Imagen Del Pueblo
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Clark
El arte, es decir, la bsqueda de lo bello y la consecucin de la verdad, en su propia persona, en su mujer e hijos, en sus ideas, en lo que dice, hace y produce, es el objetivo final del desarrollo del trabajador, la fase final destinada a rematar gloriosamente el Crculo de la Naturaleza. Me he permitido empezar este trabajo del mismo modo en el que Timothy J. Clark comienza su libro, Imagen del pueblo, con un pasaje copiado por Baudelaire en 1848, que nos conduce de forma directa al tema alrededor del que girar la obra: la relacin entre el artista y su arte, que ser, en definitiva, lo que trataremos de descubrir. En primer lugar, cabe destacar que este libro no es sino una continuacin del tema ya iniciado en The Absolut Bourgeois, obra tambin de Clark, publicada anteriormente. Este libro nos habla de cmo ciertos artistas se las arreglaron en los aos siguientes a la Revolucin de 1848. Se centrar sobre todo en cuatro de ellos, y buscar las relaciones existentes entre sus producciones y la Segunda Repblica. A pesar de que no es exactamente el mismo tema del que habla nuestra obra, es cierto que encontraremos muchos puntos en comn, como la amistad entre Baudelaire y Courbbet, o la cuestin de las relaciones de Courbet con el Bureau des Beaux-Arts. Es necesario hacer una sntesis de sus contenidos para luego poder analizarlos con correccin. El texto comienza con la bsqueda de una explicacin del arte. Se intenta averiguar qu le influye. Ms aun, si la sociedad influye en su realizacin o es un mero aspecto ms. De este modo, llegamos a la conclusin de que los acontecimientos sociales han provocado en los artistas reacciones de muy diversa naturaleza, as como se han producido muchos cambios en las formas de ver el arte entre las vanguardias, los bohemios Por tanto, la pregunta ser si es cierta esa teora de que el arte no es ms que un intento de escapar de la sociedad, o si, por el contrario, acaba por estar ms unido de lo que tradicionalmente se cree. Centrndonos ms en el arte francs del siglo XIX, ms en concreto en la figura de Gustave Courbet, nos adentraremos en un anlisis de su persona que comenzar desmontando el mito existente acerca de l, lo que nos permite descubrir un Courbet oculto tras una mscara que, inteligentemente, le posibilitar mantenerse siempre en un segundo plano. Todo lo anterior puede verse como una especie de introduccin, a partir de la cual Clark realizar una periodizacin del arte de Courbet, en la que distinguir sus primeros aos, su poca en Pars, su etapa en Ornans y Besanon y su vuelta a Dijon y Pars, siempre mirando hacia sus cuadros y hacia los hechos histricos, tratando de establecer una relacin, teniendo en cuenta todas las figuras que a lo largo de su
produccin le influyeron y, quin sabe?, revelndonos datos que hasta ahora nos eran desconocidos. Ahora que comprendemos su organizacin, podemos entrar a analizar con ms detalle la obra. Nos encontramos en la Francia de mediados del siglo XIX, ms en concreto en la Francia de los aos en torno a 1848, cuando se produce una revolucin que cambiar la sociedad drsticamente. Se sucedern as los choques entre las posturas conservadoras, representadas por el recin electo presidente Louis-Napolen, y las posturas de izquierdas que organizarn resistencias localizadas, casi siempre en el campo. Esta etapa de confusin y bsqueda de la identidad del individuo finalizar en 1852 con la consolidacin del Segundo Imperio y el nombramiento de Louis-Napolen como emperador de Francia. Lo interesante de este periodo para nosotros es que el arte y la poltica estarn inseparablemente entrelazados, considerndose que su objetivo principal era de carcter poltico. De ah que, citando textualmente a Clark, se alentara, reprimiera, odiara y temiera la pintura. Y es precisamente esto lo que dar a Courbet la grandsima importancia que adquiri: su capacidad de aprovechar la influencia del arte para extender su propia percepcin de la vida ms all de los simples salones y exposiciones. Por tanto, no sabemos si lo cierto es que la historia condiciona el arte, o es ms bien el autor el que toma ventaja de esta para conseguir sus propsitos, conllevando que sea el arte el que la acabe transformando. El mundo artstico de Pars ser en dicho momento un conjunto de escuelas y doctrinas que valorarn ms la apariencia y artificialidad que las verdaderas convicciones, puesto que los cambios de postura y actitud eran algo continuo. Lo tpico, por as decirlo, era pertenecer a lavant-garde, lo que signific que los protagonistas fueran aquellos que consiguieron escapar de este movimiento: Rimbaud, Stendhal, Gricault, Lautramont, Van Gogh, Czanne, y, sobre todo, Millet, Daumier, Courbet y Baudelaire. Para estos artistas, y para la gran mayora de nombres de la poca, el pblico jug un papel muy importante, especialmente destacado en el caso de Courbet, cuya decadencia coincide con la desaparicin de su pblico. Somos conscientes de que la historia del arte es imposible de hacer de forma independiente de los dems tipos de historia. Por eso, terminaremos de analizar el contexto en el que se desarrolla la expresin artstica de Courbet mencionando los mltiples puntos de vista que el escritor explica y que estn presentes a lo largo del siglo XIX en Francia, condicionando as el arte del momento: el papel dominante del clasicismo en el arte de este siglo, el asentamiento progresivo del individualismo en el arte francs, el dilema de ensalzar las nuevas clases dominantes o de buscar un modo de socavar su poder, el problema del arte popular y la desaparicin paulatina del arte.
Desmontar el mito de la figura de Courbet no resulta tan sencillo como analizar un contexto histrico, ni aunque se trate de uno tan enrevesado como el que nos ocupa. Segn el mito en cuestin, cuya fuente principal es Champlfeury (de quien hablaremos ms adelante), Courbet fue un tipo simple, vanidoso, inculto y que se dej llevar por diversas amistades que le metieron en poltica, a pesar de que l apenas entendiera de eso. La leyenda ha perdurado en el tiempo, convirtindose en la nica definicin para muchos de esta figura. Sin embargo, aparecen otros muchos documentos, sobre todo haciendo referencia al pintor anterior a 1848, en los que se nos ofrece una imagen bastante diferente: un hombre grave, serio y profundo, que toma la resolucin de convertirse en pintor y que, a travs del esfuerzo y del aprendizaje, acaba consiguindolo, con resultados esplndidos. Esto nos conduce a pensar que quizs, el hombre de una vanidad ingenua, una elocuencia grotesca, desordenado y paciente, trabajador y con mucha sed, barrigudo como Sileno, orgulloso como Jpiter, bello como Sestrosis y, para colmo, tan guardin de su bolsillo como Sancho, no era ms que un personaje fingido y del que Courbet era ms que consciente. Cul es el por qu de esta careta? Qu mueve a una persona a convertirse en alguien que claramente va a suscitar crticas y va a ser objeto de burla? La opinin de Clark, con la que humildemente me permito coincidir, es la de que el pintor trat de fingir esta simplicidad, de modo que pudo introducirse en la sociedad sin llegar a ser parte de ella, con cierta distancia que le era concedida por su papel de campesino. As, jams lleg a convertirse en burgus, pero tuvo acceso a todo aquello que cualquier burgus podra conocer. Confirma nuestra opinin el hecho de que, a pesar de que se le consideraba un hombre ignorante, Courbet fue un terico, un doctrinario, cuyos razonamientos lgicos y su influencia en el mundo del arte asustaron al propio Baudelaire. No obstante, hay pocos documentos que muestren esta faceta del pintor, por lo que su personaje de hombre de campo que no iba ms all de unos bonitos cuadros triunf y se convirti en su identidad personal, obteniendo as el ansiado aislamiento de la sociedad parisina, no siendo necesario que se adhiriera a ningn tipo de idea o postura. Courbet pudo estar en Pars sin formar parte de l. He de rectificar, o al menos matizar, esto que acabo de exponer. No es cierto que Courbet no se adhiriera a ninguna postura en ningn momento. Tom como modelo al profeta del fourierismo, Jean Journet, por lo que es necesario preguntarse si el artista perteneci a la bohemia y, en caso de que s, hasta qu punto. La bohemia fue una clase aparte, misrrima, obstinadamente antiburguesa, que viva segn el estilo absoluto y anticuado de los romnticos. Implicaba la negacin obstinada a abandonar los objetivos del Romanticismo, un individualismo exacerbado y autodestructivo. Ni
siquiera aqu, a pesar de haber tomado como modelo a Journet, Courbet se manifest como tal. Cambiaba tanto de papel, de juego, que no era posible saber si era un bohemio, un campesino, o acaso ambos. Lo que s que sabemos es que ese esfuerzo por ser tan simple, lo nico que ha conseguido es convertir a nuestro protagonista en un personaje de una increble complejidad. Vayamos ahora a la periodizacin. Courbet lleg a Pars en octubre de 1840 con tan solo veintin aos y con la intencin de abrirse camino como pintor. Sus primeros diez aos fueron muy duros, apenas vendi nada y discuta muy a menudo con su padre, sobre todo por asuntos relacionados con el dinero. Cuando se decidi a mandar sus cuadros al Saln, el jurado se los devolvi. No es muy de extraar este comienzo tan difcil, puesto que conocemos el ejemplo de muchos artistas cuya obra lleg incluso a no ser valorada por la crtica en vida, siendo ahora figuras imprescindibles en la historia del arte. No es este el caso de Courbet, quien hacia 1845 comenz a cambiar su estilo de principiante y a zafarse de las influencias de los pintores que hasta entonces haba seguido. Desde ah hasta 1848 se dedic a desarrollar un nuevo lenguaje que tard en encontrar, pero que result ser exactamente lo que la situacin estaba esperando. Su primera obra considerada estrictamente romntica, y que fue admitida por el jurado del Saln de 1846, fue el Retrato del seor X, que seguir los ejemplos de Rembrandt y Zurbarn. Es el cuadro que iniciar al nuevo Courbet, un cuadro espaol, romntico y desmedido, el mejor que haba pintado hasta entonces. En estos aos que llegan hasta 1848 ir experimentando con diversas influencias y tendencias de siglos diferentes, con obras como el retrato de su amigo Urbain Cunot, El celista o el Hombre con pipa. Lo importante era encontrar una iconografa personal, lo que desembocar en la llegada al realismo. Courbet se introducir en la bohemia poco a poco y esto le conducir hacia temas polticos y de seguridad pblica; enfrentndole prematuramente con el 1848. Entre 1848 y 1849, Courbet se encontrar en Pars, en el momento clave en el que se desarrollan todos los acontecimientos importantes de la revolucin. Sin embargo, el pintor se situ como un mero espectador de los hechos, reaccion con total indiferencia ante la revolucin, actuando como un burgus ms a quien le resultaba molesto para su arte la instauracin de la Repblica. Evita as meterse en poltica, a la que considera peligrosa y se centra en su pintura, tratando con poco resultado justificar su pasividad ante los hechos histricos. En contraste con esta pasividad, en el mbito artstico 1848 fue el ao en el que por fin se desprende de su pasado y comienza a producir cuadros que, a grandes rasgos, se dividen en dos mundos: el de escenas domsticas y paisajes, y el de la bohemia con diversos hroes. Tambin en esta poca se encontr influenciado por numerosos
hombres, que al parecer resultaron realmente importantes para Courbet. Es un hecho que personalmente me ha llamado mucho la atencin. Clark utiliza en todo momento textos, opiniones y muchos ejemplos basados siempre en los hombres prximos al artista, lo que nos lleva a ver como, no solo ellos lo influenciaron a l, sino tambin como l dej una gran huella entre ellos. De estos nombres se menciona a Baudelaire, Bonvin, Champfleury, Dupont, Trapadoux y Wey. Aunque resultara realmente interesante ir analizando una por una estas relaciones, es prcticamente imposible debido a su complejidad y extensin, as que me centrar en la que he considerado ms llamativa: la relacin con el poeta Baudelaire. Baudelaire y Courbet mantuvieron durante mucho tiempo una relacin de admiracin mutua. Sin embargo, el hecho de que Courbet sea el principal representante del Realismo, que a grandes rasgos no es sino plasmar la realidad lo ms fielmente posible, es el que hace que esa relacin se rompa de algn modo. El poeta, como defensor manifiesto de la imaginacin, no puede valorar el Realismo. Una vez rota la relacin entre ambos, Baudelaire se propone escribir un ensayo acerca de Courbet, cuyo lema fue una expresin aparecida en una de las cartas del pintor a Champfleury Ya que realismo hay El ensayo tuvo una doble dimensin, puesto que no solo fue un reto al autor, sino por otra parte un homenaje, ya que implic cierta admiracin hacia el arte de Courbet. No solo el poeta trat a su antiguo amigo en su disciplina, tambin Courbet hizo lo propio. Entre 1848 y 1849 pint el retrato de Baudelaire, una obra nica, con un estilo totalmente diferente al usual y que jams volvi a repetirse. El poeta aparece sentado frente a su escritorio, medio encorvado sobre un libro, con una pipa entre los dientes y una mano apoyada en un cojn. Sobre las piernas, una manta marrn, y detrs de l, un cojn con una borla enorme. Es un cuadro muy complejo, que el mismo Courbet dijo ser incapaz de terminar. Adems, es tan sutil como su modelo, es casi como el propio Baudelaire se vea a s mismo cuando lo plasm en su Paysage. Es sorprendente como Courbet pudo representar a Baudelaire casi como l mismo, si se hubiera pintado, habra hecho, y esto es lo llamativo de la relacin entre ambos. Como si, a pesar de representar modelos de vida tan diferentes, a pesar de ser personalidades tan opuestas, en el fondo tanto Courbet como Baudelaire fueran una persona de lo ms parecida, un parecido que solo a travs del arte se hace perceptible. Este cuadro, que ha sido considerado materialista, e incluso democrtico, ser uno de los tres grandes que realice Courbet en su etapa en Pars. Los otros dos sern Marc Trapadoux examinando un libro de estampas y la Sobremesa en Ornans. Ambos aparecieron en el Saln de 1849 y los crticos les dispensaron una acogida bastante buena.
En octubre de 1849 Courbet regresa a Ornans como un pintor reconocido. Sin embargo, no le dur mucho el xito, y se vio obligado a buscar nuevos patrones que ayudaran a su escuela realista, propsito que le llev bastante esfuerzo. Entre 1849 y 1850, pint tres imgenes de gran simplicidad y tema campestre: Los picapedreros, Entierro, y Campesinos de Flagey. Los tres supusieron motivo de desconcierto para los espectadores y merecen, por tanto, un anlisis ms detallado por nuestra parte. En primer lugar, Los picapedreros. En esta obra aparecen dos hombres: un anciano y un joven, ocupados en el tpico trabajo de la poca de picar piedras. Sin embargo, el cuadro va ms all del aspecto puramente material que resulta tambin merecedor de elogio- y nos transmite una idea triste y pesimista acerca de la vida y del trabajo: como este puede llevarnos a ninguna parte, como podemos acabar pasando de ser el joven lleno de vida, a convertirnos en un anciano rgido y envarado por la rutina. Lo realmente meritorio ser la capacidad de explicar esta moraleja de modo tan simple e inocente que ni siquiera hace falta buscar una ancdota de efecto pasional. Es una imagen cotidiana que, sin embargo, esconde mucho ms de lo que a primera vista se considerara.
Se ha dicho que el contrapeso, la anttesis psicolgica de este cuadro fue el Entierro en Ornans. Se representan todos los elementos necesarios para este acontecimiento religioso, eso es cierto. Sin embargo, parecen estar descoordinados; los elementos no armonizan. Se podra pensar que es una imagen de la falta de fe, sin embargo Clark defiende que es ms bien una falta de atencin por parte de la colectividad, la distraccin y la pasividad ante algo tan sobrecogedor como la muerte, pero que aparece como algo aburrido, sin importancia. En este cuadro se acerca mucho a la pintura espaola (Velzquez y Zurbarn sobre todo) y se caracteriza por su simplicidad pero, al mismo tiempo, por su meticulosidad y sutileza. Su frialdad, esa falta de inters que hemos mencionado, plante muchas dudas entre los crticos de Pars y suscit infinidad de interpretaciones muy dispares.
El tercer cuadro, Campesinos de Flagey volviendo de la feria, es ms sencillo que los otros dos y, en cierto modo, supone un complemento de estos. Se representa una escena tpica de la vida rural, una escena de campesinos conduciendo carros y llevando cestas en la cabeza. Sin embargo, parece como si Courbet se riera del tema, con la intencin de producir un efecto que fuera lgico y a la vez absurdo. Es un cuadro horrendo, deliberadamente deforme. Las reacciones que los cuadros suscitaron fueron de muy diversa ndole: en Besanon tuvieron un gran xito, en Dijon causaron indiferencia, y en Pars provocaron la ira del pblico. Por qu esta controversia? Debemos girar la vista de nuevo hacia el contexto histrico. Nos encontramos en 1849, ao en el que empiezan a alzarse las primeras voces de la revolucin campesina, comenzando as una guerra de canciones, imgenes, almanaques, sociedades secretas La poblacin rural estaba surgiendo con ms fuerza de lo que se podra esperar, y los campesinos se presentaban como el nuevo motor del cambio en Francia. Por eso los cuadros de Courbet no se quedaron en simples
imgenes de la vida campesina: porque no lo eran. El pintor quiso provocar y as lo hizo, pintando sin tapujos la estructura existente en la sociedad. En 1951 se produce el golpe de Estado de Louis-Napolen en Pars. Un poco antes Courbet haba ya empezado a interesarse por la poltica, considerndose socialista, demcrata y republicano, en una palabra, defensor de la Revolucin. Aun as, su compromiso fue bastante pequeo, mantenindose, como siempre, en un segundo plano poco comprometido. Para finalizar con esta etapa de la produccin de nuestro artista, destacaremos otra idea que Clark defiende en su obra: que las pinturas de 1850 son histricas en un doble sentido. Por un lado, representan las caractersticas de la sociedad rural en un momento de su historia, y por otro son expresin inteligente de la historia del propio Courbet y su familia. Representan la situacin de su familia, que se sita entre la clase campesina y la vida rural, lo que se llam la guerra entre la blusa y la levita. Tras esta poca, el pintor volver a la ciudad, para quien realmente pareca estar dirigido su arte, cuya falta de efecto podra estar debida a que no iba dirigido al pblico que lo recibi. En Dijon sus pinturas causaron, en un principio, verdadera hostilidad. Recin llegado a Pars, realiz un cuadro acerca de la vida urbana: Bomberos acudiendo a apagar un incendio, con el que se propone ofrecernos una imagen clara de la vida parisina. En 1851 fue anunciado para el Saln en Pars. Era por fin en este Saln que tambin supona un acontecimiento poltico- donde, tal y como los crticos suponan, iba a surgir el nuevo realismo. Ahora mismo no podemos ser conscientes de la grandsima importancia que los salones tenan para la vida artstica, e incluso poltica, en la Francia del siglo XIX. Las opiniones de los crticos podan condicionar para siempre el estatus de los pintores y eran decisivas para su xito o, por el contrario, para su miseria. Courbet provoc muchsimas reacciones, desde muy positivas a todo lo contrario, pasando por la confusin o la admiracin. Lo que es innegable, es que por fin se constituy como un verdadero realista. Con Courbet la pintura se vuelve tan realista, que incluso se llega a confundir el trmino Realismo con su arte, de forma exclusiva. Da una nueva valoracin a los empastes y a los encuadramientos casuales, as como se encuentra una falta de referencias a la pintura culta. Realismo, segn Courbet, no es sino afrontar la realidad prescindiendo de cualquier prejuicio. Se trata de representar un conjunto de imgenes, perceptibles para el ojo de cualquier persona, pero que cobran un sentido para la vida, se convierten en cosas recreadas por el hombre. Courbet es el primer artista que empieza a darse cuenta de lo que significa ser de su tiempo. Como ya hemos estado analizando antes, su arte se ve muy influido por la historia, al mismo tiempo que influye en ella.
Pero, por qu sus imgenes resultaron tan ofensivas en 1851? El principal problema fue que el pintor se dedic a dinamitar el mito de la burguesa, que necesitaba ms que nunca ser mantenido, y a su vez provoc una fuerte conmocin al mostrar en su pintura la historia de su propio pueblo. A partir de 1860, Courbet entrar en decadencia, fruto de su propia ambicin, pasando a suscitar mera indiferencia ante su pblico. Todo esto es una sntesis muy simple, en la que hemos tenido que omitir muchos detalles, acerca del arte de Gustave Courbet a lo largo de los aos ms agitados de la revolucin francesa del siglo XIX. El estudio de T.J. Clark pone en relieve no solo la complejidad de su arte sino la de sus actitudes frente a los cambios que la situacin social del artista sufre a mitades de siglo. La lectura de este libro, bastante complejo y en ocasiones difcil de comprender, debido a la constante alusin a personajes, fechas, acontecimientos y publicaciones, en muchos casos desconocidas y que han sido objeto de numerosas bsquedas y aclaraciones, ha supuesto por otra parte, algo enriquecedor puesto que permite conocer una figura que, en la mayora de las ocasiones, se queda con su leyenda de hombre borracho, fanfarrn y analfabeto, y no pasa a analizar lo que hay ms all de la apariencia. A partir de Courbet, el arte no ser el mismo. Ser difcil poder hablar de arte revolucionario, pues apenas nada podr provocar de la manera que l lo hizo. No necesit recurrir a imgenes violentas, repulsivas, a escenas anecdticas que captaran la atencin de su pblico. Mediante escenas simples: un entierro, unos picapedreros, unos campesinos volviendo de la feria fue capaz de hacer que muchos se ofendieran, que otros tantos le admiraran y que apenas ninguno se quedara indiferente tras observar los trazos de su pincel. Me gustara terminar con una ancdota que Clark relata en el eplogo de su libro: el momento en el que a Courbet se le pide que pinte su autorretrato. Cul fue el resultado? Qu pint? Pint una pipa. Debajo de ella escribi Courbet, sin ideal y sin religin. No habra hecho falta analizar nada ms si hubiramos comenzado con esto. Es el resumen perfecto de su vida: su torpe maquiavelismo, su materialismo y atesmo, la pipa y la filosofa, palabras y objeto, constante provocacin. l fue el verdadero creador del arte popular, ms aun, del arte socialista, que obsesion a muchos pintores de generaciones posteriores, como si envidiaran aquello que solo Courbet fue capaz de alcanzar. Mistral, Verdi, Bartk, Lger. Todos han tratado de seguir, de superar este arte del pueblo. Nadie como l. Nadie estuvo tan cerca como el propio Courbet de romper con las jerarquas, y aunque fracasara, es imposible borrar de nuestra mente esa imagen de la pipa. Ese hombre que, sin ideal y sin religin, y con una inocencia en ocasiones ridcula, fue capaz de poner el mundo patas arriba con la nica ayuda de su pincel.
BIBLIOGRAFA
CLARK, T.J. The absolut bourgeois: artists and politics in France, 1848-1851. Londres: Thames and Hudson, 1999. COMBALA DEXEUS, V. Gustave Courbet: una investigacin sobre los orgenes y las repercusiones de su arte: Courbet y la modernidad. Bellaterra, 1984. FRIED, M. El realismo de Courbet. Madrid: A. Machado Libros, 2003. MASANS, F. Gustave Courbet, 1819-1877: el ltimo romntico. Koln: Taschen, 2006. MUSE DORSAY. http://www.musee-orsay.fr/