Montaño 2010 Ph.D. Tesis UMH-España
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Esta memoria ha sido presentada por Mariano de Jess Montao Armijos, ingeniero Qumico, para aspirar al grado de Doctor.
Esta tesis ha sido dirigida por los profesores abajo firmantes, el Dr. Tefilo Sanfeliu Montolo y el Dr. Manuel M. Jordn Vidal, del Departamento de Ciencias Agrarias y del Medio Natural de la Universidad Jaume I de Castelln, y del Departamento de Agroqumica y Medio Ambiente de la Universidad Miguel Hernndez de Elche, respectivamente.
Dr. Tefilo Sanfeliu Montolio Profesor Titular del rea de Mineraloga y Cristalografa de la Universidad Jaume I de Castelln
Dr. Ignacio Gmez Lucas, Director del Departamento de Agroqumica y Medio Ambiente de la Universidad Miguel Hernndez de Elche.
CERTIFICA
Que la memoria adjunta, con ttulo "Ecosistema Guayas (Ecuador): Recursos, Medio Ambiente y Sostenibilidad en la perspectiva de Conocimiento Tropical", presentada por Mariano de Jess Montao Armijos, ha sido realizada en el Departamento de Agroqumica y Medio Ambiente de la Universidad Miguel Hernndez de Elche.
Dr. Ignacio Gmez Lucas, Tutor del alumno de tercer ciclo Mariano de Jess Montao Armijos, en el Departamento de Agroqumica y Medio Ambiente de la Universidad Miguel Hernndez de Elche.
CERTIFICA
Agradecimientos
Esta Tesis Doctoral se asienta con gratitud en un extenso y edificante recorrido que se inici en 1986 en la Universidad de Rhode Island, USA, en donde se produjo una motivante amistad con el Dr. Juan Carlos Navarro, espaol, del Instituto de Acuicultura de Torre La Sal (IATS), mientras practicamos anlisis cromatogrficos de lpidos para aplicarse al sector acucola. Posteriormente, en 1988, 1995, 1996 y varios aos 2000, tuve la suerte de ser pasante en el IATS, centro de vanguardia mundial en investigaciones de acuicultura, en donde recib inmenso aprecio y apoyo por parte de sus directores Dr. Jos Mara Sanfeliu, Dr. Manuel Carrillo, Dr. Francisco Amat y Dr. Jaume Prez y de todo el maravilloso personal. Uno de ellos, el Dr. Roque Serrano Gallego tuvo la gentileza de recomendarme a la Universidad Jaume I (UJI) de Castelln. En la UJI, en 1996, por milagrosa sincrona, fui recibido en el GIMARN (Grupo de Investigacin de Medio Ambiente y Recursos Naturales), dirigido por el Dr. Flix Hernndez, un conspicuo cientfico que adems comanda un grupo tan lleno de talento como de bondad. Aqu fui impelido a encaminarme a este Doctorado brindndome especial aliento y sostn. En este avance, he tenido, a su conclusin, la suerte de contar con la efusiva direccin de los profesores Dr. Tefilo Sanfeliu Montolo y Dr. Manuel Miguel Jordn Vidal. El grupo del Dr. Sanfeliu ha constituido el apoyo del remate de esta carrera, sobre todo a travs de la solcita accin de la Dra. Ana Beln Vicente. Por ltimo, para cerrar esta grandiosa puerta representativa de Europa, agradezco al Dr. Eduardo Fernndez (2004) de Universidad Autnoma de Madrid (UAM), quien me revel con simplicidad y elegancia el ciclo del nitrgeno, al Dr. Juan Emilio Gonzlez de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), quien anima la accin de depurar las aguas residuales del Ecosistema Guayas para usarlas en agricultura, y al Dr. Francisco Carrapico de la Universidad de Lisboa, quien sigue con atencin el florecimiento del Azolla en este lugar. En mi sitio de trabajo guardo inmensa gratitud para innumerables personas, entre ellas, los directores del Instituto de Ciencias Qumicas y Ambientales (ICQA) Ing. Oswaldo Valle, Ing. Olga Gonzlez, Ing. Justo Huayamave y Dr. David Matamoros y los rectores de la Escuela Superior Politcnica del Litoral (ESPOL) Ing. Vctor Bastidas y Dr. Moiss Tacle. El desarrollo de este Doctorado fue especialmente exitoso gracias a las nobles acciones del Dr. Wilson Pozo, director del proyecto Programa de Educacin e Investigacin en Agricultura Tropical Sostenible Aplicable a las Cuencas Relacionadas con el Ro Guayas y el Golfo de Guayaquil (Montao y Pozo, 2000).
Esta historia ha sido por otro lado posible por los buenos augurios de mis hermanos Oswado, Gilbert, Marlene, Emrita, Ruperto, Edith y Jairo, por el recuerdo siempre estimulante de mis fallecidos paps Macrina y Rosalino y por el permanente y generoso aliento y cuidado de los de mi casa: Natividad, Johanna y sobre todo de mi seora Nancy Macas Guerra, a quien dedico con amor este manuscrito.
Muchas gracias.
Resumen
Ecosistema Guayas es el representativo mbito tropical del Ecuador que incluye el Golfo de Guayaquil y las cuencas hidrogrficas relacionadas. Este lugar, por su excepcional posicin planetaria y otros atributos, est destinado a convertirse en el exclusivo laboratorio natural de la humanidad para generar conocimiento, ciencia y tecnologa tropicales que se encuentran en incipiente desarrollo y que de manera urgente los requiere la sociedad de los pases tropicales. Esta propuesta, por otro lado, abre renovados rumbos al accionar institucional y empresarial de Espaa y Ecuador. Gran parte del desarrollo del Ecuador se cimienta en el Ecosistema Guayas a travs de la agricultura, ganadera, acuicultura, pesca, minera, navegacin, turismo y asientos poblacionales. Los productos de este ecosistema a ms de satisfacer el consumo nacional, surten con diversidad al mercado global. En este sentido urge hacer acopio de conocimiento destinado a manejar este ecosistema integrando recursos, medio ambiente y sostenibilidad, lo que puede transformarse en modelo de accin nacional e internacional. La presente Tesis Doctoral aspira, como uno de sus principales objetivos, a posicionar el Ecosistema Guayas en la conciencia del Ecuador y del Mundo, como un exclusivo lugar para generacin de conocimiento tropical y ofrecimiento de servicios ambientales tropicales a escala planetaria. Las publicaciones que se incluyen y discuten en la Tesis Doctoral representan un marco amplio de temas fundamentales concernientes al Ecosistema Guayas. Dichas publicaciones se inician reproduciendo unas primeras elaboraciones conceptuales a cerca de medio ambiente y sostenibilidad en el Ecosistema Guayas (Montao y Sanfeliu, 2008), por otro lado enfatizan los recursos oceanogrficos, estuarinos y forestales de manglar (Twilley et al., 1998) que dan cabida a la actividad camaronera (Montao y Navarro, 1996). En tales estudios se destaca la calidad de los ecosistemas costeros y del agua de cara a las restricciones ecolgicas y econmicas para un manejo adecuado de los manglares y piscinas camaroneras (Twilley et al., 1999). Trabajando por alrededor de 15 aos en el tema de Ecosistema Guayas y desde hace 10 con proyectos especficos se descubre un elemento enlazante de las actividades humanas y de la naturaleza: el nitrgeno (N). Este elemento, al fijarse biolgicamente a travs del superorganismo Azolla (Carrapio, 2010) en el ecosistema de arrozales va a suscitar nuevos paradigmas en el sistema agrcola, alimenticio, de salud, econmico y medioambiental del pas.
ndice
1. 1.1. Introduccin Antecedentes. Ecuador 1 2 3 3 3 3 3 3 5 6 6 9 9 11 11 11 14 14 14 15 16 17 18 19 21 22 23 23 23 24 25
1.1.1. Factores que controlan las condiciones climticas Latitud geogrfica Altitud del suelo Direccin de las cadenas montaosas Vegetacin Los vientos Corrientes marinas El Nio y sus efectos 1.1.2. Biodiversidad 1.1.3. Caractersticas socioculturales y religiosas 1.1.4. Ecosistemas 1.2. Ecosistema Guayas 1.2.1. Antecedentes 1.2.2. Ubicacin, representacin y significado 1.2.3. Descripcin geolgica La Costa La Sierra 1.2.4. Marco Tectnico 1.2.5. Sismicidad 1.2.6. Marco Geofsico 1.2.7. Valor econmico 1.2.8. Conocimiento tropical 2. 2.1. 2.2. Justificacin y objetivos Justificacin Objetivos
General Especficos 3. 3.1. Resumen, actualizacin y discusin de los trabajos presentados Ecosistema Guayas (Ecuador). Medio ambiente y Sostenibilidad
3.1.1. Ubicacin 3.1.2. Actualizacin 3.1.3. Aportacin y potencial econmico 3.1.4. Medioambiente y sostenibilidad. Constitucin y Plan Nacional de Desarrollo 3.1.5. Vulnerabilidad 3.1.6. Azolla anabaena en el Ecosistema Guayas. Ciclo del nitrgeno 3.1.7. Nuevas funciones del ecosistema de arrozales. Medio ambiente, economa y salud 3.2. La calidad ambiental de los ecosistemas costeros del ecuador: implicaciones para el desarrollo del manejo integrado de manglares y camaroneras 3.2.1. Introduccin 3.2.2. Industria camaronera, naturaleza e impactos en el Ecosistema Guayas Impactos naturales y antropognicos Los desarrollos tierra adentro y los impactos 3.2.3. La industria camaronera en la actualidad Larva Precriaderos Piscinas de engorde Crticas a la industria camaronera 3.2.4. Nuevas tecnologas de acuicultura. Industria camaronera del futuro 3.2.5. Acciones de proteccin del medio ambiente Normativa reciente 3.2.6. El reto Conocimiento Tropical Azolla Anabaena Azolla caroliniana en el nanoambiente Las bacterias Carbonizacin de la panca de arroz 3.3. cidos grasos de larvas silvestres y cultivadas de Litopenaeus vannamei del Ecuador 3.3.1. Introduccin 3.3.2. Las larvas en la actualidad Tcnicas de produccin Policultivo Captura y comercializacin de postlarvas L. vannamei Los cidos grasos omega-3
25 26 26 29 33 35 37 42 42 43 45 47 49 49 50 50 52 52 55 57 57 58 58 58 59 61 61 61 62 62 62 63
3.3.3. ESTUDIO PRELIMINAR DE CIDOS GRASOS EN PLANCTON ASOCIADO CON EL CAMARN LITOPENAEUS VANNAMEI 3.3.3.1. Introduccin 3.3.3.2. Materiales y mtodos Muestreo Preparacin de las muestras en el laboratorio Anlisis de laboratorio 3.3.3.3. Resultados y discusin Anlisis taxonmico microbiolgico Composicin de cidos grasos 3.3.3.4. Conclusiones y recomendaciones Conclusiones Recomendaciones Bibliografa 3.4. Un enfoque y modelo preliminar de la integracin de las restricciones ecolgicas y econmicas de la calidad ambiental del Estuario del Ro Guayas, Ecuador 3.4.1. Introduccin 3.4.2. El modelo de simulacin del estuario del Ro Guayas en la actualidad 3.4.3. Balance del nitrgeno en la Cuenca del ro Guayas 3.4.4. Balance de nitrgeno en el Ecosistema Guayas: el rol del Azolla Anabaena 3.4.5. Puntos a resaltar. ndice de sostenibilidad 4. 5. 6. 6.1. Conclusiones Referencias bibliogrficas Anexos Ecosistema Guayas (Ecuador). Medio ambiente y Sostenibilidad
64 64 66 66 67 67 67 67 70 72 72 73 74 76
76 78 80 82 84 85 88 98 99 105
6.2. The Environmental Quality of Coastal Ecosystems en Ecuador: Implications for the Devepolment of Integrated Mangrove and Shrimp Pond Management 6.2.a. La calidad ambiental de los ecosistemas costeros del ecuador: implicaciones para el desarrollo del manejo integrado de manglares y camaroneras 6.3. Fatty acids of wild and cultured Litopenaeus vannamei larvae from Ecuador 6.3.a. cidos grasos de larvas silvestres y cultivadas de Litopenaeus vannamei del Ecuador 6.4. An approach and preliminary model of integrating ecological and economic constrains of environmental quality in the Guayas River Estuary 6.4.a. Un enfoque y modelo preliminar de la integracin de las restricciones ecolgicas y econmicas de la calidad ambiental del Estuario del Ro Guayas
ndice de Tablas 1.1. Ranking del Ecuador en especies animales 1.2. Produccin del Ecosistema Guayas 3.1.1. Actualizacin de informacin del Ecosistema Guayas 3.1.2. Provincias y cantones del Ecosistema Guayas 3.1.3. Evaluacin de recursos potenciales de oro por franja metalognica 3.1.4. Objetivos del Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013 3.2.1. La industria camaronera y el medio ambiente en dos horizontes de tiempo 3.2.2. Composicin de las reas de camaroneras, salinas manglares del Ecuador 3.2.3. Evolucin de la produccin y exportaciones de camarn del Ecuador 3.2.4. Definicin de los tres sistemas de cultivo de camarn 3.2.5. Configuracin de los camarones cosechados 3.2.6. Caractersticas del PP 3.2.7. reas protegidas de manglar (C-CONDEM, 2010) 3.3.1. Cambios producidos en la industria camaronera 3.3.2. Resumen de datos de muestreo (* Abundancia) 3.3.3. Fitoplancton asociado al camarn en cinco localidades de la costa ecuatoriana 3.3.4. Resumen de abundancia de fitoplancton y camarn en cinco localidades de la costa ecuatoriana 3.3.5. Resultados de cidos grasos de plancton y de larvas silvestres (LS) expresados en % de rea 3.4.1. Camaroneras y manglares en la actualidad 3.4.2. Caudales de 1989 y 2010 del sistema del Ro Guayas 3.4.3. Criterios para el balance del nitrgeno 3.4.4. Balance de nitrgeno en la Cuenca del Guayas 3.4.5. Cultivos principales del Ecosistema Guayas y aplicacin de nitrgeno de urea 3.4.6. Miscelnea de informacin del Ecosistema Guayas (EG) 3.4.7. Balance de nitrgeno en el Ecosistema Guayas 3.4.8. ndices de sostenibilidad de CG y EG 8 18 26 27 29 32 42 43 51 53 54 54 55 61 67 68 69 70 78 78 81 81 82 83 83 84
ndice de Figuras 1.1. Ubicacin del Ecuador 1.2. Velocidad media y velocidad mxima sostenida media del viento 1.3. Principales corrientes que influyen sobre el clima en Ecuador 1.4. Ubicacin del Grupo de Pases Megadiversos Afines 1.5. Hotspots de biodiversidad en el mundo 1.6. Distribucin de los ecosistemas terrestres continentales del Ecuador 1.7. Ubicacin del Ecosistema Guayas dentro del Ecuador 1.8. Golfo de Guayaquil 1.9. Ecosistema Guayas y grandes conjuntos de relieve del Ecuador 1.10. Mecanismo de Subduccin en el Ecuador 1.11. Secciones de la sismicidad a lo largo del margen activo del Ecuador 1.12. Geofsica del Ecosistema Guayas 3.1.1 Ecosistema Guayas 3.1.2. Tipos de Ocurrencia (Mayormente prospectos y depsitos) 3.1.3. Ecuador. Zonas de planificacin 3.1.4. Uso del Suelo en agricultura 3.1.5. Zonas vulnerables del Ecosistema Guayas 3.1.6. Hotspots de biodiversidad en el Ecosistema Guayas 3.1.7. Azolla: fertilizante de arroz 3.1.8. Anabaena. Esquema 3.1.9. Azolla creciendo en un arrozal y fertilizndolo 3.1.10. Ensayo de fertilizacin de banano con Azolla 3.1.11. Ecosistema de arrozales y zonas relacionadas de produccin 3.1.12. Azolla en el ciclo humano del nitrgeno 3.2.1. Exportaciones de camarn (19792000) y eventos de enfermedades 3.2.2. Presiones de origen ocenico y continental recibidas por el ecosistema manglar del Ecosistema Guayas 3.2.3. Esquema del Proyecto de Propsito Mltiple Jaime Rolds Aguilera en el escenario de la Cuenca del Ro Guayas 3.2.4. Sedimentacin de la Cuenca del Guayas e inundaciones 3.2.5. Islote El Palmar (El Universo, 2009) 3.3.1. Localidades de muestreo en la costa ecuatoriana 2 4 5 7 7 10 12 13 14 15 16 17 25 28 30 31 33 34 35 35 36 37 38 40 45 46 47 48 49 66
3.3.2. Abundancia de cianobacterias (A), diatomeas (B) y otras algas (C) expresada en diagrama triangular 3.3.3. cidos grasos en plancton y postlarvas de la costa ecuatoriana 3.4.1. Concentracin de nitrgeno a condiciones actuales 3.4.2. Cuenca del Ro Guayas
69 71 79 80
Introduccin
1.
Introduccin
Ecosistema Guayas (Ecuador): Recursos, Medio Ambiente y Sostenibilidad en la perspectiva de Conocimiento Tropical
Introduccin
1.1.
Antecedentes. Ecuador
El Ecuador est situado en el noroeste de Sudamrica abarcando 283 560 km2 de superficie que incluyen 6 720 km2 de mar y cuerpos de agua dulce (Cornejo y Carrin, 2002). Se compone de cuatro regiones geogrficas (Figura 1.1): (a) Costa, ubicada al oeste y baada por el Ocano Pacfico, (b) Sierra o Regin Andina, constituida por el ambiente de las cordilleras de los Andes, que corren de norte a sur, entre Tulcn y Macar, (c) Oriente o regin Amaznica, al este, en la Cuenca del Amazonas, y (d) Regin Insular, integrada por las Islas Galpagos en el Pacfico, a unos 1 050 km de la costa. En el eje altitudinal se yergue desde 0 m, a nivel del Ocano Pacfico, hasta la cima del Chimborazo de 6 310 m.
Figura 1.1. Ubicacin del Ecuador Debido a la ubicacin del Ecuador en la lnea ecuatorial, la duracin del da cambia muy poco durante el ao. El da tiene 12 horas de luz solar, con una variacin de no ms de 30 minutos en cualquier punto del pas. De un mes a otro, las temperaturas promedios de todos los lugares en el Ecuador son relativamente constantes; los promedios mensuales no varan ms de 3 C en cualquier lugar y en muchos varan menos de 1 C. En contraste, las fluctuaciones diarias de temperatura en un perodo de 24 horas son mucho ms pronunciadas, llegando a 20 C en la Sierra y 10 C en la Costa; el ciclo diario de cambio de temperatura es por lo tanto mucho ms importante que el cambio anual de temperatura promedio (Neill y Jrgensen, 2010).
Introduccin
1.1.1. Factores que controlan las condiciones climticas (INAMHI, 2010) El clima del Ecuador responde a una diversidad de factores que modifican su condicin natural, incluyendo principalmente latitud geogrfica, altitud del suelo, direccin de las cadenas montaosas, vegetacin, corrientes marinas y vientos. Es importante tambin tomar en cuenta las anormalidades climticas, es especial una, la mayor perturbacin climtica de la regin: el Fenmeno de El Nio.
Latitud geogrfica Por su ubicacin astronmica en el centro de la Zona Trrida el Ecuador debiera tener un clima completamente clido. No obstante, no es siempre ni en todos los lugares as, debido a la influencia de otros factores que modifican el clima.
Altitud del suelo Es sin duda, el factor que ms contribuye a modificar el clima del pas. Si se considera que partiendo del nivel del mar la temperatura desciende un grado por cada 200 m de altura, el clima tiene una fluctuacin de aproximadamente 31 grados, ya que el nivel continental despliega alturas desde 0 m, al nivel del mar, hasta 6 310 m, en la cumbre del Chimborazo. Por esto el Ecuador goza del privilegio de poseer todos los tipos de clima, desde el clido de la Costa hasta el glacial de las alturas andinas.
Direccin de las cadenas montaosas Las cordilleras Occidental y Oriental del sistema montaoso de los Andes impide la penetracin de los vientos clidos y hmedos del Occidente y del Oriente al interior de las hoyas de la regin Andina, modificando el clima de esta regin.
Vegetacin En lugares de mayor vegetacin, como la Costa y el Oriente, se produce mayor evaporacin del suelo y de las plantas (evapotranspiracin), lo que contribuye al aumento de las precipitaciones que modifican el clima de dichas regiones.
Los vientos Las velocidades (V) medias ms elevadas se registran en la estacin seca, entre junio y diciembre, cuando el promedio es 3.7 m/s. Las velocidades ms bajas corresponden a los primeros 5 meses del ao donde la media alcanza 2.6 m/s (Figura 1.2). La velocidad mxima (VM) sostenida del viento sigue el mismo patrn anual, con una media de 6.5 m/s para el primer periodo y de 5.4 m/s para el periodo de enero a mayo (Estrada, 2007).
Introduccin
10
m/s
4
0 V VM
Mes
Figura 1.2. Velocidad media y velocidad mxima sostenida media del viento (m/s) Los vientos predominantes en el Litoral vienen desde el Suroeste como resultado de la diferencia de presiones entre el bajo de Indonesia y el alto del Pacfico Sur. Hacia el Norte, se localiza el cinturn ecuatorial de alta conveccin donde los vientos alisios del Sur y Norte se encuentran y convergen hacia arriba por el calor solar para formar las celdas convectivas de Hadley del Sur y del Norte. La conveccin resultante genera en el ocano una zona pobre en vientos. La evaporacin de las aguas en esta zona crea un amplio cinturn de nubes conocidos por su produccin de lluvias tropicales (Estrada, 2007). Por su parte, los Andes ecuatorianos hacen de barrera a las corrientes de aire, atenundose el efecto de la zona de convergencia intertropical. En ningn caso estos vientos moderados presentan un riesgo para la vida, por el contrario son favorables para la polinizacin de flores y para que las hojas de las plantas conserven humedad y no la transpiren en demasa.
Corrientes marinas La circulacin de las corrientes marinas en la zona ecuatorial presenta un sistema de corrientes ecuatoriales que consisten en dos flujos hacia el Oeste que son: la Corriente Ecuatorial del Norte y la Corriente Ecuatorial del Sur y un flujo hacia el Este, ubicado entre las dos corrientes anteriores, que es la Contracorriente Ecuatorial. Dentro de este
Introduccin
sistema de corrientes ecuatoriales se incluyen la Corriente de Humboldt que baa la costa occidental de Sur Amrica, la Corriente de Panam proveniente del Norte, que baa la costa occidental de Centro Amrica y a la Corriente de Cronwell (Figura 1.3).
Figura 1.3. Principales corrientes que influyen sobre el clima en Ecuador Las aguas de la Corriente de Panam son clidas y pobres en nutrientes, por lo que durante su estada en las costas ecuatorianas, la pesca se ve notablemente disminuida. La corriente del Humboldt se caracteriza por aguas fras de alta productividad. Es muy favorable para la pesca porque sus aguas son ricas en nutrientes y tienen alta salinidad. Los meses de mayor intensidad van de julio a septiembre y, poco a poco, va debilitndose hasta desaparecer por completo en el mes de diciembre, poca en la que aparece la llamada corriente de El Nio con caractersticas totalmente contrarias a las de la corriente de Humboldt.
Introduccin
El Nio y sus efectos El Fenmeno de El Nio es el resultado de una alteracin de las caractersticas fsicas del Ocano Pacfico Tropical, en particular y de la Atmsfera Global. En su etapa madura, se muestra como una invasin de aguas clidas que vienen desde el Oeste hacia las costas americanas y cuyos efectos pueden ser muy severos en el clima y en los ecosistemas marinos y, por consiguiente, tambin en la vida del hombre y su entorno. Durante El Nio los vientos del Este que soplan a lo largo del Ecuador y los vientos del Sureste que soplan a lo largo de las costas del Per y Ecuador tienden a arrastrar el agua superficial. La rotacin de la tierra a su vez desva las corrientes superficiales a la derecha en el Hemisferio Norte y hacia la izquierda en el Hemisferio Sur. Las aguas superficiales se desvan del Ecuador en ambas direcciones y se alejan de la costa. Conforme se movilizan y se aleja el agua superficial, agua ms fra y rica en nutrientes de mayores profundidades asciende a la superficie, generando el fenmeno conocido como afloramiento. Ambos afloramientos, el ecuatorial y el costero se concentran en fajas relativamente estrechas de menos de 80 millas de ancho (DHN, 2010). El Fenmeno de El Nio ha afectado la Costa del Ecuador con nueve apariciones en los ltimos cuarenta aos. En la mayora de ellas la temperatura del agua se elev en la Costa y a lo largo de una franja de 5 000 millas sobre el Pacfico Ecuatorial. En los eventos ms dbiles, las temperaturas se elevaron slo 1 a 2 C, ocasionando un impacto moderado. Sin embargo, los eventos fuertes como El Nio de 1982-83 dejaron desastrosas huellas en los ecosistemas costeros (Muoz, 2006). 1.1.2. Biodiversidad Ecuador forma parte del Grupo de Pases Megadiversos Afines (Like Minded Megadiverse Countries, http://lmmc.nic.in), que incluye 17 naciones con el mayor ndice de biodiversidad de la Tierra, que se ubican principalmente en los trpicos, como los de Amrica Latina y del sureste asitico (Figura 1.4). Tal grupo incluye: Bolivia, Brasil, China, Colombia, Congo, Costa Rica, Ecuador, Filipinas, India, Indonesia, Kenia, Madagascar, Malasia, Mxico, Per, Sudfrica y Venezuela.
Introduccin
Figura 1.4. Ubicacin del Grupo de Pases Megadiversos Afines Ecuador (Figura 1.5, http://www.conservation.org.pe/ci/hotspots/Mapp5.pdf) est adems incluido dentro de las zonas que han sido sealadas como puntos calientes de biodiversidad, o hotspots en ingls, haciendo referencia con este concepto al estado de conservacin de la biodiversidad mundial. Acuado el trmino por el ambientalista britnico Norman Myers a finales del s. XX, se trata de zonas del planeta donde se encuentran grandes cantidades de especies endmicas, nicas de esa rea, y cuyo hbitat natural se encuentra amenazado o en proceso de destruccin.
Introduccin
Ecuador, no obstante su pequea superficie territorial, de 0.17 % del planeta, tiene una de la ms alta biodiversidad del mundo, que se manifiesta abarcando el 33 % de anfibios, el 20 % del total mundial de aves, el 17 % de mariposas y el 11 % de todas las especies de vertebrados terrestres. Asimismo, se estima que 25 000 especies de plantas se encuentran en Ecuador incluyendo 20 000 especies de plantas superiores, 300 especies de mamferos y 365 especies de reptiles. Los invertebrados, especialmente insectos, no tienen una cifra conocida, siendo los ms numerosos, pudiendo alcanzar el ranking de cientos de miles (Arora and Ahuja, 2005; Ecuador Terra Incgnita, 2000). Las principales razones de la rica biodiversidad del Ecuador estriban en su ubicacin tropical, el alta Cordillera de los Andes y las corrientes ocenicas a lo largo de la costa. La diversidad de los ecosistemas en el Ecuador se despliega desde la tundra rtica a sofocante playas, desde bosques de pino de clima templado a selvas lluviosas tropicales, desde paisajes desrticos a humedales llenos de manglares (Arora and Ahuja, 2005). A todo lo sealado se suma la descarga de agua dulce y de nutrientes que se suceden a lo largo del litoral costero ecuatoriano, de aproximadamente 950 km de longitud, en donde desembocan 67 de las 79 cuencas hidrogrficas del pas. Este aporte continental, por su lado, es vital para el mantenimiento de los procesos ecolgicos que sustentan la diversidad de la biota marina (lvarez, 2007). Sin embargo, al mismo tiempo los ros acarrean contaminantes provenientes de fuentes terrestres, que provocan fuerte deterioro del medio ambiente. En la Tabla 1.1 se destaca la posicin del Ecuador y nmero de especies de algunas categoras de fauna (Challenger, 1998). La biodiversidad del Ecuador se reconoce no solo por el nmero de especies si no por su disposicin y por el cambiante paisaje que se manifiesta en cortas distancias. Tabla 1.1. Ranking del Ecuador en especies animales
Aves Colombia Per Brasil Indonesia Ecuador Venezuela Bolivia India Malasia China 1721 Brasil 1701 Colombia 1622 Ecuador 1519 Mxico 1447 Indonesia 1275 China 1250 Per 1200 Congo 1200 USA 1195 Venezuela Australia Anfibios 516 407 358 285 270 265 251 216 205 Reptiles Mxico Australia Indonesia Brasil India Colombia Ecuador Per Malasia Mariposas papilinidas 717 Indonesia 597 China 529 India 467 Brasil 453 Birmania 383 Ecuador 365 Colombia 297 Per 294 Malasia 282 Mxico 282 121 99-104 77 74 68 64 59 58/59 54/56 52
Introduccin
1.1.3. Caractersticas socioculturales y religiosas La poblacin ecuatoriana asciende a 14 114 413 habitantes, el 66 % reside en zonas urbanas y el 34 % en zonas rurales; est compuesta de un 74.4 % de mestizos, 13.6 % de blancos, 6.8 % de indgenas, 2.7 % de mulatos, 2.2 % de negros y 0.3 % de otros grupos tnicos (INEC, 2010). De acuerdo a estudios de la FAO (2008), el nivel de instruccin poblacional se configura con 5.5 % de analfabetismo, 54 % de instruccin primaria y bsica, 26.8 % de secundaria y 12.6 % de instruccin superior. En el Ecuador el 90 % de la poblacin se confiesa catlica, el 3 % protestante y el 7 % restante agnstico o seguidor de otras religiones (Grafitat, 2010). La composicin religiosa en Guayaquil muestra los siguiente el 81 % catlico, 11 % evanglico (entre pentecostales y bautistas), 2.5 % testigos de Jehov, 2.2 % mormones, 0.4 % de la Iglesia del Reino de Dios, 0.3 % de la iglesia Adventista del Sptimo Da, 0.3 % de la Religin Divina y 0.1 % de la iglesia Pentecostal (Hoy, 2010).
1.1.4. Ecosistemas En el Ecuador se han esbozado diversos sistemas de clasificacin de ecosistemas, en funcin del espacio geogrfico (Gordillo, 2010), clima (Caadas, 1983), interrelaciones flora-fauna o formaciones vegetales (Sierra et al., 1999). De acuerdo a este ltimo investigador, el Ecuador tiene 25 formaciones naturales diferentes y de stas, 17 se encuentran en la regin Costa (Figura 1.6).
Figura 1.6. Distribucin de los ecosistemas terrestres continentales del Ecuador (Sierra el al., 1999)
Introduccin
El trmino ecosistema reproduce una unidad del medio ambiente, de la misma forma que la molcula en la qumica o la clula en la biologa. Se trata, por este trmino, de encerrar toda la complejidad de los elementos vivientes y minerales y sus interrelaciones en una nocin simple pero integral. En medio del extenso y variado inventario de ecosistemas naturales del Ecuador, destaca uno de especiales caractersticas, que conforma una amplia unidad geogrfica, incluyendo una zona ocenica y una continental. Se trata del Ecosistema Guayas formado por el Golfo de Guayaquil y las cuencas hidrogrficas relacionadas (Figura 1.7).
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Introduccin
1.2.
Ecosistema Guayas
1.2.1. Antecedentes La idea de que Ecosistema Guayas sea un ambiente de referencia para el Ecuador y para el mundo tiene un extenso recorrido de conceptualizacin y de trabajo. En el Instituto de Ciencias Qumicas y Ambientales (ICQA) de la Escuela Superior Politcnica del Litoral (ESPOL), desde 1980 se comenzaron a plantear iniciativas que, basadas en el conocimiento y en los recursos naturales nacionales, puedan traducirse en bienes y servicios tiles al sector productivo. En esa misma direccin la ESPOL cre en 1983 el Consejo de Investigaciones Cientficas y Tecnolgicas (CICYT), en el que se mantuvo activa y directa participacin durante los primeros 9 aos. Entre 1987 y 1993, con la ejecucin del Proyecto de Manejo de Recursos Costeros en el pas, se produjo un substancial avance de los conceptos acerca de recursos y medio ambiente, en exclusivas deliberaciones con expertos del Ecuador (ESPOL, Empresa Cantonal de Agua Potable de Guayaquil-ECAPAG, Instituto Oceanogrfico de la Armanda-INOCAR, Instituto Ecuatoriano de Obras Sanitarias-IEOS, Instituto Nacional de Pesca-INP) y de las universidades de Rhode Island (Coastal Resouces Center, www.crc.uri.edu), Southwestern Louisiana (Department of Biology, http://biology.louisiana.edu, www.oceanography.lsu.edu/twilley.shtm) y Autmoma de Campeche (EPOMEX, http://etzna.uacam.mx/epomex/paginas/index.htm). Otros acontecimientos vigorizantes de la misma idea se articularon con la preparacin de los inventarios nacionales de Emisiones de Dioxinas y Furanos (Montao, 2004), Plaguicidas COPs (Contaminantes Orgnico Persistentes) (Montao, 2005) y de Emisiones de Mercurio y Productos que Contienen Mercurio (Resabala, 2008). Asimismo, desde el 2000 ha surgido un motivante tema relacionado con el ciclo del nitrgeno en el Ecosistema Guayas, materializado en trabajos de Azolla Anabaena en cultivos de arroz y aplicaciones en los sectores agrcola, pecuario y acucola (Montao, 2004a, 2008a, 2010).
1.2.2. Ubicacin, representacin y significado Ecosistema Guayas (EG) es el representativo mbito tropical situado entre los paralelos 0o 6 y 3 59 sur y entre los meridianos 78 42 y 81o0030 oeste (Figura 1.7), que abarca el Golfo de Guayaquil y 24 cuencas hidrogrficas relacionadas, en una extensin de 87 347 km2 que representa alrededor del 31 % del territorio del Ecuador. Las cuencas ms importantes incluyen las de los ros Guayas, Jubones, Puyango, Caar, Taura y Naranjal. Adems, destacan en este ambiente, el Golfo de Guayaquil (Figura 1.8), la Cuenca del Ro Guayas, el Estuario del Ro Guayas y la ciudad de Guayaquil, de la manera como han sido descritos por Montao y Sanfeliu (2008).
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Introduccin
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Quito
Cuenca Ecosistema Guayas 1 Cuenca del Guayas Guayaquil 2 Estuario del Guayas 3 Golfo de Guayaquil
Figura 1.7. Ubicacin del Ecosistema Guayas dentro del Ecuador En el Ecosistema Guayas viven 6 001 141 personas representando el 42 % de la poblacin nacional, se asientan 10 de las 26 ciudades del pas con ms de 50 000 hb (INEC, 2010) y se contienen, de forma total o parcial, 13 de 24 provincias y 107 de 226 municipios del Ecuador. Otras caractersticas de este ecosistema a nivel nacional incluyen la generacin de ms del 90 % de los productos agropecuarios de exportacin, el abastecimiento de la casi totalidad de la demanda del pas de azcar, alcohol, arroz, maz, tabaco, soya, tomate, algodn y frutas tropicales. Gran parte del desarrollo del Ecuador se cimienta en el Ecosistema Guayas a travs de la agricultura, ganadera, acuicultura, pesca, turismo, minera, navegacin y asientos poblacionales.
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Introduccin
El Ecosistema Guayas exhibe particularidades nicas en el mundo, como son: su estratgica posicin en los ejes longitudinal y latitudinal del planeta; una escala completa de alturas, desde el techo de la tierra, la cima del Chimborazo, hasta profundidades imponentes en el Ocano Pacfico; una mega biodiversidad; el estuario del Ro Guayas; y, produccin representativa a escala mundial de banano, cacao de aroma, maracuy, tagua y camarn. Debido a las propiedades sealadas, el Ecosistema Guayas constituye una potencial zona de elevado inters para el pas y para la comunidad internacional. En el plano nacional, abre insospechadas oportunidades al conocimiento inmediato y til del medio ambiente y los recursos naturales, en el marco de los ciclos biogeoqumicos y hasta econmicos y sociales, que permitir adems, generar propuestas propias y creativas en diversos temas, incluyendo la sostenibilidad, activando nuevos caminos y alternativas en los terrenos productivo, acadmico y poltico. La variedad de recursos naturales y la productividad de este ecosistema constituyen elementos de base del desarrollo del sistema socio econmico, aunque los procesos de extraccin, transformacin y utilizacin de productos generan inevitables residuos que retornan al ecosistema y lo deterioran. En este sentido, aqu se plantea el reto de la civilizacin actual, consistente en promover una frmula armnica de desarrollo econmico, equidad social y sostenibilidad ambiental. Muchas especies endmicas se encuentran aqu en peligro de desaparecer por el deterioro del medio ambiente y la falta de inversin e incentivos para su estudio y manejo, lo que acarreara incalculables prdidas ecolgicas, econmicas y sociales a nivel global.
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Introduccin
1.2.3. Descripcin geolgica El Ecosistema Guayas se sita dentro de dos regiones naturales del Ecuador, la Costa y la Sierra, satisfaciendo condiciones geolgicas especficas, bajo el punto de vista geomorfolgico (Figura 1.9. Winckfll, 1997).
La Costa Ubicada al occidente del Ecuador, conforma el arco frontal de un mecanismo de subduccin, en el que se insertan algunas cuencas sedimentarias como las de Borbn en el norte de Manab y del Guayas, en la zona central y la de Progreso y Jambel, en la regin sur, encontrndose esta ltima actualmente debajo del nivel del mar, en el Golfo de Guayaquil (Marocco y Winter, 1997). Este sector se caracteriza por las extensas llanuras: costera central y baja aluvial (Figura 1.9), cubiertas por sedimentos terciarios y cuaternarios, cruzadas por cordilleras de baja altura, de 200 a 600 m, como los cerros de Masvale, Taura y Boliche al sur, Chongn-Colonche, en el centro y Jama y Cuaque al norte.
La Sierra Constituida por Los Andes, forma la columna vertebral del Ecuador que se emplaza a lo largo de todo el pas, en sentido NNE-SSW, con un ancho aproximado de 100 km y alturas que sobrepasan los 6 000 m, en el sector norte y central y 4 500 m, al sur. Dos cadenas montaosas: la cordillera Occidental y la Central o Real, as como una regin intermedia deprimida, El Valle o Callejn Interandino, dividido por umbrales montaosos transversales, caracteriza el emplazamiento geomorfolgico de la Sierra. El callejn interandino as constituido, dio lugar a la formacin de valles o cuencas intramontanas de alturas entre los 2 500 y 3 000 m sobre el nivel del mar, en donde se sitan los centros poblados ms importantes de la sierra ecuatoriana. Las cuencas
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Introduccin
interandinas, se encuentran rellenas, en su mayor parte, de depsitos sedimentarios de origen continental, as como materiales volcnicos cenozoicos. Sedimentos marinos cretceos tipo flysch, se presentan en algunas cuencas interandinas. Estas caractersticas geomorfolgicas se observan tanto en la regin norte como central de la sierra ecuatoriana, en donde un grueso paquete de materiales volcnicos cuaternarios, cubre extensas reas. Al sur, este panorama se hace ms evidente, presentndose cuencas sedimentarias como las antes citadas, en las regiones de Cuenca-Caar, Nabn, Loja y Malacatos (Nez del Arco, 2003).
1.2.4. Marco Tectnico Los estudios cientficos del marco geotectnico del Ecuador han puesto de manifiesto la extraordinaria riqueza geolgica de la regin, destacndose que aqu se encuentran ejemplos claros de la mayora de elementos estructurales representativos de los procesos fundamentales que gobiernan la evolucin geodinmica a escala planetaria. La tectnica principal incluye el proceso de subduccin rpida, de 78 mm/ao, de la Placa ocenica Nazca (Figura 1.10) bajo la litsfera continental, en sentido oeste-este (Marocco y Winter, 1997).
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Introduccin
1.2.5. Sismicidad En la Figura 1.11 se representan 3 secciones del Ecuador en las que se manifiestan puntos de proyeccin de sismicidad del Ecosistema Guayas a distintas profundidades, en base a anlisis de terremotos registrados (Chunga, 2010).
Ecosistema Guayas
Figura 1.11. Secciones de la sismicidad a lo largo del margen activo del Ecuador (Chunga, 2010) La actividad ssmica de esta regin deriva de un contexto geodinmico donde interactan tres placas tectnicas: la placa ocenica de Nazca, la Placa continental Sudamericana y el Bloque Norandino. En este ambiente, y debido a la colisin y subduccin de la placa ocenica bajo las dos placas continentales, se identifican varias fuentes ssmicas: la primera relacionada con el fenmeno de subduccin propiamente dicho, la segunda relacionada con la deformacin y movimiento relativo de las dos placas continentales debido al choque con la placa ocenica, ambas de carcter superficial y la tercera, asociada a una deformacin en la placa ocenica subducida y de carcter profundo (Segovia y Alvarado, 2010).
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Introduccin
1.2.6. Marco Geofsico La mayor parte de la zona costera del Ecosistema Guayas est atravesada longitudinalmente por una ringlera dominante de suelos sedimentarios, de rocas cuaternarias y terciarias, que cubren aproximadamente el 50 % de su territorio (Figura 1.12). Estos parches se constituyen principalmente en las provincias del Los Ros, Guayas, Santa Elena, Manab, Santo Domingo y El Oro. El sector correspondiente a las provincias montaosas de Cotopaxi, Tungurahua, Bolvar, Chimborazo, Caar y Azuay, est constituido en su mayor parte por suelos gneos y metamrficos, que son cretcicoterciario volcnico, mesozoico volcnico y mesozoico-cenozoico intrusivo.
ROCAS SEDIMENTARIAS Trisico-Jursico Precmbrico-Devoniano Paleozoico No mapeado Cuaternario Terciario Cretcico Jursico ROCAS GNEAS Y METAMRFICAS Cretcico Terciario Volcnico Mesozoico Volcnico Mesozoico Cenozoico Intrusivo Precmbrico no diferenciado REA DE ESTUDIO Ecosistema Guayas
Figura 1.12. Geofsica del EG http://geology.about.com/library/bl/maps/blecuadormap.htm Al sur del Ecosistema Guayas, especficamente en las provincias de El Oro y Loja existe una formacin muy marcada de rocas precmbricas. En la interseccin de las provincias de Manab, Guayas y Santa Elena, debido a la cordillera de Chongn Colonche existen vestigios de rocas mesozoicas volcnicas, as como formaciones de suelos sedimentarios cretcicos en pequea proporcin. Cerca de los bordes que limitan el Ecosistema Guayas hay manchas pequeas de suelos paleozoicos y cretcicos. En su interior, especialmente en la regin costera, destaca una llanura aluvial delimitada por dos cordilleras, la de Los Andes al este y la de Chongn Colonche al oeste. Esta formacin ha pasado por los siguientes eventos sucesivos: el
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Introduccin
intenso levantamiento de la cordillera Chongn Colonche y el hundimiento de la plataforma de la cuenca del ro Guayas y Golfo de Guayaquil en el Oligoceno, luego los Andes ecuatorianos haban empezado a emerger en el Mioceno. Por esta misma era se inici la sedimentacin de la Cuenca del ro Guayas intervenida por permanentes ocurrencias de erosin pluvial, elica, ocenica y gravitacional, que continan hasta la actualidad. El suelo resultante, de carcter arcilloso, limoso y arenoso, ha desarrollado una serie de reacciones fsicas, qumicas y biolgicas produciendo la fertilidad, exuberancia y diversidad que exhibe hoy en da. Una de las principales funciones de este suelo es brindar soporte a la agricultura, principalmente de arroz, banano, caa de azcar, maz, caf y cacao (Sanfeliu, 2009).
1.2.7. Valor econmico El aporte del Ecosistema Guayas, considerando las principales categoras de actividad que se muestran en la Tabla 1.2, representa aproximadamente el 76 % de la produccin nacional pese a que se asienta en el 31 % de la superficie del Ecuador. Tabla 1.2. Produccin del Ecosistema Guayas (EG) Categora (Unidad) Superficie (km) Poblacin Rural (hb) Poblacin Urbana (hb) Poblacin Total (hb) Sembro de Banano (ha) Superficie de Camarn (ha) Sembro de Arroz (ha) Sembro de Caf (ha) Sembro de Cacao (ha) Sembro de Maz (ha) Sembro de Caa (ha) Superficie de Pastos (ha) Produccin de Pesca (t) Superficie de Manglar (ha) Ecuador 283 560 4 794 419 9 410 481 14 204 900 216 115 175 748 394 813 171 913 398 104 286 500 97 200 2 726 103 241 816 148 230 EG 87 347 1 569 654 4 431 487 6 001 141 194 291 145 787 378 125 105 593 292 768 171 900 89 424 1 726 321 180 451 121 377 EG (%) 31 33 47 42 90 83 96 61 74 60 92 63 75 82 Referencia INEC, 2008 INEC, 2008 INEC, 2008 INEC, 2008 INEC, 2009 CLIRSEN, 2007 INEC, 2009 INEC, 2009 INEC, 2009 INEC, 2008 INEC, 2008 INEC, 2008 INEC, 2008 CLIRSEN, 2007
Los productos de exportacin no petroleros de mayor importancia, que incluyen banano, camarn, cacao, caf y pesca, exhiben elevados porcentajes en lo que corresponde al Ecosistema Guayas (Tabla 1.2). Asimismo las producciones para el consumo interno de arroz, caa de azcar, maz y pasto de ganadera arrojan cifras desde 60 % hasta 99 %. El manglar, un bosque y humedal emblemtico del medio ambiente, est representado en un 82 % en el Ecosistema Guayas. El Ecuador, en la direccin de captar mercados internacionales, requiere ofrecer recursos de carcter exclusivo, por ejemplo que provengan de ecosistemas especiales.
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Introduccin
Este es el caso del Ecosistema Guayas. En este aspecto destaca el recurso camarn, por desarrollarse en zonas estuarinas y que guardan estrecha dependencia con los manglares.
1.2.8. Conocimiento tropical El asunto ms relevante y extraordinario en el escenario del Ecosistema Guayas es el conocimiento. En la actualidad se reconoce, de modo cada vez ms generalizado, que el conocimiento y el saber se han consolidado como las fuentes principales de creacin de riqueza en la sociedad (Boruchowicz et al., 2005); que la prosperidad econmica descansa desde hace tiempo en el conocimiento y su aplicacin til (Teece, 1998); o que el conocimiento es el principal factor de la produccin, y los activos financieros y maquinarias son simplemente vehculos del conocimiento (Alama, 2009). Existe adems una particularidad exclusiva del Ecosistema Guayas. Se trata de conocimiento tropical. La mayora de los productos y aplicaciones tecnolgicas que utiliza actualmente la humanidad se deriva de conocimientos originados en zonas templadas. El conocimiento tropical se encuentra an en incipiente desarrollo, brindando oportunidades nicas, en este campo, a los trpicos y a la humanidad. Conocimiento tropical es el principal servicio que el Ecuador puede proveer a la tierra con ayuda de pases amigos, en cuanto se establezca de modo estratgico el papel ineludible de los trpicos en la solucin de algunos de los problemas que actualmente ms inquietan a la humanidad y al mundo en desarrollo tropical, como los desafos medioambientales globales prioritarios del siglo XXI del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, 2010) referidos a Cambio Climtico, Desastres y Conflictos, Manejo de Ecosistemas, Gestin Ambiental, Sustancias Dainas y Eficiencia de Recursos. En el tema Trpicos se ha aadido ltimamente el asunto de la expansin del cinturn tropical asociada al cambio climtico, lo que tendr un efecto cascada en los sistemas de circulacin de gran escala, afectando la productividad agrcola y los recursos hdricos (PNUMA, 2010). Esto va a aadir nuevos y necesarios desafos al trabajo emprendido. La visin enfocada al desarrollo de conocimiento tropical est surgiendo con rapidez en Australia, que contiene en el norte una zona tropical. Para ello han unido el Gobierno, la Universidad, el empresariado y las comunidades locales (Ellyard, 2003; The Governments of the Northern Territory, Queensland and Western Australia, 2004; Martin, 2004; AVCC, 2006). Impulsar Ecosistema Guayas con la misin de convertir este ecosistema en el laboratorio natural de la humanidad, para desarrollar ciencia y tecnologa tropicales, que con urgencia necesita la poblacin de la tierra que habita actualmente en la franja tropical del planeta, activa insospechadas ventajas para toda la humanidad, el pas y sus instituciones. Ecosistema Guayas es un lugar, una oportunidad, una forma de trabajar, un modo de
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Introduccin
pensar y un modo de vivir. Es el laboratorio natural que dispone la humanidad para crear conocimiento tropical, casi inexistente por un lado y crucialmente necesario por otro.
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2.
Justificacin y objetivos
Ecosistema Guayas (Ecuador): Recursos, Medio Ambiente y Sostenibilidad en la perspectiva de Conocimiento Tropical
21
Justificacin y objetivos
Justificacin
2.1.
Justificacin
El inters nacional y mundial por el Ecosistema Guayas surge de la diversidad y oportunidad de las reas del conocimiento que abarca, toda vez que la mitad de poblacin de la tierra habita actualmente en la franja tropical del planeta, necesitando de ciencia y de tecnologa tropicales, que se encuentran an en incipiente desarrollo. Ecosistema Guayas constituye un ambiente tpico tropical de elevada diversidad, de fcil acceso y que posee una infraestructura adecuada como para llevar a cabo cualquier prueba cientfica y de investigacin y que los desarrollos tecnolgicos que se deriven de estos trabajos van a tener aplicacin en toda la franja tropical del planeta, donde actualmente vive la mayora mitad de la poblacin de la Tierra. En una estrecha franja que bordea el Este del Golfo de Guayaquil se cultiva banano, convirtiendo al Ecuador en primer productor mundial de esta fruta. En las riveras del Golfo de Guayaquil y Estuario del Ro Guayas se asienta ms del 80 % de la acuicultura nacional de camarn, ubicando al pas entre los primeros productores mundiales de camarn. El Golfo de Guayaquil es la zona de mayor produccin de pesca artesanal e industrial del Ecuador. El arroz, alimento bsico de los ecuatorianos, se produce casi por entero en este ecosistema; lo mismo ocurre con el azcar, el maz duro y las frutas tropicales. Dos puertos navales, el de Guayaquil y Puerto Bolvar, mueven ms del 92 % de la carga de exportacin e importacin nacional, excluyendo petrleo. Adems, en este ecosistema se ubican los desarrollos mineros aurferos ms importantes del Ecuador. La proteccin de los recursos naturales representa una prioridad mundial. Establecer la importancia del Ecosistema Guayas as como su vulnerabilidad requiere de intenso trabajo para conocer su estructura y funcionamiento. A la luz de nuevas concepciones econmicas, sociales y ecolgicas, el criterio de sustentabilidad, o sea el grado o escala de explotacin, que haga posible su duracin a largo plazo, constituye una de las motivaciones bsicas del trabajo cientfico. El Ecosistema Guayas al incluir 13 de las 24 provincias y 107 de los 226 municipios del pas abre el potencial de constituirse en el laboratorio natural de prueba de las mejores frmulas de manejo ambiental y social del Ecuador. Ecosistema Guayas es el camino propicio de bsqueda de conocimientos y de aprendizaje que permita tomar las mejores decisiones respecto a la explotacin de los recursos, los sistemas de transformacin y el manejo de los residuos.
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Justificacin y objetivos
Objetivos
2.2.
Objetivos
General Posicionar el Ecosistema Guayas en la conciencia del Ecuador y del Mundo, como un exclusivo lugar para el estudio de los recursos, el medio ambiente y la sostenibilidad en la perspectiva de conocimiento tropical.
Especficos Identificar fundamentos tericos y aplicaciones de medio ambiente y sostenibilidad en el Ecosistema Guayas (Ecuador) para contar con los conocimientos ms idneos que permitan tomar las mejores decisiones en la preservacin de la naturaleza y la proteccin de la ciudadana. Establecer la calidad ambiental de los ecosistemas costeros del Ecosistema Guayas y sus implicaciones en el desarrollo del manejo integrado de manglares y camaroneras. Evaluar la presencia de cidos grasos en larvas silvestres y cultivadas de Litopenaeus vannamei del Ecuador. Analizar la integracin de las restricciones ecolgicas y econmicas de la calidad ambiental del Estuario del Ro Guayas, Ecuador. Revisar la articulacin del nitrgeno (N) como elemento de enlace, contabilidad y balance de los ciclos biogeoqumicos y sociales del Ecosistema Guayas.
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Ecosistema Guayas
3.1.
3.1.1. Ubicacin En la Figura 3.1.1 se presenta la delimitacin actual del Ecosistema Guayas en el espacio del Ecuador y sus provincias. All se puede apreciar que se despliega debajo del paralelo 0o hasta 4 Sur y entre los meridianos Oeste 78.5 y 81.
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Ecosistema Guayas
3.1.2. Actualizacin Desde la publicacin del artculo de Ecosistema Guayas en la Revista Tecnolgica ESPOL (Montao y Sanfeliu, 2008), se han producido algunos cambios, producto de una pormenorizada revisin de la demarcacin de las cuencas, lo mismo que se han escogido las fuentes ms autorizadas y se ha actualizado la informacin lo ms cerca del ao 2010. Los resultados de esta actualizacin se muestran en la Tabla 3.1.1. Tabla 3.1.1. Actualizacin de informacin del Ecosistema Guayas Informacin Extensin (km2) Extensin (%) rea continental (km2) Poblacin (hb) Poblacin (%) Provincias Municipios Arroz (%) Caa de azcar (%) Maz duro (%) Camarn (%) Banano (%) Palma africana (%) Cacao (%) Caf (%) Ganado (%) Pesca (%) Actual 87 347 31 83 540 (Calculado) 6 001 141 (INEC, 2010) 42 13 107 (Tabla 3.1.2) 96 92 60 83 90 50 74 61 51 75 Anterior 67 000 35 53 299 6 233 716 45 12 88 93 90 90 84 75 70 60 55 40 57
3.1.3. Aportacin y potencial econmico En la Tabla 3.1.1 se han sealado las principales categoras de la produccin y la economa del pas, que se sustentan en la agricultura, ganadera y pesca. Otras categoras importantes, como la transportacin martima y la minera, especialmente aurfera, se detallan adems en este literal. Entre enero y julio del ao 2010 la exportacin del Ecuador de productos primarios excluyendo petrleo se cifr en 2 619.6 millones de dlares (BCE, 2010). En promedio la produccin del Ecosistema Guayas constituye un 79 % de la produccin nacional. El sistema portuario del Ecosistema Guayas, representado por las autoridades portuarias de Guayaquil y de Puerto Bolvar y 17 Terminales Portuarios Privados, en el ao 2009 tuvo un movimiento representativo de carga contenedorizada, alcanzando 952 630 TEU, lo que significa el 95 % de la carga de exportacin por este generalizado sistema (CEPAL, 2009)
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Ecosistema Guayas
Bolvar
Caar
Loja
Chimborazo 4
Los Ros
Cotopaxi
El Oro
Manab
10
27
Ecosistema Guayas
45 46 47 48 49 50 51 52 53 54
Las Lajas Balao Balzar Bucay Colimes Daule Durn El Empalme El Triunfo Guayaquil
Guayas
Olmedo-Puca Pajn Pichincha Santa Ana La Libertad Salinas Santa Elena Sto. Domingo Ambato
Santa Elena
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12 13
El potencial minero del Ecosistema Guayas es elevado, como se desprende del cinturn de suelos gneos y metamrficos dispuestos longitudinalmente al este, donde se acentan las ocurrencias de depsitos mineros, especialmente de oro, cobre y molibdeno (Figura 3.1.2).
Figura 3.1.2. Tipos de Ocurrencia (Mayormente prospectos y depsitos) La produccin minera aurfera del Ecosistema Guayas representa aportes significativos a la economa del pas, alcanzando unas cifras anuales de 16 t de oro, en los ltimos
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Ecosistema Guayas
tiempos (Resabala, 2008). Adems, el escenario del oro del Ecosistema Guayas abarca 8 de las 13 franjas metalognicas precisadas en el Ecuador, lo que representa un 53 % del territorio minero explorado y un 37 % de las reservas de este metal (Tabla 3.1.3). Tabla 3.1.3. Evaluacin de recursos potenciales de oro por franja metalognica (Cmara de Minera del Ecuador, 2008) No. Nombre
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 Dispersos Pacto Quevedo-Moraspungo La Plata Macuchi Ponce Enrquez-San Gerardo Nambija Fierro Urco Machinaza Zaruma Portovelo Cerro Pelado Quimsacocha Molleturo Peltetec Macar-Ro Platas 248 369 177 840 15 528 72 781 99 562 133 983 136 340 43 527 17 675 125 595 45 714 10 771 64 418
Superficie (ha)
3.1.4. Medioambiente y sostenibilidad. Constitucin y Plan Nacional de Desarrollo La nueva Constitucin del Ecuador (2008) que rige desde el vivir de los ecuatorianos incluye preceptos novedosos respecto a los planteamientos que se esbozan en este trabajo. Tales preceptos se contienen principalmente en los ttulos: Derechos de la naturaleza; Derechos del buen vivir; Organizacin del territorio; Soberana alimentaria; Ciencia, tecnologa, innovacin y saberes ancestrales; Biodiversidad y recursos naturales. En este sentido, la naturaleza expresada mediante los recursos aire, agua, suelo, flora y fauna, cobra derecho bajo especial tutela del Estado. Para velar por estos derechos se demanda el concurso de las instituciones del Estado, Universidades y Escuelas Politcnicas, Institutos de Investigacin pblicos y particulares, empresas pblicas y privadas, organismos no gubernamentales y personas naturales o jurdicas. La investigacin cientfica, la innovacin tecnolgica, la produccin de conocimiento, los saberes ancestrales y la difusin componen algunos de los instrumentos ms apropiados para garantizar la conservacin del medio ambiente, la salud de la poblacin, el trabajo y la produccin.
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Ecosistema Guayas
El Ecuador, adems, ha puesto en marcha el Plan Nacional para el Buen Vivir 20092013. En l se encuentran establecidas zonas, estrategias, objetivos (polticas y lineamientos) y organizacin, todo lo cual, activa aplicaciones particulares al Ecosistema Guayas. De las zonas establecidas en el Plan Nacional para el Buen Vivir, el Ecosistema Guayas encierra la Zona 5 casi en su totalidad y en forma parcial las Zonas 3, 4, 6 y 7 (Figura 3.1.3).
Zona 1: Carchi. Esmeraldas. Imbabura. Sucumbos Zona 2: Napo. Orellana. Pichincha Zona 3: Chimborazo. Cotopaxi. Pastaza. Tungurahua Zona 4: Manab. Santo Domingo de los Tschilas Zona 5: Bolvar. Guayas. Los Ros. Santa Elena Zona 6: Azuay. Caar. Morona Santiago Zona 7: El Oro. Loja. Zamora Chinchipe reas no delimitadas Quito y Guayaquil El Plan Nacional destaca el alto valor paisajstico y el consecuente potencial turstico de las zonas relacionadas con el Ecosistema Guayas. Se reconoce asimismo la elevada capacidad agrcola de los suelos de la cuenca baja del Ro Guayas que presentan el mayor porcentaje nacional de suelos aptos para cultivos sin limitaciones. La actividad productiva agrcola en el territorio del Ecosistema Guayas representa sin duda la base, el soporte y el futuro de la vida de los ecuatorianos, sin embargo, por otro
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Ecosistema Guayas
lado, presenta bajos rendimientos, escasa diversificacin y mnima generacin de valor agregado (SENPLADES, 2009). Un problema crtico derivado de la actividad agrcola es la sobreexplotacin, como se denota en la Figura 3.1.4.
Las estrategias contenidas en el Plan Nacional para el Buen Vivir y que son aplicables a los quehaceres medioambientales y sostenibles en el Ecosistema Guayas incluyen:
Garantizar la sustentabilidad del patrimonio natural mediante el uso racional y responsable de los recursos naturales renovables y no renovables. Sostenibilidad, conservacin, conocimiento del patrimonio natural y fomento del turismo comunitario. Transformacin de la educacin superior y transferencia de conocimiento a travs de ciencia, tecnologa e innovacin. Inversin para el Buen Vivir en el marco de una macroeconoma sostenible. Consolidar un modelo de gestin descentralizado y desconcentrado, con capacidad de planificacin y gestin territorial
El Plan Nacional para el Buen Vivir (PNBV), que se encuentra en ejecucin, establece 10 objetivos que se reparten en 89 polticas y 640 lineamientos, como se muestra en la Tabla 3.1.4. Tales objetivos se llevan a trmino en mayor que menor medida en el Ecosistema Guayas, y se podra decir que el objetivo 11 que se refiere a Establecer un sistema econmico social, solidario y sostenible, es el ms representativo.
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Ecosistema Guayas
Tabla 3.1.4. Objetivos del Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013 (SENPLADES, 2009) Objetivos Objetivo 1: Auspiciar la igualdad, la cohesin y la integracin social y territorial en la diversidad Objetivo 2: Mejorar las capacidades y potencialidades de la poblacin Objetivo 3: Mejorar la calidad de vida de la poblacin Objetivo 4: Garantizar los derechos de la naturaleza y promover un ambiente sano y sustentable Objetivo 5: Garantizar la soberana y la paz, e impulsar la insercin estratgica en el mundo y la integracin latinoamericana Objetivo 6: Garantizar el trabajo estable, justo y digno, en su diversidad de formas Objetivo 7: Construir y fortalecer espacios pblicos interculturales y de encuentro comn Objetivo 8: Afirmar y fortalecer la identidad nacional, las identidades diversas, la plurinacionalidad y la interculturalidad Objetivo 9: Garantizar la vigencia de los derechos y la justicia Objetivo 10: Garantizar el acceso a la participacin pblica y poltica Objetivo 11: Establecer un sistema econmico social, solidario y sostenible Objetivo 12: Construir un Estado Democrtico para el Buen Vivir Pol- Lineaticas mientos 10 89 8 7 4 7 8 8 5 6 6 13 7 57 57 49 61 37 54 25 38 42 82 49
Asimismo al revisar las polticas y lineamientos relacionados con los objetivos del PNBV se descubre que tienen plena aplicacin, y ms an, que deberan ser motivo del accionar planificado y orgnico de la ciudadana e instituciones del Ecosistema Guayas. Esto se evidencia claramente escogiendo al azar 3 lineamentos, el 4, 282 y 631 que se presentan a continuacin. 4 Universalizar el acceso a agua segura para sus diversos usos como derecho humano, respetando las prelaciones establecidas en la Constitucin. 282 Definir mbitos de accin prioritarios para la intervencin de la cooperacin internacional en el Ecuador. 631 Planificar la inversin pblica con enfoque territorial para optimizar los recursos del Estado, reducir los desequilibrios territoriales y satisfacer las necesidades bsicas.
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3.1.5. Vulnerabilidad Otro tema que resalta en el Ecosistema Guayas es la vulnerabilidad de dos zonas de alto valor ambiental, econmico y social: los pramos y los manglares, que se sealan en la Figura 3.1.5.
Ecosistemas sensibles Manglares/Pramos Figura 3.1.5. Zonas vulnerables del Ecosistema Guayas (SENPLADES, 2009) Los pramos representan las fuentes exclusivas de recarga de agua de las cuencas hidrogrficas y la garanta de provisin de agua potable, agua ecolgica y agua para regado. La ampliacin de la frontera agrcola derivada del aumento de la poblacin y el cambio climtico estn agravando la vulnerabilidad de este ambiente. Los manglares se ubican geogrfica y funcionalmente en el extremo opuesto de los pramos (Figura 3.1.5), son pantanos boscosos nicos, donde las mareas modulan el intercambio de agua, nutrientes, sedimentos y organismos entre ecosistemas costeros intermareales tropicales. Tambin los ros y sus cuencas bajas vinculan la descarga de sedimentos y nutrientes desde el continente, modulando la productividad y biogeoqumica del estuario del Ro Guayas, acoplndose esta dinmica con ecosistemas vecinos. El mosaico de hbitats de manglares provee gran variedad de componentes de biodiversidad que son importantes para la funcin y calidad ambiental de los ecosistemas estuarinos tropicales. La funcin ecolgica dominante de los manglares es el mantenimiento de hbitats costero-marinos y la provisin concomitante de alimento y
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refugio para una gran variedad de organismos a diferentes niveles trficos. Adems los manglares juegan un papel principal en mantener la calidad del agua y la estabilidad de la lnea de costa, controlando la distribucin de nutrientes y sedimentos en aguas estuarinas. Las mltiples funciones de los manglares inducen una productividad primaria y produccin secundaria extremadamente alta en costas tropicales. Actualmente se plantea la hiptesis de que los manglares tienen paradjicamente una gran capacidad de adaptacin, permitindoles contrarrestar con xito la variabilidad ambiental de corto perodo que est induciendo el cambio climtico global, aunque al mismo tiempo, por su alta fragilidad como hbitat crtico, las acciones antrpicas acrecientan su vulnerabilidad a un nivel ms catastrfico que el propio cambio climtico global (Yez-Aracibia, Twilley y Lara-Domnguez, 1998). Finalmente el Ecosistema Guayas contiene parte de dos ecoregiones terrestres reconocidas mundialmente como reas calientes de biodiversidad (hotspots): el Tumbes-ChocMagdalena y el de los Andes Tropicales (Figuras 1.5, 3.1.6). Los temas, por tanto, de vulnerabilidad, medioambiente, biodiversidad y sostenibilidad demandan en este lugar una serie de especiales exigencias, sobre todo en la perspectiva de conocimiento tropical, que est an por crearse.
3.1.6. Azolla anabaena en el Ecosistema Guayas. Ciclo del nitrgeno Desde el ao 2000, en el contexto prctico del Ecosistema Guayas y Conocimiento Tropical, se han desarrollado trabajos e ideas sobre Azolla Anabaena. Se trata de un simbionte estrechamente relacionado con el elemento nitrgeno y su ciclo biogeoqumico. En este sentido, el nitrgeno se convierte en el material de vinculacin entre la naturaleza y el sistema socioeconmico del Ecosistema Guayas y del mundo,
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permitiendo adems entender los procesos, la cuantificacin y el sentido de la sostenibilidad. La agricultura del mundo y del Ecuador enfrenta en la actualidad una serie de desafos en las reas de la economa, el medio ambiente, la salud y la tecnologa. En cualquiera de ellas hay ilimitados campos que invitan a explorarlos. Una planta para crecer requiere de dos sustancias primordiales, agua y nitrgeno, lo que en otras palabras quiere decir que la agricultura descansa en dos diligencias, riego y fertilizacin. En este contexto y desde la orilla de la academia se ha venido trabajando por largo tiempo para encontrar novedades que apuntalen la agricultura, descubriendo la existencia de una bendicin natural llamada Azolla Anabaena. Azolla (Figura 3.1.7) es un diminuto helecho flotante de pequeas hojas alternadas y races simples que cuelgan dentro del agua. Anabaena es una bacteria microscpica que en forma de rosario (Figura 3.1.8) se aloja permanentemente dentro de las hojas del Azolla y fija nitrgeno del aire. Azolla y Anabaena desarrollan una simbiosis por la cual el primero brinda soporte y la segunda abono.
El nitrgeno incorporado al Anabaena evoluciona luego, a travs de reacciones bioqumicas, a amonio, a nitrito y finalmente a nitrato. Estas tres ltimas especies qumicas representan el exclusivo sustrato de fertilizacin de las plantas. El Azolla Anabaena representa un recurso natural promisorio del Ecuador que se prob como fertilizante alternativo de arroz (Figura 3.1.9) con positivos resultados: la produccin de arroz con Azolla alcanz 7.2 t/ha mientras que con urea dio 4.5 t/ha (Montao, 2005a).
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Figura 3.1.9. Azolla creciendo en un arrozal y fertilizndolo El uso masivo del bioabono Azolla en arrozales de inundacin activa por primera vez esta tecnologa a escala comercial en el Ecuador, al tiempo que desata una motivante expectativa en el agro ecuatoriano. El potencial de fijacin biolgica de nitrgeno del Azolla puede alcanzar 1 200 kgN/ha/ao en condiciones ptimas; en esta situacin, los excedentes de Azolla del arrozal pueden ser extrados, secados, ensacados y comercializados para su aplicacin como abono en otros cultivos. Un experimento reciente diseado para determinar comparativamente la eficiencia del abono Azolla como sustrato orgnico en plantas meristemticas de banano William en invernadero se llev a cabo en la ESPOL (Figura 3.1.10). En tal experimento se encontr que el tratamiento con Azolla produjo los mejores resultados en cuanto a altura de la plntula, dimetro del seudotallo y nmero de hojas. El uso exclusivo de Azolla como abono demuestra que se activa una serie de ciclos biogeoqumicos que potencian el crecimiento del banano (Montao et al., 2010).
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3.1.7. Nuevas funciones del ecosistema de arrozales. Medio ambiente, economa y salud La elevada concentracin natural de nitrgeno del Azolla a ms de la configuracin geogrfica de los arrozales del Ecuador, le convierte a este bioabono en el camino obligado que tomar la agricultura orgnica del pas. Azolla est destinado a convertir los arrozales ecuatorianos en proveedores de abono y forraje para todo el sistema agrcola y pecuario nacional, provocando el salto natural del Ecuador al nivel orgnico y constituyendo un suceso nico en el mundo. El ecosistema de arrozales del Ecuador est situado en la zona del drenaje final de los ros Daule y Babahoyo (Figura 3.1.11). Extender el Azolla a todo este ecosistema, como poltica de estado, representa una extraordinaria ventaja, pues ese enorme humedal que constituyen los arrozales, actuar como un biofiltro natural que mejorar la calidad del agua y reactivar, en consecuencia, la produccin de banano, caa de azcar, camarn y la produccin pesquera del Golfo de Guayaquil. De esta manera se activa naturalmente el desarrollo sostenible regional (Montao, 2010a).
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Ecosistema de arrozales 340 592 ha Estuario del Ro Guayas 200 km Zona Camaronera 146 796 ha Zona bananera 176 930 ha Golfo de Guayaquil. Zona pesquera
Figura 3.1.11. Ecosistema de arrozales y zonas relacionadas de produccin La agricultura es sostn de la alimentacin humana y en los ltimos 60 aos la fertilizacin de los cultivos del mundo entero ha dependido de nitrgeno fijado artificialmente. Es posible que este tipo de nitrgeno est erosionando la salud de la poblacin y que sea la razn de la aparicin cada vez ms extendida y a ms temprana edad de enfermedades. El Azolla, en cambio, fija de forma natural el nitrgeno de la atmsfera circundante, de tal manera que al aplicarse a los cultivos se obtienen productos agrcolas de caractersticas biognicas, es decir, que generan vida. El nitrgeno artificial aplicado a las plantas fuera de sincrona y en cantidades que muchas veces llegan hasta un 60 % superior a lo necesario, es la causa de diversos problemas (Sapia, 2006), entre ellos: Aumento de la concentracin de dixido de nitrgeno, un gas de efecto invernadero, en la atmsfera. Cambios del ciclo del carbono. Disminucin de nutrientes del suelo como calcio y potasio. Prdida de la diversidad biolgica. Lluvia cida. Aparecimiento de mareas rojas.
Con el desarrollo del Azolla para proveerse de nitrgeno el Ecuador podra levantar un
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monumento a la razn, a la ecologa, a la salud y a la economa, digno de emulacin mundial. La vida de cada ser humano depende del nitrgeno. Con este elemento se fabrican los aminocidos, los pptidos, las protenas, los genes y dems biomolculas que constituyen la estructura, el motor y la informacin de la existencia. El cuerpo humano se compone principalmente de oxgeno (65 %), carbono (18 %) hidrgeno (10 %), nitrgeno (3 %), calcio (1.4 %) y fsforo (1 %) (Gonzlez, 2010). Todos estos elementos son naturales porque se generan de procesos naturales, con excepcin de nitrgeno que es artificial, por la va de los fertilizantes industriales artificiales que sustentan la agricultura que provee de alimentos a la poblacin (Figura 3.1.12). El Azolla puede contribuir eficazmente a que los pases hagan sostenible su agricultura, sin el riesgo de los problemas relacionados con los efectos adversos de los fertilizantes qumicos que se traducen en la disminucin de la fecundidad y productividad de la tierra a largo plazo, en la reduccin de la biota del suelo y en la contaminacin ambiental (eutrofizacin, efecto invernadero). Paz y Mio (2010) sostiene que se conoce con certeza que el cncer proviene de una mala expresin de al menos cuatro grupos de genes: los que se activan descontroladamente (oncogenes), los que inhiben el cncer (genes supresores), los que controlan los daos producidos por agentes txicos (genes reparadores) y los genes del suicidio de las clulas que funcionan como una defensa de ltima lnea y determinan la muerte de aquellas que se harn cancergenas (proceso de apoptosis). El desequilibrio entre estos genes, inicia, promueve y propaga el cncer. Tal mala expresin, en hiptesis de este trabajo, parte de la configuracin del nitrgeno de la urea al sufrir el impacto del proceso Bosch-Haber. Por los descubrimientos del CERN (Yndurin, 2001) se establece que el arreglo inseparable del electrn y fotn le comunica memoria a la materia, sugiriendo que el nitrgeno (de la urea) en nuestro cuerpo recuerda el estrs que pas durante su fabricacin. La propuesta consecuente de estas consideraciones es que el Azolla se extienda a todos los arrozales del Ecosistema Guayas a fin de producir abono y forraje para los cultivos y el ganado del Ecuador. Cuando el Azolla cubra estos arrozales, el sistema bacteriano asociado a la Anabaena (Carrapio, 2002) constituir un inmenso y extraordinario filtro natural del agua de los ros Daule y Babahoyo. Esta agua ennoblecida jugar un sustancial papel en la elevacin del valor agregado del Estuario del Ro Guayas, de la actividad camaronera, de la produccin bananera y de la pesca (Figura 3.1.11). Otra consecuencia de la incorporacin del Azolla al ecosistema de arrozales es que se puede producir una contribucin importante a la neutralizacin del cambio climtico global, en la perspectiva de los descubrimientos derivados de la 2004 ACEX (Arctic Coring Expedition) de la Universidad de Utrecht (Bujak, 2007). Por estos estudios se est estableciendo que un florecimiento masivo de Azolla en el rtico en la era del Paleoceno, hace 55 millones de aos, contribuy a contrarrestar el efecto invernadero del mundo de esa poca.
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Fijacin Biolgica
Fijacin Qumica
N-Azolla N-Urea
Agricultura
Alimentos
Figura 3.1.12. Azolla en el ciclo humano del nitrgeno Finalmente, y entre otras varias secuelas de la perturbacin del ciclo del nitrgeno, est la erosin del borde costero del Ecuador. Una muestra de este fenmeno, que viene preocupando a la ciudadana de la Provincia de El Oro por varios aos, es la erosin acelerada y permanente de las playas del archipilago de Jambel (Soledispa, 2003). Aunque este fenmeno no ha sido evaluado nacionalmente en la perspectiva del desbalance del ciclo del nitrgeno, internacionalmente, sin embargo, se reconoce que la
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erosin costera obedece a la disminucin de la fijacin biolgica de nitrgeno y al aumento de la desnitrificacin (Downing et al., 1999). Por las razones que se han planteado en este captulo se advierte que el manejo del Ecosistema Guayas y el desarrollo del Azolla en los arrozales pueden cimentar de manera prctica el conocimiento de los recursos y el medio ambiente de cara a la aplicacin de la sostenibilidad.
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3.2.
La calidad ambiental en los ecosistemas costeros del Ecuador: Implicaciones para el manejo integrado de manglares y camaroneras
3.2.1. Introduccin Desde el ao 1991 en que se ha levantado informacin en el trabajo de Twilley et al. (1999) hasta la actualidad se han producido cambios de distinto tipo, comenzando por una nueva y reciente divisin poltica, con la creacin de la provincia costera de Santa Elena en noviembre del 2007. Por otro la configuracin actual de la industria camaronera, del ecosistema de manglares y de la actividad agropecuaria es distinta a la que exista en el ao 1991. Asimismo, dos obras civiles de gran magnitud, relacionadas con la Represa Daule Peripa, han comenzado a operar en este perodo: el Trasvase Santa Elena en 1996 y la central hidroelctrica Marcel Laniado en 1999. Tomando como base la informacin presentada por Twilley et al. (1999) y la ms reciente, como se indica en la Tabla 3.2.1, destacan los cambios producidos entre 1991 Tabla 3.2.1. La industria camaronera y el medio ambiente en dos horizontes de tiempo Categora \ Informacin Produccin camarn (t) Exportacin camarn (US M$) Tasa siembra (PL/ha) Tasa sobrevivencia (%) Laboratorios (u) Produccin larvas (kM) Camaroneras rea (ha) Manglares rea (ha) Salinas (ha) Manglares (ha) Salinas (ha) Referencias: (a) Aquanotas, 2010; (b) CNA, 2008; (c) Vera, 2010; (d) (GLOBAL CONSULT, 2010); (e) CLIRSEN, 2007 Twilley et al. Reciente Ref. Cantidad Ao Cantidad Ao 50 000 1991 136 061 2009 (a) 482 1991 626 2009 (a) 65 000 1991 120000 2008 (b) 50 1991 75 2009 (c) 100 1991 185 2008 (d) 7.7 1991 89.79 2008 (d) 150 000 1991 175 748 2006 (e) 161 326 1991 148 230 2006 (e) 6321 1991 3434 2006 (e) 202 201 1969 148 230 2006 (e) 52 938 1969 3 706 2006 (e) Cambio (%) 172 30 85 50 85 1066 17 -8 -46 -27 -93
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y 2006-2009. Dichos cambios muestran que la actividad camaronera ha crecido y se ha fortalecido: se produce ms camarn en 172 %; se genera 30 % ms por exportacin; se siembra con 85 % de mayor densidad; se ha perfeccionado la tecnologa acucola al conseguir 50 % ms de sobrevivencia; para suplir las necesidades de larvas sin recurrir a las silvestres se han aumentado en 85 % los laboratorios de larvas y en 1066 % la cantidad de larvas; todo lo anterior se ha producido en un ligero aumento de 17 % de la superficie de las camaroneras. La vereda del medioambiente por su lado, en esta evolucin, se ha estrechado en 8 % y 27 % de manglares, respecto a los aos1991 y 1969. Desde estos mismos aos hasta el 2006 la superficie de salinas se ha reducido 46 % y 93 %. El ao 1969 se reconoce como el ao de inicio de la actividad camaronera en el Ecuador.
3.2.2. Industria camaronera, naturaleza e impactos en el Ecosistema Guayas La bioindustria del camarn se encuentra en la actualidad firmemente establecida en el quehacer econmico, social y cultural del Ecuador, lo que se refleja en el dominio tcnico y administrativo de las distintas fases de esta amplia actividad, que incluye principalmente laboratorios de maduracin, laboratorios de larvas, piscinas de engorde, empacadoras, fbricas de balanceado y cadenas de comercializacin. En la Tabla 3.2.2 se muestran las superficies de las camaroneras, manglares y salinas del Ecuador en el horizonte de tiempo 1969-2006 (CLIRSEN, 2007), resaltando lo que corresponde al Ecosistema Guayas, lo mismo que la informacin de la provincia de Santa Elena, por su reciente creacin, se incluye en Guayas. Tabla 3.2.2.
Territorio Esmeraldas (ha)
Ao Camaroneras 2006 12388 1969 0 Manab (ha) 2006 16564 1969 0 Santa Elena (ha) 2006 1009 1969 0 Guayas (ha) 2006 106474 1969 0 El Oro (ha) 2006 39313 1969 0 Ecuador (ha) 2006 175748 1969 0 Ecosistema Guayas (ha) 2006 145787 1969 0 Ecosistema Guayas (%) 2006 83 1969
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Como se puede apreciar en la Tabla 3.2.2, las piscinas de cultivo o camaroneras se asientan principalmente (83 %) en el Ecosistema Guayas, lo mismo que el mayor remanente de manglares (82 %) y salinas (93 %). Los dems eslabones operativos que abarca la cadena de la bioindustria camaronera incluyen (GLOBAL CONSULT, 2010): Laboratorios de maduracin 25 Laboratorios de larvas 185 Fincas camaroneras 2500 Empacadoras 61 Fbricas de Balanceados 11 Exportadoras 60
Sin embargo, el sector camaronero ha enfrentado graves reveses, principalmente con la aparicin de varias enfermedades (Gmez-Gil et al., 2001). que abatieron la produccin, como los sndromes virales de las Gaviotas (IHHNV, Infectious Haematopoietic and Hypodermal Necrosis Virus), de Taura (TSV, TauraSyndrome Virus) y de la Mancha blanca (WSSV, White Spot Syndrome Virus). El Sndrome de las Gaviotas se extendi entre los aos 1989 y 1990 y fue la primera enfermedad que atac la industria camaronera causando brusca cada de los rendimientos de produccin (Figura 3.2.1). El nombre de este sndrome se debi a la presencia de gaviotas engullendo los camarones moribundos que sobrenadaban en las piscinas. La aparicin de esta enfermedad fue atribuida a actividades de dragado en el Estero Salado que resuspendieron grandes cantidades de sedimentos. Adicionalmente, cambios en las condiciones ambientales como altas temperaturas, salinidad y concentracin de nitrgeno, pudieron desatar el problema. En 1991, apareci otra enfermedad del camarn denominada Sndrome de Taura, por la zona donde se detect por primera vez. Esta enfermedad agobi al sector durante algunos aos, enfrentndolo al sector bananero al creerse que esta afeccin era debida al lavado de las fumigaciones de tilt y calixin de las bananeras. Finalmente a mediados de 1999 comenz a desatarse la Mancha Blanca que se extendi rpidamente a todas las provincias camaroneras, generando una abrupta cada del 67 % en la produccin y una catstrofe en la industria camaronera ecuatoriana (GLOBAL CONSULT, 2010). La industria camaronera y el manglar, en el contexto del Ecosistema Guayas, constituyen sujetos y objetos de complejos eventos de carcter social, econmico y ecolgico. Como lo han sealado Twilley et al. (1999), mucho de la calidad de los ecosistemas costeros es el resultado de eventos que suceden al interior de las cuencas hidrogrficas continentales, y tienen relacin principalmente con el avance de la agricultura, la tala de bosques, el crecimiento de los centros poblados y la operacin de la represa Daule Peripa y del trasvase Santa Elena. Con todo, en estos ltimos tiempos ha habido un despertar nacional de la conciencia ciudadana en el tema de la proteccin
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de los recursos y el medio ambiente. Se ha llegado al punto de consagrar derechos a la naturaleza en la Constitucin de la Repblica.
Impactos naturales y antropognicos El sistema natural incluye componentes reguladores de los procesos fsicos, qumicos y biolgicos en la zona de transicin entre los ecosistemas de agua salada y agua dulce. El ecosistema de manglar en el Ecosistema Guayas recibe presiones de dos entornos muy distintos: el primero, continental, incluye la corriente fluvial que va continuamente arrastrando todo lo que es depositado en ella, en su trayectoria desde las montaas; y el segundo, martimo, con los flujos de marea que transfieren altos contenidos de sal y otros elementos. Como se muestra en la Figura 3.2.2, los bosques de manglar y el del Ro Guayas son el escenario donde concurren los efectos de las poblaciones, la agricultura, la minera y la acuicultura, entre otros. La propia naturaleza, desde la radiacin solar que activa la fotosntesis y el desarrollo de la biota, hasta el clima, los vientos y la lluvia, que activan fenmenos abiticos, finalmente se vierte por las cuencas hacia el Golfo de Guayaquil. El Golfo a su vez, representa un ingreso imponente del mar al continente, con toda la complejidad de este fenmeno.
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Figura 3.2.2. Presiones de origen ocenico y continental recibidas por el ecosistema manglar del Ecosistema Guayas La calidad ambiental del Ecosistema Guayas depende de la interaccin de una extensa diversidad de factores producidos por la naturaleza y el hombre. El estudio de todos estos procesos en la perspectiva de conocimiento tropical es un fuerte acicate a la voluntad e intelecto del Ecuador y del mundo. La tala del manglar (36 382 ha, 23 %) y la ocupacin de las salinas costeras (47 896 ha, 93 %) debido a la industria camaronera representa uno de los principales impactos a los ecosistemas costeros, principalmente por la desaparicin visible de innumerables especies de flora y fauna, la erosin gentica, la salinizacin de territorios agrcolas (Pozo et al., 2008) y otras desfavorables repercusiones ecolgicas.
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Los desarrollos tierra adentro y los impactos La obra civil ms importante dentro del Ecosistema Guayas es la Represa Daule-Peripa o Proyecto de Propsito Mltiple Jaime Rolds Aguilera que comenz a gestarse en 1957 con los estudios pertinentes para determinar las potencialidades del Rgimen Hdrico de la Cuenca del Guayas. Finalmente, en 1980, se iniciaron las licitaciones y contrataciones para la construccin de la Represa Daule Peripa, la Central Hidroelctrica Marcel Laniado, el Trasvase Santa Elena y la zona de Riego de Daule o Plan Amrica (Figura 3.2.3).
Figura 3.2.3. Esquema del Proyecto de Propsito Mltiple Jaime Rolds Aguilera en el escenario de la Cuenca del Ro Guayas(Corral, 2006)
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Este Proyecto ha sido profusamente evaluado por distintos analistas. Odum y Arden (1991) aplicando anlisis de emerga concluyen que la represa Daule Peripa, al cortar los impulsos estacionales biogeoqumicos asociados a las corrientes fluviales, producir prdidas de valor que superen los beneficios esperados. La disminucin de la fuerza de arrastre fluvial inducida por la represa, sumada a la erosin de los suelos cercanos a los ros, producto de la deforestacin y prcticas agrcolas inadecuadas, evidencian ya grandes acumulaciones de sedimentos en el Estuario del Ro Guayas, segn el esquema de la Figura 3.2.4 y la Figura 3.2.5 del Islote El Palmar ubicado en la desembocadura del Ro Daule en el Guayas.
Figura 3.2.4. Sedimentacin de la Cuenca del Guayas e inundaciones (El Universo, 2009)
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La prdida de fuerza hidrulica de los ros, permite por otro lado el avance de las corrientes marinas al territorio continental. Este fenmeno produce la salinizacin de los suelos y como consecuencia, la desertificacin de las zonas ribereas.
3.2.3. La industria camaronera en la actualidad Algunos rasgos del desarrollo de la industria camaronera se exponen en este numeral. La actividad camaronera ecuatoriana, a travs de 40 aos de desarrollo, ha adquirido indiscutible importancia en la economa del pas como fuente generadora de divisas y empleo. Despus del petrleo, las exportaciones de camarn se han ubicado en segundo o en tercer lugar, como en la actualidad, compitiendo en estos puestos con las exportaciones de banano. Los sistemas de cultivo utilizan tecnologa de produccin semi-intensiva en un 95 % (GLOBAL CONSULT, 2010). La produccin de camarn en los ltimos 3 aos ha aumentado, llegando a 0.3 y 1.3 t/ha, debido bsicamente al mejoramiento de la calidad de la larva y del balanceado.
Larva La larva de camarn en el Ecuador ha mejorado su evolucin; antes se obtena 30 % de sobrevivencia y en la actualidad se obtienen cerca del 75 % de sobrevivencia. Esto ha hecho que las camaroneras puedan sembrar hasta 200 000 larvas/ha, mejorando igualmente la sobrevivencia y velocidad de crecimiento. Actualmente es posible obtener 80 % de sobrevivencia y 16 g de peso en 130 das con 130 000 larvas/ha. Esto representa cerca de 1.63 t/ha y pasada esta cantidad es necesario adicionar oxigenacin mecnica.
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Los laboratorios de larvas en el Ecuador han mejorado la tcnica de maduracin y de crecimiento. Esto es el uso de alimentos especializados a ms de la clsica Artemia. Los alimentos con enzimas y bacterias produjeron un despunte en la sanidad de la larva y poslarva (PL). Una larva bien alimentada y probiotizada es ms sana, su sistema inmunolgico es ms fuerte y crece ms rpido. Los laboratorios que trabajan con una buena calidad de nauplio, buena cantidad de Artemia, enzimas, bacterias y alimentos especializados, con cuidado sanitario, buena temperatura y filtrado del agua de mar, con excelente oxigenacin, tienen los mejores rendimientos (Vera, 2010).
Precriadero Las tcnicas de cultivos en las camaroneras varan. Unas usan raceways para aclimatar la larva y alimentarla bien. Otras usan directamente precriaderos a 1M PL/ha de densidad por 20 das. Aqu la alimentacin es primordial. Uso principalmente de enzimas, probiticos, fertilizacin, algas, zooplancton, oxigenacin, alimento balanceado de calidad, se requiere para una buena cosecha de camarones, de 0.2 a 0.6 g. Luego se transfieren, normalmente en la noche, cerca de 100 000 PL/ha a la piscina de engorde. Otra tcnica consiste en siembra directa. En este caso se siembra con un 25 % ms de lo habitual para compensar la mortalidad que sucede en los primeros 15 das despus de la siembra. Las larvas en una piscina grande son ms vulnerables que en un precriadero. Desparasitar, probiotizar, inmuno estimular, inmuno nutricionar, proveer minerales y vitaminas, es esencial en los primeros 30 das de la larva para conseguir buena sobrevivencia y crecimiento en la piscina camaronera. Es ideal que cuando una larva de camarn salga del tanque de laboratorio, llegue a una piscina que tenga las mismas cualidades fsicas, qumicas y biolgicas, de manera que no sufra estrs. Pero esto es casi imposible. Lo fundamental es disponer de una piscina o un precriadero preparado con algas y zooplancton (80 000 algas de diatomeas por mL) y un pH de 7.5. El manglar adiciona tanino, de pH cido, al estuario, desinfectndolo de forma natural. Al disminuir el mangle el ambiente se alcaliniza y aparecen enfermedades de todo gnero. El primer ataque es de hongos, luego, cuando el sistema inmunolgico baja, siguen las bacterias y finalmente se implanta la virosis. Por este mecanismo el Ecuador y el Ecosistema Guayas estn llenos de enfermedades, como la monilla en cacao, aftosa en ganado y sigatoka en banano (Vera, 2010).
Piscina de engorde Una vez que el camarn se transfiere a las piscinas de engorde algunos usan el sistema de comederos, 10/ha de manera ptima. Esto permite buen manejo, al conocerse la poblacin, las pocas de muda, el consumo del alimento y la salud de los animales.
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Enzimas, cidos grasos omega 3, aminocidos, pptidos, oligosacridos, vitaminas, minerales quelatados, minerales metalosados, prebiticos e inmuno estimulantes, forman parte de los productos utilizados para contrarrestar las enfermedades y aumentar el crecimiento y sobrevivencia de los camarones en las piscinas del Ecuador. Otros elementos del buen manejo de las piscinas son el recambio de agua y la fertilizacin, sobre todo para conseguir diatomeas y zooplancton. Los grupos camaroneros que aplican tratamiento especializado a las piscinas con inoculaciones biolgicas para fertilizacin, oxigenacin y alimentacin, optimizan la produccin. Las empresas que no han accedido a esta biotecnologa se quedan rezagadas. En la actualidad, con la eficiencia alcanzada y la disminucin radical de los antibiticos y otros sistemas qumicos y fundamentalmente con el uso de bacterias benficas, las camaroneras ya no contaminan como antes los ecosistemas costeros del Ecuador, y al contrario, se estn recuperado estuarios de forma indirecta, con el desfogue del agua de estas camaroneras (Vera, 2010). El resultado de la actividad camaronera bien llevada en los ltimos tiempos se denota en el ascenso sostenido de la produccin a partir del ao 2000 (Figura 3.2.2). En la Tabla 3.2.3 se muestra el volumen de exportaciones, en toneladas (t) y la respectiva generacin divisas (US$) en el perodo 1994-2009 (Aquanotas, 2010; Salazar, 2009). Tabla 3.2.3. Evolucin de la produccin y exportaciones de camarn del Ecuador Ao 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 Exportacin (t) 71 000 86 756 85 701 109 093 114 994 95 018 37 707 45 364 46 834 57 614 72 028 96 625 120 164 124 154 133 970 136 061 Valor (US$) 514 300 355 665 174 330 615 307 842 871 664 844 875 050 894 616 942 115 297 408 403 280 694 073 263 859 174 303 820 896 350 147 733 480 251 487 597 670 743 582 028 512 673 469 147 625 607 889
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140000
120000
100000
Prduccin (t)
80000
60000
40000
20000 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Crticas a la industria camaronera No han faltado crticas a la industria camaronera por la gratuita utilizacin de los recursos y los impactos al medio ambiente a ms de la escasa inclusin social en los beneficios de esta actividad. Se dice expresamente que esta bioindustria no puede abstraerse de las interrelaciones ambientales, sociales, econmicas, pero principalmente ticas y de los derechos de las poblaciones locales. El desarrollo acelerado de la industria de produccin y exportacin de camarn ha obedecido a un modelo neoliberal-capitalista sustentado en la eliminacin de la naturaleza, la exportacin de bienes primarios, el impulso a la macroeconoma en detrimento de las economas locales y la acumulacin de riqueza en pocas manos (Gngora y Torres, 2007).
3.2.4. Nuevas tecnologas de acuicultura. Industria camaronera del futuro Por el ao 2000, en pleno ataque de la mancha blanca, se produjeron algunas iniciativas en la direccin de contrarrestar esta enfermedad. Partiendo de la hiptesis de que la mancha blanca atacaba a animales con deficiente sistema inmunolgico y que el remedio estaba en la alimentacin del camarn. En este sentido se haba acumulado considerable conocimiento (Montao y Navarro, 1996) sobre el efecto alimenticio beneficioso de los lpidos omega 3 (w3) poliinsaturados de cadena larga, especialmente los cidos grasos eicosapentaenoico (20:5w3) y docosahenoico (22:6w3). Con estas razones se proyect estudiar un Booster Alimenticio y Tratamiento Alternativo (BATA) (Montao, 2001), que sin llegar a ejecutarse se incorpor, sin embargo, al Proyecto Pascuales (Azpiazu y Balarezo, 2001) de cultivo intensivo de camarones, cuyo resumen esencial y comentarios se incluyen en este numeral.
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El Proyecto Pascuales (PP) se bas en el reconocimiento de que el cultivo del camarn en el Ecuador puede ser tecnificado mediante el sistema intensivo. Es posible en el Ecuador realizar este tipo de prcticas como lo hacen en el Asia o en Norteamrica. Para ello es necesario mantener un estricto control de todas las variables del cultivo. La mancha blanca es un gran problema para la canaricultura. No se pretende curar los camarones afectados, si no evitar el contagio con medidas que anulen una posible contaminacin, tanto antes como durante el cultivo. Si se observa la evolucin de la agricultura y de otras actividades productivas todas evolucionan en el sentido de la intensificacin. Se trata de una carrera por lograr mayor productividad y mejor eficiencia. Por estas razones es factible en el cultivo del camarn manejar de mejor forma todos los parmetros y conseguir lo que parece imposible en el sistema tradicional: evitar el contagio de virus como de la mancha blanca y otros. Los cultivos de camarn obedecen a una clsica y terica categorizacin de extensivos semi-intensivos e intensivos (Tabla 3.2.4), pero revisando algunos aos de produccin (Tabla 3.2.3) y reas correspondientes de camaroneras, el clculo de la productividad reproduce valores entre 0.25 y 0.74 t/ha/ao, o tambin 250 y 740 kg/ha/ao. Estos resultados indican que en promedio la produccin camaronera es de tipo extensiva, lo que por otro lado representa una intensa carga ambiental. Tabla 3.2.4. Definicin de los tres sistemas de cultivo de camarn
El Proyecto Pascuales (PP) desarroll un precriadero con densidad de 4 000 larvas/m2, obteniendo luego de 42 das un peso promedio de 0.62 g y una supervivencia aproximada de 80 %. La alimentacin consisti en dietas de 45 % de protena en la etapa de precriadero y 20 % en la etapa de engorde. El recambio de agua fue de 5 %
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cada da. El engorde dur 104 das. Los resultados de la cosecha del PP se muestran en la Tabla 3.2.5. Tabla 3.2.5. Configuracin de los camarones cosechados Clase Grandes Medianos Chicos Total Camarones (#) 97 575 121 793 Peso total (g) 1 382 6 510 957 8 849 Peso Porcentaje medio (g) (%) 14.25 12.23 11.32 72.51 7.91 15.26 11.16 100.00
En la Tabla 3.2.6 se presentan datos importantes del PP. Resalta aqu la elevada produccin obtenida (7.08 t/ha) que equivale a una produccin anual de 17.58 t/ha. Esta produccin, por otra parte, representa 23.75 veces ms que la mejor de las producciones de los cultivos comerciales de camarn en el Ecuador. Tabla 3.2.6. Caractersticas del PP Superficie sembrada (m2) Produccin (kg) Alimento (kg) Tasa de conversin de alimento (kg/kg) Siembra (Camarones) Cosecha (Camarones) Supervivencia (%) Produccin (t/ha) Densidad de siembra (Camarones/m2) Densidad de siembra (Camarones/ha) 12.50 8.85 22.27 2.52 950 793 83.5 7.08 76 760 000
Las recomendaciones que derivaron del Proyecto Pascuales se centraron en lo siguiente: Se debe utilizar larvas certificadas para el engorde. Se debe contar con un laboratorio para cultivar algas y zooplancton. La cra de camarones debe dividirse en dos etapas: precriadero y engorde. Para el precriadero se deben considerar piscinas de 10 m de dimetro, cuadradas con vrtices redondeados, revestidas con geomembrana y aireadas con el sistema airlift. La densidad de siembra en el precriadero debe ser de 4 400 PL/m2. El tiempo en precriadero ser de 40 50 das. Para el engorde se consideran piscinas independientes de tierra, fondo cnico, drenaje central y aireadas con airlift. El tamao de las piscinas de engorde debe ser no mayor a 0.25 ha.
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La densidad de siembra ser aproximadamente 100 animales/m2 o 1M animales/ha. El tiempo de engorde tentativo es de 105 das, pudiendo variar dependiendo del peso al que se quiere llegar, ya que a ms das de engorde se consigue ms peso. El alimento ser balanceado pelletizado (40 % protenas al inicio y 20 % protenas en engorde) enriquecido con aceite de pescado, levadura, huevos y vitamina C. Se debe instalar un laboratorio bioqumico para control.
3.2.5. Acciones de proteccin del medio ambiente Una de las acciones de proteccin del ambiente en el Ecuador ha sido el establecimiento de reas protegidas. En este sentido se cuenta con nueve reas de manglar de aproximadamente 138 684.46 ha, que forman parte del Patrimonio Nacional de reas Protegidas. De ellas cinco, con una superficie de unas 87 147.86 ha, se encuentran en el Ecosistema Guayas, lo que representa el 63 % (Tabla 3.2.7). El concepto de humedades debe abrirse para abarcar la extensa rea de esta categora en el Ecosistema Guayas, incluyendo el ecosistema de arrozales de 400 000 ha (Sanfeliu, 2009). Adquirir conocimiento y conciencia de la existencia e importancia de los humedales y de su correspondiente manejo traer como consecuencia la preservacin y mejora del medio ambiente, adems de que se mejorar la economa y el quehacer agrcola de la sociedad rural. Los municipios asentados en estos humedales deberan contar, entre otras, con una ordenanza que impida el relleno de estos sitios y que se utilicen tcnicamente como lagunas de tratamiento de efluentes municipales, industriales y agrcolas. Resulta contraproducente que un municipio primero rellene un humedal y luego lo excave para construir sus sistemas sanitarios. Considerando la excepcional ubicacin y extensin de los arrozales (Figura 3.1.11) a ms de la posibilidad de cubrirlos con Azolla y bacterias (Tecnologa AB), se puede activar esta novedosa tecnologa de cultivo de arroz para que adems de ser proambiental brinde abundantes rditos sociales y econmicos. Una propuesta de esta naturaleza ya se encuentra avanzando en Uruguay para la produccin de arroz con valor agregado ambiental (Bayer Cropscience, 2010). Para avanzar en esta tarea han unido voluntades de la Asociacin de Cultivadores de Arroz (ACA), la Gremial de Molinos Arroceros, la Universidad de la Repblica con la participacin de la Facultades de Agronoma y de Qumica, el Instituto Nacional de Investigacin Agropecuaria (INIA), el Ministerio de Ganadera, Agricultura y Pesca y el Laboratorio Tecnolgico del Uruguay (LATU). Otras sugerencias de Odum y Arden (1991) parten de la premisa de que las contribuciones ambientales de los ecosistemas de la costa han disminuido debido a la carrera por desarrollar la acuicultura y la agricultura. En consecuencia, las medidas para ayudar a que el medio se genere y se enriquezca podran incluir: disminucin de diques y rellenos de los pantanos, retorno de parte de la semilla de camarn al estuario en el momento de la cosecha para asegurar las existencia de larvas, reforestacin de las zonas
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costeras de manglares, y cambio del desarrollo y operacin de la presa Daule-Peripa volviendo a reinundar estacionalmente los tramos de ro hasta el estuario. Tabla 3.2.7. reas protegidas de manglar (C-CONDEM, 2010)
INCORPORACIN AL PATRIMONIO NACIONAL DE REAS PROTEGIDAS El 16 de enero de 1996, mediante Resolucin Ejecutiva del Instituto Ecuatoriano Forestal y de reas Naturales (INEFAN) El 13 de junio del 2008, mediante Acuerdo No.096 del Ministerio del Ambiente SUPERFICIE (ha) NORTE 47 321.02 EG PAIS. ASPECTOS IMPORTANTES En su interior se encontraron importantes restos arqueolgicos y actualmente viven 24 comunidades afroecuatorianas Bosque de mangle, bajos, espejo de agua de esteros, canales naturales y piscinas camaroneras abandonadas con bosque de manglar en proceso de regeneracin natural. La destruccin de manglar, debida principalmente a la instalacin de piscinas camaroneras en el Estuario, representa el 84,2% del manglar original.
UBICACIN Esmeraldas
Esmeraldas
242.58
Refugio de Vida Silvestre del Ecosistema Manglar Estuario Ro Muisne, Sistema Bunche Cojimes Refugio de Vida Silvestre Isla Corazn (500 Ha) y Fragatas (300 Ha) Refugio de Vida Silvestre Manglares El Morro Reserva de Produccin Faunstica Manglares El Salado (RPFMS)
Esmeraldas
El 13 de junio del 2003, mediante Acuerdo No.080 del Ministerio del Ambiente
3173
Manab
Octubre de 2002, mediante Acuerdo Ministerial No. 133 Acuerdo Ministerial No. 266, inscrito en el R.O. 180 de 28/09/2007 El 15 de Noviembre de 2002 mediante Acuerdo Ministerial No.142; En 2007 rectificacin de lmites con inclusin de manglares de Puerto Hondo El 6 de julio de 1979 mediante Acuerdo Interministerial No A-322 El 16 de Mayo de 2001 mediante Acuerdo Ministerial No. 001
800
Guayas
Guayas
Guayas
10 130.16 Bosque de mangle, bajos, espejo de agua de esteros y canales naturales 5309 Est formada por reas de salitrales, remanentes de bosque seco tropical, bosques de manglar y tres esteros, cinco especies de manglar 55212 En 1990 (reMcH) incluida en sitios RAMSAR 14 282.7 Aqu se encuentran los manglares ms meridionales del Ecuador, de cinco especies diferentes de tipo litoral y ribereo 2 214 Principal pulmn de generacin de aire limpio para Guayaquil y Duran/ bellezas escnicas, recursos naturales y tursticos. 51 536.60 37 87 147.86 63 138 684.46 100
El Oro
Guayas
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Normativa reciente ltimamente en el pas est tomando fuerza la cuestin ambiental. Se ha comenzado por reconocer el la Constitucin de la Repblica (2008) los derechos de la naturaleza (Artculos 71 al 74). El Gobierno del Ecuador ha promulgado varias normas con las que busca regularizar la industria camaronera y revertir las concesiones en el caso de que estn ocupando reas protegidas. Estas restricciones han sido establecidas especialmente para quienes se establecieron despus del ao 1999. El 27 de febrero del 2010 el Gobierno del Ecuador emiti el decreto No. 261 por el que se establece una restriccin de 50 y 250 ha de superficie a manejar por parte de las personas naturales y jurdicas respectivamente. Luego de los decretos anunciados, 44 000 ha de camaroneras eran irregulares, estaban ubicadas en reas protegidas, incumplan normativas vigentes, estaban desinformadas, o eran entidades de gobierno trabajando sin coordinacin. Actualmente, 26 000 ha se encuentran en proceso de regularizacin y otras 4500 estn en reas protegidas, por lo cual estas reas sern revertidas y reforestadas con manglar con lo que se producir recuperacin del ecosistema (Snchez, 2010). Finalmente cabe sealar que mediante acuerdo Ministerial No. 106 del 27 de septiembre del 2002 (RO 685), se prohibi de manera indefinida la captura de larvas de camarn en todo el territorio nacional (Agero, 2006), por lo cual, el funcionamiento de la industria camaronera depende de la provisin exclusiva de los laboratorios de maduracin y de larvas.
3.2.6. El reto de Conocimiento Tropical Las actividades de todo gnero, como la agricultura, la acuicultura, el cuidado de la salud, la proteccin del medio ambiente y la explotacin de recursos, perfeccionan su ejercicio cuando estn basadas en el conocimiento y cumplen una tecnologa especfica. En la perspectiva de Ecosistema Guayas y de conocimiento tropical, estos pensamientos representan un reto y una oportunidad nicos. El conocimiento y su derivado, la tecnologa, constituyen la base del bienestar, con la particularidad de que en este sitio es urgente la necesidad generarlos en modo tropical. La sostenibilidad de las actividades socio econmicas en el Ecosistema Guayas tiene un campo de aplicacin especfico y real. En la medida en que los insumos y la tecnologa de la agricultura y la acuicultura, por ejemplo, sean autctonos y se destinen a los habitantes de la regin habr mayor sostenibilidad. Desde otro punto de vista, mayor sostenibilidad implica menor radio de los ciclos biogeoqumicos, econmicos y sociales. Muchos de los criterios aqu expuestos se encuentran incorporados en la Ley Orgnica del Rgimen de Soberana Alimentaria del Ecuador.
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En sentido amplio, la generacin de conocimiento tropical representa una accin de partida de la sostenibilidad, as como el desarrollo de aplicaciones tiles al sistema productivo. Dicho conocimiento, de incipiente avance, debe comenzar por el levantamiento de amplios inventarios y caracterizacin sistemtica y coherente de los recursos, como el suelo, el agua, la microbiota, la fauna, la flora y los minerales; siguiendo a continuacin con tcnicas para su mejor aprovechamiento. Durante el tiempo que ha esperado el desarrollo de este trabajo ha habido ocasin de atestiguar y actuar en una serie de iniciativas que han estimulado, de manera prctica, el conocimiento tropical en el Ecosistema Guayas. Algunos ejemplos de esta temtica y su explicacin se detallan a continuacin:
Azolla Anabaena Actualmente, con apoyo de la SENACYT y el Banco Mundial, se trabaja extendiendo la tecnologa de intercultivo Azolla Anabaena-arroz a agricultores del Ecosistema Guayas (Montao 2010, 2008a) y se est produciendo arroz biognico, es decir libre de qumicos. Con los resultados obtenidos ahora se ha propuesto al International Development Reseach Center (IDRC, http://www.idrc.ca) el proyecto Transferencia y escalamiento de la tecnologa del arroz biognico en el Recinto Porvenir, parroquia rural Pimocha (cantn Babahoyo), Ecuador. Esta alternativa tecnolgica propone hacerle frente al cultivo convencional, de altos niveles de aplicacin de fertilizantes sintticos, casi siempre fuera del alcance del pequeo productor.
Azolla caroliniana en el nanoambiente Con este ttulo, Guerreo et al. (2009) exponen la idea de que el Azolla se vuelve roja cuando se supera determinada concentracin de nitratos en el agua, en contraposicin a la generalizada afirmacin de la literatura tcnica de que este fenmeno obedece al exceso de radiacin solar. Este conocimiento, a su vez, abre importantes expectativas a la ingeniera de riego para distintos cultivos con el uso de Azolla, toda vez que se podra utilizar en agricultura el agua nitrificadade las piscinas de Azolla.
Las bacterias La revisin de la importancia de la qumica en la agricultura y el medio ambiente, sobre todo en lo que hace referencia a los ciclos de los elementos nitrgeno, fsforo, potasio, silicio, carbono, oxgeno, boro y zinc, no estara acabada si no se complementa con la biologa. Las reacciones qumicas por ltimo ests mediadas por la actividad de los microbios.
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BIOFERTI, una compaa que desarrolla productos a base de bacterias, se ha sumado al programa Azolla con el objetivo de aumentar la produccin de Azolla y de arroz, y en general restablecer el Ecosistema Guayas, guiada por los siguientes argumentos: Todo sistema vivo sobre el planeta tierra se basa en las bacterias. Durante los ltimos 30 aos, los sistemas de produccin a base de fertilizantes qumicos, daaron los sistemas bacterianos del Ecosistema Guayas y desequilibraron el pH (base fundamental del crecimiento bacterial benfico) dando lugar a la predominio de las bacterias patgenas, a la aparicin de virus y a un sinnmero de enfermedades. La roya en los cultivos de soya, la aftosa en el ganado, la mancha blanca en los camarones, la sigatoka en el banano, la monilla en el cacao y la disminucin de la productividad en las pesqueras, son algunos ejemplo de esto. Un programa destinado a revertir los problemas sealados podra estar basado en la aplicacin de un biofertilizante completo multipropsito, que adems, sea fcil de usar por los agricultores ecuatorianos. Este biofertilizante debe contener bacterias solubilizadoras del fsforo, desmineralizadoras del carbono, nitrificadoras, aminocidos, factores de crecimiento, factores de transferencia inmunolgica, fitohormonas naturales, minerales quelatados, antibiticos e insecticidas naturales. Como resultado de las aplicaciones de estos bioproductos efectuadas hasta ahora, dentro de los proyectos Azolla, se han observado granos de arroz ms llenos, uniformes y pesados.
Carbonizacin de la panca de arroz Una gran preocupacin de los agricultores de arroz reside en deshacerse de los desechos del cultivo, que incluye la biomasa compuesta por el tallo y hojas de la planta, conocida como panca y que representa alrededor del 12% del peso seco de la planta. Los agricultores suelen quemar esta panca produciendo impactos al medio ambiente por la produccin de CO2, as como la desaparicin de la microbiota del suelo por efecto del calor. En esta situacin, asimismo dentro de los proyectos Azolla, se realizaron pruebas de carbonizacin de la panca de arroz utilizndose luego el biocarbn en los suelos de cultivo de arroz y Azolla, con buenos resultados. Esta iniciativa, por otro lado, con el tema Disminucin de emisiones de CO 2 por medio de la Carbonizacin de la panca de arroz obtuvo un premio en el concurso Bayer (www.beja.bayerandina.com/ganadores/ganadores.html) Encuentro Juvenil Ambiental 2010.
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3.3.
3.3.1. Introduccin En la misma direccin del trabajo de Montao y Navarro (1996), ste igualmente rinde memoria a Edgar Arellano, propulsor de los estudios del camarn ecuatoriano, y al entusiasmo que supo encender. A partir de ese tiempo se han producido muchos cambios, desde la literatura tcnica hasta la configuracin actual de la industria camaronera ecuatoriana (Tabla 3.3.1) y de los conceptos de alimentacin. Algunos de esos cambios se van a presenta aqu. Tabla 3.3.1. Cambios producidos en la industria camaronera Categora Nombre de la especie Laboratorios (u) Granjas camaroneras (u) Empacadoras (u) Fbricas de balanceados (u) (b) GLOBAL CONSULT, 2010 En este captulo se har una revisin del asunto larvas en direccin delo que acontece en la actual industria camaronera. Otro punto adicional ser el que atae al conocimiento del papel importante de los lpidos, ms especficamente de los cidos grasos omega-3, en la alimentacin. Al final se incluir un trabajo, no publicado pero digno de darse a conocer por su valor cientfico e histrico, cuyo objetivo fue extender el conocimiento de la configuracin de los lpidos en el sustrato alimenticio marino, eslabn precedente del estadio larvario. Tal investigacin se denomin "Estudio preliminar de cidos grasos en plancton asociado con el camarn Litopenaeus vannamei". Antes Penaeus vannamei 343 1600 78 26 Actualmente Litopenaeus vannamei 185 (b) 2500 (b) 61 (b) 11 (b)
3.3.2. Las larvas en la actualidad Algunas ideas sobre las larvas se vertieron ya en el punto 3.2.3 del captulo anterior. Una diferencia fundamental entre 1995 y la actualidad es el extenso conocimiento del que se dispone hoy, favorecido principalmente por el internet. Ya no hay el problema que se mencionaba de falta de conocimiento de los requerimientos nutricionales del camarn especialmente de la fase larvaria. Con todo, en este numeral, se realiza un recuento de algunos hitos de la industria de camarn en el Ecuador. 61
La industria camaronera de Ecuador ha llegado a su madurez en todos los tramos. Esto se denota en el nmero ptimo de actores del negocio (Tabla 3.3.1). En la actualidad, a pesar de que toda la larva, inclusive por ley, proviene de laboratorios, estos se manejan con mejor tecnologa y son ms eficientes; de all que ahora funcionen 185 laboratorios cuando en 1995 operaban 343. El perodo de mayor produccin y exportacin coincide con los meses de la estacin lluviosa o clida (invierno), en que los camaroneros siembran a densidades que varan de 100 000 a 150000 postlarvas (PL) por hectrea, mientras que en la estacin seca o fra (verano) siembran a densidades de 70 000 a 100 000 PL/ha. Los camaroneros siembran ms en la estacin lluviosa porque se aprovecha mejor la alimentacin ante una temperatura ambiental ms alta y menor salinidad del agua. Por el contrario, en la estacin fra de verano el crecimiento y rendimiento decaen porque los camarones son menos activos. Un problema comn a nivel las granjas acucolas es que las larvas de laboratorio no tienen suficiente vitalidad y son susceptibles al estresamiento durante la fase aclimatacin, previo a la siembra en estanques.
Tcnicas de produccin Cuando la actividad de la cra de camarn se inicio (1970) en el Ecuador, el sistema de cultivo fue extensivo, es decir se sembraba de 40 000 a 60 000 PL/ha, despus, en la dcada de 1980 y con mayor tecnologa se empieza a sembrar a densidades de 80 000 a 150 000 PL/ha, pero a partir del ao 1990la tecnologa de cra del camarn ecuatoriano llega a la cima, emplendose densidades de 80 000 a 500 000 PL/ha. De esta forma naci el sistema semi-intensivo e intensivo respectivamente, todo bajo el sistema de monocultivo de L. vannamei.
Policultivo Tambin en el ao 1990, en la granja acucola Ro Taura, perteneciente a la parroquia Taura, Cantn Naranjal, Provincia del Guayas nace otro sistema de cra, el policultivo Tilapia-Camarn (Tilapia roja-negra mas L. vannamei), correspondiendo el mrito de este sistema a la empresa Industrial Pesquera Santa Priscila (Zapata, 2010).
Captura y comercializacin de postlarvas L. vannamei Hasta el ao 1999 era comn la captura, comercializacin y cra de postlarvas de procedencia silvestre, pero desde el ao 2000 esta actividad est prohibida. A cambio, se permite emplear postlarvas criadas en laboratorios, que son obtenidas de reproductores especialmente criados y seleccionados en estanques, de donde se llevan a los laboratorios para continuar con el proceso de maduracin y desove. Durante esta fase se aplica balanceado con alto contenido de protenas, a ms de fitoplancton y nauplios de Artemia (Hirono y Leslie, 1992). Antes del aparecimiento de la mancha 62
blanca del camarn (1998) las postlarvas silvestres eran ms resistentes al estrs, resultando en mayor supervivencia en los estanques de engorde (Laubier y Laubier, 1993; Horna, 2010).
Los cidos grasos omega-3 El trabajo aqu expuesto (Montao y Navarro, 1996) y otros relacionados abrieron el tema de lpidos y alimentacin en el Ecuador. Actualmente es comn la propaganda referida a huevos, galletas, pan y productos lcteos enriquecidos con omega-3(3) (EROSKI CONSUMER, 2010). El sistema alimenticio de los camarones y de los seres humanos se compone fundamentalmente de carbohidratos, protenas y lpidos. Se reconoce que una clase de lpidos, los cidos grasos esenciales 3, desempean funciones importantes en el cerebro, la vista, el sistema inmunolgico, y se sugiere que tienen una influencia positiva en la artritis reumatoide, el asma, el lupus, los trastornos hepticos y el cncer. La incorporacin de los lpidos 3 en la alimentacin cotidiana asegura mnimos niveles de ateroesclerosis y enfermedades cardiovasculares (Segura et al., 2007).
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3.3.3. ESTUDIO PRELIMINAR DE CIDOS GRASOS EN PLANCTON ASOCIADO CON EL CAMARN LITOPENAEUS VANNAMEI 3.3.3.1. Introduccin
El presente mini proyecto fue ejecutado en el Laboratorio de Cromatografa del Instituto de Ciencias Qumicas y Ambientales de la Escuela Superior Politcnica del Litoral (ESPOL), entre mayo-91 y septiembre-91, bajo el auspicio de la Comunidad Econmica Europea (CEE) a travs del Programa Regional de Cooperacin Tcnica para la Pesca/ CEE-PEC-ALA 87/21. El trabajo tuvo como antecedente el proyecto "Investigaciones Bioqumicas y Nutricionales en la Reproduccin y Crecimiento de Camarones (IBN)" asimismo efectuado en la ESPOL con auspicio de la CEE. En IBN se analiz, entre otros asuntos, el contenido de lpidos y cidos grasos en larvas silvestres del camarn Litopenaeus vannamei, bajo el propsito de orientar el manejo de la nutricin de las larvas en los laboratorios. En el presente mini proyecto se estudi la composicin de cidos en plancton que vive en el mismo nicho ecolgico que la larva durante los estadios de zoea hasta la metamorfosis. Algunos o varios microorganismos que constituyen el plancton forman posiblemente parte del sustrato alimenticio de la larva silvestre. Se conoce muy poco acerca de la biologa y la bioqumica del camarn, an de las especies del sudeste asitico en donde existe una larga historia de cultivo (Bardachet al., 1982). En la naturaleza el camarn se aparea y reproduce en el mar. Los huevos fertilizados se desarrollan en nauplii en 13 a 14 horas despus de la fertilizacin. Los nauplii mudan 6 veces dentro de las 36 horas siguientes pasando a la etapa protozoaria o zoea. Los protozoarios mudan 3 veces hasta la etapa de mysis durante los siguientes 5 das. Los mysis mudan 3 veces durante los siguientes 5 das y luego realizan la metamorfosis hacia el primer camarn postlarvario (PL1). Con la metamorfosis termina su vida planctnica y comienza una vida en el fondo del agua, mudndose 20 a 22 veces hasta llegar a la etapa de adulto en un perodo de unos 40 das. Respecto a la alimentacin, los nauplii no se alimentan y los protozoarios se nutren principalmente de algas unicelulares y de crustceos muy pequeos. En el cultivo del camarn es clsica la dieta de Fuginaga a base de diatomeas Skeletonema costatum que se utiliza an hoy, en las etapas protozoaria y de mysis (Bardach et al., 1982). Una vez que alcanza la etapa de postlarva el camarn, asume una vida bntica en donde la alimentacin est formada por pequeos trozos de anlidos, nemtodos, coppodos, bivalvos y peces, adems de algas bnticas. El desarrollo larvario constituye una etapa crtica en el ciclo de vida de crecimiento del 64
camarn en cautiverio y aunque se desconoce el hbito especfico de alimentacin de las larvas silvestres, cualquier dieta que reemplace la alimentacin natural debe contener los requisitos que aseguren su desarrollo normal. En cuanto a lpidos las larvas parecen requerir elevadas cantidades de los cidos grasos palmtico (C16:0), esterico (C18:0), oleico (C18:lw9), eicosapentaenoico (C20:5w3) y docosahexaenoico (C22:6w3). Este ltimo debe encontrarse presente en las algas bnticas para asegurar la sobrevivencia de la larva (Ward et al., 1979). De acuerdo a Gruger (1968) los cidos grasos polienoicos energticos C20:5w3 y C22:6w3 se biosintetizan en cierto grado a partir de los cidos grasos precursores C18:2w6 y C18:3w3 (cido linolnico). La posible ruta de conversin del cido linolnico es como sigue: 18:3w3 18:4w3 20:4w3 20:5w3 22:6w3 Estudios efectuados por Jeckelet al. (1989) sobre el camarn Pleoticuamuelleri sealan que su rico contenido de C20:5w3 puede ser el reflejo de su alimentacin fitoplantnica de diatomeas y de organismos fitoplanctfagos. Asimismo la presencia de C22:6w3 est relacionada con la composicin lipdica de dinoflagelados y otros organismos que se alimentan de ellos, los que en conjunto sirven luego de alimento al P. muelleri. Para Moreno et al. (1979) los crustceos marinos son capaces de sintetizar de novo en forma eficiente el cido palmtico (C16:0) que se incorpora a sus acil gliceroles y los convierte en C16:lw7, C18:0 y C18:lw9 mediante reacciones de elongacin y desaturacin. Los criterios que anteceden motivaron fuertemente el estudio del plancton marino del perfil costero ecuatoriano, aunque de una manera preliminar dado la escasa disponibilidad de tiempo para su ejecucin. Estos trabajos de lpidos tanto de larvas silvestres (IBN, 1991) como de plancton constituyen, a decir de Navarro (1991), estudios originales del haber cientfico mundial, y van a permitir el conocimiento de la bioqumica del camarn L. vannamei y el manejo de su nutricin. Cuando se consiga manipular el plancton autctono para su utilizacin en la alimentacin del camarn, se lograr optimizar la economa del sector camaronero del Pas.
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3.3.3.2. Muestreo
Materiales y mtodos
La recoleccin de muestras se realiz en los mismos sitios de muestreo del proyecto IBN, esto es en Puerto Bolvar (PBL), Playas (PLA), San Pablo (SPA), Baha de Carquez (BAC) y Tonchige (TON), segn se indica en la Figura 3.3.1. En cada sitio se midi la temperatura del agua y de la atmsfera. Utilizando una red de plancton de 50 de ojo de malla, se procedi a recolectar la muestra efectuando 100 inmersiones de la red por cada vez que se entr al mar. La recoleccin de la muestra requiri 12 entradas al mar, a la zona de entre mareas. El producto atrapado en la red que contena arena y plancton se coloc en un vaso de precipitacin de 1 litro. Se lav all la red con unos 100 mL de agua de mar. Despus de un reposo de 5 minutos se dren el lquido sobrenadante a otro vaso de precipitacin similar y de aqu a un embudo de separacin de 200 mL. Del embudo de separacin se elimin la arena final mediante una delicada manipulacin de la llave de decantacin. El resto del contenido del embudo se verti sobre un tamiz Tyler No. 40 (425 ) a fin de separar basuras, larvas y otros organismos. Esta operacin se repiti las veces necesarias hasta aparentar macroscpicamente ser una muestra homognea. La solucin de plancton resultante de los procesos anteriores se filtr a travs de una red de malla de 50 que permiti eliminar el agua. El plancton concentrado se recogi en un pequeo frasco plstico de boca ancha y tapa roscada, que se coloc inmediatamente en un recipiente trmico con hielo para su conservacin durante el traslado al laboratorio. En los distintos sitios de la costa las muestras presentaron diferentes caractersticas en cuanto a cantidad de larvas capturadas, tipo de agua y abundancia y color del plancton, lo que se reporta en el Tabla 3.3.3. Figura 3.3.1. Localidades de muestreo en la costa ecuatoriana
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Plancton
( C) 25 27 27 27 27 * ** ****
agua ***** semilimpia normal con basura poco semilimpia normal semilimpia normal limpia
abundante pardo
Preparacin de las muestras en el laboratorio La muestra llevada al laboratorio fue resuspendida en 150 mL de agua de mar y colocada en un embudo de separacin que se agit fuertemente y se dej en reposo durante 5 minutos. A continuacin, una vez que se dren la arena final, se separ la muestra en 3 fracciones de 50 mL, tomando de cada fraccin 1 mL y reuniendo el resultado en 3 mL de volumen que se destin a anlisis taxonmico microbiolgico. Las tres fracciones antedichas se reunieron nuevamente en una sola que fue sometida a centrifugacin consiguindose eliminar el agua y concentrar la muestra lo suficiente para determinar el peso de muestra hmeda. Anlisis de laboratorio La determinacin de los cidos grasos objeto de esta investigacin requiri el desarrollo de las siguientes etapas: Determinacin de humedad Extraccin de lpidos Saponificacin Metilacin, y Cromatografa
3.3.3.3.
Resultados y discusin
Anlisis taxonmico microbiolgico Las muestras fueron observadas en el microscopio clasificndose su contenido en cuatro grupos: Grupo A: Mixophyceae (Cianobacterias), Grupo B: Bacillariophyceae (Diatomeas), Grupo C: Dinophyceae, Clorophyceae (Algas verdes) y Phaeophyceae (Algas pardas), y Grupo D: Camarn, otros crustceos e insectos marinos. 67
En la Tabla 3.3.3 se presenta el resultado del anlisis microscpico de muestras de agua de mar recolectadas en la zona de entre mareas en cinco localidades representativas de la costa ecuatoriana Tabla 3.3.3. Fitoplancton asociado al camarn Abundancia relativa (%) PBL PLA SPA BAC TON MYXOPHYCEAE (CIANOBACTERIAS): Gloeocapsasp. 14 3 12 Chlorogloeasp. 7 17 10 5 Nostocsp. 20 6 Calothrixsp. 20 3 5 Coelosphaeriumsp. 11 Pleurocapsasp. 3 4 3 Cynechocystissp. 7 Chroococcussp. 3 5 Oscillatoriasp. 3 Phormidiumsp. 3 BACILLARIOPHYCEAE (DIATMEAS): Coscinodiscussp. 14 46 17 7 Planctoniellasp. 7 Sceletonemasp. 3 2 Naviculasp. 3 Eucampussp. 5 DINOPHYCEAE: Ceratiumsp. 1 13 3 1 Glenodiniumsp. 1 9 CLOROPHYCEAE (ALGAS VERDES): 12 Ulothrixsp. 3 PHAEOPHYCEAE (ALGAS PARDAS): Ectocarpussp. 13 5 Stictiosifonsp. 7 3 7 Sorantherasp. 10 CAMARN: Nauplius 3 6 6.5 2.5 Zoea 30 3 3 5 Mysis 3 OTROS CRUSTCEOS: 11 15 3 20 14 INSECTOS: 6 6 6.5 2.5 Un resumen de la abundancia relativa de cada uno de los grupos arriba mencionados y su proyeccin en diagrama triangular se presenta en la Tabla 3.3.4 y Figura 3.3.2 respectivamente. Los grupos A, B y C forman el conjunto fitoplancton, y el grupo D constituye impureza, para efectos del anlisis lipdico. Los valores de A, B y C de cada sitio completan 100 % y los valores de D representan ndices relativos de impureza de las muestras de diferentes sitios. En el diagrama triangular (Figura 3.3.2) junto a cada muestra se encuentra el nmero de ndice de impureza. 68 Identificacin taxonmica
Tabla 3.3.4. Resumen de abundancia de fitoplancton marino asociado al camarn Muestra Localidades PBL PLA SPA BAC TON Abundancia relativa (%) Grupo A Grupo B Grupo C Grupo D Puerto Bolvar 68 24 8 1 Playas 0 100 0 5 San Pablo 45 28 27 1.6 Baha de Carquez 48 0 52 3.5 Tonchige 49 18 33 2.2
Figura 3.3.2. Abundancia de cianobacterias (A), diatomeas (B) y otras algas (C) expresada en diagrama triangular Taxonmicamente las muestras ms semejantes son las de San Pablo y Tonchige lo que coincide con la semejanza del relieve y estructura costero de las localidades. La circunstancia de que San Pablo es ms rico en diatomeas y Tonchige en representantes del grupo C podra explicarse por la existencia de diferentes microclimas en los lugares en cuestin.
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Las muestras de Puerto Bolvar, Playas y Baha de Carquez presentan entre ellas caractersticas muy diferentes, respecto a la abundancia de los grupos A, B y C. De acuerdo a la Tabla 3.3.3 se encontraron representantes de 10 diferentes gneros de cianobacterias; 5, de diatomeas; 2, de dinophyceae; 1, de algas verdes; y 3, de algas pardas. Pero no todos los gneros se encontraron en todas las muestras. Por ejemplo en la muestra de Playas estuvieron ausentes las cianobacterias y en la de Baha las diatomeas. Dinophyceae y algas verdes no se encontraron en las muestras de Puerto Bolvar y Playas. Las muestras de Playas y San Pablo no contuvieron algas verdes y pardas. En la muestra de Puerto Bolvar no se observaron insectos y larvas de camarn. Entre las cianobacterias la mayor abundancia correspondi a los gneros Nostoc y Calothrix en la muestra de Puerto Bolvar. Las diatomeas ms abundantes fueron las del gnero Coscinodiscus, en Playas. La ms alta frecuencia de algas verdes correspondi al gnero Ulothrix de la muestra de Tonchige, y la de algas pardas al gnero Ectocarpus de la muestra de Baha. El estadio de camarn ms abundante fue el de zoea en Playas. Otros crustceos e insectos marinos fueron ms abundantes en Baha. Composicin de cidos grasos Los anlisis cromatogrficos indicaron que los perfiles lipdicos de la muestras estuvieron comprendidos entre el cido dodecanoico (C12:0) y el cido docosatetraenoico (C22:4w6), como se indica en la Tabla 3.3.5. Tabla 3.3.5. Resultados de los steres metlicos de los cidos grasos (EMAG) de plancton y de larvas silvestres (LS) expresados en % de rea EMAG\Muestras C12:0 C14:0 C15:0 C16:0 C16:lw7 C18:0 C18:1W9 C18:2W6 C18:3w3 C20:1W9 C22:1W11 C20:5W3 C22:4W6 C22:6w3 PBL 4.14 0.75 44.24 7.57 24.58 14.61 PLA 2.83 1.38 39.94 6.22 22.00 12.62 2.71 5.18 6.73 0.39 SPA 1.62 0.19 38.73 4.58 25.70 27.89 BAC 1.76 3.97 0.61 41.92 4.87 24.27 20.93 TON 4.78 0.47 43.71 7.31 22.13 15.91 LS 0.05 2.06 0.69 21.89 7.56 10.01 15.31 2.83 1.22 0.52 3.49 13.36 0.18 14.09
4.11
1.76
1.68
3.69 2.00
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En general, los cidos grasos en los porcentajes ms elevados corresponden al palmtico (C16:0), oleico (C18:lw9), linoleico (18:2w6), esterico (C18:0) y mirstico (C14:0). El nmero de cidos grasos presentes en el plancton es 7, en las muestras de Puerto Bolvar y San Pablo, y 10 en la muestra de Playas. Casi todas las muestras exhiben el mismo patrn de reparto de los diferentes cidos grasos. En la Tabla 3.3.5 se incluye para comparacin el promedio de cidos grasos de un lote de larvas silvestres (LS) en el estadio de postlarva (PL10) del Proyecto IBN. Las diferencias en los cidos grasos de plancton y larvas Silvestres se resumen en lo siguiente, tal como se puede observar en la Figura 3.3.3. Las larvas tienen mayor contenido de cido palmitoleico (C16:lw7), esterico (C18:0), eicosapentaenoico (C20:5w3) y docosahexaenoico (C22:6w3), mientras que el plancton tiene mayor contenido de palmtico (C16:0), oleico (C18:lw9) y linoleico (C18:2w6). Los dems cidos grasos de la tabla exhiben casi igual contenido tanto en el plancton como en las larvas. Cabe notarse que el plancton no contiene cido docosahexaenoico (C22:6w3) cuando en las larvas existe en un alto porcentaje (14.09 %).
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3.3.3.4.
Conclusiones y recomendaciones
Conclusiones La investigacin llevada a cabo aqu representa un intento muy preliminar de ms bsqueda de conocimientos acerca de la ruta de los cidos grasos a travs de los distintos eslabones de la cadena alimenticia del camarn L. vannamei que se desarrolla en el Ecuador. En el proyecto "Investigaciones bioqumicas y nutricionales del camarn" (IBN) ejecutado recientemente se encontr el modelo lipidolgico que exhiben las larvas silvestres. Este antecedente suscit el inters de analizar el contenido de cidos grasos del fitoplancton marino en razn que constituye el sustrato alimenticio de las larvas silvestres en sus estadios de desarrollo entre zoea hasta la metamorfosis. En las muestras de agua recolectadas en cinco sitios del perfil costero se encontr un espectro bastante amplio de gneros de cianobacterias, diatomeas, dinophyceae, algas verdes y algas pardas. Las muestras contuvieron adems camarn, otros crustceos e insectos marinos (Tabla 3.3.3). El anlisis de cidos grasos fue realizado en el total de cada muestra. En razn del corto tiempo en que debi ejecutarse el mini proyecto, no fue posible purificar las algas ni liberarlas completamente de fragmentos de larvas de camarn y de insectos marinos. Por tanto no es posible atribuir un determinado cido graso a un alga determinada. Los cidos C12:0, C14:0, C15:0, C18:0, C20:l y C22:l se encuentran prcticamente en igual concentracin tanto en larvas como en fitoplancton. Los cidos C16:0, C16:l, C18:l y C18:2 son ms altos en fitoplancton que en larvas. Al contrario los cidos grasos C16:l, C20:5w3 y C22:5w3 son ms altos en larvas que en fitoplacton. La muestra de Playas presenta los ms altos niveles de C22:lwll y C20:5w3 en comparacin a las dems. Esta muestra contiene relativamente la ms alta proporcin de diatomeas y camarn en estado de zoea. Podra pensarse posiblemente que el C22:lwll tenga relacin con las diatomeas Coscinodiscus y el C20:5w3 con las zoea. Las larvas silvestres contienen altos niveles de C20:5w3, de acuerdo a los resultados del proyecto IBN. El C22:lwll comnmente se llama cido cetoleico en referencia a que se encuentra en elevada proporcin en la ballena (Gruger, 1968). De conocerse que el alimento principal de las ballenas son las diatomeas, estos organismos jugaran un gran papel en la alimentacin del camarn. De acuerdo a la Figura 3.2 las larvas contienen alrededor de 22 % de cido palmtico (C16:0) y el plancton sobre los 40 %. Este contenido de cido palmtico da lugar a dos modos de interpretacin. Por un primero se dira que tanto las larvas como el fitoplancton producen C16:0 de novo (Castell, 1983). Un segundo modo de interpretacin permitira indicar que las larvas se alimentan de fitoplancton con lo cual consiguen este cido graso. Esta segunda interpretacin podra parecer la ms plausible desde el punto de vista energtico.
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En consideracin a una posible actividad enzimtica de desaturacin y elongacin del proceso C16:0 --------------------- > C16:1 C18:0 C18:l ----------- > C18:2
nuevamente cabran dos interpretaciones. Primera, que tanto el fitoplancton como el camarn tendran capacidad de efectuar las reacciones de biosntesis anteriores, y segunda, que el camarn al alimentarse del fitoplancton consigue estos cidos grasos con ahorro de energa. En lo que se refiere al C20:5w3 y C22:6w3 se advierte con claridad que el fitoplancton no constituye fuente de estos cidos y el camarn debe sintetizarlos.
Recomendaciones Las propiedades del fitoplancton marino que se han esbozado estaran desempeando un papel fundamental en la nutricin de las larvas y por tanto los laboratorios deberan procurar la utilizacin del agua marina en estado natural. Se tendra en consecuencia que incorporar al trabajo de control en los laboratorios, anlisis microbiolgicos taxonmicos y lipdicos del fitoplancton. Se debera en el futuro aislar organismos planctnicos a nivel de especie, de muestras de agua y sedimentos y efectuar anlisis cromatogrficos de cidos grasos de modo especfico. Cuando se purifica a nivel de especie el material gentico es homogneo, por tanto los cidos grasos van a ser los mismos. Esto orientara la factibilidad de 73
desarrollar especies de alta potencialidad nutritiva para el camarn en sus estadios larvarios. Considerando los distintos estadios iniciales de crecimiento del camarn, como son: huevo, nauplius, zoea, mysis y postlarva, sera importante determinar el patrn de cidos grasos de cada una de ellas. Estos anlisis se deberan realizar adems, tanto en la circunstancia en que los reproductores han sufrido o no ablacin del pednculo ocular. Estos trabajos permitiran esclarecer la ruta metablica de los cidos grasos y por tanto el proceso alimenticio del camarn. En investigaciones posteriores se debera comparar los patrones de cidos grasos de: a) zoea y mysis con fitoplancton, y b) postlarva con fitoplancton y bento, a fin de determinar los ndices de asimilacin de plancton. Deberan realizarse estudios tendientes a determinar los niveles de asimilacin de los cidos grasos tanto de plancton como de camarn, particularmente del C16:0, C18:0, C20:5w3 y C22:6w3. En tales trabajos se debern utilizar dietas que contengan trazadores radiactivos y se deber combinar tcnicas de cromatografa y de radiometra. Esto podra ejecutarse con el concurso de los laboratorios de cromatografa del Instituto de Ciencias Qumicas y Ambientales de la ESPOL y de la Facultad de Biologa de la Universidad Catlica de Quito. Es importante finalmente conocer las caractersticas ecolgicas relacionadas al plancton. Por lo tanto, en estudios del plantn se deben considerar otros factores como contaminacin (pesticidas, metales pesados, hidrocarburos, contaminacin microbiolgica patgena), salinidad, slidos, turbiedad y temperatura. Cabe sealar que las cianobacterias son buenos indicadores de contaminacin. Bibliografa BARDACH J. E., J. H. RYTHER y W. O. MCLARNEY Crianza v Cultivo de Organismos Marinos v de Agua dulce. (1982) Acualcultura.
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3.4.
Un enfoque y modelo preliminar de la integracin de las restricciones ecolgicas y econmicas de la calidad ambiental del Estuario del Ro Guayas, Ecuador
3.4.1. Introduccin Parafraseando la expresin de Twilley et al. (1998) de que la sostenibilidad a largo plazo de la maricultura de camarn en Ecuador requiere enfoques integrales de manejo de los recursos de las zonas costeras, cabe revelar que la sostenibilidad de los desarrollos socioeconmicos y de la vida de este lugar, y quiz de toda la franja tropical del planeta, se cimienta en el concepto de Ecosistema Guayas y Conocimiento Tropical. El enfoque integral de manejo de los recursos requiere, por su lado, de un sinnmero de acciones. Algunas de ellas se listan a continuacin, constituyendo al mismo tiempo marcos de reflexin: (a) Inventariar los recursos naturales y los servicios ambientales de mayor valor del Ecosistema Guayas en el mercado global.
Una accin especfica, en este campo, consistir en el levantamiento geogrfico de informacin de la calidad, uso y tenencia del suelo. Otra accin de trascendente actualidad y de futuro es conocer el metagenoma humano y el microbioma del medio ambiente. El ser humano no podra vivir sin la simbiosis con los microorganismos, que estn implicados en el metabolismo de los alimentos y en la maduracin del sistema inmune. En el ambiente, los microorganismos coadyuvan para mantener el equilibrio y la dinmica ambiental (Paz y Mio, 2010a). El Ecosistema Guayas tendr un metagenoma y microbioma extraordinariamente rico y til, tornndose prioritario su investigacin con el objeto de sentar independencia cientfica as como procurar la defensa de los recursos biolgicos. (b) Desarrollar mercados de servicios ambientales y lneas de conocimiento tropical, a travs de propuestas tecnolgicas creativas y de elevada competitividad. Algunas iniciativas en esta direccin se presentan a continuacin.
Derechos fiduciarios de bosques (DFBs) de madera dura tropical. La madera del planeta y en especial la madera preciosa tropical, abundante hasta hace poco en el Ecuador, se encamina a muy corto plazo a una situacin de mercado mundial de "oferta cero". Esta singularidad econmica se agranda con las restricciones de tala y de transporte, siempre ms severas a nivel mundial, para preservar los ltimos bosques nativos tropicales; con demandas constantemente crecientes, ante el explosivo aumento demogrfico en la faja tropical y el incremento del consumo de maderas preciosas en los pases ms industrializados. De acuerdo a estudios de la ITTO (The International
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Tropical Timber Organization) la Costa del Ecuador exhibe un potencial de forestacin de 2 millones de hectreas. Cubrir esta rea tomara 25 aos si el Ecuador emprendiera la faranica tarea de forestar 80 000 ha cada ao. Esta actividad se volvera sostenible puesto que al plantar el ltimo tramo, estara listo el primero para la tala. La reforestacin ocupara gran cantidad de mano de obra en todo tipo de labores, desde manuales hasta altamente especializadas. Estos bosques, cumpliendo con elevados estndares de calidad, certificados, con garantas de distinto gnero y con administracin fiduciaria, podran desatar inversiones por el valor de US$ 800 millones anuales. La actividad forestal, adems, estabilizara la economa nacional ya que se sincronizara con el extenso ciclo de los bosques de 25 aos. Paralelamente, la actividad forestal activara el negocio de los Crditos de Carbono. Desarrollo de agricultura ecolgica, especialmente de arroz, maz, caf y cacao dirigida a mitigar el cambio climtico, en las perspectivas de Garca et al. (2006) y FAO (2009). Desarrollo de mercados de servicios ambientales por la agricultura. Esta sugerencia planteada por la FAO (2007) tiene pleno destino de cumplimiento, en el ecosistema de arrozales del Ecosistema Guayas, cuando sean fertilizados con Azolla Anabaena. (c) Realizar un levantamiento de la opinin social acerca de los recursos, su importancia y conciencia de utilizacin, basados de preferencia en la circunscripcin de cada municipio. Esta accin se puede dirigir principalmente a promover un ordenamiento territorial conjugando las expectativas de la poblacin con la aptitud y sostenibilidad de los ecosistemas. Posicionar Ecosistema Guayas en la conciencia del Ecuador y del mundo como plataforma de conocimiento tropical. Se trata de promover y mercadear el potencial de conocimiento y servicios ambientales de elevada competitividad. Se trata asimismo de generar conocimiento y aplicaciones tecnolgicas tropicales a escala mundial. Promover el rol de la provincia del Guayas y de Guayaquil en el conjunto de los 107 municipios del Ecosistema Guayas, lo mismo que desarrollar acciones concertadas entre los municipios. Constituir grupos transdisciplinarios de trabajo con elevada motivacin. Generar una cartera de propuestas para canalizar apoyo nacional e internacional, que tengan como objetivo integrar, ordenar y dirigir la informacin generada hacia la gil toma de posicin y decisiones de los polticos y de los gobiernos central y seccionales.
(d)
(e)
(f) (g)
El modelo matemtico propuesto para estudiar la respuesta del ambiente estuarino a los cambios de reas de manglares y caudal del Ro Guayas conserva su vigencia en la actualidad toda vez que los parmetros de anlisis se mantienen. Borbor (2005) desarroll un modelo del efecto de la agricultura de la Cuenca del 77
Guayas en el balance del nitrgeno y fsforo y sus implicaciones ecolgicas y econmicas. Este trabajo complementa el de Twilley et al. (1998), al analizar los eventos que tienen lugar en las cuencas hidrogrficas continentales. Los ciclos biogeoqumicos representan mecanismos tiles para evaluar la calidad ambiental de un ecosistema y el grado de impacto de los desarrollos socio econmicos. Al hacer un balance de masas, para tal efecto, el nitrgeno resulta adecuado, por ser un elemento bsico, til y fcilmente identificable en los distintos eslabones de la cadena.
3.4.2. El modelo de simulacin del estuario del Ro Guayas en la actualidad Twilley et al. (1998) propusieron un modelo para evaluar la calidad del agua del estuario del Ro Guayas (superior, medio e inferior) en base del flujo de descarga del Ro Guayas y del porcentaje de conversin de manglares a camaroneras. El modelo fue corrido para tres condiciones de caudal de descarga (100, 50 y 10 % del flujo base de 1989) y tres coeficientes (manglares:piscinas) de uso del suelo intermareal (100:0, 50:50, 0:100). En la actualidad la correlacin porcentual de manglares a camaroneras es de 86:24 (Tabla 3.4.1). Por otro lado la operacin de la Represa Daule Peripa produce un caudal de descarga de 75 % del flujo base de 1989 (Tabla 3.4.2). Tabla 3.4.1. Camaroneras y manglares en la actualidad Ambiente Estuario del Ro Guayas (ha) Estuario del Ro Guayas (ha) Estuario del Ro Guayas (%) Ao Camaroneras 1969 0 2006 106474 2006 24 Manglares 122615 105219 86 Total 122615 211693 100
Tabla 3.4.2. Caudales de 1989 y 2010 del sistema del Ro Guayas Sistema Ro Daule 1989 (m3/s) Rio Babahoyo 1989 (m3/s) Ro Guayas 1989 (m3/s) Represa Daule Peripa descarga 2010 (m3/s) Ro Guayas 2010 con operacin Represa Daule Peripa (m3/s) Ro Guayas 2010 con operacin Represa Daule Peripa (%) Caudal 365 795 1160 71 866 75
Con las condiciones actuales del estuario del Ro Guayas de 86 % de manglares (lnea roja en la Figura 3.4.1) y 75 % del flujo del Ro Guayas (lnea azul en la Figura 3.4.1) se observan concentraciones de nitrgeno en los sectores superior, medio e inferior del estuario del Ro Guayas de 10, 5 y 1 M respectivamente.
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3.4.3. Balance del nitrgeno en la Cuenca del ro Guayas El balance del nitrgeno en la Cuenca del Ro Guayas ha sido establecido de manera exclusiva en los trabajos de Borbor et al. (2006) y Borbor (2005). Aunque la Cuenca del 79
Ro Guayas (Figura 3.4.2) representa solo una parte del Ecosistema Guayas, este modelo de balance de nitrgeno marca el camino a seguir en un anlisis global.
Figura 3.4.2. Cuenca del Ro Guayas El balance de nitrgeno, como ya se ha argumentado, es un adecuado indicador de la sostenibilidad de las prcticas de uso de la tierra en un ecosistema; un saldo negativo de nitrgeno denota el agotamiento de nutrientes y la consiguiente prdida de fertilidad del suelo, de rendimiento y de viabilidad econmica. El balance global del nitrgeno en la Cuenca del Ro Guayas se establece relacionando las entradas o fuentes y las salidas o destino, lo mismo que los flujos internos de nitrgeno, de acuerdo a las categoras que se muestran en la Tabla 3.4.3. Los valores de este balance establecidos por Borbor (2005) muestran una cuenta global de 68 kgN/ha/ao (Tabla 3.4.4). Las entradas de nitrgeno en la Cuenca del Ro Guayas se expresan principalmente por la aplicacin del fertilizante urea en 38 kgN/ha/ao. El ingreso o importacin de piensos alimenticios de animales, en valores de 14.1 kgN/ha/ao, se suma a la urea para reproducir unas entradas antropognicas de nitrgeno de 77 %. Las fuentes naturales de nitrgeno representan el 23 % en incluyen la fijacin biolgica forestal y agrcola y la deposicin atmosfrica (Tabla 3.4.4). 80
Tabla 3.4.3. Criterios para el balance del nitrgeno Entradas 1. Fertilizantes nitrogenados Urea Salidas Flujos internos (Entradas - Salidas) 1. Neto de alimentos (importacin o exportacin) Consumo humano de productos agrcolas y pecuarios 2. Neto de piensos (importacin o exportacin) Consumo animal de productos de cultivos para los animales
1. Productos agrcolas (a) Para humanos (b) Para animales (c) Productos pecuarios 2. Fijacin de nitrgeno 2. Otras salidas orgnicas (a) De bosques (a) Residuos agrcolas (a) De suelos agrcolas 3. Deposicin atmosfrica 3. Exportacin fluvial como aportacin de lixiviacin y erosin
Tabla 3.4.4. Balance de nitrgeno en la Cuenca del Guayas Fuentes y Destinos Fuentes Fertilizante urea Piensos alimenticios de animales Fijacin biolgica forestal Deposicin atmosfrica Fijacin biolgica agrcola Total Destinos Drenaje fluvial Exportacin de alimentos Desnitrificacin Volatilizacin Almacenamiento en suelo y vegetales Total Cantidad Proporcin (kgN/ha/ao) (%) 38 14.1 6.2 5.2 4.3 68 25 24.6 9.4 6.7 2.3 68 56 21 9 8 6 100 37 36 14 10 3 100
Los destinos principales representados por el drenaje fluvial (25 kgN/ha/ao) y exportacin de alimentos (24.6 kgN/ha/ao) alcanzan el 73 % de las salidas de nitrgenos de la Cuenca del Ro Guayas. La desnitrificacin y volatilizacin representan un 24 % de egreso de nitrgeno. En el suelo y biomasa se almacena finalmente el 3 % de nitrgeno (Tabla 3.4.4).
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3.4.4. Balance de nitrgeno en el Ecosistema Guayas: el rol del Azolla Anabaena A lo largo de esta tesis se ha afirmado que el Azolla Anabaena est destinado a jugar un importante papel en la ecologa, la economa y la sostenibilidad del Ecosistema Guayas y del Ecuador. Es la ocasin, por tanto, de presentar algunos nmeros que, en complemento a las cifras por Borbor (2005), demuestren estas aseveraciones. Tomando como base un trabajo de Balanztegui y Rivera (2005) sobre las demandas de urea de los principales cultivos agrcolas destinados a la alimentacin y a la exportacin se han realizado los clculos del consumo de urea y de nitrgeno que se muestran en la Tabla 3.4.5. Como se puede apreciar en dicha Tabla el ndice promedio de aplicacin de nitrgeno para estos cultivos, de 128 kgN/ha/ao, est por encima del valor de Borbor (2005), de 38 kgN/ha/ao, para la agricultura de la Cuenca del Ro Guayas. Tabla 3.4.5. Cultivos principales del Ecosistema Guayas y aplicacin de nitrgeno de urea Cultivo Arroz Maz Duro y Suave Cacao Caf (mantenimiento) Caa de Azcar Palma Africana Algodn Banano Total promedio rea Consumo de Sembrada (ha) urea (t) 335 737 87 584 261 005 65 251 321 469 128 588 198 196 9 910 121 304 36 391 81 101 12 165 2 005 401 239 512 93 722 1 560 328 434 012 Consumo de Aplicacin nitrgeno (t/ao) (kgN/ha/ao) 40 288 120 30 016 115 59 150 184 4 559 23 16 740 138 5 596 69 184 92 43 112 180 199 646 128
De otro lado, por los trabajos sobre Azolla que se encuentran en ejecucin (Montao, 2010 y 2008a) se dispone de variada informacin como la que se consigna en la Tabla 3.4.6, en la que tambin se incluyen otras referencias que sirven para el anlisis sobre el potencial competitivo del Azolla. La produccin potencial anual calculada de nitrgeno generada por el cultivo de Azolla en el ecosistema de arrozales alcanza 421 632 t. Este valor abastecera con amplitud la demanda anual de nitrgeno (387 357 t) ms exigente de los cultivos, el camarn, el ganado, la pesca y la poblacin (Tabla 3.4.6). Para llegar a estos datos se ha partido de la informacin que consta en diversos puntos de este trabajo y una composicin del 3 % de nitrgeno de estas categoras. Finalmente, el balance de fuentes y destinos de nitrgeno en el Ecosistema Guayas, incorporando Azolla como fertilizante, se muestra en la Tabla 3.4.7.
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Tabla 3.4.6. Miscelnea de informacin del Ecosistema Guayas (EG) Informacin (unidad) Azolla Productividad (t/ha/d) Humedad (%) Nitrgeno base seca (%) Arrozal invierno (ha) Perodo cultivo Azolla/arrozal invierno (d) Arrozal secano (ha) Perodo cultivo Azolla/arrozal secano (d) Prod. anual Azolla/arrozal invierno N (t) Prod. anual Azolla/arrozal secano N (t) Prod. anual Azolla/arrozal total N (t) EG Demanda anual cultivos N (t) EG Demanda anual cultivos N (t) EG Demanda anual del camarn N (t) EG Demanda anual del ganado N (t) EG Demanda anual de la pesca N (t) EG Demanda anual de la poblacin N (t) Cantidad Referencia 1.2 Montao, 2010 y 2008a 90 6 256 000 185 160 000 70 340 992 80 640 421 632 199 646 Balanztegui y Rivera, 2005 317 452 Borbor, 2005 4 082 23 828 32 094 Fundacin Stratega, 2009 9 902
Tabla 3.4.7. Balance de nitrgeno en el Ecosistema Guayas Fuentes y Destinos Fuentes Fertilizante Azolla Piensos alimenticios de animales Fijacin biolgica forestal Deposicin atmosfrica Fijacin biolgica agrcola Total Destinos Drenaje fluvial Exportacin de alimentos Desnitrificacin Volatilizacin Almacenamiento en suelo y vegetales Total Cantidad Proporcin (kgN/ha/ao) (%) 50 14.1 6.2 5.2 4.3 80 37 24.6 9.4 6.7 2.3 80 63 18 8 6 5 100 46 31 12 8 3 100
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3.4.5. Puntos a resaltar. ndice de sostenibilidad El balance de fuentes y destinos de nitrgeno en el Ecosistema Guayas, presentado en la Tabla 3.4.7, en lo fundamental sustituye en las fuentes el fertilizante artificial urea por el bioabono Azolla. Por el lado de las salidas, a su vez, se sustituye el drenaje del Ro Guayas por el drenaje de todo el sistema hdrico del Ecosistema Guayas. Los dems ndices mantienen los mismos valores de Borbor (2005), porque constituyen manifestaciones que se dan de igual manera en el Ecosistema Guayas que en la Cuenca del Ro Guayas. En todo caso, con la incorporacin de la tecnologa de Azolla y las consecuentes mejoras de la produccin de maz y soya debera disminuir y hasta desaparecer la incidencia de los piensos alimenticios de animales. En esta revisin de nmeros destaca la cuenta global de 80 kgN/ha/ao (Tabla 3.4.7) fuertemente influenciada por el aporte del Azolla de 50 kgN/ha/ao (63 %). Por el lado de las salidas, la ms importante es la descarga del sistema fluvial de 37 kgN/ha/ao (46 %). Estableciendo el ndice de sostenibilidad (IS) como la unidad menos las fracciones de los ingresos del aporte antropognico de nitrgeno (fertilizantes y piensos), se obtiene as 0.23 y 0.82 como los IS de la Cuenca del Ro Guayas (CG) y del Ecosistema Guayas, respectivamente (Tabla 3.4.8). Tabla 3.4.8. ndices de sostenibilidad de CG y EG Categoras Fertilizantes-Urea Piensos Aporte antropognico ndice de sostenibilidad CG 0.56 0.21 0.77 0.23 EG 0 0.18 0.18 0.82
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Conclusiones
4. Conclusiones
Ecosistema Guayas (Ecuador): Recursos, Medio Ambiente y Sostenibilidad en la perspectiva de Conocimiento Tropical
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Conclusiones
Posicionamiento del Ecosistema Guayas en la conciencia del Ecuador y del Mundo Ecosistema Guayas es el representativo territorio tropical que abarca el Golfo de Guayaquil y las cuencas hidrogrficas continentales correspondientes, articulando 13 provincias y 107 municipios de la Repblica del Ecuador (Figura 3.1.1). Debido a su excepcional posicin planetaria, a su incomparable riqueza de recursos naturales y a su amplia variedad tnica y cultural, el Ecosistema Guayas abriga una privilegiada aptitud para convertirse en lder mundial en generacin de conocimiento tropical y lneas competitivas de servicios ambientales tropicales. Esto permitir al Ecuador y pases amigos aprovechar a plenitud las emergentes oportunidades de crecientes mercados tropicales que se estn detectando en reas de salud, gestin ambiental, agricultura, urbanismo y educacin (Andrews, 2006). Identificar fundamentos tericos y aplicaciones de medio ambiente y sostenibilidad en el Ecosistema Guayas (Ecuador) El Ecuador ha iniciado una poca de cambios a travs de la nueva Constitucin del 2008, sealando que la investigacin cientfica, la innovacin tecnolgica, la produccin de conocimiento, los saberes ancestrales y la difusin componen algunos de los instrumentos ms apropiados para garantizar la conservacin del medio ambiente, la salud de la poblacin, el trabajo y la produccin. Ecosistema Guayas, de este sentido, est llamado a establecerse y a cumplir con el Plan Nacional para el Buen Vivir, sobre todo en lo que atae a la generacin de conocimiento tropical. Un avance terico prctico significativo ha representado el desarrollo del recurso Azolla-Anabaena en el escenario del cultivo del arroz, con sorpresivos buenos resultados en el rendimiento y calidad del arroz, en la economa de los agricultores y en la mejora del medio ambiente. Con esto, adems, se produce un cumplimiento prctico a los preceptos de la Soberana Alimentaria. Azolla es un diminuto helecho flotante de pequeas hojas alternadas y races simples que cuelgan dentro del agua. Anabaena es una bacteria microscpica que se aloja permanentemente dentro de las hojas del Azolla y fija nitrgeno del aire.
Calidad ambiental de los ecosistemas costeros del Ecosistema Guayas y sus implicaciones en el desarrollo del manejo integrado de manglares y camaroneras La bioindustria del camarn se encuentra en la actualidad firmemente establecida en el quehacer econmico, social y cultural del Ecuador, lo que se refleja en el dominio tcnico y administrativo de las distintas fases de esta amplia actividad, que incluye principalmente 25 laboratorios de maduracin, 185 laboratorios de larvas, 2500 granjas camaroneras, 61 empacadoras, 11 fbricas de balanceado y 60 empresas de comercializacin.
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Conclusiones
La calidad ambiental del Ecosistema Guayas depende de la interaccin de una extensa diversidad de factores producidos por la naturaleza y el hombre. El estudio de todos estos procesos en la perspectiva de conocimiento tropical es un fuerte incentivo a la voluntad e intelecto del Ecuador y del mundo.
Larvas silvestres y cultivadas de Litopenaeus vannamei del Ecuador Una caracterstica de la actualidad es el extenso conocimiento del que se dispone sobre los requerimientos nutricionales del camarn especialmente de la fase larvaria. En la actualidad, debido a que toda la larva, inclusive por ley, proviene de laboratorios, estas instalaciones se manejan con elevada tecnologa y eficiencia. El estudio de cidos grasos de larvas y el Estudio preliminar de cidos grasos en plancton asociado con el camarn Litopenaeus vannamei, publicado en esta tesis, representan investigaciones tiles para orientar la nutricin larvaria y conocer la calidad referencial del medio ambiente.
Un enfoque y modelo preliminar de la calidad ambiental del Estuario del Ro Guayas, Ecuador La calidad ambiental del Estuario del Ro Guayas se ha estudiado teniendo en consideracin la presencia e interaccin de las piscinas camaroneras y los bosques de manglar. Con todo, la sostenibilidad a largo plazo de la maricultura de camarn en Ecuador requiere enfoques integrales de manejo de los recursos de las zonas costeras y de las cuencas hidrogrficas continentales. Cabe por tanto destacar que la sostenibilidad de los desarrollos socioeconmicos y de la vida de este territorio, y quiz de toda la franja tropical del planeta, se cimienta los conceptos que se extraen de Ecosistema Guayas y Conocimiento Tropical. El nitrgeno representa un adecuado elemento para el balance de los ciclos biogeoqumicos de un territorio y un indicador potente de la sostenibilidad de las prcticas de uso de la tierra; un saldo negativo de nitrgeno denota el agotamiento de nutrientes y la consiguiente prdida de fertilidad del suelo, de rendimiento y de viabilidad econmica. El nitrgeno generado en el cultivo del Azolla Anabaena en los arrozales del Ecosistema Guayas puede abastecer por entero de los fertilizantes que requiere la agricultura, adems que mejora el valor del ndice de sostenibilidad (IS).
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Referencias bibliogrficas
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Referencias bibliogrficas
Ecosistema Guayas (Ecuador): Recursos, Medio Ambiente y Sostenibilidad en la perspectiva de Conocimiento Tropical
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6. Anexos
Ecosistema Guayas (Ecuador): Recursos, Medio Ambiente y Sostenibilidad en la perspectiva de Conocimiento Tropical
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Anexos
6.1.
Mariano Montao Armijos1, Tefilo Sanfeliu Montolo2 Instituto de Ciencias Qumicas y Ambientales (ICQA) 1 Escuela Superior Politcnica del Litoral (ESPOL) 1 Km 30.5 va Perimetral, PO 09-01-5863, Guayaquil, Ecuador1 Universitat Jaume I (UJI) Departament de Cincies Agrries i del Medi Natural 2 Av. Vicent Sos Baynat, s/n, E-12071 Castell de la Plana2 mmontano@espol.edu.ec1, ecosistemaguayas@gmail.com1, sanfeliu@camn.uji.es2
Resumen
ECOSISTEMA GUAYAS (EG) es el representativo mbito tropical que abarca el Golfo de Guayaquil y las cuencas hidrogrficas relacionadas, destacando en este ambiente, el Golfo de Guayaquil, la Cuenca del Ro Guayas, el Estuario del Ro Guayas y la ciudad de Guayaquil. Este ecosistema alberga al 45 % de la poblacin nacional, articula 13 provincias y 107 municipios. El Golfo de Guayaquil (GG) es la zona de drenaje de las cuencas hidrogrficas. Se comunica con el Estuario de Ro Guayas a travs de los canales de Jambel y del Morro, al oriente y occidente de la Isla Pun. Su profundidad flucta entre 20 y 180 m y al pie del talud continental se localiza una fosa que alcanza unos 4 000 m. El Estuario del Ro Guayas (ERG) comienza en la Isla Pun y se extiende hasta donde llega el influjo de la marea y la salinidad, es decir, hasta unos 200 km dentro del continente por los ros Babahoyo y Daule. La Cuenca del Ro Guayas (CRG) est constituida por una vasta zona geogrfica de 34 000 km que capta el sistema fluvial que conforman los ros Daule, Vinces y Babahoyo. Guayaquil es la ciudad ms populosa del Ecuador, a ms de capital econmica, industrial y comercial. Ubicada en el segmento comn del ERG y de la CRG, incorpora una variedad de cuestiones referidas a recursos naturales, medio ambiente, ciencias, artes, ingeniera y tecnologa, que le confieren una incomparable ventaja estructural y coyuntural de cara a revisar en este sitio los temas de medio ambiente y sostenibilidad. Palabras Clave: ECOSISTEMA GUAYAS, Golfo, estuario, medio ambiente, sostenibilidad
Abstract
Guayas Ecosystem (GE) is the representative tropical area which covers the Gulf of Guayaquil and related watersheds, highlighting in this environment, the Gulf of Guayaquil, the Guayas River Basin, the Guayas River Estuary and the city of Guayaquil. This ecosystem is home to 42 % of the national population, articulates 12 provinces and 88 municipalities. The Gulf of Guayaquil (GG) is the area of drainage of the hydrographic basins. It communicates with the Guayas River estuary across Jambel and del Morro channels, east and west of the Pun island. Its depth varies between 20 and 180 m, at the foot of the continental slope is located a mass grave which reaches about 4 000 m. The Guayas River Estuary (ERG) begins on the Pun Island and extends as far as the influence of the tide and salinity, which ends about 200 km within the continent, by rivers and Daule Babahoyo. The Guayas River Basin (GRB) comprises a vast geographical area 34 000 km2 river system that captures the rivers that form Daule, Vinces and Babahoyo. Guayaquil is a populous city of Ecuador, more than economic, industrial and commercial capital. Located in the segment's common ERG and the CRG, incorporates a variety of issues relating to natural resources, environment, science, arts, engineering and technology, which gives it an unparalleled advantage of structural and cyclical side to revise this site environmental issues and sustainability. Keywords: Guayas Ecosystem (GE), Gulf, Estuary, environment, sustainability.
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ECOSISTEMA GUAYAS (EG) es el representativo mbito tropical situado entre los paralelos 0o 6 y 3 59 sur y entre los meridianos 78 42 y 81o0030 oeste (Figura 1), que abarca el Golfo de Guayaquil (13 701 km2 [1]) y 24 cuencas hidrogrficas, en una extensin de 87 874 km2 que representa alrededor del 34 % del territorio del Ecuador. Las cuencas hidrogrficas abarcan un rea total de 53 299 km2 y drenan un caudal total de 1 654.50 m3/s (Tabla 1). En otra perspectiva, destacan en este ambiente, el Golfo de Guayaquil, la Cuenca del Ro Guayas, el Estuario del Ro Guayas y la ciudad de Guayaquil.
Tabla 1. Ecosistema Guayas. Hidrologa [1]
Cuenca del ro Salado La Seca Zapotal Morro Daular Chongn Guayas Taura Chrutute Caar Naranjal San Pablo Jagua Balao Gala Tenguel Siete Pagua Jubones Motuche Santa Rosa Arenillas Zarumilla Puyango [2] Total
1156.87 69.26 2.13 83.51 8.13 5.97 13.10 26.12 25.25 6.51 2.99 9.12 73.28 1.82 18.61 13.97 16.11 116.30 1 654.50
rea (km2) 382 67 1 091 765 1 005 670 32 130 1890 402 2486 599 293 346 733 465 215 121 218 4 285 106 724 458 938 2 910 53 299
En este ecosistema habitan 5 919 544 personas, representando el 42 % de la poblacin nacional, y se asientan 16 ciudades de 29 que tienen ms de 50 000 hb [3, 4]. EG articula 13 provincias del Ecuador incluyendo Azuay, Bolvar, Caar, Chimborazo, Cotopaxi, El Oro, Guayas, Loja, Los Ros, Manab, Santa Elena, Santo Domingo de los Tschilas, Tungurahua, que comprenden 107 municipios: 24 de Mayo, Alaus, Alfredo
Una gran parte del desarrollo del Ecuador se cimienta en el EG, a travs de la agricultura, ganadera, acuicultura, pesca, turismo, minera, navegacin y asientos poblacionales. En el primer semestre del ao 2008 la exportacin del Ecuador de productos primarios excluyendo
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Anexos
petrleo se cifr en 1 893.11 millones de dlares [5]. La contribucin del EG a la produccin primaria comprende arroz 93 %, caa de azcar 90 %, maz duro 90 %, camarn 84 %, banano 75 %, palma africana 70 %, cacao 60 %, pesca 57 %, caf 55 % y ganado 40 % en el sector agropecuario [6] y oro 60 % en el sector minero [7]. El sistema portuario del Ecosistema Guayas, representado por las autoridades portuarias de Guayaquil y de Puerto Bolvar, y 16 Terminales Portuarios Privados, en el ao 2006 movi 12 526 272 t significando el 89 % de la carga de exportacin e importacin nacional, fuera de petrleo [8]. Debido a su excepcional posicin planetaria, extensin, produccin, poblacin, recursos naturales y megadiversidad, el EG constituye una zona potencial de elevado inters para el pas y para la comunidad internacional. Los ecosistemas se consideran las unidades bsicas de la ecologa, como los tomos en qumica o las clulas en biologa. En el plano nacional, la existencia del EG, abre insospechadas oportunidades al conocimiento inmediato y til del medio ambiente, en el marco de los ciclos biogeoqumicos y hasta econmicos y sociales, estableciendo adems, propuestas propias y creativas en el tema de la sostenibilidad, lo que activar nuevos caminos y alternativas en los terrenos acadmico, productivo y poltico. El Ecosistema Guayas exhibe particularidades nicas en el mundo, como son: su estratgica posicin longitudinal, latitudinal y de eje magntico en el planeta; una escala completa de alturas que va desde el techo de la tierra, la cima del Chimborazo de 6 310 msnm, hasta profundidades imponentes en el Ocano Pacfico; una mega biodiversidad; una zona estuarina, del Ro Guayas, de gran valor; y, produccin representativa a nivel mundial de banano, cacao de aroma, maracuy, tagua y camarn. La variedad de recursos naturales y la productividad de este ecosistema constituyen los elementos de base del desarrollo del sistema socio econmico, aunque los procesos de extraccin, transformacin y utilizacin de productos generan inevitables residuos que retornan al ecosistema y lo deterioran. En este sentido, aqu se plantean los retos de la humanidad actual, consistentes en promover un modo armnico de desarrollo econmico, equidad social y sostenibilidad ambiental. Muchas frutas exticas, as como especies vegetales medicinales y de todo tipo as como especies animales nicas de la tierra se encuentran aqu en peligro de desaparecer por
2.
2.1.
Ambientes destacados
Golfo de Guayaquil
El Golfo de Guayaquil (GG) es la zona de drenaje de las cuencas hidrogficas indicadas (Tabla 1). Entre el continente, el medidiano 81o0030 oeste y el paralelo 03o2333.96 sur, abarca una extensin de 13 711 km2. Los canales de Jambel y del Morro, al oriente y occidente de la Isla Pun, comunican el Golfo de Guayaquil con el Esturio de Ro Guayas. Otra isla pequea, Santa Clara, es un excepcional Refugio de Vida Silvestre con un elevado valor natural, cultural y cientfico. El Golfo de Guayaquil es zona de la mayor produccin de pesca artesanal e industrial del Ecuador. La profundidad de la masa acutica del GG en la plataforma continental va desde 180 m en el borde occidental hasta menos de 20 en la parte interior. Los canales de Jambel y del Morro tienen una profundidad mxima de 22 y 56 m respectivamente. Frente al GG se produce una fosa al pie del talud continental que alcanza unos 4 000 m de produndidad y es continuacin de la fosa Per Chile [9]. En la actualidad la compaa Energy Developmet Company (EDC) explota el gas natural que se entrega a la operadora de termogeneracin Machala Power de la ciudad de Machala.
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Anexos
elevadamente frgiles. El mismo mecanismo positivo de trampa de nutrientes, se convierte del lado contrario en trampa de contaminantes a causa de los vertidos residuales de los municipios, la industria, la agricultura, la minera y la acuicultura. Alrededor del 15 % de las costas del mundo estn constituidas por ambientes estuarinos en los que se produce una intensa y variada actividad humana. Su riqueza en peces, moluscos y crustceos da cabida a la pesquera artesanal e industrial de un pas [11]. La determinacin de la importancia de estos ecosistemas as como la de su vulnerabilidad requiere de un intenso y multidisciplinario trabajo destinado a conocer la estructura y funcionamiento, que permita su prudente manejo. Aunque por alrededor de cuatro dcadas se han realizado estudios sobre el Estuario del Ro Guayas, la mayor parte de esta informacin resta por procesar, integrar y divulgar. De otro lado la necesidad de nuevos enfoques, en los terrenos de las ciencias bsicas, la ingeniera y la economa, permitir situar de mejor manera la cuestin del manejo de este ecosistema.
3. Medio ambiente
Medio ambiente remite a esta fecha 28 700 000 citas en el buscador Google lo mismo que 593 millones de environment. Esto denota el nivel de importancia del medio ambiente, si se compara incluso con otras preocupaciones de la humanidad como peace (paz) o freedom (libertad) con 349 y 304 millones de citas respectivamente. El concepto medio ambiente ha ido cambiando desde la idea relacionada de manera limitada al hogar o el sitio de trabajo, en 1950,
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Anexos
hasta abarcar en la actualidad preocupaciones ecolgicas, econmicas, estticas y ticas [15]. El medio ambiente se define como el sistema global constituido por elementos naturales y artificiales, fsicos, qumicos o biolgicos, en permanente modificacin por la naturaleza o la accin humana, que rige el desarrollo y la vida en sus diversas manifestaciones; es decir, es todo para el ser humano, o todo aquello que influye o es influido por l [12]. A medida que la ciencia medio ambiental gana da a da rpido terreno, requiere al mismo tiempo de frecuentes replanteamientos. El medio ambiente se configura, resulta o se establece en la naturaleza de una incesante interrelacin de los sistemas fsico, qumico, biolgico y socioeconmico. La humanidad en su evolucin fue desarrollando conocimientos o ciencia en el orden que los requera, comenzando con las matemticas. Para el siglo XVIII la fsica haba llegado a su mayora de edad. La qumica le sigui a finales del XIX y principios del XX. La biologa y la economa no concluyen an su ascenso. En esta evolucin aparece finalmente la ciencia del medio ambiente o ecologa teniendo como bases las reas precedentes del conocimiento y revistiendo natural amplitud, profundidad y exigencia. Los asuntos medio ambientales implican una fenomenologa tan compleja que su explicacin, resolucin y manejo requiere aportes de matemticas, fsica, qumica, termodinmica, geologa, biologa, geografa, ingeniera, antropologa, sociologa y economa, entre otras. El medio ambiente en el EG reviste una especial connotacin, por tratarse de un medio ambiente referencial. El grado de bienestar actual de la poblacin humana establece las categoras de pases desarrollados y pases en desarrollo. Los 28 pases clasificados como desarrollados se encuentran en las zonas templadas de la tierra. La franja tropical del planeta constituye territorio exclusivo de pases en desarrollo. De 6 669 946 266 habitantes de la tierra, 3 009 019 000 viven en los trpicos, constituyendo el 49 % de la poblacin mundial. Esto por su lado representa una motivacin especial al trabajo por desarrollar.
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4.
Sostenibilidad
El trmino sostenibilidad fue acuado por la comisin Brundtland en la siguiente definicin: El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades de la generacin presente, sin comprometer la capacidad de las
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Anexos
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Anexos
Twilley, R. R., M. Montao, J. M. Valdivieso and A. Bodero, 1999. The Environmental qualityof coastal ecosystems in Ecuador: Implications for the development of integrated mangrove and shrimp pond management, p. 199-230. In: A. Yez-Arancibia y A. L. Lara-Domnguez (eds.). Ecosistemas de Manglar en Amrica Tropical. Instituto de Ecologa A.C. Mxico, UICN/ORMA, Costa Rica, NOAA/NMFS Silver Spring MD USA. 380 p.
14
6.2. The Environmental Quality of Coastal Ecosystems in Ecuador: Implications for the Development of Integrated Mangrove and Shrimp Pond Management
1 3 1 4 2
Robert R. Twilley , Mariano Montano Armijos , Jose Manuel Valdivieso , Alejandro Bodero University of Southwestern Louisiana, Lafayette, LA 70503 2 Escuela Superior Politecnica del Litoral, Guayaquil, Ecuador 3 Centro de Levantamientos Integrados de Recursos Naturales por Sensores Remotos, Ecuador 4 Proyecto de Manejo de Recursos Costeras, Guayaquil, Ecuador
Abstract
The shrimp farming industry in Ecuador, ranked second only to oil export revenue for the country, has suffered loss of production due to the lack of available post larvae ponds. The problems of the shrimp industry in Ecuador demonstrate the linkage of ecological processes of coastal ecosystems, with a variety of regional economic activities. In this chapter we described the ecological linkages between shrimp farming in Ecuador with the functions of mangroves to illustrate the importance of environmental quality to sustainable management of coastal resources. We present an integrated description of the diverse factors that contribute to environmental quality and how they influence the sustainability of the shrimp farm industry. In addition, we describe the potential negative feedbacks of shrimp ponds management on coastal resources, particularly mangroves and the potential deterioration of water and habitat quality of the coastal zone. Commercial shrimp operations have increased dramatically, rising to over 50,000 metric tons with value of 482 million dollars. By 1991, these were more than 150,000 ha of shrimp ponds. One of the major limiting factors in the expansion and productivity of the shrimp farm industry is the availability of postlarvae, but data suggest that the optimum carrying capacity is about 60,000 ha of shrimp ponds. The influence of the shrimp farm industry on changes of land use patterns and utilization of estuarine waters had prompted concerns over possible negative impacts of this industry to habitat and water quality of coastal ecosystems. The most controversial issue related to the environmental quality of the coastal resources of Ecuador has been the exploitation of mangrove associated with the construction of shrimp ponds, most of which are located in the southern provinces of Guayas and El Oro. Initially most ponds were constructed in Salinas, but the construction moved the mangroves. The reduction of mangrove area from 1969 to 1991 was estimate at 42,285 ha or 20.8 % of the original 203,695 ha. While the national average of mangrove loss is about 21 %, the ranger for the four coastal provinces was from 12.8% for the Guayas province to 70.5% for Manabi.
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Anexos
The life cycle of shrimp involves use of the coasts, ocean, nearshore and estuarine areas. Shrimp farms operate by providing an artificial habitat to facilitate the post larvae shrimp development to adults, thus bypassing those stages of the life cycle that normally occur in the estuarine ecosystem. The natural system tends to recycle genetic stock between inshore and offshore waters, as dictated by the shrimp life cycle. Shrimp farming short circuits this process by serving as a sink of genetic resources of shrimp from the coastal zone. Environmental quality of coastal resources is influenced by inputs from upland watersheds, exchanges with the intertidal zone and oceanographic processes. Activities in the watershed include dams, urban expansion, agriculture and industrial discharge. These activities are leading to eutrophication and toxic release. The construction and operation of shrimp ponds leads to a number of environmental impacts because the habitat and water quality of estuaries is linked to a variety of ecological process in mangroves. These include functions that supply wild post larvae to grow out ponds, and water quality conditions that enhance the growth and survival of these juvenile shrimp. Habitat quality of mangroves in the estuary are lost when these forest are destroyed for the ponds constructions. Functions of mangroves such as nutrient sinks are also removed as a contribution to the water quality of the estuary. Mangroves also provide food for estuarine organisms and this function is lost when mangroves are destroyed. Water pumping in shrimp ponds utilizes significant amounts of estuarine water. For example, in the Guayas river estuary, the volume of pumping can be greater than the discharge of the river during low flow. The fishery of post larvae is non-selective and many others species are collected. The long term sustainability of the shrimp farming industry in Ecuador will require integrative approaches to the management of coastal zone resources. These management considerations not only include the interactions of the shrimp farming industry with estuarine and coastal ocean ecosystems, but also the land use activities in the upland watershed and urban centers. The ecosystem approach to the management of natural resources is essential since it integrates both the ecological processes of environmental systems together with the socioeconomic characteristics of regional development. Shrimp ponds management could minimize negative impacts on coastal ecosystems if mangroves are preserved to protect their contribution to the coastal zone environmental quality. The preservation and conservation of mangroves can be implemented either by delineating green belts or buffer strips surrounding waterways, or by establishment of large sanctuaries and conservation areas. The sustainable use of mangroves for production of timber products is also a form of mangrove conservation and utilization that acknowledges the importance of this resource to local economies. The contribution of excess nutrients from shrimp ponds to mangrove ecosystem would most likely enhance that contribution of these forested wetlands to habitat quality of estuaries. Resumen La industria del cultivo de camarn en el Ecuador, la segunda ms importante del pas slo despus del petrleo, ha sufrido de prdida de produccin debido a la carencia de postlavas. En este captulo se describen los enlaces ecolgicos entre el cultivo del camarn y las funciones de los manglares para ilustrar la importancia de la calidad ambiental en el manejo sustentable de recursos costeros. Se presenta una descripcin integrada de los factores que contribuyen a la calidad ambiental y cmo influyen en el mantenimiento de la industria. Adems, se describen las retroalimentaciones negativas y potenciales del manejo de estanques de camarn sobre los recursos costeros particularmente manglares y el deterioro potencial de la calidad del agua y del hbitat en la zona costera. Las operaciones comerciales de camarn han aumentado dramticamente, llegando a ms de 50,000 ton con un valor de 482 millones de dlares. En 1991 haba mas de 150,000 ha de estanques. Uno de la mayores factores limitantes en la expansin y productividad de la industria camaroncola es la disponibilidad de postlarvas, pero los datos sugieren que la capacidad ptima es alrededor de 60,000 ha de estanques de camarn. La influencia de la industria del camarn sobre cambios en el uso del suelo y utilizacin de aguas estuarinas ha despertado el inters sobre posibles impactos negativos a la calidad del hbitat y agua del ecosistema costero. Inicialmente la mayora de los estanques se construyeron en salinas, pero la construccin se extendi a manglares. La reduccin del rea de manglar de 1969 a 1991 se estim en 42,285 ha (20.8%) de las originales 203,695 ha. Mientras el promedio nacional de prdida de manglar es alrededor de 21%. El ciclo de vida del camarn involucra el uso del ocano, costas y reas estuarinas. Las granjas de camarn
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Anexos
proveen un hbitat artificial para facilitar el desarrollo de postlarvas de camarn a adultos, evitando las etapas del ciclo de vida que normalmente ocurren en el ecosistema estuarino, esto tiende a debilitar los recursos genticos del camarn de la zona costera al limitar el intercambio gentico entre comunidades. La calidad ambiental de los recursos costeros es influida por aportes desde tierras altas a la cuenca hidrolgica, los intercambios con la zona intermareal y los procesos oceanogrficos. Las actividades en la cuenca hidrolgica incluyen diques, expansin urbana, agricultura y descargas industriales. Estas actividades producen eutroficacin y liberacin de txicos. La construccin y operacin de estanques impacta al medioambiente porque la calidad del agua y del hbitat se vincula a una gran variedad de procesos ecolgicos en los manglares. Estos incluyen funciones que abastecen postlarvas silvestres que crecen fuera de los estanques y condiciones de calidad de agua que mejoran el crecimiento y supervivencia de este camarn juvenil. La calidad del hbitat de los manglares en el estuario se pierde cuando estos bosques son destruidos para la construccin de estanques. La funcin de los manglares como trampas de nutrientes y la capacidad de proveer alimento a los organismos estuarinos es anulada provocando prdida de la calidad de agua en el estuario. El bombeo de agua a los estanques puede llegar a utilizar cantidades importantes de agua estuarina, por ejemplo en el estuario fluvial de las Guayas el volumen de bombeo puede ser mayor que la descarga del ro en temporada de poco flujo. La pesquera de postlarvas es no-selectiva y se capturan muchas otras especies. El mantenimiento a largo plazo del camarn que cultiva la industria en el Ecuador requerir enfoques integradores a la gestin de recursos de la zona costera. Estas considera-ciones no slo incluirn las interacciones de la camaronicultura con el estuario, el ocano y el ecosistema costero sino tambin las actividades terrestres en tierras altas, cuenca hidrolgica y centros urbanos. El enfoque del ecosistema para el manejo de recursos naturales es esencial ya que integra tanto los procesos ecolgicos como las caractersticas socioeconmicas de desarrollo regional. La gestin de estanques para camaronicultura podra minimizar los impactos negativos sobre ecosistemas costeros; si los manglares se conservan para preservar su contribucin a la calidad ambiental de la zona costera. La preservacin y conservacin de manglares puede implementarse tanto por cinturones verdes como por franjas de mitigacin que circunden los canales como por el establecimiento de grandes santuarios y reas de conservacin. El uso sustentable de manglares para la explotacin maderera es tambin un tipo de utilizacin y conservacin del manglar que reconoce la importancia de este recurso en las economas locales. El aporte de exceso de nutrientes de los estanques al ecosistema de manglar probablemente mejorara su productividad y potencialmente la contribucin de estos bosques pantanosos a la calidad de hbitat de los estuarios.
Introduction In August 1986, a workshop was organized in Guayaquil to evaluate the decline of the shrimp farming industry in Ecuador (Olsen and Arriaga 1989). The industry, ranked second only to oil in export revenue for the country, had recently suffered loss of production due to the lack of available post larvae for ponds. Total production and export of shrimp were down in 1984, and during 1985 only half of the 75,000 ha of shrimp ponds constructed in the coastal provinces were in operation. Several factors had been associated with the decline in post larvae in the estuaries along the coast of Ecuador including lower water temperatures (back to normal temperatures following an El Nio event), loss of mangrove habitat, decline in water quality (increased occurrence of red tide, pesticides, and heavy metals), and to indiscriminate over fishing of available wild stocks. From 1980 to 1987 nearly 15,000 ha of ponds were authorized for construction annually increasing the total to 150,000 ha by 1991; and most of these ponds had been constructed in the intertidal zone. There was immediate concern that the unregulated growth of this industry had destroyed the ecological processes of coastal ecosystems, which threatened the sustainability of shrimp farming in Ecuador. Most of the concern was centered around the loss of ecological functions of mangroves, which is attributed to maintaining habitat and water quality of coastal ecosystems. The lack of recruitment and survival of wild post larvae demonstrated the susceptibility of this industry to the environmental quality of the coastal zone of Ecuador. The problems of the shrimp farm industry in Ecuador demonstrate the ecological linkages of coastal ecosystems with a variety of regional economic activities (Fig. 1). The economic uses and values of mangroves depend on the ecological functions of mangroves. These functions are constrained by the environmental setting or forcing functions of the coastal zone (see Twilley and Day, Chapter 10 this
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volume). The multiproduct functions of mangrove ecosystems are attributed to the diverse ecological processes that they support in the estuary including primary productivity, detritus export, refugia, sedimentation, and nutrient cycling (Fig. 1). These ecological processes result in the functions of mangroves in providing habitat and water quality, and shoreline stabilization. The uses and values of mangroves in any coastal region depend on the nature of these functions, together with the cultural and economic conditions of the region.
Figure 1. Diagram of the linkages among the environmental setting, ecological processes, functions, and uses of
mangrove ecosystems
Economic activities either in the coastal zone or in upland watersheds that are linked by rivers to the coast can also have feedback effects on the ecological processes of coastal ecosystems (Fig. 1). This is an important concept whereby the use of ecosystems by humans can influence the capacity of natural resources to provide ecological functions. Analyses of the ecological and economic linkages of coastal resources must use a multiproduct function approach that requires a holistic perspective of the opportunity costs of different management scenarios (Gottfried, 1992). In this chapter we plan to describe the ecological linkages between shrimp farming industry in Ecuador with the functions of mangroves to illustrate the importance of environmental quality to sustainable management of coastal resources. The multiproduct approach to analysis of coastal ecosystems also must include the impacts of upland and offshore linkages to the coastal zone. The controversy in coastal resource management of Ecuador centers around the relative impacts of pond construction and management as negative feedback to the ecological processes of mangroves and estuarine ecosystems. The success of developing management plans for the coastal zone depends on the ability to identify the properties that determine the environmental quality of coastal ecosystems in Ecuador, and how shrimp pond management influence these linkages (Fig. 1). The many complex interactions of human and natural resources in the coastal zone of Ecuador underscore the problems with interfacing the shrimp farm industry with coastal ecosystems. Environmental quality of the coastal zone of Ecuador is influenced by unique coastal processes along with a variety of intertidal and upland land uses (Fig. 2). The estuarine resources of Ecuador are strongly influenced by inland watersheds that control freshwater discharge, sediment input, and transport of chemicals from various land use practices in the river basin. The coupling of the estuary with the intertidal zone is enhanced by 3-5 m tides that link the exchange of sediments, nutrients, detritus and organisms with mangrove ecosystems (Fig. 2).
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Anexos
Figure 2.
The complex interactions of coastal processes and upland land use that determine the environmental quality of coastal resources of Ecuador
Offshore processes are strongly influenced by El Nio events that control offshore water temperatures and inland precipitation (and thus river discharge). Water temperatures and salinity of the coastal zone are important environmental signals that trigger the recruitment of various biological resources, such as shrimp. This chapter will include discussions of these resources and land uses, and the utilization of offshore and estuarine habitats, to describe the complex nature of environmental quality in the coastal ecosystems of Ecuador. Our objective is to present an integrated description of the diverse factors that contribute to the environmental quality, and how they influence the sustainability of the shrimp farm industry. In addition, we will describe the potential negative feedback of shrimp pond management on coastal resources, particularly mangroves, and the potential deterioration of water and habitat quality of the coastal zone.
Shrimp Farming Industry The first commercial shrimp operations in Ecuador began in 1969 (Siddall et al., 1985), nearly 400 years following the Incas practice of closing off lagoons which were temporarily flooded with seawater and penaeid shrimp larvae. Ecuadorian farmed shrimp production rose dramatically from 1979 to 1984 and by 1989, shrimp ponds produced over 50,000 metric tons while production from the trawl industry remained at 7,500 metric tons (Fig. 3A). The value of production from shrimp ponds increased from $56.9 to $287.9 million US dollars from 1980 to 1986 (Fig. 3A). The export value of the 1991 crop increased to $482 million US dollars, ranked second only to petroleum as an export commodity for Ecuador (Olsen and Arriaga, 1989; Aiken, 1990). The cash generated by this mariculture activity is more
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Anexos
important to the economy of Ecuador than bananas and cacao combined, and twice as important as coffee (Aiken 1990). The tremendous growth of this industry has made Ecuador the second leading farm shrimp producer in the world providing nearly 16% of the world market (McPadden, 1985). Nearly all of this market is consumed in the United States. The expansion of the shrimp industry in Ecuador is best exhibited by the increase in the construction of shrimp ponds (Fig. 3B). The construction of shrimp ponds averaged nearly 14,000 ha annually from 1980 to 1991 resulting in a total area of over 150,000 ha by 1991 (Fig. 3B). Nearly all of these ponds were constructed in the intertidal zone, with most of the initial sites located in the upper zone or salinas. As these zones disappeared, more of the construction was located in the forested intertidal vegetation, or mangroves. The expansion of the farmed shrimp industry has been largely confined to the two southern coastal provinces of Guayas and El Oro (Fig. 4). A survey from CLIRSEN (1992) cites that the southern provinces of El Oro and Guayas have 127,130 ha or 87% of the total area of shrimp ponds which are constructed in the intertidal zone (Fig. 4). This coastal zone region maintains an extensive area of intertidal communities including nearly 83% of all mangroves in Ecuador (Fig. 4). Thus the rate of pond construction and the impacts of this land use change on estuarine ecosystems in this region became the central focus of concern for the environmental quality of the coastal zone of Ecuador. Figure 3.A). Productivity of the shrimp pond
industry from 1982 to 1991 based on US dollars and mass of shrimp sold per year. B) Index of the rate of shrimp pond construction in Ecuador based on permits issued by the Ministry of Agriculture, compared with direct delineation of shrimp pond area using remote sensing (1983, 1987 and 1991). C) Areas of shrimp ponds authorized for operation and estimates of the actual areas of shrimp ponds in production from 1975 to 1988 according to Espinoza (1989)
One of the major limiting factors in the expansion and productivity of the shrimp farm industry is the availability of post larvae (PL). Although there has been a steady increase in the construction of shrimp ponds, not all of these ponds have been in operation (Fig. 3C). In the initial stages of the development of this industry, nearly all the ponds constructed were in operation up to 1983. From 1983 to 1985, the area of ponds increased from about 60,000 to 100,000 ha, but the area of ponds in operation actually decreased to about 50,000 ha. The abundant supply of post larvae during the El Nio event of 1983, along with available capital, created an excessive demand for construction of shrimp ponds from 1985 to 1987. However, the natural supply of post larvae during the more normal years of recruitment could not supply the existing ponds, resulting in decline in pond operation. The fluctuation in the available PL during other El Nio events suggests that the optimum carrying capacity of the natural system is about 60,000 ha of shrimp ponds (Fig. 3C). The difference between ponds constructed and those in operation has placed a major emphasis to find alternatives to natural post larvae, with major emphasis on production of additional post larvae with hatcheries.
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Anexos
The influence of the shrimp farm industry on changes in land use patterns and utilization of estuarine waters have prompted concerns over possible negative impacts of this industry to habitat and water quality of coastal ecosystems. Several factors have been associated with the decline in post larvae in the estuaries along the coast of Ecuador including lower water temperatures (back to normal temperatures following an El Nio event), loss of mangrove habitat, decline in water quality (including increased occurrence of red tide, pesticides and heavy metals), and/or to indiscriminate over fishing of available wild stocks. Changes in the environmental quality of coastal ecosystems may in turn reduce the sustainability of the shrimp farm industry.
Figure 4. Land use changes in the intertidal zone of the four coastal provinces of Ecuador from 1969 to 1991 including A) shrimp ponds, B) salinas (high salinity intertidal regions void of vegetation), and C) mangroves
Existing information suggests that the production in shrimp ponds has decreased from 1,600 to 250 kg of -1 -1 shrimp ha yr over the last several years, though stocking rates have been maintained at about 65,000 -1 PL ha per harvest. Mortality rates in shrimp ponds are estimated at greater than 50 percent, and evidence suggests that maturation rates are also lower. Poorer water quality has contributed to increase occurrence of disease and poor maturation of postlarvae, lower growth rates and higher mortality of wild shrimp. These factors include impacts on both the recruitment or availability of wild post larvae and also the survival of larvae once they are transported to growout ponds. Decrease of wild PL has increased demand for PL from hatcheries. Currently, there are over 100 hatcheries that have been constructed that may produce about 7.7 billion postlarvae annually in 1991 (Montao 1992). Good water quality is critical to the productivity of hatcheries because larvae are susceptible to disease. These factors demonstrate the susceptibility of this industry to the environmental quality of the coastal zone of Ecuador. Coastal Resources of Ecuador Oceanographic Resources Coastal Ecuador is a transition zone, or equatorial front, between southerly flowing tropical water from the Panama Bight and northwardly flowing Humboldt Current from Peru (Fig. 5).
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Figure 5. Map of Ecuador showing the four coastal provinces of Esmeraldas, Manabi and El Oro, and the coastal offshore currents dominated by the Panamaniam from the north and Humbolt from the south Tropical water flows southwards from the Panama Bight along the coast of Panama and Colombia to o o about 2 S supplying warm (>25 C) and low salinity (<34) waters to the coast of Ecuador (Pesantes o and Prez, 1982). Colder (<22 C) and more saline (>35) waters flow northward from Peru with the Humboldt current that is strongly influenced by coastal upwelling. The mixing of these two water masses occurs between Manta and Punta Santa Elena along the coast of Ecuador and gradually moves southwards into the Gulf of Guayaquil. The dominance of the Panamanian Current occurs during the summer causing an increase in sea water temperature and initiates the onset of the rainy season (Cucaln 1984, 1989). Years of abnormally warm water temperatures and high rainfall are associated with El Nio climate patterns due to the influx of unusually warm surface water in southeast Pacific Ocean. The warmer offshore waters have resulted in the explosive populations of white shrimp off the coast of Ecuador from enhanced spawning, maturation, and recruitment. In the last century, major El Nio events were recorded in 1925, 1929, 1939, 1941, 1953, 1957-58, 1965, 1972-73, 1976, and 1982-83 (Cucaln, 1989). The high availability of post larvae that supported the expansion of the shrimp industry in 1983 and 1984 has been associated with the latter El Nio event. The unpredictable nature of oceanographic events and their influence on the ecological processes of upland and coastal watersheds contributes to the complex nature of coastal resource management in Ecuador.
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Estuarine Resources The coastal zone of Ecuador (1 N to 3 S 20S) consists of four coastal provinces (Esmeraldas, Manab, 2 Guayas, and El Oro) situated in 284,000 km (of lowlands between the Pacific Ocean and the Andean highlands (Fig. 5). There are three climatic life zones along the coast: a moderately wet climate in the south with abundant fresh water from runoff around Guayaquil; an arid central province with very sparse vegetation; and in the north near Esmeraldas, a more humid, tropical zone with abundant rainfall and runoff. More than 95 percent of the annual precipitation falls during the wet season from January to May (Stevenson, 1981), and varies from less than 500 mm in the central provinces and the coast of the southern provinces, to over 3000 mm at Santo Domingo de los Colorados in the north (Engineer Journal o 1972, Schaeffer-Novelli 1983). Annual mean temperatures (from 24.2 to 27 C) vary little along the coast, thus potential evapotranspiration is about 1300 mm/yr. Thus the ET/R ratios in the northern provinces are about 0.43, compared to 2.60 in the arid central provinces.
Province River Annual Mean
3
Watershed
2
Discharge (m /s) Esmeraldas Esmeraldas Cayapas Mira-San Juan Verde Mataje Muisne Cojimes Carchi Manab Chone Jama Portoviejo Jipijapa Guayas Guayas Canar Balao Taura Zapotal El Oro Jubones Arebukkas-Zarumilla Peruvian Rivers Catamayo-Chira Puyango-Tmbez TOTAL 1,932 990 490 230 94 63 32 30 6 79 41 17 16 5 1,364 1,160 72 60 57 16 80 58 22 100 99 3,654
Area (km ) 40,527 21,418 5,919 6,329 1,970 821 1,600 1,859 341 9.413 2,583 2,205 2,110 2,515 48,966 32,674 2,110 2,515 2,630 7,730 6,666 4,326 2,400 11,012 4,965 121,279
The two major river and estuarine ecosystems of the coast are Esmeraldas River estuary in the north and Guayas River estuary which flows into the Gulf of Guayaquil in the south (Table 1). The Gulf of Guayaquil receives runoff from some 20
Table 1. The principal river systems of coastal Ecuador
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Anexos
Figure 6. The iterannual variation of precipitation in the Guayas River estuary watershed (Guayaquil) from 1950 to 1969; and the seasonal nature of discharge of the Guayas River based on average monthly flow from 1962 to 1964 (Stevenson, 1981)
Mangrove Resources The most controversial issue related to the environmental quality of the coastal resources of Ecuador has been the exploitation of mangroves associated with the construction of shrimp ponds. This controversy is indicative of the need to establish the spatial distribution of natural resources during the initial stages of resolving resource management problems. Along with the growth of the shrimp farming industry during the 1980s was the concern that most of the mangrove ecosystems along the coast of Ecuador were destroyed. This apparent loss was linked to the loss of post larvae due to the loss of habitat and detritus that support the juvenile stages of shrimp in the estuary. The particularly poor recruitment of post larvae in 1984 created concern that the environmental quality of the coastal zone of Ecuador as a nursery of shrimp larvae had been threatened due to the loss of mangroves wetlands. The government of Ecuador commissioned the Military Geographic Institute, through the Centro de Levantamientos Integrados de Recursos Naturales por Sensores Remotos (CLIRSEN), to determine the distribution of mangrove resources and changes in land use in the intertidal zone due to shrimp farming (Alvarez et al., 1989). Information from a variety of remote sensors including radar images, infrared, black and white, and panchromatic aerial photographs were used to develop a series of thematic charts of land use in the intertidal zone of Ecuador. CLIRSEN performed surveys in 1984, 1987 and 1991 to document the change in mangrove resources due to shrimp farm construction along the coast. They used archived photos from 1969 as a reference point of mangrove resources prior to the expansion of the shrimp pond industry. Land use in the intertidal zone was identified as either mangroves, shrimp ponds, or salinas; in addition other land uses such as upland vegetation (including brush and natural forests), agricultural areas, and urban settlements were also identified along the coast. Mangrove areas were subdivided into three categories depending on tree height; M1 is trees >15m, M2 is trees between 5 and 15m, while M3 is trees <5m. Thematic charts of the scale 1:25,000 were developed from base scale maps of the coastal zone provided by the Military Geographic Institute; these base scale maps were used for transcription of the remotely sensed data (Figs. 7 and 8). Statistics were generated for each of the four coastal provinces from 1969 to 1991, and summed for the entire coastal region. This technical information on the mangrove resources of Ecuador was a very important cooperative effort of the Subsecretaria de Recursos Pesque-ros, Directora de la Marina Mercante, CLIRSEN, and Proyecto de Manejo de Recursos Costeras. The remote sensing surveys of mangrove resources showed that most of the shrimp ponds were constructed in the southern provinces of Guayas (Fig. 7) and El Oro (Fig. 8). The 1991 survey from CLIRSEN (1991) cites that these two southern provinces have 127,130 ha or 87.1% of the total area of shrimp ponds constructed in the intertidal zone (Fig. 4). The intertidal zone is the preferred site because
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Anexos
the close proximity of ponds to the shore lowers costs associated with supplying water and larvae to the ponds. Initially shrimp ponds were constructed in more inland intertidal areas called salinas that are basically void of any vegetation. Some of the largest areas of salinas were found in the Guayas and El Oro provinces in 1969, prior to the construction of shrimp ponds (Fig. 4B). These inland intertidal areas were drastically reduced from a total of 51,495 ha in 1969 to only 7,490 ha in 1991, a loss of 85% of these areas. Nearly 61% of the salinas were converted to shrimp ponds from 1969 to 1984, the remainder converted to urban settlements. The shift in land use of shrimp farmers from salinas to mangroves as preferred sites for pond construction was particularly evident in El Oro. From 1966 to 1977 there were 834.2 ha of ponds constructed in the southern coast of El Oro at Piloto Machala and 73% of these were built in salinas (Fig. 8). However, 63% of the shrimp ponds constructed from 1977 to 1982, can be accounted for by the loss of 937 ha of mangroves in this region. The ratio of relative habitat loss of mangroves and salinas (mangrove loss:salina loss) was 0.8 from 1966 to 1977, compared to 3.0 from 1977 to 1982. As the inland areas became scarce, more of the shrimp ponds were constructed in mangrove habitats resulting in the increased loss of this natural resource from the coastal zone (Fig. 4). These two southern coastal provinces, Guayas (Fig. 7) and El Oro (Fig. 8) also have the most extensive areas of mangroves along the coast of Ecuador (Fig. 4C). In 1969, the total mangrove area in Ecuador was 203,695.1 ha, of which nearly 78% were located in these two southern provinces. By 1991, the total mangrove area declined to 161,410.1 ha, and 81% of this resource remained in Guayas and El Oro provinces (Fig. 4C). The reduction of mangrove area from 1969 to 1991 was estimated at 42,285 ha or 20.8% of the original 203,695 ha (Fig. 9). By 1991 CLIRSEN estimated that 145,940 ha of ponds had been constructed in the coastal zone, suggesting that 29 % of shrimp ponds had reclaimed mangrove areas. During this same interval, nearly 44,005 ha of salinas had been loss, nearly all to shrimp pond construction. Together, reduction in the areas of shrimp ponds and mangroves from 1969 to 1991 can account for only 59% of the area of ponds constructed. Thus there are 86,290 ha of land that has been converted to shrimp ponds that is either not part of the intertidal zone, or some other category other than mangroves and salinas of the coastal zone. The average annual loss of mangroves between 1969-1984 was 1,434 ha/yr, compared to 2,618 ha/yr from 1984-1987 and 3,362 ha/yr from 1987-1991 (Fig. 9B) (CLIRSEN, 1992). The greatest loss of mangroves has occurred in the Guayas Province at nearly 1,500 ha/yr for both the 1984-1987 and 19871991 periods of analysis. Because of the large area of mangroves associated with the Guayas River estuary, this high rate of loss is less than 15% of the existing mangrove resources. The loss of mangroves in the Guayas province represents 38% of the total reduction in mangrove resources from 1969 to 1991. While the national average of mangrove loss is about 21%, the range for the four coastal provinces was from 12.8 % for the Guayas province to 70.5 % for Manab. In Manab, the loss of mangroves was nearly 6 % per year from 1984 to 1991. By late 1988 the destruction of mangrove habitat in some estuaries in the province of Manabi was virtually complete, such as in Rio Chone estuary. From 1974 to 1988 mangrove area along this estuary declined from 3,973 to 600 ha, and nearly all of the mangrove loss was associated with construction of shrimp ponds. In the Atacames River estuary, there are only 50 ha of mangroves remaining of the 578 reported in 1970s, representing a loss of 90.1 % of the mangrove resources. In the southern province of El Oro, the Machala-Puerto Bolvar area lost over 50 % of a very productive mangrove system. The perspective of mangrove loss in Ecuador is site specific depending on the intensity of pond management relative to available mangrove resources. This has confused the issue of the national average of mangrove loss along the coast of Ecuador compared to the nearly total elimination in specific estuarine watersheds. Thus the impacts of mangrove loss on the environmental quality of estuarine resources depends on specific regional land use characteristics. However, the cumulative loss of mangroves along the entire coast is also an issue relative to sustaining habitat necessary for continued recruitment of shrimp to the coastal zone (Turner, 1989). Mangrove exploitation for timber products is less documented, although in the northern coastal province of Esmeraldas mangrove timber is used for the production of charcoal. Mangrove wood produces 4,500 kcal/kg of wood, and is considered an economical supply of energy in the rural coastal areas of Ecuador. This is the only location in Ecuador that extensively uses mangrove wood for charcoal, although much of the woody debris from clear cutting mangrove forests for shrimp pond construction in the southern provinces was also converted to charcoal. Much of the cheap mangrove timber that supplied the charcoal industry in the northern provinces was from clearing the woody debris from initial stages of pond construction. Once pond construction declined, particularly following El Nio periods when post larvae were scarce, wood from pond construction was limited and the charcoal industry lost a cheap and adequate supply of mangrove timber. Now there is a strong demand for mangrove timber to supply an
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Anexos
industry that expanded along with the shrimp pond industry. In Esmeraldas, it is estimated that 2,000 m3/yr of mangrove wood is needed to supply the current demand, which would require 20 ha of mangrove forests per yr. However, mangrove silviculture is not commonly practiced as a form of mangrove management and even the minimum rotation of 20 ha of timber per yr to supply the charcoal industry is a problem.
Figure 7. Map of land use in the coastal zone using remote sensing techniques developed by CLIRSEN. This map represents the Guayas River estuary and Gulf of Guayaquil
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Anexos
Figure 8. Map of land use in the coastal zone using remote sensing techniques developed by CLIRSEN. This map represents the Machala region of El Oro
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Anexos
Figure 9. Loss of mangroves in Ecuador from each of the four coastal provinces and the analysis based on the following indices: A) area of mangrove, B) change per year, and C) percentage of the total mangrove area in each province (from CLIRSEN)
Coupling of Coastal Resources The life cycle of shrimp demonstrates the important linkages of mangroves with other coastal ecosystems that are required to support the shrimp farm industry (Fig. 10). Adult shrimp reproduce in the coastal ocean and release eggs that develop into initial larval stages while floating in pelagic waters. The microscopic larvae are part of the plankton communities of the coastal ocean and utilize phytoplankton during their development into post larvae. Tides and currents together with their own locomotion provide the transport mechanisms necessary to recruit post larvae into nearshore and estuarine waters, where they receive protection and food in mangrove habitats. It is the combined processes of reproduction, maturation, and recruitment in shelf and coastal ecosystems that supply the estuarine waters with post larvae. Mangroves produce detritus that is utilized as food by shrimp, and prop roots provide refuge for protection from predators, creating a nursery for the critical stages of shrimp life cycle. Juvenile shrimp mature to adults and return to the coastal ocean, again aided by tidal currents. While offshore, adults reproduce and resupply the estuary with a new generation of shrimp. The life cycle of shrimp also represent the patterns of offshore and inshore migrations of other estuarine dependent marine organisms such as crabs and several species of fish. The linkage of post larvae supply to the environmental quality of coastal resources of Ecuador are complex (Fig. 10).
Figure 10. The life cycle of shrimp from eggs to adults with the approximate duration (in hours or days) of each stage, and the approximate location in the coastal zone where this stage of the life cycle occurs. In addition, the inner diagram describes the stages of the life cycle that are used in the operation of shrimp ponds
Both the oceanographic processes and mangrove habitat provide excellent conditions for post larvae through optimal spawning, maturation, and recruitment processes. The extreme temporal variation of offshore processes is stochastic, and this limits the ability to asses the relative contribution of oceanic, coastal and estuarine processes to the availability of post larvae
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Anexos
during any one year. Thus, the relative role of offshore temperature, rainfall, and mangrove habitat in sustaining post larvae is complicated by the continuous change of each with time. In addition, the coast of Ecuador provides a very diverse set of environmental settings from drowned river estuaries with abundant river discharge, to dry conditions dominated by beach processes. Zimmerman and Minello (1986) have found that P. vannamei and P. stylirostris inhabit areas in the mangroves, but it is not known whether these habitats enhance the survival or growth of these and other marine organisms in the Estero Salado. During periods of warmer temperature of offshore waters, there is a significant increase in frequency of Penaeus sp. throughout the mangrove habitats. Zimmerman et al. (1991) found that recruits of three species, P. californiensis, P. vannamei and P. stylirostris were abundant and used the nursery habitats associated with mangroves, while juveniles of P. occidentalis and P. brevirostris occurred infrequently and were not associated with mangroves. P. vannamei was more abundant during years with higher rainfall, particularly during the 1987 El Nio event, while P. californiensis was more abundant during drier years. This multi-year study demonstrated that tropical estuaries vary annually in habitat suitability as shrimp nurseries, depending on the temporal pattern of oceanographic processes and available habitat. The temporal and spatial characteristics of the coastal zone of Ecuador complicate the role of resource utilization, such as shrimp farming, on coastal natural resources. As demonstrated in Fig. 10, shrimp farms operate by providing an artificial habitat to facilitate the development of post larvae shrimp to adults, thus bypassing those stages of the life cycle that normally occur in the estuarine ecosystem. The substitution of natural resources with pond environments relies on the continued feedback of adult shrimp back to shelf ecosystems. Here in offshore waters a new generation of shrimp are produced that resupply the estuaries with new post larvae. Adult shrimp produced in ponds are shipped to foreign markets and thus loss from the ecosystem. Thus while the natural system tends to recycle genetic stock between inshore and offshore waters, as dictated by the shrimp life cylce, shrimp farming short circuits this process by serving as a sink of genetic resources of shrimp from the coastal zone. The spawning and maturation stages of the shrimp life cycle may also be substituted with hatcheries, thus limiting the dependence of the industry on the either the offshore or estuarine systems to produce post larvae. Hatcheries rely on offshore environments for gravid females to supply eggs from which post larvae are produced. Although artificial insemination of shrimp is a focus of many research areas, this process has yet to replace the natural environment. Even the production of post larvae from wild gravid females is limited in replacing estuarine environments. High rates of mortality of artificially produced post larvae in grow out ponds restrict the the ability of the industry to provide post larvae through hatchery operations. Thus the industry presently remains linked to the sustained secondary productivity of coastal ecosystems. Impacts of Land Use Changes on Environmental Quality The coastal resources of Ecuador are impacted by diverse economic activities and land use patterns that may influence the environmental quality of coastal waters. Environmental quality of the Guayas River estuary is influenced by inputs from upland watersheds, exchanges with the intertidal zone, and oceanographic processes in the Gulf of Guayaquil (Fig. 2). Activities in the watershed include a dam project that will influence fresh water discharge, expanding agriculture with associated input of chemicals including nutrients and pesticides, sewage from increased urbanization, and toxic substances from industrial activities (Arriaga 1989, Solrzano 1989). In addition, red tides develop in coastal waters that may be pumped into hatcheries and shrimp ponds. These diverse anthropogenic influences on water quality in the estuary complicate environmental management in this coastal ecosystem. In Figure 2, the natural processes that influence the environmental quality of coastal systems are shown with links among river, tides, offshore processes, and mangroves habitat. In the lower section of Figure 2, more anthropogenic effects of industry, navigation, urban, agriculture, and tourist activities are linked to environmental quality. Shrimp Farming Shrimp ponds represent managed ecosystems that are linked to the ecological processes of several coastal ecosystems (Fig. 10). Methods of shrimp mariculture in the intertidal zone are grouped into three classifications based on the densities of juvenile shrimp stoked in the ponds. Extensive mariculture, using a stocking density of 10,000-20,000 juveniles per ha, relies little on further supplements from seawater
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Anexos
exchange via pumping or from water quality problems such as decreased levels of dissolved oxygen. Production rates more than double with this program. The most highly managed system is semi-intensive operations that stock ponds at 100,000 juveniles/ha. Feed is supplied or ponds are fertilized to increase sources of food. Water exchange with the estuary is higher and annual production rates increase to 1,0001,800 kg/ha. The shrimp producers association estimates that 60,000 ha, or nearly 60%, of operational shrimp ponds use extensive management (estimate for 1989). Semi-extensive and semi-intensive operations include 25,000 and 15,000 ha, respectively. However, since the semi-intensive operations are much more productive, they produce nearly the same amount of shrimp as the extensive operations. The impacts of these types of shrimp pond management on the environmental quality of coastal resources is related to the loss of mangroves associated with pond construction, the pumping of water to control pond water quality, and the harvesting of natural post larvae to stock ponds. The evaluation of these interactions of shrimp pond management depends on our understanding of the function of various ecosystems to the habitat and water quality of the coastal zone (Fig. 11). The habitat and water quality of estuaries is linked to a variety of ecological processes in mangroves, as well as other ecosystems in the coastal zone. These ecosystem functions support specific stages of shrimp pond management that is designed to provide a habitat to facilitate the growth of post larvae to adult shrimp. These include functions that supply wild post larvae to grow out ponds, and water quality conditions that enhance the growth and survival of these juvenile shrimp. Habitat quality of mangroves in the estuary is lost when these forests are destroyed for the construction of ponds. Functions of mangroves such as nutrient sinks are also removed as a contribution to the water quality of the estuary. Critical water quality parameters that affect shrimp pond management, and profits, are dissolved oxygen, turbidity, and toxic substance, including red tides. Many of these water quality conditions are managed by the controlled pumping of water from the estuary. Through the recirculation of this water from ponds back to the estuary, pond management also contributes to the water quality of the estuary. This represents a feedback effect of shrimp pond management on estuarine ecosystems. This section will describe the linkages of pond management to the habitat and water quality functions of estuarine ecosystems.
Figure 11. Diagram of the ecological processes of mangroves and their function in maintaining the habitat and water quality of the coastal zone; and how these functions support shrimp farm industry
Loss of Mangroves and Habitat Quality The loss of mangroves from tropical estuaries may have direct consequence to a variety of food webs by representing a loss of habitat and organic matter. The contribution of mangroves to sustaining secondary productivity of coastal ecosystems is dependent on the fate of leaf litter including production in the
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Anexos
forest, transport to the estuary, and utilization by marine food webs (Fig. 11). Production and transport of litter are seasonal within a system, and variation among systems seems to be related to the environmental setting (see Twilley and Day, Chapter 10, this volume). Thus different types of mangroves, such as fringe and basin forests, may contribute different quantities of organic matter to adjacent estuaries. In Rookery Bay, Florida, fringe man-groves export twice as much organic matter per unit area as more inland basin forests. Yet, mass balance calculations of total organic matter contribution of each type of mangrove, taking into account the areal coverage of each habitat, resulted in equal loading rates of detritus to the estuary (Twilley, 1989; Twilley, 1982). In this case, the relative value of mangrove forests cannot be associated with distance from shoreline, but must also account for the relative distribution of each type of mangrove around the estuary. Three approaches have been used to establish utilization of mangrove detritus in coastal ecosystems including: 1) correlations of fishery yields with habitat area; 2) habitat surveys of fauna density and diversity; and 3) food web analyses. Associations exist between the production rate of shrimp and the extend of mangrove area (Macnae, 1974; Turner, 1977, Jothy, 1984) such that one hectare of mangroves can yield without management more than 600 kg/yr of shrimp and 100 kg/yr of fish (Turner, 1977). Based on an approximate loss of 42,285 ha of mangrove, the reduction on shrimp production from the coastal zone in Ecuador would be 25,400 mt/yr (revised from Turner, 1989 based on 1991 estimate of mangrove loss). This is equivalent to about 33% of the 1991 yield from shrimp ponds. Although these statistics do not bear causal relationships, they do point out that wherever a productive post larvae fishery exists; there is the presence of a mangrove habitat, as has been observed in Malaysia. Surveys of mangrove habitat utilization and gut content analyses of organisms can be used to determinate the flow of organic matter though food chains. Although these flow diagrams are qualitative, because the relative quantity of food is unknown, they provide insight into the direct utilization of organic matter from mangrove forests. Such analyses of mangrove food webs have been made for south Florida, USA (Odum and Heald, 1972), and Laguna de Terminos, Mexico (Yez-Arancibia and Day, 1982, 1988). All of these studies have found a significant portion of the gut contents of detritivores to be material of mangrove origin. Thus in both lagoon and riverine type environmental settings mangroves may provide a significant contribution to detritus food webs. The abundance of natural isotopes of carbon, nitrogen and sulfur can be used to determine the relative importance of different sources of organic matter to the diet of specific guilds in marine food weds (Peterson and Fry, 1987). One of the few studies using natural isotopes in mangroves food webs in Malaysia found that those shrimp nearshore had a carbon signature similar to decomposing mangrove litter (Rodelli et al., 1984). Yet, organisms collected farther offshore were feeding on phytoplankton. In southwest Florida, Macko and Zieman (1983) found that the signal of mangrove detritus in the body tissue of shrimp depended on the relative productivity of mangroves compared to seagrasses and phytoplankton. In Rookery Bay, where mangroves are a dominant habitat, the carbon from mangroves was significant composition of the tissue of shrimp. These studies indicate that the ecological function of mangroves as a source of food may vary among different environmental settings depending on the relative contribution of primary producers to the pool of detritus in the estuary. Isotope analysis of organic matter in the Churute River estuary and Estero Salado indicate that the microbial activity of these tropical estuaries have a strong influence on enriching the nitrogen content of organic carbon in the water column (Cifuentes et al., submitted). Yet, most of the original carbon structure of the suspended pool was of allochthonous origin, indicating the importance of mangroves to the food web of the Guayas River estuary. Loss of Mangroves and Water Quality: Some preliminary evidence indicates that mangroves may be a sink of nutrients in coastal waters (Fig. 11). This may seem to contradict the outwelling concept of mangroves as a source of detritus to estuarine ecosystems (Odum and Heald, 1972; Twilley, 1985a; Twilley et al., 1986). One explanation is that net nutrient uptake may be a balance between inorganic nutrient input and organic nutrient export. However, the net balance of nutrient exchange has seldom been investigated for mangroves although they are generally considered as a sink of nutrients from the estuary. Walsh (1967) noticed that inorganic nutrient concentrations decreased in waters moving through a mangrove in Hawaii. Nedwell (1975) used enclosures to measure nutrient uptake by mangrove sediments and noticed they had a great capacity to remove nitrate, particularly in areas of nutrient enrichment from sewage discharge. The use of mangroves for treatment of nutrient enriched effluent has received some preliminary investigation (Macnae, 1968), but this function is still poorly understood (Clough et al., 1983).
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Sediments suspended in the water column are deposited in mangroves during flooding, enriching mangrove soils. The extensive root system of mangroves enhances this trapping process and retards the forces of erosion along the shoreline (Scoffin, 1970). Although this function has been overstated to the extent of calling mangroves walking trees, they do contribute to the sedimentary processes that exist in estuarine ecosystems (Lynch et al., 1989). Nixon et al. (1984) observed that total suspended sediment load of an estuary in Malaysia, in which mangroves had been reclaimed for agriculture, was an order of magnitude higher than in an adjacent mangrove dominated system. The Guayas River estuary is also a very turbid estuary, and the extensive mangroves along the shoreline contribute to the sedimentary processes of this system (Twilley et al., 1992). Pumping of Water in Shrimp Ponds In the intertidal zone where ponds have been constructed the natural exchange of estuarine water via tides has been replaced with diesel pumps that link shrimp ponds with the estuary. More intense shrimp farming techniques require strict control of water quality that is maintained by increasing the exchange of water from the estuary. Stocking ponds at higher densities of juveniles necessitates additional fertilization and supplemental feeding to assure an adequate food supply for secondary productivity. This level of pond management requires strict control of water quality since phytoplankton blooms resulting from nutrient additions may deplete dissolved oxygen concentrations to levels that will cause shrimp mortality. Diesel engines are used to pump water daily from the estuary during high tides to a central aqueduct system that gravity feeds water to individual ponds. This water enters ponds depending on stage of management. Exchange rates vary from 3 to 8% of the pond volume per day under semi-extensive mariculture, and may increase to 10-15% under more intense farming practices. The total volume of water pumped from the Guayas River estuary to shrimp ponds depends on exchange rates (% of ponds volume/day) and area of ponds in operation (using a mean pond depth of 1.5 m) (Fig. 12). At a present operation of 92,000 ha of ponds under semi-extensive management (5% pumping rate), the volume of 6 3 water exchanged daily with the estuary is approximately 65 10 m (Fig. 12). This volume is greater than freshwater discharge from the Guayas River during low flow period. At intensive pond management (10% pumping rate), the same area of ponds would exchange more volume than river discharge during high flow periods (Fig. 12). These types of scenarios underscore the importance of the utilization of water by shrimp ponds on the pattern of water quality in this estuary. A majority of the water that is pumped into ponds is to replace losses associated with seepage and evaporation. Given the potential evaporation rates of this region and the shallow nature of shrimp ponds, this flow of water will increase loss of fresh water from the estuary. The magnitude of this water loss is reflected in elevated salinities of effluent water from ponds compared to influent waters. Snedaker et al. (1986) found that water in 22 of 30 ponds surveyed had higher salinities than source water. Supplemental feeding and fertilization methods are required to meet the demand for food at higher stocking densities of PL in ponds. A main source of nutrition for shrimp in growout ponds are phytoplankton blooms that result from urea and superphosphates added prior to stocking. Supplemental feeding is carried out towards the end of the growth cycle, usually the last four weeks. Much of the nitrogen and phosphate applied to ponds are absorbed by phytoplankton and are thus returned to the estuary in organic form.
Figure 12. Volumes of water exchanged with shrimp ponds per day at different pumping rates (percentage of the volume of a shrimp pond per day) based on the area of ponds (ha) with a mean depth of 1.5 m
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These organic nutrients represent biological oxygen demand when this plankton biomassdecomposes in the estuary. The relative change in nutrients and salinity of inflow and outflow waters of shrimp ponds has not been documented. Thus the impact of changes in the use and quality of water associated with shrimp farming is poorly understood. Indiscriminate Harvest of Fisheries The dramatic expansion of the farmed shrimp industry and increased levels of pond management simulated the development of a new fishery to provide post larvae and seed shrimp for stocking mariculture ponds. Industry sources estimated that up to 90,000 artisanal fishermen were involved in the 1983 harvest and in 1984 numbers of fishermen working along the coast were even higher (McPadden, 1985). Seed fishing is concentrated in areas of significant fresh water discharge along the coastline, such as El Oro and Esmeraldas, with the highest effort occurring in the Guayas province. The catches of these fishermen are non-selective, with small fish, penaeid post larvae and juvenile shrimp including a mixture of P. vannamei, P. stylirostris, P. occidentalis and P. californiensis, as well as some fresh water Carid species. Since only the former two species survive best in mariculture ponds, owners pay according to the proportion of the stock that is P. vannamei and P. stylirostris (McPadden, 1985). Selection is a postharvest process and therefore less-valued species are lost from the estuary. The peak of the seed fishing season is from December to march when fisherman may take up to 40,000 post larvae a day at a size ranging from 7-10 mm. The annual demand for post larvae is estimated at 16.5 billion based on 120,000 ha shrimp ponds using mostly extensive pond management (1989 estimates). Only about half of the post larvae collected along the beaches is P. vannamei, requiring a total harvest of 33 billion post larvae. This demand for P. vannamei represents a potential impact on the genetic stability of non-targeted organisms that use the coastal environments during their life cycle. Daule-Peripa River Dam Project A dam has been constructed at the confluence of the Daule and Peripa rivers for diversion of water supply, control of river flow, and hydroelectric power. Water will be diverted with an aqueduct from the Daule River to the Santa Elena peninsula for potable water, irrigation for agriculture, and industrial use. The dam will also increase the flow of fresh water to the Guayas River estuary during the dry season to prevent salt water intrusion in the lower Daule River and enhance agriculture in this area. The Daule River joins the Babahoyo near Guayaquil to form the Guayas River, and drains one-third of the Guayas 3 River basin. The mean capacity flow of the Daule River is 365 m /s, or about 30% of the mean flow of the Guayas River, and supplies most of the potable water for Guayaquil. The total river basin of both the 2 Daule and Peripa Rivers is 13,800 km and a mean precipitation of 1800 mm/yr. A thorough description of the soil characteristics and land use of this watershed are provided in a report by the Guayas River Basin Commission (CEDEGE, 1970) The dam will create an impoundment with a storage capacity of 6.0 km of water with a surface area of 2 3 270 km , mean depth of 21m, and volume of 5.4 km . The impoundment will supply potable water for 300,000 people at 400 liters per person per day, irrigation water for 42,000 ha of land, and 20 million 3 m /yr for industry. Projected industrial use includes a petroleum refinery, nitrogen fertilizer complex, petrochemical complex, and a petrochemical port facility at Monteverde. The area which drains water into the reservoir comprises 4,025 km (Mendoza 1983). The area of deforestation and removal of vegetation matter will comprise 33,750 ha, and the area to be flooded will cover 27,000 ha (Arriaga, 1989). The annual draw down will be approximately 10 m, and the flooded area will remain at 18,000 ha. The dam will influence the amount of water from the Daule and Peripa Rivers that normally discharge into the Guayas River (Fig. 2). Presently the proposed operation of the 3 dam calls for an average annual flow of from 100 to 175 m /s (Jenkins, 1979; Arriaga, 1989). This flow 3 3 will vary from a high of 321 m /s during the wet seasons in April, to a low of 124 m /s in August. Compared to the normal flow of the Daule and Peripa Rivers (Fig. 6), this modified flow is such lower 3 than the fresh water discharge of up to 1,000 m /s that usually occurs during the wet season. During the dry season, to control salt water intrusion, the dam will provide water above the average discharge of 3 about 50 m /s from supplies stored in the impoundment. Based on average monthly flows, the normal 3 3 discharge of 343 m /s for these two rivers will be restricted to 174 m /s, a reduction of about 49 % (Fig.
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6). This reduction represents a 15% loss of the fresh water to the Guayas River and 13 % from the Guayas River estuary. The loss of fresh water from an estuary in a semiarid zone such as the Guayas province may influence the patterns of salinity in this coastal ecosystem. The Daule-Peripa dam may influence the distribution and increase the concentration of salinity in the Guayas River estuary (Fig. 2). Mangroves that exist in arid environments such as the coast of Ecuador where evapo-transpiration is greater than precipitation are very susceptible to slight changes in hydrology, particularly the input of fresh water. For mangrove forests in arid life zones, small shifts in precipitation result in increased soil salinity followed by an increase in tree mortality and a shift in vegetation from forests to tannes or salinas (Davis and Hilsenbeck, 1974; Cintron et al., 1978; Twilley, 1985a). In Ecuador the diversion of fresh water from the Guayas River estuary must be managed with awareness of possible negative effects on mangroves since they exist in a relatively arid environment. Margalef and Crespo (1979) suggested that the loss of fresh water from the dam will probably not affect mangroves, though the researchers did not take into account the climatic influence of mangrove distribution in the southern provinces. Increases of salinity due to changes in fresh waters supply to the Guayas River estuary may also impact economically important fisheries in this estuarine ecosystem. The Estero Salado, which harbors most of the fishery resources of the inner Gulf of Guayaquil, does not receive fresh water discharges directly form the Guayas River. Therefore, the flushing rate of this section of the inner gulf is less than the more southern sections that are linked directly to the river. As a consequence of the reduced freshwater input, the Estero Salado may be more susceptible to increases in the concentration of materials dissolved in the water column. Precipitation during 1985 was relatively low, and Estero Salado was hypersaline with values up to 30 (Zimmerman and Minello, 1989). This increase in salinity suggests that other materials, such as toxic chemicals and nutrients may also be concentrated (assuming that their behavior is conservative). Organisms, such as shrimp, that inhabit the Estero Salado are very susceptible to changes in water quality, especially salinity and toxicity which may increase their mortality and retard growth rates. Changes on fresh water supply may also influence seasonal movement or recruitment of organisms into the Guayas River estuary. The recruitment of shrimp into an estuary is important to their life cycle because the estuary provides optimal conditions, such a low predation, during critical stages of maturation. Seasonal timing of recruitment is thought to be dependent on fluctuations in salinity along with influx of offshore water masses. Since the Daule-Peripa dam is designed for a near constant flow of water to Guayas River estuary, the potential impact of this project should be evaluated relative to disturbing seasonal fluctuations of salinity in the estuary. Since the mariculture industry relies on shrimp postlarvae that seasonally utilize the estuary, management plans should strongly consider those factors that influence recruitment of fisheries in the estuarine ecosystem. Eutrophication The introduction of chemicals to the coastal zone will be grouped into two categories: those that contribute to nutrient enrichment and water quality parameters such as dissolved oxygen; and those that contribute to the concentration of toxic compounds of the estuary (Fig. 2). The chemicals contributing to the environmental quality of the coastal zone of Ecuador include waste from industry, navigation, agriculture and urban settlements. In this first section, we will describe the contributions of nutrients and chemical water quality of the coastal zone, followed by a section on the ecotoxicology of coastal waters. Diffuse nutrient inputs include runoff from natural vegetation and from managed landscapes such as agriculture or forestry (Fig. 2). Much research has gone into developing nutrient loading rates for different types of native vegetation and for specific types of crops in watershed in various geographic areas. Most of these loading rates have been developed for watersheds located in temperate climates. Less is known about the loss of nutrients from dif-ferent types of land use in tropical watersheds. The five principle crops raised along the coast of Ecuador are bananas, rice, sugar cane, cacao, and coffee (Fig. 13). These agriculture products come primarily from the Guayas lowlands, situated north and east of the city of Guayaquil, and along the eastern shore of the Gulf of Guayaquil. Statistics for the Guayas and Los R!os provinces have been combined to represent agricultural activity in the Guayas River basin. Over 50 percent of the agriculture activity for the coastal zone of Ecuador occurs in the Guayas River basin (Fig. 13).
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Figure 13. A). Distribution of lands under different types of agriculture in the four coastal provinces of Ecuador. The Guayas province includes agriculture activity in Los Ros province. B). Historical records of population changes in the four provinces of Ecuador
The Guayas River basin in a major producer of rice, with nearly 95 % of the total rice production along the coast occurring in the Guayas and Los Ros provinces. Rice in the Guayas River basin is of particular significance to the nutrient economy of the Guayas River estuary because of the large area of production (Fig. 13A), the potential expansion of this crop in the watershed once the Daule-Peripa dam is completed projected at 17,000 ha during the initial phase of the project), and its proximity to waterways. Point source inputs of chemicals to the coastal zone are associated with urban areas and industry (Fig. 2). Loading rates of nutrients from cities are dependent on population density and degree of waste treatment prior to discharge into aquatic system. The population in the coastal provinces of Ecuador has increased over the past 35 years, most dramatically in the Guayas province (Fig. 13B).
From 1962 to 1982 the population of this province more than double to over 2,000,000 persons. In the last several years, the annual growth rates has been dramatic resulting in a present population of over 2,568,452 (Fig. 3B). Together with the population of Los R!os, there are 3.14 million people in the Guayas River basin, of which 84 percent is considered urban, with 53 percent of the basin population located in the vicinity of Guayaquil. Currently, only 18 percent, or 6,100 ha, of the 34,700 ha city is serviced by an adequate sewer system (Solrzano 1989). In 1979, 450,000 people in Guayaquil did not have sewers and this value has increased annually by 21,000 people. The contaminated waters of the city are emptied, untreated, into the Guayas River (El Guasmo pumping station), Daule River (El Progreso pumping station), and Estero Salado. From the available statistics, waste from 62 percent of the population is pumped to septic ponds (untreated), however, 86 percent of the 54.83 106 m3 of waste generated annually is discharged to aquatic ecosystems. Based on these population statistics and per capita rates for each treatment, the loading rates for oxygen demand (biological and chemical), solids (total and dissolved), and nutrients total nitrogen and phosphorus) have been calculated. This preliminary analysis indicates that the city of Guayaquil discharges over 90 percent of all domestic wastes that enter the river, and an even greater percentage of the nutrients that enter the Guayas River estuary. Solrzano (1989) claims that domestic and industrial waste has lowered water quality in the Daule and Guayas Rivers by contributing to a high level of bacterial contamination, decreasing dissolved oxygen content, and increasing concentration of nutrients. Nutrient enrichment of coastal regions has contributed to the continued eutrophication of estuarine ecosystems that has lead to the deterioration of many water quality parameters (Fig. 2). Dissolved oxygen concentrations below 4 mg/L are considered stressful to many estuarine organisms and the negative effects of low dissolved oxygen to environmental quality can also occur by altering basic food chains that support economically important fisheries. The discharge of biological oxygen demand (BOD) and chemical oxygen demand (COD) can cause a decrease in concentrations of dissolved oxygen in the estuary. A balance of processes that contribute (photosynthesis and diffusion) and remove (BOD and COD) dissolved oxygen is necessary for a healthy environment for economically important fisheries. While low dissolved oxygen conditions may be a natural condition in most stratified estuaries
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(Newcombe and Horne, 1938; Officer et al., 1984), a legitimate concern is the recent temporal and spatial increase in anoxia in many coastal ecosystems. Anoxic waters are apparently uncommon in the Guayas River estuary, occurring only in areas near sewage outfalls (Arriaga, 1989). A survey of five stations in Estero Salado found that dissolved oxygen concentrations at 1 m depth ranged from 2.7 to 4.7 mg/L in the Guayas River, yet concentrations near Guayaquil are usually less than 2.7 mg/L (Solrzano, 1989). Concentrations are normally lower near the bottom; for instance, Solrzano and Viteri (1981) measured concentrations of 3.5 mg/L at 1 m depth compared to 2.0-2.5 mg/L near bottom at two stations adjacent to Guayaquil. Biochemical oxygen demand (BOD) fluctuated from 0.65 to 2.88 mg/L in the Guayas River estuary. Dissolved oxygen concentrations in Estero Salado range from 3.0 to 4.7 mg/L. Estero Salado receives effluent from 400,000 persons representing BOD of 10,000 mt/yr. Although there are cases of low disolved oxygen adjacent to sewage outfalls, there is not the stress of anoxia as expected from the loading to this estuarine ecosystem. The strong tides with amplitudes from 3 to 5 m in the Guayas River estuary and Estero Salado are responsible for the well-mixed aerated water column. However, when this high BOD is pumped into shrimp ponds, together with the in situ biochemical processes in pond waters, there are potential water quality problems. During presence of red tides in the estuary, anoxic problems in ponds are not caused by pumping anoxic water from the estuary; rather anoxia in pond water develops when waters with high BOD potential are pumped into the less well mixed shrimp ponds. Red tides, phytoplankton blooms that discolor the water, are a common occurrence in the Gulf of Guayaquil and in the inland waters of the Guayas River estuary (DeArcos, 1982; Jimnez, 1980; Jimnez, 1990). There have been 28 reportings of red tides in the coastal zone of Ecuador, and these blooms vary in species composition, density of cells, and duration. The most direct influence of the estuary is fish kills caused by the presence of toxic organisms such as Gonyaulax catenella and Gymnodium breve. Gonyaulax monilata occurred in the upper portion of the Gulf of Guayaquil in April 1980 and in March 1986 along the coast of Manglaralto. The 1980 bloom resulted in high fish mortality (Jimnez, 1980), while the 1986 bloom caused significant mortality of shrimp postlarvae in eight hatcheries, interrupting operations for 30-45 days (Jimnez, 1986). Other red tides in the Guayas River include Gyrodinium stratum in September 1982, Mesodinium rubrum in August 1984, Prorocentrum maximum from February 1985 to February 1986, and a recent bloom of Nietzche sp (Jimnez, 1989). These blooms caused high mortality in shrimp ponds when phytoplankton contaminated waters were pumped from the estuary. A red tide of Gyrodinium stratum (non toxic) in the Guayas River in September 1982 reached concentrations of 93,000,000 cells/L over 50 km of the estuary for over one month. The pumping of this red tide caused anoxia and subsequent shrimp mortality in ponds, representing one of the first occurrence of the negative impacts of red tide on shrimp pond operations. Another incident in Estero Salado in August 1984 resulted in anoxia in shrimp ponds at night associated with the addition BOD of Mesodinium rubrum cells. During these events, negative effects of red tides are compensated by increasing the pumping rate and water exchange of ponds. It has also been noted that some of the species associated with red tides, such as filaments of the blue-green algae cause a reduction in the quality of shrimp by changing the flavor and causing a musty odor. Ecotoxicology The environmental quality of coastal ecosystem is also influenced by the toxic chemicals introduced by agriculture and industry. Agriculture may contribute toxic substances such as pesticides to rivers and estuaries of the Guayas basin (Fig. 2). Solrzano has expressed concern about the concentrations of pesticides in the estuary, but only traces of pesticides have been detected at the beginning of the rainy season in the Daule River (Solrzano, 1989). A CEDEGE river basin study showed that DDT levels in the rivers flowing into the estuary were low, but little documentation of this problem is available. The Daule-Peripa Rivers dam project described above will also increase areas of agriculture in the Guayas River watershed. The proposed irrigated area for agriculture is 125,000 ha located in the Daule River basin, the Santa Elena peninsula, and the province of Manab (Arriaga, 1989). In the lower Daule section, the irrigated area of 50,000 ha is located on both shores of the Daule River between Palesina and
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Petrillo. The first phase of irrigation is planned for 17,000 ha to be used for plantations of rice, corn, soybeans, beans, onions, tomatoes and castor beans (Herman, 1986). Projected use of pesticides in the irrigated areas includes propanol (herbicide), endrin, and furadan (insecticides). Most of the proposed pesticides are organochlorine and organophosphorus compounds, in addition to carbamates and other urea-based herbicides (Arriaga, 1989). Organochlorine compounds are water insoluble, but are transported in aquatic ecosystems adsorbed to particulate matter. These compounds are resistant to decomposition and can accumulate in the sediments of estuarine ecosystems. Organophosphorus compounds are water soluble, but susceptible to decomposition and do not accumulate in sediments. However, these compounds are very toxic to aquatic organisms. Crustaceans, especially larvae, are usually more sensitive to low concentrations of pesticide than are other marine organisms (Costlow, 1982). The extensive use of these chemicals in the estuarine watershed creates a potential hazard to the shrimp mariculture industry in Ecuador. Endrin, which is applied at an approximate rate of 145 mt/yr in the rice fields of the Guayas River basin significantly reduced growth rates of rapidly growing juvenile Mysidopsis bahia (McKenney, 1986) at concentrations of 60 ug/L. In addition, physiological measurements of metabolic dysfunction in mysids exposed sublethally to pesticides in laboratory and field conditions showed lower growth and reproductive capacity in these organisms during later stages of their life cycle (McKenney, 1986). Daugherty (1975) noted that decreased shrimp yields in El Salvador probably resulted from the heavy use of pesticides in cotton farming during the 1960s and early 1970s. Pesticides have a tendency to become more concentrated along the food chain and thus may stress predators and higher trophic levels such as fish. Before this problem can be solved, more information is needed on the ambient concentration of these chemicals that are toxic to certain fisheries, and on their fate in the aquatic environment. There is some mining activity in the Guayas River basin, and several metals have been found concentrated in riverine and estuarine sediments. Solrzano (1989) gives recent measurements of copper, iron, cadmium in the water columns of the Babahoyo, Daule, and Guayas Rivers, and mercury in the sediment of the Guayas. She described the water masses as eutrophic and the concentrations of copper and cadmium over the limit considered as innocuous for aquatic organisms. The concentrations of theses two metals ranged from 36.92-94.52 g/L and 0.1-14.5 g/L, respectively, in the Guayas River. These high concentrations of heavy metals in certain areas of the estuarine ecosystem demonstrate the effects of urban development and industry. Solrzano (1986) expressed particular concern for the concentration of copper, cadmium and mercury in the water column and sediments of the Guayas River estuary. Copper concentrations are higher than 10 g/L which is considered innocuous to aquatic species (Ketchum, 1975), although these concentrations could be due to natural processes. Cadmium is also present in concentrations that could impact aquatic organisms (Ketchum, 1975), and sediments showed significant mercury contamination (Solrzano 1986, 1989). Environmental Quality and Shrimp Mariculture The long term sustainability of the shrimp farming industry in Ecuador will require integrative approaches to the management of coastal zone resources. These management considerations not only include the interactions of the shrimp farming industry with estuarine and coastal ocean ecosystems, but also the land use activities in the upland watershed and urban centers. For example, the interactions of shrimp farming activities with the Guayas River estuarine ecosystem indicate the complex nature of how environmental impacts influence the sustainability of this industry (Figs. 2 and 14). The upper panel of Figure 14 describes the present strategy in utilization of coastal resources in Ecuador by the shrimp mariculture industry, including the feedback effect of this enterprise on estuarine environmental quality. Decreases in the environmental quality of estuarine resources affect the productivity of shrimp ponds by influencing the ability of natural resources to supply of PL, and controlling the survival and growth of shrimp in growout ponds. Thus, the secondary productivity of pond ecosystems is constrained by the variety of factors that are linked to water and habitat quality in coastal ecosystems (Figs. 2 and 14). Changes in the environmental quality of coastal river basins, or ecoregions such as the Guayas River basin, are also associated with land use changes both in upland watersheds and the intertidal zone. For example, it has been shown that the quality of water in the estuary may be influenced by introduction of chemicals such as nutrients and pesticides from agriculture, sewage from large urban areas, and heavy metals from industry (Fig. 2). Rivers provide the conduit that links the ecological processes of the estuary with the land use practices of upland watersheds. Deforestation of natural vegetation followed by replacement with agroecosystems, in addition to urban and industrial activities, can change the chemical
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composition of riverine inputs to coastal ecosystems. In addition, the distribution and turnover rate of these pollutants in the estuary are influenced by alterations in the quantity and seasonal nature of fresh water discharge from the watershed. Thus the quantity and quality of riverine inputs together are important linkages of the environmental quality of estuaries to the productivity of shrimp pond mariculture. Tides connect the estuary with intertidal land use practices and with coastal ocean processes, and therefore they also contribute to the environmental quality of estuarine ecosystems. Most of the changes in land use practices of the intertidal zone are associated with the shrimp farming industry itself, caused by the destruction of mangrove ecosystems (Fig. 14). The loss of these ecosystems has a negative feedback on the normal function of tides that couple the function of mangroves with the estuary (Twilley, 1988). As described above, this coupling of mangroves with the estuary influences both the habitat and water quality of estuarine resources (Fig. 14). The specific ecological processes of mangroves that are lost due to pond construction are illustrated in Fig. 11, along with how they support the productivity of the shrimp ponds. Thus the loss mangroves is linked to the growth and survival of post larvae and chemical ecology of shrimp ponds by decoupling the effect of these forested wetlands on habitat and water quality. Mangroves have been replaced with shrimp pond ecosystems that have very different ecological functions in the coastal zone. While ponds are designed to enhance the secondary productivity of the estuary, by specifically increasing the yield of adult shrimp, they alter the habitat and water quality of estuarine ecosystems. In pond ecosystems, the use oftidal energy to exchange estuarine waters with the intertidal zone has been replaced with fossil fuel energy that pumps water periodically during a tide. The ecological processes in pond ecosystems largely determined by the introduction of nutrients and feeds to enhance shrimp production result in the fertilization of estuarine waters. Thus, the functions of pond ecosystems relative to water quality are different compared to the coupling of mangrove ecosystems that may reduce excess nutrients in estuaries. Changes in land use in the intertidal zone by construction of shrimp farms not only is important to the loss of ecological functions, such as mangroves, that may influence environmental quality of the estuary; but also the replacement of natural ecosystems with those that have different ecological functions in the intertidal zone. Therefore, negative feedback of pond construction is not only related to mangrove loss, but also by the negative influence of pond ecosystems on the water quality of estuarine ecosystems (Fig. 14). The influence of the environmental quality of the coastal zone on the shrimp farming industry is complicated in Ecuador because of the unique oceanographic processes in this region (Fig. 14). For example, elevated water temperatures in the Gulf of Guayaquil may be a dominating factor in the tremendous recruitment of shrimp into the inner estuaries during pacific climatic disturbances know as El Nio. There remains confusion over the relative role of offshore processes and inshore destruction of mangroves to the decline in abundance of post larvae in the last decade. Nationally there has been a loss of about 22% of mangrove resources from the coast. However, in some coastal watersheds such as the Rio Chone estuary the loss of mangroves is greater than 90%. The cumulative impacts of mangrove loss may be site specific, particularly in regions where mangrove loss is high, and other estuaries must provide habitat to sustain the natural genetic stock. During periods of high recruitment, the impacts of habitat loss may not be significant. Yet, during the more normal oceanographic conditions, the negative impacts of habitat loss may be more pronounced along the coast. The life cycle of penaid crustaceans links the physical processes of the coastal oceans with the ecological process-ses of mangrove estuaries. It is the combination of both that sustain this coastal resource. The abundant supply of post larvae during El Nio events created n excessive demand for intertidal area for the construction of shrimp ponds from 1985 to 1987. The natural supply of post larvae during the more normal years of recruitment could not stock the existing ponds, such that by 1985 nearly 50 % of the shrimp ponds were not in operation. During this period, there was a major emphasis to produce post larvae with hatcheries, and acclimate these shrimp to growout ponds. In 1986 there were only 12 hatcheries in operation. By 1989 there were 106 laboratories in operation, and another 60 planned for construction. Nearly half of these hatcheries were located in Guayas province and 25 were constructed along the beaches of Manab. The anticipated production of these hatcheries is nearly 10 billion larvae, yet only less than 25% of these will survive under pond conditions. Most hatcheries produce larvae from wild gravid female, because they have better survival in growout ponds. Thus, the hatchery industry, while quickly responding to the demand for larvae, are presently not replacing the habitat quality of estuarine ecosystems that is needed to sustain the shrimp pond industry.
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Figure 14. Comparison of present practices in coastal zone management (upper panel) with recommended strategies for integrated mangrove management based on the ecological function of mangroves in the coastal zone (lower panel)
Although shrimp pond construction has been nearly continuous from 1979 to 1988, there has been a limitation on the acreage of ponds in operation (Fig. 3C). This may be largely due to the availability of post larvae which indicates the importance of habitat and water quality of coastal ecosystems as a constraint on the shrimp pond industry. Thus a carrying capacity of the coastal ecosystems of Ecuador to sustain shrimp pond industry is about 60,000 ha. Without the subsidy of post larvae to the industry from hatcheries, or the periodic supplement from El Nio events, there seems to be a limitation on the amount of ponds that can be supported for operation. According to the linkages described in the upper panel in Fig. 14, the negative feedback of pond construction on mangrove loss and pond effluent on water quality may deteriorate the environmental quality of coastal ecosystems and decrease the carrying capacity of pond operation in Ecuador. The level of pond management to enhance shrimp production in ponds that are actually under operation will have to be intensified to sustain or increase shrimp yield (Siddall et al. 1985). Thus the supply of postlarvae in the estuary has a strong influence on both the number of ponds in operation and the type of pond management practiced in these ponds. The intense utilization of existing ponds would create
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increased pumping and fertilization of estuarine water which would, in turn, lead to increased loading of nutrients to the estuary. This management alternative may adversely affect water quality of the estuary. The negative impacts of pond construction on the ecosystem are replaced by increased pumping and fertilization associated with more intensive shrimp pond management. These issues demonstrate the importance of considering shrimp pond management in the context of the ecosystem and, particularly, paying close attention to those factors associated with water quality control. Integrative Mangrove and Shrimp Pond Management The ecosystem approach to the management of natural resources is essential since it integrates both the ecological processes of environmental systems together with the socioeconomic characteristics of regional development. New techniques that can simultaneously valuate the interactions of environmental and human systems are being developed (Farber and Costanza, 1987; Bell, 1989; Costanza et al., 1989; Dixon, 1989; Gottfried, 1992), but many of these models presently lack quantitative relationships. Thus in many cases, a few site specific analyses for particular conflicts in environmental and economic development have to be applied to a variety of systems and issues. Twilley and Day (this volume) suggest that the forcing functions in a coastal region can be used to assess the ecological functions of mangrove ecosystems (Fig. 1). And quantitative ecosystem models for these relationships are being developed (Twilley, 1993). Yet there are fewer quantitative relationships between these ecological processes with the exact nature of ecological functions such as habitat and water quality that these ecosystems provide. Thus, the quantitative links between ecological functions and ecosystem value are still being determined (see discussion below). However, what this description of the shrimp pond industry in Ecuador does provide, is an example of the qualitative linkages of an enterprise that depends on the environmental quality of coastal resources. We can use these linkages to provide a conceptual framework to assess the impacts of human resource management on natural resources. Natural resource management of the coastal zone is accomplished through policy established by human systems. Thus policy actually manages people, rather than the natural resources themselves. But the constraint of ecological processes on the sustainability of human utilization of natural resources requires an awareness of the linkages (both qualitative and quantitative) of ecosystems. We are not describing policy options or specific management plans in this chapter, but are proposing a conceptual model to understand how the ecological linkages of the system are coupled, and how these linkages influence the environmental quality of the coastal zone. The economics of shrimp farming are linked to the ecological functions of natural resources in the coastal zone. Profit in shrimp farming is the difference between income generated from pond production and costs associated with pond operation. The level of shrimp production and operation costs, such as dredging, construction, pumping, fertilization, and land (authorizations), depend on the quality of water that is pumped from the estuary into the ponds. Mangroves and tides provide the shrimp industry with clean water and important habitat that enhance wild post larvae supply and shrimp production in ponds (Figs. 11 and 14). With the loss of these free services the cost of shrimp production increases such as in the cost of providing post larvae by operating hatcheries, increased dredging to remove sediment, and fuel for pumps to control dissolved oxygen. Thus negative feedbacks of the shrimp industry due to the loss of natural resources will influence profits of the industry since shrimp pond management is so tightly coupled to the natural resources of estuarine ecosystem (Fig. 9a). Valuation techniques are needed to determine the multiproduct functions of mangroves in order to integrate economics and ecology (Gottfried, 1992). The opportunity costs of different pond management strategies including pond construction and operation must be based on their negative effects on habitat and water quality of coastal ecosystems. In addition, opportunity costs of environmental quality have to be placed on a larger watershed scale to include many complex interactions of the shrimp farming industry with estuarine and river basin ecosystems (Gottfried, 1992). Valuation techniques must use ecological and economic information to identify the negative and positive feedbacks of human systems with the function of natural resources. We are presently developing ecological models of these processes to more specifically predict the response of mangrove ecosystems to both natural and human alterations of coastal environments. The combination of these ecological models together with economic analyses of multiproduct functions of mangroves may provide better techniques that identify the role of ecological information in the valuation and management of mangrove resources.
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Shrimp pond management could minimize negative impacts on coastal ecosystems if mangroves are preserved to protect their contribution to the environmental quality of the coastal zone (Fig. 14b). The preservation and conservation of mangroves can be implemented either by delineating greenbelts or buffer strips surrounding waterways, or by establishment of larger scale refuges and sanctuaries. The Australian Marine Science Association (1977) suggests that a terrestrial buffer zone should be at least 200 m wide landward of mangroves. Yet there are many problems in establishing such buffer zones in the intertidal area. In the Philippines, where 60% of the mangroves have been lost since 1960, a presidential decree (705 of the Forestry Reform Code) stipulates a 100 m wide strip along bay and sea (Velasco, 1980); yet, these greenbelts have not been implemented very well due to corruption (Bailey, 1986). In Indonesia there exist a controversy between the Departments of Forestry and Fishery between the width of greenbelts at 50 and 400 m, respectfully (Bailey, 1986). These institutional conflicts are unique to mangroves since they provide a product to both the forestry and fishery industries. Another form of preservation is the formation of refuges or national parks. In Malaysia, presidential proclamation 2151 and 2152 declared certain mangrove forests as preserved areas, known as Mangrove Forest Conservation Areas, that exist in Sabah (Malaysia); Indian Sundarbans, Sarawak (Malaysia), Perak (Malaysia), Indonesia. There are also national parks that protect mangrove and marine resources throughout Latin America, particularly in Mexico, Costa Rica, Colombia, and Brazil. In the United States, there are mangrove resources that are protected in estuarine sanctuaries. Preservation of mangroves must not only consider the structure of forests but also the function of these ecosystems in the coastal zone. In some instances mangrove forests have been managed to maintain their presence in the landscape, but alterations in hydrology have uncoupled these ecosystems from estuarine waters. An example of this situation is impoundments in the United States that are used for mosquito control in mangroves. Dikes with water control structures prevent the exchanges of organic and genetic material between mangroves and coastal waters. Thus even though these forests remain in the landscape, they do not contribute to the habitat and water quality of the coastal zone. The sustainable use of mangroves for production of timber products is also a form of mangrove conservation and utilization that acknowledges the importance of this resource to local economies. The most common description of mangrove management is associated with silviculture of forests based on rates of forest regeneration according to volume of wood produced annually per hectare of forest. Such forest management practices for mangroves has a long and successful history in Asia (Walsh, 1977; Snedaker, 1986) but has not been developed in South America. There have been some recent efforts in Brazil, Panama and Venezuela (Snedaker, 1986), but not of the magnitude as in Malaysia. The sustainable use approach to mangrove management is common in underdeveloped countries where economic activity associated with timber products is important (Snedaker, 1986). There is little management of mangroves in Ecuador for sustainable use for forestry, except in the northern provinces of Esmeraldas for charcoal production. A similar approach to the sustainable utilization of mangroves as a fishery resource is less common, particularly in Latin America. This is due to the fact that the utility of mangroves as forestry products is directly linked to the harvesting of wood products or production of charcoal. Fishery products of mangroves are less direct, since they are linked to detritus food chains and habitat utilization that are less commonly appreciated, except for by artisanal fisherman. The lower panel in Figure 14 suggests some obvious ways that mangrove processes could be designed and engineered to sustain fishery enterprises such as shrimp farming. There are some indications that mangroves can be used as a nutrient sink and managed to remove excessive nutrients in coastal environments (Nedwell, 1975). This is a particularly important research agenda given the increased eutrophication of coastal waters in the tropics. Mangroves may represent sinks of several primary nutrients used in the fertilization of ponds, particularly phosphates and nitrogen. Mangrove sediments may also have the capacity to absorb some of the BOD associated with pond effluent high in chlorophyll biomass that may shift the balance of dissolved oxygen in the estuary. Effluent from shrimp ponds could be distributed in nearby mangrove forests for nutrient removal prior to the return of water back to the estuary. The use of mangroves as a nutrient filter of pond effluent would limit the negative feedback of shrimp ponds on the water quality of coastal ecosystems (Fig. 14). The contribution of excess nutrients from shrimp ponds to mangrove ecosystems would most likely enhance mangrove productivity and potentially enhance the contribution of these forested wetlands to habitat quality of estuaries. This scheme to integrative the natural function of mangroves with the
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management of shrimp ponds would serve as a means of altering what is presently a negative impact of intensive aquaculture to estuarine ecosystems into a positive feedback (Fig. 14). The shift from extensive to intensive mariculture may not necessarily impact the estuarine ecosystem if mangroves could be utilized in the operation of these types of ponds. Another more direct way that shrimp pond management could be utilized to enhance the habitat quality of the coastal zone is by releasing adult shrimp back into the estuary. As described in Fig. 10, the yield of adult shrimp in ponds is transported to foreign markets and thus lost from the coastal ecosystem. This represents a sink of genetic resources from post larvae in the estuary, which are not allowed to recycle as adults to the offshore environments. Shrimp ponds are managed to increase the yield of adul shrimp above the capability of natural resources, and some of this enhanced production should be returned to the coastal zone. If managers returned 5% of the annual shrimp pond yield in adults back into the estuary, it would couple shrimp pond management to the natural life cycle of shrimp (Fig. 10). That linkage would represent a positive feedback from ponds to the habitat quality of estuarine resources (Fig. 14). This would essentially serve to replace some of the loss function of mangroves due to pond construction. This could be accomplished by returning some of the pond volume back to the estuary during harvesting without passing the effluent through screens that are used to harvest the adult shrimp. These recommendations are based principally upon the ecological function of coastal resources and their linkage to shrimp farming in Ecuador. There are many other economic and political considerations important in the development of management alternatives. The point of this chapter is to establish the ecological constraints of human decisions that are associated with the utilization of natural resources. Environmental quality is essential to the long term sustainability of shrimp farming in Ecuador, and it is important to consider the ecological linkages of this type of economic enterprise. Acknowledgements Funding for the mangrove research in Ecuador was from U.S. Agency for International Development Program in Science and Technology Cooperation (grant No. DPE-5542-G-SS-8011-00) and the University of Rhode Island/AID Coastal Resource Management Program. Support from University of Southwestern University includes LEQSF (1988-94-GF-15) from Board of Regents, Faculty Research Awards, Graduate Student Organization, and Department of Biology. Literature Cited Aiken, D., 1990. Shrimp farming in Ecuador, and aquaculture success story. World Aquaculture 21: 7-16 Alverez, A., B. Vasconez, and L. Guerrero, 1989. Multi-temporal study of mangrove, shrimp farm and salt flat areas in the coastal zone of Ecuador, through information provided by remote sensors, p: 141146. In: Stephen Olsen and Luis Arriaga (Eds.), Establishing a Sustainable Shrimp Mariculture Industry in Ecuador. University of Rhode Island, Technical Report Series TR-E-6. Arriaga, L., 1989. The Daule-Peripa dam project, urban development of Guayaquil and their impact on shrimp mariculture, p: 147-162. In: Stephen Olsen and Luis Arriaga (Eds.), Establishing a Sustainable Shrimp Mariculture Industry in Ecuador. University of Rhode Island, Technical Report Series TR-E-6. Bell, Frederick W., 1989. Application of Wetland Valuation Theory to Florida Fisheries. Report Number 95, Florida Sea Grant College, June. CEDEGE, 1970. Investigacin de las oportunidades de Desarrollo econmico de la cuenca del Ro Guayas, Ecuador. Comisin de estudios para el desarrollo de la cuenca del Rio Guayas. Cifuentes, L. A., R. B. Coffin, L. Solrzano, W. Cardenas, J. Espinoza and R. R. Twilley, 1996. Isotopic and elemental variations of carbon and nitrogen in a mangrove estuary. Estuarine, Coastal and Shelf Science, 43: 781-800. Cintrn , G., 1981. El manglar en la costa Ecuatoriana. Hoja de Documentacin. Departamento de Recursos Naturales. 37 p. Cintrn, G., A.E. Lugo, D.J. Pool, and G. Morris, 1978. Mangroves of arid environments in Puerto Rico and adjacent islands. Biotropica, 10: 110-121. Cintrn, G. and Y. Schaeffer-Novelli, 1984. Caractersticas y desarrollo estructural de los manglares de Norte y Sur America. Programa Regional de Desarrollo Cientfico y Tecnolgico, 25: 4-15. CLIRSEN, 1984. Aplicacin de sensores remotos en el estudio de levantamientos integrados de recursos naturales por sensores remotos.
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CLIRSEN, 1985. Estudio multitemporal de manglares, camaroneras y reas salinas, mediante informacin de sensores remotos. Centro de levantamientos integrados de recursos naturales por sensores remotos. CLIRSEN, 1992. Estudio multitemporal de manglares, camaroneras y reas salinas, mediante informacin de sensores remotos. Centro de levantamientos integrados de recursos naturales por sensores remotos. Memoria Tcnica. Quito, Ecuador. Clough, B.F., K.G. Boto, and P.M. Attiwill, 1983. Mangroves and sewage: a re-evaluation. In: H.J. Teas (Ed.), Biology and ecology of mangroves. Dr. W. Junk Publishers, The Hague. Costanza, R., S. Farber, C. Stephen and J. Maxwell, 1989. The Valuation and Management of Wetland Ecosystems. Ecological Economics, 1(4): 335-61. Costlow, J. D., Jr., 1982. Impact of toxic organics on the coastal environment, p. 86-95. In: T.W. Duke (Ed), Impact of man on the coastal environment. EPA/600/8/021, Washington, D.C. Cucaln, E., 1984. Temperature, salinity and water mass distribution off Ecuador during an El Nio event in 1976. Rev. Cien. Mar. Limn., 2: 1-25. Cucaln, E., 1989. Oceanographic characteristics off the coast of Ecuador, p. 185 -194. In: Stephen Olsen and Luis Arriaga (Eds.), Establishing a Sustainable Shrimp Mariculture Industry in Ecuador. University of Rhode Island, Technical Report Series TR-E-6. Daugherty, H. E., 1975. Human impacts on the mangrove forests of El Salvador, p. 816-824. In: G.E. Walsh, S.C. Snedaker and H.J. Teas (Eds.), Proceedings of the International Symposium on the Biology and Management of Mangroves. Institute of Food and Agriculture Sciences, University of Florida. Gainesville, Florida. Davis, G. E. and C. E. Hilsenbeck, 1974. The effects of watershed management on the Shark River Slough-Whitewater Bay estuary of Everglades National Park, Florida. Draft Report, Everglades National Park. Homestead, Florida. 16 p. De Arcos, T. V., 1982. Mareas rojas en aguas ecuatorianas. Revista de Ciencias del Mar y Limnologa, 1: 115-125. Dixon, J. A., 1989. Valuation of Mangroves. Tropical Coastal Area Management, 4(3): 1-6. Farber, S. and R. Costanza, 1987. The Economic Value of Wetlands Systems. Journal of Environmental Management, 24: 41-51. Gottfried, Robert R., 1992. The Value of a Watershed as a Series of Linked Multiproduct Assets. Ecological Economics. Herman, R. M., 1986. Plan maestro de alcantarillado sanitario y pluvial del rea metropolitana de Guayaquil. Convenio BID/EMAG, Subprograma B. Jenkins, D. W., 1979. Estudio del impacto ambiental del proyecto de propsito mltiple Daule-Peripa del Ecuador. Comisin de Estudios para el Desarrollo de la cuenca del Ro Guayas. Banco Interamericano de Desarrollo. Washington, D.C. 63 pp Jothy, A. A., 1984. Capture fisheries and the mangrove ecosystem, p: 129-141. In: J.E. Ong and W..K. Gong (Eds), Productivity of the mangrove ecosystem: Management implications. Unit Pencetakan Pusat, University Sains Malaysia, Penang, Malaysia. Jimnez, R., 1980. Marea roja en el Golfo de Guayaquil en abril de 1980. Bol. Informativo Inst. Nac. Pesca: 11-13. Jimnez, R. and J. Martnez, 1982. Presencia masiva de Euphlax dovii Stimpson (Decapoda, Brachyura, Portunidae) en aguas ecuatorinas. Revista de Ciencias del Mar y Limnolog!a, 1: 137-146. Jimnez, R., 1989. Red tide and shrimp activity in Ecuador, p: 179-184. In: Stephen Olsen and Luis Arriaga (Eds.), Establishing a Sustainable Shrimp Mariculture Industry in Ecuador. University of Rhode Island, Technical Report Series TR-E-6. Ketchum, B.H., 1975. Problems in aquatic ecosystems with special reference to heavy metal pollution of the marine environment, p: 76-81. In: A.D. McIntyre and C.F. Mills (Ed.), Ecological Toxicology Research. Plenum Press, New York. Lynch, J.C., J.R. Meriwether, B.A. McKee, F. Vera-Herrera and R.R. Twilley, 1989. Recent 137 210 accretion in mangrove ecosystems based on Cs and Pb. Estuaries, 12: 284-299. Macko, S. A. and J. Zieman, 1983. Stable isotope composition and amino acid analysis of estuarine plant litter undergoing decomposition. Estuarine Research Federation Meeting, Virginia Beach, Va. Macnae, W., 1968. A general account of the fauna and flora of mangrove swamps and forests in the Indo-West-Pacific region. Advances Marine Biology, 6: 73-270. Macnae, W., 1974. Mangrove forests and fisheries. FAO/UNDP Indian Ocean Programme. IOFC/DEV/ 7434.
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Anexos
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La calidad ambiental
6.2.a. La calidad ambiental de los ecosistemas costeros del Ecuador: Implicaciones para el desarrollo del manejo integrado de manglares y camaroneras
Traduccin de: Robert R. Twilley1, Mariano Montao Armijos2, Jos M. Valdivieso3, Alejandro Bodero4, 1999. The Environmental Quality of Coastal Ecosystems in Ecuador: Implication for the Development of Integrated Mangrove and Shrimp Pond Management, p 199-230. In Alejandro Yez-Arancibia y Ana Laura Lara-Domnguez (eds.) Ecosistemas de Manglar in Amrica Tropical. Instituto de Ecologa, A.C. Mxico, UICN/ORMA Costa Rica, NOAA/NMFS Silver Spring MD USA. 380 p.
Resumen
La industria del camarn en Ecuador, que ocup el segundo lugar despus del petrleo en ingresos de exportaciones, ha sufrido prdida de produccin debido a la falta de post larvas disponibles para las piscinas. Los problemas de la industria del camarn en Ecuador demuestran la vinculacin de los procesos ecolgicos de los ecosistemas costeros, con una variedad de actividades econmicas regionales. En este captulo se describen los vnculos ecolgicos entre el cultivo de camarn en Ecuador con las funciones de los manglares para ilustrar la importancia de la calidad ambiental en el manejo sostenible de los recursos costeros. Se presenta una descripcin integrada de los diversos factores que contribuyen a la calidad del medio ambiente y cmo influyen en la sostenibilidad de la industria camaronera. Adems, se describe el potencial de retroalimentacin negativa del manejo de las camaroneras en los recursos costeros, en particular, los manglares, y el deterioro potencial del agua y la calidad del hbitat de la zona costera. Las operaciones de camaroneras comerciales han aumentado de manera espectacular, llegando a ms de 50 000 toneladas mtricas con un valor de 482 millones de dlares. En 1991, las camaroneras abarcaron ms de 150 000 ha. Uno de los principales factores que limita la expansin y la productividad de la industria camaronera es la disponibilidad de post larvas, pero los datos sugieren que la capacidad de carga ptima es de aproximadamente 60 000 ha de piscinas camaroneras. La influencia de la industria camaronera con los cambios en los patrones de uso del suelo y la utilizacin de aguas de los estuarios ha llevado a la preocupacin por los posibles efectos negativos de esta industria en el hbitat y la calidad del agua de los ecosistemas costeros. El tema ms controvertido en relacin con la calidad ambiental de los recursos costeros del Ecuador ha sido la explotacin de los manglares asociados con la construccin de piscinas camaroneras, la mayora de las cuales estn localizadas en las provincias sureas de Guayas y El Oro. Inicialmente, gran cantidad de las piscinas fueron construidas en salinas, pero la construccin se traslad a los manglares. La
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La calidad ambiental
reduccin de la superficie de manglares desde 1969 hasta 1991 se estim en 42 285 ha, o el 20.8 % de la superficie original de 203 695 ha. Mientras que el promedio nacional de prdida de manglares es de aproximadamente 21 %, el rango de las cuatro provincias costeras fue del 12.8 % para la provincia del Guayas a 70.5 % en el caso de Manab. El ciclo de vida de los camarones implica el uso de los mares costeros, cerca de la costa y las zonas de estuario. Los criaderos de camarn operan proporcionando un hbitat artificial que facilita el desarrollo de post larvas de camarn a adultos, evitando as las etapas del ciclo de vida que normalmente se producen en el ecosistema del estuario. El sistema natural tiende a reciclar material gentico entre las aguas costeras y alta mar, segn lo dictado por el ciclo de vida del camarn. El cultivo de camarn cortocircuita este proceso sirviendo como un sumidero de recursos genticos a las camaroneras de la zona costera. La calidad ambiental de los recursos costeros est influenciada por los aportes de las cuencas altas, los intercambios con la zona intermareal, y los procesos oceanogrficos. Las actividades en la cuenca incluyen represas, expansin urbana, agricultura y vertidos industriales. Estas actividades estn llevando a la eutrofizacin y emisiones txicas. La construccin y operacin de piscinas camaroneras conduce a una serie de impactos ambientales, ya que el hbitat y la calidad del agua de los estuarios estn vinculados a una variedad de procesos ecolgicos en los manglares. Estos incluyen funciones de suministro de post larvas silvestres que crecen fuera de las piscinas, y las mejoras de condiciones de calidad del agua y el crecimiento y supervivencia de estos camarones juveniles. La calidad del hbitat de los manglares en el estuario se pierde cuando estos bosques son destruidos para la construccin de las camaroneras. Las funciones de los manglares como sumideros de nutrientes tambin se eliminan, as como su contribucin a la calidad del agua del estuario. Los manglares tambin surten de alimento a los organismos estuarinos y esta funcin se pierde cuando se destruyen los manglares. El bombeo de agua a las piscinas camaroneras puede utilizar cantidades importantes de agua de los estuarios. Por ejemplo, en el estuario del ro Guayas, el volumen de bombeo puede ser mayor que la descarga del ro durante el flujo de verano. La pesca de post larvas no es selectiva y muchas otras especies son atrapadas. La sostenibilidad de la industria del camarn en el Ecuador a largo plazo requiere planteamientos integrales de manejo de recursos de las zonas costeras. Estas consideraciones de manejo no slo incluyen las interacciones de la industria de cra camaroneras con los estuarios y los ecosistemas marinos costeros, sino tambin las actividades de uso del suelo en la cuenca alta y los centros urbanos. Un enfoque ecosistmico en el manejo de los recursos naturales es esencial, ya que integra tanto los procesos ecolgicos de los sistemas ambientales, como los socioeconmicos del desarrollo regional. El manejo de camarn en piscinas podra minimizar los impactos negativos sobre los ecosistemas costeros, si se conservan los manglares para proteger su contribucin a la calidad del medio ambiente de la zona costera. La preservacin y conservacin de los manglares puede implementarse estableciendo cinturones verdes o franjas de proteccin en las vas navegables y extendiendo las reas de conservacin existentes. El uso sostenible de los manglares para la generacin de productos de madera es tambin una forma de conservacin de los manglares y su utilizacin reconoce la importancia de este recurso para las economas locales. La contribucin de excedentes de nutrientes de la mayora de las camaroneras a los ecosistemas de manglar probablemente mejora la productividad de los manglares y, potencialmente, mejora la contribucin de estos bosques de pantano a la calidad del hbitat de los estuarios.
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La calidad ambiental
Introduccin En agosto de 1986, se organiz un taller en Guayaquil para evaluar el declive de la industria de cultivo de camarn en Ecuador (Olsen y Arriaga, 1989). La industria, ubicada despus del petrleo en ingresos de exportacin para el pas, haba soportado una baja considerable de produccin debido a la falta de post larvas disponibles para las piscinas. La produccin total y exportacin de camarn se redujeron en 1984, y durante 1985, slo la mitad de las 75 000 ha de piscinas camaroneras construidas en las provincias costeras estuvieron en operacin. Diversos factores se han asociado a la disminucin de post larvas en los estuarios de la costa de Ecuador, entre ellos, las bajas temperaturas del agua (regreso a temperaturas normales despus de un evento El Nio), la prdida de hbitat del manglar, la disminucin de la calidad del agua (aumentada ocurrencia de mareas rojas, pesticidas y metales pesados), y la indiscriminada sobrepesca de los stocks naturales disponibles. De 1980 a 1987 cerca de 15 000 ha de piscinas fueron autorizadas para construccin, incrementndose para 1991 a un total de 150 000 ha; la mayora de estas piscinas se haban construido en la zona intermareal. Hubo preocupacin inmediata de que el crecimiento incontrolado de esta industria destruya los procesos ecolgicos de los ecosistemas costeros, lo que amenazaba la sostenibilidad del cultivo de camarn en el Ecuador. La mayor parte de la preocupacin se centr alrededor de la prdida de las funciones ecolgicas de los manglares, que se atribuyen al hbitat y al mantenimiento de la calidad del agua de los ecosistemas costeros. La escasa recoleccin y supervivencia de post larvas salvajes demostraron la susceptibilidad de esta industria a la calidad ambiental de la zona costera del Ecuador. Los problemas de la industria camaronera del Ecuador demuestran la vinculacin ecolgica de los procesos de los ecosistemas costeros, incluyendo la productividad primaria, la exportacin de detritus, los refugios, la sedimentacin, y el ciclo de nutrientes, con una variedad de las actividades econmicas regionales (Figura 1). Los usos y valores econmicos de los manglares dependen de las funciones ecolgicas de stos. Estas funciones estn restringidas por el escenario medioambiental o las funciones de fuerza de la zona costera (vase Twilley y Day, este volumen). Las funciones multiproducto de los ecosistemas de manglar se atribuyen a los diversos procesos ecolgicos que los apoyan en el estuario (Figura 1). Estos procesos ecolgicos dan cabida a las funciones de los manglares, a la provisin de hbitat y calidad del agua, y a la estabilizacin de la costa. Los usos y valores de los manglares en cualquier regin costera dependen de la naturaleza de estas funciones, como de las condiciones culturales y econmicas de la regin. Las actividades econmicas, ya sea en la zona costera o en las cuencas altas que estn unidos por los ros de la costa tambin pueden tener efectos de retroalimentacin sobre los procesos ecolgicos de los ecosistemas costeros (Figura 1). Es un concepto importante que la utilizacin humana de los ecosistemas puede influir en la capacidad de los recursos naturales para garantizar las funciones. El anlisis de los vnculos ecolgicos y econmicos de los recursos costeros debe utilizar un enfoque la funcin multiproducto que requiere una perspectiva global de los costos de oportunidad de diferentes escenarios de manejo (Gottfried, 1992). En este captulo nos proponemos describir los vnculos ecolgicos entre la industria de cultivo de camarn en Ecuador con las funciones de los manglares para ilustrar la importancia de la calidad ambiental
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La calidad ambiental
en el manejo sostenible de los recursos costeros. El enfoque multiproducto para el anlisis de los ecosistemas costeros tambin debe incluir el impacto de las tierras altas y los vnculos de alta mar a la zona costera. La controversia en el manejo de los recursos costeros del Ecuador gira en torno a los impactos relativos de construccin y al manejo de piscinas como retroalimentacin negativa a los procesos ecolgicos de los manglares y los ecosistemas estuarinos. El xito del desarrollo de planes de manejo para la zona costera depende de la capacidad para identificar las propiedades que determinan la calidad ambiental de los ecosistemas costeros en el Ecuador, y cmo el manejo de piscinas camaroneras influye en la estos vnculos (Figura 1).
Figura.1. Diagrama de los vnculos entre el entorno del medio ambiente, los procesos ecolgicos, funciones y usos de los ecosistemas de manglar (Twilley, 1995)
La mayora de las complejas interacciones de los recursos humanos y naturales en la zona costera de Ecuador subraya los problemas de la interfase de la industria camaronera con los ecosistemas costeros. La calidad ambiental de la zona costera del Ecuador se ve influenciada por procesos costeros nicos junto con una variedad de usos del suelo intermareal y tierras altas (Figura 2). Los recursos del estuario del Ecuador estn fuertemente influenciados por las vertientes interiores que controlan la descarga de agua dulce, la entrada de sedimentos y el transporte de productos qumicos de diferentes prcticas de uso del suelo en la cuenca del ro. El acoplamiento del estuario con la zona intermareal se ve reforzada por olas de 3 - 5 m que articulan el intercambio de sedimentos, nutrientes, detritus y organismos a los ecosistemas de manglar (Figura 2). Los procesos ocenicos estn fuertemente influenciados por los eventos El Nio que controlan las temperaturas de alta mar y las vas de precipitacin de agua (y por lo tanto la descarga del ro). Las temperaturas del agua y la salinidad de las zonas costeras son importantes seales ambientales que desencadenan el reclutamiento de diversos recursos biolgicos, como el camarn. En este captulo se incluyen las discusiones de estos recursos y los usos del suelo, la utilizacin de los hbitats de alta mar y del estuario, para describir la compleja naturaleza de la calidad ambiental en los
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ecosistemas costeros del Ecuador. Nuestro objetivo es presentar una descripcin integrada de los diversos factores que contribuyen a la calidad del medio ambiente, y cmo influyen en la sostenibilidad de la industria camaronera. Adems, se describirn los comentarios negativos potenciales del manejo de las camaroneras en los recursos costeros, particularmente los manglares, y el deterioro potencial del agua y la calidad del hbitat de la zona costera.
Represa
Figura. 2. El complejo de interacciones de los procesos costeros y uso del suelo continental que determinan la calidad ambiental de los recursos costeros del Ecuador
La mayora de las complejas interacciones de los recursos humanos y naturales en la zona costera de Ecuador subraya los problemas de la interfase de la industria camaronera con los ecosistemas costeros. La calidad ambiental de la zona costera del
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Ecuador se ve influenciada por procesos costeros nicos junto con una variedad de usos del suelo intermareal y tierras altas (Figura 2). Los recursos del estuario del Ecuador estn fuertemente influenciados por las vertientes interiores que controlan la descarga de agua dulce, la entrada de sedimentos y el transporte de productos qumicos de diferentes prcticas de uso del suelo en la cuenca del ro. El acoplamiento del estuario con la zona intermareal se ve reforzada por olas de 3 - 5 m que articulan el intercambio de sedimentos, nutrientes, detritus y organismos a los ecosistemas de manglar (Figura 2). Los procesos ocenicos estn fuertemente influenciados por los eventos El Nio que controlan las temperaturas de alta mar y las vas de precipitacin de agua (y por lo tanto la descarga del ro). Las temperaturas del agua y la salinidad de las zonas costeras son importantes seales ambientales que desencadenan el reclutamiento de diversos recursos biolgicos, como el camarn. En este captulo se incluyen las discusiones de estos recursos y los usos del suelo, la utilizacin de los hbitats de alta mar y del estuario, para describir la compleja naturaleza de la calidad ambiental en los ecosistemas costeros del Ecuador. Nuestro objetivo es presentar una descripcin integrada de los diversos factores que contribuyen a la calidad del medio ambiente, y cmo influyen en la sostenibilidad de la industria camaronera. Adems, se describirn los comentarios negativos potenciales del manejo de las camaroneras en los recursos costeros, particularmente los manglares, y el deterioro potencial del agua y la calidad del hbitat de la zona costera.
Industria de Cultivo de Camarn Las primeras operaciones comerciales del camarn en Ecuador se iniciaron en 1969 (Siddall et al., 1985), casi 400 aos despus de la prctica de los incas de cierre de las lagunas que se encontraban temporalmente inundadas con agua de mar y larvas camarones peneidos. La produccin de camarn de piscinas del Ecuador aument espectacularmente desde 1979 hasta 1984 y para 1989, las camaroneras producan ms de 50 000 toneladas, mientras que la produccin de la industria de redes de arrastre se mantuvo en 7 500 toneladas mtricas (Figura 3A). El valor de la produccin de las camaroneras aument de 56.9 a 287.9 millones de dlares de los EE.UU. desde 1980 hasta 1986 (Figura 3A). El valor de exportacin de la cosecha de 1991 ascendi a 482 millones de dlares EE.UU., ocupando el segundo lugar despus del petrleo como producto de exportacin del Ecuador (Olsen y Arriaga, 1989; Aiken, 1990). El dinero generado por esta actividad de maricultura es ms importante para la economa del Ecuador que el banano y cacao juntos, y dos veces tan importante como el caf (Aiken, 1990). El enorme crecimiento de esta industria ha hecho del Ecuador el segundo productor del cultivo de camarn en el mundo, alcanzando casi el 16 % del mercado mundial (McPadden, 1985). Casi toda esta produccin se consume en el mercado de Estados Unidos. La expansin de la industria del camarn en Ecuador se exhibe mejor por el aumento en la construccin de camaroneras (Figura 3B). La construccin de piscinas camaroneras en promedio fue de cerca de 14 000 ha por ao entre 1980 y 1991 resultando en una superficie total de ms de 150 000 ha en 1991 (Figura 3B). Casi todas estas piscinas fueron construidas en la zona intermareal, y la mayora de ellas inicialmente se ubicaron en zonas altas o salinas. Una vez desaparecidas estas zonas, ms construcciones se
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localizaron en la zona intermareal de vegetacin boscosa, o manglares. La expansin de la industria de cultivo del camarn se ha limitado a dos provincias costeras del sur, Guayas y El Oro (Figura 4). Un censo de CLIRSEN (1992) cita que las provincias del sur, El Oro y Guayas tienen 127 130 ha, o el 87 % de la superficie total de piscinas camaroneras que se construyen en la zona intermareal (Figura 4). Esta zona de la regin costera mantiene un rea extensiva de comunidades intermareales, incluyendo casi 83 % de los manglares del Ecuador (Figura 4). As, el ritmo de construccin de piscinas y las repercusiones de este cambio de uso del suelo en los ecosistemas estuarinos de esta regin se convirti en el foco central de preocupacin por la calidad ambiental de la zona costera del Ecuador. Uno de los principales factores que limitan la expansin y la productividad de la industria camaronera es la disponibilidad de post larvas (PL). Aunque ha habido un aumento constante en la construccin de piscinas de camarn, no todos las piscinas han estado en operacin (Figura 3C). En las etapas iniciales del desarrollo de esta industria, casi todas las piscinas construidas estaban en funcionamiento hasta 1983. De 1983 a 1985, el rea de piscinas aument de alrededor de 60 000 ha a 100 000 ha, pero el rea de piscinas en operacin disminuy a cerca de 50 000 ha. La abundante oferta de post larvas durante el evento El Nio de 1983, junto con el capital disponible, cre una demanda excesiva para la construccin de camaroneras, desde 1985 hasta 1987. Sin embargo, el suministro natural de post larvas durante los aos ms normales, la captura de PL no poda abastecer a las piscinas existentes, resultando en disminucin del funcionamiento de piscinas. La fluctuacin de PL disponibles durante otros eventos de El Nio indican que la capacidad de carga ptima del sistema natural es de aproximadamente 60 000 ha de camaroneras (Figura 3C). La diferencia entre las piscinas construidas y en funcionamiento ha puesto un mayor nfasis en encontrar alternativas a las post larvas naturales, por ejemplo en produccin de post larvas adicionales mediante criaderos. La influencia de la industria camaronera en los cambios de los patrones de uso del suelo y la utilizacin de aguas de los estuarios ha llevado a la preocupacin por los posibles efectos negativos de esta industria en el hbitat y la calidad del agua de los ecosistemas costeros. Varios factores se han asociados con la disminucin de post larvas en los esteros a lo largo de la costa del Ecuador, incluyendo las bajas temperaturas del agua (regreso a temperaturas normales despus de un evento El Nio), la prdida de hbitat del manglar, la disminucin de la calidad del agua (incluyendo mayor incidencia de mareas rojas, pesticidas y metales pesados) y/o indiscriminada sobre pesca de las poblaciones naturales disponibles. Los cambios en la calidad ambiental de los ecosistemas costeros a su vez pueden reducir la sostenibilidad de la industria camaronera. La informacin existente sugiere que la produccin en las camaroneras ha descendido desde 1 600 hasta 250 kg/ha/ao de camarn en los ltimos aos, aunque las tasas de siembra se han mantenido en alrededor de 65 000 PL/ha.
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Figura 3. A) Productividad de la industria de camarn desde 1962 hasta 1991 sobre la base de dlares de los EE.UU. y masa camaroneras vendidos por ao. B) Tasa de construccin de camaroneras en el Ecuador sobre la base de permisos expedidos por el Ministerio de Agricultura, en comparacin con el trazado directo de la zona de piscinas camaroneras usando sensores remotos (1983, 1987 y 1991). C) Zonas de piscinas camaroneras autorizadas para la operacin y estimaciones de la superficie real de las piscinas camaroneras en produccin de 1975 a 1988 de acuerdo a Espinoza (1989)
Figura 4. Cambios en el uso del suelo en la zona intermareal de las cuatro provincias costeras del Ecuador desde 1969 hasta 1991 incluyendo A) las piscinas camaroneras, B) Salinas (regiones intermareales de alta salinidad desprovistas de vegetacin), y C) manglares
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Las tasas de mortalidad en las camaroneras se estiman en ms del 50 por ciento, y la evidencia sugiere que las tasas de maduracin son tambin menores. La desmejorada calidad del agua ha contribuido a aumentar la incidencia de enfermedades, disminuir la maduracin de post larvas, rebajar las tasas de crecimiento y aumentar la mortalidad del camarn silvestre. Estos factores incluyen impactos tanto en la recoleccin o disponibilidad de post larvas silvestres, como en la supervivencia de las larvas una vez que son transferidos a piscinas de crecimiento. La disminucin de PL silvestre ha aumentado la demanda de PL de laboratorio. Actualmente hay ms de 100 laboratorios de larvas que pueden producir cerca de 7.7 mil millones post larvas al ao en 1991 (Montao, 1992). La buena calidad del agua es fundamental para la productividad de los laboratorios de larvas, porque son susceptibles a enfermedades. Estos factores demuestran la susceptibilidad de esta industria a la calidad ambiental de la zona costera del Ecuador.
Recursos Costeros del Ecuador Recursos Oceanogrficos La Costa del Ecuador es una zona de transicin, o frente ecuatorial, que se extiende entre las aguas tropicales del sur de la Baha de Panam y la Corriente de Humboldt que fluye hacia el norte de Per (Figura 5). El agua tropical fluye hacia el sur, desde la Baha de Panam, a lo largo de la costa de Panam y Colombia hasta alrededor de 2 S suministrando calor (> 25 C) y baja salinidad (< 34 ppt) al agua de la costa del Ecuador (Pesantes y Prez, 1982). Aguas ms fras (< 22 C) y ms salinas (> 35 ppt) fluyen hacia el norte de Per con la corriente de Humboldt que est fuertemente influenciada por surgencia costera. La mezcla de estas dos masas de agua se produce entre Manta y Punta Santa Elena a lo largo de la costa de Ecuador y se mueve gradualmente hacia el sur al Golfo de Guayaquil. El predominio de la corriente panamea ocurre durante el verano provocando aumento de la temperatura del agua de mar e iniciando el comienzo de la temporada de lluvias (Cucaln 1984, 1989). Aos de aguas anormalmente clidas y altas precipitaciones estn asociados con los patrones del clima de El Nio debido a la llegada de agua inusualmente caliente a la superficie en el sudeste del Ocano Pacfico. Las aguas ms clidas en alta mar han resultado en explosivas poblaciones de camarn blanco frente a las costas del Ecuador desde el desove mejorado, maduracin, y reclutamiento. En el siglo pasado, los principales eventos de El Nio se registraron en 1925, 1929, 1939, 1941, 1953, 1957-58, 1965, 1972-73, 1976, y 1982-83 (Cucaln, 1989). La alta disponibilidad de post larvas que propici la expansin de la industria del camarn en 1983 y 1984 estuvo asociada con el ltimo evento El Nio. La naturaleza imprevisible de los eventos oceanogrficos y su influencia en los procesos ecolgicos de las tierras altas y las cuencas costeras contribuye a la naturaleza compleja del manejo de los recursos costeros en el Ecuador.
Recursos Estuarinos La zona costera de Ecuador (1 N a 3 20'S) se compone de cuatro provincias de la costa (Esmeraldas, Manab, Guayas y El Oro), situado en 284 000 km2 de tierras bajas
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Figura. 5. Mapa del Ecuador que muestra las cuatro provincias costeras de Esmeraldas, Manab, Guayas y El Oro, y las corrientes costeras de alta mar dominadas por la Panamea del norte y de Humboldt por el sur
entre el Ocano Pacfico y las montaas andinas (Figura 5). Hay tres zonas de vida climticas a lo largo de la costa: un moderado clima hmedo en el sur con abundante agua dulce de la escorrenta alrededor de Guayaquil; una provincia central rida con vegetacin muy escasa, y en el norte, cerca de Esmeraldas, una zona tropical, la ms hmeda, con abundantes precipitaciones y escorrenta. Ms del 95 por ciento de la precipitacin anual cae durante la estacin lluviosa de enero a mayo (Stevenson, 1981), y vara desde menos de 500 mm en las provincias centrales y la provincia de la costa meridional, a ms de 3 000 mm en Santo Domingo de los Colorados en el norte (Engineer Journal 1972, Cintron y Schaeffer-Novelli, 1984). La temperatura media anual (24.2 a 27 C) apenas vara a lo largo de la costa, por lo que la evapotranspiracin potencial es de unos 1300 mm/ao. As, las relaciones de ET/P (evapotranspiracin /precipitacin) de las provincias del norte son de alrededor de 0.43, en comparacin con 2.60 en las provincias ridas del centro. Los dos ros principales y ecosistemas estuarinos de la costa son el estuario del ro Esmeraldas en el norte y el estuario del ro Guayas, que desemboca en el Golfo de Guayaquil, en el sur (Tabla 1). El Golfo de Guayaquil recibe el escurrimiento de unos 20 los ros con una cuenca de 51 230 km2 siendo el mayor ecosistema estuarino en la costa del Pacfico occidental de Amrica del Sur (Cucaln, 1984). La principal fuente de agua dulce es el ro Guayas, que se formas 60 kilmetros ro arriba en la confluencia de los ros Daule y Babahoyo. La
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Tabla 1. Principales sistemas hdricos de la costa del Ecuador PROVINCIA ESMERALDAS Esmeraldas Cayapas Mira-San Juan Verde Mataje Muisne Cojimes Carchi MANAB Chone Jama Portoviejo Jipijapa GUAYAS Guayas Caar Balao Taura Zapotal EL ORO Jubones ArebukkasZatumilla Catamayo-Chira Puyango-Tumbes TOTAL RO DESCARGA ANUAL (m/s) 1925 990 490 230 94 53 32 30 6 78 41 17 15 5 1365 1160 72 60 57 16 80 58 22 100 99 3647 REA DE LA CUECA (km) 40257 21418 5919 6329 1970 821 1600 1859 341 9413 2583 2205 2110 2515 47659 32674 2110 2515 2630 7730 6728 4328 2400 11012 4965 120034
Ros Peruanos
descarga media de 1 143.7 m3/s para el ro Guayas es la ms alta entre los 30 ros de la zona costera de Ecuador y representa el 39 % del flujo total de esta regin de tierras bajas. La precipitacin media en el sistema de drenaje al norte del ro Guayas, Guayaquil es de 885 mm/ao, que puede variar desde menos de 400 a ms de 1 800 mm durante cualquier ao (Figura 6). La descarga es altamente estacional y va desde 200 m3/s durante la estacin seca a 1 600 m3/s durante la estacin lluviosa, con una cantidad de precipitacin media (Figura 6). Las mareas son semi diurnas y de igual amplitud de 1.8 m en el Golfo de Guayaquil, pero que se amplan a 3-5 m en el estuario del ro Guayas, cerca de la ciudad de Guayaquil (Murray et al., 1975).
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Figura 6. Variacin interanual de las precipitaciones en la cuenca del estuario del ro Guayas (Guayaquil) de 1950 a 1969, y el carcter estacional de la descarga del ro Guayas, basado en el flujo promedio mensual de 1962 a 1964 (Stevenson, 1961)
Recursos de Manglar El tema ms controvertido en relacin con la calidad ambiental de los recursos costeros del Ecuador ha sido la explotacin de los manglares asociados con la construccin de piscinas camaroneras. Esta controversia es indicativa de la necesidad de establecer una distribucin espacial de los recursos naturales durante las fases iniciales de solucin de los problemas de manejo de los recursos. Junto con el crecimiento de la industria de la cra camaroneras durante los 1980s hubo la preocupacin de que la mayora de los ecosistemas de manglares a lo largo de la Costa de Ecuador se destruyeron. Esta aparente prdida est vinculada a la prdida de post larvas debido a la prdida de hbitat y el detritus que dan soporte a las fases juveniles de camarn en el estuario. La recoleccin particularmente pobre de post larvas en 1984 cre conciencia de que la calidad ambiental de la zona costera de Ecuador como criadero de larvas de camarn estaba amenazada debido a la prdida de los humedales de manglar. El gobierno de Ecuador encarg al Instituto Geogrfico Militar, a travs del Centro de Levantamientos Integrados de Recursos Naturales por Sensores Remotos (CLIRSEN), determinar la distribucin de los recursos de manglar y los cambios en el uso del suelo en la zona intermareal, debido al cultivo del camarn (lvarez et al., 1989). Informacin de una variedad de sensores remotos incluyendo imgenes de radar, infrarrojo, blanco y negro, fotografa area y pancromtica se utiliz para desarrollar
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una serie de mapas temticos de uso del suelo en la zona intermareal de Ecuador. CLIRSEN ha realizado monitoreos en 1984, 1987 y 1991 para documentar el cambio en los recursos de manglares debido a la construccin de las piscinas camaroneras a lo largo de la costa. Usaron archivos fotogrficos de 1969 como punto de referencia de los recursos de manglares antes de la expansin de la industria de piscinas camaroneras. El uso del suelo en la zona intermareal fue identificado ya sea como manglares, piscinas camaroneras o salinas, adems de otros usos del suelo como la vegetacin de tierras altas (incluyendo maleza y bosques naturales), zonas agrcolas y asentamientos urbanos a lo largo de la costa. Las zonas de manglares se subdividieron en tres categoras dependiendo de la altura de los rboles; M1 rboles > 15 m, M2 rboles de entre 5 y 15 m, mientras que M3 rboles < 5 m. Mapas temticos de escala 1:25 000 se desarrollaron a partir de mapas de escala bsica de la zona costera proporcionados por el Instituto Geogrfico Militar; estos mapas de escala base se utilizaron para la transcripcin de los datos obtenidos por teledeteccin (Figuras 7 y 8). Se generaron estadsticas para cada una de las cuatro provincias de la costa desde 1969 hasta 1991, y se sumaron para toda la regin costera. Esta informacin tcnica sobre los recursos de los manglares del Ecuador fue un esfuerzo de cooperacin muy importante de la Subsecretara de Recursos Pesqueros, Direccin de la Marina Mercante, CLIRSEN y el Proyecto de Manejo de Recursos Costeros. Los trabajos de teledeteccin de los recursos de manglar mostraron que la mayora de las camaroneras se construyeron en las provincias del sur, del Guayas (Figura 7) y El Oro (Figura 8). El estudio de 1991 de CLIRSEN (1991) cita que estas dos provincias del sur tienen 127 130 ha, o el 87.1 % de la superficie total construida de piscinas camaroneras en la zona intermareal (Figura 4). La zona intermareal es el sitio preferido por la proximidad de las piscinas a la costa lo que disminuye costos asociados con el suministro de agua y larvas para las piscinas. Inicialmente las piscinas se construyeron en zonas intermareales ms interiores llamadas salinas que bsicamente no tienen vegetacin. Algunas de las mayores reas salinas se encontraron en la provincias del Guayas y El Oro en 1969, antes de la construccin de camaroneras (Figura 4B). Estas zonas intermareales del interior se redujeron drsticamente de un total de 51 495 ha en 1969 a slo 7 490 ha en 1991, representando una prdida de 85 % de estas reas. Cerca del 61 % de las salinas se convirtieron en camaroneras desde 1969 hasta 1984, y el resto en asentamientos urbanos. El cambio de utilizacin del suelo de las salinas a los manglares como lugares preferidos para la construccin de piscinas fue particularmente evidente en El Oro. De 1966 a 1977 hubo 834.2 ha de piscinas construidas en la costa sur de El Oro en Machala y el 73 % de estas fueron construidas en salinas (Figura 8). Sin embargo, el 63 % de las camaroneras construidas a partir de 1977 a 1982, puede explicarse por la prdida de 937 ha de manglares en la regin. La proporcin relativa de la prdida de hbitat de manglares y salinas (prdida de manglares: prdida de salinas) fue de 0.8 desde 1966 hasta 1977, frente a 3.0 desde 1977 hasta 1982. En tanto las zonas del interior comenzaron a escasear, ms camaroneras se construyeron en los hbitats de manglares, produciendo la prdida creciente de este recurso natural de la zona costera (Figura 4). Las provincias costeras del sur, Guayas (Figura 7) y El Oro (Figura 8), tambin tienen las reas ms extensas de manglares a lo largo de la costa de Ecuador (Figura 4C). En 1969, el rea total de manglar en el Ecuador era 203 695 ha, de las cuales casi el 78 %
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estaban ubicadas en estas dos provincias del sur. En 1991, el rea total de manglar disminuy a 161 410 ha, y el 81 % de este recurso se mantuvo en las provincias del Guayas y El Oro (Figura 4C). La reduccin de la superficie de manglares desde 1969 hasta 1991 se estim en 42.285 ha, o el 20.8 % del original de 203 695 ha (Figura 9). En 1991 CLIRSEN calcula que 145 940 ha de piscinas se haban construido en la zona costera, lo que sugiere que el 29 % de las camaroneras ha utilizado zonas de manglares. Durante este mismo intervalo, cerca de 44 005 ha de salinas se haban perdido, debido casi todo a la construccin de camaroneras. Juntas, la reduccin de salinas y manglares desde 1969 hasta 1991 pueden contabilizar solo el 59 % de la superficie de las piscinas construidas. As, hay 86 290 ha del suelo que se han convertido en camaroneras fuera de la zona intermareal, o alguna otra categora que no sean los manglares y las salinas de la zona costera. La prdida media anual de los manglares entre 1969-1984 fue 1 434 ha/ao, frente al 2 618 ha/ao de 1984-1987 y 3 362 ha/ao de 1987-1991 (Figura 9B) (CLIRSEN, 1992). La mayor prdida de manglares se ha producido en la provincia de Guayas, en cerca de 1 500 ha/ao, tanto para los perodos de anlisis de 1984-1987 y 1987-1991. Debido a la gran rea de manglares asociada con el estuario del ro Guayas, esta elevada prdida es inferior al 15 % de los recursos de manglar existentes. La prdida de manglares en la provincia de Guayas representa el 38 % de la reduccin total de los recursos de manglares desde 1969 hasta 1991. Mientras que el promedio nacional de prdida de manglares es de aproximadamente 21 %, el rango de las cuatro provincias costeras estuvo entre el 12.8 % de la provincia del Guayas y el 70.5 % de Manab. En Manab, la prdida de los manglares fue de casi 6 % anual desde 1984 hasta 1991. A finales de 1988, la destruccin del hbitat de los manglares en algunos estuarios de la provincia de Manab fue prcticamente total, como en el estuario del Ro Chone. De 1974 a 1988 la superficie de manglares a lo largo de este cuerpo de agua se redujo de 3 973 ha a 600, y casi la totalidad de la prdida de manglares se asoci con la construccin de piscinas camaroneras. En el estuario del ro Atacames, slo restan 50 ha de manglares de las 578 reportadas en 1970, lo que representa una prdida del 90.1 % de los recursos del manglar. En la surea provincia de El Oro, la zona de MachalaPuerto Bolvar ha perdido ms del 50 % de un sistema de manglar muy productivo. La perspectiva de la prdida de manglares en el Ecuador es especfica de cada sitio, en funcin de la intensidad de manejo de las piscinas en relacin a la disponibilidad de recursos del manglar. Esto ha confundido la cuestin de la prdida media nacional de manglares a lo largo de la costa de Ecuador frente a la eliminacin casi total en cuencas hidrogrficas de estuarios especficos. As, los impactos de la prdida de manglar en la calidad ambiental de los recursos estuarinos dependen de las caractersticas especficas regionales de uso del suelo. Sin embargo, la prdida acumulada de manglar a lo largo de toda la costa es tambin una cuestin relacionada con el mantenimiento de hbitat necesario para la continuacin del reclutamiento de camarones en la zona costera (Turner, 1989). La explotacin de manglares para productos madereros est menos documentada, aunque en la provincia costera del norte de Esmeraldas, la madera de mangle se utiliza para la produccin de carbn vegetal. La madera de manglares produce 4 500 kcal/kg de madera, y se considera una fuente de ahorro de energa en las zonas rurales costeras de Ecuador. Este es el nico lugar en Ecuador, que utiliza ampliamente la madera de
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Figura 7. Mapa de uso del suelo en la zona costera, utilizando tcnicas de teledeteccin desarrolladas por CLIRSEN. Este mapa representa el estuario del Ro Guayas y el Golfo de Guayaquil
mangle en la produccin de carbn, aunque gran parte de los residuos leosos de la tala de los bosques de manglares de construccin de camaroneras en las provincias del sur tambin se convirti en carbn. Gran parte de la madera barata de mangle que ha suministrado la industria del carbn vegetal en las provincias del norte provenan de la retirada de escombros de madera de las etapas iniciales de construccin de piscinas. Una vez que la construccin de piscinas ha disminuido, sobre todo despus de El Nio, en perodos de escasa post larva, la madera de construccin de piscinas era limitada y la industria del carbn perdi un suministro barato y adecuado de la madera de mangle. Ahora hay una fuerte demanda de madera de mangle para abastecer una industria que se expandi junto con la industria de piscinas camaroneras. En Esmeraldas, se estima que se necesitan para satisfacer la demanda actual 2 000 m3/ao de madera de mangle, lo que requerira 20 ha de bosques de manglar por ao. Sin embargo, la silvicultura de manglares no se practica comnmente como una forma de manejo de los manglares, e incluso la rotacin mnima de 20 ha de madera por ao para abastecer la industria de carbn de lea es un problema.
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Figura 8. Mapa de uso del suelo en la zona costera, utilizando tcnicas de teledeteccin desarrollado por CLIRSEN. Este mapa representa la regin de El Oro-Machala
Figura. 9. Prdida de manglares en el Ecuador de cada una de las cuatro provincias costeras y anlisis basado en los siguientes ndices: A) superficie de manglares, B) cambio al ao, y C) porcentaje del rea total de manglar en cada provincia (CLIRSEN)
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Acoplamiento de los Recursos Costeros El ciclo de vida del camarn demuestra los importantes vnculos de los manglares con otros ecosistemas costeros que son necesarios para sostener la industria camaronera (Figura 10). Los camarones adultos se reproducen en el ocano costero y ponen huevos que desarrollan las etapas iniciales de larvas mientras flotan en aguas pelgicas. Las larvas microscpicas forman parte de las comunidades planctnicas de los mares costeros y utilizan fitoplancton durante su desarrollo a post larvas. Las mareas y corrientes, junto con su locomocin propia establecen los mecanismos necesarios de transporte del reclutamiento de post larvas en aguas estuarinas y costeras, donde reciben proteccin y alimentos en los hbitats de manglares. Es el conjunto de procesos de reproduccin, maduracin y reclutamiento en la plataforma y ecosistemas costeros que suministran post larvas a las aguas estuarinas. Los manglares producen detritos que se utilizan como alimento para el camarn, y las races areas proveen refugio para la proteccin de los depredadores, creando un vivero para las etapas crticas del ciclo de vida del camarn. Los camarones jvenes maduran a adultos y regresan a los mares costeros, de nuevo con ayuda de las corrientes de marea. Mientras tanto en alta mar, los adultos se reproducen y reabastecen el estuario con nuevas generaciones de camarn. El ciclo de vida de camarn tambin representa los patrones de migracin en alta mar y en bahas de otros organismos dependientes de los estuarios marinos como los cangrejos y varias especies de peces. La vinculacin del suministro de post larvas y la calidad ambiental de los recursos costeros del Ecuador es compleja (Figura 10). Tanto los procesos oceanogrficos y hbitat del manglar ofrecen excelentes condiciones para las post larvas a travs del ptimo desove, maduracin y procesos de reclutamiento. La variacin temporal extrema de los procesos de alta mar es estocstica, lo que limita la capacidad para evaluar la contribucin relativa de los procesos ocenicos, costeros y de estuario, a la disponibilidad de post larvas durante el ao. As, el papel relativo de la temperatura del mar, la lluvia, y el hbitat de manglares en el mantenimiento de post larvas se ve complicado por el cambio continuo de cada uno con el tiempo. Adems, la costa de Ecuador ofrece un conjunto muy diverso de configuraciones del medio ambiente desde los estuarios con descarga abundante de agua hasta condiciones secas dominadas por procesos de playa. Zimmerman y Minello (1989) han encontrado que el L. vannamei y el L. stylirostris habitan en las zonas de manglar, pero no se sabe si estos hbitats mejoran la supervivencia o el crecimiento de estos y otros organismos marinos en el Estero Salado. Durante los perodos de temperaturas ms clidas de las aguas mar adentro, hay un aumento significativo en la frecuencia de Litopenaeus sp. en todo el hbitat de manglares. Zimmerman et al. (1991) encontraron que el reclutamiento de las tres especies, L. californiensis, L. vannamei y L. stylirostris son abundantes y los hbitats de cra estn relacionados con los manglares, mientras que los juveniles de L. occidemalis y L. brevirostris ocurrieron con poca frecuencia y no se asociaron con los manglares. L. vannamei fue ms abundante durante los aos con mayor precipitacin, en particular, durante el evento El Nio 1987, mientras que L. californiensis fue ms abundante durante los aos ms secos. Este estudio de varios aos demostr que los estuarios tropicales varan cada ao de idoneidad del hbitat como viveros de camarn, segn el patrn temporal de los procesos oceanogrficos y del hbitat disponible.
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Figura. 10. Ciclo de vida del camarn de huevo a adulto con duracin aproximada (en horas o das) de cada etapa, y la ubicacin aproximada en la zona costera donde esta etapa del ciclo de vida se produce. Adems, el diagrama interno describe las etapas del ciclo de vida que se utilizan en la operacin de piscinas camaroneras
Las caractersticas espaciales y temporales de la zona costera del Ecuador complican la funcin de utilizacin de recursos, como es el caso del cultivo de camarn con los recursos naturales costeros. Como se demuestra en la Figura 10, las piscinas camaroneras operan proporcionando un hbitat artificial para facilitar el desarrollo de post larvas de camarn a adultos, saltando as las etapas del ciclo vital que normalmente ocurre en el ecosistema del estuario. La sustitucin de los recursos naturales con los ambientes de piscinas depende de la retroalimentacin continuada del camarn adulto que regresa a los ecosistemas de la plataforma. Aqu, en las aguas de alta mar se produce una nueva generacin de camarones que reabastece los estuarios con nuevas post larvas. Camarones adultos producidos en piscinas son enviados a los mercados extranjeros y por tanto son prdida de los ecosistemas. As, mientras el sistema natural tiende a reciclar material gentico entre las aguas costeras y alta mar, segn lo dictado por el ciclo de vida del camarn, el camarn de cultivo cortocircuita este proceso sirviendo como un sumidero de recursos genticos de camarn de la zona costera. El desove y las fases de maduracin del ciclo de vida del camarn tambin pueden ser sustituidos por criaderos, limitando as la dependencia de la industria de cualquiera de los sistemas de alta mar o de estuario para producir post larvas. Los criaderos se basan en entornos costa afuera con hembras grvidas que suministran huevos de donde nacen las post larvas. Si bien la inseminacin artificial de camarn es un foco de mucha investigacin, este proceso an no ha sustituido el medio natural. Incluso la produccin de post larvas silvestres de hembras grvidas se limita a la sustitucin de los ambientes estuarinos. Las altas tasas de mortalidad de post larvas producidas artificialmente en piscinas restringen la capacidad de la industria de ofrecer post larvas a travs de operaciones de incubacin. As, la industria en la actualidad sigue vinculada a la sostenida productividad secundaria de los ecosistemas costeros.
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Impactos de los Cambios Uso del Suelo en la Calidad Ambiental Los recursos costeros del Ecuador son afectados por diversas actividades econmicas y los patrones de uso del suelo que pueden influir en la calidad ambiental de las aguas costeras. La calidad ambiental del estuario del ro Guayas est influenciada por los aportes de las cuencas altas, los intercambios con la zona intermareal, y los procesos oceanogrficos en el Golfo de Guayaquil (Figura 2). Las actividades en la cuenca incluyen un proyecto represa que influir en la descarga de agua dulce, la expansin de la agricultura con la participacin asociada de productos qumicos, incluidos los fertilizantes y pesticidas, aguas residuales de urbanizaciones en crecimiento, y sustancias txicas procedentes de actividades industriales (Arriaga 1989, Solrzano, 1989). Adems, las mareas rojas que se desarrollan en las aguas costeras pueden ser bombeadas a los viveros y camaroneras. Estas diversas influencias antropognicas sobre la calidad del agua del estuario complican el manejo ambiental en este ecosistema costero. En la Figura 2, los procesos naturales que influyen en la calidad ambiental de los sistemas costeros se muestran con vnculos entre ros, mareas, procesos de la costa, manglares y hbitat. En la seccin inferior de la Figura 2, ms efectos antropognicos de la industria, la navegacin, el urbanismo, la agricultura, y las actividades tursticas estn vinculados a la calidad del medio ambiente.
Cultivo de Camarn Las camaroneras representan ecosistemas manejados que estn vinculadas a los procesos ecolgicos de varios ecosistemas costeros (Figura 10). Los mtodos de la maricultura de camarn en la zona intermareal se agrupan en tres clasificaciones basadas en la densidad de juveniles de camarn en las piscinas. La maricultura extensiva, con densidades de poblacin de 10 000 20 000 larvas por hectrea, utiliza pocos suplementos adicionales va bombeo de agua de mar o fertilizacin artificial. Los depredadores estn presentes y el rendimiento anual de 100 - 400 kg/ha es relativamente bajo. Un aumento de las siembras de 50 000 60 000 juveniles/ha es un sistema semiextensivo que requiere un poco de alimentacin suplementaria para una oferta enriquecida de alimentos, e intercambio de agua de mar para controlar los problemas de calidad de agua, tales como niveles bajos de oxgeno disuelto. Las tasas de produccin con este programa suben a ms del doble. El sistema ms dominado es el semiintensivo, con operaciones de 100 000 larvas/ha en las piscinas. El alimento es suministrado o se fertilizan las piscinas para aumentar las fuentes de alimento. El intercambio de agua con el estuario es mayor y los rangos anuales de aumento de la produccin son de 1 000 1 800 kg/ha. Los productores de camarn estiman que 60 000 ha, o casi el 60 %, de las camaroneras operativas usan manejo extensivo (estimacin para 1989). Operaciones semi-extensivas y semi-intensivas incluyen 25 000 y 15 000 ha respectivamente. Sin embargo, ya que las operaciones semi-intensivas son mucho ms productivas, se produce casi la misma cantidad de camarn como en las operaciones extensivas. Los impactos de estos tipos de manejo de camaroneras en la calidad ambiental de los recursos costeros est relacionada con la prdida de los manglares asociada con la construccin de piscinas, el bombeo de agua para controlar la calidad del agua de
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piscinas, y la recoleccin de post larvas naturales a las piscinas de almacenamiento. La evaluacin de estas interacciones del manejo de las camaroneras depende de nuestra comprensin de la funcin de los diferentes ecosistemas al hbitat y calidad del agua de la zona costera (Figura 11). El hbitat y la calidad del agua de los estuarios estn vinculados a una variedad de procesos ecolgicos de los manglares, as como otros ecosistemas en la zona costera. Estas funciones de los ecosistemas soportan los estadios especficos del manejo de las camaroneras que estn diseadas para proporcionar un hbitat para facilitar el crecimiento de las post larvas a camarn adulto. Estas incluyen las funciones que suministran larvas silvestres para crecer fuera de las piscinas, y las condiciones de calidad del agua que mejoran el crecimiento y la supervivencia de estos camarones juveniles. La calidad del hbitat de los manglares en el estuario se pierde cuando estos bosques son destruidos para la construccin de las piscinas. Funciones del manglar tales como sumideros de nutrientes tambin se pierden as como la contribucin a la calidad del agua del estuario. Parmetros crticos de calidad del agua que afectan el manejo de las piscinas camaroneras y los beneficios, son el oxgeno disuelto, turbidez y sustancias txicas, incluyendo las mareas rojas. Muchas de estas condiciones de calidad del agua son administradas por el control de bombeo de agua del estuario. A travs de la recirculacin del agua desde las piscinas de nuevo al estuario, el manejo de las piscinas contribuye tambin a la calidad del agua del estuario. Esto representa un efecto de retroalimentacin del manejo de las camaroneras en los ecosistemas estuarinos. Esta seccin describir los vnculos del manejo de las piscinas a las funciones del hbitat y de la calidad del agua de los ecosistemas estuarinos.
Figura. 11. Diagrama de los procesos ecolgicos de los manglares y su funcin en el mantenimiento del hbitat y la calidad del agua de la zona costera; y cmo estas funciones soportan la industria de camarn en piscinas
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Prdida de Manglares y Calidad de Hbitat La prdida de los manglares de los estuarios tropicales puede tener directa consecuencia a una variedad de redes alimentarias representando una prdida de hbitat y materia orgnica. La contribucin de los manglares para mantener la productividad secundaria de los ecosistemas costeros depende del destino de hojarasca incluyendo la produccin del bosque, el transporte hasta el estuario y la utilizacin de las redes alimentarias marinas (Figura 11). La produccin y transporte de hojarasca dentro de un sistema es estacional y las diferencias entre sistemas parecen estar relacionados con los escenarios ambientales (vase Twilley y Day, este volumen). As, los diferentes tipos de manglares, como la de franja y los bosques de cuenca, pueden contribuir diferentes cantidades de materia orgnica a los estuarios adyacentes. En Rookery Bay, Florida, el manglar de rivera produce como el doble de materia orgnica por unidad de rea que los bosques interiores de la cuenca. Sin embargo, los clculos de balance de masa de contribucin total de materia orgnica de cada tipo de manglar, teniendo en cuenta la cobertura de superficie de cada hbitat, resulta en igual tasa de carga de detritus al estuario (Twilley, 1988, 1989). En este caso, el valor relativo de los bosques de mangle no puede ser asociado con la distancia a la costa, aunque debe tener en cuenta la distribucin relativa de cada tipo de manglar en todo el estuario. Tres enfoques se han utilizado para establecer la utilizacin del detritus de manglares en los ecosistemas costeros, que son: 1) correlacin de rendimientos de pesca con rea de hbitat, 2) estudios del hbitat de densidad de fauna y diversidad, y 3) anlisis de la cadena alimentaria. Existen asociaciones entre tasas de produccin de camarn y extensin del rea de manglar (Macnae, 1974, Turner, 1977; Jothy, 1984), tal que una hectrea de manglar puede producir sin manejo ms de 600 kg/ao de camarn y 100 kg/ao de pescado (Turner, 1977). Basado en una prdida aproximada de 42 285 ha de manglares, la reduccin en la produccin de camarn de la zona costera del Ecuador ascendera a 25 400 t/ao (revisado de Turner, 1989 en base de la estimacin de prdida de manglares de 1991). Esto es equivalente aproximadamente al 33 % del rendimiento de las piscinas de camarn de 1991. Aunque estas estadsticas no tienen relaciones causales, s hacen ver que siempre que existe una pesca productiva de post larvas, hay presencia de un hbitat de manglar, como se ha observado en Malasia. Estudios de la utilizacin de hbitat de manglar y anlisis del contenido intestinal de los organismos se pueden utilizar para determinar el flujo de materia orgnica a travs de las cadenas alimentarias. Aunque estos diagramas de flujo son de orden cualitativo, ya que la cantidad relativa de alimento es desconocida, ellos proveen visin de la utilizacin directa de la materia orgnica de los bosques de manglar. Estos anlisis de las cadenas alimentarias de los manglares se han hecho para el Sur Florida, EE.UU. (Odum y Heald, 1972) y Laguna de Trminos, Mxico (Yez-Arancibia y Day, 1982, 1988). Todos estos estudios han encontrado una porcin significativa del contenido intestinal de detritvoros como materia originad en los manglares. As, tanto en ambientes lagunares como ribereos los manglares pueden proporcionar una contribucin significativa de los detritus a las cadenas alimenticias. La abundancia de istopos naturales de carbono, nitrgeno y azufre se puede utilizar para determine la importancia relativa de las diferentes fuentes de materia orgnica a la
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dieta de grupos especficos de las cadenas alimentarias marinas (Peterson y Fry, 1987). Uno de los pocos estudios con istopos naturales en las redes alimentarias de manglares en Malasia encontr que aquellos camarones cercanos a la costa tenan una huella de carbono similar a la hojarasca en descomposicin del manglar (Rodelli al., 1984). Sin embargo, los organismos recogidos mar adentro estaban alimentndose de fitoplancton. En el suroeste de la Florida, Macko y Zieman (1983) encontraron que la seal del detritus del manglar en el tejido del cuerpo de camarn dependa de la productividad relativa de los manglares en comparacin con las algas marinas y fitoplancton. En Rookery Bay, donde los manglares son un hbitat dominante, el carbono de los manglares tuvo composicin parecida al tejido del camarn. Estos estudios indican que la funcin ecolgica de los manglares como fuente de alimento puede variar entre los diferentes mbitos del medio ambiente en funcin de la contribucin relativa de los productores primarios al pozo de detritus del estuario. Anlisis de istopos de materia orgnica en los estuarios del ro Churute y Estero Salado indican que la actividad microbiana de los estuarios tropicales tiene una fuerte influencia en el enriquecimiento del contenido de nitrgeno del carbono orgnico en la columna de agua (Cifuentes et al., enviado). Sin embargo, la mayor parte del carbono original del sedimento suspendido era de origen alctono, indicando la importancia de los manglares para la cadena alimenticia del estuario del ro Guayas. Prdida de Manglares y Calidad de Agua: Algunas pruebas preliminares indican que los manglares pueden ser un sumidero de nutrientes en las aguas costeras (Figura 11). Esto puede parecer contradictorio con el concepto outwelling de los manglares como fuente de detritos de los ecosistemas estuarinos (Odum y Heald, 1972; Twilley, 1985a; Twilley at al., 1986). Una explicacin es que la absorcin neta de nutrientes puede representar un balance entre el aporte de nutrientes inorgnicos y la exportacin de nutrientes orgnicos. Sin embargo, el saldo neto del intercambio de nutrientes rara vez ha sido investigado para manglares a pesar de que generalmente se consideran como un sumidero de nutrientes en el estuario. Walsh (1967) observ que las concentraciones de nutrientes inorgnicos disminuy en las aguas en movimiento a travs de un manglar en Hawai. Nedwell (1975) utiliz encierros para medir la absorcin de nutrientes por los sedimentos de manglar y se dio cuenta que tenan una gran capacidad para remover nitrato, especialmente en las zonas de enriquecimiento de nutrientes por la descarga de aguas residuales. El uso de los manglares para el tratamiento de efluentes enriquecidos de nutrientes ha recibido cierta investigacin preliminar (Macnae, 1968), pero esta funcin an es poco conocida (Clough et al., 1983). Los sedimentos en suspensin en la columna de agua se depositan en los manglares durante las inundaciones, enriqueciendo los suelos de los manglares. El extenso sistema de races de los manglares aumenta este proceso de captura y retarda las fuerzas de la erosin a lo largo de la costa (Scoffin, 1970). Aunque esta funcin ha sido exagerada al punto de llamar a los manglares "rboles caminantes", ellos s contribuyen a los procesos sedimentarios que existen en los ecosistemas estuarinos (Lynch, al., 1989). Nixon et al. (1984) observaron que la carga total de sedimentos en suspensin de un estuario en Malasia, en la que los manglares haban sido recuperados para la agricultura, fue de un orden de magnitud ms alto que en un sistema dominado por manglares adyacentes. El estuario del Ro Guayas es muy turbio y los manglares a lo largo de la costa contribuyen a los procesos sedimentarios de este sistema (Twilley, 1995).
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Bombeo de Agua a las Piscinas de Camarn En la zona intermareal donde las piscinas se han construido el intercambio natural de las aguas del estuario a travs de las mareas ha sido reemplazado por bombas de diesel que unen las camaroneras con el estuario. Las tcnicas de acuicultura intensiva requieren un estricto control de calidad del agua que se mantiene aumentando el intercambio de agua del estuario. Camaroneras a densidades ms altas de juveniles requieren fertilizacin adicional y alimentacin suplementaria para asegurar un suministro adecuado de alimentos para la productividad secundaria. Este nivel de manejo de piscinas requiere un estricto control de calidad del agua ya que las floraciones de fitoplancton como consecuencia de las adiciones de nutrientes pueden agotar las concentraciones de oxgeno disuelto a niveles que causen mortalidad del camarn. Motores diesel se utilizan para bombear agua todos los das del estuario durante la marea alta a un sistema de acueducto central que por gravedad alimenta de agua a las distintas piscinas. Esta agua entra en las piscinas dependiendo de la etapa de manejo. Los tipos de cambio varan de 3 a 8 % del volumen de las piscinas por da en condiciones maricultura semi-extensiva, y puede aumentar al 10-15 % a prcticas de acuicultura ms intensa. El volumen total de agua bombeada desde el estuario del ro Guayas a las camaroneras depende de los tipos de cambio (% volumen de las piscinas/da) y el rea de piscinas en funcionamiento (con una profundidad media de piscinas de 1.5 m) (Figura 12). A la presente operacin de 92 000 ha de piscinas en condiciones de manejo semi-extensivas (5 % de tasa de bombeo), el volumen de agua intercambiada diariamente con el estuario es de aproximadamente 65*106 m (Figura 12). Este volumen es mayor que descarga de agua dulce desde el ro Guayas, durante el perodo de bajo caudal. A manejo intensivo de piscinas (10 % de tasa de bombeo), la misma rea de piscinas podra intercambiar ms volumen que la descarga del ro durante los perodos de flujo alto (Figura 12). Estos tipos de escenarios subrayan la importancia de la utilizacin del agua de camaroneras en el patrn de calidad del agua en este estuario. La mayora del agua que se bombea a las piscinas es para reemplazar las prdidas asociadas con la filtracin y la evaporacin. Teniendo en cuenta las tasas de evaporacin potencial de esta regin y el carcter superficial de las piscinas de camarn, este flujo de agua incrementar la prdida de agua dulce del estuario. Alimentacin suplementaria y mtodos de fertilizacin son necesarios para satisfacer la demanda de alimentos a densidades mayores de poblacin de PL en las piscinas. La principal fuente de nutricin para los camarones en piscinas de crecimiento son las floraciones de fitoplancton que se derivan de la urea y superfosfatos aadidos antes de la siembra. La alimentacin suplementaria se lleva a cabo hacia el final del ciclo de crecimiento, por lo general las ltimas cuatro semanas. Gran parte del nitrgeno y fosfato que se aplica a las piscinas es absorbido por el fitoplancton y por tanto son devueltos al estuario en forma orgnica. Estos nutrientes orgnicos representan demanda biolgica de oxgeno cuando la biomasa del plancton se descompone en el estuario. El cambio relativo de nutrientes y salinidad de las aguas de entrada y salida de las camaroneras no se ha documentado. As, el impacto de los cambios en el uso y la calidad del agua asociados con el cultivo de camarn es difcil de entender.
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Figura. 12. Volmenes de agua intercambiados por da con camaroneras, a diferentes tasas de bombeo (porcentaje del volumen de una piscina por da) sobre la base del rea de las piscinas (ha) con una profundidad media de 1.5 m.
La magnitud de esta prdida de agua se refleja en la elevada salinidad del agua efluente de las piscinas frente a las aguas del afluente. Snedaker et al. (1986) encontraron que el agua en 22 de 30 piscinas estudiadas tena una mayor salinidad que el agua fuente.
Pesca Indiscriminada La espectacular expansin de la industria de cultivo del camarn y los niveles crecientes de piscinas de manejo estimularon el desarrollo de una nueva pesquera para proveer de post larvas de camarn y de semilla para abastecer las piscinas de la maricultura. Fuentes de la industria estiman que hasta 90 000 pescadores artesanales participaron en la cosecha de 1983 y en 1984 el nmero de pescadores que trabajan a lo largo de la costa era incluso ms alto (McPadden, 1985). La pesca de semilla se concentra en las zonas de importante descarga de agua dulce a lo largo de la costa, tales como El Oro y Esmeraldas, ocurriendo con mayor intensidad en la provincia de Guayas. Las capturas no son selectivas, e incluyen peces pequeos, post larvas y juveniles de camarones peneidos, lo mismo que una mezcla de P. vannamei, P. stylirostris, P. occidentalis y P. californiensis, as como algunas especies carideos de agua dulce. Puesto que slo las dos primeras especies sobreviven mejor en las piscinas de camarn, los propietarios pagan de acuerdo a la proporcin de la poblacin de P. vannamei y P. stylirostris (McPadden, 1985). La seleccin es un proceso despus de cosecha y por lo tanto las especies de menos valor del estuario se desperdician. El pico de la temporada de pesca de la semilla es de diciembre a marzo, cuando los pescadores pueden capturar hasta 40 000 post larvas al da de tamaos entre 7 a 10 mm. La demanda anual de post larvas se estima en 16.5 mil millones sobre la base de 120 000 ha de camaroneras utilizando en su mayora el manejo extensivo de piscinas (estimaciones de 1989). Slo la mitad de las post larvas recogidas a lo largo de las playas es P. vannamei, requiriendo una cosecha
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total de 33 mil millones de post larvas. Esta demanda de P. vannamei representa un impacto potencial sobre la estabilidad gentica de organismos no requeridos que usan el ambiente costero durante su ciclo de vida. Proyecto Represa Daule-Peripa Una represa ha sido construida en la confluencia de los ros Daule y Peripa para desvo del suministro de agua, control del flujo del ro y energa hidroelctrica. El agua ser desviada a travs de un acueducto desde el ro Daule a la pennsula de Santa Elena para agua potable, riego para la agricultura y uso industrial. La presa tambin aumentar el flujo de agua dulce al estuario del ro Guayas durante la estacin seca, evitando la intrusin de agua salada en la parte baja del ro Daule y potenciando la agricultura en esta rea. El ro Daule se une al Babahoyo cerca de Guayaquil, para formar el ro Guayas y drena una tercera parte de la cuenca del ro Guayas. La capacidad de caudal medio del ro Daule es de 365 m3/s, o aproximadamente el 30 % del caudal medio del ro Guayas, y suministra la mayor parte del agua potable para Guayaquil. La cuenca total de los ros Daule y Peripa es 13 800 km2 y recibe una precipitacin media de 1 800 mm/ao. Una descripcin completa de las caractersticas del suelo y uso del suelo de esta cuenca se presentan en un informe de la Comisin de Cuenca del Ro Guayas (CEDEGE, 1970). La presa crear un embalse con una capacidad de almacenamiento de 6.0 km3 de agua con una superficie de 270 km2, la profundidad media de 21 m, y el volumen de 5.4 km3. El embalse suministrar agua potable a 300 000 personas a 400 litros por persona por da, agua de riego para 42 000 ha de tierra y 20 millones de m3/ao para la industria. El uso industrial proyectado incluye una refinera de petrleo, un complejo de fertilizantes de nitrgeno, un complejo petroqumico y una planta petroqumica en el puerto de Monteverde. El rea que drena el agua al embalse cuenta con 4 025 km2 (Mendoza, 1983). El rea de deforestacin y eliminacin de material vegetal comprende 33 750 ha, y el rea a ser inundada cubre 27 000 ha (Arriaga, 1989). El vertido anual ser de aproximadamente 10 m y el rea inundada se mantendr en 18 000 ha. La presa influir en la cantidad de agua de los ros Daule y Peripa que normalmente se descargan en el ro Guayas (Figura 2). En la actualidad, la operacin propuesta de la presa se estima en un flujo promedio anual de 100 a 175 m3/s (Jenkins, 1979; Arriaga, 1989). Este flujo puede variar de un mximo de 321 m3/s durante la estacin lluviosa, en abril, a un mnimo de 124 m3/s en agosto. En comparacin con el flujo normal de los ros Daule y Peripa (Figura 6), este flujo modificado es mucho menor que la descarga de agua dulce de 1 000 m3/s que se produce durante la estacin lluviosa. Durante la estacin seca, para controlar la intrusin de agua salada, la presa proporcionar agua por encima de la descarga promedio de alrededor de 50 m3/s de los suministros almacenados en el embalse. Basado en el promedio mensual de flujos, la descarga normal de 343 m3/s de estos dos ros se limitar a 174 m3/s, una reduccin de alrededor de 49 % (Figura 6). Esta reduccin representa una prdida de 15 % del agua dulce del ro Guayas y el 13 % del estuario del ro Guayas. La prdida de agua dulce de un estuario en una zona semirida como la provincia del Guayas puede influir en los patrones de salinidad en este ecosistema costero.
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La represa Daule-Peripa puede influir en la distribucin y aumentar la concentracin de la salinidad en el estuario del ro Guayas (Figura 2). Los manglares que existen en ambientes ridos, como la costa de Ecuador, donde la evapotranspiracin es mayor que la precipitacin, son muy sensibles a pequeos cambios en la hidrologa, en particular al aporte de agua dulce. Para los bosques de manglar en zonas de vida rida, pequeos cambios de precipitacin resultan en creciente salinidad del suelo seguido de aumento de mortalidad de los rboles y un cambio en la vegetacin de los bosques a bronceado o salinas (Davis y Hilsenbeck, 1974; Cintrn et al., 1978; Twilley, 1985b). En Ecuador, la desviacin de agua dulce del estuario del ro Guayas se debe gestionar con la conciencia de los posibles efectos negativos en los manglares ya que se desarrollan en un entorno relativamente rido. Margalef y Crespo (1979) sugieren que la prdida de agua dulce de la presa, probablemente no afectar a los manglares, aunque los investigadores no tienen en cuenta la influencia climtica de la distribucin de los manglares en las provincias del sur. El aumento de la salinidad debido a los cambios en el suministro de agua dulce al estuario del ro Guayas, tambin puede afectar econmicamente a la importante pesca de este ecosistema estuarino. El Estero Salado, que alberga la mayor parte de los recursos pesqueros del Golfo interior de Guayaquil, no recibe los vertidos de agua dulce, directamente del ro Guayas. Por lo tanto, la tasa de lavado de esta seccin interna del golfo es inferior que las secciones ms del sur que estn vinculadas directamente al ro. Como consecuencia de la entrada reducida de agua dulce, el Estero Salado puede ser ms susceptible a aumentos en la concentracin de materiales disueltos en la columna de agua. La precipitacin durante el ao 1985 fue relativamente baja, y Estero Salado se volvi hipersalino con valores superiores a 30 mg/L (Zimmerman y Minello, 1989). Este aumento de la salinidad sugiere que otros materiales, tales como productos qumicos txicos y nutrientes tambin pueden estar concentrados (suponiendo que su comportamiento es conservativo). Organismos, como el camarn, que habitan en el Estero Salado son muy susceptibles a los cambios en la calidad del agua, especialmente de salinidad y toxicidad que pueden aumentar sus tasas de mortalidad y retardar el crecimiento. Los cambios en el suministro de agua dulce tambin pueden influir en el movimiento estacional y el reclutamiento de los organismos en el estuario del ro Guayas. El reclutamiento de los camarones en un estuario es importante para su ciclo de vida, porque el estuario proporciona condiciones ptimas, como baja depredacin, durante las etapas crticas de la maduracin. El tiempo estacional de reclutamiento se cree que depende de las fluctuaciones de salinidad junto con la llegada de masas de agua de alta mar. Desde que se dise la represa Daule-Peripa para proveer de un flujo casi constante de agua al estuario del ro Guayas, el impacto potencial de este proyecto debe ser evaluado en relacin a perturbar las fluctuaciones estacionales de la salinidad en el estuario. Dado que la industria de la maricultura depende de postlarvas de camarn que utilizan el estuario estacionalmente, los planes de manejo deberan considerar seriamente los factores que influyen en el reclutamiento de la pesca en el ecosistema del estuario.
Eutrofizacin
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Los productos qumicos que se introducen a la zona costera se pueden agrupar en dos categoras: aquellos que contribuyen al enriquecimiento de nutrientes y parmetros de calidad de agua, como el oxgeno disuelto, y los que contribuyen a la concentracin de compuestos txicos del estuario (Figura 2). Los productos qumicos que contribuyen a la calidad ambiental de la zona costera del Ecuador incluyen los residuos de la industria, la navegacin, la agricultura y los asentamientos urbanos. En esta primera seccin, vamos a describir las contribuciones de nutrientes y la calidad qumica del agua de la zona costera, seguido por una seccin sobre la ecotoxicologa de las aguas costeras. Entradas difusas de nutrientes incluyen la escorrenta de la vegetacin natural y de paisajes manejados como la agricultura o la silvicultura (Figura 2). Muchas investigaciones se han realizado sobre el desarrollo de las tasas de carga de nutrientes para diferentes tipos de vegetacin nativa y para tipos especficos de cultivos en cuencas hidrogrficas de diversas reas geogrficas. La mayora de estos tipos de carga han sido desarrollados para cuencas hidrogrficas situadas en climas templados. Poco se conoce sobre la prdida de nutrientes de los diferentes tipos de uso de suelos en cuencas tropicales. Los cinco cultivos principales que crecen a lo largo de la costa de Ecuador son banano, arroz, caa de azcar, cacao y caf (Figura 13). Estos productos provienen principalmente de la agricultura en las tierras bajas del Guayas, situado al norte y al este de la ciudad de Guayaquil y a lo largo de la costa este del Golfo de Guayaquil. Estadsticas de las provincias de Guayas y Los Ros se han combinado para representar la actividad agrcola en la cuenca del ro Guayas. Ms del 50 por ciento de la actividad agrcola de la zona costera del Ecuador se produce en la cuenca del ro Guayas (Figura 13). La cuenca del ro Guayas es un importante productor de arroz, casi el 95 % de la produccin total de arroz, a lo largo de la costa se produce en las provincias de Guayas y Los Ros. El arroz en la cuenca del ro Guayas es de particular importancia para la economa de alimentos del estuario del ro Guayas, debido a la gran rea de produccin (Figura 13A), el potencial de expansin de este cultivo en la cuenca una vez que la represa Daule-Peripa se complete se proyecta en 17 000 ha durante la fase inicial del proyecto en la proximidad de los ros navegables. Las fuentes puntuales de ingreso de productos qumicos a las zonas costeras estn relacionadas con las zonas urbanas y la industria (Figura 2). Las tasas de carga de nutrientes de las ciudades dependen de la densidad de poblacin y el grado de tratamiento de residuos antes de su descarga en el sistema acutico. La poblacin en las provincias costeras de Ecuador ha aumentado en los ltimos 35 aos, de manera ms dramtica en la provincia de Guayas (Figura 13B). De 1962 a 1982 la poblacin de esta provincia se ha duplicado a ms de 2,0 millones de personas. En los ltimos aos, la tasa de crecimiento anual ha sido dramtica resultando en una poblacin actual de ms de 2.57 millones de personas (Figura 13B). Junto con la poblacin de Los Ros, hay 3.14 millones de personas en la cuenca del ro Guayas, de los cuales el 84 por ciento se considera urbano, con el 53 por ciento de la poblacin de la cuenca ubicada en las cercanas de Guayaquil. Actualmente, slo el 18 por ciento, o 6 100 ha, de 34 700 ha de la ciudad, es atendida por un sistema adecuado de drenaje (Solrzano, 1989). En 1979, 450 000 personas en Guayaquil no tenan alcantarillado, y
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este valor ha aumentado anualmente en un 21 000 personas. Las aguas contaminadas de la ciudad se drenan sin tratamiento al ro Guayas (Estacin de bombeo El Guasmo), al ro Daule (Estacin de bombeo El Progreso) y al Estero Salado.
Figura 13. A) Distribucin de tierras con distintos tipos de agricultura en las cuatro provincias costeras del Ecuador. La provincia de Guayas incluye la actividad agrcola de la provincia de Los Ros. B) Registros histricos de los cambios de poblacin en las cuatro provincias del Ecuador
De las estadsticas disponibles, los residuos de un 62 % de la poblacin se bombea a pozos spticos (sin tratamiento), sin embargo, el 86 % de 54.83x106 m3 de los residuos generados cada ao se vierten a los ecosistemas acuticos. Basado en estas estadsticas de poblacin y tasas per cpita de cada tratamiento, se han calculado las tasas de carga de demanda de oxgeno (biolgica y qumica), slidos (totales y disueltos), y nutrientes (nitrgeno y fsforo total). Este anlisis preliminar indica que la ciudad de Guayaquil vierte ms del 90 % de todos los vertidos domsticos que entran al ro, y un porcentaje an mayor de los nutrientes que entran en el estuario del ro Guayas. Solrzano (1989) seala que los residuos domsticos e industriales ha disminuido la calidad del agua en los ros Daule y Guayas, contribuyendo a un alto nivel de contaminacin bacteriana, disminuyendo el contenido de oxgeno disuelto, y produciendo la creciente concentracin de nutrientes. El enriquecimiento de nutrientes de las regiones costeras ha contribuido a la eutrofizacin continuada de los ecosistemas estuarinos llevando al deterioro de muchos
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parmetros de calidad del agua (Figura 2). Concentraciones de oxgeno disuelto por debajo de 4 mg/L se considera estresante para muchos organismos estuarinos y los efectos negativos del bajo oxgeno disuelto a la calidad del medio ambiente pueden tambin producirse por la alteracin de las cadenas alimentarias bsicas que soportan pesqueras de gran importancia econmica. Las descargas de demanda biolgica de oxgeno (DBO) y demanda qumica de oxgeno (COD) pueden causar disminucin de las concentraciones de oxgeno disuelto en el estuario. Un balance de los procesos que aportan oxgeno disuelto (fotosntesis y difusin) y eliminan DBO y DQO, es necesario para un ambiente saludable para las pesqueras de importancia econmica. Si bien bajas condiciones de oxgeno disuelto pueden constituir una condicin natural de estuarios ms estratificados (Newcombe y Horne, 1938; Officer el al., 1984), una legtima preocupacin es el aumento temporal y espacial de eventos de anoxia en muchos ecosistemas costeros. Aguas anxicas son aparentemente poco comunes en el estuario del ro Guayas, lo que ocurre slo en zonas prximas a desages de residuos cloacales (Arriaga, 1989). Un estudio de cinco estaciones en el Estero Salado, encontr que las concentraciones de oxgeno disuelto a 1 m de profundidad vari desde 2.7 hasta 4.7 mg/L en el ro Guayas, sin embargo, las concentraciones cerca de Guayaquil son generalmente menos de 2.7 mg/L (Solrzano, 1989). Las concentraciones suelen ser ms bajas en la parte inferior, por ejemplo, Solrzano y Viteri (1981) midieron concentraciones de 3.5 mg/L a 1 m de profundidad frente a 2.0 - 2.5 mg/L de fondo, cerca de dos estaciones adyacentes a Guayaquil. La demanda bioqumica de oxgeno (DBO) oscil de 0.65 hasta 2.88 mg/L en el estuario del ro Guayas. Concentraciones de oxgeno disuelto en el Estero Salado estuvieron en el rango 3.0 a 4.7 mg/L. El Estero Salado recibe los efluentes de 400 000 personas que representan una DBO de 10 000 t/ao. Aunque hay casos de oxgeno disuelto bajo adyacentes a las descargas de aguas residuales, no existe estrs de anoxia como se espera de la carga a este ecosistema estuarino. Las mareas fuertes con amplitudes de 3 a 5 m en el estuario del ro Guayas y Estero Salado son responsables de la buena aireacin de la columna de agua. Sin embargo, cuando esta elevada DBO se bombea a las piscinas de camarn, junto con los procesos bioqumicos in situ en las aguas de piscinas, hay problemas potenciales de calidad del agua. Durante la presencia de mareas rojas en el estuario, los problemas de anoxia en las piscinas son causados por el bombeo de agua anxica del estuario; de otro lado la anoxia en el agua de piscinas se desarrolla cuando aguas con alto potencial de DBO se bombean dentro de las piscinas de camarn. Las mareas rojas, floraciones de fitoplancton que decoloran el agua, son una ocurrencia comn en el Golfo de Guayaquil y en las aguas interiores del estuario del ro Guayas (De Arcos, 1982; Jimnez, 1980; Jimnez, 1989). Han habido 28 reportes de mareas rojas en la zona costera de Ecuador, y estas floraciones varan en composicin de especies, densidad de clulas, y duracin. La influencia ms directa en el estuario es la muerte de peces provocada por la presencia de organismos txicos como Gonyaulax catenella y Gymnodium breve. Gonyaulax monilata ocurri en la parte superior del Golfo de Guayaquil en abril de 1980 y en marzo de 1986 junto a la costa de Manglaralto. El florecimiento de 1980 produjo alta mortalidad de peces (Jimnez, 1989), mientras que una marea roja en 1986 caus significativa mortalidad de postlarvas
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de camarn en ocho camaroneras, debindose interrumpir las operaciones de 30 a 45 das (Jimnez, 1986). Otras mareas rojas en el ro Guayas incluyen Gyrodinium stratum en septiembre de 1982, Mesodinium rubrum en agosto de 1984, Prorocentrum maximum de febrero 1985 a febrero 1986, y una floracin reciente de Nietzche sp (Jimnez, 1989). Estas floraciones de algas causan alta mortalidad en las piscinas de camarn, cuando el fitoplancton de aguas contaminadas se bombea del estuario. Una marea roja de estrato Gyrodinium (no txico) en el ro Guayas, en septiembre de 1982 lleg a concentraciones de 93 000 000 clulas/L superior a 50 km del estuario de ms de un mes. El bombeo de la marea roja caus anoxia y mortalidad posterior en las piscinas de camarn, representando una primera aparicin de efectos negativos de la marea roja en las operaciones de piscinas de camarn. Otro incidente en el Estero Salado, en agosto de 1984 dio lugar a anoxia en la noche en camaroneras asociado con BOD adicional de clulas Mesodinium rubrum. Durante estos acontecimientos, los efectos negativos de las mareas rojas son compensados por el aumento de la tasa de bombeo e intercambio de agua de las piscinas. Tambin se ha observado que algunas de las especies asociadas a las mareas rojas, como filamentos de algas verde-azules causan reduccin en la calidad de los camarones al cambiar el sabor y causar un olor a humedad.
Ecotoxicologa La calidad ambiental de los ecosistemas costeros tambin se ve influenciada por los productos qumicos txicos introducidos por la agricultura y la industria. La agricultura puede contribuir con sustancias txicas como los plaguicidas a los ros y estuarios de la cuenca del Guayas (Figura 2). Solrzano ha expresado su preocupacin acerca de las concentraciones de plaguicidas en el estuario, pero slo trazas de pesticidas han sido detectados en el comienzo de la temporada de lluvias en el ro Daule (Solrzano, 1989). Un estudio de la cuenca hidrogrfica de CEDEGE mostr que los niveles de DDT en los ros que desembocan en el estuario eran bajos, pero hay poca documentacin disponible de este problema. El proyecto de represa de los ros Daule-Peripa descrito anteriormente tambin aumentar las reas de agricultura en la cuenca del ro Guayas. El rea propuesta para la agricultura de regado es de 125 000 ha ubicadas en la cuenca del ro Daule, la pennsula de Santa Elena y la provincia de Manab (Arriaga, 1989). En la seccin inferior del Daule, el rea de riego de 50 000 ha se encuentra en ambas orillas del ro Daule, entre Palestina y Petrillo. La primera fase de riego se ha previsto para 17 000 ha que se utilizarn para las plantaciones de arroz, maz, soja, frijoles, cebollas, tomates y semillas de ricino (Herman, 1986). La utilizacin prevista de los plaguicidas en las zonas de regado son propanil (herbicida), endrina y furadn (insecticidas). La mayora de los plaguicidas propuestos son compuestos organoclorados y organofosforados, carbamatos, adems otros herbicidas a base de urea (Arriaga, 1989). Los compuestos organoclorados son insolubles en agua, pero son transportados en los ecosistemas acuticos absorbidos por materia particulada. Estos compuestos son resistentes a la descomposicin y pueden acumularse en los sedimentos de los ecosistemas estuarinos. Los compuestos organofosforados son solubles en agua, pero susceptibles a la descomposicin y no se acumulan en los sedimentos. Sin embargo, estos compuestos
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son muy txicos para los organismos acuticos. Los crustceos, especialmente larvas, son ms sensibles a bajas concentraciones de pesticidas que otros organismos marinos (Costlow, 1982). El uso extensivo de estas sustancias qumicas en la cuenca del estuario crea un peligro potencial para la industria de la maricultura de camarn en el Ecuador. Endrina, que se aplica a una concentracin aproximada de 145 t/ao en los campos de arroz de la cuenca del ro Guayas, redujo significativamente las tasas de crecimiento de juveniles de Mysidopsis bahia (McKenney, 1986), en concentraciones de 60 g/L. Adems, las medidas fisiolgicas de la disfuncin metablica en msidos expuestos subletalmente a plaguicidas en condiciones de laboratorio y de campo mostraron un menor crecimiento y menor capacidad reproductiva de estos organismos en las etapas posteriores de su ciclo de vida (McKenney, 1986). Daugherty (1975) observ que los rendimientos de camarn disminuyeron en El Salvador, probablemente como resultado del uso intensivo de plaguicidas en el cultivo de algodn durante los aos 1960s y principios de 1970. Los plaguicidas tienen la tendencia a concentrarse ms a medida que se asciende en la cadena alimentaria y por lo tanto pueden estresar depredadores y los niveles trficos superiores como los peces. Antes de que este problema se pueda resolver, se necesita ms informacin sobre la concentracin ambiental de estas sustancias qumicas que son txicas para determinadas pesqueras, y su destino en el medio ambiente del estuario. Hay algo de la actividad minera en la cuenca del ro Guayas, y se han encontrado varios metales concentrados en los sedimentos fluviales y estuarinos. Solrzano (1989) reporta mediciones recientes de cobre, hierro, cadmio en la columna de agua de los ros Babahoyo, Daule, Guayas, y mercurio en los sedimentos del Guayas. Ella describi las masas de agua como eutrficas y las concentraciones de cobre y cadmio por encima del lmite considerado como inocuo para los organismos acuticos. Las concentraciones de las esos dos metales oscilaron entre 36.9 - 94.5 g/L y 0.1 - 14.5 g/L, respectivamente, en el ro Guayas. Estas altas concentraciones de metales pesados en ciertas reas del ecosistema estuarino demuestran los efectos del desarrollo urbano y la industria. Solrzano (1989) expres su particular preocupacin por la concentracin de cobre, cadmio y mercurio en la columna de agua y sedimentos del estuario del ro Guayas. Las concentraciones de cobre son superiores a 10 g/L, que se considera inocuo para las especies acuticas (Ketchum, 1975), aunque estas concentraciones pueden deberse a procesos naturales. El cadmio tambin est presente en concentraciones que podran afectar los organismos acuticos (Ketchum, 1915), y en los sedimentos mostraron contaminacin significativa por mercurio (Solrzano, 1989).
Calidad Ambiental y Maricultura de Camarn La sostenibilidad a largo plazo de la industria de cultivo de camarn en Ecuador requiere la integracin de enfoques para e manejo de los recursos de las zonas costeras. Estas consideraciones incluyen no slo el manejo de las interacciones de la industria de la cra camarn con los estuarios y los ecosistemas marinos costeros, sino tambin las actividades de uso del suelo en la cuenca alta y centros urbanos. Por ejemplo, las interacciones de las actividades de cultivo de camarn, con el ecosistema del estuario del ro Guayas, indicarn la naturaleza compleja de los impactos ambientales y cmo influir en la sostenibilidad de esta industria (Figuras 2 y 14). El panel superior de la
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Figura 14 describe la estrategia actual en la utilizacin de los recursos costeros en el Ecuador por la industria de maricultura de camarn, incluyendo el efecto de retroalimentacin de esta actividad en la calidad ambiental del estuario. La disminucin de la calidad ambiental de los recursos estuarinos afecta la productividad de las piscinas de camarn, influyendo en la capacidad de los recursos naturales para abastecer PL, y el control de la supervivencia y crecimiento del camarn en piscinas de crecimiento. Por lo tanto, la productividad secundaria de los ecosistemas de piscinas se ve limitada por la variedad de factores que estn relacionados con el agua y la calidad del hbitat en los ecosistemas costeros (Figuras 2 y 14). Los cambios en la calidad ambiental de las cuencas costeras, o eco-regiones como la cuenca del ro Guayas, tambin estn asociados con los cambios de uso del suelo tanto en las cuencas altas y la zona intermareal. Por ejemplo, se ha demostrado que la calidad del agua en el estuario puede estar influida por la introduccin de productos qumicos como los fertilizantes y pesticidas de la agricultura, las aguas residuales de las grandes zonas urbanas, y los metales pesados de la industria (Figura 2). Los ros proporcionan el conducto que une los procesos ecolgicos del estuario con el uso de las tierras de las cuencas hidrogrficas de las cuencas altas. La deforestacin de la vegetacin natural, seguida de una sustitucin de agroecosistemas, adems de las actividades urbanas e industriales, puede cambiar la composicin qumica de las aportaciones fluviales en los ecosistemas costeros. Adems, la distribucin y recirculacin de estos contaminantes en el estuario se ven influidos por las alteraciones en la cantidad y naturaleza estacional de la descarga de agua dulce de la cuenca. As, la cantidad y la calidad de las aportaciones fluviales juntas son importantes vnculos con la calidad ambiental de los estuarios que controlan la productividad de la maricultura en piscinas camaroneras. Las mareas conectan el estero con los procesos ocenicos y costeros intermareales, y por lo tanto, tambin contribuyen a la calidad ambiental de los ecosistemas estuarinos. La mayora de los cambios en las prcticas de uso del suelo de la zona intermareal se asocia con la industria camaronera en s, causada por la destruccin de los ecosistemas de manglar (Figura 14). La prdida de estos ecosistemas tiene un impacto negativo sobre la funcin normal de las mareas que acoplan la funcin de los manglares con el estuario (Twilley, 1988). Como se describi anteriormente, este acoplamiento de los manglares con el estuario influye tanto en el hbitat y la calidad del agua de los recursos estuarinos (Figura 14). Los procesos ecolgicos de los manglares que se pierden debido a la construccin de piscinas se ilustran en la Figura 11, junto con la forma en que soportan la productividad de las piscinas de camarn. As, la prdida de los manglares est relacionado con el crecimiento y supervivencia de post larvas y ecologa qumica de las camaroneras por desacople del efecto de estos humedales boscosos del hbitat y la calidad del agua. Los manglares han sido reemplazados por los ecosistemas de piscinas de camarn que tienen funciones ecolgicas muy diferentes en la zona costera. Mientras que las piscinas estn diseadas para mejorar la productividad secundaria en el estuario, en particular por el aumento de la produccin de camarn, que altera el hbitat y la calidad del agua de los ecosistemas estuarinos. En los ecosistemas de laguna, el uso de la energa de las mareas para el intercambio de aguas de los estuarios de la zona de intermareal ha sido
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Figura. 14. Comparacin de las prcticas actuales en la manejo de zonas costeras (panel superior) con las estrategias recomendadas paral manejo de los manglares integrado basado en la funcin ecolgica de los manglares en la zona costera (panel inferior)
sustituido por la energa de combustibles fsiles que las bombas de agua peridicamente durante una marea. De los procesos ecolgicos en los ecosistemas de piscinas en gran medida determinada por la introduccin de nutrientes y alimentos para mejorar la produccin de camarn en el resultado de la fertilizacin de las aguas de los estuarios. As, la calidad, las funciones de los ecosistemas en relacin con piscinas de agua son diferentes en comparacin con el acoplamiento de los ecosistemas de manglar que puede reducir el exceso de nutrientes en los estuarios. Cambios en uso del suelo en la zona intermareal por la construccin de piscinas camaroneras, no slo es importante la
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prdida de las funciones ecolgicas, como los manglares, que pueden influir en la calidad ambiental del estuario; pero tambin la sustitucin de ecosistemas naturales con aquellos que tienen la diferentes funciones ecolgicas en la zona intermareal. Por lo tanto, la retroalimentacin negativa de la construccin del camaroneras no slo relacionada con la prdida de manglares, sino tambin por la influencia negativa de los ecosistemas del piscinas en la calidad del agua de los ecosistemas estuarinos (Figura 14). La influencia de la calidad ambiental de la zona costera en la industria de cultivo de camarn en el Ecuador es complicado debido a los procesos oceanogrficos nicos en esta regin (Figura 14). Por ejemplo, las elevadas temperaturas del agua en el Golfo de Guayaquil, puede ser un factor que dominan en el reclutamiento de camarones adultos en los esteros del Pacfico interior durante los eventos climticos conocidos como El Nio. Sigue habiendo confusin sobre el papel relativo de los procesos costeros en alta mar y la destruccin de los manglares y la disminucin de la abundancia de post larvas en la ltima dcada. A nivel nacional se ha producido una prdida de alrededor de 22 % de los recursos de los manglares de la costa. Sin embargo, en algunas cuencas costeras como el estuario del Ro Chone, la prdida de manglares es superior a 90 %. Los impactos acumulativos de la prdida de manglares pueden ser especficos del sitio, en particular en las regiones donde la prdida de manglares es alta, y otros que sirven de hbitat para mantener el patrimonio gentico natural. Durante los perodos de alto reclutamiento, el efecto de prdida de hbitat no puede ser significativo. Sin embargo, en las condiciones oceanogrficas normales, los efectos negativos de la prdida de hbitat pueden ser ms pronunciados a lo largo de la costa. El ciclo de vida de los crustceos penaidos vincula los procesos fsicos de los ocanos costeros con los procesos ecolgicos de los manglares estuarinos. Es la combinacin de los dos lo que sostiene este recurso costero. La abundante oferta de post larvas durante los eventos El Nio cre una demanda excesiva de construccin de camaroneras de la zona intermareal desde 1985 hasta 1987. La fuente natural de post larvas durante los aos ms normales de reclutamiento no pudo poblar las piscinas existentes, de tal manera que en 1985 casi el 50 % de las camaroneras no estaban en funcionamiento. Durante este perodo, hubo un mayor nfasis a la produccin de post larvas en criaderos, y aclimatar estos camarones a piscinas de engorde. En 1986 slo existan 12 laboratorios de larvas en operacin. En 1989 haba 106 laboratorios en funcionamiento, y otros 60 previstos para la construccin. Casi la mitad de estos laboratorios se encontraban en la provincia de Guayas y 25 se construyeron a lo largo de las playas de Manab. La produccin prevista de estos criaderos es de casi 10 mil millones larvas, sin embargo, slo menos del 25% de estas sobrevivirn en condiciones de piscinas. La mayora de los criaderos de larvas producen de hembras silvestres grvidas, ya que presentan una mejor supervivencia en las piscinas de engorde. As, la industria de incubacin, mientras responde rpido a la demanda de larvas, no logra en la actualidad sustituir a la calidad del hbitat de los ecosistemas estuarinos que se necesita para sostener la industria de piscinas de camarn. Aunque la construccin de camaroneras ha sido casi continua desde 1979 hasta 1988, ha habido una limitacin de la superficie de piscinas en funcionamiento (Figura 3C). Esto
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puede deberse en gran parte a la disponibilidad de post larvas, lo que indica la importancia del hbitat y la calidad del agua de los ecosistemas costeros como una restriccin sobre la industria camaronera. As, una capacidad de carga de los ecosistemas costeros del Ecuador para mantener la industria del camarn es de aproximadamente 60 000 ha. Sin el subsidio de post larvas de la industria de los criaderos, o del suplemento peridico de los eventos El Nio, no parece existir limitacin sobre la cantidad de piscinas que pueden construirse y funcionar. De acuerdo con los vnculos descritos en el panel superior de la Figura 14, la retroalimentacin negativa de la construccin de piscinas en la prdida de manglares y efluentes de las piscinas en la calidad del agua puede deteriorar la calidad ambiental de los ecosistemas costeros y disminuir la capacidad de carga de funcionamiento de piscinas en el Ecuador. El nivel de manejo de piscinas para aumentar la produccin camaroneras en piscinas que estn en realidad bajo operacin tendr que ser intensificado para mantener o aumentar la produccin de camarn (Siddall et al., 1985). As, el suministro de post larvas en el estuario tiene una fuerte influencia tanto en el nmero de de piscinas en operacin y como en el tipo de manejo practicado en estas piscinas. La utilizacin intensa de las piscinas existentes creara mayor bombeo y fertilizacin de las aguas estuarinas que, a su vez, conduce al aumento de carga de nutrientes al estuario. Este manejo alternativo puede afectar negativamente a la calidad del agua del estuario. Los impactos negativos de la construccin de piscinas en el ecosistema se remplazan por aumentos de bombeo y fertilizacin asociados a un manejo ms intensivo de las piscinas de camarn. Estas cuestiones demuestran la importancia de considerar el manejo de las camaroneras en el contexto del ecosistema y, en particular, prestando especial atencin a los factores asociados con el control de la calidad del agua.
Manejo Integral de Manglares y Camaroneras El enfoque ecosistmico en la manejo de los recursos naturales es esencial, ya que integra tanto los procesos ecolgicos de los sistemas ambientales, junto con las caractersticas socioeconmicas del desarrollo regional. Las nuevas tcnicas que, simultneamente, pueden valorar las interacciones de los sistemas ambientales y humanos se estn desarrollando (Farber y Costanza, 1987; Bell. 1989; Costanza et al., 1989; Dixon. 1989; Gottfried, 1992), pero muchos de estos modelos actualmente carecen de relaciones cuantitativas. As, en muchos casos, un sitio de pocos anlisis especficos para determinados conflictos en el desarrollo ambiental y econmico tienen que ser aplicados a una variedad de sistemas y asuntos. Twilley y Day (Captulo 10, este volumen) indican que las funciones de fuerza en una regin costera se pueden utilizar para evaluar las funciones ecolgicas de los ecosistemas de manglar (Figura 1). Y los modelos cuantitativos de los ecosistemas de estas relaciones se estn desarrollando (Twilley, 1995). Sin embargo, hay menos relaciones cuantitativas entre estos procesos ecolgicos con la naturaleza exacta de las funciones ecolgicas, tales como el hbitat y la calidad del agua que estos ecosistemas proporcionan. As, las relaciones cuantitativas entre las funciones ecolgicas y el valor de los ecosistemas estn an por determinarse (vase ms adelante). Sin embargo, esta descripcin de la industria camaronera en el Ecuador s provee un ejemplo de la relacin cualitativa de una empresa que depende de
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la calidad ambiental de los recursos costeros. Podemos utilizar estos vnculos para proporcionar un marco conceptual para evaluar los impactos del manejo de recursos humanos sobre los recursos naturales. El manejo de los recursos naturales de la zona costera se logra a travs de polticas establecidas por los sistemas humanos. As, la poltica maneja la gente, en lugar de los recursos naturales en s mismos. Pero las restricciones de los procesos ecolgicos en la sostenibilidad de la utilizacin humana de los recursos naturales requiere de una toma de conciencia de los vnculos (cualitativos y cuantitativos) de los ecosistemas. No estamos describiendo las opciones polticas o planes de manejo especficos en este captulo, pero se propone un modelo conceptual para entender cmo se acoplan los vnculos ecolgicos del sistema, y cmo estas relaciones influyen en la calidad ambiental de la zona costera. La economa de la cra camaroneras est vinculada a las funciones ecolgicas de los recursos naturales en la zona costera. La ganancia en el cultivo de camarn es la diferencia entre los ingresos generados por la produccin de piscinas y los costos asociados con su funcionamiento. El nivel de los costos de operacin de produccin del camarn, tales como el dragado, la construccin, el bombeo, la fertilizacin y el suelo (autorizaciones), depende de la calidad del agua que se bombea del estuario a las piscinas. Los manglares y las mareas proporcionan a la industria camaronera agua limpia y hbitats importantes que mejoran la oferta de post larvas silvestres y la produccin camaronera en piscinas (Figuras 11 y 14). Con la prdida de estos servicios gratuitos el costo de la produccin de camarn aumenta, como el coste de provisin de post larvas de laboratorio, el dragado para extraer sedimento y el combustible para las bombas a fin de controlar el oxgeno disuelto. As, la retroalimentacin negativa de la industria del camarn debido a la prdida de los recursos naturales influye en los beneficios de la industria ya que el manejo de las camaroneras est muy estrechamente unido a los recursos naturales de los ecosistemas estuarinos (Figura 9a). Las tcnicas de valoracin son necesarias para determinar las funciones multiproducto de los manglares a fin de integrar la economa y la ecologa (Gottfried, 1992). Los costos de oportunidad de diferentes estrategias de manejo de las piscinas como la construccin de piscinas y la operacin deben basarse en sus efectos negativos sobre el hbitat y la calidad del agua de los ecosistemas costeros. Adems, los costos de oportunidad de la calidad ambiental tienen que ser colocados en una escala de cuencas hidrogrficas para incluir muchas interacciones complejas de la industria de la cra camarn con los estuarios y los ecosistemas de cuencas hidrogrficas (Gottfried, 1992). Las tcnicas de valoracin deben utilizar la informacin ecolgica y econmica para identificar las reacciones negativas y positivas de los sistemas humanos con la funcin de los recursos naturales. En la actualidad estamos desarrollando modelos ecolgicos de estos procesos, para predecir ms concretamente la respuesta de los manglares a las alteraciones tanto naturales como humanas de los ambientes costeros. La combinacin de estos modelos ecolgicos, junto con los anlisis econmicos de las funciones multiproducto de los manglares pueden servir para mejorar las tcnicas que identifican el papel de la informacin ecolgica en la valoracin y manejo de los recursos del manglar. La manejo del camarn de piscinas podra minimizar los impactos negativos sobre los ecosistemas costeros, si se conservan los manglares para proteger su contribucin a la
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calidad ambiental de la zona costera (Figura 14b). La preservacin y conservacin de los manglares pueden ser ejecutadas bien para delimitar zonas verdes o franjas de proteccin que rodean las vas navegables, o para establecimiento de santuarios ms grandes y reas de conservacin. La Asociacin Australiana de Ciencias Marinas (1977) sugiere que una zona de seguridad terrestre debe ser de al menos 200 m de ancho hacia la tierra de los manglares. Sin embargo, hay muchos problemas en el establecimiento de zonas de amortiguamiento como en la zona intermareal. En Filipinas, donde el 60 % de los manglares se ha perdido desde 1960, un decreto presidencial (705 del Cdigo de Reforma Forestal) estipula una franja de 100 m de ancho a lo largo de la baha y el mar (Velasco, 1980), sin embargo, estas zonas verdes no se han implementado muy bien debido a la corrupcin (Bailey, 1986). En Indonesia existe una controversia entre los Departamentos de Silvicultura y Pesca sobre la anchura de zonas verdes de 50 o 400 m, respectivamente (Bailey, 1986). Estos conflictos institucionales son exclusivos de los manglares, ya que proporcionan un producto tanto para la silvicultura como para la industria pesquera. Otra forma de conservacin es la formacin de reas de conservacin o parques nacionales. En Malasia, la proclama presidencial 2151 y 2152 declar ciertos bosques de manglar como reas preservadas, conocidas como reas de Conservacin del Bosque de Manglar, que existen en Sabah (Malasia), Sundarbans (India), Sarawak (Malasia), Perak (Malasia) e Indonesia. Tambin hay parques nacionales que protegen los recursos marinos y los manglares en toda Amrica Latina, particularmente en Mxico, Costa Rica, Colombia y Brasil. En los Estados Unidos, hay recursos de manglar que estn protegidos en santuarios de estuarios. La conservacin de los manglares no slo debe considerar la estructura de los bosques sino tambin la funcin de estos ecosistemas en la zona costera. En algunos casos, los bosques de manglar han logrado mantener su presencia en el paisaje, pero las alteraciones en la hidrologa de estos ecosistemas se han desenganchado de las aguas de los estuarios. Un ejemplo de esta situacin es el embalse en Estados Unidos que se utiliza para el control de mosquitos en los manglares. Diques con estructuras de control de agua impiden los intercambios de material orgnico y gentico entre los manglares y aguas costeras. As, aunque estos bosques permanecen en el paisaje, no contribuyen al hbitat y la calidad del agua de la zona costera. El uso sostenible de los manglares para la produccin de productos de madera es tambin una forma de conservacin de los manglares y la utilizacin que reconoce la importancia de este recurso para las economas locales. La descripcin ms comn del manejo de los manglares se asocia con la silvicultura de los bosques basados en las tasas de regeneracin de los bosques en funcin del volumen de madera producida anualmente por cada hectrea de bosque. Estas prcticas de manejo forestal de los manglares tienen una larga y exitosa historia en Asia (Walsh, 1977; Snedaker, 1986), pero no se ha desarrollado en Amrica del Sur. Han habido algunos esfuerzos recientes en Brasil, Panam y Venezuela (Snedaker, 1986), pero no de la magnitud como en Malasia. El enfoque de manejo de uso sostenible de los manglares es comn en los pases subdesarrollados, donde la actividad econmica asociada a los productos de la madera es importante (Snedaker, 1986). Hay poco manejo de manglares en el Ecuador para el uso sostenible de la silvicultura, excepto en las provincias de Esmeraldas al norte para la produccin de carbn vegetal.
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Un enfoque similar a la utilizacin sostenible de los manglares como un recurso pesquero es menos comn, especialmente en Amrica Latina. Esto se debe al hecho de que la utilidad de los productos de los manglares est directamente relacionada con la recoleccin de productos de madera o la produccin de carbn vegetal. Productos de pesca de los manglares son menos directos, ya que estn vinculados a la cadena alimenticia del detritus y la utilizacin del hbitat que se aprecia con menos frecuencia, excepto por el pescador artesanal. En el panel inferior de la Figura 14 se sugiere de alguna manera evidente que los procesos de manglar pueden ser diseados y fabricados para mantener las empresas pesqueras, como la cra camaroneras. Hay algunos indicios de que los manglares pueden ser utilizados como un sumidero de nutrientes y lograr eliminar el exceso de nutrientes en los ambientes costeros (Nedwell, 1975). Se trata de un programa de investigacin de especial importancia dado el aumento de la eutrofizacin de las aguas costeras en los trpicos. Los manglares pueden constituir sumideros de varios nutrientes primarios utilizados en la fertilizacin de piscinas, especialmente los fosfatos y nitrgeno. Los sedimentos de los manglares tambin pueden tener la capacidad de absorber parte de la DBO asociada a los efluentes de piscinas altos en biomasa de clorofila que puede modificar el equilibrio de oxgeno disuelto en el estuario. El efluente de las camaroneras puede ser distribuido en las inmediaciones de los bosques de manglar para la eliminacin de nutrientes antes del retorno de agua al estuario. El uso de los manglares como un filtro de nutrientes de los efluentes de piscinas limitara la retroalimentacin negativa de las camaroneras en la calidad del agua de los ecosistemas costeros (Figura 14). La contribucin del exceso de nutrientes de las camaroneras a los ecosistemas de manglar es probable que mejore la productividad de los manglares y, potencialmente, incremente la contribucin de estos humedales y bosques a la calidad del hbitat de los estuarios. Este plan para integrar la funcin natural de los manglares con la manejo de las piscinas camaroneras servira como un medio de contrarrestar lo que es actualmente un impacto negativo de la acuicultura intensiva en los ecosistemas de estuario a una retroalimentacin positiva (Figura 14). El cambio de la maricultura extensiva a la intensiva no necesariamente puede afectar el ecosistema estuarino si se podran utilizar los manglares en la operacin de ese tipo de piscinas. Otra forma ms directa que el manejo de las camaroneras podra utilizarse para mejorar la calidad del hbitat de la zona costera es mediante la liberacin de adultos de camarn de nuevo en el estuario. Como se describe en la Figura 10, la produccin de camarones adultos en piscinas es transportada a los mercados extranjeros y, por consiguiente es una perdida de los ecosistemas costeros. Esto representa un sumidero de recursos genticos de post larvas en el estuario, que no permite reciclar adultos a los ambientes de la costa. Las piscinas de camarn lograron aumentar la produccin de adultos de camarn por encima de la capacidad de los recursos naturales, y parte de esta mayor produccin debe ser devuelto a la zona costera. Si los dueos de las camaroneras devuelven al estuario el 5% del rendimiento anual de camarones adultos, se acoplara el manejo de las camaroneras al ciclo de vida natural de camarn (Figura 10). Este vnculo representara una retroalimentacin positiva de las piscinas a la calidad del hbitat de los recursos estuarinos (Figura 14). Esto esencialmente sirve para reemplazar alguna de las funciones de prdida de manglares debido a la construccin de piscinas. Esto podra
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lograrse mediante la devolucin de una parte del volumen de piscinas de nuevo al estuario durante la cosecha, sin pasar el efluente a travs de pantallas que se utilizan para la cosecha camarones adultos. Estas recomendaciones se basan principalmente en la funcin ecolgica de los recursos costeros y su vinculacin con el cultivo de camarn en el Ecuador. Hay muchas otras consideraciones econmicas y polticas importantes en el desarrollo de alternativas de manejo. El punto de este captulo es establecer los lmites ecolgicos de las decisiones humanas que se asocian con la utilizacin de los recursos naturales. La calidad del medio ambiente es esencial para la sostenibilidad a largo plazo del cultivo de camarn en Ecuador, y es importante considerar los vnculos ecolgicos de este tipo de empresa econmica.
Agradecimientos La financiacin para la investigacin de manglares en el Ecuador fue de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional Programa de Cooperacin Cientfica y Tecnolgica (DPE N de subvencin-5542-G-SS-8011-00) y la Universidad de Rhode Island / AID Programa de Manejo de Recursos Costeros. El apoyo de la Universidad de Southwestern incluye LEQSF (1988-94-GF-15) de la Junta de Regentes de la Facultad Premios de Investigacin, la Organizacin de Estudiantes de Posgrado y el Departamento de Biologa.
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La calidad ambiental
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La calidad ambiental
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La calidad ambiental
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Fatty Acids
6.3.
Fatty acids of wild and cultured Litopenaeus vannamei larvae from Ecuador
Abstract The main fatty acids of total lipid from wild and cultured postlarvae (PL-10) of Litopenaeus vannamei obtained throughout 1 year from five different sampling sites along the Ecuadorian shore and four shrimp hatcheries were analyzed by gas-liquid chromatography. Cultured larvae showed higher levels of 18:3n-3 but lower levels of 20:5n-3 and 22:6n-3 than the wild ones. The fatty acid profile of wild postlarvae had a higher degree of unsaturation during the dry colder season than during the wet and hotter winter months. Wild and cultured postlarvae were clearly separated when the total lipid fatty acid results were introduced in a multivariate discriminant analysis model. Keywords: Litopenaeus vannamei; Larvae; Fatty acids; Wild-cultured 1. Introduction Ecuador is one of the main shrimp producers in the world. This activity is centered around the culture of Litopenaeus vannamei and involves 1600 farms, 343 hatcheries, 78 packing plants, 26 balanced food plants and 114 export traders (CPC, 1993). One of the most important problems of this industry is the lack of knowledge of the nutritional requirements of the species throughout its life span and especially during the larval stages. The on-growing starts either from postlarvae obtained from the wild, or from hatcheries where wild gravid females are matured and the spawns cultured with live food, mainly phytoplankton and Arfemia nauplii (Hirono and Leslie, 1992). There is empirical evidence that wild postlarvae are more resistant to handling stress, resulting in higher survival when introduced to the on-growing ponds (Laubier and Laubier, 1993).
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Anexos
Fatty Acids
As noted by Mourente et al. (199.51, there are very few examples of fatty acid analyses of penaeid larvae in culture, and even fewer for wild larvae. It has been pointed out that resistance to stress is related to the presence of adequate levels of n-3 long chain polyunsaturated fatty acids (PUFA), mainly eicosapentaenoic acid (EPA, 20:5n-3) and docosahexaenoic acid (DHA, 22:6n-3) in fish (Dhert et al., 1990; Ako et al., 1994) and crustacean larvae (Dhert et al., 1992). The aim of this study was to compare the main fatty acid profile of wild and cultured postlarvae of L. vannamei sampled throughout the year. 2. Materials and Methods
2.1. Sampling
Five sampling sites were established along the Ecuadorian coast, corresponding to the five most representative coastal areas (Fig. 1): 1. Puerto Bolvar: near the Archipilago de Jambel; 2. Playas: close to the estuary of the River Guayas; 3. San Pablo: far from the estuarine areas, in an arid coastal strip with clear seasonal influence of the cold Humboldt current; 4. Baha de Carquez: in the center of the coastal profile near the mouth of the River Chone. 5. Tonchige: in the north, with a wet, tropical climate and hotter waters than the other sites owing to the influence of the El Nio current.
About 3000 Litopenaeus vannamei larvae at the postlarvae (PL-10) stage were sampled during 1 year from March 1990 to April 1991. Wild larvae were collected every 15 days during high tide. Cultured larvae were collected monthly from local hatcheries of areas
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Anexos
Fatty Acids
1, 2, 3 and 4 following the production cycles, this made a total of nine sampling places, five for wild larvae (l-5) and four for cultured ones (6-9) (Fig. 1).
2.2. Lipid analysis
Lipid extraction was carried out using the method of Bligh and Dyer (1959) as modified by Kates (1972). After saponification (KOH/methanol, 0.5 N), fatty acids were methylated using boron trifluoride-methanol 14 % (v:v) (Morrison and Smith, 1964). Fatty acid methyl esters were analyzed with a Hewlett-Packard 5830A gas chromatograph equipped with a flame ionization detector and an SP2330 packed column. The samples were injected at 160C. After 5 min the temperature was raised at 4C/min to 220C where it was kept for 10 extra min. The temperatures of the injector and the detector were set at 240C and 250 oC, respectively. Nitrogen (30 ml/min) was used as the carrier gas. Peaks were identified by comparison with known standards (PUFAl and GLClO, Supelco, USA), and reported as percentage of total fatty acids.
2.3. Statistics
Univariate statistical comparisons of the means were carried out using one-way analysis of variance (ANOVA) and subsequent Tukey tests (Zar, 1984) after arcsine transformation of the data (Zar, 1984). Fatty acid data were compared with respect to the nine sampling sites and the two main origins, i.e. cultured versus wild. The fatty acids from the wild larvae were grouped into two main blocks, one corresponded to the samples collected during the dry colder summer months (June-November) and the second comprised the samples obtained during the wet and hotter winter months (December-May), As expected, a preliminary analysis showed no significant seasonal differences between the levels of the different fatty acids of the cultured postlarvae and thus these results are not reported here. The proportions of total saturates (SAT), total monounsaturates (MONO), DHA (22:6n3), EPA (20:5n-3), arachidonic acid (20:4n-61, linolenic acid (18:3n-31, and linoleic acid (18:2 n-6) were introduced in a discriminant analysis (DA) model (Klecka, 1980). The discrimination was based on the nine sampling stations. The pooled within-group correlations between the discriminating variable and the canonical discriminant functions (structure coefficients) was used to study the loading of the functions, i.e.
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Anexos
Fatty Acids
Table 1
Main fatty acids detected in wild postlarvae of L. vannamei during the summer and winter seasons. Data are expressed as a percentage of total fatty acids (except for DHA/EPA) in samples (n > 46) collected from five areas of the Ecuadorian coast. Values in parentheses represent one standard deviation. Within each row, means followed by different letters are significantly different (P < 0.05, ANOVA)
MONO, monounsaturated fatty acids; SAT, saturated fatty acids. For the other abbreviations see the text.
Fig. 2. Scores for the two first discriminant functions of the fatty acid data of wild and cultured L. vannamei postlarvae from Ecuador. Groups l-5 correspond to wild postlarvae, groups 6-9 are cultured
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Anexos
Fatty Acids
Table 2 Amounts of main fatty acids detected in wild (I-5) and cultured (6-9) postlarvae of L. vannamei from different areas of the Ecuadorian coast. Data are expressed as a percentage of the total fatty acids (except for DHA/EPA) in samples collected throughout the year. Values in parentheses represent one standard deviation. Data are means of at least seven cultured) and 14 (wild) replicates. Within each row, means followed by different letters are significantly different (P < 0.05, ANOVA, Tukey test)
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Anexos
Fatty Acids
3. Results Significantly higher (P < 0.05) levels of DHA, EPA and 16: 1 were found in the wild animals during the dry colder months of the year, compared with the higher content of saturates and 18:2n-6 found during the wet, hotter winter months (Table 1). Arachidonic acid, monoenes, 18:3n-3 and DHA/EPA remained essentially unchanged during both seasons (P > 0.05). The wild larvae showed a distinct fatty acid profile with respect to the cultured ones. This is clearly apparent from the data of Table 2. Results of Tukey tests applied to the percentages of the individual fatty acids separate the cultured postlarvae group from the group of wild postlarvae. When the individual fatty acid data were introduced in a multivariate discriminant model, these results were further graphically confirmed. There was a clear separation of the scores obtained for the wild postlarvae from those obtained for the cultured postlarvae on the first discriminant function (Fig. 2). This function was highly significant ( = 0.0000l > and accounted for more than 94 % of the variance and its discrimination was mainly based on the proportions of 18:3n-3 and 22:6n-3 according to the structure coefficients of the DA. Both first and second discriminant functions accounted for more than 97 % of the total variance. When the mean fatty acid data from the different sampling sites were pooled in two main groups according to the origin, the following results were obtained (Fig. 3): the wild postlarvae showed higher levels (P < 0.05) of EPA, DHA, 16:0, 16: 1, 18:0, DHA/EPA and saturated fatty acids globally considered, whereas the cultured ones had much higher proportions of 18:3n-3, 20:4n-6, 18:2n-6, 18:l and monoenes (P < 0.05).
Fig. 3. Means of the main fatty acids detected in wild and cultured L. vannamei postlarvae from Ecuador. Error bars represent one standard deviation. For each fatty acid, the means between the wild and cultured groups are significantly different (P < 0.05).
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Anexos
Fatty Acids
4. Discussion The sampling sites in the present study were selected on the basis of their representativeness of the coastal ecosystems. The wild larvae did not show any drastic differences in the fatty acid profile with respect to their origin. However, seasonal differences were apparent. During the colder summer months there was a generally higher degree of unsaturation in the fatty acid profile, whereas the percentage of total saturates increased in the hotter winter months. This is in agreement with the results presented by Martin and Ceccaldi (19771, who found higher levels of short-chain PUFA in Palaemon serratus reared at higher environmental temperatures. More recently, Craig et al. (1995) reported that it is possible to increase the cold tolerance of red drum (Sciaenops ocellatus) through the inclusion of high levels of dietary lipid rich in n-3 highly unsaturated fatty acids. These authors found an increase in the n-3/n-6 ratio in polar lipid after chronic cold exposure due to increases in the total n-3 levels accompanied by decreases in the levels of n-6 fatty acids, primarily 18:2n-6. Likewise, in our results linoleic acid was also present in lower proportions during the colder months together with an increase in EPA and DHA. This is in contradiction with the findings of Gallagher et al. (1989) who reported lower levels of polyunsaturated fatty acids in striped bass, Morone suxatilis, during the colder season. These authors, however, only sampled during a restricted period of the year. From the results obtained in the present study it is clear that wild L. vannamei postlarvae contained higher levels of PUFAs than their cultured counterparts. Similar results have been reported for Penaeus monodon postlarvae by OLeary and Matthews (19901, who found lower levels of 18: 1 n-9, 18:2n-6 and 18:3n-3 but higher 16: 1 and 22:6n-3 in wild postlarvae. These authors, however, observed little difference in the content of 20:5n-3 between wild and cultured postlarvae. This could be due to the fact that they analysed the fatty acids of the phospholipids, and not the fatty acids of the total lipids. Other explanations could be due to differences in feeding habits, qualities of the food, or just dissimilarities between the fatty acid composition of both species (Araujo and Lawrence, 1993) or postlarval stages (P. monodon were at PL-20 stage). It is very difficult to draw any clear conclusion since the above mentioned authors only compared a single sample of wild postlarvae against 3 samples of cultured ones. In the present study, samples were obtained throughout the year and in different seasons, thus providing a more reliable reference of the fatty acid profile of the species under study. Although it has been postulated that penaeids have a certain capacity of bioconversion of 18 carbon fatty acids to long chain (20 and 22 carbon) PUFA (Teshima et al., 19921, it also seems to be true that this biosynthetic capacity is not sufficient on its own to provide adequate levels of 20:5n-3 and 22:6n-3 (Kanazawa and Teshima, 1977; Kanazawa et al., 1979). From this point of view, the differences in the essential fatty acid composition between wild and cultured postlarvae are of a dietary nature. The influence of diet is further confirmed by the fact that although the differences in the levels of 20:5n-3 and 22:6n-3 are very notable, the largest difference was observed in the proportion of 18:3n-3. The level of linolenic acid was around 15-fold higher in the cultured larvae (1.1% for the wild and 17.45% for the cultured), and this accumulation of linolenic acid is a clear influence of the Artemia diet provided to the cultured animals. 186
Anexos
Fatty Acids
Freshwater-type Artemia nauplii are characterized by having a high proportion of 18:3n3 and lower 20:5n-3 (Watanabe et al., 1978; Watanabe, 1987; Lger et al., 1986; Navarro et al., 1993). The dietary influence of high levels of linolenic acid on marine fish and crustacean larvae has been reported for fish such as herring, Clupea harengus (Navarro et al., 1993), turbot (Witt et al., 1984), striped bass (Webster and Lovell, 1990), and shrimp, P. monodon (OLeary and Matthews, 1990). Mourente et al. (1995) studied the variations in fatty acid composition of cultured Penaeus kerathurus larvae. These authors reported lower levels of 18:3n-3, and attributed this to the fact that the Artemia used for larval rearing was of the marine type, i.e. rich in 20:5n-3 and poor in linolenic acid (Watanabe et al., 1978). The accumulation of 18:3n-3 together with the lower levels of 20:5n-3 and 22:6n-3 found in the cultured larvae are further evidence of the inefficiency of the biochemical pathway leading to the formation of C20 and 22 PUFAs from Cl8 PUFAs. Watanabe (1993) reported that poor results were observed in fish larvae when fed excessive amounts of EPA, which promote an imbalance in phospholipids of biomembranes, altering the DHA/EPA ratio. High levels of dietary 18:3n-3 raise questions about similar consequences. A breakdown of the enzymatic equilibrium of the larvae due to competitive inhibition mechanisms of the different substrates for the desaturases in an unbalanced diet should be considered. Freshwater-type Artemia nauplii are preferred for essential fatty acid enrichment because of their lower price. The enrichment process, although increasing the levels of essential fatty acids, results in a diet also containing a high level of 18:3n-3. Little attention has been paid to this fact and its consequences since enrichment avoids the problems of high mortality associated with the use of non-enriched freshwater-type Artemia. In light of the results observed in the present study, the higher resistance traditionally reported for postlarvae captured from the wild (Laubier and Laubier, 1993) can be correlated with their higher content of long chain n-3 PUFA. Dhert et al. (19901 reported higher resistance of Asian sea bass when n-3 highly unsaturated fatty acid (HUFA, i.e. PUFA with 20 or more carbon atoms) enriched food was used. Tuncer et al. (1993) found that n-3 HUFA enriched Artemia helped to avoid handling stress in larval palmetto bass (Morone saxatilis X Morone chrysops). Ako et al. (1994) found that Mugil cephalus fed enriched Artemia nauplii had higher tolerance to physical handling. Nonetheless, not all authors reach the same conclusions. Rees et al. (1994) pointed out that an excess of n-3 HULA may not be beneficial for P. monodon, and a similar statement was made by Dhert et al. (1992) for fish and crustacean larvae in general. On the other hand, Ashraf et al. (1993) found no beneficial effects of n-3 HUFA on the ability of inland silversides to tolerate a salinity stress test. At least one thing is clear, freshwater-type Artemia and live food lacking polyunsaturated essential fatty acids are very harmful for marine fish and crustacean larvae under culture (Navarro, 1990; Rimmer et al., 1994). The enrichment helps substantially to overcome the problems
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Fatty Acids
associated with the use of this kind of food, but the question still remains about the influence of high levels of fatty acids such as 18:3n-3 in enriched live diets. Acknowledgements This work was supported by the European Community through the project: CEE-PEC ALA/87/21 Investigaciones bioqumicas y nutricionales (IBN) de1 crecimiento y reproduccin del camarn, and by a grant from the Generalitat Valenciana to Mariano Montao. The authors would like to dedicate this work to the memory of M.Sc. Edgar Arellano, former director of the project, who died in a car accident. This work and the whole project are the consequence of his enthusiasm. The authors are also grateful to all other participants in the project, especially to the members of the IBN research group. References
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Fatty Acids
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cidos grasos
6.3.a. cidos grasos de larvas silvestres y cultivadas de Litopenaeus vannamei del Ecuador
Escuela Superior Politcnica del Litoral (ESPOL), Campus Prosperina km 30.5, Va Perimetral, Ap. 09-01-5863, Guayaquil. Ecuador b Instituto de Acuicultura de Torre de la Sal (CSIC), 12595 Ribera de Cabanes, Spain Aceptado 5 diciembre 1995
Resumen
Los principales cidos grasos de los lpidos totales de postlarvas silvestres y cultivadas-(PL-10) de Litopenaeus vannamei obtenidos a lo largo de un ao de cinco sitios diferentes de muestreo a lo largo de la costa ecuatoriana y cuatro criaderos de camarn, se analizaron por cromatografa de gases. Las larvas cultivadas mostraron mayores niveles de 18:3 n-3, pero los niveles ms bajos de 20:05n-3 y 22:06 n-3 que los salvajes. El perfil de cidos grasos de postlarvas silvestres mostr un mayor grado de insaturacin durante la temporada fra seca que durante los meses de invierno hmedo y ms caliente. Las postlarvas silvestres y cultivadas se separaron claramente cuando los resultados del total de cidos grasos se introdujeron en un modelo de anlisis discriminante multivariado. Palabras claves: Litopenaeus vannamei; larvas; cidos grasos; Silvestres-cultivadas
1. Introduccin
Ecuador es uno de los principales productores de camarn en el mundo. Esta actividad se centra en la cultura de Penaeus vannamei e involucra 1600 granjas, 343 criaderos, 78 plantas de empaque, 26 fbricas de alimentos balanceados y 114 comerciantes de exportacin (CPC, 1993). Uno de los problemas ms importantes de esta industria es la falta de conocimiento de los requerimientos nutricionales de la especie en toda su vida y especialmente durante la fase larvaria. Se inicia el crecimiento tanto de las postlarvas obtenidas en el medio silvestre, o de los criaderos en donde las hembras preadas salvajes son maduradas y los desoves cultivados con alimento vivo, sobre todo de fitoplancton y nauplios de Artemia (Hirono y Leslie, 1992). Hay evidencia emprica de que las postlarvas silvestres son ms resistentes a manejar el estrs, resultando en una mayor supervivencia, cuando se llevan a los estanques de engorde (Laubier y Laubier, 1993).
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cidos grasos
Como ha sealado Mourente et al. (1995), hay muy pocos ejemplos de anlisis de cidos grasos de larvas de peneidos en cultivo, y menos an para las larvas silvestres. Se ha sealado que la resistencia al estrs est relacionado con la presencia de niveles adecuados de cidos grasos poliinsaturados de cadena larga n-3 (PUFA), principalmente cido eicosapentaenoico (EPA, 20:5 n-3) y cido docosahexaenoico (DHA, 22:6 n-3) en el pescado (Dhert et al., 1990; Ako et al., 1994) y larvas de crustceos ( Dhert et al., 1992). El objetivo de este estudio fue comparar el perfil de cidos grasos principales de postlarvas silvestres y cultivadas de P. vannamei incluidos en la muestra durante todo el ao.
2. Materiales y mtodos 2.1. Muestreo Se establecieron cinco sitios de muestreo a lo largo de la costa ecuatoriana, correspondientes a las cinco reas costeras ms representativas (Fig. 1):
Fig. 1. Perfil de la costa ecuatoriana que muestran las reas de muestreo
1. Puerto Bolvar: cerca del Archipilago de Jambel; 2. Playas: cerca de la desembocadura del ro Guayas; 3. San Pablo: lejos de las zonas de estuario, en una franja rida costera con una clara influencia estacional de la corriente fra de Humboldt; 4. Baha de Carquez: en el centro del perfil costero cerca de la desembocadura del ro Chone. 5. Tonchige: en el norte, con un clima hmedo, tropical y aguas ms calientes que otros sitios debido a la influencia de la corriente El Nio. Se tomaron muestras de cerca de 3 000 postlarvas (PL etapa-10) de Litopenaeus vannamei durante un ao, desde marzo 1990 hasta abril de 1991. Larvas silvestres se recogieron cada 15 das durante marea alta. Larvas cultivadas fueron colectadas mensualmente, en criaderos locales de las zonas 1, 2, 3 y 4, siguiendo los ciclos de produccin, esto hizo un total de nueve sitios de muestreo, cinco de larvas silvestres (sitios 1-5) y cuatro de las cultivadas (sitios 6-9) (Fig. 1).
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cidos grasos
Los steres metlicos de cidos grasos se analizaron con un cromatgrafo de gases HewlettPackard 5830A con detector de ionizacin de llama y una columna empacada SP2330. Las muestras se inyectaron a 160 C. Despus de 5 minutos la temperatura se elev a 4 C/min hasta 220 C donde se mantuvo durante 10 minutos adicionales. Las temperaturas del inyector y el detector se fijaron en 240 C y 250 C, respectivamente. Nitrgeno (30 ml/min) fue utilizado como el gas portador. Los picos fueron identificados por comparacin con patrones conocidos (PUFA1 y GLC10, Supelco, EE.UU.), y reportados como porcentaje de cidos grasos totales. 2.3. Estadstica Comparaciones estadsticas univariadas de las medias se realizaron utilizando un anlisis de varianza (ANOVA) y pruebas ulteriores de Tukey (Zar, 1984) despus de la transformacin arcoseno de los datos (Zar, 1984). Los datos de cidos grasos fueron comparados con respecto a los nueve sitios de muestreo y los dos principales orgenes, es decir, cultivadas frente silvestres. Los cidos grasos de las larvas silvestres fueron agrupados en dos bloques principales, uno correspondi a las muestras recogidas durante los meses secos del verano ms fro (junio-noviembre) y la segunda comprende las muestras obtenidas durante los meses de invierno hmedo y ms clido (diciembre-mayo). Como se esperaba, un anlisis preliminar no mostr diferencias significativas entre los niveles estacionales de los diferentes cidos grasos de las postlarvas cultivadas y por lo tanto estos resultados no se reportan aqu. Las proporciones de los cidos grasos saturados totales (SAT), monoinsaturados totales (MONO), DHA (22:6 n-3), EPA (20:5 n-3), cido araquidnico (20:4 n-61), cido linolnico (18:3 n-31) y cido linoleico (18:2 n-6) se introdujeron en un modelo de anlisis discriminante (DA) (Klecka, 1980). La discriminacin se bas en las nueve estaciones de muestreo. Las correlaciones agrupadas dentro del grupo entre la variable discriminante y la funciones discriminantes cannicas (coeficientes de estructura) fueron utilizadas para estudiar la carga de las funciones, es decir, para analizar la contribucin de una variable dada en la funcin discriminante (Klecka,1980). Los clculos se realizaron con los paquetes estadsticos Statgraphics 6.0 (Corp. Grficos Estadsticos, Rockville, MD) y SPSS (SPSS Inc.). 3. Resultados Los niveles de DHA, EPA y 16 1: se encontraron significativamente ms altos (P <0,05) en los animales salvajes durante los meses ms fros secos del ao, en comparacin con el mayor contenido de cidos grasos saturados y 18:2 n-6 encontrados durante los meses de invierno ms calientes y hmedos (Tabla 1). El cido araquidnico, monoenes, 18:3 n-3 y DHA/EPA se mantuvieron esencialmente sin cambios en ambas pocas (P> 0,05). Las larvas silvestres mostraron un perfil de cidos grasos particular con respecto a las cultivadas. Esto es claramente visible en los datos de la Tabla 2. Los resultados de las pruebas de Tukey aplicadas a los porcentajes de los cidos grasos individuales separan el grupo de post-larvas cultivadas del grupo de post-larvas silvestres. Cuando los datos de la de cidos grasos se introdujeron en un modelo multivariado discriminante, los resultados fueron confirmados posteriormente de manera grfica. Haba una clara separacin de las puntuaciones obtenidas para las postlarvas silvestres de las obtenidas para las postlarvas cultivadas en la primera funcin discriminante (Fig. 2). Esta funcin fue altamente significativa ( = 0.0000l) y represent ms del 94 % de la varianza y su discriminacin se bas principalmente en las proporciones de 18:3 n-3 y n-3 22:06 de acuerdo a los coeficientes de estructura del DA. Las dos funciones discriminantes primera y segunda representaron ms del 97 % de la varianza total.
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cidos grasos
Tabla 1. cidos grasos principales detectados en las postlarvas silvestres de Litopenaeus vannamei
durante verano e invierno. Los datos se expresan como porcentaje del total de cidos grasos (a excepcin de DHA/EPA) en las muestras (n> 46) recogidas en cinco reas de la Costa ecuatoriana. Los valores entre parntesis representan una desviacin estndar. Dentro de cada fila, los promedios seguidos por letras diferentes son significativamente diferentes (P <0,05, ANOVA)
MONO, cidos grasos monoinsaturados; SAT, cidos grasos saturados. Para las otras abreviaturas ver el texto.
Figura. 2. Puntuaciones de las dos primeras funciones discriminantes de los datos de cidos grasos de postlarvas silvestres y cultivadas de Litopenaeus vannamei de Ecuador. Los grupos 1-5 corresponden postlarvas silvestres, los grupos 6-9 a cultivadas.
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cidos grasos
Tabla 2. Cantidades de los principales cidos grasos detectadas en postlarvas silvestre (1-5) y cultivadas (6-9) de L. vannamei en diferentes reas de la Costa ecuatoriana. Los datos se expresan como porcentaje del total de cidos grasos (a excepcin de DHA/EPA) en las muestras recolectadas durante todo el ao. Los valores entre parntesis representan la desviacin estndar. Los datos son las medias de al menos siete repeticiones (cultivadas) y 14 (salvajes). Dentro de cada fila, los promedios seguidos por letras diferentes son significativamente diferentes (P <0,05, ANOVA, prueba de Tukey)
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cidos grasos
Cuando los datos promedio de cido grasos de los diferentes lugares de muestreo fueron agrupadas en dos grandes grupos segn el origen, los resultados obtenidos fueron los siguientes (Fig. 3): las postlarvas silvestres mostraron niveles ms altos (P <0,05) de los EPA, DHA, 16 : 0, 16: 1, 18:0, DHA/EPA y cidos grasos saturados globalmente considerados, mientras que los cultivados tenan una proporcin mucho mayor de 18:3 n-3, 20:4 n-6, 18:2 n-6, 18: 1 y monoenes (P <0,05).
Figura. 3. Medias de los principales cidos grasos detectado en poblaciones de postlarvas silvestres y cultivadas de Litopenaeus vannamei de Ecuador. Las barras de error representan una desviacin estndar. Para cada uno de los cidos grasos, las medias entre los grupos de silvestres y cultivadas son significativamente diferentes (P <0,05).
4. Discusin
Los lugares de muestreo en el presente estudio se seleccionaron sobre la base de su representatividad de los ecosistemas costeros. Las larvas silvestres no mostraron diferencias drsticas en el perfil de cidos grasos con respecto a su origen. Sin embargo, las diferencias estacionales fueron aparentes. Durante los meses ms fros del verano hubo un alto grado de insaturacin generalmente ms altas en el perfil de cidos grasos, mientras que el porcentaje de cidos grasos saturados totales aument en los meses ms clidos del invierno. Esto est de acuerdo con los resultados presentados por Martin y Ceccaldi (1977), quienes encontraron mayores niveles de AGPI de cadena corta en Palaemon serratus criados a altas temperaturas ambientales. Ms recientemente, Craig et al. (1995) inform de que es posible aumentar la tolerancia al fro de la corvina roja (Sciaenops oceflarus) a travs de la inclusin de altos niveles de lpidos en la dieta rica en cidos grasos n-3 altamente insaturados. Estos autores encontraron un aumento de la relacin n-3/n-6 en lpidos polares despus de crnica
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cidos grasos
exposicin a fro debido a aumentos en los niveles totales de n-3, acompaados por disminuciones en los niveles de cidos grasos n-6, principalmente 18:2 n-6. Del mismo modo, en nuestros resultados de cido linoleico, tambin estuvo presente en menor proporcin durante los meses ms fros, junto con un aumento de EPA y DHA. Esto est en contradiccin con los hallazgos de Gallagher et al. (1989) que reportaron niveles ms bajos de cidos grasos poliinsaturados en la lubina estriada, Morone suxutilis, durante la temporada de fro. Estos autores, sin embargo, slo muestrearon durante un perodo restringido del ao. De los resultados obtenidos en el presente estudio, es evidente que las postlarvas silvestres de L. vannamei contenan altos niveles de AGPI que sus contrapartes cultivadas. Resultados similares se han reportado para postlarvas de Penaeus monodon por O'Leary y Matthews (1990), quienes encontraron niveles ms bajos de 18:1n-9, 18:2n-6 y 18:3n-3, pero superiores 16:1 y 22:6n-3 en postlarvas silvestres. Estos autores, sin embargo, observaron poca diferencia en el contenido de 20:5n-3 entre postlarvas silvestres y cultivadas. Esto podra deberse al hecho de que ellos analizaron los cidos grasos de los fosfolpidos, y no cidos grasos de los lpidos totales. Otras explicaciones podran deberse a diferencias en los hbitos alimentarios, calidad de los alimentos, o simplemente diferencias entre la composicin de cidos grasos de ambas especies (Araujo y Lawrence, 1993) o etapas postlarvales (P. monodon se encontraba en estadio PL-20). Es muy difcil llegar a ninguna conclusin clara ya que los autores mencionados compararon slo con una muestra de postlarvas silvestres frente a 3 muestras de cultivadas. En el presente estudio, las muestras se obtuvieron durante todo el ao y en diferentes estaciones, proporcionando as una referencia ms fiable del perfil de cidos grasos de las especies en estudio. Aunque se ha postulado que los peneidos tienen una cierta capacidad de bioconversin de cidos grasos de 18 carbonos a AGPI (cidos Grasos Poli Insaturados) de cadena larga (20 y 22 carbonos) (Teshima et al., 1992), tambin parece ser cierto que esta capacidad biosinttica no es suficiente por s sola para ofrecer un nivel adecuado de 20:05n-3 y 22:6n-3 (Kanazawa y Teshima, 1977; Kanazawa et al., 1979). Desde este punto de vista, las diferencias en la composicin de cidos grasos esenciales entre postlarvas salvajes y cultivadas son de naturaleza alimentaria. La influencia de la dieta se ve confirmada por el hecho de que aunque las diferencias en los niveles de 20:5n-3 y 22:6n-3 son muy notables, la mayor diferencia se observ en la proporcin de 18:3n-3. El nivel de cido linolnico fue de alrededor de 15 veces mayor en las larvas cultivadas (1.1% para larvas salvajes y 17.45% para cultivadas), y esta acumulacin de cido linolnico es una clara influencia de la dieta de Artemia de los animales en cultivo. Nauplios de Artemia tipo agua dulce se caracterizan por tener una alta proporcin de 18:3n-3 y baja de 20:5n-3 (Watanabe et al., 1978; Watanabe, 1987; Leger et al., 1986; Navarro et al., 1993). La influencia de la dieta de alto contenido de cido linolnico en peces marinos y larvas de crustceos se ha reportado para peces como el arenque, Clupea harengus (Navarro et al., 1993), rodaballo (Witt et al., 1984), rbalo rayado (Webster y Lovell, 1990), y camarn, P. monodon (O'Leary y Matthews, 1990). Mourente et al. (1995) estudiaron las variaciones en la composicin de cidos grasos de larvas cultivadas de Penaeus kerathurus. Estos autores reportaron bajos niveles de 18:3n-3, y atribuyeron esto al hecho de que el Artemia utilizada para la cra de larvas fue del tipo marino, es decir, rica en 20:5n-3 y pobres en cido linolnico (Watanabe et al., 1978). La acumulacin de 18:3n-3, junto con niveles ms bajos de 20:05n-3 y 22:6n-3 encontrado en larvas cultivadas son una prueba ms de la ineficacia de la va bioqumica que conduce a la formacin de PUFAs C20 y 22 de PUFAs C18. Watanabe (1993) inform que se observaron pobres resultados en las larvas de peces cuando se alimentaban con cantidades excesivas de EPA, que promueve un desequilibrio en los fosfolpidos de las biomembranas, alterando la relacin DHA/EPA. Altos niveles en la dieta de 18:3n-3 plantearon cuestiones de similares consecuencias. Una ruptura del equilibrio
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cidos grasos
enzimtico de las larvas debido a los mecanismos de inhibicin competitiva de los diferentes sustratos para la desaturasas en una dieta desequilibrada debera ser considerada. Nauplios de Artemia tipo agua dulce son preferidos para el enriquecimiento de cidos grasos esenciales debido a su bajo precio. El proceso de enriquecimiento, a pesar de aumentar los niveles de cidos grasos esenciales, resulta en una dieta que contiene asimismo un elevado nivel de 18:3n-3. Se ha prestado poca atencin a este hecho y sus consecuencias, ya que el enriquecimiento evita los problemas de la elevada mortalidad asociada con el uso de Artemia tipo agua dulce no enriquecida. A la luz de los resultados observados en el presente estudio, la mayor resistencia tradicionalmente reportada de postlarvas capturadas en el medio silvestre (Laubier y Laubier, 1993) puede estar relacionada con su alto contenido de cadena larga PUFA n-3. Dhert et al. (1990) reportaron aumento en la resistencia de lubina de Asia cuando utilizaron alimentos enriquecidos con cidos grasos altamente insaturados n-3 (HUFA, es decir, PUFA con 20 o ms tomos de carbono). Tuncer et al. (1993) encontraron que el Artemia enriquecida de HUFA n-3 ayudaron a evitar el estrs del manejo de larvas de lubina hbrida (Morone saxatilisX Morone chrysops). Ako et al. (1994) encontraron que Mugil cephalus alimentados de nauplios de Artemia enriquecidos tuvieron una mayor tolerancia a la manipulacin fsica. Sin embargo, no todos los autores llegan a las mismas conclusiones. Rees et al. (1994) sealan que un exceso de HUFA n-3 no puede ser beneficioso para P. monodon, y una declaracin similar fue hecha por Dhert et al. (1992) para los peces y larvas de crustceos en general. Por otra parte, Ashraf et al. (1993) no encontraron efectos beneficiosos de los HUFA n-3 en la capacidad de los pejerreyes continentales de tolerar una prueba de estrs salino. Al menos una cosa est clara, el alimento vivo de Artemia tipo agua dulce carece de cidos grasos esenciales poliinsaturados y es muy perjudicial para los peces marinos y larvas de crustceos en cultivo (Navarro, 1990; Rimmer et al., 1994). El enriquecimiento ayuda considerablemente a resolver los problemas asociados con el uso de este tipo de alimentos, pero la pregunta sigue permaneciendo sobre la influencia de altos niveles de cidos grasos como el 18:3 n-3 en las dietas en vivo enriquecidas. Agradecimientos Este trabajo fue apoyado por la Comunidad Europea a travs del proyecto: CEE-PEC ALA/87/21 "Investigaciones bioqumicas y nutricionales (IBN) del crecimiento y reproduccin del Camarn, y por una beca de la "Generalitat Valenciana a Mariano Montao. Los autores desean dedicar este trabajo a la memoria de Edgar Arellano, ex director del proyecto, que muri en un accidente de su vehculo. Este trabajo y la totalidad del proyecto son la consecuencia de su entusiasmo. Los autores tambin agradecen a todos los dems participantes en el proyecto, especialmente a los miembros del grupo de investigacin IBN.
Referencias
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cidos grasos
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cidos grasos
Rees, J.F., Cure, K., Piyatiratitivorakul, S., Sorgeloos, P. and Menasveta, P., 1994. Highly unsaturated fatty acid requirements of Penueus monodon postlarvae: an experimental approach based on Artemia enrichment. Aquaculture, 122: 193-207. Rimmer, M.A., Reed, A.W., Levitt, M.S. and Lisle, A.T., 1994. Effects of nutritional enhancement of live food organisms on growth and survival of barramundi, Lates culcarifer (Bloch), larvae. Aquacult. Fish. Manage. , 25: 143- 156. Teshima, S., Kanazawa, A. and Koshio, S., 1992. Ability for bioconversion of n-3 fatty acids in fish and crustaceans. Ocanis, 18: 67-75. Tuncer, H., Harrell, R.M. and Chai, T., 1993. Beneficial effects of n-3 HUFA enriched Artemiu as food for larval palmetto bass (Morone saxatilis X M. chrysops). Aquaculture, 110: 341-359. Watanabe, T., 1987. The use of Artemia in fish and crustacean farming in Japan. In: P. Sorgeloos, D.A. Bengtson, W. Decleir and E. Jaspers (Editors), Artemia Research and its Applications. Ecology, Culturing, Use in Aquaculture. Universa Press, Wetteren, pp. 373-393. Watanabe, T., 1993. Importance of docosahexaenoic acid in marine larval fish. J. World Aquacult. Sot., 24:152-161. Watanabe, T., Oowa, F., Kitajima, C. and Fujita, S., 1978. Nutritional quality of brine shrimp, Artemia salina, as a living feed from the viewpoint of essential fatty acids for fish. Bull. Jpn. Soc. Sci. Fish., 44:1115-1121. Webster, C.D. and Lovell, R.T., 1990. Response of striped bass latvae fed brine shrimp from different sources containing different fatty acid compositions. Aquaculture, 90: 49-61. Witt, U., Quantz, G.. Kuhlmann, D. and Kattner, Cl., 1984. Survival and growth of turbot larvae Scophthalmus maximus L. reared on different food organisms with special regard to long-chain polyunsaturated fatty acids. Aquacult. Eng., 3: 177- 190. Zar, J.H., 1984. Biostatistical Analysis. Prentice-Hall, Englewood Cliffs, NJ, 718 pp.
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6.4. An approach and preliminary model of integrating ecological and economic constraints of environmental quality in the Guayas River estuary, Ecuador
Robert R. Twilleya *, Robert R. Gottfriedb, Victor H. Rivera-Monroya, Wanqiao Zhanga, Mariano Montao Armijosc, Alejandro Boderod
aUniversity of Southwestern Louisiana, Department of Biology, Lafayette LA 70504, USA bThe University of the South, Department of Economics, Sewanee TN 37383-1000, USA cEscuela Superior Politcnica del Littoral, Instituto de Qumica, Guayaquil, Ecuador dProyecto de Manejo de Recursos Costeros, Edificio MAB, Piso 20, Guayaquil, Ecuador
Abstract We describe conceptual and simulation models of land use within the intertidal zone of the Guayas River estuary to quantify the contribution of mangrove wetlands to maintaining environmental quality of a tropical estuary. The goal of this exercise is to demonstrate the important consideration of ecological constraints in determining economic and management decisions; and how modeling can be used to quantify impacts of land use such as loss of mangrove wetlands on environmental quality. Our conceptual model treats solar energy, river flow, and tides as forcing functions that control the properties of estuarine ecosystems, but also describes market forces and cultural policies as constraints on properties of socioeconomic systems. The controversy of coastal resource management in Ecuador centers around the relative impacts of shrimp pond construction and management as negative feedbacks to the environmental quality of the Guayas River estuary. Unique oceanographic processes and land use changes contribute to complex issues of water and habitat quality in this tropical estuary, the largest estuarine complex on the Pacific coast of South America. A dynamic box model was developed for the estuary and calibrated with data collected from a 14 month survey of water quality parameters throughout the estuary. Scenarios included conversion of mangroves to shrimp ponds in three regions of the estuary, and the construction of a dam by varying three different rates of river discharge at 100, 50 and 10 % of 1989 base flow. Good water quality is maintained by the low residence time of water in the estuary (11 d) because of seasonally high river flow and tidal exchange. With a 90 % reduction of mangrove forests in the estuary caused by shrimp pond construction, total nitrogen concentrations increased 5 fold. However, as river discharge
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decreased to 10 %, the same construction caused a 60 fold increase in nitrogen concentrations to 250 M. Increases in nitrogen concentrations were higher in the upper estuary region, with much less change in the lower estuary. Thus the sensitivity of environmental quality to changes in land use in the intertidal and upland zone are linked to the hydrography of the estuary and is site specific. In the future, the combinations of these ecological models together with economic analyses of the goods and services of mangroves may provide better techniques to evaluate the economic impacts of specific coastal zone management decisions. 1. Introduction Estuaries have diverse ecological functions that provide goods and services to regional and global economies including commercial (both mariculture and trawl operations) and sport fisheries (Costanza et al., 1997). Conflicts of sustaining these economic fisheries demonstrate how land use decisions need to include the direct and indirect values of natural resources such as wetlands (Farber and Costanza, 1987; Costanza et al., 1989; Dixon, 1989). In many coastal regions throughout the tropics, land use decisions in estuaries are favoring the expansion of shrimp mariculture, usually at the expense of natural resources, such as mangroves. Yet, these decisions fail to include the opportunity costs of their potential impacts on the habitat and water quality functions of estuarine eco- systems by improper land use of the intertidal and adjacent landscape. In addition, opportunity costs associated with the environmental quality of estuaries have to include the river basin to include many complex interactions of land use activities in the watershed (Gottfried et al., 1996). The goods and services of tropical estuaries depend on diverse habitats such as seagrasses, mangroves, benthos, and planktonic com- munities, which are located within the immediate boundary of the coastal zone. The environmental quality of these communities is also influenced by upland watersheds and offshore coastal processes that are coupled by rivers and tides, respectively, to the estuary. Specific types of land use practices over large spatial scales can have significant impacts on the environmental quality of an estuary. And the response of estuaries to these landscape scale changes in the tropics can vary depending on climate, geomorphology and oceanographic conditions of a region. Valuation methods must be able to account for the relative constraints of ecological and economic processes on sustainable management at different configurations of land use across diverse coastal landforms (Repetto, 1992). These methods must be able to identify the negative and positive feedbacks of land use decisions across appropriately defined regional scales that encompass the unique value of estuarine ecosystems. The properties of estuarine ecosystems are deter-mined by geomorphology and geophysical characteristics of the coastal zone, including river discharge from upland watersheds (with nutrients and suspended sediments) and processes of the coastal ocean (Fig. 1; see Day et al., 1989). Groups of specific types of estuarine ecosystems can be classified into environmental settings depending on the balance of river discharge, tides, winds, and regional geomorphology (Odum and Copeland, 1972; Mann, 1975; Welsh et al., 1982; Thom, 1982, 1984; Kjerfve, 1989). Ecosystem properties include the structure, function, and relative spatial distribution of pelagic, benthic, and intertidal communities (including mangroves) of an estuary. The diversity and coupling of processes among these habitats determines the patterns of productivity, trophic food webs, and nutrient cycles that are characteristic of estuaries in a specific type of environmental setting. For
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instance, the structure and function of mangroves have been associated with specific types of environmental settings ranging from deltas to carbonate platforms (see reviews by Twilley et al., 1996; Twilley, 1997a). Significance of ecological processes such as
Fig. 1. Conceptual framework for the forcing functions of ecological and economic processes that determine management decisions in coastal environments
primary productivity, refugia, nutrient cycling, sedimentation, and detritus export can be associated with a particular type of environmental setting, which allows generic evaluations of specific site conditions. Tides couple the ecological processes of the intertidal zone such as mangroves with structure and function of pelagic and benthic communities within tropical estuaries. As a result of these environmental constraints and ecological processes, mangroves provide goods and services (functions) of interest to humans including habitat quality, water quality, shoreline protection, aesthetics and biodiversity (Twilley, 1997a, b; Ewel et al., 1998). These functions can contribute either directly or indirectly to the economic value of the estuary and surrounding landscape. Shrimp ponds are artificial ecosystems located in the estuarine drainage area, either within the intertidal zone, thereby replacing mangroves, or just inland of intertidal vegetation. The ecosystem properties of shrimp ponds are controlled in part by the environmental quality of the estuary, since water is pumped from the estuary to the ponds, and also by subsidies in nutrients and feed provided by management operations. Good water quality improves the yield of shrimp and influences the intensity of pond operations. Also, since waters of shrimp ponds are returned back to the estuary, ecological processes of ponds (as influenced by pond management) will influence the environmental quality of the estuary. Ponds are managed by decisions such as rates and types of fertilization, feed inputs and water exchange that cause these ecosystems to acquire attributes different from those of the estuary. These attributes of ponds provide goods and services of more specific value to humans such as elevated yields of monoculture shrimp communities. These goods and services are referred to as engineered resources in comparison to those services of natural resources (Fig. 1).
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Although the services of shrimp ponds are heavily controlled by the socioeconomic system rather than the ecological processes of an estuary; the productivity of shrimp ponds is inextricably linked to the environmental quality of the estuary (including the intertidal and upland watersheds, and offshore processes), which is constrained by the environmental setting (Fig. 1). Our conceptual model (Fig. 1) treats solar energy, river flow, and tides as forcing functions that control the properties of estuarine ecosystems; but also includes socioeconomic constraints, such as international markets, political processes, exchange rates, and monetary and trade policies. The conceptual model argues that ecological and socioeconomic forcing functions determine the value of mangroves and shrimp ponds thereby controlling coastal zone management decisions (Fig. 1). The goods and services of mangroves, such as habitat and water quality, receive no explicit value in the conceptual model (the same as occurs in society). Mangroves are valued indirectly in terms of their contribution to shrimp pond profits by providing goods and services at no costs to the industry. Profits associated with shrimp farming are generated by the difference between income from shrimp yields, and costs associated with pond operation. The level of shrimp production and operation costs, such as dredging, construction, pumping, fertilization, and land (authorizations), depend somewhat on the environmental quality of the estuary (Twilley, 1989). Mangroves and tides provide the shrimp industry with clean water and productive habitats that enhance wild post larvae supply and shrimp yields in ponds. With the loss of free services provided by natural resources, the costs of shrimp production increases, such as providing post larvae from hatcheries, dredging to remove sediment, and pumping to control eutrophication. This conceptual model emphasizes the potential impacts of negative feedbacks from management decisions on the natural resources that can decrease potential profits of the shrimp industry. Impacts of shrimp pond operations are linked to the dependence of this industry on sustaining the environmental quality of estuarine ecosystems (Fig. 1). This review describes the ecological linkages between shrimp ponds and mangroves associated with the mariculture industry in Ecuador to illustrate the importance of environmental quality to sustainable coastal zone management. The value of shrimp production from ponds increased from $56.9 million US dollars in 1980 to $482 million US dollars in 1991, ranked second only to petroleum as an export commodity for Ecuador (Olsen and Arriaga, 1989; Aiken, 1990). During early 1990's, cash generated by mariculture activity was more important to the economy of Ecuador than bananas and cacao combined, and twice as important as coffee (Aiken, 1990; Arguero and Gonzalez, 1991, cited in Gonzalez, 1993, p. 2). Ecuador produced less than 5,000 MT of shrimp from ponds in 1979, rising quickly to a production of more than 100,000 MT by 1991, during which time the area of ponds increased to over 100,000 ha (McPadden, 1985; Twilley et al., 1993). The controversy of coastal resource management in Ecuador centers around the relative impacts of pond construction and management as negative feedbacks to the ecological processes of mangroves and estuaries. The success of developing management plans for the coastal zone depends on the ability to identify properties that determine the environmental quality of coastal ecosystems in Ecuador, and how shrimp pond management influences the contribution of services from natural resources such as mangroves with incremental changes in land use of the intertidal zone (Fig. 1).
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2. Environmental quality of Guayas River estuary The coastal resources of Ecuador are impacted by diverse economic activities and land use patterns that may influence the environmental quality of coastal waters (Fig. 2).
Fig. 2. The complex interactions of coastal processes (upper panels) and upland land use (lower panels) that determine the environmental quality of coastal resources in Ecuador
Environmental quality of the Guayas River estuary is influenced by inputs from upland watersheds, exchanges with the intertidal zone, and oceanographic processes in the Gulf of Guayaquil. Activities in the watershed include a dam project that will influence fresh water discharge, expanding agriculture with associated input of chemicals including nutrients and pesticides, sewage from increased urbanization, and toxic substances from
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industrial activities (Arriaga, 1989; Solrzano, 1989). In addition, red tides develop in coastal waters that may be pumped into hatcheries and shrimp ponds. These diverse anthropogenic influences on water quality in the estuary complicate environmental management of this coastal ecosystem. In the upper panel of Fig. 2, the environmental setting that influences the environmental quality of coastal systems is shown to include river discharge, tides, and coastal ocean currents. In the lower section of Fig. 2, more anthropogenic effects of industry, navigation, urban, agriculture, and tourist activities are linked to environmental quality. 2.1. Environmental setting The Gulf of Guayaquil receives runoff from some 20 rivers in a watershed of 51,230 km2 forming the largest estuarine ecosystem on the western Pacific coast of South America (Cucaln, 1984). The major source of fresh water is the Guayas River, which forms 60 km upstream at the confluence of the Daule and Babahoyo Rivers. The mean discharge of 1143.7 m3/s for the Guayas River is the highest among the 30 rivers in the coastal zone of Ecuador representing 39 % of the total discharge from this lowland region. Mean precipitation in the Guayas River drainage system north of Guayaquil is 885 mm/yr, which may range from less than 400 to more than 1800 mm during any one year (Stevenson, 1981). Discharge is strongly seasonal ranging from 200 m3/s during the dry season to 1600 m3/s in the wet season with an average amount of precipitation (about 900 mm/yr). Tides are semi- diurnal with an equal amplitude of 1.8 m in the Gulf of Guayaquil, amplified to 35 m in the Guayas River estuary near the city of Guayaquil. Coastal Ecuador is a transition zone, or equatorial front, between southerly flowing tropical water from the Panama Bight and northwardly flowing Humboldt Current from Peru (Fig. 3). Tropical water flows southward from the Panama Bight along the coast of Panama and Colombia to about 28 S supplying warm (>258C) and low salinity (<34 g/kg) waters to the coast of Ecuador (Pesantes and Perez, 1982). Colder (<228C) and more saline (>35 g/kg) waters flow northward from Peru with the Humboldt current that is strongly influenced by coastal upwelling. The mixing of these two water masses occurs between Manta and Punta Santa Elena along the coast of Ecuador and gradually moves southward into the Gulf of Guayaquil. The dominance of the Panamanian Current occurs during the summer causing an increase in sea water temperature and initiates the onset of the rainy season (Cucaln, 1984, 1989). Years of abnormally warm water temperatures and high rainfall are associated with El Nio climate patterns due to the influx of unusually warm surface water in southeast Pacific Ocean. The warmer offshore waters have resulted in the explosive populations of white shrimp off the coast of Ecuador from enhanced spawning, maturation, and recruitment (Zimmerman and Minello, 1986). In the last century, 10 major El Nio events were recorded (Cucalon, 1989) and one of the strongest is presently occurring along the coast of Ecuador. The high availability of post larvae that supported the expansion of the shrimp industry in 1983 and 1984 was associated with an unusually strong El Nio o event. The unpredictable nature of oceanographic events and their influence on river discharge and near shore recruitment result in complex issues of what factors contribute to reduced availability of post larvae along the coast of Ecuador (Fig. 2).
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Fig. 3. Map of the coastal zone of Ecuador with details of the Guayas River estuary showing sampling stations of the 1989 water quality surveys and the boundaries of the three boxes used to simulate environmental quality of the estuary
2.2. Land use impacts Changes in the environmental quality of the Guayas River basin and estuary are associated with land use changes both in upland and intertidal watersheds (Solrzano, 1989; Twilley, 1989). For example, it has been shown that the quality of water in the estuary may be influenced by introduction of chemicals such as nutrients and pesticides
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from agriculture, sewage from large urban areas, and heavy metals from industry (Fig. 2). Rivers provide the conduit that links ecological processes of an estuary with land use practices of upland watersheds (Fig. 1). Deforestation of natural vegetation followed by replacement with agroecosystems, in addition to urban and industrial activities, can change the chemical composition of riverain inputs to the Guayas River estuary. In addition, the distribution and turnover rate of these pollutants in the estuary are influenced by alterations in the quantity and seasonal nature of fresh water discharge from the watershed. Thus the quantity and quality of riverain inputs together are important linkages of the environmental quality of Guayas River estuary to the productivity of shrimp pond mariculture (Fig. 2). A dam has been constructed at the confluence of the Daule and Peripa rivers for diversion of water supply, control of river flow, and hydroelectric power. Water is diverted with an aqueduct from the Daule River to the Santa Elena peninsula for potable water, irrigation for agriculture, and industrial use. The dam will influence the amount of water from the Daule and Peripa Rivers that normally discharges into the Guayas River. Presently the proposed operation of the dam calls for an average annual flow of from 100 to 175 m3/s (Jenkins, 1979; Arriaga, 1989). This flow will vary from a high of 321 m3/s during the wet seasons in April, to a low of 124 m3/s in August. Compared to the normal flow of the Daule and Peripa Rivers, this modified flow is much lower than the fresh water discharge of up to 1,000 m3/s that usually occurs during the wet season. During the dry season, to control salt water intrusion, the dam will provide water above the average discharge of about 50 m3/s from supplies stored in the impoundment. Based on average monthly flows, the normal discharge of 343 m3/s for these two rivers will be restricted to 174 m3/s, a reduction of about 49 %. This reduction represents a 15% loss of the fresh water to the Guayas River and 13 % from the Guayas River estuary. The loss of fresh water from an estuary in a semiarid zone such as the Guayas province may influence the patterns of salinity in this coastal ecosystem. 2.2.1. Water quality The chemical and physical characteristics of the Guayas River estuary, in the upper reaches of the Gulf of Guayaquil, were surveyed for 14 months during 1989 and 1990 (Crdenas, 1995). The Guayas River estuary consists of three sub-estuaries: the Guayas, Churute, and Salado (Fig. 3). Salinity regimes in the Guayas and Churute sub-estuaries reflect the strong seasonal influence of fresh water with mean salinities of 18 and 16 g/kg, respectively; while fresh water input is restricted in the Salado with mean salinities of 28 g/kg (Table 1). Nitrate was the major form of fixed nitrogen present in the estuary accounting for 70% of the DIN. NO3- plus DON (dissolved organic nitrogen) and PN (particulate nitrogen) formed about 30% each of the total nitrogen (TN) pool. Total phosphorus concentrations in all sub-estuaries were similar with mean values ranging from 3 to 5 mM (Table 1). TN:TP ratios <9 is a distinct feature of this tropical estuary compared to a normal balance of about 16 for phytoplankton. A ratio below 16 indicates that nitrogen may be limiting productivity. However, the high turbidity of this estuary with suspended sediment concentrations averaging from 115 to 494 mg/L in the main channel may be the key limiting factor to chlorophyll production (Table 1).
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Table 1. Mean concentration of water quality parameters in the lower and upper zones of three regions in the Guayas River estuary during the wet and dry seasons (Crdenas, 1995)
Parameter Temperature Salinity Dissolved oxygen Suspended sedimen Total nitrogen Total phosphorus PO4 NH4+ NO3DIN TN:TP
Units
o
Season dry wet dry wet dry wet dry wet dry wet dry wet dry wet dry wet dry wet dry wet dry wet
Churute Guayas Salado lower upper lower upper lower upper 25.4 25 25.8 25.2 25.1 25.6 28.6 28.5 28.7 28.4 28.6 28.8 23 18 29.7 10.5 30.3 27.2 13.2 8 25.4 1.6 27.6 26 3.7 3.1 4.1 4.1 4.2 3.5 3.3 2.3 5 3.4 4 2.6 332 95.6 315.2 455.7 207.3 93.6 242.9 58.3 114.6 494 121 48.2 31.7 31.8 23.2 45.6 22.8 25.3 34.7 36.8 19.2 42.7 21.2 29.7 4.2 4.2 5.2 5.2 4 5.7 3.9 4.7 3.1 5 3.1 3.9 2.6 2.8 2 3.3 1.8 2.4 1.8 2.8 1.5 2.3 1.9 3 1.8 2.8 2.1 3.8 2.6 4.8 1.8 2.3 1.5 3.8 2 3.2 10.4 9.2 6.3 19.4 5.9 7.2 12.6 11.7 4.2 15.8 4.4 10.6 12.9 14.4 9.3 23.6 9.2 13.6 15.6 17.4 6.3 19.9 7.7 17.5 7.6 7.6 4.5 8.9 5.7 4.4 8.9 7.8 6.2 8.5 6.8 7.6
2.2.2. Mangrove resources The most controversial issue related to the environmental quality of the coastal resources of Ecuador has been the exploitation of mangroves associated with the construction of shrimp ponds. In 1969, the total mangrove area in Ecuador was 203,695 ha, of which nearly 78 % were located in the two southern provinces of Guayas and El Oro (Alvarez et al., 1989; Fig. 4C). By 1991, the total mangrove area declined to 161,410 ha, and 81% of this resource remained in Guayas and El Oro provinces (Fig. 4C). The reduction of mangrove area from 1969 to 1991 was estimated at 42,285 ha or 20.8 % of the original 203,695 ha. By 1991 CLIRSEN, estimated that 145,940 ha of ponds had been constructed in the coastal zone, suggesting that 29 % of shrimp ponds had eliminated mangrove areas. During this same interval, nearly 44,005 ha of salines had been loss, nearly all to shrimp pond construction. The greatest loss of mangroves has occurred in the Guayas Province at nearly 1,500 ha/yr for both the 1984 and 1987 and 19871991 periods of analysis. Because of the large area of mangroves found in the Guayas River estuary, this high rate of loss is less than 15% of the existing mangrove resources. By late 1988 the destruction of mangrove habitat in some estuaries in the province of Manabi was virtually complete, such as in Rio Chone estuary. From 1974 to 1988 mangrove area along this estuary declined from 3,973 to 600 ha, and nearly all of the mangrove loss was associated with construction of shrimp ponds. In the Atacames River estuary, there are only 50 ha of mangroves remaining of the 578 reported in
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1970s, representing a loss of 90.1 % of the mangrove resources. In the southern province of El Oro, the Machala-Puerto Bolivar area lost over 50 % of a very productive mangrove system. The impacts of mangrove loss on the environmental quality of estuarine resources depends on specific regional land use characteristics. However, the cumulative loss of mangroves along the entire coast is also an issue relative to sustaining habitat necessary for continued recruitment of shrimp to the coastal zone (Turner, 1989).
Fig. 4. Land use changes in the intertidal zone of the four coastal provinces of Ecuador from 1969 to 1991 including (A) shrimp ponds and (B) mangroves
2.2.3. Shrimp mariculture Shrimp ponds represent managed ecosystems that are linked to the ecological processes of several coastal ecosystems (Fig. 2). The impacts of shrimp pond management on the environmental quality of estuaries is related to the loss of mangroves associated with pond construction, pond operations such as pumping, fertilization, feed supply and dredging, along with the harvesting of post larvae to stock ponds. Evaluating the interactions of shrimp pond management depends on our understanding the habitat and water quality functions of coastal ecosystems (Fig. 2). These estuarine functions are linked to a variety of ecological processes in mangroves, as well as other ecosystems in the coastal zone (Twilley et al., 1997). Specific stages of shrimp pond management depend on these free services of the estuarine ecosystem by providing a habitat to
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facilitate the growth of post larvae to adult shrimp. These include functions that supply wild post larvae to grow out ponds, and water quality conditions that enhance the growth and survival of juvenile shrimp. Habitat quality of mangroves in the estuary is lost when these wetlands are destroyed during the construction of ponds. Mangrove functions such as nutrient sinks that contribute to the environmental quality of the estuary are also removed. Critical water quality parameters that affect shrimp pond management, and profits, include dissolved oxygen, turbidity, and toxic substances, including red tides (Fig. 2). Many water quality conditions in ponds, such as hypoxia, can be managed by increasing the exchange of water from the estuary that supplies more dissolved oxygen to the water column. But increased pumping also effects the environmental quality of the estuary by recirculating estuarine water that can contain elevated concentrations of nutrients. This represents a feedback effect of shrimp pond management on estuarine ecosystems referred to as `selfpollution' (Csavas, 1994). 3. Simulation model 3.1. Model description We constructed a simple dynamic box model of the Guayas River estuary to quantitatively test how to manage mangrove conservation with shrimp pond operations. Our model is a `strategic simulation' model (Ross and Gurney, 1993) that focusses on realism and simplicity by selecting the ecologically relevant components and processes within the context of specific management issues described above (Ross and Gurney, 1993; Jrgensen, 1994; Hopkinson and Vallino, 1995). There exist few attempts to model aquaculture pond systems and to link them to larger ecosystems in such a way as to permit analysis of landscape management (Hagiwara and Mitsch, 1994). In shrimp mariculture most environmental studies are directed to maintaining optimal conditions in ponds for growth and development of shrimp post-larvae, and for maximizing profits (Robertson and Phillips, 1995; Dierberg and Kiattisimkul, 1996). There are few ecologically based regional models to assess shrimp pond land use within an estuary relative to both spatial and temporal issues of sustainability (Wang, 1990). Similarly, existing models can rarely examine feedbacks of pond operations that may influence long term economic gains of this industry by reducing water quality (e.g. self pollution). Most concerns have centered around the loss of free ecological functions provided by mangroves (Twilley et al., 1993; Twilley, 1995) and a decline in environmental quality of the estuary. We describe a model to address issues of mangrove deforestation resulting from the rapid growth of the shrimp pond industry and its potential impacts on water quality in the Guayas River estuary. The computer model was developed using the dynamic simulation software STELLA II, version 3.0.5 (Hannon and Ruth, 1994), a user friendly object-oriented application for solution of complex differential equations. The main objective of our ecological model is to evaluate the effects of shrimp mariculture on the transport of salt, suspended sediments, and total nitrogen in the Guayas River estuary. These three parameters are representative of the conservative and nonconservative behavior of substances that are exchanged with water between shrimp ponds and the estuary and can modify water quality. Salt is conservative and represents changes that are associated with dilution of river discharge with sea water from the Gulf of Guayaquil. We assumed in these
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simulations that shrimp ponds do not alter salinity of water exchanged with the estuary, although this may not be accurate (Snedaker et al., 1986; Twilley, 1989) and needs further analyses. The behavior of salt is necessary to test our assumptions concerning the hydrography and mixing characteristics of our box model. Total suspended sediments are also strongly influenced by estuarine hydrography rather than biochemistry in the estuary, but fluxes are sensitive to land use changes in the intertidal zone between mangroves and shrimp ponds. Suspended sediment concentrations determine the quantity and quality of light in the estuary, that will influence levels of primary productivity (Cloern, 1987). Total nitrogen is influenced by estuarine hydrography, land use, along with the biochemistry of ecological processes in the Guayas River estuary, representing a more complex indicator of water quality. The model explores how the loss of mangrove wetlands along specific regions of the estuary may affect nitrogen content in the estuary, using nitrogen concentrations as an index of change in environmental quality. We consider our simulations of different management scenarios as a preliminary approach to focus future efforts to calibrate and verify other attributes of water quality, such as dissolved oxygen. Also, this `unit' model approach can be used to build more sophisticated dynamic and landscape models in the future, whose simulations can be used to develop management plans for river basins coupled to the Guayas River estuary. This last objective is fundamental because the success of developing management plans for this region depends on the ability to integrate ecological functions of mangroves with the management of shrimp ponds (Fig. 1). 3.1.1. Hydrography The Guayas river estuary is a partially mixed estuary with tidal current speeds up to 100 cm/s (Murray et al., 1975). The dominant upstream flux of mass and salt are apparently associated with the tidal prism (Murray et al., 1975). We divided the Guayas River estuary in three regions (upper, middle and lower, Fig. 5) to facilitate modeling the hydrology using a box model approach (Officer, 1980; Miller and McPherson, 1991). Boundaries of the system are the river in the upper region and the passage formed by the Jambeli channel (Fig. 3) in the lower region. We included water exchange between the estuary with shrimp ponds and surrounding mangroves in each of the three regions. Salinity values in the upper and lower regions of the estuary of 8 and 20 g/kg, respectively, reflect the influence of river and water exchange with coastal waters. Due to the strong influence of semidiurnal tides, with a tidal amplitude of 3 m and a strong seasonality in river discharge, the Guayas River estuary is not stratified (Murray et al., 1975; Cardenas, 1995; Cifuentes et al., 1996). Average depth in the upper and lower regions are 8 and 10 m, respectively. The partition of the estuary in three regions sacrificed some realism and precision but allowed us to maintain a certain level of simplicity. This approach is necessary given the complexity of physical and biological interactions in this tropical estuary. Water flux and salinity in the Guayas River estuary were simulated using the method proposed by Miller and McPherson (1991). This method incorporates effects of fresh water inflows (advection) and tidal flushing (dispersion) on the transport of water and waterborne constituents through a series of sequential, one-dimensional volume elements (boxes) (Fig. 5). The method uses the approach that over many tidal cycles the tidally averaged `flow' (Qg, m3/s) of water from the coast with a salinity of 35 g/kg (in our case the Gulf of Guayaquil) can be treated as a constant at any point in the estuary.
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Qg then can be used in a simple mixing equation to predict salinity in the estuary at different river flows and to calculate tidally averaged exchange flows (QE) between boxes. This method is better applied in long, narrow estuaries in which most of the fresh water inflow is near the head of the estuary as is the case of the Guayas River estuary.
Fig. 5. Diagram describing the model used to simulate the fate of salt, sediments and total nitrogen in the Guayas River estuary based on exchanges among three boxes in the estuary, and lateral exchange of each box with corresponding region of intertidal zone
Salinity data used in the model were collected in a series of cruises along the Guayas river estuary at near monthly intervals from 1989 to 1990 under different regimes of river discharge (Crdenas, 1995). River discharge data used to calculate Qg was an average among values obtained in the same period (Navarrete, CEDEGE, personal communication). QE, the average exchange flow, was calculated by assuming that fresh water inflow with a salinity of 0.1 g/kg, mixes with the necessary transport of net water (Qg) from the Gulf of Guayaquil, with an average salinity of 29.2 g/kg (at Jambel passage, Station P3, Fig. 3). The observed salinity is then calculated using:
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Anexos
S i = (S g *Q g ) + (S r *Q ri ) Q g + Q ri
(1)
where S i is the observed salinity at a given site during sampling period i, S g the salinity of the Jambelli passage end member (29.2 g/kg), Q g the tidally average flow of new Gulf water needed at a given site to produce the observed salinity when mixed with a fresh water of flow Q ri , Sr the salinity of river-end member (0.1 g/kg), and Q ri the average antecedent inflow of fresh water for sampling period i. Qg is relatively independent of river inflow and was treated as a constant at each sampling site (Miller and McPherson, 1991). We used the same least-square normal equation derived from Eq. (1) as presented in Miller and McPherson (1991) (the numerator in the last term of their Eq. (2) should be Qri2 instead of Q ri ) to calculate values of Q g . Exchange flow (QE, m3/s) between boxes was calculated as follows: Q Ei = (S i - S i - 1 )(Q r + Q Ei - 1 ) (S i+1 + S i ) (2)
where Q Ei is the tidally averaged flow of water due to tidal action needed to maintain a salt balance between box i and i + 1. The upstream region of the Guayas river estuary (i =1) S i - 1 was set to the salinity calculated for the upstream boundary of box 1, and Q Ei - 1 was set to 0 in the most downstream box (i = 3), S i +1 was set to the salinity of the downstream boundary of box 3 (Station P3, Fig. 3). The exchange flows were used to calculate salinity in each box at each DT: C Ei = C Si + dt [Qr(C Si-1 - C Si ) + Q Ei-1 (C Si-1 - C Si + Q E (C Si+1 C Si )] Vi (3)
where CEi is the concentration of a conservative constituent (i.e. salt) in the longitudinal center of box i at the end of the current time step, and C Si the concentration of the constituent in the longitudinal center of box i at the start of the current time step (Miller and McPherson, 1991). The terms included in the brackets calculate the effects due to river inflow of advection on concentration, as well as the effects of tidal circulation and dispersion from the adjacent upstream and down-stream boxes (Fig. 3). Water turnover time is only 11 d as a consequence of high tide amplitude leading to large fluxes of water and nutrients across the boundaries that determine system behavior. Although we did not use hourly time steps to specifically model diurnal inequalities of water levels during tides (Murray et al., 1975), a time step of 1 day allowed us to correctly simulate water fluxes and salinity oscillations. Given the high turnover rate of water in this estuary, hydrological features such as a vertical layers and structure in the water column do not completely develop and therefore are not included in the model. 3.1.2. Exchange of sediment and nitrogen Equations representing transport of total suspended sediments and total nitrogen through the estuary are similar to those that describe the transport of salt. Seasonal
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Anexos
concentrations of suspended sediment and total nitrogen in Guayas River and in offshore waters were based on water quality surveys in the area (Table 1). The model determines the exchange, or net flux, of total nitrogen, and suspended sediments among the upper, middle and lower zones of the estuary. Sediments and nitrogen in the model flows not only among the three estuarine zones, but also between bay waters, shrimp ponds, and the surrounding mangroves within each zone (Fig. 5). Each ha of ponds or mangroves contributes a fixed amount of nitrogen or captures a fixed amount of sediments. Thus, the model simplifies their interaction with the estuary by using exchange coefficients for sediment and nitrogen between either mangroves or shrimp ponds and the estuary. Mangroves remove nitrogen but ponds are a source of this nutrient because of fertilization. However, both mangroves and shrimp ponds remove sediment, thus they have no distinct function in the model (but different magnitude). Sediment accumulates in mangroves contributing to the expansion of this wetland in the estuary; whereas sediment accumulated in shrimp ponds is dredged periodically and accumulates on land (Twilley, 1989). In addition, both nitrogen and sediment are lost in each segment of the estuary. Sedimentation of suspended sediment is estimated at 1%/d of the total amount of sediment in each respective estuarine zone. Loss of nitrogen is linked to both sedimentation and denitrification and we estimated this was 10%/d of nitrogen content in each respective zone of the Guayas River estuary. Mangroves may be a sink of sediments and nutrients in coastal waters (Lynch et al., 1989; Twilley, 1997a) and they have been recommended for the treatment of nutrient enriched effluent (Macnae, 1968; Corredor and Morell, 1994), although this function is still poorly understood (Clough et al., 1983). The Guayas River estuary is turbid and extensive mangroves along the shore line trap sediments suspended in the water column during flooding, enriching mangrove soils (Twilley, 1995). Sediment accumulation in the mangroves of the Guayas River estuary averages about 3660 g m-2 yr-1, or about 10 g m-2 yr-1, and this rate was used in the model. Nitrogen accumulation in the model is based on a rate of 11.3 g m-2 yr-1, or about 0.03 g m-2 d-1 (Twilley, 1995). Much of this nitrogen accumulation in mangrove sediments is supported by inorganic nutrients carried by tides from the estuary into the wetland (Rivera-Monroy et al., 1995a) and little of this inorganic nitrogen is apparently loss by denitrification at unenriched concentrations (Rivera-Monroy et al., 1995b; Rivera-Monroy and Twilley, 1996). However, mangroves have a very high potential to process excess nitrogen either by sediment accumulation or denitrification (Corredor and Morell, 1994; RiveraMonroy et al., in press). During shrimp pond management, the natural exchange of estuarine water via tides with the intertidal zone has been replaced with diesel pumps that link shrimp ponds to the estuary. Diesel engines are used to pump water daily from the estuary during high tides to a central aqueduct system where water then flows to individual ponds. Exchange rates vary from 3 to 8 % of the pond volume per day under semiextensive mariculture, and may increase to 1015 % under more intense farming practices (Boyd and Fast, 1992). The total volume of water pumped from the Guayas River estuary to shrimp ponds depends on exchange rates (% of pond volume/d) and area of ponds in operation (Twilley, 1989). At a present operation of 92,000 ha of ponds under semi-extensive management (5%/d pumping rate), the volume of water exchanged daily with the estuary is approximately 65*106 m3 (using a mean pond depth of 1.5 m; Twilley, 1989; Twilley et al., 1993). This volume exceeds the discharge of the Guayas River during low flow period. At intensive pond management (10 % pumping
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Anexos
rate), the same area of ponds would exchange more volume than river discharge during high flow. These types of scenarios underscore the potential significance of water use by shrimp ponds on the pattern of water quality in this estuary. Supplemental feeding and fertilization methods are required to meet the demand for food at higher stocking densities of post larvae in ponds. A main source of nutrition for shrimp in growout ponds are phytoplankton blooms that result from urea and superphosphates added prior to stocking. Supplemental feeding is carried out towards the end of the growth cycle, usually the last four weeks. Much of the nitrogen and phosphate applied to ponds are absorbed by phytoplankton and are thus returned to the estuary in organic form (Rivera-Monroy et al., in press). We used a loading rate of 0.1 g m-2 d-1 (365 kg ha-1 yr-1) of total nitrogen from shrimp ponds operations to the estuary. This value varies among types of operation and includes assumptions that most of the organic nitrogen is exported (Boyd and Fast, 1992). This value needs better calibration. 3.1.3. Scenarios The incremental impact of replacing mangroves with shrimp ponds was investigated by running dierent scenarios of land use in the intertidal zone. The model allows ponds to replace mangrove wetlands in the intertidal zone. In run S1, the entire intertidal area is considered mangroves with no ponds (100:0); in run S2 the intertidal area is equally distributed between mangroves and shrimp ponds (50:50); and in run S3, all of the intertidal area is converted to shrimp ponds (0:100). The intertidal area (km2) for each zone of the estuary used in each simulation run was computed directly from maps of the area (Fig. 5). When 100 % of the intertidal zone is in mangroves, the area (km2) of mangroves in each specific zone is equal to total intertidal area as noted in Fig. 5. If mangroves and ponds are 50% each of the intertidal area, each occupies half the specific intertidal area of each respective zone (run S2). The simulations are compared to the base run where all land is in mangroves and river flow is at 100% of 1989 levels. Each of the intertidal land use ratios (100:0, 50:50, 0:100, % of mangrove:pond) were run at 100, 50 and 10% of base line river flow. 3.2. Simulation results and discussions Seasonal patterns of salinity were under conditions of 1989 river flow were similar in simulations compared to field measurements. Comparisons of salinity in Estero Salado based on simulation output compared to field measures were used to validate the hydrographic design of the model (data not shown). In simulations for this experiment of intertidal land use, we varied river flow to test the effect of hydrography on environmental quality. Changes in salinity were most sensitive to river flow in the upper estuary, but as expected salinities in all three zones increased with decreased river flow (Fig. 6). Even at only 10 % river flow, the highest salinities were 25 g/kg at the mouth of the estuary. The sharpest gradient in salinity was between mid and lower zones during full river discharge, with salinities of 7 and 20 g/kg, respectively. At low river flow (10 %), there was less difference in average salinities among the zones. Mangroves remove suspended sediments in the model, as do shrimp ponds; thus even though one of these ecosystems replaces the other, the function of the intertidal zone remains as a sediment sink. Thus, as mangroves are converted to shrimp ponds, the sediment sink function of the intertidal zone actually increases, because ponds are more efficient at accumulating sediment than are mangroves. Accordingly, the suspended
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Anexos
sediment concentrations in the base runoff normal river flow and tides with all mangroves in the intertidal zone (100:0) yield suspended concentrations of 375 mg/L
Fig. 6. Simulation results of salinity in three zones of the Guayas River estuary showing the three reductions of river flow
in the upper estuary compared to about 300 mg/L when the intertidal zone is all ponds (0:100) (Fig. 7). The other factor that decreases sediment concentrations is the amount of river flow. At 90 % reduction in river flow, suspended concentrations are only 520 % of base run concentrations because sediments have more time to settle out. Again, changes in suspended sediment are most apparent in the upper and middle regions of the estuary with little change in the lower estuary (Fig. 7). Concentrations are most sensitive to magnitude of river flow rather than land use. Total nitrogen concentrations change with land use depending on the amount of river flow in the estuary (Fig. 8). With all mangroves and no shrimp ponds in each sector of the estuary (100:0), as river flow decreases there is an increase in total nitrogen in the estuary in the upper and middle zones, but concentrations remain low in the lower estuary with all land use patterns. At 90 % reduction in river flow, total nitrogen concentrations increase by 5 fold in the upper and middle estuary. In addition, with a reduction in mangroves and increased construction of shrimp ponds to a 50:50 distribution in each region of the estuary, concentrations of total nitrogen increase 30 fold in the upper estuary compared to 10 fold in the middle estuary (50:50 compared to 100, 50 and 10% river flow). Again, there is very little change in the total nitrogen in the lower estuary associated with land use change at reduced river flow. Extreme nitrogen concentrations are observed in the upper and middle estuary when all the mangroves are removed and replaced with shrimp ponds (0:100), three reductions of river flow with 60 and 30 fold increases, respectively. Peak concentrations, at nearly 275 mM of total nitrogen are extreme eutrophic concentrations. Note that the middle bay shows about one-third of the increase in the upper bay (Fig. 5). In summary, decreased river flow combined with the conversion of mangroves to shrimp ponds tends to increase nitrogen concentration markedly in the upper and middle bays, with less change in the lower estuary. There exists an important potential interaction between mangroves and shrimp ponds with respect to total nitrogen and suspended sediment concentrations in response to land use in the intertidal zone. A decrease in suspended sediment concentration due to pond construction allows more light to penetrate the water column. This light is an important resource for the growth of phytoplankton in normally turbid river-dominated
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Anexos
estuaries. Therefore, the reduction of suspended sediment alone will probably promote phytoplankton growth and the productivity of this pond/estuary ecosystem. But those
Fig. 7. Simulation results of suspended sediments in three zones of the Guayas River estuary showing the three land use scenarios at
Fig. 8. Simulation results of total nitrogen in three zones of the Guayas River estuary showing the three land use scenarios at three reductions of river flow
scenarios that caused a reduction in suspended sediment concentrations also resulted in increased total nitrogen concentrations as ponds enrich estuarine waters and mangroves no longer remove nutrients. Thus, these two land use changes will increase two resources: light and nutrients. The combination of these two factors should markedly change the productivity and water quality leading to increased potential for the eutrophication of the Guayas River estuary. Model simulations indicate that shrimp pond industries in the Guayas River estuary have managed to sustain high productivities and profits largely as a consequence of substantial river discharge to this tropical estuary. Seasonally high water input reduces the residence time of nutrients in the estuary, preventing significant eutrophication problems. The government's construction of the Daule-Peripa Dam upstream, however, threatens local economic industries by substantially reducing river
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Anexos
flow, perhaps by about one-half. The model indicates that nitrogen concentrations will increase in the upper and middle regions of the estuary to levels that threaten the environmental quality of the Guayas River estuary. However, there will be much less effect on the estuarine resources in the lower zone, where concentrations remain low because of the high exchange with mesotrophic waters in the Gulf of Guayaquil. Suspended sediment concentrations will decrease similarly to various levels across the three estuarine zones when the dam is under full operation. These simulations and preliminary analyses suggest that changes threatening the eutrophication of this estuary will vary according to location along the shore line. Water quality problems leading to reduced profitability of the shrimp industry will also be spatially selective. Impacts of land use changes in the upland watershed will not be evenly distributed along the Guayas River estuary. In addition, these changes, particularly the reduction of fresh water discharge can potentially reduce the environmental quality of the estuary. 4. Integrated mangrove management The long term sustainability of shrimp mariculture in Ecuador will require integrative approaches to the management of coastal zone resources. These management considerations not only include the interactions of the shrimp farming industry with estuarine and coastal ocean ecosystems, but also land use activities in the upland watershed and urban centers. For example, the interactions of shrimp farming activities with the Guayas River estuarine ecosystem demonstrate the complex nature of how environmental impacts influence the sustainability of this industry (Figs. 2 and 9). The upper panel of Fig. 9 describes the present strategy in utilizing the coastal resources of Ecuador by the shrimp mariculture industry, including the feedback effect of this enterprise on estuarine environmental quality. Decreases in the environmental quality of estuarine resources affect the productivity of shrimp ponds by influencing the ability of natural resources to supply post larvae, and by controlling the survival and growth of shrimp in growout ponds. Thus, the secondary productivity of pond ecosystems is constrained by the variety of factors that are linked to water and habitat quality in coastal ecosystems (Figs. 2 and 9). There are some indications that mangroves can be managed and engineered to remove excessive nutrients pond nutrients in coastal environments (Nedwell, 1975; Corredor and Morell, 1994; Robertson and Phillips, 1995; Rivera-Monroy et al., in press). This is a particularly important research agenda given the increased eutrophication of coastal waters in the tropics. Mangroves may represent sinks of several primary nutrients used in the fertilization of ponds, particularly phosphates and nitrogen. Mangrove sediments may also have the capacity to absorb some of the BOD associated with pond effluent high in chlorophyll biomass that may shift the balance of dissolved oxygen in the estuary. Effluent from shrimp ponds could be distributed in nearby mangrove forests for nutrient removal prior to the return of water back to the estuary. The use of mangroves as a nutrient filter of pond effluent would limit the negative feedback of shrimp ponds on the water quality of coastal ecosystems (Fig. 9B). The contribution of excess nutrients from shrimp ponds to mangrove ecosystems would most likely enhance mangrove productivity and potentially enhance the contribution of these forested wetlands to habitat quality of estuaries. This scheme to integrate the natural function of mangroves with the management of shrimp ponds would serve as a means of altering what is presently a negative impact of intensive aquaculture to estuarine ecosystems
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Anexos
into a positive feedback (Fig. 9B). The shift from extensive to intensive mariculture may not necessarily impact the estuarine ecosystem if mangroves could be utilized in the operation of these types of ponds.
Fig. 9. Comparison of present practices in coastal zone management (A) with recommended strategies for integrated mangrove management (B) based on the ecological processes of mangroves and their function in maintaining the habitat and water quality of the coastal zone; and how these functions support shrimp farm industry
Integrating mangroves into shrimp pond operations will require more substantial evidence of its cost effectiveness, rather than using recommendations based solely on ecological function. Quantitative estimates of mangrove loss with corresponding
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Anexos
increase in pond operations need to be linked to changes in environmental quality of the estuary. In addition, incremental impacts will most likely vary spatially along the longitudinal axis of the estuary, due to variation of water residence time and rates of ecological processes. Thus, site selection of ponds may be a key management option to sustaining both environmental quality of the estuary and minimizing costs of pond operations (Snedaker et al., 1986). Finally, the functional ecology of mangroves, both natural and restored wetlands, need to be compared and integrated with the engineered services of shrimp ponds (Fig. 1). These simulations have demonstrated the sensitivity of key hydrologic and land use parameters to water quality issues in the Guayas River estuary. Differences in river flow influence the sensitivity of water quality in the estuary to land use of intertidal zone between mangrove conservation and shrimp pond construction. These parameters, in turn, will affect the role that mangroves play in determining industry profits at different zones along the estuary. Accordingly, the model may enable planners and conservationists to determine those estuaries, and particular locations within estuaries, where industry profits may be particularly vulnerable to the loss of mangroves due to the unique physical characteristics of estuaries. One of the initial results of these simulations is that mangroves do not always play an important role in maintaining water quality. Using self-interest as a motivation for maintaining mangroves will work best when self-interest can be demonstrated reasonably to pond owners. The model suggests that self-interest can only be so demonstrated under certain hydrographic conditions of the estuary. Pond management strategies represent behavioral forcing functions that affect the ecology of the entire estuary. And these pond operations are linked to the comprehensive land use alternatives in the entire river basin that influence the environmental quality of the estuary. Acknowledgements Funding for the mangrove research in Ecuador was from US Agency for International Development Program in Science and Technology Cooperation (grant No. DPE-5542G-SS-8011-00) and the University of Rhode Island/AID Coastal Resource Management Program. Support from University of Southwestern University includes LEQSF (198894-GF-15) from Board of Regents, Faculty Research Awards, Graduate Student Organization, and Department of Biology. Support from the University of the South includes a Faculty Research Grant.
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Twilley, R.R., Bodero, A., Robadue, D., 1993. Mangrove ecosystem biodiversity and conservation in Ecuador. In: Potter, C.S., Cohen, J.I., Janczewski, D. (Eds.), Perspectives on biodiversity: case studies of genetic resource conservation and development. AAAS Press, Washington, DC, pp. 105 - 127. Twilley, RR, Snedaker, Yez-Arancibia, A., Medina, E., 1996. Biodiversity and ecosystem processes in tropical estuaries: perspectives from mangrove ecosystems. In: Mooney, H., Cushman, H., Medina, E. (Eds.), Biodiversity and ecosystem functions: a global perspective. John Wiley and Sons, New York, pp. 327 - 370. Twilley, RR, Pozo, M., GARCA A, VH, Rivera-Monroy, VH, Zambrano, R., Bodero, A., 1997. Litter dynamics in riverine man-grove forests in the Guayas River estuary, Ecuador. Oecologia 111, 109 - 122. Wang, J.K., 1990. Managing shrimp pond water to reduce discharge problems. Aquaculture Engineering 9, 61 - 73. Welsh, B.L., Whitlatch, R.B., Bohlen, W.F., 1982. Relationship between physical characteristics and organic carbon sources as a basis for comparing estuaries in southern New England. In: Kennedy, V.S. (Ed.), Estuarine comparisons. Academic Press, NY, pp. 53 - 67. Zimmerman, R., Minello, T.J. 1986. Recruitment and distribution of postlarval and early juvenile penaeid shrimp in a large mangrove estuary in the Gulf of Guayaquil during 1985. In: Olsen, S., Arriaga, L. (Eds.), Establishing a sustainable shrimp mariculture industry in Ecuador. University of Rhode Island, Technical Report Series TR-E-6, pp. 233 - 245.
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6.4.a. Un enfoque y modelo preliminar de la integracin de las restricciones ecolgicas y econmicas de la calidad ambiental del estuario del Ro Guayas, Ecuador
Robert R. Twilley, Robert R. Gottfried, Victor H. Rivera-Monroy, Wanqiao Zhang, Mariano Montao Armijos, Alejandro Bodero. Environmental Science & Policy Volume 1, Issue 4, November 1998, Pages 271-288. Resumen
Describimos modelos conceptuales y de simulacin del uso del suelo en la zona intermareal del estuario del ro Guayas para cuantificar la contribucin de las zonas de manglares para mantener la calidad ambiental de un estuario tropical. El objetivo de este ejercicio es demostrar lo importante de las limitaciones ecolgicas en la determinacin de las decisiones econmicas y de gestin, y cmo el modelado se puede utilizar para cuantificar los efectos del uso del suelo como la prdida de manglares en la calidad del medio ambiente. Nuestro modelo conceptual trata energa solar, caudal del ro y mareas como funciones limitantes que controlan las propiedades de los ecosistemas estuarinos, lo mismo que tambin describe las fuerzas del mercado y las polticas culturales como restricciones de las propiedades de los sistemas socioeconmicos. La controversia del manejo de los recursos costeros en el Ecuador se centra en torno a los impactos relativos de la construccin y manejo de las piscinas de camarn como retroalimentacin negativa a la calidad ambiental del estuario del ro Guayas. Procesos oceanogrficos nicos y cambios de uso del suelo contribuyen a los complejos problemas de la calidad del agua y del hbitat en este estuario tropical, el mayor complejo estuarino de la costa del Pacfico de Amrica del Sur. Un modelo de caja dinmica se desarroll para el estuario y se calibr con datos recogidos de un monitoreo de 14 meses de parmetros de calidad del agua del estuario. Los escenarios incluyeron la conversin de manglares a piscinas de camarn en tres zonas del estuario, y la construccin de una presa mediante la variacin de tres diferentes velocidades de descarga del ro a 100, 50 y 10 % del flujo base de 1989. Una buena calidad del agua se produce por el corto tiempo de residencia de agua en el estuario (11 das) debido al elevado flujo estacional del ro y al intercambio de marea. Con una reduccin del 90 % de los bosques de manglar en el estuario causado por la construccin de piscinas camaroneras, la concentracin de nitrgeno total aument 5 veces. Sin embargo, con una disminucin del 10 % de la descarga del ro y manteniendo la misma rea de camaroneras se produjo un aumento de concentracin de nitrgeno de 60 veces llegando a 250M . Los aumentos de concentracin de nitrgeno fueron mayores en la zona superior del estuario, con mucho menos cambio en la zona inferior del estuario. As, la sensibilidad de la calidad ambiental a los cambios de uso del suelo en la zona intermareal y de tierras altas est vinculada a la hidrografa del estuario y es especfico del sitio. En el futuro, las combinaciones de estos modelos ecolgicos junto con el anlisis econmico de los bienes y servicios de los manglares pueden proporcionar mejores tcnicas para evaluar los impactos econmicos de las decisiones de manejo de zonas especficas costeras.
Palabras clave: manglares, acuicultura de camarn; estuario tropical, calidad del agua, modelos ecolgicos, economa ecolgica, hombre en el ecosistema, gestin.
1.
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Introduccin Los estuarios tienen diversas funciones ecolgicas que proporcionan bienes y servicios a las economas regionales y mundiales incluyendo las comerciales (tanto de la maricultura y las operaciones de arrastre) y la pesca deportiva (Costanza et al., 1997). Conflictos de mantener estas pesqueras econmicas demuestran cmo las decisiones de uso del suelo necesitan incluir los valores directos e indirectos de los recursos naturales como los humedales (Farber y Costanza, 1987; Costanza et al., 1989; Dixon, 1989). En muchas regiones costeras tropicales, las decisiones de uso del suelo en los estuarios estn favoreciendo la expansin de la industria camaronera, por lo general a expensas de los recursos naturales, tales como los manglares. Sin embargo, estas decisiones no incluyen los costos de oportunidad de sus impactos potenciales sobre el hbitat y las funciones de la calidad del agua de los ecosistemas estuarinos por el uso indebido del suelo intermareal y del paisaje adyacente. Adems, los costos de oportunidad asociados con la calidad ambiental de los estuarios, tienen que incluir la cuenca del ro a fin de incorporar muchas interacciones complejas de las actividades de uso del suelo en la cuenca (Gottfried et al., 1996). Los productos y servicios de los estuarios tropicales dependen de diversos hbitats como los pastos marinos, manglares, bentos y las comunidades planctnicas, que se encuentran dentro del mbito inmediato de la zona costera. La calidad ambiental de estas comunidades tambin se ve influenciada por las cuencas altas y los procesos costeros mar afuera que se acoplan por los ros y las mareas, respectivamente, al estuario. Los tipos especficos de prcticas de uso del suelo en grandes escalas espaciales pueden tener repercusiones significativas sobre la calidad ambiental de un estuario. Y la respuesta de los estuarios de estos cambios de escala en el paisaje en los trpicos puede variar dependiendo del clima, la geomorfologa y las condiciones oceanogrficas de la regin. Los mtodos de valoracin deben ser capaces de tener en cuenta las restricciones de los procesos ecolgicos y econmicos sobre el manejo sustentable a diferentes configuraciones de uso del suelo a travs de las diversas formaciones costeras (Repetto, 1992). Estos mtodos deben ser capaces de identificar las retroalimentaciones positivas y negativas de las decisiones de uso del suelo a travs de escalas regionales adecuadamente definidas que incorporen el valor exclusivo de los ecosistemas estuarinos. Las propiedades de los ecosistemas estuarinos se determinan por la geomorfologa y las caractersticas geofsicas de la zona costera, incluyendo la descarga de los ros de las cuencas altas (con nutrientes y sedimentos en suspensin) y los procesos del ocano costero (Fig. 1; Day et al., 1989). Grupos de tipos especficos de ecosistemas estuarinos se pueden clasificar en la configuracin medioambiental dependiendo del balance de la descarga de los ros, las mareas, los vientos y la geomorfologa regional (Odum y Copeland, 1972; Mann, 1975; Welsh et al., 1982; Thom, 1982, 1984; Kjerfve, 1989). Las propiedades de los ecosistemas incluyen la estructura, funcin y distribucin espacial relativa de las comunidades pelgicas, bnticas e intermareales (incluyendo manglares) de un estuario. La diversidad y el acoplamiento de los procesos entre estos hbitats determinan los patrones de la productividad, redes trficas y los ciclos de nutrientes que son caractersticos de los estuarios en un especfico tipo de marco medioambiental. Por ejemplo, la estructura y funcin de los manglares han sido asociados con configuraciones especficas medioambientales que van desde deltas a plataformas de
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Fig. 1. Marco conceptual para las funciones de obligar a los procesos ecolgicos y econmicos que determinan las decisiones de gestin en los entornos costeros calizas (vanse las revisiones de Twilley et al., 1996; Twilley, 1997a). La importancia de los procesos ecolgicos tales como la productividad primaria, refugios, ciclo de nutrientes, sedimentacin, y la exportacin de detritus puede estar asociada con un determinado tipo de entorno ambiental, que permite la evaluacin genrica de las condiciones especficas del lugar. Las mareas acoplan los procesos ecolgicos de la zona intermareal, como los manglares con la estructura y funcionamiento de las comunidades pelgicas y bentnicas en los estuarios tropicales. Como resultado de estas restricciones ambientales y los procesos ecolgicos, los manglares proporcionan bienes y servicios (funciones) de inters para los seres humanos, incluyendo la calidad del hbitat, la calidad del agua, la proteccin del litoral, la esttica y la diversidad biolgica (Twilley, 1997a, b; Ewel et al., 1998). Estas funciones pueden contribuir directa o indirectamente al valor econmico del estuario y el paisaje circundante. Las piscinas camaroneras son ecosistemas artificiales ubicados en el rea de drenaje de los estuarios, ya sea dentro de la zona intermareal, y por tanto suplantando a los manglares, o a la vegetacin intermareal. Las propiedades de los ecosistemas de las piscinas de camarn estn controladas en parte por la calidad ambiental del estuario, ya que el agua se bombea desde el estuario a las piscinas, y tambin por los subsidios de nutrientes y alimentos provenientes de las operaciones de manejo. Una buena calidad de agua mejora el rendimiento de camarn e influye en la intensidad de las operaciones de la piscina. Adems, puesto que las aguas de las camaroneras son devueltas de nuevo al estuario, los procesos ecolgicos de las piscinas (al ser influenciados por el manejo de las piscinas) influirn en la calidad ambiental del estuario. Las piscinas son manejadas mediante decisiones tales como las tasas y tipos de fertilizacin, insumos alimenticios y el intercambio de agua que causan que estos ecosistemas adquieran caractersticas diferentes de las del estuario. Estos atributos de las piscinas de proporcionar bienes y servicios de valor ms especfico para los seres humanos, tales como los elevados rendimientos del monocultivo de camarn. Estos bienes y servicios se conocen como recursos de ingeniera en comparacin con los servicios de los recursos naturales (Fig.
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1). A pesar de que los servicios de las camaroneras estn fuertemente controlados por el sistema socio-econmico en lugar de los procesos ecolgicos de un estuario, la productividad de las camaroneras est estrictamente ligada a la calidad ambiental del estuario (incluyendo las playas, las cuencas hidrogrficas continentales y los procesos de alta mar), que est restringido por la configuracin del medio ambiente (Fig. 1). Nuestro modelo conceptual (Figura 1) integra energa solar, flujo del ro y mareas, como funciones de fuerza que controlan las propiedades del de los ecosistemas estuarinos, pero tambin incluye limitaciones socioeconmicas, como los mercados internacionales, los procesos polticos, los tipos de cambio y las polticas monetaria y comerciales. El modelo conceptual sostiene que las funciones de fuerza ecolgicas y socioeconmicas determinan el valor de los manglares y las piscinas de camarn, controlando de ese modo las decisiones de manejo de zonas costeras (Fig. 1). Los productos y servicios de los manglares, como el hbitat y la calidad del agua, no reciben ningn valor explcito en el modelo conceptual (al igual que ocurre en la sociedad). Los manglares se valoran indirectamente en trminos de su contribucin a los beneficios de las camaroneras, al proporcionar bienes y servicios gratuitos para la industria camaronera. Los beneficios asociados con la cra de camarones se generan por la diferencia entre los ingresos de los rendimientos de camarn, y los costos asociados con el funcionamiento de las piscinas. El nivel de produccin de camarn y los costos de operacin, tales como dragado, construccin, bombeo, fertilizacin, y tierra (autorizaciones) dependen en parte de la calidad ambiental del estuario (Twilley, 1989). Los manglares y las mareas proveen a la industria del camarn de agua limpia y hbitats productivos que mejoran la oferta de post larvas silvestres y los rendimientos de camarones en las piscinas. Con la prdida de servicios gratuitos proporcionados por los recursos naturales, los costos de produccin de camarn aumentan, como el suministro de post larvas de los criaderos, el dragado para extraer el sedimento y el bombeo para el control de la eutrofizacin. Este modelo conceptual hace hincapi en el impacto potencial de reacciones negativas de las decisiones de manejo de los recursos naturales que pueden disminuir las ganancias potenciales de la industria del camarn. Impactos de la operacin de las camaroneras estn relacionados a la dependencia de esta industria con la sostenibilidad de la calidad ambiental de los ecosistemas estuarinos (Figura 1). Esta revisin describe los vnculos ecolgicos entre las camaroneras y los manglares asociados con la industria de la maricultura en el Ecuador para ilustrar la importancia de la calidad ambiental en el manejo sostenible de las zonas costeras. El valor de la produccin de camarones en piscinas aument de 56,9 millones de dlares de EE.UU. en 1980 a US $ 482 millones de dlares EE.UU. en 1991, ocup el segundo lugar despus del petrleo como producto de exportacin para el Ecuador (Olsen y Arriaga, 1989; Aiken, 1990). Durante los primeros aos 1990, el ingreso generado por la actividad de maricultura fue ms importante para la economa del Ecuador que la exportacin conjunta de banano y cacao y dos veces tan importantes como el caf (Aiken, 1990; Agero y Gonzlez, 1991, citado en Gonzlez, 1993, p. 2). Ecuador produjo un poco menos de 5.000 toneladas de camarones en piscinas, en 1979, pasando rpidamente a una produccin de ms de 100.000 toneladas en 1991, tiempo durante el cual el rea de piscinas aument a ms de 100 000 ha (McPadden, 1985; Twilley et al., 1993). La controversia del manejo de los recursos costeros en el Ecuador se centra en torno a los impactos relativos de la construccin de piscinas y el manejo como retroalimentacin negativa de los procesos ecolgicos de los manglares y estuarios. El xito del desarrollo de planes de manejo para la zona costera depende de la capacidad
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para identificar las propiedades que determinan la calidad ambiental de los ecosistemas costeros en el Ecuador y el manejo de las camaroneras, y de cmo influye en la contribucin de los servicios de los recursos naturales, como los manglares, con cambios graduales en el uso del suelo de la zona intermareal (Fig. 1). 2. Calidad del medio ambiente de estuario del ro Guayas
Los recursos costeros del Ecuador son afectados por diversas actividades econmicas y los patrones de uso del suelo que pueden influir en la calidad ambiental de las aguas costeras (Fig. 2). La calidad ambiental del estuario del ro Guayas est influenciada por los aportes de las cuencas altas, los intercambios con la zona
Fig. 2. Las complejas interacciones de los procesos costeros (grficos superiores) y el uso de las tierras altas (paneles inferiores) que determinan la calidad ambiental de los recursos costeros en el Ecuador
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intermareal, y los procesos oceanogrficos en el Golfo de Guayaquil. Actividades en la cuenca incluyen un proyecto de presa que influir en la descarga de agua dulce, la expansin de la agricultura con la participacin asociada de los productos qumicos, incluidos los fertilizantes y pesticidas, aguas residuales de la creciente urbanizacin, y las sustancias txicas procedentes de actividades industriales (Arriaga, 1989; Solrzano, 1989). Adems, las mareas rojas generadas en las aguas costeras pueden ser bombeadas a los criaderos y viveros de camarones. Estas diversas influencias antropognicas en la calidad del agua en el estuario complican el manejo ambiental de este ecosistema costero. En el panel superior de la Figura 2, se muestra el surtido ambiental que influye en la calidad ambiental de los sistemas costeros, incluyendo la descarga de los ros, las mareas y las corrientes ocenicas y costeras. En la parte inferior de la figura 2, se muestran diferentes efectos antropognicos de la industria, la navegacin, las zonas urbanas, la agricultura, y las actividades tursticas que estn vinculadas a la calidad del medio ambiente.
2.1.
Escenario ambiental
El Golfo de Guayaquil recibe el escurrimiento de unos 20 ros en una cuenca de 51.230 km2 que forman el mayor ecosistema estuarino en la costa del Pacfico occidental de Amrica del Sur (Cucalon, 1984). La principal fuente de agua dulce es el ro Guayas, que se forma 60 kilometros ro arriba en la confluencia de los ros Daule y Babahoyo. La descarga media de 1 143.7 m3/s del ro Guayas es la ms alta entre los 30 ros de la zona costera de Ecuador, representa el 39 % del flujo total de esta regin de tierras bajas. La precipitacin media en el sistema de drenaje del ro Guayas, al norte Guayaquil es de 885 mm/ao, que puede variar desde menos de 400 a ms de 1 800 mm durante todo un ao (Stevenson, 1981). Las descargas de temporada van desde 200 m3/s durante la estacin seca a 1 600 m3/s durante la estacin lluviosa, con un importe medio de las precipitaciones (alrededor de 900 mm/ao). Las mareas son semidiurnas con una amplitud igual a 1.8 m en el Golfo de Guayaquil, y se amplan a 3 5 m en el estuario del ro Guayas, cerca de la ciudad de Guayaquil. La Costa del Ecuador es una zona de transicin, o frente ecuatorial, que fluye entre las aguas tropicales del sur de la Baha de Panam y la Corriente de Humboldt que fluye hacia el norte de Per (Fig. 3). El agua tropical fluye hacia el sur de la ensenada de Panam a lo largo de la costa de Panam y Colombia, a 28 S suministrando calor (> 25.8 C) y baja salinidad (< 34 g/kg) a las aguas de la costa del Ecuador (Pesantes y Prez, 1982). Ms fras (< 22.8 C) y ms salinas (> 35 g/kg) las aguas fluyen hacia el norte de Per con la corriente de Humboldt que est fuertemente influenciada por surgencia costera. La mezcla de estas dos masas de agua se produce entre Manta y Punta Santa Elena a lo largo de la costa de Ecuador y se mueve gradualmente hacia el sur en el Golfo de Guayaquil. El predominio de la Corriente de Panam se produce durante el verano y provoca un aumento en la temperatura del agua de mar e inicia el comienzo de la temporada de lluvias (Cucaln, 1984, 1989). Aos de temperaturas anormalmente clidas del agua y altas precipitaciones estn asociados con los patrones climticos de El Nio, debido a la afluencia de agua inusualmente caliente de la superficie en el sudeste del Ocano Pacfico. Las aguas ms clidas en alta mar producen explosivas poblaciones de camarn blanco en la costa de Ecuador, mejores
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desoves, maduracin y capturas (Zimmerman y Minello, 1986). En el siglo pasado, se registraron 10 de los principales eventos de El Nio (Cucaln, 1989) y uno de los ms fuertes actualmente se registra a lo largo de la costa de Ecuador. La alta disponibilidad de post larvas que fortaleci la expansin de la industria del camarn en 1983 y 1984 estuvo asociada con un evento inusualmente fuerte de El Nio. La naturaleza impredecible de los eventos oceanogrficos y su influencia en la descarga del ro y las capturas de pesca resultan cuestiones complejas de qu factores contribuyen a una menor disponibilidad de post larvas a lo largo de la costa de Ecuador (Fig. 2). 2.2. Impactos del uso del suelo Los cambios en la calidad ambiental de la cuenca del ro Guayas y estuario estn asociados con los cambios de uso del suelo tanto en las cuencas altas como intermareales (Solrzano, 1989; Twilley, 1989). Por ejemplo, se ha demostrado que la calidad del agua en el estuario puede estar influida por la introduccin de productos qumicos como los fertilizantes y pesticidas de la agricultura, las aguas residuales de las grandes zonas urbanas, y los metales pesados de la industria (Fig. 2). Los ros proporcionan el conducto que une los procesos ecolgicos de un estuario, con las prcticas de uso del suelo de las cuencas altas (Fig. 1). La deforestacin de la vegetacin natural, seguida de una sustitucin de los agroecosistemas, adems de las actividades urbanas e industriales, pueden cambiar la composicin qumica de las entradas ribereas del estuario del ro Guayas. Adems, la distribucin, frecuencia y volumen de estos contaminantes en el estuario se ven influidos por las alteraciones en la cantidad y la naturaleza estacional de la descarga de agua dulce de la cuenca. As juntos, la cantidad y la calidad de los ingresos ribereos son importantes vnculos de la calidad ambiental del estuario del ro Guayas, a la productividad de la maricultura de camarones (Fig. 2). En la confluencia de los ros Daule y Peripa se ha construido una presa para desvo de suministro de agua, control del flujo del ro, y energa hidroelctrica. El agua es desviada a travs de un acueducto desde el ro Daule a la pennsula de Santa Elena para agua potable, riego para la agricultura y uso industrial. La presa influir en la cantidad de agua de los ros Daule y Peripa que normalmente se descarga en el ro Guayas. En la actualidad, la propuesta operacin de la presa seala un flujo promedio anual de 100 a 175 m3/s (Jenkins, 1979; Arriaga, 1989). Este flujo puede variar de un mximo de 321 m3/s durante la estacin lluviosa, en abril, a un mnimo de 124 m3/s en agosto. En comparacin con el flujo normal de los ros Daule y Peripa, este flujo modificado es mucho menor que la descarga de agua dulce de hasta 1 000 m3/s que se produce durante la estacin lluviosa. Durante la estacin seca, para controlar la intrusin de agua salada, la presa proporcionar agua por encima de la descarga promedio de alrededor de 50 m3/s de los suministros almacenados en el embalse. Basado en el promedio mensual de los flujos, la descarga normal de 343 m3/s de estos dos ros se limitar a 174 m3/s, una reduccin de alrededor del 49 %. Esta reduccin representa una prdida de 15 % del agua dulce del ro Guayas y el 13 % del estuario del ro Guayas. La prdida de agua dulce de un estuario en una zona semirida como la provincia del Guayas puede influir en los patrones de salinidad en este ecosistema costero.
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2.2.1. Calidad del agua Las caractersticas qumicas y fsicas del estuario del ro Guayas, en la parte alta del Golfo de Guayaquil, fueron encuestados durante 14 meses durante 1989 y 1990 (Crdenas, 1995). El estuario del ro Guayas se compone de tres subestuarios: Guayas, Churute, y Salado (Fig. 3). Los regmenes de salinidad en los subestuarios de Guayas y Churute reflejan la fuerte influencia estacional de agua dulce con salinidades promedio de 18 y 16 g/kg, respectivamente, mientras que la entrada de agua dulce en el Salado es limitada con salinidades promedio de 28 g/kg (Tabla 1). El nitrato fue la principal forma de nitrgeno presente fijado en el estuario que contabiliza el 70 % del DIN. NO3ms DON (nitrgeno orgnico disuelto) y PN (nitrgeno particulado) formaron alrededor del 30 % cada uno del nitrgeno total (NT) de la piscina. Las concentraciones de fsforo total (TP) en todos los sub-estuarios fueron similares, con valores medios que
Fig. 3. Mapa de la zona costera del Ecuador con los detalles del estuario del ro Guayas, que muestra las estaciones de muestreo de las encuestas de 1989 la calidad del agua y los lmites de las tres cajas para simular la calidad ambiental del estuario
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van de 3 a 5 mM (Tabla 1). La relacin TN:TP <9 es una caracterstica distintiva de este estuario tropical comparado con un balance normal de alrededor de 16 para el fitoplancton. Un ndice inferior a 16 indica que el nitrgeno puede ser limitante de la productividad. Sin embargo, la alta turbidez del estuario, con concentraciones de sedimentos suspendidos promedio de 115 a 494 mg/L en el canal principal puede ser el factor limitante clave para la produccin de clorofila (Tabla 1). Tabla 1. La concentracin promedio de los parmetros de calidad del agua en la parte inferior y superior de las zonas de las tres regiones en el estuario del ro Guayas, durante las estaciones hmedas y secas (Crdenas, 1995) Parameter Units Season Churute lower Temperature 8C dry 25.4 wet 28.6 Salinity g/kg dry 23 wet 13.2 Dissolved oxygen mg/L dry 3.7 wet 3.3 Suspended sedimen mg/L dry 332 wet 242.9 Total nitrogen mM dry 31.7 wet 34.7 Total phosphorus mM dry 4.2 wet 3.9 PO4 mM dry 2.6 wet 1.8 NH4 mM dry 1.8 wet 1.8 NO3 mM dry 10.4 wet 12.6 DINa mM dry 12.9 wet 15.6 TN:TP dry 7.6 wet 8.9 Nitrgeno inorgnico disuelto = DIN Guayas lower 25.8 28.7 29.7 25.4 4.1 5 315.2 114.6 23.2 19.2 5.2 3.1 2 1.5 2.1 1.5 6.3 4.2 9.3 6.3 4.5 6.2 Salado lower 25.1 28.6 30.3 27.6 4.2 4 207.3 121 22.8 21.2 4 3.1 1.8 1.9 2.6 2 5.9 4.4 9.2 7.7 5.7 6.8
upper 25 28.5 18 8 3.1 2.3 95.6 58.3 31.8 36.8 4.2 4.7 2.8 2.8 2.8 2.3 9.2 11.7 14.4 17.4 7.6 7.8
upper 25.2 28.4 10.5 1.6 4.1 3.4 455.7 494 45.6 42.7 5.2 5 3.3 2.3 3.8 3.8 19.4 15.8 23.6 19.9 8.9 8.5
upper 25.6 28.8 27.2 26 3.5 2.6 93.6 48.2 25.3 29.7 5.7 3.9 2.4 3 4.8 3.2 7.2 10.6 13.6 17.5 4.4 7.6
2.2.2. Los recursos de manglar El tema ms controvertido en relacin con la calidad ambiental de los recursos costeros del Ecuador ha sido la explotacin de los manglares asociados con la construccin de piscinas de camarn. En 1969, el rea total de manglar en el Ecuador fue 203 695 hectreas, de las cuales casi el 78 % estaban ubicadas en las dos provincias del Guayas y El Oro (Alvarez et al., 1989; Figura 4C). En 1991, el rea total de manglar disminuy de 161 410 hectreas, y el 81 % de este recurso se mantuvo en las provincias de Guayas y El Oro (Fig. 4C). La reduccin de la superficie de manglares desde 1969
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hasta 1991 se estim en 42.285 hectreas o el 20,8% de la superficie original. 1991, CLIRSEN estim que 145 940 hectreas de piscinas se haba
En
Fig. 4. Cambios en el uso del suelo en la zona intermareal de las cuatro provincias costeras del Ecuador desde 1969 hasta 1991 incluido (A) piscinas de camarones y (B) manglares construido en la zona costera, lo que sugiere que el 29 % de las camaroneras han eliminado las zonas de manglares. Durante este mismo intervalo, se han perdido cerca de 44 005 hectreas de salinas, casi todas por la construccin de piscinas de camarn. La mayor prdida de manglares se ha producido en la provincia de Guayas, en cerca de 1 500 ha/ao, tanto para los perodos de anlisis 1984-1987 y 1987-1991. Debido a la gran rea de manglares en el estuario del ro Guayas, esta alta tasa de prdida es inferior al 15 % de los recursos de los manglares existentes. A finales de 1988, la destruccin del hbitat de los manglares en algunos estuarios de la provincia de Manab fue prcticamente total, como en el estuario del Ro Chone. De 1974 a 1988 la superficie de manglares a lo largo de este cuerpo de agua se redujo de 3 973 a 600 hectreas, y casi la totalidad de la prdida de manglares se asoci con la construccin de piscinas de camarn. En el estuario del ro Atacames, slo resta 50 hectreas de manglar de las 578 reportados en 1970, lo que representa una prdida del 90.1 % de los recursos del manglar. En la surea provincia de El Oro, de Machala-Puerto Bolvar, la zona ha perdido ms del 50 % de su muy productivo sistema de manglares. Los impactos de la prdida de manglares en la calidad ambiental de los recursos estuarinos dependen de las
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caractersticas especficas regionales del uso del suelo. Sin embargo, la prdida acumulada de los manglares a lo largo de toda la costa es tambin una cuestin relativa al mantenimiento de hbitat necesario para la continuacin del reclutamiento de camarones a la zona costera (Turner, 1989). 2.2.3. Maricultura del camarn Las camaroneras representan ecosistemas gestionados que estn vinculadas a los procesos ecolgicos de varios ecosistemas costeros (Fig. 2). Los impactos del manejo de las camaroneras en la calidad ambiental de los estuarios se relaciona con la prdida de los manglares asociados con la construccin de piscinas, las operaciones de bombeo, la fertilizacin, el suministro de piensos y el dragado, junto con la recoleccin de post larvas. La evaluacin de las interacciones del manejo de las camaroneras depende de nuestra comprensin del hbitat y las funciones de la calidad del agua de los ecosistemas costeros (Fig. 2). Estas funciones de los estuarios estn vinculadas a una variedad de procesos ecolgicos en los manglares, as como otros ecosistemas en la zona costera (Twilley et al., 1997). Las etapas especficas de manejo de las camaroneras dependen de estos servicios gratuitos de los ecosistemas estuarinos, proporcionando un hbitat para facilitar el crecimiento de las post larvas de camarn adulto. Esto incluye funciones de suministro de larvas silvestres que crecen fuera de las camaroneras y las condiciones de calidad del agua que mejoran el crecimiento y la supervivencia de los camarones juveniles. La calidad del hbitat de los manglares en el estuario se pierde cuando estos humedales son destruidos por la construccin de las piscinas. Las funciones de los manglares tales como sumideros de nutrientes que contribuyen a la calidad ambiental del estuario tambin se pierden. Parmetros crticos de calidad que afectan el manejo del agua de las piscinas de camarn y los beneficios, incluyendo el oxgeno disuelto, turbidez, y sustancias txicas, incluyendo las mareas rojas (Fig. 2). Muchos de las condiciones de calidad del agua en piscinas, como la hipoxia, pueden ser manejados aumentando el intercambio de agua del estuario que suministra ms oxgeno disuelto a la columna de agua. Pero mayor bombeo tambin afecta la calidad ambiental del estuario por la recirculacin de agua de los estuarios que pueden contener altas concentraciones de nutrientes. Esto representa un efecto de retroalimentacin del manejo de las camaroneras en los ecosistemas estuarinos denominado `autocontaminacin' (Csavas, 1994). 3. Modelo de simulacin
3.1. Descripcin del modelo Hemos construido un simple modelo de caja dinmica del estuario del ro Guayas para probar cuantitativamente cmo manejar la conservacin de manglares con las operaciones de las camaroneras. Nuestro modelo es un modelo de simulacin estratgica (Ross y Gurney, 1993) que se centra en realismo y simplicidad mediante la seleccin de los componentes ecolgicos y los procesos pertinentes en el contexto de las cuestiones de gestin especficas descritas anteriormente (Ross y Gurney, 1993; Jrgensen, 1994; Hopkinson y Vallino, 1995). Existen pocos intentos de modelar los
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sistemas de piscinas de acuicultura y vincularlas a los grandes ecosistemas de forma tal que permita un anlisis del manejo del paisaje (Hagiwara y Mitsch, 1994). En la maricultura de camarn la mayora de los estudios ambientales estn dirigidos a mantener las condiciones ptimas en las piscinas de crecimiento y desarrollo de postlarvas de camarn, y para maximizar los beneficios (Robertson y Phillips, 1995; Dierberg y Kiattisimkul, 1996). Hay pocos modelos regionales de base ecolgica para evaluar el uso del suelo de la piscina de camarones en un estuario en relacin tanto espacial como temporal de las cuestiones de sostenibilidad (Wang, 1990). Del mismo modo, los modelos existentes rara vez pueden examinar la retroalimentacin de las operaciones de piscinas que pueden influenciar a largo plazo las ganancias econmicas de esta industria por la reduccin de la calidad del agua (autocontaminacin, por ejemplo). La mayora de las preocupaciones se han centrado en la prdida de las funciones ecolgicos gratuitas proporcionadas por los manglares (Twilley et al., 1993; Twilley, 1995) y una disminucin en la calidad ambiental del estuario. Se describe un modelo para abordar los problemas de deforestacin de los manglares como resultado del rpido crecimiento de la industria de camarones y sus posibles efectos sobre la calidad del agua en el estuario del ro Guayas. El modelo de computadora fue desarrollado utilizando el software de simulacin dinmica STELLA II, versin 3.0.5 (Hannon y Ruth, 1994), un usuario amigable de aplicaciones orientado a objetos para la solucin de ecuaciones diferenciales complejas. El objetivo principal de nuestro modelo ecolgico es evaluar los efectos de la maricultura de camarn en el transporte de sal, sedimentos en suspensin y nitrgeno total en el estuario del ro Guayas. Estos tres parmetros son representativos del comportamiento conservativo y no conservativo de las sustancias que se intercambian con el agua entre las camaroneras y el estuario y pueden modificar la calidad del agua. La sal es conservativa y representa los cambios que estn asociados con la dilucin de la descarga de los ros con el agua de mar en el Golfo de Guayaquil. Nosotros asumimos en estas simulaciones que las camaroneras no alteran la salinidad del agua intercambiada con el estuario, aunque esto puede no ser preciso (Snedaker et al., 1986; Twilley, 1989) y anlisis de necesidades adicionales. El comportamiento de la sal es necesario para poner a prueba nuestra hiptesis sobre la hidrografa y caractersticas de la mezcla de nuestro modelo de caja. Los sedimentos totales y en suspensin tambin estn fuertemente influenciados por la hidrografa del estuario ms que por la bioqumica en el estuario, pero los flujos son sensibles a cambios en el uso del suelo en la zona intermareal entre los manglares y las piscinas de camarones. Las concentraciones de sedimentos en suspensin determinan la cantidad y la calidad de la luz en el estuario, que influenciarn en los niveles de productividad primaria (Cloern, 1987). El nitrgeno total es influenciado por la hidrografa del estuario, uso del suelo, junto con la bioqumica de los procesos ecolgicos en el estuario del ro Guayas, representando un indicador ms complejo de la calidad del agua. El modelo explora cmo la prdida de manglares a lo largo de regiones especficas del estuario puede afectar el contenido de nitrgeno en el estuario, con concentraciones de nitrgeno como un ndice de cambio en la calidad del medio ambiente. Consideramos que nuestras simulaciones de diferentes escenarios de gestin como una primera aproximacin a centrar los futuros esfuerzos para calibrar y verificar otros atributos de la calidad del agua, tales como el oxgeno disuelto. Adems, este modelo de enfoque de unidad se puede utilizar para construir modelos ms sofisticados y dinmicos del paisaje en el futuro, que las simulaciones puedan ser utilizadas para desarrollar planes de manejo de
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cuencas hidrogrficas, junto al estuario del ro Guayas. Este ltimo objetivo es fundamental, porque el xito de la elaboracin de planes de manejo de esta regin depende de la capacidad de integrar las funciones ecolgicas de los manglares con el manejo de las camaroneras (Fig. 1). 3.1.1. Hidrografa El estuario del ro Guayas es un estuario parcialmente mezclado con velocidades de corriente de marea de hasta 100 cm/s (Murray et al., 1975). El flujo ascendente dominante de la masa y la sal son aparentemente asociados con el prisma de mareas (Murray et al., 1975). Hemos dividido el estuario del Ro Guayas en tres regiones (superior, media e inferior, Fig. 5) para facilitar el modelado de la hidrologa con un enfoque modelo de caja (Oficial, 1980, Miller y McPherson, 1991). Los lmites del sistema son el ro en la regin superior y el pasaje formado por el canal de Jambel (Fig. 3) en la regin inferior. Se incluy el intercambio de agua entre el estuario con las piscinas de camarones y los manglares que rodean en cada una de las tres regiones. Los valores de salinidad en las zonas inferior y superior del estuario, de 8 y 20 g/kg, respectivamente, reflejan la influencia del ro y el intercambio de agua con las aguas costeras. Debido a la fuerte influencia de las mareas semidiurnas, con una amplitud de marea de 3 m y una fuerte estacionalidad en la descarga del ro, el estuario del Ro Guayas no est estratificado (Murray et al., 1975; Crdenas, 1995; Cifuentes et al., 1996). La profundidad media en las partes superior e inferior es de 8 y 10 m respectivamente. La particin del estuario en tres regiones sacrificando algo de realismo y precisin, nos permiti sin embargo mantener un cierto nivel de simplicidad. Este enfoque es necesario dada la complejidad de las interacciones fsicas y biolgicas, en este estuario tropical. El flujo de agua y la salinidad en el estuario del ro Guayas se simularon utilizando el mtodo propuesto por Miller y McPherson (1991). Este mtodo incorpora los efectos de las corrientes de agua dulce (adveccin) y la dispersin de las mareas (dispersin) en el transporte de agua y componentes del agua a travs de una serie de secuencial, de un volumen de elementos tridimensionales (cajas) (Fig. 5). El mtodo utiliza el criterio de que durante muchos ciclos de marea, el flujo medio de la marea (Qg, m3/s) del agua de la costa, con una salinidad de 35 g/kg (en nuestro caso el Golfo de Guayaquil) se puede tratar como un constante en cualquier punto del estuario. Qg puede ser utilizado en una simple ecuacin de mezcla para predecir la salinidad en el estuario a diferentes flujos del ro y para calcular el intercambio promedio de las mareas (Q E ) entre las cajas. Este mtodo es mejor si se aplica en estuarios largos y estrecho en donde la mayora de la entrada de agua dulce est cerca de la cabecera del estuario, como es el caso del estuario del ro Guayas. Los datos de salinidad utilizados en el modelo fueron recogidos en una serie de cruceros por el estuario del ro Guayas, en intervalos mensuales, entre 1989 y 1990 bajo diferentes regmenes de caudal de los ros (Crdenas, 1995). Los datos de la descarga del ro utilizados para calcular Qg fueron un promedio entre valores obtenidos en el mismo perodo (Navarrete, CEDEGE, comunicacin personal). Q E , el flujo de cambio promedio, se calcul asumiendo que la entrada de agua dulce con una salinidad de 0.1 g/kg, se mezcla con el necesario transporte neto de agua (Qg) desde el Golfo de Guayaquil, con una salinidad media de 29.2 g/kg (Canal de Jambel, estacin P3, Fig. 3). La salinidad observada se calcula entonces usando:
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S i = (S g *Q g ) + (S r *Q ri ) Q g + Q ri
(1)
Donde S i es la salinidad observada en un lugar determinado durante el perodo de muestreo i, S g la salinidad del miembro final del canal de Jambel (29.2 g/kg), Q g el flujo medio de mareas de la nueva agua del Golfo requerida en un sitio determinado para producir la salinidad observada cuando se mezcla con agua dulce de flujo Q ri , S r la salinidad del ro-miembro final (0.1g /kg), y Q ri la entrada antecedente promedio de agua dulce para el perodo de muestreo i. Qg es relativamente independiente de la afluencia del ro y fue tratado como una constante en cada sitio de muestreo (Miller y McPherson, 1991).
Fig. 5. Diagrama que describe el modelo utilizado para simular el destino de la sal, los sedimentos y nitrgeno total en el estuario del ro Guayas, sobre la base de los intercambios entre las tres cajas en el estuario, y el intercambio lateral de cada caja con la regin correspondiente de la zona intermareal
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Utilizamos la misma ecuacin normal de mnimos cuadrados derivada de la ecuacin (1) como se presenta en Miller y McPherson (1991) (el numerador en la expresin ltima de su ecuacin (2) debera ser Q ri2 en lugar de Q ri ) para calcular los valores de Gg. El flujo de intercambio (Q E , en m3/s) entre las cajas se calcul como sigue: Q Ei = (S i - S i - 1 )(Q r + Q Ei - 1 ) (S i+1 + S i ) (2)
donde Q Ei es el flujo de mareas promedio de agua debido a la accin de las mareas necesario para mantener el balance de sal entre la caja i e i + 1. La regin aguas arriba de la desembocadura del ro Guayas (i = 1) S i-1 se estableci como la salinidad calculada para el lmite aguas arriba de la caja 1, y Q Ei-1 se fij al valor 0 en la caja inferior (i = 3), S i+1 define la salinidad de la frontera aguas abajo de la caja 3 (Estacin de P3, Fig. 3). Los flujos de intercambio se utilizaron para calcular la salinidad en cada caja en cada DT: C Ei = C Si + dt [Qr(C Si-1 - C Si ) + Q Ei-1 (C Si-1 - C Si + Q E (C Si+1 - C Si )] Vi (3)
Donde C Ei es la concentracin de un constituyente conservativo (es decir, sal) en el centro longitudinal de la caja i al final del paso del tiempo actual, y C Si la concentracin del componente en el centro longitudinal de la caja i al comienzo del paso del tiempo actual (Miller y McPherson, 1991). Los trminos incluidos entre los corchetes calculan los efectos debido a la concentracin de adveccin de la entrada del ro, as como los efectos de la circulacin de las mareas y la dispersin de las cajas adyacentes corriente arriba y abajo (Fig. 3). El tiempo de renovacin del agua es slo el 11 d, como consecuencia de la elevada amplitud de la marea que conduce grandes flujos de agua y nutrientes a travs de los lmites que determinan el comportamiento del sistema. Aunque no hicimos uso de intervalos de tiempo cada hora especficamente para modelar desigualdades diurnas de los niveles de agua durante las mareas (Murray et al., 1975), un intervalo de tiempo de 1 da nos permiti simular correctamente los flujos de agua y las oscilaciones de la salinidad. Dada la alta tasa de renovacin del agua en el estuario, las caractersticas hidrolgicas tales como capas y la estructura vertical de la columna de agua no se desarrollan completamente y por lo tanto no estn incluidos en el modelo. 3.1.2. Intercambio de sedimentos y nitrgeno Las ecuaciones que representan el transporte de sedimentos en suspensin total y nitrgeno total a travs del estuario son similares a las que describen el transporte de sal. Estacional de las concentraciones de sedimentos en suspensin y nitrgeno total en el Ro Guayas y en aguas de alta mar se basaron en encuestas de calidad del agua en la zona (Tabla 1). El modelo determina el intercambio o flujo neto de nitrgeno total y los sedimentos en suspensin entre la parte superior, media e inferior de las zonas del estuario. Los sedimentos y el nitrgeno en el modelo fluyen no slo entre las tres zonas de estuario sino tambin entre las aguas de la baha, piscinas de camarn y manglares que rodean cada zona (Fig. 5). Cada hectrea de piscinas o de manglares contribuye con
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una cantidad fija de nitrgeno o captura una cantidad fija de sedimentos. As, el modelo simplifica su interaccin con el estuario utilizando los coeficientes de intercambio para sedimentos y nitrgeno entre ya sea manglares o piscinas de camarones y el estuario. Los manglares remueven el nitrgeno, pero las piscinas son una fuente de este nutriente, debido a la fertilizacin. Sin embargo, tanto los manglares y las camaroneras remueven sedimento, lo que no le comunica ninguna funcin especfica en el modelo (pero diferente magnitud). El sedimento se acumula en los manglares contribuyendo a la expansin de este humedal en el estuario, mientras que los sedimentos acumulados en las camaroneras son dragados peridicamente y acumulados en tierra (Twilley, 1989). Adems, tanto nitrgeno como sedimento se pierden en cada segmento del estuario. La sedimentacin de los sedimentos en suspensin se estima en 1 %/d de la cantidad total de los sedimentos en cada zona del estuario. La prdida de nitrgeno est relacionada con sedimentacin y desnitrificacin y se estima que es de 10 %/d de contenido de nitrgeno en cada zona respectiva del estuario del ro Guayas. Los manglares pueden ser un sumidero de sedimentos y nutrientes en aguas costeras (Lynch et al., 1989; Twilley, 1997a) y han sido recomendados para el tratamiento de los efluentes enriquecidos de nutrientes (Macnae, 1968; Corredor y Morell, 1994), aunque esta funcin an es poco conocida (Clough et al., 1983). El estuario del Ro Guayas es turbio y extensos manglares a lo largo de la lnea de la costa atrapan de sedimentos en suspensin en la columna de agua durante las inundaciones, enriqueciendo los suelos de los manglares (Twilley, 1995). La acumulacin de sedimentos en los manglares del estuario del Ro Guayas alcanza promedios sobre 3 660 g/m2/ao, o aproximadamente 10 g/m2/da, y esta relacin fue utilizado en el modelo. La acumulacin de nitrgeno en el modelo se basa en una tasa de 11.3 g/m2/ao, o alrededor de 0.03 g/m2/da (Twilley, 1995). Gran parte de esta acumulacin de nitrgeno en los sedimentos de manglar es provista por nutrientes inorgnicos transportados por las mareas del estuario al humedal (Rivera-Monroy et al., 1995a) y poco de este nitrgeno inorgnico al parecer se pierde por desnitrificacin en concentraciones sin enriquecer (Rivera-Monroy, et al., 1995b; Rivera-Monroy y Twilley, 1996). Sin embargo, los manglares tienen un potencial muy alto para procesar el exceso de nitrgeno, ya sea por la acumulacin de sedimentos o la desnitrificacin (Corredor y Morell, 1994; Rivera-Monroy et al., En prensa). Durante el manejo de las piscinas de camarn, el intercambio natural de agua del estuario a travs de las mareas con la zona intermareal se ha sustituido por las bombas de diesel que las granjas camaroneras toman del estuario. Los motores diesel se utilizan para bombear el agua todos los das del estuario durante la marea alta a un sistema de acueducto central, donde el agua fluye a las distintas piscinas. Los tipos de cambio varan de 3 a 8 % del volumen del estanque por da, bajo maricultura semiextensiva y puede aumentar a 10 15 % en prcticas acucolas ms intensas (Boyd y Fast, 1992). El volumen total de agua bombeada desde el estuario del ro Guayas, a las camaroneras depende de los tipos de cambio (% del volumen del estanque/d) y el rea de piscinas en operacin (Twilley, 1989). En una operacin actual de 92 000 hectreas de piscinas en condiciones de manejo semiextensivo (5 %/d de tasa de bombeo), el volumen de agua intercambiada diariamente con el estuario es de aproximadamente 65*106 m3 (con un estanque de profundidad media de 1.5 m; Twilley, 1989; Twilley et al., 1993). Este volumen supera la descarga del ro Guayas durante el perodo de bajo caudal. En manejo intensivo de las piscinas (10 % tasa de bombeo), la misma rea de piscinas podran extraer ms volumen que la descarga de los ros durante el flujo de invierno.
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Estos tipos de escenarios subrayan la potencial significacin de uso del agua por las camaroneras en el patrn de calidad del agua de este estuario. Alimentacin suplementaria y mtodos de fertilizacin son necesarios para satisfacer la demanda de alimento en densidades de poblacin altas de post larvas en las piscinas. La principal fuente de nutricin para los camarones en piscinas de crecimiento son las floraciones de fitoplancton que se derivan de la urea y superfosfato aadido antes de la siembra. La alimentacin suplementaria se lleva a cabo al final del ciclo de crecimiento, por lo general las ltimas cuatro semanas. Gran parte del nitrgeno y fosfato aplicados a las piscinas son absorbidos por el fitoplancton y por tanto son devueltos al estuario en forma orgnica (Rivera-Monroy et al., En prensa). Se utiliz una tasa de carga de 0.1 g/m2/da (365 kg/ha/ao) del nitrgeno total de las operaciones de las camaroneras del estuario. Este valor vara entre con los tipos de operacin e incluye el supuesto de que la mayora del nitrgeno orgnico se exporta (Boyd y Fast, 1992). Este valor necesita una mejor calibracin. 2.1.3. Escenarios El impacto incremental de la sustitucin de los manglares con las camaroneras se investig mediante la ejecucin de diferentes escenarios de uso del suelo en la zona intermareal. El modelo permite sustituir piscinas a los humedales de manglar en la zona intermareal. En la corrida S1, toda la zona intermareal es considerada manglares sin camaroneras (100:0); en la corrida S2 la zona intermareal se distribuye por igual entre manglares y camaroneras (50:50); y en la corrida S3, todos de la zona intermareal se convierte en piscinas de camarn (0:100). La zona intermareal (km2) para cada zona del estuario utilizada en cada simulacin se calcul directamente de los mapas de la zona (Fig. 5). Cuando el 100 % de la zona intermareal es manglares, el rea (km2) de manglares en cada zona especfica es igual al total de zona intermareal, como se indica en la Figura 5. Si los manglares y las camaroneras son un 50 % de la zona intermareal cada uno, cada uno ocupa la mitad de la zona intermareal especfica de cada zona respectiva (corrida S2). Las simulaciones se comparan con la corrida base donde todo el suelo corresponde a manglares y el caudal del ro est a 100 % de los niveles de 1989. Cada uno de los coeficientes de uso del suelo intermareal (100:0, 50:50, 0:100, % de manglares: piscinas) se corrieron a 100, 50 y 10 % de la lnea base del flujo del ro.
3.2. Resultados de la simulacin y discusin Los patrones estacionales de salinidad se establecieron a condiciones de 1989, el caudal del ro fue similar en las simulaciones en comparacin con mediciones de campo. Las comparaciones de la salinidad en el Estero Salado, basado a simulacin de salida comparadas con las medidas de campo se utilizaron para validar el diseo hidrogrfico del modelo (datos no mostrados). En las simulaciones para el experimento del uso del suelo intermareal, variamos el flujo del ro para comprobar el efecto de la hidrografa en la calidad del medio ambiente. Los cambios en la salinidad fueron ms sensibles al flujo del ro en el estuario superior, pero como era de esperarse la salinidad en las tres zonas aument con la disminucin del caudal del ro (Fig. 6). Incluso a slo 10 % del flujo del ro, la ms alta salinidad fue de 25 g/kg en la desembocadura del estuario. La gradiente ms pronunciada de salinidad estuvieron entre las zonas media y baja durante la descarga completa del ro, con salinidades de 7 y 20 g/kg,
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respectivamente. A caudal bajo del ro (10 %), hubo menos diferencia en salinidades promedio entre las zonas. Los manglares remueven sedimentos en suspensin en el modelo, al igual que las piscinas de camarn, por lo tanto, aunque uno de estos ecosistemas reemplaza al otro, la funcin de la zona intermareal sigue siendo un sumidero de sedimentos. As, al convertirse los manglares en piscinas de camarn, la funcin de sumidero de sedimentos de la zona intermareal en realidad aumenta, porque las piscinas son ms eficientes en la acumulacin de sedimentos que Fig. 6. Resultados de la simulacin de la son los manglares. En consecuencia, las salinidad en tres zonas del estuario del ro concentraciones de sedimentos Guayas, mostrando las tres reducciones de suspendidos en la corrida base del flujo caudal de los ros normal de los ros y las mareas con manglares en toda la zona intermareal (100:0) arrojan valores de 375 mg/L en el estuario superior en comparacin con alrededor de 300 mg/L cuando la zona intermareal es todo piscinas (0:100) (Fig. 7). Otro factor que disminuye las concentraciones de sedimentos es la cantidad de flujo del ro. A reduccin del 90 % del caudal de los ros, las concentraciones en suspensin son slo 5 20 % de las concentraciones de la corrida base porque los sedimentos tienen ms tiempo para depositarse. Una vez ms, los cambios en los sedimentos en suspensin son ms evidentes en la zona alta y media del estuario, con pocos cambios en la parte inferior del estuario (Fig. 7). Las concentraciones son ms sensibles a la magnitud del caudal del ro que al uso del suelo. Las concentraciones totales de nitrgeno cambian con el uso del suelo en funcin de la cantidad de flujo del ro en el estuario (Fig. 8). Con todo manglares y sin piscinas de camarones en cada sector de el estuario (100:0), conforme el caudal del ro disminuye se aumenta el nitrgeno total del estuario en las zonas altas y medias, pero las concentraciones siguen siendo bajas en la parte inferior del estuario, con todos los patrones de uso del suelo. A 90 % de reduccin del flujo del ro, las concentraciones de nitrgeno total aumentan unas 5 veces en el estuario alto y medio. Adems, con una reduccin de manglares y aumento de construccin de piscinas de camarones a 50:50 en cada regin del estuario, las concentraciones de nitrgeno total aumentaron 30 veces en el estuario superior en comparacin con 10 veces en el estuario medio (50:50 frente a 100, 50 y 10% de caudal del ro). Una vez ms hay muy poco cambio de nitrgeno total en la parte inferior del estuario asociados con el cambio del uso del suelo a caudal reducido del ro. Concentraciones extremas de nitrgeno se observan en el estuario alto y medio, cuando todos los manglares se sustituyen con piscinas de camarn (0:100), con 60 y 30 veces de aumento, respectivamente. Concentraciones pico, cercanas a 275 mM de nitrgeno total representan concentraciones eutrficas extremas. Ntese que el tramo central de la baha muestra alrededor de un tercio del aumento que la baha superior (Fig. 5). En resumen, la disminucin del flujo del ro junto con la conversin de manglares a piscinas de camarones tiende a aumentar notablemente la concentracin de nitrgeno en las bahas media y alta, con menos cambios en la parte baja del estuario.
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Fig. 7. Resultados de la simulacin de los sedimentos en suspensin en tres zonas del estuario del ro Guayas, que muestra los tres escenarios de uso del suelo en tres reducciones de caudal de los ros
Fig. 8. Resultados de la simulacin del nitrgeno total en tres zonas del estuario del ro Guayas, que muestra los tres escenarios de uso del suelo en tres reducciones de caudal de los ros
Existe un importante potencial de interaccin entre los manglares y las camaroneras con respecto al nitrgeno total y las concentraciones de sedimentos suspendidos en respuesta al uso del suelo en la zona intermareal. Una disminucin en la concentracin de sedimentos suspendidos debido a la construccin de camaroneras permite penetrar ms luz en la columna de agua. Esta luz es un recurso importante para el crecimiento de fitoplancton en normalmente estuarios turbios dominado por ros. Por lo tanto, la sola reduccin de sedimentos en suspensin, probablemente promover el crecimiento del fitoplancton y la productividad de este ecosistema camaroneras/estuario. Pero tales escenarios que causan una reduccin en las concentraciones de sedimentos en suspensin tambin resultan en aumento de las concentraciones de nitrgeno total en vista de que las camaroneras enriquecen las aguas del estuario y los manglares ya no eliminan los nutrientes. As, estos dos cambios de uso del suelo aumentarn dos recursos: luz y nutrientes. La combinacin de estos dos factores debe cambiar
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notablemente la productividad y la calidad del agua conduciendo a una mayor potencial eutrofizacin del estuario del ro Guayas. Las simulaciones con modelos indican que la industria de camarn en el estuario del ro Guayas ha conseguido mantener una productividad alta y beneficios en gran medida debido a la descarga de los ros importantes de este estuario tropical. Estacionalmente la elevada entrada de agua reduce el tiempo de residencia de los nutrientes en el estuario, previniendo importantes problemas de eutrofizacin. La construccin del gobierno de la represa Daule-Peripa, aguas arriba, sin embargo, amenaza la economa de las industrias locales por la reduccin sustancial del caudal del ro, tal vez a cerca de la mitad. El modelo indica que la concentracin de nitrgeno aumentar en las regiones alta y media del estuario a niveles que amenazan la calidad ambiental del estuario del ro Guayas. Sin embargo, habr un efecto mucho menor sobre los recursos del estuario en la zona inferior, donde las concentraciones permanecen bajas a causa del alto intercambio de aguas mesotrficas del Golfo de Guayaquil. Las concentraciones de sedimentos en suspensin se reducirn de manera similar a los varios niveles a lo largo de las tres zonas de estuarinas, cuando la presa est en pleno funcionamiento. Estas simulaciones y anlisis preliminares sugieren que los cambios que amenazan la eutrofizacin de este estuario variarn de acuerdo a la ubicacin a lo largo de la lnea de costa. Problemas de calidad del agua que conduzcan a la reduccin de la rentabilidad de la industria del camarn tambin sern espacialmente selectivos. Los impactos de los cambios de uso del suelo en la cuenca de las tierras altas no se distribuyen uniformemente a lo largo del estuario del ro Guayas. Adems, estos cambios, especialmente la reduccin de la descarga de agua dulce potencialmente puede reducir la calidad ambiental del estuario. 4. El manejo integrado de los manglares
La sostenibilidad a largo plazo de la maricultura de camarn en Ecuador requiere enfoques integrales del manejo de los recursos de las zonas costeras. Estas consideraciones no slo incluyen el manejo de las interacciones de la industria de la cra de camarones con los estuarios y los ecosistemas marinos costeros, sino tambin las actividades de uso del suelo en la cuenca alta y los centros urbanos. Por ejemplo, las interacciones de las actividades de cultivo de camarn, con el ecosistema del estuario del ro Guayas demuestra la naturaleza compleja de los impactos ambientales y cmo influir en la sostenibilidad de esta industria (Figuras 2 y 9). El panel superior de la Figura 9 describe la estrategia actual en la utilizacin de los recursos costeros de Ecuador por la industria de la maricultura de camarn, incluyendo el efecto de retroalimentacin de esta empresa en la calidad ambiental del estuario. La disminucin en la calidad ambiental de los recursos estuarinos afecta la productividad de las piscinas de camarn, influyendo en la capacidad de los recursos naturales para el suministro de post larvas, y por el control de la supervivencia y el crecimiento de camarones en piscinas de crecimiento. As, la productividad secundaria de los ecosistemas de las piscinas se ve limitada por la variedad de factores que estn relacionados con el agua y la calidad del hbitat en los ecosistemas costeros (Figuras 2 y 9). Hay algunos indicios de que los manglares pueden ser manejados con ingeniera para eliminar el exceso de nutrientes en los ambientes costeros (Nedwell, 1975; Corredor y Morell, 1994, Robertson y Phillips, 1995; Rivera-Monroy et al., En prensa). Se trata de un programa de investigacin de especial importancia dado el aumento de la
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eutrofizacin de las aguas costeras en los trpicos. Los manglares pueden representar los sumideros de varios nutrientes primarios utilizados en la fertilizacin de piscinas, especialmente los fosfatos y nitrgeno. Los sedimentos de los manglares tambin pueden tener la capacidad de absorber parte de la DBO asociado a las descargas de las camaroneras alta en biomasa de clorofila, que pueden modificar el equilibrio de oxgeno disuelto en el estuario. El efluente de las camaroneras puedan ser distribuidos en los bosques de manglares cercanos para la eliminacin de nutrientes antes de volver el agua al estuario. El uso de los manglares como un filtro de nutrientes de los efluentes de las camaroneras limitara la retroalimentacin negativa de las camaroneras en la calidad del agua de los ecosistemas costeros (Fig. 9B). La contribucin del exceso de nutrientes de las camaroneras a los ecosistemas de manglar mejorara la productividad de los manglares y, potencialmente, incrementara la contribucin de estos humedales y bosques a la calidad del hbitat de los estuarios. Este plan para integrar la funcin natural de los manglares con el manejo de las piscinas de camarones servira como un medio de alterar lo que es actualmente un impacto negativo de la acuicultura intensiva en los ecosistemas de estuario en una retroalimentacin positiva (Fig. 9B). El cambio de la maricultura extensiva a intensiva no necesariamente puede afectar el ecosistema estuarino si los manglares podran utilizarse en la operacin de estos tipos de piscinas. La integracin de los manglares en las operaciones de las camaroneras va a requerir ms pruebas de evidencia de su rentabilidad, en lugar de utilizar las recomendaciones basadas nicamente en la funcin ecolgica. Las estimaciones cuantitativas de la prdida de manglares, con el correspondiente aumento en las operaciones de piscinas deben estar vinculadas a los cambios en la calidad ambiental del estuario. Adems, los impactos incrementales ms probablemente variaran espacialmente a lo largo del eje longitudinal del estuario, debido a la variacin del tiempo de residencia del agua y las velocidades de los procesos ecolgicos. As, la seleccin del sitio de los piscinas puede ser una opcin de gestin clave para mantener tanto la calidad ambiental de el estuario y minimizar los costos de las operaciones de la camaronera (Snedaker et al., 1986). Por ltimo, la ecologa funcional de los manglares, naturales y restaurados, deben ser comparados e integrados a los servicios de ingeniera de las camaroneras (Fig. 1). Estas simulaciones han demostrado la sensibilidad de los parmetros hidrolgicos esenciales y de uso del suelo a los problemas de calidad de agua en el estuario del ro Guayas. Las diferencias en el caudal del ro influyen en la sensibilidad de la calidad del agua del estuario al uso del suelo de la zona intermareal entre la conservacin de los manglares y la construccin de piscinas de camarn. Estos parmetros, a su vez, afectarn el papel que juegan los manglares en la determinacin de los beneficios de la industria en las diferentes zonas a lo largo del estuario. En consecuencia, el modelo puede permitir que los planificadores y conservacionistas para determinar los estuarios, y determinados lugares dentro de los estuarios, donde los beneficios de la industria pueden ser particularmente vulnerables a la prdida de los manglares debido a las caractersticas fsicas nicas de los estuarios. Uno de los primeros resultados de estas simulaciones es que los manglares no siempre juegan un papel importante en el mantenimiento de la calidad del agua. Usando su propio inters como motivacin para el mantenimiento de los manglares funciona mejor, cuando el inters propio puede ser demostrado razonablemente a los dueos de las camaroneras. El modelo sugiere que el inters slo puede ser demostrado bajo ciertas condiciones hidrogrficas del estuario. Las estrategias de manejo de las piscinas representan
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funciones de fuerza de comportamiento que afectan a la ecologa de todo el estuario. Y estas operaciones de piscinas estn vinculadas a las alternativas de uso integral del suelo en toda la cuenca que influyen en la calidad ambiental del estuario.
Fig. 9. Comparacin de las prcticas actuales en el manejo de zonas costeras (A) con las estrategias recomendadas para el manejo integrada de los manglares (B) sobre la base de los procesos ecolgicos de los manglares y su funcin de mantener el hbitat y la calidad del agua de la zona costera, y cmo estas funciones de apoyo a la granja de camarn industria
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Agradecimientos La financiacin para la investigacin de manglares en el Ecuador fue de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional, Programa de Cooperacin Cientfica y Tecnolgica (DPE N de subvencin-5542-G-SS-8011-00) y la Universidad de Rhode Island / AID Programa de Manejo de Recursos Costeros. El apoyo de la Universidad de la Universidad Southwestern incluye LEQSF (1988-94-GF-15) de la Junta de Regentes de la Facultad, Premios de Investigacin, la Organizacin de Estudiantes de Posgrado y el Departamento de Biologa. El apoyo de la Universidad del Sur incluye un Faculty Research Grant. Referencias Aiken, D., 1990. Shrimp farming in Ecuador, an aquaculture success story. World Aquaculture 21, 7 - 16. lvarez, A., Vsconez, B. Guerrero, L., 1989. Multi-temporal study of mangrove, shrimp farm and salt at areas in the coastal zone of Ecuador, through information provided by remote sensors. In: Olsen, S. Arriaga, L. (Eds.), Establishing a sustainable shrimp mariculture industry in Ecuador. University of Rhode Island, Technical Report Series TR-E-6, pp. 141 - 146. Agero, M., Gonzlez, E., 1991. Una empresa millonaria. Ecuador: El boom camaronero de Amrica Latina. Cultivo, divisas y empleo. Aquanoticias Internacional 10, 31 - 43. Arriaga, L., 1989. The Daule-Peripa dam project, urban development of Guayaquil and their impact on shrimp mariculture. In: Olsen, S. and Arriaga, L. (Eds.), Establishing a sustainable shrimp mariculture industry in Ecuador. University of Rhode Island, Technical Report Series TR-E-6, pp. 147 - 162. Boyd, C.E., Fast, A.W., 1992. Pond monitoring and management In: Fast, A.W. and Lester, L.J. (Eds.), Marine shrimp culture: Principles and practices. Elsevier, New York, pp. 497 - 514. Crdenas, W.B., 1995. Patterns of phytoplankton distribution related to physical and chemical characteristics of the Guayas river estuary, Ecuador. Unpublished master's thesis, The University of Southwestern Louisiana, Lafayette, LA. Cifuentes, L.A., Coffin, R.B., Solrzano, L., Crdenas, W., Espinoza, J., Twilley, R.R., 1996. Isotopic and elemental variations of carbon and nitrogen in a mangrove estuary. Estuarine, Coastal and Shelf Science 43, 781 - 800. CLIRSEN 1991. Estudio multitemporal de manglares, camaroneras y areas salinas, mediante informacin de sensores remotos. Centro de levantamientos integrados de recursos naturales por sensores remotos. Memoria Tcnica. Quito, Ecuador. Cloern, J.E., 1987. Turbidity as a control on phytoplankton biomass and productivity in estuaries. Continental Shelf Research 7, 1367 - 1381.
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