Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Cómo Cruzaron Los Israelitas El Mar Rojo

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 6

Cmo cruzaron los israelitas el Mar Rojo?

Por: Ariel lvarez Valds El milagro de las aguas De todas las historias del Antiguo Testamento, la ms conocida es sin duda la del xodo. sta cuenta cmo los israelitas lograron escapar de Egipto bajo la gua de Moiss, mientras el faran y su ejrcito trataban intilmente de alcanzarlos. Algunos la conocen por haberla ledo en la Biblia. Otros, por haberla aprendido en el catecismo. Pero ha sido Hollywood quien la ha inmortalizado en la clebre escena de la pelcula Los Diez Mandamientos, en la que un impecable Charlton Heston (en el papel de Moiss) logra con su bastn abrir espectacularmente las aguas del Mar Rojo, y formar con ellas dos inmensos diques a ambos lados para que los hebreos puedan huir de sus perseguidores egipcios. Este suceso es el acontecimiento ms importante de toda la historia israelita, ya que a partir de ese momento Israel comenz a existir como pueblo. Fue su da de nacimiento. Y el recuerdo de este episodio se volvi tan importante para el pueblo judo, que todo padre de familia deba ensear a su hijo desde pequeo a repetir: Nosotros ramos esclavos del faran en Egipto, y Dios nos sac de all con gran poder (Dt 6,21); Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y esclavizaron. Pero clamamos a Dios, y l nos escuch y nos sac de Egipto con su poder, haciendo cosas extraordinarias (Dt 26,6-8). Por eso la narracin de la huida de Egipto, que se encuentra en el libro del xodo 13-15, es el centro de todo el Antiguo Testamento. Un ejrcito que se agranda Ahora bien, qu sucedi realmente aquella noche? Cmo fue que escaparon los hebreos? Esta pregunta es muy difcil de responder, porque el relato bblico contiene una serie de contradicciones, incoherencias y detalles increbles, que ms bien parecen revelar que el suceso histrico de la liberacin de Egipto, por la importancia que tena, fue retocado y transformado precisamente para recalcar mejor el mensaje de fe que encerraba para los oyentes. En efecto, si analizamos el relato (que se halla en Ex 14,5-31) leemos lo siguiente: Cuando anunciaron al rey de Egipto que el pueblo de Israel haba huido, el faran y su gente dijeron: Qu hemos hecho? Hemos dejado ir a los israelitas y ya no sern nuestros servidores. El faran entonces hizo preparar su carro y parti con su tropa. Tom 600 carros, todos los carros de Egipto, junto con sus guerreros. (El faran march, pues, nicamente con los carros y sus guerreros).

Los egipcios, es decir, todos los carros, los caballos, los jinetes y el ejrcito del faran los persiguieron, y los alcanzaron junto al mar. (Ahora parece que, adems de los carros, tambin salieron a perseguirlos la caballera y toda la infantera). Van a vencer con la mirada Al ver al faran detrs de ellos, los israelitas sintieron mucho miedo y clamaron a Yahv. Pero Moiss dijo al pueblo: No se asusten, qudense tranquilos y vean cmo Yahv los salva hoy. Miren a esos egipcios a los que nunca ms volvern a ver. Yahv pelear por ustedes, y ustedes solamente mirarn. (Moiss les advierte, pues, que con solo mirar vencern a los egipcios). Yahv entonces dijo a Moiss: Levanta tu bastn, extiende tu mano sobre el mar y divdelo, para que los israelitas pasen por el medio sin mojarse. (Cmo! No tenan que mirar solamente? Ahora deben escapar cruzando el mar?). Yo, mientras tanto, har que los egipcios salgan a perseguirlos a ustedes. (Pero si hace rato que los egipcios salieron a perseguirlos, y ya los tienen detrs de ellos!). El ngel de Yahv, que iba delante del ejrcito de Israel, cambi de lugar y se puso atrs; tambin la columna de nube que iba adelante se coloc detrs, ponindose entre el campamento de los israelitas y el campamento de los egipcios. La nube fue para unos tinieblas, y para otros luz en la noche; y no permiti que se acercaran los unos a los otros durante la noche. (Pero para qu el ngel de Yahv y la columna de nube se interponen entre ambos ejrcitos, si Dios est por abrir las aguas?) Moiss extendi su mano sobre el mar, y Yahv hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del este que sec el mar. (O sea, el mar desapareci). Se dividieron las aguas. (Cules aguas, si ya se haban secado?). Los israelitas pasaron en seco por medio del mar. Las aguas les hacan de murallas a la izquierda y a la derecha. Los egipcios se lanzaron a perseguirlos, y todo el ejrcito del faran entr en medio del mar con sus carros y caballos. El mar que regres tarde A la madrugada mir Yahv a travs de la columna de fuego y humo hacia el campamento de los egipcios, y sembr all la confusin. (El ejrcito egipcio ya se haba lanzado hacia el mar. Cmo es que todava est en el campamento?) Yahv atasc las ruedas de sus carros, que no podan avanzar sino con gran dificultad. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos, porque Yahv pelea a favor de Israel y contra nosotros. Pero Yahv dijo a Moiss: Extiende tu mano sobre el mar, y las aguas volvern sobre los egipcios, sus carros y sus caballos. Moiss extendi su mano sobre el mar. Y al amanecer, el mar volvi a su lugar. (Al amanecer volvieron las aguas? No dijo Dios que las aguas volveran inmediatamente? Si volvieron al amanecer, el ejrcito egipcio debi de haber tenido mucho tiempo para escapar). De modo que los egipcios, al querer huir, se toparon con el mar. (Se toparon? Si ya se haban metido en l!) As arroj Yahv a los egipcios en medio del mar. Pues al

volver las aguas cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejrcito del faran que haba entrado en el mar persiguindolos; no se escap ni uno solo. Pero los israelitas pasaron sin mojarse por el medio del mar; las aguas les hicieron de murallas a derecha e izquierda. Aquel da Yahv libr a Israel del poder de los egipcios. Israel contempl a los egipcios muertos en la orilla del mar. Y al ver las maravillas que hizo Yahv, el pueblo crey en Yahv, y en Moiss su siervo. La salvacin de la nube Tantas marchas, contramarchas y contradicciones han llevado a los biblistas a concluir, luego de un cuidadoso anlisis, que este relato, aparentemente unitario, encierra en realidad tres versiones distintas del milagro de la liberacin de los israelitas, que luego fueron unidas como si se tratara de una sola. Segn una primera versin, la noche en que el pueblo de Israel huy de Egipto, el ngel de Yahv y una columna de nube se colocaron delante de ste para guiarlo en su marcha hacia el desierto. Cuando el ejrcito del faran se lanz a perseguirlo y estaba por darle alcance, el ngel de Dios y la columna de nube cambiaron de lugar y se ubicaron detrs del pueblo, en la retaguardia (Ex 14,19). Al colocarse entre los dos campamentos, la nube ocult a los hebreos de la vista de sus enemigos. De este modo, la nube oscureci el horizonte a los egipcios, pero a la vez ilumin a los israelitas, que pudieron escapar tranquilamente amparados por esta cortina de luz (Ex 14,20). En este relato, pues, es la nube la que libera a los israelitas de la persecucin de los egipcios y los conduce directamente al desierto. No hay milagro del paso del mar, ni tampoco destruccin del ejrcito egipcio. ste simplemente no puede enfrentar a los israelitas, los cuales se ven libres de sus perseguidores y pueden escapar sin un rasguo. El viento del este La segunda versin del xodo es ms amplia y con ms detalles. Cuenta que cuando el faran persigui a los israelitas, stos se rebelaron contra Moiss; pero l les dijo que se quedaran donde estaban y que miraran (Ex 14,10-14). Entonces, en medio de la noche, comenz a soplar un fuerte viento del este que sec el mar (que ellos, de alguna manera ya haban vadeado y haban dejado atrs)(Ex 14,21b). Los egipcios, despreocupados, instalaron su campamento en la zona donde el agua haba desaparecido. A la madrugada, antes de que stos atacaran, Dios, desde la columna de fuego y de nube, provoc una inundacin en el campamento egipcio y sembr la confusin en su ejrcito. Las ruedas de los carros se vieron frenadas por el barro, y no pudieron avanzar. Entonces comprendieron que Yahv combata en favor de los israelitas (Ex 14,24-25). Y cuando decidieron escapar, ya era demasiado tarde: el agua, que ya volvi otra vez a su lecho, los anegaba por completo. Y as fue como Yahv termin arrojando a los egipcios en el mar (Ex 14,27b).

En este segundo relato tampoco se habla de un cruce milagroso del mar. Los hebreos simplemente miran desde su campamento, sin moverse para nada. Y el milagro consiste slo en la destruccin de los egipcios como consecuencia de las aguas, que primero se secan milagrosamente y luego regresan inundando a los perseguidores. Esta segunda versin es la que aparece en la tradicin ms antigua de Israel. As, por ejemplo, el canto que entona Mara, la hermana de Moiss, inmediatamente despus del xodo, dice: Canten a Yahv, que se cubri de gloria; hundi en el mar a los carros y a los caballos (Ex 15,21). Mara no menciona para nada el cruce del mar. Lo mismo vemos en el largo canto que entona Moiss luego de atravesar las aguas (Ex 15,1-18): no dice una palabra de que las hayan cruzado; slo cuenta el hundimiento del ejrcito egipcio. Las murallas de agua Finalmente tenemos una tercera versin, que es la que todo el mundo recuerda: la de las aguas que se abren por la mitad para que pueda pasar el pueblo con Moiss. sta es una ampliacin, bastante exagerada, de la versin anterior, en la que se busca resaltar an ms el carcter espectacular del hecho, a fin de que sirviera en la catequesis para fortalecer la fe del pueblo. Segn este tercer relato, ante el clamor de Moiss (no ya del pueblo, como deca el anterior), Dios ordena a los israelitas que caminen en direccin al mar que estaba al frente, y a Moiss le dice que levante su bastn sobre las aguas (Ex 14,15-18). Al hacerlo, el mar se divide por la mitad y sus aguas forman una muralla a la derecha y a la izquierda del pueblo (Ex 21a.c). Los israelitas, entonces, pueden entrar en l sin siquiera mojarse los pies. Al ver a los hebreos atravesar el mar, los egipcios se lanzan ellos tambin en medio del mar, con sus caballos, jinetes y carros, para perseguirlos (Ex 14,22-23). Dios ordena entonces a Moiss que extienda nuevamente su mano sobre el mar (Ex 14,26-27a), y as las aguas vuelven a cerrarse sobre el ejrcito egipcio, de modo que todos perecen ahogados. Los israelitas, en cambio, pueden cruzar sanos y salvos al otro lado del mar (Ex 14,28-31). En esta tercera narracin la figura central es Moiss. l es quien acta con su bastn, dividiendo el mar por la mitad, y colocando luego las aguas en su sitio. Cmo fue el paso del mar? Vemos, pues, cmo el relato que tenemos en xodo 14 es en realidad un entretejido de tres versiones, cada una de las cuales cuenta su propio argumento y con su propia originalidad. En la primera versin quien obra el prodigio es la columna de nube; en la segunda, es Dios mismo; en la tercera, es Moiss.

En la primera versin lo que sucede es que los egipcios no pueden ubicar el campamento israelita. En la segunda, se produce una repentina inundacin. En la tercera, el mar se abre prodigiosamente para luego engullir a los egipcios. En la primera versin la actuacin de Dios consiste en el oscurecimiento de la visin enemiga. En la segunda, en la destruccin del ejrcito del faran. En la tercera, adems de la destruccin del ejrcito egipcio se narra el cruce milagroso del mar. Pero entonces cmo fue el xodo? Hubo o no paso del mar? Nunca lo sabremos exactamente, porque los autores sagrados no pretendieron recordar los hechos tal como ocurrieron, sino presentar aquel suceso como una seal del poder de Dios. Milagro, a pesar de todo Sin embargo, conociendo el arte narrativo de aquel tiempo y la manera que tenan los israelitas de interpretar la historia, s podemos suponer lo que pas. Los hebreos aprovecharon alguna catstrofe nacional sufrida por Egipto (quizs una plaga que mat a los nios de las familias, pues el xodo habla del ngel exterminador que pas matando a los primognitos; Ex 12,29-30) para huir en direccin al desierto. Cuando se dio cuenta el ejrcito del faran, se lanz a perseguirlos. Los hebreos, entonces, teniendo al frente uno de los brazos del ro Nilo, y a las espaldas el ejrcito egipcio, comprendieron que estaban perdidos. Pero en ese momento sucedi algo fuera de lo comn. Un fuerte viento del este, que levant una nube de polvo y arena, y ocult a los hebreos (como parece decir la 1 versin)? El ejrcito del faran entr en una zona pantanosa, en donde se atascaron los carros (como parece decir la 2 versin)? Encontraron los hebreos un vado para atravesar, mientras los egipcios cruzaron por un lugar equivocado y algunos se ahogaron (como parece decir la 3 versin)? Lo cierto es que el hecho fue considerado como una intervencin divina, y as se conserv en el recuerdo de la tradicin posterior. Con el paso del tiempo, el relato del xodo se transform en el episodio fundamental y determinante de la historia de Israel. Y contado una y mil veces por los narradores hebreos, los detalles fueron variando y amplindose, segn los lugares y las pocas, de manera tal que adquiri distintos coloridos en diversas regiones. Finalmente, un redactor que conoca los diferentes relatos, los uni lo mejor que pudo, formando con ellos uno solo. Es el que se encuentra actualmente en el libro del xodo. Dios siempre abre las aguas La forma como ocurri el xodo y la salida de los hebreos de la esclavitud de Egipto es, en definitiva, poco importante. Lo esencial es el hecho de que Dios, a un pueblo cautivo y sometido a una dura servidumbre, logr salvarlo y llevarlo a una nueva patria, a una tierra libre y espaciosa. Y aun cuando debieron enfrentar

innumerables peligros, y un mar a punto de tragarlos, ellos se animaron a correr el riesgo de la libertad y a enfrentar la incertidumbre del futuro, siempre de la mano de Dios. Quin no suea con ser libre? Quin no ansa huir de las ataduras que lo oprimen (miedos, angustia, miseria moral, injusticias, compaas destructivas, dependencias polticas opresoras)? Todos suspiramos por alcanzar nuestra propia tierra prometida. Pero para ello no basta con hacer planes y proyectos. Hay que animarse a sortear los obstculos que nos esperan, a romper con las fuerzas caticas que amenazan tragarnos si nos liberamos. Y el relato del xodo nos ensea que tales fuerzas siempre se doblegan ante el impulso de Dios. Que las aguas jams engullen a quienes se guan por la providencia divina. Es verdad que los israelitas, para dominar la fuerza de las aguas, contaron con la ayuda de un lder excepcional: Moiss. Pero qu nos preocupa? Dios nos asegura que jams faltar a nuestro lado la presencia de un nuevo Moiss, dispuesto a guiar a cuantos buscan la libertad. La figura de Moiss puede encarnarse en un libro, un amigo, una experiencia religiosa. Lo grandiosamente cierto es que Dios estar siempre muy cerca de nosotros, abriendo las aguas de quienes se dejan guiar por l.

También podría gustarte