el
chico tena que hacerse sujeto mediante ciertos trabajos simblicos, trabajos que se
apoyan en la repeticin. En este Seminario vamos a centrarnos en aquellos puntos ms
tempranos, los ms problemticos, los ms difciles de abordar, porque despus sirven
de gran ayuda para volcarse a territorios menos desconocidos, menos speros. Si uno
empieza a caracterizar las cosas desde este punto de vista, que implica preguntarse: en
qu trabajo anda un chico? qu trabajo es constituirse como sujeto? qu trabajos de la
repeticin esto implica?, la forma ms concreta de plantearlo es la siguiente: el primer
trabajo en el que aparece involucrada la repeticin, el trabajo ms bsico, es que el que
nace tiene que irse a vivir a su propio cuerpo, propio cuerpo en el sentido de eso que
anatmicamente, all, aparece como su cuerpo; en este sentido el propio cuerpo aparece
como una especie de heredero del vientre materno. Esto, para cualquiera que no sea
psicoanalista puede parecer abstruso, porque aparentemente el cuerpo estaba all dado;
pero la asuncin subjetiva de ese cuerpo, simbolizarlo como un lugar para vivir en l, es
algo muy diferente y que no le viene dado al chico, ni se le regala; aunque hay que
ayudarlo para eso, desde las funciones materna, paterna, etc.

Este irse a vivir al propio cuerop, no es una manera de decir, ni un hacer gala de
cierta filosofa o pseudo filosofa. No es una abstraccin, sino que es algo que tiene
referentes clnicos muy concretos, implica mucho sufrimiento humano, pero por eso
mismo hay que decir gracias a lo que se ha podido ir viendo, por ejemplo, sobre
autismo, o incluso sobre otras formas tempranas, que involucran, ya no el autismo, sino
la psicosis infantil. Sabemos que en casos graves el chico no vive en su cuerpo; es un
gran problema localizar dnde est, pero efectivamente no est en su cuerpo,
subjetivamente hablando.

Si esto, ahora, les parece por alguna razn incomprensible, lo iremos
especificando muy concretamente, porque me interesa que esto se entienda bien. Lo
iremos trabajando, por un lado, sobre la base que nos proporcionan las situaciones lmite
tan particulares de lo humano, como es el fenmeno del autismo, el cual, justamente por
ser tan "raro, puede de contragolpe iluminar cmo son las cosas en un proceso ms
sano, ms corriente. Estoy siguiendo el principio freudiano de que lo patolgico
magnifica ciertas cosas que en casos ms corrientes no se pueden ver porque funcionan
bien: se ven cuando funcionan mal. El hecho de que no est dado inmediatamente vivir
en su cuerpo, para un chico, no se ve cuando el chico est bien, sino cuando en un chico

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las cosas andan muy mal. Concretamente, puede ejemplificarse con el caso de un chico
que tomaremos hoy para apoyarnos. Puede parecer un chico ciego y sordo sin serlo,
puede actuar como manco o directamente tullido, como sin brazos y sin piernas, en el
sentido de no poder hacer uso de nada de eso; esto tiene, entonces, un anclaje clnico
muy concreto.

Otra forma de decir esto sera hablar de que el chico tiene que alcanzar cierto
grado de unificacin; que el nio parte de un estado de no integracin, de dispersin, y
que entonces debe arreglrselas para conseguir cierto grado de unificacin; unificacin y
no unidad. La unidad es imposible; desde el momento en que uno habla de Inconsciente-
Preconsciente, la unidad armoniosa, mondica, etc., etc., no existe a nivel humano.
Unificacin es justamente una forma de convivir con esa dispersin originaria y con
todas las operaciones que suscita. Este es un punto importante, porque en definitiva, el
trabajo ms importante para un chico pequeo, infans, un nio en su primer ao de
vida, es conseguir su unificacin.

Nosotros ponemos mucho nfasis sobre la divisin del sujeto: el sujeto dividido,
el sujeto escindido. Estos son temas que ya habrn visto y que son bsicos en
psicoanlisis, pero que a veces han recibido cierto uso un tanto distorsionado. Por
ejemplo, se ha hecho cierto culto de la cuestin de la divisin, de la escisin subjetiva,
ideologizando la cuestin; a veces pienso si no es un poco una cuestin "snob, algo as
como que es una paquetera estar dividido, entonces se dice "soy un sujeto dividido.
Esto no tendra que hacernos olvidar: primero, que hay una gran diferencia entre decir
"sujeto dividido y "sujeto disociado, "sujeto despedazado y "sujeto destruido, hay
una enorme diferencia porque cuando hablamos de "sujeto dividido no decimos estas
otras cosas que implican lo ms patolgico. O sea que las divisiones subjetivas que
trazan surcos en la subjetividad, son divisiones que en ltima instancia estn al servicio
de cierto proceso de unificacin; hay una paradoja all: las divisiones se ponen al servivio
de la unificacin. Pensemos por ejemplo en el papel que le da Freud a la represin
originaria, que traza como una barra gruesa entre Inconsciente y Preconsciente; pero
resulta que, si la represin originaria fracasa, lo que tenemos como resultado es un
sujeto en peligro constante de desintegracin; o sea que la funcin de la represin
originaria es una funcin que se pone al servicio de la unificacin narcisista.

Fredu dice esto con todas las letras, por ejemplo, cuando habla en general de la
represin: la represin est al servicio del narcisismo incluso en el plano edpico y
genital. Eso en Freud es as y est muy claro: la represin que divide, separa y rechaza,
est al servicio de un proceso y hasta de ideales de unificacin. Esto es algo que no
tenemos que olvidar, porque en Clnica de Nios, y sobre todo con nios muy pequeos,
es una cosa vital, sobre todo en ciertas fronteras del psicoanlisis.

Otra forma de plantear esta cuestin sera decir que mediante la repeticin, el
chico tiene que armarse un aparato de repetir; las repeticiones van ligando cosas: "ligar
implica toda la cuestin, luego, de representar algo, de sustituir una cosa por otra.
Cuando yo digo: "A representa a B; "A en el contenido manifiesto, representa a B en el
contenido latente; "A en lo preconsciente representa a B en lo inconsciente, estoy
indicando que se produjo all, por repeticin, cierta ligazn que permite esa sustitucin.
O sea que armar un aparato de repetir es fundamental para todo esto.

Pero si se trata sobre todo de conseguir habitar ese cuerpo, qu es lo primero
que en el orden de la repeticin aparece producido a nivel de la constitucin subjetiva?
Lo primero en sentido estructurante, fundante? Intentaremos trabajarlo, sobre todo,
con un modelo. Por razones expositivas nos atendremos a lo oral. Podra utilizar otros
ejemplos, pero trabajaremos siguiendo de cerca la pulsin oral, para hacer ms clara la

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cuestin; pero esto no slo ocurre en cuanto a la oralidad. Adems me apoyar en las
formulaciones de la "Metapsicologa de Piera Aulagnier, que son las ms recientes.

Hay una primera forma que aparece relacionada con el ligarse al propio cuerpo,
como si dijramos que el chico nace y debe, para ser realmente un sujeto humano,
amarrarse, anclarse en su cuerpo, al propio cuerpo; una realidad anatmica no es una
realidad simblica. Lo primero que aparece all es el concepto de "pictograma, el primer
resultado de la repeticin sera la fabricacin de lo que, siguiendo a Piera Aulagnier, se
llamara "pictograma, como primera forma de anclaje de representacin corporal.

Yo les digo esto y quedara en un nivel demasiado acadmico; lo adelant como
definicin convencional para ver luego, concretamente, qu se puede hacer con esto.

Situaremos esto a nivel oral, para ver qu quiere decir "irse a vivir al propio
cuerpo y qu quiere decir "pictograma, como primera traza, como primera inscripcin,
en un nivel simblico o protosimblico, del propio cuerpo.

Pensemos un poco: qu es una boca? Psicoanalticamente, no es algo tan fcil de
describir, no basta con evocar la descripcin de la boca. Especifiquemos un poco ms, ya
que estamos situndonos en el terreno del infante, del infans, de quien todava no habla,
que entonces, no tiene palabras propias, no tiene ideas, no tiene fantasas, no tiene ese
nivel representacional. Qu es succionar? Por lo pronto, succionar es una actividad
repetitiva en un lactante, con y sin el pecho; es ms: uno puede ver, por ejemplo, que si
esa actividad repetitiva de succionar se detiene, est ocurriendo algo muy grave. Si un
chico no succiona, no slo el pecho, o la mamadera, sino que si no succiona como juego
corporal, si no se chupa el dedo, el puo en la boca, si no succiona objetos que se mete
en la boca, est ocurriendo algo gravsimo. Incluso, ese chico puede llegar a morirse,
como en un marasmo anacltico: es el caso de los chicos con depresiones tempranas
muy graves, como respuestas a ciertas deficiencias de previsin libidinal; son los chicos
ligados al fenmeno de "hospitalismo que ustedes habrn visto en Spitz. Es un tipo de
cuadro en el que, si no se acta inmediatamtente, es inminente la muerte.

Por otro lado, uno puede decir lo siguiente: si un chico no succiona, si no ha
ejercitado esa actividad de succin, no hablar; un chico que no ha desarrollado la
succin, en el que, por alguna razn, eso no se ha constituido, ha fracasado, o se ha
perdido, es un chico que no va a hablar, que no adquirir el lenguaje. Marco esto para
mostrar la importancia de este fenmeno de succin.

En qu modelo puede pensrsela? Freud trae un modelo, tambin oral: hay una
referencia terica conocida en un model que l llama "la vivencia de satisfaccin
temprana. La vivencia de satisfaccin estara ligada, por una parte, a la experiencia
directa con el pecho y, por otra parte, a la reproduccin de la vivencia alucinando el
pecho. Aparece esa alucinacin primitiva del pecho ligada a la vivencia de satisfaccin:
reproducir cierta experiencia, repetir cierta experiencia que proporcion placer. Hasta
aqu, Freud.

Todo el problema radica en precisar el estatuto de esa alucinacin; cuando Freud
habla all de alucinacin, de qu se trata? de que este ser de pocos meses se est
imaginando el pecho, est fantaseando, teniendo una imagen de pecho en un nivel de
fantasmatizacin? No, porque el chico no tiene los medios para hacerlo. El punto es que
la alucinacin es la succin misma, lo que Freud llama all alucinacin, es el hecho mismo
de la succin, que ya no puede explicarse meramente como un reflejo, no es un reflejo
de succin. De hecho, el reflejo de succin en estado puro es algo inaprensible en la
condicin humana. La succin misma es all la alucinacin; de all lo de "pictograma: se
engrama a nivel mismo del cuerpo, es en el cuerpo mismo que est la alucinacin. Uno

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podra decir que, si el chico hablara, si en ese momento podra antropoformizarse,
verbalizar en trminos del proceso secundario, las palabras que le pondramos seran
ms o menos stas: "Yo (estaba boca) soy el pecho. La alucinacin es que, mediante la
succin, yo soy el pecho, no lo tengo, porque el registro del tener implica un mayor
desarrollo subjetivo, una dialctica de "tengo, "no tengo, una mayor distancia sujeto-
objeto; aqu no hay ni la menor idea de la diferencia sujeto-objeto. La alucinacin es Yo
soy el pecho al succionar en el vaco.

O sea que si uno quisiera contestar Qu es una boca?, psicoanalticamente en un
principio, porque luego es muchas otras cosas cuando ya comienza a entrar en una serie
de registros y de resignificaciones, pero a nivel proto, una boca es un pecho alucinado;
es la vivencia de satisfaccin, cuando se reproduce ms all del contacto con el pecho
real. Observen all, por un lado, que hay una indistincin sujeto-objeto: la boca es el
pecho alucinado. La diferencia sujeto-objeto se trazar despus; all hay una fusin
sujeto-objeto. Esto, adoptando la terminologa de Piera Aulagnier, se llama "zona
objeto, el pictograma funciona fabricando una zona objeto, "zonaobjeto todo junto, no
debe ponerse guin, porque sino se est separando, est haciendo algo del proceso
secundario. Esto, en cambio, es bien originario, y va todo junto; o dicho de otra forma -
y esto lo vern en otros lugares de la materia- se trata de un "espacio de inclusiones
recprocas, en el sentido de que la zona es el objeto y recprocamente el objeto es la
zona; la boca es el pecho y el pecho es la boca.

Eso es lo que permite, entonces, que esa boca empiece a funcionar como boca en
el sentido libidinal, simblico, del trmino; eso implica "irse a vivir a la boca; implica
que se habite realmente la boca, implica un tipo de construccin que podemos llamar un
"pictograma de fusin. Fusin a qu? Fusin a lo que aparece viniendo del cuerpo
materno como gran proveedor narcisista; por lo tanto mucho depender de esta funcin
materna en cuestin.

Pero para unificarse, para habitar el cuerpo, no hay otro camino que construir
pictogramas de fusin al Otro. Hablar aqu de separacin no tiene ningn sentido
positivo, la separacin aqu sera catastrfica; es como si en el terreno biolgico, cuando
hay un acto de fecundacin, empezsemos a pensar en el nacimiento, en la separacin,
es prematuro. Lo que all debe pasar es que ese embrin, esa clula, se prenda all a las
paredes, se fusione, digamos. Tiempo habr para la separacin. Hay que anclarse,
agarrarse de algo, para empezar a existir subjetivamente y el camino es construir esos
pictogramas de fusin. Winnicott da un ejemplo muy concreto al respecto: lo importante
para un beb es exactamente cierta cualidad de estar "a upa, de estar en brazos, de ser
abrazado; la expresin "te quiero no le dice nada a l; all hay que construir un
pictograma de fusin entre el conjunto de su piel y cierta envoltura del abrazo. Lo mismo
sucede con la mirada y el objeto de esa mirada. Cuando se dice que el nio vive ms en
el rostro de la madre que en s mismo, est fuera de s, vive, por ejemplo, viendo como
lo ve la mirada materna, sta es una forma de decir cmo su mirada est pegada al
objeto; all hay nuevamente una formacin de objeto zona.

Esto nos da una primera idea de lo que puede querer decir "irse a vivir al propio
cuerpo, irse a vivir a esa regin; es la forma en que se construye lo que llamaremos
luego una zona ergena; pero hay una contrapartida que ahora, desgraciadamente, por
las complicaciones de la situacin, tenemos que introducir. Hasta ahora, hemos estado
trabajando slo en la direccin de la formacin de pictogramas de fusin, en la direccin
libidinal, que es una de las direcciones de la repeticin. Pero situamos la repeticin en un
conflicto, en el marco de un conflicto. Hay otra direccin que est planteada, posible en
ese conflicto y que a veces se toma, en casos menos favorecidos: es la que podramos
llamar una direccin tantica, destructiva, o autodestructiva. Conviene hacer dos
acotaciones al respecto de Freud. Una es que, en funcin de sus planteos de

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redistribucin pulsional, de la acuacin de la hiptesis de la pulsin de muerte y de la
nueva funcin que entonces toma la destructividad, se quebranta el monopolio que hasta
entonces tena lo libidinal, porque aparece esa dimensin destructiva, y sobre todo
autodestructiva.

En relacin con esto, Freud deja planteado un programa, que l no realiza sino
que slo deja planteado y que, en alguna medida, varios psicoanalistas han retomado,
aunque se tard en hacerlo; l dice que, as como se ha seguido toda la serie del deseo,
tomando la idea de libido, de zona ergena, del cumplimiento del deseo como deseo
ertico, como deseo sexual, como deseo sexual reprimido, etc., hace falta ahora, dice
Freud, encarar la otra serie, la serie de la destructividad. Cmo ser -se plantea Freud-
el cumplimiento de un contra-deseo, de un deseo negativo? Es importante marcar que
Freud no habla de un no-deseo, no de un contradeseo, sino de un deseo negativo;
cmo ser el cumplimiento de un deseo en una direccin destructiva? Punto muy
importante, sobre todo el tipo de clnica que estamos apuntando.

La segunda observacin es que Freud plantea como incgnita, porque estaba
como al borde de su experiencia -el centro de su experiencia no eran las formaciones
psicticas y narcisitas graves- el tema de "ambivalencia arcaica, ambivalencia
originaria, refirindose a casos donde hay una defusin primitiva, una contraposicin de
amor y odio que aparece gravando el desarrollo subjetivo, la capacidad de amar y las
posiciones de deseo en el sentido libidinal. Hay all una zona oscura que hace a lo arcaico
de esa ambivalencia.

Siguiendo esto, y sobre la base de la experiencia clnica, ms all de las neurosis,
o en ciertas neurosis muy graves, hemos encarado, por un lado, un camino donde
repetir conduce a estructurar, a diferenciar, a ligar libidinalmente; por ejemplo, el efecto
de liga boca pecho, donde se ligan en ese efecto de liga por repeticin que va
constituyendo algo como boca, algo como un centro y un organizador privilegiado del
psiquismo. All hay una direccin donde la repeticin est al servicio de la funcin de
liga. Pero hay otra direccin donde la repeticin se pone al servicio de lo contrario, no
del representar sino al servicio de destruir toda representacin, no de investir
libidinalmente sino de destruir todo lazo libidinal. En la conceptualizacin para la que me
apoyo en esto, es especficamente la de Aulagnier; ella lo categoriza como "deseo
negativo, siguiendo a Freud, "deseo de no tener que desear, rechazo del desear, del
trabajo de desear, rechazo de estar condenado a desear. Es mejor que esto se
especifique clnicamente, porque no es un invento creado especulativamente, sino un
intento de pensar ciertas cuestiones clnicas. Por ejemplo: la automutilacin, como
puede preveerse a veces en un adolescente esquizofrnico, o en ciertas depresiones
graves, en ciertas melancolas donde la mutilacin toma un curso suicida. Qu es lo que
puede verse aqu? La mutilacin recae sobre un rgano dado, por ejemplo, los genitales,
aunque no slo son los genitales. Pero adems qu precedi a ese pasaje al acto de
mutilarse, o a ese impulso a hacerlo que a veces el paciente puede llegar a verbalizar
permitiendo trabajarlo? Lo precedi la emergencia sobre ese rgano, de un movimiento
de deseo, de un movimiento libidinal que no es aceptado por el sujeto, que es
rechazado. La mutilacin sera un acto de repeticin destructiva porque esto se sita en
una serie donde ha habido otras repeticiones destructivas en ese sujeto, de abolir, de
odio a aquello que desea. Si el deseo se erige aqu, ni el deseo cae sobre este rgano,
pues, a abolirlo, que no exista ms, a cortarlo y mutilarlo. O bien se da el impulso
suicida.

Una paciente, quizs la ms grave que estoy atendiendo actualmente, que
requiere muchas sesiones semanales y cuidados especiales por lo grave de su depresin,
tiene siempre esta secuencia, donde a cada amago de emergencia de deseo en ella, de
algo libidinal, hay que esperar un contragolpe que a veces la lleva a actuaciones

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suicidas; chocar, por ejemplo, o estar a punto de ser atropellada en la calle, o bien estar
con una fantasmtica suicida muy importante y peligrosa. El sujeto entonces nace y hay
una encrucijada: al servicio de qu se va a poner en l la repeticin,
predominantemente? En definitiva podramos decir que en todo sujeto humano puede
estar presente, a veces, el deseo de no tener que desear. Pero predominantemente, se
pondr al servicio de lo que clsicamente llamamos deseo, o al servicio de abolir el
desear, de odiar el desear, en el sentido fuerte, expulsivo, de que eso no exista, de
mutilarlo, de echarlo del sujeto? Esto mismo se puede ver en ciertas neurosis muy
graves: por ejemplo, hay cierta evolucin en algunas fobias que yo llamara "malignas
en el mismo sentido que se dice al hablar de tumores, donde es tan fuerte el rechazo del
desear, la angustia del desear, que a veces llega al lmite de lo incurable en cuanto a
nuestras posibilidades de intervencin.

ALUMNA: Cuando usted dice "desear, se refiere a un desear consciente?

PROFESOR: No; cuando hablo de desear, hablo de deseo inconsciente. Es una
abreviacin; Freud empieza hablando de deseo inconsciente; luego, abreviando, se dice
"deseo, pero hablamos de deseo inconsciente, que de pronto emerge y llega algn
derivado de ese deseo a lo consciente, a lo preconsciente, pero que hunde sus races y
sus determinaciones en lo inconsciente.

ALUMNO: El deseo negativo, sera el intento de poner una marca, por ejemplo en el
caso de los intentos suicidas?

PROFESOR: No s de qu intento se trata, pero en el caso que mencion, por ejemplo,
se trata ms bien de borrar toda marca, de que algo desaparezca en el sentido radical
del "no existe ms, de abolir, de desmantelar algo. En el historial que trabajaremos,
esto se puede ver mejor. De todas maneras, yo quera agregar una hiptesis personal al
respecto: una pregunta podra ser: qu decide que se tome esta direccin? Qu decide
que el decurso de la repeticin tome ms el sendero de la constitucin subjetiva, el
sendero de ligar progresivamente, de ir constituyendo esos pictogramas de fusin como
anclaje bsico de un cuerpo, o que tome una direccin de desmantelamiento? Aqu cae el
peso de la importancia de las funciones materna y paterna en las que el sujeto debe
apoyarse para llegar a ser; porque el sujeto se hace solo en el trabajo pero no puede
hacerse solo sin ayuda.

Tomemos el modelo oral, lo que vimos como vivencia de satisfaccin: si del lado
de la funcin, de quien dona el pecho, no se arrima nada, no se posibilita nada que
cualifique como posibilidad de placer a esa experiencia, que aporte algo a la boca como
lugar posible de placer y de satisfaccin libidinal, es muy posible que eso intensifique,
desencadene la direccin negativa de la que estbamos hablando y que entonces la
boca, en lugar de ser un lugar ms habitable, se deshabite, se rechace, se mutile de la
boca.

Voy a tomar el fragmento de un historial para que esto se pueda seguir mejor,
porque es difcil; adems, tomo un texto que ustedes vern mucho ms
desarrolladamente que conmigo en prcticos: es un historial de autismo de Bettelheim,
el hisotiral de Laurie, una nenita de siete aos.

Yo tomar slo algunos aspectos muy recortados. Es un material que nos
permitir ver lo opuesto a lo que hicimos antes, y volver incluso a la pregunta que
apareci: cmo se deshabita una boca? cmo una boca se vuelve inhabitable para esa
nena en el sentido libidinal del trmino? Al principio del historial, ustedes encontrarn
una importante referencia del autor a lo que l llama "relacin negativa. Bettelheim
plantea lo siguiente: lo ms superficial, lo ms descriptivo, es que el autista no se

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relaciona con nadie, se comporta como si fuera una especie de objeto inanimado y como
si los que lo rodean tambin lo fueran; aparece un no vnculo, como que el nio no se
relaciona con nadie. Bettelheim plantea que la experiencia clnica, ms bien, llega a
pensar que hay una relacin negativa con el Otro, que es una cosa muy distinta; es muy
diferente decir; este nio no se relaciona con nadie, a decir: este nio tiene con alguien
una relacin negativa, en el sentido en que en Fsica, por ejemplo, se dice; sta es una
partcula. ste es un antiprotn. sta es una antimateria; no es lo mismo que decir: aqu
no hay materia.

La diferenciacin que l propone conduce a pensar el autismo como un desarrollo
muy desviado particular, ms que como algo que se hubiera detenido, que no estuviera
hecho, que no estuviera constituido; a veces se dice, en forma un poco ingenua, este
sujeto no est constituido. Es entonces un marciano que est all, hay un espacio vaco
all? De hecho, encontramos producciones en ese autista. Cmo se constituye eso que
yo digo que no est constituido? Cmo est constituido lo que no est constituido?

Veamos una pequea secuencia recortada del material, que es muy vasto; tomo
arbitrariamente el tema de la boca all. Es una nena que ha llegado a hablar, mal que
bien; las circunstancias familiares que se pintan no aparecen como las de mayor
investimiento libidinal del mundo, pero es una nena que a cierta edad habla; claro que
ya en el hablar aparece algo frgil, y cuando digo habla digo entonces que come: tiene
boca, aunque es una boca algo rara, porque no llega a decir nunca "yo, ni "mam ni
"pap, o sea que no nombra los objetos primarios; si bien nombra cosas, acciones. Pero
de todas maneras, ella habla. Este es el estado inicial de la cuestin que despus se va
reformulando a lo largo del historial, pero eso no lo voy a tomar ahora. Tomo las cosas
tal como al principio se presentan.

En un momento se va la niera, que ha estado varios aos con ella, y aparece
como si hubiera tenido una relacin corporal ms con ella que con la madre; el primer
efecto de esto es el mutismo: deja de hablar; primer paso. Hay una serie de pasos en
los que vemos cmo una boca se va derrumbando y va dejando de serlo, en una especie
de movimiento inexorable. El primer paso, entonces, es el mutismo; es muy diferente
decir que un chico habla de una prdida, o sea, de una prdida de objeto, a que, a raz
de una prdida, el chico deje de hablar. En principio, esto lo situaramos en lo que en
psicoanlisis llamamos "depresin psictica, o sea, no depresin en el sentido de
prdida de objeto, sino depresin en el sentido de prdida de algo del propio cuerpo. O
sea que, psicoanalticamente hablando, la nena se comporta como si la que se fue se
hubiese llevado su boca, por lo menos su boca parlante. Primer paso: reconstruccin de
la boca que, recordmoslo, ya tena su punto de fragilidad; adems, que suceda esto
mismo marca el punto de fragilidad, porque otro chico al que se le vaya la institutriz,
hablar de la prdida o jugar con la prdida, sin perder el acto de hablar. Pero no: es
como si la que se va -adems se fue abruptamente- se llevara en su equipaje, digamos,
algo de la boca hablante que la nia no tena firmemente anclado en ella, sino que
estaba ligado a la presencia del Otro, que se va y entonces ella pierde eso.

Segundo paso: la nena retrocede, regresa, a una actividad un tanto
distorsionada, regresa a los laleos, los juegos fonemticos y prelingsticos, en el sentido
formal, de un beb, hace cloqueos, sonitos guturales, por eso digo "distorsionados. Pero
al menos queda esa actividad en la boca. Un da, no soportando esa situacin y ese tipo
de ruidos, le dan una bofetada. A partir de ese da no hace ms ruido, la boca deja de
sonar. Si ustedes piensan ahora en trminos de pictograma de fusin, podemos decir
que empiezan a aparecer lo contrario, el pictograma de fusin empieza a perder cosas;
en ese pictograma de fusin, digamos que ella tena una boca que hablaba, que
cloqueaba, que poda hacer ruido, por lo menos; esto lo pierde y algo se defusiona. En

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otros trminos, podramos decir que aparece un pictograma de rechazo, es decir, cosas
concernientes a la boca se empiezan a rechazar.

Tercer paso: se vuelve anorxica: deja de comer, deja de tener inters en la
comida, hay que alimentarla ms o menos a la fuerza, o sea "traga; es importante aqu
esto que se especifica, porque nosotros tendemos a pensar, simplificadamente, en una
boca como si fuera un agujero. Eso es un error; una boca es un rgano, un borde, una
superficie activa; es un agujero slo si hay mutilacin, slo si hay alguna herida
simblica aqu. Pero ningn rgano funcional, nada ligado a una zona ergena es un
agujero; en el terreno de la neurosis hay un solo caso donde esto parece suceder por lo
general: la idea, la representacin de que algo es un agujero cae sobre los genitales, con
mucha frecuencia sobre los genitales femeninos; muchas mujeres y muchos hombres
creen que aqu hay un agujero y no un rgano, un borde, una superficie activa, ergena.
Pero sa es una concepcin; es como dar fe de la concepcin psicopatolgica de un
rgano: una boca no es un agujero, es un rgano lleno de bordes, un rgano que extrae
cosas, que toma y que rechaza. Todo esto empieza a perderse: esa boca se empieza a
convertir en un agujero que traga las cosas: sera como tirar comida a un agujero.

Se van dando estos pasos y el pictograma con el que ella anclaba su boca fusional
a la anatoma de su boca, se va a ir desarmando: prdida del habla, prdida de ruidos,
prdida de la capacidad de alimentarse y, en ltima instancia, reduccin de toda
actividad autoertica de la boca, como chupeteo en el vaco; es como si asistiramos a la
ruina, al desarme progresivo de esa boca. En ltima instancia, puede quedar slo una
cosa anatmica ah, que de ningn modo es el rgano en el sentido ergeno simblico.
Es interesante ahora vincular esto con los movimientos que en el intento de cura del
tratamiento de la nena se producen. Vemos cmo, cuando empieza la intervencin
psicoanaltica sobre la nena -psicoanaltica no tanto en el sentido de un psicoanlisis
formal, sino como de estar en una institucin atravesada por el psicoanlisis, donde las
cosas se piensan psicoanalticamente-, comienza un trabajo de intentar rehacer el
pictograma de fusin en la boca, que tiene tambin una serie de pasos, de secuencias,
que en el historial se van marcando con mucha claridad. Yo hago un corte pequeo pero
el historial es mucho ms largo y tiene ms complicaciones.

Primero, la educadora, que est con esta nia en la institucin donde finalmente
los padres han aceptado que entre, despus de muchos aos perdidos -tiene siete aos
ya- le ofrece su dedo a la nena. Trata de ver si se produce algn tipo de respuesta all, a
nivel de succionar ese dedo, de restablecer cierto contacto ergeno, de ver si se puede
rearmar algo parecido a una boca. Entonces, la primera operacin es esa: poner el dedo
suavemente en el borde de los labios, e intentar un contacto con la lengua; el primer
indicio de respuesta -se trata de respuestas muy discontinuas, muy fugaces, seguidas
por das y horas de inercia total- es el de empezar fugazmente a tocar ese dedo, entrar
en contacto, empezar a dar ciertos ndices fugaces de contacto placentero lengua dedo,
lo que habamos visto como pictograma zona objeto.

A esto le sigue otro paso: darle de comer en la boca, en vez de alimentarla a la
fuerza; pero -hay una sutileza en la observacin: justamente, no con cuchara, no con
ningn objeto mecnico, digamos, sino con la mano, buscando que la mano-comida-
boca conformen, rehagan algo en torno a esa boca. Y por otra parte, punto decisivo, se
acompaa a esto el hablarle, hablarle mientras esto se hace, hablarle suavemente,
dulcemente, volver a hablarle. Este paso es importantsimo, porque una boca no es
solamente una boca que chupa, algo que chupa, sino que es algo que habla; hay varios
niveles en el pictograma de fusin. Despus de un tiempo, consigue restablecerse el
chupeteo, y entonces, el siguiente paso es que la nena se pone a comer sola; a veces,
algunas cosas.

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Hay siguientes pasos donde se asiste a lo siguiente: vuelve a emitir sonidos; esto
es algo muy importante. La condicin para que una boca hable es que haya succionado y
succione; una boca que no haya succionado no puede hablar. Es importante que el
restablecimiento de ese nivel de succin en la boca vaya acompaado de sonido; es
decir, la boca no solamente se pone a comer, sino que se pone a sonar: todava no son
palabras, pero se pone a sonar, es una reactivacin. Es como si se desandara el camino
del desmantelamiento; se trata all de volver a rehacer algo de boca.

Para marcar esto ms claramente hay un ejemplo de pictograma de rechazo, que
Bettelheim localiza muy lcidamente; al principio, cuando se le hablaba a la nena,
cuando entra a la institucin, ella da vuelta la cabeza para otro lado, en direccin
contraria al flujo de las palabras; o sea, hay un apartamiento, un rechazar, en ese dar
vuelta la cabeza, que haya algn interlocutor que le hable. Esto no es gratuito; es en la
medida en que de algn modo sintiera un dao en eso; es como si ella dijera: estos
sonidos me daan; y en esa medida los rechazo, procuro que eso no exista mediante ese
negativismo de apartar la cabeza, de dar vuelta, en direccin contraria. Los siguientes
pasos son que empiezan a proliferar ciertos pequeos juegos en torno de la boca, al
mismo tiempo que suena, en torno de la comida; por ejemplo, empieza a hacer cosas
que antes no haca: agarrar algo que est arriba de la mesa, volver a su lugar y
comerlo; adems se empiezan a introducir otras cosas, se restablece el circuito de
repeticin y diferencia; se introducen los bizcochos, las pasas, jugar un poco ms con la
comida, y aparece algo por primera vez: la nia muerde el dedo de la educadora; esto, a
mi juicio, en el historial est calificado un poco apresuradamente como agresin. Es una
opinin personal, pero tengo la impresin de que ms bien es un hito positivo en este
escalonamiento de hacer la boca, como que morder algo que ella reconoce como de otro
ser humano implica el deseo de extraer algo del cuerpo materno, de extraer algo que le
sirva, como incorporacin fantasmtica, porque no arranca el dedo de la educadora;
morderlo implica la puesta en marcha de un fantasma de incorporacin.

Hay una serie de pasos que se van dando y que van acompaados de otros que
permiten estudiar otros dos puntos; hay un sealamiento que hace Bettelheim, que es el
siguiente: en esta nena, pareca, al principio sobre todo, que la boca no tuviera ninguna
relacin con las partes de su cuerpo, en las que tampoco viva; un cuerpo como un
conjunto de zonas antiergenas, desmanteladas, vacas de lo ergeno. Entonces, all no
hay ningn efecto de unificacin.

Por otro lado -segundo matiz de la observacin- tampoco pareca que hubiera
ninguna relacin entre su boca y su lengua, tampoco haba una relacin entre todo-
parte: es como la seal del efecto de la formacin de un pictograma negativo donde, en
vez de que el trabajo de la repeticin produzca una boca, produce una especie de
antiboca, algo que no puede cumplir ninguna de las funciones ergenas y simblicas
ligadas a la boca; por lo tanto, no reconoce y barre con toda diferenciacin todo-parte.
Esto es algo que empieza a modificarse; entonces, se podra decir que hay una primera
funcin que es formar un pictograma de fusin, de anclaje zona objeto para empezar a
habitar cierta parte del cuerpo. Y hay una segunda funcin, que es cierto efecto de
coordinar, de conjugarse el pictograma de una zona corporal con otros de otras zonas
corporales, empezando a hacer un trazado del cuerpo. Hay un tercer efecto que la
secuencia del material permite localizar: espontneamente, sin ninguna direccin
teraputica al respecto, la nia empieza a interesarse por lo anal, hace ese pasaje de lo
oral a lo anal que a veces, en algn momento se present tan linealmente en
psicoanlisis y que pone a algunas personas nerviosas cuando se lo menciona, pero que
de todos modos se da.

Empieza a interesarse por lo anal y se descubre algo all: ella no estableca
ninguna relacin entre las heces, la materia fecal y su trasero, su ano, su vientre; no

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haca ninguna conexin: la caca estaba ah, o caa sin que ella la vinculase con su
cuerpo. Empieza entonces a conquistar otra zona ahora, porque all tambin hay que
establecer un pictograma de fusin zona objeto que una el vientre a las heces, el
continente al contenido, la causa al efecto que produce.

Entonces, ella empieza un camino muy lento que la lleva a descubrir la relacin
entre sus excrementos y esa zona de su cuerpo y empieza a jugar con eso; es
interesante que empieza a jugar con la caca como si fueran cubos, mezclada a veces con
cubos, y el juego de cubos empieza justamente a partir del empezar a irse a vivir ah, de
tener una zona anal tambin donde vivir: empieza a tener all una zona de inscripcin.

Detengo un momento la cuestin aqu para retomar otro aspecto: una de las
notas de lo que estamos definiendo como pictograma, o sea de la primera
representacin donde se ancla, la dimensin simblica del cuerpo a lo biolgico, es el
papel que tiene all el afecto: pero el afecto no en el sentido de sentimiento, sino el
afecto en sentido fuerte, el afecto corporal, como una accin del cuerpo. Tomemos el
succionar y volvamos nuevamente a la experiencia de satisfaccin; el succionar no es
neutro afectivamente, funcionar segn un caracter placentero-displacentero, aceptado
o rechazado y si las cosas progresan en el sentido libidinal, tendr una dimensin
placentera, lo cual estimular la repeticin de la succin. De lo contrario tendr una
dimensin displacentera, negativa, opuesta a la experiencia de placer. El pictograma
aparece como afecto que se siente en el cuerpo: esto no quiere decir que se siente
conscientemente, como cuando alguien dice siento tal cosa; aqu estamos todava lejos
de un nivel de una conciencia de s. Se siente ms bien como marca, como accin en el
propio cuerpo.

Un ejemplo de esto: as como tenemos el modelo de la vivencia de satisfaccin,
referido al decurso libidinal de la repeticin, Freud propone un contramodelo, donde en
lugar de la vivencia de satisfaccin, en lugar de la alucinacin del pecho mediante la
succin que implica un afecto determinado, se va a encontrar la anorexia. En este caso
de autismo, donde Laurie podra tener una vivencia de placer ligada a la fusin boca
pecho, en cambio toma una direccin enteramente diferente: el pictograma es un
pictograma de rechazo, de destruccin. En lugar de la alucinacin mediante la succin,
est la anorexia, el rechazo mismo de la succin, el mutilar la boca de la succin. A
todas estas operaciones que estuve mencionando en torno de esta chiquita, podramos
cualificarlas como partiendo de una vivencia de satisfaccin planteada sobre carriles
negativos, destructivos, donde no hay una conjuncin con el objeto sino lo contrario, el
deseo de no desear.


Clase N 3 - 01/06/88

Vamos a tratar de reanudar este seminario. Reanudar, es algo que tiene cierta
vinculacin con lo que venimos viendo. Reanudar, se hace tambin, por medio de la
repeticin. Justamente nos habamos quedado, antes de la segunda interrupcin, en este
problema de cmo anudarse al propio cuerpo, para vivir a nivel humano, para vivir a
nivel simblico. Este anudarse al propio cuerpo, lo habamos empezado a trabajar, con
este concepto, del movimiento espontneo de la repeticin: creacin, fabricacin,
produccin del pictograma.

Sobre la repeticin, el Psicoanlisis no sabe lo que es, subrayando el "que, pero,
en todo caso, el psicoanlisis, demuestra que "es, subrayando el "es.

La repeticin existe, y existe espontneamente. Este, es un hecho, que para
nosotros aparece como inmodificable, como hecho oscuro, o tomando la expresin de

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Andre Green, como hecho neutro, ni lo uno ni lo otro, como hecho ambiguo. Con eso
quiero decir que: al servicio de qu, se pone la repeticin? Es sobre ese eje que
estuvimos trabajando. Se pone al servicio del Principio de Placer y por lo tanto del
Principio de Realidad, o, se pone al servicio del Principiod e Nirvana, que responde a la
pulsin de muerte.

De hecho, podramos trazar el esquema de las series complementarias
freudianas, y poner en un extremo, este Principio de Nirvana, y en el otro extremo, el
Principio de Placer, y situar cualquier proyeccin -clnicametne hablando- en algn lugar
de ese eje, a una determinada distancia de un polo a otro. Pero siempre en toda
repeticin -lo que pasa es que a veces, la predominacin de lo libidinal o de lo
destructivo es muy clara- pero siempre es posible rescatar huellas de lo otro. Con esto
quiero decir que la repeticin trabaja para los dos mbitos. Ese es uno de los problemas.
Nosotros vimos, por un lado, una dimensin productiva de la repeticin, una dimensin
libidinal, donde, a travs de la repeticin, se producen cuerpos, se produce la
subjetividad, se producen diferencias. La repeticin, se pone ah, al servicio del jugar,
usando este trmino en el sentido ms formativo del psicoanlisis.

Vemos otra repeticin, digamos, una repeticin desengranada que juega en el
vaco, como, en el caso que estbamos viendo, el de Laurie, cuando vemos a la nena
limitada a extraer hilachas, pedacitos de cosas que rompe, pero sin que esto produzca
una diferencia subjetiva en ella. En este historial ustedes pueden ver, en forma muy
clara, que cuando se restaura algo del orden de la espontaneidad perdida de la nia, se
restaura una repeticin productiva, una repeticin que vuelve a darle cosas a nivel de su
cuerpo. Esto es importante, porque nosotros tampoco sabemos qu es lo que
designamos como espontaneidad, pero s podemos saber algo de cmo funciona eso y,
por lo pronto, podemos decir lo siguiente: una funcin de la espontaneidad, en el interior
mismo de la repeticin, es darle a la repeticin una dimensin productiva. Cuando la
repeticin se desintrinca de la espontaneidad, la repeticin deviene estereotipia. Entra en
un crculo vicioso donde no se genera nada nuevo, entra en un crculo tantico.

El hecho es que esta repeticin que sirve a dos amos a la vez, aunque en
distintas proporciones, se transforma en una escritura, en un modo de escribir, de
representar. Por lo cual, estoy situando a la repeticin en un nivel simblico-imaginario.
Pero esto de la repeticin como forma de escritura, como forma de ir dndose un cuerpo,
un sexo, un lugar, en la subjetividad, es un terreno complicado, porque siempre
tendemos a olvidar la heterogeneidad de lo inconsciente, tendemos demasiado fcil a
pensar el inconsciente como si fueran ideas, emociones ms o menos vagas, de esa
manera es fcil deslizarse hacia una concepcin as, donde se homologue el deseo a
cierto estado emotivo.

En el inconsciente no se trata de ideas: en todo caso, se trata de actos. Cuando
aparecen palabras, es lo que Freud llamaba, palabras cosa, palabras tratadas como
cosas. Es en la escena del preconsciente, en donde algo de todo esto se enlaza a lo
verbal, en el sentido ms social del trmino. Lo verbal est trabajando de manera muy
heterodoxa a nivel inconsciente. En una de estas formas de escritura, localizamos a nivel
muy elemental, el pictograma.

Hablamos la vez anterior de la construccin de un pictograma de fusin, que se
da cuando la repeticin toma una direccin libidinal, lo que conducira a la vivencia de
satisfaccin; y en la otra direccin, negativa, tantica, donde la vivencia no es de
satisfaccin sino de rechazo, se construye el pictograma de rechazo. Hablamos del
pictograma de fusin como una construccin que implica habitar el propio cuerpo.

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Retomara una frase del poeta Michaux: "El amor es una ocupacin del espacio.
Esa es una definicin muy psicoanaltica, o de la que el psicoanlisis tiene mucho que
aprender. Pero, uno podra agregar algo ms al principio de la construccin subjetiva, el
amor es una ocupacin del espacio del propio cuerpo, de poder transformar el propio
cuerpo en un espacio para vivir.

De eso se trata en el pictograma de fusin. El resultado del pictograma de fusin
es la construccin de un objeto solo, todo junto, amalgamado. Amalgamado implica que
todava no hay diferencia entre sujeto y objeto, no hay diferencia entre Yo y no Yo. Es lo
que Aulagnier llama zona objeto. La construccin de este pictograma de fusin implica el
espacio de inclusiones recprocas (propio del Inconsciente). El espacio de inclusiones
recprocas, es el espacio ms originario del Inconsciente, es un espacio en el que no
estn constituidas ninguna de las oposiciones que luego se irn desarrollando: Yo-no Yo,
activo-pasivo, etc.

Ninguna de esas oposiciones funciona. El espacio de inclusiones recprocas, sera
como un magma, del cual sale todo lo restante, es la matriz de todo lo ulterior. Pero
ahora, sigamos un poco ms. Cmo se puede ir perfilando un pictograma, apoyndonos
en el caso de Laurie? El pictograma no se piensa, no es algo que se pueda pensar: no
est a nivel del preconsciente, no es algo, tampoco, que se pueda fantasear -al modo
del que hablamos de fantasma inconsciente y tambin preconsciente-. El modo de
existencia del pictograma es que se siente, se siente en el cuerpo, es afecto corporal.

Voy a explicar enseguida qu es esto: cuando digo, se siente, lo digo en un
sentido fuerte psicoanaltico, y no en el sentido emocional corriente (sent tal cosa, tal
emocin); se siente implica que all, el afecto corporal es una forma de inscripcin. Tomo
el caso de Laurie, para que se vea. En el material, se observa que en los tiempos de la
estancia de esta nia autista en la institucin, el defecar, el orinar, no tienen para ella
ninguna implicancia subjetiva; son cosas que le pasaron, como podra pasarle que
llueva. Pero no es nada que tenga alguna condicin, ella no tiene cuerpo en el cual est
significando en algn nivel el defecar o el orinar, y mucho menos, como placer. Cuando
le ocurre el orinar o el defecar, esto es con una total ausencia de participacin subjetiva.
Ella puede andar con sus pises y sus cacas encima sin que eso le plantee ningn
problema. Hay un momento que esto empieza a modificarse, a travs de la terapia, y se
dice entonces que ella descubre, por ejemplo, la miccin, hay un momento de gran
intensidad, donde ella est toda concentrada en el acto de la expulsin de las heces o de
la orina.

Incluso vamos a ver algo que tiene gran importancia, sobre todo para cuando
veamos fantasma, ella entrecierra los ojos, el grado de concentracin es tal -como dice
el autor, como si no quisiera que nada la distrajera-, totalmente puesta ella en ese punto
de intensidad sensorial, que ahora por primera vez, aparece con una marca de placer.
Aparece como una subjetivacin, ese hacer pis, deja de ser un mecanismo fisiolgico,
slo gobernado por automatismos fisiolgicos desubjetivizados; ahora, es ella quien hace
pis. Empieza un proceso. Es un momento de extraordinaria intensidad afectiva. Es un
momento en el que el afecto est ah -no es como lo que plantea Freud en un principio
de que el afecto est por un lado, y la representacin por otro. Aqu, el afecto es la
representacin, el afecto como corporal, el afecto como accin corporal; no es un
epifenmeno, un afecto de superestructura, el afecto no es aqu un estado afectivo que
acompaa. El afecto ah es la seal viva de la inscripcin que se est produciendo, que
hace que a partir de ese momento, exista para ella una zona ergena, anal o uretral.
Esto aparece con una cualidad de intensidad muy especial, que es la que se marca en el
historial. O sea, que la instalacin del pictograma de fusin, como asimismo el de
rechazo, tiene que ver con una intensidad del afecto muy especial, con una ley de todo o
nada. As como antes no senta nada de todo eso, ahora es toda ella, que est en ese

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momento en eso. Ese momento de la miccin o de la defecacin; ah, ella est
escribiendo su cuerpo. As como podemos ver, por ejemplo, a un chico concentrado en
escribir las letras, volcado en captar qu es una letra, diferente de un dibujo,
completamente concentrado en esto, vindose el esfuerzo fsico del nio, con una actitud
placentera, antes de que los acontecimientos de la escuela le arruinen el placer.
Entonces, volviendo a Laurie, ella est concentrada en escribir su cuerpo, y el afecto, es
la forma de escribir, afecto como jeroglfico corporal; no es el mismo afecto que aparece
poco despus, como "sent amor, sent odio, ni el afecto separado de la representacin,
con que se trabaja en el campo de la neurosis. Eso es otro mbito. Lo mismo, para el
pictograma de rechazo, donde se destruye su vnculo con la zona anal o uretral; esta ley
del todo o nada de intensidad afectiva, es particularmente importante.

ALUMNA: Cul es la relacin que habra con el narcisismo? Porque cuando hablamos de
todo o nada, escucho bastante la cuestin del narcisismo. Cul es la relacin que hace
con este concepto?

PROFESOR: La relacin es del macroconcepto al microconcepto. Si yo digo narcisismo,
digo concepto macro. Narcisismo es un trmino abreviado; sobre todo, el narcisismo
originario es un trmino abreviado que tiene un par de fenmenos. Haciendo una
analoga: si yo pongo el microscopio, sobre todo, el microscopio electrnico, sobre el
concepto de narcisismo, aparecen interiormente a ese concepto, cosas como la
construccin de estos pictogramas: como si uno dijera que el pictograma es el concepto
molecular, elemental, la clula; el narcisismo es el tejido. Uno dira, el narcisismo en el
sentido originario de construccin del propio cuerpo, a travs del jugar, etc. El
narcisismo est compuesto por millares; en forma algebraica, por experiencias de
fabricacin de estos pictogramas, o sea, que la relacin es como de continente a
contenido. Todo esto que estamos dando, est adentro de algo ms grande que se llama
narcisismo, sobre todo en este caso, del narcisismo originario, que luego va a dar como
resultado, la formacin del Yo, etc. Uno tiene que ver en la teorizacin, conceptos ms
micro, y conceptos ms macro, como conceptos que van de menor a mayor, como el
pictograma, identificacin, significante; hasta llegar al concepto ms amplio, que sera
narcisismo o Edipo para el caso.

El estatuto de pictograma, se parece a un ttulo de propiedad. Yo dije que la nia
est escribiendo. Escritura que me acredita como poseedor, aunque a nivel del propio
cuerpo uno no es un inquilino, hay un ttulo de propiedad del cuerpo, que es el
pictograma. Por eso, el pictograma no va a entrar en cadenas asociativas, como las que
estamos acostumbrados, cadenas de representacin, cadenas significantes, etc. El
pictograma, ms bien, est como condicin de eso. Vamos a dar un ejemplo: si yo me
hago socio de un club, tengo que pagar una matrcula, no entra en la combinatoria,
porque la combinatoria est hecha de las cuotas mensuales, y de cuotas especiales; de
carnet de pileta, o de cualquier otra cosa por lo que nos van cobrando ms. Yo no puedo
alegar que pagu la matrcula, porque la matrcula es simplemente lo que me da
entrada. El pictograma es eso: me da entrada, no est al mismo nivel que la fantasa, o
que una asociacin. Pero si no tengo la entrada, no puedo ir a pagar la cuota de un lugar
en el que no pagu la matrcula... voy a quedar afuera de ese registro.

ALUMNA: Una pregunta: Cmo se dara en el pictograma, el representante
representativo?

PROFESOR: Est a un nivel ms infra. La representacin supone, ya, la existencia del
pictograma, la existencia de alguien que tiene cuerpo, a partir del cual generar
representaciones. Dicho en trminos ms originarios, ms histricos en psicoanlisis, la
representacin supone ya la represin originaria, si no hay represin originaria, no hay
posibilidad de cadena de representacin. El pictograma est ligado a eso de represin

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originaria. Lo poco que pudo decir Freud de esta enigmtica represin originaria -algo de
esto tom la vez pasada-, es que fija, algo queda fijado, y luego, nunca se recuerda eso.
Nosotros nunca podemos recordar un pictograma; pero, eso queda fijado ah, es lo que
implica el pictograma, cuando el sujeto queda agarrado al cuerpo; sobre esa base es que
puede desplegarse todo el campo representacional, que es el primero al que el
psicoanlisis tuvo acceso.

Si queremos plantearnos con qu est hecho un pictograma, en otro ngulo,
podemos decir que el pictograma est compuesto por: actividades sensoriales,
espontneamente repetitivas en el chico, a travs de las cuales va tomando cuerpo. Esa
expresin: tomar cuerpo, tiene toda su dimensin; actividades sensoriales que
espontneamente se van repitiendo y humanizando, se van subjetivando, como con el
orinar de Laurie; dejan de ser sensoriales puras, no son esas actividades sensoriales en
el sentido de la vieja psicologa general, cuando hablaba de la sensacin. Eso, para
nosotros, es totalmente abstracto, adems de perimido. No, estas son las actividades
sensoriales que se van humanizando por la intervencin del mito familiar o los mitos
familiares, que van diciendo los dndes y los cmos.

Los mitos familiares van dando los lugares posibles donde se puede ubicar el
chico, en esa familia, y los cmos, por ejemplo: el mito familiar de ese chico, incluso va
a decir si puede haber una caricia. Todo eso se ve involucrado en la construccin de ese
pictograma de fusin. Cuando, por ejemplo, le pegan a Laurie para que no haga ms
ruido con la boca; uno podra decir ah, qu es para ese mito familiar hacer ruido con la
boca.

Por otro lado, otro elemento que interviene en la constitucin de ese pictograma,
es la intervencin concreta de las funciones parentales, fraternas, de toda una serie de
personajes, estas funciones, posibilitan placer? Este es un punto absolutamente bsico
porque podramos remitirnos a algo que puede darse como una ley, de una manera ms
o menos as lo trabaja Piera Aulagnier como ley del placer, en este sentido: para que
algo del cuerpo quede inscripto como cuerpo propio, para que se construya un
pictograma de fusin, es condicin indispensable, que esto se d a travs de una
experiencia de placer. Pensemos qu ocurre, si a nivel del mito familiar, de las fusiones
que de l dependen, no existe placer, ligado por ejemplo, a la oralidad, al
amamantamiento, es muy difcil que se pueda constituir el pictograma de fusin; en su
lugar aparecer un pictograma de rechazo como puede ser la anorexia para hablar, la
anorexia para comer.

Esta ley de placer es absoluta. Freud hablaba de placer de rgano, como
expresin recortada, no placer de sujeto, sino de rgano, recortado, que tiene que ver
con esto que estamos trabajando. Yo dira ms: placer-rgano. El pictograma de fusin
boca, por ejemplo, slo se puede hacer si puede subjetivarse algo como boca placer,
sino, esa boca se constituye negativamente, en movimiento de rechazo, en una boca que
se cierra, en una boca que no habla, en una boca que no come, en una boca que traga
como en la bulimia, pero no come.

Esta determinacin del placer en la escritura, es fundamental. Cuando localicen el
prrafo donde Laurie est haciendo pis, haciendo pis ella, sta es una experiencia de
placer inefable.

ALUMNA: Pero no se inscribe el placer en Laurie.

PROFESOR: Es ms fuerte que no se inscribe placer. Se inscribe el displacer. No se
inscribe un vaco de placer, se inscribe algo como posibilidad de displacer.

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ALUMNA: Pero, digamos, para que haya displacer, No tiene que haber primero Principio
de Placer?

PROFESOR: No, porque eso es fcil a nivel de la represin donde se transforma un
displacer en placer. Lo dije al revs, que la represin transformara lo displacentero en
placer sera un buen negocio; aunque no me equivoqu tanto, porque hay formas de la
represin -Foucault ha estudiado esto a nivel social-, hay formas de represin que
consisten en que sea placentero algo que es profundamente displacentero y negativo.
Quizs, entonces, no me equivoqu tanto. Pero, bueno, tomemos un ejemplo, para lo
que vos decs, para cotejarlo con el caso de Laurie, una adolescente de 19 aos, que
viene a verme, porque no puede hablar, es una chica fbica, es una chica que tiene
inhibiciones para hablar, sobre todo en situaciones de grupos grandes o de gente que no
conoce, lo que no sea grupo primario, digamos, no es algo que le vaya a pasar con sus
amigas, ni es algo que le va a pasar en sesin, pero s es algo que le ocurre en grandes
grupos, cosa que le produce a ella mucho malestar, no habla casi, enmudece, y aparece
una fuerte angustia cuando intenta hacerlo. Pero, por lo pronto, vemos que la funcin
hablar, est conservada; no se destruy la boca; el pictograma boca est conservado
totalmente. No hay una alteracin a ese nivel. Digamos que hay una afeccin funcional
de la boca, en ciertas situaciones, y entonces esa boca no puede hablar, pero el hablar
queda conservado. Por otro lado, qu descubre el anlisis? Descubre que hay un
conflicto para ella es un Yo Ideal de nena, de nena de la mam, que es como su ncleo
de estabilidad narcisista, y posicin flica, y el deseo de ser mujer, para la cual tendra
que liquidar a la nena. La inhibicin para hablar aparece en situaciones en las que queda
descartado el comportarse como una nena, donde tiene que funcionar como mujer. Por
eso la inhibicin para hablar, abarca sobre todo los terrenos ms extrafamiliares.

All donde ella tendr que presentarse como mujer. O sea, que en esta inhibicin
para hablar habra cierta idealizacin de sus espacios, pero, entonces, ocurre lo
siguiente: no es que no haya all ningn placer ligado al hablar, como en el caso de
Laurie, en donde se va la institutriz y se lleva un pedazo de su boca, etc., sino que ms
bien hay un placer prohibido de hablar.

No es lo mismo decir que no existe para ella el placer de hablar (que es el caso
del autista), que decir que hay un placer prohibido, afectado por la represin, que le
prohibe ser una mujer, y que la quiere conservar en el estatuto de nena de su madre.
Pero, hay una gran diferencia entre un placer prohibido que si aparece en la conciencia
va a ser sufrido como displacer, como angustioso, etc., y algo en lo cual no existi placer
all, y por lo tanto, la boca se demarc de una manera totalmente aberrante.

ALUMNA: Cmo es en el caso del masoquismo donde el chico hace de algo
displacentero, algo placentero, que se ve, por ejemplo, en el texto "Pegan a un nio?

PROFESOR: Bueno, eso pertenece a otro registro, que quisiera empezar a abordar hoy
que es el de la fantasa. Se puede, justamente, investir algo como placentero a pesar de
su carcter doloroso. El masoquista puede erotizar algo displacentero, mientras que esta
nena fracasa en erotizar lo placentero. O sea, para una persona comn, estara ligado
con lo placentero, como tocar la caca, hacer pis. Al punto con el que ustedes van con esa
pregunta, apunta a una condicin de fragilidad, a una limitacin del pictograma que es el
siguiente: cuando diferencia el objeto de la fantasa por lo mismo, que el pictograma
funciona en un espacio de inclusiones recprocas donde lo que se construye es un objeto
fusional, zona objeto, boca pecho, sin ninguna conciencia Yo - no Yo, puro narcisismo; el
pictograma no tiene ningn medio -descubrimiendo de Winnicott- para representar el
fracaso de la funcin, no tiene medio para representar la falla en el entorno.

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Les doy un ejemplo que despus voy a retomar: un chico que le pega al banco
con el que se tropieza. Este chico tiene la capacidad imaginaria (porque el banco no le
hizo nada), de presentarse algo del fallo en el exterior, puede echarle la culpa al banco;
el banco es malo, esto es en el nivel de la fantasa, l se hace una fantasa de que el
banco es malo y lo atac. Esto es muy diferente del pictograma donde el chico ante un
fallo de la funcin materna, no tiene ningn medio de representarse algo as como la
mam mala. Lo que despus trabaj Melanie Klein a nivel de la fantasa. Para l, si algo
se sufre en la boca, la boca es mala, no la madre. Tenemos el caso de una gran falla en
el investimiento libidinal de la boca por parte de la madre. Una madre que no le puede
hacer descubrir su boca como placentera al chico. El problema para ese chico es que no
puede representarse eso, como lo puede hacer un paciente neurtico adulto.

Lo nico que puede sentir este chico es que su boca es mala. Si su boca sufre, su
boca es mala, si en su boca no hay placer, su boca es mala. Si hay un estado de no
gratificacin, de mutilacin de cualquier experiencia placentera, entonces, no puede
hacer uso de la proyeccin, de echarle la culpa a otro. Lo malo, entonces, es desear. Si
el deseo no le produce ninguna vivencia de satisfaccin, lo nico que puede hacer es
librarse de eso. O sea, que pasa a promover el deseo de no desear. Pero el deseo de no
desear no es una idea: "me gustara no desear. El deseo de no desear es un acto
destructivo, es tratar de amputarse el rgano de deseo. Es todo el fenmeno
culminatorio que vemos en el autismo y la psicosis, de cortarse un dedo, de cortarse los
genitales, etc., o de dejar de hablar, dejar de comer, etc. dejar todo un movimiento
deseante. Este gran peligro del fracaso temprano de la funcin, es que a nivel del
pictograma, se le echa la culpa al cuerpo, porque el cuerpo est fusionado: cuerpo-
objeto, no se le puede echar la culpa a otra cosa que no sea el cuerpo. El chico autista
no puede hacer uso de la proyeccin, no puede hacer como un paranoico, y decir "ste
es malo, me persigue, "confabulan contra m; esto puede ser muy grave, pero implica
otros recursos. En este nivel, si no hay placer en la constitucin, por ejemplo, de la boca,
entonces la boca no puede constituirse, tiende a tratar de librarse de esa boca, lo cual
tiene que ver con toda la destruccin del cuerpo que se experimenta en el estado
psictico, y tambin, de otra forma, en el estado autista.

El gran peligro, deca yo, del fracaso de la funcin, es que promueva la
aniquilacin. No hay que olvidarse aqu de las series complementarias, porque un paso
imprudente nos hara caer en un ambientalismo desaforado, nos hara decir: "todo
depende de la funcin y nada del chico, pero no es as. Hay un punto de las series
complementarias. Hay un punto constitucional, no muy bien conocido, pero de hecho, el
mismo comportamiento materno que en un chico es lo suficientemente destructivo,
como para provocarle una respuesta autista, no provocara la misma respuesta en otro
chico. Uno de los autores que ms ha trabajado sobre autismo, una psicoanalista
inglesa, Frances Tustin, marca los antecedentes que se pueden ir reconstruyendo poco a
poco en los chicos autistas, y observa una extrema hipersensibilidad, son chicos ms
sensibles que otros, por ejemplo: no respuesta amorosa. Eso mismo los vuelve mucho
ms expuestos. Un chico ms paquidermo, menos sensibilizado, no tiene para l sentido
catastrfico cierto grado de fracaso de la funcin. As que el fracaso de la funcin no hay
que tomarlo como un dato absoluto, es un dato relativo siempre a un sujeto. Sino, sera:
a tal madre, tal chico autista, y de hecho no es as, porque la misma madre puede tener
un chico autista, y otro que no lo es.

ALUMNO: Vos antes habas hablado de investir libidinalmente, por ejemplo, la funcin
boca. En un chico que no come, se me ocurri, que est investida de alguna manera,
porque la funcin biolgica sera que coma, y si no come, tendra que haber algo de l,
no s cmo llamarlo, que sucede en esa funcin, que hace que esa funcin sea
resistida... no habra algo natural de la funcin ante el ingerir alimentos?

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PROFESOR: Si comprend bien la pregunta, no es que no hay un investimiendo libidinal
de la boca, sino que hay un investimiento antilibidinal de la boca. Entonces, en vez de
una boca, se genera una antiboca, una boca que vomita, una boca anorxica, que no
habla, etc. todo eso, no es meramente un fenmeno negativo, en el sentido de una
ausencia, de un vaco, sino que es la produccin de lo negativo.

En ese sentido, Bettelheim lo plantea muy bien: no es que el autista no se
relacione con los objetos, que sera una forma conductista de hablar, sino que se
relaciona mucho con uno, pero de manera negativa. A esto apuntabas?

ALUMNO: Claro.

PROFESOR: Estoy de acuerdo. El chico autista, se vincula de manera negativa. Eso se
comprende, por ejemplo, cuando le hablan a Laurie, y ella mira en el sentido opuesto a
donde viene el sonido; sta es una forma de vincularse. No es sorda, ella se vincula al
interlocutor de manera negativa, poniendo, en vez de una oreja, una antioreja y una
mirada se transforma en antimirada. Lo digo de esta forma un poco grosera, como en
Ionesco: el antiteatro, para dar una idea de lo que ocurre. Es difcil pensar en esto, que
es la posibilidad de un proceso destructivo (que Freud empez a plantear con la pulsin
de muerte). Porque lo tradicional -incluso en psicoanlisis- fue pensar que lo destructivo
era slo la ausencia de lo original. Pero, el punto, como dice Freud, es que no hay
indiferencia en lo inconsciente, si algo no es positivo, es muy negativo; si no es amor, es
odio. Estos prototipos de fusin o de rechazo, son como los prototipos de lo que va a ser
amor u odio. Esa boca pecho de placer, es como el prototipo de lo que ser el amor, y a
la vez, esa boca desgarrada, separada y destruyndose a s misma y al pecho, ser
como el prototipo de lo que ser luego el odio.

El problema es que pictograma est forcluido -segn la expresin de Lacan-, es
decir, privado de entrada simblica con respecto al Yo. El pictograma no es recordado en
un anlisis. El paciente puede recordar una fantasa, un episodio de su vida, pero el
pictograma no es recordable, porque es ms bien, aquello con lo que se puede recordar,
el cuerpo, a nivel simblico. El pictograma y el Yo se formaron en momentos muy
distintos; el pictograma en lo bsico (aunque esto luego contina), adquiere
preeminencia en los primeros meses de vida.

El pictograma como retorno, tiene tres modos de retorno, de invasor -en la
manera que Lacan deca de invadir, como real-, lo real aqu, es el pictograma. Un modo
de retorno es lo que Alfredo Jeschinsky ha caracterizado como accin delirante en las
psicosis infantiles y autismo, ms tardamente la alucinacin, la experiencia delirante.

Por ejemplo, cuando Schreber dice que no tiene pulmones, habla de la
destruccin de ciertos rganos, como que los pictogramas de esos rganos se han
hundido, pero es una experiencia delirante, con toda su certeza hipocondraca. Para l,
eso es una realidad emprica. Otro modo de retorno del pictograma, es el pasaje al acto.
Pero pensemos en modos de retorno ms cotidianos: la bulimia, o sea, ese acto de
comer sin placer, de comer compulsivo y sin detenerse, como tragar, donde la boca no
es un rgano sino un agujero. Son verdaderos ataques.

Estos pacientes tienen un ataque de comer, que no es el goloso, el erotismo oral,
es el antierotismo oral, la bulimia est acompaada de una tensin muy desagradable. El
bulmico, es en realidad un anorxico, al revs. Cuando uno analiza un paciente
bulmico, descubre que en realidad detesta la comida, por lo mismo no desarrolla al
respecto, ningn refinamiento. Es aquel que de repente abre algo y no para hasta que
eso se vaci, como para llenar un vaco, justamente algo que est agujereado. Aqu el
pictograma retorna como que no tiene boca, como que no hay erotizacin de la boca,

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entonces es un intento desesperado de erotizar lo que no tiene erotizado. Podramos
decir as: libidinalmente, el bulmico engorda de no comer, en el sentido de que no come
en el sentido libidinal, traga. El comer es un acto mecnico, como una sensorialidad
mecnica. Otra forma de retorno del pictograma, son las enfermedades psicosomticas.
Que no es lo mismo que una conversin. En la conversin histrica, el cuerpo es teatro
de fantasas.

El sntoma histrico es la encarnacin de un fantasma inconsciente. En la
enfermedad psicosomtica, que en cambio agujerea el cuerpo en lo real, en lo biolgico
(la lcera, infarto, etc.), tienen que ver con algo fallido tempranamente, en la
constitucin de ciertos pictogramas. Ac me preguntan, por qu se da ese retorno. Esa
pregunta involucra, nuevamente, la repeticin. Se da ese retorno, en principio, porque la
repeticin nunca deja de insistir en aquello que est fallido. Cada retorno, es una
oportunidad de hacer algo, el delirio mismo es la oportunidad de hacer algo con un
psictico. El retorno vuelve a traer aquello que no est solucionado. La repeticin insiste
en la escritura de algo, que -parafraseando a Lacan- no sepa de blanco y grises, que
incansablemente fracasa en inscribirse. Cada acto bulmico fracasa en volver a inscribir
la boca, y cada episodio ulceroso, extendiendo la boca a todo el aparato digestivo, o
cualquier experiencia hipocondraca del orden, no tengo ms boca, tengo un cncer en la
boca.

ALUMNA: El pictograma no se puede extender a funciones ms complejas? Yo pensaba
en esto de Laurie y la madre dndole un papel para dibujar, que era una actividad que
antes ella haca, y ella encolerizndose con esto. Podramos tambin tomar esto, o el
pictograma es slo la funcin boca, odio, etc.?

PROFESOR: Yo dira que el pictograma se refiere fundamentalmente a la construccin del
propio cuerpo.

Para contestar ms especficamente eso, podemos decir que el pictograma no se
mantiene en estado puro. Se vuelve, a su vez, material sobre el cual, se apuntalan las
fantasas, todo lo que luego lo resignifica, lo toma.

Entonces, nosotros hacemos un corte arbitrario, porque adems, en algunos
casos clnicos, justamente eso se disocia, en un chico corriente sera muy difcil descubrir
algo del orden del pictograma. Hay que buscarlo en un chico autista. Cuando todo anda
bien, esto queda recubierto por lo dems. De manera que tu pregunta, habra que
estudiarla sobre algn caso clnico concreto, cosa que no me he puesto a hacer.

Hay una paradoja: el mejor testimonio en la construccin del pictograma de
fusin, del xito de esta construccin, del xito de las funciones parentales, es el olvido.
El chico se olvida; no es que tiene que agradecerle a la madre, me diste la boca. Cuando
el rgano se hace presente de manera perentoria, de manera demasiado dolorosa,
significa que algo ha fracasado; sino todo esto queda olvidado por completo; olvidado
porque est sellado por la represin originaria; y cuando viene un paciente, se ocupa de
otra cosa, no se maravilla como Laurie, que se maravilla porque hace pis, porque hace
caca. Laurie tiene que maravillarse de todas esas cosas, un chico de su edad que
estuviese en otro trmite, saludable, o incluso con una crisis neurtica, se olvid de esas
cosas. Eso es la base. Con eso cuenta. Un cuerpo libidinizado, es su capital para
moverse. Con eso habla. No hay que hablar de eso. En un chico autista, hay que hablar
de eso, porque ha fracasado. Se dan cuenta la diferencia?

ALUMNA: Cuando fracasa el pictograma de fusin, Aparece el pictograma de rechazo?

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PROFESOR: Si, yo pienso que hay que pensarlo con esa estricta correlacin. Es ese
orden del todo o nada que Freud marcaba como caracterstico del inconsciente, que no
se anda con medias tintas. O se produce un pictograma de fusin, donde queda esa boca
placer, o se produce todo lo contrario. Por eso la sensibilidad de estos procesos de
narcisismo originario.

ALUMNA: Por qu se da el retorno de estas maneras?

PROFESOR: Entre otras cosas, porque hablamos en trminos absolutos, pero tenemos
que siempre estn en juego una trama de conflictos. O sea, ningn chico autista sera
abordable, si no subsistiese un hilito de movimiento espontneo libidinal, que busca
retornar. Pensemos que esta nena no habla, pero hay una esperanza de un destello de
transferencia. O sea, que pensemos que estamos en trminos de magnitudes relativas.
Salvo en un paciente terminal que est totalmente vegetarizado, que est ms all del
bien y del mal, ms all de todo acceso posible, hay que pensar esto, en trminos de
conflicto, este conflicto entre el Eros y el Thanatos, entre lo ertico y lo destructivo.

ALUMNA: El chico autista puede recuperarse, o puede llegar a una mejora?

PROFESOR: En niveles de tanta patologa como el autismo, es peligroso una
generalizacin. Hay que hablar caso por caso, porque adems, la constelacin de
factores es muy compleja, por ejemplo, el factor temporal; bajo ciertos lmites, uno tiene
ms tiempo para curar una neurosis, que para poder curar a una autista. Si tomamos un
caso de autismo avanzado, ha habido un deterioro creciente; en cambio, si tomamos un
autista ms en los comienzos, es distinto, aqu depende, entonces, del factor temporal.
Entonces, los casos de curacin del autismo estn asociados a esta posibilidad de
intervencin muy temprana; en el mejor de los casos, pienso yo, pero esto hay que
verificarlo, el autismo se cura, no sin dejar una serie de cicatrices, que detrs de esa
organizacin neurtica que presentan, hay un resto de un proceso autista que ah se
encapsul. O sea, que puede ser que el paciente se fue curando de una cierta patologa,
pero no significa que no subsistan ciertas formaciones especiales, ciertas cicatrices.

ALUMNO: Una pregunta: habas hablado de que el pictograma es forcluido, pero cuando
hablaste de sus elementos dijiste que eran simblicos...

PROFESOR: Es simblico. Si estoy diciendo nivel de escritura, forzosamente implica el
nivel simblico imaginario, slo que en distintas capas. Esto no podra estar en un texto
de anatoma patolgica; est en un texto de psicoanlisis, e implica lo simblico.

Lo que pasa es que el simblico, es una expresin muy global. Dentro de lo
simblico, no es lo mismo hablar de un pensamiento tratado con la lgica del proceso
secundario, o de una fantasa tratada con la lgica del proceso primario, o de estas
primeras inscripciones, que atan un sujeto a su cuerpo.

El pictograma es extralingstico, como afecto en el cuerpo, como afecto que se
hace cuerpo. Es extralingstico; no est al nivel de poder asirle una representacin
verbal, pero eso no quiere decir que sea prelingstico. Hay una diferencia: prelingstico
es un concepto falseado, que supone que algo se constitu totalmente ajeno al lenguaje.
Extralingstico, es algo que no es lingstico, no hay representacin verbal, pero en l
intervinieron elementos lingsticos. El pictograma es extralingstico porque est a nivel
de la actividad sensinal, pero sobre eso interviene el mito familiar, ah est la madre con
sus fantasmas, el mito familiar con sus lugares. Mucho antes que el chico sepa hablar,
que sepa lo que es un nombre propio, la sonoridad del nombre propio se vuelve algo que
parece formar parte de su cuerpo, y eso es un elemento verbal, slo que est incluida de
una manera muy distinta que la gramtica castellana.

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