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Desarrollos Sobre Grupalidad

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M. BERNARD - L. EDELMAN - D.

KORDC:
M. L'HOSTE - M. SEGOVIANO - M.CAC)

DESARROLLOS
SOBRE GRUPALIDAD

UNA PERSPECTIVA PSICOANALITIC


CONSULTA

IOTECA

ES21

.984.2
521

__J

l
Lugar Editorial

Captulo I

Los pequeos grupos


MARTA L.

L'HosTE

INTRODUCCIN
A comienzos de la dcada del sesenta, cuando las tcnicas de
grupo se haban ya difundido ampliamente en Europa y Estados
Unidos, J-B. Pontalis dice:"( ... ) Aqu y all, en la Universidad, en
el ejrcito, en hospitales psiquitricos, entre industriales, estudiantes, pedagogos, con mdicos, directores espirituales, padres,
se hace grupo (. .. )Tambin sorprende la diversidad: diversidad
de las influencias -Lewin, Moreno-, diversidad de las tcnicas
-experimental, observacin clnica-, diversidad de los modelos
-matemticos, organicistas, psicoanalticos. (. .. ) Qu se hace
cuando se instituyen tales grupos?(...) A primera vista, la confusin es grande(. .. )" (Pontalis, J-B. 1963, pg 273).
Esta frase de su artculo Le petit groupe comme objet al que
podemos considerar inaugural del psicoanlisis de grupo francs,
nos convoca a interrogarnos no por un "ser" del grupo, sino por
cmo y con cules tcnicas y teoras se est sosteniendo una coordinacn de grupo. No haremos una cronologa de tal "confusin",
de la que hay mucha bibliografa especializada, sino tomaremos
algunos modelos con los que se ha ido construyendo el conocimiento sobre los pequeos grupos. Modelos que podemos considerar
fundan tes, en su momento de produccin histrica, en cuanto enunciaron una nueva perspectiva, una nueva mirada. En toda poca
se producen ciertas categoras cientficas con las cuales se pueden encarar los fenmenos, en el marco de los a priori lgicos que
delimitan ciertos modos de pensar, lo que determina que algunos
fenmenos puedan visualizarse y conceptualizarse y otros queden
9

opacados ... Toda poca tiene tambin s us malestares culturales,


sus descomposiciones o desor ganizaciones sociales en contrapunto con nuevas organizaciones que aparecen en lucha por el poder
(poltico, cientfico, tcnico, etc), los que generan una demanda
social de soluciones, y sus instituciones hegemnicas encargan a
sus cientficos y tcnicos abordar nuevas propuest as (Lourau, R.
1975).
Nuestro r ecorrido se apoyar en dos lneas de trabajo:
La que se inscribe en el plano acadmico cientfico.
La que se produce tomando al grupo como campo de investigacin e intervencin.
La primera la ubicamos a fines del siglo pasado en la polmica que funda las Ciencias Sociales, en la que se planteara la r elacin entre Individuo y Sociedad. Sus ms grandes expositores fueron el socilogo Durkheim y el psiclogo Tarde, fundadores de las
escuelas del realismo o determinismo social, y del nominalismo,
respectivamente. Por primera vez se hace una interrogacin terica sobre los gn.ipos, la que ms adelante ser retomada por Freud,
Le Bon, Mac Douga ll, George Mead (Romero, R. 1987).
La otra lnea que trabaja en el campo de la investigacin y de
la intervencin se desarrolla a partir de la dcada del veinte. Busca obj etivos de cambio en los integra ntes de un grupo, a travs del
trabajo con y en el grupo, creando tcnicas, tcnicos, diversos dispositivos grupales, produciendo t eoras e ideologas acerca de Jos
mismos.

POLMICA REALISMO-NOMINALISMO
El discurso fundante de las Ciencias Sociales se centra en el
inters por pensar la r elacin entre Individuo y Sociedad, con una
lgica de la diferencia. Esto quiere decir que la diferencia se presenta como una relacin de oposicin entre dos posturas que se
ubican antagnicamente. Es ta forma de pensar con una lgica
binaria es caracterstica del pensamiento positivista occidental.
Las diferencias se m aFcan de forma tal, que se produce un efecto
de orden jerrquico constituyndose uno de los polos en hegemnico respecto del otro, por lo cual las dos categoras asumen un
carcter de exclusin recproca. Las escuelas que desarrollan el
tema se fundan as en est a a ntinomia, creando las categoras de
Individuo y Sociedad como entidades separadas y cerradas (Fernndez, A. 1989).

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Las tesis bsicas se expresaron del siguiente modo:


Slo el individuo es real, y el grupo es una suma de individuos
sin ninguna especificidad (Nominalismo).
La sociedad es lo real, y el individuo aislado constituye una
abstraccin (Realismo).
Tal vez pueda parecer vetusta esta discusin, y tendamos a
creerla superada. Sin embargo reaparece con diferentes ropajes,
como ms adelante lo veremos, en el campo psicoanaltico, en el
que ciertas tendencias tericas tienden a antropomorfizar al grupo, o, en el otro extremo, a negar que en l se producen fenmenos psquicos especficos 1
Para el Nominalismo sostenido por Tarde, el grupo es un trmino que se refiere a una multiplicidad de procesos individuales,
y en l la nica realidad la constituyen los individuos, en tanto
son los nicos actores, en la medida en que los procesos psicolgicos ocurren nicamente en ellos. Las instituciones, creencias y
prcticas sociales siguen, por lo tanto, los principios de la psicologa individual, ya que son slo producto de las motivaciones y
necesidades de los individuos. Lo social se reduce a lo intermental, y se considera que nada nuevo se produce en un conjunto,
nada que no haya existido previamente en la mente de los integrantes. La relacin social consiste en el interjuego de lo que Tarde llama las tres formas de lo intermental: imitacin, oposicin y
adaptacin-invencin.
Ms tarde, el lazo social explicado por la imitacin se deslizar
al de la sugestin en Le Bon. Tarde plantea que el hombre social es
una sonmbulo. Que la imitacin que los nios interiorizan es mucho
ms importante que la educacin que reciben y se les impone a la
fuerza. Con estos desarrollos se opone a la teora de la coercin social
de su interlocutor, no puede pensar que sta puede operar, aun en
la ausencia de una institucin en sentido morfolgico. Esta toma
de posicin condena al problema a un reduccionismo psicolgico.
La tesis antagnica, llamada de la mentalidad d e grupo, Durheim la desarrolla a lrededor de ciertos presupuestos nucleares,
que son:
El individuo est sujeto al cambio continuo, aparece y desaparece, mientras la sociedad es el nico continuum, y lo nico
que perdura es el vnculo social.

Este temo se desa rrollar en el captulo Il.

11

El individuo se realiza en el lazo social, pues fuera del grupo


slo cuenta con potencialidades amorfas: es una abstraccin.
En el grupo surgen fenmenos que tienen sus propias leyes,
irreductibles a la psicologa de los integrantes.
La nocin de institucin, entendida tambin como el hecho
social, es un referente privilegiado, y pasa a ser sinnimo de
regulacin social. Ella encarna las normas, las que son impuestas coercitivamente, sin tener en cuenta los deseos de los sujetos sociales. Afirma que existe una interiorizacin de representaciones colectivas, que se encuentran fuera del individuo
y que llegan a su mente bajo esta forma de normas.
Con la nocin de mente de grupo se intenta explicar cmo
muchos acontecimientos colectivos se desarrollan y mantienen, a
menudo sin relacin con las intenciones de los individuos, pero
con este tipo de nominacin se termina atribuyendo intencionalidad al grupo. Esta mente de grupo pensada como anloga a la
individual, aunque cuantitativamente supra-individual, se desliza haca una nocin antropomrfica de la grupalidad.
Es interesante sealar, de todos modos, el valor que esta escuela tiene, en cuanto ha enunciado cmo la interiorizacin de lo social
constituye la subjetividad humana, aunque el nivel de su explicacin la restrinja a lo normativo y a un mecanismo de coercin,
reduciendo el problema al orden de la moral y del derecho. Tambin le ha dado especificidad a los fenmenos grupales, aunque la
sostenga en un criterio antropomrfico, en la medida que le atribuye intencionalidad al grupo.
Hoy la polmica contina. Se siguen buscando articuladores
entre estos dos conjuntos heternomos e irreductibles: lo psquico y lo socio-histrico. Las preguntas sobre la dimensin de lo sociohistrico en la construccin de la subjetividad o sobre la subjetividad detenninando el proceso del mismo, siguen en plena vigencia. Con nuevos paradigmas para pensarlo, el problema sigue
abierto a nuevas discusiones, algunas de las cuales se desarrollarn a lo largo de esta obra.

UN MODELO DE ARTICULACIN
DE LA INTERIORIZACIN DE LO SOCIAL
George Mead publica en Estados Unidos, en 1934, su libro Esp ritu, Persona y Sociedad, legitimando la nocin de interioridad de
lo social en la conciencia individual. En esta obra plantea tres

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puntos fundamentales que en el prlogo de la edicin de 1965 Gino


Germani sintetiz de la siguiente forma:
- La sociedad es previa al individuo, y ste emerge como tal en
la matriz de sus interrelaciones sociales.
- A travs de la adopcin de papeles formadores del yo se internaliza lo sociocultural.
El sentimiento de s, el desarrollo de la autoconciencia, tiene
carcter histrico y slo deviene en la pertenencia social.
En el terreno filosfico Mead es un pragmatista, es decir que
reinterpreta los conceptos de espritu, inteligencia y conciencia en
trminos biolgicos, psicolgicos y sociolgicos, continuando la
corriente postdarwiniana. Es tambin un naturalista, en la medida que pretende evitar el dualismo de espritu y materia. Se aproxima a analizar la experiencia humana en trminos de conducta,
adscribiendo al conductismo. Su escuela se denomin del "lnteraccionismo simblico de Chicago".
Mead define a la persona como diferente del organismo, en
cuanto persona significa poder ser objeto para s en trminos refle:>..-ivos, a travs de la comprensin de la actividad social en que est
implicada.
La conciencia de s alude a un fenmeno cognoscitivo antes que
emocional, y se adquiere por la internalizacin del lenguaje, que
es el intermediario simblico.
El espritu es la subjetivacin del proceso social de comunicacin en que ha surgidoel smbolo significante y la capacidad de
simbolizacin.
Podemos articular los conceptos de persona, espritu y conciencia de s como procesos que se precipitan, uno en articulacin con
los otros, en la emergencia del lenguaje. Mead propone una gnesis de la construccin de la persona y del lenguaje.
El primer organizador del lenguaje son los gestos. Estos son
smbolos, en la medida que anticipan algo que no est, es decir,
significan etapas ulteriores de la conducta. Un puo cerrado amenaza, anticipando un golpe. El lenguaje est ya ah, presupone
una sociedad que ha creado sus significaciones y una puesta en
actividad de ciertas capacidades fisiolgicas en el individuo. Las
significaciones por ende no son subjetivas, ni privadas, ni mentales, sino que estn objetivamente en la situacin social. Cuando
alguien levanta la mano debe saber que est anunciando el golpe
para el otro, es decir que debe ser capaz de interpretar la significacin de su propio gesto.

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Del gesto-smbolo se produce el pasaje al smbolo-significante


cuando:"(. .. ) se despierta en s la reaccin que el propio gesto provoca en el otro, y se utiliza esa reaccin para el control de la conducta posterior(. .. )" (op. cit. pg. 216). Gracias al smbolo se puede adoptar el papel del otro para la regulacin de la propia conducta. Cuando alguien grita en un teatro: Fuego!, y afecta a uno
como a todos, se ha llegado a la etapa del genuino lenguaje, el gesto vocal.
El espritu es la internalizacin de ese proceso desde el gesto
al smbolo significante en la conducta del individuo.
La persona adviene a travs de comprender y adoptar las actitudes de otros hacia s, en su propia actividad social, pues la sociedad no se internaliza en abstracto, sino en la adopcin de los papeles concretos que el grupo le ofrece. Es en las actividades ldicas
y el deporte donde se ir organizando. El nio juega a algo, en ese
juego adopta los diferentes papeles de los otros. En el deporte, en
cambio, adopta la actitud de todos los otros hacia un objetivo y las
relaciones que tienen entre ellos. Internaliza una estructura, la
que a su vez es estructurante. Eso es el otro, una organizacin de
las actitudes de los que estn implicados en el mismo proceso,
siendo el otro generalizado la actitud de toda la comunidad, y es
lo que proporciona al individuo su unidad de persona. Para Mead
es imposible concebir una persona surgida fuera de la experiencia social, y las pertenencias y referencias a los grupos sociales
regularn permanentemente su identidad personal.
En la persona Mead distingue dos aspectos: el m, que representa la adopcin de las actitudes de los otros y el yo, en cuanto asume una conducta de reaccin a las actitudes de los otros. El yo reacciona ante el m, en l est la libertad, la iniciativa, la invencin.
El m es en cierto sentido un censor, el control social interiorizado.
En este modelo las nociones de individuo y sociedad no se enuncian como pares antagnicos, sino que se encuentra la mediacin
a travs del lugar que se le asigna al surgimiento del lenguaje en
la experiencia social, como organizador fundante, y a las prcticas socializadoras en el grupo social.
Mead realiza un intento sistemtico de comprender cmo la
subjetividad es producida por y en la cultura, quedando afuera algunas cuestiones, en la medida que no lo preocuparon los procesos inconscientes ni las especificidades que se producen en tanto los individuos forman parte de un conjunto.

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EL GRUPO COMO CAMPO DE INVESTIGACIN


Y DE INTERVENCIN
A partir de 1920, y en especial durante la crisis del treinta y
despus de la Segunda Guerra Mundial, la psicologa y la sociologa son interpeladas a dar nuevas respuestas.
Los cambios en el sistema de produccin capitalista, en especial en Estados Unidos, preocupaciones ideolgicas y polticas
sobre los totalitarismos versus el ideal democrtico, una gran confianza en el desarrollo de la ciencia, la tecnologa y sus valores
para producir cambio social, determinan la aparicin de una nueva disciplina: la psicologa social. Esta se va a ocupar del individuo en sus situaciones vinculares directas, en especial de su vida
informal, de las normas que rigen sus interacciones no institucionalizadas, que son las que completan, r efuerzan y a veces resisten las normas institucionales. El campo de trabajo es, prioritariamente, la empresa industrial.
La sociologa de las organizaciones, cuyo exponente terico
mximo fue Taylor, propulsor a de la direccin cientfica del trabajo, ya no da respuestas. Los inconvenientes que se esperaba
solucionar con la racionalizacin, ahora sern disfunciones del
factor humano. Hay que ocuparse de las relaciones humanas. Del
organigrama se pasa al sociograma (Lourau, R 1975).
La direccin de la Western Electric Company llama a Elton
Mayo para analizar problemas en el rendimiento de la produccin. Entre 1927y1932, Mayo se plante una inves tigacin de campo muy minuciosa, conocida como "Encuesta Hawthorne", la que
dio origen a los desarrollos de las escuelas de relaciones humanas.
Comenz por estudiar la incidencia, sobre el r endimiento de los
trabajadores, de factores materiales (luminosidad, tiempo de trabajo, remuneracin, etc.) y en un segundo tiempo dirigi su mirada a los fenmenos sociales y psicolgicos del pequeo grupo. Dise una investigacin-accin en la que durante dos meses observ
un grupo de catorce personas, en un taller de produccin de cableado telefnico, y se encontr con una serie de fenmenos obsrvables, tales como modificaciones en la conducta de los miembros en
sus relaciones informales, generacin de normas espontneas y
tcitas, que tenan ms peso que las interacciones formales y las
normas oficiales de la institucin. As descubre que hay un factor
de rendimiento que no haba sido hasta ese momento considerado: la pertenencia a un grupo produce nuevas formas de orga ni15

zacin, nuevas normas, nuevas motivaciones que se alejan de las


formales con que se iniciaron. Comienza a vislumbrarse una idea
de grupo asociada a que un conjunto de personas en intercambio
informal afectivo produce un plus, algo ms que la sumatoria de
las interacciones de sus integrantes. Este plus se visualiza en el
mayor o menor rendimiento que el grupo puede dar, con independencia de los cambios esperados por modificaciones del ambiente
social. Retomaremos este punto ms adelante, con el desarrollo
del modelo de G. Homans.
Es a partir de aqu que se recorta la psicosociologa centrada
en el anlisis e intervencin en los grupos de trabajo. Intervenir
significa en este con texto es trategias de accin a realizar en y por
los grupos de una organizacin social, a solicitud de sta, con miras
a facilitar ciertos cambios.
Dos sistemas de referencia psicolgica cumplieron una funcin
importante en la produccin de modelos para pensar lo grupal:
- la teora del comportamiento
- la teora de la forma (Gestalt).
Actitud, conducta, interaccin, motivacin, relacin, fuerzas,
cambio, facilitacin, resistencia al cambio, entre otros, son conceptos operacionales producidos en el interior de estas teoras.

DINMICADE GRUPOS
El trmino dinmica de grupo aparece por primera vez en 1944,
acuado por Kurt Lewin, psiclogo de la escuela de Berln, emigrado a Estados Unidos en 1930. Designa el anlisis sistemtico
y cientfico de los caracteres generales de la vida de los grupos
pequeos, y trabaja con mayor precisin la idea del plus grupal.
Lewin estudia la personalidad humana y luego los grupos, con
categoras conceptuales de la Gestalt. Esta escu ela, a diferencia
de la teora asociacionista, cuya unidad de anlisis era la sensacin, opera con otra unidad, la de estructura del campo perceptual. Construy una representacin topolgica (espacial) de la psicologa individual ubicando a la persona en el medio que la circunda, creando un campo psicolgico, dentro del cual distingue
varias regiones. Esta teora, inspirada tambin en modelos de la
fsica y las matemticas, es trasladada al estudio de los grupos.
En su produccin terica podemos reconocer dos tiempos:
La primera fase de investigacin experimental se desarroll a
partir de 1938.

)6

Realiz una conocida investigacin con R. Lippit y R. White


sobre los climas grupales y las diferentes respuestas agresivas
que se producen en un grupo segn el modelo de coordinacin utilizado: autoritario, democrtico o laissez {aire. Parti de la conviccin de que la frustracin ocasiona agresin, y observ que las
reacciones ante la misma varan segn los climas grupales generados por el tipo de coordinacin. La coordinacin democrtica
baja la respuesta agresiva. A partir de aqu comenz a fomrnlar
ciertas hiptesis bsicas. Por primera vez se va a teorizar el plus
que se produce en los grupos r econocido en las experiencias de
Elton Mayo ya nombradas. El ha1lazgo de que en el grupo se producen propiedades que son diferentes a la suma de las partes, produce un recorte, por el cual los fenmenos grupales quedar n para
siempre ubicados en un lugar de irreductibilidad respecto de los
individuos que los componen. El campo de lo grupal se instituye
as en su especificidad.
Lewin analiz cmo el grupo y su ambiente constituyen un
campo dinmico, un sistema de fuerzas interdependientes, en un
equilibrio no esttico, en un proceso en continuo movimiento. Por
lo tanto, si se modifican algunos de sus elementos se modificar
la estructura del conjunto, cuyos elementos principales son los
sub-grupos, los canales de comunicacin de sus miembros, las
barreras de la misma.
Lewin oper con un modelo de confiicto, en cuanto reconoce en
todo grupo la accin y coxistencia de fuerzas contradictorias que
favorecern la cohesin grupal o tendern a la desintegracin,
afirmando que la conducta grupal estar orientada siempre a resolver esta tensin. Por lo tanto el cambio ser posible segn la intensidad y tensin de las fuerzas puestas en juego, posibilitando esta
nocin operar en la desarticulacin de las fuerzas de desintegracin. Una de las mayores preocupaciones de este autor fue comprender las determinantes de la cohesin grupal.
Su unidad de anlisis fundamental es la r elacin entre los elementos y las configuraciones del conjunto. Las relaciones las
entiende como un entramado que, en cada momento, en el aqu
y ahora, configuran organizaciones particulares, enunciando
formas de lectura del sistema de interdependencia que se organiza entre los miembros del grupo y los elementos del campo
(finalidades, normas, percepcin del medio exterior, divisin
de roles, status, etc., en determinado momento), tratando de
encontrar regularidades.

17

En un segundo tiempo de sus investigaciones, las relaciones


que descubri en el laboratorio pasaron a ser confrontadas en los
grupos naturales, talleres, fbricas, escuelas, etc. Intent fundar
una ciencia del cambio social, con la conviccin de que el pequeo grupo facilita vencer las resistencias al cambio de actitudes y
valores. En estas ideas est inscripta la investigacin-accin que
realiz con las arnas de casa norteamericanas para modificar
hbitos de alimentacin durante la segunda guerra mundial.
Organiz dos tipos de reuniones. A un grupo se les dio slo conferencias sobre el valor nutritivo y la dieta, y la necesidad de
aporte a l a guerra. Al otro se lo coordin con una tcnica de libre
discusin, y se le propusieron recetas de cocina cuando hubo motivacin en los integrantes para conocerlas. El primer grupo modific la dieta en un tres por ciento, el segundo en un treinta y dos
por ciento. Infiri de estos resultados que las decisiones tomadas
en grupo permiten cambiar actitudes con mayor rapidez que las
que se toman en forma individual, convirtindose la pertenencia
al grupo en un operador que permite vencer las r esistencias al
cambio.
La corriente lewiniana se entrecruza con otras: la interaccionista, en su vertiente naturalista con G. Homans, la sociomtrica de J. Moreno, la psicoanaltica de los grupos. Sus postulados y
sus tcnicas se aplicaron con distintos objetivos en grupos de formacin, psicoterapia, animacin, etc. Con posterioridad a la muerte de Lewin en 1947, la dinmica de grupos adquiere un dominio
importante en la investigacin y la intervencin, y su trabajo se
multiplica. Los objetivos centrales en sus intervenciones apuntan
a comprender y trabajar el conflicto entre la cohesin y la desintegracin, tratando de mantener al grupo en un buen nivel de
adaptacin a su tarea. En nuestro pas sus aportes sern retomados y retrabajados por los psicoanalistas Enrique Pichon-Riviere
y Jos Bleger, dando origen el primero, en convergencia con otros
articuladores tericos, a su teora de los grupos operativos.
La teora del campo instituye un nuevo saber y nuevas prcticas sobre lo grupal. Como ya dijimos, recort los procesos grupales como un campo de anlisis especfico en un trabajo con modelos que dieron cuenta de sus regularidades, y cre dispositivos
grupales corno estrategias para determinados objetivos. Por otra
parte, nos interesa puntuar algunas cuestiones que a dicho modelo le quedaron invisibles:
Su explicacin espacial del dinamismo del campo estructural da

18

cuenta de la conducta grupal en un momento dado, pero no de su


dimensin socio-histrica ni de sus inscripciones institucionales.
Conceptos como el de coordinacin y clima democrticos estn
impregnados, ideolgicamente, de un valor social jerarquizado en su poca, como es el de democracia, pero la nocin poltica de la idea qued empobrecida al reducirse en los grupos a
la libre discusin.
El coordinador se ubica en el lugar del liderazgo, ofrecindose
como modelo. Ms adelante, los desarrollos psicoanalticos de
la grupalidad se preocuparn por diferenciar el lugar de la
coordinacin como descentrado del de liderazgo.
Lewin no tom en cuenta los procesos inconcientes en los grupos, trabajo que realizarn W. R. Bion y otros en Inglaterra a partir de la dcada del cuarenta. Ms tarde, despus de haber trabajado con la teora lewiniana, la escuela francesa de grupos fundada por Didier Anzieu a partir de 1968 abandonar la dinmica
de grupos, considerndola una pedagoga, y la diferenciar del
psicoanlisis grupal en algunas cuestiones. En cuanto promueve la pertenencia al grupo, pero sin trabajar con el nivel de las
fantasas que se suscitan en l, los integrantes suelen quedar
apresados sin discriminar su singular anudamiento en esa pertenencia. Durante el proceso grupal la tcnica de la dinmica de
grupo incentiva la liberacin del proceso primario, producindose un efecto de shock, pero al no ser ste interpretado, la regresin que se produce en
miembros del grupo es controlada con
el refuerzo de defensas yoicas. Los cambios suelen ser entonces
espectaculares, pero se atenan con el transcurrir del tiempo.
Tienden a ampliar la percepcin de los roles jugados en el grupo
por el sujeto mismo y por los otros, haciendo concientes ciertas
situaciones afectivas y motivaciones, pero slo en el nivel preconsciente. Tratan de impedir la cristalizacin de hbitos de pensamiento y de sentimientos en cuanto los someten a una reflexin comn, incentivando la bsqueda de conductas ms eficaces para la realizacin de la tarea, apuntalando siempre la
pertenencia, pero no elucidan la modalidad singular de cada integrante ante ella (Anzieu, D., 1972).

EL ENFOQUE INTERACCIONISTADE GEORGE HOMANS


Homans publica su obra El grupo humano en Estados Unidos
en el ao 1950. Es un continuador en el plano de la sociologa de
19

C. Cooley (1904) que acu las nociones de grupo primario y grupo secundario, y en el de la psicologa social de K. Lewin.
Tra baj sobre los protocolos levantados por la cita da "Encuesta Hawthorne" de Elton Mayo, especficamente sobre los grupos
de la sala de observacin de la conexin de horneras. Se dedic a
an alizar sistemticamente las mutuas relaciones de estos grupos
en trminos de variables especficas, tratando de hacer sus aportes en la lnea de una teora sociolgica que formule uniformidades y pueda enunciar legalidades para la teora de los pequeos
grupos. Su herramienta de anlisis fundamental ser la nocin
de interdependencia, tanto en el comportamiento de las variables
tomadas como unidades de anlisis h acia el adentro del grupo
como en sus relaciones con el afuera, es decir, con el ambiente
social. Rem ar car siempre que a los grupos nunca se los podr
comprender aisladamente. Los cambios se vincular n siempre en
forma conjunta con la organizacin interna y el a mbiente.
Defin e al grupo como la participacin conjunta de un nmero
de personas en sus interacciones, recortadas de un ambiente e>..1:erno, lo que dema rca un sist ema. Lo distingue en dos planos, el sistema externo y el sistema interno. En cada uno de ellos analiza el
comportamiento de tres variables especficas: la interaccin, la
actividad y el sentimiento. Postula que en todos los grupos estos
elementos actan como r egularidades cumpliendo las mismas funciones y observando las mismas relaciones r ecpr ocas. Define al
sistema externo, como aquel estado de la a ctividad, interaccin y
sentimientos que en s u interaccin constituyen una solucin entre
otras para sobrevivir en s u ambiente. Es te es el primer problema
a r esolver por todo grupo, la adaptacin . El sistema externo defin e las relaciones de accin y r eaccin r ecpr ocas y circulares que
se organizan entre el grupo y su ambiente particular. En este sistema la actividad se definir por la organizacin planeada, en la
que cada miembro tiene un pa pel de acuerdo a sus h abilidades
para llevar a cabo la tarea que los ha convocado. La inter accin,
por los intercambios de unos con otros, definidos por las p articularidades de la tarea y del lugar que cada uno ocupa; y el sentimiento, por el inters propio de cada uno que los llev a ser parte de ese grupo. Las interrelaciones de estas tres variables en la
forma enunciada, son las encargadas de producir el ajuste al medio,
y constituirn slo bajo esa condicin el sistema externo. La tarea
y los roles manifiestos sern los organizadores en este nivel.
De estas primeras relaciones se producir, segn H omans, una
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elaboracin social en el grupo, que ir ms all de sus necesidades adaptativas, y que es imposible evitar. Aqu aparece el plus
de gr.upo ya sealado. Nuevos sentimientos emergen de la interaccin, simpatas y aversiones, aprobaciones y desaprobaciones,
realizadas a la luz de las normas que van siendo producidas por
el conjunto. Tambin nuevas actividades, algunas de las cuales
pueden entrar en contradiccin con las prescriptas por el sistema
externo y el ambiente, tales como juegos, conversaciones, pujas,
etc., que a su vez darn lugar a nuevas pautas de interaccin con
otras regularidades e intensidades, organizando redes de comunicacin centradas en liderazgos. El desvo de estas variables de
conducta respecto de como han sido definidas en el sistema externo, y la aparicin de estas nuevas modalidades, es lo que se nombra como sistema interno, el que no est directamente condicionado por el ambiente.
La frontera entre ambos sistemas no es rgida, ms bien est
dirigida a modelizar un proceso circular, en la medida que el sistema interno surge del sistema externo y luego reacciona sobre ste.
Tomando el caso especfico observado, de la sala de conexin
de borneras, el resultado hubiera sido un mayor rendimiento (en
cuanto se les ofreca a los obreros aumentos de retribucin), si slo
el sistema externo regulara la vida del grupo. Pero el sistema
interno, producido en la divisin de sub-grupos, de nuevas normas, de sistemas de liderazgos, de simpatas y rechazos, determin que uno de los
rindiera menos en el nivel de produccin, en tanto esa haba sido la decisin grupal. Los fenmenos de cohesin y pertenencia se definen en este nivel, por lo tanto
la vida en el grupo satisface tanto el inters propio como algo ms .
Homans, con su mtodo positivista, ha realizado aportes a la
comprensin de ciertas legalidades que permiten a nalizar cualquier tipo de pequeo grupo. Su discriminacin entre sistema
externo y sistema interno ha proyectado un anlisis metodolgico imprescindible para la continuacin del pensamiento sobre lo
grupal. Ha remarcado que siempre un grupo se convoca para realizar alguna tarea, alrededor de la cual se organizan prcticas y
se funda un orden simblico que lo recorta y diferencia de los otros,
lo que le permite y lo obliga a relacionar se con su espacio social.
Estas primeras relaciones dadas en este nivel luego sern realimentadas por las elaboraciones particulares intragrupo, y estos
dos sistemas estarn implicndose uno al otro en sus trminos en
mutua interdependencia.

21

El desarrollo del pensamiento psicoanaltico sobre los grupos,


producir nuevas conceptualizaciones, har visibles nuevos fenmenos, pero este enfoque metodolgico no se perder.
Hasta aqu hemos hecho un recorrido posible, podra haber
sido otro. Pero nos hemos apoyado para el mismo en dos ejes. Por
un lado nuestra conviccin de que toda teora tiene un sello sociohistrico en su produccin a la manera en que lo hemos sealado
al comienzo, y por el otro que trabajar los desarrollos psicoanalticos, que es nuestro inters en este libro, ha enriquecido pero no
invalidado las nociones y conceptos producidos desde otros campos epistemolgicos para el conocimiento de la grupalidad.

22

Captulo 11

Grupo de trabajo-grupo
de supuesto bsico
DIANA KORDON

Nos proponemos en este captulo revsar los aportes fundamentales de Wilfred Bion a la problemtica de los grupos. Si bien
ha avanzado notablemente en las ltimas dcadas el trabajo psicoanaltico sobre la grupalidad, muchas de sus observaciones y
conclusiones clnicas sobre los grupos conservan vigencia y su
relectura plantea nuevos problemas a elucidar.
Su produccin con respecto a los fenmenos grupales est vinculada a las condiciones sociales que generaron una demanda y
un desafio a los terapeutas de su poca, a las que Bion encar en
forma concreta. As asumi durante la Segunda Guerra Mundial
las funciones de Director del sector de Rehabilitacin (o de adiestramiento) de un Hospital Psiquitrico Militar2 Los pacientes
deban ser adiestrados para volver a reintegrarse a sus tareas
militares. Bion hizo una de sus primeras experiencias con grupos
como objeto de estudio en esta funcin. Se propuso considerar la
rehabilitacin como un problema grupal, y por lo tanto organiz
con este enfoque el sector a su cargo, compuesto por varios cen ten ares de hombres.
En 1948 fue convocado por la Tavistock Clinic de Londres, para
hacerse cargo de tratamientos en pequeos grupos. Lamentablemente la presin ejercida por la institucin oficial psicoanaltica
incidi en su decisin de abandonar el trabajo con los grupos. Esta
presin se evidencia tambin en el hecho de que, a pesar de la
influencia kleiniana en su pensamiento, formula sus ideas en rela2 Hospital Militar de Northfield. Esta experiencia ha sido conocida posteriormente como "Experimento de Northfield".

23

cin a lo grupal, en la medida en que se asume explcitamente en


un lugar de excentricidad respecto del corpus psicoanaltico.
La confluencia entre su prctica con grupos con objetivos de
cuyo cumplimiento y nivel de eficacia se derivaban consecuencias
en la prctica social, y su formacin psicoanaltica, generaron la
condicin de posibilidad de elaboraciones conceptuales fundamentales, tales como los dos niveles de funcionamiento en los grupos
(grupo de trabajo-grupo de supuesto bsico), la relacin dialctica entre lo progresivo y lo regresivo.
Bion demuestra un inters simultneo por la subjetividad y
por la realidad externa.
La investigacin de la insercin del sujeto en el mundo externo, recuperando la subjetividad, abordando los temores y fantasas ms primarias, constituye uno de los atractivos de su obra.
Su trabajo con grupos que deben afrontar tareas en el mundo
externo y la necesidad de resolver los obstculos que se presentan, tiene que ver con el reconocimiento de los fenmenos de supuesto bsico y los procesos regresivos, al tiempo que sostiene la posibilidad de eficacia del grupo de trabajo.
Como sealramos, su pensamiento psicoanaltico se inscribe
en la corriente kleiniana; l mismo es contemporneo de la poca
de cierta hegemona de dicha corriente en el campo del psicoanlisis; ms an, fue paciente de Melanie Klein, y habra sido ella
misma una de las personas que le sugirieron el abandono de su
trabajo psicoanaltico con grupos .
Con cierto forzamiento respecto de Freud, y retomando la formulacin de que toda psicologa individual es siempre simultneamente social, sostiene que la psicologa individual y la grupal no pueden diferenciarse, en tanto la psicologa individual es una funcin
de la relacin de una persona con otra. El individuo es siempre miembro de grupos, aun cuando su participacin en ellos consista a veces
en comportarse de tal forma que parezca demostrar que no pertenece en absoluto a ninguno. El individuo es un animal de grupo que
est en guerra tanto con el grupo como con los aspectos de su personalidad que constituyen la esencia de s u carcter gregario.
Ningn individuo puede ser considerado aislado en tiempo y
espacio, como fuera de un grupo o como falto de manifestaciones
de psicologa de grupo. La aparente diferencia entre Ja psicologa
individual y la psicologa grupal es una ilusin que surge del hecho
de que el grupo coloca en primer plano ciertos fenmenos que resultan extraos al que no est familiarizado con los mismos.
24

Este planteo de Bion surge en polmica con los de W. Me Dougall y G. Le Bon, quienes sostienen que la psicologa de grupo slo
surge cuando varias personas se renen en un mismo lugar y tiempo, planteo ste que Freud no desaprueba. Cuando Bion plantea
que tales requisitos no son imprescindibles, excepto para hacer
posible el estudio, es decir, que la reunin de un grupo slo es necesaria para que las caractersticas del mismo se revelen, pero no
para la produccin del fenmeno de grupo, no est sino esbozando dos cuestiones que retomar la Escuela Francesa a posteriori,
a saber, la problemtica de las representaciones psquicas de grupo y la importancia del dispositivo para la investigacin de los
fenmenos grupales.
En su polmica tambin con Le Bon, y, por qu no decirlo, con
Freud, en lo que hace a la relacin individuo-grupo, plantea que
ste ofrece ventajas para el despliegue creativo de las individu alidades y de los aspectos de pertenencia discriminada y seala la
posibilidad de que el grupo no constituya necesariamente un instrumento enmascar ador; plantea tambin el hecho de que el trabajo grupal puede interesarse por la verdad en tanto sean elaborados los aspectos regresivos que promueve. En tanto Freud sostiene que en las situaciones grupales las emociones se intensifican
extraordinariamente y ejercen una influencia perniciosa para la
produccin intelectual del grupo (efecto grupo), Bion no cree en la
disminucin de la capacidad intelectual en grupo; ms an, afirma la existencia de un pls de posibilidades en la grupalidad. As
seala que los grandes descubrimientos y aportes son grupales,
no son producto de hombres aislados.
Bion considera la situacin de grupo como un movimiento permanente entre una actividad transformadora de la r ealidad y una
tendencia a la regresin al servicio del principio del placer. Los
grupos .constituyen, as, instrumentos muy eficaces para el desarrollo de una tarea organizada, enfrentndose simultneamente a la irrupcin de la fantasmtica psquica m s primaria. Interpreta en los grupos, porque considera que es posible que dentro
de un grupo se pueda desarrollar una actividad intelectual de alto
rango, siempre que se sea consciente de las emociones que circulan en el mismo.
Este sera el valor de la terapia de grupo: experimentar en forma consciente una actividad de grupo de tal naturaleza.
Considerando que Freud defiende la existencia de un sujeto

25

previo al grupo, Bion, apoyndose en una teora realista de las


relaciones objetales, considera que el sujeto se constituye en el
proceso de sus relaciones de objeto.
Bion aborda, apoyado en las ideas kleinianas, la problemtica de las ansiedades y defensas tempranas y su relacin con la
vida grupal.
Cuando un grupo se rene para realizar una tarea especfica
se evidencian muchas veces actitudes y mtodos que no parecen
conducentes al objetivo trazado. Se pueden discernir dos tipos de
tendencias: una dirigida a la realizacin de la tarea propuesta, y
otra que parece oponerse a ella. La actividad de trabajo es obstruida, diversificada o asistida por una actividad ms regresiva y
primaria.
Al estar en grupo, el adulto experimenta una regresin; vive
la sensacin de prdida de su particularidad. El grupo es vivido
como una instancia unitaria, no equiparable a la suma de las personas que lo componen y subsume a sus miembros en una situacin equiparable a la despersonalizacin.
La coexistencia de las dos modalidades de funcionamiento grupal sealadas (grupo de trabajo o "grupo sofisticado" y grupo de
supuesto bsico) implica un conflicto permanentemente planteado
y siempre recurrente dentro de los grupos; la tendencia a la diferenciacin del individuo se contrapone a la tendencia regresiva.
La actividad en relacin al desarrollo de una tarea manifiesta, con objetivos explcitos, es lo que Bion define entonces como
grupo de trabajo, y la actividad en la que predominan los procesos regresivos, la indiferenciacin, constituye el llamado grupo de
supuesto bsico.

GRUPO DE TRABAJO
Todo grupo, se rene para "hacer algo". Esta tarea se halla
ligada a la realidad; el grupo de trabajo acta, as, para modificar racionalmente la realidad. Existe una organizacin y una
estructura real en funcin de obtener eficacia en la tarea propuesta; por lo tanto los mtodos que implementa son racionales y cientficos (aunque sea en forma embrionaria).
No hay regresin, se produce un proceso de desarrollo que tiene en cuenta el reconocimiento de los lmites y las posibilidades
que impone el tiempo.
Opera de acuerdo a las leyes del proceso secundario. Existe

26

pertinencia entre aquello de lo que se habla y la tarea. El grupo


de trabajo que tolera la frustracin, permite la evolucin de ideas
nuevas. Esta modalidad de funcionamiento grupal est al servicio del principio de realidad.
Cada miembro coopera voluntariamente en la actividad y de
acuerdo a sus capacidades individuales, ya que este nivel de funcionamiento grupal requiere del desarrollo de las funciones yoicas de los individuos que en l participan.
El individuo, dentro del grupo de trabajo, en tanto sujeto simultneamente participante y diferenciado, experimenta el placer de
la pertenencia discriminada y de la gratificacin de la autoestima
por sus aportes a la tarea grupal, pero se ve expuesto al inevitable
componente de soledad asociado al crecimiento y la diferenciacin.

GRUPO DE SUPUESTO BSICO


El funcionamiento del grupo de trabajo, en relacin al cumplimiento de la tarea manifiesta, se ve obstaculizado, diversificado o
asistido por un clima emocional subyacente. Existen poderosas tendencias emocionales que abarcan a la totalidad del grupo. Este tipo
de actividad mental del grupo se denomina supuesto bsico. El objetivo del supuesto bsico es evitar la frustracin inherente al aprendizaje por experiencia; est al servicio del principio del placer.
Bion seala que en situacin grupal, los individuos que componen el grupo entran en una regresin cuya caracterstica principal es la de poner en primer plano los aspectos ms primitivos
del funcionamiento psquico (aspectos psicticos).
Esta regresin involucra al individuo en una prdida de su "particularidad individual", indistinguible de la despersonalizacin.
Los individuos que participan en la actividad de supuesto bsico lo hacen en forma automtica e inevitable, no n ecesitando para
ello ningn entrenamiento especial. Se produce una regresin
generalizada, combinndose los individuos entre s en forma instantnea, a travs de la denominada valencia, que sera esta capacidad libre de combinatoria.
El grupo en situacin de supuesto bsico no reconoce un proceso de desarrollo, ni busca comprensin por parte de s us miembros.
No considera la realidad externa ni el factor tiempo. El tiempo es
una dimensin de la funcin mental no r econocida, por lo tanto,
las actividades que reclaman su reconocimiento son captadas imperfectamente y tienden a provocar sentimientos de rechazo y de per-

27

secucin. El lenguaje es un lenguaje de accin, no es una expresin del proceso de pensamiento (o de proceso secundario).
El grupo no est interesado en la eficacia en la tarea, no r equiere de las funciones yoicas de sus miembros.
Bion diferencia tres tipos de supuestos bsicos. Estos no pueden estar funcionando simultneamente, pero s puede pasarse
de uno a otro.
Los s upuestos bsicos son:
1- Supuesto de depr:ndencia: El grupo se rene para lograr el sostn de un lder de quien depende para nutrirse material y espiritualmente y para obtener proteccin. Ese lder debe satisfacer todas sus necesidades y deseos. Este supuesto est vinculado a los sentimientos de culpa y depresin .
2- Supuesto de ataque y fuga: Implica la existencia de un enemigo que pone en peligro al grupo frente al cual ste debe defenderse. Se ponen en juego las ansiedades vinculadas a la agresin, odio y destruccin.
3- Supuesto mesinico o de apareamiento: Seala un h echo futuro, ya sea la existencia de una pareja o una figura m esinica,
que resolver todas las ansiedades del grupo. La expectativa
mesinica, nunca concretada, constituye el sentir predominante en este supuesto.
Para Bion, en el supuesto bsico se concentra el deseo y la
defensa.
El supuesto bsico es un producto de fanta sas subyacentes,
fantasas grupales de tipo omnipotente y mgico acerca del modo
de satisfacer los deseos. Estos impulsos, que se pueden oponer a
las opiniones racionales y conscientes de los miembros del grupo,
tienen una fuerza y una realidad que se manifiestan en la conducta del grupo. Son fantasas primitivas, universales, que corresponden a las primeras relaciones objetales.
Bsicamente, Bion considera a los supuestos bsicos como
formaciones secundarias de una escena primaria muy primitiva, elaborada en el nivel de objetos parciales, asociada con ansiedades psicticas y en la que estn presentes los mecanismos de
escisin, introyeccin e identificacin proyectiva. :i Tngase en
3 "Identificacin proyectiva" es un trmino introducido por l\felanie Klein para
designar un mecanismo que se traduce por la existencia de fantasas en los que el
sujeto introduce su propia persona, en su totalidad o en parte, en el interior del
objeto para dunrlo, poseerlo y controlarlo." Laplanche, J. y Pontalis, J-B. 1967.

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cuenta que la concepcin que utiliza Bion sobre fantasa remite


a Melanie Klein.
Los supuestos bsicos inactivos se ubican en un sistema protomental en el que la actividad fsica y psicolgica quedan indiscriminadas. "El sistema protomental, que considero como un sistema donde lo fsico y psicolgico o mental se hallan indiferenciados, es una matriz de la que surgen los fenmenos que en un
principio (. . .) parecen ser sentimientos discontinuos slo muy ligeramente asociados entre s. Es de esta matriz de donde parten las
emociones propias del supuesto bsico que refuerzan, invaden y
en ocasiones dominan la vida mental del grupo ( .. .) Los supuestos bsicos no operativos estn confinados en el sistema protomental, es decir que si el grupo sofisticado (de trabajo) est inmerso en las emociones asociadas con el supuesto bsico de dependencia, los supuestos bsicos de ataque y fuga y de emparejamiento
quedan relegados dentro de las limitaciones de la etapa protomental" (Bion, W. 1948, pg. 84).
En trminos generales, se puede sealar que los supuestos
bsicos constituyen fenmenos correspondientes a la presencia de
la fantasmtica originaria en los grupos.
El supuesto bsico de dependencia remite a las fantasas ms
primitivas de fusin; el supuesto de ataque y fuga se corresponde
con las fantasas de castracin. Es ms problemtico encontrar
una equivalencia con el sumesto de apareamiento. Por una parte
este supuesto puede ser considerado tambin como un equivalente de las fantasas fusionales vinculadas a la escena primaria; pero
simultneamente y teniendo en cuenta el carcter de precursor de
la sexualidad que le atribuye Bion y su falta de existencia como
una situacin actual, su importancia como posibilidad de futuro,
es posible considerarlo en equivalencia con las fantasas de seduccin. D. Anzieu (1986) considera, efectivamente, que los fantasmas
de seduccin corresponden al supuesto de emparejamiento.
Todo grupo funcionando bajo el predominio de un supuesto
bsico incluye la existencia de un lder.

EL LDER DE SUPUESTO BSICO


Bion considera al lder como un producto del supuesto bsico.
En el nivel de supuesto bsico el lder no crea al grupo basado en su fantica adhesin a una idea, sino que es ms bien un
individuo cuyas caractersticas lo hacen particularmente suscep-

29

i'

i
1

ti ble a sacrificar su personalidad en pro de exigencias que el liderazgo implica dentro del grupo.
El lder pierde caractersticas distintivas de s mismo, goza de
igual libertad para ser l mismo que cualquier otro miembro del
grupo; en realidad es ms prisionero an del grupo que los otros.
Un individuo es lder de supuesto bsico en virtud de su capacidad para combinarse instantneamente, involuntaria o voluntariamente, con todos los otros miembros del grupo y lo nico que
lo separa de stos es que cualquiera sea su funcin en el grupo de
trabajo, l es la encarnacin de la propuesta de funcionar de acuerdo a determinado supuesto bsico.
Como se ve, de acuerdo a Bion, el lder de supuesto bsico es
aquel que resulta capaz de expresar ms acabadamente los procesos correspondientes a la transubjetividad.4
El lder del grupo de trabajo mantiene contacto con la realidad externa; al de supuesto bsico no se le exige esta cualidad.
No es excluyente que coincida la identidad del lder del grupo de
trabajo con la del lder de supuesto bsico, pero ste concentra la
lealtad entusiasta del grupo y no se interesa por otra realidad que
la que le demanda el grupo de supuesto bsico. Pero asume a su
vez el prestigio ligado al lder del grupo de trabajo.

MENTALIDAD Y CULTURA GRUPAL


"La mentalidad grupal est formada por la opinin, voluntad
o deseo unnime del grupo en un momento dado. Los individuos
contribuyen a ella en forma annima o inconsciente." (Grinberg,
L.; Sor, D. y Bianchedi, E.T. 1973, pg. 19). "Constituye un mecanismo de intercomunicacin diseado para asegurar que la vida
del grupo marche de acuerdo con los supuestos bsicos" (Bion, W.
op. cit. pg. 58).
La mentalidad grupal puede estar en conflicto con los deseos
u opiniones racionales y conscientes de los individuos, producindoles molestia, enojo u otras reacciones.
Se puede considerar como un recipiente o continente cuyo contenido est dado por el supuesto bsico activo en un momento dado.
La cultura del grupo es la que est determinada por la relacin entre la mentalidad grupal y cada sujeto perteneciente al grupo. La estructura de roles se puede considerar corno un subpro4

30

Este concepto es precisado en el Captulo VIII. Nota al pie N" 42.

dueto de la cultura del grupo. Este concepto de cultura grupal considera cul es la estructura adquirida por un grupo en un determinado momento, cules son las tareas que se propone, la organizacin que adopta para la realizacin de las mismas y la forma
en que se expresan los conflictos de los miembros del grupo en
relacin tanto a aquella estructura como a la mentalidad grupal.
En ltima instancia "(. .. ) la cultura del grupo es una funcin del
conflicto entre los deseos del individuo y la mentalidad grupal".
(Bion, W. dem; pg. 58).
Bion interpreta en los grupos el contenido de la mentalidad
grupal (supuesto bsico), y los conflictos que de ella se desprenden en relacin a los objetivos de trabajo del grupo y a los deseos
de los miembros del mismo.
La interpretacin dirigida especialmente al grupo como un
todo, y teniendo en cuenta la relacin que establece entre supuesto bsico y fantasa, ha tenido particular importancia en su incidencia en la escuela argentina de grupos.
As, en los primeros aos del trabajo psicoanaltico grupal en
nuestro pas, se interpretaba al grupo como un todo seala ndo
cul era la fantasa inconsciente grupal subyacente al material
manifiesto. Se interpretaba la mentalidad grupal bajo la consigna de interpretar la fantas a inconsciente grupal.
Bion esboz la diferencia conceptual en la comprensin de los
distintos niveles de fantasa presentes en la dinmica grupal, diferencias que fueron desarroliadas posteriormente, del mismo modo
que fueron r econocidas las diferencias en cuanto a estructura y
contenido.

GRUPO ESPECIALIZADO DE TRABAJO


Ciertos aspectos de los mecanismos de control social pueden
ser comprendidos desde el modelo que plantea Bion, teniendo en
cuenta la relacin grupo de trabajo-grupo de supuesto bsico. En
particular cuando se refier e al "grupo especializado de trabajo".
Aludiendo en particular a la iglesia, el ejrcito y la aristocracia, seala que estas instituciones, que implementan grupos de
trabajo frecuentement e con alto nivel de eficacia, utilizan simultneamente un determinado supuesto bsico que les garantiza el
reconocimiento social (supuesto de dependencia, ataque y fuga y
apareamiento, respectivamente). Este fenmeno puede en realida d ser comprendido para diferentes situaciones institucionales.

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De esta manera, los mecanismos de control social tienden a


que los sujetos se sientan ajenos de su propia capacidad de operar sobre la realidad; se promueve la idea de que el logro de determinado objetivo es producto, no del grupo de trabajo sino de la
actividad del supuesto bsico (incluido su lder), asociado al funcionamiento de la institucin de la que se trata.

32

Captulo 111

El imaginario grupal
MARCELO LUIS CAO
MARTA L'HOSTE

l. DE LA PSICOLOGA SOCIAL AL PSICOANLISIS

Para poder introducir el concepto de imaginario en los grupos,


es necesario poner a trabajar en ellos el modelo psicoanaltico. La
microsociologa, que visualiz una serie de fenmenos (liderazgo,
resistencia al cambio, cohesin y tensin grupal, roles, dificultades en la toma de decisiones, etc.) no pudo dar cuenta del fundamento estructural que las subjetividades aportan para que los
grupos se constituyan, al no incluir una conceptualizacin de los
procesos inconcientes que se ponan en juego.
Estos procesos, invisihres para aquel modelo, terminaban de
todas formas expresndose y sufriendo algn tipo de tratamiento. A veces sin conocer sus particularidades, eran utilizados en
intervenciones teraputicas grupales, como por ejemplo cuando a
principios de siglo J. H. Pratt ubicaba a sus pacientes tuberculosos en orden de mrito de menor a m ayor distancia de l mismo
en el anfiteatro en que los reuna, de acuerdo a las metas teraputicas que haban cumplido dura nte el tratamiento que les asignaba. Utilizaba en este caso la emulacin como estmulo, y desde
su lugar de coordinador asuna el liderazgo, propiciando una transferencia idealizada de la figura paterna.
Otro ejemplo de vieja data es el de la ins titucin Alcohlicos
Anrmos, creada en E.E.U.U. en 1935. All se muestra otra variante de este tema, cuando lo que se estimula no es la focalizacin en
un lder central, sino un refuerzo de la vinculacin fraterna e igualitaria donde el liderazgo lo tiene un ex-adicto. En este caso lo
transferencia! va a apoyarse en esa red.
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Aun con sus diferencias, los modelos expuestos en los ejemplos


estn operando en el registro emocional de los sujetos, y aquellos que
los coordinan hacen lo que L. Grinbcrg, M. Langer y E. Rodrigu llamaron terapias por el grupo"( ... ) ya que incitan y se valen de las emociones colectivas sin tratar de comprenderlas" (Op. cit., 1957 pg. 33).
Estos son los antecedentes de los dispositivos teraputicos en
los que se manipulan emociones, en el sentido de ubicar sus fuerzas en posiciones y direcciones, pero que carecen de una interpretacin analtica de las mismas.
Kurt Lewin, en los aos siguientes a la Segunda Guerra Mundial, intent la primera representacin cientfica de los fenmenos grupales cuando los interpret como un juego de fuerzas fsicas, donde la conducta de un grupo se reducira a la resultante de
las fuerzas internas y externas a las que el grupo se ve sometido.
Como salta a la vista, los dispositivos que acabamos de describir dejaban de lado algunos fenmenos grupales, ya sea por la dificultad de detectarlos, o por la imposibilidad de explicarlos a raz
de las limitaciones inherentes a todo modelo terico. De todas
maneras, corno ya lo hemos puntualizado, estos fenmenos desapercibidos permanecan activos y seguan produciendo efectos
(regresiones, transferencias, identificaciones, etc.).
La investigacin psicoanaltica, por su parte, cuando decidi
internarse en este continente nos puso en la pista de que cada
grupo construye guiones imaginarios, a partir de los elementos
materiales de que dispone y sobre los que se apuntala. Pero, curiosamente, esta construccin del grupo entra simultneamente en
tensin con los objetivos manifiestos del mismo. Es a partir de
este momento y a raz de este descubrimiento cuando entra en
escena el concepto de imaginari.o.

2. EL GRUPO COMO CAMPO DE DESCUBRIMIENTO


El primer dispositivo analtico grupal es introducido por W. R.
Bion en Inglaterra en los comienzos de la dcada del '40. Era de
tipo comunitario y funcion en un Hospital Psiquitrico que contaba con 400 personas, que eran incluidas en grupos que se organizaban con actividades diferentes. Cada integrante no estaba
obligado a cumplir con su tarea y poda retirarse siempre que lo
notificara. Luego se evalu aban las distintas actividades mediant e intercambios verbales, y de esta forma Bion devolva la responsabilidad de la organizacin y del cumplimiento de las tareas a

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los propios interesados, lo cual gener poco a poco un espritu de


cuerpo que permiti conjurar la anarqua, los robos y la violencia
del principio. Se trat, en r ealidad, de una verdadera intervencin institucional.
Bion luego se ocupa de la readaptacin de veteranos de guerra e implementa una tcnica de encuentro en grupo donde propone:"(... ) tratar de comprender las tensiones que se manifiestan
en el curso de las sesiones, entre sus integrantes" (Ilion, W. 1948,
pg. 31). Es interesante ver cmo se ubica como psicoanalista, en
tanto prioriza un lugar de abstinencia y neutralidad, y adems se
propone a partir de su contratransferencia devolver mediante
interpretaciones lo que va entendiendo.
Esa actitud abierta que permite trasladar el encuadre y la teora psicoanaltica al dispositivo grupal , deviene un modelo propio
para la comprensin de los procesos grupales, en el que se le r econoce haber dado un salto cualitativo en el saber de los mismos.
Esas producciones imaginarias (dependencia, ataque-fuga y
emparejamiento) con que los integrantes del grupo se unen delimitando posiciones a un liderazgo, creando cierta atmsfera emocional que denomina supuestos bsico!; (o tambin hiptesis o asunciones bsicas), son el primer acercamiento terico a lo que ms
tarde ser conceptualizado como uno de los organizadores del proceso grupal, tambin llamados organizadores transpsquicos (Kaes,
R. 1986-87). Tienen la forina de esquemas subyacentes que organizan la dinmica del grupo, cuando el conjunto de personas que
lo integra entra en regresin perdiendo, entonces, cada uno su
singularidad y dando paso a la creencia de que: "(. .. ) un grupo
existe como algo distinto de un agregado de individuos" (Bion, W.
op. cit., pg. 115).
Esta creencia, que califica de fantasa, es capaz de llevar a los
individuos a una despersonalizacin. Y si bien Bion no explica lo
que aqu entiende por fantasa"( ... ) es demasiado analista (y kleiniano por aadidura), para asimilarla a una ilusin que una progresiva experiencia de la realidad lograra felizmente disipar: no
cabe duda de que la fantasa es cierta realidad estructurada,
actuante, capaz de informar no slo imgenes o ensoaciones sino
el campo entero del comportamiento humano". (Pontalis, J-B. ,
1963, pg. 284).
Los supuestos bsicos seran una de las maneras de expresin
de la fantasa de escena primaria. Estos actan, segn lo plantea
Bion, obstaculizando, diversificando o asistiendo la actividad del

35

grupo de trabajo (contacto con la realidad, racionalidad, divisin


de tareas, temporalidad, cooperacin). El lenguaje del grupo de
supuesto bsico es de accin, en tanto dramatizacin de las fantasas inconcientes que se filtran en el grupo de trabajo, produciendo un efecto de cultura grupal, que surge del entrecruzamiento de lo fantasmtico con la tarea.
Por primera vez, comienza a hablarse de un nivel de lo inconciente en el grupo en cuanto una combinacin de emociones y fantasas que, hallndose siempre presentes, regulan la produccin
del grupo de trabajo. Por lo tanto Bion seala la construccin de
una representacin del grupo que opera como una fantasa. Esto
es lo que Pontalis subraya cuando plantea en su texto que, desde
Bion en adelante, podemos discriminar entre grupos reales y grupos corno fantasas.
Con lo recorrido hasta aqu podemos concluir, en coincidencia
con otros a utores, que hasta la aparicin de Bion se poda hablar
de un psicoanlisis aplicado al grupo, y a partir de l, de los grupos como un campo de descubrimiento (Fernndez, A. 1989).

2.1. HACIA LA FANTASA GRUPAL


La polmica nominalismo-realismo a que hemos aludido en un
captulo anterior, se infiltra siempre en las concepciones sobre los
grupos, deslizando sus teorizaciones hacia algn tipo de reduccionismo. Uno de ellos sera trasladar el concepto de fantasa inconciente al de fantasa inconciente grupal.
Entre los aos 50-60 el psicoanlisis en nuestro pas estaba hegemonizado por la lnea kleiniana. Un grupo de psicoanalistas instituyeron lo que llamaron el psicoanlisis del grupo, diferencindose
de las experiencias de Pratt a las que, como dijimos, denominaron
terapias por el grupo, y de las de Slavson a las que llamaron terapias en el grupo (Grinberg, L. Langer, M. y Rodrigu, E ., op. cit.).
Consideraban al grupo como la expresin de la interaccin de
fantasas y vivencias individuales, en las que cada integrante
intentara colocar a los dems en los roles que corresponden a sus
fantasas inconcientes.
Al grupo se lo piensa entonces como un solo yo, como una totalidad dividida en yo parciales, ya que cada integrante acta en
funcin de los dems. Los problemas de cada participante contienen, en forma latente, los del resto, donde la circulacin de identificaciones hace a la cohesin del grupo.
36

En el intercambio grupal se r ecrean las relaciones conflictivas


primarias, que seran vehiculizadas a travs de las identificaciones proyectivas e introyectivas en referencia a las posiciones esquizo-paranoide y depresiva.
Esta teora cree encontrar una fanta sa inconciente comn del
grupo, a la que postula como quintaesencia de la dinmica y la
comprensin psicoanaltica de lo grupal. Esto llevara a pensar al
grupo en trminos de una intencionalidad, deslizndose sin solucin de continuidad hacia un antropomorfismo, que se vea expresado en las intervenciones que los coordinadores dirigan a un nico interlocutor ("El grupo me dice ... ; el grupo piensa . .."). De esta
m anera se haca un traslado lineal y mecnico de los conceptos
psicoanalticos de un plano epistmico a otro, sin elaborar los intermediarios que dieran cuenta de aquel traslado y del nuevo contexto. Esta situacin conllevara, adems, el riesgo de una visin
absolutamente unificadora del grupo donde se pierden o quedan
sin diferen ciar las singularidades de sus miembros.

3. ESCUELA FRANCESA: ADVENIMIENTO Y RUPTURA


Hubo que esperar hasta mediados de la fructfera y agitada
dcada del '60 par a que salieran a escena los grupalistas franceses , y mediante la publicacin de sus ideas provocaran el movimiento que condujo a prec;ipitar una ruptura epistemolgica. El
manifiesto liminar de esa corriente que de esta forma inici su
camino y al que ya hemos aludido, lleva por ttulo "El pequeo grupo como objeto". Fue escrito por J. B. Pontalis y publicado en 1963.
A partir de este momento rompen con el esquema lewiniano
(de finalidades pedaggicas), r econocen la importancia de los desarrollos de Bion e inician la conceptualizacin de los fenmenos
fantasmticos en los grupos. 5
Es en dicho trabajo donde Pontalis se pregunta si el dispositivo artificial del grupo de diagnstico 6 provoca los fenmenos, o
slo trae a la luz lo que permanece velado en los grupos natura5 Es necesario aclarar que lo que los a utores franceses denominaron
mente imaginario fue reemplazado luego por el trmino fantasmatique derivado de fantasme, traduccin que hacen al francs del original alemn phantasie.
Ci As se lla m el dispositivo con el que comenzaron a investigar los fenmenos inconcientes en los grupos, Pontalis, Anzieu y otros en la institucin que
drnominaron CEFFRAP (Cercle d'Etudes Francaises pour Ja Formation et la
lt<chcrche Active en Psychologie).

37

les. Comienza a responderse, retomando y jerarquizando las postulaciones de Bion, en cuanto ste pone en el centro a las fantasas, apoyndose en dos polos: el sociolgico (el grupo como realidad) y el psicolgico (el grupo como fantasa). Desde este ltimo
polo, los individuos comparten la creencia en la existencia de un
grupo como realidad, ms all de los integrantes que lo forman,
y que ser objeto de una investidura libidinal y de una representacin, dando lugar a que en cada subjetividad se suscite"(. .. ) una
conciencia de ser manejado por fuerzas tan difciles de controlar
como de definir ..." (Op. cit., pg. 285). Esta dependencia es la marca indeleble que seala a quello que entre los sujetos se ha armado y de lo que ninguno puede salir sin la ayuda o la oposicin de
los otros.
La propuesta inicial que estatuye Pontalis ser el primer jaln
en el largo recorrido que dar la escuela francesa en su aproximacin psicoanaltica a una lectura de lo grupal. Didier Anzieu en la
obra que dedica a esta cuestin, El grupo y el lnconciente (que lleva por subttulo L o Imaginario Grupal), lo deja planteado desde
el inicio cuando dice que si bien "( ... )un grupo es un objeto de catexia pulsional. .. esta idea seguir siendo insuficientemente utilizable, tanto e n la teora como en Ja prctica, hasta que encuentra
el complemento indispensable a su operatividad en el nuevo enunciado que propongo" (Anzieu, D. 1986 pg. 16) y que consistir en
la incorporacin a la teora de la dimensin imaginaria, que de
ahora en ms ser indispensable para la comprensin de la dinmica grupal.
3.1. LAENVOLTURAGRUPAL
La inclusin de lo imaginario en las teorizaciones de lo grupal
desplaza el eje de coordenadas desde donde se enfocaba su lectura. La pregunta sobre qu es lo que para los individuos representa un grupo, remite indefectiblemente a la cu estin de comprender qu es lo que se pone en juego de los psiquismos individuales,
que permite la construccin de esta representacin de grupo. Anzieu
plantea que "Un grupo es una envoltura gracias a la cual los individuos se mantienen juntos" (Ibdem, pg. 13) y que sin esta envoltura puede existir un agregado humano pero no un grupo.
La envoltura, al igual que una membrana, presenta dos caras:
una a la manera de un filtro, hacia la realidad externa (fsica y
social ) organizada por un entramado de reglas (implcitas o expl38

citas), de costumbres, de ritos, de actos y prcticas; encierra pensamientos, palabras y acciones que permiten que el grupo defina
un espacio interno y una t emporalidad propia que estructura una
trama imaginario-simblica.
La otra cara, vuelta hacia la r ealidad interna de los miembros
del grupo, est formada por la urdimbre de los movimientos de
exteriorizacin e interiorizacin de sus formaciones inconcientes
(grupos internos, vida fantasmtica, tpica subjetiva).
A m edida que aborda la dimensin imaginaria en los grupos,
Anzieu va apuntando algunos conceptos que empiezan a esclarecer esta temtica. Lo primero que destaca es que el grupo es una
puesta en comn de las imgenes interiores y de las angustias de
los miembros. Por lo tanto, el grupo es un lugar de fomento de
imgenes que trasuntan en sentimientos y emociones que excitan
o paralizan la actividad grupal, sea sta cual fuer e, y que generan fenm enos de unidad, de disgregacin, de defensa, apata o
resignacin. La violencia de estas emociones, el poder de las imgen es qu e las desencadenan o mantienen, son algunos de los fenmenos de grupo ms potentes y misteriosos.
Por otra parte, el grupo es una amenaza primaria para el individuo debido al ataque a la identidad que gener a la desper sonalizacin que produce la entrada al mismo: "( ... ) la angustia de la
unidad perdida (. ..) hace surgir los fantasmas m s a ntiguos, los
del desmembramiento(. ..)" pbd. pg. 55). Los participantes reconstruyen su ilusoria unidad yoica suprimiendo esta fantasa de rotura y colocando en su lugar otra, que la s upera y que se conforma
como una metfora de aquella (cuerpo, mquina, etc.).
Estos conceptos (imgenes, unida d yoica, desmembramiento)
nos ponen frente a la problemtica del narcisismo, en su dimensin especular dentro del campo identificatorio. La s uperacin de
la vivencia de desmembramiento que refiere a un cuerpo despedazado con la consecuente constitucin de una unidad yoica ilusoria, se produce durante el esta dio del espejo.
La preeminencia del funcionamiento a modo del Yo Ideal que
tiene el infans perman ecer intacta en algn estrato psquico y
se pondr a la orden de los fenmenos grupales cuando las vivencias de despersonalizacin y desmembramiento se activen en las
fases iniciales de la formacin de un grupo. De est as primeras
imgen es se desprenden las representaciones idealizadas del grupo, construidas mediante la proyeccin del yo ideal que configuranin lo que ms a delante se teoriza como ilusin grupal.
39

3.2. UNA MITOLOGA GRUPAL


Las preteoras cientficas de los grupos, a la manera de los
mitos, han aportado ciertas metforas unificadoras predominantes, tal como la del grupo como organismo viviente, o el grupo como
mquina.
La idea de que los participantes son miembros que pertenecen
a un todo vivo, se remonta a la antigedad romana, se contina
en el cristianismo, como claramente lo expresa San Pablo: ''Vosotros sois el cuerpo de Cristo" (Ibdem pg. 57); tambin se aplica a las grandes agrupaciones que aparecen en las edades Media
y Moderna (Iglesia y Ejrcito). Los progresos de la biologa afirman la continuidad de la metfora permitiendo el paralelismo
consecuente (cerebro-lder, miembro-participante, etc.) y la utilizacin de trminos provenientes de su campo: miembros, corporacin, rgano, organismo, clula, ncleo, etc.
Por su parte, la metfora del grupo como mquina proviene
del modelo provisto por la idea cartesiana de los animales-mquina y continuado por los procedimientos que el taylorismo utiliz
para organizar racionalmente el trabajo industrial. Segn estos
modelos, el organismo humano es una mquina que debe ser mantenida, puesta a punto para que produzca un rendimiento ptimo. El fracaso de este modelo a raz de las fallas humanas (de su
fuerza limitada, de su escaso poder de vigilancia, etc.) dio paso a
la aparicin de los servomecanismos y la consecuente automatizacin de la produccin.
La aparicin de la ciberntica hizo que este esquema se extendiera al grupo, entendindoselo como sistema de funciones interdependientes o como una estructura en equilibrio, donde las funciones son ms importantes que los individuos. La motivacin es
la energa que mueve esta mquina que posee un mecanismo regulador, basado en un balance entre satisfacciones e insatisfacciones.
Pero la experiencia muestra que, tanto el modelo mecnico como
el biolgico, resultan insuficientes para explicar los fenmenos grupales, y en lugar de pesquisar los procesos y las leyes que los rigen,
construyen una teora de cmo los grupos deberan funcionar.
Estas comparaciones por semejanza no apuntan a un conocimiento cientfico, sino a forjar mitos que den cuenta del orden, no
slo de los grupos, sino tambin de lo social, con su extrapolacin
metafisico-religiosa a lo humano en general. Estos mitos son producciones del imaginario social (Castoriadis, C. 1983) que tienen
40

la funcin de ins tituir la presencia d e un pasado que permita


semantizar el presente.
Resumiendo, se puede admitir que en toda situacin de grupo
hay una representacin imaginaria subyacente comn a muchos
de sus miembros, que da cuenta de la unidad y de lo comn compartido. Esta representacin puede obstaculizar el funcionamiento del grupo res pecto a sus fines especficos y hasta producir su
parlisis. Pero tambin cuando un grupo funciona eficazmente es
una representacin imaginaria la que le permite encontrar la solidaridad y la eficacia.
Por lo tanto la representacin imaginaria que el grupo construye es indispensable para su desenvolvimiento, consecuentemente, en los casos que una se desecha es porque se la r eemplaza por otra. Esta conclusin nos permite establecer la siguiente
formulacin: sin imaginario no hay grupo.
3.3. SUEO Y GRUPO
Anzieu utiliza los conceptos de imaginario y simblico suscribiendo una vieja pertenencia a la teora lacaniana, de la cual posteriormente se a parta aunque sin abandonar todas sus postulaciones. P ara esta teora, imaginario alude al campo de lo particular, de lo subjetivo, mientras que simblico alude a lo convencional,
a lo estructural, a lo deperdiente del grupo. Por lo tanto, cuando
hablamos de r egistro de lo imaginario nos r eferimos a que existe
una red de imgenes que se mantiene, pero que tambin se modifica con la entrada de lo nuevo.
Por otra parte es necesario a clarar que "orden de la fantasa"
y "orden de lo imaginario" coinciden pero no se recubren totalmente, en tanto la fantasa es escena imaginaria en la que el sujeto
figura bajo diversas formas , mientras que lo imaginario tambin
est marcado por la presencia de la relacin de la imagen al semejante, lo cual remite al campo de las identificaciones.
E s importante discriminar este concepto de imaginario perteneciente al campo del psicoan lisis (como espejo o r eflejo), del de
imaginario social que remite a otro campo epistmico y que ha
sido acu ado por Cornelius Castoriadis. Este imaginario refiere
a l conjunto de significaciones que toda sociedad instituye y que
da sentido a la cosmovisin a que esa cultura suscribe. Se expresa, como lo a nticipamos en el apartado a nterior, en los mitos, en
las creencias, en las teoras, en los saberes, en los valores, etc.

41

Otra va para pensar acerca de imagen es en referencia a ilusin. Ilusin no se asocia a error ni a oposicin, sino a prescindencia de la realidad (Freud, S. 1927). En el campo de la grupalidad
se constituir como un fenmeno muy particular conceptualizado
con el nombre de ilusin grupal.
Estas aclaraciones ayudan a contextualizar el camino que
Anzieu despeja para que la analoga entre sueo y grupo h aga su
aparicin. Plantea en relacin al deseo, que si el sueo nocturno
es una realizacin alucinatoria del mismo, el grupo es su realizacin imaginaria. En ambos, el proceso primario es el dominante
a pesar de su fusin con el secundario, o sea que el grupo, como
el sueo, es el debate con una fantasa subyacente. Por lo tanto,
los humanos vamos a los grupos igual que al dormir entramos en
el sueo, esto implica que, desde la dinmica psquica, el grupo
es un sueo.
Anzieu desarrolla tres enunciados que condensan el paralelismo entre el grupo y el sueo desde la dinmica psquica.
En primer lugar, el deseo realizado en el grupo y en el sueo,
es un deseo reprimido con anterioridad: son deseos que al no ser
satisfechos en la vinculacin con los otros, son retrasladados al
grupo. Como lo demuestra la pandilla de adolescentes que se desmorona con la instauracin de relaciones amorosas, por efecto de
la dilucin del apuntalamiento que se estableca entre los sujetos
del mismo sexo.
En segundo lugar, el deseo que se realiza tanto en el sueo como
en el grupo, es un deseo infantil reprimido. Anzieu recuerda que
los nios cuando se agrupan juegan a ser adultos, mientras que
los adultos bajo la proteccin del contexto grupal exteriorizan sus
aspectos infantiles, regresin caracterstica de todo grupo.
El tercer enunciado alude a que el deseo, tanto en el grupo
como en el sueo, tiene un sentido desconocido y anuncia las formas en que intentar realizarse. Las acciones que se dan en ambos
son desplazamientos, condensaciones y representaciones simblicas de deseo.

3.3.1. LARESONANCIAFANTASMTICA
La circulacin de fantasas, la atribucin y distribucin de lugares a ocupar segn el guin de las mismas se establece desde que
el grupo existe. Una fantasmtica circular entre sus miembros
al igual que en toda relacin entre sujetos: "El vnculo interhu42

mano primario en la pareja, el grupo, la vida social, es la circulacin fantasmtica (. .. )'' (Anzieu, D. 1986, pg. 202).
Los integrantes de un grupo intercambian fantasas y ste a su
vez"(. .. ) es un lugar de fomento de imgenes" {Ibdem pg. 43). Efectivamente, la fantasa tiene una particularidad, est relacionada con
las imgenes y stas con la mirada. La mirada que es el primer elemento de coordinacin del espacio en relacin a la prematurez humana, ejerce una funcin de anticipacin, organiza un campo visual, y
es el primer elemento de control y contacto con el mundo externo, a
la vez que el primero de aprehensin libidinal. La fantasa, entonces,
se manifiesta como una disposicin visual y dramtica.
La circulacin fantasmtica se producir en tanto los sujetos que
forman parte del vnculo, de la pareja o del grupo puedan ofrecer y
aceptar los lugares y roles que corresponden a la estructura de su
fantasa. Para esto ser necesario que haya un mnimo de tejido vincular o grupal que permita la expresin de la dramtica que representa a dicha fantasa inconciente. Este tejido se constituir en tanto lo que se despliegue en el grupo, o sea en lo intersubjetiva, tenga
un correlato en el aparato psquico de cada uno de los miembros. Es
en este sentido como R. Kaes (1976, 1985) teoriza el carcter grupal
de la fantasa y como sta puede ser dramatizada en el espacio imaginario del grupo. Pero para que la circulacin fantasmtica se ponga en juego es necesaria esta vibracin conjunta entre las fantasas
individuales denominada resonancia fantasmtica. 7
E sta consiste en"(. .. ) 'el r eagrupamiento de algunos p articipantes en torno a uno de ellos, que a travs de su manera de ser,
sus actos, sus ideas, ha hecho ver o ha dado a entender una de sus
fantasas individuales inconcientes" (Ibdem pg. 204). No se trata de un acuerdo, que apuntara a algo conciente, sino de una convergencia, eco o estimulacin mutua. La r ed de lugares ofrecidos
ser a ceptada y puesta en juego a nivel de la dramtica siempre
que otros participantes se identifiquen con alguno de esos lugares, en la r eactu alizacin de sus propias fantasas.
Si retomamos el planteo de que todo sujeto entra al grupo como
a un sueo, y por lo tanto lleva deseos a satisfacer, podremos vislumbrar cmo la aceptacin o el rechazo de la oferta de una determinada dramtica se produce como resultante de las fuerzas desiderativas en juego: "Como portador de un deseo reprimido, una
7 El con cepto de resonancia inconsciente fue esbozado por primera vez por S.
Foulkes y el de resonancia fantasmtica por H. Ezriel.

43

fantasa suscita, en aqul ante quien se devela, el horror, la fascinacin o la indiferencia, segn despierte en este testigo, que se
siente invitado a convertirse en actor, una violenta condenacin
por el Superyo o un deseo anlogo hasta ahora latente pero dispuesto a arder si se lo solicita o por ltimo, eficaces mecanismos
de defensa, especialmente de denegacin" (Ibdem pg. 205).
Posteriormente, la temtica de la resonancia fantasmtica ser
retomada y retrabajada por R. Kaes. Este autor describir los distintos enfoques que de este concepto se desarrollaron desde su
aparicin, delimitando tres momentos. Una primera perspectiva,
caracterizada como estadstica, se basa en la existencia de una
fantasa comn:"(. .. ) por lo tanto varios participantes tienen en
comn un contenido fantasmtico idntico" (Kaes, R. 1976 pg.
183) como se desprende de los desarrollos de H. Ezriel. La segunda es de tipo funcional y"( ... ) destaca las propiedades escnicas
de la fantasa y el papel inductor de un miembro del grupo, portador de aquella" (Ibdem pg. 184) como lo enunciaraAnzieu. La
tercera perspectiva, introducida por el propio Kaes, permite la
exploracin de las propiedades estructurales de la fantasa que la
ubican como organizadora del grupo; en este caso se plantea que
la fantasa misma est estructurada como un grupo.
De lo consignado se desprende que el concepto de resonancia
fantasmtica tiene un lugar destacado, en tanto funciona como
un divisor de aguas en la teora psicoanaltica grupal, ya que a
partir de su enunciacin qued definitivamente sepultada la teorizacin acerca de una fantasa inconciente grupal, de la que anteriormente nos hemos ocupado. A partir de este momento, se inicia un nuevo perodo dominado por la idea de que en los grupos
las fantasas puestas en juego son individuales, aunque pueden
ser compartibles si estn ms cercanas al polo de lo primario, pero
an as siguen siendo individuales. La vuelta de tuerca que da
Kaes con la estructura grupal de la fantasa, el aparato psquico
grupal y la idea de un sujeto surgiendo del grupo (Kaes, R. l993a)
termina de configurar, por un lado un campo indito para la investigacin psicoanaltica, a la vez que una mirada multidimensional de lo intrapsquico.
De este recorrido, a travs de la gnesis y el desarrollo del concepto de lo imaginario se desprende claramente cmo su inclusin
en el campo de lo grupal permiti abrir una nueva dimensin en
la perspectiva del trabajo con grupos e instituciones en general y
del psicoanlisis en particular.
44

Captulo N

Fantasa y grupo
DIANA KRDON
LUCILA EDELMAN

El concepto de fantasa ocupa un lugar relevante desde el punto de vista de la comprensin de las representacion es psquicas y
de la organizacin de los procesos gru pales. Las diferentes escenas significativas, placenteras o displacenteras, que pueblan la
vida psquica, presentes en los sueos, en las ensoaciones, en los
delirios, en la base de las actuaciones perversas, as como ladramatizacin espontnea de guiones que parecen prefabricados conjuntamente por los miembros del grupo, ponen en evidencia, en
la experiencia clnica individual o grupal, la presencia de las fantasas. Todos los autores y escuelas que se han ocupado del trabajo psicoanaltico con grupos, consideran a la fantasa como uno
de los factores bsicos del imaginario grupal. Sin embargo, tienen
diferencias fundamentales en cuanto a la concepcin de su estat uto desde el punto de vista de los fenmenos y procesos grupales. Estas diferencias van desde la concepcin de la existencia de
una fantasa inconsciente grupal, h asta la hiptesis del papel de
la fantasa como organizador del grupo.

DEFINICIN
P ara La planche y Pontalis (1967), la fantasa constituye: "(. .. )
un a escenificacin imaginaria, en la que se halla presente el
sujeto y que representa , en forma ms o menos deformada por
los procesos defensivos, la rea lizacin de un deseo, y en ltima
instancia de un deseo inconsciente." La vida de una persona aparece m odelada o estructurada por una determinada fantasmtica. Esta fantasmtica bsica constituye - retomando una expre45

sin de Freud en La interpretacin de los sueos- lo que se denomina realidad psquica, diferente de la realidad material y de
los pensamientos de m ediacin. Esta fantasmtica bsica tiene
un pa pel importante en la estabilidad y organizacin de la vida
psquica.
Las fantasas pueden ser conscientes o inconscientes. Los ensueos diurnos, ciertas imaginarizaciones perversas o delir antes,
constituyen fantasas conscientes o preconscientes.
Las fantasas inconscientes son estructuras subyacentes a un
contenido manifiesto, y constituyen el contenido primario de los
procesos mentales inconscientes. En el sntoma neurtico, por
ejemplo, existen elementos visuales, cenestsicos, auditivos, es
decir, elementos de carcter perceptual organizados a la manera
de una escena en la que est presente un deseo prohibido y un sistema defensivo.
El desarrollo del sujeto se produce a lo largo de una relacin
d e oposicin entre las exigencias del mundo externo y las del
mundo interno. La fantasa es una de las formas de organizacin de la vida psquica en la que predomina el principio de placer, la tendencia a la satisfaccin ilusoria del deseo inconsciente, aunque la presencia de mecanismos de defensa promovidos
por el principio de realidad, evidencia la necesidad de realizar
t r a n sacciones.

CARACTERSTICAS DE LA FANTASA
Siguiendo a Laplanche y Pontalis, se puede decir que la fantasa,
1) constituye escenas organizadas, susceptibles de ser representadas, en forma casi siempre visual;
2) el s ujeto est siempre presente, como protagonist a o no, an
cuando parezca excluido;
3) lo representado no es un objeto al que tiende el s ujeto, sino
una secuencia de la que form a parte el propio sujeto; secuencia en la que hay atribucin de roles y en la que puede existir permutacin de los mism os. Si se enuncian en una frase,
el sujeto puede estar en el luga r del sujeto, del verbo o del
predicado;
4) la fantasa es asiento de operaciones defensivas, especialmente de las ms primitivas, como la vuelta contra s mismo, la
transformacin en lo contrario, negacin, pr oyeccin, etc.;
5) las defensas existen por la funcin primaria de la fanta sa, que

46

es la escenificacin del deseo y, por lo tanto, marca la presencia


de lo prohibido." (Laplanche, J. y Pontalis, J-B.; 1967; pg. 142).
E n el sueo, la fantasa constituye el verdadero ncleo, sobre
el cual se produce una elaboracin secundaria. Ambos aspectos
guardan relacin de simbolizacin entre s.

_______________

Inconsciente
__.,...._________________

Preconscientc consciente

'V'2

'V'2

FANTASAS
ORIGINARIAS

SECUNDARIAS

Utilizamos este esquema en aras de una mayor claridad, pero


las diferencias no son tajantes, y la definicin del status metapsicolgico de los diferentes tipos de fantasas no est an del todo
resuelta. En la visin de Freud, no se puede efectuar una distincin de naturaleza entre las fantasas inconscientes y las conscientes, sino que stas coinciden en contenido y organizacin.
Tngase en cuenta, a su vez, que se va produciendo en el psiquismo una estratificacin compleja de fantasas desde las ms
simples hasta las ms desarrolladas, y que ciertas fantasas primitivas son resignificad'as posteriormente.
Como puede observarse, las fantasas inconscientes incluyen
dos grupos diferentes. Las ms cercanas al polo fusiona! (fanta sas originarias) no han sido nunca conscientes ni reprimidas por
efecto de la censura. Estas constituyen una pertenencia colectiva, transindividual, tienen que ver con situaciones presentes en
todos los seres humanos, y no estn condicionadas por la historia
personal.
Vale la pena aclarar que el hecho de que una fantasa sea
transindividual no indica que, necesariamente, sea ubicable
como una fantasa de poco nivel de complejidad. Ms adelante
desarroll aremos el por qu de que no todo lo transndiuidual
corresponde a lo originario, pero, en cambio, todo lo originario
es transindiuidual.
Las fantasas secundarias inconscientes, por el contrario, estn
definidas desde la historia individual. Surgen a partir de la represin secundaria, por efecto de la censura. Las fantasas secunda47

rias inconscientes tienen en comn con las fantasas originarias


la cualidad de inconscientes, y con las conscientes-preconscientes
el hecho de estar determinadas por la historia personal, y el tener
al sujeto como protagonista, es decir, ste est presente en la escena en primera persona.

PROTOFANTASAS O FANTASAS ORIGINARIAS


Las protofantasas constituyen las primeras fantasas, cercanas al polo fusional 11 Inicialmente, la autoconservacin y el erotismo estn indiferenciados; luego la bsqueda de la satisfaccin
de la necesidad a travs de la succin del alimento materno se
separa de la constitucn del primer desear. Este se escenifica en
una primera fantasa de satisfaccin alucinatoria, apoyada en el
mecanismo fisiolgico del chupeteo. As, el primer deseo est vinculado a la gratificacin oral, dado por el excedente de placer en
relacin al mecanismo de succin. Es un deseo de fusin, en el
sentido de mantener una fusin permanente con el pecho.
Este primer deseo est organizado alrededor de un mecanismo fisiolgico en el cual hay una parte del cuerpo de uno que se
introduce en una parte del cuerpo de otro, por lo tanto el deseo de
perpetuar el placer est vinculado a una situacin de fusin con
aquel objeto que da placer. Esto corresponde a una visin estructural, ya que desde la subjetividad an no hay discriminacin yono yo, porque concierne al perodo simbitico (Bleger, J . 1967) o
fusiona! (Bernard, M. 1977) del desarrollo.
El deseo tiene as su origen y modelo en la satisfaccin alucinatoria producida luego de la primera falta, y el primer deseo, por
lo tanto, est ligado a la carga alucinatoria del r ecuerdo del placer producido por la satisfaccin de la necesidad.
Las caractersticas de estas fantasas primitivas o protofantasas son las de un esquema bsico anterior a la experiencia de individuacin y por lo tanto comn a todos los sujetos tal como sealamos precedentemente. Se lo puede pensar como un modelo o un
dispositivo universal, estructurante, que marca el comienzo de la
experiencia de individuacin.
8 El concepto de polo fusiona] remite al momento inicial de constitucin del
psiquismo, es decir a In etapa de mayor indiscriminacin intrapsquica en relacin a la dada madre-hijo. Desde la subjetividad, no hay diferencia mundo interno-mundo externo. Corresponde al polo narcisista.

48

Segn La planche y Pontalis, las fantasas originarias son"(. .. )


estructuras fantasmticas tpicas (vida intrauterina, escena primaria, castracin, seduccin), que el psicoanlisis reconoce como
organizadoras de la vida fantasmtica, cualesquiera que sean las
experiencias personales de los individuos". (Laplanche, J. y Pontalis, J-B.; 1967; pg. 143)
Estas fantasas se constituyen en el preciso momento de la
represin primaria; son parte del inconsciente no reprimido, se
trata de esquemas previos a la experiencia de individuacin.
Constituyen una formacin del inconsciente de cada sujeto, pero
son simultneamente universales, por lo menos para una determinada cultura. Estas fantasas tienen, por lo tanto, un carcter
mixto, manifiestan una doble pertenencia: individual y colectiva.
En su inters por fundamentar sus descubrimientos cientficos en la realidad, Freud plantea, en una primera etapa, que habra
existido en la historia infantil una escena real de seduccin del
nio por parte del adulto. Seduccin sexual-presexual, no traumtica en ese momento, que es resignificada en la adolescencia,
en ocasin de una u otra escena real, de carcter sexual, que otorgara a la primera, en apres-coup, un carcter traumtico.
Cuando, ante la experiencia clnica, debe abandonar esta idea
y, por lo tanto, la teora traumtica, recurre a la hiptesis de que
estas escenas realmente existieron, pero en la prehistoria de la
humanidad. Ubica entonces a las fantasas originarias dentro de
la categora de lo filogentico.
J. Laplanche, criticando esta concepcin, destaca que no es
posible heredar guiones escnicos presentes en una especie de
memoria. Lo filogentico, en cambio, est referido a herencia de
caracteres, al perfeccionamiento de funciones, de aparatos. Para
Freud las protofantasas seran recuerdos o esquemas de recuerdos, h eredados filogenticamente.
Establecida claramente la diferencia entre fantasas originarias y teoras sexuales infantiles, diferencia a la que nos referiremos ms adelante, pensamos que las fantasas originarias son
adquisiciones de la especie humana en tanto esquemas de desarrollo que predisponen a aquellas tareas psquicas bsicas que
todos los seres humanos tenemos que resolver en el momento del
nacimiento.
M. Bernard ha sealado la relevancia del carcter fusiona! de
las primeras producciones fantaseadas, y su importancia clnica
en la vida de los grupos. (Bernard, M. ; 1981).
49

Si consideramos como constitutivo del primer fantasear una


estructura escnica de tres elementos (Aulagnier, P.; 1975), en la
que el fantasean te desconoce ser l mismo uno de los trminos de
la pareja o la mirada que observa, podemos considerar equivalen tes las fantasas de fusin con las de escena primaria. Coinciden
en esta etapa la aparicin de la seduccin por la actividad de erogeneizacin de la madre sobre el cuerpo del hijo, y la vivencia de
separacin equiparable a la castracin. El deseo presente en todas
ellas es el deseo de fusin.

PROTOFANTASAS Y FANTASAS DE LOS ORGENES


E:iste una cierta confusin entre protofantasas y fantasas de
los orgenes. Estas ltimas pretenden dar respuesta o solucin a
enigmas que se le presentan al nio en r elacin a los orgenes. En
cuanto a su contenido, se trata de temas universales: la escena primaria en relacin al origen del sujeto, la seduccin en relacin a la
sexualidad, y la castracin en relacin a la diferencia sexual anatmica. Por eso han sido tambin denominadas teoras sexuales
infantiles. Si bien Laplanche y Pontalis hablan de estas tres fantasas de los orgenes, otros autores incluyen otras como, por ejemplo, la teoria cloacal. La confusin se ve favorecida, por un lado, por
las caractersticas de continuum de las fantasas presentes en el
psiquismo: desde las protofantasas o fantasas ms primitivas, hasta los ensueos diurnos o las fantasas secundarias ms elaboradas (Kordon, D. y Edelman, L.1989, 1990). Por otra parte, tambin
favorece la confusin el hecho de que las protofantasas y las fantasas de los origenes constituyen, como ya se dijo, una pertenencia colectiva, es decir tienen un carcter transindividual, aunque
en cada sujeto estn sostenidas por su fantasmtica secundaria.
Nos interesa destacar el hecho de que para la construccin de
la fantasa de los orgenes, es necesario contar con un sistema ideativo con cierto grado de desarrollo, que construye o se apropia de
sistemas de creencias aportados por la cultura.
La denominacin de teoras alude al aspecto argumental, ideativo, de las fantasas . Los sistemas de creencias provienen del
orden histrico social, del ya dicho socio-cultural, lo que permite
que sean transindividuales (Edelman, L. y Kordon, D. 1990, 1995).
Por otra parte, la construccin de la escena imaginarizada es siempre individual, y requiere la participacin del aparato perceptivo
(sensaciones visuales, auditivas, quinestsicas, etc.).
50

Las fantasas de los orgenes, como respuesta a los enigmas


infantiles, requieren entonces un cierto acceso al orden simblico. Estn apoyadas en las protofantasas o fantasas originarias.
Es por eso que muchos autores les dan la misma denominacin;
pero que estn apoyadas no quiere decir que se las pueda considerar en un mismo plano de anlisis.
Laplanche seala que la fantasa de castracin, concebida inicialmente como una respuesta a la pregunta infantil sobre el origen de la diferencia anatmica entre los sexos, vinculada por lo
tanto a la idea del cercenamiento, es por excelencia correspondiente al proceso secundario. Esto es as porque plantea la existencia de la negacin lgica de la contradiccin, propia del proceso secundario."( ... ) Habra entonces que situarla (a la fantasa de
castracin) del lado de ese logro cultural inmenso que introduce
al gnero humano en el pensamiento de la contradiccin" (Laplanche, J.; 1987; pg. 46). Esta afirmacin de Laplanche, que consideramos importante, no cuestiona solamente la ubicacin tpica
de las fantasas vinculadas a la castracin, sino que abre la puerta al cuestionamiento de la formulacin freudiana acerca de que
en el inconsciente no hay negacin.
La confusin entre protofantasas y fantasas de los orgenes,
se debe tambin al carcter desubjetivado que ambas comparten,
carcter que facilita la permutacin de lugares. Esto determina
que cumplan un papel
en el proceso grupal, como lo
ha destacado R. Kaes.
P. Aulagnier, en su desarrollo sobre la actividad de representacin del psiquismo, ubica a la representacin fantaseada en una
segunda etapa del desarrollo del aparato psquico, posterior a la
etapa que denomina originaria, y en la cual la actividad de representacin est caracterizada por el pictograma. Describe tres
modos de funcionamiento. El pictograma caracterstico de lo originario, la fantasa caracterstica de lo primario, y la actividad
ideativa, propia de lo secundario. La aparicin sucesiva de estos
diferentes procesos est impuesta por la necesidad que se le impone a la psiquis de reconocer propiedades del objeto exterior a ella.
El pictograma representa lo que P. Aulagnier denomina objeto-zona complementario, es decir se trata del producto de un tipo
de actividad en la cual el psiquismo no puede reconocer an separacin alguna de espacios diferenciados entre cuerpos.
La produccin fantaseada es, en cambio, una puesta en escena en la que existe una representacin de dos espacios, pero estos

51

dos espacios estn sometidos al poder omnmodo del deseo de


uno solo.
Fantasa e inconsciente se constituiran a partir de la presencia de un primer juicio, impuesto por el principio de realidad, acerca de la presencia de un espacio exterior y separ a do. La escena
primaria es concebida como una produccin lmite entre el pictograma y la fantasa, ya que por una parte constituye el ncleo de
toda organizacin fantaseada, y por otra parte aporta un testimonio de lo pictogrfico. (Aulagnier, P.; 1975).
La organizacin de l a fantasa determina que el fantaseante
ign ore que es l quien la pone en escena, y que su construccin se
origina en l a proyeccin sobre el otro de un deseo que le concierne a l. Este desconocimiento es responsable de una caracterstica especfica y constitutiva de la organizacin fantaseada: la exigencia que tiene el fantaseante de plantear un argumento cuyo
desarrollo incluye dos objetos y, en el exterior de la escena, un tercero r epresentado por la mirada que lo contempla. Esta mirada
experimenta un efecto de placer o displacer frente a la escena
fusiona!; placer o displacer que se s upone causado por el poder del
deseo del otro.
La concepcin de P. Aulagnier propone una explicacin sobre
el origen de la fantasa pa rticularjzado en el vnculo con el otro,
sin necesidad de poner el acento en el aspecto filogentico.

FANTASAS SECUNDARIAS
Las fantasas secundarias dependen de la histor ia personal.
Pertenecen , como sealamos precedentemente, al inconsciente
r eprimido o al sistema consciente-preconsciente. Las fantasas
secundarias inconscientes son producto de la represin secundaria de fantasas diurnas conscientes. El sujeto est presente en
primera person a. El ensuefio diurno es un escenario en el que el
lugar del sujeto es protagnico, invariablemente.
Como sealamos precedentemente, existe un con tinuum entre
las fant asas originarias y las fantasas secundarias. Este continuum determina que si analizamos el contenido de cualquier fantasa secundaria compleja podemos llegar, por reduccin, a encontrar una fantasa originaria. P ero si nuestro inter s incluye el
reconocimien to de lo subjetivo, individual, esta reduccin slo da
cuenta de una parcialidad, y no a bre el acceso al reconocimiento
de lo particular y diferente de cada sujeto.
fl2

La fantasa tiene un argumento. En algunos casos ese guin


que le otorga significacin corresponder a la novela familiar, a
la propia fantasmtica de la madre en relacin al hijo, etc.; en
otros casos podemos hablar de cierto tipo de contenidos que constituyen creencias macrosociales.
P ara que la fantasa tenga poder estructurante no basta con
que sea una escena. Tiene que haber una determinada significacin que le dar su peso y su importancia en la historia del sujeto.
Como destaca H. Bleichmar: "Si el fantasma no es pura imagen de
una boca mordiendo, por ejemplo, sino que incluye la creencia de
que lo hace por venganza, de que no dar tregua al sujeto, de que
no habr escapatoria, resulta que en su constitucin intervienen
adems de imgenes visuales, sensaciones cinestsicas, quinestsicas, tctiles, auditivas o gustativas, un mundo de creencias que
le otorgan un sentido". (Bleichmar, H.; 1986; pg. 52).
El sujeto intenta realizar el guin imaginario de sus fantasas
en su conducta, en s us sntomas, en sus sueos nocturnos. Las
posiciones que hace que ocupen los otros y l mismo son permutables. Cada personaje del guin resulta de una o varias identificaciones con personajes reales importantes del entorno y de una
o varias figuraciones de procesos psquicos internos que se encuentran as personificados.
Es de destacar entonces el papel del otro y del vnculo en la
significacin de la fantasa.
Thdo encuentro, vivido como intenso por dos o ms seres humanos, despierta, moviliza y activa en ellos sus fantasa s conscientes
e inconscientes. Vnculo y fantasa constituyen una unidad cuya
relevancia para el psiquismo trasciende entonces lo gentico, reactualizndose permanentemente.

LA CONCEPCIN KLEINIANADE LA FANTASA


La escuela kleiniana desarrolla el concepto de fantasa como
uno de los ncleos fuertes de sus conceptualizaciones. En ella se
apoyan la mayora de los grupalistas ingleses.
Susan Isaacs (1952) sostiene que las fantasas constituyen el
contenido primario de los procesos mentales inconscientes. Son
representantes psquicos de instintos libidinales y destructivos y,
simultneamente, se elaboran tambin desde el comienzo del desarrollo como defensas y como realizaciones de deseos y contenidos
de ansiedad.

53

Ms precisamente esta autora define a la fantasa como el vnculo activo entre instinto y mecanismo del yo. El instinto es un
proceso psicosomtico limtrofe que tiene un fin corporal dirigido
a objetos externos. Y los mecanismos del yo son trminos abstractos que definen m todos fundamentales de funcionamiento de la
vida mental, tales como la proyeccin y la introyeccin.
Por lo tanto, la fantasa es el vnculo entre el impulso del ello
y el mecanismo del yo por el cua l uno se t ransmuta en el otro.
"Quiero comerme tal cosa, y por lo tanto ya la he comido", es as
una fantasa que representa al impulso del Ello (instinto) en el
psiquismo y, simultneamente, es la experiencia subjetiva de un
mecanismo del Yo (introyeccin).
Al ser, en primer lugar, r epresenta ntes psquicos de los instintos, las fantasas se elaboran y expresan a travs de la experiencia. Las fantasas inconscientes, para M. Klein, ejercen una influencia continua durante toda la vida, en todas las personas, marcndose las diferencias individuales y l os diferentes tipos d e
estructuracin psicopatolgica posible, por el carcter especfico
de las fantasas dominantes, por el deseo o ansiedad asociados a
ellas, y por su interrelacin mutua y con la realidad externa.

FANTASA Y GRUPO
As como la fantasa juega un papel estructuran te desde el
punto de vista del psiquismo individual, en el proceso grupal constituye uno de los principales organizadores de los aspectos imaginarios del grupo, los que inciden en la manera como ste aborda su tarea manifiesta.
El grupo es un espacio de dramatizacin espontnea, un escenario en el que se r epresentan problemticas de los espacios intrasubjetivo, intersubjetiva y transubjetivo. Por su carcter escnico,
las fantasas son dramatizadas por los miembros del grupo, asumiendo a partir de ello su funcin organizadora del proceso grupal.
En la situacin grupal est n presentes, simultneamente, los
diferentes niveles de fantasa, desde las ms primitivas y fusionales, como las fantasas originarias, hasta las secundarias ms
elaboradas.
Es necesario tener en cuenta que el grupo presenta un doble
aspecto: constituye un espacio de posibilidades progresivas para
los individuos que lo componen y para el grupo mismo en cuanto
al proyecto o tarea que se propone, al tiempo que favorece la apa-

54

ricin de fenmenos regresivos en los que se r eactivan deseos,


angustias y mecanismos defensivos primarios. En los primeros
momentos de un grupo, sus miembros viven una situacin equivalente a las primeras angustias infantiles: angustia de no encontrar un lugar de reconocimiento en su vnculo con los otros, necesidad y temor de no ser tomados en cuenta en el deseo del otro,
reactivndose las vivencias bsicas de indefensin presentes en
el psiquismo. Esto conforma lo que en el proceso grupal denominamos angustia de no asignacin.!)
Las fantasas originarias, por su universalidad de contenido y
por su estructura de mltiples entradas, por atribuir lugares, posiciones, a cada uno de los miembros del grupo, cumplen una primera funcin especfica como organizadores del proceso grupal. Contribuyen a conformar los primeros entramados intersubjetivos y
el lazo transubjetivo, y aplacan la angustia de no asignacin.
Superpuestas a las fantasas originarias, y en correlato con
ellas, en el grupo estn presentes las fantasas de los orgenes,
t ambin transindividuales por contenido y equivalentes en funcin y estructura.
Por lo tanto, la dramatizacin grupal de las fantasas originarias y de las fantasas de los orgenes da cuenta especialmente de
los aspectos transindividuales de la subjetividad, sin que importe la historia personal de los miembros del grupo.
En la puesta en
de las fantasas originarias y de los orgenes, el sujeto es el grupo y, si bien en la estructura de roles que
se establece al ser dramatizadas, quien asume cada lugar lo hace
tambin teniendo en cuenta determinaciones de carcter individual, de lo que se trata es de que estas fantasas constituyen una
pertenencia colectiva, universal, aunque siempre vivida por cada
suj eto del grupo de acuerdo a su impronta singular.
Como sealamos precedentemente, en el grupo se dramatizan simultneamente los diferentes tipos de fantasa. Sin embargo, de acu erdo al tipo de grupo de que se trate y al momento evo1utivo, tienen predominancia uno u otro tipo de escenificacin
fantasmtica. Por ejemplo, en los grupos de corta duracin, en
situaciones de modificacin de encuadre, en situaciones de crisis por movilidades internas en un grupo, o en momentos de alte9 Es un con<:epto aportado por R. Ko.es pan.i designar en el mbito de lo grupal la a ngustia producida por el temor del sujeto a no encontrar un lugar en el
deseo de los otros.

55

raciones en el contexto inmediato o en el macrocontexto, la presencia de estas fantasas transindividuales es relevante, ya que
dichas condiciones del funcionamiento grupal favorecen especialmente la prdida de los aspectos ms discriminados de la
identidad personal en favor de los aspectos ms indiscriminados, ms fusionales.
As, en estos momentos regresivos, en los que se presentan las
angustias ms primarias de indefensin, de desamparo, de aniquilamiento, son las fantasas originarias y las de los orgenes, en
las que se pueden descubrir deseos fusionales y defensas muy primitivas, las que organizan el proceso grupal.
El despliegue de estas fantasas en la situacin grupal evidencia, por ejemplo, cmo el grupo, al ser vivido ilusoriamente como
un todo omnipotente, sirve de sustituto imaginario de las primeras imagos parentales, poderosas, capaces de otorgar o quitar proteccin, de apuntalar o desapuntalar el psiquismo infantil; o como
metfora corporal cuya complecin garantiza a sus miembros la
resolucin de las vivencias de inermidad y fragmentacin.
En un nivel anlogo y ms discriminado que el de las fantasas originarias y de los orgenes, estn presentes en un grupo las
fantasas secundarias que corresponden a la historia personal de
cada uno de sus integrantes y constituyen, por lo tanto, elaboraciones individuales. Pueden ser ms claramente identificables en
grupos que tienen un funcionamiento prolongado, y en los que se
busca o se posibilita una mayor discriminacin de sus miembros,
como por ejemplo, un grupo teraputico.
En el grupo teraputico se produce un despliegue del grupo
interno de cada paciente en la estructura de roles grupal. Se establece as un abanico de roles que permite asumir posiciones complementarias a los miembros del grupo en la dramatizacin de sus
fantasas secundarias.
Es decir, cada miembro del grupo tiene una determinada fantasa, asumiendo un determinado rol que incluye varios lugares
o posiciones. En el grupo esa persona tender a identificarse con
alguna de las posiciones de su fantasa asumiendo un determinado rol en la escena, e intentar que los otros asuman los roles que
l requiere para poner en escena su fantasa.
El contenido de su fantasa puede, por resonancia, activar
fantasas en los otros miembros del grupo, que asumirn o no
roles complementarios, intentando poner en escena sus propias
fantasas.

1)6

Si el mecanismo funciona, varios o todos los miembros del grupo van a construir una estructura de roles complementaria que
permitir dramatizar una escena vincular, que conesponde a difer entes fantasas secundarias de cada uno. Uno o ms miembros
del grupo pueden quedar afuera de esta dramatizacin, si las fantasas no encuentran resonancia en ellos. La resonancia fantasmtica permite entonces el anlisis, en la situacin grupal, de las
fantasas secundarias.
Toda dramatizacin secundaria incluye fantasas ms regresivas, ms cercanas al polo de las originarias, pudiendo reducirse finalmente a pares antitticos elementales.
Si bien describimos el fenmeno de la resonancia fantasmtica referido a los grupos teraputicos por la importancia que reviste para el trabajo interpretativo, se trata de un mecanismo presente en cualquier grupo.
Estamos trabajando actualmente en la problemtica de los
aspectos transindividuales de la fantasmtica edpica. Esta problemtica se vincula con la investigacin de niveles ms complejos de la transubjetividad.

LA CONCEPCIN DE WILFRED BION


Es posible efectuar un correlato entre los supuestos bsicos
y las fantasas abordadas desde este modelo. Los supuestos bsicos, descriptos por Bior como presentes en todos los grupos, aparecen como consecuencia de la intensa regresin que el grupo
provoca en sus participantes. Tanto el supuesto bsico de dependencia como el de apareamiento pueden ser la dramatizacin de
fantasas de fusin, de escena primaria; en el primer caso, fusin
silenciosa con el coordinador del grupo, en el segundo, de fusin
o apareamiento, como su nombre lo indica, con algn otro miembro del grupo. El supuesto de lucha y fuga puede ser entendido
tambin como determinado por fantasas de castracin, y el
mesinico en r elacin con la seduccin producida por un objeto
idealizado.
Bion considera el supuesto de a pareamiento como introductor
de la sexualidad, siempre y cuando este apareamiento sea concebido en una expectativa dt! futuro. Por ello lo unifica con la esperanza mesinica. Desde la perspectiva que nos interesa, consideramos una separacin, no presente en las formulaciones de Bion,
entre el supuesto de apareamiento y el de esperanza m esinica.

57

LA CONCEPCIN DE H. EZRIEL
El enfoque de Ezriel (1952) est basado en la teora de las
relaciones de objeto inconscientes tal como fue formulada por
Melanie Klein y retrabajada por V Fairbain. Su hiptesis es que
cuando un individuo se encuentra con otro intentar establecer
un tipo de relacin que tienda a disminuir la tensin provocada
por sus relaciones con sus objetos inconscientes. En el grupo teraputico, cada uno trae a la sesin la relacin con los objetos de
su propia fantasa inconsciente, relacin que es dominante en su
psique en ese momento. Inconscientemen te, cada uno trata de
actu arla, manejando a los otros miembros del gTupo, y colocndose y colocndolos en ciertas posiciones. De esta manera trata
de que cada uno asumo. un rol que le permita aliviar sus tensiones internas. El comportamiento de los otros miembros del grupo parece entonces actuar, sobre cada uno de los integrantes,
como estmulo que h ace a p arecer en su mente reacciones nacidas de sus fantasas inconscien tes. Cualquiera sea el contenido
manifiesto de lo que se dice en un grupo, aparece un problema
grupal comn subyacente, una tensin grupal comn inconsciente para el grupo, que determina el comportamiento del mismo.
Ezriel denomina a esta tensin grupal comn como el denominador comn de las fantasas inconscientes dominantes de todos los
miembros.
Al comenzar una sesin grupal, el comentario de alguno de sus
integrantes puede o no ser tenido en cuenta por los otros, segn
"encaje" o tome contacto, o no, con la fantasa inconsciente de algn
otro. Si es tomado tambin por un tercero, se puede convertir en
un tema que "prende en el grupo". Cuando eso ocurre es porque
un aspecto de este tema representa algo en relacin a la fantasa
predomina nte en cada miembro del grupo, que asumir un papel
particular determinado por su estructur a de personalidad y por
sus fantasas sobre las relaciones del grupo.
Cada miembro aceptar un papel asignado por otro solamen te si este papel coincide con su propia fantasa inconsciente, y si
le permite asignar a los otros papeles que le convienen a l.
La tensin grupal comn in consciente llevar a interacciones
m anifiestas entre los diferentes miembros del grapo, interacciones que tienden a resolver o disminuir el aspecto de la tensin
individual de cada uno que est incluido en ese denominador
comn. El denominador comn est referido en este caso a los con58

tenidos de la:s fantasas. El papel particular que cada miembro


adopta corresponde a sus mecanismos de defensa ante los tf'mores inconscientes despertados por este problema grupal.
Ezriel propone interpretar a cada participante los mecanismos
de defensa que pone en juego al enfrentarse con la tensin comn
grupal.
P ensamos que la descripcin de Ezricl corresponde a dos
fenmenos.
Por un lado, a lo que fuera conceptualizado ms adelante como
"resonancia fantasmticn'' (Foulkes, S. H ., 1957; Ezriel, H . 1952).
Para que haya resonancia fantasmtica tiene que haber algo en
comn en la c:onflictiva de los fantaseantes, como podra ocurrir
con ciertos aspectos del conflicto edpico. Las fantasas que resuenan o movilizan fantasas de los otros integrantes del grupo son,
en este caso, fantasas secundarias.
Coincidimos con Ezriel en la presencia y articulacin de las
fantasas secunda rias de los miembros de un grupo.
Por otro lado, al concepto de tensin grupal comn o comn
denominador. Este evita, por una parte, la hiptesis de la existencia de una "fantasa inconsciente grupal". O al menos esto surge
del texto aunque no est explicitado. Por otro lado, es difcilmente comprensible el concepto de denominador comn de las fantasas inconscientes dominantes en todos sus miembros, salvo que
en r ealidad, el aspecto.comn est referido al polo ms regresivo
de las fantasas, es decir, a las fantasas originarias.

LA CONCEPCIN DE DIDIER ANZIEU


Para D. Anzieu, en discusin con otras corrientes, slo hay fantasas individuales. Al estar presente el sujeto en la escena y por
tratarse de un guin imaginario, la fantasa tiene una organizacin grupal interna. Piensa que la organizacin grupal interiorizada de la fantasa es la base que permite el fenmeno de la resonancia fantasmtica en los grupos. (Anzieu, D., 1986)
Efectivamente, desarrollando una idea de A. Missenard, considera que es la fantasa secundaria de a lguno de los miembros
de un grupo la que opera como el primer organizador psquico
inconsciente de un grupo.
Como hemos visto en el Captulo III. D.Anzieu denomina resonancia fantasmtica al r eagrupamiento de algunos participantes
del grupo en torno a uno de ellos, que a travs de su modalidad

59

personal, sus actos, s us ideas, ha hecho ver o ha dado a entender


alguna de sus fantasas individuales inconscientes. Este r eagrupamiento no implica acuerdo, sino inters, convergencia, eco y
estimulacin mutua. La fantasa suscita, en aquellos ante los que
se despliega, desde una condena hasta un deseo anlogo.
El trmino resonancia inconsciente fue ideado por Foulkes, en
analoga con el fenmeno fsico de la resonancia. Metafricamente, una fantasa inconsciente, desplegada en un grupo por un sujeto, podra activar, hacer vibrar en otro, una fantasa similar, complementaria, antagonista, etc ..
Segn Anzieu (1986), el hecho de que la fantasa inconsciente
individual, sec.:undaria, sea el primer organizador grupal en el
nivel fantasmtico, estara en relacin con la tendencia a la isomorfia que R. Kaes describiera, segn la cual se hacen coincidir
narcisista e imaginariamente los espacios psquicos indiv idual y
grupal, y que es tpica de este primer momento.
Siguiendo esta misma lnea de pensamiento, Anzieu afirma
que la fantasa individual inconsciente opera tambin en los grupos naturales cu ando es posible r econocer, con relativa facilidad,
cmo se ha institucionalizado la fantasa de los fundadores. Un
lder que logra cumplir s us objetivos en el plano de una tarea manifiesta, no slo ha podido r esolver eficazmente los problemas que
existen en el sector de la rea lidad externa con el que se enfrenta,
sino que tambin puede despertar una amplia resonancia fantasmtica dentro de esa realidad exterior. En un grupo, en cambio,
en que todos s us miembros son iguales en s u status de miembros
del grupo, la prevalencia de uno de ellos continuamente, en el plano fantasmtico, no es ni soportable, ni soportada.

LA CONCEPCIN DE ROGER DO REY


Coincidiendo con las definiciones de J . Laplanche y J-B. Pontalis, R. Dorey (1971) privilegia el carcter unitario de la formacin fantasmtica, apoyndose en la homologa que existe entre
sus diferentes niveles, en contraposicin a las tendencias que
subrayan el carcter heterogneo de los diferentes tipos de fantasa. Prefiere sosten er la existencia de una estructura fantasmtica con diferentes planos, en vez de la existencia de muchas clases de fantasas heterogneas entre s.
Coincide, desde esta pers pectiva, con la distincin entre fantasas originarias y secundarias, y stas, a su vez, como conscien60

tes-preconscientes o inconscientes, remarcando un nivel de continuidad entre las mismas.


Las fantasas que trascienden al individuo y toman un carcter gener al, se reencuentran, para Dorey, en lo que puede denominarse inconsciente colectivo. Para descubrir cmo se presentan las
diferentes fantasas en los grupos considera los distintos niveles:
Las fantasas secundarias conscientes, correspondientes en el
individuo a los ensueos diurnos, se pueden identificar en el
grupo con las producciones imaginarias colectivas organizadas frecuentemente en un r elato o en un juego colectivo, mostrando un parentesco con los mitos.
Las fantasas secundarias inconscientes, desde el punto de vista grupal, slo se pueden descubrir en grupos de larga duracin, ya que se requiere un determinado tiempo para que una
fantasa de este tipo, ligada a la historia y a la problemtica
individuales, pueda adquirir un carcter grupal. Se desarrolla en este caso, una verdadera historia alrededor de la cual el
grupo se estructura, construyendo de este modo una fantasmtica comn.
Dorey otorga un papel importante al rol inductor de uno o algunos de los participantes, que verbaliza una fantasa que le es propia, y que la situacin de regresin presente en el grupo permite
aflorar. La induccin ser eficaz en la medida en que encuentre
eco en muchos o en la totalidad de los miembros del grupo. Estos
entran en resonancia con el inductor y se produce, de esta manera, una especie de cristalizacin del grupo a lrededor de estafantasa. "El sujeto que ocupa el rol del inductor, en realidad lo puede ser, porque adems de expresar su propia fantasa, transmite,
amplificado, lo que ha recibido". Por lo tanto, el sujeto revelador
de la fantasa es tanto inductor como inducido.
Si bien destaca las ventajas de las fantasas originarias, por
su carcter relativamente impersonal y general y por el nmero
restringido de formas que puede asumir, para ser puestas en circulacin en un grupo, especialmente de corta duracin, sostiene
idntica posibilidad para las fantasas secundarias, siempre y
cuando se de el tiempo suficiente para construir la historia comn.

LA CONCEPCIN DE REN

KAES

Si bien recupera aportes de otros autores, que sostienen una


pl'rspectiva funcional o pulsional, R. Kaes (1976) pone el acento

61

1
en el car cter estructural de la fantasa. Este carcter estructural est dado por la existencia de diferentes posiciones, por r eglas
que regulan su funcionamiento y por las propiedades atributivas,
distributivas y permutativas que determinan la configuracin de
un sistema de roles.
La fantasa, dotada de una estructura grupal, constituye para
Kaes, uno de los organizadores de la representacin psquica del
grupo y, al mismo tiempo, organiza el proceso grupal.
R. Kaes llama la atencin sobre el carcter desubjetivado del
escenario fantasrntico originario, el carcter impersonal general
de las fantasas originarias y el nmero restringido de formas que
puedo r evestir. Estas caractersticas permiten al sujeto entrar, sin
que impor te dnde, en la escena y ocupar en sta un lugar, sea el
que fuere, sucesiva y simultneamente.
Las fantasas originarias constituyen, para Kaes, la estructura de relacin bsica que soporta el vnculo y las posiciones tpicas en los grupos, siendo la fantasa de escena primaria el modelo privilegiado a partir del cual se organiza la presencia de las
otras fantasas originarias.
El papel organizador de la fantasa en los procesos grupales
se a poya en:
a) la estructur a escnica: escenario de drama tizacin que propone objetos de investidura pulsional a los miembros del grupo;
b) su organizacin grupal: su estructura escnica permite mltiples entradas, hay atribucin de lugares y permutabilidad de
los mismos; constituye una relacin organizada por una articulacin de los trminos con el conjunto. La atribucin de lugares en la escena fantasmtca permite reducir la angustia de
no asignacin, que padecen los miembros del grupo, especialmente al comienzo del proceso grupal. La permutabilidad de
lugares favorece el proceso identificatorio.
Kaes no diferencia e ntre protofantasas y fantasas de los
orgenes. Pensam os que sus formulaciones se aplican a ambos
t ipos de fantasas, teniendo en cuenta la similitud de estructur a y el carcter transubjetivo de ambas. Coincidiendo con Laplanche y P ontalis (1964), seala que la fantasa de los orgenes es
una formacin del inconsciente de un sujeto nico, pero tambin por su frecuencia, su generalidad y su origen , una pertenencia colectiva.
Pero, en tanto J. Laplanche y J. B. Pontalis enfatizan el carcter mixto de la fantasa teniendo en cuenta slo los aspectos estruc-

62

tura! e imaginario, R. Kaes destaca tambin su carcter mixto en


relacin a s u doble pertenencia individual y colectiva. E s decir,
destaca la doble faz de este tipo de fant asas: una, que mira y organiza al psiquismo, y otra que mira y organiza al proceso grupal.
Sin contraponerse a Laplanche y Pontalis, Kaes recupera la
idea kleiniana, en el sentido de que las fantasas inconscientes
constituyen una expresin psquica de las pulsiones arraigadas
en la experiencia corporal. Para la teora kleiniana, la fantasa es
el representante psquico de la pulsin, y Ja incorporacin del pecho
es el prototipo de la fantasa inconsciente.
Kaes retoma el modelo kleiniano porque considera que, al insistir en la r elacin con el cuerpo expresada en la investidura del
objeto por parte del s ujeto, la perspectiva kleiniana concibe la fantasa como una estructura de relacin.
R. Kaes pone el acento en el vnculo como estructuran te de la
vida psquica.
El sujeto de la fantasa originaria es el grupo mismo; en l cada
individuo tiene asignada una posicin. Es decir, que la asignacin
de un lugar no define al sujeto de la fantasa. A su vez, la singularidad puede sealarse en la m edida en que, en esa trama horizontal e impersonal, se articule la fantasmtica individual. Indudablemente sta est siempre presente, por ms dificultoso que
resulte descubrirla. Pero cuanto mayor sea la r egresin producida en el grupo, m ayor tendencia habr a que la fantasmtica individual se aproxime a l poio de lo origin ario y, por lo tanto, m ayor
ser la dificultad para identificarla.
En tanto el sujeto, en la fantasmtica originaria est constituido por el grupo, se habla del grupo como si fuera ste como tal
el portador de la fantasa. Slo cuando se produce el pasaje a niveles de mayor individuacin, puede dejar de hablarse en t rminos
de "el grupo se" para pasar al "nosotros".
Kaes sostiene, y en este sentido coincide con Bion, que la fantasa originaria emerge como defensa contra las angustias psicticas, asignando lugares y sentidos, contra la amenaza de estallido y dispersin. Cuando en un grupo predominan las fantasas
originarias, el grupo se encuentra en una posicin que Kaes denomina ideolgica. Cuando predomina la fantasmtica secundara,
el grupo se encuentra en posicin mitopoitica.
El pasaje de una a otra posicin puede ser dado por la r ecitacin de un mito, o por la celebracin de un ritual, que permite calmar las angustias m s arcaicas y pasar al proceso de individuacin.
63

Kaes seala que en la recitacin del mito o en el ritual, quedara marcado que la causa del problema "ya ha sido dicha". Y
que el sujeto, sealado en su aspecto transubjetivo y abierto al
grupo se puede sentir contenido. A partir de esto, la persona puede ser actora y sujeto de su fantasa individual. El ritual o el
mito, marcan el lmite del espacio comn en el que queda depositada la fantasmtica originaria, del zcalo fusiona! construido colectivamente que constituye la base de sociabilidad necesaria para sostener los niveles ms discriminados . El concepto
de zcalo inconsciente fue desarrollado por J. I:>uget e l. Berenstein (1988) para referirse a fenmenos fusionale s a nivel de la
pareja. 10

LA CONCEPCIN DE MARCOS BERNARD


Teniendo en cuenta que la fantasa surge en el momento de
separacin de la sexualidad respecto de las funciones de autoconservacin, M. Bernard (1992) sostiene que en este acto fundador
se constituyen, en el mismo momento, estructura y contenido (de
la fantasa). Pone el acento en que la estructura fantasmtica queda determinada por la disyuntiva de fusin-discriminacin, formalmente pares antagnicos como continuidad-discontinuidad,
adentro-afuera, antes-despus, que"( ... ) a pesar de futuras complejizaciones mantendr como marca de origen".
Bornard sostiene que la fantasa, en tanto guin imaginario
en el que se ha registrado la transcripcin intrapsquica de un
vnculo intersubjetiva, poseer siempre dos polos: un reconocimiento del vnculo (en tanto su origen se constituye en ocasin de
su presencia) y su negacin (en tanto lo instala dentro de los lmites del psiquismo que acaba de fundar, con lo que la brecha que
la originara desaparece ilusoriamente).
El proceso que impulsa la complejizacin de las fantasas est
10 En ocasin de h aber realizado grupos de reflexin con familiares de personas desaparecidas durante la ltima dictadura militar en nuestro pas, grupos
realizados con personas que tenan conocimiento de los hechos ocurridos a cada
una de ellas, en el comienzo de todas las actividades de todos los grupos, alguien,
no importaba quien, contaba lo ocurrido con su familiar. A pcso.r de que en muchas
oportunidades todos saba n de la historia a ser contada, el relato concitaba la
atencin de todos los participantes, que con su silencio a tento, contribuan a la
realizacin de este particular ritual, o recitado como mito de origen a ser transmitido, como encargo de constituirse este grupo en transmisor de la historia.

64

dado por la insercin del sujeto en la trama intersubjetiva, en la


que ir desarrollando vnculos cada vez ms pendientes de la discriminacin yo-otro.
El reconocimiento de la alteridad del otro, implica una complejizacin creciente de la estructura de la fantasa. Las fantasas
secundarias se constituyen sobre la base del desarrollo del aspecto imaginario, a partir de la estructura original e introduciendo
cambios en ella. La adicin de la huella mnmica verbal es una
modificacin cualitativa de la estructura que le aporta la sintaxis
propia del lenguaje.
Cada vnculo dar lugar a vivencias equivalentes a las iniciales del sujeto: desde la vivencia de fusin , o sea el enamoramiento en el caso de una pareja, o la ilusin grupal en un grupo, con
un borramiento de los lmites intersubjetivos, hacia un nuevo proceso de reindividuacin. De este nuevo vnculo quedarn nuevas
fantasas secundarias y la base fusional, depositada en la estructura del vnculo intersubjetiva. En cada grupo, cada participante
puede desplegar simultneamente, por ejemplo, una fusin con el
cuerpo grupal sin perder su nocin de mismidad. t 1

11 Este mismo fenmeno es el que determina que, subyaciendo por ejemplo a


la demanda de un miembro de un grupo teraputico de una entrevista individual con el terapeuta, se pueda encontrar un a fantasa incestuosa, que a su vez
uxprcsc una fantasa de fusin. Es decir, que las fantasas ms discriminadas
eonticncn a las ms regresivas.

65

Captulo V

Los grupos internos


MARCOS BERNARD

l. INTRODUCCIN

El concepto de grupo interno est en el centro de una conceptualizacin psicoanaltica del fenmeno grupal. Si una de las condiciones para la existencia del grupo es la presencia en sus miembros de una comn representacin interna del conjunto al que pertenecen, el concepto de grupo interno pretende dar cuenta de la
descripcin y funcionamiento de esa representacin, desde un enfoque estrechamente ligado a la estructura de la fantasa inconsciente, y a la constitucin del aparato psquico a partir de la experiencia grupal.

2. ORIGEN DEL TRMINO


El primero en utilizar este trmino fue Enrique Pichon-Riviere. Deca en 1971: En el tratamiento de pacientes psicticos realizado segn la tcnica analtica y por la indagacin de sus procesos transferenciales, se hizo evidente para m la existencia de objetos internos, mltiples 'magos', que se articulan en un mundo
construido segn un progresivo proceso de internalizacin. Ese
mundo interno se configura como un escenario en el que es posible reconocer el hecho dinmico de la internalizacn de objetos y
relaciones. En este escenario interior se intenta reconstruir la realidad exterior, pero los objetos y los vnculos aparecen con modalidades diferentes, por el fantaseado pasaje desde el 'afuera'hacia
el mbito intrasubjetivo, el 'adentro>(op. cit., pg. 10).
67

2.1. EL GRUPO INTERNO PARAPICHON-RIVIERE


Ya en 1934 George Mead, uno de los autores que sirvieron de
punto de referencia a Pichon-Riviere, haba afirmado que el grupo es anterior histricamente al individuo, que se genera en su
seno a partir de un proceso de internalzacin de la estructura
social. En Pichon-Riviere los conceptos de G. Mead se enriquecen
con la conceptualizacin de M. Klein -otro de sus referentes- y por
lo tanto con los desarrollos acerca del concepto de fantasa inconsciente de esta autora. Deca Pichon-Riviere: "Es un proceso comparable al de la representacin teatral, en el que no se trata de una
simple idntica representacin del texto, sino que cada actor r ecrea,
con una modalidad particular, la obra y el personaje. El tiempo y
el espacio se incluyen como dimensiones de la fantasa inconsciente, crnica interna de la realidad" (op. cit., pg. 10).
Comparacin adecuada con el drama, sin duda, el caracterizar al vnculo entre los personajes como una escena. El actor que
modifica el texto es el sujeto que ha vivenciado, desde su subjetividad, la escena "externa" leyndola desde sus propias series complementarias. Toda la vida mental inconsciente, en definitiva, se
organiza alrededor de los personajes de este grupo interno, que a
su vez mantiene una interaccin dialctica con los del mundo exterior. El mundo interno se construye a partir de la internalizacin
progresiva de los objetos y los vnculos. A travs de la capacidad
de diferenciar entre el grupo interno y el externo, el sujeto adquiere identidad y autonoma.
Pichon-Riviere retoma el concepto kleiniano de mundo interno-mundo externo, relacionndolo con el propio de grupo interno,
dado como sinnimo de mundo interno. La discriminacin y autonoma del grupo interno con respecto a sus referentes externos,
como decamos, es el que da al sujeto su sentimiento de mismidad. El grupo interno tiene su primer origen en las experiencias
del sujeto con su familia de origen, lo que resulta coherente con
la lnea psicolgico-social en que se nutre Pichon-Riviere, derivada de la escuela americana (Cooley, por ejemplo); esta escuela destaca la funcin creadora de identidad de los grupos primarios (de
los que la familia es un ejemplo paradigmtico).
Para Pichon-Riviere el grupo interno parece estar formado por
personajes, imagos comparables con los del mundo exterior, del
que formaran una especie de doble, ms o menos modificado en el
proceso de internalizacin. En el cotejo entre estas dos escenas -la

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nterna y la externa- se evidenciara el malentendido, considerado como manifestacin patolgica (en la terapia familiar, por ejemplo). "El grupo es un conjunto de personas articuladas por su mutua
representacin interna. Representacin sta que sigue las caractersticas del modelo dramtico" (op. cit., pg. 189). Subrayo en
esta frase de Pichon-Riviere lo de conjunto de personas articuladas por su mutua representacin interna. La escena representa a
personajes interactuando, m s all de sus funciones instanciales
especficas (Ello, Yo, Superyo, por ejemplo). Dice ms adelante en
este mismo trabajo "La dialctica interna es la dialctica del grupo cuya crnica( ... ) es la fantasa inconsciente 12 . Por dicha dialctica cada integrante alcanza una totalizacin, una sntesis, que
hace al grupo como grupo, que lo constituye. La tarea-sentido del
grupo- y la mutua representacin interna hecha en relacin con
la tarea, constituyen al grupo como grupo. La tarea es la marcha
del grupo hacia su objetivo, es un hacerse y un hacer dialctico
hacia una finalidad, es una prah.is y una trayectoria" (p. Cit., pg
189). Es importante la sntesis que logra Pichon-Riviere entre la
conceptualizacin psicosocial de tarea, como organizadora del grupo, y la mutua representacin interna, como la otra variable que
encontraremos siempre presente en un contexto grupal.
En resumen: Pichon-Riviere retoma la conceptualizacin psicosocial de G. Mead, de formacin del s-mismo a partir de la internalizacin del contexto social (grupal) en que se origina, enriquecindola con aportes pro\fenientes del psicoanlisis, en especial el
kleiniano, concernientes a la fantasa inconsciente. El grupo interno es el r esultado de tal internalizacin. Reflejo de los personajes
a partir de los cuales se ha constituido, reproduce, en el interior
del sujeto, los vnculos significativos de su infancia, a partir de la
experiencia internalizada de la vida familiar. El grupo interno
est constituido por imagos de estos objetos familiares, relacionados a travs de una compleja r ed vincular, agrupados en escenas
dramticas significativas, que son la esencia de la problemtica
inconsciente. Pasibles de ser proyectados sobre el grupo externo,
12 Es interesante cotejar esta afirmacin con Ja de ,J. -B. Pontalis (1963), en su
romcnlario sobre los a porles de Bion: "(. .. )Si en el campo sociolgico, es cierto
que el grupo es una realidad especfica. cuando funciona como tal en el campo
del psiquismo individual -modalidad y creencia que toda la psicosociologa tienclC' precisamente a fortificar- opera efectivamente como una fontasfa". Cuando
varios de los sujetos de una serie compartan esta fantasa, se habr n dado las
condiciones para que C'sta serie 1;:e transforme en un grupo.

69

producen fenmenos transferenciales, cuya elucidacin e interpretacin forman la materia prima del proceso de curacin. El malentendido, resultado de estos fenmenos de transferencia, surge de
la mayor o menor distorsin que se produce en la percepcin de
los vnculos en los que participa el sujeto, a partir de su proyeccin sobre ellos de estos engramas vinculares internos. La posibilidad de compartir una imago acerca de determinado contexto grupal, as como la tarea dirigida a una praxis, es lo que constituye
al grupo como tal.
2.2. VENTAJAS DEL CONCEPTO
El trmino acuado por Pichon-Riviere y difundido pronto en
el ambiente psicoanaltico grupal, tiene, como vimos, raigambre
en la psicologa social y en el psicoanlisis. Puede considerarse
como una forma de describir la fantasa inconsciente, que no se
contradice con la descripcin que de ella hiciera S. Isaacs o el mismo Freud. Sin embargo, hay un matiz de diferencia.
El acento puesto en la cosa Jrupal, en el origen vincular de la
fantasa (enfoque que retomaremos R. Kaes y yo mismo) hace que
esta teorizacin aparezca como especialmente aplicable a la comprensin psicoanaltica de los grupos, en la que Pichon-Riviere
estaba especialmente interesado, y de Ja que fue un pionero entre
nosotros . El tema ya haba sido encarado por Freud en Psicologa
de las Masas y Anlisis del Yo (1921 ), cuando hablaba de la identificacin en los fenmenos de masa, y especialmente en la Introduccin, al remitirse a la relacin entre la psicologa social y la
indiv idual: "En la vida anmica del individuo el otro cuenta, con
total regularidad, como modelo, como objeto, como auxiliar y como
enemigo, y por eso desde el comienzo mismo la psicologa individua] es simultneamente psicologa social en este sentido ms
lato, pero enteramente legtimo".

3. EL CONCEPTO DE GRUPOS INTERNOS DE R. KA.Es


Desde fines de la dcada del '60 Kaes, junto con otros miembros del CEFFRAP 1:i, se aboc al estudio del efecto organizador,
en los grupos y en el psiquismo, de las fantasas inconscientes,
13 Centro de E!;tudios Fra nceses p4lrn la Formacin y la Investigacin Activa
en Psicologa. Institucin fundada por D. Anzieu en 1962.

70

especialmente las definidas por Freud como fantasas originarias14. En 1976 publica s u libro El aparato psquico grupal, en el
que expone s u te01ia, ya completamente elaborada, sobre los organizadores grupales. Son stos, en lo que hace especalmente a la
organizacin psquica de la representacin del grupo, formaciones de fantasas estructuradas grupalmente.

3.1. CARACTERSTICAS DEL CONCEPTO DE GRUPOS


INTERNOS DE R. KAES.
Por su origen -la interaccin grupal-, por su forma y contenido -conjuntos de elementos diferenciados unidos por un sistema
de relaciones determinado- y por su capacidad de contribuir a la
organizacin de los grupos externos, en los que el s ujeto se insert a , es que Kaes puede afirmar el carcter eminentemente grupal
de estas fantasas . En 1985, en una conferencia dictada en Buenos Aires, enuncia sus desarrollos s obre este tema. A los organizadores grupales intrapsquicos los llama grupos internos, CJ grupos del adentro, subrayando de esta manera su carcter grupal.
Dice entonces Kaes: "Designo con el trmino de grupos internos
las formacones intrapsquicas dotadas de una estructura grupal
y cumpliendo funciones de ligazn en el aparato psquico (... ). Para
que haya grupo interno se requieren tres condiciones: una pluralidad de elementos distintos, un sistem a de ligazn entre esos elementos, l a polaridad del deseo inconsciente que da forma y consistencia a esos objetos" 15 (Kaes. R. 1985).
A diferencia de Pichon-Rivier e, Kaes habJa de grupos internos,
en plural. Esto se debe a que alude con ese nombre a mltiples
fantasas, relacionadas con la estructura de las originarias. Analizar ms detenidamente esta definicin.
"Cumpliendo funciones d e ligazn en el aparato psquico". Hasta el momento del nacimiento, el futuro ser humano est recubierto por s us envolturas, que no son otras que las constituidas por el
cuerpo de la madre. Estas le han asegurado una homeostasis casi
14 Rccordcmo:; que Freud abibuyc u estas fantasas un 01igen filogendico: seran
el precipit;:ido en t-1 inc:onscienl<: de la memoria de antiguas escenas, que habran
tenido lugar en una realidad vivida por nuestros ancestros. Esta hiptesis es accpl:ida por algunos de los ::i utores franceses del CEFFRAP, a pesar de la crtica que
ric ell;.1 hiciera J. L<iplanchc (1970, l987J. con la que nosotros acorda mos.
1G Una d ohoracion de esa conforeocil ::iparcci en la ReLista Ar:entina de Psi
tc,tfroma. N" 2. uo :i. 1987. La ci ta ci< de l:1Pg.10 de esta publicacin.

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perfecta, que perder irremisiblemente despus del nacimiento.


La experiencia fundante del sujeto es la de esta prdida, que lo
somete a la del desamparo ms extremo, dada la prematuracin
con que se presenta al mundo. El infans reencontrar la primitiva seguridad, en parte, en el vnculo simbitico que establece con
su madre, que debe reempla zar, aunque imperfectamente, aquella cubierta que lo contena antes del nacimiento. Este vnculo,
que pronto comienza a ser internalizado, tiene una doble funcin :
contribuye al manejo instrumental de la realidad (en el futuro se
ir perfeccionando en ese sentido) y proteje al nio de una frustracin intolerable. Este vnculo internalizado, prototipo de la fantasa, es un grupo interno, y sus elementos mantienen entre s
una relacin determinada. Es a esta relacin entre los elementos
a la que alude Kaes cuando habla de las funcion es de ligazn en
el aparato psquico. Se relaciona con la idea de Freud de la funcin unificadora del Yo.
"Pluralidad d e elementos distintos": Son los que componen la
fantasa. La madre y el hijo, la boca y el pezn, la madre y el padre
fusionados de la primitiva escena primaria, etc.
"Un sistema de ligazn entre ellos ". Hay en todas estas fantasas un argumento determinado, una lgica que rene sus elementos en un conjunto que porta un sentido, que es se y no otro, es
decir, que tiene una especificidad.
"La polaridad del deseo inconsciente que da forma y consistencia a esos objetos". La problemtica del deseo, entendida en el sentido lacaniano del trmino, est jugada en estos grupos-fantasa.
La fantasa no es el objeto del deseo, ni lo es un determinado elemento de
El deseo se juega en el conjunto de su argumento. Si la fantasa representa a la boca del nio fusionada con el
pezn , por ejemplo, el deseo est contenido en el vnculo entre
estos elementos, sin poder ser reducido a uno u otro de ellos. La
polaridad alude a la secuencia de atraccin-rechazo, o an a la de
deseo-defensa, presente siempre en este vnculo fantaseado. Debemos tambin considerar, adems, una polaridad objetal-narcisista: objeta! en tanto la fantasa implica un reconocimiento del otro,
narcisista en tanto la fantasa representa una negacin de l a falta y la ausencia del objeto; pensemos que la alucinacin opta tiva
del pecho es un r econocimiento de ste y, al mismo tiempo, una
negacin de su prdida.
16 Se refiere esta afirmacin cs pecialma ntc a las fantasas originarias.

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3.2. DIFERENCIAS Y EQUIVALENCIAS ENTRE LOS


CONCEPTOS DE E. PICHON-RIVIERE Y R. KAES
El concepto de Kaes es ms abarcativo que el de Pichon-Riviere. Incluye fantasas originarias y secundarias, la imagen del cuerpo (en tanto la considera tambin surgida de una interaccin subjetiva), los complejos familiares, las imagos y la representacin
del aparato psquico. Con esto ltimo alude a que la tpica, especialmente la segunda tpica freudiana, est estructurada como
un grupo.
Como vemos, los grupos internos, para Kaes, agrupan objetos,
funciones de objetos, objetos parciales, etc. En este sentido, podramos considerar a la definicin de Pchon-Riviere contenida dentro de la de Kaes, especialmente en lo que ste llama, tomando el
trmino de J. Lacan (1938), complejos e ima:;os familiares.
Por otra parte, ambos autores subrayan la capacidad dramtica de estas formaciones, es decir, su posibilidad de representar
y de ser desplegadas en escenas en un contexto espacial.
El principal aporte de Kaes es su conceptualizacin de los grupos internos como organizadores de la representacin grupal-recordemos que ambos autores la consideran a sta indispensable para
hablar de grupo: los participantes deben compartir una representacin comn del grupo-y adems su funcin organizadora del vnculo grupal externo 1;. No habra grupalidad sin la actuacin de estos
organizadores, que asegtiran la puesta en escena del deseo inconsciente y la posibilidad de investir los objetos de la grupalidad.

3.3. CARACTERSTICAS DE LAFANTASAPARAKAES


Un determinado dispositivo tcnico ayuda a poner en evidencia determinados fenmenos, pero tiende a ocultar otros. Las teorizaciones de R. Kaes y otros integrantes de su escuela se han desarrollado especialmente a partir de su experiencia en lo que denominaron grupos de formacin. Se trata de seminarios cortos e
intensivos, realizados habitualmente en un lugar aislado, en sesiones alternadas -varas por da- de grupos pequeos, grupos
17 Ya Lacan (1938) haba llamado la atencin sobre esta posibilidad: "Su actividad [la del complejo] repite en lo vivido la realidad asignada en toda oportunidad en la que se producen algunas experiencias que exigirn una nbjl'tivacin
superior de esta realidad". Si bien Lacan habla del complejo, es claro que se puede pensar a ste, ('n su c:onc('ptualizacin, en trminos de
inconsciente.

73

amplios, psicodrama, etc. Estos grupos son coordinados psicoanalticamente. En el transcurso de su desarrollo pueden observarse
intensas regresiones, que dan paso posteriormente a procesos de
re-identificacin y subjetivacin, con los que culmina la secuencia de la experiencia. Las fantasas puestas en juego en la mayor
parte del tiempo que dura el proceso del grupo se aproximan al
polo de las originarias. Recordemos la caracterizacin que de ellas
hacen Laplanche y Pontalis (1964): universales, no subjetivadas;
el sujeto est siempre presente en ellas pero no en primera persona. En el momento en que los participantes del grupo ven diluir
su identidad, para sumergirse en los fenmenos de la ilusin grupal (D. Anzieu, 1986), de la fusin en un conjunto idealizado, las
fantasas correspondientes no son las que sostienen una identidad individual, sino aquellas que, por su universalidad, pueden
dar lugar a fenmenos de transubjetividad. 1H
Es por esto que R. Kaes habla de grupos internos: uarias formaciones fantasmticas (imagen del cuerpo, castracin, escena
primaria) pueden ser movilizadas en los sujetos, todas ellas con
la caracterstica mencionada de no subjetivacin, todas previas al
complejo de Edipo, anteriores por lo tanto a la total asuncin de
la identidad sexual 19. Se trata de un modelo ptimo para dar cuenta de lo que ocurre en estos grupos de formacin, modelo surgido
precisamente de la observacin de ellos a travs del dispositivo
analtico.
Pero qu pasa en otro dispositivo, aqul que utilizamos en la
terapia analtica grupal, una de cuyas caractersticas es un tiempo de duracin mucho ms prolongado? Debemos tener en cuenta una diferencia fundamental: los efectos propios de un grupo de
formacin surgen de la misma combinacin grupal; pasa lo que
pasa por el solo hecho de haberse reunido un conjunto de individuos con un determinado encuadre, intensivo y de duracin rela18 No sostenemos la existencia de formaciones lransindividuales, previas al
sujeto mismo, constituyentes de un "ncleo duro del inconsciente". S, pensamos
que el carcter de lus fantasas prmitivas a que conducen el proceso de regresin ,.rrupal, por el
monto de discriminacin entre sus trminos, y por el
hecho de que constituyen In marca de experiencias compartidas por todos los
seres humanos, produce ese tipo de fenmenos que calificamos de transubjetivos y que definimos en el Captulo VIII, nota al pie N 42.
19 Recordemos que Freud, en "Psicologa de las masas ... " a firmaba que en los
contextos grupales predominaban los vnculos homosexuales sobre los heterosexuales.

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tivamente corta, lo que moviliza fantasas regresivas. Los efectos


analizados surgen predominantemente del efecto producido por
el agrupamiento. En cambio, en un grupo teraputico, aunque en
un comienzo debe esperarse que se desencadenen los mismos fenmenos que los producidos en los seminarios de formacin, la prolongacin del tiempo de tratamiento permite la instalacin de fenmenos propios de la neurosis de transferencia. Por otra parte, en
los grupos teraputicos, los participantes llevan al grupo aquello
que desean poner en escena, y, a travs de ello, modificar. E sto
tiene que ver con las problemticas que surgen de la neurosis
transferencia), es decir, con algo relacionado con el desarrollo y
resolucin del complejo de Edipo.
En las fantasas que soportan y estructuran la neurosis transferencia!, los procesos que llevan a la identidad personal ya se han
casi completadow. En ellos, soportados por fantasas secundarias
de alto grado de complejidad, el sujeto figura en primera persona: "yo hago tal cosa a tal persona".
Para conceptualizar el mundo interno de un paciente -llammoslo as para diferenciarlo del participante de un grupo de formacin- precisamos de un ins trumento terico que de cuenta de
esta personificacin, de este nivel alto de identidad logrado.

4. UNA HIPTESIS DEL GRUPO INTERNO


RELACIONADA C,ON LA IDENTIDAD PERSONAL
Como planteaba en el final del tem anterior, desde la experiencia de los grupos teraputicos -la que deseo tomar como punto de referencia en este captulo- es necesario ampliar y modificar algunos conceptos tericos, en lo que hace al concepto de grupo interno. Deseo plantear aqu algunos desarrollos que he
trabajado, pensndolos a travs de sus relaciones con la estruc
tura de la identidad personal.

4.1. DEFINICIN
Denomino grupo interno (en singular) a la estructura triangular que da cuenta de la identidad personal de un s ujeto, al
esqueleto de fantasa en que l la apoya. E s aquel argumento
20 En trminos relativos, por supuesto: la identidad personal no termina nunca de cerrarse totalmente.

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que iremos a buscar en una entrevista diagnstica, que dar


como resultado la manera especfica en que se han organizado
y ordenado en el sujeto los mltiples elementos que han ido a
constituir su mismidad.
Es una estructura triangular, porque en su esencia y en el
momento de mximo desarrollo puede reducirse a tres trminos:
el que desea, aquello que es deseado y lo que se interpone entre
uno y otro. Encontraremos al sujeto identificado con el polo desean te, al objeto con el deseado, y al tercer trmino representado
por una distancia, una terceridad, un obstculo, que en el complejo de Edipo est presente en la funcin paterna.
El tercer trmino, que marca una distancia entre el polo deseante y el deseado, es el que nos indicar el monto de ndiscriminacin remanente en el sujeto, entendiendo como tal su posibilidad, inversamente proporcional, de reconocer al otro como alguien
distinto y autnomo. Hace ya bastante tiempo se nos hizo evidente que el diagnstico nosolgico que habamos estado utilizando
en el tratamiento psicoanaltico individual no era suficiente para
dar cuenta de las vicisitudes que surgiran de la insercin de un
sujeto en un grupo: un paciente histrico puede desarrollar adecuadas maniobras de seduccin, o puede someter a sus compafieros de grupo a un monopolio insoportable, transformndolos en
espectadores de su despliegue escnico. En ambos casos, el cuadro clnico es el mismo, el monto de indiscriminacin, en cambio,
es diferente.
En un grupo teraputico de duracin prolongada puede observarse habitualmente una secuencia regular. En las primeras sesiones, se observan fenmenos de ilusin grupal, de emergencia de
fantasas primitivas. Bion ha ba descripto este momento como el
surgimiento de supuestos bsicos, de dependencia, de lucha y fuga,
y de apareamiento. Ms tarde (semanas despus) comienza a instalarse la neurosis de transferencia (o mejor dicho, los pacientes
retoman su identidad habitual de "afuer a"). Cada uno se encuentra repitiendo en el contexto grupal aquello que, segn dijo cuando ingres al grupo, le pasaba en la vida cotidiana. El paciente
vuelve a asumir aquellos rasgos que momentneamente haba
dejado de lado, en tanto su identidad se haba disuelto en los fenmenos iniciales de su pertenen cia al grupo. Comienza entonces
un anlisis de esta neurosis transferencial, desplegada ahora en
el aqu-ahora grupal.
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4.2. GRUPO INTERNO Y FANTASA


He mencionado varias veces los trminos fantasas originarias y secundarias, identidad , etc. Quisiera ahora extenderme
sobre el origen y desarrollo del grupo interno, aclarando el significado de esos conceptos.
Teniendo en cuenta que cuando hablamos de grupo interno
estamos poniendo el nfasis en la estructura grupal de una fantasa, el origen del grupo interno coincidir con el de la fantasa.
En un trabajo anterior21 haba observado la tendencia que presentaban los pacientes de grupos teraputicos a mantener, especialmente con el terapeuta, un vnculo vivido por ellos como privilegiado. Deca entonces: "Dicho vnculo consiste en la bsqueda
de una unin bipersonal que lleva implcita la fantasa 22 de una
unin dual con el objeto, como rechazo o negacin de una estructura tridica en la que el tercero est representado por el resto
del grupo". La definicin tiene, hasta aqu, ciertas equivalencias
con la que h ace W. R. Bion del supuesto bsico de emparejamiento. Apunta, sin embargo, a poner de manifiesto otros aspectos de
estos observables. Ms adelante, en el mismo trabajo, agregaba:
"Tal vnculo se establece mientras que el paciente intenta ignoc
rar su insercin en una estructura de roles en la que la presencia
del tercero queda instituida como discriminadora y mediadora
ante el anhelo de una fusin ideal entre sujeto y objeto. El sistema de roles centrado en'la tarea establecida conscientemen te, en
cuanto lenguaje que relaciona y limita, aparece como un ataque
a la omnipotencia del sujeto y a la relacin dual.( ... ) El motor ltimo de esta tendencia al vnculo dual es, como dijimos, la recuperacin de la omnipotencia perdida a partir de la ruptura de la smbiosis madre-nio".
Menciono estos pasajes porque nos remten a un punto esencial en todas estas consideraciones: la relacin entre grupo intern o y fantasa inconsciente. Intento destacar con el concepto de
21 "Mecanismos bsicos de Ja dinmica grupal: las fantasas incestuosas". Este
trabajo constituy la tesis presentada para optar a la titularidad en Ja Asociacin Argentina de Psicologa y Psicoterapia de Grupo (1981). Fue publicado como
un captulo del libro El grupo y sus configuraciones del que fuero n coautores J.
Puget, G. Games Chaves y E. Romano.
22 Aqui agregara hoy la discriminacin que puede hacerse entre los aspectos
estructurales de Ja fantasa y lo que hace a sus contenidos. (Bernard, M. 1990).
l\1e referir a este punto ms adelante.

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grupo interno que toda fantasa tiene una estructura bsica, independiente de su contenido (aunque no existe sin ste), que remite
en ltima instancia a este modelo de vnculo fusional. Concuerdo
con la hiptesis sostenida por Laplanche y Pontalis (1964) de que
el deseo no est personalizado en las fantasas ms primitivas; si
bien en el modelo que propongo hay un lugar deseante y otro que
funciona como aquello que es deseado, el fin ltimo del proceso es
la desaparicin de la distancia entre ambos lugares. El deseo,
entonces, no aparece personalizado en la escena, pero s forma
parte de su estructura ntima.
4.3. EL ORIGEN DEL GRUPO INTERNO
El origen de la fantasa debe buscarse en las primeras percepciones del nio, despus del nacimiento. La prematuracin del
nio lo coloca en una situacin de dependencia simbitica respecto de los cuidados de la madre. En medio de las vicisitudes de esta
estrecha relacin surge, en la etapa de autoerotismo, la gnesis
de un aparato psquico. Las primeras fantasas tienen en su propia estructura su contenido: con esto quiero decir que lo que las
funda e instituye est plasmado en su argumento y en su fonna 2.
Freud las llam fantasas originarias (en su modelo les atribua
un origen gentico), y describi la de seduccin, la de castracin
y la de escena primaria. La seduccin, en trminos genitales la
iniciacin sexual de un nio por parte de otro mayor o de un adulto, tiene su origen y fundacin en la erogenizacin del beb por
parte de los cuidados y atenciones de la madre (Laplanche, J.
1987). La castracin, que dar lugar a las teoras acerca de la diferencia de los sexs en la etapa flica, en este punto primario surge de la evidencia de la falta, de la prdida de las envolturas maternas. La escena primaria, por ltimo, es la proyeccin en la pareja paterna de la fusin perdida a partir del nacimiento, que el nio
puede reconstruir en apres-coup a partir de la percepcin de la
falta.
Estas fantasas originarias, que tienen una estructura peculiar, entran en una relacin dialctica con la "realidad" de la que
han surgido. Son utilizadas para el reconocimiento de esta realidad, y, a medida que interactan con ella, van complejizando y
23 Me he referido ms ampliamente a este tema en otros trabajos (Bernard, M,
1990, l 99lb, 1994), a los cuales remito al lector.

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enriqueciendo su contenido. Conjuncin de forma y contenido elemental en el principio, la experiencia las va dotando de un imaginario cada vez ms rico24 . Con el acceso al lenguaje y a las reglas
que ste le aporta (no contradiccin, identidad, etc. ), se separar
un estrato pasible de consciencia - que formar el sistema preconsciente- y otro que permanecer inconsciente. Las fantasas
secundarias son definidas como aquellas que, habiendo sido conscientes en algn momento (ensueos diurnos) h a n perdido esta
cualidad por su asociacin con fantasas originarias, cayendo en
el inconsciente.
El sistema de las fantasas originarias, impregnado de indiscriminacin, hace que en ellas el sujeto no pueda distinguirse (desde su subjetividad) de su objeto. Son el tipo de fantasas que constituyen, en el modelo de Bleger (1967 ), el ncleo aglutinado. La
identidad que el s ujeto puede establecer tomndolas como base
es propia de la sociabilidad sincrtica. El sujeto es su objeto, el
miembro es el grupo. Si retomamos el concepto de grupo interno,
ste y el grupo externo estn en este nivel superpuestos. Aqu la
identidad personal necesita apoyarse en la pertenencia al vnculo real: el nio no puede separarse de su madre, porque d ejara
de ser. La fusin presente en este grupo interno es correlativa con
la falta de discriminacin del sujeto con su objeto, de la que se origina y a la que determina, en un ida y vuelta constante.
Ms adelante, establecida la discriminacin, a la salida del
complejo de Edipo, el sujeto ha elaborado una identidad propia
que se apoya en la diferencia. Como mencionamos antes, los estadios anteriores no desaparecen, permanecen subsumidos en este
estado de discriminacin superior (Bernard, M. 1992). Esto hace
que el camino que se ha hecho en un sentido progresivo pueda
desandarse, sobre todo si la discriminacin no se ha asentado sobre
bases slidas. En estos casos la identidad queda establecida sobre
una clasificacin no pertinente, que da lugar a debilidades y rigideces: una precaria identidad sexual apuntalada sobre una actitud machista, por ejemplo, o una identidad ambigua transformada en una estructura autoritaria o maniquea. El grupo interno
24 De ninguna manera debe considerarse este proceso como lineal: complejos
meca nismos en los que el apri!s-coup tiene un papel decisivo contribuyen a su
De todos modos, es inevitable pensar en una secuencia de menor a
rnuyor complejidad, en la que una cierta organizacin de ti pojacksoniano (nivel<'s mrls complejos subsumiendo a niveles menos complejos) es pensable.

79

tiene entonces caractersticas de rigidez y estereotipo, que pueden transmitirse a la estructura de roles de un grupo, si un sujeto con estos rasgos debe integrarse en l.
Esto ocurre porque toda entrada en un contexto vincular promueve una regresin en el sujeto que la enfrenta. Se reactiva
entonces la secuencia de fantasa en el sentido regresivo. La identidad personal sufre pues los efectos de la regresin cronolgica.
Este fenmeno, que es inevitable, es a su vez insoportable para
sujetos con caractersticas de rigidez y precariedad como las que
describ antes, a los que se presenta la perspectiva de hacer de
esta regresin un "viaje de ida". Un individuo que controla su tendencia a establecer vnculos simbiticos a travs de una actitud
de hiperdiscriminacin de sus objetos, no podr acceder fcilmente a un proceso de enamoramiento, con los efectos de dependencia e idealizacin que lleva implcitos, por el temor a no poder
remontar luego el pasaje a una complejizacin del vnculo que lo
torne compatible con otras exigencias yoicas.
Observamos entonces cmo la identidad personal se va constituyendo a partir de la elaboracin de un grupo interno, con y en
el que el sujeto se identifica: se considerar a s mismo como siente
haber sido tratado, y se dirigir a los dems como cree haber sido
requerido. La identidad, adems, es un proceso mvil y dinmico, en constante elaboracin, crecimiento y transformacin, aunque, como ya lo haba sealado Freud cuando hablaba de las series
complementarias, lo principal de ella se constituye en la niez.
4.4. EL APUNTALAMIENTO DEL GRUPO INTERNO

Bleger (1971) afirmaba que en todo grupo existe un nivel de sociabilidad sinertica. A lo largo de toda la vida, el sujeto se va discriminando, sin conseguirlo nunca totalmente, a partir de ese ncleo aglutinado que constituye su resto de indiscriminacin Yo-no Yo. Lo habamos mencionado ya cuando decamos que esas primeras fantasas
originarias no desaparecen, sino que quedan abarcadas y superadas por las ms evolucionadas. En tanto todos tenemos ese resto de
indiscriminacin sin resolver, el vnculo aparece como el soporte, el
depositario natural de este aspecto de nuestra identidad.
Este apuntalamiento de la identidad personal en el grupo externo puede tener variaciones y vicisitudes diversas. El sujeto puede quedar adherido al grupo tomado como soporte, en lo que describ como identidad por pertenencia: "Soy, en tanto pertenezco"

80

CBernard, M. 1986, 1991a). Este apuntalamiento puede formar


parte de un sentimiento de pertenencia normal, que no impide el
establecimiento de vnculos instrumentales y maduros. Puede
tambin cristalizar en una actitud hiperdiscriminada -ya habl
antes de ella- condenando al sujeto al aislamiento. Estos conflictos son tanto ms intensos cuanto mayor sea el grado de indiscriminacin remanente en el sujeto.
Si en un grupo, varios o todos los miembros aportan este tipo
de insercin, se observa una serie de perturbaciones en lo que hace
a la posible realizacin de su tarea -cosa que ya haba observado
Pichon Riviere- apareciendo los fenmenos que Bleger llam burocratizacin grupal.

5. UN EJEMPLO CLNICO
Si bien el concepto de grupo interno puede utilizarse en cualquier campo de aplicacin de los grupos, es especialmente til en
la terapia, de donde extraigo este ejemplo, que puede ayudar a
ilustrar lo hasta aqu expuesto.

5.1. ROSA Y SU GRUPO


Rosa es una mujer de cuarenta y cinco aos, casada muy joven
con un viajante de comercio que, en razn de su profesin, debe
permanecer largos petodos fuera de su casa. Rosa tiene una hija
que ya ha cumplido 24 aos. En la entrevista inicial relata cmo
ha debido hacerse cargo, prcticamente sola, de su educacin. Su
marido, cuando regresaba de uno de sus viajes de negocios, pretenda intervenir en los asuntos domsticos, pero lo haca habitualmente en forma inadecuada e intrusiva, dado su relativo desconocimiento de la dinmica hogarea. La relacin entre la hija
y el padre no es mala, pero Rosa "ha debido enfrentar sola todas
sus crisis de crecimiento". En los ltimos meses, su hija conoci a
un joven de su edad, con el que entabl un vnculo cada vez ms
profundo. Es la primera vez que esto ocurre: anteriormente se
haba mostrado tmida y muy apegada a su madre. Rosa se ha
enterado recientemente de que el marido ha tenido frecuentes
relaciones con otras mujeres, aprovechando la circunstancia de
sus viajes. Con una de ellas parece haber establecido, incluso, una
relacin estable. Rosa consulta por un estado de ansiedad permanente, que alterna con crisis depresivas.
81

Si aplicam os a nuestr a paciente lo que hemos desarrollado hasta ahora, tomando el material ma nifiesto que surge de esta entrevista, diremos que en principio, los personajes que menciona (su
marido, ella misma, s u hija) nos dan cuenta, metafricamente, de
s u grupo interno. Este, a su vez, se encuentra en una situacin de
apuntalamiento en la relacin de la paciente con sus objetos externos (con s u gru po externo). E n parte e l grupo interno de Rosa se
ha constituido a partir de la internalizacin de este grupo externo: los personajes de su relato se corresponden con los de su realidad. P ero adems, su grupo interno los precede, y en cierto sen tido los ha configurado. Podemos hacer la hiptesis de trabajo
siguiente: el vnculo de Rosa con su hija es t al vez la reproduccin
del que ha vivenciado con su propia madre, aunque invertido: ahora ella es la que ocupa el polo materno. El padre aparece autoexcluido, lo cual es consecuencia y causa, a la vez, del carcter simbitico que caracteriza la r elacin madre-hija. Rosa ha forma do
as una familia en la que su grupo interno encuentra apuntalamiento. En tanto esto es necesario, est obliga da a re petir una
historia previa. Puede encontrarse un cambio en s u posicin dentro de la estructura: fue hija, ahora es madre, p ero el sentido total
d e la estructura se mantiene.
Rosa ingresa en un grupo teraputico. Y aqu nos encontramos
con algo significativo: hace alianza con sus compaeros de grupo,
cuya atencin monopoliza promoviendo una actitud de exclusin
activa h acia el terapeuta. Sus compaeros representan para ella
a su hij a y r econstruye con ellos una relacin estrecha. Podemos
pensar que el terapeuta excluido es el propio marido-padre. Se
puede ver que lo que ella relataba como una ausencia o abandono del marido coincide, en realidad -si tomamos en cuenta el despliegue transferencia} de su grupo interno- con una exclusin activa de l por parte de ella.
El primer grupo interno que describimos corresponde a una
r ealida d manifiesta de la que Rosa participa y de la que puede
"dar pruebas" a partir de la historia ma nifiesta. En la dramtica
que despliega en su grupo teraputico observamos otra escena que
resignifica el relato de la paciente. Cada una de estas versiones
toma s u sentido pleno de la otra, y pienso que no podemos descartar ninguna de las dos si pretendemos tener una visin completa
de la situacin . No podemos h ablar de dos grupos internos, sino
de un conflicto que se manifiesta entre ambas versiones, que funcionan como las imgenes complementarias pero invertidas que
82

ofrece un espejo, a quien se posiciona frente a su cristal. Ambas


imgenes representan a Rosa, que queda as desgarrada en la contradiccin que establecen.

83

Captulo VI

Relaciones entre el grupo interno


y el grupo externo.
MARCOS BERNARD

A Andre Cuissard
l. INTRODUCCIN

Voy a referirme en este captulo a las complejas relaciones que


se establecen entre los dos gTUpos, el interno y el externo; ya he
adelantado algo acerca de este tema en el desarrollo anterior. Voy
a ejemplificar aqu, utilizando un material literario, cmo se establece este vnculo entre el "adentro" y el "afuera".
2. EL SEOR DE LAS MOSCAS

En 1954, William Golding escribi una novela cuyo argumento narraba las vicisitudes de un gTupo de nios abandonados en
una isla desierta, luego de un accidente de aviacin, en el contexto de una guerra. Seor' de las moscas, el libro en cuestin, es una
obra que agrega a sus mritos literarios el de desarrollar una agudsima aproximacin a la psicologa de esos nios, a partir de la
cual pueden hacerse anlisis interesantes. Un bosquejo de su trama: los nios tratan de organizarse para sobrevivir en el contexto isleo, y lentamente van adquiriendo hbitos que los aproximan a una comunidad primitiva. El barniz de civilizacin se desprende de ellos, y afloran afectos primarios de los que la violencia
no est precisamente ausente. No voy a analizar la metfora que
despliega Golding sobre la sociedad y sus soportes culturales (que
no deja de ser fascinante). Me limitar a tomar algunos fragmentos del primer captulo a fin de ilustrar el tema que nos convocai5 .
25 He hecho un trabajo semejante, con este texto, en el libro que escribiera con
A. Cuissard en 1977 Temn s de psicoterapia de grupo. El anlisis que propongo
ahora tiende a mostrar otros aspectos de los grupos internos. El tiempo transcurrido desde entonces me ha llevado a modificar algunos aspectos de Ja teora
que utilizara entonctJs.

85

El ejercicio que sigue es una ejemplificacin de las tesis expuestas, ms que una prueba tendiente a su demostracin.
El fragmento que voy a utilizar pertenece a "La voz del caracol", primer captulo del libro.

3. EL EXTRAVO, EL ENCUENTRO
"El nio rubio se dej caer por la roca}' se abri paso hacia la
laguna. Aunque se haba quitado el chaleco de colegio y lo llevaba ahora en la mano, la camisa gris se le p egaba al cuerpo y el pelo
se le aplastaba en la frente. A su lado la larga cicatriz abierta en
la jungla era un bao de uapor. El niiio auanzaba pesadaniente
entre lianas y troncos rotos cuando un pjaro, una aparicin roja
y amarilla, remont r.JUelo velozm ente con un grito de bruja; y a
este grito respondi otro.
- Eh/ se oy. Esp rame!"

Deseo analizar aqu la forma en que Golding plantea su relato. Ciertos elementos de ste aparecen visualizados desde la sub-

jetividad del personaje: "Un grito de bruja ... ". Sin embargo, se
mantiene en todo momento la tercera persona que corresponde a
un observador no participante2s.
La escena muestra un nio desplazndose por un espacio abierto. Ta nto el saco del colegio como la camisa que viste no parecen
adecuados a la temperatura del lugar. El pelo pegado a la frente
r efleja tambin esta desadaptacin ya que confirma la idea de un
clima demasiado caluroso para este tipo de ropa. La cicatriz y su
bao de vapor no tienen por el mamen to explicacin. Su mencin
connota, sin embargo, algn sentido otorgado a s u presencia en
el lugar. El avance pesado da cuenta de lo inhabitual del ejerc26 Es interesante comparar esta situacin con el siguiente t exto: "En el polo
del sueo diurno hay un escenario esencialmente en primera persona, con un
lugar invariable asignado al sujeto. La organizacin es estable merced al proceso secundario, gracias al laslre que le brinda el 'Yo'(moi): como se suele decir, el
sujeto uite su ensoacin. Por el contrario, el polo de la fantasa original se caracteriza por la no subjetivacn as como por la presencia del suje to en la escena:
el nio, por ejemplo, es un personaje entre otros en la fantasa de 'golpean a un
nio" (Laplanche, J. y Pontalis, J.-B., 1964, pg. 75.)
Pienso que la forma del relato de Golding coloca al leclor como un participante del drama, ubic ndolo entre el polo de un soador diurno y el protagonista de
una fantasa originaria: al mismo tiempo observa y viue los acontecimientos.

86

co. Un pjaro, "una aparicin roja y amarilla" irrumpe en la escena. Su grito es comparado con el de una bruja.

3.1. PRIMERAS HIPTESIS


Podemos hacer las primeras hiptesis: hay un nio en un contexto que le es extrao. La presencia del ave agrega otra posible
clave. Las brujas atemorizan, tambin los aparecidos. Las brujas,
sin embargo, tienen en este contexto especial una ventaja: son
algo conocido, ya que figuran en el repertorio de historias infantiles. Es imposible dejar de escuchar el grito intrusivo del animal;
asimilarlo al alarido de una bruja permite ubicarlo en un lugar
pensable. El miedo que despierta, por lo menos, ya no paraliza.
Otro grito responde. El primer grito queda ligado al segundo, que
pertenece a la voz de un ser humano, y, en cierto modo, compensa la extraeza que pudiera haber quedado como remanente del
primero. La voz, adems, expresa una demanda, coloca al que la
emite en una relacin de dependencia respecto al que la escucha:
no es una orden, es un pedido.

"Las malezas se agitaron junto a la cicatriz y una multitud de


gotas de lluvia cay y golpe levemente el suelo. El nio rubio se
detu vo, se estir los calcetines con un motimiento automtico, y
durante un instante la jungla se pareci al condado familiar. "
La segunda voz tiene an otro efecto: restablece un contexto
conocido. El paisaje isleo, sus sonidos extraos, dejan de ser figura y pasan a constituirse en fondo de una escena que representan
ahora dos protagonistas. El nio rubio se estira los calcetines, y
si bien este gesto constituye un acto intil des.de un punto de vista adaptativo, permite reconstruir un entorno familiar, retorna al
nio al condado donde se ha criado (en el que este acto hubiera
tenido realmente sentido). Pichon Riv iere (1971) ha puesto el
acento en este componente ecolgico del grupo interno27
27 Dice en este texto Pichon-fvicre: "Consideramos que la internalizacin del
otro no se hace como un otro a bstracto y aislado, sino que incluye los objetos inanimados, el h bitat en su totalidad, que alimenta fuertemente la construccin del
esquema corporal." (Op. Cit., pg. 28.l Lo que trata de hacer el nio rubio es fortalecer el upuntalamiento de su identidad cuestionada por la prdida de los contextos habituales a lravs de su acto automtico. que adquiere un sentido mgico.

87

"La voz habl otra vez.


-Apenas puedo moverme con estas cosas que se arrastran.
El dueo de la voz sali retrocediendo de las malezas y las ramitas araaron un grasiento rompevientos. Se le haban clavado unas
espinas en las corvas rollizas y desnudas. S e inclin, se sac cuidadosamente las espinas, y se volvi. Era ms bajo que el nio
rubio y muy gordo. Se adelant, pisando con cuidado, y luego alz
los ojos y mir a travs de unos gruesos lentes."
Observamos que tambin el dueo de la voz se encuentra en
un lugar extrao para su experiencia. La descripcin de lo que
seguramente seran races como algo que se arrastra, las transforma en seres dotados de vida, tal vez de intencionalidad. La falta de temor del nio frente a esta interpretacin nos da la idea de
un juicio de realidad poderoso, que modera los efectos de esta lectura desde la fantasa. Como haba subrayado antes, la descripcin de la escena est planteada por el autor tal como podra haber
sido percibida por el nio rubio. El aspecto del segundo nio es de
los que no pueden dejar indiferente a los que entren en contacto
con l. A esto se agrega, adems, un efecto de reforzamiento de
este impacto por sus actitudes: la torpeza, la ropa, las espinas,
posiblemente el tono de su voz.
"- Dnde est el hombre del megfono?
El nio rubio mene la cabeza.
-Estamos en una isla. Bueno, me parece que es una isla. Esto
es un arrecife. Quizs no hay personas mayores.
El gordo pareci sobresaltarse.
-Estaba el piloto. Pero en la cabina de adelante, no con los
pasa;eros.
El nio rubio miraba el arrecife entornando los ojos.
-Todos los otros chicos -continu el nio gordo-. Algunos tuvieron que salvarse. Tuvieron que salvarse, no es cierto ?
El nio rubio empez a abrirse paso hacia el agua, tan casualmente como le era posible. Trataba de parecer descuidado, y con
una falta d e inters no demasiado obvia, pero el nio gordo corri
tras l.
-No hay grandes?
-Me parece que no.
El nio rubio habl con solemnidad, pero en seguida el placer
de haber logrado su ambicin lo domin totalmente. En medio del
88

claro se puso cabeza abajo y sonri con una mueca a la figura invertida del nio gordo
-Ningn grande!"

El nio gordo plantea su preocupacin acerca de la falta de


direccin por parte de algn mayor, en este caso -dado el detalle
del megfono- del encargado de la conduccin del grupo. El rubio
da un informe casi cientfico sobre la situacin, en el que no queda contestada la pregunta del gordo, ya que "quizs no haya personas mayores" puede aludir a las caractersticas de la poblacin
islea tanto como a la ausencia de responsables por la seguridad
de ambos.
El gordo insiste con su preocupacin. Su alusin al hecho de
que hubiera sobrevivientes pone sobre el tapete la situacin
simtrica: podra haber muertos. El rubio trata de alejarse, "tan
casualmente como le era posible'', evidentemente afectado por lo
que implican las preguntas del otro, pero sin querer -o sin poderhacer un acuse de recibo de ellas. Queda por explicar por qu el
gordo puede tomar conciencia de tales posibilidades, y de qu
manera la evaluacin de las respuestas a tales cuestiones debe
quedar en manos del rubio. Las preguntas en s adquieren, de esta
manera, un carcter de distribucin de lugares entre ambos: uno
las plantear (puede hacerlo), y el otro tendr que hacer algo con
ellas. Desde nuestro lugJir de psicoanalistas podemos opinar que
la actitud del rubio denota una tendencia hacia la renegacin de
un dato que slo puede provocar angustia: el del abandono en el
que podran encontrarse. Momentos despus esta renegacin se
hace manifiesta, cuando el rubio toma como una circunstancia
feliz la ausencia de mayores. Podramos calificar esta reaccin
como manaca.
3.2. EL APUNTALAMIENTO DE LA IDENTIDAD
El grupo interno, estructura y soporte de la identidad individual, comienza a gestarse a partir del nacimiento, y va cerrndose -es decir, tornndose relativamente autnomo- a lo largo del
proceso de maduracin del sujeto. Si bien ese cierre nunca es completo, como habamos dicho en otro lugar, es habitualmente suficiente para que el adulto tenga en s los principales referentes que
le permitan ubicarse frente a s mismo y a los otros. En el caso
que comentamos, el hecho de que se trate de un grupo de nios

89

pone en un primer plano la dependencia de estos de referentes


externos, especialmente de la necesidad de mayores, figuras capaces de definir y organizar situaciones cotidianas: "el hombre del
megfono".
En ausencia de una figura como sta, es a travs de la interaccin entre ambos como intentarn restablecer el apuntalamiento externo imprescindible. Es imposible implementar una ubicacin frente al objeto, frente a la realidad exterior, sin este restablecimiento de parmetros que den cuenta desde dnde cada uno
inicia, intenta el vnculo. Dada la urgencia identificatoria"l.8 de los
protagonistas, observamos que, por momentos, las maniobras
adaptativasi9 de los nios quedan supeditadas a estos esfuerzos
tendientes a devolverles su mismidad:10 En ese sentido es notable la capacidad del nio gordo para organizar un campo a travs
de ciertas caractersticas personales, entre las que se destaca su
aspecto fsico.
Deseara, adems, llamar la atencin sobre dos rasgos caracterolgicos de los protagonistas: la tendencia a delegar del gordo
-a travs de las preguntas, por ejemplo, que plantean una cuestin que l mismo est tan capacitado para contestar como el otro-y la utilizacin de tcnicas de negacin manaca por parte del
rubio. Este juego, que hasta cierto punto se complementa, se acenta en la secuencia siguiente.
"-Ningn {{rande!
El nio gordo pens un momento.
-Aquel piloto.
El nio rubio dej caer los pies y se sent en la tierra humeante.
-Debe de haberse ido luego de dejarnos. No puede aterrizar
aqu. No en un aeroplano con ruedas.
-Nos atacaron.'
-Volver.
El nio gordo sacudi la cabeza.
- Cuando bajbamos mir por la ventanilla. Vi la otra parte del
aeroplano. Sala fuego.
28 Tomo el trmino de A . .Miss('n3rd ! 197:ll.
29 Utilizo este Lrmino en el sentido que le asigna J. Lapla nche ( 1987). quien,
a su \ez, Jo toma del modelo de Freud de las pulsiones del Yo.
30 Por otra parte, tnmbien los cuidados concretos, que hacen a la supervivencia, estn delegados en los adultos.

90

Mir a lo largo de la cicatriz.


-Y esto lo hizo la cabina de pasajeros.
El nio rubio alarg la mano y toc el extremo mellado de un
tronco. Durante un instante preci interesado.
-Que le pas? -pregunt-. Dnde est ahora?
-Aquella tormenta se lo llev al mar. La cada no pudo ser peligrosa con todos estos rboles. Algunos chicos deban estar adentro todava."

El conocimiento racional que el gordo parece tener sobre las


circunstancias del arribo a la isla es llamativo. comparado con el
desconcierto demostrado por el nio rubio. La cicatriz en el terreno, mencionada en los primeros prrafos, adquiere ahora sentido, como seal del accidente -o ataque- que los llevara hasta all.
Es necesario que el nio gordo lo mencione, sin embargo, para que
el rubio lo "advierta". A pesar de todos estos datos, no rechazados
en lo manifiesto por el rubio, ste afirma categricamente que el
piloto volver, seguramente, a buscarlos. Surge la posibilidad de
que haya ms nios en la misma situacin que ellos.
La negacin del rubio implica que, a pesar de todo, da un contenido afectivo a lo que informa el nio gordo, que es capaz de
movilizarle angustia. Esta no aparecer en el gordo mientras el
nio rubio se haga cargo de ella y la administre con la negacin,
aun al precio de una desconexin con datos de la realidad tan
obvios como los que pude percibir el gordo. A pesar de que ste
dirige las preguntas al nio rubio, otorgndole un supuesto saber,
esta maniobra est destinada a colocarlo en la administracin de la ansiedad que este saber implica.

3.3. AFIANZAMIENTO DE LOS ROLES


"- Cmo te llamas?
-Ralph.
El niiio gordo esper a que el otro fo preguntara tambin su nombre, pero este ofrecimiento de recibo no lleg nunca. El niiio llamado Ralph sonri vagamente, se incorpor, y ech a caminm otra vez
a la laguna. El nio gordo se le colg firmemente del hombro.
- Seguramente hay otros inuchos chicos por ncu. No viste a
ninguno?
Ralph sacudi la cabeza y apresur la march Tr<H>czr) entonces con una rama y cay ruidosamente.

91

El nio gordo se detuvo junto a l, respirando con fuerza.


-Mi ta me dijo que no corriera -explic-, por el asma.
-Ass-mar?11
-Eso es. Me quedo sin aire. Yo era el nico en la escuela con
asma -dijo el nio gordo casi orgullosamente-. Y llevo lentes desde los tres aos.
Se sac los anteojos y se los mostr a Ralph, parpadeando y
sonriendo, y luego empez a frotrselos contra el sucio rompevientos. Una expresin de dolor y concentracin interior le alter los
plidos contornos de la cara. Se sec el sudor de las mejillas y se
puso rpidamente los anteojos.
-Habr fruta.
Mir a los lados del cla ro.
-Habr fruta -dijo- espero ...
Se ajust los anteojos, se apart de Ralph, y se agach entre el
enmaraado follaje
-Saldr en seguida ... "

Ambos protagonistas estn ya instalados en una estructura


de roles, que, sin embargo, dista de ser estable. Cuando Ralph no
reitera la pregunta del nio gordo acerca de su nombre, propone
un sistema de rangos32. Es conocido, desde los trabajos de la psicologa social, que el que ejerce el liderazgo inicia las interacciones. La falta de respuesta de Ralph connota un rechazo a las aspiraciones al liderazgo que pudiera haber bosquejado el nio gordo.
Un episodio significativo se produce cuando Ralph tropieza y
cae. Su torpeza cuestiona el juego de diferencias que se ha ido
estableciendo hasta entonces, en el que el nio rubio ocupaba el
lugar del hbil y diestro desde el punto de vista fsico. El gordo
vuelve la situacin a su posicin original declarndose asmtico,
condicin que ya ha sido utilizada antes como emblema identificatorio: "Yo era el nico en la escuela con asma". Por si esto no
fuera suficiente, y el detalle hubiera pasado desapercibido, enuncia que lleva "anteojos desde los tres aos". Una vez reafirmada
la potencia fsica de Ralph (a costa de sus propias posibilidades)
31 Segn informa el traductor del libro, se trata de un juego de palabras intraducible al castellano que significa "mancha en el trasero".
32 Para R. Linton (1936) el termino status designa una serie de posiciones dentro de una estructura social. RangfJ, en cambio, alude al prestigio, In diferencia de
poder dentro de esa estructura. Pienso que es importante hacer esta aclaracin,
porque el lenguaje habitual t iende a dar el mismo sentido a ambas palabras.

92

el nio gordo podr seguir colgndose "firmemente del hombro",


como haba venido haciendo hasta ese momento. Deseara subrayar que la fortaleza de uno se ha establecido no tanto (no slo) por
mritos propios, como por contraste con la exhibicin de debilidad
del otro. El juego de palabras peyorativo de Ralph-que no entiende el sentido de ser asmtico- tiene el mismo efecto. A continuacin el nio gordo expresa su preocupacin por la comida, con lo
que incluye el tema de su obesidad, y termina retirndose a defecar detrs de unos arbustos.
Ralph puede entonces, ya librado de su debilidad interior por el
juego de proyecciones cruzado realizado en la estructura vincular
de su relacin con el gordo, ver la isla con otros ojos. El texto contina con una descripcin que subraya la magnificencia del paisaje
tropical; no voy a trascribirlo por razones de espacio, s deseara
marcar su contraste con los prrafos que comienzan el relato, menos
entusiastas y por momentos cargados de detalles ominosos.
Ms adelante:
"-Me parece que nos convendra conocer todos los nombres-dijo
el nio gordo-, y hacer una lista. Deberanws tener una reunin.
Ralph no se dio por enterado, as que el nio gordo tuvo que
continuar.
-No me importa cmo me llamen -dijo confidencialmente- siempre que no me llamen como me llamaban en la escuela.
Ralph pareci
interesado.
-Cmo era?
El nio gordo mir por encima del hombro, y luego se inclin
hacia Ralph.
Habl en un murmull.o.
-Me llamaban 'Piggy'33
Ralph chill de risa. Se incorpor de un salto.
-Piggy! Piggy!
-Ralph, por favor!
Piggy apret las manos aprensivamente.
- Dije que no quera ...
-Piggy! Piggy.'
Ralph bail alejndose en el aire caliente de la playa y regres como un aeroplano de combate, con las alas extendidas hacia
atrs, y ametrallando a Piggy.
:l:J "Cerdito"

93

- Shi-aa-ou!
Aterriz en la arena a los pies de Piggy y se tendi all rindose.
-Piggy!
Pig;;_y sonri de mala gana, complacido a pesar de s mismo
ante tanta atencin."

La propuesta de Piggy acerca de confeccionar una lista con los


nombres de los nios vuelve a ser recibida por el silencio de Ralph.
Tal vez porque pone nuevamente sobre el tapete el problema de
sobrevivientes y muertos, o porque se juegan otra vez las reglas
del liderazgd14
Piggy se ofrece entonces a la burla de Ralph, seguramente
sabiendo, inconscientemente, cul va a ser la reaccin de ste ante
su confidencia. La conoce bien, porque ya ha tenido que soportarla de sus antiguos compaeros de escuela. Reinstala esta situacin, recomendando precisamente a Ralph que no haga lo que
inevitablemente har, casi sugirindole una respuesta. El
sometimiento de Piggy aumenta la seguridad de Ralph, que puede llegar a identificarse con "un aeroplano de combate", como el
que los abatiera sobre la isla, y jugar a ametrallar a su compaero de destierro. Piggy sonre de mala gana: ha restablecido una
identidad que lo mortifica, pero tambin tiene ahora un lugar
incuestionable en el vnculo con Ralph, desde donde ste
lo rec onoce. Su papel tiene un beneficio extra: nadie va a discutrselo (es demasiado poco atractivo), lo que aleja, adems, cualquier futuro problema de competencia.
Dos nios, de aproximadamente doce aos, se hallan abandonados en una pequea isla tropical. El avin en el que viajaban ha sido objeto de un ataque, y ha cado derribado (aunque
el libro no es muy explcito al respecto, se puede deducir que se
trata de una situacin de guerra; presumiblemente los nios
eran evacuados). La accin nos muestra al nio llamado Ralph
vagando por la isla, sin aparentar tener mayor conciencia de su
situacin. De acuerdo a la descripcin del autor, lo vemos desplazarse sin dar sentido a las seales ms evidentes de la catstrofe. Se encuentra entonces con otro sobreviviente, con el que
entabla un dilogo. De este intercambio se establece un vnculo, que sigue ciertas reglas, establecidas por la historia anterior
34 En lo sucesivo Piggy va a imponer sus criterios hacindolos pasar por inici{ltivas de Ralph.

94

de cada uno de ellos ms la circunstancia que los determina desde el presente.


Del nio gordo, Piggy, sabemos que ha estado a cargo de una
ta sobreprotectora, duea de una tienda de dulces ("Me pasaba
el da comiendo dulces", dir Piggy), hurfano de padre y con una
madre de la que prefiere no dar noticias:1:i. Da muestras de poseer una inteligencia normal, y tiene conciencia clara de la situacin en que se encuentran. El padre del otro nio, Ralph, es comandante en la Marina. Le ha enseado a nadar desde muy pequeo.
y, segn espera su hijo, va a pasar a buscarlos "tan pronto como
pueda", a pesar de que Piggy ha escuchado al piloto hablar de una
bomba atmica, y de la posibilidad de que estn "todos muertos".
Ralph mantiene una fe inconmovible en el futuro rescate, que
vendr gracias a la posicin y poder de su padre. Piggy considera
la posibilidad de permanecer en la isla indefinidamente, tal vez
hasta la muerte. De ambos destinos, el ms probable es el planteado por Piggy: no hay razones para suponer que el mundo exterior est enterado de la situacin de los nios. Ralph, en el fondo,
tambin lo sabe, aunque no puede hacerse cargo de semejante
idea. Cuando Piggy le pregunta cmo es posible que el padre marino conozca el lugar en que se encuentran, Ralph piensa con fuerza "Porque lo sabe, porque lo sabe", como si quisiera convencerse
a s mismo. Termina contestando a Piggy con una mentira, que
ste no cree.
Qu es lo que hace 'que Piggy, siendo capaz de hacerse cargo
de la situacin en trminos adecuados, necesite tornar a Ralph
como referente, hacindole consultas de las que conoce la respuesta? Como cuando hacemos una entrevista diagnstica, podemos
plantear algunas hiptesis al respecto, a partir de los datos de que
disponemos (incluidos los que surgen de su relacin con Ralph).
Un padre muerto; una madre a la que no se puede (o no se quiere) recordar; una ta sobreprotectora que es causa indirecta de su
obesidad. una enfermedad psicosomtica invalidante (por lo menos
desde la versin de su ta) no constituyen, al parecer, una constelacin que sostenga eficazmente su autoestima. Su necesidad de
aprobacin respecto de Ralph -que aparece en varios pasajes de
este primer captulo- abona esta hiptesis. Si buscramos un
escena que representara esta problemtica, es decir, como ven .
:iri Estos datos
aqu.

hnn completado con otros prrafos del libro, no mencionados

95

mas en el captulo anterior, una estructura que fuera comn a la


mayora de las fantasas que pueblan su imaginario, una especie
de comn denominador psquico, esbozaramos una en la que una
imagen protectora idealzada provee -y aplasta- a otra. El tercer
lugar en esta imagen (el que correspondera a la ley paterna) estara poco bosquejado: Piggy se integrar en el grupo mayor a travs de Ralph, utilizndolo como puente e intermediario:16. Es una
escena con dos protagonistas: no hay demasiado lugar para terceros. Es fcil pensar que Ralph es el candidato a representar el
papel de sostn de esta autoestima sin autonoma. El autor se
encarga de subrayar esta posibilidad cuando hace la descripcin
contrastante entre ambos nios, en la que uno puede aparecer
como el negativo del otro, y es precisamente Ralph el que detenta las cualidades que prescribe nues tra cultura para aparecer
como modelo de identificacin.
Piggy no es un nio adaptado fcilmente a sus pares. Lo demostrar a lo largo de toda la historia, aunque ya hay indicios para
intuirlo desde el principio de la accin. No aparece as Ralph. Su
padre es comandante de la Marina: le ha enseado a nadar a los
cinco aos. Su apostur! y determinacin nos permiten pensar en
alguien seguro de s mismo. Es menos inteligente que Piggy, y, como
ya lo he sealado, presenta una notable capacidad de negacin de
la realidad cuando sta aparece angustiante. Si lo comparamos con
Piggy, podramos decir que es un nio fcilmente adaptado -obtiene enseguida el liderazgo del grupo mayor- siempre que las circunstancias mantengan un cierto grado de permanencia: lo que sostendr su liderazgo en el futuro es la presencia virtual de las normas de la civilizacin, representadas por la esperanza un tanto
mesinica de rescate. Ralph necesita de la conexin de Piggy, necesita que ste piense por l, ya que la negacin - lo subrayo una vez
ms- lo enceguece. Piggy necesita de Ralph, de su manifiesta seguridad, la que contribuir a sostener y no cuestionar nunca. Si hiciramos el ejercicio propuesto antes para Piggy, imaginaramos la
escena de Ralph en trminos de un adulto muy firme que protege
a un nio desvalido. Asumiendo el lugar del protector, el temor y la
inseguridad son arrojados afuera, como algo que no tiene lugar ni
sentido. Haba dicho antes que Ralph apareca como adaptado: el
diagnstico ms adecuado para l sera el de sobreadaptacin.
36 Con esto quiero decir que Piggy tiende a establecer relaciones didicas; le
resultar difcil vincularse con los otros y con Ral ph al mismo tiempo.

96

Ambos se encuentran en la coyuntura de la isla, y, corno


aquellos que en una situacin extrema tienen que manejar
sus puntos de debilidad, se re-conocen rpidamente. Ralph
ser la ta sobreprotectora que necesita Piggy, probablemente no tan aplastante como parece haber sido sta. Piggy,
a su vez, ser el nio dbil que su compaero no puede asumir, aunque en su realidad no sea tan desvalido como la subjetividad de Ralph pudiera encontrarlo. La experiencia, hasta aqu,
podra ser enriquecedora para ambos: Piggy ya ha podido prescindir de ciertas inhibiciones y Ralph pude disfrutar de algunas posibilidades de la isla como el nio que es. Hay una realimentacin
entre ambos que abre un crculo virtuoso. Las circunstancias que
sobrevendrn modificarn brutalmente este desarrollo, mostrando un punto dbil de cualquier experiencia correctora, del que no
escapa la terapia: no se puede detener la vida mientras tanto, y el
timing de los que estn aprendiendo no siempre es respetado por
el tiempo exterior a ellos, el de la historia.

* * *
Ya he sealado que la inmadurez propia de los nios que protagonizan esta historia favorece el apuntalamiento3 ; de su identidad en el vnculo con los otros. Este despliegue del grupo interno en el externo es, sin embargo, realizado siempre en algn grado. En tanto el grupo interno tiene como una de s us caractersticas
mantener un grado de continuidad de la indiferenciacin Yo-no
Yo, es inevitable que la difraccin38 del adentro sobre el afuera se
realice, en proporciones variables segn el monto de este remanente. Bleger (1971) postul que este zcalo de indiscriminacin
establece lo que llam sociabilidad sincrtica, trasfondo sobre el
que se dibuja la sociabilidad propia del Yo grupal, de la que los
a7 Utilizo el trmino apuntalamiento en el sentido que le otorga R. Kaes (1984),
y que es desarrollado en el Captulo VII.
:l8 Difraccin: "Al lado y en rchtcin con la condensacin y el desplazamiento,

b difraccin es un mecanismo del proceso primario. El mecanismo de la difracl"in aparece, ms precisamente, como una descomposicin de un objeto, de una
imagen o del Yo del sujeto en una multiplicidad de objetos, de imgenes y de Yo,
purcialcs, cada uno representando un aspecto del conjunto y manteniendo con
,,s otrns relaciones de equivalencia o de analoga, de oposicin o de complementariedad, o los momentos de una accin (. . .l". Kacs. R. (1988) "La difraccin de
los grupos internos". Revista Argentina di' Psicodrama. N" 2, 1988, pg. 5.

97

agrupantes pueden tener conciencia. Los grupos que mantienen


un monto excesivo de sociabilidad sincrtica caen en la burocratizacin: la necesidad de sus miembros de sostener su identidad
a partir del efecto de pertenencia hace que el conjunto se aleje de
su tarea especfica3H.
Volviendo a nuestros personajes: es difcil hablar de una capacidad adaptativa de estos nios, sin hacer la salvedad de que esta
capacidad est habitualmente delegada en los mayores. Sus urgencias, entonces, deberamos buscarlas en la necesidad de reaseguramiento, de ubicacin en un contexto desconocido, sin referentes
en la experiencia previa de los que lo enfrentan. Para Ralph la
laguna es un lugar en el que se puede practicar la natacin, tal
como lo haca en su lugar de origen. Nadando podr, a unque sea
parcialmente, encontrarse a s mismo. Piggy buscar frutas para
saciar su voracidad, tambin para transformar la isla en una figura alimenticia frente a la cual posicionarse. El componente de
burocratizacin, entonces, debemos buscarlo no tanto en el monto de alejamiento de la tarea centrada en la adaptacin, sino en
el grado de estereotipo con que sus respectivos lugares se fijen. Si
bien no he trascripto el texto correspondiente a la continuacin
de la historia, en l puede comprobarse cmo Ralph y Piggy quedan fijados en la defensa de una forma social que, al no tener la
realimentacin de la sociedad de la que fuera extrada, va cayendo en la inoperancia, hasta llegar a un colapso final que culmina
con la amenaza de destruccin fsi ca de ambos. Es esta forma
mantenida por convicciones filosficas o ideolgicas de ambos
nios, o expresa su incapacidad de modificar una identidad demasiado abroquelada en determinadas pautas de interaccin? No
siempre es fcil distinguir entre ambas series de determinantes.
Con frecuencia encontramos que las primeras sirven de racionalizacion para sostener las segundas40 .

Es evidente que el tema que tratamos hasta aqu es inseparable del concepto psicoanaltico de transferencia. Haba ya mencionado que en la determinacin de la actitud de a mbos nios nter39 Me he referido a este fenmeno en mi articulo ''Los grupos burocrutizados"
(1987)_.

40 Remito al lector a los trabajo; de R. Kaes ( I980b) sobre la ideologa.

98

viene la experiencia anterior de cada uno de ellos. Es esta experiencia precisamente la que forma la materia prima de la transferencia. Lo que deseo destacar con la conceptualizacin que adoptara es que esta transferencia, en el campo vincular que deseamos desarrollar, se despliega en escenas que se superponen sobre
situaciones totales. Dejo el tema bosquejado: lo retomar con detalle en otro captulo.

99

Captulo VII

El apuntalamiento del psiquismo


LUCILA EDELMAN
DIANA KORDON

El concepto de apuntalamiento del psiquismo r etrabajado por


Ren Kaes ampla la comprensin vincular del proceso de formacin del psiquismo y abre nuevas perspectivas para el anlisis de
distintos fenmenos grupales y clnicos. Es un concepto indispensable para comprender, tambin, las situaciones de crisis.
El trabajo con los grupos muestra permanentemente la importancia que stos pueden llegar a asumir en relacin al funcionamiento del psiquismo. Esta importancia se verifica al analizar los
fenmenos de pertenencia grupal, las situaciones de crisis y el
papel de los grupos en
a favorecer u obstruir la creatividad. Es en las situaciones de carencia en las que probablemente
esto se pone ms en evidencia. La ruptura con un grupo de pertenencia puede llegar a afectar los ncleos ms bsicos de la identidad personal.
"Junto al apoyo del psiquismo sobre funciones biofisiolgicas
corporales, existe un a poyo de formaciones psquicas sobre el grupo y sobr e las instituciones, particularmente y en primer lugar
sobre sus representantes y sus formas ms inmediatas cargadas
de significacin: la familia, la madre." (Kaes, R.; 1980a; pg. 19).
Kaes retoma para el retrabajo de este concepto, no slo la hiptesis del apoyo de la pulsin en las funciones biolgicas, sino tamhin la relacin que establece Freud en "El Porvenir de una ilusin" ( 1927) acerca de que, ante las vivencias de desamparo, la
ayuda y la proteccin son buscadas y reencontradas por medio de
In proyeccin comn sobre las creaciones colectivas.
En los primeros trabajos de Kaes traducidos al castellano, se
utiliz la palabra apoyo que fue posteriormente sustituida por la

101

palabra apuntalamiento. Esta ltima tiene una acepcin m:s compleja, que incluye a la idea del apoyo.
Frcud utiliz el trmino alemn anlP.hnung. Este tiene un triple significado: apoyo, modelo y resquicio o entreabertura. Kaes
retrabaja estos tres significados y establece un status particular
del concepto de apunta lamiento.
La idea de apoyo se corresponde con el concepto corriente de
sostn; uno de los trminos soporta al otro, es decir sugiere, aunque no en forma absoluta, un carcter unidireccional en oste caso.
La relacin de apoyatura es recproca y simultnea entre apoyante y apoyado. As por ejemplo el narcisismo de los padres se
apoya sobre el beb y ste, a su vez, apoya su narcisismo en sus
padres.
La idea de modelo tiene que ver con que en la relacin con las
estructuras apoyantes el psiquismo se va modelizando, es decir
que interviene el proceso identificatorio.
En cuanto a la nocin de entrcapertura o resquicio, a la que
Kaes le da gran importancia, sta indica a su vez el lmite y la
continencia entre lo que apoya y lo apoyado. "El concepto de apoyo implca la idea de que los elementos en apoyo estn a la vez
separados y abiertos sobre una de sus fases" (Kaes, R.; 1980a; pg.
94)41 Esto se relaciona con la posibilidad de que distintas instancias jueguen un papel conten edor.
Se trata de un espacio que permite el proceso de transcripcin;
por lo tanto no se trata de la existen cia de un espacio meramente virtual.
Cuando se habla de apuntalamiento se incluye, de esta manera, estos tres aspectos diferenciables y articulados entre s.
El concPplo de apuntalamiento pone el acento en lo que amenaza con caerse y reclama una consolidacin, un refuerzo.
Indica la existencia de un sistema de apoyos mltiples. Parte
de la importancia de con siderar la existencia de una red de solidaridades que sostienen el funcionamiento del psiquismo.
Este apuntalamiento mltiple implica la presencia permanente de un movimiento, movimiento de apoyos y de desapoyas, de
apertur as y cierres, de crisis y de cr eacin. Estos movimienios son
producidos a partir de estructuras relativamente estables, con cierto nivel de complejidad y de caractersticas diferentes entre s .
41 Respetamos la traduccin de Eisa Hm:in, pero en este contexto la palabra
a poyo tendria que ser sustituida por apuntnlamicnto.

102

R. Kaes con sidera que el apuntalamiento se produce en relacin a la estructura pulsional, al cuerpo, a la funcin materna y
paterna, a los grupos, a las instituciones, y, por intermedio de
stos, a lo social en su conjunto.
El apuntalamiento es mltiple, reticular, mutuo y crtico. Los
apoyos no son de idntica naturaleza y por lo tanto el psiquismo
se apoya de manera diferente sobre cada uno de ellos. Como sealamos precedentemente, la cualidad del apuntalamiento es definida por Kaes como una apoyatura en doble apoyo; depende de la
existencia del espacio intermediario de apoyo que es la base del
"contrato de apoyatura". Este contrato implica reciprocidad en el
placer y en el beneficio del doble apoyo. El doble apoyo se produce a travs de la compl ementariedad o del antagonismo.
En cuanto a la idea de entreapertura, Kaes reconoce como antecedentes de su propuesta la problemtica del espacio transcional
de Winnicott en r elacin con la unin y separacin, la del encuadre de Bleger en r elacin con lo continuo y lo discontinuo, y la funcin alfa, contenedora, de Bion en relacin con la cuestin del continente y el contenido.
Consideramos que el concepto de espacio intermediario de apoyo o entrcabertura puede encontrar su equivalente en el concepto de Winnicott sobre espacio transconal. <Winnicott, D.; 1971).
La idea de lo transiconal probablemente da cuenta mejor de las
caractersticas de este espacio. Entre las estructuras de apoyatura tambin existe un espacio.
En cada apuntalamiento aparecen siempre los tres componentes del apuntalamiento: apoyo sobre una base originante, modelizacin, y transcripcin. Esta ltima aparece en relacin a los
movimientos de ruptura crtica.
Las caractersticas del apuntalamiento se ponen en evidencia
con mayor claridad en las situaciones de crisis. El apuntalamiento es en s mismo el modelo de resolucin de stas, a travs, por
de la transformacin de un objeto fusiona! en objeto sexual.
La situacin de crisis implica una prdida, una falta, una rupl ura en relacin a los apoyos con que cuenta el psiquismo.
La crisis puede ser considerada t anto en el desanollo evolutivo
('orno en el funcionamiento permanente del psiquismo. La situacin
clt' crisis coloca al psiquismo ante una vivencia de desamparo.
El concepto de crisis puede articularse con el de transiciona1idad, dado que la transicionalidad implica la existencia de un
cspacio de elaboracin de la experiencia de ruptura tanto en la
103

continuidad del s mismo, como en la continuidad de las relaciones con los objetos.
En lo que hace al apuntalamiento del psiquismo, la elaboracin de una crisis puede seguir tres caminos:
1) la sutura o reduccin del espacio transicional;
2) la existencia de un espacio vaco; sto significa una distancia
exagerada en el sistema de solidaridades recprocas;
3) la creacin de un espacio transicional, espacio de la creatividad, en el que se producen los procesos de transcripcin.
Kaes propone, a partir de sus ideas sobre la elaboracin de las
crisis y el desapuntalamiento, que no es posible resolver ciertas
crisis a nivel slo personal, sin establecer las condiciones de un
trabajo psquico a nivel del grupo.
De esta manera el grupo, que es utilizado espontneamente
como recurso durante las crisis (el ejemplo clsico es la adolescencia), en las que se produce una ruptura en la continuidad de las
relaciones psicosociales, es tambin un instrumento privilegiado
para el trabajo teraputico en estas situaciones.
El grupo permite asimismo una experiencia de reapuntalamiento de aquello que no lleg a constituirse como realidad psquica. Y, en ciertas condiciones, este reapuntalamiento es posible.
"El grupo es investido con esta capacidad de albergue psquico,
con la funcin de ser esta psique o de hospitalizar sus partes enfermas, donde se pueda formar lo que no se ha constituido: el lugar
donde las palabras que no fueron dichas, las prohibiciones que no
fueron promulgadas se puedan enunciar y puedan abrirse su camino. La eficacia del proceso de grupo es funcin de su capacidad de
contener y de transformar los objetos internos, de su aptitud para
crearlos y para constituir los eslabones no advenidos en el psiquismo." (Kaes, R.; 1989; pg. 147).
En nuestra experiencia clnica hemos encontrado muchas veces
esta capacidad del grupo de actuar como una nueva matriz de
desarrollo de aquello que no pudo llegar a formarse por fallas en
la evolucin (Edelman, L. y Kordon, D.; 1983). La problemtica
del proceso identificatorio en grupo, directamente relacionado con
este tema, est tratado en otro captulo de este libro.
El grupo funciona como un aparato protsico en las situaciones de crisis y desapuntalamiento. Desde este punto de vista, el
grupo cumple para muchos sujetos una funcin anacltica.
En el desarrollo de esta temtica es importante la influencia
del concepto de P. Aulagnier del contrato narcisista. La autora
104

sostiene que existe un acuerdo entre el sujeto y la cultura por el


cual aqul se compromete a transmitir los enunciados fundamentales del discur so social dominante, a cambio de ser reconocido
nar cisistamente en su pertenencia a dicha cultura. (Aulagnier,
P. 1975)
R. K aes toma el concepto de contrato narcisista de P. Aulagnier como ejemplo de cmo el narcisismo ma terno, parental, familiar, ha lla n s u expresin y su satisfacci n en el marco de un sistema socio-cultural. Las diferencias histricas y culturales muestran, sin embargo, que existe en la vida humana un conflicto
vital entre las exigencias del narcisismo del sujeto individual,
apuntalado sobre el narcisismo parental y las exigencias de los
sistemas valorativos sociales. H ay que tener en cuenta que la
t ransmisin genealgica contribuye a sostener el narcisismo
materno.
Indisolublemente unido al concepto de apuntalamiento est el
concepto de pasaje de un orden a otro y la tra nscripcin de un
orden en otro.
Como h emos sealado, es necesario que exista algo entreabierto entre dos sistemas heterogneos: esto asegur a las condiciones
para una metabolizacin de lo heterogneo.
M. Bernard seala, precisando el concepto de transcripcin en
Kaes, que "( ... ) la separacin entre los trminos apuntalados r ecprocamente implica la necesidad de una elaboracin psquica en
el momento del pasaje, r esponsable del proceso de traduccin que
transforma el estmulo heterlogo en algo, 'del lado de adentro',
homlogo". (Bernard, M.; 199lb; pg. 58).
El proceso de transcripcin encuentra desde nuestro punto de
vista, una equivalencia en lo que P. Aulagnier define como actividad de representacin, que permite que un elemento extrao al
psiquismo, a travs de un proceso de metabolizacin (tomado del
modelo fisiolgico), sea incorporado como elemento h omogneo en
t'l plano intra psquico. (Aulagnier, P. , 1975)
La problemtica del apuntalamiento est vinculada a la relacin entre el grupo interno o los grupos del adentro con el grupo
Pxterno. Kaes propone la denominacin de isomrfica y homomrl"ica para las dos modalidades de relacin (fusional o discriminada) del sujeto con el grupo. O, mejor dicho, para la relacin entre
lo:; grupos del adentro y una formacin psquica intermediaria
rnnstruida por los miembros de un grupo, a la cual denomina apam to p squico grupal.

105

LA POLMICA ENTRE R. KAES Y J. LAPLANCHE


En realidad, el concepto de apoyo o anaclisis (de la palabra alemana anlehnung, traducida actualmente como apuntalamiento)
fue recuperado de la obra de Freud por J. Laplanche y J-B. Pontalis. En el Diccionario de Psicoanlisis (1967) lo definen como ''Trmino introducido por Freud para designar la r elacin primitiva de
las pulsioncs sexuales con las pulsioncs de autoconservacin: las
pulsiones sexuales, que slo secundariamente se vuelven independientes, se apoyan sobre las funciones vitales que les proporcionan
una fuente orgnica, una direccin y un objeto. En consecuencia,
se hablar tambin de apoyo para designar el hecho de que el sujeto se apoya sobre el objeto de las pulsiones de autoconservacin en
su eleccin de un objeto amoroso, esto es lo que denomin Freud el
tipo de eleccin de objeto por apoyo." En 1905, en "Tres ensayos
sobre teora sexual", Freud describe una ntima relacin entre el
"instinto sexual" y ciertas "funciones corporales bsicas".
En la actividad oral del lactante, el placer producido por la s uccin del pecho se corresponde con la satisfaccin de la zona ergena, al principio ntimamente asociada a la satisfaccin de la
necesidad de alimento.
As, la fun cin corporal, es decir la actividad aut.oconservativa otorga a la sexualidad su fuente ergena, define un objeto, el
pecho, y procura un placer que est dado por un plus respecto a
aquello otorgado por la mera satisfaccin de la necesidad (del hambre). Se produce un suplemento de pl acer. Con el tiempo la necesidad nutritiva quedar francamente separada de la n ecesidad de
repetir el placer sexual. Similar procedimiento existe en relacin
a las restantes pulsiones parciales.
R. Kaes realiza una nueva propuesta a partir de un anlisis
minucioso del concepto de apuntalamiento en Freud. A partir del
concepto de apoyo de la pulsin sexual sobre las funciones corporales necesarias para la vida, en un pasaje que se construye permanentemente entre lo biolgico y lo psquico, abre un camino
para la comprensin de la incidencia del vnculo, del grupo y de
la cultura en la estructur acin del inconsciente y del conjunto del
aparato psquico.
No obstante, vale la pena sealar que J . Laplanche, en Nuevos Fundam entos para el Psicoanlisis (1987), discute esta ampliacin del trmino que establece Kaes. "Despus que fue redescubierta por Pontalis y por m mismo (se r efiere al concepto de apun106

talamiento) su suerte fue verdaderamente la de ser condimento


de todas las salsas; desde hace ya cierto tiempo se habla de apuntalamiento de cualquier cosa en cualquier otra: apuntalamiento
en la madre, apuntalamiento en lo biolgico, apuntalamiento en
el cuerpo (. .. )". Reafirma que apuntalamiento es "(. .. ) el apoyo que
toma el funcionamiento sexual sobre el funcionamiento autoconscrvativo siendo que uno y otro por igual pueden ser llamados tanto psquicos como somticos". (Laplanche, J.; 1987; pg. 144/145).
Para La planche, el apuntalamiento mantiene validez si se trata de considerarlo como la presentacin de un cierto modo de articulacin para el cual presenta diferentes esquemas, pero no es
vlido si se intenta considerarlo como un modelo de origen o de
gnesis. Sostiene que en Freud, en algunos casos, se da la idea de
una gnesis de la sexualidad segn el apunt alamiento. Seala
que, analizado seriamente, se puede considerar como una divergencia progresiva, en el seno de un funcionamiento biolgico, entre
la autoconservacin y la sexualidad. Sostiene que en este proceso de divergencia juega un papel fundamental la actividad de
seduccin externa, en el sentido que se ejerce una actividad de
erotizacin sobre el sujeto. A esta actividad la denomina seduccin generalizada . Es decir, discute la idea de un clivaje a partir
de un movimiento endgeno.
Para Kaes, el apuntalamiento compromete una serie de objetos y de formaciones psquicas sin los cuales la misma pulsin no
podra emerger como formacin especfica, ya que el apuntalamiento mltiple interviene en la constitucin misma del objeto.
El apuntalamiento de la pulsin depende de cul es la experiencia vincular que se produce de acuerdo a la modalidad de presentacin del seno por parte de la madre y al modo de apr ehensin y
succin por parte del nio. Esta experiencia tiene a su vez un significado en el grupo y en la cultura, tiene un sentido para el padre.
Por lo tanto, cuando en funcin de los mecanismos de presencianusencia de la madre se constituye el pecho como objeto sexual,
s(' establecen por internalizacin, y en la fantasa, un conjunto de
rp}aciones en el que estn induidos el valor pulsional, la signifi1acin cultural, el sentido para el otro.
Este ltimo aspecto nos lleva a pensar que el planteo de Kas
no resulta antagnico con el de Laplanche, tal eomo ste lo prellnde, en tanto la presencia de la actividad externa de seduccin,
l'll la que l insiste, introduce de hecho a la madre, y a travs de
l'lln , al .,rrupo y al orden de la cultura.
107

Por su importancia en la constitucin del psiquismo y en el


mantenimiento de su unidad a lo largo del tiempo, coincidimos
con la ampliacin que efecta Kaes en relacin al concepto; dando cuenta, por otra parte, de lo que la clnica nos muestra.
Trataremos de ilustrarlo con una vieta clnica.
Luca perdi a su padre cuando tena cinco aos . Su familia
sufri una prdida brusca de su nivel econmico. Su ma dre cort
todo vnculo con la familia del marido, a quienes acus de haberla estafado en una empresa familiar compartida. Luca transcurri su infancia viviendo con su abuela, su m a dre y sus tres hermanos. Sus dos hermanos menores, gemelos, presentan, a partir
de su adolescencia, cuadros psicticos en forma alterna da: cuando uno est asintomtico el otro se enferma y viceversa. Cuando
Luca cursa todava el colegio secundario inicia una relacin de
pareja con un compaero, con el cual se va a casar siendo muy
joven y sin haberse sentido nunca enamorada de l. P ero Luca
consigue a travs de este casamiento ser "adoptada" y a su vez
"adoptar" una nueva familia integrada por sus suegros, s us cuados, primos, tos, tos abuelos. Esta familia tiene algunos puntos
de contacto con el modelo de la de su origen, en el sentido de que
hay una empresa familar y propiedades compartidas, incluidas
las viviendas de casi todos s us miembros. En esta familia Luca
se ubica en un lugar central: en su casa se hacen las fiestas y todos
se renen all n aturalmente. Ella se encarga de atender a todos
los parientes que se enferman, y de realizar cuanto trmite necesite cualquiera de ellos. Las condiciones, cada vez m s marcadas
por la locura, de la r elacin entre su madre y sus hermanos menor es, hacen que su distanciamiento autoprotector sea cada vez
mayor, aunque ayuda a su manutencin econmica. Su vida transcurre sin m ayores problemas, y con un sentimiento subjetivo de
bienestar. Lo nico conflictivo es su relacin matrimonial. Su marido funciona como un chico ms, el mayor, y es evidente que no hay
espacios priva dos para la pareja.
En un momento dado, y en un transcurso de tiempo muy corto, muere su suegro, bastante joven, y se enferma una ta muy
mayor que vive en un departamento contiguo al suyo. Se produce inmediatamente un distanciamiento, con sospechas r ecprocas,
entre los miembros de la famili a que compartan la empresa y se
decide una divisin y ven ta de sta, incluyendo los inmuebles en
los que fun cionaba. Luca, poco tiempo despus , entra en crisis en
su relacin de pareja: reclama a su marido falta de proteccin, de

108

no ocupar ste el lugar de un hombre adulto. Esto la lleva a una


separacin.
Al poco tiempo muere la ta enferma, y Luca comienza a sentirse ansiosa, deprimida, confundida, incapaz de hacerse cargo de
s misma, con variados sntomas fisicos: anorexia, vmitos, taquicardia, mareos, ahogos, clicos intestinales, temblores. Su aspecto es el de quien padece una crisis psictica y sus vivencias son de
despersonalizacin. Dice no comprender qu le pasa, y por qu ha
dejado de ser la que era. Adelgaza muchos kilos, no se siente en
condiciones de realizar ninguna tarea.
Este es un ejemplo clnico de cmo, ante la situacin de desapuntalamiento producida por la prdida inicial y precoz de su
familia, Luca pudo reconstruir en la familia del marido una red
que funcionaba como sostn de sus identificaciones, hasta que las
situaciones de enfermedad y muerte la rompen. Esta red constituye para ella un sistema de apuntalamiento psquico. El brusco
desapuntalamiento, producdo por las prdidas posteriores, la llev a la produccin de una crisis en la que apareci una desidentificacin segn la modalidad que ha sido descripta clnicamente
como ruptura de relacin simbitica.
La importancia de la funcin de apuntalamiento que cumpla
esta familia sustituta se aprecia, como ocurre habitualmente, ante
la prdida.
Desde el punto de vista del desarrollo y mantenimiento de la
identidad personal, hay una relacin simultnea de complementariedad y oposicin entre el apuntalamiento y la transcripcin.
Teniendo en cuenta la existencia de lo que J. Bleger denomina
base sincrtica, indiscriminada, de la identidad, existe siempre la
necesidad de algn nivel de apuntalamiento. Si los apuntalamientos primeros han sido insuficientes o inadecuados, es decir, si ha
habido una falla en ellos, se dificulta el proceso de transcripcin
que permite el funcionamiento autnomo. En el caso de Luca,
hubo una falla en la apoyatura original que ella intent sustituir
a travs de una prtesis.
El apoyo que se establece es mltiple y es mutuo: de Luca en
la nueva familia y de cada uno de los integrantes de la nueva familia en ella. Es evidente que no ha habido en Luca una elaboracin de los duelos y conflictos vividos en sus primeros aos, sino
una sustitucin protsica en el segundo grupo familiar, una sutura en el espacio transicional, una falta de creatividad, lo que determina un dficit en la autonoma del yo, que recin emerge en for-

109

ma de sntoma cuando se produce un desapoyo critico a partir de


las modificaciones producidas en esta segunda familia.
En las situaciones sociales de ruptura (migracin, modificacin
brusca de paradigmas sociales, situaciones de catstrofe natural
o social, etc.), se produce una falla en los sistemas sociales de apoyo que determina, desde el punto de vista psquico, la aparicin de
lo que R. Kaes (1976) denominara
de no asignacin, con
la irrupcin de sentimientos de indefensin, inermidad, agresividad y tendencia a conductas impulsivas (Bleger, J., 1967). El agrupamiento constituye una posibilidad de restituir ciertos niveles de
apoyatura perdidos. De esto se deduce la utilidad de dispositivos
grupales para la elaboracin de las situaciones de crisis.
Pero el dispositivo grupal de apoyatura no implica slo prtesis, aunque la prtesis sea, en determinadas circunstancias, condicin para la supervivencia.
Implica simultneamente la condicin de posiblidad para la
creacin.
El sentimiento de permanencia, de seguridad y de continuidad estn en relacin, desde los primeros momentos de la vida,
con la disposicin del medio material y maternal circundante.

110

Captulo VIII

Identificacin, identidad y grupo


MIRTA SEGOVIANO
DIANA KoRDON

El grupo es un lugar privilegiado en el proceso que, por va de


las identificaciones, otorga y sostiene la identidad personal.
Durante toda la vida, la experiencia grupal tiene un pap el
decisivo en el apuntalamiento del proceso identificatorio y en la
constitucin de la identidad individual. Entre esas experiencias,
la que tiene lugar en el vnculo primario conformado por la familia posee un carcter fundante. En este grupo primario se construye un vnculo que permite internalizar un conjunto de relaciones y en ese proceso identificatorio se determinan aspectos
fundamentales del grupo interno de cada sujeto. Se define all
su ubicacin en el orden generacional y en el plano de la identidad sexual, y la estructura interna de relaciones entre las demandas pulsionales, el deseo, las instancias intrapsquicas valorativas y el carcter. El grupo primario, y a partir de su inscripcin histrico social, es portador de un discurso que incide en la
constitucin de rasgos definidos de la identidad individual. El
pasaje por los otros grupos significativos -grupos de pertenencia y de referencia- incide en la produccin de nuevas identificaciones primarias y secundarias al cumplir estos, entre otras,
funciones de grupo primario.

EL CONCEPTO DE IDENTIFICACIN
La identificacin es una modalidad del funcionamiento psquico que interviene en los ms variados procesos y manifestaciones:
111

en la formacin de sntomas, en el trabajo del sueo, en las fantasas, en los lapsus, en la creacin artstica y otros, adems de
ser, por ejemplo, la condicin de posibilidad del trabajo de duelo,
donde por medio de la identificacin el Yo se ofrece al Ello como
sustituto del objeto perdido.
Por otro lado, la identificacin es tambin un mecanismo formador de estructuras: cuando Freud elabora la segunda tpica,
seala cmo por la va de las identificaciones las otras instancias
se van diferenciando a partir del Ello. Incluso, segn sugieren
La planche y Pontalis 0967), habra sido justamente el descubrimiento del papel que las identificaciones cumplen en la estructuracin del psiquismo y de la personalidad, lo que lo llevara a esa
nueva formulacin.
La nocin de identificacin refiere pues, a un mecanismo principal tanto del funcionamiento como de la estructuracin de lo psquico. Corresponde a un proceso, el proceso identificatorio, y tambin a una resultante, por ejemplo cuando definimos al Yo como
la "sedimentacin de las investiduras de objeto resignadas" (Freud,
S., 1923, pg. 31) que han pasado a constituirlo por medio de las
identificaciones, o como cuando hablamos de la identidad de una
persona.
Pero si el abordaje de esta nocin es complejo, no lo es slo por
requerir que estos diferentes niveles de anlisis sean contemplados, sino tambin y sobre todo porque existen diversos desarrollos psicoanalticos que se han ocupado de ella: unos u otros de
estos desarrollos suponen ciertas variaciones en la concepcin
acerca del psiquismo, e implican tambin diferencias en aspectos
tcnicos. Algunas de estas diferencias abarcan incluso el dispositivo que se puede considerar adecuado, o an el ms adecuado
-como en el caso del abordaje psicoanaltico grupal-, para la emergencia, despliegue y elaboracin tanto de las manifestaciones como
de las formaciones psquicas en juego.
Esas distintas teorizaciones parten evidentemente de los enunciados freudianos, pero en Freud, mientras que hay nociones que
parecen explicar el funcionamiento psquico como si se tratara del
sujeto aislado, separado y hasta casi independiente de los otros,
hay otras nociones en las cuales los otros del sujeto aparecen implicados desde un principio. Algunas de las diferencias tericas a que
hacemos referencia se relacionan, pues, justamente con una diversa concepcin en este punto.
En "Psicologa de las masas y anlisis del Yo", el texto donde
112

Freud hizo su ms completa exposicin acerca de la identificacin,


dej enunciada la famosa frase: "En la vida anmica del individuo,
el otro cuenta, con total regularidad, como modelo, como objeto,
como auxiliar y como enemigo, y por eso desde el comienzo mismo la psicologa individual es simultneamente psicologa social
en este sentido ms lato, pero enteramente legtimo" (1921, pg.
67). La integracin del otro en el psiquismo individual es para
Freud una evidencia, algo que efectivamente ocurre. Sin embargo
existen interrogantes que esta misma formulacin plantea y que
el sentido lato deja ocultos.
As, la identificacin, va privilegiada por la que el otro est
integrado en el psiquismo individual, es caracterizada por Laplanche y Pontalis (1967) como el "Proceso psicolgico mediante el cual
un sujeto asimila un aspecto, una propiedad, un atributo de otro
y se transforma total o parcialmente, sobre el modelo de ste",
mientras que D. Lagache (1955), desde una ptica que toma en
cuenta el contexto intersubjetiva en el cual se producen las identificaciones, seala que "Lo interiorizado no es la imagen de un
socius, es la experiencia de una relacin interpersonal. Este desdoblamiento de la interioridad procede de la interiorizacin de
una relacin de dos, en otros trminos, de una doble identificacin. As se explican los desplazamientos o transferencias ulteriores en los cuales el sujeto puede, segn las circunstancias, jugar
uno u otro rol, por ejemplo, el de la madre o el del hijo, el de la
autoridad o el de la sumisin".
Un aspecto principal de las divergencias que advertimos aqu
surge de ciertos desarrollos de la teora de las relaciones objetales, como los aportados por D. Fairbain, M. Mahler y D. Lagache
principalmente, y de la importancia creciente que fueron tomando en psicoanlisis. Vemos cmo la idea de "objeto" no es la misma en cada caso: la asimilacin o la internalizacin que tiene lugar
en la identificacin, corresponde a aspectos, propiedades, atributos, en uno y a un vnculo en el otro.
Sobre estas bases, subrayamos dos cuestiones que nos interesan especialmente: una ms general, ya enunciada por Freud, que
es la de la integracin del otro en el psiquismo individual; y otra,
ms particular, acerca de la idea que representa ese otro, o eso
otro que se internaliza.

113

LA INTEGRACIN DEL OTRO EN EL


PSIQUISMO INDIVIDUAL: UNA MATRIZ VINCULAR
Ese otro que ocupa la posicin de objeto, de auxiliar, de modelo, de adversario, es a su vez un sujeto. Esos objetos privilegiados
con los que el sujeto se identifica, son entonces capaces, tambin
ellos, de colocar al sujeto en el lugar de objeto, modelo, adversario, auxiliar y esto no es indiferente para el sujeto, muy por el contrario, es esencial.
Desde esta perspectiva se hace evidente que si consideramos
al sujeto solamente desde su mundo interno concebido con prescindencia de lag caractersticas del objeto mismo, y de las condiciones que estas caractersticas del objeto han impuesto y/o
imponen al sujeto, tendremos un resultado que ser en principio insuficiente, pero que, sobre todo, puede correr el riesgo de
ser ciego frente a una serie de determinaciones psquicas que no
derivan exclusivamente del mundo pulsional del sujeto que se
considera, sino que incluyen determinaciones que se relacionan
con el mundo pulsional de los otros, sus relaciones de objeto, su
narc1s1smo.
Este problema no es nuevo en psicoanlisis. Cuando, por ejemplo, Bion (1948) discute la idea de Freud acerca de la posicin del
lder del grupo en relacin al grupo, o cuando Winnicott (1971) especifica las caractersticas de una madre suficientemente buena, o
cuando, ms recientemente, Pi era Aulagnier (1975) seala la trascendencia de la red de deseos que se anticipa a la llegada del infans,
todos ellos -adems de varios otros- explcita o implcitamente,
vienen a atenuar una importante carencia en la teora cuando sta
se cie solamente a una visin unidireccional.
R. Kaes (1980a, pg. 23) ha realizado un excepcional aporte en
este sentido al conceptualizar la nocin de doble apoyo mencionada en el Captulo VII: "Todo apoyo tiene como carcter fundamental no slo el pertenecer a una red de apoyos, sino tambin el ser
un "doble apoyo". Con esto quiero decir que lo que se apoya est
en condiciones de servir a su vez de apoyo a lo que sostiene. La
relacin madre-beb puede ser descrita de este modo, o tambin
la pareja de amantes, o la r elacin pedaggka. La cualidad de apoyatura en "doble apoyo" depende de la existencia del espacio intermediario de apoyo. E s te espacio psquico es el del contrato de apoyatura: entendiendo por esto la reciprocidad en el placer y en el
beneficio del doble apoyo".
114

Es por esto que pensamos que el problema d e la


del otro y de los otros en el psiquismo individual, hac!' i11<ltsw11
sable la consideracin de la intersubjetividad y de la tra 11 s11lct1
vidad en la constitucin d e la subjetividad.4'1
Desde otro nivel de anlisis, la psicologa social, con G. Mead
0934), se ha plunteado ya esta problemtica. El autor seala el
papel que la internalizacin de la sociedad organizuda cumple en
la organizacin de la persona. Una y otra organizaciones, aunque
con una capacidad de influencia que es asimtrica, se d eterminan
mutuamente. El grupo, al anteceder al individuo, posee una capacidad de determinacin sobre ste significativamente mayor que
la del individuo sobre el grupo social. Esta influencia sobre el individuo se manifiesta en la internalizacin que se ve llevado a efectuar de las organizaciones sociales que encuentra ya dadas.
Se trata de una ptica que subraya un hecho no siempre tenido en cuenta en psicoanlisis: las organizaciones internas del individuo tienen tales similitudes y complementariedades con organizaciones internas de sus otros significativos por un lado, y con
la organizacin que en su experiencia han tenido los vnculos con
esos otros por otro lado, que es necesario admitir que la organizacin o las organzaciones internas mismas han surgido tambin
en ocasin del contacto con el mundo externo.
Las instancias psquicas, por ejemplo, han sido ampliamente
descriptas como organizaciones. Pensamos al Yo, de hecho, como
una organizacin, y si esto se hace evidente al considerar sus funciones, tambin el Yo como representacin remite a una organizacin. En Introduccin del narcisismo, Freud haba afirmado que
"Es un supuesto necesario que no est presente desde el comienzo en el individuo una unidad comparable al yo; el )'O tiene que
ser desarrollado. Ahora bien, las pulsiones autoerticas son ini42 Utilizamos las nociones de subjetitidad, i11tasubjelividad y
dad en el mismo sentido en que las define R. K::ies, va le decir, que wbjetividad
es el "estado de la realidad psquica para un s ujelo. en tanto arreglo s ingular de
Ja pulsin. de la fantasa, d e la relacin de objeto y del discurso"; l a intersubjethidad udefinira a la transcripcin subjetiva de lo 4ue se inlcrcambia entre los
sujetos. Supone un espacio de tran sformacin, una brecha, una barrera"; la tra11subjctiviclad, en cambio, describira la apertura maxima de las "subjc lividades"
parcialmente abolidas por lo ausencia de un espacio de transcripcin y de diferenciacin(. .. ) Lo que atraviesa a los sujetos es lo indiferenciado; ese atravesa miento supone el borramiento de Jos lmites del s mismo y la abolic:icin del objetor (Citado por M. Bernard, 1991, pg. l27l.

115

ciales, primordiales; por tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva accin psquica, para que el narcisismo se
constituya." (1914, pg. 74). Esta nueva accin psquica consiste,
en parte, en la organizacin, la reorganizacin de los elementos
distintos que supone el autoerotismo acoplndolos unos con otros
de manera tal que la relacin entre ellos resulta ms significativa que su dispersin. La nueva organizacin es concomitante de
una nueva significacin. El resultado de este movimiento y de esta
transformacin es el armado de un objeto, el objeto que desde
entonces pasar a ser el Yo para el Ello. Para constituir este objeto, esta nueva unidad, el psiquismo se apuntala en la percepcin
de otras unidades-organizaciones vividas: el cuerpo, el grupo.
En su origen, en su desarrollo, en su representacin, en el ejercicio y en el mantenimiento de sus funciones, hay una estrecha ligazn entre e] aparato psquico y el grupo, entre el yo y el grupo43 La
idea de la organizacin nos parece hacerla ms manifiesta.
La identificacin es, pues, un mecanismo, un proceso y un resultado que posibilita y evidencia la interiorizacin de experiencias
vinculares del sujeto. Desde nuestra perspectiva, la interiorizacin que se lleva a cabo corresponde a una matriz vincular, es decir
a una red de relaciones en la que est ya presente el sujeto mismo, y que incluye al otro, al otro del otro y tambin a objetos inanimados que se han vuelto significativos. Este origen y esta conformacin son los que determinan sus caractersticas grupales y sus
propiedades grupalizantes. 44

EL MECANISMO INTRAPSQUICO
DE LAIDENTIFICACIN
En el exhaustivo anlisis que realiza del concepto de apuntalamiento en Freud, R. Kaes distingue en l tres componentes:"(. ..)
el apoyo sobre una base originante, la modelizacin y, en el movimiento de una ruptura crtica, la transcripcin" {1984, pg. 34).
Teniendo en cuenta "la equivalencia parcial de los mecanis43 Es notable que esta importante y estrecha analoga quedara por aos desapercibida. an cuando de h echo Freud haba encarado en 1921 un anlisis conjunto del Yo y de los grupos en un mismo texto: a veces lo ms evidente resulta
lo menos visible.
44 Los desarrollos tericos de Ren Kaes muestran la existencia de numerosas
formaciones y procesos psquicos "grupales" en el psiquismo individual, pudindose concebir incluso al psiquismo como grupo y como grupalidad.

116

mos y de los interjuegos de la identificacin y del apuntalamiento" (dem. pg. 30), nos valdremos pues de estos tres elementos
para el anlisis del movimiento identificatorio.
De hecho, Freud explicita las funciones de apoyo y modelo en
el mecanismo de la identificacin, en diferentes ocasiones: la absorcin de alimentos proporciona un modelo (caniblico) ofreciendo
el apoyo en una funcin orgnica45 ; asimismo, la imagen del padre
(1921, pg. 99) o de los padres (1923, pg. 33, nota al pie) en la prehistoria del complejo de Edipo, funcionando como un ideal, proporcionan tambin, pues, un modelo. Volveremos sobre este punto al analizar la identificacin primaria.
La transcripcin en relacin con la identificacin, aparece en
Freud en La interpretacin de los sueos (1900, pg. 168) cuando
subraya, refirindose a la identificacin en la histeria, una distincin que toma aqu todo su valor: "Por tanto, la identificacin no
es simple imitacin, sino apropiacin (. .. ) expresa un "igual que
( ... )"y se refiere a algo comn que permanece en lo inconciente".
Es decir, no se trata, evidentemente de una copia o reflejo. Apropiacin alude a un procedimiento que tiene lugar en el interior
del aparato psquico, y por el cual algo que no le es propio se hace
propio. Esta apropiacin implica un trabajo psquico de transformacin. Vemoslo con ms detalle.
Las postulaciones de P. Aulagnier nos ofrecen una descripcin ejemplar de este procedimiento: "Por actividad de representacin entendemos el equivalente psquico del trabajo de metabolizacin caracterstico de la actividad orgnica ( ... ) en este
caso, el elemento absorbido y metabolizado no es un cuerpo fsico, sino un elemento de informacin. Si consideramos la actividad de r epresentacin como la tarea comn a los procesos psquicos, se dir que su meta es metabolizar un elemento de naturaleza heterognea convirtindolo en un elemento homogneo a
la estructura de cada sistema" (1975, pg. 23, 24). Y ms adelante: "Podemos aadir que los elementos que no fuesen aptos para
sufrir esta metnbolizacin no pueden tener un representante en
45 "Una primera organizacin sexual pregenital es la oral o si se prefiere, caniblica. La actividad sexual no se ha separado todava de la nutricin, ni se h an
diferenciado opuestos dentro de ella . El objeto de unu actividad es tambin el
objeto de la otra; la meta sexual consiste en la incorporacin del objeto, el paradigma de lo que ms tarde, en calidad de identificacin, desempear un papel
psquico tan importante" (Freud, S. 1905, adic. 1915, pg. 180).

117

el espacio psquico y, por lo tanto, carecen de existencia para la


ps ique" (dem, pg. 27 ).
Esta metabolizacin que se efecta en el proceso del cual resulta una representacin psquica corresponde a la transcripcin .
A partir de este desarrollo, se nos facilita hacer una primera
distincin que adquiere un importante relieve con las conceptualizaciones actuales acerca de la transmisin psquica: por un lado,
existen procesos de identificacin propiamente dicha, en los que
tiene lugar una metabolizacin-transcripcin y de los que surge
as una representacin psquica del elemento transformado; por
otro lado, procesos en los que esta transformacin no ocurre y por
lo tanto no existe representacin del elemento en cuestin: son
procesos de incorporacin46 , que incluyen, por ejemplo, a las identificaciones caracterizadas como adhesivas, fusionales (D. Meltzer y E. Bick) proyectivas, en las que lo tomado del exterior sigue
siendo de algn modo externo, un cuerpo extrao sin metabolizar.
La transcripcin (apropiacin, metabolizacin) implica una
recreacin del objeto -sistema de relaciones de objeto que incluye al sujeto-, en el mundo interno, que podemos entender como
la construccin interior de una metfora de aquello que ha sido
tomado del exterior;.
La actividad de re-creacin del objeto es precisamente aquella donde trabaja en cada psiquismo lo individual, la capacidad
de produccin original que lo hace diferente de cualquier otro psiquismo; en tanto que lo producido, por su parte, no es solamente
un resultado original y diferente en s mismo, sino que se constituye adems en la confirmacin de esa capacidad productiva del
aparato: es la prueba de su existencia y su efectividad. Es de este
modo como creando objetos internos (representaciones) el psiquismo se crea y se confirma tambin a s mismo 48 Y esto es vlido
tanto cuando se trata de la produccin interna de los objetos, como
cuando se trata de la produccin de un objeto tan especial como
es el propio Yo.
En todos los casos , ya se trate de los objetos o del Yo como objeto, es todava necesaria otra condicin para que esos objetos ere46 Ver R. Kacs 0984); R. Kaes, H . Faimberg, l\l. Enriquei, .J. -J. Baranes (1993l.
47 Sl,gn Jos poslubciones de P. Aulagner (1975 ). cuyos desarrollos seguimos
en este punto, el cuerpo eR "externo" al psiquismo, forma parte del exterior.
48 Esta idea corresponde asimismo al Ddmirable desarrollo que Piera Aulagnicr hiciera al respecto, en el texto que sea lamos anteriormente.

118

adosen el mundo interno adquieran la cualidad que los h ace consistentes: deben ser confirmados, adems, en el contacto con el
medio externo: la creacin person al debe s-er aceptada, convalidada o cua ndo menos, no desmentida en su modo peculiar de existencia efectiva lparadojal); se trata de que ln metfora s ubjetiva
acerca de los objetos (o del propio Yo) tenga un espacio posible en
el mundo intersubjetivo49 Esta ltima condicin es la que nos permite entonces comprender el papel que lo intersubjetiva juega en
la paradoja de la identificacin: esa relacin particular entre lo
misnw y lo otro, que como veremos define a la identificacin y que
est sujeta desde un comienzo a las relaciones con los otros, sigue
siendo para siempre, aunque de diferente modo en cada sujeto singular, una sujecin que se reedita una y otra vez.

LO MISMO/LO OTRO:
IDENTIFICACIONES PRIMARIAS Y SECUNDARIAS
Al abordar temas como la creacin, el narcisismo, o en nuestro caso, la identificacin, en tanto procesos y formaciones del sujeto singular, surge recurrentemente la idea de la paradoja. Se trata de aspectos que muestran especialmente la integracin efectiva del otro-los otros en la psicologa individual.
Lagache (1955) destac uno de los puntos de vista en que se
muestra lo paradjico de la identificacin: "Se tienen suficien tes
razones para pens ar que la identificacin privilegiada con otro ser
humano es el mecanisrnso que permite la sntesis de las mltiples identificaciones que preceden la unificacin del yo. Paradoja
singular, la unificacin y la afirmacin del yo, que parecen lo contrario y el lmite de la identificacin, lo. suponen".
Una y otra vez, las indiferenciaciones, diferenciaciones y paradojas resultan lugares obligados cada vez que se intenta dar sentido a la idea de identificacin. En psicoanlisis estas cuestiones
se evidencian en la descripcin y distincin de las identificaciones
primarias y secundarias.

LAIDENTIFICACIN PRIMARIA
Es definida por Freud como: "( ... ) la forma ms originaria de
49 Ta l como lo han planteado D. Winnicott (1971 ) respecto de la creacin del
objeto lransicional. y P. Aulagnicr (1975) en cuanto a la constitucin <le! Yo.

119

ligazn afectiva con un objeto" (1921), siendo entonces una modalidad del funcionamiento psquico de tal fom1a "{. .. ) directa e inmediata (no mediada), y ms temprana que cualquier investidura de
objeto" (1923, pg. 33) que "Al comienzo de todo, en la fase primitiva oral del individuo, es por completo imposible distinguir entre
investidura de objeto e identificacin" (dem , pg. 31).
Las clsicas discusiones acerca del carcter objeta! o anobjetal de la identificacin primaria podran apoyarse, cualquiera que
fuese la posicin adoptada al respecto, en esta aparente contradiccin: la identificacin primaria es una forma de "( ... ) ligazn
afectiva con un objeto" (el objeto existe),"(. .. ) anterior a cualquier
investidura de objeto'' (el objeto no existe).
En la consideracin de una objetalidad o bien de una anobjetalidad en la identificacin primaria, se tra ta, en ltima instancia, ms que de una diferencia de concepcin, de una diferencia
en cuanto a la posicin que adopta el observador: en cualquier
caso, el objeto evidentemente existe en la realidad material, puesto que ningn desarrollo psquico del beb podra seguirse de la
completa ausencia de la madre en cuanto a su disponibilidad fisica y psquica para l. Pero el objeto como tal para el nio, como
parte de su realidad psquica, en la que el objeto est discriminado y tiene carcter de objeto es, tambin evidentemente, un logro
posterior.
Ahora bien, cul es, entonces, la relacin entre la investidura de un objeto y una identificacin cuando consideramos la forma primitiva del funcionamiento psquico? Para Freud, no es posible diferenciarlas desde un comienzo, no antes de que la complejidad creciente del aparato psquico permita una distincin entre
ambos movimientos. Cuando esta distincin sea posible, incluso
podrn llegar a hacerse elecciones de los objetos segn dos moda lidades principa les que no slo son diferentes entre s, sino que
pueden constituir polaridades: el objeto podr ser elegido entonces sobre todo en funcin de cierta diferencia-antagonismo, complementariedad- con el sujeto (eleccin objeta} anacltica o por
apuntalamiento) o bien, por el contrario, sobre todo en base a una
identidad con el sujeto (eleccin objetal narcisista).
De este modo, la identificacin, en un primer momento indiferenciable de la investidura de objeto, podr ser luego distinta de
ella cuando objeto sea distinto de yo, o cuando externo sea distinto de i.nterno.
Y cmo ocurre, entonces, que partiendo de esta indiferencia120

cin sujeto-objeto que sostiene a la identificacin primaria Sl' JHll'


da llegar a una identificacin secundaria que presupone la diflrenciacin? No se trata, es evidente, de que exista una oposicin
intrnseca entre estos procesos: uno deriva del otro, y en esa derivacin existe un cambio cualitativo: por la identificacin primaria, que implica una indiferenciacin sujeto-objeto, o interno-externo, la diferenciacin se hace posible, comienza a hacerse posible.
No pocos autores se han interesado en dar una explicacin a
la aparicin psquica de la diferencia.
Freud sealaba en 1921 que la identificacin primaria consiste en una identificacin con el padre de la prehistoria del complejo de Edipo, y que simultneamente o casi simultneamente el
nio comienza a tomar a su madre como objeto de sus pulsiones
sexuales, mostrando entonces dos tipos de enlaces psicolgicamente diferentes. Uno francamente sexual, con la madre, y una identificacin, con el padre.
Esta formulacin no debe haber dejado satisfecho al mismo
Freud que, dos aos despus en El yo y el ello, corrige, aunque
significativamente, slo en una nota al pie: "Quizs sera ms prudente decir 'con los progenitores', pues padre y madre no se valoran como diferentes antes de tener noticia cierta sobre la diferencia de los sexos". Qu significa este punto que ya desde entonces
hace cuestin y cuya dificultad Freud intenta zanjar diciendo que
"(. .. ) en aras de una mayor simplicidad expositiva (. .. )" tratar
solamente la identificacin con el padre? (1923, pg. 33).
Pensamos que el problema que aqu se manifiesta es el de dar
explicacin de la aparicin de un lo mismo y un lo otro en el interior del psiquismo, que no puede apuntalarse sino en un lo mismo y un lo otro en el exterior. Que la madre pudiera ser r epresentada, por y para el nio como lo mismo, es casi un hecho de observacin. Pero de dnde saldra la representacin de lo otro, de la
diferencia? As como la teora de la seduccin pensada como una
realidad material deriv despus en la idea de realidad psquica,
y en la seduccin como de naturaleza puramente psquica, tal vez
as hubiera debido ocurrir con esta identificacin con el padre, que
no es con un hombre, tal como Freud aclara en 1923. As pues , en
la identificacin primaria, en la teora freudiana como en los desarrollos posteriores, existe una relacin entre una mismidad y
una diferenciacin que simultneamente o casi simultneamente
actan desde afuera y se representan en el adentro.
Daniel Lagache (1961, pg. 37), lo describa de este modo: "Cuan121

do est todava en estado de unin parasitaria y que s u pasividad


es mayor que su actividad, el nio recibe su personaje de la situacin, con una participacin sincrtica en la omnipotencia materna. Los progresos de la actividad permiten la identificacin primaria con la madre. Ms aumenta la actividad del nio, ms entra
en conflicto con la de la madre. El rechazo de la madre coloca al
nit1o ante una alternativa: o bien se somete regresando a la participacin parasitaria, o bien se opone identificndose al agresor''.
Aqu la diferencia es introducida por la posicin activa.
Winnicott 0971), tambin apela a dos elementos distintos -que,
como Lagache, ubica en la madre- cuya presencia caracleriza a
la madre su/".:ienternente buena: uno de esos elementos posibilita
un primer sentimiento en el nio de ser el pecho, "(. .. ) el beb se
convierte en el pecho (o en la nwdre), dado que el objeto es el sujeto"(. .. ) "La madre ofrece al nio la oportunidad de sentir que el
pecho es l, o bien no la ofrece. ( .. .) O bien la madre tiene un pecho
que es, de modo que el beb tambin puede ser cuando l y ella no
se encuentran an separados en la mente r udimentaria del nio;
o bien la madre es incap az de efectuar esa contribucin, en cuyo
caso el ht::b tiene que desa1Tollarse sin la capacidad de ser, o con
una capacidad mutilada".
El otro tipo de relacin objeta!, el otro elemento en la relacin
madre-nio, presupone separacin con el objet o y "En cuanto se
dispone de la organizacin del yo, el beb asigna a ste (al objeto)
la cualidad de ser no-yo o separado, y experimenta sensaciones del
ello que incluyen la ira r elativa a la frustracin. La satisfaccin de
los instintos acenta la separacin del objeto respecto del beb, y
lleva a la objetivacin del objeto" (Winnicott, D., 1971, pg. 110-113).
Para Winnicott la madre aporta lo que podemos entender como
un elemento "narcisista" y un elemento "objeta!".
M. Bernard 992), al considerar las condiciones vinculares que
hacen posible la constitucin y la diferenciacin progresivas del
adentro y el afuera, del sujeto y el objeto, establece lo que podriamos llamar sus proto-condiciones: ''( ... J la escansin producida en
el vnculo simbitico por la serie de presencias-ausencias de la
madre, introducir un nuevo elemento de discriminacin".
Se trata de una formulacin que en nuestra opinin facilita la
visin de conjunto del proceso al abrir la posibilidad de que, en
cada polo -por ejemplo, el de la presencia y el de la ausencia de
la madre- pueda integrarse progresivamente el otro.
Pensamos que, en los aspectos que aqu nos ocupan, el proce-

122

so contina de este modo: la secuencia de las ausencias y presencias fsicas de la m a dre resulta un puntal para la representacin
simblica , posterior para el beb, pero ya presente para la madre,
de la simultaneidad de su presencia./ a usencia, aquello que h ace
que, ni su presencia, ni su ausencia, puedan ser absolutas, excesivas. Habr un tiempo, un lugar, en primer trmino sobre todo
material, luego cada vez ms simblico. en que la madre est, pero
sin que esa presencia anule 1a presencia s imultnea del beb.
Habr un tiempo, un lugar, en primer t rmino sobre todo m at erial, luego cada vez ms simblico, donde la m.adre no est, pero
esa ausencia n o es absoluta, no significa una mutilacin , puede
r epresentarse como el no-yo. Esta representacin del no-_yo es concomitante a la r epresentacin del yo, y es el antecedente de lo que
ser el objeto como separa do del yo.
En cuanto a su registro psquico, la indiscrinnacin inicial
entre el yo y el objeto antes de que uno y otro existan como tales,
indiforenciacin que hace posible la existencia de cada uno y la
posterior discriminacin entre ambos, queda inscripta en el psiquismo en la forma de lo que P. Aulagnier 0975) ha llamado el pictograma, el r egistro del objeto-zona complementaria. Por su intermedio se inscriben, pues, ese lo mismo y ese lo otro. En ese primer momento, para el beb, como hechos, cosas, mientras las
significaciones van siendo aportadas por la m adre.
Con estas significl}ciones que las figuras parentales, en primer lugar la madre, aportan al beb, ejercen sobre l lo que esta
autora ha llamado la violencia primaria: en la medida en que lo
que dicen del mundo, lo que dicen de l, todo esto excede la posibilidad de respuesta del beb, se le anticipa, su encuentro con el
mundo tiene la impronta del exceso y de una violencia necesaria.
La constitucin de la propia identidad est del mismo modo
sometida a esta violencia: en el ejercicio de la funcin materna,
produciendo este efecto de anticipacin, la madre, representante
del discurso social a la vez que de sus propias expectativas y deseos
-atravesados por s u propia represin-, le tra nsmite una serie de
enunciados con los que el nio se r epresentar a s mismo. Estos
enunciados identificatorios son juicios que atribuyen identidad,
sealando desde el otro significativo quin es el sujeto, brindando s ignificac:.:on cs acerca de su antes, su durante y su despus,
otorgndole primariamente un sentido singular a su vida. Algunos de estos enunciados funcionan como puntos de cert eza en el
sentido de ser referentes identificatorios estables de los que se
123

apropia el yo para garantizarse el sentimiento de permanencia.


Otro autor, H. Bleichmar, ha sealado cmo, adems del contenido temtico, los enunciados identificatorios transmiten implcitamente un conjunto de reglas que ha conceptualizado como
reglas de la enunciacin identificatoria. Son reglas que, va transcripcin, podrn ser combinadas de manera tal que el sujeto podr
construir representaciones de su yo y de los otros. Son desconocidas para el sujeto "( ... ) no en el sentido de que estn reprimidas
por razones de censura, sino porque constituyen las operaciones
mismas bajo las que se forma el psiquismo y que nunca estuvieron representadas como tales." (Bleichmar, H., 1983, pg. 58).
Mediante estas reglas el nio adquiere un tipo de operacin mental que le permitir organizar los datos de su experiencia ms all
de un contenido particular.
Por ejemplo, por una de estas reglas, la transposicin categorial ,"(. .. ) determinados atributos y acciones singulares son trasladados a categoras valorativas que atribuyen una identidad al
sujeto: pegarle al hermanito, significante con mltiples significaciones posibles, pasa a categorizarse como 'ser malo'." (dem, pg.
32). Ms adelante, un ejemplo ilustrativo:"(. ..) si en un sujeto se
dan las siguientes condiciones: a) el narcisismo como temtica que
centra sus preocupaciones -o sea cunto vale una persona, cmo
queda ubicada desde el punto de vista de la valoracin respecto
de los dems; b) hay tendencia a la descalificacin; c) su discurso
realiza trasposiciones categoriales por las cuales un dato parcial
sirve para atribuir una identidad; d) se rige por las reglas del discurso totalizante en que una vez atribuida una identidad sta
acta como premisa de la que se derivan obligadamente conclusiones particulares que la refrendan, entonces cuando estas reglas
operatorias se encuentren con un acontecimiento ocasional, pongamos por caso que al sujeto le robaron el automvil, se podr producir un encadenamiento que esquemticamente planteado y aun
cuando requiere de ms pasos intermedios adoptara la forma:
a) 'que me roben el automvil dice algo de m, de mi vala, de mi
capacidad';
b) 'yo hice algo inadecuado, por eso me robaron el automvil';
c) 'si me robaron el automvil es que soy incapaz, un incapaz';
d) 'soy un incapaz; cualquier cosa que haga ser una muestra de
mi incapacidad'." (dem, pg. 63).
Subraymoslo una vez ms: si en principio el yo que se identifica es sobre todo producto de los primeros enunciados identificato124

rios que provienen del discurso parental, no es por esto un mero


receptor de esas representaciones aportadas por los otros primordiales, sino que desarrolla una actividad propia de autoidentificacin construyendo, a partir del proceso de transcripcin de modelos y discursos, un vnculo intrapsquico identificante-identificado.

LA IDENTIFICACIN SECUNDARIA
Freud la describe como el procedimiento que"(. .. ) pasa a sustituir a una ligazn libidinosa de objeto por la va regresiva, mediante introyeccin del objeto en el yo, por as decir" (Freud, 1921, pg.
101). Supone que la diferenciacin psquica entre lo mismo y lo otro
h a sido ya en algn grado posible y por lo tanto la diferenciacin
sujeto-objeto tiene asimismo lugar tambin en algn grado. Esto
no quiere decir que el nivel de funcionamiento indiferenciado haya
dejado de operar. La mencin que hace Freud al respecto es que
las identificaciones secundarias refuerzan a las primarias (1923,
pg. 33). Sobre el soporte de una indiferenciacin previa, que es su
condicin indispensable aunque no suficiente, se ha logrado una
diferenciacin entre sujeto y objeto, o entre adentro y afuera. Esta
diferenciacin significa una distancia entre el yo y el objeto que
puede ser parcialmente desconocida cuando pudiera resultar, por
algn motivo, indeseable, dolorosa o amenazante. 50 Este desconocimiento parcial de la dis.tancia entre el yo y el objeto se evidencia
en la introyeccin de un rasgo del objeto, y este movimiento representa la conservacin, en el interior, del vnculo con el objeto.
En trminos de las estructuras derivadas de estas dos modalidades de la identificacin, adscribimos a las identificaciones primarias la funcin principal en la constitucin del Yo ideal, mientras que las identificaciones secundarias definen su carcter historizado, el reconocimiento de la temporalidad que permite asumir
una histo1ia previa y construir un proyecto de futuro, que quedan
representados por el Ideal del yo. Este acceso a la historizacin
50 Tal como Freud lo postula cuando estima que es posible que la identificacin
sea la nica forma en que el yo puede realizar un trabajo de duelo: "Si un tal objeto sexual es resignado, porque parece que debe serlo o porque no hay otro remedio, no es raro que a camhio sobrevenga la alteracin en el yo que es preciso describir como ereccin del objeto en el yo(. .. ) Quizs el Yo, mediante esta inlroyecn que es una suerte de regresin al mecanismo de la fase oral, facilite o posibilite
la resignacin del objeto. Quizs esta ident,ificacin sea en general la condicin
bajo la cual el ello resigna sus objetos(. .. )" (Freud, 1923, pg. 31).

125

resulta un factor esencial para el logro de un funcionamiento autnomo. Las identificaciones secundarias son responsables, a su vez,
de la formacin del carcter y de la identidad sexual.

IDENTIFICACIN E IDENTIDAD EN LOS GRUPOS


El pequeo grupo constituye un espacio identificatorio, soporte y productor de nuevas identificaciones, en la medida en que es
un lugar donde se producen modelos, apoyos, enunciados identificantes; en tanto es un espacio donde el vnculo identificanteidentificado se corporiza en la presencia real de los otros; en tanto es pantalla de proyecciones y de difraccin del grupo interno de
cada uno de sus miembros (sobre los otros miembros y sobre el
grupo mismo). Todas estas caractersticas sealan sus posibilidades desidentificantes y re-identificantes.

LA IDENTIDAD Y LOS GRUPOS


Teniendo en cuenta el carcter social ineluctable del psiquismo individual existe un plano de la identidad personal que siempre perma nece ligado a la matriz social y a los grupos sociales en
que se inscribe el .,;ujeto. Sin embargo, y a medida que se produCf' su proceso de autonomizacin, su identidad personal estar
dada cada vez ms por otro plano que representa un plus respecto de lo otorgado por los grupos a los que pertenece. En la medida en que en la identidad interviene el desarrollo alcanzado por
la autonoma, la proporcin en que cada uno de estos planos determina la propia identidad es variable en cada individuo.
. Si consideramos el punto de vista de la pertenencia a los grupos, podemos reconocer dos niveles diferentes: uno, de pertenencia
sincrtca, dado por el remanente sincrtico de la personalidad, en
el que se juegan identificaciones primarias, y que corresponde en
el individuo a su identidad por pertenencia (J. Bleger, 1971; M. Bernard, 1977, 1980, 1987); y uno de pertenencia discreta, en el que el
individuo conserva su capacidad crtica y donde la perte nencia es
una opcin del sujeto que expresa su libertad de eleccin; puede
pertenecer o no. Esta pertenencia discreta implica, por ejemplo, la
decisin de compartir un ideal comn, aun a riesgo de postergar
ciertos intereses individua les. Tal como afirma J. Puget 0982), en
la medida en que existe un proceso simblico en funcionamiento,
esta pertenencia es enriquecedora y adems discontinua.

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Para el sujeto, entre la identidad por pertenencia y la 1wrtcnencia discrimin ada, igual que entre las identificaciones primarias y las secundarias, juega su papel la asuncin de la castracin,
que remite al r econocimiento de una falta, de un ideal que no se
es y el cual se pretende alcanzar.
Los grupos, por su relacin con el proceso identifica torio, h an
sido. clasificados (Bernard, M., 1982) en primarios, cuya"( ... ) tarea
princ.:ipal es generar identidad en s us participantes", y secundarios, cuya tarea es externa al grupo. Algunos grupos secundarios
adquieren, a veces, un papel tan particular en r elacin a la (precaria) identida d de sus miembros, que r esultan primarizados.
Expresin extrema de este ltimo t ipo de grupos seran los descritos por M. Bernard (1987) como burocratizados y tal vez el archigrupo descrito por R. Kaes 0976).
Ya nos hemos ocupado ampliamente de la funcin identificatoria del grupo primario, en especial la familia, y de los procesos
que la vehiculizan.
Veamos ahora lo que ocurre con la identificacin en los grupos
secundarios, donde las modalidades de la pertenencia, as como los
distintos estratos de la identidad personal, se articulan con dos
niveles distintos del funcionamiento grupal que caracterizamos
como el polo indiscriminado y el polo discrim.inado del grupo.

LA IDENTIDAD, LOS MECANISMOS Y PROCESOS


IDENTIFICATORIOS Y LOS GRUPOS SECUNDARIOS
En la situacin grupal, el proceso iden tificatorio se desarrolla,
como indicamos, alrededor de un eje que reconoce dos polos. Uno
de ellos es indiscriminado, indiferenciado: en l estn present es
las identificaciones primarias, incluso las fusionales o adhesivas;
existe una predominancia de lo transubjetivo, con borramiento de
lmites entre los diferentes espacios intrapsquicos; se juega a qu
la identidad por pertenencia, en el sentido de que, en este nivel,
la identida d del sujeto est dada por el solo h echo de pertenecer
a l grupo: es l porque perten ece a ese grupo. Este polo se puede
visualizar como un equivalente metafrico de l a clula fusion a!
madre-hijo, de modo que, paradjicamente, mientras por un lado
su predominio obstaculiza la discriminacin, s u presencia constituye una condicin sne qua non para la diferenciacin, t anto del
sujeto con del grupo, como de los sujetos entre s.
En el polo discriminado, en cambio, exist e entre los miembros

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el reconocimiento de la mxima diferencia de sujeto a sujeto; predomina el tipo de relacin inti:rsubjetiva, en la que un espacio
intermediario de transformacin asegura entre los miembros la
posibilidad de transcripcin de los intercambios. En este nivel, la
pertenencia al grupo se presenta como discreta y en l se actualizan y se producen identificaciones secundarias.
Veamos estas dos modalidades de funcionamiento algo ms
detalladamente:
I. En el nivel de funcionamiento indiferenciado, el grupo aparece como un todo indiviso, continuo, coherente, que asegura al sujeto
la exstencia y permanencia de una realidad (interna y externa) inalterable, que constituye una ficcin al servicio del principio del placer
y de las fantasas de omnipotencia. Esta vivencia de cornplecin, de
expansin narcisista, corresponde al funcionamiento del yo ideal.
En tanto, por la actualizacin de los aspectos ms regresivos
de la personalidad, el individuo no se discrimina del grupo, logra
de este modo, en la identificacin con l , compensar sus vivencias
de inermidad.
Opera entonces, aqu, una escasa diferenciacin entre grupo
interno y grupo externo, en la que, como seala M. Bernard (op.
cit.), existe un repliegue del grupo en la persona y de la persona en
el grupo: partes del s mismo se asignan por proyeccin al grupo
que constituye una unidad, la cual es introyectada por el sujeto.
J. Bleger (1971) explica este estrato del vnculo, que conceptualiza como sociabilidad sincrtica, por la proyeccin masiva del
ncleo aglutinado en el contexto vincular y seala el fenmeno de
transitivismo que se opera entonces entre los miembros a este nivel.
La ausencia de discriminacin yo-no yo implica una falta de
reconocimiento de la autonoma del mundo externo, que es concomitante de una prdida de la autonoma del sujeto con respecto a
sus objetos externos. Recin cuanto el sujeto acepta, y el grupo
posibilita, la renuncia a la omnipotencia y el reconocimiento de la
autonoma del mundo externo, es decir cuando se produce la renuncia al vnculo idealizado, es posible el proceso de individuacin.r. 1
Gl Desde su propio modelo conceptual, Kacs (1976) ha descripto asimismo dos
polos del funcionamiento grup::il. Encontramos una estrecha correspondencia
entre el tipo de funcionamiento del que nos estamos ocupando y el correspondiente al que l llama polo isomrflco, caracterizado por una reduccin de la distancia, la tensin y la diferencia entre el grupo y las formaciones grupales del
psiquismo individual. De este modo, hay una tendencia a Ja s uperpos icin y a
la asimilacin entre el funcionamiento grupal y el aparato psquico individual.

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En este polo, la representacin del propio cuerpo t'S Ju dt 1111


cuerpo confundido con el cuerpo de la madre, que no es tenido por
el de alguien diferente. Esto se presenta en el grupo como una
vivencia de fusin del propio cuerpo con el cuerpo grupal, con borrnmiento de los lmites que indican la diferencia y la distancia: existe una equivalencia con la clula madre-hijo, la cual es capaz de
explicar la indiscriminacn entre los miembros del grupo dentro
de la cubierta comn constituida por la envoltura grupal.
En el plano intrapsquico, actan aqu principalmente las identificaciones primarias, duales, preedpicas, las identificaciones
omnipotentes vinculadas, como indicamos, al funcionamiento del
yo ideal.
En este sentido, A. Missenard, otorgando un papel fundamental a la mirada, insiste especialmente en la oferta que produce el
grupo de identificaciones arcaicas ligadas a la unificacin corporal: "La importancia de la mirada como modo relacional replantea todos los problemas que la mirada dirigida al cuerpo del otro
y al propio cuerpo permiti revelar y tambin resolver. El nio
descubre al mismo tiempo y retroactivamente las angustias ligadas al despedazamiento inicial al percibirse por vez primera como
cuerpo unificado por una imagen descubierta en el espejo o en el
cuerpo materno". (1972, pg. 366).
La prevalencia de esta modalidad de funcionamiento, en la que
predomina la fantasmtica originaria, produce una situacin de
congelamiento en la qe se trata de negar la existencia de las
variables de tiempo y espacio, se instala una situacin utpica y
ucrnica que hace desaparecer toda posibilidad de proyecto: el primer plano lo ocupa la necesidad, para los miembros del grupo, de
mantener una estructura estable como soporte identificatorio.
Es por esto que caracterizamos a este polo como narcisista, no
slo por el papel que puede cumplir en el sentido de la autoestima, sino por el que cumple al proporcionar la vivencia de una unidad del ser sin fisuras que protege al sujeto de los sentimientos
de desamparo e indefensin.
En la medida en que en este nivel se actualiza un tipo de vnculo simbitico, en l no resulta significativa la terceridad que
facilita el acceso al universo simblico. En las parejas, si bien este
estrato es el que funda el vnculo, su pred11minancia estereotipada, con la escasa discriminacin que le es propia, es una fuente
frecuente de patologa. Un tipo de pareja tal
muchas veces
en un empobrecimiento de las
ocupadas en la
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penelopeana actividad de intentar la fusin y la defusin: la identidad totalmente alienada en el otro deviene incompatible con la
vida psquica, y por lo tanto los momentos de fusin van seguidos
de alguna forma de violencia, que preserva, aun en los niveles ms
arcaicos, cierta vivencia de mismidad. La dependencia respecto
del otro en cuanto al ncleo identificatorio del propio ser es la promotora de los sentimientos de odio que en ocasiones se muestran
extremos.
En cuanto al grupo , es necesario sealar que aun en los
momentos en que predomina la transubjetividad, se produce adems simultneamente un movimiento identificatorio intersubjetiva, en el que estn presentes los procesos de transcripcin . Este
movimiento de identificacin intersubjetiva favorece el proceso
de individuacin.
II. El polo correspondiente al funcionamiento grupal discriminado se asienta sobre el reconocimiento de la diferencia entre el
sujeto y el grupo, y de Jos miembros del grupo entre s. Segn la
excelente frmula de R. Kaes 0982), el grupo es capaz de tolerar
las tensiones individuantes y el sujeto es capaz de estar solo en
grupo.
Este reconocimiento de las diferencias comprende las relativas a la identidad sexual , a los rasgos de carcter, a las expectativas personales, a los contenidos y estructuras superyoicas.
Opuestamente al vnculo dual omnipotente que caracteriza al
nivel indiferenciado, acta aqu la marca de la castracin que permite aceptar la existencia del tercero y se incluye as la tr1angularidad que tanto propone posibilidades, como impone la aceptacin de lmites y prohibiciones.
En este nivel no rige la ficcin de un psiquismo grupal: existe, s, un nosotros, pero este nosotros est constituido por un cada
uno diferente de los miembros del grupo, unidos en una tarea
comn. La realizacin de esa tarea se hace posible porque, sobre
la impronta del yo ideal, segn cuyo dominio todo ideal est ya
dado, funciona aqu el ideal del yo, que admite en este sentido una
distancia con la meta.
Las identificaciones que se actualizan son las secundarias,
post-edpicas, lo que significa la puesta en juego de las diferentes
historias personales, con lo que es manifiesta la consideracin del
factor temporal y por lo tanto, es adems posible la construccin
de una historia grupal dado que existe un pasado, un presente y
un futuro.

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En el nivel fantasmtico, predominan las fantasas secundarias, y la insercin en la estructura de roles de cada uno de los
miembros del grupo, est vinculada a los fenmenos de resonancia fantasmtica.
El movimiento entre los dos polos
y discriminado)
puede entenderse, efectivamente, como un movimiento en el
desarrollo evolutivo de un grupo, pero en la medida en que se trata tambin de niveles simultneamente presentes en la situacin
grupal, cada uno puede predominar en uno u otro momento y favorecer la prevalencia de formaciones psquicas diferentes en cada
caso.
A. Missenard, partiendo de la observacin de grupos de formacin, seala que el grupo es en s mismo un objeto de identificacin en el que se instala la dramtica del deseo. A veces puede ser
vivido como producto del deseo del analista (madre), funcionando en consecuencia como referente identificatorio para cada uno
de sus miembros. Coincidimos con este autor en que "(. .. ) las identificaciones con los otros son procesos que les permiten a los miembros del grupo un trabajo de apuntalamiento del deseo: si se intenta delimitar las semejanzas y las diferencias entre los sujetos, las
semejanzas permiten apuntalar el deseo, mientras que a travs
de las diferencias se rechaza lo que se opone a l y se comienza a
deslindar lo que es irreductible". (1972, pg. 379).

EL GRUPO COMO PRbDUCTOR


DE NUEVAS IDENTIFICACIONES
Hasta ahora h emos visto, sobre todo, cmo el grupo funciona
como soporte y apuntalamiento de niveles diferentes de la identidad de sus miembros. Pero, es tambin el grupo un lugar de
produccin de nuevas identificaciones? En tal caso, de qu identificaciones se trata?
La circulacin fantasmtica, la estructura latente de roles, el
encuadre, el grupo como pantalla de proyecciones, la representacin psquica del vnculo y de los otros, la presencia real de esos
otros, determinan que el grupo sea ese espacio que puede otorgar
identidad y en el que cada sujeto se identifica, desidentifica y reidentifica a la vez que hace lo propio respecto de los otros. Este
movimiento identificatorio abarca tanto las identificaciones primarias como las identificaciones secundarias.
Inspirndonos en P. Aulagnier, proponemos que el grupo apor131

ta a la constitucin de nuevas identificaciones primarias cuando,


en equivalencia metafrica madre-grupo, a la manera del ejercicio
de la violencia primaria el grupo asume una funcin anloga al
papel de anticipacin que la madre cumple como portadora de enunciados identificatorios, en relacin a los miembros del grupo. En el
caso en que el grupo asume un papel ejecutor de violencia secundaria al obstruir la presencia y desarrollo de aspectos discriminados del yo, refuerza, por el contrario, las identificaciones primarias preexistentes, es decir, la identidad por pertenencia.
Por otro lado, en los momentos de pasaje de las formaciones
duales a la triangularidad, los grupos facilitan los procesos de
recomposicin identificatoria, es decir, la produccin de nuevas
identificaciones secundarias.

LOS GRUPOS COMO SOSTN IDENTIFICATORIO


EN SITUACIONES CRTICAS
En situaciones de crisis o de desagregacin social, en los que
estn incrementados los sentimientos de indefensin, los grupos pueden reforzar las identificaciones primarias que sostienen el sentimiento de s. De este modo, la angustia de no asignacinr,2 se resuelve en el sentimiento de pertenencia que garantiza ser. En estos casos, las identificaciones primarias pueden
preservar, muchas veces, la existencia misma del psiquismo y
el sujeto se siente sostenido por su lugar en el deseo de los otros
y por su participacin en ese "cuerpo entero", que vuelve como
una imagen especular de s mismo.
En determinadas etapas de la vida, como en la adolescencia,
se puede observar cmo los grupos de pares, con predominio
de las identificaciones primarias, es decir con predominio de
la identidad por pertenencia, son necesarios como condicin
de pasaje a vnculos exogmicos ms discriminados (Kordon,
D. y Edelman, L. 1987).
En personalidades estructuradas sobre un dficit en la conformacin del vnculo madre-hijo, ya sea por carencia o por s utura del espacio de apuntalamiento, el grupo puede funcionar
tambin como un espacio narcisizado en el que se construyen
o recomponen las identificaciones primarias, y que permite
52 Para una definicin de este concepto de R. Kaes, ver Captulo IV "Fantasa
y Grupo".

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simultneamente y por oposicin, la construccin ch idtnlili


caciones secundarias. La adquisicin de nuevas identificado
nes secundarias h ace posible, a su vez, la aparicin de
capacidades yoicas.

EL GRUPO COMO DISPOSITIVO


Y LAS IDENTIFICACIONES
Tanto los grupos de reflexin, en los que se interpret a la fantasmtica originaria, apoyada en las identificaciones primarias,
como los grupos teraputicos, donde se trabaja no slo en el nivel
de las identificaciones primarias, sino tambin en el de las identificaciones secundarias, y sobre los modelos y enunciados identificantes, son por excelencia, (Edelman , L. y Kordon , D. 1994)
mbitos de apertura de nuevas posibilidades identificatorias.
En el grupo tera putico en especial, aunque no exclusivamente, se pueden observar la movilizacin y produccin de identificaciones en difer entes niveles:
cada uno de los miembros del grupo busca ocupar un lugar en
el deseo del terapeuta (sustituto parental) tratando de ser"( ... )
aqul que s upone ste espera que sea(. .. )"; lp. bsqueda de la
mirada aprobatoria, el tiempo en que esta mira da se detiene
sobre cada uno, constituyen formas primarias de enlace que
funcionan como apoyaturas identificatorias;
- la fratria grupal, como red horizontal y en s u relacin con el
terapeuta, en sus aspectos sincrticos y en los discriminativos,
opera como un segundo modo de enlace identificatorio, por
alianza, por complementariedad o por oposicin;
finalmente, el grupo como.un objeto total, equivalente metafrico del cuerpo o del grupo familiar, depositario del yo ideal
o del ideal del yo de cada uno de sus miembros, da lugar a un
movimiento en el que se producen nuevas identificaciones primarias y secundarias.
Si bien hemos a nalizado hasta a qu una serie de cuestiones
que tiene sumo inter s en el tratamiento de la identificacin y el
grupo, nuestr a presentacin dista mucho de ser exhaustiva. Estamos concientes de que existe una buena proporcin de desarrollos
muy atractivos que no hemos tenido aqu oportunidad de considerar. Este trabajo intenta r ealizar solamente una primera aproximacin a un tema que para la teora y para la clnica resulta
tan til cerno apasionante.

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Captulo IX

Ilusion grupal y archigrupo


LUCILA EDELMAN

El concepto de ilusin grupal fue ideado por Didier Anzieu:


Llamo ilusin grupal a un estado psquico particular que se observa tanto en los grupos naturales, como en los teraputicos o formativos, y que es espontneamente verbalizado por los miembros
de la forma siguiente: 'estamos bienjuntos, constituimos un buen
grupo, nuestro jefe monitor:i es un buen jefe, un buen monitor',,
(Anzieu, D.; 1986; pg. 85).
Es frecuente observar o escuchar este estado psquico particular como un momento en todos los grupos, cualquiera que sea su
objetivo. Es as como descripcin de un fenmeno que todos los
que hemos observado, o J'articipado en el funcionamiento de grupos teraputicos, grupos de estudio, grupos de reflexin, grupos
de trabajo, conocemos: que existen ciertos momentos de euforia
fusiona!, en los cuales todos los miembros del grupo "se sienten
bien juntos" y se alegran de formar "un buen grupo". La vivencia
subjetiva es una vivencia de confort y de algo que podra ser asimilado a un estado manaco.
Ms all de esta descripcin fenomnica, el problema es cul
es la interpretacin de la ilusin grupal y el status con el que se
la ubica en relacin a la teora de los grupos.
La consideramos un momento fundante del grupo, equivalente o creador del enlace libidinal que est en la base de todo vnculo. Puede ser comparada a la ilusin-idealizacin propia del enamoramiento. Sera, as, la forma particular del enamoramiento
53 En este caso el trmino monitor denomina al coordinador del grupo.

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en la configuracin vincular grupal. Est a forma del enamoramiento incluye la coartacin de las tendencias sexuales en su fin .
La denominacin de ilusin grupal, que otorga Anzieu a este
fenmeno se origina en la idea desarrollada por Freud en "Ttem
y Tab" (1912), de que existen tres formas sociales importantes
de ilusin: la ilusin religiosa, la ilusin artstica y la ilusin filosfica o ideolgica.
Pero el que desarrolla ms precisamente el campo de la ilusin es Winnicott (1971). Para Winnicott, existe un momento o un
campo de transicin entre aquello que sera el perodo de pura
fusin fantasmtica con el pecho y el reconocimiento de la existencia de la realidad externa como tal. Y este terreno intermediario, transicional, forma parte del campo de la ilusin. Los grupos,
de un modo equivalente, constituyen un campo de transicin entre
la realidad interna y la realidad externa.
La propuesta deAnzieu es agregar un nuevo fenmeno de ilusin que no sera ya una ilusin individual, ni la ilusin que est
luego expresada en la vida social y cultural como arte, como religin, como imaginacin, como creacin cientfica, sino la ilusin
grupal.
En su desarrollo aparecen como bsicas la a naloga entre grupo y sueo, la escisin de la transferencia, la ideologa igualitaria, la posibilidad de que los integrantes del grupo compartan un
yo ideal comn.

GRUPO Y SUEO
"Fueron m s divertidos los preparativos que la realizacin".
Este es un comentario usual cuando se constituye un grupo para
la realizacin de un proyecto a corto plazo, escindido de las t ar eas habituales de sus integrantes, por ejemplo la preparacin de
una fiesta escolar. Expresa la realizacin ilusoria del deseo a travs de un proyecto grupal, r ealizacin ilusoria fcilmente reconocible por el intenso placer que refieren los integrantes de ese grupo, e independientemente del producto de la tarea.
Para Anzieu, sta es una de las bases de la analoga entre grupo y sueo. El grupo como el sueo, cumplira as una funcin de
realizacin imaginaria de los deseos irrealizados y particularmente de los deseos prohibidos. Pero, a diferencia del s ueo, el grupo
puede obrar sobre la r ealidad. E sta ilusin forjada por los miembros del grupo, puede permanecer entonces como una ensoacin

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diurna, como un juego, o puede generar empresas reales en las


que se pueden gastar cantidades considerables de energa. Pero,
ya sea a travs de la ensoacin o de las acciones, se persigue una
ilusin, y el placer intenso que ellas procuran, es el placer de una
realizacin de deseo en forma de ilusin.
La produccin de una ilusin actuara en el grupo por un proceso de puesta en escena anlogo al del sueo,i<I. Que el grupo mantenga una especie de fantasa preconsciente, por medio de una
conversacin desordenada o que se comprometa en las actividades tomadas de la realidad exterior, esta fantasa, estas actividades constituyen las puestas en escena del deseo comn que los
participantes se dan a s mismos, sobre un decorado que es el espacio imaginario del grupo.
Anzieu sostiene que el sueo, que concibe como la ilusin individual por excelencia, al producirse en el dormir, se corresponde
con el estado de mximo retraimiento funcional con respecto a la
realidad externa. Sus observaciones se realizan bsicamente en
reuniones grupales de los que l denomina seminarios de formacin; estos seminarios se cumplen en una situacin de aislamiento con respecto a la vida social y profesional, con una d t.iracin
breve, pero que es una pausa en las actividades habituales. Por
esto Anzieu considera que, as como durmiendo hay un mximo
retraimiento pulsional con respecto a la realidad externa, en el
curso de las reuniones grupales, hay tambin una realidad exterior que queda como detnida, dejada de lado, y por lo tanto, la
libido se concentra sobre la nica realidad presente en el aqu y
ahora, convirtindose entonces el grupo en un objeto libidinaL
Dentro de la concepcin del grupo, en cierto modo antropomrfica, que tiene Anzieu en el momento de escribir este trabajo, l
considera que de la misma manera corno en el aparato psquico
individual existe una correlacin inversa entre la libido objeta} y
la libido del Yo, en el grupo tambin habra una correlacin inversa entre la investidura grupal de la realidad y la investidura narcisista del grupo.
Anzieu homologa el sueo con el sntoma, en el sentido de que
ambos son formaciones de compromiso. Pero cules seran las instancias grupales entre las que se daran estas formaciones de compromiso? De acuerdo a este criterio antropomrfico, una vez que
54 Anzieu, en el momento de escribir ese trabajo ( 1965}, conside raba la
tencia de un psiquismo grupaL

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el grupo se convierte en una realidad psquica h abra un compromiso entre un Ello pulsional del grupo y un Superyo del grupo.
La situacin de r egresin que produce el grupo, admitida por
todos los autores de distintas escuelas que han realizado observaciones sobre grupo, es explicada por Anzieu como una consecuencia de la amenaza angustiosa de prdida de la identidad que se produce al inicio de un grupo. Si tenemos en cuenta las condiciones en
que se realizan los seminarios de formacinli\ es de suponer que la
regresin producda en los participantes es importante.
Este proceso de regresin, comn al grupo y al sueo, permite aAnzieu establecer otra analoga entre ambos. Desde este punto de vista, analiza cmo la situacin de grupo producira una
r egresin cronolgica al na rcisismo primario.
La regresin tpica, tambin en estos trminos analgicos, est
presente porque considera que ni el Yo ni el Superyo estn en condiciones de controlar al representante r epr esentativo de la pulsin, y en consecuencia en el aparato psquico predominan en esta
situacin regresiva grupal, el Ello y el Yo ideal.
En cuanto a la regresin formal, sta se observara como el r ecurso a modos de expresin ms prximos al proceso primario, como
el pensamiento figurativo , los juegos de palabras, las interjecciones, la msica que acompaa las palabras, las onomatopeyas y los
signos infra lingsticos como gestos, miradas, sonrisas, posturas,
mmicas tornadas de la expresin de las emociones o de los primeros simulacros simblicos descubiertos por el nio en sus juegos con
su madre y con su entorno. De aqu provendran las frecuentes dificultades en las clases o en otras actividades grupales para mantener los intercambios a nivel de los procesos secundarios.
Es decir, que estaran presentes los tres niveles de regresin
cronolgica, tpica y formal, que se daran en el grupo de la misma manera como se dan en el sueo.
Pensamos que slo a travs de una abstraccin, de un recorte
de otros elementos presentes, el grupo puede ser definido como
un sueo. Por una parte, en el grupo existen personajes reales.
55 "En el grupo de diagnstico (o 'T-group', o 'grupo de base', o 'grupo de evolucin')
siete a doce participantes, siempre los mismos, se renen muchas veces por da
para mantener dilogos y debates libres e intentar comprender qu se intercambia en ellos. Un monitor participa en este grupo; no formula programa ni directiva alguna, pero gar a ntiza las r eglas constitutivas de la situacin, y a travs
de sus intervenciones, intenta facilitar la toma de conciencia de Jo que subyace
a Ja experiencia vivida en comn". Anzieu, D. y colab. (1972, pg. 16).

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Adems, hay una posibilidad de incidencia en el mundo externo,


real. Por lo tanto, la realizacin de deseos, o el sostenimiento de
la identidad individual de los con stituyentes de un grupo, implican tambin un actuar de alguna manera solidaria, de acuerdo
con un escenario, o la necesidad de inmovilizar a otros integrantes del grupo en determinado rol. Es decir, hay una configur acin
real de los elementos del grupo, que de alguna manera es diferente a aquella que se produce en el sueo. El peso de los factores
adaptativos es demasiado importante.

CONDICIONES PARA LA EXISTENCIA


DE ILUSIN GRUPAL
Desde el punto de vista de la transferencia, para que exista
ilusin grupal, tiene que haber escisin de la
La
transferencia positiva es al grupo, y la transferencia negativa queda ubicada o afuera del grupo, o en los coordinadores si stos no
son incluidos. O sea, que la primera condicin de la ilusin grupal es la escisin de la transferencia.
La segunda condicin reside en una ideologa igualitaria que
borre las diferencias. Pero esta ideologa igualitaria es muy distinta de aquella descripta por Freud en las instituciones que estn
constituidas a lrededor de la fantasa de un j efe que ama por igual
a sus subordinados, sus hijos simblicos, que son fraternalmente
solidarios entre s (Freuc, S.; 1921). En el caso de este tipo de organizaciones sociales, el intercambio entre los miembros de la institucin, la igualdad supuestamente existente forma parte del
campo de las identificaciones secundarias y simblicas. Mientras
que, en el momento de la ilusin grupal, las identificaciones son
primarias o narcisistas. Es decir, se trata de una igualdad de ser.
fdstira una tercera condicin que es el rechazo a considerar
las diferencias de sexos y la constitucin de parejas. En los grupos de encuadre psicoanaltico, el rechazo a las interpretaciones
tambin puede ser entendido como un rechazo a un supuesto conocimiento de la sexualidad.
La ilusin grupal es as para Anzieu la negacin de la existencia de las protofantasas, pero a su vez implica otra fantasa: haber
56 A. Bjarano (1972), sobre la base del modelo kleiniano, desarroll las distintas posibilidades de escisin de la transferencia en los grupos. Esta escisin
de la transferencia implica la existencia de objetos parciales.

139

sido concebido por partenognesis. Desde este punto de vista, la


ilusin grupal sera una defensa contra la fantasa de escena primaria, o de otra manera, podra pensarse en una cuarta protofantasa, que sera la fantasa de autoengendramiento5. Se tratara"
de un grupo matriz que se engendra a s mismo y desde este punto de vista hay un rechazo para admitir al coordinador o a la institucin como fundadores del grupo.
En nuestra opinin, si se establece una diferenciacin clara
entre protofantasa y teoras sexuales infantiles o fantasas sobre
los orgenes, no es necesario sostener que slo existen tres fantasas de los orgenes entre estas ltimas. La fantasa de autoengendramiento puede encontrarse en ese grupo, as como las teoras cloacales, por ejemplo. Pero adems, creemos que lo que se
niega en este caso en el grupo es la fantasa de castracin. De ah
la negacin de toda diferencia y la ilusin de omnipotencia.

YO IDEAL COMN
Siguiendo la propuesta de Freud en "Psicologa de las Masas y
Anlisis del Yo" (1921), de la existencia de un ideal del Yo comn
en aquellos individuos que integran una masa, Anzieu propone que
en el momento en el cual el grupo pasa por el fenmeno de la ilusin grupal, lo que habra en comn entre todos sus miembros, no
sera ya que todos tienen al lder en el lugar del ideal del Yo, sino
la existencia de un Yo ideal comn. Esta definicin es bsica en la
concepcin de Anzieu sobre la ilusin grupal. Es decir, es el momento del grupo en el cual sus integrantes tienen un Yo ideal comnr.6
Yo ideal, en el sentido de exaltacin del reencuentro con un objeto
parcial, el primero que le proporciona placer, objeto en el cual est
puesta toda la vivencia de omnipotencia narcisstica, o sea una
imagen arcaica, la de objeto parcial pecho, con la cual mantiene
una relacin al modo fusional de la identificacin primaria'' 9 .
La tendencia es a un vnculo de tipo dual, y a la existencia de
57 Es necesaro diferenciar la fantasa de auloengendramicnto del postulado
de autoengendramicnto que propone Piera Aulagnie r como caracterstico de lo
originario. En su formulacin meU:i.psicolgica, lo originario es previo a la aparicin de fantasas .
58 Incluye as la categora de Yo ideal, que no haba sido definida por Freud
diferenciada mente.
59 Se trata de la representacin de una parte de la madre, que implica la negacin de la madre como totalidad.

140

una fantasa de omnipotencia narcisista. Esto hact qu< <n l'I


momento de la ilusin grupal, se vivan las relacion<:'s Pnlr< lm1
miembros del grupo como clidas. La fusin de unos y otros sOH
tiene una vivencia de reciprocidad y de proteccin que el grupo
aporta a sus integrantes. Por otra parte, hay un sentimiento de
participar en el poder que da el grupo.
Muchas veces, adems del estado de bienestar y de confort que
los miembros del grupo describen, aparece tambin como parte
del fenmeno de ilusin grupal, la participacin en una comida
que tendra en este caso el sentido de compartir una especie de
introyeccin colectiva del pecho en cuanto objeto parcial.
Sera diferente entonces, para Anzieu, de las caractersticas
del festn totmico, que derivan en la constitucin del Superyo.
Para Anzieu existe una contrapartida, una dialctica entre la
vivencia de ilusin grupal y las fantasas de amenaza de ruptura
del grupo, incluyendo la individuacin dentro de estas posibilidades de ruptura del grupo.
Consideramos la ilusin grupal como un tipo, una faz inevitable
en la vida de los grupos, como un tipo de configuracin vinculru-6 1
imprescindible para el establecimiento de, por una parte, la investidura del objeto grupo, y en consecuencia, la posibilidad de representacin de ese objeto grupo, en el sentido establecido por Pontalis. Desde ese punto de vista, es asimilable al enamoramiento.
El fenmeno de la il,usin grupal se produce como una defensa ante la amenaza de prdida de la identidad personal en el
momento de la constitucin de un grupo. El hecho de que se encuentren espejos mltiples, dados por cada uno de los participantes,
desata una angustia particular de despersonalizacin, como si
cada uno de ellos devolviera a los otros integrantes una imagen
fragmentada de s mismo. Des de este punto de vista, la formacin
de un grupo implica para cada uno encontrarse con una pluralidad de desconocidos. Ante esta amenaza de prdida de identidad,
ante la angustia de despersonalizacin que produce, aparece un
deseo de seguridad, de preservacin de la unidad yoica amenazada, y un movimiento en este sentido, con siste en reemplazar la
60 La pelcula "La fiesta de Babette" ilustra bellamente el sentido fusiona] propio de un momento de ilusin grupal, de este tipo de comidas.
61 Por con(i.guracin tincular entendemos la forma que adquiere un determi
nado tipo de vnculo en este caso grupal. No nos referimos a config-uracin vin
cular slo como un nombre genrico que abarca la pareja. la familia, e l grupo.
las instituciones.

141

identidad individual por una, desde ya ilusoria, identidad de grupo. El narcicismo individual agredido por la entrada al grupo parece r eencarnarse as en el espritu de cuerpo y en un n arcisismo
puesto en el grupo.
En sntesis:
1) La ilusin grupal es un observable en todos los grupos. Como
todos los fenmenos imaginarios, es ms intenso en aquellos
grupos teraputicos, de formacin o de r eflexin, en los cuales
la tarea permite un mayor margen de ambigedad y por lo tanto la estructura y las r eglas que se establecen en el grupo favor ecen la emergencia de los aspectos fantasmticos. Tambin es
intenso en grupos que se encuentran al margen de las actividades habituales: vacaciones, proyectos cortos ocasionales, etc.
2) La ilusin grupal aparece como un movimiento necesario para
la constitucin de ese grupo como objeto y en consecuencia para
la investidura del grupo por parte de sus integrantes.
3) Expresa un momento fusiona} del grupo. Si pensamos que en
todo grupo existe una tensin permanente entre el polo fusiona} de lo indiscriminado y el polo de lo discrimina do y diferenciado, en el momento de la ilusin grupal el grupo tiene un
funcionamiento mucho ms cercano al polo de lo fusiona}, de
lo isomrfico, de acuerdo a la denominacin de Ren Kaes (Kaes,
R. ; 1976). Pero la fantasa prevaleciente parece ser efectivamente una fantasa de autoengendramiento o, de otra manera, una fantasa de escena primaria, pero en el sentido de una
escena muy primitiva, tal como la conciben Bion (1948) y Piera Aulagnier (Aulagnier, P. 1975).
4) El funcionamiento en Yo ideal de los miembros del grupo, constituye una defensa frente a la realidad de la castracin (en el sentido de la exist encia de una falta), que aparece como lo diferente.
E s as como propuestas tales como ''hasta que la muerte nos
separe", o "juntos todo lo podemos", pret enden negar todo lmite y requieren, para ser sostenidas, de la escisin de la transferencia y de un monto de negacin como el que se produce en
los estados manacos.
5) La ilusin grupal tambin puede ser explicada por l a fantasa
de un Yo corporal comn. Es decir, que los aspectos omnipotentes caractersticos del Yo ideal estn fantaseadamente corporizados en el grupo, en el sentido de que el cuerpo individual
aparece transfigurado por el cuerpo grupal inalterable, triunfante, invencible, inmortal, abstracto, total.
142

6) En los grupos que tienen un encuadre psicoanaltico, psicotcraputico o psicodramtico, la ilusin grupal produce por este
carcter omnipotente y narcisista, un efecto de atraccin a los
coordinadores, que pueden en ese momento tender tambin, o
desear compartir la ilusin grupal, entrando en una situacin
fusional que los puede llevar a omitir las reglas de funcionamiento grupal, por ejemplo, la regla de abstinencia que ellos
mismos han formulado como consigna. El deseo de compartir
la ilusin grupal puede aparecer tambin en los coordinadores corno un modo de evitar la angustia de no asignacin, detonada por las fantasas de autoengendramiento del grupo. Esto,
que puede llevar a lo que podra ser conceptualizado como
acting out contratransferenciales, se produce al no poder evitar el coordinador la vivencia de felicidad de compartir con los
participantes, no tanto la comprensin de los fenmenos que
estn ocurriendo en ese momento, como el momento de euforia de las comidas o de las distracciones comunes.
7) La ilusin grupal est en la base de los fenmenos de pertenencia grupal e institucional. Si partimos de la base de que
siempre hay un zcalo, una base fusiona! e indiscriminada,
isomrfica, que sostiene la pertenencia ms discriminada y
discontinua, que esta base fusiona} es otorgadora de identidad por pertenencia, la ilusin grupal puede ser considerda
como el momento funda nte y a su vez la base permanente de
la pertenencia.

Entendida de esta manera, la ilusin grupal, ms que algo que


ocurre en los grupos, debera ser considerada como nuclear,
esencial a la existencia del grupo mismo.
8) La ilusin grupal implica un tipo particular de apuntalamiento, con tendencia a la fusin entre lo apuntalado y lo apoyante.
9) Algn monto de ilusin, grupal o individual, es necesario para
el sostenimiento libidinal de cualquier tarea.

VICISITUDES DE LA ILUSIN GRUPAL


La ilusin grupal puede ser transicional, producindose un
pasaje a otras configuraciones grupales, o se puede constituir en
una situacin cristalizada.
Del fenmeno de la ilusin grupal se puede salir, en un grupo,
pasando por un momento de desilusin, y establecindose mecanismos r eguladores, normas, reglas y procedimientos comunes

143

que hagan posible el cumplimiento de la tarea del grupo. Tambin


se puede salir hacia un proceso de individuacin y discriminacin,
en los grupos de reflexin, de formacin o teraputicos, a partir
de interpretaciones del coordinador o los coordinadores, teniendo
como presupuesto que hayan podido permanecer afuera, comprendiendo el fenmeno sin haber cado en la tentacin narcisista de
formar parte de la vivencia de ilusin grupal.
Un viaje de fin de curso, por ejemplo, puede generar un perodo de intensa ilusin grupal que cumple la funcin de negacin de
la inminente separacin y refuerza la pertenencia al grupo de adolescentes, pertenencia por otra parte necesaria para apuntalar la
transicin niez-adultez. Muchas veces los integrantes del grupo
cortan vnculos extra-grupales en ese momento, vnculos que aparecen como perturbadores de su inclusin totalizante en el grupo
de pares. Pero, habitualmente, sta es una situacin transitoria
que tiende a disolverse posteriormente.
Si la desilusin es demasiado abrupta, producindose a un ritmo tal, por la irrupcin de algn elemento exterior, que dificulta
a nivel del psiquismo individual la reincorporacin de lo que ha
sido negado y escindido, pueden eventualmente producirse graves trastornos, como aquellos que Bleger describe por irrupcin
del ncleo aglutinado en el Yo (Bleger, J. 1967). Para Bleger, aspectos de este ncleo aglutinado, indiscriminado del psiquismo estn
permanentemente depositados y contenidos en los grupos y las
instituciones. Por lo tanto, una situacin del tipo de la ilusin grupal facilitara esta depositacin.
No necesariamente se cumple una secuencia exacta de estos
pasos en un grupo y, por otro lado, en cualquier grupo se puede volver a un perodo de ilusin grupal despus de haber salido de sta.
En el caso de que el grupo no pudiera salir del fenmeno de
ilusin grupal como fenmeno transitorio, entraramos en el terreno de distintas configuraciones o estructuraciones que tienen una
funcin imaginaria determinada, o que constituyen una funcin
de sostn de la identidad de sus miembros, y que implican dificultades importantes para la realizacin de la tarea establecida.

GRUPO BUROCRATIZADO
Marcos Bernard ( 1982) ha estudiado en este sentido los fenmenos de identidad por pertenencia en los grupos burocratizados.
Es decir, en aquellos grupos en los que la necesidad de que la
144

estructura de roles del grupo sostenga la identidad de sus miembros va determinando un alejamiento progresivo de la tarea manifiesta, una dificultad en la circulacin de la informacin, una dificultad en considerar el factor tiempo, etc.
La descripcin de un tipo de configuracin que Ren Kaes (1973)
denomina archigrupo entra dentro de estas evoluciones posibles.

ARCHIGRUPO
A partir de la observacin de uno de los grupos sobre los cuales basa Anzieu su descripcin de la ilusin grupal, grupo que continu reunindose ms all de la consigna inicial, es decir, una
vez terminada la tarea propuesta, por su cuenta, a l margen de los
coordinadores y organizados alrededor de uno de sus miembros
que h aba ocupado una funcin de liderazgo, Ren Raes establece la idea del archigrupo. Tambin se basa en descripciones tomadas de la literatura.
El trmino archigrupo es ideado por Raes para referirse al
carcter arcaico (arqui) de las estructuras psquicas que se ponen
en juego en la configuracin de este tipo de grupo.
El archigrupo de Raes, es un grupo donde existe la r epresentacin de una realizacin plena del deseo, de una omnipotencia y
de una inmortalidad de cada uno y de todos a travs del cuerpo
grupal constituido.
Hay un proyecto de i111staurar, de renovar el sentido de las relaciones inters ubjetivas y de las r elaciones sociales.
Podramos hablar, entonces, de la existencia de una ideologa
igualitarista o de una ideologa grupalista. P ero el aspecto sobre
el cu al pone el acento Kaes, es en el poder del grupo, es decir cmo
el grupo tiene una capacidad para r eunir y organizar las energas
en el proyecto de un "nuevo comienzo del sujeto, de la socialidad,
de la historia o del sentido".
Con las palabras de Kaes, el trmino de archigrupo "designa
la potencia fantasmtica e ideal del grupo como origen y como fin ,
cuyo tiempo, cuyo espacio y cuyo sentido se figuran a travs de la
traslacin sobre l de la potencia inicial y sagrada del objeto primordial al que est sometido en el origen el pequeo, la de la
madre pregenital" (Raes, R. ; 1976, pg. 234).
Es decir, hay una potencia particular del archigrupo, que es
aquella atribuida a la madre pregenital.
Tambi n pone el acento en el papel de la imagen del cuerpo

145

que se experimenta como un todo. Imagen que no implicaria todava un cuerpo diferenciado, ordenado. Este cuerpo parcial, que se
experimenta como un todo, equivale a una utopa paradisaca, de
tierra virgen. Se afirma la omnipotencia que proviene de la negacin de su origen y de sus lmites. Hay un "se" grupal. "Se" formar, "se" renacer. Esa indeterminacin o no-subjetivacin elude
el origen.
El cuerpo imaginario, inmortal, total y abstracto proporciona
potencia al grupo. La potencia del grupo proporciona a su vez la
realizacin inmediata y cosificante, mediante el grupo mismo, a los
deseos de sus constituyentes. La realizacin del deseo es una cosificacin, un actuar solidario de acuerdo con un escenario en el que
cada cual encuentra su lugar ordenado para un fin que se le escapa. Esta es para Kaes la base psictica de la grupalidad. La potencia del archigrupo es la de su tirana y la de las certidumbres primarias que le proporciona como contraparte al sujeto vacilante.
Es decir que, en condiciones similares a aquellas descriptas por
Anzieu, Kaes pone en este caso el acento en el aspecto de la potencia del grupo. Cmo el grupo se puede experimentar en estos casos
slo como potencia, como energa que puede ser buena o mala.
Las fantasas que organizan la escena grupal seran, en este
caso, fantasas originarias, incluyendo fantasas de retorno al seno
m aterno. El grupo queda investido como potencia.
Pero para que la potencia del archigrupo exista, adems que
el archigrupo es en s mismo un objeto idealizado, que asegura la
superpotencia vital, tiene que haber otro objeto al cual es conveniente proyectar fuera y destruir. Permite el ataque contra el enemigo comn exteriorizado.
Esta potencia del archigrupo se utiliza ante la necesidad de
atacar un orden opresivo o perseguidor.
Nuevamente, encontramos la posibilidad de incidencia en la
realidad, y por lo tanto, el peso de los factores adaptativos.
En los grupos, en las instituciones, hay una apropiacin operatoria por parte del conjunto grupal de esta potencia del archigrupo, as como hay una base de ilusin.
Hay tambin una tensin entre esta imago omnipotente del
archigrupo y el proceso de apropiacin de las reglas como necesidades instrumentales que garantizan la posibilidad de realizacin de la tarea grupal, que aseguran una experiencia formativa
en el grupo, y en consecuencia, el proceso de individuacin de los
participantes.

146

Kas difer encia entre autoridad y poder. Sera la autoridad In


que garantiza la bsqueda y construccin del sentido, mientras
que el problema del poder quedara, para Kas, vinculado a la pro
blemtica omnipotente del archigrupo.
La organizacin del poder en un grupo procede del esfuerzo
por introducir una diferenciacin defensiva y constructiva en c-1
archigrupo. De este modo, un poder particular es siempre susceptible de constituirse en dolo.

147

Captulo X

La organizacin del grupo


MARCOS BERNARD

Las razones que llevan a los seres humanos a constituir vnculos -y, desde el punto de vista que nos convoca en esta obra,
pequeos grupos-han sido estudiadas por varias disciplinas, especialmente la psicologa social. Sin embargo, desde la aproximacin del psicoanlisis debemos r endir cuenta de un organizador
que no ha sido an considerado suficientemente: el que remite a
los efectos, en el vnculo, de la motivacin inconsciente de sus integrantes. Me propongo en este captulo hacer una exposicin de la
historia de esta problemtica, de aportes recientes de psicoanalistas grupales y de mi prctpia contribucin al tema. Algunos de
los desarrollos que siguen han sido ya men cionados en esta obra:
justifican su nueva inclusin aqu las necesidades de "organizacin" del texto.
l. G. HOMANS: EL GRUPO HUMANO

En 1950 George Homans public un importante trabajo sobre el


estudio de los pequeos grupos en el que resuma sus hiptesis sobre
este tema desde la psicologa social, as como integraba trabajos e
investigaciones de sus colegas contemporneos. El grupo, humano,
tal er a su ttulo, propona, entre varias postulaciones tericas, una
sntesis capaz de dar cuenta de algunos fenmenos que llamaban la
atendn a los estudiosos, y que incidan en el desarrollo y proceso
de produccin de ciertas empresas industriales. 'Turnar de este texto algunos puntos que nos introducirn en nuestro tema.
Homans encar su enfoque del grupo en dos niveles de anli149

sis, que denomin sistema externo y sistema interno, y estudi cada


uno de ellos teniendo en cuenta las variables de la interaccin, la
actividad y el sentimiento. Desde su descripcin del sistema externo, parti de la premisa de que "la conducta del grupo debe ser de
ndole tal que le permita sobrevivir en el ambiente" (op .cit. pg
117). As, surgir en el conjunto un sistema (los elementos de la
conducta estn en relacin de mutua dependencia) que se hallar condicionado por el ambiente, y que tender a una adaptacin
activa del conjunto a su contexto. En este sistema, los sentimientos a considerar son los que corresponden al "inters propio individual" (op.cit. pg 121), es decir, las razones personales que han
llevado a los sujetos a asociarse, en la expectativa que esta unin
ser beneficiosa comparada con los esfuerzos disociados de cada
uno de ellos. Coinciden estas razones con lo que la psicologa social
haba llamado motivacin. La actividad surge del planeamiento
ms o menos organizado, pero consciente, que los miembros del
grupo se han propuesto para llevar a cabo la tarea que los convoca. La interaccin, por ltimo, alude a cierta organizacin que surge del ejercicio de la tarea, a partir de, por ejemplo, las especializaciones instrumentales de cada uno de los actores62 .
A partir de estas consideraciones Homans establece las relaciones entre actividad, sentimiento e interaccin, que definen las
recprocas determinaciones entre estos trminos. Define una vez
ms al sistema externo como el que da cuenta de "la dependencia
mutua entre el trabajo realizado en un grupo y los motivos para
trabajar, entre la divisin del trabajo y el esquema de la interaccin, en la medida en que tales relaciones satisfagan la condicin
de que el grupo sobreviva en su ambiente" (op.cit. pg 133)
Pero es en el captulo siguiente, dedicado al estudio del sistema interno, donde encontraremos los elementos que ms nos interesan para apoyar nuestro tema. Dice all, citando a C. l. Barnard:
"Al asociarse con una empresa cooperativa, el individuo ha aceptado una posicin de contacto con otros individuos asociados de
modo similar. De este contacto han de surgir interacciones entre
esas personas, consideradas como individuos, y
interacciones
son de ndole social. Puede ser cierto, y a menudo lo es, que tales
interacciones no constituyan un propsito u objetivo, ni de los sistemas cooperativos ni de los individuos que en ellos participan. Sin
62 Coincide esta definicin con lo que he denominado, en otros trabajos <Bernard, M. 1980) estructura de roles centrada en la tarea.

150

embargo, no es posible evitarlas. Dichas interacciones, si bien no


buscadas, son por lo tanto consecuencias de la cooperacin y constituyen un conjunto de factores sociales implicados en la cooperacin. Estos factores actan sobre los individuos afectados y junto
con otros factores se incorporan a sus rasgos mentales y emocionales. Es este efecto el que los vuelve significativos. La cooperacin,
por tanto, introduce cambios obligados en los motivos de los individuos, cambios que de otro modo no ocurriran. En la medida que
estos cambios ocurren en una direccin favorable al sistema cooperativo, representan recursos para este sistema. En la medida que
ocurren en una direccin desfavorable a la cooperacin, constituyen un detrimento o le imponen limitaciones" (op.cit, pg 134).
El texto alude a los fenmenos que se producen m s all de las
necesidades adaptativas de los miembros del grupo y no son explicadas por stas. Homans define entonces el sistema interno como
la "elaboracin de la conducta del grupo, que de modo simultneo
surge del sistema externo y reacciona sobre ste. Lo llamamos
'interno', porque no est directamente condicionado por el ambiente, y hablamos a su respecto de una 'elaboracin', porque abarca
formas de conducta no incluidas bajo el ttulo de sistema externo." (op.cit. pg. 135)
Si a plicamos al sistema interno las categoras que Homans
haba prescripto, el sentimiento (es decir, lo que en el sistema externo representaba las motiv.aciones de cada uno para integrar el
conjunto) aparece aqu "emergiendo" de la interaccin: "Si las
interacciones entre los miembros de un grupo son frecuentes en
el sistema externo, se desarrollarn entre ellos sentimientos de
simpata, y esos sentimientos conducirn a su vez a posteriores
interacciones, en exceso de las interacciones del sistema externo".
Y ms adelante: "No se trata slo de que los sentimientos favorables aumentan a medida que a umenta la interaccin, sino de que
ellos estimulan una interaccin an mayor" (op.cit. pg 139). Esto
es ciertamente as, como lo demuestra la observacin de cualquier
grupo. Tambin es comprobable la observacin que agrega Homans,
que cuanto mayor sea la solidaridad interna de un grupo, mayor
ser la hostilidad hacia los extraos.
Si la necesidad de supervivencia en el ambiente motiva a los
sujetos a agruparse, es decir, tiene un papel en la organizacin
del conjunto (r ecordemos la re] acin entre el sentimiento, la interaccin y la actividad), consideramos aqu otra serie de organizadores relativamente independiente de la anterior. Las conclusio-

151

nes de Homans estn tomadas de trabajos de campo con grupos


secundarios63 Qu ocurre en aquellos grupos que son desde un
comienzo primarios, es decir, en los que las expectativas de afiliacin no estn soportadas en el cumplimiento de una tarea exterior al grupo? Qu es lo que organiza entonces la actividad entre
sus miembros? Podramos pensar entonces que el sistema interno modificara su "relacin de fuerzas" con el externo? Un interrogante ms: el hecho que el sistema interno surja del externo no
nos aclara inmediatamente cules son las relaciones de causalidad que dan cuenta de esta emergencia.

2. J. B. PONTALIS.
"EL PEQUEO GRUPO COMO OBJETO"
J. B. Pontalis, en su trabajo Le petit groupe comme object ( 1963)
considera que los supuestos bsicos de W. R. Bion son"(. .. ) esquemas subyacentes que organizan (en el sentido que se habla de
organizadores en embriologa) el comportamiento de un grupo, y
orientan la eleccin sobre tal lder" (pg. 282). Agrega en este mismo texto Pontalis: "Si en el campo sociolgico el grupo es una realidad especfica, cuando funciona como tal en el campo de la psiquis individual -modalidad y ciencia que toda la psicosociologa
tiende precisamente a fortificar- opera efectivamente como fantasa" (pg. 285). Como se ve, los supuestos bsicos organizan al
grupo, y ste ingresa al psiquismo como una fantasa: Esta constituye la representacin del grupo que conceptualizara PichonRviere. La idea de considerar fuerzas organizadoras del grupo es
aqu mencionada por primera vez64 .

3.- DIDIER ANZIEU: EL GRUPO Y EL INCONCIENTE


En la "Introduccin" a su libro El grupo y el inconsciente. Lo
imaginario grupal, D. Anzieu (1986) define al grupo como "Una
63 Recordemos la definicin de C. Cooley (] 904) respecto de es tos grupos: rela
ciones entre sus miembros fras , distantes, basa das en un contrato y organizadas alrededor del cumplimiento de ste.
64 El concepto de organizador referido al psiquismo prm.;ene de J. Lacan (1938)
y R. Spitz (1954). Un comentario sobre estas contribuciones, sealadas ya por
R. Kas en 1976-77, puede encontrarse en mi trabajo Introduccin a la lectura
de R. Kaes" (1992). Es Ponta lis, sin embargo, quien introduce la temtica d el
organizador aplicada a los grupos.

152

envoltura gracias a la cual los individuos se mantienen juntos"


(op.cit. pg. 13). Los grupos desarrollan una trama complej de
reglas, normas, estructuras de roles, costumbres, tradiciones,
mitos, todos ellos implcitos o explcitos, y este conjunto compartido define dos espacios: aquel habitado por los que los comparten, y el que queda por fuera, habitado por extraos. Entre ambos,
esa"(. .. ) Envoltura viva como la epidermis, que se regenera rodeando el cuerpo y como el Yo que se esfuerza en englobar al psiquismo, es una membrana con dos caras. Una mira a la realidad
externa fsica y social. (. .. ) Gracias a esa cara, la envoltura grupal edifica una barrera protectora contra el exterior. Si hubiera
lugar a ello, puede funcionar como filtro de las energias que acoge e informaciones que recibe. La otra cara mira hacia la realidad
interna de los miembros del grupo. Aunque no existe ms realidad interna inconsciente que la individual65 , la envoltura grupal
se constituye dentro del movimiento por el que los individuos proyectan sobre ella sus fantasas, sus imagos, su tpica subjetiva
(. .. ).Y gracias a su cara interna, la envoltura grupal permite el
establecimiento de un estado psquico transndividual que propongo llamar un S-mismo de grupo: el grupo tiene un S-mismo
propio. Mejor an, l es el S-mismo. Este S-mismo es imaginario. Es el continente en el interior del cual va a activarse una circulacin fanta smtica e identificatoria entre las personas." (op.cit.
pg 14) (la bastardilla es ma).
Podemos trabajar nuevamente las observaciones de Homans,
cotejndolas con la conceptualizacin de D. Anzieu. No existe agrupacin humana si no se cumplen las exigencias impuestas por las
demandas de la insercin y el dominio respecto de las variables
econmicas e histricas que constituyen su macrocontexto6 ". Nos
encontramos aqu con lo que Homans llamaba sistema externo,
estructura destinada a enfrentar esta adaptacin. Es la funcin
que tiene, en el modelo de Anzieu, la cara externa de su membrana lmite. El sistema interno descripto por Homans corresponde
65 Desde 1971, a partir de un trabajo de R. Dorey, los autores agrupados en
el CEFFRAP descartan la idea de una fantasa o un psiquismo grupal: "No hay
ms que fantasas individuales, y es un abuso del lenguaje el hablar de una fan
tasa de grupo o de una fantasa comn. La fantasa es posiblemente la realidad
psquica individual por excelencia, puesto que el nio pequeo se convierte en
sujeto cuando la fantasa adquiere en l una organizacin definitiva: Ja fantasa es quien opera la individualizacin. (Anzieu, D, 1986, pg. 203.)
66 Encontramos esta afirmacin en Kaes, R. ()976).

153

a ese espacio interior de la piel grupal, y su funcin es aqu la


circulacin de fantasas e imagos. Es una pantalla de proyeccin en donde stas se despliegan y representan.
Las normas, estructura de roles, etc., que un grupo elabora,
contribuyen a su organizacin desde estas dos vertientes que marcan su doble funcin como instrumento adaptativo y pantalla de
proyeccin. En tanto determinan los lmites del grupo, su piel,
contribuyen a s u delimitacin respecto a lo que queda determinado a partir de all como un afuera.
En un captulo poster ior de la misma obra, D. Anzieu describe concretamente cinco organizadores inconscientes del grupo. El
primero e.stara dado por la resonancia fantasmtica . Toma ndo la
idea de este primer organizador de A. Missenard, a quien cita: "El
discurso del grupo puede ser escuchado como la puesta en escena
y en palabr as de la fantasa de aquel que es su portador, al que
los otros miembros del grupo -al m enos algunos de ellos- dan
entrada. Ms precisamente, cada uno de los protagonistas ocupa
una d e las posiciones individuales incluidas en el argumento fantasmtico del portador" (op. cit. pg. 205)67 Anzieu concluye que
es una fantasa individual inconsciente la que "organiza" el funcionamiento grupal. El mecanismo de esta organizacin es la posibilidad de una resonancia fantasmtica: como hemos visto en captulos anteriores, debe entenderse por este concepto"(. .. ) El reagrupamiento de algunos participantes en torno a uno de ellos que,
a travs de su manera de ser, s us actos, sus ideas, ha hecho ver o
ha dado a entender una de sus fantasas individuales inconscientes." (op. cit. pg. 204). Toda actividad humana produce, en difer entes medidas, un fenmeno de fantasmatizacin, es decir, la
emergencia, movilizacin y activacin de una actividad fantasmtica a partir del encuentro de los individuos. En el proceso de formacin de un grupo, uno de los par ticipantes inicia una actividad,
67 A. Missenard, segn Anzieu, es uno de los primeros autor es de la escuela
del CEFFRAP que h a desarrollado la idea de organizadores del grupo. Conocedor del trabajo de J . B. Pontalis (al que menciona en el trabajo que cita Anzeu}
toma en consideracin el papel de la fantasa y de la resonancia fantasmtica
(trmino proveniente de los autores ingleses, especialmente de Foulkes) en el
"armado" de los grupos. "(. .. ) A cada momento de la vida de los grupos, la fantasa de un participante deviene "organizador" del funcionamiento del grupo. Los
intercambios se desarrollan con los de los otros participantes que son sensibles
al tema que se ha incluido, y a su problem tica. As pueden fcilmente tomar
uno de los "lugares" que la fantasa comporta". (A. Missenard, 1971).

154

portadora de una fantasa inconsciente individual. Esta puede ser


aceptada por los dems en la medida en que favorece la tarea del
agrupamiento, la posibilidad de que el conjunto"( ... ) Delegue
inconscientemente (en el lder inicial) la doble funcin necesaria
y difcil de formar compromisos entre el Ello, el Supery y la realidad, descargando en el aparato grupal la responsabilidad de sus
aparatos psquicos individuales; el individuo llamado precisamente central se sita como el Yo del grupo: el lder es entonces un
rbitro" (op. cit. pg. 207).
Como puede observarse en este primer organizador descripto
por Anzieu, la fantasa es individual; no se aclara si se trata de
fantasas originarias o secundarias, aunque puede suponerse que
piensa en las primeras 68 , y el efecto de r esonancia se produce sobre
el contenido de las fantasas.
Los conflictos que pueden surgir en el interior del grupo por la
rivalidad "fantasmtica" entre sus integrantes, es decir, por el hecho
de que la prevalencia de uno determinado entre ellos sea cuestionada por los dems, da lugar a la emergencia de un segundo organizador. Este sera, en la concepcin de Anzieu, la imago. La imago tiene el mismo orden de realidad inconsciente que la fantasa,
pero guarda, respecto a sta, diferencias significativas. La fantasa surge, para Anzieu, durante el desarrollo psquico del individuo, mientras que la imago es un resabio de experiencias vividas
por la humanidad en el
de su historia como especie, y
estn presentes en el nio desde antes de su nacimiento. Esto le
dara una mayor estabilidad en su papel de organizador:"(. .. ) Una
misma imago puede encontrar un soporte sobre algunos individuos
sucesivos, y el grupo con fundamento imaggico puede sobrevivir
ms fcilmente al cambio de lder que el grupo organizado en torno a la fantasa de un individuo" (op. cit. pg. 209). Sera necesario suponer la presencia de alguna imago como organizador cuando encontramos una predominancia, en la estructura del aparato
grupal, de alguna de las instancias del aparato psquico individual.
La necesidad de una mayor complejizacin en las actividades
del grupo impone la presencia de un tercer organizador: las fantasas originarias. En tanto stas se refieren a preguntas que los
nios se hacen respecto a sus orgenes, estas fantasas son "pare68 En otro lugar del trabajo de Mssenard, citado por Anzieu, se afirma que "los
1,rrandes temas del inconsciente son poco numerosos", tal como podra ocurrir
con las fantasas originarias.

155

cidas en todos los seres humanos". No son paraAnzieu, como ya lo


habamos mencionado, de origen filogentico, pero el hecho de r esponder a problemticas comunes a todos los nios hace de ellas un
patrimonio comn a"(. .. ) Todos los neurticos y quizs a todas las
criaturas humanas", como lo postulara Freud, y les permite por
ello estar, en tanto patrimonio compartido, a disposicion de los participantes de un grupo. "Con las protofantasas, el aparato psquico grupal adquiere sistemas de oposicin ms elaborados y ms
diferenciados que la bivalencia introducida por la imago: por ejemplo, continente-contenido (fantasas intrauterinas), actor-observador (fantasas de escena primitiva), activo-pasivo (fantasas de castracin), iniciador-iniciado (fantasas de seduccin). Estas diferencias que la ilusin grupal intenta negar: por esta razn la he
considerado como una contra-protofantasa" (op. cit. pg 213). Es
interesante la idea de una organizacin a partir de pares de opuestos, tema que r etomar ms adelante. El otro punto que deseara
destacar es el hecho de que la ilusin grupal es tambin un organizador grupal, precisamente en su papel de contraprotofantasa.
Un cuarto organizador estara constituido por el complejo de
Edipo. Situacin discutible, si tenemos en cuenta la posicin que
al respecto sustentara Freud en "Psicologa de las masas y anlisis del Yo", respecto de la incompatibilidad de la genitalidad y la
organizacin de las masas (aplicable tambin a los pequeos grupos)69. Anzieu acuerda con estas opiniones: "( ... ) El grupo es una
realidad psquica anterior a la diferencia de sexos. Los vnculos
narcisistas y homosexuales inconscientes son los ms fuertes -presentan la ventaja suplementaria de constituir una buena defensa contra la agresividad potencial entre los miembros-, en tanto
que el vnculo heterosexual domina en la familia." (op. cit, pg.
217). Anzieu se inclina a aceptar la opinin de R. Kaes, para quien
el complejo de Edipo sera un metaorganizador, es decir, un elemento que marca las tendencias generales de los vnculos, en tanto incluidos en un contexto social y cultural.
69 "En las grandes masas artificiales, Iglesia y Ejrcito, no hay lugar para la
mujer como objeto sexual. La relacin amorosa entre hombre y mujer queda
excluida de estas organizaciones. Aun donde se forman masas mixtas de hombres y mujeres, la diferencia entre los sexos no desempea papel alguno. Apenas tiene sentido preguntar si la libido que cohesiona a las masas es de naturaleza homosexual o heterosexual, pues no se encuentra diferenciada segn los
sexos y prescinde, en particular, de las metas de la organizacin genital de la
libido". (Freud, S., 1921, pg. 134)

156

Habru an un quinto organizador. Estara destinado a instaurar In diferencia entre interior y exterior del grupo, y su sustancia sera la imagen del cuerpo propio y la envoltura psquica
del aparato grupal (ya hemos visto este tema al comienzo de esta
seccin).

4. LOS APORTES DE R.

KAES

Es imposible hablar de organizadores del grupo sin mencionar


los trabajos que al respecto elaborara R. Kaes (1976, 1986-87).
Este autor distingue entre los organizadores de la representacin
de grupo y los organizadores del agrupamiento, y describe, adems, un modelo estructural y otro gentico de estos ltimos (el
modelo que expusiramos de D. Anzieu es slo gentico). Los organizadores de la representacin actan en el proceso de creacin
del psiquismo, que para Kaes tiene una estructura predominantemente grupal. En su modelo, las fantasas originarias, formaciones adquiridas por el hombre a lo largo de su historia como
especie 70 , entran en interaccin con la oferta que cada cultura
especfica ofrece de la grupalidad, hasta elaborar las formaciones
grupales que pueblan el psiquismo. Los organizadores socioculturales que actan con estas fantasas originarias, segn Kaes,
"( ... )Son modelos de agrupacin y de relaciones propuestas por
las obras culturales. Estos organizadores funcionan como un cdigo cultural propio de l!l.na sociedad; asumen funciones sociales en
la medida en que organizan la internalizacin colectiva de los
modelos de referencia grupales que aseguran y regulan los intercambios sociales e interpersonales" (Kaes, R., 1976, pg. 84). Y
ms adelante:"(. .. ) Por su carcter colectivo y s u estatuto de anterioridad, que las localizan en la experiencia cultural, las representaciones sociales constituyen un marco, un cdigo y un contenido encontrado-creado, disponible y n ecesario para la elaboracin de la realidad psquica interna" (op. ct, pg. 87). Los contenidos
intrapsquicos heredados deben as interactuar con estos organizadores que proporciona la sociedad, dando este proceso como
resultado los organizadores de la representacin. Se refiere a la
70 Fantasas originarias, imagen del cuerpo, complejos e imagos familiares y
el aparato psquico subjetivo (El aparato psquico grupal, pg. 91.). Ntese que
para Kaes no slo las imagos son adquiridas desde lo gentico: tambin incluye
en este origen a las protofantasas.

157

representacin del grupo de que hablara J. B. Pontalis, llevada


incluso a dar cuenta de la formacin de los contenidos del psiquismo, que para Kaes tiene una estructura grupal, desde su origen.
De estos conceptos podemos hacer algunas reflexiones: Un origen
grupal del psiquismo -aunque algunos de sus pilares, las fantasas originarias y las imagos sean hereditarias-, y un aporte de
la cultura que tal vez, ms que fundar, contribuye a la adaptacin
de algo que estaba ya all. Debemos adems, subrayar la afirmacin de que estos contenidos tienen una estructura grupal.
La organizacin grupal del psiquismo es correlativa de la organizacin de los grupos en los que el sujeto se inserta, a partir precisamente de estas estructuras intrapsquicas grupales. Para
Kaes (1986-87), debemos considerar dos series de organizadores
del grupo: una constituida por estas formaciones intrapsquicas
que acabamos de describir, y otra que surge en el transcurso del
devenir grupal, a partir de la interaccin de lo aportado por cada
integrante (por proyeccin), de la combinacin producida entre
estos aportes 7 1 En este ltimo rubro encontramos una serie de
formaciones , definidas por varios autores, que se refieren a estas
organizaciones: los supuestos bsicos (Bion, W.R. 1948), la matriz
grupal (Foulkes, S.H. 1957), la ilusin grupal (Anzieu, D. 1986),
los pactos de negativos (Kaes, R. 1989) y el contrato narcisista
(Aulagnier, P. 1975).
Afirma Kaes que"( ... ) Ningn grupo humano funciona si no
se efecta (y no se mantiene) una relativa apropiacin de cierta
tensin entre una representacin social (generalmente varias
representaciones sociales) referida y una representacin inconsciente (generalmente varias representaciones inconscientes) del
grupo. Se puede considerar al proceso grupal bajo el ngulo de la
bsqueda de esta adecuacin y esta tensin complementaria entre
las dos series de organizadores" (op. cit, pg. 87). Un poco ms
adelante, "(. .. ) El tercer trmino que introduce, al lado de la realidad psquica y de la representacin social, la realidad social y
material de un grupo llama, pues, a no considerarlo slo como un
objeto de representaciones, sino como un marco social, un sopor71 No debemos perder de vista que para Kaes es condicin, para el desarrollo
del proceso grupal, "una adecuada configuracin de la base material de agrupacin (que) posibilite el ejercicio de las funciones mayores de produccin y reproduccin, defensa, intercambio, cognicin y religin que incumben a todo grupo"
(1976, pg. 259).

158

te material, un espacio de intercambio simblico, una forma prctica de instrumentacin, que se definen por su lugar y s us funciones en la r ealidad social: funciones de produccin, de intercambio, de defensa y de cognicin. Su organizacin y sus procesos internos estn codeterminados por esos lugares y esas funciones sociales"
(op. cit., pg. 89). De todo esto podemos considerar la eventualidad de varios niveles posibles de conflicto: entre los organizadores intrapsquicos y los socioculturales, entre estos y la base material del grupo, y en el interior de cada uno de estos organizadores
(entre fantasas o entre pautas sociales, por ej emplo).
Kaes se ha ocupado, adems, de describir un modelo gentico
de orga nizadores del grupo: as como hemos visto la existencia de
fuerzas organizando desde los grupos al psiquismo, y desde ste
a los grupos, establecindose entre ambos niveles relaciones complejas, es posible seguir una secuencia en un grupo determinado,
a partir del encuentro de sus miembms, hasta etapas posteriores
de su devenir. La secuencia, tal corno est descripta en su trabajo de 1987-8872 , refleja lo que puede observarse en el transcurso
de un grupo de diagnstico. Pensamos que en otro tipo de grupos,
o aun en los grupos naturales, no necesariamente debe recorrerse la secuencia completa, o en el orden estricto en que se enuncian aqu;:i.
Distingue R. Kaes tres momentos en la secuencia organizativa de un grupo:

Un m omento originario. Se caracteriza por una extensin (prdida?) de los lmites del Yo (Moi), correlativa con las identificaciones adhesivas o primarias. La r egresin propia de contextos
grupales, favorecida tal vez por el encuadre psicoanaltico, coloca al sujeto en la sit uacin de r eviviscencia de su nacimiento
psicolgico. De all la posibilidad de identificaciones primarias
y el establecimiento de un nivel de vnculos transubjetivos. De
acuerdo al autor que inspira este enfoque, (P. Aulagnier, 1975),
este momento correspondera al proceso originario. Las angus72 En realidad, pueden conside rarse tambin secuencias organizativas genticas las desc1;ptas por este autor en sus trabajos "Le groupe large, l'espace et
le corp" {1974), y el captulo que dedica a este tema en "Bosquejos para una
teora psicoanaltica del grupo: el aparato grupalH, incluidos ambos en El apa mto psquico g rupal (1976). El que comento en este texto es, a mi juicio, el ms
elaborado.
73 El mismo Kaes se plantea, en este mismo trabajo. estas cuestiones. (op. cit.
pg 48).

159

tas que emergen de este estado de relativa despersonalizacin


da lugar a la accin del primer organizador.
Primer organizador. Este tiene una funcin reductora y unificadora, dando lugar a la formacin de un conjunto. El organizador privilegiado es aqu un grupo internoi4, que acta especialmente por su funcin de integrar a los miembros en una
estructura continente. Surge el primer pacto den egativo inevitable pensando en la funcin reductora de este organizador.
H abamos m encionado antes esta funcin reductora : alude a
la accin necesaria de dejar fuera del vnculo aquellos elementos que pudieran cuestionar su existencia. As, r educcin y unificacin son dos efectos que se implican recprocamente. Las
contradicciones que se establecen entre las n ecesidades del
agrupamiento y la de los individuos imponen el cuestionamiento del vnculo isomrfico sujeto = grupo, y lleva a l pasaje al
segundo organizador.
Segundo organizador.Implica un reforzamiento de los lmites
comunes; el momento de la ilusin grupa1, la bsqueda del enemigo ext erior. Los elementos desorganizadores provienen nuevamente de la re-emergencia de los deseos individuales. Puede presentarse una fantasa de muerte, proveniente de la rivalidad suscitada por la instalacin parcial del complejo de Edipo
como organizador-desorganizador. El grupo contina su proceso, y puesto que se ha producido una identificacin entre el
aparato psquico de cada integrante y el aparato grupal (la isomorfia), se busca la restauracin de los lmites corporales a
travs del establecimiento de un lmite del grupo: la ilusin
grupal proveer esa piel comn. La escisin de la transferencia, descripta como propia de este proceso (Anzieu, D. 1986),
permite colocar en el afuera aquellos componentes negativos
que harn vivenciar a sus habitantes como en emigos . El conflicto sigue suscitndose entre la tendencia al agrupamiento
en el sentido m s total del trmino, y la t endencia a mantener
la individuacin. E sta ltima corriente busca imponer los niveles edpicos, sostn de identidades discriminadas. Como lo
observar a Freud en "Psicologa de las masas y Anlisis del Yo",
este nivel de integracin es disruptor p ara la economa de las

74 Recordemos que para este a utor son grupos intemos las fantasas originarias, las redes dentif:atorias y los sistemas de relacin de objeto, la imagen corporal, la imagen del psiquismo, los complejos e imag-os.

160

identificaciones que sostienen a la masa (al grupo), producindose remezones que conducen al tercer organizador.
Tercer orwmizador. El advenimiento de la historia y la distincin entre tiempos comunes y t iempos individuales marcan
este momento. Se instala la posicin mitopoitica;5 : el grupo
puede abandonar el uso de la ideologa rgida con que sostuvo
desde el proceso secundario los momentos anteriores, y puede
permitirse formas ms acordes con la aparicin en su seno de
''islotes yoicos".
Si bien tanto Anzieu como Kaes utilizan la idea de una fantasa, puesta en escena, como elemento organizador del grupo, hay
que hacer una distincin en la posicin de ambos. ParaAnzieu, el
elemento organizador es la posibilidad de resonancia fantasmtica, como habamos visto. Esto significa que un contenido fantasmtico produce la asociacin, alrededor del cual se ubican los integrantes convocados por el lder inicial. En Kaes, en cambio, la
capacidad atributiva y distributiva de la fantasa, ms que su contenido, es lo que le concede poder organizador:
"l) Se trata de una estructura de dramatizacin de la energa pulsional que propone objetos de catectizacin a los miembros del
grupo.
2) El carcter general de la fantasa predispone a una distribucin de lugares en un escenario en relacin con el origen; de
este modo se afectan lugares y posiciones, con lo que se r educe la angustia de no asignacin, que embarga al comienzo del
proceso de grupo a los individuos que se encuentran en l."
Kaes, R., 1976, pg 186). La fantasa es un guin, pasible de
ser escenificado, cmo vimos en otro lugar; desde esta propiedad distribuye lugares, y a travs de estos forma un conjunto
coherente a partir de una serialidad.

6. LA ESTRUCTURA DE ROLES COMO LENGUAJE


Y EL ESTATUTO DEL INCONSCIENTE
Didier Anzieu ha comparado al grupo con el sueo. En uno de
los trabajos que aparecen como fundadores de la escuel a francesa de psicoanlisis grupal (1986), leemQs "( ... ) El s ueo, como el
sntoma neurtico, es el debate con una fantasa subyacente. En
75 Mitopoietica alude a la posibilidad de producir (poiesis) mitos, propia de esta
etapa.

161

mi opinin, el grupo, el grupo real es, ante todo, la realizacin


imaginaria de un deseo; los procesos primarios, velados por una
fachada de procesos secundarios, son sus determinantes; dicho
de otra forma : el grupo eficaz, as como el que se encuentra paralizado en su funcionamiento, el grupo, como el sueo, es el debate con una fantasa subyacente. Los sujetos humanos van al grupo de la misma forma que al dormirse entran en el sueo. Desde
el punto de vista de la dinmica psquica, el grupo es un sueo."
(op. cit. pg 69.)
El grupo cumple una funcin en la economa psicolgica del ser
humano. Tan necesaria es la pertenencia a un conjunto vincular
(aunque sea virtual) como poder soar, en tanto en ambos casos se
posibilita un despliegue del inconsciente que parece ser imprescindible para el buen funcionamiento del psiquismo. As como las
necesidades de supervivencia tendern a organizar el vnculo para
optimizar su interaccin con el mundo exterior, tambin las necesidades impuestas por el inconsciente van a tender a modelar la
forma del vnculo para adaptarlo a sus requerimientos.
Debemos hacer aqu algunas reflexiones acerca de la comparacin entre el grupo y el sueo y lo que afirmramos ms arriba, ya que existen diferencias de matiz entre los distintos grupos,
segn el encuadre con que hayan sido convocados. Seguramente
la afirmacin de Anzieu conserva gran parte de su pertinencia en
un grupo organizado alrededor de un encuadre psicoanaltico, precisamente por la cualidad de este encuadre de suspender los determinantes adaptativos de la actividad de sus miembros, con lo que
quedan los elementos grupales a disposicin del despliegue de las
formaciones del inconsciente de cada uno de ellos.;6 En los grupos
psicoanalticos existe una tarea (aunque consideremos como tal
la propuesta por la regla fundamental), que tiende, por su propia
naturaleza, a mantener un contexto de ambigedad entre los lugares que a partir de ella se determinan: es inevitable pensar que
las vicisitudes del despliegue inconsciente se vern atravesadas
(y facilitadas) por esta circunstancia. En resumen: si bien siempre un grupo estar organizado por las necesidades de la tarea
que se haya propuesto, y por el despliegue de fantasas inconscientes que sus miembros hagan sobre la estructura de roles cen76 Recordamos, sin embargo, que el artculo de Anzicu, en su versin original,
data de 1965, perodo en el que este autor an sostena la hiptesis de un psiquismo gTupal.

162

trada en esa tarea, las "proporciones" y modalidades con la que


estas dos series de determinantes intervienen puede ser variable.
En 1980 elabor una serie de hiptesis sobre la posibilidad de
que la estructura de roles manifiesta de un grupo, en tanto sufrieralos efectos del despliegue inconsciente de sus integrantes, asumiera ciertas caractersticas propias del lenguaje. Retomar aqu
algunas de aquellas consideraciones, a fin de trabajarlas desde el
punto de vista que desarrollamos.
Un grupo -y esta definicin cabe tambin a los psicoanalticos- es un conjunto de sujetos que se han reunido convocados por
una tarea determinada. Es sta la que constituye el primer organizador desde lo manifiesto, la que fuerza el primer paso desde la
serialidad hacia el grupo. Lo que ha llevado a estos sujetos a reunirse es un conjunto de intereses anterior a la constitucin del
grupo, y la expectativa es que ste va a mejorar las posibilidades
de que estos intereses se satisfagan. 77
Estos intereses se concretan en el planeamiento de una tarea,
cuya concrecin en comn es tomada como meta del conjunto. 7is
La tarea determina en los participantes una serie de roles complementarios: las habilidades diferentes de cada uno de ellos as lo
determinar. Es precisamente la especializacin complementaria,
con la potencializacin del esfuerzo compartido, lo que hace a la tarea
en comn econmica. Se cumple aqu la premisa que el grupo es ms
que la suma de sus miembros. La tarea, por otra parte, lleva implcita la determinacin de tiempos y espacios; sus prescripciones insertan al conjunto en las variables de la economa y la historia.
Sin embargo, los movimientos del conjunto no se agotan aqu.
El vnculo, todo vnculo -y el grupo no es una excepcin- tiene otra
funcin desde el inconsciente de sus miembros, a la que ya nos
hemos referido en otras partes de esta obra, relacionada con la necesidad de cerrar la brecha que se abre a partir del nacimiento psicolgico. Los sujetos de este grupo, inevitablemente, lo utilizarn en
este sentido, y un "derramamiento" de sus grupos internos se llevar a cabo en los materiales que ofrece la configuracin grupal79 .
Los roles, determinados por las vicisitudes y prescripciones de la
77 Seguramente simplifico, y hasta esquematizo este primer movimiento; pido
que se acepte la posibilidad de estos primeros "pasos" para facilitar la exposicin del tema.
78 Tomo el concepto de tarea de E . Pichon Riviere.
79 Es un proceso semejante al que hemos descripto en el captulo sobre "Relaciones entre el grupo interno y el grupo externo", al que remitimos al lector.

163

tarea, sufren a partir de aqu un "torcimiento", una desviacin producida por esta proyeccin de cada uno de ellos; la posibilidad atributiva y distributiva de las fantasas actuantes -recordemos el estado de regresin relativa de todo contexto vincular- determina una
nueva estructura de roles, esta vez inconsciente, que cabalga sobre
la anterior, y que representa fantasas en las que los integrantes
despliegan aquellos rasgos en que asientan su identidad.
Vemos que esta otra corriente organizadora se agrega a la que
ya habamos considerado, la trabaja, la fuerza -a veces la refuerza- y, en algn grado la modifica. Observamos que cuanto ms
establecida est la actividad manifiesta de un grupo, ms resistencia ofrecer a esta segunda serie de determinantes: los organizadores de reuniones recreativas lo saben bien, y ofrecen a los
participantes un conjunto de juegos que encaminen y contengan
el despliegue inconsciente, que puede transformarse en ciertos
casos en aburrimiento (en nuestros trminos, ansiedades producidas por la no asignacin de lugares en el despliegue de fantasas inconscientes), o en movimientos desorganizativos, emergencia de agresin, etc. Sera tal vez ms adecuado comparar un grupo no psicoanaltico con un sntoma, dada la compleja trama de
compromisos y transacciones que deben cumplirse en ellos entre
las exigencias de la tarea manifiesta y las que impone la satisfaccin de deseos provenientes del inconsciente. El anlisis del conjunto de nios que hiciramos en el captulo VI, destinado a presentar las relaciones que se establecen en la interaccin entre el
grupo interno y el externo, es un ejemplo de esto.
Los grupos psicoanalticos, en cambio, juegan con las posibilidades que brinda un encuadre continente en cuanto a variables
tmpora-espaciales, y abierto en los que hace a esa organizacin
de la tarea que mencionaba antes: la consigna "asocien libremente", o alguna de sus variantes, permite ese contexto que transforma al grupo en una cubetaR0 , aproximndolo as tanto a una sesin
psicoanaltica clsica como a un sueo. El grupo se transforma,
de esta manera, en otra va regia hacia el inconsciente.
El anlisis de un fragmento de sesin de grupo teraputico tal
vez pueda ayudarnos a ver los elementos que aparecen organizando la interaccin entre sus integrantes.
Comienza la sesin Mara, relatando que est muy triste porque el da anterior muri una ta a la que estimaba mucho. Esa
80 Tomo el trmino de J. Laplanche (1987b).

164

ta fue muy desgaciada en vida (nos informa), porque cuando nia


padeci una enfermedad infecciosa muy grave que la dej lisiada.
Nunca fue muy considerada por el resto de la familia. El padre de
Mara, por ejemplo, por temor al contagio (aunque la ta ya se
haba curado desde el punto de vista infectolgico), la haca comer
aparte del resto de la familia. Viva en una pensin, y coma cada
da en casa de un hermano distinto.
El terapeuta seala que no hubo premio ni compensacin por una
vida desgraciada, y que Mara tal vez se siente identificada con esta
ta. (Suele contar con frecuencia y con tono quejoso sus "desgracias'').
Mara asiente niecnicamente, y contina relatando detalles
de la vida de su ta. En ese momento Alicia, que se haba mostrado muy impactada por el relato, comienza a sollozar. Luisa le pregunta qu le pasa, y Alicia le contesta que no tiene deseos de contarlo en ese momento. Sin embargo, dice que est muy impresionada por el relato de Mara, y que no puede or hablar de muertes,
porque ese da se cumplen 20 aos de la de Sll padre, que ocurri
cuando ella tena 3 aos. Piensa cmo hubiera sido su vida si hubiera tenido un padre.
Luisa le recuerda que s tuvo un padre: la madre de Alicia se
volvi a casar cuando ella tena 6 aos. Alicia contesta que no es
lo mismo. A su padrastro, por otra parte, ahora lo quiere mucho,
pero no es como un padre. Mara, mientras tanto, permanece callada, con cara compungida, sin participar del relato de Alicia.
El terapeuta sela que Alicia no puede sentir al padrastro
como un padre, porque tal vez no termina de aceptar la pareja de
ste con su madre, as como no pudo soportar que Mara atrajera
la atencin de todos con su relato. Le seala a Mara la necesidad
de negacin de su avidez, al ceder el campo a Alicia, identificndose de esa manera, nuevamente, con su desgraciada ta.
Los pacientes concurren al grupo con la intencin de modificar ciertas pautas de su funcionamiento que les produce inconvenientes en sus actividades, vnculos, etc. Esperan que su pertenencia a un grupo teraputico sea el instrumento adecuado para
producir las deseadas modificaciones de estas pautas conflictivas
(de las que tienen un relativo conocimiento). En ese sentido, el
grupo funcionar como un grupo primario, en tanto su funcin
ser la de modificar rasgos de su identidad81 .
81 Me he referido a este tema en otro trabajo CBernard, M. 1987), al que remito al lector.

165

Esta intencin de los pacientes, previa a su insercin en el grupo, ms las determinaciones proporcionadas por la explicitacin
del encuadre y la regla fundamental por parte del analista, dan
forma a la tarea manifiesta del grupo. Como en cualquier tipo de
grupo, esta tarea manifiesta genera una estructura de roles. El
encuadre psicoanaltico, sin embargo, est preparado para que las
caractersticas de la tarea tengan un margen de ambigedad en
su definicin, que se refleja en los roles que produce. Estos quedan as ofrecidos como pantalla de proyeccin para la circulacin
de fantasas, tal corno lo describiera D. Anzieu en su modelo de la
superficie interior de la envoltura grupal.
El relato de Mara tiene varios niveles posibles de lectura, que
obedecen a otros tantos de determinacin. Desde el manifiesto, la
noticia de la muerte de su ta, con el impacto emotivo que ocasionara en ella. El retrato de una vida desgraciada, la falta de compensaciones, la tristeza, la injusticia, hasta la crueldad de sus allegados, queda bien delimitado. El terapeuta seala la posibilidad
que Mara haya tomado como modelo esta imagen, y subraya la
falta de recompensa del sufrimiento. Aunque no aparezca en este
material, tiene razones para pensar que es una creencia arraigada en Mara la posibilidad de que la desgracia otorgue derechos
a quienes la sufren. En este caso, estos podran tal vez estar reducidos a una compensacin narcisista, en el sentido de asimilar
sacrificio con bondad. Posiblemente esta razn motiva a Maria a
dar ms detalles de la vida de su ta, como intentando reforzar
este modelo en el que se ha fijado.
La escena tiene, sin embargo, otra lectura: el relato manifiesto es el de una vida despojada; a travs de l Mara acapara la
atencin de sus compaeros. Mientras contine, tendr un grupo
exclusivamente para ella. La fantasa alternativa de desamparo,
reflejada en el relato manifiesto, queda rechazada en este otro
registro que tiene que ver con la dramtica que propone a sus compaeros. La complecin de la falta originaria que pone en escena
Mara, ubica a Alicia en el lugar de la observadora excluida de
una escena primaria. Propone Alicia entonces el relato de su propia falta, la de padre. Desplaza de esta manera a Mara de su
lugar central, que queda ocupado por ella. Luisa se engancha con
un aspecto manifiesto del relato de Alicia, sealando la relatividad de su falta. En la lgica de Alicia, sin embargo, la del todo o
nada, no hay sustitucin posible.
La interpretacin del terapeuta enfoca la situacin desde una

166

p( rspc>ctiva edpica, al relacionar la actitud de Alicia en el aqu1

ahora con la reviviscencia de su posicin frente a la pareja de su


madre. Mara, por su parte, habra mutado su lugar en la escena,
pasando a ocupar un lugar simtrico al que tena antes de la intervencin de Alicia.
Seguramente hay un contenido edpico en la actitud de Alicia;
sera, sin embargo, importante considerar si este enfoque agota
los posibles determinantes de la configuracin presentada. En
todo caso, este sentido edpico se "monta" sobre una fantasa ms
primaria: Mara ocupa el lugar de lder organizador del grupo en
esta sesin. Pone en acto una fantasa primaria en la que estn
presentes los polos desamparo-complecin de una m a nera muy
neta. En tanto esta fantasa carece de matices, -o se est dentro
de un contexto idealizado o totalmente excluido de l- la respuesta de Alicia es igualmente enrgica: se incluye en esa estructura
pero modifica la posicin relativa de Mara respecto de la suya.
De excluida pasa a ser excluyente, a travs del monopolio que ejerce sobre el conjunto. Y aqu est el punto que considero importante destacar: si pensamos en la fantasa que los organiza en trminos del nivel originario, dara lo mismo estar en uno o en otro de
los lugares que sta determina, ya que como en este nivel de fantasa no existe un efecto notable de subjetivacin, cualquiera puede ubicarse en cualquier lugar2 Pero desde Alicia interviene, adems, un posicionamiento que est determinado desde lo edpico,
y es precisamente este factor el que determina la inversin de
lugares con Mara. La estructura incluido-excluido se mantiene;
est jugada en dos niveles fantasmticos diferentes (que podramos llamar, sintticamente, edpico y pre-edpico).
La estructura de roles se h a corrido hacia las caractersticas
propias de un lenguaje. No est determinada ya por la tarea (aunque no deja de estar atravesada por ella), sino que sus elementos
se definen por su posicin relativa con los otros del conjunto. El
sentido, sin embargo, no aumenta en el intercambio entre los agrupantes, ya que est dado, para cada uno, por esos determinantes
82 (. .. ) En el polo del sueo diurno hay un escenario esencialmente en primera persona, con un lugar invariable asignado al sujeto. La organizacin es estable merced al proceso secundario, gracias al lastre que le brinda el "yo" (moi):
como suele decirse, el sujeto eiur. su ensoacin. Por el contario, el polo de la fantasa original se caracteriza por la no subjetivacin as como por la presencia del
sujeto en la escena: el nio, por ejemplo, es un personaje entre otros en la fantasiu "golpean a un nio". (Laplanche, J . y Pont3lis, J . B., 1964, pg.75.)

167

que son comprensibles solamente desde la subjetividad individual.


Los lugares de la estructura de roles grupal que en el nivel de
determinaciones dependientes de la tarea manifiesta estn producidos por las habilidades propias de cada uno, en el nivel de las
determinaciones inconscientes lo estn por lo que Pichon-Riviere
llamaba, siguiendo a Foulkes, transferencia vertical.

168

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