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Fernández, A.M.

: “El niño y la tribu” | Teorico S1


I.
Dice un dicho africano: "Para educar a un niño se necesita una tribu". Sabiduría que subraya la
importancia de la transmisión de los valores de una comunidad en la producción de sus sujetos. Nos
cuestionamos cuando un niño no sale como lo educaron. Es necesario focalizar nuestra atención sobre
ciertas transformaciones de los lazos sociales en lo que se ha dado en llamar el paso de las sociedades
disciplinarias a las sociedades de control. Para ubicar allí el lugar estratégico que han jugado los dispositivos
"psi” en los nuevos modos de subjetivación, en particular cierto "sentido común profesional" que hace
sinónimos psiquismo y subjetividad y que ubica a ésta como interioridad.
Estaríamos en presencia de una mutación aún en curso de las significaciones imaginarias sociales
fundantes de la Modernidad. Tal vez hayamos tenido el espejismo de universalizar aquello que puede
conservar un enorme valor si puede resituarse en su localidad. Para que aquello que se universalizó pueda
particularizarse es necesario, no sólo desesencializar lo universalizado, sino también abrir la noción de
subjetividad a sus dimensiones socio-históricas.
Estamos en un momento donde se hace patente el agotamiento de los enfoques unidisciplinarios. La
importancia de abrir visibilidad -y por ende crear condiciones de enunciabilidad- de las dimensiones
socio-históricas de la subjetividad y sus nociones derivadas, permite diseñar abordajes desde criterios
multirreferenciales que permitiría pensar de otro modo la relación entre "lo individual" y "lo social", intentando
superar los impasses históricos de esta antinomia. Esto último resultaría saludable al campo "psi" que hasta
ahora parece no demostrar demasiada premura en interrogar sus narrativas, particularmente aquellas que
han colocado la subjetividad como interioridad

II. La noción de subjetividad.

El término subjetividad suele usarse de modo poco preciso, a veces indistintamente como sinónimo de
sujeto, otras como sinónimo de psíquico, otras como subjetivo -opuesto a objetivo. Como noción teórica
implica la revisión de aquellas narrativas "psi" que han colocado la subjetividad como interioridad, en
oposición a un mundo o realidad pensados como exterioridad.
Forma parte de un modo de pensamiento que intenta repensar:
a) las oposiciones binarias clásicas
b) los dominios de objeto unidisciplinarios y sus territorializaciones profesionales. Se observa la
tendencia a constituir espacios transdisciplinarios, donde las teorías intervinientes aportan problemas, más
que sistemas.
c) la necesidad de teorizar sobre la diversidad de modos de subjetivación: históricos, de género, de
clase, de etnias. Es decir, poner en interrogación la existencia de un modo universal de estructuración del
sujeto.
d) las formas de interrogación crítica en nociones tales como origen, causa, estructura, representación.
e) la articulación social e histórica de los procesos de las identificaciones tempranas que clásicamente
hemos estudiado, con las prácticas de sí que el paso por las sucesivas instituciones constituyen. Las
instituciones producen subjetividad.
f) los diferentes modos históricos de subjetivación como elementos estratégicos en el disciplinamiento
de cada sociedad. Dicho disciplinamiento no se logra sólo a través de cómo los integrantes de una sociedad
piensan, sienten y actúan, sino también marcando sus cuerpos
g) el análisis de los modos históricos de subjetivación como inseparables de la indagación de las
estrategias de poder que en ellos intervienen.
h) el análisis de las estrategias de poder en la producción de subjetividad. Si, como ha planteado
Foucault, donde hay poder hay resistencia, el análisis del poder es inseparable del análisis de los focos de
resistencia al mismo

III. La sociedad disciplinaria.


Las sociedades disciplinarias instituyeron en la Modernidad occidental un modo histórico de
subjetivación muy particular, inédito hasta entonces: el individuo.
Sujeto de libre albedrío, autónomo, indiviso, de conciencia. Este nuevo personaje del universo social irá
inseparablemente acompañado de:
a) el ciudadano y las incipientes democracias representativas constitutivas de los Estados-nación.
b) el marco del libre mercado, el salario, la fábrica.
c) la circulación de los bienes y personas. Esta quedará garantizada por un tipo de contrato social que
ordenará las poblaciones en: - sujetos de contrato, con acciones en el mundo público, - sujetos
a-contractuales para quienes destinará las instituciones de encierro: manicomios y cárceles- sujetos tutelados
que organizarán sus vidas al interior del mundo doméstico: las mujeres y los niños.
d) el desarrollo de las Ciencias Sociales que inauguran el pensamiento sobre el Hombre, cuya figura
será el individuo.
e) las filosofías del sujeto -Descartes a Sartre. La institución del pensamiento sobre el sujeto tiene dos
consecuencias básicas: - la invención de un mundo dividido en sujetos y objetos desde donde se abre la
cuestión gnoseológica por excelencia de la Modernidad: el problema de conocimiento - la constitución del
otro, desde donde se abre la cuestión de la diferencia y su dimensión ética.
Individuo, ciudadano y sujeto bases de la modernidad instalan una de sus contradicciones constitutivas:
en negación de la sociedad anterior promete la realización de una comunidad de iguales, anticipa la
realización de esta promesa en el formalismo de los derechos al mismo tiempo que en sus prácticas instituye
las diferentes formas de discriminación y exclusión. El nuevo poder propio de la época será el poder
disciplinario que parte del principio de que será más efectivo vigilar que castigar, es decir domesticar,
normalizar y hacer productivos a los sujetos en vez de segregarlos o eliminarlos.

IV. Las sociedades de control.

De los años '50 en adelante se producen transformaciones de todo orden en la esfera política y
económica mundial, el Estado, las instituciones, la familia y los marcos teóricos del pensamiento. El individuo,
el ciudadano y el sujeto quedan sometidos a crítica.
Fractura de la sociedad disciplinaria hacia una sociedad más flexible que estimula las satisfacciones de
las necesidades, el estar a gusto consigo mismo, que -entre otras cosas- instala una sexualidad que ha
dejado de ser pecaminosa o prohibida. Es decir, cambia la significación colectiva de autonomía. De la
obligación moral a cumplir con las reglas consensuadas, pasa a importar la realización personal, el respeto
por la singularidad subjetiva, a ser íntegramente uno mismo
Es el paso de las libertades políticas, supuestamente ya conquistadas, a las libertades psicológicas.
Esto va acompañado de una psicologización de lo social; la formación de una cultura psicológica que
naturaliza explicaciones de la interioridad psíquica para fenómenos institucionales y sociales. Se produce un
desinvestimento de lo público en favor de lo personal (lo íntimo), concomitantemente con una
desustancialización del yo, del cuerpo y los valores; el consumo es el nuevo modo de disciplinamiento social,
aún para los que no pueden consumir
Se basa en el estudio de las conductas; ya no importa tanto sancionar el desvío, sino comprender sus
motivaciones. El consumo, como nuevo eje de la individuación, hace necesario el control de los deseos. El yo
se ha vaciado. Los neuróticos tradicionales pronto podrán ser vistos como adictos a la identidad. Los nuevos
malestares son el stress, el pánico, las adicciones, el vacío de deseo. Se ha desfondado la idea de progreso,
los nuevos pacientes enferman de futuro. Los profesionales "psi" hemos diseñado de tal modo nuestras
herramientas que podemos trabajar sin duda con alta eficiencia en aquellos malestares que hacen necesario
re-significar el pasado, pero solemos encontrarnos mucho más desarmados con los "nuevos enfermos",
aquellos que padecen de futuro.
Fernández, A.M.: "Notas para la constitución de un campo de
problemas de la subjetividad " | Teorico S1

I. Introducción

El "individuo" no sólo ha sido uno de los modos de subjetivación de la Modernidad (el visible), ha sido
también un dominio de objeto alrededor del cual se han constituido, en complemento/suplemento con su par
antinómico "la sociedad" el conjunto de las disciplinas que constituyeron las llamadas ciencias humanas y/o
sociales. Una vez separados como territorios disciplinarios se ha intentado hasta el infinito establecer
puentes, relaciones, articulaciones.
En estos "ismos" aquello que posibilita la transpolación suele ser la falta de un ordenador
epistemológico que permita establecer los modos de interrelación de los diversos órdenes de determinación,
propios de cada campo disciplinario.
Otra cuestión de no menor importancia, y ligada a lo anterior, ha sido la idea de relacionar las disciplinas
"psi" y las sociales al modo de la interdisciplina donde los corpus producidos son tomados en bloque en su
totalidad conceptual, donde el intento "inter" se vuelve un tanto estéril porque dichas totalidades conceptuales
y metodológicas hechas certezas no dejan las fisuras (dudas) necesarias para la tan anhelada interrelación.
Para que aquello que se universalizó pueda particularizarse es necesario realizar, a mi criterio, por lo
menos dos operaciones en estrecha interrelación: a) una elucidación crítica de las nociones universalizadas,
es decir des-esencializar. b) trabajar una dimensión socio-histórica en la noción de subjetividad.
Para el trabajo de des-esencialización han sido y son importantes instrumentos conceptuales las
nociones de elucidación crítica (Castoriadis), deconstrucción (Derrida) y análisis genealógico (Foucault)
La importancia de abrir visibilidad y por ende crear condiciones de enunciabilidad de las dimensiones
sociohistóricas de la subjetividad y sus nociones derivadas es al menos doble: a) Permite ejemplificar sobre el
abordaje de criterios multirreferenciales. Los criterios unidisciplinarios ya se me habían vuelto reductivos para
pensar lo grupal. Pero al comenzar a pensar operadores multirreferenciales, no sólo se hacen necesarios
nuevos requisitos metodológicos sino que muchas certezas constituidas al interior de un campo
unidisciplinario entran en interrogación. b) Por otro lado permitiría pensar de otro modo la relación entre lo
"individual" y lo "social", de tal forma que no queden de entrada en territorios separados que luego se vuelven
tan difíciles de articular. Esto último parecería saludable al campo "psi" que hasta ahora no parece demostrar
ninguna premura en interrogar sus narrativas, particularmente aquellas que han colocado la subjetividad como
interioridad.

II. Caja de herramientas

1. De-construcciones, Genealogías y Relatos Unicos.


Derrida, con su noción de de-construcción, Castoriadis con su criterio de elucidación crítica en relación
a lo que él llama el pensamiento heredado (platónico-aristotélico) y Foucault con su noción de genealogía,
crítica de cuño nietszchiano a la noción de origen son tres autores -sin excluir otros- que pueden ser de
utilidad en la construcción teórica y metodológica de un campo de problemas de la subjetividad. No quiere
decir aniquilar ni sepultar en el pasado los conceptos de la tradición, sino atender a lo que ellos han omitido, a
lo no pensado, que es el don más sublime que un pensar tiene pare ofrecer.
El modo de-constructivo provisto por Derrida7 articula la inversión y el desplazamiento de las
oposiciones binarias, de manera tal de hacer visible la interdependencia de términos aparentemente
dicotómicos y cómo su significado se relaciona con una historia genealógica y particular y construidos para
"propósitos particulares en contextos particulares".Hace visible que las oposiciones no son naturales sino
construidas. Es en tal sentido, lectura entre líneas de lo no-dicho en lo dicho, intenta seguir los efectos sutiles
y poderosos de la diferencia en acción, dentro de la ilusión de una oposición binaria.
Tal vez, en este aspecto sea una de las cuestiones más importantes que la de-construcción posibilita en
tanto desnaturaliza patrones de significado que son utilizados diariamente y que los cuerpos teóricos
incorporan sin advertir sus implicancias epistémicas y políticas.
En tal sentido, la de-construcción puede considerarse una herramienta fructífera para quebrar el hábito
de pensar las categorías conceptuales como a-históricas y universales.
Otra herramienta es el análisis genealógico que permite encontrar los puentes entre las narrativas
teóricas y los dispositivos históricosociales-políticos-subjetivos que sostienen.
Si bien con referentes teóricos diferentes, el criterio de elucidación crítica de Castoriadis es otra de las
herramientas útiles en la caja necesaria para la construcción de un campo teórico de la subjetividad.
Con las tres herramientas se puede operar críticamente respecto de
- la institución de regímenes de verdad en las teorías
- permiten desmontar las teorías que se han cristalizado en cuerpos de doctrina
- abren visibilidad y consiguiente enunciabilidad, permitiendo nuevas teorizaciones.
- permiten pensar problemas y no dejan instituir sistemas.
- permiten pensar con criterios multireferenciales y no unidisciplinarios.
- no anulan los campos unidisciplinarios, sino que relativizan los efectos de verdad que estos instituyen.
Si bien no esta muy claro aún los caminos para la constitución de un campo teórico de la subjetividad,
pareciera observarse la tendencia a constituir espacios transdisciplinarios, donde las teorías intervinientes
aporten problemas, más que sus sistemas. Al mismo tiempo se ha vuelto necesario repensar la noción de
subjetividad
De esta manera, en ciertos contextos sociales y semiológicos la subjetividad se individua; una persona
tenida por responsable por sí misma se posiciona en el seno de las relaciones de alteridad regida por usos
familiares, costumbres locales, leyes jurídicas... En otras condiciones, la subjetividad se hace colectiva, lo que
no significa que ella se vuelva, a pesar de eso, exclusivamente social. Efectivamente, el término "colectivo"
debe ser entendido aquí en el sentido de una multiplicidad, desarrollándose mas allá del individuo, del lado
del socius, como también más acá de la persona, del lado de las intensidades pre-verbales, dando más
relevancia a una lógica de las afectaciones, que a una lógica de conjuntos bien circunscriptos
La subjetividad de hecho es plural, polifónica, como decía Bajtin; en tal sentido el pensar desde la
diversidad de distintos modos de producción subjetiva, sitúa en una reflexión crítica los efectos de
sustancialización de los relatos de la interioridad psíquica estructurada básicamente en la infancia, el
inconsciente, el deseo. En suma, lo que hoy día esta puesto en cuestión es la existencia de un mecanismo
universal de estructuración del sujeto.

2. Un modo de critica: la elucidación.


Cornelius Castoriadis dice "elucidar es el trabajo por el cual los hombres -yo agregaría y las mujeres-
intentan pensar lo que hacen y saber lo que piensan”
Problematizar es decir abrir a la crítica: desde sus respuestas reconstruir sus preguntas, para poder así
indagar sus impensables. Desde sus respuestas reconstruir sus preguntas, desde sus enunciados teóricos,
inferir las condiciones de posibilidad
"Elucidar es una: labor propositiva, una exploración acerca de... inacabada, sujeta a revisiones y ajustes
provisorios, aunque no por eso menos rigurosos; se tratará de pensar sobre lo hecho mientras se buscará
conocer con mayor precisión eso que como hecho deberá ser deshecho, para entender su irradiada
composición, otorgando a la actividad de-constructiva un lugar central en la tarea de elucidación
Es importante resaltar que una teoría demarca sus áreas de visibilidad e invisibilidad, sus enunciados y
sus silencios, como resultado de la articulación de los factores mencionados. En tal sentido, una indagación
que se propone crítica lejos estará de buscar acuerdos o desacuerdos con los autores abordados
Lo invisible dentro de una teoría, es el resultado necesario y no contingente de la forma en que se ha
estructurado dentro de ella el campo de lo visible. Por lo tanto "crítica" aquí no significa, como se señala
líneas arriba, evidenciar los errores, mostrar desacuerdos o adhesiones, sino más bien presuponer que
aquello que una teoría "no vé" es interior al ver; en tal sentido sus invisibles son sus objetos prohibidos o
denegados; puede pensarse entonces que el nivel de lo enunciable que una teoría despliega será la
transacción, el compromiso discursivo, pero también institucional-histórico de sus visibilidades y sus
invisibilidades, de aquello que le es posible pensar y de sus impensables, de sus objetos afirmados y sus
objetos denegados. Nuevos discursos, por ende, circularán desde otras transacciones entre lo visible y lo
invisible, se organizarán desde otras demarcaciones y gestionarán prácticas guiadas por sus propias
preocupaciones teóricotécnicas.
En síntesis, el criterio propuesto no se sostiene en la premura de legitimar lo que ya se sabe, sino en
abrir interrogaciones sobre lo enunciados y sus prácticas que permita, a su vez, pensar los problemas de otro
modo. En tal sentido se propone un doble camino de deconstrucción y re-construcción de teorías y prácticas.
Esto tiene varias implicancias, fundamentalmente la intención de de-sustancializar los conceptos y desmarcar
la lectura, el texto, el autor de un efecto de verdad, juego de de-construcción/re-construcción que al poner en
evidencia los silencios de enunciado, los objetos denegados, los impensables en su doble dimensión, teórica
y profesional, haga posible pensar de otro modo los problemas recurrentes de la disciplina y cree condiciones
para pensar lo hasta entonces impensable. Por eso elucidación que se propone crítica y en tanto crítica, ética.
Estos procesos teórico-institucionales van produciendo una transformación en la posición del discurso
en cuestión: de constituir un discurso autorizado -legítimamente autorizado por sus sistematización teórica, su
rigor metodológico, etc.- pasa a instituirse como el discurso de la autoridad. Frente a esta forma de lectura es
importante evitar tanto la sumisión frente a la repetición del discurso legitimado, como la descalificación de
sus valores de enunciado. Por ambos caminos, aunque de diferente, se empobrece la reflexión teórica
Referente a la critica, En ese sentido es que en esta propuesta se ha elegido un criterio de lectura
de-construcción/reconstrucción donde los enlaces teóricos puedan realizarse a través de confrontaciones
locales y no globales; donde las teorías puedan pensarse desde lo múltiple y no desde lo uno.
Cuando un sistema teórico se totaliza o bien sufre un proceso de banalización al ser "aplicado" a otros
campos disciplinarios o bien opera reduccionismos insalvables sobre el campo en cuestión. Por el contrario, si
se crean condiciones para su des-totalización, al trabajarse sus conceptos local y no globalmente, éstos
vuelven a adquirir la polivalencia teórica imprescindible para producir nuevas nociones, para pensar
articulaciones hasta ahora invisibles, cuestionar sus certezas, pensar aquello que había quedado como
impensable. En síntesis, el contrapunto y la interrogación como método para que las teorías mantengan su
vigor en la subversión de aquello que se ha cristalizado como obvio. (El sentido común de una disciplina). Al
mismo tiempo, y desde esta perspectiva, la legitimación de un campo no pasaría por constituir una Teoría, un
sistema, sino por plantearse tal espacio como un campo de problemáticas en el seno del cual habría que
discutir sus criterios de demarcación, los rigores epistémicos y metodológicos para que sus contrapuntos
locales y no globales puedan operar como "caja de herramientas" y no como patchwork teóricos.

3- Los criterios transdiciplinarios


Búsqueda de encontrar otros instrumentos metodológicos que permitan dar cuenta de aquellas áreas
que resisten abordajes unidisciplinarios. Esta tarea no es sencilla. Produce fuertes tensiones epistémicas e
institucionales. El análisis crítico de tales narrativas, de sus evidencias implica un cambio de paradigmas
teóricos y una profunda revisión de sus prácticas instituidas. Para tal propósito se enfatiza la necesidad de
evitar soluciones reductivas y mantener la posibilidad de sostener algunas tensiones operando en su
productividad problemática.
Así, por ejemplo, habrá que transitar la tensión entre las epistemologías de objeto discreto y la
producción de redes transdisciplinarias que permitan crear nuevos pasajes de lo visible o enunciable. Esto
implica, asimismo, la posibilidad de sostener la tensión entre las especialidades disciplinarias y los saberes
trasnversalizados. Es en el marco de tales objetivos que se ha propuesto un criterio genealógico en el análisis
de saberes y prácticas que permita referir los mismos a su problematización.
I vs S. Es necesario interrogar críticamente la epistemología de las ciencias positivas que
fundamentaban muchos tramos de las ciencias humanas - el psicoanálisis inclusive. Tal epistemología supone
un objeto discreto autónomo, reproducible, no contradictorio y unívoco. Implica una Lógica de Lo Uno donde
la singularidad del objeto no se vea afectada por eventuales aproximaciones disciplinarias. Estas lógicas de
objeto discreto, imprescindibles, seguramente, en los momentos fundacionales de las ciencias humanas,
suelen ocasionar sus propias dificultades para comprender situaciones de transferencias múltiples en
diferentes territorialidades.
La aparición de propuestas transdisciplinarias da cuenta del surgimiento de otras formas de abordaje de
la cuestión, así como de la necesidad de utilizar criterios epistemológicos pluralistas. Habla asimismo de la
resistencia de ciertos procesos a su simplificación unidisciplinaria y sugiere la oportunidad de los
desdibujamientos de "individuos" y "sociedades", en intentos de comprensión que aborden estos problemas
desde el centro mismo de su complejidad.
Con su propuesta de atravesamientos disciplinarios, esta tendencia se inscribe en un nuevo intento de
superación de los reduccionismos psicologistas o sociologistas. Sin embargo, pareciera abarcar un espectro
más amplio de cuestiones; por un lado pone en jaque las configuraciones hegemónicas de ciertas disciplinas
"reinas", o saberes arquetípicos a los cuales se han subordinado otras territorialidades disciplinarias; tiene
como una de sus premisas más fuertes la implementación de contactos locales y no globales entre los
saberes; de tal manera que los saberes que las disciplinas "reinas" habían satelizado recobren su libertad de
diálogos multivalentes con otros saberes afines. La invención de los atravesamientos disciplinarios como
transgresión a las especificidades, crea las condiciones para hacer sacar a ciertos objetos científicos de su
referencialismo dogmático e invita a construir una red epistemológica a partir de intercambios locales y no
globales, donde las transferencias de saberes se realicen según el eje de la metáfora y no según el de la
analogía. Trasnferencias en estado de vigilancia epistémica y metodológica que se organicen en una
epistemología crítica
Obviamente, este movimiento que desdibuja los objetos teóricos discretos, unívocos, implica no sólo el
intercambio entre diferentes áreas de saber sino la crítica interna de variadas regiones de una disciplina que,
al transversalizarse con otros saberes, pone en interrogación muchas de sus certezas teóricas. Un criterio
transdisciplinario supone replantear varias cuestiones. En primer lugar, un trabajo de elucidación crítica sobre
los cuerpos teóricos involucrados, que desdibuje una intención legitimante de lo que ya se sabe para poder
desplegar la interrogación de hasta dónde sería posible pensar de otro modo. Implica asimismo el abandono
de cuerpos nocionales hegemónicos de disciplinas "reinas" a cuyos postulados, códigos y orden de
determinaciones se subordinan disciplinas satelizadas; sobre estos presupuestos se crean las condiciones
para la articulación de contactos locales y no globales entre diferentes territorios disciplinarios, como así
también que aquellos saberes que las disciplinas hegemónicas habían satelizado, recobren su potencialidad
de articulaciones multivalentes con otros saberes afines.
De esta forma los cuerpos teóricos funcionan como "cajas de herramientas"19 es decir, aportan
instrumentos y no sistemas conceptuales; instrumentos teóricos que incluyen en su reflexión una dimensión
histórica de las situaciones que analizan; herramienta que junto a otras herramientas se produce para ser
probada en el criterio de su universo, en conexiones múltiples, locales y plurales con otros quehaceres
teóricos. Se hace clara entonces la diferencia con producciones teóricas que se transforman en concepciones
del mundo que se autolegitiman en el interior de su universo teórico-institucional y que por lo mismo exigen
que toda conexión con ellas implique instancias de subordinación a la globalidad de su cuerpo teórico.
Por lo antedicho, junto a esta forma de utilización de las producciones teóricas como cajas de
herramientas, un enfoque transdisciplinario presupone un desdisciplinar disciplinas de objeto discreto y
seguramente en el plano del actuar, cierto desdibujamiento de los perfiles de profesionalización, por lo menos
en aquellos más rigidizados.
Los criterios transdisciplinarios se sustentan, justamente, a partir de una elucidación crítica de este tipo
de totalizaciones, buscando nuevas formas de articular lo uno y lo múltiple. En su propuesta de contactos
locales y no globales focalizan un "thema" en su singularidad problemática y éste es atravesado por diferentes
saberes disciplinarios; sin embargo no pretenden unificarlos en una unidad globalizante. Por lo tanto, más que
una búsqueda de universales, indaga matrices generativas, problemas en relación a los cuales los
atravesamientos disciplinarios puedan dar cuenta de las múltiples implicancias del tema en cuestión. Esto
hace posible elucidar tanto las convergencias como las divergencias disciplinarias en relación al mismo. Este
movimiento que propone el atravesamiento de diferentes áreas de saberes, a partir de "themas" a elucidar,
sostiene varias y complejas implicancias. En primer lugar, cuando cierta región de una disciplina se
transversaliza con otros saberes, pone en crisis muchas de sus zonas de máxima evidencia. En segundo
lugar, exige la constitución de redes de epistemología crítica abocadas a la elaboración de aquellos criterios
epistémicos que en su rigurosidad hagan posible evitar cualquier tipo de patch-works teóricos. En tercer lugar,
y ya en el plano de las prácticas, vuelve necesaria otra forma de constitución de los equipos de trabajo; si no
hay disciplinas "reinas" tampoco habrá profesiones hegemónicas. Este pluralismo no es sencillo de lograr.

III. Psicoanálisis y subjetividad.

A partir de allí, Manoni abre dos reflexiones que sostiene una desde Freud y la otra desde Lacan. Desde
el primero: no hay creencia inconsciente. Desde el segundo: la creencia supone el soporte del otro. En
función de ésto, para Manoni con los aportes de ambos pensadores se puede dar cuenta tanto de un fetiche
privado como de una creencia colectiva. Hasta aquí puede acordarse, el problema se presenta cuando
enuncia "la renegación del falo materno trazaría el primer modelo de todos los repudios de la realidad y
constituyen el origen de todas las creencias que sobreviven al desmentido de la experiencia. "La creencia de
la existencia del falo materno, es el modelo de todas las transformaciones sucesivas de las creencias"
Se presentan, a partir de estas afirmaciones, dos problemas: a) "Descubrir" que la diferencia de los
sexos sea insoportable es ya imaginario. Que la diferencia -sexo femenino- tenga que ser pensada como
igualdad deficitaria -pene amputado- es una significación colectiva, algo producido socialmente y no algo
dado. Porque la diferencia es significada colectivamente como insoportable es que se hace necesario
desmentirla, y construir un repudio e inventar un fetiche. El cuerpo teórico no "ve" que hay una construcción
previa de significaciones, anterior al "descubrir" infantil que organiza uno de los sentidos de tal descubrir. Para
no ver realiza una serie de operaciones de naturalización. Sin duda una de las mas significativas es la
naturalización de la inferiorización de la diferencia de los sexos. Al tomar como un ya dado, algo construido
por la imaginación colectiva pierde -por invisibilización-de indagar la dimensión política de la sexuación. Niños
y niñas no sólo advertirán la diferencia, sino que sus procesos de sexuación no se completarán si no logran
creer en el defecto femenino.
b) ¿Por qué pensar que esta producción del niño, o del fetichista está "en el origen" de la producción de
creencias? ¿Por qué pensar que la creencia de la existencia del falo materno es el modelo de todas las
transformaciones sucesivas de las creencias? Pensar una cuestión -cualquiera sea- desde una referencia a
su origen -cualquiera sea- posiciona a quien enuncia tal cuestión en un particular modo de pensamiento, que
hoy es necesario -por lo menosinterrogar. Particularmente porque nuestra cultura conserva -tanto en el
lenguaje coloquial como en el científico- un significativo grado de naturalización-invisibilización.
Nietzsche ha sido tal vez uno de los pensadores que con más lucidez ha desmontado algunas de las
implicancias que se sostienen en esta noción. Ella supone que en el origen se encuentra la esencia exacta de
la cosa, su mas pura identidad cuidadosamente replegada sobre sí misma y preservada de todo aquello
externo, accidental y sucesivo. Buscar el origen es levantar las máscaras de la apariencia para develar lo
esencial. Al mismo tiempo el origen esencial supone que en sus comienzos las cosas estaban en su
perfección. La idea de perfección supone no sólo una referencia divina sino que coloca al origen en un lugar
de verdad.
Entonces decir que en el origen de la producción de desmentidas se encuentra la creencia de la
existencia del falo materno instituye una verdad esencial -el defecto del cuerpo de mujer-. Transforma en
esencial aquello que no es otra cosa que producción histórica de las significaciones imaginarias que instituyen
lo propio de hombres y mujeres. Si es esencia y es verdad es un ya dado universal ya no biológico, ahora
inconsciente y por lo tanto se pierde de interrogar semejante rareza de la cultura. Por otra parte, cuando se
afirma que es el origen de la producción de creencias, psicologiza; es decir ofrece una narrativa psicológica
para explicar complejos procesos religiosos, culturales, políticos. Si explica, traspola. Si explica y traspola,
produce ideología.
Es decir, hace inteligibles las condiciones de la subjetividad por las cuales el sujeto de deseo -en tanto
tal- puede construir creencias que desmientan una realidad insoportable
Esto es diferente de aplicar una narrativa "psicológica" sobre el origen, que a) aplica el modelo del
trauma del descubrimiento de los sexos a los acontecimientos colectivos. b) naturaliza que el
"descubrimiento" sea un trauma. c) identifica un tipo particular de trauma, en función del a priori de Lo Mismo
Los dos problemas que el texto de Manoni plantea: - naturalizar la diferencia sexual como insoportable.
- pensar la verdad por el origen, son tributarios de un modo binarista de pensar las diferencias de antigua
tradición en la cultura occidental, por la cual "se esencializa la diferencia y se naturaliza la desigualdad social”
Otro ejemplo donde puede problematizarse la noción de origen en los textos freudianos, es "Totem y
Tabú"
En este texto lleva la cuestión de los orígenes de la sociedad a dos cuestiones: el asesinato intratribal y
la prohibición del incesto. Busca el origen en un hecho: algo paso una vez que explica estas prohibiciones
fundantes. Cuando aclara que este hecho es reconstruido en lo que el llama un "mito científico" pone en
evidencia que no se le escapa la complejidad de intentar pensar desde el origen aquello que en este texto le
preocupa: la alteridad entre psiquismo humano y animal
Intenta explicar el origen de las prohibiciones fundantes, pero le queda en invisibilidad la inmensa y
extraordinaria componente positiva de todo el conjunto de instituciones y las significaciones que instituyen
dichas instituciones. La sociedad, las instituciones no establecen sólo prohibiciones, sino que tambien
instituye creencias positivas, significaciones imaginarias una de cuyas principales características es la
multiplicidad.
Ausente de su punto de mira la multiplicidad, Freud sólo puede operar con el juego repetitivo de
pulsiones -que son por otra parte, siempre las mismas- y los avatares del complejo de Edipo. Desde una
particular ecolalia familiarista para pensar lo social, se va construyendo una particular lógica de razonamiento
por la cual se naturaliza a) la familia como origen de la sociedad: una institución. (Lógica de lo Uno). b) un
modo histórico de familia padre-madre-hijo (la familia de la modernidad occidental) como origen del
psiquismo. A su vez éste es pensado en el juego de las identificaciones en la dimensión edípica; nuevamente
la lógica de lo Uno: un organizador central, matriz de posteriores modalidades transferenciales, etc.: un
inconsciente.
En el mismo sentido puede reflexionarse con la noción de identificación
Hasta aquí importantísimo, pero hay que evitar el psicoanalismo, es decir hay que diferenciar los
aportes de un recorte disciplinario a una teoría de la subjetividad -necesariamente transdisciplinaria- de una
psicologización o psicoanalización de los hechos de masas. Es importante puntuar estrictas delimitaciones,
tanto epistemológicas como metodológicas ya que de lo contrario se corre el riesgo de incurrir en cierta forma
de psicoanalismo; para ello es interesante la diferencia realizada por Larriera entre psicologización y
subjetivación, a partir de su análisis del texto freudiano de "Psicología de las masas y análisis del yo". Dice el
autor: "El texto freudiano es particularmente ilustrativo, en su revisión de las concepciones de la psicología
social, del abismo que separa a la psicologización de la subjetivación. Psicoanálisis de masas, lo cual de
ninguna manera puede ser tomado como una aplicación del Psicoanálisis a lo social; las masas no tienen
madre ni padre, ni pulsiones ni deseos, así como no existen los fantasmas colectivos de las multitudes.
Cualquier aseveración en este sentido no hace más que desvirtuar el rigor freudiano al considerar la cuestión,
pues Freudsolamente estableció las condiciones estructurales del sujeto que posibilitan que "haga masa". En
otras palabras puso el fundamento subjetivo del hecho de masas, su principio material. Masa es lo que el
sujeto no puede dejar de hacer por el hecho de ser sujeto: eso es lo que Freud demostró. Operó una
desustancialización del hecho de masas al dar sus condiciones de causación, pero de ello no se sigue la
posibilidad de reinscribir en este campo al niño, sus progenitores o una pulsión cualquiera, pues eso sería
volver a sustancializarlo, transformando el paso dado en una nueva psicología"32 . Condiciones de la
subjetividad para hacer masa, para producir creencias, esto es a mi criterio un aporte insoslayable del
Psicoanálisis a la teoría social y a la teoría política.
En un sentido más general, puede decirse que encontrar la articulación de estas cuestiones, hallar una
forma de indagación inclusiva y no excluyente de los aportes de diversos territorios disciplinarios significará
avanzar en uno de los impasses más persistentes de las ciencias humanas, cual es la articulación de aquello
que ellas previamente han separado: "lo social" y "lo mental". Para ello hay que reconocer, en primer lugar,
una dificultad: la falta de tradición en la cultura psicoanalítica de trabajar nociones de dicho campo como parte
integrante de una caja de herramientas de pensamiento. Es posible que dicha dificultad estribe en el modo de
producción de un régimen de verdad, que establece un tipo particular de narrativa válida en el campo
disciplinario: un modo de pensar -psicoanalítico- lo inconsciente, se establece como lo que el inconsciente es.
Los aportes psicoanalíticos son de suma importancia en una caja de herramientas del campo de
problemas de la subjetividad. Pero para ello, como con cualquier otra teoría que haya organizado férreos
sistemas teórico-institucionales, es necesario: - Problematizar los efectos de verdad del dispositivo
psicoanalítico. - Genealogizar sus condiciones históricas de producción de sus conceptos. - Elucidar sus
efectos en el disciplinamiento social. - Desconstruir los binarismos donde ha quedado atrapado su tratamiento
de la diferencia.
Los aportes psicoanalíticos son de suma importancia en una caja de herramientas del campo de
problemas de la subjetividad. Pero para ello, como con cualquier otra teoría que haya organizado férreos
sistemas teórico-institucionales, es necesario: - Problematizar los efectos de verdad del dispositivo
psicoanalítico. - Genealogizar sus condiciones históricas de producción de sus conceptos. - Elucidar sus
efectos en el disciplinamiento social. - Desconstruir los binarismos donde ha quedado atrapado su tratamiento
de la diferencia.

IV. Pensar de otro modo


Como puede observarse para pensar una noción de subjetividad más allá de los dominios de objeto, se
hace necesario no sólo el aporte de diversas disciplinas, sino demarcar las cuestiones de otro modo.
Un "campo" de problemas supone una resistencia activa a reducirse a alguno de los elementos
heterogéneos que lo componen. Su producción de conocimientos se inscribe no sólo en sus historicidades de
hecho, sino en la indagación crítica de las mismas. Se compone de estrategias discursivas y extadiscursivas
en un campo o constelación de sentido determinada . Campo y no objeto. Multiplicidad de miradas, en los
saberes y prácticas. Entrecruzamiento en actos y discursos. Campo que rescata lo diverso como aquello que
agrupa lo discontinuo, sin cultivar lo homogéneo .
Como se ha planteado líneas arriba, el punto central de interrogación pasará por el análisis del alcance
de la noción de universales en la constitución del sujeto
Para poner en juego este pensar de otro modo se vuelve necesario que concurran a este campo
problemático:
- La circulación de lo excluido de la visibilidad de las formas instituidas de los saberes, desplegando sus
impensados.
- Desde contactos locales y no globales, es decir, desde criterios transdisciplinarios, puntuales y no
desde la molaridad de sus cuerpos doctrinales. Aquí en toda su pertinencia la noción de Foucault de caja de
herramientas37 .
- Desde la re-significación de las antinomias clásicas de las Ciencias Humanas: individuo-sociedad,
naturaleza-cultura, idénticodiferente, estructura-acontecimiento, razón-pasión, público-privado, etc. Por fuera
de sus versus, violentar transdisciplinariamente sus visibles, para pensar de otro modo. Si bien los lugares
institucionales donde se intenta realizar este tipo de articulaciones son generalmente académicos, la voluntad
de realizarlas es política.
Es política porque:
- se inscribe en las luchas simbólicas por la apropiación de sentido.
- no se reduce a un análisis crítico de los discursos en cuestión, sino que indaga en las estrategias de
poder que tales discursos legitiman.
- si bien el anhelo de pensar de otro modo pareciera inscribirse en el mundo de las ideas, sus acciones
se motorizan en profundos malestares colectivos.
En palabras de Michel Foucault, al cierre de la primera Conferencia de Vermont, en 1979 38: "Mostrar
las determinaciones históricas de lo que somos es mostrar lo que hay que hacer. Porque somos más libres de
lo que creemos, y no porque estemos menos determinados, sino porque hay muchas cosas con las que aún
podemos romper -para hacer de la libertad un problema estratégico, para crear libertad. Para liberarnos de
nosotros mismos".

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