La Comunidad Del Ministro Cap 6
La Comunidad Del Ministro Cap 6
La Comunidad Del Ministro Cap 6
El papel pblico del ministro no es solo el de un profeta sino tambin el de un pastor. El pastor de Dios se preocupa por las necesidades de la comunidad y tambin como de la moralidad pblica de la misma forma que edifica la congregacin y atiende al cuidado, pastoral as mismo tiene un ministerio publico que es ms grande que la demanda de una iglesia en particular. Tres tipos presentan este acercamiento preferido de la iglesia por el mundo, Cristo y la cultura, Cristo sobre la cultura y la cultura, Cristo contra la cultura. El acercamiento preferido de algunos como niebur es Cristo el transformador de la cultura esto propone a Cristo como transformador de la cultura en conformidad con la voluntad de Dios. Se basa en la conversin de que las demandas de Cristo se extienden al todo de la vida y la sociedad.
Servicio a la Comunidad.
Los pastores con frecuencia tienen la competencia y la libertad profesional para un ejercicio considerable a la comunidad, mas all de las demandas de la congregacin. El ministerio publico puede ser muy satisfactorio pero tambin puede consumir mucho tiempo y un ministro involucrado en la comunidad no debe descuidar sus deberes pastorales para servir al pblico en general. Ser miembro de la directiva de una Escuela brinda al ministro la oportunidad nica de servir a la comunidad. El motivo debe ser siempre al amor al prjimo y el servicio desinteresado en el nombre de Cristo. El ministro puede tener a una organizacin cvica, esto le dar ciertas ventajas personales y profesionales, algunos prefieren una organizacin de crecimiento personal. Debe tener cuidado
Involucramiento Poltico
La palabra poltica viene del trmino griego perilustre y pablo lo cita cuando escribe que su ciudadana (perilustre) sea digna del evangelio de Cristo Fil. 1:27. Iglesia ciertamente obedece la ley, pago impuesto, ora por los oficiales pblicos y participa en apoyo al buen gobierno. Esta responsabilidad puede sonar mundana, pero incluso los ministros necesitan que se les recuerden estos asuntos esenciales. Las escrituras ensean, por implicacin, la separacin entre iglesia y estado (Mat. 22:21). Ni la iglesia ni el estado deben ser contoldo por el otro o dependiente del otro. La poltica partidarista es definitivamente un pasatiempo de alto riesgo para el pastor, pues no se puede ser partidarista, sin su forma de hacer poltica es principalmente condenar al otro lado como maligno, no- cristiano o vicioso. La vida poltica activa es derecho de todo ciudadano, pero la lnea que dirige la vida personal de la posicional del ministro es muy fina, la opinin poltica de un ministro podra ofender uno de sus miembros en la congregacin. El ministro moderno debe estar alerta para no confundir a Dios y al pas. En cuanto a las protestas organizadas y desobediencia civil, los cristianos deberan preguntarse cuatro cosas; 1- Cun serio es el problema? 2- Cun razonable y claro son las metas de la protesta? 3- Cun efectiva ser la protesta y con efectos colaterales? 4- Cules sern las consecuencias a largo plazo?
3. Liderazgo Moral: Este es un ingrediente clave en la respuesta de la Iglesia a la moralidad pblica. De acuerdo con Richard Bondi, el ministro como un lder moral debe vivir en la orilla, pero permanecer conectado con el centro. Una vez que se ha decidido involucrarse en algn problema de moralidad pblica, es importante la cuestin de la estrategia, ya que los problemas de la comunidad son complejos y requieren batallas en varios frentes. El ministro proftico publico nunca debe estar aislado del dialogo con la compaa de creyentes, cuyo consejo y apoyo es vital. Esta realidad plantea varias obligaciones, significa que el ministro debe dar el cuidado pastoral de la congregacin, la prioridad ms alta, quiere decir que la base para la accin social debe ser siempre teolgica, no basada en la ltima moralidad poltica o social. Significa que el ministro puede no tener todas las respuestas y tambin significa que a veces tiene la respuesta equivocada. Significara que el pastor reconocer que los laicos tienen idea sper excelentes y tambin sus condiciones morales son muy buenas. Incluso la primera superiores a las del ministro. Por ltimo significa que las necesidades de la gente en la comunidad, si tienen un derecho sobre los ministros. Como lo tuvieron sobre Jess cuando El anuncio su ministerio (Lucas 4:18-19).
c) Difamacin: Divulgacin de declaraciones falsas o difamatorias generalmente proveniente de procedimientos eclesisticos disciplinarios.
sumamente altos. Hacer falsas acusaciones sobre una persona en un sermn, no es solo falta de tica, sino que puede resultar en una demanda judicial.
e) Cuidado del Nio: Los lderes de la Iglesia en el futuro debern ser tan cuidadosos como cualquier institucin secular en conocer la ley. Haciendo un anlisis cuidadoso a todos los que trabajan con nios y supervisando todos los programas de cuidado a los nios. Que los ministros estn involucrados ticamente en sus comunidades requieren amplia gracia, conocimiento adecuado de las escrituras y no poca cantidad de perspicacia.
BIBLIOGRAFIA
Libro Etica Ministerial Autores : Joe E. Trull y James E. Carter. Casa Bautista de publicaciones Apartado postal 4255, El Psdo ,TX79914 EE. UU.de A. 1977.
Introduccion
Vivimos en una epoca de incertidumbre etica y ya no sabemos que hacer. La mayoria de los miembros de la Iglesia confian en que son llamados de Dios par maminstrar. Pero esta relacion etica con frecuencia implica compartir el alma de un feligres y hace vulnerable al ministro de la Iglesia a muchas tentaciones sutiles . El peligro mas evidente es la mala conducta sexual; pero la relacion del ministro en la cominidad tambiense ve muchas veces tentado a participar sin etica en el manejo de asuntos que tienen que ver con su competencia y la libertad profesional o en asuntos que tienen que ver con el estado, la politica o legales.
CONCLUSIOn
Se hace necesario ser un ministro bueno en un mundo que no es bueno. Debemos tener bases biblicas y teologicas para involucrarnos en los asuntos de la cominidad sin descuidar los asuntos ministeriales, si tomamos el cuidado necesario podremos hacer una sana separacion entre el Estado y la Iglesia. Si el ministro participa de las actividades pubicas, sociales,culturales, etc. , tendra que tener mucho cuidado para no quedar amarrado en los tentaculos de la vida politica y sus tentaciones. A pesar de que la vida politica esta implicita en las Escrituras, el ministro no debe hacer politica partidarista para no caer en las enemistades que provocas estas situaciones y las ofensas politicas producto de las opiniones de las partes contrarias hechas por parte del ministro.