Cuentos Taoistas
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Decir la verdad
Rab Elimelej de Lizensk dijo una vez:
- Estoy seguro de obtener mi parte en el Mundo que Vendr. Cuando me
encuentre ante el Tribunal Celestial se me preguntar: " Aprendiste como era
tu deber ?": A lo que contestar: "No". Se me preguntar tambin: " Oraste
como era tu deber '". Mi respuesta ser tambin: "No". La tercera pregunta
dir: " Hiciste el bien, como era tu deber ?". Y responder por tercera vez:
"No". Entonces se fallar a mi favor por haber dicho la verdad.
Relatos y parbolas de los Hasidim
El rey sabio
Haba una vez un rey sabio y poderoso que gobernaba en la remota
ciudad de Wirani. Y era temido por su poder y amado por su sabidura.
En el corazn de aquella ciudad haba un pozo cuya agua era fresca y
cristalina, y de ella beban todos los habitantes, incluso el rey y sus cortesanos,
porque en Wirani no haba otro pozo.
Una noche, mientras todos dorman, una bruja entro en la ciudad y
derram siete gotas de un extrao lquido en el pozo, y dijo:
-De ahora en adelante, todo el que beba de esta agua se volver loco.
A la maana siguiente, salvo el rey y su gran chambeln, todos los
habitantes bebieron el agua del pozo v enloquecieron, tal como 1o haba
predicho la bruja.
Y durante aquel da, todas las gentes no hacan sino susurrar el uno al
otro en las calles estrechas y en las plazas pblicas:
-El rey est loco. Nuestro rey y su gran chambeln han perdido la razn.
Naturalmente, no podemos ser gobernados por un rey loco. Es preciso
destronarlo.
Aquella noche, el rey ordeno que le llevasen un vaso de oro con agua del
pozo. Y cuando se lo trajeron, bebi copiosamente y dio de beber a su gran
chambeln.
Y hubo gran regocijo en aquella remota ciudad de Wirani. porque el rey
su gran chambeln haban recobrado la razn. Gibran Khalil
Zen
Bankei estaba un da hablando tranquilamente a sus discpulos cuando su discurso
fue interrumpido por un Padre de otra religin.
Estos creian en el poder de los milagros y decan que la salvacin vena
de la repeticin de las palabras sagradas.
Bankei se callo y pregunto al padre lo que quera decir.
El Padre comenz a alardear que el fundador de su religin poda quedar
sentado y quieto durante meses u dejar de respirar durante muchos das y
pasar por el fuego sin quemarse.
El Padre pregunto: "Que milagros puede hacer usted?"
Banquei contesto: "Apenas uno, cuando estoy con hambre, como y cuando
estoy con sed, bebo".
Parbola
En un stra, el Buddha cuenta una parbola:
Un hombre que atravesaba el campo se encontrn con un tigre. Ech a
correr, y el tigre tras l. Al llegar a un precipicio, se asi a las races de una
via silvestre y se dejo caer en el abismo. El tigre lo husmeaba desde all
arriba. Temblando, el hombre mito hacia abajo, donde, de lejos, otro tigre
aguardaba para devorarlo.
Dos ratones, uno blanco u otro negro, empezaban a roer lentamente la vid. El
hombre vio all prxima una mata de apetitosas fresas. Asido de la vid con una mano,
arrancaba fresas con la otra. Que dulce su sabor!
Felicidad
"Necesito desesperadamente que alguien me ayude... o voy a volverme loco. Vivo
en una pequea habitacin con mi mujer, mis hijos y mis parientes, de manera que tenemos
los nervios a punto de estallar y no dejamos de gritarnos y de increparnos los unos a los
otros. Aquello es un verdadero infierno..."
"Me prometes que hars lo que yo te ordene?", le dijo el maestro con
toda seriedad.
"Te juro que lo har!":
"Perfectamente. Cuantos animales tienes?".
"Una vaca, una cabra, seis gallinas..... y alguno ms".
"Mtelos a todos en una habitacin y vuelve dentro de una semana".
El discpulo quedo horrorizado, pero haba prometido obedecer...! De
modo que lo hizo y regreso al cabo de una semana quejndose
desconsoladamente: "Vengo hecho un manojo de nervios! que suciedad, qu
peste, qu ruido...! Estamos todos a punto de volvernos locos!"
"Mete ahora el perro y el caballo y vuelve dentro de una semana"
Ya no poda ms.... era insoportable.
"Vuelve otra vez", dijo el Maestro, "y saca a todos los animales fuera".
El hombre se marcho a su casa corriendo y regres al da siguiente
radiante de alegra: "Qu felicidad! Han salido todos los animales y aquello es
ahora el paraso. Qu tranquilidad, qu limpieza, qu amplitud...!".
Movimiento
A unos discpulos que no dejaban de insistirle en que les dijera palabras de
sabidura, el Maestro les dijo: "La sabidura no se expresa en palabras, sino que se revela en
la accin".
Pero cuando les vio metidos en actividades hasta las cejas, solt una
carcajada y dijo: "Eso no es accin. Es movimiento".
Lectura
Un monje que llevaba cierto tiempo junto a Tao U, le dijo un da:
-Desde que estoy aqu, no he recibido la menor enseanza acerca del
estudio del espritu.
-Desde que ests aqu no he cesado de ensearte cmo se estudia el
espritu -respondi Tao U.
-De qu modo, maestro?
-Cuando me trajiste una taza de t, acaso no la acept?; cuando me
serviste la comida, acaso no la tom?; cuando te inclinaste ante m; acaso no
te devolv el saludo? Entonces, cundo he descuidado tu enseanza? Si deseas
ver mira directamente. Pero si intentas pensar acerca de tu enseanza, fallas
completamente -manifest el maestro.
Lectura
Cuando un monje le pidi a Tchao Tch que le instruyera en el Zen,
est dijo:
-Has tomado tu desayuno?
-Si, maestro, lo he tomado.
-Entonces vete a lavar los platos.
Esta respuesta abri sbitamente los ojos del monje a la verdad del Zen.
Lectura
Supongamos que un hombre, en el curso de su viaje, encuentra en su camino un ro
grande y ancho, y que la ribera en la que se halla est llena de peligros, mientras que la otra
es segura; pero no hay barco para atravesar el ro, y tampoco ningn puente. Supongamos
que este hombre se dice: "Y si recogiese algunas hojas, rosales y ramas y las uniese en
forma de balsa y entonces, llevado por esta balsa y remando con las manos y los pies,
atravesase hasta la otra orilla?"
Y supongamos ahora que una vez atravesado el ro, ya en la otra orilla,
este mismo hombre se dice: "Esta balsa acaba de prestarme un gran servicio,
ahora la pondr sobre mi cabeza y la llevar siempre para hacer lo mismo en
todas partes".
Qu pensis monjes? Es sabia la actuacin de este hombre con
respecto a la balsa?
Un monje respondi: "En verdad que no, seor".
En efecto, si este hombre pensase sabiamente se dira: "Verdaderamente esta balsa
me ha servido, ahora puedo eliminarla sobre la ribera y continuar mi viaje". Este hombre
actuara as rectamente con respecto a su balsa. Del mismo modo os enseo mi doctrina
sirvindome de esta balsa como ejemplo que debe servir para evadirse y no permanecer
prisioneros. Comprendiendo la comparacin debis dejar tras de vosotros los dharma, y
cuanto ms aun los no-dharma.
Cita de Lao - Tse
El conoce a los dems es inteligente.
El que se conoce a s mismo es iluminado.
El que vence a los dems es fuerte.
El que se vence a s mismo es la fuerza.
Cita de Lao - Tse
Acomete la dificultad por su lado ms fcil.
Ejecuta lo grande comenzando por lo ms pequeo.
Las cosas ms difciles se hacen siempre abordndolas en lo que es ms
fcil y las cosas grandes en lo que es ms pequeo.
Pecado
Una de las ms desconcertantes -y deliciosas- enseanzas del Maestro era sta: Dios
esta ms cerca de los pecadores que de los santos.
Y lo explicaba as: Desde el cielo, Dios sostiene a cada persona mediante
una cuerda. Cuando pecas, cortas la cuerda. Entonces Dios repara la cuerda
mediante un nudo, con lo que te acerca un poco ms a l. Con cada pecado que
cometes, cortas una y otra vez la cuerda; y con cada nuevo nudo, Dios te va
acercando a l progresivamente,
Curacin
A una persona muy afligida que haba acudido a l en busca de ayuda le pregunt el
Maestro: "Deseas realmente ser curado?"
"Me habra molestado en acudir a ti si no lo deseara?"
"Y por qu no? La mayoria de la gente lo hace".
"Entonces, Para qu vienen?"
"No precisamente buscando la curacin, que es dolorosa, sino buscando
alivio".
Y a sus discpulos les dijo el Maestro: "Las personas que desean curarse con tal que
puedan hacerlo sin dolor son como los que estn a favor del progreso con tal de que ste no
suponga para ellos cambio alguno".
Soberana
Los discpulos buscaban la Iluminacin, pero no saban en que consista ni cmo
poda llegarse a ella.
El Maestro les dijo: "No puede ser conquistada. No podis apoderaros de
ella".
Pero, al ver el abatimiento de los discpulos, el Maestro aadi: "No os
aflijis tampoco podis perderla".
Y esta es la fecha en que los discpulos andan buscando lo que ni puede
ser perdido ni puede ser adquirido.
Proverbio Zen
Un da de viento dos monjes discutan sobre un rbol.
El primero deca: "Te digo que lo que se mueve es el rbol no el viento".
El segundo deca: "Y yo te digo que lo que se mueve es el viento no el rbol"
Un tercer monje paso por all y dijo: "No se mueve el viento y tampoco el
rbol. Son vuestras mentes las que se mueven".
se encuentran y se aprietan
(como las piernas en posicin de loto)
maravillosamente existen reguntas y respuestas mezcladas.
Hokyo Zan Mai
Lectura
Se cuenta la historia de un sabio religioso que todas las maanas hablaba a sus
discpulos. Cierta maana subi al estrado y justamente cuando iba a comenzar a hablar un
pjaro se poso en la ventana y comenz a cantar, con todo su alma. Despus se callo y se
fue a volar.
El instructor dijo entonces: "Se ha terminado la charla de esta maana".
El ciervo escondido
Un leador de Cheng se encontr con un ciervo asustado y lo mat. Para evitar que
otros lo descubrieran, lo enterr en el bosque y lo tap con hojas y ramas. Poco despues
olvid el siti donde lo haba ocultado y crey que todo haba ocurrido en un sueo. Lo
cont, como si fuera un sueo, a toda la gente. Entre los oyentes hubo uno que fue a buscar
al ciervo escondido y lo encontr. Lo llevo a su casa y dijo a su mujer:
-Un leador so que haba matado un ciervo y olvid donde lo haba
escondido y ahora yo lo he encontrado. Este hombre s que es un soador.
-Tu habrs soado que viste a un leador que haba matado un ciervo.
Realmente crees que hubo un leador? Pero como aqu est el ciervo debe ser
verdadero -dijo la mujer.
-An suponiendo qu encontr al ciervo por un sueo -contesto el marido
-,a qu preocuparse averiguando cul de los dos so?
Aquella noche el leador volvi a su casa, pensando todava en el ciervo, y
realmente so, y en el sueo so quin lo haba encontrado. Al alba fue a casa
del otro y encontr al ciervo. Ambos discutieron y fueron ante un juez, para
que resolviera el asunto. El juez dijo al leador:
Liehts
Despreocuparse
"Qu debo hacer para llegar a la Iluminacin?"
"Nada"
"Cmo es eso...?"
"La Iluminacin no es cuestin de "hacer". La Iluminacin se produce"
"Entonces, no puede alcanzarse nunca?"
"Por supuesto que puede alcanzarse"
"Y cmo?"
"No haciendo"
"Y qu hay que hacer para llegar a no hacer?"
"Qu hay que hacer para dormirse o para despertarse?"
Conversin
A un grupo de sus discpulos que estaban tremendamente ilusionados con una
peregrinacin que iban a emprender les dijo el Maestro: "Llevad con vosotros esta calabaza
amarga y aseguraros de que la bais en todos los ros sagrados y la introducs en todos los
santuarios por los que pasis".
Evolucin
Al da siguiente dijo el Maestro: Desgraciadamente, es ms fcil viajar que detenerse".
Los discpulos quisieron saber por qu.
"Porque mientras viajas hacia una meta, puedes aferrarte a un sueo;
pero cuando te detienes, tienes que hacer frente a la realidad"
"Pero entonces, cmo vamos a poder cambiar si no tenemos metas ni
sueos?", preguntaron perplejos los discpulos.
"Para que un cambio sea real, tiene que darse sin pretenderlo. Haced
frente a la realidad y, sin quererlo, se producir el cambio".
No - violencia
Una serpiente haba mordido a tantos habitantes de la aldea que eran muy pocos los que se
atrevan a aventurarse en los campos. Pero era tal la santidad del Maestro que se corri la
noticia de que haba domesticado a la serpiente y la haba convencido de que practicara la
disciplina de la no - violencia.
Al poco tiempo, los habitantes de la aldea haban descubierto que la
serpiente se haba hecho inofensiva. De modo que se dedicaban a tirarle
piedras y a arrastrarla de un lado a otro agarrndola por la cola.
La pobre y apaleada serpiente se arrastr una noche hasta la casa del
Maestro para quejarse. El Maestro le dijo: "Amiga ma, has dejado de
atemorizar a la gente y eso no es bueno".
"Pero si fuiste t quien me
enseo a practicar la disciplina de la no - violencia!"
Camino embarrado
Tanzn y Ekid andaban juntos cierta vez por un camino embarrado. Segua
lloviendo intensamente.
Al llegar a un recodo, vieron a una hermosa joven, con kimono de seda y
ceidor, que no se animaba a intentar el cruce.
-Vamos nia -dijo Tanzn al punto y, levantndola, la llev en brazos a
travs del lodo.
Ekid guard silencio hasta la noche, cuando llegaron a un templo en que
alojarse. Entonces ya no pudo contenerse:
-Los monjes -dijo a Tanzn- no nos acercamos a las mujeres, sobre todo
sin son jvenes y agraciadas. Es peligroso. por qu has hecho eso?
-Yo he dejado all a la muchacha -repuso Tanzn-. Tu todava la traes
contigo?
Irascible
La mente de piedra
Tiempo de morir
Ikky, el maestro del Zen, desde pequeo fue muy avisado. Su maestro posea una
preciosa taza de t, de rara antigedad. A Ikky se le rompi accidentalmente esta taza, y se
quedo muy perplejo. Oyendo los pasos del maestro que se acercaba, ocult tras de s los
pedazos de la vasija. Cuando apareci el maestro, Ikky le pregunt:
-Por qu hay que morir?
-Es lo natural -respondi el digno seor-. Todo debe morir y tiene un
determinado tiempo de vida.
Ikky, mostrando la vasija despedazada, explic: -A tu taza le haba
llegado el tiempo de morir.
Intrepidez
"Que es el amor?"
"La ausencia total de miedo", dijo el maestro.
"Y qu es a lo que tenemos miedo?"
"Al amor", respondi el maestro.
Tribulacin
"Las calamidades pueden ser causa de crecimiento y de iluminacin", dijo el
maestro.
Y lo explico del siguiente modo:
"Haba un pjaro que se refugiaba a diario en las ramas secas de un rbol
que se alzaba en medio de una inmensa llanura desrtica. Un da, una rfaga de
viento arranc la raz del rbol, obligando al pobre pjaro a volar cien millas en
jasid.
Lectura
Uno de los discpulos de Lao Tse, Chuang Tse, so una noche que se haba
convertido en una mariposa, revoloteando, volando entre las flores. Y a la maana siguiente
cuando se despert estaba muy triste. Sus discpulos le preguntaron: "Que pasa Maestro?
Nunca te hemos visto tan triste. Qu ha sucedido?". El dijo: "Estoy en un apuro. Estoy en
un dilema tal que ahora parece que no puede ser resuelto". Los discpulos dijeron: "Nunca
hemos visto un problema que no pueda resolverse; dinos cual es el problema". Chuang Tse
dijo: "Esta noche he soado que me haba convertido en una mariposa, volando por el
jardn, yendo de flor en flor". Los discpulos se rieron. Dijeron: "es un sueo maestro!".
Chuang Tse dijo: "Esperad dejadme contaros toda la historia. Ahora estoy despierto y me
siento confuso. Ha surgido una duda. Si Chuang Tse puede soar que puede convertirse en
mariposa, por qu no puede ser al revs? Una mariposa puede soar que se ha convertido
en Chuang Tse. As que quien es quien? Soy una mariposa soando que me he convertido
en Chuang Tse?"
Milagro
Se deca que el "Haji" que viva en las afueras de la ciudad realizaba milagros, por
lo que su casa se haba convertido en un centro de peregrinacin al que acuda gran nmero
de personas enfermas.
El Maestro, de quien todo el mundo saba que ni senta el menor inters
por lo milagroso, nunca responda a las preguntas que pudieran hacerle acerca
del "Haji".
Cuando le preguntaron a quemarropa por qu se opona a los milagros,
respondi: "Cmo va uno a oponerse a lo que est ocurriendo ante sus ojos a
cada instante?".
Evasin
Un visitante refera la historia de un santo que quera ir a visitar a un amigo suyo
que estaba agonizando; pero, como le daba miedo viajar de noche, le dijo al sol: "En el
nombre de Dios te ordeno que permanezcas en el cielo hasta que llegue yo a la aldea donde
mi amigo agoniza". Y el sol se detuvo en el cielo hasta que el santo lleg a dicha aldea.
El Maestro sonri y dijo: "No habra sido mejor que el santo hubiera
vencido su miedo a viajar de noche?".
Contradiccin
"Qu accin tendra yo que realizar para alcanzar a Dios?"
"Si deseas alcanzar a Dios, hay dos cosas que debes saber. La primera
es que todos los esfuerzos por alcanzarlo no sirven para nada".
"Y la segunda?"
"Que debes actuar como si no supieras la primera".
Transitoriedad
El Maestro senta alergia haca aquellas personas que prolongaban
excesivamente su estancia en el monasterio. Ms tarde o ms temprano, todos
los discpulos oan de sus labios las temidas palabras: "Ha llegado el momento
de que te vayas. Si no lo haces, el Espritu no vendr a ti".
Un discpulo reacio a marchar quiso saber qu era ese "Espritu".
Y el Maestro le dijo: "El agua solo se mantiene viva y libre si fluye. T
slo permanecers vivo y libre si te marchas. Si no huyes de mi, te estancars
y morirs.... contaminado".
Incongruencia
Todas las preguntas que se suscitaron aquel da en la reunin pblica estaban
referidas a la vida ms all de la muerte.
El Maestro se limitaba a sonrer sin dar una solo respuesta.
Cuando, ms tarde, los discpulos le preguntaron por qu se haba
mostrado tan evasivo, l replic: "No habeis observado que los que no saben
qu hacer con esta vida son precisamente los que ms desean otra vida que
dure eternamente?".
"Pero hay vida despues de la muerte o no la hay?", insisti un discpulo.
"Hay vida antes de la muerte? Esta es la cuestin!", replico
enigmticamente el Maestro.
Humildad
Palabras
Los discpulos estaban enzarzados en una discusin sobre la sentencia de Lao Tse:
"Los que saben no hablan;
los que hablan no saben".
Cuando el Maestro entr donde ellos estaban, le preguntaron cul era el significado
exacto de aquellas palabras.
El maestro les dijo: "Quin de vosotros conoce la fragancia de una
rosa?":
Todos la conocan.
Entonces les dijo: "Expresadlo con palabras".
Y todos guardaron silencio.
Ruido
El Maestro tena que soportar cada da una verdadera avalancha de preguntas, a las
cuales l responda en serio o en broma, con suavidad o con toda energa.
silencio.
Juzgar
"Qu he de hacer para perdonar a todos?":
"Si no condenaras a nadie, nunca tendras necesidad de perdonar".
Serenidad
"Existe alguna forma de medir las propias fuerzas espirituales?"
"Muchas".
"Dinos tan slo una".
"Tratad de averiguar con que frecuencia perdis la calma a lo largo de
un slo da".
Realidad
Aunque el Maestro pareca saborear la vida y vivirla a tope, tambin se
saba que afrontaba grandes riesgos, como cuando denunciaba la tirana del
gobierno, corriendo el peligro de ser arrestado y hasta morir, o cuando llev a
un grupo de sus alumnos a ayudar a una aldea que haba sufrido el azote de la
peste.
"El sabio no teme a la muerte", sola decir.
"Por qu tiene un hombre que arriesgar la vida tan fcilmente?", le
preguntaron en cierta ocasin.
"Por qu tiene una persona que preocuparse tan poco por el hecho de
que se apague una vela cuando el da ya ha amanecido?".
Imbecilidad
Concentracin
Despus de ganar varios concursos de arquera, el joven y jactancioso
campen ret a un maestro Zen que era reconocido por su destreza como
arquero. El joven demostr una notable tcnica cuando le di al ojo de un
lejano toro en el primer intento, y luego parti esa flecha con el segundo
tiro. "Ah est", le dijo el viejo, "a ver si puedes igualar eso!". Inmutable,
el maestro no desenfundo su arco, pero invit al joven arquero a que lo
siguiera hacia la montaa. Curioso sobre las intenciones del viejo, el
campen lo sigui hacia lo alto de la montaa hasta que llegaron a un
profundo abismo atravesado por un frgil y tembloroso tronco. Parado con
calma en el medio del inestable y ciertamente peligroso puente, el viejo
eligi como blanco un lejano rbol, desenfund su arco, y dispar un tiro
limpio y directo. "Ahora es tu turno", dijo mientras se paraba
graciosamente en tierra firme. Contemplando con terror el abismo
aparentemente sin fondo, el joven no pudo obligarse a subir al tronco, y
menos a hacer el tiro. "Tienes mucha habilidad con el arco", dijo el
maestro, "pero tienes poca habilidad con la mente que te hace errar el
tiro".
Destino
Durante una batalla, un general japons decidi atacar an cuando su
ejrcito era muy inferior en nmero. Estaba confiado que ganara, pero
sus hombres estaban llenos de duda. Camino a la batalla, se detuvieron en
una capilla. Despus de rezar con sus hombres, el general sac una moneda
y dijo, "Ahora tirar esta moneda. Si es cara, ganaremos. Se es cruz,
perderemos. El destino se revelar". Tir la moneda en el aire y todos
miraron atentos como aterrizaba. Era cara. Los soldados estaban tan
contentos y confiados que atacaron vigorosamente al enemigo y
consiguieron la victoria. Despus de la batalla, un teniente le dijo el
general, "Nadie puede cambiar el destino"."Es verdad", contest el
general mientras mostraba la moneda al teniente, que tena cara en ambos
lados.
Soando
El gran maestro Taosta Chuang Tzu so una vez que era una mariposa
revoloteando aqu y all. En el sueo no tena conciencia de su
individualidad como persona. Era slo una mariposa. De pronto, se
despert y se encontr ah acostado, una persona otra vez. Pero entonces
pens para s mismo, "Era antes un hombre que soaba ser una mariposa,