Null
Null
Null
Índice
NARCOTRÁFICO / Nuevo León
Civiles o sicarios, da igual... /Luciano Campos Garza
Manipulación informativa /Jesús Cantú
NARCOTRÁFICO / Ciudad Juárez
… Y la plaza no se enfrió /J. Jesús Esquivel
NARCOTRÁFICO / MÉXICO-EU
La indiscreta Napolitano: Calderón pidió ayuda del Pentágono /J. Jesús Esquivel
CORRUPCIÓN
Televisa en el Bar Bar: hasta el tuétano /Gloria Leticia Díaz
Lo que Televisa calla… /Jenaro Villamil
En las entrañas de “la gozadera” /Homero Campa y Raúl Monge
RELIGIÓN
Vocación perversa /Rodrigo Vera
ESTADOS / OAXACA
Ulises Ruiz, factor de división /José Gil Olmos
INTERNACIONAL / ESTADOS UNIDOS
Impasse migratorio /J. Jesús Esquivel
El arte de cruzar /Alejandro Maciel
INTERNACIONAL / ENSAYO
El blindaje penal de la Revolución /Rafael Rojas
INTERNACIONAL
Lucha contra el olvido /Marco Appel
ANÁLISIS
Adictos al fracaso /Denise Dresser
Chahuiztle /Naranjo
Interés Público /Miguel Ángel Granados Chapa
El ¡ya basta! del norte /John M. Ackerman
Celulares: la estulticia como política /Ernesto Villanueva
Simulaciones en educación /Axel Didriksson
Nuevas identidades católicas /Marta Lamas
POR MI MADRE, BOHEMIOS
CULTURA
“Hidalgo en la historia” /Edmundo OʼGorman
El Juárez de Javier Guerrero /Luis Barjau
Páginas de crítica
Arte: El mundo invisible de René Magritte/Blanca González Rosas
Teatro: Quetzalcóatl puddle /Estela Leñero Franco
Cine: Preciosa /Javier Betancourt
Televisión: Cambios en la programación/Florence Toussaint
ESPECTÁCULOS
María Novaro: “Prohibido proteger al cine nacional” /Columba Vértiz de la Fuente
DEPORTES
Agencia de colocaciones “De la Garza” /Raúl Ochoa
De franelero a titular del deporte /Beatriz Pereyra
Palabra de Lector
Mono Sapiens /Nueva ley patronal /Helguera y Hernández
Civiles o sicarios, da igual...
Ante la indignación social por las muertes de ciudadanos inocentes en medio de los operativos
militares, el gobernador nuevoleonés Rodrigo Medina trata de ocultar su inoperancia con
llamados “a la unidad”, artificiosos desplegados de prensa y marchas “por la paz”. A su vez el
Ejército, enfrascado en enfrentamientos reactivos por todo el estado y sin autoridad que le
imponga respeto al marco legal, tacha a todos los caídos de “sicarios” –como hizo con los dos
estudiantes del Tec– y considera “narcocampaña” cualquier crítica.
MONTERREY, NL.- Organizaciones defensoras de los derechos humanos, el rector del Tec de
Monterrey y familiares de las personas muertas en el fuego cruzado entre elementos de las
Fuerzas Armadas y la delincuencia organizada exigen que los responsables de estos asesinatos
sean llevados ante la justicia.
En Nuevo León hay por lo menos cinco de esos casos documentados. Ante los reproches por los
daños “colaterales” en los enfrentamientos, el comandante de la cuarta región militar, general
Guillermo Moreno Serrano, declaró al periódico El Norte que el Ejército no ha cometido
homicidios: “Seríamos una horda de salvajes. Por eso tenemos disciplina, entrenamiento,
adiestramiento, leyes y un código militar. No somos asesinos”.
En cuanto al gobernador, durante su campaña el priista Rodrigo Medina exclamaba en un spot
de televisión: “¡Por Nuevo León daré mi vida!”. Ahora, no sabe para dónde voltear.
En Anáhuac, municipio ubicado en el extremo norte de Nuevo León, el miércoles 3 se
enfrentaron a balazos miembros de la delincuencia organizada y el Ejército. La Secretaría de la
Defensa Nacional señala que “hubo ocho delincuentes muertos”.
Se explica que durante el enfrentamiento un auto de los agresores chocó con un vehículo militar,
momento que aprovecharon los delincuentes para sacar a cuatro de sus muertos, subirlos a otra
camioneta y darse a la fuga. “En el lugar de los hechos perdió la vida un elemento de tropa y uno
más resultó herido, mismo que durante su traslado para su atención médica lamentablemente
murió”.
No se aclaró oficialmente la identidad de los civiles muertos. Sin embargo, en fotografías que
tiene la organización Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A.C. (CADHAC), se
aprecia a varios de éstos tirados y con armas de fuego en las manos. Sin embargo, entre ellos
han sido reconocidos los esposos Juan Carlos Peña Chavarría y Rocío Romely Elías Garza,
ambos de 29 años.
Sus familiares presentaron el jueves 11, ante la Procuraduría General de Justicia de Nuevo
León, una denuncia en contra de miembros del Ejército Mexicano y “quienes resulten
responsables” de los asesinatos (averiguación previa 580/10).
A las 12:20 horas del miércoles 3 –refieren en su demanda–, escucharon detonaciones que se
prolongaron durante 10 minutos. Fueron a la casa de la pareja y preguntaron por ella, pero fue
hasta las 19:30 cuando se enteraron en la televisión de una balacera entre sicarios y militares.
Se dijo que en el lugar murió una delincuente conocida como La Gata.
Poco después llegó el alcalde Santos Javier Garza García para notificarle a un hermano de
Rocío: “Es muy duro, pero les tocó. Hubo dos bajas aquí, y son tu hermana y tu cuñado”.
Dejaron huérfanas a dos niñas.
En la denuncia se especifica que el mismo familiar acudió al otro día por el coche de la pareja
victimada, un Chevrolet Lumina 96. Al preguntarle a un soldado, éste dijo “de manera burlona
que cómo iba a recuperar el coche de una sicaria. Enseguida otro soldado me dijo que él había
visto el cuerpo de mi hermana con un chaleco antibalas y una pistola escuadra en la mano”. En
la ampliación de la declaración, fechada el 21 de marzo, el deudo refiere que en ese momento el
mismo militar le dijo: “A los sicarios, en lugar de darles auxilio, hay que matarlos como perros”.
En entrevista, el hermano de Rocío Elías señala que unos testigos le comentaron que los
esposos habían salido a comer y subieron al coche, que estaba estacionado en la calle:
“Salieron de la recepción (de Delphi) y al minuto empezó la balacera. Iban por el carro y la
balacera los agarró dentro del carro. Ya al último se asustaron y mi hermana se bajó corriendo.
“Traía la bata de la fábrica. Lo que sé es que se bajó mi cuñado y lo hirieron en el tórax. Estaba
tirado pidiendo auxilio, una ambulancia. Mi hermana también estaba gritando. Hay testimonios
de quienes escuchaban los gritos de ella y que vieron cuando los militares los mataron. Ya había
acabado la balacera.
“Ya había militares heridos y uno muerto. Un testigo dice que mi cuñado estaba tirado boca
abajo y que llegó un militar por atrás y le dijo: ʻCómo ambulancia, hijo de tu pinche madreʼ, y le
dio el tiro de gracia por atrás, en la nuca. Ya estaba todo calmado. Ya no había sicarios.
“Mi hermana seguía pidiendo auxilio. Quería huir, salvarse y los militares la balacearon toda,
desde la espalda hasta la cabeza. La desfiguraron por detrás. Antes le habían dado balazos a mi
hermana en la pierna, y como quiera podía pararse... y ya fue cuando le dieron”. Una señora que
fue testigo directo le reclamó al militar por qué los había matado si estaban desarmados, con las
manos arriba y pidiendo auxilio.
Finalmente, el entrevistado dice que en el funeral efectuado en Anáhuac, el viernes 5, “pude
observar los rostros desfigurados de mi hermana y mi cuñado, percatándome que cada uno
tenía al menos tres orificios en la cabeza”.
La empresa Delphi, planta Anáhuac, expidió dos cartas fechadas el miércoles 17, donde hace
constar que Rocío Romely y Juan Carlos eran sus empleados. Ella tenía el número de nómina
142251, con 13 años de antigüedad, y ocupaba el puesto de operadora universal. Se especifica
que era “una persona seria, responsable y un alto enfoque de dedicación a su trabajo”.
En cuanto a él, su número de nómina era el 201814, con 12 años de antigüedad, y su puesto era
de técnico de Kaizen/Métodos. “Se caracterizó –dice la carta firmada por el gerente de recursos
humanos de Delphi– por ser una persona seria, responsable, emprendedora y con gran interés
por sobresalir, y con alto enfoque hacia su trabajo”.
Otro testimonio, recabado por el CADHAC, confirma esta versión. Dice el declarante identificado
como “Autoridad”: “Fue un crimen. Lo que yo sé es que ellos salieron hacia las 12:15 de la
empresa, atraviesan la calle, caminan no más de 30 metros, cuando, a como quedó el carro,
ellos quieren salir, yo creo que ellos vieron el refuego y lo que hicieron fue darle paʼtrás,
reversearse, pero el carro se quedó a medias”.
Otro declarante, cuya versión se identifica como “Testimonio 2”, señala: “Me parece muy injusta
la agresión que recibieron por parte de los soldados, aunque varios van a atestiguar diferente,
pero yo sé que Rocío, Chío, les gritó auxilio, pidió auxilio, levantó las manos y el soldado le
disparó”. Coincide en que hubo disparos a la cabeza sin justificación alguna.
Las actas de defunción, fechadas el 8 de marzo, señalan otras causas de muerte. La de Juan
Carlos, la número 2195, certificada por el médico David Carlos Amaya Vega, establece que se
trató de “shock hipobolémico secundario a trayectoria de proyectil de arma de fuego en tórax y
abdomen”. El documento correspondiente a Rocío (número 2195) prácticamente dice lo mismo:
“shock hipobolémico secundario a trayectoria de proyectiles a tórax y abdomen”.
El hermano de Rocío dice que los cadáveres les fueron entregados desnudos en el hospital
Universitario. Su padre tuvo que someterse a una muestra de sangre para comparar su ADN con
el de la fallecida para reclamar el cuerpo, ya que el rostro era irreconocible.
Hasta el jueves 25, los familiares no habían recuperado las pertenencias de los fallecidos. No
saben quién se quedó con sus identificaciones oficiales.
Indignación en el Tec
El 19 de marzo, dos estudiantes del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey
(ITESM) fallecieron cuando militares se enfrentaron de madrugada a un grupo de presuntos
sicarios sobre la avenida Garza Sada. En el cruce de ésta con Luis Elizondo, por una puerta
lateral, cayeron abatidos Francisco Javier Arredondo Verdugo y Jorge Antonio Mercado Alonso.
Las actas de defunción, expedidas por el médico Ismael Valencia y fechadas el 22 de marzo,
señalan que los dos jóvenes perecieron por “lesiones intercraneales secundarias a trayectoria de
proyectil de arma de fuego”.
Durante el funeral de Jorge, el 22 de marzo en Saltillo, su madre, la señora Rosa Elvia Alonso,
declaró al corresponsal Arturo Rodríguez: “Para el funeral tuvieron que ponerle mucho maquillaje
y ni así quedó igual. Tenía el rostro muy exquisito pero, por como quedó, pensamos que fue
objeto de tortura”.
Entrevistado el miércoles 24, Rafael Rangel Sostmann, rector del Tec, dijo que su trabajo no es
el de ser “rector investigador”, aunque tiene dudas sobre las versiones oficiales de los hechos.
Por lo menos, dice, los estudiantes fueron alcanzados por granadas.
“Al Ejército hay que decirle: responsabilízate de lo que hiciste. No quiero decir: fuera el Ejército o
la procuraduría. Tú, Ejército, comprométete a tener reglas de cómo intervenir, y tenemos qué
ponérselas, acotarlo, porque van a segur sucediendo (hechos como éstos).”
“Hay que pedir esclarecimiento (…) Tenemos qué preguntar por qué les quitaron la identidad, por
qué no reportaron inmediatamente que eran estudiantes, por qué afirmaron definitivamente que
no eran estudiantes y nosotros, tontamente y equivocadamente, les creímos. Ese fue un gran
error.”
Señala que ya preguntó por las pertenencias de los jóvenes a la procuraduría del estado y al
Ejército, pero nadie le respondió. El lunes 22, se reunió también con el secretario de
Gobernación, Fernando Gómez Mont, quien se comprometió a resolver los homicidios.
“Yo lo que tengo miedo es que le quieran dar carpetazo a esto, como generalmente ocurre, y
ahora me estoy dando cuenta de que un ciudadano común y corriente en la calle lo borran y
dicen que era un gatillero”, dice Rangel Sostmann.
Con todo, no ha contemplado la posibilidad de actuar jurídicamente contra el Ejército: “¿Bajo qué
ley? Ellos se rigen bajo la ley de armas y explosivos, échele un ojo a ver si los puedo demandar.
Se me hace que no. ¿Por el homicidio? Cómo voy a demostrar eso. ¿Dónde está la
procuraduría? ¿Me voy a meter a averiguar si fue homicidio? ¿Me corresponde a mí? Cuando se
determine si hubo negligencia, entonces actuamos, pero ahorita, ¡no tengo nada!
“¿Qué le voy a reclamar al Ejército? Me gustaría primero entender quién lo limita o si hay alguien
que lo haga, con qué autoridad. Porque si al Ejército no lo limita nadie, los paramilitares son
válidos. (…) Es que obedecen al presidente (los militares), sí, pero, ¿dentro de qué marco?”.
No tiene muchas esperanzas: “A mis dos estudiantes les quitaste la identidad, no los reportaste,
los pusiste como gatilleros y ya, cerraste el caso. Es lo que van a tratar de hacer. Sí, mi amigo, a
cerrar el caso”.
El asesinato de los estudiantes del Tec ocurrió a la una de la mañana. La noche de ese mismo
viernes 19, en el exclusivo sector de San Jerónimo hubo otra balacera. Sandra de la Garza
Morales falleció en el fuego cruzado entre militares y presuntos secuestradores.
Ella iba en la camioneta que manejaba su marido, Julio César Peña Rodríguez, quien al
percatarse del tiroteo quiso huir por el Periférico, pero varios disparos poncharon las llantas del
vehículo. La señora recibió un balazo en la cabeza. Ella era egresada de la Udem y dejó a dos
hijos, uno de año y medio y otro de 10.
El domingo 21 ocurrió otro incidente en el que participaron las fuerzas federales. En el municipio
de Santa Catarina, agentes de la Policía Municipal detuvieron en la colonia La Fama a dos
narcomenudistas, identificados como José Humberto Márquez Compeán y Marcelo Adrián Lucio
Barajas.
Cuando los trasladaban a los separos, un grupo de pistoleros intentó rescatar a los detenidos.
En la refriega murieron dos agentes municipales y resultaron heridos el director de Tránsito,
Antonio Marroquín Martínez, y un escolta. Lucio Barajas también fue alcanzado por las balas.
Asimismo fue herida una pareja.
Los dos detenidos y el director de Tránsito lesionados fueron transportados en helicóptero de la
Marina al hospital Universitario. Los medios de difusión impresos y electrónicos captaron a los
dos detenidos cuando subían a la nave, pero al día siguiente, lunes 22, José Humberto apareció
muerto en San Nicolás, en lo que parece ser una ejecución extrajudicial. De Lucio primero no se
sabía nada; posteriormente apareció en casa de unos familiares, y la Comisión Estatal de
Derechos Humanos comunicó que estaba en buen estado de salud pero temía por su vida.
La Marina aclaró de inmediato que su trabajo fue únicamente trasladar a los sospechosos, y ya
en el hospital se los entregó al jefe de la Policía Municipal. El procurador Alejandro Garza y
Garza afirma que ya se investigan los hechos, mientras que la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos (CNDH) abrió una investigación al respecto.
“Parece guerra”
Además de que se pretendió hacer pasar a los dos estudiantes como sicarios, un reporte militar
al que tuvo acceso el rector Rangel Sostmann establecía que ambos estaban armados, y, por si
fuera poco, la madre de Jorge Antonio, Rosa Elvia Alonso, cree que a éste lo torturaron.
El sábado 20 de marzo, la señora Alonso fue a identificar el cuerpo de Jorge Antonio, pero no de
manera directa, sino mediante fotografías mostradas en computadora. Afirma que no fue fácil
reconocerlo por la gravedad de las heridas que tenía en el rostro, que ni el maquillaje funerario
disfrazaba.
Y es que, dice la señora Alonso, el rostro del único hijo que tenía quedó desfigurado “como si lo
hubieran arrastrado”. Coincidentemente, en la zona donde se produjo el tiroteo la banqueta
quedó con un rastro de sangre que se extendió a lo largo de varios metros.
Para el rector Rangel Sostmann, los abusos, la inseguridad y la falta de control se extiende a
todo el país.
“Yo, Rafael Rangel, sostengo que, por pura ley de probabilidades, debe haber muchas víctimas
en el país que están sufriendo lo mismo que nuestros estudiantes. Los defendimos, pero el
problema es que hay muchos a quienes no los defienden y sus crímenes quedan impunes, con
un carpetazo, sin la menor investigación.
“No hay ley. Con los soldados, estamos a lo que dice el presidente, y los soldados toman
decisiones a su criterio. Eso está mal. Así que no tengo a quién reclamar, a quién exigir nada, a
quién demandar ni a quién protestarle, porque, para empezar, no hay marcos legales.”
Las injusticias, continúa, se están cometiendo diariamente en todo el país, donde los crímenes
son olvidados y los muertos borrados o calificados de sicarios cuando no lo son.
“Hay que acotar al Ejército, porque no es una policía urbana, no puede andar de ministerial
revolviendo casos. Luego hay que fortalecer a las policías, y eso le toca al señor gobernador,
que no se haga tonto”, sentencia.
Al respecto, manifiesta que los gobernadores buscan salir en la foto antes que resolver
problemas; los legisladores debaten en función de su interés personal y de partido, pero no del
interés público. Y el gobierno federal opta por dar cuanto antes carpetazo a los crímenes.
Respecto a la política de Felipe Calderón en materia de seguridad, puntualiza: “Es una política
difícil, y viene de Estados Unidos. Además, ellos (los estadunidenses) también mandan las
armas y el dinero; nosotros ponemos los muertos y la droga. Está llegando dinero por toneladas,
armas de alto poder, y esa es una responsabilidad muy seria de Estados Unidos.
“Así que, por más leyes y acciones que emprendamos, esto va a seguir y va a crecer. El
problema empieza con la política estadunidense. Eso es toral. El Ejecutivo tiene que exigir un
freno, porque aquí, en las calles, hay granadas, armas enormes… Pareciera que estamos en
una guerra, y todo eso viene de allá. La solución debe ser bilateral.”
Luego, expresa su decepción de la política mexicana:
“Mientras las armas circulan y afectan a la población, ellos (los políticos) andan en la televisión.
No se pueden sentar ni tres días para encontrar soluciones a cuestiones concretas o acordar
una pendejada. Y se andan echando culpas…”
Avergonzado aún por haber creído “tontamente” en los informes que el Ejército proporcionó a la
Procuraduría de Justicia de Nuevo León, donde se afirmaba que no había estudiantes afectados,
el rector subraya que el Ejército “se está pasando en sus funciones” y debe ser acotado ya
porque puede darse un retroceso democrático.
“Hay quienes inclusive sugieren la integración de grupos paramilitares. Eso es una estupidez,
vamos a acabar con toda la sociedad, porque cada quien va a hacerse justicia en virtud de que
el Estado no la garantiza. Así se va a acabar con el país.
“Nos saldríamos del estado de derecho, mal aplicado, mal hecho y todo, pero es algo, y ahora
parece que nos dirigimos a salirnos completamente. Mientras tanto, el crimen organizado se está
riendo de nosotros.”
A pregunta expresa, rechaza que el medio empresarial, tan vinculado al ITESM, esté
proponiendo la paramilitarización, pero sostiene que es una tendencia muy extendida en la
sociedad debido al miedo y a la injusticia que imperan.
Las muertes de Mercado Alonso y Arredondo Verdugo, dice, son la expresión más reciente de la
incertidumbre que prevalece en el país.
“Hay incertidumbre total. Hay secuestros, extorsiones, de todo. Esto es generalizado. En algunos
lugares más que en otros (…), pero creo que es un sentir de inseguridad total en los campus del
Tec y en la sociedad.”
Agrega que la violencia de los cuerpos de seguridad está provocando mayor violencia por parte
de la población.
“(El Ejército y las autoridades) están haciendo cosas ilegales; entran al combate al narcotráfico
pero haciendo cosas ilegales. Lo ilegal del Estado valida que los ciudadanos actúen en la
ilegalidad.
“¿Cómo explicar el caso de los estudiantes a los que les quitaron la identidad, los quisieron
esconder, los llamaron sicarios, les endilgaron portación de armas, y ahora nadie es
responsable?”, pregunta.
“Propuestas, no protestas”
El 22 de marzo, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, se reunió con el rector del
ITESM. Un día después, el martes 23, durante un homenaje póstumo a los estudiantes,
realizado en el campus universitario, la esposa de Felipe Calderón, Margarita Zavala, acudió a
dar el pésame a los familiares de los alumnos acribillados.
El acto se realizó en la explanada de Las Carreras, donde se ubica la estatua de Eugenio Garza
Sada, fundador del ITESM y patriarca empresarial abatido a tiros durante un intento de secuestro
el 17 de septiembre de 1973.
Rangel Sostmann se refirió en su discurso a la muerte de Garza Sada, pero a diferencia de los
reclamos que en aquel tiempo hizo la élite empresarial y académica al presidente Luis
Echeverría Álvarez, esta vez el rector dijo que no era tiempo de protestar ni de echar culpas.
–¿No va a protestar? –se le pregunta durante la entrevista.
–Salir a las calles y desquiciar el tráfico no ayuda a nadie, hay que proponer –dice.
–¿Y la justicia?
–No hay objetivo en una marcha, pues después de hacerla todo mundo vuelve a su casa, se
quita el listón negro, y todo queda igual.
–¿Cambió su posición luego de ver a Gómez Mont y a Margarita Zavala?
–¡Qué va a cambiar! Lo que pasa es que de nada sirve andar echando culpas sin que se
resuelvan los problemas.
–En esencia, se paga a los gobernantes para eso…
–Sí, esa es la lógica, pero no funciona, y no me malentienda. No nos vamos a quedar en que el
gobierno no resolvió esto y nos llevó el tren.
“Ellos tienen que tomar decisiones. Yo pienso que a lo mejor no están conscientes de lo que está
pasando, no lo quieren aceptar, o no sé, pero lo que sí tengo claro es que nos toca a nosotros
proponer.”
Desde el lunes 22 de marzo, Rangel Sostmann empezó a pedir propuestas, hasta que, el
miércoles 24, a través de un enlace vía satélite con todos los campus del ITESM, formalizó una
convocatoria para integrar una agenda por la seguridad, coordinada por la Escuela de
Graduados en Administración Pública del instituto. Esto, porque, insistió, el caso de los
estudiantes acribillados no va a quedar en el olvido ni en una marcha.
Pese a los llamados del rector del Tec a no protestar públicamente en las calles de la capital
regia, personal de la EGAP participó en una manifestación ciudadana organizada el día 24 en la
explanada de los Héroes, frente al Palacio de Gobierno estatal.
Por medio de un comunicado, la mayoría de los investigadores de dicho plantel exigieron el
esclarecimiento de las muertes de los dos estudiantes y llamaron a las autoridades a revisar su
estrategia de combate a la delincuencia, a reivindicar la dignidad de quienes, siendo inocentes,
son identificados como “delincuentes”, así como a sancionar a todo aquel que atente contra las
garantías constitucionales.
“La muerte de don Eugenio (Garza Sada) levantó conciencias. Yo espero que estas muertes
levanten conciencias y que como sociedad veamos cómo nos vamos a unir. Suena muy retórico,
muy idealista, pero si esta es una guerra, no puede andar cada quien por su lado. A lo mejor no
es toda la solución, pero será algo”, expresa.
En casi todas sus intervenciones públicas, el rector se refiere a la falta de oportunidades para los
jóvenes, lo cual ha derivado en el surgimiento de la que llama “generación ni-ni” (ni estudia-ni
trabaja).
Y en la entrevista señala: “Veo con tristeza que el problema de la educación en México está
llevando a un cambio alarmante en los paradigmas, especialmente cuando no hay acceso al
sistema educativo. Lo veo y escucho en rancherías, comunidades y ciudades importantes. La
falta de oportunidades puede acabar con el país”.
Ante una “guerra” que está afectando indiscutiblemente a jóvenes y niños, lamenta que los
mexicanos esperemos a “que los soldados tomen decisiones… ¡Por favor! Tenemos un
problema con la educación de esas personas. Andan en la parte urbana, no entienden a la
sociedad, pero andan con armas de alto poder.
“Con los policías es lo mismo. No tienen vivienda, no tienen futuro estable. La tentación (de
corromperse) va a continuar. Así está todo.”
Por eso hace un llamado a la unidad en aras de construir una agenda por la seguridad, antes
que tomar las calles.
“Sí exigimos el esclarecimiento de las muertes, pero no nos vamos a quedar en una marcha. El
verdadero enemigo es el narco, no las instituciones. En lugar de fortalecerlas, las estaríamos
debilitando. El crimen quiere eso, para acabar de tomar el control. Es momento de dejar el
discurso, dejar el rollo, sentarnos a ver cómo vamos a defender esta guerra.
“Eso sí –concluye–, tenemos que estar unidos porque si no, nos va a llevar el tren.”
Manipulación informativa
Jesús Cantú
J. Jesús Esquivel
Luego de seguirle el rastro a los cárteles que se mueven en Ciudad Juárez, diversas agencias de
inteligencia estadunidenses estaban convencidas de que esas organizaciones habían hecho un
pacto: dejar de llamar la atención de las autoridades mexicanas. Sin embargo, la violencia en el
primer trimestre del año parece desmentirlas.
EL PASO.- Los cárteles del narcotráfico que operan en la zona de Ciudad Juárez realizaron un
pacto para detener las ejecuciones, levantones y secuestros entre ellos, luego de que
“calentaron demasiado” la plaza y llamaron la atención del gobierno mexicano, sostienen
agentes federales y de los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
Al menos eso creían a principios de este año, antes de que estallara la presión social contra el
presidente Felipe Calderón, quien calificó como pandilleros a 15 jóvenes el 30 de enero, y sobre
todo antes del asesinato de tres personas relacionadas con el consulado de Estados Unidos en
Ciudad Juárez, el 30 de marzo.
Las agencias de inteligencia estadunidenses estaban seguras de que los principales cárteles de
la droga que se disputan esta frontera habían acordado “enfriar” la plaza, supuestamente para
dejar de llamar la atención de los gobiernos de México y de Estados Unidos, según tres
funcionarios destacados en El Paso, Texas, entrevistados a principios de año.
La violencia en Ciudad Juárez había costado la vida a más de 2 mil 600 personas en 2009; 90%
de los asesinatos presuntamente estuvieron relacionados con el crimen organizado.
“El pacto lo hicieron a mediados de diciembre, cuando en México se comenzó a hablar del
repliegue del Ejército de Ciudad Juárez”, dijo a Proceso un funcionario de una de las agencias de
inteligencia estadunidense.
“Los cárteles se pusieron de acuerdo y entendieron que cometieron tantas ejecuciones,
levantones y demás, que pusieron a Ciudad Juárez bajo la lupa del gobierno de México e incluso
del gobierno de Estados Unidos, y que eso no era favorable para sus intereses económicos”,
apunta el funcionario que aceptó la entrevista con la condición del anonimato.
De acuerdo con la fuente, esta información la recopiló su agencia por medio de los informantes
que tiene en Ciudad Juárez, a través de las investigaciones y de la intercepción de llamadas
telefónicas que se ha hecho a algunos capos de los cárteles del narcotráfico mexicano.
Los servicios de inteligencia estadunidenses estaban convencidos de que el acuerdo entre
narcos involucraba a los mandos de los cárteles de Juárez, Sinaloa y del Golfo, así como a Los
Zetas y Los Guardianes.
Funcionarios de otras dos agencias federales en El Paso afirmaron tener datos que confirmarían
el pacto alcanzado entre la cúpula de los cárteles. Según ellos, desde octubre del año pasado
comenzaron a detectar un cambio en el comportamiento del narcotráfico mexicano en esta
frontera.
“La ejecución en noviembre de integrantes de La Línea (sicarios del cártel de Juárez) a manos
de Los Zetas fue la primera señal de que algo estaba ocurriendo dentro de los mandos de los
cárteles”, explica a Proceso uno de los agentes federales.
“Los cuerpos de los dos ejecutados fueron encontrados con mensajes que hablaban de ʻPoner
un alto, por el bien de todos, a todos los pasados de vergaʼ, y fue cuando nosotros comenzamos
a detectar que la lucha entre ellos comenzó a aminorar en su intensidad”, puntualiza el agente
federal, quien exigió que no se revelara su nombre ni el de la dependencia a la cual está
asignado.
Las entrevistas con los tres funcionarios estadunidenses en El Paso se realizaron un par de días
antes de la matanza de los 15 jóvenes en Ciudad Juárez, el pasado 30 de enero.
La guerra entre los cárteles del narcotráfico por el control de Ciudad Juárez obedece a que es la
puerta principal para la entrada de drogas a Estados Unidos, coinciden varios reportes de
inteligencia y algunas investigaciones de dependencias estadunidenses, como la Administración
Federal Antidrogas (DEA), el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Departamento de
Seguridad Interior a través de la Oficina de Servicios Migratorios y Aduanas (ICE).
“Los Guardianes”
Una investigación de la DEA que Proceso pudo revisar describe el papel de Los Guardianes (o
Gatekeepers), “operadores independientes que se encargan de pasar la droga a Estados Unidos
a lo largo de toda la frontera norte de México y que prestan sus servicios a todos los cárteles con
quienes no tienen ninguna afiliación”. Así, lo mismo trabajan para el cártel de Juárez que para
los del Golfo, de Sinaloa y Los Zetas, y hasta para las pandillas locales.
Los Guardianes se iniciaron con el tráfico de grandes cantidades de mariguana y de
metanfetaminas a El Paso, Texas. A finales de 2008, tras el auge de las metanfetaminas en
Estados Unidos, Los Guardianes se convirtieron en un importante aliado del cártel de Sinaloa,
destaca el documento de la DEA.
“El cártel de Juárez respondió a la agresión del cártel de Sinaloa con una ola de ejecuciones
contra los operadores de El Chapo (Joaquín Guzmán Loera) en Juárez y contra Los Zetas”,
subraya la investigación, que identifica al grupo de sicarios de La Línea y a matones
pertenecientes a pandillas como Barrio Azteca, Los Artistas Asesinos y Los Mexicles como el
brazo ejecutor de Vicente Carrillo Fuentes.
“El problema de todo lo que ha ocurrido en Juárez fue que se les pasó la mano a los cárteles y
comenzaron a matarse entre ellos de manera indiscriminada, y eso llamó la atención del
gobierno federal de México que mandó al Ejército a poner orden en Ciudad Juárez”, comenta un
funcionario estadunidense en El Paso.
Durante todo el sexenio de Vicente Fox, dice, el Ejército Mexicano nunca puso un pie en Juárez
porque en esos años la plaza estaba prácticamente controlada por Carrillo Fuentes, y aunque ya
había presencia de los cárteles de Sinaloa y del Golfo en la plaza, éstos se mantenían al margen
del territorio que no les pertenecía.
“Pero aumentó la demanda de metanfetaminas aquí en Estados Unidos y El Chapo, sabiendo
que Juárez es la plaza más práctica para el trasiego de esa droga, le quiso arrebatar el control
de toda la plaza a Carrillo Fuentes. Y con ello se vino la guerra y la lucha militarizada del
gobierno mexicano”, agrega el funcionario.
La participación de los militares mexicanos en el combate al narcotráfico en Juárez “fue una
táctica buena, al principio”; pero después provocó más violencia entre los mismos cárteles, al
limitarse su campo de operación.
Muchos pandilleros o jóvenes contratados para eliminar a narcomenudistas, choferes que
transportan la droga y algunos sicarios pertenecientes a Los Zetas y a La Línea, se
transformaron en “asesinos a sueldo o independientes” que han comenzado a crear sus propios
feudos de poder, según algunos análisis de inteligencia del gobierno de Estados Unidos sobre
narcoviolencia y violencia criminal en Ciudad Juárez.
“Este tipo de criminales ahora también participan en el tráfico ilegal de drogas a Estados Unidos
por medio de los servicios que les ofrecen Los Guardianes, y aunque la cantidad de droga que
pasan es mucho menor que la del trasiego a cargo de los cárteles, les ha hecho sentir que son
verdaderamente grandes capos del narcotráfico, con potencial para lograrlo; y quieren luchar por
ganar el control de la plaza”, enfatiza uno de los expedientes de inteligencia que le fue permitido
revisar a Proceso en El Paso.
Cría cuervos…
Otra de las razones de la violencia criminal en Ciudad Juárez es la guerra entre pandilleros por
hacerse del control de una pequeña parte del mercado de drogas a menor escala: el
narcomenudeo, estiman los reportes de inteligencia estadunidenses.
“La violencia se le salió de las manos a los cárteles porque les dio dinero y armas a los
pandilleros, que ahora se creen y se sienten capos con el poder de eliminar a quien se les ponga
enfrente.”
Cuando a principios de enero se comenzó a hablar del repliegue de Ciudad Juárez del Ejército
Mexicano para ser reemplazado por agentes federales, las agencias de inteligencia y las
dependencias estadunidenses como la DEA, ICE y FBI concluyeron que ese movimiento
obedecía al pacto entre los cárteles para “enfriar” la plaza.
“No sabemos cuánto durará el pacto entre los cárteles. Consideramos que no mucho, por la
importancia que tiene Juárez para el movimiento de mariguana y metanfetaminas; pero por lo
pronto es una señal de que la violencia entre narcotraficantes va a disminuir y eso es bueno para
los juarenses”, dice uno de los funcionarios estadunidenses consultados por el reportero.
No todo es cuestión de armas; a fin de cuentas, también pesan los intereses económicos de los
narcos. La presencia del Ejército ha limitado sus operaciones “y también cayó el flujo de dinero
para todos los cárteles; sus ganancias se redujeron y eso no les conviene porque, además de
criminales, son empresarios, son los dueños del casi monopolio de las drogas y para ellos fue
mejor llegar a un pacto bajo el cual pueden operar sordamente sin llamar la atención”, especula
el funcionario.
Según las autoridades estadunidenses, los cárteles están dispuestos a hacer todo lo que sea
necesario para dejar de llamar la atención de las autoridades de los dos lados de la frontera,
pero sobre todo para evitar que el gobierno estadunidense se involucre más y con mayores
recursos a la lucha contra el narcotráfico en la zona El Paso-Ciudad Juárez.
Las hipótesis de las agencias de inteligencia estadunidenses recibieron un fuerte mentís el
sábado 30 de enero, con la masacre de los 15 jóvenes, y casi se desploman con el asesinato de
tres personas vinculadas al consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, el sábado 13 de
marzo.
Un candidato de cuidado…
Patricia Dávila
CIUDAD JUÁREZ, CHIH.– La noche del martes 9 de marzo, en el hotel The Westin Soberano,
en la ciudad de Chihuahua, la delegada del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Adela Cereso,
convocó a los aspirantes a ocupar el ayuntamiento de Ciudad Juárez para decirles que su
partido tenía ya un candidato de “unidad”: Héctor Murguía Lardizábal, El Teto, presuntamente
ligado al cártel de Juárez.
En ese encuentro estuvo la plana mayor de ese partido a nivel estatal: la secretaria de
Elecciones del comité, Graciela Ortiz; el candidato a gobernador, César Duarte; el delegado
Daniel Trelles, responsable de coordinar los trabajos para lograr ese acuerdo de unidad; el
presidente del Comité Directivo Estatal, Guillermo Márquez, y el alcalde de Juárez, José Reyes
Ferriz.
Acudieron también los precandidatos Guillermo Dowell, Enrique Serrano, Víctor Valencia de los
Santos, Álvaro Navarro, Antonio Andrew y el propio Murguía Lardizábal.
El primero en llegar fue el alcalde Reyes Ferriz, quien fue convocado una hora antes. Graciela
Ortiz le dijo que el gobernador José Reyes Baeza había tomado la decisión de apoyar a Murguía
Lardizábal. El argumento: las encuestas indicaban que El Teto era el único que garantizaba el
triunfo del PRI.
Cuando los demás aspirantes llegaron se les comunicó el mensaje de Reyes Baeza. Al
enterarse, Valencia de los Santos, quien un mes antes dejó la Secretaría de Seguridad Pública
para buscar la candidatura, alentado por el gobernador, salió de inmediato del hotel, revelaron
algunos de los asistentes.
Y aun cuando Murguía Lardizábal era el favorito de Reyes Baeza para contender por la
gubernatura del estado, la presidenta del partido, Beatriz Paredes, apoyó la víspera a César
Duarte.
Dos días antes de la asamblea priista Reyes Baeza convocó a Duarte y le dijo que el candidato a
la presidencia municipal de Juárez sería El Teto. Duarte se opuso, pues él y su comité de
campaña se inclinaban por el exdiputado federal Enrique Serrano.
Ante la negativa, el gobernador continuó su cabildeo con la presidenta nacional del PRI, Beatriz
Paredes, quien antes de la asamblea convocó a Murguía Lardizábal y a Duarte. A este último le
pidió apoyar a su compañero. Finalmente, el jueves 11, El Teto quedó registrado formalmente
como candidato priista por la presidencia municipal.
Murguía Lardizábal ha sido protegido de Paredes, quien lo nombró coordinador del partido en la
zona norte del país y en 2009 le ayudó para obtener una diputación federal. En algún momento
incluso pretendió imponerlo como candidato al gobierno del estado.
La postulación de El Teto causó revuelo en esta ciudad, donde ya fue alcalde en el trienio 2004-
2007. La razón: Una investigación que le sigue la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA,
por sus siglas en inglés), por sus presuntos nexos con el cártel de Juárez, así como por el
escándalo suscitado tras la detención, el 17 de enero de 2008 en El Paso, Texas, de Saulo
Reyes Gamboa, cuando intentaba pasar un cargamento de mariguana.
En forma paralela, la PGR abrió la averiguación previa AP/PGR/CHIH/CDJUA-VI/37/ 2008 por
los posibles vínculos de Reyes Gamboa con el cártel de Juárez, así como por la red de
corrupción que tejió al interior de la administración juarense cuando trabajó con El Teto y estuvo
al frente de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM).
El 17 de marzo de 2009, el periódico Excélsior publicó un informe de la DEA según el cual hay
“elementos para sospechar que el cártel de Juárez intervino en el proceso electoral de 2004 en
esta entidad, ayudando a la promoción de algunos candidatos fronterizos”. Uno de los
beneficiados, de acuerdo con el documento, fue el propio Murguía Lardizábal.
Dos días después, durante la 72 Convención Bancaria, Germán Martínez Cázares, entonces
presidente nacional del PAN, declaró: “Es el momento de que el PRI aclare. Está del lado del
presidente (Felipe) Calderón o está del lado de personas que tienen vínculos con el cártel de
Juárez”, como afirma la DEA en referencia a Murguía Lardizábal.
El 25 de marzo, una semana después de la publicación, El Teto convocó a una rueda de prensa
en la sede del CEN del PRI. Se deslindó de cualquier nexo con el narcotráfico y argumentó que
el documento atribuido a la DEA en realidad era apócrifo.
Sin embargo, el 19 de julio de 2009, el Diario de Juárez informó que durante su administración
Murguía Lardizábal adquirió 21 propiedades valuadas en 11 millones 373 mil 463 pesos.
Con base en datos del Registro Público de la Propiedad (RPP) de Chihuahua, la publicación
sostiene que en los documentos de las transacciones de compra-venta de varios bienes
inmuebles aparece el nombre de Baldomero Fuentes, identificado por la PGR como brazo
derecho de Amado Carrillo Fuentes, fundador del cártel de Juárez.
Según la dependencia, Murguía Lardizábal realizó siete operaciones entre abril de 2005 y
septiembre de 2007.
Miguel Sabido
Se sienta junto a mí en el avión y ya desde antes de salir no deja de observar con los ojos
redondos a un muchacho que está en el otro extremo de la fila.
–¿Usted cree que ese muchacho es un narco, señor? –me dice en un suspiro entrecortado.
Trato de sonreír para tranquilizarla. La verdad es que no se cómo se puede saber si alguien es
narco o no.
–Yo vine al de efe porque estoy viendo si me puedo venir a vivir con mi hermana en Puebla…
porque la verdad en Juárez… –se detiene verdaderamente angustiada: es una mujer de 69
años, quizá. Asustada. Muy asustada.
La azafata me ofrece periódicos de Ciudad Juárez. Tomo uno. Se llama HOY. En la sección de
Patrullaje leo en la cabeza:
“Cae menor homicida… había atacado a balazos a dos hombres en la colonia Revolución
Mexicana… uno de ellos falleció… el sicario tiene 16 años.”
Y abajo:
“Ejecutan a un minusválido… la tarde de ayer un paralítico fue asesinado en su silla de ruedas…
fue victimado de cinco balazos en el Valle de Juárez en plena plaza municipal. Por su
incapacidad pedía limosna en la vía pública.”
Y abajo:
“Linchan a uno en la colonia México 68.”
Y abajo:
“Capturan a extorsionadores… tres presuntos integrantes del cártel de Juárez que se dedicaban
a cobrar cuotas de ʻderecho de pisoʼ a vendedores de autopartes fueron detenidos.”
Y abajo:
“Un lavacarros de 23 años fue asesinado en la colonia Independencia II con cinco impactos de
bala.”
Y abajo:
“Entran tres hombres a casa particular y balacean a dos mujeres solas. Una de ellas tenía una
niña de tres años en brazos. Las dos muertas. La niña moribunda.”
En la misma página. Sin un solo adjetivo. Datos.
…
Al llegar pido que me lleven a la famosa zona del “centro”, a la bajada del Puente Internacional.
Allí donde está el Noa Noa que Juan Gabriel describió como el paraíso perdido.
Los muchachos del Instituto de Cultura me miran nerviosamente.
…
Cuando veo las ruinas –y estamos en pleno mediodía con el sol resplandeciente de Juárez
cayendo implacable– se me cierra la garganta: los enormes cabaretes y los escandalosos
burdeles al pie del puente internacional que recibían cada viernes y sábado al incesante torrente
de estadunidenses que entraban a México –por supuesto sin visa– gritando rítmicamente
¿where is the grass?, ¿where the grass?; la multitud de prostitutas de 12 a 70 años que se les
colgaban de las t shirts; las “vestidas” norteñas grandotas y escandalosas, retándolos; sus
padrotes vigilándolas severamente; los vendedores de mariguana que abiertamente la
cambiaban por dólares en plena calle; los estridentes cabaretes, el Noa Noa, los clubes gays con
sus banderas de arco iris; las adolescentes rubias que se arrancaban el brasier al entrar en los
bares… todo está bombardeado. ¿Cómo? Sí: bombardeado con bazucas, como en la Franja de
Gaza: Los pedazos de pared semiderruida y cacariza por los impactos de los cuernos de chivo
dejan ver los “murales” fosforescentes que intentaban ser obscenos y que ahora resultan
absurdos y patéticos.
En medio de mi estupor, oigo la voz de Carlos: “Maestro Sabido, por favor… vámonos…
vámonos. Estar aquí puede ser peligroso”.
Veo el sol restallante de Juárez sobre las ruinas bombardeadas.
…
En las paredes han colocado cuidadosamente las láminas del cuerpo humano con el que doy mi
taller de actuación tonal: la del sistema óseo que sostiene la obra milagrosa del cuerpo del actor,
que es el único instrumento real de que dispone para comunicarse con el prójimo, el próximo que
es el público; la de los huesos del cráneo, donde la maravilla de la voz adquiere sonoridades
sobrehumanas; la del sistema nervioso; la de los tres cerebros que nos conducen por la vida.
La sala de ensayos es grande y luminosa, y el Centro Cultural Paso del Norte
deslumbrantemente bello y moderno.
Yo empiezo: hablo del cuerpo humano, de los resonadores de la cabeza, de la importancia de la
espina dorsal, de la infinita delicadeza de nuestro cuerpo. Cuando voy a decirles: “consideren su
cuerpo como un templo y respétenlo; el respeto al cuerpo humano es la gran lección de
Stanislavsky y Grotowsky y Barba y Távora…”, me asalta el recuerdo: “Balean a un paralítico
que pide limosna”, “…la niña está moribunda”.
Los veo sentados en el suelo, mientras voy de lámina en lámina: Alejandra, Irma, Ileana,
Abraham, Sandra –con su estilizadísimo rostro que me recuerda a Greta Garbo–, Valta, Carlos
Alberto… todos absortos, hojeando con reverencia los libros que les llevo. Doy por terminada mi
intervención de manera abrupta. Salgo a tomar aire en la soberbia fachada del teatro Víctor
Hugo Rascón Banda. Discretamente se acerca uno de ellos.
–Maestro… ¿Por qué no se mete mejor a la librería? Afuera está haciendo mucho aire frío.
–¿También aquí ha habido balaceras?
Se me queda viendo con unos ojos infinitamente tristes.
…
En el comedor del hotel, Raúl y yo nos ponemos de acuerdo a la hora de la cena: él hará la
estructura del espectáculo partiendo de los actores. (Ese es mi procedimiento favorito, y gracias
a él mis obras han logrado actuaciones memorables como las de María Douglas en María
egipciaca, Alma Muriel en Falsa crónica de Juana la loca, Jacqueline Andere en Carlota
emperatriz.) Yo haré el diseño del ámbito escénico y dirigiré a un segundo grupo de actores,
“Los enemigos”. Discutimos acerca de la utilidad y utilización de los enormes teatros del norte de
la República: en Monterrey, 2 mil localidades; en Reynosa, mil 600; en Laredo, mil 800; en
Tampico, mil 400; en Juárez, mil 600; en Chihuahua, en Camargo, en Delicias, en Culiacán, en
Torreón, en Saltillo, en Matamoros. Teatros gigantescos, ciclópeos.
De repente, y sin motivo aparente, me pregunta: “¿Por qué no figura usted en las antologías del
teatro mexicano del siglo XX?”. Es verdad: ni Armando Partida ni Fernando de Ita ni ninguno de
los antólogos ha incluido jamás a Juana la loca o María Egipciaca o Carlota o La pastorela del
ermitaño en sus antologías, y todas ganaron premios y se han puesto en La mamma, en Nueva
York y en Cuba y Los Ángeles y España. Y el público las mantuvo en escena sin subsidios
durante cientos de representaciones.
Me empiezo a reír: “La verdad, no sé. Supongo que allá está muy fuerte la grilla cultural y yo
nunca he sabido jugarla”.
Contesta suavemente:
“Allá la grilla. Acá la guerra.”
El tono cambia. Nos envuelve un pesadísimo silencio.
La guerra: ¿Entre quién y quién?
…
Mi cuarto está en el sexto piso. Aprieto el botón del lobby; la puerta se empieza a cerrar cuando,
de repente, la amenazadora culata de un cuerno de chivo la detiene. Se vuelve a abrir. Tres
mujeres con un tono de violencia y salvajismo aterrador entran con las ametralladoras en las
manos. Pregunto alarmado: “Perdón… ¿pasa algo en el hotel?”.
La menos hosca va a contestar cuando la primera, viéndome con una mirada fría de serpiente,
casi escupe: “Nada. ¡Y tú, cállate, pendeja!”.
Leo en la espalda de los oscuros uniformes “Policía Federal”.
En el lobby hay una típica reunión de vendedoras de belleza. Su agudo parloteo va
disminuyendo según las tres policías atraviesan el grupo. Al terminar de cruzar, solamente hay
un silencio enorme.
…
Antes de empezar el segundo día del taller les expreso: “Quiero decirles que estoy muy orgulloso
y me siento muy honrado de haber venido a trabajar con ustedes. En las circunstancias en las
que está la ciudad, que un grupo de jóvenes quiera seguir evolucionando como actores y
actrices, lograr un espectáculo digno, seguir trabajando arduamente sin saber todavía si
formarán parte de la obra o no, es muy admirable. Los felicito”.
Se miran tímidos y sonriendo.
Al terminar me despido con un abrazo a cada uno. Uno de ellos, el de la camiseta (omito el
nombre a propósito), me la entrega lavada y planchada.
–¿Quiere que le regale mi camiseta de que yo amo a Juárez?
–No, gracias –respondo–, quiero que la uses todos los días…
De repente sus ojos adolescentes se llenan de furia.
–Yo nací aquí, maestro. ¿Por qué esos cabrones me van a robar mi ciudad? ¿Por qué me la van
a robar?
J. Jesús Esquivel
Una semana después de haber provocado la irritación del gobierno de Felipe Calderón al
calificar prácticamente de inútil la presencia del Ejército mexicano en Ciudad Juárez, la
secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano, perdió otra vez el tacto
diplomático. Declaró a la radio de su país que el personal del Pentágono que se encuentra en
territorio mexicano está ahí a petición directa de Los Pinos. En varias oportunidades, las
autoridades de México han dicho que no han pedido ninguna ayuda militar a sus contrapartes
estadunidenses. ¿A quién creer?
WASHINGTON.- Apenas había transcurrido una semana de que Janet Napolitano hizo rabiar al
gobierno mexicano con su afirmación de que la presencia del Ejército en Ciudad Juárez no había
servido de nada en la lucha contra el narcotráfico, la secretaria de Seguridad Interior de Estados
Unidos incurrió en una indiscreción: el miércoles 24 reveló que el presidente Felipe Calderón
pidió al gobierno de Barack Obama enviar militares para que realicen operaciones antinarco
junto al Ejército Mexicano.
Ese día, entrevistada en el programa All Things Considered, de la National Public Radio (NPR),
puntualizó que el personal del Pentágono que se encuentra en el territorio mexicano está ahí a
petición directa de Los Pinos.
Con estas declaraciones, la colaboradora de Barack Obama contradice al gobierno de Calderón,
cuyos integrantes han negado una y otra vez que las puertas del territorio nacional hayan sido
abiertas a tropas estadunidenses.
En el programa de la NPR, conducido por el locutor y periodista Robert Siegel, Napolitano habló
del resultado de la reunión del Grupo Consultivo de Alto Nivel realizada el día anterior en la
Ciudad de México, así como en torno al problema del narcotráfico en el vecino país. La
funcionaria fue muy enfática al confirmar la presencia de personal del Pentágono en territorio
mexicano a petición expresa de Calderón, según la trascripción de la entrevista radiofónica
obtenida por Proceso.
–¿Hay algún papel, un papel potencial para los militares de Estados Unidos al sur de la frontera
con México? –preguntó Siegel.
–Bueno, de hecho en nuestras reuniones (en México) estuvieron el jefe de Estado Mayor
Conjunto, Mike Mullen, y, como ya lo mencioné, el secretario de Defensa (Robert) Gates,
quienes se reunieron con sus contrapartes militares.
“Y creo que se puede deducir de eso que hay pláticas sobre el papel apropiado de nuestro
ejército, y más allá de eso no sería apropiado hacer un comentario.”
–Usted sabe, estoy seguro de que la presencia de militares de Estados Unidos en México es un
asunto neurálgico para los mexicanos…
–Lo es. Y se ha hecho a pedido, consulta y cooperación con los mexicanos. Esto no significa que
Estados Unidos se haya metido de manera unilateral; esto es cooperación, asistencia. Es un
reconocimiento mutuo de que, como países vecinos, tenemos aquí algo en juego.
“Y lo mencioné ayer (martes 23)… Como usted sabe, hay un comercio cuyo valor se estima en
mil millones de dólares que todos los días cruza la frontera de México. La gente necesita
transitar por la frontera sin temor a ser víctima de la violencia. Y la gente que vive en las
comunidades al sur de nuestra frontera necesita saber si se aplicará el estado de derecho.”
El conductor presionó a su entrevistada para que fuera más precisa en sus respuestas:
–Sólo para dejar las cosas en claro: ¿está usted diciendo que el presidente Calderón expresó su
apertura a la presencia de personal militar de Estados Unidos en México?
–Sí. Déjeme ser clara, porque este es un asunto muy delicado: En forma limitada nuestro ejército
ha estado trabajando con el de México en su lucha contra los cárteles de la droga, pero a pedido
del gobierno de México, en consulta con el gobierno de México; es solamente una parte de
nuestros esfuerzos generales con México, que ante todo son de naturaleza civil.
–Bueno, secretaria Napolitano, muchas gracias por hablar con nosotros el día de hoy.
–Gracias.
–Es Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior. Ella fue parte de la misión que ayer
estuvo en México, y habló con nosotros desde su oficina en Washington, DC –dijo el conductor
de All Things Considered tras despedir a su entrevistada.
Las críticas
Napolitano, quien formó parte de la comitiva que encabezó la secretaria de Estado Hillary Clinton
en su visita a México, es la única colaboradora de Obama que ha criticado abiertamente la
estrategia militarizada de la administración calderonista para combatir al narcotráfico y al crimen
organizado.
“El presidente Calderón ha estado profundamente involucrado (en la lucha contra el narcotráfico)
e incluso envió al Ejército a Ciudad Juárez, pero eso no ha ayudado”, dijo Napolitano el martes
16 a la cadena de televisión MSNBC, una semana antes de su viaje a México .
La reprobación de Napolitano al despliegue del Ejército Mexicano provocó la furia de Calderón,
quien a través del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, aclaró que Napolitano no
había dicho lo que dijo, que era necesario entender el contexto. Asimismo, el funcionario señaló
que los medios de comunicación mexicanos tenían “problemas de traducción” respecto de la
declaración de la funcionaria.
El embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, intentó calmar la irritación del
gobierno calderonista por las afirmaciones de Napolitano. El diplomático declaró al periódico El
Universal que el papel del Ejército Mexicano era muy importante en la lucha contra los cárteles
de la droga, sobre todo en entidades como Ciudad Juárez.
La víspera de los comentarios de Napolitano al programa de la NPR, los colaboradores de
Calderón negaban que militares estadunidenses estuvieran operando en México. Los
señalamientos en ese sentido sonaban inverosímiles. Pero luego de la entrevista de Napolitano
con Siegel, el gobierno de México intentó desmentir la versión de la colaboradora del presidente
Obama.
Sin embargo, más allá de las explicaciones del gobierno sobre el particular, en el Capitolio
existen testimonios y documentos de funcionarios del Pentágono que confirman que soldados de
Estados Unidos participan en la lucha contra el crimen organizado en México (Proceso 1742);
incluso señalan que Obama no confía mucho en la efectividad de la lucha militarizada de
Calderón.
El jueves 18, un día después de la reprobación a la estrategia de Calderón por parte de
Napolitano, el general Victor Eugene Renuart, jefe del Comando Norte de Estados Unidos,
aseguró al Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes del Congreso que el
Pentágono desea aplicar en territorio mexicano técnicas de inteligencia militar similares a las de
Afganistán e Irak.
Según el militar, el propósito es enfrentar de manera más directa y efectiva al narcotráfico y al
crimen organizado: “El reto de México es la fusión de inteligencia con la agilidad de operativos
contra un objetivo específico de parte de los equipos altamente calificados que permitan explotar
las vulnerabilidades que puedan encontrar en los cárteles del narcotráfico con la fusión de
inteligencia”.
Y remató: “Hemos ampliado nuestros esfuerzos para entrenar a militares y agentes civiles
(mexicanos) en operaciones muy parecidas a las que hemos llevado a cabo en Afganistán y en
Irak”.
El pleito por el control de actores y deportistas entre Televisa y Simón Charaf exhibe el uso
electoral de más de media docena de “talentos” contratados para “avalar” campañas electorales
y de imagen de partidos políticos y gobernadores. En entrevista con Proceso, el dueño del Bar
Bar –donde casi muere el futbolista Salvador Cabañas– denuncia haber recibido amenazas de
muerte. La Televisora y la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal lo desmienten.
Dos meses después del atentado contra el futbolista Salvador Cabañas en el interior del Bar Bar,
el dueño del establecimiento, Simón Charaf Medina, da cuenta de los negocios millonarios que la
empresa Televisa tiene con gobiernos de los estados y partidos políticos, así como de las
jugosas campañas publicitarias que se efectúan a través de los “talentos” del Canal de las
Estrellas.
Charaf hace estas revelaciones luego de que fue marginado de los contratos a los que, asegura,
tenía derecho por ser socio del consorcio de Emilio Azcárraga Jean en la empresa Imagen y
Talento Internacional (ITI), la cual, sostiene, pretenden arrebatarle mediante amenazas de
muerte. De éstas responsabiliza a directivos “de alto nivel” de Televisa y a autoridades de la
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
En su edición 1735, Proceso reveló que Charaf Medina (exesposo de la Miss Universo 1991
Lupita Jones) mantenía relaciones de negocios con Televisa desde 1994, de acuerdo con
documentos del Registro Público de la Propiedad y el Comercio (RPPC) del Distrito Federal.
De 1994 a 2000, Charaf fue socio de Televisa en Promo Certamen, empresa dedicada a la
promoción y comercialización del Certamen Señorita México (folio mercantil 188675).
En 2005 quedó incorporada en el expediente de Imagen y Talento Internacional la sociedad con
altos directivos del consorcio televisivo: Joaquín Valcárcel Santa Cruz, vicepresidente jurídico;
José Antonio Bastón Patiño, vicepresidente de Televisión y Operaciones; Salvi Rafael Folch
Viadero, vicepresidente de Planeación Finaciera; Jorge Lutteroth Echegoyen, vicepresidente
contralor del corporativo, y Rafael Carabias Príncipe, vicepresidente de Administración (folio
mercantil 279989).
Televisa es socio mayoritario de ITI con 51% de las acciones; Charaf posee 49%.
Según el convenio accionario, el objetivo de la empresa es “la representación, promoción y
contratación de personalidades, artistas, deportistas y conductores (ʻlas personalidadesʼ), a
efecto de comercializar en cualquier forma permitida por la ley campañas y proyectos
publicitarios, promocionales, de relaciones públicas, conferencias, líneas de comerciales y
productos, así como cualquier actividad semejante o conexa a las anteriores (ʻla promoción
publicitaria de personalidadesʼ)”.
Viejos amigos
Tras aclarar que después de su divorcio con Lupita Jones en 2000 le cedió sus acciones de
Promo Certamen, Simón Charaf dice en entrevista que mantenía una “buena relación con la
gente de Televisa; eran clientes muy asiduos míos (en el Bar Bar), los veía muy seguido en el
negocio”, y eso lo animó a crear ITI.
En 2004, apunta, se dieron los primeros acercamientos de Televisa para asociarse con él en ITI,
que entonces contaba con más de 100 “talentos” como representados.
Dice que en esa época “un enviado de una televisora extranjera” –al que no identificó– le
manifestó su interés en adquirir ITI, toda vez que se especulaba que el mercado de
telecomunicaciones sería abierto a la inversión extranjera.
Según Charaf, el mayor atractivo que él vio en la sociedad con la empresa de Azcárraga Jean
fue el compromiso asentado en el convenio de accionistas de que todos los talentos de Televisa
estarían obligados por su contrato a “hacer cualquier actividad comercial, aunque sea con
Televisa”, a través de ITI.
Ello implicaría, explica, pasar de una plantilla de talentos “de 100 a 500 u 800, considerando que
se están renovando todo el tiempo”.
En la lista de personajes sobre los que ITI tendría injerencia destacan “los deportistas que tiene
Televisa en América, Necaxa y San Luis, es decir de una exclusividad de todo su talento”.
Charaf se entusiasmó porque, además, entre las cláusulas del convenio se establece la no
competencia entre los socios, así como la prohibición de que fuera de la empresa realicen
actividades equiparables al objeto de ITI, que es la “promoción publicitaria de personajes”. Otro
candado señala que las decisiones de la compañía sólo podrían tomarse por “dos consejeros
nombrados por Televisa y por lo menos uno de los consejeros nombrados por el señor Charaf, o
bien con 60% del voto favorable de los accionistas”.
Sin embargo, en la operación hubo algunas trabas. Actrices como Lucero y Angélica Rivera, por
ejemplo, que han promocionado al gobierno de Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de
México y aspirante a la presidencia, trabajaron fuera de los lineamientos del convenio por
indicaciones de la televisora.
“La verdad, para no enfrentarme con ese monstruo hemos tenido que acceder”, señala Charaf,
quien dice que su empresa ha invertido en la promoción de las personalidades entre los
gobiernos estatales para que funjan como “avales”, así como entre empresas comerciales para
campañas publicitarias.
Asegura que en los últimos años fue excluido de las ganancias de al menos 100 proyectos en los
que participaron “talentos” de Televisa. “Por cada talento cobramos al menos 1 millón de pesos,
sólo en la promoción; de lo demás se encarga Televisa. Por eso quieren apropiarse del negocio”.
En abril de 2008, ITI realizó la campaña promocional del estado de Hidalgo, con Irán Castillo
como figura, y después de ese proyecto “ya no nos dejaron participar en ese tipo de campañas
porque vieron el tamaño del negocio”.
Charaf es cuestionado sobre su relación comercial con TV Promo, creada por Alejandro Quintero
Íñiguez, vicepresidente Corporativo de Televisa, y que, junto con la empresa Radar Servicios
Especializados en Mercadotecnia, “han sido mencionadas como mecanismos para maquillar los
costos en spots y la venta subrepticia de tiempo-aire en espacios informativos de Televisa a
manera de gacetillas electrónicas, que finalmente no se reportan como ingreso de publicidad en
la televisora”, de acuerdo con un reportaje de Jenaro Villamil. (Proceso 1512)
“Muchos proyectos los trabajábamos de la mano. La función de TV Promo, según entiendo, es
promoción y activación de marcas, y nosotros éramos los que proveíamos el talento. Lo que
hacemos nosotros es promoción de personalidades, ya el resto lo hace Televisa.”
–A TV Promo se le adjudican campañas políticas para gobernadores como Enrique Peña Nieto.
–No sé quién lo haya hecho, lo desconozco. Nuestro alcance está en la promoción de la
personalidad: mandamos CD o DVD a las empresas más importantes y en algún momento a los
gobiernos de los estados para que sean sus avales. Cuando TV Promo o cualquier empresa ha
requerido algún talento, lo que hacemos es proveerle al talento y cotizarle al talento, nuestro
alcance no llega más allá.
Entre las campañas de las que dice haber sido marginado, sólo en 2009, están la de Chantal
Andere, con Convergencia; Ernesto Laguardia, con el estado de Coahuila; Itatí Cantoral, con
Hidalgo, y Maite Perroni y Raúl Araiza, con el Partido Verde Ecologista de México.
Esta última campaña le habría reportado ganancias a ITI por 600 mil dólares, pero, asegura, fue
operada directamente por Televisa. Y eso fue la puntilla para el empresario de origen libanés,
pues su empresa elaboró a petición del PVEM la campaña electoral de 2009, que tuvo como
tema central la promoción de la pena de muerte. El proyecto, dice, fue rechazado por Televisa,
pero después apareció en las pantallas.
Charaf entregó a Proceso el registro de la comunicación que sostuvieron el exdiputado federal
del PVEM Jesús Sesma y la directora de Relaciones Públicas de ITI, Grisel Charaf, en marzo de
2009, para diseñar la campaña electoral, que incluía cineminutos, espectaculares, parabuses,
revistas y cartas a domicilio.
Charaf buscó en varias ocasiones, sin éxito, a Emilio Azcárraga para exigirle una explicación,
hasta que en diciembre Alejandro Benítez Cueto, directivo de Televisa y apoderado de ITI, le
ofreció comprarle su paquete accionario, “por una cifra ridícula”. Charaf se negó, y respondió que
preferiría vender a un tercero, lo que provocó la furia de Benítez, quien lo amenazó con un litigio.
Según el empresario, las amenazas arreciaron tras el intento de asesinato de Cabañas, el 28 de
enero, luego de enviar un correo electrónico a Azcárraga Jean en el que reclamaba que desde
los noticiarios de Televisa se orquestaba una campaña mediática en contra del Bar Bar, al que
señalaron como sitio de prostitución y drogas. Charaf le recordó al hijo del Tigre Azcárraga que
él, lo mismo que “innumerables ejecutivos del más alto nivel de Televisa” y sus estrellas, eran
clientes de su negocio.
Cuenta que Benítez le habría insistido en que la única salida para detener esa campaña era que
accediera a vender sus acciones, pero afirma que nuevamente se negó.
“Entonces los ataques seguirán. ¿Qué no te queda claro que quienes mandamos sobre la
autoridad y hasta sobre el mismo presidente de la República somos nosotros?”, sostiene Charaf
que le dijo Benítez.
El empresario dice que no pretende buscar justicia con su denuncia, sino mantenerse vivo:
“Lo que espero es que no me vayan a matar. Hay alguien involucrado, de muy alto nivel. Y a mí
me dijo el señor Benítez que esto obviamente no era algo que me decía a título personal, él es el
mensajero, de que si no accedo a soltar el 49% (de su empresa) van a continuar los ataques.”
Charaf dice que durante los primeros días de las investigaciones del caso Cabañas recibió otra
amenaza de un “funcionario cercano al procurador Miguel Mancera”, al cual tampoco identifica
en la entrevista.
Según el empresario, el subprocurador de Averiguaciones Previas, Luis Genaro Vásquez, a
través de su representante legal Jorge Antonio Domblas, le advirtió que acudiera a los medios
para denunciar las presuntas irregularidades.
“Cuando se enteraron de que teníamos una copia del video original y que pensábamos utilizarlo
para evidenciarlos, se enfurecieron. Diez días después del atentado de Cabañas, una persona
cercana al procurador me buscó y me amenazó de que si decíamos algo, me iban a romper la
madre a mí y a mi familia”, acusa.
Dice que realmente tiene miedo, porque la información que ha difundido a través de su página
web (laverdadsobreelbarbar.com) “revela el poder de Televisa y el sometimiento de la autoridad,
porque no puede ser que todas esas imágenes que ellos tienen, hasta de mejor calidad, nunca
las hayan dado a conocer”
Y advierte: “Cualquier cosa que me pase a mí o a mi familia, responsabilizo a Televisa o a la
procuraduría. A mí lo que me preocupa ya es mi vida y la de mi familia. Quien me está
amenazando son dos grandes poderes”.
Que lo pruebe
Jenaro Villamil
Aunque Grupo Televisa lo ha negado, el dueño del Bar Bar, Simón Charaf, confirmó lo que ha
publicado Proceso: que el voraz consorcio televisivo dispone de una serie de empresas
“pantalla” que, con la participación accionaria de ejecutivos de Televisa, llegan inclusive a
contratar espacios informativos para posicionar partidos o personajes políticos como Enrique
Peña Nieto…
La revelación de Simón Charaf, dueño del Bar Bar, de que Televisa lo ha presionado y
amenazado para que venda 49% de sus acciones en la empresa Imagen y Talento Internacional,
confirma la existencia de un complejo entramado de empresas “pantalla” que funcionan como
brokers o intermediarios del consorcio mediático, en los cuales participan ejecutivos y algunos
miembros del Consejo de Administración de la compañía, sin informar a accionistas minoritarios
y en franca violación a su propio “Código de Mejores Prácticas Corporativas”.
En la edición de Proceso del 31 de enero de 2010, la reportera Gloria Leticia Díaz reveló que
Simón Charaf, exesposo de Lupita Jones, ganadora en 1991 del certamen Miss Universo y una
de las personas más cercanas al equipo actual de Azcárraga Jean, es socio de Televisa en la
empresa Imagen y Talento Internacional y participó, junto con Jones, en el consejo de
administración de Promo-Certamen, donde Grupo Televisa tenía acciones mayoritarias.
En ambos casos, se trata de compañías dedicadas a la “representación de personalidades del
medio artístico, deportivo, de la moda, intelectual, político y científico”, así como a “la promoción,
producción, realización, administración y comercialización, en general, de todo tipo de eventos,
espectáculos y concursos de carácter internacional”, según consta en los folios 279989 y 188675
del Registro Público de la Propiedad, correspondientes a Imagen y Talento Internacional y a
Promo-Certamen.
Tras haberse publicado esta revelación, ni Televisa ni Charaf confirmaron o negaron los vínculos
de negocios que los unieron y que ahora los confrontan.
Ahora, él denuncia que Alejandro Benítez, director de Comercialización de Talentos de la
empresa, lo amenazó si no vendía al consorcio 49% de sus acciones en Imagen y Talento
Internacional.
Benítez, mejor conocido como El Pelón en los círculos internos de Televisa, trabaja bajo las
órdenes de José Antonio Bastón Patiño, presidente de Televisión y Contenidos, y es cercano a
Alfonso de Angoitia, poderoso vicepresidente ejecutivo y miembro del Comité Ejecutivo de Grupo
Televisa. De Angoitia ha desplazado en los últimos dos años a Bernardo Gómez, también
vicepresidente ejecutivo, como el principal estratega de Emilio Azcárraga Jean. Estos cuatro
jóvenes se hacen llamar Los Cuatro Fantásticos y manejan las decisiones centrales de la
principal empresa de comunicaciones del país.
Charaf no sólo confirmó su sociedad con Televisa. También indicó que la televisora está detrás
de la utilización de personajes del medio artístico para promocionar a partidos, como en el caso
del Partido Verde, o a gobernadores, como el mexiquense Enrique Peña Nieto, a cambio de
jugosos contratos publicitarios, cuyos montos reales se mantienen al margen de la fiscalización
pública.
El empresario confirmó así lo que Proceso ha documentado desde octubre de 2005 y que ha
sido insistentemente negado por Televisa y los gobiernos clientes: la existencia de una red de
empresas como TV Promo, S.A. de C.V. y Radar Servicios Especializados en Mercadotecnia,
S.A. de C.V., a través de las cuales realiza los contratos multimillonarios para vender sus
espacios publicitarios, sus contenidos informativos e, incluso, la cobertura noticiosa favorable a
políticos y gobiernos.
En el caso de Peña Nieto, Proceso obtuvo la copia del primer contrato multimillonario firmado en
2005 entre el gobernador del Estado de México –a través de su director de Comunicación Social,
David López– y las empresas brokers de Televisa –a través de Yéssica Miranda, como
representante de TV Promo y Radar Servicios Especializados.
Se trató de un plan de comunicación política por 742 millones de pesos, el primer año, de los
cuales 691 millones de pesos se dedicarían a publicidad televisiva, así como a asesoría en
materia política y de comunicación favorable al gobernador mexiquense para conseguir, en
2011, “fortalecer su liderazgo a nivel regional y su proyección a nivel nacional e internacional”.
Un esquema muy similar se documentó en otros contratos por 331 millones 890 mil pesos
firmados en 2005 y 2006 con el gobierno de Tabasco, encabezado por Manuel Andrade y
volcado en ese momento en la campaña presidencial de Roberto Madrazo, exgobernador y
candidato presidencial del PRI. Casi 80 millones de pesos de ese contrato se destinaron a dos
cápsulas o “infomerciales” por mes en los noticiarios Primero Noticias, Lolita Ayala y Joaquín
López Dóriga.
En ambos casos, los convenios se firmaron con TV Promo y con Radar Servicios Especializados
en Mercadotecnia. El vínculo entre ambas compañías es Alejandro Quintero Íñiguez,
vicepresidente corporativo de Comercialización y miembro del Comité Ejecutivo de Grupo
Televisa, responsable de la venta de espacios publicitarios y de la comercialización de los
segmentos informativos.
TV Promo y Radar Servicios Especializados también le han facturado a los gobiernos federales
de Vicente Fox y Felipe Calderón millonarias cantidades por la producción de “spots,
infomerciales, programas especiales, mensajes presidenciales” y campañas especiales para los
informes de gobierno.
Investigación sobre TV Promo
A pesar de los múltiples indicios que vinculaban al principal funcionario de Televisa responsable
de la comercialización en la pantalla y en los otros negocios de la empresa (radio, editoriales,
espectáculos, cine), la dirección corporativa de Comunicación de Televisa le comunicó a
Proceso, en octubre de 2005, que “TV Promo NO representa a Televisa en sus tratos
comerciales con partidos políticos, ni con ninguna otra instancia política o gubernamental”.
Sin embargo, en enero de 2007, en su reporte ante la Securities Exchange Commision (SEC),
Televisa admitió ante el organismo regulador bursátil de Estados Unidos que TV Promo realiza
intermediación con diversos clientes. Admitió que “Alejandro Quintero tiene directa o
indirectamente participación” en TV Promo y en otras empresas como Producción y Creatividad
Musical, S.A., Maximedios Alternativos y TV Promo Internacional, ya que estas compañías
“definen tarifas aplicables a terceros que adquieren servicios de publicidad, las cuales son más
bajas que las tarifas que regularmente se pagan”.
La relación poco clara entre TV Promo, Quintero y Televisa despertó suspicacias en los
principales bancos de inversión y consultorías de Estados Unidos. La principal sospecha es que
a través de ésta y otras compañías, el grupo encabezado por Azcárraga Jean realizara un fraude
a accionistas minoritarios de Televisa, al no reportar en sus cuentas los ingresos reales por
publicidad política proveniente de los gobiernos y los partidos políticos.
En enero y febrero de 2007 este reportero recibió una comunicación de Davis Bell, analista
financiero del banco de inversión Bearn Stearns. Este corporativo, especializado en análisis de
riesgos de inversión sobre grandes compañías, expresó en un correo electrónico lo siguiente:
“Estamos con muchas ganas de averiguar más sobre Grupo TV Promo y sus vínculos con Grupo
Televisa. Nos gustaría obtener TODA la información que podamos sobre el tema. En su artículo
se refiere a varios documentos públicos. ¿Todavía los tiene? ¿Sabe usted cuáles otros
empleados y directores de Televisa tienen un interés en TV Promo?”
La investigación de Bearn Stearns se canceló. En marzo de 2008 este banco de inversiones
quebró, pero quedaron constancias de algunos análisis, realizados por Christopher Recouso,
sobre la expansión de Televisa en el negocio de la televisión por cable y sus vínculos políticos.
Otro indicio de los nexos entre TV Promo y Televisa es un dictamen de abril de 2008, realizado
por los auditores de Price Waterhouse Coopers y dirigido a los accionistas de Grupo Televisa.
En el apartado “transacciones con partes relacionadas”, los auditores anotan que Grupo TV
Promo tiene “cuentas por cobrar” por 103 millones 500 mil pesos a favor de Televisa, y anota lo
siguiente:
“Durante 2006 y 2007, el Grupo (TV Promo) pagó comisiones sobre ventas a una empresa en
donde un miembro del consejo y ejecutivo de la compañía (del Grupo Televisa) es un accionista,
por un monto de 113 millones 972 mil y 49 millones 614 mil pesos, respectivamente.”
Los tentáculos de TV Promo llegan a otras firmas, como es el caso de Grupo Crea TV, compañía
dedicada a “la producción y desarrollo en espectáculos y eventos artísticos de cualquier índole”,
según el folio número 249801 del Registro Público de la Propiedad.
En esta empresa, creada en marzo de 1999, participaron como accionistas y apoderados,
inicialmente, Eduardo Medina Mora Icaza, exdirector del Cisen y exprocurador general de la
República, amigo desde la infancia de Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa; Carlos
Quintero Íñiguez, hermano de Alejandro Quintero y socio también de TV Promo; Alejandro
Soberón Kuri, accionista del Consorcio Interamericano de Entretenimiento (CIE), una de las
firmas de espectáculos más grandes de América Latina, que se distanció de Televisa a raíz de la
entrega en 2005 de 130 permisos para que la televisora operara centros de apuestas y salas de
sorteos de números. También participó como apoderado el escritor Héctor Aguilar Camín,
exconductor del programa Zona Abierta.
En enero de 2004 se realizó una reestructuración para incorporar como vocal de Crea TV a
Federico González Compeán, responsable de comunicación y vocero oficial de Televisa. El 29
de julio de 2005 la asamblea general ordinaria de Grupo Crea TV ratificó a González Compeán.
El Grupo Piljo
Menos conocido y documentado que TV Promo es el Grupo Piljo, S.A. de C.V., creado el 3 de
julio de 2001, teniendo como principal accionista a Bernardo Gómez, vicepresidente ejecutivo de
Televisa, con el 99%, y como apoderado a Joaquín Balcárcel Santa Cruz, quien ha fungido
también como apoderado y abogado general de Televisa.
Grupo Piljo tiene como objeto “vender, comprar, fabricar, distribuir, comercializar, promover,
importar, arrendar, exportar, otorgar en usufructo o de cualquier otra manera comerciar con toda
clase de productos, bienes inmuebles, equipo, sistemas y máquinas”.
Grupo Piljo adquirió dos terrenos en una zona exclusiva de Valle de Bravo, en la exhacienda
Casas Viejas. Uno mide 207 mil 422 metros cuadrados y tuvo un costo de 4 millones 107 mil
pesos, y el otro, de 70 mil metros, se compró en 1 millón 848 mil pesos. El primer terreno se
ubica junto al hotel ecológico Rodavento, y es ahí donde tanto Emilio Azcárraga Jean como
Bernardo Gómez han construido dos mansiones colindantes.
En paralelo, Grupo Piljo le compró el 15 de junio de 2004 a Emilio Azcárraga Jean el predio
número 104 de Bosques de Avándaro, con una superficie de mil 656 metros cuadrados, por un
total de 4 millones 120 mil pesos. Esta es la misma propiedad que la mayoría de los pobladores
de Valle de Bravo identifican como la casa original del “dueño de Televisa”, a la orilla del lago.
Las dos únicas firmas en la escritura son las de Bernardo Gómez, accionista de Grupo Piljo, y la
de Azcárraga Jean, presidente del Consejo de Administración de Televisa.
Contratadas como “bailarinas exóticas”, decenas de jóvenes extranjeras son introducidas al país
y orilladas a prostituirse. El Instituto Nacional de Migración regulariza a muchas, pero niega que
esta práctica legalice el tráfico de personas. Una de ellas estaba con El JJ momentos antes de
que disparara al futbolista Salvador Cabañas. Es la “testigo clave”.
Diana Hernández Díaz e Ismary Caraballo Maset lanzan un grito de júbilo cuando empiezan los
acordes de Baby, te quiero, la canción de éxito del cantante Nigga:
El reggaeton las arrebata. No es necesario que pasen a la pista para demostrarlo. Desde su
mesa, ubicada en la parte baja del Bar-Bar, exactamente al lado de las escaleras, agitan sus
cuerpos, palmean y corean la canción:
Pasan de las cuatro de la madrugada del lunes 25 de enero y las jóvenes cubanas llevan tres
horas de estar “en la gozadera”. Llegaron con otra amiga, Anays Leyva López, quien se
encuentra junto a la barra del bar con su novio Auyuri.
Desde una mesa contigua, Amancio Rojas Hernández ya tomó con su celular varias fotografías
de Diana e incluso ya se acercó a ella para pedirle su teléfono y para invitarla a un partido de
futbol, pues su cuñado es Salvador Cabañas, el estrella del equipo América, que está sentado
ahí, en una mesa cercana, platicando con su esposa María Alonso Mena.
Diana no sabe de futbol ni le interesa. Le pide a su amiga Ismary que le dicte el número
telefónico al “muchacho”, porque ella no se lo sabe. Lo despide amablemente y sigue bailando.
Ismary dice que ya le cansaron los zapatos. Se los quita y Diana la imita. Suben a los bancos de
su mesa y sacuden frenéticamente las caderas.
En una mesa ubicada a unos tres metros de la suya, José Jorge Balderas Garza, alias El JJ, le
comenta algo a uno de sus guardaespaldas. Éste se acerca a las jóvenes cubanas. Les dice que
va de parte de El JJ para invitarlas a su mesa.
–Pero si estamos descalzas –comenta Ismary.
–Ese no es problema –responde el guardaespaldas.
El tipo se agacha y sin dificultad levanta en sus brazos a Ismary, atraviesa la pista cargándola y
la deposita en la mesa de El JJ. Luego regresa y hace lo mismo con Diana.
El JJ estaba con cinco personas: dos mujeres y tres hombres, dos de éstos eran
guardaespaldas; el tercero escuchaba atento sus palabras. Se fue de la mesa un rato después.
–¿Qué quieren tomar? –ofrece solícito El JJ.
Diana pide un güisqui. Ismary prefiere comer un entremés de carnes frías.
Las jóvenes ya habían estado en el Bar-Bar en al menos siete ocasiones. Ahí Diana conoció a El
JJ, pero dice que sólo cruzó unas palabras con él. Y eso porque se lo pidió Ihosvany (Díaz Díaz),
el capitán de meseros, de origen dominicano y quien introdujo a las chicas cubanas al ambiente
del Bar-Bar.
En las declaraciones ministeriales de las tres chicas cubanas (averiguación previa FAO/AO-
4/T1/00147/10-01, integrada por el delito de “homicidio calificado en grado de tentativa” cometido
contra Salvador Cabañas) no aparece lo que ellas hablaron con El JJ. Sólo cuentan que éste se
desapareció durante un rato. Diana va al baño, en el primer piso, y al salir se encuentra con uno
de los guardaespaldas de El JJ que después supo se llama Eduardo García Alanís.
–Oye, preséntame a tu amiga Anays –le pide él.
–Está con su novio en la barra –le comenta ella.
El escolta de El JJ le pide que esperen a su jefe. Diana dice que mejor lo espera abajo. Y
regresa a la mesa. Ni Ismary ni Diana escuchan disparo alguno. Explican que unos minutos
después los guardias de seguridad del bar suben presurosos las escaleras. De golpe se acaba la
música y se prenden las luces. Uno de los guardaespaldas recoge la chaqueta de El JJ sin
decirles una palabra.
–¿Qué pasó? ¿Ya van a cerrar? –pregunta Ismary a uno de los meseros.
–No pasa nada, pero es mejor que se vayan.
lll
Las cubanas Diana Hernández Díaz, de 23 años; Ismary Caraballo Maset, de 23, y Anays Leyva
López, de 21, consideradas por la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal como testigos
clave en el intento de homicidio contra Cabañas, ingresaron a México el 3 de diciembre del año
pasado por el aeropuerto de Cancún.
Llegaron al país con todos los documentos en regla, incluidas sus respectivas formas migratorias
FM-3, en las que aparece inscrito su estatus de “no inmigrante visitante con actividades
lucrativas”. Así lo hace constar Gustavo Garrido, subdirector de Información y Registro Nacional
de Extranjeros del Instituto Nacional de Migración (INM) en un oficio que envió el pasado 27 de
enero a Reyes Sánchez Mendoza, agente del Ministerio Público que integró la averiguación
previa del caso Cabañas.
De hecho, Diana formó parte de un grupo de 10 cubanas y dos cubanos cuyo ingreso al país fue
autorizado por el INM desde el pasado 9 de septiembre.
De acuerdo con un oficio “confidencial” enviado por José Luis Aguilar Avilez, subdirector de
Asuntos Migratorios de la dependencia, a Carlos Giralt, encargado de la Dirección de Servicios
Consulares de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el INM autorizó el ingreso de este grupo
de cubanas y cubanos para que pudieran realizar durante un año “actividades lícitas y honestas
en los ámbitos del entretenimiento y de restaurantes”. El oficio precisa: “prestarán sus servicios
como meseros, edecanes, hostess, modelos y bailarinas”.
El documento identifica a la empresa que los contrató y que promovió su internación en México:
Fuerza y Excelencia Algar, S.A. de C.V.
Desde septiembre de 2008, el INM ha autorizado el ingreso al país de 73 extranjeros que
realizan actividades de “entretenimiento y servicio en restaurantes”. Se trata de 19 ciudadanos
de Rusia, 20 de Ucrania, seis de Bielorrusia, nueve de Moldavia, 18 de Cuba y uno de Colombia.
La mayoría son mujeres y son contratadas como bailarinas.
Al mismo tiempo, el INM ha regularizado el estatus migratorio de extranjeros que ingresaron al
país como turistas, pero que trabajan en bares y centros nocturnos.
En entrevista con Proceso, Juan Ignacio Pedroza, director general de Asuntos de Regulación
Migratoria del INM, rechaza que estas prácticas oficiales puedan legalizar el tráfico de personas
y la trata de blancas.
Los extranjeros que laboran en bares y centros nocturnos, dice, pertenecen a un grupo
vulnerable de inmigrantes, como también lo son los trabajadores agrícolas y las domésticas.
Explica que hasta antes de la “nueva política” trabajaban en la opacidad y la simulación:
“ingresaban como turistas y se ponían a trabajar. Su condición migratoria impedía que el Estado
les reconociera sus derechos y los hacía vulnerables a un posible delito de trata de personas”.
El documento que ahora les proporciona el INM “les permite trabajar con la empresa que ellos
decidan; se les otorgan mayores derechos y éstos los hacen más visibles ante la sociedad”.
Pedroza afirma que existe un proceso “riguroso” para autorizar este tipo de ingresos al país. Ello
implica, entre otras medidas, la revisión de los documentos de la empresa, incluido el contrato de
prestación de servicios y la revisión del lugar donde van a laborar, así como una entrevista
“personalísima” con el o la extranjera, a quien se le hacen saber sus derechos laborales y
económicos y se le otorgan facilidades para que los ejerza.
–¿Es un programa experimental?
–No. Es una política que está en firme. No hemos cambiado la Ley General de Población, sino
que ésta nos autoriza a aplicar esta política, pues las actividades que se autorizan son lícitas.
–¿Existe el riesgo de que esta política legalice la trata de personas?
–No hay legalización de ningún tipo. Esta política va a otorgar a la autoridad capacidad para
saber dónde se encuentran las posibles víctimas y que éstas conozcan sus derechos, pues
muchas de ellas ignoran que pueden estar en el país legalmente, con documentos, trabajando
en centros nocturnos, y que pueden renunciar a esa empresa y contratarse en otra y denunciar a
su patrón si viola sus derechos. El propósito es quitar argumentos a los tratantes de personas y
otorgarles derechos a las eventuales víctimas.
De acuerdo con Pedroza, de 2008 a la fecha el INM ha detectado 126 casos de “posibles
víctimas” de trata de personas, 62% de ellas por explotación laboral y 38% por explotación
sexual. De estas, 68% son mujeres y 58% menores de 18 años.
lll
A Diana Hernández Díaz siempre le gustó bailar. Desde chiquita participaba en los festivales de
su escuela en La Habana. De acuerdo con su currículum, en 2004 entró de llenó al oficio: tomó
un curso de “baile casino” con Juan Gomes Barroso, músico del grupo Moncada, y un taller de
danza con el maestro Tony Méndez. Se integró pronto a cuerpos de baile que se presentaban en
teatros, peñas y algunos hoteles turísticos en La Habana y Varadero. Incluso tomó parte en
algunos videoclips, bailó en un evento cultural del Ministerio del Interior y “tuve el privilegio de
participar en un acto para el Ejército Occidental de las Fuerzas Armadas en ciudad de La
Habana”, apunta en su currículum.
Luego formó parte de la compañía cubana Ignacio Piñeiro, dedicada a representación artística.
Ahí Diana integró junto con tres bailarinas un grupo que se hizo llamar Las chicas de miel,
debido a que las cuatro eran rubias, según contó su madre María del Carmen Díaz a Juan
Balboa, corresponsal de Proceso en La Habana.
María del Carmen afirma que su hija no fue contactada por empresario mexicano alguno.
Asegura que su contrato lo consiguió la compañía cubana Ignacio Piñeiro. Eso sí, Diana realizó
directamente sus trámites migratorios en la embajada de México en Cuba. Su madre la
acompañó a hacerlos.
Sin embargo, Alejandro Martínez Grey, accionista y administrador de Fuerza y Excelencia Algar,
envío el 21 de julio de 2009 una carta a Diana para “ofrecerle trabajo en nuestra empresa”.
“Las funciones que desempeñaría –le dice en la misiva– serían las propias para desarrollar
nuestro negocio y están vinculadas a un restaurante bar con show (…) y por las cuales percibirá
9 mil pesos mensuales.”
Diana llegó el 3 de diciembre y su primer lugar de trabajo fue el Bada Bing, un centro nocturno
ubicado en Santa Fe, propiedad de Fuerza y Excelencia Algar. Pero a los pocos días las
autoridades de la delegación Cuajimalpa lo cerraron y el 3 de febrero pasado impusieron
sanciones administrativas a sus propietarios por infringir disposiciones de la Ley de
Establecimientos Mercantiles del Distrito Federal, entre ellas “vender bebidas alcohólicas sin
contar con licencia de funcionamiento, por incitar a la prostitución (…) y no contar con la licencia
ordinaria correspondiente al giro que se encuentra ejerciendo”.
El 24 de marzo, Ismael Rivera, presidente de la Asociación Nacional de la Industria de
Discotecas, Bares y Centros de Espectáculos (Anidice), mostró durante una conferencia de
prensa dos videos en los que Carlos Sánchez Cervantes, subdirector de área de la delegación
Cuajimalpa, intentó sobornar a los propietarios de Fuerza y Excelencia Algar con 1 millón de
pesos y una cuota mensual de “150 mil o 200 mil” a cambio de autorización para reabrir el antro.
Fuerza y Excelencia Algar fue constituida el 6 de marzo de 2009, según consta en la escritura
pública 2263. Uno de sus principales accionistas es Guillermo Fridman Ramos, quien a su vez
es apoderado de otras dos empresas: Diversiones de Santa Fe, S.A. de C.V., y Especialistas en
Diversiones, S.A. de C.V.
De acuerdo con documentos del Registro Público de la Propiedad, la primera es la razón social
de Butcherʼs Club Santa Fe y la segunda de la cadena de table dance Solid Gold, donde
terminaron Diana y sus amigas.
El Butcherʼs Club –ubicado sobre la autopista a Toluca– es un “club exclusivo” frecuentado por
yuppies y ejecutivos de la zona de Santa Fe. Jóvenes extranjeras (rusas, checas, ucranianas,
búlgaras, venezolanas) y alguna que otra mexicana los atienden, solícitas. No hay pasarela al
centro ni “tubo” para acrobacias aéreas, sino un escenario austero con un gran espejo al fondo,
donde las chicas bailan y hacen strip tease por turnos. En la parte alta del edificio se encuentran
“los reservados”: estrechos cubículos con mullidos sillones apenas cubiertos por cortinas ligeras.
Ahí, en pareja o en grupo, las jóvenes hacen “privados”. El costo: 250 pesos la melodía.
lll
La noche del 25 de enero, la noticia de que Diana Hernández Díaz era testigo en el intento de
homicidio del futbolista Cabañas llegó al Butcherʼs Club. Sus compañeras temían que ello
atrajera a la policía. Le pidieron al gerente “Pepe Carrera” que Diana no fuera al club.
Eso lo cuenta la venezolana Angélica Felicia del Carmen Nieves Hidalgo en una denuncia por
“trata de personas y delincuencia organizada” que presentó el 5 de febrero ante la Fiscalía
Central de Investigación de Delitos Sexuales, perteneciente a la Procuraduría General de
Justicia del Distrito Federal, que abrió la averiguación previa FDS/FDS-6/T3/0081/10-02.
Angélica cuenta que llegó a México el 13 de enero, contratada como “bailarina exótica” por María
Luisa Rocha Bautista, de la agencia Body Hunter Puebla. La venezolana sostiene que Rocha le
prometió un salario de 4 mil dólares durante tres meses, así como vivienda, alimentación,
descansos los fines de semana y realizarle los trámites para obtener los documentos que
legalizaran su estancia en el país.
Un chofer de la agencia fue por ella al aeropuerto internacional Benito Juárez. También recogió a
otras dos chicas que, al igual que Angélica, iban a trabajar como bailarinas. El chofer las llevó a
un edificio de cuatro plantas color mamey, de frente estrecho pero alargado hacia el fondo, en el
número 14 de la calle Estocolmo, en la Zona Rosa.
Angélica afirma que ahí viven 50 extranjeras que trabajan como bailarinas en el Butcherʼs Club y
en las cuatro filiales del Solid Gold. Sostiene que cada una debe pagar 300 pesos diarios de
alquiler. Dice que guardias privados vigilan la entrada del edificio y que otros hombres y mujeres
maduros se encargan de controlar el lugar. A ellos, las chicas les llaman “papis”; a ellas,
“mamis”.
De ahí salen cada noche a trabajar a los diferentes antros, en taxis ejecutivos. En su primer día,
a Angélica le tocó el Solid Gold de Naucalpan. Afirma que apenas bailó una vez. Durante la
semana siguiente la llevaron al Butcherʼs Club. No pasaba de los tres bailes al día.
Asevera que se sentía engañada. Sostiene que no era lo que le habían “prometido”. Habló con la
“mami” Claudia para que la dejaran regresar a su país. Ésta le dijo que cómo no, pero que
primero tenía que pagar lo que debía de vivienda, de comida y del boleto de avión.
–Si quieres ganar dinero tienes que bailar más canciones y hacer todo con el cliente –le
recomendó Claudia.
–¿Cómo? ¿Me tengo que prostituir?
–Sí, para ganar más dinero.
Angélica refiere que cada baile tenía un costo de 250 pesos, 150 pesos para la chica y el resto
para el antro. La tarifa para sostener relaciones sexuales “completas” ascendía a 10 mil pesos,
comenta.
“Como yo no acepté prostituirme, no me era posible tener mayores ingresos. No tenía dinero ni
para comer”, afirma Angélica.
Luego comenta que Iván, uno de los “papis”, amenazaba a las chicas. Les decía que si no salían
a trabajar avisaría a los agentes de Migración, pero que “antes nos violarían y hasta podrían
matarnos”.
La venezolana afirma que a las 13:00 horas del 4 de febrero “escapó” del edificio de la calle
Estocolmo. Dijo a los guardias que su laptop tenía un virus y que debía arreglarla. En la calle
echó a correr y pidió luego ayuda a una patrulla.
Vocación perversa
Rodrigo Vera
La profesión sacerdotal fue la única vía que encontró Marcial Maciel para mantener impunes sus
perversiones sexuales, que empezaron a manifestarse desde que era un mozalbete y aún vivía
en su natal Cotija, Michoacán, donde le decían “la niña bonita” por sus finos rasgos y sus
escarceos sexuales con compañeros de juego, animales y rudos campesinos de la región.
El viernes 26, los Legionarios de Cristo por fin reconocieron de manera oficial que el fundador de
esta congregación abusó sexualmente de seminaristas. Mediante un comunicado, también
aceptaron que Maciel tuvo una hija con una mujer y otros dos varones con otra, y piden perdón a
“todos los que han sido perjudicados, heridos o escandalizados por su reprobable actuación”.
Autor del libro El ilusionista Marcial Maciel. Biografía no autorizada, Alejandro Espinosa Alcalá,
sobrino y víctima del controvertido fundador de los Legionarios de Cristo, señala que su obra se
apoya en testimonios que durante años recogió del propio Maciel y de sus allegados. Relata:
“Durante 13 años –de 1950 a 1962–, Maciel solía contarme pasajes de su vida con la intención
de que yo escribiera su biografía. Él quería convertirme en una especie de evangelista suyo.
Pero muy lejos de la santidad que quería aparentar, me di cuenta de que fue un gran
embaucador durante toda su vida, como esos ilusionistas que hacen ver visiones irreales. Por
eso le puse a mi libro El ilusionista, creo que es el término que mejor lo define.”
–Su libro revela una etapa hasta hoy desconocida de Maciel; su infancia y primera juventud –
plantea el reportero.
–Efectivamente. Él siempre ocultó la etapa de su infancia. Sin embargo, llegó a revelarme
algunas anécdotas de ella, que yo complementé con otros testimonios de quienes lo conocieron
en esa época. Todos aseguran que Maciel era un enfant terrible por sus perversiones sexuales.
“Para mi investigación, tuve además la ventaja de que fui sobrino suyo. El padre de Marcial, don
Francisco Maciel, era hermano de mi abuela paterna, doña Trinidad Maciel. También crecimos
en la misma zona de Michoacán: Marcial en Cotija y yo en Chavinda.”
Autor del libro El Legionario –donde relata los abusos sexuales a los que lo sometía Maciel,
reseñado en el número 1373 de Proceso–, Alejandro Espinosa enfatiza que en su nuevo libro
hace una amplia narración sobre cómo se fue gestando, desde la infancia, la “megalomanía” y la
“desmesurada compulsión sexual” del fundador de los Legionarios de Cristo.
Hijo del comerciante Francisco Maciel y de Maura Degollado –actualmente en proceso de
canonización–, Marcial Maciel Degollado nació en Cotija el 10 de marzo de 1920, y desde niño –
se indica en el libro– empezaron a manifestarse sus enfermizas tendencias sexuales.
Precocidad
El gran engaño
Mientras tanto, un entorno de “absolutismo religioso” marcaba la vida de los cotijenses. “El
pueblo no tenía más pasatiempo que las celebraciones cíclicas de la religión: misa, rosario,
comunión, prédicas, villancicos en la iglesia, canto de letanías…, siendo el cura el rector de
almas y censor de la conducta social”.
A muy temprana edad, según esta biografía, Marcial reparó en las ventajas que gozaban los
miembros de la casta sacerdotal: “La cercanía de varios obispos en la familia, curas, monjas, le
habían iluminado; todo mundo los respetaba, vivían como príncipes con las limosnas de los
feligreses, y tenían verdaderos palacios sin sudar la gota gorda arando la tierra”. Había
encontrado su vocación: “¡Vivir del prójimo! ¡Vivir de limosnas!”. Entonces empezó a ufanarse
ante sus compañeros:
“¡Que suden los pendejos! Yo llevaré vida de obispo”, decía, harto de las asperezas del campo.
De esta manera –prosigue el libro– la “vocación clerical se perfilaba como único cauce para
complacer dos instintos: pederastia y holgazanería”.
En 1936, cuando tenía 16 años y aún “no había terminado la instrucción primaria”, Marcial Maciel
comenzó a fantasear con la idea de dirigir a un grupo de bellos religiosos ojiazules, un verdadero
harén de efebos dispuestos a servirlo. Pero antes tenía que salir de Cotija, entrar al seminario,
realizar los estudios que tanto le disgustaban. Tras “mucho cavilar” encontró la solución: utilizaría
la “influencia de su parentela”… su “carisma sexual”… fingiría “que oía voces del Espíritu Santo
instándolo a fundar un grupo de misioneros”. Y comunicó a sus padres su decisión de entrar a un
seminario.
“Doña Maura lo tomó con suspicacia, conociendo su historia (ella aseguró en Roma, en 1956,
que al principio no le creyó)… Sobre la sorpresa de su madre, que a decir verdad no le
desagradaba la idea del seminario, estaba la autoridad paterna, enemiga de beaterías y más de
gastar sus escasos dineros en el hijo para que se hiciera cura”. Repetía don Francisco: “Yo no
doy un centavo. Lo que quiere es zafarse del trabajo”.
Pero fueron dos devotos hermanos de éste, don Ventura y doña Josefa Maciel, quienes
decidieron apoyar económicamente al sobrino para que saliera a estudiar a la Ciudad de México.
Durante la guerra cristera, la tía Josefa “había ocultado curas en su casa”, donde celebraban a
escondidas misas, bodas y bautizos. Ansiaba tener un sacerdote más en la familia y le hizo una
“aportación generosa” a Marcial, quien comenzó a saborear lo que sería otro gran éxito de su
vida: “limosnear”. Un hallazgo que “ordeñó” siempre y que lo convertiría en “el principal
limosnero de la cristiandad”.
“En menos de un año –prosigue la biografía de Marcial Maciel– estuvo listo para emprender la
aventura, a sus sobrados 16, con un capital para financiarse dos años viviendo en seminarios y
la inestimable sabiduría adquirida… si había tenido tanto éxito en puebluchos pobres, cuanto
más tendría en la capital mexicana, visitando gente distinguida de la más alta sociedad.”
En 1937, Marcial deja Cotija y viaja a la Ciudad de México, donde, en ese tiempo de persecución
religiosa, vivía refugiado su tío abuelo Rafael Guízar y Valencia, obispo de Veracruz, quien
dirigía en la capital el seminario de su diócesis. Marcial le pidió que lo aceptara en éste y para
halagarlo le comentó que cuando se arrodillaba a rezar frente al Santísimo solía tener
“revelaciones divinas”, por lo que su vocación era el sacerdocio.
El obispo se alegró y le contestó al sobrino: “Aquí podrás cumplir con el llamado del Señor,
aunque debes aprender esfuerzo y sacrificio”.
Ya para entonces el tío tenía fama de lograr “raptos místicos” que lo hacían levitar, atributos que
lo llevaron a la santidad durante el actual pontificado de Benedicto XVI. Marcial solía contar con
ironía que él mismo había visto levitar al tío, “trepado con todo y reclinatorio hasta el tapanco”.
Lo cierto es que el sagaz Marcial le aprendió al obispo esos trucos de “ilusionismo” y los
incorporó a su repertorio.
Pero al poco tiempo de estar en ese seminario clandestino –ubicado en Mixcoac–, Marcial
mostró su pereza para el estudio y su afición por los jóvenes seminaristas. “A dos meses de su
ingreso, se reveló indolente, sin espíritu de trabajo para el estudio ni para el esfuerzo físico,
enajenado y enredado en afectos con grupitos de compañeros”. Y empezó a tener “amistades
particulares” –como se le llama al homosexualismo en los seminarios–. Se ganó el mote de La
Monja.
El obispo Guízar y Valencia “observó con cuidado” el sospechoso grupo que había formado su
sobrino. Comenzó a llamar a uno por uno de sus integrantes para interrogarlos. Entre ellos
estaba Julio Campos, “un joven despierto y de buena presencia”, y el también cotijense Rogelio
Orozco, actual sacerdote en la diócesis de Cuernavaca.
El obispo interrogó también a Marcial y le dijo: “Pecas contra la castidad con tus amigos. Esa
tendencia es inaceptable”. Marciel le contestó: “Nos reunimos para practicar la devoción al
Sagrado Corazón”. También argumentaba: “Quiero formar un grupo de misioneros”.
No cejaba en su propósito de “formar su propio grupo donde pudiera dar órdenes, infundirles
carácter y, por sobre todo, crear su fuente de ingresos”, escribe Espinosa Alcalá.
Pero el obispo decidió finalmente “separar la manzana podrida antes de que pudriera a las otras”
y expulsó al sobrino de su seminario, en medio de una acalorada discusión con él. Para quitarle
el enojo, el mismo Marcial le preparó al obispo un té, que éste bebió en la cama… y amaneció
muerto. Persisten las sospechas de que Marcial lo envenenó.
En 1938, el joven consigue entrar al seminario de Montezuma, manejado por los jesuitas. Al año
siguiente también lo expulsaron de ahí por la corrupción que provocó. Ningún otro seminario
volvió a darle cabida. Marcial Maciel–se relata en el libro– tuvo que seducir sexualmente al
obispo de Cuernavaca, Francisco González Arias, para que lo ordenara sacerdote sin haber
concluido sus estudios de seminarista.
En la década de los cuarenta y mediante varias artimañas, siendo apenas un veinteañero,
Marcial funda y consigue la aprobación del Vaticano para su “secta religiosa”: Los Legionarios de
Cristo.
El ilusionista, de 250 páginas, sigue narrando de esa manera los actos de pederastia y
drogadicción de Marcial Maciel, los sobornos que daba a los altos jerarcas del Vaticano, su
admiración por Hitler y el nazismo, cómo seducía a viudas acaudaladas para esquilmarlas, la
impunidad que le daba la protección papal...
Este “embaucador con disfraz de santo” –que hizo de la mentira su “obra de arte” y logró
“hipnotizar” al mundo católico– había materializado así sus desquiciados sueños infantiles.
En medio de un clima de violencia, impunidad y terror, con un priismo dividido y sin el apoyo de
sus antecesores en el cargo, el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, perdió el control del proceso
de nombramiento del candidato de su partido a la gubernatura justamente cuando éste deberá
enfrentar al abanderado de una coalición que amenaza con arrebatarles el poder.
Luego de que el 18 de febrero el PRI emitió la convocatoria para registrar precandidatos, con el
fin de elegir al definitivo el miércoles 31 de marzo en una convención de delegados, Ulises Ruiz,
recurriendo a la vieja fórmula de aparentar procedimientos “democráticos y transparentes”, ideó
una pasarela de seis aspirantes.
Ellos fueron los diputados federales Eviel Pérez Magaña y Jorge Franco; el senador Adolfo
Toledo; el alcalde de la capital, José Antonio Hernández Fragua, y los secretarios estatales de
Administración, José Antonio Estefan Garfias, y de Salud, Martín Vázquez Villanueva.
Pronto se advirtió que el gobernador se inclinaba por Eviel Pérez Magaña, a cuya disposición
puso helicópteros, propaganda en todos los medios locales y un acto de proselitismo con el
pretexto de la presentación –el 23 de febrero– del informe de cinco meses de actividades del
legislador en la Cámara de Diputados.
El primero en denunciar ese apoyo fue el expresidente del Tribunal Superior de Justicia del
estado Raúl Bolaños Cacho, quien aspiraba a la candidatura pero no fue invitado a la pasarela.
Después, el presidente municipal de la ciudad de Oaxaca, José Antonio Hernández Fragua,
exigió equidad en la competencia. Y para rematar, el senador Alfonso Toledo reclamó detener
las “cargadas innecesarias” y pidió unidad a las dirigencias partidistas nacional y estatal.
Sin embargo, el que más llamó la atención fue Jorge Franco, quien sorpresivamente renunció a
la dirigencia estatal del PRI con el fin de meterse de lleno en la competencia, argumentando
haberlo hecho “para no ser juez y parte” en la selección del candidato.
A esta serie de inconformidades se sumó la de los exgobernadores de Oaxaca José Murat y
Heladio Ramírez, quienes no han apoyado el proceso conducido por Ulises Ruiz ni hacen
llamados a la unidad. Menos aún el exmandatario estatal Diódoro Carrasco, quien se pasó al
PAN y apoya al candidato de la coalición opositora, el senador Gabino Cué.
Víctor Manuel Juan Martínez, especialista del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la
Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), considera que Ulises Ruiz perdió el
control del proceso sucesorio después de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación que lo calificó de violador de las garantías individuales al reprimir el movimiento de la
Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
En entrevista con Proceso, el académico recuerda que, luego de que el PRI arrasó en las
elecciones de 2007 para diputados locales y ayuntamientos, igual que en la de 2009 para
diputados federales, Ulises Ruiz creyó tener el control absoluto, pero las últimas manifestaciones
de inconformidad lo desmienten.
“Si bien todo indica que el gobernador del estado tiene ya un delfín en Eviel Pérez Magaña, al
establecer una pasarela con seis precandidatos sólo generó inconformidad, pues algunos se
rebelaron al considerar que se trataba de una farsa”, dice.
“Nosotros sabemos que en Oaxaca los exgobernadores tienen un gran peso dentro del priismo –
observa–; el hecho de que ahora la mayoría de los exgobernadores de manera abierta o tácita
estén en contra de la toma de posiciones nos habla de esta ruptura. Por otro lado, la renuncia de
Jorge Franco, en los modos en que se dio, nos habla de que hay una ruptura dentro del grupo
político que detenta el poder.”
Según el investigador, Ulises Ruiz actualmente está obligado a negociar no sólo con los grupos
políticos del estado, sino también con los externos: “Ahora tiene que elegir a un candidato que
no sólo responda a las expectativas de ganar sin dificultad, sino que tenga la capacidad de
gobernar y de permitir que la maquinaria electoral partidista pueda movilizarse para la elección
interna de 2011 y la presidencial de 2012”, señala.
Por otra parte, Juan Martínez advierte que el clima de violencia que vive Oaxaca desde que
empezó el gobierno de Ulises Ruiz, y que se avivó con el conflicto de la APPO, puede tener
nuevos brotes por la inestabilidad política que hoy se experimenta.
“En Oaxaca –observa– vivimos cotidianamente plantones, tomas de carreteras y de edificios de
gobierno; en fin, un clima que va más allá de la vida política que genera todo proceso electoral.
La sociedad oaxaqueña tiene una división profunda que no ha sido atendida, y si a eso se le
agrega un proceso electoral polarizado, puede haber una mayor inestabilidad y violencia.”
–¿Ese es el riesgo mayor?
–Es uno de ellos: que los principales grupos políticos no se pongan de acuerdo, sino que se
enfrenten, y se genere violencia física.
Fuerzas oscuras
Por si fuera poco, Oaxaca vive hechos de terror que muchos conocen pero de los cuales pocos
quieren hablar: desde hace cuatro años un comando vestido de negro ha cometido un número
indeterminado de asesinatos, desapariciones y secuestros.
En un reciente informe sobre democracia y derechos humanos en Oaxaca, la asociación civil
Servicios para una Educación Alternativa (Educa) refirió que sólo entre 2006 y 2007 fueron
detenidas en el estado más de 500 personas, que 26 murieron durante el conflicto de la APPO y
que otras 20 fueron asesinadas por motivos políticos.
Inclusive, el informe de Educa asienta que la Comisión Civil Internacional de Observación por los
Derechos Humanos (CCIODH), la cual visitó Oaxaca en 2008, registró 62 homicidios cometidos
a partir de 2006 a causa de la violencia política y social.
Es en ese contexto donde Servicios para una Educación Alternativa cita notas periodísticas que
muestran cómo en el mismo 2006 se denunció la existencia del grupo “parapoliciaco” que pronto
se conoció como La Caravana de la Muerte y que se encargó de hostigar a la APPO. Conforme
a los testimonios publicados, el comando lo integraban policías estatales y federales, así como
porros de la UABJO.
Agrega el informe que, de acuerdo con los datos recabados, La Caravana de la Muerte recibía
órdenes de la exprocuradora de Justicia Rosa Lizbeth Caña; del actual secretario de Gobierno,
Heliodoro Díaz, y del titular de Protección Ciudadana, Lino Celaya, así como del entonces líder
estatal del PRI, Jorge Franco, bajo las instrucciones directas del gobernador Ulises Ruiz.
Entre los integrantes de La Caravana de la Muerte se menciona igualmente a Alejandro Barrita,
quien era director de la Policía Auxiliar, Bancaria, Industrial y Comercial, al ser ejecutado la
mañana del 30 de enero de 2008; y también al coordinador de Seguridad Pública municipal,
Aristeo López Martínez, ejecutado de 25 balazos el mediodía del 23 de enero de 2009 en el
barrio de Jalatlaco, en la ciudad de Oaxaca.
Según esta información, algunos miembros de La Caravana de la Muerte fueron preparados en
Israel, y es al mismo grupo al que se adjudica también la detención y desaparición de Edmundo
Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz, guerrilleros del Ejército Popular Revolucionario, el 25 de
mayo de 2007.
Pues bien, justamente a una de las principales figuras de la pasarela, el hoy diputado federal
Jorge Franco, se le acusa de haber fungido como brazo ejecutor de esa política represiva,
cuando durante los dos primeros años de administración de Ulises Ruiz fungió como su
secretario de Gobierno.
Diversos grupos de derechos humanos responsabilizan precisamente a Jorge Franco del
desalojo de los maestros del zócalo de la ciudad de Oaxaca el 14 de junio de 2006, hecho que
dio origen a la rebelión de la APPO.
“Era el brazo derecho de Ulises Ruiz, su hombre de mayor confianza. Muchas de las decisiones
gubernamentales pasaban necesariamente por la oficina de Jorge Franco Vargas, sobre todo en
los años en que Ulises se fue a apoyar la campaña de Madrazo. Tenía una influencia
determinante en muchas de las decisiones, porque asumía el gobierno del estado en tanto
secretario general de Gobierno, pero también por la afinidad política. Bien o mal, la toma de
decisiones de este sexenio cruza por la figura de Jorge Franco como secretario general de
Gobierno y luego como líder del PRI”, manifiesta al respecto el investigador Víctor Manuel Juan
Martínez.
A su vez, la responsable en Oaxaca de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos
Humanos (Limeddh), Yésica Sánchez, dice que no se imagina a Franco como candidato a la
gubernatura: “Ni siquiera lo hemos pensado. Mucha de la impunidad, de las violaciones de
derechos humanos en Oaxaca, de la situación de crisis profunda, ha sido ocasionada por las
actuaciones autoritarias de este mandato y de la confianza que le dio Ulises Ruiz a Jorge
Franco”.
Para ella, sería un error que el PRI lo postulara como candidato a la gubernatura, porque
mandaría un mensaje de represión e impunidad, ya que “hay muchas muestras de esta
actuación: 148 presos el 25 de noviembre de 2006, torturados, defensores de derechos
humanos perseguidos... todo esto ha provocado terror en el estado”.
–¿Franco ha sido responsable de esto?
–¡Claro! En Oaxaca no se opera nada sin la anuencia del Ejecutivo y del secretario general de
Gobierno, que entonces era Jorge Franco, quien tuvo una responsabilidad directa en tales
acontecimientos.
Impasse migratorio
J. Jesús Esquivel
El borrador
El domingo 21, justo el día en que la Cámara de Representantes aprobó la reforma al sistema de
salud –la prioridad en la agenda legislativa de Obama–, unas 200 mil personas pertenecientes a
la comunidad migrante de Estados Unidos –ciudadanos, residentes legales e indocumentados–,
llevaron a cabo una marcha pacífica en Washington, DC. Su propósito: exigir al presidente y al
Congreso la aprobación lo antes posible de una reforma integral que detenga el trato de
criminales que reciben los indocumentados.
Los manifestantes recordaron que Obama prometió empujar un proyecto de reforma migratoria
durante los primeros 100 días de su mandato, iniciado el 20 de enero de 2009. No hubo tal. Por
ahora, la Casa Blanca asegura que el presidente respalda el proyecto de ley que formularían los
senadores Charles Schumer, demócrata por el estado de Nueva York, y Lindsey Graham,
republicano por el estado de Carolina del Sur.
El viernes 19, dos días antes de la manifestación a favor de la reforma migratoria, Schumer y
Graham dieron a conocer “el borrador” del proyecto de ley.
De acuerdo con ese documento, el proyecto tiene “cuatro pilares”:
1) Emitir tarjetas biométricas del Seguro Social, supuestamente a prueba de fraude. Los
ciudadanos y residentes legales estarán obligados a usarlas para obtener empleo. Como los
inmigrantes ilegales no podrán contar con ella, quedarán excluidos del empleo legal.
2) Fortalecer la seguridad en la frontera con México. Ello implica aumentar el número de agentes
de la Patrulla Fronteriza y financiar nuevos proyectos de infraestructura, como muros de
concreto, barreras virtuales, equipo de rastreo y registro de cruce de personas en la frontera.
En este punto, el borrador pide que se apliquen en todo el país las leyes que permiten “arrestar y
deportar” a los inmigrantes “que cometan delitos, que pertenezcan a pandillas o a grupos
terroristas”. Y aboga por establecer “un sistema de registro de entrada y salida del país de
personas que tengan visas, con el objeto de tener la garantía de que no se quedarán en Estados
Unidos más del tiempo del que se les ha permitido”.
3) Crear un proceso para admitir trabajadores temporales destinados a sectores que requieran
mano de obra calificada y no calificada.
Y 4) establecer “un difícil pero justo método” para legalizar a los 12 millones de inmigrantes
indocumentados que ya se encuentran en el país. Para ello, pide que se les otorguen tarjetas
verdes de residencia, siempre y cuando “admitan que violaron las leyes migratorias, por lo cual
deberán pagar una multa, tendrán que hacer servicio comunitario, pagar impuestos (atrasados),
no tener antecedentes penales y hablar inglés”.
Estas mismas tarjetas verdes se podrán otorgar a personas que soliciten emigrar a Estados
Unidos, siempre y cuando éstas obtengan un doctorado o una maestría en ciencias y tecnología
de cualquier universidad estadunidense.
Eliseo Medina, vicepresidente ejecutivo del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios
(SEIU, por sus siglas en inglés), asegura en entrevista con Proceso que el borrador del proyecto
de ley es “positivo y cubre las partes básicas” de las necesidades migratorias. Sin embargo,
considera que requiere algunos ajustes en las condiciones que establece para regularizar el
estatus de residencia de los indocumentados, especialmente en el tema de las multas y pagos
de impuestos atrasados.
Cuestión de prioridades
Existen muy pocas posibilidades de que el Congreso pueda aprobar en este año el proyecto de
ley de Schumer y Graham. En la agenda legislativa de Obama otras son las prioridades, al
menos hasta las elecciones de medio término que se celebrarán el próximo 2 de noviembre.
Después de la reforma al sistema de salud –aprobada la semana pasada– vendrían las reformas
financiera y energética y la creación de empleos, según dijo Robert Gibbs, vocero de la Casa
Blanca, durante una conferencia de prensa realizada el jueves 18.
En la Cámara de Senadores las perspectivas de éxito del proyecto de ley tampoco son
alentadoras. Asesores personales de los senadores Schumer y Graham comentaron a este
semanario que ambos planean presentar oficialmente la iniciativa a mediados de abril con el
propósito de echar a andar el proceso legislativo, pero sin prometer que será aprobada en el
transcurso de este año.
En este escenario, Sharry calcula que el proyecto de ley Schumer-Graham sería enviado al
Comité Judicial del Senado a más tardar en mayo, por lo que el proceso de análisis, enmiendas
y debates podría durar de uno a dos meses. “De ocurrir así, el proyecto de ley Schumer-Graham
se sometería a votación en el pleno del Senado a mediados o finales de julio y puede ser
aprobado hasta por 60 votos” de los 100 integrantes de la Cámara Alta, afirma Sharry.
Pero advierte: “Después de su aprobación en el Senado pasará a consideración de la Cámara de
Representantes, en donde no creo que ocurra algo antes de las elecciones de noviembre. Pero
hay posibilidad de que, una vez concluidas éstas, la legislación se someta a votación en el pleno,
antes de que en enero de 2011 tome posesión la nueva legislatura”.
Por su parte, Medina –uno de los organizadores de la manifestación del domingo 21– sostiene:
“Vamos a hacer todo lo que sea necesario para lograr la aprobación de una reforma migratoria
amplia; yo sigo terco y lucharemos para que se haga algo antes de las elecciones de
noviembre”.
En los comicios de este noviembre están en juego las 435 curules de la Cámara de
Representantes y 36 de las 100 que integran el Senado.
“Si los demócratas no patrocinan el proyecto de ley antes de noviembre, una parte importante de
los votantes de la comunidad hispana no van a votar por ellos y así aumentarán los riesgos para
que los demócratas pierdan lugares en la Cámara de Representantes”, pronostica Sharry.
Medina advierte que se van a llevar a cabo nuevas manifestaciones masivas a nivel nacional
para ejercer más presión sobre el Congreso. “No vamos a hacer distinción entre demócratas o
republicanos, a todos les vamos a apretar las tuercas y con nuestros votos en las urnas en
noviembre vamos a castigar a quienes se opongan a la reforma migratoria”, asegura.
Por lo pronto, las organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes tienen
programada manifestaciones el próximo 10 de abril en por lo menos 40 de los 50 estados del
país. Asimismo, planean una marcha masiva para el 1 de mayo.
Medina adelanta que los manifestantes presentaran de manera pacífica sus demandas ante los
legisladores republicanos y demócratas de sus respectivos distritos. Además, dice, las
organizaciones que apoyan a los migrantes se van a comunicar directamente con todos los
senadores y representantes –sean demócratas o republicanos– para actualizar una lista de los
que apoyan o rechazan la reforma migratoria. Afirma que esa lista se hará pública con el
propósito de que los votantes hispanos puedan “castigar a los candidatos que sean nuestros
detractores o favorecer a los que nos quieren ayudar”.
Americaʼs Voice calcula que sin una reforma migratoria amplia, aprobada por lo menos en el
Senado ante de las elecciones del próximo 2 de noviembre, en esos comicios habrá un
abstencionismo significativo por parte de la comunidad hispana.
“Los políticos en Washington no se han dado cuenta de la nueva realidad política del país. Aún
no entienden lo importante que es, y lo será más todavía, el voto de los hispanos, quienes ya
pueden castigar con su sufragio al presidente y a los congresistas”, sostiene Sharry.
En las elecciones presidenciales de noviembre de 2008, en las que Obama ganó al candidato
republicano John McCain, 30% de los votos hispanos fueron emitidos por inmigrantes latinos
nacionalizados estadunidenses.
De acuerdo con datos de Americaʼs Voice, en esas elecciones 67% de los votos hispanos fue
para Obama y 31% para McCain. Más: en cuatro estados –Nevada, Nuevo México, Colorado y
Florida– Obama obtuvo el 75% del voto hispano frente al 25% de McCain. Del total de los votos
hispanos emitidos en los cuatro estados, Obama ganó 45% de los sufragados por latinos
nacionalizados, y McCain 40%.
“Hemos sostenido encuentros importantes con el presidente Obama. En ellos hemos tenido
discusiones fuertes porque no nos quedamos callados y le exponemos abiertamente lo que la
comunidad hispana y los inmigrantes quieren de él y de los demócratas”, sostiene Medina.
Y machaca: “El presidente dice que está comprometido con nuestra causa. Vamos a ver si eso
es cierto ahora que ya logró la reforma de salud. En caso contrario, deben atenerse a las
consecuencias, sea quien sea”.
El arte de cruzar
Alejandro Maciel
Después de residir 20 años en San Diego, California, donde vivía con su esposa y sus hijos y
tenía un negocio de jardinería, Eusebio Ramírez fue deportado a Tijuana. Durante cuatro meses
lo intentó todo para regresar a su hogar: con engaños a los guardias en la garita de San Ysidro;
con polleros ligados a narcos en el área de Nogales; con pandillas que se disputan a los
migrantes y el control de las rutas de cruce fronterizo; con lanchas que parten de Rosarito y
llegan a las costas de California...
TIJUANA/SAN DIEGO.- El 18 de octubre de 2009 la vida de Eusebio Ramírez dio un giro radical:
después de comprar un auto en una subasta pública de San Diego fue detenido por agentes de
la Patrulla Fronteriza que, vestidos de civil, verificaban los documentos de los compradores.
Como no pudo comprobar su residencia legal, fue deportado tras 20 años de haber vivido en
Estados Unidos.
“Allá se quedó todo. Mi esposa, mis hijos, mi negocio de jardinería y todo lo que había
construido”, dijo Eusebio a Proceso durante una entrevista realizada en enero pasado en la
ciudad de Tijuana, donde se había refugiado en espera de una oportunidad para cruzar de nuevo
hacia aquel país.
Pero pasaban los días y la suerte parecía estar en su contra.
Durante cuatro meses se enfrentó al hecho de que la frontera ha dejado de ser tierra de nadie
para convertirse en patrimonio exclusivo de redes del narcotráfico que ampliaron su campo de
acción al tráfico de personas.
Cuenta que fue deportado el 20 de octubre. Al día siguiente empezó a buscar la forma de
regresar a Estados Unidos. Veinte años antes había cruzado por la zona del río en Tijuana; así
que se dirigió hacia allá y se dio cuenta de que todo había cambiado. Ahora del lado
estadunidense había lámparas como de estadio de futbol por todos lados, sensores de
movimiento, agentes en motos, helicópteros y hasta perros.
Del lado mexicano, encontró a mucha gente que le advirtió que no se arriesgara a cruzar él solo,
“no tanto por la migra, sino por los polleros que asaltan y secuestran a las personas que intentan
aventurarse por cuenta propia”.
Mientras caminaba por la avenida Internacional de Tijuana encontró a cinco personas que se
estaban poniendo de acuerdo para cruzar. “Pensé que esa era mi oportunidad. Así que me
acerqué y les dije que yo también necesitaba cruzar”.
El grupo apenas se estaba formando. Un pollero recorría el bordo fronterizo reclutando a los
aspirantes.
–¿Qué? ¿De a cuánto? –preguntó Eusebio Ramírez.
–Tres mil 500 (dólares), pero garantizado y sin peligro –dijo el pollero.
–Pero ¿por dónde vamos a pasar?
–Por sus narices.
Ensayo y error
En la zona peatonal de la garita de San Ysidro el procedimiento de revisión es siempre el mismo.
Las personas que van a cruzar se forman a lo largo de 10 filas y en cada puesto de revisión el
agente de Inmigración llama una a una a las de su hilera. Cuando le llega el turno a una persona,
ésta debe entregar su documento de identidad al agente, quien lo pasa por un escáner y revisa
en la pantalla de su computadora los datos del viajero.
–En esos dos segundos que el agente ocupa para bajar la vista y checar la pantalla es cuando
vas a cruzar –le dijo el pollero.
Ensayaron todo el día en una casa donde había una réplica a escala del área de revisión de la
garita: los puestos, uno casi frente a otro; los tubos que dividen las líneas y hasta los sitios
donde se colocan los agentes.
Si el pollero colocaba su mano izquierda sobre el tubo izquierdo, quería decir que cruzarían por
el carril inmediato a la izquierda. En cambio, si arrimaba su pierna izquierda al tubo, entonces
eso significaba que cruzarían por el carril de la extrema izquierda.
Todo estaba listo para el viernes 23 de octubre a las ocho de la mañana. Ramírez y sus
compañeros de grupo se formaron a las 7:30 horas y empezaron a avanzar lentamente. Había
mil peatones haciendo fila y pasaban en grupos de 50. Los agentes seguían exactamente la
rutina que le había dicho el pollero. “La clave es mostrarse seguro. Hay que actuar con toda
normalidad, como si uno anduviera derecho”, le había recomendado éste.
Frente a Eusebio, en la línea, el pollero tocó con su pierna el barandal derecho. Es decir, iba a
cruzar a dos carriles de donde se encontraba.
Eusebio sintió que todo el mundo lo miraba.
Fueron unos cuantos segundos.
“Las cosas estaban pasando exactamente como nos habían dicho. En el carril que me indicó el
pollero, el agente estaba revisando los documentos de un hombre como de 1.60 de estatura. Yo
mientras tanto, con toda seguridad pasé frente al agente. Seguí caminando. ʻYa la hiceʼ, pensé.
Entonces, lo único que quería era caminar lo más rápido posible para salir y perderme entre la
gente. Me faltaban cinco pasos para salir por la puerta, cuando escuché la voz del agente:
–¡Deténgase!
“Tuve mala suerte. Ya en el interrogatorio, el mismo agente dijo que alcanzó a verme con el
rabillo del ojo porque la persona que él estaba revisando en ese momento era de muy baja
estatura y yo, que mido 1.80, no podía pasar desapercibido. Cinco personas del grupo pudieron
pasar. Yo fui el único que me quedé”, se lamenta Eusebio.
Zona exclusiva
Ese mismo día –23 de octubre– lo soltaron y el pollero le dijo que no habría otra oportunidad sino
hasta dentro de 20 días, cuando se “enfriara” un poco la frontera.
Eusebio aprovechó para visitar a su familia en Sinaloa. Tenía más de 10 años sin verla. Se
estuvo ahí hasta mediados de noviembre. Allá consiguió un contacto que le dijo que unos
amigos podían cruzarlo por Nogales. El costo: 4 mil 500 dólares.
No lo pensó dos veces. El 22 de noviembre viajó a Nogales. Iba con su cuñado, Ramón Romero,
quien decidió acompañarlo. Se instalaron en el hotel Montecarlo de esa ciudad. Ahí esperaron a
que los polleros los recogieran.
Puntuales pasaron por ellos a las cinco de la tarde. Los cruzadores iban en una camioneta
Explorer último modelo. “Desde que nos subimos nos dimos cuenta de que no estábamos
tratando con los polleros de siempre. En el auto venían tres personas. Como éramos de
confianza, porque conocían a nuestro contacto, empezaron a alardear:
“–Aquí no hay pedo. Nosotros nos mochamos con todas las policías. De quien hay que cuidarse
es del Ejército, pero no le sacamos porque tenemos con qué defendernos –decían retadores
mientras mostraban las R-15 que traían en el auto y las granadas de fragmentación que llevaban
en varios compartimientos secretos.”
Los polleros los llevaron a una casa de seguridad en lo alto de un cerro, a unos cuantos metros
de la frontera. Desde ahí se podía observar con facilidad cuando se acercaba cualquier auto o
persona.
Había vigilancia día y noche, no sólo en la casa, sino también en la zona aledaña a la frontera.
“Tenemos más de 45 autos patrullando para asegurarnos de que nadie se pase de listo e intente
cruzar por aquí. Esta zona es nuestra y el que quiera trabajar aquí tiene que pagar derecho de
piso; si no, se atiene a las consecuencias”, comentó uno de los polleros a Ramírez.
Las “consecuencias” son obvias: aquellos que no respetan “la exclusividad” son levantados y
desaparecidos. Los pollos, en cambio, son secuestrados y dejados en libertad sólo después de
que sus familiares pagan un rescate de 5 mil a 10 mil dólares, o cuando éstos acceden a cruzar
la frontera con un cargamento de droga que ellos mismos les colocan en sus mochilas.
“Era una casa normal. Sin lujos pero con todo lo necesario para habitar por días sin necesidad
de salir. En las recámaras tenían costales de dinero y droga. En el piso de abajo había como
siete personas que esperaban el momento para cruzar a Estados Unidos”, recuerda Eusebio.
–Está fácil. Vamos a cruzar por el desierto, y llegando a la carretera los va a recoger un
americano. Él los va a llevar por carretera hacia Phoenix. En el retén de Tucson tenemos
contactos. Así que, si todo sale bien, en dos o tres días vas a estar en San Diego –le aseguró el
pollero.
En la entrevista con Proceso, Eusebio confiesa: “Yo, la verdad es que sí tenía miedo. Pensaba
que en cualquier momento nos iba a caer el ejército y que en lugar de cruzar, a lo mejor hasta a
la cárcel iba a dar”.
–¿A qué se van? A ver, ¿a qué se van al gabacho? –les preguntaba uno de los guardias que los
cuidaba–. ¿Cuánto crees que puedes ganar, sin papeles y sin inglés? ¿200, 300 dólares a la
semana? Mejor quédense aquí, con nosotros, estamos necesitando dos guardias. Cuélguense
un cuerno (de Chivo) y se ganan 500 a la semana. Lo único que tienen que hacer es cuidar
alguna de las casas ¿A poco no está mejor?
Eusebio cuenta que como él y su cuñado “eran de confianza”, tenían algunos privilegios. Así que
pidieron a los polleros que les dieran “chanza de ir a comprar unas cosas para la pasada. Para
nuestra suerte, accedieron sin mayores problemas”.
Los dejaron en el centro de Nogales y les dijeron que pasaban por ellos en una hora. Pero
Eusebio y su cuñado corrieron a la central de autobuses y tomaron el primer camión que salió
rumbo a Tijuana.
Ya en Tijuana, ambos fueron directo a la zona norte. Les habían dicho que ahí podían encontrar
a alguien que los podía cruzar por el cañón del Matadero, una zona agreste en la que abundan
las pandillas.
–Ya saben –les dijo el pollero–; si se avientan solos, se arriesgan a que los levanten.
Se pusieron de acuerdo con éste: 3 mil dólares por cada uno. Y se prepararon para salir tres
días después: miércoles 2 de diciembre.
Los polleros llegaron a medianoche. Iban en un Jetta gris, nada ostentoso. Ramírez y su cuñado
subieron al vehículo. El conductor tomó rumbo al aeropuerto de la ciudad. Ya se estaban
bajando del auto cuando el guía recibió una llamada.
–¡Pélense, que ahí vienen los pelones! –les dijo.
El guía no se refería a los soldados, sino a los miembros de una pandilla contraria que los
habían visto y que se disponían a atacarlos. Lo que Eusebio y su cuñado no sabían es que los
polleros habían roto las reglas: los estaban transportando sin que sus jefes lo supieran. Era un
“trabajo independiente” y ellos estaban a punto de pagar las consecuencias. Se echaron a correr
y corriendo llegaron al otro extremo del aeropuerto, donde se escondieron hasta el amanecer.
Hubo otro intento que cancelaron. Ya tenían todo arreglado para cruzar en lancha. A finales de
diciembre fueron a Rosarito y de ahí se pusieron en contacto con otro pollero. Les dijo que no
había problema, pero que había que esperar porque la lancha de esa noche ya estaba llena.
“Nos salvamos de milagro”, comentó Ramírez mientras respiraba hondo… En la mañana del 16
de enero Eusebio y Ramón leyeron en el periódico Frontera que la panga se había hundido y
que se había ahogado una persona y otras nueve se encontraban hospitalizadas.
“Ya estamos desesperados. Todos los días nos estamos gastando unos 500 pesos en
alojamiento, transporte y llamadas telefónicas y no vemos para cuándo pasar”, dijo Eusebio al
reportero durante la entrevista realizada en Tijuana en enero.
El jueves 4, Proceso volvió a entrevistar a Eusebio. Esta vez en San Diego. Había logrado
cruzar, pero lo había hecho de manera insospechada.
Contó que el pasado 15 de febrero, casi cuatro meses después de haber sido deportado,
estableció contacto a través de una taquería en Tijuana con unos polleros estadunidenses que le
aseguraron que cruzaría sin riesgo alguno.
Acordó pagar 5 mil dólares una vez que estuviera en la ciudad de San Diego. La operación se
llevaría a cabo el 19 de febrero. “Era la primera vez que escuchaba esta forma de cruzar”, contó
Eusebio.
Los polleros colocan un anuncio en los periódicos locales de Tijuana solicitando trabajadores
para distribuir volantes en San Diego. Entrevistan a los candidatos en algún hotel local y ofrecen
entre 12 y 15 dólares por hora de trabajo. La persona que resulta seleccionada debe tener auto y
documentos para trabajar en Estados Unidos. Cuando llega la fecha acordada para trabajar,
pasa a recoger los volantes a un domicilio en Tijuana, donde le dan las instrucciones para su
reparto y le piden que por favor lleve a otro trabajador y que lo deje en un centro comercial de
San Diego.
“El otro trabajador era yo”, dice Eusebio, pues su cuñado Ramón había desistido en su intento
por cruzar la frontera y regresó a Sinaloa.
“Me entregaron una mica falsa y me dijeron que no le dijera nada a la persona que iba a
manejar. Que le entregara la mica sólo un minuto antes de cruzar”, cuenta Eusebio.
Poco después de las 15 horas el empleado y Eusebio llegaron a la garita de San Ysidro y,
cuando faltaba un auto para cruzar, Eusebio le entregó el documento. El oficial apenas miró los
documentos y los dejó pasar.
Siguiendo las instrucciones, el conductor dejó a Eusebio en un centro comercial en Bonita, a
unas 8 millas al norte de la frontera, donde lo estaban esperando los polleros con los que hizo el
trato. Ahí pagó los 5 mil dólares acordados y ahí mismo llegaron a recogerlo sus familiares.
El conductor del auto nunca se enteró que había ayudado a cruzar a alguien de manera ilegal. l
El blindaje penal de la Revolución
Rafael Rojas*
Cuba es el único país de América Latina donde la oposición pacífica al gobierno constituido es
ilegal y punible. Los artículos 7, 53 y 54 de la actual Constitución cubana establecen que la
ciudadanía de la isla cuenta con un conjunto de “organizaciones de masas y sociales” (CDR,
FMC, ANAP, UJC, FEEM, FEU, UNEAC…) para representar los “intereses específicos” de la
sociedad. Son esas instituciones, subordinadas en mayor o menor medida al Partido Comunista
y al Estado socialista –y no otras–, las que ofrecen “las facilidades para el desenvolvimiento de
los derechos de reunión, manifestación y asociación” y para el ejercicio de la “libertad de palabra
y prensa”.
La práctica de esos derechos fuera de las organizaciones mencionadas es ilegal,
discrecionalmente tolerada o reprimida y aparece tipificada como “asociación ilícita” en varios
artículos del Código Penal. La utilización de medios alternativos a los que el Estado “garantiza
para la libertad de expresión” es, a su vez, penalmente codificada como “propaganda enemiga”.
En ambos casos, el de la libertad de asociación y el de la libertad de expresión, la penalidad se
ejerce cuando una y otra son utilizadas para cuestionar o actuar contra la “existencia y fines del
Estado socialista” o la “decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo”.
El origen histórico de esta subordinación de los derechos públicos a las instituciones del Estado
tiene varias explicaciones. Por un lado, la herencia de una revolución popular, que colocó en el
centro de su legitimidad los valores mayoritarios de justicia social y soberanía nacional. Por otro,
la polarización en que rápidamente derivó el conflicto entre partidarios y opositores de esa
revolución y que acrecentó la demanda de una defensa nacional frente a la amenaza externa.
Por último, el legado constitucional del modelo comunista adoptado, el cual, desde el artículo 125
de la Constitución de la URSS, redactada por Stalin en 1935, establecía que las “libertades de
palabra, de prensa, de reunión y de desfilar y manifestar en la calle” debían realizarse a través
de las instituciones del Estado.
La mezcla de esas condiciones históricas produjo, en Cuba, un sistema político férreamente
articulado en torno al consenso de la mayoría social. Un consenso que se manifestaba en el
amplio respaldo de la población a los líderes históricos de la revolución, así como al orden
institucional y a la ideología política implementados. En la práctica, ese consenso era asumido
como “unidad” de la “nación” frente a los “enemigos” internos y externos del socialismo que, en
muchos casos, eran otros cubanos, no necesariamente “burgueses” o “esbirros” del antiguo
régimen, que defendían una idea no comunista de nación.
La conexión legal
Como toda revolución, la cubana no estuvo exenta de disidencias y oposiciones –muchas de las
primeras derivaron con rapidez en las segundas– desde las primeras décadas del socialismo.
Entre 1959 y 1965, por lo menos, existió una oposición violenta en las principales ciudades de la
isla y en las montañas del Escambray. El exilio, conformado desde entonces por un grupo de
asociaciones exrevolucionarias o anticomunistas, y respaldado por Estados Unidos, también
promovió diversos proyectos de oposición violenta. Esas oposiciones fueron denominadas con
términos ofensivos, como el de “gusanos”, o ambiguos, como el de “contrarrevolución”, a pesar
de que no pocas de ellas eran afines a las ideas de 1959.
El surgimiento de lo que hoy se conoce como “disidencia” se remonta a finales de los años
setenta, luego de que la institucionalización del sistema político cubano había concluido. Fue
entonces que algunos líderes revolucionarios y socialistas, como Gustavo Arcos, Ricardo Bofill y
Elizardo Sánchez Santa Cruz, iniciaron el movimiento pacífico de los derechos humanos en la
isla.
Ese movimiento, que se presentó inicialmente como una iniciativa reformista y negociadora, no
confrontacional, comenzó a crecer y a diversificarse ideológica y generacionalmente a partir de
la caída del campo socialista en los noventa. Un periodo que coincidió con el inicio de la
prolongada crisis económica y política que ha vivido el socialismo cubano desde entonces.
Ante el crecimiento de la visibilidad, sobre todo internacional, de esa oposición –ya no
compuesta, únicamente, por socialistas “disidentes”, como podían ser, todavía, Vladimiro Roca,
Martha Beatriz Roque o Raúl Rivero, sino por nuevos líderes demócrata-cristianos como
Oswaldo Payá, socialdemócratas como Manuel Cuesta Morúa o liberales como Osvaldo Alfonso
Valdés–, el gobierno cubano reforzó su blindaje penal y represivo por medio de la Ley 88 de
1999. Este dispositivo jurídico, concebido como antídoto de la Ley Helms-Burton de 1996, es el
que establece la conexión legal entre las figuras delictivas de “asociación ilícita” y “propaganda
enemiga” y la amenaza a la seguridad nacional representada por la política estadunidense.
Con arreglo a dicha ley fueron condenados a penas de entre seis y 28 años de cárcel los 75
opositores pacíficos de la primavera de 2003. Un año antes, el Proyecto Varela, impulsado por el
Movimiento Cristiano de Liberación, que proponía una serie de reformas a la Constitución de
1992 para ampliar los derechos económicos, civiles y políticos de la ciudadanía, llegó a recabar
24 mil firmas de ciudadanos de la isla. El método político que utilizó dicho movimiento no sólo fue
pacífico, sino institucional: propusieron su paquete de reformas, como iniciativa ciudadana de
ley, a la Asamblea Nacional del Poder Popular, o sea, el poder legislativo de la nación.
A pesar de que unos 250 activistas de los derechos humanos permanecen presos en Cuba, el
número de afiliados a esas múltiples, pequeñas y divididas organizaciones suma hoy varios
miles. El carácter minoritario de esa oposición, sin embargo, no debe atribuirse a su mayor o
menor coherencia programática o a la mayor o menor dependencia de Estados Unidos que
acusan algunos de sus líderes. Con frecuencia, los medios oficiales de comunicación en la isla, o
los de sus no pocos aliados acríticos en el mundo, presentan a esa oposición como “mercenaria”
o como si estuviera millonariamente financiada por el Departamento de Estado o la CIA. Lo cierto
es que los millones de dólares que, en efecto, Washington destina a la “transición” cubana
representan, en la práctica, un financiamiento de asociaciones del exilio cubanoestadunidense,
no de la disidencia interna, que no tiene acceso a dichos recursos, precisamente porque la Ley
Helms-Burton lo impide.
Tampoco debe atribuirse el limitado respaldo popular con el que cuenta la oposición –en un país
donde el descontento popular no ha hecho más que crecer en las dos últimas décadas– al apoyo
que la misma brinda al embargo comercial de Estados Unidos. No son pocos los opositores de la
isla –Héctor Palacios, Manuel Cuesta Morúa, Óscar Espinosa Chepe, Miriam Leiva o, más
recientemente, la bloguera Yoani Sánchez– que critican esa política y defienden una
normalización de relaciones entre Cuba, Estados Unidos y Europa. Presentar a esos activistas
pacíficos como “terroristas” es tan perverso como presentarlos como apátridas o “traidores”, una
fórmula que persiste en la totalitaria confusión entre nación y Estado que define
constitucionalmente al socialismo cubano.
Diseño institucional
El porqué de la limitada resonancia doméstica de la oposición cubana sólo puede encontrar una
respuesta, mínimamente seria, en el diseño institucional del sistema político. Éste está
concebido para evitar el contacto directo entre los ciudadanos y los opositores, por lo que éstos
recurren a las sedes diplomáticas de Estados Unidos y Europa, fundamentalmente, y a los
periodistas extranjeros acreditados en la isla, en busca de canales de comunicación hacia el
exterior y el interior.
El gobierno cubano reclama constantemente a los opositores esa dependencia del exterior, pero
su estricto control de la esfera pública impide que la oposición sea más autónoma.
Es cierto que la oposición cubana está dividida y que la dependencia de Washington o de Miami
por parte de algunos de sus líderes limita sus mensajes frente a la ciudadanía de la isla y parte
de la comunidad internacional. Es cierto que esa oposición y los diversos exilios que conforman
la diáspora de la isla en el mundo no son los únicos espacios de debate donde los cubanos
confrontan las alternativas políticas de su futuro. También ese debate tiene lugar dentro de las
propias instituciones del Estado cubano y dentro de una sociedad civil de la que no están
excluidos los blogueros independientes ni los artistas oficiales, los trabajadores por cuenta
propia ni los militantes comunistas, las “damas de blanco” ni quienes las repudian en las calles
de La Habana.
Pero poco sentido tiene, a estas alturas de la radical diversificación social y política que ha
experimentado Cuba en las dos últimas décadas, negar que la oposición constituye un actor
legítimo del proceso cubano. Persistir en el no reconocimiento de ese actor político y, sobre todo,
en su sistemática represión y descalificación, ha sido uno de los grandes errores del gobierno
cubano en el periodo postsoviético. Un error que cada día se vuelve más costoso para las
propias prioridades de ese gobierno en materia de política exterior. La América Latina del siglo
XXI, con la que Cuba quiere relacionarse, está compuesta por democracias, incluso por
democracias gobernadas por izquierdas socialistas, donde la oposición es legítima. Insistir en un
gobierno sin oposición es una fantasía peligrosa en estos tiempos. l
Marco Appel
Hasta ahora todavía hay quienes aseguran que el Holocausto y las atrocidades cometidas por
los nazis en los campos de exterminio son mentiras. También sostienen que el Diario de Ana
Frank es una invención creada con fines publicitarios. Para refutarlos, Miep Gies –la mujer que
asistió a los integrantes de la familia Frank durante los dos años que permanecieron
escondidos– dedicó la mayor parte de su vida centenaria. Y asumió su tarea como un
apostolado a fin de que no se olviden los horrores provocados por el odio, la mentira y la
deshumanización.
ÁMSTERDAM.- Con la muerte de Miep Gies “el mundo perdió al último testigo de lo que le
ocurrió a la familia Frank, y a una buena persona que ayudó a gente en circunstancias muy
difíciles. Gies fue indispensable para que Ana Frank se convirtiera en un símbolo del
Holocausto”, expresa Teresien da Silva al corresponsal.
Ella es la actual responsable de las colecciones que alberga la Casa de Ana Frank –ubicada en
esta ciudad holandesa– y una de las pocas personas con las que Miep Gies mantuvo una
comunicación frecuente durante los últimos años de su vida.
En entrevista realizada el martes 2 de marzo, Da Silva recuerda: “La conocí hace 20 años,
cuando ella tenía 80 años. Nos convertimos en una especie de compañeras de trabajo. Visitaba
la Casa de Anna Frank con frecuencia y guiaba visitas privadas. Con el tiempo, nos llegamos a
conocer muy bien y hablábamos casi una vez por semana”.
Miep Gies, cuyo nombre real era Hermine Gies-Santruschitz, murió el 11 de enero pasado a
consecuencia de una caída que sufrió el 17 de diciembre, la cual le causó una lesión en el cuello.
Varios países le rindieron honores por haber ayudado a esconder a la familia Frank del régimen
nazi y por preservar el diario que Ana escribió durante los dos años de su encierro.
“La última vez que hablé con Miep –detalla la entrevistada– fue el mismo día que se cayó. Le
pregunté cómo estaba y me respondió que muy bien. Me acuerdo que se despidió de mí
diciéndome: ʻtodavía estoy fuerteʼ. Esas fueron sus últimas palabras en aquella conversación”.
Miep Gies nació el 15 de febrero de 1909 en Viena, actual capital austriaca, pero el desastre
económico que había dejado la Primera Guerra Mundial en su país la obligó a emigrar a los 11
años a Holanda para residir con una familia adoptiva.
En 1933, cuando Miep tenía 24 años, el padre de Ana, Otto Frank –que acababa de huir de
Alemania con su familia tras la llegada al poder de Adolfo Hitler–, la contrató como
encargada del departamento de quejas e información de la fábrica de insumos alimenticios que
él había instalado en la calle Prinsengrancht 263, cerca de la actual estación central de trenes de
Ámsterdam.
Arriesgar la vida
En una entrevista con Menno Metselaar realizada en 1998, Miep Gies relató que en la primavera
de 1942 Otto Frank le pidió que fuera a su oficina. Ahí le reveló que él y su familia se ocultarían
en la parte trasera de la fábrica. Le preguntó si podían contar con ella para abastecerlos de
víveres. “Por supuesto”, respondió. En total, cinco empleados de la entera confianza del señor
Frank, uno de ellos Jan, marido de Miep, aceptaron guardar el secreto y prestarles ayuda.
El 6 de julio de 1942, Otto Frank, su esposa Edith y sus hijas Ana, de 13 años, y Margot, de
16, se mudaron al refugio, conocido como el anexo secreto. Después se les unieron otros cuatro
amigos suyos que también huían de la persecución nazi emprendida contra los judíos.
Durante ese confinamiento, Ana escribió su ya famoso diario, publicado por primera vez en
Holanda en 1947, y desde entonces traducido a más de 65 idiomas.
En tal diario, Ana habla de Miep Gies, a quien se refiere como Miep Van Santen. A veces lo hace
con algo de humor. Un ejemplo: “11 de julio de 1943. Miep parece un verdadero burro de carga,
siempre llevando y trayendo cosas. Casi todos los días encuentra verdura en alguna parte y la
trae en su bicicleta, en grandes bolsas colgadas del manubrio”.
El 4 de agosto de 1944, un comando de cuatro agentes nazis entró a la fábrica y arrestó a los
habitantes del anexo secreto, luego de una llamada anónima que los denunció. Las
investigaciones realizadas hasta la fecha no han podido esclarecer quién alertó a la policía.
Gies recuerda que estaba sentada en su escritorio cuando de repente vio a un agente que le
apuntaba con un revólver. Le ordenó quedarse sentada. Desde ahí escuchó a la familia Frank y
los demás bajar lentamente la escalera y partir con los agentes.
Miep y Bep Voskuijl –otra mujer que ayudó a los Frank– corrieron al anexo secreto. En el
suelo estaban regadas las hojas del diario de Ana. “Bep veía petrificada la recámara –evoca
Gies– y le dije: ʻVamos, hay que recoger todoʼ. Luego bajamos a la oficina y no sabíamos qué
hacer. ʻY ahora Bep, ¿qué hacemos?ʼ Ella me respondió: ʻTú eres mayor, tú guárdaloʼ. Yo estuve
de acuerdo”.
Gies guardó el diario en su escritorio. De los ocho ocupantes del anexo secreto sólo Otto Frank
sobrevivió a los campos nazis de exterminio. Regresó en junio de 1945 a Ámsterdam, donde
vivió un tiempo con Jan y Miep. Cuando se confirmó que Ana había muerto de tifus en el campo
de Bergen-Belsen, Gies entregó el diario a Otto.
Compromiso
En la entrevista con Proceso, Da Silva describe a Gies como una mujer de carácter “tranquilo” y
de diálogo “franco”.
En una excepcional y breve declaración a la prensa, difundida el 12 de febrero de 2009, a unos
días de cumplir 100 años, Gies declaró a Associated Press que ella no merecía los múltiples
reconocimientos a su valor: “Es muy injusto. Muchos otros hicieron el mismo trabajo o incluso
más peligroso. A mí me gustaría mencionar a uno de esos héroes desconocidos: mi marido Jan.
Él fue un hombre de la resistencia que nunca dijo nada pero hizo mucho. Gente como él
existieron miles, pero jamás escuchamos de ellos”.
Da Silva confirma que Miep era muy modesta; “no le gustaba que la consideraran una heroína,
realmente le molestaba mucho”.
Y agrega: “La historia de Anna Frank nunca terminó para ella. En 1997, Miep sufrió un infarto;
dejó de viajar, dejó de dar entrevistas, ya no le gustaba que le tomaran fotos… Los últimos 15
años de su vida los pasó más dedicada a ella, sin tener contactos personales, pero aún así
recibía cartas de todas partes del mundo sobre cuestiones relacionadas con Ana Frank”.
En 1987, el director de cine Jon Blair realizó un documental basado en el libro de memorias que
publicó Gies en 1987 titulado Anne Frank Remembered. El documental ganó un premio Oscar en
1996.
En una entrevista que Blair concedió en enero a la revista People, narró una anécdota que
demuestra el profundo cariño que Miep tenía por Ana. Dijo que el 25 de marzo de 1996 él y Gies
se dirigían a la ceremonia de los premios Oscar para recoger su estatuilla dorada y de pronto la
mujer le confesó: “Blair, Ana siempre quiso ser una escritora famosa. Siempre quiso venir a
Hollywood. Esa es la única razón por la que vine”.
Combate final
Con la publicación del Diario de Ana Frank, Gies asumió una nueva misión: combatir a aquellos
que negaban la autenticidad del escrito. A pesar de que serias investigaciones –como las
realizadas por el Instituto Forense de Holanda– han probado la autenticidad del documento, los
negacionistas aseguran que se trata de una invención.
Entre 1959 y 2000, en Alemania y Holanda se han llevado a cabo cuatro largos procesos
judiciales contra negacionistas del diario, quienes salieron derrotados en todos los casos. Gies
debía asistir a los juicios como testigo principal, lo que suponía momentos de fuerte tensión al
tener que confrontarse con los acusados.
En un artículo aparecido el 18 de noviembre de 1989 en el diario holandés De Telegraaf, el
periodista Jos Hagers narra lo que ocurrió cuando Miep rindió su testimonio dentro de la causa
contra el neonazi alemán Edgar Geiss, la cual se desarrolló entre 1979 y 1992 en los tribunales
de Hamburgo.
Hagers expone que Gies explicó al juez que ella misma le había proporcionado a Ana los
cuadernos y las hojas sueltas en los que ella escribió su diario, y detalló la manera en que lo
rescató.
Al término de su declaración, Geiss la increpó ferozmente y dijo que ella había hecho todo eso
“porque estaba ciega de odio contra los alemanes”. Miep le respondió que en el pasado los
había odiado, “pero ahora ya no”.
–¿Qué efecto tenían sobre ella la realización de tantos procesos? –se le pregunta a Da Silva.
–La fatigaban. El ascenso de la extrema derecha y la existencia de gente que negaba la
autenticidad del diario de Anna Frank eran temas en los que se implicaba por completo. Ella me
decía: “¿cómo es posible que la gente pueda negar una historia que ha causado tantas
víctimas?”. No podía comprenderlo y se enfadaba. Sin embargo, siguió su lucha para darle a
conocer a la gente lo que ocurrió a la familia Frank. Se dedicó activamente a contestar las cartas
que recibía. Una vez me mencionó que ninguna carta se quedaba sin respuesta.
–¿Cómo veía Gies el ascenso de la extrema derecha en Europa, y en particular en Holanda?
–Por supuesto que le preocupaba mucho. Le causaba enojo. Pero también le inquietaba la
situación internacional. Un día, hace tres años, me confesó: “Teresien, todas estas noticias me
dan miedo”. Ella estaba muy al tanto de la actualidad mundial: tenía la costumbre de leer
diariamente dos periódicos y solía ver los noticiarios de televisión.
–Usted que conoció bien a la señora Gies, ¿cómo podría resumir su manera de pensar?
–Siempre me decía que la gente tenía que aprender a escuchar a los otros, aprender a
comprenderlos. Esa era su filosofía de vida.
Adictos al fracaso
Denise Dresser
El mismo guión. La misma obra. Las mismas escenas. Las mismas promesas vertidas. Los
mismos compromisos firmados, con alguna que otra pequeña variante, o nuevos actores con
nombres y apellidos distintos aunque los cargos sean iguales. Antes era Madeleine Albright y
ahora es Hillary Clinton. Antes era el general Gutiérrez Rebollo y ahora es el general Guillermo
Galván. Antes era Barry McCaffrey y ahora es Gil Kerlikowski. Antes era Ernesto Zedillo y ahora
es Felipe Calderón. Pero la gran obra teatral de combate al narcotráfico continúa en la cartelera
binacional, sin grandes cambios aunque se insiste en que “ahora sí” habrá un enfoque diferente,
un reconocimiento de responsabilidades compartidas, un método distinto de encarar la lucha
contra las drogas y la violencia que engendra. Pero en realidad no es así, y la reunión de alto
nivel más reciente lo revela. Como lo sugiere Ethan Nadelmann en la revista Foreign Policy, en
cuanto al tema de las drogas se refiere, México y Estados Unidos parecen ser adictos al fracaso.
Año tras año, cumbre tras cumbre, acuerdo tras acuerdo, las discusiones se desarrollan tal y
como ocurrieron esta semana. Quizás los discursos se hayan vuelto más sofisticados o la
encargada de pronunciarlos lo haga con mayor elocuencia, como es el caso de Hillary Clinton.
Pero son versiones facsimilares de posiciones reiterativas. Son reuniones ceremoniales,
convocadas para demostrar sensibilidad ante incidentes recientes –como los asesinatos de
funcionarios consulares en Ciudad Juárez– pero siempre concluyen de modo similar. El
espaldarazo estadunidense al presidente mexicano en turno, al que se congratula por su
“valentía” y “compromiso”. La llamada solidaria desde la Casa Blanca. La lista acostumbrada de
acciones conjuntas, acuerdos logrados, esfuerzos para combatir la oferta de drogas en México y
limitar el consumo en Estados Unidos. La lista ampliada de los programas piloto que se echarán
a andar, el flujo de armas que se controlará, los estudios sobre la drogadicción que se pondrán
en marcha.
Incluso en estos días se habla de la “novedad” que incluye el “enfoque social” que se le dará a
los recursos de la Iniciativa Mérida. Se enfatiza que tanto el gobierno de México como el de
Estados Unidos han aprendido que no basta con enviar al Ejército o desplegar una estrategia
puramente delincuencial en la “guerra contra el narcotráfico” y ahora la atención abarcará el
desarrollo económico y social en las comunidades más afectadas por la violencia. Se subraya la
inversión en el combate a la corrupción, en las reformas judiciales, en la atención integral a las
comunidades fronterizas en ambas naciones. Pero en el fondo, no hay nada nuevo bajo el sol ni
en Ciudad Juárez ni en El Paso ni en Tijuana ni en el Distrito Federal ni en Washington. Y por
ello la recitación reciente suena tan hueca, tan cansada. Probablemente la reunión de alto nivel
que acabamos de presenciar sea el preludio de un mayor involucramiento estadunidense –en
términos de presencia, asesoría, equipo, entrenamiento y recursos– pero no entraña un viraje
sustancial en la visión simplista y contraproducente que ha predominado desde hace décadas.
Esa visión desde la cual el combate al narcotráfico parte de premisas supuestamente
inamovibles e incuestionables: la “guerra” contra las drogas puede ser ganada; Estados Unidos
puede reducir la demanda de drogas y lo intentará; la respuesta real se halla en la reducción de
la demanda y México si se lo propone puede lograr ese objetivo; la política antidrogas de
Estados Unidos debe ser la política antidrogas del resto de América Latina; la legalización podría
ser buena pero jamás ocurrirá.
Estas son ideas escritas en piedra, repetidas hasta el cansancio por funcionarios en ambos
lados de la frontera, diseminadas por policy-makers estadunidenses y memorizadas por políticos
mexicanos. Pero como lo ha sugerido Nadelmann, cada una de estas premisas puede y debe
ser confrontada. Cada uno de estos argumentos puede y debe ser revisado. La futilidad de la
guerra contra las drogas –librada como se hace hoy– es cada vez más obvia. Más evidente. Más
dolorosa. Basta con mirar la tristeza ovillada en los ojos del rector del Tecnológico de Monterrey
para confirmarlo.
La guerra contra el narcotráfico no ha mejorado la salud de México, la ha empeorado. No ha
contribuido a combatir la corrupción, la ha exacerbado. No ha llevado a la construcción del
Estado de Derecho, más bien ha distraído la atención que siempre debió haber estado puesta
allí. No ha atendido el problema del crimen organizado, más bien ha contribuido a su
enquistamiento y expansión. No ha encarado los problemas históricos de corrupción política y
complicidad gubernamental, tan sólo ha ayudado a profundizarlos.
Y por ello llegó la hora de reflexionar seriamente en otras opciones, en otras alternativas, en
otras maneras de pensar sobre las drogas y reaccionar ante los retos que producen. Como lo
han sugerido distintas voces desde distintas latitudes y convicciones políticas, el curso más
racional para México sería contemplar la legalización de la mariguana. Lo han propuesto
expresidentes latinoamericanos como César Gaviria, Ernesto Zedillo y Fernando Henrique
Cardoso en su estudio Drogas y democracia: hacia un cambio de paradigma. Lo han
argumentado quienes piensan que la legalización de ciertas sustancias sería la manera de
reducir los precios de las drogas y así proveer el único remedio a las múltiples plagas que
provocan: la violencia, la corrupción, el colapso del andamiaje del gobierno en sitios como
Ciudad Juárez y Monterrey.
México necesita demostrar la capacidad para determinar su propio destino y tomar decisiones
que fortalezcan su seguridad nacional, promuevan su estabilidad política, construyan su
cohesión social. Caminar en esa dirección entrañaría empezar un amplio debate público sobre la
despenalización limitada como un instrumento –entre otros– capaz de desmantelar un mercado
demasiado poderoso para ser vencido por cualquier gobierno. Significaría mirar y emular lo que
han hecho otros países e incluso estados dentro de la Unión Americana, como California, donde
avanza la despenalización. Pero implicaría, más que nada, reconocer nuestra propia adicción y
lidiar con ella. El gobierno mexicano se ha vuelto adicto a una política antidrogas fallida que lo
lleva a dedicar cada vez más recursos, más dinero, más armas y más tropas a una guerra que
nunca podrá ganar.
Dos presas de conciencia
John M. Ackerman
México ha vivido tres sombríos lustros sin que la sociedad civil haya podido conseguir victorias
palpables. Desde el movimiento que surgió en 1994 a raíz de la rebelión del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas, no hemos vuelto a percibir procesos en los que las
fuerzas sociales logren imponer la agenda política y conducir el debate nacional. Sin embargo,
hoy como nunca tenemos ante nosotros una coyuntura similar a la de 1994, en la que un nuevo
levantamiento social tendría la fuerza suficiente para arrebatar de la misma clase política de
siempre el control sobre el destino del país.
En esta ocasión, el terreno más fértil para el despertar de este movimiento renovador de la
política nacional proviene de la frontera norte. En lugar de la nueva versión del Ejército
Libertador del Sur, hoy podríamos estar en la antesala de la articulación de otra dorada División
del Norte.
En 1994, Chiapas y los estados del sur resentían con mayor crudeza los efectos del abandono
del campo y el sometimiento de las tradiciones indígenas debido a la imposición del modelo
neoliberal a partir de los años ochenta. Hoy, Ciudad Juárez y otras ciudades norteñas desnudan
de manera particularmente dolorosa las contradicciones de la “inserción” de México en el
“mercado global”, que envía cada vez más mexicanos al subempleo maquilador y al extranjero
para trabajar como “ilegales” en condiciones infrahumanas.
En su dinámica política, Chiapas había sido durante mucho tiempo, y realmente sigue siéndolo,
ejemplo de una sociedad dominada por caciques y un gobierno de oprobio que ejercía una
sistemática violencia de Estado. Hoy, estados del norte como Coahuila, Tamaulipas y Durango
todavía ni siquiera conocen los agridulces sabores de la alternancia política, ya que han venido
siendo gobernados por el viejo partido de Estado sin interrupción desde la Revolución Mexicana.
Otros estados, como Chihuahua y Sonora, que sí han experimentado la alternancia política en
sus elecciones locales, todavía se encuentran bajo el férreo control del clientelismo y los
caciques locales.
El rechazo actual de los ciudadanos juarenses a la intervención del Ejército en su territorio, y su
clara exigencia por encontrar estrategias para lograr la paz y el desarrollo, son muy parecidos a
aquellas demandas de los zapatistas y de la sociedad civil de mediados de los noventa en
Chiapas. Aquella imagen que dio la vuelta al mundo con las mujeres indígenas de la Selva
Lacandona repeliendo con nada más que sus gritos, sus manos y toda su dignidad el avance
del Ejército en sus territorios, es hoy revivida por la señora Luz María Dávila, quien con toda la
fuerza de su indignación se ha atrevido a confrontar públicamente a Felipe Calderón.
Del mismo modo en que los indígenas chiapanecos llegaron a un punto límite que los llevó a
dejar de seguir soportando sin respuesta la muerte, la violencia y los despojos cotidianos, hoy
los jóvenes, mujeres, universitarios y trabajadores de Ciudad Juárez empiezan a perderle el
miedo a la participación política y exigen soluciones inmediatas al deterioro social de la frontera
norte.
Existen, desde luego, un par de diferencias radicales entre la Selva Lacandona en 1994 y la
Ciudad Juárez de nuestros días. Por un lado, los valores, la unión y dignidad de los pueblos
indígenas, así como el carisma y liderazgo del Subcomandante Marcos y los comandantes de
las comunidades, imprimieron un sentido democrático y una dirección clara a aquel emergente
movimiento social y político. En Juárez aún no ha surgido un sujeto social con las mismas
características. Además, la destrucción del tejido social a lo largo de la frontera norte hace que el
trabajo de construcción de un auténtico movimiento social similar a la experiencia en Chiapas
enfrente retos particularmente pronunciados.
Por otro lado, un eventual movimiento en la frontera norte inspirado en la experiencia de los
zapatistas de ninguna manera podría incluir el elemento de la resistencia armada. Dada la
situación de violencia generalizada que se vive en la zona y el abuso de la fuerza que predomina
tanto entre los narcotraficantes como por parte de las fuerzas del Estado, el movimiento tendría
que ser totalmente pacífico. La paz y la justicia tendrían que ser sus principales banderas de
lucha, tal y como éstas llegaron a ser las causas principales del zapatismo civil.
La visita hace dos semanas a la Ciudad de México de las viudas y huérfanos de la “guerra contra
las drogas” de Ciudad Juárez, acompañados de jóvenes y profesores universitarios de aquella
región, representa el primer paso de lo que podría llegar a ser un vasto movimiento por la
renovación de la política a nivel nacional. Por el bien de la democracia y el desarrollo social en
México, esperemos que esta acción ciudadana tome vuelo pronto y que el general Pancho Villa y
sus dorados aprovechen la celebración del centenario de la Revolución para ayudarnos a ver su
legado, tal y como lo hiciera el general Emiliano Zapata en 1994. l
www.johnackerman.blogspot.com
Celulares: la estulticia como política
Ernesto Villanueva
Uno de los méritos de los gobernantes mexicanos es encontrar un problema a cada solución. No
podía ser la excepción el establecimiento del Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil
(Renaut), una ocurrencia de cómo se gasta más el dinero público para resolver menos los
problemas de la sociedad. En efecto. Veamos.
Primero. El 9 de febrero del 2009 el Congreso de la Unión aprobó una conspicua reforma a la
Ley Federal de Telecomunicaciones, con lo que dio vida al Renaut y amplió la burocracia en la
Secretaría de Gobernación. De esta forma, los usuarios de teléfonos celulares deben registrar su
equipo y chip en las compañías telefónicas que les otorgan el servicio, so pena de que éste les
sea suspendido sin posibilidad de reactivación. Esta decisión legislativa tiene un propósito
loable: facilitar el combate a los delitos de extorsión, amenazas, secuestro y delincuencia
organizada cometidos con el concurso de dichos aparatos. El quid del asunto reside en saber si
esas medidas pueden ser los medios razonables para llegar a los fines buscados. Esto en
realidad no es así.
Segundo. No es factible en el corto plazo adoptar el Sistema de Posicionamiento Global (GPS)
como un localizador con tecnología satelital, en virtud de que esto haría sumamente costoso el
servicio del celular, en perjuicio, paradójicamente, de la mayoría de la sociedad. Si se lograra
que el gobierno federal (con los impuestos suyos y míos) absorbiera dicho costo, surgiría otro
problema igual o mayor: que para la eficacia del GPS se requiere de un sistema cartográfico
actualizado que no posee México. Y no sería como las Guías Roji que todos conocemos y que
nos sirven para ubicar calles, sino un sistema que incluye los relieves del terreno y puede
determinar si el celular se halla en un inmueble de un piso o en un edificio de 15 o 40 niveles,
diferencia que, para propósitos de seguridad, puede representar la vida o la muerte. Hoy, sin
reforma alguna, se utilizan las radio-bases existentes para efectos de identificación aproximada.
Aunque tienen un menor nivel de precisión que el GPS, ayudan cuando hay voluntad de hacer
cumplir la ley en casos de secuestro o extorsión.
Tercero. Supongamos que se reorientara el presupuesto para adoptar un sistema GPS y
mantener un proceso permanente de cartografía en todo el país. Este esfuerzo presupuestal
mayúsculo nada garantizaría. Se deja de lado la inteligencia del crimen organizado. ¿Se imagina
alguien a un delincuente llamando de su propio teléfono celular para pedir un rescate? Es
absurdo. Lo que generalmente pasa es que se utilizan los teléfonos celulares de las víctimas u
otros robados. De modo que puede saberse quién es el propietario del teléfono del que se habla
y cuál es su domicilio, pero esto poco ayuda a combatir los delitos de alto impacto.
Cuarto. Por si lo anterior fuera poco, se parte del supuesto de que los delincuentes son débiles
mentales y que para sus quehaceres delictivos usan los teléfonos celulares convencionales de
Telcel, Movistar u otros similares. No se toma en cuenta la existencia de la comunicación
telefónica por internet, que es mucho más segura y confiable para no ser rastreada. Se trata de
sistemas como Skype o Vonage, por citar dos ejemplos, donde no se requiere de número
alguno. ¿Qué sucede además si el teléfono para el secuestro es europeo, estadunidense o de
cualquier país distinto a México? Eso no es todo: Los datos personales de los titulares de los
teléfonos celulares carecen de la mínima garantía de protección.
Como se puede observar, el Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil servirá sólo como
un mecanismo que podría brindar seguridad psicológica a una reducida parte de la población. En
épocas electorales es entendible que el Poder Legislativo busque reivindicar su imagen entre los
gobernados, pero es injusto que se explote la ignorancia de nuestro pueblo, en este tema tan
sensible para todos, dándole gato por liebre. Más que en carencias tecnológicas, el problema
reside en la cultura de la corrupción e impunidad que prevalece, sin cuyo combate lo demás será
siempre lo de menos.
Desde un punto de vista formal, los usuarios de celulares pueden recurrir al amparo contra esta
medida restrictiva de los datos personales y del derecho a la vida privada de los mexicanos. Y es
que, en realidad, será materialmente imposible que a los usuarios de celulares que no acudan al
registro se les elimine el servicio e imponga la sanción de que jamás tendrán otro de esos
aparatos a su nombre. ¡Por favor! Estamos en México.
Si no se garantiza lo básico, que es la seguridad pública, y si no se recupera el espíritu
remunerador del salario mínimo, entre una enorme cantidad de pendientes, ¿se va a aplicar
selectivamente la ley para afectar a los mexicanos, a la industria nacional y los empleos que
genera, a las comunicaciones y a la libertad de expresión, sin que por ningún lado se vea un
verdadero interés público superior que justifique tal medida? l
www.ernestovillanueva.blogspot.com
Simulaciones en educación
Axel Didriksson
Cuando las peores cosas pasan en el entorno cotidiano de las familias, siempre tienen la
esperanza de que sus hijos encontrarán en la escuela –por encima de las iniquidades y
diferencias étnicas, sociales, etcétera– a un buen maestro que les ayude a superar su situación.
En México, sin embargo, se ha organizado de tal manera la profesión del magisterio que ya no
podemos contar con la certidumbre de una buena educación. Esto sucede porque, desde 2008,
se acordó sustituir la puesta en marcha de una política de Estado para la profesionalización y el
mejoramiento de la labor docente por un engendro que da poder y sostiene intereses
particulares, denominado Alianza por la Calidad de la Educación (ACE).
Se trata, efectivamente, de una “alianza”, entre las cúpulas del SNTE y de la SEP, que dispone
del control de las plazas del magisterio –que antes se otorgaban bajo la forma de un pase
automático al culminar los estudios normalistas– con fines electorales y de negociación con los
gobiernos federal y de los estados, en donde lo educativo o la labor del docente tienen muy poco
que ver.
Hace unos días se dieron a conocer los resultados del segundo Concurso de Plazas Docentes
para 2010 –el primero se produjo a nivel nacional en el curso escolar 2008-2009–, sólo de cuatro
estados del país: Aguascalientes, Baja California, Hidalgo y Nuevo León. Este tipo de pruebas,
con 110 reactivos, pretenden evaluar cuatro áreas: dominio de contenidos curriculares,
competencias didácticas, habilidades intelectuales específicas y normatividad, y ética docente.
Por el método del concurso, por quienes lo organizaron y por quienes en él participaron, los
resultados arrojaron una realidad desastrosa. En Aguascalientes, de los 354 aspirantes a una
plaza de nivel federal en primaria, sólo 80 alcanzaron un puntaje de “aceptable”; en Baja
California, hubo 39 de 345; en Hidalgo, 186 de 671, y en Nuevo León, 293 de 503.
Esto significa que la gran mayoría de los aspirantes a plazas docentes deberán someterse ahora
a un “proceso de nivelación académica”, mientras los que alcanzaron un puntaje de “aceptables”
serán “elegibles” sólo en función de la disponibilidad de las plazas en cada entidad federativa.
No se informa, sin embargo, de dónde salió el padrón de concursantes, quiénes ni con qué
criterios se definieron las preguntas del examen, ni de qué manera se evaluó porque, para variar,
el grupo que comanda la ACE no rinde cuentas de lo que hace.
Se trata de una simulación que no tiene un impacto importante para el mejoramiento de la
profesionalización del magisterio, y los organizadores violan sus propios mecanismos
operacionales. Por ejemplo, se dijo que para la promoción e ingreso a todas las nuevas plazas y
vacantes definitivas se organizarían concursos nacionales –y no “intermedios”–, convocados y
dictaminados por un órgano independiente, pero no se ha publicitado ni transparentado la
integración o funcionamiento del mismo; además, esta vez no se invitó como observadores a
organizaciones de la sociedad civil, como se había previsto. (Ver, por ejemplo, el
pronunciamiento del Observatorio Ciudadano de la Educación en el diario El Universal del 15 de
marzo.)
En muchos países se ha desechado la realización de ese tipo de exámenes para dar paso a
sistemas de evaluación más completos: con la observación directa de la práctica del maestro en
el salón de clases, la referencia de sus pares, la demostración de sus habilidades de
comunicación y escritura, su desempeño en el tiempo y sus capacidades de actualización. Los
resultados de esa evaluación se relacionan con la puesta en marcha, de manera programada y
articulada, de cambios curriculares, de mejoramiento de la infraestructura, de innovación con
nuevas tecnologías educativas, y el mejoramiento de las condiciones de trabajo.
Aquí, las escuelas Normales están abandonadas desde hace años. La formación que reciben
sus docentes no se corresponde con los actuales paradigmas del aprendizaje; las nuevas
generaciones de profesores aprenden lo mismo que las anteriores, y, por si fuera poco, mientras
se realizan las pruebas, la SEP está impulsando una reforma curricular en la educación básica
(que ha sido profusamente criticada por expertos e investigadores) basada en el desarrollo de
“competencias”, mientras los maestros siguen formándose en la práctica del enciclopedismo y de
la repetición.
Así, todo va por distintos caminos, con lógicas divorciadas de una verdadera planeación
académica de los procesos educativos y de enseñanza; con cambios en los planes de estudio
sin que se discutan sus programas; con millones libros de texto que se distribuyen a pesar de las
críticas sobre su contenido, y sin saber si cuadran o no con la nueva propuesta curricular; con
plazas que se otorgan a una minoría a través de pruebas de contenidos genéricos, mientras que
a la gran mayoría de docentes se les exige ahora dedicar horas y horas a preparar a sus
alumnos para la próxima prueba ENLACE, Excale o PISA, para mantener esta simulación
generalizada; al tiempo que se les convoca a incorporarse a la movilización política para apoyar
a los candidatos de La Maestra, como ocurre ahora en Veracruz de forma muy evidente, pero
que pasa en todos los estados con elecciones en puerta. ¿Así cómo…? l
Marta Lamas
Hace tiempo, el cardenal Carlo Maria Martini, consciente de la urgencia de una puesta al día de
las tesis católicas sobre la sexualidad y la reproducción humanas, propuso revisar la Encíclica
Humanae Vitae a la luz de los descubrimientos científicos. Martini no es la única figura católica,
pero tal vez sí la más destacada, que ha reflexionado sobre por qué la mayoría de los fieles
conduce sus vidas lejos de los preceptos católicos. En México la voz cantante de dicha
preocupación ha sido Católicas por el Derecho a Decidir (CDD). Interesada por conocer los
valores y prácticas de la feligresía mexicana, así como sus expectativas sobre el papel público
de esa Iglesia en el contexto del Estado laico, esa organización encargó, junto con el Population
Council, la aplicación de una encuesta nacional que ambas agrupaciones dieron a conocer el
miércoles 24.
La encuesta la llevó a cabo Beltrán & Asociados en noviembre y diciembre de 2009 en hogares
de las 32 entidades de la República Mexicana, para lo cual seleccionó de manera aleatoria a 3
mil personas católicas: 52% mujeres y 48% hombres. Los jóvenes de 18 a 25 años integraron el
25% de la muestra; los adultos jóvenes de 26 a 40 años el 36%, y los adultos de 41 a 60 años el
28%. Mayormente se entrevistó a personas casadas o unidas (60%), seguidas por las solteras
(29%). El 67% de la población tenía estudios medios (secundaria el 32% y preparatoria o
equivalente el 35%). El margen de error para toda la muestra es de +/- 1.9 con un nivel de
confianza de 95%.
No tengo espacio para dar cuenta de todos los resultados (se pueden consultar en
www.catolicasmexico.org), pero destaco algunos. Por ejemplo, 7 de cada 10 católicas y católicos
brindarían un apoyo significativo a su Iglesia si ésta aceptara que las escuelas públicas den
educación sexual a adolescentes para ayudarles a tomar decisiones informadas sobre su cuerpo
y sexualidad (72%); si admitiera que la feligresía utilice cualquier método anticonceptivo (71%) y
el uso del condón para prevenir el VIH/sida (70%).
Existe un amplio consenso en lo tocante a que los libros de texto gratuito de la SEP incluyan
diversos contenidos de educación sexual basados en evidencia científica. Alrededor de 8 de
cada 10 católicos manifiestan su acuerdo con que estos libros de texto ofrezcan información
sobre el uso del condón en mujeres y hombres, para prevenir infecciones de transmisión sexual
como el VIH/Sida (85%); y sobre el derecho de las y los jóvenes a decidir sobre su cuerpo y
sexualidad (78%). También 7 de cada 10 católicas y católicos apoyan que dichos textos aborden
las circunstancias en las que la ley permite el aborto (71%), así como que se hable del derecho
de todas las personas a vivir libremente su sexualidad, incluyendo a lesbianas y homosexuales
(68%).
En el aspecto de la separación Estado/Iglesia, 7 de cada 10 feligreses no quieren que los
ministros de culto ocupen cargos de elección popular (70%); una proporción similar rechaza o
está poco de acuerdo con que se realicen cambios constitucionales para que la Iglesia católica
pueda opinar sobre asuntos públicos (67%), y que pueda ser dueña de medios de comunicación
(66%). Al mismo tiempo, 6 de cada 10 fieles no quieren que se modifique la Constitución para
permitir la intervención de su Iglesia en las políticas públicas, particularmente las que tienen que
ver con los derechos de las mujeres (64%). Resulta interesante ver que la mayoría rechaza o
está poco de acuerdo con que la Iglesia católica obtenga mayores espacios de participación en
la vida pública y política del país. También la mayoría (78%) opina que los funcionarios deben
gobernar y basar sus decisiones sobre políticas públicas y leyes tomando en cuenta la pluralidad
de opiniones que existen en el país, y sólo el 22% considera que los funcionarios deben
gobernar de acuerdo con sus creencias religiosas.
La encuesta, diseñada para explorar posturas en relación con los derechos sexuales y
reproductivos, la laicidad y el respeto a la diversidad, muestra un claro posicionamiento en la
modernidad de la mayoría de la población católica mexicana. El 70% defiende la separación
entre la Iglesia y el Estado y rechaza los intentos de la jerarquía católica de influir en la vida
política del país. Podría cantarle loas a ese alto porcentaje (70-80 %) de la población católica si
no fuera porque temo la influencia que tiene el otro 20-30%, que cuenta con representantes de
peso en puestos de decisión política.
Una de las principales conclusiones de la directora de CDD, María Consuelo Mejía, es que van
en aumento nuevas formas de identidad católica. Estas nuevas identidades corresponden a
católicos que viven su fe sin negar sus necesidades y deseos y que, además, no piensan dejar
su Iglesia. Encuestas como ésta de CDD y el Population Council ofrecen sólidos elementos para
vislumbrar que a la larga el Vaticano perderá la irracional batalla que ha emprendido contra una
de las expresiones de la modernidad: la voluntad de los ciudadanos de tomar decisiones
soberanas sobre su cuerpo. Mientras tanto, el trabajo de Católicas por el Derecho a Decidir
proyecta un panorama alentador de real libertad de conciencia entre la población católica frente
a la cerrazón dogmática de Ratzinger.
Por mi madre, BOHEMIOS
Carlos Monsivais
LA SIGUIENTE HISTORIA IBA MUY BIEN HASTA QUE VINO OTRA HISTORIA QUE LA
CONTRADIJO, PARA LUEGO SER DESMENTIDAS LAS ANTERIORES POR UNA TERCERA
VERSIÓN QUE SÓLO SIRVIÓ PARA QUE UNA CUARTA RELACIÓN DE LOS HECHOS
EXPLICARA POR QUÉ ES IMPOSIBLE QUE EL SIGUIENTE RELATO DE LO QUE
“AUTÉNTICAMENTE PASÓ” NO SEA CREÍBLE, EN VIRTUD DEL COMUNICADO QUE
MAÑANA DARÁ A CONOCER LA SECRETARÍA DE GOBERNACIÓN, CONTESTÁNDOLE AL
TECNOLÓGICO DE MONTERREY QUE DESMIENTE A LA PROCURADURÍA DE NUEVO
LEÓN, CONCENTRADA EN NEGAR QUE LA INFORMACIÓN QUE LE LLEGÓ TUVIESE
ALGÚN ORIGEN, DADO QUE EN ÉSTE Y OTROS CASOS EL ORIGEN DE LAS
INFORMACIONES ESTÁ ARRAIGADO.
Nota de la Redacción (Por ocultar su identidad, que es lo único que ya los ciudadanos pueden
disfrazar, díganle la R):
En estos tiempos, donde la duda forma parte de la Comisión Ciudadana para Legalizar los
Paréntesis, nada tan arduo como aceptar que las afirmaciones de los funcionarios son parte de
la verdad histórica, aquella que nunca conoceremos porque la historia es lenta y además muy
selectiva. Sin embargo, y por un espíritu de inclusión, que acepta el derecho de voz de las
autoridades, reproducimos, acto seguido y perseguido, el comunicado de la Secretaría de
Gobernación para explicar los sucesos en Monterrey que derivaron en la ejecución de dos
estudiantes del Tecnológico (citado por Miguel Ángel Granados Chapa, Plaza Pública, Reforma,
23 de marzo, 2010):
“El cuartel general de la 7ª. Zona Militar recibió una denuncia ciudadana alertando que en el bar
Valentona se encontraban individuos armados. De inmediato el personal militar se trasladó a
dicho lugar”. Nótese la eficacia de una llamada telefónica. Ni la Cruz Roja… Cuando el personal
militar iba en camino, “una camioneta se emparejó y, al realizar una maniobra peligrosa, fue
seguida por la unidad militar”. ¿Qué significa maniobra peligrosa? ¿Intentar una imitación regia
de Fast and Furious, desafiar los peligros de Las calles de San Francisco, intentar llegar a
tiempo a un homenaje a César Nava?
“Momentos después, ya sobre la avenida Eugenio Garza Sada, la camioneta comenzó a abrir
fuego” y “los efectivos militares repelieron la agresión en las inmediaciones del Tec de
Monterrey”. De pronto, “el vehículo de los agresores se detuvo, parte de los delincuentes
huyeron rumbo a la entrada de esa institución educativa y los restantes al crucero de las
avenidas Garza Sada sur y Luis Elizondo, donde varios de ellos fueron recogidos por una
patrulla tipo pick up, aparentemente de la policía local, la cual se dio a la fuga”. Los atacados
ejercen su vocación de cronistas policiacos y se dan tiempo para seguir la pista si no de todos
los delincuentes, sí de sus intuiciones, que en casos de grave confrontación son las únicas que
van de un lado a otro sin necesidad de usar sirenas. ¿Por qué las autoridades no contratan para
sus informes a los novelistas de la gustada serie Rafaguear desde la noticia?
“Simultáneamente a esos hechos arribaron más camionetas con agresores que comenzaron a
atacar desde diversos puntos con granadas y armas de fuego al personal militar. Esta situación
propició que los efectivos militares buscaran nuevos lugares de protección y desde donde
contraatacaron a los agresores, en tanto llegaran refuerzos al lugar de los hechos… Una vez
controlada la situación, arribó al lugar del enfrentamiento el AMPFC (agente del Ministerio
Público del Fuero Común), personal de peritos de balística, y del Semefo para recabar
evidencias, levantar los cuerpos y dar fe de los hechos”. La situación no corresponde, como mal
dijo un funcionario de seguridad norteamericano, a escenas de Irak o de Afganistán, sino a
escenas de películas sobre Irak o Afganistán. No queremos ironizar sobre situaciones tan
extremas porque llegaríamos tarde luego del esfuerzo de la Secretaría de Gobernación por darle
calidad cinematográfica a los hechos y a la fe que los pone de relieve. Pero hay preguntas que
se hacen simplemente con el deseo de que nadie las responda: ¿Cómo, si varios sicarios habían
huido en una patrulla aparentemente de la policía local, regresaron más camionetas con
agresores, que no se conformaron con serlo, sino que, además, atacaron con lujo de ruidos
balísticos al personal militar? ¿De dónde saca tanta gente “la ridícula minoría” (Calderón dixit) o
acaso muchas de esas armas se manejaban solas? ¿Se proponía este sector del sicariato retar
al gobierno federal o dar muestras de su debilidad? ¿Qué cuerpos se levantaron y por qué antes
se evitaron las referencias de los cadáveres, quizás para mantener la emoción del relato?
La R: En este gobierno, y en los anteriores, para que los de ahora no se sientan originales, las
disculpas siempre son anteriores a los hechos. Véase la complicada pero inexistente explicación
de Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, perito en balística, cronista de los
recientes operativos y disculpador oficial del gobierno federal al explicar la muerte de dos
estudiantes de posgrado en Monterrey (Nota de David Carrizales y Leopoldo Ramos, La
Jornada, 23 marzo, 2010, p. 8):
“Estuvieron en la línea de fuego del lado donde los soldados de México eran agredidos por
criminales.”
La R: Interrogantes emitidos desde este lado de la ley, con la esperanza de que nada les pase:
¿Cómo le hicieron los dos estudiantes para salir del Tec y ponerse del lado de los soldados y
quedarse allí, en lugar de huir? ¿Por qué en el camino hacia el lado bueno los estudiantes
perdieron sus identificaciones? ¿Por qué la Secretaría de Gobernación no se toma la molestia de
averiguar la edad mental de los mexicanos a los cuales se dirige?
La R: ¿No sería ya tiempo de que los desmentidos hicieran las veces de introductores de las
declaraciones oficiales? Alejandro Garza y Garza, procurador de Nuevo León, al justificar que
ellos dijeran que los dos estudiantes asesinados eran “presuntos sicarios” (Nota de Pedro
Martínez y Verónica Sánchez, Reforma, 22 de marzo, 2010, p. 4):
“Nosotros no teníamos ninguna identificación, al momento de ver los cuerpos no se encontraba
ninguna identificación. No podemos hablar de una identificación errónea, nosotros lo que
transmitimos fue lo mismo que nos transmitió el Ejército.”
La R: El silogismo me quiere gobernar, y yo le sigo, le sigo la corriente, porque no quiero que
diga la gente que el silogismo me quiere gobernar. Así van las cosas: a) Sócrates no consigue
ninguna identificación al momento de ver los cuerpos; b) Sócrates no se equivocó puesto que al
ser mortal retransmite la identificación errónea del Ejército; c) Sócrates no sabe qué hace aquí
en medio de una crisis de identidades que tampoco trae identificaciones.
La R: Temeroso de que el escándalo del pacto secreto y posecreto se desvanezca por los
escándalos de Monterrey, el secretario de Gobierno del Estado de México, Luis Enrique Miranda
Nava, saca su mejor prosa dominguera y nos inunda.
Luis Enrique Miranda Nava, secretario de Gobierno del Estado de México, firmante como “testigo
de honor” del pacto entre el PAN y el PRI para no formar alianzas en esta entidad, delata una
“guerra sucia” contra Peña Nieto (Nota de Sandra García, Reforma, 22 de marzo 2010, p. 12):
Ya se vive “la crónica de una guerra sucia anunciada” contra Peña Nieto por ser protagonista de
una nueva generación que vino a “romper estereotipos de la ortodoxia política”.
“Por eso es previsible un incremento en la lluvia de piedras de lodo, provenientes de manos que
después se esconden en hoyos de avestruz.
“Algunos actores en el escenario de la competencia ven a la política como una ecuación de
suma cero, de tal forma que cifran la fortaleza del adversario como el riesgo y la debilidad
propia.”
La R: Dense un quemón: romper estereotipos de la ortodoxia política/lluvia de piedras de
lodo/manos que se esconden en hoyos de avestruz/ecuación de suma cero. Y espérense a que
gobierne el Estado de México.
“Hidalgo en la historia”
Edmundo OʼGorman
Fue tan violenta, tan devastadora la revolución acaudillada por Hidalgo, que siempre nos
embarga la sorpresa el recordar que sólo cuatro meses estuvo al mando efectivo de la hueste.
En el increíblemente corto espacio de 120 días, aquel teólogo criollo, cura de almas pueblerinas,
galante, jugador y dado a música y bailes; gran aficionado a la lectura y amante de las faenas
del campo y de la artesanía, dio al traste con un gobierno de tres siglos de arraigo, porque si la
vida no le alcanzó para saberlo, no hay duda que fue él quien hirió de muerte al virreinato. David
y Goliat, solían decir sus panegiristas. ¿Cómo no asombrarnos, entonces, del trauma que le
provocó a la sociedad de la época el cariz tempestuoso y tumultuario de aquella rebelión? Y
sobre todo, ¿cómo no comprender el pasmo entre quienes, amigos suyos, admiraban en él,
disimulando flaquezas, la clara inteligencia y los sentimientos benévolos y progresistas? No muy
distinto sería nuestro horror; si mañana desayunáramos con la nueva de que Justino Fernández
había asaltado en la madrugada el Palacio Nacional al frente de los barrenderos de la ciudad y
de los detenidos en los separos de la procuraduría.
Quienes pretenden –y son legión– hacernos creer en el alzamiento de Hidalgo como el episodio
inicial de una lucha entre buenos y malos, harían bien en tener presente aquel desconcierto para
enjuiciar con más tolerancia reacciones inmediatas como la tan censurada excomunión que
fulminó Abad y Queipo y para comprender, además, la acrimonia que predominó durante la
primera etapa de la insurgencia. Españoles y criollos, por igual, le acumularon al sacerdote
rebelde la suma de epítetos que atesora nuestra lengua para el vilipendio. Pero a este respecto
conviene distinguir entre cargos e insultos, aunque lo primero suele sonar a lo segundo. Así,
cuando el fiscal del santo oficio dice del cura que, entre otras cosas, era hereje, apóstata, deísta,
materialista, libertino, sedicioso, lascivo, judaizante, traidor y secuaz de las sectas de Sergio,
Berengario, Cerinto, Carpocrátes y de otras que desenterró para lucimiento de su erudición, no
es que lo injurie, como tampoco el agente del Ministerio Público de nuestros días a quien indicia
de la comisión de un delito. Pero descontado todo eso, todavía queda el imponente cúmulo de
denuestos que le dedicaron a Hidalgo sus enemigos. Sin mencionar los que mejor están para
callados, podemos entresacar los siguientes a manera de ejemplo: soberbio endemoniado,
oprobio de los siglos, sardanápalo, sicofanta descarado, clérigo espadachín, capitán de
bandoleros y asesinos, aborto del pueblo de Dolores, injerto de los animales más dañinos, y
otras lindezas por el estilo.
Pero a esta imagen de execración se opone la que nos han conservado los documentos
procedentes del campo contrario. Hidalgo, en efecto, no sólo conservó entre los suyos el
renombre de sabiduría y de bondad que le conquistaron sus afanes académicos y los esfuerzos
que desplegó por mejorar las condiciones de vida de sus feligreses, sino que, decorado con el
tratamiento de Alteza Serenísima y exaltado al pedestal de héroe magnánimo e invicto, de
defensor de la religión y del pueblo, acabó por emprender un vuelo trascendental: predilecto hijo
de María en su advocación de Guadalupe, apareció esplendoroso en el cielo de Jalisco como el
elegido de Dios, el mesías de la regeneración de la Nueva España, el hombre providencial, el
primero de los muchos que, quizá más para mal que para bien, se ha dignado enviar entre
nosotros la majestad divina.
Monstruo luciferino y ángel de salvación, he aquí la extraña dualidad con que penetró Hidalgo en
el reino del mito donde las balas ya no pudieron alcanzarlo. Así transfigurado descendió a la
Tierra, y en torno a la pugna entre aquellos extremos irreductibles se fue convirtiendo en el genio
tutelar de nuestra historia. En las páginas siguientes queremos rastrear las huellas que en esa
peregrinación ha dejado tan ilustre sombra.
II
No lograda todavía la independencia ya hay, respecto a Hidalgo, un pro y un contra, aún entre
quienes desatan y luchan por ella. Rayón y Morelos ven en el pronunciamiento de Dolores el
antecedente bélico de la rebelión que encabezan, pero, además, vinculan ideológicamente
ambos acontecimientos al considerar a Hidalgo como el inspirador de los ideales democráticos y
republicanos adoptados por ellos. Pese a lo discutible de semejante filiación, el hecho es de gran
importancia, porque no sólo le comunicó unidad histórica a los 11 años de lucha, sino porque
ésa fue la base que halló la Reforma para convertir a Hidalgo en su bandera, la vía por la cual
alcanzará su más alto honor como padre de la patria.
Pero aquella primera utilización de la figura de Hidalgo, nacida, me parece, de la necesidad de
crear un centro de unión a la lucha armada, no encontró eco unánime. Un escritor tan
insospechable en la simpatía por la causa de la independencia como es el padre Mier, piensa, es
cierto, que el grito de Hidalgo se justifica como reacción frente al despotismo y a las condiciones
vejatorias en que estaba la mayoría de los habitantes, insensata y desastrosos sus efectos,
como encabezada que fue, dice, por un hombre ilustrado y emprendedor; pero ayuno de ideas y
de talento político, autor de excesos y crímenes, y, sobre todo, por un hombre que en lugar de
incurrir en el ridículo de otorgarse títulos y tratamientos pomposos debió preocuparse por darle
cohesión y semblanza de legalidad al movimiento que desencadenó. Hidalgo, concluye Mier, “no
fue un santo ni santa la obra que emprendió”, y agrega, “jamás un abismo semejante de males y
crímenes me arrancará demasiados panegíricos”. Según esta opinión, el pronunciamiento de
1810 fue un episodio negativo, nada glorioso y desligado a la verdadera lucha por la
Independencia, de suerte que lejos de vincular a Hidalgo a los ideales republicanos, el padre
Mier cree en la sinceridad de la invocación por parte de aquel del nombre de Fernando VII, el
tirano que él, el padre Mier, tanto detestaba.
III
Ahora entra en la escena el gran rival, el otro candidato a la paternidad de la Independencia: don
Agustín de Iturbide. A éste, como a su antiguo jefe Calleja, los insurgentes siempre le parecieron
una cuadrilla de ladrones y asesinos que sólo procuraron el provecho propio y el
engrandecimiento personal. Repetidas veces afirmó que si el tiempo echara marcha atrás,
volvería a perseguirlos con las armas, y lo más que pudo concederles fue que el desastroso
ejemplo que dieron sirvió para fijar la opinión pública en el sentido de que la guerra a los
españoles residentes en el país era injusta e insensata y que la única base para cimentar la
futura felicidad de la patria consistía en la unión de todos los habitantes, sin distinción de origen
ni raza. Y puesto que ése fue el fundamento principal del Plan de Iguala, no es difícil comprender
que Iturbide haya repudiado con vehemencia la noción, después tan general, de que no había
hecho sino consumar la obra comenzada por Hidalgo. Para Iturbide, pues, las revoluciones de
1810 y 1821 eran acontecimientos enteramente desligados e incompatibles, y la obvia
consecuencia resultaba ser que a él y solamente a él correspondía la gloria de haber
independizado la Nueva España.
IV
Es innegable que Iturbide disfrutó de un inmenso prestigio a raíz de su triunfo; no tanto, sin
embargo, como para que los antiguos insurgentes aceptaran de grado su tesis. Les parecía que
sin un Hidalgo no habría un Iturbide y les repugnaba el monopolio de gloria que pretendía
reclamar para sí el Generalísimo-Almirante. Así las cosas, Iturbide, que con toda evidencia no
recordaba bien su Maquiavelo, cometió el error táctico de permitir la creación, frente a su poder
casi omnímodo, de otro poder infusilable, es decir, colegiado, donde se atrincheraron sus
enemigos y las tendencias republicanas. No tardó en estallar la sorda pugna que todos
sabemos, y no fue el menor de sus síntomas el tenaz empeño de los miembros de la Soberana
Junta Gubernativa y más tarde de los del Congreso para obtener el reconocimiento oficial del
mérito de los servicios prestados por los insurgentes, y el de la obligación en que, según ellos,
estaba la patria de conmemorar las hazañas de sus jefes y honrar las cenizas de los que habían
sido sacrificados. Al desprevenido que lea las actas de los largos debates suscitados con esos
motivos, podrá parecerle frívolo el gasto de tiempo en asunto a primera vista tan trivial y pensará
que habría sido mejor empleado en ventilar la gran cuestión para la cual fue convocado el
Congreso. Pero la verdad es que, bien visto, no otra cosa se discutía, porque un voto a favor de
la memoria de Hidalgo había adquirido el sentido de un voto republicano.
Por lo pronto, la pretensión era sacar a la insurgencia del limbo histórico en que quiso hundirla
Iturbide, sin ninguna idea de negarle a éste el mérito de sus servicios. Sólo se insistió, pues, en
que se aceptara que la revolución de Hidalgo era el antecedente y la condición de posibilidad de
la de Iguala. No otros, en efecto, fueron los sentimientos que expresó el regidor Sánchez de
Tagle en presencia de Iturbide en la composición poética que leyó el día en que hizo su entrada
el Ejército Trigarante a la Ciudad de México. Pero más ilustrativo es el proyecto que tenía don
Carlos María de Bustamante para perpetuar la memoria de la Independencia y de quienes él
consideraba sus autores. Propuso que, depósitos de inmundicias, se arrasaran las cuatro
fuentes de la Plaza de Armas para sustituirlas por cuatro columnas consagradas a Hidalgo,
Allende, Morelos y Mina. Serían, dice, marcadas en señal de que esos héroes comenzaron la
obra de la libertad sin concluirla. A Iturbide, propone que se le dedique una inscripción en el
pedestal de la columna a la Independencia que debería levantarse en la Plaza de Santo
Domingo, y sugiere como texto el siguiente: “Al ciudadano Agustín de Iturbide y Aramburu,
porque en el espacio de siete meses concluyó con medidas prudentes más bien que con armas,
la obra de la libertad e Independencia mexicana, comenzada desgraciadamente once años
antes”. No hace falta mucha imaginación para adivinar lo que el tal proyecto le parecería a aquel
ciudadano.
Es sensible carecer de tiempo para relatar el forcejeo entre el Congreso e Iturbide, empeñado
éste en torpedear toda la decisión de aquél que fuera favorable a la memoria de los insurgentes.
Al respecto, lo más interesante son los dictámenes de las Comisiones de Premios y Eclesiástica,
encargada la última de proponer la respuesta que debería darse a una consulta del impresor
Zúñiga y Ontiveros que no sabía, el pobre, qué festividades nacionales deberían aparecer en la
próxima edición de su calendario ni qué notas explicativas darles a las que se aceptaran como
tales. Sin poder entrar en los sabrosos detalles, baste advertir que la importancia de esos
documentos estriba en que en sus resoluciones alcanzó Hidalgo el primero de sus triunfos
póstumos. Veamos en seguida los términos de la victoria.
Mientras Iturbide tuvo poder, lo más que logró el partido insurgente fue la inclusión del 16 de
septiembre en dos decretos sobre fiestas nacionales. No era, en verdad, gran cosa. Pero una
vez derrocado Iturbide, nulificada su coronación, declarado traidor vitando, decretada la
insubsistencia del Plan de Iguala y de los Tratados de Córdoba, ahuyentada el águila imperial
por el águila democrática y anticipado el voto a favor del sistema republicano federal, el
Congreso dedicó sus últimos alientos a organizar la gran promoción histórica de la insurgencia,
que no otra cosa significa su famosa ley del 19 de abril de 1823.
Tan proscritos andaban los insurgentes que, por increíble que hoy parezca, el legislador estimó
necesaria la declaración legal de ser “buenos y meritorios” los servicios que prestaron. Se ocupó
en seguida de la manera de calificarlos y de premiarlos, y despachados así los vivos volvió la
mirada hacia los muertos. Se empezó por declarar beneméritos en grado heroico a Hidalgo y a
otros jefes de la insurgencia, y a continuación se explicó que el honor de la patria reclamaba el
desagravio de sus cenizas. A este efecto se exhumarían los restos de aquellos héroes; se
depositarían en una caja que se traería a la Ciudad de México; se edificaría en Catedral un
sepulcro con una leyenda alusiva; se inscribirían sus nombres en el salón de sesiones del
Congreso, y finalmente, los lugares donde fueron sacrificados se “cerrarán –dice el texto de la
ley– con verjas, se adornarán con árboles y en su centro se levantará una sencilla pirámide que
recuerde a la posteridad el nombre de sus primeros libertadores”. Parece que vemos una viñeta
en una antología de versos románticos.
Llegado el 17 de septiembre, el día prefijado en la ley y que en lo sucesivo se consagró como
aniversario de sufragio por las almas de los muertos en la causa de la patria, la ceremonia se
desarrolló con la mayor solemnidad posible. La caja que contenía los restos fue llevada desde la
garita de Peralvillo hasta la iglesia de Santo Domingo en una carroza tirada, dice la crónica, por
“personas decentes”. Al otro día se la trasladó en procesión y bajo palio a la Catedral. Allí el
diputado doctor Argandar predicó el incendiario sermón que provocó en la plebe el intento de
profanar aquella noche el sepulcro de Hernán Cortés, y celebrados los oficios fúnebres, la caja
fue depositada provisionalmente en la bóveda debajo del altar de Los Reyes en espera del
grandioso monumento que iba a levantarse y del que, según don Lucas Alamán, solamente se
llegaron a hacer dos estatuas de Patiño.
Fue así como legalmente pasó Hidalgo de cabecilla de salteadores a iniciador de nuestra
Independencia. Aún le falta un largo y agitado recorrido para su promoción final a padre de la
patria. Iturbide, en cambio, quedó degradado. Ciertamente se reconoce que continuó la obra
iniciada en 1810, pero no que la hubiere concluido, porque se piensa que bastardeó su programa
y sus ideales y que, con la implantación del imperio, hubo una regresión al estado de esclavitud
colonial. Se admite, pues, que Iturbide consiguió la emancipación del dominio español, pero que
la Independencia que se creía haber conquistado fue enteramente ilusoria. Iturbide es ahora la
víctima de una metamorfosis parecida a la que sufrió Hidalgo: al que fue el “sin par hombre de
los siglos y enviado al cielo” se le descubre el torvo perfil del traidor; y como Hidalgo, también
tendrá que morir en el patíbulo para que su nombre ronde las gradas del templo de Clío en
busca de su pedazo de gloria.
Armando Ponce
Dos discípulos destacados del historiador Edmundo OʼGorman, Eugenia Meyer y Andrés Lira, se
pusieron en el papel del maestro y dedujeron, con base en su congruencia de pensamiento, lo
que éste opinaría de los centenarios de la Independencia y la Revolución que se conmemoran
este año.
Celebrado como un acontecimiento por los historiadores que se formaron a la vera de Edmundo
OʼGorman, el volumen de 958 páginas que recoge 27 textos para que las nuevas generaciones
se acerquen a él tuvo su presentación el jueves 25, un día después de que la antologadora
Eugenia Meyer fuera designada maestra emérita de la UNAM.
Imprevisibles historias en torno a la obra y legado de Edmundo OʼGorman, selección de Meyer
con un amplio estudio preliminar sobre el sentido de la obra del historiador (“El oficio de
historiar”), estaba destinado a aparecer para el centenario de su natalicio, en 2006, pero “por
alguna razón que no vale la pena referir aquí” –dijo en la librería Rosario Castellanos durante la
presentación, acompañada de Andrés Lira, Paulette Dieterlen, Roger Bartra y moderada por
Gloria Villegas– no ocurrió, como lo consigna en la página legal del libro.
¿Qué actitud tomaría OʼGorman frente al Bicentenario y al Centenario, cuál sería su postura?, se
inquirió a los doctores Meyer y Lira, finalizada la mesa.
–Primero tomaría distancia –enfatizó rápidamente Meyer–. Tenía una actitud muy similar a la
que tuvo con el quinto centenario (en 1992, cuando se opuso al término “Encuentro de dos
mundos”, propuesto por Miguel León-Portilla y sostuvo el de “Invención de América”): Distancia.
No era obviamente un adulador de los príncipes.
–Ante el hecho de que no sabe bien a bien cómo enfrentar la conmemoración, ¿cómo lo
encararía él?
Meyer hace referencia al texto sobre Hidalgo:
–Él sería de la idea de bajar a todos del pedestal, a todos de los caballos, quitarles las botas y
simplemente verlos como seres humanos... Yo creo que la historia para OʼGorman siempre era
un proceso en construcción, una hazaña de la libertad, y en esa libertad lo que propondría es
reescribir diferentes etapas de la historia... permanentemente revisarla, reescribirla (pero no en
el sentido de revisionismo).
–Hay quien dice que los mexicanos tenemos dos versiones de la historia.
–Eso de los vencidos y los vencedores es una tontería. Yo creo que OʼGorman, en el sentido
filosófico, ontológico, tenía como propósito el planteamiento de conocer al hombre, entenderlo y
no condenarlo. Por eso es que su trabajo de lo de Hidalgo es tan importante, por eso es tan
fundamental sobre México el trauma de su historia, porque da una idea de la problemática que
tiene el país frente a los “fracasos”, frente al problema de la imitación con Estados Unidos, y está
muy pendiente de la originalidad, de la necesidad de buscar soluciones propias, nacionales.
–Porque se habla de reflexionar, pero hay mil maneras...
–También. Yo creo que ese es el trabajo del historiador: la reflexión permanente. OʼGorman
estaba totalmente contra esa historia oficialista y de esos actos cívicos sin sentido.
–La historia oficialista que impuso el PRI y la historia oficialista que nos quiere imponer el PAN,
son dos historias encontradas. ¿Qué hacer?
–Analizar, reflexionar, y hacer nuestra propia interpretación y no dejarnos seducir por los cantos
de las sirenas.
–¿Y no cree que una polémica entre ambas versiones la aprobaría OʼGorman?
–Yo creo que sí, ¿por qué no? Si tiene un sustento teórico, metodológico, como decía Andrés
Lira, “si no estás improvisando y queriendo hacer trampas de querer meter ideas falsas”, pero
bien sustentadas, claro que sí. Eso es lo que hizo toda su vida, era un provocador, como yo dije
en mi intervención.
–En el quinto centenario él puso las dos versiones y se centró en el punto medular. En el trabajo
sobre Hidalgo que acaba de citar y que está en su libro, dice que éste es el iniciador de la
Independencia e Iturbide el consumador. A lo mejor resulta demasiado esquemático decir
“Hidalgo o Iturbide”, pero, ¿cómo discutimos esto?
–Yo creo que con la apertura que nos da la enorme cantidad de investigaciones y fuentes a las
que podemos recurrir, el historiador tiene un compromiso permanente de dar su propia
interpretación o reinterpretación, depende cómo son las circunstancias. OʼGorman, por ejemplo,
nunca se interesó por el siglo XX, su siglo. Él nace en 1906. Sin embargo, cuando yo le
presentaba mis trabajos, era muy incisivo y audaz con comentarios y opiniones francamente
fantásticas, y sobre todo hablaba él en ese texto de Fantasmas de la narrativa (de ahí sale el
título del libro), de la imaginación. Yo creo que los historiadores debemos tener imaginación, no
inventar pero sí tener imaginación, y escribir las cosas despojados un poco de la rigidez que
establece el concepto científico de la historia, esta cuestión del positivismo. Le preocupaba
mucho más la interpretación y el análisis, y claro, era perfecto en la búsqueda de las fuentes,
pero quería que se interpretara y se analizara.
–Su libro contribuye a la difusión del pensamiento de OʼGorman, pero la gente está cada vez
más alejada de la educación, de la historia. ¿Qué puede hacer un pueblo mexicano ante una
crisis educativa y económica por encontrar su verdadera historia?
–Yo creo que esa parte es el compromiso de los historiadores contemporáneos, nosotros
debemos generar conocimientos, pero también formas diversas de enseñar la historia. Primero
debemos entender lo que pasó para poder explicarlo, y hay dos partes, una académica y la otra
fundamental, la difusión de la historia, en el buen sentido de la palabra. No de homenajes,
conmemoraciones, festejos oficialistas de uno u otro bando.
Lira: espíritu crítico
Luis Barjau
En esta reseña, el etnólogo e historiador del Instituto Nacional de Antropología e Historia y autor
reciente de una minuciosa biografía sobre La Malinche (La conquista de La Malinche.
MR/Planeta, 2009), sintetiza y evalúa el trabajo del antropólogo Javier Guerrero en su más
reciente libro, donde ofrece el contexto histórico en que Benito Juárez maniobró para sentar las
bases de la nación.
Señor director:
Mucho tiempo se tomó la senadora Rosario Green para intentar responder a los
cuestionamientos que, ante todo desde Proceso, diversos actores han señalado sobre el asunto
de interés nacional que representa la Iniciativa de Ley de Cooperación Internacional para el
Desarrollo.
Genuina y crítica actitud que obvió la promotora de un inconsistente andamiaje legal que deriva
en la creación de una agencia cuyos alcances serían limitados si se observa la dinámica del
sistema cooperante. Como afirma el académico español Alfons Martinell, “hay un
desplazamiento de la exclusividad de las estructuras del Estado en las relaciones internacionales
obligados a compartir con otras organizaciones el protagonismo de los proyectos de cooperación
para el desarrollo”.
Se trata de una herencia de la anterior legislatura que el diputado Porfirio Muñoz Ledo ha tenido
que enfrentar más bajo presiones políticas que como fruto de una serie de acciones que
contribuyan a la controversia y al acuerdo sobre un trascendente ajuste en la acción del Estado
en la política exterior.
En tal perspectiva, vale recordar lo expresado por el hoy embajador en Malasia, Jorge Alberto
Lozoya, en la Revista Mexicana de Política Exterior de febrero de 2009: “Estoy profundamente
convencido de la funcionalidad de la cooperación internacional. No estoy hablando de ideales
inalcanzables y menos de confundir la cooperación con la caridad, virtud teologal perteneciente a
otro ámbito del quehacer humano. Cooperación es la transferencia al otro, para beneficio mutuo,
de servicios, bienes, capacitación, conocimiento y experiencia, a costos menores que los del
mercado, o incluso gratuitamente. Es una de las pocas maneras prácticas de compensar la
agresividad de la vida política, del mercado y de la lucha por los espacios económicos, que tanto
sufrimiento y odio producen. Me parece un instrumento impresionante”.
Al por fin abrirse, la senadora Green coloca innumerables elementos que confirman la necesidad
de que la ley y la agencia sean objeto de un profundo debate. Da bases para que el “escándalo”
trascienda por venir de un excanciller. Sobre todo por sus propias contradicciones en cuanto al
contenido y alcances de las mismas. Por el relato de encuentros que ameritan precisión y por
omitir otros eventos y argumentaciones que no fueron de su agrado.
También por sus equívocos conceptuales en cuanto al desempeño crucial del sector social y
privado en el campo, así como del engranaje histórico de la diplomacia pública y cultural de
México. Por sus aseveraciones acerca de la inoperancia de la Secretaría de Relaciones
Exteriores y del cuerpo diplomático responsable de la cooperación. Al “revelar” que en cultura
quien manda en el exterior es el Conaculta y al reducir el papel de los agregados culturales a
servidores de los jefes de misión (conviene releer a Hugo Gutiérrez Vega), envía una señal clara
de que es pertinente abonarle terreno que pisa.
El frágil testimonio que brinda da argumentos suficientes para que el presidente de la Comisión
de Relaciones Exteriores de la Cámara baja en verdad promueva lo que pregona: una labor
legislativa sin censura y además sin las evidencias de que está atrapado en el zipizape de los
acuerdos cupulares.
Baste recordar sus palabras hacia el año de 1982. La política exterior, dijo en sonado discurso,
“califica al país. Es el rostro que presentamos a la comunidad internacional y el espejo en el que
se miran los mexicanos. La conducta internacional refleja los valores más íntimos de una nación;
es patrimonio heredado por generaciones y fuente de legitimidad del Estado. (…). La política
exterior no es compensatoria ni supletoria respecto de la interior. Su propósito no es encubrir
debilidades domésticas con fulgores internacionales”.
Todo indica que al menos por segunda ocasión en casi tres años se ha evitado que la ley y la
agencia se aprueben por contundente albazo. Como estudioso del tema, extiendo una cordial
invitación a la senadora, al diputado y sus respectivas comisiones.
Que conjuntamente con la UAM-Xochimilco, casa de estudios a la que sirvo como coordinador
de Extensión Universitaria y como coordinador del Grupo de Reflexión sobre Economía y
Cultura, y con la colaboración de los distintos interesados e involucrados en la iniciativa, se
celebre en nuestro campus al menos uno de los debates que se ameritan.
Quienes hemos intervenido en tan ya largo periplo, puedo asegurar, no estamos en contra de
algo que el país requiere. Nuestro “escándalo” buscó y demanda participar en las decisiones que
toman, vaya paradoja, los que nos representan.
Cierro con una reflexión de un destacado embajador, Carlos García de Alba, que aparece en el
libro Diplomacia y cooperación cultural de México: una aproximación, que tuve a bien coordinar:
“Creo que una buena parte de la innovación que nos hace falta es interesarnos más en la
agenda interna de México, porque agenda interna e internacional van de la mano, no pueden
divorciarse. Ese es uno de los retos que tenemos”.
Quedamos listos. Tienen la palabra.
Atentamente
Eduardo Cruz Vázquez
Con obra digna pero nada espectacular o emblemática, con una museografía caótica y una
carente estrategia de comunicación que sin cobro alguno explique la importancia creativa del
artista, el Museo del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México aloja una retrospectiva de
René Magritte (1898-1967) la cual, lamentablemente, no logra transmitir la profunda, inteligente y
misteriosa propuesta del surrealista belga.
Comisariada por la directora y subdirectora del recinto –Roxana Velásquez y Sandra Benito,
respectivamente–, la realización de la muestra contó con el apoyo de la Fundación Magritte y la
asesoría curatorial de Michel Draguet, director del Museo Magritte que se inauguró el año
pasado en Bruselas.
La selección está centrada en la obra pictórica y pone énfasis desiguales en los distintos
periodos del artista; así, el contenido de la exposición ejemplifica una buena parte tanto de sus
propuestas creativas como de su iconografía más conocida: cielos azules con nubes blancas,
ojos, piedras, figura masculina con bombín. Integrada con piezas que abarcan tanto sus inicios
surrealistas en los años veinte del siglo pasado, hasta las últimas obras realizadas en los años
sesenta, la exposición excluye su controvertida obra postimpresionista de los años cuarenta.
Diseñada museográficamente para un público conocedor que no necesita introducirse en la
esencia y significado contextual del artista, la muestra banaliza notoriamente la apasionante
complejidad que caracteriza a las imágenes de René Magritte. Reflexivo en lo que respecta a la
relación entre el pensamiento, la realidad y la imagen que aparentemente representa esa
realidad, Magritte desarrolló un lenguaje que se basa en la alteración del orden de las
convenciones del pensamiento. Cielos diurnos con paisajes nocturnos, sirenas con piernas de
mujer y torso-rostro de pez, plantas transfiguradas en animales, enormes rocas que se
suspenden en el aire.
Maestro en la integración de la creación artístico-pictórica con la reflexión sobre la apariencia de
la realidad, Magritte logró la magia de hacer visible el pensamiento. Construida cada una de sus
pinturas como un pretexto para activar la mente a través de la seducción visual, sus obras
requieren de entornos limpios y tranquilos para poder ser pensadas y apreciadas.
Producida por el Instituto Nacional de Bellas Artes con un costo de 16 millones de pesos y
diseñada para ser visitada por un público masivo y numeroso, la muestra El mundo invisible de
René Magritte es una gran contradicción. Concebida museográficamente con base en las ideas
implementadas para los espacios del museo Magritte, la exhibición mexicana carece del
ambiente adecuado para relacionarse con la esencia conceptual del extraordinario artista.
Exagerada en la oscuridad de los espacios, sin congruencia cronológica, y sobresaturada
visualmente en el contenido de las salas, la muestra es una experiencia museística que resulta
antimagrittesca.
“Quetzalcóatl puddle”
En una playa futurista dos enamorados toman el sol. El horario de sol está programado al igual
que lo que sucede ahí. Pero lo que no se puede programar es la llegada sorpresiva del marido
que trastoca el affaire de la pareja. Se inicia una relación entre los tres personajes, que raya en
lo absurdo y muestra lo que para ellos es la mentira y la infidelidad, pero siempre manteniendo
las apariencias.
Quetzalcóatl puddle, escrita por Irela de Villers bajo la dirección de Gabriela Lozano, se basa en
la obra Traición, de Harold Pinter, protagonizada por Ofelia Medina en 1983 bajo la dirección de
Martha Luna. En esta ocasión Irela de Villers la adapta a México con un lenguaje renovado y una
estructura y situaciones distintas. Los personajes son más jóvenes, aunque su problemática, el
carácter de cada uno y la forma de enfrentarse sean los mismos que los de Traición. En este
replanteamiento de un texto de Pinter, extraña el que no se hayan ajustado los caracteres a
nuestra realidad, ya que el estilo mexicano de afrontar las situaciones es diferente al estilo
inglés, cuyos personajes responden de una manera racional y fría. El acierto de esta propuesta
es su contemporaneidad y un sentido del humor sólido, convirtiéndola en una comedia con
contenido.
El título de la obra es un tanto gratuito intentando hablar de la imprudencia del sistema mexicano
en el accidente ocurrido al buque petrolero Quetzalcóatl, que por negligencia se incendió. El
tercero en discordia desciende de él y llega a la playa a nado en una escena muy lograda.
Irela de Villers, principalmente actriz pero ya con diversas experiencias en la dramaturgia,
propone un texto ágil y natural en el que los personajes hablan poco frontalmente, y lo que el
espectador va sabiendo de ellos es a partir de lo que los otros hablan de los otros. La
dosificación de la información es muy buena pues mantiene la tensión dramática y logra
sorprendernos en diferentes partes de la obra, como el final. Desgraciadamente el actor
Alejandro Morales, el amante, adelanta con su actitud lo que posteriormente nos van a develar.
El estilo de actuación se mantiene en el realismo, como lo consigue Claudia Trejo, aunque es
irregular, ya que Ricardo White parece estar más en la farsa que el resto del reparto.
La joven directora Gabriela Lozano, quien hace tiempo dirigió excelentemente la obra El
Anticristo, de Mario Cantú, desarrolla nuevamente una historia en un espacio único que
aprovecha eficazmente y alcanza un trazo escénico armónico. Diseñado por Morgana Ludlow y
Sofía Arredondo, el espacio es sintético: consta de una sombrilla, dos camastros, un bar y una
tienda de campaña.
Quetzalcóatl puddle es una comedia contemporánea para jóvenes y adultos, que surge a partir
de la propuesta de un grupo de actores profesionales egresados del Centro Universitario de
Teatro de la UNAM; el resultado es una obra de buena factura que se presenta los martes en el
teatro La Gruta del Centro Cultural Helénico hasta el 13 de abril.
“Preciosa”
Javier Betancourt
Cambios en la programación
Florence Toussaint
Los televidentes estamos a expensas del menú ofrecido por los emisores. No existe ningún
mecanismo mediante el cual se obliguen a respetar la programación en sus contenidos, horarios
ni géneros.
Quienes producen y ponen al aire programas televisivos se orientan para ello básicamente en
dictados del mercado: los temas más vistos, de qué manera se manifiesta el rating y cuáles son
las exigencias de los anunciantes. El público existe en tanto entidad difusa que prende o apaga
el televisor, cambia de canal, se queda frente al mismo más o menos tiempo. Más allá es poco el
pulso que se le toma, y tampoco importa.
Las reflexiones anteriores se desprenden de dos hechos que suceden en canales de televisión
que se pueden ver en el Distrito Federal: Canal 22 y People and Arts.
En el primero estrenaron y estaban transmitiendo una serie de alta calidad, En terapia. Se
difundía de lunes a viernes, poco menos de 30 minutos sin cortes. Sorpresivamente decidieron
cambiar, la recorrieron para el fin de semana y en su lugar metieron una serie sobre ciudades y
paisajes de México. Y lo hacen en el momento en que En terapia está por concluir. Los últimos
capítulos debían haberse transmitido en esta última semana de marzo. Se dio aviso en la prensa
de las modificaciones, pero sin esgrimir razones. Aparte de la falta de respeto al público que la
seguía, sea mucho o poco, la decisión parece absurda. Es como si de pronto Televisa o Tv
Azteca pasaran los últimos capítulos de la telenovela de éxito para el fin de semana.
Lo de People & Arts es todavía más agudo, aunque sea un canal de paga, o tal vez por lo
mismo, ya que su sintonía cuesta en pesos y centavos. Es propiedad conjunta de Discovery y la
BBC, en 2009 cumplió 10 años. Hace ya tiempo que fue pasando de un canal de perfil cultural a
otro un poco más de entretenimiento y frívolo en algunas secciones. Se introdujeron reality
shows, series inglesas y estadunidenses. Sin embargo, todavía manejaba el género documental
y el informativo, con lo que ellos denominaban reportaje. A principios de año salió del aire en
España, y para el resto de los países su perfil se modificó, hasta quedarse fundamentalmente
como un medio difusor de series de ficción. Algo así como Sony Entertainment o Universal. Y se
mantienen los reality shows.
Lo anterior indica una regresión, un giro hacia la fantasía que nos aleja de la realidad. Si bien el
melodrama y lo novelado, así como el cine, son los géneros predilectos de la audiencia medida
en puntos de sintonía, también es verdad que entre más se ofrece un género, éste es más
demandado entre el público. Poner más horas al aire de un tipo de programa es una manera de
habituar a las personas de la audiencia, de educarlas para la “televidencia”, como diría el
investigador mexicano Guillermo Orozco. Así pues, abandonar el documental hará que este
género tenga menos adeptos y un desarrollo menor. Y no es sólo en México, la televisión
mundial parece sufrir una involución en detrimento de la calidad y lo original.
Omiten referencias a México en la muestra sobre Vargas Llosa
Cuando el escritor Mario Vargas Llosa se lanzó a la candidatura por la presidencia del Perú,
Proceso le inquirió el porqué se había involucrado en la política militante. Y respondió:
“Nunca estuvo en mis planes, nunca me pasó por la cabeza.”
Eso sucedía en 1988.
Como la mayor parte de los intelectuales latinoamericanos, Vargas Llosa había sido hasta
entonces lo que se conocía como un intelectual comprometido, un intelectual que utilizaba su
destreza en el manejo del lenguaje y su cultura para defender las causas del pueblo. Miembro
del Partido Comunista en su primera juventud, el narrador también se entusiasmó con el triunfo
de Fidel Castro y la Revolución Cubana. Pero luego vino el “caso Padilla” y, para Vargas Llosa,
Castro se volvió un hombre enfermo de poder que no admitía la crítica. El asunto del juicio al que
fue sometido el poeta Heberto Padilla lo marcó como un hombre de pasión política.
Política y literatura son los dos polos sobre los que ha girado la vida de Vargas Llosa. “Mi vida
como novela” podría llamarse su biografía, accidentada en muchos aspectos y que está colmada
de grandes satisfacciones en el ámbito de la actividad intelectual. Vargas Llosa, el hombre que
tenía un proyecto de vida y que lo cumplió a pesar de las adversidades y las desventajas de
haber nacido en un país que carecía de lectores y de industria editorial. Ahora, en los salones
del Palacio de Iturbide, patrocinada por la oficina cultural del Banco Nacional de México y
organizada por la Pontificia Universidad Católica del Perú, se exhibe desde el 18 de marzo y
hasta el 19 de abril una exposición que documenta la vida del intelectual peruano-hispano: Mario
Vargas Llosa, la libertad y la vida.
A lo largo de la muestra se presentan las etapas de la vida del autor de La ciudad y los perros.
Están las fotos de los comienzos, de bebé en la ciudad natal, Arequipa, y de niño en
Cochabamba; luego vendrían los años de Piura, y la instalación en Lima. La aparición del padre
que había abandonado a la madre cuando Mario era un recién nacido, y el paso por la academia
militar Leoncio Prado. Están presentes todos los hechos de su vida que le inspiraron los temas
de sus novelas. Aparece la tía Julia, mayor que él (y quien por cierto acaba de fallecer en
Bolivia), su primera esposa, la cual le causaría un gran disgusto cuando se atrevió a publicar un
libro de memorias para contradecir la novela La tía Julia y el escribidor.
Uno de los atractivos de la exposición es una foto que data de los años del boom
latinoamericano de literatura, tomada en Barcelona, rodeado de amigos, donde sobresale
Gabriel García Márquez, con quien a mediados de los setenta rompería para siempre.
Y es que el curador de la exposición, Alonso Cueto, decidió incluir los aspectos polémicos del
escritor, bajo el criterio de que la falsificación es inaceptable. Por ello, no tuvo empacho tampoco
en exhibir los primeros ejercicios de versificación del joven Mario, alguno titulado Tiempos
aquellos:
Tiempos aquellos/ de la juventud./ Tiempos Aquellos/ en que se jugaba/ con un amor propio/ de
la juventud.
A Vargas Llosa lo divierte mencionar aquel dicho de que todos los escritores comienzan siendo
poetas. Pronto, él se dio cuenta de que la literatura no le había llamado por ese camino.
En la atractiva exhibición se reproducen algunas entrevistas con el escritor. En una con su
coetáneo José Miguel Oviedo (al que no se da crédito), se refiere a una revista mexicana que
alteraba su sistema hormonal: Vea, por contener fotos sicalípticas para la época. En otra, una
charla filmada, el escritor habla de cómo se gestó su novela Conversación en la Catedral, y una
proyección para un canal de televisión peruano recoge el famoso discurso que Vargas Llosa
pronunciara en la plaza San Martín de Lima en 1987 (comienzo de su carrera hacia la
candidatura) en el cual se manifestó contra la estatización de la banca que había decretado el
presidente Alan García.
En ese discurso, Vargas Llosa mencionó al Partido Revolucionario Institucional. Desgañitándose
casi, dijo que no quería para Perú el mismo destino de México. Cinco años antes, el gobierno del
PRI, en la persona de López Portillo, había nacionalizado la banca. Para Vargas Llosa ya México
era “la dictadura perfecta” (como lo diría con esas palabras en un programa de televisión del
Encuentro de la Libertad organizado por Octavio Paz un par de años después), el país de la
corrupción y la simulación. Pero en el famoso discurso (de cerca de una hora y 10 minutos), no
aparece ahora la mención, las referencias a México han sido suprimidas.
Durante la mencionada entrevista de Proceso (septiembre de 1988), Vargas Llosa había hecho
hincapié en el desagrado que le producía la situación política de México:
“He atacado al sistema mexicano, como usted sabe, en las plazas públicas del Perú, porque
representa, a mi juicio, formas antidemocráticas de organización de la sociedad que yo no
quisiera para mi país. Y cuando Alan García quiso estatizar los bancos, lo que quiso es
introducirnos aquí un sistema semejante al del PRI, y yo salí a protestar porque tampoco quiero
al PRI para el Perú.”
Niza Rivera
Publicaciones de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) recibió este año con
una noticia: la reducción de 40% de presupuesto respecto al año pasado. Pese a ello, prevé
diversas publicaciones, mantiene un concurso anual y pone cara positiva, a decir de Eduardo
Mosches, su responsable.
Formada en 2003 y dirigida por Mosches desde su inicio, el crítico y editor de origen argentino,
también desde hace un cuarto de siglo director de la revista literaria independiente Blanco Móvil,
comentó:
“El año pasado fue un problema menor, pero ahora es grave, en parte debido a la política
reductora de corte neoliberal del gobierno de la ciudad, más la responsabilidad que tiene la
Asamblea Legislativa que le da más importancia a otros ámbitos y no al de la educación
superior.
“Aquí la cuestión es mantener la estructura, los salarios, 2010 es un año que pinta reducido y
complicado, pero aún así esperamos seguir con los proyectos, tanto propios de la universidad
como de coediciones con instituciones universitarias y editoriales.”
Con un catálogo de 16 colecciones que representan 140 títulos publicados, informó que desde
2003 a la fecha se han publicado un promedio de 20 a 30 títulos anuales; en 2009 fueron 35,
tomando en cuenta algunos títulos que han sido impresos en lo que va del año, y en abril será
cuando la UACM inicie con los proyectos propios de 2010.
“Para este año se tiene planeado 20 ediciones. Sí, habrá reducción y, por tanto, un poco de
conflicto, pero daremos la batalla para no detener el proceso editorial de la universidad y poder
tener textos interesantes.”
Aunque la universidad dio mayor énfasis en un inicio a publicaciones con contenido social y de
humanidades como parte de la propia estructura académica de la universidad, según dijo, a lo
largo de esos años donde ha sido el responsable del área desde su inicio se han ido ampliando
las perspectivas.
Entre los libros editados con el sello de la UACM se encuentran Justificación material, ensayos
sobre poesía latinoamericana (2004), de Eduardo Milán; En marcha hacia la concreción (2008),
de Enrique González Rojo, El hombre de hierro, los límites sociales y naturales del capital
(2008), de Armando Bartra; Para vivir el teatro (2008), de la crítica teatral Esther Seligson, quien
falleció en febrero pasado y que recoge sus textos publicados en este semanario.
Las colecciones que maneja Publicaciones, entre otras, son: Ciencias Exactas, Ciencia y
Sociedad, Clásicos del Pensamiento Político, Narrativa, Poesía, Reflexiones, Historia de las
Ideas y La Ciudad.
“La cuestión es que el énfasis a las ciencias sociales forma parte del proyecto desde que se creó
esta área, de tener una formación de estudiantes con una mirada crítica y cuestionadora de su
entorno, como parte del conocimiento; además, una parte sustancial de los libros publicados no
está dentro del cuerpo académico, lo importante aquí es crear una mirada crítica y social.
“Una de las ventajas es que tenemos talleres de impresión propios y eso facilita el ahorro en
producción, pero una parte sustancial de costos es el papel y lo que también buscamos son
coediciones como alternativa, la intención es no dejar de publicar libros de interés general y de
calidad.”
Explicó que muchas de esas ediciones no tienen que ver con la biblioteca estudiantil, sino con
temas clásicos o de interés actual; algunos son producidos para consumo de los estudiantes
universitarios, pero no todos con funciones académicas.
En el catálogo de la UACM se encuentran trabajos de coedición con el Fondo de Cultura
Económica, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la UNAM, la UAM, el INAH y la
Secretaría de Cultura del DF, así como casas privadas como ERA, Itaca, y Plaza y Valdés.
“No buscamos el proceso de venta como tal, sino la recuperación de los costos en ese sentido,
más que nada la difusión de los mismos y es lo que estamos realizando con constancia al elegir
los trabajos.”
La UACM participa en diferentes actividades a lo largo del año, como la Feria Internacional del
Libro de Guadalajara, y recientemente en la Feria del Libro de Minería, en la que se presentaron
cuatro publicaciones: Paradojas del miedo, de Francisco Pamplona; La realización de la
metáfora, de Vivian Romeu; De todos lados las voces, de Chistian Peña; y Los danzantes del
tiempo. Antología poética, de Kamau Brathwait.
Mosches cuestionó como parte del problema de lectura en el país “una mirada bestseleriana y
de negativa a los textos universitarios, pues es evidente que se necesita un proyecto de difusión
específico para descomponer el concepto de que los textos universitarios son aburridos”. Al
repasar el ámbito de lo publicado por la UACM, UNAM, UAM o Universidad Veracruzana “se
pueden ver textos sumamente interesantes, como por ejemplo el fondo editorial de esta última,
muy importante en ciencias sociales y creación literaria”.
Entre los libros que se publicarán este año se encuentran: El EZLN y sus intérpretes, de Anne
Huffschmid; Lugar donde el campo se abandona, un ensayo de Eduardo Milán; Contar las
noches, de Vicente Alfonso; Cazadores de monstruos esperanzados, de Álvaro Chaos; y De los
pobres será el reino de las calles, de Martín Cinzano.
Desde hace cuatro años, la casa de estudios mantiene un concurso anual de crónica urbana
(Acercamiento a la ciencia), y dos más dirigido a jóvenes escritores: uno, Poesía, y otro,
Narrativa, con dos vertientes: cuento y novela.
En abril se abre la convocatoria para el concurso, que cierra en noviembre (www.uacm.edu.mx);
los ganadores obtienen 30 mil pesos y la publicación de 500 ejemplares. l
María Novaro: “Prohibido proteger al cine nacional”
Cinco años de su vida ha dedicado Novaro a Las buenas hierbas, en la que actúan Ofelia
Medina, Ana Ofelia Murguía, Alberto Estrella y el niño Cosmo González Muñoz. Y, como en sus
anteriores filmes, de nuevo está ahí el tema femenino:
Dalia vive con su pequeño hijo Cosmo. Trabaja en una estación de radio alternativa y recibe
ayuda económica de su padre. Pero su vida cambia cuando enfrenta la enfermedad de un
Alzheimer prematuro que le diagnostican a su mamá, una bióloga etnobotánica que labora en el
Jardín Botánico de la UNAM.
Son varios tópicos los que contiene la cinta, además del Alzheimer: la eutanasia, la herbolaria,
un homenaje a María Sabina, la relación madre e hija, en fin, la vida y la muerte, y la situación de
México.
Novaro cuenta que le pareció lógico que su proyecto surgiera en esta etapa de su vida, “en mi
madurez”:
“El asunto primigenio es una historia con mi propia madre, que murió de Alzheimer. Eso lo viví
hace más de 30 años. Por supuesto Las buenas hierbas es una historia ficcionada en la que
intervinieron otros factores. Sentía muchas ganas de hacer un comentario sobre la vida que sólo
tiene significado ante la muerte, y tal vez eso lo hacemos las personas que ya hemos vivido
mucho tiempo (nació el 11 de septiembre de 1951).
“Me fascina explorar el alma femenina y las relaciones entre las mujeres. El tema de la
maternidad ha sido constante en mi trabajo, porque es una fuente para mí de inspiración muy
grande. Me encanta el asunto de la herbolaria. Cultivo mi jardín apasionadamente y hasta me
cuestiono no haber sido etnobotánica en lugar de cineasta. Lo bueno del cine es que puedo
tener un ratito de etnobotánica en mis fantasías, y ubiqué la película en ese contexto.”
Además, hace algunos años se topó con un códice azteca de 1552, sobre herbolaria azteca,
encargado por misioneros españoles, y lo adoró:
“Fue escrito y dibujado por un tlatelolca y un xochimilca. Era sobre las plantas que curan el alma
humana. El concepto me encantó, ¿qué plantas curan el alma?, ¿cómo nos acompaña la
naturaleza en nuestros procesos de vida?”
Al mismo tiempo, la cineasta se encontraba motivada para explorar una forma de producción
diferente, “muy intimista, chica, modesta, en alta definición digital y con un bajo presupuesto”.
Vuelve entonces al tema de la difusión:
“Como ya lo dije, no existe un mercado para el cine en México, por lo que estamos obligados,
por lo menos cierto sector de los que hacemos cine, a trabajar películas de bajo presupuesto,
hechas con más dinamismo. Pienso seguir navegando con este esquema de producción con el
que trabajé. Me encantó. Las buenas hierbas la filmé 70% en mi propia casa y con un
presupuesto bajo, lo cual me garantizó libertades creativas. Fui muy libre a la hora de hacer el
largometraje.”
También son productores Axolote Cine, compañía formada por Novaro en 2006, Foprocine-
Imcine, el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM y el Centro de
Capacitación Cinematográfica (CCC).
–¿Por qué incluir a María Sabina?
–Por mi veneración a esa mujer. El cineasta Nicolás Echeverría gentilmente me prestó imágenes
de María Sabina de su documental. Las incorporamos digitalmente. Fue muy entretenido
técnicamente y muy divertido poder manipular la imagen así.
“Quien se encargó de toda esa área fue Alejandro Valle, el autor de Historias de desencanto, y
aprendí muchísimo con él. Me encantó la gama de posibilidades que se pueden tener trabajando
en esos medios digitales.”
–¿No son muchos tópicos para una película?
–Como era bastante cabrón hablar de la vida justo de cara a la muerte o entender que la vida es
parte de un ciclo que lamentablemente conlleva a la muerte, muchos de los subtemas o
subtramas que hay en la historia fueron surgiendo de las relaciones humanas entre los
personajes. Inevitablemente renecesitaban hablar de otras cosas. Pero la trama no es toda del
Alzheimer, sino que es un pretexto para hablar de todo lo demás, pero creo que también soy
bastante puntual sobre esta enfermedad tan dura.
–¿Por qué ese final tan hiriente?
–Creo que también es un asunto social. La eutanasia puede ser un acto de amor. Hay muchas
opiniones al respecto. En Las buenas hierbas, la eutanasia es un acto de amor.
Novaro terminó el guión en 2006, y desde entonces a la fecha efectuó todo el proceso de
producción.
“Sí, fue un buen rato invertido”, remata.
GUADALAJARA, JAL.- El mundo femenino es una constante en los filmes de Rodrigo García,
quien acepta haberse repetido en algunos aspectos, “pero siempre trato de ser más profundo en
el tema”.
Para él, “lo curioso es que la representación femenina es motivo de discusión, porque a los
realizadores que ruedan historias de varones nunca se les cuestiona”.
A partir de 2000, García (hijo del Premio Nobel Gabriel García Márquez) empezó a crear
largometrajes estadunidenses: Cosas que diría con sólo mirarla, Diez pequeñas historias de
amor, Nueve vidas y ahora Mother and Child.
Antes de recibir el Premio Guadalajara en la 25 edición del Festival Internacional de Cine de esta
ciudad, platica que explora la cuestión femenil, “porque me gustan las mujeres, me interesan sus
vidas y cómo se relacionan con las personas en sus vidas”.
Argumenta que “la mujer es lubricante y un resistol de la vida familiar”:
“Tiene muchos papeles que contribuyen mucho a la comunidad, muchos hombres también, pero
es más normal que la mujer, aunque tenga trabajo y carrera, su principal labor sea la de tener un
hijo. Incluso mujeres que no tienen hijos son muy instrumentales en mantener esa relación
familiar, cuidar a los padres, a los hermanos, no digo como única ocupación, porque existen
mujeres muy profesionistas, ocupadas y exitosas, quienes siguen siendo las que se ocupan de la
mamá, de los hermanos, del sobrino, en fin.”
En televisión, Rodrigo García ha dirigido capítulos de series estadunidenses como Los Soprano
o Six Feet Under. HBO lo adoptó.
En México, a través del Canal 22, se proyecta En terapia, dirigida, escrita y producida por él:
“Está basada en una serie israelí que era excelente. El tema principal es la crisis del médico
sicoterapeuta, y también se ve la de sus pacientes, y eso a la gente le ha gustado.”
Agencia de colocaciones “De la Garza”
Raúl Ochoa
Inconformidades
Amparos
Beatriz Pereyra
En la delegación Iztacalco se toman en serio el deporte. Al frente de esa área fue nombrado
Leonardo Muñoz Romero, quien es conocido en esa demarcación y particularmente en la
emblemática Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca, por ser el histórico líder de los
ambulantes y franeleros. Por cierto, Muñoz Romero estará ausente unos días del cargo porque
viajó a China para surtirse de juguetes y bisutería.
Leonardo Muñoz Romero, quien durante casi tres décadas ha sido líder de los comerciantes
ambulantes y franeleros que operan en los alrededores del Palacio de los Deportes y el Foro Sol,
es desde octubre pasado el director del deporte de la delegación Iztacalco que, entre otras
instalaciones, tiene a su cargo la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca.
Sin contar con experiencia en el ámbito deportivo que justifique su nombramiento, Muñoz fue
elegido por el jefe delegacional Francisco Sánchez, aunque sus limitaciones saltan a la vista.
“Yo conozco la deportiva desde niño. Me acuerdo que mis papás me traían, del puente de
Churubusco. Yo quiero mucho a la deportiva, estoy aquí porque nuestro objetivo es ver a la
deportiva mejor. La experiencia la vas adquiriendo, te la da trabajar aquí.
“La verdad, desde que llegamos hemos cambiado muchas cosas. Yo quiero mucho a Iztacalco,
he vivido aquí y hay mucha droga, mucha delincuencia”, responde el funcionario cuando se le
pregunta sobre su experiencia y conocimientos en materia de deporte.
Muñoz Romero es ampliamente conocido en la demarcación porque encabeza la Federación de
Organizaciones para el Desarrollo Social, que agrupa a vendedores de juguetes durante la
época decembrina, así como a los que comercializan souvenirs (tazas, camisetas, gorras) y
controlan las calles como si fueran estacionamientos privados durante los conciertos que se
realizan en el Palacio de los Deportes y en el Foro Sol.
Desde que asumió la dirección del deporte, dice, se separó de esas actividades. Sin embargo,
durante la pasada Feria del Juguete, que tuvo lugar del 20 de diciembre al 6 de enero en las
zonas aledañas al metro Coyuya, él fue responsable de asignar los lugares en la vía pública a
los comerciantes y a sus propios familiares.
De hecho, estará ausente de su oficina por lo menos durante una semana, pues a partir del
viernes 26 viajó a China, país en el que adquiere los juguetes y bisutería que comercializa.
Leonardo Muñoz comenta que no terminó su carrera, pues aun cuando empezó se inscribió para
cursar derecho y no concluyó sus estudios. Su experiencia en la administración pública se
reduce a un puesto administrativo en la delegación Miguel Hidalgo donde, dice, “hacía varias
cosas”.
“Me pueden criticar por lo que sea, pero no por corrupto. No nos vamos a llevar un centavo. Yo
sé que no tengo un conocimiento grande, pero insisto en que aquí he aprendido mucho”, insiste.
Durante la entrevista con esta reportera Muñoz Romero estuvo acompañado por la subdirectora
de administración de la demarcación, Alba Aguilar; el jefe de programación y renta de espacios,
Emilio Mora, y el propio titular de Iztacalco.
Según él, el objetivo principal de su programa de trabajo es “mantener a los jóvenes en
movimiento, que vengan a hacer deporte porque son los que están poquito más desorientados
por tanto de droga (sic) y todas las cuestiones que están pasando (sic).
“Salimos a las calles, vamos a las colonias con una cancha móvil y hacemos torneos con niños y
jóvenes y eso nos está dando mucho resultado porque los jalamos a las instalaciones de la
deportiva a hacer deporte. También hacemos un paseo ciclista los domingos y jalamos a la
gente para que den vueltas en las bicicletas y les enseñamos cómo activarse.”
El limpiatón
Señor director:
En Proceso 1741, del pasado 14 de marzo, una de las notas dedicadas a Enrique Peña Nieto,
titulada Sus fichas en San Lázaro, bajo la firma del reportero Esteban David Rodríguez, señala lo
siguiente:
“Otro activo sindical de Peña Nieto es Héctor Hernández Silva, dirigente oficialista del Sindicato
de Maestros al Servicio del Estado de México, a partir de 2006, gracias al impulso del
gobernador mexiquense, quien lo ayudó a deshacerse de una fuerte disidencia dentro de esa
organización, la cual tiene 80 mil agremiados.”
Al respecto, permítame exponer que en el Estado de México se ha librado una lucha desigual
entre maestros del subsistema educativo estatal y el “poder” de Enrique Peña Nieto, por el solo
hecho de que hemos ejercido el derecho constitucional de asociación para formar un nuevo
sindicato, con el fin de impulsar cambios dentro del sistema, preocupados por el permanente
deterioro de la calidad de los servicios educativos en la entidad.
También, que no existe una disidencia dentro del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado
de México (registro 1/67), sino que, a partir de 2006, varios integrantes del mismo pugnamos por
lograr una nueva organización, salvamos numerosos obstáculos y ganamos amparos hasta que,
el 10 de septiembre de 2009, alcanzamos la libertad e independencia sindicales en una
ejecutoria dictada en esa fecha y en el amparo de revisión número 72/2009.
En esos documentos se declararon inconstitucionales los artículos 138, 140 y 141 de la Ley del
Trabajo de los Servidores Públicos del Estado y Municipios, con lo que se puso fin a la
sindicación única que imperaba en Edomex violando el 123 constitucional. Fue así como el
Juzgado Primero de Distrito en Materias de Amparo y de Juicios Civiles Federales en el Edomex
ordenó al Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje el otorgamiento del registro sindical
R.S.2/2007 para el Sindicato Unificado de Maestros y Académicos del Estado de México
(SUMAEM) el pasado 4 de noviembre de 2009.
Tales fallos causaron enojo entre los funcionarios de la administración peñista, quienes se han
encargado de retardar el restablecimiento de los derechos de los 17 maestros constituyentes de
la organización, así como de entorpecer el ejercicio de la representación sindical que
legítimamente tenemos, pues nos mantienen sin nuestras plazas, sin salarios y amenazados,
procediendo con una total impunidad y en contra de la legalidad que dice ejercer Peña Nieto.
Al inicio de nuestra lucha, el gobierno de Peña Nieto se lanzó de manera enfurecida contra
nosotros y cesó ilegalmente a los maestros constituyentes de la nueva organización (28 en un
inicio, aunque en el proceso de registro cooptaron a 11), retuvo salarios devengados y amenazó
con retirar todos los derechos laborales a quienes pretendieran afiliarse al SUMAEM.
A partir de que obtuvimos nuestro registro sindical, muchos maestros informados, venciendo los
miedos que sembró la gente de Peña Nieto, se están desafiliando del sindicato del gobierno y
sumándose a nosotros.
Como una confirmación de lo que en Proceso 1743 se afirma sobre el uso electoral de las
organizaciones sindicales, permítame señalar que, desde 1994, ningún profesor consigue algún
ascenso o un mejor salario por la vía escalafonaria, pues esto sólo depende de su relación con
los dirigentes sindicales oficiales y con los burócratas del sector, los cuales, a su vez, llevan un
minucioso registro de quienes participan o no en los procesos electorales promoviendo a los
candidatos del PRI. Los ascensos y aumentos de salario son el pago por esa participación, sin
importar los resultados en el trabajo docente, la preparación profesional o la antigüedad del
profesor premiado.
Este esquema de estímulos y recompensas se mantiene desde que Arturo Montiel llegó a la
gubernatura del Estado de México, y el actual gobernador Enrique Peña Nieto lo ha fortalecido al
grado de que, en 2009, promovió a los dos “exlíderes sindicales” que han coincidido con su
periodo de gobierno, entregando a uno de ellos la candidatura del PRI a una diputación local, y al
otro, la candidatura a una diputación federal.
Desde el arribo de Montiel y su grupo al gobierno del Edomex, no ha habido un proyecto para
mejorar la calidad de los servicios educativos, en tanto que la Secretaría de Educación ha tenido
seis titulares. Ambos gobiernos han evidenciado un sólo interés: etiquetar a los maestros como
priistas y mantenerlos como una importante reserva de activistas electorales.
Por eso subrayamos que el entonces secretario del “sindicato al servicio del gobierno estatal”
nunca fue ayudado por el gobernador Peña Nieto “a deshacerse de una fuerte disidencia”, como
dice el reportaje, pues fue a su pesar que nosotros, librando una larga y ardua lucha legal, nos
separamos de ellos y constituimos una nueva organización de docentes que se dedica a la
defensa de los intereses, de los derechos laborales y de las conquistas del magisterio en la
entidad. (Carta resumida.)
Atentamente
Señor director:
En relación con la nota titulada Alta presión (Proceso 1742), dedicada a la situación de los
derechos humanos en Cuba, permítame señalar que nadie es perfecto, que hasta el régimen
cubano puede mejorar su respeto a los derechos humanos, pero también que, en aras de la
justicia, es necesario precisar algunos puntos.
Según el informe de Amnistía Internacional sobre los derechos humanos de hace seis o siete
años (no recuerdo), Cuba es el país de América Latina que menos los viola.
A nivel europeo, 23 de las 25 naciones que votaron las sanciones políticas y diplomáticas contra
Cuba en 2003 presentan una situación de los derechos humanos mucho más desastrosa que la
de la isla. Y eso que se trata de la Unión Europea, que supuestamente es un remanso de
democracia y respeto a los derechos humanos.
Por lo que se refiere específicamente a Cuba, Amnistía Internacional jamás ha señalado ningún
caso de asesinato político (al contrario del Reino Unido), tortura o tratos inhumanos (Bélgica,
Francia, Grecia, Italia, etcétera), utilización de pruebas conseguidas bajo tormentos (Alemania),
desapariciones de personas (Estonia), secuestros cometidos por autoridades (Italia), impunidad
tras un crimen perpetrado por agentes del Estado (Austria, España, Francia, Grecia, etcétera),
tráfico de seres humanos (Grecia), niños privados de acceso a la educación a causa de su
origen étnico (Grecia, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Letonia, Eslovenia), esterilización
forzosa de mujeres procedentes de minorías (República Checa, Eslovaquia), incitación al odio
racial y a la discriminación por las autoridades (Hungría, Letonia).
En el Continente Americano, la situación es peor. Cuba se desmarca claramente de las demás
naciones. Amnistía jamás ha atribuido a La Habana un caso de asesinato y ejecución
extrajudicial cometidos por las fuerzas del orden (al contrario de Bahamas, Brasil, Canadá,
Colombia, República Dominicana, Guatemala, Haití, Jamaica, México, Nicaragua, Perú, Puerto
Rico, Trinidad y Tobago, Venezuela, Estados Unidos), asesinato político (Estados Unidos),
crímenes de niños consumados por las fuerzas del orden (Honduras), violaciones sexuales
cometidas por la policía (Bahamas, Colombia), impunidad para policías o miembros del ejército
responsables de crímenes (Chile, Colombia, Guatemala, Haití, Estados Unidos, etcétera), uso de
la tortura por las fuerzas del orden (Belice, Brasil, Colombia, Estados Unidos, etcétera).
Del mismo modo, en el caso de Cuba, Amnistía jamás ha mencionado que haya esclavitud de
las poblaciones indígenas, trabajos forzosos de menores y niños en prisión, como ocurre en
Bolivia. Tampoco ha afirmado que en la isla exista una explotación económica como la de
Ecuador, Paraguay y otros países. No ha advertido que se produzca el fenómeno de la tortura
por las fuerzas del orden, como ocurre en Brasil; reclutamiento militar de niños (Paraguay);
escuadrones de la muerte compuestos por miembros de la policía, masacres de campesinos,
uso de esclavos y obreros muertos de cansancio (Brasil).
En relación con la isla, Amnistía no ha reportado asesinatos de militantes de derechos humanos
por las fuerzas del orden (Brasil, Colombia, Honduras), extorsiones orquestadas por autoridades
(Brasil), secuestros generalizados atribuidos a agentes policiacos (Colombia, Haití), asesinatos
de sindicalistas (Colombia), asesinatos de periodistas (Colombia, Haití, México), criminalización
de la homosexualidad (Nicaragua), tortura y asesinato de homosexuales (Ecuador, Jamaica,
México) o tormentos infligidos a indígenas (Ecuador).
Realmente comprobamos la singularidad de Cuba en el Continente Americano: dicho país es el
que más respeta los derechos humanos. (Carta resumida.)
Atentamente
Carlos Montes de Oca
Señor director:
La presente es una denuncia pública contra la corrupción y prepotencia que privan en Bancoppel
y la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de las Instituciones Financieras
(Condusef).
A mediados de diciembre de 2009, a raíz de que mi abuela –una mujer de la tercera edad– pudo
vender un terrenito en una colonia rural de Acapulco, decidió depositar 15 mil pesos en una
tarjeta de débito Coppel de mi madre Reveca (sic) Ortega Barrios.
A mediados de enero de 2010, cuando mi abuela solicitó a mi progenitora retirar cierta cantidad
para atender unas necesidades apremiantes, la cuenta estaba en ceros. Mi madre acudió
entonces a las instalaciones de Coppel en Lázaro Cárdenas, Michoacán, donde se tramitó la
tarjeta, en busca de una explicación.
Allí le manifestaron que, efectivamente, la cuenta estaba en ceros debido a que el 30 de
diciembre se había hecho un retiro de 5 mil pesos, mientras que el 2 de enero se realizaron, en
diferentes cajeros, dos retiros de 5 mil pesos cada uno.
Al cuestionar a una empleada si era posible retirar dos veces 5 mil pesos el mismo día en
cajeros, la empleada que la atendía le respondió con prepotencia: “¡Sí se puede, señora!”.
En un estado de desesperación, mi madre acudió a la Condusef de Morelia ubicada en la calle
Camelinas. El licenciado que la recibió la trató también de manera prepotente buscando
despacharla en un minuto. Cuando mi madre, acompañada de otro de sus hijos, trató de
explicarle al funcionario la situación, no sólo la interrumpía con frecuencia para obligarla a ser
más breve, sino que reiteradamente, sin tener atribuciones para ello, acusaba a mi hermano de
haber hecho los retiros.
El empleado de la Condusef se molestó cuando mis familiares le dijeron que tal parecía que
estaba allí para defender al banco, no a los usuarios, y todo terminó en la presentación de la
queja correspondiente.
Hace unas semanas, la Condusef nos envió una resolución en el sentido de que no se nos
regresará el dinero porque el primer retiro, del 30 de diciembre, se hizo en un cajero de
Bancomer, mientras que los otros dos se realizaron el 2 de enero en cajeros ubicados en el
Estado de México y el Distrito Federal.
Por este medio, solicitamos públicamente que se investigue si hubo alguna clonación de la
tarjeta, que se nos proporcionen las fotografías de quienes retiraron el dinero y que olviden su
política de esperar a que el cuentahabiente se canse o se olvide de que alguna vez tuvo dinero
ahorrado con ellos. En este caso no ocurrirá.
Por lo pronto, lamentamos que Bancoppel y la Condusef no sean instituciones serias que
defiendan a la gente de escasos recursos y sin grandes influencias, pues somos víctimas de
constantes injusticias.
Lástima por nosotros, los olvidados. (Carta resumida.)
Atentamente
Profesor Lésther Geovani Pérez Ortega
Denuncian construcciones sin licencia en la Benito Juárez
Señor director:
Por este medio queremos denunciar que funcionarios de la Delegación Benito Juárez del Distrito
Federal han permitido que, sin licencia, se hagan ampliaciones de viviendas en condominio, por
lo menos en el caso de un edificio ubicado en José María Vértiz número 907, colonia Narvarte.
Cuando en 2007 nos entregaron los departamentos, nos advirtieron que los propietarios del
quinto piso podrían disponer de la azotea como roof garden. Sin embargo, los condóminos
Ricardo A. Arenas y Esmeralda Dávila R., del departamento 502, construyeron una habitación.
Como los demás condóminos tuvimos el temor de que esa construcción dañara el inmueble, en
octubre de 2007 presentamos una denuncia en las oficinas delegacionales.
El jefe de la Unidad de Verificación de Construcciones y Desarrollo Urbano, Luis Gilberto Álvarez
R., nos informó que al respecto se abrió el procedimiento DV/OV/359/2007. Pero éste nunca
concluyó.
Peor aún, a principios de 2010 la condómina María J. Ramírez, del departamento 503, comenzó
a construir todo un departamento, igualmente sin licencia de ampliación de vivienda.
En asamblea, los demás condóminos manifestamos nuestro desacuerdo y, el 16 de febrero de
2010, presentamos la denuncia correspondiente ante el licenciado Luis Vizcaíno C., director
general Jurídico y de Gobierno, pero tampoco en este caso hemos recibido respuesta.
Por lo anterior, decidimos dejar sentado públicamente que si el edificio que habitamos sufriera
daños estructurales, los funcionarios implicados serían cómplices de las lesiones, la muerte y/o
la pérdida del patrimonio de los residentes y/o condóminos que pudieran
producirse.
Atentamente
Candelaria Aguirre Rodríguez (administradora), Raquel Meléndez González y Laura Fischer de
la Vega (Comité de Vigilancia)
Al leer la carta de un lector publicada en Proceso 1742 en relación con Marcial Maciel, consideré
que con mentes así nunca serán castigados los curas pederastas, y decidí proponer la
publicación de los siguientes comentarios.
Antes de que sean dados a conocer los resultados de la visita apostólica o investigación que
realizaron cinco obispos en la congregación, cuyo expediente ya está en poder del Vaticano, los
miembros de los Legionarios de Cristo que incurrieron en faltas deberían confesar todo lo que
hicieron u ocultaron.
Lo anterior, tomando en cuenta que fue sólo después de múltiples denuncias en su contra
cuando lo mismo Maciel que la congregación y Regnum Christi accedieron a admitir parte de sus
pecados.
Tristemente, tanto el Vaticano como el Papa Juan Pablo II ocultaron o callaron la gran cantidad
de información que tenían sobre la pederastia, con el fin de evadir la responsabilidad de actuar
ante las conductas de este tipo que se producen entre los legionarios y otras órdenes religiosas
de varios países.
En un juego perverso que se prolongó por lo menos 70 años, los guías espirituales y
representantes de Dios en la tierra omitieron delatar a los sacerdotes pederastas, sólo usaban la
confesión para perdonarlos y, cuando mucho, se limitaban a cambiarlos de diócesis o parroquia.
Con el propósito de que se dignifique la Iglesia católica y pueda transmitir verdaderos valores a
las generaciones futuras, tal y como lo enseñó Jesucristo (el buen pastor), es preciso que la
Iglesia católica imponga las más severas sanciones a los culpables, que desista de beatificar a
Juan Pablo II e inclusive que proceda a excomulgarlo post mórtem, pues con su silencio e
inacción causó severos daños y no cumple con los nueve pasos de canonización que,
establecidos en el siglo XVI, él mismo reformó en el XX. (Carta resumida.)
Atentamente
José Antonio Chacón Robles
Colima, Col.
Teléfono: 01 (312) 314-13-75
dentalchaconcol@yahoo.com.mx