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Invertir en La Familia - Lilian Soto - Portalguarani

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INVERTIR EN LA FAMILIA

Las voces del TID: develando injusticias


desde otro tiempo cultural
Estudio sobre factores preventivos
y de vulnerabilidad al trabajo
infantil domstico en familias rurales
y urbanas de Paraguay

Lilian Soto, Arstides Escobar y Raquel Escobar

Copyright Organizacin Internacional del Trabajo 2007


Primera edicin 2007
Las publicaciones de la Oficina Internacional del Trabajo gozan de la proteccin de los
derechos de propiedad intelectual en virtud del protocolo 2 anexo a la Convencin Universal sobre Derecho de Autor. No obstante, ciertos extractos breves de estas publicaciones
pueden reproducirse sin autorizacin, con la condicin de que se mencione la fuente. Para
obtener los derechos de reproduccin o de traduccin, deben formularse las correspondientes solicitudes a la Oficina de Publicaciones (Derechos de autor y licencias), Oficina Internacional del Trabajo, CH-1211 Ginebra 22, Suiza, o por correo electrnico a:
pubdroit@ilo.org, solicitudes que sern bien acogidas.
OIT/ IPEC
SOTO, Lilian; ESCOBAR, Arstides; ESCOBAR, Raquel
Invertir en la Familia. Las voces del TID: develando injusticias desde otro tiempo cultural.
Estudio sobre factores preventivos y de vulnerabilidad al trabajo infantil domstico en familias
rurales y urbanas de Paraguay.
Asuncin, Oficina Internacional del Trabajo, 2007. 108 Pgs.
13.01.2
ISBN: 978-92-2-319553-3 (impreso)
ISBN: 978-92-2-319554-0 (Web pdf)
Trabajo infantil, trabajador domstico, condiciones de vida, condiciones sociales, factor cultural, derechos humanos, entrevista, familia, juventud, zonal rural, zona urbana, Paraguay.
Nota: La presente publicacin integra la Coleccin Estudios Tejiendo Redes y ha sido
coordinada por el personal del proyecto Tejiendo Redes contra la Explotacin de Nios,
Nias y Adolescentes.
Esta publicacin de la OIT ha sido posible gracias a la financiacin del Ministerio de
Trabajo de los Estados Unidos (Department of Labor). Su contenido no refleja necesariamente las opiniones o polticas del Ministerio de Trabajo, y la mencin en la misma de
marcas registradas, productos comerciales u organizaciones no implica que el Gobierno
de los Estados Unidos los apruebe o respalde.
Las denominaciones empleadas, en concordancia con la prctica seguida en las Naciones
Unidas, y la forma en que aparecen presentados los datos en las publicaciones de la OIT no
implican juicio alguno por parte de la Oficina Internacional del Trabajo sobre la condicin
jurdica de ninguno de los pases, zonas o territorios citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitacinde sus fronteras.
La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artculos, estudios y otras colaboraciones firmados incumbe exclusivamente a sus autores, y su publicacin no significa que la
OIT las sancione.
Las referencias a firmas o a procesos o productos comerciales no implican aprobacin alguna
por la Oficina Internacional del Trabajo, y el hecho de que no se mencionen firmas o procesos o
productos comerciales no implica desaprobacin alguna.
Las publicaciones de la OIT pueden obtenerse en las principales libreras o en oficinas
locales de la OIT en muchos pases o pidindolas a: OIT. Oficina Regional para Amrica
Latina y el Caribe, Las Flores 275, San Isidro, Lima 27, al Apartado Postal 14-124, Lima,
Per. Tambin pueden solicitarse catlogos o listas de nuevas publicaciones a la direccin
antes mencionada o por correo electrnico a: biblioteca@oit.org.pe. Vea nuestro sitio en la
red: www.oit.org.pe/ipec
Impreso en Paraguay

OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO


Director Regional de la OIT para las Amricas
Jean Maninat
Director Oficina Sub Regional de la OIT
para el Cono Sur de Amrica Latina
Guillermo Miranda
Especialista Regional en Trabajo Infantil
Eduardo Araujo
Proyecto Tejiendo Redes Contra la explotacin de Nios,
Nias y Adolescentes Chile, Colombia, Paraguay, Per
Isa Ferreira - coordinacin general
Bernardo Puente - coordinacin en Paraguay
Organizacin responsable de la investigacin
Centro de Documentacin y Estudios (CDE)
Equipo de investigacin
Lilian Soto, Arstides Escobar y Raquel Escobar
Auxiliares de investigacin
Florencia Villalba, Agustn Caete y Petrona Villasboa
Agradecimientos
Nuestros profundos agradecimientos a todas las personas que nos
ayudaron a conectarnos con las comunidades del Baado Sur y de
Pirapey.
Y nuestro cario a quienes nos abrieron sus casas, sus historias, sus
vidas.
Nuestro deseo es que lo que nos fuera contado e intentamos transmitir en este material, sirva para que busquemos transformar las
condiciones injustas en la que sobrevive una gran parte de la poblacin de nuestro pas.

Coleccin Estudios - Tejiendo Redes contra la Explotacin de Nios,


Nias y Adolescentes.

Intervenir en la Familia

Las voces del TID: develando injusticias


desde otro tiempo cultural

ADVERTENCIA
El uso de un lenguaje que no discrimine ni marque diferencias entre hombres y mujeres es una de las preocupaciones
de nuestra Organizacin. Sin embargo, no hay acuerdo entre
los lingistas sobre la manera de hacerlo en nuestro idioma.
En tal sentido y con el fin de evitar a veces la sobrecarga
grfica que supondra utilizar en espaol o/a para marcar la
existencia de ambos sexos, hemos optado por emplear en
ocasiones el masculino genrico clsico, en el entendido de
que todas las menciones en tal gnero representan siempre a
hombres y mujeres*.

* No obstante en este texto hemos querido resaltar la caracterstica predominantemente femenina del trabajo infantil domstico,
por lo cual hemos puesto nfasis en la distincin nia, nio y adolescente.

ndice

Presentacin ..................................................................................................... 7
Captulo I. Marco de referencia ........................................................................ 8
Introduccin ..................................................................................................... 8
Marco metodolgico ...................................................................................... 12
Captulo II. Los contextos locales del estudio ................................................. 15
2.1. Caractersticas socioculturales de las localidades:
religiosidad, fiestas y eventos de celebracin y encuentro .................... 22
2.2. Situacin de derechos humanos, violencia y otros factores
de riesgo en la localidad: actividades ilegales, consumo
de sustancias psicoactivas y alcohlicas, homicidios ............................ 24
2.3. Caractersticas sociodemogrficas y socioculturales de las
familias: violencia intrafamiliar, estructura familiar, salud
sexual y reproductiva, pautas de crianza, analfabetismo ....................... 29
2.4. Dinmicas migratorias relacionadas con el trabajo,
la educacin y la violencia ................................................................ 34
2.5. La situacin de la juventud y de la niez en la localidad:
educacin, salud, trabajo, oportunidades, riesgos ................................ 39
2.6. Polticas, programas y proyectos de atencin a la
familia, la juventud y la niez ............................................................ 42
Captulo III. Las familias ................................................................................. 45
Captulo IV. La economa del cuidado ............................................................ 63
Captulo V. Las trayectorias de vida ................................................................ 67
Captulo VI. Proteccin, riesgo, vulnerabilidad .............................................. 79

Captulo VII. Leyes, polticas y servicios pblicos .......................................... 85


Captulo VIII. Gnero y derechos humanos .................................................... 93
Captulo IX. Conclusiones y recomendaciones ............................................... 97
Referencias bibliogrficas ............................................................................. 103

Presentacin

Desde 1999 la OIT viene promoviendo la generacin de trabajo


decente. Esta aspiracin est asociada al logro de los siguientes
objetivos estratgicos: i) promover y cumplir las normas y principios y derechos fundamentales en el trabajo; ii) crear mayores oportunidades para las mujeres y los hombres con objeto de que dispongan de unos ingresos y de un empleo decentes; iii) realzar el
alcance y la eficacia de la proteccin social para todos, y iv) fortalecer el tripartismo y el dilogo social.
En el contexto de la aplicacin de la Convencin de los Derechos
del Nio, y en el marco de la Declaracin de la OIT relativa a los
principios y derechos fundamentales en el trabajo, sobre todo en la
aplicacin del Convenio 182 sobre las peores formas de trabajo
infantil, el Programa Internacional de Erradicacin del Trabajo Infantil (IPEC) de la OIT, viene desarrollando desde 1989 una serie de
proyectos en distintas partes del mundo para contribuir a la creacin de respuestas institucionales pblicas y privadas con el objetivo de poner en marcha polticas de prevencin y eliminacin de
dichas formas de explotacin y vulneracin de los derechos de los
nios, nias y adolescentes.
TEJIENDO REDES CONTRA LA EXPLOTACIN DE NIOS, NIAS
Y ADOLESCENTES es un proyecto regional de la OIT-IPEC, financiado por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos. El
objetivo general es contribuir a la Prevencin y Eliminacin del
trabajo infantil domstico (TID) y de la explotacin sexual comercial de nios, nias y adolescentes (ESC) en Sudamrica a partir de
intervenciones en Chile, Colombia, Paraguay y Per. Iniciado a
fines de 2004 se espera con su ejecucin lograr los siguientes
resultados: Informacin comparable y de calidad con respecto a
las caractersticas y magnitud del TID y la ESC en pases seleccionados disponible y utilizada por actores claves; un marco legal,
institucional y cultural propicio para la puesta en marcha de una
7

accin efectiva en contra del TID y la ESC en Colombia, Chile,


Paraguay y Per; modelos piloto efectivos desarrollados para la
prevencin y retiro de las nias y de los nios del TID y de la ESC.

El documento que ahora presentamos registra los hallazgos de Paraguay respecto a un estudio regional realizado por este proyecto para
generar informacin cualitativa y comparable entre tres pases de Sudamrica, donde la problemtica del trabajo infantil domstico desafortunadamente an sigue siendo parte del cotidiano de millares de nios, nias y adolescentes. Bajo la coordinacin tcnica de la
antroploga Jeanine Anderson de la Pontificia Universidad Catlica
del Per, entre el periodo de setiembre 2005 a junio 2006 se realizaron simultneamente estudios cualitativos en Colombia, Paraguay y
Per con miras a: i) identificar factores econmicos, sociales, culturales y psicolgicos que determinan actitudes y comportamientos que
impulsan a las familias a enviar a sus hijos e hijas al TID; ii) conocer
los factores de vulnerabilidad al TID y los factores protectores que
pueden contribuir a la prevencin del problema en comunidades urbanas y rurales de Colombia, Paraguay y Per y iii) conocer factores
que generan posibles vinculaciones a la problemtica de ESC en la
poblacin de nios, nias y adolescentes en TID.
Gracias a la colaboracin y compromiso asumido por el Centro de
Estudios y Documentacin y por los equipos de investigacin involucrados fue posible su realizacin en Paraguay. Se espera con esa
publicacin contribuir a la creacin de alternativas y respuestas
eficaces a las necesidades de apoyo a las familias estructuralmente
vulnerables punto clave para construir los hilos de una red sostenida para la prevencin y erradicacin de la participacin de nios, nias y adolescentes en el trabajo domstico en hogares de
terceros.

Isa Ferreira

Guillermo Miranda

CTA Proyecto Tejiendo Redes


OIT/IPEC

Director
Oficina Subregional de la OIT
para el Cono Sur de Amrica Latina

Captulo 1
Marco de referencia

Introduccin
La presente investigacin, de cuo cualitativo, recoge y sistematiza
informacin sobre el trabajo infantil domstico en una zona urbana y
una rural de Paraguay. Se inscribe en un marco regional que estudia
los factores preventivos y la vulnerabilidad al trabajo infantil domstico
en familias rurales y urbanas de Per, Paraguay y Colombia.
En este contexto se entiende por trabajo infantil domstico la
realizacin de actividades domsticas que afectan el desarrollo
psicolgico, fsico, moral o social de personas menores de 18 aos
y que impiden su acceso, rendimiento y permanencia en la escuela.
Estas actividades se realizan bajo cualquier modalidad conceptual
o forma de compensacin en hogares de terceras personas con los
cuales las nias, los nios y los adolescentes no tienen relacin de
parentesco en lnea directa1.
En Paraguay se han realizado y publicado varios estudios sobre el
trabajo infantil y sobre el trabajo infantil domstico en particular.
Una de las investigaciones ms antiguas sobre el criadazgo
pertenece a Heisecke y colaboradores,Las criaditas en Asuncin,
publicado en el ao 1995, fue un trabajo pionero sobre el tema. En
2001, la organizacin Global... Infancia realiz una investigacin
cuanti-cualitativa en tres municipios del pas Fernando de la Mora,
Itaugu y Villa Elisa entrevistando a criaditas y criaditos, as como
a familias proveedoras y acogedoras y a personas pertenecientes a
las comunidades. El documento resultante, Diagnstico cualitativo
sobre la situacin de nios y nias criadas en tres municipios del
Paraguay obtuvo informacin de 67 personas entrevistadas.
1
OIT. Proyecto de Prevencin y Eliminacin del Trabajo Domstico en Paraguay. Gua de comunicacin para organizaciones de la
sociedad civil. Trabajo infantil domstico en Paraguay. Asuncin, 2003.

A partir de 2002 la OIT financia una serie de estudios referidos al


tema, varios de los cuales fueron publicados. En diciembre de 2002
se publica el trabajo de Soto, Gonzlez y Martnez, Evaluacin rpida
sobre trabajo infantil domstico en hogares de terceros en Paraguay,
que aplic 420 encuestas a nias y nios trabajadores domsticos, a
familias empleadoras y a familias de origen, y obtuvo testimonios de
nias, nios y adolescentes. Tambin en 2002, en el marco del Proyecto
Subregional de Prevencin y Eliminacin del Trabajo Infantil Domstico
en Hogares de Terceros en Sudamrica, se distribuye un cd rom
conteniendo cinco estudios referidos al tema: Estudio de aspectos
legales del trabajo infantil domstico (Barboza, 2002), Oferta
institucional y polticas pblicas frente al trabajo infantil domstico
(Colazzo, 2002), Prcticas culturales frente al trabajo infantil domstico
en Asuncin y Gran Asuncin (Houdin, 2002), Experiencias de
generacin de ingresos y oferta de recursos financieros a familias
pobres (Garca, 2002) y la ya mencionada Evaluacin rpida.
En el ao 2004 se produce la publicacin de una compilacin, Trabajo
infantil domstico en el Paraguay, que comprende tres materiales
con datos resultantes de estas investigaciones, anlisis del marco
normativo sobre el trabajo infantil domstico en el pas y anlisis
cualitativo de entrevistas a ex trabajadores infantiles domsticos.
Tambin en 2004 se publica el material Anlisis y recomendaciones
para la mejor regulacin y cumplimiento de la normativa nacional e
internacional sobre el trabajo de los nios, nias y adolescentes en
Paraguay (Lpez, 2004), en el que se revisan y analizan los diferentes
instrumentos legales y se recomiendan acciones en este campo. Ese
mismo ao la Oficina Regional para Amrica Latina y el Caribe de la
OIT publica el artculo La situacin de las trabajadoras domsticas
en Paraguay y el trabajo infantil domstico remunerado (Soto, 2004)
en el libro Polticas de empleo para superar la pobreza en Paraguay.
En 2005 se publica el libro Trabajo domstico remunerado en
Paraguay con el artculo ya mencionado, al que se suman los de
Vernica Lpez, El trabajo domstico y los convenios de la OIT, y
de Hugo Valiente, Se necesita muchacha sin derechos. Las leyes
sobre trabajo domstico remunerado en Paraguay.

10

Todos estos estudios e investigaciones apuntan conceptualmente a


considerar al trabajo infantil domstico como una actividad que impide
el ejercicio de derechos fundamentales de la infancia como son, entre
otros, crecer en una familia, proteccin contra los malos tratos y contra
todo tipo de explotacin, derecho a la recreacin y al tiempo libre.

Por otra parte, las investigaciones ubican al trabajo infantil domstico


como una de las estrategias de supervivencia cuando la pobreza no
permite brindar las condiciones mnimas a hijos e hijas, y tambin de
superacin cuando el trabajo infantil domstico aparece como una
esperanza de obtencin de apoyo para estudiar, para mejorar una
vida de precariedades. La naturalidad con la que el trabajo infantil
domstico es visto en la sociedad paraguaya es otro de los elementos
que resalta en los diversos estudios, y que se considera una de las
causas de la invisibilidad de la situacin frecuente de malos tratos y
abusos hacia estos nios, nias y adolescentes.
En este marco el aporte que pretende esta investigacin apunta a
profundizar el aspecto de identificacin de los factores que generan la
existencia del trabajo infantil domstico en Paraguay, y en consecuencia
de los elementos que deben ser abordados para su prevencin.
La identificacin de esos factores se realiza estableciendo varios
niveles de comparacin, entre familias dadoras y no dadoras, entre
nios, nias y adolescentes trabajadores domsticos (TID) y no TID,
y entre personas adultas que han pasado o no por esa experiencia.
Qu sueos tienen los nios, nias y adolescentes trabajadores
domsticos? Son diferentes estos sueos a aquellos que tienen
quienes, viviendo en sus mismas comunidades, no pasan por el
trabajo infantil domstico? Y las trayectorias de vida de los hombres
y las mujeres en qu se diferencian cuando el trabajo infantil
domstico est de por medio? Es igual ser trabajador infantil
domstico en una zona pobre urbana que en una zona pobre rural
de Paraguay? Por qu unas familias se convierten en dadoras y
otras no? Cmo son los lazos familiares en unas y otras? Y las
comunidades cmo influyen? Qu caractersticas tienen las
comunidades de origen de los y las trabajadores infantiles
domsticos? Cules son los elementos culturales que subyacen en
las decisiones de dar hijos o hijas al trabajo infantil domstico?
Estas y otras preguntas son las que se intenta responder en la presente
investigacin. Las respuestas perfilan un panorama surgido del
desgranamiento de recuerdos, de intentos de explicacin que a veces no
se encuentran, de resignacin mezclada con desafo a un destino que
parece inevitable. Y ese paisaje se va armando con las propias palabras de
quienes viven a diario las condiciones estructurales y simblicas que llevan
al trabajo infantil en general y al trabajo infantil domstico en particular y
que sucumben ante ellas o las superan con mucho esfuerzo para no
tener que buscar en el trabajo de nios y nias salidas a situaciones

11

que a veces parecen no existir. Y ese paisaje quizs no sea el que


frecuentemente se dibuja desde la visin moderna, desde un tiempo
cultural diferente a aquel en el que la supervivencia est en juego. Tal
vez asomarnos a esa realidad desde quienes viven en ella todos los
das y que a veces se presenta slo en las fras estadsticas o en las
crnicas rojas de los medios de comunicacin sirva para movilizar
esfuerzos y recursos para transformar una situacin a todas luces injusta.

Marco metodolgico
La informacin que aqu se presenta fue recabada mediante entrevistas
en profundidad y observacin directa de los contextos comunitarios.
Las entrevistas fueron realizadas en castellano y en jopar-castellano
paraguayo (mezcla de castellano y guaran). Para su transcripcin fue
utilizado un criterio que apunta a registrar tal fenmeno sociolingstico
en su formato original no recurriendo a correccin alguna que pueda
alterar el espritu de la lengua utilizada, adjuntando traducciones al
castellano cuando se considera necesario. Esto resulta importante por
cuanto slo el 5% de la poblacin nacional es monolinge castellano,
mientras que el 40% es monolinge guaran, con un promedio de
95% de la poblacin que habla guaran como primera o segunda
lengua. La mayora de la poblacin se comunica en jopar, mezcla de
castellano y guaran. Debido a la importancia cultural, social y poltica
de tal fenmeno se ha optado por mantener el castellano paraguayo
en las entrevistas sin realizar correcciones sintcticas o morfolgicas.
En la zona urbana fueron entrevistadas 16 personas y en la zona
rural 13 personas provenientes, a los efectos comparativos, de
diversas condiciones: familias proveedoras y no proveedoras de
trabajadores infantiles domsticos, adolescentes trabajadores
domsticos (TID) o ex TID y no TID, y lderes comunitarios o
conocedores a profundidad de la comunidad.
Las autobiografas proveen el contenido principal a este estudio. La
informacin sobre los contextos locales proviene fundamentalmente
de las entrevistas realizadas a los conocedores. Sin embargo, es
interesante apuntar que dada la envergadura del fenmeno del trabajo
infantil domstico en ambas zonas, quienes fueron entrevistados como
conocedores a menudo terminaban relatando sus propias experiencias
relacionadas con el trabajo infantil domstico2.
12

2
Los nombres de las personas entrevistadas que relataron sus vidas fueron cambiados a fin de preservar sus identidades, los
correspondientes a dirigentes de las comunidades son verdaderos.

El anlisis de las entrevistas fue realizado siguiendo una matriz


conceptual definida a nivel regional. A continuacin aparecen captulos
configurados de acuerdo a esa matriz y las evaluaciones y comentarios
surgidos durante el anlisis.

13

14

Captulo 2

Los contextos locales del estudio

Quienes habitan las dos comunidades estudiadas forman parte del


porcentaje amplio de la poblacin paraguaya que vive en
condiciones de pobreza. Segn los ltimos datos de la Direccin
General de Estadstica, Encuestas y Censos (Dgeec)3, el 39,2% de
los casi 6.000.0004 de habitantes de Paraguay se encuentra en esa
situacin y los indicadores sociales y econmicos comparativos de
la regin ubican al pas entre los ms pobres de Amrica Latina, y
como uno de los que soporta un mayor nivel de exclusin y
desigualdades5. La poblacin en condiciones de pobreza en
Paraguay ha aumentado progresivamente: en 1995 se registraba el
30,3% de la poblacin en esa situacin, los datos actuales (Encuesta
de Hogares 2004) indican que ha habido un aumento de 9 puntos
porcentuales.
En este marco general, las poblaciones de las dos comunidades
estudiadas si bien con diferencias importantes en cuanto a
estrategias de sobrevivencia, a contexto medioambiental y a
expectativas inmediatas comparten necesidades similares y sueos
parecidos. Estos ltimos muy bsicos, alimentarse, estudiar, tener
un empleo, productos de deficiencias, a veces extremas, en la
satisfaccin de las necesidades ms elementales.

Institucin estatal encargada de los datos y estadsticas del pas.


Los resultados del Censo 2002 dan un total de 5.163.198 habitantes. La ms reciente Encuesta de Hogares de 2005 indica que
hay 5.800.000 habitantes.
5
De acuerdo al Informe nacional de desarrollo humano del Paraguay (2003) y conforme a las mediciones del ndice de Gini,
Paraguay es el pas ms desigual de Amrica Latina (cit. en Fogel, 2005. Efectos socioambientales del enclave sojero).
4

15

San Cayetano, Lujn, San Ignacio,


San Miguel y San Blas

La comunidad urbana, conformada por cinco conglomerados, se


encuentra ubicada en una zona conocida como Baado Sur, que
forma parte de la extensa zona costera de la ciudad de Asuncin.
Esta ciudad, capital de Paraguay, se encuentra situada sobre el ro
que da nombre al pas, el ro Paraguay: ste lo rodea por el norte,
sur y oeste. Excepto en una pequea zona de barrancos, la mayor
parte de la zona costera de Asuncin que est poblada se encuentra
por debajo de la cota de crecida del ro, por lo que es inundable.
Las inundaciones se producen peridicamente y generan el xodo
de la poblacin costera hacia zonas altas, mientras las viviendas se
anegan, para posteriormente retornar cuando el ro baja. Esta
dinmica peridica enmarca gran parte de la vida de quienes
pueblan los baados. Alrededor del 20% de la poblacin asuncena
vive en estas condiciones (estimativamente 100.000 personas de
un total de casi 600.000 habitantes con que cuenta Asuncin
actualmente). La poblacin de estas zonas es extremadamente joven:
ms del 70% tiene menos de 35 aos, y las oportunidades que se
les ofrecen en cuanto a estudio y empleo son muy pocas. En general,
el lugar se ha poblado a travs de ocupaciones, precarias
inicialmente, que fueron consolidndose con el correr del tiempo.
La profesora Mariana, vicedirectora de la escuela Fe y Alegra de
San Cayetano, caracteriza a la zona:
Este es un lugar donde fue sumndose gente que ha perdido
posibilidades de vida de alguna manera en el interior del pas,
y entonces van llegando, tenemos cada vez ms gente.
El barrio en s tiene muchos aos de ocupacin, y hasta ahora
nosotros seguimos recibiendo a gente que est viniendo del
interior, y es un lugar que se va ocupando, no es un lugar,
digamos, que se abre como para que la gente pueda comprar,
pueda entrar, no es as. Son ocupaciones que la gente va dando, se dio tambin el caso de las primeras familias que llegaron, tomaron un terreno un poco grande y lo fueron partiendo
entre miembros de esa familia. Esto permite que aquellas familias que se encuentran en el interior con un sueo, o con un
problema, estn llegando aqu.
16

Separadas por el barranco en el extremo oeste, pueden diferenciarse dos zonas, el Baado Norte y el Baado Sur.

La comunidad estudiada se encuentra ubicada en la zona del Baado


Sur y comprende los conglomerados de San Cayetano, San Ignacio de
Loyola, San Blas, San Miguel y Virgen de Lujn. Esta zona del Baado
se extiende desde el barranco que separa al noreste la ciudad alta de
los baados, al sur el vertedero municipal de Cateura y al oeste una
extensa zona de lagunas y pantanos en las inmediaciones de la ribera
del ro Paraguay. Oficialmente, la zona est ubicada dentro de los
barrios Roberto L. Petit y Republicano, cruzados por los arroyos Ferreira y Morot, que desaguan en el ro Paraguay en medio de la poblacin, llevando el contenido de parte de las cloacas de la ciudad,
adems de basura, agua servida y dems deshechos. Si bien est limitado por los costados, en la mayor parte de su trayecto, por paredes de
cemento, se encuentra a cielo abierto, y es un foco de permanente
contaminacin. Se puede ver en su degradado lecho a nios, nias y
animales domsticos hurgando en la basura y bandose en sus aguas.
Tambin a cielo abierto en una gran extensin, al este del arroyo Ferreira, se encuentra el vertedero municipal de basuras, una gran montaa
de desperdicios donde varios miles de gancheros y gancheras escarban
la basura para reciclar aquello que puede ser revendido. La zona tiene
acceso a luz elctrica y agua potable, si bien la mayora de los medidores
de estos servicios no estn formalizados; las extensiones las realizan los
propios pobladores. El servicio telefnico casi no existe, excepto en algunas pocas casas privilegiadas; tampoco hay desage cloacal. La mayor
parte de las calles son de tierra o con empedrados construidos por los
propios vecinos, en algunos casos con apoyo municipal.
Los barrios San Blas y San Miguel se encuentran directamente en
vecindad con Cateura y estn separados de los dems barrios por
el arroyo Ferreira. Las calles principales de estos barrios son los
principales accesos al vertedero de basura de la municipalidad,
por lo que se hallan continuamente transitadas por camiones de
basura. El barrio San Cayetano es el ms antiguo, presenta casas
ms establecidas. Se encuentra entre los arroyos Ferreira y Morot,
desde 38 Proyectadas hasta la zona de lagunas y riachos que se
dirigen al ro Paraguay. El barrio Virgen de Lujn corresponde a
una franja de terreno que se encuentra entre el arroyo Morot y la
laguna Yakare Pito, ms cerca del ro. Goza de mayor vegetacin
pero la amenaza del ro y sus crecidas es mayor, la poblacin est
en condiciones de mayor precariedad y vulnerabilidad. Finalmente,
el barrio San Ignacio de Loyola se encuentra al pie del mencionado
barranco que separa la ciudad alta de esta zona, y se extiende hasta
37 Proyectadas. Es la zona ms alta y la menos afectada por las

17

crecientes del ro. Las viviendas aqu estn mejor construidas y tienen
rboles que ya han sido sembrados por los pobladores. Los nombres
utilizados para denominar los barrios son producto de la gran influencia
de los sacerdotes jesuitas que histricamente vienen desarrollando un
trabajo pastoral en estos barrios (Perrotta, Navarro, 2003).
Cada uno de estos barrios cuenta con su pequea capilla y santo
patrono. Adems, San Cayetano, San Miguel y San Blas cuentan
con escuelas dependientes de los jesuitas, denominadas Fe y
Alegra. Virgen de Lujn tambin cuenta con una pequea escuela
municipal. En cuanto a los servicios de salud, San Cayetano tiene
un dispensario que data del ao 1978 y que fue creciendo a lo
largo del tiempo. Tuvo periodos en los que la poblacin logr
aglutinarse y desarrollar trabajos comunitarios para la salud.
Actualmente es un dispensario asistencial que cuenta con el apoyo
de los jesuitas, el Ministerio de Salud Pblica y la municipalidad, y
la donacin peridica de medicamentos por parte de la organizacin
internacional Mdicos Alemanes para el Tercer Mundo.
Lastimosamente, tanto el trabajo como la participacin activa de la
comunidad en el rea de la salud estn casi desintegrados. Adems,
existe un centro de internacin parcial de nios y nias desnutridos
que funciona en San Cayetano. Es una guardera que acoge durante
12 horas del da a pequeos y pequeas en estado de desnutricin
y cuyas madres trabajan fuera de la casa, administrada por
integrantes de una comunidad religiosa. La Pastoral Social de la
Iglesia Catlica administra tambin tres comedores infantiles en
cada uno de los cuales meriendan alrededor de 200 nios y nias.

18

San Cayetano cuenta adems con una radio comunitaria llamada Radio
Solidaridad y con organizaciones comunitarias fuertes, la mayor parte
de ellas vinculadas a organizaciones religiosas. De hecho, la capellana
Cristo Solidario (que aglutina a las dems capillas) funciona como un
centro comunitario para todo tipo de actividades y se la considera
responsable de la creacin del barrio. En realidad, sus orgenes se
remontan a ocupaciones precarias que luego fueron organizadas por
religiosos y religiosas. Existen adems varias comisiones vecinales que
trabajan para el mejoramiento de la infraestructura del barrio, como
colocacin de empedrados y acondicionamiento de espacios
comunitarios y algunas organizaciones aglutinadas en torno a la salud
y a algunos escasos proyectos productivos. Desde hace unos aos
surgi con mucho mpetu la organizacin denominada Cobaados,

que agrupa a pobladores y pobladoras tanto de la zona norte como de


la zona sur. En el marco de esta organizacin se han emprendido
luchas importantes para la obtencin de tarifas sociales de energa
elctrica y de defensa de la permanencia de los pobladores en la zona
ante proyectos de desalojo.
En los registros y mapas oficiales la zona figura como Baado,
sin delimitaciones especficas. stas fueron hechas por las
organizaciones religiosas que trabajan en la zona. De acuerdo a un
censo del ao 2000 realizado por la misma poblacin, existan en
esa poca 1.226 casas, albergando a un total de 4.415 personas
(Perrota, M. y E. Navarro, p. 49). Muchas de las familias pobladoras
de la zona provienen del interior del pas, como resultado de la
expulsin del campesinado paraguayo de sus lugares de origen por
la falta de oportunidades para obtener ingresos suficientes.
Una de las notas de campo, tomada en la entrevista a Clemencia, pobladora
de Virgen de Lujn, ilustra el paisaje que se puede observar en la zona:
La casa de doa Clemencia queda en Virgen de Lujn, un
barrio contiguo a San Cayetano, aun ms cerca del ro, con
calles en peor estado, sin empedrado y con ms basura
diseminada. Los pobladores rellenan los pozos y grietas con
desperdicios para evitar que el agua, caprichosa, se escurra e
infiltre. La tierra es casi blanca en esa zona por la cercana del
ro, los rboles y arbustos son ms numerosos, el canto de los
pajaritos es ensordecedor, hay muchas plantas de las que viven
bien en zonas hmedas, con grandes flores que emergen desde
la ms recalcitrante basura.
Las viviendas son ms humildes y estn ms hacinadas. Sin
embargo, en la cuadra de la casa de doa Clemencia observ
tres viviendas con amplios terrenos. La de doa Clemencia es
una de ellas. Como otras casas de la zona (las ms antiguas),
est hecha al estilo de las casas campesinas del interior del
pas. Dos habitaciones enfrentadas y unidas por un corredor
techado. Caballos, chanchos y gallinas disputan restos de
comida entre la basura que tambin est dispersa en todo el
patio de la vivienda. Plantas ornamentales cuelgan de latas de
pintura y leche en polvo venidas a macetas. Hay un pozo de
agua que ya no se usa. Un poste de energa elctrica, sin
medidor, y una canilla ubicados en la entrada atestiguan que

19

proveen a la familia de luz y agua. Inmediatamente detrs de la


casa, sirviendo de lmite posterior, se encuentra una laguna llena
de plantas acuticas, alimaas y desperdicios. En das de lluvia
crece e invade el patio de Clemencia. Como teln de fondo se ve
al cerro Lambar en un cordn verde azul de rboles.

Pirapey

Por su parte, la comunidad rural estudiada pertenece a la denominada


Colonia Pirapey, distante a 464 km. de la ciudad de Asuncin, en el
sptimo departamento de Paraguay, Itapa. El departamento de Itapa
se encuentra dentro del ecosistema conocido como la Mata Atlntica, uno
de los lugares de mayor biodiversidad del mundo, que se extiende a casi
todos los departamentos de la regin Oriental de Paraguay, alcanzando
zonas de Brasil y Argentina. Debido al sistema agrcola que promueve
la actual economa global, el 87% del bosque atlntico de Paraguay
ha desaparecido tras la codicia de sojeros y ganaderos. Desde 1945
hasta la fecha han desaparecido casi 8 millones de hectreas. Segn
Lucy Aquino, directora del Fondo Mundial para la Naturaleza, Paraguay
ocupa el primer lugar en tasa de deforestacin en Amrica6.
Este departamento cuenta con una poblacin de 453.000 habitantes,
de los cuales 139.045 viven en reas urbanas y 314.647 en rurales.
Como referencia sobre la situacin socioeconmica de esta zona
del pas, en el rea de salud Itapa cuenta con 245 camas
distribuidas en un hospital regional, 11 centros de salud, 74 puestos
de salud, 2 hospitales distritales y ningn dispensario. El
departamento cuenta con 365 escuelas de educacin inicial, 105
en reas urbanas y 260 en las rurales, con una matrcula de 9.562
estudiantes. Segn el Censo Agrcola del ao 2004, la poblacin
local cultiva 35 mil hectreas de algodn, con un total de 42.900
toneladas, y 455.000 hectreas de soja, alcanzando un milln de
toneladas (siendo el segundo productor nacional luego del
departamento de Alto Paran). Existen 332 mil cabezas de ganado.
En el interior del departamento se ubica el distrito de Edelira, con
una poblacin de 23.400 habitantes. La comunidad cuenta con un
Juzgado de Paz, la municipalidad y un puesto policial. Dentro de
este distrito se encuentra la compaa de Pirapey, una comunidad
nueva cuya fundacin se da en el ao 1984. sta se encuentra
poblada por aproximadamente 45 a 50 familias, congregadas
20

Fuente: diario ltima Hora, 16 de setiembre de 2004, p. 22.

algunas de ellas en una pequea zona urbana de calles de tierra a


la que se suman viviendas separadas por varios kilmetros de
distancia que se encuentran en medio de pequeos conglomerados
de rboles rodeados por inmensos sojales7. Muchas de estas familias
se encuentran disgregadas debido a la indigente condicin
socioeconmica de sus integrantes, que abandonan el hogar en
busca de mejores condiciones laborales. La compaa cuenta con
un puesto de salud precario, una escuela, un local del Centro de
Capacitacin Campesina (Cectec) y una comisara, en opinin de
sus habitantes, lejana al casco urbano e insuficiente en cuanto a
infraestructura. Existen varias organizaciones de seguridad
ciudadana, as como comisiones vecinales y comits de produccin.
La juventud se aglutina principalmente en torno al deporte,
existiendo tambin ciertas actividades culturales como festivales
musicales. En palabras del juez de Paz es sta:
una zona eminentemente agrcola donde hay una calidad de
vida bastante buena. Yo pienso que la tierra en comparacin a
otras zonas es muy productiva, una tierra muy privilegiada
donde el campesino procura un poco y da un poco de s,
produce la tierra y tiene para comer, tiene una calidad de vida.
Y en cuanto a servicios tiene todo porque normalmente en la
zona existen colegios, inclusive universidades.
Sin embargo, desde la ptica de los pobladores y pobladoras del
lugar la zona presenta varias dificultades que afectan la calidad de
vida de sus habitantes. Existen problemticas que, cual ejes
transversales, aumentan las dificultades de vivir en la zona: pobreza,
deforestacin, agrotxicos, agricultura mecanizada, alcoholismo,
violencia domstica y grave falta de oportunidades de empleo; estas
condiciones empujan a sus pobladores a buscar otras rutas de
posibilidades laborales fuera de la comunidad.
Asuncin, funcionaria del Ministerio de Salud y encargada del
puesto de salud, destaca como aspecto positivo de la zona la
solidaridad de la gente, y como negativo la falta de insumos en el
puesto de salud que ella dirige, el problema del medio ambiente y
el envenenamiento de la tierra.
Juancho es agricultor y padre de una numerosa familia. l dice querer
mucho a su comunidad y comenta:
7
La soja es el cultivo dominante en Paraguay, de acuerdo al libro Enclave sojero, merma de soberana y pobreza (2005), el 50%
de la superficie total cultivada del pas es ocupada por la soja. Itapa es el segundo departamento productor de soja en el pas
(p.19).

21

Ac en nuestra comunidad hay muchos pobres. Tambin hay


grandes empresarios, pero qu le vamos a hacer, los empresarios
atacan a los pobres. En Pirapey la cosa es a veces muy linda y
a veces es muy fea porque el trabajo mismo no hay. La changa
para decir voy a ir a changar un da y algo, tampoco.

2.1 Caractersticas socioculturales de las localidades: religiosidad, fiestas y eventos de celebracin y encuentro
Tanto en la zona urbana como en la rural las actividades religiosas son
las ms convocantes. Las actividades deportivas son tambin mbitos
de encuentro y participacin, as como otras actividades comunitarias.

Religin, poltica y solidaridad en el Baado8

En la zona urbana las actividades relacionadas con las fiestas religiosas


como Navidad en familia (en las cercanas de finales del ao) o los
grupos de oraciones de Cuaresma (en las cercanas de la Semana Santa)
concitan la participacin de gran parte de los pobladores y pobladoras.
Tambin para los jvenes las actividades alrededor de la religin son
espacios de socializacin: los retiros espirituales y campamentos
juveniles, as como las actividades de catequesis son frecuentes y
renen a gran cantidad de jvenes. Las actividades deportivas son
muy importantes en la comunidad y se convierten en espacios de
encuentro; en general, la misma poblacin ha acondicionado las
canchas en las que se juega, preferentemente, partidos de ftbol.
Las fiestas familiares, de cumpleaos, aniversarios y casamientos
son tambin momentos de celebracin y encuentros. En ellas es
posible identificar elementos claros de penetracin cultural: las
fiestas infantiles se adornan con imgenes de Barney y Bob Esponja,
y las juveniles suenan al ritmo del reggetn y la cachaca. En los
ltimos dos aos se ha dado un fenmeno de migracin de personas
hacia Espaa y Buenos Aires que hace que casi cada familia tenga
algn familiar afuera. Tambin el trabajo infantil domstico es causa
de disgregacin de las familias, y en muchos casos consecuencia
del mismo fenmeno. Las fiestas de fin de ao son momentos de
reencuentro para muchas de esas familias, aunque gran parte de
ellas no tiene los medios para que esto suceda.
22

8
Si bien la zona conocida como Baado es ms amplia, se utilizar esta denominacin en referencia a la zona urbana que abarca
los cinco conglomerados ya mencionados: San Cayetano, San Ignacio, San Blas, San Miguel y Virgen del Lujn.

Las seccionales coloradas (comisiones de base del Partido Colorado,


agrupacin poltica de gobierno) realizan fiestas con potentes
equipos de msica y bailes que son muy concurridos. En los
momentos cercanos a elecciones la zona es muy visitada por las
agrupaciones polticas que realizan o apoyan diversas actividades.
Por otro lado, es muy frecuente que se presenten almuerzos
colectivos (polladas o tallarinadas) realizados por la propia
comunidad para juntar fondos solidarios para alguno de ellos.
Pese a las precariedades, los pobladores y pobladoras de la
comunidad se unen alrededor de proyectos de mejoramiento del
barrio; la mayor parte de los servicios y la infraestructura fueron
montados con el trabajo de la gente del lugar, como lo indica Csar,
dirigente comunitario:
Hay mucha gente buena en este lugar, gente trabajadora que
trata de mejorar sus condiciones de vida, mucha gente de esta
comunidad construy esta comunidad, tiene su escuela, tiene
su puesto mdico, todo lo que hay en cuanto a progreso lo
hizo la gente de la comunidad, al gobierno no le interesa en lo
ms mnimo, nos ignoran.

La vida social de Pirapey

En la zona rural los eventos sociales son tambin muy importantes


para la comunidad. Los acontecimientos familiares se celebran, as
como las fechas de fiestas y actividades religiosas. Muchas de estas
son organizadas por comisiones de vecinos, la parroquia y el club
deportivo local.
Las actividades comunitarias alrededor de emprendimientos diversos
de educacin, salud, entretenimiento y mejoramiento de la
infraestructura de la comunidad son frecuentes. Segn Diego,
profesor de primaria de la escuela local de Pirapey, la gente siempre
tiene una mentalidad de crecimiento, la gente humilde y trabajadora
tiene el empuje a hacer los esfuerzos para poner las instituciones
que tenemos ahora. El profesor se refiere despus al fenmeno de
la inmigracin, hecho que trae aparejado desajustes culturales: casi
la mayora son paraguayos y eso lo que impulsa ms la comunidad
para que crezca porque as hay cohesin social. S, porque los
alemanes, los brasileros nunca aportan nada y poco se mezclan.
23

La comunidad se encuentra en zona de fronteras, lo que facilita el


trnsito de personas que salen y entran de ella, y por ende el intercambio cultural. Esto no es bien visto, en especial por los adultos:
no hay ms respeto, entonces la gente admira, copia. No es justo
que uno salga de ac de una familia religiosa y despus cambia
porque trae consigo la cultura extranjera, la cultura de una ciudad
por ejemplo.

2.2 Situacin de derechos humanos, violencia y otros


factores de riesgo en las localidades: actividades ilegales, consumo de sustancias psicoactivas y alcohlicas,
homicidios
Tanto en la zona urbana como en la zona rural, si bien existe cierta
vigencia de los derechos humanos civiles y polticos (libertad de
expresin, de asociacin y otros), los econmicos, sociales y
culturales son objeto de constantes violaciones debido a la pobreza
extrema, las condiciones insalubres, la falta de medios para la salud,
el latifundio, los agrotxicos, el desempleo.
Aunque existen esfuerzos por parte de las mismas comunidades
para la organizacin y el trabajo comunitario para la defensa de los
derechos, resulta muy difcil evadir el crculo de la pobreza y la
consecuente violencia en las calles y dentro de las familias.

Alcohol, drogas, peajeros y violencia en la zona


urbana

La falta de medios, la vivienda poco digna y en promiscuidad, el


alcoholismo como medio para olvidar una realidad dura y casi sin
salida, son condiciones que diariamente generan situaciones de
violencia en la zona urbana. Peleas, heridas con armas blancas,
homicidios, no son hechos aislados en esta zona; por el contrario,
revisten una envergadura tal que uno de los principales reclamos
de la comunidad apunta a la construccin de una subcomisara
policial. Desde hace unos aos se ha hecho frecuente adems la
existencia de los peajeros, jvenes que se ubican en las calles o
en las esquinas y piden pequeas sumas de dinero a quienes
transitan por la zona. No acceder puede implicar una herida, a
veces mortal.
24

El consumo de alcohol y de sustancias psicoactivas es un fenmeno


extendido en esta zona. Marihuana, pasta base, cola de zapatero y
pastillas, a menudo mezcladas con alcohol, constituyendo potentes
ccteles para adolescentes, son consumidas en las calles y
comercializadas en varias despensas de la zona. La venta es casi
libre en los pequeos almacenes y puestos.
Andrs, adolescente de 16 aos de la zona urbana, quien vivi una
infancia y adolescencia de sufrimientos y maltrato en casas de
familiares y de extraos, cuenta:
Si vos no toms entre ellos, no sos nadie, no sos nadie. Slo te
puede bajar ms pienso yo ignorantemente as... Entonces
empec a ingerir bebidas alcohlicas. Despus un da pas
algo, pas una macanada, no s, perd cualquier cantidad de
dinero, pero era un domingo, y domingo yo no trabajaba de...
Domingo no se trabaja porque sbado nosotros amanecemos
todo. Y domingo podemos dormir y el domingo vino el que es
hijo del patrn, vino a abrir el negocio y ah se perdi la cantidad
de dinero, pero no fue mi responsabilidad pero a m me
culparon.
Una conocedora de la zona urbana se refiere al uso de substancias
psicoactivas:
La drogadiccin, que los nios, los jvenes caigan en la
drogadiccin que es lo que tenemos mucho porque con toda
la ayuda que no tenemos ac, no se les inculca. Se drogan con
cola de zapatero, con marihuana, eso es lo que usan. Los
tranquilizantes toman tambin pero los que compran son los
que ya estn en eso, que entienden ms. Eso compran de los
que ya tienen porque creo que hay mdico, bueno, seguro
que hay mdicos que a lo mejor no es con mala intencin
cuando va la mam y necesita tranquilizante, el mdico le firma,
le sella y le da y sus hijos no son bobos, envan a comprar,
claro que le va a quitar y vienen y le venden a los chicos y
stos para tener le tienen que robar a la gente porque de dnde
van a sacar, 5.000 me parece que es el precio ms reducido,
por eso es que ellos piden un 1.000, le piden a la gente que
van pasando. Esos son de 16, 17 aos, los chiquitos son los de
8 o 9 nueve aos, con cola de zapatero.
25

Tambin de un tiempo a esta parte han empezado a aparecer


pandillas de nios, nias y adolescentes en las calles cntricas de
Asuncin. La mayor parte de ellas est integrada por pobladores de
los Baados. La profesora de la escuela Fe y Alegra, Mariana,
atribuye esto, y cuenta casos de sus alumnos, a la rebelin de nios
y nias al trabajo infantil domstico:
Cuando esos nios y esas nias se cansan de su situacin, salen
y se rebelan, ah es que nosotros comenzamos a tener la
conformacin de pandillas en el barrio, son chicas generalmente
de 14 aos para arriba que estn en pandillas, chicos de 14 para
arriba que estn en pandillas y son chicos que han trabajado desde
que tuvieron conciencia hasta los 14 aos pero ah empieza el
proceso de rebelin, ya no quieren trabajar, entonces qu hacen,
se meten en cosas que son ilcitas digamos.
Un poblador es contundente sobre los riesgos de vivir en la zona:
Yo por ejemplo me quiero mudar de ac porque no rene
todas las condiciones, hay mucha inseguridad, hay adolescentes
y jvenes cada vez ms metidos en las drogas, no le
recomendara a la gente venir a vivir aqu.

Pirapey: violencia de la mano de terratenientes, sojeros y


polica

En Pirapey la violencia hacia el campesinado pobre por parte de


quienes poseen grandes extensiones de tierra para el cultivo de
soja es uno de los factores de riesgo principal, sobre todo luego de
la judicializacin de la muerte de Silvino Talavera por intoxicacin.
El envenenamiento de familias por agrotxicos utilizados por los
empresarios sojeros y por los mismos campesinos desinformados y
engaados comenz a ser desvelado hace 3 aos luego de que la
familia Talavera Villasboa9, en su casi totalidad, sufriera los efectos
de este mal que se llev la vida de uno de sus nios.
A 15 metros de mi casa estaban rociando todo mis plantaciones,
mis animales. Se muri todo: mis conejos, peces, frutos. Y yo no
9

26

La familia Talavera Villasboa, cuyos nombres y apellidos son los reales, llev adelante un proceso de denuncia por la muerte de su hijo
Silvino, causada por intoxicacin con agrotxicos, que se convirti en el primer caso de estas caractersticas judicializado en Paraguay.
Petrona Villasboa es la coordinadora departamental de la Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales, Indgenas y Trabajadoras
(Conamuri), una organizacin independiente de mujeres rurales e indgenas. Entre sus reivindicaciones figura la lucha por la
tierra, los derechos de las mujeres y una alimentacin sana y sin agrotxicos.

dorma ni un sueo porque Silvino no poda dormir, estaba


aventado, quera ir al bao y no poda. Se empez a estreir.
Tena dolor de hueso. Le revis el brazo y estaba marrn su piel.
Ah s que yo empec a llorar y me dijo mi marido qu vamos a
hacer. Silvino muri unos das despus de mucho padecimiento.
El profesor Diego comenta: algo que es peligroso es el agrotxico
que ahora se usa por todas partes, ms de la cuenta. Est candente
la situacin. Petrona, madre de Silvino, el chico muerto por
envenenamiento, tambin cuenta:
Despus de la muerte de Silvino haba dos muchachitos, una
era de 11 aos, compaera de Silvino, que muri de agrotxico
pero se hizo una denuncia, el caso se pareca mucho al de
Silvino. El varn, tambin de 11 aos, sufri mucho y se qued
paraltico, tena la sangre coagulada como mi hijo. Silvino
muere el 7 de enero y el otro nene muri el 20 de enero.
Muchos, muchos nios murieron. Vamos a ir ah en el
cementerio, en el camposanto. Hay ms nios que adultos.
bamos al cementerio a visitar la tumba de Silvino cuando nos
encontramos con el velorio de un angelito (nio menor). A
continuacin la conversacin en guaran y castellano entre
Petrona y la abuela del nio:
Cementerio
P: Hae iakanundu, ikangypa o ndokaruseveinte? (l tuvo
fiebre y estaba dbil o no quera comer ms?).
R: Ndokaruseveinte ijuru hyjipa (No quera comer ms noms,
tena toda la boca con ampollas). Oguerah hikuai la mdicope
ha omanoma voi (Le llevaron al mdico pero ya haba muerto)
P: Omanma voi. Pepete ndo jeity veneno mbae, nde
ndereikuai? (Ya muri... Y no sabs si ah no haban
fumigado?).
S: Ndaikuai porque oguerntema ore la heongue (No s,
porque ya slo trajeron el cadver).
P: 43 oi hae la hga (En la lnea 43 est su casa).
S: S, cuarenta y trepe o hae (S, en 43 est).
P: Ituandi mbae (Con su pap estaba).
S: Ituandi voi oiko la isy oh ombaapo (Con su pap viva, su
mam se fue a trabajar).
P: Mo oh isy ombaapo? (Adnde se fue a trabajar la

27

madre?).
S: Oh... (Se fue...).
P: Ha la mit opyta ituandy mitkua o mitkuimbae? (Y la
criatura se qued con el padre, nio o nia?).
S: Mitkuimbae (Nio).
P: Ha la isy ountema (Y su mam ya vino noms).
S: Oehenoika chupe (S, la llamaron).
Petrona cuenta: ella me dijo que la criatura tiene 1 ao 7 meses. La
criatura qued con su padre en la casa. La verdad que la madre se fue
a trabajar. Y de repente la criatura est sentada, no tiene dolor de nada
y de repente sali espuma por la boca. Est totalmente coagulada su
sangre as con ms moretones. Y de repente se muri, amaneci muerto.
Ellos no lo llevaron a ninguna parte, ningn doctor. El pap llam
noms a su mam para que venga porque su hijo estaba muerto, ella
vino a encontrar a su hijo muerto ya. Est grave la situacin.
Un caso paradigmtico de violencia es el sufrido por Carlos, pequeo
agricultor y padre de 12 hijos. l fue brutalmente golpeado por sicarios
desconocidos ligados a la mafia latifundista y sojera que agobia a la
comunidad. Carlos, tomografa computarizada en mano, relata:
A m me llegaron a pegar, me maltrataron bastante, me pegaron
bien. Entre cuatro, habr sido el alcohol y la droga... Seis meses
de tratamiento y an no se siente recuperado: y para decir que
me qued muy bien como antes, no. Porque yo hago un viaje
con la moto, hago un 20, 30 km. ida y vuelta y ya vengo
mareado, ms ya no puedo.
En cuanto a otras formas de violencia, muchos pobladores de Pirapey
manifestaron su miedo e inconformidad con el creciente aumento de
la violencia. Pandillas juveniles (patotas) van tomando protagonismo
en la zona como fenmeno de aparicin reciente. El profesor Diego
habla de los males sociales del entorno y se refiere al patoterismo:
Son jvenes conocidos que vuelven y aparecen como patoteros, sale a trabajar por Ciudad del Este, por Asuncin y ya viene consigo la violencia. Y seguramente se fueron a trabajar ah
y encuentran amigos all como ellos.

28

En esta zona el alcoholismo se presenta como la adiccin ms


importante. Segn Miguel, secretario de la comisin juvenil, los jvenes

empiezan a tomar entre los 14 y 15 aos. Manuel, joven msico del lugar,
menciona ste como uno de los aspectos negativos de vivir en Pirapey.

Existe conciencia sobre los derechos?

Las personas que ejercen liderazgo en las comunidades, tanto en la


zona rural como la urbana, desarrollan sus actividades con mucha
conciencia sobre sus derechos. El derecho a una vida digna, a un
ambiente saludable, a la salud, aparecen en los conocedores y
conocedoras de las comunidades. Los derechos de los nios y nias
tambin son mencionados; la vigencia de los mismos es, sin
embargo, muy limitada. En cuanto a los jvenes y a los nios y
nias, no es mucho lo que saben sobre los derechos, pero a veces
aparecen en sus discursos:
Un nio tiene derecho a ser reconocido como persona; ella
eso no quera aceptar. Una persona que trabaja puede trabajar
8 horas diarias, jae chupe (vamos a decir), diariamente; ella
no; para ella no; para ella era todos los das; todos los das y
todos los das. Y as solo un animal trabaja. Y otra cosa que yo
le deca, que yo tambin tena derecho a juntarme con los
jvenes y eso. Y ella eso no; deca que no me iba... Que si me
juntaba con un joven... Me dijo que me iba a drogar, me dijo
que me iba a tomar (Andrs).

2.3 Caractersticas sociodemogrficas y socioculturales de


las familias: violencia intrafamiliar, estructura familiar,
salud sexual y reproductiva, pautas de crianza, analfabetismo
En ambas zonas las familias son extensas. Las condiciones de las
viviendas son precarias, la promiscuidad es una constante, en un
mismo cuarto duerme a veces toda la familia. Eso se observa ms
en la zona urbana, ya que en la rural el hacinamiento es menor.
Las familias de la zona rural estn constituidas en general por padre,
madre, hijos e hijas; en la zona urbana se ven, en cambio, muchas
ms familias monoparentales, con madres como jefas de hogar las
ms de las veces, pero debido al fenmeno reciente de la emigracin
de mujeres en busca de trabajo, se observan tambin hogares en los
que los padres han debido hacerse cargo del cuidado de la familia. En
otros casos, los nios y nias quedan a cargo de tas o abuelas.

29

Los embarazos adolescentes son frecuentes en ambas comunidades.


Las mujeres empiezan a tener hijos desde casi nias. Al haber un
alto nmero de adolescentes embarazadas que dejan sus hogares
para criar a sus hijos, se interrumpe el paso de saberes culturales,
que son trasmitidos de manera oral de generacin en generacin:
cuidados, costumbres que en su contexto logran una contencin
en todo lo que hace a la crianza de los infantes, su crecimiento y
desarrollo, la lactancia materna, pautas de alimentacin, resultando
en mayor nmero de nios y nias maltratados, abandonados,
desnutridos. La educacin en derechos sexuales y reproductivos es
insuficiente. En la zona rural los partos institucionales son escasos.
Las pautas de crianza siguen en general los condicionamientos de las
construcciones genricas. Los hombres, sean o no los proveedores
reales, cumplen el rol de jefes de hogar cuando estn. A las nias se
les inculca desde pequeas el rol domstico, del mbito privado, y se
intenta mantenerlas en las casas un poco ms que a los varones. A los
nios en cambio se los impulsa a trabajar fuera de las casas. El concepto
de la igualdad de gnero lo manifiestan las dirigencias y tambin las
mujeres de las comunidades. En la zona rural es mucho ms marcada
la existencia de una conciencia al respecto en las dirigentes mujeres,
no as en la comunidad en general, que expresa con claridad los
marcados roles de gnero con que se manejan. En la zona urbana, en
cambio, aparece este tema en los discursos de las mujeres de la
comunidad con mucha ms frecuencia. En la zona rural pueden
identificarse pensamientos homofbicos.

Violencia intrafamiliar y maltrato infantil en el Baado

La enfermera Perla, del dispensario comunitario de salud de San


Cayetano, cuenta que en esa zona las familias son numerosas,
tienen como 6, 10, 12 hijos. La violencia intrafamiliar est muy
extendida, todos los das se conocen casos de maltratos, la
comunidad interviene a veces, no muchas porque luego deben verse
las caras todos los das. Perla cuenta:

30

Porque vos te fuiste y le dijiste que no haga ya te considera que fuiste


vos el que le denunciaste, entonces vos qu haces con tu vecina?, te
pones mal, no te hablan. Yo tengo una vecina que es as, maltratadora, pero no puedo hacer nada porque yo me tengo que ir a la fiscala
y yo no tengo tiempo, si le llamo al 911 me dice no, usted tiene que
ir a denunciar personalmente... y esos son casos que no se puede.

Mxima, dirigente poltica de la zona, habla tambin sobre el


maltrato infantil:
Hay mucho, solamente que no son denunciados porque despus te tens que ir a declarar, te lleva mucho tiempo y mucha
gente no se mete por eso, aunque ven, por temor, porque viste
que los delincuentes se escapan y despus te tens que ir a
trabajar y ellos te ven y se meten contigo.
Algunas veces, como en el caso que cuenta Florencia, quien trabaj
mucho tiempo como voluntaria del dispensario, los casos se vuelven
insoportables y se producen las denuncias e intervenciones de los
vecinos o vecinas:
R: Y antes sabas qu le haca a sus hijos? Le torturaba, le pona
ac esas maderas gruesas y como esos bueyes le haca as, le
haca pasear. Y yo una vez me pele con l: me fui, le atropell en
su casa, hice un atropello a domicilio, entr a su casa, le saqu al
miti (nio) y le estir y le dije que yo le iba a demandar. Le
demand a l cuando su hija entraba en la escuela ac.
P: Le denunciaste por maltrato infantil? Y qu hicieron las
autoridades?
R: l me dijo que me iba a matar, porque tiene pistola y yo le
dije que me maten, si me maten por eso que me maten, no me
importa, y muchas veces agarraba su pistola cuando se emborrachaba y empezaba a tirar ac.
P: Encima de tu casa?
R: Encima de mi casa. Nunca lleg a decirme nada, hace saber
pero a m nunca me dice nada. Ya llegu otra vez en su casa, ya
somos otra vez amigos pero termin el maltrato de sus hijos, termin.
Un reclamo que revela esta realidad apunta a instalar servicios de
apoyo a quienes sufren violencia domstica o intrafamiliar, como
propone Perla:
Yo creo que ac en el barrio tiene que haber un servicio para
la violencia, para una denuncia porque hay muchos maltratos
de mujeres, tambin nios, yo creo que es lo que ms se necesita en la zona como una asistencia social que sea permanente, que nosotros sepamos que cuando acudimos a ellos s nos
pueden ayudar y que resuelvan los problemas porque nosotros
si denunciamos un caso, ni sabemos si se resolvi o no se re-

31

solvi, eso es lo que yo veo que ms falta nos hace ac porque


que no sea que yo soy la que mando y lo que voy a hacer se
hace porque muchas veces los nios no tienen la culpa y hay
muchas mams que con nuestra amargura las mujeres muchas
veces le pegamos, le golpeamos a nuestros hijos sin que ellos
sepan ni por qu le estamos pegando y ah comienza la violencia infantil, con los mismos niitos, porque ellos tienen que
descargar su rabia con cualquier gato, por eso.

Estructura patriarcal y violencia domstica en la zona rural


Diego, el profesor de la escuela local, cuenta que existen
aproximadamente 45 a 50 familias con un promedio de 7 a 8 hijos
cada una. La estructura patriarcal es fuerte y evidente en Pirapey, las
mujeres se ocupan de las tareas domsticas y de servir a los hombres.
Cirilo y Luca viven con ocho hijos en un lote de tierra muy pequeo.
Luca qued viuda con seis hijos, luego conoci a Cirilo, quien se
haba criado con un sacerdote. La administracin del hogar al igual
que los de la mayora de la zona cuenta con una poltica claramente
patriarcal. Al respecto del cuidado y educacin de los nios, Cirilo habla:
Cul es el ejemplo del hogar y cul es el sostn dentro del hogar? Cuando un padre desaparece de una casa, se queda la seora y tiene hijos y queda desintegrada la familia. Por qu? Porque
el sostn, el poste dentro del hogar, es el padre. Hay muchos
hogares que estn completamente destruidos. Porque yo tengo
que ser el ejemplo y la educacin sale de la casa. Primero el
padre y segundo la madre tiene que poner el ejemplo dentro del
hogar. La mujer, la madre tiene que respetar y ser respetada.
Por ms que ya existen seminarios, cursos y charlas donde se
promueve la igualdad entre los sexos, en la prctica cotidiana y
pblica las mujeres y las nias siguen relegadas. Comenta el
funcionario municipal:

32

Hasta hoy somos una comunidad y un pas machista. Yo me


doy cuenta porque vivo en reas rurales. Uno por ejemplo en
la comunidad hace su eleccin de comisiones vecinales. Pone
una seora y pone un varn y uno ya se da cuenta hacia dnde
nos vamos. Ya empiezan a decir que la mujer no puede ir a
hacer tal gestin, no porque tiene que salir con otro.

Los estudios tampoco son considerados indispensables para las


nias: y es lo famoso que hae ko tembirekor, hae ko imemby
ar (ella va ser esposa y tener hijos), entonces maer pio oestudiata
(para qu luego va a estudiar).
Petrona Villasboa, dirigente feminista y madre de once hijos, define
a una familia tpica de la zona y acenta la marcada diferencia en
los roles familiares.
La mujer tiene que saber y hacer todo en la casa y el marido
sale a trabajar y trae la plata. Algunas partes noms hay la igualdad de gnero. El hombre sigue siendo el mandams y maltrata con frecuencia a la mujer. Existe mucha violencia por culpa
del alcoholismo.
La violencia domstica es reconocida como frecuente en la
comunidad. La mayora de las mujeres entrevistadas trae a colacin
el problema del alcoholismo y la violencia domstica, y el juez de
Paz se hace eco de las denuncias, cada vez ms frecuentes,sobre
este arraigado fenmeno:
La gente, a medida que tiene conocimiento, a travs de la prensa
mismo, la radio, que se empieza de difundir el tema de la violencia, entonces la gente se anima ms a denunciar. Entonces normalmente llegan ah a la secretara, luego llegan en el juzgado.
Jacinta, tambin dirigente campesina feminista, relata afligida la
historia de trabajo infantil domstico por la que atraviesa la familia
de su hermana. A diferencia de la suya, desde la cual siempre han
monitoreado el movimiento de sus hijas mediante un celoso
seguimiento, sus sobrinas se encuentran entregadas a la suerte o la
incertidumbre:
Te puedo decir lo que ahora estoy viendo por mi propia hermana y mi cuado. Tienen tres hijas en Buenos Aires. Para m
que a ellos no les preocupa la situacin de sus hijas. Se fue la
primera hija. Al volver, le lleva a la otra hermana que era menor de edad. Despus le llev a una tercera hermana que es
menor de edad. Mi hermana no se preocupa por lo que pase a
sus hijas por all. Sin embargo, a m s me preocupan como
sobrinas mas que son. Y muchas veces le hablo y ella me dice
que a todos sus hijos cuando crezcan les va a enviar fuera de

33

casa porque su marido toma alcohol y se pone malo, que no


tiene otra alternativa. Y yo le digo y despus, las consecuencias, lo que te va a venir despus, vas a aguantar?.
Otro aspecto sociocultural que amerita ser registrado en la zona
rural es el de la homofobia. La discriminacin contra la
homosexualidad es un tema que pese a su seriedad y urgencia, an
sigue siendo poco investigado. Ante una pregunta sobre prostitucin
masculina, el funcionario municipal contesta:
Ac si los muchachos se enteran que un muchacho hace eso, le
matan a palos. Al da siguiente le van a encontrar tirado ah en la
cuneta, sa es nuestra cultura, hasta ahora, no s si con el tiempo
va a cambiar o no, pero hasta ahora si se llega a pillar ese caso en
el rea rural, le matan a palos. El tema ese que hombre y hombre se
pueden casar, hombre y hombre puedan vivir juntos, nosotros miramos solamente en la tele, pero cuidado si llega a suceder por ac!.

2.4 Dinmicas migratorias relacionadas con el trabajo, la


educacin y la violencia
En Paraguay el porcentaje de la tierra en manos de las grandes
mayoras es nfimo, el 81% del territorio est en manos del 1,5%
de propietarios, lo que convierte a Paraguay en el pas
latinoamericano con mayor concentracin de la tierra, de acuerdo
a datos relevados por Albuquerque (2005) en su artculo
Campesinos paraguayos y brasiguayos en la frontera este de
Paraguay10. Por ende, es necesario agregar la variable tierra para
comprender la lgica que impulsa las dinmicas migratorias. De
acuerdo a este mismo autor, la falta de apoyo a las organizaciones
campesinas, e incluso su destruccin durante la poca de la
dictadura stronista11, la carencia de proyectos de implementacin
de una reforma agraria real, sumadas a la corrupcin imperante en
el seno mismo de la institucin encargada de esta reforma (Instituto
de Bienestar Rural, IBR), generaron el aumento de la concentracin
de la propiedad de la tierra en las zonas rurales12. Esta ha sido la
causa fundamental de la expulsin del campesinado de las zonas
10

En Fogel y Riquelme (comp.). Enclave sojero, merma de soberana y pobreza. 2005, p. 152.
Entre los aos 1954 y 1989 Paraguay sufri la dictadura de Alfredo Stroessner, una de las ms largas del continente. Las
organizaciones campesinas, denominadas Ligas Agrarias, sufrieron un proceso de aniquilamiento durante esta poca, con
apresamientos, torturas, desapariciones y asesinatos de su dirigencia.
12
En Fogel y Riquelme (comp.). Op. cit., p. 152.
11

34

rurales y su emigracin hacia las ciudades, donde en su mayor


parte fueron ubicndose en las zonas perifricas, conformando los
cinturones de pobreza de las principales ciudades de Paraguay.
Si bien sa ha sido la dinmica migratoria sostenida, con picos de
emigracin externa en periodos especficos, se suma desde hace unos
dos aos una creciente migracin hacia pases limtrofes y lejanos. El
xodo de paraguayos y paraguayas al exterior se ha convertido en
uno de los fenmenos ms evidentes de los ltimos aos. Los datos
oficiales indican que en 10 aos la demanda de pasaportes aument
100 veces13, y en los primeros meses de 2006 ya se haba expedido un
nmero mayor al que peridicamente se daba salida habitualmente14.
Por otra parte, los ltimos datos econmicos dan cuenta de que las
remesas de paraguayos y paraguayas en el exterior constituyen la
principal fuente de divisas para el pas15. Esta avalancha emigratoria a
pases como Argentina y Espaa, que tiene como causa fundamental
la falta de oportunidades de trabajo16, se suma a la que desde hace
mucho tiempo se produce en el pas: la migracin de las zonas rurales
a las urbanas. En torno a este fenmeno, sobre todo al de la emigracin
al exterior, se generan redes de trfico y trata de personas que han
empezado a investigarse muy recientemente.
En este contexto de emigracin casi masiva, la mayora de los
entrevistados declara el deseo de contar con un lugar propio y sano
donde vivir una vida libre y de calidad con estabilidad en el terreno
propio, sin tener la imperiosa necesidad de abandonar el territorio.

Del campo a la ciudad y de los bajos a la ciudad


alta o a Espaa

La expulsin del campesinado carente de tierras y de oportunidades


de ingresos hacia las ciudades principales alimenta los cinturones
de pobreza urbana con grupos humanos que poseen escasa
educacin, en general jvenes y desprotegidos. La interseccin de
13

Diario Abc Color, 22 de abril de 2006.


Paraguay es considerado actualmente el segundo pas del mundo con mayor flujo migratorio, de acuerdo a las informaciones
brindadas por el encargado de negocios de Paraguay en Espaa (diario La Nacin, 29 de abril de 2006).
15
Las remesas econmicas de paraguayos y paraguayas residentes en el extranjero, principalmente en Espaa, Estados Unidos
y Argentina, han superado los 204 millones de dlares en 2005, segn un informe del Banco Central del Paraguay (BCP), y el 9
de octubre de este ao el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dio a conocer el informe que ubica a estas remesas en el
primer lugar de provisin de divisas al pas con un monto superior a los 600 millones de dlares.
16
Segn el documento Empleo y pobreza 2005, el 34,3% de la poblacin paraguaya tiene problemas de empleo, siendo el
desempleo oficial de 9,5%.
14

35

estos factores produce grupos de excluidos que se ubican en la


periferia de las ciudades, nicos sitios en los que pueden hacerse
de un espacio donde vivir. En estos cinturones se generan las
condiciones para el trabajo domstico y para el trabajo infantil
domstico en particular. Nias, nios y adolescentes con escasos
estudios, sin ms preparacin que escuelas primarias no finalizadas,
sin conocimientos sobre sus derechos y sin proteccin de sus
familias, que estn ms ocupadas en intentar obtener el alimento
diario para una prole ms numerosa de la que pueden mantener, se
convierten en la mano de obra que responde a las necesidades de
ayuda de hogares de clase media o alta.
Las mujeres son las ms requeridas y las ms aptas para este
trabajo. Por una parte, porque la socializacin de gnero de la
sociedad paraguaya apunta marcadamente a que los roles
domsticos sigan siendo desempeados por las mujeres. Y, por otra,
porque las mujeres siguen siendo menos valorizadas en una
sociedad que invierte ms en sus hijos varones, y en consecuencia
deja a las mujeres con muy pocas opciones laborales cuando
necesitan hacerlo. Y esta necesidad aparece muy pronto en la
vida de nias y nios pobres. Aportar al ingreso familiar para lo
ms bsico es un requerimiento que no reconoce edades ni
derechos. La espera de las familias a que los nios y nias cumplan
edades que consideran adecuadas, en general 14 o 15 aos, slo
se sustenta en que los ms pequeos son pocas veces aceptados
como trabajadores. As, la llegada a la ciudad para trabajar en casas
de familias se convierte en realidad en la llegada a la marginalidad,
al bajo, del que se sale para llegar a la ciudad alta como criada,
sirvienta o, en los trminos acadmicos-estadsticos, en trabajadora
infantil domstica.
Las dolorosas historias de las campesinas que emigran a Asuncin
para trabajar de sirvientas son todas muy similares. Reina recuerda:

36

Nuestro pap se muri en la guerra del Chaco y nos quedamos 5 criaturas y all en la campaa era pesado y mi mam
empez a entrar a trabajar en casas de familia. Nosotros nos
criamos con mi abuelo y con mi abuela y una mi ta y despus
s que ya era ms pesado el tiempo porque ramos mucho y
mis abuelos y eso tenan muchos hijos tambin, como 20 personas vivamos en una casa, despus un da se fue una seora
a buscarme porque quera para su niera y yo vine, no saba

dnde vena, tena 12 aos, vine en aquellos tiempos, sufr mucho porque yo vine de la campaa y no conoca nada y la que me
toc como patrona era muy mala, yo me recuerdo de eso.
El trnsito de las mujeres de la marginalidad paraguaya a la
marginalidad de Buenos Aires o de Espaa es uno de los principales
fenmenos de la actualidad, para trabajo domstico o para
prostitucin, con o sin conocimiento de las actividades para las
cuales son llevadas, y en general a iniciativa propia, con la esperanza
de generar ingresos para sus familias. Las historias de las madres
que dejan a sus hijos e hijas en casas de abuelos, tas o vecinos se
cuentan por docenas en la zona urbana.
R: Y las mams se van a Buenos Aires, se van a Espaa y
viene un nuevo miembro de la familia de repente.
P: Cmo un nuevo miembro de la familia?
R2: O sea, no son mams de ac, del baado, son de otras
zonas, que se van a trabajar a Buenos Aires, Espaa y ese hijo
viene ac (Jess, mdico del dispensario).
Dora es una de las muchas mujeres jvenes que debi ir a Espaa,
dejando a sus hijos con Elena, su mam, pensando en trabajar en
un casino, y encontrndose all con la prostitucin:
Me fui, la seora me dijo que yo me iba a ir a trabajar en un
casino y yo dije bueno, y que supuestamente los clientes me
iban a dejar una buena propina, acept, primero dud mucho
porque le tena que dejar a mi familia, a mis hijos, despus
pensando otra vez en el futuro de ellos, y bueno, decid. Fui al
supuesto casino en Orenses, Galicia, despus llegu, estaba
all un seor quien te explicaba y te deca la verdad qu es lo
que tenas que hacer, habl con l, nos fuimos entre dos con
otra amiga, nos hizo sentar y nos explic lo que tenamos que
hacer y bueno, todo, nosotras nos quedamos sorprendidas porque nos dijeron una cosa y nos estaba mandando a hacer otra
cosa, bueno, salimos de la oficina y nos miramos con mi amiga y dijimos qu vamos a hacer y qu bamos a hacer, ya estbamos ah y nos fuimos con la mano encima de la cabeza y
venir otra vez as y encima con una deuda y de dnde iba a
quitar aqu en Paraguay para poder pagar.
37

Pirapey-Posadas-Buenos Aires: la ruta de las


oportunidades para la poblacin de Pirapey

La ciudad de Encarnacin, capital del departamento de Itapa, est


frente a Posadas, ciudad fronteriza argentina. Esta es la ruta por la
que los pobladores y pobladoras de Pirapey se alejan de sus familias
en el intento de obtener ingresos.
Tengo 19 aos, comenc a los 13 a trabajar porque quera ayudarle a mi mam y a mi pap y entonces vivimos 4 aos en Posadas,
Argentina. Comienza as su relato Celestino, agricultor de 19 aos,
padre de Daro, de un ao. Celestino y su familia deambularon por
Posadas durante aos, sufriendo las penurias laborales y sociales
que afectan a los indocumentados. Lo hicieron por haber perdido
como muchos campesinos de la zona las tierras que los nutran.
Celestino cuenta haber hecho de todo un poco y trabajar en la
calle, al ser inquirido por el significado de trabajar en la calle,
sonrojado e impaciente responde: y eso lo que te estoy diciendo,
haca de todo un poco. Y despus encontr un trabajo ms seguro
en una carpintera. Ah estuve trabajando como 2 aos por ah. El
adolescente recibi un sueldo inferior al legal en ese trabajo y fue
verbalmente maltratado con frecuencia. Celestino regres a Paraguay gracias a familiares de la zona y habita una pequea parcela
que, aunque cultivada, no es suficiente. Todava combate al alcoholismo y declara no poder estudiar como debera porque yo tengo problema en la cabeza, por eso a m no me gusta estudiar.
Concuerda en que sus crisis nerviosas tienen raz en la adversidad
de su pasado: puede ser tambin. Puede ser que me cause de los
nervios. El mayor sueo para l y su familia es tener estabilidad en
tierra propia sin necesidad de bsquedas exgenas: se tiene que
buscar afuera aunque sea para comer para tener la comida del da.
Lo que ms reclamamos los jvenes es fuentes de trabajo y tierra.
El reclamo de tierras es lo ms importante para nosotros los jvenes.
Jacinta es una lder campesina que sali de su hogar con el objetivo
de estudiar: cuando tena 11 aos fui a la Argentina con mi abuela
y despus tuve la necesidad de trabajar y tuve que hacerlo a los 12
aos. Fue a Buenos Aires con unos parientes, quienes haban
prometido a la entonces nia y a sus padres educacin y alimento.
Hoy ella sabe que fue engaada:
38

Como ella vea que yo no tena ropa, tampoco estudiaba, entonces ella me dijo si yo no me animaba a trabajar y yo le dije
que s, que me animaba. Y mi pap no saba nada, o sea mis
padres no saban nada de lo que me estaba pasando, nunca le
informaron. Mi abuela ni mis tos no le contaron. Ellos crean
que yo estaba cuidndole a mi sobrina. A mis padres no les iba
a gustar, de ninguna manera.
El nmero de paraguayos y paraguayas (junto a otras nacionalidades)
que vive en las villas miseria de Argentina aumenta a medida
que se exacerban las crisis econmicas de los pases vecinos. Las
condiciones de vida de estos inmigrantes trabajadores son duras.
Jacinta describe la comunidad de Buenos Aires en la que vivi:
Era una villa muy pobre. Ah vivan bolivianos, paraguayos,
correntinos, de todo estaban con casas encimadas. Para m esa
vida era ms bien como la vida del chancho ac. Yo pas muchsimas cosas negativas. Hasta acoso sexual yo viv en esa
poca de mis mismos parientes, y bueno, y de la gente de la
calle. Nosotras las mujeres ms todava. Despus, el maltrato
que uno sufre se da tanto en varones como mujeres, ambos
sufren igual en el trabajo porque el que te est pagando muchas veces no mide el trato que te da.
Luego de muchos aos de sufrimiento, trabajando desde temprana
infancia fuera y dentro del pas, Jacinta vive hoy en su propio lote
junto a su familia. Explica que la tierra es el reclamo fundamental de las
organizaciones campesinas y con entusiasmo se pregunta y responde:
Y la tierra para qu? Para producir comida. Porque nosotros
lo que vemos es que cada vez va haber menos para comprar la
comida, por eso hay que producirla para tener calidad de vida.
Y eso significa producir alimentos sanos para poder vivir. Y
vivir significa tambin poder trabajar, poder tener vida sana,
hijos sanos, eso lo que nosotros siempre pensamos y creemos
que necesitamos tierras.

2.5 La situacin de la juventud y de la niez en las localidades: educacin, salud, trabajo, oportunidades, riesgos
La situacin de la juventud y la niez en ambas localidades es un
reflejo de la dramtica situacin por la que atraviesa el pas entero

39

en cuanto a la falta de oportunidades. En Paraguay el 50% de los


habitantes son menores de 20 aos, el 44% son menores de 18 y el
41% menores de 14. De cada 10 jvenes del pas, slo 4 tienen
posibilidad de ir al colegio; el 11% de ellos sufre desnutricin crnica
y 500.000 nios, nias y adolescentes no tienen acceso a sal yodada,
cuya carencia produce dao cerebral y atraso mental.

Ser joven en la zona urbana

En la zona urbana la falta de oportunidades para los jvenes es


evidente en las calles, se observan grupos de adolescentes tomando
terer (bebida tpica de Paraguay a base de yerba mate, sin alcohol)
o fumando marihuana en horarios en los que podran estar en los
locales de estudio. Las oportunidades de estudio son escasas, pensar
en la universidad es algo que est ms all de lo posible; las nicas
alternativas son unas pocas becas administradas por algunos grupos
religiosos, las ayudas personales que algunos logran o algn
padrinazgo poltico que los conecte con ofertas que se conocen de
odas. Cuando se consigue estudiar, la falta de infraestructura se
encarga de continuar levantando obstculos. La lnea de transporte
que entra a la zona llega hasta un determinado punto, a partir de
ah an existen como 3 kilmetros que deben recorrerse a pie o en
carritos tirados por caballos para llegar hasta los hogares. La lnea
de mnibus slo trabaja hasta alrededor de las 20 horas, por lo que
los pocos jvenes que pueden seguir estudios universitarios deben
hacer los recorridos de vuelta sin medios de transporte.
Existe una biblioteca administrada por grupos religiosos y una radio
comunitaria llamada Solidaridad, desde las cuales se hacen esfuerzos
para generar oportunidades de lectura y debate a la juventud.
La falta de empleo tambin es acuciante, la alternativa casi nica
es el reciclaje en el vertedero de basuras o en las calles cntricas
con carritos a traccin humana o con caballos.

40

La violencia es otro de los riesgos para la juventud. En estos


momentos se encuentra en proceso la construccin de un puesto
policial a pedido de la comunidad por el grave problema de la
inseguridad. En esto existe una ambivalencia en la poblacin, pues
si bien se habla de la violencia creciente, se siente molesta cuando
se la considera una zona roja, como frecuentemente la llaman
las fuerzas de seguridad.

La juventud en Pirapey

La falta de tierra y de oportunidades laborales hace que la mayora


de las familias queden desmembradas, pues la juventud tiende a
salir de Pirapey cada vez con mayor frecuencia, cuenta Petrona
Villasboa:
La juventud lo que se va mucho. Mujeres lo que se van mucho. Mucho ms que los hombres. Hay menores de 18 que
salen tambin, nios, algunos terminan sus estudios de 6 grado y se van y muchos no vuelven, slo de visita. Algunos no
saben ms de sus hijos. Una compaera de mi hijo que tiene
15 aos se fue junto a su hermano hacia Buenos Aires y no s
qu pas y se embaraz. Ella se senta muy traumada porque
parece que fue una violacin.
Manuel, como cantante y animador social, participa activamente
de las fiestas y eventos en los que se encuentran los jvenes del
lugar. Cuando habla de los aspectos positivos y negativos de vivir
en su comunidad, trae a colacin la suerte y tambin el carcter de
los jvenes lugareos: ac nuestros jvenes principalmente, cmo
te voy a decir, no hay muchas oportunidades: si hay fiesta es muy
tranquila, no hay bochinche. Ac es todo tranquilo, los jvenes
son sanos principalmente.
La comunidad cuenta con una escuela primaria, que slo tiene dos
aulas donde deben asistir nios y nias del preescolar hasta el sexto
grado; existen ocho maestros y cuentan con merienda escolar. El
maestro se queja de los problemas sociales que obstaculizan el
proceso de enseanza aprendizaje: como te dije, son personas
tan pobres e ignorantes que por ser perezosas muchas veces no le
da de comer a su hijo para ir a la escuela y siempre se van los nios
sin comer, sin desayunar. A pesar de ser una comunidad
principalmente agrcola, no existe un calendario especial adecuado
a las estaciones de siembra y cosecha. Inquirido el profesor sobre
la prdida de clases debido al trabajo en la chacra, contesta: y s,
seguro, seguro que en una semana participan dos o tres das noms
y despus el resto tiene que trabajar para ayudar a su pap porque
ellos cuando trabajan van toda la familia. En cuanto a
oportunidades, el profesor percibe una clara diferencia de gnero:
41

La igualdad de oportunidades son diferentes ac, en cuanto a


jvenes mismos hay diferencias en cuanto a igualdad de oportunidades porque no se le da oportunidad a las mujeres, ac
mismo en la comunidad son as, muchas veces por falta de la
educacin misma de la familia. El sistema de educacin es bien
diferenciado, las mujeres tiene que ser as ac y el varn si no
va a la chacra, entonces tiene que quedar en la casa as quieto,
sin hacer nada.
En el ao 1992 tuvo lugar la reforma educativa. Reflexionando en
torno a la misma desde las carencias que sufre su escuela, el profesor
comenta: la reforma es teora, en la prctica ya no existe ese
cambio, el Ministerio de Educacin es ingrato porque hay nios y
nias de nuestra repblica que no pueden comprar cuadernos y
dicen que la educacin es gratuita y obligatoria.
La comunidad cuenta adems con un puesto de salud dirigido por
una enfermera licenciada. En el puesto no existe un doctor, como
tampoco una ambulancia para casos de emergencia. El lugar cuenta
con unos pocos medicamentos como vitaminas, antiparasitarios,
amoxicilina y paracetamol, totalmente insuficientes para las
necesidades de salud de la poblacin.

2.6. Polticas, programas y proyectos de atencin a la


familia, la juventud y la niez
No existen suficientes programas que sean sustancialmente capaces
de solucionar los muchos males que afectan a estas comunidades
excluidas.

42

Las ofertas de la zona urbana

En la zona urbana la mayor parte de las instituciones y servicios


que funcionan est manejada por las comunidades religiosas. El
dispensario de salud est actualmente coordinado por religiosas.
Existen tres escuelas dirigidas por un grupo religioso dependiente
de los jesuitas y una escuela estatal. Como programas especficos
existe uno llamado Hombre, que intenta ocuparse de la adiccin
a las drogas; un programa de becas universitarias (lo administra un
sacerdote muy querido en la comunidad); una guardera para nios
y nias desnutridos, tambin administrada por religiosas; y dos

comedores populares para las familias indigentes. Ninguno de estos


proyectos y programas da abasto para responder a las demandas.
El Estado, en cambio, est prcticamente ausente en esta zona. Para
problemas relacionados con salud mental o capacidades especiales
no existen servicios. La Consejera por los Derechos de la Niez y
la Adolescencia (Codeni), institucin creada a partir de la sancin
del nuevo Cdigo de la Niez y la Adolescencia, que rene a
integrantes de la comunidad y es administrado por la Municipalidad
de Asuncin, tiene un funcionamiento muy irregular, y las ms de
las veces, ineficiente. La profesora Mariana comenta:
Es difcil a veces, cuando nosotros hacemos una denuncia (sobre abuso sexual de menores) a la Codeni ellos dicen no, no
podemos hacer nada, no tenemos adnde llevarle y te cierran las
puertas. Y uno se queda otra vez as, preguntndose qu hacer....
Los jvenes, al ser consultados con referencia a ellos, manifiestan
muy poco conocimiento sobre programas en ambas zonas, a veces
con una desesperanza terrible: la falta de polticas de empleo, de
generacin de ingresos y de apoyo para el estudio son carencias
fundamentales para la juventud.

Las escasas ofertas de servicios en la zona rural

En la zona rural uno de los hijos de Carlos y Lidia, secretario de la


comisin juvenil de Pirapey, comenta: los adultos son los que
hablan por hablar y no ponen su granito de arena para ayudarnos.
Nosotros queremos una ayuda de los adultos y muchos de ellos
hablan noms y no nos ayudan. Segn el joven msico Rolando,
no tenemos libros, ni mdicos profesionales. No tenemos
encuentros de educacin ni seminarios.
Con relacin a la atencin institucional encargada de la seguridad
de nios, nias y familias, el profesor Diego cuenta: hay dos
comisarios y muchas veces nosotros recibimos poco ac de
seguridad porque la polica alega no tener mvil o dinero para el
combustible, pero eso es slo una excusa. Con respecto a la
municipalidad apunta: y la municipalidad, eh est en Edelira,
tenemos nuestra sede all... sta aporta pero poco porque dicen no
tener rubros. Ac nosotros poco recibimos a la municipalidad.
43

Existe un proyecto educativo, Escuela Viva Hekokatuva17, que tiene


muy entusiasmada a la comunidad pues se propone traer cambios
educativos progresistas y en tono con las necesidades materiales y
culturales locales. Ser promovido por la institucin estatal Escuela
Viva, dependiente del Ministerio de Educacin: empezamos ahora
un programa de Escuela Viva que puede cambiar las cosas porque
es un enfoque demasiado lindo. Ah se promueve la igualdad, se
habla de una escuela del futuro. El maestro considera sta una
tarea difcil pero crucial para ir formando conciencia en la gente:
Mentalizando y concienciando a los docentes y directores y
padres de familia. Con todos los actores de una comunidad
educativa puede ser que cambie porque hay representantes
capaces que pueden hacer el cambio dentro de la comunidad
educativa, empezando con los directores porque stos muchas
veces son encerrados y no quieren el cambio, siempre el verticalismo de antes, se malacostumbra la gente desde la dictadura.
El juez de Paz comenta que el Juzgado de la Niez y la Adolescencia
se encuentra en Encarnacin, capital departamental, y cuenta de la
existencia de cursos para magistrados y otros organizados por la
Secretara de la Mujer y la Codeni. Se refiere tambin a algunos de
los servicios que se ofrece a la colectividad: aqu hay escuelas de
ftbol y una banda de msica que se consigui de Alemania para
ejecutar, para formar una banda de msica. Son actividades que se
dan dos o tres veces a la semana: practican y despus salen y van a
otras ciudades a participar.

44

17
Escuela Viva Hekokatva es un proyecto del Ministerio de Educacin y Cultura (MEC). De acuerdo a la ministra de Educacin,
Blanca Ovelar, hekokatva es una expresin que indica la capacidad de hacer y transformar con autonoma (p. 6 del discurso
de presentacin de la ministra en ocasin del seminario internacional La agenda tica pendiente de Amrica Latina, realizado
el 18 y 19 de diciembre de 2003 en Montevideo, Uruguay.

Captulo 3
Las familias
Se considera en general como funciones bsicas de la familia la
reproduccin, la satisfaccin de los requerimientos fsicos y
emocionales de sus miembros y la funcin de transmisin y
recreacin de la cultura18.
En cuanto a la satisfaccin de los requerimientos fsicos, las familias
populares recurren al aporte de todos sus miembros, cada quien en
la medida de sus posibilidades. En este sentido, el trabajo infantil
forma parte de esta estrategia.
Los requerimientos emocionales muchas veces quedan
absolutamente de lado. La primera infancia (de 0 a 6 aos), momento
clave para la estructuracin de la persona en todos sus ejes, muchas
veces est desprovista de estmulos, con las consecuencias negativas
que ello acarrea en el desarrollo. Los ms pequeos quedan al
cuidado de sus hermanos, nios y nias que tambin necesitan de
estmulos, caricias y afecto. La mayor parte del tiempo las madres
estn saturadas con la doble jornada de trabajo. Como
predominantemente son familias numerosas, la atencin
personalizada a cada uno de los nios y nias est sobrepasada y
casi ausente. Es muy infrecuente ver que un padre mime a sus hijos
o hijas, juegue con ellos o los acompae. Peor aun, en la mayora
de los casos predominan modelos de relacin basados en la
imposicin, la violencia y el maltrato antes que en el dilogo, la
enseanza paciente y el cario.
Una caracterstica casi constante de las familias pobres, tanto
urbanas como rurales, es la escasa comunicacin intrafamiliar. Tanto
la comunicacin verbal como el vocabulario utilizado son muy
limitados. Esto provoca una ausencia de dilogo que favorece an
ms el quiebre o interrupcin de los valores culturales y saberes
tradicionales que se dan sobre todo en las familias que migran del
campo a la ciudad, entre una generacin y la siguiente.
18

Vivanco Ramn, Barrientos Viviana. (2006) El trabajo infantil como respuesta adaptativa de la familia popular al mercado
laboral. Un planteamiento terico sobre los cambios en la estructura familiar.

45

Principalmente en las familias urbanas se observa que son


incompletas o monoparentales o formadas por grupos familiares
distintos asociados y que viven bajo un mismo techo, la mayora
con madres jvenes como cabeza de familia con muchos hijos e
hijas que a su vez ya tienen hijos. Es importante considerar estos
avatares que se van sucediendo para tratar de interpretar los cambios
socioculturales con todas sus aristas.
Por otro lado, muchos nios, nias y adolescentes trabajadores se
ubican en un plano no de subordinacin o dependencia de sus
padres/madres, sino de autonoma, incluso en cuanto a la toma de
decisiones sobre sus vidas, horarios, salidas, hbitos. Es decir, hay
un cambio en los patrones normativos bsicos de la familia. Ello
trae como consecuencias un mayor nmero de embarazos en
adolescentes, mayor abandono escolar, ms madres solteras, hijos
no registrados, mayores riesgos para enfermedades de transmisin
sexual, la ya citada interrupcin de valores culturales. Todo ello
lgicamente contribuye a perpetuar el crculo vicioso de la
desigualdad y la pobreza.

Las familias de la zona urbana

En la zona urbana se encuentran muchos hogares encabezados por


mujeres solas, algunos albergan varias generaciones de mujeres.
Ellas empiezan a tener hijos siendo adolescentes, casi nias. Un
promedio mencionado por quienes fueron entrevistados apunta a
que la media del pas, de 3,4 hijos por mujer, es ampliamente
superada. Se encuentran familias donde hay de 4 a 13 hijos e hijas.
Se encuentran numerosos casos de familias extendidas que viven
cerca, en la misma comunidad, a slo unas cuadras de distancia.
Cuando un hijo o hija se independiza, se muda a slo metros o
cuadras de distancia de la familia nuclear. Hay un permanente
intercambio de responsabilidades sobre los nios y nias. La familia
extendida se superpone con la familia nuclear; en general no hay
diferencias. Abuelas con nietos y nietas, tos y tas cuidando a
sobrinos y sobrinas; en algunos hogares conviven hasta cinco
generaciones, en general de mujeres, fruto de los embarazos
precoces: bisabuela, abuela, madre, hija, nieta/bisnieta. Pamela,
adolescente de 15 aos, cuenta que en su casa viven 19 personas,
pap, mam, ms 8 hijos son 10, ms 2 hijas con sus parejas son
14, ms 5 hijos... 19.
46

En el Baado los ingresos son escasos, si bien la mayor parte de


quienes integran las familias trabaja de alguna manera, sobre todo
en la principal estrategia de sobrevivencia de la zona que consiste
en el reciclaje de basura del cercano vertedero Cateura. Perla cuenta:
suelo ver ms como que los jvenes se van a trabajar, algunos se
van a trabajar como ayudante de albail, otros van a trabajar en
Cateura, en el basural, con la mam, con el pap si tienen pap y
as se sustentan.
Quienes mejor trabajan, o de forma ms estable, son los que
encuentran empleo en las escalas ms bajas de las nminas
municipales barrenderos, recolectores de basura y las mujeres
que trabajan como empleadas domsticas. Estas ltimas, cuando
ganan bien, perciben sueldos escasamente superiores a la tercera
parte de un salario mnimo legal. De un tiempo a esta parte,
aproximadamente dos aos, en todo el barrio se ha dado un proceso
de migracin de mujeres que van al exterior, Espaa y Buenos Aires
fundamentalmente, para dos tipos de actividades: empleo domstico
(cuyo destino ms frecuente es Buenos Aires) y prostitucin (destino
ms frecuente, Espaa). Existen redes que reclutan a las jvenes
para la prostitucin. Estn constituidas principalmente por gente
del barrio con contactos externos. Hay gente que se va para trabajar
pero en su mayora se van para eso (prostitucin), en la casa de los
ricos se suelen ir a trabajar, hay familias que tienen muchos hijos y
en una forma que mantengan sus estudios, con esa promesa se
van (Csar, dirigente comunitario).
Las jvenes que van al exterior y tambin las personas adultas,
hombres y mujeres, aunque en menor medida, dejan a sus hijos e
hijas a cargo de sus familiares. En general, se mantienen en contacto
con sus familias, pues el sueo ms acariciado es el de juntar el
dinero suficiente para mejorar las condiciones de vida de sus
parientes.
Casi en cada familia hay o hubo casos de trabajo infantil domstico.
En general, es la forma ms fcil de obtencin de trabajo o de
posibilidades de estudiar de los hijos e hijas. No resulta extraa
sino comn la existencia del trabajo infantil domstico y no
escandaliza a nadie.
Esta naturalidad es necesario comprenderla desde el punto de
vista cultural. El concepto de nios y nias que no deben trabajar

47

sino estudiar y jugar es un concepto que forma parte de las matrices


simblicas de la modernidad, paralelo al concepto de los derechos
humanos y a las ideas de trabajos forzados. En cambio, el trabajo
infantil es visto como normal en las sociedades tradicionales, en
las que los sistemas de trabajo incorporan la participacin de toda
la familia para la supervivencia, fundamentalmente en relacin con
las cosechas cclicas en las zonas rurales y con las changas en las
zonas urbanas. Cuando el paso de una forma de vida tradicional a
una moderna se produce con lentitud, o a saltos no secuenciales,
las ideas y pensamientos se fragmentan y conviven de forma ms o
menos conflictiva.
En Amrica Latina no se produce un paso a la modernidad como el
sucedido en Amrica del Norte o en Europa, y continan
coexistiendo diferentes temporalidades, en mosaico, desfasadas (no
se adecuan, no encajan), que interactan con evidentes faltas de
correspondencias. De ah las contradicciones que genera el trabajo
infantil domstico que se evidencian en los diversos testimonios y
que generan tambin contradicciones con los conceptos modernos
sobre el trabajo infantil. Hay que considerar en consecuencia que
si bien la OIT de hecho no se opone a todo tipo de trabajo infantojuvenil, es posible identificar un desfasaje entre los contenidos de
los conceptos manejados desde sta y otras instituciones y los que
subyacen en el imaginario latinoamericano.

48

Es decir, la aceptacin del trabajo infantil formativo, dentro de la


propia casa, como parte de las tareas que todos los miembros de
una familia realizan diariamente, tanto domsticas como incluso
trabajos de subsistencia y que implican un proceso de colaboracin
y aprendizaje de los nios, nias y adolescentes dentro de su cultura
tradicional, y el rechazo a aquellos trabajos que pongan en riesgo
su desarrollo y bienestar, mxime si se trata de las peores formas de
trabajo (prostitucin, esclavitud, trabajos en minas y otros), tropiezan
con la dificultad de la poblacin poco educada y pobre para
determinar con precisin dnde termina el trabajo formativo y
dnde empieza el trabajo daino. Los matices son demasiados, las
situaciones de lo ms variadas. Cuando estn presentes la pobreza
extrema, la desesperacin, la falta de opciones reales para otro tipo
de salidas (fundamentalmente la educacin), el trabajo infantil se
presenta como una opcin vlida y natural. El trabajo infantil dentro
de los hogares (y cuando la situacin es extrema fuera de ellos) es
un supuesto arraigado dentro de las sociedades latinoamericanas.

Con el proceso inacabado de modernizacin precipitndose en el


marco actual de un mundo globalizado es preciso considerar que
si bien las sociedades tradicionales latinoamericanas estn
perforadas, acribilladas, desarticuladas en sus tejidos sociales,
quedan jirones que guan casi intuitivamente a lo que hace a la
lucha diaria por la supervivencia, donde el trabajo infantil es una
de las estrategias.
En general, se espera una mejor forma de vida para los hijos e hijas
entregados al trabajo domstico. La pobreza de las familias hace
que stas vean al trabajo infantil domstico como una esperanza.
Elena, con una historia familiar de abandono y maltratos, cuenta
cmo decidi dar a su hija Dora a instancias de su segundo
compaero:
R: Mbaere piko nde remei chupe la nde memby ha ere chupe tomboestudia ndve, hae ko omboestudata, omondta,
omongaruta ndve, oreko porta porque naimembyi la
kuakarai (porque no le das tu hija y le decs que le haga estudiar, ella le va a hacer estudiar, le va a vestir, le va a dar de
comer, le va a tener bien porque no tiene luego hijos la seora)
me dijo y me empez a gustar, me empez a gustar porque yo
pens que iba a estar mejor que conmigo, entonces le di a
Dora, me fui luego con la seora, mi amiga me llev a hablar
con la seora y ella demasiado se hall, ohechramoiterei la
Dora (la vea con buenos ojos a Dora).
P: Cuntos aos tena Dora?
R: Tena 8 aos, parece que tena, la primera vez que ella iba a
salir de m.
La profesora Mariana atribuye el trabajo infantil domstico al
desarraigo de las familias campesinas que llegan a la ciudad en
busca de mejores oportunidades:
Yo lo que veo es que generalmente ocurre cuando ellos se
estn cambiando de lugar, cuando empieza a llegar de otras
localidades del interior y entonces ese proceso diramos de
cambio que se da, el desarraigo que sufre, eso hace que ellos
empiecen a cambiar un montn de estructuras sociales que
ellos tienen en el interior. Antes aqu tenan una familia, vivan
ms tranquilas, ms estables, ms estructuradas, con horario,
con comida casi asegurada porque todas nuestras familias que
han venido del interior han estado bien en un momento dado

49

en el interior del pas, tenan sus tierras, sus chacras, sus animales, era una familia que podan dormir juntos, que podan
comer juntos, que haba un horario de encuentro, ms cuando
ellos empiezan a inmigrar, cuando llegan aqu, en el baado,
cambia automticamente.
Ellos se encuentran de que ya el lugar mismo para las casas ya
no es la misma casa que tenan en el interior, en el interior
tena tres pieza, ya sea de estaqueo de tablas, de tapia, lo que
sea, y aqu vienen y se encuentra con una sola pieza en donde
todos tienen que encimarse y acomodarse de alguna manera,
ellos se dan cuenta que aqu con el dinero que podan vivir en
el interior, ac eso no alcanza, porque aqu no hay chacra para
poder recoger algunas cosas, aqu ya no est el vecino que
puede prestar la yerba, el azcar.
Entonces eso hace que automticamente la familia empiece a
dispersarse y pierde el control, el pap, que en el interior era
autoridad, llega aqu y no es autoridad, porqu, porque l tambin pierde un montn de elementos y ah cambia su manera
de ser, sus identificadores ya son otros.
Ocurre lo mismo con la mam que en el interior era la seora,
la kuakarai y aqu llega y ya no es esa seora, entonces los
identificadores cambian, ella se da cuenta que la ropa que usaba en el interior no le sirve aqu, automticamente cambia su
manera de vestirse pero sigue en el fondo exigiendo a que las
nias sean sencillas, por ejemplo, pero ella ya no es as, sus
identificadores cambian, entonces ah yo veo que ocurre ese
proceso de dispersin de las familias, ya no caben, los hijos ya
no caben todos en la casa.
En algunas de las personas pobladoras de la zona puede
identificarse, sin embargo, una conciencia clara de que esa entrega
no es apropiada, no es lo que se quiere, se considera que los nios
y nias que trabajan en casas de terceros no la pasan bien. Si pueden
mantener a sus hijos e hijas en las familias, lo hacen:

50

Yo no soy partidaria de eso, nunca fui partidaria de eso porque uno no pasa muy bien en casa ajena, depende mucho de
cada familia eso, pero de mi parte siempre dije que a mis hijos
jams le voy a dar a ninguna gente, voy a hacer como sea pero
le voy a cuidar a mis hijos y hasta ahora as soy, esa parte

defiendo mucho y yo le digo a mis hijos cmo jovencita que


yo me cas, le cri y todo eso, jams ellos van a decir nos
criamos en casa ajena porque nunca pas eso y no soy partidaria de eso porque se sufre en casa ajena.
Perla tambin piensa igual:
Yo nunca estuve de acuerdo con dar, yo siempre deca que a
mi hijo nunca le iba a dar, sea como sea le iba a criar porque
nunca estoy de acuerdo de verle a los criaditos porque yo veo
los maltratos que hay. Yo tambin crec, pero no crec as en un
ambiente as, pero yo vea, porque yo crec con mis padrinos,
pero yo vea que era distinto el trato con mi mam y con mis
padrinos, era distinto, no era el mismo, entonces yo deca que
a m nunca me gust eso, y qu ser cuando realmente no
tens parentesco y la mam se va y le da a una persona extraa
y a veces ni vuelven a mirarle a sus hijos y crecen as con
violencia; y qu es lo que esperamos despus en la sociedad?
La violencia, eso son, eso traen los criaditos.
Si bien esto puede parecer contradictorio con los testimonios que
describen al trabajo infantil domstico como una esperanza, pueden
identificarse, en el contexto del imaginario sobre el trabajo infantil
domstico, elementos clave que definen la opcin de dar o no a los
hijos e hijas. Por una parte, aunque se conozcan los riesgos, cuando
las precariedades se vuelven insostenibles y aparece la opcin del
trabajo infantil domstico se prefiere apuntar a esa suerte de acto
de fe que implica considerarlo una esperanza. Por otra parte, la
informacin sobre los riesgos se convierte en un elemento
fundamental de decisin. La gente mejor informada, lderes de la
comunidad y mujeres que pasaron por el trabajo infantil domstico,
son quienes manifiestan menos inclinacin a dar hijos e hijas. Juana,
ex trabajadora infantil domstica y madre de 12 hijos, cuenta por
qu no dio a sus hijos, pese a todas las penurias que pas para criar
a su familia, fruto de diferentes padres que nunca se hicieron cargo
de sus descendencias:
P: As cuando vos pasaste tantas cosas, cuando eran ms chicos, alguna vez le enviaste a tus hijos a trabajar a otra casa, a
casa de terceros, nunca le diste tus hijos a nadie?
R: No, ninguno.
P: Por qu?

51

R: Y porque no quiero que pasen tambin lo que yo pas, esa


es mi delicadeza, si ellos se portan mal y tienen ms de 15
aos, le digo que busquen para su trabajo.
Las metas y aspiraciones apuntan siempre a una mejor calidad de
vida, con empleo y educacin para quienes integran las familias.
Reina cuenta sus sueos para sus hijos e hijas:
Mi sueo era que ellos sean estudiosos, que sean alguien, eso
era mi sueo y a la vez le peda a Dios que me salgan todos
mis hijos bien, pero no puedo pues, porque con 5 hijos y yo
era sola y yo sin estudio, apenas hablaba en castellano, hasta
ahora poco leo y poco escribo.
No se visualizan muchos espacios de comunicacin ni mucha
facilidad para hacerlo, ms bien existe una sensacin de que son
ms los silencios que los dilogos. Las familias se encuentran poco
durante el da, existen escasos momentos en los que estn todos
juntos. Los intercambios se dan, en general, unidireccionalmente,
de padres y madres a hijos e hijas, en la forma de consejos, de
advertencias, de intentos de transmisin de sueos y valores, cosa
difcil en medio de necesidades urgentes.
En algunos escasos hogares, en general los ms acomodados o los
pertenecientes a familias lderes en la comunidad, se percibe un
ambiente de cuidado, las nias son un poco ms cuidadas que los
varones; algunas familias las acompaan a la escuela, las esperan
cuando vuelven. Mxima cuenta cmo se cuida a hijos e hijas:
El acompaamiento, no dejndole salir hasta altas horas, le
decs hasta tal hora o y si va a ir al colegio le acompao hasta
tomar el colectivo, te vas a buscarle otra vez, ac muchos padres se van a la parada a las 7 de la noche a esperarles a su
hijos que vienen del colegio, estn sentados all esperando,
muchos van a la noche y a esos tambin se les espera.

52

Sin embargo, en la mayor parte de los hogares se percibe una sensacin


de violencia, contenida en algunos casos, en otros ms abierta, y son
ms los casos en los cuales desde muy pequeas las criaturas obtienen
una suerte de autonoma, ms equivalente a la falta de atencin:
ellas deciden trabajar afuera, salen solas, manejan sus propios mundos
desde muy temprana edad. El deseo de ayudar a la familia marca en la

mayora de las veces el camino hacia el trabajo decidido por los propios
nios y nias. Gabriel cuenta su historia:
P: En esa poca en que era nio y trabajabas, cmo te organizabas, con quin te ibas a trabajar?
R: Con gente mayor que me lleva como ayudante.
P: Y quin te contactaba?
R: As amigos, vecinos me llevaban.
P: Y qu trabajos hacas?
R: Mezcla para levantar pared, revoque.
P: Te pagaban?
R: S, me pagaban.
P: O sea, a los 12 aos vos ya trabajabas, ya tenas tu plata?
R: S, pero despus me fui a trabajar, como mi mam se enferm,
entonces quera ganar ms plata y me fui a trabajar en una adoquinara
y ese adoqun pues pesa 17 kilo, no s si conocen el adoqun ese que
est sobre la avenida Repblica Argentina, me pagaban para sacar de
la estantera para llevar como a una cuadra a apilonar, me pagaban a
90 cntimos, no era ni un guaran, entonces yo quera ganar ms y le
meta, un mes trabaje ah y all fulmin prcticamente mi columna.
P: Cuntos aos tenas cuando eso?
R: Como 13 aos por ah y ah fulmin mi columna y hasta
ahora siento eso.
P: Y nadie te orientaba, tu pap, tu mam, vos tomabas las
decisiones?
R: Mi mam siempre me orientaba en todo lo que se puede,
pero la pobreza pues es grande, esa era la situacin y si tu
mam tiene problemas, a veces tens que ir a procurar para
mantenerle, ella sufra como 3, 4 aos de cncer de tero, que
todos los das sangraba, pero as se iba a trabajar a vender su
mazamorra para no hacernos faltar nada a m.
Pamela, de 15 aos, con una familia que considera unida, que la
aconseja y apoya, tambin siente la responsabilidad de aportar
econmicamente porque ve a su familia con dificultades. Cuando
puede, en los intermedios de sus estudios, va a Cateura a reciclar:
P: Te parece que hay muchos problemas econmicos en tu
familia?
R: S...
P: Por qu te parece que...? A ver un poco... Por qu te parece que ustedes estn mal econmicamente? En base a qu vos
decs eso?

53

R: Yo digo porque somos muchos ac y... Uno noms lo que


trabaja, mi pap... Algunas veces noms lo que suele trabajar
de... albail y se va a la basura y... no se saca mucho ah...
Los vnculos familiares se mantienen siempre, de una u otra forma.
Casi cada familia tiene algn familiar en Argentina o Espaa. Los
migrantes son omnipresentes, se comunican de cualquier forma,
aun precariamente, pero no dejan de estar vinculados, no olvidan
a sus familias, mensualmente les envan dinero y en los momentos
familiares claves como Semana Santa o en las fiestas de fin de ao
hacen todo lo posible para estar con sus familias.
No sucede lo mismo cuando se dan hijos e hijas al trabajo infantil
domstico. Reina recuerda:
Yo no tengo pariente ac, le dije, dnde lo que me puedo ir
de ac, y ella siempre me deca que si yo me iba, ella me iba a
mandar al Buen Pastor19 y yo no conoca el Buen Pastor, pero
tena miedo, ella me dijo escapate de ella, and busca otro
lado para tu trabajo porque te tiene as, me compraba esa ropa
de bolsas blancas y de eso me haca para mi ropa yo no tena
sueldo ni nada.
P: Y vos perdiste contacto con tu mam, con tus abuelos?
R2: S, con nadie, no le vea ms de mis parientes, despus una
vez estuve en Tuyu Kua, donde estaba la Virgen de las Mercedes, despus se iba la lnea 5 a las cuatro de la maana y pens
mucho y sal a calle y solo lo que conoca era la plaza Uruguaya porque all pasaba el tranva por el medio, despus dije qu
voy a ir a hacer en la calle, pero voy a salir, si me encuentra me
trae otra vez o si no, no, despus me fui y estuve sentada en la
plaza Uruguaya, ya amaneca todo ya, y lo que ms me doli
era que yo cuando sal saqu solo una ropa y una bombacha y
despus ella me encontr, despus de mucho tiempo, y me
mand a la Investigaciones porque ella dijo que yo le rob
todo, antes as se jugaba por la gente.
P: Y despus que pas cuando te quedaste sentada en la plaza
Uruguaya?
R2: Despus vino una seora y me dijo mbaeiko rejapo che
memby koape (qu hacs mi hija ac), me dijo, una que vende
verduras y eso, le dije que yo era una campesina y que viva con
una seora que me jugaba mucho y se dio luego cuenta porque
54

19

Crcel de mujeres de Asuncin.

se notaba todo luego por m, le mostr a la seora cmo me


pegaba, jaha chendive (vamos conmigo), me dijo la seora y despus vamos a buscarte para tu trabajo, vos piko tenes por ac tu
gente, no tengo le dije, ella me llev a su casa, me dej ah y
despus volvi a su trabajo. Despus ella me busc para mi trabajo y encontr en la embajada boliviana para ser niera y entr
a trabajar ah, ella se hizo responsable por m, all yo empec a
vivir porque la seora del embajador me quera, la seora tena
tres hijos y yo tena que cuidarle a la ms chica noms.
P: Cuntos aos vos tenas all?
R2: Catorce, estaba por cumplir 15 aos y entr ah, la seora
me quera mucho, porque yo no sala luego, porque no tena
pariente ni lugar donde ir.
Esta diferencia en la conservacin de vnculos podra deberse a
dos aspectos: el primero apunta fundamentalmente al factor
econmico, y el segundo a la franja etaria de los actores en juego.
Por un lado, las personas que van al extranjero son las que ganan el
dinero y lo mandan (en general a sus hijos e hijas, que quedan en
el pas, a sus padres o madres ancianos, a sus hermanos). Es decir,
son personas adultas que por ms explotadas que estn all, manejan
ciertas posibilidades y recursos econmicos como para ponerse en
contacto con sus familias, mientras que los trabajadores infantiles
domsticos son nios, nias y adolescentes que no disponen de
dinero y no cuentan con los medios para mantener esos contactos.
En este sentido, hay que considerar que los trabajadores infantiles
domsticos estn en una situacin de subordinacin que raya la
esclavitud en muchas ocasiones. A ello debemos sumar el hecho
de que muchas de las familias dadoras de trabajadores infantiles
domsticos adoptan una actitud de negacin o de liberacin
con respecto a su nio, nia o adolescente cedido, otorgado.
Casi prefieren no saber cmo andan las cosas porque ello puede
requerir traerlo de vuelta al hogar (y la vuelta significa una boca
ms y posibilidades nulas de educacin) o tener que enfrentar y
tomar una postura determinada (denuncias, enojos, peleas,
problemas, vuelta a la casa de la nia con el padrastro presente).
El rango de ingresos de las familias oscila entre 50 y 200 dlares
mensuales. En general, el sustento se gana diariamente, con jornales
por trabajos relacionados con la construccin y con oficios diversos
como electricidad, plomera u otros, como producto de la venta

55

ambulante o de lo obtenido a travs del reciclaje. Esta ltima


actividad se ha convertido en el principal mecanismo de obtencin
de ingresos. Son claves para la zona tanto la actividad de los
gancheros como el reciclaje de la basura de los hogares, con
carritos tirados con caballos o manejados a traccin humana, antes
de que pasen los camiones recolectores municipales a recogerla
para su depsito en Cateura.
Estamos dentro de un cinturn de pobreza que tiene la ciudad, que es la zona inundable donde est la gente ms humilde de Asuncin, en condiciones precarias, con las necesidades bsicas en su mayor parte no satisfechas, son mucha gente
sin trabajo y a raz de eso es que surgen los diversos problemas
que se tiene, muchos nios no van a la escuela, hay muchas
madres solteras, la forma de trabajo de la gente es el trabajo
por su cuenta, algunos son albailes, vendedores ambulantes,
ms hacia el fondo hay gente que se dedica a la recoleccin de
deshechos, cualquier cantidad hay de ese tipo de gente, las
condiciones es precaria a nivel general (Csar).
La lucha es, en consecuencia, por la sobrevivencia diaria. El presente rige las vidas. Se busca obtener ingresos para comer, lo dems ya es un lujo: un da es todo con sacrificio porque si uno no
trabaja como sea, no tiene para el pan de cada da y aunque estemos trabajando duro, tampoco muchas veces no tenemos. La gente es realmente pobre, pobres que hay veces que comen y otras
veces que no comen (Perla).
En los picos de necesidad de dinero se acude a prstamos, a
donaciones, a colaboraciones, a colectas. Aun con precariedades,
las fiestas se celebran. Los cumpleaos infantiles, las fiestas por los
15 aos de las adolescentes, los casamientos, son momentos
importantes, que se festejan, invitando a familiares, al vecindario, a
las amistades. Ante shocks econmicos, sobre todo de enfermedad, se
deambula por los servicios pblicos y de caridad y la comunidad acude
a ayudar. Se organizan rifas, polladas, tallarinadas, se junta plata.
Las familias o personas que logran encontrar trabajos diferentes al
de Cateura, o que tienen algn negocio, son quienes se consideran
ms acomodadas en la comunidad:
56

R: Una familia que est econmicamente bien es la gente que


sale del lugar, se van a trabajar en otro lugar que no sea la

Cateura, como nosotros llamamos, nunca decimos que estamos mejor.


P: Pero as un ejemplo de una familia rica?
R: La que tiene un almacn grande, una despensa grande, a
esos se le considera ya una familia rica.
P: Quin por ejemplo?
R: Para qu irnos lejos, est ah el almacn de Yeyo, que es la
que est cerca de la clnica, ese es para nosotros una familia
que ya est mejor.
P: El que est al lado de la casa de Pastor?
R: As mismo, ese ya est mejor, a eso ya le llamamos est con
ms dinero porque est trabajando ms que todos (Perla).
Las decisiones se toman de acuerdo a la composicin de las familias.
Cuando existe presencia masculina, y si se ocupa de su familia (es
trabajador, no es borracho), tiene autoridad para indicar acciones.
Sin embargo, se observa que en la mayor parte de las familias,
aunque las mujeres estn ms calladas, finalmente deciden. Es muy
frecuente la ausencia paterna, casi normal. Andrs cuenta:
P: O sea vos de grande recin le conociste a tu pap?
R: Despus de 15 aos le conoc a l.
P: A los 15 aos recin. Cmo le ubicaste?
R: Y gracias a un mi to que viva en Ciudad del Este. Vino l,
me pag el pasaje y me dijo Ven que yo te llevo, me dijo. Y
me fui, me fui, pero una vergenza. Cmo despus de 15 aos
en vez que l venga a buscarme yo me tengo que ir a buscarle?
Una vergenza es, una vergenza. Por eso yo me meto en mi
cabeza: ese seor no es mi pap; ese seor es un seor que
cumpli el ciclo; le embaraz y le embaraz a mi mam. Eso
noms es, a ese seor lo que le tengo que agradecer es que me
traiga a este mundo de infierno; eso lo que le tengo que agradecer y despus nada, ya no le debo a ese seor, nada no le
debo. Cuando yo me fui a Ciudad del Este no poda verle la cara.
Las decisiones respecto a dar a los hijos e hijas al trabajo domstico
son, en general, de las madres. Las decisiones referidas a la bsqueda
de trabajo son personales, impulsadas siempre por la necesidad de
conseguir un ingreso lo antes posible. Los mismos padres y madres
impulsan a los hijos e hijas a encontrar un trabajo lo antes posible.
Las precarias condiciones de vida y las necesidades prcticamente
no permiten pensamientos de consideracin hacia deseos, sueos,
voluntades, aspiraciones de nios y nias; simplemente obligan a

57

buscar estrategias de obtencin de ingresos que la mayor parte de


las veces alcanzan exclusivamente para comer.
P: Y a qu edad empiezan a trabajar, Perla?
R: Desde chiquitos, desde los 10 aos si es que pueden en la
Cateura, o si no van y venden caramelos por la calle o gaseosa,
as comienzan los nios.
P: O sea, hay muchos casos de trabajo infantil?
R: As es, demasiados tenemos.
P: Y as de vendedores ambulantes sobre todo?
R: S, hay chicos que la mam se va al mercado, trae frutas,
trae verduras y comienzan a vender, as tambin se trabaja.
Existe una identificacin con la pertenencia a grupos excluidos
marginales. Se refieren a s mismos como a nosotros, los del
bajo, los de los baados. Si bien existe en algunos casos un cierto
orgullo de pertenencia, la sensacin de estar en un sitio malo, sin
oportunidades, es a menudo explcita:
Si hasta hoy hubiera vivido mi pap, todava yo no iba a venir a
vivir en este lugar, no me hubiera dejado vivir en estos lados porque l eso lo que no quera, a veces nosotros as con la tele y eso
venamos y las noticias as que pasaban y deca Varadero, el lugar
que ms no le gustaba era Chacarita, Varadero, Baado, lo que s
que haba 4 barrios que a l no le gustaba, dice que ah viva las
peores gentes, que en ese barrio haba asaltantes, asesinos, de
todos, o sea que para l eran los peores barrios, los cuatro barrios,
uno era Chacarita, Varadero, Baado, el otro que no me acuerdo,
lo que s que haba 4 y me dice: che ko umi lugar che rajy la
ndadeseai, amanta ma jepe ha ndadesei nunca, nunca ndeve
che rajy (yo no te deseo mi hija esos lugares) y mirna un poco
dnde me vine a caer, mira dnde vine a hacer mi vida, eso digo, si
mi pap hubiera vivido, igual noms se hubiera muerto si me vea en
estos lugares, era lo que jams pap deseaba de m (Elena).

58

Las familias de la zona rural

En Pirapey la economa familiar depende de los padres, con una


importante contribucin por parte de los hijos e hijas menores y
mayores. En una medida u otra, todos los miembros familiares aportan
al ingreso familiar. La actividad principal es la agrcola, con trabajos
estacionales20 en las plantaciones grandes de yerba o tung21 de la zona

que realizan las familias ms pobres, o con plantaciones propias en


pequeas parcelas de tierra o chacras donde casi toda la familia
desarrolla actividades. Juancho y Petrona cuentan:
P: Haba un yerbal y ah los pobres estaban cosechando la
yerba hacia mayo, junio, julio, agosto, cuatro meses.
R: Cuando se termina ese trabajo, ya se termin.
P: Eso es todos los aos o un ao noms?
R: Solamente un patrn lo que tiene muchos yerbales ac, lo
que le salva a los pobres porque tiene mucho trabajo eso. Cuatro meses tiene la quebranza de la yerba.
R: Eso es cuatro meses todo el ao.
R: Cada ao cuatro meses.
P: Eso es una entrada.
R Octubre y noviembre viene carpida de yerbales otra vez y
eso lo que nos salva todo otra vez a los pobres. Principalmente
a esos que estn ah en el pueblito, por ejemplo, ah hay muchos pobres, cantidad hay que no tienen chacra.
P: En dnde, ah mismo en la entrada a Pirapey?
R: Al lado de la escuela. En tiempo de invierno se hace la
quebranza de la yerba y despus hay juntada de tung.
R: Pero no tiene ganancia eso de la yerba porque apenas una persona
gana 20.000 guaranes por da solamente para salvar el da.
P: Eso no pods ahorrar para la escuela de tu hijo, para comprar libro, para comprar ropa.
R: Salva el da y vos sals perdiendo del yerbal.
P: Vos diras que la mayora de las personas ac en Pirapey
tienen esa situacin, que tienen que salvar el da?
R: Y... casi la mayora. Adems, el que no tiene chacra principalmente lo que estn sufriendo.
P: Hay mucha gente que no tiene chacra?
R: Hay mucho.
Los nios y nias empiezan a trabajar desde muy pequeos, cuando
tienen 6 o 7 aos, segn cuenta Petrona:
Cuando tiene 6 o 7 aos por ah ya trabaja. No hay lmite. Ahora las
mujeres y los hombrecitos tambin ya tienen que trabajar. Salen ya a
changar. Cuando empieza el yerbal tienen que trabajar.
20
21

Por temporadas, de acuerdo a las estaciones de siembra o cosecha.


Planta oleaginosa de origen asitico introducida a Paraguay para extraccin de aceite.

59

La mayora de los pobladores de la comunidad cuenta historias


exitosas y no de trabajo domstico para terceros. Este fenmeno
tiende a ser aceptado/celebrado o rechazado de acuerdo a las
diversas experiencias que se dan en cada grupo familiar. As, algunos
padres o madres trabajadores domsticos o ex trabajadores infantiles
domsticos incentivan a sus hijos e hijas a la aceptacin del trabajo
extrafamiliar, mientras otros se niegan a hacerlo. Los factores
decisivos son los econmicos y las buenas o malas experiencias.
La mayor parte de quienes impulsan a sus hijos e hijas lo hace por
motivos econmicos. La familia de Carlos es una de las que
menciona explcitamente que impulsa la salida de sus hijos por
apremios econmicos; tiene que depender, a partir del incidente
de violencia sufrido por el padre, del trabajo de sus hijos: nuestros
hijos nos hacen vivir porque mediante eso nosotros no pedimos
colaboracin para cuidar a su pap, hace poco nos trajeron plata,
ropa. Despus de seis meses vuelven con dinero, y si no pueden
hacerlo lo envan, manda traer la plata.
Los acuerdos y discrepancias con referencia al trabajo infantil y la
posibilidad de que los nios y nias dejen el crculo familiar y social se originan tanto en historias de trabajo infantil domstico negativas o positivas, as como en posturas ideolgicas, religiosas y
culturales de cada ncleo familiar. En general, el trabajo infantil
domstico no es visto negativamente. Es posible afirmar que el factor propiciador fundamental del trabajo infantil domstico es el
imaginario colectivo que no lo ve como extrao sino como habitual y que el elemento detonante lo constituye la pobreza.
La decisin sobre dar a los hijos e hijas suele recaer en las madres.
Existe como un linaje matriarcal aplicado a la lgica del trabajo
domstico de mujeres. Las madres entran en contacto con eventuales
patronas, hacen seguimientos del estado de sus hijas y en muchos
casos, como en la familia de Jacinta, rescatan a sus hijas de
condiciones laborales adversas.

60

En una cultura patriarcal con marcados valores machistas, la voz


de la mujer cuya importancia en la contribucin econmica y
social familiar es crucial sigue relegada. Existe una clara divisin
del trabajo de acuerdo al gnero y a la edad. Por lo general, el
hombre trabaja haciendo changas (pequeos trabajos informales)
fuera de la casa o en labores domsticas ms pesadas. La mujer
cumple con una doble tarea: tiene a su cargo el ordenamiento de la

esfera privada familiar y al mismo tiempo precisa salir de la casa en


busca de ayuda extra. Cabe destacar, sin embargo, que en la
comunidad elegida para esta investigacin existen varias mujeres
militantes de una organizacin campesina feminista. Ellas gozan
de respeto y consideracin comunitaria y constituyen paradigmas
de accin y liberacin local. Muchas de ellas fueron trabajadoras
infantiles domsticas y, conforme al xito o no de sus historias,
toman decisiones laborales por sus hijos, en especial en el caso de
las hijas mujeres.
La comunidad estudiada constituye un universo social cuyos vnculos
familiares son estrechos, dando oportunidad a una activa interrelacin familiar. As, primos/as, tos/as y sobrinos/as comparten frecuentemente viviendas familiares amplias. Son los familiares, en general
los hermanos y hermanas mayores, quienes se hacen cargo de llevar a
los hermanos ms pequeos para trabajar, encargndose de cuidarlos.
La zona se caracteriza por un alto grado de migracin hacia la
capital y Argentina (la localidad se encuentra muy cerca de la
frontera con este pas). Las condiciones laborales varan en cada
caso. Posadas la ciudad a la que la mayora de los migrantes va
ofrece mayor remuneracin salarial, aunque el problema de la falta
de documentos sita a nios y nias trabajadores en una situacin
de mayor vulnerabilidad. Asuncin se encuentra a mayor distancia
y los salarios son menores; ofrece, sin embargo, cierta seguridad,
por lo menos en lo concerniente a la situacin legal de residencia.
Este fenmeno migratorio es fluido y constante, se acenta en pocas
de crisis y acarrea dispersiones familiares. Los hijos e hijas que
estn lejos intentan mantenerse comunicados, aunque no les es
fcil. Lidia, varios de cuyos hijos e hijas trabajan en Buenos Aires,
algunas de las hijas desde pequeas, cuenta: ndo vyai haekura
pyi oekomunica orendie la celularpe ikatuhaguaicha oesenti
poraveva, nda haeiko sonsera (No se hallan ellos, siempre se
comunican con nosotros por celular para que se sientan mejor, no
es fcil). El vnculo con los familiares migrantes suele permanecer
fijo pues la migracin constituye uno de los recursos econmicos
ms importantes para las familias de la zona.
Esta es una comunidad rural pobre, por lo que los niveles de vida y
consumo son bien bajos. En la comunidad slo existe electricidad
en forma parcial, por lo que muchos hogares no cuentan con cierto

61

confort facilitado por la electrificacin. Algunas familias cuentan


con televisin, hecho ste que rene a amigos y familias en torno
al mundo de las telecomunicaciones. A partir de ah se generan
sueos y expectativas que, por estar demasiado fuera del alcance
de los jvenes, crean expectativas falsas que devienen en
frustraciones. Las carencias materiales por las que atraviesa la
mayora de las familias se ven exacerbadas durante navidades,
inscripciones escolares y celebraciones.
Un shock econmico y social muy importante constituye el caso
de envenenamiento ya mencionado de Silvino Talavera nio de
la comunidad cuyo caso constituye el primero con denuncia
judicial por muerte causada directamente por envenenamiento
resultante de la industria de la soja. Este mal afecta a varias familias
locales que no se encuentran preparadas para enfrentar la magnitud
de tal contratiempo. La familia entera de Petrona Villasboa fue
contaminada con el veneno de los agrotxicos; Silvino falleci,
mientras otros seis restantes quedaron casi un ao incapacitados
de cumplir con sus tareas escolares y familiares. Este fenmeno fue
registrado en varias familias locales y lo alarmante del caso es que
el puesto de salud carece de insumos, personal e infraestructura
para enfrentar dicha plaga.
El escenario socioeconmico de la comunidad se encuentra
brutalmente afectado por el fenmeno de la deforestacin, el cultivo
irracional de la soja y el uso de agrotxicos y la carencia de tierras
propias. El campesinado tnicamente mestizo se aglutina
culturalmente en torno a sus demandas y carencias: falta de tierra y
territorio. El guaran es un elemento cultural de fuerte cohesin
social. Este fenmeno sociolingstico es de crucial importancia
pues al tiempo que el guaran constituye el vehculo social ms
importante de los paraguayos y paraguayas, en especial en el
campesinado, existe una clara jerarqua lingstica que tiende a
privilegiar el castellano sobre la lengua nativa.

62

Se da el caso no muy comn pues el rea entera es considerablemente


pobre de familias extendidas donde ciertos miembros (tos, padrinos,
etc.) cuentan con un mejor nivel econmico, hecho que propicia
redes verticales de dependencia. Frecuentemente estos miembros
extrafamiliares solicitan ayuda domstica originando vnculos
laborales inestables y precarios que caen dentro de lo que se denomina
una economa informal del trabajo.

Captulo 4
La economa del cuidado
El concepto de economa del cuidado comprende todas aquellas tareas
necesarias donde existen cuidados que prodigar a personas
generalmente dependientes. Estas tareas han sido histricamente
asignadas a las mujeres, quienes se han ocupado de ellas en el seno
de sus familias. Esta construccin de gnero sigue siendo claramente
identificable en las zonas investigadas. Las tareas domsticas a ser
cubiertas en las familias proveedoras de trabajadores infantiles
domsticos involucran a toda la familia, de acuerdo a una clara divisin
del trabajo por cuestiones de gnero. As, las nias son las que cuidan
a las criaturas ms pequeas, se encargan de cocinar, de arreglar la
casa, de lavar la ropa, de atender a los varones.
En la zona rural las nias cuidan tambin, junto a la madre, de la
esfera privada, mientras que los nios salen con sus padres a la
chacra. En momentos de crisis econmica existe cierta tendencia
al trabajo indiferenciado, aunque manteniendo ciertas pautas
culturales como ser el control ms cercano de las nias.
Esta socializacin de gnero se reproduce claramente en el mbito
del trabajo infantil domstico. En general, las nias y adolescentes
mujeres son requeridas para realizar tareas domsticas de todo tipo.
En cambio, los nios se dedican a tareas ms especficas como los
mandados, la jardinera, la ayuda en los comercios o establecimientos.
La socializacin para el trabajo domstico se da dentro de los
mismos crculos familiares o en contacto con personas de las zonas
de mayores recursos.
Es importante considerar que el valor diferencial de los nios y las
nias (los primeros tienen ms valor que las segundas, que son ms
tiles) ayuda a comprender la tolerancia o naturalidad con que se
toma el hecho de dar a sus nias. Las familias con excedente de
nias pueden prestar o regalar a una de ellas. El varn tiene a largo
plazo la capacidad de producir valor, de generar sustento econmico a la

63

familia, lo que lo hace un sujeto autnomo. Al ser el valor econmico un


fin en s mismo, los varones son tambin en s mismos. Para las mujeres,
en cambio, su funcin es servir, es decir la mujer sirve a algo o alguien. Las
mujeres sirven/son para alguien (Castro, 2000)22.

La demanda en la zona urbana

La demanda de ayuda para las tareas domsticas es frecuente en


las zonas urbanas, casi todas las casas de los barrios medios y altos
tienen mujeres empleadas domsticas. La solicitud a los barrios
pobres aparece en los contactos que se hacen cuando se trabaja en
las calles, en la venta ambulante, en el reciclaje. La mayor parte de
las veces los contactos se inician en las propias comunidades;
quienes ya trabajan en las zonas altas se enteran de las demandas
y las transmiten en las comunidades. Elena cuenta:
La vecina fue la que me llev junto a la seora, era la amiga
de su patrona donde ella trabajaba, no s que por qu y quera
demasiado una nena para su compaerita supuestamente, que
ella le iba a hacer estudiar, que le iba a dar de comer, le iba a
dar de vestir y ella lo que quera era para su compaerita noms pero no era s que para su compaerita sino que para su
empleadita haba sido.
Las tareas domsticas a ser cubiertas en los hogares abarcan una
gama de posibilidades laborales muy amplia: limpieza, cocina,
mandados, trmites; usualmente el trabajo demandado incluye
tambin el cuidado de nios y nias, enfermos y ancianos. Dora
recuerda:
- Cuando eso tena 12 por ah, 10 o 12 aos tena cuando eso,
y cuando eso trabajaba de niera pero a la vez haca de todo.
- Qu hacas?
- Y lavar, planchar, menos cocinar, limpieza y jugaba con las
criaturas.
La pobreza de los hogares y lo que esta situacin trae aparejada dificultad
de mantener a la familia por los escasos ingresos, viviendas no aptas para
familias grandes impulsan a las familias a dar a los hijos e hijas.
22

64

Castro, Roberto. La vida en la adversidad: el significado de la salud y la reproduccin en la pobreza. Centro Regional de
Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM. Mxico, 2000.

La economa no alcanza y aparece la buena seora que cuando estn por la calle pide por la criatura y automticamente
dan porque en el fondo siguen soando a que esa nia, ese
nio tenga una vida mejor y dentro de ese marco de ese sueo
es cuando ellos dan sus hijos e hijas y al poco tiempo se dan
cuenta que ese hijo es un recurso que puede generar tambin
algo de dinero, incluso, en algunos casos, entonces empiezan
a pedir dinero (prof. Mariana).
La ayuda en las tareas domsticas a cambio de educacin, techo y
comida es un planteamiento frecuente. En general, se busca a nias
o adolescentes:
R: Parece que no quieren luego mayor que eso, as le tienen de
criadita.
P: Por qu?
R: Y no quieren mayorcita porque esas ya estn amaadas, en
cambio las jovencitas ms inocentes porque se les puede domesticar todava (Csar).

La zona rural

En esta zona tambin las tareas de cuidado de las personas y del


hogar estn a cargo de las mujeres y son requeridas para esas mismas
tareas cuando se trata de trabajos extrafamiliares.
Para estos trabajos es frecuente que los contactos se produzcan
mediante conexiones personales, sociales y polticas que tengan
los parientes dentro y fuera de la comunidad. En esta zona fronteriza
muchas de las familias tienen parientes en Argentina. La ida de las
adolescentes se produce, en general, bajo el cuidado de familiares,
hermanos o hermanas mayores que ya se encuentran trabajando.
Muchas veces los primeros trabajos son en casas de esos familiares,
para el cuidado de criaturas. Es el caso de Mirna, adolescente de
17 aos, quien una semana despus de la entrevista se embarcara
para Buenos Aires, donde ya se encontraban 4 de sus 11 hermanos
y hermanas. All cuidara primero a su sobrinito pequeo y luego
intentara encontrar un trabajo fuera del crculo familiar:
P: Y vos a dnde te vas a ir?
Sr. (pap de Mirna): Y junto al hermano.
P: En Buenos Aires.

65

Mirna: S.
P: Vas a estar con tu hermano?
Sra. (mam de Mirna): Va a ir a trabajar un tiempo y despus va
a volver. Ellos son as.
P: Y de qu vas a trabajar?
Mirna: De niera. Con mi hermano luego voy a trabajar de niera.
P: De niera del hijo de tu hermano?
M: S.
P: Ah! Te vas a ir de la niera de tu sobrino entonces.
M: S, de mi sobrino.
P: No es que vas a trabajar en casa de extraos.
M: No, todava. No s ms tarde. Dos meses por ah voy a
trabajar ah. Despus no s si ellos... l me dijo que me iba a
buscar otro para mi trabajo.
P: Para qu quers trabajar afuera? Por qu?
M: Porque en la casa que voy a trabajar ahora no voy a cobrar
mucho o sea que voy para aprender noms. Dos meses por ah
quiero trabajar ah. Y despus quiero salir de ah, tener otra
experiencia en otra casa.
P: Te quers ir a otra casa?
M: S.
Fueron recabados testimonios segn los cuales la complejidad en
cuanto a tiempo y esfuerzo demandado constituyen claros casos
de explotacin laboral. Estos casos son frecuentes en el empleo
domstico, donde las mujeres no cuentan con fines de semana y su
trabajo va del desayuno hasta acostar a los nios, casi sin pausas.
Otros relatos acusan la falta de formacin para el trabajo a ser
implementado y el grado de estrs por las exigencias del mismo.
Muchos pobladores de la zona rural van de una cultura campesina
humilde a centros urbanos con estilos de vida ms sofisticados, salto
ste que produce confusin y provoca reprimendas y burlas que
muchas veces terminan con la imposibilidad de conseguir empleos.

66

Captulo 5
Las trayectorias de vida

La pobreza marca un camino casi siempre irreversible en la vida de


quienes han nacido en ella. La cadena de acontecimientos vitales
que se suceden configura un crculo que se reproduce y expande
en las zonas pobres.

Las vidas sin salidas de las zonas urbanas pobres

Padres y madres con numerosas descendencias, nios y nias que


empiezan a trabajar desde temprana edad, estudios casi siempre
incompletos, poco acceso a informacin, a servicios de cualquier
tipo, embarazos precoces, se encadenan determinando trayectorias
de vida en las que no se visualizan muchas salidas. Andrs,
adolescente trabajador domstico, explotado desde nio por
familiares y extraos, dice con amargura:
Yo lo que desde chico aprend es que en la vida se trabaja.
Peor si no tens pap ni mam. Si no tens pap ni mam
tens que trabajar toda tu vida. Yo siempre me sent como un
esclavo. Pero la vida es as, para fundirte.
Los maltratos a nios y nias tambin van estampando en esas vidas
sellos casi imposible de borrarlos luego. Andrs contina:
R: Yo siempre he trabajado en un copetn, en un bar.
P: Desde los cuntos aos?
R: Desde los 5 aos ya me iba al mercado en colectivo; me
suba y me iba y traa las mercaderas.
P: Vos solito?
R: Yo solo. No me acompaaba mi abuela. Yo solo noms.
A los 6 aos ya empiezo a ser explotado fsicamente; alzaba
cajones de cerveza; trabajos forzosos. Ustedes saben que el
cajn de cerveza de 12 litros es muy pesado? Tena que traer
as en dos manos; tena que cargarle yo las mercaderas. Si
67

algo fallaba o estaba mal, ella recurra a la violencia. Nos


garroteaba. A m, a mi hermano y a mi otro hermanito. Nos
garroteaba hasta no ms poder, hasta aprender. A veces nosotros, as nosotros tenamos que repasar. Nosotros repasbamos,
repasbamos y porque una miga estaba ah, ella siempre tena
su tabla ac y nos jugaba por nuestra espalda, nos marcaba
desde que te atraviesa. Ves cmo le pega a tu hermano y no
pods defenderle... Cuando eso yo, me doli mucho, me doli
mucho. As era nuestra vida: trabajar, trabajar; si fallbamos,
ligbamos; si no, no y haba un tiempo libre, podamos escaparnos para ir a jugar jae chupe (vamos a decir) porque no
podamos pedir permiso, siempre nos tena as, siempre.
Los abusos sexuales y las violaciones tambin forman parte de las
dolorosas experiencias por las que pasan nios y nias trabajadores
domsticos. Dora cuenta:
Despus de ah mi mam me mand hacia Lambar ya, pero
ah estuve bien o sea que trabajaba, me trataban bien, lo nico
era que tena que levantarme muy temprano, las 5 de la maana, porque la seora haca empanada, tortilla y eso para vender otra vez, entonces me tena que levantar temprano yo para
ayudarle a ella y ah fue el problema con un sobrino que ella
tiene, pero l viva a tres cuadras de su casa, pero tena su
seora y todas esas cosas, cuando eso yo ya tena 14 aos y
ella tena una nenita de un ao y medio ms o menos y se
enferm la nenita y vino llegando ella un da, le agarr a su
nena y le llev al hospital y en ese entonces que no estaba
nadie en la casa, yo sola estaba lavando los cubiertos, viene su
sobrino y viene y pas!, me tira en la cama y eso fue el problema ah, pero yo no le cont a mi mam, hay muchas cosas
que a mi mam no le cont ni no le cuento.
Tener sueos es muy difcil cuando la mirada est puesta en conseguir
algo que comer para el da, o cuando los sinsabores fueron tantos que
ya no queda espacio para ellos. A Andrs le cuesta recordar sus sueos:

68

Ahora no s. Porque como te digo, tantas desilusiones! que


no mantengo ms un sueo. Tantas desilusiones pas en mi
vida que para qu soar siendo que no se va a cumplir nunca?, siendo que una ilusin slo es un espejo para mi forma de
vivir. Mas de qu vamos a vivir?, vamos a vivir?.

Cuando logra hilvanarlos, sus hermanitos ms pequeos estn en ellos:


R: Primero salvar mi familia.
P: La que ya est.
R: La que ya est, primero en salvarle a ellos.
P: Qu significa para vos salvarle a ellos?
R: Tener una casa, trabajar bien, hacer que se profesionalicen
mis dos hermanos, cuando consigan para su profesin le digo,
bueno, ac termina esta etapa. Bueno, cada uno ahora, cada
una tiene que tomar su rumbo, yo le acompaar hasta ac y
hasta ac, voy a dejar que sean haragn, que se siente a tomar
terer y que yo sea el loma?, no, todos tiene que trabajar.
La visin de Mariana, profesora de la escuela Fe y Alegra, es
contundente:
Yo creo que el sueo ms inmediato es la comida, ese es el
sueo ms inmediato, no es salud, no es otra cosa, no es el
estudio y mucho menos el estudio, a lo mejor la salud es ms
cercano pero el estudio no, el estudio es algo, no s, no es
luego para ellos, cuando converss con ellos.
Ella misma cuenta, sin embargo, historias conmovedoras que
muestran que esos sueos existen:
- Un da estaba escribiendo y escucho che aikese la esculape
(yo quiero entrar en la escuela), una voz as, mir y no haba
nadie, yo dije efectivamente yo estoy loca, volv a escuchar,
che aikese la esculape (yo quiero entrar en la escuela) y yo
dije hay alguien hablando porque no puede ser que escuche
voces y me levanto y le encuentro a una nia sentada debajo
de la ventana, chiquitita, una cosa as. Y salgo yo por la ventana, porque es bajito, y me siento al lado de ella, hace poco yo
tir porque vuelven las compaeras, tiraban de m la ropa que
ella tiene, no era ropa, no s como decirte, era como que vos
le agarraste as del cuellito y le metiste en el barro y le sacaste
y haca fro, fro y estaba descalza, tena un vestidito largo, la
manguita por ah, as habr sido la tela, lindo el vestido pero es
medio de gamuza, con un olor insoportable la nia.
- Cuntos aos por ah?
- Seis aos, pero una cosa pequesima, su cabellito as, pareca que le coma todo el ratn, sucia hasta no poder, el com-

69

70

paero me dice haete umi mueca Barbie kura ova akue


basrape (parece esas muequitas Barbie que estn en la basura), as era la imagen y le digo nde ko rejuse la esculape (vos
quers venir a la escuela), ajuse (quiero venir), ha mbaere
piko ndereji mbaere ndejeinscrib (y por qu no viniste a inscribirte), che sy ko ndoipoti aju porque nda che ai (y mi mam
no quiere que venga porque no tengo ropa), me dice, ojeka paite
la ipire (tena toda la piel resquebrajada) del fro, de la suciedad,
yo recuerdo que tena un champin (zapatillas deportivas) con
dos medias y yo senta el fro y ella estaba descalza y le digo a
mopa reikese? (y dnde quers entrar?). Ha jardnpe hei cheve
(y en jardn, me dijo), entonces yo le llevo, le agarro de la mano
y le llevo al jardn y entramos, a la profe se le salan los ojos y me
miraba dicindome dnde le vas a meter a esa nia y le digo
jaguereko pete compaera pyahu (tenemos una nueva compaera), le digo a las niitas del jardn, estaban todas sentadas as y
le miran y le digo mapa ometa chupe isilla (quin le va a dar
su sillita) y se levanta una y le da su silla a ella, a Casilda. Casilda
se llama, le da a Casilda la silla y se sienta ella, entonces yo le dije
a la profe ereko pa la juguete (tens juguete) y trae ella todo lo
que tiene la profe, estaba plida, ella quera llorar, estaba sorprendida, asombradsima y le digo egueru chupe (trele) juguete, ha ogueru chupe (y le trajo), se sienta, le trae una hoja y
empieza a conversar ya porque haba sido es conocida porque
vive aqu cerca, pero la mam es enferma, tirada tambin en la
cama, toda la historia, entonces le digo Casilda, nde pa
nderejahusi? (no te quers baar?). Ajahuse, hei cheve (me
quiero baar, me dijo). Entonces digo Dios mo, de dnde saco
ropa, qu hago, tengo una seora que actualmente es nuestra
cantinera, buensima y que est bien ella, entonces voy a su casa
y le digo mir, me vas a dar bombachitas, me vas a dar pantaln,
me vas a dar tricota, me vas a dar champ, me vas a dar jabn,
me vas a dar toalla, un champin y una media de tu nieta, pero
profesora nde tavyrai ko nde (vos ests loca), me dice, y te vas
a ir conmigo porque yo sola no le puedo tocar a los nios, eso es
clarsimo, ni le reviss ni nada sola, siempre tiene que haber una
mam o una docente, lo mismo para resguardar la intimidad de
esa nia, entonces viene ella conmigo, agarramos todo lo que
encontramos y vinimos y una tijera, gracias a Dios yo soy una
peluquera, llegamos, le metimos en el bao de los profesores y le
baamos y hay una ducha lindsima que cuando le echamos el
agua tibia ella saltaba bajo el agua, disfrutaba ella de su bao, y

entonces ah mismo le cort el cabello, le arregl todo, le hice


dos colitas, le vestimos y le sacamos, todos los profesores estaban
ah expectantes esperando, entonces cuando Casilda sali, todo
el mundo alzndole, felicitndole, en brazos ella lleg al jardn,
mir, se ba, decan las otras nenitas, se cambi noms de
ropa y a partir de ahora Casilda es compaera de ustedes. Ya era
hora de la merienda, yo no tuve que comprarle la merienda, todas las niitas partieron, le invitaron, le integraron completamente, eso era el ao pasado y Casilda ahora est en el preescolar,
pas preescolar, es una nia muy desenvuelta y a partir de ah su
mam cambi su visin, fuimos, hablamos con ella, le dimos una
ropita al inicio pero a partir de ah es una gracia que ella consigue
la ropa para Casilda, viene peinada, le baa para enviarle, le cuida ya su ropa, cmo la escuela, no una escuela tradicional que
espera sentada que los nios vengan, son escuelas que buscan la
formacin de la persona, puede ayudar al cambio de la familia y
est Casilda, est hoy da en el colegio con nosotros, es la nia
que por ms grande que llueva la tormenta, est en el colegio. Es
muy responsable ella. Y mirna un poco, ella vino a pedir y eso lo
que a m me dolo tanto porque dije qu china entonces hago yo
en el barrio si no puedo detectar que Casilda estaba ah necesitando la escuela y yo no le encontr a Casilda y ella vino y nos
encontr, y bueno, por lo menos pudimos asumirla muy bien.
Tener un empleo, que los hijos e hijas estudien, son ejemplos de
una buena vida en la zona urbana. Mxima afirma: una buena
vida para m es tener un trabajo, un trabajo digno en una oficina,
no como en Cateura, porque el nico trabajo ac es Cateura porque
no tenemos una fbrica ni una industria. Csar coincide: una
buena vida sera tener un trabajo, tener recursos para mantener los
hijos, para que ellos estudien, para que puedan tener salud, para
que se le d educacin, para que tengan una expectativa de futuro.
En opinin de alguna gente, la buena vida se reduce a mucho menos:
Aqu en el Baado el concepto de buena vida sera tener las
tres comidas diarias, estamos hablando de comida de calidad,
de nutricin, de alimentacin, tener algo que vestir, y poder ir
a un centro educativo. Esa es la buena vida en este momento,
porque en ms que eso es imposible pensar.
La corrupcin, la ausencia de polticas pblicas en salud, educacin
y empleo conducen a lo que Csar considera una mala vida y que
contempla la falta de empleo, de oportunidades, la entrega a los vicios:

71

- Una mala vida es no tener trabajo, no tener salud, no tener


educacin... Aparte de eso, distorsiona la familia, una mala
vida es cuando no tens trabajo y los nios te pueden hacer
cualquier cosa, las hijas se pueden prostituir y... todo un tema.
Generalmente aqu los padres no quieren despojarse de sus
hijos, no quieren que sus hijos vendan diario, vendan caramelo, pero no hay otra forma, el pap no trabaja, la mam no
trabaja y los chicos salvan la situacin... Ahora mismo todas
las tardes y maanas una nueva modalidad de subsistir es recoger residuos o algo que pueda verse en las bolsas de basuras
en el microcentro o los barrios... Y se van los nios, muchas
veces se van acompaados de sus madres (en ese sentido los
padres no acompaan, el varn), o se van con sus hermanos.
P: Y los padres as dnde quedan?
R: Y se quedan en sus casas.
P: Qu hacen ah mientras?
R: Y algunos quedan plantar verdura, cran cerdos en su casa,
pero la mayora tienen un bajn, se meten en el alcoholismo y
justamente esa es una mala vida, todo tiene un sentido para m
cuando el padre no tiene un trabajo, la madre no tiene trabajo,
no tienen qu darle a los hijos, ah los padres se emborrachan
y ah ya se distorsiona todo ya...
P: Se ve ms en los hombres que en las mujeres el alcohol?
R: S, en los hombres... y eso despus lleva al maltrato, le
maltrata a su seora, a sus hijos, ah se rompe todo, ah ve un
gran porcentaje de padres que pierden inters por la vida inclusive.
La meta principal es obtener ingresos para la sobrevivencia diaria.
A mediano y largo plazo, tener un lugar donde vivir: yo quiero
trabajar; tener mi plata; tener para mi casita y ah vivir.
Las cadenas de causalidad hacia vidas abusadas, destruidas, sin
perspectivas, son identificadas por los mismos pobladores. Florencia
es contundente:
Mam que no trabaja, pap que no trabaja, pap borracho,
hay problemas de familias de peleas entre pap y mam por el
tema de no trabajar, ah ya salen los hijos destruidos, los jvenes que no trabajan, porque no hay trabajos para ellos, por
qu hay tantos drogadictos? Por qu hay tantos asaltantes?.
72

Las trayectorias de vida en Pirapey

En cuanto a metas y aspiraciones a corto, mediano y largo plazo,


una vez ms los temas empleo, tierra, seguridad y educacin marcan
el tono de tales aspiraciones. El trayecto de las metas de corto a
largo plazo est marcado por el grado de satisfaccin de tales
derechos/necesidades. En esta zona, debido al latifundio, la
deforestacin, el uso de agrotxicos y la mecanizacin de la
agricultura, la comunidad agrcola se encuentra en psima situacin
laboral, por lo que sus habitantes no identifican en ella oportunidad
laboral alguna en el medio cercano. Debido a ello constituye una
constante el alejamiento de sus familiares en busca de mejores
oportunidades de trabajo percibidas fuera de la comunidad. De
hecho, Pirapey es una comunidad rural cuyo suelo e historias de
vida se encuentran literalmente envenenadas. Ubicada a unos 400
kilmetros de la capital, en el km. 45 de la ruta 6 Ciudad del EsteEncarnacin, esta comunidad algo remota se encuentra invadida
por la plantacin masiva de la soja.
La expansin del proyecto agropecuario moderno invadi sus
chacras, montes y ros acarreando hambre, muerte e inseguridad y
aumentando la necesidad de abandonar el hogar. El sistema
irracional e insaciable de extraccin de riquezas impulsado por el
capitalismo internacional trae consigo fenmenos que afectan
profundamente la calidad de vida de los habitantes y la estabilidad
de ellos en sus territorios. As, la deforestacin, la erosin, deterioro
y envenenamiento de los suelos, la explotacin laboral y la
mecanizacin de la mano de obra, entre otros efectos negativos
del neoliberalismo, impulsan un proceso de urbanizacin, terreno
ste frtil para la explotacin y abuso de miles de campesinos y
campesinas entre ellos nios y nias que van del campo a la
ciudad.
A pesar de que la zona de Pirapey se halla poblada por pequeos
agricultores cuyo sustento diario depende de la tierra que legalmente
poseen, existe un sistema perverso de prstamos y endeudamiento
que acta en coordinacin con extraos del lugar, plantadores de
soja principalmente, en forma masiva. Esta actividad puede ser
tildada de destructiva si se considera que la soja plantada
ininterrumpidamente destruye la calidad del suelo. A esta accin
se debe sumar la de los agrotxicos, cuyos efectos letales habamos
mencionado. Jacinta explica cmo pierde su tierra gente que termina

73

abandonando la comunidad en busca de otros terrenos donde


trabajar y cmo termina destruyndose esa tierra en manos de
personas que no se encuentran culturalmente ligadas a ella:
Nuestro principal problema es la deuda. A partir de la creacin del Crdito Agrcola de Habilitacin ah la gente comenz a endeudarse, a perder sus ttulos, a perder sus animales.
Entonces la gente al endeudarse de algn lado tiene que buscar cmo trabajar. Porque la mayora de la gente no tiene luego su buey para arar su tierra y tiene que mandar hacer el trabajo para cultivar tanto el algodn como la soja porque son los
dos nicos rubros que tienen crditos. Se endeuda por el buey
o la mquina y muchas veces tambin le pag a este intermediario por el trabajo que hizo y ah se le empeora su situacin
y tiene que arrendar su tierra. Le arrienda su tierra al que tiene
mquina o al brasilero o al sojero. Arrend mi tierra, se enferm mi familia, a lo mejor us todo el costo de mi arrendamiento, etc., y viene la segunda etapa de que tiene que vender su
tierra o sigue arrendando y sigue sin comida y envenenndose
y destruyendo su tierra. Porque el que arriesga no quiere saber
nada, lo nico que cultiva es soja, que es permanentemente
utilizar herbicida, insecticida y as.
El trabajo infantil domstico constituye una de las posibilidades ms
ciertas de obtener ingresos. Las hijas de Jacinta, Ana y Laura, constituyen
casos de trabajo infantil domstico exitosos. Ellas fueron a Argentina
para cumplir con el sueo de tener una educacin superior. Lo hicieron
teniendo que cambiar la voluntad de su madre, quien se opona al
traslado. Habla Jacinta: siempre les digo a mis hijos que no deseo tan
tempranamente que vayan a esclavizarse. Luego de insistir, la propia
madre ayud a la primera de ellas a salir. Pese a los sufrimientos y
vejaciones pasados por los maltratos en las casas en las que trabajaban,
ambas lograron su objetivo y sus casos son bien vistos por la
comunidad, pues la ayuda que trajeron a la familia es significativa.

74

Ana: Yo en primer lugar sal porque mam estaba enferma y


para trabajar y ayudarle un poco. Tena 15 aos, mi mam me
consigui una seora. Fue duro porque estar lejos de la familia
es muy triste. Trabaj 7 meses con una seora que me maltrataba mucho. Entonces me busqu otro trabajo y ah s que estuve como una reina. Me trat muy bien.
Laura: Fui a la Argentina por decisin propia a trabajar con la

intencin de continuar con mis estudios a nivel superior. Abandon a mis dos hijos y fui a la Argentina. Sufr muchas humillaciones, tena que comer apartada de ellos y usar uniforme, eso
lo que ms odiaba. La primera vez que me puse el guardapolvo, me fij en el espejo y llor bastante.
Laura regres y finaliz sus estudios mediante una beca en Brasil,
donde obtuvo el ttulo de agroecloga.
Marina es una joven madre de tres hijos que tuvo que abandonar a
los dos primeros por causas diversas, entre las que sobresalen el
alcoholismo, la violencia domstica, la ignorancia y la pobreza
extrema. Hoy ella vive junto a sus primos en un asentamiento
campesino en espera de lograr la tenencia de la tierra que ocuparon.
Con su tercer hijo en brazos cuenta algo de su historia:
Y despus me fui a Buenos Aires. No termin el colegio, estuve
ah casi dos aos trabajando como mucama. Tuve una hija que
va a cumplir 6 aos en julio, ella est con su pap en Mara
Auxiliadora. Entra en la escuela. Yo le di a mi hija cuando estaba
por cumplir 5 aos, le di a l para que entre a la escuela. Por eso
le di. Mi otro hijo tiene dos aos y est en Buenos Aires con un
pariente. Di mi hijo porque cuando eso estaba conmigo la nena y
estaba ese tambin y ya me era mucho. Y por mi gusto yo di, no
es que nadie me oblig. En mi casa mi pap siempre est borracho y me maltrata mucho, entonces yo le dije que nos bamos
para buscar nuestras tierras, para tener nuestra casa propia. No
quera que venga pero igual yo vine hace dos aos, nuestra tierra
todava no es nuestra pero esperamos.
Con relacin a las aspiraciones y proyectos de vida, se nota un
sincero deseo por parte de madres y padres por mejorar el nivel de
vida de sus hijos e hijas. La idea preponderante es que sus hijos e
hijas tengan una mejor calidad de vida que la que ellos tuvieron.
La principal preocupacin es que eso no se d debido a los deterioros
ambientales y sociales que aquejan a la comunidad.
Ciertos eventos vitales adquieren un fuerte valor predominante para
los cuales la comunidad guarda rituales debidos. Momentos como
bautismos, colaciones de grado, casamientos, funerales, y otros,
guardan su forma y calendario en espera de propiciar las
expectativas esperadas para una buena calidad de vida en cada
una de las etapas de sta.

75

El aspecto positivo o negativo en cuanto a modelos de vida en el


mbito cercano incluye, entre otros, el corto alcance de la
educacin en las colectividades; este fenmeno obliga a jvenes
de la comunidad a buscar capacitacin fuera del mbito familiar
porque el dinero no alcanza para cumplir el sueo de estudiar:
M: Yo creo que lo que quieren es estudiar y no pueden. El da
de maana quieren ser profesionales, pero muchos no alcanzan tambin, o sea que alcanzan pero no para terminar. Porque un estudio lleva casi 5 o 6 aos y mucho dinero y en un
ao necesita tres millones por ah y seis aos es mucho ya.
Sr.: La recaudacin de la chacra es muy poco para el estudio.
P: No alcanza para el estudio?
Sr. y M: No.
La tenencia de tierra como plataforma a partir de la cual aspirar a
derechos humanos fundamentales es otro indicador local de calidad
de vida cuya bsqueda tambin incluye un eventual alejamiento
de la comunidad en el sector rural.
La emigracin es en estos momentos una de las aspiraciones ms
escuchadas. Los propios padres impulsan a sus hijos e hijas a buscar
otros horizontes de trabajo, como cuenta Jacinta:
Se escucha. Eho atu che memby peko mbae voi ja japota,
nde tua odebe heta ha nde nde pyahu ha rekoteve heta mbae
ha rehotamante (andate s que mi hijo, ac qu vamos a hacer,
tu pap debe mucho y vos sos joven y necesits muchas cosas
y tens que irte). Eso se escucha, eso escuchs.
La cuestin de la seguridad personal frente a un sistema poltico y
social violento, en el marco de un Estado prcticamente ausente,
es otra demanda fundamental de las comunidades como condicin
sine qua non de calidad de vida. El sistema existente es precario,
no cuenta con infraestructura ni insumos que puedan garantizar la
seguridad de los pobladores en zonas donde la pobreza y la
violencia social se encuentran marcadamente presentes.

76

Los modelos de vida forneos, aportados por las visitas ocasionales o la


vuelta de quienes salen de la comunidad, as como por los medios masivos
de comunicacin, son percibidos como intrusiones en los modos de vida
tradicionales de las familias campesinas, como lo relatan Carlos y Lidia:

Sra.: Yo lo que encuentro la diferencia en la migracin de las


familias a las grandes ciudades y viene de vuelta y ah mete.
P: Mete qu?
Sr.: Ah mete los malos consejos a los otros.
P: De ah lo que penss que ellos traen de afuera?
Sr.: S, porque yo me imagino ac por el pueblito, ac por mis
vecinos, por la villa, que la gente emigra unos dos aos, mujeres, hombres, y viene con una otra forma de vida y entonces
los adolescentes miran porque anda bien, tan pituco, de lujo
viene. Yo tengo que ir tambin.
Sra.: Una chica hace poco, que vino hace poco, que se fue
tambin seguramente dos aos, no alcanz dos aos, y dice,
vino y deca, dice que a su mam para qu vos te vas a ir,
mam, ah no salimos juntos con nuestra mam, nosotros salimos sola noms, quedate noms vos, le deca a su mam una
chica.
Sr.: Porque la tradicin paraguaya, hasta hace poco, siempre la
tradicin paraguaya, eh! Con la madre tena que salir las hijas
seoritas a la fiesta, a cualquier lugar, sea lo que sea se va a ir
a una diversin deportiva, familiar, sea lo que sea, con su madre. Y hoy da la familia se migran en los grandes ciudades y
viene no mam, quedate noms.
Modelos a distancia marcan en forma positiva y negativa la visin
de la comunidad en referencia a procesos recorridos. Existen
historias triunfantes que convocan a una bsqueda de calidad de
vida fuera de la comunidad; otras, frustradas y abusadas, persuaden
a padres e hijos a emprenderse en rutas desconocidas y peligrosas.

77

78

Captulo 6
Proteccin, riesgo, vulnerabilidad

En cuanto a audacia, conservadurismo y proyectos familiares, tanto


en la zona rural como en la urbana las apuestas ms fuertes al
futuro se sostienen en la emigracin. Esta posibilidad es vista como
la panacea para la solucin de los problemas econmicos, como la
oportunidad para ahorrar algo de dinero que posibilite comprar
una casa o para equiparla con elementos bsicos como cocinas,
heladeras, aunque a veces lo obtenido slo sea suficiente para
mantener a la familia desde el exterior o incluso para levantar deudas
ya contradas.
En ninguna de las zonas se identifica una cultura de la acumulacin.
De hecho, pensar en la acumulacin se vuelve difcil cuando incluso
lo bsico cuesta cubrir. En la zona urbana muchas de las casas
cocinan con lea o con carbn.
Los riesgos en ambas zonas son similares, si bien con
particularidades propias. La violencia, las drogas, el mal paso de
la prostitucin son los riesgos ms temidos y ante ellos hay una
proteccin relativa para los nios, nias y adolescentes. En general,
depende del nivel econmico de las familias y de valores y principios
que se obtienen fundamentalmente de transmisiones familiares.
La mayora de los entrevistados pareciera coincidir en que la
adolescencia es el momento a partir del cual el nio o la nia tiene
mayor libertad y ms obligaciones. Es ste el momento en que las
personas comienzan a adquirir responsabilidades financieras frente
a la familia y la comunidad y, en consecuencia, autonoma. Si se
dan las posibilidades, se consigue otro lote de terreno para vivienda
en la zona urbana y otra parcela para cultivo en la zona rural, y se
instala otro hogar. La proteccin familiar, en consecuencia, que no
siempre es mucha ni eficiente, deja de existir, sobre todo en trminos
econmicos, si bien continan las ayudas.
79

Los riesgos y la proteccin en la zona rural

En la zona rural uno de los problemas sociales que aqueja a la


comunidad es el patoterismo o pandillas de jvenes alcoholizados
que causan estragos en la comunidad, producto de la violencia
social (pobreza, falta de oportunidades). Las madres advierten con
frecuencia a sus hijos e hijas mantener distancias de estos grupos.
En la zona existen lugares donde se expende alcohol, sitios donde
se engendran estos comportamientos antisociales (pandillas,
patotas). En hogares ms estructurados (presencia de ambos padres,
por ejemplo) se controla el uso del alcohol.
Existe una tendencia a controlar ms a las nias que a los nios debido
a los fantasmas de la violacin y la prostitucin y el posible embarazo,
con otra potencial boca ms que alimentar. Se escuchan historias de
nias secuestradas para ser llevadas al exterior en forma ilegal, donde
son obligadas, mediante chantaje y coercin, a practicar la prostitucin.
El riesgo ms temido parecera ser el de la prostitucin, seguido
por el de las drogas y las pandillas. Se teme ms por la vulnerabilidad
de las nias que la de los nios. Estos ltimos son criados para
asumir conductas agresivas, en tanto las nias no tienen muchos
elementos de defensa en su crianza.
En general, existe un grado de confianza sobre la capacidad de los
adolescentes una vez que stos se encuentren ya en el crculo
laboral. Como ya se expres en varias oportunidades, el control de
este tipo de contacto se da en forma ms severa hacia las nias que
los nios. Los nios y las nias quedan sin supervisin durante las
vacaciones, en tiempos de escaso trabajo y de crisis familiar.
El comercio de la soja trajo consigo personas desconocidas y
perniciosas (el mayor ejemplo es el envenenamiento del suelo).
Esta gente no tiene contacto histrico ni emocional con la
comunidad, por lo que su concepto del bien comn, lejos de ser
una prioridad, es un factor de desestabilizacin social. El tipo de
empleo que pueden ofrecer es precario, inestable y peligroso. Los
habitantes del lugar manifiestan su disconformidad con ellos, pues
les atribuyen egosmo e inseguridad fsica y laboral.

80

En la comunidad existe una comisara, una Junta Municipal y un juez


de Paz. La cobertura policial es pobre e incapaz de frenar atropellos
como los vividos por la familia de Carlos y Lidia cuando fueron

atacados. Esta familia de doce hijos puede ser considerada como


una tpica familia audaz de la zona rural. Aspiran buenas condiciones
de vida y varios de sus hijos e hijas fueron enviados a Argentina. La
conciencia de los peligros que el trabajo infantil domstico puede
generar hace que la familia enve a sus hijas bajo el cuidado de sus
hermanos y hermanas mayores. Este ncleo familiar es tambin
paradigmtico en cuanto proyecto de responsabilidades compartidas
y trabajo en equipo familiar. Existe una fuerte conciencia de gnero y
los nios y nias son criados de igual manera.

Los peligros de la zona urbana

Los riesgos ms importantes visualizados por la comunidad son las


drogas, el alcoholismo y la violencia. Los cuidados hacia los hijos
e hijas se traducen fundamentalmente en acompaarlos, en no
dejarlos solos por las noches por temor a los peajeros y a las
violaciones. Esta es la dinmica de las familias mejor estructuradas
y acomodadas. Sin embargo, en las familias ms pobres a menudo
nios y nias quedan solos en sus casas mientras sus padres y madres
(con mayor frecuencia) salen a intentar obtener el sustento diario.
La profesora Mariana describe esta situacin:
Llega la maana, sale todo el mundo a trabajar, queda la casa
casi vaca, muchas con slo los nios, que duermen hasta muy
tarde, se levantan, si hay algo de comer, comen, si no hay nada,
se resignan o van al vecino... No hay ese medioda en que
llegan mam y pap y se sientan juntos a comer. Llegan en
horas distintas, generalmente a la noche. Estn muy pocas familias que comparten. Es ms, como que cada quien se encarga de s mismo, cada quien construye su mundo. Y llega a ser
un conjunto de mundos que no se encuentran.
Florencia, conocedora de la zona, cuenta su conversacin con la
mam de una adolescente de 15 aos que en las noches y
madrugadas anda sola en el barrio:
Yo le agarr ayer a su mam, justamente ayer a la maana
antes de irme a Clorinda, le dije, le cont lo que pas con su
hija, le dije: vos no quers que tenga hijo tu hija?, ahora tens
que solucionar este tema. Hei cheve la isy: mbapa ajapota,
che ko ambaapo mante ara (me dice la mam: qu quers que
haga, yo debo trabajar nicamente). Tiene mucho que hacer, y
seis hermanitos tiene otra vez: mbaepa che membykura houta,

81

ajeheka mante vaer basurape, mbaepa ajapota (qu van a comer mis hijos? debo ir a rebuscarme nicamente en la basura,
qu voy a hacer?). Entonces para solucionar el problema le dije:
eraha nendive, eraha nendive porque aporandu chupe
hasyrampa (llevle contigo, llevle contigo y le pregunt si tuvo
recin su mestruacin), koa ndahyeguasuiramo ko mespe
hyeguasuta otro mespe la nde memby (si sta no se embaraza en
este mes, se embarazar en el otro mes tu hija), eraha nde ndive
pea la solucin, ndohoseiramo embuepoti (llevle contigo es la
solucin, si no quiere irse, pegle). Ha ndoikuaamoi mavapa
imemby ru avei (y encima no va a saber quin es el padre de su
hijo). Mopiko oikuata? (dnde va a saber).
Uno de los mayores temores se refiere a las drogas; padres y madres
intentan prevenir a sus hijos e hijas sobre su consumo. La violencia
es el otro problema. Una pobladora de Lujn, doa Lila, cuenta la
impotencia que siente ante lo que sucede en su comunidad:
Y cmo voy a ir a denunciar eso, nosotros vemos todo lo que
pasa y acepto, soy cmplice, pero por qu, porque nadie viene
a ver qu es lo que pasa con nosotros, nadie te viene ayudar,
jams, entonces me encuentro sola, porque no estoy protegida
por nadie, al contrario, estoy expuesta para ellos, cuando te
aprietan, no pods ir a decirle a la polica porque empiezan a
perseguirte y debs callarte o vos mismo le mats y corrs o te
vas a la crcel.
Es posible identificar en este contexto factores de proteccin y
factores de vulnerabilidad comunes a ambas zonas:

Factores de proteccin
La figura femenina

82

Al interior de las familias, sean stas rurales o urbanas, es la madre


quien se encarga de cuidar a los hijos y velar por su seguridad. Las
madres cuando estn, las abuelas cuando no estn las madres. Tal
como mencionramos ms arriba, las mujeres son criadas con la conviccin
de que deben cuidar y servir al resto de la familia. La observacin sugiere
que aquellas madres que cumplen con ms celo esta funcin son las que
a su vez tuvieron durante su infancia una familia nuclear fuerte y
estructurada, con una figura materna al servicio de la familia.

El vecindario
Hasta cierto punto los vecinos tambin son actores que se involucran
y protegen a los nios, nias y adolescentes. Prefieren evitar los y
problemas, pero an as su mirada en muchas ocasiones acta como
freno o lmite, sobre todo en casos de violencia fsica contra los
ms pequeos.

La comunidad
La escuela, las maestras, los religiosos, los voluntarios, las enfermeras,
las parteras son tambin actores que actan como proteccin.

Los recursos econmicos


Obviamente, contar con mayores recursos econmicos y con ms
estabilidad (tanto laboral como en cuanto a tenencia de una casa)
acta como factor de proteccin.

Factores de vulnerabilidad
La pobreza

Como primer punto es preciso destacar a la pobreza como principal


factor de vulnerabilidad.

La violencia intrafamiliar, el abandono, el embarazo


precoz, las adicciones, la emigracin
En el contexto urbano, ms que en el rural, las mujeres que tienen
muchos hijos de diferentes padres manifiestan, en el marco de
profundos conflictos en su interior, que son los padrastros (su propia
pareja, compaero) quienes devienen en amenazas reales para sus
hijas en la medida que stas se vuelven mayorcitas, lo que precipita
muchas veces la salida de estas ltimas de la casas (generalmente
para el trabajo infantil domstico). Asimismo, aquellas mujeres con
historias de abandono durante su infancia o de extrema precariedad
tienden a abandonar ms a sus hijos o hijas o a dejarlos a su suerte.
El embarazo precoz, la multiparidad con poco tiempo de
intergestacin, que uno de los integrantes padezca alguna adiccin,
que la madre emigre y deje al cuidado de terceros a sus hijos e
hijas son elementos que inciden fuertemente en la vulnerabilidad
de las personas.
83

La precariedad y la orientacin de los servicios


La estructura tanto en el sector salud como en la educacin no est
basada en lo preventivo. De esta manera, an detectando casos de
maltrato, abandono, salida del hogar, no se cuenta con recursos de
planificacin ni de infraestructura para hacer un seguimiento de
estos casos. La precariedad extrema en la que se hallan las escuelas
empuja tanto al trabajo infantil domstico como a otras formas de
trabajo infanto-juvenil. La educacin finalmente no es gratis, tanto
porque los insumos (uniforme, cuadernos, libros, mochilas) corren
a cuenta de la familia, como porque deben hacerse contribuciones,
pagar matrculas, pasaje, alimentacin (el vaso de leche que se
ofrece a los nios y nias no es continuo, hay meses en que este
programa se interrumpe, adems no alcanza a ser suficiente). Por
otra parte, la cultura popular en general sobrevalora las virtudes
formativas del trabajo y desestima la potencialidad de la escuela,
ms an cuando los programas educativos no se adaptan a la
realidad de esas familias.

El consumismo
Otro factor de vulnerabilidad es el modelo de consumo que se
filtra desde los medios de comunicacin: la televisin, la radio, las
propagandas que muestran todo un estilo de vida que tienta y
promete. Incluso estos modelos se transforman en valores o
requisitos para ser aceptados o reconocidos por sus pares (usar
determinada ropa, determinados calzados, tener telfonos mviles).
Para acceder a ello muchos nios, nias y adolescentes prefieren
trabajar y no estudiar. La supervivencia modela una concepcin de
la vida en un presente urgente que borra toda visin y planificacin
de un futuro que debe ser construido. En este sentido, trabajar vale
ms que estudiar.

La falta de articulacin entre las distintas entidades que


se proclaman protectoras de los nios, nias y adolescentes (estatales, municipales, organizaciones y otros)
Este es un contundente factor de vulnerabilidad por cuanto esfuerzos
que podran ser potenciados y coordinados para una mejor cobertura
se convierten en acciones aisladas.

84

Captulo 7
Leyes, polticas y servicios pblicos

Los instrumentos legales, e incluso de polticas pblicas, existen en


el pas. Con ellos se establecen las garantas bsicas de proteccin
a nios, nias y adolescentes. As, el artculo 54 de la Constitucin
Nacional de 1992 (vigente), De la proteccin al nio, establece
que la familia, la sociedad y el Estado tienen la obligacin de
garantizar al nio su desarrollo integral, as como el ejercicio pleno
de sus derechos, protegindolos contra el abandono, la desnutricin,
la violencia, el abuso, el trfico y la explotacin.
El Cdigo de la Niez y Adolescencia, de 2001, en su artculo 4
reza: Los padres biolgicos y adoptivos, o quienes tengan nios y
adolescentes bajo su guarda o custodia, tienen la obligacin de
garantizar al nio o adolescente su desarrollo armnico e integral.
El mismo artculo establece que cualquier persona puede exigir a
la autoridad competente el cumplimiento de tales garantas y la
sancin de los infractores. Los derechos del nio, en caso de
conflicto, tienen carcter prevaleciente. Se establece adems que
si los padres no cumplieren con sus obligaciones, el Estado est
obligado a cumplirla subsidiariamente. Cualquier persona puede
requerir a la autoridad competente que exija a los obligados
principales y al Estado el cumplimiento de sus obligaciones. El
artculo 25 del mismo cdigo estable que el nio y el adolescente
tienen derecho a estar protegidos contra toda forma de explotacin
y contra el desempeo de cualquier actividad que pueda ser
peligrosa o entorpezca su educacin o sea nociva para su salud o
para su desarrollo armnico e integral.
Con respecto al trabajo domstico de adolescentes, el Cdigo de la
Niez, en su captulo III, Del adolescente trabajador domstico,
artculo 63, establece: El empleador est obligado a proporcionar
al adolescente trabajador domstico, sin retiro, una habitacin
independiente, cama, indumentaria y alimentacin para el
desempeo de sus labores. La habitacin y el alimento no pueden
ser considerados parte del salario. El empleador debe inscribir al
adolescente trabajador en el sistema de seguro social.

85

En los Convenios 138 y 182 de la OIT los gobiernos se comprometen


a actuar para eliminar el trabajo infantil. En el primero de los
convenios citados se fija la edad mnima para el trabajo, y en el
segundo se abordan las medidas de proteccin contra las peores
formas del trabajo infantil. Las normativas nacionales que tienen
que ver con la aplicacin prctica de estos convenios internacionales
estn contempladas en la Constitucin Nacional, en el Cdigo de
la Niez y la Adolescencia, en el Cdigo Laboral y en el Cdigo
Penal23.
Podemos mencionar adems las Convenciones 105 y 29 de la OIT,
sobre la abolicin del trabajo forzoso, entre otros numerosos
convenios, pactos y convenciones adoptados y ratificados por
Paraguay que dan cuenta del grado de compromiso que ha asumido
el Estado paraguayo. Compromiso que, sin embargo, no es
cumplido.
Estos elementos jurdicos indican que el Estado tiene la obligacin
de intervenir ante situaciones en las cuales estos derechos de nios,
nias y adolescentes estn conculcados. Y esta conculcacin es
evidente en las zonas investigadas: nios y nias abandonados o
maltratados, la falta de salud y de educacin, entre otras, son
condiciones de vida cotidianas de nios, nias y adolescentes de
Pirapey y del Baado Sur.
Las instituciones que mayores posibilidades tienen de intervenir
son las Codenis, creadas para defender estos derechos. De la
investigacin se desprende, sin embargo, que estas instituciones
revisten escasa funcionalidad a esos efectos. No se conocen en las
zonas acciones de deteccin y control de lo que sucede con nios
y nias, as como tampoco acciones estatales de prevencin o apoyo
para que el derecho a un desarrollo integral est vigente. Las
instituciones encargadas de la punicin, de impartir justicia,
tampoco son vistas como efectivas, si bien existen acciones de
algunas fiscalas y fiscales que no dan abasto. De hecho, uno de los
principales problemas para denunciar casos de maltrato infantil es
la escasa confianza en que existan sanciones.
Por otra parte, las mismas instituciones encargadas de velar por la
seguridad son vistas con desconfianza en las zonas. La Polica
86

23

OIT/IPEC. Anlisis y recomendaciones para la mejor regulacin y cumplimiento de la normativa nacional e internacional sobre
el trabajo de los nios, nias y adolescentes en Paraguay.

Nacional es considerada corrupta e ineficiente, aunque existen


ambivalencias al respecto, fruto de la necesidad de encontrar alguna
salida a la inseguridad en las zonas. Por ejemplo, en la zona urbana
por una parte se reclama que la polica instale una comisara en el
lugar, pero por otra se desconfa de esa misma polica. Contando la
historia de un joven de 16 aos asesinado en la crcel, Csar refiere
lo que la polica es para la comunidad urbana:
R: Aqu cerquita un joven que me toc hablar con l muchas
veces, era un drogadicto, cuando estaba bien, hablbamos bien,
me cont que entraba en las casas ajenas, despus se suba en
los mnibus y se fue a la crcel, tena 14 aos...
P: Adnde se fue?
R: Cuando eso era en Itaugu, despus le pusieron un abogado, su familia, o sea su pap, se le sac a los ocho das otra vez
y as fue... Entraba y sala... Y aprende ms adentro, despus ya
se convierte en un profesional. Me toc muchas veces hablar
con l y me deca qu quers que haga si la sociedad misma
me obliga? Yo no quiero ms robar, quiero tener una vida digna, quiero vivir con mis padres. Tambin me cont que los
propios policas le agarraban para que robe para ellos, y hasta
que le llegaron a matar.
Por otra parte, existen polticas, en forma de planes nacionales,
que tampoco se cumplen o se cumplen slo parcialmente. El Plan
Nacional de Salud Sexual y Reproductiva para Adolescentes slo
es encarado en el aspecto reproductivo, y ni esa rea es abordada
eficientemente en las zonas. El Plan Nacional de Prevencin y
Erradicacin de la Explotacin Sexual de Nias, Nios y
Adolescentes en Paraguay no ha implementado an un solo
mecanismo de deteccin o intervencin en los numerosos casos
de estas caractersticas que existen en ambas zonas.
El Decreto N 18.835/02 crea la Comisin Nacional para la
Prevencin y Erradicacin del Trabajo Infantil y la Proteccin del
Trabajo de los Adolescentes. Una de las principales acciones de
esta comisin ha sido la elaboracin de un plan estratgico de accin
priorizando la elaboracin de un plan nacional de accin.
El plan nacional de accin tiene por objetivo desarrollar acciones
para la prevencin y erradicacin del trabajo infantil y proteccin
del trabajo adolescente. Se han iniciado tmidamente algunas

87

actividades tendientes a la erradicacin del trabajo infantil, con la


participacin de distintas organizaciones, tanto estatales como de
la sociedad civil, enmarcadas en la Coordinadora para la
Erradicacin del Trabajo Infantil (Coeti)24.

Los servicios pblicos de la zona rural

En la zona rural existe un centro de salud precariamente equipado;


la enfermera a cargo del puesto manifiesta su preocupacin por la
falta de insumos e infraestructura, as como la ausencia de una
ambulancia para casos de emergencia. Con relacin a la
intoxicacin por agrotxicos, el puesto no est preparado para
afrontar este peligro que amenaza a la comunidad ni para hacer
seguimientos de las personas afectadas.
La escuela rural funciona pese al hacinamiento y la falta de tiles
escolares. No cuenta con un calendario agrcola especial, por lo
que muchos nios pierden horas escolares cuando van a trabajar
junto a sus padres en la chacra, una situacin que si bien pareciera
estar vedada por las prohibiciones anteriormente comentadas, es
una realidad en toda la zona campesina. Cuando hay necesidad de
trabajar en la chacra, eso se vuelve prioritario, en desmedro de
estudios y de cualquier otra actividad. Y este es un fenmeno que
no puede obviarse y que tiene sus races profundas en la coexistencia
de diferentes temporalidades e imaginarios, en una sociedad en la
que no se ha producido el mismo paso a la modernidad que han
vivido otras sociedades.
En cuanto a servicios de otras caractersticas, existe en Pirapey el
Centro de Capacitacin Campesina (Cectec), donde se realizan
seminarios y actividades culturales. Los talleres impartidos en esa
organizacin abarcan temas como el cuidado de huertas y la salud
reproductiva.
Existe un Juzgado de Paz y un centro municipal, ambos se encuentran
en el distrito de Edelira, del cual Pirapey es una compaa. Los
habitantes declaran sentirse fsicamente lejos de estos lugares. La
comunidad cuenta con una comisara no muy bien administrada. La
Comisara tiene vehculos pero alegan no tener dinero para la gasolina;
los pobladores se quejan de abandono policial.
88

24

dem.

En cuanto a mecanismos para acceder a informacin sobre la oferta


de servicios y apoyos a la familia, los entrevistados desconocen
tales ofertas, enlaces y apoyos. Las redes de comunicacin son
informales, de emprendimiento y manejo familiar. No existen
programas sociales que se dediquen a la capacitacin y bsqueda
de empleo para jvenes o personas interesadas en profesionalizar
sus servicios. Existen algunas agrupaciones o sociedades pequeas
que por lucro se dedican a promover ciertos servicios relacionados
a los viajes. No siempre se ajustan a la ley y constituyen fuentes de
explotacin laboral e infantil. Los entrevistados declararon no
conocer organizaciones o escuelas que en forma sistemtica
ofrezcan ayuda.

Los servicios pblicos de la zona urbana

En la zona urbana existe mayor oferta de servicios, si bien la mayor


parte de stos estn brindados por agrupaciones religiosas y
organizaciones no gubernamentales que no dan abasto ante la gran
demanda, tanto de educacin como de salud. Existe una escuela
estatal y tres religiosas y un dispensario de salud municipal que
cobra por las consultas, lo que constituye un obstculo para el
acceso de la comunidad al mismo. Existen algunos programas
privados que atienden problemas de drogadiccin, de desnutricin
y que otorgan becas universitarias.
En cuanto a servicios de salud, la zona cuenta con un dispensario
dependiente de la Municipalidad de Asuncin. La enfermera es
asalariada del Ministerio de Salud y la organizacin interna con la
farmacia es llevada a cabo por religiosas catlicas que responden a
los jesuitas. Este dispensario est ubicado en el barrio San Cayetano,
y si bien en Santa Ana (barrio ubicado ms arriba, ms lejos del ro)
se ofrece servicios, este ltimo es ms caro.
Las ventajas del dispensario son muchas. Tiene dcadas de
existencia, est bastante organizado en cuanto a los servicios que
ofrece, tiene atencin especializada (pediatras, clnicos, obstetras,
dentistas) que van cubriendo distintos horarios, ofrece vacunacin
y una farmacia social que brinda remedios que son retirados al fin
de cada consulta, est bien ubicado, frente a la escuela y casi
equidistante a los dems barrios, contar en un tiempo no lejano
con un laboratorio bsico que se est montando. La enfermera que
realiza las vacunaciones es del propio barrio, hace aos que est,
es muy conocida y ella a su vez conoce a casi todas las familias.

89

Pero el dispensario an tiene carencias y aspectos que deben ser


abordados y modificados. Cobra 5 mil guaranes por paciente y no
hay un servicio social organizado que contemple las diferencias de
recursos entre las familias. Esto reproduce el sistema en cuanto a
que los ms carenciados quedan fuera de toda posibilidad de consultar. La religiosa que lidera el dispensario es nueva y an no conoce a la poblacin, hay un cierto abordaje cruzado por las
creencias religiosas catlicas en lo que concierne a la planificacin familiar y salud sexual y reproductiva. El trato de muchos profesionales se limita a lo meramente asistencial. No se logr articular
un trabajo social fuerte que trabaje lo preventivo, ni tampoco se
contempla todo el aspecto cultural que subyace al proceso saludenfermedad de esta poblacin. El dispensario tampoco est articulado con las dems organizaciones sociales de manera que
situaciones tales como violencia fsica, sexual o abandono sean
debidamente orientadas. En este sentido las embarazadas en su
mayora optan por parir en las casas, incluso cuando el prenatal lo
llevaron a cabo en el dispensario. Los salarios de los profesionales
son bajos y a su vez sus contratos estn sujetos a los vaivenes polticos de la municipalidad, lo que hace que no haya continuidad.
Con los religiosos pasa lo mismo en cuanto a que rotan muy frecuentemente, respondiendo a la obediencia eclesial que los va
redireccionando peridicamente. Asimismo, existe un sistema de
voluntarios catlicos procedentes de Espaa, que tambin rotan
peridicamente.

90

En cuanto a los servicios educativos estatales, la escuela pblica tiene


varias ventajas: forma parte de un proyecto jesuita slido, no depende
tanto del Ministerio de Educacin (aunque los salarios corren a cuenta
de ste), tiene muchos aos de existencia en la zona, actualmente se
halla en un proceso de autocrtica y de mucho compromiso con la
comunidad, cuenta con maestras sensibles, interiorizadas y
comprometidas, que conocen a sus nios y nias y los acompaan,
muchas de ellas estn desde hace largo tiempo. Desde el punto de
vista edilicio la escuela est creciendo, se construyen aulas nuevas
casi cada ao, tiene una sala de informtica y una biblioteca, ofrece
vaso de leche y almuerzo con apoyo de padres y madres (sobre todo
estas ltimas) de la comunidad, hacen seguimiento de sus estudiantes de
tal manera a que detectan casos de abandono, desercin escolar, violencia
y tratan de buscar soluciones. Tienen un sistema de becas para aquellos
adolescentes en los que es inminente el abandono de sus estudios.

Este sistema obliga a los chicos a estudiar y sacar buenas notas y a


hacer trabajos comunitarios para retribuir la beca. Cada tanto realizan
campamentos, actividades casi impensables en ambientes tan pobres.
Pueden identificarse, sin embargo, algunas debilidades: no es
gratuita del todo, se debe pagar matrcula, tiles, insumos,
reparaciones. Esto deja fuera a muchos nios, nias y adolescentes;
el sistema de becas mencionado slo es otorgado a un miembro de
cada familia, como todas las familias son numerosas, muchos
quedan fuera, el vaso de leche y la comida no son constantes por
desorganizacin del ministerio en cuestin, el salario de los maestros
y maestras es bajo, son muchos nios por aula, carecen de materiales
didcticos adecuados, con serios problemas en lo referente a
contenidos programticos y modos de enseanza.
En cuanto a los dems servicios pblicos, no existen de manera
oficialmente organizada. La poblacin se las agencia para hacer
extendidos de cables elctricos, sobre todo cuanto ms marginal
sea su vivienda; el agua potable a veces llega a travs de una
canilla para varias familias. El servicio cloacal no existe y salvo
casos anecdticos de dos o tres familias con poder poltico, no
cuentan con lnea telefnica, s tienen telfonos mviles, sobre todo
aquellas familias con alguno de sus miembros trabajando en el extranjero. No existe recoleccin de basura, las calles no estn sealizadas, la polica no llega hasta muy adentro (se est construyendo
una comisara casi enfrente a la escuela), la gente no tiene ttulos
de sus viviendas, el empedrado de las calles as como las veredas
corren a cargo de comisiones vecinales creadas para tal fin.
El barrio cuenta con una radio comunitaria dependiente de los
jesuitas (que viven de hecho en el barrio San Cayetano). En cuanto
a apoyo a personas discapacitadas y de la tercera edad, las Hermanas
de la Congregacin de los Sagrados Corazones realizan este servicio
de manera caritativa, obviamente no dan abasto. Igualmente, existe
un albergue de da para nios desnutridos y otro para jvenes
adictos, programas ambos dependientes de grupos religiosos
caritativos y de voluntarios, que tampoco dan abasto. Quienes
deberan hacerse cargo de ello, es decir las instituciones estatales,
estn prcticamente ausentes.
En general, en ambas zonas se observa una ausencia del Estado y de los
servicios que ste debe garantizar y las acciones de caridad son la constante.

91

92

Captulo 8
Gnero y derechos humanos

En ambas zonas, donde la pobreza y la pobreza extrema campean,


las mujeres son las que peores situaciones pasan. La profesora
Mariana, de San Cayetano, es contundente: en este momento yo
creo que las mujeres sufren muchsimo, sufren pero terriblemente,
y aqu la pobreza extrema tiene un rostro de mujer.
La carga de trabajo es mayor para la mujer, quien cumple roles
tanto en la esfera pblica como en la privada. El varn tiende a
tener menor carga horaria en el hogar. En la zona rural, una vez
terminado el trabajo en la chacra, las hermanas se encargan de
servir a los hermanos. Se puede decir que el trato es diferencial e
inversamente proporcional a la valoracin, como tambin lo
menciona Mariana cuando se refiere a las razones de la mayor
valoracin de los varones:
Porque para ellos muchas veces las mujeres son una desgracia.
Tener hijas mujeres significa que se van a embarazar, vienen con
problemas. El varn puede hacer lo que quiera y no le descubren,
o sea no se manchan como las mujeres. Entonces por ah hay una
mayor valoracin hacia los varones. Vale mucho un hijo varn.
En las historias de vida, si bien tambin los varones refieren maltratos,
las historias de las mujeres se acompaan de violencia sexual:
P: Y quin te maltrataba, Dora?
R: Y normalmente siempre son los hombres, o quieren abusar
de uno o eso es lo que ms pasa.
P: Y vos cuntos aos tenas en ese momento?
R: Yo tena 13 o 14 aos.
P: Y ante esas circunstancias cmo te defendas, qu hacas?
R: Por ms que uno trate de defenderse, no puede.
En las familias existe una tendencia a privilegiar ciertos gastos, como
educacin, a favor de los varones. Si bien el afecto y el buen trato

93

pareceran ser equitativos, la autoestima del varn parecera ser


mayor, lo que indica discriminaciones solapadas en cuanto a la
valoracin que hacen los padres en referencia a la responsabilidad,
la inteligencia y las oportunidades de los hijos e hijas.
La profesora Mariana cuenta que en una poca en la que se conocan
muchos casos de criaditos y criaditas en la escuela, eran ms nias
que nios quienes estaban en esa situacin:
Eran ms nias, nosotros llegbamos por ejemplo al cuarto
grado y las nias desaparecan, salan luego en algunos casos y
luego uno comienza y dice no, ombaapoma (ya trabaja) porque imboriahuiterei ko hae isueldomita (porque es muy pobre
y as va a tener un sueldito).
En las entrevistas se menciona haber recibido mensajes sobre los
derechos de la niez. En la zona rural ms a travs de las radios y
los canales de televisin. En la zona urbana se suman los mensajes
a travs de los centros educativos. En la comunidad rural no existe
ningn tipo de organizacin de defensa de los derechos de los nios,
nias y adolescentes, excepto una lejana Codeni. En la comunidad
urbana existen la Codeni, ya mencionada, pero sin un
funcionamiento que satisfaga las necesidades. La profesora Mariana,
al referirse a los derechos de los nios y nias, afirma que los padres
y madres ven esto como una amenaza:
Se menciona mucho en los centros educativos, en las escuelas, y que es el cuc de los paps. Muchos de ellos vienen,
muchos de ellos no quieren tocar el tema, hablar de eso, porque eso les hace ser ms maleducados a los nios, hace que
ellos se rebelen ms contra los padres, reclaman. Por qu esto,
por qu aquello, incluso al chico que le dice a los padres por
qu nos trajeron al mundo si no tenan ni un cntimo? Dnde
est la planificacin de ustedes? y los paps, bueno, se quedan mudos frente a esa pregunta. Qu van a decir....
Las expectativas de calidad de vida, as como las aspiraciones y
adquisicin de un buen empleo, siguen valorizando, y por ende
beneficiando, lo masculino por encima de lo femenino. Csar da
ejemplos al respecto:
94

P. A vos te parece que para cumplir los sueos tienen ms


posibilidades los hombres que las mujeres?
R: Para m que todava los hombres... a pesar que algunos casos ya las mujeres logran.
P: En qu caso los hombres y en qu caso las mujeres?
R: Los hombres tienen ms libertad de trasladarse de un lugar a
otro y aparte de eso tambin, como te dije, el mercado de trabajo es mucho ms beneficioso para los hombres, o sea de lo
que pueden hacer ellos, porque el ms preparado es el albail,
el pintor. Las mujeres consiguen para trabajar como empleada
domstica, para eso consiguen, cuando se van al exterior se
van tambin para eso, mucama cama adentro, otro trabajo no
sabe hacer, ac las mujeres no tienen preparacin ms que
para eso.
En cuanto a desigualdades en el reconocimiento de capacidades y
derechos por gnero, puede afirmarse que por ms que existe cierto
avance en esta materia debido a su inclusin dentro de la retrica
de los textos escolares y a la presencia en la comunidad rural de
lderes feministas de importancia nacional, y de una mayor
conciencia en la zona urbana, existen an claras y contundentes
desigualdades de gnero percibidas tanto en los discursos registrados
como en las prcticas observadas.

95

96

Captulo 9
Conclusiones y recomendaciones

La precariedad econmica como factor detonante del


trabajo infantil domstico

La carencia de medios econmicos para brindar una buena calidad


de vida para hijos e hijas es el factor detonante principal de la
existencia del trabajo infantil y del trabajo infantil domstico en
particular. Estos hijos e hijas, en un nmero que excede las
posibilidades de mantenerlos, son requeridos para el trabajo desde
muy pequeos, convirtindose en aportantes importantes a las
precarias economas familiares. Cuando la posibilidad del trabajo
infantil domstico aparece, es vista como una oportunidad de mejor
calidad de vida para nios y nias o, dolorosamente, de menos
bocas para el ya escaso alimento diario. En la zona rural el factor
tierra, condicionado por la expansin del monocultivo de la soja,
es el factor fundamental para entender las causas de desercin del
territorio y bsqueda de formas alternativas de empleo fuera de la
casa y el mbito familiar cercano.

La desestructuracin de las familias, la violencia intrafamiliar y el maltrato

El fenmeno de la migracin as como el abandono paterno y la


consecuente desestructuracin de las familias son tambin factores
detonantes del trabajo infantil domstico. Madres que dejan a sus
hijos e hijas a cargo de familiares o de personas extraas y padres
que abandonan a sus familias producen nios, nias y adolescentes que pierden sus referencias, que deben empezar a manejarse
casi solos y que son entregados fcilmente al trabajo infantil domstico por sus encargados o familiares. La situacin de las mujeres que deben criar solas a sus hijos y que buscan nuevos compaeros genera con frecuencia situaciones de maltrato de los padrastros hacia nios y nias. En muchos casos, a instancias del nuevo
compaero, los hijos son entregados al trabajo infantil domstico.
97

Las pautas de crianza y la socializacin


de gnero para el trabajo domstico

Las pautas culturales de gnero de la crianza de nios y nias


condicionan a las mujeres a ser ms aptas para el trabajo
domstico en hogares de terceros. Asimismo, se contina asignando
las tareas domsticas a las mujeres; esto establece las condiciones
para una demanda mucho ms frecuente de nias para el trabajo
infantil domstico. Otro factor que se suma es el referido al
requerimiento de familiares que se encuentran en otros pases y
ciudades de nias para el cuidado de sus hijos pequeos.

La emigracin familiar como principal ruta


de vinculacin al trabajo infantil domstico

La emigracin se ha convertido en una de las estrategias ms


importantes para la obtencin de ingresos. La migracin del campo
a la ciudad, o del campo y de las ciudades a pases extranjeros, se
produce con frecuencia a travs de cadenas familiares. Familias
campesinas enteras se convierten a veces en las proveedoras del
trabajo infantil domstico para familias urbanas acomodadas. De
igual modo, para la migracin a otros pases, una vez que fue algn
integrante de la familia, se produce luego la ida de otros que van a
cargo de quienes ya se encuentran en el pas receptor.

La falta de servicios y de ofertas como factores de


vulnerabilidad al trabajo infantil domstico

La falta de servicios claves como los de salud, educacin, prevencin


y atencin a vctimas de violencia y otros en las comunidades para
atender los frecuentes casos de embarazos adolescentes, violencia
domstica, violencia urbana, adicciones, alcoholismo, tambin incide
en la decisin de dar hijos e hijas al trabajo infantil domstico. Estos
factores producen la disgregacin de las familias y a veces las torna en
el peligro ms importante para nios y nias, por lo que es otro de los
aspectos que deben abordarse. Por otra parte, la escasa oferta ante las
necesidades de educacin y de entretenimiento es un factor que no
ayuda a generar vnculos fuertes con las comunidades, que puedan
prevenir el alejamiento de los nios y las nias de las mismas.

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Las experiencias negativas y la informacin como freno


al trabajo infantil domstico

Otro factor claramente identificable es el desconocimiento sobre


los peligros latentes en el trabajo infantil domstico; resulta explcito

el hecho de que sean las madres que pasaron por este fenmeno
quienes manifiestan ms contundentemente que no envan a sus
hijos e hijas al trabajo infantil domstico porque no quieren que sufran
lo que ellas sufrieron. Asimismo, las personas ms informadas de las
comunidades son las que ms se oponen al trabajo infantil domstico.

1.

2.
3.
4.
5.

Posibles lneas para la accin


Dirigidas a las familias
Atencin de los aspectos econmicos de las familias y las comunidades, a travs de la generacin de ingresos, de fuentes
de trabajo por medio de proyectos productivos que intenten
romper el crculo de la pobreza.
Informacin acerca de los riesgos del trabajo infantil domstico.
Trabajar el valor de la educacin y los perjuicios de la no educacin y el crculo vicioso de la pobreza.
Capacitacin en derechos y gnero.
Hacer campaas dirigidas directamente a los trabajadores infantiles domsticos para reconocerlos, alertarlos, informarlos
sobre sus derechos.

Dirigidas a las comunidades


Fortalecimiento de las redes de solidaridad comunitarias y familiares a travs de apoyo al trabajo conjunto y coordinado
de las organizaciones comunitarias arraigadas en las zonas de
intervencin con las organizaciones e instituciones que trabajan en estas zonas (religiosas, educativas, organizaciones no
gubernamentales, sindicatos), as como la identificacin de
personas de las mismas comunidades dispuestas a trabajar en
los procesos de instalacin de esos servicios. Esto resulta fundamental para la obtencin de resultados positivos.
7. Consolidar una ciudadana fuerte que exija al Estado el cumplimiento de la ley y el respeto a los derechos de la infancia.
8. Difundir los riesgos del trabajo infantil domstico.
6.

Dirigidas al Estado en general, municipalidades, Codenis, ministerios de Educacin y de Salud y Secretara de la Niez
9. Impulso y apoyo para la instalacin de servicios de atencin y
contencin referidos a la salud sexual y reproductiva, a la atencin a mujeres maltratadas, a la rehabilitacin de jvenes que

99

10.

11.

12.

13.

14.
15.

100

incurren en actividades delincuenciales, al tratamiento de


adicciones y otras acciones similares.
Fortalecimiento de ncleos de trabajo en las distintas instituciones pblicas. Es importante identificar personas dentro de
las instituciones que se motiven y comprometan con el tema.
Se podran establecer redes entre estas distintas personas que
abracen la erradicacin del trabajo infantil domstico como
una causa a ser conquistada.
Impulso y apoyo para la articulacin real entre los distintos
estamentos que trabajan, apoyan y defienden a la infancia,
tanto estatales como internacionales, pblicos o privados.
Combatir los factores expulsivos del sistema escolar, apostar a
la educacin realmente gratuita. Buscar elementos que estimulen a las familias a enviar a sus hijos e hijas a la escuela,
tales como sistemas de bonos escolares por cada hijo. Difundir a travs de los medios de comunicacin y a travs de los
trabajos comunitarios el valor de la educacin, por un lado, y
las desventajas a largo plazo de la no capacitacin escolar. En
este sentido es crucial concienciar que el trabajo infantil termina siendo muy poco rentable para el ingreso total de las
familias, y que sin embargo condena a un crculo vicioso de
pobreza y falta de empleo. Combatir la mala calidad de las
escuelas pblicas.
Capacitar en toda la problemtica del trabajo infantil domstico especialmente a actores que pueden ser claves: pediatras,
enfermeras, asistentes sociales, maestras y maestros, psiclogos en particular y todo el personal de salud y educacin en
general. Promover que los distintos formatos contemplen el
trabajo infantil domstico (fichas peditricas, escolares y otros).
Considerar la viabilidad de la juridicidad internacional como
agente provocador y monitor de los cambios.
Apoyo al establecimiento de instancias estatales de denuncia
que sean ciertas, veraces y efectivas, accesibles a todas las
personas. Considerar los medios con los cuales puedan protegerse de manera ms eficaz los derechos de los nios, nias y
adolescentes.

A modo de conclusin

En Paraguay el paso a la modernidad que se genera por la difusin de


la educacin y de los medios masivos de comunicacin (Brunner,
1992) se encuentra an en sus momentos iniciales. Estos factores, que
cuando se expanden hacen de conectores entre la produccin de
pensamiento y su apropiacin por parte de la sociedad, datan de muy
corto tiempo atrs en el pas, apenas 30 o 40 aos. Ello hace que las
ideas modernas, entre las cuales se encuentra la erradicacin del trabajo
infantil, estn an poco aprehendidas por la sociedad paraguaya.
Es til, por ello, considerar el concepto de representaciones sociales
propuesto por Moscovici. stas se construyen a partir de la
produccin de saberes que, con un cuerpo de supuestos previos
como la memoria colectiva, el sentido comn, las tradiciones
compartidas y los consensos, se enriquecen permanentemente por
observaciones y vivencias del grupo o los individuos y a su vez son
atravesados por la ciencia. Representan ramas del conocimiento,
formas de descubrir y organizar la realidad25. Al respecto, afirma
Castro (2002): Las representaciones sociales son imgenes
cognitivas socialmente construidas, observables a travs de la
expresin de los individuos.
En este sentido, las representaciones sociales en Amrica Latina se
dejan entrever como una intrincada red tejida con hebras de
diferente naturaleza. Es preciso considerar, adems de lo dicho
acerca de los procesos culturales propios de una modernidad
transcurrida de una determinada manera en nuestros pases (o an
por transcurrir), las concepciones propias que se tienen con respecto
al trabajo infantil como una forma de aprendizaje, de escuela de
vida por la que los nios y nias deben pasar, as como la imposicin
de modelos transmitidos por la televisin, que imprimen una
mezcolanza esttico-cultural y publicitaria, su internacionalismo,
sus ritmos de consumo, proyeccin e identificacin. Con todos estos
ingredientes se construyen las representaciones sociales y es posible
vislumbrar en ellas el carcter contradictorio de la cultura en
Amrica Latina en general, y en Paraguay en particular, y percibir
la existencia de las creencias enterradas de Octavio Paz, que
viven en capas ms profundas del alma y que por eso cambian
mucho ms lento que las ideas.
25
Gutirrez, Alberoni. La teora de las representaciones sociales y sus implicaciones metodolgicas en el mbito psicocial.
Revista Psiquiatra Pblica. Per, 1998;10 (4) 211-219.

101

Coexisten as creencias religiosas, representaciones de la ley, de la


autoridad, de lo que es normal o no, que anidan en el fondo de la
psique de un pueblo, recubiertas por la historia y por la vida
moderna, realidades ocultas pero presentes, superposicin de
tiempos, espacios y culturas.
Son estas diferentes culturas las que dirigen la mirada al trabajo
infantil domstico de una manera u otra. Quienes lo vemos como
un impedimento para el desarrollo integral de nias, nios y
adolescentes y nos escandalizamos ante el trabajo infantil
domstico, lo hacemos desde nuestra visin moderna, posicionados
desde otro tiempo cultural, en el cual nuestra supervivencia no
est en juego. Ese es el punto desde el que no puede posicionarse
una poblacin, urbana o rural, cuyos elementos aglutinadores estn
destrozados y cuyas necesidades bsicas no estn satisfechas. Los
patrones de crianza estn desquiciados. El desmembramiento de
las familias por la migracin o el paso del rea rural a la urbana
generan la desestructuracin de las familias y con ello la
disgregacin de patrones de crianza familiares. Slo se mantienen
aquellos que estn profundamente enraizados en la sociedad, como
los patrones de gnero.
Por otro lado, los factores extrafamiliares son claramente
identificables. Los apremios econmicos, la falta de oportunidades,
la ausencia de servicios, la carencia de informacin, de educacin
en derechos, son elementos que saltan a simple vista, y que son
factores detonantes o de vulnerabilidad al trabajo infantil domstico.
Es preciso destacar, en base a lo investigado, que no existen
diferencias evidentes entre las familias que deciden enviar o no a
sus hijos al trabajo infantil domstico, lo que saltan son las historias
personales como elementos diferenciadores. En estas historias de
vida el abandono paterno, el maltrato, las experiencias de violencia,
la figura de la madre que contiene, la cohesin familiar, el amor
fraternal, juegan roles importantes.

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Por todo ello es posible concluir que el patrn cultural que se


manifiesta de manera ms fuerte es el que est instalado en un
imaginario que an no se ha apropiado de la idea de que el trabajo
infantil domstico no debe ser. Cuando a este factor propiciador
principal se agregan los detonantes referidos a la necesidad de
supervivencia puesta en jaque, el trabajo infantil domstico se vuelve
la respuesta lgica.

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