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Mitos Region Magalanes

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Universidad de Magallanes Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Dpto. Educ.

Y Humanidades LEYENDAS Y MITOS DE LA REGIN DE MAGALLANES Carrera: Educacin Gral. Bsica Asignatura: Lenguaje y Comunicacin I. Docente: INDICE CONTENIDOS PG Introduccin...1 Cuando mandaban las mujeres...2 El pato Quetru y Otras3 La lechuza y Otras..4 El arco iris, hermano del sol y Otras..5 La creacin del mundo...6 El Mwono y Otras..7 Ayayema y Otras8 La familia yoaloj9 Quinjinteca burlado por su mujer.10 El canto del viejo Guanaco y Otras..11 El poblamiento de Karunkink.12 Lucha entre gigantes y Otras13

Ya Vuelan los Ibis14 Umoara vence al monstruo...15 Otra hazaa de Umoara16 La ballena de la ensenada del pjaro17 Los cormoranes y Otros...18 La nutria marina...19 El Chincol y la Lloica..20 Las dos estrellas...23 La ballena envenenada.29 El color de la nieve...30 La leyenda del calafate.31 El dedo del indio patagn.32 El oro del diablo...33 La silla del diablo y Otra..34 La historia de una botella de oro.35 Leyenda de los entierros y Otras..36 Aparicin de los espritus.37 La carroza blanca.38 El fantasma...39 El fantasma de Leonora40 El puesto embrujado.42 El refugio de los brujos y otros43 La goleta negra.44 El misterio del Malborough.45 La virgen de Tierra del Fuego..46 El jardn del puesto ..48

La vieja reencarnada50 Doa Encarnacin...51 La luz mala...53 Duende en Ro de los Ciervos?......................................................................54 Hija de la nieve.56 Leyenda del Cerro los Ladrones..57 El almacn del Caleuche..58 La viuda negra..59 El hombre que se ve en la luna y Otros61 El cementerio y Otros...62 El mito de Sara Braun..63 La nia de blanco.64 El indio desconocido65 Conclusin....66 INTRODUCCIN Es muy importante destacar la diferencia que existe entre Leyenda y Mito, entendemos por Leyenda toda historia fantstica o imaginada que las personas cuentan como si hubiera ocurrido de verdad y por Mito aquellas historias que relatan aventuras y hazaas realizadas por algn personaje antiguo. En el presente trabajo presentaremos diversas leyendas y mitos acontecidos en la regin de Magallanes y Antrtica Chilena, no slo abocndonos a las leyendas populares que se escuchan cotidianamente en la ciudad, sino tambin aquellas historias indgenas que representan el pasado histrico de nuestra regin, recalcando que todas ellas afectan en la cultura y en la idiosincrasia de las personas que hoy aqu residen. CUANDO MANDABAN LAS MUJERES Antiguamente, las mujeres haban inventado una ceremonia secreta que utilizaban para sojuzgar a los hombres. La poderosa Luna invent este secreto juego. Las mujeres se pintaban el cuerpo y se ponan capuchones en la cabeza representando espritus que bajaban desde el cielo o salan de la tierra para aterrorizar a los hombres. No obstante, un da, el Sol, que era esposo de la Luna, descubri el secreto: vio que dos mujeres que se baaban rindose y escucho sus comentarios acerca de las falsedades mediante las cuales sometan a los cndidos varones. El Sol que era eximio cazador y muy inteligente, se dio cuenta del engao y comunic a los dems hombres su descubrimiento. Entonces, premunidos de grandes palos asaltaron la gran cabaa donde se reunan las mujeres, dieron muerte a todas perdonando solo a las nias pequeas que eran inocentes a tales representaciones. 3

Tambin la Luna fue golpeada y lanzada sobre el fuego, pero logro escapar y subi al cielo. El Sol sali en su persecucin para castigarla y hoy an se la ve huyendo en el espacio. Luego, los hombres decidieron celebrar sus propias ceremonias y someter perpetuamente a las mujeres. EL PATO QUETRU Una mujer anciana, en compaa de sus hijas, tambin logro huir de aquella atroz matanza. Protegi con su capa a sus hijas llegando con ellas a orillas del mar convertidas en patos quetrus. EL PATO ZAMBULLIDOR Escapando a la gran matanza de las mujeres cuando fueron sorprendidas por los hombres, Okholh salt a una gran cascada, convirtindose de inmediato en un pato zambullidor. Desde entonces, este animal muestra su brillante plumaje y su rpida zambullida en ros y cascadas. LA BANDURRIA Un joven selknam, que participaba en la matanza de las mujeres, abuso de algunos cadveres. Luego de tan deplorable acto, se transformo en una bandurria; por eso esta ave lleva una marca en el cuello para recordar el deshonor cometido. LA LECHUZA La lechuza era una mujer llamada Kuumits, provena del sur al igual que la Luna. Su marido era el gorrin CHEIP y vena del oeste como el Sol. Cheip cazaba guanacos, carne que desagradaba a su mujer. Una vez que este sali de cacera, Kuumits aprovech la oportunidad para matar con un arpn a su cuado. Trozo y as su cuerpo. Cuando estaba prxima a disfrutar de la comida llego Cheip preguntando Donde est mi hermano? A lo cual su mujer respondi no lo s. Cheip, buscando a su hermano, descubri debajo de una manta una cadera. Al ser descubierta, Kumits se transform en una lechuza alejndose en la noche y desde entonces se re mofndose por haber podido comer a su cuado.

EL CONDOR Y EL CORMORAN A Kwaweishen, curandero robusto y de malos sentimientos que provena del sur, donde el agua se congela, al no tener nada par beber se le sec la mdula. Una vez particip en una lucha selknam, enfrentndose con Kiayeshk. Como est acostumbraba a jugar sucio, trat de romperle la espalda a su contendor. Kiayeshk reaccion de inmediato tomndolo con tal fuerza de la cabellera, que esta se levanto formndose un copete, con la otra mano apret el cuello del malvolo curandero, dejndole una marca blanca que ostenta hasta hoy da transformndolo en cndor ( karkaai, llamado as por su graznido. A su vez Kiayeshk se convirti en cormorn con el espinazo rgido como hasta ahora se le ve. EL ARCO IRIS, HERMANO DEL SOL La belleza del arco iris, que siempre ostentaba luminosos colores, proviene de las pinturas que usaba como 4

hombre, pues aventajaba a todos en el adorno de su cuerpo. LA LUNA, HANUJA, ESPOSA DEL ARCO IRIS Hanuja, su mujer se transform en la Luna. Ac, en esta tierra, era la ms bella de todas, digna de su hermoso esposo. Desgraciadamente, su carcter no corresponda de manera alguna a su aspecto fsico: era dominante e intrigante, ella indujo a las mujeres a establecer el matriarcado. Del matrimonio con Acainij provena su hermossimo hijo que falleci a tierna edad. La madre, muy desconsolada con esta prdida, se hiri con un cuchillo la cara para exteriorizar su tristeza, saliendo de las llagas mucha sangre. Es fcil reconocer esas sajaduras en la faz de la Luna y a veces tambin se le ve enrojecida debido a la sangre que derram. LA CREACIN DEL MUNDO El mundo es creacin de Watauinewa, el anciansimo. En el origen de todas las cosas exista nicamente l, y cuando todo haya terminado, solo l sobrevivir. Mucho tiempo despus que l formara la Tierra, llegaron al archipilago los miembros de la familia Yoaloj que emigr desde el norte hacia las tierras de los Ymanas. Mas tarde, lleg la familia del Sol (Lem), a la que perteneca la cuada, la Luna (Hanuja), y su hermano, el Arco Iris (Acainij). Luego llegaron muchas otras familias. poca de hroes, sus componentes no eran, sin embargo, iguales a los actuales seres humanos, ni llevaban una vida similar a la nuestra. En el cielo los astros y las estrellas, la tierra era una planicie sin vientos, lluvias o nevazones y tampoco exista la muerte. Adems, haba pocos animales, pues la mayor parte de las especies slo se generaron en una transformacin csmica posterior, en que muchos de aquellos lejanos progenitores se convirtieron en variedades conocidas. EL SOL YAMANA Antiguamente, cuando gobernaban las mujeres, bajo el mando de la Luna, fueron debidamente castigadas por Sol, al ser descubiertas. El Sol se dirigi al firmamento donde lo vemos ahora. Frente a ste, siempre en un lugar opuesto a l, se ve la Tierra del Fuego con mucha frecuencia a su hermano, el Arco Iris. Todava podemos reconocer fcilmente el buen carcter y el solcito genio del Sol, pues abandona de noche la Tierra del Fuego para ofrecer su luz tambin a otros pueblos que viven lejos de ella; sin embargo, en la madrugada, siempre reaparece. Cuando viva en la tierra como hombre, todas las mujeres estaban enamoradas de l. MWONO Este es el espritu de la cima de las montaas, de los glaciares y del ruido. Es menos daino que ayayema y Kawtcho, pues su dominio y accin recae sobre los que osan trepar la montaa o aventurarse por los glaciares. Mwono manda las avalanchas, arrastrando grandes peascos tierra y rboles sembrando la destruccin a su paso.

EL DILUVIO Cuando la Luna se vio vencida por los hombres, recurri a un ardid para conservar su dominio; desencaden un terrible nevazn, en la que todos, los hombres y las mujeres, deban perecer. Reinaba un fro tan espantoso que toda la tierra fue cubierta con una gruesa capa de hielo. Fue esto la causa, al parecer, por la cual Lem ascendi al cielo. Sus vivificantes rayos hicieron derretirse esos hielos, pero sus masas eran tan enormes que se produjo un diluvio. Se present ste con tanta rapidez que muchos no alcanzaron a llegar a sus canoas para salvarse. Las aguas crecieron de tal manera que cubrieron toda la tierra. Afortunadamente, hubo cinco cumbres que sobresalieron a esta catstrofe. Es fcil reconocer en esos cerros la playa que formaron las aguas y los troncos en que amarraron las canoas y que ahora estn petrificados. AYAYEMA Ayayema, espritu del mal, es muy temido por los qawashkar, dispone de las fuerzas naturales y en especial del viento del noroeste, que vuelca las canoas. El alarga las llamas de la fogata hasta quemar la cabaa; lo mismo, al crepitar, sus brasas queman la piel desnuda. Ayayema mora en los pantanos y cuando el campamento sta dormido toma posesin de los indgenas. En su avance subterrneo penetra en las cabaas e impone su presencia malfica en los sueos, causando las enfermedades y las muertes. Tiene olor a pobredumbre. Cuando del suelo de al cabaa empiezan a emanar olores, es signo de al presencia de Ayayema, entonces es preciso mudarse de campamento. KAWTCHO Kawtcho, al igual que Ayayema, es espritu rondador de la noche. Durante el da camina bajo la tierra; en la noche emerge par caminar sobre la playa. Su presencia es percibida por los perros, que arman gran algaraba al sentir su olor a pobredumbre. Los indgenas permanecen en guardia en sus cabaas. Si algn hombre fuera sorprendido caminando por la playa de noche, sentira la mano ganchuda de este gigante estrechndole la cara y vacindole los ojos hasta darle muerte. Ataca por detrs, su fuerza es tan grande que nadie puede escaprsele; es invulnerable. En su cabeza ostenta una especie de clavos duros a la manera de cabellos, con un bonete sobre ella; En el pecho, slido como el fierro lleva dos luces que lo guan en sus correras por las playas. En algunas noches de tempestad, los qawashkar, jvenes o viejos pretenden ver las luces de Kawtcho. LA FAMILIA YOLOJ Esta familia haba recorrido gran parte de la tierra antes de llegar al canal Beagle. Los hermanos de esta familia ensearon a los hombres cuanto necesitaban saber para vivir. El mayor de ellos junt numerosas piedrecillas y se diverta golpendolas unas contra otras. Entre ella se encontraba la obsidiana que daba chispas. Recogi una vez un montn de finas plumas y logr hacerlas arder. Luego agreg astillas y lea y de este modo invent el arte de hacer fuego. Desde entonces se puede asar la carne. Feliz con su invento, el joven manifest que procurara que el fuego nunca se apagara. Sin embargo, su hermano se opuso, pues expres que los hombres deban trabajar y convena que ellos mismos se esforzaran por producirlo. La hermana mayor se destacaba por sus sabios consejos. Invent la punta de la flecha y un magnfico instrumento, pero el menor se opuso alegando que convena que ellos mismos se empeasen creando sus 6

propias herramientas. QUIJINTECA BURLADO POR SU MUJER Quinjinteca, el vari comn (ave de rapia), viva con su mujer y su hermano menor soltero. Pasado algn tiempo estos ltimos se enamoraron. Quinjinteca, dndose cuenta del engao, no dijo nada a su hermano, pero amenaz a su mujer con convertirse en ave de rapia con grandes garras si continuaba siendo infiel. Como la amenaza no surti efecto, Quinjinteca decidi irse al bosque a realizar sus propsitos. Construy una cabaa en la copa de un rbol y decidi observar todos los movimientos de las aves. Al cabo de un tiempo volvi a su cabaa. Lo recibi su hermano mofndose de l, pues an segua en amores con su mujer. La situacin lo enfureci de tal manera que poco a poco perdi el habla, comenzando a graznar, tambin sus extremidades se transformaron y qued convertido en vari. Esto regocij a los amantes, pues pensaron que ya no los molestara ms; se dirigieron al rbol donde Quinjinteca tena su nido y se burlaron de l. Al escuchar sus palabras, el vari emprendi el vuelo lanzndose en picada sobre la pareja, a ella la tom con sus fuertes garras y la subi a su guarida; en seguida, numerosos pajarillos la despedazaron y se la comieron. Al conocerse la noticia, todos pensaron que la venganza de Quinjinteca era justa, pues se haba transgredido el mandamiento de Watauineva que prohbe a la esposa ser infiel. EL CANTO DEL VIEJO GUANACO Cuando aun era hombre, el viejo guanaco llamo a sus hijas y les comunico que estaba por morir: Cuando muera, enterradme en la tierra blanca, no muy profundamente, dejadme la cabeza y los hombros afuera. Realizareis los ritos del duelo alejndose y lamentando mi muerte con vuestros cantos, entonces se les acercara un hombre muy parecido a m que les pedir un favor, concdanselo. Cuando muri, las hijas hicieron lo que su viejo padre les solicitara. Mientras se alejaban entonando tristes cnticos, l sali de la fosa, olfateando y orinando al mismo tiempo que las persegua. Al darles alcance les dijo: yo soy el hombre del que vuestro padre les habl, hagamos el amor. Una de ellas logro escapar, pero al hacer el viejo el amor con su otra hija, los dos quedaron convertidos en guanacos. As comenzaron a existieron los guanacos. KWONYIPE Y LOS GUANACOS Kwonyipe es el culpable que los guanacos se volvieran salvajes: l posea grandes rebaos de guanacos mansos, como era la costumbre de aquella poca. Un animal ataca a su hijo y lo hiri gravemente. Kwonyipe, muy enojado, tomo un leo encendido y castigo severamente al guanaco culpable. Este se retira a la espesura del bosque para reponerse de sus heridas, ah se encontr con el zorro que le increpo lo tonto que era por creer en los hombres, pues ellos solo los criaban con el objeto de comerlos una vez crecidos. Adems, si ellos podan correr ms rpido que el hombre, por qu no retirarse a vivir libremente en el bosque, como los otros animales. El guanaco quedo pensativo y luego fue hablar con el rebao. Volvieron al bosque y, desde ese da, los selknam tuvieron que salir a cazar para obtener as la carne. EL POBLAMIENTO DE KARUKINKA

Los antepasados de los selknam desde las tierras lejanas situadas al norte del estrecho de Magallanes. Tras mucho caminar, sorteando grandes extensiones de tierra rodeadas de agua, ingresaban al territorio llamado Karukink. En esta nueva tierra permanecan el tiempo necesario para cazar antes de regresar a su lugar de origen. Sucedi en una oportunidad que encontrndose un grupo de cazadores en Karukink sobrevino un gran cataclismo con temblores de tierra, grandes relmpagos y torrenciales lluvias. Cuando amaino el temporal, los cazadores quisieron regresar a sus hogares, pero no encontraron los pasos de tierra que unan ambas partes del territorio: estaban invadidos por las aguas. Desde entonces, dichos indgenas quedaron confinados a esta tierra separad del continente. Las familias aisladas lograron aclimatarse en esta tierra llamada Karukink y formaron un nuevo pueblo. LUCHA ENTRE GIGANTES Cuentan que un da Kwanyip sorprendi al malvado gigante Chaskel, que era antropfago y tena preferencia por los nios, con un gran saco a sus espaldas. Kwanyip, adivinado su cargamento, le pregunt por su contenido, Chaskel respondi violentamente trabndose ambos en una feroz lucha. Dicen que la contienda se llev a cabo en un lago de poca profundidad y cercano a las orillas del lago Kami (hoy lago Fagnano. Kwanyip, estando encima de Chaskel, logr hundir la cabeza de aqul en el agua ahogndolo. De esta forma se puso fin a tan perverso personaje y a la matanza de inocentes nios. Se seala que el hacer referencia a diferentes acciones de antropofagia en la mitologa selknam no significa que fuese practicada por ellos, sino por el contrario, sta era profundamente aborrecida por todos los grupos aborgenes. EL DUENDE HABSHI Habshi, el duendecillo selknam, es de color castao oscuro como los de los rboles muertos de donde proviene. Se le encuentra siempre rondando cerca de los bosques quemados. Es grueso, glotn, ruidoso, invulnerable a las fechas e increblemente fuerte. Este solitario duende vaga de noche por el bosque gritando coohcooh, coohcooh y causando destrozos en los campamentos. Al sentir sus gritos, todos se ponen en guardia temeroso, ya que si Habshi descubre un campamento desocupado revuelve todo mezclando los enseres de un toldo en otro, vaciando las bolsas de agua sobre el fuego, volcando las chozas y si encuentra cabezas de guanaco, las parte para comerse los sesos que le gustan mucho. YA VUELAN LOS IBIS Antiguamente, cuando una vez ms se acercaba la primavera, un ibis sobrevol la cabaa de un ymana; ste, gritando de alegra, se lo comunic a los otros miembros del campamento, todos contentos decan: llego la primavera, ya vuelan los ibis. Pero el ibis es un ave muy delicada y especial, es por eso que se molest con el alboroto de aquellos hombres, mujeres y nios y desencaden una copiosa nevada. Desde entonces, cay nieve durante meses, cubriendo la tierra con una gruesa capa de hielo. Murieron muchos hombres, pues no podan subir a sus canoas para salir a cazar. No pudiendo abandonar sus cabaas para procurarse la lea a causa de la nieve, seguan muriendo muchos otros. Por fin, despus de mucho tiempo, ces la nevazn. Al despejarse el cielo, apareci el Sol radiante sobre la tierra, derritindose el hielo que la cubra, con sus clidos rayos.

De esta manera corri mucho agua por los canales y hacia el mar, quedando visibles slo algunas cumbres. El Sol, que resplandeca muy fuerte, quem los rboles de la montaa y, al derretir el agua de los canales, los indgenas pudieron salir en sus canoas en busca de alimento. Sin embargo, an se ve una capa de hielo en la falda de la montaa que ya era demasiado gruesa y el Sol no pudo derretir. Como todo este trastorno lo causo el ibis, que es un ave muy delicada y sensible, los Ymanas tienen cuidado cuando la ven acercarse a sus toldos: se quedan quietos y hacen callar a los nios. UMOARA VENCE AL MOSTRUO Hace muchos aos atrs, viva en una caverna, en la parte sur de la isla Gabler, un espantoso monstruo con aspecto de un len, toro y foca. Vigilaba el mar que rodeaba la isla, devorando a todos los que osaban acercarse a sus proximidades. Si alguna canoa desprevenida se aproximaba por esas aguas, el monstruo destrua la embarcacin devorando a sus tripulantes. Este monstruo haba sembrado el terror por todas las islas. Un da, el joven Umoara decidi salir en su busca para librar a su pas de tal amenaza. Umoara era chico de cuerpo, valiente, resuelto y muy diestro en el manejo de todas las armas de caza. Sali en su canoa en busca del monstruo; ste, viendo que se acercaba tan temerario, crey que era presa fcil, y se aprestaba a devorarlo cuando Umoara con su honda le lanz una piedra que le dio en un ojo; otra, disparad con igual destreza, lo dejo ciego. Esto le facilit la tarea a Umoara quien con su arco le dispar varias fechas y lo remat con el arpn. Cargando a monstruo, se dirigi a su isla donde todos le agradecieron celebrando con una gran fiesta el haberlos librado de tan sanguinario monstruo. OTRA HAZAA DE UMOARA En las costas de la isla Hoste, viva un monstruo que gustaba de violar a las mujeres. l era producto de los amores de un peasco y de una mujer. A las mujeres de la regin las haca presa de su deseo, pues se vean forzadas a ser complacientes con l para librarse de su crueldad. Los hombres no se atrevan a intervenir, asustados por la ferocidad del monstruo, y sus mujeres seguan cautivas. Umoara alentado por el xito obtenido con el gigante de la isla Gabler, sali al encuentro de la isla Hoste. Este gigante era de gran fuerza fsica y tena un solo lugar vulnerable en su cuerpo: el taln. Por suerte, Umoara lo encontr enfermo en su guarida y le fue relativamente fcil darle muerte. As devolvi la tranquilidad a sus compatriotas y la libertad a las mujeres raptadas. LA BALLENA DE LA ENSENADA DEL PJARO En territorio yagn, sobre la ensenada del Pjaro Carpintero, encall una vez una enorme ballena. Como es sabido entre los indgenas, el primero que se encuentra al animal tiene derecho a faenarlo. Los ltimos en llegar al festn siempre se quejaban de no conseguir las porciones apetecidas. Sucedi que cuando un grupo de yganse cortaban la carne con cuchillos de piedra como era costumbre en aquella poca, apareci en la orilla del bosque un grupo de haush (indgena que poblaron Tierra del Fuego, preferentemente por el lado Argentino) los que dejaron sus arcos y fechas en un lugar visible y se 9

encaminaron a participar de la comilona. Esto contrari a los yganse, los que luego de ofrecerles carne cayeron repentinamente sobre ellos matndolos a todos, con excepcin del viejo hechicero Kawhayulh al que finalmente decidieron dar muerte tambin cortndole la cabeza. La cabeza, al separarse del cuerpo, lanz una gran carcajada, se dio vuelta rindose y a gran velocidad se intern en el bosque. Segn dicen, se dirigi hasta el Cabo san Diego, luego viaj de oeste a norte por el Atlntico, para luego penetrar en tierra selknam, propagando una epidemia. Una vez cumplida su misin, rindose, se encamin a las montaas del sur. El que se encuentran con ella est condenado a morir como castigo por el asesinato del viejo hechicero. LOS CORMORANES Existe en la regin diversos tipos de cormoranes o cuervos marinos, como el cormorn de las rocas y el cormorn de patas rojas. Cuentan que en los tiempos de la sequa Eetej, el cormorn de las rocas, era muy egosta, pues descubri un pozo y a nadie revel su secreto. Dndose cuenta Hwashenim, el cormorn de patas rojas, que Etej siempre estaba feliz y de buen humor, presumi que este tena una aguada donde beber. La familia de hwashenimse dedic a observar a la de Eetej y pudo ver cuando pas un grupo precedido por Eetej en direccin al pozo. Los Hwashenim cayeron por sorpresa sobre ellos, empujndolos hacia abajo, y bebieron hasta saciar su espantosa sed. Hasta el da de hoy, el grito de Eetej es , , y resuena fuerte, pues su garganta an est hmeda, en cambio el grito de Hwashenim suena eheheh, ronco por la sed que padeci. Por el mismo motivo, siempre se encuentran en los barrancos a los Hwashenim sobre lo Eetej. Tambin estos ltimos siempre vuelan con al cabeza hacia atrs temiendo que alguien los siga. EL PJARO CARPINTERO NEGRO Lana, el pjaro carpintero negro, viva junto con su hermano en casa de sus padres. Lo que ellos no saban es que en un escondite del aquellos dos hermanos se amaban en secreto. De esta forma transgredan el precepto yagn que prohbe el incesto. Al conocerse su comportamiento, fueron amenazados con terribles castigos, pero, a pesar de ello, seguan juntndose. El padre, indignado, los recrimin, les pinto con tierra roja la cabeza en seal de su mal comportamiento y los ech de la casa. Se retiraron al bosque donde, hasta el da de hoy, el pjaro carpintero negro cohabita con su hermana. LA NUTRIA MARINA Ayapuj, la nutria, viva en una misma cabaa junto a sus cinco cuados. Estos se burlaban constantemente de l. Aburrido de esta situacin, se traslada vivir en un promontorio vecino. All decide tomar venganza y con este fin simula haber descubierto una ballena varada; los cuados ven la seal de humo y mandan al hermano menor a inspeccionar. Al llegar, ste no ve ninguna ballena, y, como el lugar est resbaladizo, cae. Ayapuj aprovecha esta situacin para dispararle su arpn. Vuelve a hacer seales de humo y as, sucesivamente, tres hermanos ms corren la misma suerte.

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El mayor, sospechando que algo les ha ocurrido a sus hermanos, se dirige con sus armas hacia la playa; all se encuentra con Ayapuj que lo invita a pasar a su cabaa; ste acepta, pero, receloso, entra por la puerta de atrs. Los cadveres de sus cuatros hermanos yacan en el suelo de la cabaa. Se abalanzo sobre Ayapuj cortndole las manos y pies para enseguida darle muerte. Lo ocurrido explica por qu este animal vive debajo de la tierra y tambin por qu sus extremidades le quedaron tan cortas. EL CHINCOL Y LA LLOICA Llegaron a Karukink dos pequeas piraguas: una vena de donde sopla el viento, serpenteando por los canales australes, y arribo tan cansada, tan fatigada de bracear, los remos tan ateridos, que por poco se hunde antes de llegar; la otra apareci por donde sale el sol, mar afuera de los canales patagnicos, llego alegre y lozana, con su gran vela al viento blanca como las alas del cisne. Cada una hizo su recalada y de cada una de ellas desembarco un hombre: uno era pequeo de brazos muy fuertes, de pelo muy lacio, de piel muy brillosa, de ojos muy vivos de voz muy sonora; el otro ere alto; de pierna muy largas, de pelo muy negro, de color muy tostado, de ojos muy sumisos de voz muy graves. El uno se llamaba Agus y el otro se llamaba Ubira. Ambos se pusieron a caminar tierra adentro al fin se encontraron una tarde cuando el sol entumecido se empaaba en las primeras sombras. Se miraron, se hablaron cada cual a su modo, entendindose muy bien con los gestos y quedaron amigos cortaron muchas ramas, golpearon sus piedras de fuego y encendieron una gran hoguera junto a la cual se acurrucaron as pasaron los dos indios forasteros su primera noche austral. A medida que el tiempo transcurra, mayor se fue asiendo la amistad entre estos dos nicos habitantes de Karukink. No se separaban nunca y en los trabajos se ayudaban y complementaban aportando cada uno sus artes nativas. Juntos paseaban, juntos salan a cazar, juntos exploraban el indiviso feudo, juntos recordaban la remota choza y la ruca lejana y soaban en lo por venir. Y eran absolutamente felices. Pero he aqu lo que ocurri cierta maana: estaban desollando un guanaco, cuando oyeron un grito inusitado que estremeci el robledal, un grito de alguien que se dola. Se miraron consternados creyeron al principio que seria el aullido de un zorro, pensaron despus que acaso se tratase de ulular del viento en las ramas retorcidas de los coiges, sospecharon al fin que fuera cosa de hechicera; pero el grito se repiti, ahora mas prximo y sin lugar a dudas: era un grito humano. Alborotaron ellos a su vez, avanzando hacia la espesura y a poco andar vieron salir del matorral a una mujer. Vacilaron entre huir o atacarla; mas la joven los miro con tal dulzura y gracia, que acabaron por acercrsele. Era esbelta, rubia, blanca como la nieve con unos ojos tan claros como el cielo pero a veces verdeaban como el agua de las lagunas muertas. De donde vena aquella extraa mujer? A dnde iba? Qu quera? El caso es que se le acerc familiarmente, lo salud como antiguos conocidos, y, sin que nadie se lo pidiese, aviv las brasas y puso la carne de guanaco al fuego. Los primeros das compartieron los tres el mismo kaowe en alegre camaradera. Ella se mostraba muy contenta y ellos no recataban su dicha. Ya somos tres para cazar y pescar pensaban, y as nos esforzaremos menos y comeremos mejor. La tierra fueguina hubiera sido para ellos un verdadero edn si el ms joven de los indios no hubiese cado enfermo, y tan grave se puso, que, una noche despus de un largo delirio, qued como muerto. Su amigo lo miraba sin saber qu hacer ni qu decir; pero ella que todas las maanas lo obsequiaba con tiernas callampas y sabrosos calafates buscados con afn apenas rompa la aurora, empez a llorar y a mesase los cabellos; y, cuando lo vio todo perdido , se inclin sobre el moribundo y lo cubri de caricias y besos. Ubira! Ubira! sollozaba. Nunca ms mis ojos volvern a verte. Nunca ms mis manos volvern a estar 11

entre las tuyas... Por qu no me muero yo tambin para estar siempre contigo? Salvse el enfermo pero huyeron del toldo, para siempre, la confianza y la alegra. Agus empez a odiar a su compaero y termin desendole la muerte desde lo ms ntimo de su alma. No tardaron en separase cada cual hizo su albergue y slo de tarde en tarde se acompaaban, ms para discutir y pelear que para conversar y ayudarse. Cuando Hayen los acompaaba (que as llamaron a la aparecida por el grito que lanz cuando la oyeron por primera vez), se moderaban un poco; pero cuando se quedaban solos: que de injurias y amenazas se decan! El uno pensaba: No debo matarlo, por que ella odiara al asesino, y tarde o temprano Ubira volver a enfermar y acaba por morirse. El otro meditaba: Es mejor esperar; ella me ama y terminara por venirse conmigo para siempre. Y lo cierto es que ella quera a los dos, por que en ambos encontraba bellezas y virtudes. Una vez que la joven se atraso mas de lo acostumbrado, Ubira fue intranquilo a preguntarle a su vecino. A donde abra ido? Eres t el que debe seguir sus pasos, y si por acompaarla no vuelves ms, tanto mejor. Este principio de dialogo subi pronto a disputa, y acabaron por lanzarse el uno contra el otro en salvaje pelea. Parecan dos animales enfurecidos. Cuando quedaron cubiertos de sangre y medios despellejados, Hayen apareci a lo lejos y les grito: Sosegaos y haced la paz, por que sino, seris malditos. Pero ellos slo se ocupaban de desahogar aquel encono que les anegaba el corazn.Abrazaos en mi nombre, sino, por segunda y tercera vez nos digo que seras maldito volvi a clamar Hayen, que el lugar de aproximrseles, se alejaba. Y ellos sordos a las splicas, continuaban su lucha con furia an mayor. La maldicin cay en verdad sobre los contendientes. Por sobres sus cabezas paso una rfaga de viento helado que desbarat los rsticos albergues, apago las fogatas y estremeci los rboles del bosque. Poco a poco, a medida que avanzaba la lucha, los dos que fueran amigos se iban transformando en los bichos ms despreciados y asquerosos: primero en araas, luego en cangrejos, despus en ratones. No se vean pero vean todo lo dems: los peascales, las races, los charcos..., y vean a Hayen que los contemplaba desde lo alto del cerro ms distante y que tambin se iba transformando hasta ser una sombra, luego una llama, y finalmente un resplandor que se apago al lucir la primera estrella. En la aurora del nuevo da, Ubira y Agus eran dos pjaros, dos pobres pajaritos marcados por todas las seales de la pelea: uno tena las plumas de la cabeza revuelta y los ojos desorbitados y el otro todo el pecho rojo de sangre. Por estas tierras del sur todos sabemos que las avecillas se llaman Chincol y Lloica, pero slo los indios conocen su verdadera historia. LAS DOS ESTRELLAS Costelen, era sentimental, melanclico, suave de palabras y deseos; con el rostro siempre dibujado con trazos blancos, pescaba de sol a sol a la orilla del lago, y de noche cuando los muertos se aparecen en forma de estrellas sola salir al descampado para mejor conversar con ellos y contarles sus anhelos. Al tiempo de al iniciacin, eligi por esposa a la dulce Olengue, cuya bondad y cario llenaban su vida de tierna felicidad y con quien formaba la pareja ms querida de la comarca. Anequen era violento, desptico; solitario siempre, pasaba su vida cazando en la ms tupida espesura de los bosques, y, como los guerreros, untaba su cuerpo con pintura roja. No saba lo que era un afecto, ni un amor; cuando los camaradas conseguan hablarles y les preguntaba por qu no se preocupaba de buscar compaera, responda:Para qu? Yo me vasto slo. Pero en al tribu del ro Sheke, de donde provena Anequen haba tenido una mujer una bella muchacha que un da, cansada de los malos tratos y a las palabras y hirientes, intent huir de su lado. Anequen temblando de furor, haba disparado la flecha con que tena derecho a inmovilizar sus piernas, pero dio en la espalda de la mujer y la mat. Nadie en la toldera crey que esa tragedia se debiera a un accidente, an cuando Anequen juraba que la diosa Tano, la que viene de las entraas de la tierra, haba torcido la direccin de la saeta. Por 12

eso Anequen no tena mujer ni quera tenerla. Cuando senta el deseo, la tomaba sin importarle la venganza de los otros, pues para eso estaban sus fuertes brazos y su Habilidad en la pelea solitario en su Kaowe, pasaba tardes enteras preparando sus armas, repletando la aljaba con fechas de aguda punta que todos conocan por sus vistosas plumas de avutarda y por la increble distancia que alcanzaban. Costelen procuraba no cruzarse en el camino de Anequen, desde una vez que este quiso pelear y aquel rehuyo afablemente la disputa. Pero un da se encontraron en la estrecha senda que bordeaba el ventisquero. Uno vena de pescar y otro de la cacera; aquel con el shorren vaco, yeste con el pecho y al espalda cargada de presas que le pintaban hasta la rodilla oscuros manchones de sangre. Anequen se ro escandalosamente al ver el morral vaco que penda del hombro de Costelen. No sirves para nada lo increp.Eres tan intil como los caranchos. Me das lastima. Toma llvale de comer a tu mujer. Y le arrojo las piezas a un caliente de su cacera. Costelen las recibi en pleno rostro como una bofetada. Ciego de furor se abalanzo contra Anequen. Y este fuerte como un colgu, gil como un felino, impetuoso como la sudestada, lo derrib, golpendolo furiosamente hasta quitarle la vida. Cuando lleg a la toldera la noticia de la lucha y el desastroso fin de Costelen, un clamor de llantos se escapo de todos los pechos. La tribu entera proclamaba agritos su dolor. Las mujeres se arrastraban desmelenadas por el pedregal batiendo la frente contra los guijarros y los hombres se dolan con lamentos semejantes a los aullidos del vendaval. Olengue, la viuda se araaba las carnes con esquirlas de huesos. Hombres y mujeres, viejos y nios, se cortaron los cabellos, dejando apenas un cerco que les daba un aspecto siniestro, y se ennegrecieron la cara para expresar mejor el duelo, pintura que mantendran durante seis lunas para cumplir el rito fnebre. Trajeron el cadver sobre unas angarillas, lo envolvieron en su propia capa y lo entablillaron para mantenerlo rgido; lo fajaron despus en lonjas de cueros delinendoles cuidadosamente la cabeza, y a su alrededor profirieron enloquecidos clamoreos, cuyo rumor se extenda hasta muy lejos. Luego de quemar las vestiduras del muerto, a la maana siguiente fueron a enterrarlo al pie de una barranquilla, cubriendo la sepultura de modo que nadie pudiese reconocerla y profanar el cadver, oculto bajo una gruesa capa de piedra para que los zorroslos zorros malditosno huronease jams en los restos queridos. El Mehn, el espritu la sombra del muerto, ya estaba muy lejos presenciando Impasible a la ceremonia; pero los huesos all quedaban, lejos de las sendas, en el lugar por donde nadie transitaba. Los parientes se ocuparon del sostenimiento de Olengue la viuda, pero Aneque haciendo valer de acuerdo a la ley de Oneisin, sus derechos de homicida que mata en franca lucha, pero en realidad deseoso de lograr una ltima victoria sobre el desdichado enemigo, la reclam como naa, es decir por esposa. Ante lo inexorable de los preceptos ancestrales, Olengue tuvo que casarse. Poco a poco en el cazador montas e fueron notando muchos cambios se elevaba de su dura condicin a una ms tranquila y cordial convivencia, encontrndose mas sensible a medida que se tornaba ms humano. Ya ansiaba el deleite de una compaa respetuosa; ya apreciaba los agrados conyugales y gustaba de ellos con dulce complacencia; ya gozaba del encanto de la conversacin prolongada hasta los primeros parpadeos del sueo. Sabia que Olengue no lo amaba, pero una esperanza recndita le anunciaba que alguna vez podra conseguir su cario. Para atraer su admiracin, emprendi arriesgadas y difciles que nadie en la toldera hubiese intentado; desafiando a las tribus enemigas, mat pumas feroces que asolaban la comarca, hizo increble caceras de lobos marinos; pero Olenque, que no dejaba de reconocer su coraje y su destreza, continuaba sin amarlo. 13

Acariciaba a los nios, respetaba a los ancianos, protega a los dbiles, regalaba a las mozas, ceda siempre su lugar a cualquier vecino que se lo disputase, y de este modo consigui primero el perdn, despus el respeto y ms tarde el afecto de cuantos lo rodeaban. Pero Olengue segua sin poder amarlo, a pesar de ser dcil y obediente. Nunca pudo Aequen reprocharle una negligencia, una palabra spera, un gesto impropio; hasta tal punto que todos los miembros de la tribu estaban convencidos de que eran el she y la naa ms felices de Oneisn, y los ponan como un ejemplo para satisfaccin de los viejos y esperanza de los jvenes. Slo entre Aneken y Olengue estaba clara la verdad. Y l se preguntaba angustiado. Qu ms puede querer?...Suyo es el she ms valiente de al toldera, el cazador afortunado, el caminante incansable, el amante generoso; suyos son los collares ms lindos, las pieles ms raras, las diademas ms valiosas, las presas ms apetecibles. Mas he aqu que el despertar una noche, percibi que Olengue soaba en voz alta diciendo palabras dulces y tiernas, mezcladas con un nombre que brotaba de sus labios suavemente: Costelen! No se desesper, a pesar de todo, y aun lleg a experimentar el placer de perdonarle aquel recuerdo en el que revivan, en un instante del sueo, los primeros amores. Pero otra noche la escena se repiti, con caracteres ms sombros; al nombre de Costelen, dicho otra vez con igual ternura, sigui el suyoAneken, pronunciado con dureza y rencor. Y otra noche ms en el sopor de la pesadilla, Olengue mezcl los dos nombres; y en la crispacin de sus manos, en el temblor de su piel, en la mueca de sus labios, not que en el nombre evocado segua palpitando la pasin y que el suyo era dicho con odio: la bella Olengue, en la inconsciencia del sueo, repeta: Yi she..., yi she Costelen. No pudo ms, se levant, empuo el arco y sali del kaowe dispuesto a no volver. Nevaba copiosamente. La pampa apareca inmensa y el silencio se extenda sobre el paisaje. Sus pasos marcaban en la nieve huellas que el viento iba borrando. Caminaba cada vez con ms prisa; era preciso alejarse cuanto antes de aquel lugar siniestro. Obsesionado con sus preocupaciones, atraves como un fantasma el sudario de la noche. La claridad del alba se difundi por el cielo. Ya no nevaba. Las de densos nubarrones empujados por el viento naciente corran por el suelo como un funesto escalofro. Helaba, pero l se senta envuelto en un halito febril. Entrado el da, se encontr frente al bosque que marcaba la primera estribacin de la cordillera. Una idea la persegua: de qu me ha valido ser bueno? De qu me sirvi humillarme si no he conseguido el cario de una mujer? La vida es lucha; nada se consigue con buenos sentimientos; slo por la fuerza se puede dominar el corazn humano! Sin embargo... Y la imagen de Costelen volva a surgir en su conciencia con un gesto del dulzura que negaba las duras razones del cazador, porque Costelen, tan suave y cordial, haba conseguido el amor de aquella Olengue que le llamaba en sus sueos yi she, esposo mo. Tuvo horror y vergenza de s mismo. La sombra del rival asesinado continuaba implacable su venganza; lo haba castigado en el trama de los sueos de Olengue y lo volva a castigar ahora en esta persecucin de su conciencia. Continu penetrando en la espesura sin saber hacia donde iba, perdindose en la inmensidad boscosa que lo apretaba cada vez ms en un cerco de sombras. Varias veces se detuvo, creyendo que lo seguan. De pronto oy unos gritos que parecan decir cujucuju; era el trgico castaetear que llenaba de pavor hasta a los guerreros ms valientes: era Hasch, el espritu del rbol seco, que se acercaba queriendo estrangularlo; oy las pisadas giles de Quemanta, el espritu del rbol vivo, que horroriza cuando se aparece en la alborada 14

coronado de musgo y con un gran manto de verdor; vio el palo justiciero de Short, el espritu de las piedras blancas, que alcanzaban en su castigo a los que eran ms seguros, el cual pas ante sus ojos arrastrando de la mano a Jalpen, la veleidosa duea de las tormentas; roz la tnica llameante de Tano, la diosa ruin que viene de las entraas de la tierra; not las mancha de Oleming, el espritu del cielo, benfico para todos, menos par l; oy a Yose quebrando ramas para su hoguera maldita que no puede encenderse nunca. Posedo de espanto, quiso gritar y no pudo, quiso correr y se le doblaron las piernas, quiso disparar el arco y los brazos se le agarrotaron. Entonces se le apareci Keternen, insinuante y sedoso, y sinti que los nimos le renacan, y esperanzado en su ayuda, se lanz tras l en carrera vertiginosa. Era un dios joven, bello, que sonrea como un nio. Ah, si l hubiese tenido un laal as! Lo habra querido con toda el alma y habra hallado en l la salvacin. Lo llam a gritos, pero sus ecos se perdieron en la espesura; keternen, el hijo de la imaginacin, el hijo soado, el laal imposible, le hua veloz como una flecha. Aneken corri siguindolo hasta el final del bosque; sigui tras l por las montaas; y en plena carrera, cuando bordeaba un precipicio que caa sobre un abismo, oy un clamor que vena desde el fondo, y vio a Jachai, el de los cuernos tiznados, el espritu de las piedras negras, que lo llamaban con la suave voz de Costelen, ofrecindole en el vaho enajenante de aquella hondura la paz definitiva para su atormentada conciencia. El silencio del aire cristalino se estremeci con los sordos golpes del cuerpo de Anaken que, batiendo de roca en roca, fue a ensangrentar el hilo de agua pura que corra en la profundidad del abismo. En las noches sin luna se ven dos estrellas juntas en el firmamento de Oneisin. Son los espritus del suave Costelen y del rudo Aneken. Una brilla con un puro y blanco resplandor. La otra aparece rojiza, como teida de sangre. LA BALLENA ENVENENADA Habiendo varado una ballena en el lugar denominado Springhill, en Tierra del Fuego, los cazadores de indios deciden economizar algunos tiros. Saben que esta ballena ser un festn para los famlicos onas, siempre golosos de grasa. Era cosa de envenenar la carne simplemente. As lo hacen y el resultado es excelente. Hubo caza mayor aquel da: quinientos indgenas muertos. LOS ONAS Y LA LUNA Los onas suponen que en las variadas fases de la Luna hay seres ocultos, enemigos de los hombres a los que le causan el mayor pavor. El engrosamiento gradual de la luna les inspira gran miedo o temor, porque creen que para engrosarse se alimenta de criaturas humanas, a las cuales les chupa la sangre, lo que les causa la muerte. De ah que cuando ha llegado al estado de mayor grosura (plenilunio), hganle, de contentos, fiestas, y alrededor de grandes fogatas, bailen y griten en algaraza infernal durante toda la noche, celebrando el haber librado del peligro de muerte a sus hijos, que aman con mucha ternura. LOS PATAGONES Habitaban en la regin comprendida al norte del Estrecho de Magallanes o sea la Patagonia propiamente dicha. Ellos se subdividan en Patagones Tehuelches y Patagones Pamperos. Patagones, por corrupcin de Pentagones que significa cinco codos, o sea siete y medio pies de altura. Otros creen que por el tamao de sus pies, que alcanzaban dos veces el de un robusto hombre normal, se les nombr patagones, patagn con el que se quedaron los aborgenes del Estrecho de Magallanes. EL COLOR DE LA NIEVE Existe una leyenda que justifica, el por qu, todos los aos caen copos de nieve blancos y no de otro color. 15

Est basada en una historia de amor que es la siguiente: Aos atrs, cuando recin llegaba el hombre blanco a colonizar o civilizar, habitaban estos territorios australes, tribus indgenas, entre las cuales, haba una que se destacaba por tener entre sus integrantes a una joven, hija de un jefe, que era la ms linda de la Patagonia. Una vez, lleg un aventurero blanco que investigaba la forma de vida de los aborgenes, herido por la nieve, el hielo y el fro, tuvo que ser atendido y en especial por la joven, quien cur todas sus heridas. Entre ambos jvenes, empez a darse una comunicacin por medio de los sentimientos; que ms tarde se transformo en amor. Nadie sospechaba que exista una relacin entre ellos, ya que fue siempre fue amistosa con todos. Hasta que un da, la joven le propuso que se escaparan; pues saba que si su padre se enteraba no lo aceptara y lo matara, porque era una deshonra para la tribu que ella se uniera con un blanco. Pero l no quiso, prefiri pedir su mano como corresponde. Cuando estuvieron frente al padre y comunicaron sus sentimientos, ste reaccion duramente, rechazando la propuesta. El joven decidi despedirse y esperar hasta el otro da, para que hubiera ms calma. Cuando amaneci, se dirigi donde la joven y vio que los indios lloraban, encontrando a su amada en el suelo, vestida de blanco, con un velo, confeccionado por la nieve que cay durante la noche. El se arrodill, muy emocionado llor y una de sus lgrimas derriti un poco de nieve, formando un ramo de flores sobre su pecho. Por eso se dice que todos los aos caen copos de nieve blanca para visitar a la joven novia. Si se pregunta qu pas con el joven, segn la leyenda, llor tanto que se convirti en un copo de nieve ms grande, cayendo en forma de granizo para estar al lado de su amada. LA LEYENDA DEL CALAFATE Antes de que aparecieran los blancos en esta tierra de pampas, montaas, glaciares, canales y bosques, vivan aqu dos grupos de vigorosos indgenas: los aonikenk y los selknam. El jefe aonikenk tena una hermosa hija llamada calafate de la cual estaba muy orgulloso. Era poseedora de unos grandes y bellos ojos color dorado. Un da paso por el lugar un varonil y apuesto joven selknam, al verse, los dos jvenes se enamoraron perdidamente, aun sabiendo que sus respectivas tribus no aceptaran es unin. El amor pudo ms que la razn, como suele suceder en estos casos, y decidieron fugarse para vivir juntos. Alguien descubri sus planes y fueron denunciados al jefe aonikenk. Este supuso que el espritu maligno de Gualicho se haba apoderado de su hija instndola a huir con un enemigo de su tribu. Furioso, recurri a la Shaman de la tribu para frustrar la huida de Calafate. Aquella la hechiz convirtindola en arbusto, pero permitindole al mismo tiempo que sus hermosos ojos contemplaran el lugar que la vio nacer. As, el calafate cada primavera se cubre de flores amarillo oro, que son los ojos de la nia aonikenk. El joven selknam jams pudo encontrar a su amada, despus de buscarla por mucho tiempo muri de pena. La Shaman, arrepentida del mal que haba causado, hizo que las flores del Calafate al caer, se convirtieran en un delicioso fruto de color prpura que es el corazn de la bella joven aonikenk. Todos los que comen del fruto caen bajo el hechizo del Calafate, lo mismo que el joven selknam, y aunque vivan lejos son atrados a la regin. EL DEDO DEL INDIO PATAGN 16

La leyenda dice que a un impulsivo marino espaol, estando sentado frente al monumento de Magallanes, le llamo la atencin un fornido indio patagn que adornaba a la s estatuas y decidi tatuar en su pecho esta figura. La obra resulta perfecta, a cada movimiento del marino los ojos y las mejillas cobraban vida. Lo ms impactante era el dedo gordo que se mova en forma casi real. Cada vez que se le preguntaba si las empresas tendran xito, el dedo gordo del indio se mova afirmativamente. Muy feliz, el marino se fue a embarcar y al pasar frente a la estatua se golpeo el pecho diciendo: Aqu te llevo amigo, quiero ser tan fuerte como t y que no me entren balas. Finalmente se despidi besndole el dedo gordo del indio pidindole su proteccin y buena suerte. De la anterior leyenda se desprende la creencia de que besndole el dedo gordo del pie del indio patagn queda sellado el pacto de regreso a Magallanes. EL ORO DEL DIABLO Se dice que en los cerros de Porvenir existe una fabulosa mina de oro, cuyo dueo es el diablo... Esta mina est oculta, pero en la noche de San Juan se abre la entrada, para esperar al valiente que se atreva a buscarla. Aos atrs, dos hombres caminaban en la oscuridad, por los cerros de Porvenir en las proximidades del Cordn Baquedano, y conversaban sin saber lo que les esperaba. Caminaron por horas, cuando de pronto se encontraron con la boca de la mina. Llenos de alegra bajaron a ella encontrando mucho oro. Gritaban de felicidad creyndose ricos, llenaron sus sacos con el precioso metal. De pronto sintieron un extrao ruido que los acobard y se encontraron de frente con el diablo. Trataron de arrancar pero no pudieron y se les desapareci la salida de la mina. El diablo les dijo que no tenan escapatoria, y que nunca podran salir de ah al menos que le entregaran sus almas. A los hombres no les qued ms que aceptar la proposicin del diablo y firmaron un contrato de un ao a contar de la fecha en que encontraron el oro para entregarles sus almas, y ese trato fue firmado con sangre. Apenas terminaron de firmar, se encontraron en la superficie, junto a dos sacos llenos de oro. A pesar de lograr una gran riqueza, los dos hombres se alejaron desolados, mientras se escuchaba una demonaca risotada. Por eso, si alguna vez sale a buscar oro... jams lo haga en la noche de San Juan. Dicen que el diablo est esperando por su alma. LA SILLA DEL DIABLO Cuentan, que en la provincia de ltima Esperanza, en un lugar rocoso, semejante a una gigantesca silla, se posaba un enorme animal, con grandes colmillos y feroces garras. Aterrorizaba a todos los habitantes, que en ese momento eran aborgenes y a cada grito de la abominable bestia, maldecan al demonio, que sala de las profundidades de la tierra y se sentaba en su trono terreno. Este lugar, comnmente llamado La Silla del Diablo, an existe y por lo que se cuenta hoy, en las noches de luna llena, todava se oyen aullidos del espritu de Satans, ahuyentando a todos los que se atrevan a invocar el nombre del diablo, que para muchos, es muy parecido a lo que hoy conocemos como el Milodn. JINETE Este hombre montado en un caballo negro atrae a las personas que tienen pacto con el diablo. Se aparece en las noches oscuras y en lugares desolados. La leyenda cuenta que un hombre vio a un jinete a caballo y que se le apareci sin darse cuenta. Que a este jinete no se le ve la cara y que es un espritu de la noche. 17

LA HISTORIA DE UNA BOTELLA DE ORO Esta historia tiene contornos de drama. Un buscador de oro, de nacionalidad yugoslava, llen en una temporada hasta el gollete una botella de un litro con el codiciado metal amarillo. De regreso a Porvenir, desconfiado por naturaleza, no quiso llegar con la botella a la casa de uno de sus paisanos donde se hospedaba y la enterr en un sitio baldo, dejando una seal en la tierra; pero, en la noche se descolg una nevazn y al da siguiente todos los sitios eran iguales y parejos con seis pulgadas de nieve, de manera que no pudo orientarse ni saber en ese da ni en los prximos donde enterr su tesoro. Otro yugoslavo que tena unos cerdos en un sitio baldo descubri una maana de primavera, en un hoyo que haban cavado los animales con el hocico, la botella que contena una pequea fortuna. l saba la historia y conoca al paisano, pero no se dio por enterado. Ms tarde vendi el oro, obteniendo por el contenido de la botella $ 40.000 de ese tiempo. Vendi asimismo los pocos intereses que tena y parti para su pas en el primer barco. Pero el destino quiso que no aprovechara ese dinero tan fcilmente obtenido, pues al desembarcar en un puerto de Norte Amrica, en que toc el buque, se quebr una pierna debiendo ser hospitalizado. La pierna se le gangren y finalmente hubo que amputrsela. En la enfermedad gast todo el dinero que llevaba y, finalmente, tuvo que regresar de nuevo a Porvenir, lisiado y en la miseria. LA LEYENDA DE LOS ENTIERROS Se cuenta que antiguamente la gente tena oro y joyas para que no se los robaran enterraban sus tesoros. Cuando estas personas fallecan no se saba donde los haba enterrado. Se dice que donde est enterrado un tesoro se ve arder una mata y para desenterrarlo se necesitan tres personas y excavar a media noche, y que tambin se ven visiones hasta encontrar el entierro. ORO POR VER LAS PIERNAS En los tiempos excepcionales, un apuesto marinero entr en una que estaba atendida por un matrimonio y sus dos bellsimas hijas. La mayor y ms traviesa de las nias, que tena veinte aos, atenda a los clientes. En esos tiempos las mujeres escaseaban y eran un poderoso y atrayente incentivo de los pobladores de Punta Arenas. Las faldas, segn la moda de la poca, alcanzaban a los talones. El joven marinero entr en galanteos con la nia y le ofreci medio kilo de oro si dejaba ver sus piernas hasta las rodillas. Concertado y cumplido el pacto con autorizacin materna, el hidalgo caballero le obsequi a la simptica doncella el premio apetecido, extrado de la Madre Tierra magallnica. LA APARICIN DE LOS ESPRITUS Una vez, mi abuelo y yo viajbamos hacia el Lago Blanco. Camino a l alojamos donde un arriero y al lado de la fogata ste nos cont cosas misteriosas, fantasmales, sobre almas en pena y las extraas luces que se vean antes de que se aparecieran los fantasmas. Comimos un buen asado, pero eso de los fantasmas nos provoc un apequea inquietud. Seguimos nuestro camino y en plena pampa el auto no pudo seguir avanzando. Pareca que una mano misteriosa impeda la marcha. Precisamente en ese momento vimos unas luces incandescentes. Muertos de miedo no supimos qu hacer. Mi abuelo tom la escopeta y baj del auto. Quiso disparar y lo hizo al aire. Entonces cerr los ojos, tom mi cruz de comunin y apretndola fuertemente empec a rezar. Despus de aproximadamente diez minutos mi abuelo subi al auto. No me quiso contar lo que pas, pero yo s que en esto tuvieron que ver los espritus malignos. Continuando nuestro camino aparecieron un sin fin de almas en pena. Trat de no tomarlos en cuenta. Pens que slo era un sueo, pero se vean demasiado reales las marcas dejadas en el techo y carrocera del auto Ximena Gallardo Ovalles. 18

LA CARROZA BLANCA Un da mi esposo se levant y se fue a laborar ms o menos a las cinco de la madrugada. Cada vez que l sala de la estancia vea una carroza blanca con dos hermosos caballos blancos. Era sorprendente la carroza, toda luminosa, estaba llena de luces, hasta que un da mi marido se dispuso a seguirla. Pero le fue imposible, los caballos corran demasiado rpido, as que se detuvo a observarla. Otro da, cuando iba entrando a la ciudad, vio de nuevo la carroza blanca, pero al rato desapareci. Mi esposo estaba desesperado, no saba que hacer. Si encontraba a alguna persona en al calle le preguntaba si haba visto la carroza blanca, pero le respondan que no, que no haban visto ninguna. Siempre me llegaba a contar lo que le ocurra con tal carroza blanca, y una maana lo acompae para verla con propios ojos. Era cierto, una carroza luminosa, tan linda que uno quedaba paralizado. Irma Iglesias. EL FANTASMA De esto ya hace mucho, de cuando Punta Arenas era un pueblo pequeo. Los puntarenenses, hicieron correr la noticia que por las noches se apareca un espectro fantasmal que asaltaba a las personas que circulaban por la ciudad. Segn los testigos, este espectro vesta todo blanco, con un sombrero del mismo color, un collar de flores y una vela en cada mano. Una noche, una personalidad de la poca, de la cual no recuerdo su nombre, sali a hacer una diligencia montado en su caballo blanco, pero tal como tema, apareci el fantasma, el caballo se asust, pero su jinete lo atac cuchillo en mano. El fantasma, aterrorizado, le rog: No me mate!, despus de esto se identific. Result ser un condiscpulo de este personaje. Muy impresionado, ste lo subi a su caballo y lo llev a la polica, donde recibi un castigo por asaltante de caminos, y le cortaron una oreja. Despus de cumplida su condena, parti avergonzado del pueblo, cruz la frontera y se estableci en un pueblo de Argentina. Se supone que debe haber muerto por aquel territorio. Pero si alguna vez se le aparece un fantasma, fjese si le falta una oreja, porque puede ser l. EL FANTASMA DEL LEONORA El Leonora haba sido un hermoso velero de cuatro palos. Su tripulacin estaba compuesta de un patrn y cuatro marineros. En este deslumbrante barco, desapareca misteriosamente, cada cierto tiempo, un hombre. Nadie saba cmo moran, a veces, encontraban el cadver en al playa y otra veces nunca ms lo volvan a ver. Escobedo, sargento y carpintero, buscaba desesperadamente trabajo hasta que encontr un empleo en el Leonora, el barco embrujado. Varias personas le advertan lo que suceda en aquel barco, pero l no crea en patraas. Escobedo se senta feliz al haber encontrado un trabajo y recorri el barco para as admirar su gran belleza. Los tallados, las sillas y mesas de caoba y cedro, las escaleras con figuras de serpientes en las barandas, en fin, todas las riquezas de un hermoso barco. Pero lo que ms le llam la atencin fue cuando vio el mascarn de proa. El mascarn representaba una sirena, la cara y el cuerpo tan bonitos como una virgen, sus brazos abiertos como queriendo atrapar al mar. 19

Un anoche de julio, Escobedo, dio un paseo por la cubierta y luego se fue a su camarote. Estaba durmiendo cuando siente que abren su puerta cuidadosamente y una figura blanca entra a su cuarto. Se le acerc con cautela; vesta una tnica, su cara era hermosa y sus manos le hicieron seas para que lo acompaara. Lo tom del brazo y lo llev sobre la cubierta, hasta la escotilla de una bodega de proa. Estaban sobre el bauprs, cuando Escobedo escucha que alguien lo llama. Sobresaltado cae y como puede se aferra fuertemente al mascarn de proa, con mucho miedo. All estaba, con las manos en los ojos, con la misma cara, era la misma figura que lo haba conducido hasta ese lugar. Escobedo, contaba lo que haba sucedido, pero nadie le crea una sola palabra. Al anochecer, baj al bodega junto a su jefe, vieron la misteriosa puerta que haba recorrido con el fantasma, llena de telaraas y un enorme candado. Entraron muy asustados y en el suelo haba un pequeo bulto, se acercaron y vieron un cadver de mujer, cuyo esqueleto estaba envuelto en ropas. Divisaron un papel cerca del cadver, lo recogieron y leyeron en vos alta. Aquel papel contena todo lo que hasta ahora haba sido inexplicable: Leonora haba cado en manos de un hombre cruel y vengativo, que lo nico que quera, era sacarle el secreto sobre unas perlas que slo ella saba donde se encontraban, ofrecindole dinero y todo lo que tena, incluso este barco; en cuya proa hizo esculpir el mascarn representado a Leonora. Asesin a su padre y a ella la encerr en ese calabozo. Y por todo esto hizo caer una maldicin sobre el barco Leonora, sobre su tripulacin y sobre todo al que habite en el barco. Se llevaron a tierra los pocos huesos y el polvo del cadver y el mascarn de proa se bot al mar. Hoy, en el cementerio de nuestra ciudad, en un rincn apartado, hay una cruz y en ella una inscripcin que dice: Leonora Bruce. Y desde aquel da, hace muchos aos, no ha desaparecido ningn tripulante. EL PUESTO EMBRUJADO Esta historia sucedi cerca de la comuna de San Gregorio, en una estancia cuyo nombre no recuerdo. Un da a un seor le dijeron que en el puesto donde l pensaba ir a trabajar, se sentan cosas raras en la noche. El seor no hizo caso de estos sabios consejos de los hombres del campo y fue al puesto. La primera noche durmi bien. Al otro da, desde su cama, al amanecer, sinti unas manos invisibles que ponan a calentar el agua para el desayuno. Y se dijo es slo mi imaginacin! Muchas maanas, al clarear el alba, se escuchaban pasos de caballos con ese galopar seguro y tranquilo del que inicia sus labores, luego el jinete desmontaba y amarraba su corcel al palenque. En medio del temor y la angustia, el seor se levantaba a mirara por la ventana. El sol naca a las orillas del cielo y no haba nada, ni nadie. Aquello suceda tantas veces, que daba la sensacin de que el puesto y el trabajo eran compartidos. Un da el seor, tom sus aperos y perros y se march. Pasaron veranos e inviernos y los perros trabajaban de paso en el puesto y luego de un tiempo, tambin se marchaban. Una primavera, cuando las flores se abren tibiamente al sol, el dueo del poderoso imperio ganadero mand a desarmar el puesto y cual no sera la sorpresa a todos cuando encontraron debajo de la vieja casa el cuerpo sin vida de un hombre, que tal vez lo nico que peda era cristiana sepultura o bien que lo dejasen vivir tranquilamente en esas soledades, en su casa, en el puesto. REFUGIO DE LOS BRUJOS En el sector de Barranco Amarillo, aproximadamente a trece kilmetros. De Punta Arenas, se dice que existi un refugio de brujos.

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Los primeros habitantes del sector mantuvieron por mucho tiempo a la gente engaada, al decir que ellos tenan pacto con el demonio. LA CASA DE LOS BRUJOS En Avenida Repblica esquina de Seoret, existi una casa que, segn comentarios albergaba practicantes de hechicera. El mismo caso se comentaba de un inmueble ubicado en el camino sur de Punta Arenas, en la Subida de la Paila, sector Ro de los Ciervos (al comenzar el sector rural). EL PUENTE DE LOS MISTERIOS En la Isla Ambarino, existe un camino que une Puerto Williams con el sector de Rbalo. No lejos del poblado hay un puente, que segn la creencia, las personas que pasan en avanzadas horas de la noche por el lugar se les aparece un indio yagn. LA GOLETA NEGRA Hace aos, junto a las aguas del canal Beagle, haba una goleta negra abandonada que ejerca singular temor en los habitantes de las regiones sureas. Narrbase que cuatro veces en 40 aos, sus palos enhiestos atrajeron la desgracia. Una vez la encontraron tripulada por muertos. Cada hombre estaba en su puesto y todo se encontraba en perfecto orden. El asesino debi haber procedido a traicin y rpidamente. Las pualadas eran certeras y de mano maestra. En los cadveres encontrados nada denotaba la causa de sus muertes. En el segundo viaje el patrn embarc a su mujer, y la tripulacin, despus de matar al capitn, encall la goleta en una playa desierta. Nadie sabe cual fue la suerte de la pasajera, pero todos pueden imaginarla Pas el tiempo y nuevamente la goleta fue al mar. Entonces se produjo un motn a bordo en medio de una tempestad, el capitn tuvo que contener a los amotinados montando guardia, arma en mano, durante cuatro das y cuatro noches. Cuando logr llegar a un puerto, una crisis nerviosa le produjo un acceso de locura y las autoridades lo encerraron. El ltimo viaje de la goleta lo hizo el ingls llamado Harry Colyn Harts. Se embarc con su esposa y su hijita de ocho aos y a los pocos das de navegacin desapareci la pequea. La goleta qued encallada en el canal Beagle sin que marino alguno se atreviera a reflotarla para ir al sur. Los viejos lobos de mar la rondaban rabiosos y sus maldiciones iban tejiendo una neblina de pavor. Pero los nios se atrevan a saltar al puente y jugaban a los piratas, imaginando que la goleta avanzaba. En la sucia cubierta de la goleta un grupo de muchachos tom un da de posesin de la nave. De pronto se desencaden una tempestad. La goleta se inclin, herida en un costado, rodaron los palos con un estrpito de tragedia y los nios fueron arrastrados por el torbellino de las aguas. EL MISTERIO DEL MALBOROUGH En octubre de 1913, la tripulacin del velero ingls Jhoston que estaba navegando a la altura de Punta Arenas, avist un barco que aparentemente iba al garete. Como no respondi a las seales de Jhoston, el capitn de ste despach un bote con seis marineros para efectuar un reconocimiento a bordo de la extraa nave. A 21

primera vista pareca que se trataba de un barco abandonado por su tripulacin. Sin embargo, al subir por la borda, los marinos del Jhoston descubrieron un esqueleto cerca del timn. Haba tres esqueletos ms en el paol; diez en el dormitorio de los tripulantes y seis en el puente. En la proa, muy deteriorada del barco, de poda leer an su nombre: Malborough. Esta nave haba salido de Littletown, Nueva Zelanda, veintitrs aos antes, en enero de 1890, rumbo a Glasgow, bajo el mando del capitn Hird; tena 23 tripulantes y 8 pasajeros a bordo, y llevaba un cargamento de lana en sus bodegas. El Malborough se perdi en el Estrecho de Magallanes. LA VIRGEN DE TIERRA DEL FUEGO Cierto da de 1876, navegaba la goleta lobera San Pedro haca Punta Arenas con las bodegas llenas de pieles. Esta nave, ya haba navegado los canales Beagle, Darwin, O'Brien y Ballenero, pero ahora navegaba airosamente, desplegando todas sus velas a travs de los ltimos islotes de la pennsula Brecknock. Fue, ms o menos en este sector, que los de la goleta divisaron un naufragio. Cuando se acercaron ms, aquel bulto desconocido, result ser el casco de un gran buque, recostado sobre unos arrecifes cercanos a la costa. Aunque las ruinas parecan abandonadas, el patrn de la goleta, Jos Nogueira, decidi explorarlas. No haba all alma viviente, pero s eran visibles los rastros dejados por los indios yaganes, que se haban llevado utensilios tales como velas, masteleros, etc. Lo nico que haban dejado era un trozo de madera colorada que estaba bajo el enorme bauprs. Este mascarn, representaba una dama vestida con una amplia tnica azul, con muchos pliegues y tena una corona de flores de lis, era una Virgen, sin duda. Los loberos decidieron llevarse esta imagen a la cubierta de la San Pedro. Luego, esta nave sigui su viaje, desplegando todas sus velas, antes que la sorprendiera la noche. Pocos das despus, la goleta ya se encontraba fondeada en al rada de Punta Arenas, cerca de la playa, donde se encontraba la mitad de la colonia emocionada, que haba ido a recibirla. Al da siguiente, se desembarc la imagen y la tendieron en una lona sobre la playa, todos los colonos la rodearon para curiosear, mientras escuchaban los relatos de Jos Nogueira. En eso se acerc al grupo el cura y capelln Mateo Matulski, diciendo para mi representa a Nuestra Seora Pursima. Todos, al instante, llevaron la imagen hasta la capilla, donde fue religiosamente depositada. A pesar de todo, los colonos, insistieron en llamarla la Virgen de Tierra del Fuego. En el edificio ms grande de la colonia, moraba el Mayor de Artillera y Gobernador del Territorio, don Diego Dubl Almeida. Mientras un secretario le contaba la devocin que ella alcanzaba, al gobernador le pareci inaudita la presencia de una nueva divinidad, pero decidi al fin visitar la capilla. Al ver la imagen, la examin por largo rato, luego sali a la calle sin decir nada. Das despus, Dubl aplic una multa de cincuenta pesos fuertes a Jos Nogueira, por haberse apropiado de aquella imagen decorativa sin decir nada a las autoridades, e inmediatamente orden la traslacin de la imagen al recinto del cuartel, cuyo dominio perteneca al fisco. Un pelotn de artillera se llev la imagen y la depositaron dentro de la casa de los oficiales. Segn Dubl, esta figura representaba a la protestante Reina Victoria de Inglaterra. Nunca hubo acuerdo entre moros y cristianos, acerca de si fue Nuestra Seora de la Pursima o la terrena 22

Reina Victoria de Inglaterra, mas la imagen y los actores, ya no existen y mucha gente cree que en realidad se trataba de una Virgen. EL JARDN DEL PUESTO Orozimbo Barrientos, propietario de la estancia Salto Grande, se senta realmente orgulloso aquel da. Haba triunfado, venciendo las dificultades que se opusieron a su paso, cuando decidi colonizar le pennsula Grey. No en balde haba explorado la regin la regin del cerro Paine durante tres aos, buscando terrenos aptos para la ganadera. Un invierno en esa zona le bast para saber que, no obstante la altura, las ovejas podan resistir el rigor del invierno, refugiadas en los montes y valles. Pero no hizo caso a las recomendaciones de quienes le decan que no se instalara en el Paine, que era muy lejos, que faltaban caminos, que la nieve matara a sus animales. l posea la experiencia de muchos aos como ovejero, adems tena sus ahorros, de muchos aos de sacrificio. Gozaba tambin de aprecio de los dueos de estancia, que le concedieron facilidades para la compra de ovejas. Este fue su primer ao de trabajo, por eso, luego de una dura jornada, celebraba junto a su mujer, hijos y trabajadores un gran banquete. Era todo perfecto, estaban todos, pero haba un solo detalle, no estaba en ese momento el puestero, don Carmen Oyarzn, debido a que el da anterior haba tenido una discusin con uno de los trabajadores, un argentino. Durante la comida, alguien coment la ausencia del puestero. El argentino, jactndose, dijo que lo haba detenido el miedo, otro le respondi que no haba venido porque era prudente, ya que si se alteraba, al argentino le iba a matar. Al or esto, el argentino, que se encontraba ebrio, se enoj y fue a buscarle pelea a don Carmen. Intentaron detenerlo pero fue en vano. Aunque no les import demasiado, porque en el estado en que se encontraba no encontrara ni el caballo. Pero sin embargo, se fue velozmente. Una hora despus, todos dorman en la estancia Salto Grande. En la noche tranquila, slo se oa el rumor de la cascada del Paine. La luna se miraba la cara en el espejo del lago Peho. Orozimbo Barrientos se levant con el alba. Recin aclaraba y ya haba agitacin en la estancia. Don Orozimbo, fue al potrero a ensillar su caballo, quera saber noticias del argentino, llevaba el caballo hacia fuera cuando vio a Juan Peralta, que iba a su encuentro gritando. Encontramos un caballo en el ro. Fueron a ver y era el caballo del argentino. Don Orozimbo, desconfi, porque le pareci extrao. De todos modos se fue sin darle importancia. Cuando lleg al puesto, Don Carmen sali a saludarlo. Don Orozimbo, le clav los ojos, enseguida hizo que don Carmen se ruborice. Estaba muy tenso. Don Orozimbo le pregunt por el argentino, y el puestero dijo que no lo haba visto. El patrn no le crey, pero no quiso martirizarlo y se fue, despus de todo, eran cosas de hombre. Antes de que se fuera, el puestero le pidi unas flores a la seora del patrn. Pas el tiempo y un da lleg don Orozimbo y su familia de visita, con la excusa de ver el jardn. Les llam la atencin su forma, era chico, rectangular y estaba rodeado por una pequea cerca. Rato despus, el puestero confes que dejara el campo y se ira a Chilo. Se marchara en dos meses, pero dos das despus ya no estaba. Una maana don Orozimbo fue sorprendido por la visita de un amigo que vena de la argentina. Conversaron en forma muy animada hasta que de repente, el forastero coment que se haba cruzado en el camino con don Carmen. Esto confirm la teora de don Orozimbo. Un da, don Orozimbo, fue al puesto y vio, sorprendido, que en el supuesto jardn, don Carmen, antes de irse, puso una cruz en el extremo del sepulcro. Con eso se aclar todo. El argentino, lleg hasta el puesto y don Carmen lo mat, tirando el caballo al ro, para hacernos creer que se haba cado. Dijo, que haba removido la 23

tierra para un jardn, pero no aguant el cargo de conciencia y se escap para la Argentina, al menos, ah est fuera del alcance de la justicia. Y as fue no ms. LA VIEJA REENCARNADA En la estancia Sol y Luna haba una trabajadora cuyo nombre era Mercedes Gonzlez. Esta seora era muy querida por todos los trabajadores, por el cario que les brindaba y por sus ricas comidas. Todos la queran, hasta que un da que caminaba por la nieve, pis un pedazo de hielo, se cay y se golpe en la cabeza, muriendo instantneamente. Pasaron tres meses. La vida y el trabajo continuaban en la estancia. Un da se trajo hasta los corrales de la estancia un nuevo pio de ovejas. Cuando estaban juntando las ovejas madres con sus hijos, se dieron cuenta que una estaba sola en al manga. Los trabajadores creyeron que era guachita. La oveja gaucha era un poco distinta a las dems. Se distingua por su buen carcter y pas a ser la regalona de la estancia, claro, si ella estaba tan solita! Un da los trabajadores estaban jugando con la linda ovejita, cuando de repente sta bal y escucharon lo siguiente: Soy Juana Mercedes y les quiero mucho. Los trabajadores quedaron atontados con lo que haban escuchado. En la estancia sigui el trabajo, los hombres continuaban con la duda de lo que haban escuchado. Un da, esta ovejita que los trabajadores llamaban la oveja encantada, caminaba sobre la pampa nevada y sin darse cuenta rod por una quebrada golpendose fuertemente la cabeza quedando tirada muy abajo con su mirada fija al cielo. La oveja encantada haba muerto. Con todas estas coincidencias, se podra decir que fue una reencarnacin de Juana Mercedes? Habr sido verdad todo lo contado? Estas preguntas siguen sin respuestas en la estancia Sol y Luna, pero siempre hay alguien que ve corriendo por la pampa a la oveja encantada. DOA ENCARNACIN Corra el mes de octubre del ao 1913, cuando arribaron a la ciudad de Punta Arenas dos familias provenientes de Chilo; como tantas otras personas venan a esta tierra agreste e inhspita con el alma llena de ilusiones; de planes, con nuevas perspectivas de trabajo y con la esperanza de seguir formando su familia ms grande y hermosa. Pero cada nio que naca ene le seno de estas dos familias, que compartan una gran casa en el barrio Yugoslavo, mora a los dos o tres meses de vida. Cuentan que mientras los bebs dorman, y todos estaban ocupados en sus quehaceres, un perro grande y negro entraba a lamerlos y a llevarse el resuello de las criaturas hasta que moran. As comenz a correr el comentario de boca en boca, hasta que un da doa Encarnacin, una de las mams, que trabajaban en el matadero, se qued en la casa, se escondi en el dormitorio y qued agazapada ah esperando con un cuchillo en la mano. 24

De pronto se abre la puerta, y se introduce un perro negro, efectivamente, de gran tamao. Se acerca a la cuna del beb que ya estaba enfermo, pues caan en gran debilidad, lo lame y luego se pone delante de l para respirar su aire; entonces doa Encarna; cuchillo en alto, se acerc sigilosamente y: zaz! Le vol la oreja izquierda. El perro sangrante y aullando sali como alma que se lleva el diablo. La madre carg su beb y lo acun en sus brazos jurndose a s misma, que se, ni ningn otro hijo se le morira jams, porque al mirar al suelo descubre que la oreja ahora era humana. Doa Encarna, chilota, muy decidida, cogi la oreja y la puso en un plato, para de alguna manera, secarla y guardarla, pues ella estaba segura que el famoso perro desorejado volvera en algunas de sus formas para saber que haba pasado. Pasaron los das y doa Encarna esperaba, ya haba rezado rosarios para mejorar al nio y alejar los espritus. Una maana lleg un compadre del matrimonio, el cual haba pretendido a doa Encarna, chilota muy bien plantada y buena moza y: Oh!, tena vendado el lado izquierdo de la cabeza. Pero qu le pas compadre por Dios? dijo doa Encarna, pensando para sus adentros Aqu est este desgraciado! Pues ver Ud. comadre que tuve un accidente en el campo, mientras cumpla faenas, la rama de un rbol pesado me vol la oreja. Me va a creer! Triste su historia compadre dijo doa Encarna, pero no se le de n, puede pegarse sta, dijo presentndole la oreja en el plato. El dueo ya no volver a necesitarla, pues la prxima vez que pise mi casa o mire alguno de mis chiquitos, le clavar el cuchillo en el corazn. El compadre sali despavorido, tan rpido como lo llevaron los pies. De l nunca se supo y doa Encarna complet feliz su media docena de hijos. LA LUZ MALA Cuentan los puesteros de una localidad cercana a Villa Tehuelches que han visto al diablo en persona, portando una extraa lmpara, por sectores de Morro Chico. Se comenta incluso que un joven del sector qued perturbado mentalmente tras ver a la luz mala, como llaman a esa lmpara del demonio. Este es el relato de un anciano que fue testigo de la luz: Un da de invierno qued de juntarme con otro veterano. Yo iba caminando cuando una luz me empez a seguir. Yo dije, Teodoro, no hagas bromas, creyendo que eran cosas del otro anciano. Repet varias veces lo mismo, y por culpa de la luz me ca en un pozo que pareca no tener fin, hasta que llegu al fondo. Se pareca a una cueva y comenzaron a aparecer espritus, almas, muertos y otras figuras ttricas. Un da un joven ovejero trat de seguir a la luz y esto fue lo que le sucedi: Esta maldita luz tiene que aparecer dijo, o de lo contrario me mato. Entonces una luminosidad rompi la oscuridad circundante. El joven ovejero inici una lucha con esa luz, hasta caer rendido. Dice la gente de campo que tras su muerte el joven se convirti en rbol, y advierte con un movimiento de sus ramas cuando la luz mala va a aparecer. DUENDES EN RO DE LOS CIERVOS? A mediados del ao 1947, recin finalizaba la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Punta Arenas fue 25

impactada por una noticia sorprendente: haban aparecido duendes en el sector de Ro de los Ciervos, haciendo bromas y sembrando pnico a la vez. En una vivienda, conocida como la Casa Colorada, vivan Ismael Navarro Navarro junto a su esposa y varios hijos. El hombre robusto, serio y trabajador, no se intimidaba por la situacin, pero su mujer, aterrada por los sucesos, recurri incluso a la ayuda de un sacerdote para exorcizara la vivienda, situacin que concit la atencin del vecindario. De acuerdo a la versin entregada por los moradores, preferentemente los das martes y viernes, por las noches, inexplicablemente comenzaban a sentirse violentos golpes en puertas y ventanas, causando el pnico entre los integrantes de la familia. La esposa del seor Navarro, que era madre de siete hijos ya adultos, deca que los golpes eran realmente atormentadores y que incluso se escuchaban a ms de media cuadra de distancia. Sin embargo, pese a todas las pesquisas no se atinaba a dar con el origen del extrao y misterioso suceso. Creyendo, los moradores de la casa, que poda tratarse de una mala accin de personas que quisieran daarlos o asustarlos, decidieron efectuar una severa vigilancia. Empero, no hubo respuesta, puesto que los golpes continuaban y a nadie se poda observar e incluso, en una ocasin, llega a desmayarse uno de los hijos del matrimonio que habitaba la casa. Un da, los golpes fueron tan fuertes que los vecinos se acercaron para ver qu era lo que suceda, aunque casi todos ellos ya tenan conocimiento de lo que estaba sucediendo en La Casa Colorada. Las versiones para explicar lo acontecido eran variadas, pero la que ms aceptacin tena, era aquella que sealaba que los duendes slo descansaran una vez que se llevaran a alguien de la familia Navarro. La visita del sacerdote no dio resultados, pese a los esfuerzos que realiz, y los habitantes de las viviendas aledaas a La Casa Colorada, informaron que el problema persista, agravado, esta vez, por estremecedores golpes, producidos bajo el piso de la vivienda y por puetazos en las paredes. El nico que pareca no perder la calma era Ismael Navarro, quien no tema a los ruidos; lleno de vida, segua trabajando normalmente, o al menos as lo aparentaba. Nada pareca presagiar el desenlace de esta historia. Sin embargo, cuando menos se pensaba, Ismael Navarro cae fulminado de un infarto, a pesar de ser un hombre robusto y de buena salud durante toda su vida. La angustia sobresalt a todo el sector y slo entonces los ruidos cesaron. LA HIJA DE LA NIEVE Hace muchos aos, viva un matrimonio con el anhelo de tener un hijo; imploraban a Dios y consultaban a los magos, sin conseguir sus deseos. Vivan apenados sin poder cumplir su anhelo. Pasaron los aos y este matrimonio se hizo viejo. A toda costa queran tenerlo, aunque la pobre anciana de 60 aos y l de 72 ya no podan tener hijos, se iban todas las noches al dormitorio a tratar. La gente contaba que: Un da, el pobre anciano le dijo a su esposa: Mi amor, por qu no hacemos una nia de nieve? Se dice que salieron a la calle, amontonaron gran cantidad de nieve y fueron modelando con mucha paciencia. Apenas haban terminado de darle los ltimos toques, se dan cuenta que no es lo que ellos queran. Entonces, los ancianos, hacen un pacto con el diablo y le piden que le d vida al mono de nieve, y es as como el mono cobra vida. Vivieron felices por tres aos, pero un da, al matrimonio se le aparece el diablo y les dice: Su deseo se ha cumplido, ahora sus almas sern mas. No, por favor; djanos vivir ms tiempo con nuestra hija!, 26

dijo la anciana. No! dijo el diablo, tron sus dedos y los ancianos desaparecieron. La hija, viendo que sus padres no llagaban a casa, va donde una vecina y les dice Ha visto UD. a mis padres? y sta contesta S, los vi hablando con un hombre vestido de rojo! Bscalos, pueden estar en peligro! Es as como la joven los busca afanosamente. Pas el tiempo, buscndolos, pero no los encontr y muri de pena. La gente cuenta que cada invierno, una joven, vestida de blanco, vaga por las noches buscando a sus padres. Es la leyenda de la hija vestida de nieve. LEYENDA DEL CERRO LOS LADRONES Se cuenta que antiguamente en la calle Mardones, donde hoy se ubica la Poblacin Magallanes y la Comunidad Juan XXIII, exista un cerro de forma aplanada llamado Cerro de los Ladrones. Tena ese nombre porque all se escondan los malandrines, amigos de lo ajeno. Tambin se escucha decir que en muchas ocasiones, cuando la gente cruzaba al anochecer por encima del cerro, solan escuchar que alguien vena detrs de ellos, pero al darse vuelta vean con sorpresa que nadie los segua. LA LLORONA En el sector de Temaukel, en Tierra del Fuego, a quienes se arriesgan andar de noche, se les aparece la Llorona, que es el alma de una mujer que lamenta la perdida de un ser querido, se sospecha que es su hijo que muri trgicamente. EL ALMACEN DEL CALEUCHE La leyenda dice que una casa cerca de la Plaza Lautaro haba un negocio. Los viejos contaban que en la noche de luna llena llegaba el Caleuche (El barco de los chilotes), para llenar las bodegas del negocio con mercaderas de mejor calidad. Nadie vio nunca camin alguno desembarcando bultos pero el almacn siempre estaba lleno de mercaderas. Se recuerda que una maana el local qued vaco, ya no estaba su letrero y del dueo jams se supo. La leyenda dice que una seora cont, que el hombre se haba marchado en la embarcacin fantasma. Se dice que seguramente fue cierto porque una noche sali del estrecho Dugongo prehistrico (animal parecido a una ballena), que pase muy tranquilo por las calles de la ciudad, arrastrando su cuerpo por los cercos de las casas, hasta que un polica lo mat. No falto magallnico que no fuera a ver el extrao animal a la Plaza Lautaro, aquella que hace muchos aos atrs haba sido un cementerio. LA VIUDA NEGRA Cuenta la gente que los lugares de Punta Arenas, eran tranquilos, de gente pacfica y trabajadora, obreros que regresaban cansados a sus hogares slo a descansar. Pero all, sobre el puente del Ro de las Minas, comenzaron a ocurrir cosa extraas, generalmente pasadas las doce de la noche. Desde la bajada de la calle Zenteno y sobre el punte del ro comenz a rumorearse sobre la aparicin de una temible Viuda de Negra. Los que haban tenido la desgracia de verla contaban que vesta toda de negro, con la cara cubierta, que media ms o menos un metro noventa, que era como una diosa con una imponente figura de mujer, una verdadera Viuda de Negra. Este misterioso ser se transform en poco tiempo en el temor del lugar, especialmente de los curaditos del sector. Ya nadie se atreva a pasar por el lugar por temor a la aparicin de La Viuda de Negra. Persona que pasaba despus de la medianoche era objeto fcil 27

para ella. Eran golpeados sin piedad y despojados de todas sus pertenencias. Preferentemente a los curaditos del barrio Prat. Esto ocurri mucho tiempo sin que nadie se atreviera a enfrentar la situacin, ya nadie pasaba por el punte del Ro de las Minas, hasta que un conocido personaje del barrio Prat, llamado El Chilotito, que no crea en brujos ni en Viudas Negras, un da se decidi pasar por aquel lugar, pero para desgracia de l, lo hizo con algunos tragos en al cabeza y cuando se encontraba caminando sobre el puente pasada la medianoche, apareci la temible Viuda Negra y sin darse cuenta el Chilotito en menos de un minuto, estaba en el suelo bajo una lluvia de golpes que no saba de donde venan. En medio de la curadera no atin a nada y fue a para al hospital, producto de la violenta paliza recibida. Por lo dems, qued sin medio alguno y para ms remate la Viuda lo dej desnudo y as tuvo que irse al hospital. Sin contarle a nadie lo sucedido, el Chilotito esper tres meses hasta su recuperacin de la golpiza recibida y cuando se encontr bien de salud tom decisin de vengarse. Esper pacientemente la medianoche y se dirigi al lugar de la tragedia, simulando estar curado y armado de un paquetito consistente en una bolsa con piedras que se denomina Chancho en bolsa. El Chilotito avanz por el puente; este se le hacia chico. En su mano derecha aferraba firmemente el arma cuando de improviso se le apareci la temible Viuda Negra, cerrndole el paso. Fue entonces cuando, entre sorprendido y asustado, sac fuerza de flaquezas y se abalanz sobre la viuda descargando con todas sus fuerzas el Chancho en bolsa sobre la sorprendida aparicin, la que cay pesadamente al suelo. El Chilotito agarr confianza y sigui cascndole y le dio sin lstima hasta que la viuda perdi el conocimiento. El hombre cont posteriormente a sus amigos de farra, entre copa y copa, en una antigua taberna del barrio Prat, lo acontecido. Cuando la temible Viuda Negra qued aturdida en el suelo, el Chilotito tom valor y quiso saber quien era. De rabia le arranc el pao negro que le cubra el rostro. La sorpresa que se llev fue terriblemente fuerte, ya que la famosa y temible aparicin, que tanto dao hizo, era un amigo y compaero de colegio con el cual haba estudiado en la ciudad de Castro entre los aos 1945 y 1950. El Chilotito recordaba que ese compaero de la infancia era el ms aplicado del curso. De la Viuda Negra nunca ms s supo, slo qued en la mente de quienes fueron sus vctimas y nunca se atrevieron a enfrentarla, como lo hizo nuestro personaje. EL HOMBRE QUE SE VE EN LA LUNA El hombre que se ve en luna era un antiguo navegante que se diriga al Cabo de Hornos y no logrando realizar esta travesa fue sentenciado a estar sentado en la luna por toda la eternidad. Su nave se fue a pique; desde entonces, cuando ah luna, se le ve sentado ah. Se cuenta que cuando los marineros pasan por el Cabo de Hornos, ven a este navegante, recordando as lo ocurrido. LA FLOR DEL HIELO Segn la leyenda, en algunas cumbres de la cordillera, entre los hielos, crece una flor muy especial, que los ovejeros acostumbraban regalar a sus mujeres o novias como prueba de amor. Sucedi una vez que una campesina, antes de aceptar casarse con un joven ovejero, le puso como condicin que le trajera la flor del hielo. El joven lleno de ilusin, emprende la bsqueda de esta flor, pero muere en la empresa. Desde entonces ninguna mujer volvi a pedir esta prueba de amor a su amado. 28

EL CEMENTERIO La principal necrpolis de Punta Arenas, a pesar de su hermosura, tanto interior como exterior, no escapa a las leyendas que se han creado en su entorno. Contrariamente a otros camposantos, este lugar, ms que un cementerio, es un verdadero paseo al cual concurren especialmente turistas, que, por supuesto, no conocen las historias de terror que dicho recinto ha generado. LA PASAJERA Cuentan los abuelos que en la ciudad de Punta Arenas existi una seora de origen desconocido, quien se cas con un taxista. Este se muri en un accidente, al caer su auto de un barranco. La seora, dice la leyenda, no pudo resistir el sufrimiento de la prdida de su marido y se mat, cayendo desde un puente. Desde esa fecha, en las noches, la viuda negra se levanta desde su tumba y se les aparece a los taxistas en las cercanas del Cementerio (Avenida Bulnes), en forma provocativa y sensual, sentndose en el asiento trasero de los taxis y hacindoles toda clase de proposiciones, que llegan a trastornarlos convirtindolos en personas desequilibradas. EL MITO DE SARA BRAUN Sara Braun Hamburguer, naci en Talsen, Rusia, el 16 de diciembre de 1862. Lleg a Magallanes el ao 1874 y el 23 de agosto de 1887 contrajo matrimonio con el pionero portugus Jos Nogueira, acaudalado comerciante. Tras la muerte del lusitano hered su fortuna y sus bienes, ponindose Sara Braun al frente de los negocios. De carcter abierto y generoso, se transform en cooperadora en muchas obras de ayuda social. Fueron muchas las donaciones que hizo a la ciudad, entre las que se recuerdan el prtico monumental del Cementerio Municipal, donde naci un mito que se conserva hasta nuestros das. Se manifiesta que entre las clusulas de la donacin del prtico de la necrpolis existira una que determina que la donante sera la nica persona que, una vez fallecida, pasara por la puerta principal del camposanto. Actualmente dicho ingreso se encuentra sellado y la entrada se realiza por una puerta lateral. A este mito se agrega otro, segn el cual el cuerpo de Sara Braun, fallecida en Via del Mar el 22 de abril de 1955, habra sido embalsamado y que cada 1 de noviembre es sacado de su fretro para ser maquillado y peinado. LA NIA DE BLANCO Una piadosa mujer encargaba peridicamente de mantener aseado y con flores un nicho ubicado en la primera calle de ingreso al cementerio. Continuamente lleva flores frescas para adornar aquella tumba que le haba encargado una amiga de muchos aos. En cierta ocasin, sus mltiples ocupaciones la demoraron ms que de costumbre, lo que motiv que llegara al camposanto muy cerca de la hora de cerrar.

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Era invierno y las sombras de la noche llegaban ms temprano, por lo que, cuando inici su labor de costumbre, se vio impedida de encontrar con mayor facilidad maceteros, agua, escoba, etc. Pero, como a nadie le falta Dios, acert a pasar por all una muchachita de unos doce aos, pulcramente vestida de blanco, con una cinta azul atada a la cintura. Debe ser una manda a la Virgen de Lourdes, pens la mujer. Le solicit ayuda, a lo que la pequea accedi gustosa, colaborndole con el acarreo de agua y a sostener la escalera que utiliz la dama para subir a poner los maceteros con flores frescas a la altura del nicho. Terminada la tarea baj, se puso el abrigo y tomando la cartera busc algunas monedas con las cuales dar una propina a su atenta ayudante. Cuando levant la cabeza la nia ya no estaba. Se encamin hacia la entrada del camposanto y busc a uno de los panteoneros para consultarle si haba visto salir a la nia, puesto que, en caso contrario, la esperara para obsequiarle algn dinero. Cuando le pregunt al hombre acerca de la nia, de la cual le dio las seas respectivas, recibi como respuesta: Seora. Esa nia no existe. Hay muchas personas que han recibido su ayuda, pero se trata de una aparicin. Seguramente es un ngel que busca contribuir con las personas que necesitan auxilio. En todo caso, insisto, no es usted la primera ni ser la ltima que reciba la ayuda de la Nia de Blanco. INDIO DESCONOCIDO En la necrpolis de la ciudad de Punta Arenas, se encuentra la estatua del Indio Desconocido, a la cual se le atribuye ciertos poderes sobrenaturales, es por esto que los habitantes de la regin concurren a pedirle ciertos favores. En su lpida se puede leer: Lleg desde las brumas de la duda histrica y geogrfica, yace aqu cobijado en el patrio amor de la chilenidad. Eternamente. CONCLUSION Este trabajo nos ha ayudado ha darnos cuenta la importancia de la historia oral de nuestra regin, ya que esta constituye un elemento primordial para comprender y valorar a quienes nos antecedieron, adems poder as conocer y resguardar el pasado y comprometernos en el futuro a traspasarlas a las siguientes generaciones. Pudimos conocer mucho ms nuestra regin, descubriendo as, que a pesar que la regin de Magallanes es joven, posee mucha vida cultural y esto lo pudimos reconocer en sus mitos, leyendas e historias regionales. Cabe destacar que muchas de estas leyendas provienen de los inmigrantes (Chilotes, Yugoslavos, espaoles, alemanes, italianos, etc.) que llegaron a esta regin hace muchos aos atrs. Otros que aportaron a esta cultura fueron los indgenas que habitaron en Magallanes. 2

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