4 Fernandez Ni
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El término subjetividad suele usarse de modo poco preciso, a veces indistintamente como sinónimo de
sujeto, otras como sinónimo de psíquico, otras como subjetivo -opuesto a objetivo. Como noción teórica
implica la revisión de aquellas narrativas "psi" que han colocado la subjetividad como interioridad, en
oposición a un mundo o realidad pensados como exterioridad.
Forma parte de un modo de pensamiento que intenta repensar:
a) las oposiciones binarias clásicas
b) los dominios de objeto unidisciplinarios y sus territorializaciones profesionales. Se observa la
tendencia a constituir espacios transdisciplinarios, donde las teorías intervinientes aportan problemas, más
que sistemas.
c) la necesidad de teorizar sobre la diversidad de modos de subjetivación: históricos, de género, de
clase, de etnias. Es decir, poner en interrogación la existencia de un modo universal de estructuración del
sujeto.
d) las formas de interrogación crítica en nociones tales como origen, causa, estructura, representación.
e) la articulación social e histórica de los procesos de las identificaciones tempranas que clásicamente
hemos estudiado, con las prácticas de sí que el paso por las sucesivas instituciones constituyen. Las
instituciones producen subjetividad.
f) los diferentes modos históricos de subjetivación como elementos estratégicos en el disciplinamiento
de cada sociedad. Dicho disciplinamiento no se logra sólo a través de cómo los integrantes de una sociedad
piensan, sienten y actúan, sino también marcando sus cuerpos
g) el análisis de los modos históricos de subjetivación como inseparables de la indagación de las
estrategias de poder que en ellos intervienen.
h) el análisis de las estrategias de poder en la producción de subjetividad. Si, como ha planteado
Foucault, donde hay poder hay resistencia, el análisis del poder es inseparable del análisis de los focos de
resistencia al mismo
De los años '50 en adelante se producen transformaciones de todo orden en la esfera política y
económica mundial, el Estado, las instituciones, la familia y los marcos teóricos del pensamiento. El individuo,
el ciudadano y el sujeto quedan sometidos a crítica.
Fractura de la sociedad disciplinaria hacia una sociedad más flexible que estimula las satisfacciones de
las necesidades, el estar a gusto consigo mismo, que -entre otras cosas- instala una sexualidad que ha
dejado de ser pecaminosa o prohibida. Es decir, cambia la significación colectiva de autonomía. De la
obligación moral a cumplir con las reglas consensuadas, pasa a importar la realización personal, el respeto
por la singularidad subjetiva, a ser íntegramente uno mismo
Es el paso de las libertades políticas, supuestamente ya conquistadas, a las libertades psicológicas.
Esto va acompañado de una psicologización de lo social; la formación de una cultura psicológica que
naturaliza explicaciones de la interioridad psíquica para fenómenos institucionales y sociales. Se produce un
desinvestimento de lo público en favor de lo personal (lo íntimo), concomitantemente con una
desustancialización del yo, del cuerpo y los valores; el consumo es el nuevo modo de disciplinamiento social,
aún para los que no pueden consumir
Se basa en el estudio de las conductas; ya no importa tanto sancionar el desvío, sino comprender sus
motivaciones. El consumo, como nuevo eje de la individuación, hace necesario el control de los deseos. El yo
se ha vaciado. Los neuróticos tradicionales pronto podrán ser vistos como adictos a la identidad. Los nuevos
malestares son el stress, el pánico, las adicciones, el vacío de deseo. Se ha desfondado la idea de progreso,
los nuevos pacientes enferman de futuro. Los profesionales "psi" hemos diseñado de tal modo nuestras
herramientas que podemos trabajar sin duda con alta eficiencia en aquellos malestares que hacen necesario
re-significar el pasado, pero solemos encontrarnos mucho más desarmados con los "nuevos enfermos",
aquellos que padecen de futuro.
Fernández, A.M.: "Notas para la constitución de un campo de
problemas de la subjetividad " | Teorico S1
I. Introducción
El "individuo" no sólo ha sido uno de los modos de subjetivación de la Modernidad (el visible), ha sido
también un dominio de objeto alrededor del cual se han constituido, en complemento/suplemento con su par
antinómico "la sociedad" el conjunto de las disciplinas que constituyeron las llamadas ciencias humanas y/o
sociales. Una vez separados como territorios disciplinarios se ha intentado hasta el infinito establecer
puentes, relaciones, articulaciones.
En estos "ismos" aquello que posibilita la transpolación suele ser la falta de un ordenador
epistemológico que permita establecer los modos de interrelación de los diversos órdenes de determinación,
propios de cada campo disciplinario.
Otra cuestión de no menor importancia, y ligada a lo anterior, ha sido la idea de relacionar las disciplinas
"psi" y las sociales al modo de la interdisciplina donde los corpus producidos son tomados en bloque en su
totalidad conceptual, donde el intento "inter" se vuelve un tanto estéril porque dichas totalidades conceptuales
y metodológicas hechas certezas no dejan las fisuras (dudas) necesarias para la tan anhelada interrelación.
Para que aquello que se universalizó pueda particularizarse es necesario realizar, a mi criterio, por lo
menos dos operaciones en estrecha interrelación: a) una elucidación crítica de las nociones universalizadas,
es decir des-esencializar. b) trabajar una dimensión socio-histórica en la noción de subjetividad.
Para el trabajo de des-esencialización han sido y son importantes instrumentos conceptuales las
nociones de elucidación crítica (Castoriadis), deconstrucción (Derrida) y análisis genealógico (Foucault)
La importancia de abrir visibilidad y por ende crear condiciones de enunciabilidad de las dimensiones
sociohistóricas de la subjetividad y sus nociones derivadas es al menos doble: a) Permite ejemplificar sobre el
abordaje de criterios multirreferenciales. Los criterios unidisciplinarios ya se me habían vuelto reductivos para
pensar lo grupal. Pero al comenzar a pensar operadores multirreferenciales, no sólo se hacen necesarios
nuevos requisitos metodológicos sino que muchas certezas constituidas al interior de un campo
unidisciplinario entran en interrogación. b) Por otro lado permitiría pensar de otro modo la relación entre lo
"individual" y lo "social", de tal forma que no queden de entrada en territorios separados que luego se vuelven
tan difíciles de articular. Esto último parecería saludable al campo "psi" que hasta ahora no parece demostrar
ninguna premura en interrogar sus narrativas, particularmente aquellas que han colocado la subjetividad como
interioridad.
A partir de allí, Manoni abre dos reflexiones que sostiene una desde Freud y la otra desde Lacan. Desde
el primero: no hay creencia inconsciente. Desde el segundo: la creencia supone el soporte del otro. En
función de ésto, para Manoni con los aportes de ambos pensadores se puede dar cuenta tanto de un fetiche
privado como de una creencia colectiva. Hasta aquí puede acordarse, el problema se presenta cuando
enuncia "la renegación del falo materno trazaría el primer modelo de todos los repudios de la realidad y
constituyen el origen de todas las creencias que sobreviven al desmentido de la experiencia. "La creencia de
la existencia del falo materno, es el modelo de todas las transformaciones sucesivas de las creencias"
Se presentan, a partir de estas afirmaciones, dos problemas: a) "Descubrir" que la diferencia de los
sexos sea insoportable es ya imaginario. Que la diferencia -sexo femenino- tenga que ser pensada como
igualdad deficitaria -pene amputado- es una significación colectiva, algo producido socialmente y no algo
dado. Porque la diferencia es significada colectivamente como insoportable es que se hace necesario
desmentirla, y construir un repudio e inventar un fetiche. El cuerpo teórico no "ve" que hay una construcción
previa de significaciones, anterior al "descubrir" infantil que organiza uno de los sentidos de tal descubrir. Para
no ver realiza una serie de operaciones de naturalización. Sin duda una de las mas significativas es la
naturalización de la inferiorización de la diferencia de los sexos. Al tomar como un ya dado, algo construido
por la imaginación colectiva pierde -por invisibilización-de indagar la dimensión política de la sexuación. Niños
y niñas no sólo advertirán la diferencia, sino que sus procesos de sexuación no se completarán si no logran
creer en el defecto femenino.
b) ¿Por qué pensar que esta producción del niño, o del fetichista está "en el origen" de la producción de
creencias? ¿Por qué pensar que la creencia de la existencia del falo materno es el modelo de todas las
transformaciones sucesivas de las creencias? Pensar una cuestión -cualquiera sea- desde una referencia a
su origen -cualquiera sea- posiciona a quien enuncia tal cuestión en un particular modo de pensamiento, que
hoy es necesario -por lo menosinterrogar. Particularmente porque nuestra cultura conserva -tanto en el
lenguaje coloquial como en el científico- un significativo grado de naturalización-invisibilización.
Nietzsche ha sido tal vez uno de los pensadores que con más lucidez ha desmontado algunas de las
implicancias que se sostienen en esta noción. Ella supone que en el origen se encuentra la esencia exacta de
la cosa, su mas pura identidad cuidadosamente replegada sobre sí misma y preservada de todo aquello
externo, accidental y sucesivo. Buscar el origen es levantar las máscaras de la apariencia para develar lo
esencial. Al mismo tiempo el origen esencial supone que en sus comienzos las cosas estaban en su
perfección. La idea de perfección supone no sólo una referencia divina sino que coloca al origen en un lugar
de verdad.
Entonces decir que en el origen de la producción de desmentidas se encuentra la creencia de la
existencia del falo materno instituye una verdad esencial -el defecto del cuerpo de mujer-. Transforma en
esencial aquello que no es otra cosa que producción histórica de las significaciones imaginarias que instituyen
lo propio de hombres y mujeres. Si es esencia y es verdad es un ya dado universal ya no biológico, ahora
inconsciente y por lo tanto se pierde de interrogar semejante rareza de la cultura. Por otra parte, cuando se
afirma que es el origen de la producción de creencias, psicologiza; es decir ofrece una narrativa psicológica
para explicar complejos procesos religiosos, culturales, políticos. Si explica, traspola. Si explica y traspola,
produce ideología.
Es decir, hace inteligibles las condiciones de la subjetividad por las cuales el sujeto de deseo -en tanto
tal- puede construir creencias que desmientan una realidad insoportable
Esto es diferente de aplicar una narrativa "psicológica" sobre el origen, que a) aplica el modelo del
trauma del descubrimiento de los sexos a los acontecimientos colectivos. b) naturaliza que el
"descubrimiento" sea un trauma. c) identifica un tipo particular de trauma, en función del a priori de Lo Mismo
Los dos problemas que el texto de Manoni plantea: - naturalizar la diferencia sexual como insoportable.
- pensar la verdad por el origen, son tributarios de un modo binarista de pensar las diferencias de antigua
tradición en la cultura occidental, por la cual "se esencializa la diferencia y se naturaliza la desigualdad social”
Otro ejemplo donde puede problematizarse la noción de origen en los textos freudianos, es "Totem y
Tabú"
En este texto lleva la cuestión de los orígenes de la sociedad a dos cuestiones: el asesinato intratribal y
la prohibición del incesto. Busca el origen en un hecho: algo paso una vez que explica estas prohibiciones
fundantes. Cuando aclara que este hecho es reconstruido en lo que el llama un "mito científico" pone en
evidencia que no se le escapa la complejidad de intentar pensar desde el origen aquello que en este texto le
preocupa: la alteridad entre psiquismo humano y animal
Intenta explicar el origen de las prohibiciones fundantes, pero le queda en invisibilidad la inmensa y
extraordinaria componente positiva de todo el conjunto de instituciones y las significaciones que instituyen
dichas instituciones. La sociedad, las instituciones no establecen sólo prohibiciones, sino que tambien
instituye creencias positivas, significaciones imaginarias una de cuyas principales características es la
multiplicidad.
Ausente de su punto de mira la multiplicidad, Freud sólo puede operar con el juego repetitivo de
pulsiones -que son por otra parte, siempre las mismas- y los avatares del complejo de Edipo. Desde una
particular ecolalia familiarista para pensar lo social, se va construyendo una particular lógica de razonamiento
por la cual se naturaliza a) la familia como origen de la sociedad: una institución. (Lógica de lo Uno). b) un
modo histórico de familia padre-madre-hijo (la familia de la modernidad occidental) como origen del
psiquismo. A su vez éste es pensado en el juego de las identificaciones en la dimensión edípica; nuevamente
la lógica de lo Uno: un organizador central, matriz de posteriores modalidades transferenciales, etc.: un
inconsciente.
En el mismo sentido puede reflexionarse con la noción de identificación
Hasta aquí importantísimo, pero hay que evitar el psicoanalismo, es decir hay que diferenciar los
aportes de un recorte disciplinario a una teoría de la subjetividad -necesariamente transdisciplinaria- de una
psicologización o psicoanalización de los hechos de masas. Es importante puntuar estrictas delimitaciones,
tanto epistemológicas como metodológicas ya que de lo contrario se corre el riesgo de incurrir en cierta forma
de psicoanalismo; para ello es interesante la diferencia realizada por Larriera entre psicologización y
subjetivación, a partir de su análisis del texto freudiano de "Psicología de las masas y análisis del yo". Dice el
autor: "El texto freudiano es particularmente ilustrativo, en su revisión de las concepciones de la psicología
social, del abismo que separa a la psicologización de la subjetivación. Psicoanálisis de masas, lo cual de
ninguna manera puede ser tomado como una aplicación del Psicoanálisis a lo social; las masas no tienen
madre ni padre, ni pulsiones ni deseos, así como no existen los fantasmas colectivos de las multitudes.
Cualquier aseveración en este sentido no hace más que desvirtuar el rigor freudiano al considerar la cuestión,
pues Freudsolamente estableció las condiciones estructurales del sujeto que posibilitan que "haga masa". En
otras palabras puso el fundamento subjetivo del hecho de masas, su principio material. Masa es lo que el
sujeto no puede dejar de hacer por el hecho de ser sujeto: eso es lo que Freud demostró. Operó una
desustancialización del hecho de masas al dar sus condiciones de causación, pero de ello no se sigue la
posibilidad de reinscribir en este campo al niño, sus progenitores o una pulsión cualquiera, pues eso sería
volver a sustancializarlo, transformando el paso dado en una nueva psicología"32 . Condiciones de la
subjetividad para hacer masa, para producir creencias, esto es a mi criterio un aporte insoslayable del
Psicoanálisis a la teoría social y a la teoría política.
En un sentido más general, puede decirse que encontrar la articulación de estas cuestiones, hallar una
forma de indagación inclusiva y no excluyente de los aportes de diversos territorios disciplinarios significará
avanzar en uno de los impasses más persistentes de las ciencias humanas, cual es la articulación de aquello
que ellas previamente han separado: "lo social" y "lo mental". Para ello hay que reconocer, en primer lugar,
una dificultad: la falta de tradición en la cultura psicoanalítica de trabajar nociones de dicho campo como parte
integrante de una caja de herramientas de pensamiento. Es posible que dicha dificultad estribe en el modo de
producción de un régimen de verdad, que establece un tipo particular de narrativa válida en el campo
disciplinario: un modo de pensar -psicoanalítico- lo inconsciente, se establece como lo que el inconsciente es.
Los aportes psicoanalíticos son de suma importancia en una caja de herramientas del campo de
problemas de la subjetividad. Pero para ello, como con cualquier otra teoría que haya organizado férreos
sistemas teórico-institucionales, es necesario: - Problematizar los efectos de verdad del dispositivo
psicoanalítico. - Genealogizar sus condiciones históricas de producción de sus conceptos. - Elucidar sus
efectos en el disciplinamiento social. - Desconstruir los binarismos donde ha quedado atrapado su tratamiento
de la diferencia.
Los aportes psicoanalíticos son de suma importancia en una caja de herramientas del campo de
problemas de la subjetividad. Pero para ello, como con cualquier otra teoría que haya organizado férreos
sistemas teórico-institucionales, es necesario: - Problematizar los efectos de verdad del dispositivo
psicoanalítico. - Genealogizar sus condiciones históricas de producción de sus conceptos. - Elucidar sus
efectos en el disciplinamiento social. - Desconstruir los binarismos donde ha quedado atrapado su tratamiento
de la diferencia.