Nueva Revista - Emily Dickinson El Secreto de La Inmortalidad
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Artculo
Emily Dickinson, el secreto de la inmortalidad
por Javier Prez Guerrero[1]
Publicado en Letras [2], Literatura [3] |Biografa[4] |EEUU[5] |Emily Dickinson[6] |poeta[7]
Agosto 1998 - Nueva Revista nmero 058 [8]
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ABSTRACT
La influencia de Emily Dickinson sobre los poetas espaoles es muy escasa, se considera la ms grande
poetisa de los Estado Unidos. Una breve biografa.
ARTCULO
Resumen:
La influencia de Emily Dickinson sobre los poetas espaoles es muy escasa, se considera la ms grande
poetisa de los Estado Unidos. Una breve biografa.
Autor(es):
Javier Prez Guerrero [1]
A pesar de ser proclamada por la mayora de la crtica literaria norteamericana como la ms
grande poetisa que ha dado la historia de los Estados Unidos, Emily Dickinson contina
siendo casi una desconocida para los lectores de nuestro pas. Su influencia sobre los poetas
espaoles consagrados ha sido escasa: Juan Ramn, Luis Cernada y pocos ms. Sin
embargo, transcurrido ms de un siglo desde que la Dickinson abandonara la escritura, sus
poemas nos llegan con una frescura de estilo y una fuerza expresiva frente a la cual buena
parte de la poesa del XX puede parecer algo trasnochad
Se ha escrito en torno a la obra de Emily Dickinson (1830-1886) que "la muerte y sus
mltiples caras, facetas y costumbres es el tema referencial ms rico de su poesa"1. Ya
desde una inicial aproximacin pasiva a sus versos, se hace patente que el efecto dramtico
que posee la escena de la muerte y sus rituales es una y otra vez buscado por Dickinson
como recurso expresivo que revela la honda preocupacin que senta por el tema de la
definitiva despedida. No obstante, ese ltimo adis al que sigue el vaco dejado por quien ha
traspasado ya el umbral de lo desconocido no agota todo el sentido que tiene la muerte de la
que nos habla en su poesa. Se trata tan slo de una de sus caras o facetas: la que ofrece
vista desde el lado de los que se quedan. Ahora bien, la caracterizacin ms peculiar que
Dickinson nos ofrece de la muerte es la de alguien que parece no pertenecer solamente a la
clase de espectadores que se sitan a ese lado. De ah que sea tan poco convencional, tan
de los principales problemas con que continuamente se ve enfrentada Dickinson? que puede
brindarnos la panormica ms amplia y profunda de este motivo central es, paradjicamente,
el de la inmortalidad, el verdadero "tema torrencial" para ella8. La muerte alcanza su pleno
significado slo desde la experiencia o el aprendizaje de la inmortalidad, que constituye, en
definitiva, la marca fundamental del pathos potico y vital de Dickinson9. En uno de sus
ltimos poemas, escribe como estrofa final:
"Que todo charlatn
De sus labios sellados tome ejemplo,
El nico secreto que guardamos
Es la Inmortalidad".
Los labios sellados son los de la naturaleza que no relata al hombre el cuento que "Jehov le
cont", sino que se lo calla, al igual que el volcn tampoco confa su "proyecto rosa" a ningn
hombre "precario". La inmortalidad es un secreto guardado cuyo aprendizaje es, en ltimo
extremo, la nica tarea importante que al hombre le queda: "lo nico digno de latrocinio"10.
En su poesa, la inmortalidad no es tratada tanto como una condicin inherente al ser
humano cuanto como un estado venidero que se anuncia enigmticamente, de modo que la
Revelacin, que es como ella llama al Apocalipsis de san Juan, no es aquello que nos
aguarda al final, sino "nuestros desguarnecidos ojos", en clara alusin al desprendimiento de
las escamas que cubran los ojos, hasta entonces ciegos, de san Pablo en Damasco11. Es
desde esta perspectiva, y no desde aquella otra que entrev cierto pantesmo en la actitud de
Dickinson frente a la naturaleza, desde donde debe leerse su clebre sentencia: "lo
Sobrenatural es tan slo lo Natural desvelado".
La imagen del "otro sido" o del "otro lugar" es una constante que representa precisamente
ese estado por venir, respecto al cual nuestra situacin puede describirse, mejor que como la
de una espera, como la de un anormal retraso:
"No es que Morir nos duela tanto ?
Es el Vivir ? lo que nos duele ms ?
Pero el Morir ? es camino distinto ?
Un algo tras la puerta ?
La Costumbre Surea - de los Pjaros Que antes de que lleguen las Heladas Aceptan ms benignas Latitudes Nosotros ? somos los Pjaros ? que se quedan.
Los Ateridos ante las puertas del Granjero Por cuya cicatera Miga ?
Negociamos ? hasta que las piadosas Nieves
Convencen a nuestras Plumas de que vuelvan a Casa".
UN SABER DE INMORTALIDAD
Dickinson renueva en su poesa un motivo clsico que ha permanecido como una presencia
espectral aunque constante a lo largo de siglos de reflexin: el del estado de ofuscacin en
que se encuentra nuestra mente in hac vita, y que genera un mundo de apariencias y
simulacros. Ella, como tantos otros antes, da por hecho la existencia de todo un cuerpo de
la caverna se vislumbra al constatar la anomala que se manifiesta en la disonancia almamundo: disonancia que provoca el aislamiento de la primera y la prdida del segundo como
respuesta defensiva de una consciencia de la propia diferencia superdesarrollada.
No obstante, esta nueva empresa -"la Hazaa Blanca"- que es la muerte es un camino
incierto. Con l entramos en una oscuridad ms profunda y, sobre todo, ms peligrosa que la
anterior, pues bordea de continuo las lindes de la locura, y "la loca del tico" lo sabe
perfectamente. Es una ceguera de indiferencia en la que "el camino hacia arriba y el camino
hacia abajo son uno y el mismo" (Herclito), de anulacin de los contrarios: el fro es el calor,
el da la noche y el cielo, la tierra. No es posible distinguir el avance de la detencin; tan slo
se sabe con certeza que es imposible volver. Hay que avanzar sin saber con claridad dnde
est la meta, puesto que sta slo se revelar como tal una vez conquistada. Continuamente
el suelo o el piso amenazan con derrumbarse, lo que significara caer en la locura. La propia
identidad parece quebrarse -"el yo detrs del yo"-. En definitiva, se trata de la personal noche
oscura de Dickinson, en la que se requiere para sobrevivir de una "Fe mayor que las
montaas", que es gua en tanto que comprensin de la inutilidad ltima de todo recurso
humano.
"De Blanco en Blanco ?
Un Camino sin Hilo
Pis con pies Mecnicos Parar ?perecer ? o avanzar ?
Del mismo modo indiferentes ?
Si alcanzaba el final
Ms all terminaba
Incierto desvelado ?
Cerr los ojos ? y avanc a tientas
Era ms claro ? estar ciego.
LA MUERTE COMO METAMORFOSIS
La inmortalidad, se la enseara Keats o quien fuera, era la autntica obsesin de Dickinson.
Y el smbolo por antonomasia de la inmortalidad en su poesa es la figura de la crislida. Si el
mar es la eternidad, la mariposa que se pierde en l al caer la tarde no es otra cosa que el
alma ya inmortal en un estado de insospechada plenitud. Tan inopinada parece la
metamorfosis del gusano en mariposa como la que nos aguarda a nosotros.
La figura preferida de Dickinson se nos muestra en el siguiente poema que toma la forma de
una adivinanza:
"Un tipo peludo, sin pies,
Y sin embargo corre mucho!
De terciopelo es su semblante,
Y su cutis es pardo!
Habita a veces en la hierba!
En una rama a veces
Desde la que desciende todo felpa
Sobre el que pasa!
seguimiento. Se trata de buscar indicios, descubrir designios... Hay que perseguir, a travs
de sus continuas mutaciones, la clave divina: "Persiguindote en tus transiciones, / En otras
Motas ? / De otros Mitos / Sean tu peticin. / Nunca el prisma retuvo los Matices / Tan slo
los oy jugar ?"; y todo ello de un modo metdico; manteniendo una disciplina intelectual
asombrosa, aunque propiciada sin duda por un espritu educado "Nueva Inglaterramente",
que le permite seleccionar cuidadosamente todo lo que entra en la "cpsula de la mente",
que es comparada con un anaquel de plata en el que slo deben colocarse artculos de
autntica vala. Y de entre estos ltimos, es el sufrimiento fsico y, sobre todo, moral en sus
mltiples formas el que, con su naturaleza superadora del tiempo, ocupa el ncleo de la
experiencia intelectual de Dickinson:
"El dolor - tiene un Elemento de Blanco No puede recordar
Cundo empez - o si hubo
Un tiempo en el que no exista ?
Y no tiene Futuro ? sino l mismo
Su Infinita capacidad
Su Pasado ? iluminado para recibir
Nuevos Perodos ? de Dolor".
Hay toda una fenomenologa del dolor, del sufrimiento, en la poesa de Dickinson. Era una
experta en el dolor: posea una especial sensibilidad para captarlo y discernirlo en todos sus
matices, como tambin haca con la luz. Sin embargo, no era el afn de expiacin mediante
la aceptacin del dolor lo que le llevaba a ensartar de este modo los sufrimientos como
cuentas de un collar, o a incrustarlos como brillantes en una corona, sino que todo ello se
enmarcaba en una estrategia de futuro: en una herencia que deba dejar. "Este mundo no es
conclusin / ms all existe una Especie". La "heredera legtima"16, la mariposa, ser la
beneficiaria de su labor en la oscuridad, mientras nosotros, que todava no nos hemos ido,
seguiremos leyendo atnitos sus poemas como boletines que nos llegan desde ms all de la
muerte.
"Una Araa cosa por la Noche
Sin Luz
Sobre un Arco Blanco.
Si Gola era de Dama
O Sudario de Gnomo17
Ella a s misma se lo deca
Su Estrategia
Era Fisiognoma
De la Inmortalidad".
1 Ardanaz, M., Emily Dickinson, Cartas poticas e ntimas, Grijalbo, Barcelona, 1996,
pg.24.
2 Cfr. P. 135. Para indicar el lugar que ocupa el poema en el Corpus dickinsoniano, he
seguido la numeracin habitual, establecida por Thomas H. Johnson en su edicin de los
Poemas completos de Emily Dickinson. Del mismo modo, por lo que respecta a las cartas, he
17 "Gnomo" era un mote que se dio Dickinson a s misma, quiz relacionado con su corta
estatura y escasa corpulencia, o quiz con el estilo gnmico que adivinaba en sus poemas.
Con esta aclaracin puede descubrirse la carga de irona que encierra el poema y lo terrible
que resulta la premeditada incertidumbre en la que deja al lector.
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