Textos
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Tentn-vil y Coicoi-vil
los ojos de la princesa. Se dice que desde ese da la Laguna del Inca
est encantada. Incluso hay quienes aseguran que en ciertas noches
de plenilunio el alma de Illi Yupanqui vaga por la quieta superficie
de la laguna emitiendo tristes lamentos.
La estrella diminuta
Haba una vez una estrella muy, muy chiquitita, tan pequeita
como un mosquito, que viva en el cielo junto a sus paps, dos estrellas
enormes. La pequea estrella era muy curiosa y siempre quera verlo
todo, pero sus paps le decan que an era pequea para ir sola, y que
deba esperar.
Un da, la estrella vio un pequeo planeta azul; era tan bonito que
se olvid de lo que le haban dicho sus padres, y se fue hacia aquel
planeta. Pero vol tan rpido, tan rpido, que se desorient y ya no saba
volver.
Una vez en la Tierra, donde crea que lo pasara bien, la gente y los
dems animales la confundieron con una lucirnaga brillantsima, as
que todos queran atraparla. Huy como pudo, muy asustada, hasta que
se escondi tras una sbana. Entonces todos pensaron que era un
fantasma, y huyeron despavoridos. La estrellita aprovech su disfraz
para divertirse muchsimo asustando a todo el mundo, hasta que lleg a
una montaa en la que viva un gran dragn. La estrellita tambin trat
de asustarle, pero no saba que era un dragn comefantasmas, y cuando
quiso darse cuenta, se encontraba entre las llamas de fuego que escupa
por su boca el dragn.
Afortunadamente era una estrella muy caliente, as que pudo
escapar del fuego y del dragn, pero acab muerta de miedo y de tristeza
por no estar con sus paps. Estuvo llorando un rato, pero luego se le
ocurri una idea para encontrar a sus paps: busc una gran roca en una
montaa altsima, y desde all, mirando al cielo, se asom y se escondi,
se asom y escondi, y as una y otra vez. Sus paps, que la andaban
buscando preocupadsimos, vieron su luz intermitente brillar en la noche,
y acudieron corriendo a sealarle el camino de vuelta.
A la casa de sonrisas