Acerca de La Mediación Materna
Acerca de La Mediación Materna
Acerca de La Mediación Materna
Juan Pablo II, en Redemptoris Mater, muestra el vínculo especial que une a los
hombres con María.
En carta Tertio millennio adveniente, comenzaba con una referencia mariana.
Cita a Gal.4,4, en donde San Pablo subraya que el Hijo ha nacido de mujer. Hay una
íntima e indisoluble relación entre María y Cristo, ya que el aniversario del nacimiento
del Mesías se identifica con el aniversario de la maternidad divina de María.
El siglo XX es quizá el siglo en el que María ha estado más presente tanto el
Magisterio Pontificio, como en la elaboración teológica y en el devoción popular. Baste
recordar la proclamación del dogma de la Asunción, las fiestas de María Medianera y de
María Reina y la multitud de Encíclicas… También hay que mencionar los Congresos
marianos; los avances exegéticos, eclesiológicos, antropológicos, litúrgicos y
ecuménicos, que han originado una nueva primavera en la ciencia mariana. La devoción
mariana ha sido purificada y realzada, por su mayor vinculación a la Liturgia eucarística
y por la afluencia de innumerables fieles a los santuarios marianos.
La Mediación materna es una feliz expresión acuñada por Juan Pablo II, como
título de la tercera parte de su encíclica mariana.
1. Introducción
A comienzos de la presente década se han alzado voces en América y en otros
países auspiciando una posible definición dogmática mariana. El mentor de el Dr. Mark
I. Miravalle. Por este profesor se ha creado un movimiento internacional denominado
Vox Populi Mariæ Mediatrici, que ha recogido firmas, solicitando a la Santa Sede la
definicón papal de la Santísima Virgen María como Corredentoria, Mediadora de todas
las gracias y Abogada del Pueblo de Dios.
En el año 1993 el profesor Miravalle escribió un opúsculo, que pretende ser un
estudio sintético en le que se examinan estos papeles marianos de Corredentora,
Mediadora y Abogada.
Según Laurentin, en la base de esta petición están las revelaciones privadas de la
vidente holandesa Ida Peerdeman, quien decía haber recibido la petición de definir los
títulos marianos de Abogada, Corredentora y Mediadora.
Este mariólogo critica el posible ocultamiento de la conexión de ambos hechos,
ya que Miravalle no ha referencia a esta fuente y dice ingnorarla. Sospecha que puede
haber un plagio.
En el año 1995 se editó una obra apoyando nuevamente la iniciativa de la
declaración. En ella diversos teólogos y especialistas intentan fundamentar
teológicamente el posible dogma mariano.
En 1997 se elabora otra obra, ahondando en la misma tesis y se intenta mostrar la
coherencia de una posible definición en base a diversos textos magisteriales y su
oportunidad desde una perspectiva pneumatológica y ecuménica.
Ante las avalanchas de peticiones, la Sede Apostólica invitó a la Pontificia
Academia Mariana Internacional a estudiar la posibilidad y la oportunidad de la
definición dogmática de los títulos de Mediadora, Corredentora y Abogada. Se
constituyó una Comisión, coordinada por el P. Pozo y compuesta por dieciséis
mariólogos de diversos países y de sensibilidades variadas. También se unieron cinco
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teólogos no católicos. Dicha comisión emitió una breve Declaración, que se puede
resumir en tres puntos:
1) Los títulos propuestos resultan ambiguos. No es conveniente abandonar
la línea teológica del Concilio Vaticano II , que no ha querido definir ninguno de
ellos. No utilizó en su magisterio el título de Corredentora. De los otros dos
títulos hace un uso muy sobrio.
2) Aunque se atribuyeran a esos títulos unos contenidos por los que se
pudieran aceptar su pertenencia al depósito de la Fe, su definición, en la actual
situación, no resultaría teológicamente conveniente, en cuanto que tales títulos y
las doctrinas inherentes a ellos, necesitan todavía una ulterior profundización y
una renovada perspectiva trinitaria, eclesiológica y antropológica.
3) Los teólogos no católicos han mostrado las dificultades ecuménicas.
El prof. Miravalle contestó a esta Declaración de una forma correcta, pero
tajante en el fondo, en el que se ratifica en sus propias posiciones y reafirma la voluntad
de proseguir en el empeño por lograr la definición dogmática.
En la actualidad existe, en unos, un deseo de elevar a rango de verdad definida
la Mediación universal de María, y en otros, al menos, un interés por clarificar y
ahondar en la doctrina de la cooperación mariana en la Redención.
Este trabajo quiere clarificar y dar una posible solución al tema.
2. La doctrina mediacionista en los años previos al Concilio Vaticano II.
La definición dogmática de la Inmaculada Concepción, junto al fenómeno
aparicionista mariano produjo un crecimiento en el fervor mariano de toda la cristiandad
y pronto comenzaron a originarse algunos movimientos devocionales que auspiciaban la
posibilidad de la formulación dogmática de otras prerrogativas de la Virgen.
En 1913 el cardenal Mercier alentó un movimiento para pedir la definición de
la Mediación Universal como un nuevo dogma. A instancias de esta solicitud del papa
Benedicto XV en el año 1921, concedió a las diócesis de Bélgica y a todas las diócesis
de la cristiandad que lo solicitaran una misa y un oficio propios en honor de María
Mediadora.
El cardenal Mercier al recibir el rescripto de Roma, escribió a todos los obispos
y los invitó a solicitar este privilegio. Este fervor mediacionista conllevó que en las
revistas teológicas aparecieran numerosos y valiosos artículos sobre esta prerrogativa
mariana. Ante ese clamor generalizado, el papa Pío XI, en 1922, nombró tres comisiones
de teólogos, en Roma, Bélgica y España, para que estudiasen por separado la
definibilidad de la Mediación mariana.
En el año 1923 la Comisión belga, envió un trabajo con un parecer positivo a la
posible definición. Igualmente el documento elaborado por la Comisión española.
Según Laurentin, las objeciones de la comisión romana fueron juzgadas como
insuperables. El Papa, que era personalmente el jefe de este dicaterio, se inclinó antes las
razones que fueron las siguientes:
¿Cómo puede decirse que María es la Mediadora universal de la gracia?:
• no es formalmente Mediadora de las gracias del Antiguo Testamento.
• Ella no puede ser Mediadora de la gracia santificante que es la comunión
inmediata de la vida divina.
Aunque no prosperó la petición del cardenal Mercier, sin embargo dio lugar a
importantes trabajos de investigación, en los que se profundizaron y se sistematizaron
los contenidos de esta prerrogativa. A la vez que se difundió en:
• la vida litúrgica,
• la piedad popular, y
• la devoción del pueblo cristiano.
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El pensamiento del papa está en perfecta armonía con la doctrina conciliar, pero
también se aprecia un evidente progreso y desarrollo teológico.
5. A modo de conclusión.
Se ha visto los avatares de la doctrina de la mediación de María.
El fervor mariano auspiciado por la definición de la Inmaculada propició el
desarrollo de un movimiento mediacionista, que gracias al cardenal Mercier, tuvo
resonancia en todo el orbe. Esto llevó a la publicación de diversas revistas teológicas. El
papa Pío XI nombró tres comisiones para que emitieran un informe sobre la posibilidad
de la definición dogmática. Esto no prosperó.
Las comisiones concluyeron que la doctrina teológica y su terminología no
estaban del todo maduras.
Ante esta situación el Concilio Vaticano II no tomó parte en la controversia
mediacionista. Intentó zanjar las diferencias. Se prescindió de usar la terminología y se
estudió la asociación de María a la redención desde una perspectiva hisórico-salvífica.
Cobraron fuerzas otras expresiones: función materna, maternidad espiritual, misión
materna…
Luego de una decena de años de crisis mariológicos tras el Concilio, el
magisterio papal ha ido desarrollando la doctrina teológica en perfecta continuidad con
el Concilio.
Juan Pablo II recupera el término de Mediación desde una perspectiva bíblica,
histórico-salvífica y pone las bases para un desarrollo coherente y original de la doctrina
mediacionista. Se puede resumir su pensamiento en los siguientes puntos:
1) Parte del Unus Mediator, pero acepta la posibilidad que tienen las criaturas de
colaborar de forma subordinada en esta mediación.
2) Recupera la expresión mediación mariana como título válido para expresar la
cooperación de María en la obra salvífica. Pero esté enmarcada dentro de la cooperación
que los hombres redimidos pueden aportar.
3) Esta mediación es singular y extraordinaria por su origen, por su naturaleza y su
extensión.
4) María, Nueva Eva es icono perfecto y paradigma de la Iglesia, por voluntad divina.