Artículo Cuadernos Arata
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Hacemos referencia aqu a la cultura asociativa que se expres, de modos muy diversos, en la construccin de
vnculos entre individuos para la consecucin de objetivos especficos (defensa corporativa de sus miembros hasta
asociaciones cuyo objetivo consiste en la defensa de los derechos de todos). Para un anlisis pormenorizado de esta
perspectiva, vase: AA.VV. (2002) De las cofradas a las organizaciones de la sociedad civil. Historia de la iniciativa
asociativa en Argentina (1776-1990). Buenos Aires: Grupo de Anlisis y Desarrollo Institucional y Social. Temas afines
tambin han concitado el inters del conjunto de estudios de Historia social argentina. Vase Armus, D. (comp.) (1990).
Mundo urbano y cultura popular. Buenos Aires: Sudamericana.
grupo social al cual pertenece el artesano. Las transformaciones que sufre esta
habilidad de generacin en generacin (por ejemplo, por la introduccin de
nuevas tcnicas o tecnologas), presentan una serie de problemas relacionados
con los cambios de velocidad o ndice as como transformaciones en la
modalidad en la transmisin del oficio (Burke, 2007: 98).
Es preciso sealar que la enseanza de oficios reconoce tradiciones muy
diversas, presentes en todos los continentes, donde la valoracin del trabajo
manual mantiene similitudes y diferencias (Wolff; 1965). Para el caso que nos
proponemos estudiar, la tradicin europea constituye la principal matriz que ha
ejercido su influencia sobre el artesanado latinoamericano. Sin embargo, sera
errneo ver en la experiencia latinoamericana en general, y en la del Ro de la
Plata en particular, solamente el trasplante al Nuevo Mundo de una institucin
europea; su emergencia y expansin se desarroll en ntima relacin con
necesidades econmicas y sociales entre otras- que difcilmente fueran
asimilables a las de la Metrpoli. Por otra parte, no nos es posible ignorar que el
artesanado como estamento social exista en el continente americano previo a
la llegada del conquistador. 3 Se trata entonces de comprender los procesos de
difusin del saber artesanal y, simultneamente, las estrategias de recepcin
del mismo, incorporando en el anlisis la cuestin del enraizamiento local de los
saberes, formulndose la pregunta sobre cmo estos saberes se construyen y
tambin sobre el impacto que estos conocimientos tuvieron en las sociedades
en las que estos se implantan o bien donde estos se aclimatan (Salvatore;
2007).
Para ello, un enfoque sustantivo consiste en analizar las modalidades y los
efectos de esta movilizacin producida por los hombres y mujeres implicados en
la expansin ibrica abierta con la Conquista. Muchos de estos agentes, seala
Serge Gruzinski, actuaron como passeurs culturels y fueron responsables de
la circulacin de:
cuerpos, prcticas, saberes e imaginarios que no
dejaron de provocar enfrentamientos con otros sistemas
de pensamiento, con modales de vida diferentes, con
memorias distintas y con presentes que parecan
irreductibles al presente europeo. (Gruzinski, 2005: 17).
Estos mediadores culturales no deben asociarse exclusivamente con las
elites de la Monarqua catlica; muy por el contrario debe considerarse el papel
que tuvieron otros hombres y mujeres que participaron de estos movimientos
migratorios provocados por la expansin ibrica. Incluso, aquellos que fueron
sus vctimas.4 Vale advertir que la accin llevada adelante por los mediadores
faciliten o permitan la conservacin de las mismas.
3
La presencia de trabajos de artesanos en las civilizaciones Inca y Azteca por citar las culturas que contaron con un
mayor nivel de expansin y desarrollo- testimonian la presencia de una compleja y exquisita cultura material que en ms
de una ocasin, obnubil la mirada del conquistador.
4
Seala Gruzinski el papel que tuvieron en la circulacin de la cultura la mano de obra esclava, arrancada de frica por
la trata de negros, o de los degradados portugueses condenados a lejanos exilios. Tambin se refiere a aquellos otros que
sin embargo, lograron recuperar algunas migajas de las riquezas anunciadas. Pienso en las capas modestas que migraban
en busca de un mejor destino, en los aventureros y los pcaros Gruzinski, Serge Passeurs y elites catlicas en las
Cuatro Partes del Mundo. Los inicios ibricos de la mundializacin. En OPhelan Godoy; Salazar-Soler, Carmen
En particular, esto es atendible al caso estudiando teniendo en cuanta que en la produccin artesanal de Buenos Aires,
este sector se caracteriz ms bien por la continuidad al menos hasta finales del siglo XIX en trminos de mtodos de
trabajo, escala de produccin y especializacin de la mano de obra. Vase Romero & Sbato (1990) Artesanos,
oficiales, operarios: trabajo calificado en Buenos Aires (1854-1887) En Armus, D. Mundo urbano y cultura popular, Op.
cit.
Esta referencia puede ser tomada a la par de Arendt, para quien signo de todo laborar es que no deja nada tras de s, que
el resultado de su esfuerzo se consume casi tan rpidamente como se gasta el esfuerzo (Arendt, Op.cit.: 98)
El primero es el ser humano asimilable a una bestia de carga, un siervo condenado a la rutina, donde el trabajo es un fin
en s mismo y por ende, desafiliado de su eticidad. Por el contrario, para Arendt el Homo faber es la imagen del hombre y
la mujer que realizan otra clase de trabajo, que producen una vida en comn.Homo faber es el juez del trabajo y las
prcticas materiales; no el colega del Animal laborans, sino su superior [] Mientras que para el Animal laborans slo
existe la pregunta cmo?, el Homo faber pregunta por qu?. (Sennett; 2009: 17-18)
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El contrapunto con la figura del aprendiz que imaginaba el Conde de Campomanes para el despegue de la industria
popular no deja lugar a dudas sobre este ideal formativo: Todo aprendiz se destina a un arte solo, bastndole adquirir un
exacto conocimiento de la tarea y calidad del oficio que elige para mantenerse durante su vida (Campomanes; 1976: 86)
A modo de cierre
Nos hemos propuesto reconstruir algunos elementos centrales en torno a
la categora saberes socialmente productivos y, particularmente saberes del
trabajo. Sin embargo, notamos que aun debemos hacer un esfuerzo de
inteligibilidad ms, incorporando a nuestro anlisis la nocin de experiencia,
para ver de que modo puede terciar en los debates anteriormente planteados
el lugar del saber en la cultura y la tensin entre trabajo manual y trabajo
intelectual-.
La caracterizacin del concepto de experiencia es fundamental en este
sentido. Qu entendemos aqu por experiencia? Podramos decir que la
experiencia es el punto nodal de interseccin entre el lenguaje pblico y la
subjetividad privada, entre la dimensin compartida que se expresa a travs de
la cultura y lo inefable de la interioridad individual. Desde la teora clsica se
haba atacado la nocin de experiencia a partir de tres cuestiones: en primer
lugar, contrastando el conocimiento racional (el cientfico por excelencia) de
aqul que se poda obtener empricamente (ligado a la creencia y la opinin); en
segundo lugar, cuestionando la naturaleza restringida de la praxis en contraste
con el carcter libre del pensamiento racional; finalmente, se cuestion la base
metafsica de la experiencia, el hecho de que la accin fsica y los sentidos
estn confinados al mbito de los fenmenos mientras que la razn se asimila a
la realidad ltima.
Esta tradicin hunde sus races en el pensamiento griego. Platn pensaba
que la experiencia significaba ser esclavo del pasado y de los hbitos ms que
de la razn, mientras que Aristteles confinaba su uso a la confirmacin de
leyes universales. La filosofa pragmtica, en cambio, otorg un lugar
sustantivamente distinto a la experiencia. John Dewey va a proponer una idea
de experiencia ligada a la idea de experimentacin (que est en la base del
conocimiento cientfico) que implicaba que el pasado nos enfrenta con
problemas a resolver (no solamente con hbitos a repetir) y con falsas
soluciones a evitar. La experiencia para Dewey se volva tanto ms valiosa no
cuando confirmaba las hiptesis del pasado sino cuando las refutaba, abriendo
as la posibilidad de un nuevo conocimiento sin precedentes. De igual forma, la
palabra experiencia es a la vez un concepto lingstico colectivo, un
significante que se refiere a una clase de significados que tienen algo en comn,
y un recordatorio de que tales conceptos siempre dejan un excedente que
escapa a un dominio homogeneizador, pero que pueden comunicarse a travs
de una narrativa llena de sentido.
En segundo lugar, la idea de saber. Saber no slo es un verbo asociado a
la actividad de educar. Tambin designa una institucin. Estas instituciones
pueden ser parcialmente identificadas con formas organizacionales. El saber
como institucin no necesita de edificios concretos que lo vuelvan viable o de
muros que la protejan de un exterior amenazante. Por otro lado, el saber no
tiene tanto que ver con el contenido sino con el tipo de relacin que entablan
quienes participan de ella. Lo que emancipa es la capacidad de reconocer en el