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MASCULINIDADES

POLTICAS PBLICAS
Y
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
SEMINARIO INTERNACIONAL
MINISTERIO DE LA MUJER Y POBLACIONES VULNERABLES - MIMP
Jr. Caman 616 - Lima Per
Telfono: 6261600
AGENCIA ESPAOLA DE COOPERACIN INTERNACIONAL
PARA EL DESARROLLO - AECID
Av. Jorge Basadre 460, San Isidro, Lima
Telfono: 202-7000
UNIVERSIDAD PERUANA CAYETANO HEREDIA - UPCH
Av. Honorio Delgado 430, Urb. Ingeniera, S.M.P. Lima
Telfono: 319-0000
FONDO DE POBLACIN DE LAS NACIONES UNIDAS - UNFPA
Av. Guardia Civil 1231, Crpac - San Isidro , Lima
Telfono: 226-1026
MESA DE GNERO DE LA COOPERACIN INTERNACIONAL MESAGEN
Coordinacin: Agencia Espaola de Cooperacin Internacional para el Desarrollo
Av. Jorge Basadre 460 San Isidro
Telfono: 202-7000
Diseo y Diagramacin
Romy Kanashiro
Esta publicacin cuenta con la colaboracin de la Cooperacin Espaola, a travs de la Agencia
Espaola de Cooperacin Internacional para el Desarrollo (AECID), el Fondo de Poblacin de
las Naciones Unidas (UNFPA), la Mesa de Gnero de la Cooperacin Internacional (MESAGEN),
el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) y la Universidad Peruana Cayetano
Heredia (UPCH). El contenido de la misma es responsabilidad exclusiva de las y las ponentes y no
refleja, necesariamente, la postura de la AECID, UNFPA, MESAGEN, MIMP y la UPCH
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
3
Presentacin
Discurso de inauguracin
Sra. Viceministra de la Mujer
Marcela Patricia Mara Huaita Alegre
Palabras de saludo
Mara Mercedes Barnechea
Exposicin Magistral
Experiencia de trabajo con varones como una estrategia de prevencin de la
violencia - Caso Promundo, Brasil
Gary Barker
Exposicin Magistral
Experiencia de trabajo con varones como una estrategia de prevencin de la
violencia Caso Hombres por la equidad, Mxico
Roberto Garda
Exposicin Magistral
Experiencia de trabajo con varones como una estrategia de prevencin de la
violencia Caso Hombres que renuncian a su violencia, UPCH, Per
Christian Guzmn
Exposicin Magistral
Involucrando a los varones en la prevencin de la violencia de gnero: hacia una
poltica pblica
Miguel Ramos
Exposicin Magistral
Las 10 recomendaciones de la alianza MenEngage para prevenir la violencia
basada en gnero e involucrar a los hombres
Oswaldo Montoya
5
7
10
13
20
32
41
54
Contenidos
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
4
Exposicin Magistral
Inclusin de los hombres y las masculinidades en las polticas pblicas para
promover la equidad de gnero
Gary Barker
Exposicin Magistral
La inclusin de los hombres en las polticas pblicas con perspectiva de gnero
Roberto Garda
Discurso de clausura
Sra. Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables
Ana Jara Velsquez
65
74
86
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
5
Durante estos ltimos veinte aos, a nivel internacional como nacional, se ha avanzado
significativamente con normas y polticas que buscan prevenir, atender y sancionar toda forma de
violencia contra la mujer, tanto en el mbito pblico como en el privado. No obstante todos estos
esfuerzos, la discriminacin contra las mujeres persiste y los niveles de violencia contra ellas por
razones de gnero se mantienen muy elevados. Resulta cada vez ms evidente que alcanzar la
igualdad entre los gneros y una vida libre de violencia exige una estrategia poltica que involucre
tambin a los varones de manera responsable y comprometida, teniendo en cuenta que ellos son
los principales protagonistas en el ejercicio de la autoridad, del poder y de la violencia contra las
mujeres.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, a travs de la Direccin General contra
la Violencia de Gnero del Viceministerio de la Mujer, organiz el Seminario Internacional
Masculinidades y Polticas Pblicas. Varones en la prevencin de la violencia de gnero, que
tuvo lugar en Lima el 7 y 8 de noviembre de 2013, con el objetivo de aprender de las experiencias
existentes en otros pases de Amrica Latina respecto al trabajo con varones desde la perspectiva
de gnero, de dar a conocer las experiencias que desde la sociedad civil y desde el Estado se
realizan en nuestro pas, y de intercambiar puntos de vista en relacin al contenido de las polticas
para involucrar a los varones en la prevencin de la violencia de gnero.
Gracias al apoyo del Fondo de Poblacin de las Naciones Unidas pudimos contar con tres expertos
internacionales con amplia trayectoria en la labor de promover cambios en los varones hacia la
igualdad de gnero, as como en la investigacin y reflexin terica que ha permitido avanzar
en el conocimiento de la construccin social y cultural de las masculinidades en el contexto
latinoamericano. A ellos se uni el aporte de dos expertos nacionales que mostraron los avances
que, desde la sociedad civil y desde el Estado, se ha realizado en el trabajo con varones desde la
misma perspectiva.
El auspicio recibido por parte del Centro Cultural y Cientfico de la Universidad Peruana Cayetano
Heredia contribuy a que el Seminario pudiera realizarse de manera exitosa.
Esta publicacin ha sido posible gracias al apoyo de la Agencia Espaola de Cooperacin
Internacional para el Desarrollo y tiene como propsito el contribuir a la reflexin de autoridades,
funcionarios/as y profesionales de instituciones pblicas y privadas, que realizan acciones dirigidas
a prevenir la violencia de gnero, sobre la importancia de incorporar a los varones como sujetos
activos de las polticas que buscan erradicar toda forma de violencia contra la mujer.
Presentacin
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
7
En primer lugar quisiera darles la bienvenida a este importante evento y hacerles llegar el saludo
de la seora Ana Jara, Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, quien lamenta mucho no
poder estar con nosotros y nosotras en estos momentos, como haba sido su intencin.
Para m es una oportunidad estar aqu y acompaarles en este auditorio. Hace 25 aos vengo
trabajando en la problemtica de la defensa de los derechos de las mujeres y la erradicacin
de la violencia, y pocas veces he estado en un auditorio tan nutrido de varones interesados en
esta problemtica. Ello, en primer lugar, es una muestra de que estamos caminando en un buen
sentido. Les doy la bienvenida, y de manera especial, a quienes estn participando desde las
Fuerzas Armadas porque este es un especial espacio para reflexionar sobre la condicin de la
masculinidad y la violencia de gnero.
El presente Seminario Internacional constituye un trascendental evento en donde se debatir sobre
las masculinidades y las polticas pblicas, a fin de responder al interrogante, cmo involucrar
a los varones en la prevencin de la violencia de gnero? Este cuestionamiento ahora est en la
vanguardia de la discusin de la poltica social, por ello es motivo del Seminario de hoy.
El flagelo de la violencia contra la mujer en sus diversas dimensiones tiene como base las
construcciones de gnero y de una masculinidad hegemnica autoritaria y antidemocrtica.
Generalmente, se ha insistido en centrar las polticas de prevencin y de erradicacin de la
violencia de gnero en el trabajo con las mujeres, puesto que ellas son las principales afectadas,
y no as, en involucrar de manera comprometida en este esfuerzo a los hombres, principales
protagonistas del problema. Una posible consecuencia de esta estrategia es que, en nuestro pas,
los niveles de prevalencia de violencia contra la mujer de parte de la pareja no se hayan reducido
de manera significativa en ms de una dcada
1
.
Las situaciones de violencia de gnero persistentes desde hace muchos siglos han estado dirigidas
principalmente contra las mujeres, y por lo tanto, las acciones de proteccin y atencin han sido y
son para ellas. Algunos datos que pueden graficar la dimensin de la violencia contra la mujer en
el Per son los siguientes:
1 La prevalencia de vida de la violencia fsica contra las mujeres de parte de sus parejas pas de 41% en el ao 2000 (ENDES 2000)
a 38% en el ao 2011 (ENDES 2011)
Discurso de inauguracin
Sra. Viceministra de la Mujer
MARCELA PATRICIA MARA HUAITA ALEGRE
Viceministra de la Mujer del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Per.
7 de noviembre de 2013
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
8
De acuerdo a la informacin del Ministerio Pblico, en los ltimos cuatro aos, 547 mujeres
fueron vctimas de feminicidio. En promedio, se han producido 128 casos de feminicidio
al ao, y once cada mes, y en su gran mayora perpetrados por sus parejas o exparejas
masculinas.
El 37.2% de las mujeres alguna vez unidas manifestaron que fueron vctimas de violencia
fsica y sexual por parte de su esposo o compaero, como empujones, golpes, patadas,
amenaza, etc.
En los Centros Emergencia Mujer a nivel nacional se han atendido ms de 400,000 casos de
violencia familiar y sexual entre el ao 2002 al 2013 (mayo).
Segn informacin del Ministerio Pblico, durante el 2012, las fiscalas de familia y mixta
tuvieron un ingreso de ms de 140.000 denuncias por casos de violencia familiar.
La violencia no es un problema de las mujeres, sino que es un problema para las mujeres, y
si bien, la atencin debe seguir siendo preferente hacia las mujeres, debe incorporarse a los
varones a fin que renuncien a su violencia y sean partcipes activos de la construccin de un nuevo
significado de ser varn, ms equitativo y democrtico, ms afectivo, ms autnomo frente a las
presiones sociales.
La propuesta de involucrar a los hombres no es nueva, desde mediados de la dcada de 1990 dos
conferencias mundiales de las Naciones Unidas la Conferencia Internacional de las Naciones
Unidas sobre Poblacin y Desarrollo de 1994 y la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de
1995 y la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (1995) marcaron un quiebre importante, al instar
de manera sucesiva a los Estados a desarrollar estrategias polticas que movilizaran a los hombres
para modificar las relaciones desiguales entre los gneros. Posteriormente, ms especficamente,
la 48 Sesin de la Comisin que monitorea el cumplimiento de la CEDAW recomend a los Estados:
Involucrar a hombres y nios en la reduccin de la violencia de gnero (2004).
Y es que precisamente lo que el Seminario Internacional busca es conocer las experiencias, en esta
perspectiva, sobre cmo se viene trabajando con los varones en los distintos pases del mundo;
as como debatir sobre la forma en que las polticas pblicas deben involucrarlos. Por ello, hemos
invitado a expositores especialistas en el tema de gnero y masculinidades con gran experiencia
y con conocimiento de buenas prcticas que se vienen aplicando en los diferentes pases de
la regin. Entre ellos, est el seor Gary Barker, Director Internacional de Promundo- Brasil;
Roberto Garda, Director de Hombres por la Equidad-Mxico; y Oswaldo Montoya, Director de la
Alianza MenEngage. A ellos mis saludos de bienvenida y mi agradecimiento por la generosidad
de compartir su rica experiencia. Por parte del Per contamos tambin con algunas experiencias
que sern presentadas.
El presente Seminario nos permitir entonces conocer sobre los avances y experiencias exitosas
en la regin, junto a los obstculos encontrados en la ejecucin de estos programas, a fin de
compartir percepciones y recoger propuestas que nos permitan disear polticas pblicas acordes
a nuestra realidad.
La violencia masculina actualmente es objeto de investigacin en diferentes pases, y desde la
academia y la sociedad civil se han iniciado campaas y programas de prevencin con el objetivo
principal que los varones tomen conciencia de los impactos negativos en sus propias vidas y
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
9
en las de sus seres queridos, en la sociedad y el desarrollo, del ejercicio de su violencia, como
corolario de una concepcin y prctica machista, sexista, misgina y homofbica de ser hombre.
Desde el MIMP, a travs de la Direccin General Contra la Violencia de Gnero, que tiene a su
cargo el diseo de polticas pblicas contra la violencia de gnero, se viene trabajando en el diseo
de nuevas polticas que contribuyan a eliminar la violencia de gnero, incluyendo a los hombres
junto a las mujeres como protagonistas de ese esfuerzo.
Es propicio este Seminario para intercambiar con los especialistas las diversas experiencias
pblicas y privadas en la regin, de trabajo con varones, e igualmente, se hace necesario el debate
ante el desafo de trabajar estrategias desde el Estado, que sean sostenibles y articuladas con los
sectores sociales.
Resulta crucial involucrar a los varones de manera responsable y comprometida en labores de
prevencin de la violencia de gnero, buscando un efecto multiplicador principalmente en sus
pares varones para acelerar los procesos hacia la igualdad de gnero y una vida libre de violencia
contra la mujer. Es necesario que los varones del mundo sean conscientes que esta masculinidad
hegemnica no solo les otorga privilegios sino tambin costos y malestares. Pues, a la par que los
varones se van llenando de poder, se van aislando emocionalmente y rompiendo vnculos afectivos
con sus seres queridos. Trabajar en una nueva masculinidad va a implicar para los varones una
oportunidad de ser ms sensibles, equitativos, respetuosos, libres para expresar sus sentimientos,
responsables en la educacin y una crianza cercana de sus hijos/as, conscientes de su rol de
padre-progenitor en toda su amplitud, entre otros puntos.
En el Per hemos tomado la posta y estamos en proceso de formacin de promotores sociales
varones de los Centros de Emergencia Mujer como expertos en masculinidades con enfoque
de gnero, que puedan trabajar con otros varones para disminuir y erradicar todas las formas
de violencia de gnero. Estamos aplicando un proyecto piloto, del cual requerimos conocer y
sistematizar avances y errores, para que luego permita dar paso a la construccin de polticas de
prevencin de la violencia contra las mujeres.
Este hecho es uno de los primeros pasos que configura una estrategia de intervencin ventajosa,
por cuanto parte del Estado, desde el Sector especializado, en trabajar la problemtica de la
violencia.
Desde este Ministerio nos hemos propuesto hacer que los hombres tambin sean sujetos de la
poltica pblica de prevencin y erradicacin de la violencia de gnero, haciendo de ellos parte de
la solucin y no solo considerndolos como parte del problema.
Finalmente, no quiero culminar estas breves palabras sin dejar de reconocer al Fondo de Poblacin
de las Naciones Unidas por el apoyo que ha hecho posible contar con los expositores que nos
acompaarn durante todo el evento. De igual manera, agradecer a la Universidad Peruana
Cayetano Heredia por habernos acogido en su auditorio y por el apoyo logstico que nos ha brindado
para hacer posible el evento de hoy.
Muchas gracias.
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
10
Es un gusto estar esta maana, en compaa de todas y todos ustedes, en un Seminario que es de
particular importanciapara el Fondo de Poblacin de Naciones Unidas, que est comprometido
con el tema de masculinidades desde hace muchsimo tiempo.
En el Plan de Accin de la Conferencia Internacional sobre Poblacin y Desarrollo (ICPD, 1994),
se establece un apartado especfico sobre la responsabilidad y participacin de los hombres en el
logro de la equidad entre los sexos como parte del Captulo IV Igualdad y equidad entre los sexos
y empoderamiento de la mujer, en donde se promueve la participacin del hombre en todas las
esferas de la vida familiar y en las responsabilidades domsticas.
Como la mayor parte de ustedes aqu presentes estn involucrados en este tema, sabrn que la
masculinidad, al igual que la feminidad, es una construccin social que se basa en una serie de
elementos que responden al orden de gnero que cada sociedad tiene, es decir, en lo que cada
sociedad espera como comportamiento de los hombres.
Por ello, y como parte de nuestro mandato, en el Fondo de Poblacin de Naciones Unidas venimos
implementando desde hace quince aos en Per, una serie de acciones estratgicas para promover
cambios en la concepcin del rol del hombre, adolescente y/o nio en el tema del autocuidado en
salud sexual y reproductiva, la paternidad responsable, la prevencin del embarazo adolescente y
la inclusin de la igualdad de gnero en la educacin sexual, as como su involucramiento en salud
reproductiva y prevencin de la violencia de gnero.
Estas acciones se iniciaron en el ao 1995, con un taller en las Fuerzas Armadas (Comit de
Prevencin y Control del VIH/sida de las Fuerzas Armadas y Policas COPRECOS), y se continu
en el ao 1998, con un taller en el Ministerio de Salud, para consolidarse en el ao 2000 cuando Luis
Mora, que era parte del equipo Latinoamericano del Fondo de Poblacin de las Naciones Unidas,
realiz un taller de gnero y masculinidades. Uno de los participantes fue Miguel Ramos, hoy
director de la Direccin General Contra la Violencia de Gnero del Ministerio de la Mujer. l, como
ya todas y todos ustedes saben, se constituira en un actor clave para el tema de masculinidades
en el Per. Primero, a travs de la Universidad Cayetano Heredia, que nos alberga esta maana, y
luego a travs de su carrera profesional y desde su direccin en el Ministerio de la Mujer.
Palabras de saludo
MARA MERCEDES BARNECHEA
Representante Auxiliar del Fondo de Poblacin de las Naciones Unidas.
7 de noviembre de 2013
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
11
En Ucayali, Ayacucho y Lima Metropolitana hemos replicado y contextualizado la estrategia de
PROMUNDO de Brasil, para el involucramiento de adolescentes y jvenes en el autocuidado en la
salud sexual y reproductiva, en la corresponsabilidad en la prevencin del embarazo adolescente,
la promocin de una paternidad responsable y la prevencin de la violencia en gnero.
En alianza con la Universidad Peruana Cayetano Heredia, hemos apoyado el desarrollo de redes de
varones que renuncian a la violencia en Lambayeque, y a partir de esa experiencia, se desarroll
el Manual de Capacitacin a Lderes Locales en Masculinidades y Prevencin de la Violencia Basada
en Gnero
1
. En este momento se est desarrollando, en alianza con el Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables, un proyecto piloto en Huancayo y Chimbote al cual estamos brindando
asistencia tcnica para su sistematizacin.
Este piloto se est llevando a cabo en coordinacin con la Direccin General Contra la Violencia
de Gnero y el Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual del MIMP, y cuenta con el
apoyo tcnico de dos consultores contratados por UNFPA, en los Centros de Emergencia Mujer
de Huancayo y Chimbote, donde se cuenta con promotores varones capacitados en el trabajo con
varones para la prevencin de la violencia y donde el PNCVFS ha brindado apoyo con la contratacin
de otras/os promotores/as para brindar facilidades a la intervencin.
Durante el ao 2013, se realiz el diseo participativo de la estrategia del piloto y de las actividades
2014 para el Programa Presupuestal 080. Adems, se llevaron a cabo talleres de capacitacin
a lderes varones de la comunidad y sesiones de rplicas realizadas por los lderes varones
capacitados en sus respectivas organizaciones, para la prevencin de la violencia contra la mujer
desde la perspectiva del trabajo con varones. Por otro lado, se han desarrollado actividades
comunicacionales comunitarias de prevencin de la violencia contra la mujer, como por ejemplo,
banderolas en los partidos de ftbol locales, eslogan en las camisetas de un equipo de ftbol,
participacin en programas radiales y televisivos en el marco del Da de la No violencia contra la
Mujer - 25 de Noviembre.
Nuestra preocupacin en el tema tambin ha considerado la gestin de la informacin. Por eso,
apoyamos la actualizacin de la ENDES de hombres el ao 2008, la segunda de su tipo desde el
ao 1996. Este estudio permite conocer las mltiples necesidades y demandas de los varones, as
como identificar las mltiples oportunidades perdidas para involucrarlos en acciones no solo en
su propio beneficio en salud sexual y reproductiva, sino tambin de su mujer y de sus hijos. A pesar
de una emergente disposicin por parte de los varones a participar, todava las polticas pblicas
no los tienen en el centro de su intervencin.
Igualmente, hemos brindado asistencia tcnica y financiera a la realizacin de la Encuesta Nacional
de Uso del Tiempo - ENUT el 2010. Esta encuesta es una de las principales fuentes de informacin
para la discusin que sobre Per sostendremos en esta reunin. Mirando con atencin, veremos
en esta encuesta cmo es que los hombres, sobre todo los ms jvenes, estn participando en
actividades que antao les resultaban vedadas por razones prcticas o ideolgicas, tales como la
participacin en tareas culinarias o de cuidados de menores de edad en el hogar.
1
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
12
Es para nosotros un gran honor poder estar en alianza con el Ministerio de la Mujer en este trabajo
y saber que este esfuerzo que se ha venido haciendo desde hace mucho tiempo con el UNFPA,
iniciado con una gran semilla que plant Miguel contina y que se est institucionalizando como
una poltica pblica en el Per.
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
13
Buenos das. Estamos muy contentos de estar con todos ustedes y que haya tanto inters en el
tema. Vengo con Oswaldo de Santiago de Chile, donde justamente hemos hablado de hombres,
masculinidad y cuidado.
La experiencia de Promundo nace en Brasil con la idea de que la violencia masculina contra las
mujeres, contra otros hombres, o contra los nios no es un comportamiento naturalni biolgico. La
violencia es algo que aprendemos en la escuela, en la familia, o en otros espacios de socializacin.
Cuando empezamos, lo que nos llam la atencin fue que haba un sentir muy comn que lo
que pasa en el espacio privado o domstico no es un asunto que a los hombres se nos permita
cuestionar. Como se dice muchas veces: Nadie se mete en la violencia entre el hombre y la mujer,
nadie se mete en la violencia que se ejerce en privado. Aunque todo el mundo sepa lo que pasa,
nadie puede hacer nada. Alrededor de la vctima de la violencia de gnero, siempre hay alguien
ms que sabe de esa violencia, pero que no est diciendo nada.
Entonces, en Promundo, nacemos con la idea de acabar con esa violencia, o prevenir la violencia
justamente involucrando a los hombres en cuestionarla. Y para prevenir esa violencia, necesitamos
saber dnde estn los hombres y cules son sus argumentos, no como forma de disculparlos, sino
para saber de dnde viene.
Si vemos algunos datos de investigaciones que se han realizado en Brasil y en otros pases,
desde las investigaciones multicntricas hasta las realizadas en el mundo entero, no hay grandes
variaciones y los nmeros son alarmantes. Podemos decir que uno de cada tres hombres en
relacin heterosexual va a practicar una vez en su vida un acto de violencia fsica contra su pareja.
Experiencia de trabajo con varones
como una estrategia de prevencin de
la violencia - Caso Promundo, Brasil
Exposicin Magistral
GARY BARKER
Director de Promundo, Brasil.
Master en polticas pblicas y PhD en desarrollo de la niez y adolescencia. Director Internacional de Promundo
DC, de la oficina en EEUU. del Instituto Promundo, Rio de Janeiro, Brasil.
Es co-director y co-fundador de MenEngage, una alianza mundial de ms de 400 organizaciones no gubernamentales
y agencias de la ONU que trabajan para involucrar a los hombres y nios en la igualdad de gnero, y miembro de la
Red de Lderes Hombres de las Naciones Unidas para poner fin a la violencia contra las mujeres.
Ha realizado investigaciones y ha desarrollado programas de participacin para hombres y nios en los Balcanes,
Brasil, Asia del Sur, frica Subsahariana, Amrica Central y el Caribe y los EEUU, en particular en situaciones de
post-conflicto
7 de noviembre de 2013
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
14
Lo bueno es que dos de cada tres hombres no practican esa violencia. Pero la cuestin es que los
otros dos, generalmente, nos quedamos en silencio frente la violencia que otros hombres usan y
eso nos parece algo natural.
En el 2008, iniciamos una investigacin sobre hombres en la equidad de gnero, que se llamaba
IMAGES (International Men and Gender Equality Survey) basada en parte en una encuesta
internacional que toma como referencia las preguntas del estudio multicntrico de la Organizacin
Mundial de la Salud (OMS)
1
sobre violencia y salud de las mujeres, donde se pregunta a hombres y
mujeres sobre una serie de actitudes, experiencias y prcticas. Preguntamos a los hombres sobre
su vida sexual, sobre el cuidado, sobre su propia salud y salud mental, sobre su vida laboral, sobre
experiencias en la infancia y sobre el uso de varios tipos de violencia, incluyendo la violencia contra
su pareja.
Esta encuesta la aplicamos en diez pases. En Amrica Latina, fue aplicada en Brasil, Chile y Mxico,
utilizando la misma metodologaque la OMS. Preguntamos a las mujeres sobre sus experiencias
como vctimas de violencia y a los hombres, sobre el uso de la violencia. Utilizamos muestras
representativas de dos ciudades por pas. Por razones ticas, no entrevistamos a la mujer y al
hombre de la misma casa, pero s de las mismas caractersticas. Los hombres entrevistaron a los
hombres y las mujeres entrevistaron a las mujeres, a excepcin de Mxico, donde muchas de las
entrevistadoras eran mujeres.
La encuesta consiste en un cuestionario extenso, 25
pginas y 230 tems, que tomaba 45 minutos responder.
Creo que nunca hemos hecho tantas preguntas a
hombres sobre sus vidas ntimas, pero nos pareci que,
ya que estbamos entrevistando a los hombres, vala la
pena tener un panorama, no solo de las violencias, sino
tambin de varias experiencias de su vida ntima.
En cuanto a los resultados, el nmero de mujeres que
admite haber sido vctima de violencia, coincide con
los nmeros que ya tenamos en la investigacin de la
OMS. Los hombres, por lo menos, en el caso de Brasil y
Chile - en Mxico los hombres fueron entrevistados por
mujeres y el nmero es un poco menor -, reconocen y admiten la violencia que han cometido
contra la pareja. Para nosotros esto es importante, pues sentimos que los resultados se basan en
la realidad de sus vidas. Pensamos que los hombres estn respondiendo de forma honesta sobre
el uso de la violencia. Entonces, observamos que ms o menos uno de cada tres hombres, en los
tres contextos de Amrica Latina, estaba utilizando violencia.
Pero, cules son los factores que estn incidiendo en el uso de esa violencia? Analizamos los
resultados e identificamos cuatro factores para explicar cmo es el hombre que utiliza la violencia
fsica y cmo es el hombre que no utiliza la violencia fsica. En primer lugar, haber sido testigo de
violencia contra su madre en la infancia, generalmente, de parte del padre biolgico u otro hombre
1 Garca-Moreno, Claudia et al. Multi-country Study on Womens Health and Domestic Violence: initial results on prevalence, health
outcomes and womens responses. World Health Organization (WHO). Geneva, 2005.
Para prevenir esa
violencia, necesitamos
saber dnde estn
los hombres y cules
son sus argumentos,
no como forma de
disculparlos, sino para
saber de dnde viene
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
15
compaero de su madre. Otro factor est relacionado con tener actitudes no equitativas. Hombres
que creen que tienen derechos sobre las mujeres y que estas les deben sexo, cuidado, tareas
domsticas y que los hombres tienen una posicin superior en la sociedad. En tercer lugar, el
estrs econmico es un factor fuerte. No es una cuestin exclusiva de hombres pobres u hombres
de clase media, sino que tiene que ver con cunto dinero creo que necesito para ser el hombre
proveedor. Y en algunos pases en conflicto o post-conflicto, como en la Repblica Democrtica
del Congo, Ruanda, Mali o los Balcanes, encontramos otro tipo de factores asociados al estrs,
como el desplazamiento, porque estos factores tienen que ver con el modo de vida. Por ltimo, los
hombres que abusan del alcohol tienen ms tendencia a usar la violencia contra la pareja.
Todos estos factores interactan con las vulnerabilidades de las mujeres, particularmente, el
del ingreso ms bajo, el menor acceso a espacios pblicos, la dependencia econmica hacia los
hombres. Pero aqu, de nuevo, el factor ms fuerte es el de haber sido testigos de violencia en la
infancia (en el caso de Amrica Latina, casi el doble). Es decir, hombres que fueron testigos de
violencia contra sus madres por parte de sus padres tienen
doble probabilidad de usar la violencia contra sus parejas
cuando sean adultos. Esto no significa que cada nio que
ve esa violencia en su familia la vaya a repetir. Hay muchos
otros factores, incluso ms all de esos cuatro que les he
mencionado. Pero es el factor que sentimos ms fuerte
en nuestro trabajo con hombres agresores u hombres
autores de violencia, como los llamamos en Brasil.
Es importante empezar por esta cuestin para entender
que la violencia de la que el nio es testigo en la infancia
crea miedo, resentimiento y problemas para expresarse
verbalmente de forma no violenta. Esto es algo que la
persona aguanta en silencio y que, en la mayora de casos,
sin buscar ayuda. El silencio alrededor de esa violencia refuerza un modelo de masculinidad que
tenemos que aguantar. Aguantamos en el dolor, incluso cuando vemos a la persona que ms nos
cuida en el mundo pasando violencia, con un ser que supuestamente debe estar cuidndonos.
Todo esto es parte del trabajo de prevencin que en muchas partes realizamos con la idea de que
hay que parar esa violencia. Podemos ver a los hombres que practican esa violencia como seres
malos a los que hay que reprimir o como vctimas de un tipo de violencia.
Preguntamos tambin a los hombres si haban sufrido algn otro tipo de violencia, adems de haber
sido testigos de violencia contra la mujer. Haba vctimas de bullying, vctimas de violencia fsica de
los profesores o profesoras en la escuela, vctimas de algn tipo de violencia en una comunidad
violenta. En conclusin, entre el 80% y 90% de los hombres relataron que vieron o fueron vctimas
de algn tipo de violencia fsica en su infancia. La condicin masculina casi universal es que la
infancia nos muestra la violencia de otros hombres contra nosotros.
Pero entonces, por qu no cuestionamos ni denunciamos como hombres la violencia de otros
hombres? Nos cran para tener miedo de otros hombres. Si pregunto aqu en la sala cuntos
hombres han visto o han sido vctimas de algn tipo de violencia en la infancia, todos vamos a
Hombres que fueron
testigos de violencia
contra sus madres por
parte del padre, tienen
doble probabilidad de
usar la violencia contra
sus parejas cuando
sean adultos
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
16
levantar la mano. Esto es parte de la construccin social del uso de poder, de quien tiene el poder
contra quien tiene menos.
Con esto no estamos disculpando a los hombres que utilizan la violencia contra su pareja, estamos
entendiendo el origen de las violencias mltiples que aprendemos como nios. Esto significa que
en la prevencin tenemos que crear un espacio donde yo pueda decir, s, yo vi esa violencia, o la
sent en mi propio cuerpo, sent miedo frente a otros hombres. De esta forma, voy a cuestionar a
mi vecino. Es muy difcil para nosotros denunciar a otros hombres en esta faceta violenta, porque
hemos aprendido a quedarnos en silencio.
Cuando empezamos el trabajo con hombres, se empez a visibilizar en las polticas pblicas la
importancia de acabar contra la violencia hacia la mujer y se fueron elaborando leyes. Ahora solo
faltan uno o dos pases en el mundo que no tienen ley. Sabemos que es un crimen que un hombre,
sea marido, compaero, pareja use violencia contra su pareja. Los hombres saben que existen
estas leyes. A veces, cuando elaboramos campaas, pensamos que habra que informar a los
hombres que la violencia hacia la mujer es un delito, pero los hombres lo saben. Las leyes estn
ah, pero al mismo tiempo, hay mucha resistencia a aceptarlas.
Ms o menos, el 80% de los hombres en el mundo, excepto en Europa, cree que las leyes condenan
a los hombres por violencia contra su pareja demasiado fcilmente. Por los nmeros, sabemos
que de uno de cada tres hombres que usan la violencia, solo uno de cada diez est siendo preso o
llevado ante el juez por el uso de esa violencia. En comparacin, el nmero es bajsimo. Por eso,
decimos que hay un cierto rechazo a reconocer la ley. Histricamente, esto era un asunto privado
del pequeo reinado en el que los hombres mandaban en la casa. Pero ahora ya no es as. No es
un asunto particular. El Estado tiene derecho a entrar y decir, t no puedes hacer eso.
En este aspecto, algo pasa con el patriarcado, porque estas leyes cuestionan el poder absoluto
del patriarca en la casa. Creemos que los hombres estn cuestionando las leyes contra la
violencia domstica porque ha tocado su poder. Existe todava un porcentaje de hombres que
afirma que hay momentos en que las mujeres merecen ser
golpeadas. En Brasil, hace unos aos, haba una cancin de un
msico de rap que haca alusin a esto. Pero aunque se hable
en canciones o en los bares, cada vez hay ms conciencia que
no es polticamente aceptado usar este tipo de violencia contra
la mujer, y sin embargo, el uso de la violencia contina alto.
Obedeciendo o no, sabemos que no es polticamente correcto
usar esas expresiones que apoyan la violencia de pareja, pero
hay un gran nmero de hombres que la sigue utilizando. Los
datos que tenemos de 2013 sugieren que hemos tenido muy
poco impacto en bajar los nmeros del uso de la violencia. Mi
argumento es que no hemos entendido que la violencia que
vimos y que sufrimos en la infancia es parte de la produccin de la violencia que utilizamos o
legitimamos con el silencio. La nica forma de prevencin con los hombres empieza a funcionar
cuando entendemos lo que significa la violencia en la vida de los propios hombres.
La condicin
masculina casi
universal es que
la infancia nos
muestra la violencia
de otros hombres
contra nosotros
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
17
En esa encuesta vimos tambin algunos factores protectores. Vimos que cuando los paps
participan de forma igualitaria en la casa y cuando dedican ms tiempo al cuidado, los hijos
varones estn menos expuestos a la violencia fuera de casa tambin. No ver a sus padres usar
la violencia y al mismo tiempo, verlos participando de forma igualitaria en las tareas domsticas,
produce un factor de proteccin del uso de la violencia. Otra cosa interesante es que los hombres
que participan de forma ms igualitaria en la casa, tambin tienden a tener una actitud ms
equitativa de gnero y tienden a ser ms felices. O sea, el hombre machista que tiene actitudes
rgidas no es un hombre feliz. A veces, tenemos la idea de que quien usa la violencia es un tipo que
tiene poder, lo usa y disfruta de l. Pero es al contrario. Los hombres que han utilizado violencia
contra la pareja, que tienen actitudes ms rgidas y que no estn participando en el cuidado diario,
son los hombres menos felices y tienen ms tendencia a la depresin y al abuso del alcohol. Esto
nos permite llegar a este hombre como un ser humano que tiene necesidades y problemas y que
no est encontrando su felicidad en este modelo hegemnico de ser hombre.
Ahora quiero hablar sobre los tres ejes que venimos trabajando con Promundo en base a estas
investigaciones. En primer lugar, cmo entramos a trabajar con varones? Empezamos temprano
en el ciclo vital, cuestionando y fortaleciendo a los varones en lo que significa ser hombres, para
producir otro tipo de hombres, hombres ms equitativos. En segundo lugar, cmo aprovechamos
ese gran avance en iniciativas de empoderamiento legal, econmico y social de las mujeres,
para tambin incluir a los hombres? Vivimos con las mujeres, estamos en espacios parecidos,
necesitamos pensar cmo empoderar a las mujeres y al mismo tiempo, involucrar a los hombres
en tal proceso. Sabemos que el empoderamiento econmico es necesario para las mujeres,
ms an con la gran diferencia salarial que hay; pero, cmo lo hacemos de forma que tambin
incluyamos a los varones como aliados en el proceso? Y en tercer lugar, aprovechar la paternidad,
el cuidadomasculino, como un factor de proteccin al uso de violencia. Esto surgi porque muchas
veces nos preguntan qu es lo opuesto a la violencia. Creemos que es la empata, la solidaridad,
las conexiones con los otros, el cuidado. Y para el 80% de los hombres en el mundo que en algn
momento sern padres o ya lo son, una de las formas de cuidado ms accesible es el cuidado de
los hijos.
Uno de los programas en los que venimos trabajando durante ms de diez aos se llama Programa
H, H por hombres (y homens en portugus). En este Programa realizamos una serie de actividades
educativas, junto con activismo juvenil masculino y femenino, para conocer nuevas formas de ser
hombre y mujer con base en la igualdad. Existe tambin el Programa M, para mujeres y tenemos
tambin uno desde el cual trabajamos la diversidad sexual con el fin de reducir la homofobia.
El Programa H se compone de una serie de actividades ldicasexperienciales que vienen de la
tradicin de Paulo Freire, para promover una conciencia colectiva. Trabajamos de dnde vienen
esas nociones colectivas de lo que significa ser hombre y ser mujer, y para empoderar a los
varones, queremos que vean que es todo inventado, que es algo que nos han enseado durante
aos. La idea es cuestionar eso y continuar siendo feliz, incluso ms feliz, siendo hombre. No s
si ustedes han visto la pelcula Matrix. Hay un momento en que Neo se da cuenta que lo que l
percibe como mundo es, en realidad, un tanque de lquido. En el Programa H trabajamos para
que, en un momento, los hombres digan, es verdad, y que todas esas ideas de que los hombres
son ms fuertes, que no podemos llorar o mostrar cuando tenemos miedo, son un mito. Hay una
serie de cualidades tradicionales que los hombres supuestamente debemos tener y queremos
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
18
mantener, y otras que no funcionan y que no han funcionado durante siglos que ahora estn
siendo cuestionadas. Yo puedo cuestionarlas y mi vida mejora. Y es mejor si este cuestionamiento
lo hacemos juntos. Porque ponerme en pie y cuestionar estos valores o normas, yo solo frente a
otros hombres, es casi imposible, es un suicidiosocial para el varn; pero si lo hacemos juntos,
ah empieza a tener cierta fuerza. Por eso, realizamos un ciclo de talleres junto con actividades
en las comunidades. A veces los varones nos dicen, es fcil cuestionar aqu, donde t ests de
facilitador y me ayudas a pensar, pero yo voy a ir fuera y mi hermano, mi pap, mi to o el profesor
me dirn que tengo que ser macho. Por eso hay que cuestionar juntos, para no crear varones que
se sientan aislados. Tiene que ser un proceso colectivo.
Preguntamos a los jvenes qu canales funcionan. En las favelas de Ro, usamos la msica rap
y el ftbol. Montamos stands fuera, donde la msica rap promovida por pandillas o grupos est
promoviendo una masculinidad violenta. Nos dijeron que tenamos que hacer la competencia
a este tipo de masculinidad, creando una marca de un hombre equitativo, no violento, que sea
pblico y que a las mujeres tambin les guste.
Existe la oportunidad de aprender del trabajo que hacemos dentro de esos grupos y en las
comunidades. Hay nueva informacin que nos permite ver cmo funciona este nuevo tipo de
ser hombre. Hay que crear estructuras alrededor que apoyen ese cambio. Un taller funciona
mejor cuando lo hacemos durante cuatro, cinco o seis meses como mnimo, porque permite la
posibilidad que las ideas nuevas puedan ser llevadas a la vida real. Yo lo intento, lo uso y veo cmo
me funciona. Despus, puedo conversar con otros sobre cmo me est yendo. Puedo explicar lo
que pasa cuando intento, en vez de ser el macho e imponer, utilizar dilogo.
Hemos realizado evaluaciones de impacto utilizando el mtodo cuasi-experimental, o sea, con
grupos de control, grupos de intervencin, pre-test y post-test. Diferentes estudios de evaluacin,
de forma consistente, muestran un impacto fuerte particularmente en la reduccin de las actitudes
a favor de la violencia de gnero, en la reduccin del acoso sexual en el caso de India, y en el
caso de Brasil, Chile e India vimos unaumento del uso de condn. En algunos casos, cuando los
hombres ya tienen hijos, tambin vimos un aumento en la participacin en las tareas domsticas
y en el cuidado. Varios de estos documentos de apoyo estn en la pgina de Promundo. Cuando
aplicamos este modelo de talleres, junto con un refuerzo de las ideas en las comunidades, vemos
de forma consistente cambios. Cuando preguntamos a las parejas de los varones, tambin las
mujeres nos dicen que s ha habido algn cambio.
Hemos trabajado en ms de 22 pases con grupos comunitarios y tambin hemos llegado a los
lugares de trabajo. Ahora estamos preparando para la Copa del Mundo, un trabajo con clubes de
ftbol. Tambin trabajamos con hombres jvenes a travs de la escuela, con grupos comunitarios,
centros de detencin, cuarteles con reclutas del ejrcito, con colegas tambin. Pero como hombres
adultos necesitamos algo que les llame la atencin, para que estn dispuestos a participar en un
proceso as. Cmo podemos llegar a ms hombres? Los procesos de talleres llegan tal vez a 750
o 1.000 hombres; pero si queremos llegar a millones, cmo lo vamos hacer?. En Brasil estamos
haciendo un curso online para profesores. Es un curso a distancia en el que los profesores y
profesoras reciben un certificado que se les da como parte de su evaluacin profesional cada
ao. En el curso online, se cuenta con la ayuda de un mentor o facilitador a distancia. En Brasil,
esto nos permite trabajar en tres estados, llegando a 5.000 profesores en un ao. Esos 5.000
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
19
profesores, a su vez, llegan a 200.000 alumnos. Estamos mirando formas de mantener el control
de calidad en los cursos, pero al mismo tiempo, aumentarlos.
El Programa F, que es el Programa Ftbol, lo estamos
realizando en muchas partes del mundo. Aqu, en Amrica
Latina, tambin se est trabajando mucho los programas de
microcrditos y empoderamiento econmico de las mujeres,
que tradicionalmente han dejado a los hombres fuera de estos
procesos, muchas veces por motivos buenos, porque las mujeres
necesitan alcanzar una independencia econmica y una equidad
salarial. Pero nosotros hemos visto que los hombres pueden ser
llamados como aliados. La idea es que la mujer tenga el control
sobre los recursos financieros econmicos, pero si llamamos a
los hombres a participar se ven resultados ms favorables.
Un ltimo tema que estamos trabajando es el tema de la paternidad. Hemos lanzado una campaa
global de hombres y cuidado, que se llama MenCare
2
. La versin en espaol es T eres mi
pap. La campaa ya est activa en 26 pases. Estamos utilizando la paternidad como camino
hacia relaciones menos violentas, utilizando la preparacin de ser pap, va cursos prenatales,
como un momento tanto para proteger a la mujer en casos de violencia, como para promover la
prevencin de la violencia y conversar sobre las relaciones de pareja con el varn.
Algo que tambin vimos fue que cuando mostramos en las campaas imgenes de una mujer
golpeada o de un hombre utilizando violencia, que se utilizan mucho en el mundo entero, los
hombres nos decan: Bueno, a m no me gusta eso. Yo no lo hago. Y los que lo hacan, sentan
vergenza. Pero cuando mostramos a los hombres siendo cuidadores, en una relacin positiva
con el hijoo con la pareja, los hombres nos miran y nos escuchan. Hasta los hombres agresores,
cuando nos parece que estn encerrados en s mismos y que no hay forma de tocarlos, si se les
pregunta: Yo veo en tu camiseta o en la foto de tu telfono que eres pap. Cuntame, cmo te va
con tus hijos?, de repente levanta el ojo y empieza a hablar. Entonces estamos encontrando un
camino hacia vidas no violentas, aprovechando el cuidado para hacer la vida de los hombres ms
llenas de sentido, y al mismo tiempo, reducir la violencia contra la pareja.
2 http://www.men-care.org/.
Creemos que los
hombres estn
cuestionando las
leyes contra la
violencia domestica
porque ha tocado
su poder
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
20
Vamos a hablar un poco de nuestra experiencia en la intervencin con hombres que ejercen
violencia contra las mujeres. El trabajo con hombres empieza desde la psiquiatra y la psicologa
en pases desarrollados y posteriormente, pasa a Iberoamrica con intervenciones psicolgicas
en los aos noventa. Nosotros observbamos la evolucin de esas intervenciones, y decamos: No
hay modelos en la regin, ni programas de intervencin, lo que tenemos son prcticas teraputicas
de intervencin. Porque, usualmente, en la poltica pblica, lo que se haca era contratar a un
psiclogo o a una psicloga para atender a los hombres autores de violencia. Estas han sido las
primeras intervenciones psicolgicas y teraputicas con hombres en la regin. Por ello hay que
preguntarnos,qu dice la psicologa sobre los hombres que ejercen violencia? Por ejemplo, Donald
G. Dutton
1
dice que los hombres han vivido estrs postraumtico y por eso reproducen su violencia,
porque vivieron violencia en la infancia. Enrique Echebura, un compaero de Espaa, nos dice
que los hombres presenciaron violencia hacia la madre y otros cuidadores y por eso la reproducen
con su pareja. David B. Wexler dice que los hombres viven un reflejo doloroso de s. Bsicamente,
la atencin psicolgica a hombres, que es la ms generalizada todava en Amrica Latina, nos
dice que los hombres, como comentaba Gary Barker, tuvieron una experiencia traumtica y la
reproducen en la vida adulta. Mnica Liliana, de la escuela de psicologa de Jorge Corsi, lo que nos
dice es que los hombres que ejercen violencia tienen ceguera selectiva. Emocionalmente, tienen
baja autoestima, restriccin emocional, inhabilidad de comunicacin, dependencia, inseguridad,
son aislados, controladores, celosos, etc. Como vemos, la imagen que se da de los hombres
1 Dutton, Dolnald, El Golpeador (Un perfil psicolgico), Paids, Buenos Aires, 1997.
Experiencia de trabajo con varones como
una estrategia de prevencin de la violencia
Caso Hombres por la equidad, Mxico
Exposicin Magistral
ROBERTO GARDA
Director de Hombres por Equidad, Mxico.
Licenciado en Economa y Magister en Sociologa con estudios en Antropologa de la Violencia (Mxico), la
intervencin en Visin Sistemtica del Conflicto (Estados Unidos) y Terapia de Reencuentro (Espaa). Director de
Hombres por Equidad, AC. Consultor del Fondo de Poblacin y de diversas Instituciones nacionales e internacionales
en la elaboracin de polticas pblicas dirigidas a hombres y programas de intervencin para detener la violencia
masculina hacia la pareja. Ha creado diversos programas de intervencin con hombres y masculinidades como
Hombres Renunciando a su Violencia de Coriac, Caminando hacia la Equidad de Hombres por la Equidad,
AC, Jvenes por la Equidad para el Instituto Politcnico Nacional, Programa de Intervencin Psicoteraputico
y Educativo para Hombres Agresores de Pareja de las Unidades de Atencin y Prevencin de la Violencia Familiar
(UAPVIF) del Gobierno del Distrito Federal, y La Estrategia de Reeducacin a Agresores que se est implementando
en todo el pas, entre otras metodologas de intervencin con hombres.
7 de noviembre de 2013
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
21
en estas primeras intervenciones no es muy positiva, pero lo que s se hace es identificar los
malestares, las cosas que a los hombres les duelen y que estn en la base de los abusos.
Una caracterstica de la intervencin psicolgica es que termina usualmente en perfiles. Lo que se
hace es clasificar a los hombres en tipos de maltratadores. Por ejemplo, EnriqueEchebura
2
nos
dice que son violentos/agresores (limitados a la familia), con caractersticas borderline/disfricas
y agresores violentos que son en general antisociales (y que requieren programas de tratamiento).
Dutton nos dice que hay psicopticos, hipercontroladores y cclicos emocionalmente inestables.
Michael P. Johnson seala que hay quienes ejercen terrorismo y quienes ejercen violencia comn
en la pareja. Wexler, en un libro que ha circulado mucho en Mxico, llamado Sin golpes
3
, nos dice
que hay hombres del tipo uno, que son golpeadores, del tipo dos, que son celosos, y del tipo tres,
que son fronterizos, voltiles, etc.
Si analizamos bien las propuestas de intervencin psicolgica, se centran, sobre todo, en el aspecto
emocional, en atender la problemtica del dolor, del malestar emocional de los hombres. Y ello
es relevante porque el problema de violencia es de abuso de poder, no de malestar emocional.
Este ltimo es reflejo del primero. Por otro lado, este tipo
de intervencin, usualmente, se da en terapia individual
o en terapia grupal. Quien atiende se ve como el psiclogo
o la psicloga, donde el ejercicio teraputico reproduce
el esquema mdico hegemnico en donde hay un sano o
alguien que sabe, y un enfermo o que no sabe, que es
el paciente. As, se reproduce una atencin jerarquizada de
atencin (la relacin mdico- paciente) para tratar de detener
un prctica tambin jerarquizada de violencia contra la pareja
(la relacin hombre-mujer). Esto, Foucault lo analiza muy
bien. El resultado es que el psiclogo, si es un hombre, no se
ve como un hombre que ha ejercido violencia; si es una mujer,
no se ve como una mujer que puede haber vivido maltrato. No slo hay una neutralidad y una des-
identificacin en quien atiende con relacin al paciente, sino que se hace invisible la jerarqua,
pretendiendo que el fuego apague el fuego. Considero que habra que reflexionar si esta estrategia
de intervencin es til para detener la violencia contra las mujeres.
Hay que estar atentos a la respuesta a esta pregunta, porque lo que ms existe en Amrica Latina
son intervenciones teraputicas, porque las leyes estn ordenando que as sea, y aunque en
muchos casos se ordena atencin psicoeducativa a los hombres, lo que termina por darse es
psicoterapia. Esto tambin es muy importante para ir viendo la diferencia entre intervenciones
teraputicas e intervenciones reeducativas, y cmo cambiaron posteriormente los procesos de
intervencin.
Partamos de que la violencia contra las mujeres es un problema de carcter poltico y social,
no exclusivamente emocional. Deca que, en la atencin psicolgica, se atiende el malestar
emocional de los hombres y se les brinda ideas para su bienestar psicolgico, pero esto no conlleva,
2 Echebura Enrique, Amor J. Pedro y Paz de Corral,Hombres violentos contra la pareja: trastornos mentales y perfiles
tipolgicos, Pensamiento Psicolgico, en Universidad del Pas Vasco, Pensamiento Psicolgico, Vol. 6, N13, 2009.
3 Welland, C. y Wexler, D. Sin golpes: Cuaderno de trabajo.Editorial Pax. Mxico, 2007
Partamos de que
la violencia contra
las mujeres es un
problema de carcter
poltico y social,
no exclusivamente
emocional
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
22
necesariamente, una propuesta sociolgica, ni tiene por qu ser abordado desde la perspectiva de
gnero. No contempla el problema de la violencia masculina como un problema social y poltico,
que se usa en espacios institucionales y privados. Estamos hablando de los aos sesenta y setenta,
y todo esto sigue muy vigente en Amrica Latina. Lo que hemos aprendido, bsicamente, es que
un hombre puede recibir terapia, estar emocionalmente ms estable, pero no forzosamente dejar
de ejercer violencia contra su pareja.
En los setenta, surgen los primeros modelos de intervencin y el movimiento feminista empieza
a decir que estas intervenciones son tiles, pero insuficientes para parar la violencia contra las
mujeres. Por este motivo, las feministas hacen una alianza con el sistema legal y piden que no se
mande a los hombres a terapia, sino que se les mande a un grupo de reflexin, a un programa.
Desde entonces, se empez a decir que las intervenciones tenan que ser procesos sistematizados,
con objetivos, con tcnicas, con indicadores, y que se dieran en grupo, no terapias grupales, sino
terapias reeducativas, para que los hombres no solamente tuvieran un bienestar psicolgico, sino,
sobre todo, para que pararan la violencia contra las mujeres.
Estos modelos que surgen en los setenta son modelos cognitivo conductuales, con un enfoque
feminista y educativo. Algunos los consideran actividades comunitarias y hay poca evaluacin de
ellos. El primero fue Emerge
4
, pero el de mayor influencia en el mundo occidental, en los pases
desarrollados, es el modelo Duluth
5
. Una caracterstica central de estos grupos es que sientan las
bases para procesos educativos y funcionan muy apegados a los sistemas legales. Pero hablando
de Amrica Latina, hemos tomado en cuenta estos modelos, y transitado hacia la construccin de
metodologas para atender la violencia de los hombres, sin dejar las intervenciones psicolgicas,
ya que son necesarias. Esta construccin ha sido nuestro aporte.
En primer lugar, hay que revisar el marco legal. En Amrica Latina, aunque tarde, en los noventa
se empez a hablar de las primeras leyes estatales sobre la proteccin a las mujeres, sobre todo
en casos de violencia familiar. Pero no es hasta el 2006, aproximadamente, que en Argentina,
Brasil y Mxico, se dan las primeras leyes donde ya se habla de manera ms especfica de
violencia contra las mujeres con un enfoque feminista. Fjense que no digo de gnero solamente,
sino con un enfoque feminista, porque hay feminismos que no estn de acuerdo con el enfoque de
gnero y con el concepto de gnero, porque dicen que el concepto de gnero est desplazando
al concepto de mujeres y prefieren retomar el concepto de mujeres. Entonces, estas leyes de
Brasil, Argentina y Mxico -no s cmo andarn en Per-, dan un marco legal y dicen que se tiene
que atender sobre todo a hombres que ejercen violencia.
En los noventa empezamos a organizarnos a nivel de Iberoamrica, pues entramos muchas
personas a estos temas. Algunos entramos por cuestiones de paternidad, algunos entramos
porque nuestra pareja o nuestra ex pareja nos empez a cuestionar por el ejercicio de nuestra
violencia, y as, empezaron a surgir las primeras organizaciones de hombres. Jorge Corsi empez
a tener sus primeros trabajos en la Universidad de Buenos Aires. El Instituto Noos de Brasil
6
,
empez con un modelo de terapia familiar y sistmica, con perspectiva de gnero, para trabajar
4 http://www.emergedv.com
5 http://www.theduluthmodel.org/about/index.html
6 http://www.noos.org.br
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
23
con hombres que ejercen violencia. El Instituto WEM
7
, de Costa Rica empezaba a organizarse
tambin para trabajar talleres de masculinidades y violencia. En Mxico fundamos CORIAC, el
Colectivo de Hombres por Relaciones Igualitarias, AC, y en cinco aos desarrollamos el Programa
de Hombres Renunciando a su Violencia. En Nicaragua, con Oswaldo Montoya y otros compaeros
se cre la Asociacin de Hombres contra la Violencia
8
.
Una caracterstica de estos programas es que decidimos no acercarnos a los sistemas legales,
porque veamos que los sistemas legales en Iberoamrica usualmente no eran confiables para
nosotros. En ese momento, pensar en una prctica as como la de hoy no era imaginable, que
vinieran policas, mujeres y hombres del ejrcito, no era imaginable, aunque despus ya se
empez a hacer una realidad. Por eso decidimos trabajar slo con los hombres que asistieran de
una manera voluntaria.
Trabajar con hombres que van mandados por las Cortes, junto con aquellos que van de manera
voluntaria, impacta en la metodologa. Por eso, despus tuvimos que crear una metodologa
propia en Amrica Latina, porque pensbamos que aunque los sistemas legales mandaran a
los hombres a los programas (como Emege y Duluth), no hay recursos econmicos como en los
pases desarrollados para mantener un seguimiento de estos hombres. Tuvimos que crear una
metodologa donde ellos se sintieran motivados para quedarse en los grupos. La adherencia no
podra venir de la presin legal, sino del convencimiento personal resultado de una adecuada
metodologa de intervencin.
Nosotros, adems de revisar la bibliografa internacional, empezamos a combinar varios marcos
tericos cognitivo conductuales, introduciendo elementos de las diferentes corrientes psicolgicas.
Y quienes tenamos una formacin ms social, hacamos nfasis en la reeducacin, alejndonos de
esa manera de las intervenciones psicolgicas tradicionales. Incluso, posteriormente, tomamos
elementos de formaciones en sexualidad, que hablaban de la importancia del cuerpo y del abuso
sexual.
Otra caracterstica de los programas en Amrica Latina es que la experiencia va desde las
asociaciones civiles hacia las instituciones. Es muy interesante cmo las instituciones pblicas
se han ido interesando en las metodologas que hemos creado desde las asociaciones. Ello ha
permitido que en las instituciones pblicas se reconozca nuestro trabajo. Por otro lado, un reto
para los programas de Amrica Latina es que tenemos el mal hbito de no evaluar. En los pases
desarrollados, las evaluaciones que se han hecho del modelo Duluth y otros no arrojan muy
buenos resultados. En general, si revisamos las evaluaciones de este tipo de trabajos con hombres
agresores, no salimos bien parados. Esto puede significar varias cosas: o que las evaluaciones no
sirven, o que los modelos no sirven, o que estamos trabajando un tema, que es la violencia contra
las mujeres, que es tan complejo que apenas empezamos a tener una nocin de cmo atenderlo.
Yo me inclino por esta ltima opcin. Creo que apenas estamos entendiendo el fenmeno y apenas
estamos pensando en los indicadores para evaluar el trabajo.
7 http://www.institutowemcr.org
8 https://es-es.facebook.com/pages/Asociacion-de-Hombres-Contra-la-Violencia
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
24
Otra diferencia con los pases desarrollados es que en Amrica
Latina no hay modelos que normen a otros. Creo que hubo una
influencia fuerte del modelo de CORIAC, pero se han ido creando
otras propuestas de las instituciones de Brasil, Nicaragua, Costa
Rica, etc. En Mxico, cmo andamos las asociaciones civiles? El
Programa de Hombres Renunciando a su Violencia ha sido el de
mayor influencia. Lo escribimos del ao 1998 al 2002. En Hombres
por la Equidad, AC
9
ya no trabajamos con este modelo, trabajamos
con uno que se llama Caminado hacia la equidad. En GENDES
10
,
que es una asociacin civil, se trabaja con un modelo de Estados
Unidos. En MOHRESVI, que tambin es una asociacin que sali
de CORIAC -que cerr en 2005-, siguen usando el Programa
de Hombres Renunciando su Violencia, pero ya lo modificaron
mucho. En la Direccin General de Prevencin y Atencin a la Violencia Familiar del Gobierno del
Distrito Federal estn las Unidades de Atencin y Prevencin de la Violencia Familiar (UAPVIFs)
11
,
elaboramos un programa llamado Programa Teraputico y Educativo de las UAPVIFs. En el Instituto
Latinoamericano de Estudios de la Familia
12
se elabor el programa CIVA. En la Procuradura
General de Justicia del Distrito Federal
13
se elabor el programa psicoteraputico CIVA. En el
interior, en Mxico, se han seguido formando nuevas asociaciones: Colectivo de Hombres Libre
de Violencia
14
en Aguascalientes; en los Cepavis
15
de Sinaloa, Colima o Jalisco; en Musivi; en
Chihuahua
16
, etc.
Al presentarles los nombres y las diversas estrategias que se utilizan, les quiero decir que la
tendencia, por lo menos en Mxico, y que sera saludable para el resto de Amrica Latina, es que
surjan ms asociaciones y metodologas. De esta manera, habr ms programas que trabajen
otras formas de ejercer violencia para atender la diversidad de hombres que existe, y para atender
tambin las diferentes formas en que cambian y se transforman las estrategias de control de
los hombres. En Mxico, a raz del tema del narcotrfico y la violencia social, est habiendo una
respuesta desde la sociedad civil, de crear ms metodologas y espacios para hombres. Ya no
se piensa en un modelo o una forma nica de trabajar con hombres, sino que cada quin va
construyendo sus mtodos. Si trabajo con Juan, y Juan trabaja doce sesiones, porque mi modelo
es de doce sesiones, una vez que concluye, lo canalizo a otra institucin donde tal vez trabaje 53
sesiones y profundice en otras cosas, y de all, me mandan a otros usuarios que concluyen, y aqu
profundizamos otras cosas. La tendencia en Mxico est siendo abrir muchas experiencias.
As, partimos inicialmente de prcticas de atencin psicolgica de diversas escuelas como
psicoterapia, Gestalt, cognitivo conductual, sistmica, etc., que todava est vigente y se usa en
varios espacios, a un segundo tipo de intervencin de corte ms psicoeducativa, con un enfoque ms
cognitivo-conductual y feminista (que sera el Programa Hombres Renunciando a su Violencia). Un
9 www.hombresporlaequidad.org.mx
10 http://www.gendes.org.mx
11 http://www.equidad.df.gob.mx
12 http://www.ilef.com.mx
13 http://www.pgjdf.gob.mx
14 http://cohlv4.wix.com/cohlv
15 Sinaloa: http://www.laipsinaloa.gob.mx; Colima: http://www.cepavi.col.gob.mx; Jalisco: http://cepavi.jalisco.gob.mx
16 http://www.institutochihuahuensedelamujer.gob.mx/home.html
La adherencia no
podra venir de la
presin legal, sino
del convencimiento
personal resultado
de una adecuada
metodologa de
intervencin
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
25
tercer momento es el de programas multidimensionales y multicomponentes, que son modelos
de Iberoamrica de tercera generacin.
Qu caractersticas tienen estos modelos? El Programa Hombres Renunciando a su Violencia
obedeca ms a los programas cognitivo-conductuales con enfoque feminista. Es un programa
que aqu en Per, afortunadamente, ha tenido impacto. Sirve para detener muchas prcticas
de violencia, pero otras no se tocan. Tiene virtudes y tiene defectos. Nosotros hicimos una
sistematizacin de la experiencia y creamos el Programa Caminando hacia la equidad. Esto surge
porque, en el 2005, platicando con Luis Bonino de Espaa, otro compaero que trabaj con Jorge
Corsi, comentbamos que haba la necesidad de hacer una sntesis, de hacer un resumen, una
serie de lineamientos y sugerencias de lo que hemos aprendido en estos diez aos, de 1995 a
2005,en la intervencin con hombres. As, Jorge Corsi y Luis Bonino escriben un libro, que se
puede bajar de internet, que les recomiendo mucho, que se llama Grupo 25, con lineamientos para
la intervencin con hombres que ejercen violencia
17
.
Nosotros en Mxico iniciamos un nuevo camino. El primer paso surgi de la creacin de un
Programa en la Secretara de Salud que es el que mandata la Ley de Acceso de las Mujeres a una
Vida Libre de Violencia. En 2008 y 2009 se elabor el Programa de Reeducacin para Vctimas y
Agresores de Violencia de Pareja. Este modelo, creo que ha sido el de ms impacto en Mxico.
Oswaldo Montoya particip tambin en una reunin donde revis este documento, pues invitamos
a varios especialistas ya que la finalidad era abrir a nivel nacional, grupos de reflexin de hombres
y de mujeres. Esto se hizo as a travs del sistema de salud, con un presupuesto asignado y
con un equipo de compaeras y compaeros investigadoras y de la sociedad civil organizada que
colaboramos para crear el Programa. Para esto, deba haber un diagnstico. Por eso, en el 2009,
se hizo el diagnstico
18
, y a partir del 2010 se hizo el programa de intervencin
19
que contiene
toda la metodologa. Yo voy a dejar uno de estos ejemplares en el Ministerio de la Mujer, pero an
as, quienes quieran, pueden bajarse los libros que contienen toda la metodologa, por internet,
entrando al Instituto Nacional de Salud Pblica
20
.
Entonces, a partir del 2008 en Mxico, empezamos a reproducir grupos en toda la Repblica
con este Programa de la Secretara de Salud. De hecho, hace todava quince das, estuvimos en
Morelos. Este es un programa de 24 sesiones, donde se estn abriendo grupos de mujeres y
grupos de hombres. Lo interesante de este Programa es que el Estado lo asume como propio y
da un salario a los facilitadores y facilitadoras. Cada equipo de cuatro facilitadores y de cuatro
facilitadoras, tiene que abrir ocho grupos a la semana, y los viernes son para contencin. Esta es
una estrategia muy relevante desde la perspectiva multidimensional y multicomponente.
Otra experiencia que camina hacia una comprensin en la elaboracin de programas de tercera
generacin fue cuando nos solicitaron a Hombres por la equidad en el Gobierno del Distrito Federal
que elaborramos una metodologa para abrir grupos de reflexin en la capital. El Gobierno de la
17 http://www.luisbonino.com/pdf/CUADERNOS-G25.pdf
18 Hjar M, Valdez R, ed. Programas de intervencin con mujeres vctimas de violencia de pareja y con agresores: experiencia
internacional y mexicana. Cuernavaca, Mxico: Instituto Nacional de Salud Pblica, 2009. Web para descarga:http://www.insp.mx/
images/stories/Produccion/pdf/100722_cp39.pdf
19 Hjar M, Valdez Santiago R. Programa de reeducacin para vctimas y agresores de violencia de pareja. Manual para responsables
de programa. Cuernavaca, Mxico: Instituto Nacional de Salud Pblica, 2010. Web para descarga: http://www.insp.mx/images/
stories/Produccion/pdf/101202_mrv.pdf
20 http://www.insp.mx/
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
26
Ciudad nos solicit que hiciramos el programa de intervencin psicoteraputico educativo para
hombres agresores en las Unidades de Atencin, que se abri en el 2009.
Es interesante resaltar que todos los procesos de creacin metodolgica, implican, por lo menos,
de dos a tres aos de trabajo para conocer la necesidad de la institucin que te est pidiendo
el programa. Primero, hay que elaborar el diagnostico; despus, hay que hacer una serie de
propuestas de intervencin, con objetivos que se tienen que monitorear en un segundo ao; y
despus, se necesita un tercer ao para empezar un proceso de formacin y capacitacin para que
la gente lo empiece a reproducir. Por eso, la construccin de metodologa no es rpida, implica toda
una cuestin de mtodo. Hemos comprobado que si se toma tiempo y cuidado en la construccin
del mtodo, se consiguen impactos y se pueden evaluar mejor los resultados.
Tambin tenemos el Programa de Jvenes por la Equidad, que realizamos en el Instituto
Politcnico Nacional, donde abrimos grupos de jvenes en doce escuelas de educacin superior.
Ha sido una experiencia muy satisfactoria ver cmo los jvenes van a su grupo de reflexin para
parar la violencia en el noviazgo, para parar las violencias hacia las mams o hacia las hermanas.
Desafortunadamente, este Programa dur poco, pues las autoridades del Instituto al parecer
tuvieron otros planes diferentes al de trabajar con jvenes violentos. Lo cual tambin nos ense
otra cosa: si no hay voluntad poltica, el trabajo con hombres simplemente no camina.
Sin embargo, todas estas experiencias nos permitieron comprender ms y mejor la necesidad
de elaborar una metodologa para programas multicomponente y multinivel, con enfoque de
gnero, y que se focalizara en detener prcticas de abuso y mantener y generar prcticas de
equidad. Usualmente, los modelos cognitivos-conductuales con enfoque feminista se fijaban ms
en cambiar la conducta de abuso o en detener la violencia contra la pareja. Ahora, adems de esto,
proponemos fomentar la conducta de equidad de los hombres. Los modelos multidimensionales
implican la comprensin que el cambio personal no es suficiente, sino que implica un compromiso
con la pareja, institucional y cultural. Cambiar en la casa no es suficiente para terminar con la
violencia social contra las mujeres. Una agenda multidimensional implicara que se hagan
sesiones organizadas a nivel macro-social, micro-relacional y micro-personal. En el macro-
social, se analiza, por ejemplo, la cultura, la violencia contra las mujeres, la violencia en espacios
institucionales o la construccin de la masculinidad. A nivel micro-relacional se analiza qu es la
autonoma, la paternidad, la relacin de pareja, con los hijos. Y a nivel micro-personal, el cuerpo,
su sexualidad, etc. Por tanto, tener un enfoque multidimensional implica que uno decide en sus
objetivos poner e instrumentar una serie de tcnicas para abordar lo macro y lo micro, o decide
solamente trabajar lo micro-individual o micro-personal. Lo importante es tener conciencia de
qu dimensin est atendiendo la tcnica que estoy aplicando.
La intervencin multicomponente implica focalizar la violencia contra la pareja y abordar diversos
componentes, ya sea el componente cognitivo, el de comunicacin, las historias de vida, el
del cuerpo, el componente de la conducta, o el emocional. As, pueden haber programas muy
cargados hacia lo cognitivo y hacia la conducta, pueden haber programas ms psicoteraputicos,
enfocados hacia la historia de vida y las emociones. El enfoque multicomponente significa que no
todos los modelos pueden abordar todos los componentes, pero todos tienen como objetivo final
detener la violencia de la pareja. T puedes ir por varios caminos, pero tienes que llegar aqu, a
parar la conducta de violencia contra la pareja. Si tu modelo llega a otra cosa, por ejemplo, a que
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
27
los hombres logren bienestar emocional, entonces ese modelo pierde el enfoque de gnero. No
es que no sea til para esa poblacin de hombres, pero no es til para detener la violencia contra
las mujeres.
Entonces, trabajar con los grupos de hombres implica tener una mirada muy fina de hacia dnde
quiero aterrizar los objetivos de mi programa. Todo vale? S, pero hay que tener muy en cuenta que
las leyes mandan, y que se tienen que hacer modelos para parar la violencia contra las mujeres.
As funcionara un enfoque multicomponente, que requiere ver con los usuarios cules son los
componentes que sirven, e incluir otros componentes, si es necesario. Asimismo, los modelos
multicomponente son complejos, parten de la teora de la complejidad e implican una reeducacin
para las facilitadoras y los facilitadores. Lo que se busca es, por ejemplo, que de cada enfoque
realices tcnicas, y que esas tcnicas, de acuerdo a los usuarios, las apliques para disminuir las
prcticas de violencia. El mismo caso se aplicara a las cuestiones de las prcticas de equidad:
eliges las tcnicas y fomentas las prcticas de equidad.
Pero,qu resultados, de manera muy general, hemos obtenido con estas maneras de trabajar
con hombres, con todos los programas que hemos creado? Nosotros hemos observado cambios
cognitivos, y dentro de los cambios cognitivos, tenemos dos categoras. Por un lado, hay algo
que llamamos pensamientos distorsionados, que es una categora psiquitrica que trabajamos
mediante la relajacin. Pero lo que ms cuesta a los hombres es cambiar sus ideas con relacin
a la pareja, lo que llamamos, ideas de dominacin. Los hombres pueden estar efectivamente ms
relajados, pero seguir pensando lo mismo de su pareja, lo mismo que piensa cualquier hombre
que no vaya al grupo. Entonces, puedes cambiar algunos aspectos cognitivos, pero otros, no. Los
hombres s identifican sus creencias de dominacin y llegan a pararlas.
Por otro lado, los hombres, en general, detienen sus prcticas de violencia en estos programas,
ejercen prcticas de equidad como el trabajo domstico y se involucran ms con sus hijos e hijas,
pero tienen dificultad en detener sus prcticas de violencia sexual y emocional. Ah hay todo
un trabajo, como dira Luis Bonino, para parar los micromachismos o las prcticas de violencia
sexual. Hay dificultad para el reconocimiento emocional y la comunicacin de la historia de vida.
Los hombres reconocen haber vivido violencia en su infancia, pero no entran en el trabajo de la
experiencia del trauma. Ah es cuando nosotros observamos que los modelos de reeducacin,
cuando mejor funcionan, es cuando los implementan, paradjicamente, psiclogos y psiclogas,
y no promotores comunitarios.
Nosotros, en el programa que aplicamos a nivel federal, capacitamos a psiclogos y psiclogas,
porque justamente cuando los hombres llegan a tocar la experiencia del trauma, es cuando las y
los necesitamos, pues son quienes ms habilidades tienen para poder manejar este momento. En
CORIAC, se tuvo la experiencia de personas que no tenan esa profesin, y que eran promotores
o promotoras que no saban cmo manejar esa experiencia traumtica. Por eso, nosotros
sugerimos psiclogos y psiclogas para modelos que quieran llegar a esa profundidad. En estos
modelos, hemos encontrado mayor asistencia, mayor posibilidad de detener la violencia. Pero
el reto con las psiclogas y psiclogos es que se vean a su vez como personas que han vivido o
reproducido la violencia contra las mujeres, y que es en el reconocimiento de esa experiencia, y de
lo que han aprendido, la esencia de su trabajo de intervencin. Entonces requerimos psiclogos y
psiclogas que no sean tales, sino que sean, frente a grupo de reflexin, sobre todo facilitadores
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
28
y facilitadoras, y que implementen procesos reeducativos y no teraputicos en estos grupos. Pero
que, adems, sepan manejar las experiencias de dolor y trauma con herramientas teraputicas
sin dar terapia, sino manteniendo la filosofa de los grupos de reflexin: desmontar la desigualdad
de poder y para ello, es inevitable pasar por la experiencia
de dolor, pero no es su fin.
Tambin hemos observado que el cambio es complejo,
es cclico, es contradictorio. A veces los hombres que van
a estos grupos cambian, pero despus, cuando dejan el
grupo, olvidan el cambio. Entonces, tienen que regresar al
grupo. Creo que esta idea de la medicin del cambio es algo
complejo, algo que hay que ir trabajando ms. Tenemos
que construir indicadores, ndices, procedimientos de evaluacin, fuentes de informacin. Por
ejemplo, Alicia nos puede decir que Pedro, su esposo, no est cambiando, pero Pedro nos puede
decir que l est cambiando. Pero Alicia se refiere a la situacin sexual y Pedro se refiere a la
violencia fsica. Entonces,est cambiando o no est cambiando Pedro? En las entrevistas que
hicimos, cuando contrastamos lo que deca la pareja y lo que deca el usuario, encontramos
coincidencias, diferencias y omisiones. Cosas que l dice y que ella no dice, cosas que ella dice y
l no dice. Esto nos lleva a ver la evaluacin como un proceso complejo.
Pero, dnde entra aqu la masculinidad? Si se dan cuenta, realmente cuando yo les hablo de
una intervencin multicomponente, no les estoy hablando de una intervencin que tenga muchos
elementos de masculinidad. La masculinidad, nosotros la entendemos como esa serie de temas
de salud, trabajo, sexualidad, paternidad, violencia, que no se focalizan forzosamente en detener
la violencia contra las mujeres. Un taller de masculinidad, una charla sobre masculinidad, puede
incluir la violencia hacia las mujeres, pero puede enfocarse desde los temas de cultura, paternidad,
trabajo, etc. El objetivo, sobre todo, es resignificar la identidad masculina, es cmo nos salimos los
hombres de esta trampa que hemos construido.
Nuestra experiencia nos dice que los talleres y los cursos sobre masculinidad son tiles para
reflexionar sobre la identidad de los hombres como tales, pero no forzosamente para parar la
violencia contra las mujeres. En la prctica, lo que hemos hecho ha sido combinar sesiones. Por
ejemplo, empezamos con una sesin de paternidad, donde sabemos que no se va a tratar de
manera profunda el tema de la violencia contra las mujeres, sino el tema de la identidad; y en la
siguiente sesin se trabajan habilidades cognitivas para parar la violencia contra las mujeres, o
sea, regresamos ms a la tradicin de los programas de atencin a hombres que ejercen violencia
con su pareja. En la tercera sesin, se trabaja el tema de salud con hombres; en la cuarta, el tema
de manejo de mi enojo y cmo se relaciona con la violencia contra las mujeres. As, combinamos
procesos de intervencin con un enfoque de masculinidades, con otra sesin que obedece ms a la
tradicin de trabajar violencia contra las mujeres. Pero aunque hemos hecho eso en el Programa
de la Secretara de Salud y en el Programa del Gobierno del Distrito Federal, no lo hacemos as
para el Programa de Hombres por la Equidad, AC que se denomina Caminando Hacia la Equidad.
En ste ltimo usamos sobre todo una metodologa multinivel y multicomponente con enfoque
de gnero. Esto es, el tema de las masculinidades es secundario, y nos centramos en detener la
conducta de violencia resignificando y parando lo que haya que parar en los otros componentes
que apoyan sa conducta de violencia.
Tenemos que construir
indicadores, ndices,
procedimientos de
evaluacin, fuentes de
informacin
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
29
Cuando se trabaja slo masculinidad, el resultado es que los usuarios podrn resignificar su
identidad masculina tradicional, pero no parar su violencia contra su pareja. Debido a esto es que,
en general, las compaeras del movimiento feminista desconfan de este trabajo, porque ven que
los hombres hacemos como el Club de Tobi aqu. Creemos que los programas y talleres que
son exclusivamente de masculinidades tienden al androcentrismo, y puede que haya talleres y
actividades donde se ve a los hombres tener conductas equitativas, pero no parar su violencia.
Esta contradiccin da complejidad: un hombre puede lavar trastes, y despus exigirle a su pareja
la cena. O puede ser excelente pap, pero despus abusador de la pareja. Por esto, yo creo que
quienes estamos en este tema, todava no lo tenemos muy claro. Desde nuestra experiencia
hemos reflexionado que el tema de masculinidad es til para convocar a los hombres, pero no
forzosamente detiene la violencia hacia las mujeres. El tema de la violencia contra las mujeres,
por el contrario, no convoca a los hombres, pero s convoca a aquellos hombres que quieren parar
su violencia contra las mujeres.
En Mxico, hemos optado por trabajar con los pocos hombres que llegan porque quieren y
reconocen que su violencia es un problema. Es como decidir entre calidad y cantidad, que son
objetivos diferentes. No hay cosas buenas ni cosas malas, son objetivos diferentes. A m, lo
que me preocupa, es que despus digamos que vamos a llegar a rojo, pero todo lo que hicimos
fue para construir azul. Entre los medios y el fin debe haber una coherencia metodolgica. Y
digo esto, porque a veces quienes trabajan masculinidad dicen que van a detener la violencia
contra las mujeres, y no es as, pues su metodologa no busca ese fin. Pueden atraer muchos
hombres, pueden reflexionar muy profundamente sobre su identidad, e incluso despus del taller,
ir al mdico, hacerse la vasectoma, asumir responsabilidad en el trabajo domstico, etc., pero
nada de ello garantiza parar la violencia contra la pareja, y no lo
hace, porque en el taller no se dan esas herramientas. Un taller
busca sensibilizar, construir conciencia, no cambiar conductas;
pero el grupo de reflexin s, y la metodologa multinivel y
multicomponente tambin.
Finalmente, algo que hemos hecho mucho en Hombres por la
Equidad es evaluar, medir la construccin de indicadores, la
construccin de ndices, las fuentes de informacin. Hemos sido
cautelosos en que todos los programas tengan indicadores. No es
fcil, porque todava no hay mucho hbito de medir o de registrar.
An gana mucho la teraputica en los procesos de intervencin.
Los psiclogos no se ven como facilitadores, las psiclogas no
se ven como facilitadoras, y en el trabajo de la facilitacin se debe de medir y registrar todo lo
humanamente posible, pues todo se va a analizar. Y es algo indispensable, pues cuando pedimos
recursos nos piden el impacto que estn teniendo estos programas.
Para terminar, quiero decir que estamos inventando metodologas e iniciativas lo mejor que
podemos, porque hay una gran cantidad de hombres a los que no estamos atendiendo. Yo veo
el trabajo que hacen en Brasil, PROMUNDO, el Instituto Noos, o el Instituto Papai. Veo el trabajo
que hacen en Chile, veo lo que hacen en Costa Rica, o en AHIC de Espaa, y me parece que
todava somos un grupo pequeo que a veces confunde lo que es trabajar con masculinidades y lo
que es trabajar violencia contra las mujeres. Los hombres tendramos que buscar metodologas
El tema de
masculinidad es
til para convocar a
los hombres, pero
no forzosamente
detiene la violencia
hacia las mujeres
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
30
ms claras, pero no existen porque tampoco hay marcos conceptuales claros. Realmente, los
conceptos como masculinidad o nuevas masculinidades tendran que reformularse, e incluso creo
que dejarlos por otros mejores y que representen ms y mejor la experiencia de los hombres.
En Mxico, hay compaeras y compaeros que dicen que ya no hay que usar estos conceptos,
pero tambin dicen que tenemos que utilizarlos, porque convocan a la gente. Creo que son
contradicciones de un campo de trabajo que no acaba de cuajar, porque es muy nuevo, y porque
estamos analizando y trabajando con un sujeto social que tiene poder, y que ha usado ese poder
comnmente para abusar, para ser el sujeto de estudio y no el objeto, y para ser el sujeto de la
historia y no el sujeto que tiene que cambiar porque la historia ya le dijo que es un puesto vacante
si no hacen cambios ms profundos y radicales.
En conclusin, creo que hay que crear nuevas metodologas y que debe estar presente la
mirada incmoda de las compaeras en todo lo que hacemos. Yo me he encontrado, despus
de formaciones a facilitadores sobre estas metodologas, que cuando llegan las compaeras a
observar cmo se trabaja con hombres, los hombres se molestan. Ah te das cuenta de que hay una
falta de trabajo personal. En Iberoamrica, no hay cuadros, no hay hombres listos para trabajar
con hombres, porque a veces, es atractivo aprender el discurso, pero no hay una reflexin personal
sobre el ejercicio de mi violencia. Por eso es difcil encontrar gente. A nosotros nos pas cuando
empezamos a reproducir a nivel nacional el programa de intervencin con la Secretara de Salud.
Pero,qu hemos aprendido en este trabajo desde el cierre de CORIAC? Hemos aprendido la
relevancia del marco terico. En Iberoamrica hemos asumido de forma muy pasiva y lineal
los conceptos trados de los pases desarrollados, como masculinidades, como gnero. Yo soy
ms partidario de problematizarlos y de que creemos nuestros propios cuerpos tericos, porque
nuestra cultura y nuestra identidad son diferentes. Cules son los conceptos que me preocupan?
Yo creo que si me ponen a elegir entre el feminismo de la diferencia y el feminismo radical, me
quedo con el radical. Me preocupa que se est usando el concepto de gnero como un concepto
relacional. Para atender violencia debemos leer al feminismo radical, que nos est hablando de
gnero como abuso de poder y no como un concepto relacional. Aqu hay todo un debate a nivel
terico-conceptual.
Que hablemos de trabajar con hombres que ejercen violencia y no de masculinidad, igual confunde.
Yo estuve haciendo una investigacin con organizaciones no gubernamentales de compaeras
feministas en el centro del pas, donde ellas narraban su experiencia de cmo consiguieron
recursos para que se les dieran talleres de masculinidad a los hombres. Despus de los talleres
decan, Roberto, los hombres son menos violentos, pero en verdad, eran ms violentos. Era muy
interesante cmo el concepto reciclaba los abusos, porque el concepto de poder no era el eje
vertebral de estos talleres, el concepto vertebral era la identidad.
Por eso, nosotros trabajamos con hombres que ejercen violencia, y aunque trabajamos
masculinidades, se presenta como hombres que ejercen violencia. Me decan que eso iba a asustar
a los hombres. Claro que los va a asustar, pero a los que ya estn listos para cambiar, no los va
a asustar, los va a invitar a venir. Hemos aprendido tambin de la importancia de la formacin de
los equipos de trabajo. Antes, yo pensaba que no haba que profesionalizar los equipos. Ahora digo
que s, que necesitamos gente con un currculo formado con rigor tcnico y metodolgico para
intervenir. Esto las compaeras ya lo saben. Con mujeres que viven maltrato y con hombres que
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
31
ejercen violencia, no podemos realizar un trabajo meramente comunitario. Trabajar con hombres
que ejercen violencia es muy serio, tiene que ser muy bien medido y tenemos que ver impactos.
Hay que dar seguimiento y contencin a estos equipos, y detener la violencia institucional que se
ejerce contra estos equipos.
A quines nos estamos dirigiendo?Cul es el grupo objetivo de estos programas? Nos estamos
dirigiendo a hombres que quieran cambiar. Pero, Roberto, me dirn, vas a dejar fuera muchos
otros grupos de hombres. S, porque aqu nadie cambia a nadie, y eso es un principio teraputico
que est bien claro. Vamos a crear una metodologa para
hombres que quieren cambiar. Podemos ponernos de cabeza,
pero cuando un hombre no quiere cambiar, no va a cambiar y
no va a ir a estos espacios.
Finalmente, hay que evaluar, entender la evaluacin como un
proceso complejo donde hay que aprender. Recordemos que
se puede hacer esto si los hombres se adaptan al mtodo,
y no el mtodo a los hombres. Algo que hemos visto en las
instituciones que trabajan con hombres es que para que el hombre se quede, se cambia toda
la metodologa. Este es un principio teraputico, pues el terapeuta se adapta a la necesidad del
cliente. Pero aqu, en procesos de reeducacin, eso no sirve. El que siempre se debe adaptar a
una estructura es el hombre, porque ese es el proceso de la reeducacin, se adapta a los lmites
del programa, del grupo y del facilitador. Justamente as se genera un proceso reeducativo, pues
desde los lmites se reeduca al poder.
En resumen, esto es lo que nosotros hemos aprendido en nuestro camino. Muchas gracias,
compaeros y compaeras.
Justamente as se
genera un proceso
reeducativo, pues
desde los lmites se
reeduca al poder
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
32
El trabajo del Programa de Hombres que Renuncian a Su Violencia (PHRSV) se inici en el
2004, en la Unidad de Sexualidad y Salud Reproductiva (USSR) de la Facultad de Salud Pblica y
Administracin (FASPA) de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). En general, quiero
hablar sobre esta experiencia, pero no solo del trabajo con agresores que realizamos, sino del
trabajo con varones, gnero y masculinidades de nuestro equipo.
Para comenzar quisiera hablar sobre el contexto de los inicios de nuestro trabajo. La Unidad de
Sexualidad y Salud Reproductiva (USSR) de la UPCH es una unidad de investigacin que centra
sus estudios en la violencia contra la mujer, los derechos sexuales y reproductivos, la mortalidad
materna y el gnero y las polticas pblicas. Adems, cuenta con una lnea de intervencin sobre
los temas de salud y gnero, masculinidades y violencia contra la mujer, masculinidades y salud
reproductiva, envejecimiento y pobreza y determinantes sociales de la salud. Los principales
objetivos con los que esta Unidad fue creada, hace ya diez aos, son:
1. Desarrollar iniciativas en el campo de la formacin de recursos humanos y de la investigacin
sobre sexualidad y salud reproductiva, que permitan la actualizacin de profesionales y
docentes interesados en nuevos enfoques conceptuales y metodolgicos, en los campos
antes mencionados.
2. Disear proyectos de investigacin e intervencin orientados a mejorar la calidad de vida y
la salud sexual y reproductiva en el campo de la salud pblica.
3. Iniciar un nuevo programa de estudios de postgrado conducentes, en un primer nivel, al
diploma de gnero y salud sexual y reproductiva, y en un segundo nivel, a la maestra en
esa especialidad. Este programa de maestra fue llevado a cabo con apoyo de la Fundacin
Ford y fue uno de los programas pioneros en maestras en los campos del gnero y la salud
sexual y reproductiva en Per.
Experiencia de Trabajo con Varones como una
estrategia de Prevencin de la Violencia Caso
Hombres que Renuncian a su Violencia, UPCH, Per
Exposicin Magistral
CHRISTIAN GUZMN
Coordinador del Programa metropolitano de reeducacin para hombres que ejercen violencia sobre sus parejas
Oye varn aprende a vivir sin violencia.
Mster Ejecutivo en Estudios del Desarrollo de Graduate Institute of International and Development Studies; Psiclogo
Social de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Actualmente coordinador del Programa Metropolitano de Re-
Educacin para Hombres que Ejercen Violencia contra sus Parejas Oye varn, aprende a vivir sin violencia.
Impulsor de la Red de ALIADOS Per - Involucrando hombres en la promocin de la igualdad de gnero http://
guzmanmazuelos.wix.com/aliadosperu (web en versin de prueba).
Consultor en gnero y desarrollo; especialista en masculinidades y violencia basada en gnero.
7 de noviembre de 2013
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
33
Desde este espacio, en el ao 2000 se inici un proyecto con el apoyo de la Organizacin Mundial
de la Salud (OMS): el Estudio Multicntrico para determinar el estado de la violencia contra la
mujer y el impacto en su salud. Fue un estudio pionero en su momento porque, utilizando una
metodologa adaptada culturalmente, permita comparar prevalencias de violencia contra las
mujeres en diferentes pases. Si bien es cierto que ya existan mltiples investigaciones al respecto,
esta es una de las primeras investigaciones que permite hacer comparaciones de prevalencia
entre pases, con una misma metodologa, pero adaptada culturalmente. De hecho, hubo todo un
largo proceso de adaptacin de los materiales, la metodologa, los cuestionarios, etc., que fueron,
adems, traducidos y adaptados culturalmente.
Este proceso de adaptacin cultural no implicaba nicamente la traduccin sino sobre todo un
proceso de inmersin cultural en la zona de investigacin, que fue llevado a cabo con una asesora
tcnica permanente desde la OMS. Este proceso fue implementado en los diferentes pases
participantes de la investigacin, entre ellos, Brasil, Tailandia, Japn, Namibia, Bangladesh,
Tanzania, Islas del Pacfico y Per.
En Per, se realiz en dos ciudades: en Lima y en Cusco. En cada pas particip una organizacin
acadmica, con experiencia en investigacin, y una organizacin de mujeres, especializada en
el tema. En Per el estudio estuvo a cargo de la Universidad Cayetano Heredia y del Centro de
la Mujer Peruana Flora Tristn. Adems, colaboraron otras
organizaciones como el Centro Jos Mara Arguedas en Cusco.
En el estudio participaron 1400 mujeres de Lima Metropolitana
y 1837 mujeres del Departamento de Cusco. En el ao 1999 se
iniciaron los trabajos preliminares y el trabajo de campo se
realiz entre mayo y diciembre del ao 2000. La publicacin
del estudio en Per fue en el 2002.
Este estudio tena como principales objetivos: obtener
estimaciones confiables sobre la prevalencia de la violencia
contra la mujer, documentar las consecuencias para la salud
de la violencia contra la mujer, identificar y comparar factores de riesgo y de proteccin para
la violencia domstica contra la mujer y explorar y comparar las estrategias de afrontamiento
usadas por las mujeres que experimentan violencia domstica.
Uno de los principales resultados de la investigacin y uno de los asuntos que ms llam la atencin
del equipo de trabajo de la Unidad, que fue, adems, uno de los elementos que ms sorpresa e
incluso resistencia causaba en el momento de la difusin y socializacin de los mismos, fue la
altsima prevalencia que se encontr.
Para el caso de la prevalencia de la violencia fsica o sexual, de parte principalmente de la pareja,
en Lima, result ser de alrededor del 50%, o sea, una de cada dos mujeres haban sufrido alguna
vez en su vida algn tipo de violencia fsica o sexual. En Cusco, dos de cada tres mujeres, alrededor
del 69%.
Estos porcentajes altsimos superaron de lejos los peores escenarios que podamos habernos
imaginado. Despus de este proceso de investigacin, la OMS public el Estudio multipas de la
la violencia ejercida
auto-declarada por
los propios varones
en la ciudad de
Lima, se encontr
alrededor del 40%
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
34
OMS sobre salud de la mujer y violencia domestica.
1
En esta experiencia de investigacin, una de las
cosas que hizo notar el equipo de investigacin, en el que se encontraba Nancy Palomino y Miguel
Ramos, ambos presentes en este Seminario Internacional, es que si en Lima la mitad de mujeres
alguna vez en su vida haba sufrido algn tipo de violencia fsica o sexual, era posible extrapolar
que alrededor de uno de cada dos hombres en Lima habra ejercido algn tipo de violencia fsica
o sexual hacia las mujeres. Esta hiptesis, puedo ser comprobada con el tiempo en la ENDES
2
de
varones realizada el 2008. En esta investigacin, se encontr que la violencia auto-declarada por
los propios varones en la ciudad de Lima era alrededor del 40%.
Precisamente pensando en esta hiptesis es que el equipo de la Unidad de Sexualidad y Salud
Reproductiva de la UPCH decide iniciar un trabajo con varones. Aunque ya exista una serie de
iniciativas para empoderar a las mujeres, para trabajar desde los derechos de las mujeres para
denunciar la violencia, para sacar la violencia de un mbito domstico o privado hacia un tema
pblico en el que el Estado deba intervenir, no haba an en el Per un trabajo sostenido que
incluyera e involucrara a los varones como parte de la solucin al problema de la violencia desde
una perspectiva que les haga responsables, ya que la violencia contra las mujeres es un problema
principalmente causado por varones.
Podra decirse que, en aquel momento, los varones en el Per no ramos identificados como parte
de la situacin, como actores con potencial de generar cambios y poner fin a la violencia. En todo
ese nimo de denuncia contra la violencia, el mensaje era que las mujeres sufran violencia, pero no
que determinados hombres ejercamos violencia contra determinadas mujeres, en determinados
contextos y que es nuestra responsabilidad como varones ponerle fin a esta violencia.
Esta lgica de intervencin fue la que llev a nuestro equipo a buscar entender mejor el asunto
de la violencia masculina, la violencia que ejercemos los hombres. En este contexto, la Unidad
emprendi un investigacin muy importante que fue conducida por Miguel Ramos, que se llam
Masculinidades y violencia conyugal: experiencias de vida de hombres de sectores populares de Lima
y Cusco
3
, que se public en el marco de un proyecto que se llam Fortaleciendo Capacidades para
la Investigacin y Advocacy en Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos, apoyado por la Fundacin
Ford. Se trat de un estudio cualitativo y exploratorio sobre los discursos de los varones respecto
a sus experiencias en el ejercicio de la violencia contra la mujer.
As, se recogieron experiencias y relatos de vida de tres grupos diferentes de hombres: hombres
que ejercen fuerza fsica y/o sexual, los que utilizan violencia emocional para someter y quienes no
usan la violencia y buscan relaciones equitativas para sus parejas. Como metodologa, se usaron
los relatos de vida de trece hombres en Lima y tres en Cusco. Nuevamente, se focalizaron estas
dos zonas para la investigacin, pues ya se tena una data previa cuantitativa desde el estudio que
se realiz con la OMS. Dentro de los objetivos estaba el de explorar los significados que los varones
les atribuyen a los actos de violencia hacia la mujer y a los diversos mecanismos de dominacin
1 OMS. Estudio multipas de la OMS sobre salud de la mujer y violencia domstica. Primeros resultados sobre prevalencia, eventos
relativos a la salud y respuesta de las mujeres a dicha violencia. Ginebra: OMS, 2005. Ver resumen en la web: http://www.who.int/
reproductivehealth/publications/violence/9241593512/es/index.html
2 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar ENDES. Constituye una de las investigaciones estadsticas ms importantes que
ejecuta el Instituto Nacional de Estadstica e Informtica (INEI) en Per.
3 Ramos, Miguel. Masculinidades y violencia conyugal: experiencias de vida de hombres de sectores populares de Lima y Cusco. Lima:
FASPA/ UPCH, 2006. Ver en la web: http://hombressinviolencia.org/docs/MASCULINIDADES_VIOLENCIA.pdf
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
35
masculina en las relaciones de pareja. Adems, buscaba comprender cmo varones violentos y
no violentos dan significado a las relaciones de pareja, los juegos de poder, autoridad, sumisin
y equidad, dentro de las estructuras sociales jerrquicas y autoritarias en una cultura machista.
A partir de los hallazgos encontrados en estas dos investigaciones es que el equipo de la USSR/
FASPA/UPCH decide iniciar un trabajo con aquellos varones ejerciendo violencia para promover
cambios. Pues era tan alta la prevalencia, que era absolutamente indispensable hacer algo para
parar la violencia.
En Per, en el 2002, no existan tampoco experiencias previas de trabajo con hombres agresores.
Entonces, en el contexto de un proyecto dentro de la Universidad, se inici un proceso sistemtico
de recopilacin de informacin de experiencias ya desarrolladas de trabajos reeducativos con
agresores, y se realizaron visitas a cuatro pases: Chile, Argentina, Canad y Mxico pues en estos
pases ya se venan realizando diferentes estrategias de intervencin reeducativas con hombres
agresores. Este proceso de investigacin sobre experiencias de trabajo ya iniciadas con hombres
permiti identificar elementos que hicieran posible una rplica en el contexto peruano.
El trabajo directo con hombres y gnero para la prevencin de la violencia en la Unidad de Sexualidad
y Salud Sexual y Reproductiva de la Universidad, puede dividirse en tres reas principales: un rea
de intervencin con varones agresores, un rea de formacin de lderes comunitarios y un rea de
intervenciones con funcionarios pblicos. No es que dividamos nuestro trabajo en reas, pero esto
me permite organizar el trabajo que hacemos para que sea ms fcil de compartir.
En el rea de intervencin con varones agresores, la primera experiencia que tuvo la Unidad
fue la del Programa de hombres que renuncian a su violencia, que es un programa que sigue
funcionando y que tiene como eslogan:Pedir ayuda tambin es de hombres. Esta fue la frase que
Miguel Ramos, que fund el programa en el 2004, escuch en un proceso de trabajo con hombres
en una organizacin en Mxico llamada CORIAC. Esta organizacin, tena un trabajo con hombres
agresores que haba sido dirigido, precisamente, por Roberto Garda, que tambin se encuentra
presente en este Seminario Internacional.
Esto que nos cuesta tanto a todos y todas, pedir ayuda, es algo que a los hombres nos cuesta
especialmente, porque implica aceptar la posibilidad de ser vulnerable, de ser sensible al fracaso
o de fallar. La necesidad de ayuda, la necesidad del otro, nos resulta muy difcil, porque hemos
aprendido durante toda nuestra vida que el hombre no debe pedir ayuda, que el hombre tiene que
resolver sus problemas solo. Por ms que hayamos pasado por un proceso de deconstruccin de
nuestra historia personal en relacin al poder y todas estas cuestiones que configuran la identidad
masculina en trminos hegemnicos, muchas veces a los varones nos sigue costando esta idea de
pedir ayuda, y es un elemento importantsimo para la bsqueda del servicio.
El modelo de trabajo que implementamos en el Per se inspir fundamentalmente en la metodologa
de trabajo desarrollada en Mxico por CORIAC. Cuando abrimos el Programa en Lima, en el 2004,
pensbamos que era muy difcil que llegasen los varones a las sesiones, pero lo que demostr
la experiencia es que existe una demanda masculina para parar la violencia. Los hombres no
paraban de llegar a nuestro programa. Esta demanda puede ser leda de diferentes modos, desde
la necesidad de reacomodar el poder, hasta la bsqueda franca de establecer relaciones ms
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
36
saludables, de estar mejor con su pareja, o simplemente de sentirse mejor con uno mismo. Para
nosotros, esta experiencia nos ha permitido darnos cuenta que hay una demanda de hombres
que buscan espacios para repensar su identidad como varones, para caminar hacia relaciones
igualitarias.
El Programa ha seguido funcionando durante diez aos, con el apoyo de cinco facilitadores
formados en l. Entre estos, an ahora nos acompaan como facilitadores Orlando Pardo y
ngel Mo. Ellos son dos ejemplos excelentes, dos de los mejores resultados que ha tenido esta
iniciativa de trabajo del Programa de Hombres que Renuncian a Su Violencia (PHRSV). En relacin
a este tipo de experiencias, hay que destacar el valor de los equipos de trabajo, que son varones
comunes que se comprometen por la igualdad desde sus propios espacios y se articulan con
otros para involucrar a ms varones en la prevencin de la violencia contra la mujer. Este es uno
de los mejores logros que ha tenido esta experiencia de
trabajo, que opt por el modelo de CORIAC, por ser el ms
adecuado a las condiciones del pas en cuanto a sistemas
de proteccin y atencin de la violencia. En este modelo
de trabajo, participan nicamente varones voluntarios.
Se decidi trabajar de este modo, entre otras cosas,
porque el sistema de atencin a las mujeres que sufren
violencia en el pas era entonces ineficaz, y bueno,
lamentablemente hasta el momento, sigue sindolo.
Las cifras sobre feminicidio en el Per estn ah. Hay
investigaciones en relacin a casos de feminicidio que
recuperan las historias de mujeres que han fallecido a
manos de sus parejas o ex-parejas, en las que previamente
se haban realizado denuncias y el sector encargado de brindar proteccin y justicia no fue capaz
de brindarla.
Entonces la lgica del PHRSV fue desde el principio no trabajar con hombres derivados por
el sistema de justicia. Esta es una lgica que seguimos manteniendo. Tenemos aqu nuestras
discusiones, pero la seguimos manteniendo. Si trabajamos con hombres que vienen derivados del
sector de justicia y estos hombres deciden no venir, no contamos en el Per an con un sistema
en el que este trabajo pueda engarzarse, y por lo tanto, buscar medios para que se sepa que
este hombre evit el Programa. Si sucediera esto, sera una nueva seal de impunidad para este
hombre que ejerci violencia contra su pareja. Significara reafirmarle al varn que no pasa nada
si ejerce violencia contra su pareja.
As, el PHRSV ha tenido sede en cinco distritos diferentes de Lima. Por el mismo han pasado ms
de 500 varones. Esta experiencia pudo ser sistematizada alrededor del 2008, y la sistematizacin
demostr que esta metodologa produce cambios fundamentales en los varones, en el modo en
que se conciben a s mismos como varones, y cmo esto se vincula con el ejercicio de violencia, a
partir de la necesidad ejercicio del poder y el control sobre sus parejas.
Es un programa pionero en Per y se ha convertido en un referente nacional en el trabajo con
varones agresores. Sin embargo, han surgido tambin otros espacios de trabajo con varones, cosa
En aquel momento, los
varones en el Per no
ramos identicados
como parte de la
situacin, como
actores con potencial
de generar cambios y
poner n a la violencia
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
37
que nosotros alentamos y promovemos. Pensamos, adems, que en este trabajo tenemos que
unirnos, tenemos que generar sinergias y discutir sobre cules son nuestros enfoques, sobre
nuestras metodologas para trabajar con hombres que ejercen violencia, pero tambin, sobre cul
es nuestra visin poltica en relacin a los varones, el gnero, las masculinidades y el papel de los
varones en la bsqueda del fin de las violencia hacia las mujeres.
En la sistematizacin de esta experiencia, por los testimonios mayoritarios de sus parejas,
constatamos que los hombres que concluyen el tercer nivel-es un programa que se ejecuta en
tres niveles de trabajo de alrededor un ao de duracin-, e incluso la mayora de los que ya han
participado en el segundo nivel, han experimentado cambios fundamentales, no slo en parar la
violencia contra las parejas, sino en avanzar significativamente en relaciones ms equitativas de
gnero, ms igualitarias. Esos cambios no se restringen nicamente a no pegarle a la pareja o
a no gritarle, sino que hay otros niveles de cambio que tienen que ver con el involucramiento en
lo domstico, con el establecimiento de relaciones afectivas ms cercanas con la pareja, o con el
ejercicio de una paternidad ms activa.
Son pocos los hombres que tienen la constancia suficiente para culminar los tres niveles. En
un principio, tenamos la idea que el xito del Programa slo se reduca a los hombres que los
terminaban. Sin embargo, en este proceso de sistematizacin se pudo constatar que el impacto
positivo se extenda, no nicamente a los hombres que terminaban el tercer nivel, sino, en
diferentes intensidades, a la mayora de los que participaban en el Programa. Incluso hubieron
algunas situaciones en las que parejas de algunos hombres que pasaron por la charla informativa
(que es una sesin de una sola vez, en la que se explica qu es el Programa, cunto dura, cmo
es la metodologa, etc.) reportaron una mejora en la manera cmo estas mujeres se sentan en
relacin a su pareja.
El Programa tiene tres niveles de trabajo:
1.- El primer nivel tiene que ver con parar la violencia, lograr que los hombres que llegan al
Programa puedan parar su violencia. Tiene una desercin muy alta, que es un rasgo que adems
comparte con la mayora de programas reeducativos dirigidos a hombres agresores, especialmente,
aquellos que incluyen un enfoque pro-feminista, como el nuestro.
Hay un asunto fundamental y crucial en el trabajo que hacemos. Resulta difcil asumir para los
varones lo que planeamos de inicio y de arranque: que para renunciar a nuestra violencia es
necesario darnos cuenta de los privilegios que hemos aprendido socialmente, que nos pertenecen
y nos merecemos por el hecho de ser hombres, y renunciar a ellos. Esto implica asumir una
nocin de responsabilidad sobre el propio ejercicio de la violencia, o sea, pasar de pensar: Ella
me provoca, si no fuera porque ella llega tarde, dnde est que no me contesta el telfono?,
a asumir nuestra responsabilidad en el ejercicio de la violencia.
Recuerdo un hombre del Programa que dijo una vez, a propsito de su relacin con su pareja:
Todo estaba bien, y hubiera seguido as, a no ser porque quiso vender esa puerta. Es increble
cmo los hombres desplazamos la responsabilidad que tenemos como sujetos que ejercemos
violencia. Desplazamos nuestra responsabilidad hacia la pareja, culpamos a las circunstancias,
a lo que sea. Pero nunca nos miramos a nosotros mismos. Esa facilidad para deshacernos de las
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Masculinidades y Polticas Pblicas
38
responsabilidades es muy grande en los varones. Adems, hay un sistema social que favorece esa
facilidad para deshacernos de la responsabilidad. Por ejemplo cuando alguien dice a una mujer
que est experimentando violencia de parte de su pareja:Pero t por qu le dices nada, si t
sabes que a l le molesta mucho cuando lo contradices. Todas estas frases las hemos escuchado
muchas veces.
Por este motivo, parar es difcil, precisamente porque para parar hay que renunciar a los privilegios
y hacerse responsables de la propia violencia. No se trata nicamente de aprender una tcnica
para dejar de ejercer violencia. Es un proceso de responsabilizacin en relacin al ejercicio de la
violencia y por esto toma tiempo.
2.-El segundo nivel implica resignificar la experiencia emocional y reaprender varios asuntos en
relacin a lo que entienden los hombres que llegan al Programa, por ser hombres, y cmo esto se
vincula con el ejercicio del poder y control, especialmente en la pareja.
En este nivel la desercin es prcticamente nula y los participantes se confrontan con experiencias
de dolor, vergenza y pena que han aprendido a ocultar en el transcurso de sus vidas. Por eso,
en el logo del programa hay un dibujito que es el detalle de un cuadro de Francis Picabia llamado
Les seins, donde sale una silueta femenina con una mscara tapndose la cara. Este es un
detalle con una simbologa muy fuerte que capt la persona que hizo el diseo de este Programa,
a propsito de un concepto fundamental: en el Programa, la violencia que ejercen los hombres
contra sus parejas, en realidad es entendida como una coraza, una mscara que utilizan, entre
otras cosas, para ocultar una profunda inseguridad, lo que en ningn sentido es, ni debe funcionar,
como una excusa.
No buscamos que se piense, ay, pobrecitos los hombres que violentan,
pero s necesitamos entender cul es la dinmica que siguen los varones
en su proceso de construccin como varones, para llegar a establecer
relaciones en las que la necesidad del ejercicio del poder sobre las parejas
es tan fuerte para ellos. Esta comprensin de los procesos de los varones
que ejercen violencia no debe ser nunca entendida como una excusa, una forma de victimizacin
de los mismos, o un intento de igualar el sufrimiento de las mujeres al de los varones en el
contexto del sistema de gnero. Todo lo contrario. En el Programa favorecemos todo el tiempo que
los varones se hagan cada vez ms conscientes y responsables de la necesidad de renunciar a los
privilegios que piensan merecer por el hecho de ser varones.
El segundo nivel es la base para cambios duraderos, en la medida en que los propios varones
se puedan sentir bien al dejar de ejercer violencia. Claro que en el primer nivel pueden dejar
de ejercer violencia, pero siguen sintiendo ese malestar que tiene que ver con la necesidad de
seguir pensndose y relacionndose desde una posicin de superioridad frente a su pareja. En el
segundo nivel, entonces, se logra que ese malestar que se siente al parar la violencia, cese. Esto
hace que el cambio pueda ser ms duradero. Bsicamente, se trata de reaprender una nueva
forma de definirse como varn y de pensar las relaciones con las mujeres desde la igualdad, por
eso dura tanto.
Pedir ayuda
tambin es
de hombres
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
39
3.-El trabajo que se realiza en el tercer nivel tiene que ver, bsicamente, con el aprendizaje de la
negociacin. Los participantes aprenden a resolver conflictos sin violencia mediante la igualdad
y el respeto de los derechos de la pareja. Slo despus de pasar el segundo nivel se dan las
condiciones para plantear el ejercicio de la negociacin para resolver conflictos.
Otra de las cosas que hemos podido comprobar en el Programa es que muchos hombres llegan
esperando recuperar a la pareja, por ms que desde la primera sesin informativa les decimos
que este no es el objetivo del Programa. Llegan cuando ya estn en una situacin lmite. Pedir
ayuda tambin es de hombres, pero generalmente lo hacemos cuando estamos muy mal, cuando
ya estamos contra las cuerdas. La mayora de hombres que viene al programa es porque sus
parejas ya los dejaron, o estn a punto de hacerlo, o porque sus hijos ya no quieren saber nada
de ellos. Por eso es tan complicado el primer nivel, porque todava no van a negociar desde una
posicin de igualdad con la pareja, sino a imponer.
En el tercer nivel hay que dar la cara, responder y hacerse responsable, para resolver los conflictos
con la pareja. En el trabajo con hombres agresores, como dijo Roberto Garda hace un momento,
tu pareja te puede decir que no a un montn de cosas, y por ms que t puedas querer una cosa,
tienes que aceptar que no, que ella quiere otra. Entonces hay que encontrar algo que satisfaga a
ambos. Incluso llegar un momento en que ni siquiera encontrars satisfaccin para ti y tendrs
que aprender a estar bien con eso tambin.
En resumen, esta es la experiencia del Programa de Hombres que Renuncian a Su Violencia.
Pero adems de este trabajo con hombres agresores, en la Unidad se han desarrollado otras
experiencias que tienen que ver con estas tres reas de las que habl hace un momento.
En el trabajo con lderes, se brind asesora tcnica al Fondo de Poblacin de las Naciones Unidas
(UNFPA) para un proyecto que se realiz con el Gobierno Regional de Lambayeque, entre el 2007
y el 2010, de formacin de lderes comunitarios varones. Una de las cosas que se pudo aprender
durante todo este proceso de implementacin del programa de trabajo con hombres agresores y el
Programa de Hombres que Renuncian a su Violencia, es que es necesario trabajar con los hombres
ya no nicamente pensando en el contexto de la familia y la pareja. Para promover relaciones
igualitarias, hay que abrir la mirada, el panorama. Si se piensa en un contexto ecosistmico,
habra que pasar de la relacin de pareja a la comunidad.
Este trabajo incluy un proceso de formacin y capacitacin a lderes comunitarios varones en
Chiclayo, convocados por el Gobierno Regional y por organizaciones de mujeres. Se elabor y
valid una metodologa de trabajo para la formacin de lderes comunitarios que fue publicado por
el Fondo de Poblacin de las Naciones Unidas (UNFPA).
Una de las cosas que aprendimos de esta experiencia es que el principal elemento generador de
cambios identificado es trabajar desde la propia experiencia de vida en relacin a la violencia. Para
trabajar con otros varones, la principal herramienta es compartir la propia experiencia de vida
reflexionada. Las clases tericas sobre igualdad no funcionan. Es necesario hablar a partir de la
propia experiencia, tener sensibilidad suficiente como para conectarse con los varones en el nivel
de la experiencia bsica y personal, sobre qu significa eso de ser hombre en el contexto de mi
comunidad. El manual, por cierto, est colgado en la pgina web del UNFPA.
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
40
Otra experiencia de trabajo implementada desde la Unidad de Sexualidad y Salud Reproductiva,
que nos ha llenado de mucho sueo y mucho cansancio, pero tambin de mucha alegra y mucha
satisfaccin, es una que cruza nuestros tres diferentes mbitos de trabajo: intervencin con varones
agresores, formacin de lderes comunitarios e intervenciones con funcionarios y funcionarias
pblicos. Este trabajo se realiz en un esfuerzo de articulacin de polticas y acciones contra la
violencia hacia las mujeres en la Municipalidad Metropolitana de Lima. Es un proyecto impulsado
por su Gerencia de Desarrollo Social, el Programa Equidad de Gnero y la Universidad Peruana
Cayetano Heredia, para abordar la problemtica de la violencia hacia la mujer en el mbito de
Lima Metropolitana.
Este proyecto es financiado por el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para Eliminar la
Violencia Contra las Mujeres, a cuyo financiamiento se pudo acceder a partir de un concurso
internacional de grandes dimensiones. El proyecto fue seleccionado dentro de muchsimas otras
iniciativas y proyectos en la regin y fue una de las dos nicas intervenciones que apuntaban hacia
una intervencin que inclua articulacin de actores desde los sectores pblico y privado.
En este contexto, la Municipalidad Metropolitana de Lima, con el apoyo y la asesora tcnica de la
Unidad de Sexualidad y Salud Reproductiva de la UPCH implement el Programa Oye Varn, Aprende
a Vivir Sin Violencia. Este programa adopta el modelo validado en la experiencia del Programa
de Hombres que Renuncian a Su Violencia, planteando una propuesta de implementacin en el
contexto de la Municipalidad Metropolitana de Lima y siguiendo el mismo modelo de tres niveles.
El Programa fue fundado en el contexto del 25 de noviembre del 2012, por la Alcaldesa de Lima
Susana Villarn, cuya administracin tiene un compromiso realmente claro por trabajar en la
atencin y en la prevencin de la violencia contra las mujeres. Desde diciembre de 2012 que
empezamos a tener contacto con los varones, hasta septiembre de 2013, se inscribieron 119
varones en el Programa. En la fase de implementacin del servicio, la atencin de las sesiones y la
difusin y promocin del mismo ha estado a cargo del equipo
de la UPCH. Esta experiencia de trabajo nos ha confirmado
que cada vez la demanda de los varones por espacios para
poder pensarse asmismos, cambiar y buscar otra forma de
ser y de relacionarse con las mujeres desde la igualdad, es
mayor. Esto puede ser un sntoma de varias cosas. Nosotros
creemos que tiene que ver con que hay un desgaste cada vez
mayor, en relacin a los usos, las consecuencias y los costos
de la masculinidad hegemnica. Los hombres ya estamos
empezando a sentir, cada vez ms, que las maneras que
hemos aprendido para relacionarnos con las mujeres ya no
funcionan y que es necesario cambiar. Cada vez nos damos
ms cuenta que nuestras parejas ya no estn para servirnos y
que ya no estn para brindarnos esos servicios que hemos aprendido que nos merecemos. Cada
vez ms, nuestras parejas nos confrontan ms y ms y esto resulta en una profunda necesidad de
cambio para los varones.
La implementacin del Programa Oye Varn, Aprende a Vivir sin Violencia capt tambin el
inters de especialistas en el trabajo educativo con varones, constituyndose en un espacio para
Para trabajar con
otros varones,
la principal
herramienta es
compartir la propia
experiencia de vida
reexionada
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
41
que ellos tambin puedan elaborar su propia experiencia como herramienta fundamental para el
trabajo con otros varones. Esta es una idea que va tomando cada vez ms fuerza, casi como un
mantra, pues en ese mismo contexto de experiencias se hizo un trabajo de formacin de lderes
comunitarios varones, precisamente pensando en esta misma lgica. Es necesario trabajar con
los hombres, no nicamente pensando en su relacin de pareja ni como agresores. Es necesario
trabajar con los varones pensndolos como agentes de cambio para involucrar a otros hombres
en la igualdad. Esto es un paso lgico fundamental, porque en el nivel comunitario, los varones,
sean lderes de organizaciones o no, estn en contextos sociales especficos desde los que pueden
hacer cosas para parar la violencia y promover la igualdad.
Se desarroll esta experiencia con integrantes varones de diversas organizaciones, principalmente
lderes juveniles. Y se produjo un manual adaptado, producto de la sistematizacin de esta
experiencia. Adems, se realiz un curso a funcionarios de la Municipalidad Metropolitana de
Lima sobre prevencin de la violencia basada en gnero y proteccin de las mujeres afectadas.
Para ello, primero se realiz un estudio de diagnstico sobre necesidades de capacitacin, y se
levant informacin sobre experiencias innovadoras de intervencin frente a la violencia de gnero
que ya se venan implementando en diferentes distritos de Lima. El curso fue impartido semi
presencialmente y cont con acreditacin por parte de la
Universidad Peruana Cayetano Heredia.
Tambin tuvimos la oportunidad de realizar talleres de
formacin de sensibilizacin a serenos de la Municipalidad
Metropolitana de Lima en el contexto de este mismo
proyecto. Para esto, primero se realiz un estudio de
diagnstico sobre necesidades de capacitacin acerca de la
calidad de la atencin que ofrecen los agentes municipales
de seguridad ciudadana, los serenos, a mujeres que
demandan apoyo frente a la violencia de sus parejas. Esto
fue una experiencia muy interesante porque nos permiti
darnos cuenta nuevamente que, al margen de tener la visin del funcionario pblico que tiene que
cumplir con determinadas obligaciones por deberse a los ciudadanos y a las ciudadanas, el hecho
que estos serenos sean hombres es un factor decisivo en la manera en que intervienen en relacin
a la violencia de gnero en la calle. Esto tiene que ver con sus propias experiencias como hombres,
en relacin a la violencia y el ejercicio del poder.
Para este estudio diagnstico realizamos entrevistas en profundidad con serenos varones de
diferentes instancias del Serenazgo de la Municipalidad Metropolitana de Lima y nos pudimos dar
cuenta de una serie de cuestiones en relacin a la violencia. La presencia de la violencia en sus
historias de vida era permanente y todas estas cuestiones en relacin al ejercicio del poder y el
control, ellos tambin las tenan. Por eso, era bastante esperable que terminaran, como despus
se pudo explorar en el contexto de la misma investigacin, justificando la violencia cuando la vean
o cuando era denunciada.
Uno de los hallazgos de este estudio fue que los serenos que compartan una visin que condonaba
o justificaba la violencia convertan sus intervenciones por violencia contra la mujer o por violencia
basada en gnero cuando eran llamados a intervenir en la va pblica, en intervenciones similares
Es necesario trabajar
con los varones
pensndolos como
agentes de cambio,
para involucrar a
otros hombres en la
igualdad
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
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a las que se realizan por ruidos molestos. Por ejemplo, en los discursos de uno de nuestros
entrevistados encontramos la siguiente frase hacia una pareja en la que la mujer estaba sufriendo
gritos y violencia fsica de parte del varn y en la que la mujer decide no denunciar: Bueno, ya no
hagan escndalo en la calle. Como pueden entender, decir esto a un varn que est ejerciendo
violencia contra su pareja en lo pblico es ms o menos como decirle: Anda y pgale en tu casa.
Esto nos demostr la absoluta necesidad de trabajar, no nicamente en el nivel normativo de
las funciones que deben implementar los operadores, en este caso concreto, los serenos. Para
intervenir frente a las violencias no se trata nicamente de resolver lo normativo, aunque el
componente normativo es muy importante. Esto se complement con un componente de trabajo
de sensibilizacin y reflexin sobre la masculinidad con estos funcionarios. Se hicieron charlas
de sensibilizacin, por un lado, pero tambin talleres reflexivos y de formacin. Se elaboraron
materiales, como una gua, cartillas bsicas para que los serenos sepan cules son los pasos
concretos que pueden seguir en relacin a tal o cual situacin de violencia que encuentran en la
calle, y material de difusin masivo. En los materiales, tratbamos situaciones concretas frente
a las cuales los serenos tienen que intervenir por su condicin de funcionarios pblicos, pero
tambin incluimos un llamado tico por el hecho de ser ciudadanos varones, para enfrentar estos
cdigos de una masculinidad que acepta la violencia.
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
43
Muy buenos das a todas y todos. Queridos amigos que vienen de otros pases: Roberto Garda,
Oswaldo Montoya, Gary Barker, maestros en el trabajo de involucrar a los hombres en la igualdad
de gnero y la prevencin de la violencia contra la mujer.
Cuando hace once o doce aos propusimos por primera vez trabajar con hombres contra la violencia
hacia la mujer, el tema pareca extrao, algo extico, y en muchas ocasiones produca desconfianza.
Sin embargo, viendo el da de ayer este auditorio totalmente abarrotado y seguramente, a medida
que pasen los minutos y las horas, tambin el da de hoy estar de igual manera lleno, considero
que es una expresin y muestra del inters que actualmente suscita el tema. Me he podido dar
cuenta a lo largo de estos aos de cmo poco a poco se inici una demanda importante en el
trabajo de involucrar a los hombres en la igualdad de gnero y en la lucha contra la violencia
hacia la mujer en distintas instituciones, inclusive en instituciones de caractersticas bastante
especiales por ser consideradas baluartes del machismo, como son las Fuerzas Armadas. En
muchas ocasiones, yo era el primero en admirarme de haber recibido la invitacin del Comandante
General de las Fuerzas Armadas o de las Fuerzas Policiales para que vaya a los cuarteles y trabaje
el tema con los oficiales, lo cual me pareci cada vez ms alentador.
Con respecto a cmo empez la experiencia del trabajo con varones en Per, ayer Christian Guzmn
hizo un recuento muy bueno de cmo fue el proceso: el Estudio Multicntrico de la Organizacin
Mundial de la Salud (OMS) para medir la violencia contra la mujer por parte de la pareja
1
. El ao
2000 fue un hito muy importante en el Per y quienes estuvimos involucrados en esta investigacin
nos sentimos realmente tocados, pues a muchos de nosotros nos cambi la vida. En ese entonces,
nos acercamos con varios prejuicios al tema de la violencia contra la mujer; sin embargo, esta
1 GUEZMES, A., PALOMINO, N. y RAMOS, M. Violencia sexual y fsica contra las mujeres en el Per. Estudio multicntrico de la OMS
sobre la violencia de pareja y la salud de las mujeres. Centro de la Mujer Peruana Flora Tristn y Universidad peruana Cayetano
Heredia. Lima, 2002.
Involucrando a los varones en la
prevencin de la violencia de gnero:
hacia una poltica pblica
Exposicin Magistral
MIGUEL RAMOS
Director General de la Direccin General Contra la Violencia de Gnero del Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables, Per.
Socilogo por la Pontificia Universidad Catlica del Per, Maestro en Demografa por el Colegio de Mxico A.C.,
Profesor Asociado e Investigador de la Facultad de Salud Pblica y Administracin (FASPA) de la Universidad
Peruana Cayetano Heredia (UPCH). Coordinador del Programa de Hombres que Renuncian a su Violencia de la
Universidad Peruana Cayetano Heredia.
Director General de la Direccin contra la Violencia de Gnero, Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
8 de noviembre de 2013
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
44
investigacin nos cuestion la visin del mundo que tenamos en ese momento, as como nuestra
propia experiencia personal como hombres, como parejas, como padres o como hijos.
Ayer, Christian Guzmn mostraba cifras que en ese entonces nos impactaron enormemente.
No poda creer cmo uno de cada dos hombres en Lima y dos de cada tres hombres en Cusco,
ejercamos violencia fsica o sexual contra la mujer; sin contar la violencia emocional con
consecuencias tanto o ms graves que la violencia fsica o la violencia sexual y que involucra a un
alto porcentaje de nosotros, los hombres. Cuando hicimos el anlisis de los factores de riesgo de
sufrir violencia por parte de las mujeres, muchos coincidan con los resultados que nos mostr
ayer Gary Barker. Veamos que la mayor parte de stos estaban del lado de las caractersticas y de
las experiencias de los hombres.
Todo esto fue un cuestionamiento importante, pues nos dimos cuenta que nosotros los hombres
somos los principales protagonistas del ejercicio de la violencia contra la mujer. Haba que hacer
algo en nuestro pas para involucrar y trabajar con los hombres y poder erradicar este problema.
En ese entonces, estoy hablando de los aos 2000, 2001 y 2002, no exista ningn trabajo con
hombres en el Per y nos sentimos responsables y comprometidos en hacer algo, en plantear una
estrategia para el Per.
Nos preguntbamos entonces por qu trabajar con hombres, y a lo largo de todos estos aos,
hemos venido respondindonos poco a poco a travs de la propia experiencia. En un principio,
uno de los mitos que comparta, por ejemplo, era que la violencia contra la mujer de parte de
la pareja estaba circunscrita a un pequeo grupo de hombres con problemas de alcoholismo y
drogadiccin, o de bajo nivel educativo o en situacin de pobreza. Est investigacin nos mostr
que los hombres ejercemos violencia contra las mujeres, sobrios o borrachos; que la violencia
atraviesa todos los sectores sociales, todos los niveles educativos; que no se trata de un pequeo
grupo de hombres, sino que una buena parte de hombres estamos implicados en el ejercicio de la
violencia contra la mujer. Entonces, no podamos cerrar los ojos a esta realidad y esto fue lo que
nos motiv a trabajar con hombres. Consideramos que, si bien era fundamental trabajar con las
mujeres, solamente trabajar con ellas era como seguir trabajando sobre las consecuencias y no
atacar las races, para lo cual deberamos tambin trabajar con los hombres. Ciertamente, todo lo
que se ha avanzado hasta el momento en trminos de los derechos de las mujeres, a las normas
legales que permiten su reconocimiento, no es gracias a nosotros los hombres, sino a las mismas
mujeres, al movimiento feminista.
Ayer, la Viceministra nos planteaba que si bien es cierto hay un descenso de la violencia contra
la mujer, este proceso es sumamente lento. En doce aos apenas hemos disminuido en tres o
cuatro puntos porcentuales y el porcentaje sigue siendo muy alto. En el Estudio Multicntrico de la
OMS, entre los 10 pases del mundo que participaron, nosotros estbamos ubicados en el primer
y segundo lugar de violencia fsica contra la mujer; y en el ltimo estudio que ha sido publicado
este ao por la Organizacin Panamericana de la Salud (OPS), estamos compartiendo el segundo
y tercer lugar de todos los pases de Amrica Latina y el Caribe. Entonces, los procesos tienen
que acelerarse. Trabajando solo con mujeres se puede seguir avanzando, pero el proceso, ser
sumamente lento. Creemos que tenemos que involucrar a los hombres para desarrollar procesos
mucho ms acelerados.
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
45
Por otro lado, son hombres lo que ocupan, a nivel nacional y mundial, puestos claves de decisin;
y lograr ganarse a la causa de la igualdad de gnero, de la lucha contra la violencia, a hombres
con nivel de decisin, a lderes de opinin, resulta clave por el nivel de influencia que tienen en un
grupo numeroso de la poblacin.
Nos pareca tambin estratgico tener cada vez ms ncleos de hombres formados en esta
perspectiva, para que ms hombres trabajemos con otros hombres, puesto que hemos probado
que el trabajo de los hombres con otros hombres tiene mayor influencia que el trabajo de las
mujeres con los hombres en los cambios hacia la igualdad de gnero. El que caminemos juntos con
las mujeres en la lucha contra la violencia de gnero tambin es estratgico, porque desmitifica
que el problema de la violencia es solo un asunto de mujeres y muestra que es un asunto de
hombres y de mujeres.
Trabajar por el cambio de los hombres hacia la igualdad de gnero y las relaciones no violentas
contra las mujeres requiere tambin un profundo anlisis y conocimiento de los procesos que
siguen los hombres, puesto que el significado de ser hombre es un producto social y cultural al
igual que el de ser mujer. Necesitamos conocer la manera en que los hombres estamos dando
sentido a nuestras acciones y de qu manera interpretamos nuestros actos violentos. Cmo se
ha construido el gnero masculino? Cules son las implicancias de esta construccin del gnero
masculino en la violencia contra la mujer? Porque esto a su vez nos va permitir resignificar, es
decir, darle un nuevo significado, al hecho de ser hombre. Por eso quisiera, sobre todo, para el
pblico que no es entendido, exponer algunos aspectos importantes que tenemos en cuenta para
trabajar con los hombres en el proceso de deconstruccin de la masculinidad hegemnica.
As, en el instante que un recin nacido es identificado por sus genitales como varn, en ese
mismo momento, la sociedad se pondr en movimiento para hacer de este recin nacido lo que
la sociedad espera de un varn por lo que se le transmitir una serie de convicciones de lo que la
sociedad cree que es ser un varn, la forma de pensar masculina, la forma de actuar, los roles que
tiene que seguir en la sociedad y tambin, se le reprimir todas las acciones, comportamientos
o roles que no seran propios de los varones y por lo tanto no pueden ser de ninguna manera
asumidos por los hombres. En este proceso, desde muy pequeos, se les transmitir la conviccin
que ser hombre es supuestamente ms importante que ser mujer, sin necesitar decirle a Pedrito,
t eres superior a tu hermanita. Los nios lo van intuyendo a travs de miles y miles de detalles,
desde que vemos que nuestro padre es la persona ms importante en la casa porque todas las
mujeres lo obedecen, lo sirven. Inclusive yo, como varoncito, inmediatamente percibo que tengo
privilegios porque escucho que a mis hermanitas les dicen, atiende a tu hermanito, y eso lo voy
a escuchar tambin en la casa de mis vecinos, y ser reproducido y refrendado en la escuela, en
los medios de comunicacin, etc., y se ir interiorizando como algo natural.
Hay otro aspecto importante que se nos va inculcando desde muy pequeos, este supuesto
rol protector de las mujeres en el mbito pblico. Se nos inculca, desde muy pequeos, que
supuestamente el mbito natural de las mujeres es el domstico y el de los hombres es el mbito
de lo pblico. No es que las mujeres no puedan salir a la calle; sin embargo, si lo hacen, tiene
que ser bajo la tutora, la compaa o la proteccin de un hombre. A los hombres no nos gusta
este rol, pues es una carga muy pesada sobre nuestros hombros porque eso significa que hay
que cuidarlas, que enfrentarse a otros chicos que se quisieran sobrepasar con ellas, porque de
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Masculinidades y Polticas Pblicas
46
eso depende nuestro reconocimiento como hombre, como macho. Es un rol que nos asignan a
los hombres, pero que es una carga pesada y causa malestar. Se interioriza muy profundamente.
Una vez que hablaba con un grupo numeroso de personas adultas, una seora se levant y dijo:
Lo que usted est diciendo es cierto, mire, la vez pasada nos encontramos seis amigas adultas,
decidimos ir a un bar a tomarnos una cerveza, entramos y el mozo sali y nos dijo seoras vienen
solas?, cmo que solas, somos siete, no seora, lo que
yo quiero decir es si ustedes no vienen acompaadas
de un caballero. De esta forma, eso se interioriza, se
naturaliza y tiene implicancias, inclusive en los operadores
de los servicios o en los operadores de justicia. As, hay
leyes, hay normas, que intentan defender el derecho de
las personas, pero muchas veces se imponen los hbitos
normativos sociales.
Yo digo, siempre para las mujeres es como si hubiera un
toque de queda. Los jvenes quizs no han tenido esa
experiencia de la poca de la dictadura militar, cuando
tenamos el toque de queda y no podamos salir despus
de las nueve o diez de la noche, porque si salamos y nos
pasaba algo, ah, porque saliste a esa hora, t tienes la culpa. Para las mujeres hay una especie
de eterno toque de queda, pues si salen despus de las diez u once de la noche y solas y les pasa
algo ah, porque saliste sola, t eres la culpable si alguien te violenta, te viola!, y eso est muy
interiorizado, incluso en algunos fiscales y jueces que al final lo consideran como un atenuante
y las penas que se dan, ya lo hemos visto en varios casos emblemticos en Per, han sido muy
benignas pues tienden a echarles la culpa a las mujeres.
Otro tema importante, que tambin ayer fue tocado por Roberto Garda, de quien he aprendido
mucho y que nos pareca fundamental en el ejercicio de la violencia, es el relacionado a la represin
de las emociones consideradas de vulnerabilidad y debilidad y que se contraponen con el ejercicio
de la autoridad, del poder, dominacin y por lo tanto, hay que reprimirlas. Desde muy nios los
hombres aprendemos a reprimir la expresin de sentimientos y emociones muy humanas, como
el dolor, el miedo, la ternura, el afecto, la compasin, el deseo de ser protegido, etc., porque todos
ellos, supuestamente, tienen una connotacin de debilidad, de vulnerabilidad, y por lo tanto, no
hay que expresarlos.
Hay un mecanismo muy efectivo para poder reprimir desde la niez estos sentimientos a travs
de ridiculizacin y la humillacin. Los nios, desde muy pequeos, intuyen que ser comparado
con una mujer es supuestamente desvalorizarlos, ridiculizarlos, atentar contra su autoestima.
As, cuando un nio llora porque se cae y le duele, inmediatamente se le reprime: Acaso eres
mujercita? Los hombres no lloran. Al expresar miedo igual, inclusive si expresas ternura, se pone
en cuestin tu hombra. Una seora el otro da me contaba que ella estaba besando a su hijo de
ocho aos y su esposo entr y le dijo: Ya, ya, carajo, deja de mariconear a mi hijo!. Otra seora
me contaba que su nio era muy tierno, que daba besos a su esposo, saludaba con un beso a todos
los familiares hombres y mujeres, hasta que fue a la casa de un to y el nio fue a darle un abrazo
y un beso y el to lo par y le dijo: Caramba! Qu pasa, t eres maricn o qu? Los hombres dan
Una poltica para
involucrar a los hombres
en la lucha contra la
violencia hacia la mujer,
primero es una poltica
para involucrar a los
hombres en la igualdad
de gnero
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
47
la mano a otro hombre, no dan beso!, y el nio se puso rojo de vergenza. Me cuenta que, desde
ese da, no quiere ni abrazar a su pap.
As, muchas veces aprendemos a reprimir nuestras emociones de manera sumamente dura.
Pero hay emociones que s nos permiten expresar porque no se contrapone con el ejercicio de la
autoridad y dominacin, como son la clera y la rabia, porque s estn en funcin de este rol de
dominador. A ningn nio que exprese clera y rabia le dicen, pareces mujercita o mariconcito!,
no. Al contrario, muchas veces se les alienta. A las mujeres s se les reprime desde muy pequeas
las expresiones de la clera y la rabia, se les reprime con algo que les duele. A las mujeres se
les inculca desde muy pequeas en el cuidado personal, en la belleza corporal. Entonces, si t
eres una nia que te da pataleta o clera se te dice, qu fea que se te ve, y de esta forma se le va
cortando las alas de la agresividad, mientras que a los hombres se nos incentiva.
Entonces, esa supuesta insensibilidad natural masculina no es tal, sino que es construida social y
culturalmente. Nosotros vamos construyendo un caparazn que, si bien nos protege de las burlas
y humillaciones, nos impide vernos hacia adentro e identificar nuestros sentimientos. Entonces,
empezamos a confundirlos: ahora que siento dolor, ya no identifico dolor, sino clera o rabia.
Ahora que siento miedo, no identifico miedo, sino clera o rabia. Cuando trabajamos con hombres
que ejercen violencia, nos cuesta de tres a cuatro meses que ellos identifiquen ms all de los
sentimientos de clera y rabia, y de todos los sinnimos de clera y rabia. No pueden identificar
otro tipo de sentimientos. Eso nos impide ser empticos con las dems personas, ponernos en la
posicin de la otra persona. Ser sensibles con nosotros mismos es la condicin para ser sensibles
con las dems personas.
Estos son mecanismos claves para lo que van a ser nuestros roles de adultos. Mientras que a
las mujeres se les incentiva desde muy pequeas la ternura, la sensibilidad, etc. porque esos
son mecanismos fundamentales para el ejercicio de una maternidad cercana (las mujeres por
eso tienen la posibilidad y la sensibilidad de captar los sentimientos, las emociones de sus hijas
y de sus hijos, aun cuando no lo expresan con palabras), a los hombres nos cuesta muchsimo
ms, y eso tambin tiene implicancias en el ejercicio de la violencia. No obstante, esta llamada
sensibilidad o intuicin natural de las mujeres tampoco es tal. Hombres y mujeres nacemos con
potencialidades similares. Pierre Bourdieu, filsofo y socilogo francs, en un libro que se llama
La dominacin masculina deca que esta sensibilidad, esa intuicin, supuestamente propia de
las mujeres, era compartida con todos los seres que tenan un rol de servicio: los esclavos, las
esclavas, los siervos, las siervas, porque eso les permita preservar su vida y evitar el castigo,
percibir las necesidades del amo, sus cambios de humor; les permita ir por delante siempre de
los deseos del amo. Eso es propio de todos los seres que estn en un rol de servicio. Los juegos
tienen un papel importante para el desarrollo de la sensibilidad, para preparar en los roles del
cuidado.
Otro elemento en la construccin de la masculinidad es el hecho que nosotros desde muy
pequeos tenemos que estar siempre probando qu tan machos somos, qu tan hombres somos,
algo que se instaura tambin en lo ms profundo de nuestro ser, de nuestros cuerpos. Un experto
en la reflexin de la masculinidad como es Michael Kimmel, dice que el verdadero temor de los
hombres es ser avergonzando frente a otros hombres porque no llenamos los requisitos de lo
que se espera del verdadero hombre. Tenemos siempre el temor de ser desenmascarados como
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
48
falsos hombres. Tememos que nos griten: mariquita, mujercita!. Eso es el peor terror de los
hombres. Por lo tanto, siempre tenemos que dar pruebas permanentes de hombra, como si
fuese la hombra una cualidad siempre en peligro de perderse. Entonces, en la infancia est la
represin de las emociones; en la adolescencia, la sexualidad se convierte en el motor a travs
del cual tenemos que probar qu tan machos somos. Por lo tanto, nuestra sexualidad se convierte
en una sexualidad obligatoria, una sexualidad competitiva entre hombres, violenta, homofbica,
irresponsable. Y todo esto tiene consecuencias muy grandes en la violencia.
Cuando los hombres llegamos a una relacin de pareja esperamos muchas cosas: ser la autoridad
en la casa; que nuestra autoridad sea reconocida porque hemos aprendido que ser hombre es
tener autoridad sobre las mujeres. Por lo tanto, si esto no ocurre, tememos ser ridiculizados en
nuestro entorno, ser catalogados como saco largo: en Mxico dicen mandilones; ahora se ha
puesto de moda lo de cosito (risas). Todo lo cual significa una sancin de parte de la sociedad.
As, cualquier situacin que cuestione nuestro poder y autoridad nos pone en una situacin de
crisis, y con la intencin de recuperar eso que estamos perdiendo, la autoridad, el control de
la relacin, el poder, en milsimas de segundos decidimos luchar por recuperar el poder y lo
hacemos de una manera violenta.
Ayer, Gary deca algo muy importante: hoy en da todos los hombres estn informados sobre el
hecho de que pegar a la mujer es malo; saben que las leyes lo prohben y que hay sanciones. Esto
lo puedo corroborar por todos los aos que vengo trabajando con hombres que ejercen violencia
contra las mujeres. Todos los hombres estn informados que pegar es malo, pero lo hacen. Qu
es lo que ocurre entonces? En milsimas de segundo deciden violentar. Es como si tuvieran
una balanza de dos platos y en uno de ellos ponen probablemente sus sentimientos de culpa
porque saben que pegar es malo y no deberan hacerlo. Pero en el otro platillo, est su identidad
masculina, es decir, cmo ellos aprendieron lo que es ser hombre. Y ser hombre es tener poder
y autoridad sobre las mujeres. Y si no tengo autoridad y poder sobre las mujeres, entonces soy
menos hombre. Y esto tiene mucho ms peso que lo que hay en el otro platillo, por lo cual, decido
violentar. Y no puedo poner en duda que luego de pegar, porque me lo han dicho muchos hombres,
me arrepiento y digo que no debi de haber sucedido. Puede ser que mi arrepentimiento sea
verdadero, pero si de aqu al siguiente da, a una semana, o a un mes, interpreto nuevamente que
mi autoridad y mi poder est en juego, nuevamente ejercer la violencia porque ese es el tema
central.
En su exposicin del da de ayer, Gary nos deca que un factor importante de riesgo es que hayan
sido espectadores de la violencia de sus padres contra sus madres. Eso es cierto, es uno de los
factores ms fuertes de riesgo de ejercicio de violencia contra las mujeres. Sin embargo, me
acuerdo que en una entrevista que le haca a un hombre que ejerca violencia fsica contra su
pareja para mi investigacin, le pregunt si alguna vez haba visto que su padre le pegase a su
madre. l me dijo que nunca vio que su padre le pegase a su madre. Me interes mucho esa
experiencia y le pregunt cmo eran esas relaciones. Me contest: Mi mam saba la hora que
mi pap llegaba, y cuando estaba a media cuadra de la casa nos deca: Shh, llega tu pap, por
favor, todos a sus cuartos!. Y todos corramos a nuestros cuartos. Mi pap llegaba, se sentaba,
mi mam le quitaba los zapatos, le pona sus pantuflas, ya tena su comida calientita, o sea, todo
funcionaba como l quera. Mi pap nunca tuvo que pedirle nada a mi mam, mi mam ya saba
lo que l quera. Cuando este hombre se casa, espera lo mismo, pero no ocurre as. Su esposa
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
49
le dice, t no tienes manos? Por qu no te calientas tu comida? Por qu no te haces esto, lo
otro?. Y l siente que su autoridad y poder estn en juego y le pega.
Entonces, ciertamente, en el fondo de todo est el aprendizaje fundamental y qu es lo que une todas
las experiencias, que ser hombre es tener autoridad, poder y control sobre las mujeres y este es el
tema central que se interioriza. Los actos violentos no siempre son conscientes y premeditados.
Hay un proceso de socializacin tan fuerte, en tantos aos, que muchos de los actos se automatizan.
Pierre Bourdieu deca que es como si fueran resortes que se activan y desde el inconsciente uno
discierne cul es el objeto de nuestra agresin: siempre alguien con menor poder y con un rol
subordinado. Entonces, el problema de la violencia contra la mujer no es un problema solamente
de creencias ubicadas en el mbito cognitivo y que basta slo demostrar que esas creencias estn
equivocadas para lograr cambios. Esas creencias se encuentran enraizadas en lo ms profundo
de los cuerpos, no solo a nivel consciente, sino mayormente
en el mbito inconsciente. Todo nuestro ser forma parte
del gnero, tambin nuestra dimensin psicolgica que
est embebida de cultura e historia, de creencias que estn
actuando desde lo ms profundo de nuestro cuerpo. Por lo
tanto, los cambios requieren procesos sumamente largos
y difciles. Quien aprendi en treinta, cuarenta o cincuenta
aos, no puede desaprender en poco tiempo.
Una de las pistas para trabajar polticas de involucramiento
de los hombres es tener en cuenta que este proceso es
contradictorio, pues si bien este sistema de dominacin
masculina nos da privilegios a los hombres, tambin nos
crea bastante malestar, dolor, aislamiento, alineacin. Con
esto no estamos diciendo pobrecitos los hombres, sino
que simple y llanamente, este proceso es contradictorio, ya que nos llenamos de mucho poder
pero empezamos a romper todos los vnculos afectivos con nuestros seres queridos y nos vamos
aislando. Me acuerdo mucho de un amigo filsofo mexicano, pues l habla de la soledad de la
paternidad. Ninguno de los hombres que acuden a los programas de reeducacin de agresores
est contento. Todos estn en una situacin de angustia, son conscientes que han perdido poder,
autoridad, y sienten mucho dolor a la vez porque en varios casos ya han sido abandonados por
su pareja, hijos e hijas. No obstante, la mayor parte del malestar de nosotros los hombres es por
la brecha existente entre la valla tan alta que nos pone la sociedad respecto a lo que espera del
verdadero hombre y nuestras realidades generalmente tan lejanas. Entonces, lo que hacemos
es intentar cerrar esa brecha con violencia hacia las mujeres, violencia contra otros hombres ms
dbiles y violencia contra nosotros mismos.
Uno de los problemas graves es el de la salud. Si uno analiza, por ejemplo, los datos del Ministerio
de Salud de causas de muerte en el Per, ver cmo, a partir de la adolescencia, se abre una
brecha enorme en trminos de causa de muerte violenta. Por cada mujer que muere por razones
violentas, mueren cuatro hombres, ya sea por asesinatos, suicidios, ingesta de alcohol o accidentes
de trnsito. Todos estn relacionados de alguna manera a la ingesta de alcohol, que es uno de las
caractersticas de las conductas de la masculinidad hegemnica. Adems, hay otros problemas,
Las polticas pblicas
para involucrar a los
hombres en la igualdad
de gnero, primero
tienen que comprender
una profunda
autocritica del modelo
hegemnico patriarcal
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Masculinidades y Polticas Pblicas
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como por ejemplo, la exposicin a enfermedades de transmisin sexual y VIH/SIDA, y que al final
tambin ponen en riesgo a las propias parejas.
Cmo enfrentar esto desde las polticas pblicas? Tradicionalmente, las polticas pblicas cuando
han tratado el tema de los varones y de la violencia lo han hecho considerando a los hombres
solo como un problema y de manera negativa. Entonces, a travs de normas, de leyes, la poltica
ha buscado limitar, contener, castigar el comportamiento de los hombres. No se ha visto a los
hombres como sujetos de polticas pblicas, es decir, con necesidades especficas que resolver.
Como ya hemos visto, la manera en cmo vivimos nuestra masculinidad es tan producto social y
cultural que la manera en cmo experimentan su feminidad las mujeres. Emular la masculinidad
hegemnica nos trae grandes problemas que hay que atender, que hay que reconocer. Nos crea
necesidades que hay que enfrentar. Creemos que una poltica para involucrar a los hombres en
la lucha contra la violencia hacia la mujer, primero es una poltica para involucrar a los hombres
en la igualdad de gnero. Porque pensar solamente en los hombres cuando son agresores o
cuando ejercen violencia es considerar simple y llanamente a la violencia sexista como inevitable.
Ciertamente, los hombres no demandan ayuda, pero s hay necesidades y hay que poner en
evidencia esas necesidades.
En estos ltimos 30 aos han habido cambios importantes en la sociedad en favor de las mujeres,
muchas veces a pesar de nosotros los hombres: la irrupcin masiva en el mercado de trabajo de
las mujeres ha puesto en jaque ese pilar importante de los hombres, que era el ser proveedor
nico o el proveedor ms importante. En muchos casos, los hombres ya no somos proveedores
nicos. En otros, no somos ni siquiera proveedores y las mujeres pasan a tener esa posicin. Hay
varios estudios en Amrica Latina que lo estn probando y el Estudio Multicntrico de la OMS
(2000) lo prob tambin, que uno de los factores de mayor riesgo para las mujeres es cuando
las mujeres trabajan y los hombres no tienen trabajo, pues duplica, hasta triplica, el ejercicio
de la violencia contra ellas. Los hombres consideran que les estn quitando uno de los pilares
ms importantes de su mayor poder. Interpretan que estn perdiendo autoridad y utilizan la
violencia para contrarrestar ese poder que estn perdiendo. Todos los avances en trminos de
salud reproductiva -mtodos anticonceptivos modernos- han permitido que las mujeres cada vez
ms puedan controlar sus propios cuerpos, su sexualidad, y eso produce tambin sensaciones de
inseguridad en muchsimos hombres. El nivel educativo, que ha ido avanzado cada vez ms para
las mujeres, incrementa la inseguridad de los hombres porque las mujeres pueden incorporarse
en cualquier actividad que antes era propia solamente de los hombres, inclusive en las Fuerzas
Armadas, creando sensaciones de inseguridad en los hombres. Todo esto crea necesidades en
los hombres que hay que responder. Hay que ofrecer ayuda para tratar de desmontar este modelo
hegemnico que ha construido la masculinidad hegemnica y dar un nuevo significado al hecho
de ser hombres, ms democrtico, respetuoso de los derechos de las mujeres y de renuncia al
poder y autoridad sobre ellas, todo lo cual constituye una forma directa de prevenir la violencia de
gnero.
Los hombres hemos tenido generalmente desinters sobre los temas de gnero, a pesar que,
como hemos visto, las construcciones de gnero tienen implicancias bastante negativas para
nosotros los hombres. Tambin hay cierta culpa por el hecho que muchas veces se han trabajado
los temas de gnero solamente como sinnimo de mujer. En alguna oportunidad fui invitado a una
ONG para trabajar con varones el tema de gnero y masculinidades, y ellos me dijeron que haban
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
51
asistido a muchas capacitaciones sobre gnero y les pregunto cul haba sido el resultado de eso.
Me dicen que comprendieron que las mujeres estn discriminadas por la sociedad, pobrecitas,
que habra que darles la oportunidad para que nos alcancen. Es decir, como si nosotros los
hombres fusemos lo ptimo de la humanidad, sin problemas. Lo cierto es que nosotros somos
tan producto social como ellas. Es decir, estos hombres no eran tocados realmente por el tipo de
capacitacin enfocado en las mujeres. Con el taller que les ofrec era la primera vez que sentan
que les hablbamos desde su propia experiencia como hombres, de cmo ellos, desde la niez,
haban construido su forma de ser hombres, y pudieron relacionar sus malestares con esos
aprendizajes. Cuando se vieron tocados, empezaron realmente a movilizarse.
Ciertamente, este proceso no es fcil. Ninguna poltica que busque la igualdad de oportunidades
es fcil y el tema de igualdad de gnero, tan enraizado, es sumamente complicado, sumamente
difcil por razones sociales, histricas, que hacen inclusive que la igualdad de gnero sea tanto
o ms complejas que muchos otros procesos de cambio. Entonces, las polticas pblicas para
involucrar a los hombres en la igualdad de gnero, primero tienen que comprender una profunda
autocrtica del modelo hegemnico patriarcal machista, pero desde la propia experiencia de los
hombres.
En ese sentido, creo que no es solamente trabajar desde la agenda del feminismo, que ciertamente
respeto. Hay que tener en cuenta que nuestras experiencias y necesidades son distintas y tenemos
que trabajar fundamentalmente con la propia experiencia de los hombres; y a travs de ella, ir
develando la manera en cmo hemos construido nuestra masculinidad e ir cuestionado esta visin
del mundo. Las mujeres en su proceso buscarn empoderarse. Los hombres en este proceso
tenemos que ir renunciado a nuestros privilegios, a nuestra autoridad, a nuestro poder frente a
las mujeres. Esas trayectorias tienen el mismo objetivo que es el lograr el fin de este sistema de
dominacin masculina, el fin de este sistema de autoridad y poder de los hombres, el conseguir
realmente una sociedad en que hombres y mujeres seamos iguales en el ejercicio de nuestros
derechos.
Tambin es importante que cambiemos nuestra estrategia de considerar solamente a los hombres
en funcin de las necesidades de las mujeres. Toda esa poltica, por ejemplo, de los hombres
como socios de la salud de la mujeres, est bien, pero eso no cala en muchos hombres si no
trabajas tambin desde las necesidades de salud de los mismos hombres, pues eso hace que
los hombres se puedan involucrar tambin en el proceso. Hay que poner en evidencia que este
orden de gnero es tambin perjudicial para los hombres. Esto es muy importante, porque, an,
todo lo que est relacionado a las caractersticas de la masculinidad hegemnica es muy valorado
en la sociedad y es difcil poner en evidencia que con estas relaciones equitativas de gnero,
libre de violencia, tambin ganamos los hombres. Solamente hemos podido hacerlo cuando los
hombres escuchan a otros hombres que han pasado el proceso y cuentan lo que han ganado. Me
acuerdo que cuando hicimos la sistematizacin de la experiencia del Programa de Hombres que
Renuncian a su Violencia, muchos hombres nos decan que lo que ms les impact era escuchar
a este facilitador que contaba desde dnde haba partido, tocando fondo, y ahora era facilitador,
habiendo logrado superar el ejercicio de la violencia y que se senta muy bien.
Desde el Estado, debemos de promover y apoyar la participacin de los hombres en la lucha
contra la violencia hacia la mujer, formar lderes locales, facilitadores de cambio de otros
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
52
hombres hacia relaciones equitativas, democrticas y de respeto de los derechos de las mujeres.
Nosotros hemos apostado por trabajar con hombres que puedan tener una influencia y liderazgo
con otros hombres a nivel de sus instituciones y sus organizaciones; por incorporar contenidos
sobre masculinidades equitativas y democrticas en textos escolares y capacitar a maestros en
esa perspectiva. Desde el Ministerio de la Mujer hay un trabajo importante que se hace a travs
del Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual,
que es trabajar con promotores docentes. La idea nuestra es
incorporar tambin un mdulo sobre el tema de masculinidades
y el trabajo con hombres hacia la igualdad de gnero, impulsar
programas educativos de formacin dirigidos a la promocin
del cuidado y la corresponsabilidad domstica. Consideramos
que el tema de cuidado es fundamental porque justamente es
uno de los temas de mayor discriminacin de las mujeres, pues
ellas son las exclusivas cuidadoras y eso hace que las mujeres
no tengan igualdad de oportunidades por ms que haya una Ley
de Igualdad de Oportunidades. Las mujeres, exclusivas cuidadoras, no tienen posibilidades de
realizarse en otros campos, digamos el poltico, el acadmico, etc. Debemos trabajar con los
hombres, desde la primera infancia, para que incorporemos como algo natural el cuidado de otras
personas, el desarrollo de la ternura en los nios, y esto har que sea ms fcil, cuando seamos
adultos, una paternidad cercana, afectiva y no nos cueste tanto como a nosotros, que hemos sido
criados en el modelo de la masculinidad hegemnica.
Debemos desarrollar polticas pblicas donde los hombres estemos incluidos como sujetos de
cambio desde una perspectiva de gnero, de derechos humanos, y que faciliten a los hombres
el desarrollo de una vida satisfactoria y en plenitud, deslegitimando la violencia como elemento
constitutivo de la identidad masculina, que permita a los hombres el disfrute al derecho de la
paternidad afectivamente cercana, y prcticas sexuales reproductivas saludables.
En ese sentido, estamos impulsando, desde el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables,
especficamente desde la Direccin General contra la Violencia de Gnero y el Programa Nacional
contra la Violencia Familiar y Sexual, una experiencia piloto para trabajar con promotores sociales
varones en los Centros de Emergencia Mujer que tenemos en Chimbote y en Huancayo. Una
propuesta de trabajo de formacin de estos hombres, desde su propia experiencia personal,
con tcnicas vivenciales, para que a su vez trabajen con lderes locales de sus comunidades y
produzcan un efecto multiplicador. Hemos desarrollado este trabajo este ao porque la idea es
que esta experiencia podamos generalizarla paulatinamente a nivel nacional. Esta estrategia
busca formar lderes locales varones que desarrollen un efecto multiplicador en sus instituciones
de origen; sensibilizar a varones que ocupan cargos pblicos para que se involucren en la lucha
contra la violencia hacia las mujeres; sensibilizar a operadores varones de servicios para que
cumplan una labor efectiva de proteccin y asistencia y sancin; posicionar en la agenda de las
instituciones el involucramiento a los varones contra la violencia a la mujer; y fortalecer alianzas
con instituciones para el apoyo de trabajo con varones para la prevencin de violencia hacia la
mujer. En este momento, estamos terminando de elaborar los lineamientos para trabajar con
varones a travs de los Centros de Emergencia de la Mujer (CEM) a nivel nacional, los cuales
son casi doscientos. Este trabajo no se hace de la noche a la maana. El prximo ao quizs
avancemos en unos cuatro o cinco CEM y posteriormente, iremos poco a poco avanzando.
Somos los hombres
los principales
responsables para
trabajar con otros
hombres
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
53
Para terminar, quiero afirmar que podemos aprender muchsimo de las mujeres en este proceso;
pero, de ninguna manera podemos cargar sobre los hombros de las mujeres el trabajo con
hombres. Somos los hombres los principales responsables para trabajar con otros hombres.
Hasta el da de hoy, quienes demandan incluir a los hombres son principalmente mujeres. Cuando
hay demandas de apoyo para hacer talleres con hombres, siempre me doy cuenta que detrs
hay un grupo de mujeres que son las que organizan el evento y que hacen abogaca para que los
responsables de las instituciones nos inviten. Los hombres tenemos que ser ms conscientes
y comprometidos para que este trabajo lo desarrollemos principalmente nosotros. Es nuestra
responsabilidad. Muchas gracias.
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
54
Muchsimas gracias por invitarnos a este Seminario. Es realmente un gran honor estar ac en
Per por primera vez. Me siento muy agradecido por la oportunidad de compartir con ustedes,
de aprender y de reencontrarme con colegas y amigos tan queridos, tan apreciados en mi
propia carrera, en mi formacin personal y profesional, as como de conocer a mujeres colegas
profesionales del Ministerio de la Mujer que estn haciendo un excelente trabajo.
Voy a presentar las recomendaciones de la Alianza MenEngage para prevenir la violencia basada
en gnero e involucrar a los hombres, que fueron expuestas este ao ante la Comisin sobre
el Estatus de la Mujer que se rene en Nueva York en el mes de marzo, como un llamado a
los gobiernos del mundo que son parte del sistema de las Naciones Unidas. Este hecho refleja
un avance en el trabajo con hombres y con nios, pasando de diagnosticar el problema de la
masculinidad hegemnica machista, a hacer propuestas concretas de cambio, demostrando que
ya llevamos un camino recorrido. Ahora podemos hacer importantes propuestas para polticas
pblicas en nuestros pases basadas en la experiencia y en nuestras lecciones aprendidas.
Pero antes de pasar a las recomendaciones, quiero contarles qu es la Alianza MenEngage.
Somos una alianza de ms de trescientas organizaciones a nivel mundial, que trabajamos juntos
para promover la participacin de los hombres en todos los esfuerzos e iniciativas hacia la
igualdad de gnero, la prevencin de la violencia, la promocin de la salud sexual y los derechos
sexuales reproductivos de mujeres y de hombres, y el bienestar general para la familia y para
las comunidades del mundo. La Alianza MenEngage tambin es fruto del trabajo de numerosos
hombres y mujeres que, muchos aos atrs, han venido desarrollando esfuerzos por lograr la
equidad de gnero.
Las mujeres fueron las primeras en ensear a los hombres y a la sociedad el dao y la injusticia
tremenda que implica poner a los hombres en posicin de superioridad y a las mujeres en posicin
Las 10 recomendaciones de la alianza
MenEngage para prevenir la violencia basada
en gnero e involucrar a los hombres
Exposicin Magistral
OSWALDO MONTOYA
Coordinador de la Alianza MenEngage Hombres y Nios por la Igualdad de Gnero.
Psiclogo nicaragense, Master en Psicologa Educativa y del Desarrollo. Coordinador Global de la Alianza
MenEngage: Hombres y Nios por la Igualdad de Gnero. Es uno de los fundadores del Grupo de Varones contra la
Violencia en Managua, que fue el primer grupo de este tipo en Amrica Central.
Ha trabajado con grupos de encuentro, organizaciones feministas, con Save the Children, promoviendo los derechos
de la niez con Emerge, un programa de Massachussets de atencin a hombres que maltratan. Es autor de diversas
publicaciones y manuales educativos.
8 de noviembre de 2013
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
55
de inferioridad, y cmo la violencia contra las mujeres est basada en las desigualdades de gnero.
Nosotros los hombres estamos siguiendo el liderazgo histrico de las mujeres y lo que queremos
es tratar de complementar los esfuerzos del movimiento de mujeres desde muchas posiciones,
dentro del Estado, de la sociedad civil y de las universidades y el mundo acadmico. Las mujeres
han estado dicindonos desde hace muchos aos que nuestras sociedades no pueden avanzar si
seguimos ponindonos como seres de distinto valor, con distintos derechos, y que esta es la causa
fundamental de mucha violencia que ocurre entre los seres humanos.
La Alianza MenEngage tiene muchas estrategias. La ms importante es promover redes a todos
los niveles, establecer puentes de colaboracin y compartir a nivel de los pases, a nivel de nuestras
regiones, a nivel del mundo, nuestra experiencia. Estamos
tratando de promover que nos juntemos, que superemos ese
sentimiento de territorialidad, esta idea que este es mi territorio,
es mi campo, esto lo hago yo. Tenemos que estar dispuestos a
colaborar con otras organizaciones, porque juntos tenemos ms
posibilidades de generar cambios en nuestros gobiernos y en
nuestra sociedad, de generar cambios en nuestras instituciones.
Pero si cada uno jala por su lado, va a ser ms difcil.
MenEngage, que fue conformada en el ao 2004 a partir de ese trabajo coordinado, ha promovido
y apoyado campaas de educacin conjuntas. Por ejemplo, MenEngage apoya la campaa del lazo
blanco, que fue la primera campaa mundial promovida por hombres y dirigida a los hombres
para parar la violencia contra las mujeres.
Estamos preparando tambin una campaa por los derechos sexuales y reproductivos, la
participacin de los hombres en el respeto y la promocin de los derechos a la salud materna, y la
responsabilidad que tenemos en cuanto a la anticoncepcin, la prevencin de las enfermedades
de transmisin sexual, el VIH/SIDA. Estamos cocinando esta nueva campaa y luego, cada pas y
cada organizacin miembro de MenEngage, la adapta y adecua a su propio contexto. Adems, la
campaa la diseamos con las redes de las organizaciones de cada pas y con las regiones que
son parte de MenEngage.
Tambin tratamos de hacer un trabajo de intercambio y fortalecimiento de capacidades entre las
organizaciones que estn afiliadas a MenEngage. Nos apoyamos mutuamente para poder hacer un
trabajo de mayor calidad, un trabajo con hombres que realmente contribuya al empoderamiento
de las mujeres y al empoderamiento positivo de los hombres, sin hacer dao. Porque muchas
veces podemos tener buenas intenciones cuando trabajamos con hombres, pero si no tenemos
una correcta comprensin de lo que est en juego ac, podemos estar reciclando y reproduciendo
el machismo.
La Alianza MenEngage quiere que hagamos un trabajo de mayor calidad basado en la evidencia
y las lecciones aprendidas, donde podamos apoyarnos mutuamente con las herramientas, los
manuales, las metodologas que en diferentes pases se estn desarrollando. De esta manera,
podemos ser una voz colectiva para el cambio de los hombres y ejercer abogaca con ms eficiencia,
con ms fuerza, ante todas las instancias de poder y ante todos los tomadores de decisin.
La primera
recomendacin es
integrar la equidad
de gnero en el
currculo educativo
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
56
Personalmente, como coordinador de la Alianza MenEngage en la Secretara Global, me siento
contento de poder transmitir tambin mi experiencia en este proceso. Yo comenc en esto desde
mi pas natal, Nicaragua, y desde mi ciudad natal, Managua, reunido con otros hombres por
invitacin de mujeres. Como muy bien deca Miguel, han sido las mujeres las que han abierto el
camino y adems nos han invitado, han creado
las condiciones en muchos contextos de muchos
pases para comenzar a hacer un trabajo de
transformacin de las masculinidades. As, con
el apoyo de mujeres feministas, en el caso de
Nicaragua, tuve la oportunidad de insertarme en
un proyecto de investigacin en la zona rural para
entender las bases culturales de la divisin del
trabajo por gnero y aprender acerca de cmo los
hombres y las mujeres entendemos las relaciones de gnero. Esto me transform personalmente
y me hizo reconocer mi propia formacin. Luego, con el tiempo, me hizo apoyar la formacin de un
grupo de hombres que llamamos Grupo de Hombres contra la Violencia y comenzar a hablar de
nuestra propia experiencia personal.
Imagnense. Yo vengo de la formacin como psiclogo. Tena ya cinco aos de trabajo a nivel
emocional y de psicologa en la universidad. Sin embargo, no haba tenido oportunidad de poder
abordar ciertas experiencias que han estado en mi vida y que estn en la vida de muchos hombres,
y que siguen siendo, en muchos casos, secretos no hablados.
Por ejemplo, en el Grupo de Hombres Contra la Violencia de Managua, fue la primera vez que
yo poda hablar de la angustia que tuve en la adolescencia, cuando escuchaba a otros amigos
decir que ellos ya tenan relaciones sexuales con mujeres, que haban estado con la fulana o con
la otra. Yo me senta retrasado, lento, disminuido, en comparacin con mis amigos. Yo senta
claramente, como dice Miguel, esa gran distancia entre dnde estoy yo y dnde est el modelo de
masculinidad. En el Grupo de Hombres Contra la Violencia de Managua, tuve la oportunidad de
hablar de eso, de ser escuchado y de no ser rechazado. Me di cuenta que otros hombres tambin
han experimentado experiencias similares, que hay un dolor compartido, que hay un malestar
compartido en muchos hombres. Pero no nos es permitido plantear este malestar en los crculos
comunes, en los bares, en los centros de trabajo o en la universidad. No es permitido por el
machismo. Por eso tuvimos que crear ese espacio seguro para poder hablar de estos costos del
machismo en los hombres.
A partir de esta experiencia y despus de varios meses de intercambio, nos sentimos en la capacidad
de poder hablar a otros hombres, de tomar un micrfono y hablar ante un pblico desde nuestra
experiencia personal. Esto nos permiti, con el tiempo, no solo crear un grupo de hombres en
una ciudad, sino apoyar la formacin de otro grupo de hombres y luego crear una asociacin, una
fundacin, que permitiera impulsar de manera ms estratgica este trabajo en Nicaragua. Eso
fue en el ao 2000, con la Asociacin de Hombres contra la Violencia. Aos despus, en el 2007,
surgi la Red Nacional de Trabajo con Hombres de Promocin de la Igualdad de Gnero, para
apoyar una red nacional de trabajo con hombres y nios donde no solamente estuvieran hombres
sino tambin nuestras compaeras y colegas mujeres que siempre nos han apoyado. En esta Red
participan las organizaciones de mujeres, organizaciones mixtas y grupos de hombres.
La segunda recomendacin
de la Alianza es la utilizacin
de estrategias y campaas
de comunicacin masivas
dirigidas a los hombres
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
57
Nuestro primer reto en esta Red fue cmo realizar el trabajo de masculinidad con los nios.
Habamos hecho trabajos con adolescentes, con jvenes, con adultos, pero no habamos llegado
a la infancia. Este fue el motivo unificador de la red de masculinidad en el caso de Nicaragua.
Coincidi que, a nivel internacional, lderes muy reconocidos, muy queridos, como Gary Barker, de
PROMUNDO Brasil en ese entonces, y otros compaeros estaban ya gestando la creacin de la red
mundial de MenEngage. Entonces, la red de Nicaragua se conect conMenEngage Internacional y
eso facilit mucho hacer un trabajo de mayor eficiencia.
En definitiva, lo que queremos hacer con MenEngage es esto, seguir tejiendo redes, tendiendo
puentes, para que el trabajo que ests haciendo aqu en Lima, el trabajo que ests haciendo en
tu ciudad, pueda tambin gozar del apoyo de un movimiento mundial de hombres y mujeres a
favor de que los hombres participen en la equidad de gnero. Queremos tender puentes para
que podamos aprender de la experiencia de Per. Porque
Per tiene una riqueza de trabajo con hombres, tal y como
estamos viendo en este Seminario. Tienen lderes tan
carismticos y tan comprometidos, tanto de la sociedad
civil, como de parte del Estado, a quienes necesitamos a
nivel internacional tambin.
Quera compartirles una foto que me envi mi hija hace
unos meses. En esta foto, mi hija est con su compaera
del grupo de danza, preparndose para presentarse en el
Teatro Nacional Rubn Daro en Managua, Nicaragua, en
una pea cultural del colegio donde estudian mi hija y mi hijo. Quera compartirles este mensaje
para mostrarles otro motivo importante por el cual los hombres ganamos con la equidad de
gnero y con la transformacin de estas relaciones desiguales de poder. Detrs de cada una de
estas nias, hay un hombre, hay dos hombres, hay diez hombres, veinte hombres, que desean
solamente lo mejor para estas nias. En muchos casos es su pap biolgico, en otros casos
puede ser su padrastro, pero si no hay una figura paterna, seguramente hay un to que quiere lo
mejor para estas nias. Hay un abuelo, hay un padrino que, cuando uno de estas nias es objeto
de discriminacin, sufre.
Segn las estadsticas, de estas trece nias que hay aqu, tres o cuatro, cuando lleguen a ser
jvenes y establezcan una relacin de pareja con otra persona, van a sufrir violencia. Hay unas
probabilidades que sufran violencia y eso va a generar sufrimiento, en primer lugar para las nias,
y en segundo lugar, para la familia y los hombres que estn detrs de estas nias.
La mayora de nosotros no queremos eso. Queremos que estas nias crezcan en una sociedad
donde se reconozcan sus derechos, donde no sean irrespetadas en la calle, donde no sean
violentadas sexualmente, donde tengan oportunidades de escoger lo que quieren hacer en la
vida, lo que quieren estudiar, sin limitaciones, sin ese toque de queda como muy bien nos deca
tambin Miguel. El toque de queda que significa que despus de las diez, once de la noche, si
te pasa algo, vos te lo buscaste. La mayora de los hombres queremos que puedan ejercer sus
derechos humanos. Esto es muy importante, porque a veces, decimos que los hombres estamos
en un planeta y las mujeres en otro planeta, y se habla de la guerra de los sexos, pero realmente
Otra recomendacin
que hacemos como
Alianza MenEngage, es
el enfoque de testigos
o la intervencin como
espectadores
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
58
la guerra de los sexos es un absurdo porque nuestras conexiones entre hombres y mujeres son
muy profundas.
Pensemos tambin en la relacin con nuestras madres. Cuntos hombres no fuimos inspirados
a trabajar por la equidad de gnero por solidaridad, por conexin con nuestras madres. En un
estudio que yo coordin en Nicaragua, que se llam Nadando contra corriente
1
, tratbamos de ver
por qu haba hombres que se comprometan con la no violencia a pesar de vivir en un contexto
muy machista. Este fue uno de los factores que a m me impresion ms: la conexin con las
madres; el haber presenciado el sufrimiento de sus madres por el machismo y la discriminacin
que recibieron, hizo a los hombres decidir que ellos no queran eso en sus relaciones con mujeres.
Es muy importante recordar que los hombres ganamos con la igualdad de gnero, ganamos
porque tenemos conexiones muy fuertes y suficientes motivos para apoyar y comprometernos con
la equidad de gnero. Tambin ganamos por nuestra propia felicidad, nuestra salud, porque nos
liberamos de muchos de los mandatos que nos reprimen en nuestra vida. Pero, entonces, cules
son estas diez recomendaciones para prevenir la violencia que present la Alianza MenEngage
ante la Comisin sobre el Estatus de la Mujer, que hemos venido compartiendo en diferentes
foros, en diferentes espacios en los que participamos? Se trata de recomendaciones enfocadas
en la prevencin primaria de la violencia para evitar actos de violencia contra las mujeres y contra
las nias.
La primera recomendacin es integrar la equidad de gnero en el currculo educativo. El sector
educacin es estratgico para la prevencin primaria de la violencia. Tenemos que lograr influir
para que enseemos a nuestros nios y nias desde el pre-escolar y la primaria, con un enfoque
educativo basado en la equidad. Mis hijos, por ejemplo, que pasaron el primer grado hace poco,
hace 4 y 6 aos, todava estaban aprendiendo a leer y escribir con frases como mi mam me mima,
mi pap fuma la pipa. Esos eran todava los mensajes. Estoy hablando del ao 2008. Los textos
que reciban mis hijos para aprender eran algo impresionante. Todava en el sector educativo
estamos fomentando las desigualdades y transmitiendo que las madres no trabajan, se dedican
al hogar y son las que dan el afecto, y que los padres son los que fuman, beben, salen a pasear y
trabajan. Estos conceptos ni siquiera se corresponden con la realidad de nuestras familias.
Aqu tenemos una labor muy importante, que es cmo seguir transformando estos contenidos
curriculares. Y el currculo escondido tambin es muy importante. No es solo lo que se ensea, sino
tambin cmo se ensea. Qu expectativa tienen los maestros y las maestras, o las autoridades
escolares, con los nios y las nias? A veces las expectativas son muy negativas contra los nios
tambin. Hay un sesgo negativo con los varoncitos en la primaria, pues los ven como revoltosos,
pleitistas o desobedientes. En cambio las nias son ms llevaderas, y a veces, los nios resienten
eso. En el espacio donde he trabajado con nios, lo que he escuchado- a mi propio hijo tambin-
es que los y las docentes prefieren a las nias. Se enoja la profesora porque venimos sudados
y sucios, quisieran que estuviramos sentaditos. Las nias tambin reciben un trato bajo el
estereotipo de sumisas y son desalentadas a tomar roles activos.
1 Montoya, O. Nadando contra corriente. Puntos de Encuentro. Managua, 1998.
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
59
En conclusin, es necesario trabajar con la comunidad educativa, entrenar a maestros y maestras.
Esta iniciativa me parece tan valiosa como la que est haciendo PROMUNDO Brasil, de llegar a
tantos maestros a travs del uso de las nuevas herramientas de comunicacin. Creo que hay
que retomar estas prcticas y promoverlas en el sector educativo; promover campaas desde la
escuela que lleguen a todas las comunidades educativas. Porque la oportunidad con la escuela
es que tiene acceso a los nios y a las nias, pero tambin a los padres y madres. Generalmente,
las madres son las que llegan a las reuniones de padres de familia; entonces hay que hacer un
esfuerzo especfico para llegar a los paps o las figuras paternas. Tenemos muchas oportunidades
transformativas desde el sector educacin.
La segunda recomendacin de la Alianza es la utilizacin de estrategias y campaas de
comunicacin masivas dirigidas a los hombres. Esto ya lo hemos venido haciendo en muchos pases.
Yo he conocido excelentes campaas aqu en el Per. Ustedes tienen imgenes muy poderosas de
campaas que estn diciendo que las relaciones pueden ser distintas, que los hombres pueden
jugar un rol equitativo en el hogar. Hay que seguir promoviendo estas campaas. Hay que motivar
a los hombres a que vean que no solamente somos el problema, sino que tambin somos parte de
la solucin, junto a las mujeres. Adems, estas campaas tienen que ir combinadas con acciones
directas educativas. No es suficiente que el mensaje llegue de manera masiva. Muchos estudios y
evaluaciones lo han demostrado; pues aunque son mensajes importantes, no profundizan.
La oportunidad de profundizar se encuentra en un grupo. Con un grupo y en varias sesiones
se puede hacer este trabajo personal del cual hemos hablado. Este es el complemento a estos
mensajes a nivel pblico, a nivel de internet, de televisin,
de radio, de mensajes en los espacios pblicos. As se van
generando los cambios que todos queremos.
Hay un ejemplo de un afiche de campaa en el caso de
Nicaragua que promovimos despus de un huracn terrible,
el huracn Mitch del ao 1998. Tras el paso del huracn,
vimos cmo se increment la violencia contra las mujeres
por el aumento de los factores de estrs, que aunque no
son la razn de la violencia contra las mujeres, las ponen
en situacin de mayor riesgo, pues hay mayores conflictos.
Entonces all explicbamos a los hombres: el huracn es un
fenmeno natural que no podemos evitar. Podemos mitigar
los riesgos, pero a fin de cuentas no lo podemos evitar. Sin embargo, la violencia contra las mujeres
no es un problema natural. Es un problema socio cultural que s podemos evitar y que est en
nuestras manos poderlo hacer.
Aqu, algunas cosas que se pueden hacer son muy sencillas, muy concretas, como decirles a
los hombres: no hay justificacin para la violencia, aunque ella te diga hijo de p.. Las mujeres
pueden ser muy agresivas -tambin Miguel hablaba del acto de resistencia de las mujeres en el
conflicto- y es cierto que las mujeres tambin ejercen acciones que podemos llamar de violencia
fsica, emocional, incluso verbal. Pero que tu pareja te diga eres un hijo de p., no sirves para nada,
eres un no s qu, un mantenido no te da derecho a ejercer violencia.
Siguiendo con las
recomendaciones, son
necesarias campaas
dirigidas a educar
sobre las leyes que
abordan la violencia
contra las mujeres
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
60
Las mujeres usan estas armas tambin para desquitarse, porque hay mucho enojo, hay mucho
resentimiento acumulado por el machismo y el privilegio patriarcal de los hombres. A los hombres
les decimos: comprende de donde viene el enojo de tu pareja, no reacciones con violencia ante
su enojo y date cuenta de tu propio enojo. Para poder
controlarte, sal mejor a caminar. Pero hay que trabajar
muy bien esto de salir a caminar. No es que me voy,
cierro la puerta y esa mujer histrica que se quede
hablando y regreso cuando se calle. Eso pasa con
muchos hombres; por eso, hay que tener mucho
cuidado con el mensaje que mandamos a los hombres.
A veces, con la mejor de las intenciones, podemos
estar produciendo mayores actos de irrespeto hacia
las mujeres. Salir a caminar no significa dejar a la
pareja ah hablando como loca y regresar cuando se le pase. Hay que evitar perpetuar una actitud
misgina contra las mujeres. Podemos decirle a la pareja,en este momento no puedo conversar,
no estoy en condiciones. Necesito un tiempo para poder hablar. Y en ese caso, s puedes salir a
caminar y conversar despus con tu pareja o buscar un mediador o mediadora y poder tomar en
cuenta su opinin.
Esta es una entrada que nos permite, a partir de este tipo de mensajes, abordar qu es lo que est
detrs de la violencia y de los conflictos. Los estudios demuestran que a mayor machismo, hay
mayores conflictos en la familia. Los hombres machistas son los que estn expuestos a mayores
pleitos, a mayores discusiones y mayores violencias, precisamente, porque las mujeres, tarde o
temprano, comienzan a resistir a esa dominacin, porque tarde o temprano, su dignidad humana
es lacerada. Y cuando las mujeres comienzan a oponerse, los machos se resienten. Aqu empiezan
ms conflictos.
Otra recomendacin que hacemos como Alianza MenEngage, y que se basa en la buena experiencia
de muchos lugares del mundo, es el enfoque de testigos o la intervencin como espectadores.
En la campaa anterior, por ejemplo, estbamos dirigindonos al hombre como potencial agresor
o como agresor. Esta otra campaa estamos dirigindola al hombre que no ejerce violencia. La
mayora de los hombres no ejercen violencia, al menos fsica, contra las mujeres, aunque depende
del contexto. En algunas ciudades, en algunos pases, puede que sea la mayora, pero a nivel
mundial, uno de cada tres hombres ejerce violencia. La mayora de los hombres no la ejerce, y por
lo tanto, siente que no es problema suyo.
En este tipo de enfoque queremos hacer un llamado a todos los hombres, ejerzan o no violencia, a
la responsabilidad colectiva que tenemos de acabar la violencia contra las mujeres. No podemos
quedarnos en silencio. El uso del enfoque del espectador se utiliza, por ejemplo, en la versin
brasilea de la campaa del lazo blanco. Nuestro silencio es cmplice de violencia. Hay que
explicarles a los hombres que no hacer nada cuando ves a tu amigo, a tu vecino, a tu hermano, a
tu compaero de trabajo, ejerciendo violencia contra una mujer o hablando en forma despectiva
hacia una mujer, te hace cmplice de la violencia.
Tambin existe una forma de ejercer violencia muy comn, cuando en una rueda de hombres
hablamos del cuerpo de las mujeres, o estamos refirindonos a una mujer con trminos muy
La quinta recomendacin
consiste en atender a
nios y hombres que
fueron testigos y vctimas
de violencia en su niez
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
61
peyorativos, tratndolas como objetos sexuales, incluso como si la mujer estuviera reducida a
ciertas partes del cuerpo. Cuando estamos en una rueda de amigos, tal vez no todos los hombres
utilizan esas expresiones, tal vez son dos de cinco, pero los otros tres se quedan callados y siguen
la conversacin como si no pasara nada. Esto es lo que queremos decir con quedarse en silencio
cuando otro hombre ejerce violencia verbal o fsica contra mujeres. Eso es ser cmplice y tenemos
la responsabilidad de decirles a nuestros amigos: Oye, te gustara que a tu hija le dijeran culo?.
Mira, no me siento bien cuando hablas de esa manera de las mujeres. Habra que decir estas
cosas como amigos, para ayudar a otros hombres cuando los confrontamos de una manera
positiva.
En conclusin, el enfoque del espectador es muy importante, y la campaa del lazo blanco creo
que fue la primera que tuvo esta visin de llegar a todos los hombres comunes y corrientes que
no ejercen violencia.
Siguiendo con las recomendaciones, son necesarias campaas dirigidas a educar sobre las
leyes que abordan la violencia contra las mujeres. Muchos hombres nunca han ledo las leyes
que tienen que ver con el abordaje de la violencia. Slo leen los comentarios de los titulares
de los peridicos, lo que dijo otro hombre, y se vuelve como una leyenda urbana. Pero cuando
educas a los hombres sobre lo que realmente dice la ley, explicando que la ley no va en contra de
los hombres, sino en contra de conductas que son dainas
para las mujeres, entonces ven la ley como un instrumento
que protege a la familia, a la hija, a la hermana, a la madre.
Por eso es importante hacer esa labor, porque estas leyes
benefician tambin a los hombres.
Aqu presento el ejemplo de cmo la ltima Ley contra la
Violencia hacia la Mujer que se aprob en Nicaragua, cre
temor en los hombres. Miren lo que dijo un hombre: Nos pondrn de rodillas ante las feministas.
El temor de muchos hombres es que si estas leyes se llegan a implementar, vamos a estar de
rodillas ante las feministas, vamos a estar vulnerables a que las mujeres hagan con nosotros lo
que quieran y perderemos nuestros derechos. Esto es un mito, pero una mentira dicha varias
veces, se vuelve verdad, relativamente hablando.
Por esta razn, tenemos que hacer campaas y tenemos trabajar con los hombres su miedo. Esta
es una de las propuestas nuevas que tenemos como MenEngage. Queremos proponer un estudio
cualitativo y estamos pensando hacer alianzas con diferentes colegas, en diferentes pases,
para explorar estos temores de los hombres, para comprenderlos y ver cmo podemos hacerles
entender que apoyar las leyes contra la violencia hacia las mujeres nos beneficia a todos y todas.
La quinta recomendacin consiste en atender a nios y hombres que fueron testigos y vctimas
de violencia en su niez. Por todo lo que se ha compartido aqu, ayer y hoy, creemos que es
muy importante tambin reconocer que al final todos somos vctimas del machismo, de la
dominacin patriarcal de hombres y mujeres. Tenemos que tener una visin muy emptica hacia
los hombres sin justificar ninguna forma de violencia. Hay que reconocer que muchos hombres
han experimentado traumas terribles, ya sea a nivel domstico en sus familias, viendo la violencia
contra sus padres, o por otro tipo de violencias.
Otra recomendacin
est relacionada
con el consumo de
alcohol
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
62
Ayer conversbamos con los colegas, por ejemplo, sobre la experiencia de violencia poltica de
Per, que es muy similar a la de mi pas, Nicaragua, donde muchos hombres fueron sometidos
a torturas y muchas mujeres, violadas como una forma de humillar a los hombres y a las
comunidades. Esto despus queda en el corazn y en la mente de los hombres y genera ms
violencia contra las mujeres. Esto hay que abordarlo; hay muchos traumas.
Una colega de Nicaragua dice que nuestro pas es un pas con multi-duelos. Aqu en Per, y
en muchos otros pases, tenemos historias muy comunes de dictaduras, del uso de la violencia
poltica, que genera un trauma que luego repercute en las relaciones en la familia, en las relaciones
ntimas interpersonales con las mujeres, con los nios, o con otros hombres. Por eso, tambin hay
que crear espacios para abordar este tema, y eso es parte de la prevencin primaria. Lograr que
los hombres sanen y reconozcan cmo han sido ellos mismos sometidos tambin a violencia, va
ayudar a que esa violencia se detenga.
Otra recomendacin est relacionada con el consumo de alcohol. No es que el alcohol sea el
culpable de la violencia contra las mujeres de parte de los hombres, pero s pensamos que es un
factor que influye. De hecho, algunos hombres, antes de ir a golpear a su pareja, van a tomar cinco
cervezas, o una botella de ron para sentirse con el permiso
de hacerlo, para quitarse los inhibidores que pueden estar
impidiendo el acto de violencia. En este sentido, polticas
pblicas que dificulten el acceso al alcohol van a ayudar.
Ya hay estudios que demuestran que en pases que han
logrado restringir el acceso al alcohol, muestran un impacto
en reducir la incidencia de violencia. Se trata de medidas como
aumentar el impuesto al alcohol, aumentar las medidas para la edad del consumo del alcohol,
prohibir comerciales sobre el alcohol, o reducir la disponibilidad de alcohol en muchos lugares.
En muchos pases uno sale a la calle y en cualquier lado donde venden leche, venden la botella
de ron. Cuando yo era nio, a los nios se nos mandaba a comprar la cerveza para los padres a la
pulpera, a la tienda donde se compra el pan o la mantequilla. Eso hay que irlo regulndolo. No se
le puede vender alcohol a un nio, por ejemplo.
Podramos apoyar mucho con estas polticas pblicas de reduccin del consumo de alcohol, y de
la misma manera, restringir el acceso a las armas de fuego, otra recomendacin de MenEngage,
que sabemos es otro de los factores que aumenta la letalidad de la violencia de los hombres contra
las mujeres, incluso suponen una amenaza contra s mismos. La sola portacin de arma por parte
de un hombre ya supone un elemento de intimidacin en la familia, y est comprobado que tener
un arma en nuestros hogares no nos hace ms seguros, sino al contrario, lo ms probable es que
nos expongamos a una muerte violenta. Ha habido muchos accidentes por las armas que tienen
los hombres en las familias. No es a travs de las armas que vamos a solucionar los problemas de
seguridad en nuestros pases, y ms bien, estas son usadas por los hombres contra las mujeres,
porque la mayora de los poseedores de armas son hombres.
Otra recomendacin consiste en promover la participacin de hombres en los programas de
empoderamiento econmico de las mujeres. Hay experiencias muy interesantes de colegas
restringir el acceso a
las armas de fuego,
otra recomendacin
de MenEngage
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
63
de MenEngage donde han comenzado a involucrar a los hombres en programas que han sido
especialmente dirigidos a mujeres, como los programas de microcrditos, donde los hombres
se sentan celosos y excluidos. Pero si son invitados y convencidos de que eso tambin es de
beneficio para ellos y para sus familias, que eso va a enriquecer y empoderar a sus mujeres en
forma positiva, entonces es posible que los hombres apoyen a sus compaeras en su desarrollo
econmico. Esto es una entrada, una forma de llegar.
Uno de los problemas que tenemos en el trabajo con los hombres es cmo los hacemos llegar a
una reunin, a una actividad. La escuela pblica es una buena entrada y este tipo de programas
econmicos y sociales tambin lo son. Tambin es importante el trabajo con los padres a nivel
de las instituciones de salud, por ejemplo. Ah los hombres tambin pueden ser atrados para
comenzar a reflexionar acerca de sus roles como padres. Es una oportunidad para reconsiderar
sus vidas, sus creencias, para tratar de ser mejores, pensando en el bien de sus hijos e hijas y de
las madres de stos.
Yo s que Gary va hablar ms de la campaa de paternidad MEN CARE
2
. Solamente decirles que
desde all se puede mandar mensajes muy importantes en cuanto a compartir ms la vida con
nuestros hijos, hijas, involucrarse en forma equitativa en el cuidado que necesitan y tambin gozar
ms de estas relaciones. Porque si slo somos proveedores econmicos y slo somos una figura
de autoridad, nos perdemos el placer integral de la experiencia
de paternidad, y tenemos tambin derecho a vivirla en equidad
y con respeto, expresando ms afecto. Cuntos hombres
aqu presentes recibieron un abrazo de su padre, un beso de
su padre? Cuntos de los aqu presentes recibieron un te
quiero de su padre? Muy pocos, posiblemente. Los hombres
padres dicen: Yo quiero a mis hijos a mi manera. Yo, al pagar
sus estudios, estoy diciendo que lo quiero. Seguro que s, pero
los seres humanos tambin necesitamos esa intimidad, esa
ternura, que ha sido muy negada en los hombres.
Para terminar, la dcima y ltima recomendacin de
MenEngage habla de la importancia de reflexionar acerca de
los programas para hombres que han ejercido violencia. Esta
no es exactamente de prevencin primaria. Cuando ya hay un programa para hombres que han
agredido, estamos hablando de prevencin secundaria. No obstante, es una contribucin muy
importante para la prevencin de la violencia, aunque existe un debate al respecto a si son o no
son eficientes.
Ayer, Roberto hizo una excelente presentacin y anlisis acerca de los riesgos y las potencialidades
de los programas de tratamiento. Nosotros como Alianza tambin acabamos de publicar un
documento de anlisis evaluativo, de revisin de evaluaciones de programas de tratamiento a
hombres, donde decimos que estos programas son importantes, pero hay que tener cuidado en
cmo se implementan. Adems, hay que verlos como un complemento a otros esfuerzos y a otras
estrategias nacionales, a campaas, a polticas pblicas, etc. Son un componente importante,
2 http://www.men-care.org/
Otra recomendacin
consiste en promover
la participacin
de hombres en
los programas de
empoderamiento
econmico de las
mujeres
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
64
por todo lo que ha dicho anteriormente mi colega y ustedes han comentado, juegan un papel
importante, adems que en estos programas se aprende mucho acerca de los miedos de los
hombres, de la forma de pensar de los hombres, que nos puede ayudar a trabajar con los hombres
de la poblacin en general.
Estas son las recomendaciones de MenEngage. Nuevamente invito a todos los presentes, y a las
organizaciones de aqu, a que nos conectemos, a que colaboremos. MenEngage es una plataforma
que nos permite estar unidos colaborando y apoyando en alianza con nuestras compaeras
mujeres, para poder transformar la sociedad.
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
65
Muy buenos das. Es un placer poder compartir con ustedes algunos logros e ideas, particularmente,
en relacin a las polticas pblicas, que van ms all de la prevencin de la violencia. Yo quisiera
abordar lo que significa pensar en los hombres y en las masculinidades dentro de las polticas
pblicas.
Pero antes de entrar con algunos datos, quisiera contarles una historia. Mi hija tiene ahora quince
aos. Un ao y medio atrs, ella estaba estudiando gobierno y polticas pblicas, donde se trataba
el tema de la equidad de gnero. Cuando lleg a casa me dijo: Papi, aqu estn diciendo que
gnero solo tiene que ver con las nias y las mujeres. Y me pidi si poda ir a su clase a dar una
charla sobre lo que significa el gnero. En ese momento, me pregunt cmo plantear el tema a
nios y nias de trece aos. Durante la charla, los nios empezaron a decir que los hombres eran
ms fuertes. Empezamos a hacer una lista de cuestiones relacionadas a la salud como prueba. Por
ejemplo, quines mueren ms temprano los varones, en promedio, mueren siete aos antes,
cules son las causas, quin muere ms por problemas de corazn, de cncer, de accidentes de
trfico, por violencia extrema. Y en todos los casos, el resultado era los varones. En ese momento,
los ojos se les empezaban a abrir. Tambin les pregunt, por qu nacen ms nios que nias?
Pero nadie saba. Entonces les expliqu que el cuerpo masculino es inferior al femenino y que
morimos ms, y que para tener suficientes hombres haba que producir ms cuerpos humanos
masculinos. En ese momento en que me miraban fijamente, les expliqu que el gnero tiene que
ver con la calidad de vida y que tambin es algo importante para los hombres.
Unos das despus mandaron unas cartas explicndome cmo les fue en el aula. Uno de los
ejemplos que yo les haba dado era de Rusia, donde los hombres en promedio mueren once aos
ms temprano que las mujeres. Tal vez es el caso ms extremo en nuestro planeta, por motivos de
Inclusin de los hombres y las masculinidades
en las polticas pblicas para promover la
equidad de gnero
Exposicin Magistral
GARY BARKER
Director de Promundo, Brasil.
Master en polticas pblicas y PhD en desarrollo de la niez y adolescencia. Director Internacional de Promundo
DC, de la oficina en EEUU. del Instituto Promundo, Rio de Janeiro, Brasil.
Es co-director y co-fundador de MenEngage, una alianza mundial de ms de 400 organizaciones no gubernamentales
y agencias de la ONU que trabajan para involucrar a los hombres y nios en la igualdad de gnero, y miembro de la
Red de Lderes Hombres de las Naciones Unidas para poner fin a la violencia contra las mujeres.
Ha realizado investigaciones y ha desarrollado programas de participacin para hombres y nios en los Balcanes,
Brasil, Asia del Sur, frica Subsahariana, Amrica Central y el Caribe y los EEUU, en particular en situaciones de
post-conflicto
8 de noviembre de 2013
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
66
abuso de alcohol y estilos de vida poco saludables por parte de los hombres. Entre las cartas que
recib, haba una de un alumno que me dijo: Dr. Barker, me gust mucho su charla y aprend que
gnero tambin tiene que ver con los hombres. El nico problema es que yo soy ruso. Entonces,
le dije al alumno que todos hombres somos rusos porque no cuidamos nuestros cuerpos y por
eso morimos ms temprano que las mujeres. Gnero tiene que ver con todos nosotros, no solo
con l y su pap ruso.
Creo que necesitamos pensar en que la equidad de
gnero y las polticas pblicas tienen que ver con
nosotros como hombres y no slo con un tema general
de masculinidades y patriarcado. Hay que llamar
la atencin sobre lo que ganamos como hombres
al cambiar, entendiendo que nosotros tenemos un
inters personal en ello y que tenemos que acometer
cambios individuales.
Aqu hay algunos desafos. Muchas veces los hombres
pensamos que las feministas quieren acabar con los
hombres, pero no es as. El feminismo quiere llamar
la atencin de cmo el patriarcado es un poder instituido y visibiliza que ese poder desigual que
ostentan los hombres es malo para el mundo. Las limitaciones en el cuerpo y la vida de las mujeres
continan en la actualidad, pero, cmo ganamos todos con el cambio?. Normalmente pensamos
que si se dan ms derechos a las mujeres, los hombres pierden, en vez de percibir que ganamos
todos.
Por otro lado, hay que pensar en los hombres como individuos, pero tambin en las estructuras
que producen las desigualdades. Por falta de recursos muchas veces nos proponemos poco ms
all del nivel de polticas compensatorias. Entonces, generamos esos recursos en vez de dar un
paso atrs para pensar qu sistema ha producido estas desigualdades y cmo podemos entrar
desde lo ms profundo para entender esto. Por eso, en las polticas pblicas hemos de pensar en
los hombres no solamente como una figura casi caricaturesca, sino como sujetos de derechos,
aliados en la causa de la equidad de gnero, con unas diferencias que tambin son producidas por
las ideas de lo que significa ser hombre.
Este matiz no desmerece el trabajo de la plataforma feminista que venimos apoyando y que dio la
posibilidad de pensar en las masculinidades. Es un complemento a esa plataforma, pensando en
el gnero como la relacin entre ambos y pensando que tanto hombres como mujeres ganamos al
cambiar estas relaciones ahora desiguales.
Yo quera hablar sobre tres puntos: sobre qu ganan los hombres con la equidad de gnero, sobre
la paternidad y la vida laboral, y sobre la salud de los hombres y otras vulnerabilidades.
En primer lugar, qu ganan los hombres con la equidad de gnero? Voy a citar de nuevo algunos
datos de la investigacin que mencion ayer y un informe sobre hombres y polticas pblicas que
elaboramos.
El feminismo quiere llamar
la atencin de cmo el
patriarcado es un poder
instituido y visibiliza que
ese poder desigual que
ostentan los hombres es
malo para el mundo
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
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En este informe, una de las cosas que hicimos fue usar una escala de actitudes de gnero ms
equitativas o menos equitativas para situar a los hombres. Lo que vimos es que, comparando a
los jvenes con los hombres, para no llamarnos viejos, los ms jvenes estn aceptando cada vez
ms las actitudes y normas ms equitativas. Es decir, hay una agenda que es nueva, de aceptar
a hermanas y mujeres como iguales en las generaciones ms jvenes. Tambin vimos que los
hombres que tenan alguna educacin secundaria, tenan actitudes ms equitativas en temas de
gnero. Esto es interesante para pensar la variedad de hombres que existe. Hay una generacin
joven que est a favor de la igualdad, hay mucho inters y hasta activismo. Es estratgico llamar a
estos jvenes para que sean parte de las plataformas por la equidad de gnero. Hay hombres que
estn en contra, pero otros muchos que no.
Tambin preguntamos que si pensaban que cuando las mujeres trabajaban les estaban quitando
los puestos de trabajo a los hombres. Hubo una minora que crea eso, apenas entre un 10% y
un 19%. Y aunque hay que trabajar con estos hombres para que cambien de actitud, este dato
demuestra que los hombres no estn siempre en contra de las plataformas por la equidad de
gnero. Otra pregunta fue si crean que cuando las mujeres ganaban derechos se les estaban
quitando esos derechos a los hombres. Apenas entre un 5% y un 7% estaba de acuerdo con esta
afirmacin. Y por ltimo, se les pregunt si pensaban que dar derechos a las mujeres significaba
que los hombres perdan algo. Uno de cada diez pensaba que esto era un peligro.
Habra que trabajar entonces por el cambio de actitudes, pero, al mismo tiempo, viendo el lado
positivo, muchos hombres estn a favor, o por lo menos, no estn en contra, de la posibilidad
de una igualdad plena en trminos de derechos, de leyes,
de puestos de trabajo. Es ms, hay que pensar que algunos
hombres estn dispuestos a ser aliados en esta causa de
equidad de gnero. Por eso, pensamos que hablar sobre el
cuidado y la vida laboral es una gran entrada al tema. Y este
es mi segundo punto.
Creo que Miguel habl sobre la entrada de las mujeres en el
mercado de trabajo en el mundo entero. Ahora las mujeres son
el 40% de la poblacin econmicamente activa, y tambin son
la mitad de las productoras de comida en el mundo -no pensando en las grandes corporaciones,
sino en la produccin rural de alimentos-. Las mujeres son vitales en el sistema de produccin
que nos sostiene como seres humanos. Sin embargo, los salarios femeninos siguen siendo, en
promedio, un 22% menores que de los hombres. Al salir de casa y buscar empleo, las mujeres
tienen una desventaja del 22% solamente por el hecho de ser mujeres.
Uno de los grandes motivos para esta desigualdad salarial tiene que ver con quin se dedica
al cuidado, cuntas horas por semana pasa una mujer cuidando, sea joven, sea de edad ms
avanzada. A nivel mundial, las mujeres dedican de dos a diez veces ms tiempo diario al cuidado de
los otros. El cuidado no est referido solamente a las tareas domsticas, sino tambin al cuidado
de los hijos, al cocinar, etc. Est referido al cuidado de la casa y de los seres humanos con los
cuales vivimos. As, vemos que en todos los pases la mujer est haciendo ms.
Es estratgico llamar
a estos jvenes para
que sean parte de
las plataformas por la
equidad de gnero
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
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Algo interesante es que en Brasil, en el reporte de los hombres, no hay datos iguales de quin
cuida. Los hombres dicen: S, yo cuido mucho. Y las mujeres pelean: No ests haciendo tanto.
Preguntamos tambin qu hombres cuidan ms, qu hombres pasan ms tiempo cuidando en
casa. Algunos factores tenan que ver con hombres que vieron a sus paps haciendo ms tareas
domsticas y cuidando de los hijos. Se trata de hombres con actitudes ms equitativas de gnero,
que creen que el hombre y la mujer son iguales.
Otro factor muy fuerte era si el hombre estaba desempleado, pues este factor aumentaba la
participacin, llegando a un 50% en la participacin del cuidado diario de los hijos. Tras esto hay
algo tambin interesante, algo difcil. No es que el hombre diga, quiero cuidar a mi hijo, voy a salir
del trabajo. Se trata de hombres excluidos del mercado laboral, que se sienten muchas veces
frustrados por no poder ser los proveedores. Entonces hacen estas tareas contra su deseo, como
una obligacin. Tengo que hacerlo porque mi esposa est trabajando y alguien tiene que hacerlo,
pues no tenemos dinero para contratar una empleada.
En conclusin, lo positivo es que muchos hombres estn entrando a hacer las labores de cuidado
en Amrica Latina y en otros pases, pues hay algunas fuentes de empleo femenino nuevas y
otras fuentes tradicionales de empleo masculino que se eliminan. Pero es importante notar que
el motivo no es una equidad de gnero plena, sino las fallas en el mercado. Como los hombres
pierden su empleo, hacen las tareas del cuidado.
A raz de este hallazgo en la investigacin, que eran los hombres desempleados los que hacan
ms labores de cuidado, hicimos una investigacin cualitativa para complementar a qu llamamos
hombres que cuidan. Identificamos 83 hombres, va ONG socias, en Chile, Brasil, Mxico, India
y Sudfrica, para entender quines eran esos hombres
cuidadores responsables de la casa, de los hijos y de las
tareas domsticas. Vimos cmo, en el caso de Brasil, en el
11% de los casos los hombres eran los principales cuidadores
de los hijos. Muchos de estos hombres dijeron: No s que
estoy haciendo cada da, nadie me ense cmo hacer esas
cosas, la vida me oblig, no v a mi pap haciendo eso, lo estoy
intentando. Estos hombres estaban muy confundidos sobre
sus nuevos papeles, pues su referencia masculina es que el
hombre de verdad debe de ser proveedor. Muchos, adems,
estaban preocupados por si sus hijos les veran como una referencia masculina, como hombres
de verdad, a pesar que reconocan cierta satisfaccin al hacer ese trabajo. Otros, eran relatos de
personas deprimidas, por la falta de prestigio que supone cuidar, muy similares a los relatos de
mujeres que han hecho ese trabajo de cuidado durante siglos. Me refiero a esa voz que dice que
nadie aprecia ni valora el trabajo de cuidado como algo tan importante como lo que se hace fuera
de casa.
Al mismo tiempo, se est empezando a dar un cambio interesante. Varios hombres cuidadores
empiezan a decir: Ese papel de cuidar diariamente a mis hijos y hacer el cuidado de los cuerpos y
de las casas me ha abierto la posibilidad de tener otro tipo de relacin conmigo mismo, otro tipo de
amistad con otros hombres. He sentido empata con ese papel que las mujeres han hecho durante
aos. Veo un cambio en mi calidad de vida. Ha cambiado lo que significa para m ser hombre.
A nivel mundial,
las mujeres dedican
de dos a diez veces
ms tiempo diario al
cuidado de los otros
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
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Esto es interesante, porque nosotros siempre pensbamos que al cambiar las actitudes, se iran
cambiando las prcticas. Pero a estos hombres, la vida les oblig a hacer el papel de cuidar y
despus fueron las actitudes y estilos de vida que cambiaron. Tras esta experiencia muchos dicen:
An si yo tuviera un empleo muy interesante, quisiera seguir haciendo este papel de cuidado,
pues valoran los beneficios de otro tipo de relaciones. Por eso, cuando hablamos de polticas
pblicas, hay que pensar qu significa cambiar el significado de cuidado.
Hay otro relato muy interesante de un hombre que dice: Ahora cuando llego a casa mis hijos me
ven con cario, estn sueltos y felices. Ya no me ven con esa fuerza de dominante en la casa. O
sea, nosotros tambin cambiamos como hombres cuando los de alrededor nos ven de manera
distinta.
Muchos hombres, tras esta experiencia, sienten el deseo de trabajar menos, pues se dan cuenta de
que tienen poco tiempo para estar con sus hijos. Ms del 60% de hombres empleados trabajaran
menos si eso significara estar ms tiempo con sus hijos. Pero a veces, cuando los hombres decimos
que quisiramos pasar ms tiempo cuidando, tal vez lo decimos a modo de disculpa, porque no es
fcil. Yo no puedo hablar de m en este momento, ya que estoy aqu con ustedes, visitando Per y
lejos de mi casa, mientras mi esposa est con mi hija. Yo no estoy cuidando mucho. Es muy fcil
decir:Quisiera estar en casa cuidando. Pero no s qu tanto es una disculpa o qu tanto es real.
Lo que es cierto es que cuando preguntamos a los hombres, dicen que quieren una vida de trabajo
ms equilibrada.
Aqu lo interesante es pensar cul es la posibilidad que los hombres quieran polticas que
promuevan la equidad de gnero. Para nosotros, los hombres, es bueno que las mujeres estn
en igualdad con nosotros en el lugar de trabajo, que haya jefas mujeres, que haya hombres jefes
tambin, que podamos hacer cincuenta - cincuenta.
Y por ltimo, sobre la salud de los hombres y otras vulnerabilidades, primero hablar sobre una
conexin entre la paternidad y la salud de los hombres.
Los pases campeones de participacin masculina en el cuidado son Noruega, Suecia, Dinamarca
e Islandia, donde la participacin no es de cincuenta - cincuenta, pero s del cuarenta por ciento.
Ellos llevan veinte o veinticinco aos promoviendo polticas pblicas en este sentido. Lo interesante
es que se han realizado investigaciones en los ltimos veinte aos que sealan que los hombres
que participan ms en el cuidado diario de sus hijas, tienen mejor salud, menor depresin y menor
abuso de alcohol. Hay una investigacin en Suecia que sugiere que viven ms aos. Esto es una
solucin para mi amigo ruso. Los hombres que cuidan de sus hijos viven ms, beben menos y
ganan en salud mental y en salud fsica. Por eso, ganamos al abrirnos a relaciones ms afectuosas
uno con otro.
Pero, cmo est la situacin de los hombres en su salud mental? Preguntamos sobre el estrs
por falta de ingresos, y uno de cada tres hombres en Brasil, y ms de la mitad de los hombres
chilenos y mexicanos, lo sufren. Es interesante mencionar que aplicamos este estudio en las
ciudades, en los polos industriales de desarrollo, en Mxico. All hay mucha migracin por trabajo,
muchos hombres que llegan soando con un trabajo fantstico y se encuentran con la sorpresa
de un salario bajo o sin empleo. Entonces sufren un gran estrs. Eso pasa en todos los pases,
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
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pero lo vimos muy fuerte en Mxico, sin ser una cuestin de clase, pues no se trataba de los
hombres ms pobres, sino de clase media. En general, no ganamos suficiente, el empleo que
conseguimos no nos permite proveer lo que necesitamos. Sobre el consumo abusivo de alcohol,
en los hombres es de un 60% en Brasil, de un 40% en Chile, y de un 34% en Mxico. En las
mujeres vara entre un 10% y un 15%. Consumo abusivo se considera ms de cinco tragos, una
vez por semana o ms. Sobre la sensacin de sentirse deprimido, en el ltimo mes, uno de cada
diez hombres en Brasil, casi dos de cada diez hombres en Chile, y uno de cada diez en Mxico,
se sintieron deprimidos. Estas cifras eran ms altas de las que pensbamos, pues generalmente
los hombres no muestran que estn deprimidos. En este caso, los nmeros son casi iguales que
en las mujeres. Preguntamos: Cuando te sientes deprimido,buscas algn tipo de atencin?
Los hombres casi nunca. Las mujeres mucho ms. Los hombres, cuando tenemos problemas o
necesidades, no buscamos ayuda, no conversamos. En cuanto a los hombres que han pensado en
suicidio en el ltimo mes, 1% Brasil, 3% Chile y 1% en Mxico. Igualmente en estos casos se pide
poqusima ayuda o atencin. Es interesante pensar, no tanto en la vulnerabilidad masculina, sino
en la vulnerabilidad que las masculinidades crean.
Preguntamos tambin si haban comprado o pagado por sexo alguna vez. Uno de cada cuatro,
en los tres pases, haba pagado por una relacin sexual. Entonces, preguntamos si alguna vez
haban pagado por sexo con una mujer o una joven menor de 18 aos, y miren los nmeros:
17% en Brasil, 14% en Chile y 14% en Mxico. Ojo, que muchos hombres no saben la edad de la
persona con la cual estn comprando sexo, as que este nmero puede ser ms alto. Esto fue
importante para trabajar el caso de Brasil, pues existe el mito de que la explotacin sexual viene
de los hombres extranjeros que llegan al pas por la industria del turismo sexual. Pero, siguiendo
con la conversacin, result que casi uno de cada cinco hombres en Brasil dice haber pagado por
sexo con una menor de edad. As, es interesante pensar en cmo los hombres ven su sexualidad,
ya que visibiliza la gran vulnerabilidad a la que se exponen las mujeres jvenes y tambin la gran
aceptacin que existe an entre los hombres que no han pagado por el sexo, por el comercio de
sexo con menores de edad.
Adems, uno de cada diez hombres encuestados ha participado en pandillas, en peleas con armas,
y en algunos pases, en robos. Creemos que ese nmero en Mxico est un poco bajo por la ola
de violencia que viene pasando y el miedo de relatar. La tenencia de armas de fuego, tambin
creemos que, en el caso de Mxico y Brasil, est sub-relatada. Sobre el porcentaje de hombres
que ha estado en prisin, se trata del 3% 4% de los hombres. Esto hace pensar en otros aspectos
que tienen que ver con el gnero y las masculinidades.
Preguntamos tambin a los hombres por los motivos para ir al servicio de salud. El principal
motivo que encontramos cuando los hombres buscan servicios de salud, no es para la salud del
hombre. Los hombres han ido, por lo menos una vez, a una visita pre-natal, en un nmero que
vara entre el 78% y el 92% . Pero entonces consultamos, y nos decan: Yo la llev, la dej ah,
la dej en la entrada y fui a hacer mis cosas y regres. Yo esper en el coche o esper ah
con los otros motoristas en el estacionamiento. Poqusimos han entrado a la sala de espera.
An as, nos sorprendi que el motivo principal por el cual los hombres van al servicio de salud,
segn nuestra encuesta, sea por una visita pre-natal. En las estadsticas nacionales, en cambio,
el motivo principal por el cual un hombre acude a los servicios de salud es por una emergencia.
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
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Es muy fcil hacer un contraste. Si visitas un puesto de salud de atencin primaria, sea en el
interior de Per o en la India, ves mujeres y nios. Si vas a las salas de emergencia en cualquier
parte del mundo y vas contando, seis, siete, ocho de cada diez son hombres. En conclusin, aqu
tal vez hay una puerta de entrada, y cuando pensamos en polticas pblicas, hay que pensar en el
momento pre-natal, en el momento del embarazo como una forma de llegar a los hombres. Claro
que esto slo sirve para los que son padres o sern padres en algn momento.
Ahora quiero mostrarles lo que pasa en poblaciones con altas de tasas de mortalidad prematura,
donde no ha habido durante aos polticas pblicas de contencin que comprendan algunos de
estos fenmenos que ocurren en los cuerpos de los hombres. Desafortunadamente, Brasil tiene
la fama de tener una de las tasas ms altas de homicidio desde los aos 80, aunque Honduras
nos gana en los ltimos aos. Mxico, con toda la ola de violencia, sigue con tasas de homicidio
ms bajas que Brasil, que mantiene cifras parecidas a pases en guerra. Adems, a esas tasas de
homicidio, se suman las muertes prematuras por causa de accidentes de trnsito. Esto da como
resultado una gran gama de hombres que han muerto antes de lo que sera el promedio.
El censo de Brasil 2010 identific que estn faltando casi cuatro millones de hombres. En el Brasil
actual, esto quiere decir que hay cuatro millones ms de mujeres que de hombres, lo cual no se
debe a un factor biolgico, sino a un factor construido socialmente. No hay algo biolgico que nos
hace andar con armas, en situaciones peligrosas o participar en pandillas. Tampoco hay nada en
nuestra biologa masculina que nos haga manejar sin precaucin. Estos son factores construidos.
Pero en realidad no es slo la cuestin de la masculinidad, sino que cruza tambin con desigualdades
sociales mltiples. En Brasil, quienes estn muriendo son, generalmente, hombres, jvenes afro-
descendientes de los sectores ms pobres, y con una edad promedio de 19 aos. O sea, la cara de
lo que viene pasando tiene masculinidad, pero tambin cruza con otras vulnerabilidades.
Cuando el censo de Brasil public estos datos en el 2010, era muy poca la atencin prestada a
las polticas pblicas necesarias para resolver estos problemas. Entonces nosotros y otras ONG
completamos la informacin para pensar qu polticas pblicas faltaban y para ver cul es esa
cara del homicidio y las muertes prematuras de los hombres.
Pero entonces, qu lneas de polticas pblicas seran interesantes para involucrar a los hombres
en el tema de la equidad de gnero? Como tema general, en la cuestin de paternidad y cuidado,
y en la cuestin de salud y vulnerabilidades de los propios hombres; desde 1994, tenemos una
plataforma global que vino de El Cairo, que la gran mayora de los gobiernos firmaron, diciendo
que necesitamos igualdad en el cuidado y en la salud sexual reproductiva. Ahora es el momento
de ponerlo en prctica. A nivel nacional, qu polticas necesitamos para que los hombres estn
haciendo el 50% del cuidado? Qu necesitamos para lograr eso?. Si queremos una igualdad
salarial de las mujeres, alguien tiene que hacer ese cuidado. Necesitamos tambin guarderas
subsidiadas, y otro tipo de polticas, pero si no dividimos las horas de trabajo, no vamos a
alcanzar una equidad salarial, ni la participacin de las mujeres en los espacios de liderazgo que
necesitamos y las mujeres merecen.
Adems, los hombres tambin deberan participar en la planificacin familiar. A nivel global, los
hombres representan el 25% del uso de los mtodos anticonceptivos. Yo no conozco el caso de Per,
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
72
pero en Brasil se dice que la reproduccin biolgica requiere hombre y mujer, aunque el 2% puede
pasar en el consultorio. Pero en el 98% de los casos se necesita que un cuerpo frtil masculino
encuentre un cuerpo frtil femenino. Entonces, me parece obvio que necesitemos poner ah la
cuestin que el 50% de la responsabilidad en el uso de mtodos debera de ser de los hombres.
Tambin deberamos pensar incluir a los hombres en los derechos sexuales y reproductivos plenos
de las mujeres. Esto no significa control masculino sobre el cuerpo femenino, no es eso, sino que
los hombres debiramos ser aliados en cuestionar, en enfrentar, a los que quieren quitarle el
derecho a las mujeres sobre sus cuerpos.
Tenemos que pensar en el cuidado masculino, pensar en toda su diversidad, en los diferentes
tipos de familias nucleares. Estamos hablando de diferentes familias compuestas por hombres
homosexuales, o por diferentes tipos de organizaciones familiares que tienen que ser reconocidas
en la cuestin del cuidado. Deberamos tambin pensar qu polticas seran ms funcionales para
promover esta participacin masculina en el cuidado.
En Per, cuntos das hay de licencia de maternidad? Tres meses. Y para el hombre, cuntos
hay? Cuatro das. Est ms o menos en el promedio de Amrica Latina. En Brasil, tenemos cinco
meses en licencia de maternidad, y cinco das para el hombre, que incluye el fin de semana. O sea,
nace su hijo un jueves y ya el lunes regresan al trabajo. Pues an con esos cinco das, la mitad
de los hombres desconocen que tienen ese derecho y la otra mitad que lo conoce, tiene miedo de
usar esos das. Entonces, ahora que el hombre participa
ms, en ese momento tan importante y tan frgil que es
el parto y el post-parto, le damos cinco das.
Los pases que tanto mencion tienen desde hace 20
aos, tres meses de permiso para el hombre y tres
para la mujer, en promedio. Este permiso puede ser
negociado entre la pareja y es pagado. Al principio, este
permiso slo lo disfrutaban los funcionarios pblicos
que tenan la certeza que el puesto estara esperando al regreso. En las empresas privadas los
hombres lo utilizaban poco, pensando que en ese mundo competitivo iban a perder su puesto o
su estatus como hombre trabajador. Entonces, fueron necesarias campaas con las empresas
privadas para tomar en serio la licencia masculina. Ahora, en la mayora de eso pases, el 90% de
los hombres toman en promedio de seis a ocho semanas de licencia de paternidad. Y los hombres
que la toman, relatan que es un momento muy propicio para establecer un fuerte vnculo con ese
hijo que acaba de nacer. Tenemos tambin que pensar, como parte de la educacin sexual y la
formacin en nios varones, en cmo sembramos esa idea desde la infancia.
Brasil tiene un programa muy fuerte que se llama Salud del Hombre. Cuando digo muy fuerte es
porque hay ocho funcionarios trabajando en Brasilia, en un pas de 200 millones de personas,
intentando convencer a 5.300 municipios para que den atencin a esas necesidades de salud del
hombre. Pero por lo menos hay un inicio ah. Hay personas de varias edades, pero que cuidan
su salud y se capacitan para incluir a los hombres en la atencin primaria, para trabajar en las
principales causas de muerte prematura en los hombres, de la misma manera en la que pensamos
en las polticas de inclusin social.
Es necesario entender
que la homofobia es
usada para construir y
mantener masculinidades
rgidas
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
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Tenemos en Amrica Latina un gran nmero de polticas donde casi siempre se da dinero. Brasil
tiene una que se llama Bolsa Familia y beneficia a 14 millones de familias. El dinero es dado en
una tarjeta de crdito mensual a las mujeres, en el 95% de los casos. Los motivos son obvios, y
estn vinculados a los nios, porque as el dinero llega a la familia, ms que cuando se lo damos
al hombre. Pero como podemos ver, esas polticas estn diciendo: no podemos confiar que ese
dinero llegue a tus hijos, porque no ests participando en su cuidado. Hay que cambiar y usar
estas polticas promoviendo cambios por la equidad de gnero.
Tambin hay que pensar en las intersexualidades de diferentes poblaciones. Tenemos en Amrica
Latina un nmero grande de hombres gays y hombres travestis asesinados cada ao. Brasil ha
empezado con un sistema de proteccin, un nmero al que se puede llamar y una ley especfica
que regula los delitos con base en la homofobia. Es necesario reconocer y promover los derechos
para las minoras sexuales, pero tambin es necesario entender que la homofobia es usada para
construir y mantener masculinidades rgidas. Esto cruza con lo que dijo Oswaldo, pues tambin
hay que crear polticas que reconozcan los traumas y necesidades de salud mental que muchos
hombres tienen.
Para terminar, los dejo con un ejemplo. Algo que vimos en los datos es que muchos hombres,
cuando preguntbamos sobre qu ganamos al cambiar, me miraban como pensando, de
qu planeta eres?. Cuando preguntamos a las mujeres, ellas relatan que cuando sus maridos
participan ms en el cuidado, cuando hay ms equidad en la toma de decisiones en la casa, estn
ms satisfechas con sus relaciones de pareja y ms satisfechas con su vida sexual. En otras
palabras, las mujeres tienen mejor sexo si los hombres participan en la casa. Esto fue lo que
mostraron los nmeros: con ms equidad en el cuidado, ms equidad en casa, menos violencia
sorpresa y mejores relaciones ntimas.
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
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Las reflexiones que les voy a compartir ahora tienen que ver con problematizar la inclusin de
los hombres en las polticas pblicas sobre igualdad de gnero. Estas reflexiones surgen debido
a que en el trabajo que hemos hecho en Mxico, hemos sido tambin retroalimentados por las
compaeras y compaeros que han sido crticos a los estudios de masculinidades.
Por ese motivo, nos propusimos profundizar en estos cuestionamientos, que creo enriquecen la
reflexin. Primero, hicimos una revisin de la bibliografa sobre polticas pblicas con perspectiva
de gnero, estudios sobre las masculinidades y su impacto sobre las polticas pblicas.
Realizamos entrevistas a activistas, investigadores, investigadoras y funcionarios sobre polticas
con perspectiva de gnero. Y lo que encontramos fue que, cuando surge la inquietud de comenzar
a incluir a los hombres en polticas con perspectiva de gnero, se da un salto muy importante
a nivel terico. Las mujeres ya haban hecho eso, pasando de la poltica pblica denominada
Mujeres en el Desarrollo (MED) a la concepcin Genero en el Desarrollo (GED). Esta ltima
plantea la inclusin de los hombres y considero que implica un nuevo salto conceptual con bases
tericas no muy bien formuladas. Este cambio conceptual se hace desde el Banco Mundial y desde
las Naciones Unidas. Primero haba polticas que se focalizaban en incluir a las mujeres en el
desarrollo de sus pases. Y de ah se pas a polticas que queran impulsar la igualdad de gnero,
algo que tiene sus ventajas y sus desventajas cuando hablamos de incluir a los hombres, e insisto
que es un campo que hay que ir problematizando a nivel terico, porque impacta de forma prctica
a las mujeres.
Con relacin a los hombres, cuando se da este cambio, se reconoce que el trabajo con ellos
se ha enfocado ms en atender la violencia masculina y ello ha llevado a un alejamiento de los
La inclusin de los hombres en las polticas
pblicas con perspectiva de gnero
Exposicin Magistral
ROBERTO GARDA
Director de Hombres por Equidad, Mxico.
Licenciado en Economa y Magister en Sociologa con estudios en Antropologa de la Violencia (Mxico), la
intervencin en Visin Sistemtica del Conflicto (Estados Unidos) y Terapia de Reencuentro (Espaa). Director de
Hombres por Equidad, AC. Consultor del Fondo de Poblacin y de diversas Instituciones nacionales e internacionales
en la elaboracin de polticas pblicas dirigidas a hombres y programas de intervencin para detener la violencia
masculina hacia la pareja. Ha creado diversos programas de intervencin con hombres y masculinidades como
Hombres Renunciando a su Violencia de Coriac, Caminando hacia la Equidad de Hombres por la Equidad,
AC, Jvenes por la Equidad para el Instituto Politcnico Nacional, Programa de Intervencin Psicoteraputico
y Educativo para Hombres Agresores de Pareja de las Unidades de Atencin y Prevencin de la Violencia Familiar
(UAPVIF) del Gobierno del Distrito Federal, y La Estrategia de Reeducacin a Agresores que se est implementando
en todo el pas, entre otras metodologas de intervencin con hombres.
8 de noviembre de 2013
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
75
hombres de la misma perspectiva de gnero, pues para muchos de ellos la concepcin de gnero
en desarrollo usualmente ve a los hombres como los malos. Para promover otra forma de trabajo
con hombres se han retomado los estudios de masculinidades que han ido proponiendo una
serie de problemas sociales, econmicos, polticos y personales de los hombres, donde pueden
observarse situaciones de vulnerabilidad y de riesgo que debieran ser atendidas. As, se empieza
a ver que algunos hombres viven en situacin de vulnerabilidad y no solo ejercen violencia.
Esa es la perspectiva que ha comenzado a desarrollar la perspectiva GED; la cual se propone
empezar a hacer tambin algo con los hombres. Esta perspectiva identifica grupos de hombres
vulnerables como jvenes, indgenas, con trabajos de bajos ingresos, desempleados, hombres
con adicciones, etc. y se hace un esfuerzo por documentar el impacto desfavorable hacia las
mujeres y hacia los otros hombres desde un enfoque de gnero. Con base en ello, se empiezan
a disear polticas pblicas hacia los hombres. A nivel internacional, se empieza a problematizar
cmo atender esta parte vulnerable y se promueven reuniones, muchas a travs de financiacin
internacional, donde se reflexiona sobre la inclusin de los hombres en las polticas pblicas con
el enfoque de Gnero en el Desarrollo. El UNFPA o la UNESCO, OXFAM, entre otras agencias
nacionales e internacionales, de una manera u otra, dicen hay que trabajar con los hombres y hay
que atender esta parte vulnerable.
As, de una manera u otra, se comenta que hay que hacer algo con los hombres, ms all de la
violencia. Lo que las agencias dicen es: Nosotros proponemos la equidad. Esto beneficia tambin
a las mujeres, es conveniente para el movimiento feminista y para el tema de la violencia contra
las mujeres. En todos estos documentos y bibliografa consultada, encontramos una serie de
motivos que explican por qu hay que ir trabajando con los hombres: porque tienen el poder y la
influencia para impulsar el cambio para la igualdad de gnero; por la relacin de los hombres
con sus hijos y sus hijas; por el inters que tienen los hombres con sus familias; porque hay una
situacin de pobreza material y emocional en muchos hombres en la que caen si no cooperan con
la equidad; porque hay una responsabilidad social y tica que los hombres deberamos tener ante
la desigualdad de gnero; o porque las masculinidades son dinmicas y no estticas y cambian
en el tiempo. Estas agencias tambin dicen que hay que poner nfasis en la relacin entre los
gneros y ello implica una concepcin relacional del gnero.
En algunas instituciones como UNIFEM proponen acotar las polticas pblicas dirigidas a los
hombres, ya que no se puede dar una inclusin a ellos como lo hicimos con las mujeres, sino que
deben tener un compromiso claro con los derechos humanos y el empoderamiento de la mujer.
Esto requiere un marco ms amplio para los derechos humanos y la justicia social, un cambio
estructural y personal de los hombres, pues la igualdad entre gneros afecta a las mujeres y a los
hombres.
Sin embargo, al analizar esta informacin nosotros creemos que los hombres debieran hacer
una rendicin de cuentas del poder y los privilegios. Esta cuestin es muy importante. Nosotros
reflexionamos: vamos a ver la parte vulnerable de un sujeto que de manera histrica tambin ha
tenido acceso al poder y los privilegios. Y preguntamos, al hacer visible esta parte vulnerable,
vamos a pedir una rendicin de cuentas de los privilegios que ha tenido histricamente o vamos
a atender directamente su vulnerabilidad? Es un tema muy interesante. Reconocemos que tienes
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
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vulnerabilidades, pero, no vas a rendir cuenta de los privilegios que sigues teniendo? Y de los
abusos que has cometido, dirs algo? Esto lo retomar ms adelante.
Les comentaba de la investigacin que realizamos. La bibliografa y los documentos encontrados
nos dicen que hay temas que son importantes para los hombres, temas donde ellos son vulnerables.
Ya lo hemos estado viendo aqu. Las consecuencias negativas para los hombres de la violencia
contra las mujeres, y la salud sexual y el tema del consumo de sexo, el trabajo, la paternidad y el
cuidado, los nios y los jvenes en situaciones de riesgo, etc. Estas son las temticas que hemos
encontrado en la bibliografa y que son temas relevantes desde los estudios de las masculinidades
y de quienes impulsan polticas pblicas con equidad de gnero para hombres.
A partir de este anlisis desarrollamos un discurso reflexivo en torno a estas propuestas.
Pensamos: hay que hacer polticas pblicas con los hombres, pero hay que tener en cuenta que
a ese sujeto poltico a quien vamos a dirigir estas polticas, es un sujeto que histricamente ha
tenido privilegios. Por ello, nos preguntamos, dirigir polticas pblicas a esas partes vulnerables
refuerza estos privilegios o los desmonta? Por ejemplo, dirigir polticas pblicas a la salud del
hombre, garantiza que disminuya la violencia contra las mujeres? O vamos a tener ahora
agresores ms saludables? No necesariamente una cosa llevaba a la otra. Por ejemplo, yo me
acuerdo que cuando buscaba espacios para paps, mi objetivo no era encontrar un grupo de
hombres que renunciaran a su violencia, yo quera ser mejor pap y trabajar el vnculo con mi hija.
El hecho de ser mejor pap, garantizaba que yo detuviera la violencia contra mi pareja? Puede
ser, pero puede no ser.
Para profundizar en un discurso crtico y reflexivo, adems de revisar documentos, hicimos
entrevistas muy focalizadas a especialistas que sabamos que estaban reflexionando en el tema,
cuestionando o impulsando polticas pblicas dirigidas a los hombres. Qu encontramos? Que
todas las acciones tienen consecuencias, que todas las polticas pblicas tienen efecto y que no
sabemos bien qu va a ocurrir con las polticas pblicas dirigidas a los hombres. Por este motivo,
las mujeres sugieren que hagamos ms investigacin. Ellas nos dicen que est bien hacer polticas
pblicas, pero antes hay que tener ms investigacin por los efectos multiplicadores que tienen.
Ese es otro aspecto muy relevante: investigar, para prever las consecuencias.
No fueron pocas las investigadoras que decan, pongan freno y midan bien el impacto de esas
polticas pblicas. Sobre todo, si van a hacer polticas pblicas que se alejan de la atencin de
la violencia contra las mujeres. Detrs de las polticas pblicas dirigidas a mujeres, est el
concepto de igualdad, nos decan las mujeres, pero detrs de ese concepto, est el de justicia. En
consecuencia, las polticas pblicas dirigidas a los hombres debieran apoyar este objetivo. Yo me
pregunto, lo hacen? De qu justica con perspectiva de gnero estamos hablando al dirigirnos a
los hombres?
Profundicemos en esto. El reclamo histrico de las mujeres es la justicia. Las polticas pblicas
dirigidas a los hombres pueden ser igualitarias, pero al atender la salud de los hombres, su
paternidad, sus infecciones de transmisin sexual, etc., lleva ello a un sentimiento de justicia en
las mujeres? Por ejemplo, en casos de violencia contra la mujer en la pareja, cuando entrevistamos
a las parejas, nos dicen que el hecho que un hombre pare su violencia no siempre genera un
sentimiento de justicia. Algunas mujeres dicen que ya es muy tarde. Entonces, cmo esperaran
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
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los organismos internacionales que reaccionaran las mujeres con las propuestas que hacen a los
hombres?. Nosotros pensamos que el objetivo y la sensacin de justicia hacia las mujeres con
relacin a los hombres es algo que se tiene que tomar en cuenta en las polticas pblicas dirigidas
a los hombres.
Las desigualdades sociales no se van a resolver sin resolver las causas estructurales de los
problemas de desigualdad social, dicen las mujeres. Los hombres deberan apoyar un cambio
estructural, no solo personal. Nos dicen: Smense mejor a los cambios de una estructura
machista y patriarcal, porque el cambio personal no es suficiente. Efectivamente, hay que impulsar
polticas pblicas donde los hombres cambien personalmente, pero, y lo estructural? A dnde
dirigimos los esfuerzos?, Al cambio personal de los hombres?, O a la suma de los hombres
para un cambio de las estructuras patriarcales? Lo que nos dijeron las mujeres fue: Nos interesa
ms que los hombres sean aliados para terminar con
las estructuras desiguales. La ciudadana es desde los
18 aos, pero la condicin de gnero surge desde que se
nace. Por eso, las mujeres dicen que hay que focalizar el
esfuerzo en las polticas pblicas que reeduquen a los
hombres. Creo que hay consenso en eso.
Otras mujeres nos dicen que se debera tener una
ciudadana igual, donde todos y todas fueran sujetos
de derechos iguales, pero que mientras persistan las
desigualdades hacia las mujeres, se deben incluir
medidas especiales para ellas. Esta es una sensacin de
muchos grupos de mujeres. Una compaera argentina
me deca: Roberto, A m qu me garantiza que los recursos destinados a los hombres no van
a salir de fondos que eran destinados para mujeres? Cmo los hombres pueden garantizar que
los avances de equidad de gnero dirigidos a ustedes no van a retrasar los avances que nosotras
estamos teniendo?. Yo creo que debe haber polticas diferentes, porque son grupos desiguales.
Otro cuestionamiento frecuente era: Cmo los hombres van a rendir cuentas de que lo que se
haga hacia ellos va a ser beneficioso para las mujeres? Eso es todo un tema. Cuando se empiezan
a escuchar las otras voces, se empiezan a problematizar determinadas acciones. Lo que nos dicen
las mujeres es simplemente: vayan ms despacio e investiguen ms, sobre todo, aquello que
est fuera de la lucha para detener la violencia hacia las mujeres.
Los hombres que entrevistamos decan que aunque es cierto que tenemos que promover un cambio
estructural, igual que las mujeres, las polticas pblicas hacia los hombres deben realizarse de
abajo hacia arriba. Esto significa preguntar a los hombres qu quieren en materia de polticas
dirigidas a ellos. Yo creo que es muy importante cmo construimos la agenda de los hombres y
en esto coincidimos los que llevamos varios aos en estos temas. Nosotros podemos hablar de
violencia hacia las mujeres, de paternidad, de equilibrio de la vida privada y pblica, de la salud
de los hombres, pero, eso es lo que quiere la mayora de los hombres? Les interesa eso? O les
sigue interesando el ftbol, el salario y cosas ms terrenales? Yo a veces me lo pregunto. Por eso
es muy saludable ir a tu grupo de reflexin, a terapia individual, y hacer trabajo de campo para
conocer realmente qu quieren los hombres.
La sensacin de justicia
hacia las mujeres con
relacin a los hombres
es algo que se tiene
que tomar en cuenta en
las polticas pblicas
dirigidas a los hombres
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A veces mi sensacin es que los hombres que estamos aqu estamos muy alejados de lo que
realmente los hombres estn pidiendo. El resultado de ello es que les podemos llevar una agenda
que no les interesa. Podemos ofrecer servicios a los cuales no van a ir. Creo que es un problema
poltico, econmico y tambin de metodologa. Antes de iniciar una estrategia hacia hombres
hay que preguntarles. Otro hombre muy crtico en Espaa nos deca: Est bien, vamos a hacer
polticas pblicas para los hombres. Pero, a qu se comprometen ellos? O va a suponer ms
privilegios para quienes ya tienen privilegios? Deberamos enganchar algunas de estas polticas
pblicas a otro compromiso que sea direccionado a las mujeres, en concreto, el compromiso a
detener el abuso contra las mujeres.
Otro compaero de la UNAM me comentaba que los hombres usualmente aman la libertad
relacionada con sus privilegios. Esta es una cuestin subjetiva. Los hombres ejercemos esta
libertad, esta individualidad. Lo contrario de esto sera la libertad que est construida con base
en el compromiso con las mujeres y en la cual la mayora de los hombres no fuimos educados.
Este mismo compaero se preguntaba: Y realmente los hombres estn dispuestos a construir
este vnculo, esta nueva libertad desde el compromiso y la responsabilidad con otros grupos
sociales como los nios, nias y mujeres, que histricamente se nos ense que eran desiguales,
disminuyendo un libertad individual que les da ms privilegios?. Este investigador me deca:
Roberto, antes de que empiecen, se han preguntado si a los hombres les interesa lo que
ustedes le quieren ofrecer?. Porque implica un cambio en la subjetividad, pasar de un sentido
de individualidad, a un sentido de responsabilidad colectivo. Las mujeres fueron educadas en eso,
pero, a los hombres les interesa? Yo creo que hay a hombres que s y hay a hombres que no.
Otro hombre entrevistado nos preguntaba: No sera lo justo acceder a estas polticas cuando
tengamos igualdad de gnero con las mujeres? Es el momento para estas polticas? Seguimos
abonando a la igualdad con las mujeres desde las estructuras, deconstruyendo todo lo que genera
desigualdad?. Esto lo deca el doctor Daniel Czes, un compaero muy querido de la Universidad
Nacional Autnoma de Mxico.
En conclusin, con relacin a las entrevistas, encontramos tres posturas con relacin a las
polticas pblicas dirigidas a los hombres. La primera, donde hay especialistas que sealan que los
hombres viven una situacin de vulnerabilidad que debe ser atendida en los mbitos del trabajo,
salud, sexualidad, violencia, etc., sin dejar de ver las situaciones de opresin de los hombres hacia
las mujeres. Pero no hay claridad en los mecanismos que permitan que esta misma atencin
reproduzca la desigualdad. De la gente que entrevistamos, hay quienes dicen que s hay que hacer
algo dirigido especficamente a los hombres en las polticas pblicas con perspectiva de gnero.
La segunda, hay muchos y muchas especialistas que no conocen sobre los temas de hombres
y masculinidades. Son aquellas y aquellos especialistas que si bien reconocen que los hombres
han vivido situaciones de vulnerabilidad, tambin reconocen la opresin que ejercen los hombres,
y que sta es una constante en la historia. Particularmente les preocupa el aspecto simblico de
la opresin, pues aunque se atienda a los hombres, qu garantiza que estos dejarn de explotar
a las mujeres y a otros hombres? O sea, que t atiendas la vulnerabilidad, te garantiza parar la
violencia contra las mujeres o contra hombres gays?
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
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Tercer grupo de mujeres y hombres entrevistados. Este es francamente crtica con las polticas
de inclusin. Son aquellos y aquellas especialistas que consideran que la prioridad deberan ser
los temas y aspectos que sealan las mujeres del movimiento feminista, donde la inclusin de los
hombres slo debera darse para impulsar los derechos de las mujeres. Ponen como centro de
esta inclusin, la atencin a la violencia masculina.
En resumen, estas son las tensiones en este campo. Hay quienes dicen que s hay que hacer algo
por los hombres; otros que dicen que hay que hacer ms investigaciones, porque no sabemos
qu quieren los hombres realmente; y hay quienes dicen que el objetivo debe seguir siendo las
mujeres. Qu otro aspecto nos preocupa de esta inclusin? Algo que a m me llam mucho la
atencin en esta investigacin fue, sobre todo, el aspecto terico. No lo que se debera hacer, sino
la falta de sustento terico de estas propuestas. Creo que hay que ir construyendo ms en esa
direccin si vamos a hacer polticas pblicas para los hombres.
Por ejemplo, en estos documentos se habla de un concepto de gnero como algo relacional y
realmente el movimiento feminista se funda en un concepto de gnero como algo opresivo o de
abuso de poder. Si ustedes ven documentos de UNIFEM del 2005 a la fecha, van a encontrar, y sobre
todo desde que se empez en Europa a impulsar todo lo que es la poltica de transversalizacin
de gnero, la insistencia en que el gnero es un concepto relacional. Este aspecto, desde nuestro
punto de vista, es peligroso para las mujeres, porque significa que los presupuestos que se den, y
la transversalizacin que se d en la poltica pblica, van a tener que designar recursos al trabajo
en la relacin de gnero, pero ya no al trabajo para las mujeres directamente. El movimiento
feminista dice que eso las invisibiliza como sujetos de derechos y de polticas pblicas, y visibiliza
una relacin, el cmo estoy relacionado con alguien. El recurso ya no va a ser para ti ni para m,
sino para la relacin.
La cuestin es que este sujeto poltico fue histricamente invisibilizado, y ahora que se est haciendo
visible resulta ser, como decan varias compaeras, que el recurso que se designaba para hacerlas
visibles se va a ir a hacer visible la relacin y hasta a los hombres. Hay una preocupacin, sobre
todo en la gente de la FLACSO. Flrida Guzmn me deca: Roberto, me preocupan estas polticas
pblicas. Hay que hacer ms investigacin. Nos preocupa el concepto poco crtico y hegemnico
del concepto de masculinidad.
En este sentido, otra constante que encontramos en estos documentos es que se da por hecho
este concepto de masculinidad como igual a las necesidades de los hombres, a las prcticas de
los hombres, a las preocupaciones de los hombres. Cuando se usa el concepto de masculinidad,
parecera ser que ya se engloba todo lo que los hombres somos. Algo que se est sugiriendo
mucho en Mxico es que ya no lo usemos, que usemos otros conceptos, porque masculinidad
es un concepto histricamente opresor, es un concepto de dominacin, masculinidad implica
femineidad, en un sentido tradicional. Otros investigadores nos dicen que estos conceptos son
opresivos. Por qu los hombres insisten en usarlos para hacer referencia a un cambio social?
Usemos otros conceptos que a los hombres nos identifiquen con una propuesta no hegemnica.
Hay tambin una crtica muy fuerte al concepto de nuevas masculinidades. Si la masculinidad es
un concepto de opresin, como el fascismo, no vamos a hablar de un nuevo fascismo. Entonces,
por qu s se habla de nuevas masculinidades? Hay que buscar conceptos nuevos que hablen
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ms de la diversidad, pues los hombres somos diversos. Las mujeres feministas no estn por una
nueva feminidad. Estn por los feminismos, muchos feminismos, de muchos colores.
Estaba viendo una de las preguntas del da de ayer donde se deca: No me qued claro si la
masculinidad es opuesto a feminismo. Supuestamente, el concepto de masculinidad surge
del feminismo, pero como su sujeto de anlisis histricamente tiene mucho poder, pues ya
est tomando su propio camino. Incluso, en algunos casos, en
contra del feminismo. Por eso hay que problematizar el uso de
este concepto. La masculinidad implica dejar fuera lo personal,
o llamarlo para simular un cambio, donde la finalidad es retener
el poder. En ese sentido, hay poca referencia en los documentos
revisados a los comportamientos personales de los asistentes en
las reuniones internacionales. No hay espacio para hablar de lo
personal. Se da por hecho que todos los que estamos reunidos en
este grupo y que queremos apoyar a las mujeres a travs del trabajo con hombres, no estamos
reproduciendo la violencia contra las mujeres. Deberamos de preguntarnos, es as? Esto es
peligroso porque nos puede llevar a la simulacin.
Yo considero que los hombres que entremos a la cuestin de gnero, requerimos de un trabajo
personal y hacer visible este trabajo personal de cara hacia las mujeres y de cara hacia los otros
hombres. Esto es algo que brillaba por su ausencia en estas reuniones internacionales, que ms
bien parecan mtines o reuniones de trabajo para alcanzar un objetivo empresarial, ms que
reuniones de hombres construyendo la equidad de gnero.
Hay otro tema muy interesante que ya abord de cierta forma hace rato, pero que deseo retomar
sobre todo en su dimensin terica y metodolgica. Les interesan estas polticas pblicas a los
hombres? Estamos planteando polticas pblicas para una minora interesada en estos temas
porque ya hemos tenido una sensibilizacin, pero no estamos escuchando lo que una gran
cantidad de hombres estn necesitando, que tal vez no pasa por el gnero sino que pasa por otras
necesidades como, por ejemplo, el malestar por el desmantelamiento del estado de bienestar o el
incremento de la pobreza, el racismo, etc. Nosotros trabajamos mucho con grupos indgenas, y la
agenda de los compas indgenas no es la agenda de la equidad de gnero. A ellos les preocupa la
destruccin de la naturaleza, el etnocidio, la prdida de la lengua, la pobreza, la falta de trabajo.
Pero cuando les dices que la venta de nias indgenas es violencia contra las mujeres, que es trata
de personas, dicen que es un uso y costumbre. Cuando trabajamos con los hombres jvenes,
trabajamos todos los temas de culturas juveniles de la identidad y el tema de la necesidad de
trabajo. Cuando les decimos que la violencia contra las novias es un problema, nos dicen que eso
es normal. Entonces, cul es la agenda de estos hombres?. En unos temas s se incluyen, pero
para los de gnero, no. Cuando les presentamos una agenda de gnero, no crea inters. Es porque
no sabemos presentarla? O porque ese problema de abuso est fuertemente naturalizado? Creo
que son temas de metodologa que hay que ir resolviendo.
Otra cuestin que nos preocupa es que el concepto de violencia contra las mujeres est perdiendo
centralidad en nuestras polticas y est siendo desplazado por otros problemas como la
paternidad, la sexualidad, el trabajo etc. Trabajar paternidad sin vincularlo con la violencia contra
las mujeres no tiene sentido. Tradicionalmente, la poltica pblica con perspectiva de gnero se
Antes de iniciar
una estrategia
hacia hombres hay
que preguntarles
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
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diriga a hombres para detener sus prcticas de violencia. El origen del trabajo con hombres se
daba principalmente para detener el abuso. Ahora, las polticas pblicas que queremos dirigir a
los hombres no nos garantizan eso.
Este cambio en la poltica pblica victimiza a los hombres. Esto es til para los fines de las
mujeres? Es til para los hombres como sujetos sociales? Por ejemplo, es til para las mujeres
la licencia de paternidad de tres o seis meses? Teresita de Barbieri, de la Universidad Nacional
Autnoma de Mxico, deca que haba ledo un estudio en Suecia, o en Escocia, no recuerdo, donde
los hombres empezaron a usar la licencia de paternidad y lo que las mujeres reportaban era que
continuaba la desigualdad y que ahora tenan que atender a los hombres y a los bebs. Teresita
de Barbieri dice que se toman iniciativas legislativas sin investigaciones serias sobre el impacto
de lo que se va legislar. Ella piensa que lo que tenemos que hacer es tomar la responsabilidad de
ver realmente qu polticas vamos a impulsar, porque van a tener un impacto y hay riesgos para el
feminismo. Ya habl sobre ello, pero insisto en que nos preguntemos, al atender los malestares
de los hombres, se refuerza la dominacin masculina y el androcentrismo, o se mantiene una
alianza con quienes critican y luchan contra el patriarcado de sus instituciones?
Reflexionemos un poco. Por ejemplo, puede ser que por defender mi licencia de paternidad, pierda
la alianza con las mujeres, o que por defender polticas pblicas que abren, por ejemplo, espacios
de salud mental para los hombres, pierda la alianza con mi pareja. Creo que es un problema a nivel
terico, con consecuencias prcticas. Debemos de tener en cuenta que los hombres hemos sido
objetos histricos de polticas pblicas en el estado de bienestar creado despus de la Segunda
Guerra Mundial. En muchos de los pases de Iberoamrica, las mujeres tenan acceso al seguro
social porque tenan una pareja que trabajaba en el Gobierno. Las mujeres no eran directamente
beneficiarias del seguro social. Esto ya cambi, pero, inicialmente, los hombres ya fuimos objeto
de polticas pblicas. Las investigadoras nos dicen que los investigadores deberamos hacer una
revisin histrica de eso, porque el Estado de Bienestar de Iberoamrica se dirige a los hombres
como sujetos en el centro de la poltica pblica. Entonces, los hombres, vamos a demandar
todava ms polticas? Hay que preguntarse eso.
Otro aspecto a reflexionar es el del malestar de los hombres. Hay que preguntarnos, nuevamente,
al atender el dolor de los hombres sin atender su violencia, se cambia la dominacin de estos, o
se genera un cambio que suaviza la dominacin? En estas polticas, se da por hecho que el cambio
generado va a ser bueno para las mujeres y eso es bien peligroso. Sabemos, por lo menos, que en
grupos de reflexin de hombres que detienen su violencia, al entrevistar a las parejas hay mujeres
que dicen que es bueno que su pareja vaya al grupo de reflexin. Otras dicen que, aunque vaya,
hay tanto dao que me es indiferente. Otras dicen que desde que el hombre va a los grupos, les
hablan slo de conceptos nuevos, pero solo se queda en eso. En conclusin, creo que las polticas
pblicas dirigidas a los hombres sin escuchar las opiniones de las mujeres pueden reproducir el
androcentrismo. Para evitarlo tenemos que afinar mucho las metodologas y no dar por hecho
nada. Tenemos que investigar ms y seguir paso a pasito.
Otro aspecto ms para evitar construir teoras no androcntricas es incluir los objetivos del grupo
oprimido en los propios objetivos. En las reuniones internacionales se escucha a las mujeres, pero
no se asumen como propios los objetivos de ellas. Una caracterstica de casi todas estas reuniones
es que se invitaba a las feministas y se les escuchaba, pero cuando t leas las resoluciones, eran
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lo que decan los hombres. Las feministas nos dicen que quieren saber lo que estamos haciendo
e influir, porque si no hay influencia, y no solo una mirada, sino influencia en lo que estamos
haciendo, nada garantiza que no estemos reproduciendo el androcentrismo, aunque sea desde la
ms buena intencin. Una compaera feminista que entrevist me deca: Si al decirte esto, eso
nos hace las mams eternas de ustedes el estar participando-, lo que s te puedo decir es que el
patriarcado es tan vigoroso que yo desconfo de las polticas pblicas dirigidas a ustedes. Como
me da desconfianza, yo preferira que ustedes tuvieran foros abiertos para explicar sus resultados
y sus metodologas, que nos invitaran para conocer qu es lo que estn haciendo y cmo lo estn
haciendo. Para este trabajo, ustedes tambin necesitan sus recursos. Yo preferira que ustedes
incluyan esto en sus polticas pblicas, a que den por hecho que son beneficiosas para nosotras.
Algo que yo he observado desde Hombres por la Equidad es que no se monitorean mucho las
iniciativas de los grupos de hombres, a nivel de Iberoamrica y de Estados Unidos, que es lo que
ms cerca tenemos. Vemos cmo gradualmente se va construyendo una agenda dirigida a los
hombres. Pero a m me llama mucho la atencin, porque en esta agenda dirigida a los hombres
no se habla de las mujeres. Esto es muy interesante, porque la agenda que hicieron las mujeres
cuando empezaron su polticas pblicas en El Cairo, Beijing, etc., siempre haba secciones donde
se hablaba de los hombres, siempre haba un discurso inclusivo en la poltica pblica dirigido a
los hombres. Pero en los documentos de polticas pblicas dirigidas a los hombres que hemos
revisado, se habla poco de las mujeres. Por tanto, yo creo que en el trabajo en las polticas pblicas
dirigidas a los hombres deben incluirse secciones donde se haga un esfuerzo y una reflexin por
decir: Bueno, y esto, cmo impacta en las mujeres?.
Por otro lado, por qu las polticas pblicas dirigidas a los hombres surgieron ms desde los
organismos internacionales y no de grupos regionales de hombres? Nosotros reflexionamos
este aspecto en Hombres por la Equidad y nos preguntamos, esta propuesta de incluir a los
hombres obedece a la realidad latinoamericana? Aqu la equidad de gnero no ha tenido cambios
tan evidentes como en los pases desarrollados. O sea, la inclusin de los hombres es importante,
pero lo real es que en los pases desarrollados la agenda de gnero est ms institucionalizada,
es ms vigorosa, las legislaciones de gnero son ms vigorosas. En Iberoamrica, no. El trabajo
es dirigido hacia las mujeres y flucta mucho de acuerdo al partido poltico o a la persona que est
en el puesto del ministerio de la mujer, el tema est muy politizado, y las feministas han navegado
en un barco con un enfoque poco institucionalizado.
Por eso tenemos que hacer una reflexin sobre Latinoamrica para empezar a incluir a los
hombres en estas polticas pblicas. Por ejemplo, en Mxico hay un estado que se llama San Luis
Potos. Fue muy interesante el trabajo con este Estado, porque las compaeras del Instituto de
Mujeres contrat a Hombres por la Equidad para construir una agenda de gnero, pues el Estado
se estaba metiendo mucho en temas de narcotrfico, trata de mujeres, y haba un aumento de la
violencia hacia las mujeres y las familias. Lo primero que hicieron las compaeras fue construir
instituciones mixtas de hombres y mujeres que fijaran las acciones de cada institucin dirigidas a
los hombres. A m me llam mucho la atencin eso, porque eran mujeres y hombres observando
y planeando qu se iba a trabajar con los hombres. Esto es algo que estamos trabajando ahora.
Este ao termina la evaluacin y la vamos a subir a nuestra pgina web. Pero la construccin de
la concepcin de lo que habra que trabajar con los hombres fue algo mixto, pues las mismas
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
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mujeres decan que no queran dejarlos trabajar solos. Nosotras queremos saber qu es lo que
van a hacer.
Otro aspecto muy importante en la inclusin de los hombres a nivel terico es la construccin de
indicadores, de entrada, de proceso, finales, y de impacto; y cuantitativos y cualitativos. Yo creo
que es un momento para evaluar las iniciativas de quienes ya estamos trabajando con hombres.
Tenemos que medir ms, tenemos que construir ms indicadores para saber si est funcionando
lo que estamos haciendo, para saber si son tambin indicadores de impacto en las mujeres, para
saber si no estamos reproduciendo lo que queremos eliminar.
Para ir terminando, tambin deseo ofrecer algunos comentarios sobre la diversidad, que sera
a mi parecer la salida al concepto de masculinidad. Hasta dnde las culturas y la diversidad de
los hombres por edad, su orientacin sexual, raza, etc. en Iberoamrica, entran efectivamente
en la concepcin terica de lo que debera ser un hombre? Las agencias y las financiadoras
internacionales, que son quienes pagan estos cambios
y quienes pagan estas polticas, conocen realmente
los contextos de tremenda desigualdad social que se
vive en Iberoamrica? Aqu volvemos a hacernos la
misma pregunta: Qu impacto tienen en las mujeres?
Nosotros pensamos que lo que est aqu en debate
es el concepto de democracia. La poltica pblica, por
su mismo origen, implica un lado democrtico y creo
que en Amrica Latina llevamos apenas dcadas de
democracia. Lo que estamos decidiendo va a tener un
impacto directo. Si logramos construir ciudadana en
los hombres, si queremos que los hombres paren su violencia contra las mujeres, si queremos
que sean paps, que se involucren ms en el cuidado de sus hijos, si queremos que los hombres
vayan al mdico y se cuiden. Va a ser bueno para la democracia? Impacta en las relaciones
democrticas donde se respetan los derechos de las personas? Si no es as, entonces hay que ver
qu concepto de ciudadana queremos construir al trabajar con hombres.
Considero que bsicamente tenemos dos conceptos de democracia. En estas reuniones y
documentos se cuestiona poco el concepto de democracia. Uno de ellos parte del hecho que
vivimos en un sistema neoliberal y que queremos una democracia dialogante, con voto, donde
se busca que las y los ciudadanos se comuniquen y accedan a los servicios. O sea, el derecho al
consumo. En un sistema neoliberal, la democracia es el da de la votacin y t tienes derecho a
consumir. Pero, queremos esta democracia para Amrica Latina? O queremos una democracia
crtica de las estructuras de dominacin, donde la violencia, la desigualdad por raza, gnero y edad
no se solucione slo por acceso al consumo, sino con la construccin de ciudadana sexuada?
La gente de FLACSO Argentina habla sobre la ciudadana sexuada. Las polticas pblicas dirigidas
a hombres deberan tomar en cuenta estos campos tericos, porque de ah se puede aprender
mucho de lo que quisiramos con los hombres en trminos de ciudadana. Queremos una
ciudadana sexuada igualitaria para acceder al ejercicio efectivo de poder o solamente queremos
consumo? Una compaera argentina me deca: Es muy interesante lo que estn haciendo, pero
no se olviden que el feminismo nace por desigualdades de poder. Si ustedes, hagan lo que hagan,
Creo que las polticas
pblicas dirigidas a los
hombres sin escuchar las
opiniones de las mujeres
pueden reproducir el
androcentrismo
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no tocan esa desigualdad, yo no les creo. No niego puedan tener avances valiosos, que puedan ser
hombres bien intencionados, pero que si los recursos dirigidos a ustedes no tocan esa desigualdad,
no es til para las mujeres. Esto me preocupa, porque siento que vamos a estar caminando como
en dos direcciones.
Para finalizar, bsicamente yo dejara cuatro conclusiones. La primera, creo que tenemos que
investigar ms. Es importante la labor que est haciendo Promundo de estar indagando, de
hacer cuestionarios a nivel continental en varios pases, pero tenemos que seguir profundizando.
Esta es una demanda de varias compaeras que estn en polticas pblicas. Antes de hacer una
poltica pblica, tienes que hacer un diagnstico. No solamente hay que profundizar en aspectos
cuantitativos, sino tambin en lo cualitativo. Cul es la subjetividad de ustedes?, Qu es lo que
quieren cambiar de esta subjetividad? Teresita de Barbieri, de la UNAM, me deca: Disclpame
Roberto, yo creo que no lo tienen claro. Entonces, esa falta de claridad hay que documentarla
tambin y hay que hacerla visible.
En segundo lugar, tambin hay que construir indicadores que rindan informacin sobre el impacto
en las mujeres al realizar iniciativas para los hombres. No son solo indicadores para medir las
prcticas de equidad de los hombres en la pareja, hacia los hijos e hijas, sino para medir cmo
estas prcticas que he tenido estn impactando en mi pareja, en los hijos e hijas. Aqu aparece algo
interesante y son los indicadores relacionales. No slo nos interesa saber si Pedro ha cambiado,
sino cmo este cambio de Pedro es beneficioso para la vida de Alicia, o para la vida de Patricia y
Antonio, sus hijos. Emma Chvez, una compaera de Argentina, me deca que hay que romper el
androcentrismo no solamente en el discurso, sino tambin generando indicadores en donde se
demuestre si lo que estn haciendo con los hombres es bueno para nosotras. As vamos a tener
confianza en las polticas pblicas, pero tengan la humildad de demostrarlo. Recuerdo que cuando
me habl de humildad fue un bajn, pero es verdad que tenemos que rendir cuentas como un
sujeto genrico que ha tenido privilegios, hacia un sujeto al que se le ha hecho dao.
Tercero, tambin es importante que no nos quedemos en el concepto de la masculinidad y
que creemos ms conceptos, problematizando ms nuestras experiencias. Los estudios de
masculinidad estn siendo un referente, pero en Hombres por la Equidad creemos que tenemos
que crear nuevos referentes tericos, conceptuales, acerca de las experiencias de los hombres. No
todo es poder y dolor. Siempre empezamos la reflexin de los hombres a partir de esa dicotoma.
Pero yo creo que las prcticas y las experiencias de los hombres son tan variadas que, por
supuesto, rebasan las experiencias de poder y las experiencias de dolor. Hay que ir construyendo
las palabras para mencionarlas. En este sentido, Anthony Giddens, un socilogo britnico, en
su texto de Transformacin de la Intimidad, comenta: No hay una narrativa de los hombres que
salga de esta dicotoma, poder o subordinacin. Por eso, para hacer polticas pblicas para los
hombres hay que ir impulsando una reflexin que salga de esa manera de ver a los hombres, o
como poder o como en subordinacin, o sea hay que crear ms conceptos.
Finalmente, y como cuarta conclusin, en Hombres por la Equidad creemos que hay que hacer
visible el androcentrismo en las polticas pblicas dirigidas a los hombres. Tenemos que hacer
un esfuerzo doble para ver si esto que estamos proponiendo, que yo creo que es muy bueno, no
va a tener consecuencias no deseadas. Anthony Giddens habla de un concepto muy interesante,
cuando habla de las consecuencias no deseadas de la accin. Hay que estar muy atentos, porque
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la violencia de gnero
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hay consecuencias no deseadas en lo que hacemos. Cuando yo he entrevistado a hombres y
mujeres de los grupos, he verificado esta idea. Uno abre el grupo pensando realmente que lo que
va a hacer es parar la violencia, para apoyar los derechos humanos de las mujeres, pero ya en el
campo te das cuenta que las consecuencias son mltiples y contradictorias. Esto tiene que ver con
la evaluacin de los programas.
As, debido a todo esto, considero que hay que ir teniendo en cuenta estos puntos en las polticas
pblicas dirigidas a los hombres. Muchas gracias.
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Estimados/as todos/as,
Es para m un placer saludarlos/as, y a la vez manifestarles mi reconocimiento, por cuanto este
evento constituye un hito en la historia del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables ya
que plantea un tema innovador en las polticas pblicas. El Seminario que acaba el da de hoy, se
celebr en el marco de las acciones conmemorativas por el 25 de noviembre Da Internacional
de la Eliminacin de la Violencia Contra la Mujer y ha cumplido con las expectativas trazadas.
Hemos podido conocer los esfuerzos que se han venido haciendo en distintas partes del mundo
y en nuestro pas con proyectos y servicios que buscan comprometer a los varones en relaciones
igualitarias con las mujeres, y debatir lo crucial que resulta la incorporacin de los varones en las
polticas pblicas destinadas a la eliminacin de la violencia de gnero.
Segn las cifras reportadas por el Ministerio Pblico, en lo que va del ao hasta el mes de agosto
se han registrado 45 ciudadanas muertas. Desde el 2002 al 2013, por casos de violencia familiar
y sexual, se han reportado a travs de los Centros de Emergencia Mujer a nivel nacional, ms
de 400.000 casos. Escenario cruento y alarmante que debe cambiar a travs de la participacin
coordinada del Estado en todos sus niveles de gobierno y la sociedad civil, a travs de la aprobacin
e implementacin de polticas pblicas contra la violencia de gnero.
El actual gobierno est comprometido con este cumplimiento y formulacin de polticas pblicas
en igualdad y de lucha contra la violencia hacia las mujeres. Este Seminario es la expresin del
compromiso gubernamental para buscar las herramientas ms efectivas para acabar con el
flagelo de la violencia de gnero en el Per. El trabajo de prevencin de la violencia, teniendo en
cuenta solo a las mujeres, y de atencin a las vctimas, no es suficiente para hacer frente a esta
problemtica. Tampoco es suficiente plantear las polticas dirigidas a varones centradas solo en la
sancin a los agresores. Los varones pueden y deben ser aliados importantes en la construccin
y recuperacin de una sociedad democrtica, libre de violencia y corresponsables del cambio de
los patrones socioculturales discriminatorios hacia las mujeres.
Cabe precisar que la propuesta de involucrar a los hombres en la lucha contra la violencia hacia
la mujer no es nueva. La Conferencia Internacional de Poblacin y Desarrollo de 1994 afirm la
necesidad de alentar y permitir que los hombres tomen responsabilidad por sus roles familiares
y sociales. As tambin, el Programa de Accin de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social
de 1995 puso atencin en los roles y responsabilidades de los varones en la familia y las tareas
Discurso de clausura
Sra. Ministra de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables
ANA JARA VELSQUEZ
Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
8 de noviembre de 2013
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
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domsticas. La Comisin sobre el Estatus de la Mujer de las Naciones Unidas hizo un llamado a
los gobiernos y tomadores/as de decisiones a alentar a los hombres a participar activamente en la
eliminacin de los estereotipos de gnero.
En ese sentido, desde el Ministerio de la Mujer consideramos que es necesario sensibilizar y
promover la participacin de los varones en este cambio social con la bsqueda de la igualdad de
gnero y el derecho a una vida libre de violencia. Debemos trabajar procesos donde los varones
cuestionen sus privilegios y las limitaciones que les origina el reproducir una masculinidad
tradicional que les exige estar permanentemente dando supuestas muestras de hombra y que
tiene costos tambin para ellos, puesto que les impide relaciones cercanas y afectivas con sus
seres queridos. Adems, los expone permanentemente a riesgos innecesarios que ponen en
peligro su salud y vida y que los predispone a la violencia contra las mujeres, contra otros hombres
ms dbiles y contra s mismos.
Este proceso, orientado al cambio personal, es sumamente importante, pero debe ser
complementado con polticas que considere a los varones como actores del cambio. Desde el
MIMP, a travs de la Direccin General Contra la Violencia de Gnero y el Programa Nacional
Contra la Violencia Familiar y Sexual, venimos ejecutando el proceso de formacin de promotores
sociales varones en las provincias de Huancayo y Chimbote, con el objeto de conformar colectivos
de hombres igualitarios por el cambio, actividad que se encuentra en fase de proyecto piloto. Esta
accin refleja la voluntad poltica del Sector y del Gobierno en trabajar una estrategia novedosa
y democrtica de lucha contra la violencia hacia la mujer desde la intervencin preventiva. Estas
experiencias estn siendo sistematizadas con la intencin de replicarlas paulatinamente en los
dems CEM a nivel nacional.
Ha sido fundamental a travs de este Seminario haber intercambiado experiencias con especialistas
internacionales de primer nivel, a los cuales agradezco muy atentamente: al seor Gary Baker,
investigador de larga trayectoria sobre las intervenciones de varones contra la violencia de gnero
en Amrica Latina, frica y Asia; al seor Roberto Garda, actual Director de la Asociacin Hombres
por la Equidad de Mxico y autor de mltiples investigaciones sobre masculinidades en Amrica
Latina; al seor Oswaldo Montoya, pionero en la formacin de grupo de varones contra la violencia
en Nicaragua; y al seor Christian Guzmn, quien apoya el proyecto de trabajo con hombres que
renuncian a su violencia desde la Universidad Peruana Cayetano Heredia, institucin que ahora
nos brinda su hospitalidad, a la cual tambin traslado los agradecimientos correspondientes.
Finalmente, no quiero culminar estas breves palabras sin dejar de reconocer al Fondo de Poblacin
de las Naciones Unidas y a la Agencia Espaola de Cooperacin Internacional para el Desarrollo
por el apoyo que ha hecho posible el xito de este evento y por ser nuestros aliados estratgicos
en la lucha frontal contra la violencia hacia la mujer.
Antes de terminar, me permito afirmar, en mi calidad de ciudadana y mujer, que estamos en
tiempos de cambios, en tiempos donde nuestro rol histrico como generacin es legar una
sociedad con una cultura respetuosa de los derechos humanos. En esa lgica, nuestro rol como
generacin actual es tambin la de construir una nueva tradicin de nuevas masculinidades
donde el machismo sea desterrado, pero que se le recuerde colectivamente como ese fenmeno
totalitario, discriminatorio, violatorio de derechos fundamentales que dividi a la humanidad por
SEMINARIO INTERNACIONAL
Masculinidades y Polticas Pblicas
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muchos siglos. Hagamos que nuestro tiempo sea el de la igualdad y de la accin conjunta entre
hombres y mujeres, compartida y responsable, donde comprendemos que la lucha contra la
violencia hacia la mujer es tarea de todos y de todas.
Yo estoy segura que no estamos arando en el mar. Estoy segura que lo que hoy hemos expuesto,
este conocimiento, este intercambio de experiencias, este mensaje de sensibilizacin, va a calar
en sus corazones y va a quedar en sus mentes, y que si no es todo el universo de los actores
sociales y polticos que estamos aqu presentes, habr un grupo que sabr aprovecharlo. Entonces
habremos ganado, habremos avanzado. Tenemos que ir ganando poco a poco las batallas para
luego ganar la guerra, todo avance que se d en materia de reversin de violencia hacia mujer, es
una victoria; pero empecemos esta victoria con involucrar a los varones en este trabajo.
Con estas palabras doy por clausurado el Seminario Internacional: Masculinidades y Polticas
Pblicas: Involucrando a los varones en la prevencin de la violencia de gnero y doy la bienvenida
al Mes de la Eliminacin de la Violencia hacia la Mujer.
Muchas gracias
Varones en la prevencin de
la violencia de gnero
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Masculinidades y Polticas Pblicas
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