La Elocuencia Política Del Cuerpo
La Elocuencia Política Del Cuerpo
La Elocuencia Política Del Cuerpo
elocuencia
poltica
Vicente
del
cuerpo
Aliaga
Visto con la perspectiva del tiempo, sin olvidar el revulsivo que provoc el
accionismo austraco, no pueden pasarse por alto las altas dosis de machismo y
de autoritarismo presentes en las acciones de Otto Mhl. Valie Export las vivi en
persona. En parte acciones callejeras como Tapp und Tastkino (1968) y Genital
Panic (1969), que tuvo lugar en un cine, suponen un cuestionamientode la
supremaca y el dominio masculino.
Destruir mediante la accin corporal es una actividad que puede conllevar un
proceso creativo fsico y fisiolgico. As lo supo ver Gustav Metzger, organizador
del Destruction in Art Symposium (DIAS) en Londres en 1966. Destruir supona
tambin en aquellos momentos una crtica a la objetualizacin consumista del
producto artstico convertido en simple mercanca de lujo.
En DIAS no estuvo presente la artista francesa Niki de Saint-Phalle. Fue la
ideadora de lasperformances tituladas Tir volont llevadas a cabo en
el Impasse Ronsin de Pars en 1961, En ellas disparaba contra unas bolsas de
pigmento lquido que al reventar manchaban la tela. Desde una perspectiva actual,
el hecho de que una mujer empuase un arma ha sido ledo en clave feminista.
Una lectura propuesta en diferentes artculos por Kristine Stile y por Peggy Phelan.
Tambin lo ha sido la performance de Yoko Ono Cut Piece, realizada en Tokio en
1964. Siguiendo instrucciones de la artista los espectadores cortaban trozos de
tela del vestido. Para evitar sentirse desnuda se cubri los pechos cuando alguien
le cort la cinta del sujetador.
En 1965, Shigeko Kubota, llev a cabo Vagina Painting, en el Perpetual Flexfest
de Nueva York. En cuclillas la artista iba pintarrajeando el suelo con la ayuda de
una brocha alada a su ropa interior. Un primer ejemplo del cunt art (arte del coo)
que sent mal a algunos componentes (todos varones) de Fluxus. Reacciones
sexistas de este orden las sufri en sus carnes Yayoi Kusama pero no se arredr.
En 1969 realiz la Grand Orgy to Awaken the Dead,una inmersin de cuerpos en
la fuente del MoMA para llamar la atencin sobre el hecho de que el museo se
haba convertido en un mausoleo, ajeno a la realidad contempornea. Sus performances, algunas filmadas, denotan la influencia de la love and peace
generation con toquez humorsticos y asaz dscolos. En una lnea igualmente
desinhibida se sita Carolee Schneemann, una artista imbuida de
influencias hippies, como pudo verse en su festivo Meat Joy, realizado en Pars en
1964. Se trata de una suerte de happening orgistico (el material utilizado era
heterclito: pescado, pollo, salchichas, pintura fresca, cuerdas, plsticos) en que la
gente se revolc sin tapujos en ropa interior. Un happening previamente ensayado
lo cual da fe del mal uso del trmino.
Haba asimismo en esta actividad algo de ritual aunque no tanto como en la
concebida por Michel Journiac en 1969 en Pars. Me refiero a Messe pour un
corps. Tras haberse extrado sangre y confeccionado morcillas con ello el artista,
sumo sacerdote, oficiaba el rito litrgico. La prensa populista le tach de monstruo.
En otro orden, y en una lnea concomitante con prcticas conceptuales, se sitan
lasperformances de Bruce Nauman concebidas para ser vistas desde el prisma del
film y el vdeo. La presencia fsica est en este caso totalmente minimizada pues
se trata de una performanceque se mostrar enlatada, como es el caso
de Walking in an Exaggerating Manner Around the Perimeter of a Square, 196768. Aunque no es este el tipo de arte de accin que estoy explorando en este
texto.
La aparicin de las nuevas tecnologas y del nfasis documentalista y lingstico
no impidi el mantenimiento de un arte corporal que en los aos setenta va a
primar los conceptos de resistencia, durabilidad, esfuerzo y tiempo. En esta lnea
despuntan, entre otros, Marina Abramovic, Gina Pane, Stuart Brisley, Chris
Burden, aunque con presupuestos diferentes. El grado extremo de exposicin del
cuerpo y de exhibicin del mismo lo puso de manifiesto la italiana Lea Vergine en
su ensayo pionero ll corpo come Linguaggo, (Giampaolo Prearo, Miln, 1974).
Lo vemos en el caso de Burden y su clebre Shoot, 1971. Este acto atrabiliario
supuso un riesgo que tal vez el joven artista no midi a conciencia al ser disparado
a una distancia de cinco metros por un amigo en una galera de Los ngeles. Esta
prctica le granje una fama de rebelde, cuya significacin poltica plantea ciertos
problemas. Amelia Jones en "Dis/playing the Phallus: Male Artists Perform Their
Masculinities"
(Art
History, Diciembre,
1994)
resalta
que
Burden
en Transfixed, 1974, mostrara sus genitales sin ambages, algo poco frecuente
entre los hombres. Uno de los pocos hombres que lo hicieron para cuestionar el
machismo de Pollock fue McCarthy en Penis Painting, 1974.
Dicho esto, en el arte es sorprendente de accin el grado de exhibicionismo
masculino que ha hecho del esperma un flujo hipervalorado. Ah est Vito Acconci
y su Seedbed (1972) que imit despus Francesc Torres. Tambin en 1979 la
accin del chileno Ral Zurita No, no puedo msen la galera Cal de Santiago ante
las pinturas de Juan Dvila, llevada a cabo en plena dictadura de Pinochet.
La intencionalidad poltica rezuma el accionismo del britnico Stuart Brisley al
menos enMoments of Decision and Indecision. Realizada en Varsovia en 1974, en
una situacin de asfixiante falta de libertades bajo el rgimen comunista, el hecho
de impregnarse de pintura que se le secaba impidindole moverse, invitaba a
lecturas polticas.
De forma semejante fue interpretada la accin del checo Petr Stembera que
decidi injertarse una planta en el brazo en Grafting, llevada a cabo en Praga en
1975. La energa natural regeneradora purificara metafricamente sus venas y su
organismo. En una lnea catrtica de ndole similar haba trabajado aos antes
Joseph Beuys aunque acentuando la vertiente mgico-espiritualista.
La violencia dirigida contra su propia integridad en el caso de la serbia Abramovic
enfatizaba la importancia de poner en riesgo el cuerpo, sometido a veces a los
deseos y veleidades del pblico como pudo verse en Rhythm O, 1974, en el
Studio Morra de Npoles en donde la gente dispuso de setenta y dos instrumentos
(unos cortantes, otros no) para plasmar su grado de sadismo y de volicin
desideraliva. Abramovic siempre ha desmentido la intencionalidad poltica y/o
Feminista de su trabajo. No sucede lo [sic] mismo caso con Gina Pane cuyo
accionismo se sita lejos de cualquier pretensin masoquista, como ha pretendido
ver Kathy O'Dell en Contract with the skin. Masochism, Performance Art and the
1970s (University of Minnesota Press, Minneapolis, 1998).
Provista de un bagaje psicoanaltico Pane inscribi la herida en su cuerpo para
indicar, entre otras cuestiones, su empata con otras mujeres (una clara referencia
lsbica),por ejemplo enAzione Sentimentale, Miln, 1973. Aos antes,
adelantndose a otras prcticas de parecidos presupuestos, puso su cuerpo en
contacto fsico con la naturaleza, como en Terre Protege,1970, donde apareca
acostada sobre la tierra. Dennis Oppenhheim explor la misma va.
EnReading Position for a second degree burn, 1970, tras cinco horas de
exposicin al sol su cuerpo haba devenido una superficie marcada de forma
natural. De estas actividades quedan las fotografas que as las documentan.
En una lnea formalista, centrada en la experiencia del movimiento del cuerpo en
un espacio en el que se mide el tiempo transcurrido y las modificaciones en la
percepcin visual, se sitan las performances de Klaus Rinke, por ejemplo, Deplazierung, 1972.
En un extremo ideolgico opuesto, imbuido de las micropolticas de la cotidianidad
que surgieron en Europa, Mxico y Estados Unidos, en la estela de mayo del 68 y
de las revueltas estudiantiles, encontramos las aportaciones de Ana Mendieta.
En Rape Scene, 1973, pidi a amigos y profesores que fueran a visitarle a su
habitacin de la universidad: encontraron una puesta en escena trgica (platos
rotos, luz trmula, sangre...} que haca pensar en la vctima de una violacin. Se
trataba de romper el silencio sobre la cuestin. Esta performance se entiende
mejor si se la enmarca en un contexto ms amplio, el de la denominada segunda
oleada feminista que sacudi el campo de la performance en Estados Unidos y
que dio frutos importantes.
Womanhouse, 1971, un proyecto desarrollado durante un mes en una casona de
Los ngeles en la que Judy Chicago, Faith Wilding y muchas otras mujeres
ocuparon
las
distintas
dependencias
para
llevar
a
cabo performances y environments cuyo eje principal haca hincapi en que la
vida privada, la vida personal y cotidiana comportaban un claro componente poltico. Con este horizonte trabajaron Suzanne Lacy y Leslie Leibowitz llevando a la
va pblica la problemtica de la violacin, continuamente minimizada por los
medios de comunicacin y la sociedad estadounidense. Con In Mourning and in
Rage, 1977, una peroformance realizada ante el ayuntamiento de Los ngeles,
dieron el aldabonazo, con una simbologa de mujeres vestidas de negro, a la
concienciacin sobre la violencia de gnero.
Ese contexto posibilit que muchas propuestas ignoradas de tipo feminista
empezaron a hacerse un pequeo hueco entre los resquicios de la historia del arte
que haba sido netamente oficial, formalista, greenbergiana, masculinista.
En esos mismos aos en Europa un conjunto de artistas problematizaron el
concepto de identidad sexual a caballo entre la performance y la prctica fotogrfica, explorando las ambigedades del travestismo. As sucedi con Pierre
Molinier, Jurgen Klauke, Urs Luthi, Katherina Sieverding, Valie Export. En Chile,
Carlos Leppe con sus performances travestidas trataba de cuestionar el frreo
orden militar heterosexista. En la Repblica Centroafricana, desde 1977 al menos
Samuel Fosso, multiplica en su [sic] autorretratos los pliegues de la identidad
cambiante y polimorfa.
La primera mitad de los ochenta estuvo inmersa en una glorificacin de la prctica
pictrica. Se instaur una vuelta al orden que el mercado aval con precios
desorbitados y una especulacin feroz. Con estos mimbres parece difcil detectar
la existencia de prcticas performativas o que empleen la actividad corporal. Las
hubo, aunque la historiografa posterior las haya invisibilizado. Un catlogo
titulado Performance. Eine andere Dimension, (Frhlich and Kauffmann, Berln,
1983) que recoge actividades de la Knstlerhaus Bethanien de Berln resulta til
como revisin del decenio anterior. Todo ello daba a entender que haba otras vas
alejadas del conformismo o del arte regresivo, como Benjamin Buchloh calific a la
pintura del neo-expresionismo y de la transvanguardia.
Estados Unidos, anclado en las polticas ultrapuritanas y conservadoras de Ronald
Reagan, donde se produjeron casos de censura de manifestaciones artsticas fue
clave en la conversin de la performance en activismo. Las Guerrilla Girls son un
ejemplo. Otro es el de la performancefeminista de Karen Finley. En We Keep Our
Victims Ready, 1989, fraguada tras el impacto que le produjo el asesinato de una
adolescente de 16 aos, manchada con sus propias heces, aborda problemticas
consideradas obscenas como el abuso sexual y el incesto.
El SIDA fue el catalizador de los miedos y prejuicios de grandes sectores de la
poblacin, espoleados por la derecha cristiana y los telepredicadores. La
comunidad artstica tard en reaccionar. Lo hizo finalmente con la creacin de
colectivos activistas tipo Grand Fury, Fierce Pussy relacionados en parte con ACT
UP... Sus acciones irreverentes surcaron Manhattan.
El cuerpo se haba transformado en materia pecaminosa, abyecta, enferma, en
generadora de miasmas y fluidos, en prcticas anales que la religin y los
homfobos condenaban, y no resultaba fcil reactivarlo y ponerlo en accin. El uso
extendido de nuevas tecnologas restaba fuerza a la presencia fsica. Otros
dispositivos la representaban: diodos electrnicos, videos, fotografas, y en los
noventa, el net-art. El cuerpo fue poco a poco digitalizndose.
Algunas de las manifestaciones ms radicales provenan de artistas que no tenan
acomodo en el mercado, lastrado por el glamour y la superficialidad. Me refiero a
Annie Sprinkle, una ex trabajadora del sexo que llev a cabo Post-Porn Modernist
Show, en 1992. En estaperformance, bajo su control y tras insertar un espculo en
la vagina, invitaba al personal a explorar sus flujos internos. Ese mismo ao en
Los ngeles, Bob Flanagan, acompaado de su compaera Sheree Rose,
realiz Visiting Hours, recreando su estancia en el hospital. A Flanagan se le
diagnostic al nacer fibrosis qustica. Apenas le daban unos meses de vida. Vivi
hasta los 44 haciendo del masoquismo sexual una prctica placentera de
ramificaciones artsticas.
Otro ejemplo de performatividad de una sexualidad que la moral bienpensante
tildaba de repugnante la llev a cabo uno de los performers ms perseguidos de la
cultura norteamericana: Ron Athey. En 4 Scenes in a Harsh Life, 1994, puso en
prctica un elaborado ritual en que la sangre desempeaba un papel simblico y
una realidad material. Acusado de propagar el SIDA tuvo que poner pies en polvorosa marchndose a Europa. Probablemente el italiano afincado en Londres
Franko B sea hoy uno de sus epgonos en la actividad corporal de la performance
en donde derramar sangre, por ejemplo en Mamma I can't sing, 1996, deviene un
gesto subversivo.
En un registro diferente, no puede olvidarse la aportacin de Pepe Espaliu a la
concienciacin social sobre el SIDA. Las dos acciones (el vocablo performance le
pareca excesivamente cargado de significacin teatral) tituladas Carrying son
harto significativas. Realizadas en las calles de San Sebastin y Madrid, en 1992,
se trataba de enlazar el mbito poltico y el de la cultura y el arte a favor de una
suerte de sanacin simblica. Esto le emparentaba con algunas iniciativas de
Beuys, aunque desprovistas del sesgo mesinico del alemn.
En el mismo ao y con motivo de las celebraciones neocolonialistas habidas en
Espaa Coco Fusco y Guillermo Gmez Pea realizaron la performance Two
undiscovered Amerindians visit Madrid, en plena plaza de Coln, en Madrid en
1992. Formulaciones como sta de neta stira a la colonizacin espaola y al
racismo pudieron despertar el inters por conocer las realidades artsticas y