Resumen de Redemptoris Mater
Resumen de Redemptoris Mater
Resumen de Redemptoris Mater
Introducción (1-6)
1) Con esta Encíclica, Juan Pablo II, se propone reflexionar sobre el lugar preciso de
María en el plan de salvación. Desea comenzar su reflexión citando a Gal 4, 4-6, que es
la misma cita que realiza el Concilio Vaticano II: “al llegar la plenitud de los tiempos,
envió Dios a su Hijo, nacido de mujer…” Esta plenitud:
• delimita el momento en el que el Padre envió a su Hijo;
• señala el momento en que la Palabra se hizo carne;
• señala el momento en que el Espíritu Santo plasmó, en el seno virginal de
María, la naturaleza humana de Cristo;
• define el instante en el que el tiempo mismo es redimido y se convierte en
“tiempo de salvación”;
• designa el comienzo de la Iglesia.
2) La Iglesia está en camino hacia el Señor que llega “Pero en este camino procede
recorriendo de nuevo el itinerario realizado por la Virgen María, que avanzó en la
peregrinación y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz (cita a LG 58)”.
Esto es la “síntesis eficaz de la doctrina de la Iglesia sobre el tema de la madre de
Cristo.”
El Papa cita las obras de su predecesor Pablo VI: “Christi Matri”, Signum
Mágnum” y “Marialis Cultus”.
3) Escribe sobre el tema debido a la perspectiva del año 2000.
“Su presencia en medio de Israel –tan discreta que pasó casi inobservada a los ojos
de sus contemporáneos– resplandecía claramente ante el Eterno, el cual había
asociado a esta escondida hija de Sión al plan salvífico que abarcaba toda la historia
de la humanidad. Con razón, pues, al término del segundo milenio, nosotros los
cristianos, que sabemos como el plan providencial de la Santísima Trinidad sea la
realidad central de la revelación y de la fe, sentimos la necesidad de poner de relieve la
presencia singular de la madre de Cristo en la historia…”
4) El principio de GS 22 (el misterio del hombre sólo se esclarece a la luz del misterio
Verbo Encarnado) se cumple de un modo particular en María: “Solo en el misterio de
Cristo se esclarece plenamente su misterio.”
El dogma de la maternidad divina (Concilio de Éfeso, 431) es para la Iglesia “como un
sello del dogma de la encarnación”.
5) “La realidad de la encarnación encuentra casi su prolongación en el misterio de la
Iglesia-Cuerpo de Cristo. Y no puede pensarse en la realidad misma de la encarnación
sin hacer referencia a María, madre del Verbo Encarnado”.
Anuncia sobre lo que tratará en la Encíclica: “…peregrinación de la fe, en la que la
Santísima Virgen avanzó, manteniendo fielmente su unión con Cristo”. Y aquí se ve el
doble vínculo de María: con Cristo y con la Iglesia. Y cita a LG64, que dice que la
Iglesia realiza su misión uniendo en sí, al igual que María, las cualidades de madre y
virgen. La Iglesia es virgen cuando guarda pura e íntegra la fe prometida al Esposo y el
madre cuando engendra a una vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por obra del
Espíritu Santo y nacidos de Dios.
6) Esta peregrinación en la fe es la historia interior de las almas “…dentro del cual la
bienaventurada Virgen María sigue precediendo al pueblo de Dios. Su excepcional
peregrinación de la fe representa un punto de referencia constante para la Iglesia, para
los pueblos y naciones, y, en cierto modo, para toda la humanidad. De veras es difícil
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abarcar y medir su radio de acción.”
Conclusión (51-52)
51) Recuerda la oración: “Salve, Madre soberana del Redentor, puerta del cielo
siempre abierta, estrella del mar; socorre al pueblo que sucumbe y lucha por
levantarse, Tú que para asombro de la naturaleza has dado el ser humano a tu
Creador.”
52) “En las palabras de esta antífona litúrgica se expresa también la verdad del gran
cambio, que se ha verificado en el hombre mediante el misterio de la Encarnación.”
Explica el “socorre al pueblo que sucumbe y lucha por levantarse” diciendo: “Ésta
es la invocación dirigida a María, Santa Madre del Redentor; es la invocación dirigida
a Cristo, que por medio de María ha entrado en la historia de la humanidad.”
Y concluye expresando su deseo: “Deseo fervientemente que las reflexiones
contenidas en esta Encíclica ayuden también a la renovación de esta visión en el
corazón de todos los creyentes.”