Doble Vinculo Terapeutico
Doble Vinculo Terapeutico
Doble Vinculo Terapeutico
Paul Watzlawick
"Es probable que la tcnica de prescribir el sntoma haya sido utilizada por los psiquiatras intuitivos desde hace largo tiempo. Por lo que sabemos, fue introducida en la literatura por Dunlap en 1925, en un pasaje sobre la sugestin negativa. Aunque slo lo describe brevemente, su mtodo consista en decir a un paciente que no poda hacer algo, con el propsito de motivarlo para que lo hiciera. Frankl se refiere a esta intervencin como una "intencin paradjica". La expresin prescripcin del sntoma apareci por primera vez en el curso del proyecto Family Therapy in Schizophrenia del grupo Bateson. Haley ha mostrado que este tipo de instruccin paradjica desempea un papel esencial en casi todas las tcnicas de induccin de trance, y ofrece numerosos ejemplos de su empleo en la hipnoterapia, tomados de su observacin de la tcnica de Milton Erickson y de sus propias experiencias con ella. [] Desde el punto de vista estructural, un doble vnculo teraputico es la imagen en espejo de uno patgeno. [] Se le coloca al paciente en una situacin insostenible con respecto a su patologa. Si obedece, ya no es cierto que "no puede evitarlo"; lo hace, y esto, como hemos intentado demostrar, lo hace imposible, cosa que es el propsito de la terapia. Si en un doble vnculo patgeno el paciente "pierde si lo hace y pierde si no lo hace", en un doble vnculo teraputico "cambia si lo hace y cambia si no lo hace". Aunque la instruccin sea lgicamente absurda, constituye una realidad pragmtica: el paciente no puede dejar de reaccionar frente a ella, pero no puede hacerlo en su forma sintomtica habitual.
Ejemplos:
-Una mujer de mediana edad fue enviada a un psiquiatra debido a sus cefaleas persistentes e incapacitantes. . Los exhaustivos exmenes mdicos no lograron poner de manifiesto nada que pudiera explicar las cefaleas. Al estudiar su caso, el psiquiatra comprendi que en vista de esa historia de fracasos mdicos, cualquier sugerencia de que la psicoterapia poda ser una ayuda condenara a ese tratamiento desde el comienzo. Por lo tanto, comenz por informar a la paciente que por los resultados de todos los exmenes previos y en vista de que ningn tratamiento le haba proporcionado el menor alivio, no caba duda de que su estado era irreversible. Como resultado de tan lamentable hecho, lo nico que poda hacer por ella era ayudarla a aprender a vivir con su dolor. [] Cuando la paciente volvi para la segunda entrevista, una semana ms tarde, anunci que durante ese lapso haba sufrido mucho menos a causa de sus cefaleas. El psiquiatra [] expres su temor de que ste volviera inevitablemente con su antigua intensidad y ella se sintiera an ms desgraciada por haber experimentado una absurda esperanza, debido a una disminucin meramente temporal de su percepcin del dolor. Repiti que cuanto antes abandonara toda esperanza de mejorar antes aprendera a vivir con su dolor. A partir de ese momento la psicoterapia se volvi algo tormentosa, y el psiquiatra se mostr cada vez ms escptico con respecto a la posibilidad de serle til porque ella no quera aceptar que su estado era irreversible, mientras que la paciente afirmaba airada e irritablemente estar cada vez mejor. Con todo, buena parte de las sesiones entre estas vueltas del combate, pudieron utilizarse para explicar otros aspectos significativos en las relaciones interpersonales de esta paciente, quien eventualmente abandon el tratamiento, muy mejorada, por propia decisin, despus de haber comprendido que su juego con el psiquiatra poda proseguir de manera indefinida.
-Una joven estudiante universitaria corra peligro de fracasar en sus estudios porque no poda levantarse a tiempo para asistir a clase a las ocho de la maana. Por mucho que lo intentara, le resultaba imposible llegar a clase antes de las diez. El terapeuta le dijo que ese problema poda solucionarse de una manera bastante simple aunque desagradable, si bien l estaba seguro de que ella no cooperara. Ello movi a la joven (que se senta muy preocupada) a prometer que hara cualquier cosa que l le indicara. Se le dijo entonces que pusiera el despertador a las siete de la maana. Al da siguiente, poda levantarse, tomar el desayuno y llegar a clase a las ocho, en cuyo caso ya no quedaba nada que hacer al respecto, o bien permanecer en cama, como de costumbre. Sin embargo, en ste ltimo caso no se le permitira levantarse poco antes de las diez, como lo haca habitualmente sino que tendra que volver a poner el despertador a las once y permanecer en la cama esa maana y la siguiente hasta que
sonara. Durante esas dos maanas, no poda leer, escribir o escuchar la radio o hacer otra cosa que no fuera dormir o simplemente permanecer acostada. Despus de las once poda hacer lo que quisiera. A la noche del segundo da deba poner el despertador a las siete y, si tampoco poda levantarse cuando sonaba, tendra que permanecer nuevamente en cama hasta las once esa maana y la siguiente, y as sucesivamente. Por ltimo, el terapeuta complet el doble vnculo diciendo a la paciente que si no respetaba este acuerdo, que haba aceptado por su propia voluntad, l ya no le sera de utilidad como terapeuta y, por lo tanto, interrumpira el tratamiento. La muchacha qued encantada con estas instrucciones aparentemente placenteras. Tres das ms tarde, cuando tuvo la sesin siguiente, inform que, como de costumbre, no haba podido levantarse a tiempo la primera maana, se haba quedado en la cama hasta las once, segn las instrucciones, pero este descanso forzoso (en particular el lapso entre las diez y las once) le haba resultado intolerablemente aburrido. La segunda maana haba sido an peor, y le fue imposible dormir un minuto despus de las siete aunque, por supuesto, el despertador no son hasta las once. A partir de ese momento asisti a sus clases matutinas y slo entonces se pudo explorar los motivos que aparentemente la obligaban a fracasar en la universidad.
-Una pareja solicita consejo porque discuten demasiado. En lugar de concentrar su atencin en un anlisis de sus conflictos, el terapeuta redefine esas peleas dicindoles que en realidad estn enamorados, y que cuanto ms discuten, ms se quieren porque les importa bastante el uno al otro como para discutir y porque pelear en la forma en que ellos lo hacen presupone una honda participacin emocional. Por ridcula que la pareja considere esta interpretacin, se empearn en demostrar al terapeuta que est equivocado. La mejor manera de hacerlo es poniendo fin a sus peleas, slo para mostrarle que no estn enamorados. Pero en cuanto dejan de discutir, comprueban que se llevan mucho mejor."
(De "Teora de la comunicacin humana". Interacciones, patologas y paradojas. Paul Watzlawick, Janet Beavin Bavelas y Don D. Jackson. Herder) Quizs tambin le interese:
LA PRESCRIPCIN DEL SNTOMA PARA LA MUJER DE HIELO PSICOPATOLOGA DE LA VIDA AMOROSA: ATRAPADOS EN UNA ... EL ILUSO DESILUSIONADO DE S MISMO LGICA NO ORDINARIA: LA MAQUINARIA DEL TRASTORNO
LinkWithin
Publicado por Alicia Garca Aguiar (Patrilia Donna) en martes, junio Enviar por correo electrnicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con Facebook Etiquetas: doble
21, 2011