Desarrollos Sobre Grupalidad
Desarrollos Sobre Grupalidad
Desarrollos Sobre Grupalidad
KORDC:
M. L'HOSTE - M. SEGOVIANO - M.CAC)
DESARROLLOS
SOBRE GRUPALIDAD
IOTECA
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Lugar Editorial
Captulo I
L'HosTE
INTRODUCCIN
A comienzos de la dcada del sesenta, cuando las tcnicas de
grupo se haban ya difundido ampliamente en Europa y Estados
Unidos, J-B. Pontalis dice:"( ... ) Aqu y all, en la Universidad, en
el ejrcito, en hospitales psiquitricos, entre industriales, estudiantes, pedagogos, con mdicos, directores espirituales, padres,
se hace grupo (. .. )Tambin sorprende la diversidad: diversidad
de las influencias -Lewin, Moreno-, diversidad de las tcnicas
-experimental, observacin clnica-, diversidad de los modelos
-matemticos, organicistas, psicoanalticos. (. .. ) Qu se hace
cuando se instituyen tales grupos?(...) A primera vista, la confusin es grande(. .. )" (Pontalis, J-B. 1963, pg 273).
Esta frase de su artculo Le petit groupe comme objet al que
podemos considerar inaugural del psicoanlisis de grupo francs,
nos convoca a interrogarnos no por un "ser" del grupo, sino por
cmo y con cules tcnicas y teoras se est sosteniendo una coordinacn de grupo. No haremos una cronologa de tal "confusin",
de la que hay mucha bibliografa especializada, sino tomaremos
algunos modelos con los que se ha ido construyendo el conocimiento sobre los pequeos grupos. Modelos que podemos considerar
fundan tes, en su momento de produccin histrica, en cuanto enunciaron una nueva perspectiva, una nueva mirada. En toda poca
se producen ciertas categoras cientficas con las cuales se pueden encarar los fenmenos, en el marco de los a priori lgicos que
delimitan ciertos modos de pensar, lo que determina que algunos
fenmenos puedan visualizarse y conceptualizarse y otros queden
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POLMICA REALISMO-NOMINALISMO
El discurso fundante de las Ciencias Sociales se centra en el
inters por pensar la r elacin entre Individuo y Sociedad, con una
lgica de la diferencia. Esto quiere decir que la diferencia se presenta como una relacin de oposicin entre dos posturas que se
ubican antagnicamente. Es ta forma de pensar con una lgica
binaria es caracterstica del pensamiento positivista occidental.
Las diferencias se m aFcan de forma tal, que se produce un efecto
de orden jerrquico constituyndose uno de los polos en hegemnico respecto del otro, por lo cual las dos categoras asumen un
carcter de exclusin recproca. Las escuelas que desarrollan el
tema se fundan as en est a a ntinomia, creando las categoras de
Individuo y Sociedad como entidades separadas y cerradas (Fernndez, A. 1989).
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UN MODELO DE ARTICULACIN
DE LA INTERIORIZACIN DE LO SOCIAL
George Mead publica en Estados Unidos, en 1934, su libro Esp ritu, Persona y Sociedad, legitimando la nocin de interioridad de
lo social en la conciencia individual. En esta obra plantea tres
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DINMICADE GRUPOS
El trmino dinmica de grupo aparece por primera vez en 1944,
acuado por Kurt Lewin, psiclogo de la escuela de Berln, emigrado a Estados Unidos en 1930. Designa el anlisis sistemtico
y cientfico de los caracteres generales de la vida de los grupos
pequeos, y trabaja con mayor precisin la idea del plus grupal.
Lewin estudia la personalidad humana y luego los grupos, con
categoras conceptuales de la Gestalt. Esta escu ela, a diferencia
de la teora asociacionista, cuya unidad de anlisis era la sensacin, opera con otra unidad, la de estructura del campo perceptual. Construy una representacin topolgica (espacial) de la psicologa individual ubicando a la persona en el medio que la circunda, creando un campo psicolgico, dentro del cual distingue
varias regiones. Esta teora, inspirada tambin en modelos de la
fsica y las matemticas, es trasladada al estudio de los grupos.
En su produccin terica podemos reconocer dos tiempos:
La primera fase de investigacin experimental se desarroll a
partir de 1938.
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C. Cooley (1904) que acu las nociones de grupo primario y grupo secundario, y en el de la psicologa social de K. Lewin.
Tra baj sobre los protocolos levantados por la cita da "Encuesta Hawthorne" de Elton Mayo, especficamente sobre los grupos
de la sala de observacin de la conexin de horneras. Se dedic a
an alizar sistemticamente las mutuas relaciones de estos grupos
en trminos de variables especficas, tratando de hacer sus aportes en la lnea de una teora sociolgica que formule uniformidades y pueda enunciar legalidades para la teora de los pequeos
grupos. Su herramienta de anlisis fundamental ser la nocin
de interdependencia, tanto en el comportamiento de las variables
tomadas como unidades de anlisis h acia el adentro del grupo
como en sus relaciones con el afuera, es decir, con el ambiente
social. Rem ar car siempre que a los grupos nunca se los podr
comprender aisladamente. Los cambios se vincular n siempre en
forma conjunta con la organizacin interna y el a mbiente.
Defin e al grupo como la participacin conjunta de un nmero
de personas en sus interacciones, recortadas de un ambiente e>..1:erno, lo que dema rca un sist ema. Lo distingue en dos planos, el sistema externo y el sistema interno. En cada uno de ellos analiza el
comportamiento de tres variables especficas: la interaccin, la
actividad y el sentimiento. Postula que en todos los grupos estos
elementos actan como r egularidades cumpliendo las mismas funciones y observando las mismas relaciones r ecpr ocas. Define al
sistema externo, como aquel estado de la a ctividad, interaccin y
sentimientos que en s u interaccin constituyen una solucin entre
otras para sobrevivir en s u ambiente. Es te es el primer problema
a r esolver por todo grupo, la adaptacin . El sistema externo defin e las relaciones de accin y r eaccin r ecpr ocas y circulares que
se organizan entre el grupo y su ambiente particular. En este sistema la actividad se definir por la organizacin planeada, en la
que cada miembro tiene un pa pel de acuerdo a sus h abilidades
para llevar a cabo la tarea que los ha convocado. La inter accin,
por los intercambios de unos con otros, definidos por las p articularidades de la tarea y del lugar que cada uno ocupa; y el sentimiento, por el inters propio de cada uno que los llev a ser parte de ese grupo. Las interrelaciones de estas tres variables en la
forma enunciada, son las encargadas de producir el ajuste al medio,
y constituirn slo bajo esa condicin el sistema externo. La tarea
y los roles manifiestos sern los organizadores en este nivel.
De estas primeras relaciones se producir, segn H omans, una
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elaboracin social en el grupo, que ir ms all de sus necesidades adaptativas, y que es imposible evitar. Aqu aparece el plus
de gr.upo ya sealado. Nuevos sentimientos emergen de la interaccin, simpatas y aversiones, aprobaciones y desaprobaciones,
realizadas a la luz de las normas que van siendo producidas por
el conjunto. Tambin nuevas actividades, algunas de las cuales
pueden entrar en contradiccin con las prescriptas por el sistema
externo y el ambiente, tales como juegos, conversaciones, pujas,
etc., que a su vez darn lugar a nuevas pautas de interaccin con
otras regularidades e intensidades, organizando redes de comunicacin centradas en liderazgos. El desvo de estas variables de
conducta respecto de como han sido definidas en el sistema externo, y la aparicin de estas nuevas modalidades, es lo que se nombra como sistema interno, el que no est directamente condicionado por el ambiente.
La frontera entre ambos sistemas no es rgida, ms bien est
dirigida a modelizar un proceso circular, en la medida que el sistema interno surge del sistema externo y luego reacciona sobre ste.
Tomando el caso especfico observado, de la sala de conexin
de borneras, el resultado hubiera sido un mayor rendimiento (en
cuanto se les ofreca a los obreros aumentos de retribucin), si slo
el sistema externo regulara la vida del grupo. Pero el sistema
interno, producido en la divisin de sub-grupos, de nuevas normas, de sistemas de liderazgos, de simpatas y rechazos, determin que uno de los
rindiera menos en el nivel de produccin, en tanto esa haba sido la decisin grupal. Los fenmenos de cohesin y pertenencia se definen en este nivel, por lo tanto
la vida en el grupo satisface tanto el inters propio como algo ms .
Homans, con su mtodo positivista, ha realizado aportes a la
comprensin de ciertas legalidades que permiten a nalizar cualquier tipo de pequeo grupo. Su discriminacin entre sistema
externo y sistema interno ha proyectado un anlisis metodolgico imprescindible para la continuacin del pensamiento sobre lo
grupal. Ha remarcado que siempre un grupo se convoca para realizar alguna tarea, alrededor de la cual se organizan prcticas y
se funda un orden simblico que lo recorta y diferencia de los otros,
lo que le permite y lo obliga a relacionar se con su espacio social.
Estas primeras relaciones dadas en este nivel luego sern realimentadas por las elaboraciones particulares intragrupo, y estos
dos sistemas estarn implicndose uno al otro en sus trminos en
mutua interdependencia.
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Captulo 11
Grupo de trabajo-grupo
de supuesto bsico
DIANA KORDON
Nos proponemos en este captulo revsar los aportes fundamentales de Wilfred Bion a la problemtica de los grupos. Si bien
ha avanzado notablemente en las ltimas dcadas el trabajo psicoanaltico sobre la grupalidad, muchas de sus observaciones y
conclusiones clnicas sobre los grupos conservan vigencia y su
relectura plantea nuevos problemas a elucidar.
Su produccin con respecto a los fenmenos grupales est vinculada a las condiciones sociales que generaron una demanda y
un desafio a los terapeutas de su poca, a las que Bion encar en
forma concreta. As asumi durante la Segunda Guerra Mundial
las funciones de Director del sector de Rehabilitacin (o de adiestramiento) de un Hospital Psiquitrico Militar2 Los pacientes
deban ser adiestrados para volver a reintegrarse a sus tareas
militares. Bion hizo una de sus primeras experiencias con grupos
como objeto de estudio en esta funcin. Se propuso considerar la
rehabilitacin como un problema grupal, y por lo tanto organiz
con este enfoque el sector a su cargo, compuesto por varios cen ten ares de hombres.
En 1948 fue convocado por la Tavistock Clinic de Londres, para
hacerse cargo de tratamientos en pequeos grupos. Lamentablemente la presin ejercida por la institucin oficial psicoanaltica
incidi en su decisin de abandonar el trabajo con los grupos. Esta
presin se evidencia tambin en el hecho de que, a pesar de la
influencia kleiniana en su pensamiento, formula sus ideas en rela2 Hospital Militar de Northfield. Esta experiencia ha sido conocida posteriormente como "Experimento de Northfield".
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Este planteo de Bion surge en polmica con los de W. Me Dougall y G. Le Bon, quienes sostienen que la psicologa de grupo slo
surge cuando varias personas se renen en un mismo lugar y tiempo, planteo ste que Freud no desaprueba. Cuando Bion plantea
que tales requisitos no son imprescindibles, excepto para hacer
posible el estudio, es decir, que la reunin de un grupo slo es necesaria para que las caractersticas del mismo se revelen, pero no
para la produccin del fenmeno de grupo, no est sino esbozando dos cuestiones que retomar la Escuela Francesa a posteriori,
a saber, la problemtica de las representaciones psquicas de grupo y la importancia del dispositivo para la investigacin de los
fenmenos grupales.
En su polmica tambin con Le Bon, y, por qu no decirlo, con
Freud, en lo que hace a la relacin individuo-grupo, plantea que
ste ofrece ventajas para el despliegue creativo de las individu alidades y de los aspectos de pertenencia discriminada y seala la
posibilidad de que el grupo no constituya necesariamente un instrumento enmascar ador; plantea tambin el hecho de que el trabajo grupal puede interesarse por la verdad en tanto sean elaborados los aspectos regresivos que promueve. En tanto Freud sostiene que en las situaciones grupales las emociones se intensifican
extraordinariamente y ejercen una influencia perniciosa para la
produccin intelectual del grupo (efecto grupo), Bion no cree en la
disminucin de la capacidad intelectual en grupo; ms an, afirma la existencia de un pls de posibilidades en la grupalidad. As
seala que los grandes descubrimientos y aportes son grupales,
no son producto de hombres aislados.
Bion considera la situacin de grupo como un movimiento permanente entre una actividad transformadora de la r ealidad y una
tendencia a la regresin al servicio del principio del placer. Los
grupos .constituyen, as, instrumentos muy eficaces para el desarrollo de una tarea organizada, enfrentndose simultneamente a la irrupcin de la fantasmtica psquica m s primaria. Interpreta en los grupos, porque considera que es posible que dentro
de un grupo se pueda desarrollar una actividad intelectual de alto
rango, siempre que se sea consciente de las emociones que circulan en el mismo.
Este sera el valor de la terapia de grupo: experimentar en forma consciente una actividad de grupo de tal naturaleza.
Considerando que Freud defiende la existencia de un sujeto
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GRUPO DE TRABAJO
Todo grupo, se rene para "hacer algo". Esta tarea se halla
ligada a la realidad; el grupo de trabajo acta, as, para modificar racionalmente la realidad. Existe una organizacin y una
estructura real en funcin de obtener eficacia en la tarea propuesta; por lo tanto los mtodos que implementa son racionales y cientficos (aunque sea en forma embrionaria).
No hay regresin, se produce un proceso de desarrollo que tiene en cuenta el reconocimiento de los lmites y las posibilidades
que impone el tiempo.
Opera de acuerdo a las leyes del proceso secundario. Existe
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secucin. El lenguaje es un lenguaje de accin, no es una expresin del proceso de pensamiento (o de proceso secundario).
El grupo no est interesado en la eficacia en la tarea, no r equiere de las funciones yoicas de sus miembros.
Bion diferencia tres tipos de supuestos bsicos. Estos no pueden estar funcionando simultneamente, pero s puede pasarse
de uno a otro.
Los s upuestos bsicos son:
1- Supuesto de depr:ndencia: El grupo se rene para lograr el sostn de un lder de quien depende para nutrirse material y espiritualmente y para obtener proteccin. Ese lder debe satisfacer todas sus necesidades y deseos. Este supuesto est vinculado a los sentimientos de culpa y depresin .
2- Supuesto de ataque y fuga: Implica la existencia de un enemigo que pone en peligro al grupo frente al cual ste debe defenderse. Se ponen en juego las ansiedades vinculadas a la agresin, odio y destruccin.
3- Supuesto mesinico o de apareamiento: Seala un h echo futuro, ya sea la existencia de una pareja o una figura m esinica,
que resolver todas las ansiedades del grupo. La expectativa
mesinica, nunca concretada, constituye el sentir predominante en este supuesto.
Para Bion, en el supuesto bsico se concentra el deseo y la
defensa.
El supuesto bsico es un producto de fanta sas subyacentes,
fantasas grupales de tipo omnipotente y mgico acerca del modo
de satisfacer los deseos. Estos impulsos, que se pueden oponer a
las opiniones racionales y conscientes de los miembros del grupo,
tienen una fuerza y una realidad que se manifiestan en la conducta del grupo. Son fantasas primitivas, universales, que corresponden a las primeras relaciones objetales.
Bsicamente, Bion considera a los supuestos bsicos como
formaciones secundarias de una escena primaria muy primitiva, elaborada en el nivel de objetos parciales, asociada con ansiedades psicticas y en la que estn presentes los mecanismos de
escisin, introyeccin e identificacin proyectiva. :i Tngase en
3 "Identificacin proyectiva" es un trmino introducido por l\felanie Klein para
designar un mecanismo que se traduce por la existencia de fantasas en los que el
sujeto introduce su propia persona, en su totalidad o en parte, en el interior del
objeto para dunrlo, poseerlo y controlarlo." Laplanche, J. y Pontalis, J-B. 1967.
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ti ble a sacrificar su personalidad en pro de exigencias que el liderazgo implica dentro del grupo.
El lder pierde caractersticas distintivas de s mismo, goza de
igual libertad para ser l mismo que cualquier otro miembro del
grupo; en realidad es ms prisionero an del grupo que los otros.
Un individuo es lder de supuesto bsico en virtud de su capacidad para combinarse instantneamente, involuntaria o voluntariamente, con todos los otros miembros del grupo y lo nico que
lo separa de stos es que cualquiera sea su funcin en el grupo de
trabajo, l es la encarnacin de la propuesta de funcionar de acuerdo a determinado supuesto bsico.
Como se ve, de acuerdo a Bion, el lder de supuesto bsico es
aquel que resulta capaz de expresar ms acabadamente los procesos correspondientes a la transubjetividad.4
El lder del grupo de trabajo mantiene contacto con la realidad externa; al de supuesto bsico no se le exige esta cualidad.
No es excluyente que coincida la identidad del lder del grupo de
trabajo con la del lder de supuesto bsico, pero ste concentra la
lealtad entusiasta del grupo y no se interesa por otra realidad que
la que le demanda el grupo de supuesto bsico. Pero asume a su
vez el prestigio ligado al lder del grupo de trabajo.
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dueto de la cultura del grupo. Este concepto de cultura grupal considera cul es la estructura adquirida por un grupo en un determinado momento, cules son las tareas que se propone, la organizacin que adopta para la realizacin de las mismas y la forma
en que se expresan los conflictos de los miembros del grupo en
relacin tanto a aquella estructura como a la mentalidad grupal.
En ltima instancia "(. .. ) la cultura del grupo es una funcin del
conflicto entre los deseos del individuo y la mentalidad grupal".
(Bion, W. dem; pg. 58).
Bion interpreta en los grupos el contenido de la mentalidad
grupal (supuesto bsico), y los conflictos que de ella se desprenden en relacin a los objetivos de trabajo del grupo y a los deseos
de los miembros del mismo.
La interpretacin dirigida especialmente al grupo como un
todo, y teniendo en cuenta la relacin que establece entre supuesto bsico y fantasa, ha tenido particular importancia en su incidencia en la escuela argentina de grupos.
As, en los primeros aos del trabajo psicoanaltico grupal en
nuestro pas, se interpretaba al grupo como un todo seala ndo
cul era la fantasa inconsciente grupal subyacente al material
manifiesto. Se interpretaba la mentalidad grupal bajo la consigna de interpretar la fantas a inconsciente grupal.
Bion esboz la diferencia conceptual en la comprensin de los
distintos niveles de fantasa presentes en la dinmica grupal, diferencias que fueron desarroliadas posteriormente, del mismo modo
que fueron r econocidas las diferencias en cuanto a estructura y
contenido.
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Captulo 111
El imaginario grupal
MARCELO LUIS CAO
MARTA L'HOSTE
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les. Comienza a responderse, retomando y jerarquizando las postulaciones de Bion, en cuanto ste pone en el centro a las fantasas, apoyndose en dos polos: el sociolgico (el grupo como realidad) y el psicolgico (el grupo como fantasa). Desde este ltimo
polo, los individuos comparten la creencia en la existencia de un
grupo como realidad, ms all de los integrantes que lo forman,
y que ser objeto de una investidura libidinal y de una representacin, dando lugar a que en cada subjetividad se suscite"(. .. ) una
conciencia de ser manejado por fuerzas tan difciles de controlar
como de definir ..." (Op. cit., pg. 285). Esta dependencia es la marca indeleble que seala a quello que entre los sujetos se ha armado y de lo que ninguno puede salir sin la ayuda o la oposicin de
los otros.
La propuesta inicial que estatuye Pontalis ser el primer jaln
en el largo recorrido que dar la escuela francesa en su aproximacin psicoanaltica a una lectura de lo grupal. Didier Anzieu en la
obra que dedica a esta cuestin, El grupo y el lnconciente (que lleva por subttulo L o Imaginario Grupal), lo deja planteado desde
el inicio cuando dice que si bien "( ... )un grupo es un objeto de catexia pulsional. .. esta idea seguir siendo insuficientemente utilizable, tanto e n la teora como en Ja prctica, hasta que encuentra
el complemento indispensable a su operatividad en el nuevo enunciado que propongo" (Anzieu, D. 1986 pg. 16) y que consistir en
la incorporacin a la teora de la dimensin imaginaria, que de
ahora en ms ser indispensable para la comprensin de la dinmica grupal.
3.1. LAENVOLTURAGRUPAL
La inclusin de lo imaginario en las teorizaciones de lo grupal
desplaza el eje de coordenadas desde donde se enfocaba su lectura. La pregunta sobre qu es lo que para los individuos representa un grupo, remite indefectiblemente a la cu estin de comprender qu es lo que se pone en juego de los psiquismos individuales,
que permite la construccin de esta representacin de grupo. Anzieu
plantea que "Un grupo es una envoltura gracias a la cual los individuos se mantienen juntos" (Ibdem, pg. 13) y que sin esta envoltura puede existir un agregado humano pero no un grupo.
La envoltura, al igual que una membrana, presenta dos caras:
una a la manera de un filtro, hacia la realidad externa (fsica y
social ) organizada por un entramado de reglas (implcitas o expl38
citas), de costumbres, de ritos, de actos y prcticas; encierra pensamientos, palabras y acciones que permiten que el grupo defina
un espacio interno y una t emporalidad propia que estructura una
trama imaginario-simblica.
La otra cara, vuelta hacia la r ealidad interna de los miembros
del grupo, est formada por la urdimbre de los movimientos de
exteriorizacin e interiorizacin de sus formaciones inconcientes
(grupos internos, vida fantasmtica, tpica subjetiva).
A m edida que aborda la dimensin imaginaria en los grupos,
Anzieu va apuntando algunos conceptos que empiezan a esclarecer esta temtica. Lo primero que destaca es que el grupo es una
puesta en comn de las imgenes interiores y de las angustias de
los miembros. Por lo tanto, el grupo es un lugar de fomento de
imgenes que trasuntan en sentimientos y emociones que excitan
o paralizan la actividad grupal, sea sta cual fuer e, y que generan fenm enos de unidad, de disgregacin, de defensa, apata o
resignacin. La violencia de estas emociones, el poder de las imgen es qu e las desencadenan o mantienen, son algunos de los fenmenos de grupo ms potentes y misteriosos.
Por otra parte, el grupo es una amenaza primaria para el individuo debido al ataque a la identidad que gener a la desper sonalizacin que produce la entrada al mismo: "( ... ) la angustia de la
unidad perdida (. ..) hace surgir los fantasmas m s a ntiguos, los
del desmembramiento(. ..)" pbd. pg. 55). Los participantes reconstruyen su ilusoria unidad yoica suprimiendo esta fantasa de rotura y colocando en su lugar otra, que la s upera y que se conforma
como una metfora de aquella (cuerpo, mquina, etc.).
Estos conceptos (imgenes, unida d yoica, desmembramiento)
nos ponen frente a la problemtica del narcisismo, en su dimensin especular dentro del campo identificatorio. La s uperacin de
la vivencia de desmembramiento que refiere a un cuerpo despedazado con la consecuente constitucin de una unidad yoica ilusoria, se produce durante el esta dio del espejo.
La preeminencia del funcionamiento a modo del Yo Ideal que
tiene el infans perman ecer intacta en algn estrato psquico y
se pondr a la orden de los fenmenos grupales cuando las vivencias de despersonalizacin y desmembramiento se activen en las
fases iniciales de la formacin de un grupo. De est as primeras
imgen es se desprenden las representaciones idealizadas del grupo, construidas mediante la proyeccin del yo ideal que configuranin lo que ms a delante se teoriza como ilusin grupal.
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Otra va para pensar acerca de imagen es en referencia a ilusin. Ilusin no se asocia a error ni a oposicin, sino a prescindencia de la realidad (Freud, S. 1927). En el campo de la grupalidad
se constituir como un fenmeno muy particular conceptualizado
con el nombre de ilusin grupal.
Estas aclaraciones ayudan a contextualizar el camino que
Anzieu despeja para que la analoga entre sueo y grupo h aga su
aparicin. Plantea en relacin al deseo, que si el sueo nocturno
es una realizacin alucinatoria del mismo, el grupo es su realizacin imaginaria. En ambos, el proceso primario es el dominante
a pesar de su fusin con el secundario, o sea que el grupo, como
el sueo, es el debate con una fantasa subyacente. Por lo tanto,
los humanos vamos a los grupos igual que al dormir entramos en
el sueo, esto implica que, desde la dinmica psquica, el grupo
es un sueo.
Anzieu desarrolla tres enunciados que condensan el paralelismo entre el grupo y el sueo desde la dinmica psquica.
En primer lugar, el deseo realizado en el grupo y en el sueo,
es un deseo reprimido con anterioridad: son deseos que al no ser
satisfechos en la vinculacin con los otros, son retrasladados al
grupo. Como lo demuestra la pandilla de adolescentes que se desmorona con la instauracin de relaciones amorosas, por efecto de
la dilucin del apuntalamiento que se estableca entre los sujetos
del mismo sexo.
En segundo lugar, el deseo que se realiza tanto en el sueo como
en el grupo, es un deseo infantil reprimido. Anzieu recuerda que
los nios cuando se agrupan juegan a ser adultos, mientras que
los adultos bajo la proteccin del contexto grupal exteriorizan sus
aspectos infantiles, regresin caracterstica de todo grupo.
El tercer enunciado alude a que el deseo, tanto en el grupo
como en el sueo, tiene un sentido desconocido y anuncia las formas en que intentar realizarse. Las acciones que se dan en ambos
son desplazamientos, condensaciones y representaciones simblicas de deseo.
3.3.1. LARESONANCIAFANTASMTICA
La circulacin de fantasas, la atribucin y distribucin de lugares a ocupar segn el guin de las mismas se establece desde que
el grupo existe. Una fantasmtica circular entre sus miembros
al igual que en toda relacin entre sujetos: "El vnculo interhu42
mano primario en la pareja, el grupo, la vida social, es la circulacin fantasmtica (. .. )'' (Anzieu, D. 1986, pg. 202).
Los integrantes de un grupo intercambian fantasas y ste a su
vez"(. .. ) es un lugar de fomento de imgenes" {Ibdem pg. 43). Efectivamente, la fantasa tiene una particularidad, est relacionada con
las imgenes y stas con la mirada. La mirada que es el primer elemento de coordinacin del espacio en relacin a la prematurez humana, ejerce una funcin de anticipacin, organiza un campo visual, y
es el primer elemento de control y contacto con el mundo externo, a
la vez que el primero de aprehensin libidinal. La fantasa, entonces,
se manifiesta como una disposicin visual y dramtica.
La circulacin fantasmtica se producir en tanto los sujetos que
forman parte del vnculo, de la pareja o del grupo puedan ofrecer y
aceptar los lugares y roles que corresponden a la estructura de su
fantasa. Para esto ser necesario que haya un mnimo de tejido vincular o grupal que permita la expresin de la dramtica que representa a dicha fantasa inconciente. Este tejido se constituir en tanto lo que se despliegue en el grupo, o sea en lo intersubjetiva, tenga
un correlato en el aparato psquico de cada uno de los miembros. Es
en este sentido como R. Kaes (1976, 1985) teoriza el carcter grupal
de la fantasa y como sta puede ser dramatizada en el espacio imaginario del grupo. Pero para que la circulacin fantasmtica se ponga en juego es necesaria esta vibracin conjunta entre las fantasas
individuales denominada resonancia fantasmtica. 7
E sta consiste en"(. .. ) 'el r eagrupamiento de algunos p articipantes en torno a uno de ellos, que a travs de su manera de ser,
sus actos, sus ideas, ha hecho ver o ha dado a entender una de sus
fantasas individuales inconcientes" (Ibdem pg. 204). No se trata de un acuerdo, que apuntara a algo conciente, sino de una convergencia, eco o estimulacin mutua. La r ed de lugares ofrecidos
ser a ceptada y puesta en juego a nivel de la dramtica siempre
que otros participantes se identifiquen con alguno de esos lugares, en la r eactu alizacin de sus propias fantasas.
Si retomamos el planteo de que todo sujeto entra al grupo como
a un sueo, y por lo tanto lleva deseos a satisfacer, podremos vislumbrar cmo la aceptacin o el rechazo de la oferta de una determinada dramtica se produce como resultante de las fuerzas desiderativas en juego: "Como portador de un deseo reprimido, una
7 El con cepto de resonancia inconsciente fue esbozado por primera vez por S.
Foulkes y el de resonancia fantasmtica por H. Ezriel.
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fantasa suscita, en aqul ante quien se devela, el horror, la fascinacin o la indiferencia, segn despierte en este testigo, que se
siente invitado a convertirse en actor, una violenta condenacin
por el Superyo o un deseo anlogo hasta ahora latente pero dispuesto a arder si se lo solicita o por ltimo, eficaces mecanismos
de defensa, especialmente de denegacin" (Ibdem pg. 205).
Posteriormente, la temtica de la resonancia fantasmtica ser
retomada y retrabajada por R. Kaes. Este autor describir los distintos enfoques que de este concepto se desarrollaron desde su
aparicin, delimitando tres momentos. Una primera perspectiva,
caracterizada como estadstica, se basa en la existencia de una
fantasa comn:"(. .. ) por lo tanto varios participantes tienen en
comn un contenido fantasmtico idntico" (Kaes, R. 1976 pg.
183) como se desprende de los desarrollos de H. Ezriel. La segunda es de tipo funcional y"( ... ) destaca las propiedades escnicas
de la fantasa y el papel inductor de un miembro del grupo, portador de aquella" (Ibdem pg. 184) como lo enunciaraAnzieu. La
tercera perspectiva, introducida por el propio Kaes, permite la
exploracin de las propiedades estructurales de la fantasa que la
ubican como organizadora del grupo; en este caso se plantea que
la fantasa misma est estructurada como un grupo.
De lo consignado se desprende que el concepto de resonancia
fantasmtica tiene un lugar destacado, en tanto funciona como
un divisor de aguas en la teora psicoanaltica grupal, ya que a
partir de su enunciacin qued definitivamente sepultada la teorizacin acerca de una fantasa inconciente grupal, de la que anteriormente nos hemos ocupado. A partir de este momento, se inicia un nuevo perodo dominado por la idea de que en los grupos
las fantasas puestas en juego son individuales, aunque pueden
ser compartibles si estn ms cercanas al polo de lo primario, pero
an as siguen siendo individuales. La vuelta de tuerca que da
Kaes con la estructura grupal de la fantasa, el aparato psquico
grupal y la idea de un sujeto surgiendo del grupo (Kaes, R. l993a)
termina de configurar, por un lado un campo indito para la investigacin psicoanaltica, a la vez que una mirada multidimensional de lo intrapsquico.
De este recorrido, a travs de la gnesis y el desarrollo del concepto de lo imaginario se desprende claramente cmo su inclusin
en el campo de lo grupal permiti abrir una nueva dimensin en
la perspectiva del trabajo con grupos e instituciones en general y
del psicoanlisis en particular.
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Captulo N
Fantasa y grupo
DIANA KRDON
LUCILA EDELMAN
El concepto de fantasa ocupa un lugar relevante desde el punto de vista de la comprensin de las representacion es psquicas y
de la organizacin de los procesos gru pales. Las diferentes escenas significativas, placenteras o displacenteras, que pueblan la
vida psquica, presentes en los sueos, en las ensoaciones, en los
delirios, en la base de las actuaciones perversas, as como ladramatizacin espontnea de guiones que parecen prefabricados conjuntamente por los miembros del grupo, ponen en evidencia, en
la experiencia clnica individual o grupal, la presencia de las fantasas. Todos los autores y escuelas que se han ocupado del trabajo psicoanaltico con grupos, consideran a la fantasa como uno
de los factores bsicos del imaginario grupal. Sin embargo, tienen
diferencias fundamentales en cuanto a la concepcin de su estat uto desde el punto de vista de los fenmenos y procesos grupales. Estas diferencias van desde la concepcin de la existencia de
una fantasa inconsciente grupal, h asta la hiptesis del papel de
la fantasa como organizador del grupo.
DEFINICIN
P ara La planche y Pontalis (1967), la fantasa constituye: "(. .. )
un a escenificacin imaginaria, en la que se halla presente el
sujeto y que representa , en forma ms o menos deformada por
los procesos defensivos, la rea lizacin de un deseo, y en ltima
instancia de un deseo inconsciente." La vida de una persona aparece m odelada o estructurada por una determinada fantasmtica. Esta fantasmtica bsica constituye - retomando una expre45
sin de Freud en La interpretacin de los sueos- lo que se denomina realidad psquica, diferente de la realidad material y de
los pensamientos de m ediacin. Esta fantasmtica bsica tiene
un pa pel importante en la estabilidad y organizacin de la vida
psquica.
Las fantasas pueden ser conscientes o inconscientes. Los ensueos diurnos, ciertas imaginarizaciones perversas o delir antes,
constituyen fantasas conscientes o preconscientes.
Las fantasas inconscientes son estructuras subyacentes a un
contenido manifiesto, y constituyen el contenido primario de los
procesos mentales inconscientes. En el sntoma neurtico, por
ejemplo, existen elementos visuales, cenestsicos, auditivos, es
decir, elementos de carcter perceptual organizados a la manera
de una escena en la que est presente un deseo prohibido y un sistema defensivo.
El desarrollo del sujeto se produce a lo largo de una relacin
d e oposicin entre las exigencias del mundo externo y las del
mundo interno. La fantasa es una de las formas de organizacin de la vida psquica en la que predomina el principio de placer, la tendencia a la satisfaccin ilusoria del deseo inconsciente, aunque la presencia de mecanismos de defensa promovidos
por el principio de realidad, evidencia la necesidad de realizar
t r a n sacciones.
CARACTERSTICAS DE LA FANTASA
Siguiendo a Laplanche y Pontalis, se puede decir que la fantasa,
1) constituye escenas organizadas, susceptibles de ser representadas, en forma casi siempre visual;
2) el s ujeto est siempre presente, como protagonist a o no, an
cuando parezca excluido;
3) lo representado no es un objeto al que tiende el s ujeto, sino
una secuencia de la que form a parte el propio sujeto; secuencia en la que hay atribucin de roles y en la que puede existir permutacin de los mism os. Si se enuncian en una frase,
el sujeto puede estar en el luga r del sujeto, del verbo o del
predicado;
4) la fantasa es asiento de operaciones defensivas, especialmente de las ms primitivas, como la vuelta contra s mismo, la
transformacin en lo contrario, negacin, pr oyeccin, etc.;
5) las defensas existen por la funcin primaria de la fanta sa, que
46
_______________
Inconsciente
__.,...._________________
Preconscientc consciente
'V'2
'V'2
FANTASAS
ORIGINARIAS
SECUNDARIAS
48
51
FANTASAS SECUNDARIAS
Las fantasas secundarias dependen de la histor ia personal.
Pertenecen , como sealamos precedentemente, al inconsciente
r eprimido o al sistema consciente-preconsciente. Las fantasas
secundarias inconscientes son producto de la represin secundaria de fantasas diurnas conscientes. El sujeto est presente en
primera person a. El ensuefio diurno es un escenario en el que el
lugar del sujeto es protagnico, invariablemente.
Como sealamos precedentemente, existe un con tinuum entre
las fant asas originarias y las fantasas secundarias. Este continuum determina que si analizamos el contenido de cualquier fantasa secundaria compleja podemos llegar, por reduccin, a encontrar una fantasa originaria. P ero si nuestro inter s incluye el
reconocimien to de lo subjetivo, individual, esta reduccin slo da
cuenta de una parcialidad, y no a bre el acceso al reconocimiento
de lo particular y diferente de cada sujeto.
fl2
53
Ms precisamente esta autora define a la fantasa como el vnculo activo entre instinto y mecanismo del yo. El instinto es un
proceso psicosomtico limtrofe que tiene un fin corporal dirigido
a objetos externos. Y los mecanismos del yo son trminos abstractos que definen m todos fundamentales de funcionamiento de la
vida mental, tales como la proyeccin y la introyeccin.
Por lo tanto, la fantasa es el vnculo entre el impulso del ello
y el mecanismo del yo por el cua l uno se t ransmuta en el otro.
"Quiero comerme tal cosa, y por lo tanto ya la he comido", es as
una fantasa que representa al impulso del Ello (instinto) en el
psiquismo y, simultneamente, es la experiencia subjetiva de un
mecanismo del Yo (introyeccin).
Al ser, en primer lugar, r epresenta ntes psquicos de los instintos, las fantasas se elaboran y expresan a travs de la experiencia. Las fantasas inconscientes, para M. Klein, ejercen una influencia continua durante toda la vida, en todas las personas, marcndose las diferencias individuales y l os diferentes tipos d e
estructuracin psicopatolgica posible, por el carcter especfico
de las fantasas dominantes, por el deseo o ansiedad asociados a
ellas, y por su interrelacin mutua y con la realidad externa.
FANTASA Y GRUPO
As como la fantasa juega un papel estructuran te desde el
punto de vista del psiquismo individual, en el proceso grupal constituye uno de los principales organizadores de los aspectos imaginarios del grupo, los que inciden en la manera como ste aborda su tarea manifiesta.
El grupo es un espacio de dramatizacin espontnea, un escenario en el que se r epresentan problemticas de los espacios intrasubjetivo, intersubjetiva y transubjetivo. Por su carcter escnico,
las fantasas son dramatizadas por los miembros del grupo, asumiendo a partir de ello su funcin organizadora del proceso grupal.
En la situacin grupal est n presentes, simultneamente, los
diferentes niveles de fantasa, desde las ms primitivas y fusionales, como las fantasas originarias, hasta las secundarias ms
elaboradas.
Es necesario tener en cuenta que el grupo presenta un doble
aspecto: constituye un espacio de posibilidades progresivas para
los individuos que lo componen y para el grupo mismo en cuanto
al proyecto o tarea que se propone, al tiempo que favorece la apa-
54
55
raciones en el contexto inmediato o en el macrocontexto, la presencia de estas fantasas transindividuales es relevante, ya que
dichas condiciones del funcionamiento grupal favorecen especialmente la prdida de los aspectos ms discriminados de la
identidad personal en favor de los aspectos ms indiscriminados, ms fusionales.
As, en estos momentos regresivos, en los que se presentan las
angustias ms primarias de indefensin, de desamparo, de aniquilamiento, son las fantasas originarias y las de los orgenes, en
las que se pueden descubrir deseos fusionales y defensas muy primitivas, las que organizan el proceso grupal.
El despliegue de estas fantasas en la situacin grupal evidencia, por ejemplo, cmo el grupo, al ser vivido ilusoriamente como
un todo omnipotente, sirve de sustituto imaginario de las primeras imagos parentales, poderosas, capaces de otorgar o quitar proteccin, de apuntalar o desapuntalar el psiquismo infantil; o como
metfora corporal cuya complecin garantiza a sus miembros la
resolucin de las vivencias de inermidad y fragmentacin.
En un nivel anlogo y ms discriminado que el de las fantasas originarias y de los orgenes, estn presentes en un grupo las
fantasas secundarias que corresponden a la historia personal de
cada uno de sus integrantes y constituyen, por lo tanto, elaboraciones individuales. Pueden ser ms claramente identificables en
grupos que tienen un funcionamiento prolongado, y en los que se
busca o se posibilita una mayor discriminacin de sus miembros,
como por ejemplo, un grupo teraputico.
En el grupo teraputico se produce un despliegue del grupo
interno de cada paciente en la estructura de roles grupal. Se establece as un abanico de roles que permite asumir posiciones complementarias a los miembros del grupo en la dramatizacin de sus
fantasas secundarias.
Es decir, cada miembro del grupo tiene una determinada fantasa, asumiendo un determinado rol que incluye varios lugares
o posiciones. En el grupo esa persona tender a identificarse con
alguna de las posiciones de su fantasa asumiendo un determinado rol en la escena, e intentar que los otros asuman los roles que
l requiere para poner en escena su fantasa.
El contenido de su fantasa puede, por resonancia, activar
fantasas en los otros miembros del grupo, que asumirn o no
roles complementarios, intentando poner en escena sus propias
fantasas.
1)6
Si el mecanismo funciona, varios o todos los miembros del grupo van a construir una estructura de roles complementaria que
permitir dramatizar una escena vincular, que conesponde a difer entes fantasas secundarias de cada uno. Uno o ms miembros
del grupo pueden quedar afuera de esta dramatizacin, si las fantasas no encuentran resonancia en ellos. La resonancia fantasmtica permite entonces el anlisis, en la situacin grupal, de las
fantasas secundarias.
Toda dramatizacin secundaria incluye fantasas ms regresivas, ms cercanas al polo de las originarias, pudiendo reducirse finalmente a pares antitticos elementales.
Si bien describimos el fenmeno de la resonancia fantasmtica referido a los grupos teraputicos por la importancia que reviste para el trabajo interpretativo, se trata de un mecanismo presente en cualquier grupo.
Estamos trabajando actualmente en la problemtica de los
aspectos transindividuales de la fantasmtica edpica. Esta problemtica se vincula con la investigacin de niveles ms complejos de la transubjetividad.
57
LA CONCEPCIN DE H. EZRIEL
El enfoque de Ezriel (1952) est basado en la teora de las
relaciones de objeto inconscientes tal como fue formulada por
Melanie Klein y retrabajada por V Fairbain. Su hiptesis es que
cuando un individuo se encuentra con otro intentar establecer
un tipo de relacin que tienda a disminuir la tensin provocada
por sus relaciones con sus objetos inconscientes. En el grupo teraputico, cada uno trae a la sesin la relacin con los objetos de
su propia fantasa inconsciente, relacin que es dominante en su
psique en ese momento. Inconscientemen te, cada uno trata de
actu arla, manejando a los otros miembros del gTupo, y colocndose y colocndolos en ciertas posiciones. De esta manera trata
de que cada uno asumo. un rol que le permita aliviar sus tensiones internas. El comportamiento de los otros miembros del grupo parece entonces actuar, sobre cada uno de los integrantes,
como estmulo que h ace a p arecer en su mente reacciones nacidas de sus fantasas inconscien tes. Cualquiera sea el contenido
manifiesto de lo que se dice en un grupo, aparece un problema
grupal comn subyacente, una tensin grupal comn inconsciente para el grupo, que determina el comportamiento del mismo.
Ezriel denomina a esta tensin grupal comn como el denominador comn de las fantasas inconscientes dominantes de todos los
miembros.
Al comenzar una sesin grupal, el comentario de alguno de sus
integrantes puede o no ser tenido en cuenta por los otros, segn
"encaje" o tome contacto, o no, con la fantasa inconsciente de algn
otro. Si es tomado tambin por un tercero, se puede convertir en
un tema que "prende en el grupo". Cuando eso ocurre es porque
un aspecto de este tema representa algo en relacin a la fantasa
predomina nte en cada miembro del grupo, que asumir un papel
particular determinado por su estructur a de personalidad y por
sus fantasas sobre las relaciones del grupo.
Cada miembro aceptar un papel asignado por otro solamen te si este papel coincide con su propia fantasa inconsciente, y si
le permite asignar a los otros papeles que le convienen a l.
La tensin grupal comn in consciente llevar a interacciones
m anifiestas entre los diferentes miembros del grapo, interacciones que tienden a resolver o disminuir el aspecto de la tensin
individual de cada uno que est incluido en ese denominador
comn. El denominador comn est referido en este caso a los con58
59
LA CONCEPCIN DE REN
KAES
61
1
en el car cter estructural de la fantasa. Este carcter estructural est dado por la existencia de diferentes posiciones, por r eglas
que regulan su funcionamiento y por las propiedades atributivas,
distributivas y permutativas que determinan la configuracin de
un sistema de roles.
La fantasa, dotada de una estructura grupal, constituye para
Kaes, uno de los organizadores de la representacin psquica del
grupo y, al mismo tiempo, organiza el proceso grupal.
R. Kaes llama la atencin sobre el carcter desubjetivado del
escenario fantasrntico originario, el carcter impersonal general
de las fantasas originarias y el nmero restringido de formas que
puedo r evestir. Estas caractersticas permiten al sujeto entrar, sin
que impor te dnde, en la escena y ocupar en sta un lugar, sea el
que fuere, sucesiva y simultneamente.
Las fantasas originarias constituyen, para Kaes, la estructura de relacin bsica que soporta el vnculo y las posiciones tpicas en los grupos, siendo la fantasa de escena primaria el modelo privilegiado a partir del cual se organiza la presencia de las
otras fantasas originarias.
El papel organizador de la fantasa en los procesos grupales
se a poya en:
a) la estructur a escnica: escenario de drama tizacin que propone objetos de investidura pulsional a los miembros del grupo;
b) su organizacin grupal: su estructura escnica permite mltiples entradas, hay atribucin de lugares y permutabilidad de
los mismos; constituye una relacin organizada por una articulacin de los trminos con el conjunto. La atribucin de lugares en la escena fantasmtca permite reducir la angustia de
no asignacin, que padecen los miembros del grupo, especialmente al comienzo del proceso grupal. La permutabilidad de
lugares favorece el proceso identificatorio.
Kaes no diferencia e ntre protofantasas y fantasas de los
orgenes. Pensam os que sus formulaciones se aplican a ambos
t ipos de fantasas, teniendo en cuenta la similitud de estructur a y el carcter transubjetivo de ambas. Coincidiendo con Laplanche y P ontalis (1964), seala que la fantasa de los orgenes es
una formacin del inconsciente de un sujeto nico, pero tambin por su frecuencia, su generalidad y su origen , una pertenencia colectiva.
Pero, en tanto J. Laplanche y J. B. Pontalis enfatizan el carcter mixto de la fantasa teniendo en cuenta slo los aspectos estruc-
62
Kaes seala que en la recitacin del mito o en el ritual, quedara marcado que la causa del problema "ya ha sido dicha". Y
que el sujeto, sealado en su aspecto transubjetivo y abierto al
grupo se puede sentir contenido. A partir de esto, la persona puede ser actora y sujeto de su fantasa individual. El ritual o el
mito, marcan el lmite del espacio comn en el que queda depositada la fantasmtica originaria, del zcalo fusiona! construido colectivamente que constituye la base de sociabilidad necesaria para sostener los niveles ms discriminados . El concepto
de zcalo inconsciente fue desarrollado por J. I:>uget e l. Berenstein (1988) para referirse a fenmenos fusionale s a nivel de la
pareja. 10
64
65
Captulo V
l. INTRODUCCIN
El concepto de grupo interno est en el centro de una conceptualizacin psicoanaltica del fenmeno grupal. Si una de las condiciones para la existencia del grupo es la presencia en sus miembros de una comn representacin interna del conjunto al que pertenecen, el concepto de grupo interno pretende dar cuenta de la
descripcin y funcionamiento de esa representacin, desde un enfoque estrechamente ligado a la estructura de la fantasa inconsciente, y a la constitucin del aparato psquico a partir de la experiencia grupal.
68
nterna y la externa- se evidenciara el malentendido, considerado como manifestacin patolgica (en la terapia familiar, por ejemplo). "El grupo es un conjunto de personas articuladas por su mutua
representacin interna. Representacin sta que sigue las caractersticas del modelo dramtico" (op. cit., pg. 189). Subrayo en
esta frase de Pichon-Riviere lo de conjunto de personas articuladas por su mutua representacin interna. La escena representa a
personajes interactuando, m s all de sus funciones instanciales
especficas (Ello, Yo, Superyo, por ejemplo). Dice ms adelante en
este mismo trabajo "La dialctica interna es la dialctica del grupo cuya crnica( ... ) es la fantasa inconsciente 12 . Por dicha dialctica cada integrante alcanza una totalizacin, una sntesis, que
hace al grupo como grupo, que lo constituye. La tarea-sentido del
grupo- y la mutua representacin interna hecha en relacin con
la tarea, constituyen al grupo como grupo. La tarea es la marcha
del grupo hacia su objetivo, es un hacerse y un hacer dialctico
hacia una finalidad, es una prah.is y una trayectoria" (p. Cit., pg
189). Es importante la sntesis que logra Pichon-Riviere entre la
conceptualizacin psicosocial de tarea, como organizadora del grupo, y la mutua representacin interna, como la otra variable que
encontraremos siempre presente en un contexto grupal.
En resumen: Pichon-Riviere retoma la conceptualizacin psicosocial de G. Mead, de formacin del s-mismo a partir de la internalizacin del contexto social (grupal) en que se origina, enriquecindola con aportes pro\fenientes del psicoanlisis, en especial el
kleiniano, concernientes a la fantasa inconsciente. El grupo interno es el r esultado de tal internalizacin. Reflejo de los personajes
a partir de los cuales se ha constituido, reproduce, en el interior
del sujeto, los vnculos significativos de su infancia, a partir de la
experiencia internalizada de la vida familiar. El grupo interno
est constituido por imagos de estos objetos familiares, relacionados a travs de una compleja r ed vincular, agrupados en escenas
dramticas significativas, que son la esencia de la problemtica
inconsciente. Pasibles de ser proyectados sobre el grupo externo,
12 Es interesante cotejar esta afirmacin con Ja de ,J. -B. Pontalis (1963), en su
romcnlario sobre los a porles de Bion: "(. .. )Si en el campo sociolgico, es cierto
que el grupo es una realidad especfica. cuando funciona como tal en el campo
del psiquismo individual -modalidad y creencia que toda la psicosociologa tienclC' precisamente a fortificar- opera efectivamente como una fontasfa". Cuando
varios de los sujetos de una serie compartan esta fantasa, se habr n dado las
condiciones para que C'sta serie 1;:e transforme en un grupo.
69
producen fenmenos transferenciales, cuya elucidacin e interpretacin forman la materia prima del proceso de curacin. El malentendido, resultado de estos fenmenos de transferencia, surge de
la mayor o menor distorsin que se produce en la percepcin de
los vnculos en los que participa el sujeto, a partir de su proyeccin sobre ellos de estos engramas vinculares internos. La posibilidad de compartir una imago acerca de determinado contexto grupal, as como la tarea dirigida a una praxis, es lo que constituye
al grupo como tal.
2.2. VENTAJAS DEL CONCEPTO
El trmino acuado por Pichon-Riviere y difundido pronto en
el ambiente psicoanaltico grupal, tiene, como vimos, raigambre
en la psicologa social y en el psicoanlisis. Puede considerarse
como una forma de describir la fantasa inconsciente, que no se
contradice con la descripcin que de ella hiciera S. Isaacs o el mismo Freud. Sin embargo, hay un matiz de diferencia.
El acento puesto en la cosa Jrupal, en el origen vincular de la
fantasa (enfoque que retomaremos R. Kaes y yo mismo) hace que
esta teorizacin aparezca como especialmente aplicable a la comprensin psicoanaltica de los grupos, en la que Pichon-Riviere
estaba especialmente interesado, y de Ja que fue un pionero entre
nosotros . El tema ya haba sido encarado por Freud en Psicologa
de las Masas y Anlisis del Yo (1921 ), cuando hablaba de la identificacin en los fenmenos de masa, y especialmente en la Introduccin, al remitirse a la relacin entre la psicologa social y la
indiv idual: "En la vida anmica del individuo el otro cuenta, con
total regularidad, como modelo, como objeto, como auxiliar y como
enemigo, y por eso desde el comienzo mismo la psicologa individua] es simultneamente psicologa social en este sentido ms
lato, pero enteramente legtimo".
70
especialmente las definidas por Freud como fantasas originarias14. En 1976 publica s u libro El aparato psquico grupal, en el
que expone s u te01ia, ya completamente elaborada, sobre los organizadores grupales. Son stos, en lo que hace especalmente a la
organizacin psquica de la representacin del grupo, formaciones de fantasas estructuradas grupalmente.
71
72
73
amplios, psicodrama, etc. Estos grupos son coordinados psicoanalticamente. En el transcurso de su desarrollo pueden observarse
intensas regresiones, que dan paso posteriormente a procesos de
re-identificacin y subjetivacin, con los que culmina la secuencia de la experiencia. Las fantasas puestas en juego en la mayor
parte del tiempo que dura el proceso del grupo se aproximan al
polo de las originarias. Recordemos la caracterizacin que de ellas
hacen Laplanche y Pontalis (1964): universales, no subjetivadas;
el sujeto est siempre presente en ellas pero no en primera persona. En el momento en que los participantes del grupo ven diluir
su identidad, para sumergirse en los fenmenos de la ilusin grupal (D. Anzieu, 1986), de la fusin en un conjunto idealizado, las
fantasas correspondientes no son las que sostienen una identidad individual, sino aquellas que, por su universalidad, pueden
dar lugar a fenmenos de transubjetividad. 1H
Es por esto que R. Kaes habla de grupos internos: uarias formaciones fantasmticas (imagen del cuerpo, castracin, escena
primaria) pueden ser movilizadas en los sujetos, todas ellas con
la caracterstica mencionada de no subjetivacin, todas previas al
complejo de Edipo, anteriores por lo tanto a la total asuncin de
la identidad sexual 19. Se trata de un modelo ptimo para dar cuenta de lo que ocurre en estos grupos de formacin, modelo surgido
precisamente de la observacin de ellos a travs del dispositivo
analtico.
Pero qu pasa en otro dispositivo, aqul que utilizamos en la
terapia analtica grupal, una de cuyas caractersticas es un tiempo de duracin mucho ms prolongado? Debemos tener en cuenta una diferencia fundamental: los efectos propios de un grupo de
formacin surgen de la misma combinacin grupal; pasa lo que
pasa por el solo hecho de haberse reunido un conjunto de individuos con un determinado encuadre, intensivo y de duracin rela18 No sostenemos la existencia de formaciones lransindividuales, previas al
sujeto mismo, constituyentes de un "ncleo duro del inconsciente". S, pensamos
que el carcter de lus fantasas prmitivas a que conducen el proceso de regresin ,.rrupal, por el
monto de discriminacin entre sus trminos, y por el
hecho de que constituyen In marca de experiencias compartidas por todos los
seres humanos, produce ese tipo de fenmenos que calificamos de transubjetivos y que definimos en el Captulo VIII, nota al pie N 42.
19 Recordemos que Freud, en "Psicologa de las masas ... " a firmaba que en los
contextos grupales predominaban los vnculos homosexuales sobre los heterosexuales.
74
4.1. DEFINICIN
Denomino grupo interno (en singular) a la estructura triangular que da cuenta de la identidad personal de un s ujeto, al
esqueleto de fantasa en que l la apoya. E s aquel argumento
20 En trminos relativos, por supuesto: la identidad personal no termina nunca de cerrarse totalmente.
75
77
grupo interno que toda fantasa tiene una estructura bsica, independiente de su contenido (aunque no existe sin ste), que remite
en ltima instancia a este modelo de vnculo fusional. Concuerdo
con la hiptesis sostenida por Laplanche y Pontalis (1964) de que
el deseo no est personalizado en las fantasas ms primitivas; si
bien en el modelo que propongo hay un lugar deseante y otro que
funciona como aquello que es deseado, el fin ltimo del proceso es
la desaparicin de la distancia entre ambos lugares. El deseo,
entonces, no aparece personalizado en la escena, pero s forma
parte de su estructura ntima.
4.3. EL ORIGEN DEL GRUPO INTERNO
El origen de la fantasa debe buscarse en las primeras percepciones del nio, despus del nacimiento. La prematuracin del
nio lo coloca en una situacin de dependencia simbitica respecto de los cuidados de la madre. En medio de las vicisitudes de esta
estrecha relacin surge, en la etapa de autoerotismo, la gnesis
de un aparato psquico. Las primeras fantasas tienen en su propia estructura su contenido: con esto quiero decir que lo que las
funda e instituye est plasmado en su argumento y en su fonna 2.
Freud las llam fantasas originarias (en su modelo les atribua
un origen gentico), y describi la de seduccin, la de castracin
y la de escena primaria. La seduccin, en trminos genitales la
iniciacin sexual de un nio por parte de otro mayor o de un adulto, tiene su origen y fundacin en la erogenizacin del beb por
parte de los cuidados y atenciones de la madre (Laplanche, J.
1987). La castracin, que dar lugar a las teoras acerca de la diferencia de los sexs en la etapa flica, en este punto primario surge de la evidencia de la falta, de la prdida de las envolturas maternas. La escena primaria, por ltimo, es la proyeccin en la pareja paterna de la fusin perdida a partir del nacimiento, que el nio
puede reconstruir en apres-coup a partir de la percepcin de la
falta.
Estas fantasas originarias, que tienen una estructura peculiar, entran en una relacin dialctica con la "realidad" de la que
han surgido. Son utilizadas para el reconocimiento de esta realidad, y, a medida que interactan con ella, van complejizando y
23 Me he referido ms ampliamente a este tema en otros trabajos (Bernard, M,
1990, l 99lb, 1994), a los cuales remito al lector.
78
enriqueciendo su contenido. Conjuncin de forma y contenido elemental en el principio, la experiencia las va dotando de un imaginario cada vez ms rico24 . Con el acceso al lenguaje y a las reglas
que ste le aporta (no contradiccin, identidad, etc. ), se separar
un estrato pasible de consciencia - que formar el sistema preconsciente- y otro que permanecer inconsciente. Las fantasas
secundarias son definidas como aquellas que, habiendo sido conscientes en algn momento (ensueos diurnos) h a n perdido esta
cualidad por su asociacin con fantasas originarias, cayendo en
el inconsciente.
El sistema de las fantasas originarias, impregnado de indiscriminacin, hace que en ellas el sujeto no pueda distinguirse (desde su subjetividad) de su objeto. Son el tipo de fantasas que constituyen, en el modelo de Bleger (1967 ), el ncleo aglutinado. La
identidad que el s ujeto puede establecer tomndolas como base
es propia de la sociabilidad sincrtica. El sujeto es su objeto, el
miembro es el grupo. Si retomamos el concepto de grupo interno,
ste y el grupo externo estn en este nivel superpuestos. Aqu la
identidad personal necesita apoyarse en la pertenencia al vnculo real: el nio no puede separarse de su madre, porque d ejara
de ser. La fusin presente en este grupo interno es correlativa con
la falta de discriminacin del sujeto con su objeto, de la que se origina y a la que determina, en un ida y vuelta constante.
Ms adelante, establecida la discriminacin, a la salida del
complejo de Edipo, el sujeto ha elaborado una identidad propia
que se apoya en la diferencia. Como mencionamos antes, los estadios anteriores no desaparecen, permanecen subsumidos en este
estado de discriminacin superior (Bernard, M. 1992). Esto hace
que el camino que se ha hecho en un sentido progresivo pueda
desandarse, sobre todo si la discriminacin no se ha asentado sobre
bases slidas. En estos casos la identidad queda establecida sobre
una clasificacin no pertinente, que da lugar a debilidades y rigideces: una precaria identidad sexual apuntalada sobre una actitud machista, por ejemplo, o una identidad ambigua transformada en una estructura autoritaria o maniquea. El grupo interno
24 De ninguna manera debe considerarse este proceso como lineal: complejos
meca nismos en los que el apri!s-coup tiene un papel decisivo contribuyen a su
De todos modos, es inevitable pensar en una secuencia de menor a
rnuyor complejidad, en la que una cierta organizacin de ti pojacksoniano (nivel<'s mrls complejos subsumiendo a niveles menos complejos) es pensable.
79
tiene entonces caractersticas de rigidez y estereotipo, que pueden transmitirse a la estructura de roles de un grupo, si un sujeto con estos rasgos debe integrarse en l.
Esto ocurre porque toda entrada en un contexto vincular promueve una regresin en el sujeto que la enfrenta. Se reactiva
entonces la secuencia de fantasa en el sentido regresivo. La identidad personal sufre pues los efectos de la regresin cronolgica.
Este fenmeno, que es inevitable, es a su vez insoportable para
sujetos con caractersticas de rigidez y precariedad como las que
describ antes, a los que se presenta la perspectiva de hacer de
esta regresin un "viaje de ida". Un individuo que controla su tendencia a establecer vnculos simbiticos a travs de una actitud
de hiperdiscriminacin de sus objetos, no podr acceder fcilmente a un proceso de enamoramiento, con los efectos de dependencia e idealizacin que lleva implcitos, por el temor a no poder
remontar luego el pasaje a una complejizacin del vnculo que lo
torne compatible con otras exigencias yoicas.
Observamos entonces cmo la identidad personal se va constituyendo a partir de la elaboracin de un grupo interno, con y en
el que el sujeto se identifica: se considerar a s mismo como siente
haber sido tratado, y se dirigir a los dems como cree haber sido
requerido. La identidad, adems, es un proceso mvil y dinmico, en constante elaboracin, crecimiento y transformacin, aunque, como ya lo haba sealado Freud cuando hablaba de las series
complementarias, lo principal de ella se constituye en la niez.
4.4. EL APUNTALAMIENTO DEL GRUPO INTERNO
Bleger (1971) afirmaba que en todo grupo existe un nivel de sociabilidad sinertica. A lo largo de toda la vida, el sujeto se va discriminando, sin conseguirlo nunca totalmente, a partir de ese ncleo aglutinado que constituye su resto de indiscriminacin Yo-no Yo. Lo habamos mencionado ya cuando decamos que esas primeras fantasas
originarias no desaparecen, sino que quedan abarcadas y superadas por las ms evolucionadas. En tanto todos tenemos ese resto de
indiscriminacin sin resolver, el vnculo aparece como el soporte, el
depositario natural de este aspecto de nuestra identidad.
Este apuntalamiento de la identidad personal en el grupo externo puede tener variaciones y vicisitudes diversas. El sujeto puede quedar adherido al grupo tomado como soporte, en lo que describ como identidad por pertenencia: "Soy, en tanto pertenezco"
80
5. UN EJEMPLO CLNICO
Si bien el concepto de grupo interno puede utilizarse en cualquier campo de aplicacin de los grupos, es especialmente til en
la terapia, de donde extraigo este ejemplo, que puede ayudar a
ilustrar lo hasta aqu expuesto.
Si aplicam os a nuestr a paciente lo que hemos desarrollado hasta ahora, tomando el material ma nifiesto que surge de esta entrevista, diremos que en principio, los personajes que menciona (su
marido, ella misma, s u hija) nos dan cuenta, metafricamente, de
s u grupo interno. Este, a su vez, se encuentra en una situacin de
apuntalamiento en la relacin de la paciente con sus objetos externos (con s u gru po externo). E n parte e l grupo interno de Rosa se
ha constituido a partir de la internalizacin de este grupo externo: los personajes de su relato se corresponden con los de su realidad. P ero adems, su grupo interno los precede, y en cierto sen tido los ha configurado. Podemos hacer la hiptesis de trabajo
siguiente: el vnculo de Rosa con su hija es t al vez la reproduccin
del que ha vivenciado con su propia madre, aunque invertido: ahora ella es la que ocupa el polo materno. El padre aparece autoexcluido, lo cual es consecuencia y causa, a la vez, del carcter simbitico que caracteriza la r elacin madre-hija. Rosa ha forma do
as una familia en la que su grupo interno encuentra apuntalamiento. En tanto esto es necesario, est obliga da a re petir una
historia previa. Puede encontrarse un cambio en s u posicin dentro de la estructura: fue hija, ahora es madre, p ero el sentido total
d e la estructura se mantiene.
Rosa ingresa en un grupo teraputico. Y aqu nos encontramos
con algo significativo: hace alianza con sus compaeros de grupo,
cuya atencin monopoliza promoviendo una actitud de exclusin
activa h acia el terapeuta. Sus compaeros representan para ella
a su hij a y r econstruye con ellos una relacin estrecha. Podemos
pensar que el terapeuta excluido es el propio marido-padre. Se
puede ver que lo que ella relataba como una ausencia o abandono del marido coincide, en realidad -si tomamos en cuenta el despliegue transferencia} de su grupo interno- con una exclusin activa de l por parte de ella.
El primer grupo interno que describimos corresponde a una
r ealida d manifiesta de la que Rosa participa y de la que puede
"dar pruebas" a partir de la historia ma nifiesta. En la dramtica
que despliega en su grupo teraputico observamos otra escena que
resignifica el relato de la paciente. Cada una de estas versiones
toma s u sentido pleno de la otra, y pienso que no podemos descartar ninguna de las dos si pretendemos tener una visin completa
de la situacin . No podemos h ablar de dos grupos internos, sino
de un conflicto que se manifiesta entre ambas versiones, que funcionan como las imgenes complementarias pero invertidas que
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Captulo VI
A Andre Cuissard
l. INTRODUCCIN
En 1954, William Golding escribi una novela cuyo argumento narraba las vicisitudes de un gTupo de nios abandonados en
una isla desierta, luego de un accidente de aviacin, en el contexto de una guerra. Seor' de las moscas, el libro en cuestin, es una
obra que agrega a sus mritos literarios el de desarrollar una agudsima aproximacin a la psicologa de esos nios, a partir de la
cual pueden hacerse anlisis interesantes. Un bosquejo de su trama: los nios tratan de organizarse para sobrevivir en el contexto isleo, y lentamente van adquiriendo hbitos que los aproximan a una comunidad primitiva. El barniz de civilizacin se desprende de ellos, y afloran afectos primarios de los que la violencia
no est precisamente ausente. No voy a analizar la metfora que
despliega Golding sobre la sociedad y sus soportes culturales (que
no deja de ser fascinante). Me limitar a tomar algunos fragmentos del primer captulo a fin de ilustrar el tema que nos convocai5 .
25 He hecho un trabajo semejante, con este texto, en el libro que escribiera con
A. Cuissard en 1977 Temn s de psicoterapia de grupo. El anlisis que propongo
ahora tiende a mostrar otros aspectos de los grupos internos. El tiempo transcurrido desde entonces me ha llevado a modificar algunos aspectos de Ja teora
que utilizara entonctJs.
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El ejercicio que sigue es una ejemplificacin de las tesis expuestas, ms que una prueba tendiente a su demostracin.
El fragmento que voy a utilizar pertenece a "La voz del caracol", primer captulo del libro.
3. EL EXTRAVO, EL ENCUENTRO
"El nio rubio se dej caer por la roca}' se abri paso hacia la
laguna. Aunque se haba quitado el chaleco de colegio y lo llevaba ahora en la mano, la camisa gris se le p egaba al cuerpo y el pelo
se le aplastaba en la frente. A su lado la larga cicatriz abierta en
la jungla era un bao de uapor. El niiio auanzaba pesadaniente
entre lianas y troncos rotos cuando un pjaro, una aparicin roja
y amarilla, remont r.JUelo velozm ente con un grito de bruja; y a
este grito respondi otro.
- Eh/ se oy. Esp rame!"
Deseo analizar aqu la forma en que Golding plantea su relato. Ciertos elementos de ste aparecen visualizados desde la sub-
jetividad del personaje: "Un grito de bruja ... ". Sin embargo, se
mantiene en todo momento la tercera persona que corresponde a
un observador no participante2s.
La escena muestra un nio desplazndose por un espacio abierto. Ta nto el saco del colegio como la camisa que viste no parecen
adecuados a la temperatura del lugar. El pelo pegado a la frente
r efleja tambin esta desadaptacin ya que confirma la idea de un
clima demasiado caluroso para este tipo de ropa. La cicatriz y su
bao de vapor no tienen por el mamen to explicacin. Su mencin
connota, sin embargo, algn sentido otorgado a s u presencia en
el lugar. El avance pesado da cuenta de lo inhabitual del ejerc26 Es interesante comparar esta situacin con el siguiente t exto: "En el polo
del sueo diurno hay un escenario esencialmente en primera persona, con un
lugar invariable asignado al sujeto. La organizacin es estable merced al proceso secundario, gracias al laslre que le brinda el 'Yo'(moi): como se suele decir, el
sujeto uite su ensoacin. Por el contrario, el polo de la fantasa original se caracteriza por la no subjetivacn as como por la presencia del suje to en la escena:
el nio, por ejemplo, es un personaje entre otros en la fantasa de 'golpean a un
nio" (Laplanche, J. y Pontalis, J.-B., 1964, pg. 75.)
Pienso que la forma del relato de Golding coloca al leclor como un participante del drama, ubic ndolo entre el polo de un soador diurno y el protagonista de
una fantasa originaria: al mismo tiempo observa y viue los acontecimientos.
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co. Un pjaro, "una aparicin roja y amarilla" irrumpe en la escena. Su grito es comparado con el de una bruja.
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claro se puso cabeza abajo y sonri con una mueca a la figura invertida del nio gordo
-Ningn grande!"
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- Shi-aa-ou!
Aterriz en la arena a los pies de Piggy y se tendi all rindose.
-Piggy!
Pig;;_y sonri de mala gana, complacido a pesar de s mismo
ante tanta atencin."
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* * *
Ya he sealado que la inmadurez propia de los nios que protagonizan esta historia favorece el apuntalamiento3 ; de su identidad en el vnculo con los otros. Este despliegue del grupo interno en el externo es, sin embargo, realizado siempre en algn grado. En tanto el grupo interno tiene como una de s us caractersticas
mantener un grado de continuidad de la indiferenciacin Yo-no
Yo, es inevitable que la difraccin38 del adentro sobre el afuera se
realice, en proporciones variables segn el monto de este remanente. Bleger (1971) postul que este zcalo de indiscriminacin
establece lo que llam sociabilidad sincrtica, trasfondo sobre el
que se dibuja la sociabilidad propia del Yo grupal, de la que los
a7 Utilizo el trmino apuntalamiento en el sentido que le otorga R. Kaes (1984),
y que es desarrollado en el Captulo VII.
:l8 Difraccin: "Al lado y en rchtcin con la condensacin y el desplazamiento,
b difraccin es un mecanismo del proceso primario. El mecanismo de la difracl"in aparece, ms precisamente, como una descomposicin de un objeto, de una
imagen o del Yo del sujeto en una multiplicidad de objetos, de imgenes y de Yo,
purcialcs, cada uno representando un aspecto del conjunto y manteniendo con
,,s otrns relaciones de equivalencia o de analoga, de oposicin o de complementariedad, o los momentos de una accin (. . .l". Kacs. R. (1988) "La difraccin de
los grupos internos". Revista Argentina di' Psicodrama. N" 2, 1988, pg. 5.
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Es evidente que el tema que tratamos hasta aqu es inseparable del concepto psicoanaltico de transferencia. Haba ya mencionado que en la determinacin de la actitud de a mbos nios nter39 Me he referido a este fenmeno en mi articulo ''Los grupos burocrutizados"
(1987)_.
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viene la experiencia anterior de cada uno de ellos. Es esta experiencia precisamente la que forma la materia prima de la transferencia. Lo que deseo destacar con la conceptualizacin que adoptara es que esta transferencia, en el campo vincular que deseamos desarrollar, se despliega en escenas que se superponen sobre
situaciones totales. Dejo el tema bosquejado: lo retomar con detalle en otro captulo.
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Captulo VII
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palabra apuntalamiento. Esta ltima tiene una acepcin m:s compleja, que incluye a la idea del apoyo.
Frcud utiliz el trmino alemn anlP.hnung. Este tiene un triple significado: apoyo, modelo y resquicio o entreabertura. Kaes
retrabaja estos tres significados y establece un status particular
del concepto de apunta lamiento.
La idea de apoyo se corresponde con el concepto corriente de
sostn; uno de los trminos soporta al otro, es decir sugiere, aunque no en forma absoluta, un carcter unidireccional en oste caso.
La relacin de apoyatura es recproca y simultnea entre apoyante y apoyado. As por ejemplo el narcisismo de los padres se
apoya sobre el beb y ste, a su vez, apoya su narcisismo en sus
padres.
La idea de modelo tiene que ver con que en la relacin con las
estructuras apoyantes el psiquismo se va modelizando, es decir
que interviene el proceso identificatorio.
En cuanto a la nocin de entrcapertura o resquicio, a la que
Kaes le da gran importancia, sta indica a su vez el lmite y la
continencia entre lo que apoya y lo apoyado. "El concepto de apoyo implca la idea de que los elementos en apoyo estn a la vez
separados y abiertos sobre una de sus fases" (Kaes, R.; 1980a; pg.
94)41 Esto se relaciona con la posibilidad de que distintas instancias jueguen un papel conten edor.
Se trata de un espacio que permite el proceso de transcripcin;
por lo tanto no se trata de la existen cia de un espacio meramente virtual.
Cuando se habla de apuntalamiento se incluye, de esta manera, estos tres aspectos diferenciables y articulados entre s.
El concPplo de apuntalamiento pone el acento en lo que amenaza con caerse y reclama una consolidacin, un refuerzo.
Indica la existencia de un sistema de apoyos mltiples. Parte
de la importancia de con siderar la existencia de una red de solidaridades que sostienen el funcionamiento del psiquismo.
Este apuntalamiento mltiple implica la presencia permanente de un movimiento, movimiento de apoyos y de desapoyas, de
apertur as y cierres, de crisis y de cr eacin. Estos movimienios son
producidos a partir de estructuras relativamente estables, con cierto nivel de complejidad y de caractersticas diferentes entre s .
41 Respetamos la traduccin de Eisa Hm:in, pero en este contexto la palabra
a poyo tendria que ser sustituida por apuntnlamicnto.
102
R. Kaes con sidera que el apuntalamiento se produce en relacin a la estructura pulsional, al cuerpo, a la funcin materna y
paterna, a los grupos, a las instituciones, y, por intermedio de
stos, a lo social en su conjunto.
El apuntalamiento es mltiple, reticular, mutuo y crtico. Los
apoyos no son de idntica naturaleza y por lo tanto el psiquismo
se apoya de manera diferente sobre cada uno de ellos. Como sealamos precedentemente, la cualidad del apuntalamiento es definida por Kaes como una apoyatura en doble apoyo; depende de la
existencia del espacio intermediario de apoyo que es la base del
"contrato de apoyatura". Este contrato implica reciprocidad en el
placer y en el beneficio del doble apoyo. El doble apoyo se produce a travs de la compl ementariedad o del antagonismo.
En cuanto a la idea de entreapertura, Kaes reconoce como antecedentes de su propuesta la problemtica del espacio transcional
de Winnicott en r elacin con la unin y separacin, la del encuadre de Bleger en r elacin con lo continuo y lo discontinuo, y la funcin alfa, contenedora, de Bion en relacin con la cuestin del continente y el contenido.
Consideramos que el concepto de espacio intermediario de apoyo o entrcabertura puede encontrar su equivalente en el concepto de Winnicott sobre espacio transconal. <Winnicott, D.; 1971).
La idea de lo transiconal probablemente da cuenta mejor de las
caractersticas de este espacio. Entre las estructuras de apoyatura tambin existe un espacio.
En cada apuntalamiento aparecen siempre los tres componentes del apuntalamiento: apoyo sobre una base originante, modelizacin, y transcripcin. Esta ltima aparece en relacin a los
movimientos de ruptura crtica.
Las caractersticas del apuntalamiento se ponen en evidencia
con mayor claridad en las situaciones de crisis. El apuntalamiento es en s mismo el modelo de resolucin de stas, a travs, por
de la transformacin de un objeto fusiona! en objeto sexual.
La situacin de crisis implica una prdida, una falta, una rupl ura en relacin a los apoyos con que cuenta el psiquismo.
La crisis puede ser considerada t anto en el desanollo evolutivo
('orno en el funcionamiento permanente del psiquismo. La situacin
clt' crisis coloca al psiquismo ante una vivencia de desamparo.
El concepto de crisis puede articularse con el de transiciona1idad, dado que la transicionalidad implica la existencia de un
cspacio de elaboracin de la experiencia de ruptura tanto en la
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continuidad del s mismo, como en la continuidad de las relaciones con los objetos.
En lo que hace al apuntalamiento del psiquismo, la elaboracin de una crisis puede seguir tres caminos:
1) la sutura o reduccin del espacio transicional;
2) la existencia de un espacio vaco; sto significa una distancia
exagerada en el sistema de solidaridades recprocas;
3) la creacin de un espacio transicional, espacio de la creatividad, en el que se producen los procesos de transcripcin.
Kaes propone, a partir de sus ideas sobre la elaboracin de las
crisis y el desapuntalamiento, que no es posible resolver ciertas
crisis a nivel slo personal, sin establecer las condiciones de un
trabajo psquico a nivel del grupo.
De esta manera el grupo, que es utilizado espontneamente
como recurso durante las crisis (el ejemplo clsico es la adolescencia), en las que se produce una ruptura en la continuidad de las
relaciones psicosociales, es tambin un instrumento privilegiado
para el trabajo teraputico en estas situaciones.
El grupo permite asimismo una experiencia de reapuntalamiento de aquello que no lleg a constituirse como realidad psquica. Y, en ciertas condiciones, este reapuntalamiento es posible.
"El grupo es investido con esta capacidad de albergue psquico,
con la funcin de ser esta psique o de hospitalizar sus partes enfermas, donde se pueda formar lo que no se ha constituido: el lugar
donde las palabras que no fueron dichas, las prohibiciones que no
fueron promulgadas se puedan enunciar y puedan abrirse su camino. La eficacia del proceso de grupo es funcin de su capacidad de
contener y de transformar los objetos internos, de su aptitud para
crearlos y para constituir los eslabones no advenidos en el psiquismo." (Kaes, R.; 1989; pg. 147).
En nuestra experiencia clnica hemos encontrado muchas veces
esta capacidad del grupo de actuar como una nueva matriz de
desarrollo de aquello que no pudo llegar a formarse por fallas en
la evolucin (Edelman, L. y Kordon, D.; 1983). La problemtica
del proceso identificatorio en grupo, directamente relacionado con
este tema, est tratado en otro captulo de este libro.
El grupo funciona como un aparato protsico en las situaciones de crisis y desapuntalamiento. Desde este punto de vista, el
grupo cumple para muchos sujetos una funcin anacltica.
En el desarrollo de esta temtica es importante la influencia
del concepto de P. Aulagnier del contrato narcisista. La autora
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Captulo VIII
EL CONCEPTO DE IDENTIFICACIN
La identificacin es una modalidad del funcionamiento psquico que interviene en los ms variados procesos y manifestaciones:
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en la formacin de sntomas, en el trabajo del sueo, en las fantasas, en los lapsus, en la creacin artstica y otros, adems de
ser, por ejemplo, la condicin de posibilidad del trabajo de duelo,
donde por medio de la identificacin el Yo se ofrece al Ello como
sustituto del objeto perdido.
Por otro lado, la identificacin es tambin un mecanismo formador de estructuras: cuando Freud elabora la segunda tpica,
seala cmo por la va de las identificaciones las otras instancias
se van diferenciando a partir del Ello. Incluso, segn sugieren
La planche y Pontalis 0967), habra sido justamente el descubrimiento del papel que las identificaciones cumplen en la estructuracin del psiquismo y de la personalidad, lo que lo llevara a esa
nueva formulacin.
La nocin de identificacin refiere pues, a un mecanismo principal tanto del funcionamiento como de la estructuracin de lo psquico. Corresponde a un proceso, el proceso identificatorio, y tambin a una resultante, por ejemplo cuando definimos al Yo como
la "sedimentacin de las investiduras de objeto resignadas" (Freud,
S., 1923, pg. 31) que han pasado a constituirlo por medio de las
identificaciones, o como cuando hablamos de la identidad de una
persona.
Pero si el abordaje de esta nocin es complejo, no lo es slo por
requerir que estos diferentes niveles de anlisis sean contemplados, sino tambin y sobre todo porque existen diversos desarrollos psicoanalticos que se han ocupado de ella: unos u otros de
estos desarrollos suponen ciertas variaciones en la concepcin
acerca del psiquismo, e implican tambin diferencias en aspectos
tcnicos. Algunas de estas diferencias abarcan incluso el dispositivo que se puede considerar adecuado, o an el ms adecuado
-como en el caso del abordaje psicoanaltico grupal-, para la emergencia, despliegue y elaboracin tanto de las manifestaciones como
de las formaciones psquicas en juego.
Esas distintas teorizaciones parten evidentemente de los enunciados freudianos, pero en Freud, mientras que hay nociones que
parecen explicar el funcionamiento psquico como si se tratara del
sujeto aislado, separado y hasta casi independiente de los otros,
hay otras nociones en las cuales los otros del sujeto aparecen implicados desde un principio. Algunas de las diferencias tericas a que
hacemos referencia se relacionan, pues, justamente con una diversa concepcin en este punto.
En "Psicologa de las masas y anlisis del Yo", el texto donde
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ciales, primordiales; por tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva accin psquica, para que el narcisismo se
constituya." (1914, pg. 74). Esta nueva accin psquica consiste,
en parte, en la organizacin, la reorganizacin de los elementos
distintos que supone el autoerotismo acoplndolos unos con otros
de manera tal que la relacin entre ellos resulta ms significativa que su dispersin. La nueva organizacin es concomitante de
una nueva significacin. El resultado de este movimiento y de esta
transformacin es el armado de un objeto, el objeto que desde
entonces pasar a ser el Yo para el Ello. Para constituir este objeto, esta nueva unidad, el psiquismo se apuntala en la percepcin
de otras unidades-organizaciones vividas: el cuerpo, el grupo.
En su origen, en su desarrollo, en su representacin, en el ejercicio y en el mantenimiento de sus funciones, hay una estrecha ligazn entre e] aparato psquico y el grupo, entre el yo y el grupo43 La
idea de la organizacin nos parece hacerla ms manifiesta.
La identificacin es, pues, un mecanismo, un proceso y un resultado que posibilita y evidencia la interiorizacin de experiencias
vinculares del sujeto. Desde nuestra perspectiva, la interiorizacin que se lleva a cabo corresponde a una matriz vincular, es decir
a una red de relaciones en la que est ya presente el sujeto mismo, y que incluye al otro, al otro del otro y tambin a objetos inanimados que se han vuelto significativos. Este origen y esta conformacin son los que determinan sus caractersticas grupales y sus
propiedades grupalizantes. 44
EL MECANISMO INTRAPSQUICO
DE LAIDENTIFICACIN
En el exhaustivo anlisis que realiza del concepto de apuntalamiento en Freud, R. Kaes distingue en l tres componentes:"(. ..)
el apoyo sobre una base originante, la modelizacin y, en el movimiento de una ruptura crtica, la transcripcin" {1984, pg. 34).
Teniendo en cuenta "la equivalencia parcial de los mecanis43 Es notable que esta importante y estrecha analoga quedara por aos desapercibida. an cuando de h echo Freud haba encarado en 1921 un anlisis conjunto del Yo y de los grupos en un mismo texto: a veces lo ms evidente resulta
lo menos visible.
44 Los desarrollos tericos de Ren Kaes muestran la existencia de numerosas
formaciones y procesos psquicos "grupales" en el psiquismo individual, pudindose concebir incluso al psiquismo como grupo y como grupalidad.
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mos y de los interjuegos de la identificacin y del apuntalamiento" (dem. pg. 30), nos valdremos pues de estos tres elementos
para el anlisis del movimiento identificatorio.
De hecho, Freud explicita las funciones de apoyo y modelo en
el mecanismo de la identificacin, en diferentes ocasiones: la absorcin de alimentos proporciona un modelo (caniblico) ofreciendo
el apoyo en una funcin orgnica45 ; asimismo, la imagen del padre
(1921, pg. 99) o de los padres (1923, pg. 33, nota al pie) en la prehistoria del complejo de Edipo, funcionando como un ideal, proporcionan tambin, pues, un modelo. Volveremos sobre este punto al analizar la identificacin primaria.
La transcripcin en relacin con la identificacin, aparece en
Freud en La interpretacin de los sueos (1900, pg. 168) cuando
subraya, refirindose a la identificacin en la histeria, una distincin que toma aqu todo su valor: "Por tanto, la identificacin no
es simple imitacin, sino apropiacin (. .. ) expresa un "igual que
( ... )"y se refiere a algo comn que permanece en lo inconciente".
Es decir, no se trata, evidentemente de una copia o reflejo. Apropiacin alude a un procedimiento que tiene lugar en el interior
del aparato psquico, y por el cual algo que no le es propio se hace
propio. Esta apropiacin implica un trabajo psquico de transformacin. Vemoslo con ms detalle.
Las postulaciones de P. Aulagnier nos ofrecen una descripcin ejemplar de este procedimiento: "Por actividad de representacin entendemos el equivalente psquico del trabajo de metabolizacin caracterstico de la actividad orgnica ( ... ) en este
caso, el elemento absorbido y metabolizado no es un cuerpo fsico, sino un elemento de informacin. Si consideramos la actividad de r epresentacin como la tarea comn a los procesos psquicos, se dir que su meta es metabolizar un elemento de naturaleza heterognea convirtindolo en un elemento homogneo a
la estructura de cada sistema" (1975, pg. 23, 24). Y ms adelante: "Podemos aadir que los elementos que no fuesen aptos para
sufrir esta metnbolizacin no pueden tener un representante en
45 "Una primera organizacin sexual pregenital es la oral o si se prefiere, caniblica. La actividad sexual no se ha separado todava de la nutricin, ni se h an
diferenciado opuestos dentro de ella . El objeto de unu actividad es tambin el
objeto de la otra; la meta sexual consiste en la incorporacin del objeto, el paradigma de lo que ms tarde, en calidad de identificacin, desempear un papel
psquico tan importante" (Freud, S. 1905, adic. 1915, pg. 180).
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adosen el mundo interno adquieran la cualidad que los h ace consistentes: deben ser confirmados, adems, en el contacto con el
medio externo: la creacin person al debe s-er aceptada, convalidada o cua ndo menos, no desmentida en su modo peculiar de existencia efectiva lparadojal); se trata de que ln metfora s ubjetiva
acerca de los objetos (o del propio Yo) tenga un espacio posible en
el mundo intersubjetivo49 Esta ltima condicin es la que nos permite entonces comprender el papel que lo intersubjetiva juega en
la paradoja de la identificacin: esa relacin particular entre lo
misnw y lo otro, que como veremos define a la identificacin y que
est sujeta desde un comienzo a las relaciones con los otros, sigue
siendo para siempre, aunque de diferente modo en cada sujeto singular, una sujecin que se reedita una y otra vez.
LO MISMO/LO OTRO:
IDENTIFICACIONES PRIMARIAS Y SECUNDARIAS
Al abordar temas como la creacin, el narcisismo, o en nuestro caso, la identificacin, en tanto procesos y formaciones del sujeto singular, surge recurrentemente la idea de la paradoja. Se trata de aspectos que muestran especialmente la integracin efectiva del otro-los otros en la psicologa individual.
Lagache (1955) destac uno de los puntos de vista en que se
muestra lo paradjico de la identificacin: "Se tienen suficien tes
razones para pens ar que la identificacin privilegiada con otro ser
humano es el mecanisrnso que permite la sntesis de las mltiples identificaciones que preceden la unificacin del yo. Paradoja
singular, la unificacin y la afirmacin del yo, que parecen lo contrario y el lmite de la identificacin, lo. suponen".
Una y otra vez, las indiferenciaciones, diferenciaciones y paradojas resultan lugares obligados cada vez que se intenta dar sentido a la idea de identificacin. En psicoanlisis estas cuestiones
se evidencian en la descripcin y distincin de las identificaciones
primarias y secundarias.
LAIDENTIFICACIN PRIMARIA
Es definida por Freud como: "( ... ) la forma ms originaria de
49 Ta l como lo han planteado D. Winnicott (1971 ) respecto de la creacin del
objeto lransicional. y P. Aulagnicr (1975) en cuanto a la constitucin <le! Yo.
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ligazn afectiva con un objeto" (1921), siendo entonces una modalidad del funcionamiento psquico de tal fom1a "{. .. ) directa e inmediata (no mediada), y ms temprana que cualquier investidura de
objeto" (1923, pg. 33) que "Al comienzo de todo, en la fase primitiva oral del individuo, es por completo imposible distinguir entre
investidura de objeto e identificacin" (dem , pg. 31).
Las clsicas discusiones acerca del carcter objeta! o anobjetal de la identificacin primaria podran apoyarse, cualquiera que
fuese la posicin adoptada al respecto, en esta aparente contradiccin: la identificacin primaria es una forma de "( ... ) ligazn
afectiva con un objeto" (el objeto existe),"(. .. ) anterior a cualquier
investidura de objeto'' (el objeto no existe).
En la consideracin de una objetalidad o bien de una anobjetalidad en la identificacin primaria, se tra ta, en ltima instancia, ms que de una diferencia de concepcin, de una diferencia
en cuanto a la posicin que adopta el observador: en cualquier
caso, el objeto evidentemente existe en la realidad material, puesto que ningn desarrollo psquico del beb podra seguirse de la
completa ausencia de la madre en cuanto a su disponibilidad fisica y psquica para l. Pero el objeto como tal para el nio, como
parte de su realidad psquica, en la que el objeto est discriminado y tiene carcter de objeto es, tambin evidentemente, un logro
posterior.
Ahora bien, cul es, entonces, la relacin entre la investidura de un objeto y una identificacin cuando consideramos la forma primitiva del funcionamiento psquico? Para Freud, no es posible diferenciarlas desde un comienzo, no antes de que la complejidad creciente del aparato psquico permita una distincin entre
ambos movimientos. Cuando esta distincin sea posible, incluso
podrn llegar a hacerse elecciones de los objetos segn dos moda lidades principa les que no slo son diferentes entre s, sino que
pueden constituir polaridades: el objeto podr ser elegido entonces sobre todo en funcin de cierta diferencia-antagonismo, complementariedad- con el sujeto (eleccin objeta} anacltica o por
apuntalamiento) o bien, por el contrario, sobre todo en base a una
identidad con el sujeto (eleccin objetal narcisista).
De este modo, la identificacin, en un primer momento indiferenciable de la investidura de objeto, podr ser luego distinta de
ella cuando objeto sea distinto de yo, o cuando externo sea distinto de i.nterno.
Y cmo ocurre, entonces, que partiendo de esta indiferencia120
122
so contina de este modo: la secuencia de las ausencias y presencias fsicas de la m a dre resulta un puntal para la representacin
simblica , posterior para el beb, pero ya presente para la madre,
de la simultaneidad de su presencia./ a usencia, aquello que h ace
que, ni su presencia, ni su ausencia, puedan ser absolutas, excesivas. Habr un tiempo, un lugar, en primer trmino sobre todo
material, luego cada vez ms simblico. en que la madre est, pero
sin que esa presencia anule 1a presencia s imultnea del beb.
Habr un tiempo, un lugar, en primer t rmino sobre todo m at erial, luego cada vez ms simblico, donde la m.adre no est, pero
esa ausencia n o es absoluta, no significa una mutilacin , puede
r epresentarse como el no-yo. Esta representacin del no-_yo es concomitante a la r epresentacin del yo, y es el antecedente de lo que
ser el objeto como separa do del yo.
En cuanto a su registro psquico, la indiscrinnacin inicial
entre el yo y el objeto antes de que uno y otro existan como tales,
indiforenciacin que hace posible la existencia de cada uno y la
posterior discriminacin entre ambos, queda inscripta en el psiquismo en la forma de lo que P. Aulagnier 0975) ha llamado el pictograma, el r egistro del objeto-zona complementaria. Por su intermedio se inscriben, pues, ese lo mismo y ese lo otro. En ese primer momento, para el beb, como hechos, cosas, mientras las
significaciones van siendo aportadas por la m adre.
Con estas significl}ciones que las figuras parentales, en primer lugar la madre, aportan al beb, ejercen sobre l lo que esta
autora ha llamado la violencia primaria: en la medida en que lo
que dicen del mundo, lo que dicen de l, todo esto excede la posibilidad de respuesta del beb, se le anticipa, su encuentro con el
mundo tiene la impronta del exceso y de una violencia necesaria.
La constitucin de la propia identidad est del mismo modo
sometida a esta violencia: en el ejercicio de la funcin materna,
produciendo este efecto de anticipacin, la madre, representante
del discurso social a la vez que de sus propias expectativas y deseos
-atravesados por s u propia represin-, le tra nsmite una serie de
enunciados con los que el nio se r epresentar a s mismo. Estos
enunciados identificatorios son juicios que atribuyen identidad,
sealando desde el otro significativo quin es el sujeto, brindando s ignificac:.:on cs acerca de su antes, su durante y su despus,
otorgndole primariamente un sentido singular a su vida. Algunos de estos enunciados funcionan como puntos de cert eza en el
sentido de ser referentes identificatorios estables de los que se
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LA IDENTIFICACIN SECUNDARIA
Freud la describe como el procedimiento que"(. .. ) pasa a sustituir a una ligazn libidinosa de objeto por la va regresiva, mediante introyeccin del objeto en el yo, por as decir" (Freud, 1921, pg.
101). Supone que la diferenciacin psquica entre lo mismo y lo otro
h a sido ya en algn grado posible y por lo tanto la diferenciacin
sujeto-objeto tiene asimismo lugar tambin en algn grado. Esto
no quiere decir que el nivel de funcionamiento indiferenciado haya
dejado de operar. La mencin que hace Freud al respecto es que
las identificaciones secundarias refuerzan a las primarias (1923,
pg. 33). Sobre el soporte de una indiferenciacin previa, que es su
condicin indispensable aunque no suficiente, se ha logrado una
diferenciacin entre sujeto y objeto, o entre adentro y afuera. Esta
diferenciacin significa una distancia entre el yo y el objeto que
puede ser parcialmente desconocida cuando pudiera resultar, por
algn motivo, indeseable, dolorosa o amenazante. 50 Este desconocimiento parcial de la dis.tancia entre el yo y el objeto se evidencia
en la introyeccin de un rasgo del objeto, y este movimiento representa la conservacin, en el interior, del vnculo con el objeto.
En trminos de las estructuras derivadas de estas dos modalidades de la identificacin, adscribimos a las identificaciones primarias la funcin principal en la constitucin del Yo ideal, mientras que las identificaciones secundarias definen su carcter historizado, el reconocimiento de la temporalidad que permite asumir
una histo1ia previa y construir un proyecto de futuro, que quedan
representados por el Ideal del yo. Este acceso a la historizacin
50 Tal como Freud lo postula cuando estima que es posible que la identificacin
sea la nica forma en que el yo puede realizar un trabajo de duelo: "Si un tal objeto sexual es resignado, porque parece que debe serlo o porque no hay otro remedio, no es raro que a camhio sobrevenga la alteracin en el yo que es preciso describir como ereccin del objeto en el yo(. .. ) Quizs el Yo, mediante esta inlroyecn que es una suerte de regresin al mecanismo de la fase oral, facilite o posibilite
la resignacin del objeto. Quizs esta ident,ificacin sea en general la condicin
bajo la cual el ello resigna sus objetos(. .. )" (Freud, 1923, pg. 31).
125
resulta un factor esencial para el logro de un funcionamiento autnomo. Las identificaciones secundarias son responsables, a su vez,
de la formacin del carcter y de la identidad sexual.
126
Para el sujeto, entre la identidad por pertenencia y la 1wrtcnencia discrimin ada, igual que entre las identificaciones primarias y las secundarias, juega su papel la asuncin de la castracin,
que remite al r econocimiento de una falta, de un ideal que no se
es y el cual se pretende alcanzar.
Los grupos, por su relacin con el proceso identifica torio, h an
sido. clasificados (Bernard, M., 1982) en primarios, cuya"( ... ) tarea
princ.:ipal es generar identidad en s us participantes", y secundarios, cuya tarea es externa al grupo. Algunos grupos secundarios
adquieren, a veces, un papel tan particular en r elacin a la (precaria) identida d de sus miembros, que r esultan primarizados.
Expresin extrema de este ltimo t ipo de grupos seran los descritos por M. Bernard (1987) como burocratizados y tal vez el archigrupo descrito por R. Kaes 0976).
Ya nos hemos ocupado ampliamente de la funcin identificatoria del grupo primario, en especial la familia, y de los procesos
que la vehiculizan.
Veamos ahora lo que ocurre con la identificacin en los grupos
secundarios, donde las modalidades de la pertenencia, as como los
distintos estratos de la identidad personal, se articulan con dos
niveles distintos del funcionamiento grupal que caracterizamos
como el polo indiscriminado y el polo discrim.inado del grupo.
127
el reconocimiento de la mxima diferencia de sujeto a sujeto; predomina el tipo de relacin inti:rsubjetiva, en la que un espacio
intermediario de transformacin asegura entre los miembros la
posibilidad de transcripcin de los intercambios. En este nivel, la
pertenencia al grupo se presenta como discreta y en l se actualizan y se producen identificaciones secundarias.
Veamos estas dos modalidades de funcionamiento algo ms
detalladamente:
I. En el nivel de funcionamiento indiferenciado, el grupo aparece como un todo indiviso, continuo, coherente, que asegura al sujeto
la exstencia y permanencia de una realidad (interna y externa) inalterable, que constituye una ficcin al servicio del principio del placer
y de las fantasas de omnipotencia. Esta vivencia de cornplecin, de
expansin narcisista, corresponde al funcionamiento del yo ideal.
En tanto, por la actualizacin de los aspectos ms regresivos
de la personalidad, el individuo no se discrimina del grupo, logra
de este modo, en la identificacin con l , compensar sus vivencias
de inermidad.
Opera entonces, aqu, una escasa diferenciacin entre grupo
interno y grupo externo, en la que, como seala M. Bernard (op.
cit.), existe un repliegue del grupo en la persona y de la persona en
el grupo: partes del s mismo se asignan por proyeccin al grupo
que constituye una unidad, la cual es introyectada por el sujeto.
J. Bleger (1971) explica este estrato del vnculo, que conceptualiza como sociabilidad sincrtica, por la proyeccin masiva del
ncleo aglutinado en el contexto vincular y seala el fenmeno de
transitivismo que se opera entonces entre los miembros a este nivel.
La ausencia de discriminacin yo-no yo implica una falta de
reconocimiento de la autonoma del mundo externo, que es concomitante de una prdida de la autonoma del sujeto con respecto a
sus objetos externos. Recin cuanto el sujeto acepta, y el grupo
posibilita, la renuncia a la omnipotencia y el reconocimiento de la
autonoma del mundo externo, es decir cuando se produce la renuncia al vnculo idealizado, es posible el proceso de individuacin.r. 1
Gl Desde su propio modelo conceptual, Kacs (1976) ha descripto asimismo dos
polos del funcionamiento grup::il. Encontramos una estrecha correspondencia
entre el tipo de funcionamiento del que nos estamos ocupando y el correspondiente al que l llama polo isomrflco, caracterizado por una reduccin de la distancia, la tensin y la diferencia entre el grupo y las formaciones grupales del
psiquismo individual. De este modo, hay una tendencia a Ja s uperpos icin y a
la asimilacin entre el funcionamiento grupal y el aparato psquico individual.
128
penelopeana actividad de intentar la fusin y la defusin: la identidad totalmente alienada en el otro deviene incompatible con la
vida psquica, y por lo tanto los momentos de fusin van seguidos
de alguna forma de violencia, que preserva, aun en los niveles ms
arcaicos, cierta vivencia de mismidad. La dependencia respecto
del otro en cuanto al ncleo identificatorio del propio ser es la promotora de los sentimientos de odio que en ocasiones se muestran
extremos.
En cuanto al grupo , es necesario sealar que aun en los
momentos en que predomina la transubjetividad, se produce adems simultneamente un movimiento identificatorio intersubjetiva, en el que estn presentes los procesos de transcripcin . Este
movimiento de identificacin intersubjetiva favorece el proceso
de individuacin.
II. El polo correspondiente al funcionamiento grupal discriminado se asienta sobre el reconocimiento de la diferencia entre el
sujeto y el grupo, y de Jos miembros del grupo entre s. Segn la
excelente frmula de R. Kaes 0982), el grupo es capaz de tolerar
las tensiones individuantes y el sujeto es capaz de estar solo en
grupo.
Este reconocimiento de las diferencias comprende las relativas a la identidad sexual , a los rasgos de carcter, a las expectativas personales, a los contenidos y estructuras superyoicas.
Opuestamente al vnculo dual omnipotente que caracteriza al
nivel indiferenciado, acta aqu la marca de la castracin que permite aceptar la existencia del tercero y se incluye as la tr1angularidad que tanto propone posibilidades, como impone la aceptacin de lmites y prohibiciones.
En este nivel no rige la ficcin de un psiquismo grupal: existe, s, un nosotros, pero este nosotros est constituido por un cada
uno diferente de los miembros del grupo, unidos en una tarea
comn. La realizacin de esa tarea se hace posible porque, sobre
la impronta del yo ideal, segn cuyo dominio todo ideal est ya
dado, funciona aqu el ideal del yo, que admite en este sentido una
distancia con la meta.
Las identificaciones que se actualizan son las secundarias,
post-edpicas, lo que significa la puesta en juego de las diferentes
historias personales, con lo que es manifiesta la consideracin del
factor temporal y por lo tanto, es adems posible la construccin
de una historia grupal dado que existe un pasado, un presente y
un futuro.
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En el nivel fantasmtico, predominan las fantasas secundarias, y la insercin en la estructura de roles de cada uno de los
miembros del grupo, est vinculada a los fenmenos de resonancia fantasmtica.
El movimiento entre los dos polos
y discriminado)
puede entenderse, efectivamente, como un movimiento en el
desarrollo evolutivo de un grupo, pero en la medida en que se trata tambin de niveles simultneamente presentes en la situacin
grupal, cada uno puede predominar en uno u otro momento y favorecer la prevalencia de formaciones psquicas diferentes en cada
caso.
A. Missenard, partiendo de la observacin de grupos de formacin, seala que el grupo es en s mismo un objeto de identificacin en el que se instala la dramtica del deseo. A veces puede ser
vivido como producto del deseo del analista (madre), funcionando en consecuencia como referente identificatorio para cada uno
de sus miembros. Coincidimos con este autor en que "(. .. ) las identificaciones con los otros son procesos que les permiten a los miembros del grupo un trabajo de apuntalamiento del deseo: si se intenta delimitar las semejanzas y las diferencias entre los sujetos, las
semejanzas permiten apuntalar el deseo, mientras que a travs
de las diferencias se rechaza lo que se opone a l y se comienza a
deslindar lo que es irreductible". (1972, pg. 379).
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Captulo IX
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en la configuracin vincular grupal. Est a forma del enamoramiento incluye la coartacin de las tendencias sexuales en su fin .
La denominacin de ilusin grupal, que otorga Anzieu a este
fenmeno se origina en la idea desarrollada por Freud en "Ttem
y Tab" (1912), de que existen tres formas sociales importantes
de ilusin: la ilusin religiosa, la ilusin artstica y la ilusin filosfica o ideolgica.
Pero el que desarrolla ms precisamente el campo de la ilusin es Winnicott (1971). Para Winnicott, existe un momento o un
campo de transicin entre aquello que sera el perodo de pura
fusin fantasmtica con el pecho y el reconocimiento de la existencia de la realidad externa como tal. Y este terreno intermediario, transicional, forma parte del campo de la ilusin. Los grupos,
de un modo equivalente, constituyen un campo de transicin entre
la realidad interna y la realidad externa.
La propuesta deAnzieu es agregar un nuevo fenmeno de ilusin que no sera ya una ilusin individual, ni la ilusin que est
luego expresada en la vida social y cultural como arte, como religin, como imaginacin, como creacin cientfica, sino la ilusin
grupal.
En su desarrollo aparecen como bsicas la a naloga entre grupo y sueo, la escisin de la transferencia, la ideologa igualitaria, la posibilidad de que los integrantes del grupo compartan un
yo ideal comn.
GRUPO Y SUEO
"Fueron m s divertidos los preparativos que la realizacin".
Este es un comentario usual cuando se constituye un grupo para
la realizacin de un proyecto a corto plazo, escindido de las t ar eas habituales de sus integrantes, por ejemplo la preparacin de
una fiesta escolar. Expresa la realizacin ilusoria del deseo a travs de un proyecto grupal, r ealizacin ilusoria fcilmente reconocible por el intenso placer que refieren los integrantes de ese grupo, e independientemente del producto de la tarea.
Para Anzieu, sta es una de las bases de la analoga entre grupo y sueo. El grupo como el sueo, cumplira as una funcin de
realizacin imaginaria de los deseos irrealizados y particularmente de los deseos prohibidos. Pero, a diferencia del s ueo, el grupo
puede obrar sobre la r ealidad. E sta ilusin forjada por los miembros del grupo, puede permanecer entonces como una ensoacin
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el grupo se convierte en una realidad psquica h abra un compromiso entre un Ello pulsional del grupo y un Superyo del grupo.
La situacin de r egresin que produce el grupo, admitida por
todos los autores de distintas escuelas que han realizado observaciones sobre grupo, es explicada por Anzieu como una consecuencia de la amenaza angustiosa de prdida de la identidad que se produce al inicio de un grupo. Si tenemos en cuenta las condiciones en
que se realizan los seminarios de formacinli\ es de suponer que la
regresin producda en los participantes es importante.
Este proceso de regresin, comn al grupo y al sueo, permite aAnzieu establecer otra analoga entre ambos. Desde este punto de vista, analiza cmo la situacin de grupo producira una
r egresin cronolgica al na rcisismo primario.
La regresin tpica, tambin en estos trminos analgicos, est
presente porque considera que ni el Yo ni el Superyo estn en condiciones de controlar al representante r epr esentativo de la pulsin, y en consecuencia en el aparato psquico predominan en esta
situacin regresiva grupal, el Ello y el Yo ideal.
En cuanto a la regresin formal, sta se observara como el r ecurso a modos de expresin ms prximos al proceso primario, como
el pensamiento figurativo , los juegos de palabras, las interjecciones, la msica que acompaa las palabras, las onomatopeyas y los
signos infra lingsticos como gestos, miradas, sonrisas, posturas,
mmicas tornadas de la expresin de las emociones o de los primeros simulacros simblicos descubiertos por el nio en sus juegos con
su madre y con su entorno. De aqu provendran las frecuentes dificultades en las clases o en otras actividades grupales para mantener los intercambios a nivel de los procesos secundarios.
Es decir, que estaran presentes los tres niveles de regresin
cronolgica, tpica y formal, que se daran en el grupo de la misma manera como se dan en el sueo.
Pensamos que slo a travs de una abstraccin, de un recorte
de otros elementos presentes, el grupo puede ser definido como
un sueo. Por una parte, en el grupo existen personajes reales.
55 "En el grupo de diagnstico (o 'T-group', o 'grupo de base', o 'grupo de evolucin')
siete a doce participantes, siempre los mismos, se renen muchas veces por da
para mantener dilogos y debates libres e intentar comprender qu se intercambia en ellos. Un monitor participa en este grupo; no formula programa ni directiva alguna, pero gar a ntiza las r eglas constitutivas de la situacin, y a travs
de sus intervenciones, intenta facilitar la toma de conciencia de Jo que subyace
a Ja experiencia vivida en comn". Anzieu, D. y colab. (1972, pg. 16).
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YO IDEAL COMN
Siguiendo la propuesta de Freud en "Psicologa de las Masas y
Anlisis del Yo" (1921), de la existencia de un ideal del Yo comn
en aquellos individuos que integran una masa, Anzieu propone que
en el momento en el cual el grupo pasa por el fenmeno de la ilusin grupal, lo que habra en comn entre todos sus miembros, no
sera ya que todos tienen al lder en el lugar del ideal del Yo, sino
la existencia de un Yo ideal comn. Esta definicin es bsica en la
concepcin de Anzieu sobre la ilusin grupal. Es decir, es el momento del grupo en el cual sus integrantes tienen un Yo ideal comnr.6
Yo ideal, en el sentido de exaltacin del reencuentro con un objeto
parcial, el primero que le proporciona placer, objeto en el cual est
puesta toda la vivencia de omnipotencia narcisstica, o sea una
imagen arcaica, la de objeto parcial pecho, con la cual mantiene
una relacin al modo fusional de la identificacin primaria'' 9 .
La tendencia es a un vnculo de tipo dual, y a la existencia de
57 Es necesaro diferenciar la fantasa de auloengendramicnto del postulado
de autoengendramicnto que propone Piera Aulagnie r como caracterstico de lo
originario. En su formulacin meU:i.psicolgica, lo originario es previo a la aparicin de fantasas .
58 Incluye as la categora de Yo ideal, que no haba sido definida por Freud
diferenciada mente.
59 Se trata de la representacin de una parte de la madre, que implica la negacin de la madre como totalidad.
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141
identidad individual por una, desde ya ilusoria, identidad de grupo. El narcicismo individual agredido por la entrada al grupo parece r eencarnarse as en el espritu de cuerpo y en un n arcisismo
puesto en el grupo.
En sntesis:
1) La ilusin grupal es un observable en todos los grupos. Como
todos los fenmenos imaginarios, es ms intenso en aquellos
grupos teraputicos, de formacin o de r eflexin, en los cuales
la tarea permite un mayor margen de ambigedad y por lo tanto la estructura y las r eglas que se establecen en el grupo favor ecen la emergencia de los aspectos fantasmticos. Tambin es
intenso en grupos que se encuentran al margen de las actividades habituales: vacaciones, proyectos cortos ocasionales, etc.
2) La ilusin grupal aparece como un movimiento necesario para
la constitucin de ese grupo como objeto y en consecuencia para
la investidura del grupo por parte de sus integrantes.
3) Expresa un momento fusiona} del grupo. Si pensamos que en
todo grupo existe una tensin permanente entre el polo fusiona} de lo indiscriminado y el polo de lo discrimina do y diferenciado, en el momento de la ilusin grupal el grupo tiene un
funcionamiento mucho ms cercano al polo de lo fusiona}, de
lo isomrfico, de acuerdo a la denominacin de Ren Kaes (Kaes,
R. ; 1976). Pero la fantasa prevaleciente parece ser efectivamente una fantasa de autoengendramiento o, de otra manera, una fantasa de escena primaria, pero en el sentido de una
escena muy primitiva, tal como la conciben Bion (1948) y Piera Aulagnier (Aulagnier, P. 1975).
4) El funcionamiento en Yo ideal de los miembros del grupo, constituye una defensa frente a la realidad de la castracin (en el sentido de la exist encia de una falta), que aparece como lo diferente.
E s as como propuestas tales como ''hasta que la muerte nos
separe", o "juntos todo lo podemos", pret enden negar todo lmite y requieren, para ser sostenidas, de la escisin de la transferencia y de un monto de negacin como el que se produce en
los estados manacos.
5) La ilusin grupal tambin puede ser explicada por l a fantasa
de un Yo corporal comn. Es decir, que los aspectos omnipotentes caractersticos del Yo ideal estn fantaseadamente corporizados en el grupo, en el sentido de que el cuerpo individual
aparece transfigurado por el cuerpo grupal inalterable, triunfante, invencible, inmortal, abstracto, total.
142
6) En los grupos que tienen un encuadre psicoanaltico, psicotcraputico o psicodramtico, la ilusin grupal produce por este
carcter omnipotente y narcisista, un efecto de atraccin a los
coordinadores, que pueden en ese momento tender tambin, o
desear compartir la ilusin grupal, entrando en una situacin
fusional que los puede llevar a omitir las reglas de funcionamiento grupal, por ejemplo, la regla de abstinencia que ellos
mismos han formulado como consigna. El deseo de compartir
la ilusin grupal puede aparecer tambin en los coordinadores corno un modo de evitar la angustia de no asignacin, detonada por las fantasas de autoengendramiento del grupo. Esto,
que puede llevar a lo que podra ser conceptualizado como
acting out contratransferenciales, se produce al no poder evitar el coordinador la vivencia de felicidad de compartir con los
participantes, no tanto la comprensin de los fenmenos que
estn ocurriendo en ese momento, como el momento de euforia de las comidas o de las distracciones comunes.
7) La ilusin grupal est en la base de los fenmenos de pertenencia grupal e institucional. Si partimos de la base de que
siempre hay un zcalo, una base fusiona! e indiscriminada,
isomrfica, que sostiene la pertenencia ms discriminada y
discontinua, que esta base fusiona} es otorgadora de identidad por pertenencia, la ilusin grupal puede ser considerda
como el momento funda nte y a su vez la base permanente de
la pertenencia.
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GRUPO BUROCRATIZADO
Marcos Bernard ( 1982) ha estudiado en este sentido los fenmenos de identidad por pertenencia en los grupos burocratizados.
Es decir, en aquellos grupos en los que la necesidad de que la
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estructura de roles del grupo sostenga la identidad de sus miembros va determinando un alejamiento progresivo de la tarea manifiesta, una dificultad en la circulacin de la informacin, una dificultad en considerar el factor tiempo, etc.
La descripcin de un tipo de configuracin que Ren Kaes (1973)
denomina archigrupo entra dentro de estas evoluciones posibles.
ARCHIGRUPO
A partir de la observacin de uno de los grupos sobre los cuales basa Anzieu su descripcin de la ilusin grupal, grupo que continu reunindose ms all de la consigna inicial, es decir, una
vez terminada la tarea propuesta, por su cuenta, a l margen de los
coordinadores y organizados alrededor de uno de sus miembros
que h aba ocupado una funcin de liderazgo, Ren Raes establece la idea del archigrupo. Tambin se basa en descripciones tomadas de la literatura.
El trmino archigrupo es ideado por Raes para referirse al
carcter arcaico (arqui) de las estructuras psquicas que se ponen
en juego en la configuracin de este tipo de grupo.
El archigrupo de Raes, es un grupo donde existe la r epresentacin de una realizacin plena del deseo, de una omnipotencia y
de una inmortalidad de cada uno y de todos a travs del cuerpo
grupal constituido.
Hay un proyecto de i111staurar, de renovar el sentido de las relaciones inters ubjetivas y de las r elaciones sociales.
Podramos hablar, entonces, de la existencia de una ideologa
igualitarista o de una ideologa grupalista. P ero el aspecto sobre
el cu al pone el acento Kaes, es en el poder del grupo, es decir cmo
el grupo tiene una capacidad para r eunir y organizar las energas
en el proyecto de un "nuevo comienzo del sujeto, de la socialidad,
de la historia o del sentido".
Con las palabras de Kaes, el trmino de archigrupo "designa
la potencia fantasmtica e ideal del grupo como origen y como fin ,
cuyo tiempo, cuyo espacio y cuyo sentido se figuran a travs de la
traslacin sobre l de la potencia inicial y sagrada del objeto primordial al que est sometido en el origen el pequeo, la de la
madre pregenital" (Raes, R. ; 1976, pg. 234).
Es decir, hay una potencia particular del archigrupo, que es
aquella atribuida a la madre pregenital.
Tambi n pone el acento en el papel de la imagen del cuerpo
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que se experimenta como un todo. Imagen que no implicaria todava un cuerpo diferenciado, ordenado. Este cuerpo parcial, que se
experimenta como un todo, equivale a una utopa paradisaca, de
tierra virgen. Se afirma la omnipotencia que proviene de la negacin de su origen y de sus lmites. Hay un "se" grupal. "Se" formar, "se" renacer. Esa indeterminacin o no-subjetivacin elude
el origen.
El cuerpo imaginario, inmortal, total y abstracto proporciona
potencia al grupo. La potencia del grupo proporciona a su vez la
realizacin inmediata y cosificante, mediante el grupo mismo, a los
deseos de sus constituyentes. La realizacin del deseo es una cosificacin, un actuar solidario de acuerdo con un escenario en el que
cada cual encuentra su lugar ordenado para un fin que se le escapa. Esta es para Kaes la base psictica de la grupalidad. La potencia del archigrupo es la de su tirana y la de las certidumbres primarias que le proporciona como contraparte al sujeto vacilante.
Es decir que, en condiciones similares a aquellas descriptas por
Anzieu, Kaes pone en este caso el acento en el aspecto de la potencia del grupo. Cmo el grupo se puede experimentar en estos casos
slo como potencia, como energa que puede ser buena o mala.
Las fantasas que organizan la escena grupal seran, en este
caso, fantasas originarias, incluyendo fantasas de retorno al seno
m aterno. El grupo queda investido como potencia.
Pero para que la potencia del archigrupo exista, adems que
el archigrupo es en s mismo un objeto idealizado, que asegura la
superpotencia vital, tiene que haber otro objeto al cual es conveniente proyectar fuera y destruir. Permite el ataque contra el enemigo comn exteriorizado.
Esta potencia del archigrupo se utiliza ante la necesidad de
atacar un orden opresivo o perseguidor.
Nuevamente, encontramos la posibilidad de incidencia en la
realidad, y por lo tanto, el peso de los factores adaptativos.
En los grupos, en las instituciones, hay una apropiacin operatoria por parte del conjunto grupal de esta potencia del archigrupo, as como hay una base de ilusin.
Hay tambin una tensin entre esta imago omnipotente del
archigrupo y el proceso de apropiacin de las reglas como necesidades instrumentales que garantizan la posibilidad de realizacin de la tarea grupal, que aseguran una experiencia formativa
en el grupo, y en consecuencia, el proceso de individuacin de los
participantes.
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Captulo X
Las razones que llevan a los seres humanos a constituir vnculos -y, desde el punto de vista que nos convoca en esta obra,
pequeos grupos-han sido estudiadas por varias disciplinas, especialmente la psicologa social. Sin embargo, desde la aproximacin del psicoanlisis debemos r endir cuenta de un organizador
que no ha sido an considerado suficientemente: el que remite a
los efectos, en el vnculo, de la motivacin inconsciente de sus integrantes. Me propongo en este captulo hacer una exposicin de la
historia de esta problemtica, de aportes recientes de psicoanalistas grupales y de mi prctpia contribucin al tema. Algunos de
los desarrollos que siguen han sido ya men cionados en esta obra:
justifican su nueva inclusin aqu las necesidades de "organizacin" del texto.
l. G. HOMANS: EL GRUPO HUMANO
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2. J. B. PONTALIS.
"EL PEQUEO GRUPO COMO OBJETO"
J. B. Pontalis, en su trabajo Le petit groupe comme object ( 1963)
considera que los supuestos bsicos de W. R. Bion son"(. .. ) esquemas subyacentes que organizan (en el sentido que se habla de
organizadores en embriologa) el comportamiento de un grupo, y
orientan la eleccin sobre tal lder" (pg. 282). Agrega en este mismo texto Pontalis: "Si en el campo sociolgico el grupo es una realidad especfica, cuando funciona como tal en el campo de la psiquis individual -modalidad y ciencia que toda la psicosociologa
tiende precisamente a fortificar- opera efectivamente como fantasa" (pg. 285). Como se ve, los supuestos bsicos organizan al
grupo, y ste ingresa al psiquismo como una fantasa: Esta constituye la representacin del grupo que conceptualizara PichonRviere. La idea de considerar fuerzas organizadoras del grupo es
aqu mencionada por primera vez64 .
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Habru an un quinto organizador. Estara destinado a instaurar In diferencia entre interior y exterior del grupo, y su sustancia sera la imagen del cuerpo propio y la envoltura psquica
del aparato grupal (ya hemos visto este tema al comienzo de esta
seccin).
4. LOS APORTES DE R.
KAES
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te material, un espacio de intercambio simblico, una forma prctica de instrumentacin, que se definen por su lugar y s us funciones en la r ealidad social: funciones de produccin, de intercambio, de defensa y de cognicin. Su organizacin y sus procesos internos estn codeterminados por esos lugares y esas funciones sociales"
(op. cit., pg. 89). De todo esto podemos considerar la eventualidad de varios niveles posibles de conflicto: entre los organizadores intrapsquicos y los socioculturales, entre estos y la base material del grupo, y en el interior de cada uno de estos organizadores
(entre fantasas o entre pautas sociales, por ej emplo).
Kaes se ha ocupado, adems, de describir un modelo gentico
de orga nizadores del grupo: as como hemos visto la existencia de
fuerzas organizando desde los grupos al psiquismo, y desde ste
a los grupos, establecindose entre ambos niveles relaciones complejas, es posible seguir una secuencia en un grupo determinado,
a partir del encuentro de sus miembms, hasta etapas posteriores
de su devenir. La secuencia, tal corno est descripta en su trabajo de 1987-8872 , refleja lo que puede observarse en el transcurso
de un grupo de diagnstico. Pensamos que en otro tipo de grupos,
o aun en los grupos naturales, no necesariamente debe recorrerse la secuencia completa, o en el orden estricto en que se enuncian aqu;:i.
Distingue R. Kaes tres momentos en la secuencia organizativa de un grupo:
Un m omento originario. Se caracteriza por una extensin (prdida?) de los lmites del Yo (Moi), correlativa con las identificaciones adhesivas o primarias. La r egresin propia de contextos
grupales, favorecida tal vez por el encuadre psicoanaltico, coloca al sujeto en la sit uacin de r eviviscencia de su nacimiento
psicolgico. De all la posibilidad de identificaciones primarias
y el establecimiento de un nivel de vnculos transubjetivos. De
acuerdo al autor que inspira este enfoque, (P. Aulagnier, 1975),
este momento correspondera al proceso originario. Las angus72 En realidad, pueden conside rarse tambin secuencias organizativas genticas las desc1;ptas por este autor en sus trabajos "Le groupe large, l'espace et
le corp" {1974), y el captulo que dedica a este tema en "Bosquejos para una
teora psicoanaltica del grupo: el aparato grupalH, incluidos ambos en El apa mto psquico g rupal (1976). El que comento en este texto es, a mi juicio, el ms
elaborado.
73 El mismo Kaes se plantea, en este mismo trabajo. estas cuestiones. (op. cit.
pg 48).
159
74 Recordemos que para este a utor son grupos intemos las fantasas originarias, las redes dentif:atorias y los sistemas de relacin de objeto, la imagen corporal, la imagen del psiquismo, los complejos e imag-os.
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identificaciones que sostienen a la masa (al grupo), producindose remezones que conducen al tercer organizador.
Tercer orwmizador. El advenimiento de la historia y la distincin entre tiempos comunes y t iempos individuales marcan
este momento. Se instala la posicin mitopoitica;5 : el grupo
puede abandonar el uso de la ideologa rgida con que sostuvo
desde el proceso secundario los momentos anteriores, y puede
permitirse formas ms acordes con la aparicin en su seno de
''islotes yoicos".
Si bien tanto Anzieu como Kaes utilizan la idea de una fantasa, puesta en escena, como elemento organizador del grupo, hay
que hacer una distincin en la posicin de ambos. ParaAnzieu, el
elemento organizador es la posibilidad de resonancia fantasmtica, como habamos visto. Esto significa que un contenido fantasmtico produce la asociacin, alrededor del cual se ubican los integrantes convocados por el lder inicial. En Kaes, en cambio, la
capacidad atributiva y distributiva de la fantasa, ms que su contenido, es lo que le concede poder organizador:
"l) Se trata de una estructura de dramatizacin de la energa pulsional que propone objetos de catectizacin a los miembros del
grupo.
2) El carcter general de la fantasa predispone a una distribucin de lugares en un escenario en relacin con el origen; de
este modo se afectan lugares y posiciones, con lo que se r educe la angustia de no asignacin, que embarga al comienzo del
proceso de grupo a los individuos que se encuentran en l."
Kaes, R., 1976, pg 186). La fantasa es un guin, pasible de
ser escenificado, cmo vimos en otro lugar; desde esta propiedad distribuye lugares, y a travs de estos forma un conjunto
coherente a partir de una serialidad.
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tarea, sufren a partir de aqu un "torcimiento", una desviacin producida por esta proyeccin de cada uno de ellos; la posibilidad atributiva y distributiva de las fantasas actuantes -recordemos el estado de regresin relativa de todo contexto vincular- determina una
nueva estructura de roles, esta vez inconsciente, que cabalga sobre
la anterior, y que representa fantasas en las que los integrantes
despliegan aquellos rasgos en que asientan su identidad.
Vemos que esta otra corriente organizadora se agrega a la que
ya habamos considerado, la trabaja, la fuerza -a veces la refuerza- y, en algn grado la modifica. Observamos que cuanto ms
establecida est la actividad manifiesta de un grupo, ms resistencia ofrecer a esta segunda serie de determinantes: los organizadores de reuniones recreativas lo saben bien, y ofrecen a los
participantes un conjunto de juegos que encaminen y contengan
el despliegue inconsciente, que puede transformarse en ciertos
casos en aburrimiento (en nuestros trminos, ansiedades producidas por la no asignacin de lugares en el despliegue de fantasas inconscientes), o en movimientos desorganizativos, emergencia de agresin, etc. Sera tal vez ms adecuado comparar un grupo no psicoanaltico con un sntoma, dada la compleja trama de
compromisos y transacciones que deben cumplirse en ellos entre
las exigencias de la tarea manifiesta y las que impone la satisfaccin de deseos provenientes del inconsciente. El anlisis del conjunto de nios que hiciramos en el captulo VI, destinado a presentar las relaciones que se establecen en la interaccin entre el
grupo interno y el externo, es un ejemplo de esto.
Los grupos psicoanalticos, en cambio, juegan con las posibilidades que brinda un encuadre continente en cuanto a variables
tmpora-espaciales, y abierto en los que hace a esa organizacin
de la tarea que mencionaba antes: la consigna "asocien libremente", o alguna de sus variantes, permite ese contexto que transforma al grupo en una cubetaR0 , aproximndolo as tanto a una sesin
psicoanaltica clsica como a un sueo. El grupo se transforma,
de esta manera, en otra va regia hacia el inconsciente.
El anlisis de un fragmento de sesin de grupo teraputico tal
vez pueda ayudarnos a ver los elementos que aparecen organizando la interaccin entre sus integrantes.
Comienza la sesin Mara, relatando que est muy triste porque el da anterior muri una ta a la que estimaba mucho. Esa
80 Tomo el trmino de J. Laplanche (1987b).
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Esta intencin de los pacientes, previa a su insercin en el grupo, ms las determinaciones proporcionadas por la explicitacin
del encuadre y la regla fundamental por parte del analista, dan
forma a la tarea manifiesta del grupo. Como en cualquier tipo de
grupo, esta tarea manifiesta genera una estructura de roles. El
encuadre psicoanaltico, sin embargo, est preparado para que las
caractersticas de la tarea tengan un margen de ambigedad en
su definicin, que se refleja en los roles que produce. Estos quedan as ofrecidos como pantalla de proyeccin para la circulacin
de fantasas, tal corno lo describiera D. Anzieu en su modelo de la
superficie interior de la envoltura grupal.
El relato de Mara tiene varios niveles posibles de lectura, que
obedecen a otros tantos de determinacin. Desde el manifiesto, la
noticia de la muerte de su ta, con el impacto emotivo que ocasionara en ella. El retrato de una vida desgraciada, la falta de compensaciones, la tristeza, la injusticia, hasta la crueldad de sus allegados, queda bien delimitado. El terapeuta seala la posibilidad
que Mara haya tomado como modelo esta imagen, y subraya la
falta de recompensa del sufrimiento. Aunque no aparezca en este
material, tiene razones para pensar que es una creencia arraigada en Mara la posibilidad de que la desgracia otorgue derechos
a quienes la sufren. En este caso, estos podran tal vez estar reducidos a una compensacin narcisista, en el sentido de asimilar
sacrificio con bondad. Posiblemente esta razn motiva a Maria a
dar ms detalles de la vida de su ta, como intentando reforzar
este modelo en el que se ha fijado.
La escena tiene, sin embargo, otra lectura: el relato manifiesto es el de una vida despojada; a travs de l Mara acapara la
atencin de sus compaeros. Mientras contine, tendr un grupo
exclusivamente para ella. La fantasa alternativa de desamparo,
reflejada en el relato manifiesto, queda rechazada en este otro
registro que tiene que ver con la dramtica que propone a sus compaeros. La complecin de la falta originaria que pone en escena
Mara, ubica a Alicia en el lugar de la observadora excluida de
una escena primaria. Propone Alicia entonces el relato de su propia falta, la de padre. Desplaza de esta manera a Mara de su
lugar central, que queda ocupado por ella. Luisa se engancha con
un aspecto manifiesto del relato de Alicia, sealando la relatividad de su falta. En la lgica de Alicia, sin embargo, la del todo o
nada, no hay sustitucin posible.
La interpretacin del terapeuta enfoca la situacin desde una
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