Constantino El Grande
Constantino El Grande
Constantino El Grande
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1 Vida
4 nico Emperador
5 Apreciacin histrica
7 Edicto de Miln
Vida
En sus monedas se denominaba como "M", o con mayor frecuencia "C", y se llamaba
FlavioValerio Constantino. Naci en Naissus, hoy Nisch en Servia, hijo del oficial romano
Constancio, quien posteriormente se convirtiera en emperador romano y Santa Helena,
una mujer de extraccin humilde pero de recio carcter y habilidades extraordinarias. La
fecha de su nacimiento no es conocida con certeza y se calcula entre 274 y el 288. Luego
de ser elevado su padre a la dignidad de Cesar lo encontramos en la corte de Dioclesiano
y posteriormente (305) combatiendo bajo el mando de Galerio en el Danubio. Cuando
luego de la renuncia de su padre Constancio fue elevado a la dignidad de Augusto, el
nuevo emperador de Occidente le solicit a Galerio, el Emperador de Oriente, que
permitiera a Constantino, a quien no haba visto durante mucho tiempo, que volviera a la
corte de su padre. Galerio accedi con reticencia. Constantino volvi al lado de su padre
bajo cuyo mando tuvo apenas tiempo suficiente para distinguirse en Bretaa antes que
Constancio muriera (el 25 de Julio de 306). Constantino fue inmediatamente proclamado
Cesar por sus tropas, ttulo que fue reconocido por Galerio con algunas vacilaciones. Este
evento se constituy en la primera oportunidad para lograr el esquema de Dioclesiano de
un imperio de cuatro cabezas (tetrarqua) y fue prontamente seguido por la proclamacin
en Roma como Cesar de Maxencio hijo de Maximiano, un tirano disoluto, en Octubre del
306.
Durante las guerras entre Majencio y los emperadores Severo y Galerio, Constantino
permaneci inactivo en sus provincias. Habiendo fallado el intento hecho por los antiguos
emperadores Dioclesiano y Maximiano en Carmentum en el ao 307, para devolver el
orden al Imperio, La promocin de Licinio a la posicin de Augusto, la asuncin por parte
de Maximino Daia del ttulo imperial y la auto proclamacin de Maxencio como nico
emperador (abril del 308), condujo a la proclamacin de Constantino como Augusto. Como
posea el ejrcito mas eficiente, fue reconocido por Galerio, quien se hallaba en guerra
contra Maximino en el Oriente, y por Licinio.
Constantino, quien hasta entonces se haba limitado a defender su propia frontera contra
los Germanos, no haba tomado an parte en las disputas de los otros pretendientes del
trono. Sin embargo en el 311, vio la guerra como algo inevitable cuando Galerio el Augusto
de mas edad y el ms violento perseguidor de los cristianos sufri una miserable muerte
luego de cancelar sus edictos contra los cristianos, y cuando Majencio, luego de derribar
las estatuas de Constantino, lo proclam como un tirano. A pesar de que sus ejrcitos eran
muy inferiores a los de Majencio ya que contaba, de acuerdo con varios testimonios, con
25.000 a 100.000 hombres, mientras que Majencio contaba con 190.000 hombres
fuertemente armados, no dud en iniciar rpidamente su marcha hacia Italia (primavera del
312.)
cual fue a partir de ese momento tolerado en todo el imperio (Edicto de Miln, a inicios del
313).
El tirano dioclesiano
El tirano Majencio
Majencio
Qued Licinio como nico superviviente de los Tetrarcas de Dioclesiano. Su traicin oblig
a Constantino a alzarse en guerra contra l. Con su acostumbrada impetuosidad el
Emperador le propin su golpe de gracia en Cibala (Octubre 8 del 314). Licinio, sin
embargo, pudo recuperarse y la batalla librada posteriormente en Castra Jarba (Noviembre
del 314) dej a ambos ejrcitos en condicin tal que ambas partes consideraron que la
nica salida era hacer la paz. La paz dur diez aos. Pero luego cerca del 322, no se
content con profesar su paganismo abiertamente comenz a perseguir de nuevo a los
Cristianos mientras desconoca los derechos y privilegios de Constantino. La guerra era
pues inevitable. Constantino reuni una infantera de 125.000 hombres y una caballera de
10.000. Adicionalmente arm 200 barcos para lograr el control del Bsforo.
Zcalo de mrmol de una columna honorfica. Representacin de unas Victorias que sostienen un
escudo, celebrado los diez aos de existencia de la tetrarqua en el ao 303 d. C.
Licinio, por otro lado y dejando la frontera oriental sin defensas obtuvo un ejrcito ms
numeroso an constituido por 150.000 infantes y 15.000 de caballera, mientras que su
flota naval estaba formada por no menos de 350 barcos. Los dos ejrcitos se encontraron
en Adrianopolis el 3 de Julio del 324, donde las bien disciplinadas tropas de Constantino
vencieron y pusieron en retirada a las menos disciplinadas de Licinio. Licinio por otra parte
se hizo fuerte en las barracas de Bizancio de manera tal que un ataque pudiera tener
menor oportunidad de xito y la nica oportunidad de tomar el fuerte era mediante el
nico Emperador
Edicto de Milan
En adelante, Constantino qued como monarca nico del Imperio Romano. Poco despus
de la muerte de Licinio, Constantino determin que la futura capital del imperio fuera
Constantinopla y con su acostumbrado mpetu tomo todas las medidas para hacer de esa
ciudad una ms grande, fuerte y hermosa. Dedic los siguientes diez aos de su reinado a
promover el bienestar poltico, econmico y moral de sus posesiones y previ la estructura
del gobierno futuro de su imperio. Mientras que colocaba a sus sobrinos Dalmacio y
Anibaliano a cargo de provincias menores, design a sus hijos Constancio, Constantino y
Constans como los futuros regidores del imperio. No mucho antes de su final, el
movimiento hostil del rey de Persia, Shpr, lo lanz de nuevo al campo de batalla.
Cuando se encontraba a punto de marchar en contra de su enemigo fue atacado por una
enfermedad, de la cual muri en Mayo del 337, luego de haber recibido el bautismo.
Apreciacin histrica
Constantino, con todo derecho, haba reclamado el titulo de El grande, ya que haba
cambiado la historia del mundo y haba hecho de la Cristiandad, que hasta entonces
sufra de una sangrienta persecucin, la religin del Estado. Es bien cierto que las
razones ms profundas de tales cambios deben ser encontradas en el movimiento
religioso de esos tiempos, pero tales razones eran, a duras penas, imperativas, ya
que los cristianos conformaban tan solo una pequea porcin de la poblacin,
constituyendo una quinta parte de la misma en el Occidente y la mitad en una gran
parte del Oriente. La decisin de Constantino dependa pues, mas de un acto
personal que de una condicin general, haciendo que su personalidad sea objeto de
una cuidadosa consideracin.
Mucho antes de lo mencionado anteriormente, las creencias del antiguo politesmo
haban sido sacudidas en sus races. En personalidades ms slidas como la de
Dioclesiano, se mostraba su fortaleza en la forma de supersticin, magia y
adivinacin. El mundo estaba pues, totalmente maduro para recibir el monotesmo o
su forma modificada el henotesmo. El monotesmo de entonces se ofreca en
diversas variedades, bajo las formas de varias religiones Orientales: en la adoracin
al Sol, la veneracin de Mitras, el en Judasmo y en la Cristiandad. Quien quisiera
evitar un rompimiento radical con el pasado buscara una forma Oriental de
adoracin que no exigiera sacrificios severos; en tal caso, por supuesto, la
Cristiandad sera la ltima eleccin. Probablemente muchas mentes nobles
reconocieron la verdad contenida en el Judasmo y la Cristiandad, pero creyeron que
podan apropirselos sin ser obligados por tal hecho, a renunciar a la belleza de otro
tipo de adoraciones. Una de tales mentes fue el Emperador Alejandro Severo, otro
fue Aureliano, cuyas opiniones se vieron confirmadas por cristianos como Pablo de
Samosata. No slo los Gnsticos y otro tipo de herejes, sino algunos Cristianos
quienes se consideraban fieles, se mantuvieron, de alguna manera, firmes en la
adoracin del sol. Len el Grande, en su momento, deca que era la costumbre de
muchos Cristianos el pararse en las gradas de la Iglesia de San Pedro a rendir
homenaje al sol mediante reverencias y rezos. (cf. Euseb. Alexand. en Mai, "Nov.
Patr. Bibl.", 11, 523; Augustin, "Enarratio in Ps. x"; Leon I, Serm. xxvi). Cuando tales
condiciones prevalecan es fcil entender cmo muchos de los Emperadores
cedieron ante la falacia de que podan unir a todos sus sbditos en la adoracin al
dios sol quien combinaba en s el Padre - Dios de los Cristianos y el muy venerado
Mitras. El imperio, por tanto, pudo ser fundado de nuevo bajo una sola religin. An
el mismo Constantino, como ms adelante se demostrar, abraz por algn tiempo
estas erradas creencias. Parecera ser que las ltimas persecuciones de los
Cristianos estaban dirigidas mucho mas hacia aquellos irreconciliables y extremistas
que contra el gran cuerpo de la Cristiandad. La poltica de los emperadores no fue
regente crean que el mismo estaba en comunicacin directa con la deidad mayor, y
por tanto, la ley del Estado era vista como la ley revelada. En la misma forma los
emperadores permitan que se les venerara como si fueran orculos sagrados y
como deidades y todo aquello que se relacionara con ellos era denominado sagrado.
La palabra Sagrado lleg a reemplazar la denominacin de Imperial. Un numeroso
squito de la corte, complicados ceremoniales, y ostentosas vestimentas hacan que
el acceso al emperador fuera an ms difcil. Quien deseara acercarse a la cabeza
del Estado deba transitar primero por muchas antesalas y postrarse ante el
emperador como si fuera una divinidad. Puesto que los antiguos pobladores de
Roma no gustaban de tales ceremoniales, los emperadores mostraron una
preferencia cada vez mayor al Oriente, donde el monotesmo se mantena
virtualmente inclume y donde, por aadidura, eran mejores las condiciones
econmicas. Roma, pues, no pudo por mas tiempo controlar la totalidad del gran
imperio y sus peculiares civilizaciones.
Por todos los lados comenzaron a aparecer nuevas y vigorosas fuerzas nacionales
de tal manera que tan solo dos polticas eran posibles. O bien se daba espacio a los
nuevos movimientos nacionales, o se mantenan con firmeza los cimientos
nacionales antiguos para revivir los antiguos principios Romanos, la pretrita
severidad militar y el patriotismo de la vieja Roma. . Varios emperadores haban
tratado de seguir ste ltimo sendero en vano. Era tan imposible el retornar a la vida
simplista de antao como lo era el retornar a las antigua creencias paganas con su
sistema nacional de veneracin. Consecuentemente el imperio tuvo que identificarse
con el movimiento progresista, emplear al mximo los recursos existentes dentro de
la vida nacional, ejercer tolerancia, hacer concesiones a las nuevas tendencias
religiosas y acoger a las tribus germnicas dentro del imperio. Tales convicciones
continuaron expandindose principalmente por que el padre de Constantino haba
obtenido buenos resultados de tales polticas. En la Galia, Bretaa y Espaa, donde
rega Constancio Cloro prevalecieron la paz y la satisfaccin. La prosperidad de las
provincias aument visiblemente mientras que en el oriente la prosperidad se vio
menoscabada por la inestabilidad y la confusin existentes. Fue, sin embargo, y
particularmente en la parte occidental del imperio donde la veneracin de Mitras
predomin. Hubiera sido posible el congregar todas estas diferentes nacionalidades
alrededor de sus altares? Hubiera sido factible que el Sol Deus Invictus, venerado
por Dioclesiano y Galerio, se hubiera convertido en el dios supremo del imperio? Es
posible que Constantino haya reflexionado al respecto y es posible que no haya
rechazado totalmente dicha posicin an luego de los milagrosos acontecimientos
que marcaron su preferencia hacia el Dios de los Cristianos.
Edicto de Miln
Cualquiera poda seguir la religin que considerara mas apropiada. Ellos hicieron
votos por que la "deidad entronizada en los cielos" les otorgara a los emperadores y
sus sbditos sus favores y proteccin. Lo anterior fue suficiente para causar enorme
confusin entre los paganos. Si las palabras del edicto se examinan cuidadosamente
se encuentra evidencia clara del esfuerzo hecho para expresan los nuevos
pensamientos de una manera absolutamente carente de ambigedad que eliminara
la ms mnima duda al respecto. El edicto contiene mucho mas que la creencia a la
cual Galerio, al final, haba escogido, como es la de que las persecuciones eran
totalmente intiles, y otorgaba a los Cristianos libertad de culto y simultneamente
procuraba no crear afrentas contra los paganos. Sin duda alguna el trmino deidad
fue cuidadosamente escogido puesto que no excluye su implicacin pagana. Las
cautelosas expresiones probablemente se originaron en los archivos imperiales,
donde las concepciones y formas paganas de expresin permanecieron an por
mucho tiempo. El cambio, sin embargo, de persecucin sangrienta a tolerancia de la
Cristiandad, un cambio que implicaba su reconocimiento, puede haber sorprendido a
muchos paganos y suscitado el mismo estupor que un alemn sentira si un
emperador, siendo Social Demcrata, se hiciera a las riendas del estado por la
fuerza. A tal persona le parecera que los fundamentos del Estado se estuvieran
debilitando. Los Cristianos mismos pudieron haber sido tomados por sorpresa. Antes
de esto, por cierto, ya se le haba ocurrido a Melito de Sardes (Eusebius, Hist. Eccl.,
IV, xxxiii) que el emperador en algn momento podra llegar a convertirse al
cristianismo; sin embargo Tertuliano pensaba de manera diferente y haba escrito
(Apol., xxi) la frase memorable: "Sed et Caesares credidissent super Christo, si aut
Caesares non essent saeculo necessarii, aut si et Christiani potuissent esse
Caesares" (Pudieran los Csares haber credo en Cristo si los Csares no hubiesen
sido necesarios para el mundo o si los cristianos hubiesen podido ser Csares). La
misma opinin fue emitida por San Justino (I, xii, II, xv). A l y a muchos otros se les
antojaba un imposible total el que el Imperio fuera Cristiano. En todo caso das
felices se presentaban ahora ante los Cristianos. Deben ellos haber tenido los
mismos sentimientos de los perseguidos durante la Revolucin Francesa cuando
Roberspierre fue finalmente derrocado y su Reino del Terror termin. Los
sentimientos de liberacin del peligro son delicadamente expresados en el tratado
atribuido a Lactancio (De mortibus persecut., en P. L., VII, 52), respecto de las
maneras como la muerte se apoder de los perseguidores. Dice: " Debemos ahora
agradecer al Seor Quien ha unido su rebao el cual haba sido devastado por los
lobos rapaces y Quien ha exterminado las bestias salvajes que los alejaron de sus
pasturas. Dnde estn ahora las multitudes de nuestros enemigos?, donde los
verdugos de Dioclesiano y Maximiano? Dios los ha barrido de la faz de la tierra;
celebremos entonces Su triunfo con alegra; observemos la victoria del Seor con
cantos de alabanza, y honrmoslo a El noche y da con oracin, para que la paz que
hemos recibido de nuevo luego de diez aos de miseria, sea preservada." Los
Cristianos fueron liberados de las minas y de las prisiones y fueron recibidos por sus
hermanos en la fe con aclamaciones de jbilo; las iglesias se llenaron de nuevo y
aquellos que se haban alejado de la Cristiandad pidieron perdn.
Durante algn tiempo pareca que tan slo la tolerancia y la igualdad prevaldran.
Constantino se mostraba igualmente condescendiente con ambas religiones. En su
calidad de pontifex maximus vigil la adoracin pagana y protegi sus derechos. Lo
nico que hizo fue el suprimir la adivinacin y la magia a las cuales los emperadores
paganos haban recurrido ocasionalmente. Por consiguiente el emperador romano
en el ao 320 prohibi el acceso a las casas privadas a los adivinadores y arspices
bajo la pena de muerte. Quien a su solicitud o promesa de pago ofreciera a un
arspice violar sta ley sus propiedades seran confiscadas y l mismo llevado a la
hoguera. A quienes informaran de tales hechos se les recompensaran. Quien
quisiera practicar los usos paganos deban hacerlo abiertamente. Deba acudir a los
altares pblicos o a los sitios sagrados, y en sos sitios observar las formas
tradicionales de adoracin. "No prohibimos", deca el emperador, "la observancia de
las antiguas tradiciones a la luz del da." En una ordenanza del mismo ao dirigida a
los prefectos de la ciudad de Roma, Constantino ordenaba que si un rayo hubiera de
caer sobre el palacio imperial o sobre un edificio pblico, los arspices deberan, de
acuerdo con las antiguas costumbres, interpretar el significado de tal acontecimiento
y su interpretacin debera ser reportada por escrito al emperador. Igualmente se le
permita a los individuos privados hacer uso de sta antigua costumbre, pero al
hacerlo deban abstenerse de los prohibidos sacrificia domestica. De esto no puede
deducirse que exista una prohibicin general para la celebracin de sacrificios
familiares, a pesar de que en el ao 341 Constancio, el hijo de Constantino
menciona tal prohibicin (Cod. Teod., XVI, x, 2). Una prohibicin de tal naturaleza
hubiera tenido mayores consecuencias, ya que la mayora de los sacrificios eran de
carcter privado. Mas an cmo hubiera podido implementarse tal prohibicin si los
sacrificios pblicos an eran permitidos? En la consagracin de Constantinopla se
utiliz una ceremonia mitad Cristiana y mitad pagana. La carroza del dios sol fue
puesta en el mercado pblico y sobre su cabeza se coloc la Cruz de Cristo,
mientras que el Kyrie - Eleyson se cantaba. Poco antes de su muerte Constantino
confirm los privilegios de los sacerdotes de los antiguos dioses. Muchas otras
medidas tomadas por l tenan la apariencia de medidas a medias como si l mismo
hubiera abrazado alguna forma sincretstica de religin. Acorde con lo anterior
orden a las tropas paganas el utilizar una oracin en la cual cualquier monotesta
pudiera tomar parte y que a la sazn deca: "Te reconocemos a ti solamente como
dios y rey, te invocamos para que nos ayudes. Hemos recibido la victoria de ti y por
ti hemos superado a nuestros enemigos. A ti debemos todo lo bueno que hemos
recibido hasta ahora y en ti confiamos en el futuro. A ti elevamos nuestras splicas e
imploramos que preserves a nuestro emperador Constantino y a sus hijos temerosos
de dios, libres de mal y victoriosos por muchos aos". El emperador tom un paso
adicional cuando orden retirar sus estatuas de los templos paganos, prohibi que
los templos que caan en ruina fueran reparados y suprimi toda forma ofensiva de
adoracin. Todas stas medidas, sin embargo, no fueron mas all de la tendencia
sincretstica que Constantino haba demostrado durante mucho tiempo. Sin embargo
l debi percibir con claridad mayor cada vez que el sincretismo era imposible.
obispo. Si a ambas partes se les conceda audiencia legal, la decisin del obispo
tena plena validez y obligatoriedad. Una ley del 333 ordenaba a los oficiales del
estado a imponer las decisiones de los obispos. El testimonio de un obispo debera
ser considerado suficiente por cualquier juez y ningn testigo poda ser citado con
posterioridad al testimonio del obispo. Dichas concesiones tenan tanto alcance que
la Iglesia misma senta que el inmenso crecimiento de su jurisdiccin era una
restriccin en s mismo. Posteriores emperadores limitaron esta jurisdiccin a casos
de sumisin voluntaria de las partes a la corte episcopal.
Constantino logr mucho a favor de los nios, esclavos y las mujeres, todos aquellos
miembros ms dbiles de la sociedad los cuales eran tratados speramente por la
antigua ley romana. Sin embargo l tan solo continu la labor que, bajo la influencia
del Estoicismo, los emperadores que lo precedieron haban iniciado y haban dejado
a sus sucesores para continuar el empeo de la emancipacin. Es as como algunos
emperadores anteriores a Constantino haban prohibido, sin xito, el abandono de
nios, como nios expsitos o abandonados, stos eran rpidamente adoptados
para ser utilizados en varios propsitos. Los Cristianos, particularmente, se
esforzaron para apoderarse de stos nios, consecuentemente, Constantino no
emiti prohibicin directa respecto al abandono, a pesar de que los cristianos
equiparaban en gravedad a ste con el asesinato. Orden, en lugar de una
prohibicin directa que los expsitos deberan pertenecer a aquel que los
encontrara, y le prohibi a los padres reclamar a los nios que haban abandonado.
Aquellos que acogan a estos nios adquiran derecho de propiedad sobre ellos lo
que les permita un uso extenso de dicho derecho; podan, por ejemplo, venderlos y
esclavizarlos, hasta que Justiniano prohibi su esclavitud bajo cualquier forma. An
en los tiempos de San Crisstomo los padres mutilaban a sus hijos por lucro.
Cuando haba hambruna o estando endeudados, muchos padres tan slo obtenan
alivio mediante la venta de sus hijos, si es que no deseaban venderse a s mismos.
Leyes emitidas posteriormente en contra de dichas prcticas tuvieron tan poco
efecto como aquellas que prohibieron la castracin y la prostitucin. San Ambrosio,
de manera vvida, describe el triste espectculo de la venta de los nios por parte de
sus padres, bajo la presin de los acreedores, o por parte de los acreedores
mismos. Poco sirvieron las muchas formas de atencin e instituciones que trataban
de proteger a dichos nios y a los pobres. El mismo Constantino estableci asilos
para los expsitos, pero sin embargo reconoci el derecho de los padres de vender
a sus hijos y tan slo cre excepciones para los nios de mas edad. Reglament
que los nios que haban sido vendidos podan ser vueltos a comprar por sus
padres, en diferenciacin clara a aquellos que haban sido expuestos. Sin embargo
su disposicin no tena aplicabilidad alguna si los nios eran llevados al extranjero.
Valentiniano, por tanto, prohibi el trfico de seres humanos con tierras extranjeras.
Liciano. Un criminal no poda ser golpeado en la cara, tan slo en los pies ya que la
cara estaba hecha a semejanza de Dios.
Cuando se comparan stas leyes con las emitidas por emperadores anteriores cuya
disposicin era considerada como humana, no se ve que las emitidas por
Constantino tengan un alcance mayor. En todo aquello deferente a la religin
Constantino sigui las huellas de Dioclesiano y a pesar de las experiencias
negativas permaneci adherido a la divisin artificial del imperio; trat durante largo
tiempo de evitar un rompimiento con Licinio y reparti al imperio entre sus hijos. Por
otra parte, el poder imperial fue incrementado al recibir la consagracin religiosa. La
Iglesia toler el culto al emperador bajo muchas formas. Se permita hablar de la
divinidad del emperador, o del palacio sagrado, la cmara sagrada y del altar del
emperador, sin que esto fuera considerado idolatra. Desde ste punto de vista los
cambios religiosos de Constantino pueden ser considerados como meras
frivolidades, eran tan solo poco mas que renuncias a simples formalidades. Puesto
que lo que sus predecesores haban buscado mediante el uso de toda su autoridad y
al costo de un incesante derramamiento de sangre era tan slo el reconocimiento de
su propia divinidad; Constantino logr esto a pesar de que renunci a que se
realizaran sacrificios a su honor. Algunos obispos, cegados por el esplendor de la
corte fueron a extremos tales de llamar al emperador el ngel de Dios, un ser
sagrado, y profetizar que, tal como lo haba hecho el Hijo de Dios, reinara en el
cielo. Consiguientemente se ha asegurado que Constantino favoreci a la
Cristiandad por simples motivos polticos, y ha sido visto como un dspota
glorificado que hizo uso de la religin como un medio para lograr la implementacin
de sus polticas. Cada vez que la poltica del estado lo requera poda ser cruel. An
luego de su conversin decret la ejecucin de su cuado Licinio y el hijo de ste, lo
mismo que de Crispus, su propio hijo del primer matrimonio, y de su esposa Fausta.
Querell con su colega Licinio respecto de su poltica religiosa y en el 323 lo derrot
en una sangrienta batalla. Licinio se rindi bajo la promesa de que se protegera su
seguridad personal, pero a pesar de esto fue estrangulado un ao mas tarde por
ordenes de Constantino. Durante el rgimen conjunto, Liciano el hijo de Licinio y
Crispus el hijo de Constantino haban sido ambos csares. A los dos se les hizo
gradualmente a un lado. Crispus fue ejecutado bajo cargos de inmoralidad elevados
contra l por Fausta la segunda esposa de Constantino. Los cargos fueron falsos, lo
cual fue conocido por Constantino, luego de los hechos, a travs de su madre
Helena. En castigo Fausta fue sofocada hasta su muerte en un bao caliente.
Liciano fue flagelado hasta morir. Puesto que Liciano no era hijo de la hermana de
Constantino sino de una esclava, aqul lo trat siempre como un esclavo. De sta
manera Constantino evadi su propia ley respecto de la mutilacin de esclavos.
Luego de conocer tales crueldades es difcil creer que el mismo emperador pudiera
http://ec.aciprensa.com/wiki/Constantino_el_Grande
Donacin de Constantino
(Lat., Donatio Constantini).
Por este nombre se conoce, desde el fin de la Edad Media, un documento falsificado
del Emperador Constantino el Grande por el cual, grandes privilegios y ricas
posesiones eran conferidas al Papa y a la Iglesia Romana. En el manuscrito ms
antiguo conocido (noveno siglo) (Bibliothque Nationale, Pars, MS. Latin 2777) y en
muchos otros manuscritos, el documento lleva el ttulo: "Constitutum domni
Constantini imperatoris". Est dirigido por Constantino, al Papa Silvestre I (314-35) y
consiste de dos partes. En la primera (titulada "Confessio") el emperador relata
cmo fue instrudo en la Fe Cristiana por Silvestre, hace una profesin llena de fe, y
cuenta su bautismo por ese Papa en Roma, y cmo de este modo se cur de lepra.
En la segunda parte, (la "Donatio") Constantino dispone conferir a Silvestre y a sus
sucesores los siguientes privilegios y posesiones: el Papa, como sucesor de San
Pedro, tiene la primaca sobre los cuatro Patriarcas de Antioqua, Alejandra,
Constantinopla, y Jerusaln, tambin sobre todos los Obispos en el mundo. La
baslica de Lateran en Roma, construida por Constantino, mandar sobre todas las
iglesias como cabecera, igualmente las iglesias de San Pedro y San Pablo sern
dotadas de ricas posesiones. Los principales eclesisticos romanos (clerici
cardinales) quienes tambin pueden recibirse como senadores, obtendrn los
mismos honores y distinciones que stos. Como el emperador, la Iglesia Romana
tendr funcionarios cubicularii, ostiarii, y excubitores. El Papa disfrutar los mismos
derechos honorarios que el emperador, entre ellos, el de llevar una corona imperial,
una capa purprea y tnica, y en general toda insignia imperial o seales de
distincin; pero, como Silvestre se neg a poner en su cabeza una corona de oro, el
emperador lo invisti con el superior casquete blanco (frigio).
Constantino, el documento contina, pone al servicio del Papa, un strator, es decir
quien llevar el caballo en que montar el Papa. Es ms, el emperador obsequia al
Papa y a sus sucesores el palacio de Lateran de Roma y las provincias, distritos, y
pueblos de Italia y todas las regiones occidentales (tam palatium nostrum, ut
prelatum est, quamque Rom urbis et omnes Itali seu occidentalium regionum
provinicas loca et civitates) El documento contina diciendo, que el emperador ha
establecido para s, en el Este, una nueva capital que lleva su nombre, y all l quita
su gobierno, porque es inoportuno que un emperador secular tenga poder donde
Dios ha establecido la residencia de la cabeza de la religin cristiana. El documento,
concluye con maldiciones contra todos los que se atrevan a violar estas ddivas y
con la certidumbre que el emperador las ha firmado con su propia mano y las ha
puesto en la tumba de San Pedro. Este documento es sin la duda una falsificacin,
inventada en algn momento, entre los aos 750 y 850. Ya en el decimoquinto siglo
algn momento entre 800 y 840. Ellos argumentan que el propsito principal de la
falsificacin era otorgar al gobernante occidental el poder imperial, o que la
"Constitutum" significaba que el nuevo emperador, como sucesor de Constantino el
Grande, confera poder a la Iglesia romana. Esos escritores son, adems, quines
investigan al falsificador en el Imperio Francogermano, sostienen que el documento
se escribi en el noveno siglo, sobre todo Hergenrther y Grauert. El ltimo opina
que la "Constitutum" se origin en el monasterio de St.Denis, en Pars, brevemente
antes de, o aproximadamente al mismo tiempo, que las Falsas Decretales, es decir
entre 840 y 850. Estrechamente con la fecha de la falsificacin, est conectada la
otra pregunta acerca del principal propsito del falsificador de la "Donatio". Aqu,
tambin, existe una gran variedad de opiniones.
La mayora de los escritores, que sitan en la propia Roma el origen de la
falsificacin, sostienen que su intencin, es principalmente, apoyar las demandas de
los Papas hacia el poder secular en Italia; difieren, sin embargo, acerca de la
magnitud de las demandas. Segn Dllinger la "Constitutum" tena como destino
ayudar en la creacin de una Italia unida bajo el gobierno papal. Otros limitaran las
demandas papales a esos distritos que Esteban II quiso obtener de Pipino, o a
territorios aislados que, antes o despus, las papas desearon adquirir. En general,
esta clase de historiadores busca conectar la falsificacin con los eventos histricos
y los movimientos polticos de ese tiempo en Italia (Mayer, Langen, Friedrich,
Loening, y otros). Algunos, ponen ms nfasis en la elevacin del papado que en la
donacin de territorios. Ocasionalmente se sostiene, que el falsificador busc
afianzar para el Papa una categora de autoridad secular superior, una supremaca
imperial en contra del Gobierno Francogermano, slidamente establecido, entonces,
en Italia. Otras veces, algunos de este grupo, limitan para Italia la expresin
"occidentalium regionum provincias", pero la mayora interpreta que representa a
todo el Imperio Occidental anterior. sta es la actitud de Weiland para quien el
objeto principal de la falsificacin, es incrementar el poder papal sobre el imperial, y
el establecimiento de la supremaca imperial del Papa sobre todo Occidente.
Tambin por esta razn l baja la fecha de la "Constitutum" nunca ms lejos que el
fin del reinado de Carlomagno (814). Sin embargo, con este documento Silvestre
obtiene de hecho, la jerarqua imperial de Constantino y los emblemas de dignidad
imperial, aunque no la verdadera supremaca imperial. Martens observa, por
consiguiente, en la falsificacin, un esfuerzo para elevar al papado en general; todos
alegaron prerrogativas para el papa y eclesisticos romanos, todos regalos de
posesiones otorgadas, se quieren derechos de gobierno secular, ascensos y
confirmaciones de esta elevacin, y de todo eso el nuevo Emperador Carlomagno
deline conclusiones prcticas en su proceder, respecto al Papa. Scheffer-Boichorst
sostiene una opinin singular, a saber, que el falsificador tuvo la intencin de la
glorificacin de Silvestre y Constantino, principalmente, y slo de manera
456, 591, 614, 635; III, 71). San Pedro Damiano tambin confi en el, en sus
escrituras contra el antipapista Cadalous de Parma (synodalis de Disceptatio
synodalis, in Libelli de lite, I, 88). Gregorio VII nunca cit este documento en su larga
lucha por la libertad eclesistica contra el poder secular. Pero Urbano II lo us en
1091 para apoyar sus demandas sobre la isla de Crcega. Despus, los Papas
Inocencio III, Gregorio IX, Inocencio IV, tom su autoridad para conceder a Inocencio
III, el Sermo de sancto Silvestro, (en P.L., CCXVII, 481 sqq.; Raynaldus, Annales, ad
an. 1236, n. 24; Potthast, Regesta, no. 11,848), y los escritores eclesisticos
adujeron muchas veces su evidencia en favor del papado.
Los adversarios medievales de los papas, por otro lado, nunca negaron la validez de
esta apelacin a la pretendida donacin de Constantino, pero trataron de demostrar
que el fundamento de las deducciones legales se basaba en interpretaciones falsas.
La autenticidad del documento, como ya se declar, no fue dudado por nadie antes
del decimoquinto siglo. Fue conocido por los griegos en la segunda mitad del
duodcimo siglo, cuando aparece en la coleccin de Teodoro Balsamon (1169 sqq.);
luego, otro canonista griego, Matthus Blastares (aproximadamente 1335), lo
admiti en su coleccin. Tambin aparece en otras obras griegas. Es ms, fue muy
estimado en la Grecia Oriental. Es bien conocido que los griegos, exigieron, para el
Obispo de Nueva Roma (Constantinopla) los mismos derechos honorficos que
aqullos gozados por el Obispo de Roma Antigua. Ahora, en virtud de este
documento, reclamaban tambin para el clero bizantino, los privilegios y
prerrogativas dispensadas al papa y a los eclesisticos romanos. En Occidente,
mucho tiempo despus que su autenticidad fue disputada, en el decimoquinto siglo,
su validez fue an levantada por la mayora de canonistas y juristas que continuaron
a lo largo del decimosexto siglo, citndolo como autntico. Y aunque Baronio e
historiadores antiguos, lo reconocieron como falsificacin, ellos trataron de ordenar
otras autoridades, en defensa de su contenido, especialmente como memorias de
las donaciones imperiales. En tiempos posteriores, esto fue abandonado, por lo que
ahora , toda la "Constitutum", en forma y contenido, es considerada debidamente, y
en todo sentido: una falsificacin.
Ver FALSAS DECRETALES; SILVESTRE I; ESTADOS DE LA IGLESIA; PODER
TEMPORAL.
El texto de la "Donatio" ha sido frecuentemente impreso, e.g. in LABBE, Concil., I,
1530; MANSI, Concil. col., II, 603; finally by GRAUERT (see below) and ZEUMER in
Festgabe fr Rudolf von Gneist (Berlin, 1888), 39 sqq. See HALLER, Die Quellen zur
Geschichte der Entstehung des Kirchenstaats (Leipzig and Berlin, 1907) 241-250;
CENNI, Monumenta dominationis Pontifici (Rome, 1760), I, 306 sqq.; cf. Origine
della Donazione di Costantino in Civilta Cattolica, ser. V, X, 1864, 303 sqq. The
following are non-Catholic: ZINKEISEN, The Donation of Constantine as applied by
the Roman Church in Eng. Hist. Review (1894), IX, 625-32; SCHAFF, Hist. of the
Christ. Church (New York, 1905), IV, 270-72; HODGKIN, Italy and Her Invaders
(Oxford, 1899), VII, 135 sqq. See also COLOMBIER, La Donation de Constantin in
Etudes Religieuses (1877), XI, 800 sqq.; BONNEAU, La Donation de Constantin
(Lisieux, 1891); BAYET, La fausse Donation de Constantin in Annuaire de la Facult
des lettres de Lyon (Paris, 1884), II, 12 sq.; DLLINGER, Papstfabeln des
Mittelalters (Munich, 1863), Stuttgart, 1890), 72 sqq.; HERGENRTHER,
Katholische Kirche und christlicher Staat (Freiburg im Br., 1872), I, 360 sqq.;
GENELIN, Das Schenkungsversprechen und die Schenkung Pippins (Leipzig, 1880),
36 sqq.; MARTENS, Die rmische Frage unter Pippin und Karl dem Grossen
(Stuttgart, 1881), 327 sqq.; IDEM, Die falsche Generalkonzession Konstantins des
Grossen (Munich, 1889); IDEM, Beleuchtung der neuesten Kontroversen ber die
rmische Frage unter Pippin und Karl dem Grossen (Munich, 1898), 151 sqq.;
GRAUERT Die konstantinische Schenkung in Historisches Jahrbuch (1882), 3 sqq.
(1883), 45 sqq., 674 sqq. (1884), 117 sqq.; LANGEN, Entstehung und Tendenz der
konstantinischen Schenkungsurkunde in Historische Zeitschrift fr Kirchenrecht
(1889), 137 sqq., 185 sqq.; BRUNNER, Das Constitutum Constantini in Festgabe fr
R. von Gneist (Berlin, 1888), 3 sqq.; FRIEDRICH, Die konstantinische Schenkung
(Nrdlingen, 1889); SCHEFFER-BOICHORST, Neuere Forschungen ber die
konstantinische Schenkung in Mitteilungen des Instituts frsterr. Geschichtsforsch.
(1889), 302 sqq. (1890), 128 sqq.; LAMPRECHT, Die rmische Frage von Konig
Pippin bis auf Kaiser Ludwig den Frommen (Leipzig, 1889), 117 sqq.; LOENING, Die
Entstehung der konstantinischen Schenkungsurkunde in Histor. Zeitschrift (1890),
193 sqq.; BHMER, Konstantinische Schenkung in Realencyclopadie fr prot. Theol.
(Leipzig, 1902), XI, 1 sqq.
J.P. KIRSCH Transcrito por Steven Fanning Traducido por Jos Luis Anastasio
http://ec.aciprensa.com/wiki/Donaci%C3%B3n_de_Constantino
http://www.mercaba.org/mediafire/cartel_manual_de_historia_de_la_iglesia.htm